S9 - T1 - Ciudadanía Concepto

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Ciudadanía y reflexión ética

Sesión 9
Ciudadanía*

¿Qué es la ciudadanía? ¿Qué significa ser ciudadana o ciudadano? Existen, según Jelin, tres ejes

claves de debate sobre ciudadanía: En primer lugar, el debate ideológico que intenta definir la

naturaleza de los “sujetos” que se van a considerar ciudadanos. Este eje se refleja en la visión

liberal-individualista que revisa la relación entre sujeto individual y sujetos colectivos. En segundo

lugar, el debate teórico que examina el contenido de los derechos del ciudadano. Aquí se pregunta

por derechos “universales” y se trata de aclarar la relación entre derechos humanos, civiles,

políticos, económico-sociales, colectivos y globales. En tercer lugar, el debate político determina

las responsabilidades y compromisos inherentes a la relación ciudadanía-Estado, es decir, las

obligaciones o deberes ligados a la ciudadanía. (en: Jelin, Igualdad y diferencia: dilemas de la

ciudadanía de las mujeres en América Latina. Ágora. Cuadernos de estudios políticos, año3, Nr.

7: Ciudadanía en el debate contemporáneo, 1997, p. 189).

Ser ciudadano o ciudadana significa para la autora dos cosas: una, poseer un sentimiento de

pertenencia a una comunidad política; otra, obtener un reconocimiento de esa comunidad política

a la que se pertenece. La pertenencia y el reconocimiento a una comunidad tiene deberes y

tiene derechos. Las denuncias sobre las situaciones y políticas sociales desfavorables

*
(Resumen de las ideas de la teórica feminista Elizabeth Jelin en la página del Instituto de Estudios
Latinoamericanos de la Universidad de Berlin).
para las comunidades, las peticiones de nuevos derechos, el cuidado de los logros sociales que

parecen los más justos, las exigencias del cumplimiento de los contratos sociales y la participación

en la esfera pública son acciones, entre otras tantas, que adoptan los ciudadanos o ciudadanas en la

vida cotidiana. No hay, dice Jelin en la entrevista, una única vía para convertirse en ciudadano.

Adquirir una conciencia de ciudadanía se relaciona directamente con la politización del

individuo. El propio proceso que implica salir a la esfera pública, de sentirsecon derecho a estar

en la esfera pública, forma parte del proceso de construcción de una dimensión de la ciudadanía.

La ciudadanía como el resto de los conceptos o categorías socio-políticas son parte de un devenir

permanente de construcción y cambio. Jelin alerta contra el peligro de identificar la ciudadanía con

un conjunto de prácticas concretas –sea votar en elecciones o gozar de la libertad deexpresión,

recibir beneficios sociales del estado o cualquier otra práctica específica–. (en: Jelin, Igualdad y

diferencia, págs. 193 y 194). Todas estas prácticas ciudadanas forman parte de la noción de

ciudadanía.

Ser ciudadano y ciudadana significa, más allá de las prácticas concretas, tener, por un

lado, el derecho de reclamar y por lo tanto salir del plano subordinado. Por el otro, ejercer una

“práctica conflictiva vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de quiénes podrían decir qué

en el proceso de definir cuáles son los problemas sociales comunes y cómo serán abordados.” (Van

Gunsteren, en: Jelin, Igualdad y diferencia, p. 194). Por ejemplo, en Buenos Aires, en la época de

la dictadura militar (1976-1983), muchísimos jóvenes fueron torturados y desaparecidos. Las

madres realizaron manifestaciones en la esfera pública exigiendo justicia social. Este hecho crucial

de la entrada y presencia de las madres en la esfera pública no sólo


transformó el panorama de actores sociales, sino que incluyó en el debate público la centralidad de

los lazos familiares y de su importancia en la vida de las personas.

Los movimientos de derechos humanos se unieron a las Madres de la Plaza de Mayo y luego

las Abuelas o los Hijos. El ejercicio de la ciudadanía se manifiesta en la posibilidad de diálogo que

debe existir entre las distintas instancias de la sociedad. Las demandas tienen que ser recepcionadas

por alguna instancia y posteriormente discutidas, lo que no implica que se resuelvan los conflictos

por esta posibilidad de hablar y ser escuchado. La contra-cara de la ciudadanía, dice Jelin, es la

exclusión, es cuando existen otros que no pertenecen a una determinada comunidad. Los fuertes

procesos de corte neoliberal remarcan la lógica de la creciente exclusión. La ciudadanía plantea la

posibilidad de la igualdad social (…). (en: Jelin, Igualdad y diferencia, p. 193).

(…) El campo general de investigación de la autora guarda una relación permanente con las

posibilidades de construcción de ciudadanía en relación con los principios básicos de igualdad y

diferencia: ¿Cómo reconocer diferencias y al mismo tiempo aceptar que necesitamos un umbral

básico de humanidad, un principio de igualdad?, dice Jelin en la entrevista. Pensar en el concepto

de ciudadanía implica pensar entonces en nuevos sujetos individuales y colectivos con derechos:

los migrantes|, las mujeres, las víctimas de derechos humanos, o de pensar, por ejemplo, formas de

familia que no son aceptadas.

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