Taller n3 Reseña
Taller n3 Reseña
Taller n3 Reseña
1. A continuación,
2. se presentan dos ejemplos de reseñas para su lectura y análisis
estructural. Luego responde los siguientes interrogantes:
• Conclusión
Esa reseña ya por lo complejo de los temas diría que se enfoca mas en personas ya como
adolescentes o personas que estén estudiando algo relacionado con la pedagogía socialista.
Fundamento de pedagogía socialista lo vería publicado mas que todo en libros del tema de
pedagogía o con una carrea universitaria
Bibliografía
S., D., & Lozano , C. (Abril de 2007). El reto de enseñanza de la comprension lectora. Revista
Internacion Magisterio, 17-21. Obtenido de
https://issuu.com/revistamagisterio/docs/revista_7
RESEÑA
Parasite, del coreano Bong Joon-ho
Una imagen estática nos sitúa en una casa situada por debajo del pavimento. Podemos ver
a través de su ventana la vida exterior, y con un ligero paneo hacia abajo, abandonamos
esta vista y nos metemos de lleno en la vivienda, donde Gi, el hijo de una familia que
subsiste como buenamente puede, está preocupado por no tener señal wifi. Esta imagen,
-entre muchas otras que pululan a lo largo de la película-, podría sintetizar Parasite de una
forma precisa y concreta. Porque el filme, es la historia universal de la desigualdad social,
pero contada con un humor negro, ácido y cruel, aplicando estas desigualdades a nuestro
presente -con todas las oportunidades que esto implica- y mostrando como de factible es
la reversión del statu quo, y si finalmente, es posible pasar del subsuelo a la superficie.
Aunque para ello, haya que convertirse literalmente, en un parásito. La cinta es de un
cinismo que asusta. El coreano ha conseguido aunar ese cine de festivales que tanto gusta -vamos,
el de las desigualdades, lucha de clases y miseria- con una historia más propia del cine negro, con
toques de thriller y momentos delirantes y un tanto perversos. Bong Joon-ho articula una historia
donde cada decisión va un paso más allá y deriva la trama a un divertidísimo e hilarante
desenfreno de situaciones absurdas, en la que dos familias, deben interactuar, siendo una de ellas,
auténticos impostores con fines perversos. Esto toca tangencialmente con uno de los temas más
profundos de las raíces del film, que es la falsedad en la sociedad actual, y la construcción de una
persona o alter ego alternativo. Parasite nos muestra a personajes interpretando otros papeles
para conseguir sus propios propósitos, pero incluso, los personajes más vulnerables, mienten para
defender lo que más quieren, u ocultan información importante con el fin de no verse
comprometidos. Al final, todas las referencias del inicio de la película a la falta de wifi -y por ende,
a esa ventana que permite ser otra persona- se llevan al extremo cuando es gracias a la tecnología,
que se puede perpetuar esta farsa. Incluso, hay una memorable escena en la que el objeto para
amenazar y coaccionar que habría sido una pistola en el pasado, aquí no es mas que un simple e
“inofensivo” teléfono. Un arma, que puede hacer incluso más daño que las balas, y desenmascarar
la verdad. Aunque la verdad, es un concepto relativo “y un tanto sobrevalorado” cuando entran en
juegos valores más primigenios, como la supervivencia, la avaricia, el miedo, o la rabia. Y es ahí,
cuando la película empieza a virar a terrenos pantanosos, que lejos de alejarnos de la historia, nos
sumergen aún más, pero en una marea de miseria y corrupción moral, que empapa -literalmente-
la pantalla, aunque paradójicamente, la película sigue manteniendo ese tono de comedia negra. La
cinta, es un prodigio visual en todos sus aspectos. No son pocas las referencias visuales a como los
de abajo permanecen abajo, ya sea en su hogar, escondidos bajo una mesa, una cama, en un
bunker, o incluso, bajo tierra, una vez muertos, frente a los planos de la superficie, del jardín o de
la propia casa de la familia adinerada. No solo es extraordinaria en el juego espacial, sino en el en
el uso de los planos detalle al más puro estilo Hitchcock, las secuencias de montaje, que agilizan de
forma precisa planes bastante complejos. En lo formal, tiene un exquisito planteamiento bastante
clásico -mucho plano/contra plano- mezclado con travellings bastante agresivos cuando la historia
literalmente avanza, y las interpretaciones, dentro de lo que es el cine asiático, son bastante
“contenidas” y occidentales. Todo, al servicio de que trama y forma se compaginen de una forma
sublime y cohesionada. Al final, Parasite es una obra con connotaciones sociales, filosóficas, y
morales, que mezcla temas universales e inmortales, con otros de nuestro tiempo, todo ello
rodado con una precisión maravillosa, y un ritmo y montaje que permite que pueda ser disfrutada
por cualquier tipo de público. Una de las mejores palmas de oro de la década sin ninguna duda.
3. PRÁCTICA
Intentemos un ejercicio adicional, para consolidar nuestros conocimientos
acerca de la RESEÑA DESCRIPTIVA. Esta vez lo
haremos con un texto muy diferente. Lee el texto “Sobre la lectura” de Estanislao Zuleta
que encontrara en Aula extendida.
Resuelve el siguiente cuestionario de preguntas de discusión sobre ese
texto y aplica los 7 pasos descritos en el punto 2 para elaborar el plan
textual y redacta el texto no mayor a cuartilla y media.
Bibliografía
Zuleta, E. (1982). Sobre el libro. Medellin.
Lee cada aparte del contenido y toma nota de los aspectos relevantes.
La interpretación del texto
Realización de un código
Descifrar mediante experiencias y formas de ver
Leer un texto en un idioma desconocido
El pensamiento filosófico
Anota alguna cita textual que te haya parecido importante
“Pero él va más lejos, el texto que viene más a la mano es el Zaratustra y se encuentra en
el primer discurso del Zaratustra. Dice Nietzsche que va a contar la manera como el
espíritu se convierte en primer lugar en camello, el camello se convierte en león y éste se
convierte finalmente en niño.” (Estanislao Zuleta, 1982)
Es muy significativo de cómo ha sido Chernóbil que el clímax de su último episodio sea
una sucesión de testimonios en un juicio que detallan los eventos que llevaron a que, en
la madrugada del 25 al 26 de abril de 1986, estallara el reactor 4 de esa central nuclear.
Primero, Boris Shcherbina explica qué era esa prueba de seguridad que los operarios
estaban llevando a cabo aquella noche; después, Ulina Khomyuk detalla porqué dicha
prueba podía llevar al reactor a unas condiciones muy peligrosas y aporta la primera
metedura de pata de la cadena que desencadenó el desastre, el retraso de diez horas en
su realización. Y entonces le llega el turno a Valery Legásov. Sobre él recae explicar, paso
por paso, cómo es posible que un reactor RBMK, la joya del programa nuclear soviético,
explotase justo cuando los operarios lo apagaron. Lo que él cuenta es cómo puede
utilizarse algo tan delicado, y tan potente, como la fisión nuclear para generar energía
eléctrica, y qué elementos intervienen en el mantenimiento del equilibrio en el núcleo del
reactor. Como comentaban en Twitter, el momento álgido es esa explicación, con
tarjetas rojas y azules y una estantería, de cómo el uranio, las barras de boro, el agua, el
vapor, el xenón, etc. intervienen en la generación de electricidad, en evitar que el reactor
se sobrecaliente o genere demasiada presión. Al igual que, en el flashback a aquella noche
va creciendo la tensión conforme se aproxima el momento del accidente, en el testimonio
también aumenta la anticipación ante la posibilidad de que Legásov diga en público que el
gobierno de la URSS sabía que el reactor tenía un fallo de diseño y no sólo no hizo nada
para corregirlo, sino que lo ocultó y depuró a cualquiera que osara mencionarlo. La
manera en la que está retratado el juicio contra los tres principales responsables de
Chernóbil (un juicio de pega, porque ya está decidido que van a pagar el pato por sus
errores y por los del estado) es un buen resumen de cómo ha mostrado la miniserie todo
el desastre. No hay música melodramática ni golpes de efecto; sólo son tres personas
contando las cosas como son (un poco adornadas de cara al tribunal), intercaladas con un
repaso a las horas anteriores al accidente que tampoco carga las tintas del efectismo.
Chernóbil ha sostenido desde el principio que los hechos pueden negarse, pero que
siempre van a estar ahí, así que construye su final justo sobre un recuento de esos
hechos. El castigo de Legásov por decir la verdad ayuda a enfatizar la tesis que Craig
Mazin, su guionista, quiere transmitir; el KGB lo depura, pero no puede hacer desaparecer
la verdad. Y cuando uno se empeña en negarla, en ignorarla, en construir una red de
mentiras que se ajustan más a sus propios intereses, se acaba pagando un precio.
Gorbachov sostenía que el accidente nuclear de 1986 contribuyó más que cualquier otro
evento a la caída de la URSS a principios de los 90. Expuso la mezquindad de unas
instituciones que fomentaban el servilismo y que purgaban a todos los que creyeran que,
al exponer lo que funcionaba mal, ponían en peligro a la Gran Madre Rusia. Y Chernóbil
traza directamente la conexión entre aquella URSS en declive y los políticos actuales en
lugares como Estados Unidos, obcecados en tachar de noticias falsas todo lo que
contradiga sus discursos sin sentido. Pero la verdad es una bomba de relojería. Durante
cinco episodios, la miniserie ha mantenido el mismo tono sobrio y de “esto es lo que hay”
que vemos en su último capítulo. Todo el mundo sabe cómo funciona esa parte del
mundo, aunque intenten aportar su granito de arena para cambiar algunas parcelas. La
historia no les va a recordar, como teme Shcherbina, así que tienen que ser ellos mismos
los que asuman que hicieron todo lo que pudieron, los que se queden con el orgullo
personal de haber evitado una catástrofe mayor. “Tendremos nuestros villanos,
tendremos nuestros héroes y tendremos nuestra verdad”. Es para lo que el jefe del KGB
afirma que servirá el juicio: debe ofrecer una narrativa ya preestablecida, sin
inseguridades, sobre lo que ocurrió en Chernóbil, por qué y quién tuvo la culpa. Chernóbil
viene a decirnos que ahí, en esa manera de pensar y actuar, es donde se ocultan los
monstruos. Y, probablemente, su afán por no ofrecer ningún respiro, por mostrar la
enormidad de la catástrofe y de las mentiras oficiales ha sido una de las claves de su
sorprendente éxito, situándose en audiencia en HBO a la altura de Heridas abiertas.
Emitiéndose en lunes, en lugar del hasta ahora tradicional domingo.