Obras Completa I

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OBRAS

COMPLETASI
Uf CAMINO AlA TRAMA. lf MAS fPISlfMOlÓGICOS

Alejandro Moreno

Edición:
Alexander Campos
Prólogo:
Miguel Martínez Miguélez
·OBRAS
COMPLETAS 1 ,
DECAMINO ALA TRAMA. TEMAS EPISTEMOLOGICOS

Alejandro Moreno

Edición:
Alexander Campos

Prólogo:
Miguel Martínez Miguélez
OBRAS COMPLETAS l. DE CAMINO A LA TRAMA. TEMAS EPISTEMOLÓGICOS
~ \1, ..-n• Pról, 'l(O de \ligue! '.\fartínez Miguélez
Primera edioón: nonembre 2010

C Ale,andro \loreno
e del pról<>l(o: \li~1el \lanínez \liguélez
0 Editorial El Estilete C. A. 2016

Dirección general y edición de las Obras Completas: Alexander Campos

Concepto gráfico: Jefferson Quintana


Portada: Andrea Marúnez
Diseño: Luzmila Perdomo
Coordinación Y corrección: SilYana Caula

Impreso en Fanarte C..A. La lírbina, Caracas


Impreso en \'ene;uela - Pri.nted m ienez.uela
l'-,B'\; de la colección. 978-980-7711&-12-6
l',B'\; de este tomo: 978-980-778&-13-3
De¡xi,ito Legal: .\.112016000376
Hecho el depó,110 que indica la le,
ÍNDICE

Plan general de las Obras Completas: Alexander Campos 7


Prólogo: Miguel Martínez Miguélez 13

DE C.,\,\UNO Al.A TRAMA. TEMAS EPISTEMOLÓGICOS


Historia-de-vida de Alejandro Moreno 39
.-\ propósito de la ciencia (1981) 159
De la imaginación (1989) 177
Sobre el método. Reflexiones epistemológicas (1989) 181
¿Cambiar la vida? (1990) 201
Una episteme alternativa (1996) 213
La postmodernidad: presupuestos e implicaciones
culturales, filosóficas y psicológicas ( 1997) 251
Contraste de opiniones. A propósito del libro
Historia-de-vida de Felicia Valera ( 1999) 273
Hermenéutica actual. ¿Apertura a la otredad? (2000) 311
Nuevos paradigmas epistemológicos
en ciencias sociales (2000) 331
Historias-de-vida e investigación (2002) 347
Nueva postura paradigmática
en la investigación social (2003) 387
Matricentrismo (2005) 403
La investigación convivida. La experiencia vivida
como horizonte epistemológico-práxico de la
investigación en ciencias sociales (2006) 417
Alteridad (2006) 441
Camino de investigación y comprensión (2011) 447
El Centro de Investigaciones Populares.
Investigando desde y en la convivencia (2012) 475
Sobre el curioso investigador (2014) 485
Índice analítico 491
Índice de autores 511

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PLAN GENERAL DE LAS OBRAS COMPLETAS
ALEXANDER CAMPOS

Cualquier esquema en el que se quiera meter la obra de Ale-


jandro Moreno corre el riesgo de desvirtuarla y despojarla de
su principal fuerza: el carácter transdisciplinar que la identifi-
ca y dota de la elasticidad, versatilidad y evocatividad que tanto
seduce y deja sin piso a sus lectores. Es una obra que tiende a
intimar porque el material con que está hecha emociona por
tan nuestro, tan propio, tan íntimo que en el fondo toda ella es
una obra que convoca al convivium. Una obra inaudita, no por
lo que tiene de extraordinaria, sino, precisamente, porque se
alimenta de lo más ordinario. Y es allí donde está su fuerza para
convocar, en la atrevida invitación a pensarnos a nosotros desde
nosotros mismos. ¿Cómo encerrar en un esquema una obra que
es esencialmente una permanente y sorpresiva novedad? ¿No
tienen los esquemas la secreta misión de saboteamos el entu-
siasmo que toda novedad trae consigo?
Pero había que correr el riesgo y decidir sobre un esquema
que diera suficientemente cuenta de un trabajo cuyo fin últi-
mo es la comprensión y cuyo sujeto de esa comprensión es el
hombre venezolano. Desde el Centro de Investigaciones Popu-
lares (CIP) hemos pensado en el diseño de una obra útil para la
investigación. En la que la persona que se acerque a esta obra
encuentre distintas herramientas para investigar sobre el deve-
nir del pensamiento de Alejandro Moreno. De alguna manera,
la estructura de las ÜBRAS COMPLETAS es ya una interpretación
que desde el Centro de Investigaciones Populares hacemos del
pensamiento de su fundador y maestro. Es una interpretación
que , además, ha nacido en la convivencia y diálogo con él mis-
mo. Convivencia y diálogo que empezaron no sólo desde hace
dos años cuando unos generosos colaboradores nos ofrecieron
la oportunidad de lanzarnos en este maravilloso proyecto de

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compilar todo el trabajo escrito por Alejandro, sino desde hace
más de 30 años cuando, como jóvenes entusiastas, empezamos
a trabajar juntos.
Esta compilación que hacemos pública representa la casi to-
talidad de la obra de Alejandro Moreno. Sólo queda por fuera
un trabajo que ya estaba comprometido con otros colaborado-
res y otro para el cual no recibimos permiso para su publica-
ción por parte de la institución que encargó la investigación.
Hemos incluido todo lo publicado hasta el momento y también
muchos artículos y ensayos insertos en periódicos, revistas o en
el archivo del autor y que se mantenían hasta ahora inéditos.
Algunos de los trabajos ya publicados y que por criterios edito-
riales había~ sido mutilados, los hemos reeditados de acuerdo
con los originales que nos suministró el autor y han ganado en
extensión y profundidad.
Estas ÜBRAS COMPLETAS constan de quince volúmenes que
se pueden separar en dos grandes partes. La primera está com-
puesta por los ocho primeros volúmenes y son una recopilación
en tomo a ejes temáticos de diversos ensayos, artículos de re-
vistas y artículos de periódicos que dan cuenta de la riqueza en
temas y preocupaciones que hay en el trabajo investigativo de
Alejandro: epistemología, antropología, psicología, educación,
política, religión, violencia y uno dedicado a escritos breves y va-
rios en el que hemos incluido aquellos escritos que por su natu-
raleza no pueden ser clasificados en una temática bien definida,
pero también hemos incluido escritos de carácter biográfico,
como pueden ser una muestra representativa de su epistolario,
muy interesante para conocerlo. En este volumen también nos
tropezaremos con algunas sorpresas de naturaleza literaria con
la que no es fácil identificar a Alejandro.
Los lectores habituales de Alejandro se encontrarán con al-
gunas obras con títulos que les sonarán desconocidos y algunos
otros echarán en falta. De lo que se trata es que hemos inten-
tado, de acuerdo con el autor, de darle un nombre sugestivo a
cada uno de estos volúmenes compilatorios de artículos y ensa-
yos y no dejarlos con la identificación genérica que representa
una simple numeración por volumen. Echarán en falta algunos
porque les hemos quitado su antigua unidad para incorporarlos
a una estructura más amplia con lo que creemos que ganan en

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mucho. Los lectores extrañarán el texto ¿Padre y madre? (1994)
porque lo hemos incorporado al volumen que está centrado en
abordar los temas de naturaleza antropológica. También extra-
ñarán el libro La orientación como problema (2008). Los ensayos
que componían ese otro texto los hemos incluido al que en este
plan trata sobre asuntos educativos. Con la supresión de estos
dos textos no estamos eliminando dos estructuras, los estamos
enriqueciendo al hacerlos formar parte de una estructura más
comprensiva.
Dentro de cada volumen los escritos están ordenados en es-
tricto orden cronológico en la medida de lo posible. Esto quie-
re decir, en la medida que hemos podido localizar la fecha de
origen del trabajo. En muy pocos casos esto no ha sido posible.
A cada uno de ellos hemos agregado un prólogo que se le
ha pedido a un conocido experto en el tema y en el que su autor
nos da la opinión que le merecen los aportes de Alejandro en el
área que el texto trata.
Además de los índices particulares de cada volumen, se ha
in sertado uno de autores citados y otro analítico que considera-
mos de un valor inestimable para el conocimiento del autor. Con
estos índices el interesado no sólo puede llegar directamente al
tema de su interés sino que podrá cruzarlo con los distintos ín-
dices de los demás volúmenes y comparar cómo ha sido tratado
desde otro punto de vista y en otro momento de la obra creativa
de Alejandro. De todo el trabajo de recopilación, depuración y
ordenamiento que tomó estructurar las ÜBRAS COMPLETAS, este
de los índices representó el que más esfuerzo le significó a los
en cargados. De ninguna manera queremos que estos índices se
consideren una guía de lectura y menos de interpretación de Ale-
jandro Moreno, porque si algo nos ha quedado claro de su pensa-
m ie nto es el rotundo rechazo a todo lo que signifique la negación
de la libertad de la persona. Lo que queremos con ellos es com-
partir con ustedes cómo entendemos nosotros, en el Centro de
Investigaciones Populares, el quehacer intelectual de Alejandro
Moreno porque algún valor para ese entendimiento debe haber
en tantos años de construir conocimientos juntos.
La segunda parte está compuesta por los libros ya publica-
dos y dos que aparecen por primera vez al público. Inaugura

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esta sección la obra capital y central de todo su pensamiento:
El aro y la trama (1993). Le siguen dos libros que tratan sobre la
familia popular venezolana. El primero aborda la vivencia de la
familia desde la mujer venezolana. En su edición original llevó
el nombre de Historia-de-vida de Felicia Valera ( 1998). Como parte
de las ÜBRAS COMPLETAS llevará otro nombre como era el deseo
del autor para la edición original. En el segundo está esta misma
familia pero vista desde el hijo: Buscando padre (2002). Los si-
guientes volúmenes están centrados en estudiar la violencia des-
de sus mismos actores: La violencia del delincuente violento de
origen popular y la violencia de la estructura militar. Esta última
obra es toda una novedad porque permanecía inédita en espe-
ra de las €ondiciones políticas favorables para hacerla pública.
Salen sin que esas condiciones todavía estén dadas y se asume el
riesgo. También resulta una completa novedad de esta edición
la publicación de lo que sería su tesis de maestría. A petición
del autor la hemos publicado tal cual como fue presentada al
jurado calificador con la intención explícita de dejar ver cómo
un pensamiento que en ese momento todavía no se separaba de
un cierto cientificismo puede superarse a sí mismo y trascender.
La honestidad ha sido siempre un rasgo característico no sólo
de la personalidad del autor, cosa que le ha traído más de un
sinsabor, sino también de su obra.
En los textos que integran esta segunda parte hemos con-
servado los prólogos originales porque nos pareció que sus au-
tores aportan en ellos elementos que todavía hoy, después de
varios años de publicadas estas primeras ediciones, conservan
un importante valor para el entendimiento del autor. También
a estos textos le hemos incorporado sus respectivos índices de
autores citados y de temas abordados. El único de ellos que en
su edición original los llevaba era El aro y la trama y en este caso
los hemos actualizado para esta edición.
La comisión del Centro de Investigaciones Populares que
tuvo a cargo de la edición de estas ÜBRAS COMPLETAS la pre-
sidió Alexander Campos y fue acompañado por Mirla Pérez y
Jesús Alexander Flores. Siempre fuimos conscieñtes de la difícil
responsabilidad que asumíamos al intentar poner al día y al al-
cance de un mayor número creciente de lectores una obra que
cada día tiene nuevas y mayores proyecciones y de una figura

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que cada vez se hace más nacional, pero la asumimos en el en-
tendido que el esfuerzo redundaba en beneficio para el país.
Cuando Alejandro Moreno cumplió los ochenta años de
vida un grupo nutrido de amigos, discípulos y colaboradores
quiso honrarlo con una serie de conferencias que tuvieran como
objetivo analizar su pensamiento. No lo pudimos hacer porque
justamente para la época que estuvo todo planificado el país
vivió una serie de protestas que hizo imposible llevar adelante
el homenaje. Pero quedaba pendiente y a otros se les ocurrió
que no podía existir un homenaje mejor para nuestro autor que
recoger en un solo sitio toda su obra que se encontraba dispersa
y por la cual diariamente va creciendo el interés. A la cabeza de
estos colaboradores se puso César García y fue quien dispuso,
j unto con Garcilaso Pumar, todo lo necesario para conformar la
comisión. Les enaltece dicha iniciativa.
No podemos evitar la complacencia que nos produce el
haber podido honrar a Alejandro de esta manera y ofrecer
an cha vía para que su pensamiento sea recorrido por el nume-
roso público que hoy le demuestra respeto. ' El pensamiento
de un hombre que a pesar de no ser venezolano de origen se
ha hecho a Venezuela de tal modo que toda su vida ha estado
centrada en la defensa permanente de nuestros valores y de la
cultura venezolana.

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LA METÓDICA DE LAS HISTORIAS-DE-VIDA
EN ALEJANDRO MORENO
MIGUEL MARTÍNEZ MIGUÉLEZ

INTRODUCCIÓN

La sabiduría popular, desde hace muchos años, ha señalado que


"el árbol se conoce por sus frutos" y, viceversa, que "conociendo
el árbol se conocerán sus frutos" . Por esta razón, me parece con-
veniente decir algo sobre la personalidad de Alejandro Moreno
antes de hablar de un sector importante de su vida, como es su
aporte a la metodología de la investigación científica.
El gran psicólogo humanista, Gordon Allport, nos dice que
cada ser humano es único e irrepetible, por ser el fruto de una
intrincada combinación genética y portador de un genotipo
único (1966, p . 21) . Y la neurociencia actual nos señala que la
probabilidad de que aparezcan dos ADN iguales es de una vez
por cada 10 10 000 , es decir, un número de veces de 1 seguido por
diez mil ceros (Popper y Eccles, 1985, p. 628). Esta unicidad la
constatamos, por lo menos en parte, al ver que no encontramos
dos rostros iguales entre los 6.500 millones de habitantes actua-
les de la Tierra, aunque todos tengamos los mismos elementos
faciales.
Pero esta unicidad lleva muchas implicaciones consigo y trae
muchas consecuencias en todos los campos de la vida humana,
como la metafísica, la política, la ética, la estética, la democracia
y, en general, para el estudio del ser humano y la explicación de
su conducta, como también para un conocimiento adecuado
del mismo, los métodos a usar, las técnicas a aplicar, los modelos
más eficaces y la validez de sus procedimientos.
Estas dos temáticas, la unicidad del ser humano, por un lado,
y las implicaciones que conlleva para su estudio, por el otro,
se han unido en nuestro personaje: el Dr. Alejandro Moreno.

13
Los que lo conocemos de cerca desde su adolescencia, siempre
hemos quedado impactados ante la dinámica de su persona-
lidad en esos dos sectores: es cierto que todos somos diferen-
tes, pero, como se dice , a veces, unos son "más diferentes" que
otros, y Alejandro lo es en verdad; basta oírlo hablar, o, también,
leer alguna de sus publicaciones. El que lo oye por primera vez,
a veces, hasta se asusta, ya sea por la dinámica de su verbo como
por la lógica que lo acompaña. Pero los que lo hemos oído des-
de hace tiempo, ponemos "la cosa" en un largo contexto tem-
poral, apreciamos su agudeza y profundidad y esperamos que,
más tarde, o en otro momento, la enfoque desde otro ángulo o
perspectiva, que será, igualmente, agudo y profundo.
La otra característica relevante de su personalidad es el ím-
petu, consagración, dedicación o tenacidad cuando emprende
una tarea que cree importante. Esta puede ser de tipo peda-
gógico (como los scouts, en su juventud), de tipo académico e
intelectual (como el Centro de Investigaciones Populares), de
naturaleza científico-metodológica,_(que ilustraremos en estas
páginas), de tipo pastoral (como su labor en el barrio durante
los últimos 25 años), etc. Alejandro no es un personaje del "más
o menos", de "medias tintas", del "echa pa' !ante que el golpe
avisa", y cosas por el estilo; para él las cosas son o no son, y quien
trabaje con él lo sabe. Él es consciente de que se puede equivo-
car, pero reconoce sus errores y, lo más importante, es que los
corrige. De esta manera, logra siempre los objetivos prefijados y
los logra a muy buen nivel.
Señaladas estas premisas, vamos a centramos en el título de
este ensayo, el cual expresa la temática a que nuestro autor de-
dicó una gran parte de su vida. Primero lo haremos ilustrando
el status quaestionis, como escenario, y la diatriba epistemológi-
ca y metodológica en la segunda parte del siglo xx, especial-
mente en aquellas orientaciones clásicas pero cuestionadas, y,
luego, pasando a la otra escena: la de las historias-de-vida en
Alejandro Moreno.

l. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO VS. CONOCIMIENTO ORDINARIO

EN EL SIGLO XX

La ciencia es, en último análisis, conocimiento, como lo indica su


nombre. Sin embargo, suele ser considerada como conocimiento

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de un género determinado, conocimiento de leyes generales
observadas en casos particulares. Este rasgo diferenciaría el co-
nocimiento científico del conocimiento local y ordinario referi-
do a un caso, entidad, hecho o individuo particular. Aun los filó-
sofos escolásticos solían repetir que scientia non est individuorum
(la ciencia no trata de individuos o casos particulares).
Según esta orientación, las c_iencias serían - utilizando la
terminología de Windelband- disciplinas nomotéticas, es decir,
que estudiarían solamente leyes de amplia aplicación, prefe-
riblemente universales, y la individualidad sería estudiada so-
lamente por la historia, el arte o la biografía, cuyos métodos
son idiográficos.
No obstante, el estudio de la individualidad podía alcanzar
también una "universalidad" o generalidad en algún aspecto y
en alguna medida, nada despreciable en cuanto a su importan-
cia y utilidad. Por ejemplo, el estudio profundo de un individuo
o de una entidad puede evidenciar una estructura personal o
particular con un conjunto de rasgos y disposiciones peculiares
que, aunque pertenecen únicamente a esa persona o entidad,
describen y pueden predecir e incluso ayudar a "controlar" su
conducta a lo largo de un extenso período de su vida. Aquí
tendríamos un tipo de universalidad "temporal" -porque se ex-
tiende a muchas situaciones en el tiempo-, que puede ser más
útil, en relación con el individuo o entidad, que la universalidad
"espacial" o "extensional", referida a un elemento de muchos
sujetos o entidades.
Por otro lado, se pensaba, es posible que la naturaleza del
objeto sea única, tan irrepetible e irreproducible como la explo-
sión de una estrella nova, la erupción de un volcán, un terre-
moto, determinada revolución política o el fenómeno de doble
personalidad. En casos similares, a la ciencia no le queda otra
alternativa que estudiar esos casos únicos en sí, ayudada, natu-
ralmente, por su mejor equipo teórico.
Otra característica, objeto de frecuente discusión, era y es
la comunicabilidad de la ciencia. Si un conocimiento no es co-
municable - suele decirse- no es científico. La razón principal
de ello es que el conocimiento se considera como algo intersub-
jetiva que debe gozar de cierto consenso entre la comunidad
científica.

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En gnoseología e estudia un tipo de conocimiento estric-
tamente personal, el conocimiento vivencia), el comprender
( verstehen) profundo, tan frecuente en las disciplinas humanas
y tan experimentado y vivido por los psicólogos clínicos y por
los artistas. Estas personas pueden captar una realidad singular
y particular a un gran nivel de profundidad, y comprender los
nexos y las complejas interrelaciones que constituyen ese ser
individual, así como tener una vivencia y empatía muy peculiar y
casi mística que les lleva a una cierta identificación con el objeto
de estudio. En este caso, el sujeto poseería un conocimiento
cierto, pero no científico; es decir, hablando etimológicamente,
un conocimiento no-conocedor, cosa absurda.
En cuanto al hecho de que se dé cierta intersubjetividad o
consenso -otro criterio de la "cientificidad"- recordemos que
Galileo estaba solo con sus teorías y que los "sabios" del tiempo,
los doctores en filosofía, en derecho, en astronomía y en teolo-
gía, calificaron sus teorías como "absurdas y filosóficamente fal-
sas". Y mucho tiempo antes, el astrónomo Ptolomeo, en el siglo
primero, había considerado la idea de que la Tierra se movía,
como extraña, vieja (de los griegos) e "increíblemente ridícu-
la"; en cambio, todo el mundo podía constatar el movimiento
del sol.
Así como el que canta extra corum, por muy bien que lo
haga y sea el único que está en lo cierto, siempre da la impre-
sión de estar "desentonado", así las comunidades "científicas"
siempre han censurado duramente al que rompe la "armonía"
del paradigma aceptado y compartido, aun cuando ello sea para
corregir falacias inveteradas.
En general, la gran mayoría de los hombres destacados y,
sobre todo, los que han dado origen a las revoluciones cien-
tíficas (como Copémico, Galileo, Newton, Darwin, Planck
y otros), se han quedado solos durante mucho tiempo y, en
repetidas circunstancias, se les consideró como faltos de "sentido
común" (y con razón, pues ese sentido común estaba errado) y
alienados (cosa igualmente cierta en cuanto separados del co-
mún pensar y obrar). Por esto, Max Planck escribió con tristeza
en su autobiografía que "una nueva verdad científica no triun-
fa por medio del convencimiento de sus oponentes, haciéndo-
les ver la luz, sino, más bien, porque dichos oponentes llegan a

16
morir y crece una nueva generaoon que se fumiliariza con ella"
(citado por Kuhn, 2002, pp. 234-235) .
Otro criterio de la ciencia clásica es la generalización de sus
conclusiones. Por esto, para llegar a la identificación de una
estructura humana (psíquica o social) más o menos generaliza-
ble, deberíamos localizar primero esa estructura en individuos
o situaciones particulares mediante el estudio y la captación de
lo que es esencial o universal, lo cual es signo de lo necesario,
pues lo universal no es aquello que se repite muchas veces, sino
lo que pertenece al ser en que se halla por esencia y necesaria-
mente . La captación de esa esencia depende más de la agudeza
intelectual del investigador, la cual no tiene sustituto, que del
uso de técnicas.
Tanto Aristóteles como el mismo Francis Bacon entendían
por inducción, no tanto la inferencia de leyes universales a par-
tir de la observación de muchos casos particulares, sino un mé-
todo mediante el cual llegamos a un punto en el que podemos
intuir o percibir la esencia, la forma, o la verdadera naturaleza
d e las cosas, que encierra lo universal. El mismo Galileo consi-
d e raba que las leyes de la naturaleza, que son regulares y que
tratamos de descubrir, pueden ser captadas sin necesidad de
multiplicar las observaciones, sino que bastaba una buena ob-
servación realizada intensivamente para aprehenderlas.
¿Cómo se puede generalizar partiendo del estudio de un
solo caso o situación? La generalización es posible porque lo
general sólo se da en lo particular. No se trata de estudios de
casos, sino de estudios en casos o situaciones. Shakespeare, por
ejemplo, elabora un retrato de Lady Macbeth que no se refiere
únicam e nte a una noble dama escocesa particular que vivió en
el siglo XI , sino que es una admirable imagen universal de la
ambición y sus estragos. Igualmente, García Márquez estudia
v describe una situación en su clásica obra Cien años de soledad,
donde capta lo universal latinoamericano; y así han hecho todos
los clásicos: por eso son clásicos, y trascienden los lugares y los
tiempos; y Piaget, estudiando a fondo a sus propias hijas, estruc-
turó leyes de validez universal que han sido consideradas entre
los aportes más significativos de la psicología del siglo xx.
Por otra parte, es necesario tener muy en cuenta que una
estructura individual o universal nunca podrá ser inducida del

17
estudio de elementos aislados en muchas personas, del mismo
modo que no podemos conocer la fisonomía típica de una de-
terminada raza humana estudiando de manera separada los
ojos, la boca, la nariz, etc., sin ver nunca el rostro completo y su
red de relaciones. Por ese camino ni siquiera reconoceríamos a
nuestro mejor amigo. Es precisamente esa "red de relaciones" la
que hace que un rostro o una raza sean diferentes de los demás.
Y para conocerla nos basta conocer un solo rostro: por ejemplo,
un solo mongol y sus diferencias faciales con los chinos,japone-
ses, coreanos, etc.
Esta orientación de conocimiento ordinario y general tiene
una larga tradición. La encontramos ligada, por ejemplo, a la
Eneida con el famoso "ab uno disce omnes" (por uno conócelos
a todos) en la discusión de los troyanos sobre si meter o no en
la ciudad el enigmático caballo dejado por los griegos. Y, en
nuestra vida ordinaria, solemos expresarlo con el refrán "para
muestra ... un botón".
Sin embargo, siempre se presenta el problema del grado de
transferibilidad de una situación a otra: ¿se puede hacer sin más
o es una función directa de la similitud que haya entre ambos
contextos? Pareciera que el esfuerzo mayor del investigador de-
bería dirigirse hacia la identificación del patrón estructural que
caracteriza a su objeto de estudio. En cambio, no es él quien
debe estudiar el grado de similitud de su contexto con otros
contextos o situaciones a los cuales puedan transferirse o apli-
carse los resultados de su investigación. Esa es tarea de quien
vaya a hacer la transferencia o aplicación.
De esta manera, será esa agudeza intelectual del científico
la que exigirá la observación intelectual de muchos casos para
intuir la esencia o naturaleza, o bien le bastará con muy pocos.
Franz Brentano, filósofo y humanista, por ejemplo, conside-
ra que la buena descripción de un ejemplo individual puede
hacer evidente la esencia sin que haya necesidad de acumular
más casos particulares; igual que en las ciencias naturales, de
un solo experimento bien realizado, se puede deducir o com-
probar una ley. El método de Jean Piaget -apoyado básicamen-
te en esta lógica- fue considerado durante mucho tiempo por
numerosos investigadores positivistas como no-científico, debi-
do a que no seguía ciertos cánones clásicos sobre el tamaño de

18
la muestra. Sin embargo, el famoso científico atómico Robert
Oppenheimer ( 1956), director del Proyecto Manhattan que
creó la primera bomba atómica, al hablar a la American Psycho-
logical Association, lo propone como un modelo para iniciar la
investigación en algunas áreas de las ciencias humanas.
El espíritu de toda esta orientación epistemológica no es
nuevo, pues nos viene desde finales del siglo xrx, cuando Dil-
they, Spranger, Weber, Jaspers y otros teóricos germánicos dis-
tinguieron claramente entre explicar (erkliiren) y comprender
( verstehen). La explicación se centra en el análisis y la división
para buscar las causas de los fenómenos y su relación y semejan-
za con otras realidades, con las cuales es comparada, referida y
relacionada, es decir, "insertada en leyes más amplias y universa-
les", y tiene más aplicación en las ciencias de la naturaleza. Las
relaciones que establece pueden permanecer, sin embargo, ex-
teriores a los objetos analizados; no conducen a su naturaleza.
La comprensión, por lo contrario, es la captación de las
relaciones internas y profundas mediante la penetración en su
intimidad, para ser entendida desde adentro, en su novedad,
respetando la originalidad y la indivisibilidad de los fenómenos,
y tratando de entender, a través de la interpretación de su len-
gua y gestos, el sentido que las personas dan a sus propias situa-
ciones. En lugar de parcelar lo real, como hace la explicación,
la comprensión respeta su totalidad vivida; así, el acto de com-
prensión reúne las diferentes partes en un todo comprensivo y
se nos impone con mayor y más clara evidencia.
En conclusión, no estamos ante dos tipos diferentes de
conocimiento, sino ante un solo proceso natural de nuestra
mente, la cual comienza conociendo una realidad en toda su
concreción particular (con sus diferentes variables indepen-
dientes, concomitantes, intervinientes y dependientes: conoci-
miento local, ordinario) y pasa, luego, a determinar lo que esa
realidad posee como rasgos esenciales (que la constituyen como
tal) y que, quizá, tiene en común o como diferente con otras
realidades similares (conocimiento general y universal).
Quizá, la mejor ilustración para una conciliación de cuanto
hemos expuesto sobre el conocimiento general y el particular
ordinario, nos la ofrece Bertrand Russell cuando afirma que:

19
El mundo de los universales puede ser definido como el
mundo de la esencia. El mundo de la esencia es inaltera-
ble, rígido, exacto, delicioso para el matemático, el lógico,
el constructor de sistemas metafísicos y todos los que aman
la perfección más que la vida. El mundo de la existencia es
fugaz, vago, sin límites precisos, sin un plan o una ordena-
ción clara, pero contiene todos los pensamientos y los sen-
timientos, todos los datos de los sentidos y todos los objetos
físicos, todo lo que puede hacer un bien o un mal , todo lo
que representa una diferencia para el valor de la vida y del
mundo ...

Según nuestros temperamentos, preferimos la contempla-


ción del uno o del otro. El que no prefiramos nos parecerá
probablemente una pálida sombra del que preferimos, ape-
nas digno de ser considerado, en algún aspecto, como real.
Pero la verdad es que ambos tienen el mismo derecho a
nuestra imparcial atención, ambos son reales. (1975 , p. 89)

2. PERSPECTIVAS DE LA METODOLOGÍA CUALITATIVA


E HISTORIAS DE VIDA

Lo desarrollado hasta aquí, en la primera parte, es una síntesis


muy apretada de la situación, en la segunda parte del siglo xx,
cuando entra en escena Alejandro Moreno. En lo que sigue, tra-
taré de presentar el escenario académico-metodológico y más
adelante una interpretación de su visión de la metódica de las
historias-de-vida. En mi obra Ciencia y arte en /,a metodología cuali-
tativa (2006; actualización 2010), yo trato doce métodos: cuatro
hermenéuticos, cuatro fenomenológicos , tres etnográficos (don-
de figura las historias-de-vida, redactado por el mismo Moreno)
y uno sobre investigación-acción. El mismo hecho de solicitarle a
él que redactara lo relativo a esa metódica indica mi admiración
por su pensamiento y el alto nivel en que lo comparto; es más,
algunos textos que siguen están tomados de ese y otros trabajos
suyos, aunque, en parte, abreviados y reelaborados.

"HISTORIAS DE VIDA" EN LA PRIMERA ESCUELA DE CHICAGO

El enfoque cualitativo para la investigación en ciencias sociales


viene tomando desde hace más de medio siglo un auge muy

20
importante tanto porque los investigadores no se satisfacen con
los resultados que aportan los tradicionales métodos cuantitati-
vos cuanto porque la profunda reflexión epistemológica de los
últimos tiempos ha movido las bases teóricas sobre las que esos
mismos métodos se asentaban.
Este auge puede dar la impresión, especialmente a los in-
vestigadores jóvenes, de que el enfoque cualitativo es nuevo y
constituye un logro y una conquista de las orientaciones más
actuales de la ciencia que, para muchos, vienen a ser una verda-
dera revolución.
En realidad, el énfasis en lo cualitativo precede históricamen-
te al énfasis en lo cuantitativo en todos los campos de la ciencia,
pero, sobre todo, en las ciencias que se ocupan en conocer cuan-
to atañe específicamente al ser humano, a sus formas de vida y a
su conducta, esto es, ese grupo de disciplinas que globalmente se
conocen como ciencias humanas o ciencias sociales. En las pri-
meras décadas del siglo xx, ya la clásica Escuela de Chicago (por
algunos conocida como la Primera Escuela de Chicago), tiene
una orientación netamente cualitativista, pues, se insistirá en el
uso de documentos personales, en el trabajo de campo sistemá-
tico, en la interpretación de todo tipo de fuentes documentales.
El enfoque es, por tanto, claramente cualitativo y encaminado a
estudiar la realidad social desde dentro de ella misma.
Pero para eso, era necesario reelaborar el concepto mismo
de ciencia, sobre todo para el campo de las ciencias humanas, y
de prenderlo de los esquemas positivistas radicales del siglo XIX
·· neopositivistas del xx. Esta tarea la ha realizado sobre todo la
epi temología contemporánea.
Es claro que el enfoque cualitativo no pretende eliminar sin
mas muchos contenidos y aspectos cuantitativos, pues no se le
opone como si fuera su contrario; más bien, a veces lo considera
oo ólo útil, sino indispensable, aunque siempre sometiendo los
re<ultados a una interpretación cualitativa, ya que, como señala
Heyel (1966/ 1807, p. 30), "la magnitud de algo se distingue
por u carácter inesencial y aconceptual de la relación cuanti-
tativa-, es decir, que no nos da ni la esencia ni la naturaleza de
- realidades .
Dos fuero n los temas principales que ocuparon las investiga-
ciones de la Escuela de Chicago: la inmigración y la delincuencia,

21
principalmente la juvenil. William Thomas trabaja, especial-
mente, sobre la inmigración y los problemas que presenta en la
ciudad de Chicago de principios del siglo xx. A los estudiosos
estadounidenses les resultaban incomprensibles las conductas
delictivas de muchos inmigrantes, pues ellas se salían del marco
de los parámetros en que ese mismo tipo de comportamien-
tos tenía sentido en la tradición delincuencia! de sus propios
connacionales.
En la perspectiva teórica del interaccionismo simbólico,
para Thomas era necesario penetrar en el significado subjeti-
vo que esos delincuentes polacos le daban a sus actos. Pero, al
trasladarse a Polonia para recoger toda la documentación po-
sible sobre el campesinado polaco, se encuentra con Florián
Znaniecki quien por su cuenta venía ya estudiando la sociología
de la emigración. Juntos trabajarán desde entonces en lo que
será la gran obra de la Escuela de Chicago, The Polish Peasant
in Europa and America (El campesino polaco en Europa y América) ,
cuya primera parte es publicada en 1918. En esa obra se reúne
una enorme cantidad de documentos: cartas, artículos de perió-
dicos, archivos de tribunales, sermones de los sacerdotes de las
comunidades polacas tanto en Polonia como en Chicago. Pero
lo más importante es que Thomas y Znaniecki marcan un hito
en este proceso de darle valor y precisar su investigación como
documento científico; con sus exigencias de "objetividad" y
rigor metodológico, le dan un estatuto de "cientificidad".

LAS "HISTORIAS DE VIDA" EN LA SEGUNDA PARTE DEL SIGLO XX

Ha sido necesario el vuelco epistemológico de los últimos años


que reivindica la subjetividad como forma de conocimiento
para que la historia de vida vuelva a ser considerada como de
pleno valor científico.
La narración desarrollada en forma sistemática, coherente
y completa de la vida de un sujeto, sea realizada por él mismo,
autobiografía, sea realizada por otro, biografía, pertenece a
tiempos cercanos a nuestra época y, sobre todo , al mundo de
la cultura occidental, especialmente a partir del Renacimiento.
Lo cualitativo, lo vivido , lo compartido tienen preponderancia
sobre lo objetivo, lo observado, lo técnico del científico.

22
A principios de la década de los sesenta, aparece la gran
o bra "biográfica" de Osear Lewis, Los hijos de Sánchez. En la in-
rroducción castellana (la original fue en inglés), se plantean ya
lo principales problemas conceptuales y metodológicos que las
hi torias de vida suscitan en el investigador: los problemas de
confiabilidad, validez y objetividad o, más bien, de superación
de la subjetividad tanto del narrador de la historia como del
im·estigador. "La familia Sánchez (seudónimo) formó parte de
una muestra de setenta y una familias seleccionadas en Bella
,-ISta (ciudad de México) para fines de estudio ... ", porque "me
di cuenta-dice el autor- de que esta sola familia parecía ilustrar
muchos de los problemas sociales y psicológicos de la vida mexi-
cana de la clase humilde" (1964, pp. xxvii, xxix).
Osear Lewis es profesor en la Universidad de Chicago, visita
frec uentemente durante tres años y pasa meses enteros con la
familia Sánchez, que está compuesta de un padre viudo con dos
hijos y dos hijas. Hace numerosas grabaciones de los diálogos
con cada uno de los hijos que presenta en la obra en tres se-
rie : una relacionada con su vida de infancia, otra con la adoles-
cencia y primera juventud y la tercera con la plena juventud y
adulte z; también tiene dos diálogos con el padre, que presenta,
uno al principio y otro al fin de la obra. Cada diálogo tiene una
unidad, es decir, que si uno de los hijos habló, por ejemplo,
cinco veces sobre sus problemas sentimentales específicos de
esa edad, los presenta seguidos como si se tratara de uno solo.
Quizá, lo más valioso de la obra, según algunos críticos, es que,
frecue ntemente, los hijos narran el mismo hecho o aconteci-
miento familiar, social, económico, problemático, etc. desde su
,-r·encia personal (masculina o femenina, hijo mayor o menor,
ere. : esto aumentaría la "objetividad" de las narraciones, pues
serian visiones complementarias. En la introducción, el autor
lo expresa así: "Las versiones independientes de los mismos in-
cidentes ofrecidas por los diversos miembros de la familia, nos
proporcionan una comprobación interior acerca de la confiabi-
"dad ,. la validez de muchos de los datos y con ello se compensa
parcialmente la subjetividad de toda autobiografía aisladamen-
con iderada". Es posible que esta visión sea la que ha hecho
la o bra Los hijos de Sánchez un clásico de las historias de vida y
que, incluso, por ello, haya sido llevada al cine.

23
La investigación con "historias de vida" tiene también otros
autores relevantes. Nos referiremos solamente a dos de ellos con
el fin de ampliar el escenario con el que se va a encontrar nuestro
autor, que trataremos en la tercera parte. Estos autores son Franco
Ferrarotti y Daniel Bertaux.
Franco Ferrarotti. Como líder de la Escuela Ítalo-Francesa,
Ferrarotti, analizando estos temas en relación con el método de
historias de vida, hace ver que:

... los datos, de por sí, entendidos como hechos reificados,


o hechos cerrados en sí, separados del sujeto vivo, no son
nada, ni siquiera pueden ser analizados por las ciencias so-
ciales como su objeto propio, so pena de caer en el fetichis-
mo de los datos empíricos elementales considerados teóri-
camente autónomos y autoexplicativos como si en verdad
los hechos hablasen por sí mismos. (1981, p. 27)

"La historia de vida -dice- es la contracción de lo social en


lo individual, de lo nomotético en lo idiográfico" (1981, p. 4).
Siendo esto así, en la vida de cada-cual está toda su sociedad
vivida subjetivamente, que es la única manera de ser vivida que
una sociedad tiene, pues una sociedad existe en sus miembros o
no existe en absoluto.
Una historia de vida es una práctica de vida, una praxis de
vida en la que las relaciones sociales del mundo en que esa pra-
xis se da son intemalizadas y personalizadas, hechas idiografía.
Esto es lo que justifica poder leer o descubrir toda una sociedad
en una historia de vida. En términos de Ferrarotti:

... todo acto individual es una totalización de un sistema so-


cial ( ... ). El acto es como una síntesis activa de un sistema so-
cial, la historia individual es como la historia social totalizada
por una praxis: estas dos proposiciones implican un camino
heurístico que ve lo universal a través de lo singular, que
busca lo objetivo sobre lo subjetivo, que descubre lo general
a través de lo particular. (1981 pp. 45 , 47)

Daniel Bertaux. Según Bertaux ( 1993) , las historias o los


relatos de vida son tomados como fuente de datos y utilizados
para encontrar en ellos lo que se busca más allá de ellos. El
proceso está en vivo en aquellos que lo han vivido, en el trans-
curso de la historia que han vivido y en el proceso tal como lo

24
,ivieron . Habrá que buscarlo en su vida, en su historia de vida.
Pero no en toda ella sino en ese tiempo que corresponde al
proceso mismo. Bertaux se servirá, por tanto, de relatos de vida
más que de historias de vida.
En cualquiera de estos casos, la historia de vida es utilizada
va sea como técnica, como instrumento para otra cosa o, es su
uso en Bertaux, como el método de acceso a la realidad social.
En cualquier caso, se reduce a la función de auxiliar.
Bertaux, mediante el concepto e instrumento denominado
por él "saturación" (1993), un tema se considera completo en
cuanto a los datos que lo constituyen cuando un nuevo relato
de ,ida no añade nada distinto a lo que aportaron los relatos
precedentes. Así, pues, los relatos se han de multiplicar hasta
que ya no surjan novedades y no añadan nada a lo logrado hasta
ahora. En ese momento, se considera que el tema está razona-
blemente "saturado".
A mi modo de ver, tanto a Osear Lewis como a Ferrarotti y a
Bertaux, en su argumentación para justificar sus razones y proce-
dimientos, les faltó cierta información epistemológica, metodoló-
gica o pedagógica que en los años de sus publicaciones eran ya
conocidas desde la década de los años cuarenta: lo relacionado con
el ~conocimiento tácito", que ya había ilustrado magistralmente
~lichael Polanyi, precisamente profesor de la misma Universidad
de Chicago. Polanyi, en diferentes obras (1946, 1962, 1966, 1969),
,.. como filósofo y científico, y profundo conocedor de los procesos
mentales y neuropsíquicos, aclara muy bien el problema. Veamos
sencillamente, a título de ejemplo, la presente cita:

... no podemos comprender el todo sin ver sus partes, pero


podemos ver las partes sin comprender el todo( ... ). Cuando
comprendemos como parte de un todo a una determinada
serie de elementos, el foco de nuestra atención pasa de los
detalles hasta ahora no comprendidos a la comprensión de
su significado conjunto. Este pasaje de la atención no nos
hace perder de vista los detalles, puesto que sólo se puede
ver un todo viendo sus partes, pero cambia por completo la
manera como aprehendemos los detalles. Ahora los apre-
hendemos en función del todo en que hemos fijado nuestra
atención. Llamaré a esto aprehensión subsidiaria de los deta-
lles, por oposición a la aprehensión focal que emplearíamos
para atender a los detalles en sí, no como partes del todo.
(1966, pp. 22-23)

25
Polanyi usa frecuentemente el caso de la fisonomía huma-
na para ejemplificar en forma técnica, pero al mismo tiempo
sencilla, lo que es esa "unitas multiplRx" del "conocimiento táci-
to". Para una visión más amplia del mismo, invitamos al lector a
revisar n u estro artículo sobre ese tema (Martínez, 2011).
Una ilustración detallada y práctica del mismo, aplicada a
las "historias-de-vida" (así, con guiones, como le gusta a Moreno,
para indicar la unión), la tenemos en los esfuerzos titánicos y pe-
dagógicos que hace Alejandro Moreno en la parte que sigue. Los
siete primeros párrafos están tomados, salvo pequeños cambios,
del capítulo de su autoría (titulado "Historias-de-vida e investiga-
ción") ~n n u estra obra (2006, pp. 202-228).

3• L A METÓDICA DE L AS HISTORIAS- DE-VIDA


EN ALEJ ANDRO MORENO

Centrarse en la historia-de-vida como en el qué de la investiga-


ción y no como en un instrumento de ningún tipo para otra cosa,
es la posición más actual al respecto. Esta es la manera mejor para
aprovechar toda su potencialidad heurística.
No quiere ello decir que los otros usos sean científicamente
"ilícitos" sino que se quedan .cortos y reducen a segundo plano
lo que debe y puede ocupar el primero.
Sin embargo, la cosa es un poco más compleja de lo que el
mismo Ferrarotti parece indicar. En mucho depende de qué es
lo que se busca en la historia-de-vida o con la historia-de-vida.
En la mayoría de los casos se han buscado y se buscan datos, esto
es, hechos comprobables, objetivos, sea este término entendido
en sentido fuerte o en sentido débil.
Si, en vez de centrarse en los datos, la investigación se cen-
tra en la historia-misma-de-vida sin buscar nada distinto de lo
que ella comunica sino el sentido que en ella está presente y
que pone las condiciones de posibilidad para que sea la que es
y no otra, el investigador se encontrará de frente con los "sig-
nificados" que construyen esa vida y esa historia. Si en vez de
centrarse en los datos, se centra en los significados, esto es, en
esos complejos culturales que, a partir de las prácticas de vida
comunes a un grupo humano determinado (comunidad o so-
ciedad) y participadas por todos sus miembros, se constituyen

26
como integraciones de esas mismas prácticas, de experiencias,
valores y representaciones sociales idiosincrásicas del grupo y
por lo mismo generales (nomotéticas) en todos y cada uno de
dichos miembros, bastará una sola historia pues en cada perso-
na está la cultura y cada persona está en su cultura. Como ha
dicho Edgar Morin:

Se trata no tanto de un d e terminismo so ciológico exterior,


sino d e una estructuración interna. La cultura, y, por el
camino d e la cultura, la sociedad, están en el interior del
conocimie nto huma no ; e l conocimiento está en la cultura y
la cultura está en el conocimiento. Un acto cognitivo indi-
vidual es ipso facto un fenómeno cultural , y todo elemento
de l complejo cultural cole ctivo puede actualizarse en un
acto cognitivo individual. (2000, p. 78)

La persona que narra su historia tiene control sobre mu-


chos de los datos de esa historia, esto es, al disponerse a narrar-
los, tiene concie ncia de ellos y por Jo mismo controla si los va a
narrar o no y cómo los va a narrar. Sobre otros no Jo tiene, ya sea
porque los ha olvidado, ya sea porque "se Je salen" sin querer,
ya sea porque están distorsionados en su memoria, pero sobre
los significados no tiene ningún control pues están presentes
e n toda su vida y en toda su forma de narrarla: en el lenguaje,
en la organización, en el ritmo de la narración, en la veracidad
tanto como en la falsedad consciente o inconsciente de lo na-
rrado, etc., etc. La persona no posee los significados sino que es
poseída por ellos. En este sentido, Ferrarotti tiene razón cuando
afirma que la sociedad está en cada persona; sólo se trata, por
parte del investigador, de descubrirla.
Lo importante en esto es que en la historia-<le-vida de una
persona se conoce toda una sociedad no tanto en sus datos, que
pu eden conocerse de múltiples maneras, sino en las estructuras
profundas que constituyen su sentido. Para esto, no hay mejor
vía que la "historia-<le-vida". La "historia-<le-vida" se convierte,
así, e n todo un enfoque epistemológico para el estudio de las
realidades sociales. No solamente en un método propio sino
en toda una manera autónoma de investigar, con sus propios
fundamentos teóricos y sus propios modos de conducir la pro-
ducción del conocimiento.

27
Una historia-de-vida no comienza. Este tiempo, que está
caracterizado por la in-vivencia (el vivir integral dentro) del
investigador en dicho mundo-de-vida en con-vivencia con el
historiador y los convivientes de ese mundo, cumple funciones
indispensables: y la primera es que historiador y cohistoriador
se fusionen, por pertenencia, en un horizonte hermenéutico
compartido en cuyos marcos se produce la historia-de-vida y va
a ser comprendida-interpretada.
Hasta aquí, las ideas de Alejandro Moreno. Es una síntesis
maravillosa, que coincide plenamente con lo que señala tam-
bién otro gran autor, Merleau-Ponty, al hablar de la estructura
mental que se forma, o debiera siempre formarse, en nuestra
mente, al conocer una realidad compleja:

Las estructuras no pueden ser definidas en términos de rea-


lidad exterior, sino en términos de conocimiento, ya que
son objetos de la percepción y no realidades físicas; por eso,
las estructuras no pueden ser definidas como cosas del mun-
do físico, sino como conjuntos percibidos y, esencialmente,
consisten en una red de relaciones percibidas que , más que
conocida, es vivida por el sujeto. ( 1976, pp. 204, 243)

La historia de la ciencia, y del pensamiento occidental en


general, nos muestra que, de vez en cuando, se presentan pen-
sadores que rompen totalmente los esquemas tradicionales de
nuestro modo de pensar y razonar, de nuestra lógica habitual e,
incluso, de nuestra racionalidad.
Así sucedió cuando Copérnico vio toda la información as-
tronómica disponible en su época, no desde la óptica geocén-
trica de Ptolomeo, sino desde la heliocéntrica que habían te-
nido la Escuela Pitagórica, Filolao, Aristarco de Samos y otros
griegos, considerada durante mil quinientos años como "falsa e
increíblemente ridícula". Así le sucedió, igualmente, a Darwin
cuando vio que los innumerables datos, huellas y relaciones,
que había recogido, prácticamente, durante la mayor parte de
su vida, constituían una secuencia evolutiva. Así le sucedió a
Einstein, cuando relacionó la información que, según él, estaba
disponible desde hacía cincuenta años, en una nueva red de
relaciones. Y, en general, esta misma vivencia tuvieron Lavoisier
en la química, Pasteur en la biología, Max Planck en la física,

28
Freud en la psicología y otros revolucionarios epistemólogos en
o tras ciencias o especialidades.
Pero pudiéramos hacer una lista mucho más larga de ce-
rebros eminentes que no fueron tan afortunados, sino que sus
geniales ideas fueron sepultadas con ellos. Como dijo Saint-Exu-
pery, "¡cuántos Mozart son asesinados antes de nacer!, ¡cuántos
pensamientos no formulados, ideas masacradas y obras inéditas
e han quedado perdidos a lo largo de la historia humana!". La
inercia mental, los hábitos intelectuales y sus rutinas, por un
lado, y, por el otro, los intereses creados, han retardado siste-
máticamente la aceptación de muchas ideas excepcionales a lo
largo de la historia.
En contra de este modo de proceder, Moreno señala:

... no seguimos un método determinado porque no exis-


ten reglas de procedimiento para conocer (por ejemplo)
la historia de Felicia. Seguimos más bien lo que hemos lla-
mado metódica, esto es, una posición abierta a toda posibi-
lidad de método e instrumento según la historia misma va
sugiriendo. (1998, p.16)

Según esta línea de pensamiento, él puntualiza las limita-


ciones que han tenido los autores anteriores que han trabajado
las historias de vida, ya que se han limitado a "editarlas" al modo
de una biografía, a cuidar la coherencia interna, a suprimir re-
peticiones y a rellenar vacíos recurriendo a otros materiales. Así,
Thomas y Znaniecki -dice- dieron importancia a los materiales
ecundarios; Osear Lewis cruza distintas historias -Los hijos de
Sánchez, La vida- de una misma familia, pero no las interpreta,
sino que elabora lo que denomina la "cultura de la pobreza" ,
pues él "es un observador y no un ca-viviente"; Catani se sirve de
la historia para ilustrar un determinado proceso social, y Bertaux
multiplica las historias hasta que los datos se repiten sin aportar
novedad ("saturación" informativa, que equivale a "representati-
\idad "). En general, para estos autores, las historias serían, más
bien , "historias-testimonio de un modo de vida". "Nosotros, en
cambio, comentamos la historia porque nos interesa compren-
der y mostrar el sentido que la constituye, esto es, su propia iden-
tidad ( ... ). No nos servimos de la historia para otro fin sino que
en ella nos centramos" ( 1998, p. 17). Y, más adelante, precisa

29
que: "nosotros estamos convencidos de que el conocimiento del
mundo-de-vida popular constituye, desde su punto de partida,
una ciencia total y autónoma" (ib., p. 29). Esto implica lo que
Ferrarotti ha llamado "una apuesta epistemológica", es decir, un
cambio en las reglas básicas de nuestra racionalidad.
A lo largo de la obra sobre Felicia, y de una manera especial
en la introducción y en el cierre, se dice repetidamente que
la captación del verdadero sentido y significado de las histo-
rias-de-vida, requiere y exige, sin alternativa posible, la vivencia
de esas realidades desde dentro. Esto pide, como prerrequisi-
to y dicho en otras palabras, una iniciación espiritual, como se
hace en las comunidades de tipo religioso, o un noviciado en
este tipo de· vida, vida popular, el convivir durante cierto tiem-
po con el grupo estudiado y que no sea sólo un estudio desde
fuera, aunque éste sea algo más que un "turismo académico"
que utiliza sólo un grupo de encuestas.
En todos estos casos, nuestra mente capta una realidad que
es "más que la suma de sus partes", una realidad profunda, es-
condida y emergente, pues, según Kant (1973), sólo Dios cono-
ce el misterioso secreto que implica y los extraordinarios pode-
res que yacen latentes en la mente humana, ya que ese proceso
está tan escondido en el alma humana que muy difícilmente
podemos imaginar el secreto que emplea aquí la Naturaleza.
Este mismo sentimiento debe haber tenido Platón cuando dijo:
"Si encuentro a alguien que sea capaz de ver la realidad en su
diversidad y, al mismo tiempo, en su unidad, ése es el hombre al
que yo busco como a un dios", que no sabemos si alguna vez lo
encontró. Con esta afirmación, Platón está valorando aquí alta-
mente el uso alternativo y continuo entre "dos niveles de nues-
tro conocimiento", el de la disciplinariedad y el de la trans-dis-
ciplinariedad.
La enorme dificultad de este proceso nos la refiere el mis-
mo Einstein cuando, en cierta ocasión, dijo que los científicos
son como los detectives que se afanan por seguir la pista de un
misterio; pero que los científicos creativos deben cometer su
propio "delito" y también llevar a cabo la investigación. Eins-
tein, como otros científicos eminentes, sabía esto por propia
experiencia. Primero habían cometido el "delito" de pensar y
creer en algo que iba en contra del pensamiento "normal" y

30
----
corriente de los intelectuales y de lo aceptado por la comuni-
dad científica, algo que desafiaba las normas de un proceder
"racional" e incluso la misma lógica consagrada por el uso de
siglos, algo que solamente se apoyaba en su intuición. Este "de-
lito" sería perdonado o redimido únicamente haciendo ver a
los propios colegas que el fruto de esa intuición (de esa visión
intelectual) fue correcto. Pero esto exige dos cosas igualmente
difíciles ante las cuales han fracasado muchos genios creadores:
primero, descomponer el contenido de la intuición en partes o
pasos más simples y comprensibles y, segundo, traducirlo a un
lenguaje más clásico y que diga "algo" a quienes permanecen
todavía en "otro mundo".
No obstante todo lo dicho, analizando detenidamen-
te la historia-de-vida de Felicia y la hermenéutica que reali-
za el grupo co-investigador a continuación de cada sector o
fragme nto expuesto por Felicia, se puede detectar y perci-
bir la aplicación, quizá inconsciente, pero bastante sistemá-
tica, de los cánones lingüísticos y psicológicos de Schleier-
macher como, igualmente, de los cánones generales de la
técnica hermenéutica de Ratnitzky, de los cánones de "una cien-
cia social interpretativa" de Kokelmans, y, sobre todo, la moda-
lidad del círculo hermenéutico de Dilthey (ver estos cánones
en Martínez M., 1996, cap. 7; o en la obra 2006, cap. 5). En
efecto, todos estos cánones o reglas se centran, si los considera-
mos en su esencia, en la regla de oro de la interpretación, que
es el círculo hermenéutico: considerar cada dicho o hecho en
el contexto específico que le da un sentido o un significado par-
ticular; pues, la mente humana salta espontáneamente del todo
contexto) a las partes y de éstas a aquél, buscando captar la red
de relaciones que forman un todo comprensible y significante.
¿Qué son, entonces, las marcas-guías propuestas por el gru-
po investigador? Esta expresión -dice Moreno- tiene la fijeza
de la palabra "marca" y la dinámica de la palabra "guía" . Y es
precisada de la siguiente manera: "las marcas-guías ( . .. ) son se-
ñales de posibles significados organizadores que, a lo largo de
t da la historia, pueden convertirse en claves de comprensión
del sentido disperso en ella y del núcleo fontal generante de
11,do el sentido y el significado" (1998 , p. 23). De esta mane-
ra. ,-arias marcas-guías entrelazadas pueden dar origen a uno o

31
varios sistemas de comprensión-interpretación, que permane-
cen, sin embargo, siempre abiertos a otros posibles sistemas.
Como un referente, en parte, similar a la marca-guía, pudié-
ramos pensar en la precisión que algunos autores destacados de
la psicología humanista han realizado al respecto. Así, Gordon
Allport, en su obra máxima (La personalidad: su configuración y de-
sarrollo, 1966, cap. xn; obra número uno en psicología), al hablar
de la madurez del ser humano en general, y después de tratar
todo lo que al respecto han investigado muchos autores que le
precedieron, señala seis rasgos distintivos de las personas madu-
ras: extensión del sentido de sí mismo, cálida relación emocio-
nal con otras personas, seguridad emocional (aceptación de sí
mismo), percepción realística, auto-objetivación (conocimiento
de sí mismo y sentido del humor) y filosofía unificadora de la
vida. Igualmente, Abraham Maslow, considerado como el padre
de la psicología humanista, en su obra Motivación y personalidad
( 1975), dedica todo un capítulo (el 12) a describir los quince
rasgos que, según él, distinguen a las "personas auto-realizadas".
En muchos coincide con Allport, tanto en el término como en
la descripción y análisis del contenido; en otros, es más comple-
to, como, por ejemplo, al señalar el "sentimiento de fraternidad
universal" y la tendencia o impulso hacia "la creatividad".
Evidentemente, estos autores están hablando de lo que pu-
diéramos llamar "rasgos universales" del ser humano maduro
o auto-realizado. Las marcas-guía de las historias-de-vida se re-
fieren únicamente a un grupo humano específico a que perte-
nece la persona estudiada, que puede diferir mucho o poco de
otros grupos humanos posibles, incluso, en la misma región o
país. Por ello, es sumamente útil para conocer a ese grupo social
o comunidad.
En el cierre de la obra sobre la historia-de-vida de Felicia,
Moreno y sus co-investigadores exponen y describen las dieci-
nueve marcas-guías que constituyen el horizonte hermenéuti-
co en el cual se hacen comprensibles los múltiples aspectos del
mundo-de-vida popular que se ha revelado en esa historia-de-vi-
da: sentido de las instituciones, función de la madre, del pa-
dre, religiosidad, etc. Estas marcas-guías son, sin duda alguna,
el mayor y más valioso aporte al conocimiento y a la ciencia que
nos ofrece esta investigación. Son también, de por sí, tópicos de

32
posibles comparaciones y contrastaciones con los resultados de
otras investigaciones emprendidas desde otros ángulos concep-
tuales, enfoques y metodologías diferentes.

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35
ECAMINOALA TRAMA. TEMAS EPISTEMOLÓGICOS
Alejandro Moreno
l
OBRAS COMPLETAS l. TEMAS EPISTEMOLÓGICOS.
DE CAMINO A LA TRAMA,
de Alejandro Moreno, se terminó de im primir
en noviembre de 2016
en los Talleres de Fanarte, C. A.
en la ciudad de Caracas.
Tiraje: 500 ejemplares
De Camino a la trama. Temas epistemológicos es el primer tomo de las
ÜBRAS C.oMPLETAS del padre Alejandro Moreno, cuya publicación
realiza El.Estilete.

Los artículos aquí"reunidos son la base epistemológica y hermenéutica que


permite acceder a la obra general del autor. Recogen estos ensayos su postura
crítica ante la tradicional construcción del conocimiento científico, la cual le ha
permitido sentar las bases de su propia posición y lo ha llevado a proponer las
historias-de-vida como la forma de acercamiento más adecuada al vivir
popular venezolano.

Este libro revela la riqueza de su aporte filosófico y deja ver cómo, desde la
reflexión epistemológica mas profunda, se pueden desarrollar alternativas de
conocimiento para las realidades populares respetuosas de su especificidad, a
través de lo que aquí se llama vivimiento.

La obra de Alejandro Moreno sobre la familia popular venezolana y sobre la


cruenta violencia que nos domina es ampliamente apreciada tanto en nuestro
país como en otras latitudes.

Alejandro Moreno
(Torralba de Oropesa, 1934) Sacerdote salesiano nacido en las cercanías de
Toledo-la de Garcilaso y el Greco-pero venezolano por adopción, que vive en
estas tierras desde hace ya más de sesenta años.

Es licenciado summa cum laude en Psicología de la Universidad Católica Andrés


Bello, doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela, post-
graduado en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Simón
Bolívar de Venezuela y profesor titular de la Universidad de Carabobo y de la
Universidad Católica Andrés Bello.

Inmerso en la vida de un barrio caraqueño, en vaivén de ida y vuelta


oarrio-umversidad-barrio, ha publicado una abundante y muy valiosa obra
sobre la realidad popular venezolana. Hace más de 25 años fundó,junto a un
grupo de idealistas entusiasmados, el Centro de Investigaciones Populares (CIP).

ISBN: 978-980-7786-13-3

l lrn
9 789807 786133

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