3 Requisitos para Una Vida Abundante

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3 REQUISITOS PARA UNA VIDA ABUNDANTE

Dt. 10:10-22

Introducción. Un dicho común es aquel que dice que nada en la vida es barato. Es

decir, todo lo que queramos tener tiene un precio que pagar.

Sin lugar a dudas vivir una vida satisfactoria o lo que es una buena vida, también

demanda un precio que pagar. Bien puede ser el trabajo duro, los sacrificios

personales, y tal vez hasta muchos años sin tomar vacaciones.

De igual forma, la vida en abundancia que ofrece el Señor Jesucristo tuvo también un

precio: La muerte de Jesús, y por nuestra parte también hay un precio que debemos

pagar.

Este pasaje nos muestra los requisitos para una vida en abundancia. El día de hoy

quiero hablarles sobre 3 requisitos para una vida abundante.

1. Despojarse de todo lo pagano que hay en el corazón (10:16).

 Pagano: Literalmente es una persona que tiene o que adora muchos dioses. También

se refiere a la idolatría, que es dar el lugar que le corresponde a Dios a algo o alguien.

 Explicar el verso. Esta es una expresión que ilustra el deshacerse de lo pecaminoso.

Pero también nos habla de hacer un compromiso con el Señor. Recordemos que la

circuncisión era una señal de hacer pacto con Dios.

 Aplicación. Esto significa dar lugar a la bendición de Dios. Debes comprender que

Dios quiere bendecirte, pero tu corazón está lleno de tantas cosas que no hay lugar

para Dios. Por lo tanto, despójate de todo lo que impida la bendición de Dios en tu vida,

tal como amargura, resentimiento, celos, envidias, rencores, etc.

2. Vivir bajo el temor del Señor (10:20-21).

 Temor al Señor. No significa vivir atemorizado, ni mucho menos tenerle miedo a Dios.

Más bien el temor al Señor es un respeto reverente que le tenemos porque

reconocemos su grandeza y poder.

 Exponer el pasaje. “Teme al Señor.” Es honrar al Señor con nuestras actitudes y con

nuestra disposición. “Y sírvanle.” Servir al Señor es muestra de honrarlo. Le servimos

cuando servimos en la iglesia, cuando somos obedientes a su voluntad, cuando

adoramos de corazón. “Aférrate a él.” Significa mantenerse fieles al Señor en cualquier

circunstancia. “Jura por su nombre.” No significa “te juro por Dios,” más bien, que no
hagas compromisos en nombre de otros dioses; que mantengas tu fidelidad al Señor sin

comprometer tu fe ni tus convicciones.

 Aplicación. Temer al Señor es reconocer quien es El, y por consiguiente vivir

sabiendo que todo lo que haga y todo lo que soy merece su respeto. Prov. 1:7 dice que

“el temor al Señor es el principio de la sabiduría.” Se sabio y teme al Señor.

3. Servirle de todo corazón (10:12-13).

 Explicar el pasaje. Estos versos son lo que Moisés explica en los pasajes que siguen

sobre cómo ponerlo en práctica en su vida. Moisés quiere decir que las demandas del

Señor a cambio de una vida abundante no son complicadas y por lo tanto cualquiera

puede cumplir con ellas.

 Explicar la frase. Servir al Señor de todo corazón significa darle lo mejor de mi vida.

Es rendirle una adoración que nazca en gratitud y reconocimiento de su grandeza. Es

algo que no sea obligatorio ni forzado

Servir al Señor de todo corazón implica volvernos instrumentos de su paz; ser su voz a

las naciones, es llevar su amor a quines no lo tienen, y contar sus grandes maravillas.

 Aplicación. Sirve de corazón y con gratitud. Tú puedes ser un instrumento de

bendición a las naciones de la tierra.

Conclusión.

Vivir para el Señor Jesucristo no es complicado. Los complicados somos nosotros.

Queremos vivir bien pero no queremos pagar el precio.

Ciertamente la vida abundante requiere pagar un precio; no de dinero, sino de

disposición.

Jesucristo hizo su parte, ahora es necesario que tú hagas la tuya. Concéntrate en lo

que Dios espera de ti:

 Despójate de lo pagano,

 Disponte a vivir bajo el temor del Señor,

 Sírvele de todo corazón.

Ministrar: Guiar a las personas a desechar de sus vidas todo lo que impida la bendición

de Dios. Luego orar para que vivan bajo el temor del Señor reconociendo su gobierno y

autoridad. Y finalmente, dedicando sus vidas a servirle a partir de este instante.

¿Qué quiso decir Jesús cuando prometió una vida abundante?"


Respuesta: En Juan 10:10, Jesús dijo, "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” A
diferencia de un ladrón, el Señor Jesús no viene por razones egoístas. Viene a dar, no a
recibir. Viene para que las personas puedan tener vida en Él que es significativa, útil,
alegre y eterna. Recibimos esta vida abundante el momento que lo aceptamos como
nuestro Salvador.

Esta palabra "abundante" en griego es perisson, significando "excesivamente,


altamente, más allá de la medida, más, superfluo, una cantidad tan abundante como
para ser considerablemente más de lo que uno esperaría o anticiparía". En definitiva,
Jesús nos promete una vida mucho mejor de la que nos podríamos imaginar, un
concepto que nos recuerda de 1 Corintios 2:9: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han
subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.". El
apóstol Pablo nos dice que Dios es capaz de “hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, y lo hace por Su poder, un poder
que está obrando dentro de nosotros si le pertenecemos a Él (Efesios 3:20).

Antes de comenzar a tener visiones de casas lujosas, coches caros, cruceros en todo
el mundo, y más dinero de lo que podemos gastar, tenemos que hacer una pausa y
pensar en lo que Jesús enseña sobre la vida abundante. La Biblia nos dice que la
riqueza, el prestigio, la posición y el poder en este mundo no son las prioridades de
Dios para nosotros (1 Corintios 1:26-29). En cuanto al estado económico, académico y
social, la mayoría de los cristianos no procede de las clases privilegiadas. Claramente,
entonces, una vida abundante no consiste de una abundancia de cosas materiales. Si
ese fuera el caso, Jesús habría sido el más rico de los hombres. Pero lo contrario es
verdad (Mateo 8:20).

La vida abundante es la vida eterna, una vida que comienza en el momento que
venimos a Cristo y lo recibimos como Salvador, y continúa a lo largo de toda la
eternidad. La definición bíblica de la vida — específicamente la vida eterna — es
proporcionada por Jesús mismo: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. " (Juan 17:3). Esta definición
no hace mención de la longitud de los días, la salud, la prosperidad, la familia o la
carrera. De hecho, lo único que menciona es el conocimiento de Dios, que es la clave
para una vida verdaderamente abundante.

¿Qué es la vida abundante? En primer lugar, la abundancia es abundancia espiritual, no


material. De hecho, Dios no es excesivamente preocupado por las circunstancias
físicas de nuestras vidas. Él nos asegura que no necesitamos preocuparnos de la
comida ni la vestimenta (Mateo 6:25-32; Filipenses 4:19). Las bendiciones físicas
pueden o no ser parte de una vida centrada en Dios; ni la riqueza ni la pobreza es un
indicio seguro de nuestra posición con Dios. Salomón tuvo todas las bendiciones
materiales disponibles a un hombre pero encontró todo sin sentido – vanidad de
vanidades (Eclesiastés 5:10-15). Pablo, por otro lado, estaba contento en cualquier
circunstancia física en la que se encontraba (Filipenses 4:11-12).

En segundo lugar, la vida eterna, la vida por la cual un cristiano realmente se preocupa,
no es determinada por la duración, sino por una relación con Dios. Esto es por qué, una
vez que nos convertimos y recibimos el regalo del Espíritu Santo, se dice que tenemos
la vida eterna ya (1 Juan 5:11-13), aunque no, por supuesto, en su plenitud. La longitud
de la vida en la tierra no es sinónima con la vida abundante.
Finalmente, la vida de un cristiano gira alrededor del principio de crecer “en la gracia y
el conocimiento de nuestro Señor y el Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Esto nos
enseña que la vida abundante es un proceso continuo de aprendizaje, práctica, y
maduración, así como fracaso, recuperación, ajuste, perseverancia, y vencimiento,
porque, en nuestro estado actual, “vemos por espejo, oscuramente” (1 Corintios 13:12).
Un día veremos a Dios cara a cara, y le conoceremos completamente tal como seremos
conocidos completamente (1 Corintios 13:12). Ya no lucharemos con el pecado y la
duda. Esto será la vida abundante finalmente realizada.

Aunque somos naturalmente deseosos de cosas materiales, como cristianos, nuestra


perspectiva de la vida debe ser revolucionada (Romanos 12:2). Así como nos
convertimos en nuevas creaciones cuando venimos a Cristo (2 Corintios 5:17), así debe
ser transformada nuestra comprensión de la "abundancia". La verdadera vida
abundante consiste en una abundancia de amor, gozo, paz y el resto del fruto del
Espíritu (Gálatas 5:22-23), no una abundancia de "cosas". Consiste en una vida que es
eterna, y por lo tanto, nuestro interés está en el eterno, no el temporal. Pablo nos
amonesta, "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios." (Colosenses 3:2-3). 

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