A-41 C Sobrepeso y Obesidad Niños
A-41 C Sobrepeso y Obesidad Niños
A-41 C Sobrepeso y Obesidad Niños
EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
PRESIDENTA DE LA NACIÓN
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
MINISTRO DE SALUD
Dr. Juan Luis Manzur
4
La elaboración de este documento fue coordinado por:
Enrique O. Abeyá Gilardon
Area de Nutrición, Dirección Nacional de Maternidad e Infancia
Elvira B. Calvo
Area de Nutrición, Dirección Nacional de Maternidad e Infancia
Colaboraron en la revisión:
Virginia Desantadina
Instituto Universitario CEMIC. Comité Nacional de Nutrición, Sociedad
Argentina de Pediatría
Mabel Ferraro
Servicio Nutrición, Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizalde”, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
Horacio González
Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas “Prof. Dr. Fernando
E. Viteri”, Hospital de Niños “Sor María Ludovica”, Provincia de Buenos
Aires
Irina Kovalskys
Comité de Nutrición, Obesidad y Actividad Física en ILSI Argentina
Maricel Paredes
Dirección de Maternidad e Infancia y Adolescencia, Provincia de La Rioja
Marcela Pose
Dirección de Maternidad e Infancia, Provincia del Neuquén
Lucía Quintana
Dirección Provincial Materno Infantil, Provincia de Mendoza
María Esther Zadorozne
Programa Materno Infantil, Provincia de Misiones
5
Realizaron el proceso editorial:
María del Carmen Mosteiro
Área de Comunicación Social, Dirección Nacional de Maternidad e
Infancia
Diego T. Rubio
Área de Comunicación Social, Dirección Nacional de Maternidad e
Infancia
Primera edición
Diciembre de 2013
10.000 ejemplares
Distribución gratuita. Prohibida su venta.
Permitida su reproducción, parcial o total, a condición de citar la fuente.
6
Tabla de contenido
I. PRÓLOGO ...................................................................................................... 10
7
V. EVALUACIÓN DEL NIÑO Y EL ADOLESCENTE CON SOBREPESO ............. 46
Examen físico ............................................................................................. 50
Determinaciones bioquímicas .................................................................. 57
Síndrome metabólico ................................................................................ 58
Anamnesis alimentaria ............................................................................. 58
Evaluación de la actividad física ............................................................... 60
8
Actividad: “Obra de títeres” ...................................................................... 103
Programa “Guarda corazón” ..................................................................... 104
9
I. Prólogo
10
Introducción II.
El propósito de esta publicación es contribuir al mejoramiento de la nu-
trición y la salud de la población por medio de orientaciones para la
atención clínica y el abordaje comunitario, como respuesta a la magni-
tud y extensión que la epidemia de obesidad presenta en nuestro país.
Luego de la publicación, a fines de 2009, del documento Evaluación del
estado nutricional de niñas, niños y embarazadas mediante antropo-
metría, creímos necesario ampliar lo allí expresado en relación con el
sobrepeso y la obesidad, a fin de orientar las acciones en el Primer Nivel
de Atención respecto de aquellos niños y niñas con sobrepeso, cuyo cui-
dado y acompañamiento no requiriera de atención especializada.
Ante la importancia del problema epidemiológico, al que la 57ª Asam- Uno de cada
blea Mundial de la Salud de 2004 calificó como “epidemia del siglo XXI”, 10 niños
lo expresado en aquella publicación para orientar y promover acciones
menores de
en el Primer Nivel de Atención rápidamente resultó insuficiente. La pu-
5 años padece
blicación que aquí introducimos no pretende ofrecer una orientación
exhaustiva para la solución de los problemas del sobrepeso y obesidad obesidad.
en los niños, sino ayudar a la identificación de aquellos problemas me-
nores que no requieren de consulta especializada –generalmente en un
centro de mayor complejidad– y que se benefician de la accesibilidad,
continuidad e integralidad sinérgica de un enfoque individuo + familia +
comunidad, desde el Primer Nivel de Atención.
La obesidad es un problema de salud pública cada vez más importante.
Las más de las veces, consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta
alimentaria y el gasto calórico a consecuencia de una baja actividad
física. Además de los problemas tanto orgánicos como psicológicos que
causa la obesidad en sí misma, ésta aumenta el riesgo de sufrir hiper-
tensión arterial, síndromes de hipoventilación y apnea obstructiva del
sueño, enfermedad hepática por infiltración grasa del hígado, colelitiasis,
osteoartrosis, epifisiolistesis, seudotumor cerebri, dislipidemia y, particu-
larmente, diabetes mellitus tipo 2. Además, la obesidad en las etapas
tempranas de la vida tiene un efecto de arrastre a la obesidad en el
adulto.
1. WHO. Global health risks: Mortality and burden of disease attributable to se-
lected major risks. Ginebra: World Health Organization, 2009.
11
La OMS ha señalado que 1.000 millones de personas en el mundo po-
seen una masa corporal considerada como sobrepeso u obesidad y más
de 300 millones de estas personas son obesas. La obesidad es uno de
los principales antecedentes asociados con la carga de enfermedad.1
“El 10% de los niños del mundo en edad escolar tienen un exceso de
grasa corporal con un riesgo aumentado de desarrollar enfermedades
crónicas. Un cuarto de estos niños tienen obesidad y algunos tienen
múltiples factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2, enferme-
dad cardíaca y otras comorbilidades antes o durante la adultez tempra-
na.”2
Por otra parte, la epidemia de obesidad en los preescolares también ha
mostrado una tendencia ascendente, particularmente evidente a partir
de 19903, al igual que su asociación con morbilidad en el adulto.4
En Argentina, 1 de cada 10 preescolares presenta obesidad. Sin embar-
go, su detección, su registro y la implementación de medidas para su
prevención y control no adquieren en la Atención Primaria la integrali-
dad y extensión que este problema reclama.
Por otra parte, la sociedad ha ido adquiriendo una mayor conciencia
acerca del problema de la obesidad por medio de los medios de co-
municación. Un enfoque ecológico como el señalado en el esquema de
más abajo sintetiza el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesi-
dad en la población y, por lo tanto, exige intervenciones no solamente
sobre el niño o adolescente y su familia, sino también sobre el espacio
comunitario (el barrio, la escuela, el kiosco, etc.) así como sobre el am-
biente entendido en su sentido más amplio, todo lo cual identifica en
buena medida los escenarios obesogénicos de la sociedad actual.5
2. Lobstein T, Baur L, Uauy R. Obesity in children and young people: a crisis in public health.
Obesity reviews 2004;5 (S 1): 4–85.
3. de Onis M, Blossner M, Borghi E. Global prevalence and trends of overweight and obesity
among preschool children. Am J Clin Nutr 2010;92:1257–64.
4. Dietz WH. Health consequences of obesity in youth: childhood predictors of adult disease.
Pediatrics 1998;101:518-25.
5. WHO. Obesity: Preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO consulta-
tion. WHO Technical Re-port Series Nº 894. Ginebra 2000.
12
MACRO
sociales, segu
igualdades ridad
, des ,m
urales edi
u lt MESO os,
sc m
to er
ec munitario, escuela, kio
io co sco
ca
c
p
a
Esp
As
d
o
FAMILIA
erencia, ento
itos, h rno
H áb
NIÑO
Antecedentes perinatales,
lactancia, juego, ocio
13
Objetivos 1 Promover el uso de instrumentos que permitan identificar de ma-
específicos: nera objetiva las desviaciones no aceptables de la masa grasa de
los niños y adolescentes.
2 Capacitar al equipo de salud en la prevención y tratamiento del
sobrepeso y la obesidad de los niños y adolescentes.
3 Difundir los instrumentos que faciliten la toma de decisiones y el
establecimiento de cursos de acción.
4 Procurar acciones integradas, en el individuo, su familia y la co-
munidad, de promoción de la salud y atención primaria orientada
a la comunidad.
14
Epidemiología del sobrepeso III.
y la obesidad
15
Estos valores de normalidad en el adulto derivan de la asociación de
los mismos con las más bajas tasas de mortalidad general, tanto en el
varón como en la mujer, como se observa en la siguiente figura. 8
8. Lew EA, Garfinkel L. Variations in mortality by weight among 750.000 men and
women. J Chronic Dis 1979; 32:563-76.
16
En la gran mayoría de los niños y adolescentes con obesidad (aproxima- Multicausalidad
damente > 95%) ésta es de origen multicausal. Una mínima proporción de la obesidad
es secundaria a síndromes genéticos u otras enfermedades. Hasta prin-
cipios del siglo XX la obesidad era considerada consecuencia de la gula,
la glotonería y el descontrol en las comidas, poniendo en el individuo la
total y exclusiva responsabilidad por el problema. Además, el sobrepeso
y la obesidad no mórbida eran considerados expresión de salud y ade-
cuada posición social. 9
Si bien la obesidad es la manifestación del balance energético positivo
entre la ingesta y el gasto en el individuo, éste es el resultado de una
muy compleja interacción entre lo biológico y lo social. A lo largo de la
prolongada evolución de la especie humana, nuestro cuerpo ha desa- La obesidad y el sobrepeso
rrollado procesos de acumulación del excedente energético en forma de son
grasa que le permite sobrevivir en momentos de escasez de alimen-
de origen
tos.10 Esta misma adaptación resulta contraproducente en ambientes
donde la disponibilidad de alimentos y energía ya no es crítica. Esta multicausal y
disponibilidad relativamente alta de energía alimentaria contribuye al requiere un
denominado ambiente obesogénico, con las siguientes características: enfoque integral para su
A nivel familiar: estilos de alimentación del niño muy permisivos o prevención y tratamiento.
controladores; estilos de alimentación no saludables, con alto consumo
de bebidas edulcoradas y alimentos con alto contenido de grasas, y bajo
consumo de frutas y verduras; estilo de vida sedentaria con excesivo
tiempo ante la TV y la PC a expensas de actividades deportivas, etc.
A nivel comunitario: alimentación escolar inapropiada en los come-
dores escolares o en los kioscos escolares; falta de actividad física su-
ficiente; ausencia de educación alimentaria en las escuelas, abundante
disponibilidad de alimentos para comer al paso; falta de facilidades para
desarrollar actividades deportivas.
A nivel gubernamental: deficiente regulación de la publicidad de ali-
mentos, particularmente la dirigida a niños; deficiente regulación de la
producción y oferta de alimentos procesados, entre otros.
En las últimas décadas, con la epidemia de obesidad instalada en los
países en vías de desarrollo y la profundización del conocimiento acerca
9. Barry CL, Brescoll VL, Brownell K, Schlesinger M. Obesity metaphors: How beliefs about
the causes of obesity affect support for public policy. Milbank Q 2009;87(1):7-47
10. Montero J. Consideraciones acerca de la obesidad, la sobrealimenta-
ción humana y sus orígenes. En Uauy R, Carmuega E (editores): Crecimiento
saludable. Entre la desnutrición y la obesidad en el Cono Sur. Buenos Ai-
res: INTA, CESNI y Instituto Danone, 2012. Cap 12, páginas 241-53.
17
de la transición nutricional, es cada vez más evidente la importancia
de este ambiente obesogénico como determinante de la obesidad. 11
Las transformaciones sociales, demográficas y económicas sufridas en
las décadas recientes por países en vías de desarrollo como la Argen-
tina se corresponden con un proceso conocido como “fenómeno de
transición nutricional”. Este proceso se caracteriza por la disminución
de la mortalidad infantil, la disminución en los indicadores de malnu-
trición aguda que, no obstante, coexisten con una mayor prevalencia
de indicadores de malnutrición crónica (como anemia o baja talla), y
una mayor prevalencia de la obesidad y de enfermedades crónicas no
transmisibles (como diabetes o enfermedad cardiovascular). 12 En estos
países, la malnutrición y la obesidad coexisten.
A continuación describiremos algunos fenómenos comunes a los países
industrializados que durante las últimas décadas han contribuido al au-
mento de la prevalencia de obesidad y de enfermedades crónicas no
transmisibles.
18
C Problemas vinculados con cambios en el patrón alimentario:
l disminución en el número de comidas familiares;
l aumento en la cantidad de comidas que los niños o adoles-
centes hacen solos;
l aumento del consumo de alimentos envasados y comidas
rápidas;
l caída de los patrones de consumo saludable.
Abundante evidencia epidemiológica señala la influencia de las condi- Los límites
ciones de salud en los primeros estadíos de la vida sobre el patrón de de normalidad
crecimiento, la composición corporal y el riesgo posterior de desarrollar del IMC varían
enfermedades crónicas no transmisibles. El bajo peso al nacer se asocia
con la edad
con mayor riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfer-
medad cardiovascular y mortalidad en el adulto. Asimismo, el exceso y el sexo.
de ganancia de peso durante el embarazo, la diabetes gestacional y la
obesidad de la embarazada son factores de riesgo de obesidad del niño,
produciendo incluso la transmisión transgeneracional del riesgo. 13
El IMC presenta una primera elevación durante el primer año de vida
(aunque el uso del IMC se recomienda después del primer año); luego
se mantiene más o menos estable y entre los 5 y los 7 años presenta
una segunda elevación llamada el rebote adipocitario. El rebote adi-
pocitario temprano se asocia con mayor riesgo de obesidad y sugiere
que sus determinantes están presentes desde temprano en el curso de
vida. 14
Cuanto más cerca de la edad adulta persista la obesidad, mayor es el
riesgo de mantenerla más tarde durante la adultez, lo cual enfatiza la
importancia de su prevención, detección y tratamiento en edades tem-
pranas.
El problema del sobrepeso y la obesidad en relación con la situación so-
cioeconómica es diferente entre los niños y los adultos. Mientras que en
los niños, a mejor situación socioeconómica la prevalencia de sobrepeso
es mayor, en las mujeres adultas la relación es inversa; es decir, a peor
situación socioeconómica es mayor la prevalencia de sobrepeso.
13. Uauy R, Kain J, Corvalán C. How can the Developmental Origins of Health and
Disease (DOHaD) hypothesis contribute to improving health in developing coun-
tries? Am J Clin Nutr 2011;94 (Supl):1759S-64S.
14. Rolland-Cachera M, Deheeger M, Maillot M, Bellisle F. Early adiposity rebound:
causes and consequences for obesity in children and adults. Int J Obes (Lond)
2006;30, S11–S7.
19
La situación La OMS estima que, para 2010, 43 millones de niños menores de
en el mundo 5 años (de ellos, 35 millones en los países en vías de desarrollo y
4 millones en América Latina) presentaban sobrepeso u obesidad. La
prevalencia mundial del sobrepeso y la obesidad habría aumentado de
4,2% en 1990 a un 6,7% en 2010 (6,8% a 6,9% en América Latina).
La obesidad en América latina es, en gran medida, consecuencia del
cambio de los hábitos alimentarios (aumento de frecuencia de consu-
mo de alimentos con alta densidad energética y mayor tamaño de las
porciones) y la reducción de la actividad física. 15
15. Uauy R, Monteiro CA. The challenge of improving food and nutrition in Latin America. Food Nutr Bull 2004;25(2):175-82.
16. Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Documento de Resultados 2007. Buenos Aires: Ministerio de
Salud, 2007.
17. Calvo E, Longo E. Encuesta antropométrica en menores de 6 años bajo Programa Materno Infantil. En: Calvo E (editora):
Estudios antropométricos en la población infanto-juvenil. República Argentina. 1993-1996. Buenos Aires: Ministerio de Salud
y Acción Social de la Nación, 1999. páginas 13-42.
18. Cesani MF, Luis M, Torres M, Castro L., Quintero F, Luna M et al . Sobrepeso y obesidad en escolares de Brand-sen en rela-
ción a las condiciones socioambientales de residencia. Arch Argent. Pediatr 2010;108(4): 294-302.
19. Kovalskys I, Bay L, Rausch Herscovici C, Berner E. Prevalencia de obesidad en una población de 10 a 19 años en la consulta
pediátrica. Arch Argent Pediatr 2003;101(6):441-7.
20. Kovalskys I, Rausch Herscovici C, De Gregorio MJ. Nutritional status of school-aged children of Buenos Aires, Argentina: data
using three references. J Public Health (Oxf) 2011;33(3):403–11.
21. Oleiro A, Rainieri F, Jaquenod M. Encuesta antropométrica de efectores de salud 2002. Informe final. Programa Materno
Infantil. Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. 2003.
22. Bejarano I, Dipierri J, Alfaro E, Quispe Y, Cabrera G: Evolución de la prevalencia de sobrepeso, obesidad y desnutrición en
escolares de San Salvador de Jujuy. Arch Argent Pediatr 2005;103(2):101-9.
23. Bolzán A, Mercer R, Ruiz V, Brawerman J, Marx J, Adrogué G et al. Evaluación nutricional antropométrica de la niñez pobre
del norte argentino: Proyecto encuNa. Arch Argent. Pediatr 2005;103(6): 545-55.
24. Zeberio N, Malpeli A, Apezteguia M, Carballo M, Gonzalez HF. El estado nutricional de niños escolares y su rela-ción con la
tensión arterial. Arch Argent Pediatr 2013;111(2):92-7.
25. Padilla IS. Prevalencia de sobrepeso-obesidad y factores asociados con valor predictivo-preventivo en escolares de 6 a 11
años de Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina. Salud Colectiva 2011;7(3):377-88.
26. Linetzky B, Morillo P, Virgolini M, Ferrante D. Resultados de la Primera Encuesta Nacional de Salud Escolar. Ar-gentina, 2007.
Arch Argent Pediatr 2011;109(2):111-6.
27. Szer G, Kovalskys I, De Gregorio MJ. Prevalencia de sobrepeso, obesidad y su relación con hipertensión arterial y centrali-
zación del tejido adiposo en escolares. Arch Argent Pediatr 2010;108(6): 492-8.
28. CESNI, SAOTA. Hacia el mapa de la obesidad en Argentina. 1ª Jornada de Obesidad en Argentina. Buenos Aires: Octubre
2012. Disponible http://www.cesni.org.ar/Content/pres.mapa12.pdf. Acceso 29/01/13.
20
Prevalencia (%)
JURISDICCIÓN PREVALENCIA LÍMITE INFERIOR LÍMITE SUPERIOR
de niños y niñas de
Buenos Aires 11,3 9,7 13,2 6 a 60 meses
e intervalo de
Catamarca 11,6 9,4 14,2
confianza del 95%
Chaco 5,1 3,8 6,9 de puntaje z de IMC
superior a +2 según
Chubut 11,8 9,3 14,9
OMS/MGRS. ENNyS.
CABA 9,6 7,6 12,2
Córdoba 7,7 6,0 9,8
Corrientes 4,7 3,2 6,8
Entre Ríos 12,3 9,0 16,6
Formosa 9,2 7,1 11,9
Jujuy 5,4 3,9 7,5
La Pampa 9,2 6,9 12,2
La Rioja 11,9 9,6 14,8
Mendoza 8,7 6,6 11,3
Misiones 4,9 3,6 6,5 La proporción de
sobrepeso y obesidad
Neuquén 8,9 7,3 10,8
en la población
Río Negro 8,2 6,3 10,6
aumenta con la edad.
Salta 5,1 3,6 7,1
San Juan 11,0 8,7 13,7
San Luis 11,0 9,0 13,4
Santa Cruz 11,7 9,5 14,4
Santa Fe 13,3 11,4 15,4
Santiago del Estero 6,9 5,3 9,0
Tierra del Fuego 10,9 8,9 13,2
Tucumán 9,0 7,4 10,9
21
Prevalencia (%)
REGIÓN SOBREPESO OBESIDAD
e intervalo
de confianza Prevalencia IC 95% Prevalencia IC 95%
de sobrepeso y
GBA 37,0 33,4 40,8 14,7 12,5 17,3
obesidad de
mujeres de 10a Cuyo 34,4 30,9 38,1 13,3 10,6 16,5
49 años. ENNyS
NEA 32,6 29,4 36,0 14,8 12,6 17,3
NOA 39,5 36,3 42,9 15,0 12,9 17,5
Pampeana 38,9 35,3 42,7 16,3 14,0 19,0
Patagonia 41,8 37,9 45,7 18,3 15,1 21,9
País 37,6 35,7 39,6 15,3 14,1 16,7
Prevalencia (%) 70
de sobrepeso
60
y obesidad
en mujeres 50
de 10 a 49 años
según intervalos 40
de edad. ENNyS
30
20
10
0
10 a 14 15 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49
OBESIDAD SOBREPESO
22
Prevención del sobrepeso IV.
y la obesidad
23
Los factores ambientales desempeñan un papel determinante en el
La detección aumento de la incidencia de obesidad, tanto en los países desarrollados
temprana como en aquéllos en vías de desarrollo. No obstante, algunas condicio-
nes individuales se han asociado también a una mayor vulnerabilidad
de la obesidad
para desarrollar sobrepeso.
contribuye
al éxito de Si bien la ingesta calórica total en la infancia no se ha modificado sus-
tancialmente, la composición de la misma ha variado a expensas de las
la intervención.
calorías provenientes de las grasas y los azúcares simples.34 Si a esto se
le suma la disminución de la actividad física, probablemente sean éstos
los factores ambientales pasibles de intervención, por medio de pro-
gramas de prevención y tratamiento de la obesidad durante la infancia.
Sobre la base de este contexto epidemiológico, es que las intervencio-
nes preventivas alcanzan un lugar preponderante; focalizándose en el
manejo cotidiano de la alimentación, la actividad física y los hábitos de
vida saludable en el microambiente familiar.35
34. O’Donnell AM, Britos S, Clacheo R, Grippo B, Pueyrredon P, Pujato D et al. Dis-
ponibilidad de alimentos. En: Obesidad en Argentina: ¿Hacia un nuevo fenotipo?
Buenos Aires: Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil, 2004. páginas 13-5.
35. Dattilo AM, Birch L, Krebs NF, Lake A, Taveras EM, Saavedra JM. Need for early
interventions in the prevention of pediatric overweight: a review and upcoming
directions. J Obesity 2012;2012:123023.
24
25
Arrastre de Numerosos estudios han observado que la obesidad en la infancia se
obesidad correlaciona con la presencia de obesidad en la adultez. La probabilidad
de la infancia de que un niño o adolescente llegue a ser, en el curso de su vida, un
a la adultez adulto con obesidad es mayor en los percentilos altos de IMC y cuanto
más cerca de la edad adulta se encuentre el niño o adolescente. 36
Más de dos tercios de los niños y adolescentes que presentan sobrepe-
so entre los 10 y 14 años serán luego adultos con obesidad. Por ello, el
sobrepeso/obesidad en la infancia es una variable predictiva de exceso
de peso durante la adultez. 37 38
El importante incremento de la prevalencia de obesidad en niños y
adolescentes, las complicaciones del sobrepeso/obesidad para la salud
y la mayor tendencia a continuar con sobrepeso u obesidad en la vida
adulta hacen que la prevención de la obesidad sea la alternativa de
elección y la estrategia de Nutrición Pública más eficaz para detener el
avance de la epidemia.
Durante los primeros años de vida del niño, la prevención podría ser
más efectiva por ser un momento vital en el que resulta más fácil ins-
talar hábitos saludables.
26
problema el 22% de los obesos y el 34% de los pacientes con grados
de obesidad más severos. También se observó que cuando el pediatra
detectó el problema realizó acciones para su abordaje, entre ellas la
derivación al especialista en nutrición pediátrica en los pacientes más
graves.
Sería óptimo que médicos y otros agentes de salud apoyaran con re-
cursos y conocimientos el sostenimiento de la intervención desde otros
sectores, aunque son los pediatras los que estarían más entrenados
para reconocer:
l al niño sano;
l al niño en riesgo de desarrollar sobrepeso/obesidad;
l a las poblaciones de mayor riesgo;
l los factores ambientales barriales o comunitarios asociados con la
salud dentro de su área de trabajo.
El objetivo de la aplicación de estrategias preventivas en consultas clíni- El IMC es el
cas es aumentar la probabilidad de que el niño y la familia adhieran a un instrumento óptimo
estilo de vida saludable en forma temprana, evitando así tratamientos
para la detección
costosos que incrementan el gasto económico familiar en salud (me-
temprana del
dicaciones, traslados más frecuentes, pérdida de días escolares, etc.).
sobrepeso y la obesidad.
Adicionalmente, el pediatra o médico de familia puede realizar un
diagnóstico de situación de manera temprana si está entrenado en la
aplicación de los métodos básicos de valoración antropométrica y de
pesquisa de actividad física y de hábitos cotidianos relacionados con la
alimentación.
Estas herramientas son:
27
Los puntos 3 y 4 son sumamente importantes para revisar las ten-
dencias y hábitos cotidianos del niño, de su familia y del medio socio-
económico y cultural que lo rodea.
Por medio de pautas preventivas generales (universales), se evaluará
si el niño y su entorno cumplen parámetros de salud y, si corresponde,
se sugerirá al niño y su familia las estrategias a seguir.
Estrategias de Gran parte del éxito en la consulta con el equipo de salud radica en es-
intervención en tablecer una relación empática con el niño, más aún en aquellas consul-
la consulta tas en las cuales la familia está íntimamente involucrada con el devenir
de la situación. Es de esperar que estas consultas se repitan en el largo
plazo, como muy necesarias para acompañar los cambios buscados. En
consecuencia, durante las mismas es importante sostener una actitud
humanista, que se manifieste en la perspectiva, la preocupación y la
acción sobre los aspectos sociales, culturales, de hábitos y conductas,
con una escucha tranquila y atenta, con la necesaria disponibilidad de
tiempo (y no atendiendo tan solo a los aspectos biológicos como el
examen físico, antropometría, bioquímica, etc.).
La consejería en hábitos alimentarios es un apoyo importante para brin-
dar a las familias el necesario acompañamiento en el establecimiento de
conductas adecuadas desde el punto de vista alimentario y nutricional.
La estrategia a implementar dependerá, entonces, del grado de afec-
tación, de la conciencia de la familia respecto de la situación y su com-
promiso de cambio; del medio socio-económico, etc.
Considerando que, con frecuencia, no se dispone en la Atención Prima-
ria de la óptima cantidad de tiempo que la consulta requiere y, muchas
veces, ésta fue motivada por alguna dolencia específica, al equipo de
salud le serán de gran utilidad los instrumentos que ayuden a iden-
tificar y acompañar adecuadamente al paciente con obesidad o con
factores de riesgo.
Un esquema sencillo es el siguiente:
28
Es de gran utilidad incorporar a la consulta una breve encuesta fo-
calizada en los hábitos de vida.
1
Un esquema de preguntas sencillas ayuda, tanto al paciente como Historia personal
al profesional, a ordenar las preguntas para no perder antecedentes de nutrición,
familiares, personales, acerca de la calidad de vida y de los hábitos. hábitos y
actividad física
En el Anexo XII se presenta un modelo de cuestionario que puede
ser llenado por el paciente o su acompañante durante la espera
previa a la entrevista médica.
29
2 Registrar por un tiempo (por ejemplo, anotar en un cuaderno)
el total de horas frente a pantallas (televisión, computadoras,
videos, teléfonos, etc.). (Será una base para hacer una evalua-
ción y conversar sobre el tema con el equipo de salud y dentro
de la familia.)
3 Desarrollar actividades que comprometan el cuerpo y eviten el
sedentarismo (juegos predeportivos -Ej.: mancha, escondidas,
elástico, soga, etc.-; tareas sencillas) e iniciar a los niños en la
práctica deportiva.
4 Alentar actividades familiares de todo tipo (hacer caminatas o
paseos en bicicleta, remontar barriletes, cocinar, ir a la feria o
al mercado, etc.).
5 Alentar las comidas en familia y que sean caseras.
6 Observar qué comida se llevan los niños a la escuela.
La ingesta de 7 Prestar atención a lo que ofrece el quiosco de la escuela (edu-
car para la salud) y, de ser posible, incidir sobre esa oferta (por
alimentos con alto
ejemplo, pedir que se incluyan frutas bien lavadas).
contenido de grasas
8 Registrar la comida que los niños consumen al regresar de la
y/o azúcares
escuela.
contribuye como factor
9 Instaurar horarios ordenados de comida desde los primeros
importante en el
años de vida.
desarrollo del sobre-
10 Servir porciones adecuadas a cada edad y esperar a que el niño
peso y obesidad. pida para repetir. Nunca forzar al niño a terminar el plato de
comida y no utilizar la comida como premio o castigo.
11 Realizar esporádicamente las compras con los niños, educán-
dolos para comprar selectivamente.
12 Educar a los niños para que hagan las comidas sentados y sin
la televisión prendida (teniendo presente que en eso, como en
todo, se educa con el ejemplo).
13 Desalentar las comidas fuera de casa.
31
las pantallas hasta 2 horas diarias; el 37% invirtió entre 2 y 4 horas; el
26% dedicó entre 4 y 6 horas por día y un 14% estuvo más de 6 horas
diarias frente a ellas.
Los hábitos se forman tempranamente y aquellos niños que crecen sin
la costumbre de “estar activos” probablemente serán adultos con poca
tendencia a prácticas de actividad física.
Algunas diferencias de género se presentan en relación a los patrones
de actividad física en la adolescencia, las niñas tienden a ser menos
activas que los varones. En el género masculino, hay una tendencia
progresiva a disminuir los niveles de actividad física con la edad.
32
El Consenso sobre Sedentarismo de la Sociedad Argentina de Pediatría Actividad física
recomienda, como mínimo, una hora diaria de actividad física de mo-
derada a vigorosa para todos los niños.42
42. Kovalskys I, Holway F, Ugalde V, De Gregorio MJ. Análisis de los factores vinculados
a sobrepeso y obesidad en niños de 10 y 11 años que asisten a escuelas públicas
en el área metropolitana de Buenos Aires. Buenos Aires: ILSI Argentina, 2007.
43. Organización Mundial de la Salud. Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario,
Actividad Física y Salud. 2004.
33
Efectos de la l Ayuda a controlar los factores desencadenantes y perpetuantes de
práctica regular la obesidad.
de AF en adultos
l Mejora la resistencia a la insulina.
34
l Predispone a un estilo de vida menos sedentario.
La mayor proporción de
1 Podrían ayudar a mantener a los niños en un peso saludable, niños con
pues mejoran el IMC (decreciéndolo) en los niños.
sobrepeso y obesidad
2 Las intervenciones parecerían ser más exitosas en niños pe- pueden ser atendidos en el
queños y en mujeres. 44 primer nivel de aten-
3 Intervenciones simples parecerían tener mejores resultados ción por no requerir la
que intervenciones complejas. consulta con especialista.
4 Las intervenciones que se focalizan en más de un factor de
riesgo, como nutrición y AF son más efectivas.
5 El abordaje de cambio en la conducta debe involucrar no sólo
al niño y la familia, sino también a la comunidad educativa y
a la comunidad en general.
35
Intervenciones sencillas en la alimentación como: promover el desa-
yuno en adolescentes y estimular la práctica de ejercicios físicos en las
niñas pequeñas (escuela primaria) pueden prevenir la obesidad.
Existen pocos consensos sobre la prescripción exacta en cuanto a can-
tidad, intensidad o tipo de AF en niños y adolescentes; pero la obser-
vación de los resultados avalan que ésta resulta efectiva a la hora de
generar cambios en la conducta con el objetivo de prevenir el sobrepe-
so y la obesidad. Cabe destacar que, adicionalmente, las intervenciones
más efectivas para la promoción de la actividad física son: campañas
de comunicación, cambio de currícula en las escuelas, programas indi-
viduales y disponibilidad de lugares aptos para el ejercicio.
Ahora
sabemos que: 1 La actividad física se relaciona directamente con la condición
física saludable o la aptitud física.
2 El aumento de la AF facilita la pérdida de peso y la combina-
ción de dieta más AF pueden promover el control de la masa
grasa y del peso corporal a largo plazo.
3 Existe una relación inversa entre el nivel de actividad física
y los índices de obesidad en la mayoría de los estudios pu-
blicados.
4 La evidencia indica que el sedentarismo y la falta de aptitud
física se asocian directamente con aumento la mortalidad por
enfermedad cardiovascular, con el devenir de la vida.
Estrategias para Una de las principales barreras para incluir a los niños en actividades
estimular la recreativas o deportivas radica en la dificultad que ofrecen algunos pro-
actividad física gramas, tanto escolares como extraescolares para incluir a todos los
en niños niños independientemente de su habilidad nata. Los niños que sienten
que en la práctica deportiva o recreativa no rinden a nivel físico, dejan
progresivamente de desear participar. Superar esta tradicional limita-
36
ción para la práctica regular de actividad física en todos los grupos de
edad es un desafío de la comunidad educativa que puede ser sostenido
desde los ámbitos de salud.
Los hábitos se adquieren con mayor facilidad en los primeros años de Cómo mejorar los
vida y los padres que tienen hijos pequeños deben recibir asesoramien- hábitos alimentarios
37
to y educación temprana para llevar adelante con responsabilidad la
misión de generar conductas saludables en la familia. 45
Los médicos y otros agentes de salud de atención primaria, pueden
ofrecer de manera anticipada consejos sobre las prácticas parentales de
transmisión de hábitos saludables. Las intervenciones realizadas tienen
La alimentación el potencial de influir sobre los patrones familiares de ingesta, actividad
saludable se incia con física, cuidado cotidiano, así como sobre las conductas saludables en
la lactancia materna general.
exclusiva los primeros Se sugiere trabajar los mensajes de las Guías Alimentarias aplicando las
seis meses y prolongada habilidades de Consejería en Hábitos Alimentarios. A cada familia se le
hasta los dos años y más. deben ofrecer recomendaciones y sugerencias en función de su con-
dición social, su medioambiente circundante, la cantidad de hijos y la
disponibilidad de alimentos. Por eso, es importante revisar el contexto
y el momento vital que están atravesando, para poder intervenir con
mayor efectividad.
Cómo mejorar los A fin de disponer de instrumentos que puedan ser de utilidad, sugeri-
hábitos alimentarios mos algunas recomendaciones en función de cada etapa vital.
45. O’Donnell AM, Britos S, Pueyrredón P et al. Comer en una edad difícil. 1 a 4 años.
Buenos Aires: CESNI, 2006.
38
duras, carnes magras blancas o rojas, tener un menú amplio
y variado, etc.
9 Separar los alimentos en el plato, para que el niño aprenda a
reconocer y diferenciar texturas y sabores diversos.
10 No usar la comida como método de estimulación (ni premio,
ni castigo).
11 Incluir los alimentos nuevos de a uno por vez y en diferentes
oportunidades.
12 Volver a intentar que el niño/a pruebe un alimento recha-
zado, por lo menos 10 a 12 veces, a través del tiempo y en
diferentes situaciones y preparaciones para superar la neo-
fobia.
13 Evitar los líquidos azucarados, las galletitas o los caramelos
como medio para tranquilizar al niño/a.
14 Evitar que las golosinas y los alimentos industrializados de
copetín formen parte de su alimentación.
39
10 No enviar en la vianda del colegio alimentos nuevos o des-
conocidos.
11 Abandonar el concepto de “con tal que coma, que coma cual-
quier cosa”.
12 No instaurar el concepto de repetición de las porciones. Ideal-
mente, que se repita sólo cuando hay necesidad.
13 No promover la obligación de comer todo lo que hay en el
plato.
14 No agregar cremas, grasas o almidones a la comida de su
hijo/a, salvo bajo prescripción médica o de manera ocasio-
nal.
15 No promover que un niño/a pequeño aumente de peso. Si
tiene dudas respecto del estado nutricional del niño, consulte
con el médico.
16 Evitar los líquidos azucarados, las galletitas o los caramelos
como medio para tranquilizar del niño/a.
17 Incluir golosinas y postres como alimentos para situaciones
especiales.
18 No valorizar lo dulce, las golosinas y los postres por sobre el
resto de los alimentos.
19 No utilizar comida como respuesta esteriotipada ante cual-
quier requerimiento del niño/a.
20 No premiar con alimentos no saludables (caramelos, galleti-
tas, etc.) el consumo de comidas saludables o el acto mismo
de alimentarse.
21 No mentir, ocultar o engañar al niño/a para lograr que coma
algún alimento rechazado.
22 Comer las mismas comidas que le son ofrecidas al niño/a.
23 Valorizar el aspecto saludable y nutricional de las comidas, y
compartir estos conocimientos con la familia.
24 No volcar en la mesa familiar inquietudes, dietas y mitos
respecto de la alimentación.
40
25 Evitar el televisor, la computadora y los diarios a la hora de
comer.
26 Instaurar la sobremesa en el grupo familiar.
27 Asegurar un espacio de tranquilidad a la hora de las comidas.
28 No comprar aquellos alimentos no saludables para su familia.
41
15 No utilizar comida como respuesta estereotipada ante cual-
quier requerimiento del adolescente.
16 No premiar con alimentos no saludables (caramelos, galleti-
tas, etc.) el consumo de comidas saludables o el acto mismo
de alimentarse.
17 No mentir, ocultar o engañar a su hijo/a para lograr que
coma algún alimento rechazado.
18 Comer las mismas comidas que se les ofrece a los adoles-
centes.
19 Valorizar el aspecto saludable y nutricional de las comidas,
compartir estos conocimientos con la familia.
20 No volcar inquietudes, dietas y mitos en la mesa familiar.
21 Evitar el televisor, la computadora y los diarios a la hora de
comer.
22 Instaurar la sobremesa en el grupo familiar.
23 Asegurar un espacio de tranquilidad a la hora de las comidas.
24 No comprar aquellos alimentos no saludables para la familia.
42
Los lineamientos generales para la alimentación saludable de los me- Cuidado de la
nores de 2 años se encuentran contenidos en las “Guías Alimentarias conducta
para la Población Infantil”47 (GAPI) y, para la población mayor de 2 años, alimentaria 46
en las “Guías Alimentarias para la Población Argentina”48 (GAPA).
43
l Primer año de vida
Alimentación al pecho: múltiples estudios avalan los beneficios nutri-
cionales, psicológicos y de prevención de enfermedades que produce
la leche humana. Por ello, la recomendación es amamantar al niño
recién nacido.
ATENCIÓN
Lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y continuada
hasta por lo menos los dos años de vida complementada con alimentos
La lactancia materna aptos.
exclusiva es un fac-
Respetar la autorregulación de la ingesta del niño y promover el deste-
tor protector para el te natural. Respetar sabores, texturas y temperaturas de las comidas lo
desarrollo de obesidad. ayudará a la selección natural de los alimentos.
Cabe recordar que existe una tendencia natural a rechazar lo amargo y
preferir lo dulce, por lo que es muy importante la recomendación de no
variar con el agregado de sal y azúcares el gusto natural de las comidas.
44
ATENCIÓN:
Alentar la comida en familia como eje y soporte del encuentro social y
la transmisión de hábitos alimentarios adecuados.
l Pubertad y adolescencia
Se trata, en general, de un momento conflictivo en relación con los
hábitos y las costumbres, y una etapa decisiva y complicada en relación
con el cuerpo y la comida en particular.
El aumento general de los órganos, la masa muscular y la masa ósea se
manifestarán en marcados cambios pondo-estaturales, reflejados en la
variación y en el valor absoluto de la estatura del adolescente.
Los requerimientos nutricionales están aumentados por la aceleración
del crecimiento y el desarrollo, por lo que las recomendaciones nutri-
cionales se adecuarán a las necesidades fisiológicas de cada individuo.
Es importante resaltar que, en la pubertad y en la adolescencia se mez-
clan otros intereses y presiones relacionados con el mundo que rodea al
joven y con los cambios vitales inherentes a todo el grupo familiar. Por
lo tanto, es crucial insistir en el refuerzo de los hábitos ya adquiridos y
tratar de sostenerlos en el hogar.
El concepto de comensalidad, la adhesión a la sobremesa, evitar las
comidas en soledad, la inclusión del desayuno y la práctica de actividad
física son soportes de mucho valor.
ATENCIÓN:
Momento de refuerzo en los hábitos ya adquiridos.
Las recomendaciones nutricionales surgen de los requerimientos fisio-
lógicos inherentes a la edad.
45
V. Evaluación del niño
y el adolescente
con sobrepeso
En todo control del niño se deben realizar las mediciones del peso y la
longitud corporal/estatura.50 A partir de estas mediciones se evalúa el
IMC y se clasifica de acuerdo a las referencias según sexo y edad en
la gráfica correspondiente. Ante la primera impresión diagnóstica de
sobrepeso, el objetivo de ese control será asignar al niño a una de tres
categorías:
Los niños del Tipo III requieren la intervención sin demora de personal
El diagnóstico adecuado profesional especializado en forma ambulatoria, generalmente en un
centro hospitalario. Sin embargo, deben recibir las indicaciones des-
de obesidad requiere
criptas para pacientes Tipo I hasta que sean vistos por el especialista.
además del IMC de un ade-
cuado examen físico y de la Las comorbilidades son aquellas enfermedades o condiciones de riesgo
que afectan la evolución de la obesidad. En el cuadro siguiente se se-
historia alimentaria.
ñalan las comorbilidades:
50. Evaluación del estado nutricional de niñas, niños y embarazadas mediante an-
tropometría. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación, 2009.
46
Diabetes tipo 2
l
Cuadro 1
l Apnea del sueño (SAOS)
Co-morbilidades
l Complicaciones osteo-articulares
de la obesidad
l Hígado graso
l Cálculos biliares
l Anormalidades ginecológicas
l Hipertensión arterial
l Tabaquismo activo o pasivo
l Colesterol LDL elevado
l Colesterol HDL bajo y/o triglicéridos elevados
l Intolerancia alterada a la glucosa en ayunas (pre-diabetes)
l Antecedentes familiares (primer grado) de enfermedad cardio-
vascular precoz, diabetes tipo 2 y obesidad severa.
La primera evaluación del niño con obesidad tiene los siguientes ob- Historia
jetivos:
1 descartar un trastorno orgánico subyacente;
2 identificar la presencia de comorbilidades;
3 evaluar el riesgo de desarrollar comorbilidades en función de ante-
cedentes genéticos; y
4 evaluar el contexto ambiental en relación con los hábitos de vida.
47
En niños de 3 a 5 años de edad con obesidad, el riesgo de obesidad en
la adultez se triplica si uno de los padres tiene obesidad.51
Si uno o ambos padres tienen obesidad, el riesgo de episodios de des-
control alimentario en sus hijos es mayor en la adolescencia.52
Si bien la conducta alimentaria y la regulación del gasto energético son
el resultado de una compleja interacción de factores, múltiples estudios
muestran que la carga genética influye en el depósito y la distribución
de la grasa corporal, en la regulación del gasto energético e incluso en
la conducta alimentaria. Se han identificado genes que favorecen la
obesidad y genes protectores.
El estado nutricional de los padres es un factor determinante del estado
nutricional de sus hijos.
51. Whitaker, R.C., et al., Predicting obesity in young adulthood from childhood and
parental obesity. N Engl J Med 1997; 337(13):869-73.
52. Francis, L.A., et al., Parent overweight predicts daughters’ increase in BMI and
disinhibited overeating from 5 to 13 years. Obesity (Silver Spring) 2007;15(6):
1544-53.
53. Magnussen, C.G., et al., Pediatric metabolic syndrome predicts adulthood meta-
bolic syndrome, subclinical atherosclerosis, and type 2 diabetes mellitus but is no
better than body mass index alone: the Bogalusa Heart Study and the Cardiovas-
cular Risk in Young Finns Study. Circulation 2010;122(16):1604-11.
48
El antecedente familiar de diabetes mellitus no insulinodependiente es
un factor de riesgo independiente para el desarrollo de diabetes. Por lo
tanto, la identificación de este antecedente en los niños con obesidad
es de suma importancia.
La presencia de hipertensión arterial en los familiares de primer grado
determina un gran riesgo. La hipertensión arterial primaria tiene una
heredabilidad del 80%; y la secundaria, del 25% aproximadamente. 54
El perfil lipídico tiene un fuerte componente hereditario, igual que la En la primer consulta
ateroesclerosis y la enfermedad cardiovascular. Una buena manera de es importante
medir el riesgo es interrogar acerca de eventos cardiovasculares como
descartar que la obesidad
accidente cerebro vascular o infarto agudo de miocardio en la familia.
se deba a un trastorno
Los antecedentes familiares de trastornos de la conducta alimentaria orgánico subyacente.
con episodios de descontrol alimentario (atracones) son un factor de
riesgo para que los niños desarrollen una conducta alimentaria alterada
y episodios de sobrealimentación.
La presencia de antecedentes familiares de depresión también puede
aumentar el riesgo de obesidad.
Si conocemos los antecedentes familiares, tendremos una mejor pers-
pectiva para enfocar el tratamiento de la obesidad y prevenir o tratar
tempranamente las patologías asociadas.
l Hábitos de alimentación
El modelo familiar de alimentación es un determinante de la forma
de comer de los niños y adolescentes. Las familias de menor nivel
socioeconómico tienen mas dificultades para implementar un estilo de
vida saludable y tienen menos acceso a una alimentación variada por
múltiples motivos.
Son factores familiares protectores:
l La planificación y preparación de las comidas en la casa.
l El consumo de agua segura como bebida principal.
l Ofrecer y tener disponibles alimentos de buena calidad nutricional.
Por ejemplo: vegetales, lácteos, etc.
54. Robinson, R.F., et al., Significance of heritability in primary and secondary pediatric
hypertension. Am J Hypertens 2005;18(7): 917-21.
49
l La oferta de vegetales, solos o en preparaciones, aumenta el con-
sumo de los mismos.55
l Permitir que los niños regulen su propia ingesta, enseñándoles a re-
conocer cuándo tienen hambre, cuándo están satisfechos y cuándo
desean comer por otras causas, sin apetito.56
Estudios en adultos muestran que los pacientes que reciben conse-
jos sobre nutrición, actividad física y sedentarismo bajo un tratamiento
médico están mejor predispuestos a educar saludablemente a sus hijos
en este sentido.
55. Spill MK, Birch L, Roe L, Rolls B. Eating vegetables first: the use of portion size to
increase vegetable intake in preschool children. Am J Clin Nutr 2010;91(5):1237-
43.
56. Paul IM, Savage J, Anzman SW et al. Preventing obesity during infancy: A pilot
study. Obesity (Silver Spring) 2011; 19 (2): 353-61.
50
El examen físico completo, con evaluación antropométrica y medición
de tensión arterial, es el primer paso de una correcta evaluación clíni-
ca en un paciente con sobrepeso, igual que para todos los pacientes
pediátricos.
52
Existen diferentes sitios donde realizar la medición del perímetro de Circunferencia
la cintura y es indispensable para el seguimiento de este parámetro de cintura y
medir la cintura siempre en el mismo lugar para poder comparar sus centralización de
cambios a lo largo del tiempo y usar la misma técnica de medición a la la grasa corporal
de la referencia a usar (registrar, junto con la medición, el sitio donde
se midió).
El niño debe permanecer erguido con el abdomen relajado, los brazos
al costado y los pies ligeramente separados. La medida se debe tomar
al final de una espiración tranquila.
Las referencias de Taylor y colaboradores han sido construidas tomando
el mínimo valor de la medición entre cresta ilíaca y borde inferior de la
última costilla que se denomina “cintura mínima”.57
53
Por otro lado, Fernández y colaboradores utilizan como sitio de medi-
ción el borde suprailíaco, cuyos valores percentilares se muestran en la
siguiente tabla:58
VARONES MUJERES
PERCENTILO 10° 25° 50° 75° 90° 10° 25° 50° 75° 90°
EDAD (AÑOS)
2 43,2 45,0 47,1 48,8 50,8 43,8 45,0 47,1 49,5 52,2
3 44,9 46,9 49,1 51,3 54,2 45,4 46,7 49,1 51,9 55,3
4 46,6 48,7 51,1 53,9 57,6 46,9 48,4 51,1 54,3 58,3
5 48,4 50,6 53,2 56,4 61,0 48,5 50,1 53,0 56,7 61,4
6 50,1 52,4 55,2 59,0 64,4 50,1 51,8 55,0 59,1 64,4
7 51,8 54,3 57,2 61,5 67,8 51,6 53,5 56,9 61,5 67,5
8 53,5 56,1 59,3 64,1 71,2 53,2 55,2 58,9 63,9 70,5
9 55,3 58,0 61,3 66,6 74,6 54,8 56,9 60,8 66,3 73,6
10 57,0 59,8 63,3 69,2 78,0 56,3 58,6 62,8 68,7 76,6
11 58,7 61,7 65,4 71,7 81,4 57,9 60,3 64,8 71,1 79,7
12 60,5 63,5 67,4 74,3 84,8 59,5 62,0 66,7 73,5 82,7
13 62,2 65,4 69,5 76,8 88,2 61,0 63,7 68,7 75,9 85,8
14 63,9 67,2 71,5 79,4 91,6 62,6 65,4 70,6 78,3 88,8
15 65,6 69,1 73,5 81,9 95,0 64,2 67,1 72,6 80,7 91,9
16 67,4 70,9 75,6 84,5 98,4 65,7 68,8 74,6 83,1 94,9
17 69,1 72,8 77,6 87,0 101,8 67,3 70,5 76,5 85,5 98,0
18 70,8 74,6 79,6 89,6 105,2 68,9 72,2 78,5 87,9 101,0
58. Fernandez JR, Redden DT, Pietrobelli A, Allison DB. Waist Circunference percen-
tiles in National Representative samples of African- American, European- Ame-
rican, Mexican-American children and adolescents. J Pediatr 2004; 145:439-44
54
En los pacientes con obesidad, el seguimiento de la circunferencia de
cintura se realizará comparándolo consigo mismo a lo largo del tiempo,
ya que probablemente el valor sea superior a los incluidos en las refe-
rencias y no existen tablas especiales para pacientes con obesidad.
55
Pesquisar e identificar l Inspección de la piel:
problemas clínicos
La semiología de la piel puede ser muy frondosa en los pacientes
que pueden estar
con obesidad. La acantosis nigricans está muy asociada con IMC
presentes en los
elevado y puede ser un indicador indirecto de hiperinsulinismo.
pacientes con obesidad
Los pacientes con obesidad pueden tener es-
trías en la piel. Es frecuente hallarlas en el
tronco, pero también aparecen en las extre-
midades y en las mamas de las mujeres. El
hirsutismo puede asociarse con síndrome de
ovario poliquístico; por lo tanto, es importante
su detección.
l Niños con obesidad severa pueden tener
irritación crónica e infección en los pliegues
de la piel, especialmente en la parte infe-
rior del abdomen y la axila. Este intertrigo y
furunculosis requiere de una buena higiene
y el uso de antibióticos tópicos o terapia con
antibióticos.
Acantosis nigricans
en axila
l Problemas respiratorios:
56
la esteatohepatitis, la fibrosis y la cirrosis. El hígado graso no
alcohólico generalmente no causa síntomas, aunque algunos
pacientes presentan dolor en el cuadrante superior derecho,
sensibilidad abdominal o hepatomegalia leve.
En plasma, los valores de alanina aminotransferasa (ALT) y as-
partato aminotransferasa (AST) suelen ser elevados. La pérdida
de peso conduce a la mejora de los resultados de las pruebas
hepáticas. La presencia de hígado graso es un criterio de deri-
vación al especialista
l Examinar el sistema músculo-esquelético, buscando deformi-
dades del esqueleto o limitaciones del movimiento.
Los niños que pertenezcan al Tipo II (ver página 46) deben someterse a Determinaciones
pruebas de lípidos (HDL, LDL y triglicéridos), glucosa en ayunas, ALT y AST. bioquímicas
Los elevados niveles de ALT o AST, superiores a 60 UL, en dos ocasio-
nes indican la necesidad de una evaluación adicional con profesional
especialista.
Cualquier anormalidad bioquímica detectada (intolerancia a la glucosa,
dislipidemias o disfunción hepática) indica que el niño pasa a Tipo III y
requiere de una consulta con un especialista.
Puntos específicos
1 Bioquímica completa. Incluye la función hepática y el perfil li-
pídico en ayunas. La obesidad se ha asociado con enfermedades
hepáticas como son: el hígado graso no alcohólico, la elevación de
la alanina transaminasa (ALT) y otras anomalías.
La dislipidemia típica en los niños con obesidad incluye niveles ele-
vados de triglicéridos y reducción del HDL colesterol (lipoproteína
de alta densidad). La presencia de este perfil de lípidos sugiere una
significativa resistencia a la insulina.
Las anormalidades de los niveles de lípidos plasmáticos se encuen-
tran entre los problemas más comunes de estos niños. Los niveles
totales de colesterol <170 mg/dl son aceptables; los niveles entre
170-199 mg/dl se encuentran en el límite de la categoría; mientras
que los niveles ≥ 200 mg/dl son elevados. Los niveles de LDL coles-
terol aceptables son los <110 mg/dl; los niveles de 110-129 mg/dl
están al límite y los niveles ≥130 mg/dl son elevados.
57
2 Recuento sanguíneo completo. Las deficiencias nutricionales
(específicamente, la deficiencia de hierro) son comunes en niños
con obesidad.
3 Medición de la glucosa en ayunas para detectar intolerancia a
la glucosa en el sobrepeso/obesidad. El valor límite para pasar a
categoría del Tipo III es > 110 mg/dl.
Anamnesis alimentaria l Identificar los momentos y los lugares de las comidas. Indagar so-
bre los patrones de ingesta, colaciones entre comidas y comidas
principales durante el almuerzo y la cena. Preguntar cómo se coci-
nan, el lugar de la casa donde se come y si las ingesta se realizan
frente al televisor o la computadora.
l Cuantificar el consumo de bebidas azucaradas, incluyendo las ga-
seosas, las leches chocolatadas y los jugos concentrados con sabo-
res sintéticos.
l Evaluar el consumo de alimentos tales como frutas, verduras, pes-
cado, cereales y granos enteros.
l Evaluar el tamaño de las porciones. Evaluar la calidad y cantidad de
59. Comité Nacional de Nutrición. Guías de práctica clínica para la prevención, el diag-
nóstico y el tratamiento de la obesidad. Arch Argent Pediatr 2011;109(3):256-66.
60. Cook S, Auginer P, Huang T. Growth Curves for Cardio-Metabolic Risk Factors in
children and Adolescents. J Pediatr 2009;155(3): S6.e15-26.
58
los alimentos. Comparar el tamaño de las porciones con las consu-
midas por los padres y otros familiares.
l Solicitar un registro alimentario de todo lo que el niño consume
durante el horario escolar.
Es necesario profundizar sobre la forma de comer de la familia, ya que
constituye un determinante de la forma de comer de los niños y ado-
lescentes. Las familias de menor nivel socioeconómico tienen más difi-
cultades para implementar un estilo de vida saludable y disponen, por
múltiples motivos, de menor acceso a una alimentación variada.
La dinámica familiar influye sobre los hábitos alimentarios. Los siguien-
tes son factores que aumentan el riesgo de obesidad:
l El consumo frecuente de comidas preparadas fuera del hogar.
l El consumo de gaseosas y jugos comerciales como bebida principal,
en reemplazo del agua.
l La falta de vegetales en las comidas habituales, incluyendo la falta
de frutas en la alimentación habitual de la familia.
l Las dificultades para la conservación de alimentos, que hacen que
se priorice el consumo de alimentos industrializados
l La abundante disponibilidad en el hogar de alimentos con alta den-
sidad energética.
l La ausencia de un adulto durante las comidas, que se asocia con la
disminución de la calidad nutricional de los alimentos consumidos.
l La falta de organización de las comidas y el “picoteo” habitual, que
suelen des-regular el apetito, ocasionando mayor ingesta calórica
en los niños con tendencia a la obesidad y menor ingesta en los
niños inapetentes.
l El uso de la comida como “premio/castigo”. Cuando se le ofrece
comida al niño para calmar el sufrimiento emocional (por ejemplo
la ansiedad, el miedo, el dolor, etc.) se lo está entrenando para
manejar el estrés por medio de la ingesta de alimentos.
l Las conductas muy permisivas, al igual que las actitudes demasiado
restrictivas para con lo que el niño come, en especial en niñas con
obesidad.
59
Durante la anamnesis es muy útil identificar los siguientes factores fa-
miliares protectores y reforzarlos:
l La planificación y preparación de las comidas en la casa.
l El consumo de agua segura como bebida principal.
l Ofrecer y tener disponibles alimentos de buena calidad nutricional,
por ejemplo vegetales, leches, yogures y quesos descremados.
l La oferta de vegetales, solos o en preparaciones, que aumenta el
consumo de los mismos.
l Permitir que los niños regulen su propia ingesta, enseñándoles a re-
conocer cuándo tienen hambre, cuándo están satisfechos y cuándo
desean comer por otras causas, sin apetito.
Evaluación de la Introducción
actividad física
El gasto energético realizado a consecuencia de la realización de acti-
vidad física es una parte importante del balance energético que deter-
mina el peso corporal. La realización de ejercicio físico, independiente-
mente del peso corporal, se asocia con un menor riesgo de enfermedad
cardiovascular y metabólica en los individuos de todas las edades. La
actividad regular puede, también, mejorar la autoestima y las interac-
ciones sociales del niño.
En esta época, los niveles de actividad física diaria han disminuido sig-
nificativamente tanto en los niños como en los adultos y son numero-
sas las barreras para la práctica de deportes y actividad física recreativa.
Para estimar el gasto energético diario de los niños, las preguntas de-
ben centrarse sobre las actividades cotidianas en el hogar (juegos y
actividades) y en la escuela. Se logra identificar así las áreas en las que
se pueden implementar los cambios en forma individual o en conjunto
con la familia o amigos.61
60
Oportunidades
1 Evaluar la cantidad de horas diarias dedicadas a actividades se-
dentarias. Estimar las horas transcurridas frente a la televisión, los Evaluar la cantidad de
juegos electrónicos y la computadora.
horas diarias habituales en
2 Preguntar sobre las actividades adicionales y la participación en actividades sedentarias.
deportes practicados fuera del horario escolar.
3 Indagar acerca de la manera en que el niño se traslada a sus acti-
vidades escolares (a pie, en bicicleta, en automóvil, en transporte
público).
4 Evaluar las actividades de la familia. Conocer si los integrantes del
grupo familiar realizan deportes o alguna actividad física en forma
cotidiana.
Barreras
1 Condición Social: La vulnerabilidad de las familias que viven en
condiciones de pobreza es alta para el desarrollo de actividad que
incluyan movimiento: ya sea por razones de seguridad, inaccesibi-
lidad económica, falta de un adulto que acompañe o estimule, etc.
2 Tecnología fuera del hogar: los adolescentes que tienen como
modo de entretenimiento extraescolar el uso de una computadora
en cibercafés o locutorios dedican gran cantidad de horas a esa
actividad.
3 Falta de red social: los niños disfrutan de realizar actividad física
con sus pares. La falta de opciones económicamente accesibles en
compañía de niños de su edad suele ser una barrera para la inclu-
sión en actividades deportivas.
61
VI. Tratamiento del niño
o adolescente y su familia
62
también es relevante para los hermanos del niño con obesidad, previ-
niendo la obesidad en pacientes con riesgo de padecerla.
Es difícil identificar y tratar a los niños con exceso de peso ya que, en
ocasiones, ni el paciente ni su familia son conscientes del problema.
Desde el Primer Nivel de Atención se debe detectar a los niños con
sobrepeso u obesidad por medio de la identificación temprana de IMC
elevado, la indagación sobre hábitos alimentarios inadecuados y sobre
los niveles de la actividad física, para estimar el riesgo de obesidad.
Este nivel de atención incluye una evaluación que va desde la anamne-
sis clínica y la evaluación antropométrica hasta la intervención alimen-
taria nutricional y de la actividad física.
63
junto de estímulos que impulsan a una persona a realizar acciones
para lograr un objetivo y mantenerlo en el tiempo. El primer paso
de los cambios basados en la motivación es “sentir la necesidad”
de un cambio y comprometerse a realizarlo.
l Oferta de orientaciones para los padres en los centros de salud.
l Programas de capacitación para el personal clínico sobre el buen
desarrollo de los niños, la adecuada nutrición y la promoción de la
actividad física.
64
pueden comenzar en la fase menos intensiva y avanzar en función de
la respuesta al tratamiento, la edad, el grado de obesidad, los riesgos
para la salud y la motivación.
Los equipos de salud pueden seguir estas recomendaciones detalladas
para la evaluación y el tratamiento. La derivación al especialista debe
considerarse, si es posible, en los pacientes con obesidad y especial-
mente en aquéllos que presenten complicaciones como hígado graso,
alteraciones del metabolismo de la glucosa, hipertensión arterial, etc.
La prevención, la detección y el abordaje de la obesidad, así como la
promoción de hábitos saludables deben tenerse presentes en todas las
intervenciones del equipo de salud. Las recomendaciones sobre hábi-
tos alimentarios y actividad física saludables ya deben estar presentes
desde el control de las embarazadas en adelante, incluyéndolas como
componente indispensable de las consultas e intervenciones que se
realizarán durante la infancia y la adolescencia.
Las recomendaciones deben incluir métodos para la detección de ante-
cedentes de riesgo, condiciones médicas actuales y riesgos futuros, así
como también debe incluir una sistematización de la evaluación de la
ingesta y de la actividad física.
Es importante destacar que el control del sobrepeso y obesidad en los El contexto del
niños es un proceso a largo plazo y que no se debe esperar el éxito tratamiento de
inmediato. El niño y la familia deben ser motivados para lograr y man- la obesidad
tener pequeños cambios duraderos, ya que tendrán beneficios en el
largo plazo.
A Objetivos y expectativas
Se deben establecer metas y expectativas reales, evitando frustracio-
nes innecesarias. Para los niños que tienen sobrepeso u obesidad leve, El control del sobrepeso y
el mantenimiento del peso (y no la pérdida de peso) es suficiente para
obesidad es un proceso a
mejorar el bienestar y el perfil metabólico. El descenso agudo de peso,
ya sea inducido por modificaciones de estilo de vida o por la farmaco- largo plazo que requiere
terapia, tiene una baja tasa de éxito, resulta poco satisfactorio a largo un enfoque diferente al de
plazo y suele llevar en forma rápida a la recuperación del peso original. las enfermedades agudas.
Por lo tanto, los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad deben
ser motivados a realizar cambios a largo plazo en su estilo de vida. A
medida que ocurren los cambios positivos, cabe esperar una pérdida de
peso pequeña pero constante.
65
En los adolescentes puede ser sostenible una pérdida de peso de 1 a
2 kg por mes.
Los cambios en la composición del cuerpo (aumento de masa magra
a cambio de la grasa o la reducción de la circunferencia de la cintura)
mejoran el estado general y el perfil metabólico del individuo aunque
no haya pérdida significativa de peso corporal.
El profesional debe hacer hincapié sobre el importante papel que cum-
plen los padres en el tratamiento del niño con obesidad. La gran ma-
yoría de los consejos nutricionales y sobre actividad física no sólo están
dirigidos al niño sino a toda la familia. Los padres son los responsables
de hacer las compras y de preparar las comidas. Es necesario recordar-
les, además, que son ellos los modelos para sus hijos y deben educar
con el ejemplo.
Es de esperar que los cambios positivos en el estilo de vida se repli-
quen para todo el grupo familiar. Los beneficios potenciales de estos
cambios para toda la familia deben ser explicados y reafirmados
repetidamente en todas las consultas.
Las principales recomendaciones se centran en la consulta médica, mi-
diendo la oportunidad de influir sobre la rutina familiar. No obstante,
también la escuela y los entornos de la comunidad pueden ser lugares
propicios para establecer conductas preventivas de la obesidad. Estas
intervenciones con los niños y adolescentes y sus respectivas familias
deben estar acompañadas por intervenciones en su comunidad.
B Barreras
Denominamos barreras a los factores que pueden interferir en una ade-
cuada evolución clínica o en el sostenimiento del niño o la familia en el
cambio de estilo de vida.
Si bien existe una amplia gama de factores que podrían interferir en la
buena evolución del tratamiento, la mayor parte de ellos se relacionan
con la falta de adhesión por parte del niño y la familia. En general,
pueden ser descubiertos durante la consulta médica, pero solamente
aparecerán si se indaga sobre ellos específicamente. En los niños de
menor edad, las familias pueden manifestar saturación respecto de las
indicaciones, mientras que en los niños mayores o adolescentes puede
aparecer resistencia de parte de los propios pacientes.
Algunos aspectos a considerar:
1 Disociación entre la realidad esperada y la expectativa familiar.
66
2 Dificultad del niño o la familia para enfrentar el incumplimiento
de las indicaciones, ante la figura “hegemónica” del médico.
3 Familias desintegradas o monoparentales que no acuerdan en
conjunto sobre los cambios a establecer.
4 Distancia geográfica entre el barrio donde reside la familia y el
Centro de Salud donde asiste al tratamiento.
5 Situación laboral o económica de los padres.
6 Falta de modelos parentales positivos.
C La Familia como sostén del tratamiento individual
Como en todas las consultas pediátricas, es indispensable analizar el La familia debe
medio familiar.
acompañar los
Por un lado, es necesario detectar los factores de riesgo familiares para cambios de hábitos
el desarrollo de obesidad y sus complicaciones. Por el otro, habrá que que el niño requiere.
identificar las características de la familia que puedan ser factores pro-
tectores, es decir, que favorezcan una regulación saludable del peso.
A continuación se describen las diferentes etapas del tratamiento para
el sobrepeso y la obesidad. Cada etapa podrá aplicarse en forma pro-
gresiva según las co-morbilidades existentes y/o el éxito o fracaso ob-
servado con intervenciones más sencillas. El equipo de salud debe eva-
luar la conveniencia de iniciar el tratamiento con la etapa 1 o la etapa 2.
62. Barlow SE. Expert committee recommendations regarding the prevention, as-
sessment, and treatment of child and adolescent overweight and obesity: summary
report. Pediatrics 2007; 120 (Supl 4): S 164-S 92.
67
El primer paso para un asesoramiento nutricional exitoso consiste en
realizar una evaluación de los hábitos alimentarios y la ingesta calórica.
La evaluación nutricional debe incluir una anamnesis alimentaria que
indague sobre el consumo de frutas y hortalizas, bebidas azucaradas,
comidas de alto contenido graso (industrializadas, provenientes de res-
taurantes de comidas rápidas, etc.) y el tamaño de las porciones. Tam-
bién se debe preguntar sobre los patrones de comida y colaciones, que
consideren la calidad y la frecuencia de las comidas.
En los Centros de Atención Primaria cualquier profesional de la salud
puede formular una serie de preguntas sencillas, centradas en los há-
bitos alimentarios que mantienen una fuerte asociación con el balance
de energía y pueden ser modificables para su mejora.
Para la consulta en Atención Primaria se sugieren dos cuestionarios au-
to-administrados: una evaluación rápida para los niños y adolescentes
en general (“Historia Personal de Nutrición, Hábitos y Actividad Física”,
ver Anexo XII) y otra destinada a aquéllos que consultan por sobrepeso
como evaluación inicial (“Pongámonos en forma juntos”, ver Anexo
XIII).
La primera intervención nutricional implica realizar recomendaciones
sencillas, que tienden a mejorar los hábitos de vida. No por ello son
menos importantes o valiosas. Muchas veces, esta intervención por sí
misma logra reducir la ganancia de peso. Los agentes de salud tende-
mos a considerar que las indicaciones deben ser como los medicamen-
tos: precisas y puntuales. Sin embargo, la mayoría de las veces, es más
difícil modificar una ingesta frente al televisor que indicar un antibiótico,
a pesar de que la evidencia científica da muestras claras de la influencia
de este factor sobre la adiposidad futura.
Si los equipos de atención primaria trabajamos convencidos de la efec-
tividad de este nivel de intervención, probablemente logremos mejores
resultados a largo plazo.
Consejos prácticos para un primer nivel de intervención
A Reducir al mínimo las bebidas azucaradas, como gaseosas y
jugos comerciales listos y para preparar. Lo ideal sería que estas
bebidas fueran remplazadas por agua como principal fuente de
hidratación o por jugos naturales de frutas frescas.
B Establecer un horario regular de comidas con colaciones entre
las comidas principales. Recomendar para las colaciones el con-
sumo de frutas, hortalizas y lácteos descremados.
68
C Promover el buen hábito de comer en la cocina o comedor
(evitando hacerlo delante del televisor encendido), comiendo
sentado, lentamente y masticando bien.
69
la calidad de la alimentación, corrigiendo la composición nutricional de
la dieta y disminuyendo la ingesta de alimentos no-nutritivos.
Estas Guías Alimentarias son un instrumento educativo muy importante
para una primera etapa de intervención. Brindan la base para una ali-
mentación saludable y variada para la población en general.
Las Guías Alimentarias destacan los lineamientos para un consumo de
cantidades de energía apropiadas para el sexo, la edad, la actividad fí-
sica y la situación biológica. Sugieren que la ingesta energética permita
al niño mantener un IMC dentro de los límites normales. Buscan incen-
tivar al consumo de una amplia variedad de alimentos, en porciones
adecuadas, para asegurar la correcta utilización biológica de todos los
nutrientes.
Con relación a los carbohidratos de la dieta, el aporte energético debe
representar un 50-60% del Valor Calórico Total (VCT), donde los azú-
cares simples no superen el 10%, y la ingesta de fibra dietética debe
aumentar progresivamente hasta alcanzar los 25-30 g/d para los ma-
yores de 2 años.
Las metas nutricionales en relación al consumo de grasas consisten
en no superar el 30% del VCT, con la siguiente distribución porcentual
aproximada de ácidos grasos:
10% de ácidos grasos saturados,
10% de ácidos grasos monoinsaturados y
10% de ácidos grasos poliinsaturados.
El consumo de colesterol no debe superar los 300 mg/día. Asimismo
es importante evitar las grasas trans.
Es fundamental que el niño consuma cantidades adecuadas de grasa,
fomentando la ingesta de alimentos de origen animal magros (con bajo
contenido de grasa) y el aumento de frutas secas, semillas y aceites
vegetales crudos.
Se aconseja la selección de cortes de carnes magros, quitando la grasa
visible y usando métodos de cocción donde no se utilice agregado de
cuerpo graso. Se debe considerar el consumo de pescado, pollo y cerdo
más veces a la semana, evitando y disminuyendo el consumo de fiam-
bres, embutidos y aderezos grasos.
El calcio y el hierro son minerales fundamentales para considerar en
este grupo etáreo, dado que ambos son nutrientes críticos en cuanto
70
a su disponibilidad, cuyos requerimientos diarios por lo general no se
cubren.
Se debe alcanzar un aporte de calcio de 1.000 mg/d. Esto se logra
consumiendo en forma diaria alimentos que son fuente de calcio, como
leches, yogures y quesos. Es importante tener en cuenta que la ma-
yor proporción del calcio ingerido debe ser de origen lácteo. Por otro
lado, es oportuno considerar que los productos semi-descremados o
descremados no tienen menos calcio que los productos enteros y se
recomiendan a partir de los dos años de edad.
En la industria contamos con alimentos fortificados con calcio, como
panes, harinas, yogures, leches, jugos de frutas, etc. Es considerable
también realizar actividad física en forma periódica, para una mejor
asimilación de este nutriente.
El consumo de hierro debe alcanzar los 18 mg/d. Existen estrategias
para cubrir los requerimientos de este mineral:63
1 Educación alimentaria nutricional para potenciar la bio-disponibi-
lidad de este nutriente en todo el grupo familiar. Su principal vía
de aporte es la ingesta de carnes. Tener en cuenta que 100 g de
carne contienen entre 2 y 3 mg de hierro aproximadamente.
La absorción del hierro contenido en legumbres y hortalizas se
favorece si los combinamos con el consumo de cítricos o con
carnes.
2 Suplementación con hierro para las poblaciones en riesgo. Los ni-
ños y adolescentes pueden considerarse una población en riesgo.
3 Consumo de alimentos fortificados y de buena calidad de nu-
trientes (leche y derivados, harinas).
El valor calórico de referencia para los niños y adolescentes varía con el sexo, la
edad y la actividad física, por lo que para cada individuo es necesario referirse
al Anexo XIV.
Es fundamental que los requerimientos de nutrientes esenciales como las vita-
minas y minerales, específicamente: hierro, calcio y las proteínas, no se vean
comprometidos.
71
Según se verá, la intervención nutricional puede variar, en cuanto a la
intensidad de la recomendación, en función del grado de sobrepeso y
morbilidad del niño o adolescente. No obstante, estos principios bási-
cos aplican para todos los niños mayores de 2 años y sus familias y se
suman a cualquier nivel de intervención adicional.
72
Para la prevención, además debe tenerse en cuenta lo siguiente:
1 Las familias y el equipo de salud deben trabajar juntos para
identificar las conductas adecuadas al objetivo. Las considera-
ciones incluyen la mayoría de los comportamientos actuales
que contribuyen al desequilibrio de la energía, los valores cul-
turales de la familia y las preferencias, la situación económica, y
la motivación del niño y la familia para hacer cambios positivos.
2 Mediante la entrevista motivacional, el profesional de la salud
puede determinar los comportamientos prioritarios y los valo-
res del grupo familiar.
3 Es necesario realizar un seguimiento continuo y citar para un
mayor número de consultas y controles que si se tratara del
seguimiento pediátrico habitual.
4 Son los médicos, los nutricionistas y los enfermeros de práctica
avanzada quienes, con una formación adecuada, pueden pro-
porcionar este nivel de tratamiento.
Luego de 3 a 6 meses, si el niño no ha mejorado su condición, el pro-
fesional puede ofrecer el siguiente nivel de atención de la obesidad.
2
1 Concepto general de la etapa ETAPA
Este nivel de tratamiento de la obesidad se distingue del nivel Preven-
ción Plus por la estructura y el apoyo previstos para que el niño alcan- Control de Peso
ce los comportamientos deseables, considerando comidas específicas Estructurado
y objetivos de actividad física definidos por directivas y pautas más
concretas.
2 Intervención nutricional
En esta segunda etapa se espera una “Alimentación con disminución
del aporte de grasa y azúcar y una mayor ingesta de fibra y agua”,
seleccionando alimentos de baja densidad calórica como son las frutas
y los vegetales.
Es esencial que durante este período de rápido crecimiento, las vitami-
nas y minerales (como el hierro o el calcio) no se vean comprometidos.
La intervención dietética en el control del sobrepeso y la obesidad en
niños y adolescentes ha tendido a reflejar las tendencias de gestión
similares a los adultos. Las dietas bajas en grasas se han vuelto más
frecuentes.
73
Muchos estudios de intervención dietética en niños con sobrepeso uti-
lizaron dietas de bajo contenido de grasa. La evidencia proporcionó
resultados que muestran que la dieta no compromete el estado nutri-
cional del hierro, ácido fólico, retinol y zinc. Por lo tanto, se puede con-
cluir que una dieta baja en grasa, en niños, es nutricionalmente segura.
La mayoría de los planes alimentarios para el control de peso en niños
y adolescentes sugieren la elección de alimentos bajos en grasas. Una
dieta baja en grasa en general, ofrece una ingesta diaria de 55 gramos,
equivalentes al 25% del valor calórico total aproximadamente.
Especificaciones nutricionales y dietéticas que corresponden a un se-
gundo nivel de intervención
Consumir leche, yogures y quesos, descremados. Son la mejor
fuente de calcio y se necesitan 3 porciones diarias. Seleccionar
quesos de pasta blanda o untables magros.
Comer una amplia variedad de carnes rojas magras y blancas,
retirando la grasa visible antes de cocinar. Lo que cada uno ne-
cesita es un trozo del tamaño de la palma de la mano, una vez
por día. Preferir el consumo de pescado, por lo menos una vez
a la semana.
Comer frutas y verduras de todo tipo y color. Cuantos más colores
incluyamos, más vitaminas y minerales obtendremos. Banana,
no más de una por día. Consumir una porción de vegetales en
cada una de las comidas principales (almuerzo y cena). Utilizar
las frutas en postres, colaciones de media mañana y exprimidas
o licuadas en meriendas o desayunos.
Pan, pastas, arroz y legumbres nos dan energía para nuestra acti-
vidad diaria. Dos porciones de pan blanco diarias y, tres o cuatro
veces por semana, pastas, polenta, arroz o legumbres suele ser
suficiente.
Preparar las comidas con aceite preferentemente crudo y evitar la
grasa para cocinar. Dos cucharadas soperas por día, variando en-
tre aceite de oliva, de girasol, de maíz y de soja, son adecuadas
para mantener el organismo en condiciones saludables. Evitar el
uso de aderezos grasos como cremas, salsas y mayonesa.
Realizar 4 comidas diarias.
74
Tratar de disminuir el consumo de:
Lácteos con alto contenido de grasa: queso fundido, quesos duros,
queso de rallar, manteca, margarina, crema.
Cordero, vísceras (lengua, riñón, mondongo, corazón, molleja,
achuras), salchichas y hamburguesas.
Fiambres, patés, embutidos.
Frituras, empanadas, pizza. Las empanadas se pueden hacer con
masa dietética, rellenos con poca grasa y cocinadas al horno.
Contarlas como una porción de pastas y cereales. Luego, cocinar-
las al horno o sartén, con el mínimo de aceite.
Facturas, tortas, masas, galletitas dulces rellenos. Preferir tosta-
ditas de pan francés con dulce light, o vainillas o galletitas sin
pastas de relleno.
Mayonesa, sopas crema, manteca. Se pueden consumir, siempre
con moderación, mayonesa y sopas-crema light.
Golosinas, helados, productos de copetín. Se puede consumir una
golosina pequeña por día en forma de bocadito, evitando que
sea consumido en la cena.
Gaseosas comunes, jugos azucarados, gelatinas comunes. Reem-
plazarlos por las versiones dietéticas o jugos frescos sin azúcar.
Optar por agua como bebida durante las comidas.
Azúcar y sal. Utilizar edulcorantes (preferentemente, sucralosa o
stevia) y sal, con mucha moderación.
75
3 Otras Intervenciones generales
l Reducción de las horas transcurridas frente al televisor y otras
pantallas; como máximo, 1 hora al día.
l Actividad física o juego activo durante 60 minutos diarios.
l Seguimiento de la ingesta alimentaria y de la actividad física a
través del uso de los registros semanales.
También debe tenerse en cuenta que:
1 El plan de alimentación requiere de un nutricionista o un médico
entrenado.
2 Profesionales deberían tener algún tipo de formación en entre-
vistas de motivación y en Consejería en hábitos alimentarios y
ser buenos educadores, para establecer los objetivos iniciales
con las familias y sostenerlas.
3 Para un adecuado control de peso, las visitas deben ser men-
suales.
4 Algunas prácticas pueden brindarse de forma grupal.
Las etapas 1 y 2 pueden realizarse en Centros de Atención Primaria de
la Salud, con buenas posibilidades de eficacia a corto y largo plazo. Para
la inclusión de niños y adolescentes en programas más intensivos de
control de peso, se sugiere la derivación a centros especializados que
trabajen con equipos interdisciplinarios con experiencia en tratamiento
de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad y sus comorbilidades.
64. Braet C, Van Winckel M, Van Leeuwen K. Follow-up results of different treatment
programs for obese children. Acta Paediatr 1997;86(4):397-402.
65. Francis LA, Birch LL. Maternal influences on daughters’ restrained eating behavior.
Health Psychol 2005;24(6):548-54.
66. Francis LA, Birch LL. Maternal weight status modulates the effects of restriction on
daughters’ eating and weight. Int J Obes (Lond). 2005;29(8):942-9
67. Neumark – Sztainer D. I´m, like, SO fat! Helping your teen make healthy choices
about eating and exercise in a weight-obsessed world. The Guilford Press. Nueva
York, 2005
77
compromiso psicológico del sobrepeso y la obesidad como condición
social, así como la asociación con una menor autoestima.
La falta de tratamiento de la obesidad se asocia con una adopción más
frecuente de métodos no saludables para el control de peso por parte
de los adolescentes y con mayor riesgo de desarrollo de trastornos
alimentarios.
La actividad física
como parte del
Nivel 1
tratamiento El tipo de intervención centrada en el aumento del gasto energético,
a realizarse en una primera instancia en los niños con sobrepeso, no
Modelos de difiere de las recomendaciones pediátricas para la población general.
intervención Las mismas medidas que se adoptan para el tratamiento en Nivel 1
son las que se sugieren en los programas de prevención para niños y
adolescentes.
En los niños con sobrepeso, el valor del gasto de energía es importan-
te para controlar el incremento de la adiposidad y mantener la masa
magra.
Consejos prácticos para un primer nivel de intervención
1 Aumentar la actividad física cotidiana y la aptitud. Promover las
caminatas a la escuela, sugerir el uso de la bicicleta camino a la
escuela o en un predio seguro.
2 Incentivar la participación en actividades deportivas. Promover,
tanto como sea posible, la realización de pequeñas cantidades
de actividad, moderada a vigorosa, por medio del juego, el bai-
le y actividades que impliquen movimiento.
3 Se sugiere, para facilitar la tarea, que el agente de salud co-
nozca las opciones gratuitas o económicamente accesibles que
se ofrecen en el barrio o en la comunidad, para ayudar a las
familias a incluirse en actividades posibles y realistas.
4 Reducir las actividades sedentarias (televisión, computadora,
videojuegos).
5 Sugerir estrategias realistas para no superar las 2 horas por día
frente a las pantallas (“TV inteligente”).
6 Sugerir actividades conjuntas que involucren a los padres los
78
fines de semana (utilización de parques públicos, caminatas
familiares, fútbol, etc.).
7 El nivel mínimo recomendado de actividad física es de 1 hora
diaria, con intensidad moderada a vigorosa.
8 Promover cualquier tipo de actividad agradable y divertida que
implique mayor movimiento.
Intervenciones individuales/ familiares para disminuir el sedentarismo
e incrementar la Actividad Física
Evaluar la cantidad de
El sedentarismo, en general medido por las horas diarias de exposición horas diarias habituales
a pantallas (TV, computadora, videojuegos) es un factor de riesgo para en actividades físicas.
la obesidad y sus alteraciones metabólicas.
Las formas de recreación en familia y las costumbres relacionadas con
momentos de esparcimiento tienen gran influencia sobre la forma en
que los niños y adolescentes lo hacen. En general, si los padres son se-
dentarios, los niños también lo son, salvo que la familia ponga especial
esfuerzo en favorecer mejores hábitos de actividad física en sus hijos.
Para estimular la actividad física espontánea se puede, por ejemplo,
aconsejar a las familias que caminen más para dirigirse a sus activida-
des cotidianas
Las actividades familiares que incluyen actividad física espontánea o
deportiva son una muy buena alternativa para aumentar el gasto ener-
gético y favorecer una mejor composición corporal. Esto incluye paseos
al aire libre, caminatas, uso de bicicletas, etc.
Un aspecto a tener en cuenta es conocer el entorno social y las carac-
terísticas de la comunidad en la que vive la familia.
La inseguridad en los espacios públicos es un factor limitante de la
actividad física. La posibilidad de jugar en plazas, de usar espacios para
correr, saltar, etc., aumenta el nivel de actividad física. 68
Es ideal que las escuelas permitan juegos motores en los momentos de
recreación y dediquen tiempo a la educación física sin discriminar a los
niños con sobrepeso/obesidad por ser menos “atléticos”.
68. Roemmich, J.N., et al., The neighborhood and home environments: disparate
relationships with physical activity and sedentary behaviors in youth. Ann Behav
Med 2007; 33(1):29-38.
79
Es clave favorecer el uso del cuerpo para actividades cotidianas como
jugar, desplazarse a la escuela, y promover que el tiempo compartido
en familia incluya menos actividades sedentarias, además de estimular
la actividad deportiva
Nivel 2
En las etapas 3 y 4 del tratamiento de la obesidad infantil, la plani-
ficación del tratamiento es más estructurada y los pacientes que se
incorporan en ese nivel de intervención suelen presentar, con mayor
frecuencia, co-morbilidad clínica asociada a la obesidad. Por eso, la ac-
tividad física se corresponde en ellas más con una “prescripción” que
con una “recomendación”.
La evidencia científica respecto de los niveles de intervención en obe-
sidad grave y obesidad mórbida aún no han sido estudiados. Tampoco
hay clara evidencia de la duración, intensidad e intervención más efica-
ces. Sin embargo, a pesar de la falta de revisiones al respecto, podrían
imitarse algunos modelos similares a los que se practican con adultos.
En este nivel de intervención sería ideal la incorporación de un terapeu-
ta físico o kinesiólogo especializado en niños y adolescentes con sobre-
peso, que considere la capacidad física, la tensión arterial y el impacto
del peso corporal sobre el aparato locomotor, para diseñar un programa
de entrenamiento físico acorde al niño, su edad y su salud.
La entrenabilidad del tejido muscular que se logra a través del ejercicio
físico es crítico a este nivel de intervención, ya que la capacidad de
trabajo muscular, esta positivamente asociada con la capacidad meta-
bólica de éste en la oxidación de grasas y azúcares, y negativamente
asociada con los procesos de sarcopenia (pérdida de tejido muscular).
La inclusión de los niños en programas de ejercicios físico forma parte
del tratamiento en todos los niveles de intervención, ya que produce
sensibilización de insulina con la consecuente acción directa sobre el
metabolismo tanto de lípidos como de hidratos de carbono, y de los
factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial.
80
Cómo trabajar con la comunidad VII.
Nuestro sistema de salud ha tenido y tiene una tendencia al abordaje
individual, con estrategias orientadas desde un consultorio, a la aten-
ción de la enfermedad a expensas de la promoción de la salud, ya sea
en el Primer Nivel de Atención como en el resto del sistema.
Se atribuye al Primer Nivel de Atención la responsabilidad de la mayor
parte de acciones preventivo-promocionales dado que es ese eslabón
sanitario, el más cercano a la comunidad, desde donde se tiene más
conocimiento de la misma y donde es deseable que el trabajo sea,
en su mayor parte, programado y continuo, con previsión del tiempo
necesario para dedicar a estrategias como las que aquí se promueven.
Muchas veces sucede que los equipos de salud repiten el modelo hos-
pitalario en el espacio del centro de salud y realizan sus acciones “pa-
redes adentro”, en forma no articulada.
Desde Alma Ata (1978)69 se plantea la estrategia de Atención Prima-
ria de la Salud como una parte fundamental para dar a las personas La salud comunitaria
y comunidades herramientas apropiadas para el cuidado de la salud,
aborda el proceso
planteo que fue reforzado por la Carta de Ottawa para la Promoción de
la Salud. 70 Por otra parte existen vastas experiencias en América Latina salud-enfermedad
en relación con la aplicación del modelo de Atención Primaria Orienta- teniendo en cuenta
da a la Comunidad (APOC) 71 como una estrategia que permite ampliar el ámbito social
el horizonte de acción con mayor efectividad y eficacia para alcanzar las e institucional
metas y objetivos de la promoción de la salud. así como la participación
Cabe mencionar que en las últimas dos décadas se ha avanzado con de la comunidad
diferentes programas y propuestas hacia un protagonismo activo de los en la toma de decisiones.
Centros de Salud y hacia el aumento de la cantidad y variedad de profe-
sionales que allí trabajan, como así también en la promoción de estra-
tegias de trabajo interdisciplinarias para la resolución de los problemas.
81
Son estos equipos los que tienen la oportunidad de elaborar estrategias
de trabajo como las que se presentan más adelante en el presente do-
cumento, que son acciones que involucran a más de un sector y en las
cuales el sector salud tiene una parte de las tareas y responsabilidades.
Las preguntas que orientan la acción en APOC son:
82
Entre las estrategias sencillas y factibles que posibilitan crear las con- Estrategias posibles
diciones para un entorno protector de la salud, podemos mencionar: para crear entornos
protectores
l la iluminación de las plazas o la construcción de ciclovías o corre-
dores saludables que permitan a los niños y sus familias realizar
actividades recreativas o deportivas al aire libre.
l modificar los alimentos de alta densidad energética, reformulando
los productos ofertados por el mercado y dirigidos al público infanto
juvenil.
l impulsar el desarrollo de alimentos nutritivos y saludables (adecua-
dos en azúcares, grasas y calorías).
l cambiar el entorno sociopolítico promoviendo legislaciones que re-
glamenten y recompensen, por ejemplo, a los fabricantes de pro-
ductos alimenticios de valor nutricional. La Cámara de Senadores
de la provincia de Buenos Aires aprobó en 2010 un proyecto de Ley
que establece el programa de alimentación saludable en los kioscos
que funcionen en establecimientos educativos de gestión pública y
privada de esa provincia.
Otros ejemplos para aumentar la disponibilidad de alimentos adecua-
dos son:
l La iniciativa regional “América Latina libre de grasas trans”, promo-
vida por la Organización Panamericana de la Salud e integrada por
los sectores académicos, industriales y ministerios públicos de los
países participantes.
l En nuestro país, el antecedente de esta propuesta lo constituye el
trabajo del grupo de investigación de la Universidad Nacional de La
Plata, PROPIA (Programa de Prevención del Infarto en Argentina)
que, a partir del análisis de la composición lipídica de los alimentos
de consumo masivo, desarrolló y avaló productos modificados en su
perfil de grasas, reemplazando las grasas saturadas o hidrogenadas
presentes en los alimentos por grasas insaturadas.
De esta manera, una mayor disponibilidad de alimentos saludables, de
ambientes y espacios públicos que favorezcan la práctica de la actividad
física, más políticas públicas tendientes a crear entornos protectores,
generan un impacto significativo sobre la salud de la comunidad.
83
El camino natural Se presentan a continuación algunas recomendaciones a tener en cuen-
para el trabajo ta cuando el equipo de salud decide iniciar acciones en comunidad.
comunitario
l Conocer a la gente y sus necesidades
El conocimiento de los integrantes de la comunidad, sus actores socia-
les y las necesidades percibidas por éstos permite legitimar los siguien-
tes pasos en el camino del trabajo con la comunidad.
l Sensibilizar y promover la participación de líderes, represen-
tantes de instituciones y organizaciones de diversa índole.
La participación de la mayoría de estos actores comunitarios resulta
clave para lograr mejoras permanentes en el estilo de vida de niños
y adolescentes. Podrían participar activamente representantes o au-
toridades de sociedades de fomento, clubes, escuelas, líderes comu-
nitarios, promotores de salud, equipos de salud, docentes y directivos
de escuelas de todos los niveles, ONGs, organizaciones de boy scouts,
grupos religiosos y otros grupos de la comunidad.
l Generar ámbitos de intercambio sistemático entre la comu-
nidad y los equipos de salud
Para la construcción conjunta se requiere de un ámbito que favorezca la
comunicación y la interacción entre actores de los diferentes sectores.
Esto implica una real apertura al diálogo y a la concertación, para que,
al mismo tiempo que se avanza hacia los objetivos particulares de cada
organización o institución, se procure alcanzar el objetivo común.
l En aquellas comunidades en las cuales aún no se ha trabajado
en estos temas, se recomienda iniciar las acciones de preven-
ción y tratamiento de la obesidad infantil a partir de la realiza-
ción de actividades específicas sobre alimentación y actividad
física, que permitirán al grupo ganar confianza, cohesión inter-
na y experiencia.
l En aquellas comunidades donde se están desarrollando actual-
mente actividades aisladas, se propone formular un programa
que responda a los intereses comunes y al objetivo propuesto,
aunando esfuerzos y aprovechando los recursos existentes, con
la participación de representantes de las instituciones locales.
l En las comunidades donde existen programas de prevención y
tratamiento de la obesidad infantil, se propone evaluar el curso
de las actividades y pensar en nuevos actores e instituciones
locales que puedan tener interés en incorporarse, para reforzar,
ampliar, potenciar o expandir el programa.
84
En las tres situaciones mencionadas es necesario generar un ámbito de
planificación, ejecución y evaluación de actividades de promoción de la
salud y de prevención y tratamiento de la obesidad infantil, en el cual
participen los actores y sectores mencionados precedentemente.
La frecuencia y periodicidad de las reuniones en este ámbito será es-
tablecida por cada comunidad según las oportunidades y posibilidades,
teniendo en cuenta que, en general, para preparar una actividad se
requiere de un mínimo de dos reuniones previas.
l Planificación de acciones conjuntas: equipo de salud-comu-
nidad
Entendiendo las funciones y múltiples tareas del equipo de salud y la
demanda de atención –que, en muchos lugares del país, supera a la
oferta de profesionales de la salud–, se recomienda comenzar con un La acción toma en cuenta
mínimo compromiso de tiempo y una actividad pequeña y sostenible, tanto las necesidades
que luego pueda incrementarse y expandirse sobre bases sólidas. sentidas por la población
Se sugiere comenzar con una actividad comunitaria trimestral, intensi- como la consideración
ficando posteriormente las intervenciones de prevención y tratamiento. de los determinantes
Se aconseja lograr un mínimo de: de la salud y
l una actividad mensual comunitaria sobre alimentación; la disminución
de las desigualdades
l acompañamiento o derivación a instituciones de salud públicas
en ese campo.
o privados de bajo costo, para la práctica de actividad física pe-
riódica;
l conformación de un grupo de niños con sobrepeso/obesidad y
sus familias.
En la situación ideal, estas actividades deberían ser parte de un progra-
ma integrado por los diferentes representantes de la comunidad y de
los sectores de salud y educación, que cuente con el apoyo institucional
del nivel municipal, de las organizaciones e instituciones locales, de los
comercios o cámaras de comercio de la zona, etc.
l Optimizar los recursos existentes, que son generados por to-
dos los actores de la comunidad
Por lo general, existen en las comunidades actividades deportivas desti-
nadas a niños y adolescentes, que no son aranceladas o tienen un bajo
costo y que pueden promoverse desde el centro de salud. Además,
pueden realizarse acuerdos o alianzas con instituciones locales como
clubes y sociedades de fomento, para organizar actividades deportivas,
recreativas o clases de actividad física, o bien impulsarlos hacia ellas.
85
Algunas de estas actividades pueden ser provistas con recursos munici-
pales; por ejemplo: caminatas, natación, fútbol y otros deportes.
A continuación se proponen algunas actividades sencillas de alimen-
tación y actividad física basadas en diferentes técnicas o estrategias
educativas, que pueden ser desarrolladas por el equipo de salud, líderes
comunitarios capacitados, docentes, etc.
88
l Antes de finalizar la actividad, agradezca a todos por haber partici-
pado.
Después de la actividad o del encuentro
l Recoja todos los materiales utilizados.
l Deje la sala limpia y ordenada como la encontró.
89
Ver si se tiene acceso fácil al agua
Quienes hacen la demostración deberán lavarse las manos con frecuen-
cia y es posible que haga falta una buena cantidad de agua para las
recetas. Lo ideal es que haya una pileta detrás de los expositores o, al
menos, dentro del mismo salón.
Ver si se cuenta con electricidad y conexión de gas por redes
Esto es necesario si el plan es cocinar en el lugar. Si hay electricidad en
el salón, pero no cerca de donde se trabajará, asegúrense de llevar un
cable de prolongación y que tenga varios enchufes. Conviene privile-
giar siempre el combustible que usa la comunidad para cocinar (leña,
kerosene, gas, etc).
Si la demostración es al aire libre, es probable que se necesiten cables
de extensión para llevar la electricidad afuera, o una cocina a gas, o un
anafe con garrafa.
Ver si es adecuada la iluminación
Asegúrense de que haya suficiente luz para que los participantes vean
lo que está demostrando.
Ver si la ubicación es apropiada
Asegúrense de que haya transporte público para llegar al lugar y que
haya dónde estacionar.
Ver si hay mesas y sillas disponibles
Para la demostración se necesitará al menos una mesa aunque, si se
van a preparar varias recetas, es posible que necesiten más de una. Si
la demostración es larga, harán falta sillas para los participantes.
3 Elección de las recetas
Las recetas que se elijan dependerán del concepto de cocina saludable
que quiera destacar, del tiempo que tengan para preparar el encuentro
y la demostración, de su presupuesto, de las instalaciones del lugar
donde se hará la presentación y del equipo disponible.
Asegúrense de familiarizarse con las recetas. Es aconsejable preparar la
receta al menos una vez antes de la demostración.
Tenga en cuenta el mensaje que pretende transmitir. Si quiere enseñar
a reducir la cantidad de grasa saturada en las comidas, busque una re-
ceta con carne picada para mostrar cómo extraer la grasa, o una receta
con pollo sin piel, leche descremada o productos semi-descremados.
90
Si desea enseñar a cocinar con bajo contenido de sodio, busque recetas
en las que se use poca sal, ingredientes con bajo contenido de sodio, o
recetas en las que se usen muchas hierbas y especias para dar sabor.
Tenga en cuenta el tiempo del que dispone. Si tiene poco tiempo para
la demostración, elija recetas simples que no requieran cortar o picar
muchos ingredientes, o bien llévenlos ya cortados (o cocidos).
Calcule el tiempo total de preparación de cada plato. Tengan en cuenta
todo el tiempo que lleva preparar las recetas. Lea las recetas y asegú-
rese de que el tiempo de preparar y cocinar sea menor que el tiempo
total que tiene previsto para la demostración.
Si desea enseñar más de una receta, calcule el tiempo total de prepara-
ción de cada una. Comience por el plato que lleva más tiempo; siga con
el segundo, y así sucesivamente. De este modo todos los platos estarán
listos al mismo tiempo o casi al mismo tiempo.
Si no dispone del tiempo o los recursos necesarios para demostrar una
receta completa, considere demostrar un solo concepto. Por ejemplo,
para mostrar cómo desgrasar la carne picada, cocínenla en una sartén y
escurra la grasa luego de que esté dorada.
Prepárese con anticipación. Haga una lista de los ingredientes que va
a necesitar, cómprelos y consiga los utensilios y demás artículos nece-
sarios.
Compre los alimentos lo más cerca de la fecha de la demostración que
sea posible.
4 Otros consejos
Tenga en cuenta la higiene cuando manipula los alimentos. Lávense las
manos con agua y jabón con frecuencia. Debe lavarse las manos cada
vez que toque una superficie sucia, carnes crudas o cualquier parte de
su cuerpo.
Si tose o estornuda, apártese y cúbrase la boca y la nariz con el ante-
brazo, e inmediatamente lávese las manos con agua caliente y jabón.
Guarde en la heladera todos los alimentos que deben estar fríos o con-
gelados hasta el momento de ir al lugar donde se hará la demostración.
Primero reúna todos los utensilios que necesitará. Llene una heladera
portátil o conservadora con hielo o bolsas de agua congeladas y, por
último, guarde allí los alimentos. Diríjase al lugar de la demostración lo
91
más rápido posible.
Envuelva con cuidado los platos preparados y los ingredientes. No per-
mita que los ingredientes crudos toquen o chorreen sobre los alimentos
cocidos; por ejemplo, mantenga las carnes, las aves y el pescado crudos
separados de las verduras crudas o cocidas, y no utilicen los mismos
utensilios, tablas de cortar o recipientes para estos alimentos. Lave con
agua jabonosa caliente todos los utensilios y las tablas de cortar que
utilice para cortar ingredientes crudos.
Tenga a su alcance una buena cantidad de servilletas, un rollo de papel
de cocina o un trapo rejilla para limpiar cualquier derrame. Cubra la
mesa con un mantel de plástico para poder limpiar los derrames con
facilidad. Tenga cerca un recipiente de basura para tirar los desechos
(cáscaras, huesos o grasa, latas vacías, envoltorios de plástico) y man-
tenga la mesa despejada.
Asegúrese de tener una apariencia personal limpia y ordenada. Recuer-
den que los participantes comerán los alimentos que usted prepare.
Debe mantener la ropa y las manos limpias y el cabello fuera de la
cara. Es conveniente que use un delantal y una redecilla o pañuelo para
el cabello.
Considere cómo arreglar el salón para que todos los participantes pue-
dan verlo y oírlo y para que usted tenga fácil acceso a la electricidad y
al agua. Asegúrense de que todas las superficies que tengan contacto
con los alimentos estén limpias.
Organice los alimentos. En el último momento posible, coloque todos
los alimentos junto a la sartén o al recipiente que vaya a usar, y en
el orden en que los utilizará. Coloque juntos todos los alimentos que
usarán para cada receta.
Mantenga la calma. Si olvidó algún ingrediente o si una olla no hierve
suficientemente rápido, coméntelo con los participantes. Sugiera ejem-
plos de los ingredientes que se pueden usar en lugar del que olvidó.
Mientras la olla hierve, repase los cambios que se le harán a la receta
para hacerla más saludable.
Finalmente, comience la demostración de cocina con tranquilidad y
confianza.
92
Ejemplos de actividades VIII.
para el equipo de salud
93
de carbono complejos (que nos dan energía); si los panificados con-
tienen salvado, avena, semillas o son “multicereal”, aportan fibra y
vitaminas del complejo B. Las frutas tienen fibras, vitaminas y mi-
nerales. Si se trata de preadolescentes o adolescentes, se pueden
nombrar más nutrientes para cada alimento.
Recursos materiales: Alimentos: leche o yogur, galletitas de agua o
con cereal o con semillas, o pan o tostadas, queso untable, fresco o
en barra, mermelada o dulce de frutas caseros, azúcar, fruta, copos
de cereal.
Utensilios: tazas o vasos, cucharas, cuchillos, jarras o termos, platos
(pueden ser descartables; también se les puede solicitar a los niños
que los traigan desde casa), servilletas o rollos de cocina, manteles,
mesas, sillas o bancos.
96
co, verde, amarillo-anaranjado, rojo, azul-morado, mencionando los
nutrientes que brinda cada color y los beneficios para el organismo.
Se repartirán las imágenes (fotos, dibujos, imágenes de revistas) de
frutas y verduras de cada color (una por niño), para que pasen al
frente y las peguen sobre el arco iris. Además, se podrá solicitar a
cada niño que, a su turno, mencione de qué forma le gustaría con-
sumir la fruta o verdura que le tocó, o bien comente alguno de los
beneficios. Se sugiere entregar una fruta al comenzar o finalizar la
actividad. Para ello se puede solicitar una donación a algún comercio
o a un mercado fruti hortícola de la zona.
Cada uno de los alumnos llevará consigo a casa una guía con recetas
económicas, fáciles de realizar y saludables, que incluya frutas y
verduras, para cocinar en familia.
97
Recursos materiales: Opción 1: una hoja por niño con los 3 círculos
del semáforo (pueden ser fotocopias blanco y negro y se les puede
pedir a los niños que la pinten), lápices de colores, lápiz o lapicera.
Opción 2: semáforo de colores de tamaño ampliado (aproximada-
mente de 1,20 a 1,50 de altura). Envases o imágenes de alimentos
(se sugiere entre 1 a 6 por grupo, según la cantidad de grupos),
cinta adhesiva, pizarrón, atril o pared para pegar el semáforo.
98
R
Actividad: Población destinataria: niños y adolescentes entre 3 a 18 años y/o
sus madres o cuidadoras.
“Taller de cocina“
Propósito: Reconocer, tomar contacto sensorial con los alimentos,
identificar el valor nutritivo, la importancia de incluirlos en la ali-
mentación, la forma en que se pueden preparar y aprender habili-
dades en el manejo, preparación o cocción de los alimentos.
Desarrollo: Elegir la comida a realizar y la dinámica del taller de acuer-
do con el equipamiento (cocina doméstica, horno industrial, anafe,
etc.); con los utensilios de cocina disponibles (asaderas, fuentes, cu-
chillos, palos de amasar) y con la edad de los niños o adolescentes.
Se deberá adecuar el tipo de preparación y el uso de los utensilios al
grupo etario al que está dirigido el taller. En cuanto al tipo de prepa-
ración, se aconseja emplear procedimientos sencillos como mezcla
de ingredientes o amasado para niños pequeños y procedimientos
más complejos como amasado, cocción, armado y presentación
del plato para adolescentes. Para trabajar con niños pequeños se
desaconseja el manejo o uso de cuchillos u otros elementos cor-
tantes, así como su acercamiento a fuentes, asaderas o elementos
calientes. Además, considerar las edades del grupo para definir los
conceptos que se desea transmitir, empleando un lenguaje sencillo
y claro. De acuerdo con los objetivos propuestos, se podrán realizar
preparaciones que incluyan verduras como por ejemplo: guisos con
cereales (arroz, fideos, maíz) y legumbres (lentejas, porotos, arve-
jas) y verduras (zapallo, zapallito, cebolla, tomate). Por el tipo de
procedimientos involucrados, se recomiendan para los más grandes
las empanadas, canastitas o tarteletas de zapallito, cebolla, queso o
pollo u otras variedades de vegetales; la pizza con vegetales en la
cubierta (por ejemplo con rodajas de tomate fresco, de calabaza o
de cebolla. Pollo, pescado, carne vacuna u otras carnes con vegeta-
les al horno o a la cacerola (para los más grandes y si son acordes
con la cultura local o las posibilidades económicas). Postres con fru-
tas: ensaladas de frutas, manzanas al horno caramelizadas, tortas
de mandarina, manzana, panqueques con frutas, etc. Se recomien-
da comenzar con una breve presentación del plato o preparación
que se va a realizar. A medida que se va desarrollando la receta se
pueden mencionar los ingredientes y los nutrientes que éstos con-
tienen, así como los beneficios para nuestra salud al consumirlos.
Además, se podrá preguntar al grupo y hacer una puesta en común
acerca de otras preparaciones en las que es posible incluir los mis-
mos alimentos. Por último, se ofrecerá el plato para degustación
100
y se entregarán copias de la receta (pueden ser fotocopias, copias
manuscritas o dibujos si la población es analfabeta), o bien se podrá
pedir que la copien. Si el tiempo para el desarrollo de la actividad
es breve, si la receta lleva mucho tiempo de elaboración y cocción
o si no se dispone de equipamiento (anafes, horno) en el lugar de
realización del taller, se aconseja tener ya los ingredientes cocidos
(ej: zapallo hervido, cebolla rehogada, carnes cocidas), explicar la
forma de cocción y proceder al armado de la receta junto al grupo.
Recursos materiales: Dependerán fundamentalmente del tipo de re-
ceta, de las instalaciones (salón de usos múltiples, gimnasio, centro
de salud, aula de escuela), del equipamiento y utensilios de que
se disponga, o que se pueda obtener para la actividad. Se aconseja
considerar que para el desarrollo del taller de cocina se requiere:
Alimentos: verduras (zapallo, zapallitos), harina, aceite, carnes (pes-
cado, pollo, carne vacuna y otras), huevos, condimentos, sal (op-
cional), frutas.
Equipamiento: mesa, mesada u otra superficie de apoyo para el
desarrollo del taller, horno, anafe, cocina doméstica (opcional),
sillas o bancos.
Utensilios de cocina: ollas, asaderas, espumaderas, cucharón o cu-
chara de madera, cuchillos, tablas, palos de amasar, repasado-
res, recipientes o bowls.
Materiales descartables: servilletas, platos, cubiertos, vasos (op-
cional). Si se hace degustación de porciones se necesitarán al
menos servilletas o rollos de papel de cocina. Si es posible, usar
también elementos lavables y así se incorpora el cuidado del
medio ambiente, ya que los descartables contaminan el am-
biente.
101
grupos de población cautiva como por ejemplo: escolares, niños que
asisten regularmente a alguna actividad en un club o una sociedad
de fomento, etc. Al menos un miembro de la familia debe saber
leer y escribir para que puedan participar incluyendo su receta. Es
por ello que se aconseja implementar esta actividad si se conoce
que las familias pueden hacerlo. Confeccionar la portada y armar
el recetario con hojas de carpeta en blanco, que irán completando
las familias. En la primera hoja, escribir una introducción y luego la
consigna o propuesta para construcción del recetario. Por ejemplo:
“Este recetario viajero propone que comamos alimentos saludables
para vivir mejor. Le pedimos a cada familia que escriba, en una de
las siguientes hojas, la receta de una comida saludable incluyendo
algunos de estos alimentos: -Verduras y frutas, -Cereales (como tri-
go, arroz, maíz o sus harinas) y legumbres (como lentejas, porotos,
arvejas) -Carnes (rojas, pollo o pescado) y huevos. -Leche y sus
derivados (ricota, queso, yogur) –Aceites. Les proponemos que los
niños peguen o dibujen algún alimento de la receta en la misma
hoja y que la preparen en algún momento de la semana o fin de
semana junto a ellos. Lean las recetas de las otras familias e inten-
ten prepararlas.
El recetario podría contener diferentes secciones. Por ejemplo: en-
tradas; platos principales; ensaladas; postres; tortas saludables (con
frutas, bizcochuelos); comidas especiales (navideñas, cumpleaños).
Si el número de familias es grande (mayor de 20), se recomienda
utilizar esta modalidad y dividir a las familias para que cada una
de ellas escriba una receta en la sección que le ha sido asignada.
Entregar el recetario a una familia y solicitar que lo devuelva o que
se lo entregue a la familia siguiente dentro de un lapso de tiempo
o fecha determinada. El recetario seguirá circulando de manera que
todas las familias lo reciban y puedan hacer sus aportes. La rueda
podría reiniciarse, para que las primeras familias que colaboraron
puedan beneficiarse al conocer las recetas que aparecieron después
de la suya.
Recursos Materiales: Hojas tipo “canson”, blancas para las recetas y
de colores para las portadas; lápices de colores o “marcadores de
fibra”, gráfica de la alimentación saludable o imágenes de alimen-
tos, tapas de carpeta, cordón, cinta o aros para pasar por las hojas.
102
Población destinataria: Niños de 3 a 9 años y sus familias, emplean- Actividad:
do diferente lenguaje de acuerdo a las edades.
“Obra de títeres”
Propósito: Promover el consumo de frutas y verduras en los niños pe-
queños.
Desarrollo: Para el desarrollo de esta actividad es muy importante el
trabajo en equipo y la distribución de las tareas según las preferen-
cias y talentos naturales de cada uno. Es una actividad que requiere
más elaboración, pero que permite una participación activa de per-
sonas con diferentes perfiles y habilidades, reforzando los vínculos
y generando cohesión interna. Se recomienda que participen en su
preparación, fundamentalmente, las madres de los niños, docentes,
líderes comunitarios, además de los miembros del equipo de salud.
Se podrá diseñar el contenido o mensaje de la obra de títeres, luego
escribir el dialogo de los personajes y, si se desea, redactar la le-
tra de una canción que pueda cantarse con una melodía conocida,
para cantarla al finalizar la obra. Confeccionar, alquilar o comprar
los títeres; para ello se puede pedir ayuda a algunas de madres o
docentes. Si se va a realizar en una escuela, se puede proponer que
los mismos niños preparen los títeres con la docente de Actividades
Plásticas. Se pueden hacer muy fácilmente títeres de mano a partir
de una media, haciéndoles los ojos con bolitas de telgopor, o retazos
de tela y botones, con pelo de hilos de lana. Preparar el teatro de
títeres, forrarlo si fuera necesario y decorarlo. Realizar la obra, pro-
moviendo la participación de los niños y realizando preguntas al pú-
blico respecto del consumo de frutas y verduras. Una vez finalizada
la obra se aconseja que los personajes salgan a saludar y a entregar
frutas para que sean degustadas por los niños presentes.
Recursos materiales: Títeres, teatro de títeres, biombo o elemento si-
milar, reproductor de sonido o equipo de música (opcional), música
(opcional), alimentos o frutas para degustación.
104
de adultos y Equipo de Salud del Centro de Atención Primaria de la Salud Santa Rita,
Mar del Plata. La convocatoria estuvo dirigida a los niños del Jardín de Infantes Provincial
Nº 939, el Jardín de infantes Provincial Nº 922 y la Escuela Nº 70. La actividad se inició
con una obra de títeres por medio de la cual se transmitieron consejos sobre alimentación
saludable para los niños; además, se desarrollaron temas relacionados con la higiene y
la salud bucal.
l Otra actividad, también destinada a niños, estuvo a cargo de la Residencia de Medicina
General y reforzó los temas relacionados con la alimentación saludable. Posteriormente,
se incorporó a la actividad la Murga de la Escuela Nº 19. Por último, se despidió a los
niños y se invitó a los adultos a recorrer el stand, donde se compartieron distintos temas
como: consejos sobre salud y alimentación saludable. El INTA ofreció asesoramiento y
entrega de semillas.
l En la escuela Nº 70 se realizó un encuentro para padres y alumnos de 4to grado. Los
temas desarrollados fueron factores de riesgo cardiovascular, recetas saludables y activi-
dad física (con el asesoramiento de profesores de educación física del Ente Municipal de
Deportes –EMDER–). Algunos de los participantes fueron citados al consultorio de Factores
de Riesgo Cardiovascular.
l Taller de cocina saludable en la Sociedad de Fomento San Antonio. Se inició con una
teatralización realizada por miembros de la Residencia de Medicina General, para con-
tinuar con la elaboración de una hamburguesa saludable por parte del Chef Gabriel (de
una empresa local de alimentos saludables); luego las promotoras de salud ofrecieron
consejos y entregaron recetarios saludables elaborados por alumnos de una escuela del
barrio. Al finalizar se compartieron los alimentos elaborados.
105
IX. Curvas de Indice de Masa Corporal
de niñas, niños y adolescentes
en percentilos y puntaje Z
106
107
108
109
X. Tabla de cálculo de IMC para niños de 1 a 5 años
LóT LóT
Indice de Masa Corporal (IMC) de niñas y niños de 1 a 5 años
(cm) (cm)
12,0 12,5 13,0 13,5 14,0 14,5 15,0 15,5 16,0 16,5 17,0 17,5 18,0 18,5 19,0 19,5 20,0
65 5,1 5,3 5,5 5,7 5,9 6,1 6,3 6,5 6,8 7,0 7,2 7,4 7,6 7,8 8,0 8,2 8,5 65
66 5,2 5,4 5,7 5,9 6,1 6,3 6,5 6,8 7,0 7,2 7,4 7,6 7,8 8,1 8,3 8,5 8,7 66
67 5,4 5,6 5,8 6,1 6,3 6,5 6,7 7,0 7,2 7,4 7,6 7,9 8,1 8,3 8,5 8,8 9,0 67
68 5,5 5,8 6,0 6,2 6,5 6,7 6,9 7,2 7,4 7,6 7,9 8,1 8,3 8,6 8,8 9,0 9,2 68
69 5,7 6,0 6,2 6,4 6,7 6,9 7,1 7,4 7,6 7,9 8,1 8,3 8,6 8,8 9,0 9,3 9,5 69
70 5,9 6,1 6,4 6,6 6,9 7,1 7,3 7,6 7,8 8,1 8,3 8,6 8,8 9,1 9,3 9,6 9,8 70
71 6,0 6,3 6,6 6,8 7,1 7,3 7,6 7,8 8,1 8,3 8,6 8,8 9,1 9,3 9,6 9,8 10,1 71
72 6,2 6,5 6,7 7,0 7,3 7,5 7,8 8,0 8,3 8,6 8,8 9,1 9,3 9,6 9,8 10,1 10,4 72
73 6,4 6,7 6,9 7,2 7,5 7,7 8,0 8,3 8,5 8,8 9,1 9,3 9,6 9,9 10,1 10,4 10,7 73
74 6,6 6,8 7,1 7,4 7,7 7,9 8,2 8,5 8,8 9,0 9,3 9,6 9,9 10,1 10,4 10,7 11,0 74
75 6,8 7,0 7,3 7,6 7,9 8,2 8,4 8,7 9,0 9,3 9,6 9,8 10,1 10,4 10,7 11,0 11,3 75
76 6,9 7,2 7,5 7,8 8,1 8,4 8,7 9,0 9,2 9,5 9,8 10,1 10,4 10,7 11,0 11,3 11,6 76
77 7,1 7,4 7,7 8,0 8,3 8,6 8,9 9,2 9,5 9,8 10,1 10,4 10,7 11,0 11,3 11,6 11,9 77
78 7,3 7,6 7,9 8,2 8,5 8,8 9,1 9,4 9,7 10,0 10,3 10,6 11,0 11,3 11,6 11,9 12,2 78
79 7,5 7,8 8,1 8,4 8,7 9,0 9,4 9,7 10,0 10,3 10,6 10,9 11,2 11,5 11,9 12,2 12,5 79
80 7,7 8,0 8,3 8,6 9,0 9,3 9,6 9,9 10,2 10,6 10,9 11,2 11,5 11,8 12,2 12,5 12,8 80
81 7,9 8,2 8,5 8,9 9,2 9,5 9,8 10,2 10,5 10,8 11,2 11,5 11,8 12,1 12,5 12,8 13,1 81
82 8,1 8,4 8,7 9,1 9,4 9,7 10,1 10,4 10,8 11,1 11,4 11,8 12,1 12,4 12,8 13,1 13,4 82
83 8,3 8,6 9,0 9,3 9,6 10,0 10,3 10,7 11,0 11,4 11,7 12,1 12,4 12,7 13,1 13,4 13,8 83
84 8,5 8,8 9,2 9,5 9,9 10,2 10,6 10,9 11,3 11,6 12,0 12,3 12,7 13,1 13,4 13,8 14,1 84
85 8,7 9,0 9,4 9,8 10,1 10,5 10,8 11,2 11,6 11,9 12,3 12,6 13,0 13,4 13,7 14,1 14,5 85
86 8,9 9,2 9,6 10,0 10,4 10,7 11,1 11,5 11,8 12,2 12,6 12,9 13,3 13,7 14,1 14,4 14,8 86
87 9,1 9,5 9,8 10,2 10,6 11,0 11,4 11,7 12,1 12,5 12,9 13,2 13,6 14,0 14,4 14,8 15,1 87
88 9,3 9,7 10,1 10,5 10,8 11,2 11,6 12,0 12,4 12,8 13,2 13,6 13,9 14,3 14,7 15,1 15,5 88
89 9,5 9,9 10,3 10,7 11,1 11,5 11,9 12,3 12,7 13,1 13,5 13,9 14,3 14,7 15,0 15,4 15,8 89
90 9,7 10,1 10,5 10,9 11,3 11,7 12,2 12,6 13,0 13,4 13,8 14,2 14,6 15,0 15,4 15,8 16,2 90
91 9,9 10,4 10,8 11,2 11,6 12,0 12,4 12,8 13,2 13,7 14,1 14,5 14,9 15,3 15,7 16,1 16,6 91
92 10,2 10,6 11,0 11,4 11,8 12,3 12,7 13,1 13,5 14,0 14,4 14,8 15,2 15,7 16,1 16,5 16,9 92
110
LóT LóT
Indice de Masa Corporal (IMC) de niñas y niños de 1 a 5 años
(cm) (cm)
93 10,4 10,8 11,2 11,7 12,1 12,5 13,0 13,4 13,8 14,3 14,7 15,1 15,6 16,0 16,4 16,9 17,3 93
94 10,6 11,0 11,5 11,9 12,4 12,8 13,3 13,7 14,1 14,6 15,0 15,5 15,9 16,3 16,8 17,2 17,7 94
95 10,8 11,3 11,7 12,2 12,6 13,1 13,5 14,0 14,4 14,9 15,3 15,8 16,2 16,7 17,1 17,6 18,1 95
96 11,1 11,5 12,0 12,4 12,9 13,4 13,8 14,3 14,7 15,2 15,7 16,1 16,6 17,0 17,5 18,0 18,4 96
97 11,3 11,8 12,2 12,7 13,2 13,6 14,1 14,6 15,1 15,5 16,0 16,5 16,9 17,4 17,9 18,3 18,8 97
98 11,5 12,0 12,5 13,0 13,4 13,9 14,4 14,9 15,4 15,8 16,3 16,8 17,3 17,8 18,2 18,7 19,2 98
99 11,8 12,3 12,7 13,2 13,7 14,2 14,7 15,2 15,7 16,2 16,7 17,2 17,6 18,1 18,6 19,1 19,6 99
100 12,0 12,5 13,0 13,5 14,0 14,5 15,0 15,5 16,0 16,5 17,0 17,5 18,0 18,5 19,0 19,5 20,0 100
101 12,2 12,8 13,3 13,8 14,3 14,8 15,3 15,8 16,3 16,8 17,3 17,9 18,4 18,9 19,4 19,9 20,4 101
102 12,5 13,0 13,5 14,0 14,6 15,1 15,6 16,1 16,6 17,2 17,7 18,2 18,7 19,2 19,8 20,3 20,8 102
103 12,7 13,3 13,8 14,3 14,9 15,4 15,9 16,4 17,0 17,5 18,0 18,6 19,1 19,6 20,2 20,7 21,2 103
104 13,0 13,5 14,1 14,6 15,1 15,7 16,2 16,8 17,3 17,8 18,4 18,9 19,5 20,0 20,6 21,1 21,6 104
105 13,2 13,8 14,3 14,9 15,4 16,0 16,5 17,1 17,6 18,2 18,7 19,3 19,8 20,4 20,9 21,5 22,1 105
106 13,5 14,0 14,6 15,2 15,7 16,3 16,9 17,4 18,0 18,5 19,1 19,7 20,2 20,8 21,3 21,9 22,5 106
107 13,7 14,3 14,9 15,5 16,0 16,6 17,2 17,7 18,3 18,9 19,5 20,0 20,6 21,2 21,8 22,3 22,9 107
108 14,0 14,6 15,2 15,7 16,3 16,9 17,5 18,1 18,7 19,2 19,8 20,4 21,0 21,6 22,2 22,7 23,3 108
109 14,3 14,9 15,4 16,0 16,6 17,2 17,8 18,4 19,0 19,6 20,2 20,8 21,4 22,0 22,6 23,2 23,8 109
110 14,5 15,1 15,7 16,3 16,9 17,5 18,2 18,8 19,4 20,0 20,6 21,2 21,8 22,4 23,0 23,6 24,2 110
111 14,8 15,4 16,0 16,6 17,2 17,9 18,5 19,1 19,7 20,3 20,9 21,6 22,2 22,8 23,4 24,0 24,6 111
112 15,1 15,7 16,3 16,9 17,6 18,2 18,8 19,4 20,1 20,7 21,3 22,0 22,6 23,2 23,8 24,5 25,1 112
113 15,3 16,0 16,6 17,2 17,9 18,5 19,2 19,8 20,4 21,1 21,7 22,3 23,0 23,6 24,3 24,9 25,5 113
114 15,6 16,2 16,9 17,5 18,2 18,8 19,5 20,1 20,8 21,4 22,1 22,7 23,4 24,0 24,7 25,3 26,0 114
115 15,9 16,5 17,2 17,9 18,5 19,2 19,8 20,5 21,2 21,8 22,5 23,1 23,8 24,5 25,1 25,8 26,5 115
116 16,1 16,8 17,5 18,2 18,8 19,5 20,2 20,9 21,5 22,2 22,9 23,5 24,2 24,9 25,6 26,2 26,9 116
117 16,4 17,1 17,8 18,5 19,2 19,8 20,5 21,2 21,9 22,6 23,3 24,0 24,6 25,3 26,0 26,7 27,4 117
118 16,7 17,4 18,1 18,8 19,5 20,2 20,9 21,6 22,3 23,0 23,7 24,4 25,1 25,8 26,5 27,2 27,8 118
119 17,0 17,7 18,4 19,1 19,8 20,5 21,2 21,9 22,7 23,4 24,1 24,8 25,5 26,2 26,9 27,6 28,3 119
120 17,3 18,0 18,7 19,4 20,2 20,9 21,6 22,3 23,0 23,8 24,5 25,2 25,9 26,6 27,4 28,1 28,8 120
12,0 12,5 13,0 13,5 14,0 14,5 15,0 15,5 16,0 16,5 17,0 17,5 18,0 18,5 19,0 19,5 20,0
111
XI. Tabla de cálculo de IMC para
niños y adolescentes de 5 a 19 años
Talla Talla
Indice de Masa Corporal (IMC) de niñas y niños de 5 a 19 años
(cm) (cm)
12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
100 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0 18,0 19,0 20,0 21,0 22,0 23,0 24,0 25,0 26,0 27,0 28,0 100
101 12,2 13,3 14,3 15,3 16,3 17,3 18,4 19,4 20,4 21,4 22,4 23,5 24,5 25,5 26,5 27,5 28,6 101
102 12,5 13,5 14,6 15,6 16,6 17,7 18,7 19,8 20,8 21,8 22,9 23,9 25,0 26,0 27,1 28,1 29,1 102
103 12,7 13,8 14,9 15,9 17,0 18,0 19,1 20,2 21,2 22,3 23,3 24,4 25,5 26,5 27,6 28,6 29,7 103
104 13,0 14,1 15,1 16,2 17,3 18,4 19,5 20,6 21,6 22,7 23,8 24,9 26,0 27,0 28,1 29,2 30,3 104
105 13,2 14,3 15,4 16,5 17,6 18,7 19,8 20,9 22,1 23,2 24,3 25,4 26,5 27,6 28,7 29,8 30,9 105
106 13,5 14,6 15,7 16,9 18,0 19,1 20,2 21,3 22,5 23,6 24,7 25,8 27,0 28,1 29,2 30,3 31,5 106
107 13,7 14,9 16,0 17,2 18,3 19,5 20,6 21,8 22,9 24,0 25,2 26,3 27,5 28,6 29,8 30,9 32,1 107
108 14,0 15,2 16,3 17,5 18,7 19,8 21,0 22,2 23,3 24,5 25,7 26,8 28,0 29,2 30,3 31,5 32,7 108
109 14,3 15,4 16,6 17,8 19,0 20,2 21,4 22,6 23,8 25,0 26,1 27,3 28,5 29,7 30,9 32,1 33,3 109
110 14,5 15,7 16,9 18,2 19,4 20,6 21,8 23,0 24,2 25,4 26,6 27,8 29,0 30,3 31,5 32,7 33,9 110
111 14,8 16,0 17,2 18,5 19,7 20,9 22,2 23,4 24,6 25,9 27,1 28,3 29,6 30,8 32,0 33,3 34,5 111
112 15,1 16,3 17,6 18,8 20,1 21,3 22,6 23,8 25,1 26,3 27,6 28,9 30,1 31,4 32,6 33,9 35,1 112
113 15,3 16,6 17,9 19,2 20,4 21,7 23,0 24,3 25,5 26,8 28,1 29,4 30,6 31,9 33,2 34,5 35,8 113
114 15,6 16,9 18,2 19,5 20,8 22,1 23,4 24,7 26,0 27,3 28,6 29,9 31,2 32,5 33,8 35,1 36,4 114
115 15,9 17,2 18,5 19,8 21,2 22,5 23,8 25,1 26,5 27,8 29,1 30,4 31,7 33,1 34,4 35,7 37,0 115
116 16,1 17,5 18,8 20,2 21,5 22,9 24,2 25,6 26,9 28,3 29,6 30,9 32,3 33,6 35,0 36,3 37,7 116
117 16,4 17,8 19,2 20,5 21,9 23,3 24,6 26,0 27,4 28,7 30,1 31,5 32,9 34,2 35,6 37,0 38,3 117
118 16,7 18,1 19,5 20,9 22,3 23,7 25,1 26,5 27,8 29,2 30,6 32,0 33,4 34,8 36,2 37,6 39,0 118
120 17,3 18,7 20,2 21,6 23,0 24,5 25,9 27,4 28,8 30,2 31,7 33,1 34,6 36,0 37,4 38,9 40,3 120
122 17,9 19,3 20,8 22,3 23,8 25,3 26,8 28,3 29,8 31,3 32,7 34,2 35,7 37,2 38,7 40,2 41,7 122
124 18,5 20,0 21,5 23,1 24,6 26,1 27,7 29,2 30,8 32,3 33,8 35,4 36,9 38,4 40,0 41,5 43,1 124
126 19,1 20,6 22,2 23,8 25,4 27,0 28,6 30,2 31,8 33,3 34,9 36,5 38,1 39,7 41,3 42,9 44,5 126
128 19,7 21,3 22,9 24,6 26,2 27,9 29,5 31,1 32,8 34,4 36,0 37,7 39,3 41,0 42,6 44,2 45,9 128
130 20,3 22,0 23,7 25,4 27,0 28,7 30,4 32,1 33,8 35,5 37,2 38,9 40,6 42,3 43,9 45,6 47,3 130
132 20,9 22,7 24,4 26,1 27,9 29,6 31,4 33,1 34,8 36,6 38,3 40,1 41,8 43,6 45,3 47,0 48,8 132
134 21,5 23,3 25,1 26,9 28,7 30,5 32,3 34,1 35,9 37,7 39,5 41,3 43,1 44,9 46,7 48,5 50,3 134
136 22,2 24,0 25,9 27,7 29,6 31,4 33,3 35,1 37,0 38,8 40,7 42,5 44,4 46,2 48,1 49,9 51,8 136
112
Talla Talla
Indice de Masa Corporal (IMC) de niñas y niños de 5 a 19 años
(cm) (cm)
138 22,9 24,8 26,7 28,6 30,5 32,4 34,3 36,2 38,1 40,0 41,9 43,8 45,7 47,6 49,5 51,4 53,3 138
140 23,5 25,5 27,4 29,4 31,4 33,3 35,3 37,2 39,2 41,2 43,1 45,1 47,0 49,0 51,0 52,9 54,9 140
142 24,2 26,2 28,2 30,2 32,3 34,3 36,3 38,3 40,3 42,3 44,4 46,4 48,4 50,4 52,4 54,4 56,5 142
144 24,9 27,0 29,0 31,1 33,2 35,3 37,3 39,4 41,5 43,5 45,6 47,7 49,8 51,8 53,9 56,0 58,1 144
146 25,6 27,7 29,8 32,0 34,1 36,2 38,4 40,5 42,6 44,8 46,9 49,0 51,2 53,3 55,4 57,6 59,7 146
148 26,3 28,5 30,7 32,9 35,0 37,2 39,4 41,6 43,8 46,0 48,2 50,4 52,6 54,8 57,0 59,1 61,3 148
150 27,0 29,3 31,5 33,8 36,0 38,3 40,5 42,8 45,0 47,3 49,5 51,8 54,0 56,3 58,5 60,8 63,0 150
152 27,7 30,0 32,3 34,7 37,0 39,3 41,6 43,9 46,2 48,5 50,8 53,1 55,4 57,8 60,1 62,4 64,7 152
154 28,5 30,8 33,2 35,6 37,9 40,3 42,7 45,1 47,4 49,8 52,2 54,5 56,9 59,3 61,7 64,0 66,4 154
156 29,2 31,6 34,1 36,5 38,9 41,4 43,8 46,2 48,7 51,1 53,5 56,0 58,4 60,8 63,3 65,7 68,1 156
158 30,0 32,5 34,9 37,4 39,9 42,4 44,9 47,4 49,9 52,4 54,9 57,4 59,9 62,4 64,9 67,4 69,9 158
160 30,7 33,3 35,8 38,4 41,0 43,5 46,1 48,6 51,2 53,8 56,3 58,9 61,4 64,0 66,6 69,1 71,7 160
162 31,5 34,1 36,7 39,4 42,0 44,6 47,2 49,9 52,5 55,1 57,7 60,4 63,0 65,6 68,2 70,9 73,5 162
164 32,3 35,0 37,7 40,3 43,0 45,7 48,4 51,1 53,8 56,5 59,2 61,9 64,6 67,2 69,9 72,6 75,3 164
166 33,1 35,8 38,6 41,3 44,1 46,8 49,6 52,4 55,1 57,9 60,6 63,4 66,1 68,9 71,6 74,4 77,2 166
168 33,9 36,7 39,5 42,3 45,2 48,0 50,8 53,6 56,4 59,3 62,1 64,9 67,7 70,6 73,4 76,2 79,0 168
170 34,7 37,6 40,5 43,4 46,2 49,1 52,0 54,9 57,8 60,7 63,6 66,5 69,4 72,3 75,1 78,0 80,9 170
172 35,5 38,5 41,4 44,4 47,3 50,3 53,3 56,2 59,2 62,1 65,1 68,0 71,0 74,0 76,9 79,9 82,8 172
174 36,3 39,4 42,4 45,4 48,4 51,5 54,5 57,5 60,6 63,6 66,6 69,6 72,7 75,7 78,7 81,7 84,8 174
176 37,2 40,3 43,4 46,5 49,6 52,7 55,8 58,9 62,0 65,0 68,1 71,2 74,3 77,4 80,5 83,6 86,7 176
178 38,0 41,2 44,4 47,5 50,7 53,9 57,0 60,2 63,4 66,5 69,7 72,9 76,0 79,2 82,4 85,5 88,7 178
180 38,9 42,1 45,4 48,6 51,8 55,1 58,3 61,6 64,8 68,0 71,3 74,5 77,8 81,0 84,2 87,5 90,7 180
182 39,7 43,1 46,4 49,7 53,0 56,3 59,6 62,9 66,2 69,6 72,9 76,2 79,5 82,8 86,1 89,4 92,7 182
184 40,6 44,0 47,4 50,8 54,2 57,6 60,9 64,3 67,7 71,1 74,5 77,9 81,3 84,6 88,0 91,4 94,8 184
186 41,5 45,0 48,4 51,9 55,4 58,8 62,3 65,7 69,2 72,7 76,1 79,6 83,0 86,5 89,9 93,4 96,9 186
188 42,4 45,9 49,5 53,0 56,6 60,1 63,6 67,2 70,7 74,2 77,8 81,3 84,8 88,4 91,9 95,4 99,0 188
190 43,3 46,9 50,5 54,2 57,8 61,4 65,0 68,6 72,2 75,8 79,4 83,0 86,6 90,3 93,9 97,5 101,1 190
12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
113
XII. Historial personal de nutrición,
hábitos y actividad física
Este formulario debe ser llenado por el paciente y/o sus padres
Fecha: ……………………………………………
Sexo: q Masculino q Femenino
Fecha de nacimiento: …… / ….. / ……… Edad:
A. Historial
Señale si el paciente o algún familiar cercano tie-
Familiar
ne alguna de las siguientes condiciones de salud:
q Diabetes
q Enfermedades del corazón
q Presión arterial alta
q Sobrepeso
q Obesidad
q Otros
¿Come frutas? q Sí q No
B. Selección
¿Come verduras? q Sí q No
de Alimentos
¿Come legumbres? q Sí q No
¿Come carnes? q Sí q No
Marque las carnes que come con frecuencia:
q pollo
q vaca
q pescado
q cerdo
114
q otras ……………………………………………………………………
….………………………………………………………………… …………
¿Come lácteos? q Sí q No
¿Cuáles?
q leche
q yogur
q queso
¿Qué tipo de leche toma regularmente?
q Entera q Descremada q Casi no toma leche
Come almidones (pasta, pizza, sándwiches, arroz,
tortas, facturas, galletitas, polenta): q Sí q No
¿Toma agua? q Sí q No
¿Soda? q Sí q No
¿Bebidas azucaradas? q Sí q No
¿Jugo de fruta? q Sí q No
¿Gaseosas? q Sí q No
C. Patrones de
¿Hace las comidas principales? q Sí q No alimentación
¿Almuerzo? q Sí q No
¿Cena? q Sí q No
¿Desayuno? q Sí q No
¿Merienda? q Sí q No
¿En casa / colegio? .........................................................................
.........................................................................................................
¿Come entre horas? q Sí q No
¿Come comida rápida? q Sí q No
¿Sándwiches? q Sí q No
¿Papitas, palitos etc.? q Sí q No
115
¿Golosinas? q Sí q No
¿Come al mismo tiempo
que mira televisión? q Sí q No
D. Actividad
Participa el paciente:
física
¿En actividad física organizada (deporte)? q Sí q No
¿En una actividad física no estructurada?
(como por ejemplo: caminar, correr, montar bicicleta,
jugar, etc.) durante 60 minutos o más: q Sí q No
E. Ocio
¿Ve televisión? q Sí q No
¿Juega con programas de computadoras o video? q Sí q No
¿El paciente tiene un televisor en su cuarto? q Sí q No
116
Pongámonos en forma juntos XIII.
Este cuestionario debe ser completado antes de la consulta, en Autorreporte
el Centro de Salud, por los padres/tutores del niño de 2 a 5 años. de Nutrición y
Por favor, complete un cuestionario con información por cada Actividad Física
niño que traiga a la consulta. Indique con una “X” todas las selec-
ciones que considere necesarias para cada item.
1. Información
1.1 ¿El niño tiene algún problema médico hoy? médica:
q Resfrío q Erupción q Diarrea
q No q Sí
(indique cuál) ………………….………………………………………………
……………………………………………………………………………………
117
1.4 ¿Alguien en la casa fuma o utiliza algún
otro producto con tabaco? q No q Sí
2- Historia Familiar:
¿Algún miembro de la familia tiene alguna de las siguientes
condiciones?
3- Historia Alimentaria:
3.1 Elecciones alimentarias:
¿Cuántas veces al día el niño come/bebe los siguientes alimen-
tos/bebidas?
Vegetales
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
118
Frutas 72
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Frituras
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Dulces/golosinas 73
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Productos de copetín 74
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Agua Potable
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Agua No Potable 75
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Gaseosas/Bebidas dulces
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
Leche/yogur/queso 76
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
72. Averigüe sobre frutas crudas, cocidas, jugos naturales, licuados que sean consumi-
das solas o en preparaciones.
73. Como caramelos, chupetines, chocolate, chicles, alfajores, etc.
74. Como papas fritas, palitos salados, palitos de maíz, u otros.
75. De pozo, estanque, aljibe, u otra fuente sin el tratamiento adecuado.
76. Indague sobre el consumo de leche sola, con chocolate o en preparaciones (flanes,
postres, budines, licuados, etc); yogur o quesos (solos o en preparaciones como
tartas, pizzas, etc).
119
3.3 ¿El niño come elementos que no sean alimentos?
q Tierra q Arcilla q Crayones q Polvo
q Cenizas q Colillas de cigarrillo q Pintura
q Goma
Otro: ……………………………………………………………………………
……………………………………………………… q No
77. Utilice ese espacio para consignar alguna opción diferente a las ofrecidas o
para permitir que el padre/tutor profundice la información brindada. Aproveche
a consultar sobre las razones por las cuales el niño come poco, mucho, es pro-
blemático, etc.
120
3.7 ¿Además de las comidas principales (de-
sayuno, almuerzo, merienda y cena) el niño
realiza colacio-nes durante el día?
q Casi siempre q A veces
q Casi nunca q Nunca
Actividad Física:
¿Cuántas veces a la semana el niño?:
Participa de juegos libres y espontáneos con otros niños o solo
que involucren el juego físico
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
78. Permita que el padre/tutor elija todas las opciones que desee.
121
Participa en juegos grupales, deportes o actividad física progra-
mada con otros niños o con la familia
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
¿Cuántas horas al día el niño mira televisión?
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
¿Cuántas horas al día el niño usa la computadora y/o juega
videojuegos?
q 0 a 1 q 2 a 3 q 4 a 5 q6a7
¿Tiene el niño televisión en el cuarto?
q No q Sí
¿Le permite al niño comer en el cuarto con la televisión pren-
dida?
q No q Sí
¿Algún adulto controla los programas que el niño mira en la
televisión?
q No q Sí
¿El niño se duerme y despierta cada día aproximadamente a la
misma hora?
q No q Sí
Preocupaciones:
¿Está Ud. preocupado/a por su propio peso?
q No q Sí
¿Cómo describiría su peso?
q Bajo q Normal q Elevado
¿Está Ud. preocupado/a por el peso del niño?
q No q Sí
¿Cómo describiría el peso del niño?
q Bajo q Normal q Elevado
122
¿Está Ud. preocupado/a por los hábitos alimentarios del niño?
q No q Sí
¿Está Ud. preocupado/a por el nivel de actividad física del niño?
q No q Sí
¿Alguna vez se queda sin dinero durante el mes para comprar
alimentos?
q No q Sí
¿Hay algún otro tema que le preocupa y quiere hablar sobre ello?
q No q Sí
……………………………………………………………………………………
Por favor describa
…………………………………………………………………………………… sus preocupaciones
acá:
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
123
XIV. Requerimiento energético estimado
Peso en kilogramos, edad en años, estatura en metros, AF ver coeficiente en tabla siguiente
Coeficiente de
Actividad Coeficiente
Actividad Física
Sedentario 1,0
124
Diez mensajes sobre Alimentación de las XV.
Guías Alimentarias para la Población Argentina
125
XVI. Nueve mensajes sobre Alimentación Infantil de
las Guías Alimentarias para la Población Infantil
1 Alimentar a los bebés nada más que con leche materna durante
los primeros 6 meses y continuar amamantándolos hasta los
2 años o más. ¡Este es el mejor comienzo para la vida!
2 A partir de los 6 meses, es necesario complementar la leche
materna agregándole de a poco otros alimentos diferentes, de
todos los grupos que aparecen en la Gráfica de la Alimentación
Saludable
3 Es importante tomarse el tiempo suficiente para darles de co-
mer bien, con tranquilidad, ayudándoles a que conozcan y prue-
ben otros alimentos, y se acostumbren a ellos.
4 A partir del año de vida, los niños pueden compartir la mesa
familiar y comer los mismos alimentos que consume el resto de
la familia.
5 Para evitar las enfermedades es importante cuidar la higiene de
todos los días y, muy especialmente, en la alimentación infantil.
6 La formación de hábitos alimentarios saludables se guía desde
los primeros años de la vida.
7 Cuando los niños se enferman, hay que darles de comer peque-
ñas comidas sencillas, livianas y más seguidas. ¡No hay que re-
ducir ni suspender la lactancia ni la comida de un niño enfermo!
8 Cada cierto tiempo –todos los meses hasta que cumplen 6 me-
ses, y luego cada dos meses hasta que cumplen 2 años–, es
muy importante hacer controlar el crecimiento y desarrollo de
los niños. Eso permite saber si están bien alimentados.
9 Acaricie a sus niños con ternura y demuéstreles siempre su
amor, para que aprendan a vivir en armon-ía, paz y tranquilidad.
126
Gráfica de la alimentación saludable XVII.
Comer variado
es bueno para vivir
con salud
127
XVIII. Participantes de la reunión de expertos
128
Celia I. Juiz, Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales, Adminis-
tración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud. MSAL.
Irina Kovalskys, Comité de Nutrición, Obesidad y Actividad Física en
ILSI Argentina.
Gabriela Krochik, Servicio Nutrición, Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan
P. Garrahan”.
Gabriel A. Lezcano, Programa Materno Intantil, Area Integral del Niño.
Ministerio de Salud Pública, Provincia del Chaco.
Beatriz Llorens, Programa Nacional Municipios y Comunidades Saluda-
bles, MSAL.
Laura B. López, Escuela de Nutrición, Universidad de Buenos Aires.
Verónica Lucconi, Programa de Sanidad Escolar, MSAL.
Guadalupe Mangialavori, DINAMI.
Carmen Mazza, Servicio Nutrición, Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan
P. Garrahan”.
Mary R. Neme, Dirección de Maternidad e Infancia, Ministerio de Salud
Pública, Provincia del Chaco.
Virginia Orazi, DINAMI.
Laura Piaggio, Programa Nutricional, Ministerio de Salud, Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires.
Olga Ramos, Servicio Nutrición, Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizal-
de”, Ministerio de Salud, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Marina Rolón, Programa Nutricional, Ministerio de Salud, Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires.
Paula Sebastián, Salud Activa, Ministerio de Salud, Provincia de Buenos
Aires.
Debora R. Setton, Comité Nacional de Nutrición, Sociedad Argentina de
Pediatría. Sección Nutrición Pediátrica, Hospital Italiano de Buenos Aires.
Patricia Sosa, Comité Nacional de Nutrición, Sociedad Argentina de Pe-
diatría. Servicio de Nutrición, Hospital Nacional “Prof. A. Posadas”.
Mariela Tenisi, DINAMI.
129
Miriam Tonietti, Servicio Nutrición, Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gu-
tiérrez”, Ministerio de Salud, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
María Eugenia Torresani, Cátedra Dietoterapia del Niño y del Adulto,
Escuela de Nutrición, Universidad de Buenos Aires.
Liliana A. Trifone, Servicio Nutrición, Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gu-
tiérrez”, Ministerio de Salud, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Luciana Valenti, Dirección de Promoción de la Salud y Control de las
Enfermedades no transmisibles, Ministerio de Salud de la Nación.
Ana Luz Velilla, DINAMI.
María Esther Zadorozne, Programa Materno Infantil, Ministerio de Sa-
lud Pública, Provincia de Misiones.
130
CONTRATAPA