Fisiologia de La Fonación Núñez
Fisiologia de La Fonación Núñez
Fisiologia de La Fonación Núñez
Comprender la vibración vocal es esencial para una correcta valoración de los trastornos de la voz,
y especialmente importante para interpretar las imágenes que se obtienen mediante
videoestroboscopia. El reconocimiento de los patrones vibratorios permite al clínico apreciar las
características individuales de las cuerdas vocales en funcionamiento. Familiarizarse con los
patrones normales sirve para reconocer e identificar las características de la voz patológica, y para
diagnosticarla y tratarla de manera adecuada. La valoración del comportamiento vibratorio de las
cuerdas vocales comienza con una perfecta comprensión de su estructura.2 Durante la fonación,
las cuerdas vocales actúan como un transductor que convierte la energía aerodinámica, generada
por el aparato respiratorio, en energía acústica radiada a los labios, que percibimos como voz. La
transducción de la energía, clave de este proceso, ocurre en la glotis mediante la vibración de las
cuerdas vocales, modulada por las variables subglóticas y supraglóticas. El conocimiento de la
composición estructural de las cuerdas no sólo es clave para comprender la vibración, sino que
también hace que se entienda que una leve alteración en ella implica la aparición de
perturbaciones en su comportamiento vibratorio. La zona de la cuerda vocal que muestra un
movimiento más acentuado durante la fonación es el borde libre.
Desde un punto de vista histológico, la cuerda está constituida por diferentes capas (figura 1):
• Epitelio de la mucosa: desde un punto de vista mecánico, el epitelio debe contemplarse como
un fino estuche con la función de mantener la forma de la cuerda vocal.Las cuerdas vocales
membranosas están cubiertas en toda su extensión por epitelio escamoso estratificado; otras
partes de la laringe lo están por un epitelio ciliado pseudoestratificado, sobre todo la glotis
posterior y una pequeña franja en la comisura anterior. Las células que componen el epitelio
escamoso son metabólicamente activas hasta que se descaman, para ser repuestas desde los
estratos basales. Una capa de moco, el manto mucociliar, cubre el epitelio. Consta de dos capas:
una mucinosa y otra serosa. La capa mucinosa, más superficial, protege las estructuras
subyacentes e impide la deshidratación de la capa serosa y de las células. La capa serosa contacta
directamente con los cilios y tiene un porcentaje de agua mucho mayor, que facilita el movimiento
de los cilios y hace viajar a la capa mucociliar en sentido posterior y ascendente a una velocidad de
4 a 21 mm por minuto en las personas normales para mantener las cuerdas adecuadamente
humidificadas. La epidermis sirve de cubierta protectora, conservando la forma y dando
consistencia a la lámina propia, a la cual se ancla por medio de la membrana basal. Esta membrana
57 Fisiología de la fonación Ciencias básicas y voz basal es una suma de estructuras proteicas y no
proteicas que permiten a las células del estrato basal relacionarse con la lámina propia, que está
formada por una masa amorfa de proteínas.
Hay un claro límite entre el epitelio y la lámina propia, así como entre la capa superficial y la
intermedia de dicha lámina, cosa que no ocurre entre las capas intermedia y profunda. A medida
que se aproxima al músculo, se observa una disminución de las fibras elásticas y un aumento de
las de colágeno, sin que pueda delimitarse una clara separación entre músculo y lámina propia, e
incluso algunas fibras de colágeno se insertan en la profundidad del músculo.
La suma de las capas intermedia y profunda de la lámina propia forma el ligamento vocal, que es la
porción más craneal del cono elástico.
Biomecánica laríngea
La laringe y el hueso hioides están suspendidos en el cuello por medio de ligamentos y de los
músculos laríngeos extrínsecos. Esos músculos y ligamentos determinan los movimientos y los
límites de la movilidad del hueso hioides y de la laringe como un todo. Están suspendidos
superiormente por el ligamento estilohioideo, que se inserta en la apófisis estiloides y en el hueso
hioides. Desde el hioides, el cartílago tiroides se suspende por medio de los ligamentos
tirohioideos medio y laterales. El cartílago cricoides se suspende del tiroides mediante los
ligamentos cricotiroideos. Estos ligamentos son elásticos, por lo que pueden elongarse cuando el
hioides y la laringe se mueven en distintas direcciones por acción de la musculatura, y retornar a
su posición original por la propia elasticidad una vez que cesa la contracción muscular.
De la dirección de las fibras de los músculos extrínsecos pueden deducirse los siguientes efectos:
1) el hueso hioides se mueve hacia arriba por la acción de los músculos estilohioideo, vientre
posterior del digástrico y constrictor faríngeo medio; 2) el hueso hioides se mueve hacia arriba y
adelante por acción del genihioideo, el geniogloso, el milohioideo y el vientre anterior del
digástrico; 3) el hueso hioides se desplaza hacia abajo (caudalmente) por el tirohioideo, el
esternohioideo y el omohioideo; 4) la laringe asciende por la contracción del tirohioideo, y 5) la
laringe desciende por la contracción del esternotiroideo.
Los ligamentos capsulares de las articulaciones del cricoides y del aritenoides pueden elongarse,
permitiendo a los músculos laríngeos intrínsecos rotar y deslizar esos cartílagos entre sí.
• Rotación: los cartílagos cricoides y tiroides rotan alrededor de un eje horizontal que pasa a
través de las articulaciones cricotiroideas. El arco del cartílago cricoides puede rotar unos 15°
cranealmente, aproximándose al cartílago tiroides. Este movimiento se lleva a cabo por la
contracción de la pars recta del músculo cricotiroideo. Su efecto es mover los cartílagos
aritenoides, asentados sobre el cartílago cricoides, en una dirección posterior. Como un extremo
del músculo tiroaritenoideo (músculo vocal) se inserta en la apófisis vocal del aritenoides y el otro
en el ángulo del cartílago tiroides, ese movimiento rotatorio estira las cuerdas vocales. En otras
palabras, el músculo cricotiroideo es el tensor del ligamento vocal y de las cuerdas vocales,
alargándolas.
• Balanceo: los cartílagos aritenoides pueden balancearse hacia delante en un radio de unos 30°
por efecto de la contracción del músculo tiroaritenoideo. Los aritenoides pueden balancearse
medialmente por el músculo cricoaritenoideo anterior, ayudado por la contracción del
interaritenoideo transverso y oblicuo, produciendo aducción vocal. Los cartílagos también pueden
balancearse lateralmente por contracción de los músculos cricoaritenoideos posteriores,
produciendo abducción vocal.
La epiglotis puede descender sobre el vestíbulo laríngeo por efecto de los músculos ariepiglóticos.
3 Mecanismos de la fonación
Ferrein, Liskovius y Lehfeldt fueron los primeros que publicaron estudios sistemáticos sobre
fisiología vocal basados en laringes extirpadas.5 Ferrein (1746) fue pionero en investigación
experimental sobre fisiología vocal y publicó sus resultados conforme al método científico,
demostrando que la vibración vocal es la que produce la voz y anticipándose a la teoría
mioelástica-aerodinámica en 200 años.
Helmholtz (1863) ofreció una explicación más ajustada al mostrar que la fonación es el resultado
de soplos de aire emitidos a través de la glotis; ese fue el germen para saber que la voz se produce
por un flujo aéreo estable desde los pulmones, segmentado en la laringe en una serie de pulsos de
aire por segundo (frecuencia fundamental) que generan armónicos con frecuencias más agudas al
pasar por las cavidades de las vías aéreas altas. Las frecuencias de los armónicos se determinan
por la configuración de las cavidades supralaríngeas, con una atenuación mínima. Los armónicos
se concentran en zonas de mayor energía acústica, denominadas «frecuencias formánticas»,
debidas a la resonancia de dichas cavidades. Como Lieberman (1967) propuso después, la relación
entre la frecuencia fundamental del sonido producido por la apertura y el cierre de las cuerdas
vocales y la configuración de las cavidades supraglóticas es independiente, de manera que la
frecuencia fundamental puede variar manteniendo los mismos formantes vocálicos, y a la inversa,
la frecuencia fundamental puede permanecer invariable cambiando los formantes vocálicos al
cambiar la configuración de las cavidades supraglóticas.
El modo en que la laringe produce el sonido se ha explicado con dos teorías diferentes, pero la
primera fue desechada y la segunda es la que actualmente se acepta.
Según esta errónea teoría de Husson (1953), las cuerdas vocales vibrarían debido a contracciones
rítmicas de la porción vocal de los músculos tiroaritenoideos. Estas contracciones tendrían la
misma frecuencia que la frecuencia fundamental. La teoría se rechazó por los siguientes motivos:
el músculo tiroaritenoideo no tiene función abductora, la voz presenta frecuencias fundamentales
superiores a la tasa de impulsos que los nervios recurrentes son capaces de transmitir, las cuerdas
vocales de una laringe cadavérica son capaces de producir voz al aplicarles flujo aéreo subglótico, y
finalmente las cuerdas vocales paralizadas, de manera unilateral o bilateral, son capaces de
producir sonido vocal.
Estas teorías, que aparecen en contraposición a la teoría neurocronáxica, proponen dos principios
básicos para explicar la producción de la voz. Primero, sugieren que la frecuencia fundamental de
la vibración vocal viene determinada por tres factores: la masa de las cuerdas, la viscoelasticidad
de las cuerdas y la presión subglótica; segundo, que las cuerdas vocales vibran por una serie de
fuerzas que se explican por el principio de Bernoulli.
El aspecto mioelástico del control de la fonación se refiere al control neuromuscular de la tensión
y la elasticidad de las cuerdas vocales. De acuerdo con esta teoría, las cuerdas se aproximan, se
contraen y se tensan durante la fonación para regular su elasticidad. La coordinación de la presión
subglótica y de la elasticidad vocal se cree que es clave para regular la voz. Además de regular la
tensión vocal y la elasticidad, el control neuromuscular también ajusta la configuración de la
apertura glótica. El perfil dinámico tridimensional de la glotis determina la diferencia entre las
presiones subglótica y supraglótica, con lo cual la configuración de la apertura glótica es un
componente importante de la fuerza aerodinámica motora de la fonación.
Esta diferencia de tensión entre ambas capas de la cuerda, la combinación del estiramiento
longitudinal y la contracción de la masa muscular, determina la amplitud de la onda mucosa. El
modelo cuerpo-cubierta es útil para explicar la interacción del músculo cricotiroideo, principal
control del tono, y de las contracciones del músculo tiroaritenoideo en la regulación de la
frecuencia fundamental.
La vibración de las cuerdas vocales tiene una apariencia visual de ondas que atraviesan la
superficie mucosa de abajo arriba en ciclos regulares. La propagación del movimiento vibratorio
de la mucosa se ordena en una secuencia de movimientos medial de cierre y lateral de apertura a
lo largo del borde libre de las cuerdas vocales, desde su parte inferior hasta su parte más alta.
Como este movimiento se asemeja a las ondas que se propagan en la superficie de un líquido, se
denomina «onda mucosa». La velocidad de la onda varía en función de las condiciones de la
cuerda, y viaja más rápido cuando las cuerdas se someten a una fuerza de estiramiento, cuando
hay mayor presión subglótica, cuando hay más flujo espiratorio y en presencia de una contracción
muscular laríngea asociada con la fonación de frecuencias altas. Los estudios mediante
estroboscopia y cinematografía ultrarrápida apoyan la hipótesis de la teoría mioelástica-
aerodinámica de que la transformación de la energía aerodinámica en acústica es controlada por
la combinación de un ajuste activo de las propiedades elásticas de las cuerdas vocales y la
respuesta pasiva de éstas al paso de la corriente aérea.