La Aproximacion Indirecta Segun Liddell Hart y Luttwak
La Aproximacion Indirecta Segun Liddell Hart y Luttwak
La Aproximacion Indirecta Segun Liddell Hart y Luttwak
El propósito de este artículo es exponer en forma breve, las ideas de Liddell Hart
sobre la estrategia de aproximación indirecta desarrolladas en su libro “Strategy” (1)
y acompañar un análisis crítico de las mismas.
Liddell Hart afirma que “El objetivo de la estrategia debe ser, conducir la batalla en
las mejores circunstancias posibles. La perfección de la estrategia sería el producir
una decisión a favor, sin una importante pelea”(2). Propone el uso de acciones
paradójicas intentando una acción según la línea de menor expectativa, que
producirá el colapso del enemigo. Una distracción que corte la libertad de acción
del enemigo, como un ataque efectuado sobre la retaguardia o en sus líneas de
comunicaciones o por efecto de un señuelo en donde se lo induzca a un
movimiento en falso, que puede producirle un desbalance temporal.
Por el contrario, la estrategia de ataque directo busca la concentración de fuerzas
sobre la posición dominante del enemigo, en donde la variable determinante de la
batalla será la superioridad de fuerzas. “El movimiento directo hacia el oponente
provoca su balance físico, psicológico y por consolidación (el enemigo) incrementa
su poder de resistencia”(3).
Lograr la dispersión de las fuerzas enemigas debe ser un objetivo básico, pero
menciona que “una paradoja natural de la guerra es, que la concentración de las
fuerzas puede ser obtenida cuando las fuerzas del enemigo están dispersas y
usualmente para asegurar esto, las propias fuerzas deben ser dispersadas. Esto
es, una segura concentración es producto de la dispersión”(4).
Un ejemplo de la aproximación indirecta y del efecto físico y psicológico que tiene
la concentración y dispersión se puede estudiar en la Segunda Guerra Mundial, en
la invasión alemana a Francia en mayo de 1944.
La concepción del plan alemán era simple, atrevido y tenía en cuenta las nuevas
ideas de la guerra con tanques y vehículos que les permitía profundizar su
movilidad y concentración. En estos novedosos conceptos estaban bien
entrenados los alemanes, pero no así los franceses que confiaban la defensa de
su país a la Línea Maginot. Los alemanes se dividieron en tres grupos. El grupo de
Ejército “B” bajo las órdenes del general von Bock, golpearía frontalmente al
enemigo en el norte, en Holanda, con veintinueve divisiones incluyendo tres de
tanques. Su misión era atraer y retener a los aliados y hacerlos pensar que el
ataque principal se consolidaría en ese frente.
(1) Liddell Hart, Basil H. “Strategy” second revised edition; Meridian Book; 1967
(2) Idem, página 325
(3) Idem, página 327
(4) Idem, página 329
El grupo de Ejército “C”, comandado por von Leeb, disponía de diecinueve
divisiones, sin Panzers y quedaría emplazado frente a la línea Maginot con el
objeto de retener a las numerosas divisiones francesas allí dispuestas. El grupo
“A” sería el que llevaría el peso del ataque. Se introduciría con cuarenta y cinco
divisiones incluyendo siete divisiones de tanques Panzers, atacando
sorpresivamente por el impenetrable bosque de las Ardenas, porque era la línea
de menor expectativa francesa y por donde eran más débiles las defensas. Para
luego marchar hacia las costas del Canal de la Mancha y encerrar por la
retaguardia a las fuerzas aliadas, que estarían combatiendo contra el grupo “B” (5).
El mariscal Montgomery menciona que las potencias ganadoras de la Primera
Guerra Mundial, en especial Francia, no desarrollaron las nuevas armas que se
vislumbraban y que ellos mismos habían utilizado en la gran guerra, porque la
victoria generó en ellos complacencia y mediocridad que perjudicó el desarrollo de
las ideas militares. Los franceses poseían, en el momento de la invasión, una
fuerza aérea inferior a la alemana, pero en cuestión de tanques tenían aún mas
que los germanos. El problema no consistía en la calidad ni cantidad de medios,
sino en como serían utilizados. No son los recursos económicos o militares los
únicos determinantes de las guerras. La política, la estrategia y las fuerzas
morales son esenciales para el éxito.
“Las ideas y teorías de unos pocos soldados, tales como Liddell Hart y Fuller,
quienes argüían que la lucha en el futuro no estaría dominada por la defensiva,
fueron ignoradas por quienes detentaban la autoridad en Inglaterra y Francia; en
ambos países, equipo e instrucción estaban a un nivel muy bajo en 1939. Los
franceses construyeron la línea Maginot para proteger su frontera con Alemania,
una línea de fortificaciones defensiva que habría sido inexpugnable en la guerra
de 1914-1918, pero que no tenía lugar en la nueva concepciones tácticas.
Solamente en Alemania fueron cuidadosamente estudiados los escritos de Liddell
Hart por aquellos que tenían autoridad y luego aplicados con buenos resultados,
como habían de aprender a su costa las naciones de Europa en la primavera de
1940, cuando la Blitzkrieg llegó al Oeste”(6).
Luttwak considera que “muchas decisiones paradójicas queda justificadas si se
trata de enfrentar a un enemigo con la ventaja de que no pueda reaccionar porque
ha sido sorprendido y no se halla preparado, o al menos no es capaz de
reaccionar con la rapidez y la contundencia necesarias”(7). En el ejemplo anterior,
el ataque alemán se produjo por el bosque “impenetrable” de las Ardenas, que era
la línea francesa de menor expectativa. Por otro lado, la dispersión de fuerzas
(5) Manstein, Mariscal de campo Erich von “lost Victories” paperback edition published 1994 by
Presidio Press, CA USA; 94-126
(6) Montgomery, Mariscal de campo “Historia del arte de la guerra” traducción de Juan García-
Puente Aguilar, Madrid, 1969; página 502
(7) Luttwak, Edward N. “Strategy, the logic of war and peace”; The Belknap Press of Harvard
University Press; Massachusetts; 1987; página 8
alemanas produjo una dispersión de las fuerzas aliadas, sólo que estas últimas
incluyeron los tanques en esta dilución. Dejando un inmenso terreno a la movilidad
de las divisiones Panzer concentradas en la línea de ataque del grupo “A”.
La acción paradójica o de la línea de menor expectativa se contrapone a la acción
por sentido común o del mínimo esfuerzo que es una decisión usual en los
comandantes cuyas fuerzas son, o creen serlo, en su conjunto superiores a las del
enemigo. Contar con un ejército poderoso los hace conducirse por métodos muy
simples y con el mínimo riesgo de organización. Quienes poseen mayor debilidad
material tienen buenas razones para temer al choque directo y pueden obtener el
máximo beneficio recurriendo a una conducta paradójica autodebilitante, siempre
que les sirva para asegurar la sorpresa y quizás lograr la victoria(8).
Luttwak afirma que en Israel se refleja la búsqueda permanente de esta línea de
mínima expectativa, mediante acciones paradójicas, evitando sistemáticamente el
choque directo tanto para limitar el número de bajas, como para contrapesar la
inferioridad real en sus medios.