Efemérides A Celebrar en La Era Bicentenaria Del Estado Bolivariano de Nueva Esparta
Efemérides A Celebrar en La Era Bicentenaria Del Estado Bolivariano de Nueva Esparta
Efemérides A Celebrar en La Era Bicentenaria Del Estado Bolivariano de Nueva Esparta
1816
*Paul Verna:
(3 mayo 1816).
*Simón Bolívar:
1817
La Nueva Esparta.
(1816/1817 – 2016/2017)
Es sabido por todos que desde 1810 hasta 1817 el pueblo margariteño se
incorporó decididamente a las luchas por la independencia del dominio colonial
español y en este breve lapso se distinguió como un notable ejemplo para todos
los pueblos del mundo en lucha por su liberación.
*31 de marzo 1816: Inicio de la Expedición de Los Cayos bajo la conducción del
Libertador Simón Bolívar. Puerto de Los Cayos de San Luis, república de Haití.
*1/2 de junio 1816: Arribo del Libertador Simón Bolívar al puerto de Carúpano
procedente de Margarita y decreto de abolición de la esclavitud.
Por tan significativas razones nuestro Gobernador G/J Carlos Mata Figueroa,
decretó la creación de la Gran Comisión Ejecutiva para la Celebración de la Era
Bicentenaria del Estado Bolivariano de Nueva Esparta 2015-2017 (publicado en
Gaceta Oficial. Número Extraordinario E-3.262. La Asunción, 05 de febrero de
2015) con el propósito de exaltar tan significativas efemérides y alentar el
espíritu patriótico en las presentes generaciones.
En el contexto de tan glorioso pasado, Santa Ana del Norte –“la perla de más
quilates que atesora orgulloso Margarita”, al decir del destacado historiador José
Luis Salcedo Bastardo- refulge con luz propia al convertirse en la máxima
demostración de patriotismo marcada por la presencia de nuestro Libertador
Simón Bolívar en el acto que lo reconoció el 6 de mayo de 1816 como Jefe
Supremo de la República y de sus Ejércitos y al Gral. Santiago Mariño como su
Segundo, naciendo así en esta hermosa Villa la Tercera República de
Venezuela y la Colombia que fue su más preciado sueño.
Doscientos años han sido suficientes para hacer este acto de justicia al gigante
pueblo margariteño, que esperaba pacientemente la hora anhelada de su
reconocimiento, de su reivindicación y su tratamiento como “luminaria perenne
de la libertad en América”.
Desde Santa Ana del Norte partirá esta gran cruzada que reconciliará a nuestra
gente con sus valores históricos trascendentales tangibles e intangibles a través
de las siguientes iniciativas, también contempladas en el Decreto Ejecutivo a
que hemos hecho referencia. Son las siguientes:
Cuán distinta era la hospitalidad sincera de los haitianos hacia los patriotas,
comparada con los fríos y hostiles recibimientos que se les daban en las
colonias inglesas del Caribe. Verdad es que las grandes potencias que se
decían modelos de civilización y defensores de la cristiandad no dieron en
aquella época ninguna muestra ni de lo uno ni de lo otro.
Una vez de regreso a Los Cayos, después de haber logrado la promesa formal
de ayuda por parte del Presidente Petión, el Libertador se ocupó activamente de
los preparativos de su proyectada expedición. Difícil tarea que, finalmente, debió
superar por cuanto las desgracias y los padecimientos físicos habían avivado
entre los exiliados los viejos rencores largo tiempo contenidos y los cuales
estallaban ahora a la luz del día, en las mismas calles de la ciudad. Un
verdadero viento de locura colectiva parecía soplar en Los Cayos.
Para los últimos días de marzo de 1816, las angostas calles de Los Cayos se
llenaron de un bullicioso vaivén. Casi trescientos emigrantes se preparaban a
embarcarse y era el momento de los efusivos abrazos antes de lanzarse a otra
aventura militar y marítima. Los expedicionarios dejaban tras ello, los unos, sus
esposas y niños; los otros, un hermano, un pariente, algún amigo, que desde
hacía meses residía en Los Cayos o en Puerto Príncipe.
Bolívar interpretó en gesto sublime que esta victoria era una positiva señal que
auguraba el éxito total de la expedición. Así el 8 de mayo escribió a su pariente
José Leandro Palacios: “Llegué por fin a ver otra vez al país de Venezuela, y si
el primer suceso puede ser un presagio para los que le siguen, tengo el derecho
a esperar que lograré libertar dicha república.” (3)
(3) Iván Gómez León, Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera
República de Venezuela. Recopilación de textos. Porlamar, Verbo
Publicaciones e Impresos C.A., p. 2006, p. 108.
Referencias Bibliográficas:
Es pertinente informar al lector las razones que explican por qué Santa Ana del
Norte resultó seleccionada para constituirse en el escenario ideal donde tuviera
lugar este suceso histórico trascendental. Leamos las consideraciones
expuestas por el ilustre Pbro. Dr. Andrés Márquez Gómez en su obra titulada
Árboles, pájaros y niños: “Para la época inmediata al 19 de abril de 1810,
Santa Ana era la población más importante del norte de la Isla. Para 1819,
Margarita estaba dividida en dos cantones, cada uno con seis parroquias. Santa
Ana era la cabecera del Cantón Norte y a su jurisdicción pertenecían Santa Ana,
Juangriego, Tacarigua, Pedrogonzález, Altagracia y San Juan. /…/ EL General
Juan Bautista Arismendi escogió al Norte para su residencia. Esto no es un
hecho casual. Hombre astuto, que olfateaba el peligro a la distancia y que
medía muy bien los pasos que daba, porque se sentía perseguido y más que
perseguido acosado por enemigos implacables, y su cabeza puesta a precio,
sabía que entre los habitantes del Norte estaba seguro. La gente de este
pueblo, adicta a la causa de la independencia, era incapaz de una traición. Allí
Arismendi hizo su casa y vivió con su primera esposa Doña María del Rosario
Irala, y muerta ésta, allí contrajo nuevas nupcias con la ilustre caraqueña Doña
Luisa Cáceres Díaz, nuestra máxima heroína. Allí, finalmente, sorteó las insidias
que le tendió las intrigas y el odio de Urreiztieta y sus conmilitones. Nunca un
norteño delató al héroe, ni se dejó tentar, en su pobreza, por el alto precio
puesto a su cabeza, ni se dejó intimidar con amenazas y castigos para que se
apartara del camino de la lealtad prometida al héroe que lucha por la Libertad. /
…/ Esta adhesión total a la causa de la independencia, le mereció a Santa Ana
ser escogida como cuartel general de los patriotas. Allí residía el Jefe de las
fuerzas republicanas con su Estado Mayor; allí había un hospital atendido por
las mujeres del Norte, para los heridos de la guerra; allí estaban bien
custodiados los numerosos prisioneros cogidos a los españoles en los combates
anteriores y allí, finalmente, todo el pueblo era un gran taller donde se
fabricaban numerosos útiles necesarios para el ejército.” (1)
De esta manera, la isla de Margarita, por intermedio de Santa Ana del Norte, se
inscribió en el itinerario y en el entrañable afecto del Padre Libertador.
Referencias Bibliográficas:
(3)José Luis Salcedo Bastardo, La Villa de Santa Ana del Norte: Cuna
auténtica de la Tercera República de Venezuela. La Asunción, Gobierno
Bolivariano del Estado Nueva Esparta, Instituto Autónomo de Cultura del Estado
Nueva Esparta (IACENE), 2013.
SIMÓN BOLÍVAR ANUNCIA QUE EN SANTA ANA DEL NORTE HA NACIDO
LA TERCERA REPÚBLICA
8 DE MAYO 1816
Iván Gómez León
“SIMÓN BOLÍVAR”
“Venezolanos:
Referencias Bibliográficas:
(1)Iván Gómez León, Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera
República de Venezuela. Recopilación de textos. Porlamar, Verbo
Publicaciones e Impresos, C.A., 2006, pp. 106-107.
Aquí también advertimos una expresión significativa que bien merece ser
destacada: Esta decidida actitud del Libertador, marca el preludio de la sincronía
entre uno de los planteamientos fundamentales de la revolucionaria concepción
ideológica que sustentaba y el indicador más aberrante de la realidad social y
económica en la cual desarrolla su dinámica actividad.
“Un mes hace que estoy aquí ocupado en levantar y organizar el ejército”… le
informa a Monsieur J. B. Chasseriau el 27 de junio de 1816. Y en la misma
fecha, comunica a Martín Tovar Ponte: …”Yo, hasta ahora me he estado quieto
mientras organizaba el ejército, y tomaba mil providencias indispensables para
asegurar el éxito de la campaña”… Efectivamente, a través de las
numerosísimas cartas enviadas desde esta ciudad, que sobrepasan el centenar,
se evidencia el superior esfuerzo que invierte prácticamente desde su arribo a
esta posición estratégica de tierra firme, con la finalidad de …”desembarcar a la
costa de Ocumare a la cabeza de mil hombres y antes de 8 días tomaré la
capital, desde donde marcharé al Oriente de Venezuela a auxiliar a los
hermanos que quedan contendiendo por la misma causa”. (6)
No exagera el Libertador cuando anota que ha tomado “mil providencias” en
esta oportunidad, toda vez que salta a la vista que desde el 1° de junio hasta el
1° de julio lo absorbe esta impostergable tarea. En ágil estilo epistolar, con
precisión y detalle, todo, absolutamente todo, lo registra su pluma de auténtico
estratega: ascensos, instrucciones, recomendaciones, previsiones, órdenes,
advertencias, requerimientos, sanciones, traslados; efectiva labor que se hace
posible en virtud del admirable conocimiento y dominio de la peculiaridad de
aquella realidad geográfica.
Referencias Bibliográficas:
Salud.
Artículo primero: Todo hombre robusto, desde la edad de catorce hasta los
sesenta años, se presentará en la parroquia de su Distrito a alistarse en las
banderas de Venezuela, veinte y cuatro horas después de publicado el presente
decreto.
Artículo segundo: Los ancianos, las mujeres, los niños y los inválidos, quedarán
eximidos desde ahora para siempre del servicio militar; como igualmente del
servicio doméstico y campestre en que estaban antes empleados a beneficio de
sus señores.
Artículo tercero: El nuevo Ciudadano que rehúse tomar las armas para cumplir
con el sagrado deber de defender su libertad, quedará sujeto a la servidumbre,
no sólo él, sino también sus hijos menores de catorce años, su mujer y sus
padres ancianos.
El presente reglamento tendrá fuerza de ley y será fielmente cumplido por las
Autoridades Republicanas de Río Caribe, Carúpano y Cariaco.
SIMÓN BOLÍVAR.
1°. Todos los individuos que se hallen en esta isla desde 14 hasta 60 años son
soldados de la República y como tales se presentarán a los respectivos
comandantes militares dentro de veinticuatro horas precisas, las cuales tomarán
razón de sus nombres, edad, vecindad y ocupación para pasarlo
inmediatamente al Supremo Gobierno.
3°. Durará esta ley cuatro meses contados desde el día de su publicación.
4°. Los que faltasen a la presentación y alistamiento, sin una causa notoria,
serán tratados como enemigos de la Patria y castigados según las
circunstancias.
5°. Los comandantes militares quedan obligados y responsables al cumplimiento
de esta ley y, en consecuencia, deben arrestar cualquier individuo que no haya
observado, participándolo inmediatamente al Supremo Gobierno.
Publíquese en todos los partidos de la isla y fíjese en los lugares públicos para
su observancia y ejecución. Palacio de Gobierno en Pampatar a 13 de mayo de
1817. José Cortés Madariaga. Francisco Antonio Zea. Casiano Bezares,
Secretario interino.”
“Desde que Dios formó el Universo o vasto país en que habitan los viadores
(hace ya el espacio de seis mil y más años) están enumeradas las revoluciones
que lo han afligido y que han de humillar y destruir la especie humana.
“La isla Margarita, parte integrante, y hoy muy principal de los pueblos
confederados, levantó igualmente el estandarte del honor y de la gloria, y siguió
los pasos de sus conciudadanos. El 4 de mayo de aquel año depuso con la
mayor moderación al mandatario peninsular, el mismo que a la entrada de
Monteverde en Caracas fue el cómitre destinado para afligir en las bóvedas y
pontones de Puerto Cabello, entre otros americanos, a los hijos de Margarita.
“Cartagena promueve la reacción del año de 1813, y un jefe con los sufragios
del pueblo, destruyó al intruso tirano y rompe las cadenas de sus hermanos
oprimidos. Todos bendicen la obra del Libertador y desean que ella sea tan
durable como fue pronta en su formación.
“Mas el genio del mal aparece otra vez en esta comarca: se abre una nueva
campaña, y después de mil triunfos y proezas, cae el mismo pueblo bajo el yugo
de un aborto del infierno, teniendo que salvarse sus restos por la emigración que
emprendió por ásperos caminos, en una estación calamitosa, para trasladarse a
las Antillas, en donde han presentado al hombre sensible un cuadro el más
lastimoso, pues que ninguno ha podido ver sin emoción una multitud de
personas honradas y pudientes, que antes buscaban con quien distribuir su
fortuna, vivir para conservar una mísera existencia solo por la merced de
extranjeros, cuya generosidad fue tan franca como obligatoria al reconocimiento
de los buenos americanos. Si algún día la providencia condolida de sus
padecimientos se digna concederles la bien merecida carta de Manumisión y
que puedan formar un gobierno justo y liberal, que afiance para siempre los
derechos inalienables del hombre, ellos podrán y sabrán remunerar con
distinguidas recompensas los beneficios y hospitalidad que han recibido de
algunas colonias.
“Tres mil republicanos que han admirado al mundo por su constancia y valor se
hallan en el día con las armas en la mano decididos a resistir a todo trance las
pretensiones y choques de la tiranía. La Margarita podrá ser reducida a cenizas,
pero no esclavizada. El enemigo ha jurado su exterminio y amenaza que muy
pronto vendrá a pasearse por sus terrenos, gloriosos campos de Marte; y en tal
conflicto ella suplica a las naciones imparciales y despreocupadas vuelvan a fijar
su vista en la nueva lucha que sin duda será más terrible que la que acaba de
sostener y que sirvió de espanto, terror y confusión al mismo pueblo que
pretendió esclavizarla.
“Ese Arismendi, nacido para vuestro mal, tan cobarde como ruin, no vendrá en
vuestro auxilio, ni tampoco la multitud de miserables que han blasonado, cuando
nada temían de cerca: ahora todos emigran, os abandonan con diversos
pretextos; y el pirata Brión, concluye con saquear la isla y fugarse con sus
buques.
Ese mismo día lanzó una fulminante intimación a Francisco Esteban Gómez:
“Exmo. Señor: Los espartanos de Colombia han visto con bastante admiración
el parlamento inesperado que V.E. les envía: extrañan el bárbaro estilo de
intimar la rendición de esta isla, después de haber hostilizado atrevidamente sus
costas sin preceder aquel requisito y se complacen al ver que V.E. ha conocido
su yerro, cuando ya todos se hallan irritados y revestidos con las nobles
insignias del valor para vengar los nuevos ultrajes que se les irrogan.
“Las tropas del Rey que tiene V.E. bajo su mando nada han adelantado con
pisar otra vez las áridas playas de Margarita y el esperar por esto que vuelva a
la tiránica dominación española, es tan difícil como que V.E. cumpla las
promesas que hace bajo la mentida frase de que su palabra es inviolable.
“Si V.E. conoce los comprometimientos de la masa general de esta isla, debe
también sacar por consecuencia, que no es ya la causa de un particular la que
defendemos y que el general Arismendi a quién V.E. atribuye el origen de
nuestras desgracias, lejos de traernos esos supuestos males puso en nuestras
manos el precioso don de la libertad y supo conducirnos a la cumbre de la gloria
dejándonos a su partida sabias lecciones para defendernos y fieles modelos
para vencer españoles.
“Así, pues, está por demás repetir estas promesas, como también el paso que
V.E. ha tendido la bondad de dar a favor de la humanidad, enviándonos su
proclama e intimación, no pudiendo dejar de advertirle que hemos fijado muy
atentamente la consideración en la amenaza que nos hace V.E. de la total
desolación de la isla si no convenimos con la que soberanamente nos intima.
Por tales expresiones de V.E., por los comprometimientos primitivos y por los
que en virtud de la conducta de los agentes de V.E., en esta isla, tomó el pueblo
resolutivamente, acabará de conocer los uniformes sentimientos de estos
habitantes, para el último arreglo de su conducta, debiendo añadir, que si V.E.
fuere vencedor se hará dueño de los escombros, de las cenizas y de los
lúgubres vestigios que a su pesar quedarán de nuestra constancia y valor con
más brillo que los de Sagunto y Numancia. Si la fuerza y los medios que están
a disposición de V.E. son tales cuales nos los pinta, bien podrá coger por triunfo,
para satisfacer la tirana ambición de su soberano, y complacerse en ellos, la
área estéril y desolada de la isla Margarita, pero jamás podrá decir que se le
rindieron sus ilustres defensores. Cuartel General de la Sabana Grande a 18 de
julio de 1817. 7mo. Francisco Esteban Gómez.” (4)
“En este encuentro murieron tres oficiales subalternos y fue herido el jefe del
estado mayor de la caballería Celedonio Tubores; siete muertos y veinte heridos
tuvo la tropa, después de haber peleado con un valor distinguido y la pérdida del
enemigo fue considerable. (Sabana Grande, 18 de julio).
“Este permaneció en sus posiciones por dos días y dispuso el jefe de estado
mayor que nuestras tropas se retirasen dos leguas al centro del Valle de San
Juan, para que adelantando aquel sus marchas en nuestra persecución,
lográsemos darle una acción en campo raso, donde pudiese obrar la caballería;
pero él faldeó los cerros sin aproximarse nunca a la llanura.
“No hubo tiempo para destruir las fortalezas de Pampatar y las cortas fuerzas
que las guarnecían viéndose atacadas el 24 por todas las de Morillo, no
empeñaron en su defensa, retirándose el mismo día a la capital. (La Asunción,
25 de julio de 1817).” (5)
“Los realistas, luego que se vieron expuestos al fuego nutrido que salía de este
bosque, destacaron por el centro la columna de Cazadores. El Brigadier
Canterac con cuatro compañías de Navarra, se dirigió por la derecha. El
General en Jefe siguió detrás de los Cazadores con parte del batallón de
Burgos, enviando algunos destacamentos por la izquierda. Poco después la
acción se hizo general.
“Los margariteños prácticos del terreno y de sus veredas más transitables,
causaban gran quebranto a las compañías que dirigía Canterac. Los fuegos
eran certeros y tanto más sensibles, cuanto que se asestaba a los oficiales con
cuidadosa preferencia. Varios de estos morían en tan formidables emboscadas,
cuando para desalojar guerrillas tan modestas, la columna española se internó
en una senda muy estrecha, consiguió arrollarlas pero a costa de bajas en
extremo lastimosas.
“Más vivo fue el ataque todavía por el centro. Lo sostuvieron con furor los
insulares, hasta que se vieron abrumados por el número mayor de tropas que
cayeron sobre ellos, al asomar el refuerzo del batallón Burgos que Morillo
conducía a retaguardia de las compañías de Cazadores. A los españoles que
tuvieron que vencer las malezas del terreno, y que sufrir fuegos nutridos de
emboscadas cupo la peor parte en la primera repulsa hecha a su invasión.
Nuestra pérdida consistió en tres oficiales y siete soldados muertos, y en ocho
heridos incluso en éstos el bizarro Jefe de la caballería Celedonio Tubores.
Referencias Bibliográficas:
A las cuatro las tropas que ocupaban el Cerro Colorado bajaron a marcha
redoblada a incorporarse con el resto de su ejército, en cuyo tránsito perdieron
mucha gente, retirándose al abrigo de las empalizadas y bosques sosteniéndose
solamente parte del ala izquierda y reserva en columna sólida. Nuestras fuerzas
aunque en aptitud de perseguirlas, no pudieron verificarlo porque sobrevino la
noche.
El resultado de esta larga acción fue que sólo 300 hombres de infantería
protegidos por una corta caballería y por la Caranta derrotaron completamente a
los 3.000 valientes con que Morillo nos amenazaba con total exterminio; acción
gloriosa para las armas de la República para timbre de los margariteños y
lección que puede servir de escarmiento a los tiranos. Nuestra pérdida fue de
cinco oficiales muertos de caballería e infantería, y diez heridos de las dos
mismas armas, incluyéndose también sesenta soldados fusileros y veinte de
caballería que rindieron sus vidas cubiertos de honor y gloria. La del enemigo no
bajó de quinientos entre muertos, heridos y dispersos. (Asunción, 1° de agosto
de 1817).
Este suceso histórico constituye el más preciado tesoro moral que guarda el
pueblo insular en su memoria colectiva por cuanto lo identifica y equipara al
mismo nivel de tantos pueblos del mundo que en diferentes épocas se han
convertido en ejemplos de decisión y coraje dispuestos a asumir roles
protagónicos en el empeño de alcanzar su liberación de todos los colonialismos
a costa de cualquier precio.
Don Pablo Morillo, al observar que los patriotas anuncian la proximidad del
ejército realista al valle de San Juan, ordena a la primera columna que iba a la
cabeza del batallón, reconozca el Portachuelo, mientras que él, con un batallón
del regimiento de Navarra y de Burgos, se dirigía a ocupar San Juan. Por otra
parte, el brigadier Canterac recibió el encargo de vigilar y amenazar una
trinchera y batería patriotas que se encontraban en la retaguardia de su ejército.
El Batallón de Cazadores, al mando del teniente coronel Francisco Ximénez,
inicia la acción protegido por el II Batallón de Granada.
Morillo elogia el valor con que peleó el capitán español Joaquín Sumoza y se
refiere a la lluvia de ese día. Según los informes que tenemos, en ese 7 de
agosto de 1817 un fuerte aguacero cayó en el Portachuelo. Los patriotas
protegieron sus armas en las casas de El Maco y el ejército español, por haber
mojado las suyas, tuvo que atacar a la bayoneta. El coraje de los margariteños
por reconquistar los puntos que perdían fue digno de encomio y en ese día de
valor espartano demostrado en cada palmo de terreno que se defendía,
murieron el valiente oficial sanjuanero Francisco Benítez y el capitán Vicente de
González, caraqueño. La noche tendió su extenso manto espeso y negro sobre
el Portachuelo y el ejército realista se envolvió en él toda la noche para
desplazarse en la madrugada del otro día a cometer una de las más grandes
atrocidades que registra nuestra historia, en que Don Pablo Morillo con su
propia espada degüella a 18 margariteños y la laguna frente al fuerte de
Juangriego se tiñe de sangre patriota con los 500 valientes que pierden allí sus
vidas después de haber combatido heroicamente.
En los días en que nos propusimos y logramos que la Legislatura del estado
Nueva Esparta decretara la elevación de nuestro caserío a Municipio, nuestro
obispo, Monseñor Chirivella bendijo la primera piedra del pequeño obelisco que
pensábamos erigir en el Portachuelo, en recordación de la batalla.
Desafortunadamente no ha sido posible cristalizar hasta el momento esta idea.
Es necesario indicar con una lápida a las generaciones presentes y futuras que
en el cerro de Puya la sangre de la patria chica fue la misma que se ofrendó en
el altar de la gloria y del valor en Juangriego y Matasiete.
BATALLA DE JUANGRIEGO:
EL PUEBLO MARGARITEÑO RATIFICA SU VOCACIÓN LIBERTARIA
8 DE AGOSTO 1817
Iván Gómez León
“Su rada, base de la Flota Sutil. Por allí entraban de las Colonias los
víveres y los armamentos y se despachaban a Cartagena, Saint Thomas o Haití
los pliegos con las noticias o las solicitudes de auxilio.
“Juan Antonio y José Rafael Fermín, Diego Piñerúa, Cristóbal y José María
García, Antonio Díaz, Manuel Camejo, Bernardo Terrero, supieron acortar
rumbos y maniobrar sus naves para evitar persecuciones.
“En los mástiles de la Vengadora, Chigüichigüe, Tía María, Guaricha,
Rosario, Conejo, Patria y de otras balandras y piraguas lució siempre y
vencedora la enseña mirandina. Durante nuestra gesta, Juangriego es teatro de
grandes acontecimientos.
Referencias Bibliográficas:
Este período histórico constituye el más precioso tesoro moral que el pueblo
margariteño ha legado a nuestro país, por cuanto lo entregó todo y no pidió
nada a cambio; porque en ningún momento, ni aún en la hora más difícil, vaciló
en su empeño; porque fue consecuente con el único y máximo ideal: la
liberación nacional.
Referencias Bibliográficas:
*Gómez León, Iván E.: Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera
República de Venezuela. Recopilación de Textos. Porlamar, Verbo
Publicaciones e Impresos, C.A., 2006.
*Rosa Acosta, Rosauro: Los hombres del 4 de Mayo. Caracas, Fondo Editorial
IPAS-ME, 2010.