Dios Tiene Un Plan para Mi Vida

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Dios tiene un plan para mi vida

En nuestras casas contamos con electrodomésticos que nos han facilitado el trabajo
doméstico significativamente. Debemos darle un fuerte aplauso al inventor de la
lavadora, al inventor de la estufa, el de la nevera… Te imaginas que usáramos la
lavadora para hacer una batida, ¿sería un completo desastre cierto? Ahora bien, eso lo
sabemos porque conocemos el propósito para el cual fueron creados estos aparatos;
pero, y qué si nos presentan un artefacto nuevo y desconocido para nosotras. No
tuviéramos ni idea de para qué se utiliza, a menos que vayamos al manual del
fabricante. Esto mismo sucede con nosotras, no podemos identificar para qué fuimos
creadas sino escudriñamos nuestro manual de vida, La Palabra de Dios. Y por
consiguiente si vivimos bajo un propósito distinto para el cual fuimos diseñadas, no
tendremos la vida útil que Dios quiere para nosotras.
Funcionamos bien cuando funcionamos de acuerdo al propósito para el cual Dios nos
hizo, pero lo hacemos precariamente o no funcionamos para nada cuando tratamos de
encajar en cualquier otro propósito que no fue el diseñado por Dios al crearnos. Nancy
Demoos
Cada mujer es especial, y Dios tiene un plan específico para cada una de ellas. A medida
que vayas creciendo en la vida cristiana, Dios te irá guiando a través de ese plan
perfecto que tiene para tu vida. A veces no lo entendemos, como le sucedía a Rut, a
Noemí, a Esther… y a muchos otros hombres y mujeres de Dios, pero algún día lo
entenderemos, sea aquí en la tierra o en la patria celestial. ¿Qué plan tiene Dios contigo
en el dolor, en alguna pérdida, en esa prueba que te atormenta? quizás no lo sabes,
pero Dios al final, si estás en su voluntad, cumplirá su propósito en ti.
Ahora bien, hay un plan general que Dios tiene para nosotras. Ese plan que Él en su
sabiduría diseñó para esa criatura especial llamada mujer. Dios no nos colocó en la
creación al azar, no somos resultado de un accidente cósmico. ÉL nos puso para cumplir
con un rol importante y significativo para la humanidad.
Génesis 1:27  
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó.
Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen. Uno no es superior al otro. Uno no es
inferior al otro. Dios nos hizo, como mujeres, con igual valor y dignidad a sus ojos.
Y fíjense en el alto honor y la gracia que Dios tuvo con nosotras, al crearnos a su imagen
y semejanza. Dios puso en nosotras de ÉL, nos dio de su aliento, compartió su sabiduría
e inteligencia con nosotras. Nos hizo a su imagen.
Lamentablemente el mundo bombardea, ataca, y confunde constantemente a la mujer,
para que crea que el plan para el cual fue creada, es inferior, denigrante, poco atractivo
y desigual con respecto al del hombre. Esa mentira es tan sutil y destructiva como
aquella que creyó Eva en el Edén. Satanás le dijo a la mujer: ¡No es cierto, no van a
morir! 5 Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y
llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. Asimismo, hoy en día satanás
sigue engañando a la mujer llamándola a abandonar el diseño de Dios y a adoptar la
cosmovisión del mundo. La llama a ser dueña de su vida, a crear su propio plan, a
liberarse y a no someterse. La llama a abandonar el hogar y si es posible no formar
ninguno; a ser productiva, dependiente de sí misma, a renunciar a la pureza, al decoro y
a la castidad.
Todo esto suena muy mundano, pero lo triste es que esa filosofía mundana se está
metiendo lentamente en la iglesia de Cristo. Ya el diseño de Dios para la mujer no es
muy atractivo. Y vemos cada día como la piedad y la castidad se van desvaneciendo de
la imagen de muchas mujeres cristiana de hoy. Y esto es porque han prestado más
atención a lo que dice la cultura que a lo que dice el manual del diseñador que es la
Palabra de Dios.
Veamos en las escrituras el primer propósito dentro del plan de Dios al crearnos:
 Fuimos creadas para Dios. Todo comienza en ÉL.
Colosenses 1:16
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Muchos tratan de usar a Dios para su propio beneficio. O quieren que Dios encaje en sus
planes personales, quieren su bendición por encima de su voluntad. Pero eso es
antinatural y condenado al fracaso, Fuiste creada para Dios, no al contrario; la vida
consiste en permitir que él te use para sus propósitos dentro de su plan perfecto y no
que tú lo uses a ÉL para los tuyos.
Nuestra vida comienza y tiene sentido en nuestro creador. Él nos hizo con un plan y un
propósito especial. El propósito de Dios para nuestras vidas es parte de los designios de
Dios, Él pensó en ti, antes de la fundación de mundo. Te creo para la alabanza de la
gloria de su gracia.
Efesios 1: 4 
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él,

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.
Cuando vivimos dentro de los planes de Dios y no de los nuestros, eso trae gloria y
alabanza a Dios. Seremos mujeres diferentes, contaremos con la gracia y la bendición de
Dios en nuestras vidas. Dios estará complacido con nosotras y dirá: fue bueno haberla
creado.

 Dios nos creó dentro de su plan para que seamos santas, es decir, apartadas
para Dios.

1 Pedro2:9 
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo
adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas
a su luz admirable;

1 Pedro 3 

considerando vuestra conducta casta y respetuosa.

Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de
vestidos lujosos,

sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios.

Nuestro mayor adorno, por lo que más deberíamos invertir tiempo y esfuerzo, es por
vestirnos de santidad. Reflejando a Cristo, desde adentro hacia afuera.

 Nos escogió para ser parte de su plan redentor para la humanidad. Fíjese que
dice para que anuncies las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz
admirable.
Es una dicha de parte del Señor permitirnos poder participar en la salvación de un
alma perdida. Y qué mayor gracia que como madres y esposas, poder guiar a la
salvación, con nuestro buen testimonio y enseñanza sabia, a nuestros hijos y esposos
inconversos a Cristo.

Si eres una mujer joven, y eres la única cristiana en tu casa, que maravilla que Dios te
haya escogido dentro de su plan glorioso de salvación, para ser luz y sal de tu hogar.

Regresemos de nuevo al pasaje de Génesis.


Génesis 1:27  
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó.
Encontramos que Dios nos estima a ambos de igual manera. También encontramos que
Dios nos hizo diferentes –hombres y mujeres con diferencias obvias fisiológicas, pero
también con diferencias en nuestro propósito de creación, diferentes en nuestra
función.
De manera que el plan de Dios para la mujer en el génesis es que fuera diferente al
hombre biológicamente y que cumpliera con roles que solo ella como mujer podía
cumplir. Es una necedad de la mujer, querer ser como el hombre y despreciar el plan de
Dios para nosotras.
 otro propósito que encontramos en las Escrituras para la creación de la mujer es
que fuera ayuda idónea del hombre.

Génesis 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él.
Cuando Dios vio su creación como muy buena (1:31), la contempló como que era
hasta aquel punto el resultado perfecto de su plan creador. No obstante, al
observar el estado del hombre como no bueno, comentó acerca de su condición
incompleta antes del final del sexto día, por cuanto la mujer, la pareja de Adán,
todavía no había sido creada. Las palabras de este versículo resaltan la necesidad
que tiene el hombre de una compañera, de una ayudadora y de una igual. Él
estaba incompleto sin alguien que lo complementase en el cumplimiento de la
tarea de llenar, de multiplicarse y de sojuzgar la tierra. Esto señala la
incompetencia de Adán, no la insuficiencia de Eva (cp. 1 Co. 11:9). La mujer fue
hecha por Dios para suplir la deficiencia del hombre (cp. 1 Ti. 2:14).
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Gn 2.18). Nashville, TN:
Thomas Nelson.

Esto lo sabemos, lo hemos escuchado cientos de veces, pero seguimos resistiendo


este designio de Dios y por consiguiente vemos muchos matrimonios y familias
destruidos. Mujeres que no quieren cumplir el rol por el cual fueron creadas. Esto
resulta en un fracaso para nuestras vidas, porque vamos en contra de lo que por
naturaleza nos ha sido asignado. A veces en vez de ser una ayuda nos
convertimos en una carga para nuestros esposos.

Querer ser jefas hombro a hombro con el esposo, solo resulta ser un monstruo de
dos cabezas. Así de horroroso se ve un matrimonio donde la mujer quiere ser
cabeza por encima, o igual que su marido.

En ocasiones, en el hogar la mujer genera más ingresos que el esposo. Eso no le


da la autoridad de ser cabeza. Cuando la mujer comete este error, solo vuelve al
hombre incompetente y hace que él se vuelva indiferente frente a sus
responsabilidades como proveedor y líder del hogar.

 Ser madre:
Dentro del plan de Dios para la mujer está que se case y crie hijos. Sabemos que
Dios en su soberanía permite que algunas mujeres se queden solteras o no les
concede tener hijos. Dios tiene planes especiales con esa mujer y le irá guiando a
través de su palabra y le invita a ocuparse de las cosas del Señor. Pero en la
Palabra vemos a Dios crear a la mujer para ser esposa y madre.

La visión de las Escrituras sobre los niños y la maternidad es que la maternidad es


algo bueno y que los hijos son una bendición. De hecho, en el Antiguo
Testamento el no tener hijos se veía como una afrenta para la mujer. Hoy en día
es lo contrario. Satanás Nos ha convencido de que los niños son una carga, que
solo son un gasto, un impedimento para lograr mis planes personales y alcanzar
el éxito, que al final solo se resume en, tener mucho dinero, poder o fama. En
resumen, que ellos no son una bendición. Ellos son algo de lo que tú no quieres
muchos, y parte de esto es que, si hoy estás embarazada con tu tercer o cuarto
hijo, aun en la iglesia vas a tener personas que te miran como si fueras algo
extraño.
He escuchado mujeres que después de luchar por tener un hijo, luego que lo tienen, se
quejan y lamentan del trabajo arduo que implica criarlos. La verdad es que tener hijos
es un don de Dios. Son su herencia. Tener un niño y guiarlo a conocer a su creador y que
luego que crezca le sirva y le honre con su vida, no se compara con todo el éxito, títulos
y dinero que se pueda alcanzar.

Permítanme citar a Nancy DeMoss, en su libro Mentiras que las mujeres creen… acerca
de los logros de las feministas y activistas, que han abandonado el plan de Dios para la
mujer, para ir en busca de sus propios planes:
Las estadísticas confirman que el abismo generacional se ha estrechado al máximo en
temas como las políticas laborales, la escala salarial y las oportunidades educacionales,
lo cual constituye el fruto del trabajo largo y arduo de las activistas. Pero, ¿Cuáles son
las consecuencias no previstas de esta “nueva” libertad? Quién hubiera pensado que
enfrentaríamos problemas como:
 La presión que se ejerce sobre las mujeres para que hagan mucho más que solo
ser esposa y madre.
 El menoscabo del papel de ama de casa en la sociedad hasta considerarlo inferior
al de una sirvienta.
 Millones de bebés y niños dejados en centros de cuidados antes del amanecer y
recogidos después de caer la noche.
 Millones de niños que regresan de la escuela a su casa sin que alguien los espere
o que son relegados a programas de cuidado infantil después de horario escolar.
 Madres que entregan lo mejor de su tiempo y de su energía a otros que no son su
esposo ni sus hijos y que terminan con fatiga y estrés crónicos.
 Familias que casi nunca se sientan a comer juntas.
 Niños que solo se alimentan con productos congelados y comidas rápidas en el
camino.
 El surgimiento de aventuras emocionales y físicas en mujeres casadas que pasan
más tiempo con sus colegas de trabajo que con su esposo.
 Mujeres que ganan suficiente para vivir independientes y abandonar su esposo.

Dorpthy Patterson les recuerda a las mujeres lo siguiente: Es cierto que muchos
trabajos perfectos pueden ir y venir durante los años de crianza de los hijos, pero
solo hay uno que jamás volverá, y es el de criar a tus hijos y darles la oportunidad
cada vez más escasa de crecer en casa.

Al establecer nuestras prioridades como mujeres cristianas debemos


preguntarnos, ante todo: ¿Para qué creó Dios a la mujer? ¿Cuál es su propósito y
misión en la vida? La Palabra de Dios dice la verdad para cada mujer de todas las
generaciones y culturas acerca de la razón por la cual fuimos creadas y nuestro
llamado primordial. La verdadera liberación se produce en el momento en el que
abrazamos la verdad y sometemos a ella nuestras prioridades y planes.

 Ser cuidadosa de su casa: Génesis 2


15 
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase.
16 
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás.

Fijémoslo en el mandamiento que Dios le da al hombre en el Edén. Debía labrar y


cuidar del huerto. Este huerto se convertiría en el hogar de Adán y Eva, el lugar
donde crecerían y se multiplicarían. Tendrían hijos y vivirían para la gloria y la
alabanza de su creador. Antes de Dios formar del polvo al hombre, planificó y
ejecutó su voluntad para poner al hombre en un lugar que fuera el ideal para su
máxima creación. Eva como ayuda idónea del hombre, debía cuidar de que se
cumpliera el mandamiento de Dios en su hogar, el Edén. Pero, lamentablemente
Eva hizo todo lo contrario y se dejó seducir de la serpiente, creyó la mentira de
satanás, y eso trajo como consecuencia la destitución de ellos de ese lugar
maravilloso que Dios había creado para ellos. Eva, destruyó su esposo, dañó su
vida, marcó su descendencia y destruyó su hogar.

Pero y qué de la mujer de hoy, cada día muerde los frutos que satanás le ofrece
como la clave para saber más que Dios y ser abiertos sus ojos a una experiencia
nueva y autogratificante.

La doctora Dorothy Patterson anota:


Las mujeres lograron zafarse de la verdadera libertad que consiste en cuidar el
hogar, criar a los hijos e ir en pos de la creatividad personal que gozaron durante
siglos. Se le ha lavado el cerebro para creer que la ausencia de una profesión con
un título y un salario subyuga a la mujer al fracaso, al aburrimiento y a la reclusión
en las paredes del hogar.

Las escrituras declaran con claridad que la vida y el ministerio de una mujer
deben centrarse en su hogar. Eso no significa que una esposa y madre falle al
trabajar fuera de su casa, a menos que estorbe su llamado primordial del hogar.
Además, es importante que las mujeres evalúen sus motivos para trabajar fuera
del hogar e identifiquen cualquier engaño que pudieran ocultar.
Mujeres, debemos entender, que satanás al igual que Dios tiene un plan para la
humanidad. Solo que su plan es macabro. Quiere robar, matar dañar la obra de Dios en
nosotras. Seamos sobrias, estemos atentas, velando, para no ser engañadas como lo fue
Eva. Si satanás, logró engañarla, aun ella estando libre de pecado, cuanto más nosotras
que estamos en un cuerpo carnal y pecaminoso. Seamos llenas del Espíritu Santo,
armémonos de la armadura de Dios, para poder resistir los dardos de fuego del maligno.
Satanás quiera dañar nuestro matrimonio, hijos y hogar. Resistámosle y él huirá de
nosotras.

Para concluir hermanas, el plan de Dios para nuestras vidas como mujeres es
perfecto, no nos apartemos de su voluntad, para que él pueda cumplir su
propósito en nosotras. Todos los demás planes personales deben desprenderse
de estos. No se deben contradecir. Dios te ha diseñado para ser una mujer
conforme a su corazón. Sigamos sus pisadas y ÉL nos guiará a toda la verdad.

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