Caec Reseña de Libro de Huamalies 14 02 2007

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LIBROS Y FORUMS SOBRE LLATA Y HUAMALIES A

COMIENZOS DEL SIGLO XXI EN LOS ANDES

CESAR ESPINOZA CLAUDIO


[email protected]

Forum 2003. Huamalíes. Cultura, Historia y Perspectivas. Universidad


Nacional Federico Villarreal, Facultad de Humanidades, 277 pp., 2004, Lima,
Perú.

II Forum. Huamalíes: Cultura, Historia y Perspectivas. Universidad Nacional


Federico Villarreal, Facultad de Humanidades, Tomos I y II, 598 pp., 2005,
Lima, Perú.

Un primer examen de los libros publicados sobre Huamalíes a comienzos del


siglo XXI nos muestra una ausencia notable de esta problemática y otros más
en la historiografía nacional. La conjunción de universidad y gobierno local ha
posibilitado la producción de dos títulos que consideramos importante revisar y
comentar para dilucidar hacia donde marcha la ciudad andina de Llata y los
pueblos circunvecinos en un momento de auge de la globalización planetaria
en los Andes.1

En efecto, los textos contenidos en Huamalíes: cultura, historia y


perspectivas representan un enorme desafío generacional no solo por la
calidad de conocimientos presentados sino por el esfuerzo de asociar la
ciencia social con las políticas del gobierno local huamaliano en el
departamento de Huanuco. En este esfuerzo histórico se asociaron la
Universidad Nacional Federico Villarreal, la Municipalidad Provincial de
Huamalíes, el Instituto Superior Pedagógico Público Juana Moreno y la UGEL-
Huamalíes-Llata. Se trata en verdad de una experiencia singular en la que
participaron también profesores sanmarquinos en un esfuerzo por recuperar la
memoria histórica y la identidad cultural de un microespacio andino que ahora
se encuentra mucho más articulado a la ciudad de Huanuco y Lima.

En esta tarea infatigable destaca el antropólogo José Peña Ortega y el Dr.


Jorge Cáceres-Olazo, ambos profesionales de las ciencias sociales que han
asociado exitosamente la investigación sociohistórica, el debate y la difusión de
los conocimientos acumulados en dos soberbios libros que constituyen la
fuerza de un yunque historiográfico a comienzos del siglo XXI. En esta
oportunidad comentaremos los resultados del II Forum.

Actores y estructuras, instituciones y conflictos sociales, economía y cultura


animan en su conjunto los dos tomos. Se trata en verdad de un esfuerzo de
examen de larga duración y de análisis múltiple de una diversidad de temáticas
1
En esta dirección la Academia Nacional de Historia acaba de presentar un voluminoso libro
titulado “Pueblos, provincias y regiones en la historia del Perú”. Edic. ANH, 982 pp., 2007,
Lima, Perú.
que van desde la arqueología y llegan a los exámenes de los recursos
turísticos y alimentarios. En el primer tomo encontramos a varios autores
interesados en ofrecer una visión de conjunto de la sociedad colonial y
campesina huamaliana, de sus instituciones laicas y religiosas, de los
curacazgos, de los obrajes, de las movilizaciones sociales, de la fuerza que
mantienen las comunidades agropastoras y de los principios de control múltiple
de los microclimas (capana y aynoca) por un conjunto de poblaciones
organizados bajos principios sociales duales y tripartitos. Waldemar Espinoza
profundiza y revisa un texto antiguo sobre Ichoc Guanuco (1975) incorporando
nuevas ideas y documentos.2 José Peña examina la persistencia del principio
de la reciprocidad entre individuos y grupos de parentesco en su ensayo “El
Tuma: obligaciones de regalar, recibir y devolver”, abarcando de manera
especial el examen del funcionamiento de un conjunto de instituciones
religiosas locales. En particular, analiza el rol tradicional identitario de la Virgen
del Carmen y su significado para la organización y reproducción social de los
mestizos en Llata.

El tomo II contiene una variedad de textos en homenaje a César Fonseca


Martel (1934-1986), antropólogo sanmarquino y llatino prácticamente
desconocido por los habitantes de estos pueblos rurales. En general, no hay
casi nada nuevo sobre la vida de Fonseca y menos sobre sus investigaciones
del mundo andino. Tampoco se dice algo de su biblioteca y menos del destino
de sus informes de investigación sobre Huamalíes. Completa este tomo una
diversidad de estudios sobre las danzas andinas, el tuy Tuy, un examen de los
relatos y mitos locales, el análisis de las técnicas de conservación de alimentos
(el tocosh) y las técnicas terapéuticas (el shogpi) todavía vigentes en estos
pueblos. Nadie explica porque los temas contemporáneos se encuentran al
final de este tomo. Allí están los ensayos sobre la lingüística, la educación rural,
los problemas de patrimonio cultural y el turismo y el funcionamiento de una
cadena productiva láctea dentro y fuera de Llata.

Ambos libros forman parte de una nueva valoración del pasado, del patrimonio,
de la memoria y de la tradición religiosa. Evidentemente hay una inflación de la
“memoria histórica” parcializada que no oculta su esfuerzo de adaptación al
presente contemporáneo.

LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES Y LA UBICACIÓN DE HUAMALIES

Veamos algunos asuntos estructurales que han permitido el asentamiento


hegemónico de Llata en esta parte cordillerana del Marañón en el siglo XX.

El censo de Huánuco de 1993 registra una población total de 678,041


habitantes. Entre 1940 y 1993 la población se triplica en este espacio andino-
amazónico registrando una tendencia de crecimiento positivo en la sierra (de
271,764) y expandiéndose hacia la frontera amazónica del Alto Huallaga. Los
demógrafos estimaron que la población departamental se incrementaba a un
ritmo de cerca de 15 mil personas por año entre 1981 y 1993 (una tasa de

2
Waldemar Espinoza Soriano. Ichoc Guanuco y el señorío del Curaca Guanca en el reino
de Huanuco. Siglos XVI y XVI. Una visita inédita de 1549. En: Anales Científicos de la
Universidad Nacional del Centro del Perú. Huancayo, N° 4, pp. 1-70, Perú.
crecimiento intercensal de 2.6%). En este mismo período la población urbana
crecerá en un 38.6% y la población de los centros poblados rurales se
mantuvieron todavía dominantes con un 61.4% del total departamental.

La velocidad del crecimiento de la población urbana (tasa anual de 4.5%) es


mucho más alta que la ocurrida en el movimiento de la población rural (tasa
anual de 1.7%). Este movimiento se reflejaría en la multiplicación de la
población urbana, una masa poblacional que aumentaría de 42,213 a 252,778
habitantes entre los años de 1940 y 1993. En la dimensión rural la población
apenas duplicaría su tamaño de 187,055 a 401,711 habitantes en medio siglo.
En cuanto a la distribución porcentual entre sexos encontramos que se
mantiene un ritmo equilibrado de 50% a cada uno. En buena cuenta, podemos
postular que Huánuco es un departamento con una mayoritaria población
juvenil. Las cifras de este sector, jóvenes menores de 15 años sumarán el
44.3% de la población total.3 Una tendencia que los resultados del censo 2006
lo confirman con ligeras modificaciones.

Respecto a la distribución de la población por regiones naturales encontramos


algunos cambios importantes. Veamos en resumen algunos elementos que
sobresalen y que nos permitirán contextualizar la consolidación de la ciudad de
Llata y otros pueblos andinos dispersos en los afluentes del río Marañón:

a) La capital departamental registra una tendencia a lograr un mayor


crecimiento urbano. Lo mismo ocurre en Llata y La Unión. La ciudad de
Huánuco ha expandido su perímetro urbano hacia la margen derecha del río
Huallaga (Amarilis, Paucartambo, etc.) y los migrantes han empezado a
urbanizar las zonas altas y rocosas. Este proceso se ha reproducido en Llata y
La Unión, ciudades andinas ahora fuertemente vinculadas a procesos de
comercialización agroganadera y de migración poblacional.

b) A este sostenido ritmo de crecimiento natural se sumará la migración


poblacional rural andina (provenientes de los pueblos y las comunidades de las
provincias de 2 de Mayo y Huamalíes) hacia la ciudad de Huanuco, Cerro de
Pasco y Lima.

c) A este movimiento migratorio se suma la movilización hacia la selva del Alto


Huallaga (Leoncio Prado y Puerto Inca) y al río Pachitea. En los 70s desde el
Estado se impulsaron diversos programas de Colonizaciones y de cooperativas
con la finalidad de expandir la frontera agraria y asentar el cultivo de plantas
tropicales, produciéndose además, un veloz crecimiento de las plantaciones de
coca y la consolidación del narcotráfico. La zona de Monzón acelera un
proceso de estabilización de miles de familias serranas.

d) La apertura de carreteras, caminos sin asfaltar y negocios mineros-


ganaderos han provocado el asentamiento permanente de numerosas familias
produciéndose el crecimiento urbano de los centros poblados provinciales y de
las capitales distritales y de nuevos poblados en zonas de puna y quechua.
3
Jürgen Golte. "Nuevos actores y culturales antiguas". En: Julio Cotler (ed). Perú 1964-
1994: economía, sociedad y política; pp. 135-148. Lima; IEP, 1995.
e) Comparativamente, en el último tercio del siglo XX, la cuenca del Alto
Marañón ha sido desplazada de su posición hegemónica poblacional. La
novedad del siglo XXI es que los centros poblados ubicados al borde del
Huallaga ahora concentran un poco más del 62.5% de la población total,
seguidos del Alto Marañón con el 30.4% y finalmente el valle del Pachitea con
el 7.1% departamental.

f) La actividad minera, la colonización del Huallaga (coca, ganado, etc.), la


economía de la coca y la emergencia de nuevas ciudades han posibilitado este
cambio cuantitativo en la redistribución porcentual de la población al interior de
estos dos valles altoandinos y uno amazónico. Entre los factores intervinientes
registramos la guerra senderista y los ciclos de auge y crisis de la hoja de la
coca en los 80s.4

g) Un primer examen de las tasas de crecimiento de la población (estimada


para el departamento con un promedio anual de 2,6%) muestran dos tipos de
movimientos para el censo de 1993:

- altas tasas de crecimiento poblacional en: Huánuco (4.0%), Pachitea (3,5%),


Puerto Inca (7,1%):

- bajas tasas de crecimiento poblacional en: Ambo (2.5%), Leoncio Prado


(1,6%), Huacaybamba (1,7%), Huamalíes (0,5%), 2 de Mayo (1,5%) y Marañón
(0,4%).

En suma, estas cifras confirman el movimiento migratorio de la población desde


el Alto Marañon hacia el valle del Huallaga y la ciudad de Huánuco. Se trata de
un movimiento de crecimiento con desplazamientos migratorios de los valles
altoandinos hacia la selva amazónica del Alto Huallaga, una zona atractiva de
mano de obra juvenil y productora de coca.

La situación singular de las provincias de Huamalíes y 2 de Mayo es la de


constituir la principal reserva de fuerza de trabajo andina utilizada para el
trabajo en los cocales y los negocios de Monzón-Cachigoto-Tingo María.
Desde la ciudad de Huanuco y de los principales centros urbanos provinciales
se organiza un calendario temporal de migraciones de numerosos grupos
familiares que oscilan entre la búsqueda de empleo en los centros mineros y
las plantaciones de coca, para luego concentrarse durante un tercio del año en
sus pequeñas parcelas de cultivos temporales de tubérculos-granos y una
ganadería mercantil. Falta todavía una revisión sistemática de las apuestas
políticas de cada uno de estos pueblos altoandinos que en general apostaban
por fuerzas política partidarias de derecha, por el proyecto de Fujimori y ahora
por un Frente regional independiente. No puede olvidarse que el departamento
de Huanuco fue la segunda región de mayor violencia sangrienta provocada
por SL y las FF.AA entre los 80s y 90s del siglo XX.
LOGROS Y VACIOS EN LA INVESTIGACION SOBRE HUAMALIES

4
Carlos I. Degregori. José Coronel, Ponciano del Pino, Orin Starn. 1996, Las rondas
campesinas y la derrota de Sendero Luminoso. IEP, Lima.
En estos dos libros José Peña compila una singular experiencia de trabajo
académico con varios profesionales de las ciencias sociales reunidos en el II
Forum. Se trata en el fondo de sesiones no solo para intercambiar ideas sino
también para que estos conocimientos puedan ser utilizados por los
funcionarios de los gobiernos locales y funcionarios de Estado, las
comunidades campesinas y los pueblos de Huamalíes.

Los aportes que contiene estos libros son muy valiosos y la novedad es que se
ha agrupado a una nueva generación de estudiosos de la provincia de
Huamalíes interesados en construir una renovada imagen de la historia e
identidad huamaliana. El proyecto y las acciones de los Forums I y II son muy
ambiciosos ya que intentan abarcar la totalidad de las múltiples dimensiones de
la vida de los habitantes de la ciudad y el campo organizados en pueblos,
caseríos, anexos y comunidades campesinas. Llata es una ciudad que vive un
momento especial de su historia. El siglo XXI es un momento histórico para
estos pueblos andinos pues se ha roto el aislamiento geográfico que la
caracterizaba desde el siglo XVI con la construcción de caminos y carreteras,
puentes y túneles, la expansión de los servicios de electricidad, de telefonía e
Internet, así como el asentamiento y funcionamiento de una diversidad de
instituciones educativas.

Otros asunto que destaca en estos libros es la diversidad de ensayos sobre la


sociedad colonial; los ensayistas han desplegado el examen minucioso de
individuos (Juan Yacha, Juana Moreno, Pomachagua, etc.) y procesos
socioeconómicos consultando materiales de archivo y fuentes secundarias para
los siglos XVI-XVIII. Por el contrario, el siglo XIX constituye un gran vacío
historiográfico y de igual forma la primera mitad del siglo XX. Se trata de dos
grandes momentos históricos republicanos que requieren la consulta de nuevas
fuentes documentales y orales para lograr conocer los cambios demográficos,
la rearticulación de los pueblos campesinos con los centros mineros de Cerro
de Pasco y Yauricocha y también con la pequeña minería de San Marcos y
Huari. Otra novedad que resalta es la carencia de estudios sobre las ideas
políticas y los graves acontecimientos que enfrentaron a las poblaciones
urbanas y campesinas de Llata contra Pachas, de las broncas entre civilistas
con pierolistas, y a estos últimos con los caceristas y las fuerzas liberales de
M.I. Prado. Tengo la sensación de que los editores compartieran la tesis de
que el ritmo de la historia lo impone solo la fuerza de la economía y la cultura
ya que nada se dice ni publica sobre la política y los políticos, menos sobre el
leguísmo, el sanchezcerrismo, el APRA, la izquierda del SUTEP y Sendero
Luminoso, un conjunto de fuerzas políticas y de líderes locales que se
enfrentaron y enfrentan coyunturalmente en los procesos electorales y
cotidianos en la búsqueda de lograr el desarrollo y la construcción de la
democracia en los Andes.

Esta higiene de la política y de los políticos es un ejercicio muy dañino pues


tenemos el ejemplo de Fujimori, enemigo del Estado de Derecho y devoto de
gobiernos civico-militares y del autoritarismo corrupto que arrastró a las
multitudes campesinas de estos pueblos. Casi nadie recuerda que César
Fonseca fue uno de los líderes llatinos que luchó contra el gamonalismo local y
que sus ideas y acciones se encuentran registrados en numerosos boletines y
en la revista Huamalíes, 2da. Etapa. Organo de la Asociación Universitaria de
Huamalíes, Lima, 1959-1960. Juventud y política nunca estuvieron ajenos a los
problemas locales y nacionales. Otro de los temas no tocados es el de la
migración a los espacios cocaleros de Tingo María y Monzón, asimismo de
importantes organizaciones como la de la Sociedad Obrero de Huamalíes y la
tesonera labor institucional inolvidable, a favor de los que bajaban en yanqui y
poncho, de doña Sabina Santillán, del Jilguero de Llata, de Socorra Sánchez y
su programa Amanecer Huamaliano y del actual Club Huamalíes, asentado en
Lima.

No es nuestro deseo la de echar sombrar sobre los Forums (en el 2005 asumió
la forma de Congreso titulado Investigaciones Histórico Sociales de la
Región de Huánuco) y los libros, pues los defectos señalados no limitan el
gran esfuerzo, las aportaciones notables y originales de profesionales limeños
y llatinos para profundizar el conocimiento de un espacio microregional
prácticamente olvidado por la historiografía regional y nacional durante casi
todo el siglo XX. Es nuestro deseo que se prosiga en esta labor tesonera de
construir las bases documentales y reflexivas que permitan reforzar las
identidades y la memoria histórica de los pueblos andinos como Llata y
Huamalíes. Una tarea pendiente es la de comparar la lógica de desarrollo de
esta microregión con la de 2 de Mayo y con Huanuco. Sin embargo, en la
actualidad (Enero 2006) y como ironía de la Historia, el candidato del APRA
que gobernaba Llata perdió las últimas elecciones municipales y regionales y
encima se vino la declaratoria de Estado de Emergencia.

Esta experiencia y la literatura producida es la prueba evidente de que el


pasado ya no es socialmente productivo y reestructurador del tiempo presente.
La tradición a veces impone el movimiento de la rueda de la historia y despierta
entusiasmos arcaicos y que para combatir esta ola regresiva es importante
revisar y reflexionar con estos libros la experiencia vivida de los pueblos,
asimismo comentar con humildad y buena fe para afinar la memoria histórica
en los Andes.

Chorrillos 12/02/2007

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