Exéresis de Quiste Tirogloso. Churruca-2020
Exéresis de Quiste Tirogloso. Churruca-2020
Exéresis de Quiste Tirogloso. Churruca-2020
POSICIÓN OPERATORIA.
En general utilizamos intubación orotraqueal. En casos donde el quiste sea de gran volumen,
y presente evidente comunicación con la base de la lengua (foramen ciego), puede ser de
utilidad la intubación nasotraqueal para facilitar el abordaje cervical y oral.
El paciente se ubica en posición supina, con el cuello hiperextendido y ambos brazos
amarrados a los lados del cuerpo mediante zalea (previamente posicionada) debajo del torso
del paciente. Tener presente, al posicionar al enfermo, no provocar síndromes compresivos de
nervio cubital o radial. Certificar el correcto funcionamiento de las vías periféricas, manguito
de presión y saturómetro.
Fig 1. Posiciones operatorias de los integrantes del equipo quirúrgico para la operación de Sistrunk.
La extensión del cuello se logra mediante rollo nº8 u 11, envuelto en campos descartables,
para facilitar su extracción una vez finalizado el procedimiento. El mismo se posiciona debajo
de las escápulas simétricamente.
En la nuca del paciente se coloca, preferentemente, una dona siliconada o bien varias sábanas
apiladas de acuerdo al grado de extensión buscada. Para evitar la lateralización de la cabeza
durante el acto quirúrgico, puede ser de ayuda la sujeción frontal mediante cinta hipo-
alergénica, desde ambos lados de la camilla. La extensión de la cabeza debe ser chequeada,
no solo por el cirujano sino también por el anestesista, teniendo en cuenta factores particulares
de cada paciente.
Finalmente, el cirujano debe acomodar la posición y la intensidad de las lámparas cialíticas
en el campo operatorio y la altura de la camilla de acuerdo a preferencia.
Fig 2. A- Posicionamiento del paciente en camilla con posibilidad de múltiples angulaciones. En este diagrama el tubo
fue fijado a la comisura labial con “cinta hilera” y mediante sujeción frontal, se limitó la posible lateralidad de la
cabeza (más frecuente si se usa sábanas apiladas en vez de dona siliconada). B- Otra opción: fijación del tubo
mediante “gorro” con apósito frontal y vendaje con cinta. Prolongación del tubo orotraqueal mediante conector
interpuesto.
DEMARCACIÓN EN PIEL.
ANTISEPSIA CUTÁNEA.
La antisepsia cutánea, para delimitar luego el campo quirúrgico, tiene como límite superior el
labio inferior y ambos ángulos mandibulares. Si se requiere abordaje oral, se incluirá como
límite superior la base de implantación nasal. Posteriormente, el límite lo configuran
bilateralmente los bordes anteriores de los músculos trapecios incluyendo ambos hombros y
tercio proximal de los brazos. Hacia inferior la antisepsia debe procurarse hasta la línea bi-
mamilar.
Fig 4. Límites de la antisepsia cutánea (solo abordaje cervical). 1- Labio inferior. 2- Ángulos mandibulares. 3- Bordes
anteriores del músculo trapecio. 4- Línea bimamilar. 5- Tercio superior del brazo.
COLOCACIÓN DE CAMPOS.
3) Segundo campo podálico (chico o grande) misma disposición que el primer campo
podálico, pero en plano superficial. Este último se fija lateralmente mediante dos pinzas
Backhaus.
Cirujano y primer ayudante fijan los campos preferentemente con 7 puntos de nylon 3.0
localizados en 1) mentón, 2) curvatura del campo por debajo de los ángulos mandibulares,
3) Intersección de campo podálico y cefálicos y 4) punto intermedio entre 2 y 3.
El segundo ayudante en esta instancia corta los hilos mediante tijera Mayo.
Fig 6. Fijación de 3er campo chico con pinzas Backhaus (nótese que las mismas se colocan alejadas de la arista que
genera la intersección de los 2dos y 3eros campos). Se esquematizo la posición de los 7 puntos para fijación de los
campos según se describe en el texto.
PREVIO AL COMIENZO.
INCISIÓN DE PIEL.
Se solicita a la instrumentadora dos gasas chicas. El cirujano ejercerá tracción con gasa chica
de la piel mediante su mano izquierda (hacia superior) y el primer ayudante con su mano
izquierda repite la maniobra (hacia inferior).
La incisión debe ser delicada ya que el rafe del cuello carece de platisma y los planos fasciales
generalmente se encuentran adelgazados por el quiste. Se incide la piel con bisturí frío (hoja
nº15) hasta tejido celular subcutáneo (TCS), o bien se secciona con bisturí frío la epidermis y
se trata la dermis con corte monopolar.
La hemostasia de los bordes de incisión, y de los pequeños vasos dispuestos justo por debajo
de la dermis, se realiza mediante bisturí bipolar.
Cirujano y ayudante traccionan del TCS (con pinzas Adson con dientecillos) en direcciones
opuestas justo por debajo de ambos labios de la incisión de piel. Entre ambas pinzas se
secciona el tejido adiposo mediante coagulación monopolar (en misma dirección que la
incisión de piel) hasta visualizar el platisma. El quiste, que característicamente asienta sobre la
línea media del cuello, lateraliza los bordes internos de ambos platismas “abriendo” aún más
el rafe (de por sí ya existente) entre ambos músculos.
Una vez expuestas las fibras musculares del platisma, se incide el mismo en igual dirección
que la incisión de piel. En ese instante, nos encontraremos con un plano fascial nacarado o
blanquecino: la aponeurosis cervical superficial. En un desdoblamiento de dicha aponeurosis,
se disponen las venas yugulares anteriores. No ligamos rutinariamente las mismas, a menos
que sean quistes de gran tamaño y necesitemos mejorar la exposición operatoria.
Los colgajos se labran en un plano crucero subplatismal. El flap superior se diseca hasta
sobrepasar superiormente 2 cm. la palpación del cuerpo del hueso hioides. La finalidad es
exponer las fibras de inserción caudales del músculo milohioideo (cubierto por un doble plano
fascial: la aponeurosis cervical superficial y su hoja anterior de envoltura muscular,
dependiente de la aponeurosis cervical media).
El flap inferior se labra hasta la membrana cricotiroidea (o hasta la prominencia del anillo del
cricoides), permitiéndonos objetivar una eventual comunicación con la pirámide tiroidea.
Lateralmente el campo quirúrgico no suele extenderse más allá del límite demarcado por las
venas susodichas.
Fig 7. Sección del platisma. 1- Quiste de pequeño volumen cubierto por la aponeurosis cervical superficial. 2- Venas
yugulares anteriores. 3- Músculo milohioideo cubierto por la aponeurosis cervical superficial y su hoja anterior de
envoltura muscular (dependiente de la aponeurosis cervical media). 4- Prominencia del cuerpo del hueso hioides. 5-
Prominencia del anillo del cartílago tiroides. 6- TCS. 7- Fibras musculares del platisma (seccionadas).
La incisión del plano fascial puede ser inmediatamente lateral al quiste (entre éste y los
músculos esternocleidohioideos) o bien, preservando una elipse de aponeurosis sobre su
superficie. La elipse fascial constituye la aposición de la aponeurosis cervical superficial y
media (esta última extendiéndose entre ambos músculos esternocleidohioideos y tirohioideos)
y es de utilidad para traccionar del quiste sin temor a su efracción.
Fig 8. Apertura de la aponeurosis cervical superficial. 1- Losange (elipse) fascial. 2- Prolongación de la incisión de la
elipse en la línea media del cuello. 3- Rafe muscular del platisma. 4- Platisma o músculo cutáneo del cuello (porción
muscular). 5- Venas yugulares anteriores.
En este paso se identifica los límites laterales del quiste, tratando de disociarlos de los bordes
mediales del plano muscular (superficialmente constituido por el músculo esternocleidohioideo
y en profundidad por el músculo tirohioideo). Una vez reconocida la solución de continuidad
entre el quiste y los músculos, es útil mantener el plano muscular lateralizado mediante
retractores o separadores Farabeuf angostos.
Fig 9. 1- Tracción al cenit (y hacia craneal) con pinza Allis desde la elipse fascial. 2- Quiste tirogloso despojado de la
aponeurosis cervical superficial. 3- Plano muscular (estrato superficial: músculo esternocleidohioideo). 4- Aponeurosis
cervical superficial. 5- Venas yugulares anteriores. 6- Separadores retrayendo lateralmente el plano muscular.
Ejerciendo tracción al cenit (y craneal) desde la elipse fascial mediante pinza Allis, se expone
el polo inferior del quiste. Esta maniobra nos permite objetivar la presencia de una eventual
comunicación con la pirámide tiroidea. De existir, la misma debe ser seccionada entre pinzas
hemostáticas, o bien tratada mediante instrumentos de corte y coagulación (selladores).
Fig 10. 1- Tracción al cenit (y hacia craneal) con pinza Allis desde la elipse fascial. 2- Quiste tirogloso. 3- Músculo
esternocleidohioideo. 4- Venas yugulares anteriores. 5- Aponeurosis cervical superficial. 6- Pinza hemostática en el
“extremo quístico” del tracto fibroso que comunica con la pirámide de Laloutte. 7- Línea discontinua que demarca el
lugar de sección del tracto.
LIBERACIÓN DE LA CARA POSTERIOR DEL QUISTE.
Fig 11. 1- Tracción craneal con la pinza hemostática que había sido dispuesta en el “extremo quístico” del tracto
fibroso que comunicaba con la pirámide tiroidea. 2- Pinza de corte y coagulación (selladora) tratando el “extremo
tiroideo” del tracto. 3- Cara posterior del quiste tirogloso. 4- Extremo tiroideo del tracto fibroso que comunica con la
pirámide de Laloutte. 5- Músculo esternocleidohioideo. 6- Músculo tirohioideo. 7- Músculo cricotiroideo.
El gesto nos permite exponer la cara posterior del quiste y encontrar su plano de separación
respecto a la membrana cricotiroidea, el cartílago tiroides y la membrana tirohioidea. La
disección avanza en sentido ascendente, seccionando adherencias laxas, hasta el área
próxima al borde inferior del cuerpo del hueso hioides.
Fig 12. 1- Tracción craneal del quiste con pinza hemostática. 2- Cara posterior del quiste tirogloso. 3- Escotadura
tiroidea. 4- Prominencia tiroidea. 5- Membrana cricotiroidea. 6- Cricoides. 7- Músculo cricotiroideo. 8- Músculo
tirohioideo. 9- Músculo esternocleidohioideo. 10- Venas yugulares anteriores.
Fig 13. 1- Tracción craneal del quiste con pinza hemostática. 2- Cara posterior del quiste tirogloso. 3- Membrana
tirohioidea. 4- Cartílago tiroideo. 5- Cuerpo del hioides. 6- Asta (cuerno) menor del hueso hioides. 7- Escotadura
tiroidea.
Un separador ubicado en la línea media del flap superior es de utilidad para ascender la
“cortina” del músculo platisma en dirección a la sínfisis mandibular.
En esta ocasión, mediante tracción caudal del quiste a través de la pinza hemostática, se
expone la inserción del músculo milohioideo en el cuerpo del hioides (dentro del triángulo
submentoniano). No es necesario realizar gran exposición del mismo y, en este sector, debe
procurarse no extender el campo quirúrgico más allá del borde medial del vientre anterior del
músculo digástrico. Esta última premisa, nos permite mantenernos alejados de estructuras
pasibles de ser lesionadas, evitando complicaciones operatorias: el nervio hipogloso y la
arteria lingual. Ambos elementos son contenidos del triángulo submaxilar y están separados
entre sí por el músculo hiogloso. La arteria lingual se dispone, además, en una de las áreas
que han sido descriptas para su ligadura: el triángulo de Pirogoff.
Una vez liberado el músculo milohioideo de las adherencias laxas contraídas con el quiste, se
secciona su inserción en el cuerpo del hioides (junto con la inserción del músculo genihioideo).
La sección debe ser a nivel del borde superior (o sobre) el cuerpo del hueso hioides. Tener
recaudo de no prolongar la incisión más allá de las astas menores del hioides (coincidentes
con las poleas fasciales y tendones intermedios de los músculos digástrico).
Fig 14. Sección de la inserción hioidea del músculo milohioideo y genihioideo. 1- Quiste tirogloso. 2- Pinza hemostática
que tracciona caudalmente el quiste. 3- Separador colocado traccionando la “cortina” de platisma del flap superior.
4- Plano del músculo milohioideo y genihioideo. 5- Cuerpo del hueso hioides. 6- Cuernos (astas) menores del hueso
hioides. 7- Tracto tirogloso. 8- Membrana tirohioidea. 9- Cartílago tiroides. 10- Músculo tirohioideo. 11- Músculo
esternocleidohioideo. 12- Venas yugulares anteriores.
El cuerpo del hioides se secciona con tijera fuerte (pediátricos) o cizalla en adultos. La sección
nunca debe ser lateral a los cuernos (astas) menores. Estos últimos resaltos óseos son un
excelente reparo para evitar la lesión de 3 elementos; el nervio hipogloso y la arteria lingual
(ésta última transitando el triángulo de Beclard) dispuestos hacia superior del asta mayor del
hioides y el PVN laríngeo superior (contenido en el cuadrilátero de Portmann) dispuesto hacia
inferior del cuerno mayor.
Puede ser proyectada una línea imaginaria “de seguridad” para evitar la lesión de las
estructuras nobles que venimos nombrando hasta ahora. La misma reconoce un trazo
prácticamente vertical: de craneal a caudal, imita el borde medial del músculo digástrico,
alcanza el cuerno menor del hioides, a través de la polea fascial del tendón intermedio del
músculo, y continua a través del borde interno del músculo tirohioideo.
La disección debe permanecer siempre hacia medial de la línea de seguridad (en la línea
media del cuello) para evitar la lesión de estructuras nobles.
Fig 15. 1- Asta (cuerno) mayor del hueso hioides. 2- Nervio hipogloso. 3- Arteria lingual. 3a -en el área del triángulo
de Beclard, detrás del músculo hiogloso. 3b- en el área del triángulo de Pirogoff, detrás del músculo milohioideo y
hiogloso. 4- Vientre anterior del músculo digástrico. 5- Polea fascial y tendón intermedio del músculo digástrico. 6-
Músculo digástrico (en triángulo submentoniano). 7- Vientre posterior del músculo digástrico. 8- Asta (cuerno) menor
del hueso hioides. 9- Cuerpo del hueso hioides. 10- Inserción craneal del músculo omohioideo. 11- Músculo
tirohioideo. 12- Músculo esternocleidohioideo. 13- Ligamento tirohioideo lateral. 14- Cuadrilátero de Portmann. 15-
Cuerno superior del cartílago tiroides. 16- Tronco de la arteria tiroidea superior y arteria laríngea superior. 17- Arteria
carótida primitiva. 18- Vena yugular interna. 19- Proyección de la línea imaginaria “de seguridad”. 20- Músculo
estilohioideo.
Fig 16. Sección con cizalla del cuerpo del hueso hioides. 1- Quiste tirogloso. 2- Pinza hemostática que tracciona
caudalmente el quiste. 3- Separador colocado traccionando la “cortina” de platisma del flap superior. 4- Plano del
músculo milohioideo y genihioideo. 5- Cuerpo del hueso hioides siendo seccionado. 6- Cuernos (astas) menores del
hueso hioides. 7- Tracto tirogloso. 8- Membrana tirohioidea. 9- Cartílago tiroides.
LIBERACIÓN DEL BORDE INFERIOR DEL CUERPO DEL HIOIDES.
Fig 17. “Desinserción” del cuerpo del hioides. 1- Quiste tirogloso. 2- Pinza hemostática que tracciona caudalmente el
quiste. 3- Separador colocado traccionando la “cortina” de platisma del flap superior. 4- Plano del músculo
milohioideo y genihioideo. 5- Cuerpo del hueso hioides traccionado mediante pinza reductora. 6- Cuernos (astas)
menores del hueso hioides. 7- Tracto tirogloso. 8- En línea discontinua se demarca el área de sección de la inserción
hioidea de la membrana tirohioidea. 9- Cartílago tiroides.
Fig 19. Sutura del defecto del geniogloso. 1- Plano muscular del milohioideo/genihioideo. 2- Membrana tirohioidea.
3- Músculo geniogloso con punto a manera de jareta invaginante. 4. Extremos remanentes “flotantes” del hioides. 5-
Cartílago tiroides.
CIERRE DEL DEFECTO MUSCULAR.
Fig 20. Cierre del defecto muscular. 1- Plano muscular del milohioideo/genihioideo. 2- Membrana tirohioidea. 3-
Puntos separados de material reabsorbible entre el milohioideo y la membrana tirohioidea. 4- Extremos “flotantes”
del hueso hioides (coincidentes con las astas menores). 5- Cartílago tiroides.
Fig 21. Aproximación del rafe aponeurótico del cuello. 1- Plano muscular del milohioideo/genihioideo. 2-Membrana
tirohioidea. 3- Cartílago tiroides. 4- Extremos “flotantes” del hueso hioides. 5- Aponeurosis cervical superficial. 6-
Venas yugulares anteriores.
LAVADO, ASPIRADO Y CONTROL DE HEMOSTASIA EN LA LODGE QUIRÚRGICA
Previo a la sutura del músculo cutáneo del cuello, se retira el rollo dispuesto en las escápulas
del paciente. Se debe controlar, mediante prensión con pinza digital, las venas yugulares
anteriores. Si la hemostasia de alguna de ellas genera mínima sospecha, se recomienda re-
ligarlas con lino 70.
Acto seguido, se realiza el cierre del platisma con sutura de vycril 3.0 mediante puntos
separados, con precaución de no lacerar las venas superficiales.
Posteriormente se cierra la piel con sutura intradérmica reabsorbible de monocryl 4.0 (con
nudos internos/externos) o bien nylon 4.0 (con nudos externos).
• Para la cura plana de la herida operatoria, se recomienda solo ocluir la incisión con la menor
cantidad de gasa y cinta posible. Esto último facilitará, durante postoperatorio mediato, la
advertencia de equimosis, hematomas o cualquier aumento de volumen del cuello.
• Conectar la tubuladura siliconada al sistema de aspiración continua para evacuar eventual
mínima cantidad de sangre acumulada en la lodge y clampear la misma con Halsted grosera.
Con la guía clampeada, conectar el reservorio del Jackson-Pratt y desclampear la pinza
Halsted.
• Se sugiere no desarmar la mesa de instrumental sino hasta después de extubado el paciente
y desestimada la necesidad de re-exploración cervical inmediata por causa alguna.
LECTURAS SUGERIDAS
1) Loré J, Medina JE. (2007) Atlas de Cirugía de Cabeza y Cuello. 4ta edición. Editorial
Panamericana. Buenos Aires, Argentina.
2) Wagner G, Medina JE. (2004) Excision of thyroglossal duct cyst: the Sistrunk procedure.
Operatives Techniques in Otolaryngology 15; 3(220-223).
3) Fagan J (2017) Thyroglossal duct remmants. The Open Access Atlas of Otolaryngology,
Head & Neck Operative Surgery. Disponible en: www.entdev.uct.ac.za