Bendición de La Corona de Adviento
Bendición de La Corona de Adviento
Bendición de La Corona de Adviento
de la corona de Adviento
Rito en la iglesia
El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona deben significar
nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer
domingo de Adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio.
Luego el Sacerdote o Diácono, con las manos extendidas dice la oración de bendición:
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
Tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque
y la ha adornado con luces.
Bendición y encendido de la corona de adviento 3
ORACIÓN COLECTA
Luego, el celebrante, con las manos juntas, dice :
Oremos.
Y todos, junto con el celebrante, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Después el celebrante, con las manos extendidas, dice la oración colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA
ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES
Después de la Profesión de fe, se hace la oración universal o de los fieles.
El celebrante, con las manos juntas, invita a los fieles a orar, por medio de la siguiente monición
Oremos por todos los hombres, por mediación de Jesucristo, que viene a salvar a todo el
mundo. Digamos después de cada intención: Ven, Señor Jesús.
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
1. Para que la Iglesia sea ante todos los hombres un signo de la presencia de Dios en nuestra
historia. Oremos. R.
El pueblo manifiesta su participación con la invocación: Ven, Señor Jesús.
2. Para que el Papa Francisco, los Obispos, presbíteros, diáconos y cuantos ejercen un
ministerio en la comunidad, ayuden a todos los cristianos a mantener viva la esperanza
del Evangelio. Oremos. R.
3. Para que los hombres sepamos renunciar a los formas de vida superficiales, que solo
buscan la posesión y el goce egoísta de los bienes de este mundo que ha de pasar.
Oremos. R.
4. Para que todos los ciudadanos, pongamos nuestro granito de arena para frenar esta
pandemia, y contribuyamos a mejorar la situación económica, política y social de nuestra
Nación. Oremos. R.
5. Por las familias que han pérdida un ser querido durante este tiempo de pandemia, para
que el Señor sea su consuelo y fortaleza. Oremos. R.
6. Para que todos los que estamos aquí presentes, preparemos el camino del Señor y con
gozo esperemos al Dios con nosotros. Oremos. R.
El celebrante, con las manos extendidas, termina la oración universal, diciendo:
Señor y Dios nuestro,
que nos concedes la gracia de dirigirnos a ti;
escucha nuestras súplicas
y concédenos lo que redunde en verdadero bien.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Bendición y encendido de la corona de adviento 5
ACTO PENITENCIAL
Después el celebrante o el diácono, u otro ministro, empleando éstas u otras invocaciones, con el Señor, ten
piedad, dice:
Tú que viniste al mundo
para salvarnos:
Señor, ten piedad.
El pueblo:
Señor, ten piedad.
6 Rito en la iglesia
El celebrante:
Tú que nos visitas continuamente
con la gracia de tu Espíritu:
Cristo, ten piedad.
El pueblo:
Cristo, ten piedad.
El celebrante:
Tú que vendrás un día
a juzgar nuestras obras:
Señor, ten piedad.
El pueblo:
Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Luego, el celebrante, con las manos juntas, dice :
Oremos.
Y todos, junto con el celebrante, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Después el celebrante, con las manos extendidas, dice la oración colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA
ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES
Después de la Profesión de fe, se hace la oración universal o de los fieles.
El celebrante, con las manos juntas, invita a los fieles a orar, por medio de la siguiente monición
Oremos a nuestro Salvador, que está cerca, y pidámosle que escuche nuestras oraciones y se
manifieste a todos los hombres. Digamos después de cada intención: Ven, Señor Jesús.
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
1. Por el Papa Francisco, nuestro Obispo con sus presbíteros y diáconos, para que ayuden
a los cristianos a mantener viva la esperanza en el Señor que viene a salvarnos. Oremos.
R.
El pueblo manifiesta su participación con la invocación: Ven, Señor Jesús.
2. Por todas las naciones: para que vivan en paz, alcancen el desarrollo necesario y el
mundo entero experimente días de gracia y de salvación. Oremos. R.
3. Por los que están lejos de su Patria y de sus hogares, para que encuentren seguridad en
Cristo Salvador y en nosotros acogida fraterna. Oremos. R.
4. Por las mujeres, para que mirando a María Santísima que llevó en su seno al Hijo de Dios,
descubramos la grandeza en la misión de ser madres y guardianas de la vida en la Iglesia
y en la sociedad. Oremos. R.
5. Por nuestro pueblo mexicano, para que en esta Navidad no se deje llevar por el
materialismo y consumismo que nos propone la sociedad, sino que descubramos que el
mejor regalo para los demás somos nosotros mismos con nuestras buenas obras. Oremos.
R.
6. Por las familias que en este año han perdido un ser querido, que el Señor sea su consuelo
y fortaleza y sus difuntos estén gozando de la vida eterna. Oremos. R.
El celebrante, con las manos extendidas, termina la oración universal, diciendo:
Dios y Salvador nuestro,
que animas nuestra esperanza con la promesa de tu venida:
escucha las oraciones de tu pueblo
y haz que sepamos acoger con un corazón dócil
los dones de tu bondad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
8 Rito en la iglesia
ACTO PENITENCIAL
Después el celebrante o el diácono, u otro ministro, empleando éstas u otras invocaciones, con el Señor, ten
piedad, dice:
Tú que vienes a visitar
a tu pueblo con la paz:
Señor, ten piedad.
El pueblo:
Señor, ten piedad.
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El celebrante:
Tú que vienes a salvar
lo que estaba perdido:
Cristo, ten piedad.
El pueblo:
Cristo, ten piedad.
El celebrante:
Tú que vienes a crear
un mundo nuevo:
Señor, ten piedad.
El pueblo:
Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Luego, el celebrante, con las manos juntas, dice :
Oremos.
Y todos, junto con el celebrante, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Después el celebrante, con las manos extendidas, dice la oración colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA
ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES
Después de la Profesión de fe, se hace la oración universal o de los fieles.
El celebrante, con las manos juntas, invita a los fieles a orar, por medio de la siguiente monición
Llenos de gozo y confianza en el amor de Dios, que nos salva por medio de su Hijo Unigénito,
acudamos suplicantes a su bondad y presentémosle nuestras necesidades. Digamos después
de cada intención: Ven a salvarnos, Señor.
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
1. Por el Papa Francisco, los Obispos, presbíteros y diáconos, para que proclamen la Buena
Noticia de salvación a todos los hombres, especialmente a los pobres y humildes.
Oremos. R.
El pueblo manifiesta su participación con la invocación: Ven, Señor Jesús.
2. Por los Gobernantes, para que procuren sin descanso la justicia y la paz en el mundo
entero. Oremos. R.
3. Por todos los que sufren por la falta de vivienda, de trabajo, para que encuentren en
nosotros acogida y la ayuda que necesitan. Oremos. R.
4. Por los niños que han nacido durante este tiempo de pandemia, para que crezcan en edad,
sabiduría y gracia. Oremos. R.
5. Por cada uno de nosotros, para que nos veamos colmado del gozo y de la salvación que
Cristo viene a traernos con su Navidad. Oremos. R.
El celebrante, con las manos extendidas, termina la oración universal, diciendo:
En ti confiamos Padre bueno;
dígnate escucharnos,
tú que eres nuestra Salvación.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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ACTO PENITENCIAL
Después el celebrante o el diácono, u otro ministro, empleando éstas u otras invocaciones, con el Señor, ten
piedad, dice:
Luz del mundo, que vienes a iluminar
a los que viven en las tinieblas del pecado:
Señor, ten piedad.
12 Rito en la iglesia
El pueblo:
Señor, ten piedad.
El celebrante:
Buen Pastor, que vienes a guiar a tu rebaño
por las sendas de la verdad y de la justicia:
Cristo, ten piedad.
El pueblo:
Cristo, ten piedad.
El celebrante:
Hijo de Dios, que volverás un día
para dar cumplimiento a las promesas del Padre:
Señor, ten piedad.
El pueblo:
Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Luego, el celebrante, con las manos juntas, dice :
Oremos.
Y todos, junto con el celebrante, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Después el celebrante, con las manos extendidas, dice la oración colecta.
T e pedimos, Señor,
que infundas tu gracia en nuestros corazones,
para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel,
la encarnación de tu Hijo,
lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz,
a la gloria de la resurrección .
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén
Bendición y encendido de la corona de adviento 13
LITURGIA DE LA PALABRA
ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES
Después de la Profesión de fe, se hace la oración universal o de los fieles.
El celebrante, con las manos juntas, invita a los fieles a orar, por medio de la siguiente monición
Dirijamos a Dios Padre, nuestras súplicas, por la intercesión de María, modelo de fe y de
esperanza, para que la venida del salvador haga florecer la justicia, la paz y el amor en nuestro
mundo. Digamos después de cada intención: Revélanos, Señor, tu amor.
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
1. Por el Papa Francisco, nuestro Obispo con sus presbíteros y diáconos, para que ayuden
a los cristianos a mantener viva la esperanza en el Señor que viene a salvarnos. Oremos.
R.
El pueblo manifiesta su participación con la invocación: Ven, Señor Jesús.
2. Por todas las naciones: para que vivan en paz, alcancen el desarrollo necesario y el
mundo entero experimente días de gracia y de salvación. Oremos. R.
3. Por los que están lejos de su Patria y de sus hogares, para que encuentren seguridad en
Cristo Salvador y en nosotros acogida fraterna. Oremos. R.
4. Por las mujeres, para que mirando a María Santísima que llevó en su seno al Hijo de Dios,
descubramos la grandeza en la misión de ser madres y guardianas de la vida en la Iglesia
y en la sociedad. Oremos. R.
5. Por nuestro pueblo mexicano, para que en esta Navidad no se deje llevar por el
materialismo y consumismo que nos propone la sociedad, sino que descubramos que el
mejor regalo para los demás somos nosotros mismos con nuestras buenas obras. Oremos.
R.
6. Por las familias que en este año han perdido un ser querido, que el Señor sea su consuelo
y fortaleza y sus difuntos estén gozando de la vida eterna. Oremos. R.
El celebrante, con las manos extendidas, termina la oración universal, diciendo:
Dios y Salvador nuestro,
que animas nuestra esperanza con la promesa de tu venida:
escucha las oraciones de tu pueblo
y haz que sepamos acoger con un corazón dócil
los dones de tu bondad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.