Signos y Simbolos

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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

Signos, señales y símbolos


El ser humano, como ente social por naturaleza, le ha asignado por una convención unos
significados a ciertos elementos que percibimos a través de nuestros sentidos, estableciendo
entre ellos una asociación que todos los integrantes de la sociedad aprenden. A estos
elementos, que tienen una clara intención comunicativa, los ha llamado ‘signos’. Vivimos
en un mundo de relación y comunicación. En su casa y fuera de ella, su hacer y su quehacer
gira en torno a un proceso de intercambio de información o mensajes a través de un medio
que puede ser no sólo oral y escrito, sino visual, acústico, gestual, olfativo, táctil, etc.

Debemos distinguir, como la primera gran división, los signos naturales de los artificiales.
El rasgo diferencial entre ellos es la no participación directa del ser humano en la creación
de estos signos (naturales), como las nubes (indicio de lluvia o el humo indicio de fuego) o
las arrugas de la cara (síntomas de envejecimiento), y la participación directa en la creación
de dichos signos (artificiales), como el
lenguaje oral y escrito. En ambos casos
el individuo los interpreta, pero no
siempre los crea, ya sea como actividad
consciente o inconsciente.

Para comunicarnos, entonces, nos


valemos de signos, que pueden ser desde
una palabra articulada o escrita (signo
lingüístico), un gesto (señal) y una cruz
(símbolo). Todos ellos y cada uno en particular cumplen diferentes objetivos. Empecemos
con el signo, una unidad capaz de transmitir contenidos representativos, como el signo
lingüístico. Un signo, en términos generales, es todo aquello que sirve para transmitir una
información. Pensemos en una balanza: la secuencia de sonidos con que pronunciamos el
término [balanza] es el significante, que lo asociamos a una información específica
(instrumento que sirve para pesar) llamada significado, y el objeto material, de la realidad
que percibimos por medio de los sentidos, denominado referente.

Pero hay también signos no lingüísticos que se caracterizan por emitir significados no
precisamente con la voz o la escritura, sino con otros medios como: el empleado por los
sordomudos valiéndose de las manos; el código Morse, a partir de puntos y rayas, utilizado
en la comunicación telegráfica; el sistema Braille, manejado por los invidentes, cuyos
signos se dibujan en relieve para que puedan percibirse a través del tacto.

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Modernamente se habla de emoticones (o emoticonos), un símbolo gráfico –como lo
define el DRAE- que “se utiliza en las comunicaciones a través del correo electrónico y
sirve para expresar el estado de ánimo del remitente”. Estos emoticones consisten en una
sucesión de signos que realizamos con el teclado de la computadora y que comúnmente
ponemos al final de una palabra o expresión para complementar o matizar lo que queremos
decir en un comentario en un correo electrónico o cuando chateamos o participamos en un
foro de internet. Estos signos consisten, usualmente, en representar la cara de quien escribe
con lo que logramos transmitir de una manera universal y graciosa nuestras emociones y
sentimientos y en general nuestro estado de ánimo. Fundamentalmente, constituyen un
recurso muy útil para aumentar la expresividad, matizando el texto de una intención jovial
y jocosa

La señal
Una señal es un elemento al que se le ha asignado un
significado arbitrario; es decir, significa lo que hemos
decidido o acordado que signifiquen, pero igualmente
podría significar otra cosa. Es una especie de signo como
un gesto u otro tipo que nos informa o nos avisa de algo.
Sustituye por lo tanto a la palabra escrita y obedece,
como todo signo, a una convención, de manera que
resulta fácilmente interpretada.

Existen diferentes tipos de señales. Las hay visuales (la luz roja de un semáforo), acústicas
(las campanas de una iglesia), táctiles (el saludo con la mano), olfativas (los olores de los
perfumes) y gustativas (los sabores de las comidas). Son comunes las de tránsito, las
indicaciones consistentes en banderas, utilizadas sobre todo en la navegación marítima, y
las señales luminosas, como las de los faros en las costas.

Símbolo
Cuando un signo no sólo informa de un significado, sino que además evoca valores y
sentimientos, representando ideas abstractas de una manera metafórica o alegórica, se
conoce como símbolo.

La balanza, que pusimos de ejemplo como signo, se ha utilizado desde la antigüedad como
símbolo de la justicia y del derecho, dado que representaba la medición a través de la cual
se podía dar a cada uno lo que es justo y necesario. Por eso, cuando se inclina un asunto a
favor de alguien o de algo se dice que se “inclinó la balanza”. Y “poner en balanza” (o
“poner en la balanza”, es hacer dudar o titubear, o incluso medir o juzgar.

Podemos decir, entonces, que un símbolo es la representación perceptible de una idea, con
rasgos asociados por una convención socialmente aceptada.

Hay símbolos que por su carácter evocador de sentimientos y valores de una nación son
llamados símbolos patrios o nacionales, como el himno, la bandera y el escudo.

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Además de los símbolos patrios, como en nuestro país, una vicuña (representa las riquezas
del reino animal) un árbol de la quina (las riquezas del reino vegetal), la cornucopia (las
riquezas del reino mineral) representan valores y sentimientos de profunda Peruanidad. Son
los llamados símbolos naturales que, junto a comidas (como causa, cebiche), músicas
(como “Los huaynos” de nuestro folclor), y palabras y expresiones de nuestra habla son
nuestra identidad nacional.

Muchos grupos tienen símbolos que los representan. Así podemos hablar de símbolos
referentes a diversas asociaciones culturales: artísticas, políticas, comerciales, deportivas,
religiosas, etc.

En las religiones se utilizan símbolos que evocan en sus seguidores los valores y creencias
propios de cada una de ellas; por ejemplo, la luna creciente simboliza al islamismo, la cruz
es el símbolo de los cristianos y la estrella de David representa a la religión hebraica.

Dada la concepción mágica de la vida que tenían los egipcios, el símbolo era su lenguaje
favorito. Cada escultura, cada pintura, cada objeto artístico, contenía una enseñanza
simbólica referida sobre todo a los misterios divinos y funerarios. Los vivos y los muertos
gozaban de una protección de determinados
amuletos. Si ellos se sentían inseguros tanto para
su viaje a la ultratumba (los muertos) como para
sus quehaceres cotidianos (los vivos). A menudo
representaban a las grandes deidades egipcias
como Ra, Horus, Osiris, que garantizaban la
salud y toda suerte de felicidades. La vida social
y religiosa estaba influenciada por estos
símbolos mágicos representados en los
jeroglíficos de las paredes de los templos
sagrados y de las tumbas de los valles de los
reyes y de las reinas. Su finalidad era ponerlos
en contacto con realidades invisibles de orden superior.

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