Liderazgo y Manejo de Conflictos en El Entorno Laboral
Liderazgo y Manejo de Conflictos en El Entorno Laboral
Liderazgo y Manejo de Conflictos en El Entorno Laboral
El clima laboral es muy importante para la productividad del personal y la cuantía de los beneficios
obtenidos por la empresa.
Veamos qué es lo que sucede.
El clima laboral, en ocasiones ignorado por la alta gerencia, es un factor crítico y determinante en
el éxito de cualquier negocio. La razón es que cuando los empleados se sientes felices y
satisfechos en relación a sus condiciones de trabajo y en el trato con sus jefes y compañeros, son
más eficientes.
Esto contribuye de manera significativa con la productividad global y en el corto plazo, representa
una mayor cantidad de beneficios para la compañía.
En el pasado se creyó que los empleados eran más eficientes si trabajaban bajo presión, y así, los
supervisores “aplicaban el látigo” para aumentar el rendimiento. Pero ahora, finalmente se ha
aceptado que esta política tiene un alto costo a nivel de salud física y mental; y, por ende, no es
conveniente.
Entre las consecuencias observadas cuando el personal labora bajo condiciones desagradables se
encuentran:
Reducción apreciable de la productividad. El empleado desagradado tiene más dificultad
en cumplir adecuadamente con las metas laborales y en hacerlo a tiempo. Además, no se
compromete con la empresa y sus objetivos, ni con sus responsabilidades.
Ausentismo presencial. Esto es un oxímoron o expresión que combina dos términos
opuestos; porque la persona se encuentra presente, pero, actúa con una mínima dedicación.
Así, no presta atención, pierde el tiempo y se desconcentra, impactando sus resultados y los
de los demás.
Incremento de la desmotivación laboral. Un ambiente negativo desanima al empleado más
comprometido y bloquea el normal desarrollo de la planificación. Esto ocasiona retrasos, mala
calidad y pérdidas económicas.
Describir con suficiente claridad los puestos de trabajo y definir, de igual forma, las tareas a realizar
por cada empleado; así, como la lista de sus responsabilidades es vital. Al igual que establecer
planes de capacitación a corto, mediano y largo plazo e informar a los trabajadores sobre las
etapas de su plan de desarrollo profesional. Igualmente, la empresa debe contratar cursos, dictados
por expertos en la creación de ambientes laborales apropiados.
1. Evitación
Evitar el problema es a veces lo mejor que se puede hacer. A veces, el “tiempo” puede ser todo lo que
se necesita para solucionar el problema en sí, y cualquier intento de tomar acción por tus propias
manos puede empeorar las cosas.
Sin embargo la evitación solo funciona algunas veces, y de hecho muy raramente. La evasión es a
menudo una manifestación de la falta de habilidades para el manejo de conflictos. Quien evita el
conflicto, evita las discusiones y conversaciones sobre el tema, con la esperanza de que el problema
desaparezca por sí solo.
2. Adaptación
La adaptación es una estrategia que rara vez conduce a la solución de un problema . En un inicio, la
adaptación puede ser buena para tener una mejor comprensión de la situación, pero realmente no
busca ninguna solución a la crisis.
La evitación y la adaptación son técnicas similares, y muy efectivas para el manejo de conflictos.
Ambas estrategias se basan en el miedo a enfrentar el problema directamente. Las técnicas de
evitación y adaptación “pretenden” que no hay problema alguno. A veces es mejor enfrentar el
conflicto que mantenerlo oculto.
3. Enfrentamiento (Video)
Enfrentarse es directamente lo opuesto a adaptarse. En este caso el jefe obliga a las partes en
conflicto a encontrar una solución y resolver la disputa. Sin embargo este método puede llevar a un
comportamiento agresivo.
4. Compromiso
El compromiso comúnmente se conoce como la mejor manera de manejar un conflicto. Al conducir a
ambas partes a llegar un acuerdo, se está buscando la mejor manera de salir de la situación. Sin
embargo, tener compromiso conlleva que ambas partes deben renunciar a algo importante para
ellos, y sobre todo a su orgullo.
5. Solución al problema
Para ayudar a resolver un problema debes estar de acuerdo con las siguientes creencias:
La cooperación es mejor que la competencia;
Ambas partes pueden confiar el uno en el otro;
Las diferencias y los malentendidos se pueden minimizar;
Es posible encontrar soluciones mutuamente aceptables.
Con base en estas creencias, el gerente debe tratar de encontrar formas de resolver el conflicto junto
con los involucrados. La probabilidad de encontrar una buena solución es mayor cuando el gerente
guía a las partes en conflicto solo hasta cierto punto y, como consecuencia, ellos mismos pueden
mostrar por sí solos posibles formas de salir de la crisis.
Los empleados en conflicto solo pueden llegar a un acuerdo cuando se dan cuenta de que les
interesa encontrar una solución.
Cuando el gerente se está esforzando en encontrar la solución a algún problema, siempre debe
enfatizar en que tiene la confianza de que sus empleados serán capaces de resolver este conflicto.
Para resolver el conflicto, todas las partes deben reconocer que existe un problema en primer lugar.
El gerente debe crear un ambiente de confianza y convencer a los empleados de que los conflictos
son algo normal.
El problema debe analizarse junto con el gerente como mediador. Posteriormente, los participantes
del conflicto deben pensar en las mejores soluciones para el problema y elegir una en consecuencia.
Entonces el gerente deberá ayudarlos implementar constructivamente la solución mutuamente
acordada para resolver el conflicto.
En definitiva, la felicidad es ese concepto abstracto y perseguido por todos sobre el que la
Humanidad viene disertando desde el principio de los tiempos. Y a pesar de todo lo que se ha
observado, analizado y estudiado, todavía nos cuesta definirla y aún más garantizar la forma de
alcanzarla. Pero tenemos bastante claros los beneficios.
Las personas felices son más sanas, más longevas, tienen relaciones sociales de mayor calidad,
menos ansiedad, también son más resistentes ante las adversidades, más tolerantes, más
comprometidas, más solidarias… Y además contagian estados emocionales agradables a su
alrededor. Somos como bombas de buen rollo cuando estamos felices.
Otra cosa que tenemos bastante clara sobre la felicidad es que no es algo fortuito, ni algo que nos
puedan dar. La felicidad es un estado emocional propio que se construye día a día y en el que
influimos mucho más de lo que creemos. Es más bien un ejercicio individual con nosotros mismos.
La pregunta que traigo aquí hoy es: ¿debe una empresa hacerse cargo de la felicidad de sus
trabajadores?
Si lo pensamos, son tres ejes claros de la gestión de personas más tradicional, así que realmente la
empresa no tiene que inventar nada nuevo. Se trata de asegurarse de que su gente tenga las
condiciones de trabajo más apropiadas, y de arbitrar procesos de trabajo y mecanismos de
evaluación del desempeño que permitan a las personas aportar y conocer lo que aportan a la
organización, y a la empresa definir planes de carrera y formación adecuados.
Las mismas tres claves –salud laboral, crecimiento profesional y satisfacción– nos sirven
también para identificar las palancas de gestión más importantes para construir la cultura corporativa
de una organización feliz. Son el liderazgo, la comunicación interna y la gestión participativa o el
trabajo en equipo. Una empresa feliz cuida que esas herramientas de gestión estén alineadas con
las tres claves que mejoran el clima laboral.
En la construcción de la felicidad organizacional, los cimientos los ponemos cuando definimos esas
claves e identificamos las herramientas de gestión más importantes. Ahora ya podemos poner
ladrillos, que son las iniciativas prácticas que se ponen en marcha empezando por las de sentido
común.
Que todo esto se posible y funcione depende de la convicción ética y de la Responsabilidad Social
Corporativa de la empresa, de sus dueños y de sus líderes. Eso es verdad. Pero yo he visto
personas en modo “bombas de buen rollo” generando islas de satisfacción en organizaciones en las
que el clima laboral global no era precisamente bueno. Así que, sí, va más rápido con el compromiso
de los líderes, pero no es el único camino.