Jorge Pineda Lucatero

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Universidad de Colima

POSGRADO INTERINSTITUCIONAL
EN CIENCIAS PECUARIAS

EFECTO DE UN SUPLEMENTO ACTIVADOR PROTEICO O ENERGETICO DE


LA FERMENTACION RUMINAL EN LA ENGORDA DE BOVINOS EN
PRADERAS DE PASTOS TROPICALES EN COLIMA

TESIS
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR
EN CIENCIAS PECUARIAS

PRESENTA
JORGE PINEDA LUCATERO

COMITE TUTORIAL:

DR. MIGUEL ANGEL GALINA HIDALGO (Asesor)


DR. ENRIQUE SILVA PEÑA (Asesor)
DR. ERNESTO VILLAVICENCIO GOMEZ
DRA. MARIA DEL ROCIO FLORES BELLO
DR. RAFAEL JULIO MACEDO BARRAGAN

COLIMA, COL., MEXICO. OCTUBRE DE 2004.


AGRADECIMIENTOS

Nunca será suficiente lo que aquí pudiera plasmar o decir para agradecer a:

El pueblo de México

A la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

A la Universidad de Colima, alma mater de mi formación de posgrados

Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)

Al Comité Estatal de Fomento y Protección Pecuaria de Colima

A Química Bengala de México SA de CV

A mi honorable comité tutorial por su valiosa cooperación incondicional en


la culminación del presente traba jo.

i
DEDICATORIA

A todas aquellas personas que de manera incondicional han estado presentes en


el camino de mi vida y que aun cuando no se mencionen no dejarán de ser parte
importante en este andar.

Para el gran arquitecto del universo D N S.

A mi querida esposa Mónica, por ser una gran compañera, una gran madre
y una gran profesionista.

A mis adorables hijos Mónica Cristina y Jorge, dos grandes alicientes y


motivo suficiente para seguir superándome.

Con amor filial y fraterno a mis padres:


Jorge Pineda G.
Lucía Lucatero L.

A mis queridos hermanos:


Rosa Ofelia
José Trinidad
Alicia Gétzabel
Yunuén Esmeralda
María Estela
Cristina Rocío

A mi comité tutorial y grandes amigos:


Dr. Miguel A. Galina H.
Dr. Enrique Silva P.
Dr. Ernesto Villavicencio G.
Dra. Rocío Flores B.
Dr. Rafael J. Macedo B.

Dr. Justino Pineda L.


Dr. José M. Palma G.
M.V.Z. José T. Pineda E.
M.V.Z. José Farías M.
M.C. José Mancilla F.
M.C. Jorge Rosado E.
M.V.Z. Marco A. Araiza S.
M.V.Z. Rafael Accio Martínez
M.V.Z. Alejandro Ochoa G.

ii
INDICE

RESUMEN 1
ABSTRACT 3
I INTRODUCCIÓN 5
II REVISION DE LITERATURA 11
II.1 GANADERIA 11
ll.2 ENGORDA DE BOVINOS EN LA TROPICO 13
ll.3 BIOTECNOLIGIA 15
ll.4 PASTOREO 21
ll.4.1 Hábitos de pastoreo 25
ll.4.2 Consumo de rumiantes en pastoreo 25
ll.4.3 Sistemas de pastoreo 26
ll.4.4 Pastoreo continuo 27
ll.4.5 Pastoreo rotacional 28
ll.4.6 Pastoreo alterno 30
ll.4.7 Pastoreo rotacional común 30
ll.4.8 Pastoreo rotacional en línea 30
ll.4.9 Pastoreo diferido 31
ll.4.10 Pastoreo racional 31
ll.4.11 Pastoreo holístico planificado o pastoreo Savory 32
ll.4.12 Pastoreo ecológico 32
ll.4.13 Pastoreo intensivo tecnificado (PIT) 33
ll.5 Leyes universales de pastoreo racional 35
ll.5.1 Primera ley 35
ll.5.2 Segunda ley 35
ll.5.3 Tercera ley 36
ll.5.4 Cuarta ley 36
ll.6 El suelo 38
ll.7 El clima 38
ll.8 La planta 39
ll.9 Prácticas de manejo para una pradera 39
ll.9.1 Carga animal 39
ll.9.2 Sistema de pastoreo 39
ll.9.3 Estructura de la pastura 39
ll.9.4 Nutrición de las pasturas 39
ll.9.5 Presión de pastoreo 40
ll.9.6 Tiempo de recuperación o descanso 40
ll.9.7 Intensidad de pastoreo 40
ll.9.8 Frecuencia de pastoreo 41

iii
ll.9.9 Fertilización 41
ll.10 Forrajes 42
ll.10.1 Algunos conceptos generales 42
ll.10.2 Los forrajes tropicales 43
ll.10.3 Utilización de los forrajes en trópico 49
ll.10.4 Constitución y composición de la fibra de los forrajes 50
ll.10.5 Metabolismo de los productos de la degradación de los 53
forrajes
ll.10.6 Utilización de los forrajes por los microorganismos ruminales 58
ll.10.7 Calidad y digestibilidad de los forrajes 60
ll.10.8 Consumo de los forrajes 61
ll.10.9 Factores que afectan 63
ll.10.10 Complementación alimenticia en el rumiante 65
ll.10.11 Hidratos de carbono de fácil fermentación 66
ll.10.12 El nitrógeno no proteico (NNP) y pollinaza 67
ll.10.13 Proteína fermentable y de baja degradación ruminal 68
ll.10.14 Elementos álcalis y buffer 71
ll.10.15 Minerales 72
ll.10.16 Metabolismo ruminal del nitrógeno no proteico (NNP) 72
ll.10.17 Fermentación ruminal 75
lll HIPÓTESIS 78
lV OBJETIVOS 79
lV.1 GENERAL 79
lV.2 PARTICULARES 79
V MATERIAL Y METODOS 80
V.1 Características de la zona de estudio 80
V.2 Suplementos y animales experimentales 81
V.2.1 Experimento 1 81
V.2.2 Experimento 2 82
V.3 Praderas experimentales y manejo del pastoreo 83
V.4 Evaluación del comportamiento animal 84
V.5 Análisis estadístico 86
Vl RESULTADOS 87
Vl.1 Experimento 1 87
Vl.2 Experimento 2 92
Vll DISCUSIÓN 94
Vlll CONCLUSIONES 104
lX LITERATURA CITADA 105

iv
v
RESUMEN.

Con el objetivo de evaluar el uso de suplementos activadores de la


fermentación ruminal en la engorda de bovinos en praderas de pastos tropicales
se realizaron dos pruebas en pradera compuesta por pasto estrella (Cynodon
nlemfuensis) 38%, bermuda (Cynodon dactylon) 35%, guinea (Panicum maximum)
8%, otros zacates 10% y leguminosas 9%. En el primer experimento ochenta toros
de 216 (±8) kg fueron divididos en cuatro grupos experimentales, tres de los cuales
recibieron tres suplementos de aporte continuo de urea (SACU 1, SACU 2, SACU
3), conteniendo melaza, urea, sal, cal, harinolina, pulidora de arroz, maíz, pollinaza,
sales minerales, sulfato de amonio, harina de pescado, cemento y cebo de res,
diferenciados entre sí por el nivel de nitrógeno y e nergía de baja degradabilidad
ruminal disponible, modificando las cantidades de cebo y/o harina de pescado.
Dietas comparadas contra un grupo testigo, suplementado con un concentrado
bovino comercial (CB) de 18% PC. En el segundo experimento se compararon dos
grupos de 30 toros con un peso promedio de 213 (± 5) kg. El primero alimentado
con un suplemento de aporte continuo de urea ajustado para mejorar la cinética
ruminal (SACU), mediante más nitrógeno fermentable, comparado con un segundo
ensayo con un concentrado bovino comercial (CB) similar al anterior. El peso final,
la ganancia diaria y total de peso se analizaron por medio de un Análisis de
Covarianza, la comparación entre medias se realizó mediante una prueba de
mínimos cuadrados y se analizó el crecimiento de los becerros mediante un
Análisis de Regresión. Asimismo, se realizó un estudio de rentabilidad de las
raciones propuestas. En el experimento 1 se encontraron diferencias significativas
entre los tratamientos (P<0.05), para la ganancia diaria de peso (SACU1 1.169 ±
0.107; SACU2 1.134 ± 0.106; SACU3 1.134 ± 0.105 y CB 1.152 ± 0.106), la
ganancia total de peso (SACU1 210.377 ± 1.908; SACU2 204.050 ± 1.889;
SACU3 203.700 ± 1.883 y CB 207.423 ± 1.900) y el peso final (SACU1 426.396 ±
1.921; SACU2 420.059 ± 1.901; SACU3 420.215 ± 1.895; CB 423.430 ± 1.913). La
utilización de los suplementos de aporte continuo de urea mantuvieron un nivel
óptimo en el pH ruminal así como un alto contenido de amoníaco, situación no
observada en el caso del concentrado bovino. La rentabilidad de los tres
tratamientos experimentales (SACU 1, SACU 2, SACU 3) superó a la del grupo
testigo (CB) con valores de 2.24, 2.10, 2.19 y 1.59 veces el costo de producción
respectivamente. En el experimento 2 se presentaron diferencias significativas
(P<0.05) entre los tratamientos para la ganancia diaria de peso (SACU 1.295 ±
0.009 contra CB 1.146 ± 0.009), la ganancia total de peso (SACU 233.235 ±
1.5333 contra CB 206.185 ± 1.533) y el peso final (SACU 446.165 ± 1.533 contra
CB 419.234 ± 1.533). Se concluye que la utilización de suplementos activadores
de la fermentación ruminal en la engorda de bovinos en praderas tropicales
permitió el desarrollo de una propuesta productiva económica rentable.

2
ABSTRACT

Two experiments were conducted with the objective to evaluate the utilization
of continuous urea supply concentrates (SACU). Steers were fattened by grazing on
a combined pasture of Star grass (Cynodon nlemfuensis) 38%, Bermuda grass
(Cynodon dactylon) 35%, Guinea grass (Panicum maximum) 8%, legumes 9% and
other grasses 10%. In a first experiment, mixed Zebu steers (n=80), with mean BW
of 216 (±8) kg were divided into four groups. Three groups were supplemented with
a mixture containing molasses, urea, salt, limestone, wheat bran, rice polishing,
corn, poultry litter, cottonseed meal, mineral salts, ammonium sulphate, fishmeal,
cement kiln dust and animal lard (SACU1, SACU2, SACU3) and varied in the
amount of bypass protein and energy using alternating levels of fishmeal and animal
lard. A control group received a commercial concentrate (CB) containing mineral
salts, barley, fishmeal, wheat bran and corn. In a second experiment, two groups of
30 mixed Zebu steers with mean BW of 213 (± 5) kg were compared. First group
was supplemented with a continuous urea supply concentrate (SACU) which was
adjusted by adding cottonseed meal to increase the level of degradable nitrogen.
Control group was supplemented only with the previously mentioned commercial
concentrate (CB). Final weight (FW), daily weight gain (DWG) and total weight gain
(TWG) were analyzed by Covariance Analysis using a Completely Randomized
Design. The difference, between the means, was compared with Least Square
Means and growth performance was analysed through the adjustment of
regressions to the days of trial. Additionaly, a profitability study of the different
rations, was achieved. In experiment one, daily weight gain (SACU1 1.169 ± 0.107;
SACU2 1.134 ± 0.106; SACU3 1.134 ± 0.105 y CB 1.152 ± 0.106), total weight
gain (SACU1 210.377 ± 1.908; SACU2 204.050 ± 1.889; SACU3 203.700 ± 1.883
y CB 207.423 ± 1.900) and final weight (SACU1 426.396 ± 1.921; SACU2 420.059
± 1.901; SACU3 420.215 ± 1.895; CB 423.430 ± 1.913) were affected (P<0.05) by
the different treatments. SACU utilization allowed the maintenance of a fine ruminal
pH level as well as a high content of ammonium. Profitability of the three
experimental groups (SACU 1, SACU 2, SACU 3) was higher than that shown by

3
the control group (CB), with values 2.24, 2.10, 2.19 versus 1.59 respectively. In
experiment two, supplementation affected (P<0.05) the daily weight gain (SACU
1.295 ± 0.009 versus CB 1.146 ± 0.009), the total weight gain (SACU 233.235 ±
1.5333 versus CB 206.185 ± 1.533) and the final weight (SACU 446.165 ± 1.533
versus CB 419.234 ± 1.533). It was concluded that utilization of continuous urea
supply concentrates in the fattening of steers grazed on tropical pastures, allows the
development of a economically feasible productive proposition.

4
I. INTRODUCCIÓN.

Los rumiantes tienen la habilidad de utilizar forrajes como única fuente de


alimento. Desde el criterio de morfología vegetal, al contrario de las semillas, los
tejidos de las plantas contienen una cantidad importante de su materia orgánica
(MO) (35 al 80%) en las paredes celulares que le proveen a los tejidos su integridad
estructural. En bovinos se permite el uso como nutrimento de las estructuras
fibrosas de los forrajes, a través de una degradación d e paredes celulares por los
microorganismos del rumen capaces de fermentar los polisacáridos en las paredes
celulares, que no son sustrato para la hidrólisis de las enzimas de los mamíferos
(Jung y Allen, 1995). Al maximizar la presencia de bacterias ruminales se
incrementa significativamente la síntesis de proteína microbiana con paso al
duodeno, produciéndose una reducción del reciclaje del nitrógeno (N) en el rumen,
permitiendo aprovechar el potencial para mejorar la productividad de los rumiantes
(Koening y Newblod, 2000). Recientemente ha sido posible obtener altas tasas de
eficiencia en la fermentación, en rumiantes alimentados con forrajes de baja calidad,
suplementados con nutrientes críticos y nitrógeno no proteico (Galina et al., 2000;
Ortiz et al., 2002). La energía necesaria para un buen desarrollo microbiano puede
provenir de las paredes celulares de los forrajes fibrosos, cuando se mejora la
celulolisis con suplementación de una dosis adecuada de carbohidratos
fermentables (Galina et al., 2002a).

Los alimentos altos en fibra, bajos en proteína, acompañados de los


residuos de cosechas son los forrajes de mayor abundancia para los rumiantes en
los trópicos (Preston, 1995; Fernández et al., 1990). Trabajos previos han obtenido
mejoras en las tasas de producción cuando estos forrajes han sido suplementados
adecuadamente, favoreciendo la fermentación ruminal con un aporte de nutrientes
esenciales hacia el intestino delgado (Preston, 1995; Leng, 1990; 1991; Galina et
al.,1997). Otros buscaron optimizar la relación simbiótica entre los microorganismo
ruminales y el animal huésped (Ørskov, 1994). Un incremento en la población
microbiana celulolítica, particularmente las especies Fibrobacter succinogenes,
Ruminococcus flavefaciens y R. albus, puede tener dos funciones, por un lado

5
aumentar la energía de la dieta accesible al rumiante, esto incrementa la
digestibilidad de los forrajes ricos en fibra, y permite a su vez, un aporte superior al
señalado en la tablas convencionales de alimentos ( INRA, 1988; Martin 1997;
Ørskov, 1994; Russell y Wilson, 1996). Por otro lado al incrementar el flujo ruminal,
se produce un aumento en la cantidad de nutrientes debido a un mayor volumen de
materia seca ingerida, permitiendo un consumo voluntario aparente muy por encima
de márgenes conocidos con anterioridad (Ortiz et al., 2002; INRA, 1988). Para
lograr una mayor eficiencia fermentativa microbiana se ha recomendado la
presencia constante de una base de N-amoniacal como urea, pollinaza, sulfato de
amonio o cualquier fuente de nitrógeno no proteico (Oltjen et al., 1968; Leng, 1990;
Preston, 1995; Zinn et al.,1996), en combinaciones que pueden tener
concentraciones importantes de urea (Visek; 1984), acompañada de carbohidratos
fácilmente fermentables como la melaza (Ferreiro y Preston, 1976; Preston, 1995;
Russell y Wilson, 1996). Otros elementos que complementan la fermentación
microbiana son azufre y fósforo; además álcalis que modifican el pH hacia la
neutralidad (cal) aunado a sustancias buffer, como el cemento (Russell et al., 1979;
Noller et al., 1980; Wheeler et al., 1981a; 1981b; Russell y Wilson, 1996). La
productividad se puede complementar con proteína de sobrepaso, carbohidratos de
baja degradabilidad que escapen a la fermentación ruminal, grasa anim al que
aporte un incremento energético por kg de MS, además de ácidos grasos de
cadena larga que aumenten el NADPH (Ørskov, 1998; 1991; Leng, 1990). Con la
mezcla de ellos se incrementa la absorción de nutrientes y aumenta la productividad
hasta 10 veces más de aquella obtenida por métodos convencionales (Leng, 1990).

Con anterioridad se han realizado estudios sobre los efectos individuales de


cada uno de los elementos utilizados en la propuesta; sin embargo pocas
investigaciones midiendo los efectos ruminales de una mezcla compleja (Galina et
al., 1997) o administrada en forma de bloques de urea que han sido utilizados con
buenos resultados en bovinos (Kunju, 1986).
El empleo de las especies forrajeras dentro de la producción de alimentos y
en particular de los productos de origen animal, exigidos por la creciente presión

6
demográfica, han señalado la importancia de desarrollar nuevos sistemas de
explotación pecuaria a partir de la utilización de las grandes extensiones de tierra
que existen en las regiones tropicales y subtropicales. Esto permite sugerir la
necesidad de un mayor conocimiento de la biología y manejo de las especies
forrajeras del trópico, con vistas a minimizar la utilización para la alimentación de
los rumiantes, de granos y cereales u otros alimentos que el hombre pueda
consumir (Elías, 1983). La fibra, en especial la celulosa es una de las sustancias
orgánicas que más abunda en la naturaleza y que, a su vez, constituye una de las
mayores fuentes de energía. Sin embargo, los vertebrados en el curso de la
evolución no han sido capaces de desarrollar en su organismo las enzimas que
ataquen la configuración de los enlaces 1 -4 glicosídicos de la celulosa. En los
herbívoros esta ausencia no influye en la utilización de la fibra especialmente por
los rumiantes, ya que en el primer compartimiento (retículo-rumen) del estómago
se ha establecido una microflora celulolítica responsable de una fermentación
pregástrica (Elías, 1983). En este proceso la celulosa y otros polímeros,
constituyentes de la fibra se transforman en fuentes energéticas aprovechables
por el animal en forma de ácidos grasos volátiles (acético, propiónico y butírico).

Es por ello, que el rumiante puede utilizar los alimentos fibrosos, más
eficientemente que los animales de estóma go simple, produciendo alimentos de
alto valor biológico para el hombre (Elías, 1983).

La utilización de diversas estrategias de alimentación para los rumiantes en


el trópico ha derivado en el uso de pastos, rastrojos, pajas y otros recursos
forrajeros como la caña de azúcar y sus subproductos, tales como el bagazo,
bagacillo y las puntas; sin embargo, la principal característica de estos forrajes es
su pobre valor nutritivo resultando de un alto tenor de fibra y un bajo contenido de
proteína, asociado con una baja digestibilidad, lo que repercute directamente
sobre el consumo, generando una baja eficiencia productiva (Leng, 1991).

7
Para disminuir estas características, se han desarrollado varias estrategias
como los tratamientos químicos y físicos del mat
erial fibroso (Aguilera 1996),
pasando por la incorporación de forrajes de mejor calidad (Leng, 1991) y la
complementación con elementos no convencionales (Preston y Leng, 1989). Para
lograr una máxima expresión productiva con estos recursos forrajeros; s in
embargo, es prioritario el establecimiento de un ecosistema ruminal donde se
maximice la digestibilidad de la fibra complementando los elementos que limitan la
capacidad fermentativa microbiana (Leng, 1991).

El bajo nivel de nitrógeno en los forrajes t ropicales, es indicativo de la


necesidad de su incorporación en la dieta (Preston y Leng, 1987). Así pues, la
complementación con nitrógeno en forma de proteína natural ó de nitrógeno no
proteico (Zinn et al., 1996; Oltjen et al., 1968; Swingle et al., 1977; Leng, 1990;
Preston, 1995; Valdés y Castillo, 1993) han probado incrementar las
características digestivas de los forrajes de baja calidad, generando una máxima
proliferación de microorganismos celulolíticos cuyos requerimientos simples de
nitrógeno so n cubiertos por la presencia de amoníaco en el rumen procedente de
la hidrólisis de la urea o de las proteínas (Elías, 1983).

Durante muchos años, se ha reconocido el impacto de los nutrimentos


inorgánicos, especialmente el de los minerales, para estimular la actividad
metabólica de los microorganismos del rumen. De esta manera algunas de las
sales minerales (potasio, sodio, calcio, azufre y fósforo), ejercen un efecto
benéfico en la degradación de los hidratos de carbono estructurales de la pared
celular de los forrajes, al formar parte de los complejos enzimáticos celulares
(Leng, 1991; Preston, 1995; Elías, 1983).

Es imperativo reconocer que el crecimiento del animal no puede ser


sostenido por los productos de la fermentación digestiva, por lo que es
imprescindible la utilización de proteína de baja degradabilidad ruminal para

8
aprovechar la energía de los AGV absorbidos (Preston y Leng, 1987; Preston,
1995). La complementación con estos elementos (harinas de carne, de pescado y
algodón etc.) son emplea dos principalmente en el aporte de aminoácidos para la
síntesis de proteína animal.

En el caso de la harina de pescado se sabe que también aporta


aminoácidos esenciales, lípidos, calcio y fósforo. Además de que oferta otros
minerales que estimulan el crecimiento microbiano, generando así un aporte de
proteína microbiana hacia el intestino, incrementando la eficiencia productiva del
rumiante. Otro elemento de suma importancia en la nutrición del animal huésped,
lo constituyen los hidratos de carbono (almidón) de baja degradabilidad ruminal
presente en los granos de cereales (Ørskov, 1994). Así como la adición de ácidos
grasos de cadena larga que favorecen el contenido energético de la ración
(Gusnet y Demarne, 1987; Leng, 1990). Además de los recursos glucogénicos
(maíz y pulido de arroz) impactando directamente sobre el aporte nutrimental del
animal.

Por otra parte, en la literatura científica han sido reportados muchos


estudios sobre los efectos individuales de estos elementos. Sin embargo, existen
pocas investigaciones que valoren los efectos ruminales de una mezcla compleja
catalítica, que incorpora estos elementos (Puga et al., 1998; Preston y Leng 1984;
1987). Intensificando la capacidad fermentativa en el rumen y el aporte de
nutrientes esenciales hacia el intestino. Además de conocer cual es el nivel de
inclusión optimo, para lograr una máxima expresión nutricional de los forrajes,
reflejándose en un mejor nivel productivo en los rumiantes. Preston en 1995
mencionó que el comportamiento de un catali zador es como un elemento que
acelera una reacción y no rebasa el 30% de inclusión en la ración.

9
El propósito de esta investigación fue determinar el efecto de
complementación con un Alimento activador de la fermentación ruminal con base
a un mayor tenor de proteína o grasa de baja degradación ruminal en bovinos de
engorda en pastoreo sobre Cynodon nlemfuensis (Cn), Cynodon dactylon (Cd),
Panicum máximum (Pm) y Bracharia brizanta (Bb).

10
II. REVISION DE LITERATURA.

II.1 GANADERIA

La ganadería tropical se localiza mayoritariamente en los países de menor


desarrollo tecnológico que poseen más del 50% de los inventarios de los
rumiantes del mundo, pero aportan apenas un 20% de leche y 25% de la carne
que se consume. Por otro lado los países con mayor usode tecnología localizados
en su mayoría en las regiones templadas, áridas, semiáridas, poseen el otro 50%
de los inventarios producen el 80% y 75% respectivamente (Avalos et al., 1994).

Además de proveer alimento para consumo humano, los bovinos se utilizan


para actividades como tiro, transportación y reciclaje de nutrientes con eficiente
sostenibilidad de los sistemas de producción ganaderos. Los productos de origen
animal proveen una sexta parte de los nutrimentos energéticos y más de un tercio
de la proteína global para el consumo humano (Leng, 1991; Bradford, 1999).

México, a pesar de tener gran potencial ecológico para producir forrajes


avo
todo el año, en sus áreas tropicales ocupa solamente el l6 lugar, con 1.5 % de la
leche producida en el mundo (Torres, 1991). No obstante se tiene el reto debido a
que los recursos naturales ya no logran satisfacer las necesidades de la
alimentación de la ganadería, por lo que problemas que tradicionalmente sólo se
circunscribían a dicho sector, tienden a extenderse encontrándose en la mayoría
de las regiones ganaderas del país, que se traducen en una producción
insuficiente (Flores, 1983). Leng (1991) discute lo factores de tal deficiencia:

• Problemas en calidad o cantidad de recursos alimenticios para los rumiantes.


• Malas prácticas de manejo de pastos y ganado.
• Control deficiente de enfermedades y parásitos.
• Baja calidad genética de los animales.
• Otros.

11
Por su parte Preston (1977), propone 3 pasos a seguir para un apropiado
desarrollo tecnológico en la producción a nimal:

1. Elegir la especie animal adecuada.

2. Valorar las fuentes de alimentación regionales.

3. Analizar los sistemas de manejo.

Este mismo investigador, menciona que no se deben dejar a un lado los


objetivos del desarrollo de los sistemas de producción animal los cuales engloban
una serie de factores que se enumeran de la siguiente forma (Preston, 1977):

1. La producción de carne y leche, lo cual mejoraría el nivel de nutrición de la


población, satisfaciendo la demanda de productos de calidad para el se ctor
popular.

2. Los problemas de competencia con los productos extranjeros.

3. La creación de empleos, particularmente en las áreas rurales.

4. La mejora de la calidad de vida, reduciendo la contaminación, desarrollando


estrategias tomando en cuenta la necesidad de mantener el entorno ecológico.

5. La contribución al desarrollo regional.

6. El incremento a sistemas que sean biológica, económica y ecológicamente


apropiados para el crecimiento del país.

12
ll.2 ENGORDA DE BOVINOS EN EL TRÓPICO.

Trabajos previos en la literatura mexicana, mencionan cinco regiones


ecológicas, las cuales son divididas de la siguiente manera:

Cuadro 1. Regiones ecológicas de la Republica Mexicana.


Superficie Km2 % País
Árida y semiárida 792,017 40
Templada 189,278 10
Tropical húmeda 260,263 13
Tropical seca 240,399 12
Montañosa 490,589 25
Tomado de De Alba 1976

Donde el uso agropecuario de las áreas tropicales se distribuye en


agostaderos con 50%, 25% de praderas inducidas, mientras que otro 25% es
destinado al uso agrícola (Avaloset al., 1994).

Por otro lado, se ha discutido la importancia de tomar en cuenta que los


rumiantes también pueden utilizar el almidón y las proteínas requeridas por los
animales domésticos de estómago simp le, pero las aprovechan con menor
eficiencia económica. Estos alimentos deberán ser empleados para los animales
de estomago sencillos y la celulosa para los rumiantes. Indudablemente, se puede
llegar a mejorar la eficiencia de utilización de los alimentos, pero todo parece tener
como base el uso de compuestos nitrogenados sencillos, los cuales no pueden ser
utilizados por los no rumiantes concluyen varios estudios (Hugante, 1975; Elías,
1983; Leng 1991). La baja eficiencia de conversión alimenticia del gana do en
trópico, se atribuye en gran parte a los sistemas de manejo de las praderas y
agostaderos existentes ya que predomina el sistema de pastoreo extensivo, que
basa su alimentación en especies nativas como principal recurso forrajero, gramas

13
o pasto comú n que por su naturaleza ofertan una variabilidad estacional
cuantitativa y cualitativa (Avalos et al., 1994).

Dos componentes importantes han sido considerados en la nutrición de los


rumiantes: la raza y el clima, los cuales tienen una influencia en los requerimientos
de energía para mantenimiento permitiendo explicar los logros con razas
principalmente de Bos indicus en climas tropicales donde se comportan mejor que
los animales de europeos, debido entre otros a su sistema de dispersión de calor y
resistencia a parásitos, sin embargo sus tasas de conversión son menores que las
razas altamente especializadas en carne (Bos taurus), cuando estos últimos son
trabajados en ambientes favorables con mejores alimentos como aquellos
prevalecientes en países de clima templado (Martín, 1994; Sánchez y Ortiz, 1977).

Trabajos anteriores de la nutrición de rumiantes han demostrado lo


complicado de las características fisiológicas de estos animales, debido a que
cuentan con una porción dilatada en su tracto digest ivo (rumen) donde los
alimentos fibrosos que forman una gran porción de su dieta, son detenidos
sufriendo una gran degradación. En este sentido, ha sido sugerido tener en cuenta
los procesos nutricionales por separado. La nutrición de la población microbia na
ruminal como un ente y la del hospedero, que en su aplicación son inseparables,
se ha probado que estos microorganismos ruminales necesitan nutrientes críticos
que permitan su desarrollo (Elías, 1983; Preston, 1991; 1995). Para lo cual,
algunos investigadores proponen la manipulación del rumen con el fin de
desarrollar un micro ecosistema favorable, donde se incremente la producción de
energía con base a los AGV´s, la proteína de baja degradabilidad, el almidón y los
ácidos grasos de cadena larga de la fermentación ruminal, tener control de los
protozoarios así como aumentar la digestión de carbohidratos estructurales,
mediante un tratamiento físico o químico de los forrajes, la adición de nitrógeno
fermentable (urea, amoniaco) acompañado de micro nutrien tes−azufre, fósforo,
amino ácidos y péptidos− (Preston y Leng, 1989; Preston, 1991).

14
Lo anterior se puede definir como biotecnología del rumen, lo cual implica
mejorar el potencial nutritivo de los alimentos para rumiantes por medio del
conocimiento de los compartimentos ruminales, su uso, así como el manejo
natural recombinante de los microorganismos para mejorar la producción de estos
animales (McSweeney et al., 1999)

II.3 BIOTECNOLOGÍA.

Una corriente importante de investigadores proponen el manejo de la


tecnología de los procesos biológicos como una alternativa para mejorar la
productividad pecuaria, para ello existen en la literatura reportes de pre
tratamientos físicos, químicos y biológicos utilizados para el mejor
aprovechamiento de los forrajes, como tratamientos por calor, álcalis,
fermentaciones, enzimas, adición de proteína en forma de nitrógeno no proteico
de un 35 hasta un 55%, mediante estos métodos la digestión y el consumo
voluntario de un forraje fibroso se puede mejorar de 31 a un 36% comparado con
los no tratados (Ryu, 1989). Aunque los detalles de los mecanismos de reacción,
entre la celulosa e interacciones sinérgicas de las enzimas celulolíticas envueltas
en la digestión de este carbohidrato, no han sido completamente elucidado s, los
patrones generales de la reacción han permitido con base a una concentración
adecuadamente concertada de acciones e interacciones de la endo-beta-1,4,
glucanasa; exo-beta-1,4-glucanasa; celobiohidrolasa y la beta-1,4-glucosidasa así
poder dirigir el proceso celulolítico (Reese, 1977; Wood y McCrea, 1979; INRA,
1995).

Por otro lado, el estiércol de bovino es un importante producto de baja


calidad, que puede ser utilizado para reducir el costo de alimentación de los
rumiantes, para su utilización se h an desarrollado diferentes métodos:
deshidratación, composta y ensilado (Muller, 1984). Las tres formas más
comúnmente empleadas para ensilar el estiércol son: el proceso de pérdida
(Brady, 1966), enmelazado de las excretas (Hardy y Elías, 1974; 1975; 1976) y

15
biofermentación (Álvarez et al., 1979), todos estos procesos son anaerobios
utilizando melaza y productos lignocelulósicos en proporciones variadas. Otros
trabajos, han ensayado diferentes dietas en corderos hasta con un 49% de
estiércol en el silo, sin afectar negativamente la digestibilidad de la fibra (Cobos et
al., 1997; Mendoza et al., 1992).

En la literatura se reporta, con la mayoría de los forrajes tropicales


considerados de baja productividad, resultados de conversión de medianos a
excelentes cuando se les suministra un suplemento adecuado (Preston y Leng,
1984; Leng, 1991; Preston, 1995; Galina et al., 1997). Aún más, la eficiente
utilización de la energía metabolizable de las dietas basadas en pajas, con
suplementos apropiados puede ser mayor que aquella que emplea granos (Leng,
1990).

Gran importancia se le ha dado a la eficiencia del crecimiento bacteriano


(esto es, la cantidad de biomasa microbiana existente en el intestino por unidad de
carbohidratos digestibles que entran al rumen), considerando la proporción de
alimentos digestibles que se convierten en metano, ácidos grasos volátiles
(AGV´s), acompañada de la formación de acetato y butirato, debido a que la
presencia de metano así como AGV están inversamente relacionados a la
producción de células microbianas (Preston, 1995). Otros factores que limitan el
crecimiento de los microorganismos ruminales, discutidos en la literatura son la
concentración de amoníaco en el líquido ruminal, la deficiencia de minerales
particularmente azufre, fós foro, magnesio y ciertos minerales traza. La disminución
de los nutrientes antes mencionados en la dieta dará como resultado una biomasa
microbiana pobre, lo cual se traduce en menor proteína (microbiana) y energía
(AGV´s). La relación entre la proteína digerida / energía absorbida en el intestino
de los AGV´s producidos así como aquella absorbida en el rumen se conoce como
la relación proteína/energía (P/E). Con base a lo anterior, una de las
consecuencias de alimentar a los rumiantes con forrajes toscos es que un 20% de
la energía digestibles producto de la fermentación se pierde como calor y metano.

16
Una segunda desventaja es que las proteínas que se fermentan en el
rumen no son fuentes de aminoácidos para el animal debido a que se hidrolizan
siendo desaminados por microorganismos (Leng, 1991).

En trabajos anteriores se establece una serie de factores a considerar para


lograr un óptimo crecimiento de los microorganismos ruminales, mejorando la
fermentación de los forrajes, tomando en cuenta los valores ad ecuados (balance)
de los nutrientes esenciales dentro de la dieta:

• Requerimientos de minerales por los microorganismos ruminales. En la


literatura poco se ha establecido sobre ellos, sin embargo los aportes de
melaza, cachaza o pollinaza aparentemente satisfacen los microminerales,
debiendo establecer los balances de fósforo y azufre particularmente por
haber demostrado ser claves para el crecimiento microbial (Kunju, 1986).

• Administración de cantidades adecuadas de amoníaco para mejorar la


digestión ferm entativa. En este aspecto existe controversia debido a que
muchos autores recomiendan cantidades de 50 a 200 mg N/litro de líquido
ruminal (Setter y Slyter, 1974; Krebs y Leng, 1984; Boniface et al., 1986),
resultados derivados de experimentos de infusión de urea directamente en el
rumen de toros alimentados con paja de arroz (Perdock et al.,1988). Esta
variabilidad en los resultados puede ser parte debido a la diferente metodología
empleada en los estudios de cinética ruminal, acompañada de los distintos
sistemas de calibración, toma de muestra y alimentación entre experimentos
(Leng, 1991).

• Continuidad de oferta de urea para mantener un crecimiento estable de


microorganismos celulolíticos y sacarolíticos. Este factor se ha manejado hasta
ahora mediante la administración de dosis continuas de nitrógeno no proteico a
través de bloques multinutricionales para controlar su consumo (Sudana y

17
Leng, 1986; Leng, 1991). Sin embargo resultados de investigadores en Colima,
México han demostrado que se puede proporcionar una fuente continua de
amoniaco mediante alimentos activadores de la fermentación ruminal (Galina,
et al., 1998a;1998b).

Otro factor discutido en la literatura han sido los requerimientos de


aminoácidos de los microorganismos ruminales. El primer elemento que limita el
valor nutritivo de los forrajes de mala calidad es su bajo contenido de nitrógeno,
cuando desaparece esta por la adición de una fuente de este nutrimento hay
amplia proliferación de bacterias celulolíticas, cuyos requerimientos simples de
nitrógeno son cubiertos por la presencia de amoníaco en el rumen procedente de
la hidrólisis de la urea o de proteínas, produciendo un cambio en los organismos
dominantes en la flora celulolítica (Elías, 1983). La suplementación de rumiantes
alimentados con forrajes de baja calidad con pequeñas cantidades de proteína de
de baja degradabilidad ruminal, ricos de prolina y valina precursores por
desaminación del ácido valérico, isovalérico e isobutírico, ácidos grasos de cadena
ramificada, incrementando el flujo de N-microbioano al duodeno, ha demostrado
también aumentar el consumo voluntario debido aparentemente a que la proteína
de sobrepaso permite un aporte lento de aminoácidos, péptidos y ácidos grasos
de cadena ramificada (Elías, 1983). Esto ha sido comprobado debido que estos
ácidos volátiles de 5 a 6 carbonos pueden ser producidos a partir de la prolina,
valina o ambos (Elías, 1983). Así, mismo se ha discutido la notable relación que
existe entre el desarrollo de una microflora proteolítica en el rumen, la intensidad
de liberación del amoniaco y la acumulación de ácidos grasos volátiles con la
digestión de la celulosa por microorganismos ruminales estimulados por la leucina,
prolina e isoleucina, así como los ácidos grasos volátiles correspondientes,
producidos por el catabolismo anaerobio (Fondevila y Dehority, 1995).

Debido a lo anterior, varios autores señalan la necesidad de utilizar


suplementos con cierta cantidad de proteína natural soluble a los animales que
consumen forrajes de baja calidad, ya que el contenido en el rumen de ácidos

18
grasos volátiles de cadena ramificada es nulo o insuficiente cuando consumen
sólo forrajes (Elías, 1983), siendo la proteína de baja degradabilidad ruminal el
elemento clave, con mayor costo por lo que las investigaciones se están
enfocando en nuevas fuentes regionales provenientes de árboles tropicales,
dentro del concepto de sistemas silvopastoriles. (Ku-Vera et al., 1999).

El ambiente y función ruminal constituye dos de los principales factores que


influyen en el desarrollo satisfactorio de los microorganismos que ahí prevalecen.

Estudios previos han demostrado que la temperatura del rumen permanece


siempre de 38 a 42º C. La secreción continua de saliva asegura una cantidad
constante de líquido ruminal con un pH estable del contenido, este se haya entre
5.9 y 7.4. No obstante, el ambiente ideal para los microorganismos celulolíticos ha
sido dentro de un rango de pH de 6.4 a 7.0, por tanto, la introducción de
fermentaciones ácidas como las producidas por los concentrados comerciales
(metabolismo láctico de los almidones) afectan la habilidad fermentativa del
rumen, particularmente con forrajes de baja calidad (Ørskov y Ryle, 1998; Leng
1991). La introducción a la dieta de elementos buffers o elevadores del pH rumina l
como el hidróxido de sodio han demostrado su eficiencia mejorando la celulolisis
en bovinos debido a que las bacterias celulolíticas disminuyen su crecimiento
debajo de un pH de 6.2 cesando su actividad a un pH de 5.9 (Istasse et al., 1986;
Galina et al., 1998a; Ørskov, 1994; Russel y Wilson, 1996; Russell et al., 1979;
Weimer, 1996)

Se ha demostrado, que con el uso de los forrajes de mala calidad cuyo


contenido celular no es suficiente para cubrir las necesidades de las bacterias
ruminales podrían ser aprovechados más eficientemente cuando se les suministra
carbohidratos de fácil fermentación como fuente de energía como la melaza, el
almidón o grano de cereales, sin embargo su digestión depende de la cantidad de
carbohidratos de fácil fermentación que co ntengan los alimentos. Se han
reportado que al adicionar cantidades de 2 a 6 g/kg de peso vivo/día de

19
carbohidratos solubles se produce una mejora en al actividad celulolítica
bacteriana, debido a que los microorganismos necesitan cierta cantidad de
glucosa para su metabolismo citoplasmático (formación anaeróbica de ATP),
permitiendo su multiplicación antes de poder utilizar la energía de las paredes
celulares de los forrajes. No obstante, por encima de estos valores, el concentrado
empieza al sustituir al forraje, disminuyendo la capacidad celulítica de los
microorganismos, debido a que cantidades moderadas de celobiosa en cultivos
puros de bacterias celulolíticas inhiben la hidrólisis de la celulosa, reduciendo su
mecanismo de represión enzimática basado e n la disminución especifica de la
celulolísis de los cultivos que crecían en alta concentraciones de celobiosa (Elías,
1983).

Otro factor estudiado en los últimos años ha sido la adición de un forraje de


mayor digestión a una dieta rica en fibra demostran do su mejor utilización aún
cuando se adicione sólo pequeñas cantidades de suplemento (Silva y Ørsksov,
1988; N’dlovu y Buchanan-Smith, 1985). La digestión de los zacates toscos
depende de la velocidad de las bacterias inmóviles de adherirse a las partículas de
fibra, permitiendo una mejor colonización de los forrajes fibrosos (Cheng et al.,
1989). Otro fenómeno que permite la mejor utilización de los carbohidratos
estructurales, es que la cantidad de amoniaco se mantenga alta cuando un forraje
de mayor digestión se combine en la dieta (Silva y Ørsksov, 1988; Leng, 1991).

En la literatura se ha discutido los aspectos de la nutrición de rumiantes en


donde se puede obtener sustancialmente un efecto eficiente en los animales
alimentados con forrajes regionales del trópico. En las condiciones climáticas
propias de esta región, la manutención proteica de los rumiantes es más
importante que en aquellos animales de climas templados, Leng (1991) propone
estimar una serie de factores cuando son utilizados los forrajes ricos en
carbohidratos fermentables en la alimentación de bovinos:

20
1. La principal limitante de la producción de rumiantes con forrajes fibrosos
(en los trópicos) es la baja eficiencia de la utilización de los alimentos,
generalmente incrementada con un efecto del medio fisiológico/ambiental que se
traduce en una reducción del consumo aparente.

2. Desde un punto de vista práctico, el mecanismo más efectivo para


incrementar la productividad es mejorar la relación proteína/energía de los
nutrientes absorbidos, debido al gran efecto en la eficiencia de la utilización de los
forrajes fibrosos.

3. Los animales en los trópicos se beneficiarían de las tecnologías que


mejoran el crecimiento de los microorganismos ruminales (fermentación)
mejorando la digestión, consumo y relación P/E en los nutrientes absorbidos.

4. Contrario a lo reconocido por expertos solamente cuando la relación


proteína/energía es insuficiente, la densidad energética de la ración de los
alimentos (energía digestible) se puede considerar una limitante.

II.4 PASTOREO.

Uno de los elementos más estudiados en el pastoreo son los forrajes


utilizados directamente por el animal, a fin de aprovechar sus cualidades
locomotoras. Las plantas catalogadas dentro de esta categoría, en su mayoría son
de crecimiento bajo o arbustivas alcanzables de fácil acceso a la boca del ganado,
en general, todas las especies de plantas forrajeras se pueden manejar
indistintamente mediante el corte o el pastoreo (Ruiz y Vázquez, 1983; Avalos et
al., 1994). Estos autores, describen al pastoreo como la forma de utilización de los
zacates más antigua y popular, ya que implica poca inversión en su
aprovechamiento, tomando en cuenta la intervención de dos componentes
fundamentales (animal y planta), los cuales deberán de manejarse en armonía de
manera simbiótica, a fin de obtener los máximos beneficios económico -ecológicos

21
lo que obliga al conocimiento de las interrelaciones entre ambos. Desde luego es
necesario conocer también los efectos que sobre ambos operan los elementos o
factores del medio ambiente.

Dentro de este tema, Preston y Leng (1989) proponen utilizar el pastoreo para
aumentar la productividad animal, mejorando mediante la identificación de los
principales desequilibrios en los nutrientes absorbidos del pasto, con la utilización
de suplementos para corregir estas deficiencias como alternativas para maximizar
la producción por unidad por superficie, lo que significa disminuir lo obtenido por
unidad animal en sistemas del altiplano, además de tomar en cuenta las siguientes
opciones:

• Manipulación de la carga animal.


• Introducción de leguminosas y pastos por siembra directa.
• Aplicación de fertilizantes.
• Establecimientos de bancos de proteína.
• Suplementación estratégica.

Estudios previos han demostrado la presencia de una gran diversidad de


factores que afectan el consumo de forrajes en pastoreo, mismos que han sido
subdivididos en directos e indirectos. Los primeros son aquellos que se relacionan
con el animal y las plantas forrajeras. Los indirectos están integrados por
elementos externos a ambos refiriéndose al clima, topografía, suelo, etc. Respecto
al animal, los principales factores estudiados han sido: edad, peso, sexo, raza,
estado fisiológico, nivel productivo y condición física. Desde el punto de vista de
las plantas o praderas, los factores que más han limitado el consumo según
trabajos previos son: cantidad, calidad y estructura de la planta, dentro de los
factores referentes al clima se han estudiado: la temperatura, precipitación pluvial,
tipo de suelo, entre otros (Herrera, 1985; Giner et al., 1988; Avalos et al., 1994).

22
El análisis de estos factores según investigadores cubanos, evidencía la
posibilidad de incrementar el consumo mediante un manejo que relacione las
características del pastizal con las necesidades del animal, adecuando los
suplementos al balance de nutrientes que el animal requiere, sugieren utilizar el
forraje considerando los requerimientos nutritivos de los animales propiciando el
pastoreo en los momentos más adecuados del día (Ruiz yVázquez, 1983).

Diversos autores han concluido que el éxito de un sistema de pastoreo


depende de múltiples factores, entre ellos la especie de forraje, condiciones
edafológicas, climáticas, técnica de manejo y carga animal. Este último, según el
Instituto de Ciencia Animal de Cuba, es el principal factor de manejo que influye en
la producción animal y en el comportamiento del pastizal (Valdés y Molina, 1990).

Un aspecto poco estudiado en los sistemas de manejo de pastos para la


engorda, es el tiempo de permanencia de los animales en el área correspondiente,
las escasas evidencias se han pronunciado por efectuar ciclos cortos de rotación.
La literatura no refiere comparaciones entre los tiempos de estancia, en la
diversidad de sistemas de manejo de pastoreo, generalmente, se han establecido
bajo ensayos períodos de 7 a 8 y de 9 a 10 días para las épocas de lluvia y seca
respectivamente (Valdés y Molina, 1990).

Estos mismos investigadores demuestran efectos prácticos para la engorda


de bovinos, basada en el pastoreo:

1. El incremento de la carga animal acompañado de un brusco descenso de la


disponibilidad y consumo de pastos implica una declinación de la ganancia
individual así como por área.

2. Para poder adoptar una decisión respecto a la carga animal más idón ea, es
necesario tener en cuenta un conjunto de factores de manejo como:

23
a) La adopción de controles que permitan efectuar análisis periódicos de los
cambios de producción por animal y área, con el objetivo de adoptar medidas
que impidan la disminución de la producción de peso vivo por sobrepasar el
punto óptimo de carga animal.

b) Sugieren mantener una disponibilidad de pasto superior a 5 kg MS/100 kg de


peso vivo y una presión de pastoreo inferior a 23 kg de peso vivo/kg de MS/día
(Valdés y Molina, 1990).

En su discusión mencionan otro factor importante a tomar en cuenta en el


pastoreo de bovinos, la disponibilidad de los forrajes, la cual trata de reflejar la
cantidad de hierba disponible para el consumo del animal en una unidad de tiempo
determinada. La expresión de este factor comprende la producción o crecimiento
del zacate durante el último ciclo de pastoreo y la acumulación de los períodos
anteriores, señalando que en condiciones tropicales y subtropicales la producción
de carne es el reflejo de la tendencia de la curva anual del crecimiento de los
pastos, considerando que una alta disponibilidad de forraje no necesariamente
esta asociada a un efecto positivo en la producción animal, pero si se acompaña
de una elevación de la calidad del pasto, pued en esperarse incrementos
significativos en el comportamiento animal, tomando en cuenta la relación directa
que está en función de la carga animal empleada (Valdés y Molina, 1990).

El animal en libre pastoreo está expuesto a una serie de factores que


afectan su comportamiento un ejemplo de ello es el clima, Sánchez y Ortiz (1977),
encontraron una disminución en el tiempo de pastoreo empleado por el rumiante al
aumentar la temperatura, en tanto que la distancia caminada y el tiempo de
posición de pie disminu yeron con el aumento de la velocidad del viento. Otros
investigadores corroboraron este fenómeno observando una influencia directa en
este tipo de pastoreo por la carga animal, tipo de suplemento, vegetación, manejo,
disponibilidad de sombra y agua (Giner et al., 1988).

24
Walker (1987) reporta niveles diversos de producción por cabeza/ha, en
animales en pastoreo sin suplementos con ganancias de 89 kg/ha para los
zacates nativos; 233 kg/ha para los pastos tropicales con leguminosas y 682 kg/ha
para los forrajes tropicales fertilizados cuando se ofreció suplementos, ganancias
menores a los 950 kg/ha obtenidas con Ray grass en los climas templados.

ll.4.1 Hábitos de pastoreo

Los hábitos de los animales en pastoreo representan un medio a través del


cual, los rumiantes se adaptan a las diferentes condiciones ambientales. Son
considerados como un proceso dinámico, interactivo y complejo, a través de su
entendimiento y aprendizaje, podremos influir sobre los animales para incrementar
su eficiencia productiva, siendo una herramienta útil en el establecimiento de
programas de manejo del pastizal. Entre los métodos para conocer los hábitos de
pastoreo, se encuentran las observaciones visuales y las mecánicas. Ha sido
demostrado con anterioridad que los hábitos de pastoreo puede verse influenciado
por factores tanto del vegetal como del animal (Delgadillo, 1998).

ll.4.2 Consumo de rumiantes en pastoreo

En trabajos previos se hace mención a los aspectos relacionados con el


manejo, el comportamiento, la nutrición de lo s rumiantes en pastoreo, debido a la
necesidad de un mejor entendimiento de algunos conceptos que permitan un
mejor desarrollo de la propuesta (Galina et al., 1997). Según Gutiérrez (1991), la
nutrición animal en pastoreo, se caracteriza por cuatro factore s básicos, que son:
los requerimientos del animal; el contenido de nutrientes de los alimentos; la
digestibilidad y la cantidad que el animal ingiera. Considerando también que la
alimentación en pradera tiene características y problemas únicos, en donde lo s
requerimientos de los animales en pastoreo no son bien conocidos, variando por la
actividad del animal durante el ejercicio debido a las intensas caminatas en busca
de alimento, por el estrés calórico, por el valor nutritivo y la digestibilidad de los

25
forrajes que conforman la dieta, siendo difíciles de estimar, debido a que los
rumiantes seleccionan una dieta de varias combinaciones de especies de plantas
o de partes de las plantas ( Galina et al., 2000). Se considera que los factores más
difíciles de determinar han sido los requerimientos nutricionales de un animal en
pastoreo, determinación del consumo voluntario, el cual depende de factores tales
como el pastoreo selectivo del animal, el estado de madurez de los forrajes, la
condición del pastizal, la suplementación, entre otros, por lo que su determinación
no se puede realizar con un procedimiento directo (Delgadillo, 1998).

ll.4.3 Sistemas de pastoreo

El manejo del pastoreo se relaciona no solo con atención de las exigencias


nutricionales de los animales, sino también con los métodos que se utilizan para el
aprovechamiento del recurso natural y su conservación, siendo preciso conocer el
comportamiento del forraje a través del ciclo productivo, que se divide en
crecimiento vegetativo, en donde la planta posee un elevado porcentaje de hojas
con relación al tallo, el crecimiento reproductivo, cuando la planta alarga sus tallos,
produce flores y frutos. El momento óptimo para ser consumidos por el animal es
cuando se lleva acabo el crecimiento vegetativo donde las hojas son más
digestibles, en la segunda etapa existe una acumulación de semillas, así como de
lignina, elemento que hace menos digestible el material vegetal. (Helman, 1986).

La utilización de un sistema de pastoreo tiene como objetivo princi pal,


mantener o mejorar la condición de la pradera y del animal. La aplicación de los
diferentes sistemas o métodos de pastoreo van de acuerdo a las condiciones
propias de cada ganadería, considerando el clima del lugar, la especie de pasto y
la infraestructura existente (obras de irrigación, abrevaderos, potreros, etc.). La
planeación de un sistema de pastoreo requiere además de un análisis económico,
ya que cada sistema de pastoreo necesita de cierta inversión, la cual puede
incrementar los costos de producción y no hacer rentable la empresa ( Carrete et
al., 1991; Helman, 1986)).

26
En el manejo de praderas para producción de carne (Eguiarte, 1984) los
sistemas de pastoreo deben de cumplir dos objetivos fundamentales, con el fin de
lograr incrementar la producción animal; el primero es que mantengan las praderas
en buenas condiciones o sea amplia cobertura del pasto, además rendimientos del
mismo y se conserve libre de malezas; el segundo objetivo, es mejorar la
condición del animal que pastorea el forraje, en base a la obtención de buenas
ganancias de peso por hectárea durante el crecimiento, engorda y finalización de
los becerros o toretes. La adopción de los diferentes sistemas o métodos de
pastoreo se basan en las características propias de cada ganaderí
a, considerando
la climatología del lugar, la especie de pasto y la infraestructura existente como
son obras de irrigación, abrevaderos, numero de divisiones, lotificación del
ganado, fuentes de suplementación, etc.

ll.4.4 Pastoreo continuo

Bastas extensiones son sometidas a sistemas tradicionales y primitivos de


utilización de los recursos naturales, por medio del uso incesante por los animales
que consumen los forrajes sin control del hombre, cosechando selectivamente las
plantas con mejor palatabilidad, digestibilidad y valor nutritivo., sobre todo al
consumir los brotes más tiernos, limitándoles la posibilidad de un crecimiento
óptimo, mientras se permite el desarrollo de algunas especies de menor calidad
forrajera (Helman, 1986).

Es el sistema más utilizado entre los ganaderos del país, se caracteriza por
que los animales hacen uso constante de un área determinada durante todo un
ciclo de producción o al menos durante una estación. En este sistema puede haber
un número constante de animales durante todo el período o variar de acuerdo a la
disponibilidad de pasto u otras decisiones de manejo del productor. El pastoreo
continuo se distingue de otros tipos de manejo, fundamentalmente de que este
ocurre durante el período de crecimiento activo de las plantas. Así como la ventaja

27
de que el animal ejerce una amplia selectividad sobre la parte de la planta o las
plantas que desea consumir en la pradera. Otra de las razones principales por las
que se utilizan esta modalidad de pastoreo es que requiere de baja inversión en
infraestructura manteniéndose alta condición corporal del ganado mientras haya
forraje suficiente con oportunidad de selección del alimento (Mares, 1984; Pezo et
al., 1992; Avendaño, 1996a, 1996b)

La desventaja principal del sistema es que el pastoreo no es uniforme, lo


que genera áreas de sobrepastoreo, promoviendo que gran parte del forraje se
vuelva demasiado fibroso con baja calidad, además de áreas con plantas
subutilizadas sin importar la carga animal que sea usada. Esto provoca erosión del
suelo, disminución en el número y vigor de las plantas con alto valor forrajero con
la consecuente reducción de la calidad del agostadero o pradera, rendimiento
animal bajo por unidad de superficie, agotamiento en las plantas deseables y
finalmente la sucesión negativa que conduce a la desaparición parcial o total de la
cubierta vegetal. (Humphreys, 1980; 1991). También se pueden presentar áreas
de mucha o poca incidencia de pastoreo, teniendo como consecuencia un
desarrollo desigual de la pradera (Murillo, 1999).

ll.4.5 Pastoreo rotacional

Voisin (1963), realiza una recapitulación del pastoreo rotacional, describe


que, desde 1760 se ha utilizado dirigir a los animales a los sitios donde deben
consumir los pastos colocados en grandes cuartones de forma que el ganado
encuentre que pastar por tres o cuatro días, después del mes se deberán cambiar
a otro potrero para que fructifique el primero.

Este sistema de pastoreo consiste en dividir toda el área de una pradera en


mas de dos potreros en los que continuamente se mueven los animales de uno a
otro, frecuentemente al mas cercano, así mientras uno permanece ocupado los
demás se encuentran en recuperación. (Blanco y Fierros, 1995). En esencia este

28
sistema deben ser dos los principales factores a considerar: el tiempo de
ocupación de la pradera y el número de días de descanso que se le debe dar
estacionalmente al pasto. Se dice que ambos factores son importantes, pero se
señala que el de más relevancia es el tiempo de descanso que se requiere. Este
período varia para cada pasto y época del año, así como se modifica si se aplican
fertilizantes o abonos, o incluso si se emplea riego (Murillo, 1999).

El propósito fundamental del sistema es el de reducir la superficie total de


pastoreo para obligar al ganado a consumir el forraje ofrecido de manera mas
uniforme, lo que permite que la recuperación de los pastos sea mas homogénea,
completa con mejor calidad en los nutrientes que en el pastoreo continuo, además
de facilitar el control de malezas y la fertilización (Whiteman, 1980).

El pastoreo rotacional ha sido una opción que la ganadería tropical ha


tenido a su disposición, siendo el que más ha sido estudiado en cuanto a la
producción de leche. Sin embargo el sistema es vulnerable, ya que ni los períodos
de recuperación ni la presión de pastoreo que reciben las plantas deseables han
sido los adecuados para preservar el recurso suelo-planta y mucho menos para
mantener el equilibrio ecológico.

Por otra parte este sistema supone una mayor inversión en infraes tructura,
por lo que su utilización es común en sistemas de producción con mayor uso de
tecnología. Este sistema de pastoreo se fundamenta en el uso del cerco eléctrico,
se debe obligar a los animales a respetarlo y estar siempre juntos en pequeñas
parcelas (Helman, 1986). El sistema de pastoreo rotacional puede presentar
diversas modalidades producto de variaciones y combinaciones entre los factores
que componen el manejo de las plantas pratenses y cuya finalidad es la de cubrir
las necesidades particulares del sistema de producción animal involucrado. Entre
estos sistemas de pastoreo rotacional modificados se encuentran: el alterno, el
diferido, el rotacional común, el rotacional en franjas y el rotacional en línea,
líderes y seguidores, entre otros.(Crowder y Chedda, 1982; Mares, 1984).

29
ll.4.6 Pastoreo alterno

Este sistema se divide en dos potreros de igual tamaño, los animales


pastan en uno por un tiempo definido mientras el otro, esta en recuperación o
descanso. Con este sistema se logra ajustar mejor la carga animal. Sin embargo,
tiene el inconveniente de emplear largos períodos de ocupación, provocando los
mismos resultados que el continuo y dando lugar a las consecuencias y riesgos
implícitos en el sobrepastoreo.

ll.4.7 Pastoreo rotacional común

Este tipo de pastoreo supone la aplicación de un orden específico en el uso


de las diferentes divisiones a ser pastoreadas. El número de potreros que se
requieran para la puesta en práctica de este sistema variara en función d el largo
de los períodos de descanso y ocupación. En términos generales, existe la
tendencia a utilizar períodos de ocupación y descansos más cortos en los sistemas
de lechería especializada que en los sistemas de producción de carne, e
intermedios en los sistemas de doble propósito. (Pezo et al., 1992).

ll.4.8 Pastoreo rotacional en línea

Es una variante del sistema anterior, en el cual dentro de un ciclo de


rotación más de un grupo de animales utiliza un potrero. La racionalidad del
sistema es que debe darse la primera oportunidad de selección a aquellos
animales que poseen mayores demandas nutricionales, este tipo de pastoreo
tiende, además, a hacer un uso más intenso y uniforme de la pastura (ICA, 1990;
Pezo et al., 1992).

30
ll.4.9 Pastoreo diferido

En este sistema se deja de utilizar uno o más potreros durante uno o varios
ciclos de pastoreo. El propósito de esta reserva es su utilización posterior durante
la época crítica, en la cual puede ser usada directamente por los animales en
pastoreo. También es posible diferir el uso de ciertas áreas con el fin de favorecer
la manifestación de eventos fenológicos para persistencia de las especies, como
son la floración y producción de semilla, para la preparación de forrajes
conservados o para permitir la acumulación de material combustible para la quema
(Pezo et al., 1992)

ll.4.10 Pastoreo racional

El pastoreo racional ha sido de alguna forma utilizado en todos los tiempos,


ya que los pastores han practicado con sus perros, lo que hoy llamamos la
rotación de los pastos, el pastoreo por zonas o el pastoreo racionado. Voisin en
1963, define al pastoreo racional como sinónimo de buen pastoreo este sistema
contempla la integración de los factores concernientes a la hierba, así como los
relacionados al animal, para lograr un manejo racional de los recursos forrajeros,
se sugiere que los tiempos de reposo de la hierba después de ser pastoreada
deberán variar, según la época de año, la precipitación pluvial, entre otros factores
(la hierba manda), en este sistema no se trata de seguir estrictamente a las cifras.

Es el primer sistema de pastoreo con alto nivel de planificación, ya que se


basa en las tasas de crecimiento de las plantas, su tiempo de exposición y
reexposición al pastoreo como clave para minimizar la sobre/utilización. (Blanco y
Fierros, 1995). También se basa en las leyes fundamentales del pastoreo
formulado por Voisin (1963)

31
Este a sido uno de los métodos de pastoreo mas eficientes que han
utilizado los ganaderos innovadores a la fecha, con la desventaja de que es mas
complicada su aplicación, requiere mas conocimientos y trabajo, pero en contra
parte es el más redituable y asegura el mejoramiento del medio la biodiversidad y
sustentabilidad de la empresa (Blanco y Fierros, 1995).

Desde el punto de vista de producción, se ha demostrado que el sistema


racional induce a un aumento en el rendimiento individual y por superficie,
resultando que la producción de carne por unidad de superficie se triplique (Blanco
y Fierros, 1995; Avendaño, 199 2).

ll.4.11 Pastoreo Holístico planificado o pastoreo Savory

Se caracteriza principalmente porque en la planificación se usan cuatro


dimensiones: tiempo (del año, de período de pastoreo, de recuperación, del estado
fisiológico de los animales), área (di sponibilidad de área o estacional del terreno),
volumen (de forraje utilizado por el número y tamaño de los hatos y por la
asociación entre ellos) y el comportamiento de los animales que tiene que ser
planificado, así como las reservas para la sequía y otr
os usos de la tierra (fauna,
cultivos, bosques) que tienen que tomarse en cuenta simultáneamente.

ll.4.12 Pastoreo ecológico.

El manejo de los pastizales, tanto los naturales como los inducidos se


mejorarían si se entendiera las fuerzas que determina la distribución de las plantas
en la comunidad. El (PE) Propone mezclar las especies animales para permitir una
mejor utilización de la hierba. Esto se debe a que las comunidades de las plantas
responden mejor al pastoreo mixto, el manejo tiene que tomar en cuenta la
estabilidad de la vegetación manteniendo presión sobre especies no deseable, los
bovinos pueden jugar un papel importante en estos nuevos sistemas (Allan y Holst,
1996).

32
ll.4.13 Pastoreo intensivo tecnificado (PIT):

El pastoreo intensivo tecnificado (PIT) es un sistema flexible de manejo


conducido por el hombre aplicable a cualquier especie de pasto, con cualquier
clase de animales y en cualquier clima. Se basa en mantener una relación de
ayuda entre los principales componentes del sistema, las plantas y los animales.

De igual forma es un sistema que exige las técnicas más avanzadas de


alimentación y manejo (Delgadillo,1998). Igualmente en el uso de una alta
densidad de animales en áreas relativamente pequeñas con períodos de
ocupación corto, de tal forma que alcance a generar el follaje suficiente que
garantice la producción de reservas radiculares, a fin de lograr un rebrote vigoroso
y tener la mayor disponibilidad de forraje. La ganadería de las zonas tropicales
debe entenderse como un sistema de producción animal que tiene como objetivo
principal la productividad usando y conservando el medio físico (Avendaño, 1996b;
Canudas, 1995). La mayor ventaja de una rotación intensiva radica en poder
cosechar los excesos de forraje principalmente en el período de mayor
precipitación pluvial, para lograr mayores ventajas se recomienda la cosecha del
forraje a través del aumento de la carga animal, así como el uso de equipo para la
cosecha y ensilaje del forraje, con el objetivo de aumentar los rendimientos por
hectárea (De Alba, 1971).

Se ha mencionado que el efecto de edad y los componentes estructurales


de digestibilidad de la materia seca de los pastos son los indicadores en el PIT,
para el pasto Bermuda cruza 1 el mejor balance de los que se presentó fue
alrededor de la quinta y séptima semana de rebrote en los períodos lluviosos
respectivamente (Herrera y Hernández, 1988; 1989). Por otro lado, con este
sistema de manejo, se favorece el reciclaje de nutrientes con el depósito del
estiércol, las leguminosas son buenas para que exista un reciclaje de N lo cual es
recomendable como banco de proteína, lo que permite una ayuda al manejar altas

33
cantidades de ganado en áreas relativamente pequeñas. Así, mismo, al reducir el
tamaño de las superficies, se evita el gasto innecesario de energía corporal del
ganado en la actividad del pastoreo, aumentando la ganancia de peso vivo y
producción diaria de carne o leche (Whiteman, 1980; Avendaño, 1996b).

El arte de pastorear se desarrolla como las técnicas de saber evaluar, tanto


la respuesta animal como la vegetal. De igual modo, la producción de pasturas es
consecuencia de otros elementos concurrentes, siendo uno de los principales el
suelo y la fertilidad, que puede definirse como la capacidad edafológica d e producir
altos rendimientos con calidad de granos y pasturas, para soportar una buena
cosecha animal, una fertilidad sostenible indica que la producción del suelo será
indefinida, sin sufrir alteraciones graves que afecten su calidad (Vázquez, 1996).
Pero si, tomar en cuenta que cuando un pasto se está pasando de madurez, este
aumenta sus gastos por respiración disminuyendo la fotosíntesis, lo que determina
menores rendimientos de la hierba. Por el contrario si la carga animal es alta se
manifiesta un mayor uso del pastizal en la época de abundancia.(Senra, 1992)

Se ha concluido que para tener éxito en este sistema de pastoreo hay que
respetar las leyes del sistema (PIT), resumidas en las siguientes premisas:

1).- Pastorear cuando la pradera haya alcanzado un desarrollo adecuado, o sea,


evitar pastorear cuando el zacate esta muy tierno antes que madure en exceso y
pierda valor nutritivo.

2).- Utilizar una carga animal que consuma el forraje en un día.

3).- Respetar la superficie foliar adecuada que debe quedar después de pastoreo
como área foliar activa para que la planta (“sin pérdidas de tiempo”) se ponga en
actividad de producir nuevos rebrotes después del pastoreo.

4).- Transformar los excedentes de forraje en reservas.

34
ll.5. Leyes universales de pastoreo racional

El PIT se fundamenta en las cuatro leyes universales de los pastos (Milera,


1991; Voisin, 1961; 1963).

ll.5.1 Primera ley: Para que una hierba cortada por el diente del animal pueda dar
su máxima productividad, es necesario que entre dos cortes sucesivos haya
pasado el tiempo suficiente, para que el vegetal en reposo pueda almacenar en
sus raíces o su parte aérea, las reservas necesarias para un rebrote vigoroso,
(llamarada de crecimiento, entendida como el crecimiento por sus propias
reservas, logrando recuperación celular, creando mayor masa foliar y radical por
unidad de tiempo).

La recomendación del manejo estipula que el período de descanso entre


dos cortes a dientes sucesivos debería ser variable de acuerdo con la estación,
condiciones climáticas y demás factores ambientales.

ll.5.2 Segunda ley: El tiempo de ocupación de una parcela debe ser lo


suficientemente breve, para que una hierba cortada por el diente del animal, en el
primer día de ocupación, no sea consumida de nuevo en el mismo período de
ocupación.

Para comprender mejor el significado de esta ley, los investigadores


señalan, que cuando el pasto alcanza una altura de 15 cm. Entre 14 y 18 días,
serían necesarios 5 días, para que el pasto alcance una altura mayor en 5 cm.

Para que el animal en pastoreo pueda utilizarla. Si el grupo de animales


permaneciera 8 días en una misma parcela, se podría decir que un pasto cortado
en la primera ocupación puede ser consumido por el animal en el sexto día, en
este ejemplo el pasto aún no ha podido renovar sus reservas en sus raíces,
teniendo grandes dificultades para crecer de nuevo, pasando tiempos

35
extremadamente largos, para que el pasto alcance la altura inicial de 15 cm. Esta
planta cortada en el mismo comienzo que el rebrote, sin haber producido la
llamarada de crecimiento, necesitara un descanso mayor cuando más
desfavorables sean las condiciones ambientales, especialmente si las
precipitaciones atmosféricas son escasas.

ll.5.3 Tercera ley: Es necesario ayudar a los animales de exigencias alimenticias


más elevadas para que puedan cosechar la mayor cantidad de hierba y que esta
sea de la mejor calidad posible.

La explicación seria que un pasto de mayor altura media (15 cm. en pastos
permanentes y 12 cm. en estacionales), es el que le permite al animal cosechar las
máximas cantidades de un pasto de calidad. Cuando menos trabajo de pastoreo a
fondo se imponga a los animales, mayor cantidad de pasto podrá cosechar.

ll.5.4 Cuarta ley: Para que un rumiante pueda dar producciones promedio, es
preciso que no pastoree más de tres días en una misma parcela. Los rendimientos
serán máximos si el rumiante no permanece más de un día en una misma parcela.

Se explica ya que los rendimientos productivos de un animal se alcanzan a


partir del primer día, disminuyendo a medida que el tiempo de estancia se
prolonga. En el manejo del pastoreo sería necesario ayudar a los pastos en su
crecimiento debiéndose dirigir a los animales en la cosecha de estos. Otras
definiciones discutidas por Voisin (1963), son necesarias con el objetivo de
entender los principios básicos del pastoreo.

Como resultado de un análisis de la evaluación y utilización de diferentes


sistemas de pastoreo en distintas condiciones agroecológicas se concluye, que
todos los métodos de pastoreo en la producción de carne son buenos y que cada
uno de ellos presenta ventajas y también algunas desventajas, por lo que el mejor
método de pastoreo, es aquel que se adapte mejor a las condiciones del lugar

36
(Eguiarte, 1985). La planeación de un sistema de pastoreo, requiere de un
minucioso análisis ecológico y económico debido a los costos material y de mano
de obra, ya que cada sistema de pastoreo necesita de inversión, que incrementa
los costos de producción y hace no rentable la empresa. Se ha desarrollado una
serie de estudios, para evaluar los sistemas de pastoreo en el comportamiento
animal y actualmente se está midiendo su impacto ecológico.

Los pastos de las zonas tropicales llevan a cabo la reducción de CO 2 por el


ciclo del carbono C4 por las bajas concentraciones de gas que existen en zonas
de menor altitud. Estas plantas alcanzan su máxima eficiencia de fotosíntesis a
concentraciones de 190 ppm de CO2 mientras que los pastos de las zonas
templadas, frías y las leguminosas requieren de 600 ppm, esta característica les
permite hacer la fotosíntesis con estoma cerrado dando como resultado que
requieren bajos cantidades de agua, la mitad de la que requieren los pastos de
zona templada, lo que ayuda a tener una menor estacionalidad en la producción
del forraje. Los pastos de las zonas tropicales hacen un mejor uso del agua que
los pastos de clima templado produciendo más kilogramos de materia seca por
litros de agua recibida. La mejor eficiencia que hacen de la luz solar, del bióxido de
carbono y del agua, las hace tener una baja relación hoja -tallo, por lo que tiene el
problema de no soportar altas cargas animales, característica que debe
combinarse con el manejo para aprovechar el potencial (Avendaño, 1996b).

Recientemente en la literatura han sido discutidos los factores de la pradera


que afectan el comportamiento y la respuesta del animal en pastoreo entre ellos se
encuentran la cantidad de hoja disponible, la calidad de la misma, el volumen de
pasto, la estructura de la pastura, la relación hoja -tallo y la relación vivo -muerto.

Las pasturas tropicales a su vez por su baja digestibilidad son altas


generadoras de calor lo que las hace tener bajos consumos. El trabajo físico
disminuye la digestibilidad del forraje aumentando la generación d e calor
(Avendaño, 1996b).

37
ll.6 El suelo:

Desde el punto de vista agrícola, es la capa superficial de la tierra donde


crecen las plantas terrestres (Vázquez, 1996).Tiene tres fases: una sólida, donde
se encuentran los minerales, materia orgánica y los microorganismos; una líquida
o solución del suelo, que es el agua edáfica con los diferentes solutos y una fase
gaseosa, que es el aire atmosférico que se mueve dentro del suelo, llevando
oxígeno a las raíces y microorganismos que remueve el dióxido de carbono
producido por la respiración de los mismos (Villanueva, 1973).

ll.7 El clima:

Se refiere a las condiciones meteorológicas promedio, a largo plazo, de un


lugar determinado el cual se divide en macroclima y microclima. Está determinado
por los siguientes factores:

• Radiación solar.

• Altitud y topografía a gran escala.

• Distribución de tierras y aguas.

El microclima son las condiciones climáticas que rodean directamente a la


planta y al animal, el cual puede ser afectado por la topografía, vegetación y
vientos locales (Vázquez, 1996).

38
ll.8 La planta:

Es una comunidad de estructuras o unidades microscópicas llamadas


células (Devlin, 1980). Todas las plantas son capaces de fabricar su propio
alimento; muchas de ellas lo hacen a través del proceso químico llamado
fotosíntesis (Avendaño, 1997). Toda planta para tener un incremento de peso
requiere hacer tres procesos básicos:
• Fotosíntesis
• Respiración
• Redistribución del aumento de peso.

ll.9 Prácticas de manejo para una pradera:

ll.9.1 Carga animal: Este es el factor más importante ha considerar, debido a que
está determina la producción y productividad de las praderas, al mantener una
relación causal entre el número de animales utilizados y la superficie disponible
(Palma, 1996).

ll.9.2 Sistema de pastoreo: Se deben de tomar en cuenta aspectos como: hábito


de crecimiento del pasto, tipo de pastura, tamaño de las praderas, sistema de
producción a que se va ha dedicar.

ll.9.3 Estructura de la pastura: En este aspecto influyen componentes de la


pradera como son: relación hoja - tallo y material muerto, así como la densidad la
cual se expresa como rendimiento/altura (Meléndez, 1989).

ll.9.4 Nutrición de las pasturas: Es el criterio de tener de restituir los nutrientes o


minerales que salen del sistema (pradera) transformados en producto animal
(Meléndez, 1989).

39
ll.9.5 Presión de pastoreo: Es el número de animales por kg. de forraje
disponible, expresándose en kg. de peso vivo por kg. de forraje ofrecido, es decir a
mayor asignación de forraje la presi ón de pastoreo es menor, es por eso que la
carga animal debe sufrir modificaciones, de acuerdo a la producción de materia
seca para mantener más o menos constante la presión de pastoreo (Avendaño,
1996a).

ll.9.6 Tiempo de recuperación o descanso: Es el tiempo que transcurre entre


dos pastoreos, durante el cual se produce el rebrote y crecimiento de las plantas
pastoreadas y tiene lugar la recuperación de las reservas radiculares. Su lapso
deberá ser de tal magnitud que permita a la planta alcanzar su máxim a
acumulación de reservas, máximo desarrollo radicular así como una mejor relación
hoja/tallo, siendo esta para pasturas tropicales de 3:1.

Lo importante de este proceso es saber que al principio la fotosíntesis es


intensiva, ya que las hojas son jó venes y todas ellas contribuyen al desarrollo del
nuevo sistema radicular y de meristemos, así como de nuevos hijuelos, es decir a
la mayor cantidad de biomasa vegetal, la cual sirve de forraje. En la practica, este
suceso se puede identificar cuando las hojas inferiores cambian del verde intenso
a amarillo, así como cuando los pastos que florecen intermitentemente todo
el año presentan alrededor de 10% de floración. Este será el punto de descanso
óptimo de la pradera.

Utilizar la pradera antes o después de este momento, implica que no se


aproveche al máximo su potencial de producción de forraje y por otro lado,
se provoque que la pradera pierda vigor y agresividad, desaparezcan plantas, se
vea en desventaja competitiva con malezas y finalmente desaparezca.

ll.9.7 Intensidad de pastoreo: Es el grado de defoliación a que son sometidas las


plantas que componen una pradera al ser utilizadas por los animales, esta va
depender de la cantidad de hojas y puntos de crecimiento remanentes luego del

40
pastoreo, lo que depende en gran medida del hábito de crecimiento de la planta y
de la habilidad de ésta para alcanzar nuevamente entre pastoreos, una cantidad
de área foliar suficiente para tener una alta tasa de crecimiento (Palma, 1996).

ll.9.8 Frecuencia de pastoreo: Es el intervalo de tiempo entre dos defoliaciones,


cabe mencionar que la frecuencia de defoliación con que cada planta es
pastoreada, dependen de una serie de factores como son; la carga animal, la
presión de pastoreo y el periodo de recuperación de la pradera, además de la
composición botánica de la misma..

ll.9.9 Fertilización: Es una herramienta importante en el manejo de praderas


debido a que a través de su aplicación se puede favorecer la velocidad de
crecimiento de los pastos, así como la cantidad de forraje disponible después de
un periodo de crecimiento. También ayuda a corregir las deficiencias minerales,
mantener la fertilidad del suelo, incrementar la producción de materia seca y de
nutrientes digestibles, modificar la calidad del forraje producido y modificar el
patrón estacional de producción de pastos.

Según Galaviz (1981) existen tres factores para lograr una mayor eficiencia
del uso de la pradera tropical:

1) El incrementar el índice foliar y la eficiencia fotosintética, por eso es que al


provocar ahijamientos de plantas producto de defoliaciones intensas se logra
con menores períodos de descanso, al tener una mayor velocidad de rebrote,
provocando un mayor número de pastoreos en el año y por ende aumento de
producciones por unidad de superficie.

2) Lograr una mayor densidad de hojas para reducir el trabajo físico de la cosecha
y aumentar el consumo .

41
3) Respetar los patrones del comportamiento animal así como la disipación del
calor a través de la ingestión de agu a se lograran mayores consumos totales de
forrajes.

En los trópicos las estrategias de desarrollo de la bovinocultura están


relacionados con la utilización de los forrajes ya que por el clima de estas
regiones, existe la posibilidad de tener vegetación du rante todo el año, producción
de biomasa que puede ser cosechada por los animales, recientemente un
destacado productor de Colima, hace una reflexión técnico financiera, en la cual
discute la importancia de retomar los sistemas con base a los pastos tropicales,
con niveles de suplementación para obtener ganancias competitivas, que permitan
que los rumiantes a través de la flora del rumen aprovechar la fibra vegetal
(Fernández, 1996).

II.10 FORRAJES.

ll.10.1 Algunos conceptos generales.

En la literatura ha habido un mayor interés por determinar la calidad


nutritiva de los forrajes, con énfasis en su composición química para mejorar la
producción con base a mayor calidad de los alimentos, por otro lado algunos
análisis han estudiado que los componentes no solubles con el material de la
pared celular como factores útiles para utilizar las características fermentativas de
los forrajes para incrementar la producción de los rumiantes (Leng, 1991).

En la literatura se ha discutido que a medida que los pastos envejecen su


calidad disminuye, obedeciendo fundamentalmente al aumento de elementos
estructurales con la baja de carbohidratos solubles, proteínas, minerales y
digestibilidad (Elías, 1983; Herrera, 1983; Ortega, 1983).

42
Leng (1990), define a los forrajes de baja calidad como aquellos con una
digestibilidad menor a 55%, deficientes en proteína verdadera (menor a 80 g de
proteína cruda), bajos en azúcares y almidón solubles (inferiores a 100g/kg). La
utilización de este tipo de forrajes por los rumiantes se v e limitada por varios
factores asociados con el alimento o el animal, entre los cuales Leng (1990)
enumera:

1- Disponibilidad de nutrientes en el alimento para un eficiente crecimiento


microbial y una tasa alta de digestión en rumen.
2- La cantidad de componentes solubles en el forraje.
3- El estado fisiológico, dieta acompañada del historial clínico del animal.
4- Temperatura ambiente, la cual determina los requerimientos para
mantenimiento.
5- Las características químicas y físicas del forraje.

ll.10.2 Los forrajes tropicales

Es conocido, que la mayoría del área tropical de pastos, se encuentra


ocupada por la sabana. Las cuales ocupan 18.1 millones de km2 en América,
África y Australia, en donde existen prolongados meses de sequía y predominan
los pastos naturales descubiertos, de porte bajo y cantidades limitadas de
arbustos de poca altura. Las gramíneas más comunes son las pertenecientes a los
géneros Hyparhenia, Cymbopogo, Andropogon, Cynodon, Eragrotis y Paspalum
(Elías, 1983; Peraltaet al ., 1987).

Estas especies, generalmente tienen un bajo valor nutritivo y su contenido


de nutrientes es variable. Tienen un rápido crecimiento durante la época de lluvias,
el cual se ve reflejado en la producción de materia seca, contrastando con la
temporada de estiaje donde su desarrollo es más lento, además de presentar un
bajo contenido de proteína, lo que repercute negativamente sobre el nivel de

43
digestión y consumo. Estos forrajes tropicales son generalmente carentes de
elementos minerales, tales como el molibdeno, selenio, azufre y fósforo, debido al
nivel de acidificación de los suelos, lo que se refleja una baja digestión (Elías,
1983; Herrera, 1983; Peralta et al ., 1987).

Por otra parte, en las gramíneas tropicales la capacidad fotosintética es


mayor que en las gramíneas templadas e incluso que en las leguminosas
tropicales. Esto responde a tres factores: 1) el sendero de la fotosíntesis se
produce por la vía C4 y no por la C3; 2) la falta de fotorespiración durante el
proceso de fotosíntesis en presencia de luz, aunque la respiración en la fase
oscura parece ser mayor en las gramíneas tropicales y 3) la actividad fotosintética
se incrementa con la intensidad lumínica en las gramíneas tropicales llegando a
ser el doble de la actividad de las templadas (Herrera, 1983).

Los forrajes tropicales son importantes fuentes de fijación de energía solar,


la cual es transformada vía la fotosíntesis en otro recurso energético, como los
azúcares estructurales de la pared celular, el cual puede ser liberado a través de
la fermentación microbiana dentro del rumen y ser aprovechado en otros
elementos de alto valor biológico (carne, leche, etc.); sin embargo, para optimizar
su utilización es necesario un manejo estratégico de la complementación
alimenticia en los rumiantes. Que permite obtener niveles productivos de
medianos a altos (Preston, 1995b).

A continuación se presenta una breve recapitulación de los recursos


forrajeros empleados en esta investigación.

El Cynodon dactylon ó también conocido como pasto Bermuda es una


gramínea perenne, de crecimiento semierecto, rizomatoso y estolonífero que lo
hace extenderse con gran rapidez dentro y fuera del suelo, forma un césped

44
denso. Los tallos alcanzan una altura de 50 a 70 cm presenta una elevada
proporción de tallo/hoja, produciend o forraje de alta calidad. Este material se
reproduce vegetativamente debido a que su semilla presenta baja fertilidad. Se
adapta bien en regiones tropicales y subtropicales, con precipitaciones superiores
a los 700 mm y una temperatura de 24°C, se encuentra en muchos suelos
principalmente donde el pH es superior a 5,5 y la fertilidad sea entre moderada y
elevada. Es resistente al anegamiento temporal y a las sequías prolongadas, pero
es improductiva. Responde bien a los fertilizantes (50 y 30 kilos de nitrógeno y
fósforo, respectivamente). Esta hierba no tiene aplicación en las praderas
temporales, presenta cierta tolerancia a los suelos salinos y una presión de
pastoreo moderada (FAO, 1982). Es necesario aplicar riego durante el periodo de
sequía, con intervalos de 14 a 22 días y una lámina de 6 a 8 cm por riego. Su
composición química varía según la época del año, el estado de madurez y el
manejo productivo. Así pues, cuando el forraje es fresco y posee algunas
semanas de edad (6-10 semanas), la concentración de proteína oscila en niveles
de 9.9% a 17.6% y el nivel de fibra se orienta en niveles de 18.4%
respectivamente. De esta forma, cuando el forraje ha alcanzado su estado máximo
de madurez, registra niveles de 7.5% a 8% de proteína y 18.4% de fibra. De forma
similar ocurre con los niveles de digestibilidad de la fibra oscilando entre 66.2% y
61.1% (FAO, 1982; González et al.,2000).

La edad y otros factores influyen sobre la composición química de los


pastos y esté no es la excepción, en donde los nivele s de proteína se deprimen
con respecto a la edad (4, 6 y 8 semanas) en niveles de 6.5%, 6.4% y 5.6%
respectivamente. Por otra parte, la cantidad de fibra se incrementa en rangos de
23.5%, 23.7% y 24.8%, para las mismas edades (Herrera, 1983).

El Panicum maximum ó también conocido como Guinea, es una gramínea


perenne matojosa, alta y vigorosa, con tallos de hasta 3,5 m de altura, crece en
zonas donde las precipitaciones alcancen los 1000 a 1800 mm. Así como en una

45
amplia variedad de suelos, tolera la sombra y el fuego, pero no el anegamiento ni
las sequías rigurosas. Produce grandes cantidades de forraje apetecible que en
promedio alcanzan las 34 t/ha (Eguiarte et al., 1984); sin embargo, su valor
nutritivo disminuye rápidamente con la edad, muere si es pastado continuamente
al ras de suelo, y necesita reposar al final de la temporada vegetativa. Al manejo
de segado responde mejor cuando alcanza 60 a 90 cm de altura, este momento
coincide cuando el forraje es más nutritivo; sin embargo, el rendimiento se
incrementa cuando el segado se realiza a una altura de 150 cm, para mantener el
vigor de la pradera debe resembrarse cuando menos una tercera parte de las
plantas al año. La concentración de proteína y fibra oscilan en niveles de 14.3% y
24.1%, respectivamente. En condiciones de una hierba fresca, hasta niveles de
5.5% y 40.1% en materiales henificados. Así, mismo, la digestibilidad de la
proteína y fibra del pasto maduro en bovinos, se ha reportado en niveles de 60.3%
y 53% respectivamente (FAO, 1982). El contenido de proteína presentados por
Eguiarte et al. (1984), contrasta con los aquí expuestos, siendo muy pobre, en
niveles por debajo del 2%; sin embargo, el nivel de la digestibilidad se mantiene de
manera similar (60.9%). En este contexto, Cáceres et al. (1984) obtuvieron un
nivel de PC superior al 7% con un material henificado, además de un contenido de
MS el cual rebasó el 85%.

Este material forrajero ha sido utilizado en diversas investigaciones, con el


objetivo de incrementar su calidad nutricional y fomentar la capacidad productiva
de los rumiantes. De esta manera Brown y Adjei en (1995), lograron incrementar
su digestibilidad in vitro en rangos de 38.8%, 41.7% y 42.0% con respecto al valor
inicial 30.7%, esta respuesta se logró con un tratamiento de urea en niveles de
4%, 6% y 8% respectivamente. Incorporando a la ración de borregos, material
tratado con 6% de urea, en una proporción de 75% a 80%; obteniendo un
incremento del 5.5% en la digestibilidad de la MO (66.7% vs. 63.2%) y de 13% en
la digestibilidad de la hemicelulosa (79.8% vs. 70.4%).

46
El Cynodon nlemfuensis (pasto Estrella), es una especie perenne oriunda,
principalmente, del África oriental y se distribuye no solo en países de este
continente como Etiopía, El Congo, Angola, etc., sino también en otros países
tropicales como Panamá, República Dominicana, Cuba, México y Puerto Rico; su
crecimiento es desparramado con estolones fuertes, de rápido crecimiento
formando un césped denso con alto rendimiento, y de gran distribución (Pereira et
al., 1986). Las cantidades de proteína y fibra, así como su digestibilidad pueden
variar con respecto a la edad o con la frecuencia de corte. En este contexto
Herrera (1983), reportó una variación el contenido de proteína de 6.63%, 6,36% y
5.08% respecto a la edad del forraje (4, 6 y 8 semanas). Pereira et al. (1986)
indicó que el contenido de PC disminuye con la edad de rebrote de este material.

Reflejándose en los resultados que obtuvo, donde la PC oscilo de 9.40% a


7.69% durante los 48 y 69 días de edad del rebrote. Así, mismo, la cantidad de
energía metabolizable (EM) disminuyó en niveles de 2.09 a 1.91 Mcal/Kg de MS, a
las mismas edades. Por otra parte, el contenido de fibra se incrementó (26.8%,
27.8% y 28.8%) para las mismas semanas de edad. Los valores de PC reportados
por FAO en (1982) oscilaron entre 5.2% y 19.1%, para el contenido de fibra cruda
(FC) fueron de 22,6% a 39.7%. La digestibilidad registró niveles de 58.5% y 62.7%
para estas características, en un material fresco; sin embargo, estos niveles se
invirtieron negativamente cuando el forraje alcanzó un grado de madurez
avanzada (23.0% y 39.9%).

Se ha utilizado también la Brachiaria brizanta ó también conocida como


pasto Insurgente, el cual se caracteriza por ser una especie perenne, de hoja
ancha, que puede alcanzar hasta de 2 m de altura, rizomatosa ó estolonífera. Sus
rendimientos son muy variables, en cuanto a pubescencia y hojosidad, crece en la
mayoría de los suelos, en terrenos abrigados con más de 750 mm de precipitación
pluvial. Cuando el manejo incluye el segado, solo rinde uno o dos corte ya que su
recuperación es bastante mediocre. El contenido de proteína varía de 8% a 45% y

47
el de fibra de 28% a 31%, dependiendo del estado de madurez. El porcentaje de
digestión que alcanza este últim o elemento se presenta por encima del 56%, nivel
característico de un forraje maduro (FAO, 1982).

Dentro de la caracterización de los tipos forrajeros empleados se destaca la


presencia del Penisetum purpureum o también llamado pasto King Grass; Esta
especie es una gramínea perenne alta, de porte erecto, con tallos gruesos hasta
de 4.5 m de alto. Se encuentra en suelos húmedos de zonas con más de 1000
mm de precipitación anual, tolera sequías breves, pero no el anegamiento, es una
de las gramíneas forrajera más cultivadas; rinde grandes cantidades de materia
seca, pero su contenido de proteína es bajo, salvo cuando se corta muy tierna. En
el manejo de esta especie no deben realizarse cortes demasiados bajos, nunca
por debajo de los 15 cm. Es importante buscar un equilibrio entre el rendimiento y
la calidad nutritiva, ya que a mayor tamaño del pasto obtienen mejores
rendimientos pero de menor calidad y viceversa. Por ello se recomienda cortar el
pasto cuando alcanza una altura de 1.6 a 2 metros, para obtener una buena
producción, así como riqueza alimenticia; con un buen manejo, se pueden obtener
de 3 a 4 cortes al año. En la época de lluvias y con niveles altos de fertilización
nitrogenada, los rendimientos se incrementan alcanzando en promedio 100 t/ha.

Este forraje ha sido establecido en regiones de clima templado, obteniendo


rendimientos excelentes de 143.3 t/ha (González y Eguiarte, 1993). El forraje
puede ofertarse en verde picado para que las hojas y tallos se mezclen bien,
resultando en un alimento suculento para el ganado. Esta especie, al igual que
otras gramíneas tropicales, se ve influenciada por el estado de madurez,
disminuyendo la cantidad de proteína e incrementando los niveles de fibra. En
este contexto, el contenido de proteína oscila entre 15.1% en una hierba fresca
hasta 4.2% para una material maduro de porte alto y con un estado de madurez
avanzada. De la misma manera, la cantidad de fibra se hace presente en niveles
desde los muy favorables como 28.6% hasta por los desfavorables de 40% y más.

48
Por otra parte, los niveles de digestibilidad reportados para el contendido de
proteína superan el 40% y para la fibra llegan a ser de 56%. Cabe destacar que
estas características se presentan en un material vegetal maduro (FAO, 1982,
INIA, 1970).

ll.10.3 Utilización de los forrajes en el trópico.

Las gramíneas o pastos se consideran principalmente como una fuente de


energía, mientras que las leguminosas de proteína. En la actualidad se han
estudiado muchas especies forrajeras de zacates, así como forrajes de corte con
un potencial productivo con alta calidad nutritiva, superior a las especies nativas
(González y Eguiarte, 1993; Avalos et al., 1994). Una característica de las
gramíneas tropicales es su capacidad fotosintética, la cual es mayor que en las
gramíneas templadas e incluso que en leguminosas tropicales, esto responde a
tres causas principales:

• El sendero de la fotosíntesis se produce por la vía 4Cy no por la C3 como en


los pastos de clima templado.

• La falta de respiración durante la fotos íntesis en presencia de la luz, aunque la


respiración en la fase oscura de este proceso parece ser mayor en las
gramíneas tropicales.

• La actividad fotosintética, se incrementa con el aumento de la intensidad


lumínica en las gramíneas tropicales, llegandoa ser el doble de la actividad de
las templadas (Herrera, 1983; Ortega, 1983; Valdés y Molina, 1990).

En la literatura se a reconocido los beneficios que trae al ganado la adición


de pequeñas cantidades de forraje verde a dietas basadas en paja, debido a que
dan un aporte de vitamina A, minerales esenciales, amonio, péptidos y

49
aminoácidos, se ha mostrado con esta práctica en la alimentación de ovejas, que
se incrementa la digestión de la dieta basal, esto responde al nivel de colonización
de la fibra por los microorganismos adherentes, actuando el forraje de alta
digestibilidad como sembradores de microorganismos inmóviles a los forrajes
menos digestibles (N’dlovu y Buchanan-Smith, 1985; Silva y Ørskov, 1988; Leng,
1991).

Recientemente se han estudiado una serie de pastos, con características


favorables para trabajarlos bajo corte que se desarrollan adecuadamente en
climas cálidos, tropicales y subtropicales, con una buena adaptación a regiones
serranas de clima frío. La ventaja respecto a otro tipo de forrajes consiste en su
característica de ser perennes, ya que con una sola siembra se pueden explotar
durante varios años (González y Eguiarte, 1993).

Los principales cultivos perennes son las especies forrajeras del género
Pennisetum, como los zacates Taiwán, King grass, Elefante y Merkerón, además
de la caña de azúcar ( Saccharum officinarum) los cuales tienen una alta
productividad, en lo que se refiere a la producción total de biomasa por unidad de
superficie lo cual permite al ganado disponer de forraje durante toda la época del
año, ya sea en forma verde, ensilada o henificada (Preston y Leng, 1989;
González y Eguiarte, 1993).

ll.10.4 Constitución y composición de la fibra de los forrajes

Los forrajes tropicales, pajas y esquilmos agrícolas tienen como principal


característica nutricional, la presencia de un alto contenido de lignocelulosa, el
cual es un complejo compuesto por celulosa, pectinas, hemicelulosa y lignina con
una asociación física y química sumamente estrecha. En base a estas
características, Delgadillo (2001) identifican tres fracciones :

50
1) Fracción de hidratos de carbono fácilmente fermentable por la población
microbiana ruminal (glucosa, fructosa, sacarosa, almidón y algunos
polisacáridos que se almacenan como fructosanas y rafinosa).

2) Fracción de celulosa y hemicelulosa potencialmente digestible, pero por la


presencia de lignina es parcialmente aprovechada.

3) Fracción de lignina y sílice, esencialmente indigestible por los


microorganismos ruminales (Elías, 1983; Aguilera, 1988).

Los forrajes están formados básicamente por un complejo que constituye la


pared celular llamado lignocelulosa (fibra), la cual esta formada por dos paredes:
la primaria y la secundaria. La primaria esta compuesta por 90% de polisacáridos
(microfibrillas de celulosa, pectina y hemicelulosa) y 10% de proteínas.

La pared secundaria se sitúa envolviendo a la primaria y se genera cuando


la planta alcanza su madurez, incrementándose la cantidad de celulosa,
hemicelulosa y lignina. La fibra, en especial la celulosa es una de las sustancias
orgánicas que más abundan en la naturaleza y que, a su vez, constituye una de
las mayores fuentes de energía para los rumiantes (Elías, 1983; Wilson, 1994). La
celulosa es el polisacárido más abundante de la pared celular (20-50% de la MS) y
uno de los constituyentes más insolubles, esta formada por cadenas lineales de
glucosa, unidas por enlaces â–1,4 (Chesson y Forsberg, 1988). En la fibra
celulósica hay alrededor de 40 cadenas de glucosa, llamada glucanos, son fuertes
y se alinean por láminas sostenidas por puentes de hidrógeno, estos proporcionan
una gran fuerza y resistencia a la degradación química.

En 1975 Albersheim, propuso un modelo, en el que describió la estructura


de las pared celular, donde las fibras de celulosa estaban unidas por medio de los
polisacáridos xilosa, arabinosa y ramosa. Adhiriéndose muchas moléculas de
xiloglucanos sobre la superficie de la fibra, las cuales se unen a una cadena

51
simple de arabinogalacturano, estás se pueden unir a cadenas de
ramnogalacturano, uniendo a diferentes fibras de celulosa; estas extensas uniones
inmovilizan a la fibra en una matriz rígida.

Según el tratamiento empleado para la extracción de la celulosa de las


plantas se pueden distinguir, con ayuda de la difracción de rayos X, c uatro formas
cristalinas llamadas celulosa I, II, III y IV. La celulosa I es la que normalmente se
encuentra formando parte de la pared celular; la II es la que se obtiene por
maceración; la III se separa con etilamina anhidra y la IV se obtiene por tratam iento
a altas temperaturas y es muy similar a la I.

La diferencia entre estos cuatro grupos es importante en los ensayos


enzimáticos destinados a su degradación ya que la celulosa II constituye un buen
sustrato para estos fines (Elías, 1983).

Otro de los hidratos de carbono de la pared celular, lo constituye la


hemicelulosa que es un polisacárido amorfo formado de cadenas cortas de
glucanos, polímeros de xilosa, arabinosa, ramnosa, galactosa y por ácidos
glucorónico y galacturónico. La hemicelulosa se di ferencia del resto de las
fracciones de la pared celular (celulosa y lignina), básicamente por el método de
extracción a través de álcalis (Chesson y Forsberg, 1988). El contenido de
hemicelulosa varía según el tipo vegetal, pero oscila en un rango de 30 a 40%.

El principal componente de la fracción hemicelulósica lo compone el xilano,


estás unidades de monosacáridos y sus derivados están unidos de forma continua
por enlaces glucosídicos 1-3, 1-4 y 1-6. En su mayoría son moléculas lineales
aunque pueden poseer ramificaciones cortas; tiene un peso molecular más bajo
que la celulosa y su grado de polimerización no excede a 200 (Elías, 1983).

52
Las sustancias pécticas, son polímeros coloidales formados, en su mayor
parte, por unidades de ácido anhidrogalacturónico unido por enlaces 1 -4. Tienen la
característica de formar geles en presencia de sacarosa a un pH adecuado. Estas
sustancias tiene dos tipos de polisacáridos. 1) polímeros neutros; L-arabinosa y D-
galactosa y 2) polisacáridos neutros y pequeñas can tidades de otros azúcares como
L-ramnosa, L-fucosa y D-xilosa (Elías, 1983).

Por otra parte, un complejo tridimensional formado por un polímero de


fenilpropano carbohidratado, lo constituye la lignina cuya función es dar soporte
estructural y resistencia a la pared celular de las plantas (Jung y Allen, 1995). Su
estructura esta formada por una mezcla de polímeros como el 3,5–dimetoxi-4-
hidroxifenilpropano, por el ácido ferúlico y ácido p -cumárico, variando su
proporción con respecto al tipo de vegetal. La lignina constituye una de las partes
más insolubles de la pared celular de las plantas y a causa de su estrecha
asociación mediante los enlaces covalentes con los polisacáridos de la pared,
frecuentemente actúa como barrera física que impide la degradación microbiana
de estos compuestos, por lo que, además de no ser digerible, puede influir en la
digestibilidad de otros componentes de la pared celular (Elías, 1983). La lignina
esta extensamente ligada a los polisacáridos de la pared celular. A esta unión
entre la lignina y los carbohidratos, se le ha denominado complejo “lignocelulósico”
(Chesson y Forsberg, 1988).

ll.10.5 Metabolismo de los productos de la degradación de los forrajes

La fermentación de glúcidos es la principal fuente de energía para la


producción de ATP, el cual es esencial para el mantenimiento y crecimiento de la
microbiota ruminal. La ruta primaria de fermentación de las hexosas en los
microbios ruminales es la ruta de Embden-Meyerhof (EM). Los productos de
degradación de la celulo sa y almidón pasan directamente a glucosa ó glucosa 6 ó
1-fosfato, mientras que los productos de degradación de pectinas y hemicelulosa
pasan al ciclo de las pentosas para formar fructosa-6-fosfato ó a gliceraldehído-3-

53
fosfato, terminando la ruta EM hasta la formación de piruvato. La vía completa de
la EM produce 2 ATP netos, en tanto que la producción neta de ATP por la
fermentación de una mol de pentosa es de 1.67 moles; esta ruta comprende la
conversión de tres pentosas fosfato a dos hexosas fosfato y un a triosa fosfato vía
las reacciones transcetolasas y transoldolasas. El piruvato es el compuesto del
cual parte la producción de acetato, propionato y butirato, formando metano y
dióxido de carbono; por lo cual, su papel dentro del metabolismo de los hidra tos de
carbono es indispensable, tanto para la formación de piruvato como del NADH2 y
ATP, su formación varía enormemente dependiendo de los microorganismos
involucrados y de las condiciones de incubación (Williams y Coleman, 1988).

La necesidad primordial dentro y entre los microorganismos, es la de


mantener el balance de hidrógeno en el sistema, es decir si la metanogénesis se
activa y como resultado, la presión parcial de hidrógeno en el medio exterior es
baja, los microorganismos poseen una hidrogenasa que puede liberar el hidrógeno
del NADH como H2. Si el H2 en el medio exterior es alto, la termodinámica de la
reacción NADH 2 + H2 +NAD, no es favorable y el organismo es forzado a
reducción piruvato a lactato o propionato para mantener el balance de H2 (Galina
et al, 2002).

Entre las reacciones del pirutavo se encuentra la producción de acetato, de


la cual se han observado dos mecanismos donde el más común es el sistema
pirutavo-formato, el cual produce formato y acetil-CoA como producto inmediato.

El formato es liberado y convertido a CO2 + H2 y posteriormente a CH4 con


la consecuente liberación de un ATP (Baldwin et al., 1970; Baldwin y Allison,
1983). El otro mecanismo, es el enzimático donde el piruvato por medio de la
acción de la piruvato -ferredoxina oxidoreductasa, se convierte en ferrodoxina
reducida, Co2 y Acetil-CoA (Leng, 1970). El Acetil-CoA es convertido a acetato +
ATP, por la fosfotranscetilasa + acetocinasa. La producción de ATP en la
conversión de piruvato a acetato es de un ATP por mol (Tamminga, 1978; Thaver

54
y Jungermann, 1977). Harrison et al. (1975; 1976), sugirieron que la producción de
acetato está asociado con la formación de 4.25 moles de ATP por mol de hexosa
fermentada (Bergen, 1979; Buttery, 1981).

Por otra parte, las bacterias metanogénicas (Methanobacterium


ruminantium) son un grupo de microorganismos que reducen el CO2 a CH4, con
una termodinámica altamente favorable, para la formación de ATP. Los
mecanismos de formación de ATP aun no son del todo conocidos. Por su part e, la
inhibición en la producción de metano, ha generado incrementos en la formación
de propionato, pero también hay una perdida considerable en la cantidad de
energía como H2 (Baldwin y Allison, 1983; Wolin y Miller, 1983). El propionato es
producido por la ruta del oxalacetato (orandomización) y por la ruta del acrilato
(ruta de la reducción directa) Bergen, 1979. Para catalizar la carboxilación del
piruvato pueden actuar tres enzimas (Baldwin y Allison, 1983):

a) La fosfoenolpiruvato carbixicina, la cual convierte el forfoenolpiruvato +


ADP ó GDP a oxalacetato + ATP o GTP (Wolin y Miller, 1983).
b) La piruvatocarboxilasa que transforma el piruvato + Co2 y ATP en
oxalacetato + ADP (Tamminga, 1978).
c) La metilmalonil-CoA carboxitransferasa, la cual transfiere una unidad de
carbono de la metilmalonil- CoA al piruvato, durante la conversión de
sucinato a propionato.

El primer y tercer mecanismo enzimático son preferidos por los


microorganismos por que completan la carboxilación sin costo energético para la
célula, mientras que la reacción de piruvato carboxilasas emplea un ATP por mol.
En la fermentación de la celulosa, vía la reacción de carboxiltransferasa se
observa muy poco carbón reciclado, lo cual se debe a que varios microorganismos
celulolíticos producen succinato como producto final (Baldwin et al., 1970; Baldwin
y Allison, 1983).

55
El ácido succinico es un importante precursor de una buena porción del
propionato formado en el rumen. El succinato es descarboxilado a propionato y
CO2 (Wolin y Miller, 1983). Las bacterias que producen mayores cantidades de
succinato a partir de la celulosa son: Bacteroides ruminicola, Bacteroides
succinogenes y Ruminococcus flavefaciens. Entre los micoorganismos
descarboxilantes esta Selenomona ruminantium, la cual se encuentra en altas
concentraciones en el rumen y produce propionato, acetato y C02 a partir de los
glucósidos, en tanto que los microorganismos tales como Propionibacterium y
Veillonella usan la ruta del succinato para producir propionato y son capaces de
descarboxilar el succinato a propionato y CO2. Es importante señalar, que para
llevar a cabo la descarboxilación del succinato es necesaria la Biotina (Wolin y
Miller, 1983; Stewart y Bryant, 1988).

Cuando la celulosa es el principal azúcar de la cadena hidroca rbonada de la


dieta, la ruta predominante para la producción de propionato en el rumen es la ruta
del succinato o la ramdomización. No obstante cuando el almidón es el glúcido
predominante, la mayor parte del propionato se produce por la ruta del acrilato o
ruta de la reducción directa (Leng, 1970; Van Soest, 1982). Esta ruta alternativa ha
sido identificada en bacterias tales como: Megasphaera elsdenii, Bacteroides
ruminicola, la cual involucra la formación de lactato conversión de acrilil -CoA a
propionil-CoA vía una crotonil-CoA reductasa unida a NADH2 (Baldwin y Allison,
1983; Stewart y Bryant, 1988).

Debido a que el ácido propiónico, ha sido reconocido como el único ácido


graso volátil gluconeogénico su producción es de vital importancia, ya que este es
utilizado por el animal como fuente de energía y como sustrato para la síntesis de
glucosa. De esta manera, en condiciones aeróbicas el rendimiento energético por
mol de ácido propiónico es de 18 moles de ATP y su rendimiento esta asociado a
la producción de 4 moles de ATP por mol de hexona fermentada (Baldwin y
Allison, 1983; Baldwin et al., 1970; Buttery, 1981; Harrison et al., 1975; Wolin y
Miller, 1983).

56
El balance estequiométrico de las reacciones involucradas en las
reacciones de propionato a partir de la glucosa según Thaver y Jungermann
(1977) son:

El butirato puede ser producido por medio de dos vías: Por la vía de la
condensación de dos moléculas de acetil -CoA ó (reversa de la B-oxidación) ó bien
por la condensación de una molécula de acetil -CoA y una de malotil-CoA (Leng,
1970).

En la ruta de malonato cuando se parte de acetato se requieren de 2 moles


de ATP para formar un mol de butirato, mientras que en la reversa de B-oxidación,
sola se requiere de un mol de ATP (Leng, 1970). La producción de butirato esta
asociada a la producción de 3 moles de ATP por mol de hexosa fermentada
(Bergen, 1979, Buttery, 1981, Harrison et al., 1975, Leng, 1970; Thaver y
Jungermann, 1977; Van Soest, 1982).

Webster en (1978), mencionó que la eficiencia d e conversión de la energía


de los hidratos de carbono a AGV’s (acetato, propionato y butirato), han realizado
cálculos sobre el rango teórico de los rendimientos moles relativos del los AGV’s.

Se calculó que las pérdidas de calor de fermentación total, (F) eran


constantes ha 6.4% de la energía fermentada (E). La eficiencia de conversión (E)
de la energía de hexosas a energía de AGV’s se expresa:

E = 100 (0.62 pa + 1.092 pp + 1.56 pb)


(pa + pp + 2 pb)

Donde:
pa, pp y pb son las proporciones moles de acetato, propionato y butirato en
el líquido ruminal.

57
La proporción de energía de las hexosas perdida como metano (M):
M = 100 – (6.4 + E)

La energía total fermentada de hexosas (H), esta dado por :


H = producción de metano (Kj)*100 x 100.
100 – ( E + F)

ll.10.6 Utilización de los forrajes por los microorganismos ruminales

La accesibilidad del material celulósico a los agentes biodegradables, está


directamente relacionada con su estructura física. La degradabilidad del material
vegetal, está dada por la acción enzimática de los microorganismos, la cual a su
vez esta sujeta a varios factores como: el tamaño, la forma y el área de superficie
de los capilares de la pared celular, además de la capacidad de adhesión de los
microbios (Aguilera, 1988). Microorganismos tales como bacterias, hongos y
protozoarios colonizan prácticamente todo el material vegetal que entra al rumen.

La mayor ruta de invasión es a través de las lesiones de la epidermis


vegetal. Por su parte, las bacterias celulolitícas R
( uminococus albus, Ruminococus
flavefaciens y Fibrobacter succinogenes) se adhieren, cortan y dañan la superficie
de la pared celular como primer paso del proceso de degradación, algunos hongos
y protozoarios (Neocallimastix frontalis, Polyplastron multivesiculatum,
Eudiplodinium maggii, Epidinium ecaudatum y Eremoplaston bovis) son atraídos a
través de quimioreceptores hasta el sitio de colonización, enquistándose e
invadiendo el tejido vegetal (Chesson y Forsberg, 1988; Russel y Wilson, 1996;
Weimer 1996; Fondevila y Dehority, 1996; Matsui et al., 1998).

58
Este primer evento, es seguido por el inicio de la digestión de la celulosa, el
cual se lleva a cabo a través de la acción enzimática (celulasas) de los microbios
ruminales; rompiendo el polímero, en pequeñas moléculas de diferente peso
molecular como oligosacáridos, di o trisacáridos (celobiosa y celotriosa), en
monómeros glucosa, en pequeños alcoholes, ácidos grasos volátiles, cetonas,
metano, bióxido de carbono y agua (Chesson y Forsberg, 1988).

Las enzimas bacterianas de acción celulolítica se clasifican en tipo “exo” y


“endo”, las primeras producen la separación de los azúcares, comenzando por el
extremo reductor de la cadena â–1,4 glucano y el tipo “endo” actúa sobre los
enlaces glucosidicos â–1,4. Las enzimas de los hongos se clasifican en tres tipos:
las endo-â–1,4-gluconasas, las exo-â–1,4-gluconasas y las 1,4-â-glucosidasas;
las primeras rompen los enlaces glucosídicos internos, resultando celulo-dextrinas
solubles en agua. Las “exo” reducen la celulosa a celobiosa y glucosa, la última
hidrolizan las celulo-dextrinas y la celobiosa, para obtener glucosa. Para degradar
la celulosa cristalizada, se requiere de la acción conjunta de las enzimas “exo” y
“endo” (Chesson y Forsberg, 1988).

Este fenómeno digestivo es continuado por la fermentación de la


hemicelulosa, la cual se lleva a cabo por acción enzimática, liberando el disacárido
xilobiosa, a través de la enzima xilosidasa para formar xilobiosa. Esta actividad
representa la hidróli sis a las uniones â–1,4-xilosídicas por la hemicelulasa
(Chesson y Forsberg, 1988). Los protozoarios (Eudiplodinium maggii, Epidinium
ecaudatum y Eremoplaston bovis), participan activamente en la producción de
enzimas hemicelulasas y/o xilanasas (Chesson y Forsberg, 1988). Cabe destacar
que la máxima eficiencia de las enzimas celulolíticas se lleva a acabo en un rango
de pH de 6.0 a 7.0 y en una temperatura promedio de 39 a 45 C.

59
ll.10.7 Calidad y digestibilidad de los forrajes

Cuando en los pastos existen poblaciones insignificantes de leguminosas y


no se aplica fertilizante nitrogenado, la fuente principal lo constituye el nitrógeno
almacenado en el suelo, lo que limita la producción y contenido proteico de los
pastos. El aporte de nitrógeno al suel o a través de la fijación simbiótica de las
bacterias nodulares de las leguminosas es considerable; sin embargo, aunque las
leguminosas mejoran el comportamiento de los animales, es evidente que la
fertilización nitrogenada a las gramíneas permite duplicar la carga y obtener mayor
producto animal que en los rebaños con leguminosas. La respuesta a la
fertilización nitrogenada está relacionada con la obtención de una alta producción
de materia seca (MS) y por el incremento en nivel de proteína, así como una
consecuente mejoría en la digestibilidad de la materia vegetal; sin embargo, esta
respuesta puede variar, en lo referente al grado de digestibilidad. De esta manera,
se ha encontrado que la digestibilidad se incrementa cuando el forraje es joven;
invirtiéndose de forma negativa ó no significativa cuando el forraje entra en estado
de madurez avanzada (Elías, 1983).

En este sentido, Elías (1983) utilizaron el pasto Pangola D


( igitaria
decumbens) para evaluar el grado de correlación existente entre el nivel
fertilización con nitrógeno y la digestibilidad de la materia seca, encontrando una
respuesta positiva, es decir que cuando la cantidad de fertilizante empleado se
incrementó, la digestibilidad se incremento de igual forma.

Por otra parte, Elías en (1983), reportó evidencias de que la digestibilidad


de la materia seca (DMS) está estrechamente relacionada con la proporción de
hojas (hojas/tallos) de los pastos; es decir, que a medida que la planta crece se
incrementan los hidratos de carbono en especial la lignina la cual ejerce una
función protectora, lo que trae como consecuencia una disminución en el grado de
digestibilidad del sustrato; de esta manera, la disponibilidad energética del forraje
dependerá en gran medida de su contenido de lignina y fibra.

60
ll.10.8 Consumo de los forrajes

La capacidad de consumo de los rumiantes alimentados con forrajes de


baja calidad, principalmente con forrajes tropicales depende de una larga
degradación del alimento; de esta manera, las partículas de alimento con un
tamaño superior a 0.2 cm son retenidas por más tiempo en el rumen, diminuyendo
su flujo hacia el intestino, generando una subsecuente disminución sobre el
consumo (Van der Meer y Van Es, 1987).

El consumo de la materia orgánica (MO) digestible, usualmente es el factor


principal, que limita la producción en los rumiantes (Arthun, 1989); es así que, el
consumo responde de forma positiva a la complementación con proteína cruda; en
este sentido, se recomienda realizarla principalmente en dietas donde el contenido
de PC sea menor al 5% (Allden, 1981; Hennessy y Williamson, 1983). Por otra
parte, Kempton et al. (1977) y Van Soest (1982) sugieren que la inclusión de
nitrógeno en dietas con bajos niveles de PC restauraron el balance metabólico y
las deficiencias nitrogenadas en los tejidos.

Ørskov en 1982 mencionó que los forrajes maduros son típicamente altos
en fibra y bajos en componentes solubles, dando como resultado un pobre
consumo y una baja digestibilidad; sin embargo Elías (1983) y Ellis et al., (1979),
mencionaron que un incremento en el consumo de estas fuentes de fibra, es
posible gracias a una correcta complementación; asociando algunos elementos
tales como: azúcares simples de fácil fermentación (melaza, almidón o granos de
cereales), proteínas naturales (caseína, soya, gluten de maíz etc.); además de
diversas fuentes de NNP (urea, pollinaza) lo que trae como consecuencia una
mejoría en la tasa de digestión y pasaje de estos forrajes dentro del rumen.

61
Por su parte, Arthun en 1989 mencionó que el c ontenido de energía bruta
de estos forrajes no parece ser una limitante; sin embargo, su pobre consumo y
digestibilidad resulta en una disminución en el aporte de energía digestible y
metabolizable al hospedero. Por otro lado, Elías (1983), indicó que una
complementación con azúcares solubles genera un incremento en la digestibilidad
de la fibra, ya que los microorganismos ruminales (celulolíticos) son incapaces de
obtener energía de la celulosa, para sus funciones celulares hasta que la molécula
sea digerida; lo anterior sugiere que al inicio de la digestión es necesario la
presencia de pequeñas cantidades de azúcares simples. Pero en cambio, si esta
adición se incrementa por encima de los 3 kg/500 kg de PV/día se sustituye la
digestión del forraje y su uti lización empeora.

Oltjen et al. (1968), mencionaron que la complementación con proteína


natural y NNP incrementan la digestibilidad de la MS; Además de lograr una mayor
eficiencia de utilización, debido a una amplia proliferación de los microorganismos
celulolíticos, cuyos requerimientos simples de nitrógeno son cubiertos por la
presencia de amoníaco en el rumen procedente de la hidrólisis de las proteínas o
de la urea (Bryant y Robinson, 1961; Hugante, 1975).

Mediante la incorporación de los aminoácidos tales como la valina, lisina,


isoleucina, prolina y metionina, se ejerce una influencia positiva sobre la digestión
de la fibra, debido a que los microorganismo celulolíticos requieren de estos
elementos para su crecimiento (Dehority et al., 1958; Allison, 1969); sin embargo,

Dehority et al. (1958) y Bryant y Robinson (1961) mencionaron que la


función principal de los aminoácidos en la degradación de la fibra, es la de aportar
las cadenas carbonadas necesarias, luego de su desaminación para la síntesis de
ácidos grasos volátiles, especialmente los de cadena ramificada (valérico, cáprico,
isobutírico e isoválerico) estimulando la celulolisis ruminal (Elías 1983).

62
ll.10.9 Factores que afectan la digestión de los forrajes

El estudio de la nutrición de los rumiantes, es complicado debido a las


características del proceso de fermentación que se efectúa en el rumen. En este
sentido, hay que tener en cuenta los procesos nutricionales por separado: la
nutrición de la población microbiana ruminal y la del animal hospedero, que en su
aplicación son indispensables. Por lo tanto, esta última es de vital importancia en
la producción animal. La primera puede ser de mayor significancia en la utilización
de los alimentos, especialmente al alimentar con dietas fibrosas. Esto se debe
fundamentalmente a que la digestibilidad y utilización de los alimentos de
naturaleza fibrosa para los rumiantes depende fundamentalmente de los
microorganismos del rumen; en este contexto, es importante considerar los
factores que influyen en la estimulación o disminución de la celulosis ruminal
(Elías, 1983). El contenido de la pared celular de un forraje es nutricionalmente
importante, por que su incremento generalmente esta seguido de una reducida
digestibilidad, lo que impacta sobre un pobre consumo. Dentro de los factores que
limitan la digestibilidad de la pared celular, se encuentra la inaccesibilidad de
ataque microbiano, debido a la formación de complejos fenólicos ( p-cumarico y los
alcoholes coniferil y sinapil) presentes en la lignina, los cuales tiene una acción
tóxica sobre los microorganismos celulolíticos (Chesson y Forsberg, 1988). Entre
otros factores que afectan la digestión de la pared celular, se encuentran los
relacionados con el ambiente y la función ruminal, que influyen d irectamente sobre
la población microbiana. Así mismo la temperatura del rumen es esencial que
permanezca siempre entre 38 y 42°C. Además de una secreción abundante y
constante de saliva, que ayude al establecimiento del pH ruminal (5.9 y 7.4). La
entrada constante de nutrimentos, es otro de los factores esenciales que
garantizan el desarrollo y establecimiento de la microbiota ruminal. De esta
manera, es imperativo la promoción de las condiciones de producción de gases
(metano, bióxido de carbono, nitrógeno , hidrógeno) y la baja tensión de oxígeno
para una mayor proliferación de los microorganismos anaeróbicos, facultativos u
obligados. Aunado a los movimientos ruminales que mezclen constantemente la

63
digesta para que la microbiota esté en contacto con nutrimentos frescos,
promoviendo una actividad de rumia constante, generando una reducción en el
tamaño de las partículas alimenticias; de esta manera, estos factores facilitan el
ataque microbiano e influyen sobre la tasa de pasaje los alimentos fibrosos
mejorando su utilización. Es importante reconocer que al suministrar diferentes
tipos de raciones, se produzcan cambios en la actividad microbiana ruminal,
influyendo no sólo en la actividad, sino también en la modificación de la población
predominante en el rumen (Elías, 1983).

Entre otros factores, que afectan la digestibilidad de los forrajes, se


encuentra la reducida disponibilidad del nitrógeno, la escasez de hidratos de
carbono de fácil fermentación; además del déficit de algunos minerales, entre los
que destacan el azufre, el fósforo y el calcio. Otros elementos indispensables para
la población microbiana celulolítica (Ellis et al., 1979).

La digestibilidad de los forrajes, no sólo esta influenciada por aspectos


relacionados con la capacidad fermentativa del hospedero, si no por diversos
factores como el contenido de nitrógeno y el estado de madurez de los pastos,
factores climáticos (precipitación, temperatura, intensidad lumínica etc),
agronómicos (riego, fertilización, etc.) edáficos y morfológicos ent re otros. Lo que
repercute sobre los constituyentes químicos y estructurales de los forrajes
reflejándose sobre su producción y calidad nutrimental (Herrera, 1983). En este
contexto, Cáceres y Santana en 1988, valoraron el rendimiento nutritivo de los
pastos Pennisetum purpureum (King grass), Panicum máximum (Guinea) y
Cynodon dactylon (Bermuda) en ovinos, considerando como factor principal la
edad del rebrote. El manejo del material vegetal incluyó fertilizaciones con
nitrógeno, fósforo y potasio en nivele s de 400, 200 y 400 kg/ha respectivamente,
una vez al año. Los resultados mostraron una disminución del contenido de
proteína cruda, a medida que el pasto tuvo mayor edad. De esta manera, el
contenido de PC del P. Purpureum disminuyó (de 8.5% a 5.8%) 46% a medida
que el pasto alcanzó los 70 días de edad. De igual forma, los pastos Panicum

64
máximum y Cynodon dactylon presentaron un comportamiento similar
disminuyendo de 9.8% a 7% y de 9.2% a 6.9% respectivamente.

La digestibilidad de la materia orgánica (DMO) de los pastos King grass,


Guinea y Bermuda disminuyó a medida que el estado de madurez se acentuó;
registraron un nivel 67%, 62% y 61% respectivamente, durante los 28 días de
edad, esta conducta se restringió en niveles de 60%, 53% y 54% respectivamente,
cuando la edad alcanzó los 56 y 70 días.

Se ha mencionado que uno de los factores que afecta la digestibilidad de los


forrajes es el estado de madurez; en este contexto, Pereira et al. (1986) estudiaron
el efecto de la edad del rebrote (48 a 69 días) sobre la digestibilidad de la MS y MO
del pasto Cynodon nlemfuensis; sin encontrar que la edad afectara el nivel de
digestión; el cual superó ligeramente el 60% en la MO y de 59% a 58% en la MS.

ll.10.10 Complementación alimenticia en el rumiante

La complementación alimenticia, en la nutrición de rumiantes, ha


incorporando cada vez más productos y subproductos agropecuarios. Además de
algunos forrajes alternativos (árboles y arbustos), provocando una mejora en la
respuesta productiva en el animal (Preston, 1995a; Sangines, 1998). La energía
(zacates o melaza) y el nitrógeno fermentable (urea) han probado ser ingredientes
de bajo costo, mientras que las fuentes de aminoácidos y componentes
gluconeogénicos (los alimentos proteicos, los cereales) son caros (Leng, 1990).

Los hidratos de carbono fermentables (la melaza) por ejemplo proveen la


energía para la multiplicación microbiana, que permiten degradar la fibra. Es
imperativo reconocer que el crecimiento del animal no puede ser sostenido por los
productos de la fermentación digestiva, por lo que es imprescindible la utilización
de proteína de sobrepaso para aprovechar la energía de los AGV absorbidos

65
(Preston y Leng, 1987; Preston, 1995a). Una relación simbiótica entre los
microorganismo ruminales y el animal (Ørskov, 1994), señala la necesidad de
suplementar a la población microbiana ruminal, para incrementar su potencial
fermentativo. Numerosos trabajos han estudiado las dietas basadas en forrajes, en
las cuales la celulosa es el componente más abundante de la pared celular, por lo
tanto los microorganismos ruminales celulolíticos, entre los cuales se encuentran
un gran número de bacterias, hongos y protozoarios, jugando un papel primordial
para la digestión de este material (Russel y Wilson, 1996; Weimer 19 96; Fondevila
y Dehority, 1996; Ørskov, 1994).

ll.10.11 Hidratos de carbono de fácil fermentación

Se sabe que pequeñas cantidades de hidratos de carbono fácilmente


fermentables, estimulan la fermentación de la celulosa, sugiriéndose una inclusión
en la ración de 5% a 10%.; sin embargo, cuando se administran grandes
cantidades de estos azúcares, provocan una disminución de la digestibilidad de la
lignocelulosa, debido a que la población microbiana celulolítica, fermenta primero
a los azúcares simples y coloca en segundo termino los carbohidratos de la pared
celular (Elías, 1983). En los países tropicales como Cuba, el uso de elementos no
convencionales en la alimentación de los rumiantes cobraron gran importancia al
incorporar algunos subproductos de la caña de azúcar como la melaza, su
combinación con otros elementos, como la urea (25g de urea /kg de melaza),
mostraron una mejoría en la actividad de los microorganismos ruminales (Preston,
1986).

En 1980, Sánchez y Preston, evaluaron la respuesta del jugo de caña y la


melaza, con o sin la adición de urea, además de 1 kg de harina de girasol, en una
dieta con pasto estrella, sobre la ganancia de peso en novillos, logrando un
incremento de 1,300 sobre 525 kg/PV/día en el tratamiento sin urea. Otros
trabajos han reportado el uso de la melaza como vehículo para la adición de urea

66
en dietas basadas en caña de azúcar (Ferreiro y Preston, 1976; Montpellier y
Preston, 1977; Meyreles et al., 1982; Kunju, 1986). Sin embargo, la importancia en
la utilización de est e recurso se basa en el aporte de carbohidratos solubles,
fácilmente fermentable en el rumen, indispensables para los microorganismos
ruminales (Preston, 1995; Russel y Wilson, 1996).

ll.10.12 El nitrógeno no proteico (NNP) y la pollinaza

El aporte de nitrógeno, es una parte muy importante dentro de la nutrición


de los rumiantes, para la síntesis de proteína microbiana. El nitrógeno puede ser
de origen dietario, del nitrógeno no proteico (NNP) externo o del nitrógeno de
reciclaje endógeno. La proteína microbiana (PM) formada en el rumen, pasa hacia
el intestino, representando el 70-90% de nitrógeno no amoniacal que penetra al
intestino (Van Soest, 1982). La PM, puede verse afectada por la cantidad de
energía (ATP) disponible para el crecimiento microbiano (Church, 1988). Las
fuentes de NNP más económicas, han sido la urea y el amoníaco (en forma líquida
o gaseosa), administrado en forrajes de baja calidad, incluyendo algunas sales
amoniacales, así como él de origen endógeno, el cual es transferido hacia el
rumen a través de la saliva. La adición de NNP en las dietas pobres en proteína
como los forrajes tropicales, ha sido de gran importancia (Ferreiro y Preston, 1976;
Montpellier y Preston, 1977; Meyreles et al., 1982).

Estudios de Alvarez et al.(1976), adicionaron 1.0 kg/animal/día de pulidura


de arroz a 30 toros Cebú con una dieta de caña de azúcar picada, adicionada con
urea en tres concentraciones A, B y C (100, 200 y 248 g) en una proporción de 50
ml/kg de caña fresca, obteniendo un incremento en la ganancia de peso de 0.793,
0.796 y 0.833 kg/día respectivamente, demostrando la importancia de una fuente
de almidón parcialmente protegida como proteína de sobre paso en la
suplementación de los animales con nitrógeno no proteico. Otros e lementos claves
para el desarrollo bacteriano son los aminoácidos esenciales. La pollinaza es un

67
subproducto de la industria avícola, fuente de nitrógeno amoniacal y ácido úrico
como NNP (Oltjen et al., 1968), la cual aporta aminoácidos indispensables
(arginina, histidina, isoleucina, leucina, metionina, fenilalanina, triptófano y valina)
o esenciales como la lisina y treonina (Zinn et al., 1996). Como promotores de la
síntesis microbiana ruminal. Zinn et al. (1996) mencionaron que estos últimos
aminoácidos (lisina y treonina), no pueden ser sintetizados por el animal, ni su
población microbiana, por lo tanto deben ser suministrados en la dieta.

Investigaciones de Zinn et al. (1996), realizaron una evaluación con


pollinaza, en dietas para novillos, un incremento en el flujo de amoníaco y
nitrógeno hacia el intestino delgado, estimado 22% de nitrógeno como sobre paso.

La adición de pollinaza en la dieta no logró un incremento en el flujo de


aminoácidos hacia el intestino; sin embargo, colaboró con la producción de
proteína microbiana mediante su aporte de aminoácidos en el rumen. Por otra
parte, Reddy en 1994, evaluó la complementación con pollinaza (500g/animal/día)
y trigo (1.0 kg), sobre la cinética de desaparición de la materia seca en la paja de
arroz, la cual incremento de 50.7% a 59.72%. Finalmente Swingle et al. (1977),
reportaron un incremento en la digestibilidad aparente de la paja de trigo (68%),
cuando se suplemento con pollinaza.

ll.10.13 Proteína fermentable y de baja degradación ruminal

En los sistemas de alimentación para rumiantes se han incorporado


nutrientes que escapan a la degradación ruminal (sobre paso) con la finalidad de
incrementar la capacidad productiva de los rumiantes. En este contexto, Preston y
Leng (1984) destacaron que el empleo de harinas de origen animal (pescado,
carne, pluma, pollo, etc) y vegetal (torta de algodón, harinolina, polvillo o afrecho
de arroz, maíz, soya, plátano); además del follaje de algunas leguminosas

68
arbóreas ( Leucaena leucocephala, Gliricidia sepium, Brosimun alicastrum,
Guazuma ulmifolia, etc) han incidido positivamente sobre los parámetros
productivos, en el consumo y la digestibilidad de elementos forrajeros de baja
calidad (Ku-Vera et al., 1999).

Un alimento que ha tenido relevancia en la complementación alimenticia, ha


sido la harina de pescado, debido a su baja degradabilidad ruminal (Lonsdale,
1989), dentro de sus características químicas se destaca un elevado contenido de
proteína el cual oscila de 50% y 75%, y con un contenido de 23 aminoácidos; es
rica en lisina (5.8%) y aminoácidos azufrados como la metionina y cistina; además
de vitaminas y minerales (P, Ca, Na, Mg). Entre los principales aminoácidos se
destacan: alanina, arginina, glicina, histidina, isoleucina, leucina, fenilalanina,
treonina, tirosina, valina, prolina y serina (Trabanco, 1985). La complementación
con harina de pescado, ha producido un incremento en la respuesta productiva en
novillos alimentados con ensilados de maíz y pastos (Cottrill et al., 1982;
Garstang, 1981), así como con la utilización de pajas de arroz (Saadullah et al.,
1982). Por su parte, Preston (1986) evaluó el efecto de la complementación con
diferentes fuentes de proteína (harina de pescado, soya, girasol y algodón) sobre
la ganancia de peso en novillos alimentados a base de forrajes de baja calidad;
obteniendo resultados de 780, 770, 750 y 780 g/día, para pescado, soya, girasol y
algodón respectivamente, comparados con 370 g/día sin complementación. Otro
elemento utilizado, ha sido la harina resultante del proceso de pulido del grano de
arroz; los primeros trabajos se realizaron a finales de la década de los 70’s; los
cuales fueron generados en el trópico Mexicano encabezados por Preston y
Álvarez, en la búsqueda por incrementar los parámetros productivos en los
rumiantes. Muchos trabajos se realizaron utilizando como dieta basal el forraje de
la caña de azúcar así como sus subproductos (López et al., 1976). El pulido de
arroz, es un elemento energético (2.8 Mcal/EM/kg de MS) y proteico (16.0 %), un
contenido de almidón de 310 g/kg/MS caracterizado como elemento de sobre paso
(Lonsdale, 1989).

69
Preston et al. (1976), evaluaron la adición de la pulidura de arroz en niveles
de 0 a 1.200 kg/animal/día, en 400 toros de cruza cebú con pardo suizo y holstein,
incrementando la ganancia de peso en forma lineal, con respecto al nivel de
complementación; el consumo voluntario de la caña se incremento en 400%.

Alvarez et al., (1976) evaluaron la ganancia de peso en 30 novillo Cebú, con


la incorporación de un 1.0 kg/animal/día de pulidura de arroz, en una dieta de caña
de azúcar picada y urea; obteniendo resultados de 793, 796 y 833 g/día de
ganancia de peso.

La incorporación de la harinolina (harina de algodón) en las dietas de los


rumiantes, ha cobrado mayor importancia debido a su calidad proteica destacando
su elevado porcentaje en aminoácidos esenciales (lisina, metionina, triptofano,
histidina, tirosina y cistina), así como su capacidad de sobrepasar la digestión
ruminal (Trabanco, 1985). Silvestre et al. (1976), determinaron el efecto en la
ganancia de peso con dos niveles de maíz (0 y 1000g/día) con diferentes niveles y
fuentes de proteína (harina de pescado y harinolina en 0, 75, 150 y 225 g/día
respectivamente), con caña integral picada, adicionada con urea y sulfato de
amonio, obteniendo una ganancia de peso por unidad de proteína suministrada en
ausencia de maíz de 3.09 y 2.06 con harinolina y harina de pescado
respectivamente, sugiriendo que la ventaja de la torta de algodón debido a su
contenido de almidón el cual actúa como precursor de la glucosa. El uso del maíz
dentro de las dietas, ha probado ser un elemento de excelentes rendimientos, como
lo reporta Silvestre et al. (1976). La complementación con maíz (1.0 kg), con
distintas fuentes y niveles de proteína, registró un incremento en la respuesta
productiva, siendo mayor para la harina de maíz, con ganancias de peso de 267 a
599 g/día en una relación de 0:150 y de 1.000:150g de maíz: pescado, la
suplementación de maíz: torta de algodón. Se reportaron ganancia de peso de 77 a
472 g/día en una relación 0:75 y 1.000:75 g respectivamente.

70
ll.10.14 Elementos álcalis y buffers

El aumento en el uso de alimentos concentrados, altos en granos, ha tenido


un efecto metabólico al disminuir el pH ruminal causando trastor nos de pared
ruminal o acidosis, por ello a finales de la década de los 70’s e inicios de los 80’s, en
los E.U; se realizaron investigaciones acerca de la adición de cemento y cal en las
dietas para rumiantes, con el objetivo de elevar el pH, dentro del tracto
gastrointestinal, los trabajos estuvieron encabezados por Wheeler 1979, que
incorporaron 3.5% de cemento en una dieta complementada con soya, logrando
ganancias de peso de 1.520 kg en novillos. El nivel de pH en el rumen-retículo fue
de 6.75 y 6.82 adicionando cemento con o sin soya. Otros trabajos de Wheeler
(1979) evaluaron el efecto de la adición de cemento sobre el porcentaje de
desaparición de la materia seca, el cual se incrementó un 10.9% con respecto a las
dietas sin cemento, el pH se mantuvo en un rango de 6.57-6.49, la concentración
total de AGV’s se aumentó 119.6 µM (P<0.05) con respecto 86.7 µM en la dieta
control. Noller et al. (1980) determinaron la capacidad del cemento para neutralizar
los ácidos, caracterizando su actividad buffer debido a su habilidad para secuestrar
protones (H+), la cual se favorece con la concentración de carbonato de calcio,
siendo más reactivo a un pH 3.0 que a 6.0. Wheeler et al. (1981b) realizaron un
estudio donde compararon el uso de la cal (1.6-1.8%) y el cemento (2.2-2.0%),
como elementos de similar rango de reactivada iónica dentro de los parámetros de
producción en ganado de engorda, en el tracto gastrointestinal, utilizando dietas con
altos niveles de concentrados (15.0% silo de maíz, 85% de concentrado), en los
animales tratados se obtuvieron ganancias diarias de peso de 1.340 y 1.410 Kg
respectivamente, el rango de pH en el rumen-retículo con cal y cemento osciló de
6.75 a 6.81 respectivamente. La digestibilidad de la materia seca fue alta (P<0.05)
de 73.8% y 68.0% para la cal y cemento. El cemento ha destacado como un
elemento tóxico debido a la presencia de plomo, arsénico, mercurio, cadmio o
selenio, acumulándose en los tejidos. Sin embargo, Wheeler en (1979) realizaron
un análisis en tejidos de corazó n, hígado y riñón, en donde se encontró plomo en
rangos de 0.2-1.0, 0.80-0.76 y 0.33-0.38 ppm receptivamente, sin registrarse

71
depósitos de arsénico o mercurio. Los niveles de selenio fueron de 1.17 -1.21 en el
riñón y de 0.33 -0.37 en el hígado, estos valores fueron considerados entre los
rangos biológicos normales, de animales alimentados con dietas convencionales.

ll.10.15 Minerales

El efecto de la complementación mineral en los microbios celulolíticos


ruminales, es de suma importancia para la digestión de la fibra (Elías, 1983). La
mayoría de la información ha sido generada en investigaciones in vitro,
encontrándose que elementos como el molibdeno, yodo, magnesio, calcio, hierro,
azufre y fósforo, incrementan la respuesta digestiva de la celulosa y hemi celulosa;
mientras que el boro, cobre, cobalto y el zinc la deprimen. Por otra parte, la adición
de azufre (0.16 a 0.24%) y aminoácidos azufrados en todas sus formas (sulfato de
sodio, sulfato de calcio, DL-metionina y análogos de esta) en la dieta, favorece el
crecimiento y la actividad de los microbios ruminales; mejorando el consumo, la
digestibilidad y la retención del nitrógeno en animales alimentados con forrajes de
baja calidad (Doyle, 1987; Aguilera, 1988; Elías, 1983).

ll.10.16 Metabolismo ruminal de nitrogeno no proteico (NNP)

Para la síntesis de proteína en el rumen, es necesaria la presencia de


suficientes compuestos carbonatados y fuentes de energía como el ATP, además
de la presencia de fuentes de nitrógeno. Al respecto, los microorgani smos
ruminales utilizan en mayor proporción al nitrógeno más soluble (NNP), por lo cual
su utilización dentro de las raciones tiene gran importancia en la nutrición de
rumiantes (Bartley y Deyoe, 1981; Ørskov, 1982). Chalupa desde 1977, mencionó
que los requerimientos de 44 especies bacterianas del rumen, dependían de la
presencia de nitrógeno. De esta manera, se encontró que el 80% de estos
microorganismos crecían con amoníaco como única fuente de nitrógeno; 26% no
crecían en presencia de amoníaco, aún cuando existiera en mínimas cantidades y
55% crecían con amoníaco o nitrógeno amino. Las fuentes de nitrógeno no

72
proteico que se emplean con mayor frecuencia en nutrición de rumiantes, incluyen
sales orgánicas e inorgánicas de amonio, alimentos y subproductos agrícolas
amoniatizados, biuret y urea (Wallace y Cotta, 1988). Estas investigaciones,
mencionan que el amoníaco es fijado por las bacterias a través de dos enzimas la
glutamina sintetasa (GS) y el glutamato deshidrogenasa (GDH), para lo cual es
necesario un mol de ATP por cada mol de ión amonio fijado (Wallace y Cotta,
1988; Church, 1988).

En el flujo ruminal, el amoníaco predomina en su forma ionizada (NH4+),


cuando el pH es ácido. Sin embargo, cuando el medio es alcalino, el NH 3 esta
presente en su forma libre (no ionzada), siendo permeable a través de la mucosa
ruminal, pero impermeable en la forma ionizada (Chalupa, 1977). Esto significa
que cuando el pH es ácido, la poza de amoníaco puede ser mantenida para que
se lleve a cabo la síntesis de proteínamicrobiana, pero si no hay disponibilidad de
hidratos de carbono y energía las concentraciones de NH3 se elevan a tal grado
que el medio se torna alcalino, favoreciendo la presencia de la forma no ionizada
del NH3; por lo tanto, su absorción se increment a y la síntesis de proteínas se
deprime. El amoníaco al absorberse se transporta al hígado, donde se metaboliza
a urea a través del ciclo de Krebs-Henseleit; Aquí puede seguir dos caminos, uno
donde parte de la urea se elimina por la orina y otra (aproximadamente el 20%),
pasa al rumen en la saliva o por la vía de la difusión atenuada a través del epitelio
ruminal, debido a un gradiente de concentración. La urea es hidrolizada
rápidamente por la ureasa microbiana, una enzima intracelular estimulada por el
magnesio, manganeso, calcio, estroncio y bario e inhibida por el sodio, potasio,
cobre, zinc, cobalto y hierro (Chalupa, 1977). Cuando la alimentación consiste en
forrajes de baja calidad, con gran cantidad de compuestos lignocelulósicos, la
producción de A GV’s se retarda, los cetoácidos formados son limitados y por
tanto, existe una gran pérdida de amoníaco a través del epitelio de la pared
ruminal y la producción de aminoácidos se reduce. Por esta razón es importante
un balance entre el amoníaco y los compuestos carbonatados (AGV’s y CO2). Sin
embargo, existen requerimientos específicos por ácidos grasos volátiles de

73
cadena ramificada (isobutirato y isovalerato) y por compuestos como el indol-3-
acetato, 2-metilbutirato y fenilacetato, para la síntesis de aminoácidos específicos.
Wallace y Cotta (1988), mencionaron que el amoníaco (NH3) en el rumen
comprende una poza de nitrógeno dinámica que es alimentada por varías fuentes:

a) Degradación de proteína e hidrólisis del NNP de la dieta.

b) Hidrólisis de la urea re ciclada al rumen.

c) Degradación del protoplasma microbiano


y con diferentes destinos:

• Síntesis de proteína microbiana.

• Absorción ruminal.

• Transferencia al tracto digestivo posterior.

La concentración óptima de amoníaco ruminal para el cre cimiento


microbiano, no es conocido con precisión, las estimaciones varían de 5 a 23 mg
de NH3/100 ml de líquido ruminal (Bondi, 1981; Satter y Slyter, 1974) y una
mínima de 2.2 mg NH3/100 ml (Slyter et al., 1979), Estos valores pueden ser
controversiales, debido a que en recientes investigaciones, se menciona que es
necesario un nivel mínimo de amoníaco en el rumen, para optimizar el consumo
de forrajes de baja calidad oscila entre 100 y 200 mg NH3-N/l a través del
crecimiento microbiano (Leng, 1991).

Las reacciones de aminación y transaminación son las responsables de la


asimilación del amoníaco por la microbiota ruminal. La enzima deshidrogenasa
glutámica, es muy importante para la fijación del NH 3 a los compuestos
carbonatados y las transaminasas glutamato-oxalacetato y glutamato pirúvico. Los

74
requerimientos energéticos para la síntesis de proteína microbiana son bastante
elevados. Las reacciones entre los requerimientos energéticos expresados en
términos de enlaces fosfato de alta energía (ATP) y la cantidad de proteína
microbiana formada son:

a) Para unir NH3 a compuestos carbonatados libres, se requieren de 3 moles


de ATP.

b) Para unir una molécula de aminoácidos a una proteína, se requieren 5


moles de ATP.

c) Al hidrolizar anaeróbicamente 100g de glucosa, se producen 2 moles de


ATP y 1 mol de AGV’s.

El crecimiento microbiano es directamente proporcional a la cantidad de ATP


generada del catabolismo de sustratos energéticos (Wallace y Cotta, 1988;
Ørskov, 1982). El rendimiento microbiano por unidad de glu cosa se divide en los
componentes: rendimiento de ATP y del YATP. El rendimiento de ATP son los
moles de ATP formados a partir de la fermentación de una mol de glucosa, y el
Y
ATP representa los gramos de materia seca microbiana sintetizada por mol de
ATP, expresándose como gramos de proteína cruda microbiana o nitrógeno
sintetizado por 100g de materia orgánica que desaparece en el rumen (Owen y
Isaccson, 1977).

ll.10.17 Fermentación ruminal

Owen y Goetsch en 1988, mencionaron que en una dieta de forrajes del


50% al 80% de la energía metabolizable para el rumiante, proviene de las ácidos
grasos volátiles (AGV’s), estos son producidos por los microorganismos ruminales
como productos finales de la fermentación de la digesta, son absorbidos en el

75
rumen y una pequeña cantidad pasa al tracto gastro -intestinal inferior. Los
principales AGV’s son el acético, propiónico y butírico. El ácido propiónico y el
butírico son metabolizados en la pared del rumen y pasan al tejido hepático. El
propiónico es utilizado com o un recurso primario en la gluconeogénesis. El ácido
acético no es metabolizado en la pared ruminal, ni el hígado, pero es transportado
al tejido adiposo y muscular para su oxidación (Maynard et al., 1986). El acetato
es el producto final de la fermentación de la pared celular de los forrajes,
consecuentemente el propiónico y butírico reflejan la fermentación de contenido
celular. Los ácidos de cadena ramificada (valérico, isovalérico, isobutírico), son el
resultado del rompimiento enzimático de la proteína de la dieta (Van Soest 1982;
Ørskov, 1982). El amoníaco ruminal (NH3) resulta de la acción proteolítica de los
micoorganismos, a partir del nitrógeno de la dieta, transformándolo en péptidos y
aminoácidos. El amoníaco, constituye el primer recurso de nitrógeno para el 50 al
70% de los organismos ruminales (Arthun, 1989). El pH ruminal óptimo para el
crecimiento microbiano celulolítico según investigaciones de Mertens, 1977;
Ørskov, 1982; Owen y Goetsch, 1988, oscila en un rango de 6.2 a 6.7; de ahí, que
es de gran importancia el establecimiento de un pH adecuado para la proliferación
de la microbiota celulolítica para una mayor actividad enzimática (Elías, 1983).

Para ello es necesario desarrollar estrategias que permitan utilizar y


potencializar la calidad de los pastos. Con anterioridad ha sido demostrado que
niveles bajos de proteína de alto paso en concentraciones de 100 a 150 g en
suplementaciones de 1 a 2 kg. por bovino alimentados con dieta de fibra, permiten
mejorar la utilización de los pastos, la respuesta a la degradación de la proteína
ruminal, por concentraciones bajas de amoníaco ruminal y una moderada
degradación in sito de la proteína degradable indicaron que la proteína degradada
ruminal es necesaria para una mayor digestibiliad de los forrajes fibrosos (Hafley et
al., 1993). Los sistemas de alimentación de los rumiantes en engorda, tienen una
gran variabilidad debido a que en aumentos de animales de 200 a 300 kg. de peso
de 600 a 800 g el desarrollo es mayoritariamente de masa muscular por lo que los
rendimientos tienden a ser lineales, mientras que cuando se aumenta la energía

76
de la dieta para crecimientos mayores al kg. por día en este tipo de animales, el
incremento se debe en su mayor parte al aumento en los depósitos de grasa, todo
ello tiene un efecto en el rendimiento y la calidad de la canal. Debido a estos
fenómenos cada día es mas importante conocer el tipo y costo de desarrollo
necesarios para cada tipo de productor (INRA, 1988).

77
III. HIPOTESIS

El empleo de suplementos activadores de la fermentación ruminal, con


diferentes contenidos de nitrógeno o grasa de baja degradabilidad ruminal
permitirá obtener ganancias de peso rentables en la engorda de bovinos en
praderas de pastos tropicales comparables a las obtenidas con el uso de
concentrados comerciales.

78
IV. OBJETIVOS

IV.1 General

Evaluar el uso de suplementos activadores de la fermentación ruminal con


diferentes cantidades de nitrógeno o grasa de baja degradabilidad en la engorda
de bovinos en praderas de pastos tropicales.

IV.2 Particulares

Comparar la ganancia de peso en becerros alimentados con suplementos


activadores de la fermentación ruminal versus becerros suplementados con un
concentrado balanceado comercial.

Evaluar la rentabilidad económica de dos sistemas de engorda de becerros


suplementados con suplementos activadores de la fermentación ruminal o con un
concentrado balanceado comercial.

79
V. MATERIALES Y METODOS.

V.1 Características de la zona de estudio.

Localización del sitio experimental

El estudio se realizó en el Rancho de Fomento y Protección Pecuaria del


Estado de Colima, ubicado en el km. 6.5 de la carretera Colima-Coquimatlán. El
predio se localiza dentro de las coordenadas geográficas 19°12´ de latitud norte y
103° 49´ de longitud oeste a una altitud de 390 msnm.

Suelo

El suelo que predomina en la región es de tipo aluvial, con una textura


franco-arenosa, consistencia suelta, estructura granular y un pH de neutro a
ligeramente alcalino (7.2), sin que se presenten problemas de sales. Es deficitario
en calcio, muy pobre en potasio, falto de fósforo, bajo en materia orgánica y con
una pendiente de 0-3%.

Estos suelos son usados con pastos naturales o inducidos, sin importar si
es amacollado, rastreros ó aéreos principalmente con bovinos y ovinos. El uso en
el que menos se destruyen como recurso natural es el forestal. Este tipo de suelo
es muy susceptible a la erosión y a la sobreutilización.

Clima

El clima de acuerdo a la clasificación climática de Köppen, es Awo con lluvias a


partir de finales de junio hasta mediados de octubre, con una precipitación pluvial
promedio de 800 a 900 mm al año, una época de secas que puede ser de ocho a nueve
meses y una temperatura media anual de 25°C. (García, 1973).

80
V.2 Suplementos y animales experimentales

V.2.1 Experimento 1

En el primer estudio se utilizaron 80 toros cruza de Cebú con razas


Europeas divididos aleatoriamente en cuatro grupos de 20 animales con la
finalidad de comparar tres suplementos de aporte continuo de urea (SACU),
diferenciados entre sí por el nivel de proteína y energía disponible en cada uno,
nitrógeno y ácidos grasos de baja degradabilidad ruminal (harina de pescado pera
el componente nitrógenado y cebo para el componente graso) comparado con el
uso de un concentrado bovino comercial (CB). La composición y características de
los suplementos se muestran en los Cuadros 2 y 3.

Cuadro 2. Composición de los suplementos experimentales


Ingredientes SACU 1 SACU 2 SACU 3 CB
Melaza 18.0 18.0 18.0
Urea 8.0 8.0 8.0
Sal 3.0 3.0 3.0
Salvado de trigo 0.0 0.0 0.0 40.0
Harinolina 13.0 13.0 13.0 25.0
Pulidora de arroz 13.0 8.0 13.0
Maíz 12.0 12.0 12.0 30.0
Pollinaza 10.0 10.0 5.0
Sales minerales 1.5 1.5 1.5 0.5
Sulfato de amonio 0.5 0.5 0.5
Harina de pescado 5.0 10.0 5.0 4.5
Cemento 1.5 1.5 1.5
Cebo 14.5 14.5 19.5
Total 100 100 100 100

81
Cuadro 3. Análisis químico proximal de los suplementos experimentales
SACU 1 SACU 2 SACU 3 CB
Materia Seca (%) 90.2 89.6 91.3 90.5
Cenizas (%) 18.9 19.5 18.7 5.6
Proteína Cruda (%) 26.1 29.7 22.7 19.8
E.E (%) 2.1 2.2 2.3 2.6
E.L.N (%) 36.88 20.15 40.59 47.84
FND (%) 37.8 38.4 36.7 28.4
FAD (%) 16.6 17.2 18.8 13.1
Celulosa (%) 32.5 31.5 29.6 15.2
Hemicelulosa (%) 21.1 22.4 20.4 18.4
Lignina (%) 3.0 4.0 3.0 2.2
Energía Bruta (Mcal/kgMS) 3.71 3.17 3.84 3.81

V.2.2 Experimento 2

En este caso se utilizaron 60 toros con las mismas características raciales a


las descritas con anterioridad, los cuales se dividieron en forma aleatoria en dos
grupos de 30 animales y se compararon dos suplementos, uno de aporte continuo
de urea (SACU) y un concentrado bovino comercial (CB) cuya composición y
características se muestra en los Cuadros 4 y 5. El SACU seajustó disminuyendo
la cantidad de ácidos grasos de cadena larga provenientes del sebo de res e
incrementando el contenido de proteina de sobrepaso provenientes de una fuente
vegetal (harinolina). Asimismo se incrementó el nivel de sulfato de amonio de 0. 5 a
2.0%, todo ello con el objeto de mejorar la fermentación ruminal en relación a los
requerimientos de las bacterias celulolíticas.

82
Cuadro 4. Composición de los suplementos experimentales
Ingredientes SACU CB
Melaza 16.5
Urea 6.0
Sal 3.0
Salvado de trigo 40.0
Harinolina 19.0 25.0
Pulidura de arroz 12.0
Maíz 11.0 30.0
Pollinaza 10.0
Sales minerales 1.5 0.5
Sulfato de amonio 2.0
Harina de pescado 4.0 4.5
Cemento 1.8
Cebo 8.0
Cal 3.2
Ortofosfato 2.0
Total 100 100

Cuadro 5. Análisis químico proximal de los suplementos experimentales


SACU CB
Materia Seca (%) 93.1 90.5
Cenizas (%) 1.9 5.6
Proteína Cruda (%) 26.13 19.8
E.E (%) 2.4 2.6
E.L.N (%) 36.08 47.84
FND (%) 37.8 28.4
FAD (%) 16.7 13.1
Celulosa (%) 32.4 15.2
Hemicelulosa (%) 21.1 18.4
Lignina (%) 3.2 2.2
Energía Bruta (Mcal/kgMS) 3.71 3.81

V.3 Praderas experimentales y manejo del pastoreo

Para el desarrollo de ambos experimentos se utilizó una pradera de 15.8 ha


cuya composición botánica y características bromatológicas se muestran en los
Cuadros 6 y 7 , la cual fue subdividida a su vez con cerco de púas en tres praderas
de aproximadamente 5.25 ha, con una pendiente del 3%, sin presencia de

83
sombras naturales o artificiales y con bebederos portátiles estratégicamente
colocados. Las praderas se mantuvieron libres de malezas anuales y perennes,
mediante el pastoreo con la aplicación de 2 lt/ha/año de los herbicidas comerciales
tordon 101 y esterón 47. De igual forma las praderas fueron fertilizadas con urea a
razón de 250 kg/ha/año, la cual se aplicó en forma manual al boleo. El terreno
cuenta con sistema de riego por aspersión para la época de secas, con duración
de 7 horas diarias.

Se utilizó un sistema de pastoreo intensivo tecnificado móvil con periodos


de ocupación de un día y una frecuencia de descanso determinada por el 80% de
retorno de hojas que fue de aproximadamente 45 días. Los animales realizaron el
pastoreo racional dentro de cada potreros subdivididos a su vez en tres grupos de
acuerdo al tratamiento correspondiente, con una superficie diaria de pastoreo fue
de 2800 m2 por día y por grupo. La carga animal fue variable de acuerdo a la
calidad de la pradera y varió de 1.59 a 2.85 unidades animales por hectárea en
tanto la carga animal instantánea fue de 66.4 a 118.6 UA/ha. La suplementación
en todos los tratamientos fue provista en la pradera en comederos portátiles y esta
consistió en 2.0 kg/animal/día en el caso de los suplementos de aporte continuo
de urea y de 4.0 kg/animal/día para el concentrado bovino comercial.

V.4 Evaluación del comportamiento animal.

Se utilizó una báscula electrónica para el pesaje de los animales el cual se


realizó en forma quincenal, determinándose las ganancias diarias y totales de
peso. El consumo de la pradera se midió mediante la toma de muestras con un
marco de metal de 0.25 m2 al inició y final de cada rotación de pastoreo. Las
muestras se llevaron a peso constante para determinar su contenido de materia
seca (T’Mannetje, 1978).

84
Cuadro 6. Composición botán ica de la pradera experimental.
Especie (%)
Pasto Estrella Africana (Cynodon nlemfuensis) 38.4
Pasto Bermuda (Cynodon dactylon) 35.4
Pasto Guinea (Panicum máximum) 7.6
Otras gramíneas 10.0
Leguminosas 8.6
100

Cuadro 7. Análisis químico- proximal de la pradera y sus principales pastos


componentes.
Pasto Pasto Pasto Mezcla de
Estrella Guinea Bermuda Pastos
Materia Seca (%) 11.15 10.15 12.10 12.13
Cenizas (%) 8.92 9.55 8.75 9.22
P. C (%) 6.61 7.75 6.75 7.00
E.E (%) 1.9 2.4 2.1 2.1
E. L. N (%) 45.3 47.4 43.2 45.3
FND (%) 87.8 78.4 76.7 86.29
FAD (%) 56.6 57.2 53.8 53.10
Celulosa (%) 39.5 34.5 33.6 37.80
Hemicelulosa (%) 31.1 32.4 30.4 32.40
Lignina (%) 14.0 11.0 10.0 12.0
Energía Bruta (Mcal/kgMS) 2.71 2.85 2.86 2.73

Para evaluar la concentración de NH 3 y el pH ruminal, se mantuvieron 4


animales fistulados, uno dentro de cada grupo experimental. Los animales
recibieron por 14 la dietas para su adaptación y las observaciones se realizaron
cruzando los animales entre grupos dos veces con 14 días de adaptación al nuevo
tratamiento. Las mediciones se realizaron a intervalos de 0, 2, 4, 6, 8, 10,12 horas
después de ofertarles el alimento. El pH se midió por potenciometría (Bateman,
1970) utilizando un medidor portátil (Orion 250-A), dicha lectura se tomó de las
muestras obtenidas inmediatamente después de ser tomadas del rumen del

85
animal. El NH3 se cuantificó, con un electrodo de ión selectivo para amoniaco
(Orion 95-12), el manejo de la muestra incluyó la adición de HCl 0.1 N para evitar
la pérdida de NH3.

La cuantificación del consumo de alimento se realizó a través del pesaje del


alimento ofertado y el rechazado en los animales fistulados en el corral, después
de los 14 días de adaptación a la dieta, cortando suficiente pradera para la oferta.
Durante el período de adaptación, las dietas se ofrecieron ad libitum,
registrándose diariamente el consumo voluntario, el cual se redujo posteriormente
en un 10% durante el periodo de recolección de muestras biológicas, con el fin de
asegurar su consumo total.

Se realizó, un estudio económico para determinar la relación beneficio -


costo de cada uno de los tratamientos probados

V.5 Análisis estadístico

En ambos experimentos las variables peso final, ganancia diaria y total de


peso se analizaron por medio de un Análisis de Covarianza, considerándose el
peso inicial de los animales como covariable. La comparación entre medias se
realizó mediante una prueba de mínimos cuadrados. Asimismo, se analizó el
crecimiento de los becerros mediante un Análisis de Regresión.

86
VI. RESULTADOS.

Vl.1 Experimento 1.

El peso final, la ganancia diaria y la ganancia total de peso mostraron su


mayor nivel en aquellos becerros alimentados con el suplemento de aporte
continuo de urea SACU 1 y el concentrado bovino (CB). Asimismo, la modificación
en la cantidad de proteína de baja degradación ruminal (harina de pescado) en el
SACU 2 o de ácidos grasos de cadena larga y ramificada (cebo de res) realizadas
en los suplementos SACU 2 y SACU 3 respectivamente, no tuvo un efecto
estadístico significativo P>0.05 sobre las variables estudiadas, al compararse entre
sí y contra el concentrado bovino comercial, pero mostrándose estadísticamente
inferiores (P<0.05) con respecto al SACU 1 (Cuadro 8).

Cuadro 8. Peso final, ganancia diaria y ganancia total de becerros suplementados


con tres suplementos de aporte continuo de urea (SACU) y un concentrado bovino
comercial (CB).
Peso final Ganancia diaria de Ganancia total de
(kg) peso (kg) peso (kg)
SACU 1 426.396 ± 1.921 a 1.169 ± 0.107 a 210.377 ± 1.908 a
SACU 2 420.059 ± 1.901 b 1.134 ± 0.106 b 204.050 ± 1.889 b
SACU 3 420.215 ± 1.895 b 1.134 ± 0.105 b 203.700 ± 1.883 b
CB 423.430 ± 1.913 ab 1.152 ± 0.106 ab 207.423 ± 1.901 ab
Pr > F 0.0001 0.0012 0.0008
Letras diferentes en la misma columna indican diferencia estadística significativa (P<0.05) Mínimos Cuadrados
Se presentan medias ajustadas ± error estándar

El análisis de regresión mostró una relación lineal significativa entre el


tiempo de observación y el desarrollo de los animales en cada uno de los
tratamientos el cual estuvo caracterizado por las ecuaciones:
SACU 1 Y = 222.286 + 1.143x (R2 = 0.999),
SACU 2 Y = 218.786 + 1.121x (R2 = 0.998),
SACU 3 Y = 219.036 + 1.130x (R2 = 1.000) y
CB Y = 216.536 + 1.151x (R2 = 0.999), tal y como se muestra en la Gráfica 1.

87
Gráfica 1. Comportamiento del peso vivo de los becerros sometidos a los distintos
suplementos experimentales
425

395

365
Kilogramos

335

305

275

245

215
0 30 60 90 120 150 180
Días

SACU 1 SACU 2 SACU 3 CB

Como se observa en la gráfica 2 el pH ruminal de los animales alimentados


con los tres suplementos de aporte continuo de urea, presentaron su nivel mas
bajo alrededor de las 6 horas posteriores a su ingestión, para alcanzar a las 12
horas su nivel mas alto. El rango de valores del pH ruminal para los tres
tratamientos se mantuvo entre 6.4 y 6.8. Por lo que respecta a los animales
suplementados con el concentrado bovino comercial, se observó la misma
tendencia alcanzando el pH ruminal su nivel más bajo (5.6) en el mismo periodo
de tiempo y manteniendose siempre por abajo del valor inicial.

88
Gráfica 2. Comportamiento del pH ruminal de becerros alimentados con los tres
suplementos de aporte continuo de urea SACU y concentrado balanceado (CB)

6.8

6.6

6.4
pH

6.2

5.8

5.6

5.4
0 2 4 6 8 10 12
Horas

SACU 1 SACU 2 SACU 3 CB

En la gráfica 3 se observa como el contenido de amoníaco ruminal


aumenta en los animales suplementados con el concentrado bovino comercial en
las dos horas posteriores a su ingestión para disminuir a valores menores a los 40
mg/ 1000 ml rápidamente, mientras que en el caso de los tres suplementos
activadores de la fermentación ruminal dicho contenido se mantiene por encima de
los 60 mg/ 1000 ml durante las doce horas de la medición.

89
Gráfica 3. Contenido de amoníaco ruminal (NH3 mg/1000 ml) de becerros
alimentados con tres suplementos de aporte continuo de urea (SACU) y
un concentrado bovino comercial (CB)
200
180
160
140
NH 3 mg/1000 ml

120
100
80
60
40
20
0
0 2 4 6 8 10 12
Horas
CB SACU 1 SACU 2 SACU3

El consumo de pradera realizado por los animales suplementados con los


distintos tipos de SACU prácticamente se duplicó con respecto al observado en
aquellos alimentados con el CB, mientras que el consumo de suplemento se
comportó de manera inversa. El costo total por día de los becerros alimentados
con CB se incrementó en un 34% con respecto al precio pr omedio de los tres
grupos de animales alimentados con algún tipo de SACU, debido al incremento en
el consumo y el costo del suplemento. El costo de la pradera y de manejo fue
constante para todos los tratamientos (Cuadro 9).

90
Cuadro 9. Consumo y costo de alimentación de becerros alimentados con tres
suplementos de aporte continuo de urea (SACU) y un concentrado bovino
comercial (CB).
SACU SACU SACU CB
1 2 3
Consumo diario de pradera (kg MS) 10.73 11.20 10.10 5.25
Consumo diario de suplemento (kg MS) 1.80 1.79 1.83 3.44
Costo de la pradera ($/kgMS) 0.20 0.20 0.20 0.20
Costo del suplemento ($/kgMS) 1.42 1.51 1.46 1.74
Costo diario suplemento ($) 2.56 2.70 2.66 5.99
Costo diario pradera ($) 2.15 2.24 2.02 1.05
Costo total diario de alimentación ($) 4.71 4.94 4.68 7.04
Costo diario manejo ($) 1.28 1.28 1.28 1.28
Costo diario total ($) 5.99 6.22 5.96 8.32

La relación beneficio costo de los tres grupos de animales suplementados


con los SACU fue mayor a 2, la cual resultó mayor a la observa da para los
becerros suplementados con CB. En este sentido el costo de producción del último
grupo mencionado afectó negativamente la rentabilidad a pesar de tener la
segunda mejor ganancia diaria de peso (Cuadro 10).

Finalmente el estudio económico permi te medir el efecto de la propuesta ya


que tenemos una menor suplementación con los promotores de la fermentación
comparados con el uso del concentrado balanceado.

Cuadro 10. Rentabilidad de becerros alimentados con tres suplementos de aporte


continuo de urea (SACU) y un concentrado bovino comercial (CB).
SACU SACU SACU CB
1 2 3
Costo diario total ($) 5.99 6.22 5.96 8.32
Ganancia diaria de peso (kg) 1.169 1.134 1.135 1.152
Precio de venta ($/kg) 11.50 11.50 11.50 11.50
Valor de la producción ($) 13.44 13.04 13.05 13.25
Relación beneficio/costo 2.24 2.10 2.19 1.59

91
Vl.2 Experimento 2.

En la segunda prueba los animales experimentales alimentados con el


suplemento de consumo lento de urea mostraron un incremento estadísticamente
significativo P<0.05 en el peso final así como en la ganancia diaria y total de peso
con respecto a los suplementados con el concentrado bovino comercial (Cuadro 11).

Cuadro 11. Peso final, ganancia diaria y ganancia total de becerros


suplementados con un suplemento de aporte continuo de urea (SACU) y un
concentrado bovino comercial (CB).
Peso final Ganancia diaria de Ganancia total de
(kg) peso (kg) peso (kg)
SACU 446.165 ± 1.533 a 1.295 ± 0.009 a 233.235 ± 1.533 a
CB 419.234 ± 1.533 b 1.146 ± 0.009 b 206.185 ± 1.533 b
Pr > F 0.0001 0.0001 0.0001
Letras diferentes en la misma columna indican diferencia estadística significativa (P<0.05) Mínimos Cuadrados
Se presentan medias ajustadas ± error estándar

El análisis de regresión mostró una relación lineal significativ a entre


el tiempo de observación y el desarrollo de los animales en ambos tratamientos
caracterizada por las ecuaciones:
SACU Y = 211.679 + 1.251x (R2 = 0.995)
CB Y = 217.321 + 1.139x (R2 = 0.999), cuya representación se muestra en la
gráfica 4.

92
Gráfica 4. Comportamiento del peso vivo de los animales sometidos a los
diferentes tratamientos
450

400
Kilogramos

350

300

250

200
0 30 60 90 120 150 180
Días

SACU CB

93
VII. DISCUSION.

Los resultados en los dos tratamientos con los alimentos experimentales


tanto el energético como el proteico, así como los suplementados con un
concentrado balanceado, mostraron un mejoramiento en el crecimiento, cuando
las dietas fueron de mas de 1 kg de suplemento, comparados con información
previa con dietas regionales, cuando ganancias de 900 g al día o menos fueron
discutidas como resultados adecuados con esa calidad de forrajes tropicales
(Eguiate et al., 1994; Galina et al., 1997; Pineda et al., 1995).

No obstante que los animales del primer experimento tuvieron dos dietas de
tenor diferente de energía y proteína de baja degradabilidad ruminal, mostraron
ganancias de peso cercanas a los 1 Kg./d, similares a las reportadas en trabajos
anteriores, cercanas o superiores a 1 Kg./d cuando se utilizaron los alimentos de
lento consumo de urea en engorda de toros con praderas de riego. En los tres casos
el consumo se realizó pausadamente como se ilustra por los picos de amoníaco de
la gráfica tres, lo que probablemente se haya traducido en un tenor constante de
bacterias celulolíticas con formación de proteína bacteriana como ha sido discutido
en bovinos (Galina et al., 2003;) y en otros rumiantes (Galina et al., 2004).

Probablemente otras similitudes se deban a que estos últimos trabajos fueron


realizados en el verano, con praderas fertilizadas después de cada corte, manejo
óptimo de los zacates tropicales, que se traduce en general en mayor calidad y
cantidad de forrajes debido al efecto de temperatura, humedad, permitiendo una
elevada carga animal, pero manteniendo una mayor oferta que demanda de forraje
debido a manejos experimentales con mayor recuperación de la pradera
(Fernández, 1996) o al uso de sistemas tecnificados móviles que permiten un mayor
período de recuperación de los forrajes (Murillo, 1999). Estos dos factores
permitieron probablemente una mayor oferta cotidiana de pasto (Fernández, 1996;
Galina et al., 1997; 1998a).

94
Por otro lado la mayor oferta de zacate se vio sincronizada con un tenor
adecuado de pH (Gráfica 2) y amoníaco (Gráfica 3) lo que permite sugerir que se
mantuvieron condiciones ruminales favorables para los microorganismos
celuloíticos, además de una oferta constante de fibra (Galinaet al., 2003).

Los trabajos de Murillo (1999) demostraron en el pastoreo móvil tecnificado,


cuantitativamente una oferta superior a la demanda de forraje con suplementos
catalíticos.

Para el crecimiento en los animales suplementados con un aporte continuo,


de nitrógeno no proteico en forma de urea, las necesidades de proteína para el
crecimiento de los semovientes no pueden ser justificadas con la cantidad de
proteína de los zacates tropicales, en el pastoreo, sobre una pradera pobre en
nitrógeno, si no por la capacidad del rumiante de formar proteína bacteriana con el
aporte de urea y nitrógeno no proteico del suplemento (Hannessay y Williamson,
1990). Otra fuente importante para la formación de proteína microbiana sería la
pollinaza y el sulfato de amonio (Leng, 1990; Silva et al., 1989). Particularmente el
sulfato de amonio tiene dos funciones una como fuente de NNP y otra como
restrictor del consumo, por lo que fue aumentado en el SACU ajustado teniendo un
efecto significativo en la ganancia de peso de la segunda observación como ha
sido discutido con anterioridad (Ortiz et al., 2002).

En la primera observación se ensayo un aumento en la cantidad de


nitrógeno de baja degradabilidad ruminal, aumentando la cantidad de harina de
pescado de la dieta. (Leng et al., 1977; Poppi y McLennan, 1995; Preston, 1995;
Galyean, 1996).

Teóricamente un aumento en el nitrógeno de sobrepaso o en los ácidos


grasos de baja fermentabilidad debería tener un impacto en la ganancia de peso
debido a los aminoácidos escenciales o los ácidos grasos de cadena ramificada,
como los que contienen el maíz y particularmente en la pulidora de arroz,

95
alimentos que han probado ser importantes cuando son mezclados con forrajes
tropicales (Elliot et al., 1978; Fernández 1996; Leng et al., 1977; Naidoo et al.,
1977).

No obstante haber aumentado al doble del aporte de harina de pescado en


el promotor de la fermentación, del 5% al 10%, no se observaron diferencias
significativas ni en el comportamiento de cinética ruminal, ni en las ganancias de
peso, comparados con un promotor ensayado con anterioridad (Galina et al.,
2003), ni en el tono de amoníaco, ni en el pH, pero sobre todo no tuvo impacto en
el crecimiento de los becerros. Esto se debe probablemente a que tiene mayor
significancia mejorar el patrón de fermentación con el suplemento (como se
demostró en la segunda observación) que el efecto directo de supementación de
sobrepaso al huésped como ha sido demostrado con anterioridad en estudios de
cinética ruminal en bovinos (Galicia, 2003).

En los animales tratados con un suplemento de aporte continuo de


nitrógeno no proteico la energía necesaria proviene probablemente de los
carbohidratos estructurales de los forrajes tropicales, que no puede ser liberada
por los procesos normales de fermentación ruminal, por ello adquieren un valor
diferente en la nutrición animal, por otro lado la proteína necesaria para el
crecimiento es probablemente producto de la formación de proteína bacteriana con
base al nitrógeno no proteico (Ortiz et al., 2001). Por otro lado el crecimiento
observado en los animales alimentados con un suplemento balanceado, los
requerimientos de energía y proteína son mayoritariamente aportados por el
suplemento como puede ser observado si utilizamos el sistema de balance para
rumiantes sugerido por el INRA (1988).

Cuando la proteína microbiana, como se asume ser el caso en los


resultados obtenido en el presente trabajo, es la mayor fuente de nitrógeno, las
ganancias de peso pueden ser explicadas en términos energéticos, no obstante
que existe controversia respecto a los requerimientos de péptidos/aminoácidos

96
para el rumen que permitan un crecimiento (Puga et al., 2001a;2001b). Ortiz et al.,
(2001) sugirieron que la eficiencia del crecimiento microbiano fue mejorada en
bacterias de lavados de rumen cuando se incluyeron aminoácidos esenciales,
particularmente los azufrados como son la leucina, lisina, treonina y triptofano que
en general son abundantes en la pollinaza como fue documentado en la literatura
con anterioridad (Zinn et al., 1996).

Las ganancias de peso observadas en los animales suplementados con


urea no correspondieron a los contenidos aparentes de energía digestible de los
forrajes ofertados (INRA, 1988; Palma, 1999). El incremento en el consumo
voluntario aparente de materia seca necesaria para suplir la energía y proteína
adecuada en las dietas, ha sido probablemente producto de un aumento en la tasa
de degradación de paredes celulares de los forrajes fibrosos que permite a su vez
una mayor tasa de paso en orden de ofertar los nutrimentos necesarios,
aumentando la digestibilidad a través de la continua acción en la pared celular por
las bacterias celulolíticas F
( ibrobacter succinogenes, Ruminococcus albus, R.
Flavefaciens). Favorecidos por la presencia continua de nitrógeno no proteico
(Leng, 1990; Carrizales, 1996; Preston, 1995; Brown et al., 1988).

La energía y proteína faltante a los pastos fue suplementada por el CB en


uno de los tratamientos, mientras que en el caso del suplemento de urea los
resultados observados, se deben a una mayor expresión de energía de los
zacates comportándose como forrajes de por lo menos 2.5 Mcal de EM/kg de MS;
alternativamente si se ofertaran zacates de 2.2 Mcal de EM (valor promedio
resultado del AQP) sería necesario un aumento al consumo cercano a los 150 g
por Kg de PM superior a los 100 g/ Kg/PM sugerido por el INRA (1988) para toros
en crecimiento. Otra explicación alternativa sería una combinación entre los dos
factores discutidos. El fenómeno puede ser explicado por la co rrección del
desbalance de nutrientes de los zacates al proveer NNP en forma de urea (Alvarez
et al., 1976; Boniface et al., 1986; Valdés y Castillo, 1993) y amoníaco a las

97
bacterias ruminales (Silva et al., 1989; Leng, 1990;) que degradan una mayor
cantidad de paredes de los pastos tropicales (Galina et al., 1997).

La oferta de forraje fue mantenida todo el tiempo a través de un sistema de


pastoreo tecnológico racional móvil (PTRM) desarrollado por Delgadillo (1998).

Este sistema permitió el rebrote d el pasto antes de ser cortado nuevamente


por los becerros, (Milera y Hernández, 1997). Sin duda uno de los elementos
claves en la interpretación de la respuesta observada es el manejo cuidadoso de
las praderas para garantizar una oferta cuantitativa y cualitativa de forraje durante
toda la observación para los tres grupos como lo ha discutido Murillo (1999).

Varios trabajos anteriores han discutido la importancia de una


suplementación con elementos claves cuando el objetivo es mejorar los patrones
de fermentación ruminal, para poder hacer un mejor uso de la fibra de las paredes
celulares (Delgadillo, 2001). Sudana y leng (1986) probaron que los suplementos
deben proveer niveles adecuados de amoníaco para un crecimiento persistente de
los microorganismos ruminales tanto los celulolíticos como los sacarolíticos,
suministrando en la mezcla altas concentraciones de sal-urea para evitar un
consumo rápido. La suplementación con un alimento de aporte continuo de
nitrógeno no proteico con caracteristicas energética s o nitrogenadas (SACU1 y
SACU2) de la presente observación fue consumido en un promedio de 8 horas (6 -
8), mientras que el concentrado balanceado fue ingerido en menos de 30 minutos
después de su oferta (15 a 30 m), este fenómeno per se, nos permite sugerir un
nivel adecuado de nitrógeno amoniacal en el rumen que permitirá un crecimiento
continuo de microorganismos ruminales, mientras que un rápido consumo de
almidón, como sucede en con el concentrado balanceado, implicaría una
disminución del pH ruminal, l o que limitaría la capacidad cinética de las enzimas
bacterianas para la utilización de los carbohidratos estructurales (Puga et al.,
2001b). La mezcla podría haber asegurado para el rumen una cantidad de
amoníaco de 50-80 mg NH3-N/l de fluido ruminal o en algunos casos más de este

98
nivel, otros trabajos han medido la eficiencia del tenor de amoníaco de los
promotores de la fermentación, sus datos permiten confirmar que los niveles de
amoníaco sugeridos en el presente trabajo han sido de alguna forma factibles en el
rumen (Delgadillo, 2001). Se sabe que el nivel de amoníaco necesario es
dependiente del pH ruminal (Smith, 1984).

Finalmente el aumento de ácidos grasos de baja degradabilida ruminal,


tampoco tuvieron un efecto significativo sobre las variables estudiadas, resultados
similares a los observados por Galicia (2003) en bovinos fistulados. El tenor de
cebo no tuvo un efecto en la ganancia de peso.

Variaciones en los rangos de la presente observación de energía o proteína


de la dieta no tuvo diferencias significativas como se observa en los resultados,
entre ellas o comparados con el concentrado balanceado, sin embargo en ambos
se obtuvo un crecimiento similar al obtenido con el uso del concentrado comercial
como ha sido discutido con anterioridad (Delgadillo, 2001; Murillo, 1999). En
ambas dietas probablemente se ofertaron adecuadamente los elementos
necesarios para un crecimiento bacteriano adecuado como fue demostrado
recientemente (Puga et al., 2001a; 2001b)

El pH con el uso de promotores de la fermentación ruminal ha sido alto de


6.5 a 7.0 como ha sido demostrado ampliamente en otros trabajos (Puga et al.,
2001a; Puga et al., 2001b; Ortiz et al., 2001; Galina et al., 2002). Por otro lado
cuando se utiliza el concentrado balanceado con la adición d e almidones en la
dieta, el nivel de amoníaco necesario quizás sea un tanto mas bajo que lo
reportado por Boniface et al., (1986) para un buen crecimiento bacteriano como ha
sido el caso en observaciones sobre praderas suplementadas con concentrados
(Delgadillo, 2001). Con el objeto de mantener un pH ruminal, relativamente
alcalino, el suministro de cal y cemento podría haber jugado un papel esencial
para establecer un micro ambiente ruminal favorable para la multiplicación de las
bacterias celulolíticas en los animales suplementados con los promotores de la

99
fermentación en sus dos dietas (Wheeler, 1979; Wheeler et al., 1981a; 1981b;
Noeller et al., 1980). La acidéz producida por las altas concentraciones de almidón
ingerido (amilasa y pectina) que son metabolizadas rápidamente bajo la acción de
la amilasa, podrían explicar el crecimiento en los animales control dependiendo del
contenido de energía y proteína en la suplementación, la dieta debido a la
inhibición de los microorganismos del rumen de la dieta d e concentrado, disminuye
la actividad celulolítica. A su vez cuando se disminuye el pH ruminal debajo de 6.2
como lo ha demostrado Istasse et al., (1986). La celulolísis probablemente
disminuyó progresivamente, cesando cuando el pH ruminal desciende alre dedor
de 5.9 como fue demostrado con anterioridad (Ørskov, 1994; Russel y Wilson,
1996; Rusell et al., 1979; Weimer, 1996).

Otro de los elementos claves para explicar el resultado de nuestras


observaciones es la inclusión de minerales como son el azúfre y el fósforo que han
sido probados como elementos básicos para el crecimiento de las bacterias (Leng,
1990). En el diseño de ambos suplementos el energético y el proteico se tomaron
en consideración los requerimientos de estos elementos por las bacterias
ruminales, tomando en consideración trabajos anteriores (McDowell et al., 1984)
enriquecidas con los minerales presentes en la melaza (Kunju, 1986).

En el presente ensayo, las mezclas de melaza-urea y sal-urea permitieron


un consumo de 8 horas del suplemento de nitrógeno no proteico, mientras que el
CB se ingirió totalmente en 30 minutos de la oferta. Probablemente el suplemento
nitrogenado como lo discute Zinn et al., (1996) provee amino ácidos claves en la
pollinaza (lisina, isoleucina y triptofano) con una mezcla adecuada de sales
minerales (Ørskov, 1994; Galina y Aguilar, 1995; Galina et al., 1997), permitiendo
la formación de porcentajes significativos de proteína bacteriana al intestino.

Como se observa en los animales experimentales la manutención de un pH


ruminal alcalino en los suplementos experimentales fue producto ente otros del
efecto de la cal y el cemento que permiten una mayor estabilidad de ambiente

100
ruminal óptimo para un mejor desarrollo de las bacterias celuloliticas (Wheeler,
1979; Noller et al., 1980; Wheeler, et al., 1981a; 1981b;).Estas concentraciones
dependen del pH ruminal (Smith, 1984). El pH es consistentemente alto (6.5-7.0)
cuando no se provee de concentrado a los forrajes de baja degradabilidad. De
cualquier forma al disminuir el pH con la adición de concentrados, el nivel de
amoníaco es menor como fue discutido por Bonifaceet al., (1986). En el presente
trabajo con el CB se mantuvo un pH ligeramente ácido, no obstante que disminuyó
hasta cerca del 6.0 durante las primeras horas de ingestión; por otro lado el ACC
permitió mantener todo el tiempo un pH superior al 6.5 ambiente ruminal favorable
para la acción bacteriana celulolítica (Gráfica 2) lo que permite explicar una mayor
degradación de las paredes celulares con un aumento en la tasa de desaparición,
que se traduce en un mayor volumen de pasto ingerido. Sudana y Leng (1986)
probaron la importancia de mantener niveles continuos de amoníaco ruminal.

La proteína de escape de la harinolina, harina de pescado y la pulidura de


arroz permiten explicar por total de proteína digestible intestino alimento, los
resultados de crecimiento observados en el presente trabjo con estos pastos
tropicales con ACC además de la proteína bacteriana formada con el nitrógeno no
proteico de la urea y el sulfato de amonio, por otro lado con el CB el total de
proteína bruta aportada fue superior a los requerimientos sugeridos para esa tasa
de crecimiento (Elliot et al., 1978; Fernández, 1996; Leng, 1990).

El ácido acético parece ser la principal fuente de energía en una dieta con
base a forrajes, la menor formación probablemente de ácido propiónico no parece
interferir el crecimiento como se observó en el presente trabajo, debido
probablemente a una oxidación, ya que el rumiante reacciona a una ofert a en
exceso excretando acetato en la orina, aprovechando la economía de la energía
del animal por los cambios de fermentación (Ørskov et al., 1991). Los ácidos
grasos de cadena larga del cebo animal son probablmente también una fuente de
generación de nic otin adenin dinucleotido reducido (NADPH) necesarios como
aceptadores de electrones (NAD+) aumentando el uso del acetato como clave de

101
los AGV en la fermentación (Houtert, 1993). El incremento del calor por el sustrato
acetogénico agregado dependerá del patrón de fermentación en el rumen y el
balance de proteína disponible para la digestión y absorción del intestino de los
AGV producidos, el ganado necesita oxidar acetato (el mayor sustrato
termogénico), también el sustrato acetogénico es la mayor fuente de ATP para el
metabolismo de los musculos de la piel (Pethick, 1984), la formación de acetato en
el estudio podría explicar el crecimiento de los animales suplementados con las
dietas de nitrógeno no proteico, que permitiera explicar el crecimiento con diet as
que aparentemente no tienen la energía y proteína necesaria para explicar los
resultados observados (Leng, 1990).

La melaza como fuente barata de carbohidratos fementables acompañada


del efecto buffer de la cal y el cemento permiten probablemente interpretar los
resultados de crecimiento de los animales experimentales en las dietas con
nitrógeno no proteico en la manipulación del rumen para un mejora
aprovechamiento de la fibra (Ørskov, 1991).

Por otro lado altos niveles de melaza-urea han sido exitósamente usados
para la engorda de ganado en praderas en Australia (Anon, 1984), Colombia,
(Huerta y González, 1987) y Cuba (Valdes y Delgado, 1990). Discusiones previas
indican el papel o potencial del estrés termico en animales, particularmente en los
rumiantes en países tropicales que tiene una ventaja al oxidar muchos sustratos
acetogénicos (o grasa corporal) para mantener su temperatura. Esta grasa
corporal quizás por lo tanto es utilizada en el crecimiento por las dietas con el
suplemento (Silva et al., 1989; Leng, 1990).

Los presentes resultados podrían sugerir que los becerros adecuadamente


suplementados con pequeñas cantidades de nutrientes escenciales produjeron el
mismo crecimiento con forrajes de baja digestibilidad (Galina et al., 2002a; 2002b;
2002c).

102
El mantener una oferta suficiente de pradera durante toda la observación
fue uno de los elementos claves para explicar los resultados obtenidos tanto en los
animales suplementados con las fórmulas de nitrógeno no proteico, como en los
animales que fueron dietados con un concentrado balanceado como lo discutió
con anterioridad Valdes et al., (1996).

Finalmente, los resultados de la presente observación son también producto


de la utilización de ácidos grasos de cadena larga del cebo como fuentes d e
NADPH aceptadores de electrones, además de proveer una concentración
adicional de energía metabolizable a nivel de intestino (Galinaet al., 2000).

103
VIII. CONCLUSIONES.

• El uso de niveles elevados de proteína de sobrepaso de origen vegetal en


este caso proveniente de la harinolina en los suplementos de aporte
continuo de urea, mejoró los parámetros productivos con respecto a la
utilización de fuentes proteícas de origen animal (harina de pescado) y
ácidos grasos de cadena larga (sebo de res).

• El consumo regulado de suplementos de aporte continuo de urea


conteniendo elementos clave como son el cemento, el hidroxido de calcio, el
sulfato de amonio, la melaza, la urea y microminerales, mantuvieron un nivel
adecuado en el pH ruminal así como un tono alto de amoníaco que se
tradujó en una mejor utilización de los forrajes.

• La inclusión de suplementos de aporte continuo de urea y la utilización de


recursos forrajeros locales, mejoró la rentabilidad económica de los
sistemas estudiados, demostrando su viabilidad para el establecimiento de
sistemas de producción de carne con base en pastos tropicales.

104
IX. LITERATURA CITADA.

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