Accion Modeladora Del Viento

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Semana 15b:

ACCIÓN MODELADORA DEL VIENTO

Introducción
El viento es el agente geológico de menor consistencia, no obstante, realiza importantes
acciones geológicas especialmente en las zonas del planeta de escasa humedad y
vegetación, en las que puede actuar libremente sobre las partículas minerales.
El viento es una corriente atmosférica de aire, que se mueve en dirección determinada y
se origina por las diferencias de temperaturas de la atmósfera en distintos puntos de la
superficie terrestre. La característica fundamental de lo desiertos es la escasez de las
precipitaciones, y, por lo tanto, es en estos lugares donde se desarrollan en gran manera
la acción eólica.

VIENTO
El régimen de vientos puede descomponerse en dos partes: una debida a la
circulación media o general en la estructura de la atmósfera (vientos alisios), y otra a
las perturbaciones locales de cada región (brisas). Y habría que tener en cuenta las
variaciones estacionales.

 Vientos alisios. Estos vientos predominan sobre las islas durante todo el año. Se
hacen sentir más sobre los sistemas montañosos, donde soplan con mayor
violencia. La acción de los vientos alisios influye decisivamente sobre nuestro
clima y se hacen sentir más en las áreas más expuestas a las corrientes. Lo
contrario ocurre en las áreas resguardadas, donde no llega libre su acción.

 Brisas mar - tierra. Estas son corrientes que se manifiestan durante el día y la
noche en las zonas costeras del país. Su causa es la diferencia de calentamiento
de las tierras y las aguas del mar.
La brisa mar - tierra (brisas marinas, o simplemente brisa) idealmente comienza
hacia las 10 a.m., como consecuencia de la diferencia de temperatura entre la
tierra y el mar durante la mañana; registra su máxima velocidad hacia las 2 p.m.
Luego disminuye paulatinamente habiendo un período de calma al anochecer al
que sigue el terral (brisa de tierra - mar), debido al diferente enfriamiento de la
tierra y el mar durante la tarde y la noche, alcanzando su máxima intensidad en
las primeras horas de la madrugada. Las brisas mar - tierra son vientos locales,
de poca altura, que afectan las zonas cercanas a la costa. En los Trópicos pueden
alcanzar una altura de 1 - 2 Km., penetrando más de 100 Km. al interior, si no
hay montañas que se lo impidan, y alcanzando velocidades de 20 - 30 Km./h.

 Brisas valle - montaña. Estas corrientes se producen de un modo similar a las


brisas mar - tierra, a lo largo del año. Las laderas de las montañas se calientan y
enfrían más rápidamente, sobre todo si son rocosas o deforestadas, mientras que el
valle, protegido por las montañas, lo hace más lentamente. Cuando el aire caliente
de las laderas se eleva (siendo sustituido por el más fresco del valle) se va
enfriando llegando a formar nubes sobre las partes altas de las montañas y, si
asciende suficientemente, provoca lluvias locales, mientras que sobre el centro del
Valle las nubes se disuelven (al descender y calentarse), reinando buen tiempo.

TORMENTAS TROPICALES
Son fenómenos meteorológicos complejos caracterizados por sus fuertes vientos,
lluvias torrenciales y sus efectos destructores. Su área de formación varía a lo largo de
la temporada ciclónica, estando siempre muy cerca del Ecuador.

El término ciclón tropical se aplica para todas las circulaciones que se originan
sobre aguas tropicales. Según la velocidad de sus vientos, se clasifican en: Depresión
tropical, si no alcanzan 61 Km./h; Tormenta tropical, si oscilan entre 61 y 177 Km./h; y
Huracán, cuando superan los 117 Km./h.

La costa Sur es la región más afectada, recibiendo el 67% de los ciclones que
tocan muchos paises, dada su situación en la trayectoria de los ciclones formados al
Este de los 70° Oeste y bajo los 20° N, que son los que más afectan al país.

La temporada ciclónica oficial como en todo el Caribe es 1ro. de junio al 1ro. de


noviembre de cada año, ocurriendo ciclones ocasionalmente en mayo y diciembre. Los
que más afectan a la isla no comienzan hasta agosto, siendo septiembre y octubre los
meses en que ocurren los más importantes.

LAS DUNAS LITORALES


Las dunas litorales se encuentran asociadas a las playas arenosas. El margen
costero se ve sometido a vientos litorales constantes que modelan las arenas y forman
costas dunares. Las dunas se disponen transversalmente a los vientos dominantes.
Además, la salinidad y la porosidad del suelo dificultan la colonización vegetal. No
obstante, las plantas halófilas, juncos y gramíneas, frenan la progresión de las dunas
hacia el interior.

Por encima del límite de las mareas las dunas forman, por coalescencia, un
cordón paralelo al litoral llamado duna marginal. Esta duna, aunque más estable, es
muy vulnerable a la acción de los vientos de temporal que desplaza gran parte de la
duna y forma otro cordón dunar aún más al interior. En este cordón aparecen formas de
detalle en el que están implicadas la acción del viento y la presencia de plantas. Los
vientos fuertes, desalojan la arena y excavan unos surcos entre ellas llamados
caoudeyers; estos surcos, dejan entre sí montículos arenosos colonizados por plantas.
Hacia el interior la arena se amontona caóticamente en montículos llamados
pourrieres. Estos pourrieres presentan una fuerte pendiente a sotavento.

La presencia de varias dunas consecutivas y unidas da lugar una duna de peine.


Cuando una duna se ve atacada por el viento en el estadio inicial de la formación de un
pourriere se forma una duna parabólica, caracterizada por el recorte de las alas al
encontrarse con la vegetación. Finalmente se forman dunas alargadas paralelas a la
dirección del viento. La movilidad de las dunas litorales se pierde hacia el interior,
debido a la menor acción del viento, la escasez de arena y la colonización vegetal, se
forman así dunas fijas. En las regiones áridas su influencia puede sentirse muy lejos de
la costa.
1. EL VIENTO COMO AGENTE GEOLOGICO
El viento es la atmósfera en movimiento y se produce por efecto de los
cambios de la temperatura y rotación de la tierra-efecto. Es un activo agente de la
erosión, transportación y deposición. Su acción es la más evidente en las regiones
áridas

2. EROSION EOLICA
El viento efectúa su trabajo de erosión de diversas formas, pero hay que tener
siempre en cuenta que ellas actúan al mismo tiempo pues son parte de un proceso
único. Las formas o tipos de erosión eólica son las siguientes:

a) Deflación.- Es el proceso mediante el cual el viento por sí mismo arrastra y


dispersa las partículas de rocas, rebajando la superficie del terreno. Se
presenta principalmente en las regiones de clima árido y semiárido.

b) Corrasión.- Llamado también abrasión; es la erosión que efectúa el viento cerca


al suelo cuando se encuentra armado con partículas duras que ejerce una
acción de limado sobre las rocas superficiales.

El desgaste por el viento cargado de partículas de las partes inferiores de


peñascos aislados da como resultado peñascos en forma de hongo y de pedestales.
Esta misma acción produce en fragmentos de rocas, caras facetadas, es decir caras
que han sido pulidas o labradas por la arena que transporta el viento y que
presentan un brillo o lustre relativamente alto, estos materiales así trabajados son
conocidos como ventifactos que cuando presentan un solo filo, son más específicas
como “Einkanters” y cuando presentan tres como “Dreikanters”.

c) Atriccion.- Es el desgaste de las partículas de arena transportadas por el viento


y utilizadas en el proceso de corrasión, las que serán también pulimentadas,
redondeadas y reducidas de tamaño.
TRANSPORTE POR EL VIENTO.
El viento es un importante agente de transporte de los materiales,
dependiendo su mayor o menor facilidad de transporte y la distancia a la cual lo
hace, de los siguientes factores: Tamaño, forma, peso de las partículas y velocidad
del viento. Las partículas son transportadas por el viento de dos maneras:
a) Rodando sobre el suelo debido a un movimiento de tracción ocurriendo a
veces que algunas partículas se desplazan mediante una serie de saltos.
b) Suspendidas en el aire, en la cual la mayor parte de la carga se encuentra
muy cerca del suelo. Las partículas más ligeras debido a las corrientes
ascendentes pueden ser llevadas a niveles más altos; pudiéndose concluir que
si mayor es la altura, mayor es la distancia horizontal alcanzada por las
partículas de polvo.
Para tener una idea de la capacidad de transporte de material por el viento,
basta con conocer el hecho de que el rojizo polvo eólico del desierto del Sahara
ha sido encontrado algunas veces en Alemania y en otros países europeos.

3. DEPOSITACION EOLICA
El material transportado por el viento, se deposita por el viento, se deposita
en aquellos lugares donde ocurre una disminución de la velocidad de éstos, sea
porque el viento ha perdido energía ocurriendo entonces un apaciguamiento o
porque su desplazamiento se encuentra obstaculizado por la existencia de
irregularidades en el terreno como “cerros, vegetación, etc.” Otro factor que merece
ser estudiado en la depositación de la carga que transporta el viento, es el hecho de
que por efecto de la lluvia o de la nieve, los materiales en suspensión en la
atmósfera son arrastrados a tierra. Entre los diversos tipos de depositación eólica
los más importantes son: dunas y loes.
3.1 DUNAS
Se llama duna a toda acumulación de arena depositada y transportada
por el viento y que tiene una cumbre o cresta definida. Se presentan en los
desiertos y en zonas de costas arenosas dependiendo su forma y tamaño, de la
fuerza del viento, cantidad de agua disponible y de la existencia de
vegetación.

CLASIFICACIÓN DE DUNAS
Las dunas pueden adoptar numerosas formas, que reciben diversos
nombres, pero se suelen agrupar en dos grupos fundamentales: dunas libres y
dunas parásitas. Estas últimas tienen su origen en un obstáculo topográfico o
vegetal que actúa como punto en donde empieza a acumularse la arena. Por el
contrario, las dunas libres no están asociadas a elemento físico alguno y su
forma depende por completo de las características del viento y de la
aportación de sedimentos. Estos dos tipos se clasifican a su vez en varios tipos
con características propias.

 Dunas libres: En el caso de las dunas libres, su clasificación se basa en la


forma y el número de caras de deslizamiento que presenten, hecho éste
que depende de la dirección del viento dominante. Las formas más simples
son montículos ovales o circulares de escasa altura, sin caras de
deslizamiento, y reciben el nombre de dunas de montículo. Las dunas de
una sola cara de deslizamiento son el resultado de la acción del viento en
sentido único, que provoca que la arena sea transportada
perpendicularmente (en un ángulo de 90º) respecto a la cresta de la duna.
Este tipo recibe el nombre de duna transversal, cuya forma más típica es
el barján, en forma de luna creciente, cuyos extremos están orientados en
sentido del viento. Surge, normalmente, en llanuras rocosas y de escaso
suministro de arena. Los barjanes son propios de zonas como el desierto de
Atacama, pero, por lo general, no son muy abundantes. Por el contrario,
son más frecuentes las dunas complejas.

Esto refleja el hecho de que la aparición de torbellinos locales, que


tienden a desplazar transversalmente la arena, modifica la acción del
viento y crea cadenas de dunas. En aquellos lugares donde hay mayor
aportación de arena, los barjanes pueden unirse y dar lugar a cadenas de
crestas escarpadas, denominadas cadenas transversales. Los vientos
pueden, por otro lado, cambiar regularmente de dirección, bien en el
mismo día, bien de forma estacional. Este cambio da origen a dunas con
dos o más caras de deslizamiento. Las dunas de marcha atrás se forman
allí donde el viento cambia de dirección y toma el sentido opuesto. Estas
dunas apenas se desplazan, ya que los cambios regulares del viento hacen
que avancen y retrocedan sobre sí mismas, ocupando el mismo espacio. Las
dunas estrelladas tienen su origen en vientos de tres direcciones a lo largo
del año, según la estación. Este tipo de duna posee un punto central de
forma piramidal y sus largos brazos se extienden en torno a ella, lo que le
da el aspecto de una estrella.

Las dunas más corrientes son las denominadas dunas lineales o sif.
Algunas son muy cortas y sinuosas, con una cresta escarpada, pero la
mayoría aparecen en forma de largas cadenas paralelas, a veces de hasta
20 km o más de longitud. Casi un tercio de las dunas libres son del tipo sif
(el 24% corresponde a las dunas transversales, el 5% a las dunas
estrelladas y el 1% a las dunas de montículo), aunque existen variaciones
locales. Por ejemplo, predominan en el desierto del Kalahari y en los de
Arabia Saudí, pero apenas se encuentran en el norte y centro de China.
Existen discrepancias respecto a la formación de los sif. Algunos
investigadores creen que son el resultado de cambios diarios o estacionales
de la dirección del viento y que están orientados en paralelo a la dirección
resultante, o suma de los vectores de estos vientos. Otros, por el contrario,
piensan que los sif se forman en paralelo a la dirección del viento
predominante, y en cuyos corredores se producen corrientes de aires
divergentes y convergentes. Donde el aire converge, éste desciende, y la
arena que transporta queda depositada en largas hileras; a su vez, las
veloces corrientes divergentes evitan la deposición y crean los pasillos
entre las cadenas de dunas.

 Dunas parásitas: La existencia de sedimentos o de obstáculos topográficos


o vegetales genera las dunas parásitas, que se suelen clasificar según su
forma, localización y modo de formación. Las lunetas, típicas del sureste
de Australia, se forman en las vertientes a favor del viento de lagos
salados estacionales. Al secarse, estos lagos proporcionan una fuente de
alimentación para estas dunas en forma de media luna. Los obstáculos
topográficos, como las rocas o la vegetación, pueden interrumpir la
corriente de aire y provocar que ésta descienda y deposite la arena
transportada, formando la duna.

Cuando la tierra se acumula, en la vertiente a barlovento de los


obstáculos se crean dunas en forma de proa. Adoptan formas de luna
creciente, cuyas puntas se extienden en dirección del viento. A la inversa,
las alargadas dunas a sotavento se forman a partir del lado del obstáculo
orientado según la dirección del viento. La nebka es una formación similar
que se desarrolla sobre el lado a sotavento de un arbusto o de una zona de
vegetación. En el caso de un obstáculo topográfico de gran tamaño, por
ejemplo un escarpe, en mitad de la ruta de la corriente se forma, sobre su
vertiente a barlovento, la denominada duna de eco. Esta duna es una
franja alargada paralela al elemento topográfico. Al elevarse el aire sobre
el escarpe, se forman, principalmente en las cárcavas, dunas trepadoras de
morfología irregular. En la vertiente a barlovento, aparecen dunas
descendentes, de igual aspecto irregular.

3.2 LOES
Son acumulaciones de partículas minerales angulosas y finas, que han
sido transportadas por el viento desde los desiertos y depósitos glaciáricos y
depositadas fuera de los límites de éstos.

El loes es un material amarillento que se caracteriza por no presentar


estratificación, ser altamente carbonatado, poseer curiosas formas de nódulos
calcáreos y por tener un sistema de finos conductos verticales de restos de
raíces de plantas, los cuales han sido rellenados por carbonato cálcico, lo que
le permite mantenerse en paredones verticales que no se derrumban.

4. DESIERTOS
Son regiones estériles con poca o ninguna vegetación debido a las escasas
lluvias, a la baja humedad y a la gran evaporación. Pueden presentar topografía
abrupta y un drenaje interior que no llega al mar, sin embargo, pueden existir ríos
alódtonos, formados fuera del desierto que logran cruzarlo y llegar al mar, como es
el caso de muchos de nuestros ríos costeros.

Dejando de lado los desiertos polares (tundra) que son de otra naturaleza,
pasaremos a estudiar aquellos de climas cálidos que son los más típicos.

MODELADO DESÉRTICO
Modelado desértico, denominación dada a las formas de relieve de las
regiones áridas creadas mediante procesos de meteorización, erosión y
sedimentación, como consecuencia de la acción del aire y de las corrientes de agua.
Las zonas áridas se caracterizan por la escasez permanente de agua, ya que la
pérdida anual de ésta por evaporación y transpiración es siempre mayor que la
precipitación anual. No sólo comprenden los desiertos cálidos, como el Sahara, o
los de inviernos fríos, como el Gobi, sino también los desiertos helados de la
Antártida y del Ártico. Este artículo se refiere a los dos primeros de estos desiertos
y el proceso que los crea.

EL PAISAJE DESÉRTICO
El paisaje desértico puede dividirse, de modo general, en desiertos de zócalo,
desiertos de altiplanicie o de plataforma y desiertos de cuencas. Tanto los desiertos
de zócalo como los de altiplanicie están asociados a zonas tectónicas estables. Los
primeros están caracterizados por llanuras de erosión (pedimentos), que a menudo
se encuentran salpicadas por colinas aisladas, llamadas inselbergs (montes isla).
En gran parte del Sahara, en la península Arábiga y en Australia Occidental se
encuentran ejemplos de desiertos de zócalo. La llanura de los desiertos de
plataforma tiene su origen en rocas sedimentarias, depositadas en posición
horizontal, como las calizas, que con gran frecuencia se hallan muy modeladas;
éste es el caso de los cañones de la meseta del Colorado, en Estados Unidos, y los
uadis o wadis (arroyos o corrientes de agua temporales) del desierto Líbico. Los
desiertos de cuencas están, normalmente, asociados con zonas de reciente
actividad tectónica y se caracterizan por sistemas de drenaje interiores que
frecuentemente presentan conos de deyección y están rodeadas por escarpadas
montañas. Irán, Afganistán y el suroeste de Estados Unidos poseen buenos
ejemplos.

Con frecuencia, los paisajes desérticos se clasifican según los materiales del
suelo. Los desiertos de arena reciben el nombre de ergs, y los desiertos pedregosos
se denominan regs o serir, según se trate de gravilla o guijarros. Los desiertos sin
materiales en superficie, aparte de cantos rodados y del afloramiento del lecho
rocoso, adoptan el nombre de hamada.

MODELADO EÓLICO EN LOS DESIERTOS


En la medida en que los desiertos se encuentran en las zonas de la Tierra
con escasas precipitaciones, la cubierta vegetal es, por lo general, muy escasa. Los
suelos y las superficies rocosas están, así pues, expuestas a la acción erosiva del
viento.
PROCESOS EROSIVOS DEL VIENTO
El viento puede acarrear partículas de tierra de dos maneras. En la
primera, las arrastra por el suelo, en un proceso denominado reptación. En la
segunda, los granos ascienden, en un proceso denominado deflación, por remolinos
de aire. Éstos van cayendo gradualmente de nuevo al suelo y se desplazan en la
dirección del viento, en una serie de saltos (fenómeno conocido como saltación). Las
partículas que llegan al suelo colisionan con las otras partículas inmóviles, lo que
provoca que estas últimas inicien la saltación. Este proceso se multiplica
rápidamente y genera una delgada capa de tierra en suspensión cerca del suelo.
Las partículas más finas, como las de limo y arcilla, están en suspensión en la
corriente de aire y se elevan mucho más que los materiales pesados, como las
arenas, generando las tormentas de arena.

Aunque los dos tipos de sedimentos provocan abrasión (esto es, erosión por
fricción) cuando impactan sobre la superficie rocosa, las partículas de arena
únicamente pueden actuar casi a ras del suelo. Por esta razón, las partículas más
finas desempeñan un papel más importante como agente erosivo, ya que pueden
operar a una mayor altitud.

MODELADOS DE LA EROSIÓN EÓLICA


Las superficies de algunos desiertos poseen una cobertura permanente de
grava o material aún más basto, como es el caso de los pavimentos desérticos en
América del Norte y los reg y hamada del norte de África. Las hamada son
superficies de cantos rodados, mientras que los reg están formados sobre
sedimentos aluviales y están cubiertos por finos derrubios. La mayor parte de
estas formas geomorfológicas representan un depósito de arrastre, es decir, un
depósito cuyas partículas más finas han sido aventadas por el efecto de deflación.
Otros fenómenos que participan en su configuración pueden ser: el lavado de los
elementos más finos, bien por corrientes de agua en la superficie, bien por las
precipitaciones, y el ascenso de las partículas más gruesas, fenómeno relacionado
con la gelivación (o proceso de humectación-deshumectación).
Las costras aparecen a menudo fragmentadas sobre la superficie del
desierto. Este tipo de material cubre grandes zonas de los desiertos del centro de
Australia, formando llanuras pedregosas. Muchas de estas costras se desarrollan
en zonas bajas, donde constituyen una capa protectora del suelo o de la roca. Su
existencia permite que el efecto de la erosión, provocada bien por el viento, bien en
conjunción con agua, quede reducido en comparación con las zonas del alrededor,
carentes de esta capa. El resultado de esta erosión diferencial origina una
topografía invertida, de tal modo que las tierras bajas con costra quedan
sobreelevadas en torno a una llanura, desgastada por la erosión.

La grava y los pequeños cantos rodados de la superficie de los desiertos


presentan, muy a menudo, una cara plana y pulida debido a la abrasión de
partículas acarreadas por el viento. Estos cantos reciben el nombre de cantos
eólicos. Cuando el viento sopla regularmente en más de una dirección o cuando
estos cantos eólicos giran en dirección al viento dominante, adoptan formas
piramidales, y reciben el nombre de dreikanters.

Los yardangs son estrías montañosas en forma de quilla, en ocasiones de


crestas abruptas, que alcanzan gran tamaño. Los microyardangs son los más
pequeños, pues normalmente no superan los 10 m de altura y los 10 m de longitud.
Un ejemplo de estos últimos lo constituye un zócalo rocoso, cuya mayor parte se
considera, sin embargo, resultado de la haloclastia. Los mesoyardangs no rebasan
los 10 m de altura, pero sí llegan a medir más de 100 m de longitud y se
caracterizan por una ladera escarpada, en forma de huso, situada a favor del
viento predominante. Son el resultado de la abrasión de partículas blandas, en
ocasiones antiguos lodos lacustres. Éstos se encuentran aislados o formando
grupos paralelos, que a menudo ocupan enormes áreas. La zona de yardangs de
Jarga (Egipto) abarca 1.500 m2. Otros casos de yardangs se localizan en el macizo
Tibesti, en el norte de África, donde se han identificado, mediante imágenes de
satélite de la zona, grandes cordilleras, modeladas en roca dura, de 1.000 m de
anchura y decenas de kilómetros de longitud. El hecho de que estas estrías se
alineen en la dirección de los vientos dominantes, sugiere que pueden ser causados
por la erosión de abrasión.

La ascensión de partículas disueltas, combinada con la meteorización, puede


dar origen a hondonadas, que reciben el nombre de depresiones de deflación, y
cuyo tamaño va desde pequeñas oquedades hasta cubetas salinas y enormes
cuencas. Las cubetas están asociadas más a condiciones de semiaridez que a
ambientes plenamente áridos. Son profundas, a veces de forma elíptica y, por lo
general, presentan contornos redondeados. Varían considerablemente de tamaño,
tanto a un nivel general como dentro de una misma zona. Por ejemplo, las cubetas
del sureste de Australia oscilan entre los 4 m2 y los 100 km2, con una media de
50 m2. Estas cubetas son el resultado de una compleja asociación de fenómenos,
pero el caso más sencillo parte de la existencia previa de un lago temporal o
estacional. Cuando éste se seca, la haloclastia quiebra su lecho y las partículas
resultantes quedan sometidas a un proceso de deflación que ahonda la cuenca.
Cuando el lago vuelve a tener agua, el oleaje modela su orilla, alargando la
depresión en la dirección del viento. Este proceso, repetido cíclicamente, provoca el
crecimiento de la cubeta.

Las enormes depresiones pueden, en algunos casos, tener un origen


parcialmente tectónico, pero la deflación desempeña un importante papel en su
formación. La depresión de Qattara (Egipto), por ejemplo, mide más de 320 Km. de
largo por 160 Km. de ancho, y ha sido erosionada hasta llegar a los 133 m por
debajo del nivel del mar. La profundidad que pueden alcanzar estas depresiones
viene determinada por el nivel de las capas freáticas de cada lugar.

MODELADO DE DEPÓSITOS EÓLICOS


El modelado resultante de los depósitos eólicos origina los desiertos de ergs,
o campos de dunas, como el desierto de Karakum, al este del mar Caspio, y el de
Sahara en Argelia. Las partículas de arena acarreadas por el viento se depositan
normalmente a modo de líneas amorfas o bien en una serie de formas
características, clasificadas según su tamaño. Las más importantes son las
rizaduras (con alturas comprendidas entre 1 mm y 500 mm), las dunas (entre 5 m
y 30 m de altura) y los médanos (draa). En sus formas más simples, las dunas
tienen un perfil asimétrico que guarda relación con la acción del viento. Las
vertientes situadas a barlovento descienden suavemente, en un ángulo de entre
10º y 15º. Las situadas a sotavento (caras de deslizamiento) son mucho más
escarpadas y presentan un ángulo de entre 30 y 35º —el ángulo normal de reposo
de los granos de arena. Éstos son transportados por el viento sobre la vertiente
más suave hasta alcanzar la cresta; finalmente son depositados en la cara de
deslizamiento. Tanto las rizaduras como las dunas guardan un equilibrio en su
tamaño. En el caso de las primeras se halla en relación con la longitud del salto de
los granos de arena durante el proceso de saltación, que a su vez está en conexión
con el tamaño de los granos. En el caso de las dunas este equilibrio se debe a la
relación que existe entre el grado de remoción de las partículas de la cresta de la
duna y las aportaciones de material procedente de la vertiente a barlovento. Tanto
las rizaduras como las dunas poseen una gran movilidad, siguiendo la dirección del
viento predominante (en el caso de las dunas, éstas avanzan de 10 a 20 m por año)
y a menudo arrasan tierras cultivadas y construcciones.

MORFOLOGÍA FLUVIAL EN LOS DESIERTOS


A pesar de que las precipitaciones en los desiertos son muy escasas, las
corrientes de agua juegan un papel esencial en la formación del paisaje desértico.
Debido a la ausencia de vegetación y la presencia de costras, se produce una muy
escasa filtración del agua de lluvia. Como la mayor parte de las precipitaciones
tienen lugar durante intensas tormentas, el agua se desparrama por la superficie
en forma de arroyadas de manto o de riadas a través de canales y cárcavas.
Aunque el sistema de drenaje desértico es de carácter estacional, ya que las
arroyadas se producen tras esporádicas precipitaciones, el agua es un agente
erosivo muy importante y de deposición de sedimentos, al descender de abruptos
picos con gran rapidez. La densidad de drenaje (es decir, la longitud de los canales)
es, por lo general, elevada en las zonas desérticas, dada esta actividad erosiva,
pero la red de canales está, con frecuencia, muy poco articulada. Los efectos de la
erosión son visibles en los largos perfiles de los lechos de estos arroyos
estacionales, desde su nacimiento hasta su desembocadura, que a menudo son
convexos o rectos, en contraste con las típicas secciones cóncavas de las corrientes
de agua permanentes localizadas en zonas con precipitaciones más periódicas.

Ello parece indicar que las alteraciones en el lecho de los canales son más
progresivas que constantes, adaptándose a las inundaciones, lo que da origen a la
erosión de los uadis, canales anchos de paredes rocosas y abruptas. Al mismo
tiempo la deposición de sedimentos contribuye a aplanar el lecho del uadi. En el
suroeste de Estados Unidos, zona semiárida, muchos cursos de agua estacionales
se han vuelto activos en los últimos años y han originado arroyos con un curso
regular. Este fenómeno responde, probablemente, al uso reciente de estas tierras,
al cambio climático o a la canalización de los grandes cursos.

Debido a la importante deposición de sedimentos de los cursos de agua


estacionales, que se dirigen desde tierras altas a tierras bajas, los repentinos
cambios en la vertiente dan lugar a grandes conos de deyección. Estas estructuras
de forma cónica, con canales de suministro y una red de drenaje radial, son las
formas más características de los paisajes áridos y semiáridos, en particular del
oeste de Estados Unidos, del Sahara y de Arabia. La relativa fertilidad de estos
conos aluviales propicia su poblamiento, no exento de riesgos, ya que si bien las
inundaciones son raras, éstas se producen de forma inesperada y pueden
rehabilitar los cauces, secos durante mucho tiempo. En Estados Unidos se ha
llevado a cabo la declaración de zona de riesgo de inundación a fin de mitigar el
posible peligro de los poblados emplazados en muchos de estos conos de deyección.

Gran parte de estos arroyos y riachuelos de carácter estacional de las zonas


áridas y semiáridas no desembocan en el mar, sino que finalizan tierra adentro,
por lo que reciben el nombre de sistemas de drenaje interiores. Estas cuencas
tienden a desaguar en llanuras de tierras bajas, que se denominan playas (en
América del Norte), sebjas, chotts o kavirs (en el norte de África y Oriente
Próximo). Sus dimensiones son variadas; abarcan desde unos pocos metros
cuadrados hasta el lago Eyre (Australia), la mayor del mundo, con 9.325 km2. Las
playas albergan, por lo general, lagos estacionales y constituyen zonas de
acumulación de finos sedimentos y depósitos salinos.

El tipo de material que forma la playa y las características de su superficie


dependen, en gran medida, del manantial de agua que alimenta al lago estacional.
La superficie será, por lo general, muy dura y estará formada por finos
sedimentos, procedentes de rocas fragmentadas y pequeños cantos llegados desde
cualquier parte, si el agua que llega a la playa proviene de arroyos estacionales.
Cuando el agua procede de la capa freática, gracias a la capilaridad, o bien por que
las aguas subterráneas alcanzan la superficie, estacional o permanentemente, la
superficie de la playa está constituida por una delgada costra salina.
Así pues, esta capa es normalmente húmeda, blanda, pegajosa y muy
frecuentemente irregular. Si el manantial emerge sobre la superficie, la
evaporación dará lugar, en la zona de su nacimiento, a un pequeño montículo que
puede adoptar el aspecto de pequeños volcanes. Las playas plantean serios
problemas de ingeniería, pero son una potencial fuente de nitratos, cloruros,
sulfatos y boratos. Las superficies especialmente llanas de algunas playas también
proporcionan útiles escenarios para intentar lograr récords mundiales de
velocidad. En llanuras costeras áridas aparece una forma especial de playa, casi al
nivel de la marea alta.

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