Argandona R
Argandona R
Argandona R
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE FONOAUDIOLOGÍA
INTEGRANTES
Romina Argandoña Germain.
Catalina Hernández Riveros.
Pamela López Pinto.
Consuelo Ramos Alarcón.
Daniela Segovia Bustamante.
TUTOR PRINCIPAL
Flga. Juana Barrera Jiménez.
TUTORES ASOCIADOS
Flgo. Marco Guzmán Noriega.
Flga. Virginia Varela Moraga.
Prof. Ilse López Bravo.
Santiago - Chile
2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE FONOAUDIOLOGÍA
INTEGRANTES
Romina Argandoña Germain.
Catalina Hernández Riveros.
Pamela López Pinto.
Consuelo Ramos Alarcón.
Daniela Segovia Bustamante.
TUTOR PRINCIPAL
Flga. Juana Barrera Jiménez.
TUTORES ASOCIADOS
Flgo. Marco Guzmán Noriega.
Flga. Virginia Varela Moraga.
Prof. Ilse López Bravo.
Santiago - Chile
2006
“Los logros más importantes no se miden sólo por
los resultados, sino por el esfuerzo que ponemos al realizarlos...”
AGRADECIMIENTOS
En el transcurso de esta investigación hay quienes nos han apoyado y alentado para
llevar a cabo este largo proceso, por lo que se hace indispensable entregar a ellos nuestros
agradecimientos:
A nuestra querida tutora y amiga Juana Barrera, quien se comprometió de forma
incondicional con este proyecto, entregándonos su conocimiento y su calidad humana.
A nuestras familias que nos han apoyado desde el comienzo de esta carrera,
depositando en nosotras toda su confianza y cariño.
A la fonoaudióloga Laura Busto, quien tuvo la buena disposición para interiorizarse en
nuestro seminario, aportando información muy valiosa para la realización de éste.
A nuestros profesores asesores, fonoaudiólogos Marco Guzmán, Virginia Varela y Luis
Romero, por su cooperación en la realización de este proyecto.
A la metodóloga de este seminario Sra. Ilse López, por su buena disposición en la
asesoría para la realización de esta investigación.
A nuestra compañera y amiga Rosario Abarzúa, por su constante preocupación y
aportes en el desarrollo de este seminario.
INDICE
1. Introducción 1
2. Marco Teórico 4
2.1. Aspectos generales 4
2.2. La Fluidez y sus componentes 7
2.2.1. Ritmo 8
2.2.2. Velocidad 9
2.3. Origen de la disfluencia 10
2.4. Desarrollo de la disfluencia 19
2.5. Abordaje de la disfluencia 23
3. Hipótesis 31
4. Objetivos 32
4.1. Objetivos generales 32
4.2. Objetivos específicos 32
5. Material y método 33
5.1. Tipo de diseño 33
5.2. Población y grupo en estudio 33
5.2.1. Universo 33
5.2.2. Muestra 33
5.2.3. Procedencia 33
5.2.4 Nivel socioeconómico 33
5.3. Variables 34
5.4. Criterios de selección 34
5.5. Procedimientos e instrumentos para la obtención de los grupos en estudio 35
5.5.1. Prueba del instrumento 35
5.5.2. Procedimientos para la obtención de datos 35
5.5.3. Instrumentos para la obtención de datos 35
5.6. Descripción del instrumento de evaluación 36
5.6.1. Evaluación de la velocidad 36
5.6.2. Evaluación del ritmo 37
5.6.3. Aplicación de las tareas de velocidad y ritmo 38
5.6.4. Criterios de corrección 49
5.6.5. Materiales 39
6. Resultados de la evaluación 40
7. Discusiones 46
8. Conclusión 51
9. Bibliografía 52
10. Anexos 55
10.1. Anexo Nº 1: Protocolo de registro de audición 55
10.2. Anexo Nº 2: Láminas de la tarea de nominación 56
10.3. Anexo Nº 3: Protocolos de registro de tareas de velocidad 59
10.4. Anexo Nº 4: Protocolos de registro de tareas de ritmo 60
RESUMEN
La fluidez está constituida por distintos componentes, cada uno de los cuales se puede
alterar en mayor o menor grado, produciendo un trastorno de habla, siendo una de las más
frecuentes la disfluencia.
El propósito de esta investigación es evaluar dos componentes de la fluidez, velocidad y
ritmo, en niños preescolares de 4 años 0 mes y 5 años 11 meses con y sin disfluencia y
comparar el rendimiento entre ambos grupos. La evaluación de estos parámetros se realizó
mediante la aplicación de Tareas de Velocidad y Ritmo diseñadas el año 2005 por Abarzúa et
al. “Diseño y Aplicación de tareas para evaluar velocidad y ritmo, como componentes de la
fluidez, en niños preescolares entre 4 años 0 mes y 5 años 11 meses de edad”, cuyo propósito
fue conocer los patrones de normalidad del desarrollo de la fluidez verbal en sus componentes
de velocidad y ritmo en preescolares sin disfluencia.
Los resultados evidencian que el rendimiento de los niños disfluentes, en las Tareas de
Velocidad y Ritmo, es inferior al de los niños fluentes, aunque sólo en algunas de ellas hubo
diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos.
Las tareas que demostraron ser más eficientes para discriminar entre niños con y sin disfluencia
son las tareas de recontado, habla espontánea y ritmo asociado al habla.
Para comprender estos resultados, se presentan distintas discusiones, las cuales entregan
posibles explicaciones de los datos obtenidos.
Palabras claves: fluidez, disfluencia, velocidad, ritmo.
SUMMARY
1. INTRODUCCIÓN
La articulación, según Navarro, se entiende como “el acto de colocar correctamente los
órganos articulatorios en posición adecuada para producir fonemas específicos” (2).
Cabe destacar que mientras más temprano se diagnostique y trate la disfluencia, mejor
pronóstico tendrá la persona que la posea, ya que la fluidez comienza a desarrollarse en etapas
tempranas, y el intervenir a tiempo permite inclusive prevenir su alteración. De esta manera, se
puede observar que en los niños pequeños es posible prevenir la disfluencia y que en edades
más avanzadas puede ser compensada. Esto es muy importante ya que la disfluencia es un
problema que no afecta solamente el habla, sino que también las distintas esferas del sujeto,
tales como la afectiva, social, emocional, entre otras.
Esta situación ha llevado a pensar que los parámetros de velocidad y ritmo tienen una
importancia significativa en la manifestación de la disfluencia, por lo cual se supone que al ser
evaluados en personas disfluentes se verán alterados en comparación con individuos sin
disfluencia.
3
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
La disfluencia se ha definido a través del tiempo desde distintos enfoques teóricos, los
cuales se han ido modificando según las distintas perspectivas. A pesar de esto, en la
actualidad todavía no existe una definición del todo consensuada.
La tartamudez según Labra y cols. se define como una “alteración del habla
caracterizada por una perturbación del ritmo y la melodía de la elocución. Se manifiesta en
repeticiones y prolongaciones espasmódicas de las unidades del habla. Estas alteraciones
pueden ser audibles o silentes y se observan a nivel de sonidos, sílabas o palabras. Dichas
disrupciones, llamadas espasmos, se caracterizan por contracciones tensas o involuntarias de
la musculatura y se han clasificado en dos grupos: espasmos tónicos y clónicos. Algunas de
estas difluencias están asociadas con movimientos concomitantes, que pueden afectar a los
órganos de la articulación o a estructuras más alejadas” (7).
5
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Por otro lado Wendell Jonhson señala que es “una reacción de escape anticipatoria,
aprehensiva e hipertónica”. Más adelante afirma: "tartamudear es lo que hace el hablante
cuando: espera que ocurra el tartamudeo, lo teme, se pone tenso al anticipar su ocurrencia y al
tratar de evitarlo" (8).
2.- Miedo o anticipación a los bloqueos, miedo a la incapacidad de hablar u otros síntomas al
iniciar una palabra o en otras situaciones de conversación.
3.- El concepto del Sí-mismo, el cual incluye verse a sí mismo como tartamudo, con bloqueos al
hablar o como una persona carente de fluidez en su habla normal" (8).
Por otro lado, Starkweather (1990) define la disfluencia como el habla que se produce
de forma entrecortada con un esfuerzo excesivo. Además en el año 1992 establece dos tipos de
esfuerzo en el habla disfluente: el esfuerzo muscular y el esfuerzo mental. El primero de estos
se advierte en los bloqueos, en la fuerza y la tensión que se pueden ver y escuchar (esfuerzo
realizado en la ejecución del habla). El segundo de ellos se advierte en las actitudes
anticipatorias que desarrollan los disfluentes (esfuerzo que se realiza durante la planificación del
habla) (9).
Según esto, la disfluencia, por lo tanto implica mucho más que repeticiones,
prolongaciones y bloqueos, sino que es la imposibilidad de mantener la fluidez.
De lo anterior se concluye, que las personas que tartamudean necesitan emplear más
tiempo en los procesos mentales del habla y en los movimientos de ejecución, no sólo en el
plano de la articulación periférica, sino también en la conceptualización y realización fonológica
(9).
Starkweather (1997) señala que la fluidez es una función del habla que todo ser
humano desarrolla en grado variable y que se despliega y se consolida hacia los 6 ó 7 años de
edad (11).
2.2.1. Ritmo
Numerosos autores han abordado el ritmo desde diversos puntos de vista, según
Edgar Willems “el ritmo es un elemento de vida y especialmente de vida fisiológica cuya
práctica se encuentra en el cuerpo humano”. Afirma que muchas concepciones del ritmo
prescinden del instinto” y que “el verdadero ritmo es innato y de hecho se encuentra en todo ser
humano normal”. Por lo tanto el niño que camina, corre, salta, posee instinto rítmico, es decir,
no es necesario enseñárselo salvo en casos excepcionales (12).
Acerca del ritmo y la motricidad, dice Teplov que “la naturaleza profunda del sentido del
ritmo es de origen motor y que la mayor parte de las personas, al percibir el ritmo, sienten
movimientos que no pueden evitar. Si reprimen un músculo aparece en otro. La forma más
común son pies, cabeza, cuerpo, mandíbula, dedos, extremidades, contracción, aparato
respiratorio y en los movimientos pequeños de la laringe y raíz de la lengua” (13).
Dalcroze, a su vez, lo señala como “el agente de relación entre el espíritu (inteligencia,
imaginación, sentimientos) y la materia (cuerpo, acción, sentido)”. Planteando que el ritmo es la
base de toda manifestación vital, relacionando la participación corporal con el desarrollo del
sentido y conocimiento musical.
Este mismo autor plantea que, “ya sea en el terreno de la música o en el de la vida
afectiva, la educación debe ocuparse de los ritmos del ser humano, favoreciendo en el niño la
libertad de sus acciones musculares y nerviosas ayudándolo a vencer resistencias e
inhibiciones y a armonizar sus funciones corporales con las del pensamiento” (13).
Además Carl Orff, plantea que los componentes fundamentales de la música: ritmo y
melodía se encuentran encerrados en su estado originario, en el habla, señalando que “antes
de cualquier actividad musical, ya sea melódica o rítmica, está el ejercicio de hablar”. Por lo
tanto, se utiliza el lenguaje como un recurso inicial para la comprensión de los primeros valores
rítmicos, ya que el niño siente, entiende y asimila la música con mayor facilidad (13).
movimiento del cuerpo humano así como en los movimientos tomados de los diversos reinos de
la naturaleza, movimientos cuyos ordenamientos están sometidos a las leyes naturales.
Por otro lado, desde una perspectiva lingüística, Liberman y Price, definen el ritmo con
una naturaleza jerárquica, por la alternancia de pulsos fuertes y débiles, correspondientes a las
sílabas. Además, Littré, lo define como una “sucesión de sílabas acentuadas (sonidos fuertes) y
de sílabas no acentuadas (sonidos débiles) con determinados intervalos” (4).
Además la memoria rítmica (de naturaleza motora) y la memoria del sonido (de
naturaleza sensorial y afectiva) preceden normalmente a la memoria semántica de las palabras.
2.2.2. Velocidad
Allan, en uno de sus artículos, plantea que en la disfluencia existen una serie de
disrupciones en las relaciones temporales precisas, que normalmente existen entre la puesta en
marcha voluntaria de la musculatura de la fonación y el ajuste reflejo del tono de la misma que
debe continuar la maniobra. Por este motivo esta afectada la velocidad en la disfluencia, la cual
se regulariza cuando logra ser aminorada con el habla sincronizada en el tiempo (7).
Tanto velocidad como ritmo se relacionan estrechamente con el desarrollo correcto del
habla y se están utilizando en tratamientos para la disfluencia, los cuales serán abordados en el
transcurso de esta revisión bibliográfica.
La disfluencia no tiene una sola causa, sino que existe un conjunto de factores que la
producen. Dentro de éstos están los factores predisponentes que preparan el terreno y los
factores desencadenantes que facilitan su aparición. Hay que agregar además las reacciones
de los individuos y del medio que los rodea cuando esto ocurre o amenaza con ocurrir. Debido a
esto, determinar el origen de la disfluencia ha sido una compleja tarea que se ha desarrollado a
través del tiempo. Fue así como en el siglo XIX se creyó en una primera instancia que la
disfluencia se producía porque el frenillo lingual era corto, lo que limitaba el movimiento de la
lengua. Basados en esta postura se cortaron muchos frenillos y se obtuvieron resultados
transitorios, ya que debido al dolor posterior a la intervención, los pacientes hablaban más lento
lo que provocaba una disminución de la disfluencia. Ésta reaparecía rápidamente, por lo que los
11
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
médicos decidieron realizar otra intervención que consistía en seccionar la inserción del
músculo milohioideo (principal músculo del suelo de la boca). La historia no da cuenta de por
qué se dejó de practicar este método, pero se piensa que fue porque no era más efectivo que el
anterior (14).
Desde la década de los años 30 hasta los años 60 el profesor Seeman de Pragues, que
se podría considerar el creador de la foniatría, pensaba que la disfluencia se producía debido a
una deficiencia del sistema nervioso central, que al igual que en el Parkinson, se alteraba la
funcionalidad de los núcleos grises centrales (participan en los movimientos automáticos). En la
actualidad esta teoría ha sido desechada. Otros autores como Frederick Murray (1990) y
Bernard Wemague (1988), sugieren que la disfluencia se debe a una debilidad del sistema
nervioso, a una falta de energía (14).
Se pensó también que la disfluencia se producía por una alteración en las cuerdas
vocales, ya que se ha observado, mediante exámenes particulares (electroglotográficos), la
presencia de espasmos en la glotis que producen que ésta se bloquee antes de comenzar una
palabra o durante la producción de ésta. Algunos autores, como Martin Schwartz (1977), creen
que la causa de la disfluencia son estos espasmos de la laringe (14).
considera dudoso que el origen de la disfluencia se deba sólo a problemas respiratorios y hace
más de medio siglo que los especialistas en el tema se han puesto de acuerdo sobre este punto
(14).
A través del tiempo se han propuesto algunas teorías para explicar el posible origen del
fenómeno de la disfluencia.
Entre los años 1945 y 1960 se consideró a la disfluencia como un problema emocional.
Estas ideas se vieron influenciadas por los pensamientos de Freud y se consideró la disfluencia
como una forma de neurosis debido a un desorden de personalidad desarrollado en la infancia.
Posteriormente, algunos estudios demostraron la inexistencia de diferencias significativas en la
estructura de la personalidad entre individuos disfluentes y no disfluentes. Hoy en día se conoce
que los trastornos psicológicos se presentan como consecuencia de convivir con disfluencia
(15).
Entre los años 1950 y 1980, las teorías relacionadas con el aprendizaje y el
conductismo consideraron la disfluencia como una “respuesta aprendida” (15).
Otro autor, Wischner (1943), también postula que la disfluencia es una conducta
aprendida, ya que estaría actuando como una respuesta operante de evitación del castigo
asociado con las disfluencias normales (15).
negativa del receptor, por lo tanto la disfluencia se considerará como una respuesta aprendida
con el fin de evadir el castigo por parte del oyente (15).
Una teoría actual es la que propone a la disfluencia como un déficit motor del habla.
Desde el año 1975, se comienza nuevamente a asociar el origen de la disfluencia con factores
neurológicos, reapareciendo la teoría de Orton y Travis pero ya no asociada a la dominancia
manual, sino que focalizada en la ausencia de una dominancia hemisférica cerebral bien
establecida para el lenguaje (15).
Walter Moore, realizó un estudio referente a las características del sistema nervioso
central, tratando de investigar el flujo cerebral. Los resultados demostraron que existía un mayor
flujo frontal en el hemisferio cerebral izquierdo durante el habla fluida, por el contrario, al
producirse los bloqueos el flujo frontal era mayor en el hemisferio cerebral derecho (15).
Otra propuesta que se ha planteado acerca del origen de la disfluencia y que constituye
una forma prometedora para entender de mejor manera las causas de ésta, es a través de la
genética. Sin embargo, en los últimos 25 años la evidencia a favor de los factores genéticos
involucrados en la disfluencia se ha ido construyendo lentamente (16).
El doctor Dennis Drayna propone que mientras el 50% de las personas que presentan
disfluencia, tienen un pariente cercano que también la presenta, el otro 50% de individuos no
14
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
tiene familiares cercanos con disfluencia. Esto último ha permitido inferir que la mitad de los
casos de disfluencia están asociados a factores genéticos y la otra mitad se relaciona con
causas desconocidas (16).
Se han realizado diversos estudios en mellizos y gemelos, los cuales han diferido en
tamaño, país y forma de evaluación. Mientras los resultados han variado de estudio en estudio,
se ha encontrado de forma consistente que los hermanos gemelos son más parecidos que los
mellizos cuando se presenta la disfluencia. Finalmente, estudios que han utilizado análisis
estadísticos sofisticados estiman que la disfluencia se debe a factores genéticos en un número
importante que llegaría al 70% (16).
En base a lo expuesto, serían múltiples los factores que se podrían asociar a las causas
de este trastorno. No obstante pareciera ser que ninguno de éstos puede determinar por sí solo
la etiología de la disfluencia, es decir, estamos frente a un trastorno con una patogenia
multifactorial (17).
De esta manera, Yeudall, en 1964 planteó que el hemisferio cerebral izquierdo tiene la
función de ejercer el control motor del habla y de inhibir al hemisferio cerebral derecho mientras
el habla se esté produciendo. En las personas disfluentes, el habla fluida se interrumpiría
15
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
cuando el hemisferio cerebral derecho toma el control motor del habla, ya sea al inicio o en el
transcurso de la producción. Además afirma que, anterior al tratamiento, las personas con
disfluencia tienen un predominio del hemisferio cerebral derecho en la región frontal posterior y
luego del tratamiento esa activación cambiaría desde el hemisferio no dominante al dominante.
Por último, este autor concluye que las personas con disfluencia no tienen dominancia cerebral
para el habla, por lo tanto los tratamientos efectivos deberían buscar la activación del hemisferio
cerebral izquierdo. Dentro de esta idea, ciertos estudios demuestran que las personas
expuestas a estrés y emociones negativas tienen una mayor activación cerebral del hemisferio
derecho (9).
Estudios con PET (Tomografía por Emisión de Positrones) de personas con disfluencia,
muestran que áreas motoras primarias corticales relacionadas con movimientos de cara, lengua
y mandíbula, se activan durante el habla en ambos hemisferios del cerebro. Esto se relacionaría
con el hecho de que tendrían dificultades para iniciar los movimientos, ya sea de habla o
cualquiera que sea en secuencia, lo que estaría vinculado con la planificación y organización de
la respuesta (9).
suplementaria toma importancia en el proceso disfluente, junto con el hecho de que las
emociones negativas que este proceso provoca en el individuo, llevan a activar el hemisferio
cerebral derecho, el cual a su vez interfiere en el hemisferio cerebral izquierdo ya frágil (9).
Peters y colaboradores en 1991, postulan que hay un desorden en los distintos niveles
del habla, ya sea en la iniciación, programación y ejecución, lo que daría como resultado una
incoordinación articulatoria, fonatoria y respiratoria. Todos los movimientos de las estructuras
que participan en estas funciones, que en una persona fluente ocurren casi simultáneamente,
en una disfluente ocurren a distintas velocidades, con lo que se hace evidente una alteración en
la coordinación de los músculos que participan en el habla (9).
Peter Alfonso (1991) menciona que en las personas disfluentes hay una disfunción
espaciotemporal a nivel del control motor del habla, que a su vez es responsable de la
organización espaciotemporal de todas las habilidades motoras (9).
En ese mismo año, Edward Conture sostiene que si bien la disfluencia en la niñez no es
un problema exclusivo de habla, es posible pensar que gran parte del comportamiento
disfluente del adulto ya se encontraba cuando era niño (9).
Starweather (1995) plantea que el niño disfluente no realiza a tiempo los distintos
movimientos involucrados en el habla, o los hace violentamente ya que no tienen el mismo nivel
de habilidad motora que una persona fluente (9).
Guitar en el año 1991, observó que al reducir la demanda de habla y de lenguaje, así
como la presión psicológica, en los niños, existía la posibilidad de desarrollar estas habilidades
sin peligro de disfluencia. La fluidez y la planificación del habla requieren de un monitoreo
17
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Una publicación de H.Peters en el año 1997, sigue el estudio del control motor del habla
y del comportamiento del cerebro en la producción de éste. Se ha comprobado que en la
disfluencia se automatizan expresiones para lograr el control motor del habla (9).
Otro estudio dentro de este mismo contexto es el realizado por Mei Rachel Berri en el
año 1997, en donde establece una relación entre gesto y disfluencia, afirmando que gesto
(masticar, toser, tener la boca llena de comida, entre otros) y habla son dos sistemas
independientes, y que trabajan juntos en un sistema integrado que facilita la expresión
lingüística. Se recurre a los gestos cuando hay problemas en la fluidez, encontrándose que en
el habla disfluente hay mayor uso de gestos que en el habla fluida, aunque va restringiendo
otros gestos que mantienen la comunicación, como la fijación de la mirada (9).
Ese mismo año, en base a la teoría del aprendizaje motor para la disfluencia, A. Caruso
y L.Max, plantean que las personas con disfluencia se vuelven más fluidas bajo determinadas
condiciones, como puede ser el habla retardada, el enmascaramiento auditivo, el uso de
metrónomo y el habla al unísono. Ellos investigaron el por qué de estas reacciones, y
concluyeron que si bien hay varios centros responsables de la producción del habla, es
específicamente el cerebelo el que estaría relacionado con la ejecución de actos voluntarios
complejos y con el aprendizaje motor, estando involucrados también los ganglios basales y el
cortex motor. También se ha destacado el rol de la plasticidad del cerebro en el aprendizaje, y
la función que cumple al compensar errores de movimientos comparando la ejecución con la
intención (9).
En este sentido, Kins Burge (1978) fue uno de los primeros en realizar estudios respecto al
tema, gracias al cual sabemos que las demandas lingüísticas y motoras pueden interferir
recíprocamente en la formulación del lenguaje. Además estos dos aspectos (lingüísticos y
motores), a su vez, pueden interferirse mutuamente. Es importante distinguir que son distintas
las habilidades de conocimiento lingüístico y la ejecución lingüística propiamente tal. Si un niño
presenta un gran vocabulario y conocimiento lingüístico, se espera que desarrolle una gran
capacidad en la búsqueda de la palabra. Sin embargo, esto no ocurre en los niños con
disfluencia en donde, en algunos de éstos, hay una disociación entre el conocimiento lingüístico
y la habilidad lingüística, con lo que se generan expectativas de una gran producción que no
puede ser llevada a cabo; otra posibilidad es que el niño tenga un alto conocimiento lingüístico
para su edad y habilidad para su ejecución, pero que tenga lagunas en el plano motor para ser
ejecutado (9).
Otros autores, Roger Ingham y Ani Cordes (1997), proponen que “la tartamudez
subperceptual es un habla fluida aunque no sea percibida como tal”, esto porque existen
disfluencias que no cursan con repeticiones, prolongaciones, ni bloqueos. En este caso, existe
disfluencia aún cuando el hablante no la experimente, oiga o sienta (9).
Dentro de este mismo tópico de tartamudez subperceptual, Alfonso sostiene que hay
personas que pueden ser disfluentes sin ser percibidas como tales, pues se encuentra en ellas
una actividad laríngea inusual o parámetros de la percepción del habla imperceptiblemente
alterados en expresiones fluidas, aunque no haya bloqueos ni repeticiones (9).
Hans George Bosshardt (1999) estudia la relación entre esfuerzo mental y habla fluida.
El aumento o la disminución de la disfluencia, puede ser el resultado de la interferencia entre la
ejecución del movimiento de habla y la simultaneidad de los procesos cognitivos (9).
En 1997, Scout Yarus estudió las expresiones que requerían distinta cantidad de tiempo
para su planificación. Así, las expresiones largas necesitan un tiempo más largo de
planificación, que resultaba aún más largo en las personas disfluentes. En los niños la velocidad
podría variar de una expresión a otra (9).
Nan Ratner (1997) dice que hay discrepancias entre las habilidades léxicas, expresivas
y receptivas de los niños. De este modo, plantea que los niños disfluentes son especialmente
19
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
sensibles a los efectos del “Delay Auditory Feedback”, lo que sugeriría un desarrollo mayor de
sus habilidades de auto monitoreo (9).
La fluidez verbal se puede considerar desde el momento en que el niño produce dos
palabras seguidas. En esta etapa que va desde los 18 meses a los 7 años de edad, el niño
comienza un periodo explosivo de desarrollo del habla y del lenguaje, pasando por errores
normales de la fluidez, producto del esfuerzo por aprender a hablar y el estrés normal del
crecimiento (18). A éste tipo de alteración normal de la fluidez llamaremos disfluencia típica, la
cual se caracteriza por repeticiones de sílabas, palabras y/o frases de manera ocasional (no
más de una vez por cada 10 oraciones aproximadamente) las cuales a su vez son de corta
duración (medio segundo o menos). Ocasionalmente se pueden presentar pausas, titubeos,
interjecciones de sonidos, sílabas o palabras, sonidos prolongados, palabras de relleno como
“eh”, “mm”, frases incompletas, reformulación de frases u oraciones y, lo más importante,
ausencia de tensión visible y/o audible (11).
Los errores normales de la fluidez suelen aparecer y luego desaparecer cuando el niño
está cansado, excitado, hablando de temas nuevos o complejos, haciendo o respondiendo
preguntas o hablando a oyentes que no responden. Estos accidentes normales de la fluidez
pueden variar de un niño a otro e incluso en un mismo niño según distintas situaciones o
momentos, influyendo la presión comunicativa o la complejidad lingüística (11).
En el periodo que va entre los 2 y 5 años de edad se concentra la mayor parte de los
casos de niños con disfluencia atípica, coincidiendo con un extraordinario desarrollo lingüístico.
Las disfluencias atípicas se caracterizan muy frecuentemente por repeticiones de sonidos,
sílabas y palabras (las cuales son de gran duración), prolongaciones de sonidos (audibles o en
forma de bloqueos), no emisión de ninguna palabra, bloqueos silenciosos y frecuentes, uso de
sonidos o palabras para ayudarse a empezar a hablar, presencia de esfuerzo audible y/o visible
perceptible en labios, mandíbula, entrecejo, manos, voz, entre otros. Cada una de las
características citadas anteriormente puede ir acompañada de otras manifestaciones motoras
visibles, presentando un compromiso corporal global (9).
Entre 1940 y 1960, W Jonson estudió la evolución de las disfluencias normales para
diferenciarlas de las disfluencias atípicas, y observó que la disfluencia temprana puede ser
cíclica en algunos casos, es decir, hay periodos de estabilidad donde tiende a desaparecer la
21
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
disfluencia y otros periodos de no estabilidad; es esta naturaleza cíclica que hace que la
disfluencia sea mucho más compleja (9).
Si bien, en un principio no hay una conciencia clara del trastorno de la fluidez, el niño
toma conocimiento tempranamente de que su habla es distinta a la de sus pares.
Investigaciones han confirmado lo anterior, es así como Yairi y Ambrose (1992), dejan al
descubierto la presencia de una conciencia temprana de la disfluencia, la cual el niño la
manifiestan diciendo “no lo puedo decir”, “no me salen las palabras” y otros comentarios
similares (9).
El niño que cursa una disfluencia puede ser retraído, de pocos amigos, que evite o deje
de hacer muchas actividades por el miedo a bloquearse, o por el contrario, ser líder en su
grupo. A pesar de su dificultad para hablar, el resto de su vida se manifiesta normal e incluso
superior, conservando sus habilidades de lenguaje, pudiendo destacar en muchas áreas como
matemáticas, música, deportes, entre otros, pero su baja autoestima producto de su habla
opaca los demás talentos. Todas estas actitudes y estrategias que el niño usa para esconder su
problema de la fluidez agravan su dificultad, dejando marcas en el proceso cognitivo, en los
sentimientos, actitudes y las sensaciones de éste. Por otro lado, es en esta etapa en que
comienza lo que Starkweather llama “el aprendizaje del evitar”, que es la actitud de los niños de
burlarse y señalar negativamente los problemas de sus pares. Este mismo autor sostiene que
en los primeros años de vida escolar, el tartamudeo no representa un problema social, pues al
22
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
niño no le interesa demasiado la aprobación de sus pares, es decir, que las burlas de sus
compañeros no son el principal problema, pero a medida que el niño crece comienza a sentir
sensaciones de vergüenza que influyen en sus reacciones, pudiendo comenzar a manifestarse
una disfluencia crónica (9).
La adolescencia ya es una etapa difícil para todos, y lo es aún más para los jóvenes
disfluentes. Es en este periodo de la vida en que se producen muchos cambios, pasando de ser
niño a adulto, es una etapa de transición que va entre los 11 y los 20 años (20). La tartamudez
en el adolescente puede tener una influencia negativa, ya sea en lo académico, social y
vocacional. Respecto a lo académico, puede ocurrir que les cueste estudiar en grupo, que no
hablen con el profesor, que den todos los exámenes por escrito y que eviten las formas de
contacto oral. Socialmente pueden ser jóvenes abrumados, semimudos, inexpresivos,
depresivos, sin energía ni alegría, carentes de proyectos, sin contactos sociales, en donde toda
su vida gira entorno a su disfluencia. Muchas veces los padres, quienes presentan una actitud
de gran preocupación y de búsqueda permanente de medios para la recuperación total de la
disfluencia de su hijo, no saben cómo acercarse, cómo tocar el tema de la tartamudez, pero al
no hablar del tema se levanta un muro de silencio que resulta muy perjudicial. A partir de lo
descrito anteriormente, se desprende la necesidad de calmar la ansiedad de los padres y las
preocupaciones del adolescente a través de la comprensión de su disfluencia atípica y de la
aceptación de ésta (9).
Un adulto que es portador de una disfluencia crónica, es una persona que tiene un
camino recorrido a través del cual ha ido construyendo su vida como disfluente. El impacto que
ha o puede producir esta disfluencia crónica en los distintos ámbitos de su vida, tanto familiar,
laboral como social, posiblemente ha conllevado repercusiones negativas para el sujeto,
abandonando quizás parte de sus proyectos de vida. Lo más probable es que haya pasado por
una gran variedad de tratamientos sin obtener logros o con escaso éxito, aprendiendo a convivir
con su disfluencia ya sea disimulando, evitando las situaciones verbales que para él
representan una verdadera barrera que ha sorteado de una u otra forma. Es posible también
que tenga incorporados una serie de actitudes y hábitos que no van solos, sino que
acompañados de pensamientos y sentimientos equivocados respecto a su disfluencia (9).
23
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Según lo planteado por Gebara y Ginhson, los principios básicos que se deben
considerar en el momento de la intervención en la disfluencia lo constituyen el ser flexible en el
criterio con el que se discierne sobre el tratamiento, poner un foco de intervención y luego
expandir a todas las esferas del sujeto, crear la estrategia fonoaudiológica, mirar la totalidad, y
finalmente, tomar en cuenta que la habilidad para abordar una disfluencia se desarrolla a través
de la integración del ser y del saber fonoaudiológico (22).
De esta manera, estas autoras plantean que en los preescolares el abordaje terapéutico
se puede llevar a cabo usando las estrategias de con-ciencia, las cuales son estrategias
sistematizadas para estimular o compensar la fluidez, aceptando la disfluencia y tomándola
como una oportunidad para aprender, tomando al ser en su totalidad, abordando de esta
manera, sentimientos y pensamientos del niño con disfluencia, y modificando esta alteración
desde adentro hacia fuera, comportándose como una caja de resonancia (22).
los adultos y adolescentes que consultan por disfluencia lo hacen con desconfianza, ya que han
pasado por varios tratamientos, los cuales han tenido resultados momentáneos o sencillamente
no han surtido ningún efecto. El objetivo del abordaje terapéutico en estos casos, es modificar la
disfluencia, que ya es crónica, descubriendo que hacer con ésta, aprendiendo estrategias para
tener un mayor control motor durante el habla y enfrentar con una actitud adecuada las distintas
situaciones comunicativas de la vida diaria, controlando y modificando las instancias de
disfluencia (9).
fácil es suavizar el habla, cuyo objetivo es reducir el esfuerzo; además el niño debe aprender a
resistir la presión del tiempo, identificando o reconociendo las presiones de la vida cotidiana e
ignorando la aceleración (9).
Los niños escolares probablemente ya hayan creado algunas estrategias para convivir
con sus pares y disimular su disfluencia, transformándose ésta en un desafío social para el
niño, dejando una huella en el proceso cognitivo, en los sentimientos, las actitudes, las
sensaciones y su vida social (9).
Por otro lado, Starkweather (1997) plantea hacer sesiones con los individuos que
tartamudean para que éstos aumenten la conciencia de la dificultad, la aceptación del hecho de
tartamudear, y que tengan en cuenta el propio comportamiento emocional, lingüístico, cognitivo
27
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
y perceptual. Este autor se basa en la terapia gestáltica, utiliza técnicas de antievitación que
fueron creadas por Van Riper y Sheenan para proponer un trabajo sobre las actitudes.
Primeramente se ayuda al sujeto a que se torne más consciente de sus conductas disfluentes y
de los pensamientos y sentimientos que se asocian al hecho de trabarse. Para lograr lo anterior
es esencial tomar conciencia que la tartamudez es una conducta, incrementar la aceptación de
sí mismo cuando se tartamudea, y en el momento en que ocurre la tensión se debe acompañar
al proceso de modificación de conductas, pensamientos y sentimientos (9).
Esto significa enseñarle al sujeto, ya sea niño, adolescente o adulto a tartamudear más
cómodamente, desarrollando actitudes saludables con relación a su disfluencia, básicamente se
le propone un habla más cómoda y una vida social más adecuada. Se requiere sustituir las
conductas alteradas como consecuencia de la disfuencia por aquellas otras que sean más
normales en la producción del habla. Este hablar cómodo implica, por un lado, familiarizarse
con inicios suaves, relajados y, por otro, trabajar sobre las propias actitudes (23).
En cuanto al trabajo con los padres, éstos aprenden a lentificar y suavizar su habla, a
respetar turnos, a comentar más que a hacer preguntas, sin usar emisiones muy largas o
complejas, a reforzar a los niños en sus momentos de fluidez y no evaluar solamente cuando se
traba (9).
Una diferencia que se aprecia entre el programa de Susan Meyers y el uso de las
estrategias de con-ciencia (Gebara, MM, Ginhson, M.) es que Meyers incluye a los padres al
final del tratamiento, porque sostiene que los padres necesitan tener una experiencia positiva
con los niños en la interacción, en cambio, en la intervención donde se usan estrategias de con-
ciencia se incluye a los padres desde el comienzo del tratamiento, ya que esto facilitaría la
comprensión del problema con una participación de éstos. Además los padres son agentes
29
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
educadores dentro de la familia y la sociedad, por eso puede resultar conveniente integrarlos
desde un principio en el tratamiento.
3.- HIPÓTESIS
4.- OBJETIVOS
1.- Conocer los parámetros de velocidad y ritmo en preescolares entre 4 años 0 mes y 5 años
11 meses con y sin disfluencia, que asisten a Jardines Infantiles, Escuelas de Lenguaje o
Centros de atención de salud de la Región Metropolitana.
2.- Comparar los parámetros de velocidad y ritmo en preescolares de 4 años 0 mes y 5 años 11
meses con y sin disfluencia.
1.1. Evaluar las distintas tareas que miden la velocidad en preescolares entre 4 años 0 mes y 5
años 11 meses diagnosticados con disfluencia.
1.2. Evaluar el ritmo, ritmo asociado a melodía, ritmo asociado al habla en preescolares entre 4
años 0 mes y 5 años 11 meses diagnosticados con disfluencia.
1.3. Evaluar las distintas tareas que miden la velocidad en preescolares entre 4 años 0 mes y 5
años 11 meses sin disfluencia que asisten a Jardines Infantiles de la Región Metropolitana.
1.4. Evaluar el ritmo, ritmo asociado a melodía, ritmo asociado al habla en preescolares entre 4
años 0 mes y 5 años 11 meses sin disfluencia que asisten a Jardines Infantiles de la Región
Metropolitana.
2.1. Comparar el desempeño en tareas de velocidad entre los preescolares con y sin
disfluencia.
2.2 Comparar el desempeño en tareas de ritmo entre los preescolares con y sin disfluencia.
33
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
5.2.1. Universo
Todos los preescolares disfluentes informados por distintos fonoaudiólogos del área
urbana de la Región Metropolitana.
Todos los preescolares fluentes de dos Jardines Infantiles y un colegio del área urbana
de la Región Metropolitana.
5.2.2. Muestra
El grupo en estudio corresponde a 30 niños preescolares entre 4 años 0 mes y 5 años
11 meses de edad, hombres y mujeres, con y sin disfluencia. De éstos, 15 preescolares
presentan disfluencia y 15 no presentan esta condición.
5.2.3. Procedencia
Los niños disfluentes fueron obtenidos de Centros de atención de salud, Escuelas de
Lenguaje y Jardines Infantiles del área urbana de la Región Metropolitana.
Los preescolares sin disfluencia fueron seleccionados de Jardines Infantiles del área urbana de
la Región Metropolitana.
5.3. Variables
• Velocidad: considerada como la rapidez en la articulación, dada por una cierta cantidad
de palabras en un intervalo de tiempo. Ésta se evaluará a través de tres tareas:
o Nominación: Producción de palabras a partir de la presentación de estímulos
visuales.
o Recontado: Reproducción de cuento infantil.
o Habla espontánea: Producción del habla en interacción con el examinador.
Para seleccionar las unidades se deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Comprensión del lenguaje dentro de parámetros de normalidad: este aspecto se
determinó a través de la aplicación del Test para la Comprensión Auditiva del Lenguaje
de Elizabeth Carrow (TECAL), normado para la población chilena (26).
- Expresión del lenguaje: conservada o presencia de Trastorno Específico de Lenguaje
expresivo.
- Indemnidad auditiva que será determinada a través de la aplicación del “Test de la voz
susurrada” (27), el que incluye veinte palabras (diez para cada oído) que fueron
seleccionadas según los criterios del Test de Ling, el cual utiliza sonidos que cubren el
35
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Una vez analizadas las tareas, se aplicó una prueba del instrumento a diez
preescolares que se encontraran dentro de este grupo etáreo, con el fin de determinar la
efectividad del instrumento de evaluación de los parámetros de velocidad y ritmo y realizar
posibles modificaciones que fuesen pertinentes.
También esta prueba del instrumento permitió homogeneizar los criterios de las
evaluadoras en la consignación de los resultados, con la finalidad de evitar que posibles
diferencias en éstos pudiesen incidir sobre los resultados en las distintas tareas.
- Ficha de identificación.
- Pruebas de indemnidad auditiva y desarrollo lingüístico.
36
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
evaluador no guió la nominación del niño, apuntando las imágenes que éste debía nominar. La
evaluación comienza al solicitar al niño que nombre las imágenes que ve, en el orden que el
evaluador dará y sin ningún apoyo, durante un minuto. La tarea se inicia cuando el examinador
cronometra un minuto reloj, a partir del momento en el que el niño comienza a enunciar
verbalmente los estímulos visuales. Finaliza cuando el niño nomina diferentes láminas en el
tiempo establecido, contabilizándose el número de palabras elicitadas por él.
La tarea de habla espontánea implica una cierta empatía, necesaria para la interacción
con el niño. También es necesario manejar temas de interés para la edad que tienen los niños,
de tal manera de obtener respuestas más amplias frente a ciertas preguntas que se le puedan
hacer, o temas que se planteen. En este caso para elicitar lenguaje en el niño, se le solicitará
que relate una película de su agrado y/o sus vacaciones. La tarea finalizará cuando el niño sea
capaz de responder una pregunta o hablar sobre algún tema durante un minuto.
repite dos veces; el primero es para que el evaluador le muestre al niño como reproducirlo, y el
segundo para que el preescolar imite el patrón rítmico del CD interactivo. Las instrucciones que
se le darán son las siguientes: “Debes escuchar atentamente lo que yo voy a hacer con la cajita
y el palito, y luego tú me vas a imitar”.
5.6.5. Materiales
• Protocolo de registro
• CD interactivo “Jugando con el Tío Ritmo y la Tía Melodía”, compuesto por el cuento
“La Ardillita Glotona”, repetición de Tareas de Ritmos, Ritmos asociados a Melodías y
Ritmos asociados al Habla.
• 72 láminas para elicitar la nominación.
• Una caja china de madera de 15 cm. x 6 cm.
• Cronómetro.
• Grabadora con cassette/MP3
• PC con reproductor de CD y parlantes, ó radio con reproductor de CD.
• Refuerzos positivos para preescolares (stickers).
40
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
TAREAS DE VELOCIDAD
Prueba Grupo Promedio S.D. Mann Whitney
Nominación Fluente 29,5 10,4 N.S
Disfluente 27,6 5,4
Recontado Fluente 64,3 21,9 p < 0,05
Disfluente 45,4 25,7
Habla espontánea Fluente 70,9 22,67 p < 0,05
Disfluente 54,53 21,05
En las tres tareas de velocidad, los niños disfluentes tienen un desempeño más bajo
que los niños fluentes.
Tareas de Velocidad
80
70
60
Promedio
50
40 Fluente
30 Disfluente
20
10
0
Nominacion Recontado * Habla
espontánea *
42
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
TAREAS DE RITMO
Prueba Grupo Promedio S.D. Mann Whitney
Ritmo Fluente 7,71 1,59 N.S
Disfluente 4,73 1,49
Ritmo y melodía Fluente 5,14 1,17 N.S
Disfluente 4,87 2,1
Ritmo y Habla Fluente 4,57 1,95 p < 0,05
Disfluente 3,2 1,21
A partir de los resultados de esta tabla, se observa que de las tres tareas utilizadas para
evaluar ritmo, sólo una arroja diferencias significativas entre ambos grupos, correspondiendo a
la tarea de ritmo asociado al habla.
Tareas de Ritmo
8
7
6
Promedio
5
4
3 Fluente
2 Disfluente
1
0
Ritmo Ritmo Ritmo
asociado a asociado al
melodía habla *
44
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
En las tablas se observa que hubo menor cantidad de correlación entre las tareas de los
niños disfluentes, en comparación de los niños fluentes.
De esta manera, se observa que sólo hubo dos correlaciones en el grupo no flluente, en
donde la tarea de habla espontánea se encuentra correlacionada a la de recontado, y el ritmo
asociado a melodía con el ritmo asociado al habla. Estas correlaciones no se encontraron en el
grupo fluente.
En contraste, se encontró que en los niños sin dificultades de la fluidez hubo mayor
cantidad de correlación entre las pruebas. Así, se observa correlación entre las tareas de
nominación con la de recontado y habla espontánea, al mismo tiempo que estas dos tareas se
45
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
correlacionan entre ellas. Otra correlación encontrada en este grupo es la del ritmo con el ritmo
asociado al habla y el ritmo asociado a melodía.
46
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
7. DISCUSIONES
En el presente estudio, se utilizó una prueba diseñada para evaluar las tareas de
velocidad y ritmo, la cual fue aplicada el año 2005 a niños fluentes. La reciente investigación,
permitió aplicar estas tareas en niños disfluentes, y así establecer una comparación entre el
rendimiento de éstos y el de niños sin dificultades en este parámetro.
El diseño inicial de esta investigación, consideraba evaluar veinte niños con disfluencia,
sin embargo, sólo fue posible encontrar una muestra de quince niños. Una posible explicación,
sería la rigurosidad del criterio de selección, el cual sólo permitía la coexistencia de la
disfluencia con TEL expresivo. Una segunda explicación, podría ser la baja prevalencia de este
trastorno de habla en niños preescolares, lo cual no es posible ratificar ya que en Chile, no
existen datos estadísticos que permitan confirmar esta aseveración. Por último, se plantea la
posibilidad de que los niños disfluentes en este rango de edad no estén siendo diagnosticados
con dicha patología.
Cabe destacar que del total de niños disfluentes evaluados, nueve de ellos son
varones, lo cual confirma lo planteado por Busto, L. quien afirma que hay más hombres que
mujeres disfluentes, estableciéndose una proporción de 2:1 (3).
En relación a las tareas de velocidad y ritmo, se evidencia que dentro de éstas, existen
algunas más eficientes que otras. Dentro de las tareas de velocidad, son más eficaces en la
47
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
detección de diferencias entre niños con y sin difluencia, las tareas de recontado y habla
espontánea. En cuanto a las tareas de ritmo, la única que entrega diferencias significativas es la
tarea de ritmo asociado al habla, logrando discriminar entre ambos grupos.
En base a los resultados obtenidos, se infiere que las tareas de velocidad son más
efectivas para evaluar a los niños disfluentes en comparación con las tareas de ritmo. Esto
debido a que de las tres tareas de velocidad, dos de ellas, las tareas de recontado y habla
espontánea, presentan una diferencia significativa en comparación al grupo fluente que tiene un
mejor rendimiento. Esto último nos permite señalar que el habla espontánea es una herramienta
útil que posibilita distinguir entre niños con disfluencia y niños fluentes, confirmando la idea de
algunos autores, los cuales postulan que al evaluar el lenguaje, no sólo influyen en éste las
responsabilidades propias de la patología, sino que también los contextos en los cuales se
produce la interacción (28).
Abarzúa y cols., en el año 2005, señalaron que los niños fluentes entre 4 años 0 mes y
5 años 11 meses, rendían mejor en habla espontánea, que en tareas más estructuradas. Esto
fue corroborado en este seminario, no sólo en los niños fluentes evaluados, sino que también
en los niños disfluentes, quienes también emitieron una mayor cantidad de palabras por minuto
en esta tarea.
En las tareas de velocidad, la única de ellas que no presenta una diferencia significativa
entre ambos grupos, es la nominación, debido a que éstos rinden de manera similar. Los
resultados en esta tarea pueden estar influidos por el conocimiento que el niño tiene del mundo,
ya que el haber pareado ambos grupos, en edad y nivel socioeconómico, hace que tengan un
nivel de experiencia y conocimiento de su entorno similar.
Además, se observó en la tarea de ritmo asociado al habla, que en las pistas que tenían
una mayor metría, había un desempeño inferior en los niños disfluentes, lo cual se puede
justificar por lo encontrado por Scout Yarous (1997), quien dijo que las expresiones largas
necesitan un tiempo más largo de planificación, que resulta aún más extenso en las personas
disfluentes (9).
Al correlacionar las tareas utilizadas para evaluar ritmo y velocidad, se encontró que
existe menor número de correlaciones entre las tareas en el grupo disfluente, que en el grupo
fluente.
49
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
En el grupo control se encontró, que tanto en las tareas de ritmo como en las de
velocidad, existe correlación entre las tareas que componen la evaluación de cada uno de estos
parámetros. Así, la correlación existente entre las tres pruebas que evalúan el parámetro de
velocidad, indica que sólo sería necesario aplicar cualquiera de estas pruebas para determinar
el desempeño del niño en este componente. Lo mismo ocurre en la evaluación de ritmo, en
donde la correlación existente entre las tres tareas de evaluación de este parámetro, indica que
pudiera aplicarse sólo una de ellas para obtener resultados representativos del desempeño en
esta tarea.
Una posible sugerencia para el diseño de una prueba que evalúe los parámetros de
velocidad y ritmo en niños disfluentes entre 4 años 0 mes y 5 años 11 meses, es la inclusión de
las tareas en las cuales se encontró diferencias significativas en comparación con los fluentes,
es decir, recontado y habla espontánea para evaluar la velocidad y para la evaluación del ritmo,
la tarea de ritmo asociado al habla. En caso de querer obtener una visión más global y holística
del desempeño del niño, pudiese incluirse las otras tareas evaluadas, pero en un número más
reducido ítemes.
hallazgo puede deberse a lo señalado por Maggiolo, M., en 1997, quién plantea que existe una
relación, ya establecida entre la evolución de la fluidez y el desarrollo del lenguaje. De esta
manera, es muy probable que un niño que desarrolla errores normales de la fluidez,
naturalmente permanezca más tiempo en un estadio fonológico de simplificación (9).
8.- CONCLUSIÓN
9. BIBLIOGRAFÍA
1. ORTÍZ, T., Mecanismos neurobiológicos del lenguaje hablado. En su: Neuropsicología del
lenguaje. Barcelona, CEPE, 1995. pp 179-203.
7. AHUMADA, D., ALDAY, D., MIRANDA, M., ZAMORANO, P. Diseño y aplicación de una pauta
de evaluación fonoaudiológica para sujetos que consulten por tartamudez. Seminario
(Licenciatura en Fonoaudiología). Santiago, Chile. Universidad de Chile, Facultad de Medicina,
2004. 103 h.
9. BIAIN DE TOUZET, B. Tartamudez: una disfluencia con cuerpo y alma. Buenos Aires,
Paidós, 2002. 286p.
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12. WILLEMS, E. La preparación musical de los mas pequeños. Buenos Aires, Eudeba, 1962,
104p.
15. Informe técnico o no publicado: Tartamudez. (2003). Licenciada Mónica Rosseau. Buenos
Aires. Argentina.
16. DRAYNA, D. New Clues into Stuttering May Be Found in Genes. [en línea]
<http://www.mnsu.edu/comdis/isad8/papers/drayna8.html> [consulta: 28 abril 2006].
20. Programa Universitario para la Salud Integral del Adolescente y Joven de la U.A.N.L. La
adolescencia [en línea] <http://www.adolescencia.uanl.mx/>
[consulta: 17 abril 2006]
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26. PAVEZ, M. Test para la Comprensión Auditiva del Lenguaje de E. Carrow. Adaptación en
Chile. Universidad de Chile, Facultad de Medicina, Escuela de Fonoaudiología, 2004.
27. MOORE, R.., GUZMÁN, M., PÉREZ, L. Problemas Auditivos. En su: Manual de Salud
Escolar. Santiago, Gobierno de Chile, Ministerio de Educación, 2006. pp. 77-94.
10. ANEXOS
Nombre: _______________________________
Fecha de nacimiento: _____________________ Edad: ___ años ___ meses
Fecha de evaluación: ___________________________________
Evaluación de velocidad
RECONTADO X palabras / 1
minuto
HABLA X palabras / 1
ESPONTÁNEA minuto
60
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Ritmos Ejercicio Nº 2
ternarios
simples
Ejercicio Nº 3
Ritmos Ejercicio Nº 4
binario
complejos
Ejercicio Nº 5
Ejercicio Nº 6
Ejercicio Nº 7
Ejercicio Nº 8
TOTAL
61
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Ritmos Ejercicio Nº 10
ternarios
simples
Ejercicio Nº 11
Ritmos Ejercicio Nº 12
binario
complejos
Ejercicio Nº 13
Ejercicio Nº 14
Ejercicio Nº 15
Ejercicio Nº 16
TOTAL
62
Comparación de los parámetros de velocidad y ritmo entre preescolares con y sin disfluencia
Melodías Ejercicio Nº 18
de ritmos
binarios
Ejercicio Nº 19
Ejercicio Nº 20
Ejercicio Nº 21
Ejercicio Nº 22
Melodías
de ritmos
ternarios Ejercicio Nº 23
Ejercicio Nº 24
TOTAL