La Última Cena
La Última Cena
La Última Cena
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La última cena
(L'ultima cena)
Año 1495-1498
Técnica Temple y óleo sobre yeso
Estilo Renacimiento
Leonardo da Vinci
Historia[editar]
Luis XII, rey de Francia, llegó a Milán y destruyó el ducado, y tras ver la magnífica obra de Leonardo
pensó en llevarla a su país.11
En principio se trataba de un encargo modesto. En Santa María, el convento de
los dominicos cercano al palacio, el duque había mandado a erigir una iglesia. En
el refectorio de los hermanos, el milanés Montorfano había pintado una crucifixión,
en cuya parte inferior Leonardo añadió el retrato de los donantes: Ludovico, su
esposa y sus dos hijos.11 Leonardo colaboró también en la ejecución de los
medallones y otros adornos murales con las armas de los españoles, como si
quisiera probar primero la destreza de su mano para la gran tarea que se le
avecinaba.
Leonardo creó La última cena, una de sus mejores obras, la más serena y alejada
del mundo temporal, durante esos años característicos por los conflictos bélicos,
las intrigas, las preocupaciones y las calamidades. 2512 Se cree que en 1494 el
duque de Milán Ludovico Sforza, llamado "el Moro", encargó a Leonardo la
realización de un fresco para el refectorio de la iglesia dominica de Santa Maria
delle Grazie, Milán. Ello explicaría las insignias ducales que hay pintadas en las
tres lunetas superiores. Leonardo trabajó en esta obra más deprisa y con mayor
continuidad que nunca durante unos tres años.1314 De alguna manera, su
naturaleza, que tendía hacia el colosalismo, supo hallar en este cuadro una tarea
que lo absorbió por completo, forzando al artista a finalizarla.
En su novella LVIII, Matteo Bandello, que conoció bien a Leonardo, escribe que lo
observó muchas veces
... a la mañana temprano subir al andamio, porque la Última Cena estaba un poco en alto; desde que
salía el Sol hasta la última hora de la tarde estaba allí, sin quitarse nunca el pincel de la mano,
olvidándose de comer y de beber, pintando continuamente. Después sabía estarse dos, tres o cuatro
días, que no pintaba, y aun así se quedaba allí una o dos horas cada día y solamente contemplaba,
consideraba y examinando para sí, las figuras que había pintado. También lo vi, lo que parecía caso de
simpleza o excentricidad, cuando el Sol está en lo alto, salir de su taller en la corte vieja» —sobre el
lugar del actual Palazzo Reale— «donde estaba aquel asombroso Caballo compuesto de tierra, y
venirse derecho al convento de las Gracias: y subiéndose al andamio tomar el pincel, y dar una o dos
pinceladas a una de aquellas figuras, y marcharse sin entretenerse.
Localización
País Italia
45°28′00″N 9°10′15″ECoordenadas: 45°28′
Coordenadas
00″N 9°10′15″E (mapa)
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios i, ii
Identificación 93
Así pues, Leonardo observaba cuidadosamente los modelos del natural, pero no
era algo habitual en aquella época. En general se copiaban los tipos conocidos y
ya probados; algunos artistas repetían una y otra vez a lo largo de su vida un tipo
que les había salido bien y había tenido éxito, como, por ejemplo, Perugino, el
condiscípulo de Leonardo. Este, empero, jamás se repitió; siempre consideró cada
una de sus obras una tarea completamente nueva, peculiar y diferente de la
anterior.16 Leonardo procuró dotar a sus figuras de la mayor diversidad posible y
del máximo movimiento y contraste. En su libro de pintura aconseja «Los
movimientos de las personas son tan diferentes como los estados de ánimo que
se suscitan en sus almas, y cada uno de ellos mueve en distintos grados a las
personas [...]».1617 En otro pasaje se refiere al efecto de los contrastes «[...] Lo feo
junto a lo bello, lo grande junto a lo pequeño, el anciano junto al joven, lo fuerte
junto a lo débil: hay que alternar y confrontar esos extremos tanto como sea
posible.»16 Esta proximidad y antagonismo de las figuras es lo que da su riqueza
a La Última Cena: Judas, el malvado/Juan, el bello y bueno; cabezas
ancianas/cabezas jóvenes; personas excitadas/personas tranquilas. Aunque el
mundo puede apreciar el carácter innovador del cuadro en las innumerables
imitaciones y reproducciones posteriores, la obra nos produce un efecto de
serenidad y sencillez, de concentración alrededor del núcleo de la escena que en
ella se desarrolla.16
En 1497 el duque de Milán solicitó al artista que concluyera la Última cena, que
terminó, probablemente, a finales de año. Andrés García Corneille, en su libro Da
Vinci, comenta que «cuando Leonardo comenzó su obra, él sabía que iba a
demandarle mucho tiempo y que difícilmente vería mucho dinero por ella (ya que
se trataba del pedido de un duque), cosa que contravenía abiertamente los
reglamentos del gremio de artistas al que pertenecía, y sin cuya anuencia era
imposible ejecutar una obra en Florencia. De hecho, jamás pidió un solo centavo
por la obra que hizo, cosa que al duque le sorprendió y no dijo ninguna palabra». 18
Cuando acabó, la pintura fue alabada como una obra maestra de diseño y
caracterización. La dio por terminada, aunque él, eterno insatisfecho, declaró que
tendría que seguir trabajando en ella. Fue expuesta a la vista de todos y
contemplada por muchos. La fama que el «gran caballo» n. 1 había hecho surgir se
asentó sobre cimientos más sólidos. Desde ese momento se le consideró sin
discusión no solo uno de los primeros maestros de Italia sino el primero. 1120
Los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento de Santa María
delle Grazie, miraban la pintura con detenimiento, la copiaban y la discutían. 11
El rey de Francia, al entrar en Milán, acarició la idea de desprender el fresco de la
pared para llevárselo a su país.1121
Pronto se puso en evidencia, sin embargo, que nada más acabarse ya empezaba
a desprenderse de la pared. Desgraciadamente, el empleo experimental del óleo
sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro
ya hacia el año 1500, lo cual provocó numerosas restauraciones en la magnífica
obra.n. 22322 Leonardo, en lugar de usar la fiable técnica del fresco, que exigía una
rapidez de ejecución impropia de él, había experimentado con diferentes agentes
aglutinadores de la pintura, que fueron afectados por moho y se escamaron.
Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación.
Goethe, que vio la estancia con escasas transformaciones en 1788, la describe
así:
Frente a la entrada, en la zona más estrecha y al fondo de la sala, estaba la mesa del prior, y a ambos
lados las de los restantes monjes, colocadas sobre una especie de grada a cierta altura del suelo. De
repente, cuando al entrar uno se daba la vuelta, veía pintada en la cuarta pared y encima de las puertas
la cuarta mesa, con Jesús y los Apóstoles sentados a ella como si fueran un grupo más de la reunión.
La hora de comer, cuando las mesas del prior y de Cristo se encontraban frente a frente, encerrando en
medio a los demás monjes, tuvo que ser, por fuerza, una escena digna de verse. 13
Análisis[editar]
Leonardo ha escogido, puede que a sugerencia de los dominicos, el momento
quizá más dramático. Representa la escena de la Última Cena de los últimos días
de la vida de Jesús de Nazaret según narra el Nuevo Testamento. La pintura está
basada en Juan 13:21, en la cual Jesús anuncia que uno de sus doce discípulos le
traicionará.
Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y les dijo «Yo tenía gran deseo de comer
esta pascua con vosotros antes de padecer. Porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que sea
la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios, porque uno de vosotros me traicionará». 23