Caracterizar 2020
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Felmes Niklitshek
CAPÍTULO 7
CARACTERIZAR
ANÁLIS IS
IS SÍNTES
CARACTERIZAR
INTERP
NCIA
INFERE
RETAC
IÓN
Si se observa lo anterior, se puede evidenciar que los rasgos identificados como característicos del lugar
descrito no provienen del propio lenguaje del emisor del texto, sino que han sido reelaborados por un
lector que ha interpretado los mensajes del texto y ha inferido cuáles son los atributos específicos del
espacio aludido. Lo que corrobora que la caracterización, es un proceso más complejo de lo que
habitualmente se cree.
Para seleccionar o descartar alguna de las opciones presentadas se debe saber qué significa cada
uno de los adjetivos presentados y determinar si tienen o no relación con el texto leído.
TEXTO 1
Bajo el influjo del neoclasicismo imperante y cuando en Europa el Romanticismo, como estéti-
ca dominante, estaba en franca retirada, surgieron en las letras hispanoamericanas las llama-
das generaciones románticas. De acuerdo con Emilio Carrilla, el Romanticismo y su desarrollo
durante el siglo XIX, tuvo en América un sentido especial que no se desarrolló en Europa. Esto
debido a que fue en este siglo en el que la mayor parte de los países hispanoamericanos se
constituyeron como naciones independientes. Así, su correspondencia con el comienzo de la
vida en cierta forma autónoma, llevó a que se le considerara el primer movimiento literario en
la vida libre de estas regiones.
Ligado a lo anterior, surgieron los primeros intentos de americanizar la lengua. Así, la aspiración
fue desde un incipiente “español de América” hasta intentos de nuevas lenguas que diferen-
ciaran de especial manera una región de otra. Este fenómeno, que en un principio se vio como
una posible fragmentación del idioma, no llegó a alterar en esencia el sistema de la lengua,
pero sí logró incorporar a él una serie de neologismos, arcaismos, galicismos y americanismos,
que reflejaron la nueva situación de estas tierras.
En cuanto a la creación literaria prevaleció un claro origen que los identificó con raíces natura-
les. No se trató de traducir externamente o transplantar un vocablo extranjero, sino de crearlo
y hacerlo surgir desde las entrañas mismas de la tierra. La característica fue una sintáxis que
tendió a la oración larga y propensa a lo recargado, se trató de una frase emocional en la que
el énfasis procuró realzar sentimentalmente esa frase. En términos generales se trató de una
lengua pasional y sanguínea que no sólo se apoyaba en los adjetivos.
TEXTO 1
Bajo el influjo del neoclasicismo imperante y cuando en Europa el Romanticismo, como estética domi-
nante, estaba en franca retirada, surgieron en las letras hispanoamericanas las llamadas generaciones
románticas. De acuerdo con Emilio Carrilla, el Romanticismo y su desarrollo durante el siglo XIX, tuvo en
América un sentido especial que no se desarrolló en Europa. Esto debido a que fue en este siglo en el
que la mayor parte de los países hispanoamericanos se constituyeron como naciones independientes.
Así, su correspondencia con el comienzo de la vida en cierta forma autónoma, llevó a que se le consi-
derara el primer movimiento literario en la vida libre de estas regiones.
Ligado a lo anterior, surgieron los primeros intentos de americanizar la lengua. Así, la aspiración fue des-
de un incipiente “español de América” hasta intentos de nuevas lenguas que diferenciaran de especial
manera una región de otra. Este fenómeno, que en un principio se vio como una posible fragmentación
del idioma, no llegó a alterar en esencia el sistema de la lengua, pero sí logró incorporar a él una serie de
neologismos, arcaismos, galicismos y americanismos, que reflejaron la nueva situación de estas tierras.
En cuanto a la creación literaria prevaleció un claro origen que los identificó con raíces naturales. No
se trató de traducir externamente o transplantar un vocablo extranjero, sino de crearlo y hacerlo surgir
desde las entrañas mismas de la tierra. La característica fue una sintáxis que tendió a la oración larga
y propensa a lo recargado, se trató de una frase emocional en la que el énfasis procuró realzar senti-
mentalmente esa frase. En términos generales se trató de una lengua pasional y sanguínea que no sólo
se apoyaba en los adjetivos.
Si te fijas se ha destacado en el texto la información sobre el romanticismo americano, dejando solo las
ideas generales, puesto que muchas de estas son explicadas luego de que son enunciadas. Lo anterior
nos permite localizar la información mucho más rápido y saber de qué habla cada segmento del texto.
Desafío.
Ahora, contesta tú la siguiente pregunta a partir del mismo texto sobre el romanticismo americano, aplicando el
procedimiento.
La alternativa correcta es la A.
¿Qué habilidades ya trabajadas tuviste que involucrar para responder estar pregunta?
TEXTO 2
1. El mar empezaba a verdecer entre los promontorios todavía en sombras, cuando la caracola
del vigía anunció las cincuenta naves negras que nos enviaba el Rey Agamenón. Al oír la señal,
los que esperaban desde hacía tantos días, empezaron a bajar el trigo hacia la playa donde
ya preparábamos los rodillos que servirían para subir las embarcaciones hasta las murallas de la
fortaleza.
2. Cuando las quillas tocaron la arena, hubo algunas riñas con los timoneles, pues tanto se había
dicho a los micenianos que carecíamos de toda inteligencia para las faenas marítimas, que
trataron de alejarnos con sus pértigas.
3. Como yo había esperado algo más solemne, más festivo, de nuestro encuentro con los que ve-
nían a buscarnos para la guerra, me retiré, algo decepcionado. A medida que las naves eran
sacadas del agua, al pie de las montañas que ya veían el sol, se iba atenuando en mí la mala
impresión primera, debida sin duda al desvelo de la noche de espera, y también al haber bebi-
do demasiado, con los jóvenes de tierras adentro, recién llegados a esta costa, que habrían de
embarcar con nosotros, un poco después del próximo amanecer.
4. Al observar las filas de cargadores de jarras, crecía en mí, con un calor de orgullo, la conciencia
de la superioridad del guerrero.
5. Ellos nunca pasarían bajo aquellas nubes. Ellos nunca conocerían la ciudad de anchas calles de
los troyanos, que ahora íbamos a cercar, atacar y asolar.
6. Durante días nos habían hablado, los mensajeros del Rey de Micenas, de la insolencia de Pría-
mo, de la miseria que amenazaba a nuestro pueblo por la arrogancia de sus súbditos, que ha-
cían mofa de nuestras viriles costumbres; trémulos de ira, supimos de los retos lanzados por los
de Ilios a nosotros, cuya valentía no es igualada por la de pueblo alguno. Y fueron clamores de
furia, puños alzados, juramentos hechos con las palmas en alto, escudos arrojados a las pare-
des, cuando supimos del rapto de Elena de Esparta.
7. Y me tocaría a mí, hijo de talabartero, nieto de un castrador de toros, la suerte de ir al lugar en
que nacían las gestas cuyo relumbre nos alcanzaba por los relatos de los marinos; me tocaría a
mí, la honra de contemplar las murallas de Troya, de obedecer a los jefes insignes, y de dar mi
ímpetu y mi fuerza a la obra del rescate de Elena de Esparta, suprema victoria de una guerra
que nos daría, por siempre, prosperidad, dicha y orgullo.
8. Aspiré hondamente la brisa y pensé que sería hermoso morir en tan justiciera lucha, por la causa
misma de la razón. La idea de ser traspasado por una lanza enemiga me hizo pensar, sin em-
bargo, en el dolor de mi madre, y en el dolor, más hondo tal vez, de quien tuviera que recibir la
noticia con los ojos secos— por ser el jefe de la casa.
9. Bajé lentamente hacia el pueblo, siguiendo la senda de los pastores. Tres cabritos retozaban en
el olor del tomillo. En la playa, seguía embarcándose el trigo.
1. De acuerdo con lo expresado en el fragmento anterior, los guerreros se caracterizan por ser hombres:
(DEMRE, 2018)
A) Arrogantes y vanidosos.
B) Audaces y distinguidos.
C) Orgullosos y valerosos.
D) Impetuosos y despectivos.
E) Osados y justicieros.
COMENTARIO DEMRE
Para resolver este ítem, los postulantes deber realizar una lectura comprensiva del
fragmento, con el fin de determinar qué rasgos caracterizan a los guerreros.
De la lectura del fragmento se desprende que los guerreros son, por un lado, orgullosos,
en tanto el narrador menciona “la conciencia de la superioridad del guerrero y alude
constantemente a la conducta de los guerreros, que se muestran altivos. Por otro lado, se
alude a la valentía de los guerreros, dispuestos a enfrentar a otros pueblos por causas que
consideran suyas, aun cuando pudiesen morir en batalla.
Por lo tanto, la opción clave es C, en tanto el narrador imprime en los guerreros la imagen
de hombres orgullosos y valientes.
VIEJA ANTIGUA
2. Ten en cuenta si el contexto de la palabra es positivo o negativo, ya que hay términos que tie-
nen significados semejantes pero con connotaciones dísimiles.
TERCO PERSISTENTE
Que se mantiene firme o inamovible
en su pensamiento o comportamiento,
Que es constante en una actividad.
pese a que se le dé razones para
modificarlo.
REVERBERAR ENCANDILAR
Ofuscar o confundir la vista con exceso
Refleja luz de una superficie.
de luz.
ATENUATIVO INTENSIVO
Ejercicios Nivel 1
Elige la característica que mejor represente al personaje descrito en el fragmento.
1. Texto 3
Benjamín Otálora cuenta, hacia 1891, diecinueve años. Es un mocetón de frente mezquina,
de sinceros ojos claros, de reciedumbre vasca; una puñalada feliz le ha revelado que es un
hombre valiente; no le inquieta la muerte de su contrario, tampoco la inmediata necesidad de
huir de la República.
A) Sincero.
B) Sereno.
C) Inquieto.
2. Texto 4
Ahora que sus logros lo acercaban a sus sueños. Ahora justo ahora, irrumpe esta noticia. Bajan-
do por la Costanera, el tono neutro de la voz de Sara, lo acompaña: “Murió el papá. ¡Mamá
pregunta si vendrás!”. Vuelve a aparecer con nitidez, aquella niñez y juventud de calles polvo-
rientas, de un pueblo sin sueños, de gritos con aliento a alcohol, de carencias y de silencios.
Todo muy lejano al café latte, a la inmediatez de sus respuestas, a la seguridad de su abundan-
cia. Aun así, no podía descubrir si la partida de su padre, era dolor o molestia.
A) Impulsivo.
B) Anciano.
C) Exitoso.
3. Texto 5
La ex Miss Venezuela desciende las escaleras del metro y realiza una vez más su pasarela
triunfal. Invisible para los demás, recorre el andén saludando y sonriendo. Su cabello blanco,
casi plateado, está adornado por una corona ingeniosamente elaborada en papel periódico.
Termina el desfile y el tren llega a la estación. La ex miss recorre los vagones para vender los
remanentes de su reinado: sus joyas y cristales de Swarovski. Los vende a precio de barata para
poder comprar una lata de atún y mantener la dieta.
A) Decadente.
B) Hermosa.
C) Demente.
4. Texto 6
Puse la alarma a las cuatro de la mañana y me desperté solo para mirar el techo, como los
personajes profundos y reflexivos sobre los que escriben los poetas.
A) Madrugador.
B) Lector.
C) Observador.
5. Texto 7
Todos los días, excepto los domingos, llegan a la misma esquina, al sol o a la sombra de un
plátano oriental, dependiendo del clima. No saben el nombre de la otra, y si alguna vez lo
supieron, no lo recuerdan. Sentadas, no hablan, se miran, inhalan y exhalan conscientes de
ello. Durante horas, ven los brillantes ojos de la otra eclipsados por párpados que no cesan de
dar batalla. Cuando las cuidadoras toman las sillas de ruedas para llevarlas a casa, una pone
su mano sobre la de la otra y la aprieta. Son amigas.
A) Ancianas.
B) Bondadosas.
C) Deprimidas.
6. Texto 8
Se encontraban afuera de aquel café del barrio Lastarria, como todas las noches de lluvia,
desde hace años, dos viejos amigos. Con un cigarro cada uno, terminaban hablando de los
temas de siempre: arte, política, historia, losofía: García Márquez, Cortázar, Neruda, Chomsky,
Heidegger, Foucault y tantos otros... Así se la llevaban toda la helada noche en compañía de
sus perros, con té y sándwich del Hogar de Cristo, tapados con sus cartones que ahora sólo les
servían para capear el frío, esperando que a eso de las ocho se asomara el dueño del café
para correrlos de la entrada.
A) Indignos y habladores.
B) Indigentes y cultos.
C) Deambulantes y persistentes.
7. Texto 9
Al frente de esta cancha terrosa, donde ahora se construye una nueva estación, mi abuelo
tenía un negocio y el único compresor del barrio. Venían los niños a jugar y le pedían que les
inflara la pelota mil veces parchada. Mi abuela, cansada y rabiosa, un día caluroso como
este perdió la paciencia y le preguntó: «¿Y por qué no les cobras, Segundo? ¡Para eso tienes el
negocio!». Él la miró incrédulo y le contestó: «¿Cómo se te ocurre que les voy a cobrar, Marta?
¡Si son más pobres que uno!».
Sobre el abuelo:
A) Comprensivo.
B) Compasivo.
C) Filántropo.
8. Texto 10
Iba por las graderías del Estadio Nacional ofreciendo su mercadería: calugas de diversas cla-
ses. Pregonaba las bondades de sus productos gritando: «¡al rico veneno, al rico veneno! ¡La
muerte!» Traían nueces, traían almendras. Cuando alguna persona compraba alguno de sus
productos, decía con voz triunfal: ¡cayó otro! No pasó mucho tiempo antes de que se hiciera
famoso. Allá viene la muerte, anunciaba alguno de los concurrentes al estadio. Con su delantal
blanco y su canasto de calugas, el modesto vendedor se transformó en una leyenda.
A) Ingenioso.
B) Falaz.
C) Clandestino.
9. Texto 11
La mujer triste sale con collar de perlas y acidez en el estómago. La mujer triste amenaza con
un salto al Mapocho. La mujer triste entra a una peluquería y pide una manicure francesa. La
mujer triste pasa el día siendo la mujer triste. La mujer triste recibe a su marido con una sonrisa
de muñeca de plástico. La mujer triste se siente una muñeca de plástico. La mujer triste busca
una aguja y la encuentra. La mujer triste se la entierra en su cuerpo para ver si revienta, para
ver si sucede algo, como la sangre.
A) Vacía.
B) Mentirosa.
C) Complaciente.
10. Texto 12
¿Sabías que el oso polar no es blanco? Es negro. No lo sabías, ¿cierto? Claro que no lo sabías”,
me dijo un pequeño en el zoológico, burlesco, irritante, luciendo despectivo la insignia del
grandioso colegio con el que su padre siempre soñó. Lo seguí hasta el foso del león. “¿Sabías
que los leones comen niños?”. “Mentira, viejo ignorante”, respondió, mientras yo montaba su
pequeña humanidad sobre mis hombros, arrojándolo a las fauces del animal e intentando
esclarecer el dilema. “¡Este es un caso excepcional!”, gritó el niño, siempre pedante, justo antes
de que el animal alcanzara su frágil cuello.
Sobre el niño:
A) Soberbio.
B) Maduro.
C) Inteligente.
Ejercicio Nivel 2
Selecciona la opción que contenga la mejor respuesta a las preguntas que se te plantean, donde tendrás que
caracterizar elementos de los textos leídos.
TEXTO 13
En las ricas colonias griegas del Asia Menor o en las ciudades griegas de la Italia Meridional
surge, casi contemporáneamente, una nueva actividad o incluso, un nuevo modo de ser de
algunos hombres. No se trata propiamente del sabio inspirado por los dioses, del sacerdote
del legislador o del poeta. En líneas generales se trata de un tipo de hombre solitario, extraño,
desinteresado, por lo común, de los negocios, pero diestro en las artes de medir el curso de
los astros, en la medicina o en la agricultura, pero, sobre todo, poseedor de un nuevo saber
sobre las cosas. A estos hombres se les llama meteorólogos, es decir, los que hablan de cosas
elevadas. Y se les llama así no sin un dejo de sorna. Es conocida la anécdota de tales de Mileto
quien, absorto en la contemplación del Cielo no vio lo que había a sus pies y cayó en un pozo
profundo.
“Se dice que una graciosa esclava tracia se burló de Tales, porque mientras observaba
las estrellas y miraba hacia arriba se cayó en un pozo; ávido por observar las cosas del
cielo, le pasaban inadvertidas las que estaban detrás de él y delante de sus pies”. (Platón,
Teetetos 174.
Cosas estas que se cuentan con hilaridad entre los paisanos milesios. Extraños hombres con
una nueva y también extraña vocación. Al preguntársele a Anaxágoras, otro de estos meteoró-
logos, por qué ha dejado abandonados a sus hijos, a su familia, a su patria, mostrando el Cielo,
responde: Aquella es mi patria.
Colegio Bernardo Felmes Niklitshek
Fuente: Giannini, 2018 (Fragmento).
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CAPÍTULO 7 | Caracterizar
A) inteligentes, ya que manejaban con precisión todas las ciencias conocidas en su época.
B) apasionados, puesto que se dedicaban al estudio del cielo abstrayéndose de otros aspectos.
C) influyentes, porque no solo habían en Europa, sino que su disciplina llegó a Asia.
D) soberbios, debido a que podían hablar de temas elevados a diferencia de la población común.
A) respetuosa.
B) patriota.
C) burlesca.
D) pasmosa.
TEXTO 14
TEXTO 15
1. Después de cumplir algunos años de estudios en Oxford en las disciplinas filosóficas y teológicas,
Locke enderezó su interés hacia las ciencias naturales y, en particular, hacia la Medicina. Como
médico del conde de Shaftesbury, fue participando cada vez más en las actividades políticas;
vivió en el exilio en Francia y Holanda, hasta el advenimiento de Guillermo III, el restaurador de
las libertades ciudadanas en Inglaterra. Locke es el primer gran teórico del liberalismo individua-
lista moderno.
2. Resulta significativo detenerse a meditar lo que ha representado la Universidad de Oxford para
el pensamiento filosófico y científico de Occidente, desde los tiempo de Roberto de Grosseteste
y Roger Bacon adelante, hasta nuestros días. Oxford no solo ha formado grandes filósofos, sino
que, además, los ha formado en su estilo, en una línea de pensamiento del cual Locke es un
magnífico exponente. Llamemos a esta línea, por el momento, “empirismo”. Ya nos detendre-
mos en él.
3. Hay otro rasgo que aúna, en general, a los pensadores formados en Oxford: un fuerte interés por
“la cosa pública”, por la política, rasgo que en Locke tiene una especial relevancia.
4. Pero, empecemos por lo primero: por el empirismo de Locke.
5. Es importante que sigamos las huellas de este empirismo inglés, así como las del racionalismo
continental, pues ambas corrientes confluirán en la gran síntesis kantiana, casi un siglo más tar-
de.
6. El problema al que se propone responder Locke es más o menos el mismo que había llevado a
Descartes a la duda metódica: ¿Qué es lo que puedo conocer? ¿Y hasta dónde? ¿Y con qué
grado de certeza?
7. El punto de partida para empezar a buscar una respuesta es también más o menos el mismo:
para los hombres, conocer es tener representaciones (o ideas) de las cosas. Por tanto, por aquí
empezamos: ¿Cómo surgen? ¿Cuál es su origen?
8. Sin embargo, contra la tesis cartesiana de que existen ideas que vienen “ya hechas” con noso-
tros, independientes, por tanto, de la experiencia, las famosas “ideas innatas”, Locke intentará
demostrar en el Ensayo acerca del Entendimiento Humano, esta tesis: que no hay idea alguna
anterior a la experiencia. Este es, por lo demás, el significado más propio y fundamental de
todo empirismo: la afirmación rotunda de que todo conocimiento tiene su base, su origen, en
la experiencia. O, empleando la metáfora de Locke: que el alma es, al principio, una hoja de
papel en blanco, sin escribir. Son muchas las pruebas que aduce el pensador inglés en favor de
su tesis, pero entre las más importantes hay una en que rebate directamente a Descartes y toda
su construcción metafísica: Locke intenta probar que la idea de Dios no es en absoluto una idea
que ha sido puesta en nosotros, depositada en cada ser racional, y que solo debe ser desperta-
da en quien, por algún azar todavía no la conoce. Le basta para ello mostrar que han existido
tribus salvajes que jamás poseyeron una idea de ente sobrenatural y que otras la poseyeron, es
cierto, pero a tal punto diversa de la que puede poseer un cristiano, que no es posible decir que
se trata de una misma idea.
A) arbitrario e intelectual.
B) obstinado y comprometido políticamente.
C) multifascético y escéptico.
D) polémico y religioso.
17. La relación entre los postulados de Locke y de Descartes mencionados en el octavo párrafo, puede ser
caracterizada como
A) complementaria.
B) convergente.
C) coincidente.
D) contradictoria.
TEXTO 16
1. La idea de progreso, sobre todo moral y social es uno de los rasgos sobresalientes- diríase que
una de las obsesiones románticas- del siglo XIX. Entre las grandes corrientes de pensamiento que
destacan este ideal está la filosofía de Augusto Comte.
2. Aunque el término “positivismo” proviene de Saint- Simon, Augusto Comte (1798-1857) es el fun-
dador del movimiento filosófico, social y, a veces, místico, que lleva ese nombre.
3. Entre estrecheces económicas, clases particulares y enfermedades, Comte empieza a entregar
en 1830 el primer volumen de su Curso de Filosofía Positiva. En 1842 publica el sexto y último de la
misma obra. Su segunda creación importante, El Tratado de Sociología que instituye la Religión
de la Humanidad, en cuatro volúmenes, aparece entre los años 1851 y 1854.
4. El pensamiento de Comte se extendió rápidamente por Europa y América. Aquí, en América,
el romanticismo tradicionalista, nostálgico del pasado, poco tenía que decir, pues, todo o casi
todo, se esperaba de la inteligencia y del esfuerzo mancomunado para construir un “Nuevo
Mundo”. Por eso, la influencia comteana no siempre directamente visible, fue poderosa y ha
perdurado por mucho tiempo.
5. Pero hay algo más: Comte es uno de esos casos rarísimos en que un filósofo sigue teniendo más
que lectores, adeptos, y cuya filosofía, más que una toma de posición intelectual, se convierte
en un culto. Y es lo que ocurrió después de su muerte; se formó en París un centro comteano con
las características de un nuevo culto: el culto de la humanidad que Comte había propiciado.
6. Respecto a los orígenes del positivismo, consideremos, en primer lugar, la tradición humanístico-
científica heredada del siglo XVII y de la Revolución Francesa; en segundo lugar, el nuevo tipo
de problemas que tiene que enfrentar esa tradición que Comte representa. Son los problemas
sociales, los cambios institucionales, a veces violentos, los que mantienen atenta la inteligencia
del hombre europeo. En tercer lugar, hay una razón negativa, sin raíz alguna en los hechos que
afectan al individuo y a la sociedad. Y se llama así “positivismo”, porque pretende establecer, a
partir de los hechos y solo de los hechos, leyes que expliquen este mundo y sirvan para actuar
sobre él, y no fantásticas teorías sobre entidades que nadie percibe (el Espíritu, por ejemplo) y
sobre mundos del más allá. El positivismo comteano y todos los que derivan de él son antimeta-
físicos.
7. Y el positivismo es antimetafísico no porque simplemente considere errados los planteamientos
que hace la metafísica: más bien, los considera como pertenecientes a una etapa superada,
“arcaica”, en la historia del pensamiento humano. Y es aquí donde la “idea” de progreso entra
a jugar su rol más importante.
19. La obra de Augusto Comte, mencionada en el tercer párrafo puede calificarse como
A) precaria y dificultosa.
B) extensa y trascendente.
C) sociológica y metafísica.
D) inconclusa y póstuma.
Ejercicio Nivel 3
Lee los textos que se presentan a continuación y responde las preguntas que sobre ellos se plantean.
TEXTO 17
1. “El Budismo, como sistema filosófico, tuvo por fundador a Gautama, también llamado Sidarta o
Sakiamuni (“El solitario de la familia Sakia”), apodado Buda, el Iluminado. Su vida está rodeada
por la leyenda, pero cabe considerar como histórica su existencia así como el hecho de que se
hiciera apóstol de una doctrina propia y fundador de una orden monástica. Se puede también
fijar, con relativa exactitud, la época de su existencia entre los siglos VI y V a. C.
2. El Budismo es una filosofía atea, hablando estrictamente, no reconoce causa primera alguna, o
por lo menos no se ocupa de ella. La base del sistema, como en la filosofía brahmánica, es un
concepto pesimista de la realidad. El Budismo acepta también la metempsicosis, es decir, una
continuidad de la existencia del alma en formas distintas (reencarnación), hasta que se hayan
agotado las consecuencias de los actos realizados.
3. La diferencia entre Budismo y Brahmanismo reside especialmente en que el primero hace aban-
dono de toda búsqueda metafísica respecto al origen de las cosas. Se agregó luego la aboli-
ción de las castas, que el segundo había mantenido y mantiene rigurosamente, mientras Buda
dirigió su buena nueva a todos, sin distinción.
4. El Budismo insiste en mostrar al dolor como realidad suprema de la vida, en todas las manifes-
taciones en que la vida puede presentarse. “Causa íntima del dolor es el deseo”. La única fe-
licidad que nos espera y que podemos procurarnos, es el nirvana. Muchos creyeron que es la
aniquilación total o, por lo menos, la pérdida de la personalidad; otros actualmente interpretan
el nirvana budista como un “estado de existencia feliz, de una beatitud, pero negativa, que
consiste únicamente en la ausencia del dolor por exclusión de todo deseo y de toda relación
con otros seres.
5. Para llegar a esto, el Budismo da normas de vida muy severas, que para los más perfectos, o
sea los monjes, alcanzan una especie de ascetismo con múltiples renuncias (abstención de las
bebidas que embriagan y, para los monjes, también el celibato). El Budismo prescribe una be-
nevolencia universal (llevada hasta la prohibición de matar a los animales), la limosna, el olvido
de las ofensas, la no resistencia al mal, pero no tanto por amor al prójimo, cuanto para huir del
dolor y ahogar toda actividad y todo contraste en una suerte de éxtasis humanitario.
6. Este es el Budismo filosófico de los libros sagrados y de los doctos; el budismo popular, en cam-
bio, que se difundió como la religión en la India y en la China –y que aún tiene tantos millones
de adeptos- es otra cosa, y que se reduce substancialmente a una grosera idolatría, en la que
hallan lugar también las distintas divinidades locales con sus ritos supersticiosos; y el mismo Buda
con sus reliquias e imágenes, más aún, los varios Budas, se convierten en otros tantos dioses y
reciben culto de adoración (...)”.
A) persiste en la actualidad.
B) tiene un componente metafísico.
C) cree en la trascendencia del alma.
D) cree en la igualdad de las personas ante dios.
E) tiene aspectos comunes con el budismo.
TEXTO 18
7. Otra vez, hallándose Romaiquía en una habitación que daba al río, vio a una mujer que estaba
descalza revolviendo lodo cerca del río, para hacer adobes. Cuando Romaiquía la vio, empezó
a llorar. El rey le preguntó por qué lloraba y ella le dijo que porque nunca podía estar a su antojo,
siquiera haciendo lo que aquella mujer hacía.
8. Entonces mandó el rey llenar de agua de rosas aquella albufera (1) de Córdoba, en vez de
agua. Y en lugar de barro la hizo llenar de azúcar, canela, jengibre, espliego, almizcle, ámbar y
algalia (2), y de todas las demás especias y perfumes que podía haber; en lugar de paja hízo-
le poner cañas de azúcar. Y cuando de estas cosas estuvo llena la albufera y del lodo que ya
podéis entender cómo sería, dijo el rey a Romaiquía que se descalzase y hollase aquel lodo e
hiciese con él cuantos adobes quisiese.
9. Otro día comenzó a llorar, y el rey le preguntó por qué lo hacía. Ella le dijo que cómo no había
de llorar, si el rey nunca hacía nada por complacerla. Viendo el rey que pues tanto había hecho
por darle gusto y por cumplir su deseo, que ya no sabía qué más podría pedirle, díjole que ya
que las otras cosas olvidaba, no debía olvidar el lodo que hiciera por complacerla.
10. Y vos, señor conde, si veis que por mucho que por aquel hombre hagáis, si no hacéis lo que os
dice, luego olvida y desagradece todo lo que por él habéis hecho, os aconsejo que no hagáis
por él tanto que se torne en gran daño vuestro y de vuestra hacienda. Además os aconsejo que
si alguno hiciese por vos cosa que os convenga y después no hiciera todo lo que quisiereis, no
desconozcáis el bien que él hizo por vos.
11. El conde tuvo este por buen consejo, hízolo así y quedó muy contento. [...]”.
(1) Albufera: laguna.
(2) Sustancias aromáticas.
A) Desagradecida y caprichosa.
B) Indecisa y demandante.
C) Mimada y egoísta.
D) Quejumbrosa y complaciente.
E) Consentida y distraída.
A) Desinteresado y obediente.
B) Poderoso y superficial.
C) Preocupado e ineficiente.
D) Complaciente e ingenioso.
E) Atento y humilde.
26. A partir de la lectura del último párrafo del texto, el conde puede caracterizarse como
(DEMRE, 2018)
A) alegre.
B) sumiso.
C) receptivo.
D) condescendiente.
E) laborioso.
TEXTO 19
1. De puro vivir y contraer muchas veces el peligro de la muerte; de tanto amor y ensueño, de to-
dos los desvelos que acontecen, de aquello que no registra la historia, porque es mínimo hecho
o gesto o insinuación leve; en fin, de cualquier intensidad en que el hombre y la mujer pueden
hallarse; una memoria, algún silencio donde vienen a descansar tantas presencias, o en aquella
condición de pobreza que afecta lo más digno de cualquiera, el preciso, y a la vez indefinido
modo de conducta encarnado por el sentido común provocando una experiencia que recoge
la dicha y la desgracia, el sueño y la negación el día y la noche, la soledad y la compañía, se
fueron haciendo las palabras de estos cuentos.
2. Sí, de ser hombre, de ser pobre y haber vivido demasiado están escritos cada uno de estos
cuentos.
3. El delincuente, primer relato del volumen, deja en evidencia uno de los aspectos medulares de
la narrativa de Manuel Rojas y en la tendencia toda del realismo urbano, cual es la importante
estatura del ambiente físico donde el personaje se impregna de los rasgos del entorno hasta
mimetizarse con el desteñido color de las paredes de oscuros aposentos, con el vestuario raído;
en suma, con una vida que se inclina crecientemente en menos.
4. “Yo viví en un conventillo. Es un conventillo que no tiene de extraordinario más que un árbol que
hay en el fondo de su patio, un árbol corpulento, de tupido y apretado ramaje…”. Así es, la vida
parece no mostrar en sus peripecias nada extraordinario, aunque de vez en cuando algo ronde
con cara de tristeza o de luto o de alegría mezclada con tanta pena.
5. Las gentes del conventillo son las corrientes: “No hacen nada; por no hacer nada ni siquiera se
muere”, nos confidencia el protagonista al referirse a algunos hombres de aquellas ciudades.
La observación dicha al pasar con la más convencida naturalidad, como diciendo que nada
ya puede constituir sorpresa mayor que la de estar vivo y presenciando la gran intensidad de
caracteres y hechos abigarrados por la necesidad y la simpleza.
6. El delincuente es una confidencia agresiva y triste. Aquel extraño bribón que sabe mostrar su
bondad hacia quienes, por algunas horas, le acompañan en su misma altura; es decir, en su
caída. ¿Qué pasa realmente? Sucede su vida con su más y menos, la anécdota compleja de
sus relaciones humanas. Pero lo único que al fin importa es la seña de un penar, latido inequívo-
co de vivir sintiendo: “Y después, el regreso en el alba, patrón, el regreso a la casa; cansados,
con los rostros pálidos y brillantes de sudor, sin hablar, tropezando en las veredas malas, con la
boca seca y amarga, las manos sucias y algo muy triste, pero muy triste, deshaciéndose por allá
dentro, en el pecho y la espalda”.
28. Los personajes incorporados en los relatos de Manuel Rojas podrían ser descritos como
A) pobres y ancianos.
B) agresivos y tristes.
C) mimetizados y parecidos.
D) corrientes y bondadosos.
E) comunes y desfavorecidos.
TEXTO 20
El cabo tomó de un hombro al borracho y lo sentó. El hombre gordo, a quien el sueño dormido
había espantado bastante la embriaguez, abrió los ojos y preguntó estupefacto:
—¿Qué pasa?
Eran sus primeras palabras conscientes. Hizo ademán de resistirse al registro, pero al ver el uni-
forme del que lo registraba, se quedó callado, con los brazos abiertos, observando sorprendido
todos los movimientos del cabo. Este sacóle del ojal el pedazo de cadena que de allí colgaba
y lo depositó en el escritorio. El borracho, al ver el resto de su cadena, dijo:
—¡Bah!
Y se miró el chaleco. En los bolsillos interiores del saco no tenía nada, ni una cartera, ni un
papel, ni una caja de fósforos. Por fin, el cabo dijo:
—Aquí hay un reloj.
Y de un bolsillo exterior sacó un reloj negro, de acero, con un trozo de cadena colgando.
El ratero lanzó una exclamación de triunfo:
—¿No ve, señor, no ve? ¿Qué le decía yo?
Pero estas palabras fueron dichas de un modo tan exagerado y con un tono tan falso, que
todos los que allí estábamos sentimos esa especie de vergüenza que produce el oír mentir
descaradamente a una persona que se sabe que está mintiendo, y que ella misma lo sabe.
Este sentimiento nuestro alcanzó a ser percibido por el ratero. Miró nuestros rostros y viendo
que en ellos no había sino compasión y piedad, se encogió de hombros, dejó caer el brazo
ciendo, apretujando la tela hinchada de agua, que se estira, enroscándose, hasta reducirse a
su mínimo volumen.
Cuando el cabo llegó a los zapatos, preguntó:
—¿Qué es esto?
—La llave de mi cuarto, señor.
—¿Llevas la llave de tu cuarto en los zapatos? Es una ganzúa, mi inspector.
—Colóquela sobre el escritorio.
Puso el cabo sobre la felpa verde del escritorio una ganzúa larga y fina, que brilló a la luz como
un pececillo plateado al sol.
Hízose a un lado el cabo y en medio de la oficina sólo quedó Juan Cáceres, alias “El Espíritu”,
ladrón, especialidad en borrachos y conventillos. Los mechones de pelo castaño, que detenían
en mitad de la cabeza el avance de su calva, habían resbalado hacia abajo y aparecían esti-
rados, pegados por el sudor sobre la alta frente. Los ojos habíanse redondeado y obscurecido,
y la nariz, larga y colorada en la punta, avanzaba grotescamente, como pegada con cola a
los pómulos demacrados. Con los forros de los bolsillos hacia afuera, el sombrero en la mano,
el delgado pescuezo emergiendo del enorme cuello, el esmirriado cuerpo estrujado por las
manos duras y hábiles del cabo, aquel ser no era ya ni la sombra del hombre que era cuando
veníamos por la calle, alegres o fatigados, empujando a aquel otro hombre, el borracho, que
sentado en la banca miraba la escena con ojos asombrados y tenía en el rostro la expresión
del que oye narrar un cuento de ladrones y criminales.
El inspector dijo:
—Muy bien, compañero Cáceres, lo hemos pillado sin perros.
Después, dirigiéndose a mí, dijo:
—Pondremos en el parte que este individuo fue sorprendido en momentos en que robaba a
otro y que al ser registrado se le encontró encima el reloj de la víctima y una llave ganzúa. Con
eso tiene para un rato. ¡Cabo de guardia!
—Mande, señor.
—Sáquele a ese hombre el cuello y la corbata y échelo a un calabozo. Mañana irá con parte
al juzgado.
El cabo despojó al ratero de su enorme cuello y su gran corbata negra.
—¡Andando!
Y el hombre del ojo azul desvanecido salió, seguido del cabo, como resbalando en la luz cruda
del alba.
Después que el ratero hubo salido, se levantó el borracho y preguntó al oficial:
—Señor, ¿qué piensa hacer de mí?
—Espérate, borracho indecente.
Volvió el cabo.
—A este individuo métalo al calabozo junto con el otro. Le haremos parte por ebriedad y
escándalo.
—¡Andando!
Y el hombre gordo fue a reunirse con el hombre flaco.
Colegio Bernardo Felmes Niklitshek 67 / 138
CAPÍTULO 7 | Caracterizar
A) impresionable y borracho.
B) hipócrita y sumiso.
C) delgado y deshonesto.
D) indigno y mal vestido.
E) reconocido y violento.
A) desinteresado.
B) indolente.
C) carismático.
D) sagaz.
E) empático.
TEXTO 21
1. Las historias de duendes son muy antiguas y dicen que hasta en nuestros días se les aparecen
estos extraños personajes a algunos niños. Quienes los han visto cuentan que son pequeños, con
poco pelo, no malformados, pero sí con orejas grandes y puntiagudas. Salen de debajo de los
árboles, pues viven entre sus raíces, en medio de la tierra húmeda. Atraviesan las paredes de las
casas y acostumbran dar de cachetadas a los niños a quienes visitan.
2. Los duendes aparecen cuando no les simpatizan las personas que están habitando una casa
cercana. Demuestran su antipatía produciendo sacudones en los muebles o arrojando al piso
los adornos de las repisas. Buscan con eso aterrorizar a toda la familia y hacerla huir de casa.
A) violentas.
B) horripilantes.
C) vengativas.
D) antisociales.
E) juguetonas.
TEXTO 22
Personajes:
Antígona, hija de Edipo.
Ismene, hija de Edipo.
Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene
La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la es-
cena Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del
brazo a su hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio.
Antígona.
Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de
Edipo, ¿sabes de alguna de ellas que Zeus no haya cumplido después de nacer nosotras dos?
No, no hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni nada que se aparte de la mala suer-
te, que no vea yo entre nuestras desgracias, tuyas y mías; y hoy, encima, ¿qué sabes de este
edicto que dicen que Creonte acaba de imponer a todos los ciudadanos?. ¿Te has enterado
ya o no sabes los males inminentes que enemigos tramaron contra seres queridos?
Ismene.
No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna de seres queridos, ni dulce ni dolorosa,
desde que nos vimos las dos privadas de nuestros dos hermanos, por doble, recíproco golpe
fallecidos en un solo día. Después de partir el ejército argivo, esta misma noche, después no sé
ya nada que pueda hacerme ni más feliz ni más desgraciada.
Antígona.
No me cabía duda, y por esto te traje aquí, superado el umbral de palacio, para que me
escucharas, tú sola.
Ismene.
¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te ensombrece.
Antígona.
Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno de honores sepulcrales a uno de nuestros
hermanos, y al otro tiene en cambio deshonrado? Es lo que dicen: a Etéocles le ha parecido
justo tributarle las justas, acostumbradas honras, y le ha hecho enterrar de forma que en honor
le reciban los muertos, bajo tierra. El pobre cadáver de Polinices, en cambio, dicen que un
edicto dio a los ciudadanos prohibiendo que alguien le dé sepultura, que alguien le llore,
incluso. Dejarle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro a merced de las aves que busquen donde
cebarse. Y esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene decretado, también para ti y para mí,
sí, también para mí; y que viene hacia aquí, para anunciarlo con toda claridad a los que no
lo saben, todavía, que no es asunto de poca monta ni puede así considerarse, sino que el que
transgreda alguna de estas órdenes será reo de muerte, públicamente lapidado en la ciudad.
Estos son los términos de la cuestión: ya no te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si
eres indigna de tus ilustres antepasados.
Ismene.
No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o desate en ellas, ¿qué podría ganarse?
Antígona.
¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda? Piénsalo.
Ismene.
¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu pensamiento?
Antígona.
Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al muerto.
Ismene.
Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que se ha públicamente prohibido?
Antígona.
Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no quieras—; cuando me prendan, nadie podrá
llamarme traidora.
Ismene.
¡Y contra lo ordenado por Creonte, ay, audacísima!
Antígona.
El no tiene potestad para apartarme de los míos.
Ismene.
Ay, reflexiona, hermana, piensa: nuestro padre, cómo murió, aborrecido, deshonrado, des-
pués de cegarse él mismo sus dos ojos, enfrentado a faltas que él mismo tuvo que descubrir.
Y después, su madre y esposa —que las dos palabras le cuadran—, pone fin a su vida en
infame, entrelazada soga. En tercer lugar, nuestros dos hermanos, en un solo día, consuman,
desgraciados, su destino, el uno por mano del otro asesinados. Y ahora, que solas nosotras dos
quedamos, piensa que ignominioso fin tendremos si violamos lo prescrito y trasgredimos la vo-
luntad o el poder de los que mandan. No, hay que aceptar los hechos: que somos dos mujeres,
incapaces de luchar contra hombres; Y que tienen el poder, los que dan órdenes, y hay que
obedecerlas—estas y todavía otras más dolorosas. Yo, con todo, pido, si, a los que yacen bajo
tierra su perdón, pues que obro forzada, pero pienso obedecer a las autoridades: esforzarse en
no obrar como todos carece de sentido, totalmente.
Antígona.
Aunque ahora quisieras ayudarme, ya no lo pediría: tu ayuda no sería de mi agrado; en fin,
reflexiona sobre tus convicciones: yo voy a enterrarle, y, en habiendo yo así obrado bien, que
venga la muerte: amiga yaceré con él, con un amigo, convicta de un delito piadoso; por más-
tiempo debe mi conducta agradar a los de abajo que a los de aquí, pues mi descanso entre
ellos ha de durar siempre. En cuanto a ti, si es lo que crees, deshonra lo que los dioses honran.
Ismene.
En cuanto a mi, yo no quiero hacer nada deshonroso, pero de natural me faltan fuerzas para
desafiar a los ciudadanos.
Antígona.
Bien, tú te escudas en este pretexto, pero yo me voy a cubrir de tierra a mi hermano amadísimo
hasta darle sepultura.
Ismene.
¡Ay, desgraciada, cómo temo por ti!
Antígona.
No, por mí no tiembles: tu destino, prueba a enderezarlo.
Ismene.
Al menos, el proyecto que tienes, no se lo confíes a nadie de antemano; guárdalo en secreto
que yo te ayudaré en esto.
Antígona.
¡Ay, no, no: grítalo! Mucho más te aborreceré si callas, si no lo pregonas a todo el mundo.
Ismene.
Caliente corazón tienes, hasta en cosas que hielan.
Antígona.
Sabes, sin embargo, que así agrado a los que más debo complacer.
Ismene.
Sí, si algo lograrás... Pero no tiene salida, tu deseo.
Antígona.
Puede, pero no cejaré en mi empeño, mientras tenga fuerzas.
Ismene.
De entrada, ya, no hay que ir a la caza de imposibles.
Antígona.
Si continúas hablando en ese tono, tendrás mi odio y el odio también del muerto, con justicia.
Venga, déjanos a mí y a mi funesta resolución, que corramos este riesgo, convenida como
estoy de que ninguno puede ser tan grave como morir de modo innoble.
Ismene.
Ve, pues, si es lo que crees; quiero decirte que, con ir demuestras que estás sin juicio, pero
también que amiga eres, sin reproche, para tus amigos.
Sale Ismene hacia el palacio; desaparece Antígona en dirección a la montaña. Hasta la entra-
da del coro, queda la escena vacía unos instantes.
A) irreflexiva.
B) temeraria.
C) desafiante.
D) rebelde.
E) impetuosa.
A) infantil.
B) atolondrada.
C) indiferente.
D) moderada.
E) justa.
34. El dictamen de Creonte de no permitir que Polinices sea sepultado se puede caracterizar como
A) injusto.
B) severo.
C) valeroso.
D) soberbio.
E) desacertado.
35. Según Ismene, ella y su hermana deben obedecer el mandato de Creonte, porque su familia se ha caracterizado
por ser
A) humillada.
B) desgraciada.
C) castigada.
D) derrotada.
E) condenada.
TEXTO 23
1. En vida uno de los más reconocidos naturalistas y científicos de su tiempo, Alexander von Hum-
boldt perdió injustificadamente su popularidad en Occidente hacia finales del siglo XIX.
2. Considerado el padre de la geografía y la ecología, fue el primero en hablar de cambios cli-
máticos ocasionados por el hombre, de deforestación y de otros conceptos que hoy nos son
tan actuales. En su 250 natalicio, Alemania y los países americanos que visitó entre 1799 y 1804
evocan su legado como precursor del ambientalismo (…).
3. Prusiano de nacimiento, Humboldt llegó al mundo un 14 de septiembre de 1769, y en su larga
vida, 89 años, llegó a acumular un prestigio y una popularidad sin precedentes, inspirando los
trabajos del británico Charles Darwin o los estadounidenses Henry David Thoreau y John Muir,
entre muchos otros. Sus estudios cobraron celebridad a base de sus incontables expediciones
por Europa, Asia Central y, sobre todo, por un periplo que se prolongó cinco años por tierras
americanas.
4. En esa expedición, que accidentalmente comenzó por Venezuela, acabó visitando las hoy
Colombia, Ecuador, Perú, México y Estados Unidos, además de Cuba. Por el corredor andino
ascendió a cumbres como las del Chimborazo para profundizar en el estudio de los volcanes
(sugirió la relación subterránea entre los volcanes siguiendo las fisuras en la corteza terrestre, y
también analizó el impacto y cambios de temperaturas del clima según la altitud, y el efecto
sobre la flora y la fauna.
5. Aunque quizá es más recordado por su estudio de las corrientes oceánicas ya que, una de
ellas, en la que el agua fría sube de las profundidades frente a las costas de Chile y Perú, lleva
su nombre.
6. En conjunto, sus investigaciones le llevaron a concebir una percepción sistémica de la natura-
leza y del universo.
7. “Entrelaza todos sus descubrimientos del mundo mineral, animal y vegetal, con todo lo que tiene
que ver con el ambiente, tanto en el fondo del mar como en la atmósfera. Esas vinculaciones
entre naturaleza y ambiente es lo que le permite crear el sustento de la ciencia que se llamará
en el futuro ecología”, explica Melvin Hoyos, historiador ecuatoriano, para quien Humboldt dio
vida, aunque “sin ese nombre”, al concepto de “ecosistema” (…).
8. “Se conoce más al hermano (el lingüista y educador Wilhelm von Humboldt) que a Alexander.
Pero si uno revisa la documentación sobre Latinoamérica, su posición sobre el entendimiento
entre los pueblos, el medioambiente, en la investigación, (vemos que no solamente es un cien-
tífico sino que va mucho más allá: ¡Es transversal!”, señala Sabine Meinlschmidt, rectora del co-
legio alemán en Guayaquil que lleva el nombre del naturalista.
9. El Gobierno germano, a través de la Fundación Alexander von Humboldt, y de organismos de-
pendientes por todo el mundo, trata este año de reivindicar la figura de un investigador que
dejó una huella indeleble en América Latina, donde el concepto “naturaleza” recibe en sus
escritos la interpretación más amplia.
10. “Hizo observaciones sociológicas sobre la región y observaciones de diferentes órdenes”, sostie-
ne Ramón Sonnenholzner, presidente de la Fundación del colegio alemán y promotor del pro-
yecto de la Balsa. Y recuerda que, para Humboldt, la naturaleza había que entenderla no des-
de una visión “antropocentrista”, en la que los seres humanos piensan que “son los únicos seres
(vivos) del plantea”, sino desde una perspectiva global, en la que son “parte de la naturaleza:
un cosmos, una sola unidad”. Una medida de prudencia que hizo prever al naturalista los devas-
tadores efectos que podría llegar a tener la humanidad sobre el entorno que le sirve de hogar.
11. Humboldt era en ese sentido un polímata cuyos conocimientos se expandían a lo largo y ancho
de la ciencia de la época y que abarcaban desde la geografía hasta la astronomía, pasando
por la filosofía, etnografía, antropología, física, zoología, botánica, mineralogía, geología, vul-
canología, climatología, meteorología y oceanografía, todo ello dentro de una interpretación
humanista que, en más de una ocasión, le llevó a pronunciarse en contra de la esclavitud y a
favor de la igualdad de derechos.
12. Pero quizás ese conocimiento generalista fue una de sus propias maldiciones, porque el mundo
especializado hacia el que evolucionó la ciencia a partir de finales del siglo XIX y principios del
XX, dejó rápidamente atrás a los románticos y casi poéticos naturalistas de la centuria anterior.
O quizá, como indica la escritora indo-británica Andrea Wulf en su libro “La invención de la na-
turaleza: el nuevo mundo de Alexander von Humboldt” (2015, versión ingles, “lo irónico es que
sus ideas son ya tan obvias, que nos hemos olvidado en buena parte del hombre que las forjó”.
37. Sobre los planteamientos de Humboldt es INCORRECTO señalar que estos fueron
TEXTO 24
Más tarde, cuando Úrsula se empeñó en que Remedios, la bella, asistiera a misa con la cara
cubierta con una mantilla, Amaranta pensó que aquel recurso misterioso resultaría tan provo-
cador, que muy pronto habría un hombre lo bastante intrigado como para buscar con pacien-
cia el punto débil de su corazón. Pero cuando vio la forma insensata en que despreció a un
pretendiente que por muchos motivos era más apetecible que un príncipe, renunció a toda
esperanza. Fernanda no hizo siquiera la tentativa de comprenderla. Cuando vio a Remedios,
la bella, vestida de reina en el carnaval sangriento, pensó que era una criatura extraordinaria.
Pero cuando la vio comiendo con las manos, incapaz de dar una respuesta que no fuera un
prodigio de simplicidad, lo único que lamentó fue que los bobos de familia tuvieran una vida
tan larga. A pesar de que el coronel Aureliano Buendía seguía creyendo y repitiendo que Re-
medios, la bella, era en realidad el ser más lúcido que había conocido jamás, y que lo demos-
traba a cada momento con su asombrosa habilidad para burlarse de todos, la abandonaron
a la buena de Dios. Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin
cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus
comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de
marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a
las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la
bella, estaba transparentada por una palidez intensa.
– ¿Te sientes mal? – le preguntó.
Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de
lástima.
A) solitaria y calmada.
B) peculiar y boba.
C) pálida y extraña.
D) atractiva y antisocial.
E) soberbia y pensativa.
TEXTO 25
–“Eso sí que no lo puedes evitar”, repuso el gato; “todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco;
tú también lo estás”.
–“Y ¿cómo sabes tú si yo estoy loca?”, le preguntó Alicia.
–“Has de estarlo a la fuerza”, le contestó el Gato; “de lo contrario no habrías venido aquí”.
A) precavida y cordial.
B) insegura y respetuosa.
C) imprudente y curiosa.
D) cuestionadora y condescendiente.
E) regulada y positiva.
A) siniestro y peculiar.
B) intrascendente e incomprensible.
C) confuso y disparatado.
D) burlesco e incoherente.
E) grotesco e incómodo.
CAPÍTULO 7
CONTROL FORMATIVO
CARACTERIZAR
TEXTO 1
10 de diciembre de 18...
Mi querido Lanyon:
1. Eres uno de mis amigos más antiguos y, aunque a veces hemos diferido con respecto a cues-
tiones científicas, no recuerdo, al menos por mi parte, que por ello haya disminuido nunca un
ápice el afecto que nos une. No ha habido un solo día en que si tú me hubieras dicho: Jekyll,
mi vida, mi honor, mi razón dependen de ti, yo no habría dado mi mano derecha por ayudarte.
Pues bien, Lanyon, mi vida, mi honor, mi razón dependen de ti. Si tú no me ayudas, estoy perdi-
do. Supondrás, tras leer este prefacio, que voy a pedirte que hagas algo deshonroso. Juzga por
ti mismo.
2. Quiero que aplaces cualquier compromiso que tengas para esta noche, sea cual fuere, aun-
que se trate de acudir junto al lecho de un emperador. Que tomes un coche, a menos que esté
tu carruaje esperándote a la puerta, y que con esta misiva en la mano vayas directamente a
mi casa. He dado a Poole, el mayordomo, las órdenes oportunas. A tu llegada le encontrarás
esperándote en compañía de un cerrajero. Forzaréis la puerta de mi gabinete, entrarás en él
tú solo, abrirás la vitrina situada a mano izquierda, la que va señalada con la letra E, saltando
la cerradura si es que la encuentras cerrada con llave, y sacarás con todo su contenido tal y
como lo encuentres el cuarto cajón empezando por arriba, que es el tercero a partir del último
de abajo. En mi extrema angustia, tengo un pánico morboso a equivocarme al darte las instruc-
ciones, pero aun si me equivoco sabrás que es el cajón de que te hablo por su contenido, que
consiste en unos polvos, una ampolla y un cuaderno. Te ruego que te lleves ese cajón a la plaza
de Cavendish tal como lo encuentres.
3. Ésa es la primera parte del favor. Paso a detallar la segunda. Si sigues mis instrucciones, nada
más recibir esta misiva, te hallarás de vuelta en tu casa mucho antes de la medianoche. Quiero
dejar un margen de tiempo suficiente, no sólo por temor de que surja uno de esos obstáculos
que no pueden ni evitarse ni preverse, sino también porque lo que te resta por hacer es preferi-
ble que lo hagas a una hora en que la servidumbre se halle ya acostada.
4. A medianoche, por lo tanto, te pido que estés solo en tu sala de consulta, que abras por ti mis-
mo la puerta a un hombre que se presentará en mi nombre y que le entregues el cajón que
habrás sacado de mi gabinete. Con esto me habrás hecho un gran favor y tendrás mi eterna
gratitud. Cinco minutos después, si insistes en recibir una explicación, habrás comprendido que
dichas acciones eran de capital importancia y que, de omitir cualquiera de ellas, por fantás-
ticas que puedan parecerte, pesaría sobre tu conciencia mi muerte o la pérdida de mi razón.
5. Aunque confío en que no dudarás en atender mi ruego, mi corazón se angustia y mi mano tiem-
bla sólo de pensar en tal posibilidad. Quiero que sepas que en estos momentos estoy en un lugar
extraño hundido en una pesadumbre que ni la imaginación más descabellada podría concebir,
sabedor, sin embargo, de que si atiendes puntualmente mi ruego, mis aflicciones serán cosa
del pasado como la historia que el narrador termina y los oyentes olvidan. Atiende mi petición,
querido Lanyon, y ayúdame.
Tu amigo, H. J.
6. Postdata: Ya había cerrado el sobre cuando un nuevo horror se adueñó de mi espíritu. Es posible
que el correo se retrase y que esta misiva no llegue hasta mañana por la mañana. En ese caso,
mi querido Lanyon, haz lo que te pido en el momento del día en que te sea más conveniente
y espera a mi mensajero a la medianoche de mañana. Es posible que para entonces sea ya
demasiado tarde. Si la noche pasa sin que recibas la visita de mi enviado, sabrás que ya nunca
volverás a ver a Henry Jekyll.
A) urgente y trascendental.
B) trivial y misteriosa.
C) criminal y angustiante.
D) planificada y fructífera.
E) inexplicable e insegura.
I. Insegura.
II. Suplicante.
III. Persuasiva.
A) Solo II
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III
3. A partir de la lectura de la carta, se puede desprender que para Jekyll su amistad con Lanyon se caracteriza,
predominantemente por
A) la confianza.
B) el respeto.
C) la honestidad.
D) la lealtad.
E) el profesionalismo.
TEXTO 2
4. El gran error, según la bailarina estaría en asociar el ocio con el aburrimiento y no con el reco-
gimiento, que según Giannini es una actividad que no tiene un objetivo claro, pero que resulta
altamente productiva a largo plazo. Ese estado alfa que el filósofo llama «el demonio del me-
diodía», y que se traduce en «la modorra que le sobreviene a los seres humanos cuando el sol
alcanza su máxima altura en el horizonte y parece quedarse allí clavado por encima del mun-
do». «Es entonces cuando surgen los fantasmas y nos ensimismamos», afirma la artista sobre esa
forma espiritual que según Giannini «lleva a las personas a escapar de las más sutiles formas de
control, a dialogar con nuestro inconsciente». «En este caso me di cuenta que los ratos de ocio
o esa sensación de libertad me evocaban la infancia. Ese tiempo en que no había computador
y jugaba con papel o migas de pan y la soledad era tan dulce que no me paraba a preguntar
siquiera qué utilidad tenía lo que hacía», cuenta quien en su solo coreográfico y dentro de un
semicírculo, juega con origamis y otros elementos de uso diario, como servilletas, Post-it, naipes,
etc.
5. El viaje que propone Carvajal suena anacrónico en una época gobernada por el control remo-
to. «Lamentablemente la televisión ha atrapado perversamente la imaginación del ser huma-
no. Este ya no se piensa a sí mismo sino en cómo convertirse en la imagen que le muestran, es
urgente que nos reencontremos con la creatividad», sostiene”.
4. Una de las características más importantes del montaje que preparó Carvajal es
(DEMRE, 2016)
A) la experimentación.
B) el dinamismo.
C) la homogeneidad.
D) la improvisación.
E) el distanciamiento.
5. De acuerdo a la información expresada en el texto anterior, se puede caracterizar a Ana Carvajal como una
artista
(DEMRE, 2016)
TEXTO 3
Cuando por la noche uno parece haberse decidido terminantemente a quedarse en casa; se
ha puesto una bata; después de la cena se ha sentado a la mesa iluminada, dispuesto a hacer
aquel trabajo o a jugar aquel juego luego de terminado el cual habitualmente uno se va a
dormir; cuando afuera el tiempo es tan malo que lo más natural es quedarse en casa; cuando
uno ya ha pasado tan largo rato sentado tranquilo a la mesa que irse provocaría el asombro
de todos; cuando ya la escalera está oscura y la puerta de calle trancada; y cuando entonces
uno, a pesar de todo esto, presa de una repentina desazón, se cambia la bata; aparece en
seguida vestido de calle; explica que tiene que salir, y además lo hace después de despedirse
rápidamente; cuando uno cree haber dado a entender mayor o menor disgusto de acuerdo
con la celeridad con que ha cerrado la casa dando un portazo; cuando en la calle uno se
reencuentra, dueño de miembros que responden con una especial movilidad a esta libertad
ya inesperada que uno les ha conseguido; cuando mediante esta sola decisión uno siente
concentrada en sí toda la capacidad determinativa; cuando uno, otorgando al hecho una
mayor importancia que la habitual, se da cuenta de que tiene más fuerza para provocar y
soportar el más rápido cambio que necesidad de hacerlo, y cuando uno va así corriendo por
las largas calles, entonces uno, por esa noche, se ha separado completamente de su familia,
que se va escurriendo hacia la insustancialidad, mientras uno, completamente denso, negro
de tan preciso, golpeándose los muslos por detrás, se yergue en su verdadera estatura.
Todo esto se intensifica aún más si a estas altas horas de la noche uno se dirige a casa de un
amigo para saber cómo le va.
Fuente: Kafka.
A) inseguro.
B) tímido.
C) soñador.
D) reflexivo.
E) amistoso.
TEXTO 4
Macbeth:
¿Es una daga esto que veo ante mí
con la empuñadura hacia mi mano? Ven, déjame tomarte.
No te tengo, y aún así te estoy viendo.
Visión fatal, ¿acaso no eres tan perceptible
al tacto como a la vista? ¿O no eres más que
una daga del sueño, una falsa invención
producto de la mente febril?
Te veo, de forma tan palpable
como esta que ahora desenvaino.
Tú me señalaste el camino a seguir
y qué instrumento habría de usar.
Son mis ojos la burla de los otros sentidos
o por sí solos valen más que todos el resto. Te veo,
y en tu hoja y tu mango hay gotas de sangre
que antes no estaban. No, no hay tal cosa:
es el sangriento crimen que así habla
a mis ojos. Ahora en una mitad del mundo
la Naturaleza simula estar muerta y los sueños infames
ultrajan al durmiente, la hechicería rinde culto
Colegio Bernardo Felmes Niklitshek
a la Pálida Hécate y el homicidio, 109 / 138
CAPÍTULO 7 | Caracterizar
A) atormentadora.
B) reveladora.
C) funesta.
D) peligrosa.
E) melancólica.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo I y II
D) Solo II y III
E) I, II y III
TEXTO 5
1. El Gótico ocupa un periodo que se extiende desde mediados del s XII hasta casi el s XVI. Su de-
limitación estilística y cronológica es complicada, porque mientras en algunas áreas se trabaja
en coordenadas del Gótico, en otras se trabaja aún en las del Románico, o bien ya se construye
desde parámetros renacentistas. Tradicionalmente, este largo periodo se divide cronológica-
mente en cuatro fases: Progótico (s. XII), Gótico clásico (s. XIII), Gótico radiante (s. XIV) y Gótico
flamígero (s. XV).
2. En cuanto a arquitectura, junto con espacios civiles (ayuntamientos, atarazanas, palacios) de-
finían la fisonomía de las ciudades en esta etapa las Catedrales, cuyo espacio era acentuado
por la verticalidad, que evoca en el hombre una sensación de pequeñez frente al templo, sen-
sación subrayada por las columnas, delgadas y finas, los pináculos y las flechas.
3. Eran igualmente espacios luminosos y diáfanos, pues se plasma en ellos la mística de la luz: la
luz material es imagen de la luz inmaterial (Dios), produciéndose un paralelismo entre la luz te-
rrenal y la celestial. Otra forma de transportar al hombre hacia la luz, hacia Dios, es el color, muy
presente en el tratamiento de las vidrieras. La aplicación de éstas era posible porque el empleo
de la bóveda de crucería y la ojival hacía prácticamente innecesarios los muros (pantalla en
lugar de sustentantes), reducidos a la función de cerrar espacios interiores y transportar empujes
hacia los contrafuertes exteriores.
4. La planta típica de las iglesias góticas es la basilical, con tres o cinco naves y planta de cruz
latina generada por una nave crucero o transepto. Las naves laterales se prolongan por detrás
del presbiterio dando lugar a una girola.
5. La nave central resulta especialmente elevada y la sustentan pilares generalmente con colum-
nas adosadas. En el exterior, arbotantes y contrafuertes desplazan los pesos de la bóveda hasta
el suelo. Son coronados por los pináculos, cuya función es a la vez constructiva y decorativa. Los
arcos románicos de medio punto dan paso a arcos apuntados en el Gótico. Las cubiertas serán
generalmente a dos aguas.
6. Las iglesias góticas solían tener varias fachadas; las puertas suelen ser profundos pórticos ador-
nados y los rosetones surgen como foco de iluminación directa al interior.
7. La escultura y la pintura del Gótico ligan sus contenidos al pensamiento escolástico y francisca-
no, a la preocupación por la muerte y al ascenso de la burguesía (se establece un nuevo culto
al poder derivado de la riqueza.
8. Los temas más comunes son el Paraíso, el Dios hecho hombre, la Virgen, los santos, el hombre
como admirador de la obra del creador y la muerte como realidad ineludible.
10. ¿Cuál de los siguientes rasgos de las catedrales góticas son correctos?
A) Solo III
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III
TEXTO 6
Cuando oyeron las noticias salieron de los restaurantes y los cafés y los hoteles y observaron el
cielo.
Las manos oscuras protegieron los ojos en blanco. Las bocas se abrieron. A lo largo de miles de
kilómetros, bajo la luz del mediodía, se extendían unos pueblitos donde unas gentes oscuras,
de pie sobre sus sombras, alzaban los ojos.
Hattie Johnson tapó la olla donde hervía la sopa, se secó los dedos con un trapo, y fue lenta-
mente hacia el fondo de la casa.
–¡Ven, Ma!
–¡Eh, Ma, ven!
–¡Te lo vas a perder!
–¡Eh, Ma!
Los tres negritos bailaban chillando en el patio polvoriento. De cuando en cuando miraban
ansiosamente hacia la casa.
–Ya voy -dijo Hattie, y abrió la puerta de tela de alambre-. ¿Dónde oísteis la noticia?
–En casa de Jones, Ma. Dicen que viene un cohete. Por primera vez después de veinte años.
–¡Y con un hombre blanco dentro!
–¿Cómo es un hombre blanco, Ma? Nunca vi ninguno.
–Ya sabrás cómo es -dijo Hattie-. Sí, ya lo sabrás, de veras.
–Dinos cómo es, Ma. Cuéntanos, por favor.
Hattie frunció el ceño.
–Bueno, han pasado muchos años. Yo era sólo una niñita, ¿sabeis? Fue en 1965.
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–¡Cuéntanos del hombre blanco, Ma!
CAPÍTULO 7 | Caracterizar
Hattie salió al patio, y miró el cielo marciano, claro y azul, con las tenues nubes blancas mar-
cianas, y más allá, a lo lejos, las colinas marcianas que se tostaban al sol. Y dijo al fin:
–Bueno, ante todo tienen manos blancas. -¡Manos blancas!
Los chicos se rieron lanzándose manotones. (…)
–¡Cuéntanos algo más!
–Bueno, los blancos viven en la Tierra, el lugar de donde vinimos todos nosotros hace veinte
años. Salimos de allí y nos vinimos a Marte y construimos las ciudades, y aquí estamos. Ahora
somos marcianos y no terrestres. Y ningún hombre blanco vino a Marte en todo este tiempo.
Eso es todo.
–¿Por qué no vinieron, Ma?
–Bueno, porque... Apenas llegamos, estalló en la Tierra una guerra atómica. Pelearon entre
ellos, de un modo terrible. Se olvidaron de nosotros. Cuando terminaron de pelear, no tenían
más cohetes. Sólo hace poco pudieron construir algunos. Y ahora vienen a visitarnos después
de tanto tiempo. (…)
En lo más alto del cielo, un hermoso cohete lanzaba un ardiente penacho anaranjado. El
cohete describió un círculo amplio y descendió, y todos lo miraron con la boca abierta. (…)
El hombre blanco era alto y esbelto, pero llevaba en el rostro las huellas de un profundo can-
sancio. No se había afeitado ese día, y sus ojos eran tan viejos como pueden serlo los ojos de
un hombre todavía vivo. Eran ojos incoloros, casi blancos. Las cosas que había visto en su vida
habían destruido la mirada. El hombre era delgado como un arbusto en invierno. Le tembla-
ban las manos, y mientras miraba a la multitud buscó apoyo en los quicios de la puerta. (…)
–No importa quién soy -les dijo-. De todos modos, no sería más que un nombre para vosotros.
Yo tampoco sé vuestros nombres. Eso vendrá más tarde. -Se detuvo, cerró los ojos un momento,
y luego continuó-: Hace veinte años dejasteis la Tierra. Han sido años tan largos, tan largos...
Pasaron tantas cosas... Son más de veinte siglos. Cuando os fuisteis estalló la guerra.-El hombre
asintió con un lento movimiento de cabeza-. Sí, la gran guerra, la tercera. Duró mucho. Hasta
el año pasado. Bombardeamos todas las ciudades. Destruimos Nueva York y Londres, y Moscú,
y París, y Shanghai, y Bombay, y Alejandría. Lo arruinamos todo. Y cuando terminamos con
las grandes ciudades, nos volvimos hacia las más pequeñas, y lanzamos sobre ellas nuestras
bombas atómicas...
Y el hombre nombró ciudades y lugares y calles.
Y mientras los nombraba un murmullo se elevó de la multitud. (…)
Willie se quedó, allí, inmóvil, con la cuerda en las manos.
Estaba recordando la Tierra, la Tierra verde y el pueblo verde donde había nacido y crecido.
Y pensaba en ese pueblo, hecho pedazos, destruido, arruinado, y en todos sus lugares, en
todos aquellos lugares relacionados con algún mal, y en todos sus hombres muertos, y en los
establos, y las herrerías, y las tiendas de antigüedades, los cafés, las tabernas, los puentes,
los árboles con sus ahorcados, las colinas sembradas de balas, los senderos, las vacas, las
mimosas, y su propia casa, y las casas de columnas a orillas del río, esas tumbas blancas en
donde mujeres delicadas como polillas revoloteaban a la luz del otoño, distantes, lejanas. Esas
casas en donde los hombres fríos se balanceaban en sus mecedoras, con los vasos de alcohol
en la mano, y los fusiles apoyados en las balaustradas del porche, mientras aspiraban el aire
del otoño y meditaban en la muerte. Ya no estaban allí, ya nunca volverían. Sólo quedaba, de
toda aquella civilización, un poco de papel picado esparcido por el suelo. Nada, nada que
él, Willie, pudiese odiar... ni la cápsula vacía de una bala, ni una cuerda de cáñamo, ni un
árbol, ni siquiera una colina. Nada sino unos desconocidos en un cohete, unos desconocidos
que podían lustrarle los zapatos y viajar en los últimos asientos de los ómnibus o sentarse en las
últimas filas de los cines oscuros.
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Fuente: Ray Bradbur y, El otro pie (Fragmento).
CAPÍTULO 7 | Caracterizar
A) hostil.
B) sencillo.
C) cómodo.
D) grotesco.
E) caluroso.
12. El hombre blanco que sale del cohete se puede caracterizar como
A) demacrado y débil.
B) fornido y triste.
C) viejo y enérgico.
D) melancólico y nervioso.
E) solitario y cansado.
TEXTO 7
1. Desde sus inicios como escritor, José Donoso mostró claridad respecto a su proyecto literario:
su obra se convertiría en el soporte de su propia biografía y él mismo no podría vivir fuera de
ella. Así, cuando afirmó que su “diario de vida comienza en 1958”, puso de manifiesto las coor-
denadas de toda su creación. Cada libro publicado, entonces, tendría que ser leído como un
fragmento de su memoria.
2. Mostró inclinación por la literatura desde muy joven y sus incursiones iniciales en la escritura fue-
ron como cuentista. En 1950 publicó su primer relato, «The Blue Woman», el que dio a conocer
en Estados Unidos, mientras cursaba un Magíster en Literatura Inglesa en la Universidad de Prin-
ceton.
3. Su consolidación como autor fue con su primer volumen de relatos: Veraneo y otros cuentos, en
1955. Aunque fue con la publicación de la novela Coronación (1957) que la orientación auto-
biográfica de sus novelas se hizo evidente.
4. Tras la aparición de su primera novela, José Donoso ya imbuido en la vocación de escritor bus-
có otros territorios donde desarrollar su creatividad. Se dedicó a traducir obras de autores ex-
tranjeros y, luego, en 1960 se incorporó al equipo de la revista Ercilla, donde permaneció como
columnista semanal hasta 1965. Ese año fue invitado al Writer’s Workshop de la Universidad de
Iowa en calidad de Lector Visitante. Permaneció por tres años, nutriéndose de la cultura nor-
teamericana y conociendo a importantes escritores extranjeros. Durante esos años, tuvo que
cumplir con compromisos editoriales y publicó en 1966 Este domingo y El lugar sin límites, novela
que escribió en México durante su estada en la casa de Carlos Fuentes.
5. Su nombre ya consolidado en los circuitos literarios internacionales, pasó a formar parte de la
nueva generación de narradores latinoamericanos, los que bautizados como la Generación
del Boom, alcanzaron reconocimiento mundial.
6. El año 1967 significó un nuevo avance en su trayectoria literaria. En busca de nuevos horizon-
tes, se trasladó a Europa, donde vivió por más de diez años. Esta época fue muy significativa
para su obra, la que aumentó considerablemente gracias al apoyo editorial español. Allí, termi-
nó de escribir El obsceno pájaro de la noche, publicó Historia personal del “Boom” (1972), Tres
novelitas burguesas (1973), Casa de campo (1978) y La misteriosa desaparición de la marquesi-
ta de Loria (1980). Además, fue distinguido con importantes premios de la cultura y su obra logró
tener una difusión tanto en español como en otros idiomas.
7. Regresó a Chile en 1981 y publicó El jardín de al lado, novela donde aparece representado su
deseo por volver al país. También, lanzó su única obra poética, la que tituló Poemas de un no-
velista (1981).
8. Los años siguientes fueron de mucha actividad. Pasó su tiempo entre Chile, viajes a Europa y
a Estados Unidos, cumpliendo con invitaciones a congresos y asistiendo a homenajes. Para es-
cribir siempre buscó un refugio. Así en 1985 se trasladó a Chiloé para escribir La desesperanza.
Participó, además, de proyectos de teatro y cine inspirados en sus novelas y cuentos. En 1990,
recibió el Premio Nacional de Literatura.
9. José Donoso, trabajó incansablemente hasta el final de sus días. A partir de 1990 escribió cinco
novelas voluminosas y nunca paró de escribir, dejando incluso muchos proyectos literarios sin
terminar, corroborando así su certera afirmación: “Yo no sé vivir fuera de la literatura”.
TEXTO 8
Fuente: www.elmundo.es
A) irreverente.
B) cuestionadora.
C) absurda.
D) cómoda.
E) ilógica.
TEXTO 9
1. El desierto de Atacama, que se extiende por casi toda la costa de Perú y la zona norte de Chile,
es un paisaje de aparente desolación y sequedad extrema que dificulta cualquier ocupación
humana del territorio. Sin embargo, tanto en la alta puna andina como en los oasis intermedios
y los valles que bajan desde la cordillera de Los Andes, se desarrollaron durante miles de años
culturas que aprovecharon los escasos recursos que ofrecía el medio ambiente y crearon com-
plejos sistemas simbólicos y políticos. De raigambre y tradición cultural andina, las etnias agro-
alfareras de la zona norte de Chile mantuvieron desde temprano contactos culturales con las
grandes civilizaciones que surgieron en las tierras altas de los Andes centrales. Paralelamente, en
los bordes costeros del desierto se asentaron pequeñas bandas de pescadores y recolectores,
denominados genéricamente changos, las que mantuvieron un bajo nivel de desarrollo cultural
en un contexto ambiental de condiciones particularmente difíciles.
2. Las culturas agroalfareras de los valles y oasis del desierto, transitaron lentamente desde sistemas
sociales simples y una economía basada en la caza y la recolección, a formas de organización
más complejas que domesticaron el árido paisaje a través de sistemas de regadío y técnicas
agrícolas que utilizaban de manera intensiva el escaso suelo cultivable. Asimismo, emplearon el
sistema de complementariedad de pisos ecológicos, típico del mundo andino, enviando colo-
nias a la costa y a la alta puna andina y establecieron redes de intercambio de productos con
las culturas de las tierras altas de los Andes.
3. Se pueden distinguir tres grandes zonas culturales en la región. En las quebradas de Lluta, Aza-
pa y Camarones, ubicadas en el extremo norte del territorio chileno, floreció desde el 8.000
a.C. una cultura de pescadores y cazadores-recolectores, denominado por los arqueólogos
complejo Chinchorro, que desarrolló complejas técnicas de momificado artificial, las que posi-
blemente sean las momias más antiguas del mundo. Incorporó paulatinamente métodos agrí-
colas importados desde la zona altiplánica y hacia el 300 d.C. recibió fuertes influencias del gran
centro ceremonial de Tiwanaku. Tras la decadencia de éste, las culturas de Arica desarrollaron
una identidad regional que se vio interrumpida por la conquista incásica a mediados del siglo
XV y posteriormente por la conquista española. En los oasis del alto Loa y la puna atacameña el
proceso fue similar, aunque se alcanzó un mayor grado de desarrollo cultural. Las culturas ata-
cameñas, recibieron también la influencia civilizadora de Tiwanaku y elaboraron un complejo
sistema económico y político que aseguraba el control de los recursos a través del regadío, y
el intercambio de productos entre diferentes nichos ecológicos por medio de caravanas. Más
al sur, en los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa, surgieron sucesivos complejos
culturales que transitaron desde una economía sustentada en la caza y recolección a sistemas
más complejos de aprovechamiento de los recursos, que combinaban la agricultura intensiva
en el curso medio de los valles, con la ganadería de auquénidos en la parte superior de éstos.
Los complejos El Molle (300-700 d.C.) y Las Ánimas (800-1.000 d.C.) sentaron las bases para el
posterior desarrollo de la cultura diaguita en la región. Organizados en un sistema de jefaturas
duales que controlaban los valles, los pueblos diaguitas elaboraron una fina alfarería que los
distingue de las otras etnias del país.
4. La costa del desierto de Atacama estuvo habitada desde muy antiguo por un conjunto de
pueblos que ha sido agrupado bajo el nombre de changos. Reunidos en torno a las escasas
fuentes de agua de la costa, su base de subsistencia fue la pesca y la recolección de productos
marítimos, para lo cual usaban balsas de cuero de lobo marino. De gran simplicidad en su orga-
nización social y con los escasos medios de subsistencia que le ofrecía su medio ambiente, los
changos sobrevivieron hasta mediados del siglo XIX, cuando el establecimiento de la industria
salitrera en la región acabó por desestructurar completamente su modo de vida.
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Fuente: Memoria Chilena.
CAPÍTULO 7 | Caracterizar
I. expandirse espacialmente.
II. progresar culturalmente.
III. innovar en el uso de tecnologías agrícolas.
A) Solo II
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III
20. Según el texto, el pueblo que alcanzó menor complejidad cultural de los mencionadas fueron
A) los atacameños.
B) los chinchorros.
C) los tiwanaku.
D) los diaguitas.
E) los changos.