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Arqueología de la

Arquitectura
Volumen 17 enero-diciembre 2020 ISSN-L 1695-2731

Sumario
Estudios/Studies
Análisis de las estructuras emergentes del castillo de La Peña, cabeza de la encomienda calatrava de Martos (Jaén)
Analysis of the standing structures of the Castle of The Rock, headquarter of the command of the Order of Calatrava in Martos (Jaen)
Luis José García-Pulido, Julio Navarro Palazón y Fernando Ortega Camacho
Estratigrafía constructiva y lesiones patológicas. Diacronía y coexistencia de materiales en la arquitectura del centro histórico de Cuenca (Ecuador)
Constructive stratigraphy and pathological damages. The materials diachrony and coexistence in the architecture of the historical center
of Cuenca (Ecuador)
María del Cisne Aguirre Ullauri, Amaranta Andreina Cortés Aguirre y Gema Mariela Zamora Cedeño
Las andanzas de la portada de Oñate tras la demolición de la casa-palacio: calle Mayor, Teatro Español, La Moncloa
The journey of the portal of Oñate after the demolition of the palace: Mayor street, Teatro Español, La Moncloa
Jara Muñoz Hernández y Carlos Villarreal Colunga
Evaluación de los Sistemas de Mapeo Móvil (MMS) en la documentación gráfica del tholo de El Romeral (Conjunto Arqueológico Dólmenes
de Antequera)
Mobile Mapping Systems (MMS) performance evaluation to generate the graphic documentation of the tholo of “El Romeral” (Antequera
archaeologic dolmens site)
José Antonio Benavides López y José Antonio Barrera Vera
La mezquita de al-Manṣūr en la Qaṣba de Marrakech. Aproximación a su configuración almohade
The al-Manṣūr mosque in the Qaṣba of Marrakech. Approach to its Almohad configuration
Íñigo Almela Legorburu
Evidencias, aspectos materiales y técnicas constructivas del recinto amurallado de la madīna Buryāna (Burriana, Castellón)
Evidence, material aspects and construction techniques of the walled enclosure of madīna Buryāna (Burriana, Castellón)
Josep Benedito Nuez y José Manuel Melchor Monserrat
El templo viejo de Huaca de la Luna (Perú): una aproximación desde la aplicación de la sintaxis espacial
The old temple of Huaca de la Luna (Peru): An approach from the application of spatial syntax)
Feren Castillo, Jair Rodriguez, Jessica Pérez, Karla Villanueva, Darwin Samaniego y Elvis Chávez
Lo que “significa” el castillo de Turégano (Segovia, España): Un ensayo metodológico entre diacronía y sintaxis espacial
The “significance” of Turégano castle (Segovia, Spain): A methodological essay between diachrony and space syntax
Jordi A. López Lillo

Monográfico: Arqueología de la Arquitectura en Latinoamérica: una fusión de tendencias /


Monograph: Archaeology of Architecture in Latin America: a fusion of trends
Introducción: Arqueología de la Arquitectura y Latinoamérica, un viaje de ida y vuelta
Introduction: Archaeology of Architecture and Latin America, a round-trip journey
Agustín Azkarate
La Arqueología de la Arquitectura a revisión
Archaeology of Architecture under review
Agustín Azkarate
Del edificio al paisaje, una panorámica metodológica de la Arqueología de la Arquitectura en el banco de pruebas de Vitoria-Gasteiz (País Vasco)
From the building to the landscape: a panoramic methodological overview through the Archeology of Architecture in the case of the Vitoria-
Gasteiz test bench (Basque Country)
Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez y Agustín Azkarate
Arqueología de la Arquitectura, una mirada desde América del Sur
Archaeology of Architecture, a view from South America
Andrés Zarankin y Pedro Paulo A. Funari
A ambos lados del cero. Arqueología de la arquitectura en Colombia
From both sides of zero level. Archaeology of Architecture in Colombia
David Cohen Daza
Arquitectura arqueológica en el noroeste argentino: cien años de interés
Archaeological architecture in northwestern Argentina: one hundred years of interest
Ana Igareta
Metodologias ativas como estratégia pedagógica para a aplicação da arqueologia da arquitetura na restauração arquitetônica no Brasil
Active methodologies as a pedagogical strategy for applying archeology of architecture in architectural restoration in Brazil
Metodologías activas como estrategia pedagógica para la aplicación de la arqueología de la arquitectura en la restauración arquitectónica en Brasil
Ton Ferreira y Pedro Freitas
Conclusiones: Um novo olhar. La arqueología de la arquitectura amplía horizontes
Conclusions: Um novo olhar. The Archaeology of Architecture broadens its horizons
Sergio Escribano Ruiz

http://arqarqt.revistas.csic.es

editorial.csic.es
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e100
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731

MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Introducción: Arqueología de la Arquitectura y Latinoamérica,


un viaje de ida y vuelta

Agustín Azkarate1
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)
GPAC. Grupo de Investigación en Patrimonio Construido
Cátedra Unesco en Paisajes Culturales y Patrimonio

Cómo citar este artículo / Citation


Azkarate, A. 2020: “Introducción: Arqueología de la Arquitectura y Latinoamérica, un viaje de ida y vuelta”, Arqueología de la Arquitectura,
17: e100.

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1 
De cara a esta breve presentación vamos a servirnos, muchos aspectos “distinto” al que impone el rodillo acadé-
casi en su literalidad, de algunas ideas que escribimos mico de occidente2.
hace algunos años (Azkarate 2013) a propósito de Lati- No es de extrañar que en la cada vez más amplia pro-
noamérica y la llamada Arqueología de la Arquitectura ducción historiográfica, sea posible consultar publicacio-
(AA). Frente a la historiografía europea que acostumbra nes que encaran los aspectos metodológicos y de gestión y
a debatir los ámbitos a los que debe acogerse la AA, elo- conservación de la arquitectura histórica (Arrazcaeta 2002;
giábamos entonces la versatilidad de la arqueología de Rolón y Rotondaro 2010; Cohen 2011; Benedet 2012;
aquella región, que no duda en referirse a la “arqueolo- Rolón 2014; Cirigliano 2015a, 2015b), investigaciones
gía de la arquitectura” independientemente del enfoque que se ocupan de la arquitectura monumental y ceremo-
de sus abordajes temáticos y de los posicionamientos nial prehispánica enfatizando más su vertiente espacial y
teóricos que los sustentan. Una posición muy distinta simbólica (Acuto y Gifford 2007), importantes estudios
a la que se observa por ejemplo en Europa, mucho más que trabajan en “arqueología de la arquitectura doméstica”
encorsetada a la hora de precisar los límites de determi- precolombina desde perspectivas teóricas diversas (Scatto-
nados ámbitos temáticos y metodológicos. lin et al. 2009; Albeck et al. 2010; Haber 2010, 2011),
Esta característica regional latinoamericana deriva aportaciones procedentes de contextos urbanos contem-
probablemente de la ductilidad de los propios investiga- poráneos (Schávelzon 2012) o propuestas que abandonan
dores, forjados por influencias teóricas y metodológicas el enfoque tipológico de los investigaciones tradicionales
de procedencia diversa, tanto de origen anglófono ‒bási-
camente estadounidense‒ como de tradición europea, pero 2
  Como botón de muestra puede consultarse el interesante debate que sobre
“arqueología pública” ha surgido recientemente a raíz de una reciente pu-
sobre todo es consecuencia de la voluntad ‒renovadora blicación por parte de tres conocidos arqueólogos españoles (en su versión
y diversa‒ de una investigación arqueológica que, en su inglesa: González-Ruibal, Alonso González y Criado-Boado 2018 y en su ver-
rechazo a la mirada impositiva de la modernidad, está ge- sión en castellano: González-Ruibal, Alonso González y Criado-Boado 2019).
Lo que nos parece interesante es la comparación de los comentarios que se pu-
nerando desde hace ya muchos años “formas creativas de blicaron sobre dicho trabajo en castellano y en inglés: los primeros de Manuel
hacer arqueología” (Tantaleón 2019: 233) y un discurso en Gándara, Wilhelm Londoño, Pedro Paulo Funari, Andrés Alarcón-Jiménez,
Henry Tantaleán, Félix A. Acuto, Dante Angelo y Alejandro Haber (Chún-
gara vol. 51, nº 1, 2019, pp. 121-153) y los segundos de Reinhard Bernbeck,
Susan Pollock, Yanis Hamilakis, Laurajane Smith, Gary Campbell y Larry J.
1
[email protected], [email protected] / ORCID iD: Zimmerman (Antiquity, Vol: 92, Issue: 362, April 2018, pp. 507–515 (paper)
https://orcid.org/0000-0002-0240-4960 & 525–27 (response). Doi response: https://doi.org/10.15184/aqy.2018.26).
INTRODUCCIÓN: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA Y LATINOAMÉRICA, UN VIAJE DE IDA Y VUELTA 2

sobre arquitectura, para profundizar en las connotaciones de quedar atrapada la Arqueología de la Arquitectura
sociopolíticas que se ocultan tras la articulación de los europea. Al ocuparse predominantemente de la arquitec-
espacios construidos (Funari y Zarankin 2003; Zarankin tura con fuerte visibilidad estratigráfica (arquitecturas
y Niro 2006; Diana et al. 2008; Zarankin y Salerno 2011; “desnudas”) pertenecientes, además, a contextos his-
Seabra 2020). Fundamentados estos últimos estudios en el tóricos fundamentalmente medievales (tanto cristianos
utillaje instrumental de la “sintaxis espacial”, la inspiración como islámicos), estaba dejando fuera gran parte de la
foucaultiana resulta indudable en esta mirada a la arquitec- arquitectura enlucida (“revestida”) de épocas moderna y
tura como espacio coercitivo y como tecnología del poder contemporánea, un error estratégico para una disciplina
(Foucault 1984). Algunos de estos puntos de vista quedan que debería tener una vocación más atemporal y holísti-
recogidos en este monográfico. ca. Podría decirse que la Arqueología de la Arquitectura
A pesar de esta apertura de miras, en la arqueología europea ha creado un no man’s land, un territorio de
de aquella región queda un reto todavía por cumplir. nadie en el que se corre el riesgo de dejar abandonadas
La arqueología latinoamericana no está habituada a ‒sin merecer atención suficiente‒ las arquitecturas “re-
trabajar arqueológicamente sobre cota 0, es decir, en vestidas” perteneciente a estas centurias más recientes.
edificios en pie y en uso. Diríamos aún más: con algunas El intercambio de experiencias entre ambos continentes
excepciones, parece haber renunciado a trabajar sobre está generando un contexto de generación de conoci-
cota 0. Y ello nos parece preocupante puesto que podría miento sumamente interesante.
cometerse el error de abandonar el patrimonio edificado La segunda línea de investigación4 amplía el con-
‒especialmente el de las ciudades‒ en manos de quienes texto de aplicación a las ciudades, ese escenario apa-
lo estudian desde ópticas historiográficas conservadoras bullantemente mayoritario en el futuro inmediato. Se
y/o de quienes solo lo contemplan como un conjunto parte de la idea de que las ciudades son el producto del
de espacios susceptibles de ser refuncionalizados o de- diálogo entre los fijos y los flujos, las cosas que per-
rribados en función de diversos intereses estrictamente manecen en el espacio y las dinámicas que los trans-
financieros (Azkarate 2013). Obviamente, no es este un forman. Bajo la realidad de lo que vemos existen, por
problema solo latinoamericano. tanto, estructuras ocultas, patrones de comportamiento
Nuestra vinculación científica con América Latina se subyacentes que condicionan la forma y el modo de ser
remonta al año 2000, cuando, invitados por Eusebio Leal de esa realidad, un encuentro o desencuentro perma-
Spengler y Roger Arrazcaeta, impartimos un seminario nente entre el “urbanismo planificado” y el “urbanismo
sobre “Arqueología de la Arquitectura” en el Gabinete de espontáneo” (García-Gómez 2009). Reflexionar sobre
Arqueología de la Ciudad de La Habana durante los días el fenómeno urbano, comprometerse con su desarrollo
29 de febrero y 1 de marzo de aquel año. Posteriormen- sostenible, con las memorias de la gente y las identi-
te hemos sido invitados a impartir cursos de doctorado dades a escala barrial es extremadamente urgente. Más
y seminarios sobre Arqueología de la Arquitectura en aún en unos tiempos en los que el espacio urbano se ha
diversos centros de Puerto Rico, Perú, Uruguay y Argen- convertido en mercancía y en los que son cada vez más
tina principalmente. Y fue en este contexto de contactos frecuentes los casos escandalosos de destrucción de la
ininterrumpidos a lo largo ya de dos décadas como se memoria por parte de un capitalismo inmobiliario sin
planteó la necesidad de trabajar de manera transversal complejos (Azkarate y Azpeitia 2016).
entre ambos continentes. De esta voluntad surgieron dos Estas dos líneas se irán desarrollando por investi-
líneas de investigación, centradas ambas por el momento gadores de distintas universidades de ambos lados del
en los ámbitos de la historical archaeology. Atlántico. Aprovechamos esta oportunidad para exten-
La primera3 nació como respuesta a una constata- der la invitación a cuantos tuvieran interés en compartir
ción: era preciso salir del bucle en el que corría el riesgo experiencias y conocimientos.

3
  “La Arqueología de la Arquitectura: nuevos retos metodológicos y su apli- 4 
“Arqueología de la Arquitectura entre el viejo y el nuevo mundo: de la
cación en Europa y América Latina” (HAR2015-64439-P), financiado por el estratigrafía del edificio a la estratigrafía de la trama urbana” (PID2019-
Ministerio de Economía y Competitividad y Fondo Europeo de Desarrollo 109464GB-100), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y
Regional (FEDER) Universidad.

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e100


3 Agustín Azkarate

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e100 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731


ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e101
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.009

MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

La Arqueología de la Arquitectura a revisión*

Archaeology of Architecture under review

Agustín Azkarate1
UPV/EHU, GPAC. Grupo de Investigación en Patrimonio Construido
Cátedra Unesco en Paisajes Culturales y Patrimonio
Centro de Investigación Micaela Portilla, Vitoria-Gasteiz

RESUMEN
La idea de lo que es y caracteriza la Arqueología de la Arquitectura puede variar sensiblemente de unos países
a otros en función de sus respectivas tradiciones historiográficas. Está por hacer un estudio de conjunto de los
diversos enfoques y metodologías sobre las construcciones y los entornos construidos, una realidad material
que contiene múltiples dimensiones y que puede ser observada desde las más variadas escalas, temporales,
espaciales y conceptuales. Con esta breve aportación se quiere ofrecer una primera síntesis de este complicado
rompecabezas, pensando sobre todo en quienes quieren introducirse en la materia. Se reivindica una Arqueología
de la Arquitectura abierta, plural, responsable y comprometida.

Palabras clave: Archeologia dell’Architettura; Household Archaeology; síntesis de tendencias; Europa; América
Latina.

ABSTRACT
The perception of what is understood by Archaeology of Architecture may vary significantly from one country to
another depending on their respective historiographical traditions. A comprehensive study must still be conducted
of the various approaches and methodologies regarding constructions and built environments; a material reality
that contains multiple dimensions and that can be observed from a wide range of time, spatial and conceptual
scopes. With this brief paper, we would like to provide an initial synthesis of this complicated puzzle, particularly
for those starting out in this subject. It promotes an open, plural, responsible, and committed approach to the
Archaeology of Architecture.

Key words: Archaeology of Architecture; Household Archaeology; trend overview; Europe; Latin America.

Recibido: 25-06-2020. Aceptado: 09-07-2020. Publicado online: 10-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation


Azkarate, A. 2020: “La Arqueología de la Arquitectura a revisión”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e101. https://doi.org/10.3989/arq.
arqt.2020.009

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

*
Trabajo realizado en el marco de los siguientes proyectos de investigación: 1. “La Arqueología de la Arquitectura: nuevos retos metodológicos y su aplicación
en Europa y América Latina” (HAR2015-64439-P), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y Fondo Europeo de Desarrollo Regional
(FEDER) y 2. “Arqueología de la Arquitectura entre el viejo y el nuevo mundo: de la estratigrafía del edificio a la estratigrafía de la trama urbana” (PID2019-
109464GB-100), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad.
1
[email protected], [email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0240-4960
LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA A REVISIÓN 2

1. INTRODUCCIÓN –“desde la Mobil Home de cazadores recolectores al


Cityscape y el Landscape” (Steadman 2015)– y que
Son muchos los autores que han reflexionado sobre la acostumbra a ser analizado desde las más variadas pers-
importancia del binomio espacio-tiempo en su relación pectivas teóricas y conceptuales (Buchli 2013; Beaudry
con los objetos elaborados por el ser humano. The Shape 2015; Steadman 2015). Ello explica la infinidad de
of Time de Georges Kluber constituyó, en fecha tempra- miradas y aproximaciones diversas que existen en torno
na, una propuesta atrevida y avanzada sobre el flujo tan- al binomio arqueología-arquitectura y el crecimiento
to del tiempo como del espacio en una secuencia inin- imparable de una producción bibliográfica que resulta
terrumpida de cambios continuos (Kluber 1962): todo cada vez más difícil de seguir y de sintetizar.
un reto al pensamiento estático que había construido la La situación se complica aún más al observar que,
historia del arte basada en la prevalencia de los estilos. bajo el paraguas de una misma denominación, conviven
De manera similar se expresaría también Elliott Jaque tradiciones muy distintas que con frecuencia trabajan en
en The Form of Time dos décadas después. Según este paralelo, ignorándose mutuamente. Veamos un ejemplo
autor, de la misma manera que el tiempo era la concep- significativo de mano de una de las investigadoras más
ción formulada de la transformación de los objetos que prolíficas en esta cuestión:
continúan existiendo en diferentes puntos, el espacio
sería también la concepción formulada de la experiencia Recent years have seen the publication of a number of
de la extensión que ciertos objetos tienen en el mismo insightful and original studies focusing on architecture,
momento (de manera simultánea), así como de su lo- particularly domestic architecture, from an archaeological
calización en el mismo momento en relación unos con perspective. As a consequence, a rapidly growing corpus
otros (Jaque 1984: 68). Ambos tratan de expresar cómo of literature concerning the topic of human culture and the
el tiempo se configura o adquiere forma (The Shape/The built environment now exists; this general area of inves-
Form of Time) a través de los espacios construidos, por- tigation falls under the rubric of what may be termed the
que “en ausencia de manifestaciones fenoménicas del “archaeology of architecture” (Steadman 1996: 51).
tiempo, este ha de representarse en términos de espacio”
(Castillo Sánchez 2017). Puede apreciarse, y ello no deja de ser llamativo, que
El propio Heidegger, en su afamada conferencia por las mismas fechas en las que Tiziano Mannoni acuña-
de 1951 ‒Construir Habitar Pensar (Bauen Wohnen ba en italiano el concepto de archeologia dell’architettura
Denken)‒ había defendido la naturaleza espacial de la (Mannoni 1990a, 1990b, 1996)2 para referirse a un campo
propia existencia, enfatizando la importancia de los de la arqueología caracterizada sobre todo por la apli-
espacios construidos, capaces de determinar para el ser cación de criterios estratigráficos y cronotipológicos al
humano “el carácter de su viaje a través del tiempo” estudio de los edificios históricos, edificios en pie y en
(Heidegger 2015 [1951]). La historia de los espacios uso la mayoría de ellos, Sharon R. Steadman utilizara en
construidos acaba convirtiéndose, de esta manera, en inglés el mismo concepto de archaeology of architecture
una “topografía de las complejas constelaciones cotidia- para aludir en este caso a la arqueología de los entornos
nas” (Teyssot 1996) que se tejen en las relaciones socia- domésticos y al análisis de los patrones espaciales de los
les (Azkarate y Solaun 2012: 104; Azkarate 2013: 286). restos arquitectónicos (Steadman 1996: 51), mayormente
Es en este contexto en el que comprendemos mejor en ruina o bajo cota 0. La misma denominación para dos
cómo la arquitectura, como portadora de heterogéneos realidades geográfica, temática, material y metodológica-
significados “no-verbales” (Rapoport 1982), puede y mente muy alejadas entre sí3.
debe ser “leída” desde perspectivas múltiples (Azkarate Los problemas no acaban ahí. Todavía hay arqueó-
2013: 286). Es inevitable, en consecuencia, que los testi- logos que consideran que el estudio de los edificios
monios arquitectónicos hayan constituido un irresistible históricos es algo ajeno a su disciplina y propio, más
foco de atracción para las más diversas disciplinas cien- bien, de historiadores del arte o de la arquitectura, de
tíficas y que las aproximaciones teóricas efectuadas sean
de una riqueza y de una variedad extraordinarias. Esta- 2
  Tras dos décadas en las que venía recibiendo las más variadas denomi-
mos, en definitiva, ante una realidad material que con- naciones: archeologia muraria archeologia del soppravvissuto, archeologia
degli elevati, archeologia dell’edilizia storica, archeologia del costruito, etc.
tiene múltiples dimensiones, que puede ser observada 3
  Puede verse un intento pionero en España por integrar ambas líneas en un
desde las más variadas escalas, temporales y espaciales mismo trabajo en Julia Sánchez (1998).

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3 Agustín Azkarate

geógrafos, etnógrafos o historiadores y preservacionistas mostrarse como realidades estandarizadas y estáticas, los
locales (Hicks y Horning 2006; Reynolds 2009; Wood estudios de los entornos domésticos –tanto los efectuados
2015). Pero los hay también quienes creen que trabajar en en la arqueología prehistórica como en la Historical Ar-
arqueología de la arquitectura se reduce a hacer lecturas chaeology4‒ se mostraron siempre con una gran variación
estratigráficas de los muros de los edificios históricos. intercultural y una enorme diversidad significativa, tanto
Lamentablemente, actitudes reduccionistas como estas espacial como temporal (Nash 2009; Parker y Foster
son muy habituales en la bibliografía. Este texto quiere 2012; Douglass y Gonlin 2012; Steadmann 2015).
reivindicar la necesidad de ampliar nuestra mirada para La diversificación de los modelos interpretativos
reclamar una observación más global e integradora para iba a ser, por tanto, inevitable. Ya para finales de los 70,
el campo de la Arqueología de la Arquitectura, concebida el estructuralismo de Claude Lévi-Strauss y los desarro-
como el estudio arqueológico de los entornos construi- llos lingüísticos de Noam Chomsky habían comenzado
dos. Con esta breve aportación lo que queremos es ofrecer a dejar una impronta significativa en obras tan influ-
una síntesis de este complicado rompecabezas, pensando yentes como las del folklorista Henry Glassie (1975) o
sobre todo en quienes quieren introducirse en la materia. James Deetz (1977), uno de los padres de la arqueología
histórica norteamericana. Glassie tiene una especial
significación por ser uno de los primeros investigadores
2. HOUSEHOLD ARCHAEOLOGY que se ocupó del análisis de la arquitectura de épocas
más recientes (periodo colonial) y su trabajo permitió
Probablemente donde el binomio arqueología-arquitectu- establecer lo que más tarde se describiría como el orden
ra ha generado una mayor riqueza teórica e interpretativa y la cosmovisión georgianos dentro de las formas arqui-
y una mayor producción bibliográfica no ha sido, como tectónicas5 (King 2006; Buchli 2013). También dentro
pudiera creerse en algunos círculos europeos, en el ámbito de esta misma década dará a conocer Michel Foucault
de los estudios estratigráficos de arquitecturas históricas una obra de profunda influencia en muchos ámbitos –y
más o menos monumentales, sino en el contexto de los también en el de la Arqueología de la Arquitectura‒ y en
entornos domésticos. La arqueología de la domesticidad la que el filósofo francés proyectaba su mirada sobre la
ha ido creciendo imparablemente desde la década los 70 arquitectura contemplándola como un espacio coerciti-
y será a ella a la que dediquemos este primer capítulo, por vo al servicio del poder (Foucault 1984).
ser generalmente menos atendida en las síntesis europeas A caballo entre los 70 y los 80 se van a generar, pro-
sobre Arqueología de la Arquitectura. cedentes de distintas disciplinas, importantes trabajos de
Sus orígenes se remontan a las décadas de los 60 y carácter seminal y de profundas resonancias para quienes
70 cuando, en el contexto teórico procesual de entonces, ‒desde las perspectivas más dispares‒ tuvieran interés
la Settlement Archaeology (Chang 1968; Clarke 1977), en investigar en el ámbito del trinomio arqueología-
los arqueólogos comenzaron a centrar su atención en el arquitectura-antropología. Podríamos citar la aportación
estudio de los espacios domésticos, concebidos como de Amos Rapaport (1969, 1976, 1982), con sus estudios
escenarios de actividades que, en su diversidad, eran sus- sobre la conexión entre la cultura humana y los lugares y
ceptibles de reflejar los comportamientos sociales de sus la interacción mutua de las personas y su entorno cons-
habitantes. En este primer marco interpretativo, de enfo- truido (The Meaning of the Built Environment, 1982); la
que funcionalista y adaptativo, los cambios observados en decisiva contribución de Claude Lévi-Strauss, con su pro-
el patrón arqueológico se explicaban en referencia a in- puesta sobre “le system à maison” o “société à maisons”
fluencias sociales o ambientales de carácter externo (King (Lévi-Strauss 1975); o las insustituibles contribuciones
2006). Estos enfoques se ejemplificaron colectivamente
con el volumen editado por Flannery (1976) sobre los
4
  Pueden leerse algunas consideraciones sobre la Historical Archaeology
orígenes de la vida en las aldeas y los hogares del Periodo (pensadas más bien para arqueólogos europeos no anglosajones) en Azkarate
Formativo en el Valle de Oaxaca. En esta obra se trató y Escribano 2014.
de analizar la estructura de la casa, las áreas de actividad 5
  Años después Matthew Johnson (1993) en sus investigaciones sobre las
formas arquitectónicas de los siglos a caballo entre la Edad Media y la Mo-
especializadas y específicas de género, y el intercambio derna (1350-1530) se alejó de los puntos de vista estructuralistas más está-
a escala local y regional, tratando de demostrar que todo ticos de Glassie, reclamando la consideración de los hogares como espacios
ello pudiera servir de enlace entra las teorías del cam- de práctica y de construcción de sentido, en los que el significado no es una
cosa única o unitaria sino algo renegociado y transformado permanentemente
bio social y la cultura material. Lejos, sin embargo, de (1993: 31).

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LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA A REVISIÓN 4

de Bill Hillier y Julienne Hanson (1984) sobre syntax fundamental de las investigaciones arqueológicas sobre
space –herederas de las tempranas aportaciones proce- los espacios construidos (Steadman 2015).
dentes de la antropología (Hall 1974)‒ que ofrecieron un La década de los 90 y especialmente los dos
elenco de valiosas herramientas de análisis con sus mapas primeros decenios del nuevo siglo han traído nuevas
de convergencia, sus gráficas de accesibilidad (gamma propuestas que insistirán en la necesidad de contem-
analysis), sus gráficas de visibilidad, etc.6 plar la arquitectura y los espacios construidos no solo
Pronto se cumplirán cuatro décadas desde que como portadores sino como generadores también de
Richard Wilk y William Rathje (1982) acuñaran el con- significados, permitiéndonos el acceso a dimensio-
cepto de household archaeology, enfatizando la impor- nes tanto simbólicas como sociales. Ya nos hemos
tancia de los “hogares” como elementos esenciales en la referido antes a la inspiración posestructuralista en
reconstrucción de las sociedades pasadas. Estos hogares la obra de Matthew Johnson (1993). Este cambio
o unidades domésticas fueron vistos como un nivel esen- del tradicional punto de vista de la unidad doméstica
cial de investigación para poder avanzar desde las gran- como unidad productiva a un nuevo enfoque que la
des teorías de cambio cultural, capturando rápidamente contempla como un complejo sistema de relaciones
el interés de los arqueólogos, transformándose en uno de cambiantes, lugares de negociación continua y de
los principales escenarios de debate, especialmente en construcción de sentido, ha potenciado la aparición
la arqueología prehistórica (Steadman 2015: 14-15). Sin de nuevas miradas de una fecundidad extraordinaria,
embargo, Wilk y Rathje advertían también que, lejos de tan variadas y numerosas que no caben en esta breve
ser agentes estandarizados y estáticos, estas unidades do- aportación. Existen, por fortuna, importantes obras
mésticas eran dinámicas en sus aspectos tanto formales, de consulta más que aconsejable (King 2006; Allison
funcionales como conductuales, variando de un lugar a 2008; Douglass y Gonlin 2012; Beaudry 2015; Stead-
otro y de uno a otro periodo (Wilk y Rathje 1982: 621) mann 2015).
No es de extrañar, en consecuencia, que a lo largo de La arqueología doméstica configura en la actuali-
la década de los 80 se fueron multiplicando los enfoques dad una potente plataforma para el análisis de la des-
teóricos. El tema es muy complejo, hasta el punto de que igualdad. Resultaba desconcertante, por ejemplo, el
entender la relación entre “casa” (house) como estructura “silencio ensordecedor” (King 2006: 303) que duran-
física y “hogar” (household) como unidad social sigue te mucho tiempo ha existido en la investigación sobre
siendo uno de los objetivos y desafíos fundamentales de el papel de las mujeres, la división sexual del trabajo
la arqueología doméstica en cualquier ubicación geográ- y de los espacios y, en definitiva, las perspectivas de
fica y en cualquier periodo de tiempo (Gray 2014). Ha género en las investigaciones sobre las actividades
habido, de hecho, una archaeology of houses, ámbito que domésticas. Otro tanto cabe decir de las diferencias
siempre interesó en el ámbito de la arqueología histórica étnicas y de clase, no siempre aparentes en los patro-
y una household archaeology, más americana ‒mesoa- nes de cultura material y presentes, sin embargo, de
mericana en origen‒ (King 2006; Nash 2009) que, pese maneras sutiles y sorprendentes.
al escepticismo crítico de algunos (Parker y Foster 2012), De gran interés resultan finalmente las aporta-
se ha extendido a todo el mundo7, convertida en soporte ciones desde la “etnografía arqueológica”, o simple-
mente desde la “arqueología” como prefiere Gonzá-
6
  Sobre los acuerdos y desacuerdos sobre cuestiones metodológicas, puede lez-Ruibal (2017: 270). Una arqueología capaz de
verse la interesante reflexión de J. Bermejo “space syntax vs archeologia
dell’architettura” (Bermejo 2009: 57-59, 2015).
“transferir el modo en el que los arqueólogos median
7
  Es llamativo el tardío interés de algunos sectores de la arqueología euro- con la materialidad cotidiana de mundos pasados a
pea hacia la arqueología de lo doméstico, probablemente por el peso que los contextos presentes” (ibidem: 278) y practicar,
tuvo siempre el estudio de lo monumental en detrimento del estudio de
contextos arqueológicos menos espectaculares (Huebner y Nathan 2016). en consecuencia, una arqueología auténticamente
La situación en la arqueología española está cambiando paulatinamente contemporánea. El análisis arqueológico de la domes-
(González-Ruibal 2006; Quirós 2012; Gutiérrez-Lloret y Grau 2013; Ber- ticidad –en sus múltiples variables‒ está permitiendo
mejo 2014; Azkarate y Solaun 2015; Ayán 2016). Latinoamérica, por el
contrario, ya desde muy temprano (Flannery 1976) fue mucho más recep- el abordaje de planteamientos comprometidos e inno-
tiva y viene participando en primera línea de la investigación con estudios vadores (Haber 2011; Alonso-González y González-
sobre arquitectura, crianza y domesticidad en entornos construidos de época
precolombina (Nash 2009; Albeck et al. 2010; Gordillo 2010; Carballo
Álvarez 2016; González-Álvarez y Alonso-González
2011; Haber 2011; Scattolin et al. 2015). 2019a, 2019b).

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5 Agustín Azkarate

3. ARCHEOLOGIA DELL’ARCHITETTURA Es evidente que si existe una ‘historia de la arquitectura’


basada en los estilos y cánones estéticos…, debe existir
Tras la lectura del capítulo precedente queda claro que la también una ‘arqueología de la arquitectura’ basada en
Arqueología de la Arquitectura ni comienza ni termina sus caracteres constructivos y en las transformaciones
con la lettura stratigrafica dei paramenti. Ha habido de los edificios, es decir, en el análisis objetivo de los
cierto “adanismo” en la historiografía europea a este mismos artefactos (Mannoni 1996: 5)9.
respecto, especialmente en la hispanoitaliana, que no
siempre ha tomado en consideración otras experiencias Analizar y comprender la compleja evolución
ni otros horizontes que no fueran los propios. diacrónica de los edificios –y sus diversos avatares
Aunque parezca paradójico dada su trayectoria, la históricos‒ será, por lo tanto, una de las claves distin-
archeologia dell’architettura italiana nació al calor de tivas de esta propuesta metodológica. En adelante, los
las intervenciones arqueológicas de subsuelo. E. C. Ha- edificios históricos no deberían ser vistos nunca más
rris (1979) había sugerido, aunque no desarrollado, la como modelos congelados en el tiempo, tal y como la
posibilidad de que sus secuencias estratigráficas pudieran historia del arte y de la arquitectura enseñaron durante
aplicarse a edificios sobre cota 0, pero hacía falta quien decenios. Y no solo la historia del arte y de la arqui-
protagonizara la “transición” desde una arqueología acos- tectura. La arqueología tampoco está libre de culpa.
tumbrada a mirar solamente al suelo a otra que levantara Como ha señalado Yanis Hamilakis, los arqueólogos
la mirada para prestar atención a los edificios en pie y en han acostumbrado tradicionalmente a fijar la datación
uso8. Había que verificar si ciertos instrumentos cognosci- de los materiales en un momento específico del pasado
tivos que ya funcionaban en la arqueología del subsuelo, “a menudo priorizando su producción inicial y géne-
podrían funcionar también en las investigaciones sobre sis, a expensas de todos los demás momentos de su
cota 0. Las primeras comprobaciones se realizaron en vida […]. La arqueología, como práctica mnemónica,
el complejo de San Silvestro, en lo alto de la Collina de ha escogido recordar selectivamente” (la cursiva es
Génova (Tagliabue 1993; Gelichi 1997), en una investi- nuestra), de modo que otros momentos anteriores o
gación que fue pionera en Italia y en Europa y en la que posteriores en la vida de un edificio “son delibera-
“los excavadores italianos tuvieron la intuición de ex- damente olvidados” (Hamilakis 2015a: 153). Todo
tender sus lecturas estratigráficas más arriba del nivel de ello no ocurre por casualidad, sino por la suma de
pavimentación” (Quirós 2006). La vocación medievalís- intereses diversos. Aquellos de carácter nacional son
tica de los primeros seguidores de esta nueva “mentalitá los más obvios (aunque no los únicos): se recuerda
stratigrafica” (Doglioni 1997: 275-286, 2008) y el com- selectivamente porque las naciones –como “comuni-
promiso de muchos de ellos con la conservación del gran dades imaginadas” en expresión de Benedict Ander-
patrimonio de época medieval presente todavía en Europa son‒ necesitan priorizar momentos, objetos, fechas o
(Italia y España como paradigmas) generó un subcampo eventos sobre los que construir su pasado imaginario.
de la arqueología (Archeologia della’Architettura/Ar- Pero, y en este punto coincidimos con Hamilakis, las
queología de la Arquitectura) con personalidad propia y memorias materiales no son fáciles de eliminar por sus
gran capacidad de innovación, considerada justamente propias cualidades durativas, lo que las convierte en
como una de las aportaciones más originales que ha materiales “multitemporales” (Hamilakis y Labanyi
producido la arqueología mediterránea de las sociedades 2008; Hamilakis 2015a, 2015b).
históricas en los últimos decenios (Quirós 2016).
¿Dónde radica su originalidad respecto a las tra- ¿Cómo atreverse –advertíamos hace prácticamente dos dé-
diciones precedentes? Fue Tiziano Mannoni quien lo cadas‒ a elegir un retazo del pasado y prescindir de otro? El
explicó con más claridad: restaurador (como agente individual) no es un demiurgo, ni
posee las virtudes del oráculo de Delfos para interpretar qué
8
  Este es un proceso que, a día de hoy, sigue inconcluso. Los tropos de la debe o no ser recordado, qué espera o no la colectividad
excavación y de la prospección en superficie (potenciado este último por el que se recuerde y, en consecuencia, se reproduzca y perpe-
auge de todo lo relaciona con los landscapes y sus cada vez más sofisticados
sistemas de análisis) siguen siendo dominantes. El arqueólogo ha mirado
túe selectivamente en el futuro. De ahí la necesidad de la
tradicionalmente al suelo y bajo el suelo. Ahora ha aprendido a también a la interdisciplinariedad, de la toma de decisiones democrática.
lejanía o a los cielos estrellados, pero con alguna excepción (González-Ruibal
2016: 83-89), sigue sin tener en suficiente consideración a los espacios cons-
truidos aún en pie y en uso. 9
  La traducción es nuestra.

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LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA A REVISIÓN 6

Y de ahí, sobre todo, la necesidad de asumir unas rutinas de son abordadas en otra aportación de este mismo mono-
control que regulen y programen los esfuerzos necesarios gráfico. Nos limitaremos a presentar el cuadro-resumen
para contemplar, de manera integral, todas las dimensiones que a este respecto se elaboró en la experiencia de la
relevantes del patrimonio edificado (Azkarate 2002: 59). Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz (Fig. 1).

Consecuentemente, los edificios y los espacios


construidos deberán ser contemplados como el resulta- 4. LA DIFUSIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA
do último de un complejo desarrollo histórico que los DE LA ARQUITECTURA EN EUROPA
acabará convirtiendo en objetos “pluriestratificados y
pluritipologizados” (Caballero 2009). G. P. Brogiolo, La historiografía de la Arqueología de la Arquitectura en
reflexionando sobre esta cuestión, preferirá enfatizar en España, de hondas resonancias italianas, ha sido objeto de
la naturaleza dinámica de la arquitectura, susceptible de atención en diversos trabajos, algunos de ellos muy por-
conocer hasta cinco estadios diferentes: el del momento menorizados, por lo que no abundaremos en ello (Caba-
de su construcción; el de sus posibles transformaciones llero y Fernández Mier 1997; Azkarate 2001, 2013, 2020;
por necesidades funcionales o por los efectos de agentes Mañana et al. 2002; Ayán et al. 2003; Quirós 2002, 2016;
naturales; el de su abandono y degradación progresiva; Utrero 2010; Blanco-Rotea 2017). Como ya apuntába-
el de su colapso; y, finalmente, el de su conversión en un mos en otro lugar, las experiencias más madrugadoras
depósito arqueológico enterrado10. “Estos cinco estadios de metodología estratigráfica aplicada a la arquitectura
sólo podrán ser correctamente comprendidos [en opi- se llevaron a cabo en el campo de la conservación y res-
nión del autor italiano] mediante un proceso cognitivo tauración del patrimonio edificado (López Mullor 2002),
basado en el análisis estratigráfico” (Brogiolo 2010). Y ejecutándose en algún caso proyectos de gran envergadu-
ello es así, tal y como apuntábamos hace ya un decenio, ra que se convirtieron pronto en modelos de intervención
en contextos de aplicación muy complejos (para la ciudad
porque la materialización del tiempo en un mismo espacio de Vitoria, Azkarate et al. 2001; para la ciudad de Sevilla,
únicamente es posible mediante la superposición estrati- Tabales 2008). No menos importante ha sido el desa-
gráfica de los retazos de pasado que lograron sobrevivir, rrollo de importantes líneas de investigación histórica,
retazos de memoria que sólo pueden ser reordenados fundamentalmente en torno a la arquitectura medieval,
diacrónicamente mediante el análisis de sus relaciones de tanto cristiana como islámica (Caballero y Mateos 2000;
anteroposterioridad y no a través de analogismos formales Sanjurgo-Sánchez et al. 2019), alcanzándose en este ám-
o del estudio de los estilos (Azkarate 2010: 54). bito un notable grado de excelencia.
En las regiones francófonas europeas, l’Archéologie
Es obligado reconocer la labor de quienes fueron du bâti o Archéologie des élévations fue desarrollándose,
los primeros alfabetizadores de la escritura estratigrá- al igual que en el resto de los países europeos, en los años
fica aplicada al patrimonio edificado, tanto en Italia 80. En Francia el estudio de la arquitectura histórica acu-
(Francovich y Parenti 1988; Brogiolo y Cagnana 2012) mulaba una sólida tradición (Bessac 1986) que descansa-
como en España (Caballero 1995, 1996). Gracias a sus ba no tanto sobre el análisis estratigráfico de sus fábricas,
aportaciones y a las de otros muchos hay un protocolo sino sobre el estudio de las técnicas constructivas, las
de análisis mínimamente consensuado, aunque no hay investigaciones estructurales, los análisis seriados o los
que ocultar que existan las inevitables diferencias –más análisis morfoespaciales (Derieux 2004; Parron-Kontis y
de forma que de fondo‒ entre diversas escuelas y países. Reveyron 2005; Reveyron 2011; Bolle et al. 2014). No es
El análisis estratigráfico de los edificios históricos cons- una sorpresa, por tanto, que sea precisamente desde Fran-
tituye un proceso bien definido, pero no es el objeto de cia, desde donde se esté impulsando l’archéologie de la
este artículo referirnos a cuestiones metodológicas que construction (Camporeale et al. 2008; Pizzo 2009), con-
cebida por alguno de sus promotores como “una fórmula
complementaria que se integra en el cuadro general de
10
  Como apunta Hamilakis reflexionado acerca del pensamiento bergsoniano
sobre la relación entre materia, memoria y tiempo, Bergson “reconoció que una la arqueología de la arquitectura” (Pizzo 2009: 35), pero
propiedad fundamental de la materia era su duración; esto es, su capacidad de reivindicada por otros no como una “simple coquetterie
durar. Como tal, incorporaba varios tiempos a la vez: el tiempo de su creación y verbale” sino como una nueva y necesaria orientación
producción original, su posterior modificación y redistribución, su reanimación
y reactivación por procesos sensoriales y experienciales” (Hamilakis 2015a: 48). disciplinar (Dessales 2017: 77).

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7 Agustín Azkarate

PROCESO DE TRABAJO SEGUIDO EN EL ANÁLISIS ESTRATIGRÁFICO DE LA CATEDRAL DE STA. MARÍA DE VITORIA-GASTEIZ

1°. Identificación e individualización de las –– De anteroposterioridad: Situación de carác- Grupo de Actividad (GA): recurrimos de nue-
Unidades Estratigráficas (UE) y numeración ter diacrónico, representada por las relacio- vo a Carandini cuando recuerda que “una vez
de cada una de ellas. nes “cubrir”, “apoyar”, “adosar”, “rellenar”. determinadas las actividades hay que subir otro
–– Interfaz o solución de continuidad: en reali- escalón en la síntesis, agrupando las propias
Unidad Estratigráfica: se denomina UE a cual- dad es una variante de la anterior. Se trata actividades en grupos de actividades” (1997:
quier acción significativa en la estratificación de acciones de corte debidas a acciones 139). Se trata de hacer cada vez más inteli-
arqueológica, tanto si es una acción acumula- antrópicas o naturales. Representada por gible la compleja historia constructiva de una
tiva que entraña la formación de un depósito la relación “cortar”.  edificación como la Catedral de Santa María de
tridimensional, como si es el resultado de una Vitoria-Gasteiz.
acción negativa que produce una alteración • Interpretación (Función, datación, etc.)
en la estratificación (interfaz, solución de con- • Documentación. Referencias a otros instru- EJEMPLOS DE SÍNTESIS Y PERIODIZACIÓN
tinuidad). En la lectura sobre cota 0, una UE mentos (planos, fotografías...), responsable
es la unidad construida menor, individualizable de la ficha, fecha de registro, fecha de actua- 1.- Cuando en la década de los sesenta del
estratigráficamente de las que le rodean. Es lización, etc. siglo XX el arquitecto M. Lorente decidió,
también el resultado de acciones constructivas dentro del proceso de restauración de la vieja
o destructivas, producidas por causas naturales 3°. Construcción del Diagrama general de catedral, abrir nuevas ventanas en la zona
o artificiales, voluntarias o involuntarias, con relaciones estratigráficas y obtención de la superior de la nave central y del crucero, eje-
aportación de material o sustracción del mismo. secuencia relativa. cutó varias acciones: primero tuvo que abrir
Cada una de estas unidades será reconocible un hueco para lo que cortó el paño existente.
y se podrá diferenciar del resto porque ocupará Diagrama: representación simbólica de las Más adelante ocupó este hueco con el nuevo
una posición distinta a las demás tanto en la relaciones estratigráficas detectadas en un vano. Tanto el corte efectuado como el nuevo
secuencia excavada como en el edificio, per- proceso de investigación arqueológica. En con- relleno constituyen distintas UE. El arquitecto
tenecerá a un momento concreto y tendrá una tra de quienes últimamente parecen querer Lorente repitió esta misma acción en la zona
función determinada. (Caballero 1995, 1996; devaluar la importancia de este imprescindible superior de la nave central y del crucero. Las
Caballero y Latorre 1995). instrumento de trabajo, hay que recordar que diversas UE que hubo de ejecutar para ello
el diagrama no fue concebido para represen- (16, 23, 127, 128, 167, 189, 191, 300, 352, etc.)
Numeración: Una vez identificadas las accio- tar la realidad, sino para simbolizarla. «Una fueron agrupadas por nosotros –por su misma
nes, es preciso un grado de abstracción que representación global de la estratigrafía no función y similar cronología- en la Actividad
permita expresar las relaciones entre ellas con puede ser topográfica, es decir, realista, sino que denominamos “Apertura de ventanas en
precisión y comodidad. “Para ello es necesario solamente estratigráfica, es decir, reducida a los tramos superiores” (A.268). Este arquitec-
pasar de la identificación topográfica de una la única dimensión del tiempo relativo, lo que to realizó también otras actividades similares,
acción a su identificación numérica” (Carandini conlleva el paso del verismo al simbolismo» aunque en lugares diversos de la catedral:
1997: 79). No existe una unanimidad a este (Carandini, 1997: 83). Una vez definidas las re- siguió abriendo algunas ventanas, pero cegó
respecto, pero sí que hay que tener en cuenta al- laciones, se representan en un gráfico que las también otras; así mismo, abrió nuevas puer-
gunos principios: no mezclar nunca en la misma visualiza con un sistema ordenado y que viene tas y procedió también al cerramiento de otras
serie numérica conceptos diferentes, como uni- a ser una representación gráfica del yacimien- existentes. Todas estas actividades (A. 268
dades estratigráficas, actividades, grupos de ac- to, o de sus partes, y de su evolución temporal. - A.274) fueron agrupadas en el Grupo de
tividades; y no dar dos veces el mismo número. Es el llamado “matrix” por Harris o diagrama. Actividades que llamamos “Apertura, cegado
El diagrama incluye la cuarta dimensión del y traslado de vanos” (GA. 67). Este Grupo
2°. Registro de las Unidades Estratigráficas tiempo, representando las relaciones sincróni- de Actividades fue finalmente integrado en la
individualizadas mediante la redacción de cas (en escalones horizontales) y la evolución última de las Fases constructivas que sufrió la
sus fichas correspondientes. diacrónica (en fila verticales, de abajo arriba). Catedral y que denominamos “Restauración
Su fuerza deriva precisamente de simplificar Lorente” (F.11), adscribible finalmente al Pe-
Fichas: sustituyen al clásico diario de excava- las cuestiones reduciendo la estratigrafía a sus ríodo IV “Restauraciones”.
ción. Las hay de diversa naturaleza. En esta puntos esenciales, siendo sin duda “la mayor
ocasión se hará referencia únicamente a la Fi- conquista de la arqueología estratigráfica con- 2.- Los enterramientos constituyen, quizá, un
cha de UE. Existen diversas variantes, aunque temporánea (Carandini 1997: 85). Un diagrama ejemplo aún más claro. Cada uno de ellos exige
todas ellas tienen unos campos básicos: puede construirse tanto con UE, como de Acti- la ejecución de varias acciones (UE): apertura
vidades o Grupos de Actividades. de la fosa para la construcción de la estructura
• Identificación (Yacimiento. Ubicación. Sector. funeraria, depósito del cadáver, cubrimiento del
Número de U.E., etc.). 4°. Proceso de síntesis: Identificación de conjunto, etc. Son, por tanto, diversas UE que
• Descripción (Componentes, orientación, di- Actividades (A) y Grupos de Actividades (GA) conforman un único enterramiento o Actividad.
mensiones, etc.) Este enterramiento-actividad, sin embargo, no
• Relaciones estratigráficas de la U.E. que se Actividad (A): responde conceptualmente al es- constituye un caso único y puede estar acom-
está registrando en la ficha con las U.E. que tie- labón siguiente –de carácter sintético- en el es- pañado de otras actividades de funcionalidad
nen relación física con ella. Constituye la parte tudio de una estratificación. Podíamos definir las y cronología similares, es decir, otros enterra-
más delicada y difícil del proceso. En principio, actividades como conjuntos de UE coetáneas mientos, que en este caso conforman un Grupo
pueden distinguirse tres situaciones posibles: entre sí y partícipes de una misma funcionalidad. de Actividades (GA.4: “Necrópolis prerrománi-
Como señala Carandini, “el paso de las accio- ca). Este Grupo de Actividades constituirá con
–– De contemporaneidad. Cuando dos U.E. nes (UE) a las actividades (A) simplifica notoria- otros G.A. de una cronología similar, aunque
sean coetáneas o sincrónicas. Represen- mente la estratificación, permitiendo tomarla en distinta funcionalidad, la Fase1 y Período I
tado por la relación “unir”. un nivel considerable de síntesis” (1997, 139). definidos como “Preexistencias”.

Figura 1. Proceso de trabajo en el análisis estratigráfico. Elaboración propia, basada en Azkarate et al. (2001: 113).

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LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA A REVISIÓN 8

En las regiones europeas de habla alemana, los 5. MIRANDO AL FUTURO


términos Baurforschung (el propio método científico) y
Bauforscher (el experto en arquitecturas arqueológicas) Resulta difícil encarar ninguna reflexión sobre el futuro
nacen en el ámbito de los importantes estudios que rea- de la Arqueología de la Arquitectura sin tocar previa-
lizan los alemanes en contextos arqueológicos del Medi- mente el tema quizá más recurrente de los últimos años
terráneo Clásico y Oriente Próximo desde fines del siglo en nuestra disciplina, que no es otro que el futuro de la
XIX (Schmidt 2002; Schuller 2002a, 2002b). La base del propia arqueología en general. La preocupación viene
método de trabajo es la documentación y registro exactos de antiguo. Arqueólogas y arqueólogos han visto negros
y precisos del edificio o conjunto de edificios a estudiar, nubarrones sobre su futuro prácticamente desde siem-
de forma que, a partir de dicha documentación, puedan ser pre. Hace 50 años había ya quienes, reflexionando sobre
interpretados científicamente. Dada la precisión exigida, es la naturaleza de la propia disciplina, concluían su traba-
un trabajo que ha de ser ejecutado por un Bauforscher, con jo advirtiendo que, a menos que se encontrasen nuevas
formación generalmente de arquitecto, familiarizado con formas de convertir la arqueología en algo relevante
la arquitectura histórica y con experiencia en yacimientos para la sociedad, esta seguiría adelante sin necesidad de
arqueológicos (Schuller 2002a: 7). Aunque la metodología arqueólogo alguno (Fritz y Plog 1970: 412). Curiosa-
estratigráfica de los países mediterráneos está probable- mente esta diagnosis viene siendo replicada, casi en sus
mente menos valorada, ello no es obstáculo para que los mismos términos, medio siglo después. “La arqueología
resultados ‒desarrollados en un contexto interdisciplinar‒ actual –apuntaba un conocido profesor español‒ no pa-
alcancen normalmente un alto grado de precisión y calidad. rece relevante en la mayor parte de las sociedades con-
Terminaremos este capítulo con una inevitable temporáneas. Hay demasiados indicadores que apuntan
referencia a Gran Bretaña, pionera en cuestiones de […] a una ausencia de necesidad social de la Arqueolo-
estratigrafía arqueológica pero que, sorprendentemente, gía” (Ruiz Zapatero 2014: 297).
no lideró de igual manera el análisis estratigráfico sobre El denominador común en este tipo de diagnósticos es
cota 0. En opinión de algunos autores, las excavaciones una insatisfacción muy extendida que conduce a formula-
urbanas de la posguerra habían creado un excelente ciones concluyentes sobre la necesidad de asumir un “cam-
caldo de cultivo para el desarrollo de la arqueología bio radical de paradigma” (Walid y Pulido 2014: 330), de
estratigráfica. Pero la traslación de esta metodología a la practicar “una arqueología diferente” (Almansa 2014: 325)
arqueología sobre cota 0 fue más lenta debido probable- y de efectuar una “reformulación” (Sánchez 2014: 14;
mente al peso de tradiciones locales muy consolidadas Querol, en prensa) o una “reconfiguración” (Hamilakis
en el registro y preservación tanto de la arqueología 2015b: 34) del propio concepto de arqueología, porque “tal
vernacular (Pearson y Meeson 2001) como de la arqueo- y como la hemos comprendido hasta la fecha no se puede
logía industrial (Martin 2009), ambas dominadas por mantener” (Criado 2012: 114). Por tanto, quizá llegó el
enfoques de carácter tipológico (Hicks y Horning 2006; momento ‒se ha dicho recientemente‒ en el que “debería
Reynolds 2009; Giles 2014; Wood 2015). No será hasta precipitarse el colapso arqueológico y crear de esas cenizas
1993 cuando se introduzca el término building archaeo- una nueva disciplina, una nueva forma de ver el pasado
logy con motivo de la conferencia del Building Special desde el presente” (Lendoño 2019: 126).
Interest Group, dentro del Institute of Field Archaeolo- Así están las cosas. Hemos vivido en persona esta
gist (Morris 2000). Tampoco se libró Gran Bretaña de misma insatisfacción y hace años que dejamos de sentir-
cierta resistencia a aceptar la aplicación de los principios nos arqueólogos pese a los títulos o cargos académicos.
estratigráficos al estudio de la arquitectura. La actitud Acabaron aburriéndonos los interminables debates de
de ciertos sectores discutiendo esta posibilidad (Mo- finales de la pasada centuria ‒entre arquitectos y arqueó-
rris 2000) parece estar retrocediendo en la actualidad, logos, sobre todo‒ cuando, en un contexto neoliberal
gracias a las convincentes experiencias acreditadas por muy jerarquizado y corporativista (que, por supuesto,
algunos arqueólogos (Giles 2014: 1039). Los ámbitos sigue más que vivo), nos sentíamos obligados a reivin-
en los que la building archaeology británica se ha con- dicar en los diversos foros “la mirada interdisciplinar
vertido en ejemplo para otros países, son el del registro o mejor aún transdisciplinar, una mirada que no fuera
y documentación de los edificios (Swallow et al. 2004; utilitarista, tecnocrática, unidireccional, sino transfron-
Letellier 2012; Giles 2014; Lane 2016), con sus guías teriza, respetuosa, mestiza, dialogante y democrática”
(CIFA 2014-2019), pragmáticas y referenciales. (Azkarate 2004: 44).

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9 Agustín Azkarate

No creemos que aquellos esfuerzos sirvieran de paisajista en Arqueología se ha convertido, de manera


mucho. Acabamos cansados, aunque convencidos de involuntaria […] en el mejor ejemplo arqueológico de
que la verdadera clave estaba en el hacer y no en el de- construcción del conocimiento del pasado” estimulando
cir, en la intervención y no en la representación, porque, la comprensión multidimensional de dicho fenómeno
como dijo Hacking “discourse does not do the work” (Sánchez Yustos 2014: 14).
(1998: 86) y porque, como aprendimos por experiencia Los ámbitos de “la construcción” y de lo “construi-
propia, es relativamente fácil decir cómo se hace una do”, sin embargo, no están recibiendo la atención que
cosa, lo verdaderamente complicado es hacerla. Hay creemos merecen. Y ello no deja de ser paradójico, puesto
demasiado discurso en la Academia. que si en algún ámbito la agencia de la cultura material
Esto no quiere decir que estemos en contra de las puede mostrar su verdadero potencial es precisamente en
propuestas renovadoras que están surgiendo en los úl- el del entorno construido (González-Ruibal 2012). Exis-
timos años. Desde diversos foros se viene poniendo en ten magníficos estudios que lo demuestran (Buchli 2013;
relieve la curiosa paradoja de que mientras la arqueología Beaudry 2015; Steadman 2015). Sin embargo, tenemos
ha sido durante mucho tiempo fuente de metáforas y de la sensación de que la arquitectura –especialmente la que
inspiración para otros ámbitos del conocimiento, los ar- está todavía en pie y en uso‒ corre el riesgo de quedar
queólogos han estado más interesados en tomar prestadas injustamente relegada. Las causas son diversas: existen
teorías de otros campos disciplinares. Según este punto arqueólogos que, como decíamos al inicio de este artícu-
de vista, ello habría distraído la verdadera naturaleza de lo, siguen creyendo que el estudio de los edificios histó-
nuestra disciplina, desmaterializándola de alguna manera ricos es algo ajeno a su disciplina. Aunque sospechamos
y llevándola a una situación de subordinación respecto (Azkarate 2013; Azkarate et al. 2018) que algo tendrá
de otras. Para revertir esta situación y lograr que la ar- que ver el hecho de que desde la propia Arqueología de
queología volviera a ser relevante ‒y seguimos en este la Arquitectura se hayan potenciado algunas tendencias
punto el pensamiento de González-Ruibal (2013)‒ sería autolimitantes, al marcar un perfil excesivamente espe-
necesario retornar a lo que es esencialmente arqueológi- cífico en lo temático y en lo metodológico. Nos estamos
co, rematerializar los tropos propios, revalorizándolos y refiriendo, por una parte, a la preferencia instrumental por
reinventándolos si fuera preciso. De ser una disciplina el análisis estratigráfico de paramentos ‒en forma casi de
acostumbrada a trabajar con el pensamiento teórico de monocultivo‒ y, por otra, a la marcada predilección de
otros campos, debería comenzar a mirarse en su propio muchos especialistas por la arquitectura de la Edad Me-
interior asumiendo que la fuerza heurística de la arqueo- dia, un error estratégico para una disciplina que nació con
logía reside en su relación con el material en el que se ha una vocación más atemporal y holística, y que debería
registrado el pasado (Moro 2007; Edgeworth 2012, 2016; seguir la estela de la Archeologia Globale que marcó en
González-Ruibal 2013; Olivier 2013). su día el maestro Tiziano Mannoni (1994).
De la lectura de estas propuestas puede compro- Las posibilidades heurísticas que ofrece la Arqueo-
barse cómo todavía subyace, poderoso, el tropo por logía de la Arquitectura concebida como el estudio ar-
excelencia de la arqueología, que no es otro que la queológico de los entornos construidos, sean a la escala
excavación, la arqueología bajo cota 0. No es que es- que fueren11, son enormes e impensables hace no mucho
temos particularmente en contra de ello. Recientemente tiempo, tanto en el ámbito rural como en el urbano.
(Azkarate y Solaun 2020) reivindicábamos la excava- Tal y como hemos visto de manera resumida en
ción arqueológica como un espacio insustituible para la el capítulo dedicado a la Household Archaeology, los
producción y transformación del conocimiento, como primeros estudios de entre finales del pasado siglo y la
ese lugar de fluidez, proceso, cambio y contingencia centuria actual marcaron el inicio de una línea de traba-
(Edgeworth 2012; Lucas 2012: 166; Jones y Alberti jo sobre las casas y los entornos domésticos, de recio
2017) al que deberíamos prestar la máxima atención. abolengo en los estudios etnoarqueológicos de corte
Junto con la excavación, cobra también relevancia funcionalista y procesual. Contestados en los 80 y 90
la investigación en superficie –una especie de excava- por distintas alternativas interpretativas, las propuestas
ción metafórica (González-Ruibal 2013)‒ potenciada teóricas fueron multiplicándose hasta transformar la ar-
por la importancia que la arqueología del paisaje ha queología de la domesticidad en uno de los campos más
ido adquiriendo desde finales del pasado siglo (Cria-
do 1999), hasta el punto de creer que “la perspectiva   Ver, en este mismo monográfico, Mesanza-Moraza et al. 2020.
11

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LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA A REVISIÓN 10

creativos de la arqueología en general. Finalizábamos servicios) y colocar en el hueco provocado una ‘nueva
aquel capítulo haciendo referencia al abordaje de plan- mercancía inmobiliaria’ que multiplique abusivamente
teamientos comprometidos e innovadores que, de forma los beneficios sobre la inversión que la espuria remode-
reciente en España y con más solera en Latinoamérica lación urbana supone12.
(Funari y Zarankin 2003; Haber 2011), están abriendo
un campo enormemente esperanzador para la arqueo- En la misma línea apuntará E. López-Morales al
logía. Algunas de estas investigaciones ‒transitando recordar que
de la “etnoarqueología” a la “arqueología contempo-
ránea” (González-Ruibal 2008)‒, vienen desarrollando en contraste con otros sectores económicos más voláti-
enfoques interdisciplinarios críticos y extremadamente les, el espacio urbano es una forma eficiente para fijar el
sugerentes para el entorno construido contemporáneo capital, que permite a los procesos de acumulación tra-
en las comunidades rurales, analizando las diferentes bajar dentro de ciertos niveles de estabilidad […]. Ya sea
articulaciones de identidades pre y posindustriales en un como un commodity o un mecanismo de aseguramiento
contexto de cambio global extremadamente complejo y de la plusvalía, el espacio urbano es creado, transforma-
diversificado (Alonso-González y Fernández-Fernández do, destruido y expandido13.
2013; Alonso-González y González-Álvarez 2016; Gon-
zález-Álvarez y Alonso-González 2019a, 2019b). Ha habido quien, con razón, ha criticado la indiferen-
Terminaremos haciendo referencia al ámbito urbano cia de la arqueología ante el abandono y transformación
por ser el contexto que mejor conocemos. Hace ya años de lo rural (Olivier 2013; Millán Pascual 2015). Pero
que N. Smith había alertado sobre la emergencia de un siendo ello cierto, deberíamos decir también que la indo-
nuevo urbanismo que se está redefiniendo de una forma lencia de muchos arqueólogos ante la destrucción siste-
dramática y en el que los viejos contenedores concep- mática del patrimonio edificado de nuestras ciudades con-
tuales hacen aguas por todas partes (Smith 2001: 25). temporáneas, resulta aún más escandalosa. La clave de
Los paisajes urbanos nacidos en el contexto del nuevo la transformación que se demanda está en la concepción
globalismo están necesitados de nuevas herramientas de una arqueología comprometida no solo con la ciudad
de análisis e interpretación que coadyuven a una mejor antigua, con la ciudad histórica, sino fundamentalmente
legibilidad e identificación de los vertiginosos modos de con la ciudad contemporánea. Las identidades no siem-
estructuración de los mismos. ¿Está la arqueología prepa- pre están en los arcanos de los tiempos. Las biografías y
rada para hacer frente a estos desafíos? Aún a riesgo de las identidades tienen frecuentemente escala barrial y se
equivocarnos, nos atreveríamos a decir que no, que la ar- identifican con esquinas, con bulevares, con rincones, con
queología que se practica en muchas de nuestras ciudades esa red de recuerdos y emociones que demuelen y hacen
contemporáneas sigue respondiendo a otras épocas con desaparecer impunemente los promotores neoliberales14.
otros valores posiblemente ya periclitados. Los habituales Si quiere de verdad renovarse, la arqueología necesita ir
debates sobre “excavar en las ciudades o historiar las ciu- mucho más allá de la explicación y gestión de los “so-
dades” (Quirós 2005) tan importantes en otros tiempos, brantes” generados por una sociedad en la que la presión
resultan insuficientes y han quedado obsoletos. por el cambio es el factor dominante (Azimzadeh y Bjur
En su obra Capitalism, Socialism and Democracy 2009). Pero ello supone aceptar una metanoia radical que
(1942), el austríaco Joseph Schumpeter hizo célebre la demandará nuevos objetivos, nuevos partners, nuevas
idea de que el proceso de Destrucción Creativa cons- herramientas de trabajo, nuevas formas de comunicación
tituía el hecho esencial del capitalismo, pensamiento y nuevos valores (Azkarate, en prensa).
luego repetido y comentado hasta la saciedad. Han sido
varios los autores que han utilizado este concepto en
12
  http://clubdebatesurbanos.org/2013/05/03/opinion-contestacion-a-francis-
relación con la evolución de la ciudad contemporánea. co-lopez-groh-sobre-la-destruccion-creativa_eduardo-mangada/
13
  López-Morales, 2012, cap. I: “Destrucción creativa: hacia una teoría
En un mundo dominado por un capitalismo salvaje […], histórica de la renovación urbana pericentral”. libros.infonavit.janium.net/
libros/PDF/2012/ernesto_lopez.pdf).
lo que la aplicación de la máxima schumpeteriana signi- 14
  “I was born in the fifties, was a child in the sixties, a teenager in the
fica es, simple y llanamente, la destrucción de un trozo seventies... The second half of the twentieth century is my whole life. And
de ciudad, de un ‘capital fijo ya creado’ para aprovechar you know, when I go back none of the places from that part of my live exist
anymore... It’s as if my life is being erased in my wake” (Stropin y Marsden
las ventajas que la ciudad ya ofrece (infraestructuras y 2001: 3, cit. Schofield y Gray Johnson 2006: 105).

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e102
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731
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MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Del edificio al paisaje, una panorámica metodológica


de la Arqueología de la Arquitectura en el banco de pruebas
de Vitoria-Gasteiz (País Vasco)

From the building to the landscape: a panoramic methodological overview


through the Archaeology of Architecture in the case of the Vitoria-Gasteiz test
bench (Basque Country)

Amaia Mesanza-Moraza1, Ismael García-Gómez2, Agustín Azkarate3


Grupo de Investigación en Patrimonio Construido (GPAC) de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)

RESUMEN
El presente artículo está pensado para ofrecer una panorámica general de diversas metodologías que, respetando
la perspectiva estratigráfica inherente a la Arqueología de la Arquitectura, se han ensayado en las últimas dos
décadas con el fin de ampliar el horizonte de aplicabilidad de la disciplina, desde el ámbito habitual de trabajo
que es el edificio singular, para llegar al paisaje antropizado. Prácticamente todas las experiencias de las que se
habla han sido desarrolladas por el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la UPV/EHU en el ámbito
territorial del municipio de Vitoria-Gasteiz.

Palabras clave: metodología; lectura estratigráfica de alzados; análisis clúster; paisajes históricos.

ABSTRACT
The goal of this paper is to provide a general overview of some methodologies that have been tried out over
the last two decades trying to increase the applicability of the Archaeology of Architecture. We will review the
usual field of work‒the singular building‒to reach to the anthropized landscape. Practically all the experiences
mentioned have been developed by the Research Group on Built Heritage of the UPV/EHU in the territorial area
of the municipality of Vitoria-Gasteiz.

Key words: methodology; reading elevation; cluster analysis; historical landscapes.

Recibido: 29-06-2020. Aceptado: 24-08-2020. Publicado online: 10-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation


Mesanza-Moraza, A., García-Gómez, I. y Azkarate, A. 2020: “Del edificio a l p aisaje, u na p anorámica m etodológica d e l a A rqueología d e la
Arquitectura en el banco de pruebas de Vitoria-Gasteiz (País Vasco)”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e102. https://doi.org/10.3989/arq.
arqt.2020.010

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0001-5162-8955
2
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-1464-8268
3
[email protected], [email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0240-4960
DEL EDIFICIO AL PAISAJE, UNA PANORÁMICA METODOLÓGICA DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA 2
EN EL BANCO DE PRUEBAS DE VITORIA-GASTEIZ (PAÍS VASCO)

INTRODUCCIÓN que, sin perder esa referencia fundamental que es el


análisis estratigráfico, sabe mostrarse flexible y abierta
Han pasado ya prácticamente dos décadas desde la cele- a otras aportaciones y perspectivas que contribuyan al
bración del Seminario Internacional de Arqueología de la estudio del fenómeno arquitectónico.
Arquitectura en Vitoria-Gasteiz, dos décadas durante las La panorámica que vamos a ensayar en el presente
que la disciplina no ha dejado de crecer y transformarse artículo va a ser, necesariamente, solo un esbozo. Afor-
para convertirse en lo que es hoy, una especialidad plena- tunadamente, la Arqueología de la Arquitectura se ha di-
mente integrada y reconocida en el amplio campo de las versificado y enriquecido tanto, que un abordaje global
ciencias arqueológicas. Muchas cosas han cambiado desde de todas sus ramificaciones exigiría cuando menos una
entonces, otras sin embargo perviven prácticamente intac- obra monográfica, y nuestra intención aquí no es tanto
tas ya desde el citado Seminario que podríamos considerar buscar la exhaustividad como trazar un recorrido que
como el “acta fundacional” de la Arqueología de la Arqui- sirva a todos aquellos investigadores o investigadoras
tectura española, aunque en realidad ya hacía unos cuantos latinoamericanas que estén interesados por esta especia-
años que venían dándose distintas experiencias por toda lidad para hacerse una idea global de dónde venimos,
la península. Quisiéramos que dos de esas pervivencias dónde estamos y hacia dónde creemos estar yendo aque-
sirvieran como punto de partida para el presente artículo. llos que ya llevamos un tiempo practicándola en Europa.
Hablamos en realidad de dos ideas ya recogidas en Bajo una apariencia de retrospectiva, el discurso ex-
aquel documento que bajo el título “Arqueología de la positivo que vamos a adoptar en los siguientes epígrafes
Arquitectura: definición disciplinar y nuevas perspecti- pretende hacer un sucinto, pero completo repaso, no tanto
vas” sirvió como editorial del primer número de la re- de todas las técnicas que hoy día se emplean en Arqueolo-
vista en que ahora mismo usted está leyendo estas líneas gía de la Arquitectura, como de aquellos procedimientos
(Azkarate et al. 2002: 8). La primera de esas ideas reza metodológicos clave utilizados a la hora de abordar, no solo
del siguiente modo: el estudio de los edificios históricos sino también el de los
paisajes históricos. Asimismo, con objeto de trasladar al
Si algo caracteriza a la arqueología de la arquitectura, lector, no una descripción más o menos aproximada de cada
desde el punto de vista instrumental, es su carácter estrati- uno de ellos, sino una visión más cercana y directa desde la
gráfico. Aquí nos encontramos, sin embargo, con un grave experiencia de trabajo, hemos preferido adoptar una pers-
problema, si tenemos en cuenta que la alfabetización pectiva en primera persona desde la óptica de algunos de los
estratigráfica de la arqueología española no es todavía proyectos que hemos realizado a lo largo de estos años en
completa. Urge, en consecuencia, la adopción plena de la el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido (UPV/
estratigrafía como columna vertebral de la disciplina y, en EHU), centrándonos especialmente en aquellas investiga-
este sentido, debe hacerse un esfuerzo de normalización ciones realizadas en el ámbito de Vitoria (Fig. 1).
en el uso consensuado de nuestro utillaje metodológico. En definitiva, hemos articulado el presente trabajo en
cuatro partes. Una primera en la que, más que nada para
La segunda de esas ideas fue expresada del siguien- recalcar su importancia dentro de la disciplina, haremos
te modo: un brevísimo recorrido por los orígenes de la arqueología
estratigráfica hasta llegar a la Arqueología de la Arquitec-
Esta afirmación [la del carácter estratigráfico de la tura. Una segunda parte, en la que profundizaremos en la
Arqueología de la Arquitectura], no debe ser vista sin “lectura estratigráfica de alzados”, que es la más conocida
embargo de forma excluyente. Otros instrumentos de y empleada de todas las técnicas propias de nuestra espe-
carácter tipológico, formal, estructural, arqueométrico o cialidad. En tercer lugar, abriremos la panorámica, para
el recurso a las fuentes escritas son absolutamente im- hablar de otras técnicas estratigráficas que, partiendo de un
prescindibles para lograr un afianzamiento más sólido de análisis de carácter tipológico, permiten abordar realidades
la historia constructiva de los edificios históricos. construidas que por su escala son sensiblemente más com-
plejas de las asumibles con una lectura estratigráfica al uso.
Pues bien, si hemos creído interesante comenzar En un cuarto bloque, y partiendo de las bases puestas en el
estas líneas con esas dos referencias es porque pensamos anterior apartado, trataremos finalmente algunas técnicas
que son definitorias de lo que la Arqueología de la Ar- que nos permiten dar el salto de la lectura estratigráfica del
quitectura sigue siendo en la actualidad, una disciplina edificio a la del paisaje construido.

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3 Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez, Agustín Azkarate

Figura 1. Tres proyectos y tres posibles escalas de análisis estratigráfico: edificio individual, centro histórico y paisaje antropizado. Fuente:
elaboración propia sobre modelo Google Earth.

1. ORIGEN Y DIFUSIÓN DEL ANÁLISIS arqueológico vigente aún hoy día. Corren por entonces
ESTRATIGRÁFICO APLICADO A los años setenta (Harris 1979).
EDIFICIOS Estas innovaciones gestadas en ámbito británico
rápidamente empezaron a difundirse por toda Europa,
Si bien en sus orígenes la primera arqueología nació siendo sin duda la arqueología italiana la que, de un
principalmente interesada en el rescate y estudio de modo más temprano y decidido adoptó las técnicas
los artefactos depositados en el subsuelo, entrado el estratigráficas, destacando como uno de sus mayores
siglo XX ese interés fue desplazándose hacia el cono- defensores A. Carandini. No obstante, los precursores
cimiento del contexto estratigráfico en el que aquellos del salto de la arqueología estratigráfica del subsuelo al
aparecían. Esto sucedió en buena medida porque los edificio fueron principalmente T. Mannoni, R. Parenti,
investigadores fueron dándose cuenta de que para pro- R. Francovich o F. Doglioni, sin olvidar por supuesto
poner la datación de esos objetos arqueológicos que a G. P. Brogiolo (1988) que fue quien escribió el pri-
tanto les preocupaban, además del estudio tipológico, mer manual de la disciplina bajo el título: Archeología
el conocimiento de la secuencia en que se habían depo- dell’edilizia storica.
sitado los estratos que los contenían, aportaba informa- En España el interés por la arqueología estratigráfi-
ción preciosa de carácter cronológico que servía para ca de los edificios también había comenzado en los 80,
mejorar las dataciones. pero podríamos decir que de una forma algo más tímida.
El primer jalón de la arqueología estratigráfica hay Nombres a destacar como pioneros en la Península Ibérica
que ubicarlo en el Reino Unido. Nombres importantes en cabe mencionar a L. Caballero (Azkarate 2001), y como
su primer desarrollo son los de M. Wheeler y K. Kenyon, no también al equipo catalán del Servei del Patrimoni
si bien aquellos que verdaderamente la consolidaron fue- Arquitectònic (Utrero Agudo 2010: 18). En ámbito vasco,
ron sus herederos. Investigadores como M. Biddle y Ph. será A. Azkarate quien, en un fluido intercambio de pa-
Barker, pero sobre todo E. C. Harris, que con su propuesta receres y procedimientos con el equipo de L. Caballero,
de los principios de estratigrafía arqueológica y la inven- vaya incorporando la Arqueología de la Arquitectura a su
ción del diagrama estratigráfico (también conocido como bagaje metodológico. Fueron estos, junto con J. A. Quirós,
Matrix Harris), puso las bases del paradigma de registro los principales impulsores del Seminario Internacional de

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EN EL BANCO DE PRUEBAS DE VITORIA-GASTEIZ (PAÍS VASCO)

Arqueología de la Arquitectura celebrado en 2002 en Vito- En cualquier caso, cada vez que se tiene identi-
ria-Gasteiz, encuentro del que surgirá finalmente la revista ficado un estrato, este recibirá un número que servirá
científica Arqueología de la Arquitectura, una publicación para distinguirlo inequívocamente del resto, siendo asi-
claramente inspirada en su antecesora italiana. mismo su morfología (forma, extensión, posición, etc.)
anotadas sobre aquel repertorio gráfico base que se esté
empleando en el registro del inmueble.
2. LA LECTURA ESTRATIGRÁFICA DE El sistema de registro en una lectura estratigráfica
ALZADOS de alzados está compuesto por dos elementos funda-
mentales. Por un lado estaría ese repertorio gráfico
Desde que G. P. Brogiolo lo definiera en esa obra titulada en el que están representados todos los paramentos
Archeología dell’edilizia storica a la que ya hemos aludi- del inmueble estudiado, un registro gráfico que no es
do, el procedimiento técnico más habitualmente empleado imprescindible que esté confeccionado mediante téc-
para determinar cómo se articula la estratificación de un nicas de captura topográfica (según las circunstancias
edificio viene denominándose “lectura estratigráfica de del proyecto puede considerarse suficiente la realiza-
alzados”. Este procedimiento, siendo en extremo sintético, ción de croquis, o una captura fotográfica ordinaria),
podríamos decir que consiste en determinar cuál es la es- si bien consideramos que, si existe la posibilidad,
tratificación de un inmueble, partiendo principalmente de un buen trabajo topográfico siempre es mejor por el
una exploración directa de la materialidad del mismo. De gran valor añadido que aporta al análisis estratigráfi-
esa estratificación identificada visualmente, o mejor, de las co (Álvarez-González et al. 2003; García-Gómez et
relaciones de antero-posterioridad entre estratos, será de la al. 2011; Martín Talaverano 2014). Por otro lado, a
que a posteriori se deducirá el relato de la evolución cons- parte de lo gráfico, es imprescindible en el registro,
tructiva del inmueble (Caballero Zoreda 1995: 37). un conjunto de fichas analíticas que recoja, ficha por
ficha, el desglose analítico de todas las observaciones
2.1. Identificación de estratos hechas en cada uno de los estratos identificados (com-
plementariamente, suele emplearse un tercer elemento,
El trabajo del arqueólogo o la arqueóloga de la arquitec- un listado-resumen que concentra, en un único docu-
tura en la primera fase de los trabajos consiste esencial- mento, las denominaciones de cada una de las unidades
mente como decimos en ponerse delante del edificio y estratigráficas individualizadas).
hacer una exploración directa de sus muros. El objetivo
es individualizar primero estratos y, después, relaciones 2.2. Del estrato a las relaciones
estratigráficas (García-Gómez 2019). estratigráficas y a la secuencia
Para visualizar los estratos, el investigador o investi- temporal
gadora aplica un doble criterio, un doble criterio tan inte-
riorizado que a menudo se emplea de forma automática, Ahora bien, más allá de los estratos es preciso analizar
es decir, prácticamente sin ser consciente de ello. Este las relaciones físicas que los unen, pues es gracias a
doble criterio tendría por un lado lo que hemos llamado estas relaciones que podemos deducir la secuencia tem-
la “estrategia interfacial”. Esta se fundamenta en la bús- poral en que se han ido produciendo los hechos estrati-
queda de aquellos indicios que denotan por dónde va el gráficos. Para llegar a esta deducción es preciso cotejar
contorno del estrato, o si se prefiere cuáles son las “líneas la relación física observable con las llamadas “leyes de
fronterizas” que lo definen externamente. Estos indicios estratificación arqueológica” (la ley de superposición,
a veces son muy evidentes, pero en la mayor parte de las la ley de horizontalidad original, la ley de continuidad
ocasiones se encuentran parcialmente difuminados en los original y la ley de sucesión estratigráfica; Harris 1991:
muros. Por otro lado, estaría la que hemos denominado 51-58). De ese modo, podremos establecer en términos
“estrategia tipológica” que busca la individualización del de “cronología relativa” qué lugar ocupa, dentro de la
estrato a partir de la identificación de los rasgos internos secuencia temporal de la construcción del edificio, el
que caracterizan su sustancia o contenido, rasgos que estrato que estemos analizando.
pueden ser muy diversos; desde el tipo de material cons- Cuando se tienen todas las relaciones estratigráficas
tructivo empleado, hasta el tipo de aparejo o la presencia claras, es el momento de confeccionar el Diagrama de Se-
de determinadas marcas de cantero. cuencia Estratigráfica del Edificio, conocido comúnmente

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5 Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez, Agustín Azkarate

como Matrix Harris, el cual recoge, gráficamente, y de 3. MÉTODOS ESTRATO-TIPOLÓGICOS


forma sintetizada, todos los estratos existentes en el
edificio, eso sí, conjuntamente con las correspondien- Ahora bien, en determinadas circunstancias resulta impo-
tes relaciones de antero-posterioridad que los asocian. sible realizar una lectura estratigráfica de alzados al uso
En el citado diagrama, cada estrato viene representado como la que acabamos de explicar en el anterior apartado.
por una cartela con un número, único e intransferible, Nos estamos refiriendo a aquellos casos en los que las
que es con el que, en la primera fase de exploración interfaces y el contorno de los estratos son imposibles
del inmueble, ya se le habrá denominado o identificado de distinguir. Una situación que puede darse por varias
(tanto en el registro alfanumérico como en el registro razones: bien porque la fábrica del edificio se encuentre
gráfico). De la cartela de cada estrato salen diversas recubierta por un revestimiento que enmascara, total o
líneas que son las que representan gráficamente esos parcialmente, la estratificación del inmueble, bien porque
vínculos que ese estrato tiene con aquellos otros con el conjunto a analizar tiene unas dimensiones que superan
él confinantes. Convencionalmente, los estratos más con mucho las capacidades perceptivas del investigador
modernos son siempre representados en la zona supe- que se pone delante del muro a explorar y diferenciar con-
rior del esquema y los más antiguos sucesivamente en textos. Con todo, incluso en estas situaciones aún existen
niveles inferiores. formas de rastrear (podríamos decir, indirectamente) esa
estratificación en apariencia imperceptible.
2.3. Contextualización histórico- A continuación, vamos a exponer, de forma necesa-
arqueológica del objeto de estudio riamente breve, diversos desarrollos metodológicos que
hemos elaborado con el fin de adaptar la aproximación
No obstante, si bien con la lectura de alzados obtene- estratigráfica a otras realidades construidas de mayores
mos la columna vertebral clave para la comprensión dimensiones. Todas ellas tienen su origen de uno u otro
cronológica del edificio, los límites temporales de las modo en el llamado “análisis configuracional” y en la
distintas etapas constructivas detectadas mediante el “cronotipología relativa”, ambos conceptos teorizados
análisis estratigráfico permanecerán difusas si es que no principalmente por T. Mannoni, si bien a pesar de su
se puede recurrir a otras técnicas de datación que nos gran potencialidad son herramientas a las que, creemos,
permitan precisar esos límites temporales. Una buena aún no se les ha sacado suficiente partido.
definición de estos es fundamental sobre todo si se Como se verá, en nuestro discurso expositivo ire-
aspira a contextualizar históricamente la evolución del mos pasando de realidades de estudio menos extensas a
edificio. Para ello, en una fase de los trabajos de lectura otras más extensas, aunque no es nuestra intención con
que podríamos denominar de “postproducción”, se sue- ello inducir a la confusión de que a mayor tamaño del
len explorar otras vías informativas complementarias, objeto de estudio corresponde una metodología cada
vías que podemos resumir en cuatro fundamentales; vez más compleja. En realidad, habría que hablar de una
texto inscrito en los propios muros, documentación es- misma herramienta de trabajo ajustada en cada momen-
crita (bibliográfica o de archivo), tipología y/o métodos to según el contexto de aplicación.
físico químicos. Todas ellas nos servirán para precisar
la cronología de los distintos estratos individualizados. 3.1. Análisis configuracional y
Finalmente, gracias a estas otras formas de datación, cronotipología relativa
aquella secuencia evolutiva deducida directamente del
análisis estratigráfico del edificio, habrá ganado lo su- Existe como decimos un modo de inferir indirectamente
ficiente en nitidez y definición cronológica como para la estratificación del edificio que, en esencia, consiste
que toda esa información que ha quedado depositada en en realizar un análisis tipológico de aquellos rasgos
sus muros nos permita hacer otro tipo de inferencias de formales visibles que se repiten en su arquitectura te-
carácter histórico, ayudándonos por ejemplo al estudio niendo muy en cuenta la ubicación espacial de unos con
de las técnicas constructivas, al de los usos del espacio, respecto a otros; estamos refiriéndonos entre otros a los
al de los ciclos productivos o sencillamente al de la perfiles de capitel, a los perfiles de basa, a la sección de
contextualización socio-económica del edificio dentro las nervaduras en una bóveda, a los tipos de arco o de
del marco urbano o territorial en el que este se enclava dintel empleados en puertas y ventanas, etc. (García-
(García-Gómez 2019). Gómez et al. 2011).

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Este método de análisis también surgió en Italia y 1. Individualización de variables. Se registraron dos tipos
fue originalmente bautizado como “análisis configura- de variables, por un lado, variables de carácter técnico-
cional” por aquellos que lo idearon (Mannoni 1998). constructivo (litología, aparejo, talla, marcas de cantero,
Su operativa se basaba en una técnica o fundamento de etc.) y por otro, variables de carácter formal (tipos de
registro conocido como “cronotipología relativa” (Fe- puntilla en los arcos del triforio, tipos de capiteles, etc.).
rrando Carona et al. 1989) que según la definición de 2. Georreferenciación de variables seleccionadas. Se
Gabbrielli (1996: 17) consistía en localizaron sobre la planimetría los puntos del edi-
ficio donde se manifestaban las distintas variables.
estudiar las variaciones del tipo para establecer si estas 3. Individualización y mapeado de los clústeres de
expresan diferencias cronológicas. En otros términos, las variables. Analizando el modo en que las variables
informaciones que emergen se basan en la individualiza- dispersas por todo el templo tendían a asociarse en
ción de las concordancias y discordancias existentes en- el espacio tridimensional de la catedral, fue posible
tre dos unidades de un elemento arquitectónico repetido individualizar distintos conjuntos de variables que
en serie en un mismo edificio. La repetición en serie es tendían a agruparse y localizarse en determinadas
una condición indispensable para la investigación. partes del edificio. A cada uno de esos conjuntos o
agrupaciones los considerábamos un clúster cons-
Esta metodología fue aplicada con un éxito mani- tructivo (por así decir, el equivalente de un estrato).
fiesto en algunas investigaciones clásicas como la de la 4. Análisis de las interfaces. Los clústeres construc-
abadía de San Galgano (Gabbrielli 1998), o la del Pala- tivos representaban partes del edificio constructi-
zzo Pubblico de Siena (Camporeale et al. 2001). vamente homogéneas, pero su contorno quedaba
indefinido. Para definir ese contorno se trabajaba
3.2. Análisis clúster aplicado en la sobre la representación planimétrica analizando la
Catedral de Santa María de Vitoria dispersión de las variables por los muros y según
fuera esa dispersión se deducía donde estaban los
Nuestra primera experiencia con la “cronotipología límites interfaciales entre los clústeres.
relativa” en el Grupo de Investigación en Patrimonio 5. Determinación de la secuencia relativa. Una vez defini-
Construido (UPV/EHU) tuvo lugar a fines de la pasada dos los contornos interfaciales, estos fueron empleados
centuria en la Catedral Santa María de Vitoria (Azka- para estudiar y establecer las relaciones de antero-
rate et al. 2001: 134-200; Azkarate 2010). No obstan- posterioridad que ligaban unos clústeres constructivos
te, si bien en un principio nos ceñimos al modelo de con otros. Gracias a ello se pudo establecer la secuen-
“cronotipología relativa” definido en Italia, enseguida cia cronológica relativa, el orden, en que se había ido
nos dimos cuenta de que, para que el método fuera produciendo la evolución arquitectónica del conjunto.
verdaderamente aplicable en nuestro contexto, había 6. Determinación de la secuencia absoluta. El análisis
que introducir algunos cambios, cambios que acabaron de las relaciones estratigráficas existentes entre esas
transformando tanto el concepto original que preferi- UUEE, en combinación con los estudios sobre la
mos acuñar una nueva denominación para un método documentación escrita y otro tipo de dataciones ab-
que al final calificamos como “análisis clúster”. Algu- solutas, proporcionaron fechas concretas para deter-
nas particularidades del nuevo diseño metodológico minadas acciones constructivas, lo que permitió la
fueron la combinación de la estratigrafía con las técni- determinación de una secuencia cronológica abso-
cas cronotipológicas, y sobre todo la incorporación de luta y la contextualización histórica de la evolución
un nuevo elemento conceptual, el clúster. No obstante, constructiva de la catedral, siglo a siglo, año a año.
si tuviésemos que resaltar aquella aportación que con-
sideramos más relevante, destacaríamos el hecho de Como resultado de esta investigación en la catedral se
que en nuestro caso el empleo de la “cronotipología detectaron un total de diez clústeres (Fig. 3) cada uno de ellos
relativa” seguía primando ‒como en la lectura estra- correspondiente a una de las siguientes etapas cronológicas:
tigráfica clásica‒ la búsqueda e individualización de 1) preexistencias (anteriores a mediados del siglo XII); 2)
interfaces. Véase especialmente el cuarto punto de la Alfonso VIII (1158-1214); 3) gótico A (ca. 1252-1295);
siguiente secuencia operativa que en que se dividía 4) gótico B (ca. 1330-1400); 5) siglo XV; 6) siglo XVI; 7)
nuestro procedimiento (Fig. 2): siglo XVII; 8) siglo XVIII; 9) siglo XIX y 10) siglo XX.

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Figura 2. Secuencia operativa de la experiencia con la “cronotipología relativa” en la Catedral Santa María de Vitoria. Fuente: Azkarate 2010: 56.

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Figura 3. Fases constructivas individualizadas en la catedral Santa María por medio del “análisis clúster”. Fuente: Azkarate et al. 2001: 134-200.

4. ANÁLISIS ESTRATIGRÁFICO DEL que, desde nuestro grupo de investigación, defendieron L.


PAISAJE ANTROPIZADO Sánchez Zufiaurre (2007) sobre las iglesias prefeudales en
Álava, y Alberto Plata (2008; Plata y Erkiaga 2018) sobre el
Insospechadamente, la metodología de “análisis clúster” valle salado de Añana nos proporcionaron claras muestras
desarrollada en la catedral no solo iba a permitirnos abordar de que esto era posible. Por nuestra parte, decidimos que
el estudio de conjuntos histórico-arquitectónicos más com- sería interesante intentar ponerlo en práctica en un casco
plejos, sino que también iba a abrirnos un nuevo campo de urbano, y como es lógico, por cercanía (aunque también
investigación, el del paisaje antropizado. Las tesis doctorales por su interés, como no) optamos por el de Vitoria-Gasteiz.

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4.1. Análisis clúster aplicado a un inmueble y se realizó asimismo la lectura estrati-


paisaje histórico urbano, Vitoria- gráfica de alzados (no en profundidad) de algunos
Gasteiz conjuntos que presentaban particularidades rele-
vantes desde el punto de vista cronológico.
No éramos pioneros sin embargo en esto. Que tengamos co- b) Definición de variables. Con toda la información
nocimiento, las primeras experiencias de análisis estratigrá- recabada en la fase anterior, en esta se selec-
fico y cronotipológico aplicadas a todo un conjunto urbano cionaron aquellos elementos que, además de
se produjeron en la Liguria de los años setenta y las llevó a repetirse seriadamente en la mayoría de inmue-
cabo el Istituto di Storia della Cultura Materiale. Inspirados bles, presentaban entre sí rasgos morfológicos
en aquellas tempranas experiencias del ISCUM y en las ya netamente diferenciables y potencialmente indi-
aludidas de Sánchez Zufiaurre y Plata pusimos marcha un cadores de una cronología. El resultado de todo
nuevo proyecto de “análisis clúster” que se desarrolló en este proceso fue un listado de variables que se
tres grandes fases a lo largo de prácticamente cinco años: agrupaban en 10 familias; litología, tipo de apa-
rejo, instrumento de labra, tipo de blasón, tipo
1. En una primera fase, que a pesar de ocuparnos dos de vano, tipo de balcón, tipo de mirador, tipo de
años podríamos considerar preparatoria, el trabajo medianil y modelo de histograma latericio.
consistió en la estructuración y programación de un c) Georreferenciación de variables. En esta fase se
buen repositorio donde almacenar toda la información introdujeron en el SIG todos los elementos ante-
generada. No hablamos por supuesto de una simple riormente catalogados con sus correspondientes
base de datos sino de todo un Sistema de Información variables asociadas en sus coordenadas “x” e “y”
Geográfica que iba a ser clave, porque todos los datos reales, es decir, se insertaron dentro de la planta del
introducidos en dicho repositorio debían estar referidos casco histórico de Vitoria que constituía la base de
a algún punto o elemento concretamente localizado en dicho Sistema de Información Geográfica.
el espacio. Asimismo, durante esta fase procedimos d) Definición de variables diagnóstico. No todas las
con un exhaustivo vaciado de informes de excavación variables tienen la misma capacidad informativa,
arqueológica y de archivos, gracias al cual nos hicimos algunas se repiten tanto que resultan poco discrimi-
con prácticamente toda la cartografía histórica exis- nantes o significativas, otras están tan escasamente
tente sobre Vitoria y tuvimos conocimiento de ciertos representadas en la muestra que apenas permiten un
documentos de carácter municipal que al cabo del trabajo de comparación. Con ayuda del Sistema de
tiempo se demostrarían clave para obtener dataciones Información Geográfica descartamos todas aquellas
más precisas de ciertas realidades construidas. y nos quedamos con un conjunto de rango interme-
2. En una segunda fase procedimos con la mayor parte dio, de tal forma que de un total de 10 familias de
del trabajo de campo, o dicho de otro modo, con la variables finalmente nos quedamos solo con tres:
exploración directa de los inmuebles que forman par- litología (7 variables), tipo de vano (20 variables)
te del Casco Histórico de Vitoria, en busca de indicios y el modelo de histograma latericio (4 variables).
reveladores de la estratificación de la realidad urbana. e) Articulación de clústeres. Con base en la distri-
Hablamos siempre de hechos detectables sobre cota bución de esas variables, sobre el plano del cas-
0, ya que no realizamos excavaciones específicas co histórico de Vitoria, se determinó cuáles eran
(aunque tuvimos muy en cuenta los datos recabados las agrupaciones más homogéneas y se definió
en el vaciado de informes de excavación arqueológica su contorno o interfaz por medio del estableci-
que habíamos hecho en la fase anterior). Por presen- miento de sus superficies de tendencia.
tarlo de una forma más sistemática, podríamos hablar f) Establecimiento de la secuencia cronológica relati-
de seis grandes etapas de trabajo dentro de esta fase: va. Atendiendo a la relación espacial entre los distin-
tos clústeres definidos se estableció una secuencia
a) Prospección. Esta fue propiamente la fase de de hechos urbanísticos que da cuenta del proceso de
exploración y escrutinio de los inmuebles en la expansión del caserío del casco histórico de Vitoria.
que se registraron todos los edificios y elementos
constructivos que iban a ser analizados por varia- Como resultado de esta investigación se detectaron un
bles. Se confeccionaron fichas detalladas de cada total de nueve clústeres (Fig. 4) que en la contextualización

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Figura 4. Fases en la evolución del centro histórico de Vitoria-Gasteiz


individualizadas mediante “análisis clúster”. La numeración de los Figura 5. Análisis del grado de “integración global” del casco histórico de
clústeres no tiene por qué coincidir con los de la secuencia relativa Vitoria-Gasteiz, una de las cuantificaciones más empleadas en los análisis
elaborada que debe leerse de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, sintácticos del espacio. Fuente: Azkarate 2010: 63, memoria inédita.
correspondiendo el “clúster 2” a la primera fase. Fuente: Azkarate 2010.

arqueológica fueron interpretados y distribuidos en cinco sintaxis espacial (y que también han percibido otros in-
etapas que denominamos del siguiente modo: 1) endo- vestigadores; Bermejo 2009: 57), acabó por convencernos
génesis (siglo XVII); 2) cambio de polaridad (fines del de que teníamos que decantarnos por la vía del “análisis
siglo XVII); 3) crecimiento (mediados del siglo XVIII); 4) clúster” pues este sí que estaba específicamente diseñado
drenaje (mediados del siglo XIX); 5) abandono (segunda para discernir etapas dentro de los fenómenos constructi-
mitad del siglo XIX) (Azkarate 2010). vos. Dicho de otro modo, una vez establecida (mediante
Siempre dentro de esta segunda fase hay que decir “análisis clúster”) cuál era la materialidad del tejido urbano
que, en paralelo al procedimiento arriba indicado, también en cada momento histórico, es cuando tendría sentido apli-
emprendimos otra vía metodológica de análisis del fenó- car a cada uno de esos momentos por separado el análisis
meno urbano más en la clave del conocido space syntax de sincrónico de su sintaxis espacial.
Hillier y Hanson (1989) (Fig. 5). En un principio, confiá-
bamos en que este enfoque iba a ofrecernos múltiples posi- 4.2. Análisis estratigráfico del trazado
bilidades interpretativas, sin embargo, nos dimos cuenta de viario de Vitoria-Gasteiz
que, a pesar de ese interesante horizonte que se nos abría,
este tipo de análisis no nos ayudaba a discernir la diacronía En una tercera fase de aquella misma investigación
en la evolución del tejido urbano; lo cual, entendíamos (y sobre el casco histórico de Vitoria, optamos aún por
entendemos) es una prioridad en Arqueología de la Arqui- una tercera estrategia para abordar, sin excavación, la
tectura. Esta limitación observada en la metodología de la estratigrafía de la ciudad antigua. Este trabajo, que se

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11 Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez, Agustín Azkarate

convirtió en tesis doctoral (García-Gómez 2017: 429- 2. Individualización del “grafo maestro”. Partiendo de
481), partía de una sencilla reflexión que tiene que ver aquella base cartográfica se elaboró otro plano de
con que, cuando pensamos arqueológicamente en un carácter más abstracto, o vectorial si se prefiere, que
tejido urbano, lo primero que suele venirnos en mente respetando la escala y geometría de los plano-base
son los edificios que flanquean las calles y no tanto las originales, recogía tan solo la línea de los trazados
calles en sí, es decir, no tanto su trazado. Sin embargo, de calles y caminos. A este plano lo denominamos
es bastante obvio que, a la hora de estructurar un asenta- “grafo maestro” y representaba el esqueleto viario
miento, el papel del trazado viario es quizá más impor- de la urbe, dejando a un lado todo lo demás.
tante que el de las propias construcciones, pues es este el 3. Análisis de los puntos de intersección y estable-
que permite el transporte y desplazamiento de un lugar cimiento de la secuencia cronológica relativa.
a otro, un movimiento sin el que un núcleo habitado Se estudiaron todos los puntos de intersección
no podría ni subsistir, ni evolucionar. Decidimos por lo entre trazados y se establecieron las relaciones
tanto fijar nuestro interés estratigráfico en esos trazados. de antero-posterioridad según el siguiente criterio
Advirtamos antes de seguir que cuando hablamos básico: por un lado, cuando un trazado mantiene
de analizar estratigráficamente los trazados viarios no su rectitud al atravesar un punto de intersección,
nos estamos refiriendo a estudiar la estratigrafía de los cabe pensar que la aparición de la intersección (es
distintos pavimentos que han ido sucediéndose en un decir la aparición del otro trazado o trazados que
mismo lugar, sino más bien al análisis de una estratigra- allí confluyen) es posterior al de aquel primero que
fía de las ramificaciones de los trazados en sí con objeto se estaba considerando; por otro lado, a la inversa,
un trazado que desemboca en una intersección y
de poder determinar distintos momentos en la evolución
no la atraviesa, se entiende que ha surgido con
del tejido urbano. La metodología que empleamos en
“posterioridad” al trazado con el que interseca. En
esta ocasión estaba inspirada en las reflexiones de R.
la medida en que el tejido urbano presenta cientos
Chevalier (1997), que, al analizar desde múltiples pun-
de confluencias encadenadas, fue posible deducir
tos de vista la red viaria del Imperio Romano, observó
de ese encadenamiento una secuencia cronológica
ciertas pautas en la configuración de esa retícula que po-
relativa por fases para la evolución viaria de todo
dían servir como indicadores cronológicos. En esencia,
el asentamiento. Cuando estas fases las tuvimos
se dio cuenta de que, si analizaba la morfología de las
claras confeccionamos lo que hemos denominado
intersecciones entre caminos, según fuera la conjunción
“grafos de fase” que representan el desarrollo de la
entre estos, era posible deducir una “cronología relati-
retícula urbana en cada momento sucesivo.
va”, es decir, era posible deducir cuáles habían surgido 4. Establecimiento de la secuencia cronológica absolu-
de cuáles, o si se prefiere, cuáles eran anteriores y cuáles ta. En esta etapa de los trabajos se trató de recurrir
posteriores. a toda la información cartográfica y escrita de ar-
Nuestro trabajo partió por lo tanto de la hipótesis de chivo que pudo servirnos para precisar la datación,
que, esa suerte de principio de estratificación viaria que no tanto de los trazados, como de los puntos de
había descubierto Chevalier, podía funcionar no solo a intersección entre ellos ya que el origen de estos
escala regional, en vías de comunicación interurbanas suele estar denotado por la aparición de algún hito o
sino también, dentro del propio tejido viario de un asen- actividad humana concreta asociada a ese punto; la
tamiento. Los pasos que dimos hasta poder presentar construcción de un puente para cruzar un riachuelo,
una lectura estratigráfica de los trazados viarios de Vito- la erección de una fuente, el surgimiento de una pla-
ria fueron los siguientes: za de mercado, etc.

1. Elaboración de la cartografía base. Para llevar a Como resultado de esta investigación en la trama
cabo este tipo de análisis tuvimos que hacernos con viaria del casco histórico de Vitoria se detectaron siete
una buena cartografía de base, lo más precisa posi- fases de su evolución (Fig. 6): 1) triángulo genésico
ble. Si es factible, las planimetrías de escala 1:5000 (mediados siglo VIII ante quem); 2) inicios como polo
son una buena opción. Otra alternativa son las tractor (principios del siglo XII ante quem); 3) conso-
ortofotos de alta resolución. En este caso pudimos lidación como único polo tractor (mediados del siglo
contar con las dos. XII); 4) ampliación occidental (finales del siglo XII); 5)

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DEL EDIFICIO AL PAISAJE, UNA PANORÁMICA METODOLÓGICA DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA 12
EN EL BANCO DE PRUEBAS DE VITORIA-GASTEIZ (PAÍS VASCO)

Figura 6. Tres de las fases evolutivas del centro histórico de Vitoria-Gasteiz individualizadas mediante el análisis estratigráfico del trazado viario.
Fuente: García-Gómez 2017.

ampliación oriental (segunda mitad del siglo XIII); 6) los siglos. Así, un árbol trasmocho, es decir, un árbol cuyo
cierre septentrional (principios del siglo XIV) y 7) cierre crecimiento ha sido conducido de una determinada ma-
meridional (finales del siglo XV). nera a lo largo de decenios para la producción de madera
(da igual si para el carboneo o la construcción) debería
4.3. Análisis estratigráfico de paisajes ser considerado un artefacto tan arqueológico como una
históricos extra-urbanos, del caso de cerámica por más que al tratarse de un ser vivo este haya
los Montes de Vitoria tendido a recuperar su aspecto natural después de la des-
aparición de ciertos modos de explotación del bosque.
Si la cultura material, artefactual, ocupa un lugar central Partiendo por lo tanto de la idea de que el estudio
en el campo de intereses de la Arqueología, también de- de los “ecofactos” debería recibir una mayor atención
bería ocuparlo la cultura “ecofactual”. De hecho, el paisa- por parte de la Arqueología de la Arquitectura, creímos
je en torno a nuestras ciudades que, acaso por comodidad, que probablemente la metodología empleada en el cas-
solemos calificar de natural, tiene muy poco de natural, co histórico de Vitoria-Gasteiz podría ser aplicable en
al menos en un sentido arqueológico, pues es de sobra su hinterland paisajístico (García-Gómez et al. 2011
conocido que también ese es un espacio profundamente memoria inédita; Martínez Montecelo y Rodríguez Fer-
transformado por la acción del ser humano a lo largo de nández 2013). Escogimos para ello una zona concreta de

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13 Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez, Agustín Azkarate

los llamados Montes de Vitoria, un entorno de masa bos- elementos registrados se hizo un desglose por varia-
cosa que ha sido del que tradicionalmente se ha servido bles. En un primer momento, fuimos maximalistas
la ciudad para obtener todo tipo de recursos forestales. (Sánchez-Zufiaurre 2007: 73) considerando en el
En este caso el procedimiento de “análisis clúster” que registro prácticamente todo tipo de variables de las
aplicamos podría sintetizarse en estos siete pasos: cuales aún no teníamos la certeza, pero creíamos
que iban a ser interesantes. Es por ello que una vez
1. Elaboración de la cartografía base. Al igual que en completada la prospección fue necesario trabajar
los trabajos realizados en la Catedral Santa María con el Sistema de Información Geográfica para
y el casco histórico de Vitoria, este trabajo hubo descartar aquellas variables que por ser demasiado
de cimentarse sobre la articulación de un Sistema comunes ‒o todo lo contrario, por ser demasiado
de Información Geográfica. Para ello, aparte de las excepcionales‒ no iban a ser muy significativas a la
cuestiones puramente informáticas y de programa- hora de formar las agrupaciones. Al final, de todos
ción se realizó una labor básica de documentación los elementos registrados nos quedamos tan solo con
cartográfica (trabajando con varias escalas a la vez, cinco variables: “especie de árbol”, “datación den-
1:5000, 1:25000 y 1:50000). También se llevó a drocronológica del árbol”, “tamaño de carbonera”,
cabo un vaciado toponímico, bibliográfico e incluso “proporción de la carbonera” y “perfil superficial de
etnográfico que nos permitiera tener un soporte bien carbonera”.
articulado sobre el que poder ir volcando todos los 5. Individualización de clústeres. De la distinta com-
datos recopilados durante la prospección. binación de dichas variables obtuvimos un total de
2. Prospección y elementos. La cobertura de la pros- 29 clústeres que tenían una localización concreta
pección tuvo un carácter de muestreo, es decir, se dentro del área de muestreo.
limitó a un 30 % del área de estudio. Si bien desde 6. Análisis de relaciones estratigráficas y elaboración
el punto de vista estadístico, lo ideal hubiera sido de la secuencia cronológica relativa. En la medida
aplicar un muestreo aleatorio simple, dados los en que un número considerable de los elementos
importantes contrastes altitudinales optamos por un que componían esos clústeres estaban situados en
muestreo sistemático. El número de prospectores sus zonas fronterizas, llegando incluso a entrar en
por unidad de muestreo fue de dos, dispuestos a contacto, el análisis topológico de estos nos permitió
una distancia –condicionada por las características deducir unas relaciones estratigráficas de antero-
del terreno y la época del año en que se realizaba posterioridad y por lo tanto proponer una secuencia
la prospección– de 20 metros, con lo cual en cada cronológica relativa de la sucesión de ecofactos
pasada quedaba barrida una franja de unos 40 me- dentro de la zona de estudio.
tros. El sistema de barrido consistió en recorridos 7. Establecimiento de la secuencia cronológica absoluta.
de campo que seguían unas curvas de nivel determi- Aunque, en un intento de facilitar la comprensión de
nadas, en concreto las situadas a una equidistancia nuestra metodología, hemos mantenido esta etapa del
de 50 metros, comenzando desde la isohipsa de los establecimiento de la cronología absoluta en último
650 metros. Esta equidistancia entre las unidades lugar, en este trabajo, las dataciones dendrocronoló-
de muestreo fue determinada en función de las gicas, realizadas en diversos árboles de la masa fo-
características propias de la cuenca visual. Los ele- restal de los montes de Vitoria, nos sirvieron tanto de
mentos objeto de registro fueron antiguos mojones, variable para diferenciar clústeres como de referencia
vestigios de antiguos caminos, árboles trasmochos, cronológica para asignar una datación absoluta.
jarales, carboneras, abejeras, tejeras, caleros, neve-
ras, canteras, fuentes e indicios de viejas cabañas. Como resultado de esta investigación aplicada en
3. Georreferenciación. Cada equipo de prospección los montes de Vitoria se formaron como acabamos de
disponía de un GPS que le permitía geolocalizar comentar 29 clústeres (Fig. 7), los cuales han sido in-
su hallazgo con gran precisión y sobre todo de un terpretados como pertenecientes a seis momentos dife-
modo digital fácilmente descargable e insertable en rentes en la evolución de la explotación de los recursos
el Sistema de Información Geográfica. forestales: 1) un modelo productivo de corte medieval,
4. Determinación de las variables diagnóstico. Du- modelo 1 (segunda mitad del siglo XV); 2) difusión/ex-
rante el trabajo de prospección, de cada uno de los pansión del modelo 1 (siglo XVI); 3) ocaso del modelo

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DEL EDIFICIO AL PAISAJE, UNA PANORÁMICA METODOLÓGICA DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA 14
EN EL BANCO DE PRUEBAS DE VITORIA-GASTEIZ (PAÍS VASCO)

Figura 7. Clústeres individualizados en el estudio de los Montes de Vitoria. Fuentes: García-Gómez et al. 2011 y Martínez Montecelo y Rodríguez
Fernández 2013.

1 (siglo XVII); 4) introducción de un nuevo modelo pro- optado por su inclusión responde a que solo de este
ductivo, modelo 2 (siglo XVIII); 5) ocaso del modelo 2 modo tendríamos el pie para introducir una de las ideas
(siglo XIX) y 6) actividad residual (siglo XX). con las que queríamos concluir este trabajo. Esa idea es
que todos estos procedimientos analíticos no se pueden
autojustificar; el método por el método no nos sirve si no
5. A MODO DE CONCLUSIÓN es para “poner voz” a la cultura material, a la estratigra-
fía, permitiendo que la arqueología haga su aportación
Como habrá podido observarse, aunque solo de un genuina desde el lenguaje de las cosas. En cada uno de
modo testimonial, al final de la explicación de cada los proyectos a los que hemos hecho referencia, esas
procedimiento metodológico hemos querido dejar cons- secuencias evolutivas desglosadas por fases que aquí
tancia de la secuencia interpretativa resultante de su aparecen al final, son solo en realidad el punto de partida
aplicación. Hemos dudado de si hacerlo aportaría algo de la verdadera investigación porque todas ellas deben
a este artículo, y la razón de que finalmente hayamos ser contrastadas, enriquecidas, corregidas, recurriendo a

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.010 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e102
15 Amaia Mesanza-Moraza, Ismael García-Gómez, Agustín Azkarate

otras fuentes, y deben entrar en el debate historiográfico Asimismo, parte de los proyectos que aquí aparecen
con especialistas de otras disciplinas. Para aquellos que se han podido llevar a cabo gracias al apoyo y financia-
estén interesados en esa segunda parte de las investiga- ción del Grupo de Investigación en Patrimonio Cons-
ciones, nos remitimos a todas las referencias bibliográ- truido de la UPV/EHU en colaboración con la empresa
ficas aportadas a lo largo de estas líneas. Enklabe Koop. S. Txikia.
Para finalizar, muy a propósito apuntábamos en el
título de este artículo que esta es “una panorámica meto-
dológica” sobre Arqueología de la Arquitectura, lo cual MEMORIAS CIENTÍFICAS INÉDITAS
lleva implícito que por supuesto sabemos que son posi- CONSULTADAS
bles otras panorámicas igualmente válidas. Han quedado
fuera muchos proyectos y muchos nombres importantes Azkarate Garai-Olaun, A. 2010: Estudio histórico-arqueológico del casco
histórico de Vitoria-Gasteiz. Protocolos de intervención, modelos de
dentro de nuestra disciplina, pero sobre todo han que- gestión y Sistema de Información Patrimonial (SWIP). (Memoria inédita).
dado fuera muchas cuestiones que van a ser claves para García-Gómez, I., Domínguez Beltrán de Heredia, I. C., Fernández de Goros-
tiza López de Viñaspre, M., Gómez Calvo, E., Martínez Montecelo, A., Ro-
su evolución o supervivencia. No hemos podido profun-
dríguez Fernández, J. y Azkarate Garai-Olaun, A. 2011: Montes de Vitoria:
dizar por ejemplo en todo lo relativo a las tecnologías Análisis clúster aplicado al estudio estratigráfico de paisajes antropizados.
que están revolucionando nuestra forma de percibir el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido (GPAC) de la Universidad
del País Vasco (UPV/EHU). Vitoria-Gasteiz. (Memoria inédita).
fenómeno construido. Apenas hemos hablado de las últi- Mesanza-Moraza, A. 2017: Análisis multivariante aplicado a la lectura es-
mas técnicas de registro topográfico, de la fotogrametría tratigráfica de alzados. Universidad de Salamanca (Tesis doctoral inédita).
convergente, del láser-escáner, del GPS. Tampoco de las
modernas herramientas cartográficas, desde los Sistemas
de Información Geográfica al propio Google Earth, ni de BIBLIOGRAFÍA
las Infraestructuras de Datos Espaciales (IDE). Tampoco
Álvarez González, I., Lopetegi Galarraga, A., Mesanza Moraza, A., Valle
hemos podido dar cabida al reto que supone la gran ca- Melón, J. M. y Vicente Espina, I. 2003: “Diferentes propuestas para la
pacidad de procesamiento de datos que nos ofrecen en la representación geométrica de edificios históricos”, Arqueología de la Ar-
actualidad las herramientas informáticas, y que creemos quitectura, 2, pp. 9-12. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2003.18
Azkarate, A. 2001: Arqueología de la Arquitectura (Experiencias de investi-
no están siendo suficientemente aprovechadas por la Ar- gación desde la Universidad del País Vasco). Lección inaugural de apertu-
queología de la Arquitectura, nos referimos a cuestiones ra del Curso Académico de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko
como el data mining o la automatización del trabajo de Unibertsitatea, 2001-2002. Universidad del País Vasco, Bilbao.
Azkarate, A. 2010: “El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio
lectura estratigráfica de alzados (Azkarate et al. 2018; construido”, en Arqueología aplicada al estudio de edificios históricos. Úl-
Mesanza-Moraza 2017; Mesanza et al. e. p.). Todas estas timas tendencias metodológicas, pp. 51-54. Ministerio de Cultura, Madrid.
Azkarate, A., Camara, J. I., Lasagabaster, J. I. y Latorre, P. 2001: Plan
cuestiones son clave, porque, desde el momento en que
Director para la Restauración de la Catedral de Santa María de Vitoria-
todas ellas influyen e influirán en nuestra forma de perci- Gasteiz. Vitoria-Gasteiz. Diputación Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz.
bir el objeto de estudio (la arquitectura, lo construido, el Azkarate Garai-Olaun, A., Caballero Zoreda, L. y Quirós Castillo, J. A. 2002:
“Arqueología de la Arquitectura: definición disciplinar y nuevas perspecti-
paisaje antropizado, etc.), influirán también en la defini- vas”, Arqueología de la Arquitectura, 1, pp. 7-10.
ción futura de nuestra disciplina. Azkarate Garai-Olaun, A., García-Gómez, I. y Mesanza-Moraza, A. 2018:
“Análisis clúster: un primer paso sobre técnicas cuantitativas en Arqueo-
logía de la Arquitectura”, Arqueología de la Arquitectura, 15, pp. 1-18.
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2018.014
AGRADECIMIENTOS Bermejo, J. 2009: “Leyendo los espacios: una aproximación crítica a la sín-
tesis espacial como herramienta de análisis arqueológico”, Arqueología de
la Arquitectura, 6, pp. 47-62. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2009.09004
Trabajo realizado en el marco del Proyecto de investi- Brogiolo, G. P. 1988: Archeologia dell’edilizia storica. Edizioni New Press, Como.
gación “La Arqueología de la Arquitectura: nuevos retos Caballero Zoreda, L. 1995: “Método para el análisis estratigráfico de cons-
metodológicos y su aplicación en Europa y América trucciones históricas o lectura de paramentos”, Informes de la Construc-
ción, 46, 435, pp. 37-46. https://doi.org/10.3989/ic.1995.v46.i435.1096
Latina” (HAR2015-64439-P), financiado por el Ministe- Camporeale, S., Gabrielli, F., Pais, A. y Parenti, R. 2001: “La facciata del
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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e102 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.010
DEL EDIFICIO AL PAISAJE, UNA PANORÁMICA METODOLÓGICA DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA 16
EN EL BANCO DE PRUEBAS DE VITORIA-GASTEIZ (PAÍS VASCO)

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e103
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.011

MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Arqueología de la Arquitectura, una mirada desde América del Sur

Archaeology of Architecture, a view from South America

Andrés Zarankin1
Departamento de Antropologia y Arqueologia, UFMG, Brasil

Pedro Paulo A. Funari2


Departamento de História, Unicamp, Brasil

RESUMEN
La Arqueología de la Arquitectura en América del Sur, a pesar de diversa y heterogénea, posee algunas
características distintivas. Una de estas ha sido un creciente interés por discutir los sistemas de reproducción de
las estructuras de poder en la región. Concibiendo la arquitectura como una tecnología del poder y una forma de
comunicación no verbal, en este trabajo sintetizamos propuestas teórico metodológicas y casos de estudio, que
hemos desarrollado a lo largo de 20 años.

Palabras clave: América del Sur; Arqueología; casas; escuelas; centros clandestinos de detención; muros.

ABSTRACT
The Archeology of Architecture in South America, despite being diverse and heterogeneous, owns some
distinctive characteristics. One of these has been a growing interest in discussing the strategies for reproducing
power systems in the region. Understanding architecture as a technology of power and a non-verbal type of
communication, in this paper we present a short synthesis of theoretical methodological proposals and study
cases, which we have worked over the last 20 years.

Keywords: South America; Archaeology; houses; schools; clandestine detention centers; walls.

Recibido: 27-09-2019. Aceptado: 04-05-2020. Published online: 16-12-2020

Citation / Cómo citar este artículo


Zarankin, A. y Funari, P. P. A. 2020: “Arqueología de la Arquitectura, una mirada desde América del Sur”, Arqueología de la Arquitectura, 17:
e103. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.011

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-0020-0606
2
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0003-0183-7622
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, UNA MIRADA DESDE AMÉRICA DEL SUR 2

INTRODUCIÓN porteña4, a los cuales incluiremos análisis de los campos


de detención en contexto dictatorial, en Argentina y mu-
Uno de los elementos distintivos de la especie humana ros perimetrales en casas de la ciudad de Belo Horizonte
es su capacidad de proyectar, diseñar y construir su en Brasil.
propio hábitat. El resultado de este proceso es una he-
terogeneidad de estructuras materiales distribuidas en el
paisaje a las que denominamos “Arquitectura”. Desde ARQUEOLOGÍA DE LO COTIDIANO
sus inicios la Arqueología, se ha interesado en estudiar
y analizar la Arquitectura de grupos en el pasado, ape- Lo “cotidiano” es aquello que está presente en el día a
nas como una más entre las tantas evidencias materiales día de las personas. Un espacio en el cual el sistema de
existentes. Sin embargo es únicamente a partir de finales poder utiliza sus estrategias de reproducción y disciplina
del siglo XX que se consolida a nivel mundial un campo más productivos. Es en el cotidiano y en sus prácticas
de investigación específico dentro de la Arqueología que se construye la sociedad. Alimentarse, vestirse, ha-
denominado ”arqueología de la arquitectura”3 (Stead- bitar el espacio, son todos elementos de este cotidiano
man 1996, 2015; Azkarate 2001, 2013; Mañana Borra- que pueden ser fuente del trabajo de la Arqueología.
zás, Blanco Rotea y Ayán Vila 2002; Ayán 2003). En Es por este motivo que varios de nuestros trabajos
América del Sur, este tipo de estudios vienen creciendo están relacionados con reflexiones de los mecanismos
y diversificándose y es posible encontrar trabajos de reproductivos de la sociedad capitalista a partir de una
análisis arquitectónicos/espaciales en sitios prehistóri- Arqueología de la Arquitectura de lo “cotidiano” en la
cos Nielsen (1995), fuertes coloniales (Soares 2015), sociedad moderna (Orser 1996: Johnson 1996), espe-
instituciones totales contemporáneas (Brandão 2018) cialmente centrada en análisis de estructuras construi-
o casas actuales (Zarankin 1999). Al mismo tiempo, das, así como de la organización del espacio (Zarankin
los enfoques teóricos utilizados en estos trabajos son 1999, 2002, 2005a, 2008). Esta propuesta de alguna ma-
bastante amplios. Personalmente nos interesa utilizar la nera, tiene similitudes con lo que Daniel Miller (1987)
arqueología de la arquitectura para discutir los sistemas llamó estudios de “cultura material”, o estudios sobre la
de reproducción de las estructuras de poder a través de “invención de la vida cotidiana” por Michel De Certeau
las prácticas cotidianas (Zarankin y Senatore 2002; Fu- (1980).
nari y Zarankin 2004). Es notorio que existe un preconcepto con este tipo
Desde una arqueología del pasado cercano/reciente/ de estudios, ya que como señala Trigger (1989), para
contemporáneo/presente (Buchli y Lucas 2002; Ruibal bastantes entre quienes se dedican a la arqueología, el
2014) nos proponemos traer una discusión que expone trabajo que no involucra excavaciones o el estudio de
situaciones de reproducción de desigualdad y violencia objetos antiguos no puede llamarse “arqueológico”.
social, y por lo tanto ayuda a construir una sociedad más Personalmente, no compartimos esta posición ortodoxa,
democrática y justa (Funari 1997). Como parte de esa ya que consideramos que la diferencia de nuestro trabajo
búsqueda ética por una práctica arqueológica libertaria, frente a especialistas en otras disciplinas es su capaci-
en este artículo recuperamos algunas cuestiones que dad para comprender e interpretar la “cultura material”
ya presentamos en el pasado para retomar la discusión (independientemente de variables como el espacio, el
sobre el lugar que puede tener la Arqueología en el tiempo o la procedencia de los objetos analizados). Al
estudio del universo cotidiano moderno, en particular mismo tiempo, una “arqueología del cotidiano” puede
la Arqueología de la Arquitectura. Utilizaremos para verse como una arqueología socialmente útil, ya que
nuestro análisis algunos casos de estudio sobre casas contribuye directamente a reflexionar sobre los princi-
familiares y escuelas primarias, a partir de la evidencia pios ideológicos que estructuran nuestras vidas. Como
señala Foucault (1976), solo entendiendo y exponiendo
los dispositivos de reproducción del poder tendremos la
3
  “Arqueología de la arquitectura” es un campo amplio de estudio que
posibilidad de generar cambios en la sociedad.
incluye una gran diversidad de temas y enfoques teóricos, centrados en el Un número importante de arqueólogas y arqueó-
análisis arqueológico de estructuras constructivas. Este tipo de abordajes logos de Sudamérica comparten esta visión y vienen
sobre la materialidad de la arquitectura, ha demostrado un alto potencial para
ayudar a comprender diversos aspectos relacionados con la conformación del
paisaje humano. 4
  Natural de Buenos Aires.

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3 Andrés Zarankin y Pedro Paulo Abreu Funari

desarrollando investigaciones para debatir los rasgos disciplinar del sistema de poder. La construcción del
que caracterizaron el día a día de la sociedad en con- paisaje humano es el producto de la historia de la lucha
textos particulares (Funari 1995, 1999; Andrade Lima por el poder, es decir, de enfrentamientos entre posicio-
1999; Orser y Funari 2001; Symanski 2001; Zarankin nes que intentan dominar y otras resistir. Controlando
2000, 2002; Zarankin y Senatore 2002; Salerno 2006; las políticas de construcción del paisaje, el sistema in-
Gnecco y Ayala 2010; Haber 2011; Bezerra 2013; Pellli- venta dispositivos para autolegitimarse y reproducirse.
ni 2016). De esta manera, la disciplina viene promovien- La arquitectura es parte de esta manipulación al punto
do una visión crítica y decolonial frente a los discursos en que puede ser considerada una tecnología del poder
que produjeron una comprensión generalizante, euro- (Foucault 1976; Grahame 1995).
céntrica y monolítica de la región. Es justamente con el crecimiento de las ciudades
dentro de un universo capitalista que son impuestas re-
glas constructivas generando así la popularización de una
ARQUITECTURA COMO TECNOLOGÍA tendencia arquitectónica hacia una predominancia de la
DEL PODER arquitectura académica controlada por el sistema. Estamos
frente a un proceso de “arquitectonización” del paisaje y la
La explicación más frecuente sobre el origen y la fun- vida humana, donde cada vez más actividades son realiza-
ción de la arquitectura está relacionada con la necesidad das dentro de estructuras construidas o dependen de ellas
de protección/abrigo de los seres humanos (Zevi 1969; para poder ser llevadas a cabo. De la misma manera, la
Nuttgens 1983; Conway y Roenish 1994). Quizás esta mayoría de las actividades y prácticas sociales cotidianas
idea pueda justificar uno de sus principios básicos, pero pasan a desarrollarse en el interior de edificios. En este
evidentemente está lejos de explicar sus transformacio- contexto la arquitectura pasa a convertirse en un instru-
nes y expansión a todos los aspectos de la existencia mento clave para la transmisión y reproducción del poder
de las personas. De hecho, las ciencias sociales, desde en el sistema capitalista (Sennett 1974; Markus 1993).
múltiples perspectivas, se han interesado en discutir la Esta intencionalidad (o ideología de la arquitectu-
naturaleza de la arquitectura y la organización del espa- ra), suele estar disimulada o escondida. Al respecto Fou-
cio (Panofsky 1957; Foucault 1976; King 1980; Gott- cault (1976), enfatiza que la arquitectura y su capacidad
diener 1985, 1995; Lefevre 1991). Considerando que para distribuir, controlar y vigilar personas en el espacio
existe una enorme heterogeneidad de posiciones a este es una estrategia del sistema para producir individuos
respecto, como mencionamos al inicio de este trabajo, disciplinados. La arquitectura se convierte así en una
nos interesan los enfoques que consideran la arquitec- tecnología del poder.
tura como una herramienta que actúa como mediador
entre una ideología (materializándola en una estructura
y su organización espacial) y las personas (Hall 1966; EL LENGUAJE DE LA ARQUITECTURA
Eco 1968; Grahame 1995, 1997).
Una vía para pensar la conexión entre ideología, Toda acción humana es social; es decir, se asocia con
Arquitectura y Arqueología es partir del principio de el establecimiento de relaciones con otros (Bourdieu
que el mundo se vuelve “acessible” a través de una 1977; Giddens 1979, 1990). Del mismo modo, la cultura
serie de fijaciones en el espacio a las que llamamos material, producto de esta acción, tiene la capacidad de
lugar (Bachelard 1975). El espacio solo puede ser do- transformarse en una herramienta para aproximarse a
mesticado completamente, al transformarlo en “lugar”, las personas, lo que de alguna forma representa el prin-
es decir, cuando es conocido, ocupado y utilizado. Ge- cipio básico que sustenta la Arqueología (Hodder 1982;
neralmente esta trasformación se logra mediante dos Shanks y Tilley 1987; Miller 1987). Entre diversos
estrategias principales; la imposición de un nombre a un enfoques posibles, uno interesante es el hermenéutico o
determinado espacio; o a través de modificaciones en simbólico. Este parte de considerar la cultura material
su materialidad, por lo que arquitectura se convierte en como un tipo de comunicación no verbal, por lo que su
una herramienta central para domesticar el espacio. Al interpretación se convierte en uno de los grandes desa-
ser construcciones culturales, los lugares no son neutros. fíos de la arqueología (Monks 1992; Fletcher 1989; Za-
Como señala Foucault (1976) el arte de la distribución rankin 1999, 2002). Esta comunicación no verbal ocurre
de personas y cosas en el espacio es una herramienta mediante el uso de signos que carecen de una estructura

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, UNA MIRADA DESDE AMÉRICA DEL SUR 4

sintáctica verbal, por lo que no se pueden analizar las CUERPOS CONGELADOS; CASAS Y
secuencias de los componentes jerárquicos (Hall 1966). MUROS PERIMETRALES
Uno de los mecanismos para decodificar estos men-
sajes es la aplicación de modelos hermenéuticos. Como Un primer caso de estudio que podemos definir como
señalan Hodder y otros, para llevar a cabo esta “lectura” “experimental” sobre esta arqueología de la arquitectura
o análisis hermenéutico, es esencial lograr una recons- de lo cotidiano, surge a partir de un trabajo de análisis de
trucción contextual (Hodder 1994; Hodder et al. 1995). A las paredes perimetrales de casas familiares en Brasil. Pre-
partir de esta posición, podemos interpretar significados cisamente, una de las cosas que más llaman la atención de
culturales dentro de contextos específicos. El acceso a las ciudades brasileñas para quienes proceden del extran-
contextos culturales en el pasado ha sido parte del desafío jero, son sus enormes muros, las omnipresentes rejas y los
(y la crítica), de estos enfoques. Sin embargo, al aplicarlo alambrados electrificados que la mayoría de las estructuras
a casos y situaciones de nuestra propia sociedad, esta arquitectónicas exhiben como algo “natural y normal”.
tarea se ve facilitada. Como hemos discutido al inicio de este artículo, las
Otra cuestión tiene que ver con las formas para justificativas más frecuentes relativas a la arquitectura tie-
“leer” discursos codificados en espacios y estructuras nen un carácter funcionalista simple (necesidad de refugio
arquitectónicas (Glassie 1975; King 1980; Leone 1977; de las personas). También en este artículo venimos discu-
Gottdiener 1985; McGuire 1991; Kent 1990 Markus tiendo otros abordajes alternativos para pensar el fenómeno
1993; Parker Pearson y Richards 1994). Nos referimos a de las prácticas constructivas y su relación con cuestiones
cuestiones que experimentamos a diario, de forma imper- como ideología y poder. Una de estas líneas parte del
ceptible, mientras nos movemos de un lugar a otro. Los presupuesto de considerar la arquitectura como la materia-
circuitos, texturas, colores, luminosidades, amplitudes, lización de ciertas características del cuerpo humano (Hall
tamaños, entre otros, son las variables a través de las cua- 1966; Eco 1968; Grahame 1995, 1997). Así, por ejemplo,
les nuestro cuerpo decodifica estos discursos, generando una pared posee elementos que reproducen, de forma es-
diferentes sensaciones que rara vez traducimos a palabras tática, elementos y posturas propias del cuerpo humano,
de forma consciente (Knights 1994). A nivel académico, generamos así lo que se ha denominado una “arquitectura
se generaron modelos para “traducir” el lenguaje no ver- del cuerpo” (Eco 1968; Grahame 1995).
bal, representado por el espacio y la arquitectura (Hage Un caso para ilustrar esta propuesta puede ser pen-
1979; Hillier y Hanson 1984; Blanton 1994). sada si imaginamos un grupo de personas interactuando
En nuestro caso consideramos extremadamente el espacio. La posición del cuerpo define el lugar que
útil los resultados que surgen de la combinación entre cada una de ellas ocupa en la acción, clasificándolas y
el modelo “gamma” de Bill Hillier y Julienne Hanson otorgándole funciones diferentes –por ejemplo, partici-
(1984) y los índices propuestos por Richard Blanton pantes u observadores. Esta práctica social se comple-
(1994). Nos referimos a la posibilidad de acceder a un menta con gestos, tonos de voz, etc. Así, si partimos del
gráfico que explica la lógica espacial de la estructura presupuesto de Grahame (1995) de que la región frontal
arquitectónica, respaldada por resultados matemáticos corresponde al espacio público, al encuentro social y
que ayudan a entender variables como conectividad, el posterior representa el espacio de la no-interacción
distancia al exterior, grado de complejidad y tamaño de (Grahame 1995; Tilley 2004), podemos asumir que las
la construcción, entre otros. personas que están frente a frente están interactuando
Tomando como punto de partida nuestro interés de forma consensual, mientras que a las que se les da la
por entender las estrategias reproductivas del sistema espalda, están fuera y no participan. Sin embargo, la ar-
de poder, y utilizando la metodología de análisis de la quitectura del cuerpo, tiene un carácter extremadamente
arquitectura, a través del tiempo hemos efectuado diver- dinámico y cambiante, ya que un simple movimiento del
sos estudios tomando como casos de análisis elementos cuerpo genera transformaciones. Volviendo a nuestro
arquitectónicos de nuestro cotidiano como casas, escue- ejemplo, esto posibilitaría que una persona que estaba
las, muros, instituciones bancarias, prisiones, entre otros excluida intencionalmente de la acción pueda entrar a
(Funari y Zarankin 2002, 2005, 2006, 2010; Zarankin través de un reposicionamiento en el espacio.
1999, 2000, 2002, 2005a, 2005b, 2008, 2012; Zarankin Ahora bien, si en lugar de darle la espalda levantamos
y Niro 2006), algunos de los cuales iremos a presentar un muro que deje fuera de la acción a aquellas personas
a continuación. con las que no queremos interactuar, y dentro a los que sí,

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5 Andrés Zarankin y Pedro Paulo Abreu Funari

estamos produciendo una herramienta que materializa de paredes de concreto o ladrillo, con o sin decoraciones,
forma mucho más efectiva y duradera una intención que rectos o inclinados, altos o bajos, cubiertos por vegeta-
antes era apenas generada por el cuerpo. La arquitectura ción, pintados, etc.). Es importante reforzar que la elec-
garantiza así la posibilidad de mantener inmutables ciertas ción de los muros perimetrales de las viviendas, como
relaciones sociales a través de la manipulación del espacio objeto de estudio, no es casual. Son los límites entre
(King 1980; Lefevre 1991; Markus 1993). De esta forma, los habitantes y las personas extrañas, es decir entre el
la organización del espacio efectuada a partir de estruc- mundo privado y el público, y por lo tanto se transfor-
turas arquitectónicas afecta –de la misma manera que lo man en un elemento de mediación entre ambos grupos.
hace el cuerpo– el tipo de relación entre las personas, y Por ejemplo, una pared alta con alambre de púas, puede
entre las personas y los objetos (Zarankin 2002). ser leída como un discurso de exclusión “de las otras
De esta forma ¿por qué no pensar un muro como la personas”, mientras que un grafiti efectuado por alguien
representación de una expresión corporal congelada?, extraño en el mismo muro, una crítica a ese rechazo o
un tipo de discurso de las personas residentes hacia los un intento de domesticar esa pared –de transformarla en
demás (Zarankin 2012). Estos cuerpos congelados, nos un elemento familiar y sobre el cual ejercer algún poder.
expresan la intención de sus habitantes de darnos la Los resultados obtenidos muestran que las casas
espalda, de excluirnos, o –al contrario– estar de frente e más antiguas, de 1950 y 1960, pertenecientes a familias
incluirnos. Los muros no solo son elementos cotidianos acomodadas de la sociedad Belohorizontina, eran cons-
dentro de los cuales nos movemos o que testimonian truidas con muros perimetrales bajos 0,80 a 1,20 m de
nuestras vidas, sino que en gran medida la estructuran. altura, lo que permitía la interacción entre los habitantes
Cuerpos de cemento que regulan cuerpos de carne, su de la residencia y los vecinos o transeúntes (Fig. 1).
materialidad genera los límites y los discursos por donde Una lectura de estos parámetros permite observar que
se desplazan nuestros cuerpos. el muro actúa apenas como un límite simbólico para
Para intentar explicar mejor esta Arquitectura del delimitar lo privado de lo público. Al mismo tiempo,
cuerpo, utilizaremos como ejemplo un estudio realizado quienes residen en la casa ven a las demás personas
en el barrio de la Pampulha en Belo Horizonte5, donde como iguales. En otras palabras, estamos ante un cuerpo
uno de los autores vive actualmente (Zarankin 2012). El que hace frente a la interacción con las otras personas.
objetivo fue desarrollar un análisis hermenéutico, de los
muros perimetrales de las casas, partiendo del principio
que la arquitectura funciona también como un tipo de
comunicación no-verbal (Fletcher 1989; Monks 1992;
Markus 1993; King 1980; entre otros).
Tomando en consideración estas 3 variables prin-
cipales: temporalidad, clase social y morfología de la
pared, fueron relevados y documentados los diversos
tipos de muros existentes en el barrio, entre los que se
observó una gran heterogeneidad (por ejemplo, muros o

5
  La ciudad de Belo Horizonte es la capital del estado brasileño de Minas
Gerais desde el año 1897, substituyendo a la ciudad colonial de Ouro Preto.
Fue proyectada por el ingeniero Aarão Reis entre los años 1894 y 1897, y
fue la primera ciudad moderna brasileña planificada (se tomó como ejemplo
para su construcción la ciudad argentina de La Plata). Actualmente, es la
Figura 1. Vista de muro perimetral de una casa de la década de 1960.
tercera ciudad más grande del país, después de São Paulo y Río de Janeiro.
Fotografía Zarankin 2006.
En los años 1940 se creó el barrio de Pampulha, junto a un lago artificial, y
un parque en el que se construyó la Iglesia de San Francisco de Asís (uno de
los primeros proyectos del arquitecto Oscar Niemeyer). Pampulha fue creada A mediados de la década de 1970, las mismas casas
por pedido del entonces alcalde de la ciudad (y posteriormente presidente de la elite, tienen muros cada vez más altos hasta llegar en
de Brasil), Juscelino Kubitschek (1902-1976). El objetivo era crear un lugar
lujoso que contase con todos los encantos y comodidades deseadas por la algunos casos a 6 u 8 metros de altura. Es evidente que los
élite. Según Niemeyer, Pampulha fue un ejemplo de la arquitectura moderna. mismos hacen imposible cualquier tipo de relación entre
Asimismo, contó con una serie de rasgos propios que se transformarían en quienes están dentro y quienes están fuera, lo que implica-
una marca registrada brasilera. Se trata de modelos más leves, con curvas y
espacios abiertos acordes con el clima y la geografía del país. ría ahora un cambio “postural”, y un cuerpo que termina

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, UNA MIRADA DESDE AMÉRICA DEL SUR 6

dándole la espalda a las “otras personas”. También es posi-


ble observar una mayor heterogeneidad morfológica de es-
tas paredes. Por ejemplo, algunas son cubiertas por plantas
o se emplean rocas como materia prima, para generar dis-
cursos que “naturalizan” estas nuevas distancias sociales
(Fig. 2). Otras veces, al contrario, se utilizan alambres de
púas, vidrio molido, rejas con formas de lanza o inclusive
cercas eléctricas para reforzar esta separación de las otras
personas, que ahora pasan a ser vistas como enemigas (Fig.
3). O sea, no solo se le da la espalda al resto, sino que, de
forma extremadamente violenta, le estamos diciendo que
quien intente aproximarse podrá ser muerto.

Figura 3. Vista de muros perimetrales que exhiben discursos de


violencia. Fotografía Zarankin 2006.

el contacto con los de fuera. Como para estos grupos la


interacción social directa es importante en su cotidianei-
dad, han generado lo que llamamos “pequeños apéndices
de sociabilidad” (Zarankin 2010). Esto es, instalar bancos
de material, o troncos o sillas viejas en las puertas de las
casas (muchas veces hasta con macetas y otros adornos),
donde suelen instalarse cuando vuelven de trabajar a fin
de tarde o durante la mayor parte del fin de semana, para
poder interactuar con las demás personas (Fig. 4).
De forma general, los resultados obtenidos nos
Figura 2. Vista de muros perimetrales que naturalizan su propia
permiten reflexionar sobre una nueva conformación del
existencia. Fotografía Zarankin 2006.
espacio moderno en la sociedad de control (Deleuze
1990), cada vez más lleno de límites y barreras, que im-
A diferencia de las clases altas, los sectores po- plican en cierta medida, el fin de un modo tradicional de
pulares del barrio, también tuvieron un aumento en el vida en sociedad, a través del contacto directo entre las
tamaño de sus muros perimetrales a través del tiempo. personas. Surgen entonces, nuevos tipos de sociabilida-
Sin embargo, difícilmente estos ultrapasen los 2 metros, des (y de sociedades), que clasifican y separan a las per-
a pesar de que esta altura es suficiente para no permitir sonas según parámetros diversos (clase social, religión,

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7 Andrés Zarankin y Pedro Paulo Abreu Funari

capacidad de una determinada estructura social de ser


incorporada por los agentes a través de disposiciones
para su forma de ser: sentir, pensar, actuar. En otras
palabras, Habitus es un sistema de disposiciones incor-
poradas, que organizan las formas en que las personas
perciben el mundo social que les rodea y reaccionan
ante él. Para Bourdieu, casas y escuelas son los lugares
centrales donde este proceso de incorporación y mode-
laje de los individuos ocurre.
Por su parte Foucault (1976) sostiene que la arqui-
tectura es un medio eficaz de control y disciplina social
(tecnología del poder). A partir de estas bases desde fina-
les del siglo XVIII el sistema viene generando diversas
estrategias para controlar el espacio de vida de las perso-
nas, a través de codificaciones constructivas la multipli-
cación de cursos de arquitectura e ingeniería, los colegios
y matrículas profesionales, entre otros. El resultado es
una homogeneidad constructiva cuyas bases ideológicas
sustentan principios de desigualdad, al mismo tiempo que
las naturaliza y las vuelve incuestionables. Es dentro de
este contexto que adquieren una relevancia particular las
estructuras arquitectónicas asociadas a estos procesos de
socialización como casas y escuelas (Samson 1990; Par-
ker Pearson y Richards 1994).
Un análisis de la materialidad y espacialidad de
estas dos “instituciones” domesticadoras, puede permi-
tirnos entender su funcionamiento como dispositivos del
poder. En nuestro caso desarrollamos diversos estudios
Figura 4. Vista de muros perimetrales de casas de grupos proletarios que fueron tomados como ejemplos de casas y escuelas
en los que se observan “pequeños apéndices de sociabilidad”. de la Ciudad de Buenos Aires (Funari y Zarankin 2002,
Fotografía Zarankin 2006.
2005, 2010; Zarankin 1999, 2000).
Como ya explicamos, aplicamos el “modelo Gam-
género, edad, etc.). Es en este contexto que los muros ma” (Hillier y Hanson 1984), y los índices de Blanton
paredes refuerzan las categorías ellas-ellos/nosotras- (1994), para analizar la organización espacial de estas es-
nosotros. Al mismo tiempo, estos “cuerpos congelados”, tructuras. Los resultados obtenidos muestran una serie de
distribuidos por todas partes, terminan dando la espalda transformaciones simultáneas en casas y escuelas a través
a las personas que no tienen, las transforman en “otras del tiempo, que asociamos a cambios en el propio sistema
personas”, volviéndolas invisibles. capitalista tanto en Argentina como a nivel global. Pen-
En este contexto, queda claro que incorporar los semos que, en el caso de las escuelas públicas primarias,
principios estructurantes que organizan y sustentan la sus edificios apenas fueron pensados a finales del siglo
sociedad son prioridad para el sistema. XVIII (antes funcionaban en edificios preexistentes). Es
así que las primeras escuelas estuvieron pautadas por
cuestiones simbólicas sobre la importancia de la educa-
APRENDIENDO A (NO)PENSAR Y ción, por lo que muchas veces eran construidas siguiendo
ACTUAR; CASAS Y ESCUELAS morfologías de palacios o templos del mundo clásico.
Es en el siglo XIX cuando son incorporados los princi-
El concepto de habitus primario, también conocido pios panópticos para servir como bases espaciales de un
como capital cultural desarrollado por el sociólogo edificio educativo. Este patrón morfológico espacial se
francés Pierre Bourdieu (1977) está relacionado con la reprodujo en el tiempo a través de más de 200 años en los

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, UNA MIRADA DESDE AMÉRICA DEL SUR 8

que los cambios estilísticos en sus fachadas fueron apenas jerarquías de la estructura, donde las personas residentes
de tipo estético para dar la sensación de transformaciones son distribuidas espacialmente en función de su posición de
estructurales que nunca ocurrieron (Fig. 5). poder. En las casas modernas, donde la cantidad de espacios
se ha multiplicado de forma geométrica (Zarankin 1999)
nadie cuestiona que la “suite master” es ocupada por el
dueño o la dueña de la casa, mientras que el segundo mejor
cuarto, en caso de una familia con prole lo será por la pri-
mogénita o primogénito. Las dependencias en donde se en-
cuentra el personal de servicio dejan claro también el lugar
que ocupa en la casa, sirviendo a propietarios y propietarias.
También a través del tiempo en este tipo de estruc-
tura doméstica, se observa una restricción en las formas
de circular (los cuartos pasan a tener apenas una puer-
ta), y la funcionalidad de los espacios, que antes eran
determinadas por la decoración y el mobiliario, en la
casa “moderna” pasan a tener destinos predeterminados
(cocina, living, dormitorio, escritorio, etc.).
El análisis de la transformación de las casas deja cla-
ro cómo el sistema manipula su morfología como forma
de generar las bases ideológicas necesarias para construir
individuos funcionales al sistema. Personas que por más
que se identifiquen como críticos del capitalismo a medi-
da que van abandonando la casa de origen y forman sus
propios hogares, este mapa de poder es reproducido sobre
los mismos principios de forma inconsciente.
En síntesis, sostenemos que casas y escuelas son
dispositivos del poder que funcionan como discursos
no-verbales que disciplinan y adoctrinan a sus usuarios
para ser funcionales a las necesidades del sistema (Fu-
nari y Zarankin 2002, 2005, 2006, 2010; Zarankin 1999,
2000, 2002, 2005a y 2005b). Es por ello que cambios
en las bases estructurales del capitalismo han tenido
efectos importantes en la forma en que los espacios son
pensados y construidos. Cada fase en la historia del ca-
pitalismo tuvo un determinado tipo de casas familiares y
escuelas, a partir de las cuales se construye el “individuo
normal” que el sistema necesita.
¿Y qué pasa con aquellas personas que en lugar de
adaptarse cuestionan el sistema, se revelan y hasta se
levantan en contra él?

Figura 5. Aplicación de modelo Gama en plantas de escuelas en la


que pueden observarse estructuras basadas en un encadenamiento
de panópticos. Fuente Zarankin 2001. EL EXTERMINIO DE LO PELIGROSO;
CENTROS CLANDESTINOS DE
DETENCIÓN (CCD)
Las casas familiares son otro ejemplo interesante de la
acción del sistema para construir individuos domesticados. Los espacios y estructuras construidos para segregar, co-
A través del tiempo la tenencia hacia un supuesto mayor rregir o hasta aniquilar los individuos que se alejan del
confort y flexibilidad enmascara una intensificación en las concepto de “normalidad” es otra temática cada vez más

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9 Andrés Zarankin y Pedro Paulo Abreu Funari

frecuente en la Arqueología de la Arquitectura Surame- Propusimos 2 objetivos principales para el proyecto,


ricana. Manicomios, hospitales y prisiones (Lopes 2017; por un lado, comprender la planificación espacial y ma-
Brandão 2018), están siendo foco de investigaciones terial del CCD como instrumento represivo y por el otro
realizadas principalmente por jóvenes especialistas en contribuir a la construcción de un espacio de la memoria,
arqueología. Dentro de esta temática uno de los casos de que funcionase como representación material sobre los
investigaciones que crece con más fuerza son los estu- horrores que ocurrieron en ese lugar. Los trabajos fueron
dios asociados con las estrategias represivas de las dic- desarrollados por un colectivo multidisciplinario que con-
taduras militares post 1950 (Fuenzalida 2009; Bianchi taba, además de profesionales de la arqueología, con otras
2008; Cáceres 2011; Marín 2014; Cattaneo 2015; Belle disciplinas como arquitectura, antropología, historia y
2017; Costa 2017; Maguire y Costa 2018; Lemos Murta conservación, coordinados por una comisión que incluía
2019; entre otros). Partimos del principio que tanto la sobrevivientes del CCD o familiares de víctimas, además
desaparición de personas como la utilización de centros de integrantes de organizaciones de derechos humanos y
clandestinos de detención (CCDs) fueron las metodolo- del gobierno de la ciudad.
gías predominantes de estos gobiernos autoritarios para Los análisis efectuados sobre la arquitectura y or-
aniquilar la disidencia (Funari y Zarankin 2006). La ganización espacial partieron de un plano producido por
Arqueología, por sus características específicas de tra- las propias personas sobrevivientes del campo, a partir
bajo, viene reconstruyendo “historias no oficiales sobre de las cuales aplicamos los modelos Gamma de Hillier
la represión”, y la búsqueda de la verdad (Funari 2019). y Hanson (1984) y los índices de Blanton (1994) que ya
Estos trabajos no solo permiten comprender y evi- comentamos antes. Los resultados obtenidos muestran
denciar una ingeniería del terror, sino también ayudar a la como elemento organizativo del espacio un parámetro
construcción de una memoria material del genocidio en de maximización y operatividad de los procedimientos
la región (Zarankin y Salerno 2012). Actualmente el de- represivos en el que su corazón/centro, es la sala de tor-
sarrollo de espacios de diálogo entre colegas latinoameri- tura, que representa la materialización del sadismo con
canos ha permitido generar entendimientos regionales, a la que fue proyectado el CCD (Fig. 6).
partir de los cuales se están discutiendo semejanzas y di- Por otra parte, el espacio del “Club Atlético” fue
ferencias en los procesos represivos vividos en cada país dividido en 2 ejes. Uno superior (completamente des-
(Zarankin y Salerno 2011). De todas formas, actualmente truido cuando se demolió el lugar) donde funcionaba la
el crecimiento de gobiernos de ultraderecha en la región parte burocrática del CCD. Existe también un subsuelo
es un factor que coloca en riesgo los avances consegui- (que sí sobrevivió) que acoge a las personas prisioneras
dos, por lo que hoy más que nunca el reto es garantizar y donde se ubican las salas de tortura. Esta organiza-
el mantenimiento de los trabajos, potenciando además la ción divide y clasifica a las personas dentro del mismo,
producción de nuevas propuestas de investigación. delimitando espacios de circulación y permanencia de
Si bien los distintos trabajos sobre la temática des- quienes padecieron la detención.
de sus orígenes en la década de 1980, tienen múltiples Los CCDs representan una parte central de toda una
objetivos y objetos de estudios (desde grafitis hasta los ingeniería de la destrucción (Zarankin y Salerno 2012,
restos de personas desaparecidas), uno de los que más pensada para maximizar el control, la sumisión, la tortura
interés ha tenido, es el estudio de los espacios de confi- y la eliminación de las y los detenidos. Su funcionamiento
namiento de los prisioneros, muchas veces en los deno- y organización espacial se basa en criterios funcionales y
minados centros clandestinos de detención (Zarankin, simbólicos que maximizan sus efectos. Por ejemplo, la ubi-
Salerno y Perosino 2012). cación de las salas de tortura en la zona central minimiza el
Uno de los casos que hemos trabajado a partir de traslado de las personas detenidas en el espacio, a la vez que
herramientas de la Arqueología de la Arquitectura, es el los gritos de quienes sufrían tortura están siendo escuchadas
CCD argentino conocido como “Club Atlético” (sobre- por quienes en ese momento ocupan las celdas, generando
nombre derivado de las iniciales del verdadero nombre una situación de suplicio permanente. De la misma forma,
del lugar – “Centro Antisubversivo”). En ese escenario las sensaciones de la gente detenida son más intensas a me-
desarrollamos en 2003 la propuesta “Arqueología como dida que avanzan hacia el interior del CCD. Allí es donde
memoria: Intervenciones arqueológicas en el centro el mayor nivel de aislamiento contrasta con una diversidad
clandestino de detención y tortura Club Atlético” (Bian- de estímulos sensoriales “negativos”, entre otros, térmicos
chi Villelli y Zarankin 2002). (calor intenso en el verano y frío en el invierno), olores de

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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, UNA MIRADA DESDE AMÉRICA DEL SUR 10

Figura 6. Plano del subsuelo del Club Atlético dibujado por los supervivientes de acuerdo a sus recuerdos (Benítez, Enríquez y Di Ciano 2001: 10) y
aplicación del modelo Gamma. Fuente: Zarankin 2006.

cuerpos y fluidos humanos, humedad, falta de ventilación, En nuestro caso, a través de reunir y resumir algu-
que se ven reforzados por la dureza de las paredes y el nos casos de estudio que realizamos en los últimos 20
piso –donde se ubicaban–, sumado a los gritos y llantos de años, intentamos mostrar que la arquitectura es mucho
las otras personas detenidas. Recordemos que estas tenían más que apenas un elemento técnico destinado a suplir
siempre vendas o capuchas, por lo que estamos ante una necesidades humanas, como refugio y protección. Al
estructura para ser percibida de maneras alternativas a la contrario, la arquitectura entendida no solo como la ma-
visión, a través de sentidos como el tacto, el sonido o el terialización de una ideología y como una tecnología del
olor. Un “no-lugar” que produce “no-personas” (Zarankin poder, nos abre todo un universo de investigación para
y Niro 2006). entender las estrategias de reproducción del sistema.
El biopoder actúa sobre los individuos en diversos
niveles a través de una “explosión” de variadas y nume-
PALABRAS FINALES; ARQUITECTURA, rosas técnicas, para lograr la subyugación de los cuerpos
COTIDIANEIDAD Y OPRESIÓN y el control de las poblaciones alrededor de un modelo
de lo que es considerado “normal” (Foucault 1980).
Hace tiempo vienen creciendo dentro de las arqueolo- Casas y las escuelas, son sin duda dispositivos centrales
gías suramericanas, movimientos “decoloniales” que para modelar los individuos deseados6 por el sistema,
buscan crear una agenda propia, acorde a su historia mientras que las paredes y muros establecen las formas
y contextos socio-políticos. A partir de posiciones que y ritmos de este proceso de construcción disciplinar.
entienden la Arqueología como una forma de acción Para quienes se revelan, o quienes se alejen de los pará-
política (McGuire 2008), se busca repensar de manera metros considerados normales, existen las instituciones
crítica los procesos de reproducción de los sistemas totales. Las “correctivas” (hospitales, prisiones, manico-
de poder en nuestro cotidiano, así como sus múltiples mios, etc.) para los casos considerados “recuperables”
conexiones en el ámbito regional. En este contexto, la y las “exterminadoras” (como los Centros Clandestinos
Arqueología de la Arquitectura puede funcionar como
una herramienta relevante, al servicio de la construcción 6
  Aquellos que de manera acrítica cumplan con su función y cuyo accionar
de mecanismos de denuncia y cuestionamiento social. ayude a mantener y reproducir las relaciones de poder.

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.011 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e103
11 Andrés Zarankin y Pedro Paulo Abreu Funari

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hospitales, cuarteles, escuelas, se extiende, incluyendo venciones arqueológicas Intervenciones arqueológicas en el Centro Clan-
destino de Detención y Tortura “Club Atlético”. Plan de Trabajo aceptado
nuevos elementos de control permanentes, modulares y por la Comisión de Trabajo y Consenso del Proyecto “Recuperación de la
difusos. Casas y escuelas, espacios de confinamiento y memoria del Centro Clandestino de Detención y Tortura Club Atlético”.
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ISSN-L: 1695-2731
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.012

MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

A ambos lados del cero. Arqueología de la arquitectura


en Colombia

From both sides of zero level. Archaeology of Architecture in Colombia

David Cohen Daza1


Universidad de los Andes, Colombia

RESUMEN
El presente artículo brinda un panorama de lo que ha sido la arqueología de la arquitectura en Colombia. A través
de varios casos de estudio expone algunas ideas y reflexiones de orden metodológico con relación al carácter
diverso e interdisciplinario necesario para el estudio de los edificios como contextos arqueológicos complejos. Así
mismo aborda cuestiones en torno al análisis configuracional de las edificaciones y algunas de las posibilidades
que ofrece para el estudio estratigráfico. Se plantean ejemplos de datación a partir de análisis arqueométricos y
finalmente se presentan algunas consideraciones en torno a los desafíos futuros de este campo de conocimiento.

Palabras clave: arqueometría; arqueología histórica; cultura material; patrimonio cultural.

ABSTRACT
The following paper shows a comprehensive overview of Architecture Archaeology (AA) in Colombia. Through
some research study cases, some ideas about methodological aspects of AA are presented as regards the diverse
and interdisciplinary necessary approach for the knowledge of buildings as complex archaeological contexts.
Configural a nalysis o f b uildings a nd i ts p ossibilities f or t he stratigraphic a nalysis a re a lso a pproached. Some
dating examples are shown and based on archaeometric analysis and some final remarks on the future of the
AA as a promising field are considered.

Key words: Archaeometry; Historical Archaeology; material culture; cultural heritage.

Recibido: 27-09-2019. Aceptado: 17-04-2020. Publicado online: 16-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation


Cohen Daza, D. 2020: “A ambos lados del cero. Arqueología de la arquitectura en Colombia”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e104.
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.012

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-1950-0780
A AMBOS LADOS DEL CERO. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN COLOMBIA 2

PRESENTACIÓN de la sintaxis espacial y del análisis configuracional en


tanto su empleo ha sido fundamental en Colombia para
El devenir de los proyectos e investigaciones de arqueo- poder determinar las secuencias estratigráficas ocultas
logía de la arquitectura en Colombia ha estado marcado debajo de los pañetes.
por un enorme pragmatismo y una diversidad de mira- Con relación a los casos, aunque presento varios
das y vertientes. De la mano de los proyectos de conser- ejemplos que sirven como escenografía de fondo para
vación y restauración del patrimonio edificado y ante la las ideas y reflexiones que voy desglosando, he querido
carencia de una formación especializada, ha sido posible enfatizar en dos edificios importantes situados en Carta-
que la arqueología histórica, la conservación, las cien- gena de Indias y en la ciudad de Bogotá que constituyen
cias experimentales, la historia y la arquitectura, entre experiencias interesantes para ilustrar los diferentes
otras disciplinas, confluyan en el estudio de los edificios aspectos metodológicos a los que me refiero.
tanto en la interpretación de resultados producto de las El primero de ellos corresponde al Palacio de la
excavaciones verticales de muros por encima de la cota Gobernación del departamento de Bolívar situado al
0, como en la investigación arqueológica horizontal por lado de la catedral de Cartagena de Indias. Desde el
debajo del nivel. siglo XIX se consolidó como la sede de gobierno local,
He querido centrar este artículo en la presentación siguiendo una tradición que al menos se remonta al
de casos de estudio y reflexiones, mostrando cómo ha sido siglo XVI cuando aparece en este mismo lugar (y antes
la puesta en práctica de la arqueología de la arquitectura de considerarse ostentosamente como Palacio) la Casa
(AA de ahora en adelante), con sus aciertos y problemas, del gobernador de la ciudad y posteriormente la cárcel
propios de un enfoque que por definición ontológica es municipal. En este ejemplo el trabajo arqueológico es-
flexible e interdisciplinar y que permite la convergencia, tuvo centrado en el estudio del edificio como parte de
el diálogo y, en ocasiones, la confrontación. la formulación de una propuesta de restauración para
En la primera y segunda parte presento una síntesis la construcción de un centro cultural para la ciudad. La
breve del contexto colombiano que espero permita situar investigación fue realizada entre 2013 y 2018 por la
geográfica y culturalmente al lector. También brindar un Fundación Erigaie2 en dos etapas distintas, aunque el
panorama de lo que ha sido el surgimiento y desarrollo análisis de los morteros se llevó a cabo como parte de un
de la AA en Colombia ligada al patrimonio cultural y su proyecto más amplio de investigación desarrollado en el
conocimiento, teniendo en cuenta cuál ha sido el papel Laboratorio de Estudios de Artes y Patrimonio – LEAP
de los edificios patrimoniales en los procesos de cons- de la Universidad de los Andes, en asocio con el Centro
trucción de una identidad nacional que desde el siglo de Investigación y Creación de la Facultad de Artes y
XIX se ha ido consolidando a partir de la idea de un Humanidades.
pasado colonial. Este contexto marcó el estudio de las El segundo caso es la actual sede del Museo de Bo-
edificaciones históricas, así como la aparición de la AA. gotá, un edificio de dos plantas conocido como Casa de
Dentro de la tercera y cuarta sección muestro, a la Independencia por ser el lugar donde aparentemente
partir de casos y ejemplos, algunas consideraciones se gestó la trama que sirvió de detonante para la sepa-
metodológicas que ilustran cómo ha sido la praxis de ración de España entre 1810 y 1819. Este inmueble fue
la AA y que alcances y limitaciones existen, desde el estudiado en 2011 como un ejercicio académico ligado a
proceso mismo de prospección arqueológica de los la Maestría en Patrimonio Cultural de la Pontificia Uni-
edificios hasta la interpretación de los resultados a la versidad Javeriana, y luego, como parte de los estudios
luz del método estratigráfico teniendo en cuenta que, técnicos para el proyecto de restauración, como sede del
dentro del contexto patrimonial colombiano, la mayo- Museo, entre 2012 y 2014.
ría de los edificios presentan enlucidos que impiden la Finalmente, y a manera de balance crítico, com-
identificación visible de sus estratos. Este impedimento parto algunas consideraciones generales con relación al
hace necesario recurrir a diferentes herramientas como papel que creo ha jugado la AA en Colombia, así como
el análisis configuracional de las edificaciones, en el las perspectivas y desafíos que ha de enfrentar a futuro.
sentido amplio propuesto por Mannoni (Sánchez 2004:
186), o los análisis arqueométricos para el estableci-
2
  La Fundación Erigaie es una organización no gubernamental dedicada des-
miento de fechas dentro de las secuencias estratigráfi-
de hace más de 30 años a la investigación en temas de arqueología histórica
cas. De ahí el énfasis que hago en explicar los métodos y patrimonio cultural (www.erigaie.org).

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3 David Cohen Daza

EL CONTEXTO COLOMBIANO. Por otro lado, la región andina de Colombia marca-


CARTAGENA DE INDIAS Y BOGOTÁ da por una topografía accidentada en la que el sistema
montañoso de los Andes suramericanos se divide en tres
Colombia es un país diverso compuesto por diferentes cordilleras, tuvo como centro a Santafé de Bogotá (fun-
regiones geográficas y culturales que en su devenir histó- dada en 1538). La ciudad se desarrolló geográficamente
rico han ido configurando diferentes repertorios patrimo- aislada pero conectada a través de una compleja red de
niales ligados a las versiones locales de identidad. A pesar caminos (Velandia 1995: 129) que le permitieron man-
de su unidad geográfica aparente y a diferencia de lo que tenerse. Esta característica explica entre otras razones,
ocurrió en otros países latinoamericanos, en los que el el hecho de que Bogotá se fuera consolidando como el
desarrollo territorial estuvo centrado alrededor de un solo centro de las instituciones y del poder político colonial
núcleo urbano, en Colombia “el territorio […] estuvo en la Nueva Granada lo que permite comprender cómo,
fuertemente fragmentado durante fases muy largas de su a pesar de su posición geográfica con enormes dificulta-
historia” (Jaramillo 1999: 97); en efecto, la historiografía des de acceso al mar, continúe siendo la capital de todo
tradicional (Kalmanovitz 1982; Ospina Vásquez 1995; el país3 (Fig. 1).
Jiménez y Sideri 1985) ha reconocido a Colombia como Por su desarrollo histórico y su importancia políti-
un archipiélago de regiones centradas en ellas mismas o ca, económica y cultural dentro del contexto nacional (y
en diálogo con regiones culturales más amplias. de algún modo también para el resto de Latinoamérica),
De estas regiones destaco dos núcleos importan- ambas ciudades consolidaron centros urbanos tradicio-
tes –Cartagena de Indias y Bogotá– en relación con los nales que concentran bienes inmuebles que resultan
casos de estudio que se presentan más adelante. Ambas importantes para el conjunto del patrimonio histórico
ciudades desde el período colonial hasta hoy, consolida- en Colombia y en el caso de Cartagena, también de la
ron edificaciones que actualmente se encuentran prote- humanidad.
gidas como patrimonio por la legislación nacional. Estas La mayoría de los edificios patrimoniales han sido
arquitecturas siguieron lógicas separadas entre sí, pero valorados casi con exclusividad a partir del concepto de
respondiendo en ambos casos a tradiciones culturales “lo colonial” entendido bajo la idea de antigüedad, pero
indígenas, europeas y criollas propias de los procesos también como filiación hispánica (y por tanto patrimo-
históricos coloniales en América. nial) de los propios edificios; lo colonial de algún modo
Las maneras de construir dependieron de la implan- se ha constituido en una categoría única y monolítica de
tación española pero también del desarrollo mestizo, valoración, que ha conducido a problemas en torno al
por nombrarlo de algún modo, de técnicas, materiales y conocimiento e interpretación de los propios edificios y
sistemas constructivos locales. En el caso de Cartagena su trayectoria.
estas tradiciones guardan más relación con Panamá, La
Habana, San Juan o Veracruz, que con el resto del país.
En el caso de Bogotá, ejemplifican una arquitectura LA INVENCIÓN DEL PASADO Y LA
ligada al centro y sur de Colombia en un diálogo más ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA
amplio con el universo cultural andino que comparte
con otros países como Ecuador y Perú. Durante la celebración del primer centenario de la inde-
La ciudad de Cartagena de Indias nació como pendencia de Colombia en 1910, además de las imáge-
puerto colonial (fundado entre 1533 y 1534) y punto nes de héroes, mártires y próceres militares del proceso
de conexión fiscal, comercial y militar con el sistema independentista, se erigieron muchos monumentos en
del Gran Caribe. El Caribe en general y particularmente
Cartagena dentro de este contexto regional, fue funda- 3
  En la figura 1 se observa la posición regional de Cartagena dentro del siste-
mental para el sostenimiento imperial español en Amé- ma del Caribe y de Bogotá, conectada con la cadena montañosa de los Andes.
rica (Marichal y Von Grafenstein 2012: 5). Esto explica Estas diferencias implicaron el desarrollo de distintos tipos de arquitectura
el complejo de murallas y sistemas defensivos de la representados en la declaratoria patrimonial de los centros históricos de
ambas ciudades y en el caso de Cartagena también como patrimonio de la hu-
ciudad, dentro de cuyos límites se desarrolló una arqui- manidad. En 1984 la Unesco aprueba la adopción del puerto, fortificaciones
tectura que desde un punto de vista estilístico ha sido y conjunto monumental de Cartagena de Indias como patrimonio mundial al
ser uno de los ejemplos mejor conservados y más amplios de la arquitectura
denominada como la casa colonial cartagenera (Téllez
militar de los siglos XVI, XVII y XVIII, así como un vínculo esencial en la
y Bossa 1980; Téllez y Moure 1983, 1995; Covo 1988). ruta de las Indias Occidentales.

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A AMBOS LADOS DEL CERO. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN COLOMBIA 4

Figura 1. Plano con la localización de los sectores históricos de Cartagena de Indias y Bogotá. Fuente: Base cartográfica SIG-OT Google Earth, 2019.

honor a los gobernantes de la colonia y a los conquis- Este concepto de lo colonial en la medida en que
tadores españoles4. Esta celebración de independencia se fue configurando, consolidó así mismo una imagen
al mismo tiempo nostálgica de España debe entenderse respecto a cómo debería lucir un edificio “colonial” y de
a partir de un modelo de país en el que Colombia se cuál era ese repertorio formal y tipológico que permitía
definía culturalmente como una nación mestiza, católica lograr tal filiación. Como consecuencia, hacia mediados
e hispánica. Este proyecto de identidad republicana y de la década de 1950 por ejemplo, aparecieron diversas
unitaria es el resultado de un proceso político en el que reglamentaciones locales en diferentes centros históri-
los conservadores se posicionan en el poder a través de cos de Colombia en los que se prohibía el uso del color
una hegemonía política. En 1886 aparece la constitución en las fachadas “coloniales” de los edificios que debían
política que cristaliza la República y se mantiene más o permanecer blancos (Téllez y Moure 1995: 50).
menos vigente hasta 1991. Medidas tan taxativas y alejadas de la realidad ma-
Es dentro de este contradictorio contexto que co- terial de los edificios si bien estaban sustentadas en da-
mienza a promoverse la aparición de monumentos his- tos históricos como las reformas borbónicas que condu-
tóricos (Cohen 2010: 215) pero también de centros fun- jeron a que la cal, por sus propiedades higiénicas, fuera
dacionales dentro de las ciudades “coloniales” del país ampliamente usada para enjalbegar las edificaciones, en
como Cartagena y Bogotá. La idea de antigüedad ligada realidad escondían construcciones ideológicas que han
a un pasado común hispánico, legitimó las primeras servido para justificar miradas elitistas o abiertamente
declaratorias patrimoniales que intentaban reproducir discriminatorias.
una narrativa nacionalista como un recurso válido para A este respecto no es de extrañar posiciones como la
justificar el naciente proyecto nacional. del historiador Donaldo Bossa Herazo que aseguraba que:

Cartagena es una ciudad blanca. Como La Habana, Ve-


4
  De hecho, en la publicación del álbum del primer centenario de la inde- racruz, San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Puerto
pendencia se transcribe el discurso pronunciado por el Sr. Gómez Restrepo Cabello, Portobelo, Santiago de Cuba y aun los pueblos
dentro de las celebraciones, que claramente muestra la visión de un pasado
de “las papiamentosas Antillas del ron” de Palés Matos.
colonial hispánico como antecedente “civilizado” de la nación: “¿Cómo pue-
de dejar de existir una comunicación estrecha entre españoles de ambos mun- La única ciudad polícroma de toda la cuenca del Caribe
dos? ¿Cómo podemos envolver la colonia y á sus hombres al olvido? […] No es Curazao, que es un injerto de Holanda en el Nuevo
podemos ser ingratos con gentes que habitaron nuestro suelo, iniciaron en él
una civilización y nos transmitieron algunas de sus condiciones étnicas y más
Mundo. Y los puertos de Haití, pero Haití es África. Haití
de una gota de sangre” (Isaza y Marroquín 1911: 70). no es América (Téllez y Bosa 1980: 42).

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5 David Cohen Daza

Figura 2. Ventana estratigráfica que muestra los cambios cromáticos en el Cementerio Central de Bogotá. A la derecha se observa un corte
estratigráfico en el que aparecen los cambios de color que a partir de la década de los treinta se centra en el blanco.

Más allá del racismo obvio en donde el uso del Se trata de un primer momento de reconocimien-
color en las fachadas es cosa de africanos y holandeses to monumental y de protección de estas edificaciones
(sin contar con el equívoco de suponer una monocromía que culmina en 1959 con la ley que crea el Consejo de
en las ciudades del Caribe), lo interesante de la cita es Monumentos Nacionales y en la que, además, se dictan
que demuestra lo difundido y agresivo del concepto de medidas concretas sobre la defensa y conservación del
lo colonial como una arquitectura blanca en un sentido patrimonio histórico, artístico y monumentos públicos
estético pero también moral. En parte por este tipo de de la Nación7.
concepciones muchas ciudades americanas, como Po- Resulta entendible que el estudio del color en los
payán (Colombia) y Arequipa (Perú) por ejemplo, han edificios coloniales no haya sido una preocupación para
adquirido el apelativo de “blancas” como una referencia los investigadores de este momento que simplemente no
de estatus ante un pasado colonial (Fig. 2). veían la necesidad de refutar o contradecir concepciones
El desarrollo de investigaciones arquitectónicas y ideológicas en torno a lo colonial, en tanto estaban jus-
urbanísticas centradas exclusivamente en la consulta tificadas por datos históricos o por el trabajo de varias
de fuentes históricas (Marco Dorta 1951; Hernández generaciones de historiadores. Mucho menos pensar en
de Alba 1988), contribuyó para consolidar este tipo de la necesidad de entender el propio edificio como una
ideas equivocadas en torno al patrimonio cultural y muy fuente de investigación.
particularmente, con respecto a las necesidades frente a Como resultado, mientras la historia y la arquitec-
su investigación, valoración, protección y manejo. De la tura se posicionaron casi con exclusividad en el dominio
mano con la consolidación de un marco normativo para del patrimonio construido, la arqueología se encargó de
la protección del patrimonio que comienza en la década orientar su mirada al pasado prehispánico, poniendo de
del treinta5, con las primeras declaratorias centradas en relieve los bienes monumentales o el establecimiento de
iglesias coloniales (como la catedral de Santa Marta) y épocas y ubicación de áreas culturales (Therrien 2007:
en los cuarenta6, con el reconocimiento de inmuebles (en 18), sin que los edificios históricos fueran objeto de su
su mayoría “coloniales”) ligados a personajes históricos. estudio o interés.

5
  Ley 75 de 1937 y Ley 31 de 1938.
6
  Ley 5 de 1940, Ley 31 de 1946 y Ley 70 de 1946. 7
  Ley 163 de 1959.

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A AMBOS LADOS DEL CERO. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN COLOMBIA 6

Esta corriente intelectual, hegemónica y colonia- como los primeros intentos por realizar un acercamiento
lista condujo a que muchos edificios fuesen restaurados a la configuración física de los edificios, con trabajos de
desde una perspectiva tipológica, sin que se tuvieran en arquitectos como Carlos Arbeláez Camacho, Armando
cuenta sus particularidades, trayectoria y materialidad. Cortés, Alberto Corradine, Alberto Samudio, Germán
Este problema explica la crítica que muchos proyectos Téllez, Jorge Salcedo y Guillermo Trimiño entre otros.
de restauración basados en el conocimiento histórico- Estos trabajos se caracterizaron en términos generales,
estilístico de los edificios han tenido y en donde por involucrar el estudio material y la documentación
detallada de los inmuebles.
Vemos que los arquitectos proyectan (restauraciones) Algunas de las intervenciones de este momento pue-
después de haber realizado una lectura genérica y for- den considerarse precursoras en el uso de metodologías
mal (del edificio), de tipo histórico-artístico, que como arqueológicas para el estudio de la arquitectura. No es
sabemos se parece a un análisis arqueológico como la casualidad que dentro de esta coyuntura se cree el Centro
astrología a la astronomía […] El arquitecto restaurador Nacional de Conservación y Restauración (1979) y la Fun-
se ha convertido en un cirujano que opera marcianos; co- dación para la Conservación y Restauración del Patrimonio
noce las técnicas y procedimientos de la cirugía, pero no Cultural Colombiano del Banco de la República (1979).
sabe si el corazón está en el pecho a la derecha, o en una Aparecen también los primeros centros de investigaciones
extremidad o en otro sitio, si es que lo tuviese (Carandini estéticas en la Universidad Javeriana de Bogotá (1963), en
1997, citado por Quirós 2006: 4). la Universidad de los Andes (1965) y en la Universidad
Nacional de Colombia en 1978 (Téllez 2002: 14).
Estas dificultades metodológicas comunes a varios Pese a que desde finales de los setenta ya se practi-
proyectos de restauración (que en algunos casos pasaron caban calas y ventanas de exploración como parte de los
de la invención a la franca arbitrariedad), en algún punto estudios técnicos de los proyectos de restauración edilicia
a fuerza de escándalo o error, llamaron la atención sobre (Téllez y Moure 1995: 50), la práctica más extendida era
la necesidad de estudiar la materialidad de los inmuebles suponer los colores “originales” de acuerdo al criterio
no solo con fines técnicos, para la evaluación de los de- estilístico del restaurador o fundamentar las decisiones
terioros y patologías por ejemplo, sino también para la en el uso de fuentes históricas (Fig. 3). No es sino hasta
comprensión de la trayectoria de los edificios y de sus mediados de la década del noventa que comienzan a apa-
procesos históricos en contraste con las evidencias y recer los primeros trabajos de arqueología histórica en
huellas dejadas por esos cambios. Colombia, enfocados al estudio de las evidencias materia-
Las décadas de los años sesenta y setenta marcaron les dentro del contexto de los espacios construidos. Estas
el inicio de la restauración científica en Colombia así incursiones incluyeron la arqueología del tejado de la

Figura 3. Línea de tiempo que muestra la trayectoria de la AA en Colombia.

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7 David Cohen Daza

Catedral Primada de Bogotá (Therrien 1995), la arqueo- de los edificios, siendo empleados casi con exclusividad
logía del colegio de San Pedro Claver de la Compañía de para la identificación de sus propiedades y resistencia
Jesús en Cartagena (Therrien et al. 1998; Therrien 2001); mecánica, o para el diseño de pañetes de reposición.
la Quinta de Bolívar (Gaitán Ammann 2001) y la Iglesia Los resultados obtenidos continúan quedando como
de la Candelaria en el centro histórico de Bogotá (Rivera informes anexos dentro de muchos proyectos, obviando
et al. 2004), por mencionar solo algunos ejemplos. cuestiones importantes con respecto a los procesos y tec-
Estos trabajos contribuyeron a que se aplicara el nologías de producción de estos materiales históricos. Tal
método estratigráfico, pero sobre todo, a que se formula- es el caso por ejemplo de los morteros de cal preparados
ran nuevas preguntas transdisciplinarias de investigación en caliente, es decir con cal viva en vez de cal apagada,
que enriquecieron enormemente el panorama de estudio que, debido a la falta de una caracterización adecuada,
de las edificaciones históricas. Por primera vez se veía tradicionalmente han pasado desapercibidos en la investi-
la necesidad, así como el potencial de leer e interpretar gación de los edificios (Válek y Matas 2012: 270). De ahí
arqueológicamente los edificios patrimoniales. Es apro- la importancia de construir sistemas de información que
piado identificar este segundo momento como el de la permitan estudios más amplios, así como una re-inter-
aparición de la arqueología en la arquitectura, amén de pretación de las muestras físicas y los análisis existentes.
la desarticulación de las acciones y de la carencia de un El conjunto de estas y muchas otras experiencias
marco normativo que soportara legalmente este tipo de han servido para demostrar las ventajas que brinda den-
investigaciones arqueológicas. El desarrollo de las cien- tro de los proyectos de conservación y restauración, es-
cias de la conservación y la creación de laboratorios y tudiar las edificaciones desde múltiples puntos de vista
proyectos de investigación académica para el estudio de que se encuentren o confluyan en el análisis e interpre-
la materialidad de las edificaciones (Cohen y Fernández tación de las evidencias materiales, desplazando los en-
2003; Fernández 2008; Barón et al. 2011), complemen- foques puramente estilísticos, tipológicos o históricos.
taron desde el ámbito de los análisis arqueométricos los Así mismo la incorporación de científicos de la
resultados de las aproximaciones históricas y arqueológi- conservación, restauradores y arqueólogos dentro de
cas. El surgimiento de este tipo de preguntas condujo a la los proyectos de estudio y conservación, generalmente
consolidación paulatina de un corpus de conocimientos dominados por arquitectos-restauradores, historiadores
acerca de los materiales y métodos históricos de construc- e ingenieros, derivó en que el marco normativo para la
ción, su evolución y su uso, aun cuando hasta el momento protección del patrimonio cultural hiciera visible la ne-
no existan bases de datos o catálogos accesibles para la cesidad de un conocimiento integral de las edificaciones
comparación de materiales de construcción, tal y como en aras de una valoración que justifique los principios de
ocurre con otros materiales culturales como la cerámica8. intervención que se realicen9.
Actualmente el Laboratorio de Estudios de Artes y Recientemente los sectores urbanos tradicionales (o
Patrimonio de la Universidad de los Andes, viene de- centros históricos) han sido reconocidos como áreas de
sarrollando un proyecto de investigación centrado en el interés arqueológico, lo que obliga a los contratistas a de-
análisis de morteros históricos para el establecimiento de sarrollar un componente de investigación arqueológica10.
marcadores cronológicos de datación. Si bien las argama-
sas han sido analizadas como parte de los proyectos de 9
  La Ley 1185 de 2008 o ley de patrimonio cultural y los decretos comple-
restauración desde los años setenta, como se ha señalado, mentarios 397 de 2009 y 1080 de 2015 regulan el tipo de intervenciones que
la interpretación de estos análisis no resulta clara en tér- pueden realizarse dentro de los bienes declarados como patrimonio cultural
de la nación. El artículo 2.4.1.4.3. del decreto 1080, señala explícitamente
minos de la información que brindan para la comprensión dentro de los principios generales de intervención que se debe “respetar la
evolución histórica del bien y abstenerse de suprimir agregados sin que medie
una valoración crítica de los mismos”.
8
  Quizás uno de los pocos ejemplos en Latinoamérica por no decir el único 10
  Los sectores urbanos tradicionales se interpretan como zonas de potencial
que involucra una aproximación a la descripción arqueológica de materiales arqueológico por lo cual se entienden como áreas arqueológicas protegidas
constructivos como los ladrillos, es el Catálogo de Cerámicas Históricas de de acuerdo con el decreto 1080 de 2015. Esto implica que en la práctica una
Buenos Aires (siglos XVI-XX) de Daniel Schávelzon (2001). Aparecen dentro intervención que afecte el subsuelo en un inmueble dentro de un sector histó-
del catálogo marcas como Clayton que durante el siglo XIX patentaron y ven- rico, requiere de la elaboración de un plan de manejo arqueológico aprobado
dieron sus máquinas de extrusión para la fabricación de este tipo de piezas. por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH como re-
En Colombia la producción de estos ladrillos comienza con una concesión quisito indispensable para la obtención de una licencia de obra. Así mismo y
otorgada en 1863. Es posible que en otros países de América Latina haya más recientemente, el componente arqueológico ha entrado a formar parte de
ocurrido lo mismo, pero la carencia de fuentes de información y de proyectos los planes de manejo y protección de los centros históricos como el de Bogotá
regionales de investigación hace difícil saberlo con certeza. (Resolución no. 129 de 2018).

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A AMBOS LADOS DEL CERO. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN COLOMBIA 8

En varios casos los datos arqueológicos han logrado inmuebles como contextos arqueológicos complejos y
articularse para responder preguntas relacionadas con pluri-estratificados (Caballero 2012: 104) (Fig. 4).
el conocimiento integral de los propios edificios y no Pero estos contextos arqueológicos casi nunca son
solo como un requisito que debe tramitarse para poder visibles en toda su complejidad, debido a la presencia
obtener permisos y licencias. de revestimientos. Estos pañetes responden a las condi-
Es dentro de este último momento que se comienza a ciones climáticas y a la heterogeneidad de los sistemas
utilizar el término de AA en Colombia, como una alterna- constructivos empleados para la conformación de los
tiva para reunir y unificar ese rompecabezas de miradas y muros (en tanto muchas veces eran construidos reciclan-
aproximaciones diversas que había comenzado a configu- do materiales de demolición de edificios más antiguos,
rarse desde los años setenta. Pese a esto, todavía no existen o mezclando diferentes técnicas). Por estas razones re-
cursos regulares o programas consolidados de educación sulta fundamental realizar una prospección arqueológica
superior en la materia. En el año 2012 se realizó el primer detallada y al mismo tiempo eficiente, con respecto a la
curso de AA auspiciado por la Escuela Taller de Bogotá cantidad de información que se puede obtener o inter-
que contó con la participación de Gunhild Eriksdotter de pretar acerca de los estratos y sus relaciones.
la Universidad de Lund (Suecia). En fecha más reciente Esta característica de la arquitectura histórica y pa-
(2019) dentro de la Maestría de Patrimonio Cultural Mue- trimonial en Colombia, común a la mayoría de países de
ble de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universi- América Latina y el Caribe, impone ciertas limitaciones
dad de los Andes, se dictó un curso electivo sobre AA en con respecto al estudio estratigráfico por lo que resulta
conjunto con la Facultad de Arquitectura y Diseño. importante explicar en detalle los métodos prospectivos
Durante 2018 dentro del Primer Coloquio Colom- y su aplicación.
biano de Historia de la Construcción, organizado de ma-
nera conjunta por la Universidad Nacional de Colombia
y la Universidad de los Andes, se estableció una mesa MÁS ALLÁ DE LO VISIBLE. ANÁLISIS
temática específicamente sobre AA. A pesar de estos CONFIGURACIONAL Y PROSPECCIÓN
esfuerzos y experiencias puntuales, la AA todavía está ARQUEOLÓGICA
lejos de consolidarse como un campo de estudio fortale-
cido desde la investigación académica. La imposibilidad de ver todos los estratos que conforman
Sin embargo, la aparición de miradas divergentes un muro, especialmente cuando se trata de inmuebles con
en la investigación de las edificaciones y los relativos decoraciones murales o con declaratorias patrimoniales
avances en materia jurídica (y digo relativos porque que regulan o prohíben los tipos de intervenciones ar-
desgraciadamente la ley no en todos los casos se cum- queológicas, ha conducido a que la fase de prospección
ple), han permitido ir posicionando la AA en Colombia arqueológica cobre una enorme relevancia. Por un lado,
como una perspectiva caracterizada por la diversidad un ejercicio riguroso de prospección permite establecer
de aproximaciones metodológicas, que ha ido paulati- cuáles partes del edificio son más significativas y por qué.
namente enriqueciendo el trabajo de estudio del patri- Por otro, reduce el número de exploraciones necesarias lo
monio construido, así como el reconocimiento de los que tiene implicaciones tanto en tiempo como en costos.

Figura 4. En la imagen se observa la heterogeneidad constructiva de un muro en una casa del sector histórico de Bogotá.

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9 David Cohen Daza

De acuerdo a como lo menciona Carandini, la La existencia de estos límites o umbrales que determinan el
prospección es “el único camino posible para aunar carácter de la arquitectura, muestra una faceta dual puesto
protección e investigación […] qué debe excavarse to- que “crean al mismo tiempo una categoría de espacio –el
talmente, qué parcialmente, dónde hacer sondeos, dónde interior– y una forma de control –el límite en sí mismo–.
no excavar y que debe dejarse para futuras excavacio- Esta dualidad está invariablemente presente en los patrones
nes” (1997: 63); estos son, en definitiva, los objetivos espaciales de los edificios” (Hillier y Hanson 1984: 146).
centrales de la prospección arqueológica. Conocer estos patrones o lanzarse a interpretarlos,
La dificultad en la visualización de los estratos no constituye una herramienta útil para poder proyectar cuál
quiere decir que no pueda realizarse un análisis arqueo- era el sentido de cada espacio dentro de un edificio, com-
lógico o incluso estratigráfico (en los casos en los que plementando el análisis configuracional para la prospec-
es posible realizar una datación), en tanto el análisis ción. Los espacios más visibles desde el punto de vista de
configuracional se basa “en la presunción de algunas un visitante, tienden a ser lugares de encuentro social por
unidades o grupos de unidades y de algunas relaciones lo que normalmente presentan elementos decorativos más
secuenciales que se hacen obligatorias por razones es- complejos o volúmenes más definidos y amplios. Los es-
tructurales” (Manonni y Boato 2002: 41). pacios más reservados funcionan mejor para actividades
Como consecuencia, diferentes aproximaciones y domésticas que requieren de privacidad.
herramientas metodológicas deben aplicarse para un Este tipo de organización espacial se evidencia en las
análisis minucioso de los muros, pañetes y elementos casas de dos pisos de Bogotá en las que, desde finales del
constructivos del edificio, su localización, dimensiones, siglo XVIII y particularmente durante el siglo XIX y las
fábrica y tipología (por ejemplo, los muros esquineros, primeras décadas del XX, las segundas plantas alojaban
los muros divisorios, los muros perimetrales, portantes, los espacios destinados para mostrar (y ser mostrado)
etc.), con la intención de identificar o inferir, cuáles son ante los invitados. Aparecen en muchos casos (Casa de la
esas relaciones estratigráficas que tienen que existir aun Independencia, Casa Iregui, Casa Caro y Cuervo, Palacio
cuando sean invisibles. Echeverri entre otros ejemplos ubicados en el centro his-
Pero para que el análisis configuracional conduzca tórico) salones grandes y con mayor profusión decorativa
a una cronotipología del edificio además de la rigurosi- orientados hacia el frente de las casas. Se conectan con
dad en la medición y caracterización de esos elementos espacios sociales especializados como comedores, salas
arquitectónicos y su topografía, debe considerarse que la de música, salas de chimenea o salas dedicadas específi-
arquitectura y las técnicas y materiales de construcción camente para actividades femeninas o masculinas, dada
empleados en cada caso, responden a una espacialidad la fuerte separación de roles de género en las élites santa-
como resultado de una serie de lógicas sociales. Tam- fereñas del siglo XIX que recrearon este patrón espacial
bién a unos procesos históricos y culturales que se ven dentro de sus viviendas (Bermúdez y Urbano 2000: 112).
reflejados en unas posibilidades materiales específicas Siguiendo esta lógica, varios inmuebles insertaron
que son las que dan forma al edificio. o readecuaron sus balcones externos no solo para hacer
La sintaxis o análisis espacial se basa entonces en más grandes e iluminadas estas áreas sociales, sino
el reconocimiento de cuál es esa lógica que determina la para generar una conexión con el exterior a través de la
distribución de los espacios. El análisis de su métrica, fachada. Tal es el caso de la casa de la actual sede ad-
grado de conectividad y la segregación o integración ministrativa del Instituto Caro y Cuervo (Casa Cuervo-
dentro del inmueble. Por más azaroso que pueda pare- Urrisarri). En ella se observa cómo el balcón rompe el
cer, cada lugar de una casa responde a una intención de pórtico de la fachada para ser instalado (Fig. 5).
uso o de control, lo que implica que de manera más o Este tipo de intervenciones que al parecer se ponen
menos consciente, los diferentes espacios son re-creados de moda al final de los años cincuenta y comienzos de
en función de los diferentes tipos de relaciones entre los los sesenta, cuando aún no existía una mirada científica
individuos que habitan un edificio para determinar qué en torno a la restauración tal y como se explicó, estuvie-
se puede hacer, en dónde y entre quiénes. ron asociadas con la celebración del sesquicentenario
De esa manera es posible comprender cómo se han de la independencia de Colombia. En estas, es posible
relacionado cada una de las células (espacios individuales interpretar la necesidad de materializar el imaginario de
de la edificación) que componen la unidad, los límites entre lo colonial a través de la inserción de ciertos elementos
los espacios, su jerarquía y los umbrales que se conforman. formales y decorativos como los balcones.

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Figura 5. Fachada de La Casa Cuervo-Urrisarri que sirve de sede al Instituto Caro y Cuervo en Bogotá. Fuente: Norma Juliana Jiménez Pava, 2019.

Por otra parte, los espacios menos visibles de los y desordenado” (Saldarriaga 1999: 8). Pese a ello,
inmuebles corresponden a las áreas privadas como continuó reproduciendo la misma lógica espacial de la
dormitorios y corredores de servicio por donde transi- colonia pero con un lenguaje formal distinto.
taban, ojalá sin ser vistos, las personas que trabajan o Tanto el análisis configuracional como la sintaxis
realizaban las labores domésticas de la casa. Este tipo espacial presentan obvias limitaciones en términos del
de configuración puede observarse en la Casa de la reconocimiento de los estratos y sus relaciones. Pero
Independencia, en la que prácticamente toda la crujía al contrastarlos con la información histórica disponi-
oriental estaba destinada para el movimiento de la ble pueden dar una comprensión más amplia de las
servidumbre mostrando una separación social entre los áreas más significativas de un edificio. Esto ocurrió
individuos que la habitaron. en el proyecto de investigación del Palacio de la Go-
Este modelo en donde se especializan espacios bernación de Bolívar. En el plano comisionado por Sir
para la servidumbre fuertemente segregados del con- Francis Drake en 1586 a Theodor de Bry es posible
junto pero contiguos a las áreas de servicio (como coci- observar el tipo de construcciones que existían en la
na, lavado, etc.), se mantiene vigente durante gran parte manzana donde se localiza actualmente el Palacio, ade-
del siglo XX en la construcción de casas y de aparta- más de otras referencias importantes como la catedral
mentos en Colombia. Resulta frecuente encontrar al- de Cartagena11 (Fig. 6).
cobas de servicio, un cuarto generalmente pequeño al De acuerdo con el análisis de la información gráfica
lado o detrás de la cocina, diseñado para separar a los del plano varias de las primeras casas fueron construi-
empleados del resto de los habitantes. La segregación das en madera, mientras que la Casa del Gobernador
entre señores y servidumbre sigue vigente hasta bien al parecer erigida en 1568, aparece representada como
entrada la modernidad, como corriente “renovadora” una construcción de cal y canto. Las casas de madera
en el hábitat. que se observan alrededor muy posiblemente fueron
Resulta en ese sentido paradójico que la arquitec-
tura moderna que se desarrolló en Colombia a partir de
la década del treinta, trató de distanciarse del modelo
de las casas coloniales considerado para ese entonces   El plano de la ciudad de Cartagena de Indias de 1586 fue comisionado
11

como preparación para la toma e incendio de la ciudad en ese mismo año; de


arcaico. El movimiento moderno “en sus comienzos ahí que sir Francis Drake haya sido reconocido localmente más por su fama
se asumió como una forma especial de apostolado, de pirata que por sus títulos nobiliarios. El plano es publicado por primera vez
destinado a traer progreso, claridad y orden a aquello como un grabado en Frankfurt en 1599 y describe el tipo de construcciones
que, existían en la manzana donde después se construiría el Palacio de la
que, a ojos de los interesados, era un mundo atrasado Gobernación.

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11 David Cohen Daza

Figura 6. Plano de la ciudad de Cartagena de Indias publicado en 1599.

reemplazadas hacia 1676, cuando de acuerdo con las la Casa del Gobernador que contrastan con las fábricas de
fuentes oficiales se construye la cárcel de la ciudad12. ladrillo y mortero de cal de los muros de la cárcel (Fig. 7).
Otro de los documentos históricos relevantes lo
constituye el plano del ingeniero militar Antonio de
Arévalo (1793) en el que representa tres propiedades ARQUEOMETRÍA Y RELACIONES
distintas en lo que hoy es el Palacio de la Gobernación. ESTRATIGRÁFICAS
El plano corresponde a un proyecto de ampliación de la
cárcel municipal en el que se proyecta el crecimiento en Cuando aparecen edificios enlucidos o en los que las rela-
altura del edificio colindante con los linderos de la Casa ciones estratigráficas entre unidades solo pueden hacerse
del Gobernador de Cartagena. visibles a través de un análisis configuracional, espacial
Ambos edificios (casa y cárcel) fueron unificados alre- e histórico, que compense o supla las limitaciones con
dedor de 1821 para configurar una primera versión del Pala- relación a los sectores en los que es posible observar las re-
cio. Luego fue ampliado en la década de 1940 incorporando laciones estratigráficas, la información obtenida debe apro-
el inmueble de la esquina noreste tal y como se observa en vecharse al máximo. Por una parte, considerando las im-
una aerofotografía (1938), así como en las fotografías de la plicaciones éticas frente a la conservación del patrimonio,
fachada del edificio antes y después de este momento. pero también a partir de un problema práctico: disminuir el
En este caso el análisis configuracional en conjunto grado de incertidumbre en el proceso de interpretación de
con la sintaxis espacial pero a la luz de la interpretación las relaciones y secuencias estratigráficas (Fig. 8).
de los documentos permitió en una primera instancia rea- Por un lado, en aquellas relaciones estratigráficas
lizar las excavaciones en pisos y muros que condujeron visibles, la construcción de secuencias entre las unidades
a corroborar la información histórica, particularmente la requiere la necesidad de establecer un marco cronológi-
descripción del plano de Arévalo. Se observaron diferen- co que brinde un sentido de interpretación a los datos.
tes sistemas y elementos constructivos como muros de Desde luego, el estudio de las fuentes históricas permite
rocas coralinas unidas con morteros de pega de tierra para correlacionar ciertas unidades estratigráficas con fechas
precisas. Pero en aquellos casos donde esto no es posible,
es necesario recurrir al estudio de la materialidad de las
12
  Gaspar de Lesquina. 1641: Caso presentado a la corona española seña-
lando la urgente necesidad de una cárcel en Cartagena. Archivo General de
propias unidades para poder establecer dataciones abso-
la Nación, Santa Fe 63, N.14, Bogotá. lutas o relativas.

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Figura 7. Plano de 1793 ampliación de la cárcel. Se muestran los diferentes predios que después darían forma al Palacio de la Gobernación.

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13 David Cohen Daza

Figura 8. Ventanas de exploración y análisis microquímicos de los materiales y estratos de un muro decorado de la segunda planta del Museo
de Bogotá.

Por otro, en los casos en los que las relaciones estra- Durante el proyecto de investigación de la Casa de la
tigráficas solo pueden inferirse, algunos análisis científi- Independencia de Bogotá la carencia de fuentes históricas
cos permiten identificar estas secuencias, especialmente con relación al edificio hizo necesario el empleo de méto-
en aquellos escenarios reconocidos por Mannoni, en los dos arqueométricos de análisis para poder realizar una da-
que estas relaciones ocurren únicamente entre unidades tación de las secuencias estratigráficas de los muros. Para
estratigráficas de revestimiento y en donde quizás una ello, una vez revelados los estratos subyacentes se extraje-
de las pocas formas de identificarlas sea a través del uso ron muestras de morteros de pega de los ladrillos y recu-
de cortes estratigráficos. brimientos de enlucido en ambas plantas de la edificación.

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El análisis químico y morfológico de los morteros estratigráficas, sino que adicionalmente permite lanzar
reveló la presencia de cemento Portland como uno de otro tipo de interpretaciones que complementan el es-
los componentes principales de las muestras, especial- tudio arqueológico de los edificios en términos de las
mente de aquellos estratos del segundo piso. Este tipo relaciones entre personas y arquitectura.
de cemento, patentado en 1824 y comercializado en el Dentro de la Casa de la Independencia además de
mundo hacia mediados del siglo XIX, fue introducido la aparición de blanco de titanio se encontró la presen-
como material de construcción en Bogotá solamente cia de rojo bermellón (o cinabrio) y de verde malaquita
hasta 1905 (Carrasco 2006: 30). (carbonato básico de cobre) para la elaboración de las
Así mismo las secciones delgadas (o petrografías) pinturas murales. El empleo de estos pigmentos dado
tomadas de un ladrillo de la segunda planta mostraron que se trata de materiales muy costos que como el
una temperatura de cocción por encima de los 900 °C bermellón resultan más caros que el oro (Gettens et al.
en una atmósfera controlada, con una buena selección 1993: 159), demuestran por un lado la capacidad econó-
granular de desgrasantes. Estas evidencias conducen a mica de los propietarios en el contexto de la Bogotá de
pensar que los procesos de fabricación cuidadosa de es- comienzos del siglo XX marcado por una enorme pre-
tas piezas cerámicas, si no son industriales por lo menos cariedad material. Por otro, la necesidad de diferenciarse
implican una intención por estandarizar la calidad de los socialmente en términos del estatus y el estilo de vida
productos. que deseaban proyectar.
Los resultados del estudio de materiales de la pri- Tristemente pero sin que sea una sorpresa, el dis-
mera planta de la Casa mostraron un cambio significa- curso oficial de la ciudad y la divulgación que realiza
tivo con relación al segundo piso, en tanto los muros de la Casa de la Independencia como sede del Museo de
fueron elaborados con piezas de adobe unidas por medio Bogotá hasta hace poco situaba tanto al edificio como
de una argamasa bastarda de arcilla y cal con abundante a las pinturas en el siglo XVII13 dando continuidad a
presencia de fibras vegetales. esa búsqueda casi obsesiva por lo colonial y reforzando
La caracterización de los estratos de pintura y la unos criterios de valoración cultural monolíticos en
identificación de los pigmentos y aglutinantes permitie- donde la antigüedad, la belleza y la condición de ori-
ron el establecimiento de fechas a partir de la datación ginalidad (Castillo Ruiz 2007: 21), continúan siendo el
de los materiales. Las primeras pinturas de la Casa lo- único punto de vista que permite explicar la relevancia
calizadas en aquellos espacios que correspondían a las patrimonial de un inmueble.
áreas sociales del edificio en la segunda planta, aparecen Este modelo de valoración por sí mismo no es del
dentro de la secuencia como los estratos directamente todo equivocado, excepto cuando se convierte en una
ubicados sobre el enlucido de los muros. De acuerdo suerte de dogma que no requiere de evidencias para ser
con el análisis microquímico se trata de pinturas a la cal, demostrado, o deliberadamente las omite si contradicen
una técnica empleada desde la colonia en Bogotá para el valor de antigüedad. A este respecto resulta evidente
la decoración de los muros. Sobre estas capas iniciales, dentro de la secuencia estratigráfica del edificio que al
comienzan a aparecer secuencias de estratos de pintura menos la segunda planta de la Casa de la Independencia
sintética (posiblemente acrílica) que son producidas y fue construida a comienzos del siglo XX.
comercializadas en Colombia únicamente a partir de Ni que decir del peligro que encierra para el cono-
1949 (Fig. 9). cimiento de los propios edificios, así como del conjunto
En cuanto a los pigmentos empleados para las de la historia de los materiales y técnicas de construc-
primeras capas de pintura a la cal la caracterización ción, el hecho de pensar en términos “originales” una
mediante técnicas de microscopía electrónica de barrido edificación cuya autenticidad radica justamente en sus
con espectrometría dispersiva (SEM-EDS por su sigla cambios, adaptaciones y diversidad. Esto ha conducido
en inglés) corroboró la presencia de dióxido de titanio, a que precisamente muchos de los estratos “no origi-
un pigmento blanco disponible comercialmente a partir nales” que componen el edificio, sean eliminados y
de 1918 en Europa y de 1920 en los Estados Unidos destruidos sin el más mínimo reparo, pero además, sin
(Laver 1997: 297). que se conserven muestras físicas de esos materiales que
El estudio de los pigmentos y su uso no solo brinda posibiliten nuevas investigaciones a futuro.
fechas terminales, lo que desde luego los convierte en
excelentes marcadores de datación para las secuencias 13
  https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15848059.

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15 David Cohen Daza

Figura 9. Microestratigrafía (20x) de una decoración mural de la segunda planta del Museo de Bogotá.

CONSIDERACIONES FINALES. arqueológicos, en la actualidad es casi un consenso la


PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS DE LA necesidad de contar con diversas miradas disciplinares
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA para poder comprender la complejidad del patrimonio
EN COLOMBIA cultural. A este universo en donde convergen distintas
miradas, métodos y personas, es a lo que llamo arqueo-
Durante los últimos treinta años en Colombia ha habido logía de la arquitectura.
un viraje en la manera de aproximarse a los edificios Este carácter de la AA propio de un campo que por
históricos y su estudio. Desde las visiones historicistas definición misma se ubica entre las disciplinas, obtiene
fundamentadas en discursos ideológicos con relación en esta diversidad epistemológica una de sus mayores
al pasado vigentes durante casi todo el siglo XX, fortalezas, no solo por permitir y fomentar el diálogo
hasta la comprensión de los edificios como contextos en torno al conocimiento del patrimonio construido,

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sino más bien en su versatilidad para ser aplicado de de Nara14, la valoración patrimonial debe estar sustentada
distintas formas, en distintos escenarios y por distintos en el conocimiento y por tanto, en la investigación.
profesionales. Pero este conocimiento no puede estar limitado úni-
Las posibilidades que brinda esta flexibilidad han camente a la indagación histórica o estilística, sino que,
quedado más que demostradas en la práctica, siendo una por el contrario, debe incluir todas las fuentes posibles
de las razones por las cuales la AA ha estado ligada en así como una interpretación amplia de los datos y en
Colombia principalmente a proyectos de conservación especial, el contraste necesario entre informaciones y
y restauración. Como se ha mostrado, la consulta de evidencias arqueológicas.
fuentes históricas pese a ser necesaria no es suficiente Algo similar ocurrió en la Casa de la Independencia
para poder formular criterios sólidos de intervención ni de Bogotá. En este caso la caracterización y el estudio
para tomar decisiones frente al manejo y conservación de los materiales permitieron una datación de las se-
del patrimonio cultural. Estas decisiones además suelen cuencias estratigráficas demostrando que la segunda
ser polémicas y mediadas por el aparato legal e institu- planta de la edificación fue construida durante el siglo
cional del Estado. XX. Estos resultados desde luego contrastan con la idea
Así mismo ante un escenario de crisis económica ampliamente difundida de que se trata de un edificio
en donde el sector cultural y en particular el campo del colonial. Más allá de las fechas, lo interesante de este
patrimonio recibe cada vez menos recursos y se debilita, caso es cómo el análisis de los materiales y en especial
en términos de las posibilidades para garantizar su con- su interpretación dentro del marco de la AA, permitió
servación, resulta casi imperativo hacer más eficiente suplir la carencia de fuentes históricas o documentales.
el proceso de conocimiento y valoración cultural de los Pero estos resultados fueron posibles gracias a un
edificios, un punto en el que la AA tiene muchas posibi- trabajo detallado de prospección en el que tanto el análi-
lidades que ofrecer. sis configuracional como espacial fueron fundamentales
Tal y como se mostró en el caso del Palacio de la para la toma de muestras representativas en el contexto
Gobernación de Bolívar la información histórica inter- de un edificio público, en uso y lleno de decoraciones
pretada arqueológicamente, a la luz de las secuencias murales que implicaron limitar al mínimo las posibili-
estratigráficas y del proceso de prospección, resultó dades técnicas en la exploración de los muros.
fundamental para la comprensión de toda la edificación Otra consideración relevante es que en los casos
y sus diferentes momentos constructivos. Estos momen- presentados el uso de distintas herramientas de inves-
tos identificados por medio de las secuencias estratigrá- tigación integradas dentro de la AA, permitió obtener
ficas, han estado ligados a la trayectoria de Cartagena resultados significativos en torno al conocimiento de
y contradicen en parte las concepciones ideológicas e las edificaciones. En la práctica, brindaron elementos de
historicistas de la ciudad. juicio para la toma de decisiones en torno a la conserva-
La mirada tradicional sigue viendo ejemplos de ción de los inmuebles, tanto desde el punto de vista con-
arquitectura colonial en el centro histórico aun cuando ceptual para la construcción de criterios de valoración,
esta originalidad no exista o no pueda ser entendida como técnico, estableciendo secuencias constructivas y
como un momento definido. Por el contrario, el trabajo momentos de transformación.
de investigación desde la AA demostró que el Palacio Pese a que este pragmatismo ha sido una ventaja en
debe entenderse como un proceso constructivo que el sentido de justificar la necesidad de aproximaciones
abarcó distintos momentos, desde las casas iniciales como la AA y favorecer encuentros, vertientes y postu-
del siglo XVI hasta las ampliaciones de la década de ras muy variadas, la carencia de un marco académico
1940 cuando adquiere su configuración actual. y epistemológico ha traído consigo algunos problemas
Los resultados desde el punto de vista de la AA que también vale la pena considerar.
mostraron más que certezas y continuidades, rupturas El primero de ellos tiene que ver con la formación
y contradicciones que condujeron a complementar la de profesionales que puedan abordar los desafíos de
valoración patrimonial de este inmueble, alejándose de investigación que plantea el estudio arqueológico de los
criterios centrados en lo que Castillo Ruiz denomina el
método omnicomprensivo, en donde el valor reside casi 14
  El documento de Nara sobre autenticidad fue el resultado de la reunión soste-
con exclusividad en la antigüedad, la belleza o la condi- nida por Unesco, ICCROM e ICOMOS en 1994 y consigna varios lineamientos
acerca de la valoración del patrimonio cultural haciendo énfasis en la importancia
ción (2007: 21). En este sentido y como lo señala la Carta de los estudios científicos (art. 10) así como en la diversidad cultural.

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17 David Cohen Daza

edificios. En Colombia, ni los arquitectos ni los arqueó- ocurriendo, tanto para el conocimiento de las edifica-
logos (mucho menos otros profesionales como los in- ciones y su valoración, como para la identificación de
genieros, historiadores o conservadores), tienen cursos procesos históricos, técnicas constructivas y materiales.
regulares o asignaturas específicamente enfocadas a Tal es el caso de los morteros, por ejemplo, en donde lo
estos temas. Esto dificulta enormemente la sistemati- rutinario de los análisis, ha dificultado plantear pregun-
zación de resultados y la producción a mayor escala de tas de investigación dirigidas a la comprensión arqueo-
conocimientos. Los esfuerzos realizados tal y como se lógica e histórica de estos materiales.
señaló, continúan estando desarticulados tanto desde el De ese modo, las muestras físicas que se toman para
Estado como desde la academia el análisis de las edificaciones patrimoniales en muchos
Es necesario a este respecto entender que el carácter casos o bien son destruidas después de realizar los
transdisciplinar de la AA es difícil de asir dentro de las pruebas, o no se están analizando e interpretando desde
estructuras académicas de la investigación científica. Si un punto de vista más amplio que permita enriquecer
bien entidades como Colciencias15 promueven los grupos la información que pueden brindar. Es por esto que las
interdisciplinarios de trabajo e investigación, el esquema muestras terminan guardadas dentro de los laboratorios,
administrativo de las facultades y programas universita- o dentro de los cajones (o sótanos) de los investigadores
rios continúa siendo de una enorme rigidez, dificultando sin que puedan ser consultadas y sin que muchas veces
los trabajos transversales y la aparición de iniciativas que estos resultados puedan alcanzar públicos más amplios,
puedan mantenerse en el tiempo, más allá de las experien- en una tarea de pedagogía patrimonial tan necesaria en
cias puntuales de los profesionales e investigadores que Colombia y en el resto de países de Latinoamérica.
como se ha mostrado a través de los muchos ejemplos, La escasez de este tipo de catálogos y sistemas de
siguen estando vigentes a pesar de las dificultades. información, se debe en parte a que desde hace algún
Como resultado de este estado de disociación, son tiempo fueron ampliamente criticados por considerarse
pocos los recursos financieros que se destinan para expresión de un anacrónico positivismo decimonónico,
la investigación en este campo así como los espacios especialmente dentro de las ciencias sociales y las hu-
académicos para la discusión y divulgación de las ideas manidades. Pero lo que esta carencia refleja es la nece-
y contenidos que por definición, la AA requiere para sidad de una convergencia más amplia y de orientar la
poder seguir desarrollándose, precisamente como un mirada hacia la responsabilidad y el problema ético en
lugar de encuentro entre las disciplinas, con múltiples el manejo de la información.
aplicaciones y sobre todo, como un escenario de nece- Muchas veces las muestras o los informes son lo
saria reflexión frente a la naturaleza y valoración del único que queda de los contextos arqueológicos de los
patrimonio cultural. edificios, por lo que deberían ser interpretados para el
Resulta apenas preocupante que pese al número de desarrollo de un conocimiento más abarcador y siste-
proyectos de AA que se vienen realizando como res- mático, así como para el planteamiento de preguntas
puesta a las exigencias que impone el marco normativo de investigación en torno a la aparición, circulación o
para la protección del patrimonio en Colombia, la ma- desuso de materiales y técnicas constructivas. Mientras
yoría de estos trabajos no se publiquen. Tampoco están los esfuerzos sigan desarticulados, los profesionales y
sistematizados dentro de bases de datos que permitan el Estado están condenados a comenzar cada proyecto
o faciliten la consulta o comparación de los resultados. desde cero.
Estas carencias implican unos problemas de fondo para
la formulación de proyectos de investigación transversa-
les, más amplios o que permitan estudios entre distintos AGRADECIMIENTOS
países que comparten tradiciones comunes.
Pero este problema no es simplemente un asunto de Agradezco a todo el equipo de la Fundación Erigaie es-
acceso a la información o de integración de las acciones, pecialmente a la arqueóloga e historiadora Monika The-
sino que apunta a la pérdida de información que está rrien, así como al historiador Mauricio Hoyos. Al Centro
de Investigación y Creación de la Facultad de Artes y Hu-
  El Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación
15
manidades de la Universidad de los Andes y al ingeniero
(Colciencias) es la entidad pública encargada de reglamentar y medir los químico y profesor Mario Omar Fernández. También a
grupos de investigación registrados en Colombia así como de establecer las
políticas para la producción científica de conocimientos. los arquitectos Claudia Hernández y Eduardo Mazuera.

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ISSN-L: 1695-2731
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MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Arquitectura arqueológica en el noroeste argentino:


cien años de interés

Archaeological architecture in northwestern Argentina:


one hundred years of interest

Ana Igareta1
CONICET - Instituto de Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad (HiTePAC),
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de La Plata

RESUMEN
A través del análisis de una muestra de trabajos publicados, el presente artículo revisa el tratamiento dado a
los restos arquitectónicos hallados en sitios arqueológicos del noroeste de la República Argentina entre los años
1877 y 1977. El objetivo de la revisión fue evaluar si el estudio de dichos restos fue o no tema de interés de la
disciplina durante el periodo considerado y cuáles fueron las perspectivas desde las que se propuso su análisis. El
resultado obtenido permite afirmar que, si bien de modo irregular, la arqueología argentina sí se interesó desde
momentos tempranos por el estudio del registro construido, y que lo hizo mediante una heterogénea variedad
de propuestas teórico-metodológicas cuyos criterios pueden ser relacionados con los postulados actuales de la
arqueología de la arquitectura.

Palabras clave: arqueología argentina de los siglos XIX y XX; registro construido; antecedentes no sistemáticos
de análisis arquitectónico; modelización de antecedentes.

ABSTRACT
Through the analysis of a sample of published works, this article reviews the prior approach to architectural
remains found at archeological sites in Northwestern Argentina between 1877 and 1977. The goal was to
evaluate whether the study of such remains was a topic of interest among archaeologists during that period, and
their proposed analytical perspectives. Results make it possible to affirm t hat, a lthough irregularly, Argentine
archeology was interested since its beginnings in the study of the built record. This was undertaken following a
heterogeneous variety of theoretical-methodological proposals with criteria that might be linked to the postulates
of the current Archeology of Architecture.

Key words: Argentine Archeology in the 19th and 20th centuries; architectural record; architectural analysis
without systematic background; background modeling.

Recibido: 27-09-2019. Aceptado: 27-02-2020. Publicado online: 17-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation


Igareta, A. 2020: “Arquitectura arqueológica en el noroeste argentino: cien años de interés”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e105. https://
doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.013

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2510-794X
ARQUITECTURA ARQUEOLÓGICA EN EL NOROESTE ARGENTINO: CIEN AÑOS DE INTERÉS 2

CONSIDERACIONES GENERALES largo del siglo XX como propuestas integradas al cuerpo


general de la investigación arqueológica, y su análisis
El presente trabajo surge de la lectura de un texto en el quedó incluido en el de un referente material mucho más
que se revisaba la trayectoria de las investigaciones de amplio, en el que otros componentes como la cerámica
la arqueología de la arquitectura en España e Italia y se atrajeron la mayor parte de la atención. Dicha situación
advertía de las limitaciones implicadas en equipararla a restó visibilidad a los estudios arqueológicos de rasgos
la mera lectura estratigráfica de paramentos (Azkárate construidos, lo que fue confundido con una falta de inte-
Garai-Olaum 2013: 281). Una revisión orientada a eva- rés disciplinar: “En Argentina son muy pocas las inves-
luar si dicha limitación podía afectar los estudios de ar- tigaciones que analizan aspectos arquitectónicos más allá
quitectura arqueológica que se desarrollan actualmente de lo meramente tipológico [hasta mediados de la década
en la República Argentina nos permitió estimar que no de 1980]” (Zarankin 1999: 120). Además, el hecho de
existe un riesgo a corto plazo en tal sentido, dado que que el componente arquitectónico de los sitios no fuera
son contados los trabajos realizados en el país que han del interés particular de quienes estudiaron la historia de
aplicado sistemáticamente la lectura de paramentos la disciplina (e. g. Fernández 1982; González 1985) hizo
como método de análisis (cabe mencionar entre esos que las alternativas de su análisis a nivel nacional apa-
pocos a Páez 2002; Schávelzon 2012; Taboada 2016). recieran escasamente mencionadas, lo que contribuyó a
En parte, tal ausencia de riesgo puede deberse a que consolidar la noción general de falta de interés.
recién en el curso de la última década la arqueología de A fin de explorar la hipótesis de que la arqueología
la arquitectura se ha consolidado como campo de inves- argentina sí se ocupó del estudio de los restos arquitec-
tigación a nivel local, por lo que los equipos que siguen tónicos pero que lo hizo desde una perspectiva plural,
esa línea de trabajo aún exploran las diversas posibili- poco articulada y metodológicamente variable, realiza-
dades que ofrece y pueden capitalizar las experiencias mos una revisión de publicaciones con el objetivo de
y resultados previamente obtenidos por otros. Por otra relevar el tratamiento dado al componente construido
parte, es posible que la lectura de paramentos senci- hallado en sitios arqueológicos desde los inicios de la
llamente resulte un método de análisis inviable en un disciplina y por el siguiente siglo. Específicamente ana-
porcentaje significativo de los sitios con arquitectura, lizamos textos referidos al noroeste argentino (NOA)2,
en los que el mal estado de conservación de los restos por ser la región cuyo territorio concentra desde el siglo
no permite el hallazgo de muros en pie sino apenas el XIX la mayor cantidad de proyectos de investigación
de secciones de cimientos o de materiales constructivos arqueológica y al que refiere el mayor número de publi-
desmoronados. caciones científicas y de divulgación.
Por una particular combinación de factores –que in-
cluyen agentes ambientales agresivos y débiles políticas
de preservación patrimonial– la arquitectura arqueológica PROPUESTA DE ANALISIS Y
de la Argentina se encuentra peor conservada que la de OBSERVACIONES
países vecinos como Chile, Perú o Bolivia. Si bien existen
numerosos conjuntos con buen nivel de integridad, sobre En las últimas décadas del siglo XIX, pasada la efer-
todo en el área andina donde el uso de la piedra como ma- vescencia de los primeros estudios arqueológicos cuya
teria prima ha favorecido su conservación a largo plazo, atención se centró en Pampa y Patagonia (Fernández
en términos estadísticos el registro arquitectónico arqueo- 1982), el NOA se convirtió en la región arqueológica
lógico argentino se encuentra mayormente fracturado y más explorada del país. Durante los siguientes 150 años
disperso. Eso hizo que, históricamente, los arqueólogos los sitios allí ubicados fueron relevados, excavados y
aplicaran variados métodos y herramientas para el estudio
de los restos constructivos, con frecuencia surgidos como 2
  El NOA es un área definida por un desarrollo cultural común que se ex-
adaptaciones de las técnicas utilizadas para el análisis de tiende en sentido norte-sur desde la zona de mayor altitud de las provincias
otros restos hallados en los mismos sitios. de Salta y Jujuy, Catamarca y La Rioja hasta el norte de la provincia de San
Juan. En sentido oeste-este abarca desde la cordillera hasta las sierras suban-
Tal vez por su multiplicidad y por lo variado de las dinas y zona montañosa de Tucumán y Santiago del Estero, limitando con las
situaciones del registro construido al que se enfrentaban, tierras bajas chaqueñas (Caggiano y Sempé 1994: 227). Se encuentra subdivi-
dida en cuatro regiones arqueológicas: puna, quebradas, selvas occidentales y
tales estrategias no se organizaron en un corpus teórico-
región valliserrana, cada una de las cuales posee sus propias particularidades
metodológico formal. En cambio, se desarrollaron a lo ambientales y de desarrollo cultural (González 1979).

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3 Ana Igareta

Examinamos las publicaciones de 51 autores, iden-


tificando menciones a restos arquitectónicos en la obra
de 33 de ellos, y procedimos luego a registrar brevemen-
te el tratamiento dado a cada conjunto (descripción, re-
levamiento, registro gráfico, asignación cronotipológica,
interpretación funcional, propuesta de filiación cultural).
Siguiendo a Taboada, no solo revisamos aquellos textos
que desde su título u objetivo puntual reflejaban interés
por la problemática, sino que consideramos otros apa-
rentemente no específicos pero cuyo contenido también
revelaba un interés por el registro arquitectónico (2016).
Esperablemente, observamos que la producción de
cada arqueólogo estuvo inmersa en las concepciones
teóricas propias de su época y de su interés, y que el
análisis de los restos construidos  se vio tan influido
por ello como el resto del registro material3. Pero una
revisión detenida de las publicaciones y de sus imá-
genes mostró, además, que los trabajos realizados por
individuos que poseían algún tipo de formación técnica
(o en colaboración con estos) resultaron en registros
más sistemáticos, detallados y comprensivos de la ar-
quitectura arqueológica que los de otros investigadores.
Con frecuencia, los mismos arqueólogos reconocen las
dificultades implicadas en el registro de restos cons-
Figura 1. Ubicación del NOA en la República Argentina (D. Gobbo) truidos en ausencia de personas idóneas (“yo no quise
que se tocasen porque no tenía ni dibujante ni fotógrafo
analizados de modo ininterrumpido, cada vez con ma- conmigo para que se consignase la colocación del ya-
yor detalle, registrándose una progresiva mejora en los cimiento”, Lafone Quevedo 1902: 262) tanto como la
métodos de registro de datos y una complejización en importancia de su participación en caso de hallazgos
las propuestas interpretativas, acorde con el desarrollo complejos (“Elegidas las estructuras habitacionales que
teórico de la disciplina a nivel nacional. Fue por ello debían ser estudiadas en ambos sectores, se procedió a
que elegimos revisar textos referidos a la región que realizar un relevamiento completo por parte de un técni-
abordaban el análisis de sitios arqueológicos con restos co”, De la Fuente 1972: 5). Habida cuenta de la cantidad
arquitectónicos publicados entre 1877 y 1977 (en tér- de variables y procesos involucrados en la construcción
minos generales, el primer siglo de publicaciones ar- de hasta el más sencillo de los elementos arquitectóni-
queológicas argentinas). Teniendo en cuenta el enorme cos, resulta comprensible que –independientemente de
volumen de textos aparecidos durante este periodo –y su posicionamiento teórico– los investigadores que se
que su análisis exhaustivo excede las posibilidades del hallaban familiarizados con ciertas lógicas subyacentes
presente artículo– decidimos relevar la obra de los au- a los procesos constructivos supieran ver y representar
tores considerados como principales referentes para la mejor este registro que el resto de sus colegas, y que
región, revisando su producción para el lapso en cues- dicha situación destacara aún más cuando los restos a
tión incluida en el programa de Arqueología Argentina relevar integraban conjuntos arquitectónicos complejos.
(materia de grado del último año de la licenciatura en En algunos casos, quienes registraron los sitios fue-
Antropología de la Facultad de Ciencias Naturales y ron quienes los interpretaron, como ocurrió con el inge-
Museo de la Universidad Nacional de La Plata, plan niero topógrafo y agrimensor Lange y sus relevamientos
1985 – modificado). A ellos sumamos algunos otros de las ruinas de Watungasta, Catamarca (1892a), o con
autores que, a nuestro entender y basados en nuestro
conocimiento del tema, resultaban relevantes para el 3
  Para una revisión de la evolución de los estudios de la arquitectura arqueo-
análisis propuesto. lógica del NOA desde una perspectiva teórica ver Taboada 2003, capítulo 2.

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ARQUITECTURA ARQUEOLÓGICA EN EL NOROESTE ARGENTINO: CIEN AÑOS DE INTERÉS 4

el notable trabajo del arquitecto Greslebin (1940) en de Catamarca eran evidencia del uso de “postes que a
Tambería del Inca, La Rioja, cuyos trabajos recogen modo de columna, sostuvieron la techumbre […] El res-
información precisa de los conjuntos que utiliza luego to de las paredes debió ser de ramas o de barro y ramas,
para generar interpretaciones sobre sus procesos cons- lo mismo que el techo. La presencia de sólo 2 huellas
tructivos y funcionales. En otros casos, la tarea técnica definidas de poste sugiere el empleo de vigas largas y
se enfocó tanto en el registro minucioso en el terreno únicas” (González 1954a: 127). Sustenta su propuesta
como en la elaboración de reconstrucciones gráficas de en el hallazgo en estratigrafía de pequeñas secciones
la arquitectura de los sitios de acuerdo con las propues- de maderas carbonizadas asociadas a algunos de los
tas interpretativas de los arqueólogos. Tal fue el caso del pozos y atribuye la desaparición del resto a un incendio
mismo Greslebin como dibujante de Debenedetti duran- intencional de las estructuras por parte de sus ocupantes,
te su relevamiento de El Alfarcito, Jujuy (Debenedetti antes de abandonarlas (González 1954a: 129). Si bien
1918) o del arquitecto Alvis como colaborador tempra- se trata de breves menciones y propuestas altamente
no de Cigliano en sitios de Salta (1973, 1975) y luego especulativas, resulta innegable que muchos autores
de Raffino en Catamarca (1977 y posteriores). En cierto se esforzaron por ir más allá de la mera descripción de
modo, estas exitosas experiencias fueron un ejercicio de rasgos arquitectónicos y avanzar en la comprensión de
interdisciplina antes de que tal concepto se popularizara los conjuntos.
entre los investigadores. La revisión bibliográfica permitió proponer que,
independientemente de su fecha de publicación, los tra-
bajos pueden ser reunidos en cuatro grandes conjuntos o
modelos de acuerdo con la perspectiva desde la cual los
autores abordaron el análisis del registro arquitectónico.
No pretendemos que dichos modelos contengan o agoten
todas las posibilidades de organización de estos textos,
sino reconocerlos como una opción válida para sistema-
tizar las propuestas más repetidas. De igual modo, no
nos propusimos evaluar el posible acierto o error de las
interpretaciones presentadas por cada autor, sino explo-
rar su interés por el análisis del registro arquitectónico
Figura 2. “Figura 7-Ruinas de las viviendas cuyos muros están
apoyadas contra las terrazas” incluida en Debenedetti (1918: 296) y
presente en sitios arqueológicos y observar cuáles son
realizada por Greslebin. Nótese el detalle volumétrico, los sombreados los elementos que destacan en cada obra. Como podrá
y las flechas que marcan el sentido de circulación inferido dentro de notarse, con frecuencia los restos arquitectónicos de un
las viviendas.
mismo sitio son susceptibles de ser asignados a más de
un modelo de acuerdo con el planteo de uno u otro autor
Resultó interesante observar cómo durante el pe- o con la escala en que se desarrolló dicho análisis, lo que
riodo relevado, y cada vez más a medida que avanzó da cuenta de la diversidad de perspectivas de abordaje
el siglo XX, los arqueólogos no solo se ocuparon de identificadas.
estudiar los restos arquitectónicos que aún se hallaban
en pie en los sitios, sino que analizaron los componen-
tes constructivos presentes en estratigrafía, dispersos ANTES DE LOS MODELOS: LIBERANI
o ausentes de los sitios, y utilizaron la información Y HERNANDEZ Y ARQUITECTURA DE
obtenida para elaborar propuestas interpretativas sobre TUMBAS
los procesos constructivos y/o las formas de uso de los
antiguos edificios. Boman, por ejemplo, observó la au- La atracción que generaron las ruinas del NOA desde
sencia de aberturas en los restos de muros de edificios momentos tempranos sobre los investigadores que vi-
que visitó en la Puna, y postuló que el acceso al interior sitaron la región quedó plasmada en el trabajo de von
de los recintos debió haberse realizado desde los techos Tschudi de 1858 referido al Fuerte de Andalgalá, pro-
(Boman 1908). González, por su parte, propuso que las vincia de Catamarca –aunque, en palabras de Raffino,
perforaciones halladas en el suelo en el interior de diver- el resultado fue un relato algo fantástico (2007: 78)–.
sos recintos excavados en Corral de Ramas y otros sitios Dos décadas después Liberani y Hernández presentaron

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Excursión arqueológica en los Valles de Santa María, NOA: la de los sitios con arquitectura. Así, durante las
Catamarca, considerada como la primera publicación siguientes décadas, docenas de trabajos van a reproducir
formal de la arqueología argentina y a la que deseamos un esquema en el que los restos de construcciones son
dedicar unas líneas en particular. El texto presenta los el componente mencionado y caracterizado en primer
resultados de su expedición al sitio de Loma Rica de lugar, para identificar el “tipo de sitio”, y a continuación
Shiquimil, Catamarca, donde realizaron excavaciones se brindan detalles sobre el registro mueble hallado du-
en el interior de los restos de unos recintos de piedra rante las excavaciones.
y recuperaron un interesante conjunto de piezas de ce-
rámica, muy codiciadas en la época. Pero las primeras Los yacimientos arqueológicos de Chañarmuyo pueden
ilustraciones de la obra no corresponden a dichas piezas dividirse en dos series perfectamente bien caracteri-
sino a una “vista general” del sitio; al “plano de la po- zadas: los que llamaremos de los barreales y los de
blación antigua ubicada en la parte superior de Loma los pedregales. Los primeros están ubicados sobre la
Rica”; al “croquis de una habitación (Pilca)” y a una margen izquierda del río; los segundos se extienden
“vista de la necrópolis” (Liberani y Hernández [1877] sobre los campos pedregosos situados inmediatamente a
1950: 67). Se trata de ilustraciones sencillas y sin escala espaldas de los barreales… En los barreales no existen
pero con sus correspondientes referencias cardinales, vestigios de viviendas, aun cuando supongo que éstas
que presentan a las ruinas ubicadas en la geografía que existieron en abundancia, dada la gran cantidad de restos
las rodea y con algunos detalles de interés. Aunque de de alfarería que se encuentran dispersos. Las viviendas
modo escueto, los autores brindan en el texto que acom- fueron de barro o de quincha, especies de ramadas […]
paña a las ilustraciones datos sobre los restos arquitec- En los pedregales las construcciones fueron de piedra:
tónicos hallados; e. g.: las pircas, aunque no en buen estado de conservación,
se mantienen todavía en pie. No alcanzan a tener más
La altura de estas paredes varía de 1 a 2 m sobre el nivel de 70 centímetros de altura y, creo, que muchas de ellas
del suelo mientras su espesor mide 1 m apenas. Algunas son verdaderos cimientos sobre los cuales se terminó el
están interrumpidas y juzgamos que estas interrupciones edificio mediante adobes o simple barro amasado (Debe-
serían tantas puertas de comunicación ya sea con exte- nedetti 1919: 397).
rior, ya con el interior de las casas… Los materiales de
que están construidas las paredes son piedras rodadas, El trabajo de Liberani y Hernández fue pionero
generalmente graníticas o cistosas, sin indicio aparente además en el relevamiento, excavación y presentación
de argamasa (Liberani y Hernández [1877] 1950: 114). de un tipo específico de construcciones, las tumbas,
cuyo análisis va a dominar el panorama arqueológico
Luego intentan una propuesta de identificación de argentino de las primeras décadas del siglo XX (Taboa-
la función original de algunos de los edificios articulan- da 2003: 20). Los textos revisados dan cuenta de cientos
do los datos constructivos con la información del ma- de ejemplos de construcciones subterráneas halladas de
terial recuperado durante las excavaciones realizadas, modo aislado, en directa asociación con estructuras de
esbozando una propuesta referida al posible carácter vivienda, cultivo o almacenamiento, o reunidas en ce-
defensivo del sitio. menterios y necrópolis. Y aunque el énfasis descriptivo
Analizando otra problemática, Nastri (2001: 34) e interpretativo de los arqueólogos del NOA se enfocó
propuso que este trabajo inauguró una línea de presen- casi obsesivamente en los objetos que conformaban los
tación de datos que la arqueología regional siguió desde ajuares hallados en las tumbas (incluso por encima del
entonces, con pocas variaciones: la descripción general de los restos de los individuos enterrados), las caracte-
del asentamiento y su territorio, la descripción específi- rísticas arquitectónicas de las estructuras funerarias y
ca de las estructuras arquitectónicas (fundamentalmente su relación con otros componentes construidos nunca
a partir de planos y dibujos) y la descripción detallada pasaron inadvertidas.
de piezas recuperadas en los cementerios asociados a
los poblados. Según pudimos apreciar, esta secuencia En las inhumaciones encontramos un elemento más
identificada por Nastri para valles calchaquíes a fines del definitorio para el establecimiento de diferenciaciones
siglo XIX va a convertirse en el modelo de presentación culturales. En la Quebrada de Humahuaca […] se efec-
de un conjunto más amplio de sitios arqueológicos del tuaron de preferencia en los pisos de las viviendas […]

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ARQUITECTURA ARQUEOLÓGICA EN EL NOROESTE ARGENTINO: CIEN AÑOS DE INTERÉS 6

Figura 3. Vista general del sitio Loma Rica (arriba) y croquis de una habitación (abajo), incluidas en el texto publicado por Liberani y Hernández
con detalles de las primeras intervenciones realizadas en el sitio ([1877] 1950: 52).

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7 Ana Igareta

En cambio, en Yavi Chico, si bien conocemos muchos El trabajo, en su conjunto, no puede ser mejor hecho,
otros aspectos de la cultura de los indígenas que allí y dado los elementos de que podían disponer, se nota
vivieron, no sabemos aún de qué manera sepultaron a en todos una proligidad en la elección de la piedra que
sus muertos. Podemos señalar por lo menos que no lo demuestra la importancia que para los indios tenía, en
hicieron en las viviendas. [...] Nuestras investigaciones sus creencias religiosas, la conservación de los muertos
estuvieron destinadas principalmente a la obtención de (Ambrosetti 1897: 54).
secuencias estratigráficas y al estudio de viviendas y
otras construcciones (Krapovickas 1970: 120).
MODELO 1 – RASGOS

Una quinta parte de los textos revisados menciona la


presencia de restos arquitectónicos aislados en los sitios
arqueológicos de los que se ocupan, que abarcan desde
tumbas simples, partes de cimientos, secciones de mu-
ros con unas pocas hiladas conservadas hasta recintos de
diverso tamaño y morfología4. Los autores se interesan
en estos casos por describir en detalle las característi-
cas de las construcciones, pero a una escala que nunca
alcanza la de todo el conjunto arquitectónico o el sitio
(Taboada 2003: 19). Casi en su totalidad, las descrip-
ciones refieren a estructuras construidas con piedra, un
tipo de arquitectura que, si bien no fue la única, como
dijimos predominó en el NOA prehispánico, aunque son
varios los autores que proponen el uso de adobe y quin-
Figura 4. Un ejemplo de temprano registro gráfico a mano alzada cha como materiales constructivos entre las poblaciones
de los tipos de construcciones funerarias halladas en sitio del NOA
(Schuel 1929: 1451, modificado por D. Gobbo).
tempranas de la región, articulando rasgos observados
en el registro arquitectónico con rasgos inferidos:

El registro de las materias primas y técnicas utiliza- Estos nuevos tipos de habitación son de gran importan-
das, la relación entre morfología y contenido, la identifi- cia pues no solo abren novísimas perspectivas en lo que
cación de tipos y su asignación a culturas arqueológicas, se refiere a la evolución cultural del área, permitiendo
los cambios en la morfología y tecnología constructiva vislumbrar desde ya los pasos seguidos en los cambios
como marcador cronológico y evidencia de cambio cul- habidos en los distintos tipos de viviendas en las dife-
tural, todos estos temas fueron objeto de estudio. rentes culturas que la habitaron sino también por las
proyecciones y sugerencias […] que esas habitaciones
El detalle de la construcción de estas tumbas abovedadas ofrecen al ser comparadas con otras de distintos lugares
es el siguiente: El plan o suelo se presenta cuidadosa- […] la arquitectura basada en la construcción de recintos
mente embaldosado con trozos de lajas ó piedras chatas o habitaciones con muros de piedra (pirca) pertenecen a
de espesor variable, colocadas de modo que quede un la última y más reciente capa cultural del N.O. Esta etapa
piso uniforme. Las paredes, de forma circular, se hallan cultural fue precedida por otras que usaron habitaciones
revestidas por otras lajas grandes, paradas y superpues- hechas de material perecible (González 1954b: 122).
tas, con los intersticios que quedan entre ellas ocupados
por otras pequeñas, á fin de que el conjunto presente una Los esfuerzos por identificar la antigüedad, ori-
superficie lo más lisa y unida posible. A una altura de gen cultural o función de los restos construidos es una
ochenta centímetros, más o menos, empieza a formarse
la bóveda que cierra la tumba. Para esto han colocado 4
  Por cuestiones de espacio no consideramos en el presente trabajo los
trozos largos de piedra, recostados […] Esta operación textos que hacen referencia a restos de andenes de cultivo, acequias, canales,
se repite hasta que la bóveda cierre completamente y las represas, caminos o puentes, y nos limitamos a aquellos que se ocuparon de
estructuras de vivienda, actividades y almacenamiento, pero debe tenerse en
últimas piedras queden al nivel del suelo más o menos. cuenta que se trata de un extenso conjunto de ejemplos y de publicaciones.

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constante, por lo general a través de la extrapolación Varios de los autores cuyos trabajos se incluyen
de datos obtenidos del análisis de objetos recuperados en este modelo utilizaron recurrente –y cuestionable-
en estratigrafía; “La clave más segura para la ubicación mente– datos históricos y analogías etnográficas para
cultural de esta vivienda la proporciona el estudio de los generar explicaciones sobre determinados rasgos de la
fragmentos de alfarería” (González 1954b: 129). arquitectura arqueológica, esforzándose por conectarla
En unos pocos casos los arqueólogos apenas men- con tradiciones y prácticas constructivas aún vigentes
cionan la presencia de restos de construcciones en los entonces entre las poblaciones locales (Spengler 2008:
sitios, mientras que en la mayor parte de estos avanzan 25). Por ejemplo, en un texto de 1937, Ardissone pro-
en la descripción y el registro de las materias primas y puso una tipología clasificatoria para la arquitectura de
las técnicas utilizadas, e intentan propuestas clasificato- los silos utilizados por las poblaciones de la Quebrada
rias morfológicas. Los restos arquitectónicos aparecen de Humahuaca, Jujuy, que incluye tanto ejemplos con-
nombrados utilizando categorías funcionales –vivienda, temporáneos como casos arqueológicos. En su opinión,
patio, corral, depósito, muralla, sala– pero se trata gene- el uso de graneros subterráneos construidos en piedra
ralmente de propuestas no contrastadas, más interesadas para el almacenamiento de grano se remonta a tiempos
por dar cuenta de la presencia del rasgo que por investi- prehispánicos y utiliza los hallazgos y datos relevados
gar su función real (Taboada 2003: 19). por otros arqueólogos para sustentar su propuesta (Ar-
Con frecuencia, en los trabajos de la primera mitad dissone 1937: 133).
del siglo XX los autores identifican y caracterizan un Además de los ya citados puede incluirse en este
determinado rasgo constructivo y luego lo asignan me- modelo el interesante texto de Márquez Miranda de
cánicamente a una cultura arqueológica. Por ejemplo, en 1937 en el que sistematiza y presenta los rasgos de la
1936 Serrano publicó un breve texto en el que sintetizó “arquitectura aborigen” que observa en sitios de Salta
los que, a su entender, constituían los rasgos básicos de y el de Lahitte y Calandra (1975), pero el estudio de
la arquitectura diaguita ‒una de las sociedades indígenas rasgos o componentes arquitectónicos aislados prácti-
que habitaba el NOA al inicio de la conquista‒: muros camente desaparece durante la segunda mitad del siglo
de bloques de piedra, presencia de dinteles, evidencias XX, cuando la noción de estudios contextuales se instala
de uso de bóveda en saledizo y techos de una sola agua en la disciplina y los trabajos pasan a enfocarse no en
son algunos de los mencionados para sitios de las pro- los objetos o las estructuras sino en las relaciones de
vincias de Tucumán y Catamarca (Serrano 1936: 53). conjunto.
La aparición a nivel local de elementos constructivos
como resultado de la influencia de culturas peruanas o
bolivianas fue otra de las temáticas discutidas por los MODELO 2 – RUINAS, PUEBLOS
arqueólogos del NOA, tanto como la posibilidad de que Y FORTALEZAS
ciertos rasgos solo hubieran aparecido en la arquitectura
local a posteriori de la conquista ibérica. El corpus de restos arquitectónicos de los que se ocupó
mayoritariamente la arqueología del NOA durante el
Boman, atraído por el brillo de la civilización peruana periodo revisado corresponde a “las ruinas de…”, “el
del último momento se constituyó en acérrimo defensor pueblo de…” y/o “el pucará5 de…”, instalaciones en
de ese origen […] y considerando probada históricamen- las que se articulan entre media docena y una centena
te la dominación del noroeste por los Incas, afirmó que de recintos de variada morfología y tamaño, muchas
la cultura de este sector de nuestro territorio provenía veces asociados a cementerios, y que fueron utilizadas
de ellos. Sin embargo, Ambrosetti (1899), años antes, con diversos propósitos. Estas investigaciones superan
con su habitual genialidad, había preconizado para la la escala de análisis de rasgos o componentes que ca-
civilización calchaquí un origen extraño e independiente racteriza al modelo anterior y se orientan, en cambio, al
del Perú […] Debenedetti (1912), por su parte, cree
encontrar restos de la cultura de Tiahuanaco en todo el 5
  Denominación genérica dada en el área andina meridional a grandes
noroeste […] Es admisible la existencia en el noroeste de complejos arquitectónicos de piedra construidos desde comienzos del siglo
una serie de rasgos que denotan la presencia de un fondo X y hasta la conquista inca en el siglo XV. Originalmente se les asignó una
común, que entronca en nuestra concepción de lo andino función estrictamente militar a modo de “fortalezas” (Ambrosetti 1912), pero
investigaciones posteriores han propuesto que se trató de instalaciones urba-
(Lafón 1958: 10). nas de carácter residencial con rasgos defensivos (Nielsen 2001).

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9 Ana Igareta

estudio de conjuntos de restos construidos; además, los transformaciones constructivas sufridas por el casco
autores comienzan a analizar los procesos de obtención de una estancia del siglo XVII ubicada en Molinos,
y procesamiento de las materias primas y a relacionar Salta (Ambrosetti 1903), o el de Cáceres Freyre de las
la función de la arquitectura con el paisaje que la rodea. ruinas del Fuerte del Pantano, La Rioja, un interesante
Buen ejemplo del tipo de texto incluido en este mo- caso de arquitectura defensiva en adobe, tapia y madera
delo es el de Bruch de 1911, en el que reúne sus observa- identificado como de origen hispánico y cuyo estado de
ciones sobre dieciséis sitios con arquitectura ubicados en deterioro es explicado a partir de la observación de la
las provincias de Catamarca y Tucumán. Bruch visita cada concurrencia de agentes ambientales y antrópicos (Cá-
uno de ellos y se detiene en la descripción de sus “construc- ceres Freyre 1937, 1955). También cabe mencionar el
ciones antiguas”, relevando –de modo algo desordenado– trabajo de Furque, quien identificó con precisión eviden-
las características de cada uno y la relación entre sí, pero cias de superposición constructiva en la arquitectura de
detallando además sus diferencias tecnológicas. unas ruinas catamarqueñas “no cabe duda de que hubo
allí una población española, siendo lo más probable que
Para la edificación los Quilmes se valieron del abun- fuese abandonada y ocupada después por los indios”
dante material que el cerro les proporcionaba, es decir, (Furque 1900: 169), aunque equivocó el orden de las
la piedra laja, micaesquistosa y filitas sericíticas, usadas sucesivas ocupaciones (Igareta 2009).
tal como se separa por su propio clivaje. Estas lajas, El estudio de ruinas generó interesantes discusiones
se comprende, son muy apropiadas para la edificación entre los arqueólogos; por ejemplo, Márquez Miranda
y han sido superpuestas con cuidado sin el empleo de objetó la propuesta de Bruch según la cual los andenes
cemento alguno, formándose con ellas paredes perfecta- de cultivo de ciertos sitios eran efectivamente cons-
mente perpendiculares, casi siempre de uno pero hasta de trucciones, dado que carecían de recintos de habitación
dos metros de espesor. […] Por regla general, todos los asociados (Márquez Miranda 1940: 230). Debenedetti y
muros son lisos del lado de adentro y perfectamente ver- Greslebin, por su parte, discreparon en su apreciación
ticales; á menudo, la base se halla reforzada con piedras sobre el estado de conservación de los muros de los re-
grandes, chatas ó lajas clavadas de punta, sobre todo en cintos de Tambería del Inca, dado que el primero afirmó
los sitios donde el suelo se presenta muy inclinado. Al que se hallaban perfectamente conservados mientras
contrario, por fuera los muros son siempre más desigua- que el segundo sostuvo que estaban significativamente
les é irregulares. […] Las construcciones del pueblo son deteriorados y que la apreciación de Debenedetti de-
cuadrangulares y redondas; las últimas son más escasas rivaba de una mala comprensión de las características
y las dimensiones menores, pero, á juzgar por las pocas arquitectónicas del sitio (Greslebin 1940: 11).
que hemos podido observar, parecen estar en relación En la década de 1950 la arqueología argentina se
con las primeras (Bruch 1911: 21). vio fuertemente impactada por el concepto de patrón
de asentamiento propuesto por Willey para sitios de
Trabajos como los de Lange (1892a, 1892b), Qui- la costa norte de Perú y por las posibles aplicaciones
roga (1896, 1901), Lafone Quevedo (1902), Ambrosetti del uso del dato arquitectónico como evidencia para
(1906, 1907, 1912), Boman (1908, 1916), Debenedetti estudiar cambios sociales a largo plazo (Willey 1953).
(1908, 1918, 1930), Schuel (1929), Casanova (1933), Desde perspectivas muy diferentes, los trabajos de
De Aparicio (1937, 1940-1942), Greslebin (1940), Már- Lafón (1954), Krapovickas (1955), González y Núñez
quez Miranda (1937) y Salas (1945) abordan el análisis Regueiro (1960), González (1966), Alfaro y Suetta
de extensas instalaciones desde diversas perspectivas (1970), Núñez Regueiro (1971, 1974), Cigliano y Raffi-
descriptivas e intentan la elaboración de propuestas no (1973, 1975), Raffino (1975), De la Fuente (1973b),
tipológicas como herramienta para su clasificación. Pérez Gollán y Heredia (1975) y Sempé (1977a; 1977b)
Abundan en estas publicaciones los planos, cortes, vis- se interesaron por el concepto y por los procesos impli-
tas, plantas y detalles de los sitios, acompañados de un cados en la apropiación y uso del espacio por parte de
progresivo incremento del uso de fotografías que mues- los constructores de conjuntos arquitectónicos prehispá-
tran detalles de las estructuras y los conjuntos. nicos. Ello, sumado a la adopción definitiva del método
En este modelo se incluyen algunos de los pri- estratigráfico, amplió radicalmente el universo de análi-
meros estudios de arquitectura colonial realizados en sis y de las propuestas interpretativas de las dinámicas
el país, como el breve análisis de Ambrosetti de las sociales de la región.

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Para la segunda mitad del siglo XX el volumen de habitaciones de los hatunrunas u hombres del pueblo,
información ya disponible sobre los edificios prehis- pero los edificios más importantes –templos, palacios,
pánicos permitió interesantes trabajos de recopilación fortalezas– poseían muros de piedra cuidadosamente
y síntesis, como el realizado por Madrazo y Ottonello seleccionadas, terminadas en ángulos rectos y de formas
(1966) para la Puna; tomando en cuenta el ambiente cuadradas (Márquez Miranda 1940: 126).
natural en que se ubicaban diversas instalaciones, los
autores clasificaron las ruinas de los poblados de acuer- Las ciudades coloniales, el sitio elegido para su
do con su morfología interna (grado de dispersión o fundación y las características de su arquitectura fue-
aglutinamiento) y propusieron una tipología para las ron otros de los temas de interés de las investigaciones
unidades de residencia basada en una articulación de incluidas en este modelo, cuyos primeros ejemplos se
criterios morfológicos y funcionales. remontan a los trabajos de Lafone Quevedo (1898) y sus
esfuerzos por dilucidar, a partir del análisis documental,
la ubicación de las primeras El Barco y Santiago del
MODELO 3 – CIUDADES Estero. A estos trabajos se sumaron luego otros como el
análisis de las ruinas de Ibatín, sitio de la primera funda-
La tercera de las problemáticas que desde temprano captó ción de San Miguel de Tucumán en el siglo XVI, en los
el interés de los arqueólogos argentinos fue el posible que Gramajo recurrió permanente al uso de documentos
carácter urbano de algunas de las extensas instalaciones históricos para interpretar hallazgos arquitectónicos:
identificadas en el NOA. En el marco en una discusión
más amplia que enfrentó a quienes sostenían que el fe- … según los Documentos Coloniales, hacia 1570 exis-
nómeno urbano se había desarrollado en la región solo a tían fábricas de tejas y ladrillos de factura acabada, lo
posteriori de la conquista ibérica con quienes afirmaban cual revela una asimilación de la técnica española en
la existencia de un urbanismo prehispánico, muchos tra- la materia. La aparición de estos materiales nos llevó
bajos se enfocaron en definir qué rasgos debía presentar la a tratar de descubrir los pavimentos respectivos de los
arquitectura de un sitio para ser considerada como ciudad. edificios para lo cual practicamos nuevos sondajes en
Algunos autores como Ambrosetti (1897, 1907) distintos puntos siempre con resultados negativos, ex-
asumieron inductivamente desde momentos tempranos cepción hecha de un piso de baldosas cerámicas descu-
que las ruinas que analizaban eran de antiguas ciudades bierto en el edificio de los Jesuitas, a 0,80 m debajo del
y se dedicaron a la exploración y registro de sus caracte- piso actual. Estas baldosas de forma rectangular fueron
rísticas, interesándose por dar cuenta de las variaciones especialmente trabajadas para este fin, con un chanfle
arquitectónicas observadas: “de cuya base arrancan las permietral, lo que permite colocarlas a junta cerrada
diversas construcciones que se dirigen ya hacia abajo, la (Gramajo 1976: 146).
ciudad propiamente dicha; ya hacia arriba: la fortaleza
y el campo de refugio fortificado” (Ambrosetti 1897: El desarrollo de los estudios sobre el urbanismo
35). Otros arqueólogos se interesaron por identificar la prehispánico del NOA alcanzó un punto notable en la
función específica de ciertos edificios y por determinar década de 1960 con el trabajo realizado por Cigliano
el rol que jugaron en el contexto urbano en el que se –y luego continuado por Raffino– en las ruinas de la
insertaron; Márquez Miranda, por ejemplo, planteó la ciudad de Tastil, ubicada a más de 3000 m s. n. m. en
existencia de una “arquitectura fiscal” inca, representada provincia de Salta. Durante años, Cigliano y su equipo
por los grandes silos hallados en ciudades y cruces de se dedicaron a la excavación sistemática de parte de los
caminos, y cuya presencia evidenciaba el control impe- 1161 recintos relevados en sus casi 110.000 m2 de su-
rial sobre sitios del NOA (Márquez Miranda 1940: 132). perficie y a la clasificación de las unidades construidas
Asimismo, reconoció un uso diferencial de materias identificadas de acuerdo con criterios morfofuncionales
primas en edificios de una misma cultura y una misma (Raffino 2007: 127). El estudio de Tastil no solo propor-
región, proponiendo que daban cuenta de una diferencia cionó evidencias concretas de la existencia de ciudades
de clases: en el NOA antes del avance inca, sino que generó un
modelo comparativo de desarrollo cultural a nivel regio-
En la parte de la sierra, los adobes y la pirka constituían nal basado en el ambiente ecológico, en que los rasgos
los elementos integrantes de la edificiación popular, arquitectónicos jugaron un papel clave.

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Figura 5. Un ejemplo del tipo de documentación gráfica realizada a mediados del siglo XX para el relevamiento de los restos de antiguas instalaciones
puneñas (Márquez Miranda 1940: 55).

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Todos estos hallazgos de instalaciones, que evidencian excavaron el interior de algunas de sus cientos de “ca-
patrones de poblamiento diferentes y distintos tipos de sas” y analizaron las características de su arquitectura,
enterratorio, van conformando el cuadro cronológico de aunque sin generar una planimetría general del sitio
este ambiente ecológico, donde se presentan una serie de (Zaburlín 2009: 92). En 1910 Debenedetti, por primera
yacimientos con características muy definidas que per- vez en el país, inició la restauración de un sector de las
miten identificar las etapas de desarrollo de las diversas ruinas (Debenedetti 1930: 136); los trabajos fueron aco-
culturas que aquí se han asentado (Cigliano y Raffino tados y solo abarcaron unos pocos recintos del sitio. La
1977: 162). intervención –una especie de anastilosis, como señaló
Schávelzon (1993)– fue notablemente respetuosa y cui-
Además, los trabajos realizados en Tastil utilizaron dadosa del original para su época, ya que:
exitosamente las fotografías aéreas como herramienta
para el análisis del crecimiento urbano del sitio, meto- Ningún cimiento fue modificado ni alterada en lo más
dología que había sido utilizada por primera vez en el mínimo la estructura de ninguna construcción existente.
país unos pocos años antes por González (1956) para el Los trabajos se iniciaron rehaciendo las murallas de la
reconocimiento y análisis de sitios arqueológicos con terraza más baja […] por el rumbo este. Para levantar
arquitectura. las paredes de los edificios y consolidar los cimientos
Y si bien no desarrolló trabajos en el terreno, no en parte dislocados se emplearon las mismas piedras
puede dejar de mencionarse para la segunda mitad del que por su posición y tamaño era evidente que habían
siglo XX la publicación en 1964 de Ciudades preco- pertenecido a las viejas e inmediatas construcciones
lombinas (Hardoy 1964), por el impacto que tuvo en la (Debenedetti 1930: 139).
arqueología del NOA. Como resultado de un extenso
análisis de casos, el autor definió los criterios que debían A fines de la década de 1940, Casanova retomó
cumplir las instalaciones de la región para ser consi- los trabajos en el sitio, continuando las excavaciones
deradas como urbanas, y estos fueron luego aplicados y proponiendo una nueva intervención, esta vez de re-
por arqueólogos que sí exploraron de modo directo los construcción y de patrimonialización a gran escala, que
rasgos del registro arquitectónico. afectó de modo drástico las características de las ruinas:

La altura que se ha dado a cada vivienda es un tanto


MODELO 4 – RESTAURACIÓN convencional, basada en las paredes más altas que se
DE SITIOS han encontrado y en observaciones hechas en otros
yacimientos de la quebrada. Debe advertirse también
El último conjunto identificado corresponde a trabajos que en los últimos recintos del occidente del Pucará
que dan cuenta de la restauración y/o reconstrucción los muros son algo más anchos que los originales; no
parcial de las ruinas de sitios arqueológicos como parte ha podido evitarse esta alteración porque la trepidación
de un proceso que culminará con su exhibición al públi- que los pesados trenes de carga producen al pasar a
co6. Si bien son apenas unos pocos casos los incluidos muy corta distancia derrumbó las primeras casas que
en este modelo, estimamos relevante mencionarlos dada se restauraron allí; los indígenas que no tuvieron ese
la importancia asignada desde la arqueología de la ar- problema hicieron sus casas con paredes menos anchas
quitectura a la relación entre investigación arqueológica (Casanova 1968: 23).
y restauración (Caballero Zoreda 2004).
El antecedente más significativo corresponde a Las falencias técnicas del proyecto –incluyendo la
la restauración del Pucará de Tilcara, una instalación colocación de techos en varias docenas de estructuras en
multicomponente de unas diez hectáreas de superficie las cuales no se había registrado evidencia alguna que
ubicada a más de 2400 m s. n. m. en la provincia de indicara sus características originales– pueden ser en
Jujuy. Relevada por primera vez en 1908 por Ambro- gran medida explicadas por la falta de conocimiento en
setti y Debenedetti, por los siguientes dos años ambos el tema a nivel nacional, y fueron acompañadas por la
creación de un centro de investigaciones y un museo y la
habilitación de un camino de acceso al sitio que facilitó
6
  Para un análisis detallado de las implicancias teórico-metodológicas de las
restauraciones realizadas en el NOA en el siglo XX ver Schávelzon (1990). la llegada del público al sitio (Schávelzon 1990: 87).

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Figura 6. (a) Fotografía aérea de la ciudad de Tastil tomada en la década de 1970 (Cigliano 1973: 22) y (b) planimetría del sitio realizada por
Alvis durante los trabajos en el terreno (tomado de Raffino 2007: 159).

El segundo caso que mencionaremos brevemente (1973a) pero, como decíamos, no proporcionó datos
es la restauración que De la Fuente llevó adelante en la sobre el estado de la construcción antes de su interven-
década de 1970 en Vinchina, La Rioja; cabe aclarar que ción, en qué consistió la misma o qué tipo de materiales
no fue posible hallar ningún tipo de publicación o texto y criterios fueron empleados para ello. Sin embargo,
inédito que diera cuenta de esta intervención pero que es cuarenta años después, seis de las siete estructuras han
conocida por los arqueólogos que a posteriori trabaja- desaparecido casi por completo como resultado del
ron en la región (Calegari et al. 2019: 16). Las llamadas crecimiento urbano de una población cercana y del uso
“estrellas de Vinchina” eran un conjunto de siete geogli- indiscriminado de la superficie del sitio para diversos
fos, estructuras tipo plataforma circular sobreelevada, propósitos, mientras que la plataforma restaurada por el
de entre 11 a 26 m de diámetro, construidas mediante la investigador aún se conserva. Ello permite estimar que
acumulación de piedras de color blanco, negro y rojo, futuros estudios que continúen explorando los posibles
que se alternaban formando triángulos (De la Fuente significados de la construcción de esta particular estruc-
1973b: 154); la parte superior de las estructuras “se en- tura puedan también recuperar datos sobre su proceso
contraba levemente deprimida presentando en el centro de restauración.
un pequeño círculo de piedras marrones al que se accede Como tercer caso del modelo mencionaremos la
a través de un estrecho corredor” (Calegari et al. 2019: restauración, iniciada en el año 1977 bajo la dirección
14). De la Fuente realizó excavaciones estratigráficas de Pelissero y Difrieri, de las ruinas de Quilmes, una
en el sitio y analizó el material entonces recuperado ciudad fortificada preincaica de unas treinta hectáreas

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de superficie ubicada en Tucumán a casi 2000 m s. n. m.


Si bien como pudo notarse el sitio había sido objeto de
relevamientos arqueológicos a comienzos del siglo XX,
estos no fueron retomados luego ni se profundizó en el
conocimiento de las estructuras del sitio y la interven-
ción de la década de 1970 solo consideró la realización
de nuevas excavaciones a posteriori de las tareas de res-
tauración, meramente con el objetivo de obtener piezas
para el museo de sitio (Pelissero y Difrieri 1981: 15).
Ello generó fuertes cuestionamientos por parte de otros
arqueólogos, que estimaban que, tal y como lo sugería la
normativa internacional entonces vigente, la excavación
y demás procedimientos de obtención sistemática de
información debían preceder a toda otra intervención.
Quilmes fue, sin duda, el proyecto de restauración
arqueológica más cuestionado de todo el NOA, para el
que “no hay un solo dato publicado sobre procedimien-
tos, técnicas o posturas teóricas acerca de la restauración
o de los trabajos realizados” (Schávelzon 1990: 91). El
criticado proyecto

… fue capaz de trasformar, alterar y destruir un proceso


de revalorización patrimonial, que debería haber comen-
zado como un proceso de investigación general, para
arribar a diferentes conclusiones, entre las cuales podría Figura 7. Ubicación en el NOA de los 58 sitios mencionados por los
33 autores revisados que se ocuparon de problemáticas relacionas al
haber estado la posibilidad de evaluar la transformación
registro arquitectónico (D. Gobbo).
de un sitio arqueológico en un recurso turístico. Aquí
el proyecto fue planteado al revés, se partió de una ne-
cesidad (recomponer una imagen y generar un recurso CONSIDERACIONES FINALES
turístico/económico) […] El grado de incoherencia es
tal que si bien es evidente que lo hecho en Quilmes es Al comienzo del artículo propusimos que, si bien de
una reconstrucción, en la obra citada se lo confunde con modo poco sistemático y metodológicamente diverso,
anastilosis, sin embargo resulta imposible de creer que desde fines del siglo XIX la arqueología del NOA se
los autores no entendían la diferencia entre una y otra. interesó por el estudio de los restos arquitectónicos, y
Básicamente la anastilosis es un proceso que permite la planteamos que la revisión de una muestra arbitraria
reconstitución o rearmado de elementos arquitectónicos de textos publicados daría sustento a tal hipótesis. El
llevándolos a su posición inicial, siempre que esté debi- resultado de la revisión superó por mucho nuestras
damente documentado ó comprobado el estado original expectativas, ya que no solo proporcionó evidencia de
de éstos, de manera tal que el resultado final sea similar que –con limitaciones, falencias y errores– la práctica
al estado ó composición original del muro (Sosa 2008: 12). arqueológica en la región se interesó por el análisis ar-
quitectónico, sino que lo hizo de modo sostenido hasta
También en este caso la restauración fue acom- el punto de permitir organizar los trabajos en modelos
pañada de una propuesta para la construcción de un de análisis. Pero, mucho más interesante aún, fue posi-
museo, servicios y centro de visitantes –proyectados ble reconocer que la perspectiva desde la cual muchos
notablemente cerca del conjunto arqueológico– aunque de los autores plantearon el desarrollo de sus estudios
se concretaron recién casi veinticinco años después y conecta de modo directo con los lineamientos actuales
se realizaron nuevamente envueltos en polémicas de- de la arqueología de la arquitectura. No desde lo me-
rivadas de la falta de investigación arqueológica en las todológico –aunque las propuestas de algunos trabajos
ubicaciones que iban a impactar los nuevos edificios. resultan notablemente actuales– pero sí desde lo teórico

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15 Ana Igareta

y conceptual. Y no pretendemos implicar con esto que Ambrosetti, J. B. 1906: Exploraciones arqueológicas en la Pampa Grande.
Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, 1, Buenos Aires.
las interpretaciones elaboradas en distintos momentos Ambrosetti, J. B. 1907: Exploraciones arqueológicas en la ciudad prehistó-
por distintos autores fueran precisas o que se mantengan rica de La Paya (Valle Calchaquí, Provincia de Salta). Publicaciones de
vigentes, sino que evidencian un interés manifiesto de la Sección Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras, 3, Buenos
Aires.
la disciplina por estudiar las prácticas constructivas y Ambrosetti, J. B. 1912: “Resultado de las exploraciones arqueológicas en el
formas de uso del espacio como estrategia para generar Pukará de Tilcara (Provincia de Jujuy)”, en Actas y Memorias del XVII
interpretaciones sobre conductas cotidianas, modos de Congreso Nacional de Americanistas, pp. 497-498. Buenos Aires.
Ardissone, R. 1937: “Silos de la quebrada de Humahuaca”, Relaciones de la
vida y organización social de los grupos que produjeron Sociedad Argentina de Antropología, 1, pp. 117-143.
dicha arquitectura (Taboada 2016: 4). Si la arqueología Azkarate Garai-Olaun, A. 2013: “La construcción y lo construido. Arqueo-
de la arquitectura fue y puede ser mucho más que lectura logía de la Arquitectura”, en J. A. Quirós Castillo (ed.), La materialidad
de la Historia. La arqueología en los inicios del siglo XXI, pp. 271-298.
de paramentos, y si no es el objeto arquitectónico ni la Akal, Madrid.
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ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e106
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731
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MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Arquitectura religiosa afroamericana: una producción híbrida


en la búsqueda de la identidad. La capilla de San Miguel
en Paraná, Argentina

Afro-American religious architecture: a hybrid production in the search


for identity. The Chapel of San Miguel in Paraná, Argentina

Daniel Schávelzon1
Centro de Arqueología Urbana, Universidad de Buenos Aires

RESUMEN
Migrantes afros de la ciudad de Santa Fe se instalaron en un lugar cercano pero protegido, en los inicios del siglo
XVIII, donde hoy está la ciudad de Paraná. Allí construyeron ranchos y una capilla, mientras que lentamente
creció un asentamiento blanco/criollo en sus cercanías. Después de la Independencia y aprovechando los
gobiernos liberales de la década de 1820, se construyó una gran estructura religiosa siguiendo el modelo colonial
de las capillas abiertas de indios. Como rechazo a su existencia y significado, y como una manera de cambiarle su
función, a partir de 1833 los gobiernos conservadores construyeron en su frente una iglesia católica comenzando
lo que sería su ocultamiento. La zona quedó lentamente incluida en la nueva ciudad, urbanizada, y la población
migró. Pese a eso, la capilla siguió viva porque la comunidad le fue haciendo adaptaciones, cambios de forma y
funcionamiento, adaptándola a la ritualidad católica, para sobrevivir hasta finales del siglo XIX. Los estudios han
permitido entender esta construcción que en su estado actual es solo una iglesia más, sin las particularidades
que tuvo en su historia.

Palabras clave: arquitectura religiosa; población afroargentina; hibridación; arqueología de la arquitectura.

ABSTRACT
Afro migrants from the city of Santa Fe settled down in a close but protected place, at the beginning of the
18th century. This is today the city of Paraná. They built there several houses and a chapel, while a White/
Creole settlement was slowly growing in the nearby. After Independence, with the liberal governments of the
1820´s, a great structure was made following the colonial model of the Open Chapels of Indians. From 1833
onwards, conservative governments built a Catholic church at the front of the former chapel, beginning thus
its concealment. The area was slowly included in the new urbanized city, and the population moved to other
areas. Despite these circumstances, the chapel survived until the end of the 19th century thanks to the formal
and functional modifications c arried o ut by t he community. I nterdisciplinary s tudies have m ade i t p ossible to
understand this construction, currently another Catholic church, which has lost its historical singularities.

Key words: religious architecture; Afro-Argentine population; hybridization; Archaeology of Architecture.

Recibido: 27-09-2019. Aceptado: 09-03-2020. Publicado online: 23-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation


Schávelzon, D. 2020: “Arquitectura religiosa afroamericana: una producción híbrida en la búsqueda de la identidad. La capilla de San Miguel
en Paraná, Argentina”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e106. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.014

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9820-2748
ARQUITECTURA RELIGIOSA AFROAMERICANA: UNA PRODUCCIÓN HÍBRIDA EN LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD. 2
LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

En la ciudad de Paraná, Argentina, existen dos iglesias por su significación en la ciudad. La historia local ha de-
una al lado de la otra, con igual nombre: “San Miguel nominado a esa capilla como “la capilla de los negros”
Arcángel”; eso llama la atención. Una es habitualmente (Cerutti 2007) ya que esa zona fue el Barrio del Tambor
llamada “la capilla” y está fuera de uso (Figs. 1 y 2), la o zona del primer poblamiento afro.
otra es “la iglesia” por ser mucho más grande y estar En el año 2017 se inició la restauración de la capilla
abierta. Ésta da su frente a una gran plaza, la otra quedó como parte de la recuperación de los derechos de los
invisible a sus espaldas, estando clausurada por un si- grupos afro-paranaenses, pero el proyecto llevó a que, si
glo y con el acceso a través de un angosto pasillo entre bien se la destacara y se le diera una vista digna desde la
muros. La iglesia mayor ha sido considerada desde su calle, se consolidara su imagen como un edificio religioso
construcción (inaugurada en 1873) como el segundo católico más, incluso desde el exterior tomó forma basi-
mayor monumento de la ciudad después de la catedral, lical, lo que nunca tuvo (Schávelzon y Martínez 2017).
la capilla ha sido recordada solo por los recientes histo- Su recuperación, a la vez que permitió estudios que con-
riadores de la arquitectura pero por su unicidad estética tradecían esa imagen final, fue el cierre de un proceso de
para la década de 1820, fecha que se atribuye para su dos siglos que partió de un rancho simple y modesto de la
construcción. Fue declarada Monumento Nacional por población afro, una historia olvidada y por cierto desco-
la presión de la comunidad afro por sus derechos y no nocida porque fue hecha invisible, olvidada, desdibujada.

Figura 1. Fachada de la capilla de San Miguel en 1871 con un balcón-capilla, la escalera de acceso externa y el atrio abierto hacia el sur; detrás
la iglesia en construcción está desdibujada. Litografía de H. Meyer publicada en El Americano 46: 145, París, febrero 1874.

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.014 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e106
3 Daniel Schávelzon

Figura 2. La capilla de San Miguel Arcángel al terminar los trabajos de restauración en 2019; se ve a su espalda la parte posterior de la iglesia
de igual nombre. Fotografía: A. Richard.

La gran iglesia que se construyó a su lado después (Fig. 3). Se adoptó para cuestiones simbólicas la fecha
de un siglo, terminó triunfando no solo por sus dimen- del inicio de la construcción de la catedral, lo que de
siones, no por tapar a la otra, sino –físicamente hablan- por sí es significativo. La realidad documental es que
do– gracias a una restauración que en lugar de regresarla allí se fueron asentando pobladores afros en un lugar
a su forma original cerró para el futuro la imagen de sus que está separado por el gran río Paraná de la gran
formas originales pasando a ser otra iglesia más. ciudad de Santa Fe o su cercana Coronda, y protegida
por altas barrancas y en donde los originarios pueblos
indígenas ya habían sido combatidos y expulsados para
LA CIUDAD DE PARANÁ usar la tierra para el ganado (Guillot 1961; Saguier
1995; Cerutti 2010). Los primeros afros pudieron o
La ciudad de Paraná es, en la historia argentina, un asen- no ser cimarrones, pero la descripción más antigua del
tamiento del siglo XVIII sin fecha precisa de fundación lugar decía que:

ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e106 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.014
ARQUITECTURA RELIGIOSA AFROAMERICANA: UNA PRODUCCIÓN HÍBRIDA EN LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD. 4
LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

destacando los inicios de la ciudad como de lucha con-


tra el indio enemigo para exaltar la epopeya blanca que
llegó a establecer un gobierno colonial-eclesiástico en
el mismo lugar (Pérez Colman 1930, 1937, 46; Sors
1981). Las tierras pasaron a tener valor y los derechos a
la propiedad comenzaron a escriturarse en 1778 (Pérez
Colman 1930, 1946; Reula 1963; Sors 1981).
El asentamiento se inició con un sitio en que se
amarraban los botes sobre la orilla de un brazo del río,
lugar aún llamado Puerto Viejo, y con un conjunto de
ranchos en la parte alta de la barranca, unidos por un ca-
mino empinado de subida, creando así el primer núcleo
de ocupación. No resulta casual que ese camino unía
directo el puerto con la capilla y aún lo sigue hacien-
do. Poco más tarde comenzaron a pasar a esas tierras
pobladores criollos y blancos para la explotación de la
creciente ganadería y las caleras, usando el puerto y el
camino e instalándose a poca distancia del sitio origina-
rio, a un kilómetro escaso. Los jesuitas explotaban allí
canteras de cal desde hacía tiempo pero no hay datos
de la relación entre estos y la población afro ya insta-
lada. Pero al parecer la ocupación del terreno fue desde
el inicio un mundo escindido. Y por diversas razones el
crecimiento de ambas zonas fue diferente: la población
criolla aumentaba a ritmo acelerado y la afro se reducía
desde que dejaron de entrar esclavizados al país y por
el modelo de construcción de una nación que tendía al
blanqueamiento y la invisibilización de lo afro.
Figura 3. Territorio que conformaba la Argentina de mitad del siglo Paraná a mitad del siglo XIX y aunque por pocos
XIX y la ubicación de la ciudad de Paraná. Dibujo: F. Girelli. años sería la capital de la Argentina, mostrando un ritmo
muy alto de crecimiento. En 1824 contaba con 3654 ha-
A principios de este siglo pasaron los tres primeros bitantes empadronados de los que menos de la mitad eran
vecinos de Coronda afligidos de la persecución de los nacidos allí. Al 11.5 % se le adjudicó la categoría “indio”,
(indios) Abipones, a poco pasaron sus ganaditos y uno mientras que se clasificó a un 17.2 % como “pardos”, al
después de otro se situaron donde les pareció mejor. Por 4.9 % como “negra” y al restante 66.4 % como “blanca”
el año 1740 ya tenían capilla, cuyos primeros ranchos (Richard 2019). En un censo de 1844 solo había 29 escla-
alrededor fueron de unos pardos (Aguirre 1951: 17). vos lo que representa el 0.6 % de los habitantes. Pero las
cifras no hacen referencia a la población no censada que
Es posible que se estuviera hablando de una prime- debió ser en su mayoría negra y marginal (Ceruti 2007).
ra y muy modesta capilla ubicada en donde aún está la Es un buen ejemplo de lo que pasaba en todo el país en
de San Miguel, lugar estratégico desde la lógica topo- esos años posteriores a la Independencia ¿Nos permite
gráfica en el punto más alto de la subida desde el puerto esto aplicar las estadísticas de otros sitios de la región?
al poblado. Una generación antes, en Buenos Aires la población afro
Con los años se hizo un lugar de población mixta era de un 30 % o más. Por lo que, pese a que hay pocos
compuesta por criollos, afros, españoles e indígenas, datos, estos nos permiten comprender que era un grupo
de gran heterogeneidad, caracterizando el lugar como minoritario pero no menor, que tenían un poder de nego-
un territorio de frontera. En la zona los jesuitas desde ciación, y que fue lo bastante como para lograr mantener
temprano explotaban la cal y tenían ganados. Fue lógico y hasta ampliar una capilla en un sitio importante, y llevar
que en el siglo XX la historia tradicional se escribiera más tarde al gobierno a hacer obras para ocultarlos pero

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sin alterar totalmente lo existente. Se los podía descono- El inicio de la construcción de la gran iglesia de San
cer pero no demoler la capilla. Miguel al lado de la capilla fue el principio del final, no
Ambos asentamientos tuvieron historias similares se demolió la antigua pero sí se la arrinconó (Fig. 4).
como fue la transformación acelerada de su sitios de Pese a eso, fue modificándose, adaptando nuevos sincre-
culto (la catedral y la capilla): ambas crecerían, tendrían tismos afro-católicos, perdiendo tradiciones, generando
cambios significativos –las dos dieron vuelta su facha- hibridaciones en que incorporó todo lo que le fuera útil
das y atrios–, ambas dejaron testimonios materiales de para subsistir. Hubo incluso adaptaciones de experien-
sus épocas precedentes como una manera de evidenciar cias arquitectónicas hechas por o para los pobladores in-
su larga historia, pero la iglesia católica iría generando dígenas incluso de lejanos territorios, todo fue útil para
en su alrededor la Plaza Mayor, la casa de gobierno en- llegar hasta el final del siglo XIX mientras su entorno
frente, los grandes edificios del poder político y social, cambiaba. Finalmente, la reducción cuantitativa de los
con lo que crecería en lujos y majestuosidad. La capilla pobladores afros, el incremento del valor de la tierra que
solo logró sobrevivir aprovechando coyunturas políticas los hizo trasladarse hacia otras zonas, las nuevas aveni-
liberales en los momentos en que la presencia afro fue das, el reordenamiento urbano y la inauguración de la
considerada útil con el caos de las guerras. aledaña gran iglesia acabaron con su historia.

Figura 4. Reconstrucción del posible proceso de transformación de la capilla y sus fechas. Dibujo: F. Chechi.

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ARQUITECTURA RELIGIOSA AFROAMERICANA: UNA PRODUCCIÓN HÍBRIDA EN LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD. 6
LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

Usamos la palabra híbrida como referente a “algo Si bien se ha comenzado la primera excavación de
que es producto de elementos de distinta naturaleza”, en un quilombo (Richard 2019), hasta ahora solo ha habido
su acepción reconocida. Porque no fue una construcción excavaciones de sectores que ocuparon en viviendas de
que solo siguiera pautas de la memoria africana, o de alto rango, o hallazgos de casualidad (Stadler 2015). La
experiencias emancipadoras, sino simplemente fue el arqueología tradicional ha establecido que esta no es más
resultado de aplicar ideas preexistentes de la época colo- que una arqueología de la pobreza, lo que solo en parte
nial y de otras que venían desde el universo de lo usado es cierto (Frigerio 2008), porque niega la complejidad
para los indígenas amoldado a sus necesidades, a la ri- de un grupo social desplazado y marginal, pero a la vez,
tualidad católica. Fue la suma y transformación de todo minoritariamente, a ser propietario de viviendas y a tener
lo posible en la medida en que era factible hacerlo. A la sus propios esclavos (Rosal 2001). A su vez la sociedad
capilla le tocó la época de cambios que llevó a la liber- blanca adoptó rasgos culturales afros aun presentes en la
tad, pero también a su desintegración como comunidad. sociedad actual: el tango, el bombo y decenas de palabras
en el lenguaje cotidiano. Se invisibilizó el mundo afro,
se lo hizo desaparecer a medida que la gran inmigración
EL CONOCIMIENTO DE LO AFRO blanca reducía su volumen porcentual, pero está presen-
EN ARGENTINA te. Pese a eso, la idea de una historia sin presencia afro
logró permearse en el imaginario colectivo a través de la
La historia, más allá de los racismos de cada momento, educación pública y la historia oficial, hasta la actualidad
ya desde el inicio del siglo XX produjo libros sobre la en que “no se puede ser negra y argentina a la vez”2. Se
esclavitud y la población afroargentina (Rossi 1958 construyó un pasado basado en rechazar los méritos de la
[1926]; Kordon 1938; Lanuza 1942). Es cierto que interetnicidad, a diferencia de otros países en que se los
esos libros quedaron olvidados por no ser política- ensalzó para construir mitologías nacionalistas.
mente correctos y hasta cerca de la década de 1950
no comenzaron las publicaciones profesionales (Moli-
nari 1944; Rodríguez Molas 1957; Studer 1958; Ortiz LA POSIBLE HISTORIA AFRO DE LA
Oderigo 1969). Luego fueron años que oscilaron entre CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ
dictadura y democracia y eso produjo pocos estudios,
tanto nacionales (Golberg 1976; Cejas Minut y Piero- La capilla de San Miguel Arcángel, vista hoy, es una es-
ni 1998; Picotti 1998) como en el exterior (Andrews tructura atípica como arquitectura religiosa regional de
1980; Lewis 1984). Con los años la historia fue avan- la que no existen planos originales, ni fecha de erección,
zando hasta lograr un boom con el ingreso al siglo XXI ni atribución a su constructor, pese a que es una obra
y las luchas por los derechos civiles de las minorías, importante para su tiempo. Esta falta de datos ha sido
con lo que se logró que quedara establecido el tema considerada extraña, es más, casi imposible de haber
como campo de la política de estudio, de enseñanza y sido construida en esa época ya que no había quien la
de enfrentamiento a la tradición historiográfica (Frige- proyectase (Gutiérrez, De Paula y Viñuales 1971). Esto
rio 1993, 2006; Geler 2010). es cierto si se la mira como una obra hecha de una vez,
La arqueología en cambio tuvo una fuerte falta de fruto de un proyecto de un arquitecto y no como el resul-
visión sobre la población afro. El primer estudio especí- tado de un siglo de alteraciones, aditamentos y cambios
fico se hizo en 1995 (Schávelzon 2001, 2002). Nuestro de forma y función sobre una estructura de tradición
libro del año 2003 (Schávelzon 2003) identificó objetos colonial española de funcionalidad indígena (Fig. 5). No
y lugares (Coloca y Orsi 2013; Stadler 2015; Zorzi 2015; fue fruto de la creación de alguien, fue el resultado de
Richard 2019), se pudo ubicar los mercados de esclavos agregar y quitar por manos anónimas, las que hicieron
y se logró encontrar en la iconografía y los documentos lo mejor que se pudo en cada época.
imágenes y referencias a los espacios físicos de la afri- La historia tradicional adjudica haber sido iniciada la
canidad (Schávelzon 2003, 2010, 2013). En esos años la obra en la década de 1820 pero creemos que su estructura
antropología comenzó también a avanzar encontrando central es anterior. En esos años en la región recién co-
que había lugares, ritualidades y objetos mantenidos en menzaban a llegar constructores avezados, generalmente
silencio, ya no en los documentos sino como registro
material (Cirio 2004; Coloca y Orsi 2013). 2
  Nota periodística del 24-8-2014, Clarín, portada.

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italianos, y el estilo ornamental que sobrevivió en es Por lo que hemos descubierto el piso fue de ladri-
neoclásico, el que apenas se iniciaba en la zona. Es una llos y los muros eran blanqueados sin revoques (enlu-
obra demasiado moderna para su época si la pensamos cidos), no hubo altar y se halló una puerta tapiada en
completa en 1823 o 1824 como se ha creído. Una obra dónde hubiera podido haber estado según la tradición.
imposible con la realidad material de la época. Las construcciones anexas –casa cural y sacristía– tu-
vieron modestos pisos de tierra y sus muros, ventanas
y puertas muestran ser de fines del siglo XIX. Es decir,
que al menos en decoración y circulación toda, menos la
estructura central, fue diferente a lo actual.
El espacio central, aunque impresionante por su
altura, era chico y no podía contener cien personas
paradas y apretadas, y si para oír misa las mujeres se
sentaban en el piso como era costumbre, y los ancianos
en una silla, es difícil que entraran cincuenta personas.
En síntesis, o era de ritual católico tradicional pero para
una comunidad muy reducida o la forma en que se or-
ganizaba su interior y exterior era diferente y por ende
para una ritualidad no católica. Por esto es que plantea-
mos una funcionalidad diferente y gracias al hallazgo de
un pozo en el centro que en origen pudo tener el poste
ritual habitual en las capillas afroargentinas, luego reu-
sado para una pila de agua bendita. El espacio reducido
interior solo servía para albergar al Rey y la Reina y
las autoridades en sus tronos como en otras estructuras
similares de la región, la gente circulaba y no se detenía
y raramente habría misas en el sentido tradicional. No
hay evidencias ni lugar para un altar, para el coro, el
presbiterio, o para un púlpito, todos hechos extraños
si era católica. En una excavación se encontró un pozo
para recibir agua en un rincón, lugar lógico para una pila
bautismal pero que había roto el piso de ladrillos por lo
Figura 5. Capilla abierta de la iglesia de Copacabana, Bolivia. Fuente: que debió ser un evento tardío. Todo nos habla de cam-
Noel 1950: lam. 50.
bios, de una fuerte reconversión funcional.
En forma sintética creemos que para el siglo XVIII
La capilla hoy está compuesta por un volumen acu- existió un rancho de adobe y paja sobre un basamento,
pulado central, de planta cuadrada, y dos habitaciones el cual fue demolido en la década de 1820 (o quizás
a sus lados, todo sobre un basamento. La cúpula sobre antes) para construir en estilo colonial (o “poscolonial”
el cubo central mide unos siete metros de diámetro. En como lo llamaron algunos historiadores), una capilla
cambio, los dos bloques laterales están techados con el abierta o miserere con cuatro pilares con una cúpula, una
sistema de terraza sobre vigas de madera y enladrillado, doble puerta al sur y un terreno frontal abierto que servía
costumbre difundida en la zona una generación después. de atrio. Como único adorno sobre los muros blanquea-
El interior es hoy de un clasicismo que no coincide con dos pero sin revoques, resaltaba su enorme cúpula y una
los tiempos en que se postula que fue construida, ni los moldura saliente. Suponemos en base a la evidencia que
ornamentos, ni las puertas y ventanas (que las obras desde el inicio estaba abierta hacia los cuatro lados, o
mostraron haber tenido otra ubicación), ni la carpinte- quizás solo dos. Y que para la década de 1820 tuvo gran-
ría de una peculiar puerta-ventana de estilo neogótico des cambios y eso es lo que se usó más tarde para decir
ubicada sobre la entrada (Figs. 1 y 2). No resulta lógica que fue construida en esos años olvidando los orígenes.
la versión de una obra hecha de una vez y la evidencia Tan grandes fueron estas obras para la pequeña ciudad
arqueológica lo ha probado. cercana, tan impactantes en relación con la catedral en

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LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

eternas obras, que en menos de diez años se inició la LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA


iglesia aledaña unida por el lado sur, en donde estaba el Y LAS OBRAS
atrio, destruyéndolo y modificando su fachada y acceso.
Simplemente la dieron vuelta para que quedara la nueva La historia de esta construcción y la explicación de su
obra mirando a la ciudad que crecía cada día y la capilla construcción y cambios, se cruzan con la de la política
quedase tapada y en sombra (Fig. 6). de la ciudad y de la provincia, con la capacidad de la
población afro de negociar con las autoridades. Eso es lo
que nos permite entender los altibajos de una obra poco
habitual que expresa la evidencia material.
Para hacer una historia mirada desde el universo
afro tenemos que remontarnos a los orígenes, a un
asentamiento sin trazado, que parecería centrípeto y no
cuadricular, del que aún quedan resabios en calles re-
cortadas y callejones radiales inexplicables. Fue difícil
el diálogo con la ciudad criolla creciendo –y expandién-
dose- en sus cercanías ya que en realidad estaban sobre
dos morros o pequeñas elevaciones separadas por un
pantano formado por las lluvias, lo que era muy simple
de modificar. Por eso el trazado tradicional español de la
nueva ciudad, la reorientación de la catedral y la ubica-
ción de los edificios principales chocó no solo con el ba-
rrio sino con el hecho de que la llegada desde el puerto
era arribando a la capilla de la población negra. Aunque
Figura 6. Vista de la capilla en la parte posterior de la nueva iglesia en
se quisiera hacer toda la ciudad a nuevo, la realidad lo
construcción en 1858, ilustrada por Anton Goering. Fuente: Burmeister
1946, vol. II, s/pag. hacía complejo, al grado que fue necesario hacer una
alameda de llegada, levantar la iglesia de San Miguel
junto a la capilla, construir una plaza que la enfrentara
La gran iglesia que la aplastó literalmente la trans- y le diera escala monumental y se trazaron nuevas man-
formó de forma brutal a la vez que comenzó el proceso zanas; pero la impronta original fue difícil de borrar.
de hacer iglesia a la capilla, ya en un contexto político Hubo que esperar un siglo para lograr un puerto nuevo y
conservador, con su nueva puerta y atrio hacia el norte. un acceso directo que dejara de lado las zonas antiguas,
Haber obligado a dar vuelta la fachada y el atrio no fue pero cuando se lo hizo ya nadie se acordaba siquiera que
poca cosa, pero quizás simultáneamente se hizo la casa antes había sido diferente.
cural a su lado, y la sacristía llegó veinte años más tarde La existencia misma de este conflicto, la capilla an-
para hacer más o menos simétrico al conjunto. Pero se tigua que allí seguía, los pobladores –ahora más pobres
resolvió el problema de esos cambios agresivos ha- que afros–, los que aun vivían en la zona y la memoria
ciendo una ventana-balcón a la que se accedía desde el arraigada, hizo necesario en la segunda mitad del siglo
exterior, lo opuesto a un coro, con una ventana externa XIX que además de cambios físicos se iniciara la cons-
encima de la puerta. De esa forma se podía decir misa trucción de una historia que podemos llamar oficial, que
o hacer los rituales establecidos para la época, hacia la borrara los resabios del pasado no deseado. Esa nueva
población reunida en el nuevo atrio. Había pocos an- historia nos dijo que al iniciarse la segunda etapa de la
tecedentes de ese sistema funcional en la región, pero catedral, un párroco recién arribado a la ciudad recibió
existen; incluso la catedral había sido dada vuelta en un problema: se suponía que la advocación debería ser
1818 para mirar hacia el interior del territorio y no al a la Virgen del Rosario, pero se la atribuía a dos santos
río. En realidad, la capilla usó una solución híbrida, adorados por la comunidad afro-criolla: San Miguel
inusitada, que desapareció hacia 1900 y se consolidó en y Santa Rosa de Lima. Eso generaba agrios conflictos
la actualidad porque no buscó los orígenes o las contra- socio-raciales. La historia asevera que ahí fue cuando se
dicciones sino el estado actual, la simetría y lo que debía inició la historia de la capilla de San Miguel, apropián-
ser para mostrarse realmente como una capilla. dose de lo preexistente.

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9 Daniel Schávelzon

Era posible hacer una historia nueva y los histo- Sola lo hizo con las órdenes religiosas al igual que con
riadores tenían con qué: para esos años de la década sus conventos y propiedades. Fue ese espíritu liberal el
de 1820 el territorio estuvo en una situación convulsa que creemos que obligó a la Iglesia, en ese mismo año,
de revoluciones a diario, el conflicto socio-racial se ha- a autorizar, financiar o al menos a no oponerse a la cons-
cía presente y la advocación a la virgen de la catedral, trucción de la capilla o la ampliación de lo que existía.
donde la comunidad blanca-criolla quería a la suya, fue En realidad, aunque fuesen los pilares y la cúpula, era ya
lo que permitió justificar una enorme construcción his- una gran obra para la ciudad.
tórica (Pérez Colman 1930; Calvento 1939-1940; Reula Pero la historia fue escrita después de la blanqui-
1963). Lo que se contó es que para la resolución del con- zación, y por los conservadores, por lo que quedó como
flicto se hizo una votación pública acorde al liberalismo que el cura Antolín Gil y Obligado decidió romper
imperante, lo que se usó como justificación de un primer el conflicto de la advocación de la catedral creando a
ejercicio de democracia (interesante que la democracia nuevo una capilla en la zona pobre, afro por cierto. Una
electiva la iniciara la iglesia). Y obviamente ganó la lucha de poderes y un enfrentamiento social y racial que
Virgen del Rosario. En base a eso, se asevera, es que determinaba el crecimiento de la propia ciudad, y que
se decidió mudar a San Miguel a una nueva capilla. La terminó siendo mostrada como un simple juego electo-
iglesia se había apropiado del pasado como si la capilla ral y un acto de benevolencia cristiana.
no fuera preexistente. Incluso para algunos fue un acto Revisando la historia vemos que el trasfondo de
de condescendencia. esas obras era un panorama político complejo: tras las
Sea verdad o un simple manejo de la información, fracturas entre estados producto de la Independencia se
así se dice que comenzó la construcción y si hubo algo desataron las luchas entre Unitarios y Federales dado
antes todo fue cristianizado aprovechando la situación que las provincias se autoproclamaron independientes.
(Pérez Colman 1946: 131). Por cierto, parece una her- En lo que hoy es la provincia de Entre Ríos –cuya
mosa construcción historiográfica. Tan simple que el capital es Paraná–, el personaje central fue Francisco
primero que narró eso fue un historiador que no tuvo Ramírez, quien gobernó entre 1820 y 1821, estableció
acceso a los documentos que lo probaban, los que solo la República de Entre Ríos separada de lo que había
habían sido vistos por otro colega, Benigno T. Martínez sido el Virreinato del Río de la Plata o de las posteriores
que publicó sobre ellos en 1920, sin reproducirlos. Ese Provincias Unidas del Río de la Plata. Fue sucedido por
primer historiador local (1816-1925) era de nacionali- Lucio N. Mansilla, un militar relacionado con los libera-
dad española, de ideología conservadora, ultra cristiano. les de Buenos Aires, marcado progresista que suprimió
Y como era obvio de esperar luego de él las actas del ar- las órdenes religiosas. Pero casi de inmediato las guerras
chivo se extraviaron. Por lo que todo esto es una historia cubrieron el territorio: entre 1824 y 1832 hubo trece go-
que dista de estar demostrada y que no parece casual que biernos en Entre Ríos por lo que era imposible el avance
sucedió –casualidad- el año en que las órdenes religiosas edilicio. Los gobiernos Ramírez y Mansilla fueron una
fueron prohibidas en la provincia. época adecuada para comenzar la capilla ya que hubo
¿Es posible que esto siquiera tuviera un atisbo de estabilidad y respeto institucional, pero en seguida todo
verdad? El viajero Hermann Burmeister en 1857 (1943) cambió. Ramírez había escrito que “yo creo que cuan-
decía que la mayoría de los casi 6000 habitantes eran tos menos (curas) haya seremos más felices” (Calvento
“gentes pobres y de color”, pero si bien el poder estaba 1939-1940, VIII: 476), y la gran obra de modificación
en la clase blanca/criolla la comunidad afro liberta ha- de la capilla se hizo factible gracias a eso, a que era para
bía crecido como para presionar sobre las autoridades, la población marginada. Ni siquiera sabemos si alcanza-
más cuando era habitual que los políticos y militares se ron a completar lo que se hubiera pensado hacer.
aprovecharan de ellos. Pero el país y el Estado habían Respecto al edificio nos preguntamos cómo era lo
cambiado desde la Independencia en su relación con que se hizo: ¿una capilla abierta al sur? (la actual mira
la población afro. En esos años se habían liberalizado al norte). ¿Era posible que estuviera abierta a dos lados
muchas tradiciones raciales y el gobierno de Bernardino o incluso a cuatro?, ¿que hubiera quedado algo anterior?
Rivadavia en esa década tendió a una fuerte seculariza- No hay datos más allá de la arqueología sobre un posible
ción llegando a expulsar órdenes religiosas, confiscando precedente, pero la primera obra debió ser una cúpula
iglesias y conventos. En 1824 el gobernador Mansilla sostenida por cuatro grandes pilares a la usanza de otras
suprimió el diezmo en Paraná y poco después su sucesor capillas abiertas (o misereres), cuyo máximo ejemplo es

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LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

la de Copacabana en Bolivia. La mejor evidencia de que anuló la legislación progresista y se hizo llamar “Ilustre
hubo un primer atrio al sur y que fue destruido por la restaurador del sosiego público”. Fue solamente otro
nueva iglesia hacia 1833 es el haber encontrado el mar- dictador más, glorificado por los historiadores conserva-
co de las puertas aun empotrado (Fig. 7). En eso estamos dores por haber hecho grandes donaciones a la iglesia.
seguros; pero si la puerta del norte ya existía, o incluso Y la construcción de la iglesia de San Miguel fue obra
si eran cuatro, es algo imposible de saberlo. Es decir, de ese gobierno, con la insólita decisión de unirla con
estuvo abierta al sur, y quizás a la vez y desde siempre la preexistente por sus espaldas y hasta con el mismo
también al norte, como ahora. Respecto a los otros dos nombre, para desdibujar la antigua. Y si no la demolió
lados (este y oeste), si bien las evidencias históricas y fue porque pensó en usarla durante las obras y luego
arqueológicas indican que la casa cural y la sacristía que incorporarla; y de eso sí hay evidencia arqueológica en
hoy existen en sendos lados son de las décadas de 1830 las uniones de los muros y cimientos del lado oeste al
y 1850, la estructura original bien pudo estar abierta menos.
también en esos lados. La excavación de un cimiento Pero la historia le sería cruel también a la obra
parecería mostrar eso, pero es poca evidencia para una de la nueva iglesia y su intención de borrar la capilla,
hipótesis tan fuerte. porque el país cambiaba más rápido que las grandes
construcciones. Echague en su gobierno trazó además la
reurbanización de la zona, se hizo una nueva plaza y la
Alameda, que era la vieja calle que unía la ciudad con
el puerto, pero sin cambiar los puntos neurálgicos. Una
hipótesis similar a la nuestra en cuanto a los cambios
urbanos para dar una nueva imagen a la ciudad la dieron
en forma difusa el historiador Pérez Colman (1937: 57-
58), al analizar el trazado de la zona, sus lotes y apertura
de calles y la historia de la capilla y la iglesia. Dijo que
era adecuada “la suposición de que la primitiva capilla
edificada que actualmente se conserva detrás del altar
mayor de la iglesia, debió construirse con su frente a la
calle San Miguel”, es decir con otra fachada (Pérez Col-
man 1946 57). Quienes construían la historia también
dudaban. El reordenamiento municipal que se hizo en
la zona se logró con compras y permutas de terrenos,
demoliciones de casas, apertura de la avenida, el aman-
zanamiento, la nueva plaza, y más que nada con la gran
iglesia de San Miguel. Todo fue una hábil decisión de
política urbana.
Y si bien y pese a todo la vieja capilla era lo primero
que el viajero veía al llegar, a donde se subía desde el
puerto, para 1833 comenzó a ser borrada por la iglesia
en construcción y el planeamiento urbano parece haber
sido parte del proyecto político-ideológico de reordenar
Figura 7. Puerta descubierta empotrada en la pared que correspondería la primera parte de la ciudad. Y por eso los primeros
al altar, que indica que en origen la capilla estaba orientada hacia el documentos que hablan de que el espacio del atrio pasó
lado opuesto al actual. Fotografía: Daniel Schávelzon.
a ser propiedad particular son de 1838, aunque nadie lo
ocupara realmente por un siglo (Ceruti 2007: 391).
En 1831 todo el avance liberal cambió cuando llegó Es aventurado pensar en que hubo un plan para
al poder local Pascual Echague, quien estuvo aferrado a reubicar a la población afro sacándola del Barrio del
él por diez años; era un católico ultra conservador que Tambor con la nueva urbanización, pero sí es posible ver
restableció el diezmo colonial, autorizó el regreso de los una serie de donaciones y ventas de tierras hechas por la
expulsos jesuitas, impuso la enseñanza de la teología, Iglesia a muy bajo precio, cuando el municipio comenzó

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11 Daniel Schávelzon

a amanzanar la zona interesado en que esas modestas En la imagen de la capilla publicada en 1874 se ve
viviendas tuvieran lo que para ellos era la apariencia el conjunto ya consolidado tras los cambios mayores,
urbana y que se delimitara la plaza. El ordenamiento con sus dos ambientes laterales construidos, una esca-
urbano y las obras ejecutadas fueron actos que marcaron lera al frente con puerta y una ventana-balcón y con el
el dominio de las tierras y la capacidad del estado de atrio abierto (Fig. 1). La ventana-balcón tiene el mismo
comprar, demoler y ordenar (Dócola 2017; Mazzitelli tipo de cerramiento y bisagras que la aledaña iglesia,
Mastricchio 2018). La gran iglesia de San Miguel no se incluso la misma decoración neogótica, lo que habla de
inauguraría hasta la década de 1870, dejando inactiva su época de construcción que no fue la original. Lo que
la capilla vieja, en una ciudad que aparentaba al menos se veía para ese momento era el resultado de medio si-
haber sido hecha a nuevo. glo de adaptaciones y cambios, del intercambio entre la
Los documentos originales son claves en esta historia ritualidad original y la catolización del edificio.
ya que varios historiadores se refieren a ellos, pero pocos Hay detalles constructivos que remarcan esos cam-
dan datos concretos. El manuscrito que ha sido atribuido bios pasada la mitad del siglo XIX: la citada modifica-
a la historia de la capilla no dice nada de todo lo asevera- ción de las puertas y ventanas a un nuevo estilo, el uso
do en docenas de libros, porque la portada ha sido altera- de baldosas francesas, las bisagras de las puertas y su
da por alguien que le sobrescribió “San Miguel 18?1”, en hechura, las rejas que no coinciden con las ventanas, en-
donde las hojas tienen la numeración original tachada y tre tantos detalles. Hay evidencias de que hubo tiempos
fue vuelto a numerar. En realidad la mayor parte del texto sin puertas internas y las que hay son de la década de
y pese al título de tapa, es sobre la construcción de la cate- 1880. La excavación de un sector de ambas construccio-
dral y no de la capilla, lo que llevó a muchas confusiones. nes laterales mostró la sola presencia de objetos del si-
Al final hay unas páginas posteriores a 1871 de la aledaña glo XIX tardío e inicios del XX, a diferencia del interior
iglesia de San Miguel, sobre su inauguración y primeros del núcleo central que todo era un siglo más antiguo.
eventos para juntar fondos3. Para la inauguración de la iglesia de San Miguel en
Tras la caída del gobernador Echague en 1841 hubo la década de 1870, la capilla debía haber seguido funcio-
otros seis gobiernos en trece años, hasta que Justo José nando para la población afro que aun quedaba viviendo
de Urquiza tomó el poder y siguió en él hasta derrocar a allí ya adaptada a nuevos rituales. Si la historia que pre-
Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires, hacer la Cons- sentamos es verdadera, la capilla funcionó con la esca-
titución Nacional y crear la Confederación Argentina en lera frontal y el altar exento entre los años 1830 a 1900.
1853, con la capital del país en Paraná. Con él comen- Velozmente la ciudad había cambiado, la población afro
zaron a construirse edificios públicos y a crecer la zona se había reducido en porcentual y el Barrio del Tambor
céntrica; la libertad de los esclavos quedó establecida se había desdibujado; por eso en 1904 se hizo una casa
y el tema racial minimizado. Con nueva estabilidad en el atrio (Ceruti 2007) –ya nadie debía usarlo–, dejan-
económica y la política liberal, la capilla tomó su forma do como acceso a la capilla un simple corredor que no
definitiva, con dos cuartos –sacristía y casa cural–, a am- se veía desde la calle.
bos lados. Así es como se la ve en la litografía de Anton
Goering de 1858 publicada por Burmeister. Existe un
detalle arqueológico que comprueba que esas estructu- ARQUITECTURA Y POBLACIÓN
ras adosadas no son originales y es que el piso no coin- ESCLAVIZADA EN LA ARGENTINA
cide con el central ni es de ladrillos, y que las puertas y
ventanas no eran simétricas, aunque ahora desde afuera Los estudios de las construcciones relacionadas con la
así se vean, pero en el interior se hace evidente la falta población afro-argentina llevaron a establecer grupos de
de un proyecto conjunto. Incluso la altura de los techos ellas: 1) las hechas para ellos, como son los mercados,
de las áreas anexas fue decidida en la restauración para lugares de carimbado (marcado a fuego), habitaciones
acentuar la simetría, pero que no era así y la evidencia en residencias privadas, las rancherías en que vivían
material era visible. dentro de los conventos, los obrajes y sitios de trabajo, y
las capillas o sectores dentro de las iglesias (Schávelzon
2003); 2) la arquitectura generada por la población afro:
3
  Libro de entrada de las limosnas para la iglesia nueva. San Miguel. Pa- sus viviendas y los lugares públicos, abiertos o cerrados,
raná. Sección Hacienda, Fondo Asuntos Eclesiásticos 1822-1874, no. 983,
Archivo de la provincia de Entre Ríos. para bailar y reunirse llamados tango o nación. De estas

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LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

queda solo una del siglo XIX, en Chascomús, pero por cercanías, en tiempos previos, el tema había sido muy
suerte también hay imágenes de sitios diversos (Ghidoli complejo porque se usaban los atrios o terrenos baldíos:
2016), y varias capillas modernas que están siendo rele- “como es ponerse en el atrio del templo a danzar los
vadas (Cirio 2002). bailes obscenos que acostumbran, como ejecutaron el
Existe un texto sobre el barrio afro de Buenos Aires día de San Baltasar a la tarde y el domingo de Pascua”,
que analiza viviendas de fines del siglo XVIII pertene- en 1789 (Acuerdos del Honorable Cabildo de Buenos
cientes a esclavos y libertos (Rosal 2001), mostrando Aires… 1938, 3 (8): 628).
que no hubo un patrón residencial para quienes lograban
la libertad o un ascenso social y la posibilidad de salir
del gueto, y que algunos se dispersaban por la ciudad.
La aspiración parecería ser llegar a tener las mismas
casas que los demás, es decir el blanqueamiento. En una
vivienda excavada que fue propiedad de un “pardo” por
unos años, solo se le puede atribuir haberla adaptado a
lo habitual (Schávelzon 1995). Lo que vemos en la cul-
tura material mueble como persistencias, raramente lo
vemos en la vivienda, pero sí lo vemos en la arquitectura
religiosa y comunitaria.
En el caso de la ritualidad es donde es más fácil
ver lo híbrido, lo multifacético de ese universo que se
estaba generando en los inicios del siglo XIX cuando
esclavizados y libertos se enfrentaron a un mundo libre
pero con el que había que negociar todo, a la relación
conflictiva con la sociedad dominante. Llegaban a un Figura 8. Vista de un Tango de una comunidad afro pintado por Martín
nuevo proceso que llevó al blanqueamiento y a un tipo Boneo en 1835, con la visita del gobernador a un baile en la parte
exterior. Fuente: Museo Histórico Nacional.
de destrucción de la identidad muy diferente a la época
colonial: la educación, la integración, las masacres en
las guerras y el desdibujo censal. Como citamos, la única construcción del siglo XIX
La comunidad afro desde los finales del siglo XVIII que aun existe, aunque alterada, es la Sede de la Nación
comenzó a organizarse en naciones, agrupaciones que Beyombé de Invenza en la ciudad de Chascomús. En
se formaban por afinidades lingüísticas, también lla- 1861 una “nueva hermandad de morenos” solicitó hacer
mados tangos –palabra que llegó a la actualidad para un “Cuarto de las Ánimas y demás objetos indispen-
un tipo de música y baile–, y esa fue la manera cívica sables para nuestro regocijo”, lo que les fue permitido
de reemplazar las cofradías religiosas como núcleo de hacer en un lote fuera de la ciudad. El edificio es un rec-
cohesión, con libertad para bailes, ceremonias y rituales. tángulo con una fachada tradicional, el piso es de tierra
Hubo más de doscientas en Buenos Aires y a lo largo del y el techo fue de ramas. Pero en la parte posterior debió
tiempo terminaron transformados en clubes sociales y haber otra fachada ahora en gran parte cubierta. En 1960
asociaciones (Platero 2004; Cirio 2009). Eran comuni- se hizo una reconstrucción del edificio transformando el
dades cerradas que obedecían a un rey y una reina, con lugar en una planta basilical para declararlo Monumento
sus tronos, cetros y jerarquías, reproduciendo el sistema Nacional, cristianizado; el “Lugar de las ánimas” pasó
colonial (Rossi 1958). Hay fotografías de esos reyes en a llamarse “Capilla de los negros”. Queremos destacar
1910 viviendo en extrema pobreza pero manteniendo que haya sido un espacio por el que se circulaba y que
la tradición del baile y la música con tambores (Soiza en su interior se bailaba. Se cuenta que “en el centro
Reilly 1905). Aún existen esos lugares que reproducen había un poste, con un tosco ídolo tallado en la cúspide”
la jerarquía tradicional (Cirio 2002). Existe un cuadro (De Isusi 1953). Esos “postes rituales” parecen ser om-
del pintor Martín Boneo de la década de 1830 que nipresentes hasta la actualidad y han sido descritos en
muestra uno de ellos funcionando en la parte exterior tres capillas no lejos de Paraná. A veces en el exterior,
de un rancho en Buenos Aires, en donde hay un baile en otras en el interior, pero en todos tienen un papel ritual,
homenaje al gobernador (Fig. 8). En las iglesias o sus simbólico y tradicional. Esto parecería repetirse en otras

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13 Daniel Schávelzon

regiones donde el poste es “el centro mágico del poder” pero que seguía siendo una mirada desde Occidente.
(Cirio 2002: 98). Y es la mejor explicación para un Pero, ¿por qué nunca se imaginó que pudo suceder lo
agujero central en el piso de la capilla de Paraná, que mismo con la población esclavizada? Quizás fue porque
si bien se creyó ser de una pila bautismal, una mirada la comprensión de la fuerza de la identidad afroame-
diferente puede darle otro significado de origen luego ricana llegó tarde, junto a las luchas por los Derechos
alterado (Fig. 9). Humanos. Y en Argentina comenzó a ser estudiado en
la arqueología al fin del siglo XX (Schávelzon y Zorzi
2014).
La invasión del continente americano por Europa
produjo la necesidad de catequizar y oficiar misa a
masas de indígenas sin tener los lugares físicos que la
doctrina indicaba: en el siglo XVI las primeras iglesias
estaban en obra –con mano de obra indígena y esclava–,
y la población blanca y criolla rechazaba compartir esos
lugares en que la ritualidad heredada de España otorga-
ba sitios de privilegio para cada familia. Era por lo tanto
necesario inventar, o encontrar modelos en la historia a
los que acudir para lograr espacios físicos que sin alejar-
se de la doctrina pudieran resolver el problema. Europa
tenía precedentes: capillas abiertas, púlpitos techados,
galerías exteriores, balcones, capillas semiabiertas, por-
Figura 9. Excavación de un pozo de poca profundidad ubicado en el terías amplias, balcones y diferentes arquitecturas que
centro de la capilla. ¿Pila bautismal o poste ritual? Fotografía: Daniel
Schávelzon.
fueron usados en América. La reminiscencia a las
mezquitas no puede ponerse en duda, pero no tenemos
aún noticias de lo que sucedía con los esclavizados en
CAPILLAS PARA INDIOS Y CAPILLAS relación con el culto católico, ya que eran minoría ante
PARA AFROS EN AMÉRICA LATINA la población indígena en esos lugares.
El observar estas capillas comenzó en México a ini-
El estudio de la arquitectura colonial en América Latina cios del siglo XX (Baxter 1901; García Granados 1935;
llevó a identificar obras que fueron respuestas a nuevas Kubler 1948; Mac Andrew 1965). Mario Buschiazzo en
realidades. Pese a eso, la arquitectura para iglesias usó 1939 planteó que también las había en Sudamérica y
la tipología basilical. Con las diferencias lógicas de para 1953 se había entendido que América resultaba ser
las búsquedas estéticas, las posibilidades económicas una amalgama de tradiciones y de nuevas necesidades
y los materiales accesibles, lo que se hizo tuvo pocas que nacieron en el entrecruce de lo cristiano, lo musul-
variantes aunque la realidad local llevó a buscar solu- mán y el empirismo de la conquista (Palm 1953). Pero
ciones adecuadas a un mundo diferente; una cosa era tomemos en cuenta que cuando se cerraba el estudio
la imposición de un modelo, otra la recepción y otra la de las capillas abiertas en México recién se iniciaba en
adecuación, es decir, la respuesta (Gutiérrez 1997). Sudamérica. Los primeros en encontrar capillas abiertas
Son conocidos los aportes americanos a la arqui- en lo que fuera el Virreinato del Perú –al que pertenecía
tectura religiosa católica aunque hubieran precedentes la actual Argentina–, en ese caso en Bolivia, fueron José
europeos: los atrios cerrados, las capillas abiertas, las de Mesa y Teresa Gisbert al observar las de Copacabana,
capillas-posa, las cruces atriales, los arco-cobijo, los donde los ejemplos son los que más se asemejan a la
templos-fortaleza, las capillas miserere o los ábsides con capilla en Paraná (De Mesa y Gisbert 1961, 1962; Noel
naves de muros bajos o sin ellos. Todo esto fue visto por 1950). Una de las capillas de ese conjunto también esta-
los historiadores como producto de un cruce de culturas. ba cerrada por la iglesia a su espalda, tiene una bóveda
En una de las grandes síntesis de la arquitectura de Mé- de 63 metros cuadrados.
xico, George Kubler dijo que eran la contribución: “más En forma reciente se ha encontrado evidencias de
original al repertorio mundial de las formas arquitectó- heterogeneidad en la supuesta homogeneidad de la arqui-
nicas especializadas” (1948: 383); una frase no menor, tectura católica colonial Sudamericana. Ramón Gutiérrez

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ARQUITECTURA RELIGIOSA AFROAMERICANA: UNA PRODUCCIÓN HÍBRIDA EN LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD. 14
LA CAPILLA DE SAN MIGUEL EN PARANÁ, ARGENTINA

ha compilado una lista de casos en Perú y Bolivia, mos-


trando que entre los finales del siglo XVIII e inicios del
XIX hubo capillas para dar misa mirando hacia plazas y
mercados, lugares que eran más atractivos para la pobla-
ción en domingo; y en Emboscada, Paraguay (Tardieu
2005), se lo hizo para la población afro-liberta desde un
balcón en la fachada. Cita los casos peruanos de Catca
en 1807, Urcos después de 1818, Huaro adaptándose a
orquestas y fiestas, Sicuani en 1822 en la que se abría un
ventanal desde el coro hacia el mercado colocándole un
altar, Pucara con dos pisos para que la capilla fuese vista
desde lejos y Vilque en que funcionaba en una feria4.
La experiencia de Paraná se inserta por lo tanto en
un proceso de modernización que se estaba produciendo
en Sudamérica de llevar el altar, las alocuciones y la Figura 10. Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en Guanacache,
Mendoza, Argentina, con su balcón y acceso por escalera externa. Una
misa al exterior de la iglesia. Si la solución de dar misa
capilla que apeló al mismo sistema de misa al exterior en atrio abierto.
al aire libre desde un balcón se remonta a los inicios Fotografía: Archivo del Centro de Arqueología Urbana.
del cristianismo en América, y en el sur del continente
siguió vigente hasta el siglo XIX, nada raro abría en
encontrar casos en la Argentina. Incluso encontramos un CONCLUSIONES
ejemplo similar de escalera y balcón externos en la capi-
lla de Santa Rosa en Guanacache, Mendoza, Argentina Este es un caso en que una sociedad afro tenía un es-
(Fig. 10). Era un poblado de indígenas muy denso en pacio físico, una capilla, que resultó, con el tiempo, ser
donde la iglesia fue modificada varias veces por los te- uno de los más significativos de lo que sería la ciudad de
rremotos, siendo el último cambio de 1816. Tiene sobre Paraná. El crecimiento de la sociedad blanca/criolla se
la entrada un arco-cobijo, típica estructura sudamericana produciría cerca, estableciendo un nuevo centro del pue-
para proteger al visitante como si fuese una portería, y blo, ubicando allí el gobierno y la catedral, disputando el
además posee un balcón con una escalera lateral que significado de la capilla original. Esos conflictos llega-
lleva a él. En ambos casos, Mendoza y Paraná, se podía ron a que para desdibujarla se construyera una enorme
usar el balcón estando la iglesia cerrada. iglesia católica a su lado, pegada una a la otra, hasta
El tema de la arquitectura afroamericana sigue siendo llevar a la primera a su abandono y deformación física,
un tema pendiente. Hubo avances en entender lo complejo para luego recuperarla con otra forma y significado. Fue
de los procesos de hibridización, trasplante o incluso de un siglo, el de la emancipación de la esclavitud, en que
permisividad patriarcal en la existencia de símbolos o es- la población afro fue blanqueada, minimizada, invisibi-
pacios para la ritualidad afro. Desde que Gerardo Huseby lizada; que su arquitectura fue alterada y su ritualidad
en 1999 indicó que los relieves de músicos en la fachada desaparecida. Es la historia de una confrontación y de
de la iglesia de San Ignacio Miní, Argentina, tenían aportes las expresiones físicas que esta fue teniendo en el edifi-
africanos, hasta el estudio de Brendan Weaver (2018) que cio hasta perder todo sentido.
nos habla de los significados afroperuanos incluidos en Este estudio intenta, desde la arqueología, reco-
fachadas coloniales, se avanzó lentamente. En todos esos nocer los elementos de esa historia, hacerla visible,
casos vemos lo mismo: arquitecturas y estéticas sin prece- repensar la arquitectura desde una mirada diferente a
dentes locales que toman elementos de diferentes culturas, la tradicional, aunque sea altamente hipotética. Verlo
con distintos significados en origen, provenientes de regio- en la arquitectura, así como la arqueología ha logrado
nes o grupos étnicos dispares, para satisfacer necesidades reconocer elementos africanos –o reconstruidos en la
funcionales o simbólicas que no son las que los generaron, Diáspora–, así como en la cerámica, la herrería, los en-
en gestos tanto de supervivencia como de resistencia. tierros, la pintura mural, el uso del espacio, el color y en
los objetos domésticos.
Lo que mostraron las excavaciones, la relectura de la
4
  Gutiérrez, R. 2017: Nuevas modalidadesde sacralización del espacio ex-
terno en el sur peruano. CEDODAL. Manuscrito inédito.
historia documental y la observación del edificio, pese a las

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15 Daniel Schávelzon

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Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731
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MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Metodologias ativas como estratégia pedagógica


para a aplicação da arqueologia da arquitetura na restauração
arquitetônica no Brasil

Active methodologies as a pedagogical strategy for applying archaeology of


architecture in architectural restoration in Brazil

Metodologías activas como estrategia pedagógica para la aplicación de la


arqueología de la arquitectura en la restauración arquitectónica en Brasil

Ton Ferreira1
Universidade Federal de Sergipe, Departamento de Arqueologia

Pedro Freitas2
Universidade Federal de Sergipe, Departamento de Arquitetura e Urbanismo

RESUMO
As abordagens metodológicas da arqueologia brasileira sobre a arquitetura sempre priorizaram as informações
acerca das estruturas soterradas e a exumação do espólio a elas associadas. Durante o programa de recuperação
de cidades históricas, denominado Monumenta, a falta de metodologias para o reconhecimento e a análise da
materialidade construtiva histórica, aliada a um acelerado desenvolvimento imobiliário, ampliou o desaparecimento
de parte do testemunho do hibridismo cultural do que hoje chamamos Brasil. O objetivo principal do presente
artigo é demonstrar o processo de elaboração das oficinas que resultou num desenho metodológico para sanar
as lacunas da atividade arqueológica brasileira no restauro da edificação histórica. Após análise das limitações
das abordagens da arqueologia da arquitetura (AA) para pensar as edificações locais, aplicamos “metodologias
ativas de ensino” para alunos de graduação em arqueologia e arquitetura, da Universidade Federal de Sergipe.
Os resultados das intervenções nas ruínas da “Casa n. 3” em Laranjeiras demonstram que a aplicação da AA em
contexto brasileiro requer adaptações, mas ainda se constitui em um eficiente instrumento para identificação e
valorização da arquitetura histórica em processos de desaparecimento.

Palavras-chave: Laranjeiras-Sergipe; ensino interdisciplinar; metodologias ativas; ruínas urbanas.

ABSTRACT
Methodological approaches of Brazilian archaeology to architecture have always focused on buried structures
and exhumation of their assets. Within the historic cities recovery program, also known as Monumenta, the lack
of methodologies for assessing historical constructive materiality, and the accelerated real estate development
increased the disappearance of part of the Brazilian cultural hybridism. Thus, the present study aims to
demonstrate a workshop practical process that poses a methodological design to fill in the gaps in the Brazilian
archaeological activity with the restoration of historic buildings. After evaluating the limits of the Archaeology
of Architecture (AA) approaches to local objects, active teaching-learning methodologies were applied to
pedagogical workshops for archaeology and architecture undergraduate students at the Federal University of
Sergipe. The results of the interventions in the ruins of “Casa n. 3” in Laranjeiras city demonstrated that AA
application requires adaptations when considering a Brazilian context; however, it is still an efficient tool for
identifying and valuing historical architecture in disappearance processes.

Keywords: Laranjeiras-Sergipe; interdisciplinary teaching; active methodologies; urban ruins word.

1
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9120-3369
2
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-8563-6993
METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 2
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

RESUMEN
Los enfoques metodológicos de la arqueología brasileña en la arquitectura siempre han priorizado la información
sobre las estructuras enterradas y la exhumación de los objetos. Durante el programa para la recuperación
de ciudades históricas, llamado Monumenta, la falta de metodologías para el reconocimiento y análisis de la
materialidad constructiva histórica, junto con el desarrollo inmobiliario acelerado, conllevó a la desaparición de
parte del testimonio de la hibridación cultural de lo que ahora llamamos Brasil. El propósito de este artículo es
mostrar el proceso práctico de los talleres que resultaron en un diseño metodológico para llenar el vacío en la
actividad arqueológica brasileña con la restauración del edificio histórico. D espués d e a nalizar l as limitaciones
de los enfoques de arqueología de la arquitectura (AA) sobre los objetos locales, aplicamos “metodologías de
enseñanza activa” a talleres pedagógicos para estudiantes universitarios de arqueología y arquitectura en la
Universidad Federal de Sergipe. Los resultados de las intervenciones en las ruinas de “Casa n. 3” en Laranjeiras
demuestran que la aplicación de AA en un contexto brasileño requiere adaptaciones, pero sigue siendo un
instrumento eficiente para identificar y valorar la arquitectura histórica en los procesos de desaparición.

Palabras clave: Laranjeiras-Sergipe; enseñanza interdisciplinar; metodologías activas; ruinas urbanas.

Received: 27-09-2019. Accepted: 04-05-2020. Published online: 29-05-2020

Citation / Cómo citar este artículo


Ferreira, T. y Freitas, P. 2020: “Metodologias ativas como estratégia pedagógica para a aplicação da arqueologia da arquitetura na restauração
arquitetônica no Brasil”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e107. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.015

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. This is an open-access article distributed under the terms of the Creative Commons
Attribution 4.0 International (CC BY 4.0) License.

INTRODUÇÃO pelo Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacio-


nal. Implicava ainda profundas mudanças na estruturação
Durante as duas últimas décadas, o Brasil passou por um e atuação das empresas de arquitetura, já consolidadas
acelerado processo de revitalização de diversos centros no mercado há décadas. A problemática mais urgente
históricos. Os anos de crescimento econômico, antes do nessa discussão reside no desaparecimento gradual da
estopim da última crise financeira, revelaram a nossa di- materialidade construtiva que testemunha um processo
ficuldade em lidar com o restauro arquitetônico como um complexo de hibridismos culturais na construção do que
processo interdisciplinar de construção de conhecimento hoje chamamos Brasil. Nesse contexto, uma solução
sobre o nosso passado. Por um lado, ficou evidente a lacu- possível seria a criação de estratégias pedagógicas que
na metodológica da arqueologia brasileira para registrar e possibilitassem uma mudança de perspectiva na formação
analisar, sistematicamente, a cultura material da edificação dos futuros arquitetos e arqueólogos.
histórica; por outro, os frágeis levantamentos arquitetôni- Dessa forma, desenhamos o projeto “Laranjeiras
cos vinculados à ausência do labor do historiador resulta- sítio-escola” objetivando a introdução da AA, através das
ram numa série de monumentos ditos “restaurados” cujas metodologias ativas de ensino, em oficinas práticas para
histórias ficaram reduzidas a ruínas. alunos de arqueologia e arquitetura, simultaneamente. A
Tal problemática nos levou a buscar bases metodo- questão central do presente artigo é demonstrar o proces-
lógicas para pensar na atuação do arqueólogo junto ao so que resultou num desenho metodológico para atuação
projeto de restauro para o contexto brasileiro. O encontro arqueológica no restauro da edificação histórica local.
com a arqueologia da arquitetura (AA), através da espe- Secundariamente, trazemos uma discussão sobre o desen-
cialização na referida área, na Politécnica de Madrid, e volvimento da arqueologia brasileira, que pode justificar
posterior construção de uma tese, na Autônoma de Ma- a tardia introdução da AA voltada para o estudo da cultura
drid, fez-nos refletir sobre as especificidades do contexto material construtiva e, consequentemente, a falta de bases
brasileiro. Naquele momento, tínhamos a percepção de sistemáticas para atuar na restauração arquitetônica.
que expor a problemática e demonstrar os logros de um Do ponto de vista da arqueologia brasileira, o ob-
novo olhar sobre a atuação do arqueólogo, no que diz res- jeto arquitetura sempre esteve classificado nos currículos
peito à edificação histórica, fosse suficiente para mudar da chamada arqueologia histórica. A divisão entre arque-
nosso trato com a materialidade edificada. ologia histórica e pré-histórica, presente em toda a Amé-
Ao regressar para o Brasil entendemos que uma rica, foi uma herança estadunidense e está intimamente
mudança na práxis implicava alterar critérios construídos ligada à ideia do nativo integrado à história natural do

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3 Ton Ferreira, Pedro Freitas

território. A partir da chegada do colonizador, inaugurou- No entanto, a falta de metodologias sistemáticas


-se um novo processo histórico, entendido como o início para o estudo das construções, no âmbito da prática ar-
de sua conformação nacional (Johnson 1999), dando mar- queológica brasileira, somente ficou evidente no cenário
gem para que as culturas do novo mundo fossem excluí- nacional com os embates gerados durante o último grande
das e pouco valoradas dentro das narrativas históricas do programa de “revitalização do patrimônio histórico”. O
espaço americano. Trata-se de uma ordenação disciplinar programa Monumenta (Brasil 2006) ignorou a arquitetura
que resultou também na estruturação acadêmica. como resultante de processos sociais que determinaram
A investigação sobre as abordagens da arqueologia alterações físicas de interesse histórico e documental.
brasileira para a edificação histórica foi fundamental O programa, cuja fase de estruturação ocorreu en-
para entendermos a ausência de metodologias para o tre os anos de 1995 e 2000, possuía como princípio as
registro de estratos verticais. Em uma síntese da teoria ideias defendidas na Conferência de Quito, em 1967.
arqueológica e seus enfoques na arqueologia histórica A partir dessa conferência, instituições como o Banco
(Santos 2011), realizada sobre a bibliografia dos prin- Interamericano de Desenvolvimento (BID) e a Organi-
cipais autores brasileiros, ficou evidente que os ditames zação das Nações Unidas para a Educação, a Ciência e
teóricos arqueológicos assumidos pelos principais cen- a Cultura (UNESCO) passaram a apoiar, em diversos
tros formadores de profissionais no país foram respon- países da América Latina, projetos que tivessem como
sáveis por um maior ou menor distanciamento do objeto objetivo promover a conservação e o estudo do patri-
arquitetura. Nesse sentido, nos enfoques histórico-cultu- mônio cultural compatível com desenvolvimento econô-
ralista e processual, as abordagens metodológicas esti- mico do continente. As ações do Monumenta atingiram
veram quase sempre vinculadas às escavações de solos, 26 cidades, localizadas em 17 Estados da federação
seja no interior ou exterior das edificações. A percepção brasileira. A maior parte das ações eram realizadas em
e o estudo da materialidade construtiva se limitavam a conjuntos históricos ou em monumentos isolados, como
estruturas de fundações, sobreposições de pisos, aterros museus, igrejas, fortificações, casas de câmara e cadeia,
e todo o arcabouço construtivo presente até a cota zero. palacetes, conjuntos escultóricos, conventos, fortes,
As parcas abordagens sobre os corpos de estruturas “his- ruas, logradouros, espaços públicos e privados em todas
tóricas” estiveram sempre relegadas à busca de portas e as áreas tombadas pela União (Brasil 2006).
janelas fechadas no decorrer da sua evolução constru- Com o aumento das ações do programa, a proble-
tiva, a depender da sensibilidade do arqueólogo caso a mática acerca da ausência de uma análise mais acurada
caso, sem, portanto, constituir um arcabouço metodoló- dos processos sociais tomou proporções nacionais dei-
gico sistemático para o entendimento da materialidade xando evidente a crescente agressividade dos projetos
construtiva vertical (Santos 2011). – frequentemente associados à modernização de infraes-
A partir da década de 1990, é notória a crítica truturas e ao desenvolvimento turístico –, cuja celerida-
dos arqueólogos brasileiros à arqueologia realizada no de tendia a ignorar a historicidade geral das construções,
país. A produção era classificada como pouco teórica também no campo comum de interesse dos arqueólogos,
e fechada aos postulados vigentes nos grandes centros o solo. E, não obstante os discursos de arqueólogos que
de produção científica. O período que coincide com o ocupavam postos de trabalhos nos institutos e demais
aumento significativo da arqueologia histórica no país órgãos de preservação do patrimônio sinalizassem a ne-
foi marcado pela inclusão da chamada arqueologia cessidade de maior participação da arqueologia em pro-
pós-processual e uma dura crítica aos estudos arqueo- jetos de revitalização, tais alertas foram frequentemente
gráficos e arqueométricos da cultura material (Barreto ignorados (Costa 2013). Como resultado, ao lado da
1999). Durante a década de 2000, a ideia da arqueologia necessidade de ampliar a abordagem interdisciplinar de
pós-processual se firmou como pensamento da renova- metodologias de pesquisa arqueológica em edifícios his-
ção da arqueologia brasileira. Foi nesse contexto que tóricos, expunha-se a baixa consideração da arqueologia
o objeto arquitetura voltou a ser inserido na discussão brasileira de interagir, com instrumentos adequados, a
da arqueologia histórica, a partir da tese de doutorado favor da interpretação histórica das construções.
de Andres Zarankin, buscando caracterizar, através das Por outro lado, aos arquitetos não se colocavam
análises espaciais arquitetônicas, os mecanismos de po- nem mesmo tais questões. De fato, para a Arquitetura, o
der e controle nas edificações escolares de Buenos Aires reconhecimento do patrimônio nacional brasileiro vincu-
do século XX (Zarankin 2001). lado ao ideário moderno – de narrativa progressista e de

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METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 4
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

desenvolvimento do país de modo unitário – era um crité- do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN)
rio suficiente para a constituição do campo da preservação buscou revisar suas bases metodológicas e agregar, por
arquitetônica brasileira, baseada no estudo de exemplares via do estudo da materialidade, maior valor histórico
coloniais monumentais (Fonseca 2005). A manutenção de aos monumentos por ele tombados3. No entanto, essa
práticas de restituição estilística ao longo do século XX, aproximação entre arqueologia e arquitetura coincide
ainda que essas tenham sido responsáveis pelo salvamento com os anseios por uma arqueologia mais interpretativa,
de muitos edifícios importantes que se encontravam arrui- fugindo das bases histórico-culturalistas e distancian-
nados, enfraqueceu no país, também entre os arquitetos, do-se cada vez mais de abordagens cuja metodologia
a elaboração de metodologias de estudo de edifícios que priorizasse a materialidade como sinônimo de evolução.
observassem sua natureza estratigráfica. O estudo do Os trabalhos desenvolvidos nesses primeiros mo-
quadro construído antigo (sempre colonial português, por mentos da disciplina no Brasil buscavam a identificação
princípio) limitou-se à identificação exclusiva de técnicas de estruturas arquitetônicas soterradas e o resgate dos
e elementos construtivos tradicionais, quando úteis à proje- artefatos nas áreas internas e externas das edificações. O
tação da nova edificação, anulando a percepção das marcas resultado quase sempre terminava em relatórios técnicos
do tempo no corpo das edificações. arqueológicos de identificação de materiais e estruturas.
A “arquitetura de pedra e cal” e a “arquitetura da Em alguns casos, as estruturas arquitetônicas evidenciadas,
taipa” eram reconhecidas como signos da identidade da quase sempre pertencentes a edifícios anteriores ou mesmo
arquitetura brasileira, não interessava exponenciar as a modificações do edifício em processo de restauro, eram
diferenças construtivas de um vasto território como o musealizadas e integradas à proposta final do restauro.
Brasil. Era frequente a homogeneização de vários “ti- A ideia de construir estudos mais aprofundados
pos” que pudessem explicar a tradição construtiva “por- dos materiais construtivos ou mesmo intensificar aná-
tuguesa” em território brasileiro. Tais parâmetros, que se lises estratigráficas sistemáticas das paredes não fazia
difundiram a partir do discurso historiográfico moderno parte das abordagens arqueológicas. Os arqueólogos se
e positivamente construíram repertórios ainda hoje fun- limitavam a realizar faixas de escavações de rebocos,
damentais para a compreensão de parte significativa da deixando nua a parede em seu material estrutural, quase
arquitetura histórica brasileira (Corona e Lemos 1973), sempre em busca de portas e janelas cegadas. Por isso,
também reduziram o alcance e a operacionalização da muitas vezes, em pouco diferiam do desmonte realizado
restauração brasileira às tendências internacionais de pelos pedreiros responsáveis pela obra de restauração.
análise crítico-construtiva da arquitetura e fundamental Certamente, uma das características marcantes des-
disciplina que combina, no exercício projetual, o estudo sas primeiras intervenções no Brasil, as quais se per-
da materialidade histórica para o desenvolvimento de petuam até a problemática atual e advinda do embate
critérios de intervenção e, de modo mais amplo, à valo- entre arquitetos restauradores e arqueólogos, é a inca-
rização do contexto e da preexistência na elaboração do pacidade do arqueólogo de “olhar para cima”, isto é, de
projeto arquitetônico (Carbonara 2005). enxergar as paredes do edifício como continuidade dos
Portanto, em que medida pode-se falar em AA no estratos do solo. Por outro lado, os arquitetos se sentiam
Brasil, visto que, de modo quase especular entre arque- cômodos com tal perspectiva, uma vez que podiam
ólogos e arquitetos, é evidente a ausência de capacitação considerar um edifício “sem raízes”, dando margem a
profissional para a interpretação da materialidade histó-
rica das construções? Caberia examinarmos, ainda que 3
  Em texto que objetivava revisar percurso da disciplina no Brasil, Tânia Lima
ressaltava, já em 1993, que, até o início da década de 1980, diversos trabalhos
sucintamente, como ela tem sido exercida. da arqueologia em restaurações arquitetônicas haviam sido conduzidos, quase
todos, em parceria com o IPHAN: citam-se as “Escavações nas Reduções
jesuítas do Rio Grande do Sul (repassadas à Universidade); no Paço Imperial,
no Rio de Janeiro; na Casa da Fundição do Ouro de Goiás; no antigo cais da
ABORDAGENS ARQUEOLÓGICAS NA Praça XV, no Rio de Janeiro (repassada ao município); na Casa dos Pilões, no
RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA Jardim Botânico do Rio de janeiro (executada pela 6a DR); em Vila Flor, no
BRASILEIRA Rio Grande do Norte (repassada à Universidade); na Praça do Pelourinho, no
centro histórico de Salvador; nas fortificações de Santa Catarina. Prospecções
na Casa de Banho de D. João VI, no Rio de Janeiro; em Tiradentes, Minas Ge-
A maior parte dos primeiros trabalhos de arqueologia rais; no centro histórico de Alcântara, Maranhão; nas dependências do Museu
histórica foram realizados em intervenções para restau- Histórico Nacional, no Rio de Janeiro” (Lima 1993: 228). No nordeste brasilei-
ro, podemos aferir que o maior número de trabalhos nesse primeiro momento
rações arquitetônicas. A partir dos anos 1970, o Instituto foi conduzido pelo arqueólogo Marcos Albuquerque.

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5 Ton Ferreira, Pedro Freitas

intervenções que resultassem em formas estilisticamen- restauro que, contudo, chocava-se diretamente com a
te homogeneizadas. possibilidade de realização de estudos prévios e não-
Acreditamos que esse olhar dicotômico se deva à -destrutivos, além de tolher possibilidades de diálogos
fragilidade das discussões sobre métodos e técnicas das verdadeiramente interdisciplinares.
abordagens arqueológicas desenvolvidas no Brasil. A Ainda nessa perspectiva, em publicação de 1992, o
introdução de metodologias ocorreu por duas vias: pelas autor deixa clara a sua inquietude em relação às críticas
missões estadunidense (a partir da década de 1950, com dos arqueólogos que reivindicavam uma arqueologia
métodos extensivos, escavações por camadas artificiais teoricamente orientada, fosse pelo viés processual ou
objetivando a identificação de sítios arqueológicos em pós-processual. No entanto, segundo sua ótica como
todo o território) e francesa (a partir de 1960, com foco pesquisador, era necessário refletir sobre a dicotomia
intensivo sobre o sítio, as decapagens e as escavações de uma arqueologia histórica cognitiva, dando a en-
por camadas naturais de ampla superfície, objetivando tender que os novos discursos teóricos pareciam ir de
conhecer profundamente o sítio estudado; Barreto 1999). encontro com sua prática arqueológica. Nesse sentido,
Em maior ou menor escala, individualmente ou Albuquerque, pioneiro nos estudos arqueológicos junto
mesclados, tais métodos continuam sendo usados para ao restauro, ressaltava a necessidade de a arqueologia
todos os sítios arqueológicos brasileiros, inclusive para histórica buscar novos parâmetros metodológicos para
os sítios históricos urbanos. Nesse sentido, as discussões suas intervenções (Albuquerque 1992), ainda que isso
sobre uma estratigrafia arqueológica, em detrimento não refletisse em mudanças efetivas em suas metodo-
da geológica para pensar os contextos urbanos, nunca logias de investigação com alto grau de destruição de
foram inseridas na arqueologia brasileira. Os postulados rebocos históricos.
de Harris, que abriram caminho para a construção da As primeiras aproximações entre a arqueologia e
AA, costumam ser criticados, mas nunca foram utili- a arquitetura, em território brasileiro, podem ser vis-
zados e discutidos à luz das necessidades do contexto lumbradas de fato somente a partir dos estudos reali-
brasileiro, o que explicaria a dificuldade de lidar com as zados no início dos anos 1990, pela arquiteta Regina
unidades estratigráficas verticais e, portanto, com a sis- Tirello, restauradora da Universidade de São Paulo
tematização da cultura material da edificação histórica (USP) e atualmente professora da Universidade Esta-
(Villagran 2010; Araujo 2011). dual de Campinas (Unicamp). Seu campo de interesse,
Uma das intervenções pioneiras da arqueologia na ao contrário de Albuquerque, partia da exigência pela
restauração arquitetônica foi conduzida no final da déca- conservação de pinturas murais sobre rebocos antigos,
da de 1970, por Marcos Albuquerque, professor da Uni- estimulada pelo estudo da ornamentação de edifícios
versidade Federal de Pernambuco (UFPE). Os trabalhos ecléticos de São Paulo por historiadores da arquitetura,
faziam parte da política de preservação iniciada pelo como Nestor Goulart Reis Filho (Camargo 2015). Reis
IPHAN após aprovação da Lei de Defesa do Patrimô- Filho era professor responsável, já em 1974, pela coor-
nio Arqueológico (Brasil 1961). O próprio IPHAN era denação do primeiro curso de especialização em restau-
executor e os trabalhos desenvolvidos pelo arqueólogo ração arquitetônica no Brasil, realizado na Faculdade
teriam a função de “pôr em evidência novos dados que de Arquitetura e Urbanismo (FAU), embrião do atual
complementassem as pesquisas históricas e arquitetô- Mestrado Profissional em Conservação e Restauração
nicas já realizadas” e “poder obter maiores subsídios de Monumentos e Núcleos Históricos, da Universidade
que possibilitassem uma restauração do monumento em Federal da Bahia (CECRE/UFBA). Seu interesse pela
bases mais sólidas” (Albuquerque 1980: 89). análise pormenorizada da arquitetura burguesa paulista
A atividade foi desenvolvida na igreja quinhentista deu margem à formação de arquitetos restauradores na-
de Nossa Senhora da Divina Graça, em Olinda. Em queles anos, permitindo a ampliação de pesquisas sobre
termos metodológicos, o referido autor afirma ter reali- o patrimônio cultural de São Paulo datado do final do
zado uma escavação completa de toda a igreja, salvo em século XIX, constantemente ameaçado pela sua rápida
partes que comprometiam a sua estrutura, dado que seu expansão metropolitana.
estudo havia começado antes de qualquer desmonte que Apenas no início de década de 1990, por meio da
precedera a fase de efetivação do restauro. Percebe-se a criação de um canteiro-escola de restauração de bens in-
liberdade que possuíam os poucos arqueólogos nesses tegrados no âmbito da Comissão do Patrimônio Cultural
primeiros momentos de intervenção arqueológica no da USP (atual Centro de Preservação Cultural), Regina

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NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

Tirello tornou-se responsável, entre outros, pela introdu- Russell Handsman: “A Arqueologia Pós-Processualista
ção e popularização no país das chamadas “prospecções propõe que a edificação seja estudada como se fosse, ela
arqueológicas de superfície” (Tirello 1999). Para além própria, um super objeto – um superartefato – e não me-
da descoberta de diversas camadas de tinta aplicadas ramente onde estão localizados os objetos. Desta manei-
sobre a superfície de um mesmo ambiente, tais pros- ra, a própria edificação ganha ‘vida’” (Najjar 2002: 10).
pecções eram capazes de revelar, de modo controlado e Apesar da autora evocar o termo arqueologia da ar-
pela análise dos tipos ornamentais e ciclos decorativos, quitetura, o manual não apresenta nenhum aspecto me-
processos de alteração ambiental pari passu à caracteri- todológico ou teórico da chamada AA desenvolvida na
zação dos materiais artísticos aplicados (Tirello 2002). Europa. O manual é basicamente uma síntese das abor-
É notório o quanto, ao longo das primeiras décadas dagens já referenciadas anteriormente, sondagens em
do século XXI, estudos publicados pela arquiteta, entre solo e desmonte de paredes, buscando deixar evidentes
análises preparatórias à restauração de ambientes em possíveis mudanças e estruturas, sem construir nenhuma
edifícios de interesse da Comissão (a exemplo da Vila análise sistemática sobre os parâmentos ou informações
Penteado e da Casa de Dona Yayá, ambos em São Pau- construtivas que se inserissem nos estudos prévios soli-
lo), contribuíram para o estudo da cultura material pau- citados pelas cartas patrimoniais internacionais.
lista, de tecnologia construtiva associada à imigração Também recorrendo à nomenclatura arqueologia
europeia recente. Nessa imigração, inclusive, destaca-se da arquitetura, os trabalhos de Zarankin podem ser
a proposição de um método baseado em “indicadores classificados no marco teórico da chamada arqueologia
temporais”, com filiações mais diretas ao campo da AA histórica pós-processual. Seus trabalhos constituem uma
(Tirello 2007), com o objetivo de oferecer informações rica influência da filosofia e da sociologia europeia, a
renovadas e procedimentos de análise crítica sobre rea- exemplo de pensadores como Foucalt e Bourdieu, para
lidades construtivas pouquíssimo documentadas. Contu- sustentar a narrativa de identificação de arquiteturas
do, também cabe lembrar que a experiência se vinculou que denotam relações de controle e poder, no âmbito
quase exclusivamente ao ainda parco desenvolvimento das sociedades moderna. Como suporte metodológico,
da ciência da conservação no país, que, apesar de fazê-lo suas análises são orientadas pelas formas, funções e
apoiando-se em metodologias arqueológicas, teve pouco organização espacial arquitetônica, baseadas em auto-
diálogo efetivo com os arqueólogos, transformando-se res anglo-saxões como como Hillier e Hanson (1984)
em experiências isoladas. (Zarankin 2001: 119). Suas análises tem sido de grande
Na tentativa de sanar tal lacuna, o IPHAN publicou importância para trazer a discussão contemporânea
o Manual de Arqueologia Histórica em Projetos de sobre a arquitetura do terror e do poder das ditaduras
Restauração no ano de 2002. “Seu objetivo é atender militares do século XX na América Latina (Zarankin e
exigências de orientação técnica na gestão dos projetos Niro 2008). Apesar da importante contribuição teórica
de restauração/conservação dos bens imóveis tombados de Zarankin, sua abordagem metodológica não chegou a
sob tutela federal. Tem ainda a intenção de suprir a favorecer a discussão sobre o desparecimento da arqui-
necessidade de estabelecimento de procedimentos pa- tetura histórica brasileira ou mesmo sobre o aporte da
drões, a serem adotados pelo IPHAN” (Najjar 2002: 3). arqueologia no processo de restauro.
A autora do referido manual, a arqueóloga Rosana
Najjar, trata das intervenções arqueológicas no restauro
brasileiro também como fazendo parte da “arqueologia ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA
da arquitetura”, mas com forte matriz teórica histórico- E RESTAURAÇÃO NO BRASIL:
-culturalista, ou seja, onde o papel do arqueólogo seria o ATUALIDADE DO DEBATE
de preencher as lacunas historiográficas. Para ela, mes-
mo um historiador com noções de arqueologia poderia A arqueologia da arquitetura é uma disciplina que se
conduzir os trabalhos de campo (Najjar 2002). configurou como um importante instrumento metodoló-
O pequeno tópico que trata historicamente o tema, gico para o processo de restauro do patrimônio edifica-
no manual, finaliza com uma problemática assertiva so- do. Esse novo método possibilitou construir percepções
bre como, segundo a autora, a arqueologia pós-proces- renovadas sobre edifícios tradicionalmente estudados,
sualista vislumbra o monumento como um grande arte- revisando esquemas estilísticos que se constituíam nas
fato, com base em declarações, de 1995, do arqueólogo bases principais para a formação de qualquer arquiteto

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7 Ton Ferreira, Pedro Freitas

restaurador. Também, o reencontro com a materialida- dificuldades também são ponderáveis no âmbito do
de através da sistematização dos dados estratigráficos ensino, sobretudo nos currículos de arquitetura e urba-
colocou em evidência a fragilidade de conhecimento nismo e arqueologia, no que tange à compreensão da
produzido ao longo de décadas pela disciplina, levando finalidade da AA para o exercício do projeto (incluindo
arquitetos europeus, sobretudo italianos e espanhóis, a a colocação do projeto de restauro no cômpito geral da
reconhecer a importância da “marginalizada” arqueolo- formação do arquiteto). Entendemos que a aplicação da
gia para a restauração arquitetônica nos idos das décadas arqueologia da arquitetura no Brasil ainda tem carecido
de 1980 e 1990 (Doglioni 1988). de pautas renovadas, em compromisso com a constru-
Ainda que tal reconhecimento não tenha significado, ção de novas narrativas sobre a história das construções
inicialmente, uma abertura do campo da restauração arqui- brasileiras, ampliada pelas potencialidades da leitura
tetônica para os arqueólogos, tal metodologia foi absorvida tridimensional da estratigrafia murária, é justamente
pelos arquitetos e aplicada “na sua área de trabalho” como no momento mais básico da formação de arquitetos
uma inovação, como um método eficiente na sistematiza- e arqueólogos que estão ainda abertos o interesse e a
ção de dados antes perdidos ou irreconhecíveis, a partir curiosidade para a promoção de diálogos mais efetivos
de projeções estilísticas de estudos vinculados a outros a fim de atenuar os vários impasses que poderão advir
campos do conhecimento, entre eles e principalmente, a de futuras relações profissionais.
história da arte. A arqueologia da arquitetura, como cam- Com base nessas premissas, e na vivência como
po integrado à restauração arquitetônica, transformou-se docentes da Universidade Federal de Sergipe nos cursos
num método cada vez mais eficiente, que, com o apoio da de arquitetura e urbanismo e arqueologia, vislumbramos
ciência da conservação, permitiu a construção e a revisão um desafio ainda maior: ampliar o escopo curricular
de hipóteses sobre a história das construções e ampliou a de alunos sem, necessariamente, depender das difíceis
aplicação de variadas técnicas de análise não destrutiva alterações de grades curriculares de ambos os cursos.
e práticas de reconhecimento material. Seu objetivo vin- Projetos de extensão e oficinas surgiram, então, como
culado à construção de critérios de projeto, consolidou alternativas às atividades disciplinares, que poderiam
conhecimentos específicos sobre técnicas construtivas e, se constituir em protótipos de experimentação de novos
sobretudo, valorizou a importância da tomada e da docu- processos de ensino-aprendizado4. Buscando-se alterna-
mentação de dados físicos (Mileto e Vegas 2003). tivas efetivas de contato com a realidade da problemá-
Apesar do claro avanço das pesquisas atuais da AA no tica patrimonial vivida na cidade de Laranjeiras, sede
restauro, pensar sua transferência metodológica para o con- de ambos os cursos, as chamadas “metodologias ativas”
texto brasileiro requer uma série de ressalvas inerentes às poderiam oferecer respostas para tais demandas, bem
especificidades da arquitetura local (considerando, sobre- como estimular a autonomia e o trabalho em equipe
tudo, sua ampla variedade ainda não estudada). O fato de entre alunos envolvidos no processo de aprendizagem
a disciplina ter experimentado um amplo desenvolvimento da arqueologia da arquitetura, respeitando as especifici-
em edifícios medievais mediterrâneos dotou-a de um ro- dades locais.
busto vocabulário técnico associado à evolução construtiva Considerando que os resultados apresentados não
e às especificidades da construção em pedra, com exceções constituem um estudo de caso acabado, interessa-nos
pontuais aos estudos de caso no sul da Espanha e no nor- aqui o processo em si como mediador para o enten-
deste da Itália (Mannoni e Milanese 1988). dimento da AA e suas possíveis contribuições para as
Dessa forma, já de partida, sua vinculação ao território necessidades atuais das pesquisas arqueológicas vincu-
nacional requer a construção de novas bases sobre a evo- ladas à prática do restauro e ao registro sistemático de
lução construtiva da arquitetura vernácula brasileira. Essa uma importante parcela da edificação histórica em vias
demanda diz respeito, sobretudo, a repensar a já mencio- de desaparecimento.
nada valorização da arquitetura de origem portuguesa em
detrimento de outras culturas, como africanas e indígenas,
cujas características construtivas foram pouco estudadas ou 4
  Foram espaço de aplicação de oficinas em AA, na Universidade Federal de
simplesmente negadas na tentativa de forjar uma identida- Sergipe, as disciplinas: Prática de Campo II, do curso de Arqueologia, semes-
de brasileira homogênea e livre de contradições. tre 2018.2, com o professor responsável Ton Ferreira, e Tópicos Especiais em
Se ainda considerarmos o problema essencial de for- Plenejamento I: Projeto de Intervenção no Patrimônio Arquitetônico e Urba-
no, do curso de Arquitetura e Urbanismo, semestre 2019.1, com o professor
mação de arquitetos e arqueólogos, como já colocamos, responsável Pedro Murilo Gonçalves de Freitas.

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METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 8
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

O ENSINO DA ARQUEOLOGIA problema de os métodos tradicionais de ensino não possibili-


DA ARQUITETURA ATRAVÉS DE tarem o estímulo à autonomia dos alunos. Nessa perspectiva,
METODOLOGIAS ATIVAS: A “CASA N. a problematização da realidade e a reflexão são fundamen-
3” EM LARANJEIRAS, SERGIPE tais para o exercício da autonomia. Para tanto, pautam-se
problemas que cercam a dinâmica da profissão e vida
A proposta de práticas integradas entre os cursos de ar- sociocultural, gerando-se uma rede que permite valorizar o
quitetura e urbanismo e arqueologia tem seu ponto forte trabalho em equipe e a crítica a todo o processo de ensino.
na solução das dicotomias entre teoria e prática no ensi- A promoção da autonomia descontrói o arranjo da sala de
no  profissional, pois a construção da estrutura curricular aula tradicional que impede o aluno de interagir e exercitar
parte da conjugação entre ensino e trabalho (Davini 2009). a reflexão e o diálogo. A partir dessa perspectiva libertado-
Partindo-se de situações reais, complementares à realidade ra – uma vez que produz emancipação –, fundamenta-se o
social na qual o aluno está inserido, modificam-se as rela- desenvolvimento de novas habilidades que extrapolam o
ções padrões entre professor e aluno, permitindo a revisão aprendizado do conteúdo almejado. Nessa dinâmica, cons-
das estruturas de poder existentes entre quem “detém o trói-se um campo ideal para a inovação, uma das principais
conhecimento” e quem o deve “receber” passivamente. características de todo o processo. Aprender a mudar a dinâ-
Proporciona-se, assim, ao estudante a oportunidade mica do processo de ensino-aprendizagem tradicional requer
de vislumbrar diversos problemas reais da profissão, criatividade, uso de todas as ferramentas possíveis que esti-
também contribuindo para mudanças em âmbito profis- mulem e possibilitem um contexto fluido para a aquisição e
sional, mesmo antes do aluno se inserir completamente difusão de conhecimento. Construir novas metodologias é
no mercado de trabalho. Com o incentivo nos processos um dos princípios que norteiam as metodologias ativas.
de formação, evitam-se as corriqueiras frustrações quan- Por fim, a mudança do papel do professor está inse-
to ao impacto entre as exigências do currículo descon- rida nos princípios, talvez um dos mais desafiadores, das
textualizado e sua utilidade futura. metodologias ativas. A ideia de construir um professor
Os chamados “métodos ativos” de ensino-apren- mediador/facilitador requer a quebra de barreiras profun-
dizagem constituem uma das maiores mudanças nas das na própria formação docente. Nos moldes tradicionais
propostas pedagógicas, pois a necessidade de integrar de educação, o professor é estimulado, ao longo de suas
o ensino à realidade do trabalho requer o planejamento formações, a entender que ele é o principal agente em todo
e a construção de atividades que estejam consonantes o processo. Com isso, ele continua detendo o poder do
com os serviços vinculados à profissão. O contato com conhecimento e o de ensinar, mesmo com as mudanças de
a realidade profissional levará o estudante à reflexão perspectiva acerca da didática empreendidas nas últimas
de problemas concretos, podendo gerar novos conheci- décadas e a descentralização das fontes do saber: dos livros
mentos e soluções novas para a área de atuação (Berbel impressos para um universo textual de múltiplas tipologias,
2014). Tal perspectiva pode ser um passo para a constru- acessado virtualmente. Ainda assim, o caráter do professor
ção de novas práticas profissionais e construção de no- transmissor continua bastante vigente no nosso contexto
vas realidades (e mentalidades) para o contexto vivido.  educacional. Contudo, no ideário das metodologias ativas,
Os princípios dos métodos ativos de ensino englobam ensinar significa “provocar, desafiar ou ainda promover as
toda a dinâmica pedagógica. O primeiro deles é entender condições de construir, refletir, compreender, transformar,
o aluno como centro do processo de ensino-aprendizagem, sem perder de vista o respeito à autonomia e à dignidade
em lugar da figura do professor expositor.O professor, por deste outro” (Diesel et al. 2017: 278).
sua vez, é percebido como agente facilitador, mediando Dentre as diversas metodologias ativas existentes,
o processo de aprendizagem, facilitando o acesso ao co- a problematização com arco de Maguerez atendia, com
nhecimento e instigando o aluno nessa busca. Assim, o maior veemência, às especificidades do nosso estudo de
estímulo à autonomia (do aluno) é um segundo princípio caso, sobretudo no caráter intervencionista almejado ao fi-
orientador da abordagem ativa. O aprendizado se consolida nal de todo o processo. Tal característica estava muito mais
a partir do interesse pessoal, de escolhas que façam sentido coerente com a realidade próxima ao cotidiano dos alunos
para o indivíduo, exercitando uma liberdade fundamental envolvidos nas oficinas. A escolha ainda levava em consi-
para a vida profissional e pessoal. deração as condições reais de tempo, do local e do nível
Em décadas anteriores, o pensador Paulo Freire (2002), de aprendizado prévio dos alunos e de suas participações
educador de renome no Ocidente, já havia alertado para o efetivas (Fig. 1).

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9 Ton Ferreira, Pedro Freitas

Sergipe. O IPHAN solicitou participação da universi-


dade nos estudos prévios para a restauração da ruína
da “Casa n. 3” (Fig. 2), objeto situado em local privi-
legiado do centro histórico da cidade de Laranjeiras e
que sofreria intervenções demandadas por instâncias
do Poder Judiciário.
Cabe mencionar que Laranjeiras se configurou, na
construção do imaginário sergipano, como o berço das
Figura 1. Arco de Maguerez. Fonte: Bordenave, J. e Pereira, 2005. manifestações culturais, fruto da herança dos diversos
povos de origem africana, escravizados e utilizados
como mão de obra em todo o ciclo produtivo do açúcar.
Realidade vivida A história da construção material da cidade está intima-
mente ligada a esse importante ciclo econômico nacio-
O objeto de estudo escolhido para a aplicação da nal. Grande parte do casario e dos edifícios comerciais,
arqueologia da arquitetura para reconhecimento, va- hoje em ruínas, experimentou seu auge construtivo no
lorização e registro do patrimônio edificado dentro apogeu da produção açucareira do estado de Sergipe e,
da realidade vivida pelos alunos de ambos os cursos por isso, o seu desenvolvimento não pode ser desvincu-
surgiu por convite do Instituto do Patrimônio Histórico lado das propriedades e do enredo social dos engenhos
e Artístico Nacional (IPHAN), Superintendência de que circundam a cidade (Santos 2003).

Figura 2. Fotografia aérea de Laranjeiras, Sergipe. Em primeiro plano, lote da “Casa n. 3”; ao fundo, sede do Campus da Universidade Federal
de Sergipe. Fonte: Oficina de Projetos, inscrição dos autores, 2019.

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METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 10
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

O desenvolvimento da indústria açucareira tardia, em


relação à Bahia e a Pernambuco, provocou um aumento
considerável da construção de engenhos e dos pontos de
suporte comercial junto às cidades e aos povoados que
margeavam o rio Cotinguiba, rio que margeia também La-
ranjeiras. No ano de 1798, Sergipe possuía 140 engenhos,
ao passo que, em 1856, totalizavam 750. No auge da eco-
nomia açucareira, Laranjeiras e Maruim eram consideradas
as mais prósperas cidades sergipanas. “O desenvolvimento
de um e de outro município ocorrera paralelamente ao
crescimento da economia do açúcar, e de simples vilas na
primeira metade do século XIX, tornaram-se importantes
cidades, residência dos políticos” (Amaral 2007: 34).

Observação

Eleito o objeto de estudo, o segundo passo, no desen-


volvimento das atividades propostas, foi começar a
entender a perspectiva dos alunos sobre o patrimônio
da cidade. Cabe mencionar que alguns deles residem no
próprio município; outros o frequentam em função da
presença da universidade, que também se encontra no
centro histórico. As oficinas foram, inicialmente, instru-
mentalizadas pela divisão dos alunos em grupos de 10
pessoas, reunidas em sessões de tutoria para discutir e
tomar decisões sobre o procedimento a ser tomado pelo
grupo em cada etapa que constitui o arco (Fig. 3).
Após processo de sociabilização, foram apresentadas
as ruínas e, após visita, realizada uma segunda sessão
para que se pudesse observar a realidade. Importante
salientar que a intervenção corresponde a um real caso,
envolvendo IPHAN, empresa de arquitetura, comunidade
Figura 3. Visita ao objeto de estudo e discussão, com a produção de
e universidade. Num primeiro momento, aos alunos de mapas para análise da realidade vivida. Autor: Pedro Freitas.
arqueologia, foi difícil observar a complexa rede de rela-
ções. Tratava-se de uma ruína, cuja família teria acionado
o Ministério Público com a justificativa de que o IPHAN é importante frisar que essa dinâmica ampliou entre os
deveria arcar com a restauração do imóvel. Aos alunos de futuros arqueólogos a compreensão acerca da instituição:
arquitetura, a questão nem mesmo se colocava, pois o in- anteriormente como punitiva e ineficaz, passou a ser per-
teresse permanecia na compreensão genérica da ruína no cebida como um órgão com necessidades operacionais
espaço da cidade, de modo que foi notória a dificuldade evidentes em diversas esferas preservacionistas. Aos
de compreendê-la do ponto de vista material. futuros arquitetos, para além desse debate, por iniciativa
Como resultado das observações, ficou evidente a do grupo formado, estimulou-se a compreensão das qua-
grande lacuna na percepção dos alunos sobre a atuação dras do entorno imediato ao objeto de estudo, visando a
do órgão de preservação, da mesma maneira que se suplantar as dificuldades operativas relativas à falta de de-
constatou a larga distância operacional entre a legislação senhos sobre o espaço edificado, gerando-se os primeiros
patrimonial e a complexidade da realidade vivida. Ainda cadastros físicos urbanos (Fig. 4).

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11 Ton Ferreira, Pedro Freitas

Figura 4. Mosaico ortofotográfico das fachadas da quadra e levantamento do entorno imediato do objeto de estudo. Desenhos: Natália Guimarães,
Emilly Silva e Daniela Santos (graduandas AU/UFS).

Pontos-Chave e) projetos de intervenção sem o devido conheci-


mento sobre a materialidade construtiva.
A segunda rodada de sessões tutoriais objetivou ampliar
a observação da realidade para se definir quais seriam Teorização
os pontos-chave da problemática. Tais pontos deveriam
ser suficientemente direcionados e afunilados para tratar Na fase de teorização, os alunos deveriam pensar acerca
especificamente de questões patrimoniais vinculadas ao dos conhecimentos necessários para atuar sobre a realidade
objeto de estudo. Em outras palavras, os alunos deve- observada. No caso das ruínas da Casa n. 3, era necessário
riam chegar ao consenso, através das discussões, sobre refletir sobre quais conhecimentos orientariam a prática de
quais seriam as questões mais importantes diante do um arqueólogo e um arquiteto. Nessa fase, a participação
cenário de atuação possível. Os principais pontos defi- dos professores foi mais efetiva no sentido de apresentar
nidos pelo grupo foram: para os alunos um amplo leque de possibilidades. Contu-
do, era deles a decisão do que deveríamos estudar. Nessa
a) descompasso entre demandas sociais e gestão do perspectiva, foram realizados: minicurso de desenho,
patrimônio; levantamento e prática de cadastro fotogramétrico, com o
b) baixo conhecimento sobre o imaginário da po- professor Pedro Freitas, do Departamento de Arquitetura
pulação em relação às ruínas; e Urbanismo (DAU/UFS); uma oficina sobre legislação
c) desconhecimento das técnicas construtivas da arqueológica, com a arqueóloga do IPHAN, Beijanize
arquitetura local; Abadia; uma oficina sobre georadar aplicado à arqueolo-
d) fragilidade das pesquisas históricas associadas gia, com o professor Antonio Garcia, do Departamento de
aos estudos prévios e às intervenções de conser- Geologia (DGEO/UFS); uma oficina sobre leitura estrati-
vação e restauro; gráfica em arqueologia da arquitetura, com o professor Ton

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METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 12
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

Ferreira, do Departamento de Arqueologia (DARQ/UFS), g) levantamento dos diversos significados da edifi-


e uma segunda oficina sobre patologias da construção, com cação ao longo de sua existência e seus usos na
o professor Pedro Freitas, do DAU/UFS (Fig. 5). dinâmica da construção da sociedade local.

Aplicação

A fase de aplicação ocorreu no último mês do período


letivo, depois das últimas sessões tutoriais de cada dis-
ciplina. As intervenções arqueológicas em solo requere-
ram análise do projeto por parte do IPHAN e posterior
emissão de portaria de pesquisa no Diário Oficial da
União. Como exercício, os alunos de arqueologia foram
estimulados a construir um projeto de pedido de portaria
em equipe para que pudessem experimentar a relação
com o órgão, que balizará a sua atuação profissional
futura. Nessa fase, aos alunos de arquitetura, exercícios
Figura 5. Oficinas de teorização. Autor: Ton Ferreira. projetuais de especulação de propostas de intervenção
foram estimulados a fim de fazê-los compreender tanto
trabalhos referenciais como as possíveis limitações fí-
Hipóteses de solução sicas existentes ao se trabalhar na arquitetura existente
com importância cultural.
Numa última rodada de sessões tutoriais, foram de- As primeiras atividades centraram-se na leitura estra-
cididas quais seriam as soluções para a atuação. Em tigráfica das faces interna e externa da ruína, identifican-
suma, indagamos quais as resoluções e ações requeri- do as unidades, realizando tanto o devido preenchimento
das de arqueólogos e arquitetos nessa fase de exame dos instrumentos de coleta de dados como os desenhos
prévio à intervenção. Levando em consideração todos necessários. Nessa etapa, foi fundamental entender a
os pressupostos teóricos da restauração arquitetônica, importância do real registro (Fig. 6) e da percepção da
a produção da arqueologia brasileira e os pressupostos materialidade construtiva, especificamente quando se
metodológicos da AA, assumimos como metodologia de comparavam levantamentos anteriores sobre os mesmos
intervenção: objetos e se constatava a falta de informação suficientes.
Após tais levantamentos, foram realizados dez dias
a) inserção da leitura estratigráfica nos moldes me- de campo ininterruptos para a escavação interna das
todológicos da AA; ruínas (Fig. 7). Nessa etapa, foram evidenciados pisos,
b) utilização da arqueometria aplicada aos mate- frutos das alterações do imóvel no decorrer da sua
riais construtivos; existência, estruturas de paredes desabadas, restos de
c) identificação e registro dos materiais e técnicas lixo cotidiano dos antigos moradores, assim como dos
construtivas; atuais, além de se evidenciar todo o processo de deses-
d) escavação arqueológica das áreas internas e ex- truturação da materialidade construtiva até se chegar ao
ternas das ruínas, após discussão com a empresa estágio atual do objeto histórico. Alunos do curso de ar-
responsável, a fim de direcionar as escavações quitetura e urbanismo não integrantes do projeto foram
para os problemas da conservação e restauro do também estimulados a visitar o campo durante a Semana
bem; de Arquitetura e Urbanismo, organizada no mesmo pe-
e) pesquisa histórica de fontes primárias, nos arqui- ríodo pelo centro acadêmico, ampliando o impacto das
vos do judiciário e público do estado de Sergipe; atividades de pesquisa. Tal dedicação, posteriormente,
f) entrevista com moradores locais, para identificar também se estendeu entre os arquitetos participantes,
as narrativas construídas em torno das ruínas da para a análise dos danos das fachadas das demais ruínas
Casa n. 3, assim como entender a sua percepção da rua, a fim de ampliar o espectro de estudos e poten-
sobre essas; cializar práticas integradas de intervenção física.

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13 Ton Ferreira, Pedro Freitas

Figura 6. Mosaico ortofotográfico das faces interna e externa da fachada principal da “Casa n. 3”, com análise preliminar das unidades
estratigráficas realizadas em conjunto com os alunos. Síntese: Ton Ferreira (DARQ-UFS). Desenho: Pedro Freitas (DAU-UFS).

e bibliográfica. Ademais, entre os alunos de arqueologia,


dúvidas iniciais sobre a configuração dos espaços inter-
nos, bem como a transformação de uma casa térrea em
duas, foram sanadas ao já se vincularem as informações
da leitura estratigráfica das paredes às informações do
solo (Fig. 8a). Entre os alunos de arquitetura, as propostas
finais apresentadas (Fig. 8b), ainda que decorrentes de
um tradicional exercício projetual especulativo, foram
realizadas com maior segurança pois não estavam des-
vinculadas da realidade – questão comum aos tradicio-
nais “ateliês de projeto” do curso. Em outras palavras,
critérios de base arqueológica adquiridos no decorrer do
estudo foram fundamentais, atingindo objetivos propos-
tos de formação. Nesse sentido, os resultados, ainda que
preliminares para ambas as disciplinas, já extrapolam
qualquer atividade docente desenvolvida no âmbito das
cadeias curriculares tradicionais de ambos os cursos.
Com o desenvolvimento das atividades aqui mencio-
nadasduas constatações importantes podem ser aventadas.
A primeira delas diz respeito à importância da leitura es-
tratigráfica murária como possibilidade de entendimento
construtivo, ao analisar as suas relações, mas também
como forma de registro da materialidade construtiva. Os
levantamentos arquitetônicos realizados não foram sufi-
cientes para identificar técnicas construtivas ainda desco-
nhecidas. Muitos detalhes foram suprimidos por ferramen-
Figura 7. Atividades de campo. Autor: Vitor Araujo. tas de desenhos do AutoCAD, que mascaram a realidade
construtiva; nesse sentido, perdem-se detalhes e, com eles,
Todos os dados da etapa de campo ainda precisam uma infinidade de significados e adaptações construtivas
ser ainda analisados em laboratório, para uma completa locais. A segunda constatação diz respeito às escavações de
apreensão do cotidiano vivido nesse espaço. Está ainda solos, as intervenções revelaram estruturas e configurações
prevista nova etapa de campo, consolidação das entrevis- do espaço cujo projeto arquitetônico inicial, antes da nossa
tas com moradores e ampliação da pesquisa arquivística participação no projeto, não havia identificado.

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METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 14
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

Figura 8. Resultados preliminares: a) modelo tridimensional para nova interpretação dos dados coletados, incluindo fachada lateral e primeira
documentação do material de solo escavado. Desenho: Pedro Freitas (DAU-UFS); b) exercícios exploratórios de projeto arquitetônico para
adaptação do conjunto edificado a novos usos. Desenhos: Igor Santos (graduando AU/UFS).

Para além das perdas de recursos e de tempo, decor- tem produzido importantes estudos sobre os significados
rentes da falta de estudos arqueológicos adequados antes dos espaços construídos da arquitetura contemporânea. No
da construção do projeto, ao prescindirmos um olhar mais entanto, esses mesmos estudos ainda carecem de aportes
amplo sobre o processo de restauro, estamos destruindo a metodológicos sistemáticos para o registro e a análise da
possibilidade de entrarmos em contato com materiais, téc- materialidade construtiva da edificação histórica.
nicas e com configurações de espaços que podem revelar Somente com os programas públicos de revitaliza-
muito sobre o nosso passado. A homogeneização estilística ção, a discussão sobre a real contribuição da arqueologia
das edificações brasileiras como modelos europeus adapta- nos estudos prévios à construção do projeto de restauro
dos não apenas esconde o caráter arquitetônico local, como passou a ser posta em evidência pelos arquitetos e ar-
também elimina indivíduos, sociedades que tiveram uma queólogos envolvidos nos projetos. Tais embates foram
papel importante na configuração da sociedade brasileira. fundamentais para o entendimento de que as lacunas ad-
vinham do processo de formação de ambos os profissio-
nais. Se, por um lado, arqueólogos não abordavam siste-
À GUISA DE CONCLUSÃO maticamente as paredes históricas, por outro, arquitetos
não viam nos estudos da materialidade preexistente um
As primeiras abordagens da arqueologia brasileira sobre o fio condutor para a construção do projeto de restauro.
patrimônio edificado sempre estiveram ligadas aos estudos Dessa forma, ao refletirmos sobre limites e possi-
das suas fundações e análises de seus artefatos. As parcas bilidades da transferência da AA nos moldes europeus
intervenções sobre as paredes, quando existiam, eram para a realidade brasileira, verificamos como a discipli-
motivadas pela busca de modificações de fechamento de na ainda é um importante aporte para as nossas lacunas
portas e janelas, ou mesmo de modificações nas configura- no que se refere aos estudos prévios à restauração
ções de cômodos. Na última década, a abordagem teórica arquitetônica. É justamente nesse âmbito que ela pode
pós-processual, sob o signo de arqueologia da arquitetura, dar maior contribuição, seja nas suas metodologias de

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15 Ton Ferreira, Pedro Freitas

leitura estratigráfica murária, nos estudos da materia- Albuquerque, M. 1992: “Arqueologia Histórica, Arquitetura e Restauração”,
Revista Clio, 8, pp. 131-151.
lidade construtiva e técnicas tradicionais ou mesmo na Amaral, S. P. 2007: Escravidão, liberdade e resistência em Sergipe: Cotin-
simples documentação de uma série de exemplares da guiba 1860-1888. Universidade Federal da Bahia, Salvador.
arquitetura vernácula em processos de desaparecimento. Araujo, A. G. M. 2011: “Resenha- Geoarqueologia de um Sambaqui Mo-
numental – estratigrafias que falam”, Revista Habitus, 9, 1, pp. 213-217.
Acreditamos também que a inclusão dos métodos da Barreto, C. 1999: “Arqueologia Brasileira: uma perspectiva histórica e com-
AA para estudo da materialidade construtiva ainda deva parada”, Revista do Museu de Arqueologia e Etnologia, Suplemento 3,
complementar os estudos já realizados em solo, pela cha- pp. 201-212.
Berbel, N. A. N. 2014: “Metodologia da problematização: respostas de lições
mada arqueologia histórica. O arcabouço teórico e analíti- extraídas da prática”, Semina, 35, pp. 61-76.
co até então construído deve ser inserido e ampliado com Bordenave, J. e Pereira, A. 2005: A estratégia de ensino-aprendizagem (26ª
ed.).Vozes. Petrópolis.
um maior controle sobre a materialidade construtiva verti-
Brasil. Lei n. 3.924 de 26 de Julho de 1961: Dispõe sobre os monumentos
cal, até então ignorada. Embora distante desse domínio, é arqueológicos e pré-históricos. Diário Oficial da União, Rio de Janeiro.
preciso salientar que a arqueologia histórica construiu um Brasil. Programa Monumenta. 2006: Programa de preservação do
patrimônio histórico urbano. Regulamento Operativo 1200/OC-BR.
importante legado interpretativo sobre os usos dos espaços Brasília.
edificados. Foi possível narrar cotidianos antigos cujas Camargo, M. J. 2015: “Depoimento do professor Nestor Goulart Reis Filho”,
fontes documentais não eram capazes de acessar. Descre- Revista CPC, 20, pp. 261-280.
Carbonara, G. C.; B. P. Torsello; et al. 2005: Che cos’è Il restauro: nove
veram-se a perversão criativa dos usos dos espaços e as studiosi a confronto. Marsilio, Venezia.
diversas adaptações do modo de vida forjadas no bailar do Corona, E. e Lemos, C. 1973: Dicionário da Arquitetura Brasileira. Edart,
hibridismo cultural que se projetou num novo continente São Paulo.
Costa, T. C. 2013: A arqueologia como instrumento de preservação do
em construção. Tais estudos puderam construir pistas so- patrimônio arquitetônico: a restauração do Quarteirão dos Trapiches de
bre a intimidade de grande parcela da sociedade, invisível Laranjeiras/SE. Universidade Federal de Sergipe, Laranjeiras.
Davini, M. C. 2009: Currículo integrado. Folhetos, São Paulo.
pelas nuances do sistema patriarcal. Essas são apenas algu-
Diesel, A.; Baldez, A. L. S. e Martins, S. N. 2017: “Os princípios das me-
mas das contribuições que os estudos arqueológicos sobre todologias ativas de ensino: uma abordagem teórica”, Revista Tema, 14,
os espólios associados ao patrimônio histórico americano pp. 286 288.
Doglioni, F. 1988: “La Ricerca sulle strutture edilizie tra archeologia stra-
puderam evidenciar nas últimas décadas. tigrafica e restauro architettonico”, en R. Francovich e R. Parenti (org.),
Assim, embora considerando em andamento as Archeologia e Restauro dei monumenti. I ciclo di lezioni sulla ricerca
atividades realizadas, cujos resultados ainda estão por applicata in archeologia, pp. 223-24. Firenze.
Fonseca, M. C. L. 2005: O patrimônio em processo: trajetória da política
se consolidar em futuras publicações, a experiência con- federal de preservação no Brasil. Editora UFRJ/MinC-Iphan, Rio de
firmou que estamos diante de um desafio que somente Janeiro.
poderá ser parcialmente solucionado através de uma Freire, P. 2002: Pedagogia da autonomia. Paz e Terra, Rio de Janeiro.
Johnson, M. 1999: Archaeological Theory: an introduction. Blackwell Pu-
nova geração de arqueólogos e arquitetos que entendam blishers, Malden - Oxford
o processo de construção do conhecimento interdiscipli- Lima, T. A. 1993: “Arqueologia Histórica no Brasil: balanço bibliográfico
nar. Isso ficou evidente conforme foi se transformando (1960-1991)”, Anais do Museu Paulista, 1, pp. 225-262.
Mannoni, T. e Milanese, M. 1988: “Mensiocronologia” en R. Francovich e
a percepção dos alunos envolvidos no momento auge R. Parenti, Archeologia e Restauro dei Monumenti, pp. 383-402. Firenze.
das atividades propostas: a aplicação sobre a realidade Mileto, C. e Vegas, F. 2003: “El análisis estratigráfico constructivo como
estudio previo al proyecto de restauración arquitectónica: metodología y
observada e teorizada. Nessa fase, as perspectivas cons-
aplicación”, Arqueología de la Arquitectura, 2, pp. 189-196.
truídas durante, aproximadamente, quatro meses – no Najjar, R. 2002: Manual de Arqueologia Histórica em Projetos de Restau-
âmbito de cada disciplina – foram revisadas: desde ração. IPHAN, Brasília.
Organização dos Estados Americanos. 1967: Normas de Quito. IPHAN,
desilusões concernentes à relação entre o conhecimen- Brasília.
to bibliográfico e o exercício da prática profissional Santos, J. F. 2003: Do fausto às ruínas: subsidios para a exploração arqueo-
às lacunas e aos problemas da práxis profissional não lógica do Engenho Ilha, Laranjeiras-SE. Universidade Federal de Sergipe,
São Cristóvão.
descritas nos livros. Permitiu-se, portanto, compreender Santos, J. F. 2011: La búsqueda de bases metodológica para la intervención
a razão das soluções improvisadas e que não aparecem arqueológica en la restauración arquitectónica - el caso Brasil. Universi-
nas edições dos manuais de ambas as profissões. dad Autónoma de Madrid, Madrid.
Tirello, R. A. 1999: “Um trabalho arqueológico: A descoberta das pinturas
parietais de uma velha casa no Bexiga”, en Comissão de Patrimônio
Cultural da USP (org.), A Casa de D. Yayá, pp. 101-131. Edusp/ Imprensa
BIBLIOGRAFIA Oficial, São Paulo.
Tirello, R. A. 2002: “O restauro dos murais Art Nouveau da Vila Penteado e o
Canteiro Escola da CPC USP: uma experiência de formação qualificada”,
Albuquerque, M. 1980: “Escavações arqueológicas realizadas na igreja quin-
en M. L. R. R. Martins (org.), Vila Penteado 1902-2002, pp. 239-268. FAU
hentista de Nossa Senhora da Divina Graça, em Olinda”, Revista Clio, 3,
USP, São Paulo.
pp. 89-90.

ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e107 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.015
METODOLOGIAS ATIVAS COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA PARA A APLICAÇÃO DA ARQUEOLOGIA DA ARQUITETURA 16
NA RESTAURAÇÃO ARQUITETÔNICA NO BRASIL

Tirello, R. A. 2007: “A Arqueologia da Arquitetura: um modo de entender e Zarankin, A. e Niro, C. 2008: “A materialização do sadismo: arqueologia
conservar edifícios históricos”, Revista CPC, 3, pp.145-165. da arquitetura dos Centros Clandestinos de Detenção da ditadura militar
Villagran, X. S. 2010: Geoarqueologia de um Sambaqui Monumental – estra- argentina (1976-83)”, in P. P. Funari, A. Zarankin e J. A. Reis, Arqueologia
tigrafias que falam. Annablume, São Paulo. da repressão e da resistência: América Latina na era das ditaduras (déca-
Zarankin, Andrés. 2001: Paredes que domesticam: Arqueologia da Arqui- das de 1960-1980). Annablume, São Paulo.
tetura Escolar Capitalista: O caso de Buenos Aires. Tese de doutorado,
Universidade de Campinas.

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.015 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e107
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17,
enero-diciembre 2020, e108
Madrid / Vitoria
ISSN-L: 1695-2731

MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA:


UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE
IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Conclusiones: Um novo olhar. La arqueología


de la arquitectura amplía horizontes

Sergio Escribano Ruiz11


Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)
GPAC. Grupo de Investigación en Patrimonio Construido

Cómo citar este artículo / Citation


Escribano Ruiz, S. 2020: “Conclusiones: Um novo olhar. La arqueología de la arquitectura amplía horizontes”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e108.

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

1 

INTRODUCCIÓN extienden del País Vasco a Brasil o Argentina (Mesanza


et al.; Zarankin y Funari). Por su parte, el único texto
Escribo estas líneas desde la óptica de un arqueólogo basado en el desarrollo de un caso de estudio específico,
europeo que ha trabajado durante casi dos décadas en proporciona matices que enriquecen y actualizan las for-
Arqueología de la Arquitectura (en adelante AA) y que mas de aproximarse a la materialidad de la arquitectura
hace una década comenzó a inmiscuirse en la arqueo- argentina (Schavelzon).
logía de Latinoamérica. Y siento la satisfacción de ver No se me ocurre un conjunto de materiales más
cómo en este volumen monográfico convergen ambas óptimo para poder acometer una reflexión general so-
realidades, que hasta la fecha se habían desarrollado bre el estado de desarrollo de la AA latinoamericana.
principalmente en paralelo. Escribo también desde la Máxime si consideramos que los trabajos reunidos en
responsabilidad, con la agridulce sensación de tener que este monográfico fueron previamente presentados y
rematar un loable esfuerzo colectivo y hacerlo brillar discutidos en unas jornadas a las que tuve la suerte de
más, si cabe. En este empeño, a lo largo de las líneas que participar. En lo que sigue me limitaré a resaltar los
siguen pretendo valorar la contribución de los textos de aspectos que, en mi opinión, son más destacables y
este monográfico al desarrollo de la AA. Para ello, se- representativos del conjunto de trabajos que componen
guiré la rica, razonada y brillante síntesis historiográfica este volumen. Considero que, entre otras muchas otras
con la que A. Azkarate contribuye a este volumen, y cuestiones, los trabajos aquí compilados representan:
emplearé su texto introductorio como soporte adicional. un nuevo régimen conceptual para el estudio arqueo-
Mirados desde esta base, los trabajos presentados brin- lógico de la arquitectura; una mirada abierta, inclusiva
dan una oportunidad única para valorar el estado de la e innovadora; y un compromiso creciente con los es-
AA latinoamericana. Algunos de los textos ofrecen sen- pacios construidos y vividos. Tras analizar cada uno
das síntesis de las prácticas relacionadas con el estudio de estos aspectos de forma individualizada, terminaré
arqueológico de la arquitectura en Argentina, Colombia este epílogo de forma propositiva, planteando algunas
o Brasil (Igareta, Cohen, Ferreira). Otros autores reali- cuestiones que considero podrían enriquecer la prácti-
zan una recapitulación reflexiva de su propia trayectoria ca de la AA y otras que entiendo como los principales
de investigación a partir de casos de estudio que se retos en su porvenir.
1
[email protected] / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2220-0831
CONCLUSIONES: UM NOVO OLHAR. LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA AMPLÍA HORIZONTES 2

UN NUEVO MARCO CONCEPTUAL Consecuentemente, los trabajos de este monográfico


PARA EL ESTUDIO ARQUEOLÓGICO representan el paisaje como un marco modificado por
DE LA ARQUITECTURA el ser humano a diferentes escalas. Desde un entorno
natural humanizado pero con una dinámica propia (un
En una aproximación historiográfica de vocación mul- bosque), hasta un paisaje altamente antropizado (una
tivocal, Azkarate (este volumen) bosqueja una Arqueo- ciudad), pasando por apropiaciones de espacios deter-
logía de la Arquitectura plural en la que convergen, por minados mediante la materialidad (edificaciones indivi-
un lado, una rica tradición de estudios arquitectónicos duales o conjuntos de edificios).
desarrollados en el marco de la excavación arqueoló-
gica y, por otro lado, nuevas formas de aproximarse a
los edificios en pie, a las ciudades o al propio paisaje. UNA MIRADA ABIERTA, INCLUSIVA
El conjunto de trabajos que componen este volumen E INNOVADORA
monográfico actúa de forma consecuente. Analizan su
marco historiográfico con objeto de explicar y valorar A un nivel más epistemológico, el conjunto de trabajos
las distintas aproximaciones a los espacios construidos de este volumen monográfico ofrece una visión compen-
desde su condición material, ahondando en la condición sada. A la gran variabilidad del tipo de edificaciones que
de la arquitectura histórica como recurso para conocer representan los ejemplos de casos latinoamericanos, se
mejor el pasado. Las distintas aproximaciones se aúnan suma el abordaje integral del fenómeno urbano o el pro-
bajo un mismo paraguas en este monográfico por com- pio paisaje vasco. Los excesos de unos planteamientos
partir objeto de estudio y objetivos, por entender los ayudan a compensar las carencias de los otros y vice-
espacios construidos como un medio para trabajar con versa. Porque el registro arquitectónico y arqueológico
la memoria material de los lugares y los materiales que no está, como se defiende para el caso de la arquitectura
estudia (Olivier 2013a, 2013b). Los resultados de los latinoamericana, mayormente fracturado y disperso (Iga-
trabajos de este volumen legitiman y validan de facto el reta, este volumen), sino esperando a que el arqueólogo o
planteamiento historiográfico de partida. Lo consiguen arqueóloga alce su mirada por encima del suelo y amplíe
llevar de la teoría a la práctica y se convierten así en un su horizonte a su entorno inmediato (centro urbano) y/o
nítido testimonio de la apertura de la mirada de la AA. lejano (paisaje). Y porque, al contrario, no todos los ca-
Además de aunar distintas perspectivas analíticas y sos de estudio deben contar con una densidad biográfica
marcos historiográficos en los que se ha desarrollado la que estrictamente exija un abordaje de base estratigráfico
AA en distintos lugares de Latinoamérica, este volumen (Mesanza et al., este volumen). Precisamente, la falta
representa un replanteamiento de dos de los conceptos de edificios de gran densidad biográfica ha permitido
más básicos de la arqueología: la antigüedad y el yaci- aumentar la casuística de tipos de construcciones estu-
miento. Por un lado, deja patente la extensión del arco diadas y ampliar el muestrario arquitectónico. Conside-
temporal abarcado por la arqueología, que ha dejado de ramos que, en este sentido, la aportación latinoamericana
preocuparse únicamente por “cosas antiguas”. Aunque reside en incorporar al estudio de la AA edificaciones
este proceso ya fue anunciado a principios del siglo estructurantes a nivel social (escuelas, casas, hospitales),
XXI (Hicks 2003), se manifiesta con total claridad en pero también espacios para confinar a quienes no encajan
este monográfico. Y lo hace en varios sentidos, tanto o no se desean en esas estructuras (manicomios, prisio-
por la cronología relativamente reciente de los casos nes, iglesias afroamericanas) o a quienes se pretende eli-
presentados, como por superar la primigenia vocación minar de las mismas (centros clandestinos de detención).
medieval de la AA europea (Azkarate, este volumen). Incorporando este último elenco de edificaciones, algu-
Los casos recogidos analizan con la misma legitimidad nas de las cuales están representadas en este volumen,
tanto los conjuntos monumentales prehispánicos como la AA consigue representar a sectores subalternos, si no
las casas del presente, si bien la gran mayoría estudian expulsados a los márgenes del pasado, borrados de la
arquitecturas recientes, desde la Edad Moderna en ade- historia y, por ende, del presente.
lante. Por otro lado, refleja la ampliación del ámbito de Estos sectores subalternos rara vez cuentan con edi-
estudio, extendiendo el concepto de yacimiento de los ficaciones de naturaleza monumental. Más bien al con-
restos exhumados en una excavación a los muros en trario, estas construcciones son utilizadas para representar,
pie, a los conjuntos edificados y a su propio entorno. justificar y naturalizar la identidad de las clases sociales

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e108


3 Sergio Escribano Ruiz

hegemónicas. El presente monográfico contiene algunas ortodoxia estratigráfica. Por otro lado, ni la presencia
reflexiones críticas sobre el empleo de estos edificios de revestimientos ni la cronología reciente de las cons-
monumentales y determinadas técnicas constructivas en trucciones han impedido que los autores latinoamerica-
la imposición de una identidad nacional de base colonial nos indaguen y ahonden en la memoria material de lo
(Cohen, Ferreira, en este volumen). De esta crítica se construido en este volumen. Considerados en conjunto,
deriva una importante reflexión sobre la naturaleza y todos los trabajos contemplan el uso de varios de los si-
representatividad del patrimonio monumental, aquel que guientes instrumentos analíticos: excavación, lectura de
sigue en pie y se decide convertir en un bien de dominio alzados, análisis cronotipológico, prospección, análisis
público que debe ser estudiado, conservado y socializa- configuracional, documentación histórica e iconográfi-
do. Pero es evidente que los palacios incas o coloniales, ca, lectura sintáctica de espacios, arqueometría, análisis
los templos aztecas o cristianos, y los castillos árabes o cluster o micro-estratigrafía. De este modo, muestran las
castellanos, representan una pequeña y sesgada muestra múltiples formas en las que se puede acceder al conoci-
del pasado que perdura en el presente. Sin embargo, el miento biográfico de los espacios construidos.
estudio de los edificios corrientes que siguen en pie,
como casas o colegios (Zarankin y Funari, Cohen, Fe-
rreira, este volumen), sigue siendo desatendido por la UN COMPROMISO CRECIENTE CON LOS
arqueología de ambos lados del Atlántico. Varios de los ESPACIOS CONSTRUIDOS Y VIVIDOS
trabajos de este monográfico se suman así al estado de
excepción que representan algunos trabajos que tratan La necesidad de aproximaciones analíticas e interpretati-
de subvertir esta situación asimétrica2. vas que se ajusten a la especificidad física y a contingen-
Este volumen completa su vocación abierta, inclu- cia histórica de la arquitectura ha servido de motivación
siva e innovadora con el cúmulo de planteamientos me- y guía a algunos de los trabajos de este monográfico
todológicos que resulta de los trabajos que forman parte (Ferreira, Cohen, este volumen). En estos casos, su com-
de este monográfico. La riqueza analítica y la capacidad promiso con lo estudiado les ha llevado a reclamar su
heurística demostrada en los trabajos de este monográ- participación en las decisiones que afecten a los espacios
fico resultan ejemplares. Además, bien sea de forma construidos. Lo mismo sucedió previamente en algunas
conjunta, bien de forma individual, superan los escollos experiencias europeas en las que tanto arquitectos como
metodológicos antagónicos que se atribuyen a cada una arqueólogos llegaron a demostrar la necesidad de decidir
de las tradiciones: el estratigrafismo europeo, o la au- las modificaciones de un edificio histórico de forma con-
sencia de estratigrafía latinoamericana. Por un lado, las sensuada y colegiada (Azkarate y Lasagabaster 2006).
hipotéticas visiones más tradicionales rebosan creativi- Si las mismas reivindicaciones se han producido en
dad y exploran más allá de los límites de un pretendido contextos particulares, es porque responden a problemas
estratigrafismo. Es el caso de Mesanza y compañía (este comunes que emergen en el marco de la gestión de las
volumen), que en el estudio de una red viaria determi- construcciones históricas en pie. Pero también porque
nada vuelven a los postulados arqueológicos más esen- comparten la idea del edificio como repositorio o archivo
ciales, similares a los que Stukeley aplicó en Avebury histórico, por la que los restos materiales se convierten
(Schofield et al. 2011: 27). Porque, a pesar de que su en síntomas de una memoria material determinada (Oli-
planteamiento de base sea estratigráfico, ni estudian una vier 2013a), que debe ser considerada no solo en las
arquitectura al uso, ni su procedimiento analítico puede decisiones sobre el pasado, sino también del presente. Es
ser considerado tradicional en el marco de la AA. Algo precisamente en ese contexto en los que los repositorios
similar sucede en su estudio de un bosque concreto por van a ser destruidos o modificados, en el arqueólogo de-
parte de estos mismos autores, en el que prácticamente bería asumir su responsabilidad en representación de la
nada se corresponde con las posturas defensoras de la memoria material del elemento amenazado.
La gestión de los restos del pasado apela directamente
2
  Entre otros, Vegas et al. 2001y dos tesis doctorales que, a pesar de repre- al presente. Incluso podría decirse, de acuerdo con auto-
sentar excepciones, evidencian a su vez un cambio de tendencia: Rolón, G.
2013. La vivienda popular riojana del ámbito rural: patrones arquitectónicos res como L. Olivier, que lo único que es arqueológico es
y contexto social en los valles durante el Período Republicano. Tesis doctoral el presente. Un presente entendido no como lo que está
inédita. UBA, Buenos Aires; Benedet, V. 2019. Patrimonio residencial urbano sucediendo ahora, sino como la acumulación de tiempos
del siglo XX: hacia un protocolo de valoración y gestión inclusiva. Casos de
estudio en el País Vasco. Tesis doctoran inédita. UPV/EHU, Vitoria-Gasteiz. pasados que han perdurado, al haber sido conservados

ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e108 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731.


CONCLUSIONES: UM NOVO OLHAR. LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA AMPLÍA HORIZONTES 4

materialmente (Olivier 2013b: 122-123). Por tanto, el EL POR-VENIR


compromiso social y político que asumamos como téc-
nicos es fundamental en el desarrollo de procesos com- El presente volumen monográfico ofrece un sólido plantel
plejos como la transformación urbana o paisajística. Esta de trabajos que abarcan y ejemplifican el complejo recorri-
responsabilidad ha sido reclamada en varios trabajos do de las aproximaciones arqueológicas a la arquitectura.
anteriores (por ejemplo, Azkarate 2011: 21-24; Azkarate y Además, al explorar nuevas realidades temporales y mate-
Escribano-Ruiz 2014), pero la llamada aún no ha tenido la riales, este conjunto de textos ayuda a expandir la AA en
respuesta deseada. Como gestores de esos repositorios de sus planteamientos prácticos y teóricos. En este sentido, el
memoria, no podemos mantenernos al margen de lo que monográfico sienta las bases de una AA necesariamente
les sucede. No podemos seguir confinados en un mundo crítica, reflexiva y activa. Aunque tradicionalmente se ha
“descontextualizado y autista”, sino implicarnos directa- considerado que su capacidad innovadora es una de las
mente en la gestión del presente (Gnecco 2017: 201-215). principales características de la AA europea, es patente que
Conscientes de que la arquitectura ofrece una oportunidad esa dinámica se ha ralentizado. En este contexto, varios de
única de actuación, en este monográfico varios autores los trabajos de este volumen suponen un revulsivo y re-
reclaman explícitamente una arqueología desde el pre- presentan un contrapunto esencial a las prácticas europeas.
sente y para el presente (Zarankin y Funari, Azkarate, También podrían incentivar la praxis en Latinoamérica al
este volumen). Implícitamente se ofrecen varias formas constituir casos empíricos más cercanos, abordados desde
de hacerlo, bien sea de modo directo (mediante la conser- la proximidad geográfica y heurística. Un claro ejemplo
vación y gestión de edificios o del urbanismo) o indirecto son los trabajos que resuelven el problema de las “arquitec-
(formando a quienes tienen la capacidad de intervenir en turas revestidas” planteado por Azkarate en su introducción
estos contextos o haciendo pensar a la sociedad). al volumen. A su vez, la síntesis de las experiencias vascas
Una vez sumidos en el tan oscuro como inesperado puede servir de muestrario del potencial que ofrece el ba-
horizonte que nos ha dibujado el año 2020, parece más gaje europeo, aportando claves operativas para mediar, por
necesaria que nunca una arqueología cuyo objetivo no sea ejemplo, en los procesos de transformación de las ciudades
tanto conocer el mundo cuanto transformarlo (Azkarate y históricas latinoamericanas, tal y como se reclama en va-
De la Fuente 2013: 62). De ello dependerá, como destaca rios textos de este volumen (Azkarate, Ferreira).
el propio Azkarate en este volumen, el devenir de la ar- Quedan por señalar algunos vacíos que hemos iden-
queología como disciplina. En sintonía con estos plantea- tificado en el monográfico y reseñar algunas cuestiones
mientos, y haciendo uso de un certero eslogan feminista, que se han planteado de forma tangencial, y no se han
creemos que la arqueología será socialmente comprome- desarrollado de acuerdo a su importancia en ninguno de
tida o no será. Algunos de los textos de este monográfico los trabajos presentados. En relación con los planteamien-
reflejan esta actitud en la medida que denuncian la existen- tos teóricos, se añora un lineamiento que exceda el marco
cia de determinados sectores sociales borrados del sistema teórico del post-procesualismo. Los estudios arqueológicos
y de la historia (afroamericanos, represaliados políticos, de arquitectura deben beneficiarse de algunos de los princi-
indígenas) y tratan de aportar materia para reflexionar, con pales debates teóricos del siglo XXI, tan pertinentes como
la intención de contribuir a una sociedad más democrática el planteamiento bergsoniano de la persistencia, que ha
y justa. Como ya planteamos hace unos años, el poder quedado representado a lo largo de este texto mediante la
solo se puede combatir identificando, primero, y recor- influencia de L. Olivier. Pero también puede resultar muy
dando, después, sus mecanismos (Escribano-Ruiz 2016). oportuno, por ejemplo, el corpus de reflexiones sobre los
Siguiendo este mismo razonamiento, algunos trabajos de ensamblajes o assemblages (aproximaciones deleuzianas
este volumen proponen la AA como un instrumento de de- para comprender una arquitectura basada en la fluidez y co-
nuncia y cuestionamiento de las estrategias reproductivas nectividad), el nuevo giro ontológico hacia las cosas (que
de los sistemas de poder (Zarankin, Funari, este volumen) trae a un primer plano lo material y obliga a pensar en los
o denuncian el empleo de determinadas arquitecturas en efectos de la arquitectura sobre los seres vivos e inertes) o
la configuración y “blanqueo” de la identidad colectiva las aproximaciones fenomenológicas (que ponen el énfasis
(Cohen, Ferreira, este volumen). Así, al traer a la luz un en sentir y experimentar los propios espacios construidos).
pasado que no se ha muerto sino sigue afectando al pre- Todas estas ideas podrían permitir crear nuevas visiones
sente, ofrecen una muestra del rol social que la arqueolo- sobre el pasado a partir de manifestaciones materiales tan
gía debería desempeñar (Olivier 2013b: 128). importantes como los espacios construidos y vividos.

Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e108


5 Sergio Escribano Ruiz

En esa pretendida aproximación al pasado hemos importancia del pasado para el presente y actuar de forma
añorado la representación de más grupos subalternos. consecuente. Reservamos las últimas palabras para incitar
Destaca, por ejemplo, la ausencia de los pueblos in- la práctica de una arqueología que mejore y enriquezca la
dígenas o sociedades originarias en un monográfico experiencia humana (Shanks 2012: 149), sea del modo
mayoritariamente latinoamericano. Pese a que estos gru- que sea. En este sentido, hay una importante semilla en
pos han sido indirectamente mencionados por algunos este monográfico. Todo lo que está por venir depende de
autores (Cohen, Ferreira, en este volumen), no cuentan que esta germine y florezca en la praxis de la AA.
con un desarrollo específico en sus textos. A este res-
pecto, resulta significativo que su arquitectura tampoco
esté presente en algunos de los principales trabajos de BIBLIOGRAFÍA
arqueología que tratan sobre los pueblos indígenas (por
ejemplo, Gnecco y Ayala 2010). Esta ausencia reiterada Alberti, B., Jones, A. M. y Pollard J. (eds.) 2016: Archaeology after interpre-
tation: returning materials to archaeological theory. Routledge, Abingdon
apunta a la necesidad de diseñar un programa de inves- y Nueva York
tigación ad hoc. La problemática del género en relación Ayán, X. y Gago, M. 2012: Herdeiros pola forza. Patrimonio cultural, poder
con la arquitectura también es señalada por Ferreira e sociedad de na Galicia do século XXI. 2.0 Editora, Ames.
Azkarate, A. 2011: “Archeologia dell´Architettura in Spagna”, Archeologia
(este volumen), aunque se limita a una mera mención. Y dell´ Architettura 7, pp. 15-26.
es otro de los principales retos a marcar en nuestra agen- Azkarate, A. y De la Fuente, A. 2013: “La arqueología urbana”, en A.
da, en la medida en la que la mujer fue y sigue siendo Azkarate y J. L. Solaun (eds.), Arqueología e Historia de una ciudad:
los orígenes de Vitoria-Gasteiz, Tomo I, pp. 61-63. Universidad del País
el eje central de la vida doméstica (Montón 2000; Falcó Vasco, Vitoria-Gasteiz.
2003). También cabría prestar una mayor atención a la Azkarate, A. y Escribano Ruiz, S. 2014: “De la Arqueología Histórica a la Ar-
duración de los elementos construidos, profundizando queología del Colonialismo. Una reflexión desde la experiencia europea”,
en F. Vela (coord.), Arqueología de los primeros asentamientos urbanos
en la aludida interpretación bergsoniana de aquellos españoles en la América Central y Meridional, pp. 87-109. Universidad
elementos que perduran, en vez de centrarnos principal- Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Madrid.
mente en relatar lo que cambia3. De forma significativa, Azkarate, A. y Lasagabaster, J. I. 2006: “La arqueología y la recuperación de
las ‘arquitecturas olvidadas’. La catedral de Santa María y las primitivas
la idea de la historia vista desde la óptica predominante murallas de Vitoria-Gasteiz”, en J. Rivera Blanco (ed.), Arqueología, arte
del cambio se vinculada a la subjetividad masculina y es y restauración: actas del IV Congreso Internacional “Restaurar la Me-
por ello por lo que las grandes narrativas han ignorado moria”, Valladolid 2004, pp. 137-160. Diputación de Valladolid, Junta de
Castilla y León, Valladolid.
la continuidad (Montón y Hernando 2018). Escribano Ruiz, S. 2016: “Desde una arqueología inclusiva, por un pasado
También añoramos en los textos de este monográfico mejor. Un ensayo epistemológico y axiológico”, Complutum 27 (1), pp.
un mayor protagonismo del conjunto de las comunidades 21-30. https://doi.org/10.5209/cmpl.53215
Falcó, R. 2003: La arqueología del género: Espacios de mujeres, mujeres con
y colectivos que heredaron por la fuerza el patrimonio ar- espacio. Centro de Estudios sobre la Mujer, Alicante.
quitectónico (Ayán y Gago 2012), representados de forma Gnecco, C. 2017: Antidecálogo: diez ensayos (casi) arqueológicos. JAS
explícita en un único trabajo (Ferreira), pero a quienes Arqueología, Popayán.
Gnecco, C. y Ayala P. 2010: Pueblos indígenas y arqueología en América
intuimos se destinan los resultados de los trabajos que Latina. Universidad de los Andes, Bogotá.
forman este monográfico. Creemos que se debe prestar Hicks, D. 2003: “Archaeology Unfolding: Diversity and the Loss of Isola-
mayor atención a los colectivos del presente, que son tion”, Oxford Journal of Archaeology, 22 (3), pp. 315-329. https://doi.
org/10.1111/1468-0092.00190
a la vez custodios, mecenas y usuarios de los espacios Montón, S. 2000: “Las mujeres y su espacio: una historia de los espacios sin
construidos que estudiamos. Debemos hacerles partícipes espacio en la Historia”, Arqueología Espacial, 22, pp. 45-59.
y destinatarios directos de los proyectos y de sus resulta- Montón, S. y Hernando, A. 2018: “Modern colonialism, eurocentrism and
historical archaeology: some engendered thoughts”, European journal
dos. Reiteramos que, en nuestra opinión, la solución a los of archaeology, 21 (3), pp. 455-471. https://doi.org/10.1017/eaa.2017.83
verdaderos problemas de la AA no vendrá de la mano de Olivier, L. 2013a: “Time”, en P. Graves-Brown, R. Harrison y A. Piccini
la tecnología, ni de los planteamientos teóricos, sino de (eds.), The Oxford Handbook of the Archaeology of the Contemporary
World, pp. 167-177. Oxford University Press, Oxford.
las respuestas que seamos capaces de ofrecer a los pro- Olivier, L. 2013b: “The business of archaeology is the present”, en A.
blemas del presente mediante el pasado. Esto exige ir más González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of
allá de la interpretación (Alberti et al. 2016), reconocer la Modernity, pp 124-126. Routledge, Londres y Nueva York.
Schofield, J., Carman, J. y Belford, P. 2011: Archaeological Practice in Great
Britain. A Heritage Handbook. Springer, Nueva York.
3
  Un ejemplo reciente será publicado próximamente en las actas del VI Con- Shanks, M. 2012: The archaeological imagination. Left Coast Press, Walnut
greso de Arqueología Medieval, de España y Portugal: Escribano-Ruiz, S. en Creek, CA.
prensa: “La reutilización de espacios religiosos medievales en el País Vasco. Vegas, F., Mileto, C. y Zuccolotto, M. 2001: Memoria construida: arquitec-
El caso del Santuario de Nuestra Señora del Yermo”. tura tradicional del Rincón de Ademuz. Loggia-Restauración, Valencia.

ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 17, enero-diciembre 2020, e108 Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731.

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