De Poe A Lacan Fidacaro

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

αβγααδγαγααγα

De Poe a Lacan

Pablo Fidacaro

J. Lacan se propone en el escrito “El seminario de la Carta Robada” tomar en


serio el descubrimiento freudiano del sujeto del inconsciente. Se trata de la exposición
de un argumento razonado con el cual responder a las posiciones teóricas post
freudianas que impregnaron de oscurantismo al método psicoanalítico1 . A la inercia del
lenguaje y la palabra propuestos por S. Freud, la inercia de lo imaginario vino a hacer
sombra a aquello que de subversivo se presentó en el pensamiento freudiano.

El texto que analizaremos a continuación, se propone como un argumento


racional con el cual reanudar los hilos lógicos del proyecto freudiano, mediante el
establecimiento de una “buena letra”. La construcción de una “buena letra” se
corresponde con una actitud epistemológica que apunta a una escritura rigurosa, con la
cual corregir la palabra hablada. J. Lacan desarrollaba su seminario oral, al tiempo que
ejercía una escritura específica, recurriendo a la práctica de la literalidad matemática. La
tensión entre la palabra hablada y la escritura fue una tensión permanente en la obra de
J. Lacan. En el Seminario de la Carta Robada asistimos al establecimiento de un tema
planteado en términos literarios, y a una solución escrita en términos literales,
evidenciando el establecimiento de un lazo entre literatura y matemáticas, entre la letra
posicional y la letra algebraica.

1
Apoyamos esta posición en el decir de J. Lacan: “Esta posición de la autonomía de lo simbólico es la
única que permite liberar de sus equívocos a la teoría y a la práctica de la asociación libre en
psicoanálisis. Pues es muy otra cosa referir sus resortes a la determinación simbólica y a sus leyes que a
los presupuestos escolásticos de una inercia imaginaria que la sostienen en el asociacionismo, filosófico
o pseudo-tal, antes de pretender ser experimental”. (Lacan, 2008, p. 61)
En este sentido, y para establecer una mínima precisión respecto a la letra, el
matema y lo literal en psicoanálisis, concibamos que el objeto de la matemática “no es
la demostración en sí misma, sino el rigor, es decir, la caída a punto de la escritura
sobre la intuición, escritura entendida en un sentido no necesariamente formal.”
(Guitart, R. 2000, p.16). Para el matemático recién citado, “…la matemática admite en
acto el no dominio, debido a la decisión concreta de sustituir lo imposible de decir por
la intervención del juego de las letras. A ese juego confía el devenir del pensar. Por
ello, y en todas las circunstancias, ese pensamiento matemático se inclina de modo
privilegiado hacia un pensamiento activo de la literalidad.” (Guitart, R. 2000, p. 18)

En este sentido, en el Seminario de la Carta Robada se materializa el trabajo de


la letra realizado por parte de J. Lacan, el cual es resumida por el topólogo y
psicoanalista J. M. Vappereau en los términos de una buena letra. Partiendo de la
enseñanza de J. Lacan sostiene que: “las matemáticas no son una cuestión de potencia
del pensamiento, se trata solamente de introducir una buena letra, bien construida, en
el buen lugar y es así como progresan…” (Vappereau, J.M., 2010)

El cuento de “La carta robada” despliega un problema que nos concierne como
practicantes de psicoanálisis, y allí su pertinencia de estudio. J. Lacan advierte al lector
tentado en tramitar el mismo en los términos de “…una fabula cuya moraleja sería que
para mantener al abrigo de las miradas una de esas correspondencias cuyo secreto es a
veces necesario para la paz conyugal, baste con andar dejando las redacciones por las
mesas…” (Lacan, 2008, p. 28). Este planteo que ilustra mínimamente el tema del
cuento, no puede ser más que el principio de un problema desplazable a la clínica
psicoanalítica: lo oculto y lo visible, lo extraño y lo evidente, la opacidad y la
transparencia. Sobre el método con que se aborda este aspecto versa el cuento, y el
seminario posterior de J. Lacan.

La práctica de la lectura ejercido por el investigador policial, fascinado con el


método de la obsesiva observación del espacio euclídeo, lo conduce en su ingenuidad a
la ruina experimental. La inteligencia burocratizada de éste Prefecto es elocuentemente
diagnosticada por Dupin: “Una cierta cantidad de recursos ciertamente ingeniosos son
para el Prefecto, una suerte de lecho de Procusto, en el que quiere meter, forzosamente
de ser necesario, sus designios” (Poe, La carta robada, p.130.) Por tal razón, continúa
argumentando el héroe de este cuento “…el prefecto y todo su séquito fracasan tan
frecuentemente, primero, porque no logran esa identificación, y, segundo, por mala
apreciación, o, mejor dicho, por no medir la inteligencia a la que se enfrentan” (Poe,
La carta robada, p. 130)

La inteligencia del detective Dupin, permitirá la resolución del drama mediante


la penetración psicológica en la mente del sospechoso, en la identificación del intelecto
del razonador con el de su oponente. Dupin se cree más inteligente que el Ministro, y ha
de serlo. No obstante, J. Lacan es crítico con el método Dupin, puesto que el mismo “se
inserta dentro del frágil marco d la relación imaginaria con el otro, y está suspendida
de su misma incertidumbre” (Lacan, 2003, p. 296) La espectacularidad de su
resolución, no logra ocultar la especularidad de su aparente razonamiento, poniendo
bajo sospecha al mismísimo Dupin, y aquellos psicoanalistas que de igual modo
hicieran de la inter psicología un resorte del método.

En el abordaje del cuento, J. Lacan hará una advertencia respecto a la traducción


del título, puesto que en el original “The purloined letter” puede leerse una pista
fundamental para pensar el problema: “Así nos vemos confirmados en nuestro rodeo
por el objeto mismo que nos lleva a él: pues lo que nos ocupa es claramente la carta
desviada…es el verdadero tema o sujeto del cuento: puesto que puede sufrir una
desviación, es que tiene un trayecto que le es propio.” (Lacan, 2008, p. 40).

El desvío de la carta será pues el asunto de la investigación de J. Lacan, empresa


para la cual apelará a un recurso jamás imaginado por el mismo Dupin: la construcción
de una letra con la cual reorientar la carta a partir de la escritura algebraica de un
trayecto sincrónicamente articulable en el dibujo de un grafo orientado. Coherente con
sus posicionamientos epistemológicos, el cuento operará como un texto al cual le
introducirá una maniobra literal proveniente del campo de las letras algebraicas. En el
cambio de enfoque, y en la suspensión de la intuición como método de trabajo, Lacan se
acerca al acto matemático: “El acto matemático se sitúa en ese intervalo entre la
intuición de la regulación posible y la posibilidad de la regulación y de su escritura o
su decir. La preocupación mayor es entonces la de la “caída a punto” de la
formulación sobre la intuición, la de la exactitud de la formulación, la de la justeza de
la intuición, la de un ceñimiento posible (bajo este tema de la regulación) de lo
formulado a lo intuido. (Guitart, 2000, p. 119)

Entre la transparencia y la opacidad de la carta a encontrar, a la vista y oculta, se


revela en buena medida un misterio a abordar, siendo el recurso lógico matemático la
pista elegida para el desmontaje del problema: opacidad y transparencia pueden ser
explicados a partir de una rigurosa escritura sobre la operatoria del lenguaje, las leyes de
su funcionamiento, y los modos de establecer los regímenes de posibilidad e
imposibilidad. El problema para J. Lacan no es fenomenológico (cómo lo era para el
detective), y en este sentido bien puede hacer serie con la tesis de G. Bachelard: “La
ciencia de la realidad no se conforma ya con el cómo fenomenológico, sino con el
porqué matemático” (Bachelard, 1983, p. 8).

Recuperar la función de la letra se torna la única esperanza para reorientar a una


carta que en su desvío, comanda las acciones de cada uno de los personajes. En esta
breve ponencia, intentaremos seguir al pie de la letra, ese camino logicizable y
sostenido en un discurso psicoanalítico que persigue una escritura no literaria pero si
literal: el matema / el grafo

Apuntando a la construcción de una letra mediante el uso riguroso de la escritura


(por oposición a la exactitud), recuperar el drama del cuento en los términos de una
razón supondrá para J. Lacan esclarecer el logos que participa con efectividad en el
funcionamiento del automatismo de repetición, la asociación libre y la memoria
simbólica. Esta apuesta implica referir tales términos a una cadena simbólica que en su
funcionamiento los conecta y orienta (Lacan, 2008, p. 21), ya que la carta no se desvía
en modo errante, como tampoco se sueña cualquier locura, ni se asocia al azar.

El establecimiento de ciertos rasgos de semejanza en el recorrido del cuento


permiten establecer una secuencia de repeticiones claramente identificables en el
“módulo inter-subjetivo” que se distribuye entre múltiples acciones, para las cuales se
torna necesario establecer nexos o puentes que permitan conectar/orientar a las
mismos2. Haciendo ciencia de la continuidad, el problema no es dónde se sitúa la carta
(topos) sino cómo se produce su desplazamiento (topología). Por tanto, es en el ejercicio

2En la lectura de J. Lacan, el cuento se resume en dos escenas, la escena primitiva y su repetición. En
cada escena participan cuatro personajes, siendo la carta uno de ellos.
de la orientación en la cadena simbólica, donde se encuentra un recurso que le otorga
una razón al drama del cuento, el cual funciona según J. Lacan en una estructura o
automatismo de repetición propuesto en dos escenas: la primitiva y su repetición.

Los personajes del cuento se relevan en ese desplazamiento en el recorrido de la


repetición inter-subjetiva, lo que de repetición se presenta de igual modo en la estructura
del sujeto. Puesto que “esta repetición es repetición simbólica se muestra que en ella el
orden del símbolo no puede ya concebirse como constituido por el hombre sino como
constituyéndolo”. (Lacan, 2008, p.55)

(+) (-) (-) (-) (-) (+) (+) ……

La primer etapa de este “trabajo de letra” se relaciona con el juego “cara o ceca”,
en una secuencia establecida bajo el aparente criterio del azar, y en donde se distribuyen
los términos de (+) (-) en función de la caída de la moneda. Se trata de una alternancia
libre o caprichosa, en la que no es posible establecer un orden de símbolos en función
de un trabajo logicizable.

… + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - …
Tabla 1: Serie al azar

No obstante lo anterior, se puede obtener una primer serie simbólicamente


determinada “en donde la alternativa fundamental de la presencia y la ausencia
permite demostrar cómo las más estrictas determinaciones simbólicas se acomodan a
una sucesión de tiradas cuya realidad se reparte estrictamente “al azar” (Lacan, 2008,
p. 56). Se trata de una operación de transcripción en donde ciertas convenciones pautan
las condiciones de registro de los términos, de manera que el orden simbólico esboza
sus primeras incidencias en el establecimiento de la serie.

Habiendo un orden de determinación simbólica, aun no es posible establecer una


legalidad. Luego de un (+) puede venir un símbolo del mismo orden, o de signo
contrario (-) y así sucesivamente, en un funcionamiento opaco que únicamente hace
posible una anticipación: 50% de probabilidades para cada término en la próxima
jugada. En esta serie inicial no es posible establecer una legalidad, lo cual no se traduce
en que pueda pasar cualquier cosa (cara o ceca son las dos posibilidades por
consecuencia de una convención)
No obstante las limitaciones del juego “cara o ceca” en cuanto al establecimiento
de un orden legalizante, consideremos este juego como el punto de partida en la
construcción de una letra, renunciando a la psicogenética o los misterios del origen del
lenguaje. “Cara o ceca” establece un comienzo incierto, tan incierto como el
funcionamiento de la serie (o un juego de fort-da), pero que desde ya nos ilumina sobre
el camino a recorrer en el trabajo de la letra: la inercia de lo simbólico.3

12322213322

La segunda serie establecida, y en relación a la anterior, supone el agrupamiento


de los (+) (-) de la diacronía antes referida de la serie al azar, en tríos agrupados
sincrónicamente:

Agrupamiento Constantes (1) Alternantes (3)

+++ +-+

--- -+-

Disimetrías Par (2) Impar (2)

+-- ++-

-++ -++

Tabla 2: Regla de agrupamiento de la cadena 123

A partir de esta composición de números que se establece a partir de la


operación de transliteración de los tríos de signos (+) (-) en números (1) (2) (3) puede
obtenerse el siguiente registro:

… + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - …
2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1
Tabla 3: Cadena 123

3 Al respecto J. Lacan se interroga: “¿Se puede pensar que la eficacia simbólica es obra del hombre?
Todo nuestro discurso lo pone en duda. Y además, esta pregunta sólo podría resolverse si tuviésemos
idea de cómo nació el lenguaje, cosa que debemos renunciar a saber por mucho tiempo.
Frente a esta eficacia simbólica hoy se trata de poner en evidencia una cierta inercia simbólica,
característica del sujeto, del sujeto inconsciente”. (Lacan, 2003, p. 296)
Esta composición da lugar a una serie de orden trasparente en su
funcionamiento, en donde se verifica el nexo esencial de la memoria de la ley (2). La
sucesión establecida puede leerse en el siguiente grafo o red desarrollado por J. Lacan,
en donde se inscribe un imposible: el pasaje del (1) al (3) en forma directa. En la inercia
del funcionamiento de la serie, que comenzó con el azaroso juego de cara y ceca, se
establece a razón de la incidencia de una convención de agrupamiento, una primera
legalidad con la cual escribir lo real o imposible en psicoanálisis.

El trabajo de la letra establece un primer imposible, en desmedro de una ley que


en su transparencia (a la vista), no logra la rigurosidad requerida a los efectos de una
articulación entre el sujeto del inconsciente, el automatismo de repetición, la memoria
simbólica y la asociación libre: “Así desde la primera composición consigo mismo del
símbolo primordial –e indicaremos que no la hemos propuesto como tal
arbitrariamente-, una estructura, aun permaneciendo todavía totalmente transparente a
sus datos, hace aparecer el nexo esencial de la memoria con la ley.” (Lacan, 2008, p.
57)

Tenemos así planteada una escritura con un primer orden de legalidad (ya que en
la anterior cadena luego de un + podría venir cualquier signo) en el que se inscribe un
imposible. Las posibilidades e imposibilidades que devienen a partir de un trabajo de la
letra, (y que responde a una operación de transliteración de un sistema de notación dual
a otro triádico), logra establecer una articulación entre la memoria y la ley que no está a
la altura del inconsciente, puesto que su naturaleza es absolutamente transparente.

J. Lacan propone dar a esta operatoria una escritura de grafo (red), lectura para el
cual recomendamos seguir las flechas, observando como en los movimientos de pasaje
el único imposible es de los términos (1) a (3) – (3) a (1).

Tabla 4: Red 1-2-3


αβγααδγαγ

Debido a este orden de transparencia en la legalidad del sistema triádico de


escritura, J. Lacan continúa el trabajo de construcción de una letra con la cual responder
a la propiedad central que rige a la determinación simbólica que opera en el
inconsciente freudiano: “Pero vamos a ver a la vez cómo se opacifica la determinación
simbólica al mismo tiempo que se revela la naturaleza del significante , con sólo
recombinar los elementos de nuestra sintaxis, saltando un término para aplicar a ese
binario una relación cuadrática.” (Lacan, 2008, p.57)

El pasaje de la transparencia a la opacidad supone que lo que se oscurece es


propiamente la determinación, pero para ello será requerido un cuarto elemento a ser
incorporado. En tal operatoria de transliteración, la transformación de la cadena
requerirá el agrupamiento de los términos en combinatorias de Simetrías (S) y
Disimetrías (D), del cual resultarán cuatro posibilidades de reunión en binarios.
Distingamos tres pasos a efectos de establecer la estructura cuaternaria de elementos α β
γ δ del cual se desprende la escritura del “repartitorio”.

Paso 1

Recordemos que anteriormente se había ejercitado una transliteración de los signos (+)
(-) en números 1-2-3 según la siguiente modalidad de agrupación:

Tipo de Constantes (1) Alternantes (3)


Agrupamiento

+++ +-+

--- -+-

Disimetrías Par (2) Impar (2)

+-- ++-

-++ -++

Tabla 5: Regla de agrupamiento de la cadena 123


Paso 2

El paso siguiente requiere la trascripción de los 1 – 2 -3 por las letras S – D.


Puede leerse en la tabla siguiente los distintos ordenamientos en función de los colores
rojo (Disimetría Par) amarillo (Simetría Constante) gris (Disimetría Impar) y verde
(Simetría Alternante).

… + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - …
2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1
D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S

Tabla 6: Cadena S D

Paso 3

En este tercer nivel de agrupamiento en el las letras α β γ δ, se produce una


nueva sintaxis a partir de los siguientes agrupamientos:

Tipo de Agrupamiento Binario Operación Letra


Trasliteración
Simetría de Simetría S_S --- α
Simetría de Disimetrías D_ D --- γ
Disimetrías que empiezan S_D --- β
con Simetrías
Disimetrías que empiezan D_ S --- δ
con Disimetrías
Tabla 7: Convención de trasliteración (S) (D) a α β γ δ
Paso 4

Opera la transliteración que va de los tríos 1-2-3 a los cuatro binarios compuesto
por las letras α β γ δ. En la tabla siguiente, y siguiendo los colores con que se ilustra el
pasaje, pueden hallarse las letras del cuaternario en una nueva cadena:

… + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - -
2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 1
D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S S
β Α γ Β γ γ γ δ γ α Γ α γ β Γ γ γ δ γ α δ α α
Tabla 8: Cadena α β γ δ

En la transliteración a una escritura de cuatro elementos, podemos leer una


cadena en donde las letras tendrán comportamientos no homogéneos, al tiempo que se
logra opacificar la determinación simbólica. (Lacan, 2008, p. 57). Puede notarse
siguiendo la diacronía de la misma, cómo algunas letras se repiten con distinta
frecuencia. Si bien la convención de agrupamiento de la cadena establece una estricta
igualdad de probabilidades combinatorias entre los cuatro elementos, de la sintaxis
operada se puede deducir una distribución absolutamente disimétrica entre las letras (α)
(γ) por un lado y (β) (δ) por otro.

A partir del comportamiento de la cadena posible de ser analizado en la lectura


del registro, J. Lacan formula una escritura con la cual se distribuyen las posibilidades e
imposibilidades de la misma. El “repartitorio” establece que:

α,δ α,β
AΔ: α,β,γ,δ
γ,β γ,δ

1º tiempo 2º tiempo 3º tiempo

Dado la letra α o δ en el primer tiempo, en el segundo tiempo podrá venir


cualquier letra, y en el tercer tiempo únicamente α o β (ver grises en tabla siguiente). La
misma lógica se aplica al otro piso del repartitorio (ver amarillos en tabla siguiente).
Coloreamos a modo de ejemplo, a efectos de ilustrar dicho comportamiento de la
cadena e invitamos a que estos sean cotejados con el matema del “repartitorio” arriba
establecido, pudiendo notarse las letras que por efecto de una sintaxis quedan excluidos
en la posibilidad de su aparición.

… + - - + + - - - + - - - + + - - + - - - - - -
2 3 2 2 2 2 2 1 2 3 2 1 2 2 2 2 2 3 2 1 1 1 1
D S D D D D D S D S D S D D D D D S D S S S S
β Α γ Β γ γ γ δ γ Α γ α Γ Β γ γ γ δ γ α δ α α
1º 2º 3º 1º 2º 3º

Tabla 9: Ejemplos de aplicación del repartitorio en la Cadena α β γ δ

La determinación simbólica que el matema o letra del “repartitorio” intenta


delimitar, requiere que sean tomados en cuenta al menos cuatro tiempos, estructura
cuadrática indispensable a los efectos de hacer jugar la opacidad de la cadena. En la
circularidad de la temporalidad compuesta por la anticipación (izq. a der) y la
retroacción (der a izq.) de la cadena el repartitorio establecerá un orden de legalidad con
el cual establecer lo imposible o real en psicoanálisis.

α,δ α,β
AΔ: α,β,γ,δ α,β,γ,δ
γ,β γ,δ

Anticipación 1º tiempo 2º tiempo 3º tiempo 4º tiempo

α,δ α,β
AΔ: α,β,γ,δ α,β,γ,δ
γ,β γ,δ

Retroacción 4 º tiempo 3 º tiempo 2º tiempo 1º tiempo

La sintaxis producida por efecto de una recombinación de las letras, establece


posibilidades e imposibilidades en la aparición de los símbolos, lo cual podríamos
ponerlo en consonancia con los términos de un análisis: no son cualquiera los
significantes que advienen en una asociación libre, no son cualquiera los significantes
que se repiten. El funcionamiento de la cadena simbólica, maquina lógica que lejos de
recibir sus fundamentos de la naturaleza, nos enseña que el lenguaje supone una inercia
que en la estructura cuatripartita del significante, aloja la opacidad que hace posible el
hecho inconsciente.

La inercia de lo simbólico comanda a la asociación libre, y el grafo que se


despliega en los trayectos del significante, escribe la razón de un automatismo de
repetición constatable en los desvíos de la carta. La “buena letra” del repartitorio (y su
grafo que plasmamos a continuación), permite establecer por consecuencia de una
sintaxis, series posibles e imposibles que nos permiten un mejor cálculo en la
intervención clínica puesto que: “La subjetividad en su origen no es de ningún modo
incumbencia de lo real, sino de una sintaxis que engendra en ella la marca
significante” (Lacan, 2008, p. 59).

Tabla 10: Red α β γ δ


Bibliografía Consultada

Allouch, J. (1984). Letra por letra. Bs.As.: Edelp

Bachelard, G.(1983). La formación del espíritu científico. Contribución a un


psicoanálisis del conocimiento objetivo. México: Siglo XXI

Eidelzstein, A. (2006). Formalizaciones matematizadas en psicoanálisis. UBA. (Inédito)

Gomila, M. (2014). Seminario de la Carta Robada. En: Apertura Sociedad


Psicoanalítica. Bs.As. (Inédito)

Guitart, R. (2000). Evidencia y extrañeza. Matemáticas, psicoanálisis. Descartes y


Freud. Mexico: Siglo XXI

Lacan, J. (2008). Escritos 1. Bs.AS: Ed. Siglo XXI

Lacan, J. (2003). El Yo en la teoría de Freud. Bs.As.: Paidós Editorial.

Poe, E.A. (2015) La carta robada. En: Cuentos Policiales. Bs.As.: Lea Ediciones

Vappereau, J. M. (1998) Lu. Disponible en: http://alaletra.com/archivos/lu-frances.pdf

---------------- “El análisis es aprender a leer en la confusión” (2010, 25 de Octubre).


Diario Pagina 12. Recuperado de: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-
155645-2010-10-25.html

También podría gustarte