El Notariado y Derecho Notarial - Trabajo
El Notariado y Derecho Notarial - Trabajo
El Notariado y Derecho Notarial - Trabajo
BENEDICTO XVI
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLITICAS
CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO
INTEGRANTES
1. ABARCA CASTRO JORGE WASHINGTON
2. ALANYA CHALCO CINTHYA IVONNE
3. AMIQUERO HUICHO KAHERIN ESTEFANNY
4. ARIAS GIL HECTOR MANUEL
5. AYALA QUICHCA JACKELYN CELIA
6. BANDA MONTENEGRO YOVANY ASUNCION
7. CABRERA MONZON JHORDY RICARDO
8. CASTILLO CASTILLO EDILMA
Trujillo – Perú
2021
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Por tanto, el derecho notarial es una rama del derecho público, que por función
delegada del Estado, el notario ejerce para dar fe pública y forma a los actos, contratos y
hechos que ante él se presentan, fundándose en un sistema de organización que tiene su
correlato en un conjunto normativo que orientan y definen su ejercicio de carácter
autónomo y privado, con el fin de dar seguridad jurídica.
El centro de atención de esta función está relacionado con dar fe de los actos y
contratos que ante el notario se celebran, además de los hechos y asuntos de carácter no
contencioso, pudiendo extender aún más las atribuciones que inicialmente se le había
conferido, si es que se presenta una necesidad de orden social, además de darle forma.
Por tanto, estos presupuestos establecidos por la doctrina y por la misma Ley del
Notariado, a través del Decreto Legislativo N° 1049 (en adelante la Ley), su reglamento
y otras, son parte esencial del actuar del notario.
1.3 Seguridad jurídica y Derecho notarial
La expresión “seguridad jurídica” puede ser muy abstracta, pues atañe una serie
de presupuestos que el ordenamiento jurídico debe considerar para ser una finalidad. No
es un principio que el ordenamiento constitucional lo haya reconocido expresamente6,
pero es un fin que se pretende alcanzar a través de principios, reglas y normas que
garanticen las relaciones entre las personas, las diversas formas contractuales y los
negocios que se celebran diariamente de múltiples maneras. No pretendemos hacer una
teoría de la seguridad jurídica, pero si establecer la función del sistema notarial, como
garante de la fe pública y la forma de los actos que las leyes imponen para su ejercicio y
cumplimiento.
El sistema jurídico cada vez busca perfeccionarse, llenar vacíos, establecer nuevos
procedimientos, formas, dictar nuevas leyes, a fin de que las personas se sientan seguras
y los negocios lícitos no se vean perjudicados, que el clima de inversión que tanto
reclaman los empresarios sirva para el desarrollo del país. Pero por la existencia de las
deficiencias que puede tener el sistema, no se puede llegar al paroxismo, a una especie de
frenesí legislativo para cubrir todos los vacíos normativos. Tiene que existir un margen
de interpretación y razonabilidad de la función pública y en especial de la notarial, un
espacio de discrecionalidad que afirme y confirme el actuar del notario, para que no
constituya un ejercicio mecánico de la aplicación de la norma.
Ahora existen otras formas reconocidas por la ley, como son las actas,
certificaciones y una serie de actos basados en reglas y solemnidades que necesariamente
deben cumplirse para que causen efecto, sean materia de prueba o constitución del acto.
Podemos sistematizar con algunas ideas acerca de su importancia:
a. En primer lugar, se puede advertir la interrelación con otras ramas del derecho
para concretizar su función. El derecho registral principalmente y todo el derecho
civil, el derecho mercantil, los procesos como sucesiones intestadas, testamentos,
protestos, etc. muchas de las actividades reguladas por la Ley se involucra
transversalmente con el derecho en general.
c. En tercer lugar, los actos jurídicos celebrados ante el notario adquieren eficacia
frente a las partes contratantes. No generan la oponibilidad erga omnes, pues este
es atributo exclusivo del Registro a través de la publicidad, pero si entre las
personas que participan en el acto, pues la voluntad declarada y puesta en el
instrumento público y amparada en la fe que el notario le atribuye, garantiza la
vigencia del contrato y sus efectos.
d. En cuarto lugar, la función de las formas como medio de prueba de los actos,
hechos y situaciones jurídicas adquieren trascendencia en el tiempo, desde el
momento en que estos son celebrados y concluidos, dentro de cada procedimiento.
Adquirirán vigencia y permanencia, en tanto no muten o cambien, no se trasladen
los derechos de los contratantes o las situaciones jurídicas varíen por causa del
tiempo, de hechos humanos naturales o ejercidos a través de la voluntad.
3.2.1 Formales:
El primer deber del notario es el de incorporarse al correspondiente Colegio de
Notarios. Así tenemos que, conforme al artículo 13 del Decreto Legislativo Nro. 1049,
que regula tal circunstancia:
a) El notario deberá incorporarse al Colegio de Notarios dentro de los treinta días de
expedido el título (por el Ministro de Justicia: art. 12 del Decreto Legislativo Nro.
1049), previo juramento o promesa de honor, ante la Junta Directiva. En este
apartado encontramos los conceptos de juramento y promesa de honor, los cuales
difieren de género (juramento) a especie (promesa). La promesa es el modo
fundamental de asumir empeños y obligaciones respecto a una o más personas
que son conscientes de ellos; mientras el juramento es la invocación del nombre
divino como testigo de la verdad.
b) A solicitud del notario el referido plazo para incorporarse al Colegio de Notarios
respectivo podrá ser prorrogado por el término de treinta días.
Además, el notario tiene el deber de registrar en el Colegio de Notarios respectivo
su firma, rúbrica, signo, sellos y otras medidas de seguridad que juzgue conveniente o el
Colegio determine, y que el notario utilizará en el ejercicio de la función. La firma, dicho
sea de paso, para ser registrada, deberá ofrecer un cierto grado de dificultad (art. 14,
primer párrafo, del Decreto Legislativo Nro. 1049).
3.2.2 De actividad:
El notario tiene el deber de iniciar su función dentro de los treinta días, siguientes
a su incorporación, prorrogables a su solicitud por única vez, por igual término (artículo
15 del Decreto Legislativo Nro. 1049).
Son derechos del notario (según el artículo 19 del Decreto Legislativo Nro. 1049)
los que se indican a continuación:
a) La inamovilidad en el ejercicio de su función. Este derecho le procura al notario
una estabilidad laboral, no pudiendo ser removido ni revocado mediante consulta
popular o criterios políticos.
b) Ser incorporado en la planilla de su oficio notarial, con una remuneración no
mayor al doble del trabajador mejor pagado, y los derechos derivados propios del
régimen laboral de la actividad privada.
c) Gozar de vacaciones de las siguientes licencias: enfermedad, asistencia a
certámenes nacionales, asistencia a certámenes internacionales, razones
debidamente justificadas.
d) Negarse a extender instrumentos públicos contrarios a la ley, a la moral o a las
buenas costumbres, cuando se le cause agravio personal o profesional y abstenerse
de emitir traslados de instrumentos autorizados cuando no se le sufrague los
honorarios profesionales y gastos en la oportunidad y forma convenidos.
e) El reconocimiento y respeto de las autoridades por la importante función que
cumple en la sociedad, quienes deberán brindarle prioritariamente las facilidades
para el ejercicio de su función.
f) El acceso a la información con que cuenten las entidades de la administración
pública y que sean requeridos para el adecuado cumplimiento de su función.
En caso de vacaciones o licencia, el Colegio de Notarios, a solicitud del interesado
(notario), designará otro notario de la misma provincia para que se encargue del oficio
del titular. Para estos efectos, el Colegio de Notarios designará al notario propuesto por
el notario a reemplazar (artículo 20 del Decreto Legislativo Nro. 1049).
Por otro lado, y en aplicación del artículo 22 del Decreto Legislativo Nro. 1049,
ante indicios razonables que hagan prever el cese del notario por pérdida de las calidades
señaladas en el artículo 10 del citado Decreto Legislativo (calidades consistentes en: a.
ser peruano de nacimiento; b. ser abogado, con una antigüedad no menor de cinco años;
c. tener capacidad de ejercicio de sus derechos civiles; d. tener conducta moral intachable;
e. no haber sido condenado por delito doloso; y f. estar física y mentalmente apto para el
cargo) y en tanto se lleva adelante el procedimiento señalado en el inciso i) del artículo
21 del Decreto Legislativo Nro. 1049 (que prescribe, como se viera, que el notario cesa
por perder alguna de las calidades señaladas en el artículo 10 del Decreto Legislativo Nro.
1049, declarada por la Junta Directiva del Colegio de Notarios respectivo, dentro de los
sesenta días calendario siguientes de conocida la causal), el Consejo del Notariado
mediante decisión motivada podrá imponer la medida cautelar de suspensión del notario.
Procede recurso de reconsideración contra dicha resolución, el mismo que no suspende
la ejecución de la medida cautelar.
En relación al cese del notario, el Decreto Legislativo Nro. 1049 establece,
además, lo siguiente:
Si el notario ha cesado en el cargo sin haber autorizado una escritura pública o
acta notarial protocolar, cuando aquella se encuentre suscrita por todos los
intervinientes, puede cualquier interesado pedir por escrito al Colegio de Notarios
encargado del archivo, que designe a un notario, para que autorice el instrumento
público, con indicación de la fecha en que se verifica este acto y citando
previamente a las partes (artículo 61 del Decreto Legislativo Nro. 1049).
En el caso de que el notario ha cesado en el cargo y la escritura o acta notarial no
haya sido suscrita por ninguno o alguno de los otorgantes, podrán éstos hacerlo
solicitándolo por escrito al Colegio de Notarios encargado del archivo, para que
designe un notario, quien dará fe de este hecho y autorizará la escritura con
indicación de la fecha en que se verifica este acto (artículo 62 del Decreto
Legislativo Nro. 1049).
Transcurridos dos años de ocurrido el cese del notario, los archivos notariales
serán transferidos al Archivo General de la Nación o a los archivos
departamentales, de conformidad con el artículo 5 del Decreto Ley Nro. 19414 y
el artículo 9 de su Reglamento (artículo 63 del Decreto Legislativo Nro. 1049).
El proceso disciplinario y la sanción (contra el notario) procederán aun cuando el
notario haya cesado en el cargo (artículo 155 del Decreto Legislativo Nro. 1049).
Artículo 2.- El notario es el profesional del derecho que está autorizado para dar
fe de los actos y contratos que ante él se celebran. Para ello formaliza la voluntad de los
otorgantes, redactando los instrumentos, a los que confiere autenticidad, conserva los
originales y expide los traslados correspondientes. Su función también comprende la
comprobación de hechos y la tramitación de asuntos no contenciosos previstos en la ley
de la materia. El inciso b), art. 10 del Decreto Legislativo 26002 establece el título de
abogado como requisito obligatorio para postular al cargo de notario. Queda así eliminada
la posibilidad de acceso al notariado de quien no haya seguido estudios en Derecho.
Asimismo, el número de notarios fue uno de los temas de mayor discusión en la nueva
legislación. El texto original fue modificado sucesivamente por diversos dispositivos, que
aclararon y complementaron la forma en que se determinaría el número de vacantes a ser
convocadas. El aumento del número de notarios y de las nuevas plazas notariales debía
ser sustentado.
Por ello, se creó una comisión técnica para determinar, de acuerdo a las
condiciones demográficas, el volumen contractual, las necesidades de la población y el
número de plazas que deberían ser cubiertas de conformidad con el presente dispositivo.
El último texto vigente, a partir del 11 de enero de 1997, según lo dispuesto en la Ley
26741, estableció que “el número de Notarios será no mayor de doscientos en la Capital
de la República; no mayor de cuarenta en las capitales de departamentos; y no mayor de
veinte en las capitales de provincias, incluida la Provincia Constitucional del Callao”. Por
otro lado, los arts. 13 al 16 de la Ley 26002 establecen los deberes del notario, entre los
cuales se encuentran la obligatoriedad de asumir el cargo en el plazo de treinta días
siguientes a su incorporación al Colegio de Notarios que le corresponda, y la asistencia a
su oficina “no menos de siete horas diarias de lunes a viernes”. En cuanto a sus
prohibiciones, además de las ya señaladas en anteriores dispositivos, el art. 17 del Decreto
Ley 26002 incorpora en forma detallada las referidas a la vinculación del notario con
personas jurídicas en forma personal, o de sus parientes más cercanos o cónyuge, así
como también las referidas al ejercicio de cargos administrativos, de representación de
personas jurídicas o de Derecho Público. Esta disposición permite asegurar la
imparcialidad del notario en el ejercicio de su función y resulta acorde con las
prohibiciones exigidas a otras autoridades que ejercen un cargo público. Como se ha
mencionado con anterioridad, si bien el notario no es un funcionario público, este ejerce
una función pública, por lo que la prescripción de la ley resulta plenamente justificada.
Del mismo modo, el art. 19 del Decreto Legislativo establece algunos derechos del
notario, como profesional independiente y autónomo que ejerce una función pública.
Entre otros, estos son la inamovilidad en el ejercicio de su función; el goce de vacaciones,
licencias por enfermedad o capacitación; y el reconocimiento de la autonomía de su
función.
El texto primigenio del Dec. Ley 26002 adoptaba un número fijo de notarios en
Lima y provincias. Luego, el texto fijo se modalizó con una Comisión Técnica que debía
formular los requerimientos de acuerdo con un estudio del INEI. Finalmente, esa
Comisión nunca produjo resultados, por lo cual el sistema fracasó rotundamente.
Las prohibiciones notariales, establecidas en el DECRETO LEY Nº 26002, buscan
limitar el ejercicio abusivo y arbitrario de la profesión.
a) En beneficio propio.
e) En perjuicio de los límites legales y congresos notariales, sea por tener más de
una notaría, ejercer la función fuera de los límites de la provincia para la cual ha
sido nombrado entre otros que señala la Ley del Notariado (Decreto Ley 26002).
Con el Decreto Ley N° 26002, establece la Ley del Notariado del 07 de diciembre de
1992, publicada el 27 de diciembre de 1997 derogó a la Ley 1510, ha derogada también
las leyes 23862; Ds. Ls. 17244, 21944 y 22944 y art. 36 del C. de C. y demás normas.
Conceptúa a notario como profesional del derecho que orienta y asesora a las partes.
Regula sistemáticamente al notario.
Mantiene el concurso público como medio de acceso al cargo (sólo abogado).
Crea la carrera notarial.
Crea nuevos registros (testamentos y de Bienes Muebles registrables).
Define la actuación notarial.
Crea el fondo mutual del notariado.
Traslada la legalización de apertura de libros contables al notariado.
En nuestro país nuestra primera ley del notariado (Ley N° 1510) fue en el año
1911, que posteriormente fue sustituida por el Decreto Ley N° 26002 en el año 1992, y
que a su vez fue reemplazada por él (Decreto 1049), publicado el 26 de junio del 2008.
Entre las novedades más importantes de la ley se pueden destacar las siguientes:
- La relación de dos notarios por los primeros cincuenta mil habitantes, y de un notario
por cada cincuenta mil habitantes adicionales (art. 5).
- La designación de suplente tiene lugar por parte del colegio de notarios provincial,
tomando en cuenta al notario propuesto por el mismo titular (art. 20).
- Se establece el uso de tecnologías de firmas y certificados digitales (arts. 24, 82, 81, 86
y 91).
- Se previene la redacción de documentos en otros idiomas con la intervención de
intérprete y traducción simultánea (arts. 30 y 109).
- El archivo notarial puede llevarse en soporte de papel o medios magnéticos (art. 81).
- El notario puede hacer traslados notariales remitidos en forma electrónica (art. 82).
También se logró concluir que los instrumentos otorgados por los notarios tienen
fuerza ejecutoria, al igual que una resolución judicial en última instancia, lo que les
permite ser ejecutados sin la intervención de un abogado ni de un tribunal, siempre y
cuando en el instrumento se hayan previsto sanciones claras y netas en caso de
incumplimiento de los compromisos adquiridos, por una parte.
Que gracias a cláusulas adaptadas y claras en las actas que otorga, el notario no
deja lugar a dudas en cuanto a su aplicación y da curso a las consecuencias que aspiran
las partes, otorgándoles así un título con fuerza probatoria, muy valorado como prueba de
la propiedad, tanto inmobiliaria como mobiliaria.
Alvez Herrera, Ciro. "Crítica a la Legislación Notarial y Registral". Editorial ITAE Peru
S.A. 1980 Lima Perú, 310 Págs
Ega Erausquín, Antonio. “Breve reseña histórica del notariado en el Perú”. Óp. Cit, p. 67.
Decreto 1049. (2008). Ley del Notario. Lima: El peruano diario oficial.
Pantigoso, M. (1995): La Función Notarial. Primera Parte, Editorial Rodhas, Lima, Perú.
Ramírez, J. (1979). Diccionario Jurídico. 7ma. Ed. Buenos Aires, Ed. Claridad pp.155
Texto según 1era. Disposición Final de la Ley 26662 (Ley de Competencia Notarial en
Asuntos no Contenciosos) del 5 de septiembre de 1996, publicada el 22 de dicho
mes
En Lima, a los 7 días del mes de mayo de 2020, reunido el Tribunal Constitucional, en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Ledesma
Narváez (presidenta), Miranda Canales, Blume Fortini, Ramos Núñez, Sardón de
Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, pronuncia la siguiente sentencia, con el
abocamiento del magistrado Ferrero Costa (vicepresidente), aprobado en la sesión del
Pleno del 5 de setiembre de 2017.
PETITORIO:
Los argumentos expuestos en las demandas de ambos colegios profesionales con relación
a la inconstitucionalidad por la forma de la norma impugnada son los siguientes: El
Colegio de Notarios de San Martín y el Colegio de Notarios de Lima sostienen que, si
bien el artículo 104 de la Constitución otorga al Poder Ejecutivo la facultad para legislar
mediante decretos legislativos, no es menos cierto que esta potestad debe adecuarse a la
materia y al plazo determinado por la ley autoritativa que emita el Congreso de la
República.
Sin embargo, advierten los colegios de notarios demandantes, pese a que la materia
delegada por el Congreso de la República es clara y precisa, el Decreto Legislativo 1232
regula temas relativos a la función notarial, a la organización del notariado y a las
infracciones disciplinarias administrativas imputables al notario; es decir, a criterio de los
demandantes, la norma impugnada regula materías completamente distintas de aquellas
a las que se refiere la Ley 30336.
Por otro lado, el Colegio de Notarios de Lima refuerza su alegato sosteniendo que la
segunda parte de la modificación del artículo 137 del Decreto Legislativo del Notariado
por el artículo 1 del Decreto Legislativo 1232, según la cual "la presidencia del Consejo
Directivo recae en el Decano del Colegio de Notarios con mayor número de agremiados"
podría significar una afectación de la autonomía que corresponde a los colegios
profesionales, toda vez que la norma impugnada supondría una restricción al derecho de
elección de los notarios.
Por otro lado, respecto a la vulneración del principio de proporcionalidad y del ne bis in
idem, se sostiene que el Tribunal Constitucional ya ha señalado que es posible imponer
una pena principal y una pena accesoria de manera conjunta sin que ello suponga su
inconstitucionalidad Finalmente, respecto a la presunta contradicción entre los artículos
150 y 152 de la Decreto Legislativo del Notariado, modificados por la norma impugnada,
se alega que la parte demandante realiza una incorrecta interpretación de estos, ya que se
trata de dos supuestos de hecho distintos.
En este sentido, alega esta parte, mediante la norma impugnada se pretende evitar la
comisión de delitos a través de fraudes en la expedición de instrumentos públicos
notariales, a fin de emprender una eficaz lucha contra el crimen organizado en relación
con actividades ilícitas como la estafa, la usurpación o el tráfico de terrenos.
Por otro lado, respecto a la modificación del artículo 137 del Decreto Legislativo del
Notariado, el Poder Ejecutivo niega que se esté afectando la autonomía de los colegios
profesionales, toda vez que dicha disposición forma parte de las regulaciones que se han
adoptado para garantizar el fortalecimiento de la función notarial.
FUNDAMENTOS
Tomando en cuenta que tanto el Colegio de Notarios de San Martín como el Colegio de
Notarios de Lima han denunciado la existencia de infracciones indirectas a la
Constitución, el parámetro de control a emplearse en este caso debe estar integrado
también por las normas a las que haya que acudir por remisión.
En el presente caso, este Tribunal aprecia que las modificaciones realizadas respecto al
ejercicio de la función notarial tienen implicancia directa en la optimización del sistema
nacional de registros públicos, toda vez que es a partir de los instrumentos públicos
emitidos por los notarios que se logra inscribir actos que adquieren protección y
reconocimiento de una manera que podría ser indebida.
Asimismo, dicha relación directa, según advierte este Tribunal, se encuentra dentro de los
confines de las materias respecto de las cuales se ha autorizado a legislar al Ejecutivo;
además, se aprecia que sobre la materia referente a la optimización del sistema nacional
de los registros públicos, que exige el establecimiento de medidas para enfrentar y
prevenir las modalidades de fraude en la expedición de instrumentos públicos notariales,
no existe una reserva absoluta de ley, como sí ocurre, por ejemplo, con las materias
indelegables a la Comisión Permanente, de acuerdo con el inciso 4 del artículo 101 de la
Constitución.
Siendo esto así, este Tribunal entiende que la norma impugnada tiene relación con la
materia delegada en la ley autoritativa, toda vez que el correcto ejercicio de la función
notarial es un requisito indispensable para la optimización del sistema nacional de
registros públicos.
Sobre el particular, los demandantes sostienen que, con esta modificación, se estaría
vulnerando la autonomía constitucionalmente reconocida a los colegios profesionales al
no permitírseles elegir directamente a sus autoridades, como es el caso de la presidencia
del Consejo Directivo. Asimismo, añaden los demandantes, con este tratamiento se estaría
incurriendo en un supuesto de discriminación indirecta contra la autonomía de los
colegios profesionales, toda vez que, mediante una norma, se establece en quién recae la
presidencia del Consejo Directivo de la Junta de Decanos.
este Tribunal también ha indicado que los colegios profesionales deben entenderse como
instituciones de actuación social y colectiva compatibles con el ejercicio de las potestades
y competencias de los poderes públicos, así como con el espacio de actuación de otras
instituciones previstas constitucionalmente (Sentencia 0027-2005-AI/TC, fundamento 3)
Sin embargo, y sin desconocer la debida protección que se les otorgan a los colegios
profesionales, este Tribunal advierte que el artículo 137 del Decreto Legislativo del
Notariado, citado supra, no hace alusión a los colegios profesionales, ni específicamente
a los colegios de notarios, sino a la Junta de Decanos de los Colegios de Notarios del
Perú.
Por ello, es tarea de quien cuestiona una infracción a dicho derecho identificar el trato
desigual, así como aportar las razones y argumentos por los que este debería considerarse
como un tertium comparationis válido e idóneo (Sentencia 00031- 2004-PUTC,
fundamento 16; Sentencia 0008-2004-PI/TC, fundamentos 131 y 132; Resolución 03931-
2010-PA/TC, fundamento 6; Resolución 00640-2011- PA/TC, fundamento 5, y Sentencia
0035-2010-PI/TC, fundamento 32), lo que es indispensable para evaluar si efectivamente
se ha vulnerado el principio-derecho de igualdad Y es que de la validez e idoneidad del
término de comparación depende la determinación (o no) de una intervención al mandato
de prohibición de discriminación; por consiguiente, su análisis se presenta como un prius
a la determinación de su lesividad (Sentencia 0035-2010-PI/TC, fundamentos 31 y 32).
Por su parte, este Tribunal ha sostenido que, en virtud del principio de legalidad, queda
prohibida la aplicación de una norma por analogía, así como el uso de cláusulas generales
e indeterminadas en la tipificación de las prohibiciones (Sentencia 2192-2004-AA/TC,
fundamento 4).
Así, el principio de legalidad se encuentra reconocido en el literal "d" del inciso 24 del
artículo 2 de la Constitución: Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que
al tiempo de cometerse no esté previamente calificado "en la ley", de manera expresa e
inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.
En efecto, sostienen los demandantes que en el texto vigente del artículo 150 del Decreto
Legislativo del Notariado, modificado por el artículo 1 del Decreto Legislativo 1232, no
se hallan atenuantes, agravantes ni, en general, los parámetros para aplicar una sanción;
ello, a diferencia de la versión original del artículo 150 de la Decreto Legislativo del
Notariado, donde se indicaba: Además, señalan los demandantes que, en determinados
casos, los supuestos de las infracciones antes detalladas son similares; y, siendo esto así,
a criterio de los demandantes, se estaría generando un escenario de indefensión para el
notario.
En primer lugar, este Tribunal no comparte el argumento según el cual la modificación
de los artículos 149 y 150 del Decreto Legislativo del Notariado por el artículo 1 del
Decreto Legislativo 1232 sea arbitraria en el entendido de que han desaparecido los
parámetros para la aplicación de las sanciones disciplinarias administrativas a los
notarios.
Asimismo, pese a que los demandantes cuestionan las alegadas "remisiones en cadena",
este Tribunal considera que la remisión de la ley a un instrumento normativo infralegal,
como es el caso de los reglamentos o estatutos de los colegios profesionales, en materia
sancionadora administrativa, no se encuentra proscrita per se, a menos que se advierta un
grado de indeterminación e imprecisión en las conductas prohibidas que menoscaben los
principios de legalidad y taxatividad en los términos previamente descritos, situación que
no se ha configurado en el presente caso en relación a los artículos 149-A, literal "r"; 149-
B, literal "q"; y 149-C, literal "m", incorporados por el Decreto Legislativo 1232.
En cambio, en concordancia con el literal "e" del artículo 149-B, el notario incurrirá en
una infracción disciplinaria grave cuando extienda un instrumento notarial y no le conste
la realización o la veracidad de los actos, hechos y circunstancias declaradas en dicho
documento, siempre que se refiera a materias que requieran de verificación notarial.
Se trata pues de dos conductas distintas, por cuanto no se puede asimilarla inclusión de
actos, hechos o circunstancias que se conocen como falsos con el hecho de extender
instrumentos notariales cuando no le constan al notario la realización y veracidad de los
actos, hechos y circunstancias que son materia de verificación.
En principio, el literal "d" del artículo 149-A establece que el notario incurrirá en un
supuesto de infracción disciplinaria muy grave cuando conoce la falsedad del acto, hecho
o circunstancia, materia de un instrumento notarial.
Asimismo, este Tribunal advierte que mientras el artículo 150 de la Decreto Legislativo
del Notariado modificado por el artículo 1 del Decreto Legislativo 1232sanciona al
notario por las infracciones cometidas en virtud de los artículos 149-A, 149-B o 149-C;
por otra parte, el artículo 152 de dicho cuerpo normativo sanciona a los miembros del
Tribunal de Honor por haber incumplido el plazo que exige dicha norma para la
realización del procedimiento disciplinario .Es decir, se trata de dos multas distintas
ocasionadas por supuestos de hecho diferentes e impuestas por un órgano también
distinto.
Por último, los demandantes alegan que el extremo del artículo 152 del Decreto
Legislativo del Notariado, modificado por el artículo 1 del Decreto Legislativo 1232, que
dispone que el titular de la multa impuesta al Tribunal de Honor, si incumple los plazos
contemplados en el procedimiento disciplinario, es el Consejo del Notariado, resulta
inconstitucional, por vulnerar la autonomía económica de los Colegios de Notarios, en la
medida en que se estaría destinando una porción de sus ingresos a dicho Consejo, que es
parte del Estado.
FALLO