¿Que Debemos Hacer Antes Del Arrebatamiento?

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¿Que debemos hacer antes del

arrebatamiento?
INTRODUCCIÓN:

La palabra “arrebatamiento” ha sido objeto de candentes discusiones


teológicas. De hecho existe en la escatología (el estudio de las
últimas cosas), las llamadas escuelas de interpretación de la segunda
venida de Cristo.

Pero independientemente de la “corriente” a la que nos arrimemos


para conformar una postura sobre los eventos del porvenir, la Biblia
nos habla de hombres que fueron trasladados al cielo sin ver muerte,
o de un lugar a otro en la misma tierra por una intervención divina.
En cada uno de esos casos se puede observar una especie de
“arrebatamiento”.

Existen siete ejemplos de arrebatamientos en la Biblia, incluyendo el


final, cuando ocurra el levantamiento de la iglesia.

1) Así tenemos que el primer arrebatamiento de la historia lo


protagonizó el patriarca Enoc, quien fue llevado vivo a los cielos
antes del diluvio

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.


(Génesis 5:24 RVR1960)

2) El segundo fue Elías, de donde surge el tema de hoy. Estos fueron


en el Antiguo Testamento.

Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego


con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un
torbellino. (2 Reyes 2:11 RVR1960)

3) En el Nuevo Testamento nos encontramos que Jesús después que


resucitó fue arrebatado al cielo en medio de una nube. 
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió
una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron
junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también
les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9-11 RVR1960)

4) Los otros casos los protagonizaron Felipe, el diácono (Hch. 8:39)

Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y


el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. Pero Felipe se
encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las
ciudades, hasta que llegó a Cesarea. (Hechos 8:39-40 RVR1960)

5) Pablo (2 Cor. 12:2-4).

Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el


cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue
arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el
cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue
arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es
dado al hombre expresar. (2 Corintios 12:2-4 RVR1960)

6) Todavía falta que ocurra el de la iglesia en breve (1 Tes. 4:17)

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y


con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (1
Tesalonicenses 4:16-18 RVR1960)

7) el séptimo arrebatamiento lo protagonizarán los dos Testigos:


Moisés y Elías en la gran tribulación (Apc. 11:11, 12).
Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida
enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor
sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les
decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los
vieron. (Apocalipsis 11:11-12 RVR1960)

Hoy hablaremos del “arrebatamiento” de Elías, enfocándonos en todo


lo que este hombre hizo antes que el Señor se lo llevara al cielo.

Con esto llegamos al último mensaje de este extraordinario profeta.


La palabra “torbellino” se constituye en la mejor forma para describir
al profeta antes de ser alzado al cielo v. 1.

Toda su vida fue como un torbellino desde el momento que apareció


en escena. Nadie como él para ser testigo y protagonista de los
milagros divinos.

De modo, pues, que así como Elías vivió, así Dios decidió llevárselo
al cielo.

Ahora bien, ¿qué hizo Elías mientras llegaba el arrebatamiento?


¿Qué debemos hacer nosotros antes que llegue ese día? Veamos
esto.

2 Reyes 2:1-14
1Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al
cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal. 2Y dijo Elías a Eliseo: Quédate
ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive
Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-
el. 3Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-
el, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre
ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad. 4Y Elías le volvió a decir: Eliseo,
quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo:
Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a
Jericó. 5Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban
en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor
de sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad. 6Y Elías le dijo: Te
ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y
él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron, pues,
ambos. 7Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y
se pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.
8Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las
cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo
seco. 9Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras
que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te
ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10Él le
dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti,
te será hecho así; mas si no, no. 11Y aconteció que yendo ellos y
hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a
los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. 12Viéndolo Eliseo,
clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a
caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en
dos partes. 13Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y
volvió, y se paró a la orilla del Jordán. 14Y tomando el manto de
Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está
Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo
las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.

I. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS


MIRAR ATENTAMENTE LOS TIEMPOS DE DIOS

1. Viene un evento precioso v. 1.

1Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al


cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.

A Elías se le dio a conocer que no moriría. Que sería llevado al cielo


sin pasar por ese doloroso proceso. Demás está decir lo que significa
enfrentarse al “postrer enemigo” llamado la “muerte”.

Hay enfermedades que devoran al cuerpo y los que protagonizan


semejante tiempo antes de morir pasan por dolores insoportables y
angustias interminables.
El hecho, pues, de decirle a alguien que no va a morir debe ser una
gran noticia.

Elías tuvo que conocer la historia de Enoc quien fue el primer hombre
que experimentó el arrebatamiento. De modo que saber que sería el
segundo hombre para entrar al cielo sin experimentar la muerte, tuvo
que llenar su corazón de un gozo desbordante.

¿Pero sabía usted que la Biblia nos dice que nosotros también
podemos experimentar el gozo de lo que vendrá?

¡Así es! La venida de Cristo plantea dos grandes eventos.

Uno tiene que ver con la resurrección de los muertos y el otro con la
transformación del cuerpo

1 Tesalonicenses 4:13-18
13Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen
esperanza. 14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así
también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15Por lo
cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que
vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron. 16Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir
al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por
tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Este precioso acontecimiento podría suceder en cualquier momento


1 Corintios 15:51-52
51He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos
seremos transformados, 52en un momento, en un abrir y cerrar de
ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos
serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción,
y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible
se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

Ahora estamos en la misma posición que estuvo Elías. Podemos irnos


al cielo sin ver la muerte. ¿No es esta la más grande noticia?

2. Hay una promesa muy cierta v. 3, 5, 7.

3Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el,


le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y
él dijo: Sí, yo lo sé; callad.

5Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en


Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de
sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad.

7Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se


pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.

Cuando uno lee estos tres versículos inmediatamente descubre que


muchos ya sabían del “arrebatamiento” que iba a ser objeto el
profeta. Los hijos de los profetas sabían de ese evento (v. 3, 5, 7).

Y por supuesto, Elías sabía que eso iba acontecer, pues ya Dios se lo
había revelado v. 9.

9Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que
haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego
que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
Nadie estuvo tan seguro de eso como el viejo profeta. ¡Qué privilegio
vivió este santo varón!

Pero Eliseo sabía de ese acontecimiento también (v. 2-6). Y si algo le


molestaba era que se lo recordaran v. 5.

Bueno, no era para menos, su padre espiritual le iba ser quitado.

La presencia física de esa gigante de la fe ya no estaría con él. Por lo


tanto, este evento no fue un secreto. Era algo del cual la gente había
oído hablar y podría prepararse para eso.

Lo mismo sucede con el regreso de Cristo. Este evento no está


escondido de los hombres.

Jesús habló de su segunda venida

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo


hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde
voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde
vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
(S.Juan 14:2-6 RVR1960)

Hay muchos escritos en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento


como el Nuevo, que hablan de la segunda venida. Así que no habrá
ninguna excusa para nadie de modo que este le tome por sorpresa.

Ya hace más de dos mil que se está anunciando su venida

2 de Pedro 3:9 - 11
9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual
los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo
serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. 11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,

3. Solo Dios sabe cuándo será v. 9.

A pesar de que muchas personas ya sabían lo que iba a suceder,


nadie sabía cuándo era el “arrebatamiento” de Elías. Dios le había
notificado al profeta de lo que le iba a pasar, pero él mismo no sabía
cuándo.

Así que lo que Elías hizo fue vivir sus últimos días y horas a la espera
de que aquel evento ocurriera.

Lo último que hizo Elías fue quedarse parado como los apóstoles
después que el Señor ascendió al cielo (Hch. 1:11). Mientras eso
suceda hay que hacer algo.

Lo mismo es cierto en relación con el regreso de Jesucristo por su


pueblo. La Biblia enfáticamente nos dice que Jesucristo volverá.

El Nuevo Testamento tiene unas 380 referencias a este tema, pero en


ninguna parte se nos dice cuándo va a suceder (Mat. 24:36).

Así que el asunto que más debe importarnos es que estemos


preparados para cuando esto acontezca. Recordemos estas palabras
aleccionadoras de la boca del mismo Señor Jesús:

“ Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del


Hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mateo 24:44).

¿Está usted preparado para cuando Cristo regrese?


II. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS
SEGUIR CAMINANDO SIN DESMAYAR

1. Debemos caminar con propósito v. 6.

Aun cuando Elías anticipó su partida de este mundo, él siguió


viviendo como siempre lo hizo. Siguió caminando en obediencia y
humildad delante de su Señor.

Observe su declaración: "El Señor me ha enviado...", v 2, 4, 6.

2Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha


enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.

4Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová


me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no
te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó.

6Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha


enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Fueron, pues, ambos.

Si Elías hubiera sido como muchos de nosotros, se habría pasado sus


últimos días en algún retiro, descansando hasta que todo sucediera.

Pero este hombre estuvo activo en el servicio al Señor hasta el último


momento de su vida en la tierra.

Elías fue como un auténtico soldado que se mantuvo bajo las órdenes
de su Comandante en Jefe haciendo lo que él le mandara.

No podemos dejar de servir al Señor porque su venida se aproxima.

El año pasado fuimos testigos de un hecho insólito sobre este


particular. Un moderno “profeta” (Jesús Miranda) comenzó a en
enseñar que el mundo se acabaría para el mes de mayo. Las noticias
comenzaron aparecer en televisión, siendo muchas de ellas objeto
de burlas.

Pero lo que más llamó la atención fue cómo mucha de esa gente
incauta comenzó a vender sus casas y sus propiedades porque Cristo
vendría para esa fecha. Todos sabemos lo que pasó.

Mientras el Señor viene debemos seguir trabajando y velando

Lucas 12:37
37Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando
venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se
sienten a la mesa, y vendrá a servirles.

2. Debemos caminar en progreso v. 7.

Antes que el Señor sacara a Elías de este mundo lo fue llevando de


un lugar a otro. Todo esto fue como una especie de despedida a esos
importantísimos lugares, pero también con oportunidades de visitar
las escuelas de los profetas y servir de estimulo para ellos.

El hecho de visitar esos lugares antes de su “arrebatamiento” le dio a


Elías la oportunidad de recordar cómo el Señor había trabajado allí y
recordar las maravillas que él hizo a favor de su pueblo.

De esta manera: Gilgal, Bethel, Jericó y el Jordán eran sitios que


representaban un orden progresivo y victorioso por donde Dios trae a
sus hijos.

¿Qué significa todo esto para nosotros?


Bueno, los viajes de Elías nos muestran algo de la progresión de la
vida cristiana normal.

La vida cristiana no está destinada a ser una vida de estancamiento.


Está destinada a ser una vida de continuo progreso.
El reto de 1 Corintios 15:58 tiene que ser el blanco de nuestro
progreso.
58Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano.

La vida espiritual que progresa mientras el Señor se aproxima


contempla un Gilgal del comienzo, un Betel de comunión, un Jericó
de victoria y un Jordán del peregrinaje por el desierto.

Mientras suceda el rapto debemos seguir progresando.

3. Debemos caminar acompañados v. 11.

11Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de


fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo
en un torbellino.

Hay en este pasaje lo que pudiéramos llamar el “precio del


compañerismo”. Elías se aseguró de tener a Eliseo por compañero
después de vivir y trabajar solo.

Y la amistad llegó a ser tan grande que Eliseo se declaró en


“desobediencia” unas tres veces frente al pedido del viejo profeta:
“Quédate aquí…”. Los versículos 2, 4 y 6 hablan de la amistad y el
compañerismo entre estos dos colegas.

Ciertamente Elías había terminado sus tareas sobre la tierra, pero no


se desentendió de aquellos que podían darle ánimo en esa etapa de
su vida.

Elías siguió caminando en compañerismo con otros creyentes. Véalo


visitando a las escuelas de los profetas y ahora caminando con su
amigo y socio Eliseo. El caminar del creyente debe ser acompañado
con otros.
Hay demasiados Llaneros Solitarios en nuestros días. Demasiados
creyentes actúan como si no hubiera nadie más en su vida. Pero si
hay algo que necesitamos es el tener comunión y amistad con otros
hermanos.

Una de las exhortaciones del Nuevo Testamento nos dice:

Hebreos 10:25
25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,
sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se
acerca.

¿Cómo es su comunión con los hermanos?

III. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS


FORMAR AL SUSTITUTO QUE SEGUIRÁ

1. Enseñándoles el camino de la fe v. 8.

8Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las


cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo
seco.

Elías estuvo ocupado hasta el final de su carrera terrenal. La vida de


este hombre nos manda un gran mensaje.

Mientras llega el “torbellino” que le levantará de los mortales, sigue


trabajando. Elías se había acostumbrado a ver los milagros de Dios.

Ya no era extraño que abriera el río Jordán utilizando su manto. Eso


era un ejercicio de fe cotidiano.

Su confianza en quien hasta ahora ha sido su Redentor está firme.


Es cierto que para muchos hombres “golpear las aguas”, y que estas
se abran, es un asunto que demanda mucha fe.
Pero para Elías eso era normal. El hecho es que Elías sabe que se va al
cielo, pero eso no le mantiene acostado en una “amaca” solo
esperando.

¿Por qué abrir el Jordán otra vez?


Porque los hombres de fe se mantienen dando este ejemplo hasta el
final de sus vidas. Eliseo debería ver esa fe y aprender de ella.

Hermanos, no importa cuánto tiempo usted puede caminar con el


Señor, no importa lo que le ha visto hacer, no importa lo que ha
hecho a través de su vida, nunca llegará el día cuando usted deje de
confiar en él.

No dejes de caminar por fe porque sientes que ahora estás más cerca
del cielo.

Otros van a imitar tu fe.

Que tu fe no desmaye nunca. Que contagies a otros con ella hasta el


final de tu vida.

2. Dejándoles la “doble porción” v. 9-10.

9Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que
haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego
que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10Él le dijo: Cosa
difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será
hecho así; mas si no, no.

No se vaya de este mundo sin haber formado a otro.

Propóngase dejar un legado en su familia, su trabajo y en su iglesia.

Dios le había dicho a Elías en la cueva de Horeb que antes de irse


tenía el trabajo de ungir a hombres para completar la tarea del reino
y el oficio profético. Entre esos hombres estaba Eliseo, su sustituto.
Observe la petición de Eliseo (v. 9).

Un discípulo no debiera pedir menos que esto de su maestro.


Y esta fue la petición de Eliseo porque sabía cuan impactante fue el
ministerio del profeta.

Así que la tarea de Elías fue capacitar al hombre que lo iba a


sustituir. La “doble porción de tu espíritu” que pidió Eliseo le fue
dada.

Con semejante petición vemos que Eliseo superaría a su maestro en


las obras milagrosas, aunque no en su ministerio profético.

Al final de esto seguimos en deuda con el más grande de los profetas.

Pero lo que más debe impresionarnos es que mientras Elías esperó su


“arrebatamiento”, se mantuvo fiel siguiendo y sirviendo al Señor
como si fuera a vivir otros cien años.

Una de las tareas que olvidamos los creyentes es que estamos


modelando vidas y conductas como lo hizo Elías.
¿Qué es lo que más hacemos mientras regresa Jesús?

CONCLUSIÓN:
Que bueno que Dios no respondió la oración de Elías cuando deseó
morirse. Dios siempre tiene lo mejor para sus hijos (v. 1, 11).

De esta manera Elías cumplió con la misión encomendada por Dios.

Hasta el final de sus días conservó sus vestiduras limpias de mancha


de ese mundo apóstata que causó Acab con su malvada esposa.

No tuvo un hogar donde vivir, así que ahora le toca proseguir hacia
su descanso celestial. Ahora es el momento de la premiación.
Elías fue llevado al cielo en un “carro de fuego”.
¿Qué representaba esto?
Que así como las almas de los santos son llevadas por los ángeles al
paraíso (Lc. 16:22), Dios previamente ya estaba haciendo ese tipo de
trabajo, enviando de los más nobles de sus ángeles para llevar a su
profeta al cielo.

Por cierto que la palabra “serafín” significa “encendido”, y se dice


que Dios hace a sus ángeles "flamas de fuego” (Sal. 104:4), mientras
que "querubín” es el nombre de "los carros de Dios" (Sal. 68:17).

¿No es maravilloso pensar que Dios preparó lo mejor de sus


“serafines" y “querubines” para buscar a su siervo?
En el traslado de Elías tenemos un testimonio claro de las
recompensas divinas.

Al final de la jornada, Dios honra a los que le honran.


La honra de este profeta se vio reflejada cuando apareció al lado de
Moisés, acompañando a Jesús antes de ir a la cruz, en la llamada
“Transfiguración”.

¿Sabe usted lo que puede hacer el Señor con una vida consagrada
él?
Pero al igual que Eliseo tendremos que preguntarnos ahora: “¿dónde
está Jehová, el Dios de Elías?”. ¡Que se manifieste ese Dios!

I. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS MIRAR ATENTAMENTE LOS TIEMPOS DE DIOS


a) Viene un evento precioso
b) Somos parte de esa promesa
c) No sabemos cuando

II. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS SEGUIR CAMINANDO SIN DESMAYAR


a) Debemos caminar con propósito
b) Debemos caminar en progreso
c) Debemos caminar acompañados

III. MIENTRAS LLEGA EL ARREBATAMIENTO DEBEMOS FORMAR AL SUSTITUTO QUE SEGUIRÁ


a) Enseñándoles el camino de la fe
b) Prepararlos para mayores cosas

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