Dcivil Ii Tema #3 Responsabilidad de Crianza
Dcivil Ii Tema #3 Responsabilidad de Crianza
Dcivil Ii Tema #3 Responsabilidad de Crianza
PERSONAS
TEMA Nº 3
LA RESPONSABILIDAD DE CRIANZA
LA RESPONSABILIDAD DE CRIANZA
Concepto y contenido. Titularidad. La Custodia. Ejercicio. Revisión,
modificación, privación y restitución de la Responsabilidad de Crianza
y de la custodia. Restitución de la custodia por retención indebida. La
Familia Sustituta. Noción, principios y modalidades. La Colocación
Familiar.
Concepto y contenido.
La responsabilidad de crianza, se regula en la LOPNNA a partir del artículo 358, es el
principal atributo de la patria potestad e implica fundamentalmente el derecho y obligación
compartido e irrenunciable que tienen los padres de cuidar, proteger, vigilar y amparar a
sus hijos menores no emancipados en todos los aspectos de su vida, lo cual harán a
través de la convivencia con ellos, permitiéndosele a los padres corregir a sus hijos de
acuerdo a su desarrollo físico y mental, es decir, aplicando correctivos adecuados que no
vulneren su dignidad, derechos, garantías o desarrollo integral.
En virtud de este derecho – deber, los padres tienen la obligación de convivir con sus
hijos, asistirlos materialmente, es decir, proveerlos de alimentación balanceada y nutritiva,
vestido apropiado, vivienda, todo de acuerdo a sus medios económicos, asimismo
determinarán el lugar donde el menor deba recibir su educación y la clase de educación,
orientarlos en cuanto a la libertad de su pensamiento, conciencia y religión, esto es,
asistencia moral y afectiva.
La responsabilidad de crianza comprende también la facultad de imponerle correctivos
a los hijos, sin embargo esta facultad se encuentra subordinada a que las correcciones
que impongan los padres sean adecuadas al desarrollo físico y mental del menor, toda
vez que si el padre o la madre abusan del poder de corrección pueden ser sancionados
civil o penalmente; asimismo, los medios de corrección que empleen los padres no
pueden vulnerar la dignidad, derechos, garantías o desarrollo integral de los hijos, razón
por la cual, se prohíbe expresamente emplear cualquier tipo de correctivos físicos, o que
impliquen violencia psicológica o trato humillante (Léase los artículos 32, 32.A, 359
LOPNNA).
Titularidad y ejercicio.
Los padres en ejercicio de la patria potestad son los titulares del derecho – deber, de
este atributo fundamental que constituye la responsabilidad de crianza, y por tanto, la
ejercen conjuntamente (art. 359 LOPNNA), de manera que se establece la igualdad
absoluta del padre y la madre en relación con esta facultad y como consecuencia del
principio de la coparentalidad, que representa el derecho que tienen todos los niños y
adolescentes, independientemente que sus padres vivan o no bajo un mismo techo, y
mediante el cual se pretende consolidar los vínculos paterno – filiales, teniendo los
progenitores roles igualitarios al momento de tomar decisiones en torno a la crianza de
sus hijos, se observa entonces que es nota característica del principio de la
coparentalidad el que ambos padres, a pesar de vivir separados ejercen los mismos
atributos y facultades sobre los hijos, robusteciendo de este modo la patria potestad.
Este ejercicio conjunto se mantiene en principio inalterable, aun cuando entre los
padres no exista cohabitación, sea como consecuencia del divorcio, separación de
cuerpos, nulidad de matrimonio o que vivan en residencias separadas. Sin embargo, en
estos casos, encontramos que del contenido general de la responsabilidad de crianza, se
separa necesariamente uno de ellos: la custodia, pues este atributo requiere el contacto
directo con los hijos e hijas, es decir, exige convivir con ellos bajo un mismo techo, pues
ante la separación de los padres es evidente que los hijos o hijas, deben permanecer con
uno de los progenitores y serán custodiados directamente por este, en tanto que al
progenitor no custodio le corresponderá el derecho a la convivencia familiar, es pues de
esta manera que se materializa el derecho que tiene todo niño, niña y adolescente de
mantener contacto directo con sus progenitores.
La custodia.
Es la posición que ocupa el progenitor respecto del hijo con quien cohabita, debido a la
ausencia de convivencia de los padres, dicho en otros términos, la custodia básicamente
consiste en el cuidado y atención diaria y directa de los hijos menores no emancipados,
representa el ejercicio concreto de la facultad atribuida al progenitor que cotidianamente
ha de velar por los hijos y cuidarlos, si bien el otro progenitor ejerce conjuntamente los
demás contenidos de la responsabilidad de crianza, teniendo el correlativo derecho al
régimen de convivencia familiar o de relacionarse con sus hijos.
Ejercicio conjunto:
Cuando el padre y la madre en ejercicio de la patria potestad viven bajo un mismo
techo, desempeñan conjuntamente todos los contenidos de la responsabilidad de crianza,
entre ellos obviamente, la custodia.
Puede ser que los progenitores tengan residencias separadas, y sin embargo ejerzan
la custodia conjuntamente, esta situación excepcional se denomina custodia
compartida, prevista en el artículo 359 LOPNNA. A través de la custodia compartida los
hijos viven de manera alternativa y temporal con uno y otro progenitor, es decir, existe un
reparto de tiempo de convivencia con los padres, pero para que esta modalidad de
custodia se logre sin lugar a dudas debe existir el acuerdo de los progenitores e implica
que entre ellos existe, a pesar de la separación, una buena relación.
Ejercicio individual:
En cuanto al ejercicio individual de la custodia como atributo de la responsabilidad de
crianza, en atención al artículo 360 de la Ley, se privilegian los acuerdos a los cuales
lleguen los padres, independientemente de cual sea la edad de los hijos, pero siempre
oyendo su opinión.
Ahora bien, cuando no se logre el acuerdo entre los padres, se establece como regla
general que corresponde preferiblemente a la madre la custodia de los hijos de siete o
menos años.
LA FAMILIA SUSTITUTA:
Cuando los niños y adolescentes son privados temporal o permanentemente de su
medio familiar, ya sea porque hay ausencia total de padres, o porque estos se encuentran
afectados en la titularidad o ejercicio de la patria potestad o de la responsabilidad de
crianza sobre sus hijos, necesariamente debe proveérsele de otro que lo sustituya para
protegerlos y representarlos, es entonces cuando surge un recurso alternativo de solución
que es la Familia Sustituta cuya definición se encuentra en el artículo 394 de la Ley.
El objetivo de la familia sustituta es acoger al niño o el adolescente para que se integre
a ella y forme parte de la misma, con la finalidad de suministrarle, temporal o
indefinidamente, la protección, el afecto y la educación de que carece. Asimismo, a través
de la familia sustituta se evita que el menor sea internado en instituciones que brindan
protección masiva y por tanto carecen de una atención individualizada que es tan
necesaria.
Modalidades.
El artículo 394 señala expresamente cuales son estas modalidades:
De carácter temporal: Colocación familiar o en entidad de atención
De carácter definitivo o permanente: La tutela y la adopción.
Corresponde al Tribunal de Protección decidir, con el auxilio del equipo
multidisciplinario, la modalidad de familia sustituta de la cual debe ser provisto el menor
no emancipado, que no pueda ser integrado o reintegrado a su familia de origen. En los
casos de afectación de la patria potestad o del ejercicio de la responsabilidad de crianza
de ambos progenitores o, de uno solo de ellos, cuando sólo existe un representante, la
colocación familiar o en entidad de atención deberá preverse en la decisión que declare
con lugar la privación o extinción de la patria potestad o la afectación del ejercicio de la
responsabilidad de crianza.
Señala el artículo 394-A, in fine, mientras no se compruebe que la naturaleza de la
separación del niño, niña o adolescente de sus progenitores es permanente, la modalidad
de familia sustituta a aplicarse debe ser temporal, y su duración se extenderá hasta que
se determine que resulta inviable o imposible la localización de los progenitores o el
establecimiento o restablecimiento de los vínculos entre ellos y el respectivo niño, niña o
adolescente.
En relación con las modalidades de familia sustituta permanente, y en atención a lo
previsto en el artículo 397-B encontramos que en el caso en que hubiesen fallecido
ambos progenitores o uno solo de ellos y existía un solo represente, o se desconozca su
paradero, y existe tutor nombrado por los mismos, el tutor o cualquier pariente del
respectivo niño, niña o adolescente, deberá informar directamente al juez del Tribunal de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, a fin de que proceda a constituir la
correspondiente tutela, pues la misma se abrió de pleno derecho, esta es la denominada
tutela paterna o testamentaria.
En relación con la adopción, es una institución de protección que tiene por objeto
proveer al niño, niña o adolescente, apto para ser adoptado, de una familia sustituta
permanente y adecuada (art. 406), pudiendo ser nacional o internacional, conjunta o
individual, pero cualquiera sea la clase de adopción, siempre será plena. La adopción
confiere al adoptado o adoptada la condición de hijo o hija, y al adoptante la condición de
padre o madre (art. 425), además crea parentesco entre el adoptado y los integrantes de
la familia del adoptante.
Principios que rigen a la familia sustituta
La familia sustituta está regida por una serie de principios que el juez debe tomar en
consideración al tiempo de decidir cual es la modalidad más apropiada para el caso
concreto. Estos principios se encuentran en el artículo 395 de la Ley:
El niño, niña o adolescente debe ser oído y su consentimiento es necesario si tiene
doce años o más y no adolece de discapacidad mental que le impida discernir. la opinión
del menor es importante, pues permite al juez seleccionar a la persona que se
desempeñará como familia sustituta, con lo cual se garantiza una relación armoniosa.
Esta opinión no será necesaria cuando el menor no pueda discernir, bien por su muy corta
edad, o bien por adolecer de discapacidad mental
La conveniencia de que existan vínculos de parentesco, ya sea por consanguinidad o
por afinidad, entre el niño o adolescente y quienes pueden conformar la familia sustituta,
esto con el propósito de mantener al menor dentro de su entorno familiar.
La responsabilidad de quien resulte escogido para desempeñarse como familia
sustituta es personal e intransferible. El escogido asume responsabilidades en relación
con el niño, niña y adolescente que no pueden ser delegadas ni transferidas a otras
personas, pues es solo a quien se desempeña como familia sustituta a quien puede
exigírsele el cumplimiento de los deberes que ha asumido.
La opinión del equipo multidisciplinario, Es un servicio auxiliar independiente e
imparcial, para brindar al ejercicio de la función jurisdiccional de protección la
consideración integral de factores biológicos, psicológicos, sociales y legales necesarios
para cada caso, de forma colegiada e interdisciplinaria (art. 179) tienen el deber de
presentar un informe integral luego de realizar la investigación social y las evaluaciones
psicológicas y psiquiátricas que correspondan.
La carencia de recursos económicos no puede constituir causal para descalificar a
quien pueda desempeñarse eficazmente como familia sustituta, lo cual resulta lógico
porque si bien es cierto que el aspecto económico es importante a los efectos de ofrecer
al menor un nivel de vida adecuado, no es menos cierto que para el desarrollo integral del
mismo, es fundamental el afecto que le pueda proporcionar quien ejerza en familia
sustituta.
La familia sustituta sólo podrá residir en el extranjero cuando la modalidad más
conveniente para el niño, niña o adolescente sea la adopción, o cuando esté conformada
por parientes del niño, niña o adolescente. De esta forma se ejerce un mejor control de la
forma como se viene desempeñando quien ejerce en familia sustituta; sin embargo, la
rigurosidad de este principio se flexibiliza cuando existen vínculos de parentesco con el
menor, o cuando la modalidad es adopción, pues esta crea parentesco entre el adoptado
y el adoptante.
LA COLOCACIÓN.
El fundamento de la colocación se encuentra en el derecho que tiene todo niño, niña y
adolescente de ser criado y educado en una familia sustituta, cuando por virtud de su
interés superior sea necesario o se vea separado de su familia de origen. El objetivo de la
colocación queda establecido en el artículo 396 de la Ley.
La persona que tenga conocimiento de la existencia de un menor no emancipado que
carezca de sus progenitores, o que se encuentre separado de ellos, sea porque
desconoce su identidad o su paradero, tiene el deber de participarlo al Consejo de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, esto constituye una de las formas como la
sociedad participa en la vigencia plena y efectiva de los derechos y garantías de los
menores de edad. El Consejo de Protección buscará a dicho menor y, simultáneamente,
hará lo necesario para localizar a sus progenitores y a la familia de origen, en forma
directa o a través de un programa de localización.
Entidad de atención:
Se trata de instituciones de interés público que ejecutan proyectos, medidas y
sanciones, puede constituirse a través de cualquier forma de organización o asociación
pública, privada o mixta, que permita la ley, si son creadas por organismos del sector
público, son públicas. Si se trata de entidades de atención del Sistema Rector Nacional
para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes sólo ejecutan las medidas de
abrigo y colocación, las cuales son dictadas por autoridad administrativa o judicial, según
el caso (art. 181). Cuando la entidad de atención no tenga el carácter público, sólo
pueden funcionar después de haber obtenido su registro ante el Consejo Municipal de
Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, donde la entidad de atención tiene su
domicilio principal, y sus proyectos y programas de protección solo pueden ejecutarse
previa inscripción ante el mismo Consejo Municipal de Derechos (art. 186).
El registro de la entidad de atención tiene una vigencia de cinco años renovables,
pudiendo ser revocado en cualquier momento por el ente que lo otorgó, cuando a su
juicio, se haya producido alguna variación que amenace o viole el ejercicio de los
derechos y garantías contemplados en la ley (art. 195).
En relación con las prelaciones, cuando exista la necesidad que un niño, niña o
adolescente sea colocado, debe agotarse la posibilidad de que la colocación sea ejercida
en familia sustituta (colocación familiar), y solo en los casos en que no sea posible, se
hará en la entidad de atención más apropiada a las características y condiciones del
respectivo niño, niña o adolescente, y el representante de esta entidad ejercerá la
responsabilidad de crianza y la representación (art. 398).