Texto - El Realismo Mágico

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El Realismo Mágico

El realismo mágico es un estilo


literario que tuvo su origen en
América Latina a mediado del siglo
XX, aproximadamente en el año
1947, por autores latinoamericano.
Se caracteriza por la narración de
hechos insólitos, fantásticos e
irracionales en un contexto realista.
En otras palabras es la alteración de
la realidad con acciones fantásticas,
que son narradas en un modo
realista, dando por sentado la
aceptación de estos hechos como reales, verdaderos y normales para los protagonistas o
personajes de las narraciones.

El término realismo mágico fue utilizado por primera vez por Franz Roh en Alemania el año 1925,
exponiendo su artículo “Realismo mágico: post expresionismo. Problemas de la pintura más
reciente”. En este contexto, Franz se refería al realismo mágico en el ámbito de la pintura donde se
mezcla elementos reales con efectos visuales. Pero en América Latina el término “realismo
mágico” fue introducido por primera vez mediante el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri. En
1949 el escritor cubano Alejo Carpentier adoptó de manera formal el concepto de “lo real
maravilloso” a través de su novela El reino de este mundo.

Ahora bien, los rasgos generales de este estilo literario que nace en nuestra América Latina se
caracteriza por fusionar la realidad con lo fantástico, donde puede presentar un contexto de
fantasía con personajes reales, o un contexto real con personajes fantásticos. Hace juego también
con lo onírico; los protagonistas en algunos casos suelen desenvolverse con frecuencia en el
terreno de lo sueños. Los relatos muchas veces parten de sueños que tienen los protagonistas o,
incluso, las historias mismas se desarrollan en ese terreno como escenario atractivo para
contribuir al relato.

Siguiendo el hilo de las características, encontramos también la existencia de múltiples


narradores; éstos suelen alternarse a lo largo del relato entre narrador omnisciente y narrador
personaje. Pueden ser relatados en primera persona, segunda personas o tercera persona.
Además aparecen los entornos de pobreza y marginación; las tramas del realismo mágico suelen
estar caracterizadas por desarrollarse en entornos más bien pobres y marginales. Esta es la
manera de dar a conocer diferentes realidades, para algunos, desconocidas, desde la postura
social del autor.

Por último, la atemporalidad; el tiempo es distorsionado y los acontecimientos, en algunos casos,


no suelen sucederse en forma lineal. Esta es, quizá, la característica más distintiva del realismo
mágico y lo que hace al relato más atractivo para el lector.

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