La Plaza El Carmen de Guamal Magdalena

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INTRODUCCIÓN

El municipio de Guamal, Magdalena, la “Tierra colorá”, ubicado a mitad de


camino entre los viejos e históricos puertos de Mompox y El Banco,
fundamentales en el desarrollo económico y cultural de la región, se destaca
por ser cuna de grandes músicos, artesanos y literatos, además de la gran
riqueza hidrobiológica con la que cuenta en su territorio y el desarrollo de
algunas manifestaciones culturales que han alcanzado relevancia a nivel
regional, como es el caso de las procesiones de Semana Santa, debido a lo
cual se le considera como el epicentro del turismo religioso del departamento.
El propósito de este texto es realizar una reseña histórica del pueblo haciendo
énfasis en la plaza fundacional del pueblo, dada su asociación con las diversas
formas de vivir el patrimonio por parte de los guamaleros a través de la historia,
en procura de que les sea dada una adecuada valoración, inicialmente por
parte de los mismos habitantes del municipio.

Ubicación geográfica del municipio

Guamal se localiza en la depresión Momposina,


una cuenca sedimentaria de 24.650 km 2,
situada en la confluencia de los bajos de los
ríos San Jorge, Cauca y Cesar con el
Magdalena, en jurisdicciones de municipios de
los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar,
Magdalena y Cesar (Franco, 2009). Su territorio
se ubica en la margen oriental del río
Magdalena, en la subregión sur del
departamento homónimo y cuenta con una
extensión de 565 Km2, una altura promedio de
24 metros sobre el nivel del mar y temperatura
oscilante entre los 24 °C y 38 °C.

Actualmente tiene una población de 27.918


habitantes (DNP, 2020), densidad poblacional
de 49,1 Hab/Km2 y su división político-
administrativa consta de 22 corregimientos y 31
veredas. Limita, de acuerdo a lo establecido por
la Asamblea del Magdalena, mediante la
Foto 1 Ubicación geográfica de Guamal
ordenanza 15 del 2 de julio de 1904
(Zambrano,1997), con los municipios de El Banco y San Sebastián, en el
Magdalena, y Astrea y Chimichagua, en el Cesar. Del Bolívar lo separa el brazo
de Mompós del río Magdalena, limitando en este departamento con el
municipio de Margarita. El casco urbano limita con los corregimientos de:
Pampan y Sitio nuevo y con el río Magdalena.

La conexión principal actual del municipio, con el resto de la región, es la vía


nacional 78, conocida como: Transversal de la Depresión Momposina, que lo
comunica con poblaciones aledañas como El Banco y Mompox. Por dicha
Transversal se conecta con la vía nacional 45, también conocida como Troncal
del Magdalena o Ruta del sol, con la que se intersecta en El burro, jurisdicción
de Pailitas, Cesar, hacia el suroriente, y hacia el noroccidente con la vía
nacional 25 o Troncal de occidente, mediante los novísimos puentes Santa
Lucía y Roncador y con la que se intersecta en Puerta de Hierro o El Bongo,
jurisdicción de Los Palmitos, Sucre. Estas dos troncales son los más
importantes ejes viales que comunican el interior del país con el Caribe
colombiano. Adicionalmente, se conecta con el municipio de Astrea, Cesar,
mediante la vía 78MG01-1, perteneciente a la red secundaria de carreteras del
país. La vía que lo comunica con el municipio de San Sebastián de Buenavista,
Magdalena, es de tercera categoría (Ramírez & Ávila, 2020).

Antiguamente existía conexión permanente por el río Magdalena con puertos


tan importantes como Barranquilla, Mompós, Magangué, El Banco, Gamarra y
Barrancabermeja, por medio de rutas de una gran variedad de embarcaciones:
lanchas, remolcadores, chalupas y vapores, entre los cuales destaca el
legendario David Arango, que se incineró frente a la albarrada de Magangué el
19 de enero de 1961 (Tatis, 2018). Este sistema de transporte entró en desuso
en la década de 1990 en el municipio, con el mejoramiento en el transporte
terrestre, lo cual también condujo a que el aeropuerto El Carmen dejara de
funcionar en la década de 1980. Este aeropuerto comenzó a funcionar en los
años 50 del siglo XX, distante de la cabecera municipal a 5 kilómetros, gracias
a la gestión del profesor Servando Pérez Arévalo (Zambrano, 1997). A este
campo de aterrizaje llegaban las aeronaves que hacían el recorrido: Guamal –
El Banco – Mompox y Magangué.

El paisaje tropical semiárido de la región caribeña se ve contrastado por la


selva húmeda tropical de la Depresión Momposina, la que constituye un hito
ecológico de alta biodiversidad y valor ambiental (Franco, 2009); que en el
territorio del municipio de Guamal se caracteriza por la existencia de múltiples
ciénagas, que representan aproximadamente el 32% de su territorio (Brito y
Hernández, 2006), entre las cuales destacan: La rinconada, Chilloa, Tesca,
Pajaral, Saballo y Peralejo, que se comunican con el río o entre sí, mediante
varios caños, siendo los principales: El Quemao, Guamal, Grande, Hondo, El
Totumo, Musangal, El Zaino y El Guácimo. En el territorio del municipio se
destacan las sabanas de Pasital, El Mono, El Hosco, Las damas, Peralejo y
Palmarejo; también los playones llamados: De Chimila, De Tesca, De Pajaral,
Del Jobal, Del Iguá y de Juan Grande. Destacan las islas: Isla de Pava en la
ciénaga de la Rinconada, Isla de Pajaral en la ciénaga de Chilloa e Isla grande
en el rincón de Saballo de la misma ciénaga.

Franco afirma, respecto al clima de la región de la depresión Momposina, que:


"es estacional y presenta dos temporadas secas, con un gradiente de
pluviosidad negativo y de intensidad y duración del estiaje positivo,
determinantes para una vegetación típica de zonas de vida húmedas, que
benefician distintas especies de fauna residente y migratoria y el
establecimiento de explotaciones ganaderas desde el inicio de la colonización
europea en el siglo XVI". El municipio posee un bosque seco tropical (Brito y
Hernández, 2006), en el que predominan especies arbóreas tales como:
Caracolí, Uvero, Carreto, Campano, Guarumo, Naranjuelo, Jobo, Pimiento,
Matarratón, Totumo, Ceiba, Cauchos, Algarrobo, Dividivi, Carreto, Tolú, Roble,
Solera, Iguamarillo, Cedro y Palma de vino.
Como hemos visto, la cuenca del brazo de Mompox del río Magdalena
constituye una amplia zona riquísima en flora, fauna y recursos hidrobiológicos,
por su variedad de ecosistemas que albergan una extraordinaria biodiversidad.
El municipio cuenta con una gran variedad de cuerpos de agua , los cuales,
junto a los manglares, las sabanas y los rastrojos, son refugios de una rica y
variada fauna acuática, aérea y terrestre, tales como: venados, conejos,
guartinajas, armadillos, ñeques, ponches, puercoespines, tortugas, hicoteas,
iguanas, babillas, caimanes y una gran variedad de patos, palomas, loros,
pericos, guacamayos; bocachicos, bagres, cachamas, pacoras, barbudos,
sábalos, doncellas y coroncoros; especies que se integran con las frutas y
hortalizas (yuca, maíz, ahuyama, ajonjolí, fríjol, ají, piña, tomate, guayaba,
guanábana, anón, naranja, jobo, papaya, guama y níspero, entre otros) en
diversos y exquisitos platos de la gastronomía local, tanto de dulce como de
sal, tales como: Cocadas, Enyucados, Chicha de maíz y arroz con piña,
Marialuisas, Polvorosas y los diversos tipos de sancochos y sopas, además de
los guisos y cocidos de gallina, pescado, res y cerdo, principalmente, aunque
no faltan de hicotea, iguana, carnero, ponche y guartinaja, entre otros animales
de monte, hoy día algo escasos y por ello aún más valorados en la mesa.

Colonización y poblamiento

Durante el periodo prehispánico, el territorio del municipio de Guamal,


Magdalena, hizo parte de la provincia del Pocabuy 1 o Pacabuy, nombre
aborigen que significa "Laguna" (Rangel, 1947), perteneciente a la nación
Chimila, ubicada entre los ríos y humedales de lo que hoy se conoce como
Depresión Momposina. Esta provincia la integraban los pueblos indígenas que
se ubicaban alrededor de la ciénaga de Zapatosa (Sopatosa), la Rinconada y
Chilloa. Los ubicados en los ríos Magdalena (Yuma) y César (Xiriri) se
conocieron como Malibués o Malebú (Rivet, 1947, citado por Pedrozo, 2018).
La principal población de la provincia era, Thámara, actual Belén, corregimiento
de El Banco, de acuerdo a lo registrado por Rangel Paba.

En la barranca donde fue fundado el municipio tenía su residencia el cacique


Melambo, quien señoreaba el territorio del Guamal actual. Estos pueblos
Chimilas eran el terror de los que navegaban el río Magdalena, como lo
describe el cronista Aguado, citado por Fals Borda.

“Muy traidores, que nunca acometen sino celadas y embarcados y puestos en


salvo y han recibido más daño de ellos los españoles que no los españoles les
han hecho”.

Como no pudieron ser domados por la espada, anota Rangel que fue
encomendado a Sebastián de Eslava, Virrey del Nuevo Reino de Granada,
mediante Cédula Real del 20 de agosto de 1739, poner en obra nuevas
fundaciones a lo largo del río desde Barbudo (El Banco) hasta la Boca de
Tacaloa (Magangué), para que sirvieran de guardabosques al incauto
1
A partir del libro El país de Pocabuy en 1947 se ha venido usando ampliamente este nombre, pero en el
2018 apareció el libro Melambo: tradiciones e historias de Guamal que introduce Pacabuy a partir de
documentos antiguos consultados por el autor.
navegante y contribuyeran a domar a los nativos por aislamiento. El 20 de
septiembre de 1740 Eslava otorgó a Juan de Vera Fajardo, Gobernador de la
Provincia de Santa Marta, las facultades que le concediera el Rey don
Fernando para dichas fundaciones y este, a su vez, entró en capitulación sobre
las mismas con Fernando de Mier y Guerra, acuerdo refrendado por Eslava en
Cartagena el 26 de octubre de 1743.

Don Fernando trasladó a aquel sitio a la tribu de Bocas de Guamal, que es el


punto donde desemboca el río Cauca en el Magdalena, a 296 Km de su
desembocadura en el Mar Caribe (Guzmán, 2005). Esta boca de Guamal
queda en jurisdicción del actual municipio de Pinillos, en el departamento de
Bolívar.

Guamal fue bautizado, en ese entonces, como Nuestra Señora del Carmen de
Barrancas, como dejó constancia Remigio Gerónimo De Velasco y García,
primer cura del municipio, el 5 de noviembre de 1751, quien también da cuenta
de que el primer alcalde del municipio fue Martín Ruíz Díaz y que ya para la
época el pueblo tenía su correspondiente y decente iglesia (Rangel, 1947).

Este dato acerca de la existencia del templo católico, casi que desde la misma
fundación del municipio, reseñado en el libro El país de pocabuy del guamalero
Gnecco Rangel Paba, permite establecer como el sitio fundacional del
municipio al marco de la Plaza El Carmen, donde se ubica este templo,
sumado al hecho de que en este sector es en donde se ubican las casas más
viejas, se ubicaron los primeros establecimientos comerciales y educativos,
donde han vivido las familias más tradicionales del municipio y donde se ha
desarrollado gran parte de la vida pública y cotidiana, social y cultural del
municipio, hasta nuestros días.

El municipio de Guamal fue fundado, de acuerdo a Rangel Paba, el 16 de julio


de 1747 por el Maestre de campo y Caballero de la orden de Santiago
Fernando de Mier y Guerra, español residenciado en Mompós, con 131 vecinos
(familias) y 533 almas, a orillas del río Magdalena, jurisdicción de la ciudad de
Tamalameque, provincia de Santa Marta y fue creado municipio mediante el
decreto 164 del 11 de octubre de 1.886, expedido por la gobernación del
Magdalena, elevándose a tal categoría mediante la ordenanza 15 del 2 de julio
de 1.904 (Zambrano, 1997).

Los cuerpos de agua de esta cuenca aseguraban la supervivencia de los


grupos indígenas anteriores a la colonización española en la región. La pesca
ha sido tradicionalmente la principal base de sostenimiento de la población de
la zona, aunque también ha sido tradicional la caza de diversas especies de
animales. Actualmente han disminuido estas actividades debido a la dramática
disminución de las especies, entre otras cosas, por las malas prácticas de caza
y pesca, la contaminación del río y el aumento de los niveles de sedimentación.

Estar ubicados en un terreno con tanta riqueza hídrica permitió que sus
primitivos pobladores desarrollaran el transporte fluvial, prácticas que aun
hacen parte de la identidad de los habitantes de la región y componen un
patrimonio vivo, aunque no sea este el principal medio de transporte en la
actualidad, desplazado por el transporte terrestre.

Espacio urbano en torno a la Plaza

El espacio urbano de Guamal fue trazado de acuerdo al modelo de ciudad en


forma de retícula ortogonal que se desarrolló durante la colonia española, como
tipología mencionada por López Guzmán, citado por Franco, así, "(…) la
mayoría de las ciudades responden a un mismo modelo urbanístico con
escasas variantes. Trazadas «a cordel y regla», definen una trama geométrica
donde calles rectas se cruzan formando una retícula. En el centro, quedará
abierta la plaza mayor que será el núcleo simbólico y vital de la nueva ciudad",
lo cual permite reafirmar la importancia de la plaza El Carmen, como sitio
fundacional del pueblo y que, además, se configuró en centro administrativo,
comercial y cultural del municipio hasta principios de la segunda mitad del siglo
XX.

El sector más antiguo del casco urbano municipal está conformado por seis
calles longitudinales, paralelas al río, que son atravesadas transversalmente
por ocho carreras, las cuales constituyen las calles fundacionales del municipio
y contienen referentes urbanos importantes para la población. Los nombres de
estas calles y carreras fueron acordados por el Concejo municipal a mediados
de 1935 (Zambrano, 1997), así:

Nombres de las Calles: Calle 1 – Magdalena, Calle 2 – Colón, Calle 3 –


Santander, Calle 4 – El Carmen, Calle 5 – Sucre, Calle 6 – Caldas, Calle 7 –
Nariño, Calle 8 – Ricaurte, Calle 9 – Ospina Pérez, Calle 10 – Celedón, Calle
11 – Nueva o Av. de los estudiantes.

Nombres de las carreras: Carrera 1 – Camino de Pampán, Carrera 2 – La paz,


Carrera 3 – 29 de Diciembre o Av. Colombia, Carrera 4 – Crispulo Infante,
Carrera 5 – El progreso, Carrera 6 – Córdoba, Carrera 7 – Libertad, Carrera 8 –
El libertador, Carrera 9 – Lourdes o Callejón de los micos, Carrera 10 – El
cañito y Carrera 11 – La de la planta.

La plaza se encuentra ubicada entre el atrio del templo parroquial de Nuestra


señora del Carmen y el viejo y pequeño puerto, hoy abandonado y en desuso a
causa de la sedimentación que ha formado un gran islote frente a él, casi que
devolviendo la calle que el río erosionara a principios del siglo XX.

Esta plaza
inicialmente era
atravesada por un
camellón, bordeado de
árboles, que iba desde
el puerto hasta el
monumento de la
virgen del Carmen y
daba la bienvenida a
quienes arribaban al municipio por el río, pero este fue eliminado cuando fue
construido el parque que muchos, aún hoy día, conocen como “El parque de
los leones”, en parte por el decorado de la fuente que se ubicaba en medio de
este y en parte porque esta obra fue hecha por encargo de los miembros del
desaparecido Club de Leones, durante la alcaldía de Manuel Villa Arias entre
1974 y 1976. Dicha fuente y algunas de las grandes materas fueron removidas
durante los trabajos de remodelación de la plaza realizados en el año 2010,
bajo la alcaldía del médico Robert Ramírez Blanco y el curato del presbítero
Gilberto Rodríguez, de la congregación de los Siervos Misioneros de la
santísima trinidad, quienes administran la parroquia desde el 2005.

El principal referente
urbano ubicado en el
marco de la plaza es
el templo parroquial,
edificio que, se ha
tenido tres formas
diferentes, siendo la
inicial construida en
palma de vino y caña
brava, cuyo techo se
incendió en octubre
de 1894 a causa de
una descarga
eléctrica atmosférica
Foto 3 Parque de los leones en la Plaza el Carmen, al fondo el templo parroquial (Zambrano, 1997). En
1905 el techo del
templo fue cambiado a hierro galvanizado por gestión del presbítero Manuel
Bayarri Gómez y monseñor Rafael Celedón Ariza (Pedrozo 2018). Como
señala Pedrozo, la actual construcción fue restaurada en 1963 gracias a las
gestiones del político guamalero Néstor Andrés Rangel y al regalo de los cuatro
relojes para las caras de la torre principal del templo por el ganadero y dirigente
político José de la Cruz Mejía. Respecto al incendio de la iglesia, una leyenda
local dice que los primeros en tomar manos a la obra para sofocar el fuego
fueron los santos patronos del pueblo: Que la mujer a quien don Miguel
Pacheco escuchó gritando: ¡fuego… fuego! corriendo por la calle 3, frente a la
casa que hoy día es de José Ignacio Mejía, era la virgen del Carmen y que el
hombre al que vio la señora Juana Vanegas corriendo por el caballete de la
iglesia, corriendo de un extremo a otro con un ramajo en la mano, tratando de
sofocar las llamas, era San Sebastián.
Gracias al archivo fotográfico de la familia
Guerra se pueden apreciar los dos tipos de
torre que tuvo la iglesia en su segunda
forma de construcción, antes de su
restauración en 1963. En esta primera foto
del templo se aprecia, en la parte inferior el
viejo camellón y una incipiente torrecilla,
coronada con una cruz. En la segunda foto
del templo se aprecia la entrada o salida de
una procesión de la Virgen del Carmen, con
una torre un poco más alta y un campanario
reconocible a la distancia. Se identifica a
mano izquierda la primera sede de la
Foto 4 Segunda forma de la iglesia con torrecilla alcaldía, de la cual no se tienen datos
acerca de su construcción.

En este templo se encuentran


varias obras de arte religioso
realizadas por artistas guamaleros,
lo cual la convierte en el primer y
principal escenario de exposición
permanente del arte local. Entre los
artesanos guamaleros se destacan
los miembros de la familia Ávila
Martínez, herederos del
multifacético autodidacta Luis
Rafael Ávila Estrada, a quien se le
atribuye la construcción de la
Foto 5 segunda forma de la iglesia con torre más alta
mayoría de los pasos de la
Semana Santa Guamalera y la composición de varias de las marchas fúnebres
que se interpretan durante sus procesiones. Su hijo Luis Rafael Ávila Martínez
talló, en alto relieve: el rostro de Jesús, coronado de espinas, en la puerta
mayor; la Virgen del Carmen con el niño en brazos en la puerta lateral derecha
y una representación de La piedad de Miguel Ángel en la puerta lateral
izquierda. Luis Rafael es un destacado tallador y ebanista, residente en Santa
Marta, reconocido por haber sido invitado por el fallecido presidente
venezolano Hugo Chávez, en el 2012, a exponer su obra La otra historia de
Bolívar en el museo caraqueño María Teresa Carreño. Su hermano Jorge
Eliecer fue el constructor del actual Santo Sepulcro, por encargo de la Junta
permanente de la Semana Santa y con patrocino del entonces gobernador del
Magdalena, Humberto Sinning Herazo en 1977.

Los Ávila Martínez, además de estas obras, han contribuido con la imaginería
de la Semana Santa, elaborando los siguientes pasos (Ávila y Ramírez, 2020):

Paso Primera versión Segunda versión

La samaritana Luis Rafael Ávila Estrada Aldo Ávila Martínez


Ultima cena Luis Rafael Ávila Estrada Aldo Ávila Martínez
Beso de Judas Luis Rafael Ávila Estrada
Los azotes Luis Rafael Ávila Estrada
Jesús ante Caifás Aldo Ávila Martínez
La coronación Luis Rafael Ávila Estrada
Jesús Ante Herodes Aldo Ávila Martínez
Jesús caido Néstor Ponce Mejía Aldo Ávila Martínez
Jesús y las mujeres Aldo Ávila Martínez
Jorge Eliecer Ávila
Sepulcro Felipe Peredo Martínez
La piedad Aldo Ávila Martínez
Jorge Eliecer Ávila
Resucitado Luis Rafael Ávila Estrada Martínez

El cementerio
municipal es otro
espacio urbano de
referencia, participante
y constitutivo de los
lazos sociales de la
comunidad, un espacio
para la memoria, la
tranquilidad,
espiritualidad, el
descubrimiento y el
asombro. Una especie
de “museo de la
Foto 6 Santo sepulcro en la procesión del viernes Santo. muerte”, donde
podemos encontrar los restos mortales de los ancestros y los seres queridos,
para honrarles, así como asombrarnos con rostros y apellidos que han formado
parte de la historia local, apreciando nuestro pasado común, tradición, prácticas
religiosas y culturales, tales como velorios, cortejos fúnebres y formas de
sepultura o enterramiento.

No se tiene claridad acerca de la fecha en la cual fue ubicado donde se


encuentra actualmente: Al principio de la calle 2, ocupando junto con el
anfiteatro, la capilla y un pequeño lote contiguo, todo el espacio entre la carrera
2 y la carrera 1. El anfiteatro se dejó de utilizar en los años 2000, por no cumplir
con todos los requerimientos de ley para los procedimientos tanatológicos que
allí, ocasionalmente se hacían. En la capilla se guardan, actualmente, las
andas de los pasos de la Semana Santa, sin ser este el espacio más adecuado
para ello, por las dimensiones y por el estado de la estructura.

Indagando acerca del cementerio más antiguo al que hace referencia José
Romualdo Zambrano en su libro, algunos paisanos lo han ubicado en el sector
ubicado entre las calles: 6 y 8, con carreras 4 y 5, tomando como referencia
relatos de la señora Fe María Alfaro, residente del sector, frente al viejo Pozo
público.
En la actual ubicación se
encuentran algunas
tumbas sin lápidas y
otras en las cuales las
marcas hechas sobre el
cemento ya no son
legibles, lo que dificulta
establecer con
certidumbre cuando se
empezó a utilizar y,
aunque los datos
encontrados puedan no
ser los más precisos, se
Foto 7 Cementerio municipal antes de su cerramiento. Foto: Gualterio Guerra B. puede tener certeza de
que la tumba con fecha
más antigua es la del diácono Urbano López, fechada en 1.911. Esta es un
osario, una de las cuatro formas de sepultura que podemos encontrar en él,
ubicado a mano izquierda de la entrada, pegado a la pared. Las tumbas más
antiguas encontradas son de: Petrona Flórez de Díaz (1.918), Juliana O de
Díaz (1.925), Isidro Aguilar S (1.937), Joaquín Aguilar A (1940) y María
Quintana (1946).

Son pocas las tumbas que se pudieron identificar con fechas anteriores a la
década de 1950, lo cual se puede deber, también, a la remoción de algunos
restos de las más antiguas, para ganar algo de espacio en la necrópolis, que ya
necesita ampliación o construcción de una nueva.

Además de nichos u osarios, podemos encontrar sepulturas hechas


directamente sobre la tierra, tumbas individuales construidas a manera de
túmulos y panteones, siendo estos los monumentos funerarios más
destacables por su altura y sus diseños normalmente profusos en simbología
católica, aunque no por esto se deba asumir este como un cementerio
confesional, ya que en él se encuentran sepultados miembros de la comunidad
sin importar el grupo religioso al que pertenecieran en vida. Algunas de las
tumbas individuales forman unos grupos, normalmente de cuatro y en
ocasiones de seis, que no siempre son de miembros de la misma familia y las
que si son de miembros de la misma familia no se ubican como panteones,
debido a que carecen de la monumentalidad de estos, pertenecientes a varias
de las familias más pudientes del municipio.

Las primeras casas de


mampostería del municipio
fueron construidas en la
década de 1940, siendo la
primera de estas la de don
Pedro Saucedo Ospino
(Zambrano, 1997), que
posteriormente pasó a ser la
sede de la Caja agraria,
ubicada en la calle 3 con

Foto 8 Primera casa de mampostería del municipio


carrera 4 A, detrás del templo parroquial y al lado de la casa del médico
Humberto Rangel, cuya vivienda conserva, aún en la actualidad, rasgos de
modernidad en relación con las del resto del marco de la plaza, al igual que la
casa donde don Cruz Mejía tuvo su oficina y la de la familia Flórez Ospino. El
cinco de abril de 1962 se llevó a cabo la inauguración de la Caja agraria de
Guamal, única entidad bancaria con sede en el municipio, aunque actualmente
brinda sus servicios como banco Agrario de Colombia, en inmediaciones del
parque centenario.

Otro hito del urbanismo guamalero lo constituyó la construcción del edificio de


Telecom, cuyos servicios se empezaron a disfrutar en 1966 en el edificio de
dos plantas ubicado en la calle 4 con carrera 4 A, donde antes funcionó la
Telegrafía, luego de ser trasladada de la casa que actualmente habita
Gualterito Guerra, llegando a la orilla del río, sobre la carrera 4. La segunda y
actual sede de la alcaldía está ubicada al lado de este edificio. Fue construida a
finales de la década de 1950 durante una de las administraciones de Juan
Francisco García - Mayorca Van Stralen y remodelada en 1963, durante la
administración departamental de Alfonso Campo Murcia, trayendo consigo el
traslado del centro administrativo y comercial a la vieja Plaza de los perros,
ubicada dentro del mismo casco más antiguo del municipio entre las calles 4 y
5 y las carreras 4 A y 5. Esta plaza ha tenido varios nombres: Plaza Marina, en
honor a la más bella entre un grupo de gitanos que allí acamparon en julio de
1934; Parque infantil, debido a que durante el gobierno del general Rojas Pinilla
le fueron instalados unos columpios y, actualmente, Parque Centenario,
nombre cuyo origen no se ha podido establecer. La casa familiar de los García
- Mayorca Tapias, una de las 3 edificaciones de 2 pisos de esa cuadra, fue
construida también a finales de la década de 1950, aunque un poco antes que
la nueva alcaldía, constituyéndose en la primera casa familiar de estas
características en el municipio.

La familia García - Mayorca ha estado vinculada a la identidad guamalera,


posiblemente sin proponérselo, debido a que dos de sus miembros: Joaquín y
Ramiro, junto al venezolano Aquiles Benjumea, llevaron a cabo el segundo
secuestro de un avión en Colombia, el DC - 3 de placa HK-101, perteneciente a
la empresa Avianca, el 10 de septiembre de 1967 (Pedrozo, 2018), hecho que
fue inmortalizado en la canción "Piratas del aire" del compositor José Garibaldi
Fuentes y grabada por Gustavo Quintero con Los Hispanos y a raíz del cual los
guamaleros somos conocidos en la región como "robaviones".

El comercio por el río

En el sector de la plaza El
Carmen se construyeron
las casas más antiguas,
que aún se conservan, en
la cabecera municipal, en
algunas de las cuales se
localizaron almacenes de
variedades y
agropecuarios, boticas,

Foto 9 Casas ubicadas a pocos pasos del puerto de la Plaza


restaurantes y heladerías. En el puerto de la plaza estuvo el primer mercado
público de Guamal, en el cual se centraba todo el intercambio comercial con los
corregimientos y demás pueblos vecinos y cobraban especial relevancia las
llamadas garitas, unas construcciones elaboradas normalmente en madera y
zinc y a manera de palafitos, como medida de protección frente a las crecientes
del río, que causaron graves daños, siendo las más recordadas la de 1.916,
1.970 y 2011.

Como protección de las periódicas inundaciones fue necesaria la construcción


de una muralla entre los puertos de la Plaza y el Zanjón, durante la
administración de Manuel Villa de 1.974 a 1.976 y ampliada hasta el puerto de
La boya, en el barrio San Martín, y del Matadero, en el barrio abajo, durante la
administración del médico Robert Ramírez 2008 a 2011. Esta muralla ha
servido, también, para evitar la constante erosión que el río causaba en los
barrancos de la rivera y que causó la pérdida de tres calles del pueblo,
registrándose la pérdida más reciente a principios de la década de 1.960.

En el desarrollo del comercio del pueblo jugó un papel importante la


navegación fluvial, razón por la cual este se centró en sus inicios en el puerto
de la plaza. Se debe anotar, sin embargo, que Guamal no fue un puerto
importante como Mompós o El Banco, principalmente porque la corriente del
Brazo de Mompós del río Magdalena no pasó directamente por su cabecera
sino hasta la década de 1920, cuando uno de los tantos cambios que este
cuerpo de agua ha sufrido en su historia, unió este canal navegable con el caño
grande a la altura de la boca de la Caciana, permitiendo una mayor y mejor
navegabilidad e integración del municipio con los puertos aledaños. Este
cambio de curso del río fue posterior a la que convirtió al Brazo de Loba en el
canal de mejores condiciones para la navegabilidad, en detrimento del Brazo
de Mompós, cambio al cual se le atribuye el declive económico de la ciudad
Valerosa y lo que la dejó, de algún modo, detenida en el tiempo, llevándola a
convertirse en Patrimonio de la Humanidad, lo cual implica que el momento en
el que Guamal tuvo mejores condiciones de navegabilidad esta ya estaba
significativamente disminuida por esa parte del río.

Entre las embarcaciones


que se recuerdan con
mucho cariño y entusiasmo,
aún, entre los guamaleros,
se encuentran: las lanchas
La Alicia, La perra, La veloz,
La Pocabuy, La Nancy
Elvira, La gitana, La
campesina, La fe, La Elena
Isabel, La gaviota, La unión
y Doribet, la última de estas
embarcaciones de la que se
tuvo noticias; los
Foto 10 Yate Guamal, propiedad de la familia Flórez Ospino.
remolcadores El triunfo, El
4 de octubre, el Ariari y el
Tamana; los yates Guamal y Vélez, las chalupas La puya guamalera y Mi
lucha; los vapores: Juan B. Elbers, Cauca, Colón, Valdivia, Bremen y el famoso
David Arango, en el cual arribó al pueblo el recordado profesor José Ignacio
Erazo Paris (Ruíz, 2020), padre del reconocido cantautor Julio Erazo Cuevas y
bisabuelo del laureado poeta Santiago Erazo. Estas embarcaciones cubrían
diferentes rutas a nivel regional, algunas dentro de la Depresión momposina: El
Banco – Guamal, Mompox – Guamal, El Banco – Mompox o Magangué – El
Banco y otras de mayor cobertura: Magangué – Barrancabermeja, Barranquilla
– Barrancabermeja y Mompós – Barrancabermeja.

Los productos locales de mayor recordación que eran distribuidos en medio del
movimiento, en ocasiones frenético, del puerto, están las Granjerías, que se
pueden definir, de manera general, como dulces pequeños, aunque existen de
todo tipo: Quequis, Caballitos, Almojábanas, Cucas, Panochas, Marialuisas,
Panes de queso, Galletas cerradas y de Coco, Polvorosas, Cocadas,
Enyucados, Encocados, Esponjados de coco, Bocadillos, Pasabocas y
Merengues, además de los cuales también se vendían Chichas: de grano o de
arroz con piña, Avena caraqueña, Peto, Mazamorra, Kibbes y Butifarras. Estos
productos fueron preparados, a través del tiempo, por varias personas, tales
como: Jacinta Rodríguez, Ángela Martínez, Isabel Pedrozo conocida como
"Chabe" Pisco, Rosa Mora, Evelia Zambrano, Maximina Trespalacios, Sarita
"Miqui" Saucedo, Bertha Miranda, Lira Pedrozo, Ida Páez y Robustiano Yépez
el popular “Catoto”.

Es necesario recordar a las


mujeres de la familia López,
que se recuerda hicieron parte
del ajetreo de la producción y
venta de granjerías en el puerto
desde inicios hasta la primera
parte de la segunda mitad del
siglo XX. La primera de estas
mujeres que prepararon
granjerías, de las que se tiene
memoria, fue Ana de Jesús y,
posteriormente, su hermana
Evangelista López. Luego
aparecieron Silvia Martínez
López, hija de Ana de Jesús,
Ubaldina Ocampo, nuera de
Foto 11 Panes de queso, del recetario de Uba, cortesía de Alejandro Blanco Evangelista López, a quien esta
le enseñó y de quien sus hijos y
nietos guardan un pequeño recetario, en expansión, llamado: “Las recetas de la
Magüe”, luego de su reciente
fallecimiento. Finalmente, pero
no menos importante, en esta
pequeña línea de tiempo, está
Gratulina Rodríguez de López.

Entre los inmigrantes extranjeros


que llegaron a Guamal, ocupan
un lugar destacado las hermanas Carmen y Consuelo Cuevas Bayarri, debido a
que fueron quienes introdujeron un delicioso postre de origen español, como
ellas: la Marialuisa. Estas, inicialmente, eran una torta de gran tamaño y que,
posteriormente, a petición de los clientes, se empezó a vender por mitades y
cuartos, siendo la señora Luisa Ribón Ortiz, quien actualmente custodia la
receta familiar, quien puso de moda la venta de este producto en porciones
individuales pequeñas, más accesibles al consumidor, como se hace hoy día.
En esta familia también prepararon Marialuisas: Consuelo y Mariana Ribón
Cuevas, hijas de Consuelo Cuevas Bayarri; Emperatriz Erazo Cuevas, hija de
Carmen Cuevas, quien las preparaba en Bogotá y la señora “Chabe” Pisco,
suegra de Luisa Ribón Ortiz. Este postre, ya típicamente guamalero, lleva como
relleno entre las dos galletas un dulce de piña, a diferencia del preparado en
San Juan Nepomuceno que lleva arequipe o dulce de leche. El glaseado en
ambas es de merengue, pero la de San Juan se adorna con unas figuras
dibujadas sobre el merengue blanco con otro tinturado de rojo y las de Guamal
se adornan con grajeas multicolores.

Otros inmigrantes extranjeros que también contribuyeron al desarrollo


comercial del municipio fueron: los italianos Celestino y José Ángel Puccini,
ganadero y comerciantes, respectivamente; Víctor Bagarozza, ganadero y los
libaneses Abraham Raad, quien tuvo una garita donde posteriormente se ubicó
el billar de don Benito Rodríguez, hoy día billar Centenario, que hizo famoso
Diofante Mejía; Elías Ramón Faisal, quien trajo el primer automóvil al pueblo,
un Volvo al que llamó El Líbano y fue comerciante de telas y ganadero; el
popular “Turco bara, bara”, Salvador Guerra, Jorge Hazbún y Jorge Beyeh,
comerciantes de telas, inicialmente y luego ganaderos, aunque don Jorge,
posteriormente, montó la primera distribuidora de Cerveza águila.

Además de estos
inmigrantes
extranjeros, se
recuerdan unos
inmigrantes de otras
regiones del país, que
aportaron
significativamente al
desarrollo del comercio
del pueblo. Los
antioqueños, de
Foto 13 Dibujo del primer mercado público bajo techo, en la Plaza quienes no se
recuerdan los nombres
y tuvieron sus negocios ubicados en la carrera 5 entre calles 2 y 3: Caicedo,
almacén de víveres; Montaño, almacén de telas y bisutería; Jaramillo, almacén
de insumos de panadería; Ospino, quien tuvo una tienda en la casa que fue de
Francisco Guerra Blanco, que hoy día no existe, pues esa calle se la llevó el
río. Antonio Rodríguez, tuvo una tienda en la calle 6 con carrera 5; Víctor
González, quien tuvo un almacén de telas en la casa que actualmente es de la
familia Paz Guerra; Pompilio Ramírez, quien se dio a conocer en el pueblo
vendiendo drogas en bicicleta por los pueblos vecinos, posteriormente
comerciante de productos agropecuarios de la región hacia Barranquilla y
artesanías momposinas para el Valle del Cauca.

Antes de que se construyera el primer mercado público bajo techo, el comercio


se daba entre el puerto de la Plaza y el del Zanjón. El día principal de mercado
era el domingo, día en el cual se llenaba el puerto de bultos de panela, maíz,
ajonjolí, frijol, arroz, queso, plátanos, esteras, tinajas, curumuta y manteca de
cerdo, entre otros productos que iban y venían por el río (Zambrano, 1997).
Este comercio fue trasladado a un edifico construido en la calle 3 con carrera 4
A, donde se ubica actualmente la Escuela urbana de niñas N°2, a mediados de
la década de 1940. En la década de 1960 el mercado se trasladó al edificio
donde actualmente funciona la UMATA, en la calle 3 con carrera 6 A. Este
mercado dejó de funcionar del todo a finales de la década de 1990, época solo
era usado para la venta de carne de res, debido a la implementación de
expendios en otros puntos con mayor dinámica comercial para la época.

Tuvieron establecimientos comerciales alrededor de la plaza: Ana de J. Aguilar


y Gualterio Guerra Blanco, tiendas; Carmen Cuevas Bayarri, restaurante; José
de la Cruz Mejía y Manuela Ospino, almacén ganadero; "Conchi" Mejía Ospino
y Maruja Ramón de Abughos, almacén de bisutería; Rafael Díaz y Germán
Ribón, droguerías; Francisca Blanco, Botica; Gualterio Guerra, almacén de
variedades y heladería; Elías Ramón Faisal y Jorge Hazbún, almacén de telas.

En el comercio de productos agropecuarios, durante esa corta época de


bonanza comercial guamalera, destacaron: José de la Cruz Mejía, Pedro
Saucedo, Tulio Angarita Ibarra, Tránsito Ramos, Israel Rangel, Manuel Octavio
Lara, Sebastián Cantillo, Humberto Rangel, Norberto Mendoza y Juan
Saucedo.

Inicios de la enseñanza básica

De la misma manera en que el comercio de Guamal dio sus primeros pasos en


torno a la plaza, también los dio la educación formal, en centros de formación
privados, primero, y luego los públicos que aún existen, aunque en otros sitios.

La escuela privada
más antigua que se
conoce fue dirigida
por la señora
Carmita Pacheco,
ubicada en la calle 3
con carrera 5. Se
recuerdan con
especial cariño el
colegio privado de
enseñanza primaria
Niño Jesús de
Praga de la "niña
Foto 14 Casa donde funcionó la escuela de Flor Mejía de Benedetti Coti", Clotilde Díaz
Ospino, que
empezó a funcionar en 1933 (Zambrano,1997) en la casa ubicada en la carrera
4 # 2 - 04 y los de enseñanza secundaria de Flor Mejía de Benedetti y Juani
Arrieta Hernández, a pesar de que tuvieron una corta duración, a principios de
la década de 1940. El colegio Nuestra señora del Carmen, de doña Flor, que
no se debe confundir con el público departamental, quedaba en la casa de la
esquina de la calle 2 con carrera 4, una de las más modernas, aún hoy día en
el sector.

La escuela de
niñas empezó sin
tener una sede fija,
ubicándose en
diferentes lugares
de alquiler,
estando a
mediados de la
década de 1940 en
la casa de la
señora Carmita
Pacheco en la
carrera 5 entre
calles 2 y 3, luego
en la casa de la
señora Cristiana
Foto 15 Así lucía la Escuela urbana de niñas en la vieja plaza de los perros Vega en la calle 3
con carrera 3.
Posteriormente pasó a ubicarse en la Plaza Marina, en la esquina de la calle 5
con carrera 5, en una casa de bahareque con techo de palma, también de
alquiler, a principios de la década de 1950, antes de trasladarse al sitio donde
se ubicó el mercado público en la calle 3 con carrera 4 A, donde aún hoy
funciona. Durante muchos años en esta sede funcionaron las dos escuelas de
niñas, alternándose su uso en las jornadas de mañana y tarde semestralmente.
Estas escuelas se conocieron hasta finales de la década de 1990 y/o principios
de la del 2000 como “Las azules” (N°1) y “Las verdes” (N°2) por los colores de
las jardineras del uniforme, lo cual terminó derivando en los apodos de
“Azulejas” y “Cotorras” que empleaban las estudiantes en frecuentes
contrapunteos, normalmente jocosos y amistosos, al entrar o salir de clases.

La Escuela urbana de varones N° 1 comenzó en 1936 y fue su primer rector el


samario Federico Méndez Piñeres, quien fue reemplazado por el siempre
recordado Nicolás Mejía Méndez. Hoy día esa escuela lleva el nombre de su
segundo rector y es sede de la I.E.D. Bienvenido Rodríguez.

La Escuela urbana de varones N°2, conocida como Acevedo y Gómez, se


segregó de la N° 1 y su primer director fue el guamalero Servando Pérez
Arévalo, quien, al retirarse dejó en el cargo a la querida y recordad María
Antonia Ribón de Rodríguez. En la actualidad es sede de la I.E.D. Néstor A.
Rangel.

Respecto a los sitios de funcionamiento inicial de estas escuelas hay


informaciones que se hacen confusas, pues, de acuerdo a lo consultado, en
algún momento se intercambiaron las sedes. Así, la “Nicolás” habría iniciado
donde hoy funciona la “Acevedo”, en la calle 10 con carrera 5, frente al Hospital
Nuestra señora del Carmen y esta última funcionó inicialmente en la calle 5
entre carreras 5 y 6, frente a la vivienda que fuera de la familia Pineda Ávila,
donde hoy funciona la “Nicolás”. Esta sede fue conocida, debido a su tamaño,
antes de ampliarse hasta tener una entrada por la calle 6 como “La caja de
fósforos”.

El primer colegio público de segunda enseñanza que se creó fue el Bienvenido


Rodríguez, mediante la Ley 13 de 1960, por gestiones del dirigente político
guamalero Néstor A. Rangel durante su desempeño como Representante a la
cámara. Este colegio entró en funcionamiento el 1 de abril de 1.964 en la
carrera 5 con calle 11. Mediante la misma ley fue creada la Escuela vocacional
agrícola, pero solo empezó a funcionar hasta 1.966 en la calle 11 con carrera 8.

Mediante la ordenanza número 1 del 19 de octubre de 1.965 se creó el Colegio


departamental Nuestra Señora del Carmen. Este colegio inició en el edificio
donde hoy día funciona la casa de la cultura, en la calle 5 con carrera 6 y que
fue construido como sede del Club de Leones, a finales de la década de 1950.
Su primera rectora fue la dama guajira Remedios Iguarán (Zambrano, 1997).

Actualmente en el municipio existen 54 establecimientos de enseñanza, 46 en


el área rural y 8 en la zona urbana, agrupados en 9 instituciones educativas, las
3 nombradas en la zona urbana y 6 en la zona rural: IED María Auxiliadora, IED
Ricaurte, IED Federico Zambrano De la Hoz, IED Sagrado Corazón de Jesús,
IED Nicolás Mejía Méndez e IED Las Flórez.

Personajes ilustres en la Plaza

Como testigo de excepción de la historia de Guamal, la Plaza el Carmen ha


sido territorio de circulación de personajes ilustres del municipio, destacados en
diferentes campos, los juglares, exponentes de la música vallenata del río: José
Garibaldi Fuentes, Julio Erazo y Epiménides Zambrano, así como su hijo
Jimmy, el más exitoso acordeonero de origen guamalero; los literatos: Antonio
Brugés Carmona, Gnecco Rangel Paba, Carlos Delgado Nieto y María Isabel
García Mayorca, además de su esposo el poeta, periodista y profesor
universitario Armando Orozco Tovar; los músicos de la Banda once de enero
de Murillo y el maestro Indalecio Rangel Flórez, destacado compositor e
instrumentista y la campeona paralímpica Martha Lilia Hernández Florián; pero,
además, ha sido recorrida por personajes de importancia de la vida política
nacional, tales como:

Simón Bolívar, militar y


político, figura
destacada de la
emancipación
hispanoamericana
frente al imperio
español. Durante la
“Campaña del
Magdalena” derrotó al ejercito realista comandado por Vicente Capmani
(Ospino, 2016), refugiado en nuestro municipio. Durante su permanencia en el
municipio, 29 y 30 de diciembre de 1812, antes de proseguir en su campaña,
pernoctó en la casa que es, actualmente, de la familia Merlano Borja.

Rafael María Celedón, abogado, poeta, filólogo y religioso, quien visitó en 1893
nuestro municipio, en misión pastoral como obispo de la diócesis de Santa
Marta, para cuya visita fueron engalanadas las casas con banderines y
cadenetas y se dispusieron varios arcos triunfales, hechos con palma de vino,
desde el puerto de la plaza hasta la entrada de la iglesia (Zambrano, 1997).

Eduardo Santos Montejo, abogado, periodista y sociólogo, quien fue recibido


en su calidad de presidente de la república el 31 de diciembre de 1939 en la
plaza el Carmen, donde se congregaron la mayoría de los habitantes del
pueblo, sin distingo de filiación política, encabezados por las organizaciones
obreras portando pancartas y cartelones pidiendo el remedio a las necesidades
urgentes (Zambrano, 1997).

Gilberto Alzate Avendaño, abogado, periodista y dirigente político que dictó


conferencia en la Plaza (Zambrano, 1997) en 1.957, en compañía del abogado
magdalenense Alfredo Riascos Labarcés, en torno al plebiscito que se llevó a
cabo el 1 de diciembre de ese año para validar el Frente Nacional.

Luis Mariano Ospina Pérez, ingeniero de minas y ex presidente de la república,


visitó Guamal con el abogado y poeta Guillermo León Valencia el 27 de enero
de 1962, en gira de campaña política para las elecciones del 6 de mayo de ese
año, en las cuales saldría elegido el payanés, quien fue recibido en la Plaza,
con entusiasmo, por delegaciones de los municipios de El Banco, Santa Ana,
san Sebastián y San Zenón (Zambrano, 1997).

Álvaro Gómez Hurtado, abogado, periodista y líder político, quien fue recibido
en medio de una gran multitud y
los acordes de la Banda once de
enero el 27 de enero de 1965
(Zambrano, 1997). Visitó el
pueblo en medio de compañía del
abogado y entonces senador
Raimundo Emiliani Román y
Hugo Escobar Sierra, quien sería
elegido por primera vez como
Senador al año siguiente.

Alfonso López Michelsen,


abogado y dirigente político,
quien, como dirigente del MRL,
visitó el bar de don Benito Guerra
Rodríguez, ubicado en la calle 3
con carrera 4 A, donde estaba
expuesto un retrato de Jorge
Eliécer Gaitán pintado por el
artista guamalero Luis Rafael Ávila Estrada, durante la gira de su campaña a la
presidencia, en 1973. Se hospedó en casa de la familia Guerra Díaz.

Gustavo Rojas Pinilla, Ingeniero civil, militar y dirigente político, quien visitó en
varias ocasiones el municipio, durante su mandato y luego de él, debido a que
tenía una finca en inmediaciones del corregimiento de Los negritos, jurisdicción
de El Banco. Solía hacer regalos a los niños del pueblo, sobre todo en la época
de navidad, acompañado de su familia. En la campaña para la presidencia de
1974 visitó la casa de la familia García Mayorca Tapias, en compañía de su hija
María Eugenia, candidata por la ANAPO, quien dio un discurso al pueblo desde
el balcón de la casa de esta familia guamalera.

Luis Carlos Galán Sarmiento, abogado, economista y periodista, quien arribó al


municipio por el aeropuerto El
Foto 17 Galán en Guamal, le sostiene el megáfono Cucho Pérez
Carmen y dio un discurso en el
puerto de la Plaza, durante su segunda campaña presidencial. Fue recibido en
la casa de los dirigentes políticos locales Ignacio Mejía y Humberto Rangel.

Además de estos personajes de la política, también hicieron su paso por


nuestro municipio estos personajes de la vida académica y cultural de la
nación:

Gloria Triana, Antropóloga, documentalista y guardiana de la cultura popular


colombiana, quien estuvo en 1986 en nuestro municipio en la filmación del
documental: Diablos y Cucambas de Guamal, perteneciente a la serie
multigalardonada Yuruparí, el documento audiovisual más importante, hasta el
momento, realizado sobre alguna manifestación del patrimonio cultural del
municipio.

José Nieto Simanca,


Matemático
momposino, primer
colombiano, formado
en universidades
colombianas, en
alcanzar el grado de
Doctor en estas
ciencias. Dictó una
conferencia acerca de
la Cuadratura del
círculo en el año 1995
en el Colegio
Bienvenido Rodríguez
Foto 18 Antonio Copete durante su conferencia en Guamal en el 2019 durante una de sus
frecuentes visitas al pueblo, ya que aquí reside su hermana Emira Nieto de
Vega.

Antonio Copete Villa, Astrofísico y becario del MIT y la universidad de Harvard,


hijo de la guamalera Gina Villa, a quien el maestro Julio Erazo el compusiera
una bella canción grabada en su voz en 1970 y por Rodolfo Aicardi en 1972. El
doctor Copete dictó una conferencia sobre Ciencia, Tecnología e Innovación en
el Colegio Bienvenido Rodríguez, por invitación del Centro de Historia e
investigaciones Socioculturales Gnecco Rangel el 9 de septiembre del 2019.

Guamaleros ilustres

El municipio ha sido la cuna


de ilustres personajes en
distintos campos,
principalmente de las artes,
tales como: Antonio Brugés
Carmona, a quien se le
considera el introductor de la
idea de Juglar vallenato y
precursor del realismo mágico
garciamarquiano; Gnecco
Rangel Pava, autor de dos
libros importantes para la
historiografía regional y
Foto 19 Los escritores Carlos Delgado Nieto y Gnecco Rangel Paba nacional: El país de Pocabuy
y Aires Guamalenses, contribuyendo con el primero a la consolidación del mito
de un pasado indígena heroico en nuestra región, así como a la difusión de los
testimonios de los conquistadores y primeros pobladores de la zona y, con el
segundo, a la conexión entre la música vallenata y las cumbiambas de las
riveras del magdalena, citado en los libros fundacionales de la vallenatología; el
abogado, pedagogo y periodista Carlos Delgado Nieto, quien colaboró con El
Tiempo, El Espectador y France Press, además de haber colaborado con el
Boletín cultural y bibliográfico del Banco de la república; la periodista y
pedagoga María Isabel García Mayorca, colaboradora por varios años de la
desaparecida Radio difusora nacional y autora de los libros: Todo abril y lo que
va de mayo y Viaje entre relámpagos, quien además fue incluida en el libro
Marejada, antología de mujeres poetas del Magdalena, selección del poeta
Hernán Vargas Carreño y el Neumólogo e Internista, Jhon Carlos Pedrozo
Pupo, catedrático de la Universidad del Magdalena y autor de los libros: Julio
Erazo Cuevas, el mester de la juglaría Pocabuyana y Melambo, tradiciones e
historias de Guamal.

En lo musical, Guamal ha contado con tres juglares, exponentes destacados de


la música vallenata en la ribera del Magdalena: El maestro José Garibaldi
Fuentes, tuvo la oportunidad de codearse con el juglar cienaguero Guillermo
Buitrago, quien le grabó “El hijo de la verraca Luna” y compuso, además las
exitosas canciones vallenatas: “Me dejaste solo”, “Mi acordeón bohemio”, “La
despedida” y “Con los ojos del alma”, grabadas por Alfredo Gutiérrez; y “Alud
mortal” y “El ocaso de una flor”, grabadas por Lisandro Meza. El maestro
Epiménides Zambrano, quien se inició en la música, de manera profesional,
acompañando al maestro Julio Erazo en la grabación del LP Rosita guamalera
en 1963, como corista y cajero. Hizo parte del conjunto de Francisco “Chico”
Cervantes, La banda 11 de enero de Murillo y la orquesta Yeyo y sus Playeros.
Algunas de sus composiciones fueron grabadas por Los Corraleros de
Majagual, Julio Erazo, Chico Cervantes, la Banda 11 de enero, Alberto

Foto 20 Carátula de LP de la Banda 11 de Enero de Murillo


Fernández, Calixto Ochoa, Jorge
Oñate y Julio de la Ossa. El
maestro Indalecio Rangel Flórez
es un destacado compositor e
instrumentista, quien permite, con
sus antepasados y herederos,
construir un arco desde la
primera agrupación registrada en
el municipio en 1884 (Pupo,
2020) hasta La gran banda de
Guamal, agrupación cuyos
miembros o son sus discípulos o
son sus familiares. Hizo parte de
La banda 11 de Enero de Murillo,
La banda de Chico Cervantes,
Los Corraleros de Majagual y
creó su propio grupo: Yeyo y sus
playeros, con el cual tuvo éxito a
nivel regional y en los Carnavales de Barranquilla, con las canciones: Nos
queremos, Tu llorarás, Por ti, Me voy pal carnaval, Tremendo verano y Franco
Páez. El maestro Julio Erazo es el músico más importante de nuestro
municipio. Además de sus propias agrupaciones, participó en grupos de
renombre nacional como El combo del maestro Lucho Bermúdez, la Orquesta
de Pacho Galán, la Orquesta de Edmundo Arias, el Combo de Willy Quintero y
Los Corraleros de Majagual. Muchas de sus más de 350 composiciones han
sido interpretadas por artistas y agrupaciones de gran renombre, dentro y fuera
del país, entre ellos sobresalen: Los Melódicos, La Billo’s Caracas Boys, Los
Corraleros de Majagual, Los Hispanos, El Cuarteto Imperial, Los Betos, Los
Caballeros del Tango, Bovea y sus Vallenatos, Los Teen Agers, Los 50 de
Joselito, Los Tupamaros, Julio Jaramillo, Gabino Pampini, Noel Petro, Jorge
Oñate, Pastor López, Alejo Durán, Aníbal Velásquez, Lisandro Meza, Pedro
Laza, Ramón Ropaín, Miguel Herrera, Pello Torres, Daniel Celedón, Juan Piña,
Alfredo Gutiérrez, Jaime Llano, Silvio Brito, Rolando La Serie y Rubén Darío
Salcedo, entre otros. En el 2018 fue destacado con el Premio Nacional Vida y
Obra del Ministerio de Cultura, del cual surgió el libro, sobre su vida y obra: “Un
secreto bien guardado que canta al río Magdalena”. El músico guamalero de
más reciente figuración en el ámbito nacional e internacional es Jimmy
Zambrano, hijo del maestro Epiménides, quien debutó de manera profesional
en la música acompañando en el acordeón a Los Melódicos de Renato
Capriles en el tema Luzmila, de Poncho Zuleta, en 1984. De 1995 a 1999 fue
tecladista de Los Diablitos, año en el que inició la exitosa fórmula al lado de
Jorge Celedón, que perduró hasta el 2012, tiempo durante el cual consiguieron
varios Discos de Oro y de Platino y un Grammy Latino en 2007. En el 2014,
como productor y arreglista, ganó un segundo Grammy Latino con la
producción Celedón sin fronteras. En 1884 se creó la primera banda musical
del municipio, siendo seguida por varias, hasta que en 1945 se creó la Banda
11 de enero de Murillo, la de mayor trascendencia a nivel regional, a la cual
pertenecieran varios delos músicos integrantes del grupo Yeyo y sus playeros,
líderado por el destacado multiintrumentista y compositor Indalecio Rangel,
quien fuera homenajeado poniendo su nombre a la escuela de música del
municipio, donde formó a varios de los actuales integrantes de la Gran banda
de Guamal, ganadores de varios festivales nacionales, como el de San Pelayo
y Sincelejo.

En el ámbito deportivo se destaca la


atleta Martha Lilia Hernández Florián,
medallista de bronce en los juegos
paralímpicos de Río de Janeiro,
2016, en la prueba de 100 metros
planos T36, convirtiéndose, de esta
manera, en la primera atleta
colombiana en subirse a un podio en
estas competiciones. Además de
esta gran gesta, participó en los
Paralímpicos de Londres 2012,
donde logró dos novenos lugares en
Foto 21 Martha Hernández con la medalla obtenida en Río el lanzamiento de disco. A partir de
ahí sus logros fueron en ascenso: en
2013 se llevó dos quintos lugares en el Campeonato Mundial de Lyon; en 2014
consiguió dos medallas de bronce en los Juegos Parasuramericanos de Chile;
en 2015, en los Parapanamericanos de Toronto, ganó dos medallas de bronce
y una de plata. El pasado 14 de mayo de este 2021 logró record nacional y
ubicarse tercera en el ranking mundial, con un registro de 9,58 mts en
impulsión de bala, que le dio la medalla de oro en el Grand Prix de
Paraatletismo Nottwil, Suiza.

Entre los artesanos guamaleros se destacan los miembros de la familia Ávila


Martínez, herederos del multifacético autodidacta Luis Rafael Ávila Estrada, a
quien se le atribuye la construcción de la mayoría de los pasos de la Semana
Santa Guamalera y la composición de varias de las marchas fúnebres que se
interpretan durante sus procesiones. Sus hijos se han destacado en diferentes
artes: Albenio (Q.E.P.D.), fue ebanista; Milton se ha dedicado a la publicidad
exterior; Oliverio (Q.E.P.D.), fue pintor de tendencia primitivista y tallador;
Antonio ha construido carrozas premiadas en el Carnaval de Barranquilla; Aldo
ha sido el constructor de la Gigantona y su comitiva, que alegra en las fiestas
patronales de la Virgen del Carmen, así como del año viejo de la comedia con
la que tradicionalmente se despide cada año, desde hace no menos de
cuarenta años en Guamal; Jorge es pintor, tallador y ebanista y Luis Rafael es
un destacado tallador y ebanista que llegó a ser invitado por el fallecido
presidente venezolano Hugo Chávez, en el 2012, a exponer su obra La otra
historia de Bolívar en el museo caraqueño María Teresa Carreño. En la
fabricación de imágenes religiosas, de esta familia, se han destacado Aldo,
Luis Rafael y Jorge, cuyas obras están en las puertas y en los altares de las
iglesias de Guamal, El Retén, Tigrera, Guaimaral, Bellavista y Hato Viejo
(Magdalena), Mompox y Doña Juana (Bolívar) y Albania (La Guajira). Luis
Rafael, entre otras, talló en alto relieve las tres puertas de la parroquia Nuestra
Señora del Carmen de Guamal; Aldo, con un estilo más primitivista, ha hecho 7
pasos de la Semana Santa. Jorge Eliecer fue el constructor del sepulcro, por
encargo de la Junta y con patrocino del entonces gobernador del Magdalena,
Humberto Sinning Herazo, además de la capilla del corregimiento de Bellavista.
Eventos culturales en torno a la plaza

En el marco de la Plaza El Carmen se ha desarrollado gran parte de la vida


cultural del municipio desde su fundación, por lo cual ha sido escenario de
varios eventos de carácter colectivo y se constituye en epicentro de la vida
social del municipio y gran atractivo turístico, a pesar de que hoy día ya no es
el centro administrativo ni comercial del pueblo, pues las edificaciones ubicadas
en su marco están, casi sin excepción, dedicadas al uso residencial.

Se mantiene vigente como epicentro de la vida social y cultural del pueblo,


principalmente por la afluencia de la feligresía al templo católico, quienes
participan de los eventos litúrgicos y extralitúrgicos, además de la asistencia de
grupos de niños y/o jóvenes a esparcirse jugando fútbol, montando bicicleta,
patinando o realizando alguna otra actividad recreativa, en ella o en su entorno.
Incluso, aún, es espacio para citas de enamorados, quienes luego salen a otros
sitios más propicios para el baile, la bebida o el erotismo, teniendo a sus
alrededores sitios afamados por su uso para encuentros sexuales furtivos bajo
el manto de la penumbra y la soledad nocturna de las riberas del río.

Existen, además, una serie de eventos tradicionales que le confieren un alto


grado de importancia, más allá de este papel cotidiano antes nombrado: Las
procesiones de Semana Santa, las fiestas patronales de Nuestra señora del
Carmen, la fiesta del Corpus Christi, en cuyo marco se realiza la puesta en
escena de la danza tradicional de los Diablos y Cucambas, que mezcla lo
sagrado con lo profano y lo devocional con lo mágico y que data de más de
doscientos años en el municipio (Triana, 1986) y las cumbiambas,
principalmente en la temporada de diciembre, en especial la cumbia del retorno
o Cumbia del 30, que es el evento cultural no religioso más importante del
municipio.

Las procesiones de la Semana


Santa de Guamal, el evento
religioso tradicional de carácter
colectivo más relevante del
municipio, se iniciaron a finales
del siglo XIX, en 1895; tradición
que se ha mantenido hasta
nuestros días casi de manera
ininterrumpida, exceptuando el
periodo comprendido entre 1960 y
1970, tiempo en el que
permanecieron suspendidas
Foto 22 Danza de Diablos y Cucambas en la Plaza en 1945
debido a un incidente entre el
sacerdote Pablo Elí Ortíz Bayona y varios miembros de la Junta permanente de
Semana Santa, de acuerdo a lo relatado por el profesor Eustorgio Arrieta
Guerra, además del periodo 2020 – 2021, hasta el momento, a causa de la
pandemia por el Covid-19, que ha golpeado fuertemente al municipio,
ubicándolo como el municipio con mayor afectación en el departamento y uno
de los que más en el caribe colombiano.
Estas procesiones son un conjunto de prácticas culturales de arraigo popular
en el cual convergen las celebraciones religiosas, las artes populares y la
cocina tradicional; siendo, a la vez, tradicionales, contemporáneas y vivientes,
ya que se han venido renovando en algunos elementos a través del tiempo,
convirtiéndose en un espacio equitativo e inclusivo de encuentro y refuerzo de
los vínculos entre los miembros de la comunidad, actores fervientes de su
patrimonio. Estas prácticas se caracterizan por la devoción de los penitentes,
quienes expresan su fe, configurando, mediante las mandas, oraciones y otros
actos penitenciales una especie de sistema de medicina espiritual tradicional
mediante el cual procuran o agradecen el restablecimiento del bienestar y de la
salud para dolencias corporales y espirituales.

Durante la celebración de las fiestas patronales de Nuestra señora del Carmen


se realizan bazares con ventas de comidas y/o artesanías, misas campales,
principalmente para ordenaciones diaconales y sacerdotales y quemas de
fuegos artificiales, siendo de especial relevancia, tradicionalmente, los
“Castillos”, “Voladores”, “Buscapies”, las “Canillas” y las “Vacas locas” y en
años recientes las llamadas “Recamaras”, que son una especie de bengalas de
gran tamaño y alcance que causan gran admiración a todos los espectadores
por su colorido y embergadura. La controvertida práctica depatear bolas de
candela poco se realiza en esta plaza por temor a causar daños en los
inmuebles que la rodean y, por ello, es el parque centenario, con mayor
espacio libre, el elegido para jugarlas.

El evento cultural colectivo no religioso denominado La cumbia del reencuentro


o Cumbia del 30 es el escenario de una puesta en escena en la que los
guamaleros nos encontramos, sin distinto alguno, incluyendo a propios y
foráneos, conservando de manera prístina la esencia de nuestro pasado
ancestral, musical y dancístico, conservándolo vigente en nuestra
contemporaneidad, permitiendo a sus asistentes celebrar la vida, entrando en
una especie de paréntesis existencial mientras se danza o toca en esta, la más
grande rueda de cumbia de la depresión momposina y la última del extenso
calendario del año en Guamal. Los ritmos tradicionales tocados y bailados en
estas ruedas de cumbiamba son: Cumbia, Perillero, Porro tapao y Porro jalao y
juega un papel muy importante en ellas el maestro Aurelio Fernández Guerrero,
cañamillero del cercano corregimiento de El botón de Leyva, jurisdicción de
Margarita, Bolívar, quien las ameniza desde hace unos 50 años, en reemplazo
de su maestro Eustacio Meza del corregimiento de Sandoval, también de
Margarita, exponentes de la música tradicional de caña de millo o pito atravesa
´o dela Isla de Mompós que, desafortunadamente, no han contado con la
misma exposición y reconocimiento que Ramayá o Totó, por ejemplo.

La danza ceremonial de Diablos y Cucambas, que se escenifica en el Corpus


christi, representa la lucha de contrarios entre el bien y el mal y hace parte de
una tradición medieval traída por los españoles, por lo cual hay presencia de
danzas de diablos en diferentes lugares del país y el continente. Los primeros
creadores de esta danza en Guamal fueron los padres del señor Manuel de
Jesús Alfaro; luego, la continuaron sus nietos Severiano, Lorenzo y José del
Carmen “Carmito” Alfaro Ospino, quienes aparecen en el documental de la
serie Yuruparí de 1984, y, posteriormente, sus descendientes, siendo liderada
en la actualidad por Benigno, hijo de Carmito, y Luis Carvajal. 

Esta danza se origina como representación de la lucha entre el diablo y la


cucamba, especie de garza ficticia, por el alma del padre de Manuel Alfaro.
Cuenta la tradición oral que el señor Alfaro venía teniendo una muy mala racha
con sus cultivos, debido a lo cual hizo un pacto con el diablo, ofreciéndole su
alma a cambio de buenas cosechas. El demonio accedió con el compromiso de
volver después de un tiempo para llevárselo. Cercana ya la fecha de su nuevo
encuentro con el demonio Alfaro es presa de gran nerviosismo y preocupación
que no pasan desapercibidos para su mujer, quien le pregunta sobre su estado.
Este decide contarle su pena y ella, muy astutamente le sugiere pedir más
tiempo para el pago de la deuda y un nuevo trato. El diablo, convencido de que
tendrá éxito accede a dar un par de meses más a Alfaro para venir a descifrar
el raro pájaro que dice cazará para presentarle, pues está seguro de conocer
toda la fauna existente. Ya con el nuevo plazo los esposos se ponen manos a
la obra. Ella dura varios días en ayunas y sin bañarse, mientras teje con
cogollos de palma de vino una especie de capa en forma de escobajo que se
cuelga de cuello y le cubre hasta los pies. Él caza todas las aves que le es
posible para decorar el bonete que le cubriría la cabeza, guarnecido con unos
espejos hilvanados con una cinta de capirote y dotado con un fuerte pico hecho
de cuero y pintado de carmín. Llegado el día pactado la mujer se presenta ante
el maligno, danzando a su alrededor, procurando no darle la cara y
defendiéndose de los azotes que este le lanza. Finalmente, satanás se da por
vencido y libera a Alfaro del compromiso adquirido, no sin antes pedirle que
revele el nombre del misterioso pájaro: Cucamba, le dice, echándose la cruz y
corriendo a auxiliar a su esposa antes de ir a ofrecer una manda al santísimo
por haberle librado del fuego del infierno el día de su fiesta.

Coda

Esta reseña histórica del municipio de Guamal, tomando como eje articulador
del relato a la Plaza El Carmen y su entorno más cercano, más que una ojeada
al pasado, necesaria por la falta de costumbre documentadora en el pueblo, es
un bosquejo y un insumo necesario para la valoración del patrimonio de los
guamaleros que, seguramente, se verá enriquecida con otros aportes pues,
estoy convencido, faltan muchas historias por escribir y algunas,
lamentablemente, ya se perdieron, sin embargo, está pendiente la tarea de
seguir hurgando en los recuerdos y en los archivos, familiares y de otras
instancias, para seguir reconstruyendo la historia del pueblo.

Referencias
Bibliografía

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ambiente, 2009.
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recuperado de:
https://terridata.dnp.gov.co/assets/docs/txt/entidades/TerriData47318.txt.zip,
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hoy, 1997.

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Brito Peralta, Jazmín & Hernández Zambrano, Zuleima, Estrategias de


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Rangel Paba, Gnecco, El país de Pocabuy, Editorial Kelly, 1947.

Pedrozo Pupo, John, Melambo: tradiciones e historias de Guamal, Universidad


del Magdalena, 2018.

Rivet, Paul, Les Indiens Malibú, Journal de la Société des Américanistes, 1947.

Fals - Borda, Orlando, Mompós y Loba: Historia doble de la Costa, Carlos


Valencia Editores, 1979.

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Pedrozo Pupo, John (2006), Erazo, J. – El mester de la juglaría pocabuyana.

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Ospino, Raúl, Bolívar en el Magdalena, recuperado de:


https://historiasdelmagdalena1.blogspot.com/2016/04/simon-bolivar-en-el-
magdalena_16.html?fbclid=IwAR0GX5NarNZ-
8EjNdvJp3UIVigXHMlPQX9vznRpFw0fT5VEZ5_YOhi7jqO4, 2016.

Imágenes

Foto1: Ubicación de Guamal en Colombia y el Magdalena, tomada de:


https://es.wikipedia.org/wiki/Guamal_(Magdalena)

Foto 2: Vista de la vieja plaza desde la parte alta de la iglesia, donde se puede
apreciar el camellón. Tomada de:
http://mitierraguamalera.blogspot.com/p/historia.html
Foto 3: Parque de los leones en la plaza el Carmen, con el templo en su actual
forma. Tomada de: http://co.lasdistancias.net/distancia-de-guamal-a-ocana

Foto 4: Segunda forma de la iglesia con torrecilla, cortesía de Gualterio Guerra


Bagarozza.

Foto 5: Segunda forma de la iglesia con torre más alta, cortesía de Gualterio
Guerra Bagarozza.

Foto 6: Procesión de un Viernes santo con el santo sepulcro en primer plano,


cortesía de Francisco Guerra.

Foto 7: Cementerio municipal antes de su cerramiento con el mausoleo de la


familia Aguilar en primer plano, cortesía de Gualterio Guerra B.

Foto 8: Primera casa de mampostería, construida por Pedro Saucedo, donde


funcionó la primera oficina de la Caja agraria.

Foto 9: Casas ubicadas a la orilla del río, a pocos pasos del puerto: En la
esquina la que habitara el popular Rojas Pinilla, al centro en la que funcionó por
primera vez la Telegrafía y un fragmento de la casa que habitara don Cruz
Mejía.

Foto 10: Yate Guamal, propiedad de la familia Flórez Ospino, propiedad de


Gualterio Guerra B.

Foto 11: Panes de queso elaborados por Ubaldina Ocampo, cortesía de


Alejandro Blanco Ocampo, tomada del recetario: Las recetas de la Magüe.

Foto 12: Marialuisa del tamaño comercializado actualmente.


Foto 13: Primer mercado público bajo techo en Guamal, dibujado por Jorge
Eliécer Ávila Martínez.

Foto 14: Casa de la familia Mejía Ospino donde funcionó el colegio de segunda
enseñanza de Flor Mejía de Benedetti.

Foto 15: Escuela urbana de niñas a principios de la década de 1950, dibujada


por Jorge E Ávila M.

Foto 16: Carta de Bolívar a Vicente Piñeres transcrita en el País de Pocabuy de


Gnecco Rangel Paba, cortesía de José “Cucho” Pérez.

Foto 17: Luis Carlos Galán Sarmiento dando un discurso en el puerto de la


Plaza El Carmen en Guamal.

Foto 18: Antonio Copete Villa dictando una conferencia sobre Ciencia,
Tecnología e Innovación, recuperada de:
https://www.facebook.com/benitojose.arrietaguerra
Foto 19: Carlos Delgado Nieto, tomada del libro Melambo y Gnecco Rangel,
cortesía de Gualterio Guerra B.

Foto 20: Carátula del LP Éxitos calientes de la Banda once de enero de Murillo
de 1969, grabado con el sello Caliente bajo el número interno LCS 153-025,
recuperada de: https://www.discogs.com/es/Banda-11-De-Enero-De-Murillo-
Exitos-Calientes/release/13047913

Foto 21: Martha Hernández durante la ceremonia de premiación de la categoría


T36 de atletismo paralímpico en Río de Janeiro, recuperada de:
https://www.eltiempo.com/deportes/otros-deportes/martha-hernandez-medalla-
de-bronce-en-atletismo-paralimpico-40855

Foto 22: Danza de Diablos y Cucambas en una presentación en la Plaza El


Carmen, entre el atrio del templo parroquial y el monumento de la Virgen del
Carmen, en 1945, cortesía de la familia Páez Guerra.

Entrevistas

Ávila Martínez, Jorge (2021), telefónicamente.


Blanco Ocampo, Alejandro (2021), telefónicamente.
García Mayorca Tapias, María (2021), telefónicamente.
Pedrozo Pupo, Jhon (2021), telefónicamente.
Blanco López, Juana (2021), Guamal, Magd.
Flórez Patiño, Zenit (2021), Guamal, Magd.
Guerra Bagarozza, Gualterio (2021), Guamal, Magd.
Pérez Mendoza, José (2021), Guamal, Magd.
Ramírez Blanco, Luis (2021), Guamal, Magd.
Erazo Martínez, Betty (2021), Guamal, Magd.

 Es necesario hacer un reconocimiento especial a los miembros del grupo de


Facebook: Guamal de antes, quienes aportaron datos muy valiosos para poder
reconstruir varias partes de este texto.

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