Resumen Del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras CORREGIDO
Resumen Del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras CORREGIDO
Resumen Del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras CORREGIDO
RESUMEN
DE
“MANUAL DE URBANIDAD Y BUENAS MANERAS”
Autor: Manuel Antonio Carreño
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SÍNTESIS
La urbanidad es el conjunto de reglas que debemos observar para comunicar dignidad, decoro y
elegancia a nuestras acciones y palabras. La práctica de ésta tiende a la conservación del orden y
buena armonía, para que entre los hombres se estrechen lazos que los unan, por medio de
impresiones agradables.
Las reglas de urbanidad no se encuentran ni pueden encontrarse en las leyes; sin embargo,
no podría conservarse ninguna sociedad en que fuese absolutamente desconocidas. Ellas nos
enseñan a ser metódicos y exactos en el cumplimiento de nuestros deberes y a dirigir nuestra
conducta de manera que a nadie causemos males y problemas.
1. los deberes morales como lo son: los deberes para con Dios, los deberes para con la
sociedad y los deberes para con él mismo.
2. Y los debes de urbanidad como lo son: del aseo personal, del modo de conducirse tanto
dentro como fuera de casa y en la sociedad, y de las diferentes aplicaciones de
urbanidad.
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RESUMEN DEL MANUAL DE URBANIDAD Y BUENAS MANERAS
1. Los padres
A ellos se les debe de amar, honrar, respetar y obedecer tal como lo han impuesto las leyes
divinas y la misma naturaleza, esto en gratitud por todo lo que hacen a uno como hijo. En todas
ocasiones se les debe testificar el amor de manera cordial y expresiva; máxime cuando el peso de
la vejez los abrume y reduzca a ese estado de impotencia en donde necesiten de solicitud y
primeros auxilios. En esos momentos se debe recordar y considerar todo lo que hicieron por
nosotros y que estamos en deuda con ellos.
2. La Patria
Debemos guardar fielmente sus leyes y obedecer a sus magistrados. Así también debemos
contribuir con una parte de nuestros bienes para el sostenimiento de los empleados que son
necesarios para dirigir la sociedad con orden y provecho de todos.
3. Nuestros Semejantes
No se puede cumplir el supremo debe de amar a Dios, sin amar a nuestros semejantes. Uno
de los grandes deberes que tenemos para con nuestros semejantes es que debemos respetarlos,
honrarlos, tolerar y ocultar sus miserias y debilidades. Debemos socorrerlos en sus necesidades,
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perdonar sus ofensas y proceder con ellos como desearíamos que procedieran con nosotros.
También debemos perdonarlos y retribuirles sus ofensas con actos de amor.
II. URBANIDAD
A. PRINCIPIOS GENERALES
La urbanidad es el conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad,
decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás 1a benevolencia,
atención y respeto que les son debidos, por medio de la etiqueta.
La etiqueta es el conjunto de cumplidos y ceremonias que debemos emplear con todas las
personas. Según las reglas generales de la etiqueta deben observarse en cuatro secciones en que
están divididas nuestras relaciones sociales, a saber: la familia o el círculo doméstico; las
personas extrañas de confianza; las personas con quienes tenemos poca confianza; y aquellas con
quienes no tenemos ninguna.
B. DEL ASEO
El aseo es una gran base de estimación social, así mismo, el aseo contribuye poderosamente
a la conservación de la salud, siempre tener limpio nuestros vestidos, nuestra habitación, y
también nuestros actos. El aseo de nuestra persona debe hacer un papel importante en nuestras
ocupaciones diarias; deberemos pues bañarnos diariamente, los hombres no dejarse la barba,
limpiaremos nuestra dentadura, lavarnos frecuentemente nuestras manos, las uñas se deben de
recortar, no escupir donde queramos, recortarse los vellos de la nariz y usaremos un pañuelo para
limpiar la nariz, así mismo para estornudar.
Así pues, nos abstendremos de toda acción que sea indirectamente a la limpieza. Cuando
estemos solos, aplicaremos el pañuelo a la boca. No ofrezcamos ninguna prenda nuestra, como el
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sombrero. Guardémonos de darle la mano a la persona que esté haciendo una ejecución poco
aseada. Cuando entremos a una casa, limpiaremos la suela de nuestro zapato, así mismo, cuando
estemos en una casa ajena, tratemos con delicadeza los muebles, alhajas y objetos de adorno.
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E. DEL MODO DE CONDUCIRNOS EN SOCIEDAD
La conversación es el alma y el alimento de toda sociedad. Nada hay más relevante la
educación de una persona en el tono y las inflexiones de la voz. En ningún caso no entremos en
discusión con alguna persona ni hablemos en un idioma en el que no entiendan los demás. La
variedad de los temas contribuye en una gran manera a amenizar la conversación. El
razonamiento debe ser claro, intangible y expresivo, evitando siempre comparaciones
inoportunas e inadecuadas, la voz debe de ser suave y natural, por lo que el estudio de la
gramática debe ser indispensable. Nuestro lenguaje debe ser culto, decente y respetuoso. La
narración debe ser espiritual y animada, con un lenguaje fluido, sencillo y breve.
Mantendremos nuestra mirada al que está hablando, así mismo una distracción contribuye a
una grave falta. Es más ridículo el repetir el mismo hecho que acaba de relatarse.
Deberemos de inculcar cual es la hora en la que deberemos de llegar, también calculemos el
número de personas a los que tengamos que invitar. Es un acto incivil y grosero el fumar en un
festín. En un banquete siempre serviremos primero la sopa, después los platos fuertes, las
ensaladas y al final el postre.
En las reuniones de campo, a pesar de la libertad que se goce, siempre se tendrán presente
los límites de moderación y del decoro.
Los amigos y parientes más inmediatos del difunto son los que generalmente acompañan a
los doloridos cuando se dirigen al templo. Se guardará silencio y respeto ante los familiares del
difunto, ya sea en la casa o en el templo. Nunca comamos aceleradamente, no escupir, no toser,
no subir los codos en la mesa, utilizar los utensilios puestos en la mesa, etc.
Tener moderación y el goce ya sea del triunfo o de la derrota. No nos entreguemos
exclusiva y arduamente al juego, esto podría desencadenar discusiones, que jamás es bien
recibida entre gente fina.
Las formas de vestirnos siempre estarán sujetas generalmente a los caprichos de la moda.
Deberemos de aparecer siempre en la calle moderadamente vestidos, esta deberá ser severamente
honesta y tan sencilla cuando lo permita la dignidad personal. Deberán de ser traje negro cuando
se hagan reuniones de duelo o de pésame.
El tacto social debe considerarse como el más alto y más sublime grado de la cortesanía,
pues él se supone un gran fondo de dignidad, discreción y delicadeza. Jamás nos detengamos a
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encarecer las ventajas y goces que la naturaleza o que la fortuna nos haya proporcionado. No
manifestemos nunca a una persona la semejanza, física o moral, que encontremos en ella o en
otra persona.
Uno de los mayores objetos que debemos de consagrar mayor suma de atención y estudio
es de hacer agradable a la persona, la moderación es la reguladora de los modales. Siempre que
nos encontremos en sociedad, mantengámonos rectos, al sentarnos hagámoslo con suavidad y
delicadeza. El acto de bostezar indica infaliblemente sueño o fastidio. La igualdad en el trato es
uno de los más importantes atributos de la buena educación.
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REFLEXIÓN