Zamba de Vargas Teoría
Zamba de Vargas Teoría
Zamba de Vargas Teoría
ZAMBA DE VARGAS
La Zamba de Vargas es una conocida canción popular de autor anónimo integrante
del folklore argentino y, a su vez la zamba más antigua de la que se tenga registro musical. De ella
se ha dicho que es "la madre de todas las zambas". 2 Es probable que la "Zamba de Vargas"
exprese el momento histórico y artístico en que la zamacueca afroperuana, ya en versión
de cueca chilena, se transformó para dar origen a la zambaargentina,3 uno de los estilos musicales
más representativos del folklore de ese país.
Su origen data de la época en que se libró la sangrienta Batalla de Pozo de Vargas,
sucedida el 10 de abril de 1867, durante las guerras civiles argentinas, donde se enfrentaron las
fuerzas federales del caudillo Felipe Varela y las del gobierno nacional argentino, dirigidas por el
general Antonino Taboada, y la tradición popular interpreta como un enfrentamiento
entre riojanos y santiagueños -principalmente, adoptando aquellos el bando federal y éstos el
bando del gobierno nacional presidido por Bartolomé Mitre.4 La tradición popular le ha atribuido
haber sido interpretada por una banda militar en pleno combate y haber revertido la suerte de las
armas, a favor de los santiagueños. La canción se transmitió durante décadas en forma oral, con
letras variables según el bando que defendían los intérpretes, 3 y es una manifestación de los
sentimientos patrióticos ligados a la pertenencia a las diferentes provincias o patrias chicas que
integran la Argentina, enfrentadas en el curso del siglo XIX, a causa del sistema de gobierno que
habría de establecerse en la Constitución.5
Se interpreta con dos melodías, una recopilada por Andrés Chazarreta en 1906, y la otra
por Luis Peralta Luna.3 Por otra parte, se han recopilado y arreglado diversas letras, agrupadas en
lo que se conoce como versión riojana y versión santiagueña. 6 Entre las recopilaciones se
destacan las realizadas por Domingo Lombardi, Juan Alfonso Carrizo, Vicente Forte, Los
Hermanos Ábalos y Bartolomé Peralta Luna.
Felipe Varela (izq. abajo) y sus lugartenientes. Comando de las fuerzas federales de La Rioja y
Catamarca.
Antonino Taboada, comandante de las tropas del gobierno nacional, formadas por santiagueños.
La Zamba de Vargas apareció en la época de la Batalla de Pozo de Vargas, sucedida el 10
de abril de 1867 en la etapa final del período conocido como de las guerras civiles argentinas. Se
trató de un hecho importante porque definió la derrota de Felipe Varela, un caudillo catamarqueño-
riojano que lideró el último gran levantamiento federal contra el centralismo de la Provincia de
Buenos Aires. Fue también una de las batallas más sangrientas de la historia argentina, con un
saldo de 1.400 muertos.
Los hechos suceden unos años después de que la Confederación Argentina y la Provincia
de Buenos Aires se reunificaran bajo el mando del porteño Bartolomé Mitre, victorioso en la batalla
de Pavón (1861). La Batalla del Pozo de Vargas se produjo en el marco de la Revolución de los
Colorados de 1867, un gran alzamiento federalista de las provincias del oeste contra el gobierno
nacional del presidente B.Mitre (1862-1868), en oposición a la Guerra del Paraguay (1864-1870).
Los federales se hicieron del gobierno en las provincias de Mendoza, San Luis, San
Juan, La Rioja y Catamarca. Entre ellos estaba el Gral Felipe Varela, un militar y estanciero riojano,
nacido en Catamarca, que había sido oficial de los ejércitos federales de Justo José de Urquiza y
del Chacho Peñaloza, y que había vuelto de Chile para hacerse fuerte en La Rioja y Catamarca.
Cuando se produjo la Revolución de los Colorados, el presidente Mitre se encontraba
en Paraguay, comandando las tropas argentinas en la guerra. Enterado de la revolución de las
provincias occidentales, volvió de urgencia y dispuso la represión de los sublevados, mediante una
estrategia de pinzas: el general Wencesalo Paunero debía atacar las tres provincias del sur, en
tanto que las dos del norte (La Rioja y Catamarca), dominadas por el coronel Felipe Varela, serían
atacadas por el llamado Ejército del Norte, comandado inicialmente por el general Anselmo Rojo y
luego por Antonino Taboada.
El 29 de marzo de 1867, el ejército nacional comandado por el Gral. Arredondo venció a
los revolucionarios de Mendoza, San Luis y San Juan, en la batalla de San Ignacio, tomando
control de esas tres provincias.7 Felipe Varela, en el norte, al frente de una gran fuerza integrada
por unos 4000 hombres, y secundado por los principales caudillos de la región, quedó sólo para
enfrentar al ejército nacional, al mando de Antonino Taboada secundado por su hermano Manuel.
En esa confrontación, Taboada ocupó la ciudad de La Rioja, y cuando Varela se enteró,
cometió un grave error estratégico que terminaría llevándolo a la derrota: retrocedió hacia la capital
de la provincia para retomar la ciudad, pero sin asegurarse la provisión de agua, que en esos
parajes desérticos era vital. De ese modo su tropa llegaría agotada y sedienta hasta el jagüel o
pozo de Vargas, en las afueras de la ciudad de La Rioja, donde se acumulaba el agua. Pero allí
también estaba el ejército nacional esperándolo, con menor cantidad de soldados (2100), pero
mejor armados y con la intención de aprovechar el cansancio y la sed de los federales. 7
La batalla de Pozo de Vargas
La batalla de Pozo de Vargas se produjo el 10 de abril de 1867. El lugar del enfrentamiento
era una hondonada ubicada a dos kilómetros y medio al noroeste de la ciudad de La Rioja, donde
se fabricaban ladrillos y se encontraba precisamente el Jagüel o Pozo de Vargas, estratégico por
constituir uno de los pocos puntos con agua en una amplia zona desértica.5 Actualmente el sitio
está urbanizado e integrado a la ciudad con el nombre de barrio de Vargas, 6 y en el lugar se ha
colocado un busto de Felipe Varela y un monolito rindiendo homenaje a los caídos en la batalla,
frente al cual el gobierno local la conmemora anualmente.
Las tropas de Felipe Varela, unos 4.000 hombres, estaban integradas principalmente por
riojanos, con un aporte muy importante de chilenos al mando de Estanislao Medina.7 El arma
dominante era la caballería, integrada por unos 2300 jinetes armados con lanzas, composición
usual de los ejércitos de las guerras civiles que les valió el nombre de montoneras o montoneros.7
Contaba también con dos cañones. 7 El ejército riojano fue dividido en cuatro batallones en los que
se combinaban infantes y jinetes, dos al centro y uno en cada flanco, al mando del propio
Varela, Sebastián Elizondo, Estanislao Medina y Severo Chumbita. Otros lugartenientes de Varela
presentes en el campo de batalla fueron Santos Guayama y Aurelio Zalazar.
Las tropas de los Taboada, unos 2100 hombres, estaban integradas principalmente por
santiagueños, con un importante aporte de tucumanos.7 El arma dominante era la infantería,
integrada por unos 1.600 soldados armados con modernas carabinas Sharps, 9 provistos por el
gobierno nacional, adquiridos para la Guerra del Paraguay en curso.
Carabinas Sharps de 1863, con las que estaba armada la infantería de Taboada, ubicada
en trincheras para enfrentar exitosamente a la caballería montonera armada con lanzas de Felipe
Varela.
Se trataba de una composición inusual, que influiría decisivamente, tanto en la elección del
campo de batalla, como en las tácticas adoptadas en el curso de la misma. 7 El ejército nacional fue
dividido en cinco batallones de infantería ubicados en trincheras cavadas en la vanguardia, al
mando del capitán Manuel Taboada, una reserva de infantería y caballería, colocada en el centro y
6 escuadrones de caballería escalonados detrás, cubriendo cada flanco y la espalda.El
general Antonino Taboada se instaló en un convoy de mando, al centro, detrás de la reserva.
Las tropas de Felipe Varela estaban constituidas principalmente por la caballería armada con
lanzas o tacuaras organizada como montonera (pintura de Cándido López).
De ese modo la canción quedó asociada al triunfo de los soldados santiagueños en Pozo
de Vargas y se convirtió en una pieza anónima y popular en Santiago del Estero. Andrés
Chazarreta, nacido en 1876 dijo, sobre la "Zamba de Vargas" que: Desde mi infancia la había
aprendido oyéndola cantar todos los días a mi abuelita Agustina. Andrés Chazarreta.
Agustín Chazarreta incluye, en la biografía de su padre,17 el siguiente relato sobre las
vivencias infantiles de éste:
-Cuénteme mama una vez más..., cuénteme lo que sabían recordar mi tío Manuel Antonio, don
Ambrosio Salvatierra, el Negro Chagaray y los otros.
-Carne de gallina se me hace el cuerpo cuando me imagino aquel mediodía en el Pozo de Vargas.
El General Taboada desesperado veía perder la batalla. Muchos eran los chilenos de Varela y
poca la gente de su tropa. La Virgen de la Montonera lo tiene que haber iluminado. "¡La banda,...la
banda!", dicen que gritó como enloquecido. "¡Que el piquete de Brizuela toque la zamba!". Así
sabía contar tu tío....
Y la voz de la anciana se quebró y sus ojos secos se mojaron con el recuerdo de Manuel Antonio –
el hijo ingrato- joven guerrero del Pozo de Vargas, que al volver de la batalla se enganchó en las
tropas del sur y nunca más se supo de él.
-Tome otro mate mama y perdóneme, yo tengo la culpa.
-No hijo, me gusta complacerte y me gusta recordar. Dicen que cuando nuestros soldados oyeron
la zamba, hicieron coro, y fusil en mano atacaron con más bríos, ganando la batalla.
-¿Ese fue mama, el bautismo de la zamba?
-¡"La Zamba de Vargas", hijo!, allí fue bautizada en el campo de batalla.
Y canturreó una copla:
Batallón de Varela,
Pozo de Vargas
La despedida es corta, mi vida,
La ausencia es larga.17
Letra
Por ser una canción anónima, la "Zamba de Vargas" carece de una letra única. Diversas
estrofas y variantes se han ido acumulando a través de los años y los intérpretes optan por unas u
otras a voluntad. Sin perjuicio de ello las letras pueden dividirse en dos grandes vertientes,
la versión riojana y la versión santiagueña, según el bando que se destaque o se ensalze. Ambas
versiones también han sido denominadas la versión federal y la versión unitaria de la "Zamba de
Vargas".
En general la cultura riojana ha considerado la versión santiagueña como ofensiva o
humillante, sosteniendo que se trata de una melodía riojana-catamarqueña que fue apropiada por
los santiagueños que integraban las tropas de Taboada, para cambiarle la letra y realizar la
apología de su victoria sobre Felipe Varela. Por su parte, para la cultura santiagueña, se trata de
una canción patriótica íntimamente relacionada con el orgullo provincial, que ha gozado de una alta
popularidad ininterrumpida durante más de 130 años.
En todo caso, la versión santiagueña es la más conocida, sobre todo debido a la obra de
difusión realizada desde 1906 por Andrés Chazarreta, con quien se la identifica. Por otra parte,
ambas versiones expresan el grado de crueldad y violencia que alcanzaron las luchas fratricidas en
Argentina. En este último sentido, el músico Carlos Di Fulvio ha reflexionado:
Cada vez que me ha tocado interpretar esta zamba, siempre, aparte de la emoción, he
llegado a imaginar que sentía hasta el olor de la sangre con que se abonó el suelo de mi Patria,
allá en sus albores. Carlos Di Fulvio
Versión santiagueña
La versión santiagueña tiene tres estructuras líricas básicas, recogidas respectivamente
por Domingo Lombardi (acompañando la recopilación musical de Chazarreta), Vicente Forte y Los
Hermanos Ábalos.
Recopilación de Lombardi
La letra recopilada por Domingo Lombardi, fue recogida en Santiago del Estero en la
primera década del siglo XX. La misma refleja el conocimiento oral del propio Chazarreta, cuyo tío,
Manuel Antonio Chazarreta combatió en la Batalla del Pozo de Vargas, y cuya abuela Agustina, de
tradición taboadista, tenía el hábito de cantarla diariamente. Chazarreta recibe también los relatos
de dos excombatientes del Pozo de Vargas amigos de su familia, el capitán Ambrosio Salvatierra y
el músico y abanderado José María de Gauna.
La recopilación de Lombardi es la letra más conocida de la canción, la que difundió durante
décadas Chazarreta y la que se hizo éxito masivo con la interpretación de Los
Chalchaleros en 1958 cuando fue incluida en su álbum El arriero va.25 Es también la letra que
cantan Los Cantores del Alba en la versión incluida en el álbum Cantemos folclore de 1965.
La letra tiene cuatro estrofas de seis versos cada una e igual estructura. Comienza con la
conocida frase "forman los riojanos en pozo 'e Vargas..." y su métrica lírica se ajusta a la métrica
de la recopilación musical de Chazarreta. Es un relato completo de la batalla, incluyendo el
episodio en el que Taboada mandó tocar a la banda. La primera estrofa ubica a los riojanos y
santiagueños en "pozo 'e Vargas", comandados por Varela y Manuel Taboada,34 y listos para
enfrentarse. En la segunda estrofa comienza la batalla ("atacó Varela") y luego de una sangrienta
confrontación ("tocando a degüello"), los santiagueños comienzan a retroceder ("ya pierden terreno
los santiagueños"). En la tercera estrofa, Taboada arenga a sus hombres para evitar la retirada
("vencer o la muerte vuelvan sus caras") y tiene la idea de ordenar a la banda tocar la zamba en
plena batalla ("y ahí nomás a la banda, la vieja zamba mandó tocar"). En la cuarta estrofa la
canción insufla coraje a los hombres de Taboada ("llevando en sus notas bríos al alma"), quienes
gracias a ello revierten la suerte de las armas. La canción termina atribuyéndole el triunfo tanto a
los soldados como a la canción y bautizándola como "Zamba de Vargas":
Y el triunfo consiguieron
los santiagueños y este cantar,
para eterna memoria
zamba de Vargas siempre será.
La letra tiene la particularidad de mencionar a Manuel Taboada como el comandante de las
tropas santiagueñas y quien da la orden de tocar a la banda. En realidad el comandante no
era Manuel Taboada, sino su hermano mayor Antonino Taboada; Manuel era el jefe de
la infantería. Los hermanos Taboada, conjuntamente controlaron el poder en la provincia de
Santiago del Estero en las décadas de 1850 y 1860.
Recopilación de Forte
En 1942 Vicente Forte publicó una recopilación de una nueva letra de la canción, que se
sumó a las que ya habían recopilado Lombardi y Carrizo.
Los versos recogidos por Forte utilizan un formato en el que los dos primeros versos
comienzan con la palabra "batallón", seguida del nombre del mismo. El uso de una primera palabra
aguda de tres sílabas, produce un efecto marcial que caracteriza la versión:
Batallón Cazadores,
Batallón Cazadores, dijo Paunero,
por derecha e izquierda,
por derecha e izquierda,
rompan el fuego, rompan el fuego.22
Incluye también algunos versos que se han vuelto clásicos en las versiones alternativas a
la de Chazarreta-Lombardi, como:
...Manuel Taboada,
si esta guerra la pierdo
no cargo espada, no cargo espada.22
Juan Alfonso Carrizo en La Rioja en 1939. Sus recopilaciones del cancionero popular
del noroeste argentino permitieron reconstruir la versión riojana federal de la "Zamba de Vargas".
La versión riojana tiene una estructura básica, tomada de las recopilaciones del cancionero
popular del noroeste argentino realizadas por Juan Alfonso Carrizo, en las décadas de 1920 y
1930. La característica lírica de la versión riojana recopilada por Carrizo es su estructura inicial,
iniciando tres de las cuatro estrofas con el grito de "¡a la carga!", del comandante en batalla:
¡A la carga! ¡a la carga!
dijo...,
¡A la carga! ¡a la carga!
Dijo Varela
¡A la carga, a la carga! ¡Batallón Colorado!
-dijo Varela. ¡Rompan trinchera!
¡A la carga, artilleros,
zambita, rompan ¡A la carga! ¡a la carga!
trincheras! Dijo Varela:
¡Batallón lagunero,
Rompan trincheras, cierto rompan trinchera!
-dijo Elizondo.
Batallón lagunero, ¡A la carga! ¡a la carga!
zambita, de dos en fondo. dijo Elizondo,
¡Valientes laguneros,
de dos en fondo!
Para componer esta versión, Peralta Luna utiliza el mismo procedimiento de la tradición
popular de combinar versos y expresiones de distintas coplas. Toma incluso la frase que la
recopilación de Forte le atribuye a Taboada, para componer la tercera estrofa:
¡A la carga, a la carga!
Manuel Taboada,
-dijo Taboada.
si esta guerra la pierdo
Si esta guerra no ganó,
no cargo espada, no cargo espada.
zambita, no cargo espada.
La última estrofa de Peralta Luna es anómala, porque incluye un verso amoroso picaresco,
ausente en la demás versiones de la canción, pero que en realidad se encuentran muy presentes
en las versiones tradicionales. La expresión también está tomada de las recopilaciones de Carrizo,
pero no de las que se encuentran entre las coplas históricas, sino de entre las Declaraciones,
finezas y piropos:
Música
La "Zamba de Vargas" se interpreta con dos melodías muy similares, una recopilada por
Andrés Chazarreta en 1906, y otra por Luis Peralta Luna, y aunque ambas tienden a identificarse
con las versiones santiagueña y riojana de la canción, respectivamente, también es posible que las
versiones intercambien las melodías.
La melodía recopilada en Santiago del Estero por Chazarreta en 1906, es la música de
una zamba de la que se tenga registro más antiguo. La misma es resultado del proceso histórico-
cultural mediante el cual la zamacueca afroperuana se transformó en cueca chilena, para volverse
a transformar en zamba argentina, uno de los estilos musicales más representativos y populares de
ese país.3 Por esa razón ha sido considerada como "la madre de todas las zambas".
La música original de Chazarreta está concebida en compás de 6/8, con una introducción y
dos partes iguales (primera y segunda), sin estribillo.
Luego de la introducción, la canción está compuesta por cuatro secciones iguales de 16
compases, dos en la primera y dos en la segunda. A su vez, cada sección de 16 compases,
correspondiente a una estrofa, está integrada por dos líneas melódicas sucesivas de 8 compases,
que constituyen el núcleo de la canción. La primera línea melódica, está construida sobre una
oscilación armónica simple entre re menor y la séptima, mientras que la segunda línea melódica se
realiza sobre una escala descendente sol menor-do séptima-fa mayor-si bemol séptima-la
séptima y vuelta a re menor.
La música aportada por Luis Peralta Luna es muy similar (compás de 6/8 y cuatro
secciones de 16 compases sin estribillo). La diferencia sustancial radica en la segunda línea
melódica de cada sección, que en esta versión no sigue una escala descendente -como la de
Chazarreta- sino que adopta una combinación fa mayor-sol mayor que se repite antes de
resolverse en la mayor y vuelta a re menor, que le otorga a la canción un tono de euforia.
Versiones
Las versiones de la "Zamba de Vargas" se distinguen según sean puramente
instrumentales o cantadas. En el primer caso siempre se interpreta la música recopilada por
Andrés Chazarreta en 1906, en tanto que en el segundo caso, hay grandes variaciones, tanto de la
letra, como de la melodía y el ritmo.
Versiones instrumentales
La versión más antigua es la realizada por Andrés Chazarreta en solo de guitarra. La
misma fue interpretada por primera vez en 1906, pero no ha quedado grabada. Entre 1930-1935,
Chazarreta grabó la canción para RCA en sólo de guitarra, y aunque es difícil de encontrar, su
nieto ha puesto esa grabación al alcance del público en Internet. 37 En 1962, RCA Víctor incluyó una
versión del tema interpretado por Andrés Chazarreta y su orquesta nativa, en el álbum Folklore:
Artistas consagrados / Nuevos valores.
En 1951 Eduardo Falú grabó la canción como Lado B de un sencillo de TK en un solo
instrumental de guitarra, siguiendo la recopilación de Chazarreta. 23 La versión de Falú se encuentra
también como tema A1 en el álbum Eduardo Falú vol 2 (1956).
Una tercera versión instrumental en guitarra fue realizada por Atahualpa
Yupanqui en 1964 siguiendo la versión de Chazarreta, en el álbum Selva, pampa y cerro.
Ese mismo año Carlos Di Fulvio realiza otra interpretación en guitarra que se caracteriza
por el virtuosismo y que incluye en el álbum Concierto Supersticioso para guitarra, percusión y
voces (1964), la primera de sus obras integrales, aunque sin pertenecer al mismo. 40 Di Fulvio volvió
a grabar "Zamba de Vargas" dos veces más, para el álbum Guitarrero, grabado en 1981 y lanzado
en México en 1984,41 y para el álbum Campo afuera (1997), editado en Holanda.42 En estas últimas
dos versiones el estilo aparece aún más depurado, a la vez que el tiempo de la canción es algo
más lento.
En 1969 Ariel Ramírez y Jaime Torres grabaron una bella versión puramente instrumental
realizada en dúo de piano y charango en el álbum llamado precisamente Con piano y con
charango. La interpretación cuenta también con el apoyo de Domingo Cura en el bombo legüero.43
Versiones cantadas
En la década de 1940 el Dúo Benítez-Pacheco, integrado por el riojano Antonio Benítez y
el catamarqueño Eduardo Pacheco (catamarqueño). con Luis Peralta Luna al piano, grabó una de
las primeras versiones cantadas de la que se tiene registro. Sigue la versión clásica Chazarreta-
Lombardi, pero le agrega el recitado escrito por Bartolomé Peralta Luna.
En 1956 y 1959, Los Cantores de Quilla Huasi y Los Chalchaleros, lanzaron las dos
versiones clásicas del tema: aquellos en su versión riojana y éstos en su versión santiagueña.
La interpretación de los Los Cantores de Quilla Huasi está incluida como primer tema de su
primer álbum.44 Se trata de la versión riojana, con letra organizada por Bartolomé Peralta Luna
tomada de las recopilaciones de Carrizo y Forte, y música recopilada por el propio B. Peralta Luna,
considerablemente diferente de la recopilación de Chazarreta. 246 La interpretación de los Quilla se
caracteriza por estar sostenida por el canto de los cuatro integrantes a dos voces, y la presencia
destacada del punteo de guitarra, tanto en la introducción como durante al canto a modo
de contrapunto, sobre un fondo rítmico de guitarra y bombo.
En 1959 Los Chalchaleros incluyeron la versión santiagueña en su sexto álbum, El arriero
va, siguiendo la recopilación de Chazarreta-Lombardi y obteniendo un éxito resonante. 25 Los
Chalcha realizan una interpretación similar en su estructura a la que habían lanzado los Cantores
de Quilla Huasi tres años antes, también con los cuatro integrantes cantando a dos voces, y la
presencia de un punteo de guitarra en la introducción, aunque no durante el canto.
En 1965 Los Cantores del Alba incluyen en el álbum Cantemos folclore una nueva versión
de la canción,27 siguiendo las pautas clásicas de la recopilación de Chazarreta-Lombardi. La
característica más destacada de esta interpretación es un trabajo de voces más complejo y
variado, incluyendo tercera y cuarta voces, y alternando el dúo de registro alto de Santiago
Escobar y Gilberto Vaca, que domina la canción, con dúos en registro de barítono.
En 1966 Ariel Ramírez (piano), Los Fronterizos y Eduardo Falú (guitarra), grabaron la
zamba en el álbum Coronación del folklore Vol 2, combinando las recopilaciones musicales de
Chazarreta y Peralta Luna.28 Se trata de una compleja versión, basada en múltiples contrapuntos:
de piano contra guitarra, de piano o guitarra contra voces, de solista contra coro, e incluso
oponiendo las melodías de Chazarreta y Peralta Luna.
En 1968 Los Cantores de Quilla Huasi grabaron en el álbum Los clásicos del folklore al
estilo de Los Cantores de Quilla Huasi, una versión siguiendo la música recopilada por Chazarreta,
pero con una letra que busca establecer un punto de encuentro entre riojanos y santiagueños,
precedida cada parte por el recitado de B. Peralta Luna ("y con el tiempo fueron buenos
hermanos"). Esta versión de los Quilla Huasi, referida habitualmente como segunda versión, tiene
la peculiaridad de acortar la segunda estrofa de cada parte, suprimiendo el segundo verso,
modificación que le introduce mayor dinamismo a la canción. Esta segunda versión de la "Zamba
de Vargas" de Los Cantores de Quilla Huasi, refleja en el canto, los cambios del grupo respecto de
la formación original que grabó la primera doce años antes, en la que ya no están Fernando
Portal ni Carlos Vega Peredo (primera voz), reemplazados por Oscar Valles (primera voz)
y Roberto Palmer, respectivamente.
También en 1968, Roberto Rimoldi Fraga incluyó la canción en el álbum Con sabor a
patria,30 interpretándola según la versión riojana que habían lanzado Los Quilla Huasi en 1956,
pero con ritmo mucho más rápido adoptando la forma de una cueca. Esta particularidad obedece al
perfil ideológico de Rimoldi Fraga que simpatizaba abiertamente a la causa federal de los caudillos,
y entre ellos, lógicamente, Felipe Varela. Siguiendo los descubrimientos de investigadores
como Alén Lascano,15 Ortega Peña21 y Duhalde,21 la "Zamba de Vargas" habría evolucionado
desde una cueca chilena original, bailada en el campamento de Varela a instancias de los soldados
del batallón chileno al mando de Estanislao Medina, mutando luego hasta tomar la forma definitiva
de zamba por influjo santiagueño. Por lo tanto la versión federal y original de la canción, tal como
debieron haberla cantado y bailado las tropas de Felipe Varela, debió haber tenido la forma de
cueca o chilena.
En 1971 el Dúo Salteño y el Cuchi Leguizamón, aportan una versión notable incluida en el
álbum El canto de Salta, acompañados solamente por el piano (Leguizmón) y la guitarra, pero sin
bombo. La interpretación sigue la versión clásica aportada por Chazarreta-Lombardi,
pero abagualada por el estilo vocal que caracteriza al Dúo, apoyado en los altos registros que
alcanza la primera voz de Néstor “Chacho” Echenique, llegando incluso a niveles femeninos
de soprano, propio "de las bagualeras de la puna", y la segunda voz de Patricio Jiménez,
haciéndola oscilar entre tenor y barítono, de compleja afinación, inspirada en el contrapunto
de Arnold Schöenberg. El ritmo a su vez está ralentado, imprimiéndole una sensación de
morosidad. La versión prescinde también del "adentro" tradicional. En ese mismo año, el grupo
canario Los Sabandeños grabaron para su disco Cantan a Hispanoamérica volumen 1, de 1971,
una versión similar a la que hicieron Los Fronterizos, Eduardo Falu y Ariel Ramírez cinco años
antes. En 1973, Los Hermanos Ábalos, en su álbum Los 33 años de Los Hermanos Ábalos,
lanzaron una nueva versión de la canción, con idéntica melodía y ritmo que la recopilación de
Chazarreta, pero diferente letra aunque siempre dentro del grupo santiagueño. La versión está
ejecutada sobre una base instrumental de piano y guitarra, y eventualmente acompañada de
palmas. La primera es cantada a dos voces y la segunda es puramente instrumental.En 1991 el
músico clásico Alfredo Rossi y Rossi compuso Ocho variaciones, fuga y final (Zamba de Vargas),
para orquesta y piano, sobre la melodía recopilada por Chazarreta.