Escuelas Sociología Criminal

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ESCUELAS SOCIOLÓGICAS CENTRADAS EN EL FENÓMENO DEL DELITO

ESCUELA GEOGRÁFICA O CARTOGRÁFICA


Escuela sociológica fundada por el Belga, Lambert Adolphe Jacques Quetelet y
teniendo además a otro principal exponente de origen francés, quien responde al
nombre de André Michel Guerry ambos contemporáneos, son quienes se encargaron
de aportar a la Criminología los estudios estadísticos con datos sobre sexo, edad,
meses en los que ocurrían determinados crímenes, así como la influencia del clima y
geografía sobre el crimen.
A principios del siglo XIX, la Escuela Cartográfica, también llamada Escuela de
Estadística o Escuela Geográfica, empieza a indagar en la criminalidad desde un
enfoque social, es decir, comienza a estudiar al fenómeno criminal mediante el
análisis de los problemas que están empezando a surgir en la sociedad como
consecuencia de la revolución industrial, todo un cambio notable para esa época.
A Quetelet se deben los estudios cartográficos y geográficos, siendo el fenómeno
criminal el de su mayor atención, así en sus investigaciones mencionaba que las
actividades sociales eran reguladas por las leyes físicas que gobiernan los hechos
naturales, propugna una nueva disciplina; la mecánica social, y un nuevo método; el
método estadístico, para analizar los hechos humanos. Sus conclusiones eran que el
crimen es un fenómeno social, teniendo su génesis en la sociedad y que el fenómeno
criminal puede ser detectado y determinado mediante la estadística,
fundamentando que los crímenes se cometen año con año con absoluta precisión y
regularidad; una vez convencido de esto establece la famosa relación entre las
estaciones del año y la criminalidad, mejor conocida como Las Leyes Térmicas de
Quetelet que mencionan que en el mes de invierno se comete un mayor número de
delitos contra los bienes y el patrimonio que en verano, los delitos contra las
personas se realizan principalmente en verano y los crímenes sexuales se consuman
con mayor frecuencia durante la primavera.
Sin duda la aportación de Quetelet a la Criminología ha sido de mucha relevancia,
sobre todo por su Estadística Criminal.
André Michel Guerry, llega con su obra Essai sur la statistique morale de la
France, de la cual derivan patrones como el sexo, la edad, ubicación geográfica de los
crímenes y la influencia del clima. Guerry, en sus investigaciones sobre la
criminalidad de Francia y otros países de Europa, realizaba para mejor control e
identificación mapas de los crímenes que se cometían, identificando a estos con
colores.
Como conclusión, Quetelet y Guerry al ser coetáneos en sus investigaciones acerca
de las conductas criminales, marcaban una similar conclusión que referían al crimen
como producto de la sociedad, debiendo estudiarse y aplicarse la existencia y la
atribución de los delitos en la sociedad, siendo los factores exógenos los de mayor
relevancia para estos dos.
Ambos son pioneros en el estudio de la criminalidad desde el factor exógeno, no
tomar al crimen como problema individual sino como un hecho social, tratando de
establecer a través de sus investigaciones las leyes sociales que expliquen su
regularidad.
En: Santos, D. (2019). Escuela moral o cartográfica (siglo XIX). Recuperado de:
https://criminologiamxdot.wordpress.com/2016/12/19/escuela-cartografica/
ESCUELA ANTROPOSOCIAL O DE LYON

El Dr. Alejandro Lacassagne, profesor de medicina legal en la Facultad de Lyon y


director del Archivo de Antropología Criminal, se considera como fundador de la
escuela y cuenta entre sus discípulos a Kocher, Burnet, Raux, Corre y Émile Laurent.
En el Primer Congreso de Antropología Criminal celebrado en Roma en 1885
Lacassagne, sostiene que en la etiología del crimen existen dos factores: uno de tipo
individual, relacionado con la falta de frenos inhibitorios,  las predisposiciones, como
la debilidad mental y las enfermedades nerviosas y los transmisores de contagio
(causas endógenas). Y otro factor de carácter social y determinante, constituidos por
el medio ambiente (la familia, la escuela), que opera bajo la siguiente idea: “una
manzana podrida pudre a las demás”; propugna la profilaxis del delincuente. Al
delincuente hay que sacarlo del medio nocivo, cambiarlo a un medio donde no
pueda cometer delitos y darle una nueva educación. Afirma que la miseria no es una
causa de criminalidad; dice: “Si todos los pobres cometieran delitos por su condición
de miseria, sería un caos”.
La teoría de Lacassagne ha sido denominada teoría microbiológica del delito pues
equipara a los delincuentes con los microbios. El delincuente, al igual que el
microbio, es por sí solo inocuo, a menos que se encuentre en un medio adecuado
donde se reproduce y actúa en un caldo de cultivo favorable. El medio social es el
caldo de cultivo de la criminalidad. En este sentido Lacassagne manifestaba: “lo
importante es el medio social. Permítanme una comparación tomada de la teoría
moderna. El ambiente social es el medio en que se cultiva la delincuencia; el
microbio es el elemento delictivo que carece de importancia hasta el día en que se
encuentra en el cultivo favorable a su multiplicación. Creemos que el delincuente
con sus características antropométricas y las demás, sólo tienen una importancia
muy secundaria, además, todas estas características se pueden encontrar en
personas absolutamente honestas”. Por ello, afirmaba que las sociedades tienen los
delincuentes que se merecen y cada sociedad tiene la policía que merece.
En: Escobar, G. (2004). La escuela francesa de Lyon. Recuperado de:
https://apps.udg.edu/Portal/Uploads/4069549/unidad%204/arxius/La
%20escula%20francesa%20de%20Lyon.htm

Gabriel Tarde es un exponente relevante de esta escuela, señala que el motor que
impulsa la conducta es la imitación. De hecho, el punto de partida de gran parte de
nuestro desarrollo y evolución como seres humanos es el copiar a los modelos que
se nos presentan. Así pues, el delito no es otra cosa que una práctica social que se
reproduce por imitación. El delito es un fenómeno del mismo tipo que las prácticas
religiosas, el trabajo industrial o las costumbres morales en términos de los procesos
generales por los que tienen lugar. La especificidad del fenómeno delictivo sería,
para Tarde, la de oponerse a las creencias y deseos más difundidos y legalmente
sancionados.

En este orden de ideas, estableció algunas leyes de la imitación, para comprender el


fenómeno criminal:
I. La primera consiste en que el hombre imita a otro en proporción a la frecuencia de
contactos que tengan con él. En este caso se darán dos situaciones:

En la muchedumbre o en las ciudades los contactos son frecuentes y múltiples, la


vida es excitante. Los fenómenos de imitación llegarán al máximo pero serán poco
estables. Lo que dominará en esta situación será la moda.

En el campo, por el contrario, los contactos serán más frecuentes, pero entre un
número de personas más limitado, la imitación se manifiesta bajo forma de ‘respeto
a la tradición’.

El crimen, como todo comportamiento social, puede ser objeto de una moda y
cuando se trata de ciertos medios que viven cerrados en sí mismos puede
convertirse en una costumbre o tradición.

II. La segunda ley de imitación hace referencia a la influencia que tiene la conducta
del superior sobre el inferior. El que tienen más prestigio, sobre el que se impresiona
por el prestigio.

Concluye que nada hay de esencial en una práctica que la constituya como delictiva,
sino que depende de un sistema de clasificación cultural que se transforma
históricamente. Tanto vale para el delincuente. El mismo pasará a ser pensado como
un individuo ordinariamente socializado, aunque en patrones culturales que
contradicen los legalmente sancionados. De allí que haya puesto especial atención a
la figura del delincuente profesional o de hábito: allí donde el delito deviene un
modo habitual de vida, un modo de socialización estabilizado, con reglas, valores,
hábitos y formas de organización tal como cualquier otra actividad especializada.

En: Hikal, W. (2016). El psicologismo sociológico de Gabriel Tarde y su relación con la


criminología y la política criminal. Recuperado de: https://cj-
worldnews.com/spain/index.php/es/criminologia-30/historia-de-la-
criminologia/item/2942-psicologismo-sociologico-tard

Sánchez, M.S. (2014). Delito, asociación e imitación. Leyendo a Sutherland con


Tarde. Alegatos, 87, 309-326. Recuperado de:
http://alegatos.azc.uam.mx/index.php/ra/article/view/107
ENRICO FERRI
Ferri (1856-1929) nació en San Benedetto, Lombardía, Italia el 25 de febrero de
1856, es el segundo autor en importancia de la Escuela Positiva.
La mayor aportación de Ferri es la Sociología Criminal, considerado como el padre de
esta. Para él los factores sociales van a ser fundamentales en la explicación de
hechos criminales, probará que en un determinado medio social, bajo ciertas
condiciones individuales o sociales se comete un determinado número de delitos.
Para Ferri la pena no es la venganza ni es el castigo, sino que su fin es la defensa de
la sociedad, de acuerdo con el grado de peligrosidad del autor, la sanción ha de
ajustarse a las características individuales, apreciadas caso a caso. Aceptación de la
individualización de la pena, y aceptación de la sentencia indeterminada. La pena no
es absolutamente eficaz por ser dura, no implica una disminución de delitos, lo
importante será la adopción de sustitutivos penales. Para él, los sustitutivos penales
son las medidas de orden económico, político, administrativo, educativo, familiar,
etcétera, distintas de la pena que debe adoptar el Estado, actuando sobre las causas
de la criminalidad para hacerlas disminuir.
Ferri tuvo enorme influencia en la Política, Sociología, Derecho y Criminología. Para
él, más importante que el castigo será la prevención.
La Sociología Criminal de Ferri
La Sociología Criminal de Ferri señala que hay factores sociales que llevan a la
persona a actuar en contra de las reglas del bien común (el bien para
todos). La Sociología Criminal menciona distintos factores como lo son la familia,
barrio, escuela, sociedad, etcétera. Para este, su Sociología es el estudio de los
delitos y de las penas en la colectividad. De manera más amplia, la Sociología
Criminal es el estudio de la criminalidad pero en conjunto y como fenómeno que se
origina en la sociedad; estudia sus factores en cuanto a la influencia que tienen y los
efectos que producen, estudia las relaciones criminales que se dan en la sociedad.
Para Ferri la Sociología Criminal abarca no solo las causas del delito, sino que se
extiende a la prevención y represión; empero, él apuesta más a los factores
preventivos que se verán posteriormente, basados en mejores condiciones y
estabilidad social.
Al respecto de la libre voluntad del sujeto para delinquir, Ferri no está de acuerdo, ya
que en función de la interacción sujeto-sociedad, esta última está llena de
circunstancias que envuelven y moldean la conducta; es decir, el criminal obra en
virtud de factores sociales, individuales y físicos. En base a lo último anterior, deben
diseñarse medidas de seguridad, más que represivas, es una corresponsabilidad que
la sociedad tenga determinadas conductas dañinas, entre ellas, la criminalidad.
Depende de la participación de todos los actores sociales, los resultados en cuanto a
cambiar la sociedad, para bien y para mal.
Factores de riesgo asociados a la criminalidad
Ferri distinguió elementos constituyentes para la formación de la criminalidad:
1. El factor antropológico;
1.1. La constitución orgánica del delincuente (fisionomía);
1.2. La constitución psíquica del delincuente (sentimientos);
1.3. Características personales del delincuente (edad, sexo);
2. Factor físico o telúrico (clima, naturaleza), y
3. Factor social (ambiente social).
Los factores antropológicos, inherentes a la persona del criminal, son el primer
coeficiente del delito; y toda vez que el criminal, igualmente que cualquier otro
hombre, puede ser considerado o como individuo aislado, y, por lo tanto, mirado por
el lado fisiológico o por el psíquico, o como miembro de una sociedad, y como tal
teniendo con sus semejantes diversas relaciones, los factores antropológicos del
delito se clasifican en tres subdivisiones. A la primera subdivisión -constitución
orgánica del criminal-pertenecen todas las anomalías orgánicas del cráneo y del
cerebro, de las vísceras, de la sensibilidad y de la actividad refleja, y los caracteres
corporales en general, tales como las particularidades de la fisonomía y del tatuaje,
que han sido ilustrados por los numerosos trabajos de la antropología criminal, y
reunidos y completados de una manera luminosa en la obra de Lombroso, a los que
seguirán investigaciones nuevas cada vez más numerosas y fecundas. A la segunda
subdivisión -constitución psíquica del criminal-corresponden las anomalías de la
inteligencia y de los sentimientos, sobre todo del sentido social, y todas las
particularidades de la literatura y del argot de los criminales. Sobre todos estos
puntos se han recogido ya elementos suficientes, los cuales se enriquecerán más
después del desarrollo preliminar que es necesario dar a las investigaciones
orgánicas; porque, en la génesis del delito, el temperamento moral propio de los
delincuentes tiene la más alta importancia. En la tercera subdivisión de los factores
antropológicos -caracteres personales del criminal- entran justamente, además de
las condiciones biológicas de raza, de edad y de sexo, las condiciones biológico-
sociales, como el estado civil, la profesión, domicilio, clase social, instrucción y
educación, que han sido hasta el momento actual estudiadas casi
exclusivamente por aquellos que se ocupan de la estadística criminal.
Viene en seguida la serie de los factores físicos o cosmotelúricos del delito; y tienen
este carácter todas las causas pertenecientes al medio físico, muy eficaces, según la
estadística criminal demuestra, para presidir las diferentes manifestaciones del
delito. Tales son el clima, la naturaleza del suelo, la sucesión de los días y las noches,
las estaciones, la temperatura anual, las condiciones atmosféricas y la producción
agrícola.
Queda, por último, la categoría de los factores sociales del delito, que resultan del
medio social en que vive el delincuente, como: la densidad diferente de población, el
estado de la opinión pública y de la religión, la constitución de la familia y el sistema
de educación, la producción industrial, el alcoholismo, la organización económica y
política, administración pública, justicia y policía judicial, y en fin, el sistema
legislativo civil penal en general. Hay allí, en suma, una multitud de causas latentes
que se complementan, enlazan y combinan en todas las funciones, aun con las
menos aparentes de la vida social, y que escapan casi siempre a la atención de los
teóricos y de los prácticos, de los criminalistas y de los Legisladores.
Ferri proponía modificar el entorno social y las políticas públicas, estas últimas para
que generen estabilidad social, seguridad, permanencia en las estrategias que sean
útiles para el desarrollo del ser humano en colectividad.
En: Hikal, W. (2018). Explicación de la criminalidad desde los postulados de Enrico
Ferri para la articulación de la política criminal. Recuperado de:
https://www.researchgate.net/publication/335172488_Explicacion_de_la_criminalid
ad_desde_los_postulados_de_Enrico_Ferri_para_la_articulacion_de_la_politica_cri
minal

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