Escenificaciòn Del Cuarto Dìa de La Novena

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TERCER DÍA DE LA NOVENA

Narrador: Del santo evangelio según San Mateo

Narrador: José que era un hombre trabajador y humilde, sale de su trabajo y


se dirige a casa de María para saludarla. (José sale de su carpintería)

María: José ¿Cómo estás? Necesito hablar contigo… Realmente no sé por


dónde empezar.

José: Me asustas.

María: No sé si me creerás… Pero un ángel del cielo me visito

María: Me dijo que tendría un hijo por obra y gracia del espíritu santo

José: No quiero seguir escuchándote (José se duerme)

Ángel: José, José… María no te ha mentido, tendrá un hijo por obra y gracia
del espíritu santo.

José: Pero yo no soy el padre.

Ángel: Claro lo criarás como tu hijo, ¿Qué será de María si no la ayudas?

José: Está bien me casaré con ella, y si Dios lo dispuso así… seré el mejor
padre para ese niño.

Narrador: Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había


mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido
relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.

Narrador: Palabra de Dios


CUARTO DÍA DE LA NOVENA

Narrador: Del santo evangelio según San Lucas

Narrador: Después de la visita del ángel María quedo tan sorprendida que fue
a visitar a su prima.

Isabel: Hola prima y ¿ese milagro?

María: Hola Isabel. (Se saludan y se abrazan)

Isabel: Sentí que algo se movió en tu vientre.

María: Tengo tanto que contarte.

Isabel: ¿Qué? Cuéntame.

María: Un ángel se me presento y me dijo que voy a ser la madre del hijo de
Dios.

Isabel: Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado
de parte del Señor

Narrador: Palabra de Dios


QUINTO DÍA DE LA NOVENA

Narrador: Del santo evangelio según San Lucas

Narrador: En aquel tiempo estando María en compañía de su prima Isabel, se


le escucha proclamar alabanza:

Maria: Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi


Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. 

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en


mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia
llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder
de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y
exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos los
despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo


había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para
siempre. 

Isabel: Dios ha sido muy bueno conmigo, tan mayor y me bendijo con este
hermoso regalo que es un embarazo.

María: Yo tengo susto y pienso muchas cosas… Pero yo confío en Dios que él
me ayudará.

Narrador: Palabra de Dios

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