Arquitectura Popular 2
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ARQUITECTURA POPULAR
DE PASARON DE LA VERA
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS:
Periódico ABC
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Solanas y cuerpos volados de Pasarón de la Vera 1
Uno de los aspectos más llamativos e interesantes desde un punto de vista plástico de nuestra
arquitectura popular es el incesante juego de volúmenes que logra a través del empleo de los
cuerpos volados que avanzan desde las plantas superiores de las viviendas. Por cuerpos
volados puede entenderse aquellas partes del edificio que, en plantas altas, sobresalen de los
planos que delimitan un volumen de edificación y son susceptibles de ser ocupadas o habitada.
Estos cuerpos en la arquitectura popular no siguen una pauta regularizada, sino que unos
avanzan más que otros y a diferentes alturas, determinando ese carácter orgánico de la
arquitectura verata del que hablaba Unamumo1; una arquitectura cuyos volúmenes se
moldean cada uno a su manera aunque logrando una integración armónica de indudable valor
estético.
Como decimos, los cuerpos volados aparecen en las plantas superiores construidas ya a base
de entramado de madera siendo su empleo el que posibilita ejecución, y podemos considerar
dos tipologías de cuerpo volado: el cerrado y el abierto. Generalmente, el cerrado parte
directamente de la planta primera y engloba ya la totalidad de las plantas de manera que toda
la fachada avanza con respecto a la planta baja e invade la calle en mayor o menor grado, a
veces con vuelos sucesivos. El cuerpo volado surge de la prolongación de los cuartones o vigas
de madera del forjado de planta, muchas veces reforzados mediante la adición de otro can
inferior o bien mediante la inclusión de tornapuntas anclados al muro de mampostería.
Dentro de la tipología de cuerpo volado cerrado incluiremos también el cuerpo volado que une
las partes altas de dos inmuebles dando lugar a un pasadizo elevado de comunicación entre
estancias.
1
«Las casas, de trabazón de madera, con sus aleros voladizos, sus salientes y entrantes, las
líneas y contornos que a cada paso rompen el perfil de la calleja dan la sensación de algo
orgánico y no mecánico, de algo que se ha hecho por sí, no que lo haya hecho el hombre».
Miguel de Unamuno; Por tierras de España y Portugal, 1911.
Las solanas, ya sean voladas o integradas dentro del cuerpo volado cuentan por lo general con
barandillas metálicas, de redondillo liso macizo, o de madera, bien de tabla recortada o de
cuadradillo girado, siendo escasas en la Vera las torneadas, así como con pies derechos de
madera rematados en zapatas que recogen la viga horizontal que recibe los cuartones de la
estructura de cubierta.
En ocasiones, el cuerpo volado cerrado engloba también una solana que se abre en la planta
superior. En estos casos, puede ser que la solana se integre dentro del cuerpo volado, sin
sobresalir de él, o puede a su vez volar con respecto al anterior, en lo que sería una mezcla de
ambas tipologías. También pueden combinarse en una misma fachada ambas tipologías de
modo que el cuerpo cerrado volado sólo ocupe una parte de la fachada mientras que en la otra
parte se abra una solana volada.
En cuanto a su función, siempre se ha considerado que estos cuerpos volados son una forma
de ganar superficie en las viviendas ya que el urbanismo de los pueblos veratos, generalmente
en pendiente, determina que las viviendas se apiñen en plantas estrechas y alargadas de modo
que tengan que desarrollarse en altura. Pero junto a esta interpretación totalmente válida
existe otra ligada a la economía constructiva, y es que gracias a la incorporación del cuerpo
volado se consigue contrarrestar el momento negativo de los cuartones del forjado y trasladar
además las cargas a lo elementos verticales del entramado de madera del cerramiento, lo que
permitiría al constructor popular reducir la sección de los elementos estructurales de los
forjados, con el consiguiente ahorro en material.
Por el lado contrario, hay que decir que la proliferación de estos voladizos genera también
problemas de salubridad que tienen que ver con la falta de iluminación y la entrada de luz
solar en calles de escasa anchura, lo que supuso que sobre todo en las grandes ciudades cuya
arquitectura se adaptaba a estos parámetros llegaran a prohibirse la ejecución de voladizos,
saledizos y balcones en virtud de la limpieza y ornato de las calles. Así, ya desde época de los
Reyes Católicos ciudades como Madrid o Toledo promulgaron ordenanzas que regulaban la
construcción de estos cuerpos volados.
Como ejemplo más cercano podemos citar el de Plasencia, donde tenemos noticias de un
pleito por la construcción de balcones del año 1524, donde se alude una prágmatica dictada
por los Reyes Católicos y ratificada por su hija Juana en 1511 sobre estas cuestiones. En el
citado pleito se alude también a las causas de dicha prohibición –sobre todo falta de
iluminación y de seguridad- y así habla de que “los edeficios desta cibdad se fiziesen sin
valcones e pasadizos ni salidizos en tal manera que la salud del pueblo no se ynficionarse con
los lugares e parte e cubiertas e no se escureciesen las calles con los dichos cobertizos, con los
quales cubren el sol e la luna e se dava lugar a delitos”.2
Este tipo de ordenanzas, que luego tuvieron continuidad en el tiempo, no pareciera que
afectaran a núcleos rurales como Pasarón de la Vera u otros municipios de la Vera, donde la
construcción de viviendas siguió ajustándose a los parámetros descritos anteriormente y el uso
de vuelos y balcones fue generalizado.
No es hasta la 2º mitad del siglo XX cuando el panorama cambia y asistimos, sobre todo en los
años 70, a un importante proceso de sustitución de la arquitectura tradicional por los
volúmenes, tipologías y materiales constructivos “urbanos” con los que se entra en contacto
gracias a los procesos migratorios del campo a la ciudad iniciados en los años cincuenta, y que
unidos a la falta de una normativa urbanística apropiada y sobre todo a la falta de una
conciencia de valorización de la arquitectura popular, vienen a suponer la ruptura con las
formas constructivas imperantes.
Todo ello ha hecho por tanto que asistamos a la desaparición, entre otros elementos, de
muchos de los cuerpos volados que existían en Pasarón y constituían como venimos decimos,
uno de los aspectos más interesante al aportar riqueza plástica y variedad al caserío, frente a
las fachadas rasas que uniformizan las calles, o las rigideces de los vuelos de hormigón.
Esta vista de la Calle Luís Garzón durante la visita del Gobernador Civil de la Provincia en la
década de los años 50 nos ofrece una de las imágenes más claras de lo que venimos hablando
y que difiere bastante de la que vemos hoy en día.
La vivienda contaba con un cuerpo volado cerrado que arrancaba de la planta primera y que se
abría al exterior en su planta superior con una solana. En la actualidad existe la solana superior
aunque ya nada avanza sobre la calle.
Este es el cuerpo volado con el que contaba esta vivienda, formado por una parte cerrada y
por una pequeña solana en el extremo. Hoy la vivienda cuenta con una planta más y su
fachada se ajusta a la alineación de la calle.
Interesante imagen de uno de los escasos espacios porticados que encontramos en Pasarón
de la Vera. En este caso, los cuerpos volados cerrados avanzan casi a la par en las dos viviendas
aunque con un ligero retranqueo, sustentados por pies derechos de madera sobre basa de
piedra. Se trata también de un interesante ejemplo de recuperación de estos elementos a la
hora de rehabilitar las viviendas.
C/ Luís Garzón nº 22
C/ Luís Garzón nº 26
Este rincón de la calle Luís Garzón resulta de gran interés por cuanto constituía un conjunto
bastante uniforme de viviendas que contaban con cuerpos volados formados por solanas
superpuestas, no muy frecuentes en la arquitectura verata y de indudable encanto.
En la actualidad ninguna de las viviendas mantiene este elemento perdiéndose uno de los
rincones más pintorescos de Pasarón.
C/ Luís Garzón nº 25
C/ Palacio nº 1
Esta vivienda de la calle Palacio contaba además con un pasadizo ubicado en la calleja lateral.
Otro ejemplo de gran belleza localizado en la calle Palacio. En este caso, el conjunto de
viviendas se adaptaba a la pendiente de la calle disponiéndose sus volúmenes de forma
escalonada.
Plaza de España nº 19
Otro interesante ejemplo de doble solana y de los pocos que se han recuperado en la Plaza de
España.
C/ Los Serranos nº 1
Anexo a la vivienda anterior, existía otro ejemplo de doble solana volada hoy desaparecida.
C/ Los Serranos nº 8.
Imponente solana corrida que avanzaba sobre una primera planta en vuelo y recuperada,
aunque con desigual resultado.
Conjunto de cuerpo volados cerrados que ilustran muy bien el carácter orgánico y plástico de
la arquitectura popular.
Vista de la calle Los Serranos que dista mucho de la que vemos hoy en día.
C/ Real nº 31
C/ Real nº 32
C/ Real nº 63-69
C/ Real nº 67
C/ Real nº 87
C/ Solano nº 4
C/ Ventosilla nº 5 y 7
Viviendas con cuerpos volados escalonados que se adaptan a la pendiente de la calle y que han
sido recuperados.
C/ Ventosilla nº 4
C/ Ventosilla nº 10 (traseras)
Un curioso ejemplo de solana con cuerpo volado cerrado encima y su versión con materiales
modernos.
Vista actual de la calle Ventosilla donde aún perviven muchos ejemplos de arquitectura volada.
C/ Cotos nº 1
Calle Cotos nº 1, 3, 5 y 7
C/ La Magdalena nº 1
C/ La Magdalena nº 5
C/ La Magdalena nº 26
C/ La Magdalena nº 21-23
C/ La Magdalena nº 24
Estos ejemplos de la calle La Magdalena sirven para ilustrar de manera clara cómo la irrupción
de los modelos urbanos arrasa con las formas constructivas tradicionales. (Autor de la pintura:
Cándido Matías Vicente)
Plaza de la Iglesia nº 3
Otro interesante ejemplo de cuerpo volado en esquina junto a una solana, hoy recuperado de
forma parcial.
Serie de imágenes que ilustran el proceso por el que ha pasado el inmueble que en origen
contaba con una doble solana superpuesta, luego eliminada por vuelos de hormigón , hasta
llegar a la imagen actual en la que se ha recuperado la solana superior de madera. Los
problemas de afluencia de vehículos en la calle, determinaron que no se recuperara la solana
inferior para evitar golpes, una problemática a la que se enfrentan muchos inmuebles
tradicionales de nuestros Conjuntos y a la que las nuevas intervenciones tienen que dar
solución.
Calle Altozano nº 9, 13 y 15
Conjunto de tres viviendas con amplios cuerpos volados que hoy se mantienen aunque
desprovistos de su encanto.
Calle Cotos nº 20
Cuerpo volado de grandes dimensiones,
reforzado por tornapuntas.
C/ Matadero nº 3