Psicologia Evolutiva JANE

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Psicologia Evolutiva y Etapas del

desarrollo Humano

Materia

Promoción de la salud

Alumna

Janeisy Segura Lebron #25

Maestra

Keila Yoelin Castillo Perez

Grado
4to de Secundaria
Introducción

La Psicología evolutiva o del desarrollo humano estudia la forma en la que los


seres humanos cambian a lo largo de su vida, comprende el estudio del ciclo
vital, observa de qué manera cambian continuamente las acciones de un
individuo y cómo este reacciona a un ambiente que también está en constante
cambio.
Por otro lado: Las etapas de desarrollo humano son una serie de cambios
biológicos, físicos, emocionales, psicológicos y sociales que atraviesan las
personas a lo largo de su trayectoria vital. Estas son 7 etapas.
Desde hace muchos años el ser humano a demostrado su interés por los
secretos que esconde la mente, desde los procesos químicos que ocurren allí,
hasta lo que impulsa y da un “porque” a nuestras acciones, de este afán de
encontrar respuestas han surgido muchas ramas de la psicología que estudian
diferentes ámbitos de el comportamiento humano, en alma, mente y espíritu,
entre estas esta la Psicologia evolutiva.
El principal motivo de este trabajo es, gracias a que los últimos temas tratan
sobre la psicología, absorber y asimilar los conocimiento sobre este tema para
conocerme más a mi misma y a las personas que me rodean, saber que cada
una mis acciones y las de las personas cercanas a mi tienen un “Porque” que
a veces no es fácil explicar con palabras, pero si observas mas a detalle te das
cuenta de que no es tan complicado.
Asimismo, espero utilizar lo aprendido para ayudar a las personas que conozco
y que conocere, poder identificar a las personas que pueden estar sufriendo
en silencio y los que ni siquiera notan que no están bien, de esta manera
espero reaccionar de la manera correcta ante estos problemas, ayudar a los
demás, y ayudarme a mí misma.
Este trabajo esta estructurado de la siguiente forma:
 Concepto de Psicologia evolutiva.
 Etapas del desarrollo humano.
 Concepto de la personalidad.
 Desarrollo de la personalidad.
 Concepto de carácter.
 Concepto de Temperamento.
 Disfunciones de comportamiento.
Psicologia evolutiva

Se considera psicología evolutiva a la


rama de la psicología que tiene como
objeto de estudio el desarrollo del ser
humano a lo largo de todo su ciclo vital.
Se trata de una disciplina que nace del
interés de comprender los múltiples
cambios que manifiestan la mente y la
conducta de un ser en desarrollo continuado desde el nacimiento hasta la tumba.

Si bien tradicionalmente los estudios de la psicología evolutiva se han centrado


principalmente en el desarrollo infantil, es muy importante remarcar el hecho de
que esta disciplina abarca el conjunto del ciclo vital: la adolescencia, madurez y
senectud también son objeto de estudio investigado y muy relevante pese a
haber recibido un menor nivel de atención (siendo tal vez la etapa adulta la
menos investigada de todas en este sentido).

Esta disciplina hace hincapié en los procesos de cambio por los cuales el sujeto
va pasando a lo largo de su vida, teniendo en cuenta la presencia de elementos
distintivos e individuales que nos hacen únicos, pero de similitudes en lo que
respecta al proceso de desarrollo en cuestión. También tiene en cuenta que en
dicho desarrollo vamos a encontrar factores tanto biológicos como ambientales.
Se valora el medio sociocultural, el grado de maduración biológica y la
interacción del organismo con el mundo.

Desarrollo físico, socioafectivo, comunicativo y cognitivo son algunos de los


principales elementos que desde esta rama de la psicología se analiza y de los
cuales valora la evolución, teniendo algunos modelos o paradigmas diferentes
teorías y centrándose más o menos en aspectos concretos. La psicología
evolutiva nos permite valorar el punto de vista y el conocimiento de cada sujeto
a partir de cómo percibe el mundo alguien con un nivel de desarrollo
determinado. La utilidad de esto es amplia, dado que gracias a la comprensión
de estos factores podemos ajustar la educación, los puestos de trabajo o los
servicios que se ofrecen a los diferentes sectores de la población teniendo en
cuenta sus necesidades.
Etapas del desarrollo humano

En base a los estudios del psicólogo estadounidense Erik Erikson se pueden


distinguir ocho etapas básicas en el desarrollo de una persona, dichas etapas
son las siguientes:

Etapa prenatal. Comprende desde la


concepción hasta el parto. Es el
momento en el que se forman los
órganos y la estructura corporal
básica. Se trata de un momento en el
que el ser humano es muy vulnerable
a las influencias ambientales.

Etapa de la niñez. Es la comprendida entre el nacimiento y


los tres años. Se caracteriza por ser la fase en la que se
comienzan a controlar los esfínteres y los músculos. En niño
es dependiente y su desarrollo físico es muy rápido.

Primera infancia. Desde los 3 a los 6


años. Los niños comienzan a relacionarse
entre ellos y mejoran las habilidades
motrices y la fuerza, aumentan el
autocontrol y comienzan a ser más
independientes y a tener un
comportamiento más egocéntrico.

Infancia intermedia. Desde los 6 a los 12 años.


Los niños comienzan a pensar de forma lógica y
disminuye el egocentrismo, se desarrolla el
lenguaje y la memoria. Es el momento en el que
se crea la autoestima y el crecimiento físico
comienza a ser más lento.
Adolescencia. De los 12 a los 20 años. Es una
etapa en la que se producen cambios físicos muy
rápidos y significativos. Se inicia la búsqueda de
una identidad propia.

Etapa adulta temprana. Entre los 20 y los 40


años. En esta etapa de la vida muchas personas
se casan y tienen hijos. Se desarrolla del todo la
identidad propia y la capacidad intelectual se
convierte en algo más complejo.

Edad adulta intermedia. Entre los 40 y los 60


años. Es el momento en el que muchas personas
se replantean el sentido de la vida y comienzan a
sentir los primeros deterioros en la salud física.

Edad adulta tardía. Comprende desde los 65 años en adelante. La mayor parte
de las personas siguen teniendo buena
salud física y mental, aunque poco a
poco decaen. Se produce una
aceptación del fin de la vida.

La personalidad

La personalidad engloba una


serie de características comunes
incluidas en sus diferentes
definiciones. Se trata de un
constructo hipotético inferido de la
observación de la conducta. Es
decir, pensamos que “X” persona se comporta de “X” forma porque así es su
personalidad, o porque así es ella.

Dicho constructo no implica connotaciones de valor, sino que más bien recoge
una serie de elementos relativamente estables y consistentes en el tiempo,
llamados rasgos. Además, incluye otros elementos como cogniciones,
motivaciones y estados afectivos.
La personalidad abarca tanto la conducta manifiesta como la experiencia privada
de la persona (sus pensamientos, deseos, necesidades, recuerdos…). Se trata
de algo distintivo y propio de cada persona, pues, aunque existan algunos “tipos
de personalidad”, lo cierto es que cada persona es única, como también lo es su
personalidad.

Por otro lado, refleja la influencia en la conducta de elementos psicológicos y


biológicos de las experiencias. La finalidad de la personalidad es la adaptación
exitosa del individuo al entorno.

Existen muchas definiciones de la personalidad, y una de las más completas es


la de Bermúdez (1996), que la define como una “organización relativamente
estable de características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo
las especiales condiciones de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y
definitorio de conducta con que cada individuo afronta las distintas situaciones”.

No debemos confundir esta definición de la personalidad, con las frases hechas


que cotidianamente usamos, como “Fulanita tiene mucha personalidad” o
“Fulanito no tiene personalidad”. Aunque puedan relacionarse ambas ideas, no
es exactamente lo mismo.

Cuando usamos estas frases nos estamos refiriendo (o imaginando) a personas


con un carácter fuerte o con las ideas muy claras; es decir, utilizamos la
personalidad como sinónimo de carácter. Incluso, si matizáramos más aún,
veríamos que el carácter es un constructo más biológico o innato; sería como la
manera en la que una persona reacciona habitualmente frente a una situación.

Por contra, cuando hablamos de alguien “sin personalidad”, pensamos en


personas con las ideas poco claras, con falta de iniciativa, influenciables o
incluso dependientes. Es decir, atribuimos no tener personalidad a la falta de
ciertas características que no siempre debe tener una persona para que sigamos
considerando que tiene una personalidad u otra.

Todo esto forma parte del lenguaje común o de las expresiones verbales; no
podemos considerarlo erróneo propiamente dicho, pero sí que es cierto que no
coincide con el concepto de personalidad que aquí estamos describiendo.
Así, vemos como la personalidad en realidad es mucho más que “tener o no
carácter”, y que además engloba muchas características de la persona: incluye
su forma de pensar, de sentir, de comunicarse, de vivir, de emocionarse, etc.

Desarrollo de la personalidad a través de las diferentes etapas vitales.

1. Los primeros momentos

En el momento en que un bebé nace no


podemos considerar que tenga una
personalidad marcada, ya que el nuevo
individuo no ha tenido experiencias
concretas que le hagan ser, pensar o
actuar de una manera determinada. Sin
embargo, sí que es cierto que según
pasan los días vamos viendo cómo el niño o niña tiene una tendencia a
comportarse de una manera determinada: por ejemplo, podemos observar si
llora mucho o poco, cómo se alimenta o si responde al tacto con miedo o
curiosidad.

2. Infancia

Según el sujeto va creciendo, va


desarrollando poco a poco diferentes
capacidades cognitivas y físicas que le
van a permitir captar la realidad,
empezar a intentar entender cómo
funciona el mundo y cómo el propio ser
puede influir y participar en él.

Esta etapa se caracteriza por la adquisición de valores, creencias y normas


provenientes del exterior, de una manera inicialmente imitativa y con pocos tintes
críticos. La personalidad empieza a formarse según las características del
temperamento van siendo confrontadas a la realidad, adquiriendo patrones de
comportamiento y maneras de ver mundo y formándose el carácter.
3. Pubertad y adolescencia

La adolescencia, el punto en que pasamos de


ser niños a ser adultos, es una etapa clave en
la formación de la personalidad. Se trata de
una etapa vital compleja en que el organismo
se encuentra en proceso de cambio, al tiempo
que se aumentan las expectativas respecto al
comportamiento del individuo y este empieza a experimentar diferentes aspectos
y realidades.

Se trata de un momento vital caracterizado por la necesidad de diferenciarse,


siendo frecuente que aparezca una ruptura o separación respecto a los adultos
al cargo y un cuestionamiento continuo de todo lo que hasta entonces se le ha
inculcado.

Se aumenta el número de entornos en los que la persona participa, así como el


número de personas con las que interactúa, propiciando junto a los cambios
hormonales y el aumento en la capacidad de abstracción propia de la
maduración cognitiva hará que experimente diferentes roles que le enseñaran
que le gusta y que se espera de él o ella. Se da una potenciación de la búsqueda
de vinculación social y aparecen las primeras relaciones. El adolescente busca
una identidad propia a la vez que un sentimiento de pertenencia al entorno social,
intentando insertarse como parte de la comunidad y del mundo.

4. Adultez

Se considera que es a partir de la


adolescencia cuando podemos
hablar de personalidad
propiamente dicha, habiéndose
forjado ya un patrón relativamente
estable de conducta, emoción y
pensamiento.

Esta personalidad aún va a variar a lo largo de la vida, pero a grandes rasgos la


estructura va a ser semejante salvo que suceda algún acontecimiento muy
relevante para el sujeto que le empuje a realizar cambios en su manera de
visualizar el mundo.

En relación con otras etapas vitales, la autoestima tiende a subir y en general


el autoconcepto del adulto tiende a intentar acercar su yo real con el ideal, por lo
que la timidez disminuye, en caso de haber sido elevada anteriormente. Como
consecuencia, deja de tener tanta importancia lo que los demás opinen de uno
mismo, y pueden llevarse a cabo actividades que en etapas anteriores darían
vergüenza.

5. Ancianidad

Si bien en general la personalidad sigue siendo


estable la llegada a la vejez supone la progresiva
vivencia de situaciones como la pérdida de
habilidades, actividad laboral y seres queridos, cosa
que puede afectar en gran medida a nuestra forma
de relacionarnos con el mundo. Se registra
una tendencia a la disminución de la extraversión y la autoestima.

El Carácter

El carácter de una persona se


compone de un conjunto de rasgos
o expresiones que se manifiestan en
su forma general de actuar. Nos
habla a aquello que lo individualiza,
así que puede decirse que son
aquellos componentes que
expresan de una manera particular y distintiva su modo de ser y comportarse.

Carácter en realidad significa marca (grabado), lo cual nos sugiere una cosa
profunda y fija, tal vez innata, una estructura básica. Pero el carácter en realidad
no es algo rígido que se traiga al nacer, sino que se ve afectado profundamente
por el medio ambiente, la cultura y el entorno social donde cada persona se
forma.
Así pues, el carácter es un componente que se ve fuertemente influido por todo
lo que nos rodea como la educación, el entorno social y familiar, las amistades,
los compañeros de trabajo, etc. algunos autores dicen que el carácter no termina
de formarse hasta el final de la adolescencia. Para mi es algo que se modifica
durante toda la vida, en mayor o menor medida, según el empeño de cada uno.

Es importante aclarar que no es lo mismo carácter que temperamento, este


último se basa en los aspectos biológicos del carácter y está vinculado con la
fisiología de cada uno, con factores genéticos que influyen significativamente en
las conductas sociales de los individuos (si es hombre o mujer, alto o bajo,
grueso o delgado…). El carácter, por su parte, es el conjunto de aspectos
meramente psicológicos, que se moldean con la educación y los hábitos, y
permiten una reacción del individuo frente a las experiencias. También debemos
señalar, sin embargo, que el carácter está íntimamente ligado al temperamento
y que actúa como consecuencia de él en la mayoría de las personas.

Para la creación del carácter son necesarios tres componentes básicos:

La emotividad: que es la reacción emocional del individuo frente a los sucesos.

La actividad: inclinación de la persona a responder a un determinado estímulo.

La resonancia: respuesta que alguien emite frente a un suceso.

Temperamento

El temperamento se ha definido,
clásicamente, como la
predisposición emocional congénita,
la manera básica como un individuo
se enfrenta y reacciona ante una
situación determinada. En otras
palabras, el temperamento
constituye la tendencia constitucional del individuo a reaccionar de cierto modo
ante su ambiente. Se trata de diferencias innatas y reconocibles desde el
momento del nacimiento1. Es decir, el temperamento es el estilo conductual o la
reactividad emocional que manifiesta un niño cuando interactúa con su
ambiente.
Cada persona posee un temperamento que la distingue, pues el temperamento
tiene que ver con la forma en que, de manera natural, las personas se relacionan
con el entorno.

El temperamento es lo que determina nuestra habilidad para adaptarnos a los


cambios y a lo nuevo, nuestros estados de ánimo, nuestra tendencia a la
actividad o a la pasividad, así como nuestra accesibilidad.

El temperamento es determinado en función de las características del sistema


nervioso de las personas y está relacionado con la influencia endocrina.

Conviene destacar que en la psicología anterior al siglo XX, se consideraba que


el estudio de los temperamentos tenía un papel central para la comprensión de
la forma de ser y comportarse de las personas.

Tipos de temperamento

En la antigüedad, los médicos consideraban que había cuatro temperamentos


fundamentales según la preeminencia de uno u otro humor en el cuerpo:
sanguíneo, melancólico, colérico y flemático.

Temperamento sanguíneo

El temperamento sanguíneo caracteriza a las personas extrovertidas y vivaces,


receptivas y flexibles a los cambios, que son activas y disfrutan de la vida. Es un
temperamento propio de personas con un humor variable y un sistema nervioso
rápido y equilibrado.

Temperamento colérico

Las personas con temperamento colérico se caracterizan por ser rápidas,


activas, extrovertidas, decididas y dominantes. Quieren que se haga su voluntad,
y por eso tienen ideas y opiniones firmes. Pese a todo, suelen ser flexibles a los
cambios. Son ambiciosas, y por ello se fijan metas altas, de allí que sean
voluntariosas, autosuficientes e independientes. Su sistema nervioso es fuerte,
rápido y desequilibrado.
Temperamento flemático

Las personas de carácter flemático son tranquilas, lentas, introvertidas, serias y


analíticas. Difícilmente pierden la compostura. Sin embargo, son poco dadas a
los cambios. Prefieren la reflexión que la emoción. De allí que sean agradables
en el trato. Se caracterizan por tener un sistema nervioso lento y equilibrado.

Temperamento melancólico

El temperamento melancólico caracteriza a las personas tristes, soñadoras,


analíticas e introvertidas, con una gran sensibilidad y un enorme afán de
perfección. Son poco flexibles a los cambios, pero muy fiables, ya que nunca
abandonan lo que han comenzado. Es el temperamento artístico por excelencia,
pero también muy propenso a las depresiones y al pesimismo. Poseen un
sistema nervioso débil.

Disfunciones del comportamiento

Disfunción

Sinónimos: Desorden, alteración, anomalía, trastorno.

El trastorno de la conducta es un
trastorno del comportamiento, algunas
veces diagnosticado en la infancia,
que se caracteriza por
comportamientos antisociales que
violan los derechos de otros y los
estándares y reglas sociales
apropiados a la edad. Los comportamientos antisociales pueden incluir la
irresponsabilidad, comportamientos delincuentes (como ausentismo escolar y
escaparse), violar los derechos de otros (como robo), y/o agresión física contra
animales u otros (como asalto y violación). Estos comportamientos generalmente
ocurren juntos; sin embargo, uno o varios pueden ocurrir sin el otro.

Las condiciones que contribuyen al desarrollo del trastorno de la conducta se


consideran que son multifactoriales, lo que significa que muchos factores
contribuyen a la causa. Las pruebas neuropsicológicas han demostrado que los
niños y adolescentes con trastornos de la conducta tienen un deterioro en el
lóbulo frontal del cerebro que interfiere con su capacidad para planear, evitar el
daño y aprender de experiencias negativas. Se considera que el temperamento
en la infancia tiene una base genética. Los niños o adolescentes a quienes se
consideran que tienen un temperamento difícil tienen más probabilidades de
desarrollar problemas conductuales. Los niños o adolescentes de ambientes de
hogares desfavorecidos, disfuncionales y desorganizados tienen más
probabilidades de desarrollar trastornos de la conducta, aunque se puede
encontrar en todos los grupos socioeconómicos. Se ha encontrado que los
problemas sociales y el rechazo del grupo de pares contribuyen a la
delincuencia. El estatus socioeconómico bajo ha sido asociado con los trastornos
de la conducta. Los niños y adolescentes que exhiben comportamientos
delincuentes y agresivos tienen perfiles cognitivos y psicológicos distintivos
cuando se comparan con niños con otros problemas mentales y grupos de
control. Todos los factores contribuyentes influyen en cómo los niños y
adolescentes interactúan con otras personas.

La mayoría de los síntomas vistos en niños con trastorno de la conducta ocurren


también a veces en niños sin este trastorno. Sin embargo, en niños con trastorno
de la conducta, estos síntomas ocurren con más frecuencia e interfieren con el
aprendizaje, ajuste escolar, y, algunas veces, con las relaciones del niño con
otros.

Los siguientes son los síntomas más comunes del trastorno de la conducta. Sin
embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los
4 grupos principales de comportamientos son los siguientes:

• Conducta agresiva. La conducta agresiva causa o amenaza con daño


físico a otros y puede incluir lo siguiente:

o Comportamiento intimidatorio

o Acoso

o Peleas físicas

o Crueldad con otros o con animales

o Uso de armas
o Forzar a alguien a actividad sexual, violación o acoso sexual

• Conducta destructiva. La conducta destructiva puede incluir las


siguientes:

o Vandalismo; destrucción intencional de la propiedad

o Incendio provocado

• Falsedad. El comportamiento deshonesto puede incluir los siguientes:

o Mentir

o Robar

o Hurto en tiendas

o Delincuencia

• Violación de reglas. La violación de reglas ordinarias de conducta o


normas apropiadas a la edad pueden incluir las siguientes:

o Ausentismo escolar (no asistir a la escuela)

o Escapar

o Burlas

o Maldades

o Actividad sexual muy temprana


Conclusión

“Todas nuestras experiencias se funden en nuestra personalidad. Todo los que


nos ha pasado es un ingrediente.” – Malcon X, orador y activista Estadounidense.

Iniciare recordando que la Psicologia Evolutiva estudia el desarrollo del ser


humano (Eso está claro) desde antes de su nacimiento hasta su muerte,
prestando atención tanto en la similitudes como en las diferencias del
comportamiento, comprensión y aceptación de las diferentes etapas de nuestras
vidas (Prenatal, niñez, infancia, infancia intermedia, adolescencia, adultez
temprana, adultez intermedia y adultez tardía o ancianidad).

La mente humana es de verdad muy compleja, todavía hay muchas preguntas


que no tienen respuesta, todas las personas tienen su forma de ver, interpretar
y comprender las cosas, lo que ve, lo que siente, ya que como dijo Malcon X
“Todas nuestras experiencias se funden en nuestra personalidad”, somos una
mezcla de lo que vivimos, de nuestro errores y victorias, del dolo y la alegría de
nuestra vida, de nuestra familia, de nuestros amigos, de los conocidos, todos
somos diferentes, pensamos diferentes, pero todos tenemos emociones.

Algunos son fuertemente afectados por estas y otros prefieren guardarlas para
si mismos, es una gran virtud poder pensar con la cabeza fría en situaciones de
estrés, pero de sin importar que, todos alguna vez nos hemos dejado llevar por
estas, pero eso esta bien, forma parte de lo que es ser humano, aun así, hay que
saber cuales exteriorizar, lo malo solo trae mas cosas malas, hay que aprender
a vivir con nuestras emociones y con las de las demás, porque al final todos
pasamos por lo mismo, nacemos, nos desarrollamos y morimos, pienso que si
todos estudiáramos un poco sobre la Psicologia Evolutiva, nos daríamos cuenta
de esto.

Espero que este trabajo te haya sido de gran utilidad como a mí en mi proceso.

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