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  El Catoblepas • número 3 • mayo 2002 • página 13

Panorama de la filosofía contemporánea


(informe confidencial)
Felipe Giménez Pérez
Reseña de las principales corrientes filosóficas
presentes en España en los últimos treinta años
Estando yo en «La Montaña Mágica» (Llanes) durante los días 8, 9 y 10 de marzo de 1996, por la
sencilla razón de querer asistir a la constitución de la asociación «nódulo materialista», se habló de
la necesidad de conocer la filosofía contemporánea en compendio periodístico y popular
(Volksphilosophie), debido a que el panorama tan desolador resulta que no se merece una rigurosa
reexposición crítica y filológica, sino más bien una reseña periodística a modo de resumen sucinto
para informarse con rapidez y sin gastar demasiada energía en tales asuntos de por sí deleznables
desde toda consideración que se pueda hacer al respecto. De esta manera procedí a continuación a
realizar un informe simple sobre la filosofía contemporánea, entendiendo por tal la fabricada desde
1970, sobre todo la fabricada o segregada en España.
1. Filosofía moral
Utilizaremos la clasificación de los sistemas de filosofía moral empleados ya desde hace tiempo a
partir de la fundamentación de la moralidad que ejercitan algunos autores desde el llamado
materialismo filosófico tal como está formulada tal representación por Symploké{1} y expuesta más
detalladamente por Alberto Hidalgo en ¿Qué es esa cosa llamada ética?, ed. Cives, LECCP, Madrid
1993.
1. En el positivismo moral podemos incluir numerosos autores de todos los pelajes. Los filósofos
analíticos morales actuales que aún queden y que apelen al emotivismo ético o al análisis del
lenguaje moral pueden incluirse en esta rúbrica. Los nihilistas franceses, como Foucault, Deleuze,
Derrida, Lyotard, Baudrillard que se inspiran en Sade, Nietzsche, Sacher-Masoch, Bataille, Cioran.
Hacen acopio de materiales diversos como literatura, poesía, pornografía, filosofía y lo presenta de
forma barroca y complicada. También N. Luhmann es un positivista moral al sostener que no hay
fundamentación de la moral ni de las decisiones que se adoptan. Aranguren en nuestro país es un
ejemplo de positivismo moral por su catolicismo. ¿Reyes Mate? Todo filósofo creyente
(contradictio in terminis, porque la filosofía es impiedad). Sería positivista moral a fin de cuentas.
2. En el materialismo moral primogenérico nada conozco yo al respecto.
3. En el materialismo moral segundogenérico se encuentran en nuestro país muchos ejemplares de
esta guisa epicúrea o hedonista cirenaica como E. Guisán, Savater, ¿Aranguren? En USA Dworkin.
Sádaba, el batasuno también es hedonista.
4. Materialismo moral terciogenérico. Podemos destacar a Villapalos y a Alfonso López Quintás. Es
la filosofía de los valores. Tradicionalismo católico, liberal y conservador por no decir reaccionario.
Opus Dei y Legionarios de Cristo. El Ministerio de Educación y Ciencia y Deporte patrocina tales
cursos de Filosofía de los valores para profesores de Filosofía de Instituto. Dan muchos créditos y
hay que ir durante muchas sesiones. Algunas veces hay que pagar hasta 95 Euros.
5. En el formalismo moral poskantiano o kantiano o neokantiano se concentran hoy las grandes
floras ideológicas en la filosofía moral contemporánea: Apel, Muguerza, Camps, Habermas,
Lorenzen, Kambartel, Gimbernat, José María González, Adela Cortina, Amelia Valcárcel, Caffarena
y otros curas. Suelen ser progresistas, «demócratas» y estar cerca del PSOE. Héroes de la gloriosa y
triunfal época del gobierno del PSOE.
2. Filosofía política
Claro que podemos ensayar un intento de realizar una enumeración empírica de todas las floras de
ectoparásitos y endoparásitos de la filosofía. Por ejemplo he ahí a los nihilistas franceses. Foucault
(1926-1984). Problemas en torno a la mujer, las relaciones sexuales, la medicina, la enfermedad
mental, el medio ambiente, las minorías, la delincuencia. Rechazo del humanismo cultural. El pobre
hombre se suicidó porque era muy pesimista y se puso muy triste.
También surgió en Francia una microfauna en este período de de glaciación del pensamiento a la
que podemos denominar emic como los nuevos filósofos franceses. De aquí se pasó al llamado
posmodernismo de Lyotard y Vattimo. Este último conservador y liberal cultiva el pensiero debole,
pensamiento débil, asténico. Los nuevos filósofos son los desilusionados supervivientes de mayo de
1968 y realizan el paso de Marx a Nietzsche y luego a Heidegger y a Jünger y de ahí a defender el
orden existente. Este cariño a Heidegger –una vez desmentido el «supuesto» fascismo o nazismo de
Heidegger– es una forma de ser nazi o fascista pero en plan agnóstico, sin que nadie se entere.
Recientemente (2001) el español Félix Duque declaró sin ambages que era «heideggeriano de
izquierdas» o sea, como Ernst Röhm, el jefe de las SA o el propio Goebbels, el ala izquierda del
NSDAP.
En España podemos hablar de narcisismo, filología, espíritu de bandería y de clan de las diversas
sectas filosóficas o parafilosóficas españolas y esta es una de las más importantes causas de la
agresividad teórica existente entre tales grupos. Hay que citar, por supuesto como una honrosa
excepción a Gustavo Bueno, modelo de seriedad y de filosofar riguroso y racional, valga la
redundancia.
Un ejemplo de tal animosidad brutal: «M. A. Quintanilla, actualmente anda embarcado, junto con F.
Savater, Javier Sádaba, J. Aranzadi y otros en la creación de un libro de filosofía para alumnos de
COU. Ya era hora de que se hiciera algo para eliminar toda la carroña académica que hasta la fecha
habíamos tenido».{2}
El inefable Aranguren distinguía en el órgano de la progresía, El País, el 30 de octubre de 1977
entre Dialécticos, Analíticos e Inclasificables.
Por su parte, Juan Goytisolo reaccionaba indignado ante la aplicación del término «filosofía» para
todo. Es la filosofía mundana difusa o filosofía inmersa a decir de Gustavo Bueno:
«Una exégesis sobre las corridas de toros: ¡Filosofía! Disquisiciones sobre fútbol y Mercado
Común: ¡filosofía! Glosas acerca de la esencialidad nacional catalana ¡filosofía! Un discurso sobre
feminismo y sociedad patriarcal: ¡filosofía! La letra de un himno no sé si autonómico o
preautonómico: ¡filosofía! Un bando municipal en verso o en prosa: ¡pura y trascendente creación
filosófica!»{3}
El progresismo triunfó y se impuso. Uno de los más célebres intelectuales orgánicos del PSOE,
sector guerrista Ludolfo Paramio, un «intelectual» orgánico del PSOE que se dedicó a insultar a los
que hicimos la huelga general de 14 de diciembre de 1988. Este sujeto llega a afirmar lo siguiente:
«La conclusión terrible es que tenemos que aprender a vivir con idealistas utópicos –un podo
tediosos, como todos los iluminados– y con burócratas profesionales –un poco miopes y casposos,
ya lo sean del Estado o de los partidos.»{4}
El equilibrio que sería menester alcanzar a juicio de este progresista sería así éste:
«Quien reconozca esta doble cara de la política deberá estar loco si apuesta por aquella forma de
militancia enajenada que fue común en los últimos años sesenta y primeros setenta...Pero tendrá que
ser un poco inconsciente si deja la política en manos de los políticos, si renuncia a hacer política en
horas libres, más o menos regularmente, en último término como una faceta más de la vida diaria,
junto con las novelas, el cine y todo lo demás.» (ibídem.)
La escuela de Frankfurt es la ideología del tardocapitalismo progresista, fase final y degradada del
comunismo, del socialismo y de la socialdemocracia, siendo una degradación respecto de la
filosofía dialéctica primitiva. Pura legitimación mediante el diálogo en una situación ideal de
diálogo del capitalismo liberal tardío y de los Estados democráticos de derecho capitalistas
avanzados. Se produce así el abandono de los puntos de vista más críticos de Marcuse, Horkheimer
y Adorno sobre el capitalismo.
La filosofía analítica es una forma de análisis del lenguaje que desemboca en una filología de las
malas y en una ética utilitarista burguesa ramplona. El estructuralismo-neonihilismo, que recibe un
considerable refuerzo de la filosofía moral analítica, la cual se remontó a la metaética para tratar de
ver si hay que devolver el libro prestado y cómo han de ser las reglas del juego lingüístico, si como
las del golf o como las del cricket. Influencia de Wittgenstein con su doctrina de los juegos
lingüísticos. Si un obrero en una obra le dice a otro «ladrillo», el otro lo entiende y le da un ladrillo.
Si se lo dice a un político, entonces éste se enfada y lo toma como un insulto. Es que son distintos
juegos lingüísticos. ¿Se entiende?
Decía el filósofo nihilista-liberal-progresista del PSOE, Rubert de Ventós en 1984:
«Desde Hegel, por ejemplo, la Guillotina y el Imperativo Categórico (el terror social que suele
seguir al puro ideal moral o político) aparecen como caras complementarias de una misma moneda
–una moneda que hoy puede llamarse desde ETA hasta Jomeini. Pero al dar una nueva perspectiva
sobre la realidad y sus relaciones, Hegel no podía dejar de ofrecer a su vez un potencial punto de
vista crítico sobre su propia relación con la realidad –como teoría y comprensión de la misma–. A
pesar de su carácter global y totalitario –o seguramente por ello mismo– la dialéctica resultó más
vulnerable o "falsable" que muchos métodos científicos que, como han subrayado Kuhn y
Feyerabend, encierran a sus practicantes en un ámbito de expectativas que censura todo fenómeno
no previsto o coherente con los compromisos básicos del gremio científico en cuestión.» Rubert de
Ventós, 1984, Las metopías..., págs. 11 y 12.
«Ser moral –oímos decir a menudo– quiere decir ser responsable, ser de una pieza, tener una
jerarquía de principios clara y firme. Pues bien, creo que se puede decir –y hasta cierto punto se
debe decir– todo lo contrario.» 1984, Filosofía y/o política, pág. 48.
Un buen socialista progresista, sí señor, que fue senador del PSOE. Posteriormente publicó un libro
en el que defiende la mentira política, la corrupción y la indiferencia cívica ante la falta de
soberanía popular. Lo que les gusta a los liberales elitistas. Defiende el conformismo político y el
cinismo de los políticos profesionales.
Victoria Camps era otra progre que llegó a ser senadora independiente por el PSOE y defendió la
LOGSE y la reducción de horas lectivas de ética, historia de la filosofía y filosofía. Esta filósofa del
PSOE escribió entre otros libros La imaginación ética:
«En la época del filósofo danés, no era insólita la figura del "caballero de la fe"; la figura de nuestra
época es, en cambio, la del agnóstico que cuenta con una virtud ausente en el ateo o el creyente: La
virtud de no renunciar a nada, de no admitir ningún juicio como definitivo, de conformarse, más o
menos sabiamente, con la duda, la incertidumbre y la perplejidad.», pág. 78.
Se hicieron agnósticos todos los progresistas. El Ateísmo y la impiedad les parecían movimientos
exagerados del espíritu. También les resultaba incómodo, antiestético y anticuado el declararse
como creyentes. Era mejor ser creyentes vergonzantes siguiendo el ejemplo de Tierno Galván.
Además, resulta, como buena progresista liberal, algo irracionalista: «La excesiva racionalización –
teoría y práctica– produce, pues, desencanto y escepticismo», 1983, pág. 29, «no es función de la
ética solucionar nada», pág. 35. Lo que faltaba. La filosofía es un oficio de personas ociosas.
Esperanza Guisán... hedonismo burgués, epicureísmo individualista y subjetivo, propone «Por una
parte que la restricción de las libertades de cada persona particular sea la mínima exigible para la
realización de las libertades de los individuos restantes. Por otro lado, también es parte del
programa de la nueva ética afanarse por mejorar la condición vital de los seres humanos,
suprimiendo todo sufrimiento innecesario por pequeño que sea.» Ética sin religión, pág. 17.
Otro hedonista, Javier Sádaba, Saber vivir: «No sólo no hay más vida que la cotidiana, sino que
sólo en ésta tiene su asiento la moral.», pág. 132. ¿Dónde si no?
Savater, irreconocible, La piedad apasionada, 1977, contra el progresismo: «Hay una forma de
estupidez privilegiada en nuestros días, hecha de lemas huecos y autocomplacencia, de positivismo
cientista y marxismo humanizado: Llamémosla progresismo. Contra este oscurantismo de las luces,
contra esta iglesia sin misterio y sin lágrimas, optimista profesional como un vendedor a domicilio,
se rebela la obra de Ciorán. Combate la claridad sin sombras con la claridad de las sombras, la
aprobación que respeta todo lo respetable y no hace leña más que del árbol caído con la
reivindicación de lo indefendible y el denuesto de lo unánimemente ensalzado. Entre tantos
inventores de nuevas apologías del mundo, este antídoto es tonificante, Aprovechémoslo o
terminaremos convertidos en honrados y laboriosos ciudadanos de izquierda...», pág. 77. Luego
Savater, de incendiario se convirtió en bombero del régimen al servicio del PSOE, PRISA y el
progresismo. Uno de los máximos ideólogos del régimen.
Evaluación general de la filosofía española del régimen de 1978: Filosofía legitimadora del Estado
de Partidos, democracia, autonomía, independentismo, capitalismo, consenso y diálogo. Es un
discurso conservador.
3. Alain Guy. Información sobre la filosofía española
Por su parte, Alain Guy en su Historia de la filosofía española, nos informa algo de diversos
autores: Historiadores de la Filosofía, Vidal Peña, Flórez Miguel, Pintor Ramos. Tenemos a José
García Roca (Positivismo e Ilustración: la filosofía de D. Hume, 1980), Félix Duque, J.L.
Villacañas Berlanga, C. Flórez Miguel, J.L. Molinuevo. Emilio Lamo de Espinosa, Virgilio
Zapatero, J. M. Laso Prieto, Pilar Palop Jonqueres, Ramón Vargas Machuca. Historiadores de la
filosofía española. Abellán, Elías Díaz, Laureano Robles, Antonio Heredia, Nicolás Martín Sosa.
Abellán promueve una racionalidad que de razón global de la realidad y que para ayudar a la
filosofía a salir de la crisis de la razón ilustrada, se apoya en la razón común de Unamuno, en la
razón vital o histórica de Ortega y en la razón poética de María Zambrano.
Sergio Rábade, tendría una tendencia ontognoseológica. Carlos París Amador, racionalista
humanista y un marxista cristianizado. Luis Martín Santos (1924-1964), «la curación total del
neurótico, o sea la madurez plena del individuo humano, sólo se logra mediante su integración,
aceptada y llena de sentido ético, dentro del proceso histórico universal.» Lledó, especialista en la
Antigüedad. Javier Sádaba, un analítico probatasuno durante un largo tiempo. Analiza el lenguaje
religioso y el moral. Miguel Angel Quintanilla (1945), filósofo de la ciencia materialista
adecuacionista a lo Bunge. Uno de los autores de la LRU. Eugenio Trías (1942) es un
neonietzscheano, hermenéutico, estructuralismo negativista. Es lúdico. Es un prestidigitador de las
ideas. Cada vez es más religioso. Fernando Savater (1947) es escéptico integral, nihilista,
anarquista, socialdemócrata y liberal. Es progre. Al principio era un sofista antitodo y luego se unió
al grupo PRISA y al PSOE. Pretende imitar a Voltaire. Moralmente es un hedonista
segundogenérico o un positivista moral.
4. La pedagogía, fase superior del progresismo
La pedagogía es la culminación de la ideología progresista. La izquierda, incapaz de hacer la
revolución social y política, renuncia a la crítica al capitalismo y al Estado y decide destruir la
enseñanza. El pedagogo es el continuador del sofista, del cura y del psicoanalista o psicólogo. Es un
ideólogo de la enseñanza. Filosofa sin reconocerlo explícitamente y odia sin embargo a la filosofía,
preconizando su desaparición sistemática de los planes de estudio. Esta pedagogía se manifiesta
como ludopedagogía. Esto consiste en que todo lo que no tiene que ver con el juego se ha venido
considerando como escasamente pedagógico. Hay que complacer al vulgo y hay que hablarle en
necio para darle gusto. Esto significa entonces una cierta hostilidad a cuanto signifique trabajo
disciplinado, planteamiento metodológico de largo alcance, rigor analítico, esfuerzo conceptual o
similares. La paciencia, el dolor, el trabajo de lo negativo queda suprimido de raíz. Hay que fabricar
chimpancés en las aulas. Todos los tópicos ideológicos del progresismo se manifiestan aquí en todo
su esplendor. Ecologismo, conocimiento del medio ambiente, cuidado de la salud, todos alrededor
del viejecito de Summerhill en la comunidad campestre, la escuela granja, la jardinería, el serrucho,
la fontanería y los tirantes sin nylon por favor, sin plásticos, puro estiércol. Piénsese lo que se
quiera, pero la fuerza de la demanda es tal, que hasta la logsiana reforma del Bachillerato de 1990
va por ahí, reduciéndole a domestología y con horror puede comprobar el profesor universitario
cómo todo se ha convertido en «taller de lenguaje», «materiales para una nueva reflexión», y
descubrimientos por el estilo. Es la moda ideológica de la progresía autista y autosatisfecha por los
estropicios causados a varias generaciones de españoles.
Los pedagogos convierten al hombre en un animal. Hegel había dicho que Rousseau había reducido
al hombre a Tiergarten der Menschheit. Esto es progresismo.
La pedagogía, es la pedagogía del play / clay / way:
• play, jugad malditos, jugad, que la vida es juego y los juegos juegos son.
• clay, haced cestitas, arcillitas, bordaditos. Siempre trabajos manuales, tecnología, artes mecánicas
y serviles.
• way, enrolláos bien corriendo, que quien mueve las piernas mueve el corazón, psicomotrizáos
aunque no sepáis nada de epistemología genética, estiráos bien chavales, hale hop: La maratón
popular es vuestra. Menos latín y más deporte, como dijo Solís.
Talleres de Ética, Diseño Escolar, aserradero para vocaciones menores, actividades extraescolares,
fomento del descanso y de la burricie. Balnearios para jóvenes ociosos y analfabetos.
Se propicia la akrasía o incontinencia de la voluntad y del esfuerzo. Se posterga el principio de
realidad para exaltar lo placentero. Los alumnos se convierten en máquinas deseantes irracionales.
No se puede enseñar nada en un clima de escepticismo y nihilismo posmoderno. Enseñanza no,
ellos se llenan la boca de palabras tales como «educación», «transversal» y otras lindezas. La
educación transmite un relativismo moral, cultural y teórico porque en este mercado o bazar de
ideas y representaciones se postula que cada cual aporte sus ideíllas, y que las meta en la batidora
común, que las agite previamente antes de su uso y que todos gocen de la verdad democrática. Lo
de verdad chachi, oiga, es el maestro coleguilla. Es el maestro plebeyo que se cree un niño y quiere
que los alumnos siempre sigan siendo niños.
Es un truco perfecto lo de la desescolarización de Ivan Ilich, se trata de hacer creer a los países sin
escuela que ésta es un reflejo del poder, con la intención de que permanezcan en una rentable
ignorancia. ¿A que es un planteamiento genial?
La pregunta progresista no es si ¿es eso verdad? sino ¿para qué sirve? Es la mercantilización del
saber. Por tanto, el latín, el griego, la filosofía sobran en el sistema progresista de educación.
Mas participacionismo, el vulgo, la masa en los consejos escolares, verdaderos comités de defensa
de la revolución educativa del PSOE más capitalismo, más reivindicaciones. O todos catedráticos o
aquí no se mueve nadie. Todos los alumnos tienen que aprobar para no traumatizarse. Todos los
alumnos tienen que conseguir el título que quieran y llegar a los mismos objetivos. Nada de
discriminar a los alumnos por sus conocimientos, eso es reaccionario. Lo progresista es el aprobado
general. Queda desterrado el suspenso. Nada de memoria, que no es una facultad de la inteligencia.
Eso es una chapucilla que inventaron en los colegios de curas para amedrentar a los niños
internados. Nada de esfuerzo; todos con la misma ignorancia. La igualdad en la estupidez, la
Gleichsetzung de los nazis es realizada por la progresía. Afuera las oposiciones. Equiparación de
cuerpos docentes por real decreto. Formación sin castigo, sin dolor. No hay que castigar con el
dolor de los contenidos. Educación no compulsiva ni coercitiva.
Lo triste es que luego la gente se lamente con amarga queja del índice de fracaso escolar. Sin ideas
claras sobre la realidad escolar y con tanto tópico sobre lo escolar no es extraño que se dé el fracaso
escolar.
5. Final. Panorama de la Filosofía española de 1975 a 2002
Si nos fijamos en lo que decía allá por 1980 Javier García Sánchez{5} nos damos cuenta de que la
situación allí diagnosticada no ha cambiado en absoluto hasta la fecha de hoy, 2002:
«¿Qué hace la gente? Todos nos hemos preguntado alguna vez de forma clara qué demonios hace la
gente. Quizás una investigación profunda a este respecto nos llevaría a dos respuestas tan reales
como tristes. La gente simplemente vive la vida, no la disfruta, y, por otra parte, la gente no lee... Y
la gente, desde luego, no lee filosofía... tenemos la firme convicción de que si hay tan poco interés
por ella es porque nadie o casi nadie, hace nada porque ésta sea leída.»
A lo mejor se debe esta atonía del público lector con la filosofía a la escasa calidad y originalidad de
lo producido en estos veinte años de posfranquismo.
Entre los filósofos españoles habrá que destacar a los filósofos orgánicos del Régimen socialista:
Savater, Javier Pradera, Adela Cortina, Javier Muguerza, Aranguren, Victoria Camps, Celia Amorós,
Emilio Lamo de Espinosa, Miguel Angel Quintanilla, Ramón Vargas Machuca, Reyes Mate,
Ludolfo Paramio, Virgilio Zapatero, Xavier Rubert de Ventós, Antonio García Santesmases. Es
Savater (1947) sin embargo, a decir de Federico Jiménez Losantos el más brillante ideólogo del
Régimen consensuado monárquico socialdemócrata (1982-1996). Comenzó como escéptico integral
y nihilista, anarquista y desembocó en el progresismo socialdemócrata y en un cierto elitismo
liberal. Su sofística era seductora para los incautos y fue captado por el PSOE-PRISA. Actualmente
es codirector de Claves junto con el ínclito Javier Pradera. La influencia de ambos es grande por el
número alto de artículos publicados en El País, periódico progubernamental durante el trecenio
socialista. Savater pretende imitar a Voltaire. Desde el punto de vista de la filosofía moral, Savater
es difícil de clasificar. Es algunas veces un hedonista epicúreo o materialista segundogenérico y
otras es un positivismo moral lo que se deduce de sus escritos. Su prosa es muy buena y por ello
suele dar la impresión de profundidad filosófica. Vende muchos ejemplares de sus obras. Aranguren
ha muerto recientemente pero fue el fundador del santo gremio de la filosofía moral ahora de tanto
predicamento en la Academia. En torno a él y por obra y gracia del PSOE y PRISA se nucleó un
conjunto de individuos bienintencionados que se dedicaron a segregar un producto denominado
emic por ellos como Ética. La importancia de Aranguren es causal, en cuanto individuo que llega a
ser un destino. Javier Muguerza (1939) fue filósofo del Régimen en cuanto que fue director del
Instituto de Filosofía del CSIC y allí fundó Isegoría, revista estatal de filosofía donde sólo
escribieron y escriben aún hoy curas, ex-curas y otros elementos clericales bienintencionados y
próximos al PSOE. Así se pagaba al Instituto Fe y Secularidad algunos favores recibidos en el
pasado. Muguerza es un filósofo de corte analítico-liberal. Ha escrito La razón sin esperanza (1977)
y Desde la perplejidad (1990).
No parece que con el PP hayan cambiado mucho las cosas a nivel institucional ni tampoco en la
producción teórica desde 1996. Podemos destacar a José Antonio González Marina, autor prolífico
verdaderamente y que gusta mucho a las señoras mayores de 45 años. Por su parte, Gabriel Albiac
ha pasado del comunismo al liberalismo y escribe en El Mundo (primero lo hizo en Diario 16)
todavía y es contertulio de la COPE y también escribe en libertaddigital.com. El cambio ha sido
realmente total. Es interesante también reseñar cómo el PP ha intentado patrimonializar la figura de
Ortega y Gasset al celebrarse un congreso sobre Ortega a finales de 2001 y cómo Popper, primero
reivindicado por el PSOE ha pasado ahora a ser utilizado como fuente ideológica por el PP.
25 de marzo de 2002
Notas
{1} Gustavo Bueno, Carlos Iglesias y Alberto Hidalgo, Symploké, Júcar, Madrid 1989, segunda
edición.
{2} Javier García Sánchez, Conversaciones con la joven filosofía española, Península, Barcelona
1980, pág. 191.
{3} Juan Goytisolo, El País, 12 de julio de 1984.
{4} Ludofo Paramio, «El tema de la quincena», Noticias obreras, 883, 1-15 julio de 1984, pág. 26.
{5} Javier García Sánchez, Conversaciones..., pág. 9.
 

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