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La Moral

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Según otra definición, la moral es la suma total del conocimiento que se

adquiere sobre lo más alto y noble, y que una persona respeta en su


conducta. Las creencias sobre la moralidad son generalizadas y
codificadas en una cierta cultura o en un grupo social determinado, por
lo que la moral regula el comportamiento de sus miembros. Por otra
parte, la moral suele ser identificada con los principios religiosos y
éticos que una comunidad acuerda respetar.
Orígenes y evolución de la moral
 a) Moral de las sociedades primitivas
La moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y forma parte
de una colectividad. La moral requiere forzosamente que el hombre se halle en relación con los
demás y una conciencia de esa relación, con el fin de poder conducirse de acuerdo con las
normas o prescripciones que lo rigen. Pero esta relación hombre - hombre, no puede
desvincularse de la relación hombre - medio.
Dicha vinculación se expresa, ante todo en el uso y la fabricación de instrumentos, es decir,
en el trabajo humano, mediante el cual el hombre crea un puente entre el y la naturaleza, a la
que trata de poner a su servicio.
Ante esta nueva situación (el hombre pasa de ser un individuo a ser un ser social), se hace
necesario ajustar la conducta de cada miembro a la comunidad, determinándose de esta
manera que se considere como bueno o beneficioso todo aquello que contribuye a reforzar la
unión o actividad común, y se ve como malo lo que contribuye a debilitar dicha unión. Se
establece pues una división entre lo bueno y lo malo, así como una tabla de "deberes" basada en
lo que se considera bueno y beneficioso para la comunidad, perfilándose una moral colectivista.
Esta moral colectivista, propia de sociedades primitivas que no conocen la propiedad privada ni
la división de clases, es una moral única y válida para todos los miembros de la comunidad, al
mismo tiempo que limitada a los límites de la gens o tribu. Todo lo que estuviera fuera de esa
gens o tribu, era considerado extraño.
Con todo lo dicho anteriormente, podemos concluir en que la moral de las sociedades
primitivas, no existen cualidades morales personales, ya que la moralidad del individuo era
propiedad de la tribu, es decir, que la colectividad absorbe la moralidad individual del hombre.

La moral en el esclavismo
La sociedad esclavista fue típica de la Edad Antigua, aunque no desapareció en las legislaciones
de occidente, sino luego de la prédica de libertad de los revolucionarios franceses.
La esclavitud era la condición de cosa a que se rebajaba a las personas, ya sea como
consecuencia de su nacimiento (porque su madre era esclava); porque había cometido el
hombre libre ciertos delitos graves; por no haber podido abonar sus deudas; y sobre todo, como
consecuencia de las guerras, pues los capturados en virtud de ellas, como había derecho a
matarlos, y se les perdonaba la vida, quedaban reducidos a una existencia como hombres pero
no como personas, pues podían ser maltratados, sometidos a trabajos forzados, vendidos, y
hasta asesinados sin motivo, al menos en las primeras épocas de su vigencia, y en algunos
pueblos más que en otros.
Entre las sociedades esclavistas del mundo antiguo podemos citar a Egipto, los pueblos de
la Mesopotamia Asiática, Grecia, y sobre todo Roma, que por sus extensas conquistas sometió a
casi todo lo que hoy conocemos como Europa y el norte africano. Sabios de la talla de Platón o
de Aristóteles, que nos sorprenden por su grandeza moral, aceptaron sin embargo la existencia
de esclavos.
Entre las sociedades esclavistas del mundo antiguo podemos citar a Egipto, los pueblos de la
Mesopotamia Asiática, Grecia, y sobre todo Roma, que por sus extensas conquistas sometió a
casi todo lo que hoy conocemos como Europa y el norte africano. Sabios de la talla de Platón o
de Aristóteles, que nos sorprenden por su grandeza moral, aceptaron sin embargo la existencia
de esclavos

La moral en feudalismo
CARACTERISTICAS POLITICAS
 El sistema feudal, desde el punto de vista político, inicia su decadencia al comenzar las
Cruzadas.
 Los siervos cultivaban lo suficiente para mantenerse a sí mismos y para pagar los
diezmos a la Iglesia y la renta al señor.
 Las ciudades surgen cuando se desarrollan los Burgos en las orillas de los feudos
representando centros comerciales y artesanales los cuales están organizados
jerárquicamente en maestros oficiales y aprendices.
CARACTERISTICAS ECONOMICAS
 Durante el periodo feudal la economía era autárquica, es decir, se producía sólo lo
necesario para el consumo del feudo.
 La base de la riqueza la constituía la propiedad de la tierra ya que era más rico quien
tuviera mayor extensión de tierras y la base de la producción era la agricultura.
 Como consecuencia de la inexistencia del comercio no existía circulación monetaria
entre feudo y feudo.
 Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de madera,
son sustituidos por otros de hierro.
 Se extienden modernas técnicas agrícolas que, existiendo anteriormente, habían
quedado reducidas a pocos espacios territoriales. Entre ellos cabe destacar el aumento en el
uso de los molinos de agua como fuerza motriz y de las acequias para riego, extendiendo los
cultivos y liberando mano de obra. Además, mejoran los métodos de enganche de los
animales, especialmente el caballo y el buey, cuya cría aumenta de manera notable y
permitirá disponer de animales de tiro en abundancia.
 Los cultivos se organizaban en torno a las poblaciones en tres anillos. El primero y más
cercano a la población se dedicaba a las frutas y hortalizas. El segundo era para los cereales,
principal sustento de la época. El tercer núcleo eran tierras de pasto y monte explotadas de
forma comunal.
 Se incrementa el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de
los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, la extensión de los terrenos
arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas.
CARACTERISTICAS SOCIALES
 Los mercados urbanos se abastecían con las porciones de los diezmos y la renta.
 Durante el período feudal existía una marcada diferenciación social
 La sociedad estaba estratificada de manera piramidal.
A partir del siglo XI la Iglesia comenzó a incentivar en la nobleza, además de la
educación militar, una educación dirigida al fomento y respeto de ideales superiores: justicia,
prudencia, generosidad, etc.; esto determina que surja la caballería como institución feudal,
que tenía como código de honor el valor, la lealtad y la dignidad.
Sólo reciben educación los miembros del clero, los cuales tienen acceso tanto a lo religioso
como a los demás conocimientos culturales. Los miembros de la nobleza reciben
exclusivamente educación militar con el fin de participar en torneos y en actividades guerreras.
Por lo general la población es analfabeta.

La moral en el capitalismo
CARACTERISTICAS POLITICAS
La doctrina política de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y
clásico de John Locke, Juan de Mariana, Adam Smith y Benjamín Franklin.
Hay muchos matices pero en general el Capitalismo aboga por un gobierno no muy fuerte, que
deje actuar a las fuerzas económicas y sin mucho control del estado
CARACTERISTICAS ECONOMICAS
Los medios de producción (tierra y capital) son de propiedad privada.
La actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores
y vendedores (o productores) que se lleva a cabo en los mercados.
El capitalismo cree en la inversión privada, el autocontrol del mercado y no es intervencionista.
La estructura económica en la cual los medios de producción operan principalmente en función
del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función
de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo
y trabajo asalariado.
El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento de
producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno se considere como causa o como
consecuencia del control sobre los medios de producción por parte de quienes poseen el primer
factor.
CARACTERISTICAS SOCIALES
Tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan
maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor provecho posible de sus recursos y
del trabajo que utilizan para la producción.
Este es un movimiento que surge a la par del modernismo por lo tanto prosperan los
monopolios paralelamente al crecimiento del sector público.
La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la
organización económica a cambio de un interés se la describe como "capitalista", a diferencia
de las funciones empresariales cuyo éxito se traduce en forma de ganancia y de las gerenciales
ejecutadas a cambio de un salario.

La moral comunista
l comunismo es un modo de producción en el que las relaciones de explotación no existen, las
normas morales que rigen esta sociedad son totalmente diferentes a la moral burguesa. Para
derrotar el capitalismo e instaurar el comunismo es imprescindible la existencia del partido
comunista que guíe a las masas hasta lograr su emancipación definitiva.
El partido comunista se guía por valores superiores, normas morales que están en permanente
contradicción con el pensamiento y la práctica capitalista. En el Ecuador, el PCMLE tiene
como objetivo instaurar el socialismo y el comunismo, para ello tiene normas que guían el
quehacer revolucionario, valores sustentados en el marxismo leninismo, determinados en la
teoría revolucionaria.
La lealtad al partido, la consecuencia con la revolución, la vida modesta; la honestidad y el
respeto entre camaradas, para la Organización y con las masas. El comportamiento sencillo que
no es lo mismo que la simpleza. La democracia, la libertad, la soberanía. La firmeza en la lucha,
la consecuencia en la defensa de sus principios en todo momento y en cualquier circunstancia.
Concomitante con estos principios el militante comunista tiene como norma de vida
la solidaridad, entendida, esta, en los múltiples aspectos de la actividad y compartida con los
camaradas, con el pueblo, con la familia. Solidaridad comprendida como una identidad con las
clases trabajadoras, opuesta a la caridad y a la bondad religiosa que practica la moral burguesa.
La honestidad con el partido significa ser transparente, no ocultarle nada, actuar con
sinceridad en las diferentes facetas o aristas de la vida partidaria. Dedicar nuestras mejores
capacidades y recursos a la causa. Llevar una vida modesta, entregar todo el tiempo posible a
la conquista de los objetivos revolucionarios, poner nuestra capacidad intelectual a esta gran
tarea. Poner en segundo plano los intereses personales.
El militante del partido —hombre y mujer— tiene que esforzarse, cada vez más, por entender
que la mujer es un sujeto importante, valioso para la revolución y no un objeto para la
explotación.
El comunista respeta a las masas, utiliza los recursos idóneos para que se incorporen a la lucha
por la emancipación.
En toda actividad individual y colectiva tenemos que poner en primer plano estos valores para
convertirnos en verdaderos referentes de lo que somos y queremos, de lo que es un
revolucionario y la razón por la que luchamos.
La libertad entendida desde el punto de vista de clase, libertad para los de abajo, libertad para
el disfrute de nuestro trabajo, libertad para conducir los destinos de nuestro país.
La democracia como expresión de la voluntad mayoritaria, debe surgir del interés colectivo del
organismo del partido, que esté al servicio de los intereses de la revolución, de los pueblos, de
la nación.
El patriotismo que promueve la defensa de los valores y de los símbolos cívicos que expresan la
historia libertaria de los pueblos, que identifican la composición social y la lucha de las masas,
su ideología e idiosincrasia.
LA MORAL COMUNISTA EN DIRECTA RELACIÓN CON LA CONCIENCIA
Toda ideología tiene su moral, consecuentemente toda moral, tiene sus valores; la moral no
está separada de la concepción de la vida, al contrario determina la conducta de los individuos,
le da sustento y argumentos para el comportamiento de las clases. Es idealismo pensar que la
moral está por sobre las clases.
Toda actividad de los seres humanos se mueve por intereses, son estos los que marcan el
rumbo de la vida y de la historia; los comunistas tenemos intereses propios, revolucionarios,
emancipadores, nuestra práctica está orientada a terminar con la burguesía, a liquidar la
dependencia, alcanzar la liberación de los pueblos, a lograr una sociedad sin clases, este es el
camino que los comunistas ecuatorianos estamos forjando, estos son los objetivos que marcan
nuestras vidas.
La conciencia es la asimilación de la ideología proletaria, cuando más afirmada está, más
conciencia tenemos, cuando adquirimos más conciencia entendemos y practicamos mejor los
valores morales. Estos valores necesitan ser transmitidos a los miles de seres que se involucran
en la lucha revolucionaria, se constituye en la fuerza moral que atrae las conciencias, las
mentes y los corazones de millones de trabajadores para que ejerzan su rol de en la forja del
camino revolucionario.
Transmitir la ideología proletaria, implica primero, asimilarla, tener convencimiento pleno de
la importancia de la moral comunista, con esa seguridad hacerla carne de nuestra vida,
practicarla con alegría y entusiasmo; en segundo lugar este convencimiento es el motor que
conduce a los comunistas a formar nuevos militantes del partido, nuevos revolucionarios
dispuestos a asumir la tarea revolucionaria y condicionar su vida a la moral que norma la vida
revolucionaria.

Significado de Ética y Moral


Qué es Ética y Moral:
En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados. La ética
está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el
comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las
costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.

La relación entre ética y moral estriba en que ambas son responsables de la


construcción de la base que guiará la conducta del hombre, determinando su
carácter, su altruismo y sus virtudes, y de enseñar la mejor manera de actuar y
comportarse en sociedad.

Aunque ambas palabras suelen relacionarse, remiten a conceptos diferentes.


Veamos primero cada una por separado.

Ética
La palabra ética viene del griego ethos que significa 'forma de ser' o 'carácter'.

La ética estudia los principios que deben regir la conducta humana al tratar de
explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada, científica y teórica.

Se puede decir que la ética es, en este sentido, una teorización de la moral, que
incluso ayuda a definir criterios propios sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.

Aunque normalmente la ética respalda o justifica las prácticas morales, otras


veces parece entrar en contradicción con estas.

Por ejemplo,
El respeto al otro es un principio fundamental de la ética. En tanto máxima de la
ética, el respeto no está subordinado a ningún contexto cultural sino que se debe
practicar ante todo tipo de persona sin discriminación de origen, raza, sexo,
orientación o religión. La ética, por lo tanto, no discrimina de acuerdo al universo
de usos y costumbres.
Moral
La palabra moral deriva de la palabra latina morālis, que significa 'relativo a las
costumbres'. La moral, por lo tanto, se centra en la práctica, en las expresiones
concretas del comportamiento que derivan del sistema de valores y principios.

En otras palabras, la moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida


cotidiana y todos los ciudadanos las utilizan continuamente.

Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre
lo que es correcto o incorrecto, es decir, bueno o malo dentro de una escala de
valores compartida por el grupo social.

Por ejemplo,
De acuerdo con las costumbres vigentes hasta el siglo XIX, la moral dictaba que
toda mujer estaba subordinada a la voluntad del hombre de la casa, y rebelarse
hacía de ella una "inmoral". Esta norma ha ido cambiando progresivamente entre
los siglos XX y XXI en las sociedades occidentales. Así, los usos y costumbres
morales de la actualidad admiten la independencia de la mujer y se considera
inmoral su impedimento.

Significado de Ética y Moral


Qué es Ética y Moral:
En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados. La ética
está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el
comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las
costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.

La relación entre ética y moral estriba en que ambas son responsables de la


construcción de la base que guiará la conducta del hombre, determinando su
carácter, su altruismo y sus virtudes, y de enseñar la mejor manera de actuar y
comportarse en sociedad.

Aunque ambas palabras suelen relacionarse, remiten a conceptos diferentes.


Veamos primero cada una por separado.

Ética
La palabra ética viene del griego ethos que significa 'forma de ser' o 'carácter'.

La ética estudia los principios que deben regir la conducta humana al tratar de
explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada, científica y teórica.

Se puede decir que la ética es, en este sentido, una teorización de la moral, que
incluso ayuda a definir criterios propios sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
Aunque normalmente la ética respalda o justifica las prácticas morales, otras
veces parece entrar en contradicción con estas.

Por ejemplo,
El respeto al otro es un principio fundamental de la ética. En tanto máxima de la
ética, el respeto no está subordinado a ningún contexto cultural sino que se debe
practicar ante todo tipo de persona sin discriminación de origen, raza, sexo,
orientación o religión. La ética, por lo tanto, no discrimina de acuerdo al universo
de usos y costumbres.

Vea también:

 Ética
 Valores éticos
 Tipos de ética

Moral
La palabra moral deriva de la palabra latina morālis, que significa 'relativo a las
costumbres'. La moral, por lo tanto, se centra en la práctica, en las expresiones
concretas del comportamiento que derivan del sistema de valores y principios.

En otras palabras, la moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida


cotidiana y todos los ciudadanos las utilizan continuamente.

Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre
lo que es correcto o incorrecto, es decir, bueno o malo dentro de una escala de
valores compartida por el grupo social.

Por ejemplo,
De acuerdo con las costumbres vigentes hasta el siglo XIX, la moral dictaba que
toda mujer estaba subordinada a la voluntad del hombre de la casa, y rebelarse
hacía de ella una "inmoral". Esta norma ha ido cambiando progresivamente entre
los siglos XX y XXI en las sociedades occidentales. Así, los usos y costumbres
morales de la actualidad admiten la independencia de la mujer y se considera
inmoral su impedimento.

Vea también:

 Moral
 Valores morales
 Ejemplos de normas morales

Diferencia entre ética y moral


Para comprender mejor la diferencia entre ética y moral, presentamos el siguiente
cuadro comparativo:

Asunto Ética Moral

Concepto Teoriza sobre los principios y Se refiere a las prácticas y costumbres


valores que deben regir la establecidas según una escala de
conducta humana. valores.

Carácter Es una disciplina normativa. Es una disciplina descriptiva.

Fundamento Se funda en la reflexión Se basa en la costumbre social.


individual.

Método Reflexión. Imposición (normas y costumbres).

Alcance en el Pretende construir valores Sus valores son relativos a la sociedad


tiempo absolutos, universales e que los comparte y cambian de
imperecederos. acuerdo a la época y a la ideología
dominante.
La moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y forma
parte de una colectividad. La moral requiere forzosamente que el hombre se halle en
relación con los demás y una conciencia de esa relación, con el fin de poder conducirse
de acuerdo con las normas o prescripciones que lo rigen.

Disciplina que trata de la valoración moral de los actos humanos, además de conjunto


de principios y de normas morales que regulan las actividades humanas. Del griego «ethos», el
término ética equivale etimológicamente al de moral (del latín «mos, moris»: costumbre, modo
de comportarse); sin embargo, el uso parece asignar a este segundo término una connotación
teológico-religiosa, atribuyendo al primero otra más filosófica, o bien reserva el de moral
para la moral práctica o vivida, mientras que designa con el de ética la reflexión sistemático-
filosófica sobre dicha moral.
En definitiva, por moral entendemos el conjunto de normas y reglas de acción destinadas a
regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada.
Partiendo de esa definición de moral, el significado, función y validez de esas relaciones, se ven
obligadas a variar históricamente en las diferentes sociedades, del mismo modo que unas
sociedades suceden a otras, dado el carácter cambiante de la misma vida del hombre.
Con todo esto se puede decir que la moral cambia a través de los tiempos, o, dicho de otra
manera, que tenemos diferentes tipos de morales según el momento histórico en que nos
encontremos; así se puede hablar de una moral feudal, que se da en la edad media, una moral
burguesa en la sociedad moderna, etc. (ver aptdo. La moral en las diferentes sociedades).
La moral es en definitiva un hecho histórico, y por tanto, la ética, como ciencia de la moral, no
puede concebirla como algo dado de una vez y para siempre, sino que tiene que considerarla
como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo; y como tal, la moral se
caracteriza por estar haciéndose constantemente, produciéndose de una manera continua a
través del tiempo.
La mayor parte de las doctrinas éticas, tratan de explicar la moral en términos absolutos,
desentendiéndose en principio de las morales históricas concretas. Pero al olvidarse el carácter
histórico de la moral, se cae en concepciones a históricas de ella, situándola como fuera de
la historia, lo que equivale a decir fuera del hombre.
Este a historicismo moral, en el campo de la reflexión ética, sigue tres direcciones
fundamentales:
 Dios como origen o fuente de la moral. (Atribuyen la procedencia de la moral a Dios,
entendido como ser supremo, del que todo emana)
 La naturaleza como origen o fuente de la moral. (Esta corriente defiende que la moral
no es sino un instinto biológico más del hombre, entendido en este caso como un ser
natural, biológico, en definitiva un animal. En este sentido, Darwin llegó a afirmar que
los animales conocen casi todos los sentimientos morales de los hombres, como amor,
felicidad, lealtad, etc.
 El hombre como origen y fuente de la moral. Entendiéndose un hombre dotado de una
esencia eterna e inmutable, inherente a todos los individuos, cualesquiera que sean las
vicisitudes históricas o la situación social. De este modo, la moral permanece y dura a lo
largo de los cambios históricos y sociales.

Enfoques relativos a la moral


Moral filosófica
Habitualmente, se define como la teoría filosófica sobre el comportamiento moral, esto es,
la conducta humana libre y responsable. También se lo denomina ética.
El materialismo filosófico rectifica esta definición y considera que la distinción ética/moral no
es paralela a la distinción teoría/praxis, sino que se establece en función de la consideración
distributiva o atributiva de los sujetos humanos en su dimensión normativa. La moral filosófica
la posee aquel que practica una conducta acorde a sus principios filosóficos, en cambio, no la
posee el que habla de una forma y actúa de otra. Ejemplo: Hay muchos que practican el haz lo
que yo digo y no lo que yo hago.
Moral y ética
Varios autores consideran como sinónimos a estos términos debido a que sus orígenes
etimológicos son similares, aunque otros no consideran a la moral y la ética como lo mismo,
como es el caso del filósofo español Gustavo Bueno. Algunas posturas conciben la ética como el
conjunto de normas sugeridas por un filósofo o proveniente de una religión, en tanto que a
«moral» se le designa el grado de acatamiento que los individuos dispensan a las normas
imperantes en el grupo social. No todos acuerdan con dicha distinción, y por eso es que en un
sentido práctico, ambos términos se usan indistintamente, y a menudo no se distingue entre los
dos conceptos, haciéndolos equivalentes.
El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que entraña
el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la moral o
costumbre será su aplicación práctica.
Según este punto de vista, la moral se basa en los valores que dicta la conciencia, que a su vez,
está basado en costumbres aprendidas. Dicho punto de vista dice que la moral no es absoluta o
universal, ya que su vigencia depende de las costumbres de una región, de aquí vendría el
relativismo cultural.
La crítica que hace Friedrich Nietzsche a la moral y la ética subraya que los códigos morales y
las éticas que estudian o fundamentan estos códigos morales se presentan como desveladoras
de profundas verdades sobre el ser humano.
Es famoso su análisis de la moral cristiana en el que manifiesta cómo los valores cristianos, por
ejemplo, la humildad, o la compasión, se basan realmente en la hipocresía y en el resentimiento
(según su teoría). Los valores morales son estratagemas de dominio de unos hombres para
otros. Pero ninguna moral y ninguna ética reconocen esto pues es esencial para ellas el
ocultarlo. Para descubrir esas ocultaciones propone Nietzsche un método que él llama
"genealógico". Emprende una "genealogía de la moral". Se trata de hacer análisis psicológicos y
de uso del lenguaje a partir de textos éticos y morales y de observaciones de conductas morales.
Para Nietzsche en su obra La genealogía de la moral nos dice que: las morales y las éticas que
hacen pasar por "verdaderos" y "universales" unos valores son "morales de esclavos". Su
propuesta entraña la total libertad creativa de cada hombre en el más estricto sentido, en un
sentido parecido al que se aplica cuando se habla en el arte contemporáneo de la libertad de un
artista. La "moral de señores" rechaza elaborar un elenco de valores exigibles a los demás. Cada
hombre ha de realizar sus deseos y dejar que también se expresen los deseos de los demás, sin
códigos verdaderos previos.
 Teología moral
Artículo principal: Ética cristiana
En el cristianismo hay un área de estudio teológico que considera la moral como la
determinación de lo que dicta lo malo y lo bueno. En esta área, el mal moral es entendido como
el pecado, injusticia, maldad, aquello que se opone a al bien moral, entendido como la voluntad
de Dios, lo santo, la justicia, la bondad. Esta creencia, propia de la fe cristiana, considera los
actos inmorales como ofensas hacia Dios, que conllevan la separación entre el hombre y Él, y
que rompen el orden necesario para vivir.
Los cristianos sí consideran a la moral como algo universal, ya que en la Biblia se describe que
todos los hombres (incluso los gentiles) tienen una ley escrita en sus corazones10 una ley
natural que fue dada por Dios, que es manifestada como una moralidad innata, y que
constituye la raíz espiritual de la consciencia humana.
También se considera que la existencia de la inmoralidad, como un fenómeno, es resultado del
libre albedrío del hombre, por el cuál Dios dio al ser humano la capacidad de decidir o elegir
libremente entre el bien y el mal, y así mismo, entre la bendición o maldición.
Moral objetiva
Al conjunto de normas morales se le llama moralidad objetiva, porque estas normas existen
como hechos sociales independientemente de que un sujeto quiera acatarlas o no. Los actos
morales provienen del convencimiento de que el actuar de un individuo siempre se realiza por
ciertos fines y que todo el que hace algo, lo debe hacer con un fin, a menos que no controle su
razón, como ocurre en variadas situaciones. Sin embargo, las realidades sociológicas sugieren
que las personas suelen actuar por inercia, costumbre, tradición irrazonada o la llamada
«mentalidad de masa».
Opuesto a esta postura de auto-justificación está la aceptación, por parte del individuo, de
su responsabilidad. Usando los valores morales puede convertirse en el artífice de su propio
destino o de un mejor destino.
A lo largo de la historia, y de las diferentes culturas, han existido distintas visiones de la moral.
Generalmente, la moral es aplicada a campos en los cuales las opciones realizadas por
individuos expresan una intención relativa a otros individuos; incluso no miembros de la
sociedad. Por lo tanto, existe una disputa académica sobre si la moral puede existir solamente
en la presencia de una sociedad o también en un individuo hipotético sin relación con otros. La
moralidad se mide también cuando la persona está sola, no siendo observada por nadie, por
ejemplo, en situaciones donde se requiere tener mucha integridad.
Solemos pensar que la moral es algo importante pero
ocasional en nuestras vidas. Tendemos a reducirlo a ciertas
decisiones más o menos importantes en nuestra vida: ¿Ayudo
a mi amigo? ¿Dono dinero a una ONG? ¿Desobedezco a mis
padres? Sin embargo, el resto de nuestro quehacer cotidiano
parece no tener nada que ver con la moral.
Ducharme, desayunar, vestirme, estudiar o trabajar,
divertirme, ver la tele, jugar con mi móvil… ¿Qué tiene que
ver eso con el bien o con el mal?
Error. El sociólogo francés Emile Durkheim sostenía que lo
que más define a una sociedad es su normatividad, y ésta se
encuentra por todas partes. Pensemos en algo aparentemente
tan inocuo como la ropa que llevamos puesta. Imaginemos
que hoy, al ir a clase o al trabajo, en vez de llevar la ropa de
siempre, nos vestimos con un disfraz de conejito rosa ¿Qué
ocurriría?
Formaríamos revuelo, todo el mundo se pondría a cuchichear
o, directamente, nos señalaría y se reiría de nosotros ¿Por
qué? ¿Acaso hemos hecho algo malo al ir vestidos de una
forma diferente, por muy estrafalaria que sea? Sí. Aunque no
sea evidente, nuestra forma de vestir está totalmente
normativizada y sujeta al estricto juicio y valoración de
los demás.
No solo nuestra ropa: nuestros gestos, nuestra forma de
hablar y de caminar… ¡todo lo que hacemos está
constantemente juzgado y evaluado por los demás! Hay una
clara y precisa escala de valores que dicta qué es lo bueno y lo
malo para todos y cada uno de los actos que realizamos. Y,
además, no hace falta una policía de la moral, pues todos
nosotros nos encargamos gustosos de la tarea y somos mucho
más efectivos que la mismísima stasi. Todos nos vigilamos
mutuamente sin que haga falta un Gran Hermano que lo
haga.
¡La moral está entonces por todos lados! Pero, ¿de dónde
surge? ¿Quién dicta lo que hemos de hacer con
nuestras vidas? ¿Cuál es, a fin de cuentas, la fuente de la
moral?

El bien del chamán


Noche de luna nueva. El chamán tira unos trozos de hueso al
suelo y, tal y como le enseñó su padre, lee los designios de los
espíritus según su posición. Del aparente caos de pequeños
pedazos de tibias y fémures de mono ardilla, hay que saber
extraer algún tipo de orden, algún tipo de estructura que
pueda formarse. Muchas veces no se ve nada pero esta vez está
muy claro: un hueso se ha roto, la tragedia está por llegar.
A los diez días una epidemia asola el poblado. El jefe suplica al
chamán que haga todo lo posible por aplacar la ira de los
espíritus. El chamán responde que lleva cinco noches orando y
danzando sin parar y que ya ha sacrificado tres cabras. Si eso
no ha surtido efecto, la única solución es bien sabida por
todos. El jefe mira al suelo apenado y aprieta los puños. Va a
tener que hacer algo que jamás soñó verse obligado a hacer
nunca.
Los espíritus están furiosos porque se violó la ley. Todo el
mundo sabe que en la noche del solsticio de verano no se
puede yacer con una hembra frente al tótem. Y la última noche
de solsticio, el hijo pequeño del jefe, embriagado por el yopo,
yació allí con su prima. Es una violación muy grave de la ley
cuyo castigo no admite discusión: el destierro.

Todo lo que hacemos está


constantemente juzgado y evaluado por
los demás. Hay una clara y precisa escala
de valores que dicta qué es lo bueno y lo
malo para todos y cada uno de los actos
que realizamos
Acompañado por cuatro guerreros, el jefe irrumpe en mitad de
la oscura noche en la choza de su hijo. A base de palos y
golpes, lo llevan a la gran roca gris que señala el fin de los
territorios de la tribu. Entre lágrimas de rabia, el jefe le
prohíbe volver jamás bajo pena de muerte si lo intenta. Será la
última vez que lo ve.
Después de llorar durante horas, el hijo se sienta en un claro
de la selva. Maldice su suerte y reflexiona: ¿por qué merece el
destierro? ¿Qué hay de malo en yacer con su prima? ¿Acaso
hizo daño a alguien? ¿Quién dice lo que es bueno y lo que es
malo?
Mira al cielo y le parece inmenso, inabarcable,
incomprensible. Mira como la Vía Láctea cruza el firmamento
¿Qué será esa inmensidad de puntos luminosos? El abuelo
contaba que eran nidos de luciérnagas que decoraban la
entrada de la morada de los grandes espíritus.
Desde el principio de los tiempos, los espíritus creadores y
dominadores de todo lo que existe, transmitieron la ley al
primer chamán, padre de todos los demás que han ido
dejando su legado una y otra vez, durante innumerables
generaciones. Ese es el origen de la ley y la razón porque la ley
debe cumplirse: nadie que desobedezca a los espíritus llega
muy lejos.
Efectivamente, el hijo del jefe no debió yacer con su prima
frente al tótem. Lo sabe y se lamenta desconsolado. Su mala
acción es la única culpable de la epidemia que está matando a
su tribu.

De lo divino a lo humano
La historia de la humanidad siguió avanzando y el origen
divino de la moral entró en crisis, a la vez que las
grandes religiones perdían poder e influencia (al menos en
Occidente). Llegó el racionalismo, la revolución
científica y la Ilustración, y con ellas una guerra declarada
a los mitos, y a las formas de entender la religión,
tradicionales.
El original pensador holandés Baruch Spinoza, entendía que la
moral debería estar fundamentada en el estricto orden de
la razón, de modo que si razonábamos con precisión,
estaríamos obrando en concordancia con la naturaleza (que
para él era lo mismo que Dios) y, por lo tanto, estaríamos
actuando bien.
Su exigencia de rigor llegó a tal extremo que su obra más
famosa se titula Ethica more geométrico demostrata (Ética
demostrada según la geometría). Spinoza quería demostrar
principios morales exactamente de la misma forma que se
demuestran teoremas matemáticos ¡De la misma forma que
sabemos que 2+2=4, podríamos saber que tal o cual acción
están bien o mal!
En la Escocia ilustrada, David Hume veía la moral de un modo
totalmente opuesto a Spinoza. Para Hume el origen de la
moral no estaba en la razón sino en nuestros
sentimientos. Cuando decimos que un acto es bueno, lo
único que hacemos es mostrar nuestro sentimiento de agrado
hacia tal acto.
La historia de la humanidad siguió
avanzando y el origen divino de la moral
entró en crisis, a la vez que las grandes
religiones perdían poder e influencia
El sentimiento agradable acompaña la contemplación de una
buena acción y el desagradable la mala. ¿Y qué es lo que marca
qué nos agrada y nos desagrada? La psicología propia de
nuestra especie. Por ejemplo, es muy común en el ser humano
juzgar como malo el adulterio. Sin embargo, si fuéramos
bonobos, una especie de primates famosos por su
promiscuidad, no tendríamos problema alguno viendo a
nuestra pareja copular con muchísimos otros.
Pero, ¿esto no nos llevaría a una ética egoísta en la que cada
uno solo busca su disfrute propio? No, Hume nos hablará de la
simpatía, un sentimiento universal que hace que nos sintamos
bien ayudando al prójimo. De acuerdo, pero seguimos sin
estar satisfechos: ¿de dónde sale lo que la psicología de
nuestra especie considera como bueno? ¿De dónde surge la
naturaleza humana?

De lo humano a lo animal
No somos tan especiales como nos creíamos. No somos la
especie elegida por los dioses, ni siquiera nuestro planeta es el
centro del Universo. En 1871 Darwin publica El Origen del
hombre, donde habla por primera vez de que el origen del
comportamiento humano se encuentra en nuestros
antepasados primates.
Como podemos fácilmente imaginar una idea semejante causó
un revuelo tremendo en la mentalidad de la Inglaterra
victoriana ¿Cómo es posible que la facultad que más nos
acerca a Dios, nuestra capacidad de decidir obrar bien o mal,
esté ya presente, aunque sea de modo embrionario, en algo
tan despreciable como un mono?
Podríamos, quizá, aceptar que nuestros comportamientos más
innobles, nuestra conducta sexual o nuestra agresividad,
tuvieran un origen animal… ¿pero nuestro sentido moral? ¡Por
ahí sí que no! La condena por parte tanto de la sociedad en su
conjunto como de la comunidad académica fue casi unánime.
Ilustres científicos se opusieron con fiereza a la teoría de la
evolución: Louis Agassiz, Lord Kelvin, o Louis Pasteur, entre
tantísimos otros, renegaron de Darwin.

No fue hasta el 24 de octubre de 1996


(137 años después del Origen de las
especies), cuando el Papa Juan Pablo II
reconoció que el darwinismo era algo
más que una hipótesis
Y, como no podría ser de otra manera, la oposición más
fuerte vino desde la religión. No pudiendo aceptar la
progresiva pérdida de protagonismo e influencia históricos,
los líderes de los diferentes credos se opusieron al
darwinismo. En 1860, el importante obispo anglicano Samuel
Wilberforce protagonizó un intenso debate en Oxford contra el
darwinista Henry Huxley. Según cuentan, Wilberforce se
burló de su rival preguntando irónicamente a Huxley si
procedía del mono por parte de madre o de padre.
Por supuesto, el Vaticano afirmó sin paliativos que la teoría de
la evolución era “la quimera de un ateo blasfemo”. No fue
hasta el 24 de octubre de 1996, ¡137 años después del Origen
de las especies!, cuando el Papa Juan Pablo II reconoció que el
darwinismo era algo más que una hipótesis. Eso sí, Dios
intervendría en la evolución en el momento en que se diera el
paso de animal a persona, insuflando al primate el alma
humana.

Beethoven y la simbiosis
La figura central es el primatólogo holandés Frans de Waal,
quien dice que tendemos a comprender la moral en los
animales siguiendo lo que denomina el error de Beethoven. Lo
explicamos: nos inclinamos a pensar que las grandes obras de
la humanidad nacen, se planifican y se generan en lugares y
circunstancias acordes con su grandeza.
Cuando pensamos en la Novena Sinfonía, se nos viene a la
cabeza un Beethoven escribiendo con su pluma frente a un
piano en algún salón de la corte de Viena. Por el contrario, nos
cuesta mucho pensar que, realmente, muchas de las
genialidades de Beethoven nacieran en el lúgubre ambiente de
los burdeles de esa misma ciudad ¿Cómo puede surgir una
sublime sinfonía entre alcohol y prostitutas?
Según de Waal, lo mismo nos sucede al pensar en la moral y
en los primates. Cuando imaginamos el mundo animal,
solemos hacerlo desde la visión simplona, y casi
caricaturizada, de los documentales de animales. La imagen
que más se recrea en nuestra mente cuando pensamos en la
evolución darwiniana es la de la gacela siendo perseguida por
el león. En la naturaleza reina la “ley de la jungla”, eso es, la
supervivencia de los más fuertes en una feroz lucha por la
supervivencia.
La naturaleza se nos presenta como inmoral, como un mundo
injusto y brutal en constante lucha todos contra todos (tal y
como lo entendió Thomas Hobbes). Entonces llega el ser
humano, hecho a imagen y semejanza de Dios, y crea la
civilización y la moral, trayendo justicia y prosperidad al
salvaje reino animal.
Nada más antropocéntrico y arrogante que eso. Si observamos
detenidamente la conducta de muchas especies animales
comprobamos que la cooperación y el sacrificio por la
comunidad son, más que una excepción, la norma. El
altruismo estaba ya bien documentado en chimpancés,
delfines o elefantes, pero es que ahora van apareciendo
estudios por todos lados que nos hablan de cooperación en
ratas, cobayas, murciélagos…. ¡Y hasta en lagartos!
Incluso tenemos algunos casos en los que animales de
diferentes especies se ayudan cuando eso, evidentemente, no
les reporta ningún tipo de beneficio evolutivo.

Si observamos detenidamente la
conducta de muchas especies animales
comprobamos que la cooperación y el
sacrificio por la comunidad son, más que
una excepción, la norma
Y es que no hace falta recurrir al comportamiento animal para
ver el aspecto fundamentalmente colaborativo del
mundo de la vida. La microbióloga Lynn Margulis no se
cansa de subrayar que en el reino de los microorganismos lo
que prima, con mucha diferencia, son las relaciones de
simbiosis. No hay más que mirarnos a nosotros mismos:
somos un agregado altamente organizado de unos 37 de
billones de células que trabajan juntas para mantenernos
vivos ¡37 billones de seres colaborando coordinados! ¡Ríanse
ustedes de cualquier organización comunista o colectivista!
La violencia y la agresión, el pez grande comiéndose al
pequeño, se dan fundamentalmente en el reino animal, es
decir, en el de los organismos más grandes, los cuales, a pesar
de su tamaño, solo constituyen una pequeña parte de la biota
y de la biomasa del planeta. En el reino de las células, la
cooperación es la norma.
Pero, un momento, ¿estamos hablando en serio? ¿Estamos
diciendo que una bacteria o una célula se comportan
moralmente? ¿No estamos yendo demasiado lejos en nuestra
analogía con los seres vivos? De acuerdo, hay que aclarar un
poco el asunto: definamos qué es un acto moral.
¿Cuándo surge la moral?
La moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y
forma parte de una colectividad. La moral requiere forzosamente que el hombre
se halle en relación con los demás y una conciencia de esa relación, con el fin de
poder conducirse de acuerdo con las normas o prescripciones que lo rigen

La ética y la moral se refieren al “derecho” y la conducta “equivocada”. Aunque a veces se utilizan


indistintamente, son diferentes: la ética se refieren a las reglas proporcionadas por una fuente
externa, por ejemplo, los códigos de conducta en los lugares de trabajo o principios de las
religiones. La moral se refieren a los principios propios de un individuo con respecto a lo correcto e
incorrecto.

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