TP6 - Sixto V
TP6 - Sixto V
TP6 - Sixto V
Urbanismo Barroco
Plan Sixto V - Roma
S. XVI
• Integrar en un único
sistema de calles
principales las diversas
obras, enlazando las
siete iglesias de
peregrinación y otros
puntos notables de la
ciudad. Cuyo objetivo
era que la iglesia se
transformarse en el
centro de equilibrio
político europeo.
Muralla Aureliana (límite artificial) • Crear una ciudad estética que supusiera la
superación de la actual configuración de calles y
Rio Tiber (límite natural) espacios, hacia una percepción monumental y del
espacio como entidad visual.
Barrio Papal
Las vías de acceso a los siete templos principales de Roma se convertirían en un signo de ceremonial
religioso, indulgencias-salvación. Sin embargo, siendo el propósito fundamental de carácter sacro,
quiso favorecer los rituales de piedad y facilitar a los peregrinos la tarea de llegar a los lugares sagrados.
Partiendo siempre del plano que fue configurado en la Roma del Renacimiento, Sixto V dio preferencia
en el nuevo sistema viario a la Strada Felice, situada en la dirección sureste a noroeste de la ciudad.
Debía conectar el templo de Santa Croce in Gerusalemme con la Piazza del Popolo.
Pero teniendo que hacer frente a la geografía del lugar, Sixto V se vio limitado, obligándose a terminar
la Vía Felice en un recorrido que culmina con la iglesia de Trinità dei Monti.
La Iglesia de Santa María Maggiore ocupa una posición de preferencia en la Strada Felice, y en esta
confluyen vías de acceso a varios centros religiosos importantes. Por el lado norte se puso en ejecución
un enlace con la Strada Pía, que une la Plaza del Quirinal con la Porta Pía. La unión se estableció en
ángulo recto, creándose una interacción dificultosa, resuelta en un proyecto de Fontana y con el
aprovechamiento de las cuatro fuentes ubicadas en los ángulos, alimentada por el Aqua Felice.
Como parte del mismo programa urbano, se creó una conexión con la ciudad antigua, Via Panisperna,
en los que prevalecía como signo eminente la columna de Trajano.
Las plazas representan una "pausa" en el caminar del peregrino, pero son a su vez "centros" de
detención del movimiento horizontal, valiéndose del monumento religioso o civil que a su vez fue
mensaje de la Fe y que cumplía la función de actuar como eje receptor de una serie de perspectivas.
El cuadro urbano sixtino en Roma, como apunta Norberg-Schulz, fue estimulado hasta el punto de
fundamentar el prototipo de ciudad-capital. Fue expresión "visual" de la ideología que se pretendía
imponer, que era hacer de Roma, por medio de un proyecto urbano-arquitectónico persuasivo, una
"Città Santa".
Obelisco - Pagano
Cruz - Religioso
Triunfo de los religioso
sobre lo pagano
Le Quattro Fontane
Ubicadas en la Intersección de la
Via delle quattro fontane
y via del Quirinale
Fuente Neptuno
Fuente de Minerva
Campidoglio Fuente de la Barcaccia
Plaza de España
Fuente Piazza di
Santa Maria Maggiore
Piazza di Popolo
Uno de las entradas de
la ciudad.
PUERTA DEL POPOLO
Piazza España
Punto donde
culmina la
Strada Felice
Parte de las
7 iglesias de
peregrinación
Piazza Colonna
Columna de Marco
Aurelio que se erigió en
el foro de Antonino para
conmemorar las victorias
sobre los germanos.
Religioso - Pagano
Piazza Navona
Columna Trajana
Conclusión
Hacia fines del siglo XVI el papel de Roma en el concierto
mundial, como centro consolidado y triunfante del
Cristianismo católico y como capital del Estado de la
Iglesia, era evidente. Durante el pontificado de Sixto V, que
se hacía llamar el restaurator Urbis, se inauguró para Roma
una era edilicia sin precedentes, que determinaría su nueva
estructura y su aspecto monumental, acentuando su
carácter formal de organismo de representación. Todo
respondía a su programa para transformar la Roma antigua
y pagana en la nueva Roma cristiana, triunfante sobre la
herejía.
El plan, ideado para dar conexión viaria, tanto funcional como simbólica y visual, a las
siete Basílicas romanas, además de a otros lugares de culto, conformando un itinerario de
peregrinación, se concentró en la red viaria convergente en Santa Maria Maggiore.
Además de superarse las murallas aurelianas, el trazado de anchas y largas calles
rectilíneas, que desembocaban en grandes plazas, regidas por obeliscos paganos
coronados con imágenes religiosas, y fuentes para abastecer a los peregrinos., a partir de
la reconstrucción de los acueductos.
De lo ambicioso del plan dan idea las palabras de Domenico Fontana al indicar que Sixto
V "ha abierto en muchos lugares varias calles anchas y rectas de forma que cada cual pueda, a pie, a
caballo o en carroza, partir del lugar de Roma que quiera y llegar casi directamente a los más famosos
lugares de devoción, lo que ayuda a que la ciudad se llene de gente;... siendo esas calles frecuentadas por
el pueblo, se construyen... con gasto en verdad increíble. Y conforme al ánimo de tan alto Príncipe, ha
trazado las dichas calles de un lado a otro de la ciudad, sin atender a los montes y los valles que por allí la
atravesaban;... haciendo nivelar aquéllos y rellenar éstos, los ha reducido a suavísimas llanuras y bellos
lugares, descubriéndose en los sitios por donde pasan las partes más bajas de la ciudad, con variadas y
diversas perspectivas, de manera que la devoción se alimenta incluso con el deleite de los sentidos”
Su planificación fue continuada en parte pero nunca se llegó a concretar todo lo que
Sixto V había concebido. El objetivo de la iglesia era transformarse en el centro de
equilibrio político europeo. La ciudad será un referente para las demás ciudades
europeas sobre todo París y Londres.