Las Competencias de Un Buen Gestor Educativo
Las Competencias de Un Buen Gestor Educativo
Las Competencias de Un Buen Gestor Educativo
Las funciones de los directores y gestores de los proyectos Educativos se han ampliado en los
últimos años. Actualmente, es difícil definirlas en un decálogo, especialmente si tenemos en
cuenta las cuestiones "transversales" en una organización educativa: la aplicación de las nuevas
tecnologías, la atención a la diversidad, la gestión administrativa y del personal, las nuevas
necesidades de los centros educativos, como la comunicación y el liderazgo educativo.
Reconocer que el modelo de dirección y gestión de un proyecto educativo es central para poder
pensar en innovar y evolucionar en la implementación de mejoras teniendo en cuenta las
exigencias sociales, incorporando nuevos roles, nuevas habilidades y nuevas competencias, entre
las que podemos considerar el liderazgo pedagógico, la evaluación de la docencia, entre otras.
Gestión de equipos. El director debe asumir el liderazgo y coordinación del equipo de profesores,
el personal de administración y servicios.
La relación con el entorno. La relación con las familias y el alumnado se ha hecho más compleja
con los años. El diálogo para dar respuesta (o no) a las demandas, la exigencia de que esas
respuestas se den con calidad, la diversidad de esas demandas, etc. exigen que el equipo directivo
tenga un bagaje formativo específico que no tiene por qué haber adquirido en su labor como
docente.
Las relaciones con la administración. El desarrollo de una amplia normativa escolar, la exigencia de
supervisión de determinadas áreas de la gestión, la realización y divulgación de numerosos
documentos de organización… exigen que el equipo directivo tenga unos determinados
conocimientos, actitudes y domine los procedimientos.
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La comunicación y el marketing educativo. Muchos centros educativos están incorporando
técnicas de captación de alumnado, comunicación en redes sociales y acciones de marketing
educativo a su realidad. En este contexto, se requiere una estrategia planificada y sin
improvisación.
Estas funciones son solo una aproximación a todo el proceso de gestión de los centros educativos,
que resulta cada vez más complejo. Un gestor debe ser capaz de planificar, organizar, ejecutar y
evaluar las respuestas a las necesidades educativas.
En este contexto, las competencias de los gestores abarcan aspectos técnicos, jurídicos y de
recursos humanos que tradicionalmente no están incorporados en la formación inicial del
docente.
Las organizaciones educativas -del mismo modo que cualquier otro tipo de organización- sólo
consiguen progresar cuando logran detectar sus errores, investigar cuáles son sus causas y tomar
decisiones en consecuencia. Precisamente, ser competente en el campo profesional consiste en
saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con los
conocimientos aprendidos en las etapas de formación, es necesario contar con habilidades,
conocimientos y aptitudes que permitan desempeñar las tareas propias del gestor o director de la
institución educativa.
Eficiencia en el uso de los recursos. Relacionado con el punto anterior cobra fuerza la gestión
eficaz de los recursos, tanto materiales como humanos, además, resulta necesario contemplar la
búsqueda de nuevos recursos, por decir de algún modo, atípicos. Especialmente en la escuela de
hoy, esto supone ofrecer otras actividades o servicios complementarios que permitan generar
otros ingresos económicos para el sostenimiento general de la institución educativa.
Liderazgo. Los directores deben ejercer liderazgo para mejorar la calidad de la enseñanza. Por eso,
es fundamental compartir la visión hacia la que se encamina la comunidad educativa, orientarse
hacia objetivos concretos y dar sentido a las funciones y actividades de cada miembro del equipo
directivo.
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Resolución de conflictos.Un buen gestor inspira respeto; un mal gestor, temor. Y muchas veces el
temor lo genera un mal gestor que se involucra de manera permanente en discusiones absurdas
sobre pequeñeces, trabas burocráticas, generalizaciones injustas y ofensivas. En el contexto
educativo, resulta fundamental ser capaz de solucionar los conflictos o por los menos, ofrecer las
herramientas que facilitan su resolución. Un buen gestor debe ser firme en sus decisiones, justo y
tener la capacidad de mediar.