Seguridad Publica y Justicia Penal
Seguridad Publica y Justicia Penal
Seguridad Publica y Justicia Penal
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a víctimas y los retos que enfrenta la consolidación del nuevo
sistema penal acusatorio, son algunos de los asuntos que son Coordinadores
Coordinadores
revisados en este libro.
Todo lo que usted quería saber Revista Mexicana de
sobre el Nuevo Proceso Penal Bajo la coordinación de Sergio García Ramírez, Olga Is- Ciencias Penales
Inacipe las de González Mariscal y Victoria Adato Green, aquí se da Número 1
Inacipe
cuenta de la XVII edición de las Jornadas sobre Justicia Penal
Luces y sombras de la prisión celebradas en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
¿A DÓNDE VAMOS?
Derechos Fundamentales ¿Por qué no debe suprimirse
Jurisprudencia constitucional penal el Derecho penal?
Bernardino Esparza Martínez Winfried Hassemer
13
CENTENARIO
DE LA CONSTITUCIÓN
-IN/\ CIPE· DE 1917
INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS PENALES ~
o
·INt\ CIPE·
Gerardo Laveaga
Director General del
Instituto Nacional de Ciencias Penales
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CENTENARIO
DE 1A CONSTITUCIÓN
DE 1917
-IN/\ CIPE· ~
INSTITUTO NAO0NAL DE CIENCIAS PENALES
© Sergio García Ramírez, Olga Islas de González Mariscal, Victoria Adato Green (coordinadores)
© Instituto Nacional de Ciencias Penales
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o
· IN/\ CIPE·
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Impreso en México • Printed in Mexico
Mesa 1
Mesa III
Conversatorio sobre la construcción institucional
5 del Sistema Nacional Anticorrupción . . . . . . . . . . 71
María Marván Laborde
VII
Mesa IV
Mesa V
Mesa VI
Retos para consolidar la operación del sistema
11 de justicia penal acusatorio en México . . . . . . . . . 213
María de los Ángeles Fromow Rangel
Mesa VII
Mesa VIII
Estudio sociológico acerca de los adolescentes
18 que cometen delitos violentos en México. . . . . . . 341
Elena Azaola Garrido
3
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1 Pina Ravest Volga, Jiménez Padilla Alejandro, Defensa Pública y Derechos Hu-
5 Idem.
15
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“El problema que identifica el presente diagnóstico y que atenderá este Programa
es la persistencia de violaciones de derechos humanos pese a la existencia de una
infraestructura institucional, de un marco normativo y de políticas públicas en la ma-
teria. Así, es necesario instrumentar una política de Estado en derechos humanos”.
Programa Nacional de Derechos Humanos 2014 – 2018. Disponible en línea http://
dof.gob.mx/nota_detalle. php?codigo=5343071&fecha=30/04/2014
7 Según la Oficina del alto comisionado para los Derechos Humanos de las Nacio-
nes Unidas a la fecha son 38 los países que han realizado un Plan de Acción Nacional
para la promoción de los derechos humanos. Información disponible en http://www.
ohchr.org/EN/Issues/PlansActions/Pages/PlansofActionIndex.aspxs
9 “El marco normativo sienta las bases del reconocimiento de los derechos y
presentación como iniciativa hasta su aprobación final. Fue un proceso de casi diez
años. La primera iniciativa presentada por el Ejecutivo se firmó el 26 de abril de
2004, concomitantemente ya que se habían presentado iniciativas por parte de dife-
rentes legisladores. La publicación de la misma se dio el 10 de junio de 2011”. Véase
Sepúlveda, Ricardo, “Un cambio de ideología en el Sistema Jurídico Mexicano. La
reforma de derechos humanos”, en Reforma Constitucional en Derechos Humanos:
Perspectivas y Retos, UBIJUS, México, 2014, p.
12
Las entidades federativas que a la fecha cuentan con una oficina para la aten-
ción de temas de derechos humanos a nivel local, son: Baja California, Campeche,
Chiapas, Ciudad de México, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato,
Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro,
San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas.
Mesa II
35
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6 Idem.
7 De acuerdo al Banco Mundial se encuentran en esta categoría aquellos países
de ingresos bajos y medianos. Por su parte, la DAES de Naciones Unidas agrupa en
esta clasificación “cinco regiones en desarrollo: África, América (excluida América
del Norte), el Caribe, Asia (excluido Japón) y Oceanía (excluidas Australia y Nueva
Zelandia)”. vid. Organización Internacional para las Migraciones, Informe sobre las
migraciones en el mundo 2013. El bienestar de los migrantes y el desarrollo, Gine-
bra, 2013, p. 45, disponible para consulta en: http://publications.iom.int/system/files/
pdf/wmr2013_sp.pdf
8 El “Norte” está integrado por países pertenecientes al grupo de ingresos altos,
10 Organización Internacional para las Migraciones, Informe sobre las migracio-
nes en el mundo 2015 en Los migrantes y las ciudades: nuevas colaboraciones para
gestionar la movilidad, Ginebra, 2015, p. 17, disponible para consulta en: http://
publications.iom.int/system/files/wmr2015_sp.pdf
11 Ibidem, p. 1.
12 Artículo 5°, inciso a).
13 Vid. Glosario de la Opinión Consultiva OC-18/03 correspondiente a la Condi-
los acuerdos internacionales de los que ese Estado sea parte14. Sobre
esta cuestión la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH
o Corte Interamericana) ha establecido que son indocumentadas
“aquellas personas que no se encuentran autorizadas para ingresar[...]
y permanecer[...] en el Estado de empleo, de conformidad con las leyes
de ese Estado y los acuerdos internacionales de los que ese Estado
sea parte”15.
Lo arriba expuesto conduce a concluir que migrante es en términos
generales toda aquella persona que ingresa a un determinado territorio,
con independencia de su estatus jurídico, ya que su situación —regular
o bien, indocumentado— está determinada por la autorización o au-
sencia de esta por parte del Estado receptor.
Debido a la situación de desventaja o indefensión en la que se ubi-
can las personas migrantes, los principios de igualdad ante la ley y no
discriminación adquieren mayor relevancia y, por lo tanto, los Estados
tienen la obligación de respetarlos con independencia del estatus mi-
gratorio de una persona16. Debe recordarse que la base para el goce
y ejercicio de los derechos humanos se encuentra constituido por los
mencionados principios, tan es así que la Corte Interamericana al re-
ferirse a estos ha señalado que “el principio fundamental de igualdad
y no discriminación ha ingresado en el dominio del jus cogens. Sobre
él descansa el andamiaje jurídico del orden público nacional e inter-
nacional y permean todo el ordenamiento jurídico17.
En atención a lo arriba señalado, “los Estados deben abstenerse
de realizar acciones que de cualquier manera vayan dirigidas, directa
o indirectamente, a crear situaciones de discriminación de jure o de
facto”; en consecuencia, los Estados se encuentran obligados “a adop-
tar medidas positivas para revertir o cambiar situaciones discrimi-
natorias existentes en sus sociedades, en perjuicio de determinado
grupo de personas. Esto implica el deber especial de protección que
el Estado debe ejercer con respecto de actuaciones y prácticas de
Reparaciones y Costas Sentencia de 24 de octubre de 2012, Serie C, No. 251, párr. 225.
Corte IDH, Caso Vélez Loor vs. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo,
19
21 Corte IDH, Caso Vélez Loor vs. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo,
indocumentados.
24 Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes indocumentados,
Opinión Consultiva OC-18/03 de 17 de septiembre de 2003, Serie A, No. 18, párr. 83.
25 Ibidem, párr. 96.
Opinión Consultiva OC-18/03 de 17 de septiembre de 2003, Serie A, No. 18, párr. 100.
27 Ibidem, párr. 103.
28 Ibidem, párr. 104.
rido Comité valoró: “La adopción de la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de
Personas y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la
tipificación de la trata de personas como delito en el Código Penal Federal —tal como
había recomendado el Comité—, la creación de la Fiscalía Especial para Delitos de
Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas; la promulgación del Programa Na-
cional para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas; la adopción por el Instituto
Nacional de Migración (INM) de protocolos para la detección, identificación y aten-
ción a extranjeros víctimas de delitos y la posibilidad de otorgamiento de visados
para la estancia legal de víctimas y testigos de delitos”, “programas establecidos por
el Estado para brindar asistencia a trabajadores migratorios mexicanos en el exterior,
así como las medidas adoptadas para facilitar la reintegración de los trabajadores mi-
gratorios repatriados a México…”. Véase, Comité de Protección de los Derechos de
todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, Examen de los informes pre-
sentados por los Estados parte en virtud del artículo 74 de la Convención (CMW/C/
MEX/CO/2), 3 de mayo de 2011, pp. 2-3, disponible para consulta en http://tbinter-
net.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=CMW%2fC%
2fMEX%2fCO%2f2&Lang=en
inm/acciones-y-programas/grupos-beta-de-proteccion-a-migrantes
34 Acerca de esta figura se establece en el artículo 111 de la Ley de Migración
exista dificultad para la obtención de los documentos de identidad y viaje; II. Que los
consulados o secciones consulares del país de origen o residencia requieran mayor
tiempo para la expedición de los documentos de identidad y viaje; III. Que exista im-
pedimento para su tránsito por terceros países u obstáculo para establecer el itinerario
de viaje al destino final; IV. Que exista enfermedad o discapacidad física o mental
médicamente acreditada que imposibilite viajar al migrante presentado.
encarga de brindar atención a todos los grupos, entre los que destacan
personas en contextos de migración; además de dichas actividades, su
trabajo sustantivo está orientado a la prevención de las violaciones así
como a la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes.
La CNDH realiza una labor de protección y defensa respecto a
los grupos de personas —nacionales y extranjeros— que se encuen-
tran en contexto de migración, particularmente de aquellos que se
encuentran en situación irregular, pues dicha circunstancia los coloca
en una preocupante situación de vulnerabilidad donde los riesgos y
ataques a sus derechos provienen de distintas fuentes, como es el caso
de las organizaciones criminales dedicadas al secuestro, extorsión y
reclutamiento de personas migrantes para fines delictivos, o bien, para
explotación laboral y sexual; de igual manera, en no pocas ocasiones
los migrantes son víctimas de abusos por parte de la autoridad. Se-
gún la propia CNDH, se promueve el replanteamiento de la política
migratoria nacional, la cual debe tener como eje de acción el respeto
y salvaguarda de los derechos humanos, sin discriminación por razón
de nacionalidad o de cualquier otra índole, y con la intención de su-
perar la política de contención de flujos migratorios que hasta ahora
ha prevalecido en el país42.
En este tenor, es importante destacar que durante el período 2016,
la CNDH emitió 16 recomendaciones vinculadas a personas migrantes
las cuales fueron dirigidas a diversas autoridades43.
nal de los Derechos Humanos, Informe Anual de Actividades 2016, disponible para
consulta en: http://informe.cndh.org.mx/menu.aspx?id=10035
44 Bustamante, Jorge A., “La paradoja de la autolimitación de la soberanía: de-
53
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2 SCJN, Novena Época, Registro: 200111, Pleno, Tesis Aislada, Semanario Judi-
cial de la Federación y su Gaceta, Tomo III, junio de 1996, Materia(s): Constitucio-
nal, Tesis: P. LXXXIX/96, p. 513.
3 Guevara, José y Chávez, Lucía, “La obligación de investigar y sancionar las
Santiz Gómez y Sebastián Santiz López, fueron sacados del grupo de acuerdo con una
lista que tenía un capitán del Ejército y trasladados a la sacristía de la Iglesia, donde
fueron torturados y posteriormente subidos a un vehículo militar. El 11 de febrero de
1994 fueron encontrados los restos de los tres indígenas en el camino que une Altami-
rano con Morelia. CIDH, informe de fondo número 48/97, Caso: 11.411, Severiano y
Hermelindo Santiz Gómez “Ejido Morelia”, 18 de febrero de 1998, https://www.cidh.
oas.org/annualrep/97span/Mexico11.411.htm
7 SEDENA, solicitud de información folio: 0000700016315.
8 SEMAR, solicitudes de información folios: 0001300092314 y 0001300006415.
La SEMAR únicamente refirió la existencia de datos desde 2012, debido a que solo
conservan información de los tres últimos años.
1000
800
600
400
200
0
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
48 106 207 621 1009 831 526 292
Fuente: Solicitudes de información Sedena y Semar. Elaboración propia.
9 Catalina Pérez Correa, Carlos Silva Forné, Rodrigo Gutiérrez Rivas, Índice
cos-2-2/casos-defendidos/caso-jethro-ramsses-sanchez-santana/
México:
Peticiones y medidas cautelares en la cidh
849
660
500
431
215 232 267 273
193 168
160
37 55 67 83 85 93
0 0 0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Peticiones Solicitud de medidas cautelares
13 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Hu-
manos, Lista de Acciones Urgentes del Comité contra la Desaparición Forzada, http://
www.ohchr.org/Documents/HRBodies/CED/list_of_urgent_actions.docx
2344
1412
827
671
7 8 9 0 1 2 3 4 5 6
200 200 200 201 201 201 201 201 201 201
Fuente: RNPED. Elaboración propia.
tation System” (I-DOC). I-DOC of the Case Matrix Network is made available to
CMDPDH through funding by the European Union and Norwegian Ministry of Fo-
reign Affairs.
19 Es importante mencionar que la figura 2.4 representa el momento de ocurrencia
California cuyos registros son a partir del 2007, Baja California Sur a partir de 2010,
Chihuahua a partir del 2000, Durango a partir de 2005, Guerrero a partir de 2011, Mi-
choacán a partir de 2010, Querétaro informó que solo conserva información de 5 años
atrás, es decir a partir de 2010, San Luis Potosí desde 1998 y Sinaloa desde el 2009.
En estos casos, cuando se encontraron en formato digital, se analizaron los informes
anuales de los organismos para poder obtener la información.
Fosas clandestinas
207
99
88
66
57 57
42
36
2 26 29
5 4
2 2 3
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Fosas Cuerpos
Mesa III
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función política que va más allá de lo que les da la ley, están llamados
a convertirse en la garantía de sistema que deberá generar a la sociedad
seguridad y confianza; del Comité deberá provenir la exigencia a todas
las instituciones que conforman el propio SNA a fin de garantizar su
eficiencia. El CPC preside, recomienda y exige que todas y cada una
de las instituciones involucradas hagan lo que deben hacer; en caso de
que alguno deje de hacer su trabajo o no lo haga con probidad deberán
denunciarlo.
El primer CPC tendrá una función fundadora lo cual incrementa
la exigencia de la sociedad mexicana sobre ellos. Vamos a pedirles
que pongan al servicio del sistema su prestigio, su reputación, su
inteligencia, su imaginación, sus años de trabajo, su experiencia
vital, todo ello será indispensable para que el sistema pueda fun-
cionar. Será indispensable que le den a México una garantía de que
funcionará.
Es importante señalar que el sistema presupone el diseño de un
conjunto de herramientas técnicas. El Secretariado Técnico, presidido
también por el CPC, será responsable de generar esas herramientas
técnicas, plataformas de información, sistemas digitales que concen-
tren y procesen información; habrá que construir las metodologías de
evaluación que permitan medir el trabajo de las seis instituciones que
participan en el sistema, deberán evaluar los efectos de las políticas
públicas diseñadas para controlar la corrupción.
Estos ciudadanos van a tener que enfrentar seguramente resistencias
importantes. Las instituciones suelen ser reticentes al cambio y aquí
se trata de un cambio profundo en la manera en la que han venido
actuando. El papel de los cinco ciudadanos del CPC es romper esas
resistencias.
Los miembros del CPC no van a ser electos por autoridades polí-
ticas, no los elegirá el presidente, ni los diputados, tampoco los se-
nadores. El Senado delegó su facultad de designar al conformar un
comité de nueve ciudadanos y ciudadanas, entre los que me cuento
yo. Tenemos una enorme responsabilidad, el proceso nos debe permi-
tir seleccionar a las mejores cinco personas para esta función, la cual
Octavio López Presa (tres años); Luis Manuel Pérez de Acha (cuatro años) y Alfon-
so Hernández (cinco años). Al salir Jacqueline Peschard presidirá Mariclaire Acosta.
Cada año el Comité de Selección nombrará una nueva persona por cinco años.
11
Ley conocida como la “Ley 3 de 3”.
12
Se consigna fecha de la última reforma.
13 Se consigna fecha de la última reforma.
14 Se consigna fecha de la última reforma.
15 A través de esta ley se creará la Fiscalía Especializada contra la Corrupción o
Fiscalía Anticorrupción.
Mesa IV
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I. Introducción
6 Pudney, Stephen, The Road to ruin? Sequences of initiation to drug use and offen-
ding by young people in Britain, abril 2001 https://www.le.ac.uk/economics/research/
RePEc/lec/lpserc/pserc01-3.pdf. Última fecha de consulta 4 noviembre de 2016.
7 Editorial The New Drog Warriors, The Economist, mayo 2 2015, http://www.eco-
nomist.com/news/international/21650104-one-side-world-softens-its-line-against-ille-
gal-drugs-another-getting. Última fecha de consulta: 04 de noviembre de 2016.
dical Board Expectations for Physicians Recommending Marijuana” escrito por los
autores Humayun J. Chaudry, DO, MS, Arthur S. Hengerer, MD, Gregory B. Snyder,
MD, publicación en línea de JAMA, junio 2016. doi: 10. 1001/jama.2016.7741.
• Registros médicos.
• Conflicto de intereses: un médico que recomienda la marihuana
no debería tener una oficina profesional situado en un centro de
enfermería o un cultivo o recibir una compensación económica, o
tener un interés financiero o dispensario. El médico no debe estar
asociado de alguna manera con un centro de enfermería o con un
cultivo.
9 Deepak Cyril D´Souza, MBBS. MD; Mohini Ranganathan, MD, “Medical ma-
rijuana is the cart before the horse?”, JAMA 2015; 313(24): 2431-2432.doi:10.1001/
jama.2015.6407. Última fecha de consulta 23/30, 2015. Se recomienda revisar Elsohly
MA, Slade D., “Chemical constituents of marijuana”, Life Sci, 2005; 78(5):539-548
PubMed.
10 Misma información que se confirma en Hill KP, “Medical marijuana for
treatment of chronic pain and other medical and psychiatric problems”, JAMA, 2015;
313(24):2474-2483 PubMed, citado por Humayun J. Chaudry, DO, MS; Arthur S.
Hengerer, MD; Gregory B. Snyder, MD, “Medical board expectations for physicians
A) En el tratamiento perinatal
El papel benéfico del sistema endocannabinoide en el control de las
respuestas de reparación endógena (neurogénesis y restauración de la
materia blanca) en la lesión cerebral neonatal se ha descrito en estudios
independientes13.
El uso de diferentes terapias para inducir efectos farmacológicos a
largo plazo después de una lesión cerebral hipóxico-isquémica, indi-
can la importancia de utilizar el sistema endocannabinoide como un
recommending marijuana” publicación en línea de JAMA, junio 2016. doi: 10. 1001/
jama.2016.7741
11 Cursivas insertadas por los autores.
12 Pertwee RG, “Cannabis and cannabinoids: pharmacology and rationale for cli-
nical use”, PubMed , octubre 1999; 6 Suppl 3: 12-5. Derechos de autor: S. Karger
GmbH, Freiburg.
13 Férnandez López D, Lizasoin, Moro MA, Martínez-Orgado J, “Cannabinoi-
ds: well-suited candidated for the treatment of perinatal brain injury”, PubMed, julio
2013, 10(3):1043-59.doi 10.3390/brainsci3031043.
B) Obesidad
Existen ensayos clínicos como terapia coadyuvante del tratamiento de
la obesidad, con mejoras significativas en el metabolismo y resultados
alentadores reduciendo los factores de riesgo cardiovasculares que
condujeron a la reciente aprobación de su uso clínico por la FDA15.
c) Esclerosis múltiple
El sistema cannabinoide endógeno puede ser activo en el control del
temblor y la espasticidad, síntomas de la esclerosis múltiple16,17.
18 Para la aportación de este tema se realizó una síntesis del artículo de Laura
Sanders denominado “Fentanyl´s death tol lis rising opiod´s ability to freeze chest
muscles within minutes may be to blame for some overdoses”, Neuroscience, Bio-
medicine, Health agosto 18 de 2016. https//www.sciencenews.org/article/fentanyl-
death-toll-rising?tgt=nr última fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
Para mayor abundamiento Burns et al., Could chest Wall rigidity be a factor in
rapid death from illicit fentanyl abuse? Clinical Toxicology. Vol. 54, June, 2016. Doi:
10.3109/15563650.2016.1157722, K. Baggaley. “Designer drugs hit lows to bring
new high”. Science News. Vol. 187, Mayo 16, 2015, p. 22, National Drug Early War-
ning System Special Report on fentanyl.
19 El consecuente incremento del uso y los daños de terceros provocan: enferme-
A) Finalidad
• Ofrecer un adecuado clima de seguridad para la población en
general.
• Garantizar el bienestar de la sociedad y la salud pública.
• Proteger, prevenir y otorgar atención médica integral a los usua-
rios de drogas.
• Aplicar intervenciones a fin de reducir la oferta, la demanda y los
daños provocados por el consumo.
• Promover la cooperación internacional con el propósito de con-
trarrestar el problema mundial de las drogas.
B) Planteamientos
• Tendencia a un mayor consumo de diversas drogas denominadas
legales e ilegales y de prescripción médica (Encuestas 2008-2011
-2015 entre adolescentes).
• Presencia de nuevas drogas y variables químicas de ellas y su
impacto psicoactivo (ejemplo anfetaminas).
• Insuficiente tratamiento médico-sanitario y comorbilidad psi-
quiátrica (patología dual).
• Dinámica cambiante de distribución de drogas y el involucra-
miento de niños y adolescentes.
• Necesidad de impactar en la organización del mercado de las
drogas y reducir así la disponibilidad.
• Fortalecer la coordinación intersectorial en el control, investiga-
ción y evaluación permanente, con base en indicadores veraces.
• Mejorar los programas de prevención a corto plazo e involucrar
en forma selectiva a la familia, la escuela y las comunidades.
• Aumentar la disponibilidad del tratamiento médico en todas las
unidades del Sistema Nacional de Salud.
• Promover nuevos programas específicos en la población local.
• Fortalecer la interrupción de los canales de tráfico de drogas,
desmantelar grupos de delincuencia transfronterizos.
más detallada de los supuestos que están detrás de los modelos econó-
micos alternativos (estáticos o dinámicos) usados en la estimación de
los costos de enfermedad. Además, este intercambio ha servido para
proveer una perspectiva más amplia desde la cual se pueda explorar el
objeto de estudio de la economía de la salud.
• Diabetes
• Enfermedades cardiovasculares
• Enfermedades respiratorias crónicas
• Cáncer21
21 Becker Anne, “Mental Health and Global Agenda”, New England Journal of
Medicine, julio 4 2013; 369: 66-73.
22 Kobb G. Kreek MJ, “Stress, dysregulation of drug reward pathways, and the
gidos del uso de sustancias psicotrópicas y (2) que ciertos fallos jurídicos se basan en
la idea que el consumo es un hecho que no tiene impacto a terceros y por ende es una
conducta meramente individual.
27 Ver, por ejemplo, Jones-Webb R, McKee P, Hannan P, Wall M, Pham L, Erickson
D, Wagenaar A., “Alcohol and malt liquor availability and promotion and homicide in
inner cities”, Substance Use & Misuse, 2008; 43:159–177. Jones-Webb R, Snowden
LR, Herd D, Short B, Hannan P., “Alcohol-related problems among black, Hispanic
and white men: the contribution of neighborhood poverty”, Journal of Studies on Al-
cohol,1997; 58:539–545. Karriker-Jaffe KJ., “Areas of disadvantage: a systematic re-
view of effects of area-level socioeconomic status on substance use outcomes”, Drug
and Alcohol Review, 2011; 30:84–95. Karriker-Jaffe KJ, Kaskutas LA, “Neighborhood
socioeconomic context of alcohol use: a measurement validation study” [Abstract 720]
Alcoholism: Clinical and Experimental Research, 33, Supplement, 2009; S1:190A.
Citado por SAM, Smart approaches to marijuana, preventing another big tobacco, big
marijuana claims vs. the science, https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-
claims-vs-the-science/. Última fecha de consulta: 5 de octubre de 2016.
28 Anthony JC, Warner LA, Kessler RC, “Comparative epidemiology of de-
2003; 98(12). Citado por SAM, Smart approaches to marijuana, preventing another
big tobacco, big marijuana claims vs. the science, https://learnaboutsam.org/the-is-
sues/big-marijuana-claims-vs-the-science/. Última fecha de consulta: 5 de octubre de
2016.
31 Citado por SAM, Smart approaches to marijuana, preventing another big to-
tance abuse treatment admissions by primary substance of abuse according to sex, age
group, race, and ethnicity”, United States [Data table from Quick Statistics from the
Drug and Alcohol Services Information System]. Available at http://wwwdasis.samh-
sa.gov/webt/quicklink/US10.htm; see also http://wwwdasis.samhsa.gov/webt/New.
Citado por SAM, Smart approaches to marijuana, preventing another big tobacco, big
marijuana claims vs. the science, https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-
claims-vs-the-science/. Última fecha de consulta: 5 de octubre de 2016.
33 SAMHSA, Center for Behavioral Health Statistics and Quality (2011), “Drug
another big tobacco, big marijuana claims vs. the science, https://learnaboutsam.org/
the-issues/big-marijuana-claims-vs-the-science/ Última fecha de consulta: 5 de octu-
bre de 2016.
35 “Substance abuse and treatment, State and federal prisoners, 1997”, BJS
39
Cursivas insertadas por los autores. Schweinsburg AD, Brown SA, Tapert SF,
“The influence of marijuana use on neurocognitive functioning in adolescents”, Cu-
rrent Drug Abuse Review, 2008; 1(1):99–111. Citado por SAM, Smart approaches
to marijuana, preventing another big tobacco, big marijuana claims vs. the science,
https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-claims-vs-the-science/.Última fe-
cha de consulta: 5 de octubre de 2016.
40 Patton GC, et al., “Cannabis use and mental health in young people: cohort stu-
dy”, British Medical Journal, 2002; 325(7374). Citado por SAM, Smart approaches
to marijuana, preventing another big tobacco, big marijuana claims vs. the science,
https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-claims-vs-the-science/ Última fe-
cha de consulta: 5 de octubre de 2016.
41 Andréasson S, et. al., “Cannabis and schizophrenia: a longitudinal study of
Swedish conscripts”, Lancet, 1987; 2(8574). Citado por SAM, Smart approaches to
marijuana, preventing another big tobacco, big marijuana claims vs. the science,
https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-claims-vs-the-science/ Última fe-
cha de consulta: 5 de octubre de 2016.
42 Asbridge M, Hayden JA, Cartwright JL, “Acute cannabis consumption and
motor vehicle collision risk: systematic review of observational studies and meta-
analysis”, BMJ, 2012; 344 (feb09 2): e536 DOI: 10.1136/bmj.e536 Citado por SAM,
Smart approaches to marijuana, preventing another big tobacco, big marijuana
claims vs. the science, https://learnaboutsam.org/the-issues/big-marijuana-claims-vs-
the-science/. Última fecha de consulta: 5 de octubre de 2016.
43 Pacula Rosalie L, David Powell, Paul Heaton, Eric L. Sevigny (2014), “As-
sessing the effects of medical marijuana laws on marijuana use: the devil is in the
details”, Journal of Policy Analysis and Management, DOI: 10.1002/pam.21804 Ci-
tado por SAM, Smart approaches to marijuana, preventing another big tobacco, big
47 Ver, por ejemplo, Bryan M, “Pot Smoke and Mirrors: Vaporizer Pens Hide Marijua-
octubre de 2016.
53 Jeffrey Zinsmeister, “El gobierno federal estadounidense promueve una in-
vestigación legítima sobre marihuana; mantiene la droga como una sustancia ilegal”,
http://www.learnaboutsam.org, última fecha de consulta: 5 de octubre de 2016.
• Motivación
• Conocimiento
• Destrezas conductuales
57 Task force significa una agrupación de fuerzas para una operación especial.
58 Moreno, Laura, Epidemiología clínica, Mc Graw Hill Interamericana de Edi-
tores, tercera edición, 2013.
59 Carmona Tinoco Jorge Ulises (coord.), La vinculación entre los derechos hu-
manos y los derechos universitarios, obra en homenaje al Dr. Jorge Carpizo Mc-
Gregor”, UNESCO, UNITWIN, UNAM, Defensoría de los Derechos Universitarios.
Talleres de impresión comunicación gráfica, 2013.
60 García Ramírez Sergio y Morales Sánchez Julieta, La Reforma Constitucional
127
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Instituto de Investigaciones Jurídicas
Mesa V
I. Introducción
139
DR © 2017. Instituto Nacional de Ciencias Penales - Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
II. Victimología
4 Hammersley, Martyn, The limits of social science. Casual explanation and va-
lue relevance, Londres, Sage, 2014.
5 Varona Martínez Gema, et al., Victimología: un acercamiento a través de sus con-
2010, p. 18.
10 Friday P, Kirchhoff GF, Victimology in the transition from the 20th to the 21st
para qué sirven las políticas públicas?”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales,
México, septiembre de 2009, núm. 5.
12 Aguilar Villanueva, Luis Fernando, El estudio de las Políticas Públicas, Co-
lección Antologías de Política Pública, Miguel Ángel Porrúa, México, 1992, p. 36.
1. La planeación estratégica
Para lograr una adecuada política pública, el punto de partida es la fase
de la planeación estratégica, la cual consideramos el corazón de este
proceso en el abordaje de un tema nacional. Esta no puede tener una
lógica partidista o sexenal. Al inicio, la planeación estratégica es nece-
13 Lasswell Harold Dwight y Lerne Daniel, The Policy Sciences: Recent Develo-
pments in Scope and Method, Michigan, Universidad Stanford, 1951.
14 Cfr. Dror Yehezkel, Public Policy Making Reexamined.Transaction Publishers,
2ª ed., Nueva Jersey, 1983. Otra obra sobresaliente del mismo autor es Design for
Policy Sciences, American Elsevier, Nueva York, 1971.
saria para hacer eficiente una acción pública, ya que aporta bases
empíricas para llegar a “modelos basados en evidencias”. La inclusión
de la planeación estratégica es un paso sin el cual los resultados pudieran
tener un alto riesgo en términos de impacto, ya que toda política pública
debe tener un marco estratégico que resuelve ¿a dónde ir? o ¿qué lógica
siguen los temas relacionados? y ¿cuánto tiempo lleva implementar
esa política?
El siguiente esquema aporta algunas de las acciones a considerar en
esta fase para después abordar el diseño, implementación y evaluación
de las políticas públicas creadas (esta lista no es exhaustiva).
Diagnóstico de víctimización
Análisis
Estrategia y acciones en el explotación
Planes, Nacional de desarrollo de informa-
vigente, estatal o municipal ción
Marco jurídico
Aplicación Implementación
Presupuesto del FODA
Matriz de resolutivo
de órganos colegiados
Políticas pioneras y ecpereiencias Evaluación
exitosa o fracasos y/o
monitoreo
Instituciones, personas y grupos
y perfiles de participantes La agenda
Criterios de inclusión
de la temática
Estabilidad
Implementación y
aplicación electiva
Orientación al
intéres público
Eficiencia
Índice de política
1 2 3 4
América Latina Países desarrollados Asia del Este
Las Naciones Unidas siguió una dinámica marcada por las corrientes
humanistas de pensadores penalistas que buscaba terminar con el rigor
con el que se reaccionaba frente a las conductas de personas declaradas
culpables de cometer delitos, olvidándose por décadas de las víctimas
de estas acciones.
No desconocemos los esfuerzos que por las víctimas de la guerra
se hicieron al aprobar las Convenciones de Ginebra y sus protocolos,
y al juzgar las atrocidades cometidas en la Segunda Guerra Mundial.
Pero en el tema de las víctimas de delitos, data de 1984/1985
cuando desde la Sociedad Mundial de Victimología en coordinación
con la Oficina Central de Nueva York de Prevención del Delito y de
Tratamiento al Delincuente (donde estaba la Dra. Irene Melup) se
redacta el estándar internacional que conocemos como la Declara-
ción de principios fundamentales para las víctimas de delitos y del
abuso de poder. Documento que fue presentado y aprobado en el
21
Declaración de principios fundamentales para las víctimas de delitos y del abuso
de poder.
Resarcimiento
• Derecho a que los delincuentes o los terceros responsables de su
conducta resarcirán en daño equitativamente, a las víctimas, a sus
familiares o las personas a su cargo.
• Derecho a obtener la devolución de los bienes o el pago por los
daños o pérdidas sufridos, el reembolso de los gastos realizados
como consecuencia de la victimización, la prestación de servicios
y la rehabilitación de derechos.
• Derecho a gozar del resarcimiento cuando proceda como pena
pública.
Para la comunidad
• Derecho al resarcimiento que comprenderá, en la medida de lo
posible, la rehabilitación del medio ambiente.
• Derecho a la reconstrucción de la infraestructura.
• Derecho a la reposición de las instalaciones comunitarias.
• Derecho al reembolso de los gastos de reubicación cuando esos
daños causen el desplazamiento de una comunidad.
• Derecho a ser resarcidas por el Estado cuyos funcionarios o agen-
tes hayan sido responsables de los daños causados.
• Derecho de recibir resarcimiento por el Estado o gobierno suce-
sor cuando fueron los funcionarios o agentes los responsables de
los daños causados.
Indemnización
• Derecho a recibir indemnización financiera (compensación) por
parte del Estado cuando no sea suficiente la indemnización pro-
cedente del delincuente o de otras fuentes:
a) Cuando las víctimas de delitos hayan sufrido importantes lesio-
nes corporales o menoscabo de su salud física o mental como
consecuencia de delitos graves.
Asistencia social
• Derecho a recibir la asistencia material, médica, psicológica y
social que sea necesaria, por conducto de los medios guberna-
mentales, voluntarios, comunitarios y autóctonos.
• Derecho a ser informada sobre la disponibilidad de servicios sa-
nitarios y sociales y demás asistencia pertinente, procurando un
fácil acceso a ellos.
• Derecho de recibir servicios y asistencia, de acuerdo a necesi-
dades especiales, por la índole de los daños sufridos o debido a
otros factores.
Indemnización
13. Se fomentará el establecimiento, el reforzamiento y la ampliación
de fondos nacionales para indemnizar a las víctimas. Cuando proceda,
también podrán establecerse otros fondos con ese propósito, incluidos los
casos en los que el Estado de nacionalidad de la víctima no esté en condi-
ciones de indemnizarla por el daño sufrido.
Asistencia
16. Se proporcionará al personal de policía, de justicia, de salud, de ser-
vicios sociales y demás personal interesado, capacitación que lo haga re-
ceptivo a las necesidades de las víctimas y directrices que garanticen una
ayuda apropiada y rápida.
Sección B. Relativos a las víctimas del abuso de poder
19. Los Estados considerarán la posibilidad de incorporar a la legislación
nacional normas que proscriban los abusos de poder y proporcionen reme-
dios a las víctimas de esos abusos. En particular, esos remedios incluirán
el resarcimiento y la indemnización, así como la asistencia y el apoyo
material, médico, psicológico y social necesarios.
V. Derecho victimal
El Derecho victimal es una rama del Derecho que aporta los cono-
cimientos necesarios para que el diseñador de la política pública de
contenido a las descripciones dogmáticas del mismo; es una ciencia
normativa que se encarga del estudio de los derechos de la víctima,
el derecho de hacer, no hacer o recibir algo, conferido por la ley o la
Constitución de un país, además del estudio del procedimiento que
debe usarse para hacerlo efectivo22.
El Derecho victimal es la rama del Derecho, autónoma, que estudia
las relaciones entre el Estado y las víctimas de delitos y abusos de
poder.
Este se compone por el conjunto de principios, valores, normas, ins-
tituciones, procedimientos jurídicos locales e internacionales tendientes
a requerir, posibilitar y controlar la intervención directa o indirecta del
Estado, y tiene como función garantizar el goce y ejercicio de las pre-
rrogativas y pretensiones de las víctimas del delito y abuso de poder.
23 Cfr. Carlos Scartascini, Pablo Spiller, Ernesto Stein, Mariano Tommasi (eds.),
El juego político en América Latina. ¿Cómo se deciden las políticas públicas?, Wash-
ington: Banco Interamericano de Desarrollo, 2011, p. 216.
Por lo que hace al tema de los derechos de las víctimas de los delitos,
aunque tardío, el reconocimiento constitucional en México se adelantó
(según la información que tenemos a la mano) a todos los países del
mundo, ya que otros los incluyeron más tarde y otros aún aspiran con
lograrlo. Inicialmente de manera tímida, se han ido agregando poco a
poco algunos párrafos al artículo 20 que solo contenía los derechos del
inculpado. Actualmente estos derechos no sólo están contenidos en
el artículo 20 sino en el 1, 2, 17, 18, 73, y 103 y 107 de la Constitución.
Debemos de manera especial mencionar la reforma del artículo 73, que
da facultades al Congreso para legislar en materia de víctimas.
Y por lo que hace a las víctimas de abuso de poder, es en la reforma
del artículo 1° que se incluyen varios párrafos que no sólo establecen
la obligación que tienen todos los servidores públicos de proteger los
derechos humanos de las personas, sino determinan que se sancione a
los que cometan abusos de poder.
24 Se aprueba el decreto por el que se modifica la denominación del capítulo I del
título primero y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. DOF, 10 junio 2011.
25 Cfr. Decreto por el que se modifica la denominación del Capítulo I del Título
Armonia/Armonizacion
0-59.9% de armonización
60-79.9% de armonización
80-100% de armonización
Sin ánimo de desarrollar en este trabajo todos los temas que resultan
obstáculos para el avance de las políticas públicas queremos mencionar
algunos:
Riesgos
Hay riesgos latentes de no tomarse determinaciones urgentes en el
tema.
• Aumento de la cifra negra del delito e ingobernabilidad.
• Retorno a grupos de autodefensa y de vigilancia ciudadana.
• Linchamientos.
• Desprecio por la legalidad (no hay consecuencias).
• Crecimiento del crimen organizado y aumento de corrupción.
• Tentación de retornar a decisiones autoritarias.
X. A manera de conclusión
I. Introducción
163
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Instituto de Investigaciones Jurídicas
o que con base en información fidedigna, haya sido dada por ausente
de conformidad con el Derecho interno, en relación con un conflicto
armado internacional o no internacional, una situación de violencia
o disturbios de carácter interno, una catástrofe natural o cualquier si-
tuación que pudiera requerir la intervención de una autoridad pública
competente.
Es relevante mencionar que en nuestro país, el primer paso impor-
tante ha sido reconocer la existencia del problema, ya que hasta hace
algunos años la desaparición de una persona o varias no era un asunto
que fuera trascendente para el Estado, o de competencia de algunas
autoridades, quienes cuando ocurría decían a la familia que debían
esperar tres días como mínimo para iniciar una búsqueda o una denun-
cia; lamentablemente la experiencia forense nos indica que después de
ese tiempo, puede ser muy tarde para encontrar a la víctima con vida
o bien sin lesiones.
Afortunadamente esta forma de actuar se ha ido revirtiendo y se
han tomado varias decisiones importantes en políticas públicas, así
como acciones a varios niveles, desde las gubernamentales, las de la
sociedad civil —a través de organizaciones sin fines de lucro—, hasta
las individuales o familiares. En esta tarea se ha contado con el apoyo
de organizaciones internacionales como el Comité Internacional de la
Cruz Roja (CICR).
Resulta también importante comentar que ya existe un marco ju-
rídico base para abordar el problema, con la promulgación de leyes,
emisión de acuerdos y protocolos como los siguientes:
Reformas en la legislación sobre desaparición forzada, publicada en
el DOF en junio de 2015. El programa de Derechos Humanos 2014-
2018, publicado el 30 de abril de 2014 en el DOF, en el que se con-
templan las deficiencias en la prevención de violaciones de derechos
humanos, así como la ineficiente garantía del ejercicio y goce de los
derechos humanos, abordando entre otros puntos la desaparición for-
zada, que según la CNDH contaba con un registro de 42,300 personas
desaparecidas, de las cuales 15,921 tenían la calidad de fallecidas no
identificadas, y 726 fueron objeto de desaparición forzada e involun-
taria, refiriendo al respecto que Human Rights Watch documentó 249
desapariciones forzadas en el período de diciembre de 2006 a diciem-
bre de 2012, de las cuales 149 cuentan con pruebas de participación de
agentes estatales (HRW, Los desaparecidos en México, el persistente
costo de una crisis ignorada, 2013).
recidas buscadas, así como con los datos que se generan al elaborar
el formulario posmortem, posterior a la práctica de las necropsias
médico legales y forenses de personas que ingresan a los diferentes
anfiteatros del Estado como desconocidas o no identificadas; para
la administración de esta base de datos se tiene un software que fue
donado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
La tarea de implementación de los protocolos forenses no ha sido
fácil, ya que se han tenido que vencer muchos obstáculos tales como
la resistencia de los profesionales dedicados a realizar las necropsias
médico legales y forenses sin las técnicas adecuadas, la falta de presu-
puesto, la indiferencia hacia el problema, los factores psicosociales y
culturales, entre otros; sin embargo se ha logrado sensibilizar no sólo
al personal forense, sino al ministerial y judicial respecto de la proble-
mática de las personas desaparecidas y los fallecidos sin identificar,
lo que se puede visualizar en las estadísticas de casos, por ejemplo
al considerar el número de las denuncias y/o visitas de familiares
de personas desaparecidas al SEMEFO para buscarlas, mismas que
han ido en aumento, contrastando con los cadáveres que ingresan a
la institución como no identificados y que se han logrado identificar
correctamente gracias a las buenas prácticas implementadas, lo que
ha permitido disminuir el número de personas que se van a la fosa
común.
Por ejemplo:
Fuente: Libro de registro de ingreso de cadáveres y base de datos AM-PM del software do-
nado por el CICR.
IV. Problemática
chos esfuerzos son aislados (no por eso menos importantes), debiendo
los familiares de los desaparecidos recorrer todo el país en su búsqueda,
lo que se podría evitar si se tuvieran las bases de datos estatales y nacio-
nales para hacer pesquisas de forma más rápida y eficaz, como sucede
con otras bases de datos como el AFI (huellas dactilares), por ejemplo.
Existen además otros problemas que de manera directa afectan la
parte forense en el desempeño del trabajo y de sus mejores intencio-
nes tales como: la seguridad —no solo por las características del caso
mismo—; la inestabilidad laboral de los expertos, o la falta de estos
en las Fiscalías, Procuradurías y SEMEFOS; además del presupuesto
insuficiente, que impacta en la falta de personal o en cargas excesivas
de trabajo (burnout). Insuficiente o nula capacitación y falta de equipo
e instrumental, así como de laboratorios bien equipados que garanti-
cen la certeza científica, independientemente de que las áreas físicas
de anfiteatros, por ejemplo, no son las óptimas para desempeñar las
funciones médico legales y forenses en la práctica de las necropsias,
al carecer de la infraestructura básica adecuada, como drenaje, agua
corriente, refrigeradores para conservar los cuerpos, falta de equipos
de rayos X, etc., así como falta de instrumental necroquirúrgico, de
equipos y medidas de bioseguridad. Falta de bodegas de indicios entre
otros aspectos, que requieren de atención inmediata, ya que la acti-
vidad forense y pericial es indispensable para garantizar la justicia y
respeto a los derechos humanos.
3. Principios fundamentales
1) Historia genealógica
2) Datos personales
3) Circunstancias de la desaparición
4) Descripción física
5) Fotografías y/o videos
6) Hábitos
7) Historia médica
8) Historia dental
9) Ropa y artículos personales
10) Documentos de la persona desaparecida
11) Muestras tomadas o conservadas: dientes, moldes dentales, cepi-
llos de dientes, de pelo
12) Expectativas del entrevistado
13) Explicar que después de llenarse el formulario, deberá firmar la
autorización, permitiendo entregar lo relevante a las autoridades
responsables de la identificación de personas desaparecidas.
7. Formulario posmortem
Por otra parte, cuando ingresan a los anfiteatros cadáveres sin identificar,
se realiza otro protocolo llamado posmortem o PM, que se elabora con
8. Información ministerial
C) Hallazgos del cadáver y/o restos humanos: fecha, hora, lugar, etc.
D) Estudios realizados: medicina, odontología, antropología, gené-
tica, fotografía, dactiloscopia, rx.
E) Datos de vestimenta.
F) Examen externo: condición general, tiempo aprox. de muerte,
filiación, señas particulares (croquis).
G) Condición médica: intervenciones quirúrgicas, fracturas, im-
plantes, enfermedades, etc.
H) Señales de hábitos/adicciones.
I) Características dentales (identoestomatograma).
J) Antropología física forense (inventario óseo).
K) Muestras para ADN.
L) Rx del cadáver.
M) Ficha dactilar.
N) Fotografías filiación.
O) Fotografías de señas particulares.
P) Fotografías intraorales.
Q) Fotografías de ropa.
R) Fotografías de pertenencias.
S) Identificación: datos de ingreso del cadáver, identificación defi-
nitiva, datos de familiares y/o amigos.
9. ¿Qué es la identificación?
• Levantamiento de cadáver.
• Cadena de custodia y manejo de evidencias.
• COINCIDENTE
• NO COINCIDENTE
• DUDOSO, anotando qué estudios se van a realizar en forma
complementaria o en definitiva, como por ejemplo, el estudio
genético.
VII. Conclusiones
VIII. Propuestas
Todos los servicios médicos legales y forenses deben contar con Área
de Atención a Familiares y el Área de Identificación Humana, con-
formadas por un equipo de trabajo profesional de expertos en medi-
cina legal y forense, en estomatología forense, en antropología física
forense, en criminalística, fotografía, dactiloscopia, en genética, en
criminología-victimología, en trabajo social, entre otros, que actúen
en forma inter y multidisciplinaria y que garanticen resultados cientí-
ficos, bajo un marco legal, de ética y respeto a la dignidad y a los de-
rechos humanos tanto de los familiares como de los propios cadáveres;
que den atención con calidad y calidez a los familiares de las personas
desaparecidas y de las fallecidas sin identificar, para que éstas puedan
ser identificadas y restituidas a ellos, sin error.
Toda persona desaparecida debe contar con un expediente completo
que incluya el formulario AM (o de gestión de búsqueda de persona des-
aparecida), que contenga la información significativa para encontrarla.
Toda persona fallecida sin identificar, o con identificación probable,
o identificada sin reclamar, debe contar también con su expediente
completo y con su archivo básico para identificación PM (o de gestión
de cadáveres y restos humanos no identificados posmortem) que ga-
rantice la restitución de los restos humanos a sus familiares sin error.
Crear unidades de búsqueda de personas con personal capacitado en
identificación humana. Crear un sistema de gestión de búsqueda real
que involucre a todos los niveles de gobierno e instituciones, así como
a la ciudadanía, que evite el desplazamiento de los familiares por todo
el país minando su economía y ejerciendo un efecto importante en su
salud física, mental, emocional y social.
Crear la Red Nacional de Bases de Datos de Personas Desapareci-
das y de las Fallecidas sin Identificar, con información de calidad y
confiable. Capacitar al personal en materia de identificación humana,
atención a víctimas, atención a familiares, así como en los protocolos
I. Introducción
191
DR © 2017. Instituto Nacional de Ciencias Penales - Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
rae.es/?id=JoNxOnS
3 Gori, Umberto en Bobbio, Norberto & Nicola Matteucci, Diccionario de polí-
tica A-J. Sexta edición en español, México: Siglo XXI Editores, 1988, pp. 761-769.
4
El estudio más reciente al respecto fue presentado por el Instituto Belisario
Domínguez el 10 de febrero de 2017 (Galindo López, et al., 2017).
Como señala Roser5, es erróneo pensar que nuestro pasado fue pací-
fico. Sin embargo, la segunda mitad del siglo XX sin duda alguna ha
sido la de menor mortalidad por conflictos armados en nuestra historia.
A raíz de los acuerdos internacionales para alcanzar una serie de
Objetivos para el Desarrollo del Milenio (2015), los países del mundo
realizaron esfuerzos loables no sólo para medir las propias metas y
mejorar sus sistemas estadísticos de seguimiento, sino, aún mejor, para
transformar la vida de muchas personas. La acción mundial se concen-
tró en erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza
primaria universal; promover la igualdad entre los sexos y el empode-
ramiento de la mujer; reducir la mortalidad de las y los niños menores
de cinco años; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, la
malaria y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad de medio
ambiente y fomentar una alianza mundial del desarrollo. Establecidos
en el 2000, los gobiernos se propusieron trabajar durante quince años
en lo que consideraron las prioridades mundiales, sin que en dicha
agenda fueran considerados la violencia, el delito, la inseguridad y la
justicia.
Si bien con ciertos avances, la realidad anunciaba rezagos innega-
bles y persistentes desigualdades, a la vez que develaba otra serie de
necesidades y premisas necesarias para lograr mejores condiciones de
vida con equidad. Es así que dentro de la nueva agenda 2030 denomi-
nada Objetivos y Metas del Desarrollo Sostenible, los numerales 16 y
17 pusieron en el centro de la discusión mundial a la paz, la justicia,
las instituciones sólidas y la orientación realista y clara para lograr la
correcta implementación. Ello significó un reconocimiento explícito
de deudas históricas en la materia e, indirectamente, una deuda que
deberá ser saldada a favor de las víctimas.
Y es que, para el caso de México y varias ciudades de la región, no
es cosa menor. Ya no se trata sólo de insistir en que nuestra América
Latina ha sido calificada como la más insegura, violenta, letal y menos
pacífica del mundo6, sino ahora de investigar cómo hemos llegado a
serlo, qué hacer para revertirlo y de qué manera mitigar y atender im-
pactos que cobran dimensiones de crisis humanitaria (Society Justice
Initiative, 2016).
Sólo para el caso de México -sin considerar tasas por cada cien mil
habitantes que es lo que facilita la comparabilidad por municipios,
estados y subregiones-, resulta dramático el rápido nivel de deterioro
de la protección a la vida (figura 5.7).
13,577
15,000 12,574
México”.
Cómo entender esta problemática”, visible en: http://onc.org.mx/wp-content/
uploads/2014/08/Secuestro2014.pdf
to 2 per 100,000 by 2060”, in: Welsh, B. y Loeber, R. (eds.) The Future of Crimi-
nology, New York: Oxford University Press, pp. 219-228. Visible en: http://www.
crim.cam.ac.uk/people/academic_research/manuel_eisner/global_homicide.pdf. Eis-
ner, Manuel (2015), How to Reduce Homicide by 50% in the Next 30 Years, Rio
de Janeiro: Instituto Igarapé. Visible en: https://docs.google.com/viewer?url=https://
igarape.org.br/wpcontent/uploads/2015/07/Homicide-Dispatch_1_EN.pdf. Véase tam-
bién Rivera, Mauricio (2015), The sources of social violence in Latin America. An
empirical analysis of homicide rates, 1980–2010, visible en: http://jpr.sagepub.com/
content/53/1/84.abstract
17 Becaria, César, De los delitos y de las penas, México, 2000, Fondo de Cultura
Económica.
¿La guerra de una persona? Con esta frase Luis Astorga20 inicia uno
de sus análisis para resumir un sexenio. La palabra “guerra” fue de
uso recurrente por el titular del Poder Ejecutivo federal para definir su
estrategia de seguridad —aunque con mayor frecuencia lo negara—;
la justificación sostenida, de que era “una estrategia que [... implicaría]
costos, como ocurre en cualquier otra guerra”; una “guerra sin cuartel”;
una lucha de larga duración, con costos y la pérdida de vidas; la mejor
alternativa de mayores beneficios y de menores costos: anunciaba la
“inevitabilidad” de las muertes.
Sin embargo, el uso retórico y simbólico utilizado en su momento
estaba lejos de la definición internacional sobre “guerra” o “conflicto
armado”, mas no así los efectos o “los costos”, como los definió el ex
presidente.
Los escasos buenos resultados de la política criminal operada en
el sexenio 2006-2012, y la rampante impunidad, llevó a la reflexión y
18 Eisner, Manuel, How to Reduce Homicide by 50% in the Next 30 Years, Rio
de Janeiro: Instituto Igarapé. Visible en: https://docs.google.com/viewer?url=https://
igarape.org.br/wpcontent/uploads/2015/07/Homicide-Dispatch_1_EN.pdf 2015, p. 13.
19 Cambridge University & WHO (2014), et al., Global Strategies to Reduce
22 CICR (2008), ¿Cuál es la definición de “conflicto armado” según el derecho in-
sive dentro los rangos de los agentes del Estado; desplazamiento y abusos en contra
de las personas; destrucciones de domicilios o bienes; interrupciones de la vida eco-
nómica; y/o traumas”. Cfr. Minning, 2008.
24 Kaldor, Mary (1999), New and Old Wars: Organized Violence in a Global Era,
on the Transformation of War. Cooperation and Conflict”, Journal of the Nordic In-
ternational Studies Association, Vol. 40(4), 2005, pp. 423–434
26 Otras de las nociones que se han querido utilizar son las contempladas en el
ting: searching for common approaches to deal with unconventional conflicts and
violence in the Americas”, visible en: https://www.idrc.ca/sites/default/files/sp/Docu-
ments%20EN/OAS-report-experts-meeting-unconventional-conflicts-Americas.pdf
28 Minning (2008) menciona que dentro de las formas de violencia interna es
posible encontrar confrontaciones entre “fuerzas de seguridad y manifestantes; gru-
pos comunitarios entre sí mismos; fuerzas de seguridad y bandas armadas ilegales; o
fuerzas ilegales entre sí mismas”.
29 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-9/87 del
las cuales hace parte este documento y, con posterioridad, publicada con modificacio-
nes por la Universidad de Belgrano.
36 Se entiende por violencia crónica (Pearce, 2007, p. 7) aquélla que ocurre en
38
Concentra en una sola política, las acciones claras y diferenciadas de los actores
que participan de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, la Defensoría de
Pueblo, el Departamento Administrativo de Seguridad, la Policía Nacional, la Fiscalía
General de la Nación, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el
Departamento Nacional de Planeación, y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
rando leyes que, como las instituciones que crean para implementarlas,
nacen con vicios de origen y crean falsas expectativas a las personas
que deberían proteger, mientras cientos de madres y de familias son
las que toman las búsquedas y la investigación en sus manos.
V. Colofón
Mesa VI
I. Introducción
213
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2
Acuerdo al que concurren los tres Poderes de la Unión para dar cumplimiento al
mandato constitucional para instalar la instancia de coordinación prevista en el artícu-
lo noveno transitorio del Decreto de reforma constitucional publicado el 18 de junio
de 2008, Diario Oficial de la Federación, consultado el 05 de agosto de 2009, http://
www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5101729&fecha=05/08/2009
1. Planeación
2. Normatividad
3. Capacitación
párrafo del artículo 225 del Código Penal Federal, Diario Oficial de la Federación,
16 de junio de 2016, http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5441664&fec
ha=16/06/2016
8 Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de
Código Nacional de Procedimientos Penales; del Código Penal Federal; de la Ley Ge-
neral del Sistema Nacional de Seguridad Pública; de la Ley Federal para la Protección
a Personas que Intervienen en el Procedimiento Penal; de la Ley General para Prevenir
y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, Reglamentaria de la fracción XXI del
Artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; de la Ley de
Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; de
la Ley Federal de Defensoría Pública; del Código Fiscal de la Federación y de la Ley de
Instituciones de Crédito, Diario Oficial de la Federación, 17 de junio de 2016, http://
www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5441763&fecha=17/06/2016
10 Acuerdo 05/XXXVIII/15. Plan Estratégico de Capacitación en Materia de Jus-
4. Reorganización institucional
6. Infraestructura y mobiliario
7. Difusión
8. Evaluación y seguimiento
9. Financiamiento
15 Acuerdo entre los tres Poderes de la Unión para la Consolidación del Sistema
IV. Conclusiones
que ha habido en la historia de nuestro país, que marcó una nueva etapa
en la aplicación del Derecho penal.
La implementación de esta reforma implicó reestructurar y crear
nuevas instituciones en los distintos niveles de gobierno, crear nuevas
leyes y adecuar las ya existentes, modificar y construir infraestructura,
adquirir equipamiento de vanguardia, y principalmente, establecer
nuevas formas de trabajo y capacitar a funcionarios para cumplir con
éxito sus funciones. Con estas acciones, desde el 18 de junio de 2016,
el nuevo sistema de justicia penal es una realidad.
Ahora, el principal reto es consolidar el funcionamiento del sistema
penal acusatorio. Para ello, es indispensable la voluntad política de los
titulares de los poderes públicos locales y federales para mantener como
prioridad nacional la reforma penal. Implica, además, redoblar esfuerzos
con la finalidad de que cada institución mejore su desempeño particular
para que se robustezca el funcionamiento del sistema en general.
De igual manera, son fundamentales las acciones que el Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública lleve a cabo para
apoyar a las entidades federativas y a la federación para fortalecer las
capacidades institucionales, ya que como se ha mencionado, existen
diversas áreas de oportunidad que exigen su atención inmediata, así
como la definición de acciones a realizar en el corto, mediano y largo
plazo para que la consolidación sea sostenible y permanente.
Con ese propósito, es conveniente que las entidades federativas, en
ejercicio de su soberanía, se adhieran al Acuerdo entre los tres Poderes
de la Unión para la consolidación del sistema de justicia penal y traba-
jen conjuntamente con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública.
En este nuevo proceso es imprescindible aprovechar la experien-
cia acumulada durante la etapa de implementación para evitar repetir
errores, enfrentar obstáculos y llevar a cabo acciones precisas para op-
timizar el desempeño de las instituciones y su personal. Asimismo, es
de suma importancia compartir las buenas prácticas y replicarlas en las
demás entidades federativas, ya que eso contribuye significativamente
a evitar desaciertos, y conseguir mayor calidad en el proceso.
Al lograr el óptimo funcionamiento del sistema de justicia penal
acusatorio, contaremos con mejores instituciones, con mejores insta-
laciones y equipamiento, pero sobre todo con el mejor personal que
proporcione a la sociedad un servicio honesto, eficiente y de calidad
para hacer realidad el acceso efectivo a la justicia pronta, expedita,
imparcial y transparente que realmente sirva a la gente y a la sociedad.
I. Introducción
nis, número 9, Segunda Época, Inacipe, México, enero-marzo de 2004. Desde el año
2003, en la Consulta Nacional sobre una Reforma Integral y Coherente del Sistema
235
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3 “Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, pa-
Propuesta:
Por todo ello, hay que reformar el artículo 148 del Código Nacional
de Procedimientos Penales, para que quede de la siguiente forma:
Propuesta:
Propuesta:
Por último, creo que debe reformarse el artículo 258 del CNPP, pues
establece que contra las determinaciones del Ministerio Público sobre
la abstención de investigar, el archivo temporal, la aplicación de un
criterio de oportunidad y el no ejercicio de la acción penal se deben de
impugnar ante el juez de Control.
Sin embargo, conforme al artículo 214 constitucional el monopolio
de la acción penal corresponde al Ministerio Público y por lo tanto
cualquier recurso en contra de dichas determinaciones los debe resol-
Propuesta:
IV. Conclusión
I. Introducción
249
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Código, el Ministerio Público tendrá las siguientes obligaciones: IV. Ordenar o su-
pervisar, según sea el caso, la aplicación y ejecución de las medidas necesarias para
impedir que se pierdan, destruyan o alteren los indicios, una vez que tenga noticia del
mismo, así como cerciorarse de que se han seguido las reglas y protocolos para su
preservación y procesamiento;
8 Al respecto, de manera literal el referido artículo señala: Actuaciones en la in-
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la inspección corporal deberá
ser llevada a cabo en pleno cumplimiento del consentimiento informado de la víctima
y con respeto de sus derechos.
Las muestras o imágenes deberán ser obtenidas por personal especializado, mismo
que en todo caso deberá de ser del mismo sexo, o del sexo que la persona elija, con
estricto apego al respeto a la dignidad y a los derechos humanos y de conformidad
con los protocolos que al efecto expida la Procuraduría. Las muestras o imágenes
obtenidas serán analizadas y dictaminadas por los peritos en la materia.
10 El artículo mencionado a la letra señala: Adecuación normativa y operativa.
V. Reflexión final
I. Justificación
*
Magistrado de Circuito. Doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de
Tamaulipas y Miembro de la Academia de Ciencias Penales.
273
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117. En opinión de esta Corte para que exista ‘debido proceso legal’ es
preciso que un justiciable pueda hacer valer sus derechos y defender sus
intereses en forma efectiva y en condiciones de igualdad procesal con otros
justiciables. Al efecto es útil recordar que el proceso es un medio para ase-
gurar en la mayor medida posible, la solución justa de una controversia.
A ese fin atiende el conjunto de actos de diversas características, general-
mente reunidas bajo el concepto de debido proceso legal[...]
1. Interpretación
2. Sistema, y
3. Crítica.
En el que se busca el verdadero sentido de la norma, la voluntad del
establecimiento de ésta para su aplicación eficiente y eficaz en el caso
Por consiguiente, los jueces deben erigirse como garantes de los de-
rechos humanos, al ser éstos los que constituyen el aspecto sustancial
de la democracia, y a virtud de que sólo a través de su pleno ejercicio
será posible materializar un régimen de libertades.
Por ello es necesario garantizar la independencia y la libertad de los
jueces en la toma de decisiones, a fin de recuperar la confianza de la
ciudadanía en las instituciones judiciales.
En el modelo clásico (Locke y Montesquieu) el juez no era más que
la “boca de la ley”, sin embargo, en el sistema acusatorio, el papel de
los jueces, en un Estado de derecho, como medio de control del po-
der público, busca además de aplicar la norma, afianzar los derechos
humanos con el propósito que su tutela sea efectiva, así interviene en
el proceso de producción de aquélla al resolver el caso particular, in-
terpretando la norma con racionalidad de independencia, validándola
constitucionalmente, para brindar soluciones eficientes.
En este contexto, si el Derecho es la base fundamental para contro-
lar y ejercer los derechos y libertades de las personas en sociedad, es
inconcuso que la actuación de los juzgadores debe sujetarse expresa-
mente a lo que la ley prevé con el irrestricto límite al respeto de los
derechos humanos, lo que deberá hacer a partir de un papel más activo,
a través de la interpretación de la ley de una manera más progresiva
que potencialice los mismos, sin circunscribirse a su aplicación literal.
La participación de los jueces en la construcción de un Estado de-
mocrático es esencial a fin de garantizar los derechos humanos y evitar
el ejercicio autoritario del poder público.
A propósito de lo anterior, la necesidad de proteger la libertad,
igualdad y dignidad humanas, creó una nueva conciencia en el orden
jurídico, que implicó que los juzgadores apliquen las normas que se
desprendan de la propia Constitución, de las leyes que de ella emanen
y de los tratados internacionales, e interpretarlos, a fin de fomentar
el espíritu, los objetivos y el significado de los derechos humanos,
para dar certeza de que cuando conocen y resuelven casos vinculados
con aquéllos, no deben restringirlos más allá de lo que expresamente
previene la Ley Fundamental, lo que implica una postura garantista
de protección.
Por consiguiente, el compromiso de los juzgadores en la potencia-
lización de los derechos humanos habrá de coadyuvar a la formación
de un verdadero Estado democrático.
VI. Conclusiones
Mesa VII
15 Pro iudicio
vista El Foro, Vigésima Época, Tomo XXVI, Número 2, Segundo Semestre, 2013.
2 Jesús Zamora Pierce, Juicio Oral, Utopía y Realidad, México, Editorial Porrúa,
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1. Visión de conjunto
287
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las realidades nacionales2; por lo que había razones para afirmar que el
sistema procesal penal generado por el legislador en 2014 había nacido
con muchas deficiencias, que estaba sostenido con muletas, producto
de la precipitación y la falta de reflexión3. Por ello, el CNPP estaba
destinado a ser objeto pronto de constantes ajustes; muestra de ello es
que, a casi apenas dos años de su promulgación, dicho Código ya ha-
bía sido objeto de dos muy amplias reformas, al parecer con la misma
falta de reflexión sobre sus fundamentos y sus implicaciones, que no
sólo ponen en entredicho lo realizado por el propio legislador sino que,
además, tampoco muestran la capacidad de subsanar los problemas
derivados del texto anterior, pues a la fecha dichas reformas aún no
han podido mostrar sus rendimientos para mejorar la funcionalidad y
calidad de la justicia penal en el país4.
b) Ante la evidente falta de mejoría funcional y de calidad en la
forma de funcionar del nuevo sistema procesal penal, ahora el esfuerzo
se dirige no sólo a seguir reformando el CNPP sino incluso a reformar
la Constitución, para modificar lo reformado, pensando en que ahí está
el origen del problema y la solución del mismo. Pero es claro que este
tipo de reformas, y sobre todo las “contrarreformas”, no son extrañas
titución.
6 Estos dos artículos han sido muy vapuleados en los últimos cinco lustros, pues
otros.
8 Realizados en la Escuela Libre de Derecho (ELD) los días 21 de septiembre y
5 de octubre de 2016.
9 Pero es evidente que con ello se cuestionó lo que ocho años antes se había con-
siderado lo mejor, aún cuando se utilice el argumento de que lo que ahora se propone
reformar es lo que quedó de “remanente” en la reforma de 2008.
10 Ya que de otra manera no tendría que reformarse tan pronto.
11 Por el “legislador material”.
12 Se usa esta expresión por la presión que se ejerce al legislador al presentarse
cesal penal acusatorio, porque sus primeras bases se establecieron desde 1917 en que
surgió la Constitución, como lo he destacado en otras ocasiones. Véase, por ejemplo,
los trabajos citados en las notas 2 y 3.
15 Por ser casi costumbre que la legislación federal sea tomada como ejemplo a
seguir.
16 Como son: procuración de justicia; administración de justicia; ejecución de
sanciones penales; defensoría (pública y privada); asesoría jurídica (para las víctimas
del delito), entre otros, tanto por lo que hace a su estructura orgánica y funcional
como con relación a sus perfiles y a su capacitación.
17 Que se desprenden de sus propios textos y de lo expuesto en los respectivos
meramente instrumental y que, por ello, debe procurar que los objetivos del Derecho
penal material (o sustantivo) se puedan hacer realidad.
19 Cuando se habla de “realidades nacionales” se piensa en la realidad socio-
política, económica y cultural, así como en la realidad del propio sistema de justicia
penal, en las instituciones que le sirven de sustento, en su manera de funcionar, etc.
20 Es decir, habría que ver la forma de “despresurizar” el sistema penal empezan-
cundaria los contenidos de la reforma constitucional, cada Estado adoptó algún mo-
delo distinto y aplicó sus propios criterios.
23 Que se publicó el 5 de marzo de 2014 en el Diario Oficial de la Federación.
24 Retomo aquí algunas de las conclusiones a que se llegaron en el “II Congreso
Internacional de Derecho Procesal Penal” (Revisión de los problemas y la funcio-
nalidad del Código Nacional de Procedimientos Penales, a 7 años de la reforma
constitucional de 2008), organizado por el Centro de Estudios de Política Criminal y
Ciencias Penales, A.C. (Cepolcrim) y la Asociación Mexicana de Derecho Penal y Cri-
minología (AMPEC), que conjuntó a expertos de países de Europa y América Latina
y, por supuesto, de México.
25 Muchos de los problemas que se señalan se deben en gran medida a que, desde
26 Como los instrumentos internacionales que siguen la tendencia de Estados de-
mocráticos de Derecho.
27 Sobre todo, en el Código Federal de Procedimientos Penales de 1932.
28 Como podía verse en el Código Penal Federal (1931) con la regulación de la
29 Lo que implica que en el desarrollo del procedimiento penal haya equidad en
cuanto a la observancia de los derechos, tanto de los victimarios como de las víctimas
de los delitos.
30 Cuya estructura realmente no coincide con la base constitucional.
dichos objetivos están muy distantes de ser alcanzados; y sin ser dema-
siado pesimistas, también puede decirse que por ahora no existen datos
que hagan suponer que en breve tiempo las perspectivas cambiarán31.
Ciertamente, la realidad muestra que el acceso a la justicia y la
atención a las víctimas del delito aún no han mejorado cuantitativa y
cualitativamente, tampoco se observa que los procesos sean más rá-
pidos y menos costosos, aun cuando la autoridad ministerial prefiera
aplicar mecanismos alternativos de solución de controversias a iniciar
un procedimiento penal; por ello, se puede afirmar que los objetivos
que el artículo 20 constitucional le atribuye al proceso penal no se
satisfacen, máxime que lo que se busca es no llegar al “juicio oral”,
lo que a su vez no permite que los derechos humanos, los principios
y las garantías procesales se hagan realidad. El nuevo sistema tampoco
ha dado muestras de “eficacia” para el control de la delincuencia, la
inseguridad pública y la corrupción32.
Por ello, ante los posibles riesgos de que los objetivos constitucio-
nales no se pudiesen alcanzar en el plazo de ocho años inicialmente
previsto, o que incluso se desvirtuaran, desde hace algún tiempo se ha
insistido en señalar que habría que prolongar el plazo a muchos años
más, porque el proceso de aprendizaje y de experimentación requería
de más tiempo; asimismo, se ha insistido en la necesidad de asumir
compromisos más serios para prevenir posibles desencantos o frustra-
ciones. Pero, a diferencia de otros tiempos, creo que en las actuales
circunstancias, en que se ha apostado mucho por un nuevo sistema
procesal penal, no podemos darnos el lujo de ponernos a experimentar
en materia de justicia penal, sobre todo cuando los problemas que éste
debe atender nos rebasan.
Sobre todo porque una de las principales causas de que dichos objetivos no
31
miento del nuevo sistema. Sin embargo, hay quienes tratan de justificarlo, afirmando
que a éste no le corresponde esa función de ser un medio de “control social”, es decir,
que nada tiene que ver con el problema de la delincuencia y la inseguridad pública,
sino que sólo tiene relación con el “debido proceso”; lo que es totalmente erróneo.
33 Que es un sistema procesal de corte “mixto”, pero que algunos caracterizan
35 Siendo prueba de ello lo que sucede en los sistemas procesales en el ámbito
36 Igualmente, pueden ser compatibles con el principio del Estado de Derecho los
modelos procesales de corte “continental europeo” y el “angloamericano”, no obs-
tante lo aparentemente antagónicos y a que ninguno logra un equilibrio de roles. Pero,
también el proceso penal (europeo continental) se ha ido desvirtuando y ha generado
igualmente un desequilibrio en el principio de Estado de Derecho, que derivó en una
tensión entre el debido proceso y las diligencias para el esclarecimiento de la verdad,
debido precisamente al “policiamiento” de la instrucción, al empoderamiento del ser-
vicio secreto y a la pérdida de la función del juicio oral. Cfr. Schünemann, Bernd, op.
cit., loc. cit.; del mismo, “Función y límites del proceso penal acusatorio en Estados
democráticos de Derecho”, presentado en el mismo Congreso.
37 Que es lo que ha caracterizado hasta ahora la actuación a nivel ministerial, que
ma procesal “adversarial”.
donde el modelo procesal penal que México ha adoptado, si bien ha sido eficaz, en
la realidad ha perdido su mejor momento, ya que actualmente sólo es aplicable en
una minoría de los procesos penales. Por ello, es frecuente escuchar por quienes se
encargan de implementarlo, que la idea es que los juicios orales en México sólo se
apliquen excepcionalmente.
43 Pero, también en sistemas procesales mixtos. De todos modos, al nuevo siste-
45 Lo que encierra no sólo consideraciones de Derecho procesal penal sino sobre
todo de Derecho penal material, que se refieren al concepto y estructura del delito.
46 Ahora bien, por lo que hace a la cuestión de si la presunción de inocencia es
un derecho absoluto o relativo del imputado y, por tanto, si se trata de una presunción
iuris et de iure o iuris tantum, en realidad se trata de un derecho “relativo” y una pre-
sunción iuris tantum, porque permite demostrar lo contrario; de ahí que la presunción
de inocencia se destruye cuando se prueba la culpabilidad del sujeto. Asimismo, es
un derecho relativo porque en el curso del procedimiento penal son admisibles ciertas
medidas cautelares cuya aplicación igualmente implica limitación a la presunción; así,
por ejemplo, cuando se aplica la prisión preventiva, que también obedece a objetivos
político-criminales del proceso, como posibilitar el esclarecimiento de los hechos, que
el culpable no quede impune y que se reparen los daños causados por el delito (consa-
grados a rango constitucional). Si bien existe la opinión de que la prisión preventiva
está en completa oposición con el principio de presunción de inocencia, y de ahí que
se pugne por su desaparición del sistema penal, igualmente razones de política crimi-
nal hacen necesaria su permanencia; por lo que, debe buscarse su compatibilidad con
en el sistema procesal acusatorio y señalarse de manera clara los límites de una y de
otro. Además, aun con la medida cautelar, el imputado sigue gozando del derecho a
la presunción de inocencia y de otros derechos, pues existen elementos distintos que
también justifican la prisión preventiva, y de ahí la idea de no considerar a ésta como
una “pena anticipada”, según lo reconocen instrumentos internacionales, como el Pac-
to Internacional de Derechos Civiles y Políticos (a. 9.3), o como lo avaló la Comisión
IDH (2013) y la Corte IDH (2006).
47 Por ejemplo, el juez de control que conoce la situación del procedimiento abre-
49 Ya que, según la reforma constitucional de 2008, ahora también la víctima del
corrupción.
riguar la verdad, pero se trata de una “verdad” con otras características y otras formas
de alcanzarla; así, se habla de una verdad “formal” o “discursiva”, en el sentido de que
“la verdad surge del discurso o comunicación entre las partes, sin interesar una realidad
objetiva” sino “lo que las partes consensuan o negocian”. Por ello, la presentación y
desahogo de las pruebas depende de los intereses de las partes y de sus esfuerzos y
habilidades, que no necesariamente se corresponde con la verdad material; de ahí que
su base probatoria se genera de manera diferente, con ciertas reglas de exclusión que
resultan más estrictas que las del sistema continental-europeo, si bien en éste el juez
tiene un poder discrecional más amplio en la recopilación y valoración de la prueba, así
como al considerar todo medio de prueba que haya sido introducido en el juicio oral.
56 Así como el derecho de ejecución de sanciones y todo el sistema de justicia
penal.
57 Y, por ello, expresiones del ejercicio del poder estatal.
58 Es decir, la protección penal no es frente a cualquier causa que la pueda afectar,
sino solamente frente al delito, cuya regulación, así como el de la pena, es objeto del
Derecho penal, así como también las formas en que se puede cometer el delito y las
personas que pueden responder de su comisión, entre otras cuestiones.
igualmente, que los intereses de las víctimas que han sido afectados
por el delito queden resarcidos, tal como ahora lo prevé expresamente
la fracción I, apartado A, del artículo 20 constitucional59.
2) El nuevo sistema procesal penal, por tanto, además de ajustarse
a la ideología del Derecho penal material60, debe estar en condicio-
nes de cumplir la importante función de hacer efectivos los objetivos
político-criminales que se le han atribuido al Derecho penal sustan-
tivo o material, dentro de los mismos parámetros constitucionales y
convencionales; por lo que, si el Derecho penal material cumple una
función social, el proceso penal debe procurar que ello se logre, es
decir, la función social que corresponde al Derecho penal tiene que
ser debidamente atendida por el Derecho procesal penal y por todo el
sistema de justicia penal que se construye en torno a dichos objetivos61.
Por ello, el CNPP debió estar diseñado para que el proceso penal
cumpla los objetivos político-criminales del Derecho penal material;
lo que se puede lograr a través de un mayor acceso a la justicia, de
una justicia más ágil y sin menoscabo de los derechos y garantías de
víctimas e imputados, de decisiones judiciales debidamente fundadas
y motivadas y regidas por la idea de justicia, de suerte que sólo se
sancione al culpable, se combata eficazmente al delito y se respeten
los derechos humanos de todos, entre otros objetivos.
3) Ahora bien, para lograr el fin del proceso penal, que es la ob-
tención de la verdad material, ésta resulta posible gracias a la libre
valoración de la prueba que se realiza en un juicio oral, que posee una
base racional-objetiva fundada en reglas de la lógica, en el sentido de
una producción clara y consecuente de la prueba, a la que se suma la
convicción personal del juez sobre la verdad objetiva, y que incide en
las reglas de la sana crítica62.
59 Por ello, los objetivos político-criminales del Derecho penal y la forma de al-
canzarlos dependen del tipo de política criminal y penal que se adopte, el cual puede
responder a tendencias democráticas o a exigencias autoritarias, según sus postula-
dos básicos, los principios en que se sustente y sus rasgos característicos.
60 Según la Constitución e instrumentos internacionales en que se sustenta.
61 Por lo tanto, es inadmisible la idea de que el proceso penal puede cumplir su
función sin considerar al Derecho penal material, que es su razón de ser; de otra ma-
nera el proceso penal carecería de sentido.
62 Que se usa tanto en el modelo procesal penal alemán y español como en las
311
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Alternativa, Valencia, 2000, p. 107, con acierto señala que, decir proceso acusatorio
es un pleonasmo, pues no puede existir verdadero proceso si éste no es acusatorio.
Comentario:
La prueba anticipada tiene como presupuesto que la persona que
debe proporcionar información respecto de los hechos delictivos, po-
dría no encontrarse presente en el país al momento en que tenga lugar
la audiencia de juicio oral o bien, que dicha información se pueda per-
der en tanto que el órgano de prueba pueda no estar en condiciones de
proporcionarla en juicio. Se trata de preservar la materia de la prueba.
Así, por ejemplo, la persona que ha sido testigo de un hecho delictivo
pero que dejará el país, o se encuentra en una situación crítica de salud
donde se tema su muerte, lo que en ningún caso garantizaría su pre-
Comentario:
Congruente con el texto constitucional, el imputado tiene derecho
a ofrecer medios de prueba ante el juez de Control durante la audiencia
inicial. Un medio de prueba ahí ofrecido, sigue para su desahogo las
reglas probatorias del juicio oral.
No obstante, esto que era del todo claro y acorde a la norma cons-
titucional fue motivo de especial atención por la Setec y sus colabo-
radores de la Procuraduría General de la República, que trataron de
transformar la norma existente a la propuesta que se contenía en el
Código Procesal Penal del Estado de México, que ninguna relación
guarda con el Código Nacional de Procedimientos Penales. ¿Por qué
fue así? Porque los actores de Setec venían justamente del Estado de
México y su comprensión se limitaba a las normas de su Código Pro-
cesal Penal, mas no a las del Código Nacional de Procedimientos Pe-
nales. Se argumentaba aquí como razón para proponer esta reforma y
sobre el derecho de defensa, que se buscaba evitar mini juicios durante
la audiencia inicial, cuando justamente el texto constitucional autoriza
ese ejercicio probatorio-defensivo en la audiencia inicial.
En la propuesta del Senado se establecía que en la audiencia inicial
la defensa no podría probar ante el juez de Control, sino que debía acu-
dir ante el Ministerio Público a presentar “datos de prueba” para que
después éste lo informara al juzgador. La norma del Estado de México
que establecía este mecanismo fue declarada inconstitucional por un
Tribunal Colegiado de Circuito. Este modelo seguido por los Estados
de México y Guanajuato ha merecido un rechazo abrumador, pues se
ha considerado que si se está en audiencia inicial y por ello ante juez
de Control, no hay por qué regresar ante el Ministerio Público —por
mucha etapa de investigación que sea— para que se le reciban al impu-
tado “medios probatorios”.
La propuesta del Senado establecía ese regreso al Ministerio Pú-
blico, mientras que la minuta de los diputados absurdamente habló de
presentación de “datos de prueba” en delitos que no ameritaban prisión
preventiva oficiosa, y de “medios de prueba” cuando el delito sí la
ameritaba, porque lo que hicieron fue un burdo traslado del texto del
Senado que ya se había abandonado, al texto de los diputados.
En el texto de los diputados se aprecia que si bien se ha eliminado
esa idea de que la defensa debe acudir al Ministerio Público en au-
diencia inicial para que por su conducto se le reciban esos “datos de
prueba”, la minuta incurría en mayor gravedad, pues en el ámbito
Comentario:
La propuesta del Senado de la República preveía para la audiencia
inicial, la presentación de los registros de la investigación al juez de
Control. Esto reflejaba que quien redactó ese texto no entendía que
en el acusatorio los jueces no reciben los registros de la investigación
como sí acontecía en el sistema tradicional con la averiguación previa.
Aquí se aprecia lo que en algún momento sucedía —ciertamente ya
desterrado— cuando algunos jueces solicitaban las carpetas de inves-
tigación, derivado de enseñanzas equívocas que partieron de la defi-
ciente capacitación que se impartió en el Estado de México.
En el acusatorio, conforme al Código Nacional de Procedimientos
Penales, los jueces resuelven con la información que las partes propor-
cionan en audiencia pública y oral; actividad en la que las partes han
de ejercer control sobre su contrario para que la información que sea
proporcionada al juzgador sea veraz.
Se mantenía el mismo error señalado respecto del diverso artículo
314, pues se pretendió que si el delito no ameritaba prisión preventiva
oficiosa, se hablara de “datos de prueba”, con la intención de que fue-
ran recibidos durante la audiencia inicial por el Ministerio Público y
no por el juez de Control; y en caso de delitos que ameritaran prisión
preventiva oficiosa, se tratase de “medios de prueba” recibidos ante el
juez de Control.
Esta aberración se vio reflejada nuevamente en la minuta de los
diputados, pues ahí se hizo la distinción en el sentido de que: si no hay
prisión preventiva oficiosa procedería presentar “datos de prueba” al
juez de Control, y en caso que sí existiera ésta, lo que se ofrecerían
serían “medios de prueba”. El absurdo resultó de la mayor gravedad,
pues se decía que la audiencia continuaría con la presentación —no
ofrecimiento— de los “datos de prueba” presentados por la defensa o
imputado y entonces, si ésta era la previsión para lo que quiso ser el
texto propuesto por el Senado pero que aquí se abandonó ¿cómo sería
que el defensor habría de presentar directamente al juez esos datos,
si las reglas probatorias y del sistema en sí mismo lo prohíben? Ésta
es una de las causas, la más común de todas, por las que los jueces de
Control corren a abogados defensores inexpertos, es decir, justamente
por pretender hacer esto en la audiencia inicial.
Piénsese en un “dato de prueba” de la defensa: la entrevista a un
testigo que tiene en un escrito: ¿qué acaso la va a presentar (entregar)
al juez de Control diciéndole tenga este papel que es una entrevista?
Comentario:
La minuta de los diputados iniciaba destacando el deber de las par-
tes de dar a conocer a los demás intervinientes. Esto derivaba de no
conocer la diferencia entre partes e intervinientes en el acusatorio. La
minuta preveía que se descubriera la prueba a la policía, a los peritos,
a todo tipo de auxiliar de las partes que son intervinientes, pero que
no son partes. Toda parte es interviniente, pero no todo interviniente
es parte y el descubrimiento es entre partes solamente (el artículo 105
CNPP se refiere a todos los intervinientes, pero señala quiénes son sólo
partes). Así, no tienen un deber a cargo para descubrir a las partes, ni
a la policía, ni los peritos, ni a la autoridad de supervisión de medidas
cautelares, pues si bien son intervinientes, también es cierto que no
son partes.
Tan es así que la minuta de los diputados establecía que las partes
descubrirán a los intervinientes; y esto quiere decir que la defensa, el
acusado, el fiscal, la víctima y su asesor jurídico que son las partes, le
tendrían que entregar copia de sus registros y dar acceso a los mismos
según el caso, a la policía, a los peritos y cualquier auxiliar —que son
intervinientes más no partes—.
El descubrimiento probatorio es entre partes: acusado y su defensa,
ministerio público, víctima y su asesor jurídico, mas no así con quienes
no son partes. El descubrimiento del Ministerio Público, dada la carga
de probar la acusación, siempre es el primero que surge para garantizar
al acusado poder defenderse ante un estado poderoso.
Este descubrimiento se cumple primero que nada haciendo entrega
de copia simple o reproducción de los registros de la investigación,
además del acceso a aquéllos que no se pueden entregar en copia:
ejemplo: una evidencia material (pistola) o el acceso a lugares (por
ejemplo, la casa donde ocurrió el hecho). Debe descubrirse entonces
haciendo entrega de copia de los registros y, además, dando acceso a
lo que no es factible de ser reproducido. El texto antes de su reforma
era sumamente claro en el alcance del deber de descubrir, no había por
qué reformarlo.
Como se ve de la minuta de los diputados, se relevaba o quitaba
al Ministerio Público el deber principal en todo descubrimiento de
entregar copia de sus registros a la defensa; con ello, se proponía un
descubrimiento probatorio que nacería muerto. La minuta iba en contra
de todo el sentido del descubrimiento, pues sólo le obligaba al fiscal a
dar a la defensa acceso, más no a entregar copia de sus registros. La
Comentario:
Este ofrecimiento debe realizarse por conducto del juez de Control
para que éste sea quién notifique a la defensa del mismo y le haga en-
trega del escrito y constancias correspondientes. La víctima y su asesor
jurídico deben acompañar a su ofrecimiento copias de los registros
relacionados con ello (entrevistas, informes periciales, documentos,
fotografías, etcétera).
Es un error pretender ofrecer una prueba pericial por la víctima y
resguardarla hasta tres días antes de la audiencia intermedia, pues sin
perjuicio que ello conducirá al obligado diferimiento de su celebración,
podría quedarse sin la misma al ser que tuvo toda la oportunidad para
su práctica o para la solicitud de la misma al Ministerio Público. El
ofrecimiento, descubrimiento y notificación de ello al acusado, detona
el inicio del cómputo del plazo para el descubrimiento a su cargo, a
menos que requiera de mayor tiempo para prepararlo.
Comentario:
La reforma emprendida implicó reducir el plazo del descubrimiento
que favorecía al acusado y que era de veinte días a diez. No obstante,
como se ha dicho, la defensa siempre podrá solicitar mayor plazo para
preparar el descubrimiento a su cargo o su caso, siempre que lo justifi-
que al juez de Control. Lo que aquí destaca es que queda sin resolver,
por tanto, para resolución de los juzgadores de Control, determinar en
cada caso cuándo inicia el cómputo del plazo para descubrir a cargo
de la defensa, según exista o no coadyuvancia constituida, como ofre-
cimiento o no de “medios de prueba” por la víctima u ofendido.
Comentario:
Aún y cuando el plazo para la celebración de la audiencia interme-
dia se fijó en treinta días, el cumplimiento del deber de descubrir a
cargo de la defensa, sobre todo si Ministerio Público y/o víctima y su
asesor jurídico resguardan sus informes periciales hasta tres días antes
de la celebración de la audiencia intermedia, como si la defensa nece-
sita de mayor plazo para su preparación, ocasionará el diferimiento de
la misma. En mi opinión, la norma debió reservar el señalamiento de
la fecha de la audiencia intermedia una vez realizado el descubrimiento
probatorio de la defensa a favor del fiscal y de la víctima u ofendido y
su asesor jurídico, pues de lo contrario es factible prever al menos por
una ocasión un diferimiento en automático de la primera fecha para
celebrar la audiencia intermedia.
Comentario:
Antes de esta reforma, la regla del contrainterrogatorio seguía la
conocida como “regla americana”, bajo la cual, el contra examen se
limitaba a lo que había sido materia del interrogatorio directo, esto es,
a lo que el testigo/perito cuestionado en este último había manifestado,
pero a la vez, a los temas atinentes a la credibilidad del mismo.
La derogación del párrafo no implica que desaparecieran las reglas
del contra examen, que se mantienen partiendo de reconocer para el
mismo la técnica de las preguntas sugestivas, sino que lo que quiso
el legislador fue eliminar esas limitantes que se preveían a la materia
contra examen, vid. LILLY, Graham C., An Introduction to The Law of Evidence,
2a ed. West Publishing Co, 1987, pp. 110 a 112.
Mesa VIII
* Este texto constituye una síntesis del Informe Especial Adolescentes: Vulnera-
bilidad y Violencia que la autora realizó para la CNDH, organismo que próximamente
lo publicará in extenso.
** Doctora en Antropología Social y Psicoanalista, investigadora del Centro de
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Instituto de Investigaciones Jurídicas
II. Metodología
Sinaloa y Coahuila fueron visitados en 2014, pero agregamos los resultados que obtu-
vimos en aquel primer diagnóstico, ya que fue realizado con la misma metodología e
instrumentos que se utilizaron en las trece entidades restantes que visitamos en 2016.
centes internos por delito en las trece entidades a las que acudimos en 2016, ya que en
las cuatro entidades estudiadas en 2014 no nos fue posible obtener este dato.
Fuente: Estadísticas proporcionadas por las autoridades de los Centros de Internamiento para
Adolescentes en trece entidades de la República, 2016.
Este dato muestra que por lo menos una tercera parte de los y las
adolescentes no eran primo-delincuentes, sino que llevaban algún
tiempo cometiendo delitos. Ello permite ver que el hecho de que con-
tinuaran delinquiendo y, sobre todo, escalando en los niveles de violen-
cia, no sólo es responsabilidad de quienes cometieron esos actos sino
también de quienes, en su entorno, no fueron capaces de contenerlos
y brindarles oportunamente la atención que requerían, lo que quizás
pudo haber evitado importantes daños para ellos mismos y para la
sociedad.
Los relatos que los adolescentes hicieron acerca del delito que come-
tieron, nos permiten distinguir claramente tres grupos que apuntan a
características o modalidades distintas de la conducta delictiva.
1. Crimen organizado
detallados de los diferentes rangos que existían en los grupos que par-
ticiparon, así como de la manera en que era posible ir escalando hacia
niveles más altos en la jerarquía de dichos grupos.
nada, nos dejaban trabajar, pero a otros niveles era más difícil
que estuvieran comprados”.
Al preguntarle que cómo fue que ingresó por primera vez al
grupo, dijo: “en mi caso, fue cuando me salí de vivir con mi her-
mana y me puse a trabajar por mi cuenta, y ahí llegaban halcones,
tienderos, y te ofrecían el dinero y la droga y entonces caes…”.
Señala que hay algunos compañeros que se deprimen por estar
encerrados pero que él piensa que la mayoría de los jóvenes in-
ternos sale de la institución mejor que como entraron. Su mayor
sueño sería poder ingresar al Ejército para servir, dice.
2. Pandillas
3. Delitos individuales
Yolanda es una joven que lleva tres años interna en un centro para
adolescentes en el Estado de Chihuahua y quien tiene una pena
de 14 años por haber dado muerte a sus padres adoptivos. Ella
estudió hasta el primer grado de la preparatoria antes de ingresar
y dice que le gustaba mucho estudiar. Su padre biológico es un
hombre que pide limosna en las calles de la ciudad. Su madre
biológica murió de SIDA cuando ella nació. Cuando ella tenía un
año, fue adoptada por una pareja en la que el padre tenía 65 años
y la madre 45. Éste era el segundo matrimonio para el señor que
tenía seis hijos de una unión previa. Ella explica: “los hijos de
mi papá adoptivo no eran como mis hermanos, no procuraban a
su papá más que para pedirle dinero y eso me molestaba mucho.
Ellos ya eran mayores de edad cuando yo era pequeña”.
Ella habla de su padre adoptivo como su “padrastro” y refiere ha-
ber sufrido malos tratos, humillaciones y abusos sexuales por parte
de él cuando era pequeña. Señala también que su madre adoptiva
le tenía miedo a su padrastro y por eso no la defendía. El padras-
tro consumía alcohol con frecuencia y era dueño de varios bares
y cantinas en la localidad, así como tenía diversas propiedades y
cuentas bancarias, por lo que tenía una buena posición económica.
“Yo quería amor —dice Yolanda— y ellos sólo lo compraban todo
V. Conclusiones
El estudio más amplio que realizamos da cuenta con detalle de las si-
tuaciones de vulnerabilidad que los y las adolescentes han enfrentado y
que precedieron, y en buena parte contribuyeron, a su involucramiento
en actividades delictivas. Estas son, por así decir, las condiciones de
vulnerabilidad primaria que enfrentaron en su entorno.
De igual modo, el estudio más amplio muestra con detalle que a las
condiciones de vulnerabilidad primaria se agregan las que tienen lugar
cuando los y las adolescentes entran en contacto con las instituciones
de seguridad y justicia. Denominamos a éstas como condiciones de
vulnerabilidad secundaria. Con ello nos referimos a las dificultades
que muestran estos sistemas para operar, en todas sus fases, dentro del
marco de la ley y proporcionar así a los adolescentes una experiencia
de legalidad y de ejercicio de derechos.
El estudio —del cual hemos mostrado aquí sólo una parte— nos
permitió concluir que la mayoría de los adolescentes que escucha-
mos, atravesaron por experiencias difíciles y dolorosas que les han
producido daños importantes y que ellos, a su vez, han replicado en
los demás. Desafortunadamente, los elementos que les brindan los
centros de internamiento, no siempre les permiten hacerse cargo de
su responsabilidad, comprender a fondo su situación y estar en con-
diciones de reparar los daños físicos y emocionales que han sufrido y
que han hecho padecer a otros.
Como diversos estudios internacionales han mostrado (Department
of Justice 2012; MacArthur 2015), es importante ayudar a los adoles-
centes a sanar, dentro del sistema de justicia, respondiendo de manera
apropiada a sus necesidades de desarrollo y asegurando que el sistema
en sí mismo no les produzca más daños. Cuando los adolescentes trau-
matizados violan las leyes y se involucran en actividades delictivas,
incluso de manera repetida, ellos aún necesitan y merecen la ayuda
por parte de los adultos. Los sistemas deben tener la capacidad para
reconocer la pesada carga que algunos niños y adolescentes llevan, y
ayudarlos a transitar hacia una adultez saludable y productiva, prove-
yéndoles servicios que tomen en cuenta los daños que les ha provocado
el haber estado expuestos a la violencia. Con mucha frecuencia los
sistemas de justicia se apoyan en respuestas punitivas y hacen juicios
que resultan tan dañinos como inefectivos para los adolescentes in-
fractores.
Queda claro, entonces, que nuestro país tiene mucho por hacer para
brindar mejores condiciones a sus niños, niñas y adolescentes, espe-
cialmente a aquellos que se encuentran en circunstancias de mayor
vulnerabilidad. Y hay también muchas tareas pendientes para que los
sistemas de justicia logren proporcionar a los y las adolescentes los
elementos, las herramientas que requieren para poder efectuar el trán-
sito hacia la edad adulta en las mejores condiciones posibles, que les
permitan reducir su situación de desventaja en relación con otros jóve-
nes del país. De no hacerlo, se les estará condenando a vivir de manera
permanente en condiciones de desventaja, sin que logren desarrollar
todo su potencial y sus capacidades y sin que tengan la oportunidad de
aportarlos en beneficio de ellos mismos y de la sociedad.
1. Denominación de la ley
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Advertimos que estos no son servicios sino los medios que establece
la Constitución para lograr la reinserción social del sentenciado, y no
puede llegarse al extremo de considerar al centro como si fuera una
estancia similar a la de un hotel, en la que se cumplen ciertas normas
de disciplina. Es claro que la estancia en los centros donde se encuen-
tran privados de su libertad los sentenciados es una pena, en la que
los sentenciados de manera obligatoria deben cumplir con las normas
de disciplina y el “plan de actividades” que le determine la autoridad
a través de los especialistas en la materia de derechos humanos, del
trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el de-
porte. Este “plan de actividades” debe ser individualizado, previo el
estudio de las características personales del sentenciado, considerando
además el delito cometido.
Sólo a través de un plan de actividades individualizado es posible
dar cumplimiento al objetivo de la prisión, la reinserción social, y
lograr que las condiciones personales del sentenciado lo lleven a no
volver a delinquir.
En relación con la materia de la reinserción social es necesario con-
siderar las punibilidades vigentes, que alcanzan de los 80 a 140 años de
prisión, como es el caso del artículo 11 de la Ley General para Prevenir
y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, reglamentaria de la
fracción XXI, del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos que establece: “Si la víctima de los delitos previstos
en la presente Ley es privada de la vida por los autores o partícipes de
los mismo, se impondrá a estos una pena de ochenta a ciento cuarenta
años de prisión y de doce mil a veinticuatro mil días multa”. Ante estas
irracionales punibilidades es válido preguntar ¿es posible que un sen-
tenciado a 140 años de prisión esté en posibilidad de reinsertarse a la
sociedad cumpliendo puntualmente con su plan de actividades diseñado
por especialistas, es decir, que se le respeten sus derechos humanos, se
le proporcione capacitación para el trabajo, se le proporcione trabajo,
se le brinde educación y se le preste atención eficaz para que tenga
salud y practique algún deporte? Por lo que es válido concluir que los
legisladores deben reflexionar sobre si estas penas tan altas que esta-
blecen las leyes penales son las adecuadas o son respuestas producto de
la desesperación para tranquilizar a la sociedad ante el incremento
de la incidencia delictiva asociada a la impunidad y a la corrupción.
Es un acierto de la ley establecer normas que protegen a las mujeres
privadas de libertad y a los hijos que las acompañan de una serie de
Por otra parte, los comentarios de una ley no deben escapar de los
que corresponden a los artículos transitorios, y en el caso, relacionados
con el tema justicia terapéutica y el beneficio de la libertad anticipada
a que se refiere el artículo décimo transitorio, en la que sin tener que
satisfacer ninguno de los requisitos de las fracciones IV y VII del ar-
tículo 141 de la ley, es decir, haber satisfecho el plan de actividades
y que éste haya cumplido el 70% de la pena impuesta en los delitos
dolosos o la mitad tratándose de delitos culposos, procede el beneficio
de esta libertad anticipada en los sentenciados que hayan cometido los
siguientes delitos: fracción I, robo cuyo valor de lo robado no exceda
de 80 veces la unidad de medida y actualización, y cuando en la comi-
sión del delito no haya mediado ningún tipo de violencia.
El primer cuestionamiento que surge respecto de los sentenciados
que se ubican en esta hipótesis es que el juez de Ejecución tendrá que
acudir al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, por ser la au-
toridad competente para precisar la unidad de medida y actualización
para el 2016 (y que precisó en unidad de medida diaria en $73.04), la
unidad de medida no está prevista en una ley, sino la fija una autoridad
administrativa.
En la fracción II se determina qué grupo de sentenciados puede ob-
tener esta libertad anticipada que se establece en el décimo transitorio
y son aquellos que hayan cometido el delito de posesión de marihuana,
sin fines de comercio o suministro, contemplado en el artículo 477 de
la Ley General de Salud, y cuando en la comisión del delito no haya
mediado ningún tipo de violencia, ni la concurrencia de más delitos. Es
evidente que en esta fracción II, se incurre en la violación del derecho
humano a la igualdad de trato, previsto en el párrafo 1º del artículo 1º
constitucional, habida cuenta de que sólo serán beneficiados los adictos
a la marihuana y no los adictos a otras drogas.
La reflexión y la pregunta obligada en estos dos tipos de senten-
ciados es que son beneficiados sin mayor requisito, sólo a partir de la
vigencia de la ley. Se viola el derecho fundamental de la igualdad,
en virtud de que son casos iguales a los que se refiere la justicia tera-
péutica que requiere que los beneficiados se sometan a un programa de
tratamiento. En suma, el contenido de este artículo décimo transitorio
sólo es un procedimiento para reducir significativamente la población
penitenciaria sin hacer un estudio de la personalidad de los liberados y
para determinar si no constituyen un factor de riesgo para la sociedad
y que no se sometieron a ningún programa de tratamiento.
SEGURIDAD PÚBLICA
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a víctimas y los retos que enfrenta la consolidación del nuevo
sistema penal acusatorio, son algunos de los asuntos que son Coordinadores
Coordinadores
revisados en este libro.
Todo lo que usted quería saber Revista Mexicana de
sobre el Nuevo Proceso Penal Bajo la coordinación de Sergio García Ramírez, Olga Is- Ciencias Penales
Inacipe las de González Mariscal y Victoria Adato Green, aquí se da Número 1
Inacipe
cuenta de la XVII edición de las Jornadas sobre Justicia Penal
Luces y sombras de la prisión celebradas en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
¿A DÓNDE VAMOS?
Derechos Fundamentales ¿Por qué no debe suprimirse
Jurisprudencia constitucional penal el Derecho penal?
Bernardino Esparza Martínez Winfried Hassemer