Canciones Guatemaltecas
Canciones Guatemaltecas
CLAVE: "8"
1
El presente trabajo que se nos presenta trata sobre lo que
tradiciones.
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Presentación..................................................................................................................2
Índice.................................................................................................................................3-4
Canciones guatemaltecas........................................................................................5
Cobán Alta Verapaz...................................................................................................6
Baja Verapaz.................................................................................................................7
Chimaltenango...............................................................................................................8
Chiquimula........................................................................................................................9-10
Peten...................................................................................................................................11
El Progreso.......................................................................................................................12
El Quiche...........................................................................................................................13
Noches de Escuintla - Escuintla..........................................................................14
Huehuetenango.............................................................................................................15-16
Izabal..................................................................................................................................17
Jalapa..................................................................................................................................18
Jutiapa...............................................................................................................................19
Luna de Xelaju - Quetzaltenango.......................................................................20
Retalhuleu........................................................................................................................21
Sacatepéquez................................................................................................................22
San Marcos.....................................................................................................................23-24
Santa Rosa......................................................................................................................25
Suchitepéquez..............................................................................................................26
Totonicapán...................................................................................................................27
Sololá................................................................................................................................28
Leyendas Guatemaltecas........................................................................................29
La Leyenda de la Segua..........................................................................................30
La Leyenda Del Jilguerillo.......................................................................................31
La llorona.........................................................................................................................32-33
Segua / siguanaba / siguamonta........................................................................34
La Leyenda Del Mico Brujo...................................................................................35
Cuentos Infantiles.....................................................................................................36
Caperucita Roja..........................................................................................................37
El Patito Feo.................................................................................................................38
Bambi..............................................................................................................................39-40
Los Tres Cerditos...........................................................................................................41
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El Flautista de Hamelin............................................................................... 42-43
La Princesa y el Guisante........................................................................... 44-45
Peter Pan....................................................................................................... 46-47
El Gato con Botas........................................................................................ 48-49
Peter Pan....................................................................................................... 50
El Gato con Botas....................................................................................... 51-52
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1. COBÁN – ALTA VERAPAZ
En Cobán yo disfruté
del encanto de su suelo,
las bellezas que admiré
motivaron esta canción.
En Cobán me quedaré
disfrutando del paisaje
y del clima encantador
de Cobán, Ciudad imperial.
Admirando su verdor
se adivina el motivo de la
orquídea, Monja Blanca primorosa
que su suelo floreció
y es nuestra flor nacional.
Y es en Alta Verapaz
donde todo el tiempo es primavera
y se sabe dondequiera
que es la cuna del Quetzal
y que ahí vuela triunfal.
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2. BAJA VERAPAZ
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3. CHIMALTENANGO
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4. CHIQUIMULA
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5. PETEN
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6. EL PROGRESO
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7. EL QUICHE
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8. NOCHES DE ESCUINTLA - ESCUINTLA
Quiero llevarme de ti
Un collar de golondrinas,
Para poder recordar
De tus noches tan divinas
Bella ciudad sin igual
Que a tus calles iluminas,
Cuando empieza anochecer
Millares de golondrinas
Cuando se ven las palmeras
Belleza como ninguna
Las golondrinas anidan
Para contemplar la luna
Escuintla, ciudad de palmeras
Escuintla, ciudad de mi querer;
Admiro, ver como juguetean
Las golondrinas, No te puedo olvidar.
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9. HUEHUETENANGO
Huehuetenango
Ciudad preciosa
La tierra hermosa donde naci
Quiero alegrarme con tus marimbas
Acatiquaje y Chinabajúl
Tus lindas calles son un espejo
Donde se mira tu cielo azul
Yo le canto a mi tierra hermosa y bella
A sus flores y mujeres primorosas
A su clima delicioso sin rival
A su cielo primoroso sin igual
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Fuente de mi inspiración
De poesía y de canción
Huehuetenango
De mis dulces sueños
Como te boca mi corazón
Mi tierra linda
Como recuerdo
Las marimbitas
Y Saculeu
Aquellas tardes en los pinitos
Donde entonamos esta canción.
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10. IZABAL
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11. JALAPA
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12. JUTIAPA
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13. LUNA DE XELAJU - QUETZALTENANGO
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14. RETALHULEU
Retalhuleu,
Tierra cálida y bella
La calzada Las Palmas
Te abanica y refresca
Y te arrulla el Palmar.
Retalhuleu,
En tu puerto y tu playa,
Tu febril Champerico
Encontré un paraiso
A la orilla del mar.
Cómo llevo grabados
Tu palacio y el parque,
Con tus calles hermosas
Y tu alegre estación.
Tus mujeres bonitas,
Capullitos fragantes,
Inspiraron los versos
De mi dulce canción...
Retalhuleu,
Te acarician y riegan
Varios ríos sonoros:
Samalá, Ocosito,
Sununá y el Nil...
Retalhuleu
Tus palmeras frondosas
Se estremecen al viento
Y refrescan y besan
Con su suave vaivén...
José Ernesto Monzón Reyna.
Letra y Música.(bolero).
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15. SACATEPÉQUEZ
Le canto al pensativo
Y tus palacios pues no ay igual
Antigua entre tus ruinas
Dejan que cante un madrigal
Antigua..
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16. SAN MARCOS
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Que cantan al sol
Y en su canto le dicen
Aquí hay hombre de gran corazón
Pacíficos pero valientes
Temerarios
Tal vez si señor
Y si alguna Dios te deslojuta
Estos barrios y el reformador
coro
Viva
Mi tierra linda
Viva San Marcos
Viva
Mi gran amor
Y yo grito chido de orgullo
Son marquense de corazón.
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17. SANTA ROSA
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18. SUCHITEPÉQUEZ
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19. TOTONICAPÁN
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20. SOLOLÁ
Será el paisaje,
será mi lago,
el que ha hecho estragos en mi pobre
corazón, es imposible
que me sienta yo contento,
si mi vida es un lamento y
la causa no la sé.
Es imposible
que me sienta yo contento
si mi vida es un tormento y
la causa no la sé.
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La Leyenda de la Segua
Hay varias leyendas de la Segua. Una de ellas cuenta que es una joven muy
linda, que persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos
dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y
el caballo, como si se diera cuenta de lo que lleva encima, arranca a correr
como loco, sin que nada lo pueda detener.
Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que
aseguren que cuando ellos eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una
vez atrapada y echa prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente
no encontraron el cadáver, sino solamente un montón de hojas de guarumo,
mechas de cabuya y cáscaras de plátano.
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La Leyenda Del Jilguerillo
Cuenta la leyenda que hace cientos de años una tribu indígena se estableció
en la zona Atlántica de nuestras tierras.
Un buen día Batsu decidió buscar esposa y escogió a Jilgue, una hermosa
joven que acostumbraba pasear por el bosque cantando como un pajarillo.
Batsu estalló en cólera cuando supo que la joven había desaparecido y mandó
a sus guerreros a buscarla. Al poco andar escucharon el canto de Jilgue. Pero
cada vez que se acercaban al sitio de dónde venía el canto, Jilgue había
desapareció. Entonces Batsu mandó a quemar el bosque. Cuando las llamas
comenzaban a levantarse le gritó a Jilgue que si salía podía salvarse.
Ella le respondió que prefería la muerte. El fuego se hacía cada vez más
fuerte. De pronto vieron como Jilgue cayó al cuelo u agonizó. Pero un pajarillo
color ceniza, con el pico y las patas rojas, comenzó a cantar sobre sus cabezas.
No era el canto de un pájaro, era la voz de Jilgue, que desde entonces se sigue
escuchando en el canto de los jilgueros que hoy pueblan los bosques de
nuestras tierras.
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La llorona
La Llorona, la mujer fantasma que recorre las calles de las ciudades en busca
de sus hijos.
Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se caso con
un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como una
niña, su único defecto... que no tenia fortuna.
Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la
servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron
varios años, el matrimonio.
Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa,
que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los años y el
marido enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la
despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le
pedían que comer. Por un tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus
muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando.
Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y
sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los reunió
diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los ishtos
saltaban de alegría, ya que era la primera vez que su madre los levaba de paseo
al campo. Los subió al carruaje y salió de su casa a las voladas, como si trajera
gran prisa por llegar. Llegó al río, que entonces era caudaloso, los bajo del
carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los pequeños, que con
las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando.
Pero ella, tendenciosa y fría , veía como se los iba llevando la corriente,
haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la
corriente, en ese momento ya estarían muertos . Como autómata se retiro de el
lugar, tomo el carruaje, salió como "alma que lleva el diablo ", pero los
remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era inútil las criaturas
habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tiro
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ella también al río y pronto se pudieron ver cuatro cadáveres de niños y el de
una mujer que flotaban en el río.
Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la señora
Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: salía del cementerio (en
donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando
alaridos y gritando ¡ Aaaaay mis hijos ¡ ¡ Donde estarán mis hijos ¡ y así hasta
llegar al río de los pirules en donde desaparecía. Todas las personas que la
veían pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al
escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna veían su
carruaje que conducía una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos.
Las mujeres cerraban las ventanas, y al trasnochador que venia con copas,
hasta la borrachera se le quitaba al ver aquel carro que conducía un espectro,
donde iba la llorona, del carruaje salían grandes llamaradas y se escuchaba una
largo y triste gemido de una mujer, un esqueleto vestido de negro, el que
guiaba el carruaje, jalado por caballos briosos. Un día, cuatro amigos,
haciéndose los valientes, quisieron seguir al carruaje que corría a gran
velocidad por céntrica calle de Aguascalientes que daba al río pirules.
Ellos la seguían, temblando de miedo, pero dándose valor con las copitas, dio un
ultimo grito de tristeza y dolor ¡ Aaaay mis hijos ¡ y desapareció con todo y
carruaje.
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Segua / siguanaba / siguamonta
Hay varias leyendas de la Segua, siguanaba o siguamota una de ellas cuenta que
es una joven muy linda, que persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos
dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro a su
victima.
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La Leyenda Del Mico Brujo
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Caperucita Roja
Había una vez una niña llamada Caperucita Roja, ya que su abuelita le regaló una
caperuza roja. Un día, la mamá de Caperucita la mandó a casa de su abuelita,
estaba enferma, para que le llevara en una cesta pan, chocolate, azúcar y
dulces. Su mamá le dijo: "no te apartes del camino de siempre, ya que en el
bosque hay lobos".
Cuando ésta llegó, llamó a la puerta: "¿Quién es?", dijo el lobo vestido de
abuelita. "Soy yo", dijo Caperucita. "Pasa, pasa nietecita". "Abuelita, qué ojos
más grandes tienes", dijo la niña extrañada. "Son para verte mejor". "Abuelita,
abuelita, qué orejas tan grandes tienes". "Son para oírte mejor". "Y qué nariz
tan grande tienes". "Es para olerte mejor". "Y qué boca tan grande tienes". "¡Es
para comerte mejor!".
Caperucita empezó a correr por toda la habitación y el lobo tras ella. Pasaban
por allí unos cazadores y al escuchar los gritos se acercaron con sus escopetas.
Al ver al lobo le dispararon y sacaron a la abuelita de la barriga del lobo. Así
que Caperucita después de este susto no volvió a desobedecer a su mamá. Y
colorín colorado este cuento se ha acabado.
FIN
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El Patito Feo
En una hermosa mañana primaveral, una hermosa y fuerte pata empollaba sus
huevos y mientras lo hacía, pensaba en los hijitos fuertes y preciosos que
pronto iba a tener. De pronto, empezaron a abrirse los cascarones. A cada
cabeza que asomaba, el corazón le latía con fuerza. Los patitos empezaron a
esponjarse mientras piaban a coro. La madre los miraba eran todos tan
hermosos, únicamente habrá uno, el último, que resultaba algo raro, como más
gordo y feo que los demás. Poco a poco, los patos fueron creciendo y
aprendiendo a buscar entre las hierbas los más gordos gusanos, y a nadar y
bucear en el agua. Cada día se les veía más bonitos.
FIN
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Bambi
Érase una vez un bosque donde vivían muchos animales y donde todos eran muy
amiguitos. Una mañana un pequeño conejo llamado Tambor fue a despertar al
búho para ir a ver un pequeño cervatillo que acababa de nacer. Se reunieron
todos los animalitos del bosque y fueron a conocer a Bambi, que así se llamaba
el nuevo cervatillo. Todos se hicieron muy amigos de él y le fueron enseñando
todo lo que había en el bosque: las flores, los ríos y los nombres de los
distintos animales, pues para Bambi todo era desconocido.
Todos los días se juntaban en un claro del bosque para jugar. Una mañana, la
mamá de Bambi lo llevó a ver a su padre que era el jefe de la manada de todos
los ciervos y el encargado de vigilar y de cuidar de ellos. Cuando estaban los
dos dando un paseo, oyeron ladridos de un perro. "¡Corre, corre Bambi! -dijo el
padre- ponte a salvo". "¿Por qué, papi?", preguntó Bambi. Son los hombres y
cada vez que vienen al bosque intentan cazarnos, cortan árboles, por eso
cuando los oigas debes de huir y buscar refugio.
Pasaron los días y su padre le fue enseñando todo lo que debía de saber pues el
día que él fuera muy mayor, Bambi sería el encargado de cuidar a la manada.
Más tarde, Bambi conoció a una pequeña cervatilla que era muy muy guapa
llamada Farina y de la que se enamoró enseguida. Un día que estaban jugando
las dos oyeron los ladridos de un perro y Bambi pensó: "¡Son los hombres!", e
intentó huir, pero cuando se dio cuenta el perro estaba tan cerca que no le
quedó más remedio que enfrentarse a él para defender a Farina. Cuando ésta
estuvo a salvo, trató de correr pero se encontró con un precipicio que tuvo que
saltar, y al saltar, los cazadores le dispararon y Bambi quedó herido.
Pronto acudió su papá y todos sus amigos y le ayudaron a pasar el río, pues sólo
una vez que lo cruzaran estarían a salvo de los hombres, cuando lo lograron le
curaron las heridas y se puso bien muy pronto.
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felices y Bambi era ahora el encargado de cuidar de todos ellos, igual que antes
lo hizo su papá, que ya era muy mayor para hacerlo.
FIN
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Los Tres Cerditos
En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo
siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los
cerditos decidieron hacerse una casa.
El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.El mediano
construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había
terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.El mayor trabajaba en su
casa de ladrillo.- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus
hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja,
pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó.El lobo persiguió
también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su
hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los
dos cerditos salieron pitando de allí.Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus
talones, llegaron a la casa del hermano mayor.Los tres se metieron dentro y
cerraron bien todas las puertas y ventanas.
El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar.
Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea.
Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió
por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se
escaldó.Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el
bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.
FIN
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El Flautista de Hamelin
Dicho esto, comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su
flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de
sus escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba
incansable su flauta.
Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí
ni siquiera se veían las murallas de la ciudad. Por aquel lugar pasaba un
caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los
ratones perecieron ahogados.
Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad
quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del
extraño músico.
Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y
gritos de sus padres que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban
impedir que siguieran al flautista.
Nada lograron y el flautista se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie
supo adónde, y los niños, al igual que los ratones, nunca jamás volvieron. En la
ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien repletos graneros y
bien provistas despensas, protegidas por sus sólidas murallas y un inmenso
manto de silencio y tristeza.
Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía
ciudad de Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón
ni un niño.
FIN
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La Princesa y el Guisante
Érase una vez un príncipe que quería casarse, pero tenía que ser con una
princesa de verdad. De modo que dio la vuelta al mundo para encontrar una que
lo fuera; pero aunque en todas partes encontró no pocas princesas, que lo
fueran de verdad era imposible de saber, porque siempre había algo en ellas
que no terminaba de convencerle. Así es que regresó muy desconsolado, por su
gran deseo de casarse con una princesa auténtica.
Una noche estalló una tempestad horrible, con rayos y truenos y lluvia a
cántaros; era una noche, en verdad, espantosa. De pronto golpearon a la puerta
del castillo, y el viejo rey fue a abrir.
Afuera había una princesa. Pero, Dios mío, ¡qué aspecto presentaba con la lluvia
y el mal tiempo! El agua le goteaba del pelo y de las ropas, le corría por la punta
de los zapatos y le salía por el tacón y, sin embargo, decía que era una princesa
auténtica.
«Bueno, eso ya lo veremos», pensó la vieja reina. Y sin decir palabra, fue a la
alcoba, apartó toda la ropa de la cama y puso un guisante en el fondo. Después
cogió veinte colchones y los puso sobre el guisante, y además colocó veinte
edredones sobre los colchones.
Así pudieron ver que era una princesa de verdad, porque a través de veinte
colchones y de veinte edredones había notado el guisante. Sólo una auténtica
princesa podía haber tenido una piel tan delicada.
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El príncipe la tomó por esposa, porque ahora pudo estar seguro de que se
casaba con una princesa auténtica, y el guisante entró a formar parte de las
joyas de la corona, donde todavía puede verse, a no ser que alguien se lo haya
comido.
FIN
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Peter Pan
Wendy, Michael y John eran tres hermanos que vivían en las afueras de
Londres. Wendy, la mayor, había contagiado a sus hermanitos su admiración por
Peter Pan. Todas las noches les contaba a sus hermanos las aventuras de Peter.
Una noche, cuando ya casi dormían, vieron una lucecita moverse por la
habitación. Era Campanilla, el hada que acompaña siempre a Peter Pan, y el
mismísimo Peter. Éste les propuso viajar con él y con Campanilla al País de
Nunca Jamás, donde vivían los Niños Perdidos... "Campanilla os ayudará. Basta
con que os eche un poco de polvo mágico para que podáis volar."
Cuando ya se encontraban cerca del País de Nunca Jamás, Peter les señaló: "Es
el barco del Capitán Garfio. Tened mucho cuidado con él. Hace tiempo un
cocodrilo le devoró la mano y se tragó hasta el reloj. ¡Qué nervioso se pone
ahora Garfio cuando oye un tic-tac!."
Campanilla se sintió celosa de las atenciones que su amigo tenía para con
Wendy, así que, adelantándose, les dijo a los Niños Perdidos que debían
disparar una flecha a un gran pájaro que se acercaba con Peter Pan. La pobre
Wendy cayó al suelo, pero, por fortuna, la flecha no había penetrado en su
cuerpo y enseguida se recuperó del golpe.
Wendy cuidaba de todos aquellos niños sin madre y, también, claro está de sus
hermanitos y del propio Peter Pan. Procuraban no tropezarse con los terribles
piratas, pero éstos, que ya habían tenido noticias de su llegada al País de Nunca
Jamás, organizaron una emboscada y se llevaron prisioneros a Wendy, a
Michael y a John.
Era Peter Pan que, alertado por Campanilla, había llegado justo a tiempo de
evitarles a sus amigos una muerte cierta. Comenzaron a luchar. De pronto, un
tic-tac muy conocido por Garfio hizo que éste se estremeciera de horror. El
cocodrilo estaba allí y, del susto, el Capitán Garfio dio un traspié y cayó al mar.
Es muy posible que todavía hoy, si viajáis por el mar, podáis ver al Capitán
Garfio nadando desesperadamente, perseguido por el infatigable cocodrilo. El
resto de los piratas no tardó en seguir el camino de su capitán y todos
acabaron dándose un saludable baño de agua salada entre las risas de Peter Pan
y de los demás niños.
Ya era hora de volver al hogar. Peter intentó convencer a sus amigos para que
se quedaran con él en el País de Nunca Jamás, pero los tres niños echaban de
menos a sus padres y deseaban volver, así que Peter les llevó de nuevo a su
casa. "¡Quédate con nosotros!", pidieron los niños. "¡Volved conmigo a mi país! -
les rogó Peter Pan-. No os hagáis mayores nunca. Aunque crezcáis, no perdáis
nunca vuestra fantasía ni vuestra imaginación. De ese modo seguiremos siempre
juntos." "¡Prometido!", gritaron los tres niños mientras agitaban sus manos
diciendo adiós.
FIN
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El Gato con Botas
Érase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Acercándose la hora de su
muerte hizo llamar a sus tres hijos. "Mirad, quiero repartiros lo poco que tengo
antes de morirme". Al mayor le dejó el molino, al mediano le dejó el burro y al
más pequeñito le dejó lo último que le quedaba, el gato. Dicho esto, el padre
murió.
Pasaron los días y el gato seguía mandándole regalos al rey de parte de su amo.
Un día, el rey decidió hacer una fiesta en palacio y el gato con botas se enteró
de ella y pronto se le ocurrió una idea. "¡Amo, Amo! Sé cómo podemos mejorar
nuestras vidas. Tú solo sigue mis instrucciones." El amo no entendía muy bien lo
que el gato le pedía, pero no tenía nada que perder, así que aceptó. "¡Rápido,
Amo! Quítese la ropa y métase en el río." Se acercaban carruajes reales, era el
rey y su hija. En el momento que se acercaban el gato chilló: "¡Socorro!
¡Socorro! ¡El marqués Carrabás se ahoga! ¡Ayuda!". El rey atraído por los
chillidos del gato se acercó a ver lo que pasaba. La princesa se quedó
asombrada de la belleza del marqués. Se vistió el marqués y se subió a la
carroza. El gato con botas, adelantándose siempre a las cosas, corrió a los
campos del pueblo y pidió a los del pueblo que dijeran al rey que las campos
eran del marqués y así ocurrió. Lo único que le falta a mi amo -dijo el gato- es
un castillo, así que se acordó del castillo del ogro y decidió acercarse a hablar
con él. "¡Señor Ogro!, me he enterado de los poderes que usted tiene, pero yo
no me lo creo así que he venido a ver si es verdad." El ogro enfurecido de la
incredulidad del gato, cogió aire y ¡zás! se convirtió en un feroz león. "Muy bien,
-dijo el gato- pero eso era fácil, porque tú eres un ogro, casi tan grande
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como un león. Pero, ¿a que no puedes convertirte en algo pequeño? En una
mosca, no, mejor en un ratón, ¿puedes? El ogro sopló y se convirtió en un
pequeño ratón y antes de que se diera cuenta ¡zás! el gato se abalanzó sobre él
y se lo comió. En ese instante sintió pasar las carrozas y salió a la puerta
chillando: "¡Amo, Amo! Vamos, entrad." El rey quedó maravillado de todas las
posesiones del marqués y le propuso que se casara con su hija y compartieran
reinos. Él aceptó y desde entonces tanto el gato como el marqués vivieron
felices y comieron perdices.
FIN
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Pinocho
FIN
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Ricitos de Oro
Mientras Ricitos de Oro dormía profundamente, llegaron los tres ositos a la casa y
nada más entrar el oso grande vio cómo su cuchara estaba dentro del tazón y dijo
con su gran voz: "¡Alguien ha probado mi sopa!". Y mamá oso también vio su cuchara
dentro del tazón y dijo: "¡Alguien ha probado también mi sopa!". Y el osito pequeño
dijo con voz apesadumbrada: "¡Alguien se ha tomado mi sopa y se la ha comido toda
entera!" . Después pasaron al salón y dijo papá oso: "¡Alguien se ha sentado en mi
silla!". Y mamá oso dijo: "¡Alguien se ha
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sentado también en mi silla!". Y el pequeño osito dijo con su voz aflautada:
"¡Alguien se ha sentado en mi sillita y además me la ha roto!". Al ver que allí no
había nadie, subieron a la habitación para ver si el ladrón de su comida se
encontraba todavía en el interior de la casa. Al entrar en la habitación, papá
oso dijo: "¡Alguien se ha acostado en mi cama!". Y mamá eso exclamó: "¡Alguien
se ha acostado en mi cama también!" . Y el osito pequeño dijo: "¡Alguien se ha
acostado en ella...!". Ricitos de Oro, mientras dormía creía que la voz fuerte
que había escuchado y que era papá oso, había sido un trueno, y que la voz de
mamá oso había sido una voz que la hablaba en sueños pero la voz aflautada del
osito la despertó. De un salto se sentó en la cama mientras los osos la
observaban, y saltó hacia el otro lado saliendo por la ventana corriendo sin
parar un solo instante, tanto, tanto que no daban los pies en el suelo. Desde ese
momento, Ricitos de Oro nunca volvió a entrar en casa de nadie ajeno sin pedir
permiso primero.
FIN
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