Patologias de Vulva
Patologias de Vulva
Patologias de Vulva
CARRERA DE MEDICINA
Trabajo de Investigación
“PATOLOGIAS DE VULVA:
MALIGNAS Y BENIGNAS”
DESARROLLO
Los genitales externos (vulva) derivan de la cloaca, extremo distal del intestino primitivo y
de la membrana cloacal, de la que surge el tubérculo genital. En presencia de estrógeno, y
ausencia de andrógenos, estas estructuras se diferencias en los genitales femeninos.
Vulva
Labios mayores: estructuras de piel y tejido adiposo debajo de ella que cubren al
resto de los genitales y que se fusionan por anterior contactando con el monte de
venus, y hacia posterior hacia el perineo
Labios menores: se fusionan hacia anterior (contactando con el frenillo y prepucio
del clítoris) y a posterior. Contiene glándulas sebáceas, pero no folículos pilosos y
sin tejido adiposo debajo
Clítoris: estructura homologable al pene, se forma d dos cruras (cuerpos cavernosos)
y el glande por sobre la fusión de las cruras
Meato urinario: que se ubica anterior al introito de la vagina y posterior al clítoris
El clítoris, meato urinario, y los orificios de salida de las glándulas parauretrales (de
Skene) y de Bartolino convergen en una zona denominada el vestíbulo
En cuanto a la musculatura, está el compartimento superficial del periné que posee
el músculo transverso superficial, isquiocavernoso y bulbocavernoso, que se ubican
superficiales al diafragma urogenita.
Vagina
La vagina un órgano muscular cilíndrico de unos 10-12 cm, que actúa como canal del parto
y el órgano copulador en la mujer. Está tapizado por un epitelio escamoso y rodeado por
tres capas de músculo liso (ML), con una capa de tejido conectivo entre epitelio y ML. Su
principal tejido sostén es la fascia pélvica y en mujeres jóvenes en una cavidad virtual.
Por su extremo distal, está el introito que contacta con el exterior, mientras que en su
extremo proximal se encuentra el cérvix el que está en un ángulo de 45° con respecto al eje
de la vaginal. El área alrededor del cérvix se denomina fórnix. Hacia posterior está en
relación con el fondo de saco rectouterino (de Douglas) y hacia anterior está en relación
con el fondo de saco uterovesical y con la vejiga.
El himen es una estructura mucosa que cubre el orificio vaginal externo y que se rompe con
la actividad sexual y el parto.
Las alteraciones de esta zona son muy importante para la salud de la mujer, tanto en
términos médicos (debe recordarse que algunas de las lesiones se asocian con
malignización) y también en la ansiedad que generan.
Los principales síntomas que nacen de las alteraciones de esta zona son:
Prurito
Ardor
Quemazón
Irritación e inflamación
Masa
Dispareunia
Liquen escleroso
Tratamiento: corticoides tópicos (clobetasol). Las lesiones suelen reaparecer (las lesiones
esclerosas, la acantosis suele resolverse), por lo que es habitual la necesidad de tratamiento
intermitente de por vida. No elevan significativamente el riesgo de cáncer.
Liquen plano
Clínica: lesión descamativa de piel de la vagina y que a veces compromete la vulva cerca
de los labios menores y vestíbulo, con áreas con estrías de Wickham (queratosis alrededor
de las lesiones eritematosas de aspecto ulcerado). Se manifiesta como ardor y prurito vulvar
crónico, dispareunia y descarga vaginal.
Diagnóstico: requiere de biopsia, dado que la lesión se asemeja a una lesión maligna. En la
histología se ve un epitelio adelgazado, con infiltración por células inflamatorias y necrosis
por licuefacción de las células basales. Se puede apoyar el diagnóstico con un estudio de
flujo vaginal que revela abundantes células inflamatorias en ausencia o escasas bacterias.
Tratamiento: corticoides tópicos con o sin duchas vaginales con hidrocortisona 1%. El
tratamiento suele ser más corto que el necesario para el liquen crónico, pero la recurrencia
de las lesiones es mayor.
Psoriasis
Eccema: puede ser como una dermatitis alérgica o una dermatitis por contacto, fenómenos
que resultan de la exposición a alérgenos o irritantes que suelen encontrarse en jabones,
detergentes, ropa y productos de higiene femenina. También puede haber eccema vulvar en
el contexto de una dermatitis atópica. Todas estas mostrarán un patrón de espongiótico,
caracterizado por el edema intracelular de la epidermis. La distinción entre las 3 formas es
según la historia clínica.
Diagnóstico diferencial: deben incluirse las lesiones anteriores, pero además la dermatitis
micótica producida por Candida, la cual se puede asociar o no flujo vaginal blanquecino y
cuyo tratamiento requiere antimicóticos (clotrimazol en crema por ejemplo).
Son lesiones valvulares de diagnóstico por biopsia y que generan máculas y engrosamiento
de la piel vulvar.
Vestibulitis
Clínica: dispareunia de inicio reciente y progresivo (cuadro desde unas pocas semanas a
unos 3-4 meses). También se presenta dolor a la palpación de zona o a la inserción de un
tampón. Debe inspeccionarse el vestíbulo y el anillo himeneal donde se encuentran estas
glándulas y palpar con un algodón estas zonas reproduciendo el dolor.
Condiloma
Lesión infecciosa producida por el virus papiloma humano (HPV). Están involucrado en el
desarrollo de neoplasias de vulva (en especial HPV 16-18, aunque son el 6 y el 11 los
responsables de la mayoría de los condilomas), por lo que deben ser tratados
Foliculitis y furúnculos
Quiste sebáceo y quiste inclusión: nódulo pequeño, liso adherido al labio menor con un
material sebáceo en su interior, que se origina de la obstrucción inflamatoria de las
glándulas sebáceas. Si es grande o problemática, puede extirparse quirúrgicamente.
Fibromas fibromiomas y lipomas: elementos derivados del músculo liso, tejido conectivo y
tejido adiposo de vagina y vulva que es habitualmente pequeño y asintomático. El
tratamiento es la escisión quirúrgica en lesiones sintomáticas o con sospecha de
malignidad.
Existen 3 clasificaciones para este tipo de lesiones, las más importantes son las de la OMS
que las divide en 3 grados (VIN 1, 2 y 3) y la de la ISSVD que la divide en VIN tipo común
y diferenciado.
VIN 1: lesión de bajo grado, con epitelio escamoso con mínimas atipias, limitadas a la capa
superficial de la epidermis. Es una reacción no neoplásica, por ejemplo a la infección por
HPV. Existe poca evidencia de que sea un precursor del cáncer de vulva, por lo que en la
clasificación de la ISSVD se deja fuera de las VIN. El tratamiento es con imiquimod si no
hay condiloma y si lo hay, es el tratamiento del condiloma.
VIN tipo común: combina los grados 2 y 3 de la OMS. Son lesiones de mayor grado,
también asociadas con HPV, con alto riesgo de progresión a lesión intraepitelial severa y
eventualmente carcinoma. El 60% de las mujeres con VIN 3 (o VAIN 3) tienen además una
neoplasia intraepitelial de cuello (CIN), mientras que un 10% de las mujeres con CIN 3
poseen una VIN o VAIN.
Deben ser estudiadas con biopsias múltiples buscando descartar posibles focos de
carcinoma. A la histología se ven atipias importantes, figuras mitóticas atípicas,
pleomorfismo nuclear y pérdida de la diferenciación.
VIN tipo diferenciado: tipo menos común. Corresponde a lesiones como placas
hiperqueratósicas, pápulas verrucosas o una úlcera, identificada en una mujer de edad
mayor y que no está en asociación con HPV, pero que puede asociarse a liquen escleroso.
La biopsia es mandatoria y el tratamiento es la escisión quirúrgica completa por su
asociación con carcinoma invasor.
Enfermedad de Piaget
Cáncer vulvar
De los diversos tipos histológicos, el más frecuente es el carcinoma escamoso (>90 %).
Con mucha menor incidencia, le sigue el melanoma y otros tipos de tumores más raros
como la enfermedad de Paget, el carcinoma basocelular y el carcinoma de la glándula de
Bartholino.
Epidemiología
Mientras la incidencia del carcinoma invasor ha permanecido estable en los últimos años,
recientemente se ha observado un aumento en la incidencia del cáncer en mujeres jóvenes
(<50 años). Este aumento está en relación con el aumento de la incidencia de las lesiones
preinvasoras (VIN tipo común), y a la mayor prevalencia de la infección por el VPH en
estas pacientes.
Hay dos formas de carcinogénesis, una relacionada con el VPH y la otra relacionada con
dermatosis crónicas de la vulva. La irritación, inflamación crónica y lesiones por rascado se
consideran factores oncogénicos.
(Algoritmo 4):
• Tipo I: Menos frecuente (30 %), ocurre en mujeres jóvenes. Relacionado con el VPH
(especialmente tipos 16 y 18). General mente precedido por VIN tipo común. Histológica
mente son tumores poco diferenciados (tipo basaloide / condilomatoso) y presentan los
mismos factores de riesgo que el cáncer de cérvix.
• Tipo II. Es la forma más frecuente (60 %), aparece en mujeres de edad avanzada.
Relacionado con procesos inflamatorios crónicos. El liquen escleroso y el VIN diferenciado
aparecen como lesiones precursoras. Histológicamente son tumores bien
Clínica y diagnóstico
El aspecto clínico del cáncer vulvar varía a lo largo de sus diferentes estadios evolutivos.
En fases iniciales, el cáncer se presenta como una zona indurada, algo sobreelevada y/o
hiperqueratósica, con superficie fácilmente erosiva, de color blanco o rojo, que puede ser
unífocal o multifocal. A me nu do, estos signos están modificados por la presencia de
patología asociada, como las lesiones de VIN, liquen escleroso, hiperplasia de células
escamosa, atrofia genital, o lesiones de rascado.
El diagnóstico de confirmación será por biopsia practicada en la mayoría de los casos con
el punch de Keyes.
Tratamiento:
Prevención
Si tenemos en cuenta que un alto porcentaje de carcinomas invasivos han estado precedidos
por lesiones de tipo liquen escleroso o VIN, la prevención del cáncer de vulva deberá
basarse en:
Diagnóstico precoz de las lesiones precursoras,
Tratamiento adecuado de las mismas.
Aunque el liquen escleroso posee una baja probabilidad de malignización (<5 %), en las
pacientes correctamente diagnosticadas y tratadas, es aconsejable que las pacientes realicen
controles periódicos. Insistiendo en la necesidad de consultar inmediatamente si no hay
respuesta al tratamiento médico o si se observa la aparición de lesiones engrosadas o áreas
erosivas o ulceradas. En estos casos es esencial realizar una biopsia para descartar la
existencia de una lesión invasiva.
Las pacientes previamente tratadas de VIN requieren un seguimiento largo con estrictos
controles por el riesgo de progresión a una lesión invasora. El tratamiento no elimina por
completo el riesgo de progresión.
CONCLUSION
Insistimos en que la semiología y la inspección detallada de la vulva son claves para tener
un buen diagnóstico clínico. Es importante conocer su anatomía normal y las variantes que
pueden existir, incluidas las malformaciones congénitas, para diferenciarlas de las
verdaderas enfermedades de esta zona. La morfología de las lesiones también es clave para
integrar el diagnóstico clínico correcto, por lo que deben conocerse a fondo las lesiones
elementales y, en casos especiales, apoyarse en el estudio histopatológico. En este trabajo
nos enfocamos en los padecimientos inflamatorios más frecuentes de la vulva, tomando en
cuenta el patrón histopatológico formulado por la Sociedad Internacional para el Estudio de
las Enfermedades de la Vulva de 2006; hicimos una pequeña revisión de cada padecimiento
vulvar, sin incluir los padecimientos infectocontagiosos ni tumorales. Ninguna clasificación
es necesaria cuando el dermatólogo puede llegar al diagnóstico fácilmente gracias a su
experiencia clínica; situación se complica cuando no hay diagnóstico de primera intención;
entonces se recurre a la biopsia y el patólogo, con sus hallazgos de un patrón específico
previamente establecido y en conjunto con el clínico, recurre a esta clasificación para llegar
al diagnóstico correcto.
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ANEXOS