Más Crecimiento Más Equidad Prioridades de Desarrollo en Guatemala
Más Crecimiento Más Equidad Prioridades de Desarrollo en Guatemala
Más Crecimiento Más Equidad Prioridades de Desarrollo en Guatemala
Más crecimiento,
más equidad
Prioridades de desarrollo
EN Guatemal a
Más crecimiento,
más equidad
PRIORIDADES DE DESARROLLO
EN GUATEMALA
Ernesto Stein
Osmel Manzano
Héctor Morena
Fernando Straface
Editores
1
Más crecimiento, más equidad
Prioridades de desarrollo en Guatemala
Editores:
Ernesto Stein, Osmel Manzano, Héctor Morena, Fernando Straface
Diagramación:
Ana Cuesta y Alberto Gonzales
2
ÍNDICE
Agradecimientos……………………………………………………………………………………… iii
Introducción…………………………………………………………………………………………... v
i
AGRADECIMIENTOS
Más crecimiento, más equidad. Prioridades de desarrollo en Guatemala es una publicación elaborada por
el Banco Interamericano de Desarrollo para el Diálogo de políticas con las autoridades de Guatemala; se
trata de una producción del Departamento de Países para Belice, Centroamérica, México, Panamá y
República Dominicana, liderado por Gina Montiel, con la participación del Departamento de Investigación
y de todos los departamentos sectoriales del Banco. Dicha publicación fue editada por Ernesto Stein, Osmel
Manzano, Héctor Morena y Fernando Straface. Ernesto Stein y Osmel Manzano, además, fueron
responsables de la coordinación general del proyecto.
Queremos agradecer muy especialmente a Miriam Pérez-Fuentes, que colaboró con todos los aspectos
logísticos y administrativos durante el proceso de producción del libro, y a Ana María Cuesta y Alberto
Gonzales Castillo, que trabajaron en forma incansable y efectiva, tanto en tareas de investigación como de
producción. Queremos agradecer también a Álvaro Cubillos, Representante del Banco en Guatemala, y a
Federico Changanaquí, quienes, además de su entusiasmo, desde Guatemala brindaron su apoyo a muchos
de los autores que, con el propósito de contribuir con este libro, hicieron trabajos de campo en el país.
Finalmente, queremos agradecer a Gina Montiel, Gerente del Departamento, principal impulsora de este
proyecto, que nos brindó todo su apoyo y nos permitió llevarlo adelante en un clima de confianza y libertad.
Ximena Rios Hamann estuvo a cargo de la edición, y Gerardo Gianonni colaboró con la producción del
libro desde la Oficina de Relaciones Externas. Queremos agradecer también a Rosina Estol por su asistencia
de investigación, y a Rita Funaro por su apoyo en aspectos editoriales de la publicación.
Capítulo 1: Ernesto Stein, basado en un trabajo de Sebastián Auguste, Daniel Artana y Mario Cuevas.
Capítulo 2: Soledad Bos y Jesús Duarte, basándose, en parte, en un trabajo de Horacio Álvarez y Ernesto
Schiefelbein.
Capítulo 3: Mario Cuevas, basado en un trabajo de César Castellón, con la colaboración de Rubén
Avendaño y Carlos Trujillo.
Capítulo 4: Nathalie Alvarado y Gustavo Béliz, basándose, en parte, en un trabajo de Patricio Tudela.
Capítulo 5: Alberto Barreix y Jerónimo Roca, resumiendo las principales conclusiones de trabajos
realizados por J. Barrientos, M. Cabrera, S. Díaz de Sarralde y C. Garcimartín, M. Jorrat, D. Sureda, y E.
Weymann. Ernesto Stein colaboró con el recuadro sobre la economía política de la reforma tributaria.
Capítulo 8: Mario Sánchez, basándose, en parte, en un trabajo de Evelyn Rodríguez. Fabián Repetto
también colaboró con este capítulo.
iii
Capítulo 9: Jere R. Behrman, Suzanne Duryea y John A. Maluccio.
Capítulo 10: Adriana Kugler, con aportes de David Rosas y Ernesto Stein.
Capítulo 14: Ziga Vodusek, Jaime Granados, Erick Zeballos y Mario Gutiérrez Rocha.
iv
Introducción
v
Más crecimiento, más equidad constituye un aporte del BID para el análisis de algunos de los temas que
conforman la agenda de desarrollo de Guatemala.
Desde la perspectiva de los hacedores de política en Guatemala, el diagnóstico de crecimiento aporta una
hoja de ruta posible para la selección de prioridades de políticas en un programa de desarrollo.
El enfoque de priorización de aquellos factores que afectan las posibilidades de crecimiento del país implica
el reconocimiento tácito –apoyado en el diagnóstico específico con evidencia empírica– de que, si bien
todos los desafíos de desarrollo de un país (atracción de inversión, educación, seguridad, entre otros) son
importantes en sí mismos, los factores clave que realmente limitan el crecimiento –binding constraints,
según la conceptualización original en inglés– varían de país a país.
Si consideramos que tanto el capital político como los recursos fiscales son limitados, cobra sentido
entonces hacer un diagnóstico para identificar cuál es el factor o los factores más limitantes, con el fin de
concentrar los esfuerzos de política pública en ellos. La principal consecuencia de este enfoque radica en la
priorización de estas restricciones como objeto de acción de políticas públicas.
La primera parte de la presente publicación aborda dichos factores. En sintonía con el enfoque conceptual
señalado, el capítulo 1, Diagnóstico de Crecimiento, provee el marco de análisis sobre el cual se organizan
las secciones siguientes. El diagnóstico de crecimiento identifica tres restricciones principales: deficiencias
de capital humano, limitaciones en materia de infraestructura, y un alto índice de violencia y criminalidad.
El capítulo 2 desarrolla, en primer lugar, las restricciones relacionadas con la educación y el déficit de
capital humano, lo cual restringe las opciones de inversión a actividades de bajo valor agregado y, en
muchos casos, alejadas de los mercados internacionales.
En segundo término, se lleva a cabo un diagnóstico sobre los desafíos en materia de infraestructura
(capítulo 3), que constituyen un importante obstáculo al ensanchamiento de mercados, la interrelación
productiva y la vinculación con el mercado externo.
La tercera restricción está vinculada al problema del crimen y la violencia en el país (capítulo 4). En este
capítulo se documentan extensamente los costos económicos asociados a la inseguridad en el país y se
explica cómo estos constituyen una barrera central al crecimiento.
Si bien los capítulos de la Parte I ofrecen opciones de política para abordar los problemas identificados en el
diagnóstico, la superación de estas restricciones no depende únicamente de aspectos de política pública
exclusivos de dichos sectores. Existen otras “restricciones tras las restricciones” que pueden condicionar, en
gran medida, la posibilidad de progreso en la superación de las restricciones identificadas en la Parte I y
que, en algunos casos, demandan una prioridad de acción para poder avanzar sobre el resto. En Guatemala,
la más importante de estas tal vez sea la insuficiencia de recursos fiscales, fundamentales para poder
encarar las deficiencias en educación, infraestructura y/o seguridad.
vii
La Parte II de la publicación comienza con un pormenorizado análisis del desafío fiscal en el país (capítulo
5), centrándose, en particular, en la insuficiencia de recursos tributarios, lo que constituye un nodo central
de la debilidad del Estado guatemalteco para aumentar y sostener la inversión social y financiar bienes
esenciales para el crecimiento. Como los determinantes de las reformas fiscales exceden el campo de lo
puramente técnico y dependen, en buena medida, de aspectos políticos, el capítulo contiene un recuadro que
procura contribuir al entendimiento de los determinantes de economía política que históricamente han
restringido las condiciones de éxito en la implementación de programas de reforma fiscal en Guatemala.
A continuación se presenta un análisis de los condicionantes y los efectos sobre el crecimiento del alto nivel
de informalidad en Guatemala que, en sí misma, dificulta la tarea de recaudar más (capítulo 6). Dicha
visión intenta descifrar las razones por las cuales un importante número de empresas e individuos en el país
eligen la informalidad como situación permanente para el desarrollo de negocios, en tanto el paso hacia la
formalización de sus actividades parecería implicar más costos que beneficios.
El capítulo 7 introduce el análisis sobre la debilidad institucional de los partidos políticos en el país y su
impacto sobre la capacidad del sistema político guatemalteco para generar y mantener consensos duraderos
en materia de orientaciones de política. Por su parte, los rasgos principales del sistema de partidos políticos
explican los intercambios y las relaciones entre el gobierno y los diferentes grupos que constituyen el sector
privado en el país.
La Metodología del Diagnósticos de Crecimiento, que contribuye a orientar los contenidos de esta
publicación, hace énfasis en aquellos aspectos de política pública que limitan el crecimiento y la
productividad. Por lo mismo, sin embargo, deja de lado otros aspectos igualmente importantes y que están
relacionados más directamente con el alivio de la pobreza y la igualdad de oportunidades.
La Parte III del documento se concentra en una serie de aspectos de política que buscan abordar estos
problemas de pobreza y exclusión. Guatemala enfrenta el difícil reto de reducir la transmisión de su elevado
nivel de pobreza a la próxima generación. Por lo tanto, esta tercera parte comienza con un diagnóstico sobre
los problemas de pobreza en el país y elabora una serie de propuestas de política en materia de protección
social para evitar la transmisión intergeneracional de la pobreza (capítulo 8).
Uno de los temas críticos que debe tenerse en cuenta en la política social es la situación nutricional y de
acceso a la educación y a la salud de los niños (capítulo 9). Los niños guatemaltecos menores de cinco
años sufren los más altos niveles de desnutrición crónica de la Región, con índices que superan los de
cualquier otro país de América Latina y el Caribe. Este capítulo plantea la necesidad de considerar
programas de desarrollo en la niñez temprana y presenta evidencias que sugieren que los beneficios de este
tipo de programas serían sustanciales.
La falta de mano de obra calificada, además de limitar el crecimiento, reduce las posibilidades de acceso al
sector formal. Desafortunadamente, la dificultad de obtener un trabajo bien remunerado y con cobertura de
beneficios no salariales puede generar incentivos para emprender actividades ilícitas, ligadas, a veces, a
conductas criminales o violentas. Por ello, en el capítulo 10 se plantea la conveniencia de considerar la
implementación de programas de capacitación que ofrezcan un camino para la incorporación al mercado
de trabajo de los jóvenes en situación de desventaja (capítulo 10).
viii
Finalmente, el capítulo 11 presenta un estudio sobre las brechas salariales por género y etnia, una de las
formas en que se manifiesta la exclusión en el país. Dichas brechas exceden lo que podría explicarse por las
diferencias existentes en el nivel de capital humano o de experiencia, lo cual sugiere que es importante
generar conciencia sobre los problemas de exclusión y abogar por oportunidades laborales equitativas para
todos los guatemaltecos.
En la Parte IV de la publicación se discuten otros retos y oportunidades que enfrenta Guatemala, más allá
de los identificados en el ejercicio del diagnóstico de crecimiento. El capítulo 12 aborda el desafío de los
desastres naturales como eventos potencialmente disruptores de cualquier proceso de crecimiento. El tema
es de particular relevancia en Guatemala, dado que su ubicación geográfica y su geomorfología la hacen
altamente vulnerable a sequías, inundaciones, erupciones volcánicas y terremotos. Por todo ello, es
importante mejorar la capacidad del Estado de gestionar y reducir el riesgo que enfrenta el país.
Otro tema relevante es la articulación de una política de descentralización del Estado (capítulo 13). Si
bien en los últimos años Guatemala ha impulsado una estrategia de descentralización y fortalecimiento
local, aún existen importantes desafíos por enfrentar para permitir un proceso de descentralización
sostenible que asegure condiciones de desarrollo equitativas para las poblaciones rurales en el país.
Finalmente, se plantea la estrategia y opciones de política para una integración comercial exitosa (capítulo
14). Si bien su economía es una de las más cerradas de Centroamérica, Guatemala ha estado desarrollando
una muy fuerte agenda de integración comercial, que ha dado lugar a un incremento importante del
comercio. Por lo tanto, se puede decir que el país se encuentra a medio camino en su proceso de inserción
en la economía global y, en ese contexto, enfrenta importantes retos y oportunidades.
Estos temas representan desafíos sectoriales cuyo abordaje exitoso podría potenciar el impacto positivo de
las reformas en los temas prioritarios planteados en las secciones precedentes. A modo de ejemplo, el
retorno en materia de la ampliación de la infraestructura en el país se vería inmensamente potenciado bajo
la existencia de condiciones estratégicas de integración comercial. De la misma forma, la institucionalidad
fiscal del país no puede dejar de lado el factor de disrupción potencial de las finanzas públicas asociado a la
ocurrencia de eventos naturales.
La agenda de temas descrita a lo largo de las distintas secciones de la presente publicación no agota la
discusión sobre los desafíos de desarrollo de Guatemala. De la misma forma, los enfoques y propuestas
presentados solo pretenden ser bases para invitar al diálogo que conduzca al país por una senda de “más
crecimiento y más equidad”.
Gina Montiel
Gerente de Países de Belice, Centroamérica, México, Panamá y República Dominicana
Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
ix
Parte I
Restricciones al
crecimiento
1
1. Diagnóstico del
crecimiento en
Guatemala
3
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
1.1 Introducción
En los últimos años, la economía de Guatemala ha hecho avances importantes en una variedad de frentes.
En materia de competitividad, por ejemplo, Guatemala ha saltado de la posición 97 (de 117 países) en 2005
a la posición 87 (de 131) en 2007, de acuerdo con el Índice de Competitividad Global del Reporte del Foro
Económico Mundial. En materia de infraestructura, se han verificado importantes avances en la red
eléctrica y en la cobertura telefónica. En materia de educación, ha habido grandes progresos en cuanto a la
cobertura, particularmente en lo que respecta al nivel primario. Todo esto dentro de un marco
macroeconómico estable, que ha contribuido a que Guatemala no haya experimentado crisis
macroeconómicas serias, que sí han aquejado a otros países de América Latina y el Caribe.
Gráfico 1.1
Comportamiento relativo de Guatemala
(Participación del PIB en PPC en el total del mundo, índice 1980=100)
185
165 Malasia
145
Chile
125
105
Costa Rica
85
65
Guatemala
45
80
82
84
86
88
90
92
94
96
98
00
02
04
06
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
El Gráfico 1.1, que compara la evolución de la participación de Guatemala en el PIB mundial con un
conjunto de países de rápido crecimiento, ilustra de manera muy clara cómo Guatemala ha ido perdiendo
terreno en esta dimensión. El gráfico muestra que, desde comienzos de los años ochenta, la participación de
Guatemala en el PIB mundial se ha reducido en un 35%. El deterioro relativo no se ha revertido, aun
después de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. En resumen, Guatemala ha perdido terreno no solo con
relación a las economías con mejor desempeño a nivel mundial –tales como Malasia, Chile o, en América
Central, Costa Rica– sino también con respecto al mundo en su conjunto.
Este capítulo fue realizado por Ernesto Stein, basándose en un trabajo de Sebastián Auguste, Daniel Artana y Mario Cuevas.
5
Más crecimiento, más equidad
El pobre desempeño en materia de crecimiento no es sorprendente cuando uno mira el bajo nivel de
inversión en Guatemala. Tal como lo muestra el Gráfico 1.2, en el período 2000-2005, la formación bruta
de capital fijo ha sido la más baja de América Latina. ¿Cómo se explica este pobre desempeño? ¿Qué
factores se encuentran detrás de este bajo nivel de inversión y este crecimiento decepcionante? Con el
propósito de responder estas preguntas, vamos a utilizar la Metodología de Diagnósticos de Crecimiento
(MDC) desarrollada por Hausmann et al. (2005).
Gráfico 1.2
Formación bruta de capital fijo 2000-2005
(como % del PIB, precios corrientes)
Nicaragua
Honduras
Rep. Dominicana
Chile
Ecuador
América Latina
Venezuela
México
Brasil
Perú
Costa Rica
El Salvador
Colombia
Argentina
Guatemala
Una idea central de la Metodología de Diagnósticos de Crecimiento (MDC) es que hay una diversidad de
factores que estarían potencialmente detrás de un pobre desempeño de crecimiento –tales como capital
humano insuficiente, infraestructura inadecuada, falta de acceso a financiamiento, un débil entorno
institucional, un entorno macroeconómico volátil– pero que los factores clave que realmente están
limitando el crecimiento no tienen por qué ser los mismos de un país a otro. Dado que tanto el capital
político como los recursos fiscales son escasos, cobra sentido hacer un diagnóstico para identificar el factor
o los factores que están limitando, en mayor grado, el crecimiento para luego poder concentrar los esfuerzos
de política pública en dichos factores.
El Gráfico 1.3 ilustra de manera muy intuitiva una de las ideas fundamentales que está detrás de la MDC:
los factores que podrían contribuir al crecimiento de una economía no necesariamente son sustitutos
perfectos entre sí.1 ¿A qué nos referimos con esto? El panel A del gráfico presenta un mundo en el que los
factores que están detrás del crecimiento (representado por la capacidad del barril) sí son perfectos
sustitutos. ¿Cuál de todos los factores que contribuyen al crecimiento debería ser prioritario desde el punto
1
La figura, que fue elaborada por Rodrigo Wagner, ha sido tomada de Hausmann (2007).
6
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
de vista de la política pública? La respuesta que nos da el panel A es que la pregunta no es relevante. La
capacidad del barril (o el crecimiento de la economía) aumentará cualquiera sea la dimensión de política
pública que experimente mejoras. Como hacedor de política, uno podría concentrarse en cualquiera de estas
dimensiones o en todas ellas al mismo tiempo y los resultados en materia de crecimiento serían parecidos.
En el mundo real, sin embargo, los diferentes elementos que contribuyen al crecimiento de una economía
no son sustitutos perfectos, por lo que es importante pensar en mecanismos que permitan identificar cuáles
son aquellos factores que generan restricciones más severas al crecimiento.
Gráfico 1.3
Financiamiento
Financiamiento
Estado de Derecho
Autodescubrimiento
Capital humano
Estado de Derecho
Infraestructura
Capital humano
Autodescubrimiento
Buena infraestructura
Consideremos ahora un mundo distinto, representado en el panel B del Gráfico 1.3, que ofrece una buena
representación de la idea detrás de la MDC. En este caso, la capacidad del barril está determinada por el
madero más corto (en el ejemplo de la figura, infraestructura). Si bien el capital humano es claramente
mejorable, de poco sirve en el ejemplo de esta figura mejorar el nivel de capital humano en esta economía,
si no se mejora antes la infraestructura. La verdadera restricción que está frenando el crecimiento de la
economía (o la capacidad del barril) es la infraestructura y es allí donde se deberían enfocar los esfuerzos de
política pública en lo inmediato.
La realidad de cómo funciona el mundo no corresponde exactamente ni al panel A ni al panel B del Gráfico
1.3. Así como los diferentes elementos que contribuyen al crecimiento de una economía no son sustitutos
perfectos, tampoco se puede afirmar con seguridad que hay un único factor que restringe el crecimiento, en
el que todos los esfuerzos de política pública se deben concentrar (como sugeriría el panel B). Lo más
probable es que los factores relevantes sean unos pocos y la clave, entonces, consiste en encontrar cuáles
son. Para imponer cierta disciplina en la búsqueda de los factores más restrictivos, Hausmann et al. (2005)
utilizan el árbol de decisión, representado en el Gráfico 1.4.
7
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 1.4
Diagnóstico de crecimiento
Fallas de
Fallas de mercado
gobierno
Mala Mala Baja
geografía infraestructura Externalidades competencia
Fallas de
de información coordinación
Bajo
capital
humano Riesgos micro: Riesgos macro: Alto Alto
derechos de financieros, riesgo costo
propiedad, monetarios,
corrupción, crimen, inestabilidad
impuestos fiscal Fuente: Hausmann et al. (2005)
El árbol trata de explorar todos los elementos que estarían potencialmente detrás de un pobre desempeño de
la inversión y, por lo tanto, del crecimiento. Para entender la lógica del árbol de decisión utilizado por
Hausmann et al. (2005), vale la pena recordar que una condición necesaria para realizar una inversión es
que la tasa interna de retorno sea mayor a la tasa de interés. Si la inversión es baja, será entonces porque la
tasa de retorno privado asociada a las oportunidades de inversión existentes en el país también lo es o
porque la tasa de interés es demasiado alta (o los potenciales inversores no tienen acceso a financiamiento).
El primer nodo en el árbol de decisión está relacionado precisamente con esto: ¿será que en Guatemala no
hay suficientes proyectos de inversión con alta rentabilidad? o ¿será que el financiamiento es caro o de
difícil acceso?
Si la respuesta fuera que se trata de un problema de financiamiento, la rama de la derecha del árbol explora
diferentes posibilidades que pueden explicar este factor. Si la respuesta fuera que es un problema de bajos
retornos privados a la inversión, en la rama izquierda del árbol se abre otro nodo importante: ¿será que las
oportunidades de inversión tienen bajos retornos sociales? o ¿será que los inversores privados, por
diferentes motivos, no se pueden apropiar de dichos retornos? Si es un problema de bajos retornos sociales,
hay que explorar qué factores están detrás de este fenómeno: ¿será que la fuerza de trabajo no cuenta con el
capital humano necesario?, ¿será un problema de infraestructura de mala calidad? o ¿será que la inserción
internacional del país no genera buenas oportunidades al sector privado? Si es un problema de
apropiabilidad, ¿será un problema de corrupción en el Estado, de falta de protección a los derechos de
propiedad, de expropiación implícita en la forma de impuestos excesivos, o de inestabilidad macro que
pone en peligro la rentabilidad de la inversión? o ¿será un problema de fallas de mercado asociado con
diferentes tipos de externalidades o con fallas de coordinación?
Ahora que hemos recorrido las diferentes ramas del árbol, debemos detenernos a pensar lo siguiente:
¿Cómo identificar las ramas relevantes?, ¿cuáles son los factores que están detrás del pobre
8
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
comportamiento del crecimiento y la inversión?, ¿cómo identificar si un factor determinado está entre los
“factores más limitantes” del crecimiento?
La respuesta es que se debe examinar toda la información disponible para responder estas preguntas. Un
buen punto de partida para ver si un factor determinado –como la educación o el acceso a financiamiento–
está limitando el crecimiento es prestar atención a información sobre “cantidades”, tales como la cobertura
de la educación o el crédito al sector privado sobre el PIB. Si el país compara favorablemente con otros
países en estas dimensiones, probablemente hay que buscar los factores limitantes por otro lado. Si, por el
contrario, compara desfavorablemente, esto sugiere que hay razones para mirar estos factores con mayor
detenimiento.
Sin embargo, el hecho de que haya baja cobertura de la educación o un bajo nivel de crédito al sector
privado no significa automáticamente que el capital humano o el acceso a financiamiento son las
principales limitantes de la inversión y el crecimiento. Si el financiamiento fuera la limitante, cabría esperar
que esto se refleje no solo en “cantidades” sino también en “precios”. En este sentido, vale la pena prestar
atención al precio del financiamiento, es decir, a la tasa de interés. Si el crédito al sector privado fuera bajo
pero la tasa de interés también, podría ser que el problema no sea la falta de oferta de financiamiento, sino
más bien la falta de demanda, tal vez debido a la falta de buenas oportunidades de inversión. De igual
manera, si la cobertura de la educación es baja, antes de concluir que la educación es la limitante al
crecimiento, habrá que comprobar si los retornos a la inversión (es decir, el precio que se paga en el
mercado de trabajo por un año adicional de escolaridad) son elevados, lo cual sugeriría que el mercado está
demandando un factor que es escaso.
Más allá de información sobre cantidades y precios, hay otros aspectos que uno puede mirar para tratar de
identificar los factores más limitantes. Si un factor está frenando el crecimiento, cabría esperar que cambios
en la disponibilidad de dicho factor se reflejen en cambios en la tasa de crecimiento. Asimismo, se esperaría
que los sectores que utilizan este factor de manera intensiva tengan más problemas para desarrollarse que
los sectores que no lo requieren.2 Hausmann (2007) utiliza la fábula de los camellos y los hipopótamos para
ilustrar este último punto: si uno observa que en un lugar hay muchos camellos pero ningún hipopótamo, es
muy probable que en este lugar la restricción esté dada por la escasez de agua.
Antes de pasar al análisis de Guatemala basado en esta metodología, merece la pena hacer una aclaración.
Si bien este enfoque centra nuestra atención en aquellos factores en los que el país no muestra un buen
desempeño, no debemos pensar en este como un ejercicio con un mensaje negativo, sino todo lo contrario.
La idea es precisamente ver dónde se deben enfocar los esfuerzos de política pública para desencadenar el
enorme potencial de crecimiento que tiene Guatemala.
Para un análisis completo de las restricciones al crecimiento en Guatemala, ver Auguste, Artana y Cuevas
(2007), trabajo en el que se basa este capítulo. Aquí vamos a enfocarnos en detalle solo en algunas ramas
del árbol, tanto para centrarnos en lo que consideramos son los retos más importantes, como para asegurar
que quede clara la manera en que descartamos otros potenciales factores.
2
Esta manera de identificar restricciones ha sido propuesta por Rajan y Zingales (1998) en sus trabajos sobre restricciones financieras.
9
Más crecimiento, más equidad
Exploremos primero la rama de la derecha en el árbol de decisión. ¿Tiene Guatemala restricciones por el
lado del financiamiento que están limitando el crecimiento? Debemos recordar que la pregunta no es si
existen ciertas falencias en el sistema financiero. Ciertamente las hay. La pregunta es si, en el espíritu del
barril del Gráfico 1.3B, este es uno de los factores que están limitando el crecimiento. Veamos primero el
tema del financiamiento externo. Un elemento muy importante en este marco es que Guatemala tiene muy
altos ingresos de remesas, que representan 9,8% del PIB. Estos ingresos, que se han multiplicado por un
factor de 7 desde 2001 a la fecha, se han traducido en aumentos muy importantes en las Reservas
Internacionales Netas (RIN), que hoy en día alcanzan 10,3% del PIB (ver Gráfico 1.5). Estos flujos, sin
embargo, no parecen estar financiando una mayor inversión sino un mayor consumo. El hecho de que los
abundantes recursos disponibles no se canalicen hacia una mayor inversión, podría estar reflejando
problemas de intermediación en el sistema financiero doméstico o, simplemente, falta de buenas
oportunidades de inversión (vale decir, problemas asociados a la otra rama del árbol).
Gráfico 1.5
Flujos internacionales en Guatemala
(en millones de US$)
5.000
Remesas familiares
4.500
Reservas internacionales netas
4.000
3.500
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
-
95
96
97
98
99
00
01
02
03
04
05
06
07
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
Gráfico 1.6
Balanza cambiaria de la cuenta de capital privado
(como % del PIB)
40,0
Ingresos de IED Ingresos de portafolio
30,0 Egresos de IED Egresos de portafolio
20,0
10,0
0,0
-10,0
-20,0
-30,0
-40,0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
10
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
Por el lado de la cuenta de capital, Guatemala ha experimentado importantes flujos de capital, que han
aumentado en forma marcada durante los años noventa (ver Gráfico 1.6). Sin embargo, al mismo tiempo
que han aumentado los flujos hacia adentro, también lo han hecho los egresos. El comportamiento de los
flujos de inversión extranjera directa, donde en años recientes los egresos han superado en forma
consistente a los ingresos, sugiere que puede haber una falta de buenas oportunidades de inversión en el
país, por lo cual los capitales van en busca de oportunidades más rentables en otros países. En conclusión,
el financiamiento externo no parece ser una limitante importante al crecimiento en Guatemala.
Por el lado de los mercados financieros domésticos, el crédito al sector privado como proporción del PIB se
ubica en 20%, lo cual es relativamente bajo, aunque no está muy por debajo de lo esperado dado el nivel de
desarrollo de Guatemala, medido por su PIB per cápita (ver Grafico 1.7). No obstante, este bajo nivel de
crédito en la economía, como vimos en la discusión metodológica de la sección anterior, no necesariamente
refleja problemas con la oferta de crédito. Podría también estar reflejando una escasa demanda de crédito,
asociada a una falta de buenas oportunidades de inversión. Para distinguir entre estos dos fenómenos, es
conveniente examinar información del “precio” del financiamiento, a saber, la tasa de interés.
Gráfico 1.7
Crédito al sector privado en países de ingreso medio bajo
(como % del PIB)
90
80
70
60
50
40
30
Guatemala
20
10
0
750 1.250 1.750 2.250 2.750 3.250 3.750
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC
El Gráfico 1.8A muestra que, en comparación con el resto de los países de ingreso medio bajo, la tasa de
interés de Guatemala no es particularmente elevada, por lo que no parece probable que la falta de crédito se
deba a problemas en la oferta. Por otro lado, el spread entre tasas activas y pasivas (ver Gráfico 1.8B)
tampoco es excesivo, dado el grado de desarrollo de Guatemala, por lo que no parece que el problema clave
esté asociado a problemas de intermediación ineficiente en el mercado financiero doméstico, por ejemplo,
por falta de competencia.
11
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 1.8
A. Tasa real de interés en países de ingreso medio bajo
(en %)
25
20
15
10
Guatemala
5
-5
750 1.250 1.750 2.250 2.750 3.250
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
20
15
10 Guatemala
0
750 1.250 1.750 2.250 2.750 3.250
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
Para completar el análisis del mercado financiero doméstico, cabe preguntarse si las firmas perciben que la
falta de acceso al financiamiento es un obstáculo importante para su desarrollo. Esto es precisamente lo que
hace la Encuesta a Compañías sobre Clima de Inversión del Banco Mundial. Entre varias opciones que se
les presentan a los empresarios respecto de los principales obstáculos al desarrollo de sus empresas, solo el
15% de los encuestados identificaron el acceso a financiamiento como uno de los tres obstáculos más
importantes que enfrentan sus empresas. El Gráfico 1.9 compara estas respuestas con las obtenidas para
otros obstáculos. El acceso al financiamiento ocupa el noveno lugar entre las preocupaciones del sector
empresarial, sugiriendo que el financiamiento no es una de las restricciones principales al crecimiento en
Guatemala. Por el contrario, el sector empresarial está mucho más preocupado por otros problemas, en
particular, la delincuencia, la competencia del sector informal, la inestabilidad política, la corrupción o la
inadecuada capacitación de la fuerza de trabajo.3 Vale la pena recordar estas preocupaciones del sector
3
Es un poco sorprendente que la inestabilidad macro, que no parece ser un problema en Guatemala, también sea percibida como un
importante obstáculo.
12
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
empresarial, ya que algunos de los capítulos incluidos en esta publicación se van a basar precisamente en
varios de los temas que más preocupan a los empresarios guatemaltecos.
Gráfico 1.9
Principales obstáculos para el funcionamiento de una empresa en Guatemala
(% de veces mencionadas por las empresas encuestadas)
Corrupción 24,2
Electricidad 19,0
Transporte 9,4
0 10 20 30 40 50
Profundizando en este tema, la encuesta pregunta a los empresarios guatemaltecos si durante el último año
fiscal solicitaron un crédito a una entidad financiera. La mayoría (74,6%) respondió que no. Al indagar
sobre los motivos detrás de tal decisión, nuevamente la mayoría (76,4%) respondió que no tuvo necesidad
de solicitar un crédito: otra muestra más de que, en buena parte, el bajo crédito al sector privado está
asociado a una falta de demanda más que a una falta de oferta. En resumen, el conjunto de la evidencia
discutida con relación al financiamiento permite concluir que, si bien muchas cosas se pueden mejorar en
este sentido, actualmente esta no es una restricción fundamental que está frenando el crecimiento de la
economía.
El análisis de la sección anterior nos permite concentrarnos ahora en la rama izquierda del árbol. Si el
problema de la baja inversión no es la falta de financiamiento, entonces cabe esperar que sea un problema
de bajos retornos a la inversión. Uno de los factores que podrían explicar estos bajos retornos es un nivel
insuficiente de capital humano, tema que exploramos a continuación.
13
Más crecimiento, más equidad
Guatemala ha logrado avances importantes en materia de educación en los últimos 15 años. En 1990, la tasa
neta de cobertura de la escuela primaria era del 64%. En el 2004, había aumentado al 93%. La cobertura
neta de la educación secundaria, que en 1990 era menor al 20%, aumentó a casi 50% para 2004. Asimismo,
la tasa de analfabetismo en adultos, en el mismo período, se redujo de 39% a 31%. Sin embargo, la
educación en Guatemala continúa estando relegada en comparación con otros países de América Latina y
del mundo.
Los Gráficos 1.10A, 1.10B y 1.10C muestran dónde está Guatemala con relación a los países de ingreso
medio bajo en cuanto a la tasa de alfabetización en adultos y la cobertura de la educación a nivel secundario
y a nivel superior, respectivamente (Banco Mundial, 2004). En todos los casos, Guatemala se encuentra
entre los países de ingreso medio bajo con menor cobertura, mucho menor de lo esperado dado su ingreso.
Existen, además, importantes diferencias por género y etnicidad, de manera que el problema se agudiza aun
más en el caso de las mujeres y de la población indígena.4
Gráfico 1.10
A. Tasa de alfabetización
(% de la población adulta)
100
80
60 Guatemala
40
20
0
500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
100
80
60
40
Guatemala
20
0
500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
4
Estos temas sobre la cobertura desigual por género y etnicidad serán cubiertos en más detalle en el capítulo 11.
14
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
100
80
60
40
20 Guatemala
0
500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
Como se argumentó antes, sin embargo, no basta con mostrar evidencia de “cantidades” (como tasas de
cobertura). Si un factor está limitando el crecimiento, cabría esperar que el retorno a ese factor (su “precio”)
sea elevado. En este caso, si la educación o el capital humano son la limitante del crecimiento, se esperaría
que los retornos a la educación (es decir, el diferencial de salario que las empresas en el mercado laboral
guatemalteco están dispuestas a pagar por un año adicional de educación) sean altos. La literatura
comparada muestra que esto es efectivamente así. En un estudio de Bils y Klenow (2000), en esta
dimensión, entre los 50 países incluidos en la muestra, Guatemala ocupa la sexta posición. Hausmann y
Rodrik (2005) ubican a Guatemala segunda entre 22 países incluidos en su muestra, y primera entre los de
América Latina (ver Gráfico 1.11).
Como hemos venido discutiendo, estas altas tasas de retorno a la educación son consistentes con una
situación de escasez de capital humano calificado. Sin embargo, hay otras posibles explicaciones para
retornos elevados a la educación. Potencialmente, podría ser que la calidad de la educación fuera muy
buena, con lo cual un año adicional de escolaridad realmente haría una diferencia importante en las
capacidades del trabajador o la trabajadora guatemalteca, y las empresas estuvieran dispuestas a pagar bien
por esas capacidades adicionales. ¿Qué indica la evidencia sobre calidad de la educación? Si bien
Guatemala no participa de programas de exámenes estandarizados que permitan realizar comparaciones
internacionales de calidad de la educación en forma directa, hay evidencia que sugiere que la calidad de la
educación es pobre.
En particular, Bratsberg y Terrel (2002) estudian los retornos a la educación de migrantes provenientes de
67 países a los Estados Unidos, comparando cuánto se paga en el mercado laboral norteamericano por un
año adicional de escolaridad en cada uno de los países incluidos en la muestra. Encuentran que Guatemala
se ubica en el puesto 64 entre estos 67 países; sugiriendo que, al menos en el mercado laboral
norteamericano, un año adicional de escolaridad en Guatemala vale menos que un año adicional en casi
todos los países incluidos en la muestra.
15
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 1.11
Retornos a la educación en América Latina
(Índice de retornos por un año más de educación, 1998)
Tailandia
Guatemala
Ecuador
Brasil
Paraguay
Perú
México
Chile
Estados Unidos
Colombia
Panamá
América Latina
Bolivia
Nicaragua
El S alvador
Honduras
Costa Rica
Argentina
Venezuela
Uruguay
Rep. Dominicana
Taiwán
Por otro lado, Loening (2002), en su estudio sobre la relación entre educación y crecimiento económico en
Guatemala, presenta evidencia adicional que apunta en la dirección de que el capital humano insuficiente es
una restricción al crecimiento en Guatemala. En particular, encuentra que un incremento de un punto
porcentual en los años de escolaridad promedio está asociado con incrementos en el producto por trabajador
de 0,16 puntos porcentuales.
Baja cobertura de la educación, baja calidad, altos retornos en el mercado laboral guatemalteco y respuesta
del crecimiento a cambios en educación son todos elementos que, en conjunto, nos permiten concluir que la
educación es una de las limitantes principales al crecimiento en Guatemala. Los problemas específicos de la
educación en Guatemala y las opciones de política en relación con ellos se tratarán más adelante en el
capítulo 2 de la presente publicación. Aquí solo queremos enfatizar un aspecto que consideramos crucial y
que guarda mucha relación con el pobre desempeño del sector. El gasto público en educación en Guatemala
es muy bajo, menor al 2% del PIB en 2004 y, como muestra el Gráfico 1.12, está muy por debajo de la
norma para países de ingreso medio bajo. Si bien hay otros factores que contribuyen al pobre desempeño, la
incapacidad del Estado guatemalteco de recaudar suficientes recursos fiscales es una restricción que hace
más compleja la tarea de desmantelar las restricciones más inmediatas al crecimiento, tales como el escaso
capital humano.
16
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
Gráfico 1.12
Gasto público en educación
(% del PIB)
8,0
7,0
6,0
5,0
4,0
3,0
2,0
Guatemala
1,0
0,0
500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500
Ingreso Nacional Bruto per cápita en PPC (2006)
La salud es otro elemento que contribuye en forma importante a la formación del capital humano. Sin entrar
en mucho detalle, basta decir que en esta dimensión, Guatemala también compara desfavorablemente con el
resto de los países de América Latina en la mayoría de los indicadores más utilizados en la literatura. Por
ejemplo, la esperanza de vida al nacer, si bien ha mejorado, es de 68 años, mientras que para América
Latina, esta es de 72 años, en promedio. La mortalidad infantil es de 39 por 1.000, frente a menos de 30 por
1.000 para América Latina. Por último, la tasa de desnutrición infantil, tema que se discutirá en mucho más
detalle en el capítulo 9, es de las más altas de la Región. El Cuadro 1.1 muestra que en estas mediciones de
salud, Guatemala está rezagada no solo respecto del promedio de América Latina, sino también respecto del
resto de América Central, aun de aquellos países que tienen un menor nivel de ingreso per cápita.
Cuadro 1.1
Indicadores de salud en América Central (2005)
Indicador Guatemala Nicaragua Honduras El Salvador Costa Rica
Ingreso Nacional Bruto per cápita
2,400 950 1,120 2,450 4,660
(US$ corrientes)
17
Más crecimiento, más equidad
Otro de los factores que podrían estar detrás de estos bajos retornos a la inversión es la ausencia de una
infraestructura adecuada, tema que exploramos a continuación. A partir de la firma de los Acuerdos de Paz
en 1996 se han realizado importantes esfuerzos para incrementar la disponibilidad de infraestructura básica
en el país. A manera de ejemplo, el consumo de electricidad por habitante creció un 70% entre 1996 y 2004,
debido a la electrificación de áreas rurales que antes no tenían acceso a este servicio. De igual manera, entre
1995 y 1999 (último año con información disponible) se añadieron 1.620 km. de carretera (un incremento
de 12%), y la proporción de carreteras pavimentadas aumentó de 26% a cerca de 35%.
Sin embargo, los indicadores de infraestructura básica de Guatemala son aún adversos en relación con los
promedios de países en categorías de desarrollo económico comparable (ver Gráfico 1.13).5 Tanto en la
cobertura de la red vial, como de electricidad, Guatemala presenta bajos niveles de cobertura de acuerdo a
su nivel de ingreso. Solo en telecomunicaciones parecería que Guatemala está en niveles de infraestructura
adecuados.
Adicionalmente, no solo la infraestructura tiene poca cobertura, sino que existen importantes asimetrías al
interior del país. Por ejemplo, aunque el número de carreteras por habitante es bajo, el porcentaje de
carreteras pavimentadas de Guatemala no difiere mucho del resto de los países de América Latina o de los
de ingreso medio bajo. Sin embargo, al ver el detalle, el porcentaje de carreteras primarias y secundarias no
pavimentadas es menor al 5%, mientras que en el caso de las carreteras terciarias, más del 60% no están
pavimentadas y los caminos rurales, que comprenden más del 25% de la red vial, son en su mayoría de
terracería.
Similares discrepancias regionales se encuentran en los temas de energía eléctrica y agua. Aparte de los
temas de desigualdad de oportunidades que generan estas disparidades regionales, esto puede tener un
impacto en el crecimiento; en particular, la infraestructura puede ser un obstáculo para el crecimiento de la
oferta exportable.
Por otro lado, las exportaciones de Guatemala han sido unos de los motores principales del reciente repunte
de la actividad económica. Como se discute en el capítulo 14 de la presente publicación, las exportaciones
no tradicionales han venido ganando importancia en la canasta exportadora. Destacan en estos rubros las
frutas, legumbres y hortalizas.6 Estos productos son particularmente sensibles a pérdidas por tiempo de
traslado. Como se explicó anteriormente, la red troncal de carreteras primarias y asfaltadas se encuentra
concentrada en las áreas de mayor producción de los cultivos tradicionales de exportación (azúcar, banano,
café y cardamomo), mientras que las áreas asociadas a nuevos cultivos están relativamente desatendidas. El
acceso a servicios de electricidad es muy reducido en el área rural, en general; más aún, el porcentaje de
indígenas con servicio de electricidad (52%) es proporcionalmente menor al de los no indígenas (66%).7 La
concentración de áreas de poca irrigación es más significativa en las regiones cuyos productos tienen como
destino la exportación tradicional, y entre fincas comerciales medianas y grandes.
5
De acuerdo al ranking del Foro Económico Mundial (WEF), Guatemala se encuentra en la posición 74 entre 124 países según el
desarrollo de infraestructura de transporte y de comunicaciones.
6
Como se discute en el capítulo 13 sobre integración comercial, ello acarrea, además, importantes efectos sociales porque estos productos
están asociados a las comunidades indígenas.
7
Banco Mundial (2007).
18
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
Gráfico 1.13
800 3,000
2,500
600
2,000
400 1,500
Guatemala
200 1,000
500 Guatemala
0
0
0 2,500 5,000 7,500 10,000 12,500 15,000
-200 0 2,000 4,000 6,000 8,000 10,000 12,000 14,000
PIB per cápita en US$ de 2000 PIB per cápita en US$ de 2000
10.0
80
8.0
60
6.0
40 Guatemala
4.0
2.0 20
Guatemala
0.0 0
0 2,500 5,000 7,500 10,000 12,500 15,000 0 2,500 5,000 7,500 10,000 12,500 15,000
PIB per cápita en US$ de 2000 PIB per cápita en US$ de 2000
En resumen, Guatemala presenta importantes deficiencias en temas de infraestructura, lo cual genera una
restricción al crecimiento que, aunque tal vez no de la misma significancia que la asociada al capital
humano, puede tener un impacto particularmente importante sobre el crecimiento de la oferta exportable.
En las secciones anteriores se discutieron una serie de problemas –capital humano insuficiente,
infraestructura inadecuada– que pueden estar asociados a bajos retornos a la inversión privada en
Guatemala. Sin embargo, también es posible que, en parte, la inversión sea baja, no por un problema de
bajos retornos sociales sino porque, por diferentes motivos, los inversores no pueden apropiarse de los
beneficios asociados a su inversión. Los motivos detrás de la baja apropiabilidad pueden ser múltiples, y
van desde la corrupción y el robo, la inseguridad sobre los derechos de propiedad o los impuestos
19
Más crecimiento, más equidad
excesivos, hasta la existencia de externalidades que impiden que el empresario se apropie de los frutos de su
inversión. En esta sección nos enfocaremos sobre todo en algunos de estos elementos en los que Guatemala
muestra debilidades, que pueden generar restricciones importantes a la inversión y al crecimiento. En
particular, nos referiremos a los temas de corrupción, debilidad institucional, criminalidad y violencia así
como a los temas impositivos.
Guatemala enfrenta problemas severos de corrupción. Independientemente del indicador de corrupción que
uno utilice para ubicar a Guatemala en perspectiva comparada, el país muestra un pobre desempeño en esta
dimensión. El índice de control de la corrupción de Kaufmann et al. (2005) ubica a Guatemala en la
posición 168 entre un total de 216 países. El Índice de Percepción de Corrupción de Transparency
International, correspondiente a 2007, es de 2,8 sobre 10, donde valores más altos están asociados a menor
corrupción. Esto ubica a Guatemala en posición 111 en el ranking de corrupción sobre un total de 178
países. Si bien el índice ha mejorado en los últimos años (era de 2,2 en el 2004), está por debajo de los
niveles que Guatemala tenía a finales de los noventa. En cuanto a su posición respecto de otros países
similares, el índice en Guatemala está por debajo de lo que cabría esperar dado su nivel de desarrollo (ver
Gráfico 1.14).
Gráfico 1.14
Índice de percepción de corrupción en países de ingreso medio bajo
(mayor valor del índice está asociado a menor corrupción)
5,5
5,0
4,5
4,0
3,5
3,0
Guatemala
2,5
2,0
1,5
0 500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500
Ingreso Nacional Bruto per cápita en US$ de 2000
La corrupción genera costos importantes. De acuerdo con la Encuesta de Clima de Negocios del Banco
Mundial, los empresarios en Guatemala identifican la corrupción como uno de los principales obstáculos al
desarrollo de sus empresas. De hecho, la cuarta parte de los encuestados identificó este problema como uno
de los tres más importantes que enfrentan en el desarrollo de sus negocios.
Existen problemas serios de debilidad institucional. Los problemas asociados con la debilidad institucional
en Guatemala van más alla de los problemas de corrupción. El Cuadro 1.2 presenta los seis indicadores de
gobernabilidad desarrollados por Kaufmann et al. (2005) para el caso de Guatemala y para el resto de los
países de América Central. Guatemala muestra un pobre desempeño en cada uno de los índices de
gobernabilidad, ubicándose en el último lugar dentro de este grupo de países en cuatro de los seis índices,
incluyendo el de corrupción, discutido más arriba. Este desempeño está asociado con el índice de Estado de
Derecho, en el que ocupa el puesto 178 entre los 216 países incluidos en el ranking. Este ranking refleja,
20
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
entre otros factores, el escepticismo que existe en relación con la capacidad del sistema judicial de resolver
conflictos y hacer cumplir contratos.
Cuadro 1.2
Indicadores de gobernalidad en América Central
Uno de los ámbitos donde se aprecia la debilidad institucional de Guatemala está relacionado con los
partidos políticos, que son de los menos institucionalizados de América Latina. Los partidos tienden a
aparecer y desaparecer, y no están fuertemente arraigados en la sociedad, con lo cual hay una gran
volatilidad en cuanto a la representación partidaria en el Legislativo. Este aspecto de la debilidad
institucional, que conspira contra la adopción de “políticas de estado” que permanezcan
independientemente del gobierno de turno y genera incertidumbre sobre las reglas de juego a las que se
enfrentan las empresas, será tratado en detalle en el capítulo 7.
El crimen y la violencia constituyen una restricción muy importante al crecimiento. Entre todos los
obstáculos al desarrollo de sus empresas, identificados por los empresarios consultados en la encuesta de
Clima de Inversión, el de delito, robo y desorden está ubicado en primer lugar (ver Gráfico 1.9 más arriba).
En la última encuesta realizada en Guatemala, correspondiente a 2006, el 30,7% de los empresarios
consultados reportó que su empresa había sufrido pérdidas por robos, asaltos o vandalismo durante el
último año. Si bien esta cifra no está fuera de lo normal en América Latina (ver Cuadro 1.3), el monto de las
pérdidas asociadas a estos incidentes en relación con las ventas superó el 10% en Guatemala, monto muy
superior al de cualquier país de América Latina, con excepción de Venezuela.
21
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 1.3
Delincuencia y robo
(% sobre el total de empresas de cada país)
Gráfico 1.15
Homicidios en América Latina
(tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes, 2005)
El Salvador 59,9
Honduras 59,6
Guatemala 44,2
Colombia 43,0
Venezuela 41,2
Rep. Dominicana 28,7
Brasil 24,0
Ecuador 16,8
Paraguay 16,1
Nicaragua 14,4
Costa Rica 7,5
Argentina 5,7
Uruguay 5,6
Estados Unidos 5,6
Chile 2,0
0 10 20 30 40 50 60 70
22
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
¿Impuestos excesivos? Los impuestos excesivos son otra forma en la que se pondría potencialmente en
riesgo la apropiabilidad de los beneficios de la inversión por parte de los empresarios, desalentando, de esta
manera, la inversión. En Guatemala, sin embargo, los impuestos no son excesivos. Por el contrario, son
insuficientes. El Gráfico 1.16 muestra los recursos fiscales en los países de América Latina y su relación
con el grado de desarrollo. Como se ve claramente en el gráfico, que utiliza datos correspondientes a 2005,
los recursos tributarios en Guatemala son los más bajos de toda la Región. Como veremos más adelante, la
insuficiencia de recursos es, en parte, responsable de la incapacidad del Estado de proveer buena educación,
buena infraestructura y buena seguridad. Por lo tanto, el problema tributario, que trataremos en detalle en el
capítulo 5, representa una importante restricción tras las restricciones más inmediatas que frenan el
crecimiento en el país.
Gráfico 1.16
Recaudación tributaria en América Latina (2005)
(como % del PIB)
35,0
30,0
25,0
20,0
15,0
10,0
Guatemala
5,0
0,0
0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000
PBI per cápita en US$ de 2000
Inestabilidad macro
23
Más crecimiento, más equidad
Uno de los factores que pueden afectar la apropiabilidad de los beneficios de la inversión por parte de los
empresarios está relacionado con la presencia de externalidades. Hausmann y Rodrik (2003) han puesto en
el tapete una variedad específica de externalidad asociada a lo que han denominado ‘el problema de
autodescubrimiento’.8
Supongamos que un empresario quiere invertir para producir y exportar un producto que antes el país no
exportaba. Supongamos, también, que existe cierta incertidumbre asociada a la inversión (por ejemplo, si es
un producto agrícola, qué variedad plantar, en qué tipo de suelo, qué tipo de condiciones de mercado se
enfrentará, etc.), que requiere de cierta experimentación costosa. Si el empresario fracasa, corre con todos
los costos asociados a la inversión. Si, por el contrario, le va bien, posiblemente sea imitado por otros que
se benefician de observar su experiencia. De esta manera, el pionero no se apropia de todos los beneficios
de la inversión, sino que genera una externalidad positiva sobre sus seguidores. Como sucede en el caso de
cualquier externalidad positiva, los retornos sociales son mayores a los retornos privados, con lo cual la
inversión en descubrir nuevos productos en los que el país es competitivo será menor de lo socialmente
deseable.
Si este probema de autodescubrimiento fuera una de las limitantes más restrictivas al crecimiento, uno
observaría que hay pocos productos nuevos que se incorporan cada año a la canasta de exportaciones en el
país. Sin embargo, Klinger y Lederman (2005) señalan que Guatemala es uno de los países más activos con
respecto a la emergencia de nuevos sectores exportadores.
Fallas de coordinación
Otras posibles fallas de mercado, asociadas a problemas de coordinación, tampoco parecen ser un problema
particularmente serio, al menos en comparación con otros países de similar grado de desarrollo. En
particular, Guatemala cuenta con el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom), un programa
prestigioso con participación del sector público, del sector privado y de la sociedad civil, cuyas funciones
incluyen el impulso de acciones y políticas que tiendan a mejorar las condiciones para la inversión
productiva en el país, y el apoyo a la formación y el desarrollo de clusters productivos y de servicios
identificados como potencialmente competitivos. Esta última función involucra, entre otras cosas, el
fomento de la cooperación al interior de estos sectores para que resuelvan potenciales problemas de
coordinación que, de otra manera, frenarían su desarrollo.
Geografía
En algunos países, la localización geografica representa una importante restricción que reduce los retornos a
la inversión. Es el caso, por ejemplo, de ciertos países que están muy alejados de los principales mercados
para sus productos o de ciertos países que no tienen salida al mar. Lejos de ser una debilidad, la geografía
en el caso de Guatemala es una fortaleza.9 En combinación con el RD-ALCAC, que da acceso al mercado
de los Estados Unidos, la localización geográfica de Guatemala ofrece excelentes oportunidades para atraer
inversión extranjera directa.
8
El nombre está asociado al hecho de que el empresario está “descubriendo” algo sobre las ventajas comparativas de su propio país.
9
Una excepción a esto es que Guatemala está en una zona sujeta a terremotos, huracanes e inundaciones. El problema de los desastres
naturales y cómo abordarlo se discute en detalle en el capítulo 12.
24
1. Diagnóstico del crecimiento en Guatemala
En un estudio reciente, Levy-Yeyati, Stein y Daude (2004) encuentran que los acuerdos de integración
regional tienen un impacto fuerte sobre la localización de la inversión extranjera. Los resultados del estudio
sugieren que los países del RD-ALCAC podrían recibir nuevas inversiones no solo de los Estados Unidos,
sino también de empresas de otros países que buscan entrar al mercado americano. Sin embargo, estos
beneficios, en términos de mayor inversión, serían mayores para aquellos países que ofrecen una fuerza de
trabajo más capacitada, mejor infraestructura y mejores instituciones. Esta discusión nos lleva, nuevamente,
a las principales restricciones al crecimiento en Guatemala.
En este trabajo hemos utilizado la Metodología de Diagnósticos de Crecimiento de Hausmann et al. (2005)
para identificar las restricciones más importantes al crecimiento en Guatemala: capital humano inadecuado,
algunos aspectos de infraestructura –en particular, electricidad y caminos– y temas relacionados con la
debilidad institucional y la seguridad. En los capítulos que siguen, se abordarán varios de estos temas en
mucho más detalle, presentando tanto diagnósticos detallados como opciones de política a considerar.
Sin embargo, en cierta medida, la resolución de los problemas de estos diferentes sectores no radica
enteramente al interior de los propios sectores. Resolver estos problemas, en la mayoría de los casos,
requiere de recursos fiscales adicionales. En este sentido, la incapacidad de generar suficientes recursos
fiscales se convierte en una restricción más profunda del crecimiento, una verdadera restricción que está
detrás de aquellas identificadas anteriormente. Esto, por supuesto, no debería sorprender, dado que la
necesidad de aumentar los recursos fiscales fue uno de los temas fundamentales que se acordó en el marco
de los Acuerdos de Paz.
Por este motivo, la segunda parte de este libro comienza con una discusión de las opciones de política en
materia tributaria (ver capítulo 5). Los desafíos asociados con el diseño, la aprobación y la implementación
de una reforma tributaria van más allá de lo puramente técnico. Por lo tanto, en el capítulo 5 incluimos un
recuadro en el que se discuten aspectos relacionados con la economía política de la reforma tributaria, tema
que consideramos de particular importancia en Guatemala.
Detrás de esta restriccion más profunda, asociada a la incapacidad de generar recursos suficientes, existen, a
su vez, otras restricciones. Una de ellas está relacionada con el alto grado de informalidad de la economía
guatemalteca, que hace más difícil la tarea de recaudar impuestos. El capítulo 6 discutirá el problema de la
informalidad así como una serie de opciones de política que se podrían emplear para enfrentar dicho
problema. Otra dificultad que tradicionalmente ha tenido Guatemala, cuando se ha intentado introducir
reformas impositivas, es la oposición del sector empresarial a pagar más impuestos. En un contexto de débil
institucionalidad y de partidos políticos también débiles (ver capítulo 7), el Estado guatemalteco no ha sido
capaz de enfrentarse con éxito a los intereses empresariales con respecto a la necesidad de recaudar más.
Los diferentes niveles de restricciones al crecimiento, discutidos hasta ahora, conforman una especie de
círculo vicioso del que es necesario salir. La elevada informalidad y la resistencia del sector empresarial a
pagar más impuestos hacen que sea difícil generar suficientes recursos. Sin recursos suficientes, el Estado
no puede gastar lo necesario en bienes públicos que aumentan la productividad del sector privado, tales
como educación, infraestructura o seguridad. Sin estos bienes públicos, en cantidad y calidad suficiente, se
reducen los incentivos de las empresas a invertir, a formalizarse y a pagar impuestos. Romper este círculo
vicioso, creemos, es un reto fundamental para el Gobierno de Guatemala.
25
Más crecimiento, más equidad
Referencias bibliográficas
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Guatemala”. IDB Research Project CID. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
Banco Mundial. 2007. Doing Business 2007. How to reform. Washington, DC.
Bils, M. y Klenow, P. 2000. “Does Schooling Cause Growth?” American Economic Review, 90 (5), pp.
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Bratesberg, B. y Terrel, D. 2002. “School Quality and Returns to Education of US Immigrants”. Economic
Inquiry, 20 (2), pp. 177-198.
Hausmann, R. 2007. Presentación efectuada en la sesión: “Growth and Competitiveness in Latin America
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Hausmann R., Rodrik, D. y Velasco, A. 2005. “Growth Diagnostics”. John F. Kennedy School of
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Kaufmann, D., Kraay, A. y Mastruzzi, M. 2006. “Governance Matters V: Governance Indicators for 1996-
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Levy-Yeyati, E., Stein, E. y Daude, C. 2004. “The FTAA and the Location of Foreign Direct Investment”.
In Integrating the Americas. A. Estavadeordal, D. Rodrik, A. M. Taylor y A. Velasco, editores.
Harvard University / DRCLAC, Cambridge, Massachusetts.
Loening, J. 2002. “The Impact of Education on Economic Growth in Guatemala: A Time-Series Analysis
Applying an Error-Correction Methodology”. University of Goettingen, Ibero-American Institute
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Rajan, R. y Zingales, L. 1998. “Financial dependence and growth”. American Economic Review 88, pp.
559-586.
26
2. El reto de consolidar
el sistema educativo
27
2. El reto de consolidar el sistema educativo
2.1 Introducción
Como se destaca en el capítulo 1, la falta de capital humano puede ser el principal obstáculo para que
Guatemala logre un crecimiento alto y sostenido. El capital humano es un concepto integrado que incluye,
a parte de la educación, temas como salud y saneamiento, entre otros. Guatemala presenta fallas en todos
estos indicadores, incluyendo educación, y la evidencia presentada en el capítulo aludido sugiere que estas
deficiencias están teniendo un impacto en el bajo crecimiento del país. Reflejo de ello es que en el mercado
de trabajo en Guatemala se paga muy bien el año adicional de escolaridad, a pesar de que la calidad de la
misma es deficiente, según comparaciones internacionales presentadas.
En este sentido, es importante destacar que en las dos últimas décadas, Guatemala ha realizado un
importante esfuerzo para mejorar la educación de la población. Este esfuerzo ha resultado en coberturas
más altas en todos los niveles educativos, especialmente en primaria, y en la consolidación de un modelo de
educación primaria de autogestión para zonas rurales y de población dispersa. El esfuerzo sostenido en
educación ha sido financiado con incrementos importantes del gasto público.
No obstante estos avances, Guatemala aún tiene que enfrentar y resolver una serie de desafíos para
consolidar su sistema educativo. Estos retos están relacionados con aumentos en la cobertura de la
educación preprimaria, el mejoramiento de la eficiencia interna de la educación primaria y el mejoramiento
de su calidad, la expansión de la educación secundaria, el mejoramiento de la infraestructura escolar, y de la
formación docente. Estos desafíos requerirán un esfuerzo fiscal adicional.
En este capítulo se estudiará en detalle la situación del sector educación. La primera sección del presente
capítulo presenta una descripción organizacional del sistema educativo. En la segunda sección se analiza la
situación actual, haciendo énfasis en los logros recientes del sector. Finalmente, la tercera sección expone
los principales desafíos y hace algunas propuestas de política.
El sistema escolar de Guatemala, regulado por el Ministerio de Educación (Mineduc), abarca cuatro niveles
educativos: inicial, preprimaria, primaria y media. Este último se divide en ciclo básico y ciclo
diversificado, tal como lo describe el Cuadro 2.1.
Este capítulo fue realizado por Soledad Bos y Jesús Duarte, basándose, en parte, en un trabajo de Horacio Álvarez y Ernesto Schiefelbein.
29
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 2.1
Estructura del sistema educativo formal
Nivel Ciclos Grado Edad
Inicial 0 a 4 años
Preprimaria Párvulos 1, 2 y 3 5 a 6 años
Primaria 1° a 6° grado 7 a 12 años
Ciclo básico 7° a 9° grado 13 a 15 años
Media
Ciclo diversificado 10° a 11°/13° grado 16 a 17/18 años
Fuente: Mineduc, 2006.
La Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) es la única universidad pública y está a cargo de toda
la educación superior impartida por el Estado. Se financia con una provisión constitucional del 5% de los
ingresos ordinarios de la Nación y es completamente autónoma. Adicionalmente, existen 10 universidades
privadas regidas por el Consejo de la Enseñanza Privada Superior.
La formación técnica está a cargo del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap), siendo
este una entidad autónoma y descentralizada que opera con fondos privativos equivalentes al 1% de la
planilla total de todos los trabajadores del sector privado.
El sistema educativo a cargo del Mineduc cuenta con cerca de 40.000 establecimientos y 150.000 docentes
que sirven a aproximadamente 3.7 millones de estudiantes (ver Cuadro 2.2). La matrícula es
mayoritariamente rural, principalmente para el nivel de preprimaria y primaria. En el nivel de media, la
oferta educativa se encuentra principalmente en los centros urbanos.
Cuadro 2.2
Dimensión el sistema educativo, 2006
Matrícula Establecimientos Docentes
La complejidad del marco normativo, sumada a la multiplicidad de entes rectores del sector, presenta un
gran desafío para el diseño y ejecución de programas educativos. El marco legal del sector educativo cuenta
con un gran número de normas que fueron establecidas durante el proceso de transición democrática de
mediados de los ochenta, quedando plasmadas en la Constitución Política de la República promulgada en
1985. En los años sucesivos, el Congreso promulgó una serie de leyes que constituyen el andamiaje jurídico
del sistema educativo nacional. Entre ellas, la Ley de Educación Nacional de 1991,ley principal que regula
el sector educativo guatemalteco. A su vez, la Ley Marco de los Acuerdos de Paz, promulgada en 2005,
reconoce los Acuerdos de Paz como compromisos de estado. Para el tema educativo destacan el Acuerdo de
Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, y el Acuerdo Socioeconómico y de Situación Agraria que
impulsan un sistema educativo descentralizado, promueven el uso de todos los idiomas indígenas en el
sistema educativo como también la educación bilingüe, y comprometen al gobierno a ampliar la cobertura y
30
2. El reto de consolidar el sistema educativo
la educación bilingüe en las áreas rurales. Otra legislación relevante incluye la Ley General de
Descentralización (2002) que establece la descentralización del sistema educativo hacia los municipios; el
Código Municipal (2002) que establece como responsabilidad de los municipios la administración de la
educación preprimaria y primaria; y la Ley de Idiomas Nacionales (2003) que establece que para facilitar el
acceso a la educación, las poblaciones deberán ser atendidas en su propio idioma.
El sector educación no cuenta con un único ente rector. Esto se debe a que tanto la Constitución como las
leyes antes descritas han concedido distintas atribuciones en materia educativa a una serie de entidades
públicas. Los actores más relevantes son: (i) Ministerio de Educación (Mineduc), a cargo de la educación
inicial, preprimaria, primaria y media, y la extraescolar; (ii) Universidad de San Carlos de Guatemala
(USAC) y el Consejo Superior Universitario (CUS), ente autónomo a cargo de la educación superior estatal;
(iii) diez universidades privadas independientes con un Consejo de Enseñanza Privada Superior (CEPS), a
cargo de la educación superior privada; (iv) Comité Nacional de Alfabetización (Conalfa), ente autónomo a
cargo de los procesos de alfabetización de adultos; (v) Instituto Técnico de Capacitación y Productividad
(Intecap), ente autónomo a cargo de la formación técnica de jóvenes y adultos; (vi) Escuela Nacional
Central de Agricultura (ENCA), ente autónomo a cargo de la enseñanza media agrícola y forestal; (vii)
municipalidades y el sistema de Consejos de Desarrollo; (viii) otras instituciones de gobierno, tales como
los fondos sociales (a cargo de la infraestructura escolar).
En las dos últimas décadas, Guatemala ha realizado un importante esfuerzo para mejorar la educación de la
población. Este esfuerzo ha resultado en coberturas más altas en todos los niveles educativos, especialmente
en primaria, y en la consolidación de un modelo de educación primaria de autogestión para zonas rurales y
de población dispersa. El esfuerzo sostenido en educación ha sido financiado con incrementos importantes
del gasto público.
En la actualidad, prácticamente la totalidad (94,5%) de los niños entre 7 y 12 años asiste a la escuela. Este
es un gran logro si se lo compara con la situación de hace diez años cuando solo 3 de 4 niños de este grupo
etario asistía a la primaria, tal como lo mide la Tasa Neta de Escolaridad (ver Cuadro 2.3). Esto representa
un aumento de 30% comparado con el año 1995. En valores absolutos, la matrícula en este nivel pasó de 1.5
millones en 1995 a 2.4 millones en el 2006, un aumento del 60%. Durante este período, el sector oficial
duplicó sus establecimientos.
Cuadro 2.3
Tasa neta y bruta de escolaridad por nivel educativo, 1995-2006
Por otro lado, ha habido importantes logros de consolidación del sistema descentralizado de gestión de
escuelas. Desde 1996, el Gobierno se ha embarcado en un proceso de descentralización educativa a nivel
preprimaria y primaria. Este esfuerzo de descentralización se ha concentrado principalmente en dos
31
Más crecimiento, más equidad
iniciativas: los Comités Educativos de Autogestión (Coeduca)1 en el marco del Programa Nacional de
Autogestión Educativa (Pronade) y las juntas escolares.
Cuadro 2.4
Evolución de cobertura de las escuelas de autogestión
La descentralización hacia la escuela ha tenido su mayor logro en el aumento de la cobertura, sobre todo en
áreas rurales y comunidades anteriormente excluidas. Adicionalmente, se observa que en las escuelas del
Pronade los docentes reportan menos ausentismo y un número significativamente mayor de días trabajados.
Evaluaciones del Pronade (di Groppello, 2006) señalan que los indicadores de eficiencia interna en estas
escuelas han mejorado en los últimos años y son similares a los de las escuelas tradicionales, a pesar de que
las escuelas del Pronade tienen condiciones edilicias más precarias (a diferencia de las escuelas
tradicionales, suelen carecer de conexión de agua y servicios sanitarios).
Finalmente, otro logro del sector educativo ha sido el aumento en el gasto público asignado al sector. El
gasto público en el sector aumentó de 1,6% del PIB en 1996 a 2,8% del PIB en 2006 y representa el 28,5%
del gasto público total. Sin embargo, estos valores están por debajo del promedio de los países de la Región
que se ubica en 5% del PIB, y debajo de otros países en la Región como México (5,8%) y Costa Rica
(4,9%).
A pesar de los avances del último período, Guatemala aún tiene que enfrentar y resolver una serie de
desafíos a fin de fortalecer su sistema educativo. Estos retos están relacionados con aumentos en la
cobertura de la educación preprimaria, el mejoramiento de la eficiencia interna de la educación primaria y
el mejoramiento de su calidad, la expansión de la educación secundaria, el mejoramiento de la
1
El Coeduca, centro de la estructura de ejecución del programa, se crea como una entidad legal y se encarga de administrar el programa a
nombre de la comunidad. Está conformado por padres y miembros de la comunidad, y entre sus funciones se cuenta: (i) contratar docentes
y pagar sus sueldos, (ii) mantener registros de contabilidad, (iii) monitorear la asistencia de maestros y alumnos, (iv) definir el programa y
el calendario escolar (dentro de la estructura legal nacional), (v) adquirir y distribuir materiales didácticos, (vi) monitorear las bibliotecas
escolares y (vii) organizar programas de alimentación escolar. Los Coeduca reciben fondos directamente desde el Mineduc y la
capacitación administrativa está a cargo de las ISE.
32
2. El reto de consolidar el sistema educativo
infraestructura escolar y de la formación docente. Estos desafíos requerirán un esfuerzo fiscal adicional. En
las próximas secciones se detalla cada uno de estos retos y se cierra el capítulo con algunas opciones de
política.
La cobertura del nivel de educación preprimaria ha crecido sustancialmente en años recientes. En 1995 solo
una quinta parte de los niños entre 5 y 6 años de edad se inscribía en este nivel, para el 2006 esta cifra se
duplicó y actualmente, la mitad de los niños de esta edad asiste a la preprimaria (ver Cuadro 2.3). Sin
embargo, sigue habiendo un gran número de niños de este grupo etario que no asiste a la escuela. Así, el
67% de los niños de 5 años (260.000 niños) y el 21% de los de 6 años (79.000 niños) no asisten a ningún
nivel educativo. Adicionalmente, en este nivel, la Educación Bilingüe Intercultural (EBI) debería
expandirse, ya que atiende a 80.000 alumnos que representan solo el 37% de los alumnos indígenas
inscritos en este nivel.
En este sentido, para apoyar el crecimiento de la preprimaria se requieren acciones orientadas, en primer
lugar, a la ampliación y mejoramiento de la infraestructura escolar; y, en segundo lugar, a la formación y
capacitación de docentes para ese nivel, haciendo especial énfasis en bilingüismo y educación intercultural
a fin de atender las necesidades de los niños indígenas. Adicionalmente, las acciones de mejora de la oferta
educativa en preprimaria (y las de primaria que se discuten luego) podrían complementarse con una
estrategia de transferencias monetarias condicionadas del Gobierno, como la que se discute en otro capítulo
de este trabajo, que buscaría, por un lado, resolver problemas de ingresos de las familias más pobres y por
otro, incentivar la asistencia de los niños en situación de riesgo a las escuelas.
El principal desafío que enfrenta la educación primaria es la ineficiencia interna de este nivel, el cual se
refleja, principalmente, en una alta repitencia (en particular, en primer grado), sobre-edad a lo largo de todo
el nivel y abandono sin completar el ciclo. Como resultado, menos de la mitad de los alumnos que ingresa a
primer grado completa la educación primaria.
Respecto a la sobre-edad, de 100 niños que asisten a primer grado, 43 lo hacen con sobre-edad ya sea
porque repiten este grado (25% de alumnos de primer grado repiten este grado) o entran tarde al sistema.
Para los grados restantes de este nivel, la tasa de sobre-edad promedio es de 55%. El resultado es que la tasa
neta de finalización de primaria (graduados de grado 6 con 12 años) es de 32%, mientras que la tasa bruta
de finalización (teniendo en cuenta los que se gradúan con sobre-edad) es de 72,3% (2005).
Respecto al ingreso tardío al primer grado de primaria, se observa que este es más pronunciado entre la
población pobre y la indígena. Así, si bien el 92% de los niños no pobres se incorpora a este nivel entre los
6 y 7 años; entre los pobres y pobres extremos solo el 77% y 66%, respectivamente, lo hace en esta edad.
Lo mismo ocurre entre etnias, si bien el 87% de los niños no indígenas entra a la primaria entre los 6 y 7
años, solo el 73% de los niños indígenas lo hace a esta edad (Gráficos 2.1 y 2.2).
La gran deserción en este nivel se produce en quinto grado, grado en el que el 45% de los niños abandona el
sistema (ver Gráfico 2.3). En particular, la tasa de deserción afecta más a los niños pertenecientes a familias
más pobres. Un niño que pertenece al quintil más pobre tiene un 30% de probabilidad de terminar la
33
Más crecimiento, más equidad
primaria, mientras que aquel que pertenece al quintil más rico tiene un 80% de probabilidad de graduarse en
este nivel.2
40% 40%
30% 30%
20% 20%
10% 10%
0% 0%
6 7 8 6 7 8
Edad Edad
Si se lo compara con otros niveles, es de notar, tal como lo muestra el Gráfico 2.3, que la gran deserción del
sistema educativo se produce en la primaria y no en la secundaria, con lo cual se puede inferir que si bien
Guatemala ha sido exitosa en proveer acceso universal a la escuela primaria, el esfuerzo ahora debe
centrarse en garantizar la finalización universal de la primaria y la transición a secundaria básica.
Gráfico 2.3
Tasas de deserción y repitencia grados 1 a 9
0,50 % de niños que desertaron a enero
0,45 de 2005
% de niños que repiten el mismo
0,40 grado en enero de 2005
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Grado por cohorte 2004
Nota: La tasa de deserción incluye la deserción intra e interanual, a diferencia de lo que reporta el Mineduc,
que solo incluye la deserción intraanual.
Fuente: Banco Mundial, PAD Education Quality and Secondary Education Project, 2007.
2
Survivor Function Plot por quintil basado en Encovi 2000 y citado de Banco Mundial, PAD Education Quality and Secondary Education
Project, 2007.
34
2. El reto de consolidar el sistema educativo
Las acciones para disminuir el abandono en este nivel deben dirigirse tanto a estimular la demanda como a
mejorar la oferta educativa. El Cuadro 2.5 muestra que las razones por las que los niños abandonan la
escuela primaria obedecen a razones de demanda así como de oferta. Por el lado de la demanda (trabajo,
oficios en la casa, enfermedad, violencia), un programa de transferencias condicionadas, tal como el
Gobierno lo está considerando, solucionaría parcialmente estos problemas. Sin embargo, se observa que en
la mayoría de los grados y grupos de población, los factores de oferta (no le interesa, falta de maestro)
explican una parte importante de las razones de abandono. Es interesante notar cómo en tercer grado se
repite la falta de maestro como principal razón de abandono. De estos resultados se impone un área de
asistencia técnica para el país, con un estudio que analice en detalle las razones por las que los alumnos
expresan que no les interesa continuar estudiando como razón para abandonar la escuela.
Cuadro 2.5
Principales causas de abandono de educación primaria por condición de pobreza y etnia
Grado de primaria
1 2 3 4 5 6
No le interesa (40%) Enfermedad (47%) Falta de maestro (34%) No le interesa (31%) Trabajo (66%) No le interesa (71%)
Toda la población
Enfermedad (23%) No le interesa (20%) No le interesa (28%) Violencia (27%) Enfermedad (12%) Falta de dinero (13%)
No le interesa (42%) Enfermedad (42%) No le interesa (35%) No le interesa (29%) Trabajo (68%) Falta de dinero (52%)
Pobre extremo y pobre
Enfermedad (26%) No le interesa (26%) Falta de maestro (30%) Violencia (29%) Enfermedad (7%) Oficios en la casa (26%)
Oficios en la casa (53%) Enfermedad (63%) Falta de maestro (44%) No le interesa (70%) Trabajo (57%) No le interesa (94%)
No pobre
No le interesa (30%) La madre trabaja (32%) Mal tiempo (40%) Enfermedad (31%) Enfermedad (37%) Migración temporal (6%)
No le interesa (42%) Enfermedad (69%) No le interesa (42%) No le interesa (84%) Trabajo (76%) Falta de dinero (67%)
Indígena
Enfermedad /Falta de
Enfermedad (31%) No le interesa (10%) Violencia (9%) Enfermedad (13%) No le interesa (33%)
maestro (28%)
No le interesa (38%) No le interesa (29%) Falta de maestro (34%) Violencia (32%) Trabajo (57%) No le interesa (76%)
No indígena
Oficios de la casa (16%) Enfermedad (27%) No le interesa (25%) Enfermedad (16%) Enfermedad (12%) Oficios de la casa (8%)
En cuanto a las diferencias de género, se observa que los niveles de asistencia y escolaridad entre hombres
y mujeres a nivel nacional son similares. Sin embargo, dentro de la población indígena siguen existiendo
diferencias importantes. En promedio, las niñas indígenas entran más tarde y abandonan más temprano el
sistema que los niños indígenas (ver Gráfico 2.4).
En este sentido, para apoyar el mejoramiento de la eficiencia interna y la calidad de la educación primaria
es necesario priorizar el diseño de estrategias a fin de atender los problemas de entrada tardía a la escuela y
las altas tasas de repitencia y deserción, así como resolver los problemas de bajo nivel de logros de lectura y
matemáticas en los primeros grados. De otra parte, debe darse prioridad a las intervenciones en las zonas
mayoritariamente indígenas en las cuales se concentran los peores índices de fracaso escolar. Entre las
acciones que deben desarrollarse se pueden enumerar las siguientes: (i) dar continuidad a programas de
promoción flexible, tal como el programa Salvemos Primer Grado; (ii) flexibilizar el calendario escolar
para ajustarlo a las circunstancias de cada localidad, tal como lo hacen las escuelas de autogestión; (iii)
continuar respaldando modalidades descentralizadas de cobertura, tal como Pronade; (iv) dar incentivos
para atraer a mejores docentes a los primeros grados; (v) proporcionar capacitación y acompañamiento a los
docentes de los primeros grados, como se discute luego; (vi) evaluar, revisar y dotar a las escuelas con
materiales educativos (guías y textos) apropiados; (vii) aumentar la cobertura de la Educación Bilingüe
Intercultural (EBI), que se discutirá luego en detalle, ampliando la formación de maestros bilingües y
desarrollando la capacitación en servicio de los maestros indígenas bilingües certificados; (viii)
35
Más crecimiento, más equidad
perfeccionar el modelo de formación inicial docente y la capacitación en servicio para los docentes de
primaria; (ix) mejorar la infraestructura educativa en las poblaciones con población pobre o indígena; (x)
fortalecer la rectoría del Mineduc en el campo de la infraestructura escolar.
Gráfico 2.4
Asistencia escolar por edad simple y por género en la población indígena, 2006
60%
40%
20%
0%
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
Edad
A partir de los 13 años, se comienza a observar una marcada caída en el número de jóvenes que asisten a la
escuela (ver Gráficos 2.4 y 2.5). De este modo, entre los jóvenes de 13 a 15 años que están en edad de
asistir a la educación media, hay 250.000 que no asisten a la escuela. A su vez, los jóvenes que llegan a este
nivel lo hacen con alta sobre-edad y a esto se le suman altas tasas de repitencia (ver Gráfico 2.4), con lo
cual la tasa neta de escolarización para la educación media básica (niños de 13 a 15 años que asisten a
grados 7 a 9) es de 34,7%. Como consecuencia, un joven guatemalteco de 25 años tiene en promedio 6,1
años de escolaridad.
Gráfico 2.5
Asistencia escolar por edad simple y etnia, 2006
100% Total
Indígena
80% No indígena
60%
40%
20%
0%
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
Edad
36
2. El reto de consolidar el sistema educativo
Analizando las encuestas de hogares, se observa que si bien el 80% de los jóvenes de 13 años reporta que
asiste a la escuela, solo el 60% asiste cuando llega a los 15 años. Estos valores promedio esconden
marcadas diferencias observadas entre poblaciones indígenas y no indígenas, y entre jóvenes pertenecientes
a distintos niveles de ingreso. Entre los jóvenes indígenas de 15 años, solo el 49% asiste a la escuela,
mientras que para los no indígenas esta cifra sube a 64% (ver Gráfico 2.5). Entre los pobres, se observa que,
en general, asisten menos a la escuela en todos los niveles que los no pobres. A los 15 años, solo el 32% de
los pobres extremos y el 45% de los pobres continúan asistiendo a la escuela, mientras que entre los no
pobres, este valor llega al 80% (ver Gráfico 2.6).
Gráfico 2.6
Asistencia escolar por edad simple y condición de pobreza, 2006
Total
100%
Pobre extremo
80% Pobre
No pobre
60%
40%
20%
0%
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
Edad
De esta manera, los dos principales desafíos que se presentan en este ciclo escolar incluyen mejorar la tasa
de graduación y eficiencia interna de la educación primaria para lograr que los alumnos lleguen a la
educación media, y mejorar y expandir la oferta en el nivel medio.
La EBI en Guatemala se inició en 1980 con 10 escuelas piloto en los cuatro idiomas principales en los
primeros grados de primaria. En la actualidad, la EBI se ofrece en preprimaria y primaria, de forma
decreciente, de primero a tercer grado. En preprimaria, la EBI atiende a 80.000 alumnos (que representan el
15% del total de niños de este nivel y 37% de los alumnos indígenas inscritos en este nivel) en 2.600
establecimientos y cuenta con 3.000 docentes; en el caso de la primaria, atiende a alrededor de 200.000
niños (23% de los alumnos indígenas inscritos en este nivel) con alrededor de 5.000 docentes.
37
Más crecimiento, más equidad
La importancia de la EBI es evidente ya que el 41% de la población guatemalteca es indígena (Censo 2002)
y como grupo, tienen los peores indicadores educativos del país: los niños indígenas ingresan más tarde al
sistema escolar (solo 53% entra a primer grado a los siete años), se matriculan en menor proporción (13%
de los niños indígenas entre 7 y 12 años no asisten a la escuela) y abandonan la escuela a una edad más
temprana (a los 15 años solo el 49% permanece en la escuela). Es de notar que existe una considerable
variación interétnica: aun dentro de los mayas existen marcadas diferencias en los indicadores descritos.
Como resultado, la población indígena de 15 años o más tiene en promedio la mitad de años de educación
formal que la población no indígena, a saber, 2,6 años versus 5,8 años (Rubio, 2004 basado en Encovi
2000). Es de notar que el número de años de educación formal para la población adulta (15 años o más)
difiere entre hombres y mujeres con una marcada diferencia en contra de las últimas. Las mujeres indígenas
tienen 1,3 años menos de educación que los hombres de igual etnia (ver Cuadro 2.6).
Cuadro 2.6
Promedio de años aprobados por etnicidad y género (población adulta)
Si bien en Guatemala hay pocos maestros bilingües –formados como tal–, mediante la capacitación en
servicio se han formado miles de maestros bilingües. Hay que destacar, sin embargo, que no ha existido un
estándar para desarrollar estas capacitaciones y los maestros capacitados en servicio difieren mucho en el
nivel de conocimiento y dominio de los elementos básicos de la metodología EBI. Asimismo, la EBI se ha
caracterizado por un esfuerzo agresivo de capacitar a docentes en su metodología, esfuerzo que ha sido
financiado y asistido técnicamente por organizaciones internacionales.
Los principales desafíos que presenta la EBI son la insuficiente cobertura en los niveles de preprimaria y
primaria así como la falta de docentes capacitados en esta modalidad para poder hacer frente a la expansión
que se requiere de la oferta. Se espera que la expansión de la EBI contribuya a disminuir la repitencia y
abandono del sistema escolar y, de esta manera, aumentar la tasa de culminación tanto de primaria como de
educación media.
Inicialmente creado en 1992 y luego reactivado en el 2004, el país cuenta con un sistema de evaluación de
los aprendizajes que realiza evaluaciones censales y muestrales en 1ro, 3ro, 6to, 11avo y 12avo grados en
lectura y matemáticas, tanto en español como en los idiomas mayas mayoritarios. Hasta el 2006, los
instrumentos de evaluación variaron de año a año, lo que no permite la comparación de los resultados. En el
2006, mediante la puesta en marcha del Sistema Nacional de Evaluación e Investigación Educativa (Sineie),
se estableció un instrumento base permanente por nivel que permitirá la comparación. Adicionalmente, en
el 2006, Guatemala participó por primera vez en una prueba internacional (segunda evaluación del LLECE,
SERCE3).
3
Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE). Segundo Estudio Regional Comparativo y
Explicativo de tercero y sexto nivel en Lenguaje y Matemática (SERCE).
38
2. El reto de consolidar el sistema educativo
Guatemala presenta bajos niveles de comprensión de lectura y en matemáticas que impiden a los niños
completar la educación primaria. El rendimiento en el primer grado presenta uno de los mayores retos que
enfrenta el sistema: menos de la mitad de los alumnos examinados alcanza el criterio global de lectura y
solo el 28% el de matemáticas. En tercer grado, los resultados mejoran levemente, pero los reprobados
representan alrededor de la mitad de los alumnos. Finalmente, al salir de la primaria en 6to grado, se
observa que aquí también solo la mitad de los niños presenta resultados satisfactorios en lenguaje y
matemáticas (Cuadro 2.7). A su vez, para todos los grados se observa que las diferencias en rendimiento
varían desfavorablemente para los niños en áreas rurales e indígenas.
Cuadro 2.7
Resultados de evaluaciones Sineie, 2004-2005
Lenguaje Matemáticas
Reprobados/ Aprobados/ Reprobados/ Aprobados/
insatisfactorios satisfactorios insatisfactorios satisfactorios
1er grado primaria
52% 48% 72% 28%
(2004)
3er grado primaria
43% 57% 58% 42%
(2004)
6to grado primaria
52% 48% 45% 55%
(2005)
Nota: Basados en muestras de alumnos de cada grado.
Fuente: Álvarez y Schiefelbein, 2007 con base en Sineie, Mineduc.
El alto nivel de fracaso escolar (no promoción), deserción y sobre-edad está relacionado con el alto
porcentaje de alumnos que no comprende lo que lee, en parte porque el nivel de lectura es el principal
indicador que utilizan los maestros para promover a un estudiante en los primeros grados de primaria.
En el 2005, se aprobó un nuevo Currículo Nacional Base (CNB) que cuenta con una estructura curricular
basada en competencias y no en conocimientos como el currículo anterior. En el 2006, se aprobó el
currículo para preprimaria y una propuesta curricular para el ciclo medio básico. Todos estos currículos
para los distintos niveles tienen una misma estructura transversal por área de competencia.
Solo el 53% de los establecimientos escolares del sector oficial cumplen con las condiciones mínimas para
una adecuada enseñanza. Estas deficiencias se hacen más agudas en las áreas rurales y con alta
concentración de población indígena. A su vez, la gestión de la infraestructura escolar presenta serias
carencias. Existe un proceso inadecuado para aprobar la creación de nuevas escuelas y una marcada
ausencia de recursos y mecanismos para brindar mantenimiento a las mismas. Además, los recursos
disponibles se distribuyen de manera desigual y las asignaciones presupuestales para este fin no siempre
coinciden con las necesidades edilicias en los departamentos.
39
Más crecimiento, más equidad
De otra parte, la atención a las necesidades de infraestructura se realiza a través de instituciones ejecutoras
que trabajan de forma autónoma y con poca coordinación entre ellas. Las comunidades presentan sus
solicitudes ante las mismas, esperando ser atendidas sin mediar un criterio de priorización, ni criterios
normativos en cuanto a áreas, materiales o tipologías edilicias que se deban utilizar para la construcción de
las escuelas.
El Mineduc no cuenta con la rectoría sobre infraestructura, ya que la construcción de obras nuevas,
reparaciones mayores y ampliaciones no están a su cargo. En este sentido, los ejecutores más importantes
son Fondo de Inversión Social (FIS), Fondo Nacional por la Paz (Fonapaz) y los Consejos Departamentales
de Desarrollo.
Desde el 2004 y en el marco del Sistema Nacional de Infraestructura Escolar, el Mineduc ha realizado
esfuerzos significativos con el objetivo de ordenar la construcción de edificios escolares, sistematizar la
información y desarrollar mecanismos de mantenimiento de los edificios. Entre estas iniciativas se destaca
el Censo de Infraestructura Escolar 2004-2005 que cuenta con información geo-referenciada sobre el estado
de los edificios escolares, su equipamiento e inclusive el personal asignado a los mismos. Este sistema de
información geo-referenciada ha probado ser una útil herramienta de planificación para la construcción de
nuevos edificios, así como para su ampliación y refacción. Paralelamente, se está fortaleciendo la Dirección
de Infraestructura Escolar dentro del Mineduc y se ha iniciado la elaboración del Plan Nacional de
Infraestructura Escolar.
En general, en el país persiste un bajo nivel académico de los docentes ya que los docentes de primaria solo
necesitan graduarse de la escuela secundaria (grado 10 a 12) para poder ejercer. Existe, además, un
excesivo número de pequeñas instituciones formadoras de docentes, lo que impide invertir en recursos
educativos y docentes formadores calificados de tiempo completo. A ello se le agrega que el currículo de
formación inicial fue recientemente actualizado (en 2007), pero los docentes formados antes de esa fecha se
encuentran ejerciendo con los contenidos y deficiencias del anterior currículo.
En cuanto a la gestión del recurso docente, se observa una mala asignación y administración (muy
centralizada y burocrática) que se traduce en grandes demoras en la asignación de docentes; en una planta
docente con poca experiencia debido a la temprana jubilación de sus integrantes; y, en lo que se refiere a la
experiencia docente, en una distribución no equitativa entre áreas rurales y urbanas, y entre grados.
Respecto a la gestión escolar, cabe señalar que la dirección escolar es débil: hay muchos directores a medio
tiempo (combinan docencia y dirección), con frecuencia no existe una persona que ejerza las funciones de
dirección en los establecimientos multigrados, el bajo salario de los directores no permite reclutar personas
con experiencia para esta posición y, finalmente, los directores de escuela poseen una deficiente formación
para las funciones que ejercen.
Si bien el país ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años en aumentar el gasto en educación, todavía no
se ha llegado a un nivel suficiente como para lograr superar los desafíos planteados. El gasto en educación,
40
2. El reto de consolidar el sistema educativo
como un porcentaje de PIB que alcanza el 2,8% en 2006, se encuentra por debajo del promedio regional que
llega a 5% del PIB. Más aun, a nivel mundial, Guatemala se encuentra entre los 24 países que menos
invierten en educación, medido por el gasto en educación como porcentaje del PIB (Unesco, 2008).
En términos de gasto público en educación, el esfuerzo que realiza Guatemala es insuficiente y mucho
menor que otros países de la Región. El gasto público en educación por estudiante de primaria como
porcentaje del PIB per cápita llega a 5% en Guatemala, valor muy inferior al promedio regional de 12%, y
muy inferior al de otros países de la Región como Argentina, México, Costa Rica y Colombia cuya
inversión por estudiante oscila entre 12% y 20% del PIB per cápita. Para el caso de secundaria, la diferencia
es aun más grande, Guatemala invierte un 4% del PIB per cápita por alumno de secundaria por año,
mientras que la Región invierte en promedio 13% y países como México, Costa Rica y Chile invierten entre
el 14% y 19% para este nivel (Unesco, 2008). En términos absolutos, Guatemala invierte US$ 2144 por
cada alumno de primaria y US$ 161 por cada alumno de secundaria. Estos valores representan un tercio de
lo que invierte en promedio América Latina (US$ 598 por alumno de primaria y US$ 642 por alumno de
secundaria), y solo un 15% de lo que invierten países como Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica y
México (Unesco, 2008).
Se ha calculado que para alcanzar las metas de cobertura y calidad de la educación que diversas
organizaciones públicas, privadas y sociales han convenido para el país, se requiere duplicar el reducido
presupuesto actual. Se debería llegar a valores cercanos al 4% del PIB para el 2012 y al 4,6% para el 2021
(Icefi y AED/USAID Guatemala 2007).
En el país existe una universidad nacional pública y diez universidades privadas que ofrecen educación a
alrededor de 200.000 estudiantes. La oferta educativa de este nivel incluye carreras técnicas de 3 años, y
licenciaturas de 4 y 5 años de duración. Si bien se ha expandido la cantidad de cupos disponibles en este
nivel, persiste un problema de acceso de la población pobre y los indígenas. Solo el 3% de los alumnos que
realiza estudios superiores son pobres y el 17% son indígenas (Encovi, 2006), lo que demuestra que queda
trabajo por hacer para incluir y dar oportunidades de acceso a estos grupos.
Existen, además, grandes ineficiencias internas: solo el 60% de los alumnos que asiste a este nivel lo hace
entre los 18 y 25 años mientras que un 35% de los que asiste tiene entre 26 y 40 años de edad (Encovi,
2006). Adicionalmente, la tasa de abandono es alta, en particular, en los primeros años de estudio. A esto se
le suma una serie de deficiencias que incluyen: falta de pertinencia dada la poca vinculación entre la
educación superior y el entorno económico, social y cultural del país; falta de actualización científico-
tecnológica de los currículos; deficiencias en la formación académica, desarrollo profesional y actualización
de los docentes universitarios; defectuoso proceso de selección de catedráticos y bajos salarios; y bajo nivel
académico de los estudiantes de primer ingreso (Funes, 2001).
4
PPP en valores constantes de US$ de 2004.
41
Más crecimiento, más equidad
Referencias bibliográficas
Álvarez, H. y Schiefelbein, E. 2007. Informe Integrado del Sector Educación: Informe Final. Informe de
consultoría financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Agencia Sueca para el
Desarrollo.
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Secondary Education Project. Washington, DC: Banco Mundial.
Edwards, J. y Winkler, D. 2004. “Capital humano, globalización y asimilación cultural: un estudio aplicado
a los Mayas de Guatemala”. En Winkler, D. y Cueto, S., eds. Etnicidad, raza, género y educación
en América Latina. PREAL.
Funes, M. 2001. “Educación Superior en Guatemala”. Revista Teorethikos, año V, volumen 2. San
Salvador: Universidad Francisco Gavidia.
Icefi y AED/USAID Guatemala. 2007. Más y mejor educación en Guatemala (2008-2021) ¿Cuánto nos
cuesta? Guatemala: Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales y Academy for Educational
Development/United States Agency for International Development Guatemala.
Rubio, F. 2004. “Educación bilingüe en Guatemala: situación y desafíos”. Documento preparado para el
seminario “Balance y perspectivas de la educación intercultural bilingüe” del Banco Mundial-
PROEIB Andes, 14 y 15 de junio de 2004.
42
3. Políticas para el
desarrollo de una
infraestructura básica
43
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
Según la Metodología de Diagnósticos del Crecimiento (MDC)1 Guatemala podría describirse como un
caso de crecimiento lento debido a una mezcla de factores adversos. Entre estos factores, cabe destacar que
los retornos sociales a la inversión en capital físico son bajos debido a la escasez de bienes
complementarios a la inversión física, como determinados tipos de capital humano e infraestructura.2 En
particular, como se discutió en el Capítulo 1 en los temas de electricidad y carreteras, Guatemala parecería
por debajo de los que seria el nivel normal de provisión de estos bienes dado su nivel de ingreso.
En este sentido, después de sucesivas olas de reforma, en la década de los noventa, el Estado comenzó a
promover la participación del sector privado en infraestructura e inició la modernización del marco
regulatorio para dicho sector. Las reformas implementadas durante los noventa incluyeron la privatización
del sector eléctrico y las telecomunicaciones, la concesión de la operación de los ferrocarriles y un contrato
de gestión de los servicios de correos, además de medidas adicionales para la liberalización de la inversión
extranjera, entre otras medidas de reforma estructural. Inicialmente, las reformas antes mencionadas
tuvieron un fuerte impacto sobre la economía de Guatemala. Sin embargo, aún quedan importantes
reformas por realizar que vendrían a complementar los procesos previamente iniciados y que
evidentemente, como se discutirá luego, son necesarias dado los, todavía relativamente bajos, indicadores
de desarrollo de infraestructura básica en Guatemala.
En vista de lo anterior, la política pública hacia el desarrollo de la infraestructura básica debe orientarse a
proveer bienes complementarios para la acumulación del capital físico y de esta forma elevar la rentabilidad
del capital dentro del país. Con este contexto, el presente capítulo se enfoca en algunas áreas de
infraestructura consideradas prioritarias dado su impacto sobre el desarrollo económico y social del país,
incluyendo el sector energético, transporte, puertos y aeropuertos, al igual que agua y saneamiento.
El capitulo comienza con un diagnóstico del sector. Posteriormente, la sección 3.3 presenta un panorama de
las políticas públicas relacionadas con el sector. Finalmente, la sección 3.4 hace algunas recomendaciones
de política.
A partir de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 se han realizado importantes esfuerzos para
incrementar la disponibilidad de infraestructura básica en el país. Sin embargo, los indicadores de
infraestructura básica de Guatemala son aún adversos en relación con los promedios de países en categorías
de desarrollo económico comparable (ver Cuadro 3.1).3
Este capítulo fue realizado por Mario Cuevas basado en un trabajo de César Castellón, con la colaboración de Rubén Avendaño y Carlos
Trujillo.
1
Inicialmente propuesta por Hausmann, Rodrik y Velasco (2005).
2
Para más información, referirse a Artana, Auguste y Cuevas (2007).
3
De acuerdo al ranking del Foro Económico Mundial (2007), Guatemala se encuentra en la posición 74 por el desarrollo de infraestructura
tanto de transportes como de comunicaciones.
45
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 3.1
Disponibilidad y calidad de la infraestructura básica
Fuentes: *Banco Mundial (2007), **Datos de instituciones nacionales para 2006, ***Agencia Internacional de La Energía (2006). Cifra
correspondiente a 2005 y **** OMS y Unicef (2006). Las datos corresponden al año 2004.
Transporte
Durante los años noventa, se lograron avances importantes en el desarrollo del transporte en Guatemala
aunque aún queda un largo camino por recorrer. Persisten en el país restricciones considerables en cuanto a
la calidad de los servicios de transporte y sus costos son elevados en comparación con otros países de
similar nivel de desarrollo. Además, Guatemala enfrenta serios problemas y cuellos de botella, entre ellos,
la necesidad de una reforma profunda del sistema regulatorio y de una ley para las asociaciones público-
privadas (APP). Esto no solo afecta la competitividad del país a la luz de la firma del CAFTA, sino que
también tiene implicaciones sociales ya que la baja densidad de caminos mantiene muchas áreas del país
completamente aisladas, especialmente, las de mayor índice de pobreza.4
Guatemala cuenta con un Plan Maestro Nacional de Transporte 1996-2015 en el cual se recomiendan tareas
clave como: (i) la elaboración del Plan de Desarrollo Vial;5 (ii) la conformación de una autoridad marítimo-
portuaria, la privatización de servicios y reformas tarifarias y financieras; y (iii) la construcción del nuevo
aeropuerto internacional, el mejoramiento del aeropuerto La Aurora,6 y la reorganización de la
administración aeronáutica. Sin embargo, las recomendaciones de este Plan se han implementado
parcialmente y con atrasos considerables. Además, debe señalarse que el Plan Maestro antes mencionado se
encuentra hoy desactualizado.7
A pesar de lo anterior, se han logrado algunos avances recientemente. En diciembre de 2007, se completó la
reformulación y actualización del Plan de Desarrollo Vial (PDV) que es un estudio técnico que orientará, en
4
Según Banco Mundial (2002), el 56% de los hogares no tiene acceso a una ruta pavimentada y el 13% no tiene acceso a ningún tipo de
camino para vehículos de motor.
5
El Plan de Desarrollo Vial 2008-2017 (PDV) fue aprobado y entró en vigencia a partir de diciembre de 2007. Ver Ministerio de
Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (1999 y 2005).
6
El mejoramiento del aeropuerto internacional La Aurora se inició en 2007 y se encuentra en proceso a inicios de 2008.
7
Ver Ministerio de Comunicaciones, Transporte y Obras Públicas (1996).
46
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
el período 2008-2017, las actividades del subsector de transporte por carretera en materia de gestión e
inversiones (construcción, mejoramiento, rehabilitación y mantenimiento) en la infraestructura vial, así
como la modernización de la infraestructura vial existente y en la implementación de programas de
seguridad vial. El PDV 2008-2017 constituye el monitoreo y actualización del PDV 2000-2010 y del Plan
Maestro de Carreteras 1996-2015, ambos formulados en el marco del Plan Nacional de Transportes.
La Red Vial de la República de Guatemala está conformada por más de 15.000 kilómetros de carreteras,
incluidos 3.600 kilómetros de caminos rurales.9 Esta red está clasificada según tres tipos de rutas:
centroamericanas, nacional y departamentales, a las que habría que añadir los caminos rurales de conexión
entre aldeas.10 Por otra parte, la DGC agrupa la red vial de acuerdo a tres categorías: primaria,11
secundaria12 y terciaria13 en función de aspectos estratégicos de comunicación, estructuración y otros
criterios técnicos.
De acuerdo a los datos del 2006 de la Dirección General de Caminos, del total de 15.000 kilómetros que
componen la red vial de Guatemala, más de 6.400 kilómetros están asfaltados (42% del total). Por tipos de
redes, existen claras diferencias entre la red primaria (de la que solo queda por asfaltar menos del 4%) y la
red secundaria (con un 3% sin asfaltar), respecto de la red terciaria (por asfaltar casi 27%). A esta red sin
8
Ver Pronacom (2007b)
9
Datos actualizados al 2006.
10
Esta primera clasificación data de los años treinta y se consolidó con la Ley de Derecho de Vía de 1942 en la que se establecen los
anchos de reserva a mantener en la red de carreteras y en la que ya se utiliza esta denominación.
11
La red primaria tiene como propósito la comunicación directa a nivel regional e internacional (comunicar de y hacia los principales
puertos marítimos y fronteras). Actualmente, la red vial primaria está conformada por casi todo el conjunto de Carreteras Centroamericanas
(CA), por un porcentaje significativo de Rutas Nacionales (RN) y Departamentales (RD), y por las rutas de nomenclatura especial como la
Franja Transversal del Norte (FTN) y Carretera Inter-Troncal de Occidente – 180 (CITO-180).
12
La red secundaria facilita la comunicación regional y entre las cabeceras de departamentos contiguos, al igual que hacia y desde los
mayores centros de población y/o producción, conformando una red complementaria y/o alterna a la red vial primaria. La constituyen la
Ruta CA-9 Sur “A” en sus tramos “Palín - Escuintla” y “Escuintla - Puerto San José”, la mayoría de las Rutas Nacionales (RN) y parte del
total de las Rutas Departamentales (RD).
13
La red terciaria complementa las redes primaria y secundaria, comunicando las cabeceras departamentales con municipios y aldeas. Está
constituida, en su mayoría, por Rutas Departamentales (RD), con rodadura de terracería y/o balasto, y por el resto de vías registradas por la
DGC bajo la denominación ‘Caminos Rurales’ (CR).
47
Más crecimiento, más equidad
asfaltar habría que añadir los más de 3.600 kilómetros de caminos rurales (en su mayoría de terracería) al
igual que caminos no registrados (más de 9.000 kilómetros que dependen de las municipalidades).
Los datos anteriores apuntan a una limitada cobertura de la red vial, lo que tiene importante incidencia
sobre determinadas variables socioeconómicas. En primer lugar, cuando los caminos son malos,
especialmente en zonas rurales, el abastecimiento de insumos para la producción y comercialización de
productos suele ser prestado por uno o unos pocos intermediarios. Es decir, cuando la red vial es incompleta
disminuye la competencia en y por los mercados. Como resultado de lo anterior, los márgenes de ganancia
de los intermediarios se vuelven más altos y disminuye la competitividad de los productos agrícolas.14
En segundo lugar, para lograr un desarrollo agrícola acelerado se necesita una serie de servicios de apoyo
como el crédito, canales de comercialización y disponibilidad de insumos. Todos ellos requieren los
servicios de personas calificadas profesionalmente que desean tener acceso a los servicios que proporcionan
las áreas urbanas y, por lo tanto, precisan caminos pavimentados que sean transitables durante todo el año.
Este punto es análogo al énfasis contemporáneo que se centra en conglomerados (o clusters) de desarrollo.
De acuerdo a este último enfoque, el desarrollo se da cuando actividades económicas similares se localizan
geográficamente en puntos cercanos entre sí de manera que el volumen de producción alcance cierta escala
y que los productores se beneficien uno a otro por su cercanía. Ciertamente, los caminos pavimentados son
esenciales para hacer efectiva dicha conglomeración.
Siempre dentro del contexto de la infraestructura de transporte, debe señalarse que Guatemala tiene un gran
potencial marítimo-portuario dado que cuenta con acceso a los dos océanos. Los cinco puertos en
Guatemala mueven el 19% de la carga a nivel centroamericano (después de Panamá) lo que equivale a más
de 11 millones de toneladas por año. Los tres principales puertos, a saber, Puerto Quetzal (5 millones de
toneladas), Puerto Barrios (1,7 millones de toneladas) y Puerto Santo Tomás de Castilla (4,5 millones de
toneladas) presentan niveles de desempeño muy variados. Puerto Barrios lleva 12 años operando bajo una
concesión privada a 25 años y su productividad supera en cuatro veces la de Puerto Quetzal (de propiedad
pública con alguna participación privada) y en ocho veces la de Puerto Santo Tomás de Castilla (de
propiedad estatal y pocas actividades encomendadas al sector privado).
14
Por ejemplo, los precios de los fertilizantes suben, presionando al alza los precios de los productos agrícolas.
48
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
congestionado.15 Más del 36% de los visitantes llegan a Guatemala por vía aérea, ya que existen vuelos
directos desde varias ciudades de los Estados Unidos, Centroamérica, México, Europa y Sudamérica.
Además, cerca de doce líneas aéreas brindan servicio a Guatemala, ofreciendo 177 vuelos semanales de
itinerario internacional.
La situación del transporte urbano merece una discusión aparte. El Área Metropolitana de Guatemala
(AMG) concentra una parte importante de la población, el consumo y la producción del país. Por ejemplo,
de todos los vehículos registrados a nivel nacional, el 62% está registrado en el departamento de Guatemala.
Además, puede subrayarse que durante los últimos años el parque automotor ha sufrido aumentos anuales
de 5,6%, en promedio, mientras que la red vial en la ciudad de Guatemala ha aumentado solo 1,2%
anualmente en los últimos 25 años. Este desequilibrio ha dado lugar a crecientes niveles de
congestionamiento en el transporte urbano y, particularmente, del transporte colectivo.16 Aparte de estar
saturado, el sistema de transporte en el AMG sufre de inequidad modal, pues la mayor cantidad del recurso
espacio público es utilizado para transportar a una minoría de la población.17
En esencia, puede decirse que el servicio prestado por el sistema de transporte colectivo en el AMG es
deficiente. Además, hay un círculo vicioso: por un lado, la población y las autoridades solo están dispuestas
a un aumento de tarifa si se mejora el sistema, y por otro, los operadores están dispuestos a una mejora del
sistema únicamente si se aumenta la tarifa. El círculo vicioso alimentado por intereses particulares ha
impedido, hasta la fecha, una reforma profunda del sistema de transporte en el AMG.
Energía
En la actualidad, Guatemala sufre de una exagerada dependencia en los hidrocarburos para satisfacer sus
requerimientos energéticos. El acelerado incremento en los precios de petróleo en años recientes y la
dependencia importante en la generación térmica (mayor al 57%) han tenido un impacto considerable en la
economía.18 Ahora bien, el país cuenta con importantes recursos no desarrollados, tanto geotérmicos como
hídricos, que le permitirían disminuir esta dependencia. Asimismo, debe señalarse que el país está en una
posición privilegiada para desarrollar biocombustibles y disminuir el impacto que la factura petrolera tiene
sobre la economía.
Sin embargo, uno de los problemas que dio lugar a la dependencia antes mencionada fue la prolongada
ausencia de una política energética integral. Hasta fines del año 2007, cuando se aprobó la Política
Energética y Minera 2008-2015, el sector energético carecía de una política integral que comprendiera
hidrocarburos y electricidad, e integrara otros temas como biocombustibles, minas y aspectos ambientales.
Aun cuando, a mediados de los años noventa, se realizaron importantes reformas con el fin de incentivar la
inversión privada, incrementar la cobertura de la red eléctrica y mejorar la eficiencia en el uso general de
15
Cabe señalar que existen 39 aeropuertos y helipuertos en Guatemala; de los cuales cuatro aeropuertos están nominados como
Aeropuertos Internacionales, aunque solamente La Aurora (en la ciudad de Guatemala) y Mundo Maya (en Santa Elena Petén) tienen
vuelos domésticos e internacionales programados.
16
El sistema de transporte urbano de la ciudad de Guatemala consta de aproximadamente 3.000 autobuses que transportan alrededor de 2
millones de pasajeros diariamente. Dicho servicio es prestado por la Empresa Municipal de Transporte (EMT) y por operadores privados
(propietarios de la mayoría de autobuses). Buena parte de los recorridos de buses ya tenían en 1992 secciones con velocidades de operación
menores a 4 km/h. Se calcula que actualmente la velocidad de operación promedio de los autobuses es entre 6 y 10 km/h.
17
Por ejemplo, aunque solo el 23% de los viajes realizados en el AMG se realizan en automóvil particular, este modo de transporte ocupa el
76% del espacio disponible de circulación sobre las vías públicas. Por su parte, el transporte colectivo, que es utilizado para realizar el 68%
de los viajes dentro del AMG, utiliza únicamente el 22% del espacio de las calles.
18
Ministerio de Energía y Minas. (2007).
49
Más crecimiento, más equidad
A pesar de los progresos alcanzados, el acceso a la electricidad es aún limitado, en especial en las áreas
rurales. Aunque la cobertura nacional era de 85% para el 2006, sucede que, actualmente, 6 departamentos
cuentan con un 90% de cobertura eléctrica, 11 departamentos han superado el 75%, y 5 departamentos
mayoritariamente rurales solo poseen cobertura eléctrica entre el 43% y el 70%, presentando el
departamento de Alta Verapaz una cobertura eléctrica menor al 50%.19
Es pertinente recordar que el sector de electricidad de Guatemala contó con la participación activa de
inversionistas privados desde sus inicios hasta el año 1959, cuando expiró la concesión de 50 años de la
Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA). En ese entonces se creó el Instituto Nacional de Electrificación
(INDE), empresa estatal encargada de la generación y la transmisión a escala nacional y la distribución en
las áreas no atendidas por EEGSA.20 El modelo en que el Estado mantenía el monopolio se mantuvo hasta
los comienzos de los noventa cuando se presentó una crisis aguda por rezagos en la tarifa de electricidad y
el racionamiento de energía ocasionado por el desfase en el crecimiento de la oferta y la demanda al igual
que la vulnerabilidad ante sequías de un sistema de generación predominantemente hidroeléctrico. A partir
de 1992, EEGSA e INDE comenzaron la contratación del suministro de energía a largo plazo con
generadores privados a través de contratos del tipo PPA, negociados directamente entre las partes (sin
licitación pública).21
Un hito importante en la historia del sector fue la reforma del marco legal. En 1996 se aprobó la Ley
General de Electricidad (LGE).22 El INDE fue reestructurado en una empresa de generación, otra de
transmisión y dos empresas de distribución. Además, EEGSA fue privatizada en 1998 con la venta del 80%
de las acciones en poder del Estado a un consorcio liderado por Iberdrola Energía S.A., y el 80% de las
acciones de las empresas de distribución fueron vendidas a finales de 1998 a un consorcio liderado por
Unión Fenosa (UF).23
Luego de las reformas, se registraron algunos logros en el sector eléctrico. Después de diez años de
modernización del mercado eléctrico de Guatemala, se incrementó la cobertura eléctrica de un 55% a un
85%; se realizaron inversiones en el sistema eléctrico superiores a los 2 mil millones de dólares; mejoraron
los estándares de calidad y confiabilidad y los racionamientos se eliminaron prácticamente. En el presente,
la generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se encuentra en alrededor de 8.000 GWh, de lo cual
casi 94% corresponde a la generación para el SNI. En cuanto a la generación por tipo de recurso utilizado,
el 53% corresponde a la utilización de fuentes de energía renovable (hidroenergía, geoenergía y bagazo de
19
Estas cifras pueden compararse con una cobertura total de 90% en Latinoamérica (98% en zonas urbanas y 65,6% en zonas rurales). Para
países en desarrollo, las cifras equivalentes son 68,3% (cobertura total), 85,2% (urbana) y 56,4% (rural). A nivel mundial la cobertura
alcanza 75,6%, 90,4% y 61,7% en total, zonas urbanas y zonas rurales, respectivamente. Las cifras corresponden al año 2005, según el
World Energy Outlook 2006.
20
Actualmente, el INDE está regido por su Ley Orgánica (Decreto 64-94) y su actual organización responde a la Ley General de
Electricidad (Decreto 93-96 del Congreso de la República).
21
Para mayor detalle sobre la política de tarifas en Guatemala ver Benavides y Dussan (2005).
22
La LGE de 1996 estableció: (i) la libertad de entrada a las actividades de generación, transmisión y distribución bajo un esquema de
autorizaciones con áreas no exclusivas; (ii) la separación de actividades de generación, transmisión y distribución; (iii) la libertad de precios
para grandes usuarios (demanda superior a 100 kW); (iv) un mercado mayorista de energía conformado por un mercado de contratos
bilaterales a término y transacciones a corto plazo de potencia y energía; y, (v) la separación de las funciones de formulación de política,
regulación y administración del mercado mayorista.
23
En el momento que la LGE fue aprobada, tanto EEGSA como el INDE habían suscrito con generadores privados contratos PPA basados
principalmente en plantas de generación térmica (en el caso de EEGSA) y pequeñas hidroeléctricas y plantas geotérmicas (INDE). Los
contratos de EEGSA continuaron en la empresa privatizada y los del INDE fueron trasferidos a Deocsa Y Deorsa en 2004.
50
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
caña) mientras que el resto es generado a base de carbón mineral y de derivados de petróleo. Además,
Guatemala resulta ser un exportador neto de energía eléctrica (alrededor de 80 GWh en 2006).
La situación actual en la producción de etanol muestra una industria con capacidad establecida y en
expansión. Guatemala está entre los veinte países con mayor producción de azúcar a nivel mundial y es el
quinto mayor exportador de dicho producto (Guatemala exporta más del 70% de su producción).24 Por otro
lado, la industria local se ha diversificado con la producción de electricidad y alcohol etílico. La mitad de
los catorce ingenios existentes cogeneran energía eléctrica con el bagazo y entregan a la red eléctrica
nacional cerca del 10% de la energía requerida por el país.25 Los beneficios de utilizar etanol mezclado con
las gasolinas se pueden resumir en una leve reducción de la dependencia de importación de derivados de
petróleo, la eliminación del uso de MTBE y reducción de emisiones contaminantes y la diversificación de la
matriz energética. No hay indicaciones de que el uso de E-10 en Guatemala pueda amenazar la seguridad
alimentaria, pues el alcohol requerido a nivel nacional se puede lograr únicamente procesando melaza sin
reducir la producción local de azúcar. La falta de legislación moderna ha impedido que el mercado local de
etanol se desarrolle. Si bien el Decreto Ley No. 17-85: Ley del Alcohol Carburante está vigente, este es
completamente inoperante. Dicha Ley manda el uso mínimo de 5% de alcohol carburante en las gasolinas,
crea un esquema de cuotas de mercado para los productores y utiliza precios controlados.26
Por otra parte, en Guatemala la producción de en grandes cantidades solo puede hacerse en la actualidad
con el aceite de palma; sin embargo, debido a los precios de los aceites comestibles en este momento no es
rentable producir en lugar de aceite comestible.27 No obstante ello, debe señalarse que las plantas
instaladas en Guatemala son todavía plantas piloto.28 Cabe añadir que tanto los productores de como el
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) han señalado que el piñón es la materia
prima adecuada para la producción de en el país, por sus posibilidades de mejorar su productividad,
capacidad de utilizar suelos menos nobles y porque no hace competencia con la producción de alimentos
(nótese que el aceite que se extrae del piñón no es comestible).
24
Hay más de 210.000 hectáreas sembradas con caña de azúcar en la costa sur del país, donde el potencial de nuevas tierras para el cultivo
es limitado; sin embargo, existe la posibilidad de desarrollo en la región norte del país.
25
Además, en la zafra 2006/2007, la producción de alcohol etílico superó los 110 millones de litros y, con la capacidad recientemente
instalada, se estima que para la zafra 2007/2008 se producirán más de 170 millones de litros de alcohol (alrededor de 150 millones serán
exportados).
26
Dado que la demanda de gasolinas en Guatemala es de alrededor de 7.3 millones de barriles, se estima que para la mezcla de etanol al
10% con las gasolinas (E-10) se requieren 120 millones de litros de alcohol anualmente, lo que podría ser abastecido con la capacidad ya
instalada. Cabe resaltar que la mayor parte del alcohol etílico producido es hidratado, por lo que cuatro de las cinco destilerías existentes
tendrían que instalar el equipo para hacer el proceso que permita obtener el alcohol anhidro (sin agua) para mezclar con la gasolina.
27
Los beneficios de utilizar biodiésel puro (B-100) o mezclado con el diésel (B-5, B-10, B-20, etc.) son similares a los que se obtienen con
el etanol.
28
En la actualidad, hay tres productores de biodiésel con una capacidad instalada de 10.600 litros por día. Si las tres plantas produjeran
biodiésel a plena capacidad por un período de 300 días al año, se podrían producir 20.000 barriles de diésel, equivalentes a
aproximadamente 0.0028% del consumo de Guatemala en el año 2006.
51
Más crecimiento, más equidad
Agua y saneamiento
Las estadísticas de salubridad de Guatemala muestran un perfil crítico en comparación con otros países de
Centroamérica causado, en parte, por la pobre prestación de los servicios de agua potable y alcantarillado, y
la precaria gestión de residuos sólidos en el contexto de una deficiente gestión de los recursos hídricos. El
sector de agua y saneamiento en la República de Guatemala presenta una situación crítica en términos de
cobertura, calidad de los servicios y sostenibilidad de los sistemas. Pese a la multiplicidad de entidades
involucradas, es precaria la gobernabilidad del agua. Las funciones de planificación, coordinación,
formulación de políticas, gestión de financiación y fijación de normas se encuentran dispersas en distintas
entidades. La regulación es inexistente y la operación de los servicios se realiza en cuatro niveles
territoriales: metropolitano (ciudad de Guatemala y alrededores, a través de Empagua y privados), urbano,
urbano marginal (las municipalidades a veces con participación de privados) y rural (con los Comités
Administradores de Agua Potable, CAAP, y organizaciones comunitarias). El mayor vacío legal
identificado es la falta de normas que regulen los servicios públicos de agua potable y de aguas residuales
de manera general y particular para todo el territorio nacional. No se cuenta con una política sectorial, una
ley del agua y de servicios públicos, reglamentos económicos y tarifarios o normas técnicas que aseguren la
integralidad del sector. Asimismo, en cuanto a la regulación y control, estas funciones están ausentes en el
horizonte sectorial.
Debe subrayarse que hay muy poca integración del agua a los temas ambientales y que las intervenciones
no se hacen con una perspectiva de gestión integral de los recursos hídricos. Además, existen zonas en las
cuales ya se manifiesta estrés hídrico, a saber, en los sitios tradicionalmente llamados zonas secas del país
como son Zacapa, Chiquimula y Jutiapa, y en las partes altas del altiplano. De otra parte, Segeplan resalta
eventos de sequías recurrentes en diversas zonas del país y señala la presencia de eventos hidrológicos
extremos que han generado pérdidas de recursos económicos para la población y, en algunos casos, hasta
pérdida de vidas humanas.
Como resultado de las circunstancias antes descritas, los niveles de cobertura y calidad de servicios son
bajos y las tendencias históricas adversas. Por ejemplo, la Secretaría General de Planificación y
Programación (Segeplan) reporta para el 2002 una cobertura de saneamiento de aproximadamente el 47% a
nivel nacional (77% zonas urbanas, 17% zonas rurales) y una cobertura de agua potable del 75% a nivel
nacional (90% en zonas urbanas y 60% en zonas rurales). Además, se aprecia a nivel urbano un deterioro
generalizado en acceso a agua en casi todos los departamentos del país. En cuanto a saneamiento, la
situación urbana muestra una mejoría en algunos departamentos pequeños, mientras que en otros se reporta
deterioro o estancamiento. En las zonas rurales se han registrado leves mejoras de manera generalizada en
acceso a fuentes de agua mejoradas, no así para el caso del saneamiento que presenta un deterioro en las
mismas áreas.
52
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
Ahora bien, si, se tomaran en consideración los bajos niveles de inversión en el sector, esta situación de
deterioro, explicada anteriormente, se acentuaría aun más. Considerando tasas de crecimiento del orden del
3,0% para la población urbana y del 2,5% para la población rural a partir del censo del año 2002, las
necesidades de inversión –solo para mantener las condiciones de cobertura en los mismos niveles de 2002–
tendrían que haber sido anualmente entre US$ 55 y US$ 60 millones de dólares. Estos niveles de inversión
anual evidentemente no se han presentado de manera sostenida, lo que se agrava con el pobre impacto de
estas inversiones originado en una desordenada intervención en el sector. En relación con los aspectos de
calidad de los servicios, la información es muy deficiente ya que no se hace seguimiento ni control. Se
reportan, sin embargo, los siguientes datos: en Guatemala a nivel urbano solo el 25% de los sistemas de los
332 municipios usan sistemas de desinfección, el 80% de los sistemas prestan un servicio intermitente entre
6 y 12 horas diarias y solo el 1% de los vertimientos tienen algún tipo de tratamiento.
El Gobierno ha emprendido un esfuerzo que tiene como objetivos fomentar el crecimiento de la economía y
ayudar en la reducción de la pobreza. Como uno de los pasos para alcanzar dichos objetivos se ha
establecido la Agenda Nacional de Competitividad 2005-2015 que busca posicionar a Guatemala en cuatro
perspectivas principales: (i) destino turístico, ecológico y cultural; (ii) plataforma exportadora agrícola,
industrial y forestal; (iii) centro logístico; y, (iv) centro energético. En este contexto, debe subrayarse que
uno de los ejes estratégicos de la Agenda Nacional de Competitividad es precisamente el desarrollo de la
infraestructura productiva y tecnológica a través de la reducción de los costos de energía; la ampliación y
mejora de la infraestructura vial; la modernización del sistema portuario nacional; la ampliación y mejora
del sistema aeroportuario; y la reducción de la brecha digital, especialmente en las áreas rurales.29
Transporte
La estrategia del país con relación al desarrollo vial tiene como meta garantizar la accesibilidad de todos los
núcleos de población a las cabeceras departamentales y sus municipios, incrementando la cobertura de la
red vial pavimentada, incluyendo la parte norte del país que, en parte, no se ha podido desarrollar por la
falta de infraestructura vial adecuada. Sin embargo, entre las principales debilidades del actual marco de
políticas se puede mencionar que no existe coordinación entre los gobiernos municipales y el central; no se
29
Un primer ejercicio realizado con Pronacom (2007a) dio como resultado la siguiente lista de proyectos o programas prioritarios en el área
de infraestructura: Construcción del Anillo Metropolitano; fortalecimiento de los principales tramos carreteros y los principales puntos
fronterizos; desarrollo de los Ejes Troncales CA-2 (Occidente-Oriente) y CA-9 (Pacífico-Atlántico) a 4 carriles; construcción de las
terminales de contenedores, cruceros, graneles y mejoramiento de la infraestructura portuaria común en Santo Tomás de Castilla y en
Puerto Quetzal; desarrollo de dos centros logísticos en Puerto Santo Tomás de Castilla, Puerto Quetzal y de otro centro logístico en el
Occidente del país; consolidación de un sistema aeroportuario integrado por 5 aeropuertos internacionales y 17 aeródromos nacionales;
lanzamiento de forma centralizada de iniciativas para establecer sistemas integrales de transporte intermunicipales; construcción de la
Franja Transversal del Norte; ampliación de la red vial existente; y, consolidación de las mejoras en el aeropuerto internacional La Aurora.
Una aproximación sugiere los siguientes montos de inversión: (i) para la infraestructura vial US$2,500 millones; (ii) para la infraestructura
aeroportuaria US$140 millones; y, (iii) para la infraestructura portuaria y logística US$470 millones.
53
Más crecimiento, más equidad
tiene un inventario de la extensión de la red vial; no existe una actualización de proyectos prioritarios e
inversiones; no hay legislación que regule la participación privada en las carreteras; la inversión pública es
muy baja; la responsabilidad en la construcción de caminos está fragmentada en diversas instituciones; no
existe una adecuada coordinación ni rectoría; y, finalmente, se carece de un sistema de planeación
estratégica.
Un tema transversal de toda la gestión pública guatemalteca, pero que tiene especial incidencia en la
posibilidad de recibir inversiones en el sector transporte, es la falta de un marco que facilite o promueva la
participación privada. A partir de marzo de 2005 se introdujo una propuesta de estrategia y marco legal para
el desarrollo de la infraestructura a través de la participación privada para todos los modos de transporte
pero, lamentablemente, dicha propuesta no ha tenido continuidad. Por otro lado, desde la firma de los
Acuerdos de Paz en 1996 se ha dado prioridad a la creación de una estrategia nacional de desarrollo rural y
reducción de la pobreza. Con la participación de la sociedad civil, el Gobierno creó una Agenda Estratégica
para el Desarrollo Rural Integral que fue aprobada por el Gabinete en marzo de 2005. La estrategia busca ir
más allá de la visión del desarrollo rural como desarrollo agropecuario, por lo que la Agenda Estratégica
combina el desarrollo de las instituciones y la infraestructura con el fomento de las oportunidades de
crecimiento en las zonas rurales.30
Además, debe subrayarse que en diciembre de 2007 se aprobó el Plan de Desarrollo Vial 2008-2017 (PDV)
en el cual se realiza una evaluación detallada de las necesidades de infraestructura vial, lo que permite
establecer prioridades de las inversiones a realizar.31 Entre las prioridades identificadas y discutidas por el
Gabinete de Desarrollo Rural se encuentra la necesidad de adelantar un programa de pavimentación de
caminos rurales en la zona del altiplano; la ampliación de la capacidad vial en los corredores principales; la
rehabilitación y mantenimiento de vastas porciones de la red; y la construcción de obras como la Franja
Transversal del Norte y del Anillo Metropolitano. Contando con una Política de Desarrollo Vial también es
posible definir de qué manera se deben enfocar las Políticas de Intervención en Políticas Básicas para el
Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) y, particularmente, de la Dirección
General de Caminos (DGC). Ambas políticas se interrelacionan puesto que cualquier decisión que afecte a
la economía en su totalidad tiene efectos sobre sus distintos sectores económicos, y aquella política que
afecte solo a un sector, repercute también sobre el conjunto. Asimismo, se puede reducir la desigualdad
impulsando el desarrollo rural con énfasis en la infraestructura básica al pavimentar los accesos a las 63
cabeceras municipales que en la actualidad no disponen de una carretera; construir caminos de penetración
a las aldeas y caseríos; brindar una atención a los caminos no registrados construidos por las
municipalidades, consejos de desarrollo urbano y rural u otro ente; desarrollar la red vial en las regiones
más desfavorecidas del país; realizar inversiones viales donde se marque el índice de mayor pobreza, entre
otras acciones progresivas.32
En lo que respecta al tema portuario, la Comisión Portuaria Nacional (CPN) recientemente ha logrado
algunos avances y se ha posicionado como la institución que representa, asesora, capacita y certifica en
seguridad a los puertos del país. Hoy en día, la CPN es una institución sólida pero con alcances limitados
30
Además, debe señalarse que recientemente se ha logrado avanzar en la armonización de los marcos jurídicos, regulatorio e institucional
en los países del Plan Puebla - Panamá, donde se han propuesto estrategias financieras y fiscales similares en todos los países beneficiarios
para facilitar la participación privada.
31
El PDV 2008-2017 ha identificado en 14 programas inversiones valoradas en alrededor de US$3,000 millones para el correspondiente
decenio. Esta inversión requiere, además, de alguna inversión pública y la realización de Asociaciones Público-Privadas (APP). Para los
dos primeros años de implementación una inversión de US$530 millones especialmente en la ampliación de la red de gran capacidad,
accesos a cabeceras municipales, rehabilitación y pavimentación de la red primaria y secundaria, y mejora de la conectividad de la red vial.
32
Ver Gabinete de Desarrollo Rural de Guatemala (2006).
54
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
por su Acuerdo de Creación y el estatus legal del Sistema Portuario Nacional actual. Por ello, se requiere
de una nueva institución que sustituya a la CPN, para que pueda convertirse en una verdadera entidad
rectora del sector. Este objetivo está claramente identificado en la Política Portuaria Nacional 2006-2016.
Una propuesta de Ley ha sido revisada por instituciones de gobierno y por la Cocatram. Actualmente, se
cuenta con una propuesta técnica dentro de la que resalta la definición de la política portuaria y marítima
del país, así como la política de tarifas, régimen de sanciones y un mecanismo de solución de controversias.
Sin duda, el punto más importante para lograr que todo el contenido se ejecute es la creación de la
Autoridad Portuaria Marítima, cuya integración y funcionamiento se incluye en la propuesta de ley.
Finalmente, es pertinente señalar que para el subsector marítimo y portuario existe una propuesta de Política
Portuaria Marítima Nacional (PPMN) que ha sido discutida por los diferentes actores del sector. Dicha
propuesta plantea la creación de una autoridad marítimo-portuaria nacional y el establecimiento de un
marco regulador de las operaciones y actividades en el sector. La propuesta de PPMN busca, con sus tres
ejes estratégicos, el desarrollo de los sectores portuarios y marítimos atendiendo los estándares
internacionales.
A pesar de que Guatemala ha legislado e implementado una política unilateral de cielos abiertos, las altas
tarifas aéreas siguen representando una de las mayores amenazas para el turismo. También se han firmado
acuerdos de apertura de aeropuertos entre los países del Mundo Maya y se suscribió el Convenio Bilateral
de cielos abiertos con Estados Unidos. Entre las principales fortalezas del subsector se puede mencionar la
reciente ampliación y mejora del aeropuerto La Aurora. Asimismo, es un factor favorable el que la ley
permita la privatización de operaciones (al menos no la bloquea explícitamente) y que Guatemala ha
obtenido la Categoría 1 por parte de la FAA (Federal Administration Aviation) de los Estados Unidos.
La limitada capacidad de recibir aviones con un mayor número de pasajeros o de vuelos hace que el precio
del pasaje hacia Guatemala se mantenga alto con relación a países como El Salvador y Costa Rica,
reduciendo así la competitividad del sector. Entre las debilidades más importantes se pueden mencionar:
ausencia de un sistema Hub & Spoke, es decir, ausencia, en la actualidad, de conexiones domésticas o
regionales; el hecho de que la red de aeropuertos no se comporta como un sistema centralizando todo el
tráfico en La Aurora; limitada red de destinos; confusión permanente entre regulador y operador público;
elevada concentración del mercado; politización del tema aeroportuario; existencia de operaciones del
ejército en aeropuertos comerciales; falta de definición sobre los aspectos de manejo de carga de forma
integral (aunque esto sí se contempla en algunos aeropuertos); falta de planes urbanos municipales para
posibilitar la construcción de proyectos; pobre mantenimiento de la infraestructura existente; insuficientes
terminales desarrolladas en el interior del país; e ineficiencias en los procesos de Aduanas para carga aérea
realizados por SAT.
Para atender las crisis del transporte urbano en 2000, se creó una Comisión Multisectorial que investigó la
problemática y desarrolló numerosas propuestas, de las cuales se seleccionaron las siguientes
recomendaciones para el sistema de transporte colectivo futuro: (i) sustitución del sistema actual por un
sistema de transporte masivo; (ii) construcción de vías exclusivas para buses; y (iii) traslado de la venta de
boletos afuera de las unidades de transporte. Para iniciar con un sistema de transportes masivo, la
Municipalidad de Guatemala seleccionó el sistema de bus rápido (BRT) que ha sido exitosamente
implementado en varias ciudades latinoamericanas y del resto del mundo, teniendo, al mismo tiempo, una
capacidad de transporte equiparable a la de un metro o un tren ligero. La red de Transmetro se diseñó para
cubrir las necesidades de viajes en el centro del Área Metropolitana y es un proyecto a largo plazo,
esperándose la conclusión de dicha red en el año 2015 y su consolidación para el año 2020. La primera ruta,
financiada en su totalidad por la Municipalidad de Guatemala, está en operación a partir del primer
55
Más crecimiento, más equidad
semestre de 2007. Luego de haber puesto en marcha la primera troncal del Transmetro, la Municipalidad de
Guatemala enfrenta ahora el reto de continuar el desarrollo exitoso del sistema. Para ello tiene prevista la
construcción de tres nuevas troncales, siendo los ejes Norte-Norte y Norte-Oriente los primeros en
desarrollarse.33
Energía
El sector se ve afectado por el legado de una excesiva preeminencia del sector público. La Constitución
Política de la República preceptúa que es obligación fundamental del Estado orientar la economía nacional
para lograr la utilización de los recursos naturales, adoptando las medidas que sean necesarias para su
aprovechamiento en forma eficiente, y que el desarrollo de los recursos energéticos renovables es de interés
público. En términos muy generales, puede afirmarse que la política del Gobierno, a través del MEM,
consiste en fomentar el desarrollo de los recursos renovables en Guatemala mediante la inversión en
recursos de energía renovable que a la fecha no han sido aprovechados.
El sector eléctrico enfrenta múltiples retos. A pesar de la emisión de la Ley de la tarifa social, con subsidios
para los consumidores menores de 300 kW/hora-mes y la renegociación de los contratos, con descuentos de
tipo coyuntural a cambio de una prórroga de cinco años, quedan pendientes los siguientes temas: (i) costos
de transición que afectaron principalmente a residencias y a la pequeña y mediana empresa, subsidiando a
grandes usuarios y afectando la competitividad del país; (ii) la tasa de alumbrado público; (iii) Reducción
de costos excesivos de intermediación; (v) Despolitización de la tarifa (tarifa social) en gran parte
financiada por el INDE, afectando su capacidad de inversión; e (v) incentivo a la inversión en líneas de
transmisión. La falta de solución de estos retos acarreó distintos problemas: se prolongaron los costos de
transición, se desincentivó la inversión en generación, se retardó el acceso a nueva tecnología, se creó una
distorsión de precios beneficiando a las exportaciones y cargando principalmente a los usuarios regulados
de EEGSA no incluidos en tarifa social, y se sobrecargaron las líneas existentes con incremento de pérdidas
y reducción de la calidad del producto.34
En este contexto es importante mencionar la iniciativa de interconexión eléctrica del Plan Puebla-Panamá,
que impulsa el proyecto SIEPAC, el cual busca mejorar la infraestructura eléctrica de la Región y crear un
mercado eléctrico regional con el propósito de reducir el costo de energía y promover un rápido crecimiento
de la capacidad a través de la atracción de inversiones del sector privado. Guatemala está avanzando en la
33
Ver Municipalidad de Guatemala (2002).
34
Ver Benavides y Dussan (2005).
56
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
construcción de la interconexión eléctrica con México, que estará operando en el primer semestre de 2009,
y que le permitirá tener un sistema robusto de transmisión en su territorio.
Además, el Gobierno está promoviendo el desarrollo de fuentes renovables de generación eléctrica con
participación de capital privado. Recientemente se promulgó la Ley de Incentivos para el Desarrollo de
Proyectos de Energía Renovable (Decreto No. 52-2003) la cual establece estímulos fiscales.
Adicionalmente, el INDE, a través de su Gerencia de Generación, ha lanzado en septiembre de 2007, una
solicitud de ofertas técnicas y económicas para la selección de una sociedad ejecutora que realizará los
estudios que permitan determinar la factibilidad de la Central Hidroeléctrica Xalalá y, de ser factible, que
ejecute la construcción, operación y mantenimiento del proyecto. La Central Hidroeléctrica Xalalá tendría
una capacidad de aproximadamente 200 mW. Este sería el primer esfuerzo del INDE (desde la
construcción de la Central Hidroeléctrica Chixoy) en la promoción de una hidroeléctrica de esa magnitud.
Finalmente, debe señalarse que el Gobierno de Guatemala, a través del INDE, impulsa planes de
electrificación rural, otorgando el Estado el subsidio de la conexión de los hogares. El Plan de
Electrificación Rural (PER), iniciado en 1999 y administrado a través del Fideicomiso de Administración
INDE Obras Rurales de Occidente y Oriente, contempla una inversión total de US$ 333,6 millones.
Por otro lado, desde el 2003 se han discutido propuestas de ley para el programa de mezcla de alcohol
carburante con las gasolinas. Las propuestas de ley contienen cada vez menos intervención del Estado y
más mecanismos de libre mercado. Durante el último año y medio se ha estado discutiendo en la Comisión
de Energía del Congreso una propuesta de reforma del Decreto 17-85, que crea la “Ley de Oxigenación de
las Gasolinas”. Dicha Comisión dio su dictamen positivo a finales de 2007 pero la propuesta aún está
pendiente de aprobación por el Congreso. Por otro lado, el inversionista que quiera invertir en una
destilería puede acogerse a los beneficios del Decreto Ley No. 52-2003: Ley de Incentivos para el
Desarrollo de Proyectos de Energía Renovable de 2003. Con estos incentivos, el inversionista podrá contar
con exoneraciones sobre la importación de equipo y sobre las utilidades de varios años.
En el caso del biodiésel, la opción de producción a pequeña escala aún no es económica.35 Para apoyar a
los pequeños productores agrícolas es importante que tengan financiamiento y que se organicen en
asociaciones o cooperativas con una única planta de producción, de forma que tengan una escala que
permita una gestión tecnológica y de negocio profesional. Es evidente que el biodiésel necesita de algún
tipo de beneficio fiscal o de subsidio económico, por lo menos en su etapa inicial de implementación, como
ocurrió en todos los países que ya empezaron a producir este producto en gran escala. La conveniencia,
monto y duración de tales beneficios deben ser discutidos y definidos, así como quiénes serán los
beneficiarios y en qué medida se distribuirían los incentivos entre los productores de biodiésel, productores
de aceites, o productores de materias primas oleaginosas.36
Debe señalarse que el fomento a la producción y consumo de biocombustibles es una oportunidad para
diversificar la matriz energética y disminuir la dependencia de hidrocarburos. Sin embargo, hay preguntas
importantes que no han sido adecuadamente respondidas en cuanto al impacto en las finanzas públicas, en
la economía del país, el ambiente y la sociedad. En 2007 se formó la Comisión Nacional de
Biocombustibles integrada por cuatro ministerios, a saber, el Ministerio de Energía y Minas (MEM), el
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), el Ministerio de Ambiente y Recursos
35
En 2007 se aprobó el Reglamento Técnico Centroamericano de Biodiésel (RTCA 75.02.43:06) que constituye la legislación aplicable a
nivel centroamericano y es una adaptación de las especificaciones que aparecen en las normas norteamericanas (ASTM D 6751-06) y en la
norma europea (EN 14214:2003).
36
Perspectivas para el biodiésel en Centroamérica: Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras. Waldyr Luiz Ribeiro Gallo, 7 agosto
2007.
57
Más crecimiento, más equidad
Naturales (MARN) y el Ministerio de Economía (Mineco). La creación de dicha Comisión fue una
iniciativa buena aunque tardía (especialmente para el etanol) que el MEM ha analizado por más de cuatro
años. Finalmente, el MEM está intentando definir si el objetivo de desarrollar los biocombustibles es para
suplir las demandas de energético o si tiene, más bien, una visión de desarrollo rural y oxigenación del
medio ambiente. Asimismo, está interesado en estudiar el tratamiento fiscal y, en ese sentido, evaluar el
impacto sobre tributación; considerar los ajustes técnicos, y evaluar costos y beneficios; y considerar los
precios del combustible, tema importante para el consumidor.
Siempre dentro del contexto de la política energética, el fomento y desarrollo de la actividad petrolera del
país se inició con la promulgación de la Ley General de Hidrocarburos, Decreto Ley Número 109-83 que
tiene como objetivo el aprovechamiento de las riquezas del país, especialmente, los yacimientos de
hidrocarburos. Dicha normativa crea los mecanismos para estimular la inversión en operaciones petroleras
en el país; asimismo, establece que las operaciones pueden ser ejecutadas por el Estado o por medio de
contratistas basados en contratos de operaciones petroleras. De igual manera, en dicha Ley se establece que
son bienes de la Nación todos los yacimientos de hidrocarburos que se encuentran en el territorio de la
República de Guatemala, su plataforma continental y su zona económica exclusiva. Con respecto a la
comercialización, con la promulgación del Decreto Número 109-97, Ley de Comercialización de
Combustibles se regula la actividad de comercialización de los productos petroleros importados o
producidos en el país y se propicia el establecimiento de un mercado de libre competencia en materia de
petróleo y productos petroleros, evitando los monopolios, oligopolios y prácticas privilegiadas.
Para revertir la tendencia en la disminución de la producción petrolera nacional el MEM emprendió un plan
en 2005 para cuantificar las reservas de hidrocarburos de las cuencas Petén, Amatique y Pacífico.
Adicionalmente, debido a los resultados obtenidos de la convocatoria correspondiente al área A6-2005,
actualmente con un amparo de una de las Empresas participantes sobre la Resolución del MEM, se firmó un
contrato de emergencia para los campos de Rubelsanto, Chinajá, Caribe y Tierra Blanca que ha permitido
mantener la producción de dichos campos.
Agua y saneamiento
La estructura institucional se caracteriza por una alta fragmentación ya que, dada la autonomía de la gestión
municipal, cada uno de los 332 municipios que existen en el país define su propia institucionalidad para la
prestación del servicio dentro de su jurisdicción. A esto se agrega la falta de visión concertada y de claridad
en cuanto a la intervención del gobierno central. Se trata, en resumen, de un sector que carece de una visión
compartida de su desarrollo a nivel institucional, en el que las responsabilidades se han venido diluyendo en
un número de actores que cuentan con poca capacidad. Esta es una realidad preocupante, que se ilustra en
la práctica por la ausencia de políticas explícitas de financiamiento y de inversión. Además, no existe una
instancia a nivel del Ejecutivo central que se encargue de la planificación sectorial, del diseño de políticas
públicas para el sector, y que recabe y consolide las cifras y datos necesarios para realizar una
caracterización cuantificada del sector. Esta función estaría asignada, en principio, a Segeplan, pero en la
práctica su trabajo no ha tenido el alcance necesario para introducir los ajustes requeridos y lograr la
integración con otros sectores y políticas públicas. Es preciso desarrollar un plan estratégico, con políticas
explícitas y objetivos claros para las distintas instancias involucradas con el sector, que provea señales
adecuadas a los distintos actores del sector.
Dentro de dicho sector se destaca el papel de Empagua, entidad que carece, sin embargo, de una visión de
largo plazo y enfrenta importantes retos de corto plazo. Empagua es la empresa que atiende la ciudad de
58
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
Con la finalidad de mejorar su capacidad de producción en los últimos años, los programas de inversión de
la empresa se han apoyado en cooperaciones no reembolsables, como la del Gobierno japonés a fines de los
noventa, a través de JICA, para recuperar algunas plantas de tratamiento y ampliar la capacidad de la
producción de agua subterránea con un programa de 34 pozos y una capacidad acumulada adicional de
producción de 1m3/s. Estas acciones generalmente se han realizado sin tener una visión de largo plazo.
Hoy, la ciudad de Guatemala carece de un plan que oriente su gestión y sus inversiones en el largo plazo.
La empresa contrata con terceros los servicios de lectura, elaboración y repartición de las facturas pero
carece de una organización y estructura acordes con una ciudad de su envergadura. Por otro lado, no cuenta
con una planeación estratégica ni con un sistema de seguimiento estructurado con base en indicadores de
gestión y su desempeño no es controlado por su Junta Directiva en estos términos.
La estructura tarifaria actual fue aprobada en 2003 y cuenta con un sistema de ajustes basado en índices de
devaluación y costos de energía, de gran incidencia en la operación de la empresa. Dichas tarifas deben ser
aprobadas por la Corporación Municipal. Cabe señalar que el sistema tarifario no está fundamentado en
“costos reales” del servicio y, para el rango de consumo más bajo e incluso para el rango superior siguiente,
está definitivamente por debajo del costo. La facturación del alcantarillado de acuerdo a la Ley no deber ser
mayor al 20% de la factura de agua38, sin embargo, dicha facturación se estaría realizando aun para los
usuarios que no reciben agua del sistema. Como conclusión de la situación descrita, se puede inferir que el
panorama de Empagua es delicado y que, por consiguiente, corre peligro la confiabilidad del servicio de
agua de una importante proporción de la población metropolitana y de cerca del 70% de los 1.200.000
habitantes que actualmente conforman la población de ciudad de Guatemala; la sostenibilidad financiera de
la empresa es aparentemente precaria y sus condiciones de operación hacen prever que una situación de
crisis se podría presentar en un plazo relativamente corto.
Lamentablemente, no existen bases de datos que indiquen las distintas formas en que se adelanta la gestión
de los servicios públicos en los otros municipios de Guatemala.39 Sin embargo, cabe notar que, de acuerdo
con el INFOM, los sistemas son operados por unidades adscritas a las alcaldías y que la existencia de
empresas como tales se daría en muy pocos casos. No se dispone de información sobre los sistemas y
niveles tarifarios y, como ya se indicó, no existe una entidad que recoja este tipo de datos.40
A nivel rural, la gestión de los servicios es realizada a través de organizaciones basadas en la comunidad,
las cuales son apoyadas por la Unidad Ejecutora de Acueductos y Alcantarillados Rurales (Unepar) adscrita
37
El área metropolitana está conformada por los municipios vecinos de Mixco, Villa Nueva, Villa Canales, San Miguel Petapa, Chinautla,
San José Pinula y Santa Catarina Pinula, así como sobre otros municipios del departamento de Sacatepéquez (totalizando una población del
orden de 2.150.000 habitantes).
38
Información de la subgerencia técnica de Empagua.
39
Además de Empagua, existe Xelagua, la empresa que atiende la ciudad de Quetzaltenango, con una población proyectada para el 2007
del orden de 140.000 habitantes.
40
Estudios sobre el sector realizados por el Banco Mundial indican que las tarifas son sensiblemente más bajas que las que se reportan para
ciudad de Guatemala y que la facturación se haría, en general, con base en tarifas planas del orden de US$ 0,50 por 30 ó 40 m3 de agua al
mes y que, a partir de estos consumos, serían del orden de US$ 0,10 por cada m3 adicional. Los estudios realizados advierten sobre la
precaria situación financiera de los sistemas así como la falta de voluntad política para llevarlas a cubrir los costos reales.
59
Más crecimiento, más equidad
al INFOM en 1997, cuya gestión se ha basado en la aplicación del denominado Modelo Básico, que cuenta
con las siguientes características generales: (i) integridad de los proyectos (agua, saneamiento, desechos
sólidos); (ii) desarrollo bajo esquema tripartito: coordinación gubernamental o privada, municipio y
comunidad; (iii) maximización de la utilización de los recursos operativos del Estado; (iv) participación
comunitaria en todas las instancias del proyecto, incluyendo su operación y sostenibilidad. Por otro lado, se
estima que las comunidades rurales ascienden a cerca de 24.000; y las acciones en al ámbito rural no han
cubierto las necesidades reportadas, pues los datos indican que las mayores carencias de estos servicios
están justamente en las zonas rurales indígenas.
En el pasado reciente, se pueden identificar algunos esfuerzos y acciones orientadas hacia una necesaria
reforma del sector, sin embargo, su alcance ha sido limitado, esporádico y, a la fecha, han perdido
dinamismo. Además, se ha querido dar un importante alcance a la Ley General de Aguas que, de acuerdo
con la Constitución Nacional, debe promulgar el Estado. No obstante ello, las versiones para discusión de
dicha Ley no han hecho mención específica al sector de agua y saneamiento. Lamentablemente, la
Comisión Interinstitucional responsable del Proceso de Reforma y Modernización del Sector Nacional de
Agua Potable y Saneamiento, creada en el 2000, fue desmontada en el 2005 y sustituida por la Comisión
Nacional de Agua (Conagua). El papel de Conagua es menos específico con relación al agua potable y el
saneamiento, pues su propósito es promover una política hídrica nacional. El mencionado cambio de
enfoque también se refleja en las últimas versiones de la Ley de Aguas.
En resumen, en este momento no existe en Guatemala un movimiento activo que continúe estudiando la
reforma del sector, haciendo planteamientos concretos para su implementación.
3.4 Recomendaciones
Transporte
En lo referente al transporte terrestre, los principales retos del sector están relacionados con intervenciones
en las áreas de inversiones, mantenimiento y marco institucional. En términos de inversiones, hay que
reconocer que, en Guatemala, para superar las deficiencias en calidad y cobertura de su infraestructura de
transporte, la inversión pública debe ser complementada con una mayor participación de la inversión
privada. Una de las alternativas a considerar son las experiencias innovadoras en el campo de las
asociaciones público-privadas (APP) que han tenido éxito previo. Por ejemplo, las APP en el sector
transporte abren posibilidades para realizar inversiones y mejorar la infraestructura de apoyo a la
producción y a la competitividad. Una opción de política, en este sentido, sería desarrollar e implementar un
mecanismo de APP para proyectos en infraestructura de transporte, empezando con proyectos piloto en
carreteras y puertos.
41
Se necesita un análisis del potencial que existe para expandir la horticultura en las áreas situadas a 2.5 kilómetros de caminos con
revestimiento, con el fin de diseñar la expansión de este sistema de caminos. Puede tomarse como base el trabajo realizado por el Gabinete
de Desarrollo Rural a finales del 2006 en el establecimiento de prioridades de inversión en infraestructura vial para la promoción del
crecimiento agrícola en el altiplano de Guatemala. En ese momento, se identificaron rutas en ocho departamentos cuya mejora beneficiaría
a una población de más de 500.000 personas. El total de la población beneficiaria se distribuiría en un 84% en los departamentos de
Huehuetenango, San Marcos, Quiché y Chimaltenango.
60
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
Sin embargo, las prioridades del sector no solo tienen que ver con el hecho de que la infraestructura de
transporte es un bien público complementario al sector privado. También se ha mencionado que hay
problemas de inequidad en el acceso a la misma. En este sentido, con el fin de conectar las aldeas que
carezcan de una infraestructura mínima de conexión con la red vial, es importante la realización de un
estudio específico previo para determinar la correcta aplicación de los recursos. Aparte de los proyectos ya
identificados en el Plan de Desarrollo Vial 2008-2017, como caminos en el área rural, el CIV recibe
anualmente solicitudes por parte de vecinos, Comités de Desarrollo, autoridades locales, gobierno central,
Congreso de la República que, en promedio, representan un total de 200 kilómetros.42 Por tanto, las
autoridades podrían considerar distintas opciones para responder a las demandas de la población,
procurando incorporar las rutas seleccionadas en el Plan de Desarrollo Vial.
Con respecto al arreglo del marco de políticas e institucional, sobretodo del transporte terrestre, un paso
previo importante es la revisión de la definición y clasificación de la red de carreteras de Guatemala,
básicamente en lo que a su nomenclatura se refiere, con el fin de adecuar la denominación a su
clasificación. Para ello, el PDV recomienda que la red primaria esté compuesta por rutas centroamericanas
y nacionales, que la red secundaria esté compuesta por rutas nacionales y departamentales, que la red
terciaria esté compuesta únicamente por rutas departamentales y que los caminos rurales queden como una
cuarta categoría de la red vial con su propia denominación y características, todo lo cual se considera
pertinente como una forma de ordenar la priorización de las inversiones.
Otro aspecto a tener en cuenta en el diseño del marco de políticas para el desarrollo vial es la suscripción en
2007 en la Ciudad de Guatemala de la Declaración Conjunta de los Ministros de Obras Públicas,
Transporte, Autoridades Portuarias y Administraciones Portuarias de la República de Guatemala y de la
República de El Salvador, con el objetivo de iniciar los trabajos que conlleven la implementación del
Corredor Logístico Interoceánico Guatemala-El Salvador.43 En consecuencia, puede valorarse el esfuerzo
realizado por el correspondiente Grupo de Trabajo.44
42
Se estima que para poder atenderlos, requeriría de un presupuesto aproximado de US$ 60 millones anuales.
43
El Corredor Logístico Interoceánico está aprobado en el marco de la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (RICAM) de la
Iniciativa Mesoamericana de Transporte del Plan Puebla-Panamá.
44
El Corredor Logístico Interoceánico uniría los Puertos de Acajutla en El Salvador y los puertos Santo Tomás de Castilla y Puerto Barrios
en Guatemala. En el futuro podría sumarse al Corredor, el Nuevo Puerto de La Unión en El Salvador, que entraría en funcionamiento en
2009.
61
Más crecimiento, más equidad
terminales de contenedores en los puertos Quetzal y Santo Tomás de Castilla. Debe recordarse que el
desarrollo portuario cobra aun mayor importancia en el contexto del Corredor Logístico Interoceánico
Guatemala - El Salvador.
Por otro lado, el principal reto del transporte aéreo es el institucional. Los desafíos primordiales del sector
pueden dividirse en aquellos relacionados con la mejoras de toda la infraestructura del sector y aquellos
relacionados con el aeropuerto de La Aurora, dado su rol central en el tráfico de pasajeros. Entre los
principales desafíos del sector en general, se pueden mencionar: fomentar el desarrollo de tráficos al interior
del país y la entrada de nuevos operadores para aumentar la competencia; implementar un esquema de APP
para realizar mejoras en la infraestructura y el mantenimiento de los aeropuertos al interior como Mundo
Maya, Puerto Barrios, Quetzaltenango, Retalhuleu; realizar obras de infraestructura enfocadas a la carga
aérea; y fomentar la coordinación entre SAT y distintos actores relacionados con la carga aérea y el
comercio internacional. Con respecto al transporte de pasajeros y el rol de La Aurora: el PMOI45 identifica
en primer lugar, la consolidación de un sistema aeroportuario integrado por cinco aeropuertos
internacionales (con tráficos de interconexión a La Aurora) con infraestructura para la carga aérea y los
pasajeros y de 17 aeródromos nacionales que cuenten con la infraestructura mínima adecuada; y, en
segundo lugar, la continuación de las mejoras en La Aurora para garantizar su capacidad a largo plazo,
tanto para la carga aérea como para los pasajeros.
Ante estos retos, parecería que la DGAC puede enfrentar dificultades debido a los múltiples roles que tiene
que desempeñar. Por lo tanto, las autoridades podrían considerar distintas opciones para impulsar la
separación de las funciones de operación de la DGAC, ya sea mediante la realización de asociaciones
público-privadas (APP) o bien, mediante la creación de una empresa de operación pública. Además, podría
reenfocarse el rol de la DGAC en un ente público que se encargue de fijar políticas y estrategias a largo
plazo, así como de la regulación aeronáutica.
También deben recordarse los retos específicos planteados por el transporte urbano. Por una parte, pareciera
deseable que la Municipalidad de Guatemala continúe la orientación de su política de promover el
transporte masivo en el Área Metropolitana de Guatemala y que, luego de haber puesto en marcha el primer
eje del Transmetro (Sur) en 2007, empiece con la implementación de otros ejes ya planteados.46
Paralelamente a ello, la Municipalidad de Guatemala ha planteado un Plan de Ordenamiento Territorial
(POT). Se espera que este programa, además de normar el uso del suelo, posibilitará revitalizar zonas
urbanas de la ciudad que se han abandonado o que, para las actividades que actualmente se realizan, no
tienen atractivo para los inversionistas. Por lo tanto, los nuevos corredores que se implementarían podrían
abrir un mercado inmobiliario cautivo en varias zonas y sectores de la ciudad, como también incentivar al
sector privado a participar activamente del proyecto Transmetro.47 Por consiguiente, parece recomendable
continuar con su implementación.
45
Pronacom (2007b).
46
El Eje Norte-Oriente que comprende un aproximado de 24 kilómetros que se estima tendrá una demanda superior a 145.000 usuarios
diarios de las Zonas 6, 18 y periferia de la ciudad; el Eje Central con un servicio mixto que conectará el Centro Histórico de la ciudad de
Guatemala (Zona 1) con las zonas adyacentes hasta la Zona 9, a través de importantes avenidas que la Municipalidad está modernizando y
revitalizando; y, el eje de la Calzada Roosevelt (Occidente), el cual conectará el Municipio de Mixco con las Zonas 7, 9 y 11 de la ciudad y
tendrá un recorrido aproximado de 28 kilómetros con las mismas condiciones de infraestructura del Eje Sur.
47
De igual manera, se recomienda que continúen las políticas dirigidas a la participación del sector privado en algunos proyectos realizados
por la Municipalidad de Guatemala, incluyendo: (i) Construcción de las terminales de transferencia para el desarrollo de centros
comerciales; (ii) participación en la compra y operación de las nuevas unidades para el transporte; (iii) la reubicación de las actuales rutas
de Emetra hacia rutas alimentadoras; y, (iv) el aprovechamiento de oportunidades de urbanización asociadas con las nuevas líneas del
Transmetro.
62
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
Energía
Con el fin de garantizar un suministro adecuado y confiable de electricidad a costos económicos, las
autoridades gubernamentales deben considerar un amplio rango de intervenciones. Por ejemplo, las
recientes reformas a los reglamentos y normativas del mercado de energía, del transporte de electricidad y
de la dirección del órgano Operador del Mercado fueron pensadas para lograr una mejora de la eficiencia en
el servicio eléctrico, por lo tanto, es recomendable su implementación. Cabe recordar que con las reformas
se busca fortalecer el marco legal en cuanto al cumplimiento de los principios establecidos en la Ley
General de Electricidad (LGE), creando las condiciones propicias para el fomento de las inversiones en
generación para el desarrollo del sistema de transporte de energía eléctrica que permita el aprovechamiento
de los recursos hídricos existentes y el establecimiento de las condiciones para que haya transparencia en el
funcionamiento del mercado, aportando información actualizada a todos los interesados en participar en él.
De manera similar, con el apoyo al programa de Cohesión Social, es importante alcanzar las metas de
cobertura de electricidad previstas y avanzar en definir una estrategia para ampliar la cobertura rural, una
vez culmine la ejecución del actual Programa de Electrificación Rural (PER). Por lo tanto, no debe
subestimarse la importancia de impulsar el aumento de la cobertura, para lo cual el país deberá completar
los aportes pendientes al PER.
Siempre dentro del ámbito energético, se recomienda que las autoridades valoren las alternativas planteadas
para fomentar la utilización de la mezcla E-10 en el parque vehicular existente y promover los vehículos de
combustible flexible (Flexi-Fuel Vehicles) con mayores porcentajes de etanol o tal vez, con etanol puro (E-
100). Asimismo, si en el mediano plazo no se da un aumento de la demanda local de etanol por encima de
E-10, las autoridades podrían contemplar mecanismos para apoyar la consolidación de Guatemala como
exportador de etanol, tanto para Estados Unidos de América y la Comunidad Europea, como para el resto
de Centroamérica y México.49 En relación con la producción, cabe estudiar la posibilidad de producir
48
Grupo de Trabajo de Planificación Indicativa Regional (2007).
49
Es importante resaltar que dentro del tratado de libre comercio RD-ALCAC, Guatemala puede exportar alcohol originario (elaborado con
materia prima local) a Estados Unidos de América, libre de aranceles y cuotas. La Unión Europea permite el ingreso de alcohol etílico libre
de impuestos bajo el Sistema General de Preferencias (SGP) y se espera que esa condición permanezca en un futuro acuerdo comercial con
la Unión Europea. Asimismo, el alcohol etílico puede comercializarse libre de aranceles al resto de países centroamericanos y a México.
Esta es una ventaja que pueden aprovechar los productores locales, ya que los productores de otros países, como Brasil, están sujetos a
aranceles de importación y tarifas, en todos los países mencionados.
63
Más crecimiento, más equidad
etanol con otros cultivos, como la remolacha tropical, que podrían involucrar a otros agricultores y,
posiblemente, utilizando la infraestructura ya existente en las destilerías fuera de la zafra cañera.
Agua y Saneamiento
El sector de agua y saneamiento enfrenta importantes desafíos en el corto y mediano plazo cuya solución
depende del reconocimiento a nivel del Gobierno Nacional de la existencia de más de un problema: baja
cobertura de los servicios, baja calidad de su prestación y dudas sobre su sostenibilidad. Guatemala debe
adoptar una visión del valor del agua, reconociéndola no solo como un derecho (por razones sociales y de
dignidad humana), sino como un bien promotor del desarrollo de cualquier comunidad. En particular, se
recomiendan acciones en los siguientes frentes:
La planificación sectorial. Diversas estimaciones sugieren que Guatemala deberá dedicar cerca de US$ 80
millones anuales en promedio (2004-2015) en inversiones en agua y saneamiento para cumplir con las
Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para ello, el Gobierno debe partir de un Plan de Desarrollo Sectorial
que, congruente con otros esfuerzos como el plan de gestión integrada de recursos hídricos, defina actores,
políticas públicas e intervenciones que orienten el desarrollo sectorial con una visión sostenible del sector
en el largo plazo.
La institucionalidad y gobernabilidad del sector. Guatemala debe garantizar al sector una identidad que
hoy en día no tiene. Esto exige una reestructuración de su institucionalidad con las reformas jurídicas
pertinentes y su implementación, para lo cual debe promoverse la puesta en discusión de los aportes y
conclusiones de múltiples estudios y aportes, como el estudio realizado por el INFOM en el 2003 para tal
propósito. La gobernabilidad del sector debe lograrse a partir de una visión unificada del desarrollo
sectorial, a través de instituciones, políticas públicas y mecanismos de asignación de recursos públicos
diseñados con incentivos adecuados a este propósito único nacional.
El acceso sistemático y continuado de las comunidades rurales a los servicios de agua potable y
saneamiento. No obstante las mayores inversiones en el área rural y el mejoramiento generalizado del
Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) para saneamiento en el campo durante los últimos años,
la acción actual en el sector necesita ser planteada de manera más proactiva y a partir de un conocimiento
de la situación de todo el universo. El número de comunidades aisladas, cuyas necesidades de saneamiento
se desconocen, sigue siendo muy alto (más del 60% de las 24.000 conocidas). El sistema SAS no parece ser
la herramienta más adecuada para el efecto, mientras que el seguimiento a las comunidades que han sido
64
3. Políticas para el desarrollo de una infraestructura básica
apoyadas por distintos programas es casi inexistente. Esto impide el análisis de experiencias, la divulgación
de lecciones aprendidas y el mayor involucramiento de las comunidades que han avanzado en la
consolidación de sus servicios en el apoyo a otras comunidades. Los datos existentes de salubridad de las
zonas rurales en Guatemala muestran que la atención a este segmento de la población es prioritaria.
Referencias Bibliograficas
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Agency. Paris.
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Guatemala”. IDB Research Project CID. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
Benavides, J. y Dussan, M. 2005. Economía política de las finanzas y subsidios del sector eléctrico de
Guatemala. Manuscrito. Banco Interamericano de Desarrollo. Marzo de 2005.
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Hausmann R., Rodrik, D. y Velasco, A. 2005. “Growth Diagnostics”. John F. Kennedy School of
Government, Harvard University. Documento no publicado.
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challenge of the decade”.WHO. Ginebra.
65
Más crecimiento, más equidad
Pronacom. 2007a. Agenda Nacional de Competitividad 2005–2015. Hacia una Guatemala próspera
solidaria y equitativa.
________. 2007b. Plan Multimodal de Obras de Infraestructura. Programa Nacional de Competitividad.
Guatemala.
66
4. Hacia una política de
seguridad sostenible
67
4. Hacia una política de seguridad sostenible
4.1. Justificación
La seguridad en Guatemala es un problema central que acarrea graves consecuencias sociales, económicas
y políticas. Los altos niveles de inseguridad objetiva y subjetiva en el país –y en la capital, en particular–
constituyen obstáculos para el crecimiento y el desarrollo humanos. A fin de analizar el fenómeno, se deben
tener en cuenta factores estructurales que en él inciden, tales como: i) la ausencia histórica de un Estado de
Derecho; ii) la precariedad de las condiciones socioeconómicas de los guatemaltecos (persistencia de la
pobreza y de la extrema pobreza, falta de educación, desintegración familiar y desigualdad); iii) la
impunidad y falta de acceso a la justicia; iv) la existencia del crimen organizado, a través de bandas, maras
y grupos de narcotraficantes; y v) una cierta actitud cultural de aceptación generalizada de la violencia.
Asimismo, con frecuencia, se citan como causas fundamentales la rápida urbanización y la migración rural-
urbana.
A fines de la década pasada, los costos de la violencia eran equivalentes al 6,74% del PIB. En el año 2005,
el gasto en seguridad –que podría haberse utilizado en inversión productiva– significó el 7,3% del PIB,
ascendiendo a más de 2.386 millones de dólares (PNUDc, 2006). Como contrapartida, el esfuerzo público
dirigido a la prevención del delito y la violencia –medido en el presupuesto como gasto e inversión en
seguridad y justicia– no superó los US$ 44 per cápita.
Según el diagnóstico1 realizado recientemente por el BID para la elaboración de este documento, las
tendencias de la inseguridad objetiva y subjetiva así como las características de funcionamiento del aparato
público del sector son justificadamente preocupantes. La criminalidad y la violencia ocupan un espacio
importante en la vida cotidiana de los guatemaltecos, en los medios de comunicación y en la agenda
pública. La mayoría de las variables analizadas muestran desarrollos negativos. De igual forma, los
indicadores examinados revelan una significativa brecha entre las tasas de denuncia (estadística oficial), la
victimización (medida a través de las encuestas) y la cobertura de servicios. A esto se suma una percepción
negativa generalizada sobre la suficiencia de las estrategias de policiamiento, la actuación de la justicia, y
sobre la cobertura y priorización de la prevención.
En efecto, la mayoría de los indicadores señalan la necesidad de construir una política clara y específica de
seguridad pública y ciudadana; de elaborar un plan operativo realista y con secuencias temporales; de
focalizarse en los problemas más prioritarios; y de crear una complementación con otras políticas de
protección social dirigidas a grupos vulnerables. Los retos son de diversa naturaleza y abarcan desde la
concertación de una agenda pública legitimada hasta la identificación y ejecución de medidas de corto y
mediano plazo, pasando por la generación de competencias y capacidades para dar sostenibilidad al
esfuerzo público necesario en el sector.
4.2 Diagnóstico
Son tres las fuentes de información estadística que ayudan a construir el panorama de la criminalidad en
Guatemala: la Policía Nacional Civil (PNC), el Ministerio Público (MP) y el Organismo Judicial. Se ha
señalado que estas muestran importantes discrepancias por cuanto el país no posee un sistema integrado y
Este capítulo fue realizado por Nathalie Alvarado y Gustavo Béliz, basándose, en parte, en un trabajo de Patricio Tudela
1
Las apreciaciones señaladas en esta sección toman como referencia principal el “Informe Diagnóstico de seguridad pública y ciudadana en
Guatemala 2004-2007”, realizado en diciembre de 2007 por el BID.
69
Más crecimiento, más equidad
nacional de información en el sector. Esto es una importante debilidad no solo para los diagnósticos sino
también para el diseño, la ejecución y la evaluación de políticas. A ello se agrega que, siendo la Policía la
principal entidad receptora de denuncias de delitos, las encuestas revelan que solo uno de cada cuatro casos
llega a ser reportado,2 lo cual supone una señal de desconfianza hacia el sistema policial-judicial.
• Tasas de denuncia
Desde el punto de vista de la evolución en el tiempo, las denuncias recibidas en el Ministerio Público
muestran un crecimiento cercano al 16,2% entre los años 2000 y 2006 (de 205.170 a 238.342 registros). La
tasa en el año 2006 es cercana a 1.830,8 delitos cada cien mil habitantes. En cuanto a la distribución
geográfica, las áreas de mayor concentración de denuncias son la Región Metropolitana (departamento de
Guatemala), con el 22,1% de la población del país; la Región Central (Chimaltenango, Escuintla y
Sacatepéquez), con el 11,1 % de la población nacional; y la Región Nororiental (Zacapa, El Progreso,
Izabal y Chiquimula), con el 8,1% de la población del país.
En relación con los delitos más frecuentes, la estadística de la Policía Nacional Civil muestra que entre los
años 2000 y 2006 la criminalidad ha variado de manera importante. Por su parte, los registros del Ministerio
Público revelan que entre los años 2004 y 2006 los delitos de mayor ocurrencia fueron el robo (20%), las
amenazas (15,6%), las lesiones (11,8%), el hurto (9,8%) y las agresiones (4,9%). Los delitos contra la
propiedad (robo y hurto) representan el 29,8% y alcanzan una tasa media cercana a 593,9 delitos cada cien
mil habitantes, entre los años 2004 y 2006.
Ambas fuentes reflejan un importante aumento en el número de homicidios, de delitos violentos contra
personas (heridos y lesionados) y una reducción de la incidencia de delitos contra la propiedad. Por su
parte, las encuestas de victimización de cobertura nacional confirman con mayor fidelidad el panorama de
la criminalidad y de la inseguridad.3 Los estudios de ASIES (2000) de los años 1997 y 1999 coinciden en
mostrar que una tasa de 22% y 22,5% de hogares en el país fueron víctimas de diversos actos ilícitos. De
igual modo, en el año 2007, la mayor encuesta nacional de este tipo (encuesta VAC-MINGOB, 2007)4 –
realizada con el apoyo del BID– revela una tasa cercana al 26,4%. De esta forma, hay un mayor número de
hogares que sufre a causa de la actividad criminal y la violencia en el país.
La estadística del INE registra 21.368 casos de muertes violentas entre los años 2002 y 2004. De esos casos,
el 44,8% se califican como homicidios, 3,6% son suicidios y 3% son muertes por accidentes. Sin embargo,
se desconocen las causas en el 48,6% de los casos de muertes violentas, lo que confirma la necesidad de
competencias técnico-profesionales en el área de la investigación criminalística y forense.
Los registros de la PNC muestran un importante aumento de homicidios, con una tasa que se eleva desde
25,9 a 45,2 cada cien mil habitantes entre los años 2000 y 2006. La tasa de homicidios en la ciudad capital
2
El aumento de los índices de criminalidad no se refleja proporcionalmente en el número de denuncias presentadas a la PNC y al MP. La
encuesta del PNUD-Guatemala ha constatado que la cifra oculta en el Municipio de Guatemala alcanzó a 74,9% el año 2007. Por su parte,
la encuesta nacional VAC-MINGOB 2007 muestra que un 68,8% de las víctimas en el país no denunció el hecho. Asimismo, entre quienes
formulan la denuncia, un 75,8% concurre a la PNC y un 26,9% al MP.
3
En Guatemala, la aplicación de encuestas de victimización es poco frecuente. La mayoría se concentra en áreas urbanas y han empleado
metodologías disímiles que dificultan la comparación, excepto en el caso del Municipio de Guatemala, donde el PNUD ha apoyado la
realización de seis encuestas desde el año 2004.
4
Esta encuesta considera 5.446 personas y se aplicó en los departamentos de Guatemala, El Progreso, Sacatepéquez, Chimaltenango,
Escuintla, Suchitepéquez, Izabal, AltaVerapaz, Zacapa, Chiquimula, Jalapa y Jutiapa, cubriendo el 57,2% de la población nacional.
70
4. Hacia una política de seguridad sostenible
llega, en el año 2006, a 108 cada cien mil habitantes. Sin embargo, la violencia homicida no se distribuye
homogéneamente en el territorio y en la sociedad guatemalteca. Las tasas son mucho más elevadas en la
Costa Atlántica, el Oriente, la capital y la Costa Sur. Los cuatro departamentos más violentos son Petén,
Jutiapa, Guatemala y Sacatepéquez. A la luz de ello, se requiere que los gobiernos locales y las
comunidades cuenten con competencias y apoyo para una coproducción de la seguridad pública y
ciudadana.
Gráfico 1
La violencia en Guatemala en comparación con la Región
(Número de homicidios por cada 100.000 habitantes)
60
50
40
30
20
10
0
Uruguay
Trinidad y Tobago
Honduras
El Salvador
Costa Rica
Panamá
Paraguay
Argentina
Nicaragua
Rep. Dominicana
América Latina
Jamaica
Colombia
Perú
Brasil
Haití
Promedio Mundial
Epidemia (OMS)
Bolivia
Guatemala
México
Chile
Venezuela
Fuente: PNUD (2006).
Sin embargo, las muertes violentas no son la única forma de violencia, ni tampoco la más frecuente.
También se registra una elevada tasa de heridos o lesionados. Según antecedentes del MP, los delitos
violentos (amenaza, lesión, agresión, homicidio simple y violación) representan el 37,8% de los delitos
registrados, con una tasa promedio de 754,1 casos cada cien mil habitantes entre los años 2004 y 2006.
Asimismo, las amenazas alcanzan el 41,2% de los casos; las denuncias de lesiones, el 31,3%; las
agresiones, el 12,9%; el homicidio simple, el 10%; y la violación, el 4,5% del total de delitos violentos.
Entre las otras formas de violencia criminal recurrentes destacan los secuestros. La estadística policial
muestra un aumento progresivo desde el año 1999, contabilizándose 57 secuestros en el año 2006 (frente a
28 secuestros en el año 2000). Si bien puede tratarse de una cifra comparativamente menor, antes de
concluir el año 2007, la Fiscalía contra el Crimen Organizado reportaba 65 casos. Se estima que existe una
cifra similar en subregistro, pues en muchas ocasiones no se formula una denuncia por temor a represalias.
Por ello, el país precisa competencias desarrolladas en materia de análisis policial e inteligencia.
71
Más crecimiento, más equidad
La inseguridad se relaciona estrechamente con el acceso y el uso de armas de fuego. Se estima en 800.000
el número de armas ilícitas; es decir, en Guatemala habría un arma de fuego no registrada cada 15 personas.
Ambas estimaciones ubican al país en el primer lugar del ranking de la Región. En efecto, las armas de
fuego son las causantes de cerca del 80% de las muertes violentas. De acuerdo con la Secretaría Técnica de
la Comisión Nacional para la Erradicación de Armas Ilegales en Guatemala, se empleó un arma de fuego en
el 79,4% de los homicidios registrados (5.338) en el país durante el año 2005; frente a un 70,4% en el caso
de heridos (6.095). En el Municipio de Guatemala, donde reside el 7,3% de los guatemaltecos, se concentró
el 20,6% del total de homicidios ese año. A su vez, en el 85,5% de los casos se empleó un arma de fuego. El
panorama de la violencia letal se debe a la falta de una regulación y control adecuado sobre el uso de las
armas de fuego (De León-Escribano, 2006). El país requiere, por consiguiente, consolidar una estrategia
sólida y efectiva en esta materia.
• La violencia juvenil
En el año 2007, un sondeo realizado por la firma costarricense Demoscopía S.A. destaca que un 89,3% de
los ciudadanos opina que en los últimos cinco años las maras se han tornado más violentas; un 82,1% juzga
como “inefectivas” las medidas “represivas, encarcelamientos y otros que han impulsado los gobiernos”
para someter a los mareros; un 23,8% reconoce que una persona cercana, familiar, un amigo o conocido ha
sido víctima de un asalto por parte de pandilleros; y un 8,8% reconoce haber pagado un “impuesto”
(extorsión). Sin embargo, los adolescentes y jóvenes no son solo infractores o potenciales delincuentes,
también son víctimas, prueba de ello son los 3.233 asesinatos cometidos contra adolescentes o jóvenes y las
24.844 detenciones en el mismo segmento durante el año 2006. Por ende, el desarrollo de una política de
prevención de la violencia juvenil no admite postergaciones.
La violencia letal se concentra en la población joven y masculina. Así se constata en la estadística del INE
para los años 1995 al 2004 en los casos de muertes causadas por terceras personas. En Guatemala, por cada
mujer víctima de muerte violenta, hay 5,6 casos que afectan a varones.
De acuerdo con la estadística del INE sobre muertes violentas, entre los años 2002 y 2004, el 54,9% de las
muertes violentas afecta a personas entre 18 y 39 años (4.158). El 14,8% afecta a menores de 18 años
(1.129). Específicamente, los homicidios de jóvenes entre 18 y 39 años representan el 29,1% de todas las
muertes violentas. Los jóvenes son el blanco privilegiado de la violencia, que tiene fuertes lazos con la
condición de vulnerabilidad social en que se encuentran.
No obstante, también aumentan los casos de homicidio de mujeres. Un total de 591 mujeres fueron
asesinadas en Guatemala durante el año 2007, 13 casos menos que el año anterior. Según las cifras
oficiales, más del 80% fueron asesinadas con armas de fuego y el resto, con armas blancas y objetos
contundentes. El 35% de los casos fue calificado de violencia extrema por estar precedidos de torturas y
estrangulamiento; y más del 43% de ellos, de violación sexual. Esto eleva a 2.909 las féminas muertas
72
4. Hacia una política de seguridad sostenible
violentamente en los últimos seis años. La tasa de homicidios cada cien mil mujeres se eleva de 5,2 en el
año 2001 a 9,1 en el año 2006, y a 8,7 en el año 2007 (Diez y Herrera, 2004).
En cuanto a la violencia doméstica, la cantidad de casos informados por el INE en el año 2004 alcanza a
8.231 en todo el país, lo que equivale a una tasa de 66,4 cada cien mil habitantes. Además, se demuestra
que afecta más a mujeres (85,8%), en áreas urbanas (67,5%) y, sobre todo, a jóvenes entre 20 y 29 años
(39,4%), adultas entre 30 y 39 años (25,5%) y menores de 20 años (11,6%). Según la Red de No Violencia
contra la Mujer, un estudio reciente destaca que el 90% de los incidentes de violencia doméstica no se
denuncian (Beltrán y Freeman, 2007).
Por lo que respecta a la violencia sexual, la estadística del MP (2006, 2005 y 2004) contabiliza 12.943 casos
de violación y una tasa fluctuante entre 35,2 y 29,4 denuncias cada cien mil habitantes entre los años 2004 y
2006. Los fiscales de la Unidad Especial de Crímenes contra la Mujer señalan, por otro lado, que las
denuncias han aumentado un 30% en los últimos cuatro años.
El maltrato infantil también concita preocupación; sin embargo, la información al respecto es escasa. La
Comisión Nacional contra el Maltrato Infantil sostiene un aumento anual de hasta 10% de casos de este
tipo. Instituciones como la Secretaría de Bienestar Social, la Procuraduría de los Derechos Humanos, la
Procuraduría General de la Nación y el Ministerio Público coinciden en que los casos que han tenido un
alarmante aumento en los últimos dos años se refieren al abuso sexual. Según pesquisas, el 85% de estos
casos se produce en el hogar y los principales agresores son los padres biológicos, seguidos del conviviente
de la madre, los vecinos, abuelos, tíos y maestros. En este contexto, los índices de abuso sexual son más
elevados en las áreas rurales que en las urbanas: un 39% contra un 13%, respectivamente.5
Existe preocupación por el impacto del crimen organizado y los delitos transfronterizos, como el tráfico de
drogas, y el daño en la juventud y población consumidora. Se afirma que la alta circulación de droga en
todo el país ha causado un aumento del consumo así como mayores niveles de violencia y criminalidad.
Para muchos hay una estrecha asociación entre maras, violencia y drogas. El Informe Mundial sobre las
Drogas, publicado por la ONUDD en el año 2007, reporta que entre los años 2000 y 2005 se han incautado
más de 27,7 toneladas de cocaína en Guatemala. El país –junto a México, Colombia y el Perú– es
observado como una importante vía de tránsito a otras regiones del mundo, especialmente a América del
Norte y, en particular, los Estados Unidos.
El Ministerio Público de Guatemala informa que en el año 2006 recibió 1.865 denuncias, es decir, un 88%
más que en el año 2005. Cabe resaltar que un 85,9% de los casos de narcoactividad se registran en el
departamento de Guatemala y un 7%, en Quetzaltenango. Igualmente, la estadística de la PNC sobre
detenidos por tenencia de drogas refleja un importante aumento, 5.634 casos en el año 2005, mientras que el
MP destaca la “posesión para el consumo” como uno de los delitos más frecuentes, con un aumento de casi
12,5% entre los años 2004 y 2005 (4.820 y 5.425 casos, respectivamente). Sin duda, se requieren mayores
capacidades y coordinaciones en materia de investigación policial y judicial a fin de abordar el narcotráfico
y el crimen organizado (MP, 2006, 2005, 2004).
5
Estudio realizado por ActionAid Internacional en Guatemala “Violencia contra las Niñas en la escuela y sus alrededores: visión de las
Niñas, 2006”.
73
Más crecimiento, más equidad
Recientemente, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas
(Seccatid) informó que en una encuesta a 2.000 estudiantes en el año 2007, el 18% reconoció consumir
tranquilizantes; un 8%, estimulantes; un 4%, marihuana, un 2%, inhalables o cocaína; y 1%, éxtasis o crack.
Según el Informe Mundial de Drogas 2007 (PNUD, 2007), la prevalencia anual del consumo en la
población general (población de 15 a 65 años de edad) se estima en 1,2% en cocaína; 9,1% en marihuana,
0,7% en anfetamina y 0,2% en éxtasis. El problema radica en la insuficiencia y falta de cobertura de los
programas preventivos y en la capacidad de rehabilitación del sistema de salud pública.
Guatemala muestra un importante incremento de la inseguridad. Así lo confirman las encuestas de opinión
y victimización.
Coincidiendo con los resultados del Latinobarómetro 2007, que informa que el 38% de la población
opina que la delincuencia es el principal problema del país, la encuesta VAC-MINGOB (2007) muestra
que un 36,7% sostiene que se ve afectado por la criminalidad (39,9% en el departamento de Guatemala
y 47,9% en el resto del país).
El Latinobarómetro 2007 indica que un 64% del país manifiesta preocupación por llegar a ser víctima
de un delito con violencia. Por su parte, la última encuesta en el Municipio de Guatemala revela un
porcentaje elevado de personas que piensan que serán víctimas de un acto ilícito en los próximos seis
meses (43,3% en el 2007).
• Crece el temor
La encuesta VAC-MINGOB (2007) arroja que un 27,6% de la población sostiene que le afecta la
inseguridad (26,3% en el departamento de Guatemala y 54,5% en el resto del país). El estudio también
destaca que un 79,1% de guatemaltecos afirman sentirse “inseguros” y un 16%, “muy inseguros”. Un
29,7% de guatemaltecos señalan que se sienten inseguros en su casa por las noches. Estas cifras
confirman que la realidad nacional no es uniforme y que hay segmentos más perjudicados.
Según la encuesta VAC-MINGOB (2007), un 94,4% afirma que la violencia ha aumentado en el país
(92,4% en el departamento de Guatemala y 96,3% en el resto del país). No obstante, al preguntársele a
las personas sobre la situación en la zona o barrio de residencia, la percepción es menor, llegando a
48% (49% en el departamento de Guatemala y 47,1% en el resto del país).
• Mayores niveles de disconformidad con la respuesta del Gobierno y las instituciones públicas
El Latinobarómetro 2007 revela que solo un 33% de guatemaltecos opina que en el país la protección
de la propiedad privada está garantizada –porcentaje más bajo que la media en América Latina (43%)–
74
4. Hacia una política de seguridad sostenible
y, a su vez, únicamente un 25% señala que se garantiza la protección contra el crimen, frente a un 23%
en América Latina.
Las percepciones y evaluaciones sobre los niveles de criminalidad y violencia se correlacionan con
conductas que reflejan importantes alteraciones en la calidad de vida, y el deterioro de la imagen y la
confianza en las instituciones (Azpuru, 2006; Mendoza, 2003). Hay dos hechos significativos, Por un
lado, el espacio público es percibido como más peligroso que antes; y, por el otro, las percepciones y
opiniones discurren independientemente de la victimización directa, y posiblemente están más
influenciadas por sucesos conocidos (victimización vicaria). Los antecedentes descritos ratifican la
importancia y urgencia de estrategias efectivas de comunicación y de sensibilización.
• Más opiniones y demandas que enfatizan el castigo y la “mano dura” (actitudes más
autoritarias y represivas)
La encuesta USAID (2006) demostró que el porcentaje de guatemaltecos que están de acuerdo con que
las autoridades puedan actuar, a veces, al margen de la ley para poder controlar la delincuencia se elevó
de 24,1% en el año 2004 a 43,1% en el año 2006. Por su parte, en abril del año 2007, la encuesta de
Borge y Asociados muestra que un 34% cree que las autoridades aplican medidas de limpieza social y
el 35% justifica que las autoridades, en ocasiones, deben actuar al margen de la ley para luchar contra la
delincuencia. En mayo del año 2007, el sondeo realizado por Vox Latina arroja que un 62,5% aprueba
la pena de muerte como método para la lucha contra la criminalidad.
En el Diagnóstico realizado en diciembre de 2007, se identificaron tres niveles de gestión y/o ejecución: i)
el nivel central-gubernativo; ii) el nivel departamental; y iii) el nivel municipal-local. La institucionalidad
para la seguridad pública y ciudadana se debilita y diluye en la medida en que se desciende en estos niveles
(Vásquez, 2007). En el primero se ubican las instituciones que conforman el núcleo del sector de seguridad
pública y justicia. En el segundo nivel, de gestión/ejecución departamental, se ubican las reparticiones de
los referentes centrales del nivel superior. En el tercer nivel, municipal-local, solo existen algunos
municipios y comunidades con estructuras locales relevantes, tales como: a) el Comité Único de Barrio; b)
las Juntas Locales de Seguridad; y c) las comisiones comunitarias, municipales y regionales. Estas, sin
embargo, no se encuentran en todo el país y sus niveles de consolidación y ejecución tienen, generalmente,
bases legales y técnicas febles.
75
Más crecimiento, más equidad
En el primer nivel, son tres las instituciones que conforman el sector: a) El Ministerio de Gobernación y sus
distintas reparticiones; b) la Policía Nacional Civil; y c) el Ejército. A lo anterior se agrega una instancia de
asesoría, a saber, el Consejo Asesor de Seguridad.6 La principal autoridad/institución en el Poder Ejecutivo
responsable de conducir la política y los planes en el área es el Ministerio de Gobernación. No obstante, con
un enfoque más amplio y reconociendo su estrecha relación con la prestación de servicios de justicia y con
programas dirigidos a grupos vulnerables y en riesgo, el espectro de instituciones que colaboran directa e
indirectamente en la coproducción de seguridad pública y ciudadana ha ido aumentando. Así, se pueden
agregar las instituciones que conforman el sector justicia y aquellas de protección social –que colaboran en
la reducción de factores sociales de riesgo– más cercanas al diseño y ejecución de políticas sociales y de
asistencia.
En el sector justicia, siete instituciones conforman el sistema de gestión y producción de justicia penal: i) el
Organismo Judicial; ii) el Ministerio Público; iii) el Instituto de Defensa Pública Penal; iv) la Dirección
General del Sistema Penitenciario (Ministerio de Gobernación); v) la Procuraduría de Derechos Humanos
(PDH); vi) el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif); y, finalmente, vii) la Comisión Internacional
Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). En el sector de protección social se encuentran otras siete
instituciones e instancias ad hoc permanentes: i) la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la
República; ii) la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente; iii) la Secretaría Presidencial de
la Mujer; iv) el Ministerio de Cultura y Deportes; v) la Comisión Contra las Adicciones y Tráfico Ilícito de
Drogas; vi) la Comisión Nacional para la Erradicación de Armas Ilegales en Guatemala (CNEAI); y vii) la
Comisión para el Abordaje del Femicidio.
Un denominador común y característico entre los tres primeros sectores es que las instituciones tienden a
actuar en base a su propia agenda político-institucional, aun cuando se reconoce que comparten o podrían
compartir objetivos, campos y prioridades comunes. Esto, indudablemente, justifica la necesidad de un
trabajo conjunto y coordinado.
• A pesar de la existencia de los 17 diversos organismos en el nivel central y territorial (el nivel
departamental y municipal) que, directa o subsidiariamente estaban relacionados con el sector seguridad
pública y justicia, no se verificaba la existencia de un sistema integrado, lo cual revelaba la necesidad de
6
El Consejo Nacional de Seguridad está integrado por la Presidencia, Vicepresidencia, los Ministerios de Gobernación, Defensa y
Relaciones Exteriores, así como por la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE). En su origen, este Consejo es una respuesta a la carencia
de una institucionalidad de máximo nivel que pueda determinar los procesos de planificación en materia de seguridad y justicia, y que tenga
como objetivo promover la toma de decisiones sobre la base de exhaustivos análisis de la realidad. El Consejo Asesor debe funcionar como
un órgano de interlocución entre la sociedad guatemalteca y las instituciones del Estado vinculadas al sector (Acuerdo Gubernativo 115-
2004 y Acuerdo Gubernativo 627-2006).
76
4. Hacia una política de seguridad sostenible
• En los últimos tres años se han creado nuevas instancias, a saber, el Consejo Asesor de Seguridad, la
Comisión para el Abordaje del Femicidio, la Comisión Nacional para la Erradicación de Armas Ilegales
en Guatemala y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Sin embargo, en la
práctica, se carecía de mecanismos interinstitucionales eficientes y eficaces de coordinación entre los
diversos sectores de la administración pública encargados de forma directa de la función de seguridad y
prevención.
• No existía una política “ordenadora” ni directrices que guiaran las intervenciones. En los últimos años
hay definiciones en áreas aledañas o vinculadas a la gestión en el sector (políticas dirigidas a mujeres,
menores, adolescentes) que promueven una institucionalidad ad hoc y, a su vez, desafían su capacidad de
ejecución, de tal forma que los organismos del sector seguridad, justicia y protección social se ven
obligados a responder a las distintas políticas.
77
Más crecimiento, más equidad
a. El funcionamiento de la policía
En abril del año 2007, un estudio de opinión mostró que el 64% de la población afirma que la policía está
involucrada con la delincuencia y que el 56% opina que la policía no tiene capacidad. La encuesta VAC-
MINGOB (2007) revela que menos de un tercio (32,1%) de los guatemaltecos se siente más seguro con
la presencia de la policía en su barrio y que solo un 31,6% se siente seguro ante una patrulla de la policía.
En general, las encuestas destacan la ineficacia en materia de captura de imputados o inculpados. Por otra
parte, son frecuentes los casos de corrupción policial y de conductas indebidas, frente a los cuales se
iniciaron procesos de depuración que requieren ser complementados con medidas estructurales de
prevención de los delitos al interior de la fuerza policial, en el marco de una completa profesionalización.
Este es uno de los principales problemas del sistema estructural de la seguridad en Guatemala. En el año
2006, de las 222.181 causas ingresadas, solo un 6,3% concluyeron con una sentencia. Por otra parte,
según el jefe de la CICIG, la impunidad alcanza el 98% en el país. Asimismo, el Procurador de Derechos
Humanos (PDH) destaca que el porcentaje de los casos de homicidios resueltos no supera el 3% (CEJA,
2007; Stark, 2007).
En materia de infractores detenidos, la estadística de la PNC indica una tasa cercana a 286,8 cada cien
mil habitantes en el año 2006, con más de un 60% de jóvenes y menores. En el ámbito judicial, de los
20.765 condenados por faltas menores que informa el INE y el Organismo Judicial para el año 2004, un
16,9% tenía entre 15 y 20 años; un 44% tenía entre 21 y 30 años; y un 22,9% tenía entre 31 y 40 años. A
pesar de la creación de la Cárcel de Delitos Menores, que alberga una población de 250 menores privados
de libertad por delitos leves y faltas, la situación de los adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley es
uno de los aspectos más controvertidos en Guatemala, por cuanto la cobertura de servicios y programas
es reducida e insuficiente (Conacmi, 2006).
78
4. Hacia una política de seguridad sostenible
prevención. Los recursos para el control de la criminalidad alcanzan el 88,5% en el año 2007; los medios
dirigidos a la reclusión y prevención terciaria alcanzan un 8,5%; mientras que los destinados a la
prevención social, comunitaria y en grupos vulnerables no superan el 3% del presupuesto del sector. El
presupuesto de seguridad interior representa el 6,1% del presupuesto de la nación correspondiente al año
2008.
Por otra parte, de acuerdo a los programas que conforman el presupuesto del año 2008, la Policía
Nacional (programa 11: Servicios de seguridad) representa el 70,4% del presupuesto del Ministerio de
Gobernación. La Dirección General del Sistema Penitenciario (programa 12: Administración del
Régimen Penitenciario) representa un 6,3% del presupuesto, y el programa 15 de Prevención
Comunitaria del Delito representa solo el 0,5% del presupuesto del año 2008 (Icefi, 2007).
Los recursos para la seguridad son escasos (0,9% del PIB el año 2007). El gasto per cápita anual en
seguridad interior asciende a US$ 24,8 en el año 2007. En justicia, los recursos son aun bajos (0,6% del
PIB anual) y el gasto per cápita anual asciende a US$ 19,6 en el año 2007. Si bien hay un mayor
presupuesto para el sector, parece menos que suficiente y adecuado frente al aumento de la criminalidad,
de la violencia y del temor.
Lo anterior ratifica la convicción de que esta es una de las principales áreas que requiere apoyo y
consolidación, en lo que respecta a los recursos, la institucionalidad y la sinergia de los esfuerzos así como
el mejoramiento de las capacidades, y las competencias técnicas y profesionales en el sector. Si no se dan
pasos en esa dirección, entonces esfuerzos complementarios de otra índole serán insuficientes y tendrán
poco impacto.
Con el fin de identificar los campos prioritarios, relevantes y de interés común para la cooperación del BID
con el Gobierno guatemalteco en un futuro próximo, fue necesario el análisis de los dos marcos de
referencia existentes: el Plan de Gobierno (2008-2011) y las acciones del Plan de los primeros 100 días
(2008). Ello permitió concluir que hay visiones compartidas y consensos fundamentales.
Se reconoce la necesidad de un marco legal estable, de largo plazo y coherente con la realidad del país, en
una institucionalidad fuerte, transparente, moderna, entrelazada y coordinada. Se señala que la política debe
ser participativa e integral; que debe generarse el cambio de un enfoque preventivo hacia uno más amplio
que considere la seguridad de la comunidad como un bien público; que deben enfrentarse las causas y las
condiciones socioeconómicas que fomentan la delincuencia y la victimización; asimismo, se reconoce la
responsabilidad básica del gobierno así como el necesario protagonismo de la sociedad, la participación
activa de las comunidades, asociaciones y líderes locales. Igualmente, se estima que es fundamental la
79
Más crecimiento, más equidad
prevención dirigida a reducir factores de riesgo, lo cual es siempre más eficaz y rentable en términos
económicos, sociales y políticos que una mera intervención a través de la policía y la justicia penal.
La implementación del Plan de la Esperanza y de la Agenda de los primeros 100 días, en el marco de una
estrategia de gobierno, es el reto más inmediato y urgente, en el que se pone a prueba la capacidad de
conducción y de creación de condiciones que harán posibles los avances sustantivos en el corto plazo y una
salida en el tiempo a la crisis de la inseguridad. El reto parece consistir en determinar cuáles son las
acciones prioritarias, urgentes y decisivas para modificar positivamente el escenario de la inseguridad.
El plan parte de la convicción de que la experiencia guatemalteca en políticas públicas, en general, refleja
un bajo grado de focalización, carente de un adecuado diseño y evaluación de resultados. No ha sido capaz
de generar desarrollo ni de disminuir los altos índices de pobreza. Se agrega al problema la falta de
continuidad de los programas en los distintos períodos de gobierno. En Guatemala no se han logrado
reducir las grandes desigualdades ni los grandes índices de pobreza existentes, los cuales se agudizan a
nivel de los municipios, fundamentalmente, por la inequidad en la distribución del presupuesto nacional en
el área de inversión social y productiva, y por factores como el bajo crecimiento económico, poca
efectividad en la gestión pública, inestabilidad política recurrente, inseguridad jurídica y ciudadana,
incentivos fiscales inadecuados, debilidad institucional y fragmentación de esfuerzos en la modernización y
subdesarrollo.
Esta política, como parte del Plan de Gobierno, es sin duda un paso importante ya que desde el inicio las
nuevas autoridades marcan la diferencia y generan condiciones favorables, con un claro sentido de urgencia
y prioridad, reconociendo la necesidad de responder a la crisis de inseguridad que reina en el país.
La “Política de seguridad y Estado de Derecho” tiene como objeto primordial fortalecer y garantizar una
cultura de respeto y seguridad ciudadana, que contemple acciones en distintos niveles (familiar,
educacional, institucional y en los medios de comunicación), buscando el cambio de actitudes y eliminando
la valoración de los roles de violencia e inseguridad. Sus objetivos reflejan diversos ejes de gestión. A
continuación, se presentan algunos de ellos.
7
Presentado durante la campaña electoral de 2007.
80
4. Hacia una política de seguridad sostenible
Las actuaciones contempladas para los primeros cien días consideran la ejecución inmediata de 12 acciones
que se organizan en torno a seis campos: i) seguridad pública, ii) fortalecimiento de la justicia, iii)
fortalecimiento de la Policía Nacional Civil, iv) organización comunitaria, v) pacto social y, finalmente, vi)
combate a la corrupción.
Desde otro punto de vista, cabe destacar que se identifican cuatro acciones que contribuirían a la generación
de capacidades institucionales permanentes y cuya materialización puede representar inversión en capital
humano y en infraestructura para la calidad de los servicios: i) fortalecimiento de la Dirección de
Inteligencia Civil; ii) reforma de la Ley Orgánica de la PNC, incluyendo cambios, entre otros, de elección
popular de los jefes municipales y departamentales, oficialidad, perfiles y reclutamiento, iii) organización
de las comunidades (colonias, municipios, aldeas y caseríos) para la autodefensa civil y la generación de
información, con el apoyo del Ministerio de Gobernación; y iv) preparación del plan de reconstrucción de
centros policíacos en todos los municipios del país, bajo un estándar predeterminado.
La experiencia comparada demuestra que a fin de que las acciones de control de la violencia –
indispensables y urgentes, sobre todo, en momentos de desborde– sean sostenibles en el tiempo, requieren
estar complementadas por acciones de prevención a través de diversas formas.8 Guatemala no es la
excepción. De tal modo, la construcción de un paradigma integral de seguridad pública requiere contemplar
el capítulo de seguridad y convivencia ciudadana, el cual abarca un conjunto de acciones (adoptadas por el
sector público, sector privado y sociedad civil) para garantizar los derechos y las libertades fundamentales,
impartir justicia y velar por el desarrollo pacífico de la vida social, individual y colectiva. El cambio de
paradigma ha significado superar la visión única y centralista de Policía-Justicia-Prisión (con énfasis en el
control de la criminalidad) por un eje simultáneo y complementario de estrategias de prevención –con gran
relevancia de la participación ciudadana– que reduzca los factores de riesgo de la violencia y sus causas
más estructurales. Tener en cuenta lo anterior no significa ver la prevención y el control como elementos
excluyentes, sino necesariamente complementarios y simultáneos en una estrategia de implantación eficaz
de la política pública.
En este contexto, existen campos conceptuales comunes entre los ejes temáticos del Programa de
Prevención de la Violencia aprobado por el BID en 2006 para Guatemala (GU-0163) y las prioridades
establecidas por la actual administración. Estos, sin perjuicio de constituir un adecuado punto de partida,
requieren naturalmente ser validados, complementados y adaptados a las prioridades de la nueva
administración.
El diagnóstico de la situación de la inseguridad y la mirada sobre la forma cómo estaban trabajando las
instituciones del sector, junto a las instituciones de justicia y protección social, permitieron identificar los
8
Los principios rectores recomendados y que guían las acciones son: i) prevención de base social; ii) prevención basada en el delincuente;
iii) prevención basada en el delincuente potencial; iv) prevención basada en la víctima real y/o potencial; v) prevención basada en espacios
y situaciones; vi) reparación, restauración y mediación.
81
Más crecimiento, más equidad
rasgos principales que se sintetizan en el siguiente cuadro que, a su vez, deberían traducirse en urgencias o
áreas prioritarias de atención.
82
4. Hacia una política de seguridad sostenible
4.5 Recomendaciones
En las secciones anteriores se ha intentado responder al interrogante acerca de qué objetivos, áreas,
esfuerzos e iniciativas son prioritarias y debiesen abordarse en una agenda de cooperación. La propuesta de
componentes para una agenda de diálogo político-técnica se basa en el hallazgo de elementos comunes
entre, en primer lugar, lo que el país requiere (diagnóstico); en segundo lugar, lo que sus autoridades han
comprometido y están dispuestas a ejecutar en el marco de su política y estrategia de gobierno; y,
finalmente, lo que el BID puede ofrecer y apoyar. Sin duda, aquí hay espacios relevantes y oportunidades
de colaboración.
En dicho marco, se pueden identificar algunos elementos prioritarios para la construcción y ejecución de
una política de seguridad pública y ciudadana que sea sostenible en el país. Al hacerlo, se debe considerar
especialmente como línea de base el Diagnóstico que el Banco ha preparado para el sector Seguridad de
Guatemala en diciembre de 2007 (es decir, antes de la asunción de los actuales mandatarios); las
prioridades que han sido identificadas por las nuevas autoridades como ejes de sus planes de gobierno; y la
experiencia internacional comparada que el BID ha recogido en este terreno en más de diez años de
préstamos y operaciones de cooperación en toda la Región.
Sobre este último punto, cobra sentido enfatizar que las referencias a iniciativas regionales y extra
regionales que se mencionan en las siguientes recomendaciones conforman un mero propósito ilustrativo,
por cuanto se tiene especialmente en cuenta que su potencial aplicación a la realidad de Guatemala requiere
un proceso de adaptación a las condiciones de gobernabilidad nacional del país.
9
En el Plan de Gobierno de UNE se mencionan algunas de las áreas que se requerirá coordinar en función de las prioridades identificadas
de acción, a saber, Ministerio de Gobernación, Ministerio Público; Servicio de Investigación Criminal de la Policía Nacional Civil; Instituto
de la Defensa Pública Penal; Procuraduría de los Derechos Humanos; Procuraduría General de la Nación; Coordinadora Nacional de
Prevención y Erradicación de la Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer (Onaprevi); Ministerio de Defensa; Corte de Constitucionalidad;
Instituto Guatemalteco de Turismo; Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap); Consejos de Desarrollo; Municipalidades;
Organismo Legislativo; Organismo Judicial; Sociedad Civil.
83
Más crecimiento, más equidad
en materia de seguridad, que permita coordinar las instituciones comprometidas e integrar y dirigir
las políticas públicas en este sector.
Recuadro 4.1
La ciudad de Bogotá, Colombia, exhibe uno de los casos más paradigmáticos de políticas de seguridad
ciudadana que han ofrecido un éxito acentuado durante la última década. Con una población de 7.300.000
habitantes, la violencia pasó de una tasa de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993, a una de
17 en el año 2007.
El fenómeno se explica por variadas razones.
1. Sostenibilidad política. Más allá de la diversa procedencia partidaria, los alcaldes que se sucedieron
entre 1992-2007 coincidieron en otorgarle continuidad y complementariedad a los programas de
seguridad.
2. Capacidad institucional interagencial y jerarquizada. En el año 1997 se conformó la subsecretaría
para Asuntos de Convivencia y Seguridad Ciudadana, con profesionales altamente calificados y con
el mismo responsable durante 7 años. El Consejo de Seguridad creado en 1991 tuvo garantizado su
funcionamiento mensual y se puso en marcha un Consejo ampliado integrado por los 20 alcaldes
locales, los 19 Comandantes de Estaciones de Policía, los Comandantes de Unidades Especiales de la
Policía Metropolitana de Bogotá y las entidades del Distrito en materia de Salud, Educación, Tránsito
así como el Instituto Distrital de Cultura y Turismo.
3. Información de calidad. También se creó el Comité de Vigilancia Epidemiológica para realizar un
análisis semanal sobre la violencia y la delincuencia y el Sistema Unificado de Información de
Violencia y Delincuencia (SUIVD), cuyo fin era reunir información del Instituto de Medicina Legal,
la Policía Metropolitana, la Secretaría de Gobierno y la Fiscalía. Actualmente, esa función la cumple
84
4. Hacia una política de seguridad sostenible
el Observatorio de la Violencia.
4. Sostén financiero, cultura ciudadana e infraestructura urbana. En la gestión 1992-1994 se creó un
Fondo de Seguridad para otorgarle autonomía financiera a las políticas públicas en el sector. Durante
los períodos 1995-1997 y 2001-2003 se propiciaron fuertes intervenciones en materia de cultura
ciudadana y comunicación pública, innovando con contenidos creativos, simbólicos y pedagógicos.
Durante 1998-2000 se focalizó una estrategia de importantes intervenciones urbanísticas y grandes
obras de infraestructura, combinadas con la recuperación del espacio público a partir del
cumplimiento estricto de la normativa existente.
5. Fortalecimiento de la Policía Metropolitana. Se puso en marcha un sostenido plan de equipamiento
de la fuerza policial en las áreas de: i) comunicaciones (cada policía en la calle contaba con una radio
propia); ii) equipamiento del parque automotor; iii) construcción de estaciones de policía; iv)
fortalecimiento y reorientación de Centros de Atención Inmediata (CAI); v) adquisición de equipos
de inteligencia; vi) identificación de 100 puntos críticos delictivos para la ciudad. La estrategia inicial
no se sustentó en el incremento de personal policial, que pasó de 10.500 policías metropolitanos en
1995 a 10.320 en 2003. Durante la década 1994-2004, se triplicó en términos reales la inversión
pública destinada a la Policía Metropolitana.
6. Participación ciudadana. Se organizaron dos canales principales de participación comunitaria: los
Frentes Locales de Seguridad y las Escuelas de Seguridad Ciudadana. Con la participación de la
Cámara de Comercio de Bogotá, se identificaron 28 cuadrantes de las áreas más céntricas y
concurridas de la ciudad con el propósito de reforzar la vigilancia y atender las denuncias a través de
unidades móviles con presencia permanente. El sector privado (Diario “El Tiempo”, Cámara de
Comercio y la Fundación Corona) auspició la iniciativa “Bogotá Cómo Vamos”, para monitorear a
través de encuestas de victimización y percepción de seguridad la marcha del Programa.
7. Accesibilidad judicial. Consistió en una combinación de programas de justicia alternativa y de
justicia punitiva. Se elevó de 5 a 20 el número de Comisarías de Familia para tratar temas al interior
de los hogares, de vecindad y de violencia menor. Se crearon 12 Unidades de Mediación y
Conciliación, se arreglaron las instalaciones de las 63 Inspecciones de Policía existentes (que tratan
de los asuntos de policía administrativa) y se habilitaron 2 Casas de Justicia, capacitando a 2.700
líderes como mediadores comunitarios, a 450 conciliadores en equidad y a 103 Jueces de Paz. En
1999, se creó la Unidad Permanente de Justicia (integrada por la Fiscalía General de la Nación, el
Instituto Nacional de Medicina Legal, la Policía Metropolitana y de Tránsito, y la Inspección de
Policía). En los dos primeros años se puso a disposición del Poder Judicial a más de 30.000 personas
que habían cometido delitos, reteniendo transitoriamente a 150.000 infractores. Las capturas de
personas requeridas por la justicia se incrementaron en un 400% entre 1994 y 2002. Los decomisos
de armas de fuego se triplicaron entre 1995 y 2003.
8. Programas sociales. Se impulsaron múltiples programas de contención y sensibilización social con
diversos públicos objetivo, entre los cuales pueden citarse: i) acciones de entrega voluntaria de armas,
desarme de los colegios, canje de armas por cupones de mercaderías y canje de armas de juguete de
los niños; ii) prohibición de venta de bebidas alcohólicas por la noche; iii) el Programa Misión
Bogotá fomentó la figura del Guía Cívico, personas contratadas temporalmente en las poblaciones de
riesgo y encargadas de generar labores de regulación ciudadana en temas de tránsito, convivencia
ciudadana, transporte público, eventos artísticos, recreativos y deportivos, y organización
comunitaria.
9. Sistema penitenciario y de resocialización. Con una inversión total de 11 millones de dólares entre
1998 y 2002, la ciudad asumió la responsabilidad de construir una nueva cárcel distrital, pasando de
450 a 1.028 cupos, disminuyendo los hechos de violencia al interior de la misma.
10. Lo más importante de todo, los alcaldes no delegaron el problema en una instancia superior. Si bien
85
Más crecimiento, más equidad
existió coordinación con las autoridades centrales a todos los niveles y la experiencia general no
puede analizarse sin contemplar las políticas de seguridad nacionales, existió el compromiso
territorial, desde la base, de gerenciar y liderar programas locales con un sentido multidisciplinario,
integral y sostenible.
d. Eludir el falso dilema ¨prevención versus control¨. La construcción de una política de seguridad
pública y ciudadana eficaz es más una cuestión de calidad que de fuerza: implica el desarrollo
coordinado de capacidades tanto del Estado como de la sociedad civil, en una secuencia que lleva a
complementar las acciones sobre las causas estructurales así como sobre las consecuencias visibles
que produce la violencia. La experiencia comparada (OECD, 2007; Dammert, 2005; Raczyinski y
Serrano, 2003) de intervenciones intensivas en barrios de alto conflicto, y presencia del crimen
organizado y del narcomenudeo (como en la zona metropolitana de Chile o Medellín, por ejemplo)
demuestra que una primera etapa de fuerte irrupción policial o militar debe estar acompañada de
medidas de prevención social sobre los factores de riesgo y, especialmente, de un paradigma
alternativo a la economía paralela generada por el narcotráfico (CD, 2003). La construcción de
capital social virtuoso (sobre todo, en comunidades donde prevalece el capital social perverso de
complicidades y tramas delictivas con el crimen organizado) exige sostener esfuerzos de
participación de la sociedad civil, generación de confianza con las autoridades públicas y
sostenibilidad de recursos múltiples. De lo contrario, el fenómeno de violencia reaparece (o se
desplaza) rápidamente ni bien las fuerzas militares y policiales abandonan el lugar. En lo referente
al aspecto del paradigma productivo alternativo al crimen organizado –y en el marco de una
estrategia integral– también cobra singular importancia atender de un modo inteligente y eficaz
(con adecuadas regulaciones y controles de las áreas de Inteligencia Financiera y Migraciones) las
manifestaciones relacionadas con el financiamiento de la actividad ilegal y el tráfico de personas,
aspecto sobre el cual el fenómeno del lavado de dinero exige una acción sustantiva en términos de
información y prevención.
86
4. Hacia una política de seguridad sostenible
e. Evitar el juego de suma cero entre policía, justicia criminal y poder político. Las rivalidades
institucionales constituyen un fenómeno endémico que conspira contra la articulación de políticas
en toda la Región. La gran lección aprendida, en este sentido, puede sintetizarse de la siguiente
manera: cuando una institución quiere ganar a expensas de la otra, todas terminan perdiendo. Las
instancias de integración de información, operativos de presencia policial masiva, recolección de
inteligencia, y acciones en el terreno más conflictivo del crimen organizado deben poner un
especial énfasis en el marco de procedimientos legales y judiciales que se generan, con la finalidad
de respetar los derechos humanos y también de garantizar que aquellas expresiones de criminalidad
violenta y organizada resulten sancionadas por las autoridades. Nuevamente, la instancia de
coordinación entre los diferentes Poderes del Estado resulta esencial. Es necesaria una clara
división del trabajo de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en el entendido de que toda
iniciativa, por más aislada que aparente ser, tiene impactos sobre el sistema de seguridad en su
conjunto. De tal modo, resulta preciso atender cada uno de los eslabones que comprenden la cadena
de la violencia. El crimen organizado no puede vencerse con un Estado desorganizado.
Recuadro 4.2
87
Más crecimiento, más equidad
agenda pública. La institución, creada a partir del apoyo del Diario El Mercurio, se ha constituido en
un punto de referencia muy importante para la elaboración de material de alto nivel científico
destinado a alimentar la producción de políticas públicas. Impulsó desde su ámbito, por ejemplo, el
debate que llevó a la sanción de un nuevo código procesal penal. Y fue pionera, a partir de 1994, en
la realización de encuestas de victimización y anuarios estadísticos del sistema de seguridad y
justicia penal, lo que llevó como reacción a la institucionalización por parte del Estado de estas
acciones, desde que el Ministerio del Interior asumió y realizó, a partir del año 2004, el compromiso
de publicar índices de delitos y de victimización de modo regular.
2. Los pactos de seguridad. A partir del año 2005, se lanzaron en Bogotá diversos pactos entre la
Alcaldía y la Cámara de Comercio local, los que tuvieron el propósito general de articular los
sistemas legales de seguridad privada a los de seguridad pública, ampliar la cobertura de la video-
vigilancia en la ciudad, y apoyar y promover la asociatividad empresarial en las localidades para
mejorar el entorno. A su vez, se firmaron pactos sectoriales con el gremio de taxistas; con la
Industria de Automóviles y autopartes; con el sector financiero y turístico; y con el sector de
propietarios de locales bailables. El pacto con los taxistas, por ejemplo, propició: i) campañas para
evitar la compra de autopartes robadas y el uso de tarjetas de operación y licencias de tránsito
fraudulentas; ii) instalación de medios de comunicación en los taxis nuevos para que ingresen a la
red de apoyo de la Policía Metropolitana; iii) asistencia a los programas de capacitación convocados
por la Policía Metropolitana para el apoyo en situaciones de riesgo; iv) establecimiento de un Centro
de Atención al Usuario (físico y telefónico) para prevenir contra abusos; v) impulso de un centro de
venta de autopartes, gestionada por el gremio de taxistas asociado con las compañías aseguradoras;
vi) unificación de la base de datos de los taxistas y sus vehículos que operan en Bogotá y creación
del programa de fidelización.
3. Fiscalías más cercanas a la comunidad. En Santo Domingo, Paraguay y Buenos Aires, las fiscalías
barriales, cerca de la demanda de los vecinos y con presencia física del Poder Judicial en cada
comunidad, sirvieron como un canal apropiado para asegurar inmediatez y mayor transparencia en
la investigación de casos penales, otorgándole un sentido de institucionalización a la participación
ciudadana; enmarcándola, por consiguiente, en un claro punto de referencia legal y evitando el
recurso de justicia por mano propia. En los casos mencionados, a partir de la presencia de fiscales
barriales, también se reforzaron los lazos con las organizaciones locales de la sociedad civil,
interesadas en impulsar políticas de seguridad ciudadana más eficaces.
Acción social de incidencia para la prevención. Viva Río (Río de Janeiro, Brasil) es, desde 1993, un
referente de la sociedad civil por la seguridad ciudadana, propiciando activas campañas de incidencia y
comunicación social alternativa. En 1995, la ONG promovió una manifestación de 400.000 participantes
contra la ola de secuestros en la ciudad. En 1998, se puso en marcha el Servicio Civil Voluntario, como
alternativa educativa para jóvenes que alcanzan los 18 años sin completar la escuela elemental y no son
aceptados en el servicio militar. En el 2003, fue uno de los actores principales en la promoción del Estatuto
del Desarme, promoviendo la destrucción pública de 114.000 armas. En el 2003, Viva Río contrató los
servicios remunerados de 927 personas (el 65 % mujeres), y contó con la participación de 2.050 voluntarios
que trabajaron en las campañas y proyectos. La gran mayoría son habitantes de las favelas.
88
4. Hacia una política de seguridad sostenible
el Estado central, así como también aportes nacionales que signifiquen economías de escala y
atención en necesidades presupuestarias imprescindibles, con la finalidad de que los gobiernos
locales no terminen librados a su suerte en una tarea que los desborde. En recursos económicos y
técnicos, hay una demanda emergente desde los gobiernos municipales que se conjuga con una
creciente necesidad de diseñar respuestas, de desarrollar capacidades en ese nivel, y de promover
coaliciones para la ejecución de estrategias de prevención del crimen y la violencia en el plano
local-comunitario. La experiencia de Fondos Concursables (como en Chile y Uruguay, por
ejemplo), a través de los cuales los gobiernos locales compiten para la obtención de recursos
nacionales a ser aplicados en políticas de prevención, es un antecedente que podría contribuir a
dicho objetivo, analizando detenidamente los factores que constituyeron sus debilidades y
fortalezas (Béliz, 2007).
h. Los jóvenes como gran prioridad de focalización. La focalización territorial sobre zonas de alta
conflictividad social y presencia del crimen organizado requiere un segundo enfoque
complementario, que desarrolle políticas inclusivas sobre el universo de jóvenes en riesgo y más
vulnerables a los fenómenos de la violencia. Una estrategia semejante demanda establecer un
puente permanente de diálogo y articulación entre políticas de seguridad preventivas y políticas
sociales intensivas. Guatemala ya cuenta con diversas iniciativas en este campo, que acaso
convendría analizar en detalle para concentrar, potenciar y evaluar en sus mejores impactos. Por
otro lado, la institución escolar ha sido en el caso de otros países (Brasil, por ejemplo, con su
programa “Escuelas de Paz”) un eje articulador interesante a tener en cuenta como estrategia para la
disminución de los índices de violencia en las comunidades (Unesco, 2001). La inclusión de la
música y el deporte (Bandas Sinfónicas y Escuelas Populares del Deporte de Medellín, por
ejemplo) también constituyen puntos de referencia. Nuevamente, no se trata de desarrollar estas
posibles intervenciones de manera aislada, sino de concentrar una batería de programas que,
teniendo en consideración las restricciones presupuestarias, estén focalizados sobre la población de
jóvenes de mayor riesgo en los territorios más peligrosos. Del Diagnóstico realizado surgió
asimismo la necesidad de promover y mejorar la cobertura de intervenciones en torno a factores de
riesgo específicos, tales como el consumo de drogas ilícitas y la posesión de armas ilegales
(campañas de desarme). Finalmente, la puesta en marcha de mecanismos de justicia penal juvenil –
para el caso de los jóvenes en conflicto con la ley penal– constituye otro punto de ineludible
atención, no solo para optimizar la eficacia de las iniciativas sino también para aplicar
convenciones internacionales que tienden a garantizar el debido respeto a los derechos humanos en
este colectivo social.
i. Un nuevo impulso para la reforma policial. Las depuraciones masivas y la separación del
personal policial que cometió acciones irregulares, constituyen solo un primer paso –indispensable,
por cierto– de la profesionalización policial más profunda, que requiere diseñar estructuras
institucionales permanentes de monitoreo de la transparencia policial (con participación de la
sociedad civil) y establecer adecuados incentivos, premios y castigos, así como acciones de
significación estructural en el marco de la carrera policial. El desarrollo de habilidades
investigativas propias de una policía científica constituye otro pilar insoslayable, al igual que el
incremento del número de efectivos en función de las nuevas necesidades de intervención. La
modernización de las rutinas administrativas, su mayor eficiencia, el más óptimo aprovechamiento
de los recursos humanos y tecnológicos, la transparencia de las compras policiales, la
implementación de medidas que mejoren el bienestar de los cuerpos policiales y su familia, la
coordinación de las labores con el Ejército Nacional (en un claro marco de respeto a los derechos
89
Más crecimiento, más equidad
j. El sistema penitenciario y una política criminal integral. La profesionalización del servicio civil
penitenciario, la consolidación de esfuerzos de formación y jerarquización de sus recursos
humanos, la adecuada infraestructura de los establecimientos de detención, y el impulso a
mecanismos de control externo sobre su estado y funcionamiento, requieren estar acompañados de
un estudio permanente y un consenso nacional, en torno a una política criminal integral que mida
las consecuencias generadas por las nuevas leyes aprobadas y establezca, de un modo realista, su
posible implementación. Por otro lado, se debe considerar el hecho de que en el país hay un
importante número de menores, adolescentes y adultos en conflicto con la justicia, de los cuales
muy pocos se encuentran cumpliendo algún tipo de medida socioeducativa (internación, internación
provisoria, libertad asistida o prestación de servicios a la comunidad). También se detecta un escaso
esfuerzo público en rehabilitación y reinserción social de la población penitenciaria recluida y
condenada. Nuevamente, aquí el desafío radica en establecer un puente estratégico entre la política
de seguridad pública y una política social intensiva, capaz de generar programas focalizados de
prevención terciaria.
90
4. Hacia una política de seguridad sostenible
terrenos deberían dirigirse las políticas públicas. En el primer caso, tal como lo menciona Rau
(2005), promoviendo una estrecha relación entre las decisiones de inversión en infraestructura
física y el diseño urbanístico que las acompañe, a través de estrategias de prevención situacional
que tienen antecedentes relevantes a nivel internacional (mediante el Crime Prevention Through
Environmental Design, que promueve interesantes acciones de planeamiento participativo y ofrece
herramientas muy prácticas para favorecer la inclusión social en el entorno urbano). En el segundo
caso, el establecimiento de una agenda de diálogo con los medios de comunicación requiere
establecer puntos de convergencia (por cierto, no siempre de fácil identificación), así como también
una adecuada política de comunicación de las acciones prioritarias del Gobierno. En este último
caso, con sus dificultades y con sus logros relativos, también podrían tomarse como antecedentes
experiencias similares que se han dado en Chile (Fundación Paz Ciudadana), en Bogotá (Bogotá
Cómo Vamos), en Cali (Cali Cómo Vamos) y en Medellín (Medellín Cómo Vamos), que
conjugaron la investigación científica y académica en temas de seguridad, a través del compromiso
de medios de comunicación, la sensibilización de periodistas y del público en general, la
participación comunitaria y el monitoreo de la acción gubernamental.
Recuadro 4.3
¿Cómo lograr que los presupuestos de seguridad ciudadana no se decidan solo a nivel burocrático y
central y que, por el contrario, signifiquen un incentivo para que las comunidades locales y la sociedad
civil participen en su asignación? A través del Programa Comuna Segura del Ministerio del Interior de
Chile, se puso en marcha la experiencia en 2001, llegando a abarcar 56 comunas tres años después. El
Programa creó tres criterios para asignar presupuesto y responsabilidades: i) el fondo de apoyo a la
gestión municipal transfirió el 30% de los recursos directamente a los municipios; ii) el fondo concursable
de proyectos comunitarios estuvo abierto para que las organizaciones de la sociedad civil compitiesen
entre sí y postulasen a los proyectos por ellas mismas elaborados en tres ámbitos: prevención situacional,
prevención psicosocial y promoción de seguridad, para fortalecer redes sociales, fomentar el acceso a la
información y fortalecer la toma de decisiones comunitarias; finalmente, iii) el fondo de incentivo a la
91
Más crecimiento, más equidad
gestión local, equivalente al 10% de los recursos destinados a las comunas, que se orientó a financiar
proyectos presentados por municipios o grupos de municipios que demostraran una buena gestión en
seguridad ciudadana.
El programa promovió la designación, por concurso público, del secretario técnico de seguridad
ciudadana a nivel de las gobiernos locales, encargado prioritariamente de orientar la relación Nación-
Comunas, creándose además el Consejo de Seguridad Ciudadana a nivel municipal, conformado en un
70% por representantes de los vecinos y un 30% por autoridades (alcalde, concejales, prefecto de
Carabineros; prefecto de la Policía de Investigaciones, representante fiscal del Ministerio Público,
representante del Programa Previene –responsabilidad del Consejo Nacional de Control de
Estupefacientes–; un representante de organizaciones comunitarias juveniles elegido por sus pares; un
representante de directivos de establecimientos de educación secundaria elegido por sus pares;
representantes de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos; un representante de los Comités Vecinales de
SC, elegido por sus pares; un representante de la Cámara de Comercio e Industrias; un representante de la
Cámara de Comercio Detallista; un representante de los Centros de Padres y Apoderados de los
establecimientos educacionales; un representante de organizaciones comunitarias de mujeres; un director
de establecimiento educacional público de la comuna, elegido por sus pares; y un director de
establecimiento de salud público de la comuna, elegido por sus pares).
Las evaluaciones independientes del Programa Comuna Segura para el período 2001-2004 arrojaron
conclusiones positivas, valorándose la utilidad de la iniciativa para la lucha contra la delincuencia y el
modelo de trabajo, advirtiéndose asimismo sobre la necesidad de evitar que, a causa de la competencia por
los recursos, sean siempre los mismos quienes reciben fondos y que los Consejeros capturen la asistencia,
con la presentación de sus propias propuestas de proyectos.
92
4. Hacia una política de seguridad sostenible
Anexo 1 - Matriz de análisis: comparación de objetivos y acciones contempladas en el Plan de la Esperanza, Acciones de los primeros 100 días de Gobierno,
prioridades del diagnóstico actual 2008
Campo “Política de seguridad y Estado de Derecho” Acciones en los primeros 100 días Prioridades
Diagnóstico
Objetivo Objetivos específicos
diciembre
2007
Institucionalidad 1. Fortalecer las instituciones de 1. Fortalecer el poder civil
seguridad ciudadana. como lineamiento 9 y 10
estratégico.
2. Fortalecer la PNC. 1. Policía: iniciar la depuración de la PNC.
2. Policía: preparar y presentar iniciativa para
reformar la Ley Orgánica de la PNC, con
cambios, entre otros, de elección popular de los
jefes municipales y departamentales, oficialidad,
perfiles y reclutamiento, etc.
Gestión de 2. Recabar la información 3. Profesionalizar la Dirección 3. Seguridad pública: fortalecer la Dirección de 12,13 y 14
confiable de las acciones de Inteligencia Civil. Inteligencia Civil para proveer información y
información
delictivas y de sus actores
para prevenir y eliminar el contrarrestar el crimen en todas sus
delito en las comunidades, así manifestaciones (robo de vehículos, secuestros,
como estabilizar la crisis de narcotráfico, robo de niños, maras, femicidios,
accionar de las maras. asalto a buses, tráfico de influencias, etc.) y lograr
efectividad en las acciones que se adoptan.
4. Procurar la infraestructura 11
necesaria para garantizar la
seguridad y protección de
las personas que informan.
5. Crear fuerzas especiales de
seguridad civil para
combatir especialmente a
las maras e impedir el
aumento de la criminalidad,
producto de sus acciones.
93
Más crecimiento, más equidad
94
4. Hacia una política de seguridad sostenible
14.Establecer procesos de 24
coordinación permanente
entre la Dirección del
Sistema Penitenciario y el
Organismo Judicial.
Coordinación 7. Fortalecer, en coordinación 15.Establecer procesos de 24 y 26
con el Instituto Guatemalteco coordinación permanente
interinstitucional
de Turismo (INGUAT), el entre la PNC y el Instituto
programa de la Policía de Guatemalteco de Turismo
Turismo para una real para garantizar la seguridad
protección a los turistas. de los turistas y sus bienes
mientras transitan por el
territorio nacional.
Prevención de la 8. Garantizar el respeto a la vida 16.Establecer una oficina 1, 2, 3 y 4
a través de programas de permanente de atención de
violencia en
prevención de la violencia denuncias y coordinación de
grupos contra los sectores acciones preventivas para
vulnerables vulnerables, como .las evitar la violencia.
mujeres, los niños y las
personas de la tercera edad.
Rol del Ejército en 9. Velar y garantizar el 17.Fortalecer las capacidades 9 y 10
cumplimiento del papel del del Ejército a fin de que le
la sociedad
Ejército en una sociedad permitan cumplir las
democrática democrática, conforme lo funciones de defensa
establecido en la Constitución constitucionalmente
Política de la República y los asignadas.
Acuerdos de Paz. 18.Subordinar las Fuerzas
Armadas al Poder Civil
políticamente representado,
así como concentrar sus
funciones en la defensa
exterior y ayuda
humanitaria.
Reestructuración 10.Proponer la reconversión del 19.Analizar, justificar y 24, 25 y 26
MINGOB a Ministerio del consensuar una propuesta de
ministerial
Interior. ley para crear el Ministerio
del Interior.
Promoción de la 11.Implementar el proceso de 20.Definir los mecanismos de la 6. Policía: preparar y presentar una iniciativa para 5 y 18
elección popular de los Jefes elección de los jefes de la una reforma de la Ley Orgánica de la PNC, con
relación policía-
de la PNC en cada cabecera PNC en las cabeceras
comunidad municipal. municipales. cambios, entre otros, de elección popular de los
95
Más crecimiento, más equidad
96
4. Hacia una política de seguridad sostenible
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Más crecimiento, más equidad
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100
Parte II
101
5. Alternativas para
modernizar el
sistema tributario
103
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
5.1 Introducción
En el capítulo 1, se destacó la importancia de la inversión en capital humano para que Guatemala logre
niveles sostenidos de alto ingreso. Sin embargo, también se mencionó que dicha inversión ha sido baja. Una
de las principales razones detrás de este bajo gasto en áreas sociales es la falta de recursos.
En este sentido, en el año 1996, en el marco de los Acuerdos de Paz, Guatemala reconoció la necesidad de
elevar la presión tributaria y decidió llevarla a un nivel 50% superior al de 1995. Pese a este diagnóstico y
al esfuerzo efectivamente realizado en la última década, que llevó la presión tributaria (neta) de 8,9% del
Producto Interno Bruto (PIB) en 1995 a 11,8% en 2006, Guatemala aún no cumple esta meta que,
considerando las nuevas Cuentas Nacionales1, se ubica en 13,2% del PIB. Más aún, el país presenta el nivel
de ingresos tributarios más bajo de Centroamérica y de los más bajos de América Latina. Por esta razón de
suficiencia, pero también por razones de equidad y problemas de diseño, es necesaria una modernización
del sistema tributario guatemalteco. El presente capítulo desarrolla estas razones y plantea algunas
alternativas de reforma.
Se argumenta a favor de un aumento de la recaudación a través de los pilares del sistema –el Impuesto al
Valor Agregado (IVA) y el sistema de imposición a la renta–, en lugar de incorporar impuestos fáciles de
recaudar pero distorsivos. En particular, se considera que hay margen para aumentar la recaudación del IVA
a través de un incremento de su tasa, una de las más bajas de América Latina.
Al menos tres razones motivan una reforma del sistema tributario guatemalteco: razones de suficiencia,
equidad y corrección de problemas de diseño. A continuación, se desarrollan brevemente estos tres puntos.
5.2.1 Suficiencia
La presión tributaria de Guatemala (11,2% y 11,8% del PIB en 2005 y 2006, respectivamente)2 es la más
baja entre los países de Centroamérica (Cuadro 5.1) y una de las más bajas de América Latina. En efecto, en
2005 solo tuvieron ingresos tributarios inferiores Panamá (8,9% del PIB, pero con ingresos no tributarios de
5,6% del PIB); Haití (9,7%, con el PIB per cápita más bajo de América Latina, US$ 454 en 2005), y
Ecuador (10,3%, pero ingresos del petróleo de 8% del PIB en 2006).
Este capítulo fue realizado por Alberto Barreix y Jerónimo Roca resumiendo las principales conclusiones de trabajos realizados por J.
Barrientos, M. Cabrera, S. Díaz de Saralde y C. Garcimartín, M. Jorrat, D. Sureda y E. Weimann. Ernesto Stein colaboró con el recuadro
sobre la economía política de la reforma.
1
Año base 2001.
2
Recaudación neta.
105
Más crecimiento, más equidad
En el Cuadro 5.1 asoman dos de las varias razones que explican este resultado: un PIB per cápita muy bajo
(el tercero más bajo en la Región, luego de Honduras y Nicaragua) y una muy alta informalidad (la segunda
en la Región, luego de Panamá).
Cuadro 5.1
Ingresos tributarios 2005
(*) Netos
Fuente: Elaboración propia con base en ILPES (2007), Banco Mundial
(2007) y Schneider (2006).
Varios estudios coinciden en que la recaudación real está por debajo de la recaudación potencial en
Guatemala. Por ejemplo, Piancastelli (2001) estimó que esta última es de 14,3% del PIB; el Banco Mundial
(2005) estimó una brecha de más de nueve puntos entre la recaudación potencial y la real; Alm y Martínez
Vázquez (2007) sitúan la recaudación potencial de Guatemala en 13,4%; y el Icefi estima que es 15% del
PIB.3
Cuadro 5.2
Convergencia en tributación
No obstante esto, debe advertirse que el país ha realizado un esfuerzo por aumentar su presión tributaria. En
efecto, el total de ingresos tributarios netos aumentó aproximadamente tres puntos del producto entre 1995
y 2006, al pasar de 8,9% a 11,8% del PIB entre dichos años. Como muestra el Cuadro 5.2, los ratios
3
Piancastelli (2001) considera una muestra de 75 países, el período 1985-1995 y los ingresos del Gobierno Central; las estimaciones de
Alm y Martínez-Vázquez (2007) consideran los ingresos tributarios del período 2000-2004.
106
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
ingresos tributarios de Guatemala sobre ingresos tributarios de Centroamérica, Chile y México son mayores
en 2005-2006 respecto a 1995-1996. En cuanto al Mercosur, el ratio se ha mantenido prácticamente igual.
Por el contrario, en relación con la Comunidad Andina (CAN), los ratios fueron mayores al inicio del
período. Puede afirmarse, entonces, que Guatemala ha “convergido en tributación” (o al menos no ha
divergido) respecto a la mayoría de los países de la Región, con la excepción de la CAN (cuya recaudación
creció 6.5 puntos del PIB entre los bienios 1995-1996 y 2005-2006).
Interesa destacar que, tal cual muestra el Cuadro 5.3, esta “convergencia en tributación” con Centroamérica,
Chile y México se ha verificado pese a que en estos casos Guatemala ha divergido en crecimiento. En
efecto, la brecha entre los PIB per cápita de Guatemala y el promedio de Centroamérica ha aumentado casi
un 85%: de US$ 700 en 1994-1995, pasó a ser de casi US$ 1.300 en 2005-2006 (en US$ constantes de
2000). Por su parte, la brecha con Chile ha aumentado casi un 60% (de US$ 3.965 a US$ 6.340) y la brecha
con México, un 28% (de US$ 4.272 a US$ 5.485).
Cuadro 5.3
Divergencia en crecimiento
En líneas generales, puede afirmarse que este esfuerzo recaudador de Guatemala se ha orientado
correctamente a reforzar los dos pilares tributarios de los países en desarrollo: IVA e Impuesto a la Renta.4
En efecto, la recaudación de ambos impuestos prácticamente se duplicó en términos del PIB entre 1995 y
2006. La recaudación (bruta) del IVA ha crecido 2,9 puntos del PIB entre dichos años (ver Cuadro 5.4),
pasando de 3,2% a 6%; y la del impuesto a la renta (empresas y personas) se ha incrementado un punto y
medio del producto, pasando de 1,8% a 3,3%.
Más abajo, luego de analizar detenidamente el sistema tributario, se plantearán posibles reformas al mismo.
No obstante, se considera oportuno adelantar que el necesario aumento de la recaudación tributaria debería
recaer sobre los pilares del sistema, es decir, sobre el IVA y, en particular, sobre el sistema de imposición a
la renta. El IVA generalizado de Guatemala admite aumentos de la tasa, que es la más baja de
Centroamérica y una de las más bajas de América Latina. Por su parte, en el sistema de imposición a la
renta deben corregirse los problemas de diseño, de modo que recaude eficientemente cuando el ingreso per
4
Barreix y Roca (2007) definen como pilar tributario aquel impuesto capaz de generar ingresos significativos y estables, y que se aplica a
una base imponible amplia, que refuerza su neutralidad y elasticidad.
107
Más crecimiento, más equidad
cápita del país responda. Es relevante que los futuros aumentos de recaudación no sean vía impuestos
ocultos, por los que se paga un menor costo político pero que introducen distorsiones económicas
indeseables.
Cuadro 5.4
Ingresos tributarios – años seleccionados – % del PIB
DESCRIPCIÓN 1995 2000 2005 2006
TOTAL ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA 8.75 10.80 11.51 12.06
DIRECTOS 1.81 2.47 2.91 3.32
Sobre la renta 1.77 1.49 2.10 2.36
Sobre el patrimonio 0.05 0.01 0.00 0.00
IEMA 0.00 0.96 0.01 0.01
IETAAP 0.00 0.00 0.79 0.95
INDIRECTOS 6.93 8.33 8.60 8.74
IVA importaciones 1.76 3.12 3.82 3.88
Derechos arancelarios 2.07 1.35 1.78 1.13
IVA sobre ventas 1.40 2.17 2.04 2.17
Sobre bebidas 0.18 0.15 0.18 0.17
Sobre tabacos 0.19 0.15 0.15 0.14
Petróleo y derivados 0.78 1.04 0.23 0.84
Timbres 0.25 0.14 0.15 0.17
Circulación de vehículos 0.17 0.14 0.15 0.14
Sobre cemento 0.00 0.00 0.04 0.05
Otros 0.14 0.07 0.05 0.05
TOTAL OTRAS INSTITUCIONES 0.06 0.50 0.54 0.54
Regalías e hidrocarburos compartibles 0.01 0.29 0.28 0.29
Salida del país 0.01 0.10 0.09 0.09
IUSI 0.04 0.11 0.16 0.16
TOTAL DE INGRESOS TRIBUTARIOS 8.80 11.30 12.05 12.60
Nota: Recaudación bruta.
Fuente: SAT, 2007.
Este bajo nivel de “ingreso fiscal disponible”, que tiene como principal causa la baja presión tributaria,
determina que no haya recursos suficientes para atender, a la vez, las dos grandes necesidades del país: el
gasto público social y la inversión pública en infraestructura. Como muestra el Cuadro 5.5, el gasto público
social (7,2% del PIB en 2005) sí ha sido contemplado, percibiéndose un incremento de tres puntos del
producto entre 1995 y 2006, el cual ha absorbido todo el aumento de la recaudación tributaria. En cambio,
la inversión pública en infraestructura5 ha debido ser postergada, permaneciendo prácticamente congelada
desde 1995 a un magro nivel de 1,5% del PIB.
5
Como proxy de la misma se considera la inversión real directa.
108
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
En el mismo sentido, la baja presión tributaria está en el origen de los déficits fiscales recurrentes que
presenta el país. En efecto, desde 1990 hasta el presente, todos los años han cerrado con déficit fiscal, a
excepción del equilibrio obtenido en 1996.
Cuadro 5.5
Gasto público social – años seleccionados – % del PIB
1995 2000 2005
5.2.2 Equidad
De acuerdo con Cabrera (2007), el 10% más rico de la población de Guatemala percibe casi el 50% del
ingreso antes de la política fiscal (49,3%), es decir, 5,5 veces lo que percibe el 40% más pobre (9%). Más
de la mitad de la población (51%) vive bajo la línea de pobreza y un 15% vive bajo la línea de indigencia.
Más aún, el 60% de los niños (menores de 14 años) son pobres y el 40,3% vive bajo la línea de indigencia.6
Existe consenso respecto a que la mejor herramienta para la redistribución del ingreso es el gasto público
social. No obstante, en el caso de Guatemala deben tenerse presentes los siguientes puntos:
i) Como se vio, el bajo nivel del “ingreso fiscal disponible” deja un margen muy exiguo para atender, a la
vez, el gasto público social y la inversión en infraestructura.
ii) La rigidez en el uso de la recaudación dificulta su asignación flexible (ver Icefi, 2007).
iii) Los principales rubros del gasto público social en Guatemala –educación, salud y nutrición infantil– se
distribuyen, según Weymann (2007), en forma casi neutral. En efecto, tal como se aprecia en el Cuadro 5.6,
cada uno de los quintiles recibe aproximadamente el 20% del gasto público social analizado. Por tanto,
aunque resulta progresivo, este no tiene un marcado sesgo pro-pobre que implicaría una mayor capacidad
redistributiva.
Cuadro 5.6
Distribución del gasto público social
(Quintiles de individuos ordenados según su ingreso per cápita)
Nutrición
Educación Salud Total
infantil
Quintil 1 20 27 18 20
Quintil 2 19 25 20 19
Quintil 3 18 22 22 20
Quintil 4 19 17 24 20
Quintil 5 24 9 16 21
Total 100 100 100 100
Fuente: Weymann, 2007.
6
Instituto Nacional de Estadística (2007).
109
Más crecimiento, más equidad
La reforma del sistema tributario debería procurar, en consecuencia, que el sistema de imposición a la renta
cumpla el papel redistributivo que no tiene en la actualidad. Según Cabrera (2007), el sistema tributario
guatemalteco en su conjunto resulta regresivo, cuando se considera el ingreso como indicador de bienestar.
En efecto, el sistema tributario distribuye las cargas tributarias más uniformemente (cuasi-Gini 0,5002) que
como está distribuido el ingreso pre-fiscal (Gini 0.5957), con lo que resulta regresivo (Kakwani –0,0955).7
En particular, por el impuesto a la renta personal, el 10% más rico de la población –los “perdedores”– solo
transfiere un 0,1% del ingreso total (después del impuesto) al resto de la población. Dicho de otro modo,
luego del impuesto, la participación en el ingreso del 10% más rico apenas cae de 49,3% a 49,2%. Como se
ve en el Cuadro 5.7, esta transferencia es menor a la que, como consecuencia del impuesto a la renta
personal, realiza el 10% más rico de los demás países de la Región.
Cuadro 5.7
Impuesto a la renta personal en Centroamérica: transferencia del 10% más rico
(en % del ingreso total después del impuesto)
Finalmente, una reforma del sistema tributario guatemalteco debería atender problemas de diseño como los
que se plantean a continuación y sobre los que se volverá más adelante:
i) Al tributar 5% sobre los ingresos brutos, determinados contribuyentes (por ejemplo, los profesionales)
son ganadores seguros respecto a tributar 31% sobre su renta neta, lo que implica una violación de la
equidad horizontal (y vertical).
ii) Existen incentivos perversos ya que el crédito del IVA en el impuesto a la renta personal induce al
consumo, pues resulta gravado menos fuertemente que su uso alternativo (el ahorro).
iii) Este crédito del IVA también atenta contra la equidad del sistema –eliminarlo aumentaría la
progresividad– sin que se justifique por otras razones técnicas (suficiencia, simplicidad, etc.).
iv) La definición de beneficios fiscales –exportaciones y maquila– es tan genérica que casi cualquier
exportador califica para recibirlos, descuidando la captación de nueva inversión extranjera directa.
v) Hay errores técnicos que, aunque menores, implican un gasto tributario injustificado, como el no exigir
la proporcionalidad en la deducción del IVA de compras o exonerar, a la vez, los aportes a la Seguridad
Social, y las jubilaciones y pensiones.
7
El trabajo analiza la progresividad y el impacto redistributivo del IVA, los impuestos selectivos sobre combustibles, tabacos, bebidas
alcohólicas, bebidas no alcohólicas y vehículos, y el impuesto a la renta personal. El índice de Kakwani mide la diferencia entre cómo se
distribuyen las cargas fiscales y el coeficiente de Gini (o cuasi-Gini en este caso) de los ingresos antes de aplicar las cargas. Valores
negativos indican que el sistema es regresivo.
110
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
El IVA es el gran recaudador del sistema tributario guatemalteco. En 2006, su recaudación alcanzó 6% del
PIB8, representando el 50% de los ingresos tributarios del país. Entre 1995 y 2006, su recaudación casi se
duplicó, pasando de 3,2% a 6% del PIB.
La productividad del impuesto estuvo en torno a 44% entre 2002 y 2006, muy similar a la del IVA chileno,
lo que indica que se trata de un IVA de base amplia. A su vez, dicha productividad no se ha modificado
significativamente en los últimos años, lo que señala indirectamente, por tratarse de un IVA generalizado,
que tampoco la evasión se ha modificado de manera significativa.
Para analizar la viabilidad de aumentar la recaudación del IVA, en apoyo a la suficiencia del sistema
tributario, debe considerarse la derogación de exoneraciones, correcciones en su diseño, medidas
administrativas, y/o un aumento de la tasa.
En primer lugar, la derogación de las exoneraciones actualmente vigentes no parece ser la mejor opción.
Dentro de las más relevantes en términos de gasto tributario, algunas tienen rango constitucional, como el
tratamiento de tasa cero9 concedido a los centros educativos públicos y privados, a las universidades, a la
Confederación Deportiva y Comité Olímpico, y al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), que
implican un gasto tributario de 0,17% del PIB. Por otra parte, un segundo grupo de exoneraciones
relevantes se ha concedido con fines redistributivos y, más allá de la conveniencia de usar el IVA con estos
fines, su remoción resultaría difícilmente explicable.10 En este grupo cabe destacar la exoneración de las
ventas al menudeo en los mercados cantonales (gasto tributario de 0,26% del PIB, de acuerdo con Jorratt,
2007) y la venta de viviendas bajo determinadas condiciones (gasto tributario de 0,05% del PIB).11
En segundo lugar, el diseño del IVA guatemalteco es esencialmente correcto. No obstante, a quienes
venden bienes y/o servicios tanto gravados como exentos se les admite como crédito fiscal el total del IVA
incluido en sus compras, en lugar de exigirse que dicho crédito sea calculado de acuerdo a la proporción
que tienen las ventas de los bienes y/o servicios gravados en el total de ventas. Este no-ajuste, que implica
un gasto tributario de 0,12% del PIB (Jorratt, 2007), debería corregirse.
8
Se trata de la recaudación bruta. La recaudación neta, descontando el IVA devuelto a los exportadores, fue 5,4% del PIB.
9
Las ventas no están gravadas y, además, se concede la devolución del IVA incluido en las compras realizadas.
10
La exoneración del IVA a la venta de determinados bienes y servicios, sobre todo de la canasta básica, con fines redistributivos, tiene el
efecto colateral de que los estratos de mayores ingresos, que son los que más consumen en términos absolutos estos productos, también se
benefician con la medida. En este sentido, debe reconocerse que la exoneración sui generis de las ventas al menudeo del IVA guatemalteco
intenta evitar este efecto, pues grava las ventas, por debajo de determinados montos, realizadas en los mercados cantonales, con lo que
resultarían excluidos del beneficio los estratos más ricos, que supuestamente realizan compras mayores en supermercados. No obstante, si
bien la tasa IVA/Consumo que paga el 40% más pobre cae de 5,9% a 4,5% luego de la exoneración, también cae la del 10% más rico, de
7,6% a 6,8%.
11
Según Cabrera (2007), luego de un IVA que no contemplase la exoneración de las ventas en los mercados cantonales, el Gini de la
distribución del consumo caería de 0,4633 (antes del impuesto) a 0,4600, mientras que luego del IVA actual, que sí exonera las ventas en
dichos mercados, el Gini de la distribución del consumo cae más, de 0,4633 a 0,4587, lo que evidencia que la medida es redistributiva.
111
Más crecimiento, más equidad
i) La SAT propone la retención anticipada (en Aduana) del 15% del IVA pagado en la importación y,
asimismo, estima un rendimiento de 0,25% del PIB, originado en los pagos de quienes importan y luego no
declaran las ventas en el mercado interno, y en los pagos de quienes antes no declaraban y ahora sí lo harán
(para recuperar el pago anticipado). Es necesario advertir que quienes posteriormente, al vender el bien en
el mercado interno, no obtengan una tasa de rentabilidad de al menos 15% (sobre CIF más aranceles),
habrán generado un crédito “excedente” de IVA. Esto generaría un aumento de los créditos a devolver, lo
que incrementa el poder discrecional de la SAT, que debería ser bien administrado para evitar “rebeldías”
de los contribuyentes.
ii) La SAT propone instrumentar un registro de compras para las entidades exentas (centros educativos,
IGSS, maquilas) similar al ya instrumentado para los funcionarios diplomáticos (tarjeta magnética y
autodeclaración del gasto tributario). La Administración Tributaria estima un rendimiento de 0,14% del
PIB.
iii) También propone establecer un sistema de retenciones del IVA en las ventas de mercados típicamente
oligopólicos, como bebidas y cigarrillos.
Finalmente, respecto a un posible aumento de la tasa, cabe puntualizar que la tasa del IVA en Guatemala
(12%) es, luego de Panamá (5%) y Paraguay (10%), la menor en América Latina, junto a Honduras y
Ecuador. Por tanto, parece haber margen para obtener un aumento de recaudación por esta vía. El
rendimiento de un punto adicional se estima en 0,45% del PIB.12 No obstante, este aumento se debería
proponer simultáneamente con determinados compromisos de gasto.
Interesa destacar, antes de analizar la imposición a la renta, la propuesta que plantea Barrientos (2007) de
gravar con un impuesto específico a la telefonía móvil. De acuerdo con este autor, la expansión de este
servicio no se ha reflejado en los ingresos tributarios (IVA e impuesto a la renta) porque se ha dado
básicamente a través de la modalidad “prepago” en el circuito informal. En primer lugar, según Barrientos
(2007), un impuesto específico (de 0.05 quetzales por minuto) al “uso o usufructo del espectro
radioeléctrico para fines de telefonía comercial” no implicaría doble tributación; en segundo lugar, sería
fácil de controlar por la SAT (y la SIT); en tercer lugar, de ser trasladado al consumidor final, dejaría la
tarifa aun por debajo del nivel promedio de tarifas de la Región; y, finalmente, tendría un rendimiento de
0,56% del PIB.
La imposición a la renta debe ser diseñada como una estructura única y no como la suma de impuestos
parciales (sobre la renta de dependientes, de no dependientes, de empresas y de no residentes). Esta
estructura única debe gravar todas las rentas, a fin de no generar “agujeros” por donde la evasión y la
elusión filtren los ingresos gravables. Asimismo, debe gravarlas de modo que no permita arbitrajes, es
decir, que se disfrace la fuente de una renta para resultar gravado a una tasa inferior.
Únicamente a efectos de la presentación, este breve repaso de la situación actual y las opciones de reforma
de la imposición sobre la renta en Guatemala, se organizará analizando separadamente la tributación sobre
la renta personal, la renta de empresas y las rentas de capital, aunque procurando tener siempre presentes
los vínculos entre ellas.
12
Barrientos (2007), observando caídas de la productividad del impuesto los años en que fue aumentada la tasa (de 7% a 10% en enero de
1996 y de 10% a 12% en agosto de 2001), estima, en forma más conservadora, un rendimiento de 0,33% del PIB.
112
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
a) El diseño actual
El impuesto a la renta personal en Guatemala comparte los rasgos típicos que presenta en la mayoría de los
países de América Latina: alta progresividad pero muy bajo poder redistributivo. La alta progresividad es
evidente cuando, por ejemplo, se considera que el 20% más rico, que recibe el 64% del ingreso, paga el
90% del impuesto. Sin embargo, la casi nula capacidad redistributiva se explica por una muy baja
recaudación, aproximadamente 0,5% del PIB si se suma el impuesto sobre dependientes (0,14% del PIB) y
no dependientes13, es decir, menos de 5% de los ingresos tributarios.
Antes que nada, debe señalarse que la imposición sobre la renta en Guatemala sigue básicamente un diseño
dual, esto es, las rentas del trabajo son gravadas según una estructura de tasas progresivas y las rentas del
capital son gravadas a una tasa única reducida.
Las rentas del trabajo obtenidas por personas naturales en relación de dependencia, luego de la “deducción
general” y las exenciones y deducciones admitidas, son gravadas de acuerdo a la estructura de tasas
progresivas que muestra la parte derecha del Cuadro 5.8.
Cuadro 5.8
Rentas del Trabajo en relación de dependencia
i) La “deducción general”. La legislación establece la escala nominal de tasas que figura en la parte
izquierda del cuadro y, a la vez, permite una “deducción general” (individual, no se admite la tributación
conjunta) de 36.000 quetzales anuales. Por tanto, esta deducción funciona de hecho como un mínimo no
imponible (MNI) en tramo cero resultando la escala de franjas efectiva que se presenta en la parte derecha
del Cuadro 5.8.
Este MNI es de aproximadamente 2,4 PIB per cápita, solo ligeramente más elevado que el que establecen
los demás países de la Región. A la vez, es equivalente a 11 veces el monto de la línea de indigencia (3.206
quetzales) y 5.5 veces el de la línea de pobreza absoluta (6.574 quetzales). Por otra parte, el costo de la
canasta de una familia tipo (matrimonio con dos hijos) es de aproximadamente 2.800 quetzales mensuales
(33.650 quetzales anuales). Por tanto, puede afirmarse que el MNI individual es aproximadamente igual al
costo de una canasta básica familiar.
13
Como se verá más adelante, las personas naturales no dependientes que realizan actividades económicas (mercantiles o no mercantiles)
tributan igual que las empresas.
113
Más crecimiento, más equidad
De acuerdo con Díaz de Sarralde y Garcimartín (2007), de aquí en adelante DdeS y G, el MNI deja fuera
del impuesto a un 74% de los asalariados formales14 y “vacía” el 78% de la base imponible. No obstante, y
aunque seguramente su reducción aumentaría la progresividad y capacidad redistributiva del impuesto, ya
que los individuos más pobres continuarían por debajo de un nuevo MNI reducido, es difícil comunicar que
una reducción del MNI mejoraría la equidad del impuesto, por lo que no parece apropiado usar esta
alternativa para aumentar la recaudación.
Sin embargo, son muy pocos los países que, al igual que Guatemala, exoneran tanto los aportes como las
prestaciones recibidas. Por otra parte, prácticamente todas las legislaciones –como por ejemplo, toda la
OCDE– exoneran de impuesto a la renta personal los rendimientos de los fondos de ahorros previsionales,
inclusive los privados (OCDE, 2004).16
Ahora bien, el esquema EEG es preferible para Guatemala debido a, por lo menos, dos razones. La primera
está relacionada con la eficiencia: dado que la demografía aumenta la cantidad de personas mayores
respecto de los jóvenes, es necesario favorecer el ahorro previsional, exonerando los aportes a la Seguridad
Social, tanto obligatorios como voluntarios. La segunda razón es de índole administrativa: la exoneración
de los aportes previsionales es un estímulo para una menor evasión y, así, refuerza la tendencia a premiar el
esfuerzo por el ahorro previsional que supone el sistema actuarial por cuenta individual.
14
Definidos como aquellos que tienen un contrato de trabajo.
15
La exoneración a las pensiones alimenticias pagadas a los hijos por los padres divorciados es discriminatoria con los gastos realizados
por el resto de los padres y debería ser eliminada.
16
Puede demostrarse que los esquemas EEG y GEE son neutrales entre gravar durante la vida laboral o en el retiro ya que la jubilación
neta es la misma; por tanto, rinden el mismo ingreso fiscal en valor presente, es decir, ambos regímenes son equivalentes a un “impuesto al
gasto” tradicional. Por su parte, GGE y EGG corresponden a un sistema de impuesto a la renta comprehensivo. Esto es claro ya que los dos
primeros regímenes gravan solamente el consumo (o gasto), sea al momento de generar los ingresos o al retiro, mientras que los otros dos
(GGE y EGG) también gravan los rendimientos derivados del fondo.
114
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
Debe tenerse presente que el principal objetivo es corregir un problema de diseño, antes que obtener una
significativa ganancia de recaudación.
iii) El crédito del IVA. Contra el impuesto calculado de acuerdo con lo ya comentado, el contribuyente tiene
un crédito igual al monto del IVA pagado en sus compras, con un límite de 12% de su renta imponible.
Si se mira el Cuadro 5.9, el efecto del crédito del IVA no parece ser el más relevante en la situación actual.
En efecto, respecto a la recaudación teórica que se obtendría gravando todo el ingreso de los asalariados
–sin deducción alguna–, el crédito del IVA es responsable de un 17% de la reducción de dicha recaudación
(un gasto tributario de aproximadamente 0,65% del PIB), mientras que el MNI explica un 55% de la misma.
No obstante, como señala Jorratt, debe tenerse presente que algunos contribuyentes no utilizan totalmente el
crédito del IVA que tienen disponible, cosa que sí harían si se levantasen determinadas exoneraciones y/o
deducciones y, de esta manera, aumentase su base imponible.
Cuadro 5.9
Rentas de trabajo en relación de dependencia: el efecto del crédito del IVA
1 2 3 4
EL EFECTO DEL CREDITO DE IVA Situación Aguinaldo y Aportes Seg.
Salud
actual Bono14 Soc.
Impuesto antes de MNI, deducciones y créditos 7.933,6 7.933,6 7.933,6 7.933,6
- Efecto MNI 4.215,0 4.215,0 4.215,0 4.215,0
Impuesto neto del MNI 3.718,6 3.718,6 3.718,6 3.718,6
- Efecto exenciones y deducciones 2.103,1 1.443,9 2.026,3 1.893,8
- Aguinaldos y bonificación 659,1 0,0 659,1 659,1
- Contribuciones a la Seguridad Social 209,3 209,3 209,3 0,0
- Gastos de salud 76,8 76,8 0,0 76,8
- Resto rebajas 1.157,9 1.157,9 1.157,9 1.157,9
Impuesto antes del crédito de IVA 1.615,6 2.274,7 1.692,3 1.824,9
- Crédito IVA 1.351,6 1.780,6 1.402,1 1.487,2
Impuesto después del crédito de IVA 263,9 494,1 290,2 337,6
Variación de recaudación sin crédito de IVA 659,1 76,7 209,3
Variación de recaudación con crédito de IVA 230,2 26,3 73,7
Efecto crédito 35% 34% 35%
Memo:
Impuesto antes del crédito de IVA 1.615,6 1.615,6 1.615,6 1.615,6
Cifras en millones de quetzales
Fuente: Elaboración propia con base en Jorratt (2007).
17
Estas dos últimas columnas se incluyen únicamente para ilustrar el efecto del crédito del IVA pues se considera, como se ha mencionado,
que deben mantenerse.
115
Más crecimiento, más equidad
Tanto desde un punto de vista teórico como de experiencias comparadas es muy difícil encontrar
argumentos a favor de una medida de este tipo. En efecto, los impuestos pagados (IVA más renta personal)
por unidad consumida disminuyen a medida que aumenta el consumo.18 Resulta claro, entonces, que este
crédito penaliza el ahorro al reducir la tributación de su uso alternativo, el consumo.
Por otro lado, se ha argumentado que el crédito del IVA (debidamente documentado) procura, en general,
favorecer la formalización de la economía y, en particular, apoyar el combate a la evasión del IVA. Esta
sugerencia lleva implícita una visión ingenua sobre los determinantes de la economía informal. Es creciente
la literatura que defiende que las causas de la economía informal radican en la mala calidad de las
instituciones formales (normas) e informales (el cumplimiento de dichas normas y la forma en que se ejerce
el poder de regulación).19 La calidad de las instituciones formales –por ejemplo, regulaciones a la entrada y
al funcionamiento de los negocios–, así como de las instituciones informales –grado de cumplimiento de las
normas y contratos, corrupción, entre otros– determinan que un ciudadano que no pertenece a los círculos
de poder perciba un mayor beneficio (objetivo) actuando fuera de la economía formal. Esta hipótesis resulta
coherente con la evidencia aportada, entre otros, por los estudios sobre la economía informal en los países
en vías de desarrollo de De Soto (1986 y 2000) y los ejercicios realizados por Roca y Sebastián (2006). El
próximo capítulo discute en mayor detalle estos temas de informalidad.
Más aun, es posible que este crédito del IVA tenga un efecto contrario al esperado si alienta el tráfico de
boletas falsas o el traspaso de las mismas desde quienes no las necesitan (porque el MNI y las deducciones
los dejan fuera del impuesto) hacia quienes sí tienen que pagarlo. Al respecto, nótese que, según Jorratt, el
98,8% de los aproximadamente 1.982.000 contribuyentes potenciales queda fuera del impuesto luego del
MNI, exoneraciones y deducciones.
Este crédito del IVA en el impuesto a la renta personal es muy poco frecuente en la experiencia
internacional. En efecto, ningún país de Europa, Norteamérica o Asia realiza controles cruzados entre el
impuesto a la renta personal y el IVA comprado (o impuesto a las ventas) basados en las deducciones de
bienes y servicios de consumo masivo. A su vez, las experiencias al respecto en América Latina son
rotundos fracasos. Por ejemplo, aunque se ha ido reduciendo, en Bolivia es posible acreditar el IVA
comprado contra el impuesto a los sueldos. Todos los informes confirman un sistema corrupto de venta de
boletas falsas que la administración tributaria no puede controlar.
Finalmente, de acuerdo con DdeS y G, la derogación del crédito del IVA aumentaría fuertemente la
capacidad redistributiva del impuesto.
Por lo expuesto más arriba, lo óptimo sería eliminar este crédito del IVA. (No corresponde que este trabajo
se pronuncie respecto al argumento jurídico de la Corte de Constitucionalidad respecto a que en ese caso se
produciría una “doble imposición”). Una segunda opción sería que el crédito del IVA pasase a ser una
deducción de la base imponible. La ganancia de recaudación está en que el impuesto no se reduce en el
monto del IVA pagado por el contribuyente en sus compras sino en aproximadamente el 16% de dicho IVA
(siendo 16% la tasa media del impuesto a la renta). Una tercera alternativa es aquella sugerida por DdeS y
G, a saber, que se admita la deducción del crédito del IVA por las compras a partir de los 36.000 quetzales
(el MNI del impuesto a la renta personal). De lo contrario, y tal como sucede en la actualidad, en algunos
18
El razonamiento se mantiene aun cuando el aumento del consumo genera crédito “excedente” de IVA y el contribuyente comienza a
pagar, en términos absolutos, más impuestos (IVA más impuesto a la renta personal).
19
Roca y Sebastián (2006).
116
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
casos se está incurriendo en un “doble perdón”. Es decir, a partir de determinado nivel de ingresos, por los
primeros 36.000 quetzales el contribuyente no paga impuesto a la renta y tampoco paga IVA.
b) Reformas posibles
En resumen, existe cierto consenso básico de los estudios realizados respecto a qué reformas son necesarias
en el impuesto sobre la renta personal, las mismas que se presentan a continuación.
ii) Ampliar la base imponible, eliminando las exoneraciones, excepto las contribuciones a la Seguridad
Social y los gastos médicos.
iii) Simplificar la actual estructura de tasas, que es innecesariamente compleja. DdeS y G señalan que
ningún contribuyente resulta gravado por la tasa de 31% y que solo 1,2% de la recaudación proviene de la
tasa de 25%.
Una opción sería reducirla a dos tramos, gravados al 15% y 20%, o a tres tramos (15%, 20% y 25%). La
tasa del primer tramo es superior a la que gravaría las rentas del capital (10%) pues estas son brutas20 y las
rentas del trabajo son netas (MNI). A su vez, la tasa marginal superior sería igual o próxima a la que
gravaría la renta empresarial (25%), evitándose así arbitrajes; es decir, dividendos disfrazados de salarios o
profesionales que se hacen empresas.
a) El diseño actual
En Guatemala, la renta que obtienen las empresas (personas jurídicas) y las personas naturales no
dependientes que realizan actividades económicas (mercantiles y no mercantiles) está gravada por dos
regímenes alternativos. El régimen general grava los ingresos brutos al 5%. Por su parte, el régimen
optativo grava al 31% la renta neta, es decir, ingresos menos gastos fiscalmente admitidos, que no pueden
superar el 97% de los ingresos gravados. Además, en este segundo régimen, los contribuyentes están sujetos
al pago del Ietaap21, a saber, 1% sobre los ingresos brutos o activos netos –el mayor de ambos–, que puede
acreditarse contra el impuesto a la renta y, por tanto, funciona como un pago mínimo del mismo. Nótese
que el régimen general presume, implícitamente, que la tasa de rentabilidad es de 16,1% (5/31).
La recaudación del impuesto a la renta de empresas se ha multiplicado aproximadamente por 1.6 entre 2000
y 2006 en términos del PIB, pasando de 1,49% a 2,36% en este período. A su vez, la recaudación del Ietaap
en 2006 (0,96% del PIB) está al mismo nivel que la recaudación que tenía el IEMA en 2000 (0,95% del
PIB), impuesto que cumplía función similar (mínimo de renta) y al que sustituyó.
En teoría, a quienes obtienen una tasa de rentabilidad de 16,1% les resulta indiferente tributar por uno u otro
régimen. Siempre en teoría, aquellos contribuyentes que obtienen una tasa de rentabilidad superior al 16,1%
optan por el régimen general (5% sobre ingresos brutos) y quienes obtienen una tasa inferior optan por el
régimen optativo (31% sobre la renta neta).
20
Por ejemplo, al gravar los intereses al 10% se está gravando también la remuneración por la inflación.
21
Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz.
117
Más crecimiento, más equidad
En la realidad, el impuesto sobre la renta de las empresas en Guatemala funciona como un juego de suma
cero donde algunos contribuyentes obtienen una ganancia –segura– respecto a un régimen único que
gravara la renta neta y el único perdedor es la Administración Tributaria.
En primer lugar, son ganadores seguros, dado el diseño del sistema, quienes obtienen rentas por encima de
16,1%. Por ejemplo, en el alquiler de viviendas se obtiene una rentabilidad de 95,5% (Jorrat); por tanto, una
tasa de 5% sobre los ingresos brutos equivale a una tasa de solo 5,2% sobre la renta. En el comercio, la tasa
de rentabilidad es de 51,4%; por tanto, una tasa de 5% sobre los ingresos brutos equivale a una tasa de solo
9,4% sobre la renta.
Según Jorrat, los cuentapropistas y profesionales optan mayoritariamente por el régimen de 5%, pues los
bajos costos que enfrentan determinan que obtengan rentabilidades superiores al 16,1% y este régimen los
beneficia significativamente.
Adicionalmente, debe considerarse, tal como señalan DdeS y G, que la tasa de 16,1% tiene una distancia
significativa con la tasa de rentabilidad promedio de la economía que, según la “Propuesta 12/04”22, es de
aproximadamente 26%. Por tanto, el “premio” lo reciben incluso quienes están muy por debajo de la
rentabilidad promedio de la economía.
En segundo lugar, también son ganadoras las empresas grandes, aunque no a causa del diseño del sistema
sino a la incipiente gestión de la Administración Tributaria, no obstante su franca mejoría. En efecto, se
comprueba que a medida que aumentan los ingresos, los contribuyentes eligen el régimen optativo. En el
percentil de empresas de ingresos más bajos, el 88% opta por el régimen general y el 12% por el régimen
optativo; por el contrario, en el de ingresos más altos, los porcentajes se invierten (DdeS y G). No hay
razones teóricas que expliquen una correlación negativa entre tamaño (volumen de ingresos) y rentabilidad.
Es más sensato suponer que las grandes empresas tienen una mejor infraestructura para ocultar ingresos y/o
inflar gastos, a fin de abatir artificialmente la renta neta. De hecho, la tasa de rentabilidad de quienes optan
por el régimen optativo es apenas superior al 5% (5,02%; DdeS y G). Teniendo en cuenta que quienes
tributan al 5% tienen una rentabilidad superior al 16,1%, la amplia brecha entre unos y otros solo se explica
por la evasión/elusión de quienes optan por el régimen optativo.
Finalmente, interesa destacar que un elevado número de contribuyentes (aproximadamente 13.200, según
Jorratt) optan por el régimen general pese a que pagarían menos si escogiesen el régimen optativo. El pago
“en exceso” es de unos 135 dólares mensuales promedio por empresa. Puede suponerse que se trata de
micro y pequeñas empresas que incurren en este costo para evitar los aun mayores costos de cumplimiento
que les ocasionaría el escoger el régimen optativo. Este es un primer indicador de la conveniencia de
mantener un régimen simplificado para los pequeños contribuyentes, agentes económicos muy importantes
en Guatemala, punto sobre el que se volverá más adelante.
En los últimos años, se ha verificado un aumento de la participación de la recaudación por el régimen del
5%, que ha pasado de 0,18% del PIB en 2004 a 0,90% en 2006.23 En general, ello ha dado lugar a
argumentaciones a favor de este régimen. No obstante, es probable que una de las razones que explica el
movimiento de contribuyentes desde el régimen del 31% al del 5% sea una mejor gestión de la
Administración Tributaria, la cual elevó la sensación de riesgo de los contribuyentes que con tasas de
22
Propuesta presentada por la SAT al Grupo Promotor del Diálogo sobre el Pacto Fiscal, el 12 de abril de 2007.
23
Actualmente, aproximadamente un 60% de los contribuyentes ha optado por este régimen simplificado.
118
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
rentabilidad superiores al 16,1% optaban por liquidar en el régimen del 31%, dado que deducían más gastos
de los debidos.24
b) Reformas posibles
Como señalan DdeS y G, cualquier paso del doble régimen actual a un régimen donde se opte por alguno de
los dos regímenes implicará un aumento de recaudación. En efecto, dado que los contribuyentes están
minimizando su pago de impuesto a la renta,25 aquellos que están tributando por el régimen que se escoja
como único, continuarán pagando lo mismo, y los que han optado por el régimen alternativo pasarán a
pagar más.
La pregunta relevante es, entonces, qué diseño elegir: uno que grave los ingresos brutos o uno que grave la
renta neta. Desde el punto de vista teórico, hay coincidencia respecto a los efectos negativos del régimen
general que grava con 5% a los ingresos brutos.
Como se vio anteriormente, se convierten en ganadores seguros (arbitraje) –respecto a un régimen que
grave la renta neta realmente obtenida– quienes obtengan rentabilidades superiores al 16,1%. Teniendo en
cuenta que la tasa promedio de rentabilidad de la economía es del 26%, según la “Propuesta 12/04”, este
impacto es importante.
Adicionalmente, cuanto mayor sea la rentabilidad, más alto el “premio” que implica este régimen.26 Por
tanto, el régimen viola la equidad horizontal –gravar igual a los iguales– puesto que gravará con distintas
tasas (sobre la renta neta) a empresas que obtengan la misma renta neta; y también la equidad vertical, pues
gravará con la misma tasa sobre ingresos a un empresario que obtenga, por ejemplo, una tasa de
rentabilidad de 25% (fabricación de muebles) que a otro, con mayor capacidad de pago, que obtenga una
tasa de rentabilidad de 95% (alquiler de viviendas).
Por otra parte, como bien señala Jorratt, un impuesto sobre los ingresos brutos es, en realidad, una especie
de impuesto a las ventas plurifásico y acumulativo, es decir, en cascada. Es sabido que este tipo de
impuestos incentivan la integración vertical para disminuir la carga tributaria. Por ejemplo, si una empresa
industrial ha creado una empresa distribuidora para que se especialice en la comercialización de sus
productos, en este régimen ambas empresas deberán pagar el 5% sobre sus ingresos brutos. Por el contrario,
si ambas empresas se fusionan, la nueva empresa pagará exclusivamente el impuesto que pagaba la
distribuidora; la venta de la productora a la distribuidora será ahora una transferencia interna y no resulta
gravada. Esto, en cambio, no sucede con el impuesto a la renta, donde el impuesto siempre gravará la suma
de las rentas de productora y distribuidora, estén o no fusionadas.
En conclusión, como advierte el autor, la base imponible del régimen general podría deteriorarse en el
mediano plazo si, dado el efecto cascada, las empresas deciden verticalizarse con la finalidad de disminuir
su carga tributaria.
24
El Ietaap no debería influir en la elección del régimen. Si el 1% sobre el activo neto fuese superior al 5% sobre ingresos, algunos
contribuyentes se verían inducidos a optar por el régimen del 5%. No obstante, cuando el valor del activo neto es al menos cuatro veces
superior a los ingresos, los contribuyentes pueden liquidar el Ietaap como el 1% sobre los ingresos brutos. Por tanto, el Ietaap como pago
mínimo de renta siempre será inferior al 5% sobre los ingresos brutos.
25
Dejando de lado las micro y pequeñas empresas que optan por el régimen general pese a que les resultaría más conveniente el optativo.
26
No obstante, el mercado corregiría este defecto: si hay una tasa de retorno más alta después de impuestos, las inversiones apuntarían
hacia allí hasta que dichas tasas se igualen.
119
Más crecimiento, más equidad
Finalmente. el crédito fiscal por los impuestos pagados en el exterior (host country), que suelen otorgar los
países de residencia (home country) de las empresas multinacionales, en particular de las que operan en
Guatemala, suele limitarse a aquellos impuestos que por su naturaleza pueden ser catalogados como
verdaderos impuestos sobre la renta (o sustitutivos del mismo, como las retenciones). Por tanto, los
impuestos sobre los ingresos brutos habitualmente no dan derecho a crédito fiscal. De establecerse el
régimen del 5% como régimen único, esto implicaría un aumento de la carga tributaria para las empresas
extranjeras que operan en Guatemala y pondría en situación de desventaja al país respecto a los demás
países de la Región.
Por lo anterior, es oportuno establecer como régimen único la tributación sobre la renta neta real con las
siguientes consideraciones:
i) Ampliar la base imponible, racionalizando los incentivos, y bajar la tasa al 25%, gravando además los
dividendos distribuidos.
- Ampliar la base. Los principales incentivos en el impuesto a la renta empresarial en Guatemala son la
exoneración a las utilidades de las empresas acogidas a la Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad
Exportadora y de Maquila y, por otra parte, la exoneración de las utilidades de administradores y usuarios
de zonas francas. El gasto tributario de estos beneficios es 0,10% y 0,02% del PIB, respectivamente
(Jorratt).
El fomento de las exportaciones y maquila, cuyo beneficio principal es la exoneración por diez años del
impuesto a la renta, es tan amplio que prácticamente cualquier exportador puede acogerse. Es decir, no
procura captar selectivamente nueva inversión extranjera directa, en tanto no distingue entre viejas y nuevas
inversiones ni entre inversiones nacionales y extranjeras. Adicionalmente, la alta mortalidad de las
empresas que ingresan en el régimen (60% anualmente) indica un posible abuso del sistema, es decir,
muchas empresas estarían reingresando como empresas nuevas antes del fin de los beneficios con el
propósito de continuar recibiéndolos (Jorratt, 2007). Respecto a las zonas francas, solo explican el 5,4% de
las exportaciones guatemaltecas. Debe tenerse en cuenta, además, que antes del 2015 Guatemala deberá
eliminar estos incentivos fiscales a la exportación, en el marco del Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas
Compensatorias con la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En este contexto y teniendo en cuenta, además, la política tributaria comparada, surgen algunas
recomendaciones respecto a los incentivos fiscales:
- Eliminar los incentivos actualmente vigentes y crear un régimen único que promueva selectivamente
la nueva inversión extranjera directa y el empleo en sectores estratégicos.
- Para favorecer la inversión en una economía pequeña integrada al mundo son elementos clave por una
parte, la seguridad jurídica de los derechos de propiedad; por otra parte, la estabilidad tributaria –los
120
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
- Los incentivos deben ser temporales, decrecientes y transparentes (debe incluirse en el Presupuesto
una estimación del gasto tributario). Pueden considerarse subsidios focalizados y beneficios en la
tributación directa (renta) pero nunca pueden otorgar beneficios en la tributación indirecta (aranceles,
IVA y selectivos, excepto por su devolución a los exportadores).
- Es indispensable que todos los incentivos fiscales sean evaluados previamente por el Ministerio de
Finanzas, ya que afectan la sostenibilidad fiscal y la planificación del desarrollo. Dicho de otro modo, es
necesario incluir en el Presupuesto la cuantificación del gasto tributario (evaluación macroeconómica);
y hacer que las empresas beneficiadas remitan la totalidad de la información a la SAT como si
estuviesen gravadas (control macroeconómico).
- Gravar los dividendos distribuidos a las personas naturales. Con el fin de evitar la doble tributación, en
Guatemala los dividendos distribuidos están exonerados a nivel personal siempre que hayan tributado en la
fuente (empresa que los distribuye). De acuerdo con DdeS y G, el volumen actual de dividendos
distribuidos es muy significativo (22,2% del PIB), lo que se explica por una muy baja reinversión (solo un
9% de los dividendos son reinvertidos). Adicionalmente, la casi totalidad de los dividendos son distribuidos
a los hogares, lo que indica, como señalan dichos autores, que casi no existen participaciones cruzadas entre
empresas. Por este motivo, se propone gravar los dividendos distribuidos al 10% sin corregir por doble
tributación (imposición clásica), manteniendo la exoneración si los dividendos son distribuidos a otras
sociedades, esto es, si continúan dentro del circuito inversión-reinversión. Considerando que se propone
reducir la tasa del impuesto a la renta empresarial del 31% actual a 25%, los dividendos reinvertidos o
distribuidos intersocietariamente resultarían gravados a una tasa seis puntos menor que la actual. De este
modo:
- El cambio está en línea con la tendencia internacional de reducir la tasa nominal del impuesto que
grava las rentas empresariales (rentas activas de capital) y, a la vez, eliminar exoneraciones (incentivos
fiscales) de difícil justificación, como modo de atraer el capital empresarial móvil (la deslocalización no
es un fenómeno exclusivo del capital financiero).
- La tasa moderada sobre los dividendos distribuidos (10%) y la exoneración cuando los dividendos son
distribuidos entre sociedades, corrigen la pérdida de eficiencia que provocan altas tasas sobre todos los
dividendos distribuidos. Esta pérdida proviene tanto del efecto lock in –no se distribuye y, por tanto, no
se invierte en los mejores proyectos– como de la disponibilidad permanente que tienen las empresas de
un financiamiento (propio) barato, es decir, de una mezcla financiera no óptima. Parece claro, no
obstante, que el control de que las distribuciones sean efectivamente a empresas “reales” (y no a
empresas creadas a tales efectos) plantearía un desafío a la Administración Tributaria.
- Solo habría un leve aumento de la tributación para los dividendos distribuidos a las personas naturales
respecto a la actual (32,5% versus 31%), por lo que casi no habría argumentos para alegar una doble
imposición.
121
Más crecimiento, más equidad
Dadas las debilidades que, pese a su franca mejoría, aún presenta la SAT, se considera oportuno mantener27
un pago mínimo de impuesto a la renta, definido en términos similares al actual Ietaap, o estableciendo un
límite a la deducción de gastos.
iii) Tributación sobre las rentas de las personas naturales según su actividad y régimen de pequeñas
empresas
Para las pequeñas empresas, definidas según un límite anual de ventas, se propone establecer un régimen
alternativo de imposición a la renta de 5% sobre ingresos brutos. Al menos dos razones justifican este
planteamiento. Por un lado, la alta concentración de la recaudación del impuesto a la renta empresarial; en
efecto, el 90% de las empresas de menores ingresos solo paga el 11,5% de la recaudación mientras que el
1% de las de mayores ingresos explica el 66% de la recaudación.
Por otro lado, como se ha expuesto más arriba, un elevado número de contribuyentes opta por el régimen
general pese a que pagaría menos si escogiese el régimen optativo, lo que constituye un indicador de la
conveniencia de mantener un régimen simplificado para los pequeños contribuyentes.
Es importante señalar que las personas naturales (independientes) que realizan actividades económicas
“mercantiles” (zapateros, sastres, cerrajeros, etc.) están realizando una actividad empresarial (combinación
de capital y trabajo), a pesar de no tratarse de empresas jurídicamente constituidas. Por tanto, atendiendo a
la naturaleza de su actividad económica (y no a su forma jurídica), deberían ser comprendidas por este
régimen de pequeñas empresas (5% sobre ingresos brutos). En ambos casos, claro está, tienen libertad de ir
al régimen de 25% sobre renta neta.
Por su parte, se propone que las personas naturales (independientes) que realizan actividades económicas
“no mercantiles” –básicamente los profesionales– tributen por el mismo régimen que las personas naturales
dependientes (rentas del trabajo). Ahora bien, cabe preguntarse por qué incluir a los profesionales en este
grupo de contribuyentes y no en el grupo anterior, como hasta ahora en Guatemala. Existen al menos dos
razones para hacerlo.
Una razón teórica: las rentas de los profesionales son mucho más rentas del trabajo que rentas mixtas
(capital-trabajo). Claro está, debe admitirse que deduzcan cierto porcentaje ficto de gastos.
Una razón práctica: tienen una rentabilidad muy superior al 20% (la nueva tasa de corte = 5/25) y el
régimen del 5% los convertiría en ganadores seguros (violándose así la equidad horizontal y vertical).
Si se trata de empresas de profesionales más que de profesionales independientes, debería admitirse que se
vuelvan empresas y paguen como tales, respetando la naturaleza de la actividad (empresarial). No obstante,
puede darse el problema de que los profesionales individuales quieran volverse empresa para pagar en el
régimen de pequeñas empresas (5%). Esta posibilidad de arbitraje dependerá del límite de ventas que se
considere para ser calificado como pequeña empresa y del monto de otros pagos que como empresa, y no
como persona natural, se deba hacer (por ejemplo, aportes patronales a la Seguridad Social).
27
Está previsto que el Ietaap se derogue al final de este año.
122
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
Como se adelantó, el sistema de imposición a la renta en Guatemala sigue un diseño dual, gravando
separadamente (sin integrarlas) las rentas del trabajo, según una escala de tasas progresivas, y las rentas
pasivas del capital (intereses y ganancias de capital), con una tasa única reducida.
Los intereses –tanto los obtenidos por personas naturales como por empresas28– son gravados en Guatemala
por el Impuesto sobre Productos Financieros (IPF) al 10%. El diseño de imposición a la renta que se
proponga debería igualmente gravar los intereses al 10%.29 Esta definición, que atiende la naturaleza de la
renta obtenida, más allá de quien la obtenga (persona natural o empresa) es compartida. La pregunta de
fondo es: en un esquema dual, ¿qué tratamiento deben tener las rentas puras de capital obtenidas por
contribuyentes cuyo negocio habitual son rentas mixtas (trabajo-capital)?
Ahora bien, al igual que en la actualidad, ello da pie al abuso de dichos intereses (gravados al 10%) para
obtener las rentas empresariales, gravadas a una tasa superior (25% en la propuesta). Este posible arbitraje
debería resolverse con reglas de capitalización débil (thin capitalization rules) o, menos técnicamente,
mediante límites a la deducción de los intereses (10/25) al determinar la renta empresarial. Téngase en
cuenta que el Grupo Técnico de Política Tributaria (GTPT) ya ha acordado para los países de
Centroamérica y República Dominicana un modelo de subcapitalización que establece dos limitantes a la
deducción de intereses: (a) no deducir más del 50% del neto entre intereses ganados y perdidos; (b) deducir
los intereses de la deuda que no supere la proporción 3 a 1 entre deuda y capital.
Las ganancias de capital –tanto a nivel empresarial como personal– también tributan hoy en el impuesto a la
renta a la tasa de 10%, lo que también resulta compartible. Finalmente, respecto a los dividendos, como se
vio, se propone gravarlos en tanto sean distribuidos a personas naturales (cuando salen del circuito
inversión-reinversión) y exonerarlos si son distribuidos intersocietariamente.
En los últimos años, se ha generado una tendencia impulsada por los países desarrollados –a partir de los
efectos de la globalización– a adoptar el criterio de la renta mundial, que grava las rentas del exterior
obtenidas por los residentes. Este sistema no solo intenta maximizar la recaudación sino, a la vez, desalentar
la inversión en el extranjero motivada por razones fiscales antes que por razones de rentabilidad (capital export
neutrality).
28
Es decir, tanto los obtenidos por empresas y personas naturales no dependientes que realizan actividades económicas (mercantiles y no
mercantiles) como los obtenidos por personas naturales en relación de dependencia.
29
Los intereses de títulos-valores, públicos y privados, están exentos. Según DdeS y G, los intereses exentos ascendieron en 2006 a 595
millones de quetzales (el 17% de un total de 3.485 millones). Para evitar el costo recaudatorio y la violación de la neutralidad asociados a
esta exención, estos autores sugieren gravar las nuevas emisiones, a fin de no cambiar las reglas del juego a los actuales tenedores.
30
Se agradecen los comentarios recibidos de Fernando Velayos.
123
Más crecimiento, más equidad
El principal problema de la renta mundial para países como Guatemala, que aún enfrenta problemas para
fiscalizar satisfactoriamente el IVA, es que difícilmente podrá controlar la renta que sus contribuyentes
tienen en todo el orbe. Para lograrlo, son necesarios pasos previos como continuar la franca mejoría de su
Administración Tributaria y un afiatado sistema de cooperación con otras jurisdicciones.
Basados en lo anterior, con un criterio pragmático debería considerarse la alternativa de gravar las rentas
pasivas de capital (intereses, dividendos y utilidades, alquileres, ganancias de capital) obtenidas en el
exterior por las personas naturales al 10%; y, por otra parte, exonerar las rentas obtenidas por las empresas,
tanto las rentas pasivas como las activas (básicamente, utilidades repatriadas desde filiales en el exterior)
que, al ingresar al país, continúen en el circuito inversión-reinversión.
En este contexto, cabe hacer tres observaciones. En primer lugar, se otorga la exoneración a las rentas
pasivas de capital obtenidas por empresas en el exterior (básicamente intereses) porque se considera
“virtuoso” que repatríen estas rentas y las incorporen al circuito inversión-reinversión. Se considera que no
hay renuncia de recaudación sino aplazamiento, porque estas rentas serán luego gravadas con la
distribución de dividendos.31
En segundo lugar, ello obliga, además de tener reglas de capitalización débil, a determinar un límite de
rentas de capital dentro de las rentas totales (20%), por encima del cual la empresa pasa a tributar al 25%,
para evitar que las personas naturales disfracen sus rentas pasivas de rentas empresariales.
En tercer lugar, las rentas del trabajo obtenidas en el exterior por los residentes –que también se propone
exonerar– suelen estar sometidas a altas tasas de retención, cercanas a la tasa del impuesto sobre la renta
empresarial, como modo de prevenir la ventaja de la mano de obra extranjera especializada sobre la
nacional. Por tanto, aplicar el criterio de renta mundial otorgando un crédito por el impuesto pagado en el
exterior implicaría que este último superase en prácticamente todos los casos el impuesto a pagar en
Guatemala, con lo que los criterios de renta mundial y exoneración darían el mismo resultado.
Esta propuesta está en línea con la creciente tendencia europea a exonerar las rentas repatriadas y gravarlas,
luego, cuando son distribuidas (como son los casos de Alemania, España, Francia), reconociendo
implícitamente los problemas que plantean los tratados y el intercambio de información.
El Impuesto Único sobre Inmuebles (IUSI) recauda actualmente en Guatemala un 0,16% del PIB,
significativamente por debajo de su potencial. Contra la recaudación del impuesto conspiran tanto una
31
Incluso la sucesión por el fallecimiento de un socio opera como una venta y configura una ganancia de capital que debe gravarse (la
“plusvalía del difunto”).
124
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
subvaluación de los inmuebles como un bajo porcentaje de propiedades inscritas para el pago del tributo,
consecuencia de la debilidad de las municipalidades en la gestión del tributo, así como del bajo nivel de las
tasas, de las más bajas de América Latina. Por ejemplo, considerando una tasa promedio de 3.45 por mil,32 a
partir de la recaudación se estima que el valor de los inmuebles afectos al IUSI equivale a 20,3% del PIB,
valor muy bajo como stock de vivienda (Sureda, 2007). Visto de otro modo, de acuerdo con el Censo de
Población y Habitación de 2002, existen en el país algo más de 2.5 millones de viviendas y, según el Censo
Nacional Agropecuario de 2003, hay aproximadamente 1.2 millones de fincas; sin embargo, el número de
propiedades inscritas es de solamente 130.000.
5.4 Conclusiones
Este estudio presenta una serie de opciones para una modernización del sistema tributario en Guatemala.
Como se argumentó, existen razones de suficiencia, equidad y corrección de diseño que justifican esta
modernización. Con respecto a la suficiencia de los recursos, la presión tributaria de Guatemala es la más
baja entre los países de Centroamérica y una de las más bajas de América Latina. Por otro lado, en términos
de equidad, existe evidencia que sugiere que el sistema tributario en Guatemala es regresivo en su totalidad.
Finalmente, el sistema presenta una serie de incentivos que atentan contra la recaudación.
En este sentido, una primera alternativa puede ser el alza de la tasa del IVA. El diseño del IVA en
Guatemala es esencialmente correcto y, de hecho, presenta una alta productividad. Sin embargo, la tasa es
una de las más bajas de América Latina. Por lo tanto, existe un margen de maniobra para aumentar dicha
tasa.
Respecto al sistema de imposición a la renta, se plantea simplificar la estructura compleja del impuesto a la
renta personal y, sobre todo, otorgarle el papel redistributivo que actualmente no cumple por su muy baja
recaudación, para lo cual es crucial derogar el crédito del IVA actualmente vigente. Respecto a la
imposición de las rentas empresariales, actualmente planteada como un juego de suma cero donde algunos
contribuyentes son ganadores seguros y el único perdedor es la Administración Tributaria, se argumenta a
favor de establecer un régimen único (dando exclusivamente a las pequeñas empresas la opción de un
régimen alternativo). La propuesta se completa con el planteo de gravar las rentas del exterior con un
criterio pragmático de renta mundial, que exonere la repatriación de las rentas de capital activas (utilidades
repatriadas y rentas del trabajo) y grave las rentas pasivas de capital a la misma tasa que grava el ahorro
interno.
32
Es la tasa promedio de las recaudaciones realizadas por la SAT.
125
Más crecimiento, más equidad
Como se puede apreciar, existen tanto la necesidad como los espacios para reformar el sistema tributario en
Guatemala. Sin embargo, es importante considerar el destino que se le dé a los recursos que generaría una
reforma. Como explica el Recuadro 5.1, este es un tema clave para lograr el consenso alrededor de la
mencionada modernización tributaria.
Recuadro 5.1
La economía política de la reforma tributaria1
¿Por qué la economía política juega un rol tan importante? Porque reformas tributarias que modifiquen
impuestos tales como el IVA o el Impuesto sobre la Renta tienen impactos inmediatos, ciertos, visibles
y potencialmente grandes sobre diferentes actores. Algunos de estos actores tienen capacidad de influir
sobre el proceso de toma de decisiones de política pública y buscan proteger sus intereses, en ocasiones,
bloqueando las reformas para preservar el status quo.
En la historia de Guatemala abundan los intentos fallidos de aumentar la carga tributaria. Las
consecuencias de intentarlo, enfrentándose a los intereses del sector empresarial, han sido diversas y
han incluido, en distintas oportunidades, la destitución del Ministro de Hacienda, la renuncia de todo el
gabinete económico y la revocación de las reformas por parte del gobierno, tras haberlas aprobado. La
influencia de los intereses empresariales en los asuntos tributarios dejó su impronta en la Constitución
de 1985, que limita el poder del Estado para recaudar impuestos por medio de “candados
constitucionales” que impiden todo tipo de doble tributación. Esta disposición ha sido invocada en
diversas oportunidades.2
Frente a esta sucesión de intentos fallidos, los Acuerdos de Paz de 1996 representaron una oportunidad
histórica para la reforma tributaria en Guatemala. Con el propósito de financiar los gastos sociales y de
infraestructura prioritarios para cimentar la paz, se llegó a un amplio consenso en la sociedad sobre la
necesidad de incrementar la carga tributaria al 12% del PIB, meta que se debía alcanzar en el año 2000.
A pesar de los incrementos en la recaudación reflejados al comienzo de este capítulo, esta meta –que se
transformó en 13,2% con el reciente cambio de medición del PIB– no se ha podido cumplir aún a
cabalidad.
126
5. Alternativas para modernizar el sistema tributario
insuficiencia de recursos, además, no permite atender de manera adecuada las importantes necesidades
básicas insatisfechas de la población en situación de mayor pobreza.
No es difícil, sin embargo, entender la resistencia de distintos grupos a distintos tipos de reforma.
Ciertos sectores de la sociedad civil, por ejemplo, expresan preocupación por reformas que busquen
incrementar los recursos fiscales sobre la base del IVA, que consideran regresivo, dado que los que
menos tienen tienden a consumir una fracción mayor de sus ingresos en comparación con los más ricos.
Una respuesta posible a esta preocupación es que, si el gasto está bien focalizado en los más pobres, el
impacto global de la política fiscal sería progresivo aun si los impuestos no lo son. Una mirada al
Cuadro 5.6, sin embargo, sugiere que en el caso de Guatemala, el gasto no está bien focalizado. En el
gasto público social, por ejemplo, cada uno de los quintiles de la población recibe un total de beneficios
más o menos similar. No obstante, aun si el gasto es aproximadamente neutro, habría efectos
redistributivos progresivos si, como es de esperar, los que más tienen pagan más que los pobres (aunque
paguen menos en proporción a sus ingresos).
Este último argumento a veces no es fácil de comunicar a los grupos que se oponen a esta variedad de
reforma tributaria ya que, naturalmente, preferirían que el incremento de recursos esté asociado a
reformas en el Impuesto sobre la Renta. Una manera de vencer la resistencia a incrementar los recursos
fiscales por el lado del IVA podría ser el compromiso de asignar los recursos adicionales que se
generen por este medio –o al menos una parte sustancial de ellos– a programas bien focalizados que
atiendan a los sectores más necesitados, tales como los programas de transferencias condicionadas, de
atención a la niñez temprana y de capacitación de jóvenes en situación de desventaja, presentados en la
Parte III de esta publicación.
Con respecto al pilar del Impuesto sobre la Renta, la resistencia proviene de los sectores empresariales,
y más específicamente el decil de mayores ingresos, que tradicionalmente han sido muy poderosos en
Guatemala. Su argumento es que, dados los altos niveles de informalidad en el país, son pocos los que
pagan impuestos, y aumentos en el Impuesto sobre la Renta generarían una presión mayor sobre
quienes ya están pagando. Una mirada al Cuadro 5.4 resta algo de fuerza a este argumento, ya que la
combinación del Impuesto sobre la Renta y el Ietaap solo genera una porción pequeña de los ingresos
tributarios, mientras que el IVA, que recae sobre toda la población, es responsable de una porción
mucho mayor.
Más allá de un compromiso con el impulso a la calidad del gasto, ¿qué se puede hacer para reducir la
tradicional resistencia de los sectores empresariales a una reforma tributaria por el lado del Impuesto
sobre la Renta? La discusión del capítulo 1 y los resultados de la Encuesta de Clima de Inversión del
Banco Mundial sugieren que los empresarios enfrentan importantes obstáculos al desarrollo de sus
127
Más crecimiento, más equidad
Se ha sugerido en este recuadro que el compromiso de gastar los recursos adicionales provenientes de
cada pilar en ciertos programas específicos –focalizados en los pobres, en el caso del IVA, y en la
eliminación de obstáculos al desarrollo del sector privado, en el caso del Impuesto sobre la Renta–
podría jugar un rol importante en la conformación de una coalición en apoyo de una reforma tributaria.
Pero ¿cómo hacer creíble dicho compromiso? Una posible solución es la preasignación de los recursos a
ciertos gastos específicos. Dicha preasignación, sin embargo, es un arma de doble filo. Por un lado,
puede hacer posible la adopción de ciertas reformas que no serían posibles de otra manera; pero, por el
otro, tiene el efecto no deseado de aumentar la rigidez de los presupuestos públicos, tema que por
buenos motivos genera preocupación a los responsables de la política fiscal.
¿Qué hacer entonces? Tal vez podría considerarse la preasignación de ciertos recursos a ciertos
programas de gasto, pero por un tiempo limitado. Dada la inercia que suelen tener los presupuestos
públicos, esto podría permitir la aprobación de la reforma, sin convertirse –al menos en el largo plazo–
en una camisa de fuerza para los responsables de la política fiscal. Una opción alternativa podría ser
utilizar una institución internacional como mecanismo de compromiso, de tal manera que la reforma
tributaria sea parte de un programa más amplio en el que se protegen ciertos gastos específicos que
facilitan la conformación de una coalición en favor de dicha reforma.
___________________________
1
Este recuadro fue escrito por Ernesto Stein.
2
Ver ASIES (2005) y Cárdenas, Lora y Mercer-Blackman (2005).
3
Adicionalmente, una reforma que traslade la carga impositiva de la renta empresarial, mientras esta se mantenga invertida en el sector
productivo, a la distribución de esta renta empresarial, puede contribuir a destrabar este proceso.
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129
6. Cortando el
círculo vicioso
de la informalidad
131
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
6.1 Introducción
En los últimos 25 años, la economía de Guatemala ha tenido dificultades para lograr un crecimiento
económico sostenido y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Desde 1980, su PIB per cápita (y
ajustado por poder de compra) ha estado estancado, creciendo tan solo al 0,14% por año. Si bien el país ha
encontrado, finalmente, una solución al largo conflicto armado al firmar los Acuerdos de Paz en 1996, sus
causas y consecuencias son aún visibles en la economía. Durante años el Estado no ha sido exitoso en su rol
de coordinar y proveer bienes públicos básicos a fin de crear un ambiente propicio para el desarrollo
económico. En un país con una gran diversidad étnica y cultural, el Estado tampoco ha tenido éxito en su
rol integrador.
El desafío para Guatemala es mejorar la eficiencia del Estado y la provisión de bienes públicos básicos.
Indudablemente, esto requiere de recursos públicos con que el Estado no cuenta al presente, con una presión
tributaria por debajo del 12% de su producto. El desafío, por lo tanto, es doble: se requiere gastar más y
mejor, y se requiere recaudar más y mejor.
Desde que se firmaron los Acuerdos de Paz, se intentaron, con pobres resultados, diversas reformas para
incrementar la recaudación impositiva. Esto se debe, de una parte, al diseño tributario y, de otra parte, a
aspectos propios de la economía. Una limitante en este aspecto es su elevada informalidad, lo que limita, en
gran medida, los instrumentos que el Estado tiene para recaudar más. Según Gordon y Li (2005),
Guatemala presenta una economía “difícil de recaudar” (hard-to-tax economy); en primer lugar, dada su
estructura económica, es decir, el tipo de actividades que se desarrollan y el tipo de empresas que
sobreviven; en segundo lugar, porque los costos de ser formal para un porcentaje amplio de la población
exceden a los beneficios. En este contexto, incrementar las alícuotas impositivas o la presión tributaria
genera un círculo vicioso: eleva los costos para quienes ya son formales sin representar un beneficio
inmediato, lo que tiende a incrementar la informalidad y dificultar aun más la recaudación de impuestos.
El desafío para Guatemala consiste en cortar este círculo vicioso, lo que requiere que, a nivel de cada
agente, los beneficios esperados de un Estado con mayor presencia sean lo suficientemente creíbles y lo
suficientemente generosos para mantenerse en la formalidad, o que volverse formal no sea oneroso. Esto no
es tarea fácil, ya que los beneficios probablemente sean de mediano a largo plazo cuando el costo de pagar
más impuestos es inmediato. Desde esta óptica, para encontrar políticas públicas que rompan dicho círculo
vicioso, resulta fundamental entender cuáles son los costos y beneficios de ser formal.
Existen diversas definiciones alternativas para el término ‘informalidad’ y diversas formas de cuantificar
cada una de estas definiciones. En este capítulo se entenderá ‘informalidad’ como toda aquella actividad
que genere un valor agregado, cuyo producto sea lícito, pero no haya cumplido con todos los requisitos
legales de la producción, distribución o comercialización.
En nuestra acepción, la informalidad no es un aspecto binario (se es formal o no) sino que hay distintos
grados de informalidad. Es decir, una empresa puede no cumplir con ninguna de las reglas, con algunas de
133
Más crecimiento, más equidad
ellas, o cumplir con una regla parcialmente, por ejemplo, registrando solo un porcentaje de sus trabajadores.
Por ello, hay una relación directa entre informalidad y evasión, entre informalidad y las posibilidades de
crecimiento, y entre informalidad y equidad. La informalidad opera como una fuerza que corroe la
integridad de la sociedad ya que conviven en ella tanto los que cumplen como los que incumplen sus reglas.
6.2.2 ¿Por qué la informalidad puede ser una restricción al crecimiento económico?
Los canales por los cuales la informalidad limita el crecimiento económico son diversos. En primer lugar,
afecta la ecuación fiscal del gobierno, reduciendo la recaudación, incrementando los costos administrativos
para obtener dicha recaudación (debido al mayor esfuerzo para controlar el cumplimiento) e incrementando
el gasto (por ejemplo, en aquellos trabajadores sin cobertura de Seguridad Social).
En segundo lugar, las empresas informales tienden a crecer a un ritmo menor como consecuencia de un
menor acceso a los mercados (por ejemplo, mercado de crédito o comercio con empresas grandes) o bien,
por las distorsiones en su comportamiento para evitar ser detectados: no acumulando capital, no
incentivando la acumulación del capital humano, no invirtiendo en tecnología, investigación y desarrollo;
en otras palabras, sesgando su tecnología de producción hacia otras menos eficientes pero menos visibles.
En tercer lugar, la informalidad tiende asimismo a generar problemas en el sector formal, ya que la
competencia entre agentes hace que las empresas formales modifiquen también su comportamiento,
afectando la eficiencia de la economía.
Por último, la informalidad puede crear conflictos sociales si se la percibe como una fuente de inequidad
puesto que unos cumplen y otros no, lo que puede debilitar a la sociedad en su conjunto y su capacidad para
coordinarse.
Si el Estado no puede recaudar lo suficiente, no puede proveer de manera óptima los bienes públicos,
afectando la productividad global de la economía y por ende, su crecimiento económico. Si el Estado
incrementa la presión tributaria de quienes son formales cuando el financiamiento –y por consiguiente, la
oferta de bienes públicos– es inadecuado, incrementa los costos sin estar en condiciones de mejorar los
beneficios de ser formal, por lo que la informalidad aumenta y se vuelve un círculo pernicioso para el
desarrollo económico. Es este conflicto entre el beneficio privado y el beneficio social lo que está detrás del
problema de la informalidad. En este sentido, la informalidad es un síntoma pero también un problema para
el desarrollo económico.
6.2.3 ¿Por qué algunos agentes deciden no cumplir con las reglas?
De acuerdo al enfoque económico, la informalidad es una decisión endógena, basada en una elección
racional entre costos y beneficios en un complejo entorno de interacciones, que puede estar influenciada por
patrones culturales e institucionales.
Por un lado, los gobiernos eligen las reglas de juego que definen la formalidad, aspectos tales como
requisitos para obtener una autorización para operar, requisitos para inscribir a un trabajador o una empresa,
los impuestos que trabajadores y empleadores deben pagar, beneficios que los trabajadores y empresas
reciben, las penalidades por incumplir con dichos requisitos, etc. La práctica determina en qué medida y
cómo esas reglas se cumplen, dependiendo de aspectos como los costos efectivos de realizar el “acto
público”, la probabilidad de que un agente que incumple sea detectado y penalizado, entre otros. Sin
134
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
embargo, el gobierno no solo fija las normas y las lleva a cabo, sino que también afecta los costos y
beneficios para los agentes a través de acciones menos directas, tales como la calidad institucional, la
calidad de los bienes públicos que provee directa o indirectamente, o las regulaciones en otros mercados
(como el mercado de crédito). El Estado, también con su accionar, distorsiona los incentivos en forma más
directa; por ejemplo, si el hecho de estar desempleado es un condicionante para acceder a un programa de
transferencias de efectivo, el trabajador puede preferir permanecer “no registrado” para acceder a este
beneficio. Si el Estado termina otorgando pensiones aun a aquellas personas que no han contribuido, o el
beneficio otorgado no está en línea con la contribución realizada, no se incentiva el empleo formal. Si los
beneficios de seguridad social relacionados con ser formal exceden ampliamente lo que el trabajador desea,
se incentiva la informalidad. De igual modo, si los beneficios son otorgados independientemente de ser
formal o informal se incentiva la informalidad.
Por otro lado, los trabajadores y empleadores eligen (en mayor o menor medida) cumplir o no con las reglas
que definen la formalidad. Desde el enfoque económico, esta decisión se basa en los costos y beneficios
esperados de cumplir con dichas reglas. Entre los costos, el más directo es pagar impuestos y los costos
(directos o indirectos) de cumplir con las regulaciones (que pueden entenderse como costos de transacción).
Entre los beneficios, se encuentran los bienes y servicios a los que pueden acceder por ser formales; estos
incluyen pensiones, seguros médicos, seguros por riesgos de trabajo, acceso al crédito (porque, en general,
se requiere que las firmas o empleados justifiquen sus ingresos para acceder a los medios formales de
crédito), permisos para operar (como las exportaciones o la participación en licitaciones públicas), el
beneficio de ejercer sus derechos tal como las leyes lo determinan (rule of law), entre otros. Desde el
enfoque institucional, las personas no eligen concientemente sobre la base de costos y beneficios, sino que
su accionar está determinado por normas sociales y comportamientos previos, por una negación a los
arreglos institucionales vigentes o, simplemente, quedan fuera del sistema debido a que dichas reglas no
fueron diseñadas para ellas. Esta decisión podría tomarse de manera conjunta en el hogar: si los beneficios
de un trabajador alcanzan a toda la familia (como el seguro médico) y las contribuciones del trabajador
adicional no pueden extenderse a toda la familia (para alcanzar, por ejemplo, un seguro médico más
completo) es probable que este último tenga menos incentivos para ser formal (ya que pagaría por
beneficios que no usa).
El tercer aspecto que entra en juego, interactuando con los dos previamente mencionados, es la estructura
de la economía. Los costos y beneficios esperados de ser formal no son independientes de la estructura
económica. Por ejemplo, si los mercados de crédito están poco desarrollados, aun cuando las reglas sean
adecuadas, los beneficios de ser formal para acceder a dichos mercados son menores. Si la economía no
exporta, el requisito de estar en regla para poder acceder a mercados formales no es operativo. Si la
economía no gasta en investigación y desarrollo, el requisito de ser formal para poder proteger sus derechos
intelectuales y de propiedad no es operativo. Desde este punto de vista, no todas las actividades económicas
presentan las mismas posibilidades de evasión y, como Gordon y Li (2005) argumentan, cuanto menos
desarrollada es la economía, más difícil o costoso se hace monitorear el cumplimiento de las reglas (lo que
los autores definen como hard-to-tax economies). De esta forma, cuanto menos desarrollada es la economía
menos visibles son las actividades económicas y más fácil es evadir. En consecuencia, un alto grado de
informalidad puede ser entendido como un reflejo de reglas de juego que no son óptimas para el tipo de
economía en cuestión o las preferencias promedio de la población.
Por último, un aspecto relevante a la hora de diseñar políticas públicas es comprender que, ante la ausencia
del Estado, es probable que surjan mecanismos privados que reemplacen parcialmente sus funciones. Estos
mecanismos son costosos para los privados porque, en cierta forma, ya están pagando un impuesto por
135
Más crecimiento, más equidad
Existen distintos conceptos y diversas formas de medir la informalidad (ver Banco Mundial, 2007 o
Auguste, 2008), lo importante es que independientemente de qué medida de informalidad se tome,
Guatemala muestra niveles elevados, incluso para los estándares de la Región. A continuación, se presentan
algunos ejemplos de informalidad.
Adicionalmente, dadas las estimaciones de informalidad por valor agregado y por cantidad de empleo no
cubierto por el Seguro Social, Guatemala se encuentra entre los países con mayor diferencial entre
productividad media de ambos sectores (implicando que la productividad laboral en Guatemala es casi 4,5
veces mayor en el sector formal que en el informal).
1
Porcentaje de la fuerza laboral no cubierta por el sistema de pensiones.
2
A 2004, este porcentaje se había reducido a 79%, siendo mayor en las zonas rurales (91%) que en las urbanas (68%).
3
Un individuo sería considerado informal si se cumple cualquiera de las siguientes condiciones: (i) autoempleado con baja calificación, (ii)
empleado asalariado en una empresa pequeña, (iii) trabajador sin ingresos.
4
Un trabajador asalariado informal sería aquel que no tiene derecho a una pensión cuando se retire.
5
Es importante destacar que en Guatemala el registro en la Seguridad Social no es obligatorio para todas las empresas, esto depende del
tamaño y la ubicación geográfica. En el departamento de Guatemala, si la empresa tiene tres o más trabajadores está obligada a gestionar
inmediatamente su inscripción en el Régimen de Seguridad Social; en el resto del país, cuando supera los cinco empleados (las empresas de
transporte están obligadas a inscribirse cuando tienen uno o más trabajadores). Esto genera una situación de inequidad injustificable.
6
La economía oculta (shadow economy) incluye todos los bienes y servicios producidos legalmente, los cuales son deliberadamente ocultos
de las autoridades para: (1) evadir impuestos a las ganancias, IVA o algún otro impuesto; (2) evadir el pago de las contibuciones a la
Seguridad Social; (3) evadir el cumplimiento de algún estándar legal en el mercado laboral, tales como salario mínimo, duración de la
jornada laboral, normas de seguridad, etc.; y (4) evadir el cumplimiento de procesos administrativos tales como completar formularios
estadísticos u otro formulario administrativo (Schneider 2007, p. 600).
136
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
Los elevados niveles de informalidad observados en Guatemala, en relación con América Latina, deben
cualificarse ya que cuanto más pobre es un país, mayor es la informalidad. Para ver esta relación se grafica
informalidad y PIB per cápita (ver Gráfico 6.1), encontrando que Guatemala tiene más informalidad que lo
esperable para su nivel de desarrollo económico (se encuentra por encima de la tendencia lineal).
Gráfico 6.1
Informalidad (economía oculta) y desarrollo económico
80 LATAM
Resto del Mundo
70
Poly. (Resto del Mundo)
Economía oculta como % del PIB
60
Guatemala
50
40
30
20
10
0
- 10,000 20,000 30,000 40,000
PIB per cápita (en US$ en PPC)
Fuente: Elaboración propia con base en las estimaciones de Schneider para 2005 y
World Economic Outlook (WEO) del FMI.
Es útil distinguir (como lo hace el Banco Mundial, 2007) entre dos conceptos de informalidad: i) escape,
donde los agentes deciden ser informales basados en un análisis de costos y beneficios,7 y ii) exclusión,
donde los agentes no deciden ser informales sino que se ven forzados a estar en la informalidad. El Banco
Mundial señala que, en general, los cuentapropistas o microempresarios se ajustan más al concepto de
escape, mientras que los asalariados informales, al de exclusión, por lo que es útil distinguir a los
trabajadores informales entre asalariados y cuentapropistas. En este sentido, ese mismo estudio muestra que
Guatemala tiene una incidencia muy alta de trabajadores asalariados en el total de los trabajadores
informales (la participación más elevada de la Región), lo que indica que la informalidad en el país tiene
una base amplia.
• La mayoría de los informales no perciben un beneficio concreto de las instituciones con las cuales
se relacionan. La mayor ventaja que obtienen de cumplir con los trámites requeridos es la
autorización para vender (en el caso de los comerciantes). Solo un 9% afirmó que cumplir con los
trámites requeridos les servía para hacerse de ingresos o de beneficios para sus familias.
7
CIEN (2006) confirma que el concepto de ‘escape’ es más apropiado para los cuentapropistas y microempresarios, ya que solo un 33% de
los informales encuestados preferirían trabajar en una empresa formal, en lugar de ser vendedores informales, y tener un salario en lugar de
ganancias.
137
Más crecimiento, más equidad
• La municipalidad es la institución con la que han tenido más contacto (87% de los trabajadores
informales), con una llamativa ausencia de los Tribunales de Justicia u otras instituciones como el
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) o el Ministerio de Economía
(MINECO).
• Los beneficios que los informales esperarían recibir del Estado son: seguridad, educación y salud,
lo que podría mostrar cierta falta de conocimiento de otros beneficios potenciales que podría darles
el Estado, tales como capacitación, acceso a mercados o programas de apoyo. Muy pocos
mencionan las Cortes de Justicia y el financiamiento.
• Alrededor de un 70% de los informales en el área comercial adquiere sus productos por medio de
mayoristas o minoristas (y solo 5% produce los bienes que comercializa).8
• Un gran porcentaje de los comerciantes informales entrevistados (74%) tienen sus locales en
mercados municipales u otros espacios públicos, 10% son ambulantes, 8% alquilan y solo 5% son
propietarios (el resto no contesta). Esto indica que las municipalidades no exigen que las firmas o
vendedores estén registrados cuando alquilan locales. Por otro lado, un porcentaje alto de estos
vendedores considera que ya paga sus impuestos al pagar el alquiler a la municipalidad.
• Respecto a las preguntas relacionadas con el costo implícito o debilidades de las instituciones
vigentes, de los cinco principales problemas, tres corresponden a asuntos relacionados con la ley
laboral y el resto con el ejercicio de la administración pública. Los trámites, los complejos procesos
de administración pública, la poca transparencia en las instituciones, la escasa educación y la
discrecionalidad del funcionario público representan un costo para las personas en las que las
instituciones les son presentes. Entre los problemas intermedios se encuentra el idioma: hay poca
disponibilidad en las instituciones para atender a los trabajadores en su lengua materna, lo que les
limita su práctica económica.
Para entender un poco mejor quiénes son los informales, se realiza una breve caracterización de la
informalidad de acuerdo con los trabajadores que no tienen pensión, sobre la base de la Encuesta de
Hogares ENEI 2004.9
Cuadro 6.1
Distribución del empleo por tipo de actividad
Individuos entre 15 y 64 años
Participación Informalidad
8
En tanto que se mide empleo y no valor agregado, y las medianas y grandes empresas no están incluidas, esta caracterización no permite
saber cuál es el porcentaje de valor agregado que generan las actividades comerciales informales ni se puede saber si la producción de esos
bienes fue formal (aspecto relevante para controlar la evasión en el IVA a través de un sistema de retenciones o percepciones sobre los
proveedores de los bienes que luego se comercializan informalmente).
9
La pregunta que se utiliza para definir si un trabajador es formal es si está contribuyendo al IGSS. La contribución al IGSS es la única
opción para los trabajadores del sector privado, pero para los del sector público existen otros regímenes, por lo que para estos trabajadores
se incurriría en algún margen de error.
138
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
El porcentaje de trabajadores no cubiertos por el IGSS es de 79,1%, pero si se excluye a los trabajadores del
sector público, la informalidad asciende a 81,7%. Si, además, se excluye a los trabajadores pensionados que
están trabajando (ya que en Guatemala estar pensionado y trabajar no es incompatible de acuerdo a la ley)
la informalidad asciende a 85,9%. La informalidad es elevada para todo tipo de actividades, como se
muestra en el Cuadro 6.1.
Analizando solo a los trabajadores del sector privado, se encuentra que los más jóvenes y los ancianos son
más propensos a ser informales. Esta forma de U se verifica tanto para hombres como para mujeres, siendo
la informalidad mayor para las mujeres para casi todas las edades.
Gráfico 6.2
Informalidad según género (trabajadores del sector privado)
100
95
% de informalidad según sexo
90
85
80
Hombres
Mujeres
75
70
11-15
16-20
21-25
26-30
31-35
36-40
41-45
46-50
51-55
56-60
61-65
66-70
71-75
76-80
más de 80
menos de 10
Rango de edad
En cuanto al nivel educativo, la informalidad es mayor entre los analfabetos, las mujeres y los indígenas. La
informalidad es decreciente en el nivel educativo, pasando de casi 100% para los que tienen primaria
incompleta o menos, a 15% para los que tienen postgrados; mientras que –sin importar el nivel educativo
alcanzado– la informalidad es más alta entre las personas que se identifican como pertenecientes a alguna
de las comunidades indígenas.
139
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 6.2
% de informalidad por sexo, grupo étnico y nivel educativo
(trabajadores del sector privado)
Nivel educativo alcanzado Mujeres Hombres No indígena Indígena Total
Ninguno 98,2 96,0 94,3 98,5 96,8
Preparatoria 100,0 99,4 97,9 100,0 99,6
Primaria 93,0 88,4 85,7 95,5 89,8
Básico 77,9 77,0 72,1 93,1 77,3
Diversificado 61,5 57,8 55,2 84,9 59,3
Superior 50,3 49,1 49,4 50,9 49,6
Postgrado 3,9 24,1 15,2 0,0 15,0
Total 79,0 95,8
Analfabeto 98,0 95,8 96,7
No analfabeto 83,4 82,0
Se encuentra una ligera tendencia decreciente por nivel educativo dentro de cada actividad, pero la mayor
fuente de variación es entre actividades (siendo el sector agropecuario y construcción los más informales; y
los empleados de oficina, profesionales y técnicos, los menos informales). Por tipo de ocupación, se aprecia
que la informalidad es más elevada en las ocupaciones menos calificadas y en las actividades más reguladas
como servicios públicos, enseñanza y servicios financieros.
Cuadro 6.3
% de informalidad por tipo de ocupación
La informalidad es menor en aquellos trabajos que se desarrollan en locales fijos, y existe una relación
inversa entre el tamaño de la empresa y la informalidad (las empresas con menos de 5 empleados tienen a
98,5% de sus trabajadores no registrados, mientras que el resto, a 33,5%).
140
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
Cuadro 6.4
Informalidad por rama de actividad
% de informalidad
Debido a las diferencias en capital humano, ramas de actividad y tipo de ocupación, no es sorprendente que
los informales tengan salarios menores, o que la informalidad sea más elevada en los tramos de ingresos
más bajos (ver Cuadro 6.5). Esto, sin embargo, no implica un castigo para el informal (ni un premio salarial
para el formal), sino que las características observables y no observables de formales e informales difieren.
En cuanto a la distinción entre informal asalariado e informal cuentapropista, el estudio del Banco Mundial
(2007) encuentra que en la mayoría de los países analizados (no se encuentra Guatemala entre ellos), los
trabajadores jóvenes (especialmente, los menos calificados) tienen una mayor probabilidad de ser
empleados informales, probabilidad que desciende cuando el trabajador envejece hasta un punto en que es
más probable que el trabajador sea informal independiente (autoempleado o cuentrapropista), lo que
indicaría que el trabajo asalariado informal es una forma de ingresar al mercado laboral para muchos
jóvenes, quienes a medida que acumulan experiencia están en mejores condiciones para encontrar un
empleo en el sector formal o iniciar su proyecto independiente. Este patrón también se observa en
Guatemala (ver Gráfico 6.3).
Cuadro 6.5
Tasa de informalidad según escala de salario mensual bruto
0-500 99,4%
501-1000 87,0%
1001-2000 44,3%
2001-5000 29,5%
más de 5000 18,2%
Total 67,8%
Fuente: Elaboración propia con base en ENEI, 2004.
141
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 6.3
Descomposición del empleo por edades y sectores laborales,
Guatemala, 2004
Urbano Rural
100% Trabajador independiente 100% Trabajador independiente
Participación en el empleo total
En el estudio del Banco Mundial (2007) se arguye que la formalidad puede verse como un insumo en el
proceso de producción que las pequeñas empresas no encuentran necesario utilizar, entre otras razones
porque: i) no tienen potencial para crecer y la rotación de personal es más alta, ii) sus necesidades de crédito
pueden ser marginales, iii) tienen un número limitado de clientes y relaciones personales con la mayoría,
por lo que no se beneficiarían mucho de un mayor acceso a los mercados y servicios judiciales organizados
e impersonales que se asocian con la formalidad. Además, al Estado le es más difícil controlar a las
empresas chicas, ya que son menos visibles.
En los países analizados en dicho estudio, se muestra que la formalidad aumenta rápido con el tamaño de la
empresa. Se realiza el mismo análisis para Guatemala encontrando diferencias significativas. Mientras que
en México y Argentina el porcentaje de trabajadores sin contribuciones a la Seguridad Social desciende
muy rápido, en Guatemala este desciende mucho más lentamente (ver Gráfico 6.4). 10
Cabe preguntarse, entonces, por qué las empresas grandes ubicadas en zonas urbanas de Guatemala no usan
este insumo (la formalidad) en igual medida que en México y Argentina. Por un lado, esta mayor
informalidad –aun para empresas grandes– puede verse afectada por la composición sectorial del producto
para estas empresas; si sectores como la construcción, donde la informalidad tiende a ser más elevada,
tienen mayor participación en Guatemala, cabe esperar una mayor informalidad. En segundo lugar, el país
es mucho más pequeño, lo que puede implicar que no se alcancen las economías de escala en igual medida
que en México y Argentina. En tercer lugar, es probable que existan diferencias en los niveles de control; es
decir, si Guatemala tiene instituciones más débiles y un control incluso más frágil de las empresas grandes,
es esperable que su nivel de informalidad sea más elevado, aun para las empresas grandes. Finalmente, otra
explicación –no excluyente de las anteriores– es que los beneficios de ser formal (la productividad marginal
del insumo formalidad) es menor en Guatemala.
10
En Argentina (zona urbana del Gran Buenos Aires, 2003 y 1980) y México (áreas urbanas, 2004 y 1994) la proporción de trabajadores
independientes llega a un pico de alrededor de 40-45% para empresas de 2 a 5 trabajadores y luego cae a una fracción entre el 5% y el 10%
para empresas con 6 a 10 empleados y se mantiene en esos niveles para tamaños mayores de empresas.
142
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
En relación con las hipótesis, solo se observan diferencias significativas en la composición sectorial del
empleo entre Guatemala y estos países en lo que se refiere a los servicios y al sector agrícola-ganadero,
pero estas diferencias seguramente son menores cuando solo se comparan zonas urbanas, por lo que
difícilmente la composición sectorial de las grandes empresas sea la única explicación.
Gráfico 6.4
Informalidad según tamaño de la empresa
Guatemala (áreas urbanas, 2004)
% de trabajadores informales e independientes
60
50
40
30
20
10
0
1 2-5 6-10 11-15 16-50 51-100 101-250 >250
Tamaño de la empresa (número de trabajadores)
Fuente: Elaboración propia con base en ENEI (2004) y Banco Mundial (2007).
Esto sugiere que el problema de una mayor informalidad en Guatemala está relacionado con los mayores
costos y menores beneficios de formalizar.
De acuerdo con las estimaciones de Schneider (2007), se puede ver que en Guatemala la informalidad entre
1990 y 2000 se incrementó en 10,1 puntos, ubicándose entre los países con mayor incremento de la Región,
pero posteriormente se redujo en 2005, terminando solo 8,9 puntos por encima de 1990, el sexto mayor
incremento de los 17 países de la Región analizados.12
11
De acuerdo con los criterios emanados por el Ministerio de Economía, se considera “microempresa” a una unidad productiva que emplea
hasta 10 trabajadores (pequeñas empresas, entre 11 y 25 trabajadores, medianas entre 26 y 60). Las MIPYMES son las que tienen menos de
60 empleados; empresas que en Guatemala constituyen el 89,4% del total de empresas, generan el 35,4% del empleo nacional y emplean al
65,8% de la población ocupada (Urízar, 2004).
12
CIEN (2006), también basado en estimaciones econométricas con macro datos, encuentra niveles de informalidad inferiores a los
hallados por Schneider, pero con una tendencia temporal similar. De acuerdo con las estimaciones de CIEN, a mediados de los noventa
143
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 6.5
Evolución de la informalidad en América Latina
(valor agregado de la economía oculta en % del PIB)
Bolivia 11,8
11,7
Perú 11,1
12,8
10,8
Panamá 12,7
Brasil 9,3
7,3
Colombia 9,3
5,7
8,9
Guatemala 10,1
Honduras 8,6
8,9
Venezuela 8,0
6,2
Nicaragua 8,0
5,1
Uruguay 7,9
9,8
7,6
México 6,0
Jamaica 7,0
5,0
Chile 5,8
6,2
Argentina 5,1
3,3 Cambio 2005-1990
4,3 Cambio 2000-1990
Costa Rica 4,2
0 2 4 6 8 10 12 14
También se calcula una serie larga de informalidad laboral como el ratio de población no afiliada al IGSS
sobre población total, encontrando tres períodos bien marcados:
i) Período de formalización: desde el primer dato disponible (1960) hasta el final de los setenta,
donde la población cubierta por el IGSS pasó del 12,8% en 1960 al 23% en 1978 (los afiliados
en este período crecieron al 6% anual, mientras que la población lo hizo al 2,7%).
ii) Período de retroceso: el agravamiento del conflicto armado se reflejó en el porcentaje de
población afiliada al IGSS, que cayó del pico de 23% en 1978 al piso de 15,4% en 1984.
iii) Período de recuperación: a partir de 1984 comienza a aumentar el porcentaje de población
cubierta rápidamente, llegándose al 18,3% en 1988, nivel similar al que el país había alcanzado
en 1976.
iv) Nuevo período de retroceso: desde 1989 hasta el último dato disponible (2005), el porcentaje de
población cubierta por el IGSS ha estado en constante retroceso. La población afiliada creció en
(antes de la firma de los Acuerdos de Paz), la informalidad bajó en forma drástica, para luego recuperar terreno hasta el año 2000, donde se
estabiliza en valores cercanos al 35% del PIB.
144
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
este período al 1,49% anual, cuando la población total lo hizo al 2,39%, y la población
empleada al 2,37%.
Esta trayectoria muestra que Guatemala no fue capaz, luego de finalizado el conflicto armado, de recuperar
los niveles de formalidad previos a los años ochenta, comportamiento también observado para el
crecimiento de largo plazo (ver Artana, Auguste y Cuevas, 2008).13
Gráfico 6.6
Evolución de la informalidad en Guatemala, 1980-2005
55 Valor agregado del sector informal (en 87%
% del PIB) - eje primario -
50 Informalidad laboral (afiliados al IGSS
sobre población total) -eje secundario- 85%
45
40
83%
35
30 81%
25
79%
20
15
77%
10
5 75%
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
1980
1982
1984
Fuente: Elaboración propia con base en información del Banco de Guatemala y CIEN (2006).
Gráfico 6.7
Evolución de la informalidad laboral y el ingreso per cápita
1960-2005
180 6%
160
85% 85% 4%
140
120 2% cápita
80% 100 80% 0%
80 -2%
60
75% 75% -4%
40
20 -6%
70% - 70% -8%
196019641968197219761980198419881992 199620002004 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Informalidad laboral PIB per cápita real Informalidad laboral Tasa de crecimiento
13
De esta forma, se observa cierta relación en el tiempo entre crecimiento económico e informalidad laboral.
145
Más crecimiento, más equidad
La Encuesta de Clima de Negocios del Banco Mundial (Investment Climate Survey, ICS) muestra que las
prácticas anticompetitivas e informales son un obstáculo para el desarrollo de los negocios en Guatemala,
de acuerdo con las percepciones de los propios empresarios. El país se encuentra entre los países de
América Latina donde esta preocupación tiene mayor importancia. Analizando por tamaño, se encuentra
que, en general, las empresas más chicas son las más afectadas.
En tanto que la informalidad en Guatemala es un fenómeno generalizado, con niveles mayores a los
esperables para su nivel de desarrollo y con un alto porcentaje de informales que eligen serlo (concepto de
‘escape’), resulta necesario entender cuáles son los costos y beneficios de ser formal en Guatemala. Para
ello, se analizará la situación de Guatemala en cada una de las dimensiones relevantes y se incluirá una
comparación internacional basada en información de Doing Business (DB) del Banco Mundial. Estos costos
y beneficios, a su vez, indican las políticas públicas que pueden realizarse para reducir la informalidad.
Costos de formalizar
• Pago de tributos (IVA, ISR, Seguridad Social, etc.). Lo importante es el tax gap,
independientemente de la incidencia del impuesto (es decir, no importa sobre quién recae la carga
tributaria finalmente). De acuerdo con DB, en Guatemala la presión tributaria estatutaria (los
impuestos que en teoría debería pagar una firma en porcentaje de sus ganancias) es baja, menor que
el promedio de países con similar ingreso per cápita. Guatemala se ubica en la posición 65 de 178
países del mundo, en términos de menor tasa (37,5% versus 54,4% para el promedio de América
Latina (54,4%), y 46,2% para el promedio de países con ingreso medio-bajo). Debe destacarse, de
todos modos, que la relación entre tasa impositiva e informalidad es débil (no es estadísticamente
significativa), lo cual es lógico ya que lo que importa es la relación entre lo que se paga (tasa) y lo
que se obtiene (beneficios).
• Costo de cumplimiento con las normas tributarias. Guatemala ha hecho un esfuerzo por mejorar el
cumplimiento y reducir los costos, por ejemplo, informatizando el sistema. Existen, de todos
modos, complejidades innecesarias en el sistema tributario. Por ejemplo, se permite la imputación
de los pagos del IVA contra pagos del Impuesto sobre la Renta Personal (ISR), lo que incentiva a
los individuos a conseguir facturas para pagar menos ISR, incrementando el costo de cumplimiento
y haciendo más difícil la fiscalización por parte de la SAT.14
Cabe destacar que existen fuertes economías de escala en los costos de cumplimiento, por lo que las
firmas más pequeñas son las más perjudicadas. Por esta razón, varios países de la Región han
creado regímenes simplificados, donde se paga un único impuesto. Guatemala tiene un régimen
simplificado en el que firmas PyMES pueden escoger entre la liquidación usual de ISR e IVA o el
pago de un 5% de las ventas como único impuesto. Este régimen, sin embargo, genera dificultades
prácticas, ya que las firmas tienen que llevar sus ventas obligatoriamente. El hecho de que montos
menores estén exentos incentiva la evasión y, en consecuencia, se incrementa el costo de
fiscalización para la SAT.
14
Ver capítulo 5 donde se discuten opciones de política tributaria que atienden estos problemas.
146
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
Gráfico 6.8
Relación entre informalidad y tasa estatutaria
80
70
Informalidad (como % del PIB)
60
Guatemala
50
40
30
20
10
0
0 50 100 150 200 250 300
Presión estatutaria sobre las ganancias de la empresa
Otro aspecto relacionado con los costos de transacción es la facilidad para obtener licencias y
registrar una propiedad. De acuerdo con DB, de los 178 países incluidos en el estudio de 2007,
Guatemala se ubica muy mal (167) en cuanto a la facilidad para obtener licencias y muy bien (23)
para registrar una propiedad. A pesar del buen posicionamiento en este último aspecto, existen
problemas en cuanto al registro de propiedades. Según un estudio que está realizando CIEN en la
actualidad, solo el 30% de las propiedades rurales está titulada en el Registro Catastral, mientras
que el porcentaje de titulación para las viviendas es de tan solo 40%, atribuyéndole este problema a
litigios históricos sobre la propiedad, problemas en la Ley de Titulación y un alto costo de
transacciones para la vivienda (se debe pagar el IVA de 12%).
15
La experiencia internacional, según el Banco Mundial (2007), indica que el efecto de agilizar los trámites de inscripción en la
informalidad tiende a ser bajo, ya que representan una proporción muy baja del costo (en valor presente) de la formalización.
147
Más crecimiento, más equidad
• Sanciones por incumplimiento. Una vez que un agente está formalizado, es probable que reciba más
control por parte del Estado, y si este control es discrecional, poco previsible y con penas elevadas
ante incumplimientos, se genera un costo esperado al momento de formalizarse. En tanto que en
Guatemala solo se fiscaliza a las empresas registradas, este riesgo existe (la fiscalización de la SAT
ha mejorado notablemente en los últimos años, pero la fiscalización del cumplimiento de las
normas laborales a cargo del Ministerio de Trabajo continúan siendo débiles).
• Riesgo a cambios futuros en las normas que incrementen los costos. Una vez formalizado, es
probable que el agente quede “capturado” en la formalidad, lo que le puede disminuir su capacidad
de respuesta evasiva o elusiva a futuros incrementos (o creación) de impuestos. Guatemala no
muestra inestabilidad legislativa al respecto, por el contrario, más bien muestra restricciones a los
cambios, manteniéndose el status quo.
• Pérdida de flexibilidad laboral. Depende de cómo sea la legislación laboral y cómo opere la justicia.
Si la justicia admite casos por despido de trabajadores informales, tiende a fallar en forma rápida,
otorgándoles los mismos derechos que a los trabajadores formales. Tener trabajadores no
registrados no representa necesariamente un beneficio al empleador. En Guatemala, el escaso
cumplimiento y control de las normas indica que el mercado es de hecho muy flexible, aunque
puede existir cierto costo.16
• Pago de beneficios que no se utilizan. Los seguros de salud son un ejemplo de ello; en la mayoría
de los países de la Región, un trabajador registrado puede adicionar al seguro médico a toda la
familia, lo que reduce el incentivo a formalizarse para los trabajadores secundarios del hogar, en
especial, si las contribuciones de los distintos miembros del hogar que están trabajando no pueden
agregarse para obtener una cobertura médica mejor. Las cuotas sindicales son otro ejemplo de ello.
En Guatemala, las contribuciones a la Seguridad Social no tienen un tope, por lo que en términos de
seguro médico, los subsidios cruzados son muy altos y los trabajadores de altos ingresos terminan
pagando un costo excesivamente elevado por el servicio que reciben.18 Otro ejemplo es el Instituto
Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap): en este caso muy pocas firmas utilizan sus
servicios de capacitación, sin embargo, deben pagar 1% de su nómina salarial.
16
Cabe mencionar que el Ministerio de Trabajo perdió en 2004 su poder de policía (por un recurso presentado frente a la Corte de
Constitucionalidad), por lo que no puede imponer sanciones. En la práctica, las inspecciones se realizan casi en su totalidad a pedido de los
trabajadores (llamadas ‘inspecciones de parte’, en contraposición a las ‘inspecciones de oficio’ que son iniciadas por la Inspección General
de Trabajo), por lo que no existe un trabajo estratégico para controlar la falta de cumplimiento de las normas (incluido el pago al IGSS). Si
en la inspección se encuentra una irregularidad, se le pide a la empresa que lo corrija y se le da un plazo, si al término de este plazo no se
tomaron las acciones requeridas por la Inspección, se inicia una causa judicial y la responsabilidad pasa a los tribunales de justicia. La
resolución de los juicios laborales en general demoran mucho tiempo, por lo que en el país existe una escasa actividad judicial en términos
de conflictos laborales y un escaso cumplimiento de las normas.
Por otro lado, la sindicalización en Guatemala es baja (la menor en la Región) por lo que dudosamente los sindicatos generan distorsiones
que incentiven la informalidad.
17
Las municipalidades no exigen a los que alquilan que tengan sus papeles en regla.
18
Existen también cuestionamientos respecto a la calidad del servicio, ya que el IGSS es el único proveedor (aunque algunos servicios se
terciarizan) y los trabajadores no tienen la opción de escoger otros seguros médicos.
148
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
• Pago de beneficios que el trabajador estima que no va a recibir. Este es el caso de las pensiones; por
ejemplo, en un sistema de capitalización el trabajador puede percibir que sus fondos acumulados no
van a traducirse en mejores jubilaciones. Si no hay credibilidad en el sistema, el trabajador puede
optar por autoasegurarse.
Recientemente se ha lanzado el programa Adulto Mayor, donde se permite a los adultos mayores
que no han contribuido a la Seguridad Social obtener una pensión (de 500 quetzales mensuales). Si
bien el programa tiene sobre todo una finalidad de asistencia social, ya que prevé dar pensiones
solo a ancianos pobres, da la señal a los trabajadores en ejercicio que, sin contribuir, pueden
igualmente obtener beneficios, incentivando la informalidad. Además, el costo fiscal de este
programa puede ser muy elevado y creciente en el tiempo.19
• Pérdida de flexibilidad en el manejo de sus ahorros. Las pensiones constituyen un ahorro forzoso en
el sentido que, al contribuir a la Seguridad Social, el trabajador reduce su ingreso en el presente
para obtener un ingreso futuro cuando deje de trabajar. Si el monto que se le fuerza a ahorrar
excede lo que él está dispuesto a ahorrar, el trabajador tiene un incentivo a volverse informal.
Similarmente, para hogares que están sujetos a shocks de ingresos y no tienen acceso al mercado de
crédito (o bien es un mercado imperfecto) o no pueden usar otros medios para amortiguar el efecto
de la crisis, les puede ser óptimo utilizar parte de los ahorros destinados a las pensiones futuras,
algo que podrían hacer con mayor flexibilidad si se autoaseguran que si están en el sistema formal.
En Guatemala, este no es el caso; por el contrario, los trabajadores de bajos ingresos tienden a estar
excluidos de la Seguridad Social.
Beneficios
Los beneficios de volverse formal también pueden analizarse en función de los beneficios directos y de los
costos que el agente se ahorra al cambiar de estatus (por ejemplo, los costos relacionados con la evasión de
impuestos). Estos beneficios pueden ser clasificados en:
• Acceso al crédito formal. En Guatemala el sector privado tiene un bajo nivel de crédito en relación
con el PIB pero, antes que el monto de los créditos (que es endógeno y se ve afectado por la
informalidad), son más relevantes las condiciones imperantes en el mercado crediticio. En este
19
Según la evolución demográfica, en cinco años se duplicaría la cantidad de beneficiarios potenciales, que de acuerdo con el IGSS, serían
de 185.000 en la actualidad, varias veces por encima de lo estimado por el Gobierno.
20
Aunque es más veloz en cumplir con estos requerimientos y el costo asociado con los mismos es similar al promedio regional.
149
Más crecimiento, más equidad
aspecto, Guatemala se ubica, de acuerdo con Doing Business, 68 de 178 países en términos de
facilitar el acceso al crédito, ranking mejor de lo esperable para su nivel de desarrollo. Un aspecto
negativo en la comparación internacional es la protección de los derechos de los prestamistas y
deudores que otorgan las leyes de quiebra y normas sobre los colaterales.
• Ahorro de los costos (directos e indirectos) que tiene que erogar el agente para evitar ser detectado
cuando es informal. Entre estos costos se encuentran los costos de eficiencia por elegir tecnologías
que sean menos visibles para la autoridad. La medida en que una empresa enfrenta estos costos
depende de la disponibilidad de tecnologías alternativas, la severidad con que las autoridades
ejerzan su poder de policía, y el monto de las penalidades. En Guatemala, en tanto que la
fiscalización para las empresas informales es nula, no existe costo esperado en la informalidad y,
por ende, no existe beneficio de formalizar. Sin lugar a dudas, la fiscalización es un aspecto que el
país debe mejorar para asegurar la equidad.
CIEN (2006) sugiere que el Estado nacional está ausente en gran parte del país, pero que los informales sí
tienen contacto con las municipalidades, particularmente en el interior del país,21 lo que plantea la
posibilidad de que las instituciones nacionales como el IGSS, SAT o el Ministerio de Trabajo trabajen en
21
En los últimos años, Guatemala ha aumentado la cobertura geográfica de las instituciones. En este sentido, instituciones como la
Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y el Registro Mercantil han incrementado su presencia en diferentes puntos del
territorio nacional, creando condiciones para facilitar los procesos de registro a escala nacional y cuentan con páginas Web con información
necesaria para inscribir una empresa (Madrigal y Jones, 2007).
150
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
forma conjunta con las municipalidades para aprovechar el mejor acceso y la información con que cuenta el
gobierno local, cooperación que en la actualidad no ocurre.
Finalmente, se realiza un análisis econométrico con el propósito de explicar la informalidad a partir de los
costos y beneficios que surgen de DB, encontrando que, para el promedio de América Latina, no se observa
un comportamiento diferencial, lo que sí ocurre en Guatemala, que tiene más informalidad de lo esperable,
dado su nivel de desarrollo económico, y los costos y beneficios de formalizar.22 Esto puede deberse a
variables omitidas tales como la fiscalización para los informales –que en Guatemala es prácticamente
nula– o bien, a una consecuencia de la historia propia del país –guerra civil, diversidad étnica, etc.–, tal
como lo enfatiza el informe de CIEN (2006). Este marco institucional propio del país debe ser considerado
al momento de diseñar políticas públicas, tema que se discute en la última sección del presente capítulo.
La evidencia encontrada sugiere que se debe trabajar para revertir los patrones histórico-culturales y
mejorar la ecuación costos-beneficios de formalizar. No es recomendable caer en medidas facilistas como la
de mejorar solamente la fiscalización (con mayores controles y penas). Antes bien, se requiere de una
batería de medidas para que los agentes cambien su percepción y el sistema elimine las inequidades
existentes. Con el objeto de que las políticas tengan un mayor impacto, se requiere mejorar la transparencia
de los actos gubernamentales; de otro modo, es sumamente difícil generar credibilidad en las nuevas
políticas.
Hechas estas aclaraciones, a continuación se recomiendan distintas políticas para que Guatemala pueda
reducir la informalidad, mejorando el bienestar de sus hogares y facilitando el desarrollo económico.
a) Crear una nueva institución. Dada la ausencia de un accionar coordinado de los distintos agentes
involucrados, una primera medida recomendable es crear una organización con las diversas
instituciones relacionadas con el tema, tales como el Ministerio de Trabajo, IGSS, SAT, Ministerio
de Economía y, probablemente, sectores no gubernamentales, que tenga como objetivo principal
discutir políticas y acciones coordinadas para minimizar la informalidad.
b) Modificar el Seguro Social para que todos los guatemaltecos estén cubiertos. Para ello, se deberían
explorar en más detalle las opciones. Es difícil brindar un servicio único que se ajuste a las
necesidades y demandas de toda la población, tal como ocurre hoy en día, particularmente en lo que
respecta al seguro de salud, por lo que sin violar la universalidad, se deberían explorar otras
opciones. Por ejemplo, los afiliados al IGSS podrían optar por pasarse a un proveedor privado de
salud, con lo cual el IGSS transferiría la contribución de dicho trabajador al seguro de salud privado
(o bien una porción de la contribución, si se quiere que existan subsidios cruzados desde
trabajadores ricos a trabajadores pobres), pudiendo el trabajador hacer una contribución
complementaria al seguro privado de manera tal que reciba un servicio más completo o de mayor
calidad si así lo desea. De esta forma, se elimina la duplicación de servicios que existe en la
actualidad, se rompe el incentivo de los trabajadores de mayores ingresos (o con una demanda por
más calidad en el servicio de salud) a volverse informales, y se generan incentivos para que el IGSS
opere de forma eficiente. Es probable que la modificación del Seguro Social sea la única respuesta
para generar incentivos correctos luego del lanzamiento del programa Adulto Mayor. Se debería
22
Ver Auguste (2008).
151
Más crecimiento, más equidad
hacer explícito que las pensiones otorgadas son solo para aquellos que son ancianos hoy y que los
trabajadores actuales obtendrán su pensión solo si se inscriben en el nuevo régimen.
c) Modificar el régimen simplificado del 5% por algún otro régimen que tenga un único tributo (y que
incluya las contribuciones a la Seguridad Social) con pagos fijos según las características del
contribuyente (tipo de actividad, escala de ingresos, entre otros). Para ello, es recomendable tener
en cuenta las experiencias de otros países de la Región con estos tipos de tributos, tales como el
Monotributo en Argentina, Simples en Brasil, Tributo Único en Paraguay, o RUS y RER en Perú.23
e) Propiciar una mayor cooperación y coordinación con las municipalidades. Respecto a la publicidad
de la información, dado el poco acceso a internet en Guatemala y a la escasa llegada del gobierno
nacional a todas las regiones del país, es deseable evaluar la posibilidad de que las políticas se
implementen con la cooperación y coordinación de las municipalidades, sobre todo en el interior
del país. La cooperación con las municipalidades no debería consistir tan solo en dar publicidad,
sino también en implementar los beneficios correspondientes, aprovechando que tienen un contacto
más fluido con los pobladores.
h) En cuanto al sistema tributario, además del régimen simplificado y las recomendaciones que se
hacen en el capítulo de reforma tributaria, es recomendable:
23
En el caso de los mercados municipales, el régimen simplificado podría adjuntarse al pago de alquiler que hacen los vendedores a las
municipalidades, el cual podría bancarizarse por completo en las zonas urbanas (por ejemplo, haciendo el pago a través de los cajeros
electrónicos que se están instalando en algunos mercados), siendo el mismo banco el que se encarga de enviar las transferencias a cada una
de las instituciones gubernamentales correspondientes (IGSS, SAT, Municipalidad).
152
6. Cortando el círculo vicioso de la informalidad
j) El IGSS tiene tres pilares: las contribuciones de los trabajadores, de los empleadores y del Estado
nacional; sin embargo, el Estado nacional no ha pagado desde 1946, estimándose la deuda a valor
actual en aproximadamente mil doscientos millones de dólares. Ello debería corregirse, fijando
normas más acordes con la realidad del país (por ejemplo, que el Estado solo aporte por aquellos
trabajadores en situación de pobreza).
k) Debería analizarse la posibilidad de imponer topes, que hoy no existen, a las contribuciones a la
Seguridad Social.
m) Finalmente, una situación irregular que debe corregirse es la de los trabajadores contratados por el
Estado (Renglón D29 del Presupuesto del Estado) que no están cubiertos por la Seguridad Social.
Referencias bibliográficas
Auguste, S., Artana, D. y Cuevas, M. 2007. “Tearing Down the Walls: Growth and Inclusion in
Guatemala”. IDB Research Project CID. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
Banco Mundial. 2007. Informality: Exit and Exclusion. Washington DC: Banco Mundial.
153
Más crecimiento, más equidad
CIEN. 2006. Economía informal: superando las barreras de un Estado excluyente. Guatemala: Centro de
Investigaciones Económicas Nacionales.
Gordon, R. y Li, W. 2005. “Tax Structure in Developing Countries: Many Puzzles and a Possible
Explanation” Working Paper No 11267, National Bureau of Economic Research.
Schneider, F. 2007. “The Size of the Shadow Economies of 145 Countries all over the World: First Results
over the Period 1999 to 2003” Journal of Population Economics. 2007, 20 (3), 495-526.
Schneider, F. y Enste, D. H. 2000. “Shadow Economies: Size, Causes, and Consequences”. Journal of
Economic Literature 38 (1), pp. 77-114.
154
7. Fortalecimiento de
los partidos políticos
155
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
7.1 Introducción
Los desafíos de desarrollo que enfrenta Guatemala requieren avanzar sobre reformas de carácter
institucional en distintos sectores. El alcance y la sostenibilidad de dichas reformas dependerán de la
capacidad del sistema político guatemalteco para lograr amplios consensos políticos y sociales sobre el
rumbo de desarrollo del país. En este marco, los partidos políticos tienen un rol central en su capacidad de
representar y canalizar demandas de distintos sectores, liderar un debate público sobre las medidas de
reforma y mantener la organicidad del sistema político a través de la agregación de intereses.
Los partidos políticos son actores clave en el proceso de configuración de las políticas de un país. Las
características principales del sistema de partidos operan en el proceso de configuración de las políticas,
moldeando el debate político e influyendo en la viabilidad de las relaciones entre los Poderes Ejecutivo y
Legislativo, en las posibilidades de coordinación en el ámbito del Congreso, y en los incentivos para que las
autoridades elegidas presten atención a conjuntos mayores o menores de intereses sociales. Además, los
rasgos principales del sistema de partidos políticos desempeñan un papel esencial en los intercambios y las
relaciones entre el gobierno y los grupos del sector privado del país.
El objetivo de fortalecimiento del sistema de partidos en Guatemala ha estado presente en la agenda pública
del país desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. En esa ocasión se plantearon diversos objetivos de
carácter político-institucional, los cuales fueron parcialmente implementados mediante las reformas de
2004.
Dichas reformas (a la fecha, parcialmente implementadas), sin embargo, no han logrado un impacto
significativo en la institucionalización del sistema de partidos en el país. Guatemala se destaca en América
Latina por los bajos niveles de institucionalización y orientación programática de sus partidos políticos.
Esta realidad obedece a varios factores, entre ellos, la debilidad de los vínculos entre los partidos y los
intereses sociales, su orientación hacia grupos de intereses concretos en lugar de atender los problemas
nacionales, el escaso grado de estabilidad de la competencia interna y la ausencia de capacidad de
organización de los partidos como entidades políticas permanentes y bien estructuradas.
157
Más crecimiento, más equidad
El capítulo está organizado de la siguiente manera: la sección 2 describe la importancia del sistema de
partidos como objetivo de desarrollo. En la sección 3 se realiza un diagnóstico sobre los desafíos del
sistema de partidos en Guatemala. La sección 4 describe las reformas de 2004 y la agenda pendiente. La
sección 5 analiza diversas opciones de política para fortalecer el sistema de partidos en Guatemala. En la
sección 6 se analizan las principales acciones y medidas planteadas en el Plan de la Esperanza 2008-2012
en esta área. La sección 7 describe la importancia de la priorización de las reformas. Finalmente, en la
última sección se plantean las conclusiones.
Frente a la agenda de reformas señalada, los partidos políticos tienen el desafío de erigirse como
articuladores de consensos en el marco de su función de representación y agregación de intereses sociales,
especialmente de aquellos relacionados con sectores tradicionalmente excluidos del proceso de políticas en
el país. La capacidad de un sistema de partidos de cumplir con los objetivos señalados está estrechamente
vinculada a su nivel de institucionalización.
Mainwaring (Mainwaring, 1999, 1998; Mainwaring y Scully 1995; Mainwaring y Zoco, 2007) define
cuatro componentes clave que, en conjunto, influyen en el grado de institucionalización del sistema de
partidos de un país. Estos son la estabilidad de las pautas de competencia interpartidaria, el arraigo de los
partidos en la sociedad, la legitimidad de los partidos, y las elecciones y la organización de los partidos1.
A medida que el nivel de institucionalización de un sistema de partidos sea más alto, mayores serán las
posibilidades de que tenga partidos políticos programáticos que compiten sobre la base de propuestas
políticas relativamente estables. Esto fomenta un mayor grado de responsabilidad democrática (ante los
1
Para un análisis en profundidad de esta variable y las estrategias de medición de cada una de ellas, ver Jones (2008).
158
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
En los sistemas débilmente institucionalizados, los partidos políticos compiten, en gran medida, sobre la
base de magnetismos personales o de propuestas políticas populistas de corto plazo, concebidas para atraer
a los votantes y olvidarse después de las elecciones (Mainwaring, 1999, 1998). Los partidos también
desempeñan un papel mucho menos prominente en el proceso de reclutamiento político. En los sistemas
escasamente institucionalizados, la vida de los partidos políticos suele ser efímera y su posición acerca de
temas concretos, sumamente maleable.
Ciertamente, es mucho más difícil para los votantes lograr que los partidos rindan cuentas en los sistemas
de partidos débilmente institucionalizados que en los sistemas institucionalizados. Asimismo, resulta más
difícil determinar si el voto del ciudadano se transformará en una opción de política concreta y qué opción
de política escogerá el partido cuando llegue al poder (Shugart y Mainwaring, 1997). Además, como los
partidos políticos influyen poco en el proceso de reclutamiento, suelen tener corta vida y asignan menos
importancia a la denominación y al valor de la identificación partidaria. Por último, habida cuenta de la
falta de compromiso de las élites políticas con sus partidos, en particular, y con el sistema de partidos, en
general, los sistemas frágilmente institucionalizados ofrecen condiciones mucho más propensas para una
política contraria al sistema democrático.
En Guatemala, las consecuencias negativas que afectan el proceso de políticas públicas como resultado de
la debilidad del sistema partidario están ampliamente documentadas. Las debilidades de los partidos
políticos y del sistema partidario en general impiden que los partidos sean capaces de cumplir eficazmente
el rol intermediario entre la población y el gobierno (ASIES, 2005). La ausencia de partidos con fuertes
raíces en la población, un alto nivel de legitimidad popular y una base programática de apoyo resultan en
campañas electorales oportunistas en las que se destinan grandes cantidades de dinero y se generan redes de
clientelismo político con un solo objetivo de corto plazo: el de ganar las elecciones. Por otra parte, la
necesidad de atraer grupos influyentes para el financiamiento de las campañas políticas termina
condicionando el comportamiento de las autoridades electas, ya que deben satisfacer las demandas e
intereses de dichos grupos, debilitando la orientación al interés público de las políticas en el país (ASIES,
2005) y en la democracia (Freedom House, 2008).2
Las dinámicas descritas en los párrafos precedentes impactan sobre las características distintivas del
proceso de formación e implementación de políticas en el país. Como se analiza en detalle en la sección
siguiente, el déficit general de institucionalización del sistema de partidos guatemalteco ha contribuido a un
proceso de políticas signado por la volatilidad de las opciones de política en cada sector (con excepción del
marco macroeconómico), la debilidad de los consensos sobre opciones de reforma en temas clave para el
crecimiento (Pacto Fiscal, Descentralización), la difusión de canales de influencia sobre la agenda pública
al margen de las instituciones formales de representación, y la consiguiente exclusión de sectores
2
El Índice de Libertades de 2008 para Guatemala (que toma los valores entre el 1 y el 7, donde 1 indica Libre y 7, No Libre) es de 3.5
(Parcialmente Libre), menor al de todos los países del Hemisferio Oeste con excepción de Venezuela (4) y Cuba (7).
159
Más crecimiento, más equidad
(población indígena y rural) cuyas capacidades de participación en el sistema político se han visto
históricamente limitadas en el país.
Las características asociadas al proceso de políticas en Guatemala han impedido avanzar con éxito en la
implementación de diversos compromisos asumidos en los Acuerdos de Paz. Adicionalmente, la
fragmentación asociada al proceso de políticas es uno de los factores que explica las dificultades para lograr
en Guatemala una “agenda nacional” que conjugue objetivos de crecimiento económico con un camino
hacia una mayor equidad social. Teniendo en cuenta la amplia agenda de reformas que formula el Plan de la
Esperanza 2008-2012 a fin de alcanzar objetivos de crecimiento con inclusión, el fortalecimiento del
sistema de partidos representa una tarea prioritaria para la generación de espacios políticos y de legitimidad
social necesarios para gobernar.
La próxima sección detalla una agenda de desafíos de institucionalización del sistema de partidos
guatemalteco desde una perspectiva comparada con el resto de América Latina y, en especial, los países de
la Región centroamericana.
Guatemala cuenta con uno de los sistemas de partidos políticos más inestables de América Latina. Se trata
de un sistema institucionalmente débil, volátil y sin arraigo ciudadano. En general, los partidos carecen de
procesos internos democráticos y por consiguiente, representan posiciones extremadamente minoritarias de
la sociedad. Esta situación trae aparejada una creciente pérdida de expectativas ciudadanas en el
funcionamiento de la democracia, lo cual explica, en parte, los bajos niveles de votación y participación
política en el país.
En relación con los bajos niveles de participación política, existen asimismo factores estructurales que
impiden su desarrollo. Entre estos puede señalarse la existencia de un porcentaje elevado de personas que
no están inscritas en el registro electoral. Igualmente, hay una importante inequidad en cuanto a la
participación de mujeres, indígenas y jóvenes en las bases y, especialmente, en las instancias de toma de
decisión de los partidos así como al nivel de candidaturas a cargos de elección popular.
Por su parte, el Congreso de la República, a pesar de haber promovido en los últimos años diversas
iniciativas de modernización y fortalecimiento institucional, todavía no ha logrado convertirse en un foro de
articulación de políticas y consensos duraderos. Los incentivos hacia el particularismo, que surgen de las
características del sistema partidario, impiden los arreglos de largo plazo entre los partidos y promueven el
cambio cotidiano de identidades partidarias. Además, la representación deficiente de minorías en los
partidos políticos contribuye a que la representación en el Congreso de tales intereses sea también
insuficiente.
Los párrafos que siguen presentan un diagnóstico sobre el grado de institucionalización de los partidos
políticos en Guatemala y su interrelación con otras instituciones políticas en el país.
En general, la estructura y la organización de los partidos políticos de Guatemala es sumamente débil. Los
partidos políticos se caracterizan casi universalmente por contar con un número muy reducido de afiliados,
una organización mínima en el territorio nacional, y órganos y procedimientos de gobernanza intrapartidaria
160
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
casi inexistentes (Ortiz Loaiza, 2006; Ortiz Loaiza y López Arrivillaga, 2006a). Por ende, no es de
sorprender que hoy en día el nivel de estructura orgánica de un partido guarde escasa relación con sus
resultados electorales, tanto globales como en regiones y distritos concretos (Ortiz Loaiza y López
Arrivillaga, 2006).
Por otra parte, las diferencias programáticas entre los partidos políticos en Guatemala son limitadas. La
fragmentación del sistema es cada vez más pronunciada y durante esta década un número creciente de
partidos ha obtenido votos y escaños parlamentarios. En la actualidad, el grado de fragmentación política en
Guatemala, que era moderado en los años noventa, está incrementándose (Payne et al., 2007), lo que ha
determinado que los dos presidentes más recientes (Oscar Berger, 2004-2008 y Álvaro Colom, 2008- )
hayan tenido un respaldo parlamentario de menos de un tercio de las bancas del Congreso guatemalteco
(ver Cuadro 7.1 del Anexo). Sin embargo, el nivel relativamente bajo de polarización política entre los
partidos guatemaltecos sugiere que, a pesar de esos magros bloques parlamentarios, el presidente puede
estar en condiciones de formar alianzas permanentes u ocasionales con otros partidos en el Congreso para
obtener la aprobación de su programa legislativo.
Tanto en la elección presidencial como en los dos comicios legislativos (nacionales y distritales) se observó
un alto grado de fragmentación del voto. En la elección legislativa (Cuadro 7.2 del Anexo), solo un partido
obtuvo más de 20% de los sufragios, a saber, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con 22,84% y
22,17% en las elecciones nacionales y distritales, respectivamente; y solo otros dos alcanzaron más de 10%
(la Gran Alianza Nacional (GANA) con 16,54% y 17,38%, y el Partido Patriota (PP) con 15,66% y 16,23%,
en las mismas elecciones)3. El resto de los votos se distribuyó entre otros 12 partidos a escala nacional y 13
a escala de distritos. Once partidos obtuvieron escaños parlamentarios y el ganador (UNE) solo logró 51
escaños (32%), seguido por GANA con 37 escaños (23%) y el PP con 29 escaños (18%).
El Cuadro 7.3 pone de relieve la juventud de los partidos políticos guatemaltecos, así como su limitado
número de afiliados (miembros). Más de la mitad de los partidos (10 de 16) que compitieron en las
elecciones de 2007 se fundaron en esta década y los demás, salvo dos, durante los años noventa. Además, el
partido más antiguo que participó en las elecciones (Democracia Cristiana Guatemalteca-DCG) perdió su
personería oficial después de obtener apenas 0,81% de los votos en la elección nacional de diputados (su
mejor actuación en los tres comicios) y ningún escaño legislativo.
Los datos del Cuadro 7.3 también ilustran el escaso grado de alcance institucional de los partidos políticos
del país. Por ejemplo, los tres partidos que consiguieron más votos en las elecciones de 2007 (UNE, PP y
GANA), que en conjunto cosecharon 69% de los votos en la elección presidencial y 74% de los escaños
3
Obsérvese, a modo de indicador de la fragilidad institucional del sistema de partidos de Guatemala, que la diferencia entre la proporción
que captó el PP del voto en la elección presidencial y en la legislativa fue insólitamente amplia, un 7,88% (un tercio menos que el número
obtenido por el candidato presidencial del PP, Otto Pérez Molina).
161
Más crecimiento, más equidad
legislativos, poseen organizaciones partidarias anémicas. En junio de 2007, dos meses antes de las
elecciones generales de septiembre, GANA –el partido gobernante entre 2004 y 2008 y que ocupara el
segundo lugar en las elecciones legislativas de 2007– tenía una organización municipal que operaba en solo
95 municipalidades (29%) y 12 departamentos del país (55%). La UNE, que es el partido más grande (en
términos de escaños parlamentarios en junio de 2007) y que actualmente gobierna con el presidente Álvaro
Colom, estaba organizado efectivamente en 80 municipalidades (24%) y 12 departamentos (55%). Además,
el nivel de afiliación del partido era sumamente bajo en la mayoría de las municipalidades (40 o menos en
224 municipalidades, a saber, el 70% de las municipalidades). Por último, el PP –cuyo candidato a la
presidencia, Otto Pérez Molina, perdió contra Álvaro Colom en la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales de 2007 y ganó el tercer bloque parlamentario en términos de número de escaños– contaba
con una organización partidaria en funcionamiento en 71 municipalidades (21%) y en apenas ocho
departamentos (36%). En definitiva, la ausencia de organización partidaria en alrededor de tres cuartos de
las municipalidades de Guatemala pone de relieve la debilidad institucional de los partidos políticos
guatemaltecos.
La comparación de los resultados de las elecciones de 2007 con los datos acerca de la afiliación partidaria
(ASIES, 2007) también pone en tela de juicio la veracidad del número de afiliados declarados. A pesar de
que DCG es el partido con más afiliados (71.005), solo obtuvo 25.450 votos en la lista de las elecciones
legislativas, apenas 16.461 en la contienda presidencial. Al mismo tiempo, DCG fue el partido mejor
organizado, con una presencia en más de trescientas municipalidades (Mack y López Arrivillaga, 2005).
Por último, el índice relativamente alto (30%) de abstención entre los afiliados en las elecciones de 2003,
sugiere que los vínculos de los afiliados con sus partidos no son particularmente fuertes, en especial cuando
se toma en cuenta que el número promedio de afiliados por partido para estas elecciones apenas ascendió a
15.229 (el número promedio de afiliados fue 7.565 y la abstención media alcanzó 28%) (Mack y López
Arrivillaga, 2005).
Por su parte, la democracia interna en los principales partidos políticos guatemaltecos –cuyos dirigentes
concentran casi la totalidad de las decisiones– es casi inexistente (Fortin, 2007; Ortiz Loaiza, 2006; Ortiz
Loaiza y López Arrivillaga, 2006b, 2006a). Por consiguiente, los militantes del partido (sus afiliados)
desempeñan roles extremadamente reducidos en la selección de los candidatos para cargos públicos –desde
concejal municipal hasta el presidente de la República–, ya que no se recurre al mecanismo de las
elecciones primarias en todo el país.
Los miembros del Congreso de Guatemala son elegidos por períodos de cuatro años (cinco hasta 1993) y
pueden aspirar a la reelección inmediatamente y de forma indefinida. Las tasas de reelección son moderadas
conforme a los patrones de la Región, cercanas al promedio regional de 38% indicado por Saiegh (2005).
Van de un máximo de 47% en 2003 a un mínimo de 12% en 1994, con valores de 23% en 1990, 35% en
1995, 44% en 1999, y 45% en 2007 (Fortin, 2007). Sin embargo, es importante recalcar que 40% de los
diputados reelegidos cambió su afiliación partidaria en algún momento de su carrera legislativa.
Los diputados son libres de cambiar de bloque y lo hacen en una escala que no se observa en ningún otro
país de América Latina, con la posible excepción del Brasil (aunque las cifras en Guatemala son
ligeramente superiores a las de ese país). Desde 1990, 40% de los diputados elegidos cambió de partido
durante su mandato legislativo. En la reciente legislatura (2004-2008), lejos de disminuir el fenómeno, se
162
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
asistió a un incremento del nivel de cambios de partido; entre enero de 2004 y junio de 2007, 43% de los
158 diputados, es decir, 68 diputados, cambió de bloque por lo menos una vez (ver Cuadro 7.4 del Anexo).
Este nivel sumamente alto de cambio de filas significa no solo que los partidos políticos guatemaltecos son
vehículos electorales ineficaces y de corta vida, sino que el escaso grado generalizado de
institucionalización partidaria también afecta al Congreso. La frecuencia extrema de mudanzas partidarias
menoscaba la capacidad de responsabilizar a los efímeros partidos guatemaltecos mediante el respaldo o el
castigo a los candidatos a diputados en las elecciones cada cuatro años.
Aunque los cambios de partido son frecuentes, la disciplina partidaria en la legislatura guatemalteca es
bastante alta. En los tres congresos más recientes, la media Rice Score (el promedio, en todas las
votaciones, del valor absoluto de los votos afirmativos, menos los negativos dentro de un partido) fue 0,96
en el período 1996-1999; 1,00 en el período 2000-2003; y 0,98 en el período 2004-2007. A escala regional,
esto ubica a Guatemala en la misma posición que México y Uruguay, que cuentan con los sistemas
partidarios más disciplinados en el ámbito legislativo bajo este régimen en América Latina (Saiegh, 2005).
Esos valores indican, asimismo, que es muy raro que miembros de un mismo partido voten de manera
diferente respecto de una ley en el Congreso de Guatemala.
Habida cuenta de la falta de disposiciones constitucionales, legislativas o internas del Congreso que rijan
los cambios de partido, es probable que durante el período 2008-2012 el Congreso experimente el mismo
nivel de mutaciones, impidiendo la aplicación de reformas dirigidas a la reducción o eliminación del
fenómeno de cambio de partido. Esto se debe a los fuertes incentivos institucionales y políticos que
fomentan esa práctica (Fortin, 2007). En particular, considerando la débil institucionalización de los
partidos en Guatemala, los costos de transacción para los diputados que cambian de filas son muy bajos
(Fortin, 2007).
Las características de los procedimientos y estructura organizacional del Congreso también dificultan el
cumplimiento de su función representativa y normativa. Debido al creciente número de comisiones (32
comisiones establecidas en la ley más las comisiones extraordinarias y específicas, que hacen un total de 46
comisiones en la presente legislatura), los legisladores tienen múltiples tareas, lo cual impide la posibilidad
de obtener un conocimiento especializado (Azpuru y Blanco, 2007). Los legisladores son asignados a
comisiones basándose en consideraciones políticas que cambian cada año, ya que la Junta Directiva se elige
anualmente y la asignación de las comisiones varía en función de los acuerdos.
Otra limitación clave en la funcionalidad del Congreso es la falta de una especialización en las comisiones y
la baja capacidad profesional de los diputados y sus asesores. Los funcionarios del Congreso son
nombrados políticamente y hay un alto nivel de rotación de personal (90%) entre elecciones.
Adicionalmente, la falta de recursos humanos y técnicos impide que los legisladores tomen plenamente en
cuenta la legislación existente cuando trabajan en nuevas propuestas de ley, resultando ello en
contradicciones y falta de claridad y calidad en el contexto y eficacia de las leyes. Deben destacarse, no
obstante, algunos avances en materia de manuales y guías sobre Técnica Legislativa y Procedimientos
Parlamentarios, así como también el fortalecimiento de la Unidad Permanente de Apoyo Técnico (UPAT).
Además, la Comisión de Deslegislación ha creado un “laboratorio para la deslegislación” (legal trash) que
produjo durante el 2005 algunos proyectos de ley; del mismo modo, está iniciando el diseño de un
ambicioso Digesto Jurídico que se espera dejar en funcionamiento a mediados de 2008, con el objeto de
hacer más eficiente el trabajo legislativo.
163
Más crecimiento, más equidad
Los Acuerdos de Paz, mediante el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en
una Sociedad Democrática, y el Acuerdo sobre Reformas Constitucionales y el Régimen Electoral,
llamaban a la Presidencia del Congreso a promover una agenda multipartidaria para trabajar en la
modernización del Poder Legislativo. Entre los objetivos de esta agenda se encontraban la mejora de las
mecánicas constitucionales para la supervisión del Ejecutivo, la transparencia en la planificación e
implementación del presupuesto gubernamental, y la revisión y evaluación de la responsabilidad de los
Ministros y otros oficiales en su accionar administrativo. También se buscaba apoyar el trabajo de las
comisiones mediante una asesoría técnica, especialmente en el caso de la Comisión de Derechos Humanos.
Por último, los Acuerdos llamaban a promulgar reformas que permitieran el desarrollo de carreras
legislativas así como la renovación de los líderes políticos en el Congreso.
Las medidas relativas al funcionamiento del Congreso constituyen un ejemplo de un vasto paquete de
reformas institucionales planteadas en los Acuerdos de Paz e implementadas parcialmente en las leyes de
2004. La próxima sección da cuenta del conjunto de reformas originalmente planteadas y los desafíos
pendientes.
Uno de los principales objetivos de la reforma del 2004 fue el desmantelamiento de las barreras a la
entrada de nuevos partidos políticos, la mejora de los niveles de financiamiento público de las campañas
(demandando a cambio mayor transparencia y rendición de cuentas de los partidos), el establecimiento de
límites al gasto público en las campañas, y el aumento del nivel de adhesión electoral que un partido
necesita para mantener su estatus oficial (CIEN, 2003; Mack y Ortiz Loaiza, 2006).4 No obstante, el
impacto global de la reforma en el sistema partidario ha sido modesto. En algunas instancias, las reformas
fueron diseñadas con la finalidad de mantener el status quo. En otras situaciones, el efecto modesto de estas
se ha debido a una combinación entre el fracaso en aprobar la legislación complementaria (para dotar al
4
Un componente importante de la reforma de 2004 (con posteriores modificaciones en el 2006), que no está directamente relacionado al
sistema partidario, fue el establecimiento de más lugares de votación en áreas rurales de Guatemala, reduciendo, de este modo, las barreras
a la votación para los residentes rurales del país. Este es uno de los aspectos exitosos de la reforma de 2004, a pesar de que los beneficios
actuales en términos de participación creciente son considerados por algunos como modestos (Torres-Rivas, 2008).
164
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
TSE de recursos suficientes a fin de llevar a cabo sus nuevos roles) y la imposibilidad, por parte del TSE, de
cumplir con las tareas asignadas por la reforma. El Cuadro 7.1 describe las principales modificaciones
promulgadas a través de la Ley Electoral y de Partidos Políticos de 2004.
Cuadro 7. 1
Principales reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Decreto 10-04)
Partidos políticos -Las reformas establecen dos nuevos órganos nacionales de los partidos políticos: el
órgano de Fiscalización Financiera y el Tribunal de Honor, pero no se determinan
las funciones y responsabilidades de estos nuevos órganos. Requisitos para la
existencia y funcionamiento de un partido político: aumento del número de
afiliados.
-Aumento del número de miembros en las instancias partidarias a nivel nacional,
departamental y municipal.
Financiamiento de -Deuda política (US$ 2 por voto a los partidos con 5% de votos en la elección
los partidos presidencial o con representación parlamentaria).
políticos -No contribuciones anónimas.
-Registro contable.
-Límite máximo de gastos de campaña.
-Ninguna persona individual o jurídica podrá hacer aportaciones
que sobrepasen el 10% del límite de gastos.
Campañas -Regulación de tiempos, espacios y tarifas en cuanto a la transmisión de
electorales propaganda electoral en los medios de comunicación.
Descentralización -Ubicación de juntas receptoras de votos (JRV) en las cabeceras municipales,
de las juntas aldeas, caseríos, cantones y otros lugares donde existan más de quinientos
receptoras de votos empadronados.
-El TSE ubicará las JRV de acuerdo a criterios de acceso, distancia y seguridad.
Documento de -La reforma establece la creación del Documento Único de Identidad que sustituiría
identificación a la Cédula de Vecindad, así como una nueva institución encargada de la
personal administración de este documento. Está previsto emitir este nuevo documento con
mecanismos electrónicos, lo cual garantizará mejor su seguridad y control.
Comités cívicos -Por un lado, se incrementa el número necesario para poder formarlos, se reafirma
la imposibilidad de coalición entre ellos y un partido político, y no se les permite
subsistir después de concluir los comicios electorales.
Tribunal Supremo -Se aumentan las atribuciones del TSE, confiriéndole el control y la fiscalización de
Electoral los partidos políticos.
A partir de la sanción de la nueva Ley se señalaron, desde diversos sectores, debilidades e incoherencias en
las reformas y, especialmente, se destacó la omisión de temas clave que no fueron objeto de las mismas. En
este contexto, los jefes de bloque de los partidos políticos y bancadas independientes se comprometieron a
aprobar una segunda generación de reformas, basadas en una agenda mínima relacionada con la
transparencia y legitimidad del padrón electoral, la democratización de los partidos políticos, la
racionalización del número de diputados y la transparencia en el financiamiento político. Estas reformas de
segunda generación aún están pendientes de ser discutidas y aprobadas. Por otro lado, en octubre de 2006,
se aprobaron ciertas normas de armonización para corregir errores de forma y de fondo del Decreto 10-04
así como para completar y reforzar algunos de los temas ya reformados (ASIES, 2007)
165
Más crecimiento, más equidad
En términos generales, las reformas relacionadas con el financiamiento de campañas políticas representaron
un avance para mejorar la transparencia y reducir el rol del dinero proveniente del sector privado en el
proceso político. Sin embargo, las reformas fallaron principalmente por dos motivos. En primer lugar, el
TSE no estaba preparado para cumplir con el rol de monitorear los gastos y donaciones de las campañas
electorales; no contaba con recursos humanos y materiales para hacerlo, por lo que se basaba en las
declaraciones de los partidos políticos para determinar si estos cumplían con la ley. Dado que el TSE estaba
formado mayoritariamente por abogados, sus funciones se basaban en criterios legales y carecían de un
análisis empírico de las campañas políticas en Guatemala. Además, como los miembros del TSE son
elegidos por el Congreso (dos tercios de la votación de una lista de 40 candidatos propuestos por un panel
de cinco abogados independientes y oficiales universitarios) por un período de seis años (con posibilidad de
reelección) y están vinculados políticamente, no tienen incentivos de monitorear rigurosamente a los
partidos políticos (Valverth Morales, 2007). Adicionalmente, la reforma de 2004 estipuló que las
violaciones de la ley de financiamiento de campañas electorales sean ahora reguladas por una ley civil y no
electoral. Sin embargo, como no se ha incorporado al código criminal del país la legislación
complementaria que especifica las penalidades por dichas violaciones, el TSE no ha podido castigar
efectivamente a los partidos e individuos que violan dichas reglas. Finalmente, las reglas de financiamiento
de campañas electorales solo son de aplicación durante el período electoral (generalmente cuatro meses
antes de las elecciones) y por tanto, no tienen en cuenta los gastos o contribuciones anteriores a ese período.
En segundo lugar, las reformas fallaron porque, si bien aspiran a aumentar la transparencia del proceso, no
han logrado enfocarse en un área clave, como el uso de los medios de comunicación por parte de los
partidos políticos y los candidatos.
Las reformas a la LEPP realizadas hasta el momento, si bien significan un avance destacable, constituyen
solo el primer paso de un esquema de fortalecimiento integral del sistema de partidos en Guatemala. Una
agenda ampliada de institucionalización de los partidos en el país debería centrarse en aspectos relacionados
con el carácter programático de los mismos, la generación de incentivos hacia la inclusión en la agenda
pública de cuestiones de carácter nacional, el aumento de la capacidad de organización de las fuerzas
políticas y los mecanismos de responsabilización para con los ciudadanos.
Las siguientes secciones avanzan en el planteamiento de distintas opciones de políticas para los desafíos
planteados, incluyendo un análisis de las medidas formuladas en el Plan de la Esperanza 2008-2012.
Es evidente que el sistema de partidos de Guatemala se encuentra sumido en una grave crisis. Más de veinte
años después del retorno a la democracia, en 1985, el sistema partidario sigue débilmente
institucionalizado, con partidos que son vehículos efímeros, con magra coherencia programática y escasos
vínculos con la población de la que se proclaman representantes.
Habida cuenta de la falta casi absoluta de los elementos necesarios para sentar las bases de un sistema de
partidos estable e institucionalizado, la tarea que tendrá por delante cualquier posible reformador es
intimidante. Por otro lado, quizá se pretenda demasiado de las instituciones políticas, al esperar que simples
cambios en artículos constitucionales y estatutos determinen un mejoramiento radical de la
institucionalización del sistema de partidos de Guatemala en el corto plazo.
166
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
Es claro, sin embargo, que la falta de acción solo asegura la continuidad del estado deficiente del sistema
político partidario de Guatemala. Con esto en mente, también cabe considerar que la situación actual de
partidos débilmente institucionalizados resulta ventajosa para las carreras políticas de algunos de los
miembros de la clase política (Fortin, 2007; Ortiz Loaiza, 2006). Por consiguiente, cualquier reforma seria
que pueda modificar el status quo posiblemente levantará la oposición de un gran segmento de la clase
política.
El impedimento potencial más importante de cualquier iniciativa de reforma es que cualquier cambio a la
Ley Electoral y de Partidos Políticos requiere, en primer lugar, que la Corte Constitucional certifique que
las reformas no son inconstitucionales; y, en segundo lugar, obtenga la aprobación por parte de dos tercios
de los miembros del Congreso de Guatemala (106 en 168).
A continuación se presentan diversas opciones de políticas relacionadas con los desafíos del
fortalecimiento del sistema de partidos en Guatemala, muchas veces basadas en la experiencia internacional
(principalmente de países de la Región). Dichas medidas no están exentas, en algunos casos, de dilemas.
Por ejemplo, elevar las barreras para la formación de partidos con el objetivo de fortalecer las estructuras
existentes podría generar obstáculos a la inclusión política de otros sectores. Por eso, el alcance y secuencia
de las medidas planteadas dependerá, en parte, de las configuraciones políticas existentes al momento de
definir la agenda de reformas.
La alta tasa de formación y creación de partidos en Guatemala desde el retorno de la democracia (Cuadro
7.3 del Anexo) sugiere que el sistema presenta un inadecuado nivel de requisitos para la formación de
partidos, dinámica que propicia la fragmentación de las fuerzas políticas existentes. En relación con el
proceso de formación de nuevas fuerzas políticas, podrían analizarse medidas para incrementar los
requisitos necesarios para constituir un partido político en el país.
Para lograrlo, puede recurrirse al aumento del porcentaje de votantes inscritos afiliados al partido o al
incremento de la estructura institucional exigida para obtener la calificación de partidos, garantizando un
nivel mínimo de capacidad operativa para esta estructura partidaria, o a una combinación de ambos medios.
La primera reforma aumentaría el porcentaje de votantes registrados que deben estar afiliados, quizá a 1%
de los votantes inscritos. A fin de reducir la discriminación contra la población indígena, debería eliminarse
la exigencia de que los afiliados que se contabilicen para alcanzar ese mínimo sepan leer y escribir. La
segunda reforma es, quizá, la mejor en términos de fortalecimiento de la estructura institucional de los
partidos. Esta reforma conllevaría a un aumento sustancial del número mínimo de municipalidades
(siguiendo la lógica de la ley electoral de Honduras) en las que el partido se encuentra organizado
oficialmente y en funcionamiento. En cada una de ellas, el partido debería tener por lo menos 0,5% del
número de votantes inscritos. También se exigiría que el partido realice, por lo menos, una reunión anual
controlada por el TSE, a fin de asegurar que las organizaciones partidarias funcionen realmente. La ley
167
Más crecimiento, más equidad
también podría exigir, siguiendo el modelo de México, que los partidos se encuentren organizados en dos
tercios de los 22 departamentos del país, es decir, en 15 departamentos, como mínimo.
Existen dos desventajas posibles de la reforma descrita. En primer lugar, se puede limitar la capacidad de
formación de partidos pequeños con electorado nacional; en segundo lugar, se puede limitar la creación de
partidos cuyo respaldo se concentra en una región determinada. Habida cuenta de la configuración
sociopolítica de Guatemala, la primera desventaja no es preocupante, pero la segunda puede cobrar
importancia en el país, en la medida en que podría impedirse la formación de partidos que representan a un
subgrupo de la población indígena con firme respaldo en ciertas regiones. Si bien las normas deben
fomentar los elementos centrípetos en el seno de la población indígena, quizá sea razonable (al cabo de un
estudio exhaustivo del potencial latente de subgrupos de partidos indígenas regionales y representativos) el
planteamiento de un cauce alternativo para la formación de partidos. Por ejemplo, una alternativa mínima
para obtener la calificación de partido sería la posesión de una presencia institucional en la mitad de los
departamentos y en dos tercios de las municipalidades de esos departamentos. Esta reforma reconocería la
concentración regional de la población indígena de Guatemala (Mack y Erazo, 2006) y brindaría a los
partidos que tuvieran un respaldo concentrado un vehículo para su reconocimiento oficial.
En cuanto a la fragmentación de las fuerzas políticas ya existentes, el objetivo de esta reforma sería una
reducción moderada de la reproducción de partidos menores, incrementando al mismo tiempo la dimensión
de los partidos más grandes presentes en el Congreso. Podría mantenerse el límite actual de 5% para la
disolución de un partido, pero este porcentaje también debería aplicarse como límite para la obtención de
escaños (en el plano nacional o distrital), siguiendo el modelo del Perú. De tal manera que para conquistar
un escaño a escala nacional o de distrito, un partido debería obtener 5% de los votos para su lista nacional
de diputados (o en los comicios de nivel de distrito, sumando los valores que obtenga en cada distrito a
nivel nacional)5. Esto determinaría que el límite actual de 5% sea el límite de jure (como ocurre ahora) y de
facto (que no es el caso al presente) para evitar la disolución.
Esta reforma rebajaría ligeramente el número total de partidos participantes en las elecciones, reduciría el
nivel de la fragmentación de los escaños de la legislatura y aumentaría las dimensiones de los contingentes
de los partidos más grandes. También reduciría el costo de cualquier sistema de financiación de campaña o
finanzas partidarias por el Estado, al limitar el número de partidos para los que debería proveerse fondos.
7.5.2 Disminuir el rol de las contribuciones privadas en los partidos y las campañas
Los donantes privados ejercen una influencia predominante en la financiación de los partidos políticos y de
las campañas electorales en Guatemala y no existen controles eficaces sobre esa financiación
(DIPOP/ASIES, 2007; Dye, 2006). Este papel dominante de los fondos particulares en la política
guatemalteca es una de las causas de la ineficacia de los partidos políticos y del sistema partidario, en
general, por lo que deberían concebirse reformas que tengan tres objetivos. En primer lugar, las reformas
deberían premiar a los partidos existentes y fomentar la estabilidad partidaria; en segundo término –tal
como ocurre en México–, deberían reforzar el papel de los fondos públicos en las campañas reduciendo, al
mismo tiempo, el de los particulares; y en tercer lugar –siguiendo el ejemplo del Brasil–, el Estado debería
reducir la capacidad de recurrir a fondos particulares no declarados para la adquisición de espacios en los
medios de comunicación, que son, sin duda, el producto más valioso en una campaña electoral.
5
En cuanto a las alianzas (siguiendo el modelo salvadoreño), debería practicarse un ajuste del límite del número de votos (a fin de evitar las
alianzas por conveniencia); por ejemplo, 7,5% y 10% para alianzas de dos partidos; 11,25% y 15% para alianzas de tres partidos, etc.
168
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
La consecución de los dos primeros objetivos sería posible mediante un aumento radical de los fondos que
el Estado suministra a los partidos políticos. Esas cuantías podrían destinarse a actividades de
fortalecimiento del partido y a sufragar la mayoría de los costos de las campañas políticas. Una porción de
esos fondos se distribuiría en partes iguales entre los partidos que alcancen una presencia mínima en el
Congreso (por ejemplo, 5% ó 10% de los escaños), y un porcentaje adicional se destinaría en función del
número de escaños obtenidos por cada partido (conforme al modelo brasileño). Los montos distribuidos
deberían tomar en cuenta los costos reales que tienen en Guatemala las actividades necesarias para el
fortalecimiento de un partido (por ejemplo, educación, movilización, reclutamiento) así como los costos de
las campañas nacionales en el país (usando como base, por ejemplo, las campañas de la UNE y del PP en
2007).
Una crítica principal a esta propuesta es que esta reforma incrementaría el “costo” de la política en el país.
Sin embargo, también deben considerarse los beneficios a largo plazo de una reforma de esta índole.
Además, parte de los fondos necesarios para llevarla a cabo puede obtenerse de organizaciones
internacionales y orientarse hacia los gastos de consolidación, mantenimiento y funcionamiento de los
partidos, mientras el gobierno se concentra en el suministro de los fondos para las campañas. Asimismo,
mediante la limitación del monto que pueda gastarse en propaganda, el gobierno podría ayudar a limitar las
necesidades de fondos para las campañas de los partidos y los candidatos, reduciendo así las cuantías y
asegurando que los fondos públicos predominen sobre los particulares.
Otra crítica a la propuesta antes reseñada es que podría lograrse la reducción del papel de los fondos
privados mediante una rigurosa aplicación de las leyes sobre financiación de campañas. No obstante, habida
cuenta de la dificultad para hacer efectiva esta política en Guatemala, es poco probable que los esfuerzos en
materia de control rindan resultados en el corto y mediano plazo.
7.5.3 Fomentar el desarrollo de una representación política estable e institucionalizada de los sectores
indígenas
Alrededor de 40% de la población de Guatemala es de origen indígena y algo más de la mitad, de origen
ladino. Históricamente, la población indígena ha sido excluida de la política guatemalteca y no existe un
partido fuerte que represente al conjunto de grupos indígenas (Peeler, 2003). En 2007, el partido más
grande de orientación indígena notoria, Encuentro por Guatemala, obtuvo tan solo cuatro diputados
(además de 3% del voto presidencial y 6% de los votos en la lista nacional). A falta de un partido fuerte (o
de algunos partidos fuertes) que represente a la población indígena (o a una combinación de las poblaciones
indígena y ladina), generalmente el voto indígena se esparce entre un gran número de partidos que recurren
al clientelismo y el patronazgo para obtener el respaldo de los indígenas a la hora de las elecciones, sin
asumir compromiso alguno con ellos. Algunos estudiosos (por ejemplo, Madrid, 2005b, 2005a; Van Cott,
2007) han sostenido que la ausencia de un partido indígena fuerte es causa histórica de la débil
institucionalización del sistema de partidos en Bolivia, Ecuador y Perú (países donde hay numerosas
169
Más crecimiento, más equidad
Por consiguiente, sería aconsejable la asignación de fondos para ayudar a la formación y consolidación de
partidos viables y de base amplia que puedan convertirse en representantes populares y legítimos de la
población indígena y de los sectores relacionados con la comunidad ladina de Guatemala.
Para promover la democracia intrapartidaria, manteniendo al mismo tiempo un papel prominente para sus
dirigentes, puede recurrirse en Guatemala a un proceso de selección de varias etapas, que combine la
elección y la selección, como aquel que propone Rahat (2007)6. Con esta metodología, la dirigencia
nacional partidaria configuraría una terna de posibles candidatos al Congreso y esa lista debería ser
ratificada o rechazada (mediante alguna clase de normas de votación con mayorías especiales) por una
entidad partidaria más grande (asambleas departamentales para los candidatos al distrito respectivo y un
colegio electoral de esos dirigentes departamentales para los candidatos nacionales). Finalmente, todos los
afiliados al partido tendrían derecho a votar en una elección entre esos candidatos (o listas de candidatos) de
una lista breve aprobada en los dos procesos anteriores de elección y selección (Rahat, 2007).
El proceso descrito, de tres etapas, es imperfecto pero es preferible a las otras opciones más comunes. La
primera de estas es el régimen actual, en el que la dirigencia partidaria escoge a los candidatos con escasa
consulta a los estamentos más bajos del partido (Mack y Erazo, 2006; Ortiz Loaiza, 2006; Ortiz Loaiza y
López Arrivillaga, 2006b, 2006a). La segunda está constituida por las elecciones primarias directas y
abiertas en las que puede participar cualquier candidato con un nivel mínimo de apoyo entre los afiliados.
La experiencia de la Argentina, donde este método se ha usado con frecuencia, indica que cuando se
realizan elecciones primarias en un régimen político caracterizado por el clientelismo (como los que existen
en Argentina y Guatemala), generalmente se imponen los candidatos y listas que cuentan con mayores
recursos financieros y materiales (De Luca et al., 2002; Jones, 2008).
Una segunda reforma, más radical, seguiría el ejemplo de Costa Rica y México, y prohibiría la reelección
inmediata de los ocupantes de cargos nacionales, colocando en manos de la dirigencia partidaria, en gran
medida, el futuro y la carrera política de las autoridades y los diputados elegidos (Carey, 1996). Habida
cuenta del subdesarrollo del sistema partidario de Guatemala, podría ser conveniente la postergación de una
reforma de esta índole hasta que los partidos se encuentren suficientemente institucionalizados y dotados de
los recursos necesarios para que la dirigencia pueda ofrecer un futuro político viable a los diputados
mientras no ocupen un escaño. Una reforma intermedia podría seguir el ejemplo de muchos estados y
ciudades de los Estados Unidos (así como de la capital federal de la Argentina) donde se limita el mandato
de los miembros del congreso local a dos períodos consecutivos. En ese sentido, cabría la esperanza de que
entre el presente y el período 2012-2015 crezca el nivel de institucionalización del sistema partidario
guatemalteco, o se aplique la prohibición de reelección inmediata solo en las elecciones para el Congreso de
2015.
6
La existencia de democracia interna también aumenta los incentivos para que las minorías dentro de un partido permanezcan en el seno de
este (en lugar de pasarse a otro partido o de formar uno nuevo).
170
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
Hay dos métodos principales para reducir el grado de los cambios de partido en el Congreso de Guatemala.
El más extremo tiene por base el criterio de que el partido es el propietario del escaño para el cual se haya
elegido a un diputado. En ese caso, si una mayoría especial de los miembros de un bloque del Congreso
(por ejemplo, dos tercios o tres cuartos) considera que un diputado ha violado de manera flagrante y grave
los principios y las directivas del partido, podrá ser expulsado del partido y del Congreso, dando paso a su
suplente.
Un método menos extremo podría ser establecer una restricción para que los diputados no cambien de
partido durante el primer año de su mandato, asignando al mismo tiempo a los dirigentes del bloque
partidario un poder considerable sobre la capacidad de los miembros de su bloque para que funcionen
eficazmente en la legislatura7. Por ejemplo, la dirigencia partidaria podría determinar los nombramientos de
sus diputados para integrar comisiones, la oficina concreta que cada uno ocupará, el número de empleados
que tendrán, el presupuesto para el funcionamiento de sus oficinas y el desarrollo de sus actividades y su
capacidad para someter proyectos de ley a consideración del Congreso. Esos poderes, combinados con la
imposibilidad o la limitación para que los diputados cambien de partido, ayudarían a reducir el
transfuguismo y, al mismo tiempo, asegurarían la unidad y la disciplina de los bloques parlamentarios8. Al
presente, los dirigentes de los partidos guatemaltecos poseen algunas de esas facultades, pero no todas ellas
(ver Fortin, 2007).
Las reformas de 2004 a la Ley Electoral y de Partidos Políticos produjeron cambios importantes a las reglas
que gobernaban el financiamiento de las campañas políticas, las cuales no fueron exitosas dada la
imposibilidad del TSE de llevar adelante las nuevas tareas asignadas por la nueva legislación. La reforma
que se propone aquí consistiría en cuatro partes interrelacionadas. En primer lugar, el TSE estaría dotado de
mayor poder legal para monitorear y sancionar a los partidos políticos y candidatos. En segundo lugar, el
TSE estaría dotado de una mayor cantidad de recursos financieros y técnicos para poder funcionar durante
el período electoral, pero también en los tres años restantes de intervención. En tercer lugar, la capacidad
operativa del TSE se vería mejorada a través de inversión en capital humano. Finalmente, se incrementarían
los incentivos al liderazgo del TSE en el monitoreo de partidos políticos, candidatos, donantes y medios de
comunicación.
La carencia de personal calificado del TSE se debe, en parte, al ciclo presupuestario al que está sometido.
Durante los años electorales, el TSE aumenta su tamaño a través de contratos temporales y luego disminuye
durante los tres años no electorales. Este ciclo político que se observa en la demanda laboral del TSE
determina su carencia de profesionales calificados con carácter permanente.
Asimismo, los cinco magistrados del TSE son elegidos por un período de seis años por el Congreso de
Guatemala, de una lista de cuarenta candidatos provistos por un comité independiente formado por el
Presidente de la Universidad de San Carlos, un representante de los presidentes de las universidades
privadas del país, un representante del Colegio de Abogados, el Decano de la Escuela de Leyes de la
7
En el Brasil, por ejemplo, el reciente pronunciamiento de un tribunal prohibió que los senadores y diputados nacionales cambien de
partido y, teóricamente, habilitó a los partidos para que reemplacen a quienes hayan abandonado sus filas.
8
Sin esos poderes en manos de la dirigencia partidaria, para los diputados “rebeldes” la simple permanencia en el bloque, votando con otro
en sala y en las comisiones, tendría costos mínimos.
171
Más crecimiento, más equidad
Universidad de San Carlos, y un representante de los decanos de las escuelas de derecho privadas del país
(Valverth Morales, 2007). Dada la naturaleza política de dichas posiciones y el impacto que tienen los
políticos durante y luego de la elección, existen incentivos por parte de los magistrados del TSE para
moderar la exigencia del cumplimiento de reglas, cuando estas podrían tener consecuencias negativas para
algunos sectores.
El presupuesto del TSE debería incrementarse, tanto en términos de la cantidad de dinero que recibe, como
de la cantidad de fondos que se distribuyen anualmente (no solo durante los años electorales). En la
actualidad, el TSE recibe 0,5% del presupuesto nacional cada año y luego, una cantidad estipulada por el
Congreso y el Poder Ejecutivo, suficiente como para llevar a cabo los asuntos que competen al año electoral
(Valverth Morales, 2007). Dicho porcentaje es insuficiente y debería ser aumentado, luego de determinarse
–a través de algún estudio– el presupuesto que el TSE requiere para poder cubrir la brecha de capacidades.
Al mismo tiempo, se requeriría contar con más profesionales para cubrir las posiciones del TSE. Asimismo,
el personal actual del TSE necesitaría recibir entrenamiento para poder ejercer mejor sus cargos. La
experiencia del Mirador Electoral 2007, una coalición de cinco ONG que efectivamente monitorearon las
elecciones de 2007, demuestra que en Guatemala existe capacidad técnica para realizar tareas de auditoría
(Mirador Electoral, 2007).
En el Plan de la Esperanza 2008-2012, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), figura una serie de
reformas que se propone llevar a cabo el Gobierno del presidente Álvaro Colom (Colom, 2007). Entre esas
numerosas reformas, en la sección titulada “Política de desarrollo democrático” se propone un proyecto de
ley que afectaría al sistema partidario de Guatemala. En dicha sección, se enumeran los ocho aspectos de la
reforma que revisten mayor importancia.
El Plan de la Esperanza 2008-2012 plantea una línea de acción con el objetivo de democratizar la vida
interna de los partidos. Si esta reforma se lleva a cabo correctamente, puede ser positiva para la
institucionalización del sistema partidario de Guatemala. Aunque esta reforma democratizara
excesivamente los partidos (por ejemplo, por medio de elecciones primarias nacionales obligatorias para
todos los cargos, como es el caso en Honduras para los partidos principales, y en el Uruguay para todos los
partidos), es poco probable que tuviera un impacto negativo en la institucionalización de los partidos y del
sistema partidario, si se la compara con la situación actual.
En segundo lugar, se propone reducir el número de legisladores. Asumiendo que la reforma reduciría el
número de diputados, no tendría un impacto negativo en la institucionalización de los partidos. Además,
uno de los efectos a mediano plazo podría ser la reducción de la fragmentación política, lo cual
representaría un cambio positivo en la dirección de mejorar la institucionalización del sistema partidario.
No obstante, debería notarse también que la magnitud en los distritos de Guatemala (de donde el 75% de los
diputados son elegidos) es, en términos de la mediana, muy baja (4) y que una reducción significativa en el
número de diputados (sin eliminar el distrito nacional, que tendría efectos negativos en la
institucionalización partidaria) resultaría en mayoría de los departamentos de Guatemala con uno o dos
representantes (o también, un alto nivel de malapportionment, si se requiere un mínimo de diputados, dos o
tres por departamento).
172
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
Tercero, se propone límites para los períodos. Esta reforma es similar a una planteada en la sección anterior
e influiría positivamente en la institucionalización partidaria.
Cuarto, se prohibiría a los diputados el uso de licencia a fin de prestar servicios en la rama ejecutiva del
gobierno. Esta clase de reforma posiblemente no influiría considerablemente en la institucionalización
partidaria, aunque podría reducir la capacidad para la formación de coaliciones. Por ejemplo, un diputado
que estuviera a la cabeza de un partido pequeño se vería impedido de ocupar temporalmente un cargo en el
gabinete, pero también podría mostrarse reacio a dejar que lo hiciera un subordinado, reduciendo de esta
manera las posibilidades de formación de la coalición.
Quinto, se proponen reformas tendientes a evitar los cambios de partido. Estas son similares a las
planteadas respecto de este tema en la sección anterior y puede considerarse que son positivas para la
institucionalización del sistema de partidos de Guatemala.
Sexto, se propone la realización de elecciones legislativas a la mitad del período de la gestión presidencial.
Esta reforma debilitaría los vínculos entre las elecciones presidenciales y las legislativas, y reduciría el
papel de los partidos en las elecciones (especialmente, la contienda presidencial). Por otro lado, en términos
generales, podría influir negativamente en la institucionalización partidaria y en la gobernabilidad (sin
mencionar que el país se encontraría, esencialmente, en campaña permanente, con elecciones cada dos
años).
Séptimo, la reforma propone la eliminación de la lista nacional. Puesto que esta es la arena electoral de las
elecciones legislativas donde el partido desempeña el papel más prominente, esta reforma sería contraria a
los esfuerzos a favor del mejoramiento de la institucionalización de los partidos en el sistema partidario.
Octavo, se propone la elección de los candidatos a título personal y no por grupos, lo cual implicaría la
eliminación del método actual de las listas cerradas que se emplea para las elecciones parlamentarias y de
concejos municipales, y la adopción de un formato de lista abierta (voto por preferencia). Esta clase de
reforma debilitaría claramente los partidos políticos del país como instituciones y, muy probablemente,
impediría que los partidos desarrollaran un grado razonable de institucionalización. En este sentido, los
casos de Brasil y Perú son instructivos.
En el Cuadro 7.5 del Anexo se ofrece un resumen de esas reformas y de sus posibles efectos en la
institucionalización de los partidos (positivo, neutro, potencialmente negativo o indeterminado). Se indica
allí que cuatro de las ocho reformas surtirían un efecto positivo en los partidos políticos y en la
institucionalización del sistema partidario, y que tres de ellas tendrían un efecto potencialmente negativo.
Una reforma tendría un efecto neutro, que también puede considerarse como ligeramente negativo.
Una gran proporción de las opciones de política planteadas en la sección 5 comparten tres aspectos. El
primero es que las reformas podrían ser percibidas como contrarias a sus intereses por algunos partidos
políticos y miembros del Congreso, miembros de las élites económicas, importantes empresas o grupos
económicos, y otros grupos de influencia de los políticos. El segundo es que todas las reformas necesitarían
ser analizadas, aprobadas e implementadas por los mismos políticos, cuyos intereses estarían afectados
adversamente por dichas reformas. El tercero es que en la actualidad la presión pública en favor de dichas
reformas es baja. La combinación de estos tres factores, sumados al hecho de que el Presidente cuenta con
173
Más crecimiento, más equidad
menos de un tercio de las posiciones en el Congreso (32%), y a la falta de cohesión y disciplina dentro de
los partidos políticos de Guatemala, hace que los pronósticos de reformas serias y creíbles en dichas áreas
sean débiles.
En este contexto, parecería correcto que el Gobierno comenzara un proceso de reformas proponiendo una
reforma amplia e integral. Una vez que esta sea propuesta, el Gobierno debería negociar con el sector
privado, el Congreso, los medios de comunicación y los partidos con poder de veto la aprobación de un
conjunto reducido de reformas como parte del paquete global de su Programa de Gobierno. De los seis
ámbitos de reforma mencionados anteriormente, la que parecería ser más viable y, al mismo tiempo, más
poderosa es aquella que permite dotar al TSE de mayores recursos. Dado que los efectos de esta reforma
son menos directos que el resto, es posible que muchos actores la aprueben.
Aparte de dicha reforma, la que tendría una mayor posibilidad de aprobación sería la que otorgue a los
partidos políticos mayor financiamiento en las campañas políticas. Muchos políticos consideran esta
reforma positiva y, al mismo tiempo, los aportantes no la considerarían ofensiva, dado que la verían como
una forma de incrementar su influencia en las campañas políticas. Si bien la cantidad de recursos destinados
a las campañas se incrementaría, para poder obtener la victoria electoral, los políticos necesitarían mayores
recursos de los que actualmente se otorgan por parte de los donantes (lo que parecería raramente viable
dados los retornos marginales decrecientes de los gastos en las campañas, a partir de un determinado nivel).
7.8 Conclusiones
El sistema partidario de Guatemala es uno de los sistemas menos institucionalizados de América Latina. Si
se compara a Guatemala con el resto de los países latinoamericanos y, más aún, con los países
centroamericanos, podría decirse que su sistema partidario presenta graves problemas. Dadas las
consecuencias negativas del débil nivel de institucionalización para el funcionamiento del sistema
democrático guatemalteco y para la producción de políticas públicas, es fundamental (aun siendo las
posibilidades de éxito de moderadas a bajas) mejorar el nivel de institucionalización de los partidos
políticos y del sistema partidario, en general. En tal sentido, se han propuesto a lo largo del capítulo algunas
recomendaciones potenciales para las reformas, así como un conjunto de reformas propuestas por la UNE.
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177
Más crecimiento, más equidad
ANEXO 1 Cuadros
Cuadro 7.1
Partidos legislativos y electorales, y contingente presidencial en Guatemala:
1985-2007
Cuadro 7.2
Elecciones 2007 en Guatemala: resultados del voto presidencial, votos legislativos y número de
escaños (nacional y distrital)
178
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
Cuadro 7.3
Partidos compitiendo en elecciones de 2007 en Guatemala:
año de fundación, organización municipal y departamental, y número de afiliados (a junio de 2007)
Cuadro 7.4
Transfuguismo político en el Congreso de Guatemala: 2004-2007
Número de Número de
Defecciones
Partido Político diputados Incorporaciones diputados
(%)
elegidos en 2003 a junio de 2007
FRG 43 16 (37%) 2 29
GANA 32 13 (41%) 5 24
UNE 32 15 (47%) 13 30
PAN 17 9 (53%) 8 16
PP 10 4 (40%) 12 18
PU 7 2 (29%) 0 5
ANN 6 4 (67%) 1 3
MR 5 4 (80%) 0 1
UD 2 1 (50%) 1 2
URNG 2 0 2 4
DCG 1 0 0 1
DIA 1 0 0 1
UCN 0 0 11 11
EG 0 0 2 2
BIEN 0 0 1 1
Independientes 0 0 10 10
TOTAL 158 68 (43%) 68 158
179
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 7.5
“Los primeros 100 días de Gobierno” de la UNE: propuestas del partido
Cuadro 7.6
Índice de institucionalización partidaria
Raíces
Índice de Volatilidad Legitimidad de Organización
sociales
País
de los elecciones y
Institucionalización Electoral partidaria
partidos partidos
Uruguay 80 77 80 66 97
El Salvador 75 89 71 43 98
Honduras 73 94 76 40 82
Rep.
73 73 89 48 80
Dominicana
Panamá 71 86 76 43 79
Chile 71 97 55 54 78
Argentina 69 81 56 47 91
Paraguay 68 72 89 36 73
Nicaragua 67 69 76 36 86
México 65 76 66 37 82
Costa Rica 64 74 71 51 61
Brasil 61 85 45 37 76
Venezuela 57 53 57 55 65
Ecuador 52 57 59 28 64
Colombia 51 64 56 38 46
Perú 50 43 58 34 67
Guatemala 44 41 51 36 49
Bolivia 43 26 68 29 51
180
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
ANEXO 2
Un rasgo esencial de los sistemas políticos partidarios es su grado de institucionalización. Si bien es cierto
que existe la institucionalización excesiva, que puede ser perjudicial para el funcionamiento de una
democracia, cuyo ejemplo clásico es el sistema de partidos de Venezuela anterior a 1993 (Coppedge, 1997;
Crisp, 2000), en general la institucionalización partidaria puede considerarse positiva para el
funcionamiento de una democracia (Mainwaring, 1999, 1998; Mainwaring y Scully, 1995).
Mainwaring (Mainwaring, 1999, 1998; Mainwaring y Scully, 1995; Mainwaring y Zoco, 2007) define
cuatro componentes clave que, en conjunto, influyen en el nivel de institucionalización del sistema
partidario, a saber, la estabilidad de las pautas de competencia interpartidaria, el arraigo de los partidos en la
sociedad, la legitimidad de los partidos, y las elecciones y la organización de los partidos. A continuación,
se analizará sucintamente cada uno de esos componentes por separado y encuadrados en los sistemas
políticos partidarios de Guatemala y de América Latina (ver el Cuadro 7.6 del Anexo). Detalles adicionales
acerca de la formulación de esas medidas y de valores concretos de los subcomponentes pueden verse en
Jones (2005). Esta sección concluye con la presentación de un índice de la institucionalización partidaria en
18 democracias latinoamericanas.
En los sistemas partidarios institucionalizados, los partidos importantes tienden a ser los mismos, año tras
año, y tienden a obtener porciones relativamente similares de los votos y los escaños parlamentarios. En los
sistemas cuya institucionalización es débil, los partidos que cobran importancia un año, suelen perderla
pocos años después. Además, el porcentaje de los votos y los escaños que los partidos obtienen en esos
sistemas débilmente institucionalizados tienden a variar considerablemente de una elección a la otra.
Cuatro de los seis países de Centroamérica (Honduras, El Salvador, Panamá y Nicaragua) figuran en el
tercio superior entre los países latinoamericanos y, en cambio, Guatemala es el único que se encuentra en el
tercio inferior, mientras que Costa Rica está en el grupo intermedio.
9
Este Anexo constituye un resumen de una sección dedicada a este tema en el documento preparado por Mark Jones (2008) como parte de
los estudios elaborados en el marco del Diálogo de Políticas del BID con el nuevo Gobierno.
10
En el Cuadro 7.1 se sustrae este valor de 100, de modo que los valores más bajos representan mayor inestabilidad. Véase en Jones (2005)
más detalles de medición y operación de muchas variables presentadas en esta sección.
181
Más crecimiento, más equidad
En los sistemas partidarios institucionalizados, los partidos tienen raíces profundas en la sociedad
(Mainwaring, 1999, 1998), los votantes tienden a sufragar por el mismo partido una elección tras otra, y los
partidos están estrechamente vinculados a la sociedad. En los sistemas partidarios con escasa
institucionalización, los partidos tienen poco arraigo en la sociedad, generalmente los votantes no les
guardan lealtad y, en cambio, votan más en función de las cualidades y las características de los candidatos
individuales o de los mensajes pregonados en la campaña electoral. Además, los partidos poseen vínculos
relativamente tenues y efímeros con la sociedad.
El grado de arraigo de los partidos en la sociedad (raíces de los partidos) se mide empleando tres
indicadores. El primero es el porcentaje de la población que de alguna manera se identifica con un partido11,
el segundo es el porcentaje de legisladores que creen que en su país existe un nivel de identificación
moderado a fuerte con los partidos (PELA, 2007) y el tercero es el resultado de la sustracción de cien, del
porcentaje de legisladores que cree que los partidos de su país se hallan alejados de la sociedad (PELA,
2007). En cuanto al arraigo de los partidos en la sociedad, en un extremo se encuentran Paraguay,
República Dominicana y Uruguay, con partidos profundamente arraigados en la sociedad. En cambio, las
raíces partidarias en la sociedad son bastante superficiales en los países que se encuentran al otro extremo
de esta escala, como Chile, Guatemala y Brasil.
Al respecto, en América Central, tres países se encuentran en el tercio superior de América Latina (es decir,
los sistemas partidarios con raíces más profundas en sus respectivos países); a saber, Honduras, Panamá y
Nicaragua. También en este caso, solo Guatemala aparece en el tercio inferior, mientras que Costa Rica y El
Salvador figuran en el grupo intermedio.
Un requisito básico de un sistema partidario institucionalizado es que la población considere legítimos los
partidos y las elecciones donde estos compiten (Mainwaring, 1999, 1998). Además, a fin de que exista un
sistema partidario institucionalizado, es preciso considerar a los partidos como instituciones vitales para el
funcionamiento del sistema democrático. En cambio, en los sistemas con magra institucionalización los
partidos y las elecciones no gozan de un alto grado de legitimidad. Además, una proporción significativa de
la ciudadanía se muestra escéptica con respecto a la utilidad de los partidos como instituciones.
Se examinan dos aspectos de la legitimidad de los partidos. El primero es el porcentaje de ciudadanos que
declaró que los partidos son indispensables para el funcionamiento del país, y el segundo es el porcentaje de
la población que demostró cierta o mucha confianza en los partidos. El promedio de estos indicadores da la
medida de legitimidad de los partidos.
La legitimidad de las elecciones también se determina mediante el uso de dos medidas. La primera es el
concepto que tienen los consultados acerca de las elecciones en su país, en una escala que va de limpias (5)
a no limpias (4), y la segunda es la medida en que concuerdan con la aseveración de que las elecciones
brindan a los votantes una verdadera elección entre partidos y candidatos, en una escala de uno (concuerdan
firmemente) a cuatro (discrepan firmemente). En cada caso, se calcula el índice promedio (1 a 5 y 1 a 4,
11
Todos los datos sobre opinión pública usados en esta sección provienen de la encuesta Latinobarómetro (2000-2005).
182
7. Fortalecimiento de los partidos políticos
respectivamente) de todas las respuestas válidas, se divide ese resultado por el índice superior de la escala
(5 y 4, respectivamente) y se sustrae el porcentaje de cien para obtener las dos medidas.
La legitimidad de los partidos y las elecciones es una medida agregada. Un extremo de esta medida lo
representan Uruguay, Venezuela y Chile, donde los partidos y las elecciones gozan de una considerable
legitimidad entre la población; y en el otro extremo figuran Perú, Bolivia y Ecuador, donde las elecciones y
los partidos políticos sufren una grave crisis de legitimidad.
En América Central, la legitimidad de los partidos y las elecciones es notablemente más baja que en otros
países de América Latina y solo Costa Rica aparece en el tercio superior de países en lo que a este
parámetro se refiere. La mitad de los países centroamericanos forma parte del grupo intermedio de esta
escala (El Salvador, Panamá y Honduras), mientras que Guatemala y Nicaragua están en el tercio inferior.
Esta es una categoría en la que Guatemala no aparece en el cuartil inferior de la Región, pero el nivel de
legitimidad de los partidos y las elecciones de Guatemala –si bien es ligeramente superior al de los países
que integran dicho cuartil– se encuentra en la porción más baja de la escala.
En los sistemas partidarios institucionalizados, los partidos poseen un notable caudal de recursos humanos y
materiales, los procesos intrapartidarios son previsibles y normalizados y el partido, como institución,
prevalece sobre los dirigentes (Mainwaring, 1998). En los sistemas con un escaso grado de
institucionalización, los partidos tienen recursos limitados, los procesos internos son imprevisibles y los
dirigentes individuales dominan los partidos que, como instituciones, son débiles o inexistentes.
La organización de un partido se mide usando dos variables, a saber, la antigüedad del partido político
(Mainwaring, 1999, 1998) y la opinión de la élite de que su partido es una organización que funciona
continuamente y no un vehículo primordialmente electoral. La variable de la antigüedad es, a su vez, el
promedio de dos variables, a saber, el porcentaje de partidos (con un mínimo de 10% de los escaños de la
cámara baja) que a 2004 tenían diez años de existencia, por lo menos; y el porcentaje de los mismos
partidos que a esa fecha habían acumulado 25 años de existencia, por lo menos. La segunda medida de la
organización de un partido tiene por base la pregunta que PELA (2007) planteó a los legisladores,
solicitándoles que opinaran si la organización de su partido era constante o solo constituía un vehículo
electoral. El grado más fuerte de organización de los partidos se observa en El Salvador, Uruguay y
Argentina, y el más débil en Bolivia, Guatemala y Colombia.
En este contexto, de América Central, El Salvador, Nicaragua y Honduras figuran en el tercio superior de
los países latinoamericanos, mientras que Guatemala y Costa Rica figuran en el inferior, y Panamá en el
intermedio.
En el Cuadro 7.6 se presentan las cuatro medidas totales descritas y su acumulación, a fin de elaborar un
índice de institucionalización de los partidos. Conforme a este índice, países como Uruguay, El Salvador,
Honduras, República Dominicana, Panamá y Chile poseen sistemas partidarios muy institucionalizados,
mientras que los sistemas de países como Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Guatemala y Bolivia son
débiles. Casos intermedios son los de Argentina, Paraguay, Nicaragua, México, Costa Rica y Brasil.
183
Más crecimiento, más equidad
Como lo indica claramente el Cuadro 7.6, Guatemala ocupa el penúltimo lugar en materia de
institucionalización partidaria en América Latina, figurando en el quintil inferior en tres de las cuatro
subcategorías del sistema partidario y en el penúltimo quintil de la categoría total de institucionalización
partidaria. En cambio, en otras partes de América Central, El Salvador y Honduras aparecen como
poseedores de dos de los sistemas partidarios más institucionalizados de América Latina, seguidos de cerca
por Panamá. Costa Rica y Nicaragua ocupan puestos intermedios en la escala latinoamericana de sistemas
partidarios institucionalizados, habida cuenta de que el valor relativamente bajo del sistema costarricense
obedece, en parte, a la inestabilidad y las dificultades que dicho sistema ha experimentado durante la década
anterior. Si este análisis se hubiera llevado a cabo diez años antes, Costa Rica habría figurado como uno de
los sistemas partidarios más institucionalizados de América Latina (en el tercio superior, por lo menos).
Existe una relación muy estrecha entre el nivel de institucionalización partidaria y factores cruciales, como
la calidad del sistema democrático, el nivel de corrupción y el grado de estabilidad de la política pública de
un país. Por ejemplo, los sistemas partidarios institucionalizados registran un promedio de Freedom House
Score de 1,8; mucho mejor que el de los sistemas partidarios institucionalizados a medias (2,3) o
débilmente institucionalizados (3,2). Asimismo, los sistemas partidarios institucionalizados son
considerablemente menos corruptos que aquellos con magra institucionalización. De acuerdo con el
indicador de control de la corrupción del Banco Mundial (en el que los niveles más bajos indican mayor
grado de corrupción), los sistemas institucionalizados, institucionalizados a medias y débilmente
institucionalizados tienen índices de 54,1; 39,8; y 32,0, respectivamente (Kaufmann et al., 2007). Los
países con sistemas partidarios institucionalizados (junto con partidos programáticos) cuentan con una
política pública considerablemente más estable que los sistemas con escasa institucionalización (o sistemas
partidarios institucionalizados que no son partidos programáticos) (Stein et al., 2006; Stein y Tomassi,
2006).
184
Parte III
Generando igualdad
de oportunidades
185
8. Evitando la
transmisión
intergeneracional
de la pobreza
187
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
8.1 Introducción
Las políticas dirigidas a reducir la pobreza deben tomar en cuenta su alto grado de transmisión
intergeneracional. Por una serie de factores, los hogares de escasos recursos tienden a no invertir lo
suficiente en el capital humano de sus miembros jóvenes (estado nutricional, y de salud y educación)
privándolos así, en un círculo vicioso, de la capacidad mínima para escapar de la pobreza en la adultez.
Entre estos factores se puede destacar: (i) la falta de recursos para solventar los costos directos de realizar
esas inversiones; (ii) restricciones crediticias que les impiden pedir prestado hoy contra los retornos futuros
de dichas inversiones; (iii) la precariedad del menú de estrategias de protección social a que tienen acceso,
lo cual los orilla a reaccionar frente a eventualidades desinvirtiendo en el capital humano de los más
jóvenes; (iv) menores retornos al capital humano asociados a la baja calidad de la oferta de servicios
públicos a que tienen acceso y a su nivel de aprestamiento para el aprendizaje; y (v) falta de información
sobre los retornos de realizar esas inversiones y sobre la manera de hacerlo. Así, las políticas que se
propongan reducir la pobreza de manera sostenible deben procurar que, a través de su implementación, las
nuevas generaciones adquieran capacidades para evitar caer en condición de pobreza.
Como se discute en la siguiente sección, Guatemala, tal vez más que ningún otro país latinoamericano,
enfrenta el difícil reto de reducir la transmisión de su muy alto nivel de pobreza a su próxima generación.
Diversos indicadores muestran ya un fuerte retraso en el proceso de acumulación de capital humano de un
alto porcentaje de niños y jóvenes guatemaltecos de escasos recursos. Aun más, los factores que han
desencadenado ese retraso están lejos de menguar.
El presente capítulo se concentra en analizar opciones y proponer recomendaciones de política para hacer
más efectivo el gasto social dirigido a promover la acumulación de capital humano del segmento más joven
de la población pobre.
8.2 Diagnóstico
A pesar de ser un país de ingreso medio, Guatemala es uno de los países con mayor incidencia de pobreza
en América Latina. De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas de Guatemala (INE),
en 2006 alrededor de 51% de la población vivía en condiciones de pobreza (6.63 millones de personas en
un millón de hogares) y, dentro de este segmento de la población, 30% eran pobres extremos, es decir, no
tenían ingresos suficientes para comprar una canasta de alimentos que le garantizaran la ingesta calórica
mínima diaria requerida (1.98 millones de personas en 266,719 hogares). En 2006, la pobreza afectaba
principalmente a personas en áreas rurales, poblaciones indígenas y niños. El 52% de la población
guatemalteca vivía en el sector rural, donde se encontraban casi el 72% de los pobres y el 83% de los
pobres extremos. Del casi 39% de población indígena, 74,8% eran pobres y 27,2% eran pobres extremos.
Finalmente, del 43,1% de población menor a 15 años, 60% era pobre y 40%, pobre extremo.1
El camino hacia una reducción sustancial en el nivel de pobreza en Guatemala en el mediano plazo no es
sencillo. El alto nivel de desigualdad en la distribución del ingreso reduce la efectividad que un eventual
período sostenido de crecimiento económico moderado podría tener en términos de reducción de la
pobreza.2 La exclusión geográfica y étnica tiene una dinámica histórica que no será resuelta en el corto
Este capítulo fue elaborado por Mario Sánchez basándose, en parte, en un trabajo de Evelyn Rodríguez. Fabián Repetto también colaboró
con este capítulo.
1
Segeplan (2007).
2
Bourguignon (2003).
189
Más crecimiento, más equidad
plazo. Finalmente, el nivel de gasto social es bajo comparado con otros países centroamericanos, debido a
un bajo nivel de recaudación tributaria, y la economía política de incrementar la recaudación no es sencilla.3
Aun más preocupante que la alta incidencia de pobreza per se en Guatemala es el hecho de que Guatemala
esté entre los países con peores indicadores de nutrición, salud y escolaridad de la Región. Otros países
latinoamericanos con niveles similares de pobreza y menor nivel de ingreso per cápita han conseguido
realizar mayores progresos en estas dimensiones y –salvo para el caso de educación– más rápido que
Guatemala. Como consecuencia de este rezago, la pobreza en Guatemala se está transmitiendo rápidamente
a su siguiente generación.
Como lo muestra el Gráfico 8.1, Guatemala es el país latinoamericano con mayor índice de niños menores
de 5 años que sufren de desnutrición crónica (baja talla para la edad), una medida de deficiencia nutricional
de largo plazo. Alrededor de la mitad de los niños de este grupo etario sufre de desnutrición crónica
moderada o severa.
Gráfico 8.1
Desnutrición crónica en América Latina y el Caribe
(% de niños menores de 5 años de edad con problemas de baja talla para la edad)
0 10 20 30 40 50
Asimismo, la deficiencia de micronutrientes clave (yodo, hierro y ácido fólico) es común en una dieta
basada en cereales y con bajo consumo de productos animales como es la norma en Guatemala, con
3
Ver Vergara y Lavarreda (2006) para una discusión más amplia sobre comparaciones del gasto social en Guatemala con respecto al de
otros países latinoamericanos.
190
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
Además de un insuficiente nivel de ingresos para tener acceso a una ingesta alimenticia mínimamente
adecuada, los siguientes factores contribuyen a generar el crítico estado nutricional de Guatemala: (i) alta
morbilidad, particularmente de diarrea y enfermedades respiratorias, a lo cual contribuye significativamente
la falta de acceso y baja calidad de servicios de agua y saneamiento, particularmente en las zonas rurales;
(ii) bajo nivel educativo de las madres y padres de familia que, más allá de ser un factor determinante de la
probabilidad de ser pobre, se traduce en falta de información sobre prácticas salubres de preparación de
alimentos y de conocimiento sobre la elaboración de una dieta balanceada, siendo particularmente crítica la
falta de esta información y conocimiento con respecto al cuidado de mujeres embarazadas y niños menores
de 36 meses; y (iii) alto número de casos de embarazo adolescente y de nacimientos poco espaciados, lo
cual contribuye a incrementar la frecuencia de niños con bajo peso al nacer.
Existe amplia evidencia empírica que liga el estado nutricional en la infancia con los ingresos laborales
futuros. Algunos estudios referidos a países en desarrollo sugieren que un incremento en 1% en la talla para
la edad durante la infancia podría representar un incremento de entre 2% y 5% del salario en la adultez. Este
efecto sería resultado directo de mayor capacidad física e, indirecto, de un mejor estado de salud, mejor
desarrollo cognitivo, entrada oportuna a la escuela, retraso en el momento de la deserción y mejoras en el
desempeño escolar. 4
Con respecto a otra dimensión del acervo de capital humano, educación, Guatemala es un país donde la
graduación del nivel primario sigue siendo un reto considerable. El Cuadro 8.1 muestra la distribución del
último grado completado para jóvenes de distintas cohortes de edad en 2006, desagregado por quintil de
ingresos.5 A pesar de logros importantes del sistema educativo guatemalteco respecto al aumento en el
acceso escolar al nivel primario, en 2006, cerca del 11% de los niños de entre 12 y 14 años del primer
quintil de ingresos no había terminado al menos un año de educación (14% en el área rural). Si bien esa
cifra es alta, refleja un considerable progreso con respecto a la cohorte del primer quintil que en 2006 tenía
entre 15 y 17 años, con 19%. Con el avance hacia la universalización en el acceso al nivel de educación
primaria, los grandes problemas de este ciclo se concentran en la baja tasa de eficiencia interna (solo 41%
de la cohorte del primer quintil que en 2006 tenía entre 15 y 17 años de edad había terminado el nivel
primario) y en la calidad, la cual –de acuerdo con los resultados del Programa Nacional de Evaluación del
Rendimiento Escolar (Pronere)– es baja en general y, particularmente, en el caso de los estudiantes rurales e
indígenas.
La cobertura de la educación secundaria básica es sumamente baja. Apenas un poco más de la tercera parte
de la cohorte de 18 a 20 años de edad en 2006 había terminado algún grado de educación secundaria básica,
mientras esta cifra se ubicaba tan solo en 14% para el primer quintil.
Estimaciones del Banco Mundial,6 basadas en la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) del 2000,
señalan que las principales barreras de acceso a la educación primaria no son de acceso a infraestructura
educativa sino que están relacionadas con la demanda por servicios escolares (“falta de recursos”). En
cambio, la falta de infraestructura escolar y una combinación de factores de demanda con la calidad de la
oferta (“falta de interés”) representan barreras de acceso importante al nivel de secundaria básica,
4
Alderman et al. (2004).
5
Estimaciones proporcionadas por el Sistema de Indicadores Sociales del BID con base en Encovi 2006.
6
Estudio sobre pobreza en Guatemala (2003). Banco Mundial.
191
Más crecimiento, más equidad
particularmente, para las zonas rurales: 44% de los jóvenes que no asistía a la escuela no tenía acceso
cercano a un centro escolar de educación secundaria (53% para los rurales). Sin embargo, solo alrededor del
16% de quienes no tenían acceso a una escuela secundaria (12% en zonas rurales) asistiría a dichos centros
si estos estuvieran disponibles. Un canal crítico para desincentivar la continuación en el sistema escolar en
Guatemala es la sobre-edad, producto de entrada tardía a la escuela y alta repitencia, ya que el costo de
oportunidad de estar en la escuela se incrementa con la edad.7
Cuadro 8.1
Distribución de los años de educación finalizados por quintil, edad del niño y asistencia a algún
centro educativo: muestra nacional
De 12 a 14 años De 15 a 17 años
Quintil Quintil
1 3 5 1 3 5
Asisten a la escuela:
Años de educación
0 3,07 1,41 0,90 1,25 0,72 0,30
1 4,49 2,08 1,44 0,84 0,18 0,15
2 10,63 5,15 2,17 1,15 0,81 0,30
3 13,55 9,39 3,07 1,57 0,54 0,46
4 15,19 16,61 7,58 3,86 0,90 0,91
5 14,62 22,01 23,47 5,53 5,04 2,89
6 6,13 14,04 32,13 5,85 7,92 6,53
7 2,14 6,15 14,98 5,01 7,92 7,75
8 0,36 1,99 6,68 5,53 11,97 15,50
9 0,00 0,08 0,54 2,30 7,65 21,58
10 0,63 3,33 14,59
11 0,42 0,72 5,32
12 0,00 0,00 0,30
No asisten a la escuela:
Años de educación
0 10,98 5,32 1,62 18,16 9,00 1,67
1 1,64 1,25 0,36 3,03 1,53 0,15
2 4,42 2,24 0,54 5,43 3,51 0,91
3 3,99 3,74 0,90 8,35 6,66 1,67
4 2,21 1,58 0,36 5,01 4,32 2,13
5 1,50 1,41 0,72 4,91 3,15 1,06
6 4,92 5,15 1,99 18,89 17,19 9,73
7 0,14 0,42 0,36 1,04 2,25 0,91
8 0,00 0,00 0,18 0,52 1,26 0,76
9 0,73 3,15 3,50
10 0,00 0,18 0,15
11 0,00 0,09 0,46
12 0,00 0,00 0,30
Lograr que los estudiantes de familias pobres se gradúen únicamente del ciclo de educación primaria
tendría poco impacto en términos de reducción de la probabilidad de ser pobre en la adultez. Los retornos a
terminar la educación primaria son bajos, particularmente para los hombres: en el 2000, 11% con respecto a
quien no tiene ningún grado de educación. Sin embargo, los retornos a terminar el ciclo de educación
7
La edad oficial de inicio del ciclo escolar en Guatemala es 7 años, mientras que en la mayoría de los países latinoamericanos es 6 años.
No es trivial sugerir la reducción en un año de la edad oficial como acción de política para promover la permanencia en el sistema escolar.
La edad “óptima” de entrada está relacionada con el aprestamiento al aprendizaje (capacidades físicas y cognitivas).
192
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
secundaria básica son altos: en el 2000, un hombre con educación secundaria terminada recibia 27%
mayores ingresos que otro sin ningún grado de educación. Para las mujeres, por otro lado, los retornos a
graduarse de la educación secundaria básica son aun más altos (54%). Por lo tanto, el objetivo de
universalizar la graduación de la educación primaria debe ser visto solo como un insumo para incrementar
el acceso a la educación secundaria básica.8
En conclusión, la gran mayoría de los niños y jóvenes guatemaltecos provenientes de hogares pobres
–particularmente, poblaciones indígenas y aquellas localizadas en zonas rurales– se encuentran atrapados en
una dinámica que les impedirá alcanzar capacidades mínimas para superar su condición de pobreza por
cuenta propia en la adultez. Esto representa una oportunidad perdida para reducir la pobreza en Guatemala
de manera sostenible, ya que los retornos a un mejor estado nutricional y de salud, y a mayor escolaridad
(sobre todo, a nivel de secundaria básica) son considerables.
Uno de los factores que sin lugar a dudas ha contribuido a restringir el impacto de las inversiones públicas
orientadas a incentivar la acumulación de capital humano en Guatemala es la falta de coordinación
interinstitucional efectiva. Como se ha discutido, el bajo acervo de capital humano con que cuentan los
pobres se explica no solo por la insuficiencia de ingresos, sino también por factores de oferta y demanda
que competen a múltiples sectores. La falta de coordinación institucional en dichos sectores genera
duplicación de esfuerzos, evita la generación de sinergias entre intervenciones y, en general, produce una
asignación de recursos –entre sectores y entre grupos de beneficiarios– muy distinta a la que hubiera
resultado de una asignación estratégica. La siguiente sección discute la estrategia que ha seguido Guatemala
en los últimos años para intentar incrementar la efectividad de la coordinación interinstitucional.
8
Estas estimaciones no toman en cuenta la heterogeneidad de la oferta educativa. Es de esperar que los retornos a la educación sean
menores para quienes provengan de hogares pobres debido a la peor calidad de la oferta educativa a que tienen acceso.
9
Los conflictos entre los Consejos de Desarrollo Municipal y el Legislativo sobre la potestad en la definición de prioridades presupuestales
respecto a la construcción de infraestructura social básica se convirtieron en una fuente adicional de fricción para la coordinación
interinstitucional.
10
Durante su implementación se le definió más específicamente como Guate Solidaria Rural, por su énfasis geográfico.
193
Más crecimiento, más equidad
1990”11. La estrategia se implementaría bajo los siguientes principios operativos: (i) promovería la
coordinación interinstitucional en niveles (político, programático y operativo) y sectores con respecto a la
planeación y presupuesto de recursos, así como en el monitoreo y la evaluación a nivel de municipio; (ii) se
aplicaría inicialmente en comunidades del área rural priorizadas por su alta vulnerabilidad a la seguridad
alimentaria y nutricional, por un período máximo de 2 años, con una eventual expansión de la estrategia a
otras comunidades prioritarias con un horizonte de intervención de 2005 a 2015; (iii) se realizaría el
monitoreo de la estrategia a partir de un Registro Integrado de Beneficiarios (RIB), con el fin de identificar
el “paquete” de beneficios que recibirían las familias, evitar duplicaciones entre programas y coadyuvar a la
focalización de la estrategia; y (iv) se realizarían evaluaciones de impacto de intervenciones clave.
Si bien no existe una evaluación de resultados o de procesos de Guate Solidaria, a continuación se discute
una serie de virtudes y de problemas de diseño de la estrategia como política pública y se analiza su
implementación vis-à-vis sus principios operativos originales.12 Entre las virtudes de diseño se destacan: (i)
la coherencia de su lógica interna para justificar la coordinación intersectorial como principio operativo; (ii)
su sustento analítico, a pesar de que este sea demasiado general como para informar el diseño de una
estrategia específica a partir de él; (iii) su concepción como una política de Estado (con un horizonte a
2015), lo cual tiene el potencial de blindar a la política social del ciclo político; (iv) su potencial para
reordenar la oferta de programas públicos a partir de la identificación de superposiciones en objetivos y
componentes, así como a partir de la priorización en la base de beneficiarios; y (v) el papel central que le
otorga al monitoreo y a la evaluación como elementos constitutivos de una estrategia de reducción de la
pobreza.
Sin embargo, su diseño presentó algunos problemas que, a la postre, fueron determinantes para que se diera
una implementación de la estrategia considerablemente distinta a la diseñada originalmente: (i) las metas
intermedias del programa fueron definidas de manera muy amplia, y sin guardar correspondencia con las
características de los programas que estarían orientados a alcanzarlas (cobertura, superposiciones,
capacidad de ejecución, efectividad); (ii) no se identificaron a priori los recursos necesarios para el logro de
dichas metas; (iii) dadas las restricciones presupuestales y la economía política de la coordinación
interministerial, no se estableció una “secuencia óptima” para la integración de programas con base en
objetivos prioritarios; y (iv) Segeplan se estableció como el ente coordinador y supervisor de la
implementación de la política, pero sin instrumentos operativos que le permitieran asignar o liberar recursos
a los programas conforme a las metas y a la estrategia de focalización.
La manera en que se implementó Guate Solidaria dista mucho de su diseño operativo original. A
continuación se presentan algunas diferencias: (i) mientras Guate Solidaria se planteó como un modelo de
gestión que integraría la oferta pública de manera amplia, terminó concentrándose, principalmente, en
cuatro programas, Salvemos Primer Grado, Programa de Extensión de Cobertura, Programa de
Alfabetización y Creciendo Bien, siendo este último el eje integrador de la estrategia de facto; (ii) se
siguieron implementando, paralelamente, programas y políticas con objetivos, componentes y base de
beneficiarios que coincidían con la oferta operativa de Guate Solidaria, destacándose la falta de
coordinación con los entes responsables de las políticas de seguridad alimentaria; (iii) por problemas
operativos no se implementó el RIB, con lo cual se perdió la posibilidad de monitorear la implementación
operativa de la estrategia; (iv) la falta de una estructura presupuestal común para todos los programas
impidió realizar ejercicios de planificación y preparación de presupuesto conjunto; (v) en la práctica, fue
mínima la coordinación operativa entre programas.
11
Segeplan (2006), pág. 26.
12
La discusión sobre la implementación de Guate Solidaria y sus problemas de diseño sigue de cerca la discusión en Rodríguez (2008).
194
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
Los intentos por coordinar la política social guatemalteca tienen ya una cierta historia. En 1993 se creó el
Gabinete Social como una instancia de alto nivel para monitorear y evaluar la implementación de políticas
sociales. En la evolución del Gabinete Social, desde su creación hasta el año 2007, destaca una trayectoria
errática según los intereses, capacidades y posiciones de los principales actores gubernamentales en materia
social. Durante el gobierno anterior, el Gabinete Social no logró plasmar resultados concretos y visibles,
quedando más bien desactivado en la práctica y sin impacto respecto al reto de avanzar hacia una gestión
más integral y coordinada de la política social del país.
La creación del Consejo de Cohesión Social (CCS), una de las primeras medidas adoptadas por la
Administración del presidente Colom, tiene el potencial de resolver los problemas de diseño e
implementación que enfrentó Guate Solidaria como estrategia de coordinación de la oferta pública. Para
lograrlo, debe desempeñar un rol más activo y estratégico que su antecesor, el Gabinete Social, sobre todo
cuando se requiere articular también la oferta de las rectorías sectoriales. El CCS ha sido establecido como
una instancia de coordinación para establecer las prioridades en materia social, principalmente en
educación, salud y seguridad alimentaria. Sus objetivos generales son: (i) reducir la pobreza, la pobreza
extrema y la desnutrición crónica en el país; y (ii) orientar la inversión social hacia los objetivos y
prioridades del plan de gobierno. Sus objetivos específicos son: (i) elevar el impacto de la inversión social,
a través del análisis de su dispersión y fusión de programas; (ii) establecer prioridades de atención
geográfica y programática; (iii) diseñar programas y herramientas innovadoras de gestión social; (iv)
establecer mecanismos de especialización para los fondos sociales, a fin de que estos respondan a las
prioridades de los ministerios rectores en materia de educación, salud y seguridad alimentaria; y (v) dar
cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.13
13
Para una discusión sobre la identificación de algunos factores necesarios para el éxito de la coordinación intersectorial ver Repetto
(2005).
195
Más crecimiento, más equidad
Paulatinamente, los PTMC se han convertido en una de las principales herramientas de protección social
utilizadas por la mayoría de los países de América Latina y el Caribe para aliviar la pobreza y fomentar la
acumulación de capital humano. A través de una transferencia monetaria directa, los PTMC se proponen
generar un “efecto ingreso” que permita a las familias incrementar sus niveles de consumo y de inversión
en activos. Al condicionar dicha transferencia a la realización de acciones relacionadas con la inversión en
activos por parte de los beneficiarios, se pretende generar un “efecto precio” al incrementar el costo de
oportunidad de no realizar dichas acciones. En general, los PTMC condicionan la transferencia a la
asistencia escolar y a la ejecución de acciones relacionadas con el mejoramiento del estado nutricional y de
salud de los menores de 5 años como, por ejemplo, la asistencia a servicios de promoción del crecimiento y
el control de peso y talla.
En gran medida, la popularidad de los PTMC es atribuible a los buenos resultados arrojados por las
rigurosas evaluaciones de Bolsa Escola (insertado actualmente dentro del programa Bolsa Familia) en
Brasil y Progresa (actualmente bajo el nombre Oportunidades) en México. De cara a la eventual
implementación de un PTMC en Guatemala, es importante destacar el contexto en el cual se implementaron
estos programas. En Brasil, Bolsa Familia resultó de un esfuerzo de racionalización del gasto en protección
social a partir de la fusión de una serie de PTMC separados, originados como iniciativas de los estados. Por
su parte, Progresa resultó de un esfuerzo por mejorar la costo-efectividad de las transferencias
gubernamentales a familias pobres, a partir de la sustitución de subsidios en especie por subsidios en
efectivo.
La gran mayoría de los PTMC implementados en la Región han mostrado impactos positivos en el
incremento del acervo de capital humano de los hogares pobres. En particular, los PTMC han logrado: (i)
incrementar el consumo de alimentos y la ingesta calórica de los beneficiarios; (ii) reducir la prevalencia de
desnutrición crónica, particularmente, en niños menores de 2 años; (iii) aumentar la asistencia diaria a la
escuela, y la realización de controles de crecimiento y controles preventivos de salud (condiciones de los
programas); (iv) aumentar la matriculación escolar, particularmente, en zonas rurales y en el nivel de
educación secundaria; y (v) reducir la edad de entrada a la educación primaria.
Además de sus buenos resultados, la mecánica utilizada para la implementación de los PTMC arroja
atractivos logros operativos para la opinión pública y, por ende, refuerza la sostenibilidad institucional de
los PTMC. Entre estos resultados se destacan: (i) alto grado de focalización; (ii) implementación de sólidos
sistemas de información, tanto para monitorear el cumplimiento de las condicionalidades como para realizar
pagos a los beneficiarios; (iii) buenas evaluaciones de manejo de riesgo fiduciario, en la gran mayoría de los
casos; y (iv) la implementación de evaluaciones independientes. Asimismo, cabe resaltar que este tipo de
programas ha hecho operativa la coordinación entre los sectores sociales, lo cual abona el camino a la
integralidad y la eficiencia. Un factor adicional que coadyuva a la buena opinión pública de estos
programas es que la exigencia del cumplimiento de condicionalidades es visto como una contraprestación
por parte de los beneficiarios y, por lo tanto, le da un tinte menos asistencialista a los PTMC.
Sin embargo, los PTMC no son la panacea para romper la transmisión intergeneracional de la pobreza. A
continuación se discuten algunas de las críticas que se hacen a los PTMC.
• El impacto real de los PTMC, particularmente su impacto de largo plazo, está delimitado por
la calidad de la oferta de servicios públicos cuya utilización promueven. Un mayor uso de esos
servicios no es garantía de impactos en la productividad laboral de los beneficiarios si su
calidad no es adecuada. Por ejemplo, mayor asistencia escolar no se traduce automáticamente
196
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
• Con excepción de la oferta de educación primaria y particularmente en las zonas rurales, la oferta
de infraestructura de educación y salud presenta déficits importantes, lo cual delimita las
localidades donde un PTMC podría ser implementado, al menos en el corto plazo y, en principio,
podría limitar la progresividad de la focalización.
• En particular, el déficit en infraestructura escolar a nivel de educación secundaria básica en las
zonas rurales es un obstáculo para que el programa pueda ser implementado a ese nivel. Como se
discutió en la sección 8.2, los retornos a completar únicamente el nivel de educación primaria no
son considerablemente altos, por lo que un eventual PTMC enfocado exclusivamente a ese nivel
tendría poco impacto en reducir la probabilidad de sus eventuales beneficiarios de ser pobres en la
adultez.
• Dadas las restricciones fiscales que enfrenta Guatemala, la eventual implementación de un PTMC
debería estar enmarcada dentro de un proceso de racionalización del gasto social y, particularmente,
en la fusión de algunos programas y en la eliminación de transferencias en especie, de baja costo-
efectividad.
• La dimensión y la naturaleza de la pobreza en Guatemala imponen que un eventual PTMC se
implemente como instrumento de una política comprehensiva de reducción de la pobreza, que
incluya como objetivos: (i) mejorar el acceso y la calidad de la oferta de servicios; (ii) reducir la
pobreza en la presente generación; y (iii) crear oportunidades para utilizar el mayor stock de capital
humano posible en el marco de un PTMC.
14
Para una crítica a los PTMC como instrumento de política educativa ver Reimers et al. (2006).
197
Más crecimiento, más equidad
Sobre la base del diagnóstico y las consideraciones de política presentadas en las secciones anteriores, este
capítulo hace las siguientes recomendaciones de política orientadas a reducir la transmisión
intergeneracional de la pobreza en Guatemala.
Mantener un enfoque estratégico para la reducción de la pobreza. Si bien Guate Solidaria fue una
estrategia con problemas de diseño y ejecución, su concepción y lineamientos operativos fueron sumamente
pertinentes. Guatemala tiene una fuerte restricción fiscal y sus demandas sociales son amplias. Esta segunda
etapa de la estrategia de pobreza debería partir, en primer lugar, de una racionalización de la oferta pública
de programas; en segundo lugar, realizar un ejercicio de priorización de objetivos y programas con base en
los recursos disponibles y a las necesidades más imperiosas; y, en tercer lugar, establecer mecanismos
administrativos, operativos y financieros que permitan y generen incentivos hacia la acción coordinada de
ministerios y programas.
Establecer como principal objetivo del PTMC el mejoramiento del estado nutricional y de salud de
menores de 5 años.15 La crítica situación de los indicadores de salud para este grupo etario, las restricciones
de oferta a nivel de educación secundaria básica (y a nivel preescolar), los bajos retornos a finalizar
únicamente la educación primaria y las restricciones fiscales que enfrenta el gasto social ponen en
cuestionamiento el establecimiento de objetivos de promoción de la demanda por servicios educativos. La
condicionalidad de mayor efectividad la constituiría la asistencia a monitoreos de crecimiento para todos los
menores de 5 años y del embarazo para mujeres gestantes. No obstante las restricciones de oferta en salud,
se podría ampliar la condicionalidad al cumplimiento del protocolo en salud para toda la familia.
Si se incluyera como un objetivo del PTMC la graduación de la educación primaria, debería estar implícito
el limitado impacto del logro de dicho objetivo per se en cuanto a reducción de la transmisión
intergeneracional de la pobreza. Si así fuera el caso, deberá prestarse atención a la capacidad de la oferta
para cubrir el incremento en la demanda que se originaría por la implementación del PTMC. Se debería
prestar especial cuidado a los déficits de oferta que se podrían originar en el primer grado, donde existe
mayor demanda potencial por parte de niños de 6 años.
15
Ver Behrman et al. (2008) para una discusión de los beneficios potenciales de mejorar el desarrollo infantil temprano en Guatemala.
198
8. Evitando la transmisión intergeneracional de la pobreza
Los tiempos para el diseño e implementación del PTMC deberían reconocer las dificultades institucionales.
La experiencia de una implementación acelerada de PTMC en otros países de la Región no es buena.
Responder a los tiempos políticos por encima de los técnicos incrementa la probabilidad de errores de
diseño y operativos y, por lo tanto, de obtener impactos menores. Por ello, la implementación apresurada de
un PTMC conlleva un alto riesgo político, que puede ser mitigado con un diseño cuidadoso, y utilizando el
monitoreo y la evaluación como herramientas para mejorar su diseño en el tiempo.
Futuras expansiones del programa deberían estar cercanamente coordinadas con programas de desarrollo
de infraestructura, ya sea que el Gobierno decida expandir el PTMC hacia la educación secundaria básica
en las localidades inicialmente focalizadas o expandir el programa hacia nuevas localidades.
Referencias bibliográficas
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Health and Economic Growth: Findings and Policy Implications. Cambridge, MA: MIT Press.
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Behrman, J., Duryea, S. y Maluccio, J.2008. “Returns to Early Childhood Investments in Guatemala”.
Documento preparado para el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de
Desarrollo. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
Bourguignon, F. 2003. “The Poverty-Growth- Inequality Triangle”. Artículo preparado para la Conferencia
sobre Pobreza, Desigualdad y Crecimiento. Agencia Francesa de Desarrollo/ Red de Desarrollo de
la Unión Europea. París.
Reimers, F., DeShano da Silva, C. y Trevino, E. 2006. Where is the “education” in Conditional Cash
Transfers in Education? Instituto de Estadística de la Unesco.
Repetto, F. 2005. “La dimensión política de la coordinación de programas y políticas sociales: una
aproximación teórica y algunas referencias prácticas en América Latina”. In: La Gerencia Social
ante los Nuevos Retos del Desarrollo Social en América Latina. Banco Interamericano de
Desarrollo.
Segeplan. 2006. Estrategia de reducción de pobreza Guate Solidaria Rural. Gobierno de Guatemala.
________. 2007 Informe de política de desarrollo social y población. Gobierno de Guatemala.
199
9. Atención de los
déficits en la niñez
temprana
201
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
9.1 Motivación
Tres documentos recientemente difundidos en una serie especial de la revista The Lancet (2007) resumen
gran parte de lo que se conoce sobre desarrollo en la niñez temprana (DNT) en países en desarrollo. Más de
200 millones de niños en países en desarrollo menores de cinco años no alcanzan su potencial de desarrollo
debido a factores de riesgo asociados a la pobreza (Grantham-McGregor et al., 2007). Estos factores de
riesgo incluyen talla baja para la edad, estimulación cognitiva inadecuada, deficiencia de yodo y anemia por
deficiencia de hierro. El tercer documento de esta serie concluye que “los gobiernos y la sociedad civil
deberían considerar la posibilidad de expandir programas de desarrollo en la niñez temprana de alta calidad
y costo-efectivos” (Engle et al., 2007, pág. 229).
Engle et al. (2007) señalan, además, que en los últimos años ha aumentado el interés en programas de DNT
en países en desarrollo así como en las organizaciones internacionales orientadas al desarrollo.
Aunque Guatemala ha dado origen a una serie de trabajos de investigación muy innovadores en materia de
nutrición, basados en el estudio longitudinal del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá
(INCAP) –cuyos resultados han sido exitosamente incorporados en el diseño de programas como
Oportunidades en México y la Red de Protección Social en Nicaragua–, los niños en Guatemala no han
podido disfrutar de los beneficios de los hallazgos de dicho instituto. Los niños guatemaltecos menores de
cinco años sufren los más altos niveles de desnutrición crónica de la Región, con índices de talla baja para
la edad que superan los de cualquier otro país en América Latina y el Caribe (Behrman y Skoufias, 2004).
Guatemala ha sido mucho menos eficiente en reducir los indicadores de mala nutrición que otros países en
la Región. De acuerdo con los datos más recientes, la modesta disminución en los niveles de talla baja
observados entre 1987 y 1995 en Guatemala se ha estancado y, como consecuencia, el 50% de los niños
menores de cinco años continúa presentando niveles crónicos de desnutrición.
La deserción escolar de los niños de Guatemala se da relativamente temprano y el perfil de asistencia por
edad cae significativamente alrededor de los 11 años de edad. Aunque la asistencia escolar a temprana
edad ha experimentado mejoras en los últimos años, Guatemala todavía se encuentra a la zaga de otros
países. Por ejemplo, mientras que en Guatemala aproximadamente el 50% de los niños de cinco años de
edad va a la escuela, los índices de asistencia son muy superiores en el resto de la Región, incluyendo a
México (94%), Panamá (68%), Perú (78%), Colombia (76%) y Nicaragua (60%).1 Más aún, es mucho
Este capítulo fue elaborado por Jere R. Behrman, Suzanne Duryea y John A. Maluccio.
1
Datos basados en los cálculos de los autores provenientes de encuestas de hogares.
203
Más crecimiento, más equidad
menos probable que los niños guatemaltecos asistan a la escuela durante los primeros años
correspondientes a la escuela primaria.2 El retraso en la entrada a la escuela primaria, que se correlaciona
de manera negativa con los indicadores de salud (McEwan y Trowbridge, 2006), es más pronunciado en el
caso de niños indígenas que en niños de diferente origen étnico (Duryea y Pages, 2003).
El retraso en la entrada a la escuela puede verse como una forma de negar a los niños la oportunidad de
invertir en aptitudes cognitivas en el momento ideal, lo que potencialmente podría posicionar a esos niños
como repetidores de grado y, eventualmente, como desertores escolares. Dada la ventana de oportunidad
para el desarrollo neurológico del cerebro, la pérdida de tiempo en los primeros años no puede
necesariamente compensarse en edades mayores a costos razonables. Sin embargo, el retraso en la entrada
a la escuela puede estar asociado a la falta de preparación de los niños para comenzar el ciclo escolar
(Glewwe y Jacoby, 1995), es decir, a la decisión racional de los padres de retrasar la matriculación hasta
que los niños estén mejor preparados a nivel físico y cognitivo. Si este fuera el caso, métodos como las
transferencias de dinero en efectivo, condicionadas a la asistencia escolar de los niños, podrían conllevar a
resultados adversos, en algunos casos, al estar promoviendo la matriculación de los niños antes de que
estos estén preparados para asistir a la escuela.
En el presente capítulo, se examinan los efectos de una inversión más generalizada en el desarrollo en la
niñez temprana (DNT) en Guatemala para niños de cero a seis años de edad. La sección 9.2 contextualiza la
situación actual, describiendo brevemente los resultados antropométricos y educativos en el país, y su
evolución a lo largo del tiempo. La sección 9.3 proporciona un inventario y una evaluación de los
programas antiguos y actuales relacionados con el DNT en Guatemala y de los programas en otros países
que se han implementado o se podrían implementar en Guatemala en el futuro. La sección 9.4 describe el
marco conceptual utilizado para analizar los efectos del desarrollo en la niñez temprana sobre los resultados
a lo largo del ciclo de vida. La sección 9.5 resume las estimaciones del impacto de los programas de DNT
de Guatemala, y de diferentes países en desarrollo, a fin de proporcionar una perspectiva acerca de la
importancia de estos programas así como material para simular los efectos de otros programas hipotéticos a
considerar. La sección 9.6 ofrece simulaciones de los posibles beneficios para niños de hogares de bajos
ingresos como resultado de la atención de los déficits en la niñez temprana mediante una variedad de
intervenciones. Estos beneficios, que potencialmente se materializan a lo largo de la vida, incluyen, por
ejemplo, la entrada a la escuela primaria a una edad más temprana, mayor escolaridad, mayor nivel de
aprendizaje durante el ciclo escolar, mayor productividad en los años posteriores a la escolaridad,
morbilidad reducida a medida que se envejece e, incluso, beneficios intergeneracionales para sus hijos. En
la sección 9.7 se presentará una conclusión.
Esta sección describe brevemente los resultados antropométricos y educativos clave en Guatemala así como
la comparación de estos con los de otros países. Se centra la atención en resultados correspondientes a niños
de entre cero y seis años de edad, así como en niños mayores, debido a que su grado de éxito en la escuela
podría depender, en gran medida, de las inversiones que se realicen en ellos durante sus años preescolares,
lo que podría dar como resultado un canal significativo de transmisión para conectar sus experiencias
preescolares con su productividad como adultos.
2
De acuerdo con la Unesco, la edad formal de entrada a primer grado en Guatemala es de siete años pero, tal como lo demuestra McEwan
(2007), existe la asistencia temprana, en los casos en que la entrada tiene lugar antes de que se cumpla el límite de edad mínimo, y la
entrada tardía. Países como Chile y Argentina muestran índices mucho más altos de cumplimiento con el límite estipulado de entrada a
primer grado según la fecha de nacimiento que otros países de la Región.
204
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
Como se ve en el Cuadro 9.1, Guatemala ocupa el primer lugar entre los países de América Latina y el
Caribe en lo que respecta al porcentaje de niños menores de cinco años que sufren de baja talla para su
edad, una medida de deficiencia nutricional de largo plazo. Casi la mitad de los niños menores de cinco
años del país sufre de talla baja moderada o severa, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Salud
Materno Infantil (ENSMI) de 2002. Esta cifra duplica aproximadamente el porcentaje encontrado en Haití y
es considerablemente mayor que en Bolivia y Perú, países con niveles de pobreza sustanciales.3 Guatemala
tiene, además, un alto porcentaje de niños con peso inferior al normal (deficiencia de peso en relación con
la edad), superior también al de Haití, Bolivia y Perú. La incidencia relativamente baja de la desnutrición
aguda (deficiencia de peso en relación con la talla) en comparación con los otros indicadores sugiere que
los desafíos nutricionales son de naturaleza crónica más que el resultado de deficiencias de corto plazo.
Cuadro 9.1
Indicadores antropométricos de deficiencia nuticional en América Latina
(% de niños menores de cinco años entre 2000-2006 que de modo moderado y severo tienen)
Peso inferior Peso bajo Talla baja
País
al normal para la talla para la edad
Guatemala 23 2 49
Bolivia 8 1 27
Honduras 11 1 25
Perú 8 1 24
Ecuador 9 2 23
Haití 17 5 23
Nicaragua 10 2 20
El Salvador 10 1 19
Belice 7 1 18
Panamá 8x 1x 18,2x
Paraguay 5 1 14
México 5 2 13
Venezuela 5 4 13
Colombia 7 1 12
Guyana 14 11 11
Brasil 6* 2* 11*
Santa Lucía 14* 6* 11*
Uruguay 5x 1,8x 10,6x
Antigua y Barbuda 10* 10* 7*
Barbados 6* 5* 7*
Costa Rica 5* 2* 6*
Dominica 5* 2* 6*
Cuba 4 2 5
Argentina 4 1 4
Trinidad y Tobago 6 4 4
Jamaica 4 4 3
República Dominicana 5 1 2
Chile 1 0 1
Notas: Estimado para Guatemala de la ENSMI 2002. Moderado y severo
significa menos de dos desviaciones estándares de la media.
* Indica estimados de Behrman y Skoufias (2004, Tabla 1).
x Indica estimado para un período anterior al 2000.
Fuente: Base de datos de la Unicef sobre mala nutrición infantil (2008).
Mientras que los marcos de muestreo podrían variar ligeramente entre las tres recientes encuestas
representativas a nivel nacional, las tendencias sugieren que las mejoras en la situación nutricional de largo
3
La talla baja moderada para la edad se refiere a los niños que se encuentran por debajo de dos desviaciones estándar del puntaje Z
correspondiente a la mediana de la talla en relación con la edad; y la talla baja severa para la edad se refiere a los que se encuentran por
debajo de tres desviaciones estándar.
205
Más crecimiento, más equidad
plazo de niños guatemaltecos se han estancado durante la última década. La Encuesta Demográfica y de
Salud de 1998-99 DHS halló un 46,4% de desnutrición crónica (Unicef, 2006), mientras que la posterior
Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi) de 2000 registró un 44,2% y la Encuesta Nacional
de Salud Materno Infantil (ENSMI) de 2002, 49,3%.4
El Cuadro 9.2 muestra que Guatemala ha tenido un desempeño pobre en comparación con el observado en
Honduras, Haití, Colombia y Bolivia, que han podido reducir el nivel de talla baja a un ritmo más
acelerado. Aunque la disminución anualizada de la desnutrición crónica en Guatemala no se encuentra lejos
de la observada en Colombia y Bolivia, estos países han alcanzado un nivel de desnutrición crónica que está
muy por debajo del de Guatemala. Se requeriría, por ejemplo, más de 30 años de avance al ritmo actual en
Guatemala para colocarse en los actuales niveles de desnutrición crónica de Bolivia.
Cuadro 9.2
Prevalencia de baja talla en niños menores de 5 de años
Variación
Primer año Último año
anual
Guatemala (1987 DHS, 2002 ENSMI) 57,8 49,3 -0,6
Honduras (1996 DHS, 2005 DHS) 36,9 24,7 -1,4
Haití (1995 DHS, 2005 DHS) 36,6 23,3 -1,3
Bolivia (1989 DHS, 2003 DHS) 37,7 26,5 -0,8
Colombia (1986 DHS, 2005 DHS) 25,3 12,0 -0,7
Fuente: Pebley y Goldman (1995), De Onis, Frongillo y Blossner (2000), Martorell et al.
(1998), DHS.
9.2.2 Escolaridad
Se examinan las tendencias en la asistencia escolar por edad utilizando los grupos de datos de Encovi de
2000 y 2006 como se muestra en el Cuadro 9.3. La cuarta columna muestra la proporción de niños
matriculados de acuerdo con su edad en cualquier escuela a partir del 1º de enero de 2000 y la octava
columna muestra las cifras correspondientes a 2006. El cuadro, además, subdivide la matriculación en tres
niveles distintos: preescolar, primario y posprimario.5 Se evidencia un patrón creciente de matrículas entre
los niños de 6 a 12 años y decreciente a partir de los 12 años. Por ejemplo, en 2006, la matriculación en
cualquier escuela aumentaba de 7% para niños de tres años a 72% para los de seis; luego aumentaba a 85%
en el caso de los niños de 12 años, y se reducía a 55%, en el caso de los de 15 años. Mientras que solo se ha
experimentado un crecimiento modesto en la matriculación de niños de tres y cuatro años en el período de
seis años, ha habido un aumento sustancial en el caso de los niños de mayor edad. Por ejemplo, un aumento
de entre 5 y 10 puntos porcentuales para los niños de 5 a 11 años, y de entre 10 y 15 puntos porcentuales en
el caso de niños de 12 a 15 años. En lo que respecta a niños menores de siete años, el aumento en la tasa de
matriculación ha tenido lugar casi exclusivamente en preescolar, lo cual se adecúa a la reglamentación en
materia de matriculación en la escuela primaria en Guatemala. En el Cuadro 9.4, se examina la
matriculación por área geográfica. A pesar de que los niños de las zonas rurales tienen un nivel de
matriculación menor, en comparación con sus pares de zonas urbanas, los aumentos generales que se dieron
entre 2000 y 2006 tuvieron lugar principalmente en las zonas rurales. La excepción a esta tendencia se da
en el ámbito de la educación preescolar (niños de 4 a 6 años), donde los niveles de matriculación, tanto de
niños de zonas rurales como de zonas urbanas, experimentaron aumentos similares.
4
No se recopilaron datos antropométricos en la encuesta Encovi de 2006, llevada a cabo recientemente.
5
El nivel primario abarca de primero a sexto grado y el nivel posprimario se refiere al séptimo grado o más.
206
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
Cuadro 9.3
Porcentaje de matriculados en la escuela según edad: 2000 y 2006
2000 2006
Edad Preescolar Primaria Post primaria Total Preescolar Primaria Post primaria Total
3 6,1 0,0 0,0 6,1 7,1 0,0 0,0 7,1
4 15,2 0,1 0,0 15,3 20,6 0,0 0,0 20,6
5 34,6 5,0 0,0 39,6 43,9 6,1 0,0 49,9
6 17,8 49,4 0,0 67,2 25,3 47,0 0,0 72,3
7 3,8 77,2 0,1 81,0 2,6 85,5 0,1 88,2
8 0,9 84,5 0,1 85,5 0,0 90,9 0,0 91,0
9 0,2 87,0 0,3 87,4 0,0 93,2 0,0 93,3
10 0,2 84,6 0,8 85,6 0,0 92,4 0,1 92,4
11 0,0 81,8 1,9 83,7 0,0 87,4 3,1 90,5
12 0,0 63,3 13,2 76,5 0,0 68,1 17,0 85,1
13 0,0 36,8 24,8 61,6 0,7 42,3 31,8 74,9
14 0,0 21,8 29,4 51,3 0,0 22,5 40,1 62,6
15 0,0 8,8 31,5 40,3 0,0 10,3 44,9 55,2
Nota: La edad del niño está calculada al primero de enero del año de la encuesta.
Fuente: Estimaciones propias basadas en Encovi.
Cuadro 9.4
Porcentaje de matriculados en la escuela según área geográfica en Guatemala: 2000 y 2006
Preprimaria Primaria Posprimaria Total
Edad
Rural Urbano Rural Urbano Rural Urbano Rural Urbano
2000
3 3,2 11,5 0,0 0,0 0,0 0,0 3,2 11,5
4 9,6 26,9 0,0 0,2 0,0 0,0 9,6 27,2
5 26,7 52,4 5,4 4,0 0,0 0,0 32,2 56,4
6 13,8 25,1 45,8 55,8 0,0 0,0 59,6 81,0
7 4,3 2,6 72,5 86,5 0,1 0,0 77,0 89,2
8 1,3 0,1 81,7 89,7 0,2 0,0 83,2 89,8
9 0,3 0,0 83,4 94,1 0,4 0,0 84,0 94,1
10 0,2 0,4 82,7 88,4 0,7 0,8 83,6 89,6
11 0,0 0,0 80,1 85,3 1,1 3,6 81,2 88,9
12 0,0 0,0 63,7 62,7 6,4 23,7 70,1 86,4
13 0,0 0,0 40,6 30,3 11,7 46,9 52,3 77,2
14 0,0 0,0 24,8 17,2 14,8 52,2 39,6 69,4
15 0,0 0,0 10,2 6,2 17,4 58,6 27,5 64,9
2006
3 3,7 11,4 0,0 0,0 0,0 0,0 3,7 11,4
4 12,8 31,5 0,0 0,0 0,0 0,0 12,8 31,5
5 34,5 57,4 6,2 5,8 0,0 0,0 40,7 63,3
6 21,0 31,9 45,3 49,6 0,0 0,0 66,3 81,5
7 2,2 3,2 83,4 88,5 0,0 0,2 85,7 91,9
8 0,0 0,0 90,3 91,9 0,0 0,0 90,3 91,9
9 0,0 0,0 91,5 95,6 0,0 0,0 91,5 95,6
10 0,0 0,0 90,3 95,1 0,1 0,0 90,4 95,1
11 0,0 0,0 87,0 88,0 1,6 5,1 88,6 93,0
12 0,0 0,0 72,8 62,1 8,3 28,2 81,1 90,3
13 0,3 1,3 48,9 33,7 18,3 49,4 67,5 84,4
14 0,0 0,0 27,8 15,7 24,5 60,0 52,3 75,7
15 0,0 0,0 13,3 6,6 29,9 63,2 43,2 69,8
Nota: La edad del niño está calculada al primero de enero del año de la encuesta.
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi.
De acuerdo con las leyes de escolaridad obligatoria, los niños guatemaltecos deberían matricularse en el
primer año de la escuela primaria si para principios del año escolar (en febrero) tuvieran siete años de edad.
Estas leyes de escolaridad, sin embargo, no se hacen cumplir de manera generalizada, en especial, en las
zonas rurales (Wydick, 1999). Aunque se han producido mejoras en este frente en los últimos cinco años,
207
Más crecimiento, más equidad
Guatemala continúa teniendo un serio problema de matriculación tardía. A nivel nacional, el 12% de los
niños de siete años y el 9% de los niños de ocho años no están matriculados en ningún programa
educacional. En las zonas rurales, el problema es aun más agudo, ya que el porcentaje se incrementa a 16%
para el caso de los niños de siete años y a 10% para el caso de los de ocho años. Sin embargo, ha habido
avances en la reducción de la matriculación tardía en la escuela primaria, principalmente en zonas rurales
donde el aumento representó, aproximadamente, 10 puntos porcentuales en contraste con los dos puntos
porcentuales observados en las zonas urbanas.
Los perfiles de matriculación también muestran una variación sustancial de acuerdo con el quintil de
ingresos del hogar, tal como se muestra en el Gráfico 9.1. En 2006, a la edad de siete años, el 95% de los
niños del quintil de mayor ingreso asistía a la escuela primaria, pero solo el 78% de los del quintil de
ingreso más bajo. Las disparidades en las tasas de matriculación de los distintos niveles de ingresos son aun
más pronunciadas en el caso de los años de educación preescolar. Por ejemplo, el 72% de los niños de cinco
años, pertenecientes al quintil de mayor ingreso, asistía al preescolar en 2006 en comparación con un 28%
en el quintil más bajo. El objetivo oficial de llegar a una cobertura del 75% en materia de educación
preescolar en Guatemala para 2008 no se está cumpliendo, con excepción, quizá, en el caso de los niños
pertenecientes al quintil de mayores ingresos (Unesco, 2006).6
Gráfico 9.1
Porcentaje de matriculados en el colegio por edad y quintiles de ingreso en Guatemala
(matriculados en preprimaria, primaria y secundaria, según sea el caso )
120,0
100,0
80,0
60,0
40,0
20,0
0,0
3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Edad
6
Los patrones de matriculación se subdividen también por género y etnicidad (Behrman et al., 2008).
208
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
programas es casi nulo pero aumenta de manera pronunciada a partir de los seis años, ya que la mayoría de
estos programas están vinculados a la matriculación escolar. Por ejemplo, según informes presentados, solo
el 13% de los niños de cinco años recibe apoyo de programas nutricionales, mientras que un 52% de los
niños de siete años participa de alguno de ellos. Los altos índices de cobertura, en el caso de niños de entre
7 y 12 años, coinciden con las más altas tasas de asistencia escolar discutidas con anterioridad. Los índices
sustancialmente más bajos correspondientes a niños menores de siete años sugieren que la distribución de
ayuda nutricional en Guatemala puede no ser óptima debido a que gran parte de la asistencia para colmar
las brechas de desarrollo a largo plazo en el DNT llega demasiado tarde.
Cuadro 9.5
Porcentaje de niños que reciben complementos alimenticios por edad
Desviación
Edad Promedio
estándar
0 0.12 0.10
1 0.19 0.10
2 0.26 0.14
3 1.30 0.21
4 5.06 0.49
5 13.01 0.80
6 35.81 1.02
7 52.33 1.09
8 58.76 1.05
9 58.46 1.09
10 58.33 1.08
11 59.14 1.11
12 52.48 1.12
13 34.94 1.11
14 21.48 1.03
15 10.68 0.74
* Considera a los niños que hayan recibido en los
últimos 12 meses los siguientes programas: Vaso de
Leche o Leche en Polvo, Vaso de Atole, Programa de
Alimentación escolar o Programa de Atención de la
Niñez (PAIN).
Fuente: Estimaciones propias basadas en Encovi.
7
Para obtener más detalles sobre los programas que cubre esta sección véase Behrman et al. (2008).
209
Más crecimiento, más equidad
Las tres áreas de política en Guatemala que incluyen programas que inciden directamente en el desarrollo
durante la niñez temprana son salud, educación y protección social. El gasto en estas áreas es
comparativamente bajo en Guatemala, tanto en términos de PIB como con respecto a la brecha de pobreza
del país.8 En lo que concierne a protección social, la Evaluación de la Pobreza en Guatemala del Banco
Mundial para el año 2000 concluyó que “Guatemala no posee una red de protección social integrada, sino
numerosos programas distribuidos entre muchas agencias, lo que diluye la responsabilidad institucional,
crea duplicaciones, brechas y, a menudo, beneficios regresivos” (Banco Mundial, 2003, p.132). En aquel
momento, había más de 30 programas diferentes (no todos directamente ligados al DNT). A pesar de la
gran cantidad de programas, el gasto público en protección social en el año 2000 fue bajo, de acuerdo con
los estándares internacionales. Además, los diferentes programas no se focalizaron de manera adecuada, lo
que acarreó, en general, una distribución regresiva.
En el marco de Guate Solidaria se encuentra Guate Solidaria Rural, la estrategia de reducción de la pobreza
coordinada por la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan, 2006). Esta
estrategia, que reconoce que un programa exitoso de alivio de la pobreza debe contener un conjunto de
componentes diversos, está dirigida a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El Gobierno se ha
comprometido con tal estrategia integrada en 41 municipalidades, seleccionadas principalmente por su alta
vulnerabilidad y la inseguridad a nivel alimentario y de nutrición, como se describe más adelante. Los
esfuerzos en apoyo a dicha estrategia se iniciaron en 2006 mediante el programa de mejoramiento de la
calidad del gasto social, financiado, en parte, por un préstamo de US$ 60 millones del BID.
Las 332 municipalidades del país se clasificaron de acuerdo al nivel de pobreza extrema, del más alto
(alrededor del 60%) al más bajo. Esta clasificación se combinó con indicadores de la brecha de pobreza con
el fin de seleccionar a 41 municipalidades. Dentro de las municipalidades, se utilizó un índice de
necesidades básicas, calculado con información del Censo Nacional de 2002, para seleccionar las
comunidades en que los diferentes programas operarían (Segeplan, 2007). El plan demanda intervenciones
integradas en cada una de las localidades seleccionadas por un período de dos años. A continuación, se
describen algunos de los programas que forman parte de esa iniciativa, que atiende a niños de entre cero y
seis años de edad.
8
En 2000, el gasto como porcentaje del PIB totalizaba 2,5% para educación; 1,1% para salud; y 1,8% para protección social. En términos
del aporte del gobierno federal en gasto social, este representa 34,3%, 18% y 25,2%, respectivamente (Lindert, Skoufias y Shapiro, 2006).
210
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
Creciendo Bien. Este programa comenzó en el marco de la iniciativa Guate Solidaria y depende de la
Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP). El desarrollo de sus primeras etapas
estuvo financiado por un préstamo del BID de aproximadamente US$ 300.000 (con una contribución de
US$ 77.000 por parte del Gobierno), al cual siguieron donaciones adicionales que incluyeron un préstamo
del Banco Mundial por un monto de US$ 50 millones (INCAP, 2007). El objetivo general del programa
consiste en desarrollar la capacidad de las mujeres a fin de que logren evitar la desnutrición de sus hijos
menores de cinco años y mejoren las prácticas nutricionales de las familias de la comunidad. Los objetivos
específicos del programa son tres: en primer lugar, enseñar a las mujeres prácticas de selección, preparación
y consumo de alimentos que promuevan la seguridad a nivel alimentario y nutricional; en segundo lugar,
capacitar a las mujeres en materia de prácticas sostenibles de salud preventiva; y, finalmente, fortalecer la
organización comunitaria para apoyar la sostenibilidad de la seguridad alimentaria y de nutrición. El diseño
combinó aspectos operacionales de un programa desarrollado por la Fundación Azúcar en el sur de
Guatemala con los de los programas del Banco Mundial, destinados a promover el crecimiento infantil
(INCAP, 2007).
Creciendo Bien opera a nivel individual, familiar y comunitario. Los líderes voluntarios reciben
capacitación para organizar grupos locales de madres. Las madres reciben capacitación en materia de
cuidado infantil y prácticas alimentarias en sesiones mensuales. Los voluntarios comunitarios reciben
capacitación para hacer el seguimiento del crecimiento de niños menores de cinco años. Como
complemento de dichas actividades, existe una labor de seguimiento y promoción del crecimiento infantil,
con énfasis en el asesoramiento individual después de cada medición (en forma mensual para los menores
de dos años). Por último, las actividades comunitarias diseñadas para respaldar los objetivos generales,
como la producción de alimentos, también se fomentan (INCAP, 2007).
Después de dos años de operación, el programa cubrió 2.221 comunidades (para fines de 2006) y se
propuso cubrir aproximadamente 4.000 comunidades en 2007. En promedio, cubrió a 90 mujeres y 180
niños por comunidad (INCAP, 2007). El sitio virtual de la SOSEP indica que hasta la fecha el programa
benefició a más de 2.500 comunidades en 125 municipalidades en el país y que cerca de 3.500 mujeres han
recibido capacitación en materia de seguimiento, 93.000 niños menores de cinco años se han beneficiado de
actividades de seguimiento y casi 105.000 mujeres en edad reproductiva han recibido capacitación (SOSEP,
2007).
El INCAP llevó a cabo una evaluación de varios aspectos del programa, la cual abarcó desde los procesos
hasta las evaluaciones limitadas en materia cualitativa y cuantitativa. Para todas las dimensiones estudiadas,
los hijos de las madres participantes mostraron peores resultados. Sin embargo, las madres del grupo de
control (es decir, las madres no participantes) tenían un nivel educativo superior al de las madres
participantes, por lo que no representaron un grupo control adecuado (INCAP, 2007). Esto cuestiona la
mayor parte de los resultados cuantitativos de la evaluación.
Algunos resultados adicionales indican que los niños de las familias participantes tenían más posibilidades
de contar con registros de vacunas, y mayores índices de vacunación en la mayoría de las vacunas y grupos
de edad considerados. Por otro lado, las visitas a los hogares para verificar las prácticas en materia sanitaria
no parecen haber ocurrido según lo planificado. Asimismo, se evidenciaron importantes mejoras en los
porcentajes de niños que fueron pesados y medidos, un componente clave del programa, pero sin un efecto
discernible en los resultados nutricionales (INCAP, 2007).
211
Más crecimiento, más equidad
Proyecto de Atención Integral del Niño (PAIN). Este proyecto se encuentra formalmente en el marco del
Ministerio de Educación pero incluye también a otras instituciones, como el Ministerio de Salud. Dicho
proyecto apunta a promover el desarrollo físico y mental de los niños y, del mismo modo que Creciendo
Bien, tiene un importante componente de participación comunitaria. Comenzó a mediados de la década de
los noventa y, de acuerdo con Anderson (2001), tiene cuatro objetivos primordiales, a saber: i) proporcionar
servicios prenatales y postnatales a mujeres en forma mensual; ii) ofrecer capacitación en cuidado infantil y
fomentar la participación comunitaria a fin de contar con lugares de cuidado infantil; iii) capacitar niños
menores de tres años con miras a promover su desarrollo físico y mental; y iv) proporcionar servicios
educativos a niños de entre tres y seis años a fin de promover el desarrollo de las áreas necesarias para tener
un buen desempeño en la escuela primaria. Se trata de un amplio programa de salud, centrado en el cuidado
de mujeres embarazadas, madres lactantes y niños de cero a seis años. El grupo de niños de cero a tres años
de edad recibe estimulación temprana, y el de cuatro a seis años recibe educación preprimaria. Existe,
también, un componente alimentario mediante el cual se proporcionan alimentos del Programa Mundial de
Alimentos.
Un estudio del programa, realizado en 2000, inspeccionó los centros del proyecto y concluyó que este era
más efectivo en el desarrollo de aptitudes motoras, sociales y del lenguaje en niños de cinco y seis años que
en niños de dos y tres años (Anderson, 2001). Una evaluación del PAIN, realizada en 2001, indicó que los
centros no contaban con material didáctico suficiente y que los voluntarios no tenían la capacitación
necesaria, en particular, en materia de educación preescolar. El coeficiente entre el número de estudiantes y
de maestros era de 43,8. En 2006, hubo alrededor de 18.000 beneficiarios. Otras evaluaciones rigurosas de
los efectos del PAIN no parecen estar disponibles, ni para Guatemala ni para ningún otro lugar.
Hogares Comunitarios. El Gobierno patrocinó el programa Hogares Comunitarios, que fue establecido en
la Ciudad de Guatemala en 1991 como programa experimental para aliviar la pobreza mediante la provisión
de cuidado infantil de bajo costo y alta calidad a padres trabajadores. Hogares Comunitarios opera en el
marco de la SOSEP. Un programa similar, que influyó en su diseño, es el Programa Hogares Comunitarios
de Colombia (cuya descripción se encuentra en la siguiente subsección).
Los objetivos del programa consisten en promover el desarrollo integrado de niños menores de padres
trabajadores así como propiciar y promover la participación comunitaria en el desarrollo general del niño.
Los padres eligen a una mujer de la comunidad local para que cuide en su hogar a un máximo de 10 niños
menores de siete años. El programa le proporciona mobiliario, equipos, materiales didácticos y provisiones;
capacitación inicial y menús; y compensación por su trabajo. Se espera que los padres hagan pequeñas
contribuciones mensuales y en especie. De igual forma que el proyecto PAIN, el programa Hogares
Comunitarios constituye otro ejemplo de un proveedor público de educación preescolar y nutrición.
Hogares Comunitarios continúa operando hoy en día y forma un componente de la estrategia Guate
Solidaria. En 2007, 1.197 centros operaban en 177 municipalidades, y atendían a aproximadamente 12.700
niños (Vásquez, 2007).
Ruel et al. (2006) presentan los resultados de una evaluación del proceso y del impacto de Hogares
Comunitarios en 1998-1999. Sus resultados con respecto a un grupo clave de indicadores infantiles son
mayormente positivos y estadísticamente significativos en el caso de energía (calorías) y proteínas. El
efecto del programa se tradujo en un aumento del consumo de energía durante los días de semana de entre
212
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
De la Mano Edúcame. Los objetivos de este programa –dependiente del Ministerio de Educación–
consisten en capacitar a las familias en el cuidado general de sus hijos (desde el embarazo), educándolos en
su lengua materna, en el seno de sus hogares y, por consiguiente, con la participación de todos los
miembros de la familia. Se trata de un programa, operado por voluntarios de la comunidad, que no forma
parte del sistema escolar y que acompaña al niño hasta que cumple los dos años de edad; aunque en las
zonas rurales que carecen de servicios educativos, este programa se extiende hasta que el niño cumple los
seis años de edad (Elvir y Asensio, 2006). A pesar de que operaba en 66 comunidades en 2006, según los
datos con los que se cuenta, no existen evaluaciones rigurosas (ni de otro tipo) de De la Mano Edúcame
(Álvarez y Schiefelbein, 2007).
Casi todos los preescolares del Pronade se encuentran en zonas rurales y la mayoría de ellos han sido
pioneros en esas comunidades. Entre 1995 y 2006, el número de escuelas preprimarias aumentó de 4.448 a
11.787. El 47% de las nuevas escuelas pertenecían al Pronade. Tendencias similares tuvieron lugar en el
caso de las escuelas primarias, con el resultado de que las escuelas del Pronade concentraban alrededor del
17% de la matriculación total del país (Álvarez y Schiefelbein, 2007).
9
El estudio no fue diseñado para evaluar el impacto del programa en cuanto a resultados en materia de nutrición.
10
El calendario típico es de tres horas diarias, lo que totaliza 105 horas en comparación con 720 horas de educación impartidas en
preescolares formales.
213
Más crecimiento, más equidad
Dado el pequeño número de programas que han sido rigurosamente evaluados en Guatemala,
particularmente de una manera que proporcione los efectos estimados de los programas que se requieren
para utilizar en nuestras simulaciones, a continuación se presenta el caso de otros países para buscar
evidencia que permita caracterizar mejor la variedad y el potencial de los programas de desarrollo en la
niñez temprana.
Esta sección examina en detalle un conjunto de programas de DNT en otros países que han sido evaluados
de forma relativamente sistemática, a fin de proporcionar una perspectiva adicional acerca de los programas
que podrían implementarse en el país. Mientras que aquí se describen en forma detallada las características
de dichos programas, los impactos estimados que resultan de las evaluaciones de estos y otros programas se
discutirán con mayor detalle en la sección 9.5.2.
Los programas difieren en una variedad de dimensiones. Aquellos programas “basados en centros”, por
ejemplo, son comúnmente operados por personal contratado, en ámbitos no residenciales. Por otro lado, hay
programas que apuntan a cambiar la forma en que los padres interactúan con sus hijos y en los que
intervienen trabajadores sociales mediante visitas domiciliarias. Los programas también varían con respecto
al grado en que se enfocan en la nutrición y a si están integrados a servicios sociales.
Programa Proyecto Integral de Desarrollo Infantil (PIDI) de Bolivia. Este programa proporcionaba
servicios de guardería, así como servicios nutricionales y educativos a niños de entre 6 y 72 meses de edad
que vivían en áreas pobres predominantemente urbanas.11 Los objetivos de este programa consistían en
mejorar la salud y el desarrollo temprano cognitivo/social mediante la provisión de una mejor nutrición,
supervisión adecuada y entornos estimulantes. En el marco del PIDI, los niños asistían a tiempo completo a
guarderías, que por lo general se situaban en los hogares de mujeres que vivían en las áreas de bajos
ingresos y a quienes se dirigía el programa. Estas mujeres recibían capacitación en cuidado infantil,
préstamos y donaciones (por montos de hasta US$ 500) para que mejoraran las instalaciones en sus
hogares. Cada “centro” PIDI contaba con un máximo de 15 niños y un empleado por cada cinco niños; se
proporcionaba personal adicional en los casos en que la cantidad de infantes fuera significativa. El PIDI
proveía alimentos para cubrir el 70% de las necesidades nutricionales diarias de los niños, así como
programas de actividades educativas, y de seguimiento de la salud y la nutrición. Se estimó que el costo
presupuestario del programa rondaba los US$ 43 mensuales por beneficiario, aproximadamente el 20% del
PIB per cápita. En términos de diseño del programa, el PIDI puede caracterizarse como un programa
integrado de base comunitaria.
Behrman, Cheng y Todd (2004) evalúan el efecto del programa PIDI, basados en medidas múltiples de
resultados relacionadas con la nutrición y la salud infantil (Puntaje Z correspondiente a la talla en relación
con la edad y al peso en relación con la edad) y con el desarrollo de aptitudes cognitivas y psicosociales
(puntaje de los niños en una gama de pruebas de habilidades motrices básicas y finas, de lenguaje, auditivas
y psicosociales). Los resultados muestran que el programa aumentó de forma significativa el desarrollo
cognitivo y psicosocial, especialmente en el caso de los niños que participaron durante al menos siete
meses. El análisis de costo-beneficio, basado en sus cálculos y en evidencia de estudios de salarios para los
países en desarrollo, sugiere que el programa PIDI mostró tasas de rentabilidad razonablemente altas.
11
A pesar de tener conocimiento de que se han producido cambios, el programa PIDI descrito aquí es aquel que operaba a principios de la
década de 1990, debido a que es la versión del programa que ha sido evaluada de forma más sistemática.
214
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
Dicho programa consiste, principalmente, en guarderías comunitarias donde los niños pobres reciben
alimentos y cuidado de una madre comunitaria elegida por la asociación de padres. La madre a cargo del
cuidado debe contar con un grado básico de educación y, en la mayoría de los casos, una casa lo
suficientemente grande. Además, debe estar certificada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF), que actúa como oficina regional del Ministerio de la Protección Social que supervisa el programa.
Por lo general, la madre comunitaria cuida en su casa a los niños de los padres que pertenecen a la
asociación (aunque en un número reducido de casos, los centros funcionan en instalaciones más grandes
especialmente construidas para tal efecto). Cada familia aporta un pequeño arancel mensual (de alrededor
de US$ 4) que se utiliza para pagar un modesto salario a la madre comunitaria. Cada centro atiende a un
máximo de 15 niños. La asociación de padres recibe fondos del gobierno para comprar los alimentos que se
entregan semanalmente a la casa de la madre comunitaria. El menú varía según la región y lo establece un
nutricionista de la oficina regional del Ministerio de la Protección Social. Además de los alimentos
incluidos en el menú regional, los niños reciben una bebida nutricional llamada bienestarina. Los alimentos
recibidos (incluida la bebida) les proporcionan el 70% de las calorías diarias aconsejables.
Attanasio y Vera-Hernández (2004) evaluaron los efectos de Hogares Comunitarios y concluyeron que el
programa tiene un impacto importante en el estado nutricional de los niños menores y en el desempeño
académico de niños mayores, así como en la oferta laboral femenina. En particular, sus estimaciones
sugieren que un niño de 72 meses de edad que haya asistido a Hogares Comunitarios durante toda su vida
sería, en promedio, 3,8 centímetros más alto que si no hubiera asistido, con efectos más sustanciales en el
caso de niños de hogares más pobres. También concluyeron que en niños de entre 13 y 17 años, las
probabilidades de que los niños varones que participaron en el programa asistieran a la escuela habían
aumentado significativamente en 0,19; y en el caso de las niñas, en 0,28.
12
La selección de estos niños se basó en una prueba de medias utilizada en Colombia (SISBEN).
215
Más crecimiento, más equidad
base de leche por semana. La estimulación consistía en visitas domiciliarias semanales de una hora de
duración por parte de trabajadores de la salud comunitarios, con el objetivo de mejorar la interacción entre
madre e hijo mediante el juego. Ambas intervenciones beneficiaron significativamente el desarrollo y, en el
caso de los niños que habían recibido ambos tratamientos, se alcanzó el nivel de desarrollo de los que no
sufrían de desnutrición crónica.
A la edad de 7 y 11 años, los niños con desnutrición crónica, a quienes no se le había asignado intervención,
presentaban niveles de inteligencia inferiores y mostraban un funcionamiento cognitivo más precario que
los niños que no padecían de desnutrición crónica. Además, a los 11 años, el desempeño escolar de los
primeros no era tan bueno. Los niños con desnutrición crónica que habían recibido estimulación
experimentaron beneficios significativos a nivel de sus habilidades cognitivas. Los pequeños beneficios
alcanzados como resultado de la complementación nutricional observados a la edad de siete años ya no
estaban presentes a los 11 años.
Al cumplir 17 y 18 años, 103 de los 129 jóvenes con talla baja (y los del grupo control que no padecían de
tal condición) fueron examinados nuevamente. No se encontraron efectos significativos de la
complementación nutricional. Los autores notan que estos hallazgos pueden tener su origen en que la leche
se compartió o se sustituyó por otro alimento, lo que redujo el aumento neto en el consumo y que una
complementación más efectiva o de mayor duración podría haber beneficiado el conocimiento posterior. En
comparación con la ausencia de intervención, la estimulación resultó en puntuaciones más altas del
coeficiente intelectual y puntuaciones más altas en las subescalas verbales, en la prueba ilustrada de
vocabulario Peabody, en las analogías verbales y en las pruebas de lectura. Los participantes no
estimulados, que padecían desnutrición crónica, alcanzaron resultados significativamente peores en 11 de
12 pruebas cognitivas y educativas que el grupo que no sufría de tal condición. Los autores concluyen que
la talla baja para la edad en la niñez temprana está asociada a déficits cognitivos y educativos en la etapa
final de la adolescencia, que podrían reducirse de recibir los niños estimulación temprana y que tal
intervención podría integrarse satisfactoriamente en programas que brindan servicios de salud para niños
pequeños.
216
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
cantidades suficientes; tanto las instituciones de salud locales como el personal de campo de
Progresa/Oportunidades expresaron preocupación respecto de su disponibilidad física.
Behrman y Hoddinott (2005) examinan el impacto del complemento nutricional del programa en las zonas
rurales. Comparaciones no ajustadas encuentran un impacto nulo o incluso negativo en la nutrición infantil.
Sin embargo, los complementos nutricionales no llegaron a todos los niños que debían recibirlos. Ante la
escasez de complementos, los proveedores de servicios de salud –aparentemente de forma discrecional–
asignaron los complementos a los niños más desnutridos. Luego de controlar por los efectos del acceso al
complemento nutricional, las estimaciones indicaron efectos positivos, significativos y sustanciales en niños
de entre 12 y 36 meses de edad13, que implican un aumento de alrededor de un sexto respecto de la media
de crecimiento anual para estos niños, así como una menor probabilidad de sufrir de desnutrición crónica.
Los efectos son algo mayores en el caso de niños de comunidades más pobres pero cuyas madres saben leer
y escribir eficazmente. Las consecuencias a largo plazo de estas mejoras no son triviales, su impacto a
través de la talla de los adultos podría resultar en un aumento del 2,9% en los ingresos a lo largo de la vida.
9.4 Marco de ciclo de vida para calcular los efectos de programas DNT
A fin de ayudar a identificar los posibles beneficios que podrían obtenerse de mejores programas de
desarrollo en la niñez temprana, así como la información necesaria para evaluar esos beneficios, se resume
el modelo estilizado de los posibles efectos de programas de DNT en niños a lo largo de sus ciclos de vida,
el cual se describe más detalladamente en Behrman et al. (2008). Parte de lo que resulta de interés con
respecto al impacto de programas de DNT es si dichos programas aumentan los recursos que los niños
tendrán como adultos. Por ejemplo, ¿los harán más productivos, más saludables o quizá menos susceptibles
de tener una conducta riesgosa?
Cuando un niño se convierte en adulto, tendrá recursos a su disposición que dependerán principalmente de
su capacidad de generar ingresos, de la de su cónyuge (si lo hubiera) y de la de otros miembros de la
familia, así como de las reglas de distribución de recursos dentro del hogar, todo ello dentro de un contexto
específico de mercado, familia, servicios públicos y red social. Estos recursos dependerán de un número de
características individuales, incluidas las capacidades, como el funcionamiento intelectual y físico; los
activos físicos y financieros; las preferencias en cuanto a cómo utilizar el tiempo o si se desea tener hijos;
dotaciones; factores como las habilidades genéticas y salud innata, género, etnicidad y raza que podrían
afectar la naturaleza de los ingresos del mercado laboral local y otras opciones de recursos; y de su poder de
negociación dentro del hogar. Los recursos del individuo también dependerán de factores como la
comunidad local, el mercado y otros factores contextuales, así como de situaciones imprevistas.
13
Se utilizaron estimaciones de efectos fijos por niño que controlan por la heterogeneidad no observada, correlacionada con el acceso al
complemento.
217
Más crecimiento, más equidad
Los programas de desarrollo en la niñez temprana afectan los recursos del adulto, alterando la naturaleza de
sus experiencias en las etapas iniciales de la vida y, por tanto, las inversiones en etapas previas del ciclo de
la vida, y afectando, de esta manera, los eventuales activos humanos y físicos del adulto. Estos cambios
alteran, además, las opciones disponibles en su adultez en cuanto a inversiones en sus propios hijos.
A fin de proporcionar una ilustración más detallada, se presenta el ejemplo del funcionamiento intelectual
del adulto con diferentes tipos de capacidades. Se consideran tres etapas del ciclo de vida:
Primera etapa del ciclo de vida: preescolar (desde la concepción hasta los cinco o seis años). Durante
esta etapa, los niños podrían estar directamente expuestos a programas de DNT que podrían tener
efectos importantes en el corto plazo.
Segunda etapa del ciclo de vida: edad escolar (generalmente de 7 a 15 años en Guatemala, aunque una
minoría continúa en la escuela hasta edades más avanzadas). Durante esta etapa, los niños ya no
están expuestos en forma directa a los programas de DNT, pero podrían existir impactos
persistentes a mediano plazo, resultantes de la exposición previa durante la etapa preescolar.
Tercera etapa del ciclo de vida: adultez. Durante esta etapa, los individuos ya no están expuestos en
forma directa a los programas de DNT (aunque sí lo estén sus hijos), pero podrían existir impactos
persistentes a largo plazo como consecuencia de la exposición previa durante la etapa preescolar,
incluidos los efectos provenientes de la segunda etapa del ciclo de vida, en particular, relacionados
con la educación.
Esto da como resultado un marco donde el funcionamiento intelectual del adulto está determinado por una
función de producción que cuenta con los siguientes factores de producción: todas las experiencias previas
correspondientes a las etapas de los tres ciclos de vida, características genéticas e inobservables y el azar.
Lo ideal sería que uno utilizara buenas estimaciones del impacto de los factores de producción en cada
etapa a fin de identificar los caminos a través de los que actúan los programas de desarrollo en la niñez
temprana. El camino comenzaría con programas experimentados por los individuos durante la etapa del
ciclo de vida preescolar y los seguiría a lo largo de la etapa escolar hasta llegar a los recursos de que
disponen como adultos, para así medir el impacto de intervenciones de DNT en dichos individuos.14
Sin embargo, calcular estos impactos no es sencillo desde el punto de vista empírico. En primer lugar,
existen dificultades para identificar el efecto causal de las intervenciones tempranas en DNT en las
capacidades del adulto. Probablemente, resulte difícil debido a que tales inversiones se realizan en presencia
de factores no observables (como la dotación de aptitudes y de salud) en etapas previas del ciclo de vida
que podrían sesgar los impactos medidos. En segundo lugar, los datos correspondientes al ciclo de vida
completo del individuo (desde la concepción hasta la adultez) generalmente, no están disponibles, de
manera que las tres etapas puedan calcularse de la misma base de datos. Se aborda el primer desafío
mediante metodologías econométricas adecuadas que tienen en cuenta el papel de los factores no
observables. El segundo desafío se aborda combinando cálculos provenientes de datos disponibles para
Guatemala con los de otros estudios relevantes.
14
Existen cálculos de la función de producción y de la función de salarios para Guatemala (véase la sección 9.5.1, más adelante).
218
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
9.5 Revisión de la literatura sobre los efectos del DNT en los resultados alcanzados durante el
ciclo de vida
En esta sección, se resumen las estimaciones del efecto de programas de desarrollo en la niñez temprana
(DNT) provenientes de diferentes países en desarrollo, inclusive Guatemala. Estos resultados proporcionan
una perspectiva acerca de la importancia del DNT así como datos para las simulaciones del impacto de
programas hipotéticos de mejora de DNT en Guatemala, que se desarrollan en la sección 9.6. Se comienza
con evidencia proveniente de Guatemala, principalmente, sobre los vínculos directos entre programas de
DNT y sus resultados, tales como la nutrición y los logros escolares; pero también se describen algunas
relaciones de la función de producción de las aptitudes cognitivas y los salarios de los adultos. Luego, se
analizan los impactos de programas de DNT en otros países en desarrollo.
9.5.1 Evidencia proveniente de Guatemala sobre los efectos del DNT durante el ciclo de vida
Parte de la evidencia más abundante disponible sobre los efectos a más largo plazo de algunas de las
dimensiones del DNT, en particular, con respecto a la nutrición, proviene de un estudio de más de 35 años
de duración sobre el impacto de una intervención nutricional experimental en cuatro aldeas guatemaltecas
entre 1969-77. En primer lugar, se describe la intervención y datos relacionados, y luego se resume las
estimaciones sobre los efectos a más largo plazo.15
Los datos utilizados en los estudios que se resumen en la Sección 9.5.1.2 se basan en el mencionado ensayo
de mayor escala y fueron tomados de individuos que tenían entre cero y siete años durante 1969-77 en
cuatro aldeas en Guatemala occidental. Tres aldeas –San Juan, Conacaste y Santo Domingo– están situadas
en áreas montañosas con suelos de baja fertilidad, mientras que el potencial agrícola de Espíritu Santo
–ubicado en el valle de un río– es un tanto más alto. Las cuatro aldeas están localizadas relativamente cerca
de la Carretera Atlántica, que conecta la Ciudad de Guatemala con la costa caribeña del país, a distancias
que van desde 36 km a 102 km de la Ciudad de Guatemala. De enero de 1969 a febrero de 1977, el INCAP
implementó un ensayo de complementación nutricional en estas cuatro aldeas y recopiló datos sobre
crecimiento y desarrollo infantil. La recolección de datos se centró en todos los niños de las aldeas de hasta
siete años así como en las mujeres embarazadas y lactantes. Dos aldeas, Conacaste y San Juan, fueron
designadas en forma aleatoria para recibir una bebida energética de altas proteínas, Atole, como
complemento nutritivo. A las otras aldeas se les ofreció Fresco, una bebida fresca, transparente y con sabor
a fruta. Los complementos nutricionales (es decir, Atole o Fresco) se distribuían diariamente en centros
destinados a tal efecto, en forma voluntaria, a todos los miembros de la comunidad en tiempos que
15
Detalles adicionales pueden encontrarse en Behrman et al. (2008), Maluccio et al. (2007) y Martorell et al. (2005).
219
Más crecimiento, más equidad
resultaban convenientes a madres e hijos pero que no interferían con los horarios comunes de las comidas.16
Los niños de las aldeas que recibían Atole consumían en promedio más calorías y más micronutrientes que
aquellos de las aldeas que recibían Fresco.
Entre 1991 y 1996, los investigadores emprendieron un seguimiento de los nacimientos (los descendientes
de los miembros de la muestra original) en las aldeas originales (los emigrantes no fueron estudiados). En
1996, se expandió el rango de datos recopilados con el fin de incluir el seguimiento de los embarazos y
llevar a cabo una recopilación de datos longitudinales sobre los hijos. Entre 1996 y 1999, en lo que se llama
el Estudio sobre los Efectos Generacionales, se recopiló información sobre todos los niños nacidos y sobre
los que habían nacido con anterioridad al lanzamiento de este estudio y que eran menores de tres años en
1996. Todos estos niños recibieron seguimiento hasta que cumplieron los tres años o hasta que el estudio
llegó a su fin, lo que haya ocurrido primero. Los datos recolectados incluían peso y talla al nacer, peso y
talla a intervalos periódicos, morbilidad y conductas saludables, lactancia, consumo de alimentos
suplementarios, la capacidad funcional y el funcionamiento intelectual de las madres así como la
interacción entre madre e hijo (Ramakrishnan et al., 1999).17 Finalmente, un equipo multidisciplinario de
investigadores, incluidos dos de los autores de este capítulo, emprendió la recolección de datos de
seguimiento entre 2002 y 2004 de todos los participantes del período de recolección de datos de 1969-77.
9.5.1.2 Cálculos de los efectos directos e indirectos de la nutrición en la infancia temprana a partir de datos
del INCAP
El Cuadro 9.6 resume las estimaciones de los efectos directos de la intervención nutricional infantil en los
resultados del ciclo de vida adulto. Se trata de estimaciones del impacto causal de haber sido expuesto al
mejor complemento nutricional (Atole) en lugar de al otro (Fresco) durante los críticos primeros 24-36
meses de vida. Maluccio et al. (2007) informan sobre efectos significativos y sustanciales de exposición a la
intervención con Atole (en comparación con Fresco) durante el período que va desde el nacimiento hasta
los 36 meses sobre una serie de resultados relacionados con la educación. Entre las mujeres, los años de
escolaridad aumentaron en más de un grado completo. Los puntajes de pruebas de comprensión de lectura y
aptitudes cognitivas no verbales aumentaron en aproximadamente un cuarto de una desviación estándar en
cada caso, tanto en hombres como en mujeres. Entre los hombres (que tienen más posibilidades de entrar al
mercado de trabajo formal, con una participación superior al 95%), la exposición durante los primeros 24
meses de vida conllevó a aumentos sustanciales, aunque no estadísticamente significativos en cuanto al
16
Durante todo el período de recolección de datos, se implementó un programa de atención médica primaria gratuita. En todas las aldeas se
ofrecieron servicios periódicos de salud preventiva, como campañas de inmunización y de desparasitación.
17
Entre 1991 y 1999, 698 hijos de 392 mujeres del estudio original fueron medidos al nacer. De 1996 a 1999, 570 hijos de 363 mujeres
recibieron seguimiento rutinario con el objetivo de realizarles medidas antropométricas hasta los tres años de edad.
220
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
ingreso anual total (de casi US$ 900, en comparación con el promedio de aproximadamente US$ 3.500), y a
aumentos importantes en salarios ganados por hora de US$ 0,67, alrededor de un tercio del salario
promedio.
Cuadro 9.6
Impacto (en negrilla) y Valores t (en cursiva) de la exposición a los
complementos alimenticios Atole versus Fresco
(en menores de entre 0-36 meses sobre años de educación, comprensión lectora, habilidades
cognitivas no verbales, ingresos, salario por hora y horas trabajadas: adultos entre 25 y 42 años)
Nuevas estimaciones del impacto directo de las aptitudes cognitivas y de la talla alcanzadas en el período
preescolar sobre los años de escolaridad y sobre resultados seleccionados en adultos. El Cuadro 9.7
resume las nuevas estimaciones del impacto sobre los resultados en la segunda y tercera etapas del ciclo de
vida llevadas a cabo para esta publicación, utilizando los métodos de Mínimos Cuadrados Ordinarios
(MCO) y de Variables Instrumentales (VI).18 Dados los sesgos que pueden estar presentes en el caso de las
estimaciones con MCO, la discusión de los resultados se basará en las regresiones con VI.19 El cuadro
explora los efectos de las aptitudes cognitivas y la talla alcanzadas en el período preescolar en los años de
escolaridad y, en el caso de los adultos (de entre 25 y 42 años), en las aptitudes de comprensión de lectura,
las aptitudes no verbales, la talla, el índice de masa corporal, el logaritmo del ingreso laboral total, el
logaritmo del ingreso laboral por hora trabajada y el logaritmo del total de horas trabajadas. En otras
palabras, las regresiones calculan si la mejora en las aptitudes cognitivas y/o el estado nutricional a edades
tempranas tienen impactos en etapas posteriores del ciclo de vida. Cada estimación controla además por
características familiares (la escolaridad y los activos de los padres), la comunidad en la que vivía el
18
Las estimaciones con VI tienen en cuenta el hecho de que las propias variables explicativas, en este caso las aptitudes cognitivas o la talla
alcanzada en el período preescolar, pueden no ser exógenas, sino estar determinadas por el comportamiento de los individuos.
19
Behrman et al. (2008), por ejemplo, demuestran que las estimaciones por mínimos cuadrados ordinarios subestiman sustancialmente el
efecto de las aptitudes cognitivas del período preescolar.
221
Más crecimiento, más equidad
individuo durante su infancia y el sexo del individuo. El cuadro presenta el tamaño del efecto estimado en
términos de desviaciones estándar de las variables dependientes en relación con un cambio de una
desviación estándar en las aptitudes cognitivas o en la talla alcanzadas en el período preescolar.20 Por
ejemplo, el dato en el Cuadro 9.7 correspondiente al impacto de las aptitudes cognitivas en el período
preescolar en las aptitudes de comprensión de lectura de adultos de 0,54 significa que se estima que dichas
aptitudes de comprensión de lectura aumentarán en 0,54 de una desviación estándar en respuesta a un
aumento de una desviación estándar en las aptitudes cognitivas durante el período preescolar. La magnitud
del efecto se muestra solamente en los casos en que era estadísticamente significativo.
Cuadro 9.7
Tamaño del efecto para asociaciones estimadas en efectos causales de las habilidades
cognitivas de la niñez temprana y de la talla sobre algunos resultados del ciclo de vida
(los valores t son presentados en cursiva)*
MCO VI
Habilidades Habilidades
Talla Talla
cognitivas cognitivas
preescolar preescolar
preescolares preescolares
Ingreso total del trabajo de los adultos (ln) 0,05 0,06 0,06
2,08 2,11 2,58
El tamaño del efecto en los logros escolares, las aptitudes de comprensión de lectura de adultos y aptitudes
no verbales ronda entre 0,39 y 0,72. La magnitud del impacto de la talla en el período preescolar sobre las
aptitudes no verbales del adulto es positiva y estadísticamente significativa pero menor que el impacto
sobre esta variable de las aptitudes cognitivas durante el período preescolar. El coeficiente correspondiente
al impacto de las aptitudes cognitivas durante el período preescolar sobre el índice de masa corporal del
20
Las dos variables de capital humano preescolar están significativamente correlacionadas (0,13) y, por lo tanto, existe un problema
potencial para identificar la contribución independiente de cada una de ellas, particularmente, en el caso de las estimaciones con variables
instrumentales (VI). Sin embargo, debido a que algunos estudios solo consideran el impacto de los programas de DNT en la talla en el
período preescolar y como nuestras estimaciones con VI sugieren que las aptitudes cognitivas preescolares son relativamente más
importantes para predecir la mayoría de los resultados subsiguientes que investigamos, interesa saber que un cambio en la desviación
estándar de uno en la talla en el período preescolar predice una desviación estándar de 0,128 en las aptitudes cognitivas del período
preescolar (t =4,90).
222
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
adulto es negativo y marginalmente significativo, lo que sugiere que un desarrollo cognitivo mayor redunda
en una propensión menor al sobrepeso o a la obesidad.21
Nuevas estimaciones del impacto indirecto sobre los salarios de los adultos. El Cuadro 9.8 presenta las
nuevas estimaciones de la función de producción en relación con el salario, llevadas a cabo para esta
publicación. Se exploran los impactos de los años de escolaridad y las aptitudes de comprensión de lectura,
como posibles canales mediante los cuales las aptitudes cognitivas y la talla, correspondientes al período
preescolar, podrían afectar el ingreso laboral total, el ingreso laboral por hora trabajada y el total de horas
trabajadas de los adultos.22 La magnitud del efecto presentada en el Cuadro 9.8 supera ligeramente 0,30 en
el caso del logaritmo del ingreso laboral y de las tasas salariales para los años de escolaridad y supera
ligeramente 0,40 en el caso de las calificaciones de comprensión de lectura. En combinación con los
resultados presentados en el Cuadro 9.7, estos resultados implican que la magnitud del impacto indirecto de
las aptitudes cognitivas del período preescolar sobre el logaritmo del ingreso laboral, a través del canal de
los años de escolaridad, ronda 0,13 (=0,39*0,325), mientras que su impacto a través de las aptitudes de
comprensión de lectura en adultos ronda los 0,23 (=0,54*0,432). De esta manera, estos cálculos sugieren
que, a través de su impacto sobre los años de escolaridad o la comprensión de lectura en adultos, los
programas de DNT que aumentan sustancialmente las aptitudes cognitivas del período preescolar
probablemente tengan impactos considerables en el ingreso y las tasas salariales de los adultos.
Cuadro 9.8
Efectos (en negrilla), tasas de retornos y valores t/z (en cursiva) por ingreso, salario
por hora y horas trabajadas como función de años de educación y habilidades
de comprensión lectora: adultos guatemaltecos entre 25 y 42 años
* Todas las estimaciones también controlan por una cuadrática de la edad, la comunidad en la que pasó la infancia
y el sexo. Para las estimaciones de VI, la primera fase de identificación de los instrumentos fueron: si hubo
exposición al suplemento Atole cuando el niño tenía entre 0-36 meses de edad, el control por estar en la cohorte, si
la madre había fallecido antes de los 2 años de edad de su hijo, nivel de escolarización de los padres, índice de
activos de los padres, ratio de alumnos por profesor en las escuelas de la comunidad a la edad de 10 años, y -
cuando el niño tenía dos años- si había un médico en la comunidad, si existía servicio de agua en la comunidad, y
si la escuela primaria tenía una estructura permanente. El diagnóstico de las estadísticas, en general, es bastante
satisfactorio, aunque la prueba de sobreidentificación en los ingresos y el nivel de escolaridad es significativo en el
nivel 0,09. Debido a que hay un número de hermanos en los datos, se controlaron por clusters por cada madre, lo
que tiende a reducir la significancia.
Fuente: Datos longitudinales del Estudio INCAP.
21
Más de la mitad de la muestra de adultos presenta sobrepeso y el 17% es obesa, de manera tal que para la mayor parte de la muestra, un
índice de masa corporal más bajo podría representar una mejora en términos de salud.
22
Las variables de ingresos y horas trabajadas entran en las regresiones en logaritmos. Cuando la talla o las aptitudes no verbales del adulto
se agregan a la especificación y se tratan como determinadas por el comportamiento, sus coeficientes estimados no resultan significativos.
223
Más crecimiento, más equidad
Impacto indirecto en el capital humano infantil de la próxima generación. Behrman et al. (2007b)
presentan estimaciones del impacto del capital humano materno, tanto intelectual como biológico, sobre el
capital humano infantil. El Cuadro 9.9 resume sus resultados. Estas estimaciones sugieren que el capital
humano materno tiene impactos significativos en los seis indicadores del capital humano infantil intelectual
y del biológico. Estos cálculos muestran, en primer lugar, que las aptitudes cognitivas maternas tienden a
predecir mejor el capital humano biológico de los niños; y, en segundo lugar, el capital biológico materno
es significativo y tiene mayores efectos que el capital intelectual materno en el caso de la mitad de los
resultados infantiles considerados. Así, el capital humano materno intelectual y el biológico constituyen
canales mediante los cuales las experiencias de mujeres en el período preescolar tienen efectos
intergeneracionales importantes.
Cuadro 9.9
Estimaciones del impacto del capital humano de las madres sobre el capital humano de los niños1
Capital humano intelectual de las madres (educación Capital humano biológico de las madres
o habilidades cognitivas) (talla)
Coef t Tamaño del efecto Indicador Coef t Tamaño del efecto
G3 Capital humano intelectual
Años de educación² 0.152 2.30 ** 0.17 Educación 0.151 2.61 *** 0.32
G3 Capital humano biológico
Antropometría al nacimiento
Peso al nacimiento (kg) 0.004 2.35 ** 0.22 Hab. Cog. 0.027 2.64 *** 0.31
Talla al nacimiento (cm) 0.018 1.92 * 0.19 Hab. Cog.
2/ Diferencia entre grados completos de educación y de la media del cohorte de edad (positivo si los grados concluídos > de la media del cohorte).
*** p= 0.01, ** p=0.05, * p=0.10.
Impacto indirecto sobrelas aptitudes cognitivas de los adultos. Behrman et al. (2007a) presentan
estimaciones de la función de producción para dos tipos de aptitudes cognitivas en los adultos (entre 25 y
42 años de edad), a saber, aptitudes de comprensión de lectura y aptitudes no verbales (pruebas de Raven),
como función de experiencias de comportamiento en la edad preescolar, escolar, y postescolar, y de
dotaciones no observables. Las experiencias nutricionales, de enfermedad y de estimulación del período
preescolar están representadas empíricamente a través de una variable que indica si el niño presentaba talla
baja para la edad a los 72 meses de vida, justo antes de la edad normal para el ingreso a la escuela; las
experiencias de la edad escolar están representadas por los años de escolaridad; y las experiencias de la
edad postescolar están representadas por los años de trabajo calificado y por la edad, que a su vez refleja
aprendizaje u obsolescencia.
El Cuadro 9.10 presenta las estimaciones para las aptitudes cognitivas de comprensión de lectura en adultos
(Panel A) y las aptitudes cognitivas no verbales (Panel B) para los cálculos del impacto de las experiencias
224
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
en el período preescolar (E1) y las del período de edad escolar (E2). El resultado básico es que las
experiencias del período preescolar son determinantes significativos de las aptitudes cognitivas del adulto.
Los cálculos suponen que si un niño que sufre de desnutrición crónica a los 72 meses de vida no tuviera
dicha condición, se aumentaría la comprensión de lectura en adultos en 0,50 de una desviación estándar y
se aumentarían las aptitudes no verbales del adulto en 0,70 de una desviación estándar. Estos efectos son
sustanciales. Los logros escolares también tienen un efecto significativo en la comprensión de lectura
(aunque no lo tienen en las aptitudes cognitivas no verbales). En el caso de la comprensión de textos, la
comparación de los coeficientes correspondientes a las experiencias preescolar y escolar sugiere que, para
compensar las pérdidas asociadas a haber sufrido desnutrición crónica a los 72 meses, se requerirían 4,2
grados adicionales de escolaridad.
Cuadro 9.10
Efecto de los insumos recibidos durante la niñez temprana y la edad escolar en
la función de producción de habilidades cognitivas de los adultos guatemaltecos*
9.5.2 Evidencia adicional de efectos a más largo plazo de DNT de otros países en desarrollo
Desarrollo cognitivo preescolar y resultados durante el ciclo de vida. El tercero de los documentos de The
Lancet, mencionados en la introducción, examina 19 evaluaciones de intervenciones en DNT desde 1990
que cumplen con seis criterios: “(a) ensayo controlado aleatorio o grupo de comparación igualado; (b)
intervención anterior a los seis años; (c) evaluación de efectividad o evaluaciones de programa (no ensayos
de eficacia); (d) seguimiento del desarrollo del niño; (e) enfoque en niños desfavorecidos; y (f) país en
desarrollo” (Engle et al., 2007, pág. 232). El Cuadro 9.11 resume los resultados de estas intervenciones en
11 casos diferentes.23 Estas estimaciones están relacionadas con resultados durante la etapa del ciclo de vida
preescolar (estudios 2-4, 7-8, 10-11) y con los de la edad escolar (estudios 1, 5, 9) que se discuten en la
sección 9.4. Sin embargo, no intentan controlar por la determinación endógena de los indicadores de
desarrollo cognitivo de la primera etapa preescolar. Por lo tanto, proporcionan evidencia de las
asociaciones, a lo largo del ciclo de vida, del desarrollo cognitivo preescolar con otros resultados
23
El hecho de que este examen halló que había habido tan pocas intervenciones de DNT evaluadas sistemáticamente en la totalidad de los
países en desarrollo durante una década y media, y de que muchos de estos casos se basaron en un número reducido de comunidades (solo
una de las evaluaciones de la intervención de DNT incluida en este cuadro se basa en una muestra nacional y más de un tercio se basan en
menos de 10 comunidades), enfatiza el punto de que probablemente haya altas tasas de retorno, en términos de conocimiento y de
aprendizaje, para la formulación de políticas, asociadas a ampliar el rango de programas de DNT de diferentes tipos y en diferentes países
evaluados en forma sistemática.
225
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 9.11
Resumen de 11 evaluaciones sistemáticas disponibles de programas de niñez temprana
en países en desarrollo desde 1990 en los que se incluyen efectos causales
Tamaño de
País Intervención Edad del niño Tipo de resultado Efecto cognitivo Escala**
muestra
I. Principalmente programas basados en centros
1 Argentina Incremento de centros 3-5 años Pruebas de matemáticas y 0.23 >125,000 3
educativos preescolares español
2 Bangladesh Preescolar por ONG, 4.5-6.5 años (1) Desarrollo cognitivo de 0.20-0.23 208 1
alimentación WPPSI-III
5 Guinea Comunidad informal 2-6 años Desarrollo cognitivo (prueba 0.33; 0.66* 877 2
basada en centros de básica de Boehm simplificada)
aprendizaje para menores para niños de 5 años
8 Vietnam Centros y hogares 0-3 años para Matrices de Raven para niños de 0.25 313 1
(educación, padres, nutrición 6.5 a 8.5 años
nutrición)
4-5 para
nutrición
II. Programas sobre la enseñanza de padres y su entrenamiento para mejores interacciones entre padres y niños
9 Bangladesh Grupos de padres que se 2-3 años (1) Conocimiento materno (1) .31 329 2
reunían semanalmente conocimiento
durante un año. materno
13 Jamaica Visita a los hogares de 9-30 meses (1) Escalas de desarrollo mental 0.8* 130 1
auxiliares de salud de Griffiths
(crianza de los hijos) (2) Las madres, los
conocimientos y las prácticas de
crianza
226
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
18 Filipinas Hogares (programas de 0-4 años Lista de ECD de motricidad,el 0.5~1.8 6,693 2
cuidados de la familia, lenguaje receptivo y expresivo,
visitas a hogares) habilidades socio-emocionales,
cognitivas, y habilidades de
autoayuda
*Controlando por SES; ** Escala=1 cobertura < 10 comunidades; 2 cobertura > 10 comunidades o distritos, pero no nacional; 3 cobertura.
Fuentes: 1 Berlinski, Galliani y Gertler (2006); 2 Aboud (2006); 3 Jaramillo y Tietjen (2002); 4 Jaramillo y Tietjen (2002); 5 Watanabe et al. (2005); 6 Aboud (2006); 7
Powell et al. (2004); 8 Powell (2004); 9 Kagitcibasi, Sunar y Bekman (2001); 10 Behrman, Cheng y Todd (2004); 11 Armecin et al. (2006) y Ghuman et al. (2006b).
Fuente: Cuadro basado en información proveniente de Engle et al. (2007, Tablas 2 y 3).
subsiguientes, pero no permiten identificar efectos causales. Sin embargo, proporcionan evidencia
adicional, más allá de la suministrada en la sección 9.5.1, específica de Guatemala, de que aquello que
sucede en la niñez temprana está asociado en forma significativa a los resultados en la etapa preescolar y en
la etapa escolar. Estas estimaciones sugieren que algunas de las intervenciones podrían generar mejoras en
el desarrollo en la niñez temprana. Proporcionan, a su vez, una perspectiva de la magnitud de los cambios
en el capital humano del período preescolar asociadas a los programas de DNT, cuyos efectos se simulan en
la sección 9.6.
Desnutrición materna e infantil y resultados durante el ciclo de vida. A principios de 2008 se publicó una
nueva serie de The Lancet sobre las implicaciones de la desnutrición materna e infantil en los resultados
durante el ciclo de vida. El documento realizado por Victora et al. (2008) examina las asociaciones entre la
subalimentación materna e infantil, y los factores de riesgo en la salud adulta.24 De su examen de estudios
previos y de nuevo análisis de datos de cinco estudios de cohorte de larga data de Brasil, Guatemala, India,
Filipinas y Sudáfrica, informan que los índices de subalimentación materna e infantil (talla materna, peso al
nacer, restricción de crecimiento intrauterino, y peso, talla e índice de masa corporal a los dos años,
24
Consideraron 14 resultados de adultos: talla, escolaridad lograda y desempeño educacional; ingresos y activos; peso al nacer de los
descendientes; índice de masa corporal, composición corporal y obesidad; lípidos en la sangre; resistencia a la insulina y diabetes tipo 2;
presión arterial; enfermedad cardiovascular; función pulmonar; función inmune; tipos de cáncer; masa ósea, riesgo de fractura y
osteoporosis; y enfermedad mental. Consideraron variables de exposición medidas durante el embarazo (talla y peso maternos antes del
embarazo, aumento de peso, estado de micronutrientes y dieta), al nacimiento (peso, talla, índice ponderal y restricción al crecimiento
intrauterino) y a los dos años de edad (talla baja para la edad, peso bajo para la talla, y peso inferior al normal).
227
Más crecimiento, más equidad
utilizando los nuevos estándares de crecimiento de la OMS) están relacionados con los resultados en la
adultez (talla, escolaridad, ingresos o activos, peso de los hijos al nacer, índice de masa corporal,
concentraciones de glucosa y presión arterial).
9.6 Simulaciones de beneficios potenciales para niños de hogares de bajos ingresos en Guatemala
a partir de la atención de déficit en la niñez temprana mediante diferentes intervenciones
En esta sección se resumen los resultados de los ejercicios de simulación a fin de estimar los beneficios
potenciales para niños guatemaltecos que viven en hogares de bajos ingresos a partir de la atención de
déficits en la niñez temprana mediante una variedad de intervenciones.25 En otras palabras, se analiza cómo
ciertos resultados cambiarían en la medida en que se modifiquen las condiciones relacionadas al desarrollo
en la niñez temprana (DNT), en particular, la talla y la nutrición de niños menores. Estos beneficios se
logran potencialmente a lo largo del ciclo de vida de los niños, incluidas la morbilidad y la mortalidad en
edades preescolares (primera etapa del ciclo de vida), entrada a la escuela primaria a una edad más
temprana, logros escolares superiores, mayor aprendizaje mientras se está en el ciclo escolar (segunda etapa
del ciclo de vida), mayor productividad en años postescolares, menor morbilidad a medida que se envejece
e incluso beneficios intergeneracionales para sus hijos (tercera etapa del ciclo de vida). Los ejercicios de
simulación están basados principalmente en datos y evidencia de Guatemala, tal como está resumido en la
sección 9.5.
Simulaciones del efecto de programas de DNT de aptitudes cognitivas y talla mejoradas sobre los
resultados durante el ciclo de vida y sobre la generación siguiente. Aquí se utilizan las estimaciones de los
Cuadros 9.7, 9.8, y 9.9 a fin de simular los efectos de programas de mejora en el DNT sobre la finalización
de la escolaridad y las aptitudes de comprensión de lectura, aptitudes no verbales, índice de masa corporal y
resultados del mercado laboral de adultos así como en los resultados escolares y antropométricos durante
las primeras etapas de la vida de la generación siguiente. El Cuadro 9.12 resume estas simulaciones en el
caso de programas de DNT con los efectos indicados sobre las aptitudes cognitivas y talla preescolares
proporcionadas en la parte superior de cada columna. Se incluyen efectos de una desviación estándar de
0,25 a 1,0 en el caso de aptitudes cognitivas del período preescolar y de 0,25 a 0,75 en el caso de talla
alcanzada durante el mismo período. Se proporcionan más detalles del primer caso debido a su mayor
importancia en los cálculos que se resumen en la sección 9.5. Se selecciona la gama para coincidir
parcialmente con la gama de los efectos estimados (0,20-1,80) resumidos en el Cuadro 9.11. Bajo el
estimado puntual de cada efecto medio se encuentra el efecto implícito si el efecto estimado es de una
desviación estándar por debajo del efecto estimado medio o de una deviación estándar por encima del
efecto estimado medio para ese resultado.
Estos cálculos sugieren que incluso los programas de DNT que tienen efectos moderados en las aptitudes
cognitivas y la talla preescolares posiblemente tengan efectos sustanciales en los resultados obtenidos
durante el ciclo de vida, así como algún impacto en la generación siguiente. Por ejemplo, si un programa de
DNT tiene un efecto de 0,25 desviaciones estándar tanto para aptitudes cognitivas preescolares como para
talla preescolar, la primera columna del Cuadro 9.12 indica que, en promedio, los años de escolaridad
aumentan en 0,3 grados; las aptitudes de comprensión de lectura en adultos aumentan en 0,14 desviaciones
estándar; las aptitudes no verbales del adulto aumentan en 0,19 desviaciones estándar; el índice de masa
corporal del adulto se reduce en 0,9 puntos (lo cual haría que el miembro promedio de la muestra pase de la
categoría de sobrepeso a la normal); las tasas salariales del adulto aumentan en 2,9%; el total de horas
25
Otros miembros de la familia podrían también beneficiarse. Las madres, por ejemplo, podrían tener una mayor participación en la fuerza
laboral si sus hijos estuvieran matriculados en programas de DNT que proporcionan cuidado infantil.
228
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
trabajadas aumenta en 1,0 hora por semana; y el ingreso laboral total aumenta en 4,9%. Si un programa de
DNT tiene una magnitud de efecto de una desviación estándar para aptitudes cognitivas preescolares y de
0,25 para talla preescolar, la séptima columna en el Cuadro 9.12 indica que, en promedio, los años de
escolaridad aumentan en 1,4 grados; las aptitudes de comprensión de lectura aumentan en 0,54 desviaciones
estándar; las aptitudes no verbales del adulto aumentan en 0,73 desviaciones estándar; el índice de masa
corporal se reduce en 2,4 puntos (que si fuera experimentado por todos los que tienen sobrepeso, el
porcentaje en esta categoría disminuiría de 52% a 33%); las tasas salariales del adulto aumentan en 11,5%,
el total de horas trabajadas aumenta en 3,9 horas por semana; y el ingreso laboral total aumenta en 19,6%.
Además, en ambos ejemplos existen impactos menores pero significativos en la generación siguiente debido
a los mayores años de escolaridad y a la mejora de las aptitudes de comprensión de lectura de las niñas que
una vez adultas se convertirán en madres. En el último caso, por ejemplo, se simula que el impacto sería de
un aumento de 0,5 g del peso al nacer26, un aumento de 0,2 cm en la talla al nacer, un aumento de alrededor
de 0,1 en la antropometría a los 36 meses y un aumento de 0,2 grados en años de escolaridad.27
Cuadro 9.12
Efectos simulados de varios cambios en las habilidades cognitivas preescolares y la talla preescolar
inducidos por programas DNT sobre algunas realizaciones del ciclo de vida*
(Implicaciones de una desviación estándard abajo y encima las estimaciones en itálica)
Comprensión lectora de los adultos (DE) 0.14 0.14 0.27 0.27 0.41 0.41 0.54 0.54
0.09 0.09 0.18 0.18 0.27 0.27 0.36 0.36
0.18 0.18 0.36 0.36 0.54 0.54 0.72 0.72
Habilidades no verbales de los adultos (DE) 0.19 0.21 0.37 0.39 0.55 0.57 0.73 0.75
0.12 0.13 0.23 0.24 0.34 0.35 0.45 0.46
0.26 0.29 0.51 0.54 0.76 0.79 1.01 1.04
Índice de Masa Corporal de los adultos (IMC puntos) -0.9 -1.7 -1.4 -2.2 -1.9 -2.7 -2.4 -3.2
-0.4 -0.7 -0.6 -0.9 -0.8 -1.1 -1.0 -1.3
-1.5 -2.7 -2.3 -3.5 -3.1 -4.4 -3.9 -5.2
Ingreso total del trabajo de los adultos (% cambio) 4.9% 4.9% 9.8% 9.8% 14.7% 14.7% 19.6% 19.6%
1.6% 1.6% 3.3% 3.3% 4.9% 4.9% 6.5% 6.5%
9.3% 9.3% 18.6% 18.6% 27.9% 27.9% 37.2% 37.2%
Salario por hora de los adultos (% cambio) 2.9% 2.9% 5.7% 5.7% 8.6% 8.6% 11.5% 11.5%
1.0% 1.0% 1.9% 1.9% 2.9% 2.9% 3.9% 3.9%
5.4% 5.4% 10.9% 10.9% 16.3% 16.3% 21.7% 21.7%
Horas totales de trabajo (ln) 1.0 1.0 2.0 2.0 2.9 2.9 3.9 3.9
0.3 0.3 0.6 0.6 0.9 0.9 1.2 1.2
2.0 2.0 4.0 4.0 6.0 6.0 8.0 8.0
* Las simulaciones para las primeras cuatro variables dependen de los estimados del Cuadro 9.7 (nótese que existe una sobreidentificación para el estimado del IMC). Los estimados para las
tres últimas variables (del mercado de trabajo) dependen también de los estimados de escolaridad en el Cuadro 9.8 (los cuales conducen a estimados más conservadores con menos precisión
que en el caso de la comprensión lectora de las estimaciones del cuadro que se utilizó).
Fuente: Resultados basados en las estimaciones del estudio INCAP en Cuadros 9.7 y 9.8
26
Alderman y Behrman (2006) proporcionan cálculos de los efectos durante el ciclo de vida de mover a un niño de la categoría de bajo
peso al nacer (menos de 2,5 kg) a la categoría que está por encima de ese límite.
27
La efectividad de cualquier programa de DNT, incluido cualquier complemento nutritivo, determina si la magnitud del efecto relevante
para la antropométrica y las aptitudes cognitivas preescolares es relativamente pequeña o sustancial para un costo dado. Por ejemplo, si el
cambio en los complementos nutritivos descrito con anterioridad en el programa mexicano (sección 9.3.2) resultara en una
complementación más efectiva, equivaldría a aumentar la magnitud del efecto del programa de DNT moviendo las columnas más hacia la
derecha en el Cuadro 9.6.1.
229
Más crecimiento, más equidad
La segunda simulación considerada más arriba (la séptima columna del Cuadro 9.12, con un programa de
DNT que supuestamente tiene un efecto de una desviación estándar en las aptitudes cognitivas preescolares
y de 0,25 en la talla preescolar) indica que el efecto en el ingreso laboral total es de 19,6% y en las tasas
salariales por hora, de 11,5%. Sin embargo, existen razones por las cuales estos aparentes efectos
sustanciales solo proporcionaron parte de la información necesaria para comparar estos beneficios
estimados con los costos del programa de desarrollo en la niñez temprana.
A fin de realizar una comparación entre los costos de intervención y los beneficios es necesario realizar
supuestos sobre la tasa de descuento y sobre la esperanza de vida. El Cuadro 9.13 resume las conclusiones,
para tres tasas de descuento diferentes y supuestos de esperanza de vida consistentes con los datos de la
OMS para Guatemala.28 Las implicaciones de un aumento de 19,6% en el ingreso laboral total de la
columna 7 del Cuadro 9.12, con una tasa de descuento de 5%, representan una ganancia al nacer de un valor
presente descontado (VPD) de 165% del ingreso laboral anual promedio. Aunque los VPD simulados son
sensibles a las tasas de descuento y a la incertidumbre en los años en que se recibe el beneficio, parecen ser
de una magnitud suficiente para justificar un financiamiento considerable de programas de DNT, a menos
que la magnitud del efecto de tales inversiones sea bastante pequeña o que las tasas de descuento sean
considerablemente altas.
Behrman et al. (2008) también comparan la inversión en DNT con los efectos de aumentar la escolaridad o
los activos de los padres. ¿Qué es lo que sugieren estos cálculos? En primer lugar, sugieren que el aumento
de los años de escolaridad de la madre tiene efectos positivos importantes en los años de escolaridad del
niño y en la mayoría de los resultados que este alcanzará cuando sea adulto, los cuales se resumen en el
Cuadro 9.14. Los activos de los padres tienen impacto en un rango más reducido de resultados, mientras
Cuadro 9.13
Aumento del VPD para aumentos simulados con efecto tamaño de las
habilidades cognitivas preescolares de 1 y de la talla preescolar de .25
(como % del salario medio por hora y del ingreso laboral total con tasas de descuentos diferentes)
Tasa de
Tasa de salarios por hora Ingreso laboral total
descuento
3% 116% 176% 236% 100% 300% 556%
5% 64% 97% 130% 55% 165% 304%
10% 18% 28% 37% 16% 48% 88%
*Basado en la información en Cuadro 9.12 y otros cuadros en el documento original.
que los años de escolaridad del padre tienen impacto positivo sobre un rango de resultados aun menor. Por
ejemplo, el aumento de los años de escolaridad de la madre en un grado está asociado con un aumento de
0,4 grados en los años de escolaridad del niño. Sin embargo, estos resultados positivos no indican que tales
intervenciones sean superiores a los programas de DNT para estos propósitos (aunque debería reconocerse
que podrían ayudar a obtener otros objetivos deseables). Por el contrario, la magnitud de sus efectos tiende
a ser menor que la correspondiente a programas de DNT (ver, por ejemplo, el Cuadro 9.11), los costos
probablemente sean mayores y los retrasos en los efectos son mucho mayores porque hay un período de
alrededor de una década y media entre el momento de la decisión marginal de escolaridad para mujeres y su
28
Behrman et al. (2008) exploran la sensibilidad de estos beneficios en más detalle, así como la sensibilidad de los cálculos a diferentes
hipótesis acerca de la esperanza de vida.
230
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
edad promedio al momento del parto. Con una tasa de descuento de 5%, esto reduce el valor presente
descontado de cualquier impacto en la mitad, aproximadamente.
Resumen de las simulaciones. Si bien existe un número de calificaciones necesarias, debido a las
limitaciones en los datos y cálculos en los que se basa esta sección, en un número de aspectos importantes,
las estimaciones son probablemente tan buenas o mejores que otras disponibles en la literatura. Esto se debe
a los abundantes datos longitudinales del ensayo nutricional del INCAP que incluyó medidas
antropométricas y de aptitudes cognitivas preescolares, realizó un seguimiento de niños por más de 35 años
(hasta que fueron adultos) e incorporó información que sirvió para ocuparse de la determinación del
comportamiento de capital humano preescolar así como capital humano en etapas posteriores de la vida, en
presencia de dotaciones no observables como habilidades y motivaciones.
Cuadro 9.14
Asociaciones estimadas entre las características del niño y la escolaridad de la madre,
la escolaridad del padre, y los activos del hogar
(utilizando la cohorte nutricional del INCAP: efecto tamaño [en negrilla], estimado [abajo] y valor-T [en cursiva])
Escolaridad de Escolaridad de Activos del
Características del niño
madre padre hogar
Años de educación 0.19 0.19 0.23
0.39 0.31 0.88
7.26 6.61 7.50
Ingreso total del trabajo de los adultos (ln) 0.11 0.05 0.10
0.10 0.03 0.17
3.47 1.39 3.08
Los cálculos suponen que para la magnitud del efecto de programas de DNT en aptitudes cognitivas
preescolares –como la encontrada en los mejores estudios en la literatura según se resume en la edición
especial de 2007 de The Lancet–, los efectos son bastante considerables en los años de escolaridad y las
aptitudes de los adultos, la antropométrica y los resultados del mercado laboral así como en la
231
Más crecimiento, más equidad
antropométrica infantil y los logros escolares infantiles de la generación siguiente. Más aún, el valor
presente descontado de los efectos del mercado laboral, en sí mismo, sería posiblemente bastante mayor que
los costos de los recursos de los programas de DNT para tasas de descuento como las que se usan
generalmente para evaluar programas sociales. Los efectos, en términos de desarrollo infantil, en relación
con los costos, probablemente, sean mayores que los costos de inversión en escolaridad femenina, un tipo
de intervención que ha sido ampliamente recomendada en la literatura. Por lo tanto, parecería que los
programas de DNT, tal como se resumen en el Cuadro 9.11, deberían recibir alta prioridad en Guatemala.
No obstante ello, existe suficiente incertidumbre acerca del diseño y de la formulación de tales programas,
lo cual hace esencial que un componente integral del programa sea la recopilación y el análisis de
información longitudinal a fin de hacerle un seguimiento y una evaluación rigurosa en el tiempo.
Es innegable que Guatemala ha logrado importantes mejoras en algunas dimensiones del desarrollo en la
niñez temprana durante la última década. Por ejemplo, ha aumentado la matrícula preescolar. Al mismo
tiempo, ha mejorado la asistencia a la escuela de niños en edades tempranas. No obstante, los niños
guatemaltecos padecen los niveles más altos de desnutrición crónica de la Región, se han estancado las
mejoras en el estado nutricional de los menores de cinco años, sigue representando un desafío el que los
niños entren al sistema escolar a la edad adecuada, y los niños todavía abandonan la escuela a edades
relativamente tempranas (hay una caída notoria de la tasa de asistencia por edad hacia los 11 años). Como
resultado, Guatemala sigue ubicándose por debajo de la mayoría de los otros países de la Región en una
importante fracción de los indicadores del éxito escolar. Estos indicadores muestran los peores resultados
para el caso de niños indígenas, de zonas rurales y de hogares pertenecientes al quintil más bajo de la
distribución de ingreso. Si bien un alto porcentaje de niños está recibiendo alimentos o complementos
nutricionales a través de programas escolares o gubernamentales, la mayor parte de los beneficiarios son
niños entre 7 y 12 años de edad, una etapa ya tardía para lograr los impactos más significativos en una
mejor salud crónica y en el desarrollo cognitivo de largo plazo.
Una serie sobre el tema de desarrollo de la infancia, publicada recientemente en The Lancet, concluyó que
“los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil deberían considerar la expansión de programas de
alta calidad y costo-efectivos de DNT”.29 Existen considerables beneficios potenciales de una expansión de
las intervenciones en DNT en los países en desarrollo. Guatemala parecería ser un país donde sería
especialmente importante considerar tales programas y donde se esperaría que los beneficios de los mismos
sean sustanciales, dados los indicadores de pobre desempeño presentados anteriormente.
En este sentido, en Guatemala hay tres áreas de política que incluyen programas que inciden directamente
en el DNT, a saber, salud, educación y protección social. El gasto en estas áreas ha sido relativamente bajo
en Guatemala, tanto en términos de PIB como con respecto a la brecha de pobreza del país, a pesar de los
incrementos recientes. Como se mencionó anteriormente, la complementación alimentaria que recibe más
de la mitad de niños en edad escolar llega después de la edad crítica en la que se necesita apoyo nutricional.
En lo que concierne a protección social, la Evaluación de la Pobreza en Guatemala del Banco Mundial para
el año 2000 concluyó que Guatemala no posee una red efectiva para tal fin. Más recientemente, se han
puesto en marcha un número de iniciativas dirigidas a mejorar la coordinación y la efectividad de diferentes
programas existentes. Muchas de ellas incluyen componentes enfocados en el DNT. Este análisis de
diferentes programas en Guatemala incluye algunos programas prometedores que potencialmente se pueden
29
Engel et al. (2007), pag. 229.
232
9. Atención de los déficits en la niñez temprana
expander y fortalecer. Sin embargo, solo unos pocos de ellos han sido sometidos a rigurosas evaluaciones,
por lo tanto, no es posible determinar con certeza su efectividad.
Con el propósito de identificar los posibles beneficios de mejores programas de DNT así como la
información necesaria para evaluar dichos beneficios, se planteó un modelo estilizado de los posibles
efectos de programas de DNT en niños a lo largo de las diferentes etapas de su vida, incluyendo la edad
preescolar y la escolar, así como la adultez, y la posibilidad de traspasar efectos a la generación siguiente.
El marco del ciclo de vida permite una estimación más detallada de los diferentes beneficios posibles. Por
lo tanto, en este capítulo se examinaron los efectos de una mayor inversión en DNT en Guatemala, dentro
de este marco del ciclo de vida.
En este contexto, parte de la evidencia disponible más valiosa sobre los efectos en el largo plazo de algunas
dimensiones del DNT proviene de Guatemala. En concreto, se derivan de un estudio de más de 35 años de
duración sobre el impacto de una intervención experimental en materia de nutrición en cuatro aldeas
guatemaltecas en el período comprendido entre 1969 y 1977. En el análisis realizado en este capítulo, sobre
los efectos a largo plazo de la nutrición infantil y de las aptitudes cognitivas, se utilizan las estimaciones
derivadas de ese estudio y nuevas estimaciones llevadas a cabo para este capítulo.
Con este material, se simulan los beneficios potenciales para los niños que provienen de hogares de bajos
ingresos de una variedad de intervenciones que atienden los déficits de DNT. Estos beneficios potenciales
–tales como la entrada a la escuela primaria a una edad más temprana, mayores años de escolaridad, mayor
nivel de aprendizaje mientras se esté en el ciclo escolar, mayor productividad en los años posteriores a la
escolaridad, menor morbilidad a medida que se envejece e, incluso, beneficios intergeneracionales que
pasan a sus hijos– se adquieren a lo largo de la vida. Entre los aspectos importantes de la simulación de
tales beneficios radica el hecho de que la mayoría de los beneficios derivados dependen de que se sobreviva
hasta la adultez, de que las ganancias de los que sobreviven tienen lugar a lo largo de un número
potencialmente elevado de años, y de que la evolución en el tiempo de los beneficios requiere que se
utilicen técnicas de valor presente descontado (VPD) a fin de evaluar la conveniencia de las inversiones
necesarias para obtener dichos beneficios. La técnica de VPD requiere del uso de tasas de descuento que
cuando varían pueden cambiar sustancialmente los beneficios esperados. A pesar de las diferentes
salvedades señaladas acerca del modelo en el capítulo, las presentes simulaciones simulaciones muestran
beneficios potenciales significativos derivados de mejoras en la atención del DNT en Guatemala. En parte,
esto se debe a los puntos de partida bajos de los diversos indicadores. Es probable que solo el VPD de los
efectos del mercado de trabajo privado sea considerablemente mayor que los costos de los recursos de los
programas de DNT, utilizando tasas de descuento como las tradicionalmente empleadas en la evaluación de
programas sociales.30 Además, los efectos en términos del desarrollo en la niñez en relación con los costos,
probablemente sean, en cualquier caso, mayores que los derivados de invertir en la educación de niñas, una
estrategia ampliamente recomendada en la literatura relacionada con l tema. Por lo tanto, parecería que tales
programas de DNT deberían priorizarse en Guatemala.
Estas simulaciones han evaluado intervenciones hipotéticas en la niñez temprana sobre la base de
información disponible en estudios de alta calidad. Si bien existe una preeminencia de evidencia respecto a
los beneficios de largo plazo de programas de DNT en una mejora en el estado nutricional y el desempeño
30
Asimismo, podría haber otros beneficios privados adicionales, como en el plano de la salud, en formas que no afectan la productividad (y
que, por lo tanto, no están incluidos en los resultados del mercado laboral) y beneficios sociales más allá de los privados si, por ejemplo,
una mayor educación tiene externalidades positivas mediante canales como una mejora en la participación política o el control de
enfermedades contagiosas.
233
Más crecimiento, más equidad
cognitivo en niños de hasta seis años, desafortunadamente no existe un consenso sobre el diseño óptimo de
los mismos. En este sentido, vale la pena considerar algunas de las ventajas y desventajas generales de las
diferentes formas de encarar el desarrollo en la niñez temprana en lo que respecta al alcance de la
intervención; a pesar de que los programas centralizados han mostrado resultados positivos en evaluaciones
rigurosas de programas de prueba, los efectos se ven generalmente atenuados cuando se aumenta la escala
de los programas.31 Los programas centralizados pueden cubrir potencialmente a un gran número de niños,
pero el dotar de personal esos centros con empleados calificados representa, a menudo, un desafío
sustancial, con quizá implicaciones de economía política. Por ejemplo, ¿se dotará el centro con maestros
sindicalizados, instructores certificados o voluntarios? De igual manera, los medios óptimos para
proporcionar complementos nutricionales son también objeto de debate. Existe una literatura creciente que
ha examinado problemas en la distribución de alimentos, incluidos los que surgen como resultado de los
proveedores que buscan rentas (Levy, 2006). Al otro extremo del espectro de enfoques, las intervenciones
destinadas a los padres que se basan en el hogar, como el programa de visitas domiciliarias en Jamaica, han
sido objeto de un menor número de estudios rigurosos. Aunque cambiar el comportamiento de los padres
podría tener un impacto potencial mayor en la familia, por la posibilidad de que los cambios afecten a otros
miembros, algunos expertos se muestran escépticos acerca de la posibilidad de que adultos con bajos
niveles educativos puedan mejorar de manera relevante sus aptitudes como padres. Los costos de
transacción asociados a las visitas domiciliarias por parte de los trabajadores sociales podrían hacer que este
modelo sea también demasiado costoso en áreas remotas. Programas sociales integrados como los de
transferencias condicionadas de dinero han probado ser efectivas en mejorar el estado nutricional de niños
menores. Si bien estos programas se han enfocado tradicionalmente en los resultados educativos de niños en
edad escolar, también podrían jugar un papel importante en el mejoramiento de las aptitudes cognitivas de
niños menores de seis años.
Dado este nivel de incertidumbre en el diseño y desarrollo de estos programas, es esencial que un
componente integral en su diseño sea el de recoger y analizar información longitudinal a fin de poder hacer
un seguimiento y evaluación de sus costos y beneficios a lo largo del tiempo. Los efectos intermedios de un
programa para la niñez temprana podrían medirse en el corto plazo, es decir, en menos de cinco años.32 La
oportunidad de mejorar las condiciones de vida y la productividad va a depender de la implementación de
programas estratégicos que aborden necesidades nutricionales y cognitivas de los niños desde su más
temprana edad, y los coloquen en el camino del éxito a largo plazo.
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31
Un ejemplo importante de una intervención preescolar exitosa a gran escala es la experiencia de Argentina en la construcción y dotación
de preescolares (Berlinski, Galiani y Gertler, 2007).
32
Por ejemplo, el desempeño de los niños en la escuela primaria, incluida la edad de entrada a primer grado, las tasas de repitencia y el
rendimiento en evaluaciones podría medirse en un estudio de panel corto.
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10. Beneficios esperados
de la capacitación
vocacional para
jóvenes en desventaja
241
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
10.1 Introducción
Los bajos logros educativos en Guatemala han sido identificados como uno de los factores que limita el
desempeño económico de este país. Por ejemplo, la tasa de analfabetismo es la más alta en toda América
Latina. Igualmente, el nivel de escolaridad es uno de los más bajos en la Región. Por otro lado, aunque la
tasa de asistencia promedio en primaria es similar a la de sus pares centromericanos, las tasas de asistencia
a nivel de media y universidad están relativamente muy por debajo de la Región (Banco Mundial, Eduserv).
Gráfico 10.1
Distribución de los años de escolaridad de los jóvenes (18 a 25 años) en Guatemala
(% sobre el total de la población joven)
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Años de educación
Además, los años de escolaridad alcanzados en Guatemala son bajos, inclusive para las nuevas
generaciones. El Gráfico 10.1 muestra la distribución de los años de escolaridad para jóvenes entre 18 y 25
años, que están cerca de terminar o han terminado su educación formal. El gráfico, que usa datos de la
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2006), indica que gran parte de los jóvenes entre 18 y
25 años de edad terminó a duras penas la educación primaria. Los Gráficos 10.2 muestran, separadamente,
las distribuciones de años de escolaridad para hombres y mujeres. Estos gráficos señalan que las mujeres
están aun más rezagadas, en términos de logros educativos, que los hombres: un quinto de las mujeres entre
18 y 25 años de edad nunca ha asistido al colegio; y la mitad de las mujeres solo ha alcanzado un nivel de
educación primaria.
De acuerdo con el Reporte Global de Competitividad, Guatemala está en el ranking 73 de 124 países
(comparado al ranking de 59 para el resto de América Latina) y se sitúa en el ranking 94 de 124 países en
términos de educación superior y capacitación.
Estos bajos niveles educativos son problemáticos por varias razones. Primero, la falta de mano de obra
preparada limita la posibilidad de generar empleos productivos y, por lo tanto, hace más difícil el acceso a
trabajos formales. Segundo, dada la falta de oportunidades laborales entre los menos cualificados, se
pueden generar incentivos para que se involucren en actividades ilícitas o violentas.
243
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 10.2
Distribución de los años de escolaridad de los jóvenes en Guatemala
(% sobre el total de la población joven -18 a 25 años)
Hombres Mujeres
20 25
18
16 20
14
12 15
10
8 10
6
4 5
2
0 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Años de educación Años de educación
Gráfico 10.3
Fuerza de trabajo con educación inadecuada como obstáculo
para el funcionamiento de una empresa en América Latina 2006
(% de veces mencionadas por las empresas encuestadas)
Chile 43,6
Colombia 25,7
Paraguay 23,6
Honduras 19,5
Nicaragua 19,1
El Salvador 18,8
Panamá 14,7
Bolivia 14,0
Ecuador 12,3
Uruguay 12,1
Pe rú 10,5
Mé xico 7,0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Según la encuesta de empresas del Banco Mundial, las empresas en Guatemala perciben la falta de fuerza
de trabajo con educación adecuada como uno de los obstáculos más importantes que enfrentan. El Gráfico
10.3 muestra que 20,7% de las empresas en Guatemala citan este como un obstáculo importante para el
funcionamiento de la empresa, justo por debajo del porcentaje de empresas que lo perciben como uno de los
principales problemas en Chile, Colombia y Paraguay. Curiosamente, el Cuadro 10.1 indica que este
obstáculo es importante no solo para empresas pequeñas (con menos de 20 empleados) sino también para
empresas medianas y grandes (con entre 20-99 empleados y con más de 100 empleados, respectivamente).
244
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
Además, el Cuadro 10.2 muestra que la falta de una fuerza de trabajo con educación adecuada es percibida
como un problema tanto entre empresas operando en manufactura (20,91%), como entre empresas en
servicios (20,27%), y en construcción y transporte (21,14%). El porcentaje promedio de empresas que citan
este como un problema en el resto de América Latina está muy por debajo del porcentaje guatemalteco y es
del 16,97% en manufactura, 15,23% en servicios y 14,34% en otros sectores.
La falta de mano de obra cualificada parece limitar la cantidad de trabajos productivos y reduce la
posibilidad de que trabajadores menos cualificados tengan acceso al sector formal. Los datos de Encovi
muestran que la probabilidad de que un hombre que no ha completado la educación secundaria sea
empleado en el sector formal es de 0,15, mientras que la probabilidad de que un hombre con secundaria
completa o más educación acceda a uno de estos trabajos es de 0,38. Este contraste es aun mayor en el caso
de las mujeres, ya que si carecen de título de bachiller, tienen una probabilidad de 0,03 de ser empleadas en
el sector formal, mientras que si tienen la secundaria completa o más, tienen una probabilidad de 0,33 de
conseguir un empleo formal.
A pesar de la reciente mejora en términos de logros educativos debido a programas introducidos durante la
década de los noventa, la población adulta en Guatemala todavía sufre de una deficiencia educacional
245
Más crecimiento, más equidad
importante. En este sentido, programas remediales de educación o programas de capacitación para jóvenes
pueden ayudar a proveer capacitación y conocimientos así como a mejorar su situación laboral y a aumentar
su productividad. En años recientes, varios países de América Latina –incluyendo Argentina, Chile,
Colombia, Panamá, Perú y República Dominicana– han introducido programas de capacitación para
jóvenes en situación de desventaja. En Colombia, Panamá y República Dominicana, estos programas han
sido evaluados en forma rigurosa –permitiendo separar los efectos mismos de la capacitación de diferencias
en la motivación o las destrezas entre los jóvenes que deciden capacitarse y los que no– y han mostrado que
la capacitación mejora la situación laboral de las mujeres y, en algunos casos también, la de los hombres.
Además, aunque los resultados para Colombia, Panamá y República Dominicana son similares, la
evaluación del programa Jóvenes en Acción para Colombia provee resultados más significativos (ver
Attanasio, Kugler y Meghir, 2007). En el presente capítulo, se utilizan los datos de la evaluación del
programa de capacitación de Colombia, Jóvenes en Acción, junto con los datos de Encovi para Guatemala
en el año 2006, para hacer simulaciones y previsiones de cuáles serían los efectos de un programa como el
colombiano sobre el mercado de trabajo de jóvenes entre 18 y 25 años de edad en Guatemala.
Como en otros países de América Latina, la oferta de capacitación vocacional en Guatemala está centrada
alrededor de una institución pública autónoma, el Instituto Nacional Técnico de Capacitación y
Productividad (Intecap), establecido en 1972. La mayor parte de servicios ofrecidos por el Intecap están
dirigidos a empresas y a la población en zonas urbanas. Desde que se fundó hasta el año 2006, el Intecap
reporta haber capacitado a casi dos millones y medio de guatemaltecos. Debido a los bajos niveles de
educación en Guatemala, como se detalló en la sección anterior, y al cambio tecnológico que requiere de
trabajadores cada vez más calificados, la demanda por los servicios ofrecidos por el Intecap ha venido
creciendo a partir de los años ochenta. Mientras que en 1984, el Intecap capacitó a unas 30.000 personas,
para el 2006 este número había aumentado a 255.532, lo que equivale a 3,62 % de la población en edad de
trabajar. La mayor parte del crecimiento en capacitación está ligado al sector de servicios, en particular,
hotelería, transporte, banca y seguros. El crecimiento en la capacitación en los sectores de agricultura y
minería, y en industria ha sido mucho más moderado. En el año 2002, el Intecap ofrecía 364 tipos de cursos
con dos modalidades: aprendizaje empresa-centro, en el cual el individuo pasa un día de la semana en un
centro del Intecap y los otros días en una empresa; y aprendizaje centro-empresa, en el cual el participante
pasa dos años en un centro del Intecap y luego, ingresa en una empresa. Estas dos modalidades se pueden
entender como capacitación en el trabajo y capacitación en clases formales. Sorprendentemente, aunque el
Intecap está financiado por el 1% del impuesto sobre la nómina, las empresas del sector informal también se
benefician de los servicios ofrecidos por el Intecap; en efecto, se estima que alrededor del 60% de los
capacitados pertenece al sector informal. Sin embargo, la mayor parte de servicios está dirigida a
trabajadores relativamente educados.
1
La información en esta sección se basa en Montenegro (1998) y en Maul, Bolaños, Gálvez y Díaz (2006).
246
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
A pesar de ser el Intecap el principal proveedor de capacitación en Guatemala (se estima que este provee
entre el 56% y el 78% de la oferta de capacitación), el Ministerio de Trabajo es el ente público encargado
del diseño de políticas sobre capacitación técnica y profesional de los trabajadores. En el año 2000, se crea,
dentro del Ministerio, la Dirección General de Capacitación, Formación Profesional y Empleo (Dicafore),
unidad encargada de diseñar la política de capacitación y formación del país, con el objetivo de aumentar en
él la relevancia y cobertura de los programas de capacitación. Por ello, gran parte de la función de esta
unidad consiste en proveer capacitación a segmentos de la fuerza laboral tradicionalmente excluidos de
programas de formación.
La otra función importante del Dicafore es coordinar acciones entre el sector privado y el sector público, en
términos de la provisión de capacitación. Para ello se creó GESCAP (Gestión para la Capacitación e
Inserción Laboral y Fortalecimiento de Instituciones para el Trabajo), que está integrado por 48
instituciones capacitadoras públicas y privadas (incluyendo Intecap), así como por la Asociación de
Gerentes de Guatemala, la Cámara de Comercio de Guatemala, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de
Economía y representantes de organismos internacionales.
En el año 2003, Dicafore pasa a llamarse Dicafor ya que se separan la Dirección de Capacitación y
Formación Profesional de la Dirección General de Trabajo. La Dirección General de Trabajo se ha
encargado, desde ese entonces, de programas de intermediación laboral, tales como la organización de
ferias y kioscos de empleo, y del establecimiento de una Bolsa Electrónica de Trabajo (BET) que registra
personas desempleadas y vacantes de empleo para facilitar la colocación de trabajadores. Probablemente, la
acción más significativa y costo-efectiva entre estas es el desarrollo de la BET, a través de la cual se han
registrado y colocado un promedio de 12.000 y 8.000 desempleados por año, aproximadamente. Sin
embargo, la cobertura del sistema de colocación es baja; por ello, actualmente el Ministerio está buscando
generar una Red Nacional de Empleo (Renae) que extienda la red informática a los 392 municipios del país.
Por su parte, Dicafor ha tenido un papel limitado: ha proveído capacitación, en promedio, a 3.300 personas
en el sector informal y a 3.300 nuevos trabajadores en zonas rurales, entre 2003 y 2005. Sin embargo, en los
últimos dos años, Dicafor ha venido utilizando sus limitados recursos de capacitación para formar al
personal mismo del Ministerio.
2
Región Central (Guatemala, Sacatepéquez, Chimaltenango, Santa Rosa y Jutiapa), Región Sur (Escuintla, Suchitepéquez y Retalhuleu),
Región Oriente (El Progreso, Izabal, Chiquimula, Jalapa, Zacapa), Región Occidente (Solola, Totonicapan, Quetzaltenango, San Marcos,
Huehuetenango, Quiché), Región Norte (Baja Verapaz, Alta Verapaz) y Región Petén.
3
La política de becas se abandonó a partir del año 2006.
247
Más crecimiento, más equidad
Fuera de las entidades públicas, los otros oferentes de capacitación en Guatemala incluyen entidades
privadas o no gubernamentales. Maul et al. (2006) estiman que en 1999 había alrededor de 150 entidades.
De estas, 64% eran lucrativas e incluían institutos, academias, colegios, empresas dedicadas a la
capacitación, firmas de consultores empresariales, entre otros; y el resto eran no lucrativas e incluían
asociaciones religiosas, cámaras empresariales, asociaciones empresariales, escuelas y universidades.
Actualmente, la mayor parte de estas entidades, un 88%, se ubica en Ciudad de Guatemala, aunque de estas,
68% también ofrecían servicios en el interior del país. La duración de cursos varía de 4 a 230 horas para el
nivel gerencial y de 230 a 1,600 horas para el nivel operativo. Las entidades no lucrativas juegan un papel
importante, capacitando a aquella parte de la población que no recibe servicios de Intecap.4
A partir de los años sesenta, la mayor parte de países en América Latina introdujo programas de
capacitación basados en un modelo centralizado. En dicho modelo, las necesidades de capacitación y los
cursos son identificados e impartidos por instituciones públicas que pueden ser Ministerios del Trabajo o de
Educación e Institutos Nacionales de Capacitación (INC). Tradicionalmente, los INC han sido financiados
mediante un impuesto a la nómina, modelo que ha prevalecido en Guatemala con Intecap.
4
Un buen ejemplo de entidad de capacitación no lucrativa es el Centro Educativo Técnico Laboral Kinal, que tiene una buena reputación y
es citado como un modelo exitoso de capacitación para personas en situación de desventaja. El centro sirve a jóvenes y adultos que ya
trabajan y buscan capacitarse, principalmente, en el sector industrial (por ejemplo, en las áreas de computación, electricidad industrial,
electrónica de computación, electrónica industrial, mecánica automotriz, carpintería y soldadura industrial). La mayor parte de estudiantes
del Kinal tiene entre 18 y 30 años de edad, y logran capacitarse al año entre 350 y 400 alumnos.
5
Esta sección se basa en Ibarrarán y Rosas (2006), y en información dotada por David Rosas.
6
Abdala (2007).
248
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
A inicios de la década de los noventa, algunos países introdujeron nuevos enfoques de capacitación y
programas piloto innovadores, orientados a poblaciones que, tradicionalmente, no habían sido atendidas
(micro y pequeños empresarios, desempleados, mujeres y jóvenes en situación de desventaja, etc.).
Paralelamente, la oferta privada de capacitación comenzó a crecer y a competir con la oferta pública. Por
otra parte, un grupo de países empezó a implementar sistemas de certificación de competencias laborales.7
Debido al aparente éxito de Chile Joven, el programa fue replicado, con apoyo del BID, por otros gobiernos
de la Región, incluyendo los de Venezuela (1993), Paraguay (1994), Argentina (1994), Perú (1996),
República Dominicana (1999), Colombia (2000) y Haití (2005). Sin embargo, la mayoría de estos países
tenía un contexto diferente al de Chile, por ejemplo, en términos de oferta de capacitación y del tamaño de
la población objetivo. En muchos de los casos, los países introdujeron componentes o modificaciones al
modelo original, con el objeto de mejorar el impacto de los programas. Por ejemplo, en el caso de Perú, se
decidió que las prácticas fueran pagadas por las empresas a fin de fortalecer el mecanismo de demanda.
Como en el caso chileno, los estudios de estos programas muestran efectos positivos, en particular, sobre
los salarios de jóvenes mujeres.8 Sin embargo, no es posible extraer conclusiones definitivas ya que la
participación fue voluntaria y, por lo tanto, resulta difícil saber si el programa aumentó la empleabilidad y
los salarios de los jóvenes o si los jóvenes que participaron eran de por sí más “empleables” y productivos.
249
Más crecimiento, más equidad
oferta y los que no, separan los efectos causales del programa en sí mismo de los efectos de autoselección
de los participantes en el programa.9
El estudio de Card et al. (2007) realiza una evaluación de Juventud y Empleo, y encuentra efectos positivos
sobre los salarios y la probabilidad de que las mujeres tengan cobertura de seguro de salud, aunque los
efectos son marginalmente significativos.10 La evaluación del programa Jóvenes en Acción (ver Attanasio,
Kugler y Meghir, 2007) encuentra que el programa aumenta la probabilidad por 0,05 de que las mujeres
consigan empleo y por 0,07 de que obtengan un empleo formal; asimismo, de que sus salarios aumenten en
un 30%. Por su parte, los hombres jóvenes también se benefician del programa pero los efectos son más
pequeños. Los salarios de los jóvenes que recibieron un cupo aumentan un 10% y su probabilidad de
conseguir un empleo formal aumenta por 0,05. Además, en este análisis se observa que los beneficios de la
capacitación no aumentan con las horas lectivas, aunque estos son mayores cuando las horas de formación
en el trabajo aumentan. Esto indica que los beneficios del programa parecen estar vinculados a la fase de
prácticas y no a su fase lectiva. Finalmente, el análisis costo-beneficio de Jóvenes en Acción sugiere que el
programa es costo-efectivo tanto para mujeres como para hombres, pero que tiene un beneficio neto social
más alto cuando se aplica a mujeres. Estimaciones de tasas internas de retorno a este programa son del 25%
para el caso de las mujeres y del 16% para el caso de los hombres.
Como se indicara anteriormente, los programas basados en Chile Joven, incluyendo el programa
colombiano Jóvenes en Acción, fueron diseñados tomando como modelo al programa americano Job
Training Partnership Act (JTPA) y al programa inglés Youth Training Scheme (YTS).13 El JTPA, al igual
que el programa colombiano y el programa dominicano, tuvo un diseño experimental que permite sacar
conclusiones sobre el impacto causal del programa. La evaluación inicial del mismo muestra que no hay
efectos de corto plazo para mujeres y que hay efectos negativos para hombres (Orr et al., 1994). Heckman y
Krueger (2003) siguen a los jóvenes 2, 3, 4 y 5 años después de participar en JTPA y encuentran que, en el
9
En el caso de Panamá, existe un experimento natural que también permite esto. Ver Ibarrarán y Rosas (2007).
10
Los autores atribuyen la falta de precisión al pequeño tamaño de la muestra.
11
El Programa de Becas de Capacitación para Trabajadores Desempleados (Probecat) inició operaciones en 1984, ha registrado cambios de
nombre y, en sus reglas de operación, actualmente se denomina Becate.
12
También cabe resaltar que, desde el 2002, el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, conjuntamente con la Fundación
Internacional para la Juventud (FIJ), viene apoyando un modelo llamado ‘Entra 21’ que está orientado a jóvenes en situación de desventaja
y que provee capacitación en tecnologías de información (TI). Programas de este tipo han sido implementados en la mayoría de los países
de la Región.
13
El caso del YTS muestra resultados mixtos que van desde efectos negativos de entre 4-17% hasta casos positivos de entre 11% y 17%.
250
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
quinto año, los salarios crecen un 8% por encima de los salarios de los individuos en el grupo de control,
con un incremento mayor para los hombres del 11% y para las mujeres del 4%. Esto quiere decir que en el
contexto de Estados Unidos, el programa parece beneficiar más a las mujeres en el corto plazo y más a los
hombres en el largo plazo. Sin embargo, las ganancias parecen ser más limitadas que en el caso
colombiano.
En general, como en la evaluación de Jóvenes en Acción, la evidencia para Estados Unidos también indica
que los retornos a la capacitación práctica son mayores que los retornos a la capacitación lectiva y que,
dentro de los programas de capacitación práctica, los programas del sector privado son más efectivos que
los programas del sector público.14 Por ejemplo, LaLonde (1986) estudia el impacto del programa National
Supported Work Demonstration (NSW) que ofrecía prácticas en empresas. Este estudio encuentra que las
mujeres que participaron en el NSW percibieron un salario 22% más alto que las mujeres que no fueron
asignadas al programa, y que los hombres percibieron un salario 17% mayor que los hombres no asignados.
Es interesante resaltar, al mismo tiempo, que otras evaluaciones experimentales respecto al caso de los
Estados Unidos muestran que los beneficios del programa de formación para jóvenes en situación de
desventaja no se alcanzan solo en el mercado laboral sino también en la reducción del nivel de dependencia
de dichos jóvenes de las transferencias del Estado y en la reducción de la criminalidad. Así, por ejemplo, el
estudio de Maller et al. (1982) señala que Job Corps genera un beneficio a los capacitados del orden de los
US$ 7.862 por capacitado, a través de incrementos salariales. Dicho estudio sostiene también que el
programa reduce los homicidios y otros crímenes que ahorran al sistema de justicia alrededor de US$ 7.010
y disminuye, asimismo, las transferencias estatales en alrededor de US$ 1.100. Esto quiere decir que los
beneficios de este programa, en términos de la reducción del crimen, son tan importantes como los
beneficios referidos a una mejor situación en el mercado laboral.
El programa Jóvenes en Acción, introducido en Colombia entre los años 2001 y 200515, estaba dirigido a
jóvenes desempleados entre 18 y 25 años de edad pertenecientes a los dos estratos más bajos de la
población. El programa ofreció seis meses de capacitación vocacional, a saber, tres meses de fase lectiva y
tres meses de fase práctica. Los tres meses de fase lectiva eran ofrecidos por entidades capacitadoras
(ECAP) que dictaban cursos en diversas áreas. Para poder participar en el programa, las ECAP tenían que
mostrar solvencia económica, tenían que estar registradas legalmente y tenían que participar en un proceso
de licitación. De estas ECAP, 43% eran entidades con fines de lucro y 57% eran entidades sin fines de
14
Ver Friedlander, Greenberg y Robins (1997).
15
Se puede encontrar una descripción corta del diseño y objetivos originales del programa en:
http://www.ilo.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/newsroom/hechos/jov_acc.htm.
251
Más crecimiento, más equidad
lucro. Los otros tres meses de fase práctica eran ofrecidos en forma de pasantías por empresas legalmente
constituidas; la mayor parte de ellas operaba en los sectores de manufactura, servicios y ventas.
La clave de la evaluación del programa es que, en la cuarta convocatoria del 2005, Jóvenes en Acción
ofreció capacitación aleatoriamente. Dado que casi todos los que recibieron una oferta para capacitarse
participaron en el programa y pocos de los que no recibieron una oferta inicial terminaron participando en
el programa, la evaluación de impacto consiste en comparar a jóvenes que recibieron una oferta inicial y los
que no, en función de su éxito en el mercado laboral.
Las previsiones sobre los efectos que un programa como Jóvenes en Acción tendría en Guatemala se basan
en estimaciones de modelos lineales y no lineales utilizando los datos recolectados sobre la base del diseño
experimental en Colombia.
En primer lugar, se estiman modelos lineales de diferentes variables que incluyen empleo, empleo pagado,
empleo formal, salario mensual, la antigüedad y las horas por semana trabajadas sobre características
demográficas (edad, género, cabeza de familia, educación, estado civil) de los trabajadores y sobre un
indicador que toma el valor de uno cuando la persona fue asignada aleatoriamente al programa Jóvenes en
Acción y de cero si fue asignada al grupo de control. Como la probabilidad de que una persona asignada
aleatoriamente a un cupo del programa reciba capacitación es de 0.96, esto implica que el efecto de la
intención de dar capacitación es básicamente igual al efecto promedio de la capacitación sobre los
capacitados. El carácter lineal de los modelos asume que los efectos son similares para todos los individuos,
independientemente de sus características demográficas. Suponiendo, además, que los efectos de la
capacitación, de la edad, del género, del estado civil, de la situación como cabeza de hogar y de la
educación sobre el mercado de trabajo son iguales en Colombia y en Guatemala, se pueden simplemente
tomar los impactos estimados en Colombia como una primera aproximación de los posibles impactos en
Guatemala.16
Por otro lado, también se estiman modelos no lineales, donde se permite que el impacto de la capacitación
laboral varíe dependiendo de ciertas características demográficas, tales como género, educación o estado
civil; o de la naturaleza de la capacitación, tales como el número de horas de capacitación o el carácter con
o sin fines de lucro de las instituciones capacitadoras. Además de permitir ver cómo el impacto de la
capacitación cambia al variar estas variables, estos modelos permiten estimar el impacto promedio de esta
en la población objetivo en Guatemala, basados en las características demográficas y de capacitación
reflejados en los datos de Encovi para jóvenes entre 18 y 25 años de edad, en zonas urbanas, que pertenecen
a hogares en los dos deciles más bajos de la población, o que son clasificados como pobres (es decir, que
perciben menos de US$ 2 por día). En este sentido, se podría decir que la estimación captura el impacto que
tendría la capacitación en el mercado laboral colombiano para alguien con las características típicas de la
muestra guatemalteca.
16
Si bien este es un supuesto fuerte, dado que las magnitudes de los efectos de diferentes características demográficas sobre el empleo, la
formalidad y el salario pueden variar de país a país, ciertamente los efectos cualitativos de la educación, la edad y el género sobre el
mercado de trabajo son más o menos similares en toda América Latina.
252
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
El Cuadro 10.3 muestra las características de los jóvenes colombianos que fueron asignados aleatoriamente
al programa (y los que no) y las características demográficas de jóvenes guatemaltecos entre 18 y 25 años
en zonas urbanas según la Encovi, asignados por nosotros aleatoriamente a cada uno de los dos grupos,
usando un generador de números aleatorio. Para los jóvenes guatemaltecos, se consideran dos grupos con el
fin de tratar de capturar jóvenes equivalentes a los de los estratos 1 y 2 en Colombia. Primero, se consideran
jóvenes pertenecientes a hogares que están en los dos deciles más bajos de la distribución del ingreso,
utilizando una medida de ingreso familiar que incluye los ingresos salariales y no salariales de todos los
miembros del hogar. Segundo, se consideran jóvenes pertenecientes a hogares que se clasifican como
pobres porque perciben menos de US$ 2 por día por persona en el hogar. En los tres casos, y como debe ser
–dado el carácter aleatorio de la asignación de individuos a los diferentes grupos–, las características de los
jóvenes en el grupo que recibió una oferta y el grupo que no recibió una oferta son muy parecidas. Quizás,
las únicas diferencias –aunque muy pequeñas– son en términos de la menor edad y la mayor educación de
los que recibieron una oferta en Colombia.
Cuadro 10.3
Características demográficas en Colombia y Guatemala
No “recibe” No “recibe”
Recibe oferta No recibe oferta “Recibe” oferta “Recibe” oferta
oferta oferta
capacitación capacitación capacitación capacitación
capacitación capacitación
Edad 21,04 21,24 21,606 21,154 21,261 21,204
(2,059) (2,029) (2,393) (2,400) (2,296) (2,344)
Mujer 0,527 0,541 0,582 0,686 0,524 0,538
(0,499) (0,498) (0,495) (0,466) (0,500) (0,499)
Casado/a 0,183 0,204 0,600 0,537 0,417 0,407
(0,387) (0,403) (0,491) (0,500) (0,493) (0,492)
Cabeza de hogar 0,060 0,084 0,291 0,217 0,100 0,074
(0,238) (0,277) (0,456) (0,413) (0,300) (0,262)
Educación 10,17 9,93 4,773 4,399 5,426 5,160
(1,675) (1,955) (4,134) (3,889) (3,859) (3,731)
No. Obs. 2.116 2.233 175 165 641 636
Notas: El cuadro reporta medias y desviaciones estándar de las características demográficas -antes de recibir capacitación- de los jóvenes que fueron
seleccionados y no seleccionados aleatoriamente para recibir una oferta de ser capacitados por el programa Jóvenes en Acción. Igualmente, el cuadro
reporta medias y desviaciones estándar de las características de jóvenes entre 18 y 25 años de edad en Guatemala a los cuales se les “asignó”
aleatoriamente a uno de los dos grupos usando un generador de números aleatorios. Para aproximar la muestra de Guatemala lo más cerca posible a la
población elegible para el programa en Colombia, las muestras se restringen a jóvenes entre 18 y 25 años de edad y que viven en zonas urbanas. Además,
se toman jóvenes pertenecientes a hogares en los primeros dos deciles de ingresos en términos del ingreso del hogar y jóvenes pertenecientes a hogares
por debajo de la línea de pobreza, es decir, hogares que perciben menos de US$ 2 por persona al día.
El Cuadro 10.3 muestra que los jóvenes guatemaltecos son un poco mayores y hay un poco más de mujeres.
Por otro lado, los jóvenes guatemaltecos tienen probabilidades más elevadas de estar casados y ser cabeza
de hogar que los jóvenes colombianos. Además, el cuadro muestra que los jóvenes guatemaltecos tienen
mucho menos años de escolaridad que los jóvenes colombianos. Los jóvenes guatemaltecos en los dos
deciles más bajos de la distribución tienen alrededor de 4 años y medio de escolaridad, mientras que los
253
Más crecimiento, más equidad
jóvenes guatemaltecos clasificados como pobres tienen un poco más de 5 años de escolaridad. Esto
contrasta con los 10 años de escolaridad en promedio de los jóvenes colombianos.
El Cuadro 10.4 muestra la comparación de promedios en términos de empleo, salarios, empleo formal,
antigüedad y horas trabajadas de quienes recibieron una oferta de capacitación y de quienes no. Los jóvenes
colombianos que recibieron una oferta de capacitación tienen una mayor probabilidad de estar empleados,
de tener un empleo pagado y un empleo formal, perciben un salario más alto y trabajan más horas después
de la finalización del programa que los que no recibieron una oferta de capacitación. Por otro lado, los
jóvenes que recibieron capacitación tienen alrededor de dos meses menos de antigüedad en su empleo o,
aproximadamente, el tiempo que duraron en la fase lectiva del programa. En general, entonces, el programa
mejora la situación laboral de los jóvenes que participaron, tanto en términos de empleabilidad, como en
términos de salario y de calidad del trabajo. En contraste, las diferencias en términos de mercado de trabajo
entre los jóvenes guatemaltecos que fueron asignados aleatoriamente a los dos grupos no son significativas.
Las comparaciones entre los jóvenes colombianos y los guatemaltecos, sin embargo, muestran que la
situación de los jóvenes guatemaltecos es peor que la de los jóvenes colombianos, en términos de
empleabilidad y de la obtención de un trabajo formal. Igualmente, los jóvenes guatemaltecos en los deciles
1 y 2 perciben un salario equivalente a US$ 70, comparado a los US$ 132 mensuales que perciben los
jóvenes colombianos.
Cuadro 10.4
Caraterísticas del mercado de trabajo en Colombia y Guatemala
No “recibe” No “recibe”
Recibe oferta No recibe oferta “Recibe” oferta “Recibe” oferta
oferta oferta
capacitación capacitación capacitación capacitación
capacitación capacitación
Empleo 0,763 0,723 0,521 0,440 0,663 0,659
(0,425) (0,448) (0,501) (0,498) (0,473) (0,474)
Empleo pagado 0,676 0,611 0,406 0,309 0,569 0,560
(0,468) (0,488) (0,493) (0,463) (0,496) (0,497)
Notas: El cuadro reporta medias y desviaciones estándar de las características de mercado de trabajo, después de recibir capacitación, de los jóvenes que
fueron seleccionados y no seleccionados aleatoriamente para recibir una oferta de ser capacitados por el programa Jóvenes en Acción. Igualmente, el
cuadro reporta medias y desviaciones estándar de las características de jóvenes entre 18 y 25 años de edad en Guatemala a los cuales se les “asignó”
aleatoriamente a uno de los dos grupos usando un generador de números aleatorios. Para aproximar la muestra de Guatemala lo más cerca posible a la
población elegible para el programa en Colombia, las muestras se restringen a jóvenes entre 18 y 25 años de edad y que viven en zonas urbanas. Además,
se toman jóvenes pertenecientes a hogares en los primeros dos deciles de ingresos en términos del ingreso del hogar y a jóvenes pertenecientes a hogares
por debajo de la línea de pobreza, es decir, hogares que perciben menos de US$ 2 por persona al día.
254
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
Aunque las diferencias simples de los jóvenes colombianos que recibieron y no recibieron ofertas de
capacitación reflejan los efectos de la “intención de tratar” a los jóvenes, el Cuadro 10.5 reporta los efectos
de la intención de tratar pero controlando por diferencias iniciales entre los dos grupos.17 En particular, los
resultados del Cuadro 10.5 controlan por edad, educación, e indicadores de mujer, de estado civil y del
hecho de ser la persona cabeza de hogar. Los resultados muestran que las probabilidades de estar empleado
y tener un trabajo pagado aumentaron, respectivamente, por 0,03 y 0,049 para los individuos que recibieron
una oferta de capacitación. La probabilidad de tener un empleo formal aumentó aun más –a saber, 0,057–
para jóvenes que recibieron una oferta de capacitación. Igualmente, el salario aumentó alrededor de 30.000
pesos o US$ 15. Por otro lado, las horas trabajadas no cambian en forma significativa, pero la antigüedad en
el trabajo se reduce alrededor de dos meses.
Cuadro 10.5
Efectos de la oferta de capacitación sobre el mercado de trabajo
Estos resultados están calculados sobre la base de los datos colombianos. Dado que estos modelos lineales
no permiten diferenciar el impacto de la capacitación de acuerdo con variables demográficas, lo único que
se puede decir, en relación con Guatemala, es que si se insertara a un/a joven guatemalteco/a en el mercado
laboral colombiano, los impactos esperados de la capacitación de un programa como Jóvenes en Acción
sobre estos jóvenes serían los discutidos en el párrafo anterior.
Los modelos anteriores suponen que el impacto del programa de capacitación es lineal. Sin embargo, es
posible que los efectos del programa sean diferentes para personas con diferentes características
17
Se debe recordar que de los jóvenes que fueron aleatoriamente asignados al grupo de capacitación y recibieron oferta de capacitación, no
todos se capacitaron (el 96% lo hizo). Por lo tanto, lo que distinguió a los dos grupos, más precisamente, no fue si se capacitaron o no, sino
si hubo “intención de capacitarlos”; de allí que se utilice el concepto de “intención de tratar.”
255
Más crecimiento, más equidad
demográficas. El Cuadro 10.6 muestra los resultados de modelos no lineales que permiten efectos
diferenciales para hombres y mujeres, para jóvenes con diferentes niveles de educación formal, y para
jóvenes casados y no casados sobre las probabilidades de empleo y empleo formal, y sobre el salario. El
panel A del Cuadro 10.6 muestra los resultados de modelos que permiten efectos diferenciales para
mujeres. Con base en los resultados de estas regresiones, cuya interpretación puede no ser obvia, el Gráfico
10.4 muestra una representación gráfica del impacto de la capacitación en hombres y en mujeres sobre la
probabilidad de empleo, sobre la probabilidad de tener un trabajo formal y sobre los salarios. Tal y como
sucede en otros países, los resultados muestran que el impacto de la capacitación en todas estas dimensiones
es mayor para las mujeres. Mientras que la probabilidad de estar empleada para una mujer aumenta en
0,059, el impacto en los hombres no es significativo. El impacto sobre la probabilidad de estar empleado en
un trabajo formal también es mayor para mujeres (0,064) que para hombres (0,05), y lo mismo sucede con
el impacto sobre el salario que, en el caso de las mujeres, es de alrededor de 35.000 pesos frente al de los
hombres, que está cerca de los 25.000 pesos.
Gráfico 10.4
A. Impacto de la capacitación sobre la B. Impacto de la capacitación sobre
probabilidad de empleo en hombres y mujeres el salario en hombres y mujeres
0,07 40.000
0,059 34.896
0,06 35.000
0,05 30.000
24.472
0,04 25.000
0,03 20.000
0,02 15.000
0,01 10.000
- 5.000
(0,01) -0,005 -
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
0,06
0,05
0,05
0,04
0,03
0,02
0,01
-
Hombre s Muje re s
La utilización de estos modelos no lineales permite estimar el impacto promedio en cada país, que varía
debido a las diferencias en las proporciones de hombres y mujeres en las poblaciones objetivo en los
diferentes países. Con la proporción de mujeres en Guatemala en los deciles 1 y 2 (ver Cuadro 10.3), el
256
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
impacto promedio del programa sobre la probabilidad de estar empleado sería de 0,032 y sobre la
probabilidad de tener un trabajo formal sería de 0,058 (ver Cuadro 10.6, panel A). De la misma manera, el
impacto promedio sobre el salario, dada la proporción de hombres y mujeres en Guatemala en los deciles 1
y 2, es de 30.000 pesos aproximadamente.
El panel B del Cuadro 10.6 muestra resultados de modelos no lineales que permiten un efecto diferencial
del programa según el nivel inicial de educación formal de los jóvenes. Aquí el efecto diferencial no es
claro a priori. Por un lado, podría ser que el bajo nivel de educación formal implique un mayor retorno a
cualquier tipo de educación adicional y, por lo tanto, que los beneficios del programa sean mayores para
aquellos con niveles de educación más bajo. Por otro lado, podría ser que la educación formal y la
capacitación sean complementarias y que haya un efecto mayor cuantos más años de escolaridad tenga la
persona.
Gráfico 10.5
A. Impacto de la capacitación sobre la probabilidad B. Impacto de la capacitación sobre el salario
de empleo de acuerdo con el nivel de educación de acuerdo con el nivel de educación
50.000
40.000
0,04
30.000 Colombia
0.030 Colombia
20.000
10.000
Guatemala
0,02 207 0
0,013 Guatemala
0 3 4,77 6 9 10,17 12
-10.000
-20.000
4,77 10,17
-0,01 0 3 6 9 12 -30.000
0,06
0,055
0,05 Colombia
0,045
0,04 Guatemala
0,03
0,02
0,01
0,00
0 3 4,77 6 9 10.17 12
Los resultados del panel B del Cuadro 10.6, representados en forma gráfica en el Gráfico 10.5, muestran
que la educación formal y la capacitación parecen ser complementarios ya que los efectos de la capacitación
son mayores para aquellos que empiezan con más educación. En particular, dado que los niveles de
educación en Guatemala son un tanto más bajos en los deciles 1 y 2 que en Colombia, el impacto de la
257
Más crecimiento, más equidad
capacitación sobre la probabilidad de empleo sería de 0,013 en Guatemala y de 0,030 en Colombia, dados
los años de escolaridad en cada uno de estos países. Igualmente, el impacto de la capacitación sobre la
probabilidad de conseguir un trabajo formal sería de 0,045 en Guatemala y de 0,055 en Colombia. La
mayor diferencia en términos de impactos, sin embargo, es en los salarios, ya que el beneficio salarial en
Guatemala sería de 207 pesos colombianos, mientras que en Colombia es de alrededor de 29.900 pesos.
Estos resultados indican que, para maximizar los beneficios, este programa debería estar dirigido a jóvenes
con un nivel básico de educación.
Cuadro 10.6
Efectos diferenciales de la oferta de capacitación sobre el
mercado de trabajo dependiendo de características demográficas
Empleo Salario mensual Trabajo formal
258
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
Finalmente, el panel C del Cuadro 10.6 muestra resultados diferenciales para aquellos que estaban casados
y los que no lo estaban antes de su participación en el programa. Los efectos resultan ser mayores para los
jóvenes casados, después de controlar por género, edad, educación y si son o no cabeza del hogar; sin
embargo, los resultados son poco precisos. Como hay una proporción mucho más alta de jóvenes casados
en Guatemala que en Colombia (ver Cuadro 10.3), los resultados de este modelo sugieren un impacto
mayor de la capacitación en Guatemala que en Colombia. Por ejemplo, dichos resultados muestran que la
capacitación aumentaría la probabilidad de estar empleado por 0,054 en Guatemala y por solo un 0,030 en
Colombia. Muestran, igualmente, que la capacitación aumentaría la probabilidad de tener un empleo formal
por 0,074 en Guatemala y por 0,057 en Colombia. Los efectos sobre los salarios serían de alrededor de
38.000 pesos colombianos en Guatemala y de alrededor de 30.000 pesos en Colombia.
El panel B del Cuadro 10.7 muestra los resultados de modelos que permiten efectos diferenciales entre
instituciones con y sin fines de lucro. Los efectos parecen ser mayores para instituciones con fines de lucro,
pero las diferencias no son significativas. Evaluando el efecto, usando la proporción de entidades con y sin
fines de lucro en Guatemala, de 50% en los dos deciles más bajos y de 70% entre los pobres, se ve que la
probabilidad de empleo aumenta en Guatemala a 0,038 y 0,046.19 Igualmente, la probabilidad de conseguir
un empleo formal aumenta a 0,060 y 0,063. Finalmente, los salarios aumentan a 32.000 y 34.000 pesos
colombianos aproximadamente. Estos efectos son mayores que en Colombia, donde la proporción de
entidades con fines de lucro es solo del 30%, lo cual indica que la oferta de capacitación en Guatemala es
más propicia para este tipo de programa que en Colombia.
18
Las horas lectivas promedio para Guatemala fueron estimadas utilizando Encovi 2006.
19
Los porcentajes de instituciones con fines de lucro para Guatemala fueron estimados usando Encovi 2006.
259
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 10.7
Efectos diferenciales de la oferta de capacitación sobre el mercado de
trabajo dependiendo de características de los institutos de capacitación
Empleo Salario mensual Trabajo formal
Notas: El cuadro reporta los coeficientes de la oferta de capacitación y de la interacción de la oferta con horas lectivas y un
indicador de que la institución es con fines de lucro. Errores estándar aparecen en paréntesis. *, ** y *** indican significancia al
10%, 5% y 1%, respectivamente.
10.7 Conclusiones
260
10. Beneficios esperados de la capacitación vocacional para jóvenes en desventaja
cierta estabilidad familiar. Finalmente, aunque los modelos no lineales muestran que las horas lectivas no
hacen diferencia en términos de la efectividad del programa, las instituciones de capacitación con fines de
lucro son más efectivas que las instituciones sin fines de lucro cuando se trata de colocar a sus egresados y
aumentar sus salarios. Además, como la oferta de capacitación en Guatemala parece estar sesgada hacia
instituciones capacitadoras con fines de lucro, esto quiere decir que los retornos a la capacitación podrían
ser aun más altos en este país.
El diagnóstico de la capacitación en Guatemala sugiere que en los sectores público y privado la oferta y la
cobertura de capacitación ha venido aumentando en las últimas décadas. Sin embargo, tanto el Instituto
Técnico de Capacitación –que provee la gran mayoría de capacitación en el país–, como otras entidades
públicas tienen poca cobertura de grupos en situación de desventaja en las zonas urbanas y de personas en
las zonas rurales. Sin embargo, estos son los grupos que más pueden beneficiarse de este tipo de formación
ocupacional y profesional. Las simulaciones basadas en el programa Jóvenes en Acción introducido en
Colombia sugieren que un programa como este –con una fase lectiva y con una fase práctica– tendría
efectos positivos sobre los ingresos de jóvenes en los deciles más bajos o en situación de pobreza en
Guatemala. Naturalmente, conviene tomar estos resultados con precaución dados los supuestos fuertes en
los que se basan las simulaciones, en particular, que el impacto de los programas de capacitación sobre el
empleo y el salario, debido a las características de los jóvenes, serían similares en ambos países.
Además, los estudios de programas similares en Estados Unidos muestran que este tipo de programa tiene
un beneficio por lo menos tan grande como el beneficio monetario para los jóvenes, en términos de los
ahorros que representaría para el sistema judicial a través de la reducción del crimen. En el contexto
guatemalteco, donde tanto la pobreza como la violencia son los dos problemas sociales más críticos del país
en este momento, se propone considerar un Programa de Capacitación como el que se implementó en
Colombia. Aunque en Colombia el programa solo fue implementado en zonas urbanas –dadas las carencias
de educación formal y la pobreza en las zonas rurales–, sería importante, también, introducir dicho
programa de capacitación para productores agrícolas y para el sector Turismo en zonas rurales. Por otro
lado, los resultados del programa colombiano muestran que la fase práctica dio los mejores resultados, lo
que podría deberse al hecho de que en esta fase del programa, la colocación de los trabajadores capacitados
en empresas jugó un papel importante.
En razón de ello y, considerando la incertidumbre que siempre está presente cuando se quiere transferir una
experiencia exitosa de un país a otro, puede resultar conveniente en una primera fase introducir programas
con diferentes características, tales como: (i) un programa de capacitación con tres meses de fase lectiva y
tres meses de fase práctica (igual que Jóvenes en Acción); (ii) un programa de capacitación con un mínimo
de tres meses de fase práctica (igual que Probecat/Becate); (iii) un programa de ayuda de búsqueda de
trabajo y colocación (fortaleciendo y ampliando la BET). En una segunda fase, sobre la base de una
evaluación cuidadosa de estos programas, se podría expandir el programa más efectivo a toda la población.
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263
11. Brechas salariales
por género y etnicidad
265
11. Brechas salariales por género y etnicidad
11.1 Introducción
En un país tan heterogéneo, desde el punto de vista étnico, como Guatemala, la población indígena –que
está compuesta por una diversidad muy amplia y rica de etnias– bordea el 41% del total de la población,
según el Censo del año 2002. Lastimosamente, las estadísticas acerca de las condiciones de vida promedio
de estas poblaciones no son muy auspiciosas. Guatemala tiene una alta concentración de áreas rurales y
pobres, que cuentan con una alta presencia de comunidades indígenas y reúnen menos de la cuarta parte del
consumo nacional (Fazio, 2007). La incidencia de la pobreza en Guatemala es significativamente mayor
entre los indígenas que entre los no indígenas (72% y 36% respectivamente, según lo reportado por Sauma,
2004). Al mismo tiempo, las diferencias en logros educacionales entre la población indígena y no indígena
alcanza en Guatemala uno de sus valores más altos respecto de América Latina (Duryea et al., 2007).
En Guatemala, los mercados de trabajo sirven para generar cerca del 90% del ingreso de las familias (Fazio,
2007). Por ello, resulta importante analizar tales mercados desde una perspectiva de diferencias étnicas y de
género. Justamente, entre las características más notorias de los mercados de trabajo en América Latina
destaca la enorme diferencia de salarios tanto entre mujeres y hombres como entre indígenas y no
indígenas; y Guatemala presenta brechas salariales que están entre las más altas de la Región (ver Cuadro
11.1, adaptada por Chong y Ñopo, 2008).
Cuadro 11.1
Diferencia del salario por hora según género y etnicidad en América Latina
Diferencia según:
Género Etnicidad
Fuente: Chong y Ñopo (2008) de acuerdo con las encuestas de hogares de cada país.
Las brechas salariales, ya sean estas por diferencias étnicas o de género, reflejan en gran medida las
diferencias en las características de capital humano entre los distintos grupos. En efecto, Yang (2004)
encuentra que las diferencias en las características (capital humano) entre géneros podrían explicar 40% de
la brecha salarial entre el período 1989 y 1998 en Guatemala. Por su parte, Romero (2007) encuentra que
267
Más crecimiento, más equidad
las diferencias de capital humano entre grupos indígenas y no indígenas explicarían el 52,4 % de la brecha
salarial entre estos dos grupos étnicos.
Este estudio pretende complementar hallazgos previos, presentando una mirada conjunta y comparada a las
brechas étnicas y por género en Guatemala; y aplicando una técnica novedosa basada en comparaciones
emparejadas, desarrollada en Ñopo (2004). Para ello, se utilizaron tres encuestas guatemaltecas: para los
años 2000 y 2006 se utilizó la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), y para el año 2004 se utilizó la
Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI). En estas encuestas se restringió el análisis a todos
aquellos individuos, entre 18 y 65 años de edad, que se encontraban trabajando en el momento de la
encuesta y reportaban un salario positivo. Dependiendo del año de la encuesta, se dispone de entre 6.000 y
12.000 observaciones por año, con una cobertura nacional, rural y urbana.
La información sobre pertenencia a minorías étnicas se obtiene por autoidentificación; es decir, a cada
individuo se le preguntó: “¿A cuál de los siguientes grupos étnicos pertenece (…)?” La lista de etnias
comprendía 22 grupos indígenas mayas1 y dos grupos no mayas2. Toda persona que contestó pertenecer a
alguno de estos grupos étnicos ha sido considerada como indígena. Los mestizos (ladinos) y extranjeros han
sido considerados dentro del grupo no indígena.
Este estudio consta de dos partes: una dedicada al estudio de brechas salariales según género y otra, a las
brechas según diferencias étnicas. En cada una de ellas se analizan las diferencias en características de
capital humano y las diferencias salariales, discutiendo hasta qué punto las brechas son consecuencia de las
diferencias en capital humano. Después de la presentación de ambos tipos de brechas, la sección 4 presenta,
a modo de conclusión, algunas opciones de política para atacar tales brechas.
Tal como reporta el Informe de Progreso Económico y Social (IPES) del BID (2007), y basado en los datos
del Latinobarómetro, los guatemaltecos opinan que la educación es una de las principales razones por la que
no todas las personas son tratadas por igual (ver Gráfico 11.1). Tal como se verá más adelante, la educación
es una de las principales características de capital humano que explica las brechas salariales en Guatemala.
Por estas razones, se explorarán, primero, las diferencias salariales y en educación entre indígenas y no
indígenas; y en la sección 3, tales diferencias entre hombres y mujeres.
1
K´iche´, q´eqchi´, kaqchikel, mam, q´anjob´al, achi, ixil, itza´, poqomchi´, cluj, awakateko, poqomam, ch´orti´, jakalteko, sakapulteco,
mopan, uspanteko, tz´utujil, tektiteko, sipakapense, chalchiteko y akateko.
2
Xinka y garifuna.
268
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.1
Razones del trato desigual: no tener educación suficiente
(% de personas que respondieron que es la principal razón del trato desigual)
Guatemala
Perú
Honduras
Colombia
El Salvador
Ecuador
México
Costa Rica
Panamá
Nicaragua
Chile
Bolivia
Paraguay
Venezuela
Brasil
Uruguay
Argentina
Rep. Dominicana
a. Salario mensual
Como ya se ha señalado, Guatemala es uno de los países con mayor diferencia salarial entre indígenas y no
indígenas. En efecto, para el año 2006, el salario de un no indígena, en promedio, excedía en más del 50%
el salario de un indígena (ver Gráfico 11.2).
Gráfico 11.2
Guatemala 2000-2006
Diferencia salarial según etnicidad
100.0
90.9
80.0
Brecha como proporción
del salario indígena
40.0
20.0
0.0
2000 2004 2006
269
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 11.3
Guatemala 2000-2006
Salario mensual según etnicidad
2.400
2.151
1.949
2.000 1.859
Quetzales (2006)
1.600
800
400
-
2000 2004 2006
No indígenas Indígenas
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Asimismo, las brechas salariales a favor de los no indígenas se dan tanto en las áreas urbanas como rurales,
pero son ligeramente mayores en las primeras. En el área urbana los salarios promedio de los no indígenas
guardan una relación de 2 a 1 con los de los indígenas, mientras que en el área rural tal relación se reduce a
1.4 a 1 (ver Gráficos 11.4 y 11.5).
2,000
Quetzales (2006)
2,000
Quetzales (2006)
400 400
- -
2000 2004 2006 2000 2004 2006
No indígenas Indígenas No indígenas Indígenas
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
De otro lado, se observa una diferencia significativa en el salario de acuerdo con el nivel educativo
alcanzado. Así, en los Gráficos 11.6 y 11.7 puede constatarse que el salario promedio de una persona con
educación superior es cuatro veces el de una persona que no alcanzó a completar su educación secundaria.
Asimismo, se observa que la brecha salarial entre indígenas y no indígenas es mayor en las áreas urbanas
(cerca del 75% del salario indígena) que en las áreas rurales (alrededor del 50% del salario indígena).
270
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.6 Gráfico 11.7
Guatemala 2000-2006 Guatemala 2000-2006
Salario mensual promedio en trabajadores Salario mensual promedio en trabajadores
con educación secundaria según etnicidad con educación superior según etnicidad
2,800 7,000
6,150
2,365
2,400 2,269 6,000
1,930
2,000 5,000
Quetzales (2006)
Quetzales (2006)
4,452
1,643 1,653 4,105
1,529
1,600 4,000
3,233
2,929
1,200 3,000 2,449
800 2,000
400 1,000
- -
2000 2004 2006 2000 2004 2006
No indígenas Indígenas No indígenas Indígenas
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
b. Educación
Tal como se indicara, la población indígena de Guatemala es una de las más heterogéneas de América
Latina. En efecto, cada grupo étnico se identifica con una única lengua, cultura y organización social
(Fazio, 2007). Frente a este panorama es de esperar que las diferencias étnicas en la educación de la
población sean mucho más marcadas que las diferencias de género. En el Gráfico 11.8, se presenta el
promedio de años de educación para indígenas y no indígenas entre 2000 y 2006, mostrándose que los no
indígenas tienen alrededor de tres años más de educación que los indígenas.
Gráfico 11.8
Guatemala 2000-2006
Promedio de años de educación según etnicidad
8,0
7,3
7,0 6,6 6,5
6,0
Años de educación
5,0 4,6
3,8
4,0 3,4
3,0
2,0
1,0
0,0
2000 2004 2006
No indigenas Indígenas
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Los Gráficos 11.9 y 11.10 presentan la desagregación urbano-rural de tales promedios. Claramente se
observa que en el ámbito rural –en donde la mayoría de la población es indígena– los niveles de educación
alcanzados y las brechas entre indígenas y no indígenas son sistemáticamente menores a los de la ciudad.
271
Más crecimiento, más equidad
De esta manera, mientras que en las áreas rurales la brecha de escolaridad por diferencias étnicas está
alrededor de 1 año, en las áreas urbanas esta llega a ubicarse cerca de los 4 años, en promedio.
7.0 7.0
5.7
Años de educación
Años de educación
2.0 2.0
1.0 1.0
0.0 0.0
2000 2004 2006 2000 2004 2006
No indígenas Indígenas No indígenas Indígenas
De otro lado, aproximadamente nueve de cada diez guatemaltecos indígenas y siete de cada diez
guatemaltecos no indígenas en los mercados de trabajo tienen un nivel educativo inferior a secundaria
completa. Como ya se ha señalado, en las áreas rurales hay una mayor participación de personas con nivel
educativo inferior a secundaria completa que en el ámbito urbano. Cabe destacar que la diferencia en
educación entre grupos étnicos se hace más notoria en las áreas urbanas (ver Gráficos 11.11, 11.12 y 11.13).
Gráfico 11.11
Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con nivel
educativo inferior a secundaria por etnicidad
100,0
91,5
89,0
84,3
60,0
Porcentaje
40,0
20,0
0,0
2000 2004 2006
No indígenas Indígenas
272
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.12 Gráfico 11.13
Guatemala 2000-2006 Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con nivel educativo Porcentaje de personas trabajando con nivel educativo
inferior a secundaria en áreas urbanas por etnicidad inferior a secundaria en áreas rurales por etnicidad
100,0 100,0 96,4
95,0 93,3 93,1
90,0 82,5 90,9
81,3 80,8
80,0 90,0 87,5
85,9
70,0 64,6 85,0
62,8
Porcentaje
60,0
60,0 80,0
Porcentaje
75,0
50,0
70,0
40,0
65,0
30,0
60,0
20,0
55,0
10,0
50,0
0,0 2000 2004 2006
2000 2004 2006
No indígenas Indígenas No indígenas Indígenas
Gráfico 11.14
Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con educación superior o más por etnicidad
6,0
5,2
5,0 4,6
4,0
Porcentaje
3,3
3,0
2,0
1,4
1,1
1,0 0,7
0,0
2000 2004 2006
No indígenas Indígenas
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
273
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 11.15 Gráfico 11.16
Guatemala 2000-2006 Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con educación Porcentaje de personas trabajando con educación
superior o más en áreas urbanas por etnicidad superior o más en areas rurales por etnicidad
10,0 10,0
9,1
9,0 9,0
8,0 8,0
Porcentaje
6,0 6,0
Porcentaje
5,0
5,0 5,0
4,0 4,0
2,8
3,0 3,0
La población no indígena constituye 70% de los asalariados frente al 30% restante compuesto por minorías
étnicas. Sin embargo la desagregación de estas cifras según área geográfica muestra diferencias notables
con respecto al balance de género. En el ámbito rural, la participación de las minorías étnicas casi se
equipara a la del resto de la población al mostrar una proporción de 45% versus 55% entre indígenas y no
indígenas. En el ámbito urbano, el contraste aumenta hasta una razón de 20% versus 80% entre indígenas y
no indígenas.
Los datos mostrados hasta el momento ponen en evidencia las notorias diferencias en salarios y educación
entre indígenas y no indígenas en Guatemala. Como esta área es una de las principales características de
capital humano que hace que los individuos puedan percibir mayores ingresos, cabe entonces preguntarse
hasta qué punto las diferencias en salarios son consecuencia de las diferencias en educación. O, de manera
más general, cabe preguntarse hasta qué punto las diferencias en los ingresos son consecuencia de
diferencias en una serie de características de capital humano.
Para ello se aplicará una técnica de descomposición, desarrollada en Ñopo (2004), según la cual las
diferencias de salarios pueden expresarse como la suma de elementos que corresponden a diferencias en las
características de capital humano de los individuos. Concretamente, la brecha de salarios (es decir, la
diferencia promedio de salarios entre indígenas y no indígenas para este caso; y entre hombres y mujeres,
como se verá más adelante en la sección referida a género) es expresada como la suma de cuatro elementos:
Componente de características comparables (Delta X). Corresponde a la parte de la brecha que existe
debido a diferencias en la distribución de las características de capital humano de indígenas y no
indígenas (hombres y mujeres), siempre y cuando estas sean similares (técnicamente, siempre y cuando
estén en el soporte común de características observables).
Componente “gerentes” (Delta M). Corresponde a la parte de la brecha que se explica por el hecho de
existir ciertos perfiles de trabajadores en los que únicamente hay no indígenas (hombres). Por ejemplo,
274
11. Brechas salariales por género y etnicidad
para el caso de género resulta muy común que en las encuestas de hogares sea posible encontrar
trabajadores varones (no indígenas), de alrededor de 40 años de edad, con educación superior, viviendo
en la capital, casados, con hijos y ocupando cargos gerenciales. Este tipo de perfil –correspondiente a un
típico gerente de primer nivel de una compañía privada– es prácticamente imposible de encontrar entre
las mujeres (indígenas).
Componente “servidores del hogar” (Delta F). Corresponde a la parte de la brecha que se explica por
el hecho de existir perfiles de trabajadores en los que solo es posible identificar indígenas (mujeres). Por
ejemplo, nuevamente para el caso de género, en las encuestas de hogares se encuentra típicamente a un
segmento de la población, a saber, mujeres (indígenas) de alrededor de 30 años de edad, que no
alcanzaron a terminar la secundaria, migraron del interior del país a la capital y tienen hijos pero no
están casadas. Este perfil, que corresponde al de una servidora del hogar, es prácticamente imposible de
encontrar entre los hombres (no indígenas).
Componente no explicado (Delta 0). Es aquella parte de la brecha que no puede ser explicada a partir
de diferencias en las características de capital humano entre los grupos en comparación (entre indígenas
y no indígenas, o entre hombres y mujeres, según sea el caso). Este pudiera eventualmente atribuirse a la
existencia de otras características de capital humano que difieren entre los grupos en comparación, pero
que no han sido capturadas por ninguna de las variables dentro de los datos disponibles; o a la existencia
de discriminación en los mercados de trabajo.
Esta descomposición se implementa usando comparaciones emparejadas. En este marco, para cada indígena
trabajador observado en la base de datos de la encuesta de hogares se procurará encontrar un no indígena
trabajador con las mismas características de capital humano (género, edad, educación, estado civil,
condición migratoria, etc.). El resultado de emparejar indígenas y no indígenas según características
observables permite reflejar una situación en la cual se tiene un mercado laboral en donde ambos grupos
tienen las mismas distribuciones de características observables de capital humano. Como resultado de estos
emparejamientos también es posible identificar a los individuos que poseen características de capital
humano para los cuales no existen pares en el grupo de comparación, y así poder computar los componentes
“servidores del hogar” y “gerentes”. Para mayores detalles sobre el funcionamiento de esta técnica véase
Ñopo (2004).
Para el desarrollo de este análisis se optó por emparejar de acuerdo con cuatro combinaciones de
características. Primero, considerando solo edad, estado civil y años de educación. Segundo, al conjunto
anterior se agregó la variable género. Tercero, al conjunto anterior se agregó la condición de migración de
la persona. Y finalmente, en el cuarto grupo se adicionó una variable para identificar si la persona es
residente de la capital. Los porcentajes de indígenas y no indígenas emparejados figuran en la Cuadro 11.2.
275
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 11.2
Porcentaje de indígenas y no indígenas emparejados por diferentes grupos de controles
Controlando por:
(i) (ii) (iii) (iv)
Edad, educación, Edad, educación,
Edad, educación Edad, educación,
Años estado civil, género y estado civil, género,
y estado civil estado civil y género
migración migración y capital
2000
Indígenas 96,8% 95,6% 94,4% 88,3%
No indígenas 90,5% 85,4% 72,3% 44,2%
2004
Indígenas 99,1% 97,6% 98,0% 90,8%
No indígenas 93,2% 87,8% 78,2% 41,9%
2006
Indígenas 97,6% 96,6% 94,0% 87,9%
No indígenas 89,9% 83,8% 68,2% 47,8%
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
A continuación, se presentan los resultados de las descomposiciones de las brechas salariales entre
indígenas y no indígenas. Para fines de simplificación, solo se presentarán los resultados bajo el cuarto
conjunto de características (que considera el mayor número de variables de control).3 Las brechas están
medidas como fracciones de los salarios promedio del grupo de menores ingresos (en este caso, del grupo
indígena).
El Gráfico 11.17 presenta la descomposición para el total nacional usando la cuarta combinación de
características de emparejamiento descrita líneas arriba; el Gráfico 11.18 presenta la misma descomposición
para las zonas urbanas y el Gráfico 11.19 lo hace para las rurales. La altura de cada barra representa la
magnitud de la brecha salarial, y el tamaño de cada bloque dentro de las barras representa la magnitud de
cada uno de los cuatro componentes. Aproximadamente la mitad de las brechas salariales resulta explicada
por las diferencias en la distribución de características de capital humano en donde estas son comparables y
la otra mitad resulta no explicada por estas características.
Gráfico 11.17
Guatemala 2000-2006. Total nacional
Brecha salarial por etnicidad y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
1.0
0.8
Proporción del salario indígena
0.6
0.4
0.2
0.0
-0.2
2000 2004 2006
3
Una comparación de los resultados para las distintas combinaciones de características de control se encuentra en los Anexos.
276
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.18
Guatemala 2000-2006. Áreas urbanas
Brecha salarial por etnicidad y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
0.8
0.4
0.2
0.0
-0.2
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
En las cifras nacionales, el componente no explicado de las brechas salariales es aproximadamente un tercio
de las brechas. Las diferencias urbano-rurales que se encuentran en estas descomposiciones son notorias.
De este modo, mientras que en áreas rurales gran parte de las brechas salariales resultan ser no explicadas
por las características de capital humano, en el ámbito urbano estas resultan ser relativamente menores.
Otro hecho que vale la pena resaltar en las descomposiciones de las brechas salariales étnicas es que el
componente “gerentes” juega un rol significativo, tanto en zonas urbanas como rurales. Es decir, hay
evidencia de que determinados perfiles de capital humano son alcanzados solo por la población no indígena,
dejando excluida a la población indígena y aumentando así las brechas salariales en el orden de los 15
puntos porcentuales.
Gráfico 11.19
Guatemala 2000-2006. Áreas urbanas
Brecha salarial por etnicidad y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
0.8
Proporción del salario indígena
0.6
0.4
0.2
0.0
-0.2
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
277
Más crecimiento, más equidad
En el Gráfico 11.20 se reportan las brechas salariales étnicas no explicadas para diversos percentiles de la
distribución de salarios. Las brechas más altas se dan entre los trabajadores de menores ingresos,
presumiblemente la población en estado de pobreza; conforme se avanza en la distribución de salarios la
brecha salarial no explicada tiende a disminuir pero solo hasta cierto punto, a partir del cual la brecha
vuelve a aumentar (es decir, las brechas muestran una ligera forma de “U”). Las brechas no explicadas más
bajas se dan entre trabajadores alrededor del percentil 90 (en el caso de género, este mínimo es alcanzado
alrededor del percentil 75).
Gráfico 11.20
Guatemala 2000-2006
Brecha relativa del salario por etnicidad según percentiles
(controlando por edad, est. civil, género, migración y capital)
0.7
0.6
Proporción del salario indígena
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Percentil de la distribución del salario
Otra mirada posible a las brechas salariales no explicadas que permite la técnica de emparejamientos es
aquella que explora diversos segmentos de la población trabajadora. El Gráfico 11.21 reporta las brechas
salariales étnicas no explicadas para diversos segmentos de la población trabajadora. Es interesante notar
que las brechas salariales por etnicidad no explicadas son más pronunciadas entre las personas mayores
(entre 46 y 55 años), las de mayor educación, los casados, los migrantes y los que radican en áreas rurales.
Cabe remarcar que de acuerdo con la condición de migrante y la residencia en la capital, las brechas
salariales por etnicidad no muestran diferencias muy marcadas. Finalmente, las diferencias salariales son
mayores entre los hombres que entre las mujeres.
278
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.21
Guatemala 2000-2006
Brecha salarial por etnicidad no explicada para los diferentes segmentos de la muestra
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
Por Edad:
18 a 25 años 0.16
26 a 35 años 0.24
36 a 45 años 0.24
46 a 55 años 0.28
56 a más años 0.20
Por Educación:
Ninguna 0.20
Primaria 0.23
Secundaria 0.22
Superior 0.45
Por Estado Civil:
Casado 0.24
Separado 0.12
Soltero 0.15
Por Condición de Migrante:
No migrante 0.21
Migrante 0.20
Por capital:
Vive fuera de la capital 0.21
Vive en la capital 0.20
Por Género:
Mujer 0.13
Hombre 0.23
Por Área Geográfica:
Urbano 0.20
Rural 0.23
a. Salario mensual
No solo las brechas salariales por diferencias étnicas en Guatemala son elevadas, lo son también las de
género. En efecto, en lo que va de la presente década, el salario de un hombre se ha situado por encima del
salario de la mujer en más de 20% (ver Gráfico 11.22).
279
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 11.22
Guatemala 2000-2006
Diferencia salarial según género
30.0
24.5
25.0 23.3
21.9
15.0
10.0
5.0
0.0
2000 2004 2006
Una mirada a los salarios mensuales reales (expresados en quetzales de 2006) revela que estos han
decrecido para los hombres, especialmente del año 2000 al 2004, y se han mantenido casi constantes para
las mujeres. Como resultado, la brecha de ingresos por género se redujo. Si para el año 2000 los hombres
ganaban en promedio 28% más que las mujeres, para el año 2006 tal diferencia se redujo a 18% (ver
Gráfico 11.23).
Gráfico 11.23
Guatemala 2000-2006
Salario mensual promedio según género
2.000 1.922
1.755
1.704
1.200
800
400
-
2000 2004 2006
Hombres Mujeres
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Asimismo, los salarios promedio en áreas rurales, tanto de hombres como de mujeres, son casi la mitad de
los que se observan en las áreas urbanas. No obstante, la brecha de género no difiere entre áreas urbanas y
rurales (ver Gráficos 11.24 y 11.25).
280
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.24 Gráfico 11.25
Guatemala 2000-2006 Guatemala 2000-2006
Salario mensual promedio en Salario mensual promedio en
áreas urbanas según género áreas rurales según género
3.200 3.200
2.758
2.800 2.800
2.115
Quetzales (2006)
2.000 2.000 1.833
1.726 1.650
1.600 1.600
1.230 1.198 1.170
1.200 1.200
900 854
815
800 800
400 400
- -
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI
De otro lado, se observa una marcada diferencia de acuerdo con el nivel educativo alcanzado. En efecto, las
proporciones de salario entre una persona con educación superior y una con nivel educativo inferior a
secundaria completa están por el orden de cinco a uno, aunque estas diferencias se han reducido después del
año 2000. Las brechas de género no difieren entre estos dos grupos de educación (ver Gráficos 11.26 y
11.27). Al respecto, cabe resaltar que los retornos a la educación en Guatemala están entre los más altos de
América Latina (Auguste et al., 2007) 4; es decir, estas disparidades de ingresos entre los menos educados y
los más educados pueden estar entre las más altas de la Región.
8.000
1.350
1.182 6.803
1.200 7.000
1.025
1.050 6.000
Quetzales (2006)
Quetzales (2006)
5.013
900 819
767 5.000 4.547
4.234
750 638
4.000 3.354
600 503 3.225
3.000
450
300 2.000
150 1.000
0 -
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
4
Para los cálculos de los retornos en la educación, los autores se basan en los estudios de Bils y Klenow (2000) y Hausmann y Rodrik
(2005). Según ellos, Guatemala ocupa el tercer y primer lugar, respectivamente, en tasas de retorno dentro de una muestra de 18 países de
América Latina y el Caribe.
281
Más crecimiento, más equidad
b. Educación
Entre los trabajadores guatemaltecos, las mujeres presentan mayores niveles de educación que los hombres.
El Gráfico 11.28 muestra los promedios de años de escolaridad para hombres y mujeres para los tres años
analizados. Ahí puede apreciarse que las mujeres tienen alrededor de un año más de educación que los
hombres.
Gráfico 11.28
Guatemala 2000-2006
Promedio de años de educación según género
8,0 7,4
6,4
6,1 6,1
6,0
5,3 5,3
Años de educación
4,0
2,0
0,0
2000 2004 2006
Hombres Mujeres
A primera vista, esto contrastaría de manera notoria con los resultados reportados por Duryea et al. (2007),
que indican que para la cohorte de personas nacidas en 1980 los hombres aventajaban a las mujeres en
alrededor de 0.7 años de escolaridad en promedio. Sin embargo, las dos miradas se compatibilizan al tomar
en cuenta que este último estudio (Duryea et al., 2007) se refiere a la población en general y los resultados
que se reportan en el Gráfico 11.28 son solo para trabajadores con empleo dentro de la población. De
hecho, las brechas de escolaridad por género para la población guatemalteca para los años 2000, 2004 y
2006 están entre 0.5 y 0.6 años de escolaridad de diferencia entre hombres y mujeres, a favor de los
primeros.
Otro aspecto importante es la tendencia reciente de los datos de escolaridad de la población trabajadora en
Guatemala. Durante la presente década, el promedio de años de escolaridad ha venido en aumento, tanto
para hombres como para mujeres. No obstante, la brecha de escolaridad por género no es como
habitualmente se observa a favor de los hombres sino que, por el contrario, ha sido a favor de las mujeres.
Esto último, de por sí, es una primera señal de alerta acerca de las oportunidades laborales que tienen
hombres y mujeres en Guatemala. Ello podría estar reflejando el hecho de que las mujeres, al tener
oportunidades restringidas para participar activamente en los mercados de trabajo, necesitan compensar
estas limitaciones adquiriendo una mayor educación. Los Gráficos 11.29 y 11.30 permiten explorar con
mayor detalle este punto. En estos Gráficos se reportan los porcentajes de la población trabajadora que tiene
un nivel educativo inferior a secundaria completa, por un lado, y un nivel educativo superior o más, por el
otro. Ahí puede observarse que alrededor de dos tercios de la población masculina trabajadora no ha
completado la educación secundaria, mientras que lo análogo sucede solo para la mitad de la población
trabajadora femenina.
282
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Por otro lado, en el otro extremo de la distribución de educación, la proporción de mujeres que ha alcanzado
educación superior o más es notoriamente mayor que la proporción correspondiente de hombres. Entre las
mujeres, aproximadamente una de cada ocho trabajadoras ha alcanzado educación superior, mientras que
entre los varones esto sucede solo en uno de cada trece.
Gráfico 11.29
Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con
educación inferior a secundaria completa según género
80,0
72,9
67,1
64,8
61,5
60,0
52,2 50,7
Porcentaje
40,0
20,0
0,0
2000 2004 2006
Hombres Mujeres
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Gráfico 11.30
Guatemala 2000-2006
Porcentaje de personas trabajando con
educación superior o más según género
14,0
12,7
10,0
Porcentaje
7,6 7,8
8,0
5,8
6,0
4,0
2,0
0,0
2000 2004 2006
Hombres Mujeres
283
Más crecimiento, más equidad
Una mirada al interior de las áreas geográficas (rural y urbana) revela claros contrastes: en el ámbito rural
existe una baja participación de personas con educación superior y la diferencia entre género es alta;
mientras que en el ámbito urbano se observan mayores niveles de participación de personas con educación
superior y la diferencia entre géneros es más baja.
El balance de género en la participación en los mercados de trabajo ha sido constante durante el período de
análisis. Alrededor del 70% de los trabajadores asalariados en Guatemala son hombres y 30%, mujeres.
Esta participación por género es mucho más balanceada en áreas urbanas (60% hombres, 40% mujeres,
aproximadamente) que en áreas rurales (80% hombres, 20% mujeres, aproximadamente).
Tal como fuera hecho en la sección anterior, después de haber explorado las brechas de escolaridad y
salarios, se procede a intentar explicar hasta qué punto las brechas salariales son consecuencia de las
brechas educacionales y de otras diferencias en características de capital humano; y hasta qué punto tales
brechas salariales surgen como consecuencia de otras fuerzas en los mercados de trabajo. A continuación,
se presentan los resultados de la aplicación de la técnica de emparejamiento descrita en la sección anterior.
En el caso del presente estudio para Guatemala se optó por emparejar de acuerdo a cuatro combinaciones de
características. La primera combinación considera tres variables: edad, estado civil y años de educación. La
segunda agrega al conjunto anterior la variable sobre origen étnico (los detalles de la creación de esta
variable han sido presentados en la introducción de este documento). La tercera agrega la condición
migratoria de la persona al conjunto anterior.5 Y finalmente, en el cuarto grupo se adiciona una variable que
identifica si la persona es residente de la capital. Para estos cuatro conjuntos de características de
comparación, en el Cuadro 11.3 se muestran los porcentajes de hombres y mujeres que resultaron
emparejados.
En lo que sigue, se mostrarán las descomposiciones de las brechas salariales por género para Guatemala, en
primer lugar, para el total nacional (Gráfico 11.31) y luego, para las áreas urbanas (Gráfico 11.32) y rural
(Gráfico 11.33). Al igual que en la sección anterior, para fines de simplificación, solo se mostrarán los
resultados bajo el cuarto conjunto de controles.
5
Aquí y en el resto de este estudio se hará referencia a migración interna únicamente. Es decir, personas que hayan migrado entre pueblos o
ciudades de Guatemala. No es posible capturar información fidedigna sobre migración externa y condiciones laborales con las encuestas
nacionales.
284
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Cuadro 11.3
Porcentaje de hombres y mujeres emparejados por diferentes grupos de controles
Controlando por:
(i) (ii) (iii) (iv)
Edad, educación, estado Edad, educación, estado
Edad, educación Edad, educación,
Años civil, género y civil, género, migración
y estado civil estado civil y género
migración y capital
2000
Indígenas 96,8% 95,6% 94,4% 88,3%
No indígenas 90,5% 85,4% 72,3% 44,2%
2004
Indígenas 99,1% 97,6% 98,0% 90,8%
No indígenas 93,2% 87,8% 78,2% 41,9%
2006
Indígenas 97,6% 96,6% 94,0% 87,9%
No indígenas 89,9% 83,8% 68,2% 47,8%
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
El resultado a nivel nacional es en gran medida similar al de las áreas urbanas. Sin embargo, en áreas
rurales, la situación es ligeramente distinta. En primer lugar, el componente no explicado claramente
domina al resto de componentes; es decir, las diferencias de capital humano que se pueden observar con las
encuestas que se están manejando pueden explicar muy poco de las brechas salariales existentes
(aproximadamente 80% de las brechas salariales quedan sin explicación a la luz de las características que se
están utilizando). En segundo lugar, el componente atribuible a la existencia de mujeres con combinaciones
de características para las cuales no hay hombres comparables, es negativo. La segregación que opera
negativamente sobre los salarios de las mujeres en zonas urbanas resulta operar positivamente en zonas
rurales.
Gráfico 11.31
Guatemala 2000-2006. Total nacional
Brecha salarial por género y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
0.30
0.25
Proporción del salario femenino
0.20
0.15
0.10
0.05
0.00
-0.05
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
285
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 11.32
Guatemala 2000-2006. Áreas urbanas
Brecha salarial por género y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
0.6
0.5
0.3
0.2
0.1
0.0
-0.1
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
Gráfico 11.33
Guatemala 2000-2006. Áreas rurales
Brecha salarial por género y componentes
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
0.6
0.5
Proporción del salario femenino
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
-0.1
-0.2
2000 2004 2006
En el Gráfico 11.34 se muestran las brechas salariales no explicadas para diversos percentiles en la
distribución de ingresos. Tales resultados permiten dar una mirada en mayor profundidad de la brecha
salarial que no puede ser explicada por las características de capital humano que se han considerado hasta el
momento. Los resultados muestran que el problema de las brechas salariales es más marcado entre los
trabajadores de ingresos bajos que entre los de ingresos altos.6
6
Este patrón de la distribución de la brecha salarial no explicada es parecido al encontrado en Perú pero no en Chile (en este último caso las
brechas salariales son más altas entre los de ingresos más altos).
286
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Gráfico 11.34
Guatemala 2000-2006
Brecha relativa del salario por género según percentiles
(controlando por edad, est. civil, género, migración y capital)
1.1
0.7
0.5
0.3
0.1
-0.1
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Percentil de la distribución del salario
Al igual que en la sección anterior, en el Gráfico 11.35 se presentan las brechas no explicadas de acuerdo
con diferentes cortes al interior de los mercados de trabajo. Las brechas salariales por género no explicadas
son más altas entre los más jóvenes (el segmento que va de los 18 a los 35 años de edad). Dicho resultado
contrasta con el encontrado en el análisis por etnicidad.
Otro caso en el que hay diferencias entre el análisis de género y el análisis étnico de las brechas salariales es
el del estado civil. Si la brecha salarial étnica es más pronunciada entre los casados, la brecha por género es
más alta entre los separados. Finalmente, según el nivel educativo alcanzado, hay una coincidencia en las
dos dimensiones, pues en ambos casos las brechas más pronunciadas se encuentran entre los que alcanzaron
educación superior.
287
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 11.35
Guatemala 2000-2006
Brecha salarial por género no explicada por los diferentes segmentos de la muestra
(controlando por edad, estado civil, género, migración y capital)
Por Edad:
18 a 25 años 0.13
26 a 35 años 0.13
36 a 45 años 0.05
46 a 55 años 0.06
56 a más años 0.05
Por Educación:
Ninguna 0.30
Primaria 0.40
Secundaria 0.27
Superior 0.71
Por Estado Civil:
Casado 0.07
Separado 0.22
Soltero 0.08
Por Condición de Migrante:
No migrante 0.10
Migrante 0.22
Por capital:
Vive fuera de la capital 0.13
Vive en la capital 0.42
Por Etnicidad:
Indígena 0.14
No indígena 0.15
Por Área Geográfica:
Urbano 0.14
Rural 0.16
Esta exploración de las brechas salariales en Guatemala arroja varios resultados que permiten proponer
algunas pautas para la discusión de políticas. Tal como se ha discutido, las brechas salariales son muy
notorias en Guatemala; en particular, las brechas étnicas son de mayor magnitud que las de género y ambas
se ubican entre las más altas de la Región. Cabe destacar que las brechas también son acumulativas, así que
una mujer indígena se ve doblemente afectada: tanto por ser mujer como por ser indígena.
Aproximadamente la mitad de tales brechas salariales pueden explicarse a partir de diferencias en
características observables de capital humano de los trabajadores. Dentro de tales características de capital
humano, la educación juega un rol muy importante. De hecho, en encuestas de opinión como el
Latinobarómetro, los guatemaltecos opinan que la falta de educación es una de las principales causas de
288
11. Brechas salariales por género y etnicidad
discriminación. No es de extrañar, pues, lo reportado por Duryea et al. (2007): las brechas educativas en
Guatemala están también entre las más altas de América Latina. Esto lleva a una primera recomendación de
política pública.
En este sentido, la experiencia del Sudeste Asiático en las últimas décadas merece especial atención.
Por un lado, mientras que a inicios de la década de los sesenta el promedio de años de educación de la
población adulta en el Sudeste Asiático era similar al de América Latina –alrededor de los 3 años– 40
años más tarde, la escolaridad promedio en América Latina aumentó a los 5.5 años, mientras que en el
Sudeste Asiático subió a cerca de los ocho años. Es decir, el Sudeste Asiático aumentó la escolaridad de
su población muy por encima de sus pares en América Latina (Barro y Lee, 2000). Por otro lado, la
distribución del ingreso en el Sudeste Asiático ha mejorado entre las décadas de los ochenta y noventa
por encima de lo experimentado por América Latina (Camps et al., 2006); las mejoras en la educación
de la población han ido de la mano con mejoras en la distribución del ingreso.
Con respecto a la recomendación de política que se propone, cabe destacar que Guatemala ya tiene un
camino recorrido en temas de desarrollo en niñez temprana, tal como lo señalan Behrman, Duryea y
Maluccio en la presente publicación (ver capítulo 9). Dichos autores hacen una evaluación de los
programas de niñez temprana en Guatemala en la última década; al respecto, señalan que durante este
período algunas dimensiones de los programas han mostrado resultados importantes. Ciertamente, se
pueden observar, por ejemplo, aumentos no solo en la matrícula preescolar, sino también en la
asistencia a la escuela en edades tempranas. A pesar de ello, Guatemala sigue mostrando un fuerte
rezago en los indicadores de éxito escolar en comparación con los demás países de la Región, siendo
esta situación mucho más dramática en el caso de niños indígenas, de zonas rurales y de hogares
pertenecientes al quintil más bajo de la distribución de ingresos.
Las brechas son más grandes en zonas rurales y la parte no explicada es proporcionalmente mayor en estas
áreas.
⇒ Aunque puede parecer obvio y repetitivo, a la luz de toda la literatura que ha abordado el tema de
educación rural, es importante recordar siempre que los mercados de trabajo rurales funcionan de
manera distinta a los urbanos. Por ello, la población que va a desarrollar su vida laboral útil en áreas
rurales necesita de una educación distinta que se adecúe no solo a las diferentes necesidades de los
graduandos sino también que reconozca la necesidad de incorporar la diversidad cultural de las
comunidades.
Tal como señalan IPES (BID, 2007), la experiencia de la Región en cuanto a métodos de educación más
inclusivos pasa por la enseñanza bilingüe (como en Bolivia, Ecuador, Honduras); la ampliación del
acceso físico y el empleo de pedagogía innovadora que permita integrar a personas con discapacidades
289
Más crecimiento, más equidad
El componente “gerentes” se presenta con claridad en las brechas étnicas, tanto urbanas como rurales. Es
decir, hay ciertos perfiles de capital humano a los que solo determinados grupos de la población tienen
acceso (en este caso los no indígenas) y el resto, no. Esto constituye una situación en la que determinados
grupos de la población enfrentan “techos de vidrio” en sus posibilidades de desarrollo en los mercados de
trabajo.
Por otro lado, las brechas no explicadas (tanto étnicas como de género) tienen forma de U como en el Perú,
y, de alguna manera, en Colombia, pero difieren respecto de lo encontrado en Chile. Los de menores
ingresos enfrentan brechas salariales más altas. En lo que se refiere a Guatemala, el problema de las brechas
salariales está ligado a la pobreza.
Es interesante notar también que las brechas salariales étnicas no explicadas son más pronunciadas entre los
mayores, los de mayor educación, los casados y los hombres. Por otro lado, las brechas salariales de género
no explicadas son más pronunciadas entre los jóvenes, los de mayor educación, los separados, los migrantes
y los que viven en la capital.
Estos “techos de vidrio” y estas brechas salariales no explicadas sugieren la existencia de prácticas
discriminatorias en los mercados de trabajo guatemaltecos. Aunque aquí cabe siempre una nota de
precaución: pudiera tratarse también de características de capital humano que no han sido capturadas por las
encuestas utilizadas. Sin embargo, la magnitud de estas brechas no explicadas y el impacto en salario de
estos “techos de vidrio” sugieren una serie de opciones de política.
⇒ Es importante generar conciencia y abogar por oportunidades laborales para todos los guatemaltecos.
Esto pasa por campañas masivas combatiendo los diversos tipos de prácticas discriminatorias y
haciendo notar que estas implican pérdidas o ineficiencias sociales considerables.
De hecho, el IPES (BID, 2007) ha puesto en evidencia, usando una batería de herramientas
experimentales, que los agentes económicos tienen efectivamente estereotipos formados sobre la
productividad de las personas, por un lado; pero que, por el otro, los mismos agentes económicos están
dispuestos a deshacerse de tales estereotipos cuando reciben información concreta y oportuna sobre la
productividad de las personas.
Ello invita a pensar que si la información acerca de la productividad real de las personas, sin importar el
género o la pertenencia a alguna minoría étnica, fluyera con mayor agilidad en los mercados de trabajo,
debería esperarse menores brechas no explicadas y menores “techos de vidrio”. Esto se consigue con,
entre otros, bolsas de intermediación laboral y sistemas de certificación en las entidades de capacitación
laboral (como en México, República Dominicana y el Perú). Es sumamente importante que estos
instrumentos promuevan activamente y compensen las desventajas de estos grupos, en particular, el
menor capital social en cuanto a redes de contactos que faciliten la entrada al mercado laboral y el
290
11. Brechas salariales por género y etnicidad
Además, en cuanto a los temas de género, es importante resaltar aquí el rol que juegan las relaciones de
poder al interior del hogar. Balances en el poder de negociación al interior del hogar traen consigo no
solo mayores oportunidades laborales para las mujeres, sino también, como sostiene Calderón (2007),
beneficios significativos en nutrición para los demás miembros del hogar.
A manera de comentario final, es importante señalar que este estudio se ha realizado sobre las brechas
étnicas y de género ya que en estas se han analizado tradicionalmente las diferencias en ingresos y, por lo
tanto, son estas las dimensiones que se pueden analizar con las encuestas disponibles. Sin embargo, la
desigualdad o falta de equidad en los ingresos es un fenómeno que trasciende a la identidad de grupos en
Guatemala y en América Latina en general. Es decir, las brechas salariales no explicadas, los “techos de
vidrio”, y en general, las barreras de exclusión, son fenómenos que afectan no solamente a las mujeres y a
los grupos indígenas sino a segmentos mucho más amplios de las sociedades. En ese sentido, el IPES (BID,
2007) explora algunas pistas acerca de los patrones cambiantes de exclusión en nuestra Región.
⇒ Es necesario pensar también en la necesidad de políticas inclusivas que vayan más allá de los mercados
de educación y trabajo; y más allá de los indígenas y las mujeres. El reto de conseguir mercados de
trabajo más inclusivos en Guatemala pasa necesariamente por la generación de una sociedad más
inclusiva para todos.
Referencias bibliográficas
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Guatemala”. IDB Research Project CID. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
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Buvinic, M. y Mazza, J. 2004. Inclusión social y desarrollo económico en América Latina. Washington,
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7
Ver Flores (2006)
291
Más crecimiento, más equidad
Calderón, M. C. 2007 “Discrimination, marital bargaining power and intrahousehold allocation in
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Camps, E., Camou, M., Maubrigades, M. y Mora-Sitja, N. 2006. “Globalization and wage inequality in
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of Maryland Baltimore County.
292
11. Brechas salariales por género y etnicidad
ANEXO 1
0.5 0.5
0.3 0.3
0.1 0.1
-0.1 -0.1
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por etnicidad y componentes D - Brecha salarial por etnicidad y componentes
(Controlando por edad, estado civil, educación, género y migración) (Controlando por edad, estado civil, educación, género, migración y capital)
0.9 0.9
Proporción del salario indigena
0.7 0.7
Proporción del salario indigena
0.5 0.5
0.3 0.3
0.1 0.1
-0.1 -0.1
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
293
Más crecimiento, más equidad
ANEXO 2 Descomposición de la brecha salarial por etnicidad
Áreas urbanas
A- Brecha salarial por etnicidad y componentes B - Brecha salarial por etnicidad y componentes
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y género)
0,7 0,7
Proporción del salario indigena
0,3 0,3
0,1 0,1
-0,1 -0,1
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por etnicidad y componentes D - Brecha salarial por etnicidad y componentes
(Controlando por edad, estado civil, educación, género y migración) (Controlando por edad, estado civil, educación, género, migración y capital)
0,7 0,7
0,5 0,5
0,3
0,3
0,1
0,1
-0,1
-0,1
2000 2004 2006
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico 11.18. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Áreas rurales
A - Brecha salarial por etnicidad y componentes B - Brecha salarial por etnicidad y componentes
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y género)
0,8 0,8
Proporción del salario indigena
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0,0 0,0
-0,2 -0,2
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por etnicidad y componentes D - Brecha salarial por etnicidad y componentes
(Controlando por edad, estado civil, educación, género y migrantes) (Controlando por edad, estado civil, educación, género, migrantes y capital)
0,8 0,8
Proporción del salario indigena
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0,0 0,0
-0,2 -0,2
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico 11.19. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
294
11. Brechas salariales por género y etnicidad
ANEXO 3
0,30 0,30
Proporción del salario femenino
0,20 0,20
0,15 0,15
0,10 0,10
0,05 0,05
0,00 0,00
-0,05 -0,05
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por género y componentes D - Brecha salarial por género y componentes
(Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad y migración) (Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad, migración y capital)
0,30 0,30
Proporción del salario femenino
0,25 0,25
Proporción del salario femenino
0,20 0,20
0,15 0,15
0,10 0,10
0,05 0,05
0,00 0,00
-0,05 -0,05
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico 11.31. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
295
Más crecimiento, más equidad
ANEXO 4 Descomposición de la brecha salarial por etnicidad según diferentes grupos de control
Áreas urbanas
A - Brecha salarial por género y componentes B - Brecha salarial por género y componentes
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y etnicidad)
Proporción del salario femenino
0,4 0,4
0,2 0,2
0,1 0,1
0,0 0,0
-0,1 -0,1
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por género y componentes D - Brecha salarial por género y componentes
(Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad y migración) (Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad, migración y capital)
0,4 0,4
Proporción del salario femenino
0,2 0,2
0,1 0,1
0,0 0,0
-0,1 -0,1
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico 11.32. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
Áreas rurales
A - Brecha salarial por género y componentes B - Brecha salarial por género y componentes
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y etnicidad)
0,6 0,6
Proporción del salario femenino
0,4 0,4
0,2
0,2
0,0
0,0
-0,2
-0,2
2000 2004 2006
2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
C - Brecha salarial por género y componentes D - Brecha salarial por género y componentes
(Controlando por edad, est.civil, educación, etnicidad y migración) (Controlando por edad, est.civil, educ.,etnicidad, migración y capital)
0,6 0,6
Proporción del salario femenino
0,4 0,4
0,2 0,2
0,0 0,0
-0,2 -0,2
2000 2004 2006 2000 2004 2006
Comp. no explicado Comp. "gerentes" Comp. no explicado Comp. "gerentes"
Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables Comp. "servidores del hogar" Comp. características comparables
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfica 11.33. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
296
11. Brechas salariales por género y etnicidad
ANEXO 5
Brecha salarial por etnicidad por percentiles para los diferentes grupos
de control en el período 2000-2006*
A - Brecha relativa del salario por etnicidad según percentiles B - Brecha relativa del salario por etnicidad según percentiles
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y género)
0,6 0,7
Proporción del salario indígena
0,5
0,4
0,4
0,3
0,3
0,2
0,2
0,1
0,1
0,0 0,0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Percentil de la distribución del salario
Percentil de la distribución del salario
C - Brecha relativa del salario por etnicidad según percentiles D - Brecha relativa del salario por etnicidad según percentiles
(Controlando por edad, estado civil, educación, género y migrante) (Controlando por edad, estado civil, educación, género, migrante y capital)
0,7 0,7
Proporción del salario indígena
0,6 0,6
0,5 0,5
0,4 0,4
0,3 0,3
0,2 0,2
0,1 0,1
0,0
0,0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Percentil de la distribución del salario Percentil de la distribución del salario
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico 11.20. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
297
Más crecimiento, más equidad
ANEXO 6
Brecha salarial por género por percentiles para los diferentes grupos
de control en el período 2000-2006*
A - Brecha relativa del salario por género según percentiles B - Brecha relativa del salario por género según percentiles
(Controlando por edad, estado civil y educación) (Controlando por edad, estado civil, educación y etnicidad)
1,1 1,1
Proporción del salario femenino
0,7 0,7
0,5 0,5
0,3 0,3
0,1 0,1
-0,1 -0,1
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Percentil de la distribución del salario Percentil de la distribución del salario
C - Brecha relativa del salario por género según percentiles D -Brecha relativa del salario por género según percentiles
(Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad y migración) (Controlando por edad, estado civil, educación, etnicidad, migración y capital)
1,1
1,1
Proporción del salario femenino
0,9
0,9
0,7
0,7
0,5
0,5
0,3 0,3
0,1 0,1
-0,1 -0,1
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
* El gráfico D fue presentado en el capítulo como Gráfico11. 20. Fuente: Estimaciones propias basadas en la Encovi, ENEI.
298
Parte IV
299
12. El riesgo del desastre
y su gestión
301
12. El riesgo del desastre y su gestión
12.1 Introducción
Este tema es de particular relevancia para Guatemala. Por su posición geográfica y su geomorfología,
el país está expuesto a diversas amenazas naturales que, debido a su alta vulnerabilidad, se
convierten frecuentemente en desastres. A lo largo de la historia, Guatemala se ha visto afectada por
diversos eventos catastróficos de distinta naturaleza, como el terremoto de 1976, el huracán Mitch en
el año 2001 y el huracán Stan en el año 2005. Estos eventos generaron grandes pérdidas económicas
para el país, alcanzando un total de US$ 748 millones por el huracán Mitch (CEPAL, 2004) y US$
988 millones por el huracán Stan (CEPAL-Segeplan, 2005).
En un país con estas características, el verse continuamente afectado por diferentes eventos
catastróficos condiciona su crecimiento y desarrollo, originando pérdidas no solo humanas y de
infraestructura, sino afectando también los flujos económicos y el desarrollo de los diferentes
sectores de la economía y retrasando, en consecuencia, el desarrollo del país.
De acuerdo con el sistema de indicadores para la gestión de riesgos del BID (BID-IDEA, 2005), el
evento que traería mayores pérdidas al país sería un sismo en la Ciudad de Guatemala. En el caso de
un evento de 500 años de período de retorno (2% de probabilidad de ocurrencia en un período de 10
años), el Estado guatemalteco no está preparado para enfrentar las pérdidas. Por otro lado, de
acuerdo con el registro a nivel municipal de los efectos (fallecidos, afectados y pérdidas)
ocasionados por pequeños eventos, se ha comprobado una menor concentración de estos efectos y
una mayor uniformidad a través de todo el territorio.
El 60% del territorio está expuesto a amenaza sísmica alta y el 5% a muy alta (ver Gráfico 12.2). El
15% del territorio se expone a una alta o muy alta amenaza por inundaciones y el 16% a amenaza
media (ver Gráfico 12.3).
Aproximadamente 1.733 ciudades y pueblos con cerca de 210.000 habitantes son vulnerables a
inundaciones. El 30% del territorio presenta amenaza alta de inundación. El Gráfico 12.3 muestra la
priorización de los municipios por área inundable.
303
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 12.1
Área de influencia según tipo de amenaza
0% 100%
Sismo
Erupción volcánica
Tsumani
Tormenta tropical
Tormenta invernal
Oleada por tormenta
Vientos
Granizada
Tormenta eléctrica
Inundación
Sequía
Helada
Fuente: http://mrnathan.munichre.com/
Gráfico 12.2
Amenaza sísmica de Guatemala (escala de intensidad de Mercalli Modificada)
Zona 0: MM V e inferior
Zona 1: MM VI
Zona 2: MM VII
Zona 3: MM VIII
Zona 4: MM IX y superior
Fuente: http://mrnathan.munichre.com/
Gráfico 12.3
Municipios priorizados según superficie amenazada por inundaciones
Muy Alta
Alta
Media
Baja
Muy baja
Extremadamente baja
304
12. El riesgo del desastre y su gestión
En cuanto a la sequía, cerca del 5% del territorio guatemalteco (5.500 km2 ) es clasificado como de
riesgo “bastante alto” o “extremadamente alto”. Las áreas de mayor riesgo están en los valles del
este y en la región central, en una zona que corre desde Jutiapa y Chiquimula, en las fronteras con
El Salvador y Honduras, atraviesa Jalapa, Zacapa, El Progreso y Baja Verapaz y llega hasta Quiché
en la frontera mexicana (zonas de color rojo y rosado de el Gráfico 12.4). Se estima que el área con
problemas de desertificación alcanza el 15% del territorio nacional; especialmente en la zona centro
del país existen los casos más preocupantes de pérdida de suelo por erosión. La desertificación y la
sequía se relacionan estrechamente con la deforestación resultante de la expansión de la frontera
agrícola, la cual se realiza mayormente sobre la base de la agricultura de subsistencia y que derriba
bosques a razón de 64.000 hectáreas por año (CEPAL, 2005). El Gráfico 12.5 presenta una
priorización de los municipios del país de acuerdo con la superficie expuesta a la sequía.
Gráfico 12.4
Grado de amenaza por sequía
Extremadamente alto
Muy Alto
Alto
Medio
Medio bajo
Bajo
Muy bajo
Gráfico 12.5
Municipios priorizados según superficie amenazada por sequía
Extremadamente alta
Muy Alta
Alta
Media
Baja
Muy baja
305
Más crecimiento, más equidad
El 20% del territorio guatemalteco se encuentra expuesto a erupciones volcánicas, el Gráfico 12.6
presenta la ubicación geográfica de los volcanes en el país. Ciertamente, en Guatemala existen
aproximadamente 288 volcanes o estructuras identificadas como de origen volcánico. De estos
volcanes, ocho tienen reportes de actividad en tiempos históricos, y cuatro tienen registro de
actividad actualmente, a saber, Fuego, Cerro Quemado, Pacaya y Santiaguito. 1
Gráfico 12.6
Los volcanes de Guatemala
Fuente: http://mrnathan.munichre.com/
A pesar de ubicarse en el subtrópico, el 10% de Guatemala (7.622 km2 ) tiene altas probabilidades de
sufrir una fuerte helada, principalmente en las áreas de Sierra Madre y las montañas de los
Cuchumatanes que están ubicadas arriba de los 2.200 metros sobre el nivel del mar.
El Anexo 1 presenta un cuadro que resume de una forma aproximada los niveles de amenaza que
enfrentan los diferentes departamentos de Guatemala. Este cuadro puede ser utilizado como un
primer filtro para identificar cuáles son las principales amenazas naturales que se deben tener en
cuenta al momento de tomar decisiones en el país y dónde se deberían promover estudios de riesgo.
Los huracanes, sismos e inundaciones son las amenazas que han tenido mayor impacto en el país. El
Gráfico 12.7 resume, agrupándolos por tipo de evento, los diez mayores desastres sufridos por
Guatemala en términos de personas afectadas 2 y pérdidas económicas. Según el número de afectados,
la amenaza que mayor impacto ha tenido en la población es la sísmica, seguida por los huracanes.
Según las pérdidas materiales causadas, la amenaza que mayor impacto ha tenido en el país es la de
los huracanes, seguida de los sismos. Entre los diez peores eventos que han azotado al país figuran el
sismo de Guatemala de 1976, el huracán Stan, el huracán Mitch y la sequía del 2001.
1
http://www.insivumeh.gob.gt
2
Afectados: son aquellas personas que han requerido de asistencia durante la emergencia para cubrir necesidades básicas en forma de
alimentos, agua, saneamiento y asistencia médica. Damnificados: son aquellas personas necesitadas de asistencia, en términos de refugios.
Se trata de un número importante debido a sus implicaciones en el momento de la emergencia y al desplazamiento de la población después
del desastre.
306
12. El riesgo del desastre y su gestión
Gráfico 12.7
Desastres con mayor número de fallecidos, afectados y daños
Afectados Daños
0,5% 4,1%
10,0% 3,1%0,5% 2,0%
34,8%
60,6%
84,5%
Inundación Sismo Volcán Huracán Sequía Epidemia Inundación Sismo Volcán Huracán Sequía Epidemia
El terremoto que causó el mayor número de muertes –25.000 personas fallecidas– en este país
ocurrió en la Ciudad de Guatemala el año 1976. Este sismo tuvo una magnitud de 7.5 en la escala
Richter y causó la paralización de las actividades económicas, políticas y sociales de la Ciudad de
Guatemala y buena parte del país. Sin embargo, no ha sido el de mayor magnitud en la historia de
Guatemala: en 1946 hubo un sismo que se estima alcanzó una magnitud de 8.0 en la escala Richter,
aunque no ocasionó daños en la misma medida que el de 1976. Un sismo de esta magnitud, en
Ciudad de Guatemala hoy en día causaría un impacto significativamente mayor en la sociedad y
alcanzaría una magnitud similar a lo que ocurrió durante los sismos de El Salvador en el año 2001
(Cardona, 2004).
Durante el siglo XX, hubo un total de 12 terremotos (lo que equivale a un promedio de un sismo
cada ocho años) con un costo histórico promedio anual del 0,57% del PIB (Banco Mundial, 2006).
Por otro lado, el paso del huracán Mitch dejó a Guatemala pérdidas por un total de US$ 748 millones, de los
cuales US$ 288 millones corresponden a daños directos y US$ 460 millones a daños indirectos. Por su
parte, el monto total del impacto del huracán Stan ha sido estimado en US$ 988 millones, el cual se
desglosa en daños, US$ 421 millones (43%); y pérdidas en los flujos económicos después del desastre por
US$ 567 millones (CEPAL-Segeplan, 2005). En términos de sectores, el impacto se concentró –en orden de
magnitud decreciente– en la infraestructura (el 45%), en los sectores productivos (el 27%) y en los sectores
sociales (15%).
En lo que respecta a la sequía del 2001, esta trajo a Guatemala pérdidas por US$ 22 millones (CEPAL-
CCAD, 2002), siendo la agricultura el sector más afectado. En este caso la población se vio afectada en
diferentes formas. En primer lugar, la población más perjudicada fue aquella que sufrió debido a la pérdida
de su alimentación y que hubo de ser provista de ayuda alimentaria para compensarla. Se trata de personas,
de muy bajos ingresos, pertenecientes a grupos campesinos dedicados al cultivo de granos básicos para
satisfacer sus necesidades alimentarias. Se estimó que el total de afectados fue de 120.300 personas. En
segundo lugar, se vio afectada la población que sufrió la disminución o falta de un servicio esencial; y en
tercer lugar, aquella que acusó mayores costos derivados de la provisión de electricidad.
307
Más crecimiento, más equidad
En el caso del sector agropecuario, la reducida precipitación coincidió con el período de crecimiento
de cultivos de granos básicos tales como maíz, arroz, maicillo y fríjol que constituyen la dieta básica
de los campesinos centroamericanos. Como resultado de ello, se perdieron las cosechas o se
redujeron significativamente los rendimientos de esos cultivos en las zonas de mayor afectación. En
términos generales, los grupos poblacionales más afectados por esta variación del clima fueron
aquellos que cultivan esos productos para autoconsumo y que, en algunos casos, acusan una
vulnerabilidad alimentaria elevada debido a crecientes grados de desnutrición que, si bien anteceden
a la sequía, no eran necesariamente evidentes antes del fenómeno. En el sector de energía, la
reducción o retraso de las lluvias resultó en un déficit de generación en las plantas hidroeléctricas.
En el sector de agua potable y saneamiento, la sequía trajo consigo diferentes problemas que se
sumaron a situaciones preexistentes de inadecuado o insuficiente suministro. En algunas zonas
urbanas fue necesario racionar el servicio a un significativo número de usuarios y recurrir a
camiones-cisterna para suministrar un mínimo del vital líquido a sus habitantes.
Como se indicó más arriba, el desastre que le generaría más pérdidas a Guatemala es un sismo en su
capital, escenario probable y ya vivido en 1976. Es necesario diferenciar entre las pérdidas o pasivos
contingentes del Gobierno y la pérdida total que ocasiona un desastre. Esta sección se refiere a las
pérdidas que le correspondería asumir al Gobierno de Guatemala en caso de un desastre con impacto
económico directo máximo, en términos probabilísticos, en los activos públicos y privados que sean
de responsabilidad del Gobierno. En caso de un evento mayor, el Gobierno tendría que proponer
subvenciones y créditos blandos para apoyar a los estratos socioeconómicos más pobres que se
quedarían sin vivienda o sin medios de sustento, así como para contrarrestar el desempleo adicional
que se presente por la posible paralización de los diferentes sectores productivos.
Para un sismo menor, de 50 años de período de retorno3, el país se vería enfrentado a pérdidas estimadas
en US$ 313 millones. Para un sismo moderado, período de retorno de 100 años, el país tendría pérdidas por
unos US$ 692 millones, con un compromiso fiscal por parte del Gobierno de aproximadamente US$ 430
millones (2,5% del PIB año 2000). Y, para un sismo mayor, de 500 años de período de retorno, habría
pérdidas por US$ 3440 millones.
Según el Índice de Déficit por Desastre (IDD), 4 y de acuerdo con la información disponible para el
año 2000, para los eventos extremos máximos en 500 años, el IDD es superior a 1.0, lo que indica
que el país no tendría recursos propios suficientes, o por transferencia y/o de financiación factibles
para afrontar las pérdidas y realizar la reposición del stock del capital afectado (BID-IDEA, 2005).
Para eventos máximos en 50 y 100 años, el país tiene la capacidad de cubrir los costos de
reconstrucción con sus propios recursos o con los que habría podido obtener de ser necesario (como
donaciones y préstamos de emergencia).
3
Eventos que pueden ocurrir en cualquier momento y tienen una probabilidad del 2%, 10% y 20% de presentarse en un lapso de 10 años, lo
que indica un período de retorno de 500, 100 ó 50 años, pero no significa que ocurran cada cierto número de años.
4
El Índice de Déficit por Desastre (IDD) refleja el riesgo del país en términos macroeconómicos y financieros ante eventos catastróficos
probables. Corresponde a la relación entre la demanda de fondos económicos contingentes o pérdida económica directa que debe asumir el
sector público a causa de un Evento Máximo Considerado, y la resiliencia económica presente de dicho sector, correspondiente a la
disponibilidad o acceso a fondos internos o externos del país para restituir el inventario físico afectado.
308
12. El riesgo del desastre y su gestión
12.3.1 Población
Gráfico 12.8
Población por departamentos
3.000
2.500
2.000
Población (miles)
1.500
1.000
500
0
Totonicapan
Baja Verapaz
Guatemala
Zacapa
Alta Verapaz
Izabal
Chimaltenango
Jalapa
Sacatepéquez
El Progreso
Quetzaltenango
Chiquimula
Jutiapa
Huehuetenango
San Marcos
Escuintla
Santa Rosa
Sololá
Retalhuleu
Suichitepéquez
Petén
Quiché
5
Cifra oficial:12:987.829 hab. Instituto Nacional de Estadística (INE). Encovi 2006. http://www.ine.gob.gt
309
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 12.9
Porcentajes de población urbana y rural por departamentos
50
40
30
20
10
0
Totonicapan
Baja Verapaz
Guatemala
Zacapa
Alta Verapaz
Izabal
Chimaltenango
Jalapa
Sacatepéquez
El Progreso
Quetzaltenango
Huehuetenango
Chiquimula
Jutiapa
San Marcos
Escuintla
Santa Rosa
Sololá
Retalhuleu
Suichitepéquez
Petén
Quiché
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE). http://www.ine.gob.gt
Gráfico 12.10
Distribución de la densidad de población en Guatemala
Densidad de población
(habitantes por Km2)
0-2
3 - 10
11 - 20
21 - 50
51 - 100
101 - 200
201 - 500
501 - 1000
> 1000
310
12. El riesgo del desastre y su gestión
Gráfico 12.11
Red vial básica de Guatemala
Gráfico 12.12
Sistema de Transmisión Eléctrica Regional en construcción
Fuente: http://www.eprsiepac.com
Es ineludible para la economía del país que las grandes inversiones en infraestructura tengan en
cuenta la exposición de esta a las diferentes amenazas naturales y se consideren para su construcción
estándares adecuados. El mayor costo de inversión que esto podría implicar se verá más que
compensado en la certeza de la reconstrucción después de futuros desastres.
311
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 12.13
Tramo en Guatemala del Sistema de Transmisión Eléctrica Regional
Fuente: http://www.eprsiepac.com
Los daños en la infraestructura afectan a todos los sectores de la economía, por ejemplo, las
exportaciones pueden sufrir graves pérdidas en caso de daño o destrucción de la infraestructura de
transporte. El Anexo 2 describe, en general, las posibles consecuencias en la infraestructura para
cada amenaza (CEPAL-BID, 2000).
Los diferentes sectores de la economía también se ven expuestos a las diferentes amenazas naturales,
afectando así la estabilidad de la economía cuando un fenómeno catastrófico ocurre. En Guatemala
se pueden identificar, en particular, cuatro grandes clusters de alto potencial como motor del
crecimiento económico que podrían ser afectados de manera sustancial por los desastres naturales, a
saber, Turismo, Forestal, Agroindustrias, y Textiles y Vestimenta.
El cluster del Turismo en Guatemala está basado en la riqueza arqueológica: ciudades coloniales,
culturas vivas, climas, flora y fauna con que cuenta el país. Ahora bien, todos estos elementos están
expuestos a varias amenazas naturales, de modo que este cluster puede verse afectado de diferentes
formas, con la destrucción o daño de la infraestructura básica (eléctrica, agua, vial o aeroportuaria,
entre otras) o de las mismas zonas turísticas como las ciudades coloniales, por ejemplo.
El cluster de Agroindustrias y el cluster Forestal pueden verse afectados de forma similar por las
diversas amenazas naturales a que están expuestos, no solo en la producción sino también en el
mercadeo, ya que puede verse afectada la infraestructura asociada, como depósitos y vías dañando el
almacenamiento y tiempos de transporte para el mercadeo, trayendo como consecuencia la pérdida
parcial o total de la producción. De esta manera, los cultivos de ajonjolí están expuestos a
inundaciones en las zonas costeras, las heladas amenazan los cultivos del altiplano, las sequías
amenazan la producción de arroz, maicillo y fríjol.
312
12. El riesgo del desastre y su gestión
Los terremotos producen pérdidas localizadas en zonas afectadas por deslizamientos, avalanchas o
licuefacción. Puede presentarse una pérdida temporal de sistemas de irrigación así como pérdidas
localizadas en plantas, cobertura vegetal y bosques.
Los huracanes pueden generar la pérdida de cobertura vegetal, caída de árboles, daños a las siembras
y cosechas, especialmente de gramíneas por el viento. Asimismo, puede presentarse erosión que
afecta a cosechas de raíces y tubérculos. Pueden también ocurrir cambios en los sistemas naturales y
cambios artificiales de drenaje. Finalmente, pueden ocasionar problemas por sedimentación,
salinización, contaminación y erosión de tierras.
En lo que se refiere a las sequías, estas ocasionan la pérdida de siembras, cosechas y cubierta
vegetal. Producen erosión y daño a bosques, depósitos de arena y tierra infértil. También pueden
traer alteraciones en los tipos y ciclos de las cosechas.
En cuanto a las inundaciones, estas destruyen las cosechas, alteran el tipo de cultivos y los ciclos de
cosecha y producen daño localizado en tierras, sembradíos y zonas boscosas (aunque una mayor
humedad mejora la calidad de algunas tierras y las vuelve productivas temporalmente).
Las erupciones volcánicas ocasionan la defoliación extensa, daños en cubierta vegetal y boscosa, e
incendios en zonas cercanas a la erupción, así como el enterramiento de cosechas, daño en tierras
productivas por sedimentación, contaminación y deslizamientos (aunque en algunos casos, los
depósitos de ceniza incrementan la fertilidad de suelos no dañados).
El Anexo 3 presenta para cada tipo de amenaza, en forma general, las posibles consecuencias tanto
económicas como sociales.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), respaldada por una Ley y un
Reglamento desde el año 1996, se encarga de establecer los mecanismos, procedimientos y normas
que propicien la reducción de desastres, a través de la coordinación interinstitucional en todo el
territorio nacional. Orgánicamente está conformada por un Consejo Nacional donde concurren las
principales organizaciones ministeriales estatales vinculadas con este tipo de acciones y los
miembros de la sociedad civil. Sus acciones administrativas se conducen por medio de una Secretaría
Ejecutiva con equipos técnicos de coordinación a nivel regional, departamental, municipal y local.
313
Más crecimiento, más equidad
de la República. Está integrado por instituciones del sector público, entidades autónomas y el sector
privado (Ministros de Defensa, Salud Pública, Educación, Finanzas Públicas, Comunicaciones,
Infraestructura, Vivienda, Gobernación; y Junta y Secretaría Ejecutiva, los Cuerpos de Bomberos
Nacionales, la Asamblea de Colegios Profesionales y el Comité Coordinador de Asociaciones
Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras).
El Consejo Nacional cuenta con la asesoría de un Consejo Científico, el cual es presidido por el
Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh). El Consejo
Científico puede solicitar la cooperación de instituciones que realicen investigaciones técnico-
científicas nacionales y extranjeras tales como: universidades, centros de investigación técnico-
científica, entidades estatales autónomas y descentralizadas, organizaciones no gubernamentales y de
servicio del sector privado, y entidades voluntarias técnico-científicas.
La Ley de Desarrollo Social de Guatemala (2001) incluye una serie de mandatos de orden
socioeconómico y establece, además, un apartado específico sobre reducción de vulnerabilidad y
aspectos de protección en casos de desastre. Estas acciones y mandatos se concretan en la Política de
Desarrollo Social y Población, elaborada por un conjunto de instituciones públicas y privadas del
país, bajo la coordinación de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia
(Segeplan). Dentro del Programa Nacional de Mitigación y Respuesta ante Desastres se formaliza el
Sistema Nacional Multisectorial de Gestión para la Reducción del Riesgo (Sinamred).6
El proceso de Sinamred ha implicado una amplia convocatoria a dos grandes grupos: a las
instituciones y sectores del Estado, partiendo de su mandato directo o indirecto en términos de
gestión del desarrollo; y a los gobiernos locales, partiendo de la política de descentralización
incluida en la misma ley de creación del CONRED (Cepredenac-BID, 2002).
Según el análisis realizado aplicando el sistema de indicadores de riesgo y gestión de riesgos (BID-
IDEA, 2005) para los años 1985, 1990, 1995 y 2000, se resume a continuación un perfil de la
situación de la gestión de riesgos en el país.
Índice de Déficit por Desastre (IDD). Indica que para los eventos extremos máximos de 500 años, el
país no tendría recursos propios suficientes, o por transferencia y/o de financiación factibles para
afrontar las pérdidas y realizar la reposición del stock del capital afectado. Para eventos máximos en
50 y 100 años, el país tiene la capacidad de cubrir los costos de reconstrucción con sus propios
6
http://www.conred.org
7
www.cepredenac.org. El Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (Cepredenac) es un
organismo regional de carácter intergubernamental, perteneciente al Sistema de Integración Centro Americano (SICA) como Secretaría
Especializada. Desde el año 1993 ha venido coordinando el Plan Regional de Reducción de Desastres (PRRD) como instrumento de
cumplimiento del Marco Estratégico.
314
12. El riesgo del desastre y su gestión
recursos o con los que habría podido obtener de ser necesario (donaciones y préstamos de
emergencia).
Índice de Desastres Locales (IDL) 8. Indica que los desastres menores entre 1995 y 2000 causaron
muertos y afectados de una manera más regular y uniforme en este período que en los períodos
anteriores. En el período de 1991 a 1995 los muertos se concentraron en un grupo reducido de
municipios, al igual que los afectados entre 1986 y 1990. La incidencia y persistencia de las pérdidas
económicas fue mayor para el período 1991-1995 y para los otros períodos se ha mantenido más o
menos constante. Asimismo, como lo ilustra el IDL, se ha presentado paulatinamente en los últimos
años un aumento en la concentración espacial de dichas pérdidas. Un IDL de 0.89 y 0.76 significa
que el 10% de los municipios del país concentra el 66% y 30% de las pérdidas, respectivamente. En
el último período evaluado, 1996-2000, Guatemala presentó el mayor índice de desastres locales de
todos los países evaluados. Los desastres menores han causado efectos más regulares y distribuidos
para finales de los años noventa, con disminución paulatina de la concentración de los efectos entre
los municipios. El mayor valor relativo del IDL, con respecto al anterior, se presenta por la mayor
homogeneidad de los datos relacionados con inundaciones y tormentas, eventos que afectan a la
población en forma persistente en muchos municipios del país. Por otro lado, los eventos
relacionados con sismos aportan totales muy altos de afectados pero, a diferencia de las
inundaciones, aquellos se presentan en pocos municipios.
Índice de Vulnerabilidad Prevalente (IVP) 9. Guatemala es el cuarto país entre los 14 países
evaluados con mayor vulnerabilidad, después de Nicaragua, Jamaica y El Salvador. La
vulnerabilidad por falta de resiliencia presenta valores muy altos en todos los años del estudio y es lo
que más contribuye a la vulnerabilidad prevalente del país. Esto ubica a Guatemala como el país de
más alta vulnerabilidad por falta de resiliencia.
Índice de Gestión de Riesgos (IGR)10. Indica que en el año 2000 Guatemala ocupaba el séptimo lugar
entre los 13 países evaluados. Guatemala ha avanzado bastante en el manejo de desastres, pero no ha
hecho esfuerzos semejantes en reducción de riesgos, identificación de riesgos y protección
financiera.
En 2006 el país dio inicio a su ruta para mejorar su capacidad de gestión y reducir así el riesgo que
enfrenta. Como consecuencia del huracán Stan, se aumentó el presupuesto de CONRED, la
organización encargada de la preparación y respuesta ante desastres. Igualmente, se ha intentado
reconstruir los daños de forma menos vulnerable. La Segeplan designó oficialmente una unidad
responsable del tema y, entre otras acciones, desarrolló un instrumento que permite incorporar el
análisis de los riesgos de desastres en la planificación del programa de inversiones públicas.
Actualmente el país maneja la estimación del compromiso contingente fiscal provocado por
8
El Índice de Desastres Locales (IDL) representa de manera simultánea la incidencia y la uniformidad de la distribución de efectos a nivel
local, es decir, da cuenta del peso relativo y la persistencia de los efectos causados por los diferentes fenómenos que originan desastres en la
escala municipal.
9
El Índice de Vulnerabilidad Prevalente (IVP) caracteriza las condiciones predominantes de vulnerabilidad del país en términos de
exposición en áreas propensas, fragilidad socioeconómica y falta de resiliencia; aspectos que favorecen el impacto físico directo e indirecto
en caso de presentarse un fenómeno peligroso.
10
El Índice de Gestión de Riesgos (IGR) tiene como objetivo la medición del desempeño de la gestión del riesgo. Es una medición
cualitativa de la gestión con base en unos niveles preestablecidos hacia los cuales se debe dirigir la gestión del riesgo, según sea su grado de
avance.
315
Más crecimiento, más equidad
amenazas naturales que enfrenta el Estado a nivel nacional. Son pasos importantes y sobre los cuales
han de basarse los desarrollos futuros.
Ineludiblemente es necesario definir ex ante una estrategia integral de gestión y financiamiento del
riesgo. Esta estrategia debe contemplar por lo menos: i) inversiones en la protección de los acervos
públicos expuestos a las amenazas naturales (reforzamiento de estructuras vulnerables, ubicación de
vivienda y desarrollo comercial en zonas seguras); ii) mejoras en la capacidad técnica y operativa
(identificación, mitigación, planeación, respuesta y recuperación); iii) identificación e
implementación de una gestión financiera que incluya el uso de fondos de reserva, deuda contingente
y seguros para cubrir costos de las obligaciones contingentes; y iv) educación a las poblaciones
acerca del riesgo, incluyendo el costo e impacto de esfuerzos prioritarios de mitigación.
Por otra parte, es necesario hacer un monitoreo periódico del desarrollo de la gestión de riesgos y su
desempeño en el país, ya que sus carencias solo se hacen visibles cuando ocurre un desastre. En este
sentido, el BID ha desarrollado el Sistema de Indicadores del Riesgo y su Gestión (sección 5 de este
capítulo), el cual ayuda a monitorear la gestión del riesgo, así como la capacidad del país para
enfrentar económicamente un desastre. Estos indicadores fueron evaluados hasta el año 2003 y
deberían ser actualizados, así como ampliados y escalados para su aplicación a nivel subnacional y
local. Es más económico para el país invertir en el desarrollo de la gestión integral del riesgo de
desastre que en la reconstrucción de los desastres ya materializados.
Se debe, de esta manera, incorporar la gestión del riesgo de desastres en la planificación del
desarrollo del país, incorporando medidas de reducción del riesgo, tanto estructurales como no
estructurales.
En lo referente a la identificación del riesgo, es importante avanzar en este tema para poder
reducirlo. Por ello se impone apoyar la elaboración de estudios de riesgo detallados, utilizando
técnicas probabilísticas, y teniendo en cuenta el impacto económico y social de las amenazas en las
principales ciudades. En este sentido, el Banco Mundial ha comenzado a trabajar en una plataforma
regional el Análisis Probabilístico del Riesgo en América Central, (Central American Probabilistic
Risk Assessment – CAPRA), la cual comienza con el estudio de Nicaragua y Costa Rica.
Adicionalmente, es importante la divulgación y la toma de conciencia progresiva en las instituciones
y la población, donde se podrían conformar redes sociales de protección civil que promuevan la
gestión local del riesgo de desastre.
En temas de reducción del riesgo, existen varias acciones que se podrían llevar a cabo. Por ejemplo,
la formulación de reglamentos de uso del suelo considerando estudios de amenazas y riesgos, e
incluso la elaboración de prescripciones de diseño y construcción obligatorias con base en
microzonificaciones. A medida que se desarrollan estudios de riesgo nuevos, más detallados y
completos para los diferentes tipos de amenazas, es esencial que sean incluidos en el Plan
316
12. El riesgo del desastre y su gestión
Finalmente, aunque no por ello menos importante, debe analizarse también la protección financiera.
En este sentido, es recomendable promover el aseguramiento de cumplimiento obligatorio para
bienes públicos, así como ampliar la cobertura de aseguramiento de la infraestructura.
Adicionalmente, se deberían diseñar programas de aseguramiento colectivo de vivienda y pequeños
negocios entre gobiernos locales y compañías de seguros, con cobertura automática para la población
más pobre. Finalmente, es de alta prioridad impulsar una estrategia de transferencia de riesgos,
conformando fondos de emergencia o haciendo uso de otros instrumentos financieros. Debe
comenzarse por realizar estudios que exploren cuáles son los instrumentos financieros viables en
caso de desastre para la protección financiera del país.
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Más crecimiento, más equidad
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318
12. El riesgo del desastre y su gestión
Anexo 1
319
Más crecimiento, más equidad
Anexo 2
Terremotos: Daños a las construcciones productivas (como fábricas, públicas, sociales, vivienda y
patrimonio cultural). Daños diversos en caminos, puentes, diques y canales. Rotura de conductos
(tuberías, postes y cables). Enterramiento y socavamientos de represamiento (embancamiento de ríos
que ocasionan inundaciones locales). Hundimiento de estructuras y edificaciones. Deterioro de
construcciones subterráneas. Destrucción y daño de infraestructura urbana (redes, calles, equipos y
mobiliario).
11
CEPAL – BID (2000). Un tema del desarrollo: la reducción de la vulnerabilidad frente a los desastres.
320
12. El riesgo del desastre y su gestión
Anexo 3
Pérdidas de Alteración de la
Pérdida de Interrupción de Interrupción de
Tipo de Migración Migración Pérdida de Pérdida de producción agrícola Daño a la distribución y Desorden
producción los sistemas de las Pánico
desastre temporal definitiva vivienda comercio (plantas, siembra, infraestructura funcionamiento social
industrial transporte comunicaciones
cosecha) del mercado
Terremoto x x x x x x x x x
Ciclones x x x x x x x x x
Inundaciones x x x x x x x x x x
Maremotos o
x x x x x x x
tsunamis
Erupción
x x x x x x x x x x
volcánica
Fuego x x x x x x x x x
Sequía x x x x
Hambruna x x x x x x
321
13. La descentralización
como vía para mejorar
las políticas públicas
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
13.1 Introducción
Como se expresó en otro capítulo de la presente publicación, un elemento clave para lograr una reforma
fiscal es el mejoramiento de la calidad del gasto público. En este aspecto, la descentralización puede ser una
herramienta esencial en la mejora de la prestación de servicios públicos. En los últimos años, Guatemala se
ha empeñado en impulsar una estrategia de descentralización y fortalecimiento local, vinculada con
políticas encaminadas a reducir la pobreza, regular las relaciones intergubernamentales, proveer eficiencia
al gasto público nacional y municipal, mejorar el control presupuestario, la rendición de cuentas y, en
general, lograr el equilibrio fiscal. Este proceso busca asegurar una amplia participación comunitaria en la
identificación de prioridades del gasto público y en la definición de proyectos así como de programas
prioritarios para el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes. Para lograrlo, es necesario
emprender reformas de fondo en la estructura político-administrativa del Estado, en su forma de
financiamiento y en el mejoramiento del acceso a recursos que garanticen el desarrollo municipal. Este
capítulo recoge algunos avances logrados en los últimos cinco años (2002-2007) y define los desafíos que
se requerirían enfrentar en el corto, mediano y largo plazo, a fin de impulsar y hacer sostenible el proceso
de descentralización en el país. Asimismo, esboza sucintamente el avance del proceso en la región
centroamericana y la posición comparativa de Guatemala frente a este.
La tendencia hacia la globalización ha obligado a los países a emprender reformas en sus estructuras
institucionales y de producción económica con la finalidad de ser competitivos. Dicho desafío ha implicado,
entre otros, reestructurar sus sistemas de relaciones intergubernamentales –administrativas y fiscales– para
instaurar un marco tendiente a la descentralización. Ello implica la reasignación de competencias de gasto y
fuentes de ingresos entre los distintos niveles de gobierno a fin de mejorar la efectividad de las políticas
públicas. Particularmente, ha implicado la promoción de un entorno favorable en las municipalidades a fin
de incentivar el desarrollo local, impulsar la competitividad y vincular los esfuerzos locales en coordinación
con las estrategias de lucha contra la pobreza en apoyo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio.
En los últimos quince años, los países centroamericanos han llevado a cabo diversos procesos referidos a la
modernización del Estado y, dentro de ellos, han impulsado el desarrollo de estrategias de descentralización
y fortalecimiento local (tal ha sido el caso de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala) y, en algunos
países se han desarrollado también políticas encaminadas a la reducción de la pobreza (Nicaragua,
Honduras y Panamá). En ese marco, en Centroamérica se presenta, a partir de los años noventa, una
proliferación de normas orientadas a proporcionar un marco legal al proceso de descentralización.1 El
desarrollo de la normatividad varía según el país y cada uno de ellos ha tratado de asumir una actitud de
mayor pragmatismo frente a los avances del proceso. De manera general, el financiamiento municipal y la
Este capítulo fue elaborado por Gonzalo Espitia Avilez y Carlos Pineda Mannheim.
1
En Nicaragua (2003) se define una política de descentralización como eje transversal de la Estrategia Reforzada de Combate y
Erradicación de la Pobreza (ERCERP) y paralelamente se desarrolla el Plan Nacional de Desarrollo Local (PNDL) como instrumento
regulador de las relaciones intergubernamentales y de eficiencia del gasto público; en Honduras (1994) se aprueba el Plan Nacional de
Descentralización y Desarrollo Municipal, y se crea la Comisión Ejecutiva para la Descentralización que elabora un Plan de Acción (1995-
1998) que no se cumple y nuevamente se retoma el tema en el año 2000, ligado a la erradicación de la pobreza y recientemente, con la
elaboración del Programa Nacional de Descentralización y Desarrollo Local (PRODDEL); en El Salvador, la Secretaría Técnica de la
Presidencia junto con la red de organizaciones no gubernamentales elabora la Política Nacional de Descentralización y lineamientos
estratégicos para llevar a cabo durante el período 1999-2004, así como la creación de la Comisión Nacional de Desarrollo Local (Conadel);
y en Guatemala se dicta la Ley General de Descentralización mediante Decreto 12–2002 y su reglamento, y se reorganiza
institucionalmente para coordinar el proceso de descentralización.
325
Más crecimiento, más equidad
Los países de la Región definen constitucionalmente su organización de una manera centralista y solamente
Guatemala consigna en su Constitución Política la posibilidad de adoptar la descentralización como una
forma de organización del Estado. En relación con el financiamiento local y el concepto de
descentralización fiscal, la Constitución Política en estos países inhibe un desarrollo integral de dicho
financiamiento pues, si bien es cierto otorga la potestad tributaria de crear, suprimir o modificar impuestos
al Congreso Nacional o a la Asamblea Legislativa, determina también, en los casos de El Salvador,
Nicaragua, Guatemala y Costa Rica, que sean sus respectivos órganos legislativos los que aprueben los
planes de arbitrios municipales y, con ellos, las tarifas de los distintos impuestos, previamente definidos
dentro de la autonomía de los municipios. Como corolario de esta situación, buena parte de los municipios
en los países mencionados cuenta con estatutos fiscales cuyas tarifas tributarias son bajas y obsoletas y que,
a su vez, no generan los recursos propios necesarios para el financiamiento y cumplimiento de sus
responsabilidades. Las bajas cifras que se muestran más adelante, relacionadas con la presión tributaria
local y la poca autonomía fiscal, son en parte el resultado de esta restricción normativa.
La Constitución Política de los países de la Región se refiere a un punto importante dentro del contexto del
manejo financiero de los gobiernos locales al determinar la responsabilidad del control de la gestión
financiera a organismos nacionales como el Tribunal Superior de Cuentas (Honduras), la Corte de Cuentas
(El Salvador) o a las Contralorías Generales. Al respecto, a pesar de los esfuerzos que realizan estos
organismos para cumplir dicha responsabilidad, la fiscalización necesitaría de un replanteamiento que gire
alrededor del fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas. Con referencia al incremento del
ingreso municipal por habitante en los países centroamericanos, se constata que en los últimos diez años la
variación no ha sido mayor, aun cuando un municipio en Costa Rica recibe tres veces más tributos por
habitante que uno en Guatemala teniendo, por consiguiente, mayores posibilidades de respuesta a las
demandas ciudadanas y al cumplimiento de su función social y económica. Para países como El Salvador,
Nicaragua, Honduras y Guatemala dicha variación no es apreciable, por lo tanto, la posibilidad de los
municipios de brindar oportunidades de mejoramiento económico y lucha contra la pobreza es escasa,
conformándose así un círculo vicioso en el cual el municipio no promociona actividades que generen
riqueza y, por lo tanto, sus habitantes carecen permanentemente de la capacidad de contribuir con el
desarrollo local.
Cuadro 13.1
Ingresos corrientes por habitante de los municipios en algunos países de Centroamérica
(US$)
Costa Rica 19 21 33
El Salvador 6 13 17
Honduras 10 14 18
Nicaragua 11 11 17
Guatemala ND 9 10
Fuente: Elaborado a partir de Estudios económicos de América Latina y el Caribe 1998-1999. CEPAL. Bancos
Centrales de los países. Institutos de desarrollo y fomento municipales. 2000-2005.
326
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
De igual forma, si se tiene en cuenta el tamaño de los municipios en la Región, el 84% tienen, en promedio,
poblaciones hasta de 40.000 habitantes; es decir, son municipios que podrían calificarse como municipios
pequeños. Esta disparidad, frente a un porcentaje menor de municipios medianos y grandes, obliga a diseñar
estrategias distintas de desarrollo económico local y, por consiguiente, de financiamiento. Hasta el
momento en la Región –salvo algunos estatutos especiales– los municipios reciben un tratamiento
homogéneo. De hecho, la diferencia de ingreso por habitante (1998-2005) es notoria entre las ciudades
capitales (en promedio, US$ 47); las intermedias (US$ 15) y los municipios pequeños (US$ 5)2, tal como lo
demuestra el Cuadro 13.2.
Cuadro 13.2
Ingreso promedio por habitante, categorías municipales en Centroamérica
La situación fiscal de los municipios en la Región no muestra cambios significativos en el período 1998-
2005; la presión tributaria local (medida como la participación relativa de los ingresos tributarios locales en
el PIB) pasó, en promedio, de 0.5 a 0.8, lo que muestra un aporte reducido al agregado general o al volumen
de la economía nacional. Ello indica que existen municipios en condiciones socioeconómicas precarias con
capacidades mínimas de producción, y de prestación de bienes y servicios. Salvo Nicaragua, la variación en
este indicador no es significativa. Dentro del contexto centroamericano, el caso de Guatemala presenta el
esfuerzo fiscal más bajo (0,1% a 0,3% de aporte al PIB). En términos generales, esta situación se debe,
entre otros aspectos, a la base económica local que genera pocos recursos; a la debilidad estructural del
sistema tributario municipal; a una gestión fiscal no preactiva; a la carencia de instrumentos técnicos como
sistemas de información adecuados; y, en parte, al acomodamiento al sistema general de transferencias con
el que cuentan estos países (ver Cuadro 13.3).
Cuadro 13.3
Presión tributaria local – Países centroamericanos
En la Región, la participación relativa de los ingresos municipales dentro del conjunto de los ingresos
totales de la Nación mantiene la tendencia centralista de las relaciones intergubernamentales, producto del
2
Espitia (2007).
327
Más crecimiento, más equidad
En Nicaragua, El Salvador y Guatemala los ingresos corrientes representan, en promedio, el 43% de los
ingresos totales, quedando un 57% reservado para aquellos de capital. En dichos países, esta situación es el
resultado del peso de las transferencias y de otros recursos de capital como las donaciones y, en menor
porcentaje, de recursos del crédito. En la estructura de los ingresos totales municipales de Costa Rica y
Honduras, los ingresos corrientes tienen un peso mayor. Los ingresos tributarios de los municipios en los
países de la Región tienen, en promedio, un comportamiento distinto, ya que, por ejemplo en El Salvador,
dichos ingresos tributarios significaron el 36% del total de los ingresos municipales, mientras que en
Guatemala alcanzaron apenas el 22%.
Dentro de la estructura de los ingresos tributarios, el impuesto a las actividades comerciales, industriales y
servicios constituye el principal tributo de los municipios en los países centroamericanos (40%); las tasas
muestran un esfuerzo tributario importante (35%) y el impuesto sobre los bienes inmuebles ha ganado
paulatinamente peso relativo dentro de la estructura tributaria de los municipios (18%).4 En los países de la
Región este último impuesto alcanza solamente –a pesar de los esfuerzos de algunos países por su
tecnificación y modernización en la gestión– el 0,1% del PIB; sin embargo, dicho impuesto es considerado
en la mayoría de los países del mundo una fuente importante del financiamiento municipal, como se puede
observar en el Gráfico 13.1.
Finalmente, cabe señalar que en la Región las transferencias centrales constituyen un complemento
importante dentro de la política de redistribución del ingreso nacional entre los niveles de gobierno. Se
orientan mayormente a resolver problemas de equidad y correspondencia fiscal con el objeto de disminuir
la “brecha vertical” y permitir, de este modo, que las entidades territoriales cumplan con eficiencia las
responsabilidades y servicios a su cargo. Sin embargo, este último aspecto no se encuentra muy vinculado
en los países centroamericanos ya que en todos ellos (salvo Costa Rica) las transferencias se presentan
como un recurso complementario de distribución, aunque no muy claramente ligado a nuevas competencias
y responsabilidades de los municipios.5 De la misma manera, por lo que respecta a los criterios de
distribución de las transferencias, en algunos países ha comenzado el debate sobre su reformulación. En
Guatemala, por ejemplo, se ha sugerido incorporar otros criterios, a saber, lo rural, la pobreza y el peso
específico de la población indígena; y en Nicaragua se ha propuesto considerar algunos criterios
redistributivos, destacando que es la única fórmula de transferencias de la Región que contempla un
porcentaje que premia el esfuerzo o desempeño fiscal de los municipios.
3
Espitia (2006).
4
Datos a partir de los Institutos de desarrollo y fomento municipales de los países. Espitia (2006).
5
El debate en torno a este recurso complementario se ha presentado en los países de la Región en relación con el aumento progresivo del
porcentaje de los ingresos de la Nación pero sin tratar el tema de la asunción de nuevas responsabilidades dentro del esquema de las
relaciones entre los niveles gubernamentales.
328
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
Gráfico 13.1
Presión fiscal impuesto a los bienes inmobiliarios
(predial) en algunos países del mundo, 2005
3,9
3,7
3,0
2,7
2,2 2,3
1,9
1,7 1,8
1,4
1,2 1,3
1,0 1,1
0,7 0,7 0,8
0,3 0,3
0,1 0,1
EE.UU.
Guatemala
Holanda
Colombia
Panamá
Paraguay
Bolivia
España
Reino Unido
Canadá
Nicaragua
México
Italia
Uruguay
Francia
Noruega
Argentina
Chile
Brasil
Suecia
Suiza
Fuente: Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Cuadro 13.4
Importancia comparativa de las transferencias intergubernamentales en los países centroamericanos y
Colombia (2005)
Porcentaje de los
Porcentaje
País ingresos corrientes del
del PIB
gobierno central
Colombia 5,30 39,10
El Salvador 0,80 6,20
Honduras 0,60 3,00
Nicaragua 0,90 5,40
Guatemala 1,00 7,70
Costa Rica 0,02 0,10
Fuente: Espitia (2006).
6
Los cálculos tienen como base las cifras suministradas y pueden no coincidir con otras bases de datos; por ejemplo, el porcentaje de los
ingresos del gobierno central debería ser 10% (mandato constitucional) o, en el caso de Honduras, debería alcanzar el 5%.
329
Más crecimiento, más equidad
El Pacto Fiscal –acuerdo alcanzado mediante consenso nacional en el año 2000 y considerado la “carta de
navegación” para la reforma del Estado– considera a la descentralización como uno de sus seis temas clave.8 En
dicho pacto, se determina que el gobierno central i) debe impulsar, a partir del 2000, acciones
descentralizadoras relacionadas con la distribución de competencias, recursos y capacidades; ii) debe
revisar los cuerpos legales para potenciar la delegación de competencias (Código Municipal, Ley del
Organismo Ejecutivo); iii) debe propiciar la correspondencia entre los recursos y las capacidades mediante
la revisión del Impuesto Único sobre Inmuebles (IUSI) para convertirlo en un tributo municipal, asegurando
un plan de capacitación y asistencia técnica impulsado por el Instituto de Fomento Municipal (INFOM) y el
Ministerio de Finanzas a fin de fortalecer la administración financiera y tributaria municipal; y iv) debe
revisar la estructura jurídica, funciones, áreas de influencia y pertinencia de los fondos sociales con el
objeto de respaldar la participación ciudadana en el gasto descentralizado a partir del año 2000. Lo allí
pactado en materia de descentralización –por no mencionar los otros aspectos– se ha cumplido parcialmente
(manejo técnico y sistematizado de la gestión financiera integrada municipal mediante la implantación del
Sistema Integrado de Administración Financiera Municipal (SIAF), y algunas medidas de transparencia, por
ejemplo). No obstante, debe destacarse que muchas acciones han sido promovidas por la cooperación
internacional o agencias multilaterales y no ha existido una dirección gubernamental precisa o una clara
voluntad política de cambio. Podría afirmarse que el Pacto Fiscal ha constituido, hasta el momento, una
enumeración de principios y buenas intenciones de muy poca aplicabilidad en lo fundamental.
7
Como complemento a lo que se había realizado en la Asamblea Nacional Constituyente e incorporado en la Constitución Política vigente
desde 1985 y de otras reformas constitucionales aprobadas en 1994.
8
Balance fiscal, administración tributaria, gasto, deuda y patrimonio público, y evaluación y control.
330
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
Dentro de la estrategia de implementación del proceso de descentralización a corto plazo, la PND determina
que será necesario realizar todas las acciones que resulten imprescindibles para fortalecer la capacidad
rectora de las entidades del Ejecutivo y la capacidad de gestión de las municipalidades, a fin de mejorar el
ejercicio de sus competencias propias y de aquellas que les sean transferidas. La estrategia de
implementación de la PND incluye para el corto plazo las siguientes acciones: i) la definición del marco de
competencias y atribuciones de la Administración Pública con relación al territorio; ii) el fortalecimiento
del órgano de gobierno responsable de la programación, dirección y supervisión de ejecución de la
descentralización del Organismo Ejecutivo y de otras instituciones estatales vinculadas con la
descentralización; iii) la formulación y programación de las políticas, planes y programas sectoriales,
relacionados con la desconcentración y descentralización de competencias y atribuciones, y sus
correspondientes líneas de acción; iv) la definición de indicadores para un sistema de monitoreo y
evaluación del proceso de descentralización del Organismo Ejecutivo; v) la ejecución territorial de las
competencias y atribuciones a nivel nacional y municipal de la Administración Pública, bajo el principio de
coordinación y de nuevas relaciones intergubernamentales, y una amplia y efectiva participación de la
sociedad civil y del sector privado; vi) el fomento de la cooperación intermunicipal para la gestión
mancomunada de las competencias descentralizadas; y vii) la implementación de la Política Nacional de
Descentralización del Organismo Ejecutivo que se realizará bajo el principio de concertación de todos los
actores involucrados, utilizando los recursos disponibles para la generación de valor público.
La PND se encuentra formulada, sin embargo, hasta el momento no existen los lineamientos básicos para su
ejecución. Así, los avances del proceso de descentralización son mínimos ya que no se ha desarrollado
significativamente lo establecido en la PND y el tema parece no haber alcanzado relevancia ni prioridad en
el ámbito nacional. Al mismo tiempo, no existe un actor identificado que se apropie de manera concreta de
dicho asunto y que, de forma concertada, proponga una ruta crítica de acción. Hasta el momento, podría
decirse que el avance ha sido más bien retórico y se ha traducido en la conformación de comités y redes que
no operan en la práctica.
331
Más crecimiento, más equidad
La Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural (Decreto 11–2002) crea el Sistema Nacional de
Consejos de Desarrollo como “medio principal de participación de la población en la gestión pública para
llevar a cabo el proceso de planificación democrática de desarrollo”9. El sistema lo integran el Consejo
Nacional –coordinado por el Presidente de la República–, los Consejos Regionales, los Consejos
Departamentales de Desarrollo (Codedes), los Concejos Municipales (Comudes) y los Consejos
Comunitarios de Desarrollo (Cocodes)10, estos últimos, organizados en cada una de las comunidades
integrantes del municipio.
Los Concejos Municipales tienen la responsabilidad de formular las políticas de desarrollo y proponer la
asignación de recursos de preinversión e inversión del municipio, sobre la base del trabajo de los Consejos
Comunitarios; el sistema busca funcionar encadenando las distintas propuestas de los consejos de cada
nivel. En todo caso, los Cocodes se convierten en la base para la determinación del gasto y de la política de
desarrollo. El reglamento de la Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural (Acuerdo Gubernativo 461–
2002) desarrolla los procedimientos y el funcionamiento del Sistema Nacional de Consejos y designa a los
funcionarios públicos que deben participar en los mismos, en cualquier nivel.
El nuevo Código Municipal (Decreto 12 de 2002) reemplaza al Decreto No. 58–88 y ratifica la autonomía
de los gobiernos municipales y, puntualmente, obliga a los municipios a crear oficinas municipales de
planificación (OMP)11, que cuentan con el apoyo de la Secretaría de Planificación y Programación de la
Presidencia (Segeplan). De igual forma, establece la obligación para que las municipalidades creen sus
respectivas unidades de administración financiera integrada (AFIM)12– como un esfuerzo de integrar a los
municipios en el proceso de administración y consolidación financiera del sector público. Asimismo,
desarrolla lo relativo a la organización, gobierno, administración y funcionamiento de los municipios y
demás entidades locales, así como las competencias que les corresponden; introduce el concepto de
mancomunidad municipal y reconoce los conceptos de multietnicidad y multiculturalidad en la gestión
municipal. Dicho paquete normativo se complementa con leyes expedidas con anterioridad, entre ellas, la
Ley de Vivienda y Asentamientos Humanos (Decreto 120 de 1996); la Ley del Servicio Civil Municipal
(Decreto 1–87); y en materia fiscal, la Ley del Arbitrio de Ornato Municipal (Decreto No. 121–96); la Ley
del Impuesto Único Sobre Inmuebles (Decreto No. 15–98); la Ley de Establecimientos Abiertos al Público
(Decreto No. 56–95); la Ley Reguladora del Uso y Captación de Señales Vía Satélite y su Distribución por
Cable (Decreto 41–92); la Ley de Anuncios en Vías Urbanas, Extraurbanas y Similares (Decreto No. 34–
2003); y la Ley de Cédulas de Vecindad (Decreto Legislativo 1735).
9
Artículo 1 de la Ley, población Maya, Xinca y Garifuna, y la no indígena.
10
A abril de 2007, existían 22 Codedes constituidos, 331 Comudes y 11.146 Cocodes.
11
A abril de 2007 existían 319 OMP.
12
El plazo establecido para la creación de las AFIM era hasta fines de 2006.
13
Sobre las dificultades encontradas en el sistema tributario municipal se recomienda ampliar el tema en “Consultoría para la elaboración
de una guía que permita mejorar la recaudación de los ingresos propios en municipalidades seleccionadas” de A. Aguilar. USAID. 2006.
332
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
La expedición del marco normativo expuesto implicó un ajuste institucional en el cual se define que la
Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia (SCEP) es el ente coordinador y responsable de la
programación, dirección y supervisión de ejecución de la descentralización del Organismo Ejecutivo.
Al interior de la SCEP se creó la Subsecretaría para la Descentralización que hasta el momento ha carecido
de un papel definido dentro de la estructura orientadora del proceso, concentrándose en coordinar la
elaboración de diagnósticos sectoriales, orientados a definir las políticas correspondientes (Gobernación y
Justicia, Educación, Ambiente, Salud, Comunicaciones e Infraestructura).
Como se ha mencionado anteriormente, aun cuando la PND ya ha sido definida, no existe la suficiente
claridad institucional sobre el camino a seguir. Varias entidades que debieran participar más activamente en
el tema tienen sus propias agendas en las que no se consideran los lineamientos de dicha política para
impulsar el proceso de descentralización. Por ejemplo, la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado
(COPRE) contempla entre sus líneas de acción: i) deslegislación institucional; ii) redireccionamiento
estratégico; iii) sistema de servicio civil y servicio municipal14; y iv) sistema de adquisiciones del Estado.
La COPRE, por la naturaleza de sus funciones, sería la llamada a liderar en su campo lo pertinente a la
reforma del Estado, vinculando estrechamente sus acciones al proceso de descentralización.
Por su parte, el Ministerio de Finanzas Públicas (MFP) ha venido gestionando importantes logros que han
sido la base del apoyo del Banco a una operación programática de fortalecimiento de la gestión pública, que
también contempla acciones en el ámbito subnacional (GU–L1008). Entre estos, a través de la Unidad de
Deuda Municipal del Departamento de Deuda Pública, había logrado consolidar al 31 de diciembre de 2005
la deuda municipal proveniente de préstamos contraídos por 105 municipios del país con el sistema
financiero nacional. Lo anterior representa el 31% de los municipios del país, distribuidos en 13
departamentos, donde la Contraloría General de Cuentas ha tenido presencia a través de su Unidad de
Auditoría Municipal. El MFP ha establecido la coordinación necesaria con el INFOM, el cual remite
mensualmente a la Dirección de Crédito Público del MFP la situación de la cartera de préstamos
municipales en el país. Asimismo, al 14 de marzo de 2006, en cumplimiento con las disposiciones del
Decreto 15–98, Ley del Impuesto Único sobre Inmuebles (IUSI), el MFP –a través de la Dirección de
Catastro y Avalúo de Bienes Inmuebles (DICABI)–, había hecho efectiva la descentralización de la
recaudación y administración del IUSI hacia 228 municipios del país, lo que representó el 69% del total de
municipios distribuidos en 11 departamentos, seis de ellos con cobertura del 100%. Lo anterior ha
implicado una intensa labor de asistencia técnica a través de la Unidad de Asesoría Técnica Municipal de la
DICABI, que se encarga de brindar asesoría a los funcionarios municipales que recaudan y administran
dicho impuesto.
14
Proyecto de ley presentado al Congreso de la República sin discusión hasta el momento.
333
Más crecimiento, más equidad
Por otro lado, a mayo de 2006, 110 municipalidades contaban con el Sistema Integrado de Administración
Financiera Municipal (SIAF–MUNI), cuya implementación les ha permitido racionalizar y mejorar sus
procesos internos derivando en mejores servicios a la población, incluyendo los procesos de recaudación al
incrementarse los ingresos municipales por tales conceptos. La aplicación incluye la implementación de los
Módulos Financieros de presupuesto, contabilidad integrada, tesorería, préstamos y donaciones, acciones
que han sido completadas en los municipios mencionados.
En materia de adquisiciones, a mayo de 2006 se había logrado la implantación del módulo de publicidad de
Guatecompras en 88 entidades del gobierno central, entidades autónomas y descentralizadas, lo que
representa el 100% de instituciones del sector público en dichos ámbitos. Asimismo, se había implantado
dicho módulo en 304 municipalidades, con sus respectivas interfases informáticas, con el Sistema Integrado
de Gestión–Sistema Integrado de Administración Financiera (SIGES–SIAF), Sistema Integrado de
Administración Financiera Municipal (SIAF–MUNI) y con el módulo básico de administración financiera
integrada municipal (SIAFITO–Muni), lo que representó el 92% del total de municipios del país.
La Segeplan ha redoblado sus esfuerzos para fortalecer la red de los Consejos de Desarrollo como
instrumento para incentivar la planificación participativa. El aporte a los Consejos Departamentales de
Desarrollo (Codedes), monto y número de obras realizadas mediante este mecanismo en el período 2004-
2006, se puede apreciar en el Cuadro 13.5. Por otra parte, la Segeplan presta asesoría técnica a las
municipalidades para la creación y fortalecimiento de las Oficinas Municipales de Planeación (OMP) y la
creación de una red de las mismas; también apoya (con recursos del Banco Mundial y del BID –Programa
de Desarrollo Económico desde lo Rural– GU-L1006) la consolidación del Sistema de Información para la
Planificación Territorial (SINPET), el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y el Sistema Integrado
de Administración Financiera Municipal (SIAF-Muni).
Cuadro 13.5
Aporte a los Consejos Departamentales de Desarrollo – Ejercicios fiscales 2004-2006
Millones de quetzales
El INFOM mantiene una pluralidad de funciones relacionadas con el fortalecimiento municipal, el crédito
público subnacional, la capacitación a los funcionarios municipales y otras actividades vinculadas con el
sector de agua y saneamiento básico rural. Dentro del esquema de descentralización previsto, no es claro el
papel que jugaría el INFOM y por el contrario, existe la percepción generalizada de que hay una escasa
voluntad política para transformarlo. De hecho, el Programa de Fomento al Desarrollo Municipal (GU–
0134, Préstamo Multifase 1217/OC–GU) –operación financiada por el BID y cuyo plazo de ejecución en su
Primera Fase ha sido ampliado hasta el año 2009– persigue la modernización y fortalecimiento de la
334
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
institución y, a pesar de haber logrado ciertos avances en algunos componentes, el avance relacionado con
las reformas institucionales originalmente previstas es poco alentador.15 Un agregado de la actividad
crediticia del INFOM puede observarse en el Cuadro 13.6.
Cuadro 13.6
Deuda municipal con fondos propios de INFOM a través de intermediación financiera
Millones de quetzales
Modalidad Monto Saldo % recuperado
Fondos propios INFOM 1995-2006 2,510 499 80
A través de intermediación financiera 1997-2006 1,199 708 40
Fuente: Elaborado a partir de datos de FMS I componente 3. Cartera INFOM.
Las asociaciones municipales juegan un rol importante como interlocutores en todos los asuntos
relacionados con el desarrollo municipal y, en general, con la regulación de las relaciones
intergubernamentales. En Guatemala, la Asociación Nacional de Municipios (ANAM) y la Asociación
Guatemalteca de Autoridades y Alcaldes Indígenas (AGAAI) participan activamente en la elaboración de
propuestas orientadas, por un lado, a fortalecer los gobiernos locales y defender sus derechos; y. por el otro,
a gestionar financiamiento, particularmente, de la comunidad internacional. En el año 2004, la ANAM
participó activamente en labores relacionadas con la observancia de la transparencia municipal, impulsando
la utilización de procedimientos en la gestión financiera local; en marzo de 2006, la Asociación presentó
por primera vez un anteproyecto de ley al Congreso de la República tendiente a mejorar la capacidad de
respuesta de los entes autónomos, en general, a fin de efectuar “compras directas”; en mayo del mismo
año, la Asociación presentó ante el liderazgo político nacional su propuesta de Pacto Nacional por el
Desarrollo Local, como premisa para alcanzar un conjunto de jurisdicciones municipales capaces de
impulsar el estado de bienestar más allá de la prestación de los servicios públicos municipales; en julio de
2006, la Asociación se incorporó activamente como contraparte en la instancia correspondiente para
revitalizar el proceso de descentralización de manera conjunta con el ente responsable del Organismo
Ejecutivo (SCEP).
15
Por ejemplo, en el Componente I de dicha operación, relativo a la reorganización de INFOM, se han completado como productos: i)
estados financieros institucionales elaborados de acuerdo a prácticas contables generalmente aceptadas; ii) Sistema de monitoreo de
desempeño y evaluación para todos los componentes del Programa; y iii) plan de coordinación interinstitucional para el desarrollo local
presentado por el Gobierno. Ahora bien, aún está pendiente completar: i) estrategia de financiamiento sostenible de largo plazo y el plan
diseñado y ii) marco normativo para la regulación del crédito municipal. El Componente IV, Financiamiento de inversiones en
infraestructura a las Municipalidades, ha promocionado financiamiento para proyectos de acueducto, alcantarillado, plantas de tratamiento
y mercados públicos
16
Donación de 1.3 millones de euros como apoyo a Segeplan en las actividades de planificación municipal.
335
Más crecimiento, más equidad
Los esfuerzos recientes en materia de desconcentración así como en el tema de descentralización reflejan
los siguientes resultados relevantes:
17
Para 2007 estaba previsto crear dos centros más (Zacapa y Escuintla).
336
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
Finalmente, cabe destacar el papel de la comunidad donante que ha sido soporte vital para la ejecución de
las anteriores actividades y para el fortalecimiento de la Mesa Permanente de Diálogo con la cooperación
internacional en estos ámbitos.
Dentro del marco político, legal e institucional se puede avanzar en algunos aspectos del proceso de
descentralización y desarrollo municipal en Guatemala. La descentralización debe ser una política pública
de Estado y no una medida coyuntural del gobierno de turno; por lo cual, se requiere del apoyo continuo a
la ejecución de iniciativas de reforma del Estado, que contemplen de una manera real y práctica el cambio o
ajuste de la estructura de relaciones intergubernamentales, orientado a sostener y viabilizar dicho proceso.
En la misma línea, en el marco de un Pacto Fiscal renovado, se requiere gestionar los ajustes necesarios
desde el punto de vista constitucional (eliminar restricciones fiscales a los municipios y descongelar el
monto de las transferencias) y legal (permitir un avance en las relaciones fiscales intergubernamentales).
Asimismo, se debe elaborar un Plan de Acción que plantee una ruta crítica para la implementación del
proceso de descentralización nacional, con metas alcanzables en el corto, mediano y largo plazo; ello ligado
al fortalecimiento de la unidad coordinadora del proceso para convocar y equilibrar las acciones de los
ministerios o secretarías que secularmente han sido las cabezas institucionales de las acciones en sus
respectivos sectores.
Para garantizar el éxito del proceso de descentralización, es necesario evaluar no solo los posibles cambios
de responsabilidad referidos a nuevas competencias tanto de ingresos como de gastos, sino también la
capacidad general de los gobiernos locales para asumir dichas nuevas responsabilidades. De igual modo, se
deben tomar las medidas pertinentes para evitar el fraccionamiento y la potencial “politización” del proceso
de descentralización que podría presentarse al aplicar la metodología de los convenios individuales ad hoc
que actualmente se impulsan para descentralizar servicios específicos con determinadas municipalidades
que así lo soliciten en el marco de la reglamentación de la Ley.
Los recursos con los cuales han contado las municipalidades en Guatemala para el financiamiento local se
han mantenido estables en los últimos ocho años; los incrementos relacionados con el Producto Interno
Bruto son moderados y, para el caso de las transferencias, no ha representado modificación en los últimos
cinco años (ver Cuadro 13.7).
Dentro de la estructura de los ingresos totales de los municipios, los ingresos corrientes tienen un peso
relativo en promedio de 27% frente a los de capital (73%), en donde las transferencias llevan el mayor
porcentaje (58%). Este indicador muestra la autonomía de ingreso limitada de los gobiernos locales en
Guatemala. De la misma manera, los ingresos tributarios presentan un peso relativo en promedio de 11%
dentro de los ingresos totales, aun cuando su tendencia es progresiva al pasar de 6% a 21% dentro del
período analizado (ver Cuadro 13.8).
337
Más crecimiento, más equidad
Cuadro 13.7
Relación ingresos municipales / PIB
Cuadro 13.8
Estructura de los ingresos totales municipales en Guatemala
Porcentajes
Ingresos corrientes 28 30 24 27
Tributarios 6 7 21 11
No tributarios 22 22 3 16
Ingresos de capital 72 70 76 73
Transferencias 56 56 61 58
Crédito 16 14 14 15
Total 100 100 100 100
Fuente: Elaborado a partir de Banco de Guatemala. 2006. CEPAL a partir de cifras oficiales. 2006. Minfin:
Ejecución del presupuesto general de ingresos y egresos del Estado. Ejercicio fiscal 2005. SIAF–MUNI 2006.
Cifras INFOM 2003-2005.
Dentro de los ingresos tributarios de las municipalidades, las tasas ocupan en promedio el peso relativo
mayor 50% (debido a la autonomía que tienen para fijar las distintas tarifas); el impuesto único sobre
inmuebles es el segundo impuesto en importancia en las municipalidades (22%) –en la actualidad casi 200
municipios administran este impuesto–; el porcentaje restante se distribuye en otros impuestos y
contribuciones menores (ver Cuadro 13.9).
Cuadro 13.9
Estructura de los ingresos tributarios municipales en Guatemala
Porcentajes
Tributo 1998 2000 2005 Promedio
El financiamiento local cuenta con un marco legal disperso que establece, de un lado, los recursos
provenientes de fuentes externas al municipio; y de otro lado, los recursos propios que provienen del cobro
338
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
de impuestos y tributos18. En lo que se refiere a los recursos de fuente externa, estos están constituidos por
las llamadas transferencias o el situado constitucional (Constitución Política, artículo 257), representado en el
10% del Presupuesto General de Ingresos Ordinarios del Estado y se complementa, desde el punto de vista
legal, con el 1,5% del IVA (de una tarifa de 12%) adicional para las municipalidades, transferencia
conocida comúnmente como el IVA-Paz, por ser producto de los Acuerdos de Paz celebrados en 1996.
Asimismo, se transfiere a los municipios montos provenientes del Impuesto sobre Circulación de
Vehículos, del impuesto de distribución de petróleo crudo y derivados, y del Impuesto sobre Bienes
Inmuebles a las municipalidades que aún no lo recaudan y administran (ver punto 13.3.2).
Finalmente, en este punto del financiamiento local se mencionan los recursos adicionales provenientes de
los Fondos Sociales, 19 mecanismo que canaliza montos importantes de inversión local (ver Cuadro 13.10).
Cuadro 13.10
Monto de la transferencia versus fondos sociales
Millones de quetzales
Años Transferencias Fondos sociales
Las municipalidades en general tienen autonomía en el gasto municipal. Sin embargo, este depende en gran
medida de los recursos provenientes de las transferencias (salvo en la capital o en los municipios del área
metropolitana de la Ciudad de Guatemala, que sí tienen capacidad de generar sus propios recursos). En
otras palabras, la autonomía del gasto está supeditada, en términos generales, a los recursos provenientes de
fuentes externas.
No existe un cálculo aproximado que relacione las necesidades de recursos o de financiamiento frente a las
responsabilidades de gasto de las municipalidades. De hecho, para el año 2005, los gastos corrientes de las
municipalidades significaron el 28% de los gastos totales y el 72% restante correspondió a gastos de
inversión. Esto se explica por la disposición que obliga a los entes territoriales a invertir el 90% de lo
transferido en inversión (caso del situado constitucional) y el 75% en inversión, para las transferencias
provenientes del IVA-Paz (ver Cuadro 13.11).
Cuadro 13.11
Estructura del gasto municipal
Concepto 2005
18
Dichos tributos están definidos en un voluminoso cuerpo normativo que requiere actualización y que ha sido enunciado en la primera
parte de este capítulo.
19
Fonatierra, Conadea, Codigua, Pronade, Foguama, Fonapar, FSDC y FIS (en liquidación).
339
Más crecimiento, más equidad
El Código Municipal establece que las competencias de los municipios son propias y atribuidas por
delegación del Estado. Las competencias propias son todas aquellas inherentes a su autonomía, establecida
constitucionalmente de acuerdo a sus propios fines. Las competencias atribuidas son las que el gobierno
central delega a los municipios mediante convenio y se ejercen en los términos de la delegación o
transferencia, respetando la autonomía municipal. El artículo 67 del Código Municipal faculta al municipio
para la gestión de sus intereses y, en el ámbito de sus competencias, puede promover toda clase de
actividades económicas, sociales, culturales, ambientales y prestar los servicios contribuyan a mejorar la
calidad de vida así como a satisfacer las necesidades y las aspiraciones de la población asentada en su
territorio.
Hay varias áreas que deben ser consideradas en relación con este tema. En primer lugar, la participación de la
comunidad, la cual está representada, para efectos prácticos, en la Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano
y Rural (Decreto 11–2002) que crea el Sistema Nacional de Consejos de Desarrollo como “medio principal
de participación de la población en la gestión pública para llevar a cabo el proceso de planificación
democrática de desarrollo.” Como se expuso en el punto 13.2, el sistema presenta avances de organización
y existen, a la fecha, 22 Codedes, 331 Comudes y 11.146 Cocodes, organizados en cada una de las
comunidades integrantes del municipio. Igualmente, y como ya se ha señalado, mediante estos Consejos se
han decidido inversiones por aproximadamente 2.500 millones de quetzales durante el período 2004-2005.
El segundo aspecto a considerar es el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales. Es evidente que
las municipalidades en Guatemala no tienen un grado importante de desarrollo institucional: la gran
mayoría (320 con poblaciones de hasta 100 mil habitantes) carece de herramientas técnicas de gestión y de
personal capacitado que le permita llevar adelante una administración eficiente y eficaz. Los programas de
fortalecimiento municipal son desarrollados, en buena parte, con el impulso de la cooperación internacional
y, en menor intensidad, por el INFOM que, mediante su Unidad de Fortalecimiento Municipal, impartió
421 talleres de capacitación en el año 2005 y 95 talleres en el año 2006.
En este marco, las municipalidades reciben asistencia técnica y capacitación mediante los distintos
programas que financian las agencias internacionales. Un ejemplo de ello es el permanente esfuerzo
realizado para alcanzar la meta de implantación del SIAF en todos los municipios (MFP, INFOM), lo que
ha venido siendo impulsado con la cooperación del Banco Mundial, el BID y otras instituciones, así como a
través de las actividades de USAID, GTZ y la Unión Europea que, en los últimos años, han mantenido sus
líneas de asistencia técnica.
En lo que se refiere a la rendición de cuentas, es evidente que el primer tema a considerar es la calidad de la
prestación de los servicios públicos. En este rubro se destacan las actividades orientadas a mejorar la calidad
en la prestación de los servicios básicos locales, cuyo “cuello de botella” sigue siendo la prestación de los
servicios de saneamiento básico, acueductos, alcantarillado así como recolección y disposición final de
desechos sólidos. De hecho, tanto en la parte urbana como rural, las municipalidades prestan estos servicios
de manera precaria. Los avances en este campo descansan en los programas que las distintas agencias de
cooperación internacional vienen realizando hace algunos años. Por ejemplo, en el año 2006 INFOM –a
través de su Unidad para la Ejecución de Proyectos de acueductos rurales (Unepar)– financió 1.499
proyectos de acueductos y plantas de tratamiento que beneficiaron a 131.410 viviendas. De la misma
manera, las agencias internacionales continúan apoyando y financiando proyectos relacionados con el
mejoramiento de las carreteras primarias y caminos rurales (como por ejemplo, el Banco Mundial); dichas
340
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
actividades constituyen, en su mayoría, acciones de coyuntura que todavía no están enmarcadas dentro de la
política de descentralización que ha sido definida por el país.
Un aspecto vinculado al anterior es el de la transferencia de competencias. En este campo, los avances están
encaminados hacia la desconcentración de los servicios públicos –en los términos antes planteados– y no
propiamente hacia la descentralización sectorial. Durante el período 2004-2006, se realizaron distintos
diagnósticos sobre las posibilidades de transferencia de competencias en cada uno de los sectores, con énfasis
en los sectores prioritarios, definidos por la ley de descentralización, patrocinados por las agencias
internacionales y por la SCEP.
Finalmente, se puede mencionar los esfuerzos para promover la transparencia de los gobiernos municipales.
Las actividades realizadas en este campo han logrado resultados concretos. Transparencia Internacional, por
ejemplo, considera que Guatemala ha mejorado en el índice de percepción de la corrupción luego de la caída
registrada en dicho indicador entre 2001 y 2004. En este contexto cabe destacar: i) el fortalecimiento de
mecanismos orientados a garantizar la probidad del gasto público, entre ellos, el sistema Guatecompras y el
SIAF, cuyos módulos se están implantando a nivel municipal, a saber, SIAF–MUNI; ii) la integración de los
sistemas SIAF y el Sistema de Auditoría Gubernamental (SAG) así como el Sistema Nacional de Inversión
(SNIP); iii) las reformas al Código Penal propuestas por la Comisión de Transparencia y la COPRE y,
adicionalmente, el planteamiento de reformas a la Ley de Contrataciones del Estado y a la Ley de Servicio
Civil; iv) la aprobación, mediante Acuerdo Gubernativo 645–2005, de las normas de acceso a la información
pública; y v) la elaboración de una agenda conjunta entre el Gobierno de la República, representado por la
Comisión de Transparencia, y la Coalición de Transparencia en nombre de la sociedad civil.
Asimismo, es necesario continuar con las acciones que permitan expandir la implantación del SIAF–MUNI y
del Guatecompras municipal, así como la política de expandir el manejo del Impuesto Único sobre Inmuebles
(IUSI) a todos los municipios del país. Además, deben acometerse las acciones necesarias para modernizar la
gestión de este importante impuesto local en lo referido a la actualización catastral, el marco jurídico y la
capacitación técnica para su gestión.
Como parte de la estrategia del mejoramiento del financiamiento municipal, es importante apoyar y consolidar
el proceso de sistematización de la deuda pública municipal, propiciando una integración transparente del
intercambio de información entre el INFOM, la Contraloría de Cuentas y el MFP. Asimismo, debe revisarse la
función de financiamiento y canalización de la inversión que actualmente se realiza mediante los Fondos
Sociales; analizar el impacto de mantener un sistema paralelo al financiamiento por vía de transferencias, e
incorporar en el análisis el paralelismo que pudiese estar surgiendo con el financiamiento suplementario
canalizado a través del Sistema de Consejos de Desarrollo para ejecución directa, sin participación de los
gobiernos locales legalmente responsables, por parte de los Comudes y Cocodes, principalmente.
341
Más crecimiento, más equidad
En lo que atañe al gasto público municipal, es importante asumir el desafío de ponderar las
responsabilidades de gasto de las municipalidades con relación a las competencias a transferir y las
actividades propias que actualmente realizan, de acuerdo con el marco legal vigente. De igual modo, es
importante intentar cerrar progresivamente la brecha fiscal “horizontal”.
Con relación a la participación ciudadana en la gestión local, es importante asumir el reto de estudiar el grado
de coordinación que existe entre los planes de desarrollo municipal y las prioridades de gasto en ellos incluidas
frente a las decisiones tomadas por los Consejos de Desarrollo. Paralelamente, en el marco de los esfuerzos de
fortalecimiento institucional, debe asumirse el desafío de apoyar acciones tendientes a formular una Política
Nacional de Formación y Capacitación Municipal de carácter permanente, y proceder a la evaluación del
desempeño de la Red Nacional de Instituciones de Capacitación para el fortalecimiento municipal y los ajustes
correspondientes.
En lo que se refiere a la calidad de los servicios públicos y a la rendición de cuentas, cabe señalar, como uno de
los retos más importantes, la reorganización del sector de agua potable y saneamiento básico en el país,
integrando prioritariamente su diseño a las acciones de reforma del Estado y al proceso de descentralización.
Adicionalmente, es importante: i) avanzar en la real transferencia de competencias sectoriales, definiendo un
Plan de Acción y una ruta crítica con metas alcanzables a corto, mediano y largo plazo y ii) evaluar las
principales dificultades técnicas, legales o de voluntad política que no han permitido, hasta el momento, la
transferencia de competencias sectoriales.
Finalmente, con el objeto de lograr una mayor transparencia, es importante vincular decididamente a las
municipalidades con las tecnologías de punta en materia de información y comunicaciones, a fin de facilitar su
incorporación a los nuevos sistemas que se diseñan a diario para promocionar la transparencia y optimizar la
gestión local a través del gobierno electrónico.
Referencias bibliográficas
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2009”. Oficina Técnica de Cooperación. Material de difusión.
Aguilar, A. 2006. “Elaboración de una guía que permita mejorar la recaudación de los ingresos propios en
municipios seleccionados”. Documento de consultoría. Guatemala: USAID.
Banco Mundial. 2006. “Trabajando por un país sin pobreza”. Material gráfico de difusión. Guatemala.
342
13. La descentralización como vía para mejorar las políticas públicas
Bonilla, M. I. 2005. “Aspectos legales e institucionales del endeudamiento municipal”. Documento de
consultoría. Guatemala: USAID.
Comisión Presidencial para la Reforma, modernización y fortalecimiento del Estado (COPRE). 2006.
Iniciativas de ley de servicio civil nacional y municipal. Guatemala.
Huerta, A. 2006. “Consultoría para la definición de una política de regulación del endeudamiento
municipal en Guatemala”. Informe Final. Guatemala: USAID – Programa de
descentralización y gobernabilidad local.
International City-County Management Association (ICMA), U.S. Agency for International Development
Bureau for Latin America and the Caribbean Office of Regional Sustainable Development
(USAID). 2004. Trends in Decentralization, Municipal Strengthening, and Citizen Participation in
Central America, 1995-2003. ICMA-USAID.
Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER). 2006. Cocode. Los Consejos Comunitarios de
Desarrollo. Guatemala.
___________________ 2006. “Planificación Participativa”. Guatemala: IGER.
Programa de Descentralización y Gobernabilidad Local (PDGL). 2007. “Guía para mejorar la recaudación
de los ingresos propios municipales”. Guatemala: Serviprensa/USAID.
343
14. El camino por recorrer
en el proceso de
inserción en la
economía global
345
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
A pesar del aumento de las exportaciones en los últimos años, la economía de Guatemala es la menos
abierta de Centroamérica. En efecto, la apertura de la economía, medida a través del coeficiente de apertura
comercial, se situó en el 50,1% del PIB (2005), por debajo del promedio de la subregión que alcanzó un
73%.1 Este hecho se manifiesta también en las exportaciones per cápita que, en el caso de Guatemala,
alcanzan un valor por debajo del promedio centroamericano, a saber, US$ 457 frente a US$ 834, cifra
promedio para los años 2003-2005.2
Guatemala registra, asimismo, un déficit comercial crónico que ha aumentado a través de los años. Hace
aproximadamente diez años, en 1995, el déficit del comercio de bienes fue 8,9% del PIB; en el año 2000
subió a 12,8%; y, en 2006, se incrementó a 17,6% (datos sin maquila). La causa principal de este déficit es
una mayor dinámica en el crecimiento de las importaciones durante todo el período observado. Las
exportaciones netas de la maquila no reducen de manera significativa este déficit (16,2% en 2006). Un
factor crucial que contribuye, de otra parte, a la reducción del déficit de la cuenta corriente de la balanza de
pagos (4,3% del PIB en 2006) son las altas y crecientes remesas familiares que alcanzaron US$ 3.610
millones ó 10,2% del PIB en 2006. Las inversiones extranjeras directas (IED), por su parte, no tienen un
impacto importante sobre la balanza de pagos del país, ya que representan menos de 1% del PIB (excepto
en algunos años).
Ahora bien, en el contexto de un aumento de las exportaciones totales (ver Gráfico 14.1), la participación de
los productos tradicionales –azúcar, banano, café, cardamomo– y petróleo, que juntos constituyen los
productos denominados principales, ha bajado de un tercio, en 1997, a alrededor de un quinto de las
exportaciones totales, en 2006. Al mismo tiempo, los productos denominados no tradicionales (como frutas,
3
legumbres y hortalizas), han incrementado su participación de 39% a 41%, y los producidos a través del
régimen de maquila pasaron de 30% a 39% (en primer lugar, textiles). No obstante, debe hacerse notar un
estancamiento relativo de las exportaciones de la maquila después de 2002, cuando su participación
ascendió a casi 41% del total. La causa principal de este estancamiento es la creciente competencia de las
exportaciones de textiles desde China y otros países de Asia.
En 2006, las operaciones de maquila empleaban un total de 144.361 personas. El valor agregado, medido
como la diferencia entre las exportaciones e importaciones de la maquila, alcanzó un valor de US$ 463
millones en 2006. Esto representó un 20,1% de las exportaciones bajo este régimen, un porcentaje que no
ha avanzado en el transcurso de los últimos años (20,4% en 2002). El valor agregado por empleado es de
US$ 3.208, en comparación con un valor que va desde US$ 3.105 en el caso de Nicaragua, US$ 4.775 en El
Salvador y hasta US$ 18.957 en Costa Rica (2006).4 Se puede ver, pues, que la maquila es una importante
fuente de trabajo, pero su valor agregado es bajo y los vínculos con el resto de la economía son escasos.
Este capítulo fue elaborado por Ziga Vodusek, Jaime Granados, Erick Zeballos y Mario Gutiérrez Rocha.
1
Promedio ponderado, definido como la razón de la suma de las exportaciones e importaciones de bienes sobre el PIB. Incluye
exportaciones e importaciones bajo el régimen de maquila. Para los demás países, el coeficiente va desde 60,4% en el caso de El Salvador
hasta 153,4% para Honduras (BID-INTAL, 2007). En 2006, el coeficiente para Guatemala aumentó marginalmente a 50,4%.
2
Las cifras de exportaciones corresponden a las importaciones del resto del mundo desde Guatemala y los demás países de Centroamérica.
3
Las exportaciones de estos productos están también asociadas con la economía indígena. Para un análisis detallado ver sección 14.2.
4
Con base en datos de los bancos centrales de los países respectivos.
347
Más crecimiento, más equidad
Gráfico 14.1
Exportaciones por tipo de producto, 1997-2006
(Índice 1997 = 100)
220,0
180,0
140,0
100,0
60,0
20,0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Según los movimientos de los precios de los principales productos de exportación, desde 1998 los términos
de intercambio de Guatemala registran un deterioro constante que, hasta 2005, alcanzó casi 20 puntos
porcentuales. Solo en 2006 se produjo una ligera alza, de 2 puntos, en primer lugar, debido al incremento en
el precio de azúcar. Por otro lado, el tipo de cambio real efectivo manifiesta una tendencia de apreciación
fuerte, presente desde el año 2000 hasta el día de hoy, pero con una breve interrupción en el año 2003.
Entre 2000 y 2006, la apreciación ascendió a 20,7%.
Estados Unidos recibió el 56,6% de las exportaciones totales (con maquila) de Guatemala en el período
2003-2006 y fue el origen del 37,1% de las importaciones. El segundo socio en importancia es el Mercado
Común Centroamericano (MCCA), con una participación del 21,6% en las exportaciones totales y de
11,1% en las importaciones. Si no se considera la maquila, la participación de los países centroamericanos
sube a un 42% de las exportaciones totales (2003-2006). Por otro lado, la Unión Europea (UE), como
mercado de destino, ha perdido espacio durante la última década: de representar un 14,7% de las
exportaciones en 1995, pasó a un 7,3% en 2006. Finalmente, en los últimos años, la proporción de América
Latina como destino de las exportaciones se ha incrementado representando, con 8,9%, el tercer mercado
por orden de importancia en 2006.5
En cuanto al nivel de productos, cabe señalar que las exportaciones manifiestan una creciente
diversificación. Con la expansión de las exportaciones bajo el régimen de maquila, los productos
manufacturados (en primer lugar, los textiles) han desplazado a los productos alimenticios como principal
rubro de exportación. Mientras que en el período 1990-1994 los primeros tres productos exportados eran de
origen agrícola (café, azúcar, bananos) y representaban 35,1% de las exportaciones totales, entre 2000-2005
su proporción bajó a 20,3%, con suéteres/jerseys representando el principal producto exportador. Entre
5
Datos de United Nations-Commodity Trade Statistics Database - Standard International Trade Classification (UN-COMTRADE SITC)
Rev. 2, sobre la base de las cifras que para las exportaciones corresponden a las importaciones da cada país/región desde Guatemala, y para
las importaciones a las exportaciones de cada país/región hacia Guatemala.
348
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
1990 y 1994, de los diez principales productos de exportación, siete eran de origen agrícola (representando
42,8% de las exportaciones totales). En el período 2000-2005 eran solo cinco los productos agrícolas
(23,7% del total).6 De los demás productos de exportación durante este período, cuatro provenían de la
maquila y uno de la extracción (petróleo).
Cabe señalar que la estructura de las exportaciones por mercado de destino es bastante diferenciada. De una
parte, las exportaciones de Guatemala hacia los Estados Unidos están concentradas en productos
manufactureros, principalmente, textiles provenientes de la maquila (64,4% en el período 2000-2005). De
otra parte, los productos manufacturados también dominan las exportaciones hacia el MCCA (64,5% en el
mismo período), pero incluyen artículos como medicamentos, productos de consumo, materiales de
construcción, entre otros. Finalmente, las exportaciones hacia la UE están constituidas en un 78,3% por
alimentos (en primer lugar, café).
Las exportaciones totales del sector servicios crecieron 6,6%, en promedio, durante el período 1995-2005,
hasta llegar a US$ 1.263,4 millones.7 Cabe destacar que el crecimiento del subsector turismo y viajes ha
sido más dinámico con una tasa de crecimiento de 15,1% en el mismo período. En 2005, dicho subsector
generó US$ 864,4 millones, monto que representó el 68,4% del total generado ese año, en comparación con
31,9% en 1995. Así, este rubro constituye el principal generador de divisas en el sector. Otros rubros con
potencial son los servicios comerciales prestados a empresas extranjeras, tales como los servicios de
administración y los call centers. Entre los factores clave para la expansión de estos servicios se puede
mencionar la existencia de mano de obra calificada y de un marco regulatorio laboral adecuado.
Gráfico 14.2
Inversión extranjera directa, 1995-2006
(flujos en millones de dólares y en porcentaje del PIB)
800 4,0
700 3,5
600 3,0
Millones de dólares
500 2,5
% PIB
400 2,0
300 1,5
200 1,0
100 0,5
0 -
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
6
A nivel de 6 dígitos del Sistema Armonizado (HS 1988/92).
7
No incluye el valor agregado de la maquila o los ingresos provenientes de inversiones (renta), que son incluidas en las estadísticas
presentadas por el Banco de Guatemala.
349
Más crecimiento, más equidad
La pobreza constituye una de las principales limitantes para el desarrollo y crecimiento en Guatemala. A
pesar de los importantes esfuerzos realizados en los últimos 15 años, Guatemala sigue siendo uno de los
países con mayor pobreza en la subregión, con una incidencia del 56% respecto del total de su población
(ver Cuadro 14.1). Si bien los niveles de pobreza se manifiestan en los diferentes estratos de la sociedad,
esta se encuentra fundamentalmente acentuada en el área rural (74,5%) y entre las poblaciones indígenas.
Del 42,6%8 de personas autoidentificadas con alguna pertenencia étnica, el 26,5% se encuentra en pobreza
extrema.9
Cuadro 14.1
América Central: indicadores de pobreza, desigualdad y desarrollo humano, 2000-2004
Índice de PIB per Exportaciones
Incidencia de Pobreza (%) Coeficiente de
País Desarrollo cápita per cápita
Gini
Humano (US$) (US$)
Total Urbana Rural
Costa Rica 20,6 *** 16,9 25,2 0,499 ** 0,838 9.296 1.85
El Salvador 37,2 *** 28,5 49,8 0,524 *** 0,722 5.036 483
Guatemala 56,2 * 27,1 74,5 0,551 *** 0,663 4.283 421
Honduras 63,9 *** 56,2 71,5 0,538 *** 0,667 2.758 636
Nicaragua 45,8 ** 30,1 67,8 0,431 ** 0,690 3.545 217
Nota: La leyenda para los años corresponde a: * 2000, **2001, ***2002. El Índice de Desarrollo Humano corresponde a 2005 y para el PIB per cápita (en
PPA) y las exportaciones per cápita, al promedio de 2002 a 2004. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) está compuesto por indicadores de: vida larga y
saludable (medida según la esperanza de vida al nacer), educación (medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación
en educación primaria, secundaria y terciaria) y nivel de vida digno (medido por el PIB per cápita en US$). El IDH fluctúa entre 0 y 1, siendo 1 el más alto
posible.
Fuente: Elaboración BID/INT con base en UN-COMTRADE, World Development Indicators (WDI), Banco
Mundial, Country Assistance Strategy del Banco Mundial para Costa Rica (2004), Guatemala (2005) y Honduras
(2004) y el Poverty Assessment Report de la misma institución para El Salvador (2003).
A pesar de la importante contribución de los pueblos indígenas al desarrollo del país, persisten condiciones
que limitan las posibilidades de superar la pobreza. Se evidencia que los pueblos indígenas constituyen en
Guatemala el 58% del total de la población económicamente activa. De ese total, el 54,5% se encuentra en
la agricultura, sector que contribuye al 22,9% del PIB y al 33%10 de las exportaciones.11 Sin embargo, el
77% de los indígenas están sumidos en la informalidad; el 44% constituye mano de obra no calificada; y el
38% no tiene ningún nivel de educación.
Con la finalidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Guatemala necesita crecer
sostenidamente y reducir la pobreza extrema en el área rural y entre las poblaciones indígenas. Mientras que
para la población pobre de origen no indígena una reducción de los niveles de pobreza del orden del 4% los
acercaría a los Objetivos del Milenio, para los indígenas y pobladores rurales se requeriría por lo menos una
reducción de 20%.12 Esto supone un nivel de crecimiento estable y sostenido de la economía de un 5%
anual en términos reales y de, al menos, 2,4% a nivel per cápita.13 Sin embargo, el crecimiento económico
8
Otras fuentes señalan que este porcentaje alcanza hasta un 55% (FMI, 2005).
9
Banco Mundial (2005).
10
Calculado como la razón de las exportaciones del sector agrícola el año 2005, sobre el valor total de las exportaciones al mundo durante
el mismo año (Sistema Armonizado, 2002).
11
Banco Mundial (2005); Fondo Monetario Internacional (FMI) (2005); Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2005).
12
PNUD (2005).
13
Banco Mundial (2005).
350
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
per se no es suficiente si este no llega a los estratos más desfavorecidos de la sociedad y se elimina la
profunda exclusión y discriminación de la cual es objeto una gran mayoría de guatemaltecos.
Es importante mencionar que la participación de los pueblos indígenas en los mercados es creciente. Este
fenómeno se observa, principalmente, en los productos denominados no tradicionales de exportación de
origen agrícola, como las hortalizas y algunas frutas, en cuya producción hay una significativa participación
indígena y que están básicamente dirigidos a Centroamérica y Estados Unidos, sus principales mercados.
En este contexto, el comportamiento de las exportaciones asociadas con la pequeña economía rural es
altamente dinámico. El 80% de las hortalizas que el país exporta son producidas por pequeños productores
rurales y ello ocurre en municipios de mayor concentración poblacional indígena.14 Productos como las
arvejas, el brócoli, los mini vegetales, entre otros, han pasado, en los últimos 15 años, de posiciones
relegadas en el ranking de las exportaciones a ocupar espacios más relevantes, posicionándose en el grupo
de las 50 principales exportaciones del país. Guatemala constituye, hoy en día, el principal exportador de
arveja china y cardamomo a nivel mundial y es el tercer país de la subregión en exportaciones de micro
vegetales. Las favorables condiciones agroclimatológicas, sumadas a la creciente demanda de este tipo de
productos en los mercados internacionales, explican el comportamiento dinámico de estos sectores (ver
Gráfico 14.3).
Gráfico 14.3
Dinámica de las exportaciones de los principales productos no
tradicionales asociados a las economías rurales e indígenas
(índice, 1995=100)
800 Coliflor y brócoli 4,600
Miel del abeja
Vegetales y leguminosas 4,100
700
Cebollas
Papas 3,600
600 Repollo
Otros productos no tradicionales
No tradicionales
3,100
500 Arvejas
2,600
Arvejas
400
2,100
300
1,600
200
1,100
100 600
0 100
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Nota: El índice se calculó con base en el promedio móvil de tres años de las
exportaciones por producto.
Fuente: Elaboración BID/INT con datos de UN-COMTRADE, HS 1988/92 a 6
dígitos.
14
Chinchilla (2005).
351
Más crecimiento, más equidad
Sin embargo, el potencial de las exportaciones no tradicionales asociadas con las economías rurales de
pequeña escala es subdesarrollado, a pesar de las oportunidades de mercados. En los últimos 25 años tanto
la mejora en los rendimientos como la ampliación de la superficie cultivada,16 han permitido incrementar la
participación de vegetales y hortalizas, en el PIB agrícola, a 4,9%.17 No obstante ello, las exportaciones de
estos productos son aún bajas (US$ 22,7 millones)18, y se encuentran muy por debajo de su potencial en los
principales mercados internacionales, ubicándose lejos de los niveles alcanzados por los productos de
exportación tradicional. La permanencia de ciertos productos de exportación con estrechos vínculos a la
economía de pequeños productores presenta signos de mayor volatilidad en los mercados. Este hecho revela
debilidades estructurales para incrementar la producción y sostener los esfuerzos de posicionamiento en los
mercados de manera competitiva.
Si bien es evidente que la apertura de mercados en el marco del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados
Unidos, República Dominicana y Centroamérica (RD-ALCAC), así como en el contexto de otros acuerdos,
representa una oportunidad para varios productos que cuentan con importante presencia de pequeños
productores y comunidades indígenas,19 las posibilidades de efectivizarlas dependen, en gran medida, de la
resolución de factores de carácter estructural:
• El acceso a crédito y capital de operaciones es significativamente restringido. Las altas tasas de interés
(12%-35%), el tiempo y costos asociados con los requisitos y garantías, así como la percepción de
“riesgo” que implica el otorgamiento de créditos al “segmento rural e indígena”, son los mayores
obstáculos que limitan un acceso efectivo al crédito.
15
IV Censo Nacional Agropecuario, 2003.
16
En cultivos como la arveja china, el rendimiento productivo ha mejorado en un 41% en los últimos 25 años.
17
Banco Central de Guatemala (2000).
18
Banco Central de Guatemala (2006).
19
En el marco de las negociaciones del RD-CAFTA, productos competitivos como las arvejas, tomates, pimientos, productos de panadería,
entre otros, cuentan con desgravación inmediata.
20
Banco Mundial (2007).
352
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
Es un hecho que la participación de los pueblos indígenas en los circuitos de comercialización es limitada.
Esta situación se explica por una serie de factores que van desde la baja capacidad productiva y/o
deficiencias organizativas de las unidades de producción hasta fallas importantes en los mercados, tales
como la competencia desleal, los altos costos de la intermediación o la ausencia de información y servicios
de apoyo a la producción.21 Sin embargo, el acceso diferenciado a activos productivos y sociales que tienen
los indígenas así como la interacción de una compleja combinación de barreras formales en el entorno de
negocios con formas y prácticas de funcionamiento de carácter informal al interior de los encadenamientos
productivos son los elementos de mayor peso y los que más gravitan para los pueblos indígenas.
En el caso de las poblaciones indígenas, dada su condición étnica, las limitaciones de acceso a mercados se
profundizan. La forma cómo se traducen estas limitaciones está estrechamente relacionada con variables de
exclusión y discriminación a las que son sometidos los pueblos indígenas.22 Algunos estudios estiman que
el costo económico para Guatemala, como resultado de la discriminación étnico-racial, ascendió en el 2003
a, aproximadamente, 3,3% del PIB, lo que significa un retraso del crecimiento económico de cerca de 0,83
puntos porcentuales.23
Después de la firma de los Acuerdos de Paz, en diciembre de 1996, Guatemala empezó el proceso de
liberalización económica, apertura comercial y promoción de la inversión, lo que aceleró su inserción en la
economía internacional. El proceso condujo a la reducción unilateral de la protección arancelaria, con la
baja del arancel de Nación Más Favorecida (NMF) promedio desde 10,2% en 1995 a 7,3% en 2000 y a
5,9% en 2005. La liberalización de la legislación y cambios regulativos abrieron el camino a la inversión
extranjera, dando como resultado el establecimiento y expansión de la producción bajo el régimen de
maquila, orientada a la exportación.24
Por otro lado, los acuerdos de libre comercio ya suscritos, los que se están negociando y los que van a
negociarse próximamente otorgan a Guatemala un amplio acceso a los mercados de exportación. Además
21
Entrevistas a organizaciones productoras indígenas y asociaciones empresariales (Fedecovera, Agexport, Cuatro Pinos, Aj Tikonel,
Corazón del Bosque, INGUAT (Instituto Guatemalteco de Turismo), Cámara de Industria y Vivamos Mejor) encargadas por el BID como
parte de un trabajo de profundización del funcionamiento de encadenamientos productivos indígenas realizado por L. Chinchilla y R.
Batzín, dan cuenta que la falta de acceso a financiamiento, infraestructura, capacidad productiva, tecnificación, trato de intermediarios,
impuestos y aduanas constituyen cuellos de botella importantes para una mayor inserción internacional.
22
Es difícil aislar el concepto de discriminación económica y más aun cuantificarlo; esta se manifiesta a través de un conjunto de
prejuicios, actitudes y prácticas que dan como resultado desigualdades en las oportunidades de empleo, ingresos y acceso a servicios
esenciales. (Casaús, Dávila, Romero y Sáenz, 2006).
23
Casaús, Dávila, Romero y Sáenz (2006)..
24
“Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad Exportadora y de Maquila” decreto 29-89 de 1989, y “Ley de Inversión Extranjera”
decreto 9-98 de 1998.
353
Más crecimiento, más equidad
del MCCA y del RD-ALCAC –que entró en vigencia recientemente (ver siguiente sección) y que consolida
el acceso al mercado de los Estados Unidos de América– Guatemala tiene tratados de libre comercio
(TLCs) con México, Taiwán y República Dominicana (también firmante del RD-ALCAC), acuerdos de
alcance parcial con Cuba, Venezuela y Belice (pendiente suscripción), y está negociando TLCs con Canadá,
Chile, Colombia y Panamá. Las exportaciones bajo estos acuerdos representaron 82,1% del comercio total
de Guatemala en 2006. Del mismo modo, acaban de iniciarse negociaciones entre la Unión Europea y los
países centroamericanos –incluida Guatemala– para un Acuerdo de Asociación que comprenderá una zona
de libre comercio.
RD-ALCAC es un acuerdo de naturaleza amplia que tendrá un impacto multidimensional sobre Guatemala.
El Acuerdo fue suscrito por Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Costa Rica, República
Dominicana y Estados Unidos en agosto de 2004, fue aprobado por Guatemala en marzo de 2005 y entró en
vigencia en julio de 2006. Se establece una zona de libre comercio entre los países signatarios que, al final
del período de transición –de un total de veinte años–, incluirá la totalidad de bienes. La única excepción,
en el caso de Guatemala, es la importación de maíz blanco. RD-ALCAC abarca los sectores agropecuario,
industrial, de servicios, y también incorpora los derechos de propiedad intelectual, compras del sector
público e inversiones.25 El Acuerdo se implementará de manera multilateral, es decir, en todas las áreas
acordadas y entre todos los países firmantes, incluso entre los cinco países de América Central y República
Dominicana.
Dicho Acuerdo representa una extensión y profundización del acceso al mercado de Estados Unidos. Se
consolida el acceso preferencial a este mercado a través de un acuerdo legal, que no depende de
concesiones otorgadas de manera unilateral, como fue el caso de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe. Con
la entrada en vigencia del Acuerdo, el acceso al mercado de Estados Unidos se abrió casi en su totalidad
para las exportaciones centroamericanas.26 Algunos productos agropecuarios están sujetos a contingentes
arancelarios, con una eliminación gradual prevista en un período de 20 años. La única excepción es el
azúcar, producto respecto del cual se ha acordado que la exportación por encima del contingente establecido
queda excluida del proceso de eliminación arancelaria. La exportación de alcohol etílico originario queda,
por su parte, libre de arancel y no está sujeta a cuotas.
Igualmente, el proceso de liberalización de las importaciones desde los Estados Unidos será más gradual.
Antes de la entrada en vigencia de RD-ALCAC, un 61,2% del total de las importaciones estaba libre del
pago de arancel (en términos de valor en el año 2002), cifra que ascendió a 77,6% al cabo del primer año de
vigencia del Acuerdo. En el quinto año se liberalizará un 2,6% adicional y, en el décimo año, un 15,3%
(para un total de 95,5%), con la apertura total a las importaciones de productos industriales y textiles. Al
final del proceso de desgravación, es decir, a los 20 años de vigencia del Acuerdo, la apertura llegará a un
96% de las importaciones; el saldo (4%) está constituido por los productos excluidos, es decir, el maíz
blanco.27 Varios productos considerados como sensibles están sujetos a contingentes arancelarios como, por
25
El Acuerdo incluye regulaciones sobre acceso a mercado, reglas de origen, medidas de salvaguardia, medidas sanitarias y fitosanitarias,
obstáculos técnicos al comercio, transparencia y facilitación de comercio, temas laborales y ambientales, y solución de controversias.
26
En las exportaciones de textiles a los Estados Unidos hay algunas limitaciones en exportaciones de productos no originarios. Desde el
año 2000, las exportaciones de textiles estaban libres de aranceles y cuotas solo si los insumos provenían de los Estados Unidos. Con RD-
ALCAC esta regla se extiende a los insumos de origen centroamericano, y de México y Canadá (con límites cuantitativos). Los insumos
desde terceros países son limitados a 10% del valor (regla de minimis; antes era 7%).
27
Cálculos BID/INT con base en datos de USTR y United States International Trade Commission (USITC).
354
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
ejemplo, el maíz amarrillo, el arroz, los muslos de pollo, la carne de res, etc. Los aranceles, fuera de la
cuota, se eliminarán en períodos de entre 10 y 20 años.
En lo que respecta a los flujos comerciales hacia los Estados Unidos, se prevé un efecto positivo del
Acuerdo RD-ALCAC, con un mayor impacto en las exportaciones que en las importaciones. En las
exportaciones, se anticipa un aumento total estimado del orden de 21,4%28 al final del período de transición.
A nivel de los sectores, se anticipa que el sector textil podría ser el más afectado.29 Por otro lado, en el caso
de las importaciones de Guatemala, se estima un impacto de aproximadamente 7,6%, en el que los
productos agrícolas sujetos a contingentes arancelarios experimentarían un aumento estimado de 24,6%.
Se podría afirmar, de esta manera, que los procesos de integración comercial como el RD-ALCAC y el
futuro acuerdo con la UE presentan un marco de oportunidad significativo para desarrollar y profundizar el
acceso a mercados para los productos donde hay una importante participación indígena. Sin embargo, el
aprovechamiento pleno de los mercados dependerá también de la capacidad del país de implementar
medidas orientadas a fortalecer las capacidades productivas y competitivas de estos sectores.
Se estima que los efectos del RD-ALCAC sobre la reducción de la pobreza serán modestos pero relevantes.
Se calcula, por ejemplo, que cinco años después de la implementación del RD-ALCAC, la pobreza en
Guatemala se habrá reducido en 1,6% y la pobreza extrema en 1,1% (Banco Mundial, 2005). Según otros
estudios,30 la liberalización resultante del RD-ALCAC tendrá un impacto sobre la pobreza en dos aspectos:
por un lado, la liberalización afectaría de manera positiva, en general, a los consumidores; al mismo tiempo,
esta reducción de precios podría impactar negativamente en algunos productores locales.
Guatemala tiene ante sí una serie de desafíos en su proceso de inserción económica con el resto del mundo.
Una constante entre estos desafíos es la consideración e implementación de acciones de política para
aumentar la participación y ampliar las oportunidades de los pobres –y, en particular, de las poblaciones
indígenas– en el proceso de inserción en los mercados internacionales.
Un tema esencial de política comercial para Guatemala consiste en la decisión de formar una verdadera
Unión Aduanera y respetar las consecuencias que ello conlleva en términos de armonización de la política
comercial, negociaciones conjuntas y libre circulación regional. Específicamente, Guatemala deberá
armonizar el arancel externo; deberá contar con reglamentación comercial común frente a terceros países;
deberá negociar conjuntamente frente a terceros, aun en la Organización Mundial del Comercio (OMC);
deberá permitir la libre circulación de productos de terceros países; y deberá acordar un mecanismo de
distribución de la recaudación arancelaria. Nada de esto será fácil y requerirá, más bien, de mucho tiempo
para acordarlo y ponerlo en funcionamiento. Este nuevo paradigma alterará profundamente la gestión del
comercio, tanto para las autoridades departamentales como para los sectores productivos.31 También
28
Para los demás países suscritos al RD-CAFTA, el efecto sobre las exportaciones hacia los EE.UU. va de 8,3% para Costa Rica hasta
28,8% para El Salvador (Giordano y Vialou, 2006).
29
Estas estimaciones se deben ver con cautela como también dependerán de las reglas de origen y de la capacidad por el lado de la oferta.
30
Portner (2003); Arce y Jaramillo (2005); Mason (2005); Morley (2006).
31
Para una descripción más profunda del estado de avance de la integración centroamericana y sus desafíos, ver INTAL, Informe
Centroamérica No.3, 2007.
355
Más crecimiento, más equidad
Del mismo modo, es necesario dar más coherencia a la agenda de negociaciones comerciales propiciando
una efectiva integración centroamericana y la convergencia de los acuerdos comerciales. Además de ser una
prioridad en las negociaciones con la UE, la profundización efectiva de la Unión Aduanera exige que las
negociaciones con nuevos socios comerciales se celebren de manera conjunta y no individual. La agenda de
negociaciones comerciales debería también incluir procesos de convergencia de acuerdos con socios con los
que los otros países del MCCA ya han negociado (como es el caso de Colombia y lo será pronto Canadá),
así como la inclusión de Panamá.
El inicio, en 2007, de las negociaciones para un Acuerdo de Asociación de Centroamérica con la Unión
Europea le impone a Guatemala una importante serie de desafíos: en primer lugar, la realización de
diagnósticos de intereses ofensivos y defensivos para enfrentar esta negociación; en segundo lugar,
enfrentar los gastos propios de realizar una negociación tan ambiciosa como esta; en tercer lugar, la
identificación de sectores sociales y económicos vulnerables a través de las evaluaciones de impacto en el
ámbito social y de la pobreza (Poverty and Social Impact Analysis) que contribuyan a informar a los
negociadores sobre las sensibilidades existentes y a diseñar mecanismos de mitigación de las
vulnerabilidades; en cuarto lugar, diseñar una agenda de aprovechamiento de las oportunidades que
surgirían del Acuerdo; en quinto lugar, establecer mecanismos de apoyo para el ajuste y la transición al
libre comercio; en sexto lugar, preparar y financiar una agenda de implementación de los compromisos
adquiridos; y, finalmente, el hecho de tener que profundizar la Unión Aduanera Centroamericana, como
prerrequisito para avanzar las negociaciones con Europa, impone a Guatemala las tareas propias de dicho
proceso.
Es posible señalar que hay indicios de que el RD-ALCAC está empezando a generar algunos beneficios.
Primeramente, ha habido un aumento en las exportaciones hacia los Estados Unidos, las cuales se han
incrementado en un 20% después de la entrada en vigencia del RD-ALCAC, cifra tomada para el período
julio 2006-mayo 2007, en comparación con julio 2005-mayo 2006. 32
En segundo lugar, el nivel de la inversión privada aumentó en un 19,7% en 2006, según indicaciones de The
Economist Intelligence Unit (EIU), en respuesta a la flexibilización de las condiciones del crédito y en
anticipación del RD-ALCAC.33 Según el Banco de Guatemala, también está creciendo la inversión
extranjera directa. Así, en 2007, las inversiones extranjeras se estiman en US$ 507 millones, monto superior
a los US$ 325 millones de 2006 y a los US$ 208 millones de 2005.
32
Según los datos del Banco de Guatemala.
33
Economist Intelligence Unit, Guatemala Country Report. Febrero 2007.
356
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
Cabe destacar que el clima de negocios está empezando a cambiar favorablemente. En el más reciente
informe del Foro Económico Mundial para 2006 sobre competitividad global, Guatemala subió 20 puestos
en la clasificación general, a saber, a la posición 75 de un total de 125 economías.34 Según el informe Doing
Business 2007: Cómo Reformar del Banco Mundial, Guatemala ha ganado 10 puestos para ubicarse en la
posición 118 entre 175 economías.35 Sin embargo, hay que señalar que Guatemala queda atrás del promedio
del resto de Centroamérica, que se ubica al equivalente del puesto 89.36
Por otro lado, el deterioro de la seguridad interna puede impactar negativamente el potencial de progreso
que ofrece el RD-ALCAC. El recrudecimiento de la violencia representa un peligro para la actividad
económica, en general, así como para el clima de negocios y de inversión.
En cuanto al proceso de liberalización de importaciones en el contexto del RD-ALCAC habrá una pérdida
de recaudación arancelaria que alcanzará –según las estimaciones del Sector de Integración y Comercio del
BID– un 0,39% del PIB (después del año 10 de la entrada en vigor del acuerdo).37 Teniendo en cuenta que
el ingreso tributario representa un porcentaje muy bajo del PIB (10,2% en 2006), el impacto es
considerable, por lo que el país enfrenta el desafío de manejar esta pérdida fiscal.
A fin de potenciar la capacidad de aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen los acuerdos
comerciales, Guatemala debería desarrollar mayores esfuerzos y concentrarlos, en primer lugar, en dos
actividades: promoción de exportaciones y atracción de inversiones.
En segundo lugar, la atracción de inversiones extranjeras está vinculada con la mejora del clima de
negocios y de inversión. Además de las actividades de mercadeo específicas a través de la agencia de
atracción de inversiones (Invest in Guatemala) podría ser importante el apoyo a la formación de clusters
productivos y a la promoción de encadenamientos con productores locales, incluyendo a las PYMES, con
las empresas inversionistas extranjeras, sobre todo, fuera del sector de la maquila.
Si bien los impactos más sensibles de los acuerdos comerciales se manifestarán a largo plazo, conviene
iniciar desde ahora un proceso de análisis riguroso de vulnerabilidades con el fin de determinar, de manera
más precisa, la magnitud del impacto y programar adecuadamente el tipo de políticas que se requieran.
Como resultado de la transición al libre comercio, algunos sectores sociales pueden ser más vulnerables que
34
The Global Competitiveness Report 2006-2007, World Economic Forum, Ginebra, 2006.
35
Este mejoramiento se ha visto afectado por tres reformas: simplificación del registro de empresas por medio de una ventanilla única en el
Registro Mercantil, reducción de días necesarios para registrar una propiedad y reducción del tiempo para la aprobación ambiental
necesaria para obtener licencia de construcción. Doing Business 2007: “Guatemala llega al top-ten de la lista de reformadores a nivel
global”, 14 de noviembre, 2006. Sitio web del Banco Mundial http://web.worldbank.org.
36
Doing Business 2007 Guatemala, Banco Mundial, 2006.
37
La pérdida de recaudación de aranceles estimada es la resultante exclusivamente del efecto directo de la caída de aranceles, suponiendo
que el nivel de importaciones preexistente a la reducción de los mismos se mantiene constante. Se trata, por tanto, de un ejercicio de
estática comparativa que no estima todos los efectos posibles (ver Barreix,Villela y Roca, 2004).
357
Más crecimiento, más equidad
otros. Con el propósito de permitir una mejor preparación de los programas públicos y privados de apoyo a
la transición al libre comercio, podría ser importante trabajar en fondos de reconversión industrial;
promoción de cadenas productivas (específicamente rurales); cofinanciamiento de servicios de desarrollo
empresarial (sobre todo para los pueblos indígenas y las PYMES); y programas de innovación y
capacitación tecnológica dirigida.
Quedan pendientes todavía muchos esfuerzos para contar con instituciones sólidas que estén a la altura de
los complejos desafíos en materia de negociaciones, implementación y aprovechamiento de los acuerdos
comerciales. Destacan, entre otros, los siguientes desafíos:
• La tarea de administración de los varios acuerdos suscritos por el país es grande, políticamente
delicada, muy especializada, y demanda muchos recursos técnicos y humanos. Las necesidades actuales
y futuras para el fortalecimiento de las capacidades se presentan en las siguientes áreas: verificación de
origen de las mercancías; administración de contingentes arancelarios; coordinación de los
compromisos en materia de la facilitación del comercio y en materia de propiedad intelectual;
implementación de compromisos sobre normalización y reglamentación técnica, así como sobre
medidas sanitarias y fitosanitarias; conocimiento sobre la adopción de medidas de salvaguardia,
derechos compensatorios o derechos antidumping y capacidad para abordar eventuales disputas
comerciales.
• Necesidad de profundizar mucho más los procesos de consulta del Ministerio de Economía con el
sector privado y la sociedad civil en general. Teniendo en cuenta las necesidades, sobre todo en vista de
la amplitud y variedad étnica de Guatemala, es importante que se profundice y profesionalice aún más
dicho proceso de consulta, lo cual requiere de nuevos recursos, especialización y materiales didácticos,
incluso en varias lenguas indígenas como el maya, man y kiché, entre otras.
• Es necesario completar los procesos de modernización aduanera, a través de iniciativas adicionales que
apunten a abordar áreas específicas del funcionamiento aduanero tales como la asistencia al usuario, la
capacitación técnica, la infraestructura física y el control de gestión.
358
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
La perspectiva de eliminar los incentivos fiscales a la producción, a través del régimen de maquila y la
creciente competencia de productores de confecciones provenientes de China y del resto de Asia, abre un
conjunto de dilemas e incertidumbres de política. Así, en julio de 2007, en el ámbito de la Organización
Mundial de Comercio (OMC), se postergó la implementación de la eliminación de los incentivos fiscales a
la producción de maquila (tales como la exención del impuesto a la renta, que se consideran subsidios a la
exportación) de la fecha prevista, a saber, finales de 2009, hasta finales de 2013 o, a más tardar, hasta
finales de 2015.
Impulsar una mayor integración de los pequeños productores y pueblos indígenas en el comercio
internacional
Dado el carácter multicultural y pluriétnico de Guatemala, es muy difícil disociar la actividad rural y de
pequeña escala de la economía de los pueblos indígenas. En este sentido, se sugieren a continuación
medidas de carácter genérico referidas tanto a pequeños productores rurales como a comunidades o
asociaciones de productores campesinos indígenas.
Guatemala tiene el desafío de consolidar y fortalecer la presencia de los pequeños productores rurales en el
proceso de inserción en los mercados internacionales. Para ello, sería importante encaminar políticas
orientadas a: i) consolidar la presencia de productos ya incorporados tanto en los mercados regionales como
en el de Estados Unidos; ii) ampliar la participación de los pequeños productores rurales en los rubros
dinámicos de la economía con potencial exportador; y iii) fomentar la participación indígena en los
circuitos de comercialización/exportación. El Programa de Desarrollo Económico desde lo Rural,
conjuntamente con el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom) constituyen las potenciales bases
institucionales para dar viabilidad a estos tres ejes de política en la medida en que se integren de manera
estructural y explícita a los productores indígenas en los diferentes componentes de ambos planes.
38
Capítulos 61, 62 y 63 del Sistema Armonizado de Codificación y Clasificación de Mercancías (SA).
39
Las importaciones estadounidenses desde China y el resto de Asia aumentaron en este período de US$ 41.300 millones a US$ 56.660
millones, con un incremento en la participación en el mercado de 55,5% a 67,5% (datos de USITC).
359
Más crecimiento, más equidad
posicionados en los mercados de exportación y que tienen un importante encadenamiento en las economías
de los más desfavorecidos. En este sentido, constituyen una prioridad las inversiones orientadas a
incorporar tecnologías aplicadas y de riego así como aquellas dirigidas a los caminos rurales con el fin de
incrementar la conectividad entre las zonas productivas remotas y los principales mercados.
Asimismo, es importante considerar acciones dirigidas a cumplir con los estándares fitosanitarios de los
países destinatarios y elevar la calidad del producto final.
Por otro lado, dadas las limitaciones en la tenencia de la tierra para generar producción de mayor escala en
cultivos como los vegetales y las hortalizas, es necesario orientar esfuerzos y recursos para una mayor
integración territorial. Para ello, sería indispensable visualizar alianzas que trasciendan un determinado
departamento o municipio así como ampliar la participación de actores públicos y privados a través de
acuerdos de asociación y complementariedad territorial.
Muchas unidades productivas indígenas y de pequeña escala concentran su producción en sectores de baja
rentabilidad. Al mismo tiempo, algunas organizaciones y/o asociaciones de productores40 han desarrollado
experiencias exitosas para su articulación con los mercados de exportación. La base de su éxito radica en la
capacidad organizativa y de articulación horizontal entre pequeñas unidades productivas; y de articulación
vertical, en algunos casos, con instancias de intermediación y empresas comercializadoras. Este modelo
puede servir de base para alentar una mayor integración de productores campesinos e indígenas en rubros
productivos con potencial demostrado de exportación. Sin embargo, sería necesario considerar un programa
integral de apoyo a la diversificación y readecuación productiva que contemple recursos de asistencia
técnica para la incorporación tecnológica, acceso a servicios productivos e información sobre mercados.
Las posibilidades de integrar de manera más directa a los pueblos indígenas en los circuitos de exportación
pasa por generar incentivos que permitan superar las dificultades en la presentación de requisitos para los
trámites de exportación y desarrollar acciones orientadas a la formalización de unidades productivas
indígenas.
14.5 Conclusiones
Guatemala tiene una economía menos abierta a los flujos comerciales que sus vecinos centroamericanos,
con un nivel de exportaciones relativamente bajo, no obstante el fuerte aumento de las exportaciones en los
últimos años. Al mismo tiempo, el comercio manifiesta un déficit muy alto y creciente, que se compensa
–más de la mitad del mismo– por el flujo de las remesas familiares. En 2006, el nivel de las remesas
40
Por ejemplo la Cooperativa Cuatro Pinos o la Federación de Cooperativas de las Verapaces (Fedecovera).
360
14. El camino por recorrer en el proceso de inserción en la economía global
alcanzó casi el de las exportaciones sin maquila. Las inversiones extranjeras son bajas, reflejando un clima
de negocios cuya dinámica queda por debajo del promedio de Centroamérica, a pesar de su reciente mejora.
Al mismo tiempo, Guatemala ha estado desarrollando una muy fuerte agenda de integración comercial.
Empezando por el RD-ALCAC, la Unión Aduanera Centroamericana y el futuro Acuerdo de Asociación de
Centroamérica con la Unión Europea, Guatemala está a medio camino en su proceso de inserción en la
economía global. Estos avances son importantes, pero en el proceso se observan también –junto con
debilidades en su desempeño comercial– limitaciones en su capacidad institucional para abordar los
compromisos adquiridos en los acuerdos y en su capacidad para promover un mayor aprovechamiento de
las oportunidades de acceso a mercados conseguidos por los acuerdos comerciales.
Frente a RD-ALCAC, que entró en vigencia en julio de 2006, Guatemala enfrenta, por un lado, el desafío
de la implementación del Acuerdo y, por otro, el de la transición al libre comercio con Estados Unidos. Las
complejidades del primer desafío ponen de manifiesto las necesidades de fortalecimiento institucional,
incluso del Ministerio de Economía, que tiene capacidades técnicas limitadas y reducidos recursos
financieros disponibles. La transición al libre comercio, además de requerir iniciativas que contrarresten sus
eventuales efectos negativos de carácter macroeconómico y fiscal, requiere un conjunto de actividades para
aprovechar de manera proactiva y más agresiva las oportunidades del Acuerdo, tales como la promoción de
exportaciones y atracción de inversiones extranjeras. También conviene, desde ya, determinar la magnitud
del impacto de la eliminación arancelaria y otros efectos del Acuerdo para poder adoptar las medidas
necesarias para reducir las potenciales vulnerabilidades sociales y sectoriales que podrían emanar de dicha
eliminación.
Otro desafío principal es el conjunto de medidas, algunas con implicancias políticas, para formar una
verdadera Unión Aduanera Centroamericana en el largo plazo. La armonización de la política comercial, las
negociaciones conjuntas de acuerdos de libre comercio y la libre circulación regional de productos de
terceros países impondrá, en el futuro, una serie de tareas importantes al país.
Sin embargo, el reto más importante es el de traducir los esfuerzos de la integración y los beneficios del
comercio en oportunidades concretas para una gran mayoría de guatemaltecos sumidos en pobreza y
excluidos por su condición étnica. Para ello, será importante encaminar políticas orientadas a consolidar la
presencia de las exportaciones de los pequeños productores tanto en los mercados regionales como en el de
EE.UU., ampliar la participación en los rubros dinámicos de la economía con potencial exportador y
fomentar la inclusión, en particular de los pueblos indígenas, en los circuitos de comercialización /
exportación.
La próxima negociación del Acuerdo de Asociación de Centroamérica con la Unión Europea le impone
también a Guatemala un conjunto de desafíos importantes. Estos se refieren, entre otros, a la realización de
diagnósticos de los intereses ofensivos y defensivos del país, a la financiación de procesos de negociación,
y a la preparación técnica de los negociadores. También habrá que realizar un proceso de consulta con el
sector público, con el sector privado y con la sociedad civil. En anticipación a la implementación del
Acuerdo de Asociación, el cual abrirá la posibilidad de aumentar y diversificar las estancadas exportaciones
a la UE, será además importante trabajar en minimizar las vulnerabilidades sectoriales y sociales, así como
potenciar el aprovechamiento de las oportunidades de este Acuerdo para los pobres y, en particular, los
pueblos indígenas.
361
Más crecimiento, más equidad
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