Tarea 5 de Deontologia

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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTO (UAPA)

ESCUELA DE CIENCIA JURIDICA Y POLITICAS

PARTICIPANTE:

MATRICULA:

FACILITADOR:
RAFAEL ENRIQUE MIESES CASTILLO

MATERIA:
DEONTOLOGÍA JURÍDICA

TEMA: 5
EL SECRETO PROFESIONAL
INTRODUCCION
El abogado tiene el deber de cooperar con la administración de justicia mediante
la defensa jurídica de los intereses que le sean confiados. La actuación del
abogado debe ser siempre libre e independiente y, como profesional, el letrado
recibirá el amparo de los tribunales en su libertad de expresión y defensa. La
dignidad de la función del abogado comporta que goce de todos los derechos
inherentes a la misma y como contrapartida se le exige probidad, lealtad y
veracidad en el fondo de todas sus declaraciones, así como la utilización de
formas respetuosas en sus manifestaciones y siempre guiado por el principio de
buena fe. Por último, el abogado tiene el deber y el derecho de guardar secreto
profesional de todos los hechos y noticias que conozca por razón de su actuación
profesional y no puede ser obligado a declarar sobre ellos. En la colisión de
intereses que pueda darse entre el deber de guardar el Secreto Profesional y la
obligación de colaborar con la justicia debe normalmente prevalecer el primero,
única manera de tutelar la funcionalidad de la profesión garantizando a toda
persona su libertad para desenvolverse frente al abogado con confianza y libre de
toda inquietud. Constituye una emanación del principio de reserva que le impone
al abogado callar todo aquello que ha llegado a su conocimiento con ocasión del
desempeño de las tareas profesionales que se le han encomendado, discreción y
reserva que no sólo debe mantener en sus contactos con el cliente sino con sus
familiares y terceros. La violación del Secreto Profesional es sancionada como
prevaricación en la segunda alternativa conductual prevista en el artículo 231 del
Código Penal, cuando con abuso malicioso de su oficio descubriere los secretos
de su cliente.

Según Ángel Ossorio, expresa que, sólo hay un procedimiento; con respecto al
Secreto Profesional: no contárselo a nadie, ni a los compañeros de despacho,
salvo lo que sean también del mismo asunto y tengan, por eso, el mismo deber, ni
siquiera a la esposa, absolutamente a nadie.

Objetivos Específico
- Plasmar la importancia de guardar el secreto profesional
- Beneficios de mantener la ética en el derecho

La opinión de Ángel Osorio este aspecto.

“El abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo cueste”. Agrega
“antiguos autores franceses lo relevaban de la obligación ante la amenaza del
Rey. Pero en buenas normas profesionales, no es admisible quebrantar el secreto
ni ante la mayor amenaza ni ante el mayor peligro”

Guardar el secreto profesional constituye un deber y un derecho del


Abogado. Para con los clientes un deber que per-dura en lo absoluto, aún
después de que les haya dejado de prestar sus servicios; y es un derecho del
Abogado por lo cual no está obligado a revelar confidencias. Llamado a declarar
como testigo, debe el letrado concurrir a la citación y con toda independencia de
criterio, negarse a contestar las preguntas que lo lleven a violar el secreto
profesional o lo exponga a ellos.

Ángel Osorio también dice que a su parecer, el secreto profesional es una


responsabilidad grandísima, a veces llega a ser una carga insoportable, y es
entonces que el abogado, demuestra que en realidad es una persona con
formación moral y ética, al no revelar secretos, aun cuando la revelación sea de su
conveniencia.

El secreto frente a los terceros.

Muchos colectivos profesionales están sujetos a normativas y código


deontológicos que regulan el derecho y el deber del secreto profesional. Esto
supone que el profesional no puede divulgar las confidencias que reciben en el
desempeño de su profesión teniendo la obligación de mantener ocultos los datos y
hechos confidenciales.

El secreto frente a los terceros.


Problema especial en relación con el secreto profesional constituye determinar si
el ámbito subjetivo de protección, lo que es lo mismo el sujeto protegido o alcance
personal del cobertura instituto, se extienda más allá del cliente como sujeto
natural de la misma y alcanza a los terceros a la relación de este con su abogado.
Y, en su caso, que terceros. Ya sabemos que existen unos terceros a dicha
relación que viene protegidos por el deber de secreto, que son la parte adversa y
su defensor. el problema por tanto consiste en determinar si existe otros terceros
aparte de los señalados que sean también sujetos de protección del deber de
secreto, o no.

El secreto ante las necesidades de la defensa.

La obligación del secreto cede a las necesidades de la defensa personal del


profesional en derecho, cuando es objeto de persecuciones de su cliente. Puede
revelar entonces lo que sea indispensable para su defensa y exhibir, con el mismo
objeto los documentos que aquel le haya confiado.

Guardar el secreto más allá de la terminación del servicio.

El abogado guardara el más riguroso secreto profesional. Este deber fundamental


subsiste integrante de pues que el abogado ha dejado de prestarle sus servicios al
cliente. El abogado tiene el derecho de negarse a testificar contra su cliente y
podrá abstentarse de contestar cualquier pregunta que envolviese la revelación
del secreto o la violación de las confidencias que le hiciere su cliente.

Cuando debe revelarse un secreto profesional.

El abogado que es objeto de una acusación de parte de cliente o de otro abogad,


puede relevar el secreta profesional que el acusador o terceros le hubieren
confiando, si mira directamente a su defensa. Cuando un cliente comunica a su
abogado la intención de cometer un delito, tal confidencia no queda amparada por
el secreto profesional. El abogado debe hacer las revelaciones necesarias para
prevenir un acto delictuoso o proteger a personas en peligro.

CONCLUSION
La abogacía es una profesión liberal que, en orden a la justicia, otorga de manera
exclusiva y excluyente la posibilidad de defensa jurídica de las partes
intervinientes en un litigio. Para ser parte en un proceso no sólo es preciso que el
sujeto tenga capacidad procesal: los litigantes no pueden actuar ante un tribunal
de forma directa, pues es preciso tener un conocimiento del orden jurídico que
sólo se reconoce en el Abogado, que es el jurista que se dedica de forma
profesional a la defensa de los intereses que se le encomiendan y el que asume la
dirección técnica de dicha defensa. El Abogado como auxiliar y servidor de la
justicia y colaborador en su administración, no deberá olvidar que la esencia de su
deber profesional consiste en defender los derechos de su cliente con diligencia y
estricta sujeción a las normas jurídicas y a la ley moral.

La esencia del deber profesional del abogado es la de ser un servidor de la justicia


y un colaborador de su administración, según lo señala el artículo 1º de nuestro
Código de Ética Profesional. De aquí fluye su obligación de tomar en
consideración principal el interés general de la recta administración de justicia de
la cual es un activo auxiliar. Aquí surge un clarísimo conflicto de intereses no
siempre de fácil solución. Algunos de estos conflictos están solucionados de
manera expresa en la ley, como ocurre con la obligación de atestiguar, la cual se
puede excusar en el secreto profesional confiado. Está claro sin embargo, que el
abogado jamás podrá adquirir la calidad de sospechoso en un acto delictivo
cuando los únicos antecedentes que se esgrimen en su contra provienen de su
intervención profesional no fluyendo con claridad el conocimiento del ilícito de su
parte. Después de un examen exhaustivo sobre las actitudes y requisitos para el
ejercicio de la abogacía, en la República Dominicana; nos damos cuenta que, el
abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y
orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre sus
derechos. En nuestra sociedad aparecen normalmente personas que son
Licenciados en Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no
trabajan ni están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de
un abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad.

Partiendo de esto conceptos recomendamos a los abogados y a las universidades


reforzar los conocimientos de éticas y aplicación; además el colegio de abogado
debe tomar más seriamente los reglamentos éticos en la profesión de la abogacía,
aplicándolo de manera efectiva.

BIBLIOGRAFIA
Ley No. 91, de fecha 3 de febrero de 1983, que instituye el Colegio de Abogados
de la República Dominicana.

Decreto No.1063-03, que ratifica el Código de Ética del Colegio de Abogados de la


República Dominicana. G.O. 18613.

Del Orbe, Alejandro Sócrates. "Deontología Jurídica", Ediciones fundación hombre


y universo, Santo Domingo, Rep. Dom. 2000.

Osorio, Ángel, "El Alma de la Toga", 4ta edición, editorial Losada, Buenos Aires
Argentina, Argentina, 1940.

Desclos, Jean, "Una moral para la vida", en Curso de Ética Profesional Jurídica,
San José, Costa Rica. 2005.

Torre Díaz, Francisco Javier de la, "Ética y Deontología Jurídica", Madrid, España,
2000.

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