Alternativas Financieras para Misiones
Alternativas Financieras para Misiones
Alternativas Financieras para Misiones
Junto con la falta de entrenamiento, y las fricciones en las relaciones interpersonales, entre las
causas más fuertes de retorno de misioneros está la discontinuidad del apoyo financiero. Si
queremos ver más misioneros latinos en el campo y menos regresándose a sus lugares de origen,
es necesario encontrar más creyentes e iglesias dispuestos a apoyarlos, y/o maneras adicionales
para apoyarlos. Existe una variedad de alternativas. Veremos las más bíblicas primero:
El Diezmo
Dios estableció doce tribus, una de las cuales había de servirlo de tiempo completo. Dios mandó
repartir la tierra prometida en 11 fracciones. Mandó a las 11 tribus que tuvieron una heredad,
trabajar la tierra y dar el diezmo a los levitas, pero su pueblo no siempre obedeció esta orden de
Dios. ¡Qué tremendo! ¡Yo no quisiera ser acusado por Dios de robarle a él mismo! (Mal. 3:8-10)
Otra acción que ayudará a que los las misiones tengan suficiente sustento, es que los siervos de
Dios enseñen al pueblo a diezmar. Dios no mandó a Elías con el hombre rico del pueblo para que
lo sostuviera. Elías al llegar a Sarepta, enseñó a la viuda a darle su parte primero al siervo, y luego
a saciarse ella misma y su familia. Dios bendijo esa enseñanza, no permitiendo que faltara alimento
en tiempos de hambre. (I Re. 17:9-16) El misionero a los gentiles, enseñó en su carta a los
filipenses que no quería que dieran para él tener un beneficio personal, sino para que la iglesia
recibiera la abundante bendición de Dios, conforme a Sus promesas. (Fil. 4:17)
Una manera de hacer rendir mejor el dinero de Dios es con una buena administración. Dios no dijo
“Traigan los diezmos… y haya cemento en mi casa”. Dios quiere que los diezmos sean invertidos
en sus siervos, no en terrenos, edificios, pagos de electricidad, materiales, ni ningún otro fin, bueno,
pero incorrecto.
Algunos creen que la práctica del diezmo es una práctica antiguo-testamentaria, pero vemos que
Jesús confirma la práctica de los diezmos en Mt. 23:23. Aun así, para aquellos que tienen un celo
por apegarse sólo a las prácticas neo-testamentarias comprobadas, pueden hacer lo que hizo la
iglesia en el libro de los Hechos … vendían sus propiedades, lo traían a los pies de los misioneros,
para que fueran satisfechas las necesidades de toda la iglesia, principalmente la de los misioneros
(enviados, o apóstoles). (Hechos 2:44-45; 4:34-35)
En el Antiguo Testamento los siervos eran los levitas que ministraban en el templo. Los levitas del
nuevo testamento, son primeramente los misioneros (I Co. 12:28, Ef. 4:11), los profetas
(evidentemente no están puestos en orden cronológico, sino por prioridad), los evangelistas, los
pastores, los maestros. De igual manera, los diezmos y demás ingresos deben ser distribuidos
entre estos.
Otro modelo que está tomando mucho auge, es el ejercitado por Pablo. Él construía tiendas para
sobrevivir. Eso está perfectamente justificado en el caso de los países de acceso restringido, pero
descarga a la iglesia de su responsabilidad, y carga a los misioneros con algo difícil de sobrellevar.
¿No es cierto que Jesús dijo que nadie podía servir a dos señores, porque con uno quedaría mal
(Lc. 16:13)? ¿Por qué entonces construía Pablo tiendas? ¿Acaso ministraba en países de acceso
restringido? En su carta a los filipenses nos revela por qué tenía que trabajar en lo secular. En
aquellos tiempos no había “money orders” y no habían tenido cómo enviarle su apoyo económico.
(Fil. 4:10 -16)
Los Talentos
Esta práctica es muy socorrida en muchas iglesias hoy en día. Se le proporciona a la gente de la
iglesia un dinero o bien, y cada uno lo trabaja para obtener ganancias para ser usados en la obra
de Dios. (Mt. 25:14-30) Escuché de un pastor que invirtió 10 dólares en cada uno de los miembros
de su iglesia, para que cada uno fuera y los trabajara, y de esa manera pudiera la iglesia sostener
las misiones más extensamente. ¡El resultado fue fantástico! Este método tendría sus riesgos en
nuestras tierras latinas, pero hay que ejercitar la fe.
La Promesa de Fe
Aunque este método ampliamente practicado hoy en día no tiene una base bíblica directa, algunos
principios relacionados con él se nos enseñan. Estos principios son: el ejercicio de la fe (II Co. 5:7)
y la dependencia completa de nuestro Dios Proveedor.
Las promesas de fe son una oportunidad para el pueblo de Dios para participar en las misiones. Es
muy saludable ejercitar al pueblo en buscar la guía del Espíritu. Cada uno le pregunta a Dios qué
cantidad le proveerá de manera sobrenatural, por encima de sus ingresos regulares, y una vez
tenida la respuesta, lo pone por escrito en un formato diseñado para este fin, que tiene una leyenda
no de compromiso, sino de fe, algo así como “Creyendo que Dios me proveerá de manera
sobrenatural para apoyar a nuestros misioneros de cantidad de , confío que podré
contribuir para las misiones con esta cantidad de manera semanal, mensual o anual”.
La principal ventaja de este método es la empatía que hay de los miembros de la iglesia con los
misioneros, porque dependemos conjuntamente de Dios por su provisión.
Socios
Otra manera de buscar financiamiento para los misioneros es buscando socios para las misiones,
como en las empresas, unos invierten dinero, y otros trabajo. Esta es una buena manera de
mostrar lo que es el cuerpo de Cristo. (Ro. 12:16; I Co. 9:14) Sería una buena manera de
solidarizarnos con aquellos que dejan familia, comodidades, y muchas cosas más, para extender el
reino de Dios.
La Empresa
Hay también una creciente acometida que busca apoyar las misiones, formando empresas cuyas
ganancias se inviertan parcial o totalmente en avanzar el evangelio hasta los confines de la tierra.
Dejamos este método para aquellos a quien Dios ha dado capacidades empresariales.
Parte de la solución al problema de la falta de finanzas está en las manos de los misioneros. Si
esperamos que iglesias e individuos hagan una serie de trámites bancarios o postales para
hacernos llegar nuestro apoyo financiero, podemos hacer cuando menos algo equivalente,
ayudándolos a recordar su compromiso al enviarles una carta con reportes, peticiones de oración y
gratitud por el apoyo, con la misma frecuencia con la que ellos harán algo que les tomará más
tiempo.
Concluyendo
Aunque las finanzas son una de las principales causas que impiden que más misioneros latinos
vayan al campo, hay tan diversas alternativas para financiar la obra misionera, que no tenemos
pretexto para evitar que este motivo deje de ser uno de los obstáculos principales para el avance
del Reino a todo el mundo desde tierras morenas, cada uno utilizando la que más se ajuste a sus
convicciones y la que más se le facilite.