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Universidad de Córdoba: Programa de Doctorado Ingenieria Agraria, Alimentaria, Forestal Y de Desarrollo Rural Sostenible

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UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

PROGRAMA DE DOCTORADO

INGENIERIA AGRARIA, ALIMENTARIA, FORESTAL Y DE DESARROLLO

RURAL SOSTENIBLE

TESIS DOCTORAL

LA INDUSTRIA AZUCARERA EN ESPAÑA EN EL SIGLO

XIX. ESTUDIO DEL CASO DE LA COLONIA SANTA

ISABEL DE CORDOBA

Para aspirar al grado de Doctor por la Universidad de Córdoba de


Don. Basilio Portela García

Vº Bº de los Directores:

D. Francisco Montes Tubío Dª. Rocío Porras Soriano


Catedrático de Ingeniería Gráfica y Profesora Contratada Doctora
Sistemas de Información Cartográfica Universidad de Castilla La Mancha
Universidad de Córdoba

Córdoba, Marzo 2017

1
TITULO: LA INDUSTRIA AZUCARERA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XIX.
ESTUDIO DEL CASO DE LA COLONIA SANTA ISABEL DE CÓRDOBA

AUTOR: Basilio Portela García

© Edita: UCOPress. 2017


Campus de Rabanales
Ctra. Nacional IV, Km. 396 A
14071 Córdoba

www.uco.es/publicaciones
[email protected]
2
TÍTULO DE LA TESIS: La Industria Azucarera en España en el siglo XIX. Estudio del caso de la
colonia Santa Isabel.

DOCTORANDO/A: Basilio Portela García

INFORME RAZONADO DEL/DE LOS DIRECTOR/ES DE LA TESIS


Francisco de Paula Montes Tubío, catedrático del departamento de Ingeniería
Gráfica y Geomática de la Universidad de Córdoba y Rocío Porras Soriano, profesora
contratada doctora de la universidad de Castilla- la Mancha,

INFORMAN:

Que la tesis doctoral titulada “La Industria Azucarera en España en el siglo XIX.
Estudio del caso de la colonia Santa Isabel”, ha sido realizada bajo nuestra dirección,
por D. Basilio Portela García.

Que el trabajo cumple los requisitos vigentes para su presentación y defensa, habiendo
realizado el doctorando una intensa labor de toma de datos en los archivos del Palacio
de Viana (Fondo de Torres Cabrera) y revisión bibliográfica. La metodología empleada
en la investigación ha sido adecuada y los resultados obtenidos nos permiten conocer
cómo fue la primitiva fábrica de extracción de azúcar de remolacha de España.

Que la presente tesis ha dado lugar a una publicación en el volumen VII de la


enciclopedia Técnica e Ingeniería en España, que coeditan la Real Academia de
Ingeniería de España , la Institución Fernando el Católoco y la Universidad de
Zaragoza.

Por ello autorizan la presentación de la tesis ante la Comisión de Doctorado de la


Universidad de Córdoba.

Córdoba, 30 de enero de 2017

Francisco Montes Tubío Rocío Porras Sorian

3
ÍNDICE GENERAL

Resumen........................................................................................................................8

Abstract........................................................................................................................10

Agradecimientos......................................................................................................... 12

I.-ANTECEDENTES………………………………………………………………..13

II.-OBJETIVOS……………………………………………………………………..16

III.-MATERIALES Y MÉTODOS…………………………………………………17

IV.- LA INDUSTRIA AZUCARERA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XIX..............21

4. 1 El azúcar de caña: tradición y modernización............................................ 22

4. 2 La industria azucarera de caña española en el siglo XIX.......................... 27

4. 2. 1 Principales defectos del proceso empleado..................................... 27

4.2.2. Evolución de la industria azucarera de caña española……………27

4. 2. 3 Constructores nacionales de equipos……………............................31

4. 3 El origen de la remolacha azucarera…………………............................... 32

4. 4 Las azucareras remolacheras………………………….............................. 35

4. 5 Las primeras industrias azucareras-remolacheras en España.................... .40

4. 5. 1 El ingenio de San Juan en la vega de Granada……........................ 40

4. 5. 2 La azucarera Santa Isabel en Alcolea (Córdoba)…........................ 42

4. 5. 3 Litigio sobre la supremacía en la industria azucarera..................... 53

4. 6 Las azucareras Españolas a finales del siglo XIX…………..................... 64


4
V.- LA REMOLACHA AZUCARERA EN LA COLONIA AGRÍCOLA DE

SANTA ISABEL…………………………………………….………………...............66

5. 1 Colonización………………... .................................................................. 66

5. 2 Remolacha azucarera................................................................................. 80

5. 2. 1 Observaciones a los análisis de las remolachas.............................. 89

5.3.- Concesiones de agua para riego.................................................................95

5.3.1.- Resumen de agua para riego..........................................................106

VI.- RESULTADOS: LA FÁBRICA DE AZÚCAR DE REMOLACHA EN LA

COLONIA AGRÍCOLA DE SANTA ISABEL…………………………................110

6.1.-Fabricación del primer azúcar en la colonia…....................................... 110

6.2.- Descripción de las edificaciones y equipos de la fábrica………………113

6.2.1.- Primera etapa: Extracción en sala de difusores…………………..114

6.2.2.- Sala de depuración del jugo azucarado…………………………..127

6.2.3.-Sala de calderas para evaporación del jugo……………………….135

6.2.4.- Sala de cristalización y centrifugación………………………….. 141

VII.- EL DECLIVE DE LA EXPERIENCIA DE LA COLONIA DE SANTA

ISABEL……………………………………………………………………………….150

7.1.- Análisis comparativo de las dos experiencias pioneras………………. 153

7.2.- La experiencia de la Colonia de Santa Isabel en la prensa de la época…160

5
VIII.-CONCLUSIONES…………………………………………………………….161

IX.- BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….…163

X.-ANEXOS.................................................................................................................165

ANEXO Nº 1.- ANEJO Nº 1 CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE

LOS CULTIVOS, SUELOS Y CLIMA DE LA COLONIA……………….…….166

1.1.- Descripción botánica y variedades de remolacha……………………...167

1.2.- El clima de la Colonia………………….…………………………..…..171

1.3.- Características edafológicas de la Colonia…………………………….174

1.4.- Alternativa conveniente a la remolacha……………………………….183

1.5.- Labores agrícolas………………………………………………………190

1.6.- Arado a vapor………………………………………………………….194

1.7.- Riegos………………………………………………………………….202

1.8.- Abonos…………………………………………………………………212

1.9.- Siembra…………………………………………………………………223

1.10.- Arranque de la remolacha……………………………………………..241

ANEXO Nº 2.- INSTALACIONES INDUSTRIALES EN LA FÁBRICA……..248

2.1.- Primeras materias empleadas en la fabricación………………………..255

2.2.- Personal de fábrica……………………………………………………...257

2.3.- Ampliación de fábrica…………………………………………………..258

2.4.- Gastos y productos de fabricación…………………………………….260


6
2.5.- Consideraciones sobre la instalación…………………………………..273

2.6.- La fábrica de azúcar en la Colonia…………………………………….276

ANEXO Nº 3.-PRESUPUESTO DE COSTES Y GASTOS DE INSTALACIÓN DE

UNA FÁBRICA DE AZUCAR DE REMOLACHA QUE TRABAJA

DIARIAMENTE 120.000 KILOGRAMOS DE REMOLACHA…………..……291

ANEXO Nº 4.-BIOGRAFÍA DE DON RICARDO MARTEL Y FERNÁNDEZ

DE CÓRDOBA, CONDE DE TORRES CABRERA………………………..….309

ANEXO Nº 5.- ÍNDICE DE FIGURAS…………………………………………. 316

ANEXO Nº 6.- PLANOS

5.1.- Vista aérea general.

5.2.- Vista aérea general con las fincas de la colonia.

5.3.- Plano de la cartografía municipal reflejando la colonia.

5.4.- Plano de planta original de la fábrica.

5.5.- Plano de alzado y secciones original de la fábrica.

5.6.- Plano original del cauce del río Guadalquivir que atraviesa la colonia.

5.7.- Plano de la primera presa sobre el río Guadalquivir.

5.8.- Plano de la segunda presa sobre el río Guadalquivir.

7
RESUMEN.

El abastecimiento de azúcar en España a principios del siglo XIX se producía a

través del suministro de azúcar de caña proveniente de las colonias, especialmente

antillana. El siglo se inicia con el liderazgo de Cuba en la producción y exportación del

azúcar de caña. A mediados del XIX se produce un notable desarrollo de la producción

de azúcar de caña en el litoral oriental andaluz y a partir de 1.845 se instalan 20

modernas fábricas, que utilizan como materia prima dicho producto, y cuya historia

empalmará con las azucareras de remolacha a partir de 1882. La zona levantina no pudo

tener ese desarrollo por las heladas de 1.887 y 1.888.

El año 1.705 el químico francés Olivier Serres, había descubierto las

propiedades azucaradas de la remolacha, y pocas décadas después el alemán Margraf

logró extraer y solidificar el azúcar de esta planta, dando origen a las primeras fábricas

de azúcar de remolacha en Prusia, pero no será hasta finales de dicho siglo, cuando en

España comience a cobrar importancia la industria remolachero-azucarera en

detrimento de la caña de azúcar.

En 1882, están vigentes unas Leyes de Reforma de las Relaciones Comerciales

con las provincias de Ultramar, que tratan de evitar cualquier actividad económica de

las Antillas -incluida la azucarera- que pudiera perjudicar los intereses de España. La

pérdida de la influencia de la economía española en Cuba y Filipinas y el aumento del

proteccionismo del Estado dará lugar a la aparición de la industria remolachera en

España a finales del siglo XIX.

Pues, poco a poco se ve la conveniencia de establecer una industria azucarera en

España cuyo consumo -hasta ese momento- se satisfacía, como se ha indicado, con la

producción andaluza de azúcar de caña y con las importaciones de Ultramar. Para


8
alcanzar ese objetivo, se empezó a sembrar remolacha azucarera con semillas traídas de

Alemania y Polonia.

Las azucareras-remolacheras se implantan tardíamente en España, por la

importación procedente de las reliquias del imperio colonial. Habrá que esperar a 1.882

para que se construyan las dos primeras azucareras españolas: en la Vega de Granada y

en Alcolea (Córdoba), produciéndose a partir de 1.889 una gran expansión.

La industria ha sufrido los problemas que genera un inicio tardío en su actividad

respecto a los países del entorno. En la última década del siglo XIX y primera del siglo

XX se producen los primeros problemas por la desordenada proliferación de fábricas, la

caída de los precios.

La azucarera Santa Isabel en Alcolea (Córdoba).

Fue D. Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, conde de Torres Cabrera, el

promotor de la fábrica de azúcar de remolacha en la colonia de Santa Isabel, en Alcolea

(Córdoba). El proyecto técnico lo dirige el ingeniero agrónomo D. José María Martí y

Sanchíz, recomendado por la Estación Agronómica de Valencia. El objetivo consistía en

investigar las posibilidades de fabricación de azúcar de remolacha en tierras tan

meridionales, cultivo hasta entonces tan desconocido. Entre 1.879 y 1.880 empezó el

conde a construir la fábrica azucarera, contando ya este último año con la patente de

fabricación, cuyo uso consiente en hacer extensivo a los propietarios granadinos del

llamado Ingenio de San Juan, los cuales saldrán exitosos de la experiencia.

9
ABSTRACT.

The supply of sugar in Spain in the early nineteenth century was produced

through the supply of cane sugar from the colonies, especially Antillean. The century

begins with the leadership of Cuba in the production and export of cane sugar. In the

mid-nineteenth century there was a notable development of cane sugar production on

the eastern coast of Andalusia, and from 1845 20 modern factories were set up, using

the product as raw material, and whose history would connect with sugar beets from Of

1882. The zone levantina could not have that development by the frosts of 1,887 and

1,888.

In 1.705 the French chemist Olivier Serres had discovered the sugary properties

of beets, and a few decades later the German Margraf succeeded in extracting and

solidifying the sugar from this plant, giving rise to the first beet sugar factories in

Prussia, but not It will be until the end of this century, when in Spain the sugar beet

industry begins to gain importance, to the detriment of sugar cane.

In 1882, Commercial Trade Reform Laws were in force with the overseas

provinces, which tried to avoid any economic activity in the Antilles - including sugar

plantations - that could harm the interests of Spain. The loss of influence of the Spanish

economy in Cuba and the Philippines and the increase of state protectionism will give

rise to the appearance of beet industry in Spain in the late nineteenth century.

For, little by little, one sees the desirability of establishing a sugar industry in

Spain whose consumption-until that moment-was satisfied, as has been indicated, with

the Andalusian production of cane sugar and with imports from Overseas. In order to

10
achieve this goal, sugar beets were planted with seeds brought from Germany and

Poland.

The azucareras-beetles are implanted late in Spain, by the importation coming

from the relics of the colonial Empire. It will be necessary to wait until 1.882 for the

construction of the first two Spanish sugar mills: in Vega de Granada and Alcolea

(Córdoba), producing from 1.889 a great expansion.

The industry has suffered the problems generated by a late start in its activity

with respect to the surrounding countries. In the last decade of the nineteenth century

and first of the twentieth century the first problems arise because of the disorderly

proliferation of factories, the fall in prices.

The Santa Isabel sugar mill in Alcolea (Córdoba).

It was D. Ricardo Martel and Fernández de Córdoba, Count of Torres Cabrera,

the promoter of the beet sugar factory in the colony of Santa Isabel, in Alcolea

(Córdoba). The technical project is directed by the agronomist D. José María Martí y

Sanchíz, recommended by the Agronomic Station of Valencia. The objective was to

investigate the possibilities of making beet sugar in so southern lands, a culture so far

unknown. It seems that between 1879 and 1880 the count began to build the sugar

factory, already counting this last year with the patent of manufacture, whose use it

consents to extend to the proprietors granadinos of the call Ingenio de San Juan, that

will leave successful of the experience .

11
AGRADECIMIENTOS.

A mi mujer María Araceli Velasco Espinosa


A mis hijos Marta y Pablo Basilio Portela Velasco
A mis padres y hermana

12
I.- ANTECEDENTES.

“La cultura árabe fue la encargada de extender el cultivo de la caña de azúcar,

procedente de Oriente, en Andalucía. El proceso de extracción del azúcar en al-

Andalus, qué conocemos por Ibn al-Awwan, se llevaba a cabo en tres fases: extracción

del jugo, cocción y purga; las innovaciones técnicas fueron muy escasas durante la

Edad Media. Los ingenios utilizados en la fabricación del azúcar eran instalaciones

muy similares, en cuanto a su organización y recursos técnicos, a las almazaras;

disponían como estas de molinos y prensas y tenían grandes cámaras próximas a la

zona de molienda, donde quedaba empotrada la caldera. Las cañas, trituradas en el

molino, liberaban el jugo que se purificaba y convertía en azúcar, por medio de la

cocción en dicha caldera”.1

El abastecimiento de azúcar en España a principios del siglo XIX se producía a


través del suministro de azúcar de caña proveniente de las colonias, especialmente
antillana. El siglo se inicia con el liderazgo de Cuba en la producción y exportación del
azúcar de caña2. A mediados del XIX se produce un notable desarrollo de la producción
de azúcar de caña en el litoral oriental andaluz y a partir de 1845 se instalan 20
modernas fábricas, que utilizan como materia prima dicho producto, y cuya historia
empalmará con las azucareras de remolacha a partir de 1882. La zona levantina no pudo
tener ese desarrollo por las heladas de 1887 y 1888.
En el año 1705, el químico francés Olivier Serres, había descubierto las
propiedades azucaradas de la remolacha, y pocas décadas después el alemán Margraf
logró extraer y solidificar el azúcar de esta planta, dando origen a las primeras fábricas
de azúcar de remolacha en Prusia, pero no será hasta finales de dicho siglo, cuando en

1
SILVA SUÁREZ, M., p.218.

2
MARRÓN GAITE, M. J., p.103.

13
España comience a cobrar importancia la industria remolachero-azucarera en detrimento
de la caña de azúcar.
En 1882, están vigentes unas Leyes de Reforma de las Relaciones Comerciales
con las provincias de Ultramar, que tratan de evitar cualquier actividad económica de
las Antillas (incluida la azucarera) que pudiera perjudicar los intereses de España. La
pérdida de la influencia de la economía española en Cuba y Filipinas y el aumento del
proteccionismo del Estado dará lugar a la aparición de la industria remolachera en
España a finales del siglo XIX.
Poco a poco se ve la conveniencia de establecer una industria azucarera en
España cuyo consumo, hasta ese momento, se satisfacía, como se ha indicado, con la
producción andaluza de azúcar de caña y con las importaciones de Ultramar. Para
alcanzar ese objetivo, se empezó a sembrar remolacha azucarera con semillas traídas de
Alemania y Polonia.
Las azucareras-remolacheras se implantan tardíamente en España, por la importación
procedente de las reliquias del Imperio colonial. Habrá que esperar a 1882 para que se
construyan las dos primeras azucareras españolas: en la Vega de Granada y en Alcolea
(Córdoba), produciéndose a partir de 1889 una gran expansión.

Las primeras industrias azucareras-remolacheras en España:


“En 1882 se construyó y entró en funcionamiento la primera fábrica de azúcar de
remolacha de nuestro país, el llamado Ingenio de San Juan, coincidiendo en el tiempo
con la azucarera de Santa Isabel en Alcolea (Córdoba). No fue casualidad que el
Ingenio de San Juan se ubicara en la Vega de Granada al ser una de las mayores vegas
naturales de España con 20.000 ha aptas para el cultivo de remolacha.
Por entonces, la provincia de Granada contaba con una potente industria cañera que
mantenía un estrecho contacto con la industria remolachera europea, a través de las
fábricas constructoras de maquinaria industrial, que habían instalado las fábricas de
azúcar de caña y de los propios técnicos extranjeros que trabajaban en ellas. Los
primeros ocho años no fueron fáciles ya que a lo largo de ellos se produjo una
profunda reestructuración de los mercados internacionales del azúcar, lo que llevó a
una reducción del 50% en los precios a partir de 1885, con el consiguiente efecto
negativo en la incipiente industria. También surgieron dificultades para que los
agricultores, inmersos en una de las crisis más importantes de la historia en la

14
agricultura española, aceptasen el nuevo cultivo, y lo hicieran en cantidades suficientes
para abastecer la capacidad de las nuevas fábricas”3.

La azucarera Santa Isabel en Alcolea (Córdoba)


Fue D. Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, conde de Torres Cabrera, el
promotor de la fábrica de azúcar de remolacha en la colonia de Santa Isabel, en Alcolea
(Córdoba). El proyecto técnico lo dirige el ingeniero agrónomo D. José María Martí y
Sanchíz, recomendado por la Estación Agronómica de Valencia. El objetivo consistía en
investigar las posibilidades de fabricación de azúcar de remolacha en tierras tan
meridionales, cultivo hasta entonces tan desconocido. Parece que entre 1879 y 1880
empezó el conde a construir la fábrica azucarera, contando ya este último año con la
patente de fabricación, cuyo uso consiente en hacer extensivo a los propietarios
granadinos del llamado Ingenio de San Juan, los cuales saldrán exitosos de la
experiencia.4

“A cambio les pedirá el cinco por ciento del beneficio líquido de sus cinco primeras
campañas, y aunque éstos con posterioridad recurrirán judicialmente a la aplicación
del acuerdo, el conde acabaría por embolsarse cincuenta mil pesetas por este concepto
en 1892 “5.

La obtención de la primera producción de azúcar de la fábrica, que el conde


consideraba el primer azúcar de remolacha obtenido en España, motivó el memorial
elevado al rey Alfonso XII en septiembre de 18826.
En dicho memorial, el autor se lamenta de la reducción de beneficios fiscales
que supone la Real Orden de 5 de septiembre de 1882, que según él llevará el proyecto a
la ruina.

3
La industria azucarera en España. Ed. Azucarera Ebro Agrícolas S.A. Septiembre 1998.
4 SILVA SUÁREZ, M., p.228.

5 ALMANSA PÉREZ, R. M.: Familia, tierra y poder en la córdoba de la restauración. Universidad de Córdoba,

2005.
6 CONDE DE TORRES CABRERA: Introducción al cultivo y obtención del primer azúcar de remolacha en España,

en la fábrica de la colonia santa Isabel de alcolea. Córdoba, 1882.


15
II.-OBJETIVOS:

Los objetivos de la presente investigación son los siguientes:

-Estudiar la situación del abastecimiento de azúcar en España a finales del siglo XIX,

que inducen a una serie de agricultores ilustrados como el conde de Torres Cabrera,

D. Ricardo Martel y Fernández de Córdoba y el farmacéutico granadino D. Juan López

Rubio a implantar una nueva tecnología en la extracción del azúcar.

-Investigar la situación de la Normativa de protección de cultivos en la España de la

Restauración.

-Estudiar los aspectos agronómicos de la denominada Colonia de Santa Isabel.

-Profundizar en el diseño de la primera azucarera remolachera construida en España.

Este será el objetivo fundamental del presente trabajo, ya que aunque la descripción

literal de la fábrica es conocida por el Memorial que el propio conde de Torres Cabrera

dirige a S.M. el rey Alfonso XII, los planos del proyecto original de la fábrica no

estaban accesibles a los investigadores, al no estar catalogados los archivos del palacio

de Viana hasta hace unos cuantos años.

Conseguidos dichos planos, quedaba interpretarlos y definir las distintas zonas

de elaboración y equipos instalados, lo que se ha realizado en el apartado nº VI del

presente trabajo.

-Analizar las causas del fracaso de la implantación de la azucarera de la Colonia.

16
III.- MATERIALES Y MÉTODOS:

La metodología, como en cualquier investigación consistirá en una toma de datos,

seguida de un posterior análisis de los mismos, proceso que se repetirá sucesivamente

hasta que puedan extraerse conclusiones.

La principal fuente de información la encontramos en el Palacio de Viana (Córdoba),

sede del fondo documental del condado de Torres Cabrera, que nos ha facilitado el

acceso a la numerosa documentación existente sobre la Colonia de Santa Isabel, en

Alcolea (Córdoba), donde se instala la azucarera de Don Ricardo Martel.

Se han consultado y estudiado los legajos comprendidos entre el 0039-1 al 0055-1,

relacionados con la industria investigada, y que contienen interesante información

agronómica y planos originales de la hacienda Santa Isabel , así como de la primitiva

azucarera.

Fig. nº 1.-Fachada del Palacio de Viana (Córdoba). Cordobapedia 2008.

Son escasos los estudios en profundidad sobre la azucarera del conde de Torres Cabrera,

pero numerosas las publicaciones, libros, artículos etc. sobre los cultivos de la caña de

17
azúcar y la remolacha azucarera, tipo de suelos, exigencias hídricas y clima a los que

mejor se adaptan.

Entre éstos citaremos:

MARRÓN GAITE, M.J.: La adopción de una innovación agraria en España: Los orígenes del
cultivo de la remolacha azucarera. Experiencias pioneras y su repercusión económica
y territorial Estudios Geográficos- Vol. LXXII, 270, pp. 103-134. Enero-Junio 2011.

La industria azucarera en España. Ed. Azucarera Ebro Agrícolas S.A. Septiembre 1998.

ALMANSA PÉREZ, R. M.: Familia, tierra y poder en la córdoba de la restauración.


Universidad de Córdoba, 2005.

CONDE DE TORRES CABRERA: Introducción al cultivo y obtención del primer azúcar de


remolacha en España, en la fábrica de la colonia santa Isabel de Alcolea. Córdoba, 1882.

Fig. nº 2.- Portada del volumen VII la enciclopedia de ingeniería

También el volumen VII de la enciclopedia de la Academia de Ingeniería Técnica e


Ingeniería en España VII. El Ochocientos, de las profundidades a las alturas. Tomo II,
recoge un capítulo sobre la industria azucarera en España en el siglo XIX.

18
Artículos como:

La caña de azúcar en la Andalucía mediterránea durante el siglo XIX, de JIMENEZ


BLANCO, José Ignacio, publicado en la revista de Estudios Andaluces nº 4
(1985) PP. 41-46.
Patrimonio y Ciudad. Patrimonio Industrial Azucarero en la Axarquía: Entre el Olvido
y la Puesta en Valor”, de Francisco José Rodríguez Marín, del departamento
de Arte de la Universidad de Málaga que nos adentran en la situación del sector
azucarero en el siglo XIX. Época en que la revolución industrial está llegando a
la industria agraria andaluza.
También contiene una información de interés sobre las industrias azucareras
malagueñas el trabajo de SANTIAGO RAMOS, A. Y A. GUZMÁN VALDIVIA:
Axarquía. Patrimonio Industrial. Ceder, 2007.
Asimismo, la tesis doctoral de CASTILLO MARTÍNEZ, A. “Sistemas Constructivos de la
Industria Azucarera Granadina” leída en la Universidad de Granada en 2015,
aporta gran información sobre las azucareras de esa provincia.

Otros libros de interés son aquellos que hablan de las industrias agrarias en general,
entre las que incluyen las azucareras, tanto de caña como las remolacheras. Es el caso
del volumen sobre “Las Industrias Agrícolas. Tratado de las que se explotan en España
y de todas aquellas que puedan ser ventajosamente explotadas.” Publicadas por
Francisco Balaguer y Primo, en la librería Cuesta de Madrid en 1877.

También tienen un gran interés, por doble motivo, los volúmenes sobre “Los
Principales Ingenios de Azúcar de la Isla de Cuba”, de J.R. Cantero, publicado en la
Habana en 1857, que no solo da abundante información sobre los ya, en esa época,
modernos ingenios de elaboración de azúcar de caña, sino que recoge también unas
magníficas láminas de Eduardo Laplante.

Un ejemplo de las mismas se adjunta en la figura siguiente:

19
Fig. nº 3 .- Casa de calderas de dos ingenios azucareros cubanos: Flor de Cuba y San Martín:
Los procedimientos empleados en Cuba para la extracción del azúcar de caña eran los tradicionales,
pero durante el siglo XIX, algunos propietarios comenzaron a instalar las más modernas tecnologías
en sus ingenios. Entre estos se encontraba el ingenio Flor de Cuba (arriba), ubicado a unas
doce leguas de la bahía de Cárdenas. Promovido por Pablo de Arrieta en 1838, que pronto se convirtió
en uno de los más importantes de la isla. Su producción en 1857 oscilaba entre 9 y 10.000
cajas de azúcar de primera calidad. El Ingenio de San Martín (abajo), propiedad de Francisca
Pedroso y Herrera, estaba situado en el departamento Occidental, jurisdicción de Cárdenas. En
1851 comenzó a construirse bajo la dirección de Antonio G. Solar. Efectuó su primera zafra en
Febrero de 1854 y en 1857 produciría de 14.000 a 15.000 cajas de azúcar. (Láminas de Eduardo
Laplante, en J. R. CANTERO, Los Ingenios. Colección de Vistas de los principales ingenios de
azúcar d la isla de Cuba, Habana, Lit. de Luis Marquier, 1857: 41 y 57).Tomado de Técnica e Ingeniería en España VII.
El Ochocientos, de las profundidades a las alturas. Tomo II

20
IV.- LA INDUSTRIA AZUCARERA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XIX.

A principios del siglo XIX España se abastecía de azúcar de caña proveniente de

las colonias, especialmente de Cuba (MARRÓN GAITE, M.J., 2011: 103).

Las instalaciones en que se extraía el azúcar de la caña se denominaban

trapiches o ingenios.

El trapiche tiene su etimología latina en trapetes (‘piedra de molino’) y también

se usa como extensivo a todos los molinos que fabrican azúcar. El ingenio es sinónimo

de ‘establecimiento azucarero’. Muchas veces se entiende, en esta zona, el trapiche

como molino accionado con fuerza animal y el ingenio con fuerza hidráulica, ya que la

fuerza animal e hidráulica se utilizan indistintamente hasta el siglo XIX. Los tipos de

molino usados eran el de rueda vertical y el de rueda horizontal o rodezno. Este último

aparece instalado en el ingenio de San Isidro de El Trapiche, en la provincia de Málaga,

según nos cuenta Humboldt.

En América, a finales del siglo XVI surge el molino de cilindros o de mazas, que

evita el paso previo de cortar las cañas en trozos. Se cita por primera vez en Recife,

Brasil, en 1577. Los primeros de estos trapiches eran de dos mazas o rodillos de madera

dura dispuestos de forma horizontal. En 1679 se describe en Motril un molino de

cilindros horizontales activado por tracción animal. Pronto fueron sustituidos en el siglo

XVII por trapiches de tres mazas verticales que se difundieron bien en la costa del reino

de Granada. En 1754, gracias a una innovación de Smeaton, se imponen los trapiches de

tres mazas horizontales. Hacia 1780 las mazas de madera se empiezan a forrar con

fundas metálicas llamadas tambores. En 1770 se instala el primer trapiche movido por

vapor en Jamaica y en 1797 se aplica la máquina de vapor a un trapiche cubano.


21
El tren jamaicano introduce un sistema de hornos de reverbero que supone un

gran ahorro de combustible, problema no menor en las zonas azucareras de la Península.

Pero aun con estos sistemas de evaporación al aire libre hay un desperdicio en los

niveles de rendimiento en el proceso de concentración. En los procesos de clarificación

y concentración también se utilizan principios químicos lejos de las rutinas anteriores.

En la Axarquía (Málaga) y la costa granadina las innovaciones se van

introduciendo poco a poco, y conviven con los sistemas tradicionales durante los siglos

XVI al XIX (SANTIAGO RAMOS, A. y GUZMÁN VALDIVIA, A., 2007: 44-48). A

mediados del XIX se produce un notable desarrollo de producción de azúcar de caña en

el litoral oriental andaluz y a partir de 1845 se instalan 20 modernas fábricas, que

utilizan como materia prima dicho producto, y cuya historia enlazará con las azucareras

de remolacha a partir de 1882.

4.1. EL AZÚCAR DE CAÑA: TRADICIÓN Y MODERNIZACIÓN.

Ramón de la Sagra fue el introductor de la moderna industria azucarera en la

costa andaluza. En 1845 recorrió la costa de Málaga y Granada y, ya de regreso, hizo

imprimir en Madrid el texto de su “Informe sobre el cultivo de la caña y fabricación del

azúcar en las costas de Andalucía”.7 En su informe señala las carencias más comunes

que presentan los ingenios españoles, en 1845. De la Sagra hace una completa

descripción del ingenio de San Isidro, que, según este autor, se halla situado antes de la

entrada del pueblo (Vélez-Málaga), por el camino de Granada. Describe después el

7 SANTIAGO RAMOS, A. Y A. GUZMÁN VALDIVIA: Axarquía. Patrimonio Industrial. Ceder, 2007, p. 50.

22
funcionamiento de este ingenio preindustrial, resaltando sus defectos de

funcionamiento8.

Los equipos de extracción del azúcar analizados por D. Ramón de la Sagra tenían “dos

juegos de cilindros verticales, de hierro colado, y entre ellos se hacía pasar y repasar

muchas veces la caña y el gabazo casi pulverizado, que después era prensado con las

espumas de los caldos, dentro de cerónes y bajo pesadas vigas. Para la clarificación

del jugo se empleaban cortas porciones de lejías alcalinas, una de sosa y otra de cal,

tan ligeras que no tienen sabor. Se realizaba la operación con el fuego desnudo, en

calderas de cobre profundas, de las cuales había tres pares, para operar con cada una

la clarificación y el melado, separadamente en una caldera, y dos calderas más de

hierro colado, en cada una de las cuales se ejecutaban sucesivamente las dos

operaciones. Cada par de calderas de cobre tenían su hogar inferior y lo mismo cada

una de las calderas de hierro.

El punto de azúcar se daba en dos pares de pequeñas pailas de cobre muy

profundas calentadas por el vivo fuego de un horno alimentado con gabazo. Los otros

hornos de las calderas de cobre se alimentaban con leña y los calderos de hierro con

carbón de piedra. Los jarabes concentrados, o sea las meladuras, no pasaban

inmediatamente a obtener el punto de azúcar en las pequeñas tachas, cuando eran

extraídas de las grandes calderas, como debía aconsejar una bien entendida economía

del tiempo, sino que se depositaban en otras pailas que se hallaban en el suelo y allí se

enfríaban, para volverlos después a hacer hervir en las tachas de dar punto.

8 ROJAS SOLA, J.I. y UREÑA MARÍN, J.R., p.95.

23
Se realizaba el destructor batido a aire, y el trasvase de melado en punto, con

cubos, y se dejaban los fondos vacíos e incandescentes, donde se quemaba

irremediablemente al caer la nueva carga de meladura. Por último se hacía la

distribución en las formas, la purga y después el blanqueo, por medio del hediondo

barro humedecido. En su época de mayor actividad llegó a moler 90 días consecutivos

y las cosechas de la actualidad no exceden de 45 o 50 días, o 150.000 arrobas de

planta.”

En el Informe citado del Cabildo de Vélez de 1858 se refleja esta fábrica como

“parada y expuesta a las injurias del tiempo que solo va dejando vestigios y ruina “. La

producción azucarera necesitaba una modernización sustancial concretada en la

aplicación del vapor como fuerza motriz, el procedimiento de evaporación y cocción al

vacío y el uso de turbinas (extractores) para el sistema de purga. Además de todo ello,

era necesario instaurar un modelo de organización industrial. Como se ha dicho, el

papel de impulsor de esta transformación correspondió a Ramón de la Sagra y a la

Sociedad Azucarera Peninsular9

El ingeniero D. Francisco Balaguer Primo nos habla de las mejoras que la

utilización del vapor puede proporcionar al proceso de elaboración de azúcar de caña10,

haciendo la siguiente descripción del proceso:

9
SANTIAGO RAMOS, A. y GUZMÁN VALDIVIA, A. 2007: 47-50.

10 BALAGUER PRIMO, F. Las Industrias Agrícolas. Tratado de las que se explotan en España y de todas aquellas
que puedan ser ventajosamente explotadas.” Ed. Librería Cuesta, Madrid, 1877.

24
Maquinaria de las azucareras: El proceso tradicional utilizado para la fabricación
tanto del azúcar de caña como de remolacha tenía las siguientes etapas: 1.º.– Lavado y
limpieza. 2º. – Extracción del jugo, con dos variantes: 2.1. Maceración: Cuando
convenía exprimir la remolacha se utilizaba un rayador de varias cuchillas o planchas
dentadas, que rayaban la remolacha, y por la acción de la fuerza centrífuga la pulpa
escapaba al tambor exterior. Esta pulpa se sometía a la acción de la prensa. 2.2. En el
caso de la caña o cuando no convenía exprimir la remolacha, tanto las unas como las
otras se cortaban en rebanadas, y se introducían en un recipiente metálico. El paso del
agua caliente por dicho vaso o difusor, lleno de las rajas de remolacha o de caña,
extraía el jugo sacarino, que quedaba diluido en el agua. En el siglo XIX se producen
una serie de mejoras tecnológicas que afectan a ambas azucareras. Uno de los
procesos que sufrieron esa innovación fue la difusión o extracción del jugo, que como
hemos visto, no era más que una modificación de la maceración, que se automatiza y se
convierte en un sistema continuo, empleando una batería de difusores compuesta de
unos diez vasos de hierro con fondo cónico, montados sobre soportes, como el que
representa la primera figura, y de dos recalentadores de serpentín, que reducen la
mano de obra notablemente. En relación a la segunda figura, “la otra mejora que se
introduce es en el equipo de serpentines para el calentamiento de agua, consistente en
añadir una solución salina a la caldera A; mientras el recipiente B, se llenaba de agua.
La parte inferior de la caldera se calienta hasta que hierva dicha disolución; en tal
estado, si el manómetro señala 2 atmósferas, por ejemplo, la presión será la misma en
el recipiente B; y si se abre D, el vapor levantará la válvula de retención E; penetrará
en el serpentín, donde adquirirá la temperatura de la disolución salina, y se escapará,
por último, por la llave F, poseyendo ya las propiedades de un vapor recalentado a esta
temperatura, regulado por la válvula S. Con este aparato, y empleando ciertas mezclas
de sal, se puede recalentar el vapor hasta 35° con muy poquísimo aumento de presión;
pudiéndose emplear para dar suficiente temperatura, o recalentar al grado deseado, el
vapor procedente de las calderas de baja presión, de los escapes de las máquinas, etc.
Véase, pues, qué buenas aplicaciones podrían hacerse en las fábricas de azúcar con
este aparato recalentador.” (F. BALAGUER Y PRIMO, 1877: 284-287).

25
El mismo autor, continúa diciendo: La siguiente etapa en la fabricación de azúcar era
la preservación del jugo: extraído el jugo sacarino, para evitar su descomposición, se
mezclaba una cantidad de canino y cal. El proceso terminaba con la depuración,
desencalado, carbonatación, cocción, cristalización y centrifugado.

Fig. nº 4.- Difusor, serpentín y caldera a que se refiere BALAGUER PRIMO, F. en el texto anterior.

26
4.2.- LA INDUSTRIA AZUCARERA DE CAÑA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XIX.

4.2.1.- PRINCIPALES DEFECTOS DEL PROCESO EMPLEADO.

La molienda se efectuaba por molinos verticales de hierro colado, sistema lento

y poco eficaz. Los hornos individuales y fuego no controlado, empleados en la

clarificación o defecación, quemaban buena parte del azúcar y consumían mucha leña.

El sistema de maquila utilizado en las azucareras provocaba el desinterés de los dueños

de los ingenios en realizar mejoras en la cristalización y purga. Por otro lado, el

empleo de la energía hidráulica en el proceso de fabricación competía con el riego de

las cañas y daba lugar a pérdida de rendimiento. También el excesivo consumo de

leña en las azucareras provocaba la deforestación de las zonas aledañas al ingenio 11.

4.2.2. EVOLUCIÓN DE LA INDUSTRIA AZUCARERA DE CAÑA ESPAÑOLA.

“Aun así, de 1845 a 1880, la caña de azúcar no tiene competencia, se

introducen nuevas variedades de caña, se mejoran los cultivos y se moderniza la

industria de extracción del azúcar. Larios Hermanos y Cía. adquieren la Sociedad

Azucarera El Porvenir y la transforman en la fábrica más importante de la costa, con el

nombre de Nuestra Señora del Carmen. Aunque la rentabilidad del negocio podía ser

11
ROJAS SOLA, J.I. y UREÑA MARÍN, J.R., 2012: 95.

27
muy elevada, sólo la alta burguesía disponía de los capitales para asumir los riesgos de

este tipo de empresa”12.

Tras la mejora del proceso industrial, que se produce a mediados del XIX, las

operaciones necesarias para extraer la sacarosa del jugo de la caña y obtener cristales de

azúcar eran cuatro: molienda, purificación de jugos, concentración de jugos y

clasificación del tipo de azúcar. Tras la molienda se procedía a la clarificación o

defecación, en las que el jugo se filtraba, se calentaba hasta 95° y se dejaba decantar.

Terminaba el proceso con la concentración (evaporación), cristalización y

centrifugación. Estas operaciones tenían como objeto la obtención de azúcar sólido,

separándolo en forma cristalina de las melazas.

La molienda se realizaba con molinos de 3 o 5 cilindros colocados

horizontalmente, y la transmisión de la fuerza era mucho más perfecta que en los

molinos verticales movidos por animales o por la fuerza hidráulica. El uso del tren de

molinos formado por varios juegos de molinos en línea conseguía un proceso continuo

de molienda al incorporarles una rueda directriz adosada, que permitía conducir la caña

de azúcar a una segunda presión entre el rodillo central y el tercero, y así se eliminaba la

alimentación manual13.

Las máquinas de vapor intervenían en esta primera fase, es decir, en la molienda,

lo que permitió la colocación de juegos sucesivos de molinos de tres rodillos

horizontales formando triángulo, que eran accionados por dicha energía.

12
La Memoria de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, presentada en 1862, refleja la
situación de las industrias azucareras en la zona. Véase Casado, M, 1862: De la industria azucarera en la
provincia de Málaga. Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, nº 16, 17 y 18.

13
ROJAS SOLA, J.I. y UREÑA MARÍN, J.R.: Technological evolution of the steam engine in sugarcane
production. Actas del Congreso Internacional Conjunto XVI ADM-XIX INGEGRAF. Perugia, Italia, pp. 549-556,
Junio 2007.

28
Las primeras máquinas de vapor se instalaron en Jamaica y posteriormente en

Cuba. Se introdujeron en la Península en 184514. A lo largo del siglo XIX se fue

introduciendo la energía del vapor para tracción de los rodillos de los molinos, junto con

el nuevo método de cocción de los jugos azucarados. Las patentes de Decoster, Faure

y Faure y Thompson posibilitaron generalizar el uso de cuchillas rotativas,

desfibradoras y desmenuzadoras y mejoraron los rendimientos del proceso. En salas de

caldera también se introdujeron mejoras en las fases de concentración, vacío y

filtración.15

Los evaporadores al vacío incrementaron su número a cuádruple y quíntuple

efecto a lo largo del siglo. El primero que se construyó en España fue en Almuñécar

en 1845. La filtración se realizaba mediante columnas de carbón animal patentadas por

Charles Louis Derosne, que mejoraban la decoloración de las soluciones azucaradas.

Fig. nº 5.- Molino de moler caña de Tomás Trigueros,


Ingeniero, Constructor de maquinaria de Málaga. 1853.
(Catálogo de Tomás Trigueros, Málaga).

La cocción de jugos se efectuaba en las «tachas», calderas cilíndricas de cobre en

cuyo interior se encontraban serpentines por los que circulaba el vapor, provocando la

14
PIÑAR SAMOS, J. y GIMÉNEZ YANGUAS, M.: Motril y el azúcar II: Del paisaje industrial al patrimonio
tecnológico (1845-1995). Motril (Granada), 1996.

15
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las alturas.
Zaragoza. 2013

29
concentración del jugo por ebullición. La cocción en la tacha terminaba cuando el jugo

comenzaba a formar cristales. La separación de azúcares y mieles se realiza ya, a partir

de la mitad del XIX, mediante turbinas centrífugas, sustituyendo al sistema tradicional

de purga y blanqueo de la masa cocida en pilones.

“La aplicación de la centrifugación completó el proceso de mecanización, iniciado con


la modernización de los molinos de caña, y que siguió a partir de mediados de esa
centuria con la adopción de tachos al vacío y otros adelantos aplicados a la
evaporación y clarificación del guarapo en las casas de calderas. Las centrífugas,
además, permitieron estandarizar la producción, y el llamado azúcar de centrífuga o
centrífugo desplazó del mercado internacional desde finales del referido siglo a las
demás clases. Las primeras instaladas en Cuba fueron ensambladas y vendidas por la
firma Cail y se colocaron en 1849 en el ingenio La Amistad. Su uso se generalizó en la
isla y otros países tres décadas después”.16
El filtrado se hacía tradicionalmente mediante una tela gruesa por la que se

pasaba el guarapo y se separaba de las partes sólidas contenidas en él. Su uso fue poco

corriente por su lentitud, hasta que en la década de 1840 empezaron a aplicarse los de

carbón animal para purificar las meladuras, vendidos por Derosne et Cail 17.

También son varios los privilegios de invención y las patentes que se presentan

en España relacionadas con el sector azucarero a lo largo del siglo, de molinos

cortadores, cuchillos para picar, prensas de pulpa, aparatos de evaporación, calderas de

cocción, etc.18

16
SANTAMARÍA GARCÍA, A. y L. M. GARCÍA MORA, 2009: 16.
17
SANTAMARIA GARCÍA, A. y GARCÍA MORA, L.M., 2009: 22

18
UREÑA MARÍN, J.R. 2012: 104.

30
4. 2.3.-CONSTRUCTORES NACIONALES DE EQUIPOS.

Varias empresas españolas fabricarán molinos de cañas, entre ellas la Fundición

Díaz, de Vélez-Málaga, que instalará su maquinaria en el Ingenio Azucarero de N.ª Sra.

del Carmen de Frigiliana. La fundición de Tomás Trigueros (Málaga) construye,

movidos con máquina de vapor o caballerías, molinos para moler la caña. Fundada en

1853, esta fábrica fue de las primeras que surgieron para aprovechar los lingotes de

hierro producidos por las dos grandes fundiciones malagueñas, La Constancia y El

Ángel. Tomás Trigueros fue su propietario. Estaba situada en la calle Fontana del

Carmen, elaboraba molinos, prensas, arados, muebles de hierro, pilares, balanzas, etc.

En 1876 construye una segunda fábrica en terrenos de la desembocadura del

Guadalmedina.19

A principios de la década de 1880, va a aparecer en España una seria

competidora de las azucareras de caña, la primera fábrica de remolacha de Granada

(1882), el Ingenio de San Juan20.

19
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las
alturas. Zaragoza. 2013
20
PIÑAR SAMOS, J. y GIMÉNEZ YANGUAS, M. (1996).

31
4.3. ORIGEN DE LA REMOLACHA AZUCARERA.

En el año 420 antes de Cristo, el poeta griego Aristóphanes cita la remolacha, en

una de sus obras, siendo la primera referencia escrita que se tenga de ella. Aparecían

descritas como "plantas de jardín versátiles"; se mencionaban variedades oscuras y

claras.

Durante los siglos V al XV, la remolacha se expande por Europa a través de las

antiguas colonias del Imperio Romano, siendo cultivada principalmente en monasterios

por sus hojas y dulces raíces. Al principio, la planta de la remolacha se cultivaba por sus

hojas, que probablemente en aquella época equivalían a las espinacas o las acelgas. Más

adelante, la raíz ganó popularidad, especialmente la de la variedad roja conocida como

remolacha.

En el año 1538, Caesalpinus (médico, filósofo y botánico italiano) diferencia 4

tipos de remolacha, según el uso que se le podía dar, destacando una remolacha roja

muy adecuada para ser usada como ensalada (nuestra betarraga).

En el año 1700, remolachas de raíz blanca eran cultivadas para uso ganadero

cerca de Magdeburgo y Silesia (Alemania).

En 1700, el agrónomo francés Olivier de Serres relataba: "cuando se cocina este

manjar da un jugo almibarado". En esa época nadie se preguntó de dónde provenía el

sabor dulce de la raíz. En 1705, descubre las propiedades azucaradas de la remolacha.

En 1747 Margraf publicó trabajos que indicaban que el compuesto, que daba

dulzor a la remolacha, era el mismo que el de la caña de azúcar.

La remolacha azucarera no recibió la atención que merecía hasta el bloqueo de

las líneas comerciales francesas durante las guerras napoleónicas.

32
Durante el periodo comprendido entre los años 1784 -1799 Achard, discípulo del

hábil químico alemán Margraf, estudia distintos tipos de remolacha y descubre que

aquellas de piel blanca y raíz cónica tenían los mayores porcentajes de azúcar. Nace la

variedad llamada "la blanca de Silesia", origen de todas las variedades modernas de

remolacha usadas hoy en día.

En el año 1801 el rey Prusiano Frederick William III financia a Carlos Francisco

Achard para realizar más estudios y la construcción de la primera fábrica para elaborar

azúcar a partir de remolacha. Armas de mala ley se esgrimieron para que esta industria

no prosperara. Inglaterra temiendo por sus relaciones comerciales con India ofreció

hasta seiscientos mil francos a Achard para que extinguiese el germen, hombres de

reconocido prestigio en el sector afirmaron en distintos libros e informes que el azúcar

de remolacha no era tan dulce como se anunciaba y que esta industria no era tan

rentable como se afirmaba en la teoría.

Achard, lejos de aceptar la oferta, publicó un interesante libro sobre la

fabricación en Europa del azúcar de remolacha, obra completa, en la que se da a

conocer esta industria bajo sus dos esenciales puntos de vista: el agronómico y el

industrial, y nuevas fábricas se alzaron en Krain, cerca de Strehlen, en Althaldensleben,

en Bohemia y después en toda Alemania, Francia Y Rusia.

En el año 1802 la primera fábrica, ubicada en Cunern (Baja Silesia), procesó en

su primera campaña 250 toneladas de remolacha producidas en la temporada.

En 1811, unos científicos franceses presentaron a Napoleón dos barras de azúcar

obtenido a partir de remolacha. Tan impresionado quedó Napoleón que ordenó plantar

32.000 ha de remolacha que debían ser cultivadas en la Europa bajo su dominio para

suplir el déficit de azúcar causado por el bloqueo naval inglés, que impedía el ingreso de

azúcar de caña proveniente de las colonias francesas. Repartía por vía del estimulo un
33
millón de francos a los cultivadores; protección y estimulo, en honores e intereses

recibieron todos los que con su trabajo intelectual o material contribuyeron al fomento

de esta industria. Prueba de ello es la cantidad de fábricas que funcionaban en Francia,

Alemania, Rusia, Polonia, Austria, Bélgica, Holanda, Suecia, Italia, Inglaterra y hasta

en América teniendo gran atención por parte de reyes y pueblos. De esta manera el

cultivo de remolacha se propagó por Europa hasta convertirse en lo que nosotros

conocemos hoy.

En el año 1850 Vilmorin21 comenzó a utilizar el peso específico como factor de

selección de variedades de remolacha en Francia.

En 1859 Matthias Rabbethge, fundador de la actual KWS22 comenzó a

seleccionar, con mucho éxito, variedades de remolacha siguiendo el principio de la

selección individual de remolachas madres.

Todo este auge y desarrollo de la industria de la remolacha se conseguía con el

apoyo directo de los Gobiernos: en Rusia el general Blankennagel recibía del

Emperador cincuenta mil rublos para abastecer su fábrica en la villa de Akabef, y un

ukase (Decreto del Zar) que dejaba libres de toda tributación los productos de ésta

industria; en Francia Napoleón I impedía el arribo del azúcar ultramarino y mandó

plantar 32.000 ha para el cultivo de la remolacha.

21
Vilmorin: planta y boutique de semillas en fundada 1742 durante el reinado de Luís XV

22
KWS: empresa que participa activamente en el mercado mundial de semilla de remolacha azucarera.

34
4.4. LAS AZUCARERAS REMOLACHERAS.

La remolacha azucarera (Beta vulgaris var. saccharífera) es una planta de ciclo

bianual, pertenece a la familia de las quenopodiáceas. En el año de siembra forma un

abundante aparato foliar y acumula sacarosa en la raíz principal, mientras que en el

segundo año, tras la vernalización, emite las flores y fructifica. Por tanto, para la

producción de azúcar interesa solo la fase vegetativa (primer año), siendo lo adecuado

recolectar cuando tiene lugar el máximo de acumulación de sacarosa en la raíz. La fase

reproductiva (segundo año) solo interesa para la producción de semillas.

En 1705, el químico francés Olivier Serres había descubierto las propiedades

azucaradas de la remolacha, y pocas décadas después el alemán Margraf logró extraer

y solidificar el azúcar de esta planta, dando origen a las primeras fábricas de azúcar

de remolacha en Prusia; pero no será hasta finales de dicho siglo cuando en España

comience a cobrar importancia la industria remolachero-azucarera en detrimento de la

caña de azúcar 23

Las Leyes de Reforma de las Relaciones Comerciales con las provincias de

Ultramar tratan de evitar que cualquier actividad económica de las Antillas (incluida la

azucarera) pudiera perjudicar los intereses de España. La pérdida de la influencia de la

economía española en Cuba y el aumento del proteccionismo del Estado darán lugar a la

aparición de la industria remolachera en España a finales del siglo XIX. Para alcanzar

ese objetivo, se empezó a sembrar remolacha azucarera con semillas traídas de

Alemania y Polonia.24

23
MARRÓN GAITE, M.J., 1988, p.103

24
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las alturas.
Zaragoza. 2013

35
El cultivo remolachero se inicia en España de la mano de la industria azucarera.

Los primeros ensayos se llevaron a cabo en 1874 en plan puramente experimental. En

1882-1883 se realiza ya la primera campaña remolachera y se obtiene la remolacha

suficiente como para lanzar a los introductores del cultivo a la creación de las dos

primeras fábricas de azúcar de remolacha del país. Tanto los ensayos sobre este cultivo

novedoso como la instalación de estas primeras fábricas se llevaron a cabo en dos

puntos de la región andaluza por la iniciativa personal de Ricardo Martel y Fernández

de Córdoba, conde de Torres Cabrera, y Juan López-Rubio Pérez.25 Ambos, de forma

simultánea e independiente, introdujeron el cultivo con semillas francesas en Alcolea

(Córdoba) y en Cúllar- Vega (Granada), respectivamente, e instalaron en estas

localidades las citadas fábricas de azúcar26 lo que produjo a partir de 1889 una gran

expansión. El número de fábricas de azúcar pasó de solo una en 1882 a diez en 1891,

ubicadas todas en la provincia de Granada, a excepción de la Azucarera Santa Isabel

localizada en Alcolea (Córdoba) y propiedad de Torres Cabrera27.

“La concentración de estas industrias irá pasando de la vega de Granada

(1882- 1899) al valle medio del Ebro (1899-1902) y posteriormente a la cuenca del

Duero. La ubicación espacial de estas fábricas se hizo con bastante racionalidad a

pesar del escaso tiempo empleado en su planificación y la heterogeneidad de los

25
JUAN LÓPEZ-RUBIO (1.829-1.913): había nacido el 21 de enero de 1829 en Alájar (Huelva) de donde se
trasladó a Granada, a la edad de 25 años, para cursar estudios de Farmacia. En ella adquirió una farmacia en la que
instaló un pequeño pero acreditado laboratorio donde comenzó, en 1876, a investigar las posibilidades del cultivo de
la remolacha azucarera y la fabricación de azúcar. Fue el primer presidente del Colegio de Farmacéuticos de Granada
y presidente de la Diputación de esa provincia. La producción azucarera del Ingenio de San Juan que él fundó en
1882 fue todo un éxito, siendo la primera instalada en España. Con semillas traídas de Alemania y Polonia sembró
más de 20.000 hectáreas aptas para el cultivo de la remolacha en la Vega de Granada, convirtiendo dicha zona en la
primera productora de azúcar de España de la época.

26
MARRÓN GAITE, M. J., 1992: 29

27
MARRÓN GAITE, M.J. (2011: 113).

36
capitales participantes en su creación. Cinco se localizaron en pleno regadío de la vega

de Granada y muy próximas a la capital, a saber: Nuestra Sra. de las Angustias, San

Cecilio, Señor de la Salud, La Bomba e Ingenio de San Juan; tres se ubicaron en dos

municipios del noreste de esta vega: San Fernando (Atarfe), Nuestra Sra. del Carmen y

Nuestra Sra. del Rosario (Pinos Puente); una en Armilla, junto al río Dílar: Santa

Juliana, y otra en el extremo occidental de la vega: Conde de Benalúa, en el municipio

de Láchar. Mientras, el coste de fabricación de azúcar en la vega de Granada era más

del doble que el de las fábricas alemanas, en parte debido a la calidad de las tierras y

al clima de la zona. No obstante, durante las dos últimas décadas del siglo XIX crece

considerablemente la producción nacional azucarera, consolidándose a final de siglo

gracias a las medidas proteccionistas y a la pérdida de las colonias.

En la campaña de 1892-1893 se crean tres nuevas fábricas, esta vez en tierras

malagueñas y almerienses, concretamente en Antequera (Azucarera Antequerana),

Marbella (Azucarera de San Pedro de Alcántara) y Almería (Compañía Industrial

Azucarera). A partir de este momento el cultivo remolachero saltará a diversos puntos

del agro peninsular de la mano de la industria azucarera, desencadenando un auténtico

boom azucarero. Ya en esta misma campaña de 1892-1893 el cultivo salta a los

regadíos del Ebro (Zaragoza, Casetas, Ariza) y a la provincia de Madrid (Aranjuez),

donde se crean nuevas fábricas de azúcar de remolacha. Desde todos estos focos el

cultivo remolachero se difundirá por todo el territorio peninsular hasta constituir uno

de los cultivos más importantes del país. Tras 1898 se acelera el proceso

industrializador en la región aragonesa, como consecuencia de la sustitución de

importaciones a que obliga la pérdida de las últimas colonias. Este hecho da lugar al

nacimiento de una industria nueva que actúa como impulsor de los demás sectores

produciendo un período de prosperidad económica. En 1899 se había creado la

37
Industria Química de Zaragoza, que fabrica una buena parte de los abonos necesarios

para un cultivo como el de la remolacha; la instalación de azucareras trae consigo el

desarrollo de las fundiciones y de la industria metalúrgica. En 1893 ya funcionaba en

Zaragoza una azucarera —la de Aragón, que pasaría a conocerse posteriormente como

«la Vieja»—, al amparo de los aranceles proteccionistas existentes. En 1900 existen ya

en esta región cuatro azucareras que ya serán ocho en la campaña siguiente. Los

atractivos beneficios animan a crear la Azucarera Nueva y la del Rabal —en

Zaragoza— y la Ibérica —en Casetas—, que son las que funcionan en 1900; las

siguientes en añadirse a la lista serán la Azucarera Labradora y la de Calatayud —

ambas en esta ciudad—, la de Nuestra Señora de las Mercedes en Alagón y la de

Nuestra Señora del Pilar en Gallur. Sin embargo, el incremento de la competencia y la

saturación del mercado por la apertura masiva de nuevas fábricas dieron lugar a los

primeros intentos de restricción de la competencia, lo que culminaría con la aparición

de la Sociedad General Azucarera de España “.28

En los primeros años del siglo XX, Granada y Zaragoza son las dos primeras provincias

españolas por su volumen de producción de azúcar; en la campaña 1902-1903, la

producción en la provincia de Zaragoza es por vez primera mayor que la de Granada,

pero tras la Ley Osma (por la que se reduce las superficie cultivada), vuelve a estar por

debajo. Los fuertes beneficios obtenidos en este sector están en el origen de un

importante proceso de acumulación de capital que existe en Aragón en estos años y que

28
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las alturas.
Zaragoza. 2013. Pp. 226-227. Véase también GEA, 2000. Azucareras. Para el estudio de la implantación de las
azucareras en Aragón, véanse BIESCAS, J.A. 1977; ASÍN, F.; CAMPO, J.M.; DE LA FUENTE, F. y PEMÁN, J.
1979: 191-198.

38
se manifestará en la creación de diversos bancos regionales en los años siguientes (J. A.

BIESCAS, 1977).

Una de las características más importantes de la industria azucarera en España

ha sido su continuo cambio de ubicación, buscando las zonas agrícolas de mayor

producción remolachera, dado su carácter de industria de primera transformación. Así

vemos como la mayor concentración de estas industrias irán pasando de la Vega de

Córdoba y Granada (1.882-1.899), al Valle medio del Ebro (1.899-1.902) y

posteriormente a la Cuenca del Duero.

Las azucareras-remolacheras se implantan tardíamente en España, por la

importación procedente de las reliquias del imperio colonial. Habrá que esperar a 1.882

para que se construyan las dos primeras azucareras españolas: en la Vega de Granada y

en Alcolea (Córdoba), produciéndose a partir de 1.889 una gran expansión.

La industria ha sufrido los problemas que genera un inicio tardío en su actividad

respecto a los países del entorno. En la última década del siglo XIX y primera del siglo

XX se producen los primeros problemas por la desordenada proliferación de fábricas, la

caída de los precios.

39
4.5. LAS PRIMERAS INDUSTRIAS AZUCARERAS-REMOLACHERAS EN

ESPAÑA.

4.5.1. EL INGENIO DE SAN JUAN EN LA VEGA DE GRANADA.

En 1882 se construyó y entró en funcionamiento la primera fábrica de azúcar de

remolacha de nuestro país, el llamado Ingenio de San Juan, coincidiendo en el tiempo

con la azucarera de Santa Isabel en Alcolea (Córdoba)29

“No fue casualidad que el Ingenio de San Juan se ubicara en la vega de Granada al ser

una de las mayores vegas naturales de España con 20.000 hectáreas aptas para el

cultivo de remolacha. La fábrica fue equipada con la maquinaria y el utillaje industrial

más moderno del mercado, adquirido en Francia a la compañía Fives-Lille.

Estaba situada en el cortijo de San Juan de Dios, a solo cuatro kilómetros de la ciudad

de Granada, en una finca acogida a la Ley de Colonias Agrícolas del 3 de junio de

1868, con la intención de aprovechar las ventajas fiscales que esta Ley y las Órdenes

Ministeriales del 15 de abril de 1873 y del 2 de marzo de 1874 concedían a los

productos agrarios o industriales obtenidos en este tipo de explotaciones.

El rector de la Universidad Central y profesor de la Facultad de Medicina, Juan

Creus, era uno de los pioneros en el cultivo de la remolacha azucarera y en la

fabricación de azúcar de remolacha, empresas que acometió asociándose con el

mencionado Juan López-Rubio.

La primera campaña realizada en el Ingenio de San Juan fue la de 1882-1883

donde se obtuvieron 66.000 kg de azúcar a partir de 1.329 toneladas de remolacha, de

las cuales 571 fueron aportadas por los dos accionistas y el resto por los demás

adoptantes granadinos, a quienes se les pagó a 21,75 pesetas la tonelada, precio muy

29
MARRÓN GAITE, M.J., 2011:103-134.

40
superior a la media europea, donde se pagaba al equivalente de 17,25 pesetas. Con

esta política de alto pago al agricultor los promotores del cultivo perseguían un

objetivo muy claro: estimular al agricultor en la adopción de un cultivo capaz de

producir mayores beneficios a sus cultivadores que los generados por cultivos

tradicionales.

Con estas actuaciones, Granada se convirtió en la zona pionera del cultivo

remolachero y en el centro difusor de esta innovación agraria e industrial. Ya en la

campaña de 1891-1892 nos encontramos con remolacha en tierras malagueñas, en la

de 1892-1893 la remolacha se cultiva también en las provincias de Almería, Zaragoza y

Madrid, y en la primera década del siglo XX, tras el boom azucarero de 1898, la

remolacha ocupa tierras en numerosas provincias, alcanzándose altas cotas de

producción a nivel nacional. Del mismo modo las fábricas de azúcar de remolacha se

multiplicaron con una velocidad vertiginosa, y se pasó de las diez fábricas de 1891 a

las cuarenta y ocho de 1901 y a las cincuenta y cinco de 191030

Por entonces, la provincia de Granada contaba con una potente industria

cañera que mantenía un estrecho contacto con la industria remolachera europea, a

través de las fábricas constructoras de maquinaria industrial, que habían instalado las

fábricas de azúcar de caña y de los propios técnicos extranjeros que trabajaban en

ellas. Los primeros ocho años no fueron fáciles ya que a lo largo de ellos se produjo

una profunda reestructuración de los mercados internacionales del azúcar, lo que llevó

a una reducción del 50% en los precios a partir de 1885, con el consiguiente efecto

negativo en la incipiente industria. También surgieron dificultades para que los

30
MARRÓN GAITE, M.J., 2011: 39-46.

41
agricultores aceptasen el nuevo cultivo, y lo hicieran en cantidades suficientes para

abastecer la capacidad de las nuevas fábricas”31.

4.5.2. LA AZUCARERA SANTA ISABEL EN ALCOLEA (CÓRDOBA).

Fue Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, conde de Torres Cabrera, su

promotor. El proyecto técnico lo dirige el Ingeniero Agrónomo D. José María Martí y

Sanchíz, recomendado por la Estación Agronómica de Valencia. El objetivo consistía en

investigar las posibilidades de fabricación de azúcar de remolacha en tierras tan

meridionales, cultivo hasta entonces desconocido. Entre 1879 y 1880 construyó el

conde la fábrica azucarera, contando ya este último año con la patente de fabricación, 32

cuyo uso consiente en hacer extensivo a los propietarios granadinos del llamado Ingenio

de San Juan, los cuales saldrán exitosos de la experiencia. “A cambio les pedirá el

cinco por ciento del beneficio líquido de sus cinco primeras campañas, y aunque éstos

con posterioridad recurrirán judicialmente a la aplicación del acuerdo, el conde

acabaría por embolsarse cincuenta mil pesetas por este concepto en 1.892”.33

La obtención de la primera producción de azúcar de la fábrica, que el conde

consideraba el primer azúcar de remolacha obtenido en España, motivó el memorial

elevado al rey Alfonso XII en septiembre de 1.882 34

31
La industria azucarera en España, Ed. Azucarera Ebro Agrícolas, S. A., septiembre de 1998.

32
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las alturas.
Zaragoza. 2013

33
ALMANSA PÉREZ, R.M. Familia, tierra y poder en la Córdoba de la Restauración. Universidad de Córdoba,
2005.

34
CONDE DE TORRES CABRERA: “Introducción al cultivo y obtención del primer azúcar de remolacha en España, en
la fábrica de la colonia santa Isabel de Alcolea”, Córdoba, 1882.

42
En dicho memorial, el autor se lamenta de la reducción de beneficios fiscales

que supone la Real Orden de 5 de septiembre de 1.882, que según él llevará el proyecto

a la ruina. (Torres Cabrera, 1.882, 155).

Los azucares de la Isla de Cuba y de Puerto Rico devengaban en la época, antes

de llegar al consumidor español, los siguientes derechos:

1.- Derecho de exportación que se devenga en la isla de Cuba, y que grava todo

el azúcar que se exporta.

2.- Un derecho llamado arancelario de 17.50 pts. por 100 Kg, ósea de 8 reales

con 0.4 céntimos por arroba que se devenga por las aduanas a su llegada a la península.

3.- Un derecho llamado transitorio en sustitución del antiguo derecho de

“consumo” de 17.60 pts. por 100 Kg, ósea, 8 reales con 10 céntimos por arroba que

también se devenga por las aduanas, al mismo tiempo que el “arancelario”.

Este derecho transitorio se aplicaba igualmente para los fabricantes peninsulares, por lo

que el conde solicita al Ministerio de Hacienda la exención del pago del impuesto, con

los argumentos que se adjuntan.

EXTRACTO SOBRE LA PETICIÓN DE EXENCIÓN DEL PAGO DEL IMPUESTO

TRANSITORIO PARA EL AZUCAR DE LA COLONIA SANTA ISABEL.

Extracto de 9 de febrero de 1883, al Ministerio de Hacienda:

Lo que el conde solicita, no es la modificación, ni la derogación de la Real

Orden de 5 de Septiembre de 1882, que anuló las de 15 de Abril de 1873 y de 12 de

Mayo de 1874; sino una cosa diferente, que quiere determinar con exactitud y con

claridad, para resolver en justicia.

43
Los antecedentes del asunto que nos ocupa son estos:

Por el apéndice letra F de la ley de 26 de Diciembre de 1872, se estableció un

impuesto que en calidad de transitorio debían pagar los azucares peninsulares, en

equivalencia al impuesto de consumo.

Contra esta disposición reclamaron las fábricas de azúcar establecidas en las

colonias agrícolas, alegando que por la ley de 1868, los productos de las colonias están

libres del impuesto de consumo y por lo tanto no debían pagar el impuesto transitorio

que era su equivalente.

Atendiendo a esta petición, se dictaron dos órdenes ministeriales, una el 15 de

Abril de 1873 y otra el 2 de Mayo de 1874 por la que se declara de una manera

terminante que, en efecto, los azucares peninsulares elaborados en fábricas establecidas

en colonias estaban exentos del pago del impuesto transitorio siempre que fueran

extraídos de caña producidas dentro de la misma colonia.

Así las cosas, el conde de Torres-Cabrera proyecta en 1875, introducir en

España la industria del azúcar de remolacha, y en conformidad con lo que disponían las

dos órdenes ministeriales, creó una colonia y estableció una fábrica.

Pero fue el caso que la dirección general de impuestos, con fecha 4 de Mayo de

1878, promovió expediente sobre la oportunidad de las dos dichas órdenes de 15 de

Abril y de 2 de Mayo, y consultado al consejo de estado, se resolvió por Real Orden de

5 de Septiembre de 1882, derogar las dos órdenes ministeriales, del 15 de Abril de 1873

y de 2 de Mayo de 1874; y que en consecuencia los azucares peninsulares, elaborados

en fábricas establecidas en colonias, y que no se consuman dentro de la misma colonia,

paguen, el impuesto transitorio, como todos los demás azucares peninsulares.

44
Pues bien, lo que pretendía el Conde, no era que se derogase ni se modificase

esta Real Orden de 5 de Septiembre, lo que pidió es que de esta regla general se hiciera

una excepción para la fábrica, es decir, que se declarase, que los efectos de esta Real

Orden no se extendieran a los productos de la fábrica Santa Isabel, y que por lo tanto los

productos de esta fábrica elaborados con remolacha producida dentro de la colonia

misma mientras que aquellos terrenos disfruten de los beneficios de la ley de 1868,

estuvieran exentos del pago del impuesto transitorio que se consuman dentro de la

colonia y no salgan a consumirse fuera tal como disponía las órdenes ministeriales de

1873 y 1874.

Sentado pues, que lo que se pidió es un caso concreto y particular de

excepción.

El artículo 1º de la ley de 3 de Junio de 1868, expresa taxativamente las

contribuciones e impuestos que pueden exigirse a las colonias y a las fábricas en ellas

establecidas, y no hablando como no se habla allí del impuesto de consumo, los

productos de las colonias están exceptuados de pagar el impuesto de consumo.

Para interpretar la ley de 1868, hay que atender a su espíritu ilimitadamente

amplio, a favor del colonizador sin distinguir cortapisas y en efecto, en apoyo de esta

opinión existen las disposiciones siguientes:

Jurisprudencia. El 6 de Mayo de 1871, el ministro de Hacienda, en expediente

instruido en la dirección de contribuciones, con motivo de alzada del ayuntamiento de

Estepona contra la administración de economía de Málaga, dijo lo siguiente: “siendo la

ley de 3 de Junio de 1868 una ley de privilegios………el 18 de Diciembre de 1873

aparece dictamen del consejo de estado…”

45
RESPUESTA DE LA ADMINISTRACIÓN:

“Administración de Propiedades e Impuestos de la Provincia de Córdoba

Negociado: Impuestos

Nº Negociado: 212

Nº Registro General: 568

Fecha: 31 de Agosto de 1883

“No procede la reclamación”

Concierto de la fábrica del azúcar, en 1897, solicitado al Sr. Ministro de

Hacienda, Don Juan Navarro Reverter. Madrid 23-Julio de 1897. Concedido en

Madrid el 23 de Julio de 1897 por cuatro años de la fabricación del azúcar en 2750 pts.

anuales.

Con arreglo a la ley 30 de Junio de 1892 Art, 9, y 5 Conciertan (el ministro

representado al estado y el conde propietario) el pago del impuesto equivalente al de

consumo que grava el azúcar por el mismo producto que con remolacha producida en

la colonia Santa Isabel. Elabore durante 4 años a contar desde el mes de octubre y

terminarán el 30 de junio de 1901 con arreglo a la real orden de fecha 23 de julio de

1897,

Condiciones, entre otras:

1.- Se obliga al pago del impuesto 2.750,00 pts. Anualmente.


Si durante el periodo de 4 años el conde arrendara la fábrica el nuevo
inquilino se tendría que hacer cargo de este pago
2.- Pago del impuesto en cuatro plazos

46
31 agosto 687.50 pts.
31 octubre 687.50 pts.
28 febrero 687.50 pts.
31 mayo 687.50 pts.

2.750,00 pts.

3.- La falta de parte o la totalidad del pago dará derecho a la administración a

expedir una comisión ejecutiva de apremio.

4.- Si durante el tiempo que dura este convenio se produjera alguna

alteración.”

Con fecha 5 de agosto de 1878, el conde de Torres Cabrera había solicitado la

patente de introducción del procedimiento de fabricación de azúcar de remolacha ante el

gobernador de Valencia. Se concedió la patente el 12 de junio de 1880, y quedó como

derecho exclusivo del conde extraer el azúcar de la remolacha en España por el

procedimiento más generalizado en Francia (difusión) y que transcribimos literalmente.

MEMORIA DE LA PATENTE

“El procedimiento que trato de emplear para la fabricación del

azúcar de remolacha en España es el siguiente:

LAVADO: Empieza este procedimiento por el lavado de la remolacha,

esta operación puede hacerse con distintos aparatos. Uno de los más

perfeccionados es el de CHAMPONNOIS, que consiste en un tambor

lleno de agujeros que gira dentro de una caja llena de agua y una

tolva por la que las raíces entran en el aparato, cayendo limpias por

el otro extremo en un plano inclinado sobre unas paletas de hélice que

47
las recogen y las conducen donde los obreros las reciben para

quitarles la cabeza y las partes alteradas y lechosas.

EXTRACCIÓN DEL JUGO: Una vez limpia la remolacha puede

ocurrir que convenga exprimir la remolacha para extraer su jugo o

que no convenga exprimirla. La conveniencia de exprimirla o no solo

puede apreciarse en cada caso concreto por el análisis de la misma

remolacha, porque depende de las sustancias nocivas que esta raíz

contenga, cuyas sustancias varían en cantidad y en calidad según

terrenos, abonos y la cantidad de agua que se emplea en su cultivo.

Cuando convenga exprimir la remolacha se utilizará el rayador

CHAMPONNOIS u otro cualquiera. Este está formado por un tambor

concéntrico interior, con otro exterior destinado a recibir la pulpa: un

árbol móvil sobre dos soportes, lleva montado un volante y dos poleas,

una fija y otra loca. Este árbol termina en una paleta que aprieta las

raíces contra la superficie raspadora interior del tambor, donde

varias cuchillas o planchas dentadas rayan la remolacha, que por la

acción de la fuerza centrífuga, escapa convertida su pulpa al tambor

exterior. Esta pulpa se somete a la acción de una prensa cualquiera.

Cuando no convenga exprimir la remolacha, se comienza por cortarla

en rebanadas, sirviéndome para ello de un corta-raíces cualquiera,

y cortada la remolacha en pedazos la echaré en vasos de difusión a

cuyo conjunto se da el nombre de batería. Esta batería se compone de

varias vasijas de hierro que miden cerca de metro y medio de

diámetro y de dos recalentadores de serpentín. Las vasijas están

montadas sobre soportes y vigas horizontales y provistas arriba y


48
debajo de agujeros, un hombre las abre y cierra por medio de

palancas. En el fondo llevan un colador para evitar las obstrucciones

de los tubos que comunican con las vasijas y cuando estas se

desocupan su contenido cae en un recipiente inclinado. El paso del

agua caliente de una en otra de estas vasijas o difusores, llenas de

rajas de remolacha extrae todo el jugo sacarino, que queda diluido en

el agua.

PRESERVACIÓN DEL JUGO: Extraído de la remolacha el jugo

sacarino, procederé a evitar su descomposición, y la inversión del

azúcar mezclándose una cantidad de canino y cal, según la estación y

la mayor o menor pureza que presente el dicho jugo sacarino.

DEPURACIÓN, DESENCALADO, CARBONATACIÓN, COCCIÓN,

CRISTALIZACIÓN Y TURBINADO. Todas estas operaciones a que se

ha de someter el jugo de remolacha son ya conocidas en España, con

aplicación a el jugo de la caña que se recolecta en Málaga, Motril,

Salobreña y otros puntos, por lo que considero innecesario

describirlas siendo de todos conocidos.”

La fábrica de azúcar de Córdoba trabajaba 120.000 kg de raíces en 24 horas, con

maquinaria de la compañía Fives-Lille35. El proceso de elaboración comenzaba en la

Colonia, en la que la remolacha era recolectada y se le eliminaban el tallo y las hojas,

ya que la raíz es la parte interesante de la planta para la producción de azúcar. Una vez

en la fábrica se procedía a su lavado, para eliminar hojas, piedras, arena, etc. Lavada la

35
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

49
planta, se hacía pasar por un molino que producía unos filamentos finos y largos

llamados cosetas, y se cortaba la raíz en trozos pequeños para conseguir diluir en agua

la sacarosa presente en ella. El siguiente paso era la difusión, que consistía en extraer

la sacarosa de la coseta con el agua caliente del difusor. La coseta, una vez que se le ha

extraído la sacarosa, recibía el nombre de pulpa agotada.

El procedimiento empleado en la extracción del azúcar de remolacha era similar, en

parte, al de extracción del azúcar de caña, con ciertas diferencias, que entre otras

procedían de las características de las materias primas utilizadas en uno y otro caso. Por

ejemplo, mientras la caña de azúcar, saccharum officinarum, contiene la mayor parte

del azúcar en su tallo leñoso, la remolacha azucarera, (beta vulgaris, var. saccharífera)

concentraba el azúcar en su raíz. El carácter leñoso de los tallos de la caña obligaba a

que, una vez cortada en trozos, fueran triturados entre las ruedas de un molino,

denominado trapiche. El zumo obtenido pasaba a unas calderas en que se purificaba por

la acción de la cal. Finalmente, en unas cubas agujereadas se espesaba el líquido hasta

llegar a la cristalización.

50
Fig. nº 6.- Catálogo de la casa Fives-Lille en la exposición universal de París de 1878.

La depuración y filtración de jugos tenía la finalidad de eliminar impurezas, para

ello al jugo se añadía cal en forma de lechada (cal diluida en agua) y gas carbónico. Tras
51
la filtración, se obtenía por una parte el jugo purificado y por otra los lodos compuestos

por las impurezas. Mediante un proceso de evaporación se eliminaban, por aplicación de

calor, las dos terceras partes del agua presente en el jugo, y se obtenía el jarabe, que se

sometía a una segunda filtración para eliminar restos de impurezas. La cristalización se

realizaba en tres etapas, en la primera se sometía el jarabe a cocción, para producir

granos de sacarosa. La parte líquida que no cristalizaba se denominaba miel y se

intentaba cristalizar de nuevo. La cristalización se realizaba en un recinto denominado

tacha, que efectuaba un vacío durante la cristalización para, de esta manera, no tener

que subir tanto la temperatura para la cocción, de lo contrario el azúcar tomaría color

caramelo. Así conseguían un azúcar blanco. Finalmente, el turbinado o centrifugación

separaba el azúcar cristalizado y la miel o melaza, desecándose el azúcar cristalizado

para rebajar su humedad, y así aumentar su vida útil36.

El conde consciente en hacer extensivo a los propietarios granadinos del llamado

Ingenio de San Juan el uso de la patente, los cuales saldrán exitosos de la experiencia.37.

36
BAQUERO FRANCO, J.: “http://www.iedar.es/azucar/proceso.htm”.

37 ALMANSA PÉREZ, R. M. (2005).

52
4.5.3. LITIGIO SOBRE LA SUPREMACÍA EN LA INDUSTRIA AZUCARERA.

En el mismo año en que el conde de Torres Cabrera pone en marcha la azucarera de

Santa Isabel en Alcolea (Córdoba), lo hará también el llamado Ingenio de San Juan,

situado en el cortijo de San Juan de Dios, en la Vega de Granada, zona de tradición

azucarera.

Aunque el conde de Torres Cabrera había obtenido la patente de introducción del

sistema de extracción de azúcar de la remolacha, autorizó en 1882 a los propietarios del

Ingenio, el farmacéutico Juan López Rubio y su socio, el rector de la Universidad

Central y profesor de la Facultad de Medicina, Juan Creus el uso de la patente, a cambio

de una compensación económica.

Este hecho provocó un largo pleito entre el conde y los propietarios granadinos, que no

se saldaría hasta una década después en que los jueces acabaron dando la razón a las

tesis del primero.

Los trámites administrativos de solicitud de la patente habían sido iniciados por el

conde en el año1879, como consta en el expediente nº 16, realizado en Madrid el 14 de

abril de 1879, en el que se especifican los pagos aplazados del sello de la patente, de la

siguiente forma:

1º Plazo………….5 pts………………….9 de abril de 1879. Recibo…… Nº 25651

1º Plazo………….5 pts………………….9 de abril de 1879. Recibo…… Nº 25652

2º Plazo………….12.50 pts…………….14 de abril de 1879. Recibo……. Nº 15291

2º Plazo………….25.00 pts…………….14 de abril de 1879. Recibo…….Nº 22686

53
La patente fue concedida por S.M. el rey, el 20 de marzo de 1880 a Don Martín

Rosales y Valterra, Duque de Almodóvar del Valle y cuñado del conde, según

expediente nº 662, realizándose dos pagos. La patente es posteriormente cedida por D.

Martín, al conde de Torres Cabrera, el 18 de Junio del mismo año.

El objeto de la patente que figura en el expediente de la misma indica que tiene por

objeto “un procedimiento de fabricación de azúcar de remolacha”.

54
Fig. nº 7.- Expediente de la Patente de invención

55
En 1882 se ponen en marcha, al mismo tiempo las fábricas de la Colonia de Santa

Isabel en Alcolea y del Ingenio de San Juan en la Vega de Granada, por cesión del

conde de uso de los derechos de la patente a la factoría granadina. Este hecho, como se

ha indicado, dará lugar a un largo pleito entre las dos partes y numerosa

correspondencia, que transcribimos literalmente, y que ha sido obtenida directamente

del fondo documental del condado de Torres Cabrera, en el palacio de Viana de

Córdoba, legajos comprendidos entre el 0039-1 al 0055-1.

CORRESPONDENCIA ENTRE EL CONDE Y CREUS Y RUBIO

6 de Febrero de 1884

Del conde a Juan López-Rubio. Exposición de los hechos:

“Patente no caducada, se puede probar con los recibos de las anualidades

corrientes si no también con el certificado oficial del comisionado por el conservatorio

de artes que vio puesto en prácticas el sistema de la difusión en la fábrica, antes del

plazo de los dos años, a contar desde la fecha de la patente, si bien entonces con

aparatos provisionales, que en este año han sido sustituidos por una batería completa y

nueva. Soy yo quien tengo el derecho de perseguirle a usted con arreglo al título 6º de

la Ley de Patentes, desde el momento en que ustedes intenten probar que la fábrica que

han establecido no es la fábrica que tienen derecho a establecer con arreglo a nuestra

escritura. Pero no estamos hoy en este caso, y como mi petición se funda en la

escritura, voy a demostrar a usted que también está equivocado en la apreciación que

hace de este documento.

La ley de patentes en su Art. 33, habla de los requisitos que deben tener los

actos de sesión, para perjudicar a terceros, y claro es que ninguno de estos requisitos

56
necesitaba nuestra escritura, toda vez que su objeto no era el que ustedes adquiriesen el

derecho de perseguir a terceras personas.

El objeto de nuestra escritura, fue exclusivamente el evitar pleitos entre

nosotros; es decir, que fue un contrato bilateral, autorizado por la misma ley de patente

en su Art. 6º y revestido de todos los requisitos legales; y claro es que si bien este

contrato no puede obligar a tercero, porque a esto no se dirigía; obliga a las dos partes

contratantes.

Ahora bien, el hecho fue que sin aquilatar el valor de nuestras respectivas

patentes y sin prever caso alguno de nulidad, tratamos y convenimos que yo permitiese

a ustedes establecer una fábrica y que ustedes me daría el 5% de sus productos, y como

yo por mi parte he cumplido no deben ustedes de excusarse de cumplir también.

He aquí pues expresado aunque muy a la ligera alguno de los fundamentos de

mi derecho y no entro en otras consideraciones que nacer pudieran del hecho de haber

buscado ustedes otra patente y de tratar de eludir con ella el cumplimiento de una

obligación escriturada. Ruego se atengan a esto y no rompan la armonía existente

hasta ahora”.

En el mes de septiembre de 1884 serán Juan López-Rubio y Juan Creus quienes

escriben al conde a propósito del asunto de la patente. Ambos socios prefieren una

solución pactada en lugar de un pleito que puede ser largo y perjudicial para ambas

partes, así pues proponen un arbitraje externo que el conde rechaza.

El 15 de Marzo de 1885 el conde dirigirá otra carta a Creus y Rubio, en la que los

felicita por la exitosa campaña de fabricación de azúcar en su factoría granadina, ya

57
que lo normal es que esta dure entre 90 a 100 días por año y el Ingenio de San Juan

lleva ya 6 meses de fabricación.

Finalmente con fecha 4 de noviembre de 1891 se conoce la sentencia del

Tribunal Supremo a favor del conde.

El conde de Torres Cabrera, hablando en primera persona realiza un resumen de los

hechos acaecidos desde la solicitud de la patente hasta el fallo del tribunal, según el

extracto que se acompaña; dice así:

“1.- En el resultado primero se consigna que el 3 de agosto de 1878 solicito mi

primera patente

2.- Que el 19 de mayo de 1879 se me concedió

3.- El 20 de febrero de 1880 Creus y Rubio solicitan la suya; el 14 de mayo del

mismo año se les concedió y que el 28 de agosto de 1882 se declaró caducada de real

orden por no haber solicitado demostrar que estaba puesta en práctica ni haber pagado

la 3ª cuota anual

4 y 5.- El 22 de enero de 1880 solicitó patente el duque de Almodóvar y que el

20 de marzo del mismo año se le concedió

6.- Que el 30 de junio de 1880 el duque de Almodóvar me transfirió su patente.

7.- El 24 de octubre de 1880 otorgué en Córdoba una escritura con Creus y

Rubio en la que después de relacionar los antedichos antecedentes convinimos en lo

siguiente:

58
1.- Yo transfería a Rubio y Creus mi derecho de patente para el solo efecto de

que pudieran establecer una fábrica en la Vega de Granada, solos o en compañía sin

que yo pudiera estorbárselo.

2.- A cambio de esta cesión Rubio y Créus se obligaban a entregarme el 5%

del producto líquido que se hubiere en las cinco primeras campañas de la fábrica que

establecieran.

3.- Que por producto líquido se entendería el remanente que resultase de cada

campaña después de pagar los gastos regulares y ordinarios de fabricación.

4.- Que para conocer el producto líquido se efectuaría una liquidación dentro

de cada uno de los años que trabajase la fábrica y yo tendría el derecho de

inspeccionar todo lo concerniente a la contabilidad y en caso de desacuerdo podría

intervenir los productos líquidos que hubiere.

5.- El 20 de marzo de 1880 acredité yo ante el delegado por el conservatorio

de artes tener puesta en prácticas mi patente.

6- El 17 de noviembre de 1881 Creus y Rubio solicitaron otra patente que les

fue otorgada el 17 de abril de 1882.

7.- Que el 28 de abril de 1883 se declaró puesta en práctica esta segunda

patente de Creus y Rubio.

8.- Que en carta de 28 de abril de 1884 instaba yo a Creus y Rubio a la

hicieran la liquidación de las dos campañas verificadas como su buena fe les distase.

9.- El 16 de octubre de 1885 se levantó a mi instancia acta notarial de

requerimiento a los señores Creus y Rubio para que manifestasen si estaban o no

59
conformes en practicar inmediatamente la liquidación desde 1880 hasta la terminación

de la campaña que estaba verificando y exhibir todos los documentos referentes a la

contabilidad a lo que se negaron.

10.- El 5 de noviembre de 1885 presenté mi demanda (30 de octubre tenía el

escrito) pidiendo que en el término de tres días pusieran de manifiesto los libros,

cuadernos y documentos de contabilidad con objeto de formar la liquidación de los

productos obtenidos en cada una de las campañas habidas en los años 1882-83 y 84 y

habiendo conformidad se me entregase el 5% convenido en la escritura de 24 de

octubre de 1880, deducido en la forma marcada en la misma y el pago de costas.

11.- Que en un escrito de réplica repetí que Creus y Rubio tenían la obligación

de abonarme el 5% del producto líquido que obtuvieran en los 5 primeros años de

fabricación.

12.- Que el ministerio público estimó que mi patente no había caducado ni era

nula.

13.- Que el abogado del estado estimó que no debía accederse a declarar nula

ni caducada mi patente por no estarlo.

14.- La audiencia de Sevilla el 16 de abril de 1880 dicta sentencia

confirmatoria de la del inferior con las costas condenando a Creus y Rubio a ponerme

de manifiesto en el término de 5 días los libros, cuadernos y documentos de

contabilidad para que los examinase y forme la liquidación de los productos obtenidos

en las campañas de 1882-83 y 84 y habiendo conformidad en la liquidación a

60
entregarme el 5% convenido en la escritura de 24 de octubre de 1880, deducido en la

forma marcada en la misma.”38

La sentencia del Tribunal Supremo en sus considerandos indicaba lo siguiente:

Que una vez cumplida por el conde la obligación que contrajo de permitir a los

recurrentes el disfrute de la propiedad industrial representada por la patente obligados

están estos a cumplir lo que contrajeron de abonar al primero la cuota pactada en

proporción a los beneficios que obtuvieran al fabricar azúcar, ya porque esta obligación

fue pura ya porque aun dependiendo de la posibilidad de aquel disfrute ninguna

circunstancia optativa se le opuso.

Y que aun cuando el contrato adoleciese de defectos en su forma daría lugar a que las

partes exigiesen su subsanación pero no invalidaría las obligaciones recíprocamente

contraídas por los interesados y tratándose de su cumplimiento en éste pleito, fallaba no

haber lugar al recurso de casación.

Vista la sentencia, quedaba calcular la compensación económica que el conde debía

percibir, y como ésta era función de la cantidad de azúcar obtenida en el Ingenio de San

Juan en las cinco primeras campañas, se efectuaron una serie de comprobaciones para

llegar a la cantidad exacta, realizándose por parte del conde supuestos de la liquidación

de Creus y Rubio, que indicaban entre otros extremos los siguientes:

“1.- La fábrica se concluyó en 1882. En el acto comenzó la campaña de aquel

año (véase el periódico llamado el defensor de granada nº correspondiente al jueves 1

de marzo de 1883, plana primera, columna primera, párrafo primero).

38
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

61
2.- En esta fábrica pueden trabajar diariamente 100 toneladas de raíz y

aumentando un poco la maquinaria 200 (véase id. Id., párrafo 5º).

3.- Durante el año 1882 se han trabajado 1329 toneladas de remolacha que

han producido el 5% de azúcar (id.id. párrafo 6º).

4.- La campaña del año 1883 comenzó el 23 de agosto y terminó el 23 de

noviembre elaborándose a razón de 75.000 kg de remolacha diariamente que producía

un 8% de azúcar. Hubo algunas interrupciones por lo que se calcula que la remolacha

rota fue de 5 a 6 millones de kg. El producto obtenido en azúcar fueron 520.000 kg y

las clases fabricadas pilé florete, pilé ordinario, grano y molido (véase el defensor de

granada nº correspondiente al miércoles 28 de noviembre de 1883 plana 1ª párrafo 1º

del artículo del artículo que tiene por epígrafe “el ingenio de San Juan”)

5.- El aparato de difusión puede elaborar 120.000 kg de remolacha cada 24

horas (id.id. párrafo 2º)

6.- En la campaña que terminó el 23 de noviembre de 1883 se pagó la

remolacha a 25 céntimos de pesetas en el aza, siendo el arrastre por cuenta del

fabricante (id.id. párrafo 7). Por lo que los labradores deben de haber percibido de 400

a 500.000 reales.

7.- La fábrica tiene vendida el azúcar de 50 a 60 reales la arroba calculándose

el producto bruto obtenido en 2.600.000 reales sin contar con el valor de las melazas.

(id.id. párrafo 8).

8.- M. Durey Ingeniero de la casa Fives Lille que estuvo en Córdoba, en mayo

de 1885 me dijo que la fabricación de Créus y Rubio había durado hasta el mes de

Marzo y roto más de 18.000 toneladas de remolacha.


62
9.- Don Francisco Ruiz Aguilar Decano del colegio notarial de Granada fue

quien otorgó la escritura de liquidación de la sociedad Créus y Rubio”39.

-Con fecha 11 de Noviembre de 1891 el conde escribe una carta a Don Juan

Creus en la que le notifica la Sentencia del tribunal supremo en la que desestimaban el

recurso entablado por ellos contra las dos sentencias que habían sido favorables al

Conde en el pleito y les insta a que se arregle la liquidación fácil y amistosamente y les

solicita los resultados de las cuentas de gastos y productos de los cinco primeros años en

el ingenio de San Juan de Granada con cuyos resúmenes que debían expresar los días

de cada campaña el total nº de toneladas de remolacha elaborada, el gasto total hecho

cada año por cada concepto, el producto total obtenido en cada especie y los precios

medios corrientes en cada año. Esperando que podamos entendernos y llegar a un

perfecto acuerdo.

-El 18 de Noviembre de 1891.

Carta de Creus y Rubio agradeciéndoles la anterior carta

El 13 de Enero de 1892 le remiten al conde las liquidaciones de las cinco

primeras campañas del ingenio.

39
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

63
4.6. LAS AZUCARERAS ESPAÑOLAS A FINALES DE SIGLO.

La pérdida de las colonias en la última década del siglo XIX y la introducción de los

procesos de extracción del azúcar de la raíz de la remolacha da lugar a un incremento

excesivo de plantaciones de este cultivo, que supera con creces a la superficie y

producción de caña de azúcar incluso en zonas poco aptas para el mismo y que no

cubrían las exigencias de esta planta en cuanto a humedad y temperatura.

Por otro lado, paralelamente al aumento desordenado de la remolacha azucarera

cultivada, se construyen en casi todas las regiones de España numerosas fábricas para su

extracción.

“En la última década del siglo XIX y primera del siglo XX se producen los

primeros problemas por la desordenada proliferación de fábricas: la caída de los

precios. La remolacha supera rápidamente a la caña tanto en superficie cultivada como

en azúcar producida. Todas las regiones se convierten en adecuadas para situar una

fábrica, todas eran buenas para implantar el cultivo, todas se consideran aptas para

producir remolachas que permitan un adecuado rendimiento industrial.

No importaba el después, ni el agotamiento de los suelos, ni la excesiva proliferación

de fábricas levantadas sin orientación ni limitación. Lo importante era producir azúcar.

Según MARRÓN GAITE, M.J. 1992: 74, citando a CAMILLERI, A. 1976, “parecía

como si una ráfaga de demencia colectiva hubiera turbado el sosegado caminar de los

industriales españoles”. En la campaña 1882-1883 se produjeron en España 72 t de

azúcar de remolacha, frente a 18.630 t de azúcar de caña, que pasan respectivamente a

32.426 t y 23.710 t en la campaña de 1890-1901, llegando la producción de azúcar de

remolacha a 63.815 t en la campaña 1900-1901, mientras que la de azúcar de caña se

sitúa esa fecha en 33.812 t.

64
A primeros del siglo XX se producen en España 200.000 toneladas de azúcar de

remolacha, más del doble del consumo, lo que provocó una crisis de sobreproducción.

La situación, ya insostenible, llevó a la firma en 1890 de un primer Convenio entre

agricultores y fabricantes que evitó la competencia sin límites que les hubiera llevado,

a todos, a la ruina. En 1903 se constituyó la Sociedad General Azucarera de España

(SGAE). El propósito de sus fundadores era acabar con el desorden industrial

azucarero producido por la excesiva cantidad de fábricas repartidas por toda la

Península. Se constituyó con la condición de que se reuniera al menos el 90% de la

capacidad productora de todas las fábricas de azúcar de España. En esos momentos, la

Sociedad cuenta con 55 fábricas aportadas, quedando 22 sin incorporarse al grupo. El

proyecto de la SGAE no logró los resultados apetecidos, al no integrarse la totalidad de

las empresas del sector, teniendo que asumir unos costes financieros que no tuvieron

los que no se integraron en el proyecto o surgieron posteriormente, y que pudieron ir

ganando cuota de mercado (como fue el caso de Ebro y Cía)“.40

40
SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las profundidades a las alturas.

Zaragoza. 2013. Pp. 230-232.

65
V. LA REMOLACHA AZUCARERA EN LA COLONIA AGRICOLA SANTA

ISABEL

5.1. COLONIZACIÓN

La Ley de 3 de Junio de 1868 de colonización, era sin duda deficiente; pero el

Conde entendió, que un ánimo decidido bastaría para suplir su deficiencia, y acometió

la empresa de fundar la Colonia Agrícola Santa Isabel.

Fig. nº 8.- Logo de la Colonia. Archivos de Viana.

66
Comenzó edificando unas casas en el campo, y agregando a cada casa

doscientas hectáreas, para acogerlas a los beneficios de esta Ley, y así quedar exento del

pago de la contribución, plantear y resolver por sí mismo y prácticamente, el problema

de si era o no posible hacer en España, lo que se hacía en América, quiso saber a ciencia

cierta, si España podía o no, crecer y prosperar, con la misma prodigiosa rapidez, que

crecían y prosperaban los Estados Unidos.

Fig. nº 9.- Fotografía del Castillo de la Isabela. Año 1871. Archivos de Viana.

Corría el año 1871: en Alcolea, en terrenos propios, que atraviesan el río

Guadalquivir y la línea férrea de Madrid a Córdoba y miden setecientas treinta y tres

hectáreas en coto redondo; trazó el plan de la Colonia, empezando por edificar un

cómodo albergue (fotografía anterior), que sería la residencia habitual con su familia, en

el centro de la colonia. Bajo los cimientos de la torre del castillo, se enterró un

67
pergamino que da fe del año de su construcción, que asimismo se confirma con la

inscripción existente en la clave del arco de entrada a la torre principal de la edificación:

“Sobre la clave del arco rebajado, entrada a la torre principal se lee en letras

doradas “la Isabela” 1871 y con esto y un pergamino en la caja de plomo depositada

bajo los cimientos de esta misma torre en el año 1871. En el nombre de Dios, hoy 24

del mes de octubre, festividad del santo Arcángel Rafael custodio de córdoba en el años

1871 de la era cristiana, vigésimo sexto de la exaltación al trono pontificio de ntro.

Stmo….”41

La terrible crisis político-social que entonces se sufría, dificultaba la población

de aquellos terrenos; las atenciones del Gobierno Civil de Córdoba, que el Ministerio

Regencia del Reino le confiara después de la restauración, le ocuparon un año más en el

servicio de su Provincia; pero normalizada la situación, abandonó la ciudad, y se fue al

campo, donde se dedicó a las tareas agrícolas.

Catorce vecinos (familias) con 68 habitantes, fueron la base de la Colonia, de la

población horticultora de Puente Genil, le proporcionó este primer contingente:

24 vecinos (familias) con 97 almas, formaron el padrón en 1878: 29 vecinos

(familias) y 131 almas, se sumaron en 1879: 42 vecinos (familias) y 190

habitantes, fueron en 1880: 73 vecinos (familias) y 344 almas, en 1881; y 105

vecinos (familias), con 459 habitantes, se inscribieron en el primero de Enero del

año 1882.

La Colonia Santa Isabel, crecía rápidamente; cada día llegaban a establecerse en

ella nuevos labriegos, acompañados de numerosa prole.

41
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

68
Fig. 10 .- Situación de la Colonia Santa Isabel en Alcolea (Córdoba). Fuente Google Earht.

69
El conde deberá solicitar la catalogación como colonia agrícola la finca de Santa Isabel,

que estaba formada por un terreno casi inculto y despoblado. El suelo de la Colonia

estaba formado de sedimentos de aluvión, en parte de color rojizo por el óxido de

hierro, y cubierto en otras, por los sedimentos del río; con un subsuelo de arcilla

plástica, infusible e impermeable, su composición no era ciertamente de las que en el

término de Córdoba, se clasificaban como de primera calidad.

De sus 733 hectáreas, solo 130 se aprovechaban cada año para el cultivo de

cereales, y pastoreo, y el producto de algunos acebuches y escasas encinetas, constituían

el resto de sus aprovechamientos.

Un incendio había destruido las casas, hechas de piedra sueltas con techumbre

de paja, y las siembras se hacían por pegujareros de Córdoba; de manera que, fuera de

ciertas épocas del año, solo habitaban aquellas tierras, la reducida familia de un guarda,

y tres o cuatro pastores con sus abundantes rebaños.42

En este estado las cosas, llegaron hasta el año de 1877, y desde entonces no

solamente crecieron para el conde, de un modo extraordinario, las rentas de aquella

finca; sino que en ella vivían, y de sus productos se mantenían ya, ciento veinte

familias, que con cerca de seiscientos habitantes, forman la población de la naciente

Colonia.

La instancia de solicitud de catalogación de colonia agrícola se entrega en el

Gobierno Civil de Córdoba, en la Administración Provincial de Fomento, negociado

agricultura nº 1093 en fecha 7 de diciembre de 1878.

42
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882.

70
TEXTO LITERAL DE LA SOLICITUD DE COLONIA “SANTA ISABEL” AL

EXMO. GOBERNADOR CIVIL DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA AGOSTO DE

1878.

“Don Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, conde de torres cabrera y del

menado, senador del reino, vecino de Córdoba con cedula personal de 1ª clase nº 1339

expedida con fecha 7 de febrero del 1873.

Como propietario de las fincas denominadas dehesilla de león, cercado de

rivera y cortijo Chancillarejo situadas en el término municipal de córdoba.

Las mencionadas fincas lindan entre sí, separando la segunda de las otras dos

el río Guadalquivir por lo que resulta ser de mi propiedad ambas orillas.

Que también lindan con la carretera. de Madrid a Cádiz y dicho río

Guadalquivir. Por el este con el mismo dicho río y tierras del cortijo Pay-Jiménez por

el sur con tierras de los cortijos galapagar bajo y Sanchiller y por el éste con el mismo

Sanchiller, el río Guadalquivir y la colada pública del arroyo Guadalbarbo. Estando

además la segunda de dichas fincas de norte a sur por la línea férrea de Madrid a

Córdoba.

Que la cabida de las tres dichas fincas en terrenos utilizables para el cultivo es

de 723 hectáreas 28 áreas y 05 centiáreas, o sea, 1182 fanegas del marco de córdoba,

aproximadamente, a cuya cabida hay que aumentar 10 hectáreas y 39 centiáreas que

ocupan las edificaciones, torronteras y servidumbres.

Que la menor distancia de estos terrenos a poblado para los efectos de la ley

de 3 de julio de 1868 es la que se mide desde córdoba, por la ctra. de Madrid, hasta el

71
ángulo del cercado de ribera sobre el arroyo Guadalbarbo, o sea 11 km: o bien la que

se mide desde el pueblo de Villafranca hasta las lindes del Chancillarejo, o sea, 17 km.

Que con el propósito de mejorar estas fincas colonizándolas he construido

varias casas y otros edificios convirtiendo en regadío tierras de secano, roturado de

dehesa y adelantando.

Que vencidas ya las dificultades que oponerse suelen a la realización de todo

pensamiento nuevo hay ya establecidas 20 familias que componen un total de 93

individuos los cuales viven del producto de las tierras con su trabajo.

Estas familias han despedido sus respectivas vecindades en los pueblos de su

naturaleza resultando de aquí alguna confusión en las operaciones del censo y servicio

de células personales.

Que tanto para regularizar este estado de cosas, cuanto para estimular el

amor a la colonia que aspiro a extender por una y otra orilla del río deseo contar con

respecto a estas fincas en posición de todos los derechos extensiones y beneficios que

en tales condiciones concede la ley de 3 de junio de 1868 a propietarios, colonos y

dependientes.

Que al efecto acompaña a v.e. el plano y memoria prevenido en la citada ley y

su reglamento.

Y por todo lo expuesto a su v.e atentamente suplico que previo los trámites

que correspondan se sirva ordenar que las tres mencionadas fincas de mi propiedad

sitas en Córdoba con todas sus tierras, albergues, aprovechamientos, servidumbres,

ganados y aperos, de linde a linde, sean consideradas como una sola colonia agrícola

con la advocación de “Santa Isabel” y concederme a mí, a mis hijos como a


72
mayordomo, capataces, colonos y dependientes que vivan hoy y que en lo sucesivo

habiten en la dicha colonia los derechos extensiones y ventajas que la ley de 3 de junio

de 1868 promete y otorga en los Art. siguientes:

Art.1 párrafo 4-5 y 6 sobre extensiones de contribuciones.

Art.4. sobre extensiones de cargos concejiles

Art.5. sobre uso de armas

Art.6. sobre extensiones del servicio activo de las armas

Art.13. sobre aprovechamiento para nuevas construcciones rurales

Art.14. sobre extensiones y derechos a colonos extranjeros.

Art.15. sobre introducción en España de aperos, artefactos y maquinaria.

Art.20. sobre derecho de adquirir

Art.21. sobre extensión del pago de impuestos de traslación de dominio y de inscripción

Art.24. sobre relación de censo

Art.25. sobre la extensión de los mismos derechos a colonos y arrendatarios.”

Para atraer este vecindario, y lograr tan rápido crecimiento, no había sido preciso

desprenderse de la propiedad; bastó ofrecer en ella albergue a la honradez y seguridad al

trabajo; y la laboriosidad del pueblo andaluz, que pasaba por indolente y perezoso,

hicieron todo lo demás.

“Es evidente, que si se aspiraba a que la población rural se formara

exclusivamente por los que no tienen capital, esta idea de población rural, habría sido

73
un mito: que si esperábamos que se formara por aquellos, cuyo capital consistía

exclusivamente en sus aperos, o instrumentos de trabajo, exigiéndoles que adquieran

la propiedad inmueble, se esperaba un imposible, porque claro está, que si buscaban

capitalistas, pequeños o grandes, seguramente que no serían estos, los que salieran de

los pueblos, en número bastante para poblar los campos.

Hay más, aunque supongamos al Estado dispuesto a adelantar capitales,

vendríamos a estrellarnos en la grave dificultad donde se estrellan los proyectos de

Bancos agrícolas, que es la garantía o la hipoteca. Si el Gobierno la hubiera exigido, el

beneficio de estos préstamos, quedaría reducido a aquellos que la tengan, y que no

podrá llegar ni al trabajador, ni al yuntero, que son los más numerosos y los más

necesitados; y si el Gobierno no exige ni garantía ni hipoteca, seguro es que este

dinero, correrá la misma suerte que han corrido los capitales de Pósitos.”43

Era preciso que la población rural fuera el armonioso conjunto del propietario y

del colono; que el dueño del suelo, ofrezca al trabajador y a su familia, los medios para

establecerse en la finca, y para trabajar en ella por cuenta propia, formando así la unidad

tipo de la población rural; que esto lo haga en condiciones tan equitativas y

recíprocamente beneficiosas, que ambos tengan interés en que siempre siga siendo así, y

lo sostengan, sin necesidad de ningún contrato escrito; que el Estado, con justas

concesiones, favorezca este personalísimo concierto, contribuyendo a que estas

unidades rurales, se multipliquen dentro de cada finca; y de esta manera. Atento el

propietario al sostenimiento de su colonia, por el interés que le traía, acudiera solicito a

sus necesidades, que solo él puede conocer; ordenará las aspiraciones de sus colonos,

43
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882.

74
que solo él puede apreciar; y atento también el colono por su parte, al mantenimiento

de la colonia, por los beneficios que reporta; unido al propietario con los lazos de un

continuo agradecimiento, y de un provecho reciproco; y conservando siempre el respeto

a la propiedad ajena, iría formando su capital propio, en aperos, en ganados , en frutos,

en metálico, y llegará un día, en que o saldrá de la colonia con elementos bastantes para

convertirse en propietario en otra parte, o allí, donde por circunstancias especiales a

todos convenga, naturalmente de la Colonia enriquecida, nacerá el pueblo. (Pensaba el

Conde bajo el espíritu de la Ley de 3 de Junio de 1868 de colonización).44

La situación de los terrenos elegidos para la colonia, invitaba a hermanar en

ellos los cultivos de secano con los de regadío. Es evidente, que sin riegos, podían

también fundarse colonias con elementos de vida propia, y es prueba de esto, otra

colonia que formó en Sierra Morena, sobre la estación de Obejo, línea férrea de Belméz,

y en la que habitaban ya veinte familias; pero no podía ocultarse, que la gran

prosperidad y el rápido crecimiento de una colonia en Andalucía, debía esperarse del

beneficio del riego.

Con el propósito de regar, tramitó el oportuno expediente, obtuvo la concesión

de ciento treinta y nueve litros de agua por segundo de tiempo y construyo una presa

sobre el Guadalquivir, para elevar las aguas a trece metros por medio de bombas de

pistón, movidas por una turbina la Fontaine, las repartió sobre las vegas de la colonia.

Cada colono tomó su parte de tierras, y estas partes se componen de una o dos

hectáreas de regadío y el doble número de secano, con lo que vivía desahogadamente

una familia más o menos numerosa; o bien treinta hectáreas puramente de secano en los

44
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

75
terrenos altos. La falta de capital para establecerse el bracero, fue remediada con la

creación de un Banco agrícola, especial para la colonia, a continuación se explica el

mecanismo de este Banco.

El labriego que era admitido en la colonia, contaba con los materiales

necesarios para construirse su casa de teja, y con una cantidad en metálico, suficiente

para su manutención según su trabajo.

Los materiales, consistentes en madera de la misma finca y tejas, los recibía el

colono gratis; se construía la casa a su gusto, la ensancha o la modifica según le

conviniese, la disfruta por todo el tiempo que residiese en la colonia, transmitiendo este

usufructo a él que le sucediera; pero quedando siempre la propiedad en manos del

conde.45

Fig. nº 12.-Fotografías de los tipos de casas de la Colonia Agrícola Santa Isabel. Archivos de Viana.

45
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882.

76
Fig. nº 13.-Fotografías de los tipos de casas de la Colonia Agrícola Santa Isabel. Archivos de Viana.

El colono, a medida que se ocupa de construir su casa, o en labrar sus tierras,

podía tomar del Banco una cantidad en metálico, igual a la mitad del valor de las

labores que iba haciendo. En la época de recolectar los frutos, podía tomar la mitad del

valor de estos frutos, pendientes para hacer la recolección; liquidaba sus cuentas, y en

cuenta nueva, podía tomar el importe de las cuatro quintas partes del valor de los frutos,

depositados en garantía. El interés que paga al Banco por estos préstamos es de cinco

por ciento anual; y capital y réditos se cobraban, cuando cómodamente vendía el colono

a su voluntad los frutos depositados.

Al principio el capital de este banco lo había suplido el conde, dejando en

beneficio de los colonos los réditos que producía, como fondo de reserva par

calamidades en la colonia; pero este desembolso, no era necesario: porque todo

propietario grande o pequeño, tenía siempre un crédito, ya fuera en el Banco de España,

77
ya en el Banco hipotecario, en relación al menos, con la finca que trataba de colonizar;

de este crédito, podía hacer uso en beneficio de la colonización, y de esta manera,

garantizado el Banco de España con la responsabilidad del propietario, y garantizado el

propietario con el valor de las labores y de los frutos que tenía en su misma finca, puede

sin sacrificio alguno, librar al colono de las garras de la usura y facilitarle los medios

precisos para que pudiera establecerse, conservar sus cosechas, y esperar las naturales

alzas del mercado, para venderlas sin apuros y con estimación.

La renta de la finca, aumentó desde el primer momento, en la proporción de uno

a diez: el valor de las tierras, creció cada día por los abonos y las nuevas plantaciones de

arbolado; ciento veinte familias acomodadas, tuvieron carros, aperos y mulas propias, y

crédito abierto para atender a lo necesario y a lo superfluo, cuando hacía poco tiempo,

atenidas a un jornal, distaban un paso de la miseria: estos son los primeros satisfactorios

resultados materiales, que le ofrecían sus trabajos, sobre el fomento de la población

rural.

El orden en la colonia se mantenía, por dos jurados de aguas, que eran

nombrados por los mismos colonos, y por un capataz nombrado por el conde, que era a

la vez Alcalde pedáneo; los colonos, reconocían la obligación de prestar auxilio a su

Alcalde; de vigilar cada uno como guarda, la propiedad de todos los demás, teniendo

armas propias, que les permitía la Ley; por señales de cuerna o de campana, se

congregaban en determinados puntos de la finca, y más de una vez, prestaban,

gratuitamente, el servicio de conducción de presos a Córdoba.

Existía un mecanismo importantísimo, que venía a suplir el defecto de un código rural.

78
Las faltas leves, y los daños causados, los castigaba el Alcalde pedáneo, y los

jurados de aguas, con amonestaciones o multas, que ingresaban formando un fondo de

reserva, para atender en sus calamidades a los colonos mismos: para las faltas graves, se

acudía a las autoridades de Córdoba; pero había otras faltas, que se escapaban a la

acción de los tribunales de justicia y que sin embargo, podían llevar la alarma y la

perturbación al pueblo la presencia del hombre díscolo o pendenciero, hurtador,

maldiciente, blasfemo o cínico.

Para estas tratar estas faltas, en ciertas épocas se convocaban a consejo todos los

padres de familia. Este consejo era público; cada uno debía depositar una papeleta en

una urna, y sin en estas papeletas aparecía el nombre de algún colono, esto se

consideraba como una acusación. El consejo entonces, se convertía en Tribunal, y sin

averiguar por qué se acusaba y sin discusión alguna, se falla en votación secreta por

bolas blancas y negras. El color de estas bolas, significaba la opinión que a cada cual

merecía, el colono de que se trataba: si es buena, no se hacía nada, y el colono quedaba

plenamente justificado; pero si era mala, si tres cuartas partes por lo menos, de los

vecinos de la población rural, repudiaban a un individuo; este debía abandonar la

colonia. Pero su huerta, quedaba vacía, hasta que un nuevo colono viniera de fuera a

ocuparla, sin que nada suyo pudieran aprovechar los vecinos de la colonia.46

Por lo demás el objeto de este Consejo era discutir con el conde los asuntos de la

colonia; proponer mejoras o indicar las necesidades; oír el resumen de las cuentas del

Banco; y sobre todo, tratarse y conocerse.

46
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882.

79
5.2. REMOLACHA AZUCARERA

El Memorial que el conde eleva a su Majestad el rey Alfonso XII incluye un capítulo

sobre el cultivo de la remolacha azucarera, en el que explicaba al monarca las

características y exigencias del cultivo

Hemos hablado hasta ahora más especialmente, de cuanto se refiere al

planteamiento de la colonia; pero también pensó el conde, en lo concerniente a su

porvenir.

“El riego sin abono, esquilma las tierras hasta dejarlas por completo

empobrecidas: la escasez de abonos en España, y la dificultad de su empleo por lo caro

del transporte, era conocido; y de aquí nació la oposición de muchos propietarios a

regar sus tierra, y el escollo donde fueron a estrellarse muchos proyectos de

canalización. Por otra parte, los productos de 132 nuevas huertas, sobre el mercado de

Córdoba, producirían necesariamente una depreciación, perjudicial para los colonos;

y por todo esto, si la colonia no quería arrastrar una existencia pobre y difícil, era

preciso atender, de una manera eficaz, a estas dos aterradoras necesidades, abonos y

mercados.”47

Desde el principio comprendió el conde, que el cultivo de una planta industrial,

era lo único que podía salvarlos. Era preciso ocupar gran parte de la tierra, con un

cultivo poco esquilmante, que economizase abonos, o dejase suficiente beneficio para

su adquisición: era preciso además, contar con un comprador seguro, que recogiese todo

47
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

80
el producto de este cultivo año tras año, que lo pagase pronto, y que alejara el temor de

un ruinoso desequilibrio, entre la oferta y la demanda: y después de calcular las ventajas

y los inconvenientes de varios cultivos opto por introducir en España uno

completamente nuevo en los dominios españoles, el de la remolacha para azúcar.

Sabido es que el trigo, el maíz, el cáñamo, el lino, casi todas las plantas que

hubieran podido llevar la vida industrial a la Colonia, ya con la fabricación de harinas o

pastas, ya con el hilado y el tejido: son plantas más o menos esquilmantes. Quien vende

trigo, vende en él una gran parte de los principios fertilizantes del suelo en que lo

produjo, y esto es precisamente lo que se evita con el cultivo de la remolacha.

Lo que la remolacha toma del suelo, lo devuelve en la pulpa, que sale de la

fabricación para alimento de los ganados, y en las espumas de la fabricación, que sirven

de abono, notablemente enriquecido por los residuos de la cal y del negro animal. Todo

lo que la remolacha toma de la tierra, queda en la misma finca, todo vuelve a sus tierras,

y únicamente sale para el mercado, el azúcar y el alcohol, es decir, el carbono, el

oxígeno y el hidrogeno que la remolacha toma principalmente del inagotable

receptáculo de la atmosfera, por sus anchas y extendidas hojas.48

Además, el precio al que podía pagarse la remolacha, permitía al cultivador

adquirir nuevos abonos, enriqueciendo así más cada día el suelo de la finca; y el mullido

barbecho de esta raíz, queda admirablemente preparado, para rendir otra cosecha de

maíz o de otra semilla, en el mismo año.

48
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

81
En el citado Memorial, el conde de Torres Cabrera sigue indicando a S.M. el rey

Alfonso XII que:

“La remolacha sacarina era pues el cultivo indicado para la colonia; pero su

planteamiento exigía un buen aprendizaje. Los colonos debían aprender a producirla

en condiciones propias para la fabricación; el conde debía comprarla, y establecer en

la colonia, una fábrica, primera en España, que fuera parte y complemento de aquella

producción rural; era preciso pues, crearlo todo. Además, se trataba de una

importantísima industria, eminentemente agrícola; la explotación de esta raíz, no solo

debía asegurar el porvenir de la colonia, sino que además debía también influir en el

porvenir de nuestra agricultura, de nuestra industria y de nuestro comercio,

aumentando el trabajo en el campo, acreciendo el valor de las tierras, multiplicando

los centros manufactureros, facilitando con las hojas y con la pulpa el recrío de cerdos,

el recebo de ganado vacuno, la lechería, la quesería, el plumón, el foigrás, alimentando

en fin, millares de industrias secundarias, que nacieran y crecieran agrupadas a la

gran fábrica azucarera.

Después de varias pruebas, hechas por el conde con éxito variado, en el año

1878 repartió a los colonos de Santa Isabel semillas de remolacha, de las siguientes

variedades: blanca de cuello rosado, blanca imperial, blanca de Silecia, y encarnada

globulosa; cuyas variedades se sembraron en diferentes parcelas el día 15 de mayo;

pero habiéndose ausentado de Córdoba y no comprendiendo los colonos la importancia

del ensayo, descuidaron su cultivo, y la remolacha creció sin labores, sin abonos y casi

sin riego.”

Al mismo tiempo hizo dos extensas consultas sobre producción de remolacha en

la colonia, a las dos estaciones agronómicas de Madrid y de Valencia: la primera mando


82
un delegado a visitar la finca; la segunda pidieron muestras para analizar las tierras y las

aguas: en ambos centros, se analizaron también las remolachas recolectadas en el mes

de octubre del dicho año 1878, y ambos le dieron sus respectivos informes.

Opinaba la estación agronómica de Madrid, que debía obtenerse en la colonia

una producción media de 46.000 kilogramos por hectárea, y que debía pagarse a dos

reales el quintal, para que , tomando en consideración el valor de otras cosechas que en

el mismo año puedan producirse en el mismo terreno , y rebajando el coste del abono,

que calculaban en trescientas cargas por hectárea, que apreciaba en mil reales, más otros

varios gastos, viniesen a quedar al colono un beneficio, de mil quinientos reales por

hectárea. Pero también opinaban, que le sería difícil encontrar abonos, que no obtendría

aguas, y que por estos inconvenientes, aunque se produjese remolacha con el ocho por

ciento de azúcar, el negocio industrial podría resultar funesto.49

Tras los datos agronómicos, el conde incluye en su Memorial al rey una serie de análisis

en que compara la riqueza en azúcar, contenido en materia seca y densidad del líquido

salino de las remolachas cultivadas en dos parcelas diferentes, la denominada “huerta

del naranjal” y la “huerta de la ribera baja”.

Los análisis serán realizados en la estación agronómica de Madrid, en 1878, cuatro años

antes de la puesta en marcha de la fábrica de Alcolea, su autor será un ingeniero

agrónomo natural de la provincia de Córdoba y que llegó a ocupar la cátedra de

ingeniería rural en la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, Diego Pequeño y

Muñoz Repiso

49
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

83
El análisis de la remolacha hecho por la estación agronómica de Madrid, es el siguiente:

TABLA Nº 1

ENSAYO INDUSTRIAL PREVIO DE LA REMOLACHA AZUCARERA

CULTIVADA EN LA COLONIA SANTA ISABEL EN 1878.

PROCEDENCIA VARIEDAD DENSIDAD DEL MATERIA SECA AZUCAR

LIQUIDO SALINO

HUERTA EL ROSADA 1,054 19,235 12,648

NARANJAL

HUERTA EL BLANCA DE 1,055 19,781 12,187

NARANJAL SILESIA

HUERTA EL BLANCA 1,070 21,132 14,712

NARANJAL IMPERIAL

HUERTA EL GLOBOSA ROJA 1,025 15,375 9,481

NARANJAL

HUERTA RIBERA BLANCA DE 1,054 19,235 12,648

BAJA SILESIA

HUERTA RIBERA GLOBOSA ROJA 1,007 11,328 6,545

BAJA

Fuente: CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992. Elaboración propia.

84
TABLA Nº2

ANALISIS QUIMICO DEL AZUCAR OBTENIDO DE LA REMOLACHA

AZUCARERA CULTIVADA EN LA COLONIA SANTA ISABEL EN 1878.

PROCEDENCIA VARIEDAD AZUCAR POR 100

HUERTA EL ROSADA 11,611

NARANJAL

HUERTA EL BLANCA DE 12,269

NARANJAL SILESIA

HUERTA EL BLANCA IMPERIAL 13,585

NARANJAL

HUERTA EL GLOBOSA ROJA 7,514

NARANJAL

HUERTA BLANCA DE 11,875

RIBERA BAJA SILESIA

HUERTA GLOBOSA ROJA 6,785

RIBERA BAJA

Fuente: CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992. Elaboración propia.

Los contenidos en azúcar obtenidos por los dos procedimientos anteriores, el ensayo

industrial y el análisis químico, recogidos respectivamente en las tablas nº 1 y nº 2, se

comparan en la tabla nº 3.

85
TABLA Nº 3.

CUADRO COMPARATIVO DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS POR

AMBOS PROCEDIMIENTOS.

PROCEDENCIA VARIEDAD ANALISIS ENSAYO

QUIMICO POR 100 INDUSTRIAL POR

DE LA AZUCAR 100 DE LA AZUCAR

HUERTA EL ROSADA 11,875 12,648

NARANJAL

HUERTA EL BLANCA DE 12,269 13,187

NARANJAL SILESIA

HUERTA EL BLANCA IMPERIAL 13,585 14,712

NARANJAL

HUERTA EL GLOBOSA ROJA 7,514 9,481

NARANJAL

HUERTA BLANCA DE 11,875 12,648

RIBERA BAJA SILESIA

HUERTA GLOBOSA ROJA 6,785 6,544

RIBERA BAJA

Fuente: CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992. Elaboración propia.

El autor de los análisis, el profesor e ingeniero agrónomo Diego Pequeño y

Muñoz Repiso, explica los resultados de los mismos, indicando que números

correspondientes a la tercera casilla de la tabla anterior, representan el término medio de

cuatro análisis al menos, lo que informa en Madrid a 28 de Noviembre de 1878.

86
Basándose en los análisis de los suelos de la Colonia y en los rendimientos de las

distintas variedades ensayadas , el ingeniero agrónomo José María Martí y Sanchiz , de

la estación agronómica de Valencia, contratado por el conde para asesorarle en las

labores agrícolas e industriales proyectadas, aconsejaba a éste que debían recolectar en

la colonia la variedad blanca con cuello rosado, que alcanzaría una producción media de

45.000 kilogramos por hectárea, con el seis y medio por ciento de azúcar y la variedad

blanca imperial, que rendiría unos 35.000 kilogramos con el ocho por ciento; si bien

creían, que bajo el clima de Córdoba con un cultivo apropósito, podría ganarse mucho

en calidad y en cantidad.

Calculaban los gastos del cultivo en 3.602 reales por hectáreas, incluyendo en

esta suma el costo de las labores, abonos, semillas, riegos, recolección, transporte de la

remolacha a la fábrica, administración, amortización de los aperos de labranza, e interés

del capital; y opinaban que debía pagarse la remolacha a 15 reales los cien kilos puestos

en fabrica, para que con el valor de las hojas, quedase al cultivador un beneficio de

2.005 reales por hectárea.

Por último, consultados los datos de varias fábricas de Francia y Alemania, y

después de atendidas las consideraciones sobre abonos y riegos, deducía que la empresa

era posible, que prometía seguros beneficios y que debían acometerla.

El análisis de la remolacha recolectada en la colonia en el dicho año de 1878,

hecho por la estación agronómica de Valencia, de las variedades “blanca cuello rosado”

(nº1), “blanca imperial” (nº2), “mejorada de Silesia” (nº3) y “globosa roja” (nº4), fue

el siguiente:

87
TABLA Nº 4

ANÁLISIS DE LAS VARIEDADES DE REMOLACHA ENSAYADAS

COMPOSICIÓN DE LAS VARIEDADES DE REMOLACHA EN PORCENTAJES

Nº 1 Nº 2 Nº 3 Nº 4

PULPA 3,89 % 4,72 % 3,89 %. 3,37 %

JUGO 96,11 % 95,28 % 96,11 % 96,63 %

PESO ESPECIFICO 1,0424 1,0554 1,0466 1,0398

DEL JUGO EN 15ºC

EL JUGO 90,18 % 87,46 % 89,34 % 90,87 %

CONTIENE AGUA.

PARTES 3,02 % 4,18 % 3,57 % 3,06 %.

SOLUBLES NO

AZUCAR

AZUCAR 6,80 %. 8,36%. 7,09 %. 6,07 %.

CRISTALIZABLE

LAS 86,68 % 83,34 %. 85,97 % 87,81 %

REMOLACHAS

CONTIENEN AGUA

PARTES SAL NO 2,90 %. 3,98 % 3,33 %. 2,96 %

AZUCAR

AZUCAR 6,53 % 7,96 % 6,81 % 5,86%.

CRISTALIZABLE

CELULOSA ETC… 2,43 % 3,30 % 2,46 % 1,98 %

CENIÁ 1,46 %. 1,42 %. 1,43 % 1,39 %.

Fuente: CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992. Elaboración propia.

88
5.2.1. OBSERVACIONES A LOS ANALISIS DE LAS REMOLACHAS

Las remolachas remitidas tenían todavía más cuello del que se acostumbra a

dejarlas en la recolección; por consiguiente antes de someterlas al análisis, fueron

reducidas al estado que deben tener cuando se entregan en la fábrica. Por esta operación

las variedades números 2,3 y 4 han perdido parte de su peso, por término medio, 3´4%.,

mientras las de nº 1 tenían un cuello muy corto, de modo que no se ha quitado más que

1,7 %.,

“Después de haber reducido las remolachas, en peso oscilaban en


Número 1 de 261 grs. a 1160 grs., siendo el término medio 848 grs.
Número 2 de 332 grs. a 1060 grs., siendo el término medio 629 grs.
Número 3 de 292 grs. a 1623., siendo el término medio 763 grs
Número 4 de 322 grs. a 647 grs., siendo el término medio 483 grs.”50

El informe del ingeniero agrónomo indica que la experiencia demostraba que el

límite inferior de contenido en azúcar, para que las remolachas fuesen aprovechables

para la fabricación, era del 6 por ciento, resultaba, pues, que se había de prescindir del

cultivo de la variedad número 4, la “globosa roja”. Quedaban, pues sólo tres variedades

aceptables, la blanca cuello rosado” (nº1), la “blanca imperial” (nº2) , y la “mejorada

de Silesia”.

No basta la sola relación del contenido de azúcar para apreciar las variedades; se

necesita también saber la cantidad que producen por hectárea. Para calcular esta

cantidad se debería hacer ensayos sobre el espacio menor que necesita cada variedad

50
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

89
para que sus remolachas alcancen el peso medio que tenemos a la vista. No habiendo

hecho estos ensayos, calculamos para todas las variedades igual espacio, y es que se

recolectan en un cultivo bueno por hectárea a 5.500 remolachas. Se calcula, por

consiguiente, la cosecha (de hectárea) de

Número 1 a 46.670 kilogramos 3.020 kilogramos de azúcar

Número 2 a 34.595 kilogramos 2.753 kilogramos de azúcar

Número 3 a 41.998 kilogramos 2.853 kilogramos de azúcar

No determinan estos números la preferencia de una u otra casta; depende esta

también de los gastos de fabricación. Sin cometer un gran error, se puede admitir que

los gastos son en proporción de la cantidad de remolachas que se consuman. Por

término medio 100 kilogramos de remolacha en una fábrica de potencia de 50.000

kilogramos diarios cuestan de elaborar 12 reales. Con los gastos que se pueden calcular

por medio de este número, se ha de confrontar el producto que da el azúcar. Suponiendo

ahora como precio de un kilogramo de azúcar contenido en la remolacha: 3,6 reales (4,5

décimas menos el 20 por 100) resulta.

El valor de la cosecha de una hectárea igual de

Número 1..…..10.872 reales gasto de elaboración 5.597 reales

Número 2…….. 9.910 reales gasto de elaboración 4.151 reales

Número 3…….10.270 reales gastos de elavoración5.040 reales

Resulta como producto líquido de una hectárea:

Cultivando Número 1.………………5.275 reales

90
Cultivando Número 2……………….5.759 reales

Cultivando Número 3………....…….5.230 reales

Merece, pues, la preferencia para el cultivo, la casta nombrada blanca imperial.

Es verdad que esta casta contiene gran cantidad de partes solubles, no azúcar; pero

siendo ésta en su mayor parte orgánicas, la cantidad de ceniza iguala a la de otras

variedades, influyen poco en la fabricación y es relativamente fácil de elaborar el zumo

de esta sustancia.

Estación agronómica de valencia 1 de Noviembre de 1878.- Doctor Otto

Wolffenstéin.

En el mismo año 1878 fue analizada la remolacha en el laboratorio de la

Universidad de Valencia, dando este análisis el resultado siguiente:

Remolacha roja redonda…………………………………12,3

Remolacha roja larga……………………………………. 8,8

Remolacha blanca redonda……………………………...11,8

Remolacha roja larga……………………………………. 9,3

Valencia 5 de Octubre de 1878.- José Monserrat.

La falta de un perfecto acuerdo entre estos informes, y las diferencias que

resultaban entre los análisis, por más que estas debían tener por causa las alteraciones

sufridas por la remolacha en el transporte, complicaban la decisión del conde: además,

el proyecto era ya conocido, y la opinión de los más se revelaba, como sucede siempre,

en contra; y todo esto, unido al recuerdo de la triste historia de las primeras fábricas de

91
azúcar de remolacha en Italia, le hacía temer, que si por falta de previsión fracasaba en

su empresa, el fracaso retraería a otros.

Entonces decidió edificar sobre más firme base; quiso determinar con seguridad

completa, la variedad de remolacha que mejor convenía en la colonia; precisar la mejor

época para su siembra y para su recolección; los cuidados, clase y cantidad de abonos

que exige su cultivo; conocer su producción, en cantidad y en calidad; la manera de

preservarla de la fermentación, en este país cálido, durante la campaña; y comprendió

que para todo esto, eran precisos más detenidos estudios del suelo y del subsuelo;

recoger y completar los escasos datos sobre observaciones meteorológicas, que existían

en el Instituto Provincial de Córdoba; formar un campo de experiencias; seguir paso a

paso, el desarrollo de cada variedad, desde la geminación hasta la madurez; montar un

gabinete de análisis; y confiar la ejecución de todo esto, en la misma colonia, a un

Ingeniero agrónomo entendido y cuya ideas le permitieran tener seguridad completa, en

sus trabajos y en sus informes.

Al efecto, pidió un Ingeniero al Ministerio de Fomento, y hubo dificultades; pero

la feliz casualidad de un viaje a Valencia, le hizo encontrar lo que buscaba.

El Doctor Sr. Otto Wolffenstéin, persona entendidísima, le recomendó al joven

Ingeniero agrónomo D. José Martí y Sánchiz, de la escuela de Madrid, que había

desempeñado ya el cargo de secretario de la Junta de Agricultura, Industria y Comercio,

en la provincia de Castellón, y que en aquella época se encontraba al frente del jardín

botánico de Valencia: su buen amigo y químico notable, D. José Monserrat, Rector

entonces de aquella Universidad y Senador del Reino, le confirmó aquellos buenos

informes; y el Sr. Martí, lleno de entusiasmo, y aspirando a la gloria que después

adquirió, abandonó su pueblo y su familia, y después de visitar con él Conde las


92
fábricas del Norte de Francia, y la Exposición universal de Paris, se estableció en la

colonia.

Difícil fue seguir desde aquel día paso a paso, los interesantes estudios hechos

por el señor Martí: encerrado meses enteros en el laboratorio; sufriendo sobre el campo,

no ya solamente los rigores del clima, sino también los rigores de las infinitas

contrariedades que experimenta el que acomete un proyecto nuevo, el señor Martí

mereció la gratitud del conde y la de sus colonos.

Los estudios, sus trabajos, y los interesantes datos recogidos por él durante

cuatro años en la colonia, sobre la producción de la remolacha para azúcar se describen

a continuación:

Los resultados conseguidos los dividió en dos partes, comenzando la primera

haciendo una ligera descripción de la remolacha, presentando su composición y las

principales variedades que los agricultores cultivaban para el aprovechamiento del

azúcar. Sucesivamente estudió después el clima de la colonia, primer factor de la

producción vegetal; los terrenos que se han de dedicar al cultivo de la remolacha, que

tan importante papel desempeñan en la vegetación; las alternativas de cosechas que les

convienen, las labores que más les favorecen, incluyendo en ellas los del arado a vapor,

cuyo coste calcularon. Los riegos, elemento indispensable en nuestro país, para la

producción de esta planta industrial y el coste del agua, ocuparon luego su atención,

como así mismo el examen de los abonos que más convenían a las tierras, dadas sus

condiciones y las necesidades del principal cultivo que en ellas debían explotar.

Hicieron después un detenido estudio sobre la siembra y cuantos factores intervienen en

ella, ocupándose luego de las escardas, aclarado, recolección enemigos que atacan a la

remolacha y producción de la semilla; planteando en cada caso, los problemas que se


93
presentan y las resoluciones que les parecieron más acertadas, en vista de las

experiencias hechas en el campo, las cuales dieron a conocer. Siguió a continuación la

cuenta de gastos y productos del cultivo de la remolacha, para determinar el coste de

producción de la raíz.

Más adelante, se ocuparon de la fabricación del azúcar, exponiendo ligeras

consideraciones sobre el material de la fábrica, y las prácticas que deben tenerse en

cuenta, dado nuestro clima; presentaron el resultado de los análisis de los productos

obtenidos, e hicieron una ligera reseña de las primeras materias, que sirvieron para la

fabricación; se ocuparon luego del personal de la fábrica y la ampliación del material

para el año siguiente. Bajo esta base, calcularon el precio de coste de la fábrica y de los

aparatos que debían adquirirse, determinaron con estos datos, los gastos y productos de

fabricación. Por último, concluyeron exponiendo algunas consideraciones sobre la

importancia de la nueva industria española.

94
5.3. CONCESIONES DE AGUA PARA RIEGO.

Como se ha indicado previamente, la remolacha azucarera (Beta vulgaris var.

saccharífera), tiene para su correcto desarrollo unas necesidades hídricas notables,

situadas en torno a los 700 mm de precipitación anual. Estos valores eran muy

superiores a la media anual de lluvias en la Colonia de Santa Isabel (Alcolea).

Tampoco las características de los suelos de la Colonia se adaptaban a las exigencias del

nuevo cultivo, por lo que era imprescindible enriquecer los suelos con un generoso

abonado y dotar la finca de un sistema de riego, que completase la precipitación natural.

Técnicamente la instalación de un sistema de riego era factible, ya que el río

Guadalquivir bañaba las lindes de la finca.

Fig. nº 14 .-Situación de la finca de la Colonia de Santa Isabel, bañada por el río Guadalquivir. Consejería de
Cultura.51

51
CONSEJERÍA DE CULTURA. Delegación de Córdoba. Junta de Andalucía. Documentación técnica del conjunto
de norias, aceñas y molinos fluviales de la provincia de Córdoba, para su inclusión en el C.G.P.H. de Andalucía.

95
Pero para conseguir la concesión de un canon de agua era necesario realizar la solicitud

a las autoridades competentes.

A tal efecto, con fecha 27 de noviembre de 1871 se presentó en el Gobierno Civil de

Córdoba la instancia de solicitud de captación de agua para riego del río Guadalquivir.

En la solicitud se pedía una concesión de 37 l de agua/s.

Fig.- nº 15.-Croquis original de la presa antigua sobre el rio Guadalquivir. 1ª Concesión52

52
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

96
El 22 de junio de 1872 le conceden los 39 l/s tomados del río

Guadalquivir bajo el puente de Alcolea para regar terrenos situados a la derecha del río

Guadalquivir denominado cercado de rivera. Cuya toma de agua se señala en el plano

con el nombre de presa antigua. (Presupuesto según proyecto 75.000pts).

El plazo fijado por la Administración para la ejecución de esta obra concluía en

septiembre de 1873. No pudo terminarse la obra de captación en el plazo concedido,

pues debido a las frecuentes crecidas del río, el acopio de materiales realizado durante el

verano había quedado inutilizado. A las adversidades naturales se unieron la situación

de inestabilidad política que vivía España en 1873 y la escasez de obreros cualificados

para la construcción de la presa. El conde tuvo que solicitar una prórroga para la

construcción que según el arquitecto era hasta finales de octubre de 1874.

El Gobierno Civil, en escrito del día 6 de septiembre de 1873, con nº de salida

450 le concede de plazo hasta el 31 de octubre de 1874 para la terminación de las obras

de construcción de la presa.

Cuatro años después, y con el fin de convertir en regadío la dehesilla de león,

terrenos situados en la margen izquierda del río, frente a los ya regables, se solicita una

nueva concesión de 100 l/s, que es informada positivamente el 22 de marzo de 1877.

Esta nueva concesión debería tomarse de la orilla izquierda del Guadalquivir,

para lo que hubo de realizarse un nuevo proyecto de presa frente a las canteras del

Chancillarejo, con un presupuesto de 300.000pts.

97
Fig. Nº 16.- Croquis original de la presa sobre el rio Guadalquivir. 2ª Concesión53

Después de estas dos concesiones, le solicito al gobernador civil, que le

autorizase a tomar los 139 l/s en la margen izquierda de la presa construida, a fin de

poder sacarlos con un solo aparato, para poder regar las tierras a ambas orillas del río.

La nueva toma de 139 l/s está situada a unos 1.100 metros aguas abajo de la primera

presa y en la margen izquierda del río (plano: presa proyectada) la nueva autorización

no perjudica a terceros porque las dos márgenes del río en todo el trayecto de los

1.100m lindan con tierras de su propiedad y no había habido alegaciones. Altura media

de la presa en la época de estiaje medida desde el fondo del río es de 2 metros.

Construcción de la presa: de mampostería y hormigón, cajonería de madera rellena de

hormigón al estilo del país.

53
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

98
Inicialmente se construyó una noria que fue prontamente sustituida por un grupo

bomba-turbina para bombear agua a más de cinco metros de altura, para lo que además

de la presa se construyó un edificio para la estación elevadora. La potencia de la turbina

era de 52 CV, sistema Fontaine y movía dos bombas aspirantes, capaces de elevar 130

l/s de agua a una altura de 13´50 m sobre la lámina del río.

El edificio en que se instaló la turbina de extracción de agua estaba integrado por dos

inmuebles unidos entre sí, uno destinado a almacén y vivienda y el otro que albergaba

las turbinas y que aún hoy conserva los canales de alimentación de las mismas.

Fig. nº 17 .- Edificio que albergaba las turbinas. Estado actual.54

54
CONSEJERÍA DE CULTURA. Delegación de Córdoba. Junta de Andalucía. Documentación técnica del conjunto
de norias, aceñas y molinos fluviales de la provincia de Córdoba, para su inclusión en el C.G.P.H. de Andalucía.

99
Las compuertas que daban acceso a los canales estaban reguladas por tres grandes

ruedas de hierro, provistas de sus correspondientes tornillos y que aún hoy día se

conservan:

Fig. nº 18.- Volantes de hierro para accionamiento de las compuertas.55

En 1890, los condes de Torres Cabrera, Ricardo Martel Fernández de Córdoba y su

esposa Mª Isabel de Arteaga y Silva, hacen una declaración ante el notario Rafael

García Castillo, en la que indican que disfrutan de una concesión de agua de riego en

sus fincas de Alcolea de 132 l/s, que deben tomarse del río Guadalquivir en su margen

izquierda, junto a la desembocadura del arroyo del Diablo, que está algo más de mil

metros aguas abajo del puente de Alcolea, y elevarse por medio de bombas movidas por

55
CONSEJERÍA DE CULTURA. Delegación de Córdoba. Junta de Andalucía. Documentación técnica del conjunto
de norias, aceñas y molinos fluviales de la provincia de Córdoba, para su inclusión en el C.G.P.H. de Andalucía.

100
una turbina que a su vez recibe su movimiento de un salto de aguas formado en el

mismo río, a cuyo efecto es también el conde concesionario a perpetuidad de 4 metros

cúbicos de agua por segundo…

En consecuencia de todo ello los dichos condes de Torres Cabrera declaran que las

obras hechas existentes para la indicada toma de agua consisten en una gran presa de

piedras y buena mezcla de cal y arena, hecha sobre pilotaje, cuya presa entiba por la

margen derecha en la hacienda nombrada Cercado de la Ribera la Baja y por la margen

izquierda en una roca que avanza dentro del cauce del río desde la finca llamada Dehesa

de León o del Chancillarejo.

En la margen izquierda del río había un canal abierto que conducía el agua desde la

presa hasta el edificio de la turbina. Esta accionaba dos grandes bombas horizontales

aspirantes y expelentes, que conducían el agua a un depósito regulador, del que arranca

el tubo expelente de 52 cm de diámetro, que llevaba el agua a un repartidor colocado en

tierras de la Dehesilla de León a 14 m de altura sobre el nivel del río.56

56
CONSEJERÍA DE CULTURA. Delegación de Córdoba. Junta de Andalucía. Documentación técnica del conjunto
de norias, aceñas y molinos fluviales de la provincia de Córdoba, para su inclusión en el C.G.P.H. de Andalucía.

101
Fig. nº 19.- Situación de la casa de turbinas. CONSEJERÍA DE CULTURA

En los archivos de TORRES CABRERA del palacio de Viana se conservan los

extractos de los expedientes de concesión de agua para riego de la hacienda de Santa

Isabel en Alcolea:

Extracto del expediente de los 39 l/s


“-El 27 de noviembre de 1871 se solicita al señor gobernador la construcción de una
presa y edificio en la margen izquierda del Guadalquivir destinadas a regar 32
hectáreas en la dehesilla para elevar 39 l/s. Aprovechando la fuerza motriz que resulta
sobrante en dar movimiento conforme a la ley 3 de agosto de 1866.
-el 7 de diciembre de 1871 en el boletín oficial nº 140 se anuncia al público para oír
reclamaciones.
-el 21 de febrero de 1872 pasa el expediente a la junta de agricultura
- el 22 de marzo 1872 lo devuelve informado favorablemente
-el 23 de marzo de 1872 pasa a la diputación provincial
-el 19 de abril de 1872 lo devuelve informado favorablemente
- el 26 de abril de 1872 pasa al ingeniero jefe de caminos

102
-el 16 de mayo1872 lo devuelve informado favorablemente con arreglo a la ley del 3 de
agosto del 1866 y decreto ley de 14 de noviembre de 1866 que cita haciendo constar
que la construcción de la presa y edificio en nada perjudica a los puentes construidos
aguas arriba y abajo del emplazamiento ni a los terrenos de las márgenes, que la
cantidad de agua que se solicita es tan insignificante con el mínimo caudal que en el
estiaje conduce el río que de ningún modo puede afectar a los aprovechamientos
existentes aguas abajo.
Concluye diciendo que la obra debe sujetarse a las condiciones siguientes:
1- la presa se construirá con sujección a los planos presentados y con altura 1.30
cm sobre el nivel en estiaje de las aguas del tramo inferior.
2- se construirá bajo la inspección del ingeniero jefe a quien se dará conocimiento
para que extienda el acta oportuna al empezar las obras y otra al terminarlas,
de las que se entregará copia a las autoridades y al interesado.
3- el interesado depositará 1500 pesetas en concepto de fianza que le serán
devueltas cuando ejecute obras por igual valor.
4- las obras empezarán en el primer estiaje y terminarán en un año
5- se presentarán los planos de las acequias que atraviesen caminos, veredas u
otras servidumbres públicas.
6- el concesionario abonará los gastos que origina la inspección
7- la concesión se entiende a perpetuidad.

-el 22 de junio de 1872 el gobernador otorga la concesión solicitada con sujeción a las
condiciones propuestas por el ingeniero.
- el 22 de julio de 1872 se da traslado al ingeniero
-el 16 de julio 1872 entrega en la caja de depósitos 1500 pesetas
-el 5 de agosto de 1874 el ingeniero jefe expide certificado de haberse invertido en la
obra cantidad mayor que la fianza.
- el 12 de agosto de 1874 se devuelve la fianza al concesionario
-el 1 de octubre de 1874 se pide prorroga de un año para la terminación de las obras
-el 21 de noviembre de 1874 se concede
- el 12 de septiembre de 1875 se pide nueva prórroga*
-el 24 de septiembre de 1875 se concede el plazo debiendo quedar terminadas el 21 de
septiembre de 1876
- el 20 de septiembre de 1876 se comunica al gobernador el término de las obras de la
presa en el río Guadalquivir entre los puentes de piedra y de hierro de Alcolea para
elevar a perpetuidad 39 l/s”

103
La nueva prórroga solicitada sobre el plazo de terminación de la obra prevista, en este

caso venía justificada por la variación del trazado solicitado inicialmente para las obras

de la presa.

“Los 39l/s fueron solicitados para regadío de la finca la dehesilla en el sitio llamado
“ventas de Alcolea” y cuyo objetivo era poner en regadío 32 hectáreas situadas a una
gran distancia del punto de las tomas de agua.
Importaba el presupuesto de canalización e imprevistos 27.750 pesetas; las bombas, las
turbinas y la cimentación del edificio 33.250 pesetas y 10.000 el arreglo de una presa
antigua, cuya suma dividida entre las 32 hectáreas dará un aumento de precio de
2.156,25 pesetas/céntimos en cada hectárea, cantidad que no corresponde en manera
alguna a la diferencia de valor real que hubieran adquirido en venta o renta aquellos
terrenos de secano a regadío.
La adquisición del Cercado de Ribera o Ribera Baja sita a la orilla derecha del río, en
cuyas tierras apoya uno de los estribos de la presa proyectada me hace ver la mejor
ubicación de la presa y solicitar ligeras modificaciones en la concesión de toma de
agua solicitadas en 1871. La finca de 82 hectáreas de las cuales 60 se destinan al
cultivo de regadío y el resto se dejaba como sotos del río. La proximidad de estos
terrenos al punto de las tomas de agua evitan los gastos de canalización que figuran
en el anterior proyecto presentado, en consecuencia se solicita que los 32 l/s que se
concedieron en la orilla izquierda del río se permita utilizarlos en la orilla derecha de
la mencionada finca. En el proyecto de 1871 no pudo detectarse que existía en el
trazado de la presa una gran hoya de fondo movidero e inseguro que hacía muy difícil
su construcción con arreglo al proyecto inicial. Es por esto que se solicita una
modificación en su replanteo que en nada afecta a la corriente general del río.
Se solicita la colocación de una rueda hidráulica, para la extracción de agua del río,
sobre muros de manpostería en el lugar señalado en el plano adjunta, en lugar del
sistema de turbinas y de bombas proyectado inicialmente por su coste elevado y la
dificultad de conseguirlo.
El diámetro de la rueda era de 11.50 m, en su circunferencia llevaba 112 canjilones
que debido a su inclinación y al derrame natural elevaban 1344 litros de agua en cada
vuelta completa, y siendo el movimiento natural de la rueda, una vuelta cada 42 seg ,
tendremos 32 litros de agua por segundo, que era la cantidad de agua concedida 32
l/s.”57

57
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

104
EXPEDIENTE DE LOS 100 L
22 de Marzo de 1877. Le Conceden 100 l de agua para regar 75 hectáreas en la
Dehesilla tomadas en una nueva presa en el sitio de “Las Canteras” (Azua)
Con 14 familias en la colonia y mayor nº de solicitudes de vecinos de Cabra, Puente
Genil, Espejo y otros pueblos, al no haber inconveniente por su parte, amén de no
haber obtenido beneficio alguno de su primera inversión y debiendo invertir más
capital en la ampliación de la Colonia, el Conde de Torres solicita al gobernador la
pertinente autorización.
En el Proyecto de solicitud existe un informe fundamentado por un Perito certificando
entre otras la permeabilidad del suelo y la longitud de los canales por los que el agua
se filtra fácilmente para volver al río y disminuye con gran evaporación que tiene lugar
durante los meses de verano.
La nueva posición de la presa facilita el emplazamiento de un nuevo motor para elevar
el agua a 15 m y conducirla a los terrenos sitos a la orilla izquierda del río ofrece
dificultades costosas de vencer, la poca altura del terreno en toda la longitud y el cruce
de la línea férrea.
Teniendo en cuenta estas dificultades, conviene más la construcción de una nueva presa
cuyo emplazamiento (azua) ofrece las ventajas de una cimentación natural sobre roca
viva para el motor, la proximidad de los materiales de construcción y al ser de
propiedad del Conde los terrenos de las dos orillas, con lo cual se facilita el expíe en
todo lo relativo al servicio de estribo de presa y remanso.
El desnivel del río entre una y otra presa no es sin embargo suficiente para producir el
salto necesario, para salvar esta dificultad el Conde solicita al gobernador civil elevar
50 cm el nivel de la presa construida, cuya pequeña elevación, por la pendiente que
lleva el río en aquel sitio ha de ser casi imperceptible en el remanso más allá de mis
tierras, y es sin embargo la bastante para poder dar 1.30 m de altura a la nueva presa
proyectada y contar con 30 cm más para el escape de agua en el motor, debiendo ser
de 1.60 m el desnivel entre las aguas altas y bajas en la nueva presa. La nueva presa
será construida con estacada y argamasa de piedra, proporcionando en el punto unas
corrientes de 5 m/s, con cuya fuerza podrá elevarse a 15 m de altura 100 l/s.
El aparato motor será una rueda de paletas curvas la cual comunicará el movimiento a
dos tambores hexagonales y cadena sin fin con cangilones de madera y siendo de 100 l
la cabida de cada cangilón y dando los tambores una vuelta en 6 seg, tendremos que el
aparato elevará 100 l/s que es la cantidad de agua solicitada.
Un canal de madera conducirá el agua al punto más alto, desde el cual correrá por una
acequia para regar los terrenos comprendidos entre esta acequia y el río y que mide
aproximadamente unas 75 hectáreas. El presupuesto aproximado de estas obras sin
hacer mención del aparato elevatorio es el siguiente:

105
Presa y muro que sostienen el motor y la noria incluido el castillejo que ha de sostener
el tambor superior……………………………………………………….63.000 pts
Rueda vertical de paleas curvas…………………………………..…..14.100 pts
Noria y sus accesorios…………………………………...………….….21.800 pts
Compuerta ………………………………………………..……………...3.100 pts
Canal de madera …………………………………………………….……500 pts
Acequia……………………………………………………………….…..8.000 pts
Elevación de 5 cm de la presa construida ya aguas arriba ….…12.500 pts
Total……………………………………………………………………123.000 pts
No afectando la construcción a los intereses de otras personas58

5.3.1. RESUMEN DE AGUAS PARA RIEGOS.

Las exigencias de nutrientes de la remolacha azucarera son elevadas, por lo que la

fertilización debe tener en cuenta el largo ciclo vegetativo de este cultivo, que por ese

motivo exige tanto nutrientes asimilables rápidamente como otros de acción

prolongada y persistentes.

Los abonados con nitrógeno, fósforo, potasio, boro, magnesio y manganeso son muy

convenientes para el buen fin de la cosecha, pero el agua, es el factor que más influye

sobre el peso y la riqueza de la remolacha azucarera. A la vez, es el más difícil de

manejar, por depender de muchos otros parámetros como climatología, tipo de suelo,

profundidad de raíces, etc.

El cultivo de la remolacha necesita de un riego de nascencia justo al realizar la siembra

(20-30 l/m2). Durante el desarrollo del cultivo (desde la germinación) los riegos deben

ser cortos y frecuentes (4-6 l/m2). De ahí el interés del conde por obtener una suficiente

58
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

106
concesión de aguas para riego. Pero esa concesión deberá ser justificada y así, ya en

pleno siglo XX, en 1913, se le solicita al conde la inscripción de aprovechamientos de

aguas públicas a través del Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba (aguas nº 4436) y

se le fija un plazo de tres meses para realizar la inscripción. Un año después, el 31 de

enero de 1914 se le pide oficialmente que acredite los aprovechamientos de agua que

tiene concedidos.

En respuesta a esto requerimientos el conde dirige una carta al Gobierno Civil

de la provincia de Córdoba, de fecha 21-2-1914 en la que expone:

“El 22-6-1872 se me da concesión de perpetuidad de aprovechamiento de agua


derivada del Guadalquivir de 39 l/s para riego de la finca Dehesilla de León
El 11-9-1876 se le autoriza que dicho caudal de agua concedido en la margen
derecha se derivase a la izquierda.
El 22-3-1877 le conceden 100 l/s derivados del Guadalquivir en margen
izquierda. Para riego de fincas de su propiedad, y que por concesión del 13-3-1878
ambas concesiones se refundieron en una, elevando 139 l/s sobre la margen izquierda
del Guadalquivir. Para emplearlos en riegos de varias fincas.
A la vez le conceden aprovechamiento de 4 m3/s dentro del cauce de dicho río,
para mover una turbina y 2 bombas horizontales que son las que elevan los dichos 139
l/s.
Se le concede el servicio de presa en el mismo río, cuya presa estriba en las
dos fincas Dehesilla de León y Cercado de R. Baja, Alcolea Córdoba.
El 1-2-1894 le hacen una concesión de 50 l/s derivados del río para usos
industriales y devueltos al mismo cauce inmediatamente después de ser utilizados, cuya
toma puede hacerse cuando se necesite sobre la margen derecha, en tierras de la finca
del cercado de Ribera”.59

59
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

107
Además de estas concesiones poseía en propiedad otro gran caudal de agua

potable, que por cesión suya gratuita y temporal disfrutaba el pueblo, de una fuente sita

sobre la ctra. de Córdoba a Madrid antes de llegar al puente de Córdoba llamado de

Alcolea, y que estaba adosada al muro de los edificios de la fábrica, sitos en finca

Cercado de Ribera.

Para confirmar que estas aguas no son públicas, el conde aclara:


“La finca Cercado Ribera Baja fue comprada al Estado en subasta pública.
Con dicha finca adquirí el disfrute de la tercera parte de las aguas de los veneros
llamados del Aza de la virgen y la servidumbre de acueducto. Según la escritura de
compra; pero fue el caso de que dichos veneros se habían perdido de manera que sólo
me posesioné del acueducto. Estando así las cosas y necesitando agua para la colonia
Santa Isabel la busqué en el alcor de la sierra, recogiendo entre otras las subdalveas
del arroyo llamado del Tamujal y con obras subterráneas las trajo hasta empalmar con
el antiguo acueducto, de manera que las aguas públicas que disfrutaba el público eran
de su propiedad y así consta en una inscripción, lápida colocada sobre el caño de dicha
fuente por acuerdo del Exmo Ayuntamiento de Córdoba y en los documentos que
poseía”.60
Teniendo esto en cuenta, solicitaba que se inscribiera todas estas concesiones a

su nombre, ya que a pesar de ello, las necesidades hídricas de la Colonia eran muy altas,

y en ocasiones superaban a los caudales disponibles, como demuestra el hecho de que el

19 de enero de 1892 escribe su primo Mariano, marqués de Villaverde manifestándole

que necesita agua clara para refundir el azúcar de segunda ya que el río viene

sumamente turbio, experimentando los perjuicios consiguientes y pidiéndole que

interceda ante el famoso torero “Lagartijo” que era el propietario del cortijo de

“Pendolillas”, para que le permitiera coger agua para la fuente.

La forma de realizar el regadío lo indica el propio conde en su Memorial a S.M. el rey,

cuando indica la forma de preparación de la tierra para la siembra: “El 15 de Marzo

60
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

108
después de haber medido exactamente las parcelas a 50 metros cada una, se formaron

los camellones a los lados para poderlas regar con facilidad, procediéndose

inmediatamente a la siembra.”

En el siglo XIX el tipo de riego utilizado era el de superficie, en el caso concreto de la

hacienda Santa Isabel, el mismo conde nos indica que utiliza un caso particular del

mismo denominado riego mediante surcos. Este tipo de riego era el más empleado en

los cultivos que se realizan en línea, por medio del surco el agua se va escurriendo por

la parte inferior y las plantas se ubican en los lomos de los surcos.

Fig. nº 20.- Riego por surco en un campo de remolachas. Autor http://www.cortijodelpino.com/historia/

El riego por surco tenía varias limitaciones, entre las que estaban el riesgo de

erosión y el alto nivel de escorrentía al final de cada surco.

109
VI.- RESULTADOS: LA FÁBRICA DE AZÚCAR DE REMOLACHA EN

LA COLONIA AGRÍCOLA DE SANTA ISABEL.

6.1.- FABRICACIÓN DEL PRIMER AZÚCAR EN LA COLONIA.

Las experiencias del cultivo de la remolacha practicadas en la colonia,

demostraron la posibilidad de producir dicha planta en buenas condiciones, que

entendidos agrónomos tanto de España como del extranjero habían negado. Quedaba

vencida otra gran dificultad, contra la cual se habían estrellado algunos industriales y

era la conservación de la raíz en nuestro clima tropical, a pesar de que en otros países

mucho más fríos, se pierden hoy día cuando los inviernos son templados. Se contaba,

pues, con la primera materia, y se creía asegurada la venta del azúcar que se produjera,

pues era natural que encontrase salida en el mercado, produciéndolo en buenas

condiciones; la colonia, exenta de toda clase de impuestos, brindaba con una ventaja

nada despreciable, favoreciendo además con la afluencia de jornaleros, tanto para el

campo como para la fábrica, que deseaban avecinarse en la finca, con el objeto de librar

a sus hijos del servicio de las armas, y disfrutar al mismo tiempo de los beneficios que

gozan los que residen en ella; el carbón de piedra lo tenían a las puerta de la colonia, a

bajo precio; disponían de abundantes canteras de piedra de buena calidad para emplearla

en la fábrica y de agua potable para todas sus necesidades; los huesos destinados a la

producción del negro animal, que tan excelente papel desempeña en la purificación de

los jugos, se adquirían con poco trabajo, la locomotora, ese importante medio de

transporte, podía llegar fácilmente dentro de los mismos almacenes, en una palabra,

todas las condiciones parecían aconsejar el planteamiento de esta industria. Una

pequeña cantidad de azúcar bien cristalizada, que se obtuvo en el laboratorio de la

colonia, acabó de disipar las dudas, si podían quedar, acerca de la bondad de la

110
remolacha, después de su análisis. Natural era que sin pecar de temerarios, avanzasen

algo más, planteando la fábrica.61

Figs . nº 21 y 22 .- Planta y alzado de las primitivas instalaciones de la azucarera de Santa Isabel en 1882.

Tomados de los archivos del Palacio de Viana.

61
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. Fondo de Torres Cabrera. Cajas 0051-0056.

111
Bajo la dirección técnica del ingeniero agrónomo José María Martí y Sanchiz se

acondicionaron unas naves existentes en la Colonia para ubicar en ellas la azucarera.

Se trataba de una serie de edificaciones, que adosadas formaban un conjunto

unitario aunque irregular, consiguiendo situar en cada edificio o sala los equipos que

efectuaban las distintas operaciones precisas para la extracción del azúcar de la

remolacha. Con ello se pretendía reducir los elevados costes que hubiesen supuesto la

realización de construcciones de nueva planta.

Así lo indica el conde en su Memorial al rey Alfonso XII:

“El coste de esta, construida con el material que los adelantos modernos

recomendaban, hubiera sido elevado, con mayor razón, tratándose de un particular a

quien solo ayudaban sus fuerzas, por más que estas fueran poderosas. Por ello

juzgaron prudente hacerla más modesta, para que con poco coste viniera a corroborar

los cálculos hechos; el capital que de este modo se arriesgaba, era relativamente

insignificante, quedando siempre tiempo sobrado para desarrollar el negocio en mayor

escala y más perfección, cuando se hubieran tocado los beneficios. Este camino, que la

razón aconsejaba, seguir tratándose de un negocio inútilmente intentado ya por otros

industriales, fue el que emprendieron. Al efecto, compraron en el norte de Francia el

material indispensable, con el que se montó la fábrica, en un edificio antiguo existente

en la colonia.”62

62
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

112
6.2.-DESCRIPCIÓN DE LAS EDIFICACIONES Y EQUIPOS DE LA FÁBRICA.

Como se ha indicado, la industria no se ubicó en una nave diáfana sino diversos

edificios anejos de planta irregular existentes en la hacienda.

En los archivos del Palacio de Viana se ha podido acceder a unos planos de planta,

alzados, secciones longitudinales y transversales del conjunto, gracias a la reciente

catalogación de los fondos del archivo de Torres Cabrera.

No obstante, los planos presentan ciertas dificultades de interpretación, motivada por

no estar normalizada su representación gráfica, no indicar exactamente por donde se

han realizado las secciones y carecer de leyendas que indiquen las funciones de las

distintas zonas y equipos.

Para interpretar el conjunto se ha procedido a analizar las distintas zonas de la fábrica,

independientemente, lo que facilita la comprensión de cada una, además se ha ido

comparando esta información gráfica con la información escrita que el propio conde

recoge en el citado Memorial que eleva a S.M. el rey Alfonso XII y teniendo en cuenta

también el proceso de elaboración del azúcar remolachero en el siglo XIX, tomando

como base las descripciones de BALAGUER PRIMO, F. 63

63
BALAGUER PRIMO, F. Las Industrias Agrícolas. Tratado de las que se explotan en España y de
todas aquellas que puedan ser ventajosamente explotadas.” Ed. Librería Cuesta, Madrid, 1877.

113
6.2.1.- PRIMERA ETAPA: EXTRACCIÓN DEL AZÚCAR DE LA
REMOLACHA EN LA SALA DE DIFUSORES.

Fig. nº 23.- Croquis en perspectiva de la fábrica. Archivo de Torres Cabrera

En el alzado de la fábrica, representado en la figura anterior, se observa un conjunto de

edificaciones adosadas, en cuyo interior se instalaron los equipos industriales de

extracción y las oficinas del complejo, todo ello siguiendo un esquema de elaboración

lineal, que comenzaba en el edificio de la derecha y terminaba en el último de la

izquierda.

El edificio de la derecha tiene planta rectangular de 14´50 m de fachada y 12´00 m de

anchura, dimensiones medidas en el exterior, que dejan un recinto útil de 13´50x11´00

metros, dedicado a sala de recepción, lavado y corte de las remolachas hasta la

formación de las “cosetas”, ubicando en planta baja la batería de difusores.

La nave tiene una cubierta a dos aguas asimétrica, siendo la fachada representada en la

figura nº 22, más baja que la fachada posterior. La primera tiene una altura a la cota de

aleros del tejado de 7´70 m, mientras que la posterior es 4´00 metros más alta, llegando

a alcanzar los 11´70 metros. Podemos intuir, analizando la sección transversal, que la

cubierta sería inicialmente simétrica y que el muro que se eleva 4 metros sobre el otro,

se refuerza adosándole por su exterior otro muro, que le da un perfil inclinado.

114
Esta asimetría parece venir motivada por la conveniencia de situar la tolva distribuidora

de remolacha a los difusores, en segunda planta. De hecho se construyó un forjado a

cota 7´70 metros, la misma altura que los muros iniciales de la nave, siendo suficiente

para cubrir las necesidades elevar solo el muro posterior. La cumbrera de esta

dependencia alcanza la cota 12´70 metros, con unas pendientes en las vertientes muy

elevadas superiores al 40% como era frecuente en esa época. Atendiendo a la

cimentación representada y la tipología de las construcciones agrícolas de la zona, los

muros de la nave debían ser de piedra o tapial y la cimentación en zanja corrida bajo los

muros La fachada según la fotografía estaría blanqueada con cal, al estilo andaluz,

estando la cubierta formada por teja árabe

Fig. nº 24.- Sección longitudinal de sala de difusión Fig. nº 25.- Sección transversal de sala de difusión

Fig. nº 26.- Planta baja de sala de difusión.

115
Fig. nº 27.-Planta alta de sala de difusores.64

Proceso industrial de extracción del azúcar en la sala de difusión:

El propio conde explica las operaciones que se verifican en esta sala65:

La remolachas una vez recolectadas y en la fábrica “se lavan en un tambor

agujereado “ que gira dentro de un recipiente lleno de agua y una tolva que recoge las

raíces. El ingeniero Martí advierte al conde que en un clima tan cálido como el cordobés

las raíces de la remolacha sufren una rápida desecación por evaporación de sus jugos,

llegando a perder en 24 horas el 10% de su peso en ensayos de laboratorio, a

temperaturas muy inferiores a las que sufren en el campo donde se alcanzan los 46º al

sol, por lo que llegan lacias al equipo de lavado.

Las raíces debían lavarse cuidadosamente para que se desprendiese toda la tierra

que llevaban adherida. Tras lo cual la remolacha se cortaba en rebanadas, en el

“rallador” pudiendo prensarse o no, según conviniese, para extraer el jugo.

64
Archivos de Torres Cabrera. Palacio de Viana.

65
CONDE DE TORRES CABRERA. Memorial elevado a S.M. el rey Alfonso XII.1882. Tomado de la edición
facsímil del primer centenario. 1882-1992.

116
Las remolachas ralladas, en caso de convenir prensarlas para extraer el jugo,

interesaba hacerlo lo antes posible, pues en pocas horas comenzaban a fermentar, y si

eso ocurría la pulpa era difícil de elaborar.

No obstante la utilización de “la prensa” era optativa, pues si bien aceleraba en

parte el proceso de extracción del jugo, tenía el inconveniente de dejar gran cantidad de

azúcar en la pulpa y además el jugo extraído por prensado no estaba limpio, sino que

tenía restos sólidos, que al tratarse en las calderas de carbonatación con la cal daba lugar

a productos ácidos indeseables.

En cualquier caso, se usase o no el prensado, había que elaborar la remolacha la

más pronto posible tras su recolección, pues en pocos días comenzaba a fermentar,

transformándose una parte del azúcar cristalizable en glucosa y otros ácidos orgánicos,

perjudiciales para el proceso, por lo que una vez fermentada era aconsejable dedicarla a

consumo del ganado.

La remolacha cortada en pedazos se echaba en los vasos de “la batería de

difusión”, que se compone de varias vasijas de hierro de aproximadamente metro y

medio de diámetro y de dos recalentadores de serpentín. En esas condiciones se hace

pasar agua caliente de una a otra de estas vasijas o difusores, que al entrar en contacto

con las rebanadas de remolacha el jugo de azúcar se diluye en el agua.

La difusión presentaba entre otras ventajas la economía en la mano de obra y la

optimización en la extracción del azúcar de la raíz, ventajas que compensaban con

creces el defecto que presentaban las pulpas obtenidas por difusión, de contener una

elevada cantidad de agua.

117
Maquinaria instalada en la sala de difusores.

La maquinaria adquirida por el conde para su fábrica estaba construida por la fundición

“Fives Lilles”, empresa francesa, que junto con la alemana “Braunschweigische

Maschinenbau-Anstalt” (B.M.A.) eran las más importantes del sector y que ofertaban

sus equipos a través de unos excelentes catálogos y diseñaban y efectuaban el montaje

de los mismos.66

La sala de difusores contenía:

-Un elevador de remolacha con paletas de fundición.

-Una máquina lavadora de remolacha de 90 cm de diámetro y 350 cm de longitud, con

depósito para agua construido con plancha metálica.

-Un limpiador- lavador de remolacha para separar tierra y piedras, de igual tamaño que

las dos anteriores.

-Un elevador verticales de remolachas lavadas.

-Un corta raíces de 1450 mm de diámetro con 24 porta cuchillas.

-Un canal giratorio construido con plancha de hierro, para conducir la remolacha

dividida a los vasos de difusión.

-Una batería circular de difusión compuesta de 12 vasos de plancha de hierro y de

fundición.

66
. Los fabricantes más conocidos de máquinas de vapor en la época eran Fives-Lille, Cail y Carion-Delmotte en
Francia, Mirlees-Watson en Escocia, Hallesche-Halle y Braunschweigische Maschinenbauanstalt AG en Alemania o
Ste. Ame J.J. Gilain en Bélgica, entre otras. En España se difundieron dos principalmente: Fives-Lille y Mirrlees-
Watson. (A. SANTIAGO, 2007).

118
-Una bomba de aire comprimido trabajando a 2 kg de presión.

-Una prensa de pulpa sistema Klussmann.

-Un recalentador de agua de 20 m2 de superficie de calentamiento con tubo de placas

tubulares.

- Un depósito de plancha de hierro de 100 hectólitros de cabida para las necesidades de

la batería de difusión.

-Una máquina de vapor horizontal a expansión fija sin condensación con pistón de 320

mmm de diámetro y 600 mm de carrera.

Fig. nº 28.- Portada del catálogo de la compañía Fives –Lille. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

En la siguiente figura se representa el sistema de lavado empleado en la fábrica, según

catálogo de la compañía Five –Lille, similar a la instalada por el conde.

Aunque no aparece en los planos de instalación, lo más probable es que se instalara en

el patio anejo a la sala de difusión, para poder amontonar en sitio amplio las piedras,

chinarros y tierra que soltaran las remolachas en su limpieza.

119
Fig.- nº 29.- Lavadora de remolachas, según catálogo de Fives Lille. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

Desde ese patio se elevarían las remolachas ya limpias y sin hojas hasta la planta alta de

la sala de difusión. En ella estaba instalado todo el conjunto de la batería de difusores,

con la tolva de recepción en la parte alta del forjado y la batería con los doce difusores

en la planta baja.

En las secciones de los planos se puede observar el murete perimetral que bordeaba la

batería de difusores.

Existían en el mercado baterías de descarga inferior o lateral. El conde instaló en Santa

Isabel el primer tipo, con doce difusores de colocados circularmente, similares a los de

la figura nº 30, que recoge una sección de los mismos.

También podían colocarse los difusores en dos o más filas paralelas, como se indica en

la figura nº 31, que representa su alzado y perfil.

Aunque la batería de difusión representada en estas dos figuras corresponde al catálogo

de la empresa alemana B.M.A. serían muy similares al sistema Fives Lille instalado en
120
la Colonia, como puede observarse al compararlo con el representado en los planos del

proyecto de la fábrica.

Fig. nº 30.- Sección de una batería de difusión. Catálogo de B.M.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

121
Fig. nº 31.- Alzado y perfil de batería de difusión en dos filas, para descarga inferior. Catálogo de B.M.A.

Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

Fig.- nº 32.- Separador de pulpa para jugo de difusión. Catálogo de B.M.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

122
En los planos de la fábrica no aparece representada la prensa para pulpa de remolacha,

pero el conde, en su Memorial, afirma que tal equipo se ha instalado en la fábrica. La

figura nº 33 representa un tipo de prensa de columna similar a las utilizadas en las

almazaras españolas en el siglo XIX tomado del catálogo de la empresa instaladora

Fives Lille.

Fig. nº 33.- Prensa para pulpa. Catálogo Fives Lille. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

Finalmente la relación de maquinaria de la sala de difusores se completaba con un

equipo generador de vapor, para abastecer las necesidades de los difusores. En la figura

nº 34 se puede ver un generador horizontal, con distribución por válvula corrediza de

precisión.

123
Fig. nº 34.- Máquina de vapor horizontalcon distribución por válvula corrediza de precisión. Catálogo de B.M.A.

Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

Fig. nº 35.- Beta vulgaris L. Tomado de La remolacha azucarera. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales
Universidad Nacional de la Plata y fotografía de cañas de azúcar.

La figura nº 36 refleja los diagramas de extracción de azúcar en el siglo XIX, tanto de

caña como de remolacha. En dicho diagrama se observa que la diferencia de dureza

124
entre la leñosa caña de azúcar y la bulbosa raiz de la remolacha, daba lugar a una

diferencia en las primeras etapas de la extracción en ambos productos.

La caña una vez cortada en trozos debería molerse en molinos o trapiches, para

posteriormente, extraerles el jugo mediante prensado. Como hemos visto, la remolacha

no necesitaba una molienda enérgica, sino un corte en rodajas, las denominadas

“cosetas” que se someten a extracción con agua caliente de la materia soluble que

contienen (azúcares y no azúcares), mediante difusión.

La “coseta” ya agotada se denomina pulpa y se descarga por un extremo del difusor.

Esta contiene una gran cantidad de agua que se reduce mediante un proceso de

prensado. El líquido acuoso obtenido se introduce de nuevo en la batería de difusión

para recuperar el azúcar y la temperatura que lleva la misma, mientras que la pulpa pasa

al proceso de secado.

125
Fig. nº 36.- Esquema de fabricación de azúcar de caña y remolacha. Fuente: Azucarera de Salobreña Nª Sra. Del
Rosario S.A.67 Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A

Una vez realizada la difusión, el proceso de extracción en ambos productos, caña o

remolacha, podía ser común y el siguiente paso era “depurar el jugo” obtenido,

eliminando las sustancias no azucaradas disueltas en el mismo, lo que se realizaba

utilizando como reactivo la lechada de cal (cal diluida en agua) y gas carbónico. Tras la

filtración, se obtenía por una parte el jugo purificado y por otro los lodos compuestos

por las impurezas.

67
Azucarera de Salobreña Nuestra Señora del Rosario S.A. (1961). Primer centenario de la Azucarera de Salobreña
Nuestra Señora del Rosario S.A. (1861-1961). Salobreña: Azucarera de Salobreña Nuestra Señora del Rosario

126
6.2.2.-DESCRIPCIÓN DE LA SALA DE DEPURACIÓN DEL JUGO

AZUCARADO.

Como se ha indicado, el proceso de depuración del jugo azucarado obtenido en la

batería de difusión tenía diversas etapas: comenzaba con un preencalado, seguido de un

encalado, primera carbonatación, primera filtración, concluyendo con una segunda

carbonatación y posterior filtración.

Este proceso se realizaba en una dependencia aneja a la sala de difusión, de planta

rectangular de 4´50 metros de anchura y 17´50 metros de longitud.

La altura de la nave a cota de aleros de su tejado era de 8´00 metros, lo que permitía un

forjado en segunda planta y tenía una cubierta a dos aguas formada por cerchas de

madera tipo “española” de 1´70 metros de flecha

La nave se encontraba situada entre la nave de difusión, en su lateral derecho y las


naves de calderas y la de evaporación y cristalización en el izquierdo.

En el patio trasero de la nave, se encontraba el horno de cal, que tenía una chimenea
troncocónica de 30 metros de altura, según planos, 2´5 metros de diámetro en su base y
1´50 metros en la boca superior. Estaba construída con ladrillos refractarios,
disponiéndose en la parte baja el horno para cal.

Fig. nº 37.- Alzado de la fábrica. La nave de depuración corresponde a la segunda comenzando por la derecha.
Archivo de Torres Cabrera

127
Fig. nº 38 Planta baja, con chimemea al fondo y segundo piso de la nave de depuración. Archivo de Torres Cabrera.

Los procesos de elaboración en la sala de depuración.

El jugo bruto procedente de la difusión tiene un pH ácido, contiene partículas en

suspensión, una gran cantidad de azúcares disueltos y distintas sustancias coloidales

extraídas de la remolacha.

La depuración del jugo, consiste fundamentalmente, en separar las partículas en

suspensión, proporcionar un pH adecuado, separar la mayor parte de los azúcares y

eliminar los coloides. Esto se logra fundamentalmente mediante la adición de lechada

128
de cal y anhídrido carbónico, a partir de las siguientes etapas de trabajo: preencalado,

encalado, carbonatación, filtraciones, sulfitación y descalcificación.

Preencalado:

Mediante la adición de lechada de cal se consigue alcalinizar el jugo del difusor hasta

un pH necesario y que coloides contenidos en el jugo, neutralizando sus cargas,

puedan flocular. El reactivo usado en esta fase es la cal, bajo forma de lechada de cal,

por sus características depuradoras y floculantes. A esta operación se le da el nombre de

encalado o defecación y se realiza, generalmente, antes de la carbonatación o

saturación, operación consistente en tratar el jugo con anhídrido carbónico.68

Fig. nº 39.- Paila o caldera de defecación. Catálogo de la CompañíaFives-Lille.


Materiel de Sucrerie, 1880.

68
BAQUERO FRANCO, J. La Industria del Azúcar de Remolacha. M.A.P.A. Hojas divulgativas. Nº 8/87 HD.

129
Posteriormente se realiza un segundo encalado, añadiendo nueva lechada de cal al jugo

ya pre-encalado.

Para eliminar sustancia extrañas y el exceso de cal del jugo encalado, se añade el gas

procedente del horno de cal, que contiene anhídrido carbónico y da lugar a la

precipitación de la cal en forma de carbonato cálcico.

La separación de los precipitados se realiza en diferentes tipos de filtros o en

decantadores. De esta fase se obtiene un jugo clarificado que continúa el proceso y unos

barros que se someten a un proceso de filtración, lavado y prensado con el objeto de

recuperar el jugo que llevan incorporado. Estos barros ya deshidratados se denominan

espumas y se conducen para su evacuación.

El jugo azucarado se somete a una segunda carbonatación y filtración, para eliminar los

restos de cal y partículas extrañas.

Finalmente, con objeto de disminuir la coloración del jugo y reducir su viscosidad se

procede al proceso de sulfitación, añadiendo gas sulfuroso al jugo.

130
Fig. nº36 bis.- Horno de cal. Catálogo de B.M.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.

Obtención de cal y anhídrido carbónico

El consumo de cal y anhídrido carbónico en la fase de depuración de jugo es muy

importante. Por este motivo el conde buscó conseguir la materia prima de ambos

productos en la propia finca. La piedra caliza y el carbón, se mezclaban en

proporciones adecuadas y se calcinaba en el horno para combustión de carbón de cok,

obteniéndose por la parte superior el gas y la cal viva por la parte inferior. La cal viva se

apagaba en un tambor rotativo mediante la adición de jugo y aguas dulces, con lo que se

obtiene la lechada de cal.

131
Fig. nº 37bis.-Aparato para apagar cal viva. Tomadas del Catálogo de B.M.A.

Por otra parte, el gas, tras pasar por un lavadero que separaba las partículas en

suspensión, era impulsado a la fábrica por medio de las correspondientes bombas.

Fig. nº 38bis.-Lavadero de ácido carbónico, tomada del Catálogo de B.M.A.


132
Las filtraciones se realizaban por medio de decantadores, filtros de vacío,

filtros de bujías, filtros prensa, etc.

Fig. nº 39bis.- Filtro prensa. Fig. nº 40.- Batería de filtros de carbón animal.

Ambas tomadas del Catálogo de B.M.A.

Fig. nº 41.-Máquina de vapor horizontal y caldera vertical con tubos transversales. Tomadas del Catálogo de B.M.A

133
Maquinaria instalada en la sala de depuración.

La maquinaria de la sala de depuración, como la de toda la industria que nos ocupa, se

importó de Francia, había sido también fabricada por la compañía Fives Lille y

constaba de una imponente chimenea troncocónica de unos 30 m de altura que contenía

el horno de cal de 30 m3 de capacidad.

La sala de depuración contaba en su interior de “un lavador de gases” de 1´10 m de

diámetro , provisto de tres discos de planchas perforadas., así como “una máquina de

vapor horizontal” con pistón de 0.230 m de diámetro y 0.400 m de carrera para extraer

el anhídrido carbónico del horno y distribuirlo entre las calderas de carbonatación.

Se instalaron “dos bombas” para elevar los jugos defecados para ser carbonatados de

nuevo así como conco depósitos de planchas de hierro de 40 hectolitros de cabida útil

para la decantación del jugo carbonatado, provisto cada uno de ellos de una llave de

hierro fundido con su tubo para separar el líquido claro.

El filtrado del jugo carbonatado se realizaba mediante “tres filtros prensas” sistemas

Trinhs con 12 marcos intermediarios con sus planchas perforadas y “cuatro filtros de

negro animal” de plancha de hierro de un metro de diámetro, por tres de altura, con

falso fondo de plancha perforada abertura para vaciarlo.

También se instalaron “tres calderas de carbonatación” y “una caldera para calentar

los jarabes”.

El siguiente paso en el proceso de extraer el azúcar de la remolacha consistía en la

evaporación de la porción acuosa del jugo azucarado. Para ello eran imprescindibles

unos potentes generadores de energía.

134
6.2.3.-SALA DE CALDERAS PARA EVAPORACIÓN DEL JUGO.

La sala de calderas linda con la de depuración y la de cristalización y centrifugación.

Tiene planta irregular dotada de dos zonas de diferente anchura. Una de ella es un

rectángulo de 11´00 metros de longitud por 10´00 de anchura y la otra, más pequeña,

cuadrada de 5´00 metros de lado, que suponían una superficie total en planta de 135´00

m2 .

La sala tenía en su interior una chimenea de ladrillo refractario, de forma tronco

piramidal de 15´00 metros de altura, con secciones cuadradas de 2´50 metros de lado en

su base inferior y 1´50 metros en la superior.

La cubierta era a un agua, con altura de los muros delanteros de 7´50 metros y 6´00

metros en los posteriores, lo que supone una pendiente del 14% aproximadamente.

En su interior se ubicaban cuatro calderas, tres de ellas tubulares verticales de fundición

provistos de sus correspondientes llaves, miras de cristal, manómetros y termómetros,

para concentrar el jugo azucarado y convertirlo en jarabe y una cuarta cuya finalidad

era cocer el jarabe al vacío.

La sala de calderas está adosada a la dependencia de cristalización, centrifugado y

secado del azúcar, a la que abastecerá de energía térmica.

En la figura nº 42 se representan la planta y sección de la nave de calderas, mientras que

en la figura nº 43 incluye en la planta las salas de depuración, calderas y cristalización-

centrifugación. También se representa una sección transversal que corta a la nave de

calderas y a la de cristalización-centrifugación.

135
Figs. Nº 42.- Planta y sección de nave de calderas. Archivos de Torres Cabrera.
136
Fig. nº 43.- Planta de las salas de depuración, calderas y cristalización-centrifugación y sección transversal por nave
de calderas y de cristalización. Archivo de Torres Cabrera.

137
Fig. nº 44.- Caldera multitubular. Tomadas del Catálogo de B.M.A

El objeto de estas calderas era generar la suficiente energía para evaporar la gran parte

del agua que contiene el jugo azucarado, con lo que se incrementaba el porcentaje de

materia seca del mismo.

E1 jugo proveniente de la depuración tenía una densidad aproximada de 15° Brix. Este

jugo había que concentrarlo hasta 90 o 91° Brix para que se produjese la cristalización

del azúcar por sobresaturación. Esto se conseguía en dos fases: evaporación y

cocimientos.

En la evaporación elevaba la concentración de azúcar en el jugo a un máximo de 65 a

67° Brix y se realizaba mediante vapor a baja presión

Para ello se utilizó un equipo de evaporación de triple efecto, fabricado por la

Compagnie Fives-Lille. Este novedoso sistema para la época reducía el consumo de

138
vapor con la reutilización de los vapores producidos en cada evaporador para calentar el

siguiente.

Con este sistema la presión se iba reduciendo en cada efecto, trabajando el último por

debajo de la presión atmosférica y como consecuencia, por debajo de los 100ºC.

El jugo concentrado que sale de la instalación de evaporación se denominaba “jarabe”,

que una vez filtrado estaba listo para el proceso de cristalización.

Fig. nº 45.- Aparato de evaporación de triple efecto.Catálogo de la Compagnie Fives-Lille. Materiel de Sucrerie,
1880.

.
Como se ha indicado, el jugo saliente de la evaporación, “el jarabe”, alcanzaba unos 65º

Brix, con una pureza próxima al 90%. Al final de la evaporación se realizaba la

operación de sulfitación, cuyo objetivo era la decoloración del jugo y consistia en

someter al jugo azucarado a una corriente de anhídrido sulfuroso. A tal efecto el conde

139
instaló un aparato para la producción de ácido sulfuroso con tubo y llave

correspondiente, que estaba en comunicación con el tubo de entrada de jugos, en la 3ª

caldera del triple efecto.

Para aprovechar la energía calorífica que conservaba el vapor tras la fase anterior, se

instaló en la fábrica un condensador tubular, con tubos de hierro estañados de 30 metros

cuadrados de superficie de calentamiento, formando un vaso de seguridad.

Fig. nº 46.-Condensador tubular. Tomadas del Catálogo de B.M.A

El condensador no era otra cosa que un intercambiador de calor, en cual se pretendía

que el fluido gaseoso que lo recorriese cambiase a fase líquida mediante el intercambio

de calor con otro medio, para así obtener máxima eficiencia e igualmente transformar el

vapor condensado en agua pura que retornaba al equipo de generación de vapor.

140
6.2.4.-SALA DE CRISTALIZACIÓN Y CENTRIFUGACIÓN.

El objeto de los procesos que se realizaban en esta sala era obtener azúcar sólido

cristalizado, lo más puro posible, preparado para su comercialización y al mismo tiempo

intentar aprovechar al máximo otros subproductos generados durante la extracción del

azúcar.

La sala de calderas estaba adosada a la que nos ocupa, con objeto de que los cuatro

generadores de vapor instalados estuvieran próximos a los depósitos de evaporación

situados en esta dependencia.

Su planta era rectangular, de una única altura, de 23´00 m de longitud y 9´00 metros de

anchura, y altura de muros de unos 8´00 metros. Esta altura, en el plano del proyecto,

se elevaba en su parte central mediante una mansarda de cinco metros de anchura y 1´50

metros de elevación de pilares, lo que permitía alcanzar una altura de unos 10´00

metros en la cumbrera de la nave.

Fig. nº 47.- Croquis en perspectiva de la fábrica. Archivo de Torres Cabrera

La nave de cristalización y centrifugación corresponde, en el croquis en perspectiva, a

141
la tercera contando desde la derecha, aunque en ella no aparece la mansarda.

Fig. nº 48.- Planta y sección longitudinal de sala de cristalización y centrifugación.

Archivo de los condes de Torres Cabrera.

142
Fig. nº 49.- Planta y sección transversal de sala de cristalización y centrifugación.

Archivo de los condes de Torres Cabrera.

143
En la figura nº 49 se pueden observar la planta y una sección transversal en la que se

representa la mansarda, que tendría un doble objetivo, elevar la altura en una nave en la

que se producía mucho vapor y dotar a la nave de mayor iluminación. Sin embargo en el

croquis en perspectiva de la figura nº 47 no aparece la mansarda. Puede que no llegase

a realizarse o que la perspectiva se hiciese antes de la puesta en marcha de la fábrica.

Procesos de elaboración en la sala de cristalización.

-La cocción:

Tras la evaporación del jugo azucarado, el siguiente paso en el proceso de extracción

del azúcar era el “cocimiento del jarabe”. Este consistía en concentrar el jugo desde los

65º Brix hasta los 91 o 92 Brix.

Al llegar a los 77 u 80° Brix aparecían los primeros cristales de azúcar y e1 jarabe

poco apoco iba incrementando su viscosidad, pasando a llamarse “masa cocida”.

Fig. Nº 50.- Bomba de masa cocida. Tomadas del Catálogo de B.M.A

144
Lógicamente, la temperatura de ebullición del agua disuelta en el jarabe, para una

presión constante, aumentaba con la concentración, por lo que esta operación se

efectuaba al vacío, en unos aparatos de cocción similares a los evaporadores, llamados

llaman “tachas”, que no eran otra cosa que calderas de cobre que en su interior tenían

unos serpentines por los que se hacía pasar vapor.

En la tachas el jarabe alcanzaba los 91 o 92° Brix y una pureza del 93%, tras lo cual se

paraba la evaporación para evitar la disolución del azúcar en las mieles.

Para conseguir dicha concentración de riqueza, el conde instaló una tacha o caldera

para cocer el jarabe en el vacío, de plancha de hierro y fundición de 2.30 metros de

diámetro y 60 hectolitros de cabida útil, provista de cuatro serpentines de vapor de

cobre rojo, con sus correspondientes llaves, válvulas para la salida de las aguas de

condensación, miras, sondas, llaves de aire y grasa, manómetro y termómetro y válvula

de bronce para vaciar la caldera, camisa de madera de pino y demás accesorios.

Fig. nº 51.- Tacha de 90 Hl. Catálogo Fives Lille.

145
Las tachas podían trabajar al vacío o bajo presión al objeto de rebajar el punto de

ebullición de los productos que se procesan en ellas y de este modo evitar la

descomposición térmica del azúcar.

Fig. nº 52.- Tacho al vacío de cobre. Tomadas del Catálogo de B.M.A

-La cristalización:

Cuando la masa cocida alcanzaba los 92º Brix se descargaban las tachas y se procedía a

la cristalización del azúcar mediante enfriamiento en los maxaladores, que provistos de

hélices movían la masa permitiendo que se depositase el azúcar. Con este proceso la

sacarosa disuelta en el jarabe cristalizaba, obteniéndose el azúcar sólido cristalizado,

apto para su comercialización.

146
Fig. nº 53.-Sala de cristalización y centrifugación. Catálogo de la Compagnie Fives-Lille. Materiel de Sucrerie, 1880.

-Centrifugación y secado del azúcar:

Transformado el licor madre en azúcar, se separaban los cristales para obtener el azúcar

en forma comercial, lo que se conseguía en las centrífugas con canasta perforada, que al

girar separaba los cristales del licor madre.

Fig. nº 54.-Centrífuga. Catálogo de la Compagnie Fives-Lille.Materiel de Sucrerie, 1880.

147
El azúcar tenía aún una humedad elevada, por lo que se secaba en un secadero.

Tras el secado, el azúcar se sometía a un cribado en vibro tamices y se almacenaba en

sacos, para su expedición a los distribuidores.

Fig. nº 55.-Aparato para cribar azúcar bruto, con conductor de rosca y armazón de madera.
Tomadas del Catálogo de B.M.A

En la planta de la sala de cristalización, comparando los equipos representados con la

relación de maquinaria que describe el conde de Torres Cabrera en su Memorial, y que

recogemos en el anexo nº… de este trabajo, podemos distinguir:

Fig. nº 56.-Planta de la sala de cristalización y centrifugación. Catálogo Fives Lille.


148
La batería de evaporadores de triple efecto, una serie de diez depósitos para jarabes de

segunda, con una capacidad unitaria de 100 hectólitros, así como 1500 hectólitros de

depósitos para los jarabes de tercera, conteniendo cada uno 400 hectólitros. También se

reflejan las tachas de primera y sucesivas extracciones, centrífugas y secaderos.

Fig nº 57.-Depósitos de almacenamiento de jarabes. Catálogo Fives Lille.

Con el primer azúcar sólido cristalizado mediante la centrifugación, se obtenía también

una miel pobre que se sometía a un segundo proceso de cristalización análogo al de la

primera en las llamadas tachas de 2ª e igualmente, las mieles obtenidas en este segundo

proceso eran sometidas a un tercer proceso de cristalización.

El subproducto que quedaba después de los tres procesos de extracción de azúcar

sólido recibía el nombre de melaza, que se podía utilizar para producción de alcohol

etílico, ácido cítrico o diversos usos.

149
VII. EL DECLIVE DE LA EXPERIENCIA DE LA COLONIA DE SANTA

ISABEL.

La primera campaña de la Azucarera Santa Isabel se realizó en la primavera de

1882. Durante noventa días se manipularon un millón ochocientos mil kilos de

remolacha, a una media de 20.000 kg. Diarios, con una producción de 1.100 kg. de

azúcar al día. La capacidad de producción de la fábrica era reducida, ya que solo

contaba con una potencia capaz de trabajar 50 tm. De remolacha al día. El deseo de su

fundador fue precisamente éste, iniciar la fabricación con una instalación “ pequeña,

pero suficiente para el primer ensayo en España “, e irla ampliando en campañas

sucesivas con los beneficios derivados de su funcionamiento, hasta hacer de Santa

Isabel una gran azucarera. La primera campaña, a pesar de constituir una aventurada

experiencia, arrojó resultados altamente positivos, pues la obtención de 99.000 kg. de

azúcar supuso un beneficio del 41,77 % sobre el capital invertido. Al beneficio

económico había que añadirle el beneficio social que la implantación de esta industria

aportaría a la comarca, mediante la generación de abundantes puestos de trabajo. Si

tenemos en cuenta que esta pequeña fábrica ocupó en su primera campaña a 83

trabajadores, es lógico pensar que con su ampliación y con la creación de nuevas

fábricas en la zona el número de puestos de trabajo se incrementarían y se daría

solución a uno de los problemas más graves del campo andaluz: el paro. Del mismo

modo, la necesidad que las fábricas tendrían de abastecerse de remolacha como materia

prima para su actividad industrial aseguraría a los agricultores la venta de sus cosechas

de remolacha, hecho que actuaría como estímulo para la adopción y difusión espacial

del cultivo.

150
Sin embargo, el objetivo de hacer de esta primera fábrica una potente azucarera

no llegó a cumplirse nunca, ya que las instalaciones de Santa Isabel no superaron nunca

las 50 Tm. de potencia diaria. Tras los años inmediatos a su creación, en los que se

elevó la producción inicial, siguieron años de decadencia y, después de realizar una

serie de campañas de escasa producción, fue aportada en 1903 al primer Trusts

azucarero creado en nuestro país: la Sociedad General Azucarera de España, que la

mantuvo en funcionamiento hasta la campaña de 1910-11. Terminada esta campaña la

S.G.A.E. procedió al cierre de esta fábrica, que era —cosa curiosa y a la vez triste— la

azucarera con menos capacidad molturadora y la peor equipada de las existentes en ese

momento en España.

Al declive de la que fue la primera fábrica de azúcar existente en España, se unió

el retroceso y posterior desaparición del cultivo remolachero en tierras de la Colonia,

único lugar de toda zona donde se había llevado a efecto, con lo que el nuevo cultivo,

con tanta ilusión y esfuerzo introducido, desapareció totalmente de Córdoba.

No existen fuentes que nos permitan comprobar si el cultivo desapareció porque

los agricultores tuvieron dificultad para vender sus cosechas o, por el contrario, la

azucarera cerró al encontrarse en una situación crítica por no contar con la materia

prima necesaria para su funcionamiento. Ahora bien, debido al conocimiento que

tenemos de la otra experiencia innovadora, realizada en Granada, así como del contexto

en que se han enmarcado con posterioridad las relaciones entre cultivadores de

remolacha y fabricantes de azúcar, nos inclinamos a pensar que fue la falta de estímulo

por parte de la azucarera Santa Isabel lo que llevó a los agricultores a abandonar el

recién adoptado cultivo. Sea cual fuere la causa, lo cierto es que a partir de 1906 la

remolacha —que sólo había estado presente en Córdoba en la Colonia Santa Isabel—

151
desaparece de tierras cordobesas, al tiempo que se difunde vertiginosamente por el

territorio nacional. Habrá que esperar hasta 1934 para volver a encontrar este cultivo en

el agro cordobés. En esta fecha se readoptará el cultivo de la remolacha bajo la acción

estimuladora de la Azucarera San Rafael, ubicada en Villarrubia, la cual, bajo el sistema

de contratos de cultivo, formalizó con los agricultores una cosecha de 361.938 Qm de

remolacha sobre una superficie de 1.510 ha de regadío.

TABLA
REMOLACHA MOLTURADA Y AZÚCAR PRODUCIDO EN LA AZUCARERA
SANTA ISABEL (ALCOLEA-CÓRDOBA)

CAMPAÑA REMOLACHA MOLTURADA AZÚCAR OBTENIDA


(kg/día ) (kg/día)

1882-83 20.000 1.100


1885-86 50.000 2.750
1890-91 40.000 2.200
1895-96 30.000 1.672
1900-01 20.000 1.654
1905-06 15.350 845
1910-11 (*) 13.350 642

(*) Última campaña en la que funcionó esta azucarera.


Fuente: Boletines de Producción de Azúcar. Asociación Nacional de Fabricantes de Azúcar (1920). Elaboración
propia.

La vida de la azucarera Santa Isabel había terminado, pero la experiencia del

innovador que la promovió, unida a la que paralelamente se llevó a cabo en la vega de

Granada, sirvió para que el cultivo de la remolacha azucarera y la industria que de ella

se deriva quedaran consolidados en España y constituyera el origen del que durante

mucho tiempo ha sido un potente motor de la economía nacional; si bien, en la

actualidad está en clara recesión debido, como hemos señalado anteriormente, al límite

que sobre la producción de azúcar impone a nuestro país la Unión Europea a través del

sistema de cupos a la producción.

152
VII.1. ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS DOS EXPERIENCIAS PIONERAS.

El análisis realizado de las dos experiencias pioneras que posibilitaron la

aparición y adopción inicial de la remolacha azucarera como un cultivo nuevo en

España, pone de manifiesto que existe entre ambas un claro contraste en cuanto a las

repercusiones que tuvieron, tanto a nivel socioeconómico como en el marco territorial

en el que se llevaron a cabo.

La experiencia innovadora de López-Rubio en la vega de Granada tuvo un

amplio eco social, económico y paisajístico. Los agricultores de la comarca, influidos

por la acción estimuladora de este hombre emprendedor, adoptaron con gran rapidez el

nuevo cultivo, al que progresivamente fueron dedicando mayor cantidad de tierras y

labores, lo que motivó que, desde los primeros años de la adopción, se produjera un

aumento sustancial de los rendimientos por unidad de superficie. La remolacha ocupó

grandes áreas de tierras irrigadas de las vegas de Granada, Guadix y Baza y en sólo

once años su cultivo se difundió por las provincias de Granada, Málaga y Almería,

saltando muy pronto a otras áreas del interior peninsular. En esta difusión jugaron un

papel esencial las fábricas de azúcar, que, a través de la política de contratos de cultivo,

fomentaron el interés de los agricultores por la remolacha azucarera y actuaron como

auténticos catalizadores de este nuevo cultivo. Su introducción supuso una auténtica

revolución agraria y socio-económica para los municipios adoptantes y, en general, para

la economía nacional, que se pone de manifiesto a través de hechos concretos, entre los

que cabe citar:

• Aparición de una potente industria agroalimentaria que emplea el nuevo cultivo

para la obtención de azúcares y alcoholes.

153
• Configuración de una clase alta de comerciantes e industriales, que se

enriquecieron con rapidez y facilidad por el elevado margen de beneficios generado por

la remolacha y su tratamiento industrial.

• Solución del grave problema con el que se encontró España al perder en 1898

las últimas colonias ultramarinas, que tradicionalmente habían abastecido el mercado

nacional con azúcar de caña.

• El número de puestos de trabajo aumentó drásticamente en la agricultura y en

la industria. En la agricultura por el gran número de jornaleros que encontraron trabajo

en las tierras de los latifundistas que desde el primer momento adoptaron el nuevo

cultivo, así como por el elevado número de arrendamientos que se efectuaron para

cultivar la nueva planta al amparo de los adelantos en efectivo y de las subvenciones

que los fabricantes de azúcar concedieron a quienes se comprometieron, mediante

contrato de cultivo, a producir cupos concretos de remolacha para la fábrica con la que

habían suscrito el contrato. En el ámbito industrial la generación de puestos de trabajo

fue también muy importante; la implantación de la nueva industria remolachero-

azucarera supuso el reclutamiento de abundante mano de obra para poner en

funcionamiento unas fábricas en las que, dado lo novedoso de esta industria, la

mecanización era mínima y gran parte de las operaciones fabriles requerían el empleo

de obreros y operarios.

• Fuerte expansión de las áreas irrigadas. El cultivo remolachero llevó aparejada

la construcción de infraestructuras de regadío. Hemos de tener en cuenta que todas las

variedades de remolacha que se introdujeron en España en los primeros momentos de la

adopción del cultivo fueron variedades de regadío y de ciclo vegetativo corto.

• Cambio demográfico de las áreas adoptantes, que pasaron de ser zonas de

emigración a ser zonas inmigratorias, debido a la gran cantidad de mano de obra


154
necesaria para el cultivo remolachero y para el funcionamiento de las fábricas

remolachero-azucareras.

• Los capitales generados por el cultivo remolachero y su explotación industrial

convirtieron a las bancas modestas de Granada en instituciones financieras modernas y

potentes.

• La riqueza generada por la remolacha y el azúcar de ella obtenida, también

tuvo su reflejo en el urbanismo de los municipios adoptantes, que mejoraron

sustancialmente su dotación en infraestructuras y edificaciones.

En el caso de la ciudad de Granada, por ejemplo, la construcción del gran

ensanche urbano de la ciudad mediante el trazado de la Gran Vía, coincide justamente

con el periodo de esplendor económico que vivió la ciudad en el primer tercio del siglo

XX como consecuencia de la actividad remolachero-azucarera. Por esta razón se la

denominó «Gran Vía del Azúcar», denominación que siguen utilizando actualmente

numerosos granadinos.

Por el contrario, a diferencia de la elevada repercusión que tuvo en Granada la

iniciativa innovadora liderada por Creus y López-Rubio, la experiencia pionera puesta

en marcha por Torres-Cabrera en el regadío cordobés tuvo muy escasa repercusión

social, económica y territorial a nivel comarcal. A pesar del empeño y el tesón que este

emprendedor puso en la acción innovadora, el cultivo de la remolacha azucarera no

sobrepasó en Córdoba los límites de la Colonia Agrícola Santa Isabel, y la fábrica de

azúcar de remolacha en ella creada no fue seguida de la creación de otras nuevas, hecho

que si ocurrió, y de forma profusa, en Granada.

155
La explicación al rechazo de esta innovación en el área cordobesa hemos de

buscarla en la conjunción de una serie de factores que actuaron sobre la misma de forma

negativa, e impidieron que se pasara de la fase de adopción inicial a la fase de adopción

generalizada y difusión de la innovación en el ámbito regional. El principal motivo fue,

sin duda, la mentalidad con que Torres- Cabrera enfocó la introducción del nuevo

cultivo y de la industria a él asociada. Asumió el proceso innovador de forma

exclusivamente personal, sin buscar la colaboración de personas e instituciones que le

ayudaran a extender la información sobre la innovación objeto de adopción y, en

consecuencia, a lograr aumentar el número de adoptantes potenciales y el ámbito de

influencia territorial de la innovación. A este hecho se unía la concepción paternalista

que tenía de la empresa agrícola y de las relaciones entre el capital y el trabajo, que

inhabilitaron a sus colonos para llevar a cabo una adopción del nuevo cultivo

verdaderamente libre y decidida; por lo que, cuando faltó su dirección la experiencia se

derrumbó y el nuevo cultivo fue abandonado sin haber cuajado de verdad.

A estas circunstancias, relativas a la personalidad del promotor de la innovación

y de su enfoque de la empresa agro-industrial que acometió, se sumó un factor

sumamente relevante en lo que a adopción de innovaciones se refiere. Nos referimos a

la resistencia pasiva del campesinado cordobés, que carecía de una tradición agraria

basada en la explotación de cultivos de regadío de carácter industrial, pues

tradicionalmente en Córdoba se había practicado una agricultura de secano en las zonas

de campiña y una agricultura basada en cultivos hortícolas de corte tradicional y sin

innovaciones significativas en las vegas. Y, desde luego, en los grandes latifundios

como en el que Torres-Cabrera ubicó la Colonia Agrícola Santa Isabel, nunca se había

practicado una agricultura de carácter intensivo, sino que, por el contrario, se seguía
156
dando una agricultura extensiva combinada con una rudimentaria utilización de las

rastrojeras y los pastos naturales con ganado lanar y caprino. Granada, por el contrario,

contaba en su vega y en las de Guadix y Baza con una fuerte tradición hortícola en

cultivos de consumo directo y de carácter industrial, dominando entre los últimos, de

forma llamativa, la caña de azúcar, seguida en importancia por el cáñamo. La

explotación de la tierra de forma intensiva era la tónica general en estas vegas, que

contaban además con sistemas de irrigación muy avanzados.

La tradición cañera de la vega de Granada fue un factor que jugó de forma

decisiva en favor de la experiencia innovadora liderada por Creus y López-Rubio,

mientras que la falta de la misma lo hizo en detrimento de la experiencia cordobesa. En

Córdoba nunca ha sido viable el cultivo de la caña de azúcar por razones de carácter

climático; sin embargo, Granada contó con este cultivo y con industrias cañero-

azucareras desde el siglo VIII. Esta tradición azucarera llevó a muchos fabricantes de

azúcar de caña a potenciar el cultivo de la remolacha como única alternativa a dos

hechos claves: a) la imposibilidad física, por razones climáticas, de ampliar el número

de hectáreas cultivadas con caña de azúcar y b) la pérdida, en 1898, de nuestras últimas

colonias ultramarinas y con ella el cese del flujo de este producto antillano, que

constituía hasta entonces la única materia prima para la fabricación de azúcar. Desde la

Edad Media estuvo presente la industria cañero-azucarera en España, localizada

exclusivamente en las costas del sur peninsular y los agricultores de estas áreas tenían

conciencia de que las actividades vinculadas al cultivo de la caña y a su explotación

industrial constituían negocios rentables. Este hecho tuvo una influencia psicológica

altamente positiva en la adopción y difusión del cultivo remolachero en las provincias

de Granada, Málaga y Almería. La remolacha se percibió como un cultivo nuevo que

proporcionaría la materia prima necesaria a una industria que, aunque nueva, se


157
vinculaba estrechamente con una actividad industrial tradicional y que generaba altos

beneficios económicos y numerosos puestos de trabajo. En Córdoba, por el contrario, se

produjo una inercia psicológica que derivó en rechazo hacia un cultivo novedoso, cuya

producción se destinaba a una industria sin raigambre en la zona.

La diferencia existente en el grado de aceptación de la innovación en las dos

zonas donde originariamente se implantó, pone de manifiesto una ley que se cumple

siempre en los procesos de adopción-difusión de innovaciones agrarias. Nos referimos

al hecho de que cualquier innovación se adopta y difunde más rápidamente cuando

guarda relación con otras actividades tradicionales, y por tanto ya conocidas en la zona

en la que se pretende introducir, que si hace referencia a aspectos o actividades

novedosos y totalmente desconectados con procesos de producción propios del entorno

inmediato. El desconocimiento de la actividad económica que giraba en torno al azúcar

y de los beneficios económicos que reportaba tanto a industriales como a agricultores,

impidió a los potenciales adoptantes de la remolacha azucarera en Córdoba percibir las

ventajas que esta innovación reportaría a la zona y a los propios agricultores y

fabricantes. Esto les impidió reducir la valoración del riesgo que toda adopción de

innovaciones lleva implícito y provocó el rechazo hacia la misma.

A este factor de componente psico-sociológico se une el grado de efectividad de

las estrategias seguidas por los promotores de la innovación; es decir, por aquellos

individuos o instituciones interesados en la implantación de la misma en un ámbito

concreto. Los denominados propagandistas. En este sentido, como hemos visto a lo

largo de este tiempo las actuaciones de López- Rubio y de Torres-Cabrera fueron

radicalmente diferentes. El primero buscó el apoyo de personalidades y entidades de

reconocido prestigio entre los agricultores y creó una estrategia basada en dar seguridad

a los adoptantes de la nueva planta —a través de la formalización de contratos de

158
cultivo, concesión de anticipos en metálico, asesoramiento técnico, etc.—, sin mermar

para nada su libertad en la toma de decisiones. Contrariamente, Torres-Cabrera actuó en

todo momento a nivel personal y de forma aislada, sin buscar apoyo institucional ni

crear ningún tipo de infraestructura sociológica que creara un clima favorable hacia la

innovación y que facilitara la adopción de la misma por otros agricultores que no fueran

sus colonos.

Ahora bien, hay que destacar que, aunque la acción innovadora de Torres-

Cabrera no tuvo continuidad en las tierras donde éste introdujo el cultivo remolachero,

el conocimiento de que en su azucarera Santa Isabel se había obtenido el primer azúcar

de remolacha de España fue clave para la creación de la industria azucarero-

remolachera en nuestro país. A partir de su experiencia las fábricas de azúcar que

empleaban esta materia prima se multiplicaron, al tiempo que el nuevo cultivo se

difundió a regiones muy distantes de Andalucía, tales como Aragón, Castilla la Vieja,

Galicia y Asturias que iniciaron el cultivo de la remolacha azucarera por el

conocimiento que tuvieron los industriales de estas áreas del nuevo azúcar de remolacha

obtenida y patentada por Torres-Cabrera. La acción de las azucareras fue fundamental

para la difusión del cultivo. Éstas, en su afán por asegurarse la materia prima para

mover sus fábricas, arbitraron potentes medidas para inducir a los agricultores a adoptar

el cultivo remolachero y para que este arraigara en las zonas receptoras. Esta tónica se

ha mantenido en España a través del tiempo, hasta la actualidad.

159
VII.2. LA EXPERIENCIA DE LA COLONIA SANTA ISABEL EN LA PRENSA

DE LA ÉPOCA.

La experiencia de la fábrica azucarera instalada por el conde de Torres Cabrera tuvo una

gran repercusión en la prensa nacional de la época. De ella se hicieron eco, entre otros,

los siguientes medios de comunicación:

La Iberia. Madrid febrero de 1883. Art. Colonia agrícola Santa Isabel

Diario Córdoba. Jueves 28 de Septiembre de 1882. La remolacha en España

La Crónica de Córdoba. Nº 737

El Progreso Madrid 1883. Art. La remolacha industrial

El Globo Diario Ilustrado martes 30 de enero de 1883. Art. La colonia Santa Isabel

La Liga Nacional de Contribuyentes. Madrid 15 de febrero de 1883. Art. Obstáculos al


desarrollo de la riqueza

El Tiempo. Madrid 7 de Enero de 1883. Art. Un verdadero adelanto

El Eco de Ocaña. Domingo 18 de Marzo de 1883. Art. El Conde de Torres-Cabrera

El Imparcial. Domingo 28 de Enero de 1883.

La Tribuna. Granada jueves 8 de Febrero de 1883. Art. La remolacha industrial

La Crónica de Córdoba. Martes 6 de Febrero de 1883. Art. Colonia agrícola (Santa


Isabel)

El Progreso. el azúcar de remolacha en España.

La Integridad. Jueves 8 de Febrero de 1883. Art. La colonia de Santa Isabel

El Cronista. Madrid 25 Marzo de 1883. Art. La remolacha de azúca

160
VIII.-CONCLUSIONES:

-A finales de siglo, la previsible pérdida de las últimas provincias españolas en

el Caribe, que suministraban la mayor parte del azúcar consumido en la Península, lleva

a una serie de agricultores ilustrados, como el Conde de Torres Cabrera y D. Juan López

Rubio a ensayar la obtención industrial del azúcar de la remolacha.

-La técnica en la España del siglo XIX se caracteriza por un considerable atraso

respecto a otros países europeos, consecuencia de un siglo convulso que comienza con

la guerra de Independencia y continúa a lo largo de todo el siglo con las llamadas

guerras carlistas.

-En esa época existe una fuerte dependencia de las innovaciones tecnológicas

descubiertas en otros países, especialmente de Francia e Inglaterra.

-Consecuentemente con la situación existente, el Conde de Torres Cabrera debe

adquirir la patente de introducción de extracción del azúcar de remolacha, así como los

equipos industriales necesarios para dicho proceso en el extranjero.

-No obstante, en ese período se experimenta en España un considerable esfuerzo

para crear Centros superiores de Enseñanza e Investigación, como las Escuelas

Especiales de Ingenieros y las Granjas Experimentales.

- En la provincia de Córdoba no existía experiencia en el cultivo de la caña de

azúcar ni en la extracción industrial de la misma. Ésta se reducía a las provincias de

Málaga y Granada fundamentalmente.

- Los primeros ensayos en la Hacienda Santa Isabel son positivos, pero hay una

serie de factores agronómicos negativos, como el clima de Córdoba y las características

161
del suelo, que unidos a la novedad del cultivo de remolacha en la zona dificultan el

trabajo de los agricultores y la adaptación de la planta. A estos factores agronómicos

hay que añadir la ausencia de especialistas industriales nativos, por lo que deben traerse

capataces y oficiales de Francia, para dirigir los procesos productivos. Todo este

conjunto de circunstancias darán al traste con la experiencia pionera de la Hacienda

Santa Isabel.

- No obstante la iniciativa del Conde servirá para que la experiencia se extienda

y triunfe en zonas más aptas para el cultivo: la Vega de Granada inicialmente y

posteriormente la meseta del Duero y el Valle del Ebro.

-Con el presente trabajo se ha conseguido el principal objetivo planteado en esta

investigación: Identificar las distintas zonas de extracción de azúcar de la fábrica, sobre

los planos del proyecto primitivo, describiendo los equipos empleados en cada etapa.

162
IX. BIBLIOGRAFÍA:

- ALMANSA PÉREZ, R. M.: <<Familia, tierra y poder en la córdoba de la restauración>>.


Universidad de Córdoba, 2005.

-ANÓNIMO: <<La industria azucarera en España>>. Ed. Azucarera Ebro Agrícolas S.A.
Septiembre 1998

-ASÍN, F.; CAMPO, J. M.; DE LA FUENTE, F. y PEMÁN, J. : «El cultivo de la remolacha


y la industria azucarera en Aragón»; Cuadernos Aragoneses de Economía, Zaragoza, 1979.

- Azucarerade Salobreña Nuestra Señora del Rosario S.A. (1961). Primer centenario de la
Azucarera de Salobreña Nuestra Señora del Rosario S.A. (1861-1961). Salobreña: Azucarera de
Salobreña Nuestra Señora del Rosario.

- BALAGUER PRIMO, F. Las Industrias Agrícolas. Tratado de las que se explotan en España
y de todas aquellas que puedan ser ventajosamente explotadas.” Ed. Librería Cuesta, Madrid,
1877.
- BAQUERO FRANCO, J. La Industria del Azúcar de Remolacha. M.A.P.A. Hojas
divulgativas. Nº 8/87 HD.
-BIESCAS, J. A.: Introducción a la economía de la región aragonesa; Alcrudo Editor,
Zaragoza, 1977.

- CANTERO, J.R.: “Los Principales Ingenios de Azúcar de la Isla de Cuba”, la Habana en


1857.

- CASADO, M.: De la industria azucarera en la provincia de Málaga. Boletín de la Sociedad


Económica de Amigos del País de Málaga, nº 16, 17 y 18. 1862.

- CASTILLO MARTÍNEZ, A. “Sistemas Constructivos de la Industria Azucarera


Granadina” Tesis doctoral. Universidad de Granada. 2015.

- CONSEJERÍA DE CULTURA. Delegación de Córdoba. Junta de Andalucía.


Documentación técnica del conjunto de norias, aceñas y molinos fluviales de la
provincia de Córdoba, para su inclusión en el C.G.P.H. de Andalucía.

-CONDE DE TORRES CABRERA: «Introducción al cultivo y obtención del primer azúcar de


remolacha en España, en la fábrica de la colonia santa Isabel de Alcolea», Córdoba, 1882.

- JIMÉNEZ BLANCO, J.I.: “La caña de azúcar en la Andalucía mediterránea durante el siglo
XIX”. Revista de Estudios Andaluces nº 4 (1985).
- La industria azucarera en España, Ed. Azucarera Ebro Agrícolas, S. A., septiembre de
1998.

163
-MARRÓN GAITE, M.J.: "La adopción de una innovación agraria en España: los orígenes del
cultivo de la remolacha azucarera. Experiencias pioneras y su repercusión económica y
territorial. Estudios Geográficos. Vol. LXXII, 270, pp. 103-134. Enero-junio 2011.

- MEMORIA de la SOCIEDAD ECONOMICA de AMIGOS del PAÍS de Málaga, 1862,.

-PIÑAR SAMOS, J. y M. GIMÉNEZ YANGUAS: Motril y el azúcar II: Del paisaje industrial al
patrimonio tecnológico (1845-1995). Motril (Granada), 1996.

-RODRÍGUEZ MARÍN, F.J.: “Patrimonio y Ciudad. Patrimonio Industrial Azucarero en la


Axarquía: Entre el Olvido y la Puesta en Valor”, Departamento de Arte de la Universidad de
Málaga.

-ROJAS SOLA, J.I.; y UREÑA MARÍN, J.R.: Technological evolution of the steam engine in
sugarcane production. Actas del Congreso Internacional Conjunto XVI ADM-XIX
INGEGRAF. Perugia, Italia, pp. 549-556, Junio 2007.

-SANTAMARÍA GARCÍA, A. y L. M. GARCÍA MORA Economía y colonia: la economía


cubana y la relación con España (1765-1902). C.S.I.C. Madrid, 200

- SANTIAGO RAMOS, A. Y A. GUZMÁN VALDIVIA: Axarquía. Patrimonio Industrial. Ceder,


2007

-SILVA SUÁREZ, M. Técnica e Ingeniería en España VII. El Ochocientos. De las


profundidades a las alturas. Zaragoza. 2013.

Archivo histórico de Viana. Fondo de Torres Cabrera.

 CAJA 005 : - Legajo 0039-1


 CAJA 0052: - Legajo 0040-1, - Legajo 0041-1, - Legajo 0042-1, - Legajo 0049-1
- Legajo 0050-1
 CAJA 0053: - Legajo 0043-1, - Legajo 0044-1, - Legajo 0045-1
 CAJA 0054:- Legajo 0046-1, - Legajo 0047-1, - Legajo 0048-1
 CAJA 0055: - Legajo 0049-1, - Legajo 0050-1, - Legajo 0051-1, - Legajo 0052-1
 CAJA 0056: - Legajo 0053-1, - Legajo 0055-1

164
X. ANEXOS.

TOMADOS DEL MEMORIAL ELEVADO POR EL CONDE DE TORRES


CABRERA A S.M. EL REY ALFONSO XII.

ANEJO Nº 1 CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE LOS CULTIVOS,


SUELOS Y CLIMA DE LA COLONIA.

ANEXO Nº 2.- INSTALACIONES INDUSTRIALES EN LA FÁBRICA.

ANEXO Nº 3.-PRESUPUESTO DE COSTES Y GASTOS DE INSTALACIÓN DE


UNA FÁBRICA DE AZUCAR DE REMOLACHA QUE TRABAJA DIARIAMENTE
120.000 KILOGRAMOS DE REMOLACHA.

ANEXO Nº 4.- BIOGRAFÍA DE DON RICARDO MARTEL Y FERNÁNDEZ DE


CÓRDOBA, CONDE DE TORRES CABRERA.

ANEXO Nº 5.- INDICE DE FIGURAS.

ANEJO Nº 6.- PLANOS

165
ANEJO Nº 1 CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE LOS CULTIVOS,

SUELOS Y CLIMA DE LA COLONIA.

TOMADO DEL MEMORIAL ELEVADO POR EL CONDE DE TORRES


CABRERA A S.M. EL REY ALFONSO XII.

166
ANEJO Nº 1 CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE LOS CULTIVOS,

SUELOS Y CLIMA DE LA COLONIA.

1.1.-DESCRIPCION BOTANICA. COMPOSICIÓN Y VARIEDADES DE LA

REMOLACHA.

Esta planta, conocida científicamente con el nombre de BETA BULGARIS-L

pertenece a la familia de las QUENOPODIACEAS, presentando como caracteres

principales los siguientes:

Raíz carnosa, de forma más o menos cónica, terminando por su parte superior

con el cuello, de donde nacen las hojas basilares, las cuales son pecioladas, de forma

ovalada, anchas y bien desarrolladas; el cuello, que en rigor puede considerarse como

tallo, da origen al que generalmente se conoce con dicho nombre, siendo herbáceo,

ramoso, angulosa, derecho o decumbente, presentando hojas agudas u obtusas,

pecioladas y menos desarrolladas que las basilares; las flores, que comúnmente

aparecen en verano, son verdes, hermafroditas, aglomeradas y dispuestas en espiga

larga; fruto deprimido, envuelto por el cáliz endurecido que encierra en su interior de

dos a cinco granos, de forma globosa reniforme.

Generalmente esta planta se considera como bisanual en Europa, por más que

algunas veces recorra todos los periodos de su existencia, en un solo año, como ha

sucedido en a colonia.

Se encuentra espontánea en nuestra Península, en Italia y Francia, siendo

cultivada como alimento del ganado, o para aprovechar su azúcar, el cual acumula en

gran cantidad en la raíz; cortando esta por un plano perpendicular a su eje, se la


167
encuentra formada por una porción de capas concéntricas: las exteriores se hallan

constituidas por el tejido celular unido a la sílice, materia grasa y azoada; siguen luego

el tejido herbáceo que encierra una sustancia colorante, un aceite esencial, y otros

principios; las demás capas interiores están formadas por los tejidos celular y vascular

colocados alternativamente.

Las capas de tejido celular, adquieren mayor volumen en las variedades ricas en

azúcar, contienen esta sustancia en el interior de pequeñas células impregnadas de

pectosa y algunos cristales de oxalato de cal, que son más abundantes cerca del cuello;

en éste, el azúcar disminuye extraordinariamente, al par que aumentan las sales, en tan

grande proporción, que no es económico su aprovechamiento para la fabricación del

azúcar.

La parte de la raíz inmediata al cuello, tampoco es tan abundante en azúcar como

el resto de ella; dicha sustancia va en aumento a medida que nos separamos del cuello;

así es que la parte media se presenta más azucarada, y todavía contiene más riqueza

sacarina en el último tercio.

La raíz de la remolacha, varía notablemente de composición; contiene de

ordinario del tres al cinco por ciento de su peso, de materia sólida, y noventa y cinco a

noventa y siete de jugo, o sea un líquido que a su vez está compuesto de 82 a 88 % de

agua, y el resto de materias disueltas en ella. Para que se pueda formar una idea de su

composición, copiamos el análisis de ella hecho por el célebre químico Payen:

Cien partes de remolacha contienen:

Agua…………………………………………………………………………83,5

Azúcar……………………………………………………………………….10,5
168
Lignosa y celulosa…………………………………………………………....0,8

Albúmina, caseína y otras materias neutras y azoadas………………………1,5

Principios orgánicos en pequeña cantidad, tales como ácido málico, sustancia

gomosa, materias grasas aromáticas y colorantes, aceite esencial, clorofila,

esparraguina. Sales orgánicas, péctatos, pectinatos, y oxalatos de potasa, sosa y cal.

Sales minerales; fosfato de cal y de magnesia, sales amoniacales, silicatos, nitratos y

sulfatos de potas, cloruros de potasio y sodio, azufre, sílice óxido de hierro……….3,7

Total…………….100%

No todas las raíces contienen igual cantidad de azúcar; también es variable la

proporción en que entran las demás materias disueltas en el jugo, y que designaremos

con el nombre de materias extrañas, dando a la remolacha condiciones tanto menos

aceptables para la fabricación, cuanto mayor es su cantidad.

Según esto, el valor de la remolacha no solo depende de su riqueza en azúcar,

sino de la proporción de materias extrañas que contenga: por ello dos raíces igualmente

ricas en azúcar, pueden tener diferente valor, si no es la misma la cantidad de materias

extrañas que contienen, siendo mayor la de aquella que contenga menos.

A la proporción de azúcar, contenido en cien partes de materias sólidas del jugo,

se le designa con el nombre de cociente de pureza, el cual juntamente con la riqueza en

azúcar, da una idea bastante aproximada de la calidad de la remolacha.

También debe tenerse en cuenta, para juzgar del valor de esta raíz, la proporción

de cenizas que contiene, formadas principalmente de compuestos alcalinos que

impidenla cristalización de la materia sacarina: cuanto más abunden menor será la

169
cantidad de azúcar que se pueda extraer a la remolacha, y menor por consiguiente ha de

ser su valor.

Para comparar la calidad de unas remolachas con otras, con respecto a las

cenizas que contienen, se determinan las que corresponden a cien partes de azúcar; por

ejemplo, un jugo ha dado el análisis 14 partes% de azúcar y 1,2 partes% de sales; a 100

partes de azúcar corresponderán 8,57 de cenizas; a este número suele llamársele

cociente salino, o hablando con más propiedad cociente de cenizas.

El valor de una raíz, o sea su cociente de pureza, su riqueza en azúcar y su

contenido de cenizas, depende de muchas causas, que mas adelante examinaremos.

Entre ellas hay una de la mayor importancia, que merece ahora ocupar nuestra atención

y es la variedad a que la planta pertenece.

La remolacha como todos los vegetales presenta diferentes variedades, siendo

estas más o menos propias para la fabricación del azúcar. Las más conocidas por las

buenas cualidades que presenta, es la blanca de Silesia; se distingue por su raíz

piriforme, cuello poco desarrollado, hojas anchas y de un verde claro; de ellas se han

formado dos subvariedades; una que presenta la raíz blanca y cuello verde y otra de

color rosado más o menos subido.

La variedad alemana, más rica en azúcar que la anterior aunque menos

desarrollada, también es bastante cultivada, así como las variedades blanca de

Magdeburgo y la Electroral que igualmente son apreciadas por sus buenas cualidades,

aunque adquieren menor desarrollo que la primeramente citada. Estas variedades y

algunas otras, son cultivadas en distintos países, según la experiencia ha demostrado las

ventajas que presentan dado el clima, el terreno y necesidades de cada localidad.

170
1.2.-CLIMA DE LA COLONIA.

La colonia de Santa Isabel, dista once kilómetros de Córdoba, se halla

comprendida en los 37º 52’ 13” latitud N. y los 1º 5’ 30” longitud O. del meridiano de

Madrid, midiendo una superficie de 733 hectáreas. Situada dentro de la región Bética a

130 metros sobre el nivel del Mar y atravesada por el río Guadalquivir, presenta un

clima cálido en verano y no muy frío en invierno, como atestiguan los naranjos, las

palmas y otras plantas de climas templados, que en ellas se crían al aire libre.

Para que de él pueda formarse una idea aproximada, copiamos a continuación el

resultado de las observaciones que hemos tenido ocasión de practicar o que nos han

facilitado en el Instituto de 2ª enseñanza de Córdoba que por su proximidad a la colonia,

deben ser parecidas.

Altura barométrica media anual……………………………………..750 mm.

Altura barométrica máxima anual…………………………………...765 mm.

Altura barométrica mínima anual……………………………………740 mm.

Temperatura media anual…………………………………………….17,50º

Temperatura máxima anual…………………………………………..46º

Temperatura mínima anual…………………………………………. 4 º

Humedad media anual a las 2 de la mañana……………………… 68,5

Humedad media anual a las 3 de la tarde…………………………. 48

Evaporación máxima en verano…………………………………… 26 mm.

Días de lluvia durante el año………………………………………. 55


171
Lluvia total…………………………………...……………………305 mm.

Las observaciones que acabamos de presentar fueron practicadas desde el 1 de

Diciembre de 1877 a 30 de Noviembre de 1878, exceptuando las correspondientes a la

temperatura y evaporación, que son la media obtenida en los cuatro años últimos.

Las nieves son raras en esta región, más frecuentemente se repiten las heladas

durante los meses de Diciembre y Enero, causando algún daño en la vegetación,

especialmente en los naranjos.

Las frecuentes nieblas húmedas del invierno y primavera, originadas

principalmente en las inmediaciones del río durante las primeras horas de la mañana, no

son nada favorables a los vegetales, sobre todo en la época de la florescencia. Más

perjudiciales son las nieblas secas, pero afortunadamente se ven raras veces.

Mejor influencia ejerce sobre las plantas el rocío que se produce durante las

noches de primavera, otoño e invierno y en algunas del verano; debido a la

condensación del vapor que origina el descenso de temperatura, que sobreviene con la

irradiación del calor, la superficie del terreno y de las plantas se cubre de una capa de

agua, que no por ser pequeña deja de producir un gran bien a los vegetales, y muy

particularmente a la remolacha. Cuando la temperatura desciende a cero grados, el rocío

se convierte en escarcha causando daños de consideración a las plantas, especialmente

si este meteoro sobreviene a la salida del invierno, cuando la vegetación se halla

bastante adelantada.

Más importancia que los anteriores fenómenos presentan las lluvias; la cantidad

de agua que anualmente cae, varia muchísimo con los años; en las observaciones

copiadas anteriormente, hemos visto que era de 305 milímetros, ordinariamente suelen

172
ser mayor, aunque hay años como 1.878, que no llegan ni con mucho a dicha cantidad.

El número de días de lluvia, varía con las estaciones; son estos más numerosos en

primavera y otoño, se presentan algunos en invierno pero raras veces sobrevienen en

verano.

El clima de la colonia, cuya ligera reseña acabamos de hacer, presenta ventajas e

inconvenientes para el cultivo de la remolacha. Esta planta, sobre todo en el periodo de

la germinación, y durante su primera edad, prefiere un clima húmedo, donde las

frecuentes lluvias y escasa evaporación, suministren a la tierra la humedad conveniente

para el fácil desenvolvimiento del nuevo ser, con ella las tiernas plantas, salen pronto al

exterior sino le faltan las demás condiciones indispensables para la geminación.

Un clima cálido y una evaporación rápida, desecan fácilmente la capa superficial

del suelo donde se entierran las semillas, y privando a estas de la humedad, impide o

paraliza su germinación, llegando a causar la muerte de los gérmenes que hubieran

comenzado ya su desarrollo; más adelante veremos cómo puede evitarse este

inconveniente.

Pero si la elevada temperatura y el estado higrométrico de la atmósfera causan

en un principio bastante daño a las remolachas, pasado este primer período las

favorecen extraordinariamente. En efecto, estas plantes necesitan como todas, alguna

humedad, pero su exceso las perjudica en extremo; buen ejemplo de ello nos presentan

las zonas azucareras de Alemania, Francia y otros países, donde en años lluviosos, la

cosecha es abundante pero de mala calidad, cuando las lluvias han sobrevenido en el

último periodo de la vida de la remolacha, cuyas hojas adquieren un desarrollo excesivo

en perjuicio de la raíz, que se carga de sales, siendo al mismo tiempo pobres en azúcar;

173
si las lluvias se presentan al principio de la vegetación, el exceso de humedad paraliza o

entorpece su desarrollo, dando una escasa producción.

En la colonia, aun cuando las lluvias sean frecuentes, la elevada temperatura que

disfrutan las plantas, les permite continuar su crecimiento, y por otro lado en el último

periodo de su vegetación o sea en el verano, el tiempo es seco y caluroso, y las

remolachas con el auxilio de los riegos, elaboran sin inconveniente y en gran cantidad el

rico principio azucarado.

1.3.- CARACTERÍSTICAS EDAFOLÓGICAS DE COLONIA.

Los terrenos de la colonia destinados al cultivo de la remolacha pertenecen a los

llamados de acarreo moderno, formados en su mayor parte por los sedimentos que las

aguas del río Guadalquivir, han ido depositando con el tiempo. Su composición varía

notablemente: en unos puntos, los más inmediatos el río, la sílice predomina en ellos,

dando lugar a suelos silíceos, sueltos, permeables, fáciles de trabajar, produciendo

regulares cosechas si se abonan bien y no les faltan las aguas; en otros terrenos, la

proporción de sílice disminuye, y es sustituida por la arcilla que les imprime sus

caracteres y propiedades, siendo por lo tanto arcillosa-silíceos, menos permeables, más

compactos, retienen mejor la humedad y se contraen al desecarse, las labores son en

ellos costosas pero en cambio su fertilidad es mayor que la de los silíceos, rindiendo

abundantes productos.

En unos y otros, la potasa y la cal entran en bastante proporción para las

necesidades del cultivo, abundando la primera sobre todo en los terrenos arcillosos. El

ácido fosfórico y el humus o mantillo, escasean mas, siendo conveniente suministrarlos

al terreno por medio de los abonos.

174
La capa laborable es generalmente de poco espesor, debiéndose el defecto a las

labores someras que hasta entonces se habían dado; puede aumentarse fácilmente,

labrando las capas inferiores que presentan la misma constitución física que la capa

superficial; hay sin embargo algunas tierras, por fortuna de reducida extensión, donde la

capa laborable no podía pasar de 25 centímetros porque inmediatamente se presenta un

subsuelo de cantos rodados mezclados con arena.

El análisis siguiente, dará una idea más completa de la composición química del

suelo que predominaba en las tierras destinadas al cultivo de la remolacha.

ANALISIS MECANICO

Cien partes de tierra contienen:

Arena gruesa de más de un milímetro de diámetro………………………….1,94

Arena mediana de 0,5 a 1 milímetro de diámetro……………………………0,85

Arena fina de menos de 0,5 milímetro de diámetro…..…………………….38,65

Arcillas y otras materias…………………………………………………….58,56

Total …… 100%

Cien partes de tierra secada al aire contienen:

Humedad ………………………………………………………………….7,10

Materia orgánica …………………………………………………………..2,30

ANALISIS QUIMICO

Composición de cien partes de tierra tratada por ácido clorhídrico:

175
Acido frío Acido hirviendo

Potasa ………………………………………….0,192 ………………..0,579

Sosa ……………………………………………0,104…………………0,439

Carbonatos de cal y magnesia …………………8,320…………………8,320

Sulfato de cal …………………………………..1,800…………………1,800

Óxido de hierro y aluminio ……………………..4,100…………………5,200

Ácido fosfórico ……………………………… indicios …………… indicios

De la lectura del análisis que acabamos de presentar, se desprende en primer

término, que la tierra es algo compacta, no solo por la cantidad de arcilla que entra en su

composición, sino también porque la sílice que la acompaña tiene un grano bastante

fino.

La escasez de materia orgánica y las pocas labores que hasta el entonces se le

habían dado, aumentan más el carácter que la arcilla imprime a estos suelos, siendo

conveniente modificarlo por medio de buenos abonos de cuadra y de labores esmeradas,

que dejen mullidas las capas superficiales; al mismo tiempo conseguirían aumentar la

materia orgánica del suelo y el nitrógeno y ácido fosfórico que escaseaban, y que

importante papel representan en la alimentación de los vegetales. La potasa y los demás

elementos indispensables para la vegetación, abundaban más en estas tierras, no

precisando por ello suministrarlos los primeros años bajo la forma de abonos.

Siendo el suelo el almacén de donde los vegetales toman los principios que les

hacen falta para su desarrollo, y constituyendo además su habitación, interesa en alto

grado su perfecto conocimiento; el análisis, no cabe duda que es un medio poderoso


176
para llegar a conseguirlo en muchos casos; pero no siempre determina con exactitud su

grado de fertilidad.

En efecto, las tierras pueden contener en abundancia un elemento de los más

necesarios para la vida de las plantas que al análisis determinaremos con exactitud,

apreciando la cantidad que de él existe; pero tal vez no se encuentre en buen estado para

ser asimilado por las raíces de los vegetales; un suelo virgen, por ejemplo, produce

malas cosechas inmediatamente después de roturado, y más tarde, cuando merced a las

labores y a la acción de los agentes atmosféricos, los elementos que contiene han

tomado formas susceptibles de ser absorbidas por las raíces de las plantas, rinden

abundantes productos, a pesar de no haber variado su composición elemental, al menos

con respecto a las materias minerales. La afinidad química o sea la fuerza con que

ciertos compuestos retienen algunos principios nutritivos, explica también la escasa

fertilidad de algunas tierras, que al análisis presentaban, sin embargo, buena

composición.

Este hecho de mucha importancia en todos los casos, no debe olvidarse

tratándose de terrenos que se han de utilizar para el cultivo de la remolacha; por ello

creyeron conveniente completar el conocimiento de las tierras de la colonia, que el

análisis les había dado, con ensayos prácticos del cultivo de dicha planta, verificados en

los mismos campos. Al efecto, se prepararon dos parcelas de 50 áreas de superficie en

cada uno de los terrenos siguientes:

1º Terreno silíceo arcilloso calcáreo

2º Terreno arcilloso silíceo humífero

3º Terreno arcilloso silíceo, calcáreo.

177
De estos terrenos el 1º y el 3º habían sido cultivados de trigo dos años antes, y el

2º se había roturado el año anterior después de arrancar el arbolado que tenía,

compuesto principalmente de álamos blancos; en todos ellos se procuró que las tierra

fuera lo más homogénea posible, lo cual no pudo conseguirse del todo en el ensayo 2º,

según manifestó después la desigual vegetación de las plantas.

La preparación de la tierra fue la misma para todos ellos: al entrar el invierno se

les dio una labor de azada de 30 centímetros de profundidad, con el objeto de mullir el

suelo y limpiarlo de malas yerbas, especialmente de la grama (triticum repens. L.) tan

abundante en este país; a esta cava siguió otra más somera dada a primeros de febrero, y

el 15 de Marzo después de haber medido exactamente las parcelas a 50 metros cada una,

se formaron los camellones a los lados para poderlas regar con facilidad, procediéndose

inmediatamente a la siembra.

Esta se efectuó a golpe con el auxilio del plantador, depositando en cada

pequeño hoyo que se abría, dos o tres semillas, dejándolas enterradas unos cuatro

centímetros, y comprimiendo luego ligeramente el suelo. La operación se facilitaba

colocando en los dos extremos opuestos de la parcela, dos cuerdas paralelas llenas de

nudos que marcaban la distancia a que debían quedar las filas; otra cuerda

perpendicular a las primeras y llenas también de nudos, servía para fijar el espacio que

debía mediar entre los golpes; este era de 28 centímetros y las filas quedaron a 30

centímetros unas de otras. La semilla que se empleó para la siembra fue la blanca

imperial y la de Silesia variedad de cuello rosado.

El tiempo lluvioso que se sucedió a la siembra favoreció la germinación de las

plantas, las cuales aparecieron al exterior a los once días de sembradas, notándose

alguna anticipación en la tierra humífera. Esta ventaja fue más marcada pocos días
178
después, observándose en las parcelas del citado terreno mayor número de plantas

nacidas y un crecimiento más rápido que en los restantes ensayos; atribuyeron tal

diferencia a la mayor soltura del terreno por efecto de la abundancia de materia

orgánica, y su mayor fertilidad que proporcionaba a las tiernas plantas una abundante

alimentación.

La germinación en los ensayos 1º y 3º no se diferenció mucho; experiencias

posteriores practicadas en los mismos campos, probaron que cuando a la siembra no

sucede un tiempo húmedo, las tierras arcillosas son menos favorables a la germinación;

este resultado es debido a la pérdida de humedad que experimentan las capas

superficiales del suelo, por efecto de la evaporación, y faltando aquella a la semilla,

germina difícilmente o se pierde por completo, si no se le atiende con los riegos.

A los diez días del nacimiento de las plantas, se les dio la primera escarda y

aclarado, operaciones que se repitieron dos semanas después, para mullir el suelo y

dejar una sola planta en cada golpe; más tarde, el 15 de mayo se les dio una nueva y

última escarda.

Las lluvias de Marzo y Abril no hicieron necesarios los riegos en estos meses,

pero después fue preciso darlos en número de 12 distribuidos de la manera siguiente:

dos en Mayo, tres en Junio, cuatro en Julio y tres en Agosto, exceptuando las parcelas

del ensayo primero, que necesitaron un riego más en cada uno de los meses de Julio y

Agosto.

La pequeña ventaja que las remolachas del ensayo 2º, llevaban desde un

principio sobre las demás, nunca llegaron a perderla; las plantas tenían mayor desarrollo

en su raíz y en sus hojas, siendo estas más anchas, muy jugosas y de un color verde

179
oscuro, notándose sin embargo, cierta desigualdad en algunos puntos debido tal vez a

los hoyos abiertos en los años anteriores para arrancar los árboles, que habrían sido

rellenados de mejor tierra, o a otra causa análoga. Las parcelas del ensayo 3º

presentaban algunas más claros que las restantes, pero la vegetación era también mas

lozana que en las tierras del ensayo 1º.

La recolección se efectuó el 22 de Agosto, habiéndose obtenido el producto que

indica el cuadro siguiente:

PRODUCCIÓN DE LA REMOLACHA EN DIFERENTES TERRENOS

EN TERRENOS DE DIFERENTE COMPOSICIÓN


Nº CLASE DE TERRENO VARIEDAD DE PRODUCCIÓ PRODUCCI AZUCAR AZUCAR COCIENT COCIENT

DEL CULTIVADO SEMILLA N ON E DE E DE


POR POR
ENSA SEMBRADA
POR POR CIENTO HECTAREA PUREZA CENIZAS
YO
PARCELA HECTAREA DE

REMOLA

CHA

1º SILÍCEO ARCILLOSO BLANCA 173 Kg 34.600 Kg 12,70 4.394 Kg 0,80 7,1

CALCÁREO IMPERIAL

1º SILÍCEO ARCILLOSO DE CUELLO 154 Kg 30.800 Kg 14 4.312 Kg 0,86 6,4

CALCÁREO ROSADO

2º ARCILLOSO SILÍCEO BLANCA 236 Kg 47.200 Kg 11,20 5.286 Kg 0,73 9,8

HUMIFERO IMPERIAL

2º ARCILLOSO SILÍCEO DE CUELLO 213 Kg 42.600 Kg 12,70 5.400 Kg 0,75 9

HUMIFERO ROSADO

3º ARCILLOSO SILÍCEO BLANCA 196,5 39.300 Kg 12 4.716 Kg 0,78 7,6

CALCÁREO IMPERIAL

3º ARCILLOSO SILÍCEO DE CUELLO 182 36.400 Kg 13,10 4.768 Kg 0,83 7

CALCÁREO ROSADO

180
Para el análisis de la remolacha adoptaron la marcha siguiente: arrancadas las

raíces de una parcela, se elegían diez puntos distintos, procurando que representasen las

diferentes formas y dimensiones en la proporción que aparecían en el campo,

inmediatamente se les cortaban las hojas con las cuales se envolvían aquellas,

metiéndolas en un saco para ser conducidas al laboratorio; en este se pesaban,

cortándoles luego el cuello, cuyo peso se tomaba por separado, rallándolas después o

sea reduciéndolas a pulpa, con un rayo de ensayos; se recogía luego la pulpa en un trapo

limpio y seco que se prensaba en una pequeña prensa de mano; recogido el jugo, se

averiguaba su densidad por medio del densímetro, refiriéndola a la temperatura de 15

grados centígrados.

Para la determinación del azúcar se cristalizaban los jugos por medio del

subacetato de plomo, que generalmente bastaba para ello. El análisis del azúcar

incristalizable, lo hacían con el auxilio del reactivo Fehling.

La materia orgánica contenida en el jugo, la determinaban directamente

evaporando 30 centímetros cúbicos de dicho líquido en una cápsula de platino, a la

temperatura de 100 grados que daba la estufa de Gaylusach; la determinación de las

cenizas se hacía calcinando el residuo seco a una baja temperatura, para no fundir

algunas sales; esta última operación se activaba lavando varias veces el contenido de la

cápsula con agua destilada, cuyo líquido se evaporaba en la estufa, para calcinarlo y

pesar luego el residuo con la materia restante. De un modo análogo determinaban las

cenizas de la remolacha, procurando tomar varios pedacitos de cada una de las raíces

que se analizaban, y pesarlos en la balanza antes de evaporar.

181
Hecho este pequeño paréntesis, volvamos a ocuparnos de los ensayos

anteriores; el cuadro en que hemos presentado la producción de cada uno de ellos

prueba:

Que los terrenos humíferos, ricos en materia orgánica, recientemente

roturados, dan un producto abundante pero de mala calidad, puesto que el cociente de

pureza es bajo y muy subido el de cenizas; si estas remolachas se produjeran en

abundancia, habría dificultad de elaborarlas, y si se obtenía azúcar, seria en pequeña

cantidad. Conviene, pues, que tales terrenos, que por otra parte son de corta extensión

en la colonia, se destinasen al cultivo de otras plantas, al menos durante los primeros

años.

Respecto a los ensayos primero y tercero, vemos que la producción de

este último ha sido superior a las del primero, aunque no de tan buena calidad, siendo

las raíces menos largas que las obtenidas en las parcelas de tierra silícea y en las

humíferas; pueden sin embargo dedicarse ambos terrenos al cultivo de la remolacha,

siguiendo las prescripciones que más adelante se dan.

Observamos que la variedad imperial ha producido mayor cantidad de

remolacha que la de cuello rosado, siendo en cambio de peor calidad; comparando la

producción en azúcar que se obtiene por hectárea, notamos que la diferencia entre una y

otra variedad es muy corta en el ensayo 1º, y en el 2º y 3º acusa mayor rendimiento la

variedad de cuello rosado; aquí se presenta bien marcada la influencia que ejerce la

calidad de la semilla, pues con menor peso producimos mas azúcar, no extraemos tantas

sales del terreno empobreciéndole menos, y suministramos a la fábrica un producto más

puro y fácil de trabajar, que al mismo tiempo dará un rendimiento superior en azúcar.

182
1.4.-ALTERNATIVA CONVENIENTE A LA REMOLACHA

La alternativa de cosechas, o sea el orden en que deben sucederse los cultivos de

las plantas en el suelo, tiene una gran importancia para la explotación de la remolacha:

sabido es que no todos ellos dejan el suelo en el mismo estado de fertilidad; una cosecha

de habas, por ejemplo, esteriliza menos el terreno que otra planta mas esquilmante, por

la pequeña proporción de elementos que relativamente toma del suelo y por lo muchos

residuos que le deja; la planta que le sucede se aprovecha de ellos, dando con menos

abonos una cosecha abundante.

Formando parte la remolacha de una buena alternativa, podemos abonar el

terreno al prepararlo para el cultivo de la planta que le precede, de este modo, cuando se

aprovecha de ellos la primera, los encuentra más extendidos y en mejor disposición,

para ser asimilados, sin que se encuentren en excesiva proporción por lo que las raicillas

absorben las sales y materias orgánicas en menos cantidad, desarrollándose la planta sin

que la raíz pierda en calidad.

Otras ventajas que proporcionan la alternativa de cosechas, son:

Evitar la excesiva multiplicación de los insectos perjudiciales y las malas yerbas,

distribuir el trabajo del campo entre todo el año, hacer menos sensible la pérdida de una

cosecha que en parte pueden suplir las demás, y algunas otras sobre las cuales

pudiéramos extendernos, sino basta lo dicho para comprender la importancia que tiene

la elección de una buena alternativa, en toda explotación agrícola.

Pero si es fácil probar sus ventajas, no será tan sencillo precisar cuál es la más

beneficiosa; la elección de esta, podrá hacerse con acierto después de una larga práctica;

la que había que establecer, solo debía tener el carácter de interinidad.

183
Las tierras de la colonia, siendo de composición distinta, no les conviene la

misma alternativa; los terrenos arcillosas pueden producir ciertas cosechas en mejores

condiciones que los silíceos, y estos a su vez se prestarán mejor para la producción de

otras plantas: el cáñamo, por ejemplo, se desarrollará en buenas condiciones en el

primero, produciendo abundantes cosechas, mientras que en los segundos daría una

escasa producción; las patatas y el cacahuet o maní, exigen por el contrario un terreno

silíceo; cultivados en suelos arcillosas, daría pocas utilidades; ocupémonos

separadamente de unos y de otros.

Supongamos que tenemos a nuestra disposición toda el agua necesaria para el

riego de 350 hectáreas; en este casos dividiríamos el suelo en siete hojas de 50 hectáreas

cada una en dos de estas o sea en 100 hectáreas, cultivaríamos sucesivamente el cáñamo

y habichuelas; en otras dos hojas, produciríamos de igual modo la remolacha y maíz

verde; dos más serian destinadas al cultivo del trigo y luego al del maíz y la séptima la

dedicaríamos al cultivo de la alfalfa. El orden en que se sucederían estas plantas sería el

siguiente:

El primer año cultivaríamos el cáñamo, recogido este sembraríamos las

habichuelas, y prepararíamos luego el terreno para sembrar al año siguiente la

remolacha; a esta sucedería el maíz en la extensión en que nos permitiera cultivarlo el

arranque de dicha raíz, hasta últimos de Agosto; recogido el maíz prepararíamos el

terreno para sembrar el trigo, y segado este, en el tercer año, volveríamos a comenzar la

alternativa durante los tres años siguientes; en el séptimo roturaríamos la hoja de alfalfa,

la cual sembraríamos de trigo, sembrando aquella en la hoja correspondiente a esta

volviendo a comenzar de nuevo la rotación.

184
La alternativa que precede, sin pretender que fuera la mejor, creían que llenaba

el fin que se proponían, dadas las necesidades de la finca y su objeto principal, que es el

cultivo de la remolacha, pues obedece a las reglas siguientes:

1ª.- Las condiciones del clima y suelo, permiten cultivar sin inconveniente

alguno las plantas arriba citadas, cuyas cosechas se pueden vender fácilmente en el

mercado, o consumirse en la finca.

2ª El capital que para el cultivo se necesitará será de alguna consideración, pero

el gasto está distribuido entre todo el año, y la venta de los productos en diferentes

estaciones contribuiría a reducirlo.

3ª Produciremos forrajes abundantes para el consumo del ganado de renta y

labor, y aun quedará un sobrante para venderlo si se quiere en los mercados de Córdoba,

o bien consumirlo en la misma finca, formando una vaqueriza para producir la leche y el

queso.

4ª El ganado de renta y labor que podremos sostener en la finca, juntamente con

los residuos de la fábrica de remolacha, nos producirán abundantes estiércoles, y las

labores en el campo vendrán distribuidas entre todas las estaciones, para que haya

posibilidad de practicarlas.

5ª Las plantas se suceden en el terreno según su grado de fertilidad, pertenecen a

diferentes especies y tienen distintas necesidades, encontrando en el suelo el alimento

necesario para adquirir un buen desarrollo; para ello el primer año se abonarán las dos

hojas de cáñamo con 30.000 kilogramos de estiércol por hectárea; dicha planta vegetará

perfectamente y después de su recolección dejará el terreno bien preparado para

producir una cosecha de habichuelas. Las mismas tierras abonadas el segundo año con

185
600 kilogramos de abonos químicos, nos darán una producción de remolacha rica en

azúcar y con pocas sales, y un rendimiento excelente de forraje de maíz. Para el cultivo

del trigo, que seguirá al maíz y remolacha en dichas tierras, abonaremos con 20.000

kilogramos de estiércol por hectárea, procurando esparcirlo en mayor proporción en la

parte de la hoja que haya producido el maíz forrajero, teniendo cuidado de dar a la tierra

restante algunos pases de rulo, que comprima el suelo entes de la siembra de dicha

gramínea.

En los terrenos sueltos formaríamos tres hojas, estableciendo una rotación de tres años

con la alternativa siguiente:

Años 1ª Hoja 2ª Hoja 3ª Hoja

1º Patatas Remolacha Trigo

1º Maní Maíz verde Maíz

2º Remolacha Trigo Patatas

2º Maíz verde Maíz Maní

3º Trigo Patatas Remolacha

3º Maíz Mani Maíz verde

Excusamos repetir las condiciones expuestas al proponer la alternativa para los

terrenos compactos, limitándonos solo a manifestar las modificaciones que

introducimos:

186
El cultivo del cáñamo lo suprimimos por la razón anteriormente indicada,

sustituyéndolo con el de las patatas, que se desarrollan perfectamente, vendiéndose a

buen precio en el mercado de Córdoba. También introducimos el cultivo del maní, cuya

planta ensayada en la colonia nos ha dado buen resultado; su producto podría

exportarse, o bien utilizarlo en la finca para la extracción de su aceite, dando lugar a una

nueva industria fácil de plantear en la colonia, existiendo ya un molino para extraer

aceite de oliva, que con algunas modificaciones podría servir para fabricar el de maní;

con ello además de este líquido, obtendríamos la pasta o residuos de la fabricación, que

constituyen un excelente alimento para los ganados, pudiendo también emplearse como

abono.

Los tallos de la planta son además muy nutritivos, el ganado lanar y el vacuno

los comen con avidez.

Las alternativas que acabamos de proponer, únicamente pueden adoptarse

cuando se disponga de agua en abundancia para regar todas las tierras; supondremos

que solo contamos con 100 litros de agua por segundo destinados al cultivo de la

remolacha, además del agua indispensable para las necesidades de los colonos y la

producción de algunos pastos artificiales, lo cual es de más fácil realización: nos

limitaremos pues, a explotar el terreno restante como si fuera de secano, pues a lo sumo

podremos dar uno o dos riegos en la primavera, si el tiempo viene seco. Por ello

proponemos la alternativa siguiente para 300 hectáreas de tierra divididas en tres hojas:

187
Años 1ª Hoja 2ª Hoja 3ª Hoja

1º Habas Remolacha Trigo

1º Garbanzos Remolacha Maíz

1º Alberjones Remolacha Maíz

2º Remolacha Trigo Habas

2º Remolacha Maíz Garbanzos

2º Remolacha Maíz Alverjones

3º Trigo Habas Remolacha

3º Maíz Garbanzos Remolacha

3º Maíz Alverjones Remolacha

Al preparar la tierra para las habas y demás leguminosas, abonaremos con

30.000 kilogramos de estiércol cada hectárea, obteniendo una abundante cosecha de

dichas semillas, y quedando el suelo en las mejores condiciones para cultivar la

remolacha al año siguiente, sin necesidad de más preparación que las labores.

A esta raíz, sucederá el cultivo del trigo, abonando previamente el suelo a razón

de 15.000 kilogramos de estiércol; después de este, podemos cultivar todavía en el

mismo año, la mitad de la hoja de maíz aprovechando para el riego de dicha tierra el

sobrante de aguas que obtendremos, a medida que se vaya recogiendo la remolacha,

según diremos más adelante. Concluida ese este año la rotación, volveremos a comenzar

con el cultivo de habas y demás leguminosas, como anteriormente queda dicho.

188
Siendo la remolacha difícil de nacer en nuestro país, deja algunos claros, en el

terreno donde se cultiva, especialmente en los camellones; para aprovechar este terreno

cuando la estación viene seca y no favorece el resembrarlos con la semilla de dicha

planta, pueden utilizarse para el cultivo de los garbanzos, maíces o maní, cuyas plantas

pagan con creces el gasto que ocasionan, sin que las remolachas se resientan por ello. El

maíz conviene sobre todo para sembrarlo en las regueras de conducción de aguas,

porque adquiere un gran desarrollo y no impide con sus hojas el curso de las aguas

como sucede con la remolacha; los caballetes que sirven para formar las eras, pueden

sembrarse de una de las tres plantas indicadas según la clase de terreno, procurando que

la siembra se practique pronto, a fin de que la recolección pueda hacerse antes o al

mismo tiempo que la remolacha.

189
1.5.- LABORES AGRÍCOLAS.

Conocida de todos es, la influencia decisiva que las labores ejercen sobre las

plantas.

Muchos son los beneficios que proporcionan al suelo removiéndole por medio

de las labores: con ellas, al par que destruimos las malas yerbas, mezclamos unas capas

con otras, llevando a la superficie la tierra de las inferiores para que reciba la benéfica

influencia de los agentes atmosféricos, y enterramos las superficiales que son las más

fértiles para que se encuentren en contacto con las raíces, y les regalen una abundante

alimentación; el aire penetra sin dificultad en el suelo, descomponiendo la materia

orgánica que contiene y atacando a los minerales que elaboran con más rapidez los

principios nutritivos de las plantas; las aguas de lluvia, como las de riego, penetran a

mayor profundidad, conservándose húmeda la tierra largo tiempo; las raíces de los

vegetales que se cultivan, encuentran un suelo mullido se desarrollan con más vigor: por

último, con las labores aumentamos cuando conviene el espesor de la capa laborable,

ensanchando, la habitación de las raíces y el almacén donde encuentran el alimento para

su nutrición.

Pero si los vegetales en general, necesitan las labores para dar un producto

aceptable, la remolacha las exige en alto grado; en efecto, adquiriendo su raíz un notable

desarrollo y profundizando tato en el terreno (a) claro es que las labores deben ser

esmeradas; sin el concurso de estas, la raíz no puede profundizar en el suelo ni encontrar

abundante alimentación, dando por ello un producto escaso.

(a) En la colonia se ha producido una remolacha cuya raíz media 1.50 m. de longitud.

190
Pero hay más, no solo se obtiene una reducida cosecha cuando no se trabajan las

tierras, sino que al mismo tiempo el producto es de mala calidad; este hecho que parece

ponerse en contradicción con la regla general que se observa en esta planta, de mejorar

su calidad cuando disminuye en cantidad, se ha visto prácticamente en la colonia y tiene

su explicación: dijimos en otro lugar que el cuello de la raíz contiene poco azúcar y

muchas sales, y que aquella misma es menos rica en materia sacarina en la parte

superior que en el resto de la raíz, y más azucarada y pura en su extremo inferior; ahora

bien, cultivada la planta en terrenos compactos poco labrados, la raíz que se forma es

corta, globosa y ancha, el cuello adquiere grandes dimensiones, lo mismo que la parte

de la raíz inmediata a el, siendo por esta razón pobre en azúcar. Cultivada una misma

variedad de remolacha en los terrenos más arcillosos de la colonia, bien preparados en

una parcela, y en otra con la indispensable labor para practicar la siembra, se obtuvo en

la primera raíces de treinta centímetros de longitud y ocho de diámetro con el 12 por

ciento de azúcar y un cociente de pureza de 0,82, mientras que la segunda parcela dio

las raíces de 15 a 20 centímetros de longitud y 10 a 12 de grueso, siendo su riqueza en

azúcar de 11,20 por ciento y 0,78 su cociente de pureza.

Sin embargo de lo dicho, debe obrarse con prudencia cuando se trata de dar

labores profundas a terrenos que hasta entonces solo se hayan labrado someramente,

como sucede en la colonia; en ellas la tierra arable, es decir, la que el arado remueve de

ordinario es muy somera, y el resto o sea la capa inerte, no habiéndose encontrado

expuesta a la acción de los agentes atmosféricos, se halla poco preparada para dar a la

planta el alimento necesario; si con una labor profunda mezclamos ambas capas, los

elementos nutritivos que contenía la superior, se distribuirán entre las dos, y la tierra

que rodeará a las raíces de las plantas será más pobre, adquiriendo estas un menor

desarrollo. En tales casos conviene ir aumentando poco a poco la capa laborable, hasta
191
llegar a la profundidad que se desea; mientras tanto, pueden removerse las capas

profundad con el arado subsuelo, que no las mezcla con la tierra de la superficie.

Este sistema, de fácil aplicación y de indudables resultados en la mayor parte de

los casos, no pudo emplearse con éxito grande en las tierras de la colonia, las cuales

forzosamente hay que labrarlas a gran profundidad desde el primer año; en efecto, ya

hemos dicho en otro lugar, que la grama tenía invadidas las tierras y para arrancarla de

raíz, era indispensable remover profundamente el suelo; con labores superficiales,

arrancaríamos la grama de la primera capa, pero muy pronto seria invadida por las

raíces que hubiesen quedado a mayor profundidad, las cuales se desarrollarían con más

rapidez, encontrando mullido el suelo. Lo único que cabía hacer en estas tierras, es dar

las labores profundas lo más pronto que se pudiera, abonarlas más tarde y dedicarlas a

otro cultivo; al año siguiente estaría la tierra en la mejor disposición para cultivar la

remolacha.

La preparación del terreno para esta planta, puede hacerse con la azada o el

arado; con la primera, damos al suelo una labor más perfecta, pues aunque con el arado

de vertedera volteemos la tierra tan bien como pueda hacerse con la azada, no separa las

raíces como el cavador ni allana los cerros y barrancos, ni prepara el terreno para que

los riegos se den más tarde con facilidad. A pesar de estas ventajas, la labor de azada

debe sustituirse por el arado en la mayor parte de los casos, por ser esta mucho más

económica.

Con un buen arado brabant, por ejemplo, la labor que se hace es excelente, las

tierras no quedan solo arañadas como sucede con el arado común, ni se deja desigual el

terreno, como ocurre cuando se labra con arados de vertedera fija, cierto que las tierras

quedan llenas de raíces y menos preparadas para el riego si son algo accidentadas, pero
192
dándose la labor en verano, el sol deseca hasta la misma grama, recogiéndose por

muchachos al dar la segunda labor, las raíces que hayan resistido los ardientes rayos del

sol; respecto a la nivelación de las tierra para el riego, puede hacerse más tarde con la

azada con un coste mucho menor, por encontrarse el terreno bien removido.

A la labor profunda que recomendaron dar al terreno destinado a la remolacha,

debe seguir otra en otoño o invierno, para que el suelo quede bien mullido, acaben de

destruirse las malas yerbas y se entierren los estiércoles, si las circunstancias obligan a

emplearlos, aunque no sea lo mejor, como más adelante diremos. Estando el suelo bien

removido con la primera labor, la segunda se da fácilmente, siendo al mismo tiempo

más somera, por cuyo motivo una yunta de bueyes puede practicarla, empleando dos

días por hectárea.

Pasado el invierno y entes de la siembra, se removerá otra vez el suelo con el

auxilio del escarificador tirado por dos yuntas, que al día puede labrar dos hectáreas,

resultando así el coste de esta labor a rozón de obrada o jornal de yunta por hectárea.

La labor de los rulos es beneficiosa en los casos en que el arado haya levantado

gruesos terrones y se quieran deshacer. Sin embargo, para la remolacha pocas veces se

emplea, pues labrando las tierras en verano los terrones se desecan rápidamente y más

tarde, a la entrada del otoño, bastan las lluvias para dividir la tierra, con mayor razón si

se da la segunda labor que se propone.

Una cosa análoga decimos de la labor de grada; las malas yerbas del suelo se

destruyen con el arado y el sol del verano; si no se pierden todas y queda alguna grama,

por ejemplo, con la grada no se recoge bien y en cambio divide las raíces que cuestan

luego más jornales de recoger a mano.

193
1.6.- ARADO A VAPOR

Una de las mejoras que mereció la importancia de la colonia era el arado a

vapor; la superficie arable con que contaba, su proximidad a las minas de carbón, la

necesidad de las labores profundas que exige la remolacha y la conveniencia de darlas

también a las demás tierras, por los indudables beneficios que reportaban, juntamente

con otra porción de ventajas que trae consigo el arado a vapor, reclamaban su

introducción.

El principal inconveniente que presenta esta máquina agrícola, es su elevado

precio, que hace subir excesivamente el coste de su labor, con el interés, conservación,

amortización y riesgo, que forzosamente deben cargarse en cuenta, gastos tanto mayores

cuanto menores son los días de trabajo. Ahora bien: la colonia contaba entonces con

setecientas treinta y tres hectáreas de tierra, y el Chanciller, o sea uno de los cortijos

colindantes, del cual disponían también para el cultivo, tenía cerca de 500, total 1233

hectáreas de tierra, de las cuales una gran parte se podían labrar con el arado de vapor.

Además, las condiciones de nuestro clima y la alternativa de cosechas que

proponemos establecer, permiten al arado un trabajo continuo durante todo el año si se

quiere, exceptuando solo los días de lluvia, los feriados y el tiempo indispensable para

hacer las reparaciones, una parte de las cuales podrán ejecutarse durante el mal tiempo.

La dificultad que en un principio temíamos que habría, para labrar en pleno

verano cuando la tierra arcillosa está muy dura, no es tan grande que impida la labor, ni

ha de ser mucho mayor la fuerza que las máquinas deban desarrollar para el buen

funcionamiento del arado, pues si bien es cierto que las rejas encontraran mayor

resistencia en el terreno, en cambio tanto el arado como las locomóviles consumirán

194
menos fuerza al trasladarse de un punto a otro, por encontrar las ruedas un terreno

firme. Por otro lado, si con yuntas de bueyes hemos podido labrar en pleno verano, más

fácil será practicar este trabajo en dicha estación, con el arado a vapor, en el que

disponemos de mayor fuerza.

Existen en España muchos terrenos, donde la aplicación del vapor a las labores

puede resultar costosa por el subido precio que alcanza el combustible, bien por estar

separado de los puertos de mar donde el carbón ingles resulta a precios económicos,

bien por hallarse demasiado distante de las comarcas hulleras de la península o por falta

de una buena vía de comunicación que permita un transporte barato.

La colonia Santa Isabel no se halla en este caso; dentro de su misma provincia,

se encuentra la importante cuenca carbonífera de Espiel y Belméz, cuyos pueblos distan

respectivamente de la colonia 60 y 84 kilómetros; respetables compañías explotan sus

ricas minas, favorecidas por una vía férrea que las une a Córdoba, haciendo el transporte

fácil y económico; la línea de ferrocarriles de dicha ciudad a Madrid, se encarga de

conducir los vagones a la estación de Alcolea, que solo se halla separada algunos

metros de la colonia. Por estas favorables circunstancias, el combustible resulta a bajo

precio en la finca, como lo prueban los datos siguientes:

Reales vellón

Coste de 10.000 kilogramos de carbón de piedra de la mina

De la Ballesta, puesto sobre vagón en le estación de la Alhondiguilla….1040

Porte en ferrocarril a la estación de Alcolea………………………...……253,40

Descarga, carga y transporte al campo…………………………………...100

195
Total coste de 10.000 kilogramos de carbón en la colonia……………..1393,40

Resultan los 1.000 kilogramos de carbón a reales vellón…………..……139,34

O sea pesetas 34,83, precio económico, a pesar de haber tomado como tipo el

carbón de la Ballesta, que es de los más caros.

Hay otras razones en contra del arado de vapor que merecen examinarse: parece

a primera vista que debe ser más conveniente y resulta más económica la labor de las

yuntas; estas, al mismo tiempo que nos sirven para labrar la tierra, las empleamos para

otros trabajos como el transporte de abonos y recolección de cosechas, consumen con

provecho ciertos productos de la finca que en el mercado tendrían poca salida o se

venderían a bajo precio, y nos proporcionan en abundancia carnes, crías y estiércoles.

Estas ventajas, que indudablemente presenta el ganado de labor, no dejan de

costarnos bastante: la carne o las crías que nos producen se obtienen a costa de una

pérdida de trabajo, pues una vaca en el último periodo de la gestación y aun

inmediatamente después del parto, no es prudente emplearla en labores, las cuales en

todo tiempo son también relativamente menores; un buey que se destina al mismo

tiempo al cebo y a las labores no dará tanto trabajo diario, y si se trata de cebarlo,

después de la época de los mayores trabajos o cuando ha adquirido cierta edad, la carne

que produce no deja siempre de costarnos dinero.

Por otra parte, no era el objeto divorciar la agricultura de la ganadería; antes al

contrario, conociendo la importancia de la última, deseaban fomentarla dándole su

mejor destino, conservando aquellos animales de trabajo indispensables para ejecutar

las labores que no sea posible o económico practicar con los arados a vapor, y

explotando el resto como ganado de renta que permita aprovechar todos los residuos de

196
las cosechas y de la fábrica, así como los forrajes que proponían producir en grande

escala, para obtener la mayor economía posible.

La introducción de los arados a vapor tropezaba en nuestro país con otros dos

obstáculos que no dejan de ser bastantes serios, a saber: la falta de personal apto para

manejarlos y la dificultad de hacer perfectamente las reparaciones, al mismo tiempo que

con prontitud y economía. Respecto a lo primero, debemos decir que entonces no tenían

en la colonia obreros prácticos en el manejo de dicho material, pero contaban con

algunos colonos inteligentes y conocedores de las máquinas de vapor que fácilmente

aprenderían a trabajar con dichos arados; en cuanto a las reparaciones que exigen,

estaban cerca de Córdoba para hacer las más delicadas en las fundiciones de dicha

ciudad, y en la misma finca disponían de un pequeño taller y personal entendido que

puede practicar las más sencillas.

Para decidirse por estas máquinas sólo les resta hacer la comparación del coste

de su labor con el de la ejecutada por los bueyes. Para ello, comenzaremos por fijar la

alimentación de los bueyes y su coste en armonía con las condiciones de nuestro clima y

de la colonia; esta no será igual durante el invierno como el verano, ni en la época de los

trabajos y el resto del tiempo que el buey esté parado; han de influir también en el coste

de la alimentación los pastos que tenemos en el campo, donde el ganado irá a buscarlos.

Como el examen de cada uno de estos factores que influyen en el gasto diario del

alimento, nos llevaría muy lejos, nos limitaremos a proponer una sola ración, cuyo

coste, por otra parte, no se diferenciará tanto del valor de otros alimentos que pueda

modificar notablemente el resultado de los cálculos que vamos a hacer.

197
Coste de una ración diaria de una yunta de bueyes revesera.

Reales vellón.

Heno de alfalfa 20 kilogramos a 10 rs. los 100 kilogramos…………2

Paja 30 kilogramos a 5 rs. los 100 kilogramos………………………1,50

Pulpa de remolacha 50 kilogramos a 4 rs. los 100 kilogramos……...2

Total ……………………………5,50

Suponemos que la yunta podrá trabajar durante las tres cuartas partes de los días

del año o sea 273 días; en el tiempo restante, el gasto de la alimentación lo dejaremos

reducido a la mitad. Veamos ahora a como resulta el costo diario de la labor que nos dé,

calculando para ello el gasto anual de una yunta de bueyes revesera.

Reales vellón.

Coste del alimento de 273 días a 5,50 reales…………………......1.501,50

Coste del alimento de 92 días a 2,75 reales……………………..….253

Intereses, conservación y riesgo de 4 bueyes al 12% anual

Suponiendo su coste a 4.000 reales……………………………..…..480

Intereses, conservación, amortización y riesgo del arado,

Coyundas etc. Al 15% anual, suponiéndoles un coste de

800 reales……………………………………………………………120

Jornal del gañan durante los 273 días de trabajo a 6 rs/días………1.638

198
Cuidados del ganado en el establo, conservación de este y

Otros gastos……………………………………………………..….150

Suma ……………….4.142,50

Deduciendo de estas cantidades el valor de los estiércoles producidos, calculados

por término medio en 46 kilogramos diarios, o sean 16.790 kilogramos anuales que , a

20 reales los 1000 kilogramos importan…………………………………335,80

Resultaría un gasto anual de reales…………………3.806,70

Distribuida esta cantidad entre 273 días resulta el jornal diario a razón de 13

reales 94 céntimos o sea 3 pesetas 485 milésimas.

Para dar labor de 25 centímetros, necesitaron en la colonia tres yuntas por

arado, labrándose diariamente 33 áreas; para labrar una hectárea, se emplearán tres días

y nueve jornales de yunta, que representan un gasto de 31 pesetas 36 céntimos; como

hemos calculado que el arado necesita tres yuntas diarias y estas pueden manejarlas

bien dos gañanes, deberemos rebajar el jornal del tercero o sean tres jornales por

hectárea, que a una peseta cincuenta céntimos son 4 pesetas 50 céntimos, resultando el

coste definitivo de la labor de una hectárea en 26 pesetas 86 céntimos.

Veamos cual es el de la hectárea de tierra labrada con el arado a vapor. El coste

del material completo de este arado es el siguiente:

Reales vellón.

Dos locomóviles de fuerza de 14 caballos de vapor………………143.000

Un ardo de 4 rejas…………………………………………………. 13.500

199
Un arado de 6 rejas………………………………………………... 10.000

Un cultivador con 9 dientes de acero……………………………. 10.000

Una rastra de 5 paños…………………………………………… 5.500

Un rodillo………………………………………………………… 5.000

Setecientos veinte metros de cable de 30 alambres…………….. 8.400

Un carro y pipa para la conducción de agua…………………… 3.500

Aros para ensanchar las ruedas de las máquinas……………….. 5.000

Otras piezas………………………………………………….…. 4.500

Fletes, gastos de aduana, de embarque y portes……………….. 33.233

Total coste y gastos del material, puesto en la colonia………. 241.633

Gasto diario del cultivo de vapor.

Intereses, conservación amortización y riesgos del material, presupuestado en reales

vellón 241.633 reales a 15% anual, son 36.244 reales 95 céntimos, distribuidos entre

273 días de trabajo, resultan al día ……………………………….. 132,76

Importe de 800 kilogramos de carbón a 35 pesetas la tonelada según cálculos

hechos anteriormente………………………………………………112

Un fogonero…………………………………………………………16

Dos ayudantes a 8 reales cada uno………………………………... 16

Un labrador………………………………………………………… 8

200
Una yunta de bueyes para el transporte del agua………………….. 14

Aceite, desincrustante, trapos etc………………………………….. .12

Total reales vellón…………………. 310,76

O sean pesetas……………………… 77,69

Suponiendo que en un día de trabajo se labren cuatro hectáreas, (a) resulta el

coste de la labor para una sola a 19 pesetas 42 céntimos; la misma superficie labrada

con yuntas, resulta a 26 pesetas 77 céntimos.

Hay, pues, una diferencia de 7 pesetas 44 céntimos, a favor del arado de vapor,

lo cual representa una economía de 27,70% sobre la labor del arado ordinario. Además

obtendrían un trabajo más perfecto; con la yuntas, difícilmente profundizaban a más de

25 centímetros, mientras que con el arado a vapor llegarían a 30 centímetros y a 40 si se

quiere, aunque en este último caso la superficie labrada sería menor.

Otra ventaja que se consigue con el empleo del arado a vapor, es la reducción

del personal y del ganado: con cinco obreros y una yunta de bueyes, se le atiende

perfectamente, mientras que para los arados ordinarios necesitamos 24 gañanes y 144

bueyes. Debíamos, pues, aconsejar la introducción de esta importante máquina agrícola,

que tantas ventajas traía consigo.

201
1.7.- RIEGOS

El agua es indispensable para la vida de la remolacha como para todas las

plantas; sin ella la vegetación es imposible; poco importa que el terreno reúna las

mejores condiciones agrológicas, que se le fertilice, con abundantes y ricos abonos,

(a) La casa Fowler y Comp. De Londres, constructora de esta máquina, ofrece labrar cinco hectáreas

diarias en terreno seco.

y se le atienda con labores esmeradas, dando a los cultivos cuantos cuidados exijan para

su mejor desarrollo, si el suelo está desprovisto de humedad; en tal caso, los vegetales

perecen y las semillas no llegan a germinar. Buena prueba de ello presentaban los áridos

y tristes campos de Andalucía, donde las plantas apenas pueden vivir por la escasez del

que podemos llamar principal elemento para la vida de los vegetales. En cambio, un

suelo por estéril que sea, por malas condiciones agrológicas que presente, siempre

permite alguna vegetación; la misma agua destilada exenta de toda otra sustancia,

sostiene durante algún tiempo la vida de las plantas; pero sin humedad, no hay

vegetación.

El papel que el agua representa en la tierra es importantísimo, se le considere

como cuerpo indispensable para la formación de todos los tejidos o como manantial de

hidrógeno que la planta necesita para su desarrollo, ya se le mire como medio de

conducción de los demás elementos nutritivos de los vegetales, o bien se estudie el

interesante papel que desempeña como agente enérgico de descomposición de las

sustancias minerales y orgánicas del suelo, con las cuales forma los principios nutritivos

de los plantas, encargándose además de difundirlos por el terreno para que las raíces de

aquellas los encuentren en todas partes.


202
Dotada la remolacha de una gran fuerza evaporadora, debida al notable

desarrollo de sus órganos foliáceos, la absorción de agua por las raíces, ha de ser

abundante, y debe encontrarse por lo tanto en gran cantidad en el suelo, para que se

conserve el equilibrio y la planta no padezca. El los climas del centro de Europa, donde

las tierras conservan casi siempre la humedad en abundancia, favorecidas por las

frecuentes lluvias y el estado higrométrico de la atmósfera que da lugar a una escasa

evaporación, la remolacha encuentra generalmente en el suelo la humedad que necesita

para su desarrollo. en nuestro clima cálido y seco, donde la temperatura elevada unida a

la poca humedad de la atmósfera, origina una gran evaporación, la tierra se desecará

rápidamente si no se atiende con los riegos.

Sin el auxilio de estos, no es posible el cultivo de la remolacha en nuestra

región; sembrada la semilla a la entrada del otoño aprovechando las primeras lluvias, la

germinación tuvo lugar sin dificultad y las plantas adquirieron algún desarrollo durante

el otoño, el invierno y principio de la primavera; pasado este tiempo comenzaron a

perder las hojas, no pudiendo continuar se vegetación por falta de humedad, habiéndose

hecho preciso el arranque, dio un producto escaso que no compensó los gastos del

cultivo; sembrada la semilla en las demás estaciones del año, todavía se desarrolló

menos. Precisa, pues, dar a la remolacha la humedad que necesita por medio de los

riegos.

Sin embargo, aunque el agua es indispensable para dicha planta y ejerce sobre

ella una benéfica influencia cuando se le suministra con criterio, puede convertirse en

un mal de consideración, si se exagera su uso. No nos detendremos a considerar los

perjuicios que una excesiva humedad causa al suelo, dificultando la entrada de aire a las

capas inferiores, oponiéndose a la descomposición de los abonos, y perjudicando a la

203
nutrición y desarrollo de las plantas, por que suponemos que en una zona como la

nuestra donde tanto valor tienen las aguas, no se encontrará un agricultor que llegue

hasta el extremo de hacer de ellas tan mala aplicación.

Pero si no juzgamos a nuestros agricultores capaces de abusar del agua hasta el

extremo de causar tales perjuicios a sus tierras, si lo suponemos en disposición de

emplearla en alguna mayor proporción, animados por el desarrollo que toman las

plantas, y la vida más lozana que manifiestan. El daño que esto lleva consigo es más

temible, porque solo al análisis se hace manifiesto: una remolacha cultivada bajo

nuestro clima tropical, en terreno fértil, convenientemente preparado con abundantes

abonos y labores esmeradas, producirá una raíz bien desarrollada, pero de mala calidad

si los riegos se han prodigado algún tanto. En efecto, una excesiva vegetación obtenida

con el abuso de los riegos da lugar a la rápida absorción de principios nutritivos, y a la

asimilación excesiva de materia orgánica y minerales que ocasionan una disminución

notable de azúcar y un aumento de sales, que perjudican la calidad de la raíz.

Este hecho fue comprobado prácticamente por medio de un ensayo llevado a

cabo en tres parcelas de tierra; cultivadas de igual modo, la remolacha en todas ellas, se

las suministró un número desigual de riegos: a la primera se le dio el agua en verano

todos los cuatro o cinco días, de manera que el suelo tuviera siempre un exceso de

humedad; a la segunda se la regó cada siete u ocho días cuando las plantas necesitaban

el agua; la parcela tercera recibió los riegos de quince en quince días. El resultado de

este ensayo fue, que las remolachas de la primera parcela sostuvieron una vegetación

activa, presentando las hojas muy jugosas y desarrolladas, y sus raíces grandes dieron

lugar a una producción abundante en peso, pero pobre en azúcar, y cargada de sales y

materia orgánica. La parcela segunda sostuvo una vegetación normal, produciendo

204
menor peso de remolacha que a anterior, pero de calidad superior. En la tercera parcela,

la vegetación fue desigual: durante los meses de Abril y Mayo pudieron sostenerse bien

las plantas; en Junio comenzaron a resentirse por falta de agua; en Julio perdieron

algunas hojas que fueron sustituidas por otras nuevas, las cuales no pudieron alcanzar

gran desarrollo por la falta de agua que pronto se dejó sentir; arrancadas en Agosto

dieron una raíz pequeña, y por consiguiente, una producción escasa, presentando

además alguna azúcar incristalizable. Ensayos posteriores nos han probado que este

último azúcar se desarrolla en las plantas, cuando padecen por falta de humedad; suele

desaparecer si se da algún riego, pero con estas variaciones la remolacha no aumenta en

azúcar.

El agua necesaria para el riego de las tierras varia con una porción de

circunstancias que debemos tener en cuenta: la lluvia anual y la distribución de esta por

estaciones, los días de lluvia, la evaporación del suelo, la constitución física y química

del mismo y del subsuelo, su inclinación, el espesor de la capa laborable, las

dimensiones que se den a las eras, el caudal de aguas de que se dispone y hasta la

misma clase de cultivo, todos son factores que deben tenerse en cuenta, para resolver el

importante problema de fijar el agua que necesita un terreno.

Por regla general se calcula en esta zona, un gasto de agua de litro por segundo y

hectárea de 86,4 m3. diarios; las tierras sueltas de nuestra finca, necesitan mayor

cantidad; en efecto, en la estación del verano hay que regarlas cada cinco días

suministrándoles una capa de agua de cinco centímetros de espesor, lo cual equivale a

500 m3. por hectárea, o sea 100 m3. diarios; teniendo los canales una longitud

considerable por efecto de la configuración del terreno, y siendo este suelto, la pérdida

por evaporación y filtraciones, la calculamos en un 10% del agua empleada;

205
necesitamos pues, por hectárea 110 m3.diarios a sea un litro 27 centilitros por segundo

y hectárea. En las tierras más compactas, basta dar un riego de 600 m3. Cada siete a

ocho días, cuyo gasto, teniendo en cuenta las pérdidas por filtraciones y evaporación,

equivalen a un litro por segundo y hectárea. Hemos determinado el máximo de agua que

necesitaremos dar a las tierras en los meses más calurosos del verano; el resto del año

podremos destinar el sobrante a las tierras de secano dándoles un par de riegos que

aseguren su cosecha.

Las aguas que empleamos, proceden en su mayor parte del río Guadalquivir, las

cuales debían considerarse como potables, por ser bastante puras y contener una

pequeña cantidad de carbonato de cal, menor proporción de sulfatos, sales alcalinas, aire

y otras sustancias que no perjudican a las plantas, al contrario le sirven de alimento. En

las avenidas que el río experimenta, llevan además las aguas, en suspensión, gran

cantidad de sílice arcilla y materia orgánica, variando notablemente la proporción de

estas sustancias con la importancia de las crecidas y el punto de donde principalmente

proceden.

Las tierras regables de la colonia se hallan a una altura de nueve a quince

metros, sobre el nivel ordinario de las aguas del Guadalquivir; con el objeto de

utilizarlas, se ha construido una presa que corta el río, compuesta de un sistema misto de

sillería, mampostería, escollera y pilotaje, midiendo 90 metros de longitud, 15 de ancho

y 2,50 de altura, con la cual se eleva el nivel de las aguas 1,41 m sobre el que antes

tenía; junto a dicha obra y en la margen izquierda del río, se halla establecida la toma de

aguas para alimentar una turbina convenientemente instalada, de fuerza 52 caballos de

vapor, sistema Fontaine, la cual da movimiento a dos potentes bombas aspirantes

impelentes, de doble efecto, que se encargan de elevar 130 litros de agua por segundo a

206
la altura de 13,50 m sobre la cresta de la presa, vertiéndolas en un pequeño depósito

desde donde son distribuidas convenientemente por medio de canales por las tierras que

fertilizan.

Aunque las aguas que estas bombas elevan, unidas a los manantiales de la finca

son de alguna importancia, no basta sin embargo, para sus necesidades; si se quiere

explotar con alguna utilidad el cultivo de la remolacha, y los colonos han de seguir

trabajando las tierras que se les han dado en arriendo, interesa que se extraigan por lo

menos otros 100 litros de agua, bien del río Guadalquivir, si puede conseguirse la

concesión, bien del pozo y galería existente dentro de la colonia, de los cuales se

podrían obtener sin un coste excesivo, elevándolos por medio de vapor.

Para el mejor aprovechamiento de las aguas que tanto valor tienen en la colonia

conviene que haya el mayor esmero en su distribución; con un buen sistema de riegos

repartimos el agua por igual en toda la superficie; obteniendo una economía de dicho

líquido, que nos permitirá atender a las necesidades de otras tierras. No entraremos sin

embargo, en detalles acerca de esta importante operación, por ser conocida de los

hortelanos de la colonia; solo nos limitaremos a manifestar, que la remolacha exige un

terreno bien nivelado o con ligera pendiente, para que las aguas la cubran por igual; las

eras que sean tanto más estrechas y cortas, cuanto más suelto se presente el terreno.

Los primeros riegos que se den al suelo, después de la siembra de la semilla,

requieren el mayor cuidado; deben evitarse cuanto sea posible, porque una vez dado el

primero, se forma una costra dura en la superficie que no permite el nacimiento de las

plantas sino se las atiende con un segundo riego. Cuando la estación se halla algo

avanzada, es mejor regar inmediatamente después de la siembra; la tierra se comprime

algún tanto, la humedad se conserva mejor; y la geminación se activa bastante.


207
Después de nacida la planta, debe procurarse que el terreno contenga la humedad

suficiente, para que las hojas de la remolacha se conserven verdes, jugosas y firmes,

exceptuando las horas de más calor del verano, en las cuales suelen ponerse lacias. En el

último periodo de la vegetación, deben economizarse algo los riegos para que no tomen

las hojas en excesivo desarrollo, pero nunca hasta el extremo de dejarlas secar, porque

en tal caso las raíces pierden azúcar cristalizable, como ya hemos dicho en otro lugar.

Necesitamos formar, más adelante, la cuenta de gastos y productos del cultivo de

la remolacha, será conveniente que ahora determinemos el coste de las aguas de riegos:

para elevar 100 litros de agua por segundo a 13,50 m de altura, se necesita una fuerza

teórica de 100 x 13,50 = 1350 kilográmetros, que equivalen a 18 caballos de vapor,

suponiendo ahora que una bomba de pistón nos dé un efecto útil de 75%, necesitamos

una máquina de vapor de 24 caballos con una caldera de 30, cuyo coste incluyendo los

portes, lo calculamos en pesetas…………………….……...........…...…15.000

Un juego de bombas de pistón para elevar 100 litros de agua, con la tubería

necesaria, costará……………………………………………..............… 10.000

Instalación de una máquina de vapor y bombas o, y construcción del edificio,

aprovechando en parte el que hoy existe para la turbina…..............…… 10.000

Total pesetas……... 35.000

El valor de las obras de riego existentes entonces, podían calcularse en lo

siguiente:

Pesetas.

Presa ……………………………………………………………… 30.000

208
Turbina, bombas e instalación …………………………………… 55.000

Tuberías, canales y otros ………………………………………… 20.000

Total ……… 105.000

Con los datos anteriores deduciremos el gasto anual que será:

Pesetas.

Intereses, conservación, amortización y riesgos del valor de la presa al

15%............................................................................................................... 4.500

Id. Id.id. de la turbina y bombas el 10%......................................................... 5.500

Id. id. id. De la máquina de vapor y bombas el 12%................................... 4.200

Id. Id. id. De los canales a 10%.................................................................... 2.000

Combustible para la máquina de vapor, calculando un gasto 1,75 kilogramos de

carbón por caballo y hora, resultan 1.008 kilogramos diarios; en 150 días de trabajo son

151.200 kilogramos, que a 34,83 pesetas la tonelada importan ………..… 5.266,30

Un maquinista durante todo el año a 12 reales diarios……....….… 1.095

Un muchacho ayudante durante 150 días a 6 reales diarios……........ 225

Aceite, trapos, desincrustante, filástica etc………………........…..…. 365

Total …………………... 23.151,30

Con este gasto, dispondremos de 130 litros de agua elevados por la tubería, más

100 litros que nos darán las bombas movidas por el vapor, más el agua de los

209
manantiales de la finca o sea 250 litros de agua; el coste de cada litro resultará a 92

pesetas 60 céntimos.

Si el litro de agua que destinamos al riego de cada hectárea de tierra de

remolacha, lo empleásemos exclusivamente en dicha superficie, deberíamos cargar en la

cuenta de gastos de cultivo, la cantidad arriba indicada. Pero dijimos que durante la

primavera teníamos un sobrante de agua, que nos permitiría dar dos riegos a las hojas de

cereales y leguminosas, y atender al riego de la mitad de la primera durante el verano,

cuando se sembrara de maíz; por ello es necesario distribuir el gasto del riego entre las

tres hojas, proporcionalmente a la utilidad que reportan.

Calculamos que el beneficio que recibe la hoja de trigo, con los dos riegos que

se dan a este cultivo, y los de la mitad de la hoja que se siembra de maíz en verano, bien

vale la tercera parte del que obtiene la hoja de remolacha; por ello cargamos a aquella,

con un tercio del gasto correspondiente a esta última. La hoja de leguminosa se cargará

con una cuarta parte del gasto correspondiente a la hoja de remolacha.

Veamos cuanto representa cada una de estas cantidades. Para ello plantearemos

tres ecuaciones con tres incógnitas y resolviéndolas, tendremos lo que buscamos de la

manera siguiente: sea x el gasto del agua que corresponda a una hectárea de tierra de

remolacha; y, el que represente el de la hectárea de leguminosa, y z, el que debemos

cargar a la hectárea de cereales. En virtud de lo dicho arriba, plantearemos las

ecuaciones siguientes:

X=4y

X=3z

X + y + z = 92,60 pesetas.
210
Su resolución nos da para cada incógnita, los valores que a continuación se

expresan:

X que representa el coste del agua para una hectárea de remolacha. 58,48

Y id. Id. De leguminosas ……………………………………………14,62

Z id. Id. De cereales ………………………………………………...19,50

Total o sea el gasto de litro de agua …………. 92,60

211
1.8.- ABONOS.

La remolacha, como los demás vegetales, necesitan para vivir una alimentación

abundante y variada; sin esta no es posible su desarrollo, haciéndose difícil cuando

escasea. Los principios indispensables para su nutrición, se encuentran en la tierra y en

la atmósfera, de donde respectivamente los toman por medio de las raíces o las hojas,

siendo inagotable el manantial que surte a las últimas, de las sustancias que necesitan;

no sucede así con el alimento que las raíces extraen del suelo, por cuyo motivo hay que

devolverlo bajo la forma de abonos.

En efecto, no basta que una tierra contenga los elementos que la remolacha

necesita para su desarrollo; no importa que con labores esmeradas activemos las

transformaciones que tienen lugar en el suelo, de los minerales y demás cuerpos que

contiene, en compuestos fácilmente asimilables por las plantas, o que llevemos a las

capas superficiales la sustancia del subsuelo, para que sean absorbidos por las raíces,

aun cuando suministremos al terreno la humedad conveniente por medio de los riegos;

todo esto es insuficiente, si no procuramos reponer el suelo de las pérdida que

continuamente sufre, tanto por la absorción de las plantas, como por la evaporación de

ciertos compuestos y la disminución de otras materias, que son arrastradas por las

aguas, que los llevan en disolución.

Es verdad que podríamos obtener una y más cosechas del suelo, sin el benéfico

auxilio del abono; pero dejando a un lado que aquellas no serían tan abundantes, nos

llevaríamos con los productos gran parte de la fertilidad del suelo, llegando a

esterilizarlo. Mil hechos hay que prueban esta verdad tan olvidada de los agricultores,

que nosotros tenemos en cuenta al recomendar eficazmente el abono de las tierras.

212
El análisis de la remolacha, nos enseña los elementos que esta planta extrae del

suelo, y nos da una idea de los que debemos devolverle; entre los muchos cuerpos que

entran en la composición de esta planta, hay algunos que principalmente nos toca

estudiar, por la influencia que ejercen en su producción, por la calidad que dan a la raíz

o por la escasez con que se encuentran en el suelo.

Uno de los principales, dijimos que era el ácido fosfórico, cuerpo tan importante

para el cultivo de la remolacha como escaso se presenta en las tierras de la colonia;

muchas plantas lo contienen en mayor proporción, pero esto no disminuye la necesidad

que hay de devolver este compuesto el suelo, y aun de aumentar su cantidad, ya que no

se encuentra en abundancia; además, este ácido cuando se da al terreno en justa

proporción, no causa el daño que otras sustancias, la riqueza sacarina de las raíces

disminuye poco, y es pequeño el aumento de las sales según ha observado el distinguido

agrónomo Mr. Pagnoul, creyéndose además que favorece la germinación. El ácido

fosfórico, suministrado al terreno bajo la forma de huesos, todavía presenta otras

ventajas, según el eminente industrial Walkhoff, dando las raíces mayor dureza y

haciendo más fácil su conservación y elaboración en fábrica. El empleo de los huesos

molidos y tratados por un ácido, o bien mezclados con el estiércol, había de ser

favorable a las remolachas; sin embargo, aconsejamos como más económico emplear

esta materia para la fabricación del negro animal, y aprovechar este como abono,

después de haberle utilizado en la fábrica de azúcar. La fosforita es otra sustancia

abundante en ácido fosfórico, que puede emplearse para fertilizar las tierras que sean

pobres en fosfatos, procurando suministrarlo al terreno bien dividida, y al estado de

superfosfato. Las espumas, o sea el fango calcáreo procedente de los residuos de la

carbonatación de las fábricas de azúcar, es también un compuesto rico en ácido

fosfórico, que además contiene otros elementos fertilizantes; debe emplearse este
213
excelente abono para las tierras de remolacha, pues con el devolvemos al suelo muchas

sustancias que dicha planta le sustrajo. Un compuesto rico en fosfatos, al mismo tiempo

que en otras materias nutritivas, es el guano; contiene generalmente el ácido fosfórico

en estado soluble, como igualmente las sales amoniacales y potasa, los cuales obran en

el suelo con mucha energía, sobre todo en la primera edad en que la remolacha necesita

de principios activos para su desarrollo, disminuyendo más tarde su efecto, cuando

pudiera perjudicar a la calidad de la raíz, un exceso de vegetación; presenta además la

ventaja de su poco volumen, siendo ello de transporte económico y de fácil y rápido

empleo.

La potasa es el cuerpo que predomina en las cenizas de la remolacha, siendo esta

planta una de las que le contienen en mayor cantidad; ejerce marcada influencia, tanto

sobre la vegetación de las plantas, como sobre la calidad de la raíz, la cual es menos

apreciada, a medida que abunda más en ella este álcali, por la propiedad que tiene de

impedir la cristalización de cuatro veces su peso de azúcar. Suele darse a los terrenos al

estado de sulfato, de cloruro o de nitrato, que son ricos en dichas sustancias o con los

guanos y estiércoles, en cuyos compuestos se encuentra en menor cantidad: también son

abundantes en potasa los residuos de las destilerías de alcohol y las cenizas de los

vegetales, pudiendo utilizarse sin inconveniente para devolverla al suelo. Las tierras de

la colonia contienen este compuesto en alguna proporción, por cuyo motivo no es

indispensable su empleo inmediato.

Tampoco escasea en dichos suelos la sosa, o sea otra base alcalina que entra en

la composición de la remolacha, cuya calidad perjudica cuando se encuentra en exceso,

pues según Walkhoff, una parte de dicho compuesto impide la cristalización del azúcar.

No debemos, pues, emplear esta sustancia para el abono de las tierras.

214
Otro elemento importantísimo el de más interés para el agricultor bajo el punto

de vista económico, es el nitrógeno; la poderosa influencia que ejerce sobre todas las

plantas en general, se extiende también a las remolachas, pues sin él sería imposible la

vida de este vegetal; suministrarse a los terrenos bajo la forma de nitratos, sales

amoniacales o guanos, o bien combinado con la materia orgánica, bajo la forma de

excrementos o estiércoles, los cuales favorecen extraordinariamente el desarrollo de la

raíz: sin embargo, su calidad empeora con el abuso de dichas sustancias, pues aumenta

notablemente la proporción de la materia orgánica y sales en el jugo, que como ya

hemos dicho se hace más difícil de trabajar en fábrica y rinde menor cantidad de azúcar.

La materia orgánica del suelo, desempeña un gran papel en la nutrición vegetal,

tanto por las numerosas reacciones químicas a que da lugar, cuanto por las sustancias

que directamente proporciona a las plantas; constituida por los residuos de los vegetales

cultivados anteriormente, de las plantas espontáneas y de los estiércoles, presenta una

composición compleja, conteniendo todos los elementos necesarios para la vida de la

remolacha, y ofrece la ventaja de descomponerse fácilmente y quedar en el suelo muy

dividida, estado el más apropósito para que las raíces puedan absorberla; el ácido

carbónico que de dicha sustancia se desprende, además de servir de alimento a las

plantas, se disuelve en el agua del suelo, haciendo solubles otros compuestos, que a no

ser por este medio difícilmente podrían ser absorbidos por las raíces de los vegetales. La

materia orgánica obra además, mejorando las propiedades físicas del suelo, pues con

ella se aumenta su permeabilidad y soltura, que tanto conviene a la remolacha.

Escaseando en las tierras de la colonia, convendrá emplearla en alguna cantidad, sobre

todo si se tiene en cuenta que nuestro clima cálido, las labores y los riegos, activan

mucho su descomposición. Sin embargo, no debe exagerarse su uso, porque ya hemos

dicho en otro lugar, que su exceso en los terrenos perjudica a la calidad de la raíz. Esta
215
materia la suministraremos al suelo por medio de los estiércoles y las sustancias

vegetales.

Hay otros elementos del suelo que contribuyen a la nutrición de la remolacha,

como la cal por ejemplo, cuya importancia es tan grande que sin ellos no podría vivir la

planta, siendo además el citado mineral de mucho interés, porque no solo sirve de

alimento a los vegetales, sino que al mismo tiempo contribuye a la preparación de otros

compuestos nutritivos del suelo, pero no nos ocuparemos de ellos, porque las tierras de

la colonia los contienen en bastante proporción y es inútil suministrarlos.

Indicados ligeramente los cuerpos más importantes que entran en la composición

de la remolacha, y las sustancias que los contienen y pueden servirnos para

suministrarlos al suelo, veamos cómo debemos abonar las tierras.

Si solo nos propusiéramos mejorar la calidad de la remolacha, desde luego

deberíamos excluir en absoluto, todos los abonos; las raíces serían más azucaradas y el

jugo más puro, hecho que se observa en todas partes, y hemos visto confirmado por la

experiencia, en la colonia. Pero el objetivo principal del agricultor es obtener del suelo

el mayor beneficio posible, y para ello es conveniente el abono; en terreno cultivado de

remolacha sin abono alguno, produciría por ejemplo, 20.000 kilogramos de raíces, con

uno riqueza de 13% de azúcar, de los cuales obtendríamos en fábrica el 8% o sea 1.600

kilogramos de azúcar; pero si abonamos nos daba un rendimiento de 30.000 kilogramos

con el 12%, de los cuales retirábamos el 6,5% o sean 1.950 kilogramos de azúcar, claro

es que nos convendría más emplear el abono, porque la peor calidad de la raíz, quedaría

suficientemente compensada son la mayor cantidad, y aún obtendríamos un beneficio,

después de pagar todos los gastos. He aquí porque motivo, recomendamos el abono de

las tierras de la colonia.


216
Para conocer cuál es el más apropiado para el cultivo de la remolacha, dada la

composición del suelo de la finca, se hizo un ensayo práctico en un campo de

experiencias. Al efecto prepararon 18 parcelas de tierra de 200 metros cuadrados cada

una, procurando que el suelo fuese lo más homogéneo posible, siendo su composición la

indicada en la página siguiente; dicho terreno había sido sembrado de secano dos años

antes y luego quedó de rastrojo; en el invierno de 1879 se le dieron dos labores de arado

a las cuales sucedió una cava de 0,25 centímetros a primeros de Enero; en dicha época

se formaron las parcelas abonando algunas de ellas con estiércol, y dándoles una ligera

cava para enterrarlo; los abonos restantes se esparcieron el 30 de Marzo procediéndose

el mismo día a la siembra; en esta, se siguió una marcha análoga a la que hemos descrito

en ensayos anteriores, quedando los golpes a la distancia indicada en el cuadro que más

adelante exponemos. La germinación se hizo en buenas condiciones, naciendo las

plantas a los 11 días, adelantándose algo en las parcelas abonadas con estiércol, en las

cuales también presentaron menos claros y más desarrollo durante la vegetación; las

escardas, aclarados y riegos se dieron oportunamente, de igual manera que hemos

indicado en otros ensayos, comenzando a suministrarles el agua a primeros de Mayo; la

recolección se efectuó el 28 y 29 de Agosto. El cuadro siguiente manifiesta la clase de

abonos ensayados e la producción obtenida con otros datos interesantes:

217
PRODUCCION
ABONOS EMPLEADOS DE COCIENTE
RAICES

POR HECTAREA

PRODUCCION
VARIEDAD DENSIDAD AZUCAR AZUCAR

DE AZUCAR
DISTANCIA

HECTAREA
Nº DE ENTRE DEL POR 100 POR 100
PARCELA

POR
REMOLACHA PLANTAS JUGO JUGO DE RAIZ
POR CULTIVADA POR POR DE DE
POR RIQUEZA
PARCELA PARCELA HECTAREA PUREZA CENIZAS

PESO COSTO

NITROGENO ACIDO POTASA


FOSFORICO

800 KG 40.000 KG 400 PTS 190 KG


1 152 KG 160 KG CUELLO ROSADO 0.30X0.35 925 KG 46.250 KG 1,062 11,88 0,79 10,20 10,62 4.911 KG
ESTIERCOL

2 800 KG 40.000 KG 400 PTS 190 KG IMPERIAL 0.30X0.35 1.057 KG 52.850 KG 1,058 10,36 0,73 10,90 9,31
152 KG 160 KG 4.920 KG
ESTIERCOL

400 KG 20.000 KG 200 PTS 95 KG


3 76 KG 80 KG CUELLO ROSADO 0.30X0.35 889 KG 44.450 KG 1,065 13,30 0,83 8,40 11,85 5.267 KG
ESTIERCOL

4 400 KG 20.000 KG 200 PTS 95 KG IMPERIAL 0.30X0.35 996 KG 1,061 11,83 0,79 9,20 10,59
76 KG 80 KG 49.800 KG 5.274 KG
ESTIERCOL

5 400 KG 20.000 KG 200 PTS 95 KG


76 KG 80 KG CUELLO ROSADO 0.28X0.30 835 KG 441.750 KG 1,067 13,88 0,85 7 12,35 5.136 KG
ESTIERCOL

6 400 KG 20.000 KG 200 PTS 95 KG IMPERIAL 0.28X0.30 835 KG 1,062 12,34 0,82 8,20 11,03
76 KG 80 KG 41.750 KG 5.090 KG
ESTIERCOL

7 11,50 KG 575 KG 208,44 57,5 KG


46 KG 24 KG CUELLO ROSADO 0.28X0.30 744 KG 37.200 KG 1,067 14,20 0,87 6,40 12,64 4.702 KG
GUANO PTS

8 11,50 KG 575 KG 208,44 57,5 KG IMPERIAL 0.28X0.30 827 KG 1,061 12,73 0,85 7,30 11,40
46 KG 24 KG 41.350 KG 4.714 KG
GUANO PTS

11,50 KG
9 575 KG 343,50 115 KG 57,5 KG 24 KG CUELLO ROSADO 0.28X0.30 703 KG 35.150 KG 1,065 13,07 0,83 8,60 11,65 4.095 KG
SULFATO
PTS
AMONIO

11,50 KG
10 575 KG 343,50 115 KG 57,5 KG 24 KG IMPERIAL 0.28X0.30 796 KG 39.800 KG 1,059 11,84 0,81 10 10,62 4.226 KG
SULFATO
PTS
AMONIO

11,50 KG
11 575 KG 110,69 115 KG 60,40 KG 24 KG CUELLO ROSADO 0.28X0.30 612 KG 30.600 KG 1,067 14,40 0,88 6,10 12,82 3.923 KG
SUPERFOS
PTS
FATO CAL

11,50 KG
12 575 KG 110,69 115 KG 60,40 KG 24 KG IMPERIAL 0.28X0.30 701 KG 35.050 KG 1,062 13,04 0,86 6,70 11,65 4.083 KG
SUPERFOS
PTS
FATO CAL

11,50 KG
13 575 KG 136,50 115 KG 60,40 KG 293 KG CUELLO ROSADO 0.28X0.30 581 KG 29.050 KG 1,073 15,14 0,85 6,40 13,40 3.893 KG
CLORURO
PTS
POTASICO

11,50 KG
14 575 KG 136,50 115 KG 60,40 KG 293 KG IMPERIAL 0.28X0.30 685 KG 34.250 KG 1,067 13,68 0,84 7,20 12,18 4.171 KG
CLORURO
PTS
POTASICO

2.875 KG
15 575 KG 199,75 40,25 KG 29,47 KG 79,31 KGCUELLO ROSADO 0.28X0.30 695 KG 34.750 KG 1,068 14,26 0,86 6,20 12,70 4.413 KG
GUANO
PTS

2.875 KG
16 575 KG 199,75 40,25 KG 29,47 KG 79,31 KG IMPERIAL 0.28X0.30 804 KG 4.200 KG 1,060 12,82 0,86 7,40 11,48 4.615 KG
GUANO
PTS

SIN
17 575 KG 199,75 40,25 KG 29,47 KG 79,31 KGCUELLO ROSADO 0.28X0.30 591 KG 29.550 KG 1,068 14,68 0,89 5,80 13,05 3.857 KG
ABONO
PTS

SIN
18 575 KG 199,75 40,25 KG 29,47 KG 79,31 KG IMPERIAL 0.28X0.30 733 KG 36.650 KG 1,064 12,80 0,82 6,90 11,43 4.190 KG
ABONO
PTS

218
Los resultados conseguidos en el cuadro anterior prueban los hechos siguientes:

La influencia ejercida por los abonos en las dos variedades cultivadas; es

análoga; en ambas se nota que la producción en raíces se obtiene generalmente a costa

de la calidad; la variedad de cuello rosado siempre es de mejor calidad, pero de menor

producto.

Las parcelas 1ª y 2ª presentan un rendimiento en raíces superior a todas las

demás, pero de mala calidad, a consecuencia sin duda del mucho estiércol esparcido; no

conviene, pues, exagerar el abono, sopena de obtener remolachas con malas condiciones

para la fabricación. Las parcelas 3ª y 4ª, abonadas con la mitad del estiércol que las

anteriores, han dado una producción en raíces menor que aquellas, pero superior en

azúcar, debido a su mayor riqueza sacarina, siendo al mismo tiempo más pobres en sales

y materia orgánica. Sin embargo, se prefirió el producto que se obtuvo en las parcelas 5ª

y 6ª, pues si bien es algo más reducido que el de las anteriores, su calidad es mucho

mejor, y trabajados en fábrica habían de dar mayor cantidad de azúcar; la menor

proporción de materia orgánica y sales, que contienen las ultimas parcelas con respecto

a la 3ª y la 4ª, es debida únicamente a la diferente distancia que mediaba entre las

plantas. Comprobadas las parcelas 5ª y 6ª con las restantes, vemos que ninguna les

iguala en producción de azúcar, si bien algunas presentan raíces de mejor calidad; pero

esta ventaja se halla suficientemente compensada con el exceso de producción. El

estiércol, no solo obra en el suelo suministrando los principios nutritivos a las plantas,

sino que además mejora sus propiedades físicas dándole alguna mayor soltura; a este

beneficio atribuimos la mayor facilidad con que las plantas germinan en él. Por otra

219
parte, el estiércol de cuadra no resulta caro, y sus efectos en el terreno se extienden a

varios años.

Las parcelas 7º y 8ª han dado también un producto aceptable, siendo la calidad

algo mejor que el de las anteriores, si bien el rendimiento en azúcar es algo menor. Su

precio de coste es algún tanto más elevado que en otros puntos, pero le recomiendan su

fácil transporte, su poco volumen y su sencillo empleo.

Las parcelas 9ª y 10ª abonadas con sulfato de amoniaco, han dado un resultado

poco satisfactorio, tanto por la escasa producción, como por su mala calidad; en efecto,

vemos que su riqueza sacarina es reducida y al mismo tiempo abundan las sales y

materia orgánica, por cuyo motivo las raíces no presentan las mejores condiciones para

ser trabajadas en fábrica. Comparando el precio de este abono con el de los restantes,

vemos que resulta muy caro; no nos conviene pues por ningún concepto su empleo, a

menos que ensayos posteriores demuestren su utilidad mezclándole con otro compuesto.

La producción de las parcelas 11ª y 12ª tampoco ha sido muy abundante; a pesar

de la pobreza del suelo en ácido fosfórico, la influencia de esta sustancia apenas se ha

notado; tal vez sea debido a la pequeña cantidad suministrada al terreno; esto parece

resultar de la comparación del producto obtenido en las parcelas 7ª y 8ª con las 15ª y

16ª, pues vemos que a un aumento de ácido fosfórico dado a las primeras con el abono,

corresponde un aumento de producción y quizás debido en parte al exceso de nitrógeno

que contienen. Es posible también que el ácido fosfórico haya sido neutralizado por la

cal del suelo, y al estado insoluble, el efecto que produce sobre las plantas es menos

marcado; en cambio cuando la empleamos acompañado de la materia orgánica o sales

amoniacales, puede dar mejor resultado porque estas sustancias contribuyen a su

disolución como dice M. Corevvinder. La producción de las parcelas abonadas con


220
guano, y con estiércol parecen venir en apoyo de éste última suposición. Por ello al

emplearlo en la colonia procuraremos que vaya acompañado de alguna materia

orgánica, como estiércol por ejemplo.

El cloruro de potasio, ensayado como abono en las pardelas 13ª y 14ª, ha

mejorado la calidad de la remolacha y reducido la producción de raíces, siendo esta tan

corta que no resulta beneficioso su empleo. Las parcelas 15ª y 16ª, con su menor

rendimiento en raíces y azúcar que las parcelas 5ª, 6ª, 7ª, y 8ª, a pesar de ser tan ricas en

potasa como las dos primeras, y mucho más que las dos siguientes, prueban también

que no es necesario abonar las tierras con dicha base alcalina. Otros compuestos

potásicos como el sulfato de potasa y algunas sales de sosa, ensayadas posteriormente

en las tierras de la colonia, tampoco ha dado resultado favorable.

Las parcelas 17ª y 18ª, cultivadas sin abono alguno, han producido escasa

cantidad de raíces y azúcar, si bien la remolacha ha sido de buena calidad. Todavía la

producción normal de la parcela 18ª se hubiera presentado menor que la indicada en el

cuadro, debiéndose el aumento obtenido al excesivo desarrollo que produjo en dicho

ensayo la mucha humedad, ocasionada por las filtraciones de una reguera inmediata a

ella. Experiencias posteriores han demostrado que la producción en tierras no abonadas

aumentan algún tanto, cuando las labores se dan al suelo con un año de anticipación, a

fin de que puedan las tierras meteorizarse mejor, pero este sistema no es económico.

De todo lo dicho, y guiados además por experiencias análogas hechas en estos

campos, sentamos como conclusión práctica que debemos emplear el estiércol de cuadra

como abono en primer término, procurando darlo al terreno lo más pronto posible en la

proporción 20.000 kilogramos por hectárea, y mejor aún que se esparza el año anterior

en la cantidad de 30.000 kilogramos, cultivándose otra planta antes de la remolacha. De


221
este modo, la acción del abono no será tan enérgica, con lo cual las raíces ganarán en

riqueza sacarina, siendo relativamente menor la materia orgánica y sales que contengan.

Caso que haya escasez de estiércol de cuadra, puede abonarse con guano del Perú, o San

Gobain, que también ha dado excelentes resultados en la proporción de 600 kilogramos

por hectárea; ambos contienen poca potasa y son ricos en ácido fosfórico y sales

amoniacales; procuraremos esparcirlos poco antes de la siembra, mezclados con las

espumas o fango calcáreo, y residuo del negro procedentes de la fábrica de azúcar, los

cuales, como dijimos, contienen gran cantidad de principios fertilizantes.

222
1.9.- SIEMBRA.

Entre todas las operaciones que exige el cultivo de la remolacha, la más delicada

sobre todo en nuestro país, y la que por consiguiente exige mayor cuidado de parte del

agricultor, es la siembra; la época en que se confía la similla al suelo, la calidad de esta,

cantidad que se esparce, distancia a que se dejan las plantas y otra porción de

circunstancias, ejercen una influencia decisiva sobre el desarrollo de los gérmenes y

vegetación posterior; la estudiaremos pues con algún detenimiento.

La semilla de la remolacha se halla formada por una cápsula dura que en su

interior contiene varios granos, en número de dos a cinco, en cada uno de los cuales se

encuentra el germen, y la sustancia que ha de servir de alimento a la planta, desde el

principio de su vida. Para que esta tenga lugar, se necesita indispensablemente el

concurso de tres agentes, que son: el agua, el aire o mejor dicho el oxígeno, y cierta

temperatura; el agua obra sobre la semilla reblandeciendo todos sus tejidos, par que se

rompan las envolturas y permitan la salida al exterior del nuevo ser, contribuyendo

además a su desarrollo, juntamente con el oxígeno. El agua y el aire, los suministramos

con las labores y riegos, a falta de lluvias; el calor nunca falta, pues la semilla de la

remolacha germina con temperaturas mínimas inferiores a cero grados, a las cuales solo

contados días de invierno desciende el termómetro en esta zona, todavía con la máxima

de los mismos, puede tener lugar la geminación. Pero no basta que la semilla germine,

es preciso que los 120 o 130 grados de calor medio necesarios para ello los reciban

pronto; y nazca el vegetal antes que se desequen las capas superficiales del suelo,

procurando al mismo tiempo que la estación sea también favorable, para el sucesivo

desarrollo de la planta y su mejor aprovechamiento.

223
Con el objeto de averiguar cuál era la época que mejor llenaba con estas

condiciones, se practicaron varios ensayos en un campo de experiencias, sembrando una

parcela de tierra de 15 en 15 días, durante todos los meses del año. Comenzaron las

siembras en Febrero 15 de 1879 y se concluyeron en igual mes del año siguiente,

llevando a cabo el trabajo en iguales o análogas condiciones y dando a las plantas los

mismos cuidados. Las primeras siembras hechas, o sean las de Febrero, dieron una

producción aceptable y una calidad superior; pues la remolacha fue de las más ricas en

azúcar que se han obtenido en la colonia; sin embargo, pareció algo temprana la siembra

en este mes, porque con la baja temperatura que suele reinar, la geminación es lenta, y

el terreno pierde la humedad antes que las plantas lleguen a nacer, haciéndose preciso

darle uno o más riegos, los cuales al par que comprimen el suelo favorecen el desarrollo

de malas hierbas.

Desde últimos de Abril en adelante, los calores que se dejan sentir con

intensidad, desecan rápidamente el suelo y las semillas que se les confían, las cuales

difícilmente germinan, apareciendo pocas plantas al exterior y criándose algo débiles.

Puede darse al suelo la humedad que le falta por medio de los riegos, pero en tal caso,

se hacen preciso repetirlos con frecuencia; de otro modo, los vegetales no tienen

bastante fuerza para atravesar la costra que se forma en la superficie del terreno, y

mueren antes de aparecer al exterior; aun en el caso de obtener un nacimiento regular,

nunca llegan a adquirir gran desarrollo; las raíces profundizan poco en el suelo, pierden

la forma cónico y prolongada que se busca, y adquieren la globosa, dando un jugo muy

acuoso, pobre en azúcar, y abundante en sales y materia orgánica. Las siembras

verificadas en Junio y los demás meses del verano, todavía dieron peor resultado, por

sus raíces cortas, pequeñas y de mala calidad.

224
En el mes de Septiembre, cuando la temperatura del día, y especialmente la de la

noche, comienza a descender, siendo mayor la humedad de la atmosfera, la germinación

de las plantas mejora mucho, obteniéndose regulares siembras que se desarrollan bien al

principio, pero el invierno detiene pronto la vegetación, y cuando llega la primavera

comienza de nuevo, aparecen los órganos florales, en perjuicio del azúcar que

disminuye rápidamente, sin que antes ni después adquiera la raíz un desarrollo regular,

para poder aprovecharla en fábrica con alguna utilidad. Puede detenerse la pérdida de

azúcar en estas remolachas, cortando las espigas tan pronto como aparecen; de este

modo se obtuvieron raíces con el 13% de azúcar, pero con poco peso, siendo por lo

tanto muy baja la producción por hectárea.

La época que mejor resultado dio para la siembra fue desde primeros de Marzo a

mediados de Abril; en estos meses la temperatura es bastante elevada, para que confiada

la semilla al suelo germine rápidamente, si encuentra en el la suficiente humedad; esta,

falta menos entonces, porque es la estación más lluviosa del año, y economizamos con

ello los riegos artificiales, con provecho de las plantas y del mismo suelo. Una vez

nacidas las remolachas, adquieren un desarrollo fácil, que permite dar a las tierras las

oportunas escardas, para extirpar las malas hierbas y mullir el suelo; más tarde, la raíz

producida presenta buena forma y un peso aceptable, siendo al mismo tiempo rica en

azúcar y pobre en materias extrañas. La clase del terreno debemos tenerla en cuenta, al

determinar la época de la siembra; los terrenos silíceos pueden sembrarse sin

inconveniente alguno, desde primeros de Marzo; en los arcillosos, es prudente retrasar

algo esta operación: conviene anticiparla algún tanto en los primeros, porque conservan

bastante el jugo en tiempo seco; en cambio los segundos se desecan más rápidamente en

la capa superficial donde se encuentra depositada la semilla, y se hace indispensable dar

un riego con el que comprimimos la tierra, formándose poco después una costra que las
225
plantas no pueden atravesar; sembrándose estos terrenos cuando la estación se halla algo

más avanzada, la germinación es más activa, las plantas salen pronto al exterior, y si hay

necesidad de dar un riego, aparecen inmediatamente los nuevos seres, entes que la

superficie del terreno se deseque demasiado.

Dijimos en otro lugar, que se conocían diferentes variedades de semilla de

remolacha, en las comarcas productoras de esta planta; para determinar cuales nos

conviene emplear, dada las condiciones de nuestro clima y las propiedades de las tierras

de la colonia, se ensayaron algunas de las más conocidas, en un campo de experiencias

preparado al efecto. El cuadro que más abajo acompaña presenta la relación de las

variedades ensayadas y el resultado obtenido: la experiencia se llevó a cabo de la

manera siguiente:

Dispuesta la tierra como la de los ensayos anteriores, se dividió en parcelas de

50 metros cuadrados, cada una de las cuales se abonó con 3 kilogramos de guano,

sembrado inmediatamente una variedad de semilla a golpe y en línea, de manera que las

plantas quedasen a la distancia de 25 centímetros unas de otras, y a 30 las filas; esta

operación se efectuó el 4 de Abril del año 1879. Las lluvias que sobrevinieron cuatro

días después de la siembra, aseguraron la germinación; así es que a los diez días

comenzaron a nacer las plantas, notándose desde luego alguna diferencia en las

parcelas; las variedades 1ª y 15ª presentaban mayor número de remolachas nacidas,

había pocas en la 6ª y ninguna en la 4ª; en esta última nacieron más tarde, pero en corto

número, quedando también algunas faltas en las restantes, especialmente en la 6ª. Las

repetidas lluvias de Abril y la temperatura relativamente fresca de dicho mes, retrasaron

el desarrollo de las tiernas plantas; por ello no se les dio la primera escarda hasta el 7 de

Mayo; el 18 del mismo mes se repitió dicha labor, acompañada del aclarado para dejar

226
aisladas las plantas, y el 4 del siguiente se practicó una 3ª y última escarda; en dicha

época, se notaba un desarrollo desigual en las diferentes variedades: las parcelas 1ª y 9ª

y sobre todo la 15ª iban más adelantadas, siendo sus hojas anchas, largas, de un color

verde oscuro, cubriendo tanto el terreno, que la escarda se hizo con dificultad; arrancada

una planta de las más desarrolladas de la última parcela, dio un peso de 376 gramos en

hojas y 213 la raíz, siendo la longitud de esta 22 centímetros y 5 de diámetro; analizado

su jugo marcó una densidad de 1,030 acusando al sacarímetro una riqueza de 6,70% de

azúcar; las parcelas 11 y 12 eran las más atrasadas; en la 4ª nacieron pocas plantas, pero

se desarrollaron bien. Además de las escardas se dio a los ensayos la humedad necesaria

por medio de los riegos; comenzaron a suministrarse al terreno en el mes de Junio, en el

cual hubo que regar dos veces; a primeros de Julio las plantas se resintieron algún tanto

por la falta de humedad, que no se les pudo dar con los riegos por causas ajenas a

nuestra voluntad; el 11 de dicho mes recibieron el agua las parcelas, las cuales se

continuaron regando cada siete u ocho días.

La recolección se verificó el 13 de Agosto, observándose que las raíces alemanas

presentaban una forma cónica no muy larga y de pequeño diámetro y eran fáciles de

arrancar; las remolachas de las parcelas 1ª, 9ª y 15 fueron más largas y voluminosas,

alcanzando algunas de las últimas una longitud de 34 centímetros y un diámetro de 14,

presentando además el defecto de haberse desarrollado parte de ella fuera de la tierra en

una longitud de 6 a 7 centímetros; las raíces de las parcelas 8ª y 10ª, sin adquirir el

desarrollo de las anteriores, profundizaron más en el terreno, llegando alguna a medir 50

centímetros, haciéndose más difícil el arranque. El siguiente cuadro manifiesta el

resultado obtenido con todas las variedades, y da una idea aproximada del valor de cada

una de ellas:

227
EXPERIENCIA DEL CULTIVO DE LA REMOLACHA EMPLEANDO

DIFERENTES VARIEDADES

PRODUCCION
POR
PESO
MEDIO AZUCAR COCIENTE
Nº DE LA POR 100 DE
PARCELA VARIEDAD PARCELA HECTAREA JUGO PUREZA
RAÍZ
KILOS KILOS GRAMOS

1 BLANCA DE CUELLO VERDE DE VILMORIN 225.50 41.100 564 9.50 0.73

2 ELECTORAL DE CUELLO VERDE DE VILMORIN 164.50 32.900 477 13.50 0.81

3 MEJORADA DE CUELLO VERDE DE VILMORIN 95.50 19.000 346 14.90 0.87

4 IMPERIAL DE CUELLO VERDE DE VILMORIN 71.50 14.300 528 10.50 0.80

5 BLANCA DE CUELLO ROSADO DE VILMORIN 170.50 34.100 472 10.60 0.80

6 BLANCA 1ª DE CUELLO VERDE DE DESPREZ 125.50 25.000 486 10.30 0.73

7 BLANCA 2ª DE CUELLO VERDE DE DESPREZ 143.50 28.600 413 13.10 0.82

8 CUELLO ROSADO 1ª DE DESPREZ 197.50 39.500 436 15.50 0.86

9 CUELLO ROSADO 2ª DE DESPREZ 229.50 45.800 561 11.70 0.75

10 CUELLO ROSADO 3ª DE DESPREZ 188.50 37.700 538 14.50 0.80

11 BLANCA PEQUEÑA DE WANZLEBEN DE METZ Y Cª ALEMANIA 82.50 16.400 412 15.10 0.88

12 MEJORADA DE VILMORIN DE DESPREZ 105.50 21.000 383 16.50 0.87

13 BLANCA DE SILESIA DE DESPREZ 121.50 24.300 345 14.50 0.87

14 BLANCA IMPERIAL DE DESPREZ 186.50 37.300 507 13.50 0.86

15 CUELLO VERDE DE MR. BRABANT 243.50 48.600 589 11.20 0.77

228
El cuadro que acabamos de presentar nos prueba que las variedades 15,9,1,8,10

y 14, son las más productivas en raíces siendo más ricas en azúcar las remolachas de las

parcelas 12,8,3,11 y 10 las variedades 1,9 y 15 no las juzgaron convenientes para su

empleo en la colonia, porque a pesar del producto abundante dado en raíces, son menos

ricas en azúcar y presentan en cociente de pureza algo bajo, que acusa una gran cantidad

de materias extrañas. Las variedades 3,11 y 12 ricas en materia azucarada, dieron una

producción escasa que no compensa la calidad de la raíz. Las parcelas 4 y 6 por efecto

de los claros que presentaban, produjeron raíces de gran desarrollo a costa de la calidad;

así vemos que su riqueza en azúcar no es muy subida. Las mejores variedades cuyo

cultivo recomendaron, son la 8,10 y 14, por reunir sus raíces la doble condición de dar

abundante producto y de buena calidad.

Ensayos practicados en años siguientes, se conocieron otras dos variedades

aceptables; una de ellas procedente de la casa F. Knauer de Groebers, (Alemania) es la

imperial mejorada blanca , de mediano desarrollo, forma cónica no muy prolongada,

rugosa, de carne fina, que queda toda enterrada en el suelo; sus hojas son abundantes,

finas y rizadas; aconsejamos su cultivo en los terrenos arcillo-silíceos, bien abonados,

donde llega a dar un producto aceptable en peso y superior en calidad, no solo por su

riqueza en azúcar, sino también por la pureza de su jugo. Así mismo recomendaron el

cultivo de la variedad franco-alemana de Mr. Simon Legrand de Bersée, (Francia) muy

parecida a la anterior, si bien adquiere mayor desarrollo aunque a expensas de su

calidad. Como semilla del país, podemos citar la obtenida en la colonia procedente de la

variedad 1ª de cuello rosado de Desprez, la cual ha dado un producto abundante; la

calidad ha degenerado algún tanto, defecto que tal vez sea debido a la falta de medios

para hacer la elección de las mejores raíces destinadas a producir la semilla; esta, en

cambio, presenta los granos bien desarrollados, se cuenta con la seguridad de que es
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reciente, y nace mucho mejor que todas las variedades importadas del extranjero,

quedando menos claros en los campos sembrados con ella, y rindiendo, por lo tanto, una

buena producción; por este motivo, y por el precio relativamente económico a que se

puede obtener, se aconseja su empleo, si ensayos posteriores se confirmara el resultado

conseguido con la poca semilla producida y ensayada hasta la fecha.

Elegida la variedad, se procurar que la semilla presente buenas condiciones para

la germinación; para ello se necesita que esté bien desarrollada, sea reciente y se haya

conservado bien; el mejor medio de asegurarse de su buena calidad, es hacer un ensayo

previo sembrando cierto número de granos en una maceta dentro de una habitación y

viendo si germinan todos o una gran parte de ellos.

Antes de confiar la semilla al suelo es conveniente hacerla sufrir una pequeña

preparación, con el objeto de humedecer su envoltorio y activar de este modo el

desarrollo del futuro ser; para ello se emplearon diferentes líquidos, como el agua y

disoluciones de varias sustancias. El agua suministrada en pequeña cantidad, reblandece

los tejidos de la semilla y economiza el tiempo que invierte en el suelo para absorber la

humedad necesaria a la germinación; un exceso de ella, disuelve parte de las sustancias

contenidas en los granos que debían servir para la nutrición de la nueva planta, y a mas

la semilla se deseca rápidamente si sucede a la siembra un tiempo seco; por ello es

conveniente emplear solo el agua que aquella pueda absorber. El guano del Perú,

diluido en seis veces su peso de agua, tres partes de esta y una de orines o del líquido

extraído de los estiércoles, produce en la semilla de excelentes resultados, porque

además de activar la vegetación cede algún alimento a las plantas en su primera edad;

sin embargo, hay que practicar esta operación con mucho cuidado, pues de otro modo

podemos comprometer seriamente la cosecha: mezclados los orines con agua en la

230
misma proporción, y tratada la semilla por dicho líquido como aconsejan algunos

agricultores, bastaron 24 horas de maceración, para que no naciera una sola planta. No

es indiferente el tiempo que las semillas permanecen humedecidas, antes de la siembra;

24 a 36 horas de maceración, dieron un buen resultado; mas de 48 horas, les hace perder

parte de sus cualidades germinativas; así mismo es perjudicial dejarla muy amontonada

después de humedecida, porque entra en fermentación, ni conviene desecarla por que

tarda más tiempo en germinar. El medio que la experiencia aconseja seguir en la colonia

es humedecer la semilla con agua, o una disolución bien diluida de guano o líquido

procedente de estiércol, conservándola después, de 24 a 36 horas antes de hacer la

siembra, al abrigo del sol, extendida en capas de 30 centímetros y removiéndola con

frecuencia.

La cantidad de semilla necesaria para la siembra de una hectárea, varía con el

sistema que se emplea; cuando se hace uso del plantador para verificarla a golpes,

bastan 10 kilogramos; con el sembrador el consumo es el doble por lo menos, y todavía

se gasta más esparciéndola a voleo; tal vez con alguna menos cantidad de semillas

podrían obtenerse buenos sembrados, pero no debemos olvidar que la germinación se

hace difícil en nuestro país, sobre todo en los años secos, y además las plantas tan

pronto como aparecen al exterior, son atacadas por muchos enemigos que las destruyen,

y dejan bastantes claros en el terreno, si no nacen en gran número.

La siembra puede verificarse a golpes, con el plantador, a voleo y a máquina; la

siembra a golpes, en terreno llano, hemos visto ya como se practica, en ensayos

anteriores; puede hacerse también en camellones, pero este sistema tiene el

inconveniente de exigir un aumento de gasto en la preparación del suelo y mayor

cantidad de agua para el riego, por efecto sin duda, de la gran superficie de evaporación

231
que la tierra presenta; suele dar más rendimiento que la siembra en llano, pero este

exceso de producción no compensa el gasto que ocasiona, especialmente en campos

fértiles y bien preparados. La siembra a golpes en llano, ofrece la ventaja de economizar

la semilla, la cual queda al mismo tiempo bien distribuida; las plantas nacen con

prontitud porque el calor desarrollado durante la germinación, activa el

desenvolvimiento de los tiernos vegetales auxiliándose además unos a otros, para

romper la costra que se forma en la superficie del suelo, después de los riegos, y si son

atacados por los insectos o los pájaros, siempre es más fácil que se libre de su

voracidad, alguna de ellas. En cambio presenta este sistema, varios inconvenientes:

desde luego la siembra cuesta mayor número de jornales; cuando el suelo no está

recientemente labrado, la tierra que se remueve con el plantador, se seca fácilmente, y la

semilla no encuentra bastante humedad para germinar; sucede también, que depositando

en un mismo golpe dos o tres, y a veces más semillas, cada una de los cuales contienen

de tres a cinco granos, nacen gran número de plantas cuyas raíces se hallan entrelazadas,

y al hacer el aclarado cuesta más de arrancar las sobrantes, lastimándose fácilmente la

que se deja en el terreno.

La siembra a voleo, se efectúa esparciendo la semilla a la mano por igual, en

todo el campo, y removiendo después el suelo para enterrarla, bien con una mano de

hierro, o dando una ligera cava. Este sistema presenta la ventaja de dejar distribuida la

semilla con poco coste, y aislada las plantas, no sufriendo tanto al verificar el aclarado,

pero el consumo de aquella es mayor, además no quedan en línea, por lo que se hacen

más difíciles las labores de escarda, aclarado y recolección, y hasta las aguas del riego

corren con menos facilidad.

232
La siembra a máquina, tan empleada en el extranjero por sus indiscutibles

ventajas, además de economizar la semilla permite enterrarla exactamente a la

profundidad necesaria, y dejarla en líneas a la distancia que se desea, resultando menos

costosa la mano de obra: una sembradora puede sembrar diariamente dos hectáreas de

tierra, sin más gasto que el de dos jornaleros y dos caballerías. Sin embargo, estas

máquinas tan sencillas de manejar en terrenos de secano, son de más difícil aplicación

en las tierras de regadío, sobre todo cuando han sido transformadas recientemente en

huertas como sucede en la colonia; dividido el campo en parcelas de reducida extensión,

con el objeto de aprovechar las aguas para el riego, lleno el terreno de zanjas y

camellones, la sembradora se mueve con dificultad, so pena de deshacerlos, y al

formarlos de nueva, se recoge con la tierra la semilla de los alrededores, y quedan

muchos claros en el campo. En terrenos de poca pendiente y bien nivelados, como

suelen ser los de regadío cultivados largo tiempo, las parcelas son más largas y anchas,

y la sembradora puede manejarse mejor; además, da buen resultado el formar en el

campo las regueras, y hacer la siembra, y cortar luego las eras, procurando hacer los

camellones de reducida dimensión, para que no se toque mucha tierra sembrada; de este

modo, y esparciendo la semilla en abundancia, se consigue el efecto deseado; si por

casualidad aparecen claros, se siembran con el plantador algunos golpes de semilla de

remolacha, o de otra planta cualquiera, para que el campo no quede vacío. En terrenos

de regadío de fuerte pendiente, como los hay dentro de la colonia, cuyas eras no miden

más de dos o tres metros de ancho, por ocho o diez de largo, la sembradora no tiene

aplicación; en ellos precisa hacer uso del plantador o bien de una especie de tridente o

rastra de largas puntas, con las cuales se forma en el suelo pequeños surcos, donde se

deposita y entierra la semilla, por niños o mujeres.

233
Además de los sistemas descritos, se ensayó la siembra en semilleros para

verificar más tarde el transplante; presenta la ventaja de poder preparar mejor las tierras

para la siembra, puesto que es más reducida su área, y la germinación tiene lugar más

fácilmente, paro en cambio ofrece muchos inconvenientes, entre los cuales citaremos

los principales que son: el mayor coste de la siembra y transplante, la dificultad de

arrancar completa la remolacha y colocarla bien recta en el terreno, y el retraso que

ocasionamos a la vegetación cuando no se planta entera la raíz, adquiere poco

desarrollo, naciendo en cambio de su superficie, una porción de raicillas que para nada

sirven; por estos defectos, y otros más que el transplante presenta, se desechó.

De cualquier modo que se verifique la siembra, debe procurarse que el terreno

quede algún tanto comprimido; cuando empleamos la sembradora, la misma máquina

deja bien sentado el suelo, pero si se practica de otro modo, conviene pasar un rulo con

el objeto de conseguir dicho resultado, a menos que no demos un riego inmediatamente

después de la siembra; de no hacerse esta operación, la tierra queda demasiado suelta y

se deseca rápidamente, impidiendo la germinación.

Para que la semilla encuentre en el suelo la humedad y el aire indispensables,

necesitamos enterrarla a cierta profundidad; no es indiferente que esta sea mayor o

menor, basta que se deposite algunos centímetros más o menos profunda, para

comprometer el éxito de la siembra. Generalmente aconseja enterrar la semilla a uno o

dos centímetros, y se ensayó con éxito, siempre que el tiempo fue húmedo o lluvioso,

pero cuando en lugar de este, sobrevienen días serenos, la pequeña capa de tierra que

recubre la semilla se deseca rápidamente y la germinación no tiene lugar; enterrados los

granos de tres a cuatro centímetros, se conservan más húmedas y hay mayores

probabilidades de éxito; a seis todavía germinaron en la colonia aunque en menor

234
número, pero a diez centímetros no nació una sola planta. Cuando la siembra se hace en

camellones conviene dejar la semilla a mayor profundidad, primero porque el suelo se

deseca con más rapidez, y segundo porque la planta nace mejor se está más recubierta

por la tierra, pues los riegos dados con cuidado, no forman una costra tan dura en la

superficie de aquella como sembrando en llano.

En terrenos silíceos y ricos en humus la semilla puede enterrarse algo más que

en los compactos, los cuales oponen más resistencia a la salida de las plantas.

El espacio que se deja entre las remolachas, en el terreno, influye muchísimo en

el resultado de la cosecha, tanto respecto a la cantidad, como a la calidad de las raíces.

Para apreciar prácticamente su efecto en la colonia, se ensayó en un campo de

experiencias, varias parcelas, cuyas plantas se criaron a diferentes distancias; la

preparación del suelo se llevó a cabo de un modo análogo al indicado en los ensayos

citados anteriormente, pero sin abonar las tierras, haciendo la siembra el tres de Marzo

de 1879, con semilla de la variedad de cuello rosado de Desprez nº 2. La germinación

tuvo lugar lo mismo en todas las eras; los riegos, las escardas y aclarados, se dieron a su

tiempo, haciéndose más difícil las dos últimas operaciones, en las siembras espesas; en

ellas quedó muy pronto el terreno cubierto por las hojas de la remolacha, las cuales

faltas de espacio suficiente para desarrollarse, se ahilaron, formando un peciolo largo, y

un limbo también largo y estrecho. El 28 de Agosto se procedió a la recolección dando

el producto que aparece en el cuadro siguiente:

235
RAÍCES PRODUCCION
POR POR
PESO
MEDIO AZUCAR COCIENTE
Nº DE LA POR 100 DE
PARCELA DISTANCIA ENTRE LAS PLANTAS EN METROS PARCELA HECTAREA JUGO PUREZA
PARCELA HECTAREA RAÍZ
KILOS KILOS GRAMOS

1 0.20 x 0.25 754 150.800 168 33.600 223 13.50 0.83

2 0.25 x 0.25 662 132.400 204 40.800 308 13 0.83

3 0.25 x 0.30 530 106.000 221 44.200 417 12.60 0.80

4 0.30 x 0.30 441 88.200 230.50 46.100 523 12.20 0.79

5 0.45 x 0.20 415 83.000 208.50 41.700 502 12 0.79

6 0.30 x 0.35 402 80.400 214.50 42.900 534 11.90 0.78

7 0.30 x 0.40 311 62.200 212 42.400 682 11.20 0.76

8 0.50 x 0.25 358 71.600 206 41.200 575 11.20 0.77

El resultado de los ensayos presentados en el cuadro que antecede, manifiesta

que las siembras excesivamente espesas, producen una remolacha pequeña pero

excelente, tanto por su riqueza en azúcar, como por su coeficiente de pureza; en cambio,

las parcelas sembradas demasiado claras ofrecen un rendimiento menor en peso, y una

raíz de peor calidad; las siembras hechas a 30 centímetros por 25, y a 30 por 30, han

dado un producto aceptable por su calidad y abundante por su cantidad; por ello

recomendamos su empleo, en la colonia. La producción de la parcela 5ª ha sido algo

más reducida que las que le siguen, lo cual en parte atribuimos al mayor número de

claros que relativamente tenía.

La composición del suelo, y la preparación más o menos esmerada que se le da,

sabemos que ejerce una influencia marcada sobre la cosecha, que debe tenerse en cuenta

al fijar la distancia entre las plantas; un campo fértil, bien labrado y perfectamente

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abonado, conviene sembrarlo más espeso, que otro suelo pobre y mal preparado. Es

nuestro parecer también, que se tienda a producir remolacha, más pronto pequeña que

grande; lo que se pierde en peso se gana en calidad; esquilmamos menos el suelo con la

menor proporción de sales que las plantas absorben, los transportes de las raíces cuestan

menos, y si bien disminuye la pulpa obtenida en fábrica, queda compensada esta falta,

con la mayor cantidad de azúcar que se produce. Además, a medida que las raíces

adquieren mayor desarrollo, tienen más desperdicio, pues el peso del cuello aumenta en

ellas de una manera notable.

Concluida la siembra, y provisto el terreno de la humedad suficiente, el germen

comienza a desenvolverse en el interior de la semilla; el tiempo que la nueva planta

tarda en aparecer al exterior, varia con la temperatura y la preparación más o menos

esmerada que se haya dado al suelo. Las siembras hechas a primeros de Marzo, en

buenas condiciones, comienza a nacer a los 10 días, por poco que el tiempo les

favorezca; siendo la temperatura media de dicho mes de 12 grados en nuestra zona,

vemos que necesita ciento veinte grados. A medida que la estación avanza, la

germinación es algo más rápida a menos que sobrevengan fríos tardíos, en cuyo caso se

retrasa algún tanto, por más que nunca hemos observado que lleguen a comprometer la

existencia de las plantas. Más perjuicio les causa la falta de humedad del suelo; si

después de la siembra sobrevienen días secos, la tierra pierde rápidamente el agua que

contiene, y la semilla falta de este elemento comienza a padecer, si no se le atiende con

los riegos. El tiempo lluvioso, cuando no lo es en exceso, y sobre todo una atmosfera

húmeda, favorece mucho el nacimiento de las remolachas, aun cuando las demás

condiciones dejen algo que desear; sin embargo, cuando las lluvias son muy

prolongadas retrasan bastante la germinación y evitan el nacimiento de algunas plantas,

si bien no se vio que inutilicen un sembrado, como ocurre en otros países. Cuando a
237
causa de los vientos secos el terreno pierde la humedad que contenía, se hace preciso

suministrarla por medio de los riegos; estos interesa que sean algún tanto ligeros, y una

vez dado el primero deben repetirse con frecuencia, hasta que los vegetales aparecen al

exterior.

Cuidados sucesivos.

El crecimiento de la remolacha en su primera edad aunque algo lento, no es tan

delicado como la germinación; los fríos son poco temibles en una estación tan avanzada,

las lluvias no causan el daño que en otros países y la sequía, ese enemigo de las zonas

azucareras del extranjero, se combate aquí fácilmente por medio de los riegos; en

cambio la elevada temperatura que desde su nacimiento disfrutan las plantas, da lugar a

una vegetación activa, todas sus funciones, son más enérgicas, hay mayor absorción de

principios nutritivos, y por consiguiente un notable desarrollo. La acción que ejerce la

luz intensa del sol, durante los días claros de la primavera, contribuye también a su

vegetación, permitiendo que el ácido carbónico del aire sea fijado en gran cantidad por

las hojas de las plantas, las cuales elaboran en mayor escala la materia azucarada.

Sin embargo, necesitan los tiernas vegetales de ciertos cuidados, que no se deben

desatender; uno de ellos son las escardas; por medio de estas labores limpiamos el

terreno de las malas yerbas que hayan podido nacer, y al mismo tiempo dejamos

mullido el suelo, lo cual agradece mucho la remolacha. La primera escarda debe

practicarse poco después de su nacimiento; la operación se ejecuta con el auxilio de la

escardilla o el almocafre, con cuyos instrumentos se remueve la capa superficial del

suelo y arrancan las malas yerbas al mismo tiempo damos un ligero aclarado, que

facilitará bastante el que conviene practicar más tarde; interesa sin embargo, dejar

muchas plantas en el suelo, para que siempre quede suficiente número de ellas si
238
algunas son devoradas por los insectos, u otro enemigo cualquiera. Esta labor sencilla

en sí, reclama no obstante algún cuidado; los tiernos vegetales son entonces pequeños,

débiles y se resienten del menor daño que se les causa; por ello hay que remover la

tierra sin tocarla, ni levantar los terrones junto a los cuales suelen haberse desarrollado,

poniendo de paso la mayor atención en dejarlas a distancia conveniente, eligiendo las

mejores y cortando las demás; si la siembra se hizo en llano, se dejará menos espacio

entre las remolachas nacidas junto a los camellones, porque siempre se desarrollas más

que las restantes, y sin dicho cuidado adquieren mayor peso del necesario, con perjuicio

de su calidad. Debe procurarse que el terreno presente la suficiente humedad, para

llevarla a cabo; cuando la contiene en exceso, la escarda solo sirve para perjudicar los

tiernos vegetales, y si por el contrario escasea, tampoco produce buen resultado, porque

al remover el suelo, se levantan algunos terrones que dejan expuestas al aire, las raicillas

de algunas plantas, si ellas mismas no son arrancadas. En el extranjero se encomienda

esta labor a los muchachos; también aquí la ejecutan con provecho por resultar

económica, ofreciendo además la ventaja de comprimir menos el suelo con los pies. En

otros países suelen practicar parte de las escardas con instrumentos o aperos tirados por

una caballería, pero este sistema no es aplicable al nuestro, por lo espeso que dejamos

los sembrados en el terreno.

Hemos dicho, que el aclarado que se daba simultáneamente con la escarda, no

era completo y se dejaban en el campo mayor número de las plantas necesarias; cuando

estas han tomado mayor desarrollo y se hallan menos expuestas a perderse, o sea

cuando miden unos seis u ocho centímetros, se verifica el segundo y último aclarado,

para el cual no se necesita instrumento alguno, como la primera vez; el trabajo se

efectúa separando con la mano izquierda las hojas de la mejor planta que deseamos

dejar en el terreno, y tomando con la derecha las restantes se tira de ella con suavidad,
239
en dirección contraria al punto ocupado por la que dejamos en el suelo; este imparta que

tenga bastante jugo, pues de otro modo se desprenden las de las rices y cuestan más de

arrancar, o se quedan en el campo continuando su crecimiento; también favorece mucho

la operación un tiempo húmedo, pero lo que principalmente interesa es no retrasarla

demasiado, para evitar que las plantas inútiles tomen un excesivo desarrollo, en

perjuicio de las que han de conservarse en el terreno, y se lastimen al arrancar las

primeras.

Después de dos aclarados y la escarda, no necesita la remolacha otro cuidado,

que repetir la segunda dos o más veces, mientras el crecimiento de las hojas no lo

impida, procurando dejar entre dichas labores el intervalo necesario, para que aparezcan

las malas yerbas; el mismo tiempo que se limpia el suelo y se remueve la capa

superficial, es conveniente aproximar alguna tierra a las raíces; cuanto más enterradas

se hallen estas, de mejor calidad serán, mientras que si quedan fuera del terreno, la

materia azucarada disminuye en la parte expuesta al sol y aire, aumentando al mismo

tiempo las sales.

Ya dijimos al hablar de los riegos en general, que el agricultor debe suministrar a

las tierras de remolacha el agua necesaria por medios artificiales, cuando no

sobrevienen las lluvias; el número de riegos que exigen, varía mucho con la estación,

como hemos visto al ocuparnos de los ensayos anteriores; pocas aguas se necesitan

durante los meses de Marzo, Abril y Mayo, porque las nubes se encargan de

suministrarla, y solo cuando se deseque demasiado el suelo, sobre todo al dar las

escardas y aclarado, será conveniente algún riego; estos son indispensables en Junio ,

Julio y Agosto, debiéndose dar con más frecuencia en los dos últimos meses, en que la

240
evaporación es tan rápida; conviene sin embargo, evitar una excesiva humedad, que solo

produce un gran desarrollo en las hojas y la raíz, pero en perjuicio de la calidad.

Cuando la remolacha ha llegado al último periodo de su vegetación, se ha

tratado de arrancarle parte de las hojas, con el objeto de destinarlas al consumo del

ganado, esta práctica muy poco usada en el día, ha sido objeto de nuestro estudio en la

colonia, habiendo producido como esperábamos, un mal efecto; cortadas las hojas de

dichas plantas en una parcela, se observó que dieron nuevas hojas en perjuicio de las

raíces, las cuales no llegaron a adquirir un desarrollo tan perfecto como el que tuvieron

las plantas de otras eras, cuyas hojas no se tocaron, siendo las primeras más pobre en

azúcar, y dando menos producto en peso. Este hecho no debe sorprendernos, si se tiene

en cuenta el importante papel que las hojas desempeñan en todos los vegetales, y muy

especialmente en la remolacha; en efecto, esta planta, en su primera edad, desarrolla

preferentemente dichos órganos, y solo cuando aquellos tienen un gran crecimiento,

aumenta rápidamente la raíz; ellos sirven para nutrir al vegetal con el ácido carbónico

que toma de la atmósfera, dan lugar indirectamente a la absorción de los principios

nutritivos tomados por la raíz, por medio de la evaporación, y elaboran con ellos la

materia azucarada; arrancándolas, quitamos a la remolacha su principal medio de

desarrollo, y se ve obligada a ceder parte de las sustancias que contiene, para atender a

la producción de nuevas hojas. No podemos pues aconsejar de ninguna manera el

arranque de las hojas, las cuales solo deben aprovecharse para el consumo del ganado,

en la época de recolección.

1.10.- ARRANQUE DE LA REMOLACHA

La remolacha no concluye generalmente su desarrollo en nuestro clima, hasta el

segundo año de su vida; durante el primero, almacena en la raíz los principios, que más
241
tarde han de servirle para la formación de la semilla; entre ellos se encuentra el azúcar,

cuya cantidad llega a su máximo por lo tanto, al fin del primer periodo del desarrollo del

vegetal, interesando al agricultor arrancarla entonces. Esta planta no presenta caracteres

seguros que marquen la mejor época de su recolección, sin duda porque no ha llegado

todavía a su madurez completa; en el extranjero, pueden con más seguridad fijar el

tiempo oportuno para llevarla a cabo, que es poco antes de la llegada de los grandes

fríos, porque hasta entonces la planta crece y su raíz aumenta en azúcar, tal vez suceda

la mismo en otras zonas de la Península, pero los ensayos practicados en la colonia.

Prueban que conviene anticiparla algún tanto; en efecto, analizada la remolacha desde

primeros de Mayo, se ha venido encontrando en dichas mes, y en los sucesivos hasta

Agosto, un aumento progresivo en peso y azúcar, al mismo tiempo que un disminución

relativa en materias extrañas; la planta en el último periodo seguía vegetando

regularmente, aunque no con tanta lozanía como en Junio, perdiendo además alguna de

las hojas más antiguas. Pero tan pronto como se iniciaba el descenso de la temperatura,

y el aumento de la humedad atmosférica, las remolachas comenzaban una vida más

activa, producían nuevas hojas y reverdecían las antiguas, a expensas de las raíces que

les prestaban para ello la materia azucarada; el análisis de las plantas confirma este

hecho; aquellas desde dicho momento pierden el azúcar, aumentando al mismo tiempo

el cociente salino. Este fenómeno importantísimo, que tiene lugar a primeros de

Septiembre, poco más o menos, según las variaciones atmosféricas del año, puede

evitarse algún tanto economizando los riegos a las plantas, aunque no de un modo

absoluto, especialmente si sobrevienen las lluvias.

No debe sorprendernos que la raíz de la remolacha anticipe en nuestro país el

término de su crecimiento, antes al contrario es natural que así suceda; en efecto: es un

hecho conocido de todos los agricultores, que los vegetales recorren más o menos
242
pronto los periodos de la vegetación según el clima en donde se desarrollan; cada

especie, para llegar a su completa madurez, necesita una suma determinada de calor; así

vemos que la remolacha vegetando en buenas condiciones exige en otros países 3.100

grados de calor medio. (a) en nuestra zona recibe este calor mucho entes del invierno,

como lo prueban los datos siguientes:

15 días de Marzo por 15º (temperatura media) 225º

30 días de Abril por 17º “ 510º

31 días de Mayo por 21º “ 651º

30 días de Junio por 25º “ 750º

31 días de Julio por 27º “ 837º

31 días de Agosto por 27º “ 837º

Suma 3.810º

(a) Esta cantidad se determina multiplicando el número de días que la planta necesita para llegar al término

de su desarrollo por la temperatura media de los mismos.

Aun cuando desconocemos los días de Marzo, por suponer que la siembra no se

haya hecho hasta el último tercio de este mes y las plantas aparezcan al exterior en

primero de Abril, todavía reciben entes de Septiembre mucho más calor, que en otros

países exigen para su completo desarrollo.

Pero si la remolacha se encuentra a últimos de Agosto o primeros del siguiente

en las mejores condiciones de fabricación, juzgamos de suma conveniencia anticipar la

recolección comenzando ésta en el último tercio de Julio; si de este modo arrancamos

parte de la cosecha antes de llegar a su completo desarrollo, pues todavía en Agosto

243
aumenta en peso y azúcar, en cambio damos principio a la fabricación en tiempo

oportuno, para concluirla entes que las raíces sean difíciles de elaborar; empezando la

campaña en Septiembre, como en otros países, ofreceríamos los primeros días un

producto aceptable, pero nos veríamos obligados a continuar el trabajo durante el mes

de Noviembre en cuya época no deberían ser muy favorables las condiciones de la

remolacha y obtendríamos un escaso rendimiento en azúcar.

El arranque puede practicarse con el auxilio de un arado de vertedera, dando una

labor junto a las filas de las plantas, de manera que las raíces queden al borde del surco

formado, y puedan ser fácilmente arrancadas a mano, por los muchachos. Cuando las

condiciones del terreno no permitan funcionar el arado, se hace indispensable sustituirle

con la azada. En uno y otro caso, se procurará que las plantas salgan lo menos

lastimadas que sea posible, pues las heridas ocasionan inmediatamente una alteración en

los tejidos, que no favorecen nada a la fabricación; debe también procurarse que el

terreno contenga la humedad suficiente, sin excederse, para que el arado o la azada se

manejen con menos trabajo.

Arrancada la remolacha, se procede a cortarle el cuello, o sea la parte superior de

la raíz de donde nacen las hojas, lo cual llega a representar de un 6 a un 12% del peso de

aquella. Esta práctica seguida generalmente en el extranjero, tiene en la colonia la

mayor importancia; en efecto: ya dijimos en otro lugar, que los cuellos de la raíz eran

abundantes en sales y materia orgánica, y pobre en azúcar, cualidades poco

recomendables para la fabricación; separando esta parte de la remolacha del resto de

ella, reducimos algún tanto el peso del producto que hemos de elaborar, pero mejoramos

muy mucho la calidad del resto, lo cual será más fácil de trabajar en fábrica, y nos

proporcionará un rendimiento superior al que obtendríamos, aprovechando también los

244
cuellos. Un análisis pondrá de manifiesto la bondad de la operación que aconsejamos;

arrancadas diez remolachas, y analizados separadamente los cuellos y raíces dieron el

resultado siguiente:

DE LAS RAÍCES DE LOS CUELLOS

Peso medio……………………….487 gramos…………………..34 gramos

Longitud………………………… 30 centímetros………………. “

Diámetro………………………… 7 “ ……………... “

Densidad ………………………... 1.068 ……………………….. 1.062

Azúcar % de jugo ………………. 14,70 ………………………. 10,50

Cociente de pureza ……………… 0,89 ……………………… 0,70

Los análisis que acabamos de presentar, prueban la marcada diferencia que hay

entre la calidad del jugo de la raíz sin el cuello, y la de este último; la primera, no solo

contiene 4,20 % más de azúcar, sino que al mismo tiempo presenta una proporción

mucho menor de materia orgánica y sales, como lo demuestran los cocientes

respectivos; si se hubiesen aprovechado dichos cuellos en fábrica, es probable que en

lugar de obtener mayor cantidad de azúcar, hubiéramos extraído menos y aumentado las

dificultades de la fabricación de jugo restante. Debemos, pues, aconsejar dicha práctica.

El trabajo de cortar los cuellos es sumamente sencillo, y puede confiarse sin

inconveniente a las mujeres y niños, si bien debe vigilarse que el corte se de por el

nacimiento de las primeras hojas de la raíz, en dirección perpendicular a su eje, pues si

se hace algún tanto oblicuo, como muchos acostumbran, no se separa toda la parte

inútil. Esta operación puede ejecutarse en el mismo campo o en la fábrica; llevándose a


245
cabo en la última, las raíces se conservan algún tanto mejor, pero esta ventaja no

recompensa el coste más subido que exige; cortando los cuellos sobre el terreno, las

mismas mujeres que practican la operación, se encargan de recoger la remolacha y

amontonarla, y el transporte siempre es algo más económico por el menor peso que

tienen.

Una vez arrancadas las raíces, debe procurarse que permanezcan en el campo el

menor tiempo posible; la elevada temperatura, y el estado higrométrico de los meses de

Julio y Agosto especialmente, da lugar a una rápida evaporación del agua contenida en

las raíces, que no puede favorecer a su calidad, y perjudica a ciertas manipulaciones que

debe experimentar más tarde, como en su lugar diremos. Si por cualquier causa no

pudieran ser trasladadas inmediatamente a la fábrica, es recomendable dejarlas

amontonadas y cubiertas con sus mismas hojas, a fin de evitar en lo posible la

evaporación. El transporte puede efectuarse en carros, carretas, etc.

Tan pronto como la remolacha llega a la fábrica es conveniente elaborarla;

nuestro clima cálido y seco, no permite su conservación por mucho tiempo; al menos

nosotros no hemos podido conseguirlo; el ensilado de las raíces, el amontonamiento de

las mismas, cubiertas de paja y tierra, provistas de sus correspondientes conductos para

la circulación del aire, como igualmente el guardarlas debajo de techado en sitio fresco,

todo ha sido inútil, en cuantos ensayos se han hecho, las raíces, al poco tiempo del

arranque entraron en fermentación, y más tarde se perdieron por completo.

El sistema inventado por Schutzenbach de cortarlas en pequeñas rodajas y

secarlas para ser conservadas de este modo, tampoco obtuvo mayor éxito. Únicamente

nos ha sido posible conservarlas en buen estado, colocándolas en capas alternas de

raíces y arena, de manera que no se tocaran unas con otras, pero tal medio lo
246
conceptuamos poco económico, para que pueda practicarse en gran escala. Este

inconveniente no es, sin embargo, tan grande como a primera vista pudiera parecer,

puesto que la conservación de la raíz podemos hacerla en el mismo campo, arrancándola

a medida que se consuma en fábrica.

Tanto el cuello como la hoja de la remolacha, pueden aprovecharse para

alimento de los ganados vacuno y de cerda, los cuales la comen perfectamente, bien sea

en el mismo campo o en los establos y porquerizas; la tierra que queda adherida a los

cuellos, no debe favorecer mucho a los animales que se alimentan con ellos, por lo que

sería conveniente su limpieza con alguna máquina; sin embargo, en el presente año los

han consumido los cerdos como salían del campo, sin que al parecer les haya

ocasionado daño alguno.

247
ANEXO Nº 2.- INSTALACIONES INDUSTRIALES EN LA FÁBRICA.

TOMADO DEL MEMORIAL ELEVADO POR EL CONDE DE TORRES


CABRERA A S.M. EL REY ALFONSO XII.

248
ANEXO Nº 2.- INSTALACIONES INDUSTRIALES EN LA FÁBRICA.

En estas instalaciones se llegaron a procesar 20.000 kilogramos diarios de remolacha,

obteniéndose en las 24 horas 1.100 kilogramos de azúcar de primera clase, tan puro

como el que se produce es las mejores fábricas del extranjero, resultado bastante

satisfactorio, atendidas las dificultades que siempre se presentan en toda industria

nueva, donde escasea el personal práctico para las variadas manipulaciones que hay que

ejecutar, y se tropieza con otros mil inconvenientes, sobre todo tratándose de una

fabricación tan complicada como la de azúcar de remolacha, llevada a cabo con el

material absolutamente indispensable para darse cuenta de la bondad del negocio.

Esta industria, por efecto de nuestro clima cálido, es más delicada en nuestro

país que en otras partes; examinemos alguna de las causas que a ello contribuyen.

Hemos dicho, que la remolacha comienza a recogerse en pleno verano, bajo la

influencia es un clima tropical, las raíces experimentan entonces, una evaporación tan

rápida, que solamente en veinte y cuatro horas han perdido el 10% y más de su peso,

dejándolas en el laboratorio, y por consiguiente a la sombra, con un calor de 27º;

calcúlese por este dato, la pérdida que sufrirán en el campo, expuestas al sol y a una

temperatura, cuya máxima sube a 46º, resulta aquí, que el menor descuido, pierden una

gran parte de su humedad, llegando lacias al Lavador y después al Rallo, cuyos dientes

no pueden dislacerarlas con la perfección necesaria, quedando con la pulpa pequeños

trozos de raíz, de los cuales no es posible extraer el jugo. Cuando en lugar del Rallo se

emplea el Corta-raíces, el efecto producido es también pernicioso. Si por cualquier

causa la remolacha no se elabora al poco tiempo de arrancarla, bastan solo contados días

para que entre en fermentación, merced a la cual, una parte del azúcar cristalizable se

invierte o transforma en glucosa, desarrollándose además algunos ácidos orgánicos

249
como el héctico, que tanto perjudican a la fabricación. Por ello debemos recomendar en

extremo, que se conserve arrancada la remolacha, antes de elaborarse, el menor tiempo

posible, y si por desgracia fermenta, es más conveniente destinarla al consumo de los

ganados, que utilizarla en fábrica; cuando la alteración no ha sido muy grande, puede,

sin embargo, emplearse separando previamente las más dañadas, y cortando a las

restantes la parte atacada.

El lavado de las raíces requiere el mayor esmero, por más que como llegan secas

a la fábrica, al entrar en el Lavador se deslíe fácilmente la tierra que las acompaña

quedando del todo limpias. El rallado de la remolacha exige el mismo cuidado aquí que

en todas partes, si bien conviene darle más agua, en atención a su riqueza en azúcar y la

evaporación notable que experimenta, durante el tiempo que permanece arrancada, antes

de su elaboración. La masa rallada interesa que sea inmediatamente conducida a las

prensas por las bombas para extraer su jugo; pocas horas bastan para que entre en

fermentación y sea luego difícil de trabajar; así mismo se altera la pulpa que llena el

Malaxador, Tamiz y demás aparatos, sino hay en ellos la mayor limpieza.

La extracción del jugo por medio de las prensas, presenta el inconveniente de

dejar gran cantidad de azúcar en la pulpa: de los análisis que habían tenido ocasión de

hacer el presente año, resulta que dicha sustancia después de prensada dos veces,

contenía 4% de azúcar cristalizable y 0,25 de glucosa; habiéndose obtenido la pulpa en

la proporción de 35% de raíces, la pérdida en azúcar ha sido para dicha cantidad, de

0,35 x 4,25 – 1,49; suponiendo a las remolachas una riqueza sacarina de 12,50%, hemos

dejado de aprovechar para la fabricación (1,49 x 100)/12,50 = 11,92, o sea cerca del

12% del azúcar contenida en las raíces. Además el jugo extraído por medio de las

prensas presenta el defecto de ir acompañado de parte de la pulpa, que no retiene por

250
completo el Tamiz, y al encontrarse con la cal, en las calderas de carbonatación, a una

elevada temperatura, da origen a varios ácidos que impurifican el líquido.

Todos estos inconvenientes los salva el sistema de difusión, como es sabido, y se

ha tenido ocasión de practicar, presentando entre otras ventajas, la de economizar la

mano de obra y extraer de las raíces casi toda el azúcar que contienen, siendo el jugo

más puro y fácil de trabajar; estas mejoras compensan con exceso el defecto de las

pulpas que se producen, las cuales son más acuosas que las obtenidas por otros medios.

La carbonatación de dicho líquido, ha tenido lugar en regulares condiciones; en

la primera, se ha llevado a cabo hasta dejar en el jugo poco más de una milésima de

alcalinidad, determinada por una disolución normal de ácido sulfúrico; en la segunda

carbonatación se neutraliza más el jugo, quedando solo de 0,0003 a 0,0005 de cal. Los

depósitos y espumas, procedentes de las calderas de carbonatación, pasaban al filtro-

prensa, de donde se obtenía la mayor cantidad posible de jugo, aunque sin lavarla al

final de la operación, por no disolver con el azúcar una gran parte de las sales y materia

orgánica; como la proporción de espumas obtenida, puede calcularse en un 9,50% de la

remolacha trabajada, y contenía el 4,20% de azúcar, la pérdida de esta sustancia por 100

de remolacha, ha sido por este concepto de (9,50 x 4,20)/100 = 0,399.

La filtración de los jugos y jarabes se ha verificado como de ordinario se

acostumbra, tratando los segundos por el negro recientemente revivificado, exceptuando

una pequeña parte del mismo que era nuevo. La evaporación en el Triple-efecto,

también se ha llevado a cabo como en otras partes retirándose los jarabes a una densidad

de 20º a 30º Beaumé; en este aparato, se aprovechaba el vapor empleado ya en las

diferentes máquinas motoras.

251
El trabajo de la Tacha, o sea el cocido del jarabe, ha dejado algo que desear; los

dos serpentines de la caldera, de poco desarrollo y superficie, son insuficientes para el

objeto a que están destinados; este defecto unido a la falta de práctica del personal para

llevar a cabo los trabajos que exige el jugo, han dado algunas veces por resultado, una

masa cocida menos espesa y rica en azúcar de los que debía esperarse; por esta razón, el

rendimiento de dicha materia sacarina, sin que pueda tenerse por mala, no ha llegado a

ser tan elevada, como debía prometerse de la buena calidad de la remolacha trabajada;

no obstante algunos cuajos obtenidos podían pasar por buenos, pues contenían en 100

partes: azúcar 80,50, materias extrañas 13,10 y agua 6,40, dando un rendimiento de 56%

de azúcar de primera, cuya riqueza sacarina era de 99% y siendo de clase tan superior

como la fabricada en el extranjero. A esta causa debemos atribuir la aceptación que ha

tenido en el mercado, donde se paga al mismo precio que el mejor de caña,

prefiriéndolo algunos compradores a este, para ciertas aplicaciones. Es probable, sin

embargo, que otro año convenga refinarle, siguiendo un procedimiento sencillo y

especial que se está ensayando, con el que se han obtenido muestras excelentes.

Por efecto de la calidad de los cuajos y del tratamiento que se les ha dado en la

turbina, la cantidad de jarabe de segunda ha sido abundante, concentrado de nuevo a la

prueba del hilo, resultó en la proporción del 50% del cocido de primera, conteniendo el

57% de azúcar; todavía no se ha turbinado, pero su composición permite esperar un

buen rendimiento en azúcar de segunda. Nada de cierto puede decirse, respecto a la

cantidad de azúcar de tercera que se obtendrá, ni de la melaza que produciremos. Esta,

juzgamos conveniente que los años sucesivos se trate por los osmógenos, para

aprovechar todo el azúcar posible, destilándose el residuo para extraer el alcohol y

aprovechar lo restante como abono. Respecto a los azúcares de segunda y tercera, se

teme que han de ser difíciles de vender en el mercado, pero podrán refinarse fácilmente
252
en la misma fábrica, sin que para ello se necesite aumentar el gasto con la compra de

nuevo material.

Otro producto de mucho valor que se obtendrá, es la pulpa; la mayor parte de la

extraída este año, presenta la siguiente composición:

Azúcar cristalizable ……………………………………………… 4,00

Azúcar invertido …………………………………………………. 0,25

Materias extrañas ……………………………………………….. 12,25

Agua …………………………………………………………….. 83,50

100,00

Constituyen un buen alimento para los ganados vacuno y de cerda; el primero lo

rehusó en un principio, pero con alguna paciencia se consiguió que la probase,

comiéndola luego con avidez; presenta la ventaja de ser una sustancia fresca, que

mezclada con la paja o heno sienta muy bien, sobre todo en los calurosos días de

verano, en los cuales principalmente, se consumió ese año, a medida que se producía;

sin embargo, al obtenerse en mayor cantidad en los venideros, su conservación sería del

mayor interés; las experiencias que ese año se hicieron, nos manifiestan si en nuestro

clima es posible guardarla, lo mismo que en otros puntos.

Entre los residuos de la fabricación merecen citarse dos más de bastante

importancia: el fango calcáreo o tortas, procedente de los depósitos, y espumas de las

calderas de carbonatación, y el negro animal después que ha servido en fábrica. El

primero de ellos es rico en cal, materia orgánica, fosfatos, sales de potasa y otros

compuestos, que le dan un gran valor, para emplearlo como abono en las tierras; con el

253
devolvemos al suelo una buena parte de las sustancias que la remolacha le sustrajo,

juntamente con la cal que añadimos para la desecación y que mezclamos con las

primeras aumenta su valor.

El negro animal inservible para la fábrica, contiene principios fertilizantes como

el ácido fosfórico y materia orgánica, muy recomendables para el abono de las tierras.

La mayor parte de dichos residuos son arrastrados por las aguas del lavado, las cuales

interesa dedicar al riego en los campos. El mismo empleo debe darse a las aguas que

han servido para el lavado de las remolachas, ricas también en principios fertilizantes, y

a las utilizadas en la condensación del vapor procedente de la evaporación de los jugos

y jarabes, en el triple-efecto y tachas, las cuales contienen algún compuesto amoniacal;

debe procurarse que las últimas entren en las tierras a la temperatura ordinaria,

mezclándolas con agua fresca, pues sin tal requisito, ocasionarían un perjuicio a los

vegetales.

Con el aprovechamiento de todos estos residuos, devolveremos al suelo la gran

mayoría de los alimentos nutritivos que la remolacha se llevó, consiguiendo de tal

modo, que una planta de las más esquilmantes, lejos de empobrecer el terreno lo mejore;

en efecto, los elementos que le sustrae, se encuentran en las hojas, cuellos y raíces: de

estos productos, los dos primeros dijimos que se devolvían al suelo directamente o bajo

la forma de abono, producido por los animales que los consumiesen; la pulpa también es

aprovechada por los mismos, y vuelve al terreno convertida en estiércol, acompañado de

los debidos a otras sustancias consumidas por aquello, en sustitución de los elementos

que sus órganos asimilan: del jugo retiramos las materias que le impurifican y que

reciben las tierras con las espumas el negro; el agua y los residuos de la destilación de

alcohol, sustrayendo únicamente de los campos este último producto y el azúcar; ambas

254
materias, cuando son puras, solo se componen de elementos abundantes en la atmósfera

y la tierra, como procedentes que son principalmente del agua y el aire. Además debe

tenerse en cuenta, que parte de los principios minerales que devolvemos al suelo con los

residuos de la fabricación, se encuentran en la tierra a gran profundidad, de donde

fueron absorbidos por las raíces de las remolachas, mejorando así la fertilidad de las

capas superficiales, con elementos nutritivos del suelo inerte y subsuelo, que la mayoría

de las plantas cultivadas no podían aprovechar.

2.1.- PRIMERAS MATERIAS EMPLEADAS EN LA FABRICACION

La cal para la defecación y el ácido carbónico para la carbonatación, se han

fabricado tomando como primeras materias el cok lavado inglés y la piedra procedente

de la colonia. El cok de la fábrica de gas de Córdoba y de las minas de Belmez, aunque

mucho más económico que el inglés, era menos puro; por ello hemos preferido

comprarlo del extranjero, que resultó tener 10,28% de cenizas y una cantidad

insignificante de ácido sulfúrico.

Las canteras de piedra de la colonia presentan dos clases de piedra: una de color

azul oscuro, compacta, rica en arcilla, álcalis y óxido de hierro, con 84% de carbonato,

contiene 47 de cal y 36,96 de ácido carbónico; otra de color claro, granulosa, siendo su

densidad de 2,20, conteniendo: 3% de humedad, 91,90% de carbonato de cal y el resto

de otras materias, en las que principalmente entra la sílice. Otra tercera muestra se

analizó, más pura que las anteriores, que se encontraba en las márgenes y dentro del rio,

bajo la forma de cantos rodados, algo diseminada pero cerca de la fábrica, resultando

por ello a bajo precio, pues el coste del metro cúbico a pie de horno, no pasaba de diez

255
reales; su proporción en carbonatos era de 96%, conteniendo además sílice y muy pocas

materias solubles. Sin embargo, esta piedra, que al análisis revelaba ser la mejor,

ensayada en el horno no pareció tan buena, haciendo bajar inmediatamente la riqueza

del gas; atribuimos esta contrariedad a la pequeña dimensión de los cantos rodados. Los

cuales mezclados con el cok, dejaban pocos intersticios para el paso del aire y los gases;

mezclada con la franca, cuyo volumen era de 200 a 400 centímetros cúbicos, el horno

funcionó bien y el gas que se obtuvo marcó frecuentemente al análisis 25% de riqueza

en ácido carbónico, lo cual es mucho si se tiene en cuenta que la bomba de aspiración

del mismo, marchaba a simple efecto, teniendo para ello separada la tapa posterior del

cilindro, y entraba algún aire por entre el pistón y el cuerpo de la bomba. Mezclándose

con el gas. Como era de esperar, la cal producida fue excelente, muy blanca y pura,

aprovechándose solo para la defecación de los jugos, la que resultaba de la piedra

rodada, por ser la mejor.

El negro animal se ha producido en la fábrica con una notable economía; en

efecto, una partida de dicha materia comprada al principio, costó puesta en la colonia a

39 pesetas los 100 kilogramos, mientras que adquiridos los huesos en la misma y

calcinados en un horno construido al efecto, resultó a 13 pesetas los 100 kilogramos; sin

embargo, debemos hacer presente que la compra de la primera materia es algo enojosa,

y no siempre habría proporción de adquirirla a tan bajo precio como en ese año. El

negro se ha utilizado en Francia siguiendo la costumbre general, procurando llenar el

fondo de los filtros con el nuevo, y la parte restante con el revivificado; primeramente se

empleaban en filtrar el jarabe, sirviendo luego para la primera filtración del jugo,

después de lo cual, se lavaba y vaciaba para revivificarlo. El negro nuevo contenía un

9% de carbonato de cal, pero al servir varias veces en fábrica, la dosis de dicha

sustancia aumentaba, a pesar de los lavados; con el objeto de separar dicho exceso, se
256
trataba por el ácido clorhídrico en la proporción que el análisis y el cálculo indicaban,

para no quitarle mayor cantidad de carbonato, de la necesaria. Es de gran interés vigilar

este trabajo de la fabricación, del cual pende, en gran manera, la pureza de los jugos y

jarabes, y aun convendrá el aumento de los filtros con que hoy se cuenta.

El carbón de piedra consumido en la producción del vapor y más necesidades de

la fábrica, procede de las minas de Belmez, que como queda dicho en otro lugar, se

encuentra a corta distancia de la colonia; aunque no es de primera calidad, el precio

económico a que resulta, según cálculos expuestos anteriormente, le recomienda; debe,

sin embargo, suplirse la calidad, con el empleo de mayor cantidad, procurando para ello

que haya un sobrante de superficie de evaporación en las calderas, y mayor hogar.

2.2.- PERSONAL DE LA FÁBRICA

El personal empleado en la fabricación, procedía en su mayor parte de la colonia

y de Córdoba. La dificultad de traer del extranjero obreros conocedores de las diferentes

manipulaciones que tienen lugar en la fábrica, especialmente tratándose de una

fabricación pequeña, por elevado precio del jornal que exigen y los costosos gastos de

viaje que era preciso satisfacerles, obligaron forzosamente a aprovechar los obreros del

país, trayendo solo de Francia un contramaestre práctico y entendido, que al mismo

tiempo enseñara a los operarios el trabajo que a cada uno se le confiaba, y estuviera al

cuidado y vigilancia de los mismos.

Como algunas manipulaciones de esta nueva industria española, son parecidas a

las de las fábricas de azúcar de caña, se encargaron a obreros españoles que ya las

conocían y desempeñaron bien su cometido.

257
El trabajo delicado de las calderas de vapor, se encomendó a buenos fogoneros

de Córdoba, vigilados de cerca por un mecánico inteligente, siendo todos una garantía,

tanto para la seguridad de la fábrica, como para la conservación del material y

producción de vapor.

En los restantes aparatos se emplearon los colonos, eligiéndolos para cada

trabajo, según su capacidad; como era de suponer, han adolecido de falta de práctica

para desempeñar su cometido; sin embargo, en honor de la verdad debemos consignar,

que todos ellos han cumplido en el trabajo que se les confió y algunos rayaron a tanta

altura, que a pesar de habérseles encomendado los trabajos más delicados, llegaron a

desempeñarlos los últimos días de la campaña, con la misma perfección que pudiera

habérsele exigido al obrero más inteligente; acostumbrados hasta ahora a manejar el

arado o la azada, han bastado breves días para imponerles en el nuevo oficio que se les

confió.

En los sucesivo, los jóvenes colonos podrán desempeñar la mayoría de los

trabajos de la fábrica, con ventaja a los obreros de otros países, por el modesto jornal

con que se contentan, por la economía que representa el pago de los costosos viajes que

habría que abonar a los forasteros, y por el deseo que les anima de cumplir con su

obligación, por estar interesados en el éxito del negocio, cultivando, como hemos dicho,

parte de las remolachas, por cuenta propia. Además trabajan también por

agradecimiento, correspondiendo a los grandes beneficios que reciben de la colonia.

2.3.- AMPLIACIÓN DE LA FÁBRICA.

Con el material existente hoy en la colonia, solo se pueden trabajar diariamente

de 20 a 25.000 kilogramos de remolacha, que en 90 días de fabricación formarán un

258
total de 2.250.000 kilogramos. Ahora bien, para el año siguiente, se propuso cultivar por

nuestra cuenta 100 hectáreas de tierra de remolacha; los colonos han de producirla en

otras 50, total 150, que a una cosecha de 30.000 kilogramos por hectárea, compondrán

4.500.000 kilogramos, o sea el doble de lo que la fábrica puede elaborar; precisa, pues,

su reforma, añadiendo al material disponible a la fecha, los aparatos y máquinas

necesarias para poder trabajar 50.000 kilogramos de remolacha cada 24 horas.

Esta mejora será menos costosa, porque al hacer la compra o instalación de la

maquinaria empleada en la compaña última, presidió la idea de darle también

ampliación en el caso de ensanchar la fábrica. El triple efecto, el aparto más costoso de

todos ellos, es bastante grande para la nueva fabricación que proponemos: el tacho se

destinará al cocido de los jarabes de segunda; las diferentes máquinas de vapor

continuarán prestando su servicio, como igualmente los generadores de vapor, los

molinillos de dividir la masa cocida y moler el azúcar; las bombas para el agua, gas,

aire, y jugos, las calderas de carbonatación, filtros de negro, filtro-prensa, lavadores de

negro y de raíces, horno de cal y de negro, depósitos de melaza, jarabes, jugos, agua,

tuberías, transmisiones etc., como así mismo todos los edificios de la fábrica.

El material que interesa aumentar, se compone de elevador de remolachas,

corta-rices, batería de difusión, bombas, prensas para la pulpa, calderas de

carbonatación, decantadores, filtros de negro, filtros-prensas, monta-jugos, tacha para

cocer el jarabe de primera, dos generadores de vapor, depósito de melaza y de jugo,

tuberías y otros, ensanchando el almacén de azúcar y el departamento de los depósitos

de melaza, y reformando algunos otros para la conveniente instalación del nuevo

material.

259
Con esta mejora, la fábrica podría elaborar diariamente la cantidad de raíces

necesaria, para que la compaña no se prolongue demasiado y la remolacha de un buen

rendimiento.

2.4.- GASTOS Y PRODUCTOS DE FABRICACIÓN.

Los gastos y productos de la campaña del primer año, no pueden servir de

ejemplo para calcular el de los años siguientes. En primer lugar, todavía no se habían

turbinado los azúcares de segunda y tercera, ignorándose por consiguiente la cantidad

de estos productos y las melazas que resultarían. Además, habiendo sido el principal

objeto, en la campaña primera, al asegurarnos de la bondad del negocio, con el menor

gasto posible, se compró el material indispensable para fabricar una pequeña cantidad

de azúcar, aunque el gasto de producción fuera algo mayor. La falta de práctica del

personal, también había ocasionado algún gasto más del que tendrían en los años

venideros. Por estas razones la cuenta de fabricación de ese año, solo les serviría como

base para el cálculo de los gastos y productos que vamos a presentar.

Los gastos de fabricación podemos descomponerlos en las siguientes partidas:

1º. Valor de la remolacha.

2º. Carbón.

3º. Cok.

4º. Piedra.

5º. Negro animal.

6º. Ácido clorhídrico.

260
7º. Aceite.

8º. Sacos nuevos.

9º. Sacos usados.

10º. Telas para filtros.

11º. Otras materias.

12º. Utensilios de fabricación.

13º. Personal.

14º. Administración.

15º. Mobiliario del personal.

16º. Intereses del coste de la fábrica.

17º. Intereses del capital de explotación

Los productos se componen de:

1º. Azúcar de 1ª

2º. Azúcar de 2ª y 3ª

3º. Melaza.

4º. Pulpa.

5º. Residuos de la carbonatación.

Examinemos separadamente cada una de estas partidas.

261
GASTOS

1º. Valor de la remolacha. En las cuentas, haremos figurar esta primera materia

con su coste de producción, que según dijimos ascendía a pesetas 18,83 los 1.000

kilogramos, este precio convendría subirlo algún tanto, al efectuar el pago de sus raíces

a los colonos, los cuales, por otra parte, economizan en el cultivo de dicha planta los

gastos de administración, dirección y otros, e invierten menor número de jornales al

trabajar las tierras por cuenta propia, realizando de este modo una economía nada

despreciable. Los 4.500.000 kilogramos de remolacha obtenidos en las 150 hectáreas a

18,13 pesetas los 1.000 kilogramos, importan ………………………………….. 81.585

2º. Carbón. El consumo de este combustible lo graduamos en 150 kilogramos

por cada 1.000 de raíces trabajadas, o sea 675.000 kilogramos, que a 33,58 pesetas los

1.000 kilogramos importan ………………………………………………….. 22.666,50

3º. Cok. El gasto diario de esta materia, lo calculamos en 600 kilogramos, un en

90 días ascenderá a 54.000; su precio de coste es el siguiente para 10.000 kilogramos:

Coste del mismo en Sevilla, cargado sobre vagón, pts …….……………779

Portes hasta la estación de Alcolea …………………………………….. 201,35

Porte hasta la fábrica …………………………………………………… 12,50

Coste de 10.000 kilogramos de cok ………………….. 992,85

Los 54.000 kilogramos importan ……………………. 5.361,39

4º. Piedra. Para la producción de la cal y del ácido carbónico, se consumirán

diariamente 3,50 metros cúbicos, o sea en noventa días 315 metros, que a 3 pesetas uno

son ………………………………………………………………………………. 945


262
5º y 6º. Negro animal y ácido clorhídrico. El gasto diario del negro animal lo

graduamos en 1.800 kilogramos diarios, el cual en la revivificación pierde un 5% de su

peso, que debería añadirse de negro recientemente fabricado; necesitaríamos, pues cada

24 horas (1.800 x 5) / 100 = 90 kilogramos, y en 90 días 8.100 kilogramos; calculamos

su coste en 20 pesetas los 1.000 kilogramos, importarán pesetas ………………… 1.620

El coste de revivificación del negro se compone: del gasto del combustible, que

se cargó en su partida correspondiente; del de jornales, que se incluirá en la cuenta del

personal, y de ácido clorhídrico. El consumo de esta materia, incluyendo la necesaria

para la limpieza de la tacha y triple-efecto, lo suponemos en 3.000 kilogramos, que al

precio de 28,25 pesetas los 100 kilogramos, importan ………………………….. 847,50

7º. Aceite. Para disminuir las espumas en las calderas de carbonatación, nos

servimos del aceite de oliva, tanto porque se produce en la colonia a bajo precio, cuanto

porque la grasa se enrancia pronto con la elevada temperatura del verano.

Aprovechamos también dicha materia para el alumbrado y engrase de las máquinas. El

consumo diario será 1,61 arrobas, o de 145 arrobas en 90 días, que a 10 pesetas una

importan …………………………………………………………………………… 1.450

8º. Sacos nuevos. El envase de los azúcares se efectúa en sacos, invirtiendo

diariamente de 70 a 80, o sean 7.000 para toda la campaña, que a 83,75 pesetas los 100,

importan pesetas ………………………………………………………………. 5.862,50

9º. Sacos usados. Para el trabajo del negro se necesitarán sacos usados en

número de 200, más otros 300 empleados en la formación de toldos que resguarden la

remolacha de la acción del sol, gastándose también algunos en trapos para limpieza de

máquinas, lámparas, etc., total 500 sacos a 37,50 pesetas el 100 importan …… 187,50

263
10º. Telas para filtros. El gasto en telas para los filtros-prensas consumido en la

fábrica y su reparación, lo calculamos en ……………………………………… 600

11º. Otras materias. Algodones para la limpieza de las máquinas, filástica,

minio, aceite de linaza, desincrustante para las calderas de vapor y otros, su coste será

de ……………………………………………………………………………….. 500

12º. Utensilios de fabricación. Hay algunos gastos de material, no incluidos en

las partidas anteriores, que no por ser pequeños debemos despreciar; componiéndose

estos, de carrillos para el transporte de carbón negro animal, etc., espuertas para cargar

la remolacha y otras materias, palas, lámparas, alcuzas, etc., por los cuales cargamos en

cuenta, pesetas ……………………………………………………………………. 500

13º. Personal. Para determinar exactamente se coste veamos el número de

obreros necesarios a cada máquina y aparato de la fábrica, y el jornal que ganan.

264
JORNAL
POR IMPORTE
Nº OBRERO TOTAL
DE OCUPACIÓN U OFICIO PESETAS PESETAS
OBREROS CÉNTIMOS CÉNTIMOS

3 DESCARGA DE LA REMOLACHA 1.75 5.25

3 DESCARGA DE LA REMOLACHA 1.75 5.25

3 DESCARGA DE LA REMOLACHA 1.75 5.25

6 ALIMENTACIÓN DEL ELEVADOR DE LA REMOLACHA 1.75 10.50

2 LAVADO DE LA REMOLACHA 2 4

2 CORTADORES DE RAÍCES DE LA REMOLACHA 2 4

2 OFICIALES PARA LA BATERÍA DE DIFUSIÓN 2.50 5

2 AYUDANTES PARA LA BATERÍA DE DIFUSIÓN 2 4

2 PRENSADORES DE PULPA 2 4

4 CARGADORES DE PULPA 1.75 7

2 OFICIALES CARBONATADORES 2.50 5

2 AYUDANTES CARBONATADORES 2 4

2 AYUDANTES PARA EL MONTA-JUGOS Y ESPUMAS 1.75 3.50

2 OFICIALES PARA EL APAGADO DE CAL Y LOS FILTROS PRENSAS 2 4

4 AYUDANTES PARA APAGADO DE CAL 1.75 7

2 EN LOS FILTROS DE NEGRO 2 4

2 EVAPORADORES 2.50 5

1 COCEDOR 17.50 17.50

1 AYUDANTE COCEDOR 10 10

265
4 FOGONEROS 4 16

4 AYUDANTES FOGONEROS 2 8

4 MAQUINISTA 2.50 10

2 DESCARGADORES DE CARBÓN Y COK 1.75 3.50

6 CALEROS 2 12

5 CALCINADORES DE HUESOS Y DEL NEGRO ANIMMAL 2 10

1 OFICIALES PARA LAS TURBINAS 2 2

3 AYUDANTES PARA LAS TURBINAS 1.75 5.25

2 GUARDA ALMACÉN DE AZÚCAR 2 4

1 AYUDANTE PARA GUARDA ALMACÉN DE AZÚCAR 1.75 1.75

1 LAMPISTERO 1.75 1.75

1 PARA LA LIMPIEZA 1.67 1.67

1 PORTERO 1.50 1.50

1 ENCARGADO DE LA ESTUFA 1.75 1.75

1 ABASTECEDOR DE AGUA 1.75 1.75

1 PESADOR DE RAÍCES Y OTROS PRODUCTOS 2.50 2.50

1 AJUSTADOR MECÁNICO 10 10

2 VIGILANTES 5 10

266
TOTAL GASTO DIARIO DE JORNALES EN FÁBRICA................................................. 207.17
Idem para los 90 días de fabricación …………………………………. 18.645,30

A este gasto hay que añadirle el correspondiente al personal ocupado, después de

la compaña, en turbinar las segundas y terceras, que calculamos en ………… 1.000

Mas el sueldo anual del contramaestre ……………………………….. 7.200

Total gastos de jornales ………………… 26.845,30

14º. Gastos de administración. Para el personal de oficina durante cuatro meses,

asignaremos un gasto de ………………………………………………………. 2.500

15º. Mobiliario del personal. El que se necesita para las habitaciones y oficina

de los empleados, exige algún gasto de reparación, que juntamente con el interés,

calculamos en pesetas………………………………………………………….. 500

Aguas. Nada cargamos en las cuentas por el servicio de la aguas necesarias para

la fábrica, las cuales tomamos del canal de riegos y devolvemos casi en su totalidad,

acompañadas de varias materias fertilizantes de más valor que la pequeña cantidad de

agua que se pierde en la evaporación.

16º. Intereses del coste de la fábrica. Bajo este nombre comprendemos: el

interés propiamente dicho, el seguro, riesgos, conservación y amortización del valor de

la fábrica.

El coste del material y edificios hoy existente puede calcularse en……. 100.000

267
El importe de los aparatos y máquinas que necesitamos añadir para la reforma

propuesta, incluyendo gastos de transporte, carga, descarga, derechos de Aduana,

instalación y aumento de edificios, ascenderá a ………………………………. 100.000

Total coste de la fábrica ……………………. 200.000

Por el interés propiamente dicho del citado coste, cargaremos en las cuentas el

6% anual o sean pesetas ………………………………………………………. 12.000

Por el seguro, riesgo y conservación del mismo, asignaremos el 6%, suma que

nos es nada considerable, en atención a las muchas reparaciones y frecuentes reformas

que exige el material de las fábricas de azúcar, dicho gasto asciende a ………. 12.000

La amortización del coste de la fábrica conviene que sea breve, pues si bien es

verdad que el material bien conservado, y empleándose solo una corta temporada,

podría durar mucho tiempo, debe tenerse en cuenta que los rápidos progresos de la

industria azucarera obligan a modificar radicalmente, y aun a sustituir muchos aparatos,

antes que el uso los haya inutilizado; por ello fijamos una anualidad de 6 %, que

equivale, a ………………………………………………………………………. 12.000

Suma los intereses del coste de la fábrica ……………………………….36.000

17º. Intereses del capital de explotación. La compra de las primeras materias

para el trabajo de la fabricación, como el carbón, los huesos, el cok, etc., exige algún

capital, e igualmente hace falta para el pago de los jornaleros y otros gastos, al cual

debemos fijar cierto interés. La remolacha comprada a los colonos se pagará poco

después de elaborada, sino en todo, en parte al menos, como acostumbran en otros

puntos, necesitándose por ello hacer algún desembolso, y respecto a la producida por

cuenta propia también debe asignársele alguna cantidad. Por otro lado, podemos vender
268
el azúcar a medida que se vaya produciendo, y con su importe atender a una gran parte

de los gastos.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, fijaremos el capital de explotación en

50.000 pesetas, que al 6% anual importa por medio año pesetas ………………… 1.500

PRODUCTOS

1ª y 2ª. Azúcar. Al ocuparnos del cultivo de la remolacha dejamos sentado que

convenía producir raíces de la mejor calidad, y que estas llegaban a obtener una riqueza

sacarina de más de 12%. La cosecha del primer año, había confirmado los ensayos

anteriores; sin embargo, para calcular los productos, suponemos solamente la riqueza de

las raíces en 11,50%.

Con remolacha de tal calidad, elaborada con los aparatos y máquinas más

perfectas, de las cuales nos proponemos disponer en años siguientes se obtendrá muy

bien por 100 kilogramos de raíces el azúcar siguiente:

De primera clase ………………………………………………………. 5,00

De segunda y tercera clase ……………………...…………………….. 1,50

Total ………….. 6,50

Debiendo trabajarse en toda la campaña 4.500.000 kilogramos de remolacha, el

azúcar total obtenido, será:

De primera, kilogramos…………….………………………………. 225.000

De segunda y tercera ……………………………………………….. 67.500

Total azúcar ………………………. 292.500

269
El azúcar de primera fabricado el primer año, se vende a 15 pesetas la arroba, o

sea más de 130 pesetas los 100 kilogramos; pero como no podrá sostener siempre tan

elevado precio, lo reduciremos a 110 pesetas los 100 kilogramos, valor más bajo que el

cotizado en el mercado en los últimos 15 años. Los azúcares de 2ª y 3ª no tendrán fácil

salida; por ello les asignaremos el precio de 85 pesetas los 100 kilogramos, que la

fábrica podrá pagar muy bien para refinarle. El valor de los azúcares, será:

225.000kilogramos de 1ª a 110 pesetas los 100 kilogramos ……… 247.500 pts

67.500 kilogramos de 2ª y 3ª a 85 pts los 100 kilogramos ………… 57.375 pts

Importan los azúcares …………. 304.875 pts

3º. Melazas. El producto de esta sustancia, que obtendremos en fabricación, lo

fijamos como mínimo en el 3% de la remolacha trabajada, ascendiendo el total a

135.000 kilogramos. En lugar de venderla en el mercado, convendrá destinarla en la

colonia a la fabricación de alcohol, montando un pequeño alambique; el precio a que la

destilería puede pagar la melaza, será subido atendiendo al elevado valor de los

alcoholes; par nuestras cuentas, lo supondremos solo en 10 pesetas los 100 kilogramos,

importando lo 135.000, pesetas …………………………………………….. 13.500

4º. Pulpa. Su producción la calculamos en el 40% del peso de la remolacha, o

sea en 1.800.000 kilogramos. Su precio en el momento de darla el ganado, se fijó en 10

pesetas los 1.000 kilogramos, pero en atención a los gastos de ensilado que ocasiona y

la pérdida de peso que experimenta, por efecto de la evaporación, lo reducimos a 8

pesetas, importando toda ella ………………………………………………… 14.400

5º. Residuos de la carbonatación. El fango calcáreo procedente de la

carbonatación de los jugos, se obtendrá en la cantidad de 8% de la remolacha trabajada,


270
formando un total de 360.000 kilogramos. Destinada al abono de las tierras, le

asignamos un precio de 10 pesetas los 1.000 kilogramos, ascendiendo su valor total a

pesetas ………………………………………………………………………….. 3.600

Presupuesto de gastos y productos de fabricación del azúcar de 4.500.000

kilogramos de remolacha.

GASTOS

1º. Valor de la remolacha 4.500.000 kilogramos a 18,13 pts los 1.000

kilogramos …………………………………………………………………… 81.585 pts

2º. Carbón 675.000 kilogramos a 33.58 los 1.000 kg ………………... 22.666,50

3º. Cok 54.000kg a 99 pts 285 milésimas los 1.000 kg ………………. 5.361,39

4º. Piedra 315 metros cúbicos a 3 pesetas uno ……………………….. 945,00

5º. Negro animal 8.100 kg a 20 pts los 100 kg …………………………1.620,00

6º. Ácido clorhídrico 3.000 kg a 28,25 pts los 100 kg …………………. 847,50

7º. Aceite 145 arrobas a 10 pts una ……………………………………. 1.450,00

8º. Sacos nuevos 7.000 a 83,75 pts el ciento ………………………… 5.862,50

9º. Sacos usados 500 a 37,50 pts el ciento …………………………... 187,50

10º. Telas para los filtros, prensas y su reparación …………………… 600,50

11º. Otras materias …………………………………………………….. 500,50

12º. Utensilios de fabricación …………………………………………. 500,50

271
13º. Personal …………………………………………..……………… 26.845,30

14º. Gastos de Administración ………………………………………... 2.500,50

15º. Mobiliario del personal …………………………………………… 500,50

16º. Intereses del coste de la fábrica ………………………………… 36.000,00

17º. Intereses del capital de explotación …………………………….. 1.500,00

Total pesetas ……………...189.470,69

PRODUCTOS

225.000 kg azúcar de 1ª a 110 pts los 100 kg ……………………… 247.500,00

67.500 kg azúcar de 2ª y 3ª a 85 pts os 100 kg …………………….. 57.375,00

135.000 kg de melaza a 10 pts los 100 kg ………………………….. 13.500,00

1.800.000 kg pulpa a 8 pts los 1.000 kg …………………………….. 14.400,00

360.000 kg de residuos de la carbonatación a 10 pts los 1.000 kg ….. 3.600,00

Total importe de los productos …….. 336.375,00

Asciende los gastos a ……………...189.470,69

Beneficio …………………….146.904,31

El beneficio correspondiente a 1.000 kilogramos de remolacha trabajada será a

(146.904,31 / 4.500.000) x 1.000 = 32,64 pesetas

El coste de la fábrica asciende a pesetas ……………………………… 200.000

El capital de explotación de la misma es de …………………………... 50.000


272
El gasto de cultivo de una hectárea de remolacha era de 667,68 pts, para 150

hectáreas será ………………………………………………………………….. 101.652

Sumadas las tres partidas … 351.652

Esta cantidad comparada con el beneficio total obtenido nos da un beneficio de

41,77% .

2.5.- CONSIDERACIONES SOBRE LA INSTALACIÓN.

En honor de la verdad, y para que esto no indujera a error a los agricultores e

industriales que quisieran plantear en España la industria de la fabricación del azúcar de

remolacha, debíamos hacer constar que cuantos cálculos se llevan hechos se refieren a

la Colonia Santa Isabel, donde una parte de los beneficios se debían principalmente a

ciertas circunstancias difíciles de encontrar reunidas en otras fincas.

En efecto, los privilegios de que gozaba la colonia la eximen del pago del

impuesto que grava sobre los azúcares; y siendo en ese momento de 16 pesetas por 100

kilogramos, los 292.500 pagarían pesetas 46.800 en un año de completa fabricación.

La vecindad de los colonos abarataba el jornal y su interés aumentaba el trabajo.

El coste de las aguas de riego resultaba en la colonia a 58,48 pesetas por

hectárea, precio relativamente económico, porque para elevar una gran parte de ellas

utilizaban como fuerza motriz la misma agua del río ayudando al vapor que es más

costoso.

También vimos que se aprovecha el sobrante de aguas de primavera e invierno,

y aun las de otoño, para regar otras tierras a las que cargábamos el coste de las aguas

273
proporcionalmente a las utilidades que se obtenían, gravando así de menos esta

cantidad sobre el cultivo de las remolachas.

Sin estas favorables condiciones no titubearon en afirmar que el costo de las

aguas para el riego ascendía al doble de lo que calculamos o sea 58,48 pesetas más por

hectárea, que en las 150 hectáreas importarían pesetas 8.772.

Es cierto que algunos terrenos como las privilegiadas vegas de Valencia,

Granada y otros pagaban muy poco por las aguas, pero en cambio los subidos arriendos

de las tierras hacían desaparecer esta ventaja.

Otra de las especialísimas de la fábrica de la colonia fue su reducido precio de

coste. Visitando gran número de fábricas de varios departamentos del norte de Francia

durante largo tiempo, se adquirieron a bajo precio una gran parte del material de que los

mismos fabricantes se deshacían: algunos de estos, como el Triple-efecto, se tuvo la

suerte de adquirirlo por la tercera parte de su valor, a pesar de haber servido muy poco,

y de esta manera arriesgando poco capital relativamente, lograron montar una fábrica

suficiente para el primer ensayo en España.

Pero esta ventaja que de todos modos costó bastante paciencia y no pocas

molestias, así como la obtenida en la colonia, aprovechando para la instalación de parte

de este material algunos grandes y sólidos edificios que no tenían aplicación, se

encontrarían difícilmente reunidas en otra parte, y en lugar de invertirse 200.000

pesetas se gastarían el doble en la instalación, según presupuestos de acreditados

fabricantes.

274
Los intereses, los riesgos, la amortización y la conservación de dicho capital

serían también el doble de los calculados por nosotros, gravando por ello las cuentas de

fabricación en un gasto anual de pesetas 36.000.

Tomando en consideración el mayor costo de los riesgos de la fábrica,

tendríamos que en la generalidad de las colonias habrían de contarse con una

disminución de beneficios importantes 44.772 pesetas y que por lo tanto el beneficio de

146.904 pesetas 31centimos que calculo en la Colonia Santa Isabel será de 102.132

pesetas 51 céntimos.

El capital invertido en la fábrica de Santa Isabel y el gasto del cultivo dijimos

que ascendía a pesetas ………………………………………………………… 351.652

En las restantes colonias se aumentará con el costo de la fábrica que hemos

calculado en ……………………………………………………………………. 200.000

Con el aumento del gasto del cultivo que calculo en …………………… 8.772

Total gasto …………………….. 560.421

A cuyo capital según las cuentas que expresadas dejo corresponderá un

beneficio de 18,22%.

Los números anteriores, y el estudio del cultivo de la remolacha y fabricación de

azúcar que acabamos de hacer, demuestran que este producto podía aclimatarse en la

colonia. En efecto, las condiciones climatológicas, como las agrológicas y económicas

de la finca permitían la producción de la primera materia para la fábrica, a un precio

que esta podía pagar con creces, devolviéndoles en cambio un producto de tanto valor y

de tan fácil venta como el azúcar, sustancia alimenticia, precioso condimento

275
inofensivo, favorable a la digestión que conviene fabricar en abundancia, no solo para

librarnos del tributo que se pagaba al extranjero, importándolo a nuestro país en

grandes cantidades, sino también para reducir su precio y ponerlo al alcance del pobre;

La fabricación del azúcar de remolacha, podía dar vida a otras importantes

industrias, como la refinación del mismo, destilación de alcoholes, de cuyo espíritu

también éramos tributarios del extranjero, y la fabricación de sales potásicas y de negro

animal, contribuyendo al fomento de otras, como la producción del ácido clorhídrico,

talleres de construcción de máquinas tanto industriales como agrícolas etc.

2.6.- LA FABRICA DE AZUCAR EN LA COLONIA AGRICOLA SANTA

ISABEL.

Fotografía exterior de la fábrica

276
Para formar un juicio exacto sobre la fabricación del azúcar de remolacha en la

colonia, calculando can exactitud sus ventajas e inconvenientes; y exponiendo con fijeza

la marcha que había que seguir para la construcción de la fábrica, era un trabajo casi

imposible de llevar a cabo con éxito, con los datos adquiridos hasta entonces.

La primera dificultad que se presentaba era el conocimiento exacto de la

producción de la remolacha, en condiciones normales y en los próximos años, podían

asegurar que era un problema de más difícil resolución que en el extranjero.

En efecto; sin perder de vista que en la agricultura siempre se tropieza con el

inconveniente del largo plazo que se necesitaba para llevar a cabo un ensayo por

insignificante que este fuera, recordamos los variados y difíciles problemas que hay que

resolver, para fijar con acierto la marcha que debe seguirse en la explotación de un

cultivo, que bien podíamos llamar nuevo, atendiendo a que, efecto de la diversidad del

clima y otras condiciones que nuestro país presentaba con respecto a otros puntos donde

hasta entonces se había explotado esta planta, no podían adoptarse las practicas

seguidas en ellos.

El estudio del clima y la manera de aprovecharse de las ventajas que presentaba

y eludir los inconvenientes que no deja de tener el conocimiento de los caracteres físicos

y químicos; la manera de mejorarlos por medio de las labores y abonos, en armonía con

las exigencias de la ésta planta y las condiciones económicas del país, la alternativa de

cultivos; la rotación más útil y el cultivo general de la remolacha, como el estudio de la

siembra, estación más oportuna para efectuarla, variedades de semilla más ventajosas,

producción de éstas, manera de efectuar la siembra, cuidados que luego reclaman las

plantas y modo de llevarlos a cabo, época de la recolección y manera de hacerla con el

aprovechamiento más beneficioso, no solo de la remolacha, sino también de sus


277
residuos, y otros muchos problemas que cada uno de ellos pueden por si solos

multiplicarse fácilmente, son de tan largo estudio como interesantes a la agricultura y al

industrial.

No podían tener la pretensión de haber llegado a conocer cuál era la época más

adecuada para la siembra, porque doscientas experiencias verificadas en diferentes

meses, habían probado que la estación más oportuna para sembrar, es finales de

invierno, porque tal vez algunas modificaciones que se introdujeran en el cultivo y las

condiciones económicas que no deben nunca perderse de vista, permitirían señalar otra

época del año tanto o más ventajosa que la fijada; porque algunos ensayos hechos, por

ejemplo con abonos orgánicos habían dado resultados muy satisfactorios, no hemos de

sentar la conclusión de que tales materias fertilizantes eran los mejores para la

remolacha; porque podía suceder que las tierras de la colonia e inmediatas, siendo

pobres en materias orgánicas den con la adicción de éstas, resultados sorprendentes, al

primero o segundo año, que luego se conviertan en decepcionante.

No era necesario cansarse en demostrar hechos evidentes a todo el que ha

saludado la ciencia agrícola, tampoco era posible que llegaran a conocer perfectamente

un cultivo tan difícil cuando entonces no se preciaban de conocerlo bien, ni Francia con

sus sabios entendidos dedicados exclusivamente a su estudio, ni Alemania con sus

numerosas estaciones y campos de experiencias ni las demás naciones donde hace tanto

tiempo se trabajaba con ahínco.

Por otra parte, el cultivo de la remolacha bajo las influencias climatológicas de

nuestro país, era más difícil que en el extranjero; la germinación de las semillas no era

tan fácil en un clima cálido y seco que nosotros tenemos como en los climas húmedos

donde hasta entonces se había cultivado; ciertamente que tanto ese año como el anterior,
278
los sembrados de remolacha habían sido buenos, que la germinación de las semillas

habían dejado poco que desear, que apenas había habido alguna falta en las parcelas

bien cultivadas; pero téngase en cuenta que las lluvias habían sido muy frecuentes

durante la estación principal de la siembra en ambos años, lo cual no podía asegurarse

que sucediera en lo sucesivo, pues no es raro que se pierdan los sembrados de otras

plantas a causa de la escasez de lluvias. Podrían estas ser sustituidas por riegos

artificiales, algún resultado bueno habían dado y mucho habían favorecido la

germinación de las semillas facilitando al terreno, toda la humedad que este es capaz de

retener al efectuarse la siembra, pero no podía darse una respuesta concluyente, porque

casi siempre las lluvias habían venido a malograr los ensayos practicados para resolver

esta interesante cuestión, durante los dos años que llevaban de experiencias.

Sin embargo, con el riego de los campos, con buenas labores que dejasen bien

mullido el suelo y con abonos pajizos que contribuyeran a hacerles más esponjoso, es

probable que se remediara el inconveniente citado en los años secos en que las lluvias

escaseaban o faltan por completo, porque la tierra conservaría la humedad necesaria

para la germinación de las semillas y los tallitos podrían vencer fácilmente la pequeña

resistencia que presenta la capa de tierra que tengan encima.

Otra dificultad que presentaba este cultivo es el cuidado con que hay que atender

a las tierras en que se explota dicha planta, con los riegos necesarios para darles la

humedad conveniente sin que se rieguen en demasía porque se desarrollaría la parte

foliácea en perjuicio de la raíz, que es la que principalmente hemos de explotar, ni le

demos poca humedad escaseando los riegos por que se detendría el desarrollo de la

planta y disminuiría el azúcar de la raíz, sobre todo en el último periodo de la

vegetación, sin embargo, esta dificultad que se vence con cuidado queda

279
suficientemente recompensada con el gran beneficio que proporcionaría el riego, tanto

aumentando la cantidad del producto como mejorando su calidad, poniéndonos además

a cubierto del gravísimo riesgo que corrían de perder su cosecha los agricultores de los

países donde no se dispone de un agente tan poderoso de fertilidad como el agua

suministrada por los riegos.

Pero si bien es verdad que no podía precisarse el beneficio que reportaría al

agricultor el cultivo de la remolacha, sin embargo, las experiencias practicadas hasta

entonces probaban que la producción de esta raíz habría de ser algo más cara para

nuestro agricultor que para los extranjeros, en el gasto de algunas labores, si bien dicho

costo de producción había de reducirse por otra parte por las economías que se

obtendrían con lo barato de las tierras y jornales, exención de contribuciones y otras

condiciones del país.

Puede también asegurarse sin temor a incurrir en exageración que el cultivo de la

remolacha habría de proporcionar otras utilidades señaladas, que no citamos porque ya

se dieron a conocer.

Si el ensayo del cultivo de la remolacha durante el tiempo que llevaban de

experiencias, no permitía conocer a fondo las condiciones mejores en que esta planta

debía desarrollarse para obtener el mayor beneficio posible del terreno dedicado a esta

producción, había de ser también difícil fijar de antemano y sin que hubiera precedido

alguno ensayo, cuales debían de ser las condiciones de la fábrica, y sistemas de

fabricación más convenientes. Sin embargo, basándonos en lo que el estudio del clima

de esta región y el del cultivo de la remolacha nos había enseñado, hicieron algunas

consideraciones.

280
Desde luego no tenían inconveniente en afirmar, que la fábrica que se

estableciera en la colonia podría elaborar tan buenos azucares como se fabricaban en el

extranjero. La remolacha de este país presentaba una composición parecida a la de las

mejores raíces del extranjero; a una riqueza nada común en azúcar, se une la ventaja de

dar un cociente de pureza que raras veces baja de 0.80 y pocas materias salinas en su

jugo, todas las circunstancias hacen esperar un notable rendimiento en azúcar.

En efecto, aunque varíe este en mas o en menos según la marcha de la

fabricación y la calidad de las remolachas, siempre obtendrían un buen resultado, pues

no es posible dejar de cumplirse aquí, lo mismo que en el extranjero las leyes generales

que determinan la marcha de la fabricación. Presentando aquí el jugo de la remolacha

los mismos caracteres químicos que en todas partes había de poder separarse de la pulpa

de igual manera, bien por medio del sistema de difusión o por otro cualquiera. Había de

combinarse con la cal en la defecación; las materias tenían que ser en parte

descompuestas por el elemento alcalino terreo citado, la albúmina sería precipitada por

el calor; privaríamos al jugo con la carbonatación de muchas materias extrañas; el negro

animal con la propiedad de colorante que le caracteriza contribuiría a clarificar los

jugos, robándoles además parte de las materias extrañas que llevan disueltas y

finalmente, la cristalización y todos los demás fenómenos que tenían lugar en las

fábricas, tendrían que presentarse aquí como en todas partes.

Es pues infundado el temor que podía asaltar sobre imposibilidad de que el

azúcar cristalizase o deje de tener lugar en la fabricación, los mismos fenómenos que en

los demás países donde se ha explotado hasta entonces la industria que nos ocupa.

281
Pero podría presentarse una duda: la remolacha tanto en Francia como en

Alemania se recogía y guarda en silos donde reinaba una temperatura fría, tan baja, que

muchas veces se helaban las raíces; y a pesar de esto, siempre perdían en azúcar una en

cantidad nada despreciable. Ahora bien, siendo nuestro clima más cálido, ¿las

remolachas ensiladas, no correrían peligro de entrar primero en fermentación y más

tarde en putrefacción quedando inútiles para ser explotadas?.

Efectivamente esto sucedía, si se adopta la marcha seguida en los países fríos

citados, pues efectuándose aquí la recolección en pleno verano, bajo la influencia de un

calor tropical, la remolacha perdía tan rápidamente su azúcar que ensiladas el primer

año, en solo quince días disminuyó su materia sacarina en un 40%.

Sin embargo este inconveniente quedaría salvado suprimiendo la citada práctica,

dejando las plantas en el terreno convenientemente atendidas y arrancándolas cada día a

medida que se fueran consumiendo en la fabricación. Esta reforma no llevaba consigo

ningún perjuicio; al contrario, economizaba los gastos nada despreciables del ensilado y

sobre todo conservaba la raíz en perfecto estado, sin que experimentasen grandes

alteraciones, pues solo se nota una pequeña perdida de azúcar, igual aproximadamente a

la que sufrían en el extranjero las remolachas conservadas en silos.

Otra dificultad que podría reducir mucho los beneficios de la explotación de la

remolacha para azúcar en la colonia, era la mala calidad de las primeras materias que se

emplean en la fabricación. La más importante de todas es sin duda el agua que había

que usar, pero esta era más pura y presenta mejores condiciones que la de muchos

centros productores de azúcar.

282
También la piedra para la obtención de la cal y ácido carbónico, que tan

importante papel desempeñaba en la fabricación del azúcar, era bastante pura y rica en

dichos componentes; por lo tanto, no podía asegurarse que la marcha de la fabricación

tropezará aquí con ningún escollo insuperable que dificultase la extracción del azúcar.

Las únicas dificultades con que se había de tropezar son las propias a todas las

industrias en general, cuando se introducen en una comarca, dificultades que

principalmente se debían a la falta de personal práctico en la fabricación y que en la

colonia podía vencerse trayendo obreros buenos de otras comarcas.

Dimensiones de la fábrica.

Las fábricas de azúcar de remolacha, como las demás industrias en general

elaboran sus productos con menos gastos a medida que son de mayores dimensiones.

Sabido es que los edificios, las máquinas y los aparatos cuestan relativamente

menos cuanto más grandes son; el gasto de personal y aun el consumo de algunas de las

primeras materias empleadas para la fabricación, también se reducen notablemente; es

pues ventajoso, presentada la cuestión bajo este punto de vista, que la fábrica sea lo

mayor posible, siempre que no se pasen los límites impuestos por gastos de transporte

de las raíces, límites que varían mucho según los medios de conducción de que se

disponga.

Fijada ya la producción anual de remolacha de la colonia en diez millones de

kilogramos, atendiendo principalmente a las aguas de riego de que podremos llegar a

disponer el problema cuya resolución nos interesa, es calcular el tiempo que debe durar

la fabricación y dividiendo por este el total de remolacha que hemos de producir, se

283
obtendrá el número de kilogramos que la fábrica ha de trabajar diariamente. Fijo ya este

dato deduciremos fácilmente las dimensiones de la fábrica.

Desde luego se comprende que a medida que sea mayor el número de días que la

fábrica funcione han de disminuir ciertos gastos, como los de intereses, riesgo,

amortización y conservación del costo de material porque siendo la fábrica más

pequeña y costando menos, han de ser menores los gastos citados, los cuales por otra

parte distribuyéndose en mayor número de días de trabajo, han de gravar menos sobre el

azúcar obtenido.

Sin embargo, las raíces, desde el momento en que llegan a adquirir su completo

desarrollo en peso y azúcar, comienzan a disminuir en esta sustancia, resultando con

ello una doble pérdida de azúcar, tanto mayor cuanto más se tarda en arrancarlas y

destinarlas a la fabricación.

Teniendo en cuenta dichos extremos, calcularon que la fábrica puede funcionar

en regulares condiciones, durante noventa días, cuyo tiempo puede aumentarse algo si

el negocio llagara a dar resultados satisfactorios como era de esperar y se aumentara la

producción de la raíz.

Debiendo trabajar diez millones de kilogramos de remolacha en noventa días, la

fábrica ha de ser tal que pueda elaborar diariamente, mejor dicho cada 22 horas el

cociente que resulta de dividir la primera cantidad por la segunda o sea 111.000

kilogramos de raíces.

Se calculó en 22 horas el trabajo diario de la fábrica, suponiendo que las dos

horas restantes del día serían necesarias para la limpieza, separaciones, engrase de las

máquinas etc.

284
Elección de la maquinaria.

Deberíamos ahora entrar en un examen detenido de las máquinas y aparatos que

entonces se empleaban en las fábricas de azúcar de remolacha, para apreciar las ventajas

e inconvenientes que cada una de ellas presentaba y elegir las que puedieran tener mejor

aplicación en nuestro país; pero este trabajo nos llevaría demasiado lejos, por lo que nos

limitaremos solo a exponer el sistema de fabricación que adoptaron y los principales

razones que para ello tenían.

Aparatos para la extracción del jugo.

La primera manipulación que se hace en las fábricas de azúcar es el lavado de la

remolacha. Esta práctica requiere en la colonia la mayor atención, porque muchas de sus

tierras contienen piedrecillas que quedan adheridas a las raíces de la remolacha y si no

se separan por medio de un lavado perfecto, presentan el inconveniente de producir el

desgaste y aun la rotura de las cuchillas que se emplean para la división de la

remolacha. Hay además terrenos arcillosos silíceos, donde predomina en gran manera la

arcilla, la cual queda adherida a la remolacha y difícilmente podrá desprenderse de ella

si el lavado no es perfecto; dicha arcilla producirá también el desgaste de las cuchillas y

quedará luego con la pulpa comunicando propiedades nada favorables a los ganados que

la han de consumir. También ejercerá en parte una influencia perjudicial a los jugos que

no serán tan puros ni darán por consiguiente tanto azúcar cristalizable.

Para evitar estos inconvenientes, sobre todo el primero, conviene que se dé a los

aparatos lavadores mayores dimensiones que las que generalmente tienen en el

extranjero.

285
Entre los diferentes sistemas que se siguen para la extracción del jugo de la

remolacha, adoptamos el de difusión porque presenta sobre los demás las ventajas

siguientes:

 Economía en el coste de los aparatos.

 Sencillez de los mismos.

 Disminución notable de la mano de obra.

 Suspensión completa de los costosos sacos o telas empleados en otros

sistemas.

 Un gran aumento de azúcar que puede llegar a ser de un 30% sobre el

rendimiento del sistema ordinario de extracción por prensas hidráulicas.

 Mayor facilidad para la purificación del jugo y un residuo en pulpa más

nutritivo.

El inconveniente que presenta, es la mayor cantidad de agua que queda en la

pulpa, que no supera con mucho las grandes ventajas mencionadas, y por otra parte,

dada la elevada temperatura y el estado higrométrico de la atmosfera durante la estación

del verano en que ha de funcionar la fábrica, es de esperar que se reduzca bastante el

agua que aquella contiene, merced a la rápida evaporación que seguro experimentará.

Otro inconveniente de más importancia que el citado sería el de la mayor

cantidad de agua que hay que evaporar, para la concentración de los jugos, si las

remolachas fueran pobres en azúcar; pero tratándose por el contrario de raíces que

contienen en abundancia dicho principio, podremos obtener jugos tan densos como con

los rallos y prensas hidráulicas. Además habían tenido ocasión de experimentar que el
286
jugo que se obtiene en los últimos vasos de la batería de difusión, contenía solo

insignificantes cantidades de azúcar y una gran proporción de materias salinas, que

hacen perder más principio azucarado que se ganaba con el que contiene dicho jugo;

retirando los jugos algo densos, serán estos mucho más puros, obtendrían una pulpa más

nutritiva y gastarían menos carbón en la evaporación de otras manipulaciones de la

fábrica.

Otra objeción seria que se ha presentado al sistema que defendemos y cuya

verdad se vio comprobada en algunas fábricas de extranjero, no tiene razón de ser en

nuestro país; se ha dicho que el trabajo de la difusión es muy delicado y requiere mayor

atención que el de las prensas, y efectivamente, exige más inteligencia pero no es difícil

encontrar los buenos obreros que manejan perfectamente la batería de difusión, bajo la

inmediata vigilancia de un buen director; menos fácil sería en nuestro concepto

encontrar el numeroso personal necesario para el trabajo sucio y pesado de las prensas,

al que no se acostumbrarían pronto los trabajadores del país.

El procedimiento que siguieron, pues, fue el de difusión, sistema de Míster

Robert dando a la batería una forma circular constando de doce vasijas de 20 hectolitros

de cabida cada una de ellas. Para conseguir la mayor utilidad posible de este sistema,

emplearon el aire comprimido por medio de una bomba, con el que desalojaron el

último jugo que quedaba en las vasijas que inmediatamente habían de vaciarse de la

pulpa que contuvieran.

Nada hemos dicho de la nueva modificación ensayada para sustituir por uno solo

los diferentes vasos que hoy componen la batería, porque hasta el presente no sabemos

que hayan dado resultado del todo satisfactorios, principalmente a causa de lo diluido

287
que sale el jugo y el mucho consumo de combustible que coge para la concentración del

mismo.

Purificación del jugo.

Para la purificación del jugo se adoptó como más conveniente el sistema de

doble carbonatación, cuyas ventajas nadie ponía en duda y que se seguía por la gran

mayoría de los fabricantes, pues hasta entonces los demás medios recomendados para

sustituirlo no habían sido certificados por la práctica.

Del material necesario para este trabajo, se eliminaron los depósitos de jugo

defecado que tenían las fábricas en Francia y lo hicieron pasar directamente de las

balsas de defecación a las calderas de carbonatación, para que el jugo detuviese su

marcha lo menos posible.

Para extraer el jugo de los depósitos y espumas que quedan en el fondo de las

balsas de decantación, emplearon los filtros prensas, sistema Trintl, siguiendo en la

marcha la modificación propuesta por Galois aunque sin adoptar su llave que creyeron

inútil.

Para la obtención de la cal y ácido carbónico indispensables para la defecación y

carbonatación emplearon el carbonato de cal de la colonia y el koc, con los cuales

producían los cuerpos arriba citados valiéndonos de un horno continuo exactamente

igual a los que empleaban todos los fabricantes de azúcar.

Contribuyen también a la purificación del jugo y sobre todo a su decoloración

los filtros de negro animal que empleaban como es costumbre en las fábricas.

288
Para la revivificación del negro se propusieron emplear los lavadores, los ácidos

y los hornos que entonces se usaban en todas partes.

Concentración del jugo y cocción de los jarabes.

Para la evaporación de los jugos se propusieron emplear el aparato llamado de

evaporación al vacío de triple efecto a causa de las grandes ventajas que presentaba

sobre las calderas de evaporación al aire libre; dicho aparato podría funcionar con dos

calderas solamente cuando las necesidades de limpieza o reparación lo exijan.

La cocción del jarabe se efectuaba también al vacío en una caldera que también

podrá servir para cocer las melazas, pues siempre daban mejor resultado que si se

calentaban al aire libre.

En los citados aparatos se utilizó el vapor que había servido para dar movimiento

a las máquinas de la fábrica para lo cual todas ellas serían sin condensación.

Cristalización y separación del azúcar.

Para la cristalización del azúcar emplear dos depósitos donde los cristales de

azúcar acaben de formarse. Para la separación de la azúcar de las melazas se sirvieron

de las turbinas donde la masa cocida, previamente dividida y mezclada con cierta

cantidad de melaza quedaría perfectamente limpia.

Con el objeto de disminuir en lo posible el gasto en el primer año, se consideró

conveniente conservar en depósitos las mezclas extraídas de los azucares de 2ª clase que

más tarde pudieran destilarse o tratarlos siguiendo el procedimiento de Dubrunfaut.

289
Producción de vapor.

Para obtener el vapor indispensable para cubrir todas las necesidades de la

fábrica se propuso la construcción de tres generadores tubulares de 100 metros

cuadrados de superficie de calentamiento, cuya fuerza, si bien es algo mayor que la

necesitaría, permitirá en cambio que puedieran funcionar desahogadamente y ser

atendidos con facilidad en las reparaciones y limpiezas.

NOTA: Aunque el transporte de la remolacha a la fábrica, se había convenido en

que debían hacerlo los mismos agricultores, es sin embargo más conveniente que se

encargue de ello el industrial que podrá hacerlo con mucha economía estableciendo una

vía económica. Sin embargo no incluimos estos gastos en el presupuesto por que puede

dejarse la instalación de dicha vía para el 2º año de fabricación.

290
ANEXO Nº 3.-PRESUPUESTO DE COSTES Y GASTOS DE INSTALACIÓN DE

UNA FÁBRICA DE AZUCAR DE REMOLACHA QUE TRABAJA

DIARIAMENTE 120.000 KILOGRAMOS DE REMOLACHA.

TOMADO DEL MEMORIAL QUE EL CONDE DE TORRES CABRERA


ELEVA A S.M. EL REY ALFONSO XIII.

291
ANEXO Nº 3.-PRESUPUESTO DE COSTES Y GASTOS DE INSTALACIÓN DE

UNA FÁBRICA DE AZUCAR DE REMOLACHA QUE TRABAJA

DIARIAMENTE 120.000 KILOGRAMOS DE REMOLACHA.

MAQUINARIA Y APARATOS.

Cantidad Elemento EXTRACCIÓN DEL JUGO

1 1 Elevador de remolacha sistema Joly con carros de corcho y

paletas de fundición

2 1 Lavador de remolacha de 0.90 de diámetro y 3.50 de longitud

con una caja de plancha de hierro y porternela para la limpieza

3 1 Lavador de 3.5 metros de longitud y 0.90 de diámetro que al

mismo tiempo sirva para separar las piedras previstas de su caja

de plancha de hierro y posternala para la limpieza

4 1 Elevador vertical de remolachas lavadas con rebosadero de

fundición , arboles, soportes, cangilones cables, poleas, etc

5 1 Cortaraices de 1.450 diámetro con 24 portacuchillas

6 1 Canal giratorio de plancha de hierro y contrapeso, para conducir

la remolacha dividida a los vasos de difusión

7 1 Batería circular de difusión compuesta de 12 vasos de plancha

de hierro y de fundición de 20 hectolitros de cabida cada uno

con sus cubiertas, caloriferas intermediarias con serpentines,

292
placas tubulares de bronce, tuberías de fundición y cobre,

llaves, grifos, etc.

8 1 Bomba de aire comprimido recibiendo su movimiento de la

máquina más abajo citada con su recipiente de aire y accesorios,

para una presión de 2 kg.

9 1 Elevador de pulpa con tambores de fundición, árboles, soportes,

cangilones, cables, etc.

10 3 Prensa de pulpa sistema Klussmann (o una prensa de discos si

ha dado este sistema buen resultado)

11 1 Recalentador de agua de 20 m2 de superficie de calentamiento

con tubo, placas tubulares, etc.

12 1 Depósito de plancha de hierro de 100 hectolitros de cabida para

las necesidades de la batería de difusión

13 1 Depósito de plancha de hierro para medir los jugos

14 1 Planchas de hierro y columnas de fundición para la instalación

de la batería. Planchas de hierro agujereadas para que se escurra

el agua de la pulpa

15 1 Bomba sistema Greindl para elevar el agua escurrida de la pulpa

en el fondo de la batería de difusión

15a Rosca en hélice de 0.350 de diámetro distribuyendo la pulpa

entre las presas Klussmann

293
15b Madera empleada en los elevadores de remolacha y pulpa

16 1 Máquina de vapor horizontal a expansión fija sin condensación,

con pistón de 0.320 de diámetro y 0.600 de carrera con todos

sus accesorios

17 1 Transmisión de movimiento comprendiendo árboles, poleas,

engrasadores, soportes, etc.

Importa el material para la extracción del jugo arriba indicada…..83.000 pesetas

DOBLE CARBONATACIÓN

18 1 Guarnición metálica para el horno de cal de 30 m3 de capacidad

comprendiendo:

- Tolva de fundición con su válvula correspondiente y su

movimiento para la carga.

- Tubería de fundición. Guarnición de las cajas de fuego,

portezuela de los hogares, puerta de extracción, etc.

19 1 Lavador de gas con cilindros de fundición de 1,100m de

diámetro, provisto de tres discos de planchas perforadas, una

llave para la entrada del agua y aberturas para la limpieza, etc.

20 1 Maquinaria de vapor horizontal con pistón de 0.230m de

diámetro y 0.400 de carrera, cuyo eje mueve directamente una

bomba horizontal de 0.620m de diámetro con todos sus

accesorios para extraer el ácido carbónico del horno y

294
distribuirlo entre las calderas de carbonatación.

21 1 Válvula de seguridad del ácido carbónico

22 1 Bomba impelente de simple efecto de 0.200m de diámetro y

0.400m de carrera, destinada a elevar los jugos defecados a la

primera carbonatación

23 1 Bomba impelente de simple efecto de 0.200m de diámetro y

0.400m de carrera, destinada a elevar los jugos defecados a la

segunda carbonatación

23 3 Calderas para la carbonatación de 40 hectolitros de cabida útil

provistas cada una de:

- Un serpentín de vapor de cobre rojo con su soporte de

fundición.

- Una llave para dar paso al agua procedente de la

condensación del vapor

- Un barbazador de plancha de hierro para el gas.

- Una llave de bronce para poner en comunicación el

barbazador con un tubo de vapor.

- Una llave de bronce para abrir y cerrar el tubo que

conduce el jugo defecado.

- Un tubo (Emonseur) para deshacer la espuma con su

llave correspondiente, para impedir o dar entrada al

295
vapor.

- Una cubeta con su tubo y tapón para vaciar las calderas.

25 5 Depósito de planchas de hierro de 40 hectolitros de cabida útil

para la decantación del jugo carbonatado, provisto cada uno de

ellos de una llave de hierro fundido con su tubo para separar el

líquido claro.

Una cubeta con su tubo y tapón para vaciar los turbios.

Importa el material para la doble carbonatación…………………..31.085 pesetas

DEPOSITOS DE ESPUMAS

26 1 Montajugos de hierro de 15 hectolitros de cabida con sus grifos

y tubos correspondientes para conducir las espumas y depósitos

a los filtros prensas.

27 1 Montajugos de hierro de 15 hectolitros de cabida con sus grifos

y tubos correspondientes para el consumo del agua de los filtros

prensas.

28 3 Filtros prensas sistemas Trinhs con 12 marcos intermediarios

con sus planchas perforadas, distribuidos central volante y

demás accesorios.

Importe del material para el trabajo de los depósitos y espumas…….8.000 pesetas

FILTRACIÓN DE LOS JUGOS

296
29 4 Filtros de negro animal de plancha de hierro de un metro de

diámetro, por tres de altura, con falso fondo de plancha

perforada abertura para vaciarlo. Cada filtro va acompañado de

un grifo de fundición para la llegada de los jugos.

Un grifo de bronce con su tubo doblado para vaciar los jugo y

jarabes filtrados.

Otro grifo de bronce para la salida de las aguas de lavado.

30 1 Caldera de 20 hectolitros de cabida útil para calentar los jarabes,

provista de un serpentín de cobre rojo con sus soportes de

fundición, para la circulación del vapor.

Una llave para la toma de vapor.

Una llave para la salida de las aguas condensadas en el

serpentín.

Un tubo de fundición para la salida del jarabe.

Importa el costo de los aparatos para la filtración……………..…….4.000 pesetas

EVAPORACIÓN Y COCCIÓN DE LOS JUGOS

31 1 Aspirador de jugos de plancha de hierro, montado sobre una

columna de fundición de 30 hectolitros de cabida provisto de

sus llaves, indicador de nivel. Y que sirve para alimentar el

aparato de evaporación de triple efecto.

297
32 1 Aparato de evaporación al vacío, de triple efecto a baja

temperatura, sistema Fives Lille, pudiendo concentrar 1500

hectolitros de jugo en 24 horas, presentando 225metros

cuadrados de superficie de calentamiento y comprendiendo:

Tres calderas tubulares verticales de fundición con diámetros

diferenciales, tubos de latón estañados, placas tubulares de

bronce.

Dos vasos de seguridad intermediarios.

Tubos de comunicación de lavado, purgadores, etc..

Dichas calderas y vasos de seguridad están provistos de sus

correspondientes llaves, miras de cristal, manometros,

termómetros llaves para la grasa aparato de prueba, llave para la

toma de vapor, camisa de madera de pino sugeta con aros de

hierro.

Un sistema de llaves que permiten aislar la segunda o tercera

caldera, par la limpieza y hacer funcionar el aparato a doble

efecto, en ambos casos.

33 1 Montajugos de plancha de hierro de 15 hectolitros de cabida y

provisto de sus correspondientes llaves e indicados de nivel

para vaciar el triple efecto.

34 1 Condensador tubular, recalentador con tubos de hierro

estañados de 30metros cuadrados de superficie de calentamiento

298
formando un vaso de seguridad.

35 1 Condensador perfeccionado de inyección cónico de 0.080 de

diámetro.

36 1 Sistema mecánico de bomba de aire horizontal de 0.400 de

diámetro y 0.500 de carrera, con un motor de vapor de acción

directa a expansión fija y sin condensación.

37 1 Caldera para cocer el jarabe en el vacío, de plancha de hierro y

fundición de 2.30 metros de diámetro y 60 hectolitros de cabida

útil, provista de cuatro serpentines de vapor de cobre rojo, con

sus correspondientes llaves, válvulas para la salida de las aguas

de condensación, miras, sondas, llaves de aire y grasa,

manómetro y termómetro y válvula de bronce para vaciar la

caldera, camisa de madera de pino y demás accesorios.

38 1 Vaso de seguridad de 0.900 de diámetro provesto de su llave

para efectuar la descarga, montado sobre una columna de

fundición.

39 1 Condensador perfeccionado, de inyección cónica de 0.070 de

diámetro.

40 1 Sistema mecánico de bomba de aire horizontal, con pistón de

0.300 de diámetro y 0.400 de carrera, con motor de vapor de

acción directa, a expansión fija sin condensación.

299
41 1 Regulador con flotador de 0.030metros de diámetro para la

vuelta a los generadores de las aguas de condensación del

vapor de los serpentines.

41a 1 Aparato para la producción de ácido sulfuroso con su tubo y

llave correspondiente, que lo ponen en comunicación con el

tubo de entrada de jugos, en la 3ª caldera del triple efecto.

Importa el coste para los aparatos para la evaporación y cocción…..74.200 pesetas

SEPARACIÓN DEL AZUCAR

42 1 Molino para dividir la masa cocida.

43 3 Turbinas para la separación del azúcar, con freno y demás

accesorios.

44 1 Vaso de carga, con carretón suspendido en el aire y moviéndose

por medio de raíles.

45 1 Vía de raíl para el movimiento del carretón anterior con sus

soportes de hierro.

46 1 Montasacos, comprendiendo una cabria un tambor de fundición

y su transmisión completa.

47 1 Bomba impelente vertical de simple efecto, con pistón y

válvulas de bronce con su movimiento especial para enviar los

jarabes escurridos del azúcar a los depósitos correspondientes.

300
48 1 Maquinaria de vapor horizontal expansión fija sin condensación

con pistón de 0.230metros de diámetro y 0.400 de carrera para

dar movimiento al molino de dividir la masa cocida, las

turbinas, montasacos, bomba para las melazas.etc..

49 1 Transmisión de movimiento de la máquina anterior a las

turbinas, montasacos, molino, bombas,etc..

Importe del coste de los aparatos para la separación del azúcar……14645 pesetas

REVIVIFICACIÓN DEL NEGRO

50 1 Lavador con paletas de plancha de hierro, con caja del mismo

metal, de 3.390metros de longitud con su llave para la entrada

de agua para el lavado del negro.

51 1 Lavador cilíndrico al vapor de plancha de hierro de 1.200

metros de diámetro por 1.400metros de altura con falso fondo

de plancha perforada, puertas de carga y descarga de fundición,

llave de llegada de vapor para el lavado.

52 1 Elevador de negro para cargar el lavadero al vapor.

53 1 Guarnición metálica para el horno de revivificar el negro,

sistema Sehrcriber con 32 tubos rectangulares de fundición que

permitan revivificar 80 hectolitros de negro en 24 horas,

cilindros de fundición para la descarga del negro piezas

refractarias, guarnición de hierro del hogar y cenicero.

301
54 1 Trasmisión de movimiento al taller de revivificación del negro

por una de las máquinas de la instalación

Importe de los aparatos para la revivificación del negro………9.305 pesetas

AGUA Y VAPOR

55 1 Máquina de vapor horizontal a expansión fija con pistón de

0.210metros de diámetro y 0.300metros de carrera, sin

condensación dando movimiento a un sistema de dos bombas

de agua, verticales, de simple efecto, con pistón de 0.180metros

de diámetro por 0.500metros de carrera con su movimiento

placas engranajes, poleas, volantes, biela, guías, recipiente de

aire. etc..

56 1 Bomba centrifuga, con árbol sostenido por dos soportes,

pudiendo elevar 1500litros de agua por minuto, con avispero

para el tubo de aspiración.

57 1 Trasmisión de movimiento para la bomba centrifuga anterior.

58 3 Generadores tubulares con dos hervidores cada uno de 100

metros cuadrados de superficie de calentamiento destinado a ser

colocados en una obra de fabrica de ladrillo probados a 5 kilos

efectivos de resistencia por centímetros cuadrado, con tubos de

hierro provistos cada uno de sus válvulas de seguridad

indicador magnético de nivel de agua, silbato de alarma, llaves

para toma de vapor de alimentación, de descarga, indicador de

302
nivel de agua, manómetro, portezuela, parrilla, soportes de los

hervidores.

59 1 Maquinaria de alimentación de simple efecto con embolo de

0.110 metros de diámetro por 0.250 metros de carrera con sus

válvulas movidas mecánicamente, y motor de vapor de acción

directa, pudiendo alimentar 480 metros cuadrados de superficie

de calentamiento de generadores tubulares.

60 1 Válvula de seguridad para el tubo de alimentación

Importe del coste de los aparatos para el agua y vapor………………50.010 pesetas

RECIPIENTES

61 1 Recipiente de vapor directo comprendiendo un cilindro de

pancha de hierro de 1.000metro de diámetro y dos metros de

altura con abertura de hombre, de fundición, provisto de tubos

también de fundición, válvula de vuelta de agua, con flotador y

llave de toma de vapor.

61a 1 Recipientes de vapor de escape comprendiendo un cilindro de

plancha de hierro de 1 metro de diámetro y 1.600metros de

altura con abertura de hombre, de fundición, tubos, válvula con

flotador, válvula de seguridad, manómetro .etc..

61b 1 Recipiente de vuelta de las aguas de condensación compuesto

de un cilindro de plancha de hierro de 1 metro de diámetro po 2

metros de longitud con abertura de hombre y tubos de

303
fundición, válvulas llaves de aspiración y llegada de agua,

indicador de nivel. Etc..

Importe del coste de los aparatos recipientes………………………….3.000 pesetas

DEPOSITOS DIVERSOS

62 Depósitos de planchas de hierro para jugos, jarabes, lechada de

cal y agua y masa cocida.

63 1000 Hectolitros depósitos de jarabes de 2ª conteniendo cada uno de

ellos 100 hectolitros.

1500 hectolitros de depósitos para los jarabes de tercera

conteniendo cada uno de ellos 400 hectolitros.

Importe del costo de los depósitos…………………………………19.000 pesetas

INSTALACIÓN

64 Canales diversos de plancha de hierro.

65 Tubería y llaves necesarias para la instalación del material

indicado comprendiendo;

Tubería de cobre rojo con sus extremos rectos.

Tubería de cobre rojo con sus extremos preparados.

Tubería de hierro de extremos rectos.

Tubería de fundición.

304
Tubos de plancha delgada.

Llaves de bronce con dos bridas.

Llaves de fundición.

Llaves de fundición con válvula de bronce.

Bridas torneadas y redoblones de hierro.

Caucho para juntas.

Correas simples de cuero para trasmisiones

Importe del coste de aparatos de las instalaciones…………………..25.300 pesetas

Útiles e ingredientes para montar la maquinaria y aparatos………..24.731 pesetas

Piezas de repuesto para el primer año de fabricación……………….4.735 pesetas

PERSONAL PARA MONTAR LA FABRICA

Un ingeniero director durante 9 meses

Un montador durante 7 meses

Dos caldereros durante 7 meses

Un cerrajero durante 7 meses

Importe del personal………………………………………………….…..24.000 pesetas

Importe de obreros del país……………………………………………..5.000 pesetas

Embalaje y transporte del material de la fábrica hasta Sevilla……….23.000 pesetas

305
Desembarque y porte hasta Alcolea (descontando derechos de aduana)..6.000 pesetas

Basculas, carros, ganado de labor y ajuar de la fábrica…………………20.000 pesetas

Edificios y demás obras de la fábrica…………………………………..110.000 pesetas

Imprevistos el 5% de todo el gasto…………………………………….26.985 pesetas

TOTAL COSTE DE LA FABRICA………………………………..566.696 pesetas

Presupuesto del coste de las primeras materias necesarias para trabajar 5.000.000

de kilogramos de una Tacha el primer año de fabricación

Carbón 750 toneladas a 22.50 pesetas ………………………………………16.875

Kok 63 toneladas a 44 pesetas………………………………………………...2.860

Negro animal 15 toneladas a 40 pesetas los 100 kilos………………………..5.200

Piedra para cal 400 metros cúbicos a 3.50 pesetas……………………………1.400

Aceite para alumbrado y máquinas y grasas para la carbonatación………….2.000

Material para la expendición del azúcar……………………………………..…2.500

Alimentación para el ganado de labor y conservación de arreos y carros……..1.000

Material de oficina, laboratorio……………………………………………….…750

Imprevistos el 5% del total importe…………………………………………...1.679

SUMA TOTAL…………………………………..…35.264

306
RESUMEN DE TRABAJOS DIARIOS EN LA FABRICA DE AZUCAR EN LOS

MESES DE OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 1883.

EXPRESION 26-10 27-10 28-10 29-10 30-10

ENTRADAS DIARIAS DE 43.498 38.247 25.033 38.564 31.965

REMOLACHA

Nº DE DIFUSORES DE JUGO 58 54 64 61 55

RETIRADOS

HECTOLITROS QUE REPRESENTAN 371 371 522 396 391

CALDERAS DE DEFECACIÓN 15 17 24 18 16

HECHAS

COCIDOS OBTENIDOS EN 15 33 30 30 31

HECTOLITROS

AZUCAR TURBINADA EN KG 920 406 680 1.060 2.385

DENSIDAD MEDIA DEL JUGO 3º.3 3º.3 3º.3 3º.4 3º.3

EXPRESION 31-10 1-11 2-11 3-11 4-11

307
ENTRADAS DIARIAS DE 31.156 26.854 30.538 29.818 35.998

REMOLACHA

Nº DE DIFUSORES DE JUGO 44 66 60 69 69

RETIRADOS

HECTOLITROS QUE REPRESENTAN 274 433 398 436 436

CALDERAS DE DEFECACIÓN 13 21 19 20 20

HECHAS

COCIDOS OBTENIDOS EN 13 31 30 24 30

HECTOLITROS

AZUCAR TURBINADA EN KG 1.240 267 980 1.736 860

DENSIDAD MEDIA DEL JUGO 3º.3 3º.3 3º.3 3º.3 3º.3

EXPRESION 5-11 6-11 7-11 8-11 9-11

ENTRADAS DIARIAS DE 23.252 32.762 40.408 38.519 35.996

REMOLACHA

Nº DE DIFUSORES DE JUGO 65 70 70 70 88

RETIRADOS

HECTOLITROS QUE REPRESENTAN 463 516 516 516 625

CALDERAS DE DEFECACIÓN 19 26 26 26 28

308
HECHAS

COCIDOS OBTENIDOS EN 35 35 35 35 35

HECTOLITROS

AZUCAR TURBINADA EN KG 1.143 1.471 1.471 1.471 1.471

DENSIDAD MEDIA DEL JUGO 3º.3 3º.4 3º.4 3º.4 3º.4

ANEXO Nº 4.

BIOGRAFÍA DE DON RICARDO MARTEL Y FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA,


CONDE DE TORRES CABRERA.

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ANEXO Nº 4.- BIOGRAFIA DEL CONDE DE TORRES-CABRERA.

NACIÓ: En Córdoba el 12 de agosto de 1831

MURIÓ: En Córdoba el 16 de agosto de 1917 a los 86 años de edad

Ricardo Martel y Fernández Conde de Torres Cabrera y del Menado Alto

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TITULOS Y CONDECORACIONES.

Don Ricardo Martel y Fernández de Córdoba Bernuy y Gutiérrez de los Ríos. IX

Conde de Torres Cabrera y VIII del Menado Alto, con grandeza de España concedida

por Alfonso XII en 1877, senador del reino, maestrante de Sevilla, gentil hombre de

cámara con ejercicio y servidumbre, Decano de la Real Academia de Ciencias, Bellas

Letras y Nobles Artes de Córdoba, Director de la Real Sociedad Económica Cordobesa

de Amigos del País y Presidente de la Cámara Agrícola. Está en posesión de la Gran

Cruz de la real y distinguida Orden Española de Carlos III y otras condecoraciones.

Fue su padre el coronel de caballería don Fabrique Martel y Bernuy, hijo del

marqués de la garantía y vizconde de Santana de la ciudad de Écija y de doña María del

rosario, hija de los marqueses de Benamejí; era senador del reino y poseía la gran cruz

de Carlos III y la de Isabel la Católica, fue su madre doña María de la Concepción, hija

de don Rafael, conde de Torres-Cabrera y del Menado Alto, una de las casas más

linajudas de Andalucía, y de doña Bruna, hija de los duques de Fernán Núñez de

Montellano y del Arco.

Caso en 1864 con doña María Isabel de Arteaga y Silva Carvajal y Téllez Girón,

hija del conde de Corres y de Santa Eufemia, primogénito de los marqueses de

Valmediano de Ariza y Estepa y duques del infantado y doña Fernanda, hija de los

marqueses de santa cruz de Mudela y condes de Villasor. Ha tenido en su matrimonio

larga descendencia.

Fruto de esta unión es D. Alfonso Martel y Arteaga (1878-1960), X conde de

Torres-Cabrera con grandeza de España y IX conde del Menado Alto.

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Hizo los primeros estudios en el colegio de Nuestra Señora de la Asunción del

instituto provincial y técnico de Córdoba, cursando en la universidad de Madrid los

necesarios para la carrera diplomática, que no la siguió porque las enfermedades de su

padre le obligaron a volver a nuestra capital, imponiéndose la obligación de cuidar de su

hacienda.

Ello fue causa de que demostrase sus grandísimas condiciones de agricultor a la

moderna.

Generosamente, cual correspondía a la nobleza de su carácter, tan grande como

la de su rancio abolengo, se dedicó al cultivo de los campos con tenacidad

inteligentísima.

Con el objeto de interesar al pueblo en los nuevos procedimientos de labranza,

repartió a colonos pobres tres de sus grandes fincas de Andalucía, fundo así tres

colonias agrícolas.

Implanto en ellas el cultivo y la elaboración de la remolacha azucarera,

desconocida hasta entonces en nuestro país. En 1882 ofreció a don Alfonso XII las

primicias de aquella industria que determino una revolución en los cultivos

invirtiéndose en ella grandes capitales y muy importante número de brazos. Al mismo

tiempo presento al rey una notabilísima memoria, en la cual ilustraba al pueblo acerca

del aprovechamiento de una nueva riqueza.

Especialmente llamo la atención la colonia de Alcolea con al nombre de Santa

Isabel, puesto en honor de la esposa del benemérito conde.

Las dificultades que la burocracia opuso a sus generosas empresas de

colonización, le hicieron adquirir el convencimiento de que España no puede


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regenerarse mientras se halle gobernada exclusivamente por jurisconsultos, y se apartó

de toda política, luchando con todos los gobiernos de partido en la prensa, en el

parlamento y en todas partes. Creó cámaras agrícolas y sindicatos obreros, hasta

organizar la unión agrícola española, formada por cinco grandes federaciones regionales

que abarcaban casi todo el territorio español. Presidió la Federación agrícola Bético

Extremeña y canaria, el sindicato agrícola Martel y la comisión central olivarera

española.

Fue vocal del consejo superior de la producción y del comercio, y por una

votación nutridísima, especie de plebiscito, fue llevado al instituto de reformas sociales

en el mes de marzo de 1908, ha constituido en Madrid un centro de acción nobiliaria en

el cual, bajo los auspicios de la grandeza de España, se conciertan los individuos y las

corporaciones que necesiten de amparo para defender los intereses generales de la

agricultura y a ganadería.

Durante muchos años tuvo en su domicilio una notable exposición de

maquinaria agrícola posteriormente otro de productos del campo, con indicación

detallada de sus precios y procedencia para facilitar las transacciones. Quizás fuesen

ambas instalaciones de las primeras establecidas en España con el fin plausibilísimo de

contribuir al mejoramiento de la agricultura.

Su acabado conocimiento de la vista de los obreros agrícolas le ha concedido para

siempre una base firme y poderosa para el estudio de las cuestiones sociológicas, a cuyo

servicio ha puesto también su esfuerzo generoso y su muy grande inteligencia.

Entre otras muchas empresas abnegadas, acometió el establecimiento de la

caridad, benemérita asociación dedicada al socorro de los obreros sin trabajo. Fruto de

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ella fue la construcción de dos casas para obreros, las cuales se alzaban en la puerta de

Alfonso XII.

Luego de dominar perfectamente el cultivo de la tierra, se dedico a la

elaboración de los productos que obtenía a fuerza de inteligentes trabajos. Varias son las

muestras de sus disposiciones como industrial y la más notable fue la fábrica de azúcar

de remolacha que estableció en Alcolea. Era verdaderamente magnifica y quizás su

misma superioridad fuese la causa de que no continuara, más las enseñanzas que

produjo han servido para que las que ahora mantienen en auge creciente y definitivo

esta importantísima fuente de la riqueza nacional.

Torres Cabrera político: Muy joven aun, fue jefe del partido moderado histórico en

Córdoba, cuando le presidía el duque de valencia, luego del partido conservador con

don Antonio Cánovas durante la revolución mantuvo la causa de doña Isabel II, al

frente del único grupo de leales que entonces luchaba por la reina en los comicios, fue

dos veces alcalde de Córdoba antes de la revolución y gobernador civil de la provincia

después de la restauración, ha sido dos veces diputado a cortes y fue senador del reino

por nombramiento de la corona.

Alcanzaron muy grande nombradía las fiestas y reuniones semanales que se

celebraban en su palacio. Especialmente memorable es la que organizó en honor de don

Antonio Cánovas, que vino en compañía de don Raimundo Fernández Villaverde y otra

personalidades del partido conservador, pronunciando un interesantísimo discurso, pues

acababa de producirse la famosa ruptura de relaciones con don francisco romero robledo

concurrieron nutridas representaciones de toda Andalucía. Todos estos actos superaron

los realizados cuando la penúltima visita del rey don Alfonso XII a Córdoba (durante

tres días de Abril de 1877 correspondientes a la Semana Santa). S.M. se alojó en el


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palacio del conde de torres-cabrera, que estableció un soberbio salón del trono (de 90 m,

de estilo Luis XV), el cual fue muy elogiado por el soberano. En igual forma que

entonces estuvo se conservó la lujosa instalación durante algún tiempo.

Ha creado, sostenido y dirigido varios periódicos, una revista literaria y otra

agrícola, figurando entre ellos “la lealtad”, que primero se publicaba semanalmente y

luego fue diario, ha escrito un libro sobre las causa del hombre en Andalucía, otro

respecto a la integración de las clases sociales en el estado y diversos folletos,

constantemente ha colaborado en la prensa local y en la de Madrid, siendo el diario de

Córdoba uno de los periódicos con más frecuencia honrados por sus notables

producciones.

Mucho antes de que se fundase el ateneo, en su palacio reunía a los literatos

cordobeses, protegiendo a los unos y alentando a todos. Dio a conocer a don Antonio

Grílo, editando su primer libro de versos.

Esta sucinta enumeración de hechos bastaría para renovar en la memoria de

todos, los muchos merecimientos del conde de torres-cabrera, el buen patricio, el

perfecto cordobés que ha dedicado por entero su vida dilatada y fructuosa al

mejoramiento de la patria chica, trabajando en muy diversas esferas para reunir al final

sus esfuerzos en una sola, fundamental y vastísima empresa al mejoramiento del la

agricultura, por la cual ha hecho mucho, venciendo las rémoras de la burocracia, la

pasividad de la indiferencia ambiente y aun las mismas dolencias de su cuerpo,

quebrantados, más nunca rendidos, por la generosa y dilatada lucha en favor del interés

general.

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ANEXO Nº 5.- INDICE DE FIGURAS.

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ANEXO Nº 5.- INDICE DE FIGURAS.

Fig. nº 1.-Fachada del Palacio de Viana (Córdoba). Cordobapedia 2008. ………. 17

Fig. nº 2.- Portada del volumen VII la enciclopedia de ingeniería………………… 18

Fig. nº 3.- Casa de calderas de dos ingenios azucareros cubanos.


LAPLANTE, E., Tomado de CANTERO, J.R………………………………..……..20

Fig. nº 4.- Difusor, serpentín y caldera. BALAGUER PRIMO, F…………………. 26

Fig. nº 5.- Molino de moler caña .TRIGUEROS, T. Catálogo. 1853……….…………29

Fig. nº 6.- Catálogo de la casa Fives-Lille. Exposición universal de París de 1878….51

Fig. nº 7.- Expediente de la Patente de invención TORRES CABRERA, R.…………55

Fig. nº 8.- Logo de la Colonia. Archivos de Viana……………..……………………..66

Fig. nº 9.- Fotografía del Castillo de la Isabela. Año 1871. Archivos de Viana………67

Fig. 11.- Situación de la Colonia en Alcolea (Córdoba). Fuente Google Earht..……..69

Fig. nº 12.-Fotografías de los tipos de casas de la Colonia Agrícola Santa Isabel.


Archivos de Viana……………………………………………………………………..76
Fig. nº 13.-Fotografías de los tipos de casas de la Colonia Agrícola Santa Isabel.
Archivos de Viana……………………………………………………………………..77

Fig. nº 14.-Situación de la finca de la Colonia de Santa Isabel, bañada por el río


Guadalquivir. Consejería de Cultura…………………………………………….…….95

Fig.- nº 15.-Croquis original de la presa antigua sobre el rio Guadalquivir. Archivo


Histórico de Viana en Córdoba. Cajas 0051-0056……………………………………..96
Fig. Nº 16.- Croquis original de la presa sobre el rio Guadalquivir. 2ª Concesión
Archivo Histórico de Viana en Córdoba. ………………………..……………………98
Fig. nº 17.- Edificio que albergaba las turbinas. Consejería de Cultura……………….99

Fig. nº 18.- Volantes para accionamiento de las compuertas. Consejería de Cultura..100

Fig. nº 19.- Situación de la casa de turbinas. CONSEJERÍA DE CULTURA………102

Fig. nº 20.- Riego por surco. Autor http://www.cortijodelpino.com/historia/............109

Figs . nº 21 y 22 .- Planta y alzado de las primitivas instalaciones de la azucarera de


Santa Isabel en 1882. Tomados de los archivos del Palacio de Viana……………….111

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Fig. nº 23.- Croquis en perspectiva de la fábrica. Archivo de Torres Cabrera…….114

Figs. 24 a 27.- Planos de la sala de difusión. Archivo Torres Cabrera……….115 y 116

Fig. nº 28.- Portada del catálogo Fives –Lille. CASTILLO MARTÍNEZ, A……...119

Fig.- nº 29.- Lavadora de remolachas, según catálogo de Fives Lilles.Tomado de


CASTILLO MARTÍNEZ, A………………………………………………………..120

Fig. nº 30.- Sección de una batería de difusión. Catálogo de B.M.A. Tomado de


CASTILLO MARTÍNEZ, A………………………………………………………....121

Fig. nº 31.- Alzado y perfil de batería de difusión en dos filas. Catálogo de B.M.A.
Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A…………………………………….………122
Fig.- nº 32.- Separador de pulpa para jugo de difusión. Catálogo de B.M.A. Tomado de
CASTILLO MARTÍNEZ, A ……………………………………………………….. 122
F ig. nº 33.- Prensa para pulpa. Catálogo Fives Lille. Tomado de CASTILLO
MARTÍNEZ, A……………………………………………………………………….123
Fig. nº 34.- Máquina de vapor horizontalcon distribución por válvula corrediza de
precisión. Catálogo de B.M.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A………..…124
Fig. nº 35.- Beta vulgaris L. Tomado de La remolacha azucarera. Facultad de Ciencias
Agrarias y Forestales Universidad Nacional de la Plata y fotografía de cañas de
azúcar…………………………………………………………………………….. 124
Fig. nº 36.- Esquema de fabricación de azúcar de caña y remolacha. Fuente: Azucarera
de Salobreña Nª Sra. Del Rosario S.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ, A.….126
Fig. nº 37.- Alzado de la fábrica. La nave de depuración corresponde a la segunda
comenzando por la derecha. Archivo de Torres Cabrera……………………………..127

Fig. nº 38.- Planta baja, con chimemea al fondo y segundo piso de la nave de
depuración. Archivo de Torres Cabrera………………………………………...…….128

Fig. nº 39.- Paila o caldera de defecación. Catálogo de la CompañíaFives-Lille.


Materiel de Sucrerie, 1880……………………………………………………….…..129

Fig. nº36bis.- Horno de cal. Catálogo de B.M.A. Tomado de CASTILLO MARTÍNEZ,


A…………………………………………………………………………………......131

Fig. nº 37bis.-Aparato para apagar cal viva. Tomadas del Catálogo de B.M.A………132

Fig. nº 38bis.-Lavadero de ácido carbónico, tomada del Catálogo de B.M.A…...…..132

Fig. nº 39bis.- Filtro prensa. Tomada del Catálogo de B.M.A. …………………...…133

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Fig. nº 40.- Batería de filtros de carbón animal. Tomada del Catálogo de
B.M.A……………………………………………………………………...………….133
Fig. nº 41.-Máquina de vapor horizontal y caldera vertical con tubos transversales.
Tomadas del Catálogo de B.M.A…………………………………………………..…133
Figs. Nº 42.- Planta y sección de nave de calderas. Archivos de Torres
Cabrera……………………………………………………………………….………..136
Fig. nº 43.- Planta de las salas de depuración, calderas y cristalización-centrifugación y
sección transversal por nave de calderas y de cristalización. Archivo de Torres
Cabrera……………………………………………………………………………....137
Fig. nº 44.- Caldera multitubular. Tomadas del Catálogo de B.M.A………………...138

Fig. nº 45.- Aparato de evaporación de triple efecto. Catálogo de la Compagnie Fives-


Lille. Materiel de Sucrerie, 1880………………………………………….………..139

Fig. nº 46.-Condensador tubular. Tomadas del Catálogo de B.M.A……………..…140

Fig. nº 47.- Croquis en perspectiva de la fábrica. Archivo de Torres Cabrera……....141


Fig. nº 48.- Planta y sección longitudinal de sala de cristalización y centrifugación.
Archivo de los condes de Torres Cabrera…………….…………………….…….…142
Fig. nº 49.- Planta y sección transversal de sala de cristalización y centrifugación.
Archivo de los condes de TorresCabrera…………………………………….………143
Fig. Nº 50.- Bomba de masa cocida. Tomadas del Catálogo de B.M.A…………….144
Fig. nº 51.- Tacha de 90 Hl. Catálogo Fives Lille……………....................…………145
Fig. nº 52.- Tacho al vacío de cobre. Tomadas del Catálogo de B.M.A…………….146

Fig. nº 53.-Sala de cristalización y centrifugación. Catálogo de la Compagnie Fives-


Lille. Materiel de Sucrerie, 1880…………………………………………………….147

Fig. nº 54.-Centrífuga. Catálogo de la Compagnie Fives-Lille.Materiel de Sucrerie,


1880………………………………………………………………………………….147

Fig. nº 55.-Aparato para cribar azúcar bruto, con conductor de rosca y armazón de
madera. Tomadas del Catálogo de B.M.A……………………………………………148

Fig. nº 56.-Planta de la sala de cristalización y centrifugación. Catálogo Fives


Lille………………………………………………………………………………..…148

Fig nº 57.-Depósitos de almacenamiento de jarabes. Catálogo Fives


Lille……………………………………………………………….…………………149

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ANEJO Nº 6.

PLANOS

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INDICE DE PLANOS

1.- Vista aérea general. Tomado de Google Earth.

2.- Vista aérea general con las fincas de la colonia. Tomado de Google Earth.

3.- Plano de la cartografía municipal reflejando la colonia. Archivos Viana.

4.- Plano de planta original de la fábrica. Archivos Viana.

5.- Plano de alzado y secciones original de la fábrica. Archivos Viana.

6.- Plano original del cauce del río Guadalquivir que atraviesa la colonia. Archivos

Viana.

7.- Plano de la primera presa sobre el río Guadalquivir. Archivos Viana.

8.- Plano de la segunda presa sobre el río Guadalquivir. Archivos Viana.

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