DVS Modulo1 Guia-3-25
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Introducción .................................................................................................................................................................5
3. La salud ................................................................................................................................................................... 11
Conclusiones .............................................................................................................................................................. 21
3
Introducción
La salud de la población mexicana es una prioridad. Por ello, reflexionar y trabajar
en torno a diversos temas del cuidado de la salud nos ayuda a comprender su
importancia y, especialmente, a emprender acciones para conservarla, previniendo
enfermedades y construyendo un estilo de vida saludable.
Preguntas orientadoras
En el mismo estudio se refiere que los malestares percibidos por las y los docentes
en forma persistente en el año previo al estudio tienen relación con dolor de espalda
en un 43%, dificultad para concentrarse (34%) e insomnio (32%). Por otro lado, 38%
de las maestras y los maestros que se encuestaron refieren presentar entre 2 y 7
enfermedades dictaminadas por diagnóstico médico y, sin embargo, no tuvieron
licencia médica durante el último año, mientras que 34% que padecen dos o más
Si bien algunas de las enfermedades mencionadas por las y los docentes son
producto de un desgaste físico como la disfonía y las enfermedades de la columna
y lumbalgias, también hay afectaciones a la salud con manifestaciones
psicosomáticas como el estrés, cuyos síntomas pueden presentarse en una
insatisfacción laboral, mala salud mental, accidentes, intenciones de abandonar la
profesión, absentismo (que consiste en no acudir al lugar donde se ejerce una
obligación), así como en algunas respuestas físicas como enfermedades del corazón
y otros síntomas menos graves, tales como dolores de cabeza y migraña, úlceras e
indigestiones, problemas de la espalda o cervicales, agotamiento o fatiga. De igual
forma, un manejo inadecuado del estrés puede derivar en consumo excesivo de
alcohol y tabaco lo que se relaciona con problemas familiares (Travers, 1997).
Ante este contexto se hace necesario que la atención a la salud de las personas en
general, y del personal docente en particular, sea atendida desde diversos ámbitos.
El sector gubernamental debe revisar y promover un contexto de políticas públicas
en educación, salud, protección social, así como el fortalecimiento del mercado
laboral, las condiciones de vivienda, además del fomento de las actividades
culturales y de cuidado del medio ambiente. Por otro lado, es importante que el o
la docente identifique el contexto donde se desarrolla para poder actuar en
beneficio de su salud y eliminar las circunstancias que le perjudican, con la finalidad
de buscar un cambio en su estilo de vida que le reditúe en su bienestar. Esto implica
un esfuerzo personal, familiar, laboral y comunitario, con el apoyo de instituciones
que busquen la protección de su salud, y a través de la capacitación como una
herramienta que le generará conocimiento sobre su salud, que podrá compartir con
el entorno familiar o laboral y con las alumnas y los alumnos.
Lo que se busca con el desarrollo humano integral es que las personas tengan una
vida larga y sana, que posean los conocimientos necesarios y acceso a los recursos
para un nivel de vida aceptable, considerando la equidad en el acceso a la
educación, salud y derechos políticos (Casas-Zamora, 2002). Para lograrlo, es
necesario desarrollar hábitos saludables, así como la identificación de los
determinantes de la salud que le permiten conservarla y los que la perjudican, para
poder llevar ese conocimiento a las acciones que, en conjunto con la comunidad y
las instituciones que resguardan su salud, pueda gozar de bienestar.
La salud se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana, en la casa, las escuelas, los
lugares de trabajo y de recreo. Entendida así, es resultado de los cuidados que las
personas se proporcionan a sí mismas y a las demás durante la vida, además de la
capacidad de tomar decisiones y controlar la vida propia y de asegurar que la
sociedad en que se vive ofrezca a todas y todos quienes la conforman la posibilidad
de gozar de un buen estado de salud (Secretaría de Salud, 2020).
Las personas desarrollan diversos estilos de vida, los cuales consisten en las
actividades que realizan las personas o comunidades diariamente o con
determinada frecuencia, los que dependen de sus conocimientos, necesidades,
3. La salud
El concepto de salud ha cambiado a lo largo del tiempo. La definición de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) es la más utilizada pues la comprende no
solamente desde un equilibrio biológico, si no como un recurso para la vida
(Vergara, 2007). La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social,
y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades (OMS, s.f.), y, aunque se
puede conservar, también se puede ver afectado el cuerpo, la mente e incluso las
relaciones sociales que tienen las personas.
La salud puede ser vista a nivel individual, siendo atendida desde la clínica, así como
desde una perspectiva de población, a lo que se le llama salud pública y constituye
un encuentro entre lo biológico y lo social, el individuo y la sociedad, lo técnico y lo
político, y entre el pensamiento y la acción; es un concepto social y político destinado
a mejorar la salud, prolongar la vida y mejorar la calidad de ésta en las poblaciones
mediante la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y otras formas de
intervención sanitaria (OMS, 1998). En la medida que se realicen acciones en lo
individual, pero también en lo comunitario o poblacional, el bienestar de las personas
y la sociedad se verá conservado por lo que es importante identificar en cuáles
factores, en los diferentes momentos del desarrollo humano, se pueden aplicar
acciones pertinentes.
Dado que la salud puede ser descrita como una construcción del orden social,
histórico, subjetivo, y está determinada por factores biológicos, psicológicos, sociales,
así como económicos, medioambientales, políticos y culturales, es ineludible que se
Si bien, las condiciones que rodean a las personas en su vida diaria que conducen a
mejores o peores resultados de salud, pueden ser de naturaleza física, económica,
social, comercial o incluso política y tienden a estar vinculados a desigualdades que
también crean resultados adversos en otras áreas, por ejemplo, el consumo, la
educación o el empleo, y que suelen estar bajo la autoridad de otros sectores, como
el transporte, la planificación urbana o las condiciones de trabajo, no se debe perder
de vista que la promoción de la salud es un proceso. Así, las personas y las
comunidades van identificando los factores que benefician a su salud y los que los
perjudican y van tomando acciones y gestiones para el mejoramiento, cambio o
instauración de las condiciones para tener el control sobre la misma.
Una mala alimentación, por ejemplo, es un factor de riesgo. Esta puede ser
generada debido a la falta de acceso a alimentos saludables que permiten una dieta
completa, llevando a la deficiencia de algunos nutrientes, aunado al consumo
excesivo de sal que repercute en la presión arterial, así como el de productos
ultraprocesados que están relacionados a problemas de sobrepeso y obesidad y las
afectaciones que se generan por ellas. También figura la falta de actividad física y el
fomento del sedentarismo, lo cual está asociada a enfermedades no transmisibles
como problemas cardiovasculares, la diabetes y el cáncer (OMS, 2020), además de
favorecer la obesidad y el sobrepeso influyendo incluso en la salud mental. El
consumo de sustancias adictivas como el tabaco y alcohol, también afecta
biológicamente el cuerpo de las personas, así como el ámbito mental y social.
Aunado a estos factores de riesgo, están los relacionados con la sexualidad, como
pueden ser tener prácticas sexuales de riesgo (como relaciones sexuales sin
protección), además de problemas de deficiencia en la limpieza e higiene de los
genitales o de saneamiento básico (en las que influyen la falta de acceso al agua limpia
o inadecuada disposición de residuos sólidos). La falta de hábitos de higiene y limpieza
también pueden ser factores de riesgo para la salud ya que pueden generar problemas
de infecciones en vías respiratorias, gastrointestinales, entre otras (OMS, 2020).
Estas condiciones o determinantes pueden ser causas cercanas que tienen que ver
con las personas, pero pueden existir algunas relacionadas con el entorno y
ambiente que afectan la salud, las cuales se pueden considerar las causas de las
causas. Además, hay condiciones o determinantes que tienen que ver con políticas,
marcos jurídicos, derechos y obligaciones, que pueden considerarse como causas
de las causas de las causas de las afectaciones de la salud (Urbina, 2016). En este
Asimismo, hay otros determinantes que permiten que la salud esté afectada,
relacionados con el comportamiento que se da alrededor de la persona, como puede
ser el hábito de estornudar sin el cuidado debido o el hacinamiento en un aula de
clase, así como la falta de ventilación. Estas podrían ser causas de las causas que
generan la enfermedad en esa persona. Además, esta situación podría relacionarse
con la falta de acceso a la educación, lo que genera desconocimiento de signos y
síntomas o de medidas de prevención, así como a la falta de acceso a los servicios de
salud, ya sea por lejanía del centro de salud que le corresponde, la falta de ingresos
económicos o la ausencia de políticas públicas que le protejan ante esa enfermedad.
Estas últimas, se considerarían las causas de las causas de las causas.
Hay determinantes cuya importancia radica en que dan lugar a una estratificación
dentro de la sociedad, a los que se les llama determinantes estructurales, siendo
ejemplo de estos la distribución de ingresos o la discriminación por factores como
género, etnia o discapacidad, además de las estructuras políticas y de gobernanza, la
cual se refiere a la manera en que los gobiernos y otras organizaciones sociales
interactúan, al modo en que estos organismos se relacionan con las ciudadanas y los
ciudadanos y a cómo se toman las decisiones en un mundo complejo y globalizado.
Estos determinantes estructurales incluyen los sistemas de educación y salud, la
estructura de mercado para el trabajo y los bienes y los sistemas financieros, entre
otros. Así, además de influir en las posiciones sociales diferenciales de las personas,
generan inequidades en salud repercutiendo en los determinantes de cada persona.
CONTEXTO
SOCIOECONÓMICO
POLÍTICO
Gobernanza
Posición socioeconómica
Circunstancias materiales
Políticas (Condiciones de vida y trabajo,
macroeconómica disponibilidad de alimentos, etc.) REPERCUSIÓN
s Clase social EN LA
Políticas sociales Sexo Conductas y factores biológicos EQUIDAD EN
Mercado laboral, Etnia (racismo) SALUD Y
vivienda, tierra BIENESTAR
Factores psicológicos
Políticas Educación
públicas Cohesión social y
Educación, salud, Ocupación
capital social
DETERMINANTES ESTRUCTURALES
DETERMINANTES
DE INEQUIDADES EN SALUD
INTERMEDIOS DE LA SALUD
La OMS estima que una de cada nueve muertes en todo el mundo es el resultado
de condiciones relacionadas con la contaminación atmosférica, ya que genera
problemas en los pulmones, incluyendo el cáncer, accidentes cerebrovasculares o
afectaciones a nivel arterial, siendo los más afectados las niñas y niños menores de
cinco años, las personas adultas mayores, además de personas en condiciones de
vulnerabilidad, por ejemplo, debido al uso de estufas o fogones tradicionales que
expelen humo que afecta los pulmones (OPS & OMS, 2020). La situación en las
Américas, tanto en países de ingresos bajos y medios como en países de ingresos
altos, es similar, identificándose defunciones que son atribuibles a la contaminación
atmosférica y afectando a los segmentos de la población antes señalados, lo que
hace evidente que los riesgos y efectos en la salud no se distribuyen de manera
equitativa en la población.
En las últimas décadas, la atención a la salud ha tenido una orientación social que
no la separa de la medicina curativa o preventiva, pero que considera no sólo el
aspecto biológico, para poder conservar la salud y prevenir enfermedades, sino que
incluye el saneamiento del ambiente, programas de protección del medio
ambiente, el mejoramiento de la atención hospitalaria, el acceso a los servicios de
salud, la capacitación de las personas en temas de salud, así como la organización
de la comunidad para mejorar su salud.
Este enfoque que se relaciona con el ámbito social, considera a los determinantes,
tanto estructurales como intermedios, como aspecto central para el
mantenimiento de la salud de la población, y busca generar la equidad, creando en
las personas mayores oportunidades de conservarla. En este sentido, las
condiciones en las que las personas nacen, crecen, se alimentan, viven, educan,
trabajan, se divierten, envejecen y mueren (determinantes), también están influidas
por la edad y sexo, por los estilos de vida, las actitudes y las conductas de riesgo que
afectan su salud, lo cual también está en estrecha relación con el contexto social,
donde hay costumbres, valores, tradiciones y actitudes que intervienen y
condicionan la salud, así como aumentan o disminuyen el riesgo de enfermar,
rehabilitarse y la esperanza de vida (Urbina, 2016).
Por ejemplo, las causas de las enfermedades y muerte pueden ser similares entre
la población de niñas, niños y mujeres y un grupo de niños u hombres; es decir, el
contexto socioeconómico de la comunidad donde viven, la gobernanza y las
normas y valores culturales y de la sociedad (determinantes estructurales), la
incidencia (aparición de la enfermedad), y las consecuencias entre ambos grupos
Conclusiones
Una de las premisas que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años, es la de
tener una vida saludable que nos ayude a alcanzar un grado de equilibrio y bienestar
físico, psicológico y social. Lo escuchamos en los medios de comunicación, en las
recomendaciones de instancias internacionales y nacionales, en el consultorio
médico o psicológico. Sabemos y se nos ha brindado información acerca de la
urgente necesidad de mejorar nuestros estilos de vida para procurar el bienestar
propio y de quienes nos rodean, pero, muchas veces la pregunta es ¿cómo empiezo?
O ¿qué tengo que hacer?
La vida saludable es mucho más que tener un cuerpo sano o ejercitado, incluye
todas las dimensiones de la persona y ocurre en un marco de desarrollo integral. El
impulso de una vida más saludable parte de reconocer que interactuamos en un
contexto social, con múltiples influencias y en donde la relación entre las personas
y con el entorno (hogar, escuela, trabajo, comunidad) incide significativamente en
nuestro bienestar.
Empezar a concebirnos como seres integrales que no sólo requieren alimento, agua
y ejercicio, sino que también necesitamos ser felices, estar relajados/as y
tranquilos/as en armonía con nuestro entorno, es un primer gran paso para
identificar qué necesitamos para transitar hacia estilos de vida más saludables.
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