Módulo 3: Instituciones educativas y formación del sujeto 2021-1
Semana 8. Actividad 1. Relatos docentes.
Adriana Aguilar Ávila.
La cultura escolar podría definirse como el conjunto de conocimientos,
estados anímicos, acciones y nivel de desarrollo alcanzado por una comunidad
educativa. La cultura admite grados de “visibilidad” y se proyecta en las rutinas,
costumbres, normas, estilo educativo, creencias, actitudes, valores, símbolos,
relaciones, discurso y metas. Aun cuando la cultura escolar es lo bastante estable
como para ser reconocida es a la vez dinámica. La realidad cultural “permanece”,
se difunde y evoluciona, progresiva o regresivamente. Nos situamos, en verdad,
en una perspectiva antinómica de la cultura escolar, pero conveniente para
contemplar su complejidad e implicaciones. Del mismo modo considero que cada
institución social tiene su propia cultura, distinta a la de otras instituciones.
La cultura escolar, que está expresada en ideas, expectativas, normas y
formas de actuar, que son propias del medio escolar, y que se asumen como
características del desempeño de los roles sociales y actuaciones convencionales
que desempeñan quienes intervienen en las escuelas. Esa cultura escolar
determina lo que se espera que suceda en las escuelas, lo que se supone que en
ellas se debe hacer y lo que puede aceptarse como adecuado dentro del ámbito
escolar.
La cultura es un proceso en el cual interactúan formando un todo coherente,
una serie de elementos como: conocimientos, creencias y valores, arte, leyes,
educación y toda clase de habilidades y hábitos adquiridos por los seres humanos,
en tanto miembros de una sociedad en particular.
El sistema educativo es una estructura de enseñanza integrada por un
conjunto de instituciones y organismos que regulan, financian y prestan servicios
para el ejercicio de la educación según políticas, relaciones, estructuras y medidas
dictadas por el Estado de un país.
Las relaciones entre escuela y cultura siempre han sido relaciones tensas y
conflictivas. Desde el sentido común de los educadores y de algunos sectores de
la opinión pública, se sostiene la necesidad de armonizar las propuestas de ambas
dimensiones o, más concretamente, que la escuela se adapte a los requerimientos
y pautas de la cultura popular. Nuestra hipótesis, en cambio, consiste en sostener
que sólo en un marco de tensión y conflicto es posible que la relación entre
escuela y cultura sea una relación socialmente significativa.
En definitiva, la escuela constituye, ella misma, un producto histórico y, como
tal, es una forma específica de resolver el problema de la transmisión
del patrimonio cultural de una sociedad a sus futuras generaciones.