2do Resumen Comercial Idoc 1
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Unidad V
Propiedad industrial.
Derechos de Autor
La Ley Nº 11723
En la República Argentina, los derechos de autor están regulados por la Ley Nº 11723 sancionada el
28 de septiembre de 1933 y su posterior modificación mediante la Ley Nº 25036 que modifica los
artículos 1, 4, 9 y 57 e incorpora el artículo 55 bis a la Ley Nº 11723. Esta ley modificatoria fue
sancionada el 14 de octubre de 1998 y promulgada en noviembre del mismo año.
Cabe destacar las normas internacionales importantes en esta materia, tales como el Tratado de la
Unión de Berna, firmado en 1886 y revisado en varias ocasiones, y los Tratados de la OMPI del 20 de
diciembre de 1996, uno sobre derechos de autor y otro sobre derechos afines.
Obras protegidas
Tal como se explicara precedentemente, la propiedad intelectual abarca los “derechos de autor” (o
derechos de los autores). Dicha expresión hace referencia a los derechos de la persona creadora de la
obra artística (los poemas, las novelas, la música, las pinturas, las obras cinematográficas, etc.).
Contenido del derecho de autor: derecho moral y derechos patrimoniales
Existen dos categorías de derechos de autor:
a) derechos morales: son irrenunciables, extra-patrimoniales e inalienables, como el derecho de
reconocimiento de autoría y el derecho de integridad de la obra, entre otros. Es la “paternidad”
que tiene el autor sobre su obra; la conocida expresión de derecho moral de autor.
b) derechos económicos: son patrimoniales, transferibles y de duración limitada en el tiempo.
Básicamente se trata de los derechos de uso y explotación, aunque hay otros, como el derecho
a remuneración por copia privada. Cualquier producción intelectual es consecuencia del trabajo
de su autor y, en virtud de ello, se establece una relación de propiedad y pertenencia sobre el
objeto creado.
Podrán ser titulares de tales derechos el mismo autor, sus herederos o los adquirentes por cualquier
título. El autor es el titular originario de tales derechos y sus herederos o adquirentes son considerados
titulares derivados.
La duración de los derechos económicos está limitada en el tiempo. Según el artículo 5 de la Ley Nº
11723, la titularidad corresponde al autor durante toda su vida y a sus herederos y derechohabientes
hasta 70 años contados desde el 1º de enero siguiente a la muerte del autor.
Dentro de los bienes inmateriales se hallan, entonces, los que derivan de la creación intelectual. Este
tipo de propiedad tiene protección constitucional, pues el artículo 17 de la CN dispone que “Todo
autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento por el término que
acuerde la ley”.
Surge, entonces, de la norma constitucional el carácter eminentemente “temporal” de la propiedad
intelectual que, a diferencia de la material, no es perpetua.
El sistema de patentes que se analiza en el presente, está inmerso en el derecho de propiedad industrial
que la ley protege tanto en un sentido positivo –para permitir a su autor disfrutar de ella–, como en un
sentido negativo –al impedir que otros lo utilicen–. Como bien inmaterial, la propiedad industrial es
transferible. El derecho concedido, sin embargo, no es absoluto: si bien se trata de proteger al inventor
o creador, por otro lado, se limita su derecho a la utilización exclusiva, de modo que no haya perjuicio
para la comunidad.
El objetivo de los regímenes de patentes es, en definitiva, promover el desarrollo tecnológico,
económico y social; protegiendo la creación tecnológica y otorgando al inventor un derecho exclusivo
durante un tiempo limitado.
Por lo tanto, las normas aplicables a esta materia son:
- la Ley de Patentes y Modelos de Utilidad Nº 24481 del año 1995 (que derogó
la Ley Nº 111 de 1864) y que fue reformada por las leyes Nº 24572 (1995) y
Nº 25859 (2004);
- el Decreto reglamentario Nº 290/96; y,
- la Ley Nº 24425 (1994) que ratifica el acuerdo ADPIC.
Concepto
La patente es el documento expedido por una oficina gubernamental que describe una invención y que
crea un privilegio legal en un Estado determinado, durante un plazo fijo, para que pueda ser explotada
por su titular o por un tercero que tenga autorización para ello y que vencido el término de la vigencia
pasa a ser del dominio público.
Patentabilidad
El artículo 4 de la Ley Nº 24481 dispone que son patentables las invenciones de productos o
procedimientos siempre que sean nuevas, entrañen una actividad inventiva y sean susceptibles de
aplicación industrial. De ello se deduce que todo producto o procedimiento –sin importar el campo de
la tecnología del que provenga– será patentable siempre que cumpla con los siguientes requisitos:
(a) novedad, (b) actividad inventiva y (c) susceptibilidad de aplicación industrial.
Excepciones a la patentabilidad
Además de definir en forma positiva cómo deben ser las invenciones para ser patentables, también
define por la negativa, es decir, lo que no se considera invención a los efectos de la ley.
Al respecto hay dos tipos de excepciones, las “Permanentes” y las “Transitorias”.
1. La figura de las Permanentes la encontramos en el artículo 6 que contiene una enumeración de
tipos de invenciones que no tienen la facultad de ser patentables.
En el inciso a encontramos “Los descubrimientos, las teorías científicas y los métodos matemáticos”.
Esta norma estaría en contradicción con el artículo 17 CN que dice que los descubrimientos son
propiedad de su autor.
2. La figura de las Transitorias: son las que desaparecen luego de transcurrido un período de tiempo
Derechos conferidos
El inventor tiene un derecho exclusivo sobre su invento que impide que terceros fabriquen, usen,
vendan o comercialicen de cualquier modo el producto patentado, o usen el procedimiento patentado
para comercializar un producto obtenido a partir del mismo.
Es posible dividir el derecho conferido por la patente en:
-facultades positivas: entre las que se encuentran las de explotar industrial y comercialmente el objeto
de la invención.
-facultades negativas: que se concretan en el ius prohibendi, desdoblándose a su vez en la facultad de
oponerse a la concesión de una patente sobre una invención anticipada por la suya y en la posibilidad
de ejercer las correspondientes acciones contra el tercero no autorizado que infrinja su derecho de
exclusiva.
Modelos de Utilidad
El artículo 53 define los modelos de utilidad como toda disposición o forma nueva obtenida o
introducida en herramientas, instrumentos de trabajo, utensilios, dispositivos u objetos conocidos que
se prestan a un trabajo práctico, en cuanto importen una mejor utilización en la función a que estén
destinados
Al creador de ellos se le otorgará el derecho exclusivo de explotación mediante un certificado de
modelo de utilidad
En ese sentido el artículo 55 LP establece que los requisitos esenciales para que proceda el
otorgamiento del certificado de modelo de utilidad son la novedad y el carácter industrial, pero que no
constituirá impedimento que carezca de actividad inventiva o que sean conocidos o hayan sido
divulgadas en el exterior. Por lo tanto, la novedad, a diferencia de las patentes de la invención, podrá
ser solo nacional.
Otra de las grandes diferencias con el régimen de las patentes de invención la constituye el tiempo de
duración de la protección. A diferencia de aquellas, que como vimos tienen una duración de veinte
años, el certificado de modelo de utilidad tendrá una vigencia de diez años improrrogables contados a
partir de la fecha de la solicitud, según lo estipulado por el artículo 54 LP.
Marcas y designaciones
Caracterización
La marca es un nombre o signo distintivo de un producto o servicio; mientras que la designación lo es
de una actividad. Sirven para distinguir un producto o servicio de otro. Aplicados en el comercio o la
industria, estos “signos distintivos” adquieren un valor relevante. Su función es hacer conocer un
producto, un servicio, una actividad, diferenciándolos de otros similares.
Funciones de la marca
Son funciones de la marca:
a) distinción de productos y servicios. La principal función de la marca es la de ser una forma de
distinción de los productos y servicios de una empresa.
La información sobre el fabricante en rigor es extraña a la marca. Esta función distintiva es esencial de
la marca y hace posible la comercialización y competencia en el mercado.
b) indicación del origen. En sus orígenes, la marca identificaba el origen de los productos. Permitía
conocer quién era el productor o fabricante de los bienes comerciados.
c) protección al titular de la marca. Al distinguir los productos unos de otros mediante el sistema
marcario, se posibilitó a los productores explotar un signo distintivo y formar en su entorno una
clientela.
d) protección a los consumidores. La marca sirve, además, de protección a los consumidores en la
medida en que les permite identificar y distinguir los diversos productos o servicios que se ofrecen en
el mercado.
e) calidad de los productos. La marca supone o garantiza una calidad uniforme.
Quien vuelve sobre una misma marca busca lo mismo que antes conoció. La calidad uniforme que el
consumidor espera encontrar en el producto no constituye una obligación legal del titular de la marca;
sino que es del interés de este para que el consumidor la vuelva a elegir.
f) publicidad. El comerciante emplea la marca con propósitos publicitarios.
Sin la marca sería imposible efectuar publicidad.
g) función de competencia. El sistema marcario está destinado también a evitar que los
comerciantes confundan al público haciendo pasar sus bienes y servicios por los de los otros, o
aprovechando el esfuerzo ajeno, imitando signos identificatorios de los productos comercializados por
otros comerciantes.
Esta función es tenida en cuenta cuando se consideran nulas las marcas registradas por quien, al
solicitar el registro, conocía o debía conocer que ellas pertenecían a un tercero.
Tipos de marcas
Marcas de productos: son aquellas que están destinadas a proteger un producto.
A estos efectos existe un clasificador internacional de productos, llamado Clasificador Internacional de
Niza, que se utiliza también en nuestro país. Allí se clasifica un universo de clases en un listado
enumerado que distingue 34 clases de productos.
Marcas de servicios: están destinadas a distinguir servicios. Estos últimos también se encuentran
clasificados, agregando 8 clases al clasificador anterior, que culmina con 42 clases.
Régimen legal
Está constituido por la Ley Nº 22362 sobre marcas y designaciones, que data del año 1981. Se integra
con el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el
Comercio (ADPIC) –aprobado por la Ley Nº 24425–; el Convenio de París para la Protección de la
Propiedad Industrial (Acta de Lisboa) –aprobado por la Ley Nº 17011– y el Acta de Estocolmo,
aprobada por la Ley Nº 22195.
Capacidad distintiva
Un signo que representa una forma marcaria permitida solo puede ser registrado como marca cuando
posee capacidad distintiva. El carácter distintivo de un signo es la capacidad intrínseca que tiene para
poder ser una marca.
El término capacidad distintiva posee dos componentes: (i) el signo a registrarse debe tener una
capacidad identificatoria abstracta e intrínseca (art. 1)
–novedad– y debe distinguirse de otros signos que correspondan a otros derechos (art. 3 inc. a y b) –
especialidad–.
Signos registrables
El artículo 1 describe qué expresiones gráficas, signos o palabras pueden registrarse como marcas, los
que distinguirán productos o servicios.
La enumeración es enunciativa y comprende las siguientes modalidades: a) “una o más palabras con o
sin contenido conceptual” Aquí podemos incluir el nombre como marca, con las limitaciones del
artículo 3 inc. h.
–por ejemplo: Pepsi, Nestlé, Lux–. Y las que tienen significado conceptual también pueden ser marcas
–por ejemplo: algodón “estrella”, chocolate “Águila”. Se incluyen también las marcas evocativas, que
son aquellas que dan al consumidor una idea sobre alguna propiedad o característica del producto –por
ejemplo: “yogurísimo”.
b) los dibujos” c) “los emblemas”: son una variante de los dibujos por ejemplo: el cocodrilo de
Lacaste, etc.
Signos no registrables
Hay dos causas que impiden que un signo pueda ser registrado. La primera en que el mismo carezca de
poder distintivo (art. 2) y la segunda es la que se refiere a las prohibiciones que la ley establece de
registrar signos a pesar de su poder distintivo (art. 3).
1. Signos sin poder distintivo: el artículo 2 explica qué signos no se consideran marcas y por ende no
son registrables por su falta de poder distintivo:
a) Designaciones necesarias: “Los nombres, palabras y signos que constituyen la designación
necesaria o habitual del producto, descriptivos de su naturaleza, función, cualidades u otras
características”. El nombre de un producto o servicio no puede llevar a ser su marca.
b) Signos que pasaron al uso general: “Los nombres, palabras, signos y frases publicitarias que hayan
pasado al uso general antes de su solicitud de registro”.
c) Forma de los productos: “La forma que se dé a los productos”. A diferencia de los envoltorios o
envases, que sí pueden registrarse, la forma de los productos no es registrable.
d) Color de los productos: “El color natural o intrínseco de los productos o un solo color aplicado
sobre los mismos”.
2. Signos con entidad marcaria no registrables: el artículo 3 establece las restricciones en cuanto al
registro. Dice la norma que no pueden ser registrados:
a) “Una marca idéntica a una registrada o solicitada con anterioridad para distinguir los mismos
productos o servicios”. La esencia de una marca está dada en el poder de excluir a otros en el uso de
marcas confundibles. La prohibición de este inciso rige cuando ambas marcas van a distinguir los
mismos productos o servicios.
b) “Las marcas similares a otras ya registradas o solicitadas para distinguir los mismos productos o
servicios”. En este caso se trata de proteger la confusión, frente a la similitud de marcas que distinguen
los mismos productos o servicios. Las marcas similares solo pueden coexistir cuando pertenecen a un
mismo titular.
La propiedad de la marca
Sistema atributivo: las marcas empleadas para distinguir productos o servicios pertenecen en
propiedad a quienes las registran. El sistema es entonces atributivo: se atribuye la propiedad a quien
obtiene el registro. Y no existe derecho de ninguna especie sobre la marca si no hay registro. El
artículo 4 es claro en ese sentido “la propiedad de la marca y su exclusividad se obtienen con su
registro”.
Duración: la propiedad de una marca puede ser indefinida en el tiempo, siempre que sea renovada al
cabo del período de registro que establece la ley. Ese período está fijado en el artículo 5: el término de
duración del derecho sobre la marca registrada será de diez (10) años.
Transferencia: la marca es un bien libremente transferible en el mercado. Para que tal transferencia
tenga efectos respecto de terceros, debe registrársela en la Dirección Nacional de la Propiedad
Industrial (art. 6).
Fondo de comercio: la marca puede formar parte de un fondo de comercio. Si este se transmite, la ley
presume que está incluida la cesión de la marca (art. 7). Puede establecerse, sin embargo, pacto en
contrario, reteniendo ese derecho en cabeza del transmitente.
Condominio: puede haber condominio sobre una marca; esto es, que sea registrada conjuntamente por
dos o más personas. En ese caso, los titulares deben actuar en forma conjunta para licenciar, transferir
y renovar la marca; cualquiera de ellos podrá deducir oposición contra el registro de una marca, iniciar
las acciones previstas en esta ley en su defensa y utilizarla, salvo estipulación en contrario (art. 9).
Registro de la marca
Toda persona habilitada para ejercer el comercio puede solicitar el registro de una marca. Por lo tanto,
quien tiene la libre administración de sus bienes pude solicitar y ser titular de una marca. No es
necesario ser comerciante para poder solicitar el registro de una marca, sino que hay que tener
capacidad para serlo.
El trámite de registro
1. Presentación de solicitud: a partir del artículo, 10 la ley indica el modo de presentar el pedido de
registro, que se hará por escrito, debiendo indicar su nombre, su domicilio real y constituir un
domicilio especial en la Capital
Federal. Se debe, además, describir la marca y la indicación de los productos o servicios que va a
distinguir.
Domicilio especial: el artículo 11, dispone que el domicilio especial es válido para notificar las
demandas judiciales por nulidad, reivindicación o caducidad de la marca y para todas las
notificaciones a efectuarse en relación al trámite de registro.
3. Examen de la marca: dentro de los 30 días de realizada la publicación, la Dirección buscará los
antecedentes correspondientes a la marca cuyo registro se solicita y dictaminará sobre su
registrabilidad (art. 12). El examen de la autoridad administrativa puede separarse en dos partes: por
un lado, el referido a la registrabilidad en sí misma de la marca; y, por otro lado, la búsqueda de
marcas confundibles con ella que la precedan.
4. Oposiciones: dentro de esos mismos 30 días corridos desde la publicación, se pueden presentar
oposiciones al registro (art. 13), que se deducirán por escrito y con las mismas formalidades legales
que la solicitud de registración (art. 14). Establece el artículo 5 que “para ejercer el derecho de
oposición al registro o al uso de una marca se requiere interés legítimo”; esto quiere decir que debe
haber alguna afectación o perjuicio del que se opone; la oposición
no se puede basar en el mero interés de la ley
5. Notificación: tanto las oposiciones deducidas, como las eventuales observaciones por parte de la
Dirección Nacional de la Propiedad Industrial se notificarán al solicitante (art. 15). Ello, dentro de 15
días de vencido el plazo de
30 días.
Carácter público: los expedientes de marcas –tanto los que están en trámite como los que ya están
registrados– son públicos. Cualquier interesado puede pedir, a su costa, copia total o parcial de los
expedientes (art. 22).
Reinscripción: puede suceder que el titular de una marca se olvide de renovarla en término y lo haga
luego de vencido el plazo legal. Esta presentación tardía, llamada “reinscripción” está equiparada a la
renovación por la jurisprudencia.
Con esto se evita que la reinscripción deba ser estudiada como una nueva marca. Pero la reinscripción
solo procede cuando la solicitud se realizada un breve tiempo después.
Libro de registro: si no hay oposiciones o estas son removidas, la Dirección Nacional de la Propiedad
Industrial registrará la marca en un libro rubricado al efecto y otorgará al solicitante un certificado de
registro de su marca (arts. 43 y 44).
Nulidad de la marca
La nulidad de la marca debe ser declarada únicamente por un juez. La acción, que debe interponerse
por ante la Justicia Civil y Comercial Federal, procede cuando quien tenga interés legítimo pretenda
dejar sin efecto la concesión del derecho sobre una marca ya registrada.
El artículo 24 dice: Son nulas las marcas registradas: a) En contravención a lo dispuesto en esta ley
(contravención a la Ley de Marcas); b) Por quien, al solicitar el registro, conocía o debía conocer que
ellas pertenecían a un tercero (registro de mala fe); c) Para su comercialización, por quien desarrolla
como actividad habitual el registro de marcas a tal efecto (registro con fines especulativos).
Caducidad de la marca
Según el artículo 26 párr. 1°, puede pedirse la caducidad de una marca registrada cuando no hubiera
sido utilizada en el país, dentro de los cinco años previos a la fecha de la iniciación de la acción, salvo
que mediaren causas de fuerza mayor.
La segunda parte del artículo 26 señala: “No caduca la marca registrada y no utilizada en una clase si
la misma marca fue utilizada en la comercialización de un producto o en la prestación de un servicio
incluido en otras clases, o si ella forma parte de la designación de una actividad”.
Los ilícitos
En los artículos 31 a 37 se imponen las sanciones penales que recaerán sobre quienes falsifiquen
marcas o designaciones, quienes las usen o quienes las vendan. Es notable que se haya conferido una
acción penal pública a este delito (art. 32).
El artículo 31 dice que “Será reprimido con prisión de 3 meses a dos años –pudiendo aplicarse también
una multa–: a) el que falsifique o imite fraudulentamente una marca registrada o una designación; b) el
que use una marca registrada o una designación falsificada, fraudulentamente imitada o perteneciente
a un tercero sin su autorización; c) el que ponga en venta o venda una marca registrada o una
designación falsificada, fraudulentamente imitada o perteneciente a un tercero sin su autorización; d)
el que ponga en venta, venda o de otra manera comercialice productos o servicios con marca registrada
falsificada o fraudulentamente imitada.
Aspectos generales
El decreto-ley en su artículo 3° estipula que se consideran modelos o diseños industriales a las formas
o el aspecto incorporados o aplicados a un producto industrial que le confieren carácter ornamental y
que, agregamos, influyen en la elección del consumidor.
Derechos conferidos
El artículo 1° del Decreto-Ley Nº 6673/63 dice que “el autor de un modelo o diseño industrial, y sus
sucesores legítimos, tienen sobre él un derecho de propiedad y el derecho exclusivo de explotarlo,
transferirlo y registrarlo, por el tiempo y bajo las condiciones establecidas en este decreto”.
Duración
Según el artículo 7° del decreto-ley, la protección del modelo industrial tendrá una duración de cinco
años contados desde la fecha de la solicitud del registro y podrá ser prolongada por dos períodos
consecutivos de la misma duración, a solicitud de su titular. En consecuencia, el tiempo máximo por el
que puede estar protegido un modelo o diseño industrial es por quince años.
Solicitud de registro
Para registrar un diseño o modelo industrial, el autor o un representante debidamente autorizado debe
concurrir al Instituto de la Propiedad Industrial y presentar junto al formulario de solicitud, la
descripción y los dibujos del modelo o diseño y pagar el arancel.
La Dirección de Modelos y Diseños Industriales del INPI se limita a observar los requisitos formales
de la solicitud y en caso de estar cumplimentados, otorga el registro.
Infracción a la normativa
El régimen legal establece acciones civiles y penales conducentes a defender el derecho de propiedad
que consiste básicamente en impedir su explotación por parte de terceros en el territorio de la
República sin la autorización del titular.
El artículo 20 del Decreto-Ley Nº 6673/63 establece que “todo aquél que haya infringido de buena o
mala fe los derechos reconocidos a favor de un modelo o diseño depositado estará obligado a resarcir
los daños y perjuicios que haya causado al titular del registro y además a restituirle los frutos, en caso
de mala fe”.
Además, todo aquel que comercialice sin autorización modelos o diseños registrados, o invoque
maliciosamente un registro no inexistente, o venda como propios planos de diseños protegidos, se hará
merecedor de una multa en los términos del artículo 21.
El artículo 1° del Decreto-Ley Nº 6673/63 consagra la acción reivindicatoria en cabeza de los autores
y sus sucesores legítimos para recuperar la titularidad de un registro efectuado dolosamente por quien
no fuere su autor.
Unidad VI
Contratación mercantil
Modalidades propias de la Contratación mercantil
Los contratos en el CCCN
Los contratos se encuentran regulados en el Libro III, “Derechos Personales”, del Código Civil y
Comercial de la Nación. Las normas de “contratos en general” están en el TITULO II, entre los
artículos 957 al 1091; de los “contratos de consumo”, en el Título III, entre los artículos 1092-1122, y,
por último, de los “contratos en particular”, en el Título IV, entre los artículos 1123-1429. Este último
título comprende a los contratos de “Compraventa” –arts. 1123-1171–; “Permuta” –arts. 1172-1175–;
“Suministro” –arts. 1176-1186–; “Locación” – arts. 1187-1226–; “Leasing” –arts. 1227-1250–; “Obras
y Servicios” –arts. 1251-1279–; “Transporte” –arts. 1280-1318–; “Mandato” –arts. 1319-1334–; “De
consignación” –arts. 1335-1344–; “Corretaje” –arts. 1345-1355–; “Depósito” –arts. 1356-1377–;
“Bancarios” –arts. 1378-1420–; “De factoraje” –arts. 1421-1428–; “Celebrados en bolsa o en mercado
de cambios” –art. 1429–. Uno de los aspectos novedosos del código es la fractura del tipo general del
contrato, pues distingue tres categorías de contratos: paritario, de adhesión o con cláusulas
predispuestas y de consumo. La teoría general del contrato se integra ahora, entonces, con los derechos
del adherente-consumidor y de los usuarios.
El contrato paritario
El artículo 957 del CCCN –Ley N° 26994– define el contrato como “el acto jurídico mediante el cual
dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales”.
b) Contratos a título oneroso/gratuitos: los contratos a título oneroso son aquellos en los que la
prestación u obligación de una de las partes es realizada en función de la ventaja que procura
de la otra y los contratos a título gratuito son aquellos en los que la ventaja en favor de una de
las contratantes es independiente de toda prestación a su cargo (art. 967 del CCCN–Ley N°
26994–).
c) Contratos conmutativos/aleatorios: los contratos a título oneroso son conmutativos cuando
las ventajas para todos los contratantes son ciertas y determinadas con cierto grado de certeza al
momento de celebrar el contrato y, por el contrario, los aleatorios se dan cuando las ventajas y
pérdidas dependen de un acontecimiento incierto (art. 968 del CCCN
–Ley N° 26994–).
d) Contratos formales: son contratos formales aquellos en los que la ley, por distintas razones,
impone el cumplimiento de determinada forma.
Están sujetos a formas absolutas cuando el cumplimiento de la formalidad solemne es exigido para su
validez y, de no ser satisfecha, son nulos (ejemplo, donación de inmuebles, art. 1552 del CCCN –Ley
N° 26994–). También se ubican dentro de esta clase, los contratos sujetos a una formalidad relativa
exigida para que produzcan sus efectos propios (art. 1017 del CCCN –Ley N° 26994–) o para su
comprobación (art. 1020 del CCCN –Ley N° 26994–), en cuyo caso generan la obligación de cumplir
con la formalidad o sirven como medio de prueba (art. 969 del CCCN –Ley N° 26994–). En materia
contractual, la regla general es el principio de libertad de formas (art. 1017 del CCCN –Ley N°
26994).
e) Contratos nominados/innominados: son contratos nominados aquellos que están regulados
específicamente por la ley e innominados aquellos que no tienen esa regulación y, por eso, estarán
regidos por la voluntad de las partes, las normas generales sobre contratos y obligaciones, los usos y
prácticas del lugar de celebración y por las disposiciones sobre contratos nominados afines que sean
compatibles y se adecuen a su finalidad.
El contrato de adhesión
El concepto de “contrato de adhesión” fue incorporado en los artículos 984- 989 del CCCN –Ley N°
26994–, pues no existía una regulación específica y resultaba necesario establecer una tutela especial
para esta modalidad contractual,
que es de uso corriente en el ámbito mercantil.
El contrato de adhesión está definido por el artículo 984 del CCCN –Ley N° 26994– como aquel
“mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente,
por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.
En estos contratos pueden distinguirse dos partes:
1) el predisponente: es el sujeto que redacta el documento contractual o se sirve de la redacción
efectuada por un tercero;
2) el adherente: es quien firma el formulario, pero no participa en la creación del texto contractual ni
influye en su contenido.
Las cláusulas particulares se pueden negociar y, cuando el contrato tiene cláusulas abusivas, los jueces
tienen la facultad de declarar la nulidad parcial del contrato e integrarlo (art. 988 del CCCN –Ley N°
26994–).
La finalidad de la normativa es procurar la redacción de cláusulas claras, serias e inequívocas que sean
idóneas para ser entendidas por sí solas por el adherente, sin necesidad de auxilios externos. A tal
efecto, enuncia una serie de requisitos que deben cumplir las cláusulas generales:
1) deben ser comprensibles, claras, fácilmente inteligibles. Estos recaudos encuentran su fundamento
en el principio general de buena fe (art. 9 del CCCN –Ley N° 26994–) y del mencionado deber de
buena fe en las tratativas contractuales (art. 961 del CCCN –Ley N° 26994–).
Se busca el conocimiento pleno y cabal del texto contractual al punto que se declara como no
convenida la cláusula que contenga un reenvío a textos que no se faciliten previamente al adherente.
2) Deben ser autosuficientes, completas, sin remitir a documentos que no hayan sido entregados a la
parte no predisponente. La idea de autosuficiencia se reitera en el mismo texto del artículo 985 –tercer
párrafo–, cuando establece que “se tendrán por no convenidas aquéllas (cláusulas) que efectúan un
reenvío a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o
simultáneamente a la conclusión del contrato”. Además, en el segundo párrafo exige también que la
redacción sea “completa”, lo que es una reiteración de la idea de autosuficiencia.
El contrato de consumo
La sección comienza de manera amplia definiendo la “relación de consumo” como el vínculo jurídico
entre un proveedor y un consumidor y luego introduce la definición del “contrato de consumo”, que es
aquel en el que el consumidor adquiere bienes y servicios de personas físicas o jurídicas que actúan
como profesionales en el mercado, de manera tal que la citada adquisición se hace para destino final
y/o para su uso privado, familiar o social (art. 1092 y 1093 del CCCN –Ley N° 26994–).
El ordenamiento brinda una serie de pautas de interpretación e integración de los contratos de
consumo (art. 1094 y 1095 del CCCN –Ley N° 26994–) que de conformidad con el principio in dubio
pro consumidor, en caso de duda acerca de la interpretación de un contrato debe adoptarse el sentido
más favorable para el consumidor y, si existieran dudas sobre el alcance de su obligación, la solución
que resulte menos gravosa para él.
Contratos bancarios
El contrato bancario es el esquema jurídico de la operación bancaria. Es todo acuerdo para constituir,
regular o extinguir una relación que tenga por objeto una operación bancaria. Para que pueda
calificarse un contrato como bancario en sentido propio, tiene que participar en él la persona que
ostenta legítimamente la titularidad jurídica de una empresa bancaria.
Generalidades
Este tipo de contrato se enmarca en la regulación de los contratos en general, pero también y en
particular, de los contratos de adhesión y de consumo.
Ámbito de aplicación
En primer lugar, en su artículo 1378, el código establece el ámbito de aplicación de las disposiciones
allí contenidas, explicando que los contratos destinatarios de dicha protección son los celebrados con
las entidades comprendidas en la Ley de Entidades Financieras N° 221563 y con las personas y
entidades públicas y privadas no comprendidas expresamente en esa ley cuando el Banco Central de la
República Argentina (BCRA) disponga que dicha normativa les es aplicable en un caso particular
Obligaciones precontractuales
Antes de vincular contractualmente al consumidor, el Banco debe proveer información suficiente para
que el cliente pueda confrontar las distintas ofertas de crédito existentes en el sistema bancario,
publicadas por el BCRA. Esto quiere decir que debe estar al tanto de los productos y condiciones
ofrecidas en el mercado.
Asimismo, el Banco debe informar al cliente las razones del rechazo de su solicitud, y si la causa fue
la información negativa del cliente registrada en una base de datos, deberá informar al consumidor en
forma inmediata y gratuita el resultado de la consulta y la fuente de donde la obtuvo.
Objeto
Los bienes o servicios que el suministrante se obliga a proporcionar al suministrado en forma
periódica constituyen el objeto del contrato, siendo deber del suministrante el otorgamiento de estos
efectos en buen funcionamiento y condiciones de calidad.
Duración
El artículo 1183 del código reza que si la duración del suministro no ha sido pautada expresamente en
el contrato, se presume que ha sido celebrado por tiempo indeterminado, por lo que cualquiera de las
partes podrá rescindirlo en cualquier momento mediando previo aviso.
Previo aviso
El previo aviso, mencionado anteriormente, se regirá según lo que las partes hayan estipulado en el
contrato aunque la norma deja en claro que en ningún caso podrá ser inferior a sesenta días De no
haberse estipulado nada al respecto del preaviso, este se regirá por los usos, y quien rescinde deberá
cursar el aviso con una antelación razonable según las circunstancias y la naturaleza del suministro,
respetando el mínimo de treinta días.
Plazo máximo
El artículo 1777 sostiene que el contrato de suministro puede ser celebrado por un plazo máximo de
diez años contados a partir de la fecha de la primera entrega realizada por el suministrante en las
condiciones convenidas. La norma amplía el plazo máximo a veinte años cuando el objeto del
suministro es un fruto o producto del suelo o del subsuelo, ya sea con proceso de elaboración o sin él.
Pacto de preferencia
Sin embargo, a pesar del límite temporal impuesto por el código, el artículo 1182 otorga la posibilidad
de que, una vez vencido el plazo acordado, el suministro se renueve por, como máximo, tres años más
mediante el uso por una de las partes del pacto de preferencia
Leasing
Generalidades
En el Libro III, Título IV, Sección 7, Capítulo 5, del artículo 1227 al 1250, el CCCN establece el
régimen legal del contrato de leasing, comenzando por su definición: en el contrato de leasing, el
dador conviene con el tomador transferirle la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y
goce, contra el pago de un canon –cuya periodicidad se determina convencionalmente–, y le confiere
una opción de compra de dicho bien por un precio que en caso de no estar pautado expresamente en el
contrato, debe ser determinable por algún medio.
Objeto
El artículo 1128 explica que pueden ser objeto del contrato de leasing tanto los bienes muebles como
los inmuebles y, asimismo, pueden serlo los bienes inmateriales que constituyen el valor primordial de
las empresas, a saber: marcas, patentes, modelos industriales y software que sean de propiedad del
dador o sobre los que el dador tenga la facultad de darlos en leasing.
De acuerdo al artículo 1231, el bien objeto del contrato puede seleccionarse de acuerdo a los siguientes
criterios:
1. Mediante compraventa realizada entre el dador y la persona que el tomador indique.
2. Mediante compraventa perfeccionada por el dador, sustituyendo al tomador en un contrato de
compraventa que este haya celebrado al efecto del leasing.
3. Mediante compraventa realizada por el dador según lo descripto por el tomador a través de la
muestra de catálogos o folletos.
En los tres supuestos se configura el llamado “leasing financiero”, ya que el dador actúa como
intermediario entre el tomador y el fabricante financiando la compra del bien (Ej.: Nación Leasing y
Provincia Leasing).
Factoraje
En el Libro III, Título IV, Capítulo 13, del artículo 1421 al 1428, se establece el régimen legal del
contrato de factoraje, comenzando por su definición, según la cual una de las partes, denominada
“factor”, se obliga a adquirir, a cambio de un precio, los créditos originados en el giro comercial de la
otra, denominada “factoreado”, otorgándole un anticipo sobre tales créditos, asumiendo o no los
riesgos de que dichos créditos resulten imposibles de cobrar
Partes
Factor: encargado de comprar los créditos originados en la actividad comercial del factoreado,
pudiendo prestarle además servicios de administración, gestión de cobranza (de por ejemplo la cartera
de clientes) y asistencia técnica (realización de informes estadísticos de riesgo y de situación de mora),
comercial o administrativa respecto de los créditos que le han sido cedidos.
Factoreado: es quien cede el conjunto de sus créditos existentes o futuros o una parte de ellos –porque
si se tratara de un único crédito sería aplicable la cesión de derechos y no el contrato de factoraje–.
Deberá responder ante el factor por la pérdida de valor de los créditos cedidos en factoraje cuando se
vuelva imposible para el factor cobrarlos por una causa atribuible al origen de la obligación, es decir,
al vínculo entre el deudor cedido y el factoreado.
Cesión
El instrumento contractual será suficiente para que el factor pueda transmitir los derechos adquiridos
en virtud del contrato de factoraje, debiendo notificar al deudor cedido por un medio fehaciente.
Agencia
artículo 1479.- Definición y forma. Hay contrato de agencia cuando una parte, denominada agente, se
obliga a promover negocios por cuenta de otra denominada preponente o empresario, de manera
estable, continuada e independiente, sin que medie relación laboral alguna, mediante una retribución.
El agente es un intermediario independiente, no asume el riesgo de las operaciones ni representa al
preponente.
El contrato debe instrumentarse por escrito
Forma
El contrato debe instrumentarse por escrito a los efectos de poder invocar su validez.
Obligaciones del agente
artículo 1483- Obligaciones del agente. Son obligaciones del agente:
a) velar por los intereses del empresario y actuar de buena fe en el ejercicio de sus actividades;
b) ocuparse con la diligencia de un buen hombre de negocios de la promoción y, en su caso, de la
conclusión de los actos u operaciones que le encomendaron;
c) cumplir su cometido de conformidad con las instrucciones recibidas del empresario y transmitir a
éste toda la información de la que disponga relativa a su gestión;
Obligaciones del empresario
artículo 1484.- Obligaciones del empresario. Son obligaciones del empresario:
a) actuar de buena, fe, y hacer todo aquello que le incumbe, teniendo en cuenta las circunstancias del
caso, para permitir al agente el ejercicio normal de su actividad;
b) poner a disposición del agente con suficiente antelación y en la cantidad apropiada, muestras,
catálogos, tarifas y demás elementos de que se disponga y sean necesarios para el desarrollo de las
actividades del agente;
Plazo
El plazo de duración del contrato de agencia debe ser estipulado en el mismo documento, ya que de lo
contrario, se entenderá celebrado por tiempo indeterminado.
En los casos en los que la relación entre las partes se extienda aun habiendo operado el plazo de
vencimiento pactado, el contrato se transformará en contrato por tiempo indeterminado.
Concesión
Definición.
artículo 1502.- Definición. Hay contrato de concesión cuando el concesionario, que actúa en nombre y
por cuenta propia frente a terceros, se obliga mediante una retribución a disponer de su organización
empresaria para comercializar mercaderías provistas por el concedente, prestar los servicios y proveer
los repuestos y accesorios según haya sido convenido.
Obligaciones del concedente
artículo 1504.- Obligaciones del concedente. Son obligaciones del concedente
c) respetar el territorio o zona de influencia asignado en exclusividad al concesionario
d) proveer durante un período razonable, en su caso, repuestos para los productos comercializados
.- Obligaciones del concesionario
artículo 1505.- Obligaciones del concesionario. Son obligaciones del concesionario
d) prestar los servicios de preentrega y mantenimiento de las mercaderías, en caso de haberlo así
convenido;
e) adoptar el sistema de ventas, de publicidad y de contabilidad que fije el concedente;
f) capacitar a su personal de conformidad con las normas del concedente.
PLAZOS
artículo 1506.- Plazos. El plazo del contrato de concesión no puede ser inferior a cuatro años. Pactado
un plazo menor o si el tiempo es indeterminado, se entiende convenido por cuatro años.
CONTRATO DE SEGUROS
Su finalidad es trasladar el riesgo a un tercero para que asuma sus eventuales consecuencias. A
cambio, se establece una prima o cotización
“habrá contrato de seguro cuando el asegurador se obligue mediante una prima o cotización, a
resarcir un daño o cumplir a prestación convenida si ocurre el evento previsto” (art. 1, ley
17.418).
Tipos de Seguros
Seguros de daños e intereses patrimoniales
Seguros de personas
Póliza
Es el instrumento del contrato y su medio de prueba por excelencia.
deberá ser fácilmente legible y con una redacción clara, en idioma nacional, sin cláusulas
oscuras o confusas, con premisas fácilmente comprensibles y con caracteres ostensibles.
Cargas del Asegurado
Antes de ocurrir el siniestro: Se derivan para el asegurado dos cargas:
Declarar de manera sincera y con exactitud el riesgo, sin incurrir en declaraciones falsas ni
reticencia (art. 5 y ss. de la ley 17.418).
Mantener el estado de riesgo (no agravarlo) e informar al asegurador toda alteración del estado
de riesgo. No debe provocar el siniestro, sino que debe prevenirlo (arts. 37 y ss. de la ley
17.418).
Durante el siniestro
a) Salvamento: la ley le impone una carga de conducta que consiste en que el asegurado
provea lo necesario para, en la medida de sus posibilidades, evitar o disminuir el daño y
observar todas las instrucciones que la aseguradora pudo haber indicado en la póliza.
b) No abandonar los bienes dañados (art. 74 de la ley 17.418
Después de producido el siniestro
a) Denunciar el siniestro dentro de los tres días de haberlo conocido, salvo caso fortuito o
fuerza mayor.
b) Informar los daños sufridos
c) No alterar el estado de las cosas dañadas.
Obligaciones de la aseguradora
Contrato de prenda
Concepto. artículo 2219. La prenda es el derecho real de garantía sobre cosas muebles no registrables
o créditos instrumentados. Se constituye por el dueño o la totalidad de los copropietarios, por contrato
formalizado en instrumento público o privado y tradición al acreedor prendario o a un tercero
designado por las partes. Esta prenda se rige por las disposiciones contenidas en el presente Capítulo.
La prenda común
La regulación del derecho real de prenda común o con desplazamiento y entrega de la cosa afectada se
encuentra en los artículos 2219 a 2237 del CCCN
Prenda con registro
Puede constituirse prenda con registro para asegurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento
de cualquier clase de obligaciones a las que los contrayentes le atribuyen, a los efectos de la garantía
prendaria, un valor consistente en una suma de dinero, sobre bienes que deben quedar en poder del
deudor o del tercero que los haya prendado en seguridad de una deuda ajena. Esta prenda se rige por la
legislación especial (art. 2220, CCCN –Ley N° 26994–).
Prenda agraria
En el año 1914 se promulgó la Ley N° 9644 de Prenda Agraria, que es una garantía especial de
préstamo en dinero que se constituye sobre:
a) Las máquinas en general, aperos e instrumentos de labranza.
b) Los animales de cualquier especie y sus productos, como las cosas muebles afectadas a la
explotación rural.
c) Los frutos de cualquier naturaleza correspondientes al año agrícola en que el contrato se realice,
sean pendientes, sean en pie o después de separados de la planta, así como las maderas, los productos
de la minería y los de la industria nacional (art. 2, Ley N° 9644).
TARJETAS DE CREDITO
CONCEPTO
: Es el negocio jurídico en el que una parte “emisora” acuerda con otra parte “titular de la tarjeta de
crédito”, que esta le conceda un crédito a su favor a través de la emisión de una tarjeta de crédito a su
nombre, para que por medio de ella obtenga del “comerciante o institución adherido” –comercios,
clubes, entidades, etc. una serie de prestaciones.
El pago es efectuado, en primer término, por la emisora con quien el comercio adherido tiene una
relación contractual.
Límites
No podrán declararse como abusivas las cláusulas que se refieran a la relación entre el precio y su
contraprestación, siempre y cuando dichas cláusulas hayan sido redactadas de forma clara e
indubitable.
Control judicial
Para finalizar, el artículo 1122 establece que el hecho de que el contrato haya sido aprobado por la
autoridad administrativa, no obsta su control judicial, cuyo criterio para sancionar a las cláusulas
abusivas es tenerlas por no convenidas en algunos casos, o declararlas nulas, en otros.
UNIDAD VII
Contratos de consumo
Tratamiento en el Código Civil y Comercial de la Nación (arts. 1092 a 1122)
El Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN) incorpora en el Libro III, Título III, entre los
artículos 1092 y 1122, la regulación del contrato de consumo que hasta entonces se encontraba
reconocido en el artículo 42 de la Constitución Nacional y en la Ley especial de Defensa del
Consumidor N° 24240 (LDC), todavía vigente.
Derecho a la protección de la salud: Las cosas y servicios deben ser suministrados o prestados en
forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno
para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios.
Derecho al trato equitativo y no discriminatorio: Los proveedores deben dar a los consumidores un
trato equitativo y no discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a
la garantía constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los consumidores.
Derecho a la libertad de contratar: Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar
del consumidor, en especial, las que subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición
simultánea de otros, y otras similares que persigan el mismo objetivo.
Derecho de información y publicidad: ( Art 1100 a 1103 CCCN) El proveedor está obligado a suministrar
información al, consumidor en forma cierta y detallada, respecto de todo lo relacionado con las
características esenciales de los bienes y servicios que provee, las condiciones de su comercialización
y toda otra circunstancia relevante para el contrato.
Derecho a la revocación: (modalidades especiales) en los contratos celebrados a distancia y por fuera
de lo establecimientos comerciales, el proveedor tiene el deber de informar sobre el derecho a
revocación que posee el 0consumidor, dentro de los 10 días a partir de la celebración del contrato (o
10 días posteriores a la entrega del bien, o servicio, en caso de que sea posterior al primer plazo).
INFORMACIÓN
Art. 4 LDC. Quienes produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o presten servicios,
deben suministrar a los consumidores o usuarios, en forma cierta y objetiva, información veraz,
detallada, eficaz y suficiente sobre las características esenciales de los mismos.
La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con claridad necesaria
que permita su comprensión.
Procedimiento y sanciones
Entre los artículos 45 y 51 de la LDC se establece el procedimiento administrativo de sanción por
incumplimiento de esta normativa sobre defensa del consumidor.
La autoridad de aplicación iniciará de oficio actuaciones administrativas en caso de presuntas
infracciones a la ley o a sus reglamentaciones, o intervendrá a partir de la denuncia de quien invoque
un interés particular o actuare en defensa del interés general de los consumidores.
Verificada la existencia de alguna infracción, quienes la hayan cometido podrán ser pasibles de las
siguientes sanciones: apercibimiento; multa de quinientos pesos ($ 500) a quinientos mil pesos ($
500.000), hasta alcanzar el triple de la ganancia o beneficio ilegal obtenido por la infracción; decomiso
de las mercaderías y productos objeto de la infracción; clausura del establecimiento o suspensión de
hasta cinco (5) años en los registros de los proveedores que posibilitan contratar con el Estado; la
pérdida de concesiones, privilegios, regímenes impositivos o crediticios especiales de que gozare.
Las acciones y sanciones emergentes de la Ley N° 24240 prescriben en el término de tres (3) años y su
cómputo se interrumpe por la comisión de nuevas infracciones o por el inicio de actuaciones
administrativas o judiciales.
De las acciones
El artículo 52 de la ley establece que el consumidor o usuario podrá iniciar acciones judiciales cuando
sus intereses resulten afectados o amenazados.
Podrán iniciar también las acciones las asociaciones que representan a los consumidores, en su
carácter de personas jurídicas, y también la autoridad de aplicación de la ley nacional o local y el
Ministerio Público.
Asimismo el artículo 57 de la LDC determina los requisitos que deben satisfacer para obtener el
reconocimiento como asociación de consumidores además de los generales:
a) No podrán participar en actividades políticas partidarias;
b) Deberán ser independientes de toda forma de actividad profesional, comercial
y productiva;
c) No podrán recibir donaciones, aportes o contribuciones de empresas comerciales, industriales o
proveedoras de servicios, privadas o estatales, nacionales o extranjeras;
d) Sus publicaciones no podrán contener avisos publicitarios.
Por último, en el artículo 58 de la LDC se autoriza a las asociaciones a promover reclamos a pedido de
los consumidores y luego realizar una gestión“estrictamente conciliatoria y extrajudicial” para acercar
la posición de las partes
Definición y caracteres
Cesare Vivante quién enunció el siguiente concepto: “Título de crédito es el documento necesario para
ejercer el derecho literal y autónomo que en él se menciona”.
Artículo 1815CCCN.- Concepto. Los títulos valores incorporan una obligación incondicional e
irrevocable de una prestación y otorgan a cada titular un derecho autónomo.
Pagaré
Concepto
Gómez Leo define al pagaré como el título de crédito a la orden, abstracto, formal y completo que
contiene una promesa incondicionada de pagar una suma determinada de dinero a su portador
legitimado, vinculando solidariamente a todos los firmantes del título.
Normativa aplicable
El Decreto-Ley N° 5965/1963 establece en su artículo 1 que la letra de cambio, los vales y el pagaré se
regirán por sus disposiciones. De ahí que luego de trece capítulos referidos a la letra de cambio, la ley
destina un título final al pagaré y una cláusula supletoria en el artículo 103, en la que estipula que “son
aplicables al vale o pagaré, en cuanto no sean incompatibles con la naturaleza de este título, las
disposiciones de la letra de cambio”.
Requisitos
El pagaré, para ser válido como tal, debe reunir ciertos requisitos que pueden dividirse en:
- Sustanciales: son aquellos estipulados en el artículo 101 del Decreto-Ley
N° 5965/63, y si alguno de ellos falta, el instrumento no será válido como pagaré. Estos requisitos son:
1. La cláusula a la orden o la denominación del título
2. La promesa pura y simple de pagar una suma determinada de dinero.
3. El plazo de pago.
4. La indicación del lugar del pago.
5. El nombre de aquel al cual o a cuya orden debe efectuarse el pago.
6. Indicación del lugar y de la fecha en que el vale o el pagaré han sido firmados.
7. La firma del que ha creado el título (suscriptor), con aclaración del nombre completo y número de
documento, siendo requisito indispensable para el caso de querer endosar los documentos contar con el
domicilio del suscriptor.
Sujetos intervinientes
En principio, solo intervienen dos personas en el pagaré: el librador o suscriptor y el tomador. No
obstante, pueden incorporarse otros sujetos a esta relación jurídica.
El artículo 1 de la Ley N° 24452 dispone que los cheques son de dos clases:
a) comúnes y b) de pago diferido. El cheque común es un título cambiario librado a la vista mediante
el cual una persona (librador) que tiene fondos depositados en un banco (girado) o autorización para
girar en descubierto da orden incondicional de pagar al tenedor del documento (beneficiario) o a su
endosatario o tenedor, una cantidad determinada de dinero.
Por otro lado, el cheque de pago diferido es una orden de pago contra una entidad autorizada librada a
días vista a contar desde su presentación en la misma u otra entidad, debiendo el librador contar, para
el momento de su vencimiento, con fondos suficientes depositados en cuenta corriente o autorización
para girar en descubierto.
Elementos
El artículo 2 menciona como elementos del cheque los siguientes:
1. El término “cheque”: es requisito indispensable y esencial y hace a su estructura de literalidad
2. El número de orden.
3. La indicación de lugar y fecha de creación
4. El nombre de la entidad girada y el domicilio de pago
5. Orden pura y simple de pagar una suma determinada de dinero, expresada en letras y números
6. La firma del librador.
Formas de libramiento
El artículo 6 dispone que el cheque puede ser extendido:
1. A favor de una persona determinada
2. A favor de una persona determinada con cláusula no a la orden
3. Al portador
Prescripción
El artículo 61 dispone que las acciones judiciales del portador contra el librador, endosantes y avalistas
se prescriben al año (1) contado desde la expiración del plazo para la presentación. En el caso de
cheques de pago diferido, el plazo se contará desde la fecha del rechazo por el girado, sea para la
registración o al pago. Las acciones judiciales de los diversos obligados al pago de un cheque, entre sí,
se prescriben al año (1) contado desde el día en que el obligado hubiese reembolsado el importe del
cheque o desde el día en que hubiese sido notificado de la demanda judicial por el cobro del cheque.
Unidad IX
Concursos y quiebras
Concursos
Nociones generales. Ley N° 24522
Frente al incumplimiento de una obligación, el acreedor tiene a su alcance todos los mecanismos
previstos por el legislador en el Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN) y en las leyes
especiales tendientes a obtener la satisfacción de su crédito de parte del deudor. Esas acciones
individuales constituyen el medio normal para que el acreedor obtenga el cumplimiento del deudor.
Existen procesos concursales preventivos, cuya finalidad es la recomposición del patrimonio del
deudor, y procesos liquidativos, cuyo único objetivo es obtener la pronta liquidación de los bienes y la
satisfacción de los créditos de los acreedores.
Los procesos concursales están regulados por la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) N° 24522 del
año 1995 y sus modificatorias.
Características de los procesos concursales y clases
La LCQ N° 24522 regula tres procesos concursales: el concurso preventivo, la quiebra y el acuerdo
preventivo extrajudicial.
Concurso preventivo (la pide el deudor) es el proceso concursal tendiente a evitar la quiebra del
deudor. Tiene como objetivo superar el estado de cesación de pagos luego de alcanzar un acuerdo con
los acreedores. Rigen este procedimiento una serie de principios como el de la recomposición
patrimonial, la conservación de la empresa, la igualdad de los acreedores, la universalidad, etc.
Quiebra:( la pide acreedor y deudor) es el proceso concursal por el cual se liquida el patrimonio del
deudor para hacer frente a las obligaciones que lo gravan. También rigen los principios de
universalidad e igualdad de los acreedores, pero la finalidad aquí es distinta: se procurará atender lo
más rápido posible los créditos de los acreedores a través de la liquidación de los bienes que integran
el patrimonio del deudor.
Acuerdo preventivo extrajudicial: (la pide el deudor) es el acuerdo que puede celebrar un deudor que
se encuentre en cesación de pagos con sus acreedores. Podrá ser homologado judicialmente a pedido
del deudor.
Por su lado, la unicidad significa que no puede existir más de un concurso al mismo tiempo relativo a
la misma persona.
La igualdad de trato o par conditio creditorum, su alocución latina, estipula que todos los acreedores
concurrirán al proceso concursal en igualdad de condiciones.
Algunos autores agregan a la inquisitoriedad como una característica propia de estos procesos, puesto
que le corresponde al juez actuar de oficio para impulsar el proceso, a diferencia de otros en los que la
carga de impulsarlo recae en el sujeto interesado.
Procedimientos preventivos y liquidativos
El concurso preventivo
El concurso preventivo es el proceso destinado a evitar la quiebra del deudor por medio de un acuerdo
con sus acreedores de acuerdo al procedimiento descripto en la LCQ N° 24522.
Este proceso solo puede ser solicitado por el deudor cuando se encuentre en cesación de pagos o
cuando, debido a ese estado patrimonial, haya solicitado su quiebra. El artículo 79 de la LCQ hace una
enumeración no taxativa de hechos que pueden ser reveladores de la situación de cesación de pagos.
Solicitado su concurso con los requisitos previstos en el artículo 11 de la LCQ, el juez que entiende en
la causa tiene dos opciones: puede rechazarlo por las cuatro causas previstas en el artículo 13 de la
LCQ, o bien dictar la resolución de apertura del concurso preventivo con el contenido dispuesto en los
trece incisos del artículo 14 de la misma ley
La apertura del concurso preventivo produce varios efectos. Uno de los más importantes es que a partir
de este momento el deudor comenzará a administrar sus bienes bajo la vigilancia del síndico.
Tendrá algunos actos permitidos relativos a sus bienes, otros para los que deberá requerir autorización
judicial y otros que estarán prohibidos.
El síndico es el auxiliar del juez que interviene también en la quiebra. Se exige para ser síndico ser
contador y son sorteados de una lista que elaboran los fueros con competencia en materia concursal.
El rol del síndico es muy importante durante la etapa informativa: tiene a su cargo la recepción de las
solicitudes de verificación de crédito, debe realizar el informe individual previsto en el artículo 35 de
la LCQ y el informe general del artículo 39
La quiebra
La quiebra es el proceso por el cual se liquidan los bienes del deudor para hacer frente a sus deudas de
acuerdo al procedimiento descripto en la LCQ Nº 24522.
Hay dos tipos de quiebra: directa e indirecta. La quiebra directa es la que se lleva a cabo por ser
solicitada por el deudor o por un acreedor.
La quiebra indirecta: es aquella que se produce por haber fracasado el concurso preventivo del
deudor.
Quiebra directa: la ley dispone que el acreedor que pide la quiebra de su deudor debe probar el estado
de cesación de pagos. Según el artículo 78 de la LCQ, “debe ser demostrado por cualquier hecho que
exteriorice que el deudor se encuentra imposibilitado de cumplir regularmente sus obligaciones,
cualquiera sea el carácter de ellas y las causas que lo generan”.
El artículo 79 de la LCQ, que podrá invocar el acreedor para justificar el pedido de quiebra sobre el
deudor.
Según el artículo 80 de la LCQ, puede pedirse la quiebra de todo deudor, cuyo crédito sea exigible,
cualquiera sea su naturaleza y privilegio. No pueden solicitar la quiebra el cónyuge, los ascendientes o
descendientes y los cesionarios de los créditos del deudor. El juez debe escuchar el descargo del
deudor sobre el pedido de quiebra y sin más sustanciación pasará a resolver si lo acepta o lo rechaza.
Declaración de quiebra: en caso de ser aceptada la quiebra, el juez dictará la declaración o sentencia de
quiebra, cuya fecha y contenido cobrará relevancia para todo el procedimiento.
El artículo 88 de la LCQ explica a través de once incisos el contenido que debe tener la sentencia
Contra la sentencia de quiebra el deudor puede presentar un recurso de reposición, que debe versar
sobre la ausencia del presupuesto objetivo o subjetivo para el proceso concursal. Debe ser presentado
dentro de los cinco (5) días de conocida la declaración de quiebra.
La fecha de la declaración de quiebra es importante para el denominado período de sospecha (art.
116), que es el tiempo que transcurre entre la fecha indicada como el inicio de la cesación de pagos
hasta la sentencia de quiebra.
En ese período, que no puede ser mayor a dos (2) años, se pueden detectar actos realizados en
perjuicio de los acreedores, como actos a título gratuito o ventas a precio vil, que de ser probados,
serán declarados ineficaces.