Accidentes de Transito - Cecilia Danesi

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CECILIA CELEVE DANESI

SUJETOS RESPONSABLES. EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD. DANO RESARCIBLE.


CUANTIFICACIÓN DEL DANO. GASTOS DE REPARACIÓNDEL V E H ~ C U L OPÉRDIDA
.
DE CHANCE. LESIÓNA LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS (INCAPACIDAD
SOBREVINIENTE). GASTOS MÉDICOS, FARMACÉUTICOS Y DE TRANSPORTE.
INDEMNIZACIÓN POR FALLECIMIENTO (VALOR VIDA). ~NDEMNIZACIÓN
DE LAS CONSECUENCIAS NO PATRIMONIALES (DANO MORAL). INTERESES.
PRESCRIPCIÓN
LIBERATORIA. SEGURO DE RESPONSABILIDAD ClVlL

CUESTIONES PROCESALES PRUEBA DEL DANO. MEDIOS DE PRUEBA. PERICIA


MECANICA. CARGA Y VALORACIÓN DE LA PRUEBA. T E O R ~ A
DE LAS CARGAS
PROBATORIAS DINAMICAS. EXCEPCIONES A LA CARGA DE LA PRUEBA DEL DANO.
OPOSICIÓN A LAS MEDIDAS PROBATORIAS. VIGENCIA DE LOS FALLOS PLENARIOS.
RELACIÓNENTRE LA ACCIÓN ClVlL Y PENAL. C I T A C I ~ NDE TERCEROS

NUEVAS TENDENCIAS PLATAFORMAS DE SERVICIOS: UBER, CABIFY, BLABLA CAR.


DANOS OCASIONADOS POR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: VEH~CULOS
AUTÓNOMOS

prólogo de SEBASTIÁN PICASSO

hammurabi
JOSE LUIS DEPALMA EDITOR
O Copyright by
editorial hammurabi s.r.1.
Talcahuano 481 - 4" piso
C 1013AAI - Buenos Aires - Argentina
Tel.: (54-1 1) 4382-3586 -líneas rotativas-
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Tel.: 4382-2080 -líneas rotativas-

Esta edición se terminó de imprimir


en el mes de mayo de 2019
en «Docuprint S.A.))
Tacuarí 123, Buenos Aires - Argentina
Hecho el depósito de ley 11.723
Derechos reservados
Prohibida su reproduccióntotal o parcial
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
ISBN: 978-950-741-992-8 (rústica)

CECILIA CELESTE DANESI


ACCIDENTES DE TRÁNSITO
l a edición, Buenos Aires, Hammurabi, 201 9
422 ps., 23 x 16 cm.
ISBN: 978-950-741-992-8
1. Derecho civil. l. Título
CDD 346
Fecha de catalogación: 7151201 9
DAÑOSOCASIONADOS
POR LA CIRCULACIÓN DE VEH~CULOS

SUJETOS RESPONSABLES. EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD. DANO RESARCIBLE.


CUANTIFICACIÓNDEL DANO. GASTOS DE REPARACIÓNDEL VEH(CULO.PÉRDIDA
DE CHANCE. LESIÓNA LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS (INCAPACIDAD
SOBREVINIENTE). GASTOS MÉDICOS, FARMACÉUTICOS Y DE TRANSPORTE.
INDEMNIZACIÓNPOR FALLECIMIENTO (VALOR VIDA). INDEMNIZACIÓN
POR LAS CONSECUENCIAS NO PATRIMONIALES (DANO MORAL). INTERESES.
PRESCRIPCIÓNLIBERATORIA. SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

CUESTIONES PROCESALES PRUEBA DEL DANO. MEDIOS DE PRUEBA. PERlClAL


MECANICA. CARGA Y VALORACIÓN DE LA PRUEBA. T E O R ~ DE
A LAS CARGAS
PROBATORIAS DINAMICAS. EXCEPCIONES A LA CARGA DE LA PRUEBA DEL DANO.
OPOSICIÓNA LAS MEDIDAS PROBATORIAS. VIGENCIA DE LOS FALLOS PLENARIOS.
RELACIÓNENTRE LA ACCIÓN CIVIL Y PENAL. CITACIÓN DE TERCEROS

NUEVAS TENDENCIAS PLATAFORMAS DE SERVICIOS: UBER, CABIFY, BLABLA CAR.


DANOS OCASIONADOSPOR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: VEH~CULOS
AUTÓNOMOS

prólogo de SEBASTIÁN PICASSO

hammuraki
JOSE LUIS DEPALMA EDITOR
A M I MAMA, VIVIANA,
POR SU AMOR INCONDICIONAL
Ningún tema es más actual que los temas clásicos. Precisamente porque -como
decía Calvino-un libroclásico-o un tema clásico, añadimos nosotros-nunca ter-
mina de decir lo que tiene que decir1. Sostiene Bloom que lo canónico está caracte-
rizado por una extrañeza que nunca acabamosde asimilar, o bien porqueseconvier-
te en algo tan asumido que permanecemos ciegos a sus características2.No decimos
nada nuevo si apuntamos que lo clásico sigue determinando -en las más diversas
formas- la realidad de nuestro presente. Steiner afirma que los mitos griegos con-
tinúan, aun hoy, dominando y dando forma vital a nuestrosentido del yo y del mun-
do3, mientrasque Borges sostuvo que todas las miles de metáforasque emplea la li-
teratura pueden reconducirsea un número muy pequeño de "viejos modelos" que,
sin embargo, admiten un número casi infinito devariaciones4.
De hecho, el paradigma de la educación consistió, durante siglos, en aprender
losclásicos, cuya vigencia en el presentesedabapor descontada. La posmodernidad
dio por tierra con esa concepción, cuyos últimos vestigios fueron la enseñanza del
latín en la escuela secundaria y-en el campo del derecho-la del derecho romano
como materia obligatoria. De más está decir que de este modo no se eliminó la vi-
gencia de losclásicosennuestra cultura, aunquesíselogróque muchas personas no
se dieran cuenta de ella, del mismo modo que el señor Jourdain que concibió Mo-
liere no sabía que hablaba en prosa.
La perennidad de lo clásico tiene en el derecho un exponente inmejorable. En el
sistema continental, el derecho romano encuentra todavía un eco importante en el

l Calvino, Por qué leer los clásicos, 2009, p. 15.


* Bloom, El canon occidental, 1995, p. 14.
Steiner, Antígonas, 201 3, p. 15.
Borges, Arte poética, 2001, ps. 49 y 50.
derecho privado, y no solo en él5.Incluso uno de los episodios decisivos de nuestro
nacimiento como nación encontró un aliado en el derecho romano, cuando-en el
cabildo abierto del 25 de mayo de 1810- se empleó la figura de la gestión de ne-
gocios para justificar la creación del primer gobierno patrio6.
En el ámbito de la responsabilidadcivil, la influencia romana se conjuga con una
seriededesarrollossecularesque llevarona laproclamación,enelsigloXVII~delprin-
cipio general de responsabilidad por culpa7, a lo que se agrega. de manera mucho
más contemporánea, el procesodeobjetivación creciente de la responsabilidadque
tuvolugar durante todo el siglo XX. Uno de lostemascentralesquejustificaron esta
última evolución estuvo constituido por los accidentes de tránsito, que representa-
ron uno de los primerossupuestosde daños causados a gran escala, luego de los ac-
cidentesdetrabajo y de ferrocarril. De hecho, el sistema de responsabilidadobjetiva
que la jurisprudencia tejió en torno del art. 1384 del Código Civil francés (hoy art.
1242)estuvoconcebidofundamentalmentepara hacerfrentea losaccidentesdeau-
tomotor, a puntotal que, luegodela sanción-en Francia-de una ley específica pa-
ra prever esassituaciones, se puso en duda la necesidad de continuar manteniendo
un sistema general de responsabilidadobjetiva por el hecho de las cosas8.En la Ar-
gentina, la reforma del art. 1113 del Código Civil por la ley 17.711estuvo signada por
el mismo propósito. Los accidentes de tránsito son entonces, indudablemente, un
"clásico" de la responsabilidadcivil.
Pero hete aquí un libro que, en un siglo XXI que está cerca de entrar en su terce-
ra década, y luego de la sanción de un nuevo Código Civil y Comercial, vuelve a po-
ner la lupa sobre los daños ocasionados por la circulación de vehículos. ¿Eraesto ne-
cesario?¿Haytodavía cosas que decir sobre esa cuestión en el derecho argentino?

Apuntavilley que las leyes romanas no son extrañasa nuestros horizontesactuales. Y aña-
de: "Es una verdad histórica, que no me corresponde profundizar aquí, nuestra dependencia res-
pecto de la antigüedad. Durantesiglos, las inteligencias deoccidente recurrieron para su filosofía,
su poética, e incluso su ciencia, a la cultura grecorromana. Ahora bien, la civilización grecorroma-
na no solamente produjo un cuerpo de pensamiento sobre el mundo, quevamos a buscar en su li-
teratura,sino un derecho, es decir, un artedeorganizar lasociedad, losderechosdecada uno desus
miembros, ysus obligaciones. Aesederecho romano, aun másservilmentequea la filosofía griega,
lo hemos adoptado. El mundo moderno se nutrió de él; la sociedad moderna, el derecho moderno,
se constituyeron sobresus bases" (Villey, Le droitromain, 2012, ps. 5 y 6).
Se trató de la tesis expuesta por Paso para justificar por qué Buenos Aires actuaba en ese
momento en nombre de todo el Virreinato; véase García Belsunce, La doctrina política yla doctri-
najurídica de la revolución de Mayo, en "Revista del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos
Aires", t. 64, no1, p. 79.
Grotius, Le droit de la guerre et de la paix, 2012, ps. 415 y416.
Borghetti, La responsabilité du fait des choses, un régime qui a fait son temps, en " Revue
Trimestrielle de Droit Civil", 2010, p. 1.
La lectura de la obra de Cecilia Danesi permite constatar que, como era de esperar,
hay muchísimo nuevo para decir sobre ese tema "clásico".
Variosson los aspectos que vale la pena destacar. Por un lado, y como no podía ser
de otra manera, expone los temas "clásicos" atinentes a este supuesto de responsa-
bilidad: el riesgo creado, la responsabilidad del dueño y del guardián, las eximentes
de responsabilidad, losdistintosdañosquepueden presentarse, etcétera.Sin embar-
go, la autora pone especial atención en la nueva normativa sobre el tema, quesi bien
retoma en grandes trazos el sistema anterior le añade relevantes precisiones. Se re-
fiere, así, al art. 1769 del Código Civil y Comercial y se detiene en la noción de "circu-
lación de vehículos" empleada por la norma, que considera más amplia yabarcado-
ra que la de "accidentes de tránsito". A partir de allíestudia con prolijidad los distin-
tos vehículos que podrían quedar involucrados, incluyendo el caso de los vehículos
autónomos.A lo largo de la obra trata con solvencia, entre otros asuntos contempla-
dos especialmente por el Código Civil y Comercial, la responsabilidadcolectiva y anó-
nima-con especial referencia a los daños causados por las "picadas" automovilísti-
cas-, el concepto de guardián -que define con exactitud, alejándose de interpre-
taciones antojadizasesbozadas por alguna doctrina-, la responsabilidaddel Estado
nacional -en los términos de la infausta ley 26.944-, la regulación especial del he-
cho del damnificado-con el estudio de los casos en los cualesse requiere culpa gra-
ve o dolo-, el consentimientodel damnificado, el requisito de la exterioridad del ca-
so fortuito, etcétera.
Párrafo aparte merece el amplio desarrollo que en el libro se hace de los daños re-
sarcible~.La autora explica, en sucesivos capítulos, los distintos perjuicios asociados
a los accidentes de la circulación (reparacióndel vehículo, privaciónde uso, desvalo-
rizaciónvenal, lucro cesante, pérdida de chance, lesión a la integridad de las perso-
nas, "valor vida" y daño moral) y los enfoca a la luz de la nueva normativa. También
allí aparecen varias cuestiones novedosas, como la expresa regulación de la pérdida
de chance en el Código Civil y Comercial, y el empleo de fórmulas matemáticas para
cuantificar la incapacidadsobreviniente.
Por otro lado, a todo ese conjunto de temas-que son expuestoscondetalley de
manera sistemática-se añade una serie de desarrollos atinentes a las nuevas tec-
nologías, que ponen a la obra en relación no solo con nuestro presente, sino tam-
bién con un futurocercanoque yaseatisba. Enesesentido, Danesise interroga acer-
ca de la responsabilidaddelasempresasqueexplotanaplicacionesdetransportede
pasajeros (Uber, Cabify, etcétera) y de los daños ocasionados por vehículos autóno-
mos. En ambos casosse trata de un análisis valioso, que aúna precisiones acerca del
funcionamiento de esossistemascon interesantes consideracionesjurídicas que in-
tentan dar solución a los múltiples desafíos que aquellos plantean al intérprete.
Todas estas cuestionesson analizadas mediante un texto preciso, de ágil lectura
y gran claridad conceptual, que no desatiende los problemas doctrinales que pre-
senta cada institución, pero que tampoco olvida las implicanciasprácticasquesusci-
ta la aplicación de las normas. Luego de exponer cada tema en general, el texto se
desgrana en un rico casuismo que, lejos de limitarse a citasjurisprudenciales, incluye
también el abordajedoctrinal decasos particulares(v.gr., losdiversossupuestospun-
tuales que se generan alrededor de la denuncia de venta, la responsabilidaddel to-
mador del seguro, el automotor que es objeto de un contrato de leasing, etcétera).
La lectura integral de la presente obra refuerza entonces nuestra percepción
preliminar: había muchas cosas nuevas para decir acerca del tema "clásico" de los
daños causados por la circulación de vehículos. El libro que tengo el agrado de pro-
logar.posee el mérito de decir todas esas cosas. y lo hace con una justa medida entre
el desarrollodoctrinal del sistema general yel estudio casuístico, lo que da como re-
sultado un texto de interés tanto para el jurista teórico como para quien practica el
ejercicio cotidiano de la abogacía.

SEBASTIIÁNPICASSO
ABRIL DE 201 9
GENERAL
[BUDICE

P R ~ L O G O. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
ABREVIATURAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

PARTE PRIMERA
RESPONSABILIDAD CIVIL

CAPITULO
I
NORMATIVA APLICABLE

cj 1. La interpretación del art. 7 O del Código Civil y Comercial - - - - - - - - - - - - - - - -


lurisprudencia
1. Aplicación de la ley vigente al momento del hecho dañoso - - - - - - - - - - - -
2. Aplicación del CCCN en materia de intereses - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. Normas procesalesse aplican en forma inmediata - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Derecho de defensa en juicio. Aplicación de la ley vigente al momento del acci-
dente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5. Ley aplicable en materia de responsabilidad del Estado - - - - - - - - - - - - - -
6. Pronunciamientos de los tribunales de apelación - - - - - - - - - - - - - - - - -
7. Aplicación del Código Civil y Comercial de la Nación - - - - - - - - - - - - - - - -
8. Aplicación de la ley vigente al momento de cuantificar el daño - - - - - - - - -
9. NulidaddeunasentenciaqueaplicaelCódigoCivilyComerciaInovigentealmo-
mento de los hechos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
10. Aplicación del CCCN para cuantificar el daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

cj 2. Normativa aplicable antes de la reforma --- --- - ----------- -------


Jurisprudencia
1. Normativa aplicablecon la reforma de la ley 17.711 - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Sin contacto con la cosa riesgosa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - M
(NDICE GENERAL

. .
3. Cosa riesgosa sin movimiento _ - _ - _ -----_- _ - - - - - _ -- - - _ - - ---

,. ..
5 3. La regulación del Codigo Civil y Comercial - - - _ - - _ - _ - - _ - - - - _ _-
a) Responsabilidad derivada de la intervención de cosas y otros supuestos - _ - - e

Jurisprudencia
1. Normativa aplicable: comparación de ambos ordenamientos en materia de
daños ocasionados por intervención de cosas _ - - _ - - - - - - - _ - - - - --
2. Aplicación de la teoría del riesgo creado-prioridad de paso-. Función pre-
ventiva del daño _ - - - _ - - - _ - _ - - ---_-_--------_-----_-
' 3. Responsabilidad del empleador por accidente de tránsito del empleado en
ocasión de la función encomendada - _ - - - - - - - -
. . del transportista - - - - - - - _ - _ - - _ - - _ - -_ -- -- ----_ - -- _-
4. Responsab~lidad
5. Nexo adecuado de causalidad _ - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - _ - - - - - _ -
6. Neutralizaciónde riesgos, responsabilidad objetiva y eximentes - _ - - - - -
7. Carga de la prueba - - - - _ - _ - _ - _ - _ - _ - - - - _ - - _ _ - -- -_
_ - - - A

b) Supuestos incluidos en el término «circulación de vehículos)) - --- - -


..
1. Bicicletas _ - - - - _ - - - _ - _ - - - - - - - _ - - - - _ - - _ _ - _ - - - - - - - - _
2. Motos - - _ - - - - - - - - _ - _ - - - - - - - - _ - _ - - - - - _ - - _ - _ - - - - -
3. Vehículos autónomos - - -- - - - - - - - _ _ ---- _ - - _ - - _ - - - - - - - -
4. Otros supuestos - _ - _ - - - _ - - - - - _ - _ - - - -_ --_ -- --- ----_ -_
lurisprudencia
- Alcance del término «circulación de vehículos)) - - - - - _ - - - - - - _ - _
1. M o t o s - - _ - - - - - _ - - - - - - - - _ - - - - _ _ - - _ - - - - _ - _ - - -
a. Aplicación de responsabilidad objetiva _ - - _ - - _ - - _ - _ - - -
b. Motociclista imprudente. Culpa de la víctima - - - - _ - - - - _ - -
..
2. Bicicletas - - - _ - - - _ - _ - _ - - - - _ - - - - - _ - - _ - - - - _ - _ - -
a. Aplicación de responsabilidad objetiva _ _ - - _ - - _ - _ - _ ---
b. Bicicleta, prioridad de paso y hecho del damnificado - _ - - - -
. . .
c. Ciclista rmprudente - - - - _ - _ - - - - - _ - - _ - - _ - u _ - _ - --
d. No es una cosa riesgosa - - - - _ - _ - - _ ------ - - - - _ --
c) El peatón y la figura de la atenuación de la responsabilidad - - _ - - - - _ - _ - _
Jurisprudencia
1. Peatón: aplicación de la teoría del riesgo creado - _ - - _ _ - - _ - _ - _ - - _
2. Peatón que circula fuera del paso habilitado - - - - - _ - - - - - _ - _ - - - -
3. Recaudos quedebe tomar un peatón _ - _ - - - - - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - _

5 4. Responsabilidadcolectiva y anónima: actividad peligrosa de un grupo - _ - _ - - -


a) Introducción. Diferenciascon el autor anónimo - -- - _ - - _ _ -- _ - _ - - _ - _
b) Concepto de grupo - _ - - _ - _ - _ - - - _ - - - -_---_--__----_--_-_
c) Daños ocasionados por las «picadas» - - - - - - - - - _ - - - _--- - - -

Jurisprudencia
1. Daño ocasionado por grupo que realiza una actividad peligrosa - _ - - - - _
. . .,
2. Identificacion del grupo _ - - - _ - _ - - - - - - - - _ - _ ----- _
3. Relaciónde causalidad en la responsabilidad colectiva _ ----- _
4. La responsabilidadcolectiva es excepcional. Autoría y coautoría - _ - - - - -
..
5. La responsabilidadcolectiva: requisitos - - - - _ -- - - - - _ - - - - - _ - - -
~NDICE
GENERAL

6. Responsabilidadcolectiva: sin condena en sede penal - - - - - - - - - - - - - 76


. . .,
7. Eximente: falta de partic~pacion- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 76

CAPITULO
II
SUJETOS RESPONSABLES
.,
5 5. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . n- - - - - - - - - - - - - - - - -
5 6. Dueño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
1. Dueño es el titular registral - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Venta de automotor. Efectosdela inscripciónen el Registro de la PropiedadAu-
tomotor------------------------------------------
3. Denuncia deventa para eximirsede responsabilidadel titular registral - - - - -
4. Responsabilidaddel titular registral aun cuando haya transmitido la guarda me-
diante boleto decompraventa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5. Responsabilidaddeltitular registral que notiene la guarda pero no realizólade-
nuncia de venta - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

5 .,
7. Guardian . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a) Concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
- Responsabilidaddel guardián: concepto y alcance --- ----------- -

.
b) Las personasjuridicas
, a

--- --- .................... ----- ---

Jurisprudencia
1. Venta de automotor con entrega, pero sin inscripción ni denuncia de venta
en el registro - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Vehículotransferido en un acuerdojudicial sin denuncia deventa - - - - - -
3. Responsabilidaddel titular registral que efectúa la denuncia de venta pero
luego lo vende a otra persona - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Denuncia de venta realizada luego de interpuesta la demanda - - - - - - - -
1. La denuncia de venta realizada en forma incompleta - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Condena del titular registral cuando la denuncia de venta fue realizada
..
en forma deficiente - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Requisitosde la denuncia de venta: identificación del comprador - - - -
2. Transmisionessucesivas y posterioresa la denuncia de venta - - - -- -- - -

b) Víctima con conocimiento del desprendimiento de la guarda -- - --- -- - --

Jurisprudencia
- Víctima con conocimiento del desprendimiento de la guarda --- --- --
GENERAL
~ND~C E

c) Vehículo vendido a una concesionaria sin transferencia - - - - - - - - - - - - - -


Jurisprudencia
1. Responsabilidad del titular registra1 que vendió a una concesionaria un ro-
dado, firmó boleto de compraventa y un contrato de asunción de responsa-
..
bilidad por parte de aquella - - - - - -- - - - - - --- -- -
2. Eximición de responsabilidad de la concesionaria por daño causado por un
automóvil que había sido puesto a la venta en la agencia - - - - - - - - - - -
, . ..
d) Automov~lO Km sin inscribir - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. a

lurisprudencia
.. . .
- Responsabilidad de la concesionaria ----- - ---- -- - -- ------

Responsabilidad concurrente del dueño o guardián - - - - - - - - - - - - -- - - - -


Tomador del seguro - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --
Jurisprudencia
1. Rechazo de demanda respecto del tomador del seguro - - - - - - - - - - - - -
2. Sujetos que pueden contratar el seguro --- - - ---- - - - -- --- - - - - - -
3. Responsabilidady legitimación procesal del tomador - - - - - - - - - - - - - - -
Automotor objeto de un contrato de «leasing» - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Aplicación de la nueva ley (aunqueel hecho era anterior) - --- - - - - - - - - -
2. Sujetos responsablesbajo lavigencia de la ley24.441 ---- -

Estado nacional - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - ---------- -


Jurisprudencia
1. Ley aplicable al Estado nacional - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - ---- -
2. Condena al Estado nacional - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
e

3. Rechazo de la demanda indemnizatoria respecto de una empresa estatal - - -


4.
. .,
Adm~siondel lucro cesante - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5.
..
Accidente de tránsito: falta de servicio - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Inteligencia artificial: vehículos autónomos (sin conductor) - - - - - - - - - - - - - -
. .
Aplicaciones de transporte de pasajeros - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
.,
a) Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Aplicaciones Uber, Cabify, BlaBlaCar, etcétera - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
c) La responsabilidad de Uber y otras aplicaciones de transporte de pasajeros - -
Jurisprudencia

Automotor objeto de un contrato de fideicomiso - - - - - - - - - - - - - - - ----

CAP~TULO
III
EXIMENTES D E RESPONSABILIDAD

16. Causa ajena - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 117


.,
a) lntroduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
..
b) Hecho del damnificado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ------- 117
~ND~C
GENERAL
E 17

1. Concepto y elementos - -- - - - - ---- - - -- - - - --- - - - - -

Jurisprudencia
..
1. Hecho del damnificado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Carencia de registro de conducir - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. Conductor que debía usar anteojos y no lo hizo al momento del siniestro
4.
. .. , .
Predisposicionesde la victlma - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

2. Excepciones: culpa o dolo del damnificado y circunstanciasespeciales - - - -


l. Ley de Defensa del Consumidor - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
11. Contrato deseguro - - - - - - - - - - - - - - I- - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
- Culpa grave del tomador o beneficiario como eximente de responsa-
bilidad en el contrato deseguro - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
III. El peatón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
1. Fractura del nexo causal por peatón que irrumpe imprevistamenteen
la calzada - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Fractura del nexocausal por peatón quecamina por la banquina - -

3. La asunción de riesgos por parte de la víctima y el transporte benévolo ---

Jurisprudencia
1. Transporte benévolo: no aplica asunción de riesgos - - - - - - - - - - - -
2. Víctima queviaja en la parte posterior del vehículo sin asiento ni cinturón
de seguridad - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - -
3. Vehículo en mal estado ysin cinturón deseguridad - - - - - - - - - - - - -
4. Aplicación del art. 1719 del CCCN como pauta interpretativa - - - - - - -
5. Hecho del damnificado. Conductor ebrio - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. . ..
4. Consentimiento del damnificado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5. Concurrencia de culpa de la víctima y otros sujetos - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
..
1. Concurrenciade responsabilidad - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

c) Caso fortuito y fuerza mayor - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


Jurisprudencia
- Caso fortuito -fuerza mayor: requisito de la inevitabilidad - - - - - - - - - -
d) Hecho de un tercero por el que no se tiene el deber de responder - - - - - - - -
1. Concepto y elementos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Citación del tercero en el proceso ------ - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Fj 17. Uso de la cosa en contra de la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián -

Jurisprudencia
- Uso en contra de la voluntad del titular registra1 ---- -- -- -- -- - --- - -

5 18. Carga de la prueba de las eximentes de responsabilidad - - - - - - - - - - - - - - - -


Jurisprudencia
- Deber deacreditar la eximente de responsabilidadpor parte del sujeto que la in-
~NDICEGENERAL

PARTE SEGUNDA
RUBROS INDEMNIZATORIOS

IV
CAP~TULO
DA~~ O
RESARCIBLE

§ 19. Concepto y requisitos del daño resarcible - _ - - _ - - _ _ _ - _ - u _ ----_ ---_


, Jurisprudencia
1. Daño resarcible:concepto -- _ - _ - _ _ _ _ _ - - - _ - _ - - - - _ - - - _ _ - _ -
2.
..
Elementosde la responsabtlidadcivil: daño - _ - - _ _ - - - - - _ --_ -_--_ _
3. Elementosdel daño - _ - _ - _ - _ - _ - _ - - _ - - _ - - _ - - _ - - _ - _ - _ - - -
4.
- .
Dano directo - - - - - _ - - _ - _ - _ - _ -_-----_-__- -----_-_-__-
5.
.,
Funcion preventiva - - - - - - _ - - _ _ _ - - - _ - _ _ _ - - _ - - _ _ - - - - _ - - -
..
5 20. El principio de reparacion plena
., -_ _- --_ --_ - _- -_ -----_ --_-_ -_ -
lurispruden cia
1. Marco normativoy jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación -
2. Principiode reparación plena para fundar la aplicación de la tasa de interés acti-
va----_--__--_---_--_-_----_--_--_---_---------_
3. El principio de reparación plena y la valoración del daño - _ _ - - _ - - - - - - _ -
4. La reparación plena frente al proceso inflacionario - - _ - - - - - _ - - _ - - _ - _
5.
..
Oportunidad para cuantificar el daño - _ - - _--_ - _ _ _ _ - - _ - - _ - _ - - -
21. Prueba y cuantificación del daño. Las cargas probatorias dinámicas ----
, .
a) Conceptosy regimen legal - - - - _ - _ - - - _ _ - - - - - _ _ _ - _ _ - - _ - _ -_ -
lurisprudencia
1. Marco normativo y jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Na-
.,
cion - - _ - _ _ - _ - - _ - - - - - - _ - - - - - _ - _ - - - - _ _ - - - - - - - - - _
2. Ley aplicable para la cuantificación del daño y los rubros indemnizatorios _
3.
. . .,
Cuantificaciondel daño - - - _ - _ - - - - _ - - _ _ - - - - _ - _ _ - - _ - _ _ -_
4. Aplicación del CCCN para cuantificar el daño - _ - - - - ---_-__-----
5. Carga de la prueba del dañoysu cuantificación - - - _ - - - _ - - _------
6. Momento de la cuantificación.Obligación devalor _ - - _ - - - _ _ _ - - _ - -
7.
. .,
Apreciacion de la prueba - - - - - _ - _ - - _ _ - - - _ - - _ _ - - - - - - - - - _
.. , .
b) La prueba pericia1mecanica - - _ - _ - - - _ _ _ _ _ - - - - - - - _ _ - - _ - _ - - _
Jurisprudencia
.. .,
1. Dictamen pericialysu valoracion - - - - _ - - _ - - _ _ - - - - - - - _ - - _ - _
2. Apartamiento del dictamen pericial - _ - - _ - - - _ -- _ - _ - _ _ - - _ - - -
3. Impugnaciónsin aval de un consultortécnico - - - - - - _ - _ _ - _ _ - - -
4. Impugnaciónavalada por un consultor técnico _ - - - - _ - - _ _ - - _ - _ - _

CAP~TULOv
GASTOS DE REPARACIÓN DEL VEH~CULO

5 22. Concepto de daño material y régimen legal ....................... 173


~NDICE
GENERAL

Jurisprudencia
1 . Concepto y alcance - - - - -- - - - - -- - -- - -- - - - - -- - - - - - -- - - - -
..
2. Dificultad deconseguir los repuestos ------ - - - - - - - - -- - - - - - - - - -
3. El costo de la reparación debeser razonable - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
.. ., .
Ej 23. Legitimacionactiva - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a)
.,
Introduccion .......................................
b) Titulares de un derecho real sobre la cosa - - - - - - - - - --- - - - - - - - - - - -
c) Tenedor y poseedor de buena fe - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - -
d) Acreditación de la legitimación invocada - - - - - - ,- - -------- --- -- -
Jurisprudencia
. . .,
1. Legitimaciondel dueño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Legitimacióndel usuario para reclamar indemnizaciónpor daños - - - - - -
3. Prueba de la calidad de usuario --------- ---- ---- ----
4. Legitimaciónactiva del tomador de un contrato de leasing - - - - - - - - -
cj 24. Prueba del daño emergente y de la relación de causalidad adecuada - - - - - - -
. ,,
- Acred~taciondel daño resarcible - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5 25. Oposición a la prueba de informes dirigida al taller mecánico - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Rechazo por falta de prueba del daño emergente (existencia ycuantificación) -
2. Prueba del daño emergente solo con presupuesto reconocidoo con fotografías
3. Procedencia de la indemnización aun cuando no se hayan realizado las repara-
ciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
4. Validez de la prueba de informes. Principio de adquisición procesal - - - - - - -
a) La relación de causalidad adecuada entre el daño y el siniestro - - ------ - -
Jurisprudencia
- Relación decausalidad entre el hecho y los daños reclamados ----- - - -

b) La inspección del rodado por parte del perito y el dictamen pericial --- ----
Jurisprudencia
..
1. Importancia de la prueba pericial mecánica - ---- - --- -- --- -- - --
2. El perito no inspeccionóel rodado pero es suficientecon fotografías y presu-
puestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. El perito debe de inspeccionarel rodado - - --- - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Falta de notificación al demandado del dictamen pericial - - - - - - - - - - -
c) Excepcionesa la carga de la prueba del daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
- El presupuesto no reemplaza la factura - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
.. a ,

Ej 26. Cuantificaciondel daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


Jurisprudencia
- Cuantificacióncon un informe de un taller y con MercadoLibre - - - - - - - - - -
a) Costo del arreglo mayor al valor del vehículo - -- - -- - --- -- - -- - - - - -

lurisprudencia
- El gasto de reparaciónno debe guardar proporcionalidad con el valor del ro-
dado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
~NDICEGENERAL

b) Vehículo reparado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197


Jurisprudencia
1. Prevalece el precio abonado frente al dictamen pericial - - - - - - - - - - - 198
2. Procedenciahaya sido o no reparado - - - - - - - - - - - - - - - - - - 198
3. El costo de la reparación debe ser razonable - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 198
c) Venta o robo del vehículo -- ---- -------------- ---------- - - 198
Jurisprudencia '
1. El perito debe de inspeccionar el rodado - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - 199
I 2. El perito no inspeccionó el rodado pero essuficientecon fotografías y presu-
puestos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 199

CAP/TULOVI
PRIVACIÓN DE USO
S 27. Concepto de privación de uso y régimen legal - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
. .,
1. Daño moral y privacionde uso - - - - - - - - --- - - - - --- -- - - - - - - - - -
2. Procede aun cuando no se encuentre afectado a un uso productivo - - - - - - -
. .,
3. Admision del rubro - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
.. ., .
S 28. Legitimacionactiva - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - -
a)
. , . .,
Introduccion. Rem~sion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .----- -------
b) Titulares de un derecho real sobre la cosa - --- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
c) Tenedor y poseedor de buena fe - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Legitimacióndel usuario para reclamar en concepto de privaciónde uso - -
. . .,
2. Legitlmaciondel dueño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3 29. Prueba del daño por privación de uso ------ - ------ ---- ---- -- -
- - m

a) Prueba y daño resarcible. Requisitos. Remisión - - - - - - - - - - - - - - - - -- -


b) Prueba de la privación de uso: el dictamen pericial ----- - - - - - --- - - - -
c) Ausencia de la prueba de la privación de uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -
Jurisprudencia
- No requiere prueba, se presume . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
S 30. Parámetros para la cuantificación del rubro privación de uso - - - - -- -
. ., ..
e ----u

a) Cuantlficacion: el dictamen pericial - - - - - - - - - - ---- - - - - - - - - - - - -

Jurisprudencia
1. No comprende la demora normal del taller, la falta de dinero para efectuar
las reparaciones o la escasez de repuestos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Relación entre el monto del resarcimiento y el lapso prudencial de las repa-
raciones --e ---- ---- --- ---- --- ----- - -
3. El dictamen pericial en la cuantificación de la privación de uso - - - - - - - -
4. Se computa el tiempo que debió cumplimentar los recaudos exigidos por la
,.
poliza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5. Damnificadoque carece de recursos para reparar el rodado - - - - - - - - - -
.. .
6. Parámetros para fijar la indemnización
. . -- --- - --- ----- --
~RIDICE:
GENERAL

..
7. Se concede una suma mayor a la peticionada - - - - - - - - - - - - - - - - - -
, . .. .
8. Cómputo detramites administrativos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Jurisprudencia
- Rodado que tiene un uso especial ---- ----- - --- ----- --- - -

2. Casos de reemplazo del vehículo y de rodado inutilizable - - - - - - - - - - -


3. Titular del vehículocon dificultades físicas para desplazarse - - - - - - - - - -
I
Jurisprudencia
..
- Titular con d~ficultadespara desplazarse ----- ---- ---------
.. 8 ..
4. Familiar de la victima internado---- ------ -- -- -- -
5. Casos en los que no se acreditó la realización de los arreglos - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
............................................

6. Utilización del rodado para una actividad profesional --- -- ---- -- - -

CAPITULO
VII
DESVALORIZACIÓN VENAL

. . ., .
3 32. Legitimacion activa ------------ .........................
., . .,
a) Introduccion. Remision - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
b) Titular de un derecho real sobre la cosa, tenedor y poseedor de buena fe - - - -
Jurisprudencia
. . ., .
1. Legitimacion activa del usuario - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Carencia de legitimación activa del poseedor, usuarioy el usufructuario --
. .,
fj33. Prueba del daño por desvalorizacion venal - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a) Prueba y daño resarcible. Requisitos. Remisión - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
El daño debe ser cierto - - - - - - - - - --- --- -- -- ---- ------ --

b) Prueba de la desvalorización venal: el dictamen pericial --------------

Jurisprudencia
1. Obligatoriedad del dictamen pericial y pedido de informes - - - - - - - -
2. Obligatoriedad del dictamen pericial ysuvaloración - - - - - - - - - - - - - -
3. Deber del perito de inspeccionar el rodado - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Dictamen basado en fotografías y presupuestos - - - - - - - - - - - - - - - -
5. Rechazo por falta de prueba - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
6. No es indispensable que esté reparado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
c) Excepciones al principio general de la carga de la prueba del daño - - - - - - - - 227
22 ~ N D I C EGENERAL

. . .,
5 34. Cuantificacron - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - 228
a) Pautas generales para la estimación del daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 228
Jurisprudencia
..
- Pautas para cuantificar el daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 230
. . .,
b) Oportunidad para la cuantificacion - - - -- - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - 230
c) Casos especiales - - - - - - - - - - ------ ------ ------ ---- - -
--e
231
l . Desvalorizaciónpor diferencia en la pintura - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 231
.,
2. Vehículos«cerokilometro» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
, 3. Vehículo afectado a taxi -- --- - - - - - - - - - - - - - - - --- - -- - - - - - 232
4. Exigenciade menoscaboen parte vital del vehículo - - - - - - - - - - - - - - - 232
Jurisprudencia
---- ----- - ---- --
l . Necesidad de que esté dañada una partevital 233
2. No es relevanteque se haya dañado una partevital - - - - - - - - - - - - - 233
. .. .,
5. Imposibilidad de reparacion - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - -- - - - 234
6. Venta del rodado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 234
Jurisprudencia
1. Procede aun cuando el propietario no pretenda vender el bien ---
- - e
235
2. Deber de acreditar el valor de venta - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 235

CAPITULO
VIII
LUCRO CESANTE
..., ,.
Definicion y reglmen legal - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --- - - -- - - - - - 237
a) Concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
lurisprudencia
. ,.
1. Alcance y marco juridico - --- -- - - ---- - - -- -- - - - - - -- - - - 238
.. , .
2. Licitud de la actividad - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - -- --- -
--e 239
3. Lucro cesante: resarcimiento de una probabilidad - - - - - - - - - -- - - - - 239
4. Relaciónde causalidad entre la inactividad y los beneficios perdidos - - - - - 239
5. Lucro cesante del titular de una explotación - --u - ---- --------- 239
b) Diferenciasdel lucro cesante con el daño emergente y la pérdida de «chance»- 240
lurisprudencia
1. Diferencia entre la pérdida de «chance» y el lucro cesante - - - - - - - - - - - 241
2. Diferenciaentre el lucro cesantey la privación de uso - - - - - - - - - - - - - 241
. . ., .
S 36. Legitimacionactiva - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 242
., . .,
a) Introduccion. Remision . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
b) Titular de un derecho real sobre la cosa, tenedor y poseedor de buena fe - - - - 242
Jurisprudencia
-
. . .,
Legitimaciondel dueño de la cosa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 242
5 37. . .,
Prueba y cuantificacion del daño ------- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 243
lurisprudencia
1. Lucro cesante no presumible. Necesidadde comprobaciónobjetiva - - - - - - - 244
2. prueba de una base real y cierta para el cómputo - - - - - - - - - - - - - - - - - - 245
GENERAL
~NDICE

3. Deber de acreditar que desarrollaba una actividad laboral y la pérdida de las ga-
nancias - - _ - - - - - - - - _ _ _ - - - - - _ - - - - - - - _ - _ _ - _ _ - _ - - - _ - -
4. Se concede aun cuando había déficit probatorio - _ _ _ _ - - - - - - - - - _ _ - _
5 38. Algunos supuestos relevantes - - - - _ - - _ _ _ _ - _ - _ _ - - - _ - - - - - - - _
a) Vehículo afectado a taxi o remise - _ - - _ - - - _ _ --_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ -
Jurisprudencia
1. Requisitos para la admisión del lucro cesante de un taxi - - - - - _ - _ - _ - -
2. Se presume el lucro cesante de un taxi pero debe acreditarse su extensión _
b) Servicios contratados vía Internet: Uber, Cabify, etcétera _ _ - - _ - _ - _ - - - -
Jurisprudencia
- .. ..
Licitud de la actividad ------------- -_--- ________ ---_ __

c) Propinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
1. Propina de un taxista - - _ _ _ - _ - - _ _ _ - - - - _ - - - - - _ - - - _ - - - _ -
, .
2. Propina del sector gastronomico - _ _ - - - - _ _ _ _ - - - - - _ - _ _ _ _ _ - _
d) Reclamo bajo incumplimiento de normas tributarias - - - - - - - - --- - - - - -
e) Víctima impedida de continuar trabajando de por vida _ _ _ _ _ _ ___-----

Jurisprudencia
- Víctima impedida de continuartrabajando: no se indemniza el lucro cesante
f ) Colectivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
- Nose presumeellucrocesantede loscolectivosyseexige mayor material pro-
batorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
g) Honorariosde un abogado -___-- ___--- _______-_-_ __------

Jurisprudencia
- Rechazo del lucro cesante por honorarios -_ _ _ _ _ _ -_ _ _ _ _ _ - -_ -_ -
..
h) Actividad no autorizada - - - _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ - - --_ _ - _ -- - ---- _ --
Jurisprudencia
- Rechazo del lucro cesante por actividad no autorizada - _ _ _ - _ - - - - _ - -
. .
9 Víctima con escasas lesiones y sin internación _ _ _ - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
- Damnificado sin lesiones graves y sin internación --_ _ _ _ _ _ ----- ---
j] Víctima que realizabatareas no formales («changas») - - - _ - - - - - - _ - _ _ _
Jurisprudencia
- Admisión del lucro cesante cuando la víctima realizaba «changas» _ - - - -

. . . , y regimen
3 39. Definicion , .
legal -------_-------__-----_-__---- -_ - 261
~NBICEGENERAL

a) Concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
lurisprudencia
..
1. Requisitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. Fecha desde quese computa el perjuicio - - - - - - - - - ----- -- - - - - -
3. Frustraciónde la celebración de un contrato - - - - -- - - - - - - - - - - - - -
b) Diferenciascon el daño emergente y el lucro cesante. Remisión -- ------ -

5 40. . . ., .
Legitimacionactiva - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
-

I.
. , . .,
a) Introduccion. Remisron . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Titular de un derecho real sobre la cosa, tenedor y poseedor de buena fe ----

5 41. . . .,
Prueba y cuantificacron del daño - - - - - _ _ ---- - ----- -- --- -- ---- ---

Jurisprudencia
- Falta de prueba. Daño eventual - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
rj 42.
. ., . .
Indemnizacionpor fallecimiento -- - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5 43. Algunos supuestos relevantes - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a) Jubilada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
lurisprudencia
- Jubilada que reclama por las actividades que no puede realizar - ------

b) Cuando la víctima no acredita ingresosy se utiliza el salario mínimo vital y móvil


lurisprudencia
- Víctimaquenoacredita ingresosyseutilizael salario mínimo,vitalymóvil pa-
ra el cálculo de la pérdida de «chances» - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
, .
c) Empleada domestica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jurisprudencia
, .
- Empleada domestica --- .............................

CAP~TULOx
LESIÓN A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS
(INCAPACIDAD SOBREVINIENTE) Y GASTOS
..
rj 44. Incapacidadsobrevrnrente - - - - - - - - - - - - - - - - - - - __ - - - - - - - - - - - - -
a)
.,
Concepto y regimen legal - - - - - - - - - - - - - - - - - __ - - - - - - - - -- --
lurisprudencia
1. Incapacidad: concepto y alcance - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Indemnizaciónplena y límite al arbitrio judicial - - - - - - - - - - -- - - - - -
. .,
3. Aplicacion temporal de la ley - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Daño psíquico incluido en la incapacidadsobreviniente - - - - - - - - - - - -
5. Derecho personalísimoa la integridad psicofísica - - - - - - - - - - - - - - - -
. . .,
b) Prueba y cuantrficacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -
Jurisprudencia
- Rechazo de la incapacidad por falta de prueba - ---- - - - - - - - - - - - -
~NDICEGENERAL

1. No aplicación de fórmulas matemáticas para cuantificar la incapacidad - - -


Jurisprudencia
,.
- No aplicación de fórmulas maternaticas - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Cuantificaciónmediante el empleo de fórmulas matemáticas - - - - - - - - -
Jurisprudencia
- Aplicación de fórmulas matemáticas para cuantificar el daño - - - - - - -

..
4. Lasvariables para cuant~ficarel daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
l. El porcentajede incapacidad determinado por el perito - - - - - - - - - -
11. La actividad productiva o económicamentevalorablede la víctima: dura-
. .
ción, edad de la víctima e Ingresos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Deber deexplicitar lasvariables utilizadas para el cálculo de la indem-
. .,
nlzaclon - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---- -
2. Variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
- Cálculo hasta los setenta y cinco años de edad - - - - - - - - - - -
, .
- Salario mínimo, vital y movll - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- Cálculo con ingresos no constantes - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- El porcentaje de incapacidad estimado por el perito, enfermedad
. 0

previa, calidad devida - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


- Vida en relacion., - - - - - ---- -- --- - -- - - -- -- - - - -- -
, .
Empleada domestica - - - - - - - - - - - - ------- -
- Amadecasa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
545. Gastos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a) Médicos, farmacéuticos y de transporte - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
b) Otros gastos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---
1. Gastos de vestimenta - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Anteojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. Gastos de servicios de enfermería y empleados domésticos - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
.,
1. Presuncionde los gastos - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - -
2. Gastos de pasajes aéreos para atención médica en otra ciudad y de em-
, .
pleada domestica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. Reintegrode gastos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
4. Anteojos y vestimenta - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5. Parámetros para cuantificar los gastos farmacéuticos - - - - - - - - - - -
, .
6. Vict~macon obra social - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
7. Gastos médicos aun cuando tuvo lesionessinincapacidad - - - - - - - - -

XI
CAP~TULO
INDEMNIZACIÓN POR FALLECIMIENTO-VALOR VIDA
GENERAL
~NDICE

Jurisprudencia
1. Conceptoy normativa aplicable - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Requisitos para su procedencia.Pérdida de «chance» - - - - - - - - - - - - - - -

5 47. .,
Carga de la prueba del daño. Excepcion - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5 48. Supuestos contenidos en el art. 1745 del Código Civil y Comercial - - - - - - - - - -
a) Gastos de asistencia y funeral - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---- - -
Jurisprudencia
- Gastos de asistencia yfuneral - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --
1

b) Alimentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
..
1. Legitimadosactivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Cónyuge, separación de hecho y divorcio - - - -- - - - - - - - - - -
m a e

Jurisprudencia
..
1. Cónyuge con condena de prisión - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Posibilidadde desvirtuar la presunción del daño - - m - ---- -- -
3. Presunciónde la viuda y no de los hijos mayores. Carga de la prueba
..
II. Conviviente - - _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
..
1. Legit~maciondel concubino - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - -
S ,

, . o

2. El concubino no esta legitimado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


. ., "
III. Hijos menores deveintiun anos --- - -----

Jurisprudencia
1. Hijo próximo a cumplir la mayoría de edad - - - - - - - - - - - - - -
2. Procedenciade la indemnización por valor vida de los hijos menores
IV. Hijos incapaces ocon capacidad restringida - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
- .. .
Hija incapaz - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
V.
, .
Progenitor afin alimentante - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
VI. Mujer embarazada - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
VII. Ascendientes (abuelos) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
VIII. Hijos mayores deveintiún años de edad sin derecho alimentario - - - -
Jurisprudencia
1. Rechazo del hijo mayor de edad que no aporta prueba - - - - - - -
2. Admisión del rubrocuando lo prueba - - - - - - - - - - - - - - - - -

Jurisprudencia
1. No utilización de cálculos matemáticos para la cuantificación - - - -
2. Utilización por analogía del art. 1746 para cuantificar el daño - - - -
3. Parámetros para cuantificar el daño - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- Occiso desocupado o amo de casa _
- - --- - - - --- - - - - - ----
GENERAL
~NDICE 27

c) La pérdida de «chance» de ayuda futura - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - 320


1. Supuestoscontenidos en el art. 1745 del Código Civil y Comercial - - - - - - - 320
2. Hijo por nacery núcleo familiar decondición humilde - - - - - - - - - - - - - 321
Jurisprudencia
1. Occisodesocupado _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - 321
2. Hijo deveintidós años y familiares decondición humilde - - - - - - - - - 322
3. Familiaresde condición humilde e hijo profesional - - - - - - - - - - - - - 322
8

4. Código anterior: no opera presuncion - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - -


0

322
5. Presunciónrespecto de los padres por el fallecimiento de sus hijos - - - - 322
l

CAPITULO
XII
INDEMNIZACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS
NO PATRIMONIALES (DANO MORAL)

TJ 50. . ., .
Legitimacion activa y «gran incapacidad)) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Constitucionalidad del art. 1078del Código Civil --- --- - --- --
2. lnconstitucionalidad del art. 1078 del Códigocivil - - - - - - - - - - - - - - - - -
..
3. Conviviente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
..
4. Hermano noconvrviente - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
, .
5. Sobrino de la victima - _ - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - - -
. . .,
lj 51. Prueba y cuant~ficacion - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Jurisprudencia
1. Aplicación del nuevo Código como pauta interpretativa -- - - - - - - - - - - - -
. .
2. No requiere prueba: «rn re ipsa» - - - - - - - - - - - - - - --- - - - - - - - - - - -
. .
3. Cuantifrcacion: pautas generales - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
0 ,

. . .,
4. Cuantifrcacion: muertede un hijo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
5. Cuantificación:fractura e intervención quirúrgica - - - - - - - _ - - - - - - - - -
6. Cuantificación: rescate y muerte de otras personas - - - - - - - - - - - - - - - - -

5 53. Casos más frecuentes - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


, .
a) Victima con incapacidad - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
b) Víctima sin incapacidadpero con lesiones - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ -
c) Solo daños materiales - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ - -- - - - - -
Jurisprudencia
l . Improcedentecuando no hubo lesiones - - - - - - - - - - ~--- - - - - - - - -
~NDICE
GENERAL

2. Admisión: familia con lesiones de escasa entidad - -- - - - - - - ---- 347


3.
. .
Incapacidadtransitoria - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
--e

348
4. Admisión con lesiones de escasa entidad - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 348
5. Procedentecuando hubo dictamen pericia1psicológico - - - - - - - - - - - - 348
6. No corresponde el daño moral por la privación de uso ------- 348

CAP(TULOXIII
INTERESES, FALLOS PLENARIOS
Y PRESCRIPCIÓN LlBERATORIA

1j 54. lntereses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ----------------- -


a) Concepto y régimen legal. La cuestión de los privilegios en materia de intereses
Jurisprudencia
1. La fijación de interesestiene carácter provisional - - - - - - - - - - - -
2. La normativa en materia de intereses es de orden público - - - - - - - - - - -
b) Aplicación de la ley en materia de intereses - - - - - - - - - -- - - - - - - - -

lurisprudencia
- Ley aplicablea los intereses - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

c) lntereses compensatorios, moratorios y punitorios ----- ------ --e--

1. Comienzo del cómputo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


e _.

2. Los intereses y las obligaciones devalor - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


3. Tasa aplicable ------------ ------ -------- ---- -

lurisprudencia
..
1. Inicio del cómputo - - - . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -------
. ., en mora - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- Constitucion
2. Tasa pasiva hasta la cuantificación y luego activa - - - - - - - - - - - - - -
- Cuantificacióna la fecha del dictamen pericial. Rubro reparación del
rodado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
- Cuantificaciónal momento de la sentencia - - - - - - - - - - - - - - -
- Daño moral - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. . . sin causa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- Enriquec~miento
3. Aplicación de tasa activa desde la entrada en vigencia del Código Civil y
Comercial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
- Sujeto que debe fijar la tasa de interés - - - -- - - - - - - - - -- - - -
4. Tasa activa desde la fecha del hecho - - - - - - - - - - - -- - - ------ -
- Los montos decondena nose fijan a valoresactuales - - - - - - - - -
. . .
- Noconstituye un enriquecimientosin causa - - - - - - - - - - - _ . - - -

- Destruccióntotal de un automotor: deuda devalor - - - - - - - - - -


- Sujeto que debe fijar la tasa de interés - - - - - - - - - - - - - - - - - -
ú) Anatocismo - - - - - - - - - - _ . - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Jurisprudencia
1. Readecuación con sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada - - - - -
, .
2. Norma de orden publico - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
GENERAL
~NDICE

.,
3. Readecuacion del cálculo de los intereses - - - - - - - - - _ _ _ _ _ _ - _ - - -
.. . . .,
4. Requisitode intimacion de pago - ----- - - _ _ _ _ - - - - - - - - - - - _ _ _
. ., de los fallos plenarios _ _ - - - _ _ _ - _ _ _ - - _ _ _ _ - - _ - - _ _ _ _ _ _ -
5 55. Apltcaclon
lurisprudencia
. , .
1. Continuan vigentes _ - - - - - - - - - - - _ - - - - - _ _ _ - _ _ _ _ - _ _ _ - _ - - -
9 .
2. No contlnuan vigentes - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ -
,

. ., llberatoria
5 56. Prescripcion . --------_-----_ _ _ _ --- -- _ _ - -_ -- -- ---
. . .
a) Concepto y caracteres. La prescripción Iiberatoria _ _ _ - _ _ - - _ - _ - _ - - - - -
..
., . ., * - - - - - - .- -.,- - - - - - 1- - - - - - - - - - _ - _ _ _ _
b ) Inlcio del plazo _ _ - - - - -
c) Suspension e interrupclon ae la prescrlpcion - _ _ _ - - - - _ - _ _ - - - - - - - - -
d) Plazo de prescripción en los supuestos de responsabilidadcivil - - - _ _ _ - _ - -
lurisprudencia
1. Comienzo del cómputo y daños continuados - - - - - - - - - - - - _ _ - _ - -
., . .,
2. Suspensiondel plazo de prescrlpcion - - - - - - - _ - - - - - - - - _ _ ---- -

e) Pago de los honorarios de los auxiliares de la justicia -- - - - - - - _ _ _ _ _ ---

CAP[TULO XIV
RELACIÓN ENTRE LA ACCIÓN CIVIL Y PENAL
.,
5 57. Introducclon. Normas de fondo o de fcrma -_ -_ _ --_ ------ -- --_ -_ -_
Jurisprudencia
- Normadual__----____-_---_-----__----_------_-____
3 58. Independenciade las acciones civil y penal y suspensión del juicio civil. Excepciones
.,
a) Extlncion de la accion penal
9 a ,

--_--_----------___---_ --
. .
b ) Dilación del procedimiento penal - - - - - - - - _ _ _ - - _ - - - - - - - - _ - - - _
c) Factor objetivo de responsabilidad:los juicios por accidentes de tránsito - - - -
lurisprudencia
1. Suspensióndel llamado de autos para sentencia - _ - - - _ _ _ - - - - - - - -
. .
2. Dilación del procedimiento penal - - - - - - - - _ _ _ _ _ - - - - - - _ - _ - - _
3. Plazos razonables en el proceso - _ - - - - - - - - - - - - _ _ - - - - - - - - _ _
4. Nulidad de la sentencia civil dictada mientras estaba pendiente la penal - _
3 59. Efectos de la sentencia penal -------- - - - _ _ _ _ --- ----_ _ -------
a) Condenatoria
., . .
--_--_-___---_--------___u-------------

b ) Absolucion o sobreseimiento - - - - - _ _ _ - - - - - - - - - _ _ - - - - - - - _ - - -
c) Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidadpenal _ _ - -
jurisprudencia
1. Las normassobreprejudicialidad penal no son absolutas _ _ - - _ _ _ _ - _ -
2. Archivo en sede penal y la naturaleza de la culpa - - - - - - - _ _ - - - - - _ _
3. Sobreseimiento: imposibilidad del juez civil de revisar lascircunstanciasfác-
ticas del hecho -------__--- --__-- --
4. Efectos del sobreseimientoy de la absolución -- _ _ - - ---_ _ - -
----u

5. Efectos de la sentencia penal sobre la existencia del hecho y de la culpa del


condenado _ _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - _ - - - - _
..
3 60. Sentencia penal posterior a la civil _ - _ - -_ _ _ - ----_ _ -_ _- -- - _ _ --- _-
~NDICEGENERAL

PARTE TERCERA
NUEVAS TENDENCIAS

CAP[TULO xv
DAÑOS OCASIONADOS
POR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL:
VEH~CULOSAUTÓNOMOS
t
.,
61. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -------
€j62. Daños ocasionadospor inteligencia artificial: aproximación a un marco regulatorio
5 63. Vehículos autónomos - - - - - - - - - - - - - . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
a) Concepto e introduccion - ------ - - - -- -- - - - - - - - - --- --- - - - -
b) Normativas en materia de vehículos autónomos - ----- -- - - - - -- - - - -
c) Daños derivados de la intervención de vehículos autónomos - - - - - - - - - -
5 64. La función preventiva de la responsabilidadcivil en los vehículos autónomos ---
3 65. El seguro de losvehículos autónomos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
ADS Sistema de conducción automatizada, por sus siglas en ingles
APBA Abeledo Perrot Buenos Aires
art. / arts. artículolartículos
BOCABA Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
C. contra
CACAT Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
y Tributario
CACC Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de ...
CACCCA Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso
Administrativo de.. .
CACCCAF Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Contencioso
Administrativo y Familia de...
CACCL Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de ...
CACCLM Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral
y Minería de ...
CACCMPT Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minería, Paz
y Tri butario de.. .
CACCMPTF Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz,
Tributario y Familia de ...
capítulo/capítulos
Código Civil (ley 340, derogado por ley 26.994)
Código Contencioso Administrativo y Tributario
de la Ciudad de Buenos Aires
CCCN Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994)
cfr. confrontar/confróntese
CN ConstituciónNacional
CNCCF Cámara Nacionalen lo Civil y Comercial Federal
de la Capital Federal
ABREVIATURAS

CNCiv. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal


CNCom. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
de la Capital Federal
coord.lcoords. coordinación/coordinadorlcoordinadores
Corte IDH Corte lnteramericana de Derechos Humanos
CPCCBA Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires
CPCCN Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
CSJN Corte Suprema de Justicia de la Nación
i
decr.-ley decreto ley
dir. 1dirs. dirección/director/directores
DI Revista Doctrina Judicial (La Ley, Buenos Aires)
DT Revista Derecho del Trabajo
ED Revista El Derecho, UniversidadCatólica Argentina
ed. ediciónleditor
ERT Empresa de Redes de Transporte
expte. expediente
GCBA Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
IA inteligencia artificial
inc./incs. inciso/incisos
JA Revista Jurídica JurisprudenciaArgentina
JCAT Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario
JCCN Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial
JNCAF Juzgado Contencioso Administrativo Federal
JNPCF Juzgado Nacional en lo Penal Contravencionaly de Faltas
LDC Ley de Defensa del Consumidor
LL Revista Jurídica Argentina La Ley
LLBA Revista La Ley, Buenos Aires
LLNOA Revista La Ley del Noroeste
LNC Lexis Nexis Córdoba
no/nros. númerolnúmeros
p. 1ps. páginalpáginas
párr.lpárrs. párrafolpárrafos
PELT Principios Europeos de Responsabilidad Civil
RAE Real Academia Española
RCCyC Revista Código Civil y Comercial
RCyS Responsabilidad Civil y Seguros, La Ley
reimpr. reimpresión
res. resolución
S. /SS. siguientelsiguientes
SI sobre
SCBA Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
EXTINCIQNUNILATERAL DEL CONTRATO

t. 1ts. tomoltomos
TFUE Tratado de Funcionamientode la Unión Europea
TJUE Tribunal de Justicia de la Unión Europea
vol. lvols. volumen1volúmenes
PARTE PRIMERA
RESPONSABILIDAD CIVIL
CAP~TULOI
NORMATIW APLICABLE

5 1. La interpretación del art. 7 O

del Código Civil y Comercial


El art. 7" del CCCN (copia del art. 3" del Código de Vélez Sarsfield salvo por la ÚI-
tima parte) regula: "Apartirdesu entrada en vigencia, lasleyesseaplican a lascon-
secuencias de las relacionesy situacionesjurídicas existentes.
Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto dis-
posición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar de-
rechos amparadospor garantías constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecu-
ción, con excepciónde las normasmás favorablesal consumidor en las relacionesde
consumo ".
La interpretación de esa norma no ha sido para nada pacífica y ha suscitado en-
riquecedoresdebates doctrinariosl.
En lo que a la responsabilidadcivil concierne, la doctrina y la jurisprudencia con-
cuerdan en que esta se rige por la ley vigente al momento del hecho antijurídico da-
ñoso. Las discrepancias surgen principalmente sobre las consecuencias del ilícito,
pues la nueva ley rige las consecuencias que no están consumadas al momento de la
entrada en vigencia2.Como ejemplo de una de las posturas, podemoscitar el plena-
rio de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, que resolvió no aplicar-el por

Rivera, Aplicación del nuevo Código Civily Comerciala los procesos judiciales en trámite
(yotras cuestiones que debería abordar el Congreso), LL, On Line, AR/DOU1424/2015; Kemelma-
jer de Carlucci, Elartículo 7del Código Civily Comercialy los expedientes en trámite en los que no
existe sentencia firme, LL, 201 5-B-1146; ídem, Nuevamente sobre la aplicación del Código Civily
Comerciala lassituacionesjurídicas existentesal l 0 d eagosto de 2075, LL, ejemplar del 21611 5.
Kemelmajer de Carlucci, La aplicación del Código Civily Comerciala lasrelacionesysitua-
cionesjurídicas existentes, 201 5, ps. 100 y 101.
38 CECILIA CELESTE DANESI

entonces nuevo-art. 1078 del CCcuando el hecho dañoso fue anterior a la puesta
en vigencia de la ley 17.7113. Es que el daño no es una consecuencia del ilícito, sino
un elemento constitutivo.Así, al ser uno de loselementos necesarios paraquesecon-
figure la responsabilidad civil, este no es la consecuencia, sino la causa constitutiva
de la relación.
Actualmente, IosJuzgadosNacionales de Primera Instancia en lo Civi14sostienen
que en materia de accidentes de tránsito rige la normativa vigente al momento de
producirse el siniestrovial. Entonces, si el evento dañoso fue antes del l0deagosto
de 201 5, se aplica el código de Vélez Sarsfield y, si tuvo lugar con posterioridad, el
cuerpo normativo unificado.
Su fundamento reposa en que la nueva ley se aplica a: I) las relaciones y situa-
ciones jurídicas que se constituyan en el futuro; 11) las relaciones y situacionesjurí-
dicas existentes, en cuanto no estén agotadas; 111) las consecuencias que no hayan
operadotodavía. Esdecir, "la leytoma a la relación ya constituida (por ejemplo, una
obligación) o a la situación (por ejemplo, el matrimonio) en el estado en que se en-
contraba al tiempo en el que la ley nueva essancionada, pasando a regir los tramos
de su desarrollo aún no cumplidos. Los cumplidos, en cambio, están regidos por la
ley vigente al tiempo en que sedesarrollaron. Del mismo modo, si antesde lavigen-
cia de la ley nueva se hubieran producido ciertos hechosaptos para comenzar la ges-
tación de una situación según la vieja ley, pero insuficientespara constituirla (osea,
la situación o relación está in fíeri), entonces, rige la nueva ley" 5.
La Cámara Civil y Comercial de la ciudad de Trelew, a su turno, se reunió en ple-
no y de oficio dictó el acuerdo 194 que dispone: "Una vez dictada la sentencia de
grado en una causa bajo el régimen de los Códigos Civil yde Comercio hoyvigentes,
en lassucesivas instanciasjudiciales habrá de revisarse la sentencia de grado a la luz
de los mismos ordenamientos bajo cuyo amparo ella se dictóu6,con excepción de
aquellos supuestos que se pudieran presentar como hechos en curso de ejecución,
es decir, que no se agotaron con el dictado de la sentencia sino que comenzaron a
existir a partir de ella. Esta doctrina resultó fuertemente criticada.

CNCiv., enpleno, 21/12/71, "Rey, Joséc. Viñedosy Bodegas Arizu", LL, 146-273.
JNC n041, 15/9/15, "De Jesús, Marcela Alejandra c. Farías, Alejandro César Enrique y otros
s/Daños y perjuicios", expte. no54.1 73/03; JNC n035, 919115, "González Sánchez, Luis y otro c. Mull-
ner, José Norberto y otros/Daños y perjuicios", entre otros.
Luis Moissetde Espanés, cit. por Herrera-Caramelo, en Código Civily Comercialdela Nación
comentado, t. 1, en www.infojus.gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCyC~Comentado~Tomo~l%20
(arts.%201%20a%20400).pdf; en igual sentido: Kemelmajer de Carlucci, La aplicación del Código
Civily Comerciala las relacionesysituacionesjurídicas existentes, 2015.
CACC Trelew, 15/4/15, Acuerdo 194, disponible al 818117, en www.colegio-escribanos.org.
ar/noticias/20 15-06-12-Acuerdo-Plenario- 194-Trelewpdf.
Para Kemelmajer de Carlucci, la nueva ley rige inmediatamentea lasconsecuen-
cias de las relacioneso situacionesjurídicas, independientemente del dictado de la
sentencia en la instancia de grado. Rivera, por su parte, entiende que ello atentaría
contra el principio de congruencia yque, desde un plano másgeneral, no es lisay Ila-
namente predicable que el Código Civil y Comercial de la Nación resulte necesaria-
mente de aplicación inmediata a las causas judicialesen trámite, en tanto su aplica-
ción retroactiva afecte la relación procesal, en violación a la garantía constitucional
del debido proceso. Retruca la jurista mencionada en primer término. Aclara que,
cualquierasea la instancia en queseencuentreel expediente, hay queaplicar el mis-
mo sistema de derecho transitorio que se vino aplicando en virtud del art. 3OdeI CC,
con el objeto de verificar si las situaciones y sus consecuencias están o no agotadas,
si está en juego una norma supletoria o imperativa y, como cuestión novedosa, si se
trata o no de una norma más favorable al consumidor. Finalmente, Rivera contesta
considerando que el art. 7" es una herramienta insuficiente ya que la doctrina de
Roubier es parcial, confusaycontradictoria y, además, para solucionar loscasosque
se presentan en la realidad hacen falta otros elementos no provistos por aquella
doctrina7.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostiene que la jurisdicción de las cá-
maras está limitada por los términosen que quedó trabada la relación procesalyel
alcance de los recursos concedidos, que determinan el ámbito de su facultad deci-
soria y que la prescindencia de tal limitación infringe el principio de congruencia
quese sustenta en los arts. 17y 18 de la C N ~Criterio
. que fue adoptado por algunas
Cámaras de ~pelaciones~.
No obstante ello, hay sectores de la jurisprudencia que resuelven las causas de
conformidad con el texto unificado. Como por ejemplo, la Cámara de Apelaciones
de Pergamino en una de demanda de daños y perjuicios ocasionados por un acci-
dente de tránsito sostuvo que "resulta de aplicación en la especie el encuadre nor-

Gudiño, La vigencia del Código Civily Comercial en los procesos de daños en trámite, en
"RCCyC", 201 5 (septiembre), 107, LL, On Line, AR/DOU293712015;Kemelmajer de Carlucci, Elartí-
culo 7del Código Civily Comercialy los expedientes en trámite en los que no existe sentencia firme,
LL, 201 5-B-1146;ídem, Nuevamente sobre la aplicación del Código Civily Comerciala lassituacio-
nesjurídicas existentesal l0de agosto de2015, LL, ejemplar del 21611 5; Rivera, Aplicación delnue-
vo Código Civily Comerciala losprocesosjudicialesen trámite (yotrascuestionesque debería abor-
dar el Congreso), LL, On Line, ARlDOU142412015; ídem, Aplicación del Código Civily Comercial a
las relaciones preexistentes y a los procesos judiciales en trámite. Algunas propuestas, LL, On Line,
ARIDOUI 97712015; Leguisamón, La problemática de la aplicacióntemporalde lasnormasdelnue-
vo Código Civily Comercial de la Nación, elDial-DC1FOE.
CSJN,71711 5, "Becerra,Juan Joséc. Calvi, Juan MaríayotrosslCumplimientodecontrato",
CSJN-Fallos, 301 :925; 304:355.
CACCTrelew, Sala A, 11/8/15,LL, On Line, ARlJURl2685412015.
CECILIA CELESTE DANESI

mativo previsto en el nuevo Código a partir del Capítulo 1cuando trata otrasfuen-
tesde lasobligacionesyprevé la responsabilidad civil, concretamente en la Sección
3" a partir del art. 1716dondese consagra la función resarcitoria yel deber de repa-
rar todo daño que se cause (. . .) el factor de atribución aplicablees objetivo, confor-
me se desprende de los arts. 1721y 1722y concs. del CCCN, en cuanto conducía una
cosa riesgosa que provocóel daño, yque permite tambiénen la nueva legislación Ii-
berar al responsablecuando se demuestre la causa ajena"I0.
Por nuestra parte, consideramosque en materia deaccidentesde tránsito rige la
ley vigente al momento del siniestro. Ello por cuanto, no solo se desprende de una
razonada interpretación del art. 7", sino que también resulta ilógico que se juzgue
un hecho por una ley novigenteen aquel momentoyque, por consiguiente, las par-
tes no hayan podido ajustar su conducta a esas normas.
Ello comprende: a) todos los presupuestos de la responsabilidad civil como re-
lación creditoria: la antijuridicidad; los factores de atribución; la relacióncausal y el
daño; b) la legitimación para reclamar, y c) la pérdida de chances como daño re-
sarcible, aun si se trata de daños causados en las relaciones de consumo1l.
En cuanto a la cuantificacióndel daño (que no incluye la acreditación de su exis-
tencia), alguna jurisprudencia considera que debe efectuarse de conformidad a los
parámetros propuestos por la ley vigente en el momento en que la sentencia deter-
mina la medida o extensióndel detrimento, sea en dinero o en especie o bien, fijan-
do la pautas para su cuantificación en la etapa de ejecución1*.Debemos destacar
que, en materia de accidentes de tránsito, la cuantificación puede darse en momen-
tos muydiversosy, teniendo en cuenta los vaivenes económicosdenuestro país, ello
modifica considerablementela indemnizaciónde la víctima.
Así las cosas, útil es recordar la distinción entre daño instantáneo, el que aconte-
ce una sola vez y puede ser presente o futuro y, el continuado, que permanece a lo
largo del tiempo. Entonces, el detrimento consolidado no sufrirá alteraciones a lo
largodel tiempo, mientrasquelos noconsolidados,puedenmodificarseconeltrans-
curso del tiempo. Esa evolución, si acaece una vezvigente el nuevo código, quedaría
comprendida por el art. 1746del CCCN13.

lo CACC Pergamino, 11/8/15,LL, On Line, AWJUW26421/2015.


l1 Kemelmajer de Carlucci, La aplicación del Código Civily Comerciala las relacionesysitua-
cionesjurídicas existentes. Segunda parte, 201 6, p. 232.
l2 CNCiv., Sala F, 71811 5, Microjuris, MJ-JU-M-94485-AR,MJJ94485,jurisprudencia cit. por Ke-
melmajer de Carlucci, La aplicación del Código Civily Comerciala las relacionesysituacionesjurídi-
cas existentes. Segunda parte, 201 6, p. 234.
l3 GaIdós, El artículo 7"del Código Civil y Comercial de la Nación y la responsabilidad civil, LL,
On Line, AWDOC/3711/2015.
Añadimos que, en materia de derecho de los consumidores, como por ejemplo
ocurrecon loscontratosdetransporte, impera el nuevotexto legal atenorde lonor-
mado por la última parte del art. 7".
Para concluir este apartado, citamos la valiosa opinión de la doctora Kemelma-
jer de Carlucci, integrante de la Comisión Redactora del Código Civil y Comercial,
quien señala que "si la Cámara revisa una sentencia relativa a un accidente de trán-
sito, aplica la ley vigente al momento de ese accidente; en agosto de 2015 la revisa-
rá conforme el art. 1113 del CC, no porque así resolvi? el juez de primera instancia,
sino porque la ley que corresponde aplicar es la vigente al momento que la relación
juridica nació (o sea, el del accidente)" 14.

Jurisprudencia

1. Aplicación de la ley vigente al momento


del hecho dañoso

1 Las normas del Código Civil y Comercial no se pueden aplicar para resolver la con-
tienda, dadoqueal ser el daño un presupuestoconstitutivode la responsabilidad,aque-
llos que dieron origen a este procesoconstituyeron, en el mismo instante en quese pro-
dujeron, laobligación jurídica de repararlos. [CNCiv., 1919117,Sala L, "Papagno, Marie-
la Silvia c. Lado, Danielyotros s1Daños y perjuicios", LL, On Line, ARíJURí6386412017].

2 Nocorresponde aplicar la nueva norma del art. 1078del CCcuando el hechodañoso


fue anterior a la puesta en vigencia de la ley 17.711. [CNCiv., en pleno, 21/12/71,"Rey,
José c. Viñedos y BodegasArizu", LL, 146-2731.

3 Dado que el hecho ilícito en el que se causaron los daños reclamados acaeció antes
del lo de agosto de 2015, correspondejuzgar la controversia conforme a las disposicio-
nesdelCódigoCivil, por cuanto losefectosjurídicosde la obligación asígestada se ago-
tarondemaneracontemporáneaa la ocurrencia del accidente. [JNCn041,1519115, "De
Jesús, Marcela Alejandra c. Farías, AlejandroCésar EnriqueyotrosslDañosy perjuicios"
(expte. no54.17312003) y, en igual sentido, JNC no35,91911 5, "González Sánchez, Luis y
otro c. Mullner, José Norberto y otro slDaños y perjuicios", entre otros].

4 Al ser el daño un presupuesto constitutivo de la responsabilidad(arts. 1716y 1717,


CCCN, y art. 1067, CC), aquel que diera origen a este proceso constituyó, en el mismo
instante en que se produjo, la obligación juridica de repararlo. En consecuencia, dicha
relaciónjurídica, al haberse consumado antes del advenimiento del actual Código Ci-
vil y Comercial, debe ser juzgada -en sus elementos constitutivos y con excepción de
sus consecuencias no agotadas- de acuerdo al sistema del anterior Código Civil. De

l4 Kemelmajer de Carlucci, Elartículo 7del Código Civily Comercialylos expedientes en trá-


mite en los que no existe sentencia firme, LL, 2015-B-1146.
CECILIA CELESTE DANESI

todos modos, con Códigoviejo o nuevo, la interpretación que guíe esta decisión, ycual-
quier otra, no puede desconocer la supremacía de la Constitución Nacional, ni los tra-
tados de derechos humanos en los que la República sea parte, no ya solo porque lo re-
cuerde el Código Civil y Comercial (arts. 1O y 2O), sino porque así lo manda la Constitu-
ción Nacional (art. 31, e inc. 22, art. 75). [CNCiv., Sala B,21112/15, "A,, M. C. c. Rodrí-
guez, Alejandro Aníbal slDaños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 7991161.

5 El Código Civil y Comercial no resulta aplicable a una acción de daños ocasionados


,. con motivo de un accidente de tránsito pues, al tratarse de una relación o situaciónju-
rídica que ha quedado constituida conforme a la ley anterior a su entrada en vigencia,
ytambién las consecuenciasque emanan de ella, es esa ley la que en definitiva se aplica
(art.7O1CCCN). [CNCiv.,Sala 1,1914116, "RomeroSpataro,GuidoMarianoc.VázquezPe-
reiro, Jesús y otross/Dañosy perjuicios (acc. tran. dles. o muerte)", LL, On Line, AWJUW
2027412016; en igual sentido: CNCiv., Sala J, 4/2/16, "D. M., M. c. Swiss MedicalS.A. slDa-
ños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW476612016; CNCiv., Sala J, 26111115, "Mazzei, Lu-
ciano Alberto c. Del ParqueShopping Center S.A. s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AW
J UW62837/2015].

6 La acción de daños por accidente de tránsito deducida se fundamenta en el derecho


acordado por los anterioresarts. 1109y 1113 del CC, siendo este cuerpo normativo apli-
cable al caso, toda vez que el art. 7' del CCCN establece que deben aplicarse esas nor-
mas, ya que respondena una consecuencia derivada de una situaciónqueexistióduran-
tesuvigencia y no esalcanzado por la regla general de la aplicación inmediata de la ley.
[CACCJujuy, Sala I1,21/12/15, "Mendoza, Cintia Mayra lrenec.Tasi1S.R.L.yArévalo, Die-
go RosarioslDañosy perjuicios", RCyS2016-VI-135;LL On Line, AWJUW69359120151.

2. Aplicación del CCCN en materia de intereses


7 La obligación de resarcir nace cuando se configuran los presupuestosde la misma,
especialmenteeldaño, porello la nueva regulación legal de la responsabilidadcivilex-
tracontractual dispuesta por el nuevoCódigoCivil ycomercial unificado no rige los he-
chos ilícitos consumados con anterioridad a su puesta en vigencia (el lo de agosto de
201 5), fecha de entrada en vigencia del nuevo Código, pero es de aplicación inmedia-
ta a los efectos (consecuencias) de la relación resarcitoria, por ello tratándose de un ac-
cidente de tránsito corresponde aplicar el Código Civil en todo lo relativo al nacimien-
to de la obligación resarcitoria (legitimación y presupuestosde la responsabilidadci-
vil) ya las consecuencias (intereses)debe aplicarse el Código Civil ycomercial de la Na-
ción desde el lo de agosto de 2015. [CCACCMPT 2a Mendoza, 13111115, "Díaz, Diana
Eva c. Rodríguez, Mauricio Ezequiel yotros1D. y p.", LLGran Cuyo, 2016 (febrero), 93;
RCyS, 2016-IV-171; LL On Line, AWJ UW58753/2015].

3. Normas procesalesse aplican en forma inmediata


8 Al ser el daño un presupuesto constitutivo de la responsabilidad(arts. 1716 y 1717,
CCCN, y 1067, CC), aquel que diera origen a este proceso constituyó, en el mismo ins-
tanteen quese produjo, la obligaciónjurídica de repararlo. En consecuencia, deacuer-
ACCIDENTES DE TRANSITO

do al sistema de derecho transitorio contenido en el art. 7O del CCCN, la relación jurí-


dica que origina esta demanda, al haberseconsumado antes del advenimiento de ese
Código, debe ser juzgada -en sus elementos constitutivos y con excepción de sus con-
secuencias no agotadas- de acuerdo al sistema del Código Civil, interpretado, claro
está, a la luz de la Constitución Nacional y de los tratados internacionalesde derechos
humanos ratificados por nuestro país porque así lo impone una correcta hermenéuti-
ca y respeto a la supremacía constitucional. Sin embargo, cabe aclararlo, las normas
procesales contenidas en el CCCN resultan de aplicación inmediata. [CNCiv., Sala B,
9/2/18, "Cairo, Leonardo Pablo c. Madeo, José Marcelo y otro slDaños y perjuicios",
2433312014; Rubinzal On Line, RC J 5441181.

4. Derecho de defensa en juicio.


Aplicación de la ley vigente al momento del accidente
9 Aplicar la ley vigente al momento del siniestro vial es la solución más razonable y
acorde al resguardo del derecho de defensa de las partes: es que si todo el procedi-
miento se llevó a cabo partiendo de la base de que los hechos estaban regidos por de-
terminado ordenamiento, orientándose en tal sentido la actuación procedimental
(esencialmente: alegación y prueba) el cambio del ordenamientojurídico aplicable pa-
ra decidir no es solo cuestión que incumba al ejercicio del iura novitcuria (al momento
de sentenciar) sino también a lo que pudieran haber actuado las partes a lo largo del
trámite; luego, al entrar enjuego un ordenamientoque no era el vigente en losalbores
del proceso, el surgimiento de nuevos argumentos y, especialmente, la posible rele-
vancia de otros hechos y circunstanciasfácticas (que difícilmente puedan ya acreditar-
se, pues la etapa de ofrecimiento ya habrá transcurrido) podrían llegar a menoscabar,
en ciertos casos, el ejercicio de aquel derecho. [CACC Morón, Sala 11,22/9/15, "Barrios,
Sandra Beatriz Antonia y otro c. Lacuadra, Aranda Juan Ignacioy otros s/Daños y per-
juicios", LL, On Line, AR/JUR/31284/2015].

5. Ley aplicable en materia de responsabilidad


del Estado
9 Atento la fecha que se denuncia como la que ocurrió el hecho dañosoy lo normado
por el art. 7OdeI CCCN, es el art. 1113, párr. 2", parte 2adel CC, la norma bajo la cual de-
beanalizarsela responsabilidadquese leendilga a la demandada. Detodosmodos,se
arriba a igual conclusión si la cuestión se analiza a la luz de lo dispuesto por el nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación, que establece que el factor de atribución es ob-
jetivo cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos de atribuir responsabili-
dad y que toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas,
siendo su responsabilidadobjetiva. El límite temporal de aplicación de la ley, en prin-
~ipio~prohíbeingresarenel análisisdel régimendela responsabilidaddelEstadoa par-
tir de la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial (1/8115), aun cuando sí deba
mencionar que, más allá de que dicho régimen no se encuentre comprendido en este
cuerpo legal (arts. 1764y 1765), ello no significa que se genere en su favor una especie
de indemnidad, ni que pueda cercenarseel principio de reparación plena, ya que ello
CECILIA CELESTE DANESI

implicaría atentar contra principios indiscutiblemente reconocidos por la Constitu-


ción Nacional como el de la "igualdad ante la ley" (art. 16) yel de la "legalidad" (arts.
14,16,17,18y l9)ycontra tratados internacionalesque integran nuestro bloquecons-
titucional (art. 75, inc. 22) como la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
[CACCMPT Mendoza, 20/10/15, "Quiroga Gulino, Ana Laura c. Municipalidad de Go-
doy Cruz slDaños y perjuicios", disponible al 15111/16 en http:llwww.nuevocodigoci-
vil. comlaccidentes-de-transito-en-el-nuevo-codigo-civil-y-comercial-el-estado-
igualmente-continua-respondiendo-plenamente/J.

6. Pronunciamientosde lostribunalesdeapelación
10 Una vezdictada la sentencia degrado en una causa bajoel régimen de loscódigos
de Vélez Sarsfield y Acevedo, se produce una consolidación jurídica de la causa o un
consumo jurídico, que lleva aparejada la consecuencia de que en las sucesivas instan-
cias judiciales habrá de revisarse la sentencia de grado a la luzdel mismo ordenamien-
to bajo cuyo amparo ella se dictó. Ello así con excepción de aquellos supuestos que se
pudieran presentar como hechos en curso de ejecución, esto es, que no se agotaron
con el dictado de la sentencia sino que comenzaron a existir a partir de ella. [CACCde
Trelew, en pleno, 15/4/15, acuerdo no194, SAIJ, Id SAIJ, NV11117].

11 La jurisdicción de las cámaras está limitada por los términos en que quedó trabada
la relación procesaly el alcance de los recursos concedidos, que determinan el ámbito
desu facultad decisoria yque la prescindenciade tal limitación infringe el principio de
congruencia que sesustenta en losarts. 17 y 18de la CN. [CSJN, 717115, "Becerra, Juan
José c. Calvi, Juan María y otros sICumplimiento de contrato", CSJN-Fallos, 301:925;
304:355].

12 El hecho de que se haya dictado una sentencia que nose encuentra firme no tiene
influencia sobre cuál es laley aplicable.Así, si la Cámara revisa una sentencia relativa a
un accidente de tránsito, aplica la ley vigente al momento de ese accidente; en agosto
de 2015 la revisará conforme la normativa del Código Civil, no porque asi resolvió el
juez de primera instancia, sino porque la ley que corresponde aplicar es la vigente al
momento que la relación jurídica nació (osea, el del accidente). Cambia la situación, si
la apelaciónversara sobre consecuencias no agotadas de esas relaciones, o lo que ata-
ñea la extinciónde esa relación. [CNCiv., Sala J, 2818115, "S. M. A. y otro c. Z. J. L. yotros
s/Daños y perjuicios", LL, ejemplar del 29/10/15, p. 81.

7. Aplicación del Código Civil y Comercial de la Nación


13 Resulta de aplicación en la especie el encuadre normativo previsto en el nuevo có-
digoa partirdel Capítulo 1cuandotrata otrasfuentesde lasobligacionesyprevéla res-
ponsabilidad civil, concretamente en la Sección 3aa partir del art. 1716 dondese con-
sagra la función resarcitoria y el deber de reparar todo daño que se cause. En materia
de accidentes de tránsito, el factor de atribución aplicable es objetivo, conforme se
desprende de los arts. 1721y 1722yconcs.del CCCN, en cuanto conducía una cosa ries-
gosa que provocó el daño, yque permite también en la nueva legislaciónliberar al res-
ACCIDENTES DE TRANSITO

ponsablecuandosedemuestrela causa ajena. [CACCPergamino, 11/8/15, LL, On Line,


AR/JUR/26421/20151.

14 Tratándose de los daños derivadosde un accidente de tránsito resulta de aplicación


el encuadre normativo previsto en el nuevo Código Civil y Comercial a partir del Capí-
tulo 1 cuando trata otras fuentes de las obligaciones y prevé la responsabilidad civil,
concretamente en la Sección 3aa partir del art. 1716 donde se consagra la función re-
sarcitoriayel deber de reparartododañoquesecause. [CACCPergamino, 11/8/15, "Ci-
rulli, Lucía de las Mercedes c. Zatti, Héctor Marcelo y otros s/Daños y perj. autom. dles.
o muerte", RCCyC, 2015 (septiembre), 119; RCyS, 201 5-X-184; LL, On Line, AR/JUR/
2642 1/20151.

8. Aplicación de la ley vigente al momento decuantificar el daño


15 La cuantificación del daño debe efectuarse de conformidad a los parámetros pro-
puestospor la ley vigente en el momento en que la sentencia determina la medida o ex-
tensióndeldetrimento,seaendinerooenespecieo bien, fijando la pautasparasu cuan-
tificación en la etapa de ejecución. [CNCiv. Sala F, 718115, Microjuris, MJ-JU-M-94485-
AR, MJJ944851.

16 La utilización de fórmulas matemáticas para la cuantificación de la indemnización


por incapacidad sobreviniente no genera problemas de aplicación temporal de la ley,
puesen materia de responsabilidad civil, el CódigoCivily Comercial no ha hecho menos
que recoger los desarrollosjurisprudencialesy doctrinarios que preexistían yse encon-
trabanyavigentesa la fecha desu sanción. [CACCMar del Plata, Sala 11,18/8/16, "R. D.,
J. A. c. K., l. y otra s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-XI-51; con nota de Martín Juárez Fe-
rrer, LL, On Line, AR/JUR/57487/2016].

9. Nulidadde una sentencia que aplica el Código Civil y Comercial


no vigente al momento de los hechos
17 Correspondedeclarar la nulidad de la sentencia de primera instancia que resuelve
la cuestión planteada-accidentedetránsito-confundamentoen losarts. 1757,1758
y 1769 del CCCN, ydisponer que un juez hábil falle el asunto en función de lo normado
por el Código Civil vigente al momento del siniestro, porque mal puede resolverse un
hecho ilícito en función de normas que no estaban vigentes al momento de su acaeci-
miento. Elloes una inadmisibleaplicaciónretroactiva del CódigoCivilycomercial a he-
choscumplidosysituacionesjurídicas consolidadasal amparo de la ley anterior. Nótese
que lo que se busca a través de este pleito no es la constitución de nuevos derechos, si-
no la declaración de los nacidos en el momento de producirse los daños, al amparo de
la normativa por entonces vigente. Siendo ello así, la sentencia que ha fallado el caso
bajo normas jurídicas no vigentes se ha apartado irremediablemente del mandato es-
tablecido en el inc. 5", art. 163, CPCCde la Provincia de Buenos Aires. Y no puede decir-
se a priori(como hace la actora en su réplica a la expresión de agravios) que la solución
no cambia, pues para ello hay que juzgar el asunto en función de lavieja leyycomparar
las soluciones, lo que no debe hacer este tribunal dada su función estrictamente revi-
CECILIA CELESTE DANESI

sora. [CACC Bahía Blanca, Sala 11,2311 2115, "Mangano, EdgardoOmarc.Rivera Novoa,
LorenzoAntonio y otro slDaños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 83051151.

10. Aplicación del CCCN para cuantificar el daño


18 Si bien no existen mayores discrepancias en torno a las normas aplicables a los ele-
mentos constitutivosde la responsabilidadcivil, las mismassíse han generado respec-
to de las disposiciones aplicables a sus consecuencias. Lo cierto es que conforme lo de-
termina el art. 7Odel CCCN, el mismo se aplica a las consecuencias que no están consu-
I
madas al momento de la entrada en vigencia. Y se considera que el daño definido en
el art. 1737 del CCCN, se centra en el daño-lesión, en tanto que la indemnización defi-
nida en el art. 1738 del CCCN, capta las concretas y reales consecuencias de aquella le-
sión. Estas consecuencias se irán cristalizando y consolidando con el paso del tiempo,
y prueba de ello es lo que determina el art. 1748 del CCCN, en relación al curso de los
intereses. Por lo expuesto, los rubros indemnizatorios son consecuencias existentes, y
corresponde aplicar la nueva ley vigente (art. 7O, CCCN). Y más allá de las discusiones
teóricas en torno a la materia, lo cierto es que aun antes de la reforma personalmente
aplicaba las pautasjurisprudencialesydoctrinarias que fueron recogidasyhoy se plas-
man en los arts. 1738,1739,1740,1741,1745 y 1748, del CCCN, siendo las que mejor se
adaptan a la interpretación constitucional y convencional que corresponde dar a las
normas de derecho privado. [JNC n037,719115, "P. P. l. yotros c. Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires y otrosslDañosy perjuicios", Rubinzal On Line, RC J, 59141151.

3 2. Normativa aplicable antes de la reforma


Hasta el año 1968, que se sancionó la ley 17.711, el originario Código Civil deVé-
lez Sarsfield contemplaba como único factor de atribución de la responsabilidadci-
vil, el subjetivo. Luego, con la reforma introducida por la mencionada ley, se intro-
dujeron los supuestos de responsabilidadobjetiva en los Últimos párrafos del art.
111315,lo que implicó que-con el paso del tiempo-, a los menoscabos produci-
dos por accidentes de tránsito, se los comenzara a encuadrar en un supuesto de res-
ponsabilidad de naturaleza objetiva, ya que se consideraba que el daño se había
causado "por el vicio o riesgo de la cosa".

l 5 Art. 1113: "La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causa-
ren los que están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado. En
los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de responsabili-
dad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido causado por el
riesgo oviciode la cosa, soloseeximirá total o parcialmentederesponsabilidadacreditando la cul-
pa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder" (párrafo incorporadopor art. lo de
la ley 17.711, BO, 26/4/68. Vigencia: a partir del lo de julio de 1968). "Si la cosa hubiese sido usada
contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián, no será responsable" (párrafo incor-
porado por art. lo de la ley 17.711, BO, 26/4/68. Vigencia: a partir del lo
de julio de 1968).
No había uniformidad en la aplicación del art. 1113. Algunos sectores de la doc-
trina sostenían que en materia de colisión plural de automotores en movimiento se
aplicaba la teoría de origen francés denominada "neutralización de riesgos" l6 o
-para otros- la llamada "distribución paritaria de los daños" 17, según la cual se
descartaba la teoría del riesgo creado en esoscasos puesto que ambosvehículoscre-
aban riesgosy los neutralizaban, con lo cual, regía el art. 1109 del CC.
La discusión quedó sellada luego de un pronunciamiento de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el año 1986. El Máximo Tribunal señaló que, en materia
de colisión plural de automotores, la circunstancia de un riesgo recíproco no excluía
la aplicaciónde lodispuestoen el art. 1113, párr.2"del CC, por loquesecreaban pre-
sunciones concurrentescomo las que pesan sobre el dueño o guardián, quienes de-
bían afrontar losdañoscausadosalotro, salvo que hayan probado alguna de lasexi-
mentes reguladas en la norma la.
Años más tarde, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil en los autos "Val-
dez, Estanislaoc. El Puente S.A.T. s/Dañosy perjuicios" j9, sentó la doctrina plenaria
según la cual la responsabilidaddel dueño o guardián emergente de accidentes de
tránsito producidos como consecuencia de una colisión plural de automotores en
movimiento, no debía encuadrarse en la órbita del art. 1109del CC, sino quegober-
naba la cuestión el art. 1113, párr. 2", in fine, del mismo cuerpo normativo. Aclara-
mosque, para aplicar esta doctrina, era suficiente que uno de los rodadosse encon-
trara en movimiento; supuestos que se dan frecuentemente en la práctica cuando
un automóvil estacionado es embestido por otro en movimiento o bien, cuando un
vehículo detenido por indicación de la señal lumínica es impactado en su parte tra-
sera por otro en movimiento.
Entonces, salvo escasas excepciones, las demandas iniciadas por los daños pro-
ducidos a raíz de un accidente de tránsito, se circunscri bían en su puestosde respon-
sabilidad extracontractual de naturaleza objetiva con fundamento en la teoría del
riesgo creado, es decir, un daño que se ocasionaba por el riesgo de la cosa y, por lo
tant~~tornabaaplicablela última partedel párrafosegundodelderogadoart. 1113
del Código deVélez Sarsfield.
Asimplevista, podemosadvertir que las consecuenciasde la implementación de
esa teoría eran notorias en el proceso. Ahora, la víctima ya no tenía que cargar con
la prueba de la culpa del agente en su reclamo de indemnización, sino que le basta-
ba acreditar el perjuicio y la existencia de una relación de causalidad entre la cosa

l6 Bustamante Alsina, Teoría generalde la responsabilidad civil, 1989, p. 265.


l7 Llambías, Tratado de derecho civil. Obligaciones, 2007, t. IV-B, p. 173.
l8 CSJN, 8/4/86, "Sacaba de Larosa, Beatrizc. Vilches, Eduardo"; 22/12/87, "ENTELc. Provincia
de Buenos Aires", CSIN-Fallos, 310:2404.
l9 CNCiv., en pleno, 10111/94, ED, 161-402; LL, 1995-A-136;JA, 1995-1-280.
48 CECILIA CELESTE DANESI

riesgosa y el daño que exhibeZ0.Es más, el contacto con la cosa riesgosa no era im-
prescindible para valerse de la responsabilidadobjetiva ya que, lo único que se re-
quería era la intervención activa de la cosa. Es decir, que esta pueda haber ejercido
una influencia causal decisiva en la realización del daño, para que se encasille en el
supuesto del segundo párrafo, segundo apartado, del art. 11 13 del CCZ1.
En conclusión, una vez probada la intervención activa de la cosa y su conexión
causal con el daño producido (relacióndecausalidad), se presumía que el detrimen-
tose había generado por el riesgoovicio de la cosaZ2,presunciónquesolo podía ser
desvirtuada si se acreditaba la intervención de una causa ajena, es decir, la culpa de
lavíctima, la de un tercero porquien no tenga el deberjurídicode responderoel ca-
so fortuito o la fuerza mayorZ3.

Jurisprudencia

1. Normativa aplicablecon la reforma de la ley 17.711


1 En materia de colisión plural de automotores, la circunstancia de un riesgo recípro-
co no excluye la aplicación de lo dispuesto en el art. 1113, párr. 2" del CC, por lo quese
crean presuncionesconcurrentescomo lasque pesan sobre el dueño o guardián, quie-
nesdebían afrontar losdañoscausadosal otro, salvoque hayan probadoalguna de las
eximentes reguladas en la norma. [CSJN, 8/4/86, "Sacaba de Larosa, Beatriz c. Vilches,
Eduardo"; ídem, 22/12/87, "ENTELc. Provincia de BuenosAires", CSJN-Fallos, 310:2404].

2 La responsabilidad del dueño o guardián emergente de accidentes de tránsito pro-


ducidoscomo consecuenciade una colisión plural de automotores en movimiento, no
debe encuadrarse en la órbita del art. 1109 del CC, sino quegobierna la cuestión el art.
1113, párr. 2", in fine, del mismo cuerpo normativo. [CNCiv., en pleno, 10111/94, ED,
161-402; LL, 1995-A-136; JA, 1995-1-2801.

3 Corresponde declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto y


anular el decisorio sometido a examen de la Corte Suprema de Justicia local cuando el
enfoque otorgado a la causa por la Alzada conduce a una afirmación arbitraria, desde
que, conformea la norma quedebióaplicarse(art. 1113, CC), noes posiblesostenerque
incumbeal actor la carga de probar la culpa del demandado, puesa él le basta con acre-
ditar la existencia del nexo causal adecuado entre la cosa riesgosa un automotor, en el
caso y el daño, correspondiendoal accionado que pretende liberarse de responsabili-
dad la demostración de la culpa de la víctima, de un tercero o el caso fortuito con apti-

20 Trigo Represas, Responsabilidadcivil. Doctrinas esenciales: concurrencia de culpa o riesgo


en el accidente automotor, 2007, vol. II, p. 1279.
21 CNCiv., Sala F, 28/5/08, "Morleo, Gilberto Salvador c. Furnus, Sergio Gabriel y otro", 11,On

Line, ARIJU R/4404/2008.


22 Pizarro, Responsabilidadcivilpor el riesgo o vicio de la cosa, 1983, p. 442.

23 Trigo Represas, Concurrencia de riesgo de la cosayde la víctima, 11,1993-B-306.


ACCIDENTES DE TRANSITO

tud para quebrar tal nexo. [CSJN, 4/12/96, "Simili, Eduardo c. lzolani Zeta, Rubén D.
s/Recursode inconstitucionalidad", Secretaríade Informática del Poder Judicial desan-
ta Fe; RCJ 13811/09].

2. Sin contacto con la cosa riesgosa


4 No es indispensable que la cosa riesgosa entre en contacto físico o material con el
otro rodado, desde que lo único que se requiere es la intervención activa de la cosa en
cuanto esta pueda haber ejercido una influencia causal decisiva en la realización del
daño, para que se torne aplicable el supuesto previsto en el segundo párrafo, segun-
do apartado del art. 1113 del CC. [CNCiv., Sala F, 28/5/08, "Morleo, Gilberto Salvador c.
Furnus, Sergio Gabriel yotro", LL, On Line, AWJUW4404/2008].

5 Y si bien en el caso de autos las partes son contestes en afirmar que no hubo contac-
to entre el camión de la parte actora y los rodados de los demandados, lo cierto es que
al tratarse de cosas consideradas riesgosas (rodados en movimiento), la ley establece
una presunción de causalidad y, por consiguiente, lo que interesa determinar es si las
cosas jugaron o no un rol determinante en la ocurrencia del evento dañoso, indepen-
dientemente de si el contacto finalmente se produjo o no. [JNC n041, 615115, "Empresa
deTransportesDon Pedr0S.R.L. c.Timoner, PedroAntonioyotross/Dañosy perjuicios",
exp. 4184005/2009].

3. Cosa riesgosa sin movimiento


6 La teoría del riesgo creado también se aplica al choque entre una bicicleta y un au-
tomotor. La redacciónactualdelart. 1769delCCCN, que remitea la teoríadel riesgocre-
adoya la actividad riesgosa y peligrosa (arts. 1757y 1758, CCCN) "para losdaños causa-
dos por la circulación de vehículos" incluye los choques entre automotores y bicicletas.
"La denominacióncirculación de vehículos es más amplia que la usual de accidentes de
tránsito porque incluye a los daños producidospor automóviles (comprensivosde bici-
cletas, motos, máquinasagrícolas,etcétera) nosolo durante lacirculaciónvialsinotam-
bién en todos loscasosenlosque media su intervención activa, estén o noen movimien-
to. En realidad más que accidentes de automotores, de tránsito o de la circulación, se
trata desiniestrosviales, expresión queexcluye la referenciaa evento imprevisibleque
contiene la denominación'accidente' ". [CACCAzul, Sala 11,14/7/16, "Maldonado, Ma-
ría Fabiana c. Orliacq, Silvana s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 38671161.

5 3. La regulación del Código Civil y Comercial


a) Responsabilidad derivada de la intervención de cosas
y otros supuestos

El l ode agosto de 2015 entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial de la


Nación que, en materia de derecho de daños, recepta los criterios doctrinariosy ju-
risprudenciales mayoritarios. Con un orden metodológico sumamente claro, regu-
la los cuatro elementos de la responsabilidadcivil, completa con acierto los vacíos
legislativos y cierra casi todas las discrepancias existentes en la comunidad jurídica.
CECILIA CELESTE DANESI

Específicamente,en materia de dañosocasionadosporaccidentesdetránsito, la


norma medularque gobierna la materia es el art. 1769, queestableceque: "Losar-
tículosreferidosa la responsabilidad derivada de la intervención de cosasse aplican
a los daños causadospor la circulación de vehículos"; la que a su vez está regulada
en el art. 1757, según el cual: "Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas porsu
naturaleza, por los medios empleados o por las circunstanciasde su realización.
, La responsabilidadesobjetiva. Nosoneximenteslaautorizaciónadministrativa
para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las téc-
nicas de prevención".
Como podemos advertir, en los casos de daños ocasionados por la circulaciónde
vehículos, la responsabilidadsigue siendo objetiva por la aplicación de la teoría de
los daños causados por "el riesgo o vicio de las cosas" 24, que tenía asidero legal en
el segundo párrafo, in fine del art. 1113 del Código de Vélez Sarsfield.
Tal comosesosteníacon anterioridad a la sanción del Código unificado, la razón
por la cual la ley hace responsable a quien ha creado el riesgo es el haber "consumi-
do seguridad". Y no cabe duda que un vehículo en movimiento genera una dismi-
nución de seguridad que es "consumida" por quien lo introduce a la circulaciónen
lavía pública, ya1 hacerloestácreando el riesgo porquecon suscosas multiplica, au-
menta o potencia las posibilidadesde d a ñ ~ s i d a d ~ ~ .
Estesistemade responsabilidad objetiva tiene una relevante consecuencia en la
práctica que repercute en un claro beneficio para la víctima. Esta no tiene que acre-
ditar la culpa del dueño o guardián de la cosa que porsu riesgo ovicio le ocasionó el
perjuicio. No obstante ello, no lo libera de probar la existencia del contacto o vin-
culación entre el dañoy la cosa. Sesostieneque "aun cuando los hechos presumidos
quedan al margen del objeto de la prueba, no ocurre lo mismo con losque configu-
ran la base de la presunción, los que deben demostrarse si no han sido admitidos.
Las presuncionesde responsabilidado de causalidad creadas por la ley para favore-
cer a lasvíctimasde un ilícito hacen que queden relevadas de la prueba de la culpa,
pero ello no implica que concurra idéntica dispensa en cuanto a la acreditación de
los hechos que le dan nacimiento. Es necesaria, entonces, la demostraciónde esa re-
lación de causalidad, pues de otro modo se estaría adjudicando a una persona el da-
ño causado por otro o por la cosa de otro" 26.

24 Tanzi - PapiIIú, en Código Civily Comercial de la Nación. Concordado, comentadoycom-


parado con los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 2015, t. II, ps. 765 y 766; CSJN, 613107,
"Mosca, Hugo c. Provincia de Buenos Aires y otros slDaños y perjuicios", CSJN-Fallos, 330:563; LL,
2007-B-363.
25 MossetIturraspe(dir.)- KemelmajerdeCarlucci (coord.), Responsabilidadcivil, 1992, p. 194.

26 CNCiv., Sala G, 211 1115, "R., J. A. M. c. C., C. L. y otros1Daños y perjuicios", RubinzalOn Line,
RC J 586116.
ACCIDENTES DE TRANSITO

A lo dicho hasta aquí, debemos agregar q u e al riesgo o vicio puede adicionárse-


le la culpa del dueño o guardián demandadoso reconvenidos(sujetos responsables
conf. art. 1758, CCCN, v. Capítulo II),a través d e la valoración d e su negligencia, im-
prudencia o impericia. Es decir, es admisible una imputación dual y concurrente d e
responsabilidad (riesgo creado más culpa). De modo, entonces, q u e la responsabi-
lidad objetiva por riesgo creado no excluye q u e concurra y coexista con la respon-
sabilidad subjetiva del dueño o guardián 27.
Recordemos q u e hablamos d e riesgo cuando se apmenta la posibilidad d e pro-
ducción d e un daño, esdecir, la eventualidad, contingencia o proximidad d e un per-
juicio. La responsabilidad basada en este factor objetivo involucra el deber d e re-
parar los daños q u e se ocasionen mediante riesgos q u e son introducidos por deter-
minadas personas en la sociedad, los cuales no resultan ser-en una gran cantidad
d e casos- d e fácil control para el hombre 28.
La doctrina esboza distintas pautas para calificar a una cosa como peligrosa. La
más utilizada es la q u e distingue entre la naturaleza o la forma d e utilización. Así, en
el primer supuesto, la cosa aun d e su empleo normal o conforme su estado natural
puedederivar un peligro para terceros(v. gr., energía nuclear),esdecir, encarnan una
potencialidad dañosa con prescindencia del medio en el cual se emplean y d e lascir-
cunstancias q u e las rodean. O también, no siendo peligrosa en sí, podrá convertirse
en una amenaza latente al ser puesta e n funcionamiento por aplicación d e la activi-
dad humana29.
Otra pauta para calificar a la cosa como riesgosa (es decir, con autonomía sufi-
ciente para provocar un daño), consiste e n distinguir entre cosas portadoras d e un
peligro estático, queserían aquellasque conllevan en sí un riesgo latente, peroque
necesitan d e un factor extraño para desencadenar el daño (v. gr., una escalera con
un peldaño roto) o bien, las q u e poseen un peligro dinámico, q u e son las cosas que
portan el riesgo en su accionar (v. gr., automóvil en r n o ~ i m i e n t o ) ~ ~ .
En los casos en los q u e los daños se imputen por el riesgo o vicio d e cosas inertes,
la víctima deberá justificar el comportamiento o posición anormales d e aquellas,
pues no se presume la intervención activa en esos casos31.
Se señala q u e la referencia q u e hace el art. 1757 del CCCN en cuanto al riesgo y
luego al vicio d e la cosa, es una repetición innecesaria, dado q u e cuando el vicio

27 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t. VIII, ps. 584y 585.
28 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, Za ed., 2016, t. 2, p. 328.
29 Trigo Represas, Responsabilidad civil. Doctrinas esenciales: concurrencia de culpa o riesgo
en elaccidente automotor, 2007, vol. II, p. 750.
30 Bustamante Alsina, cit. por Calvo Costa, Derechodelasobligaciones, Zaed., 2016, t. 2, p. 302.

31 López Mesa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-


ponsabilidad extracontractual, 201 1, t. VII, p. 661.
CECILIA CELESTE DANESI

transforma la cosa en peligrosa, no hace más que crear un riesgo, es decir, la contin-
gencia o proximidad de un daño. Otros, en cambio, destacan que existen diferen-
cias entre ambos conceptos: en el daño ocasionado por el vicio de la cosa, existe un
obrar antijurídico y culpable del dueño o guardián en la fabricación o conservación
de la cosa y, el factor de atribución es objetivo con fundamento en la garantía; pero
cuando el perjuicio tiene su origen en el riesgo de la cosa, el deber de responder del
dueñooguardiánse basa en lacreacióndeesasituacióndepeligroqueoriginan con
el empleo de dichos elementos32.
Por otra parte, el art. 1757 del CCCN deja sentados dossupuestosque no eximen
de responsabilidad. El primero de ellos, es la autorización administrativa y, el se-
gundo, es la implementación de técnicas de prevención, respecto de las cuales ha-
remos una breve consideración.
La prevención del daño es la vedette de la responsabilidadcivil en el nuevo Có-
digo, por cuanto se incorpora como una de sus funciones (art. 1710 y SS.).Actual-
mente, la prevención ocupa un lugar importantísirno en la comunidad jurídica na-
cional e internacional, abarcando todas las ramasdel derecho. Así, por ejemplo, en
España se concibe la posibilidad de atenuar la responsabilidadpenal de las perso-
nas jurídicas (por las conductas cometidas por sus empleados), cuando adopten las
medidas eficaces para prevenir y descubrir los delitos que en el futuro pudieran co-
meterse (art. 31 bis, e español)^^. Con ese propósito, se creó la figura del complian-
ce que consiste en un programa de prevención de riesgos -adoptado por las em-
presas-que comprende medidas de detección y ~ r e v e n c i ó nEntonces,
~~. una per-
sona jurídica que cumple con esas medidas preventivas, puede lograr atenuar o exi-
mirse de responsabilidad penal.
En el derecho argentino, y conforme las claras directivas que emanan de la últi-
ma parte del art. 1757 del texto unificado, la adopción de medidas preventivas en
modo alguno exoneran de responsabilidad.Y, puntualmente, en el caso de losve-
hículos, consideramosque la creación de programaso códigosquegaranticen la se-
guridad deaquellos, no los hará despojarse desu calificación de cosa riesgosa.Esde-
cir, por más medidas preventivasqueseadopten para asegurar la "no peligrosidad"
de un rodado, este no perderá esa calificación, ni la aplicaciónde la responsabilidad
objetiva y, con ello, la presunción de causalidad. Las únicas eximentesde responsa-

32 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t.2, p. 304.
33 El primer precedente en el cual se declaró la responsabilidad penal de una personajurídi-
ca por el delito cometido por uno de sus empleados en beneficio de la empresa es la sentencia de
1909 del Tribunal Supremo norteamericano "New York Central & Hudson River Railroad v. United
States".
34 Bachmaier Winter, Responsabilidadpenalde laspersonasjurídicas: definiciónyelementos

de un programa de compliance, LL, año XXXIII, no7938,201 2.


ACCIDENTES DE TRANSITO 53

bilidad que se admiten en los casos de daños ocasionados por la circulación de ve-
hículos, son la causa ajena o cuando el dueño o el guardián acrediten que la cosa fue
usada en contra de su voluntad expresa o presunta. Este tema toma relevante im-
portancia en materia de vehículos autónomos, puesto que estos están dotados de
tecnología de avanzada que reduceconsiderablementela tasa desiniestralidad yel
daño que padecen tanto los tripulantes del rodado como la cosa o personas contra
las que i m p a ~ t eSobre
~ ~ . este tema remitiremos al lector al Capítulo XV.
En suma, a tenor de lo normado por el art. 1769 d ~cuerpo
l unificado, en los ca-
sos de daños causados por la circulación de vehículos, se aplican los artículos referi-
dos a la intervención de las cosas (arts. 1757 y 1758, CCCN), que pregonan un factor
de atribución objetivo (art. 1721, CCCN). Motivo por el cual, la culpa del agente re-
sulta irrelevante a los efectos de imputar responsabilidady, excepto disposición le-
gal en contrario, solo podrá eximirsedemostrando la causa ajena (art. 1722, CCCN),
la que acaece cuando el daño se produjo por el hecho de damnificado (art. 1729,
CCCN), el caso fortuito o la fuerza mayor (art. 1730, CCCN) o el hecho de un tercero
por quien no se debe responder (art. 1731, CCCN); las que desarrollaremosenel Ca-
pítulo Ill.Además, el cuerpo normativo prescribe que no son eximentes de respon-
sabilidad la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la
actividad, ni el cumplimiento de técnicas de prevención (art. 1757, in fine, CCCN).

Jurisprudencia

1. Normativa aplicable: comparaciónde ambos ordenamientos


en materia de daños ocasionados por intervencióndecosas
1 Siendo el art. 1113, párr. 2O, parte 2adel CC, la norma bajo la cual debe analizarse la
responsabilidadquese leendilga a la demandada por la fecha quesedenunciacomo la
que ocurrió el hecho dañoso y lo normado por el art. 7Odel CCCN, se arriba a igual con-
clusiónsi la cuestión se analiza a la luzde lo dispuesto por el nuevoCódigoCivily Comer-
cial de la Nación, que establece que el factor de atribución es objetivo cuando la culpa
del agente es irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad y que toda persona
responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, siendo su responsabili-
dad objetiva, lo que despeja toda duda (aunque ya no existía ninguna en el campo de
la responsabilidadaquiliana) respecto a la irrelevancia de la culpa cuando ese es el fac-
tor de atribución (riesgo), debiendo el sindicado como responsable, para eximirse de
responsabilidad, acreditar la causa ajena, es decir, el hecho de la víctima, de un tercero
por el cual no debe responder o el casofortuitoofuerza mayor (arts. 1721,1722,1731,
1757~1758,CCCN). [CACCMPTMendoza120110115, "QuirogaGulino,Ana Laurac. Mu-
nicipalidad de Godoy CruzslDaños y perjuicios", disponible al 15111116 en http:llwww.

35 Véase al respecto www.lanacion.com.arl2053316-autos-autonomos-el-ingenioso-siste-


ma-de-google-para-minimizar-danos-en-accidentes.
54 CECILIA CELESTE DANESI

2 Sabido es que la reforma introducida al art. 1113 del CC, por la ley 17.711, consagró
en el sistema argentino la responsabilidad del dueño o guardián, por los daños ocasio-
nados por el riesgo o vicio de la cosa y es el párrafo final el que establece las eximentes
que pueden liberarlo. Esta responsabilidad objetiva ha sido receptada en el CódigoCi-
vil y Comercial vigente desde el l0deagosto del corriente año. Así, el art. 1769del CCCN
, dispone, para los casos de accidentes de tránsito, la aplicación del régimen de respon-
sabilidad objetiva por riesgo creado o por actividades riesgosas o peligrosas. En aten-
ción a ello, incumbe a la parte actora la acreditación del hecho ysu relaciónde causali-
dad con el daño, en tanto que es la parte demandada la encargada de acreditar la exis-
tencia de alguna eximente en su favor. [CACCMPTF 2a Mendoza, 2618115, causa no
1443211289, "R., S. de la G. yotra c. Cozzari, Alberto Flavio RodrigoyotroslDañosyper-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 59291151.

3 Cabe señalar que, en cuanto al encuadre jurídico que habrá de regir esta litis, aten-
diendo a la fecha en que tuvo lugar el accidente de tránsito, resulta de aplicación al ca-
so lo dispuesto por la normativa contenida en el Código Civil, hoy derogado, por apli-
cación de lo dispuesto en el art. 7' del CCCN, actualmente vigente, sin perjuicio de se-
ñalar, claro está, que a idéntica solución se arribaría aplicando al caso las normas perti-
nentes de este último cuerpo legal citado. Hecha esta aclaración, en este caso estamos
en presencia entonces de una acción personal tendiente a obtener la reparaciónde los
daños producidos como consecuencia de una colisión producida entredosvehículosen
movimiento. Por lo tanto, resulta de aplicaciónal caso la teoría del riesgo creado en su
plenitud, conf. "Valdez, EstanislaoF. c. El Puente S.A.T. yotro" de la Excma. Cámara Na-
cional de Apelacionesen locivil del 10111194. [CNCiv., Sala H, 1/9/15, "C., M. J. c. Flores,
Mirtha Angélica y otro slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 76821151.

4 Elsistemade responsabilidadobjetivaurdido por la ~ a r t e 2párr.


~ , 2", art. 1113 del CC
(y en los arts. 1753,1757 y 1758, CCCN) alivia al damnificado del peso de demostrar la
culpa del dueño oguardián de la cosa que porsu riesgo ovicio le ocasionó el perjuicio.
Sin embargo, ello no lo exime de probar la existencia del contacto ovinculación entre
el daño y la cosa. Aun cuando los hechos presumidosquedan al margendel objeto de la
prueba, no ocurre lo mismo con los que configuran la base de la presunción, los quede-
ben demostrarse si no han sido admitidos. Las presunciones de responsabilidad o de
causalidad creadas por la ley para favorecer a las víctimas de un ilícito hacen que que-
den relevadas de la prueba de la culpa, pero ello no implica que concurra idéntica dis-
pensa en cuantoa la acreditaciónde los hechosque le dan nacimiento. Es necesaria, en-
tonces, la demostración de esa relación de causalidad, pues de otro modo se estaría ad-
judicandoa una persona el daño causado por otroo por la cosa de otro. [CNCiv., Sala G,
211 1115, "R., J.A. M.c.C., C. L.yotroslDañosyperjuicios", RubinzalOnLine, RCJ 5861161.

5 Cabe determinar si casos como el presente (accidente de tránsito, en el que la atri-


bución de responsabilidadse juzgó a la luz de las previsiones del art. l113, CC) deben
resolversecon apoyatura en tal normativa osi deviene de aplicación la nueva precep-
ACCIDENTES DE TRANSITO 55

tiva del Código Civil y Comercial, aunque, en realidad, el distingo carecería de dema-
siada trascendencia práctica en tanto la solución que arrojaría la aplicación de los arts.
1723,1726,1757,1769yconcs., CCCN, no parece diferir. [CACCMorón, Sala 11,22/9/15,
"B. S. B.A.yotroc. L.A., J. I.yotros/Dañosyperjuicios", RubinzalOn Line, RCJ6154l151.

6 Actualmente, el art. 1769 del CCCN, establece que los artículos referidos a la res-
ponsabilidad derivada de la intervención de cosas, que resulta~bjetiva~seaplican a los
daños causados por la circulación de vehículos (art. 1757, CCCN), siendo irrelevante la
culpa del agente a los efectos de atribuir responsabilidad, estableciendoque en tales
casos el responsablese libera demostrando la causa ajena, excepto disposición legal
en contrario(art.1722, CCCN)yrecordandoque"exceptodisposición legal, la carga de
la prueba de los factores de atribución y de las circunstanciaseximentes corresponde
a quien los alega" (art. 1734, CCCN). Como se aprecia, tanto en el sistema del anterior
Código Civil, que es el aplicable al caso, como en el actual, a quien pretende la indem-
nización le basta con demostrar el contacto de sus bienes dañados con la cosa riesgo-
sa productora del daño, en tanto que, para eximirse, el responsabledebe invocarypro-
bar alguna de las circunstancias que contempla dicha norma, vale decir, la culpa de la
víctima, la de un tercero por quien no deba responder o el caso fortuito ajeno a la co-
sa. [CNCiv., Sala B, 12/9/16, "S., M. J. c. Aldaz, Daniel Andrés y otro s/Daños y perjui-
cios", Rubinzal On Line, RC J 56501161.

7 La sola circunstancia de la existencia de un riesgo recíprocono excluye la aplicación


de lo dispuesto en el párr. 2", art. 1113 del CC, que regula lo atinente a la responsabili-
dad civil por el hecho de las cosas y, de tal suerte, en supuestos como el traído a consi-
deración de esta Sala, se crean presuncionesde causalidad concurrentes como las que
pesan sobre el dueño o guardián, quienes deben afrontar los daños causados a otro
salvoque prueben la existenciadefactoreseximentes. En el mismosentido, el art. 1769
del CCCN, disponeque los artículos referidos a la responsabilidadderivada de la inter-
vención de cosas, que resulta objetiva, se aplican a los daños causados por la circula-
ción devehículos(art. 1757, CCCN), siendo irrelevante la culpa del agente a los efectos
de atribuir responsabilidad, estableciendo que en tales casos el responsable se libera
demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario (art. 1722, CCCN)
y recordando que "excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores de
atribución y de las circunstancias eximentes corresponde a quien los alega" (art. 1734,
CCCN). [CNCiv., Sala B, 27/6/17, "A. O., N. c. Coppari, Leandro Enrique yotros/Dañosy
perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 60171171.

2. Aplicación de la teoría del riesgo creado-prioridad de paso-.


Función preventiva del daño
8 Sobre la armonización de la ley 24.449 con lo dispuesto por el art. 1113 del CC (o el
art. 1757, CCCN para los accidentes ocurridos con posterioridad al 1/8/15), se entiende
que, en general, los dañoscausados por la circulación devehiculosse han de regir-co-
mo hasta ahora- por las normas referidas a la responsabilidadderivada de la inter-
vención de cosas riesgosas (art. 1769, CCCN), pero cuando el debate afecta la atribu-
ción de responsabilidadpor violación de la prioridad de paso, corresponde aplicar la
56 CECILIA CELESTE DANESI

norma especial que presume la responsabilidad de quien no tenía la prioridad, pre-


sunción quequedará desvirtuada si quien no tenía la preferencia demuestra: 1) que el
caso encuadra en una de las excepciones a la prioridad de quien circula por la derecha;
11) que quien gozaba de la prioridad, pudo evitar el accidente (p. e., violando el deber
del inc. a, art. 1710, CCCN)yno lo hizo, ocornetió una infracción relacionadacon la cau-
sa del mismo; 111) el casofortuitoo la fuerza mayor, queahora abarca el hechoo la cul-
pa de un tercero (art. 1731, CCCN); IV) la utilización de la cosa contra la voluntad ex-
presa o presunta desu dueñooguardián (art. 1113, CC, yart. 1758, CCCN). [CACCMar
1 del Plata, Sala 11, 18/8/16, "D., J. A. c. Kreymeyer, Iván y otra s/Daños y perjuicios", cau-
sa no161169R; Rubinzal On Line, RC J 44221161.

9 Losdañoscausadospor la circulación devehículosse rigen por las normas referidasa


la responsabilidadderivada de la intervención de cosas riesgosas (art. 1113, CCderoga-
do, actual art. 1769, CCCN), pero cuando el debate afecta la atribución de responsabili-
dad por violación de la prioridad de paso, corresponde aplicar la norma especial -ley
24.449, art. 64-que presume la responsabilidaddequien notenía la prioridad. [CACC
Mardel Plata, Sala 11,18/8/16, "R. D., J. A. c. K., l. yotra s/Dañosyperjuicios", RCyS, 2016-
XI-51, con nota de Martín Juárez Ferrer; LL, On Line, AR/JUW57487/2016].

3. Responsabilidaddel empleador por accidente detránsito del empleado


en ocasión de la función encomendada
10 La empleadora debe responder en los términos del art. 1113 del CCderogado por
el fallecimiento del trabajador a raíz de un accidente de tránsito acaecido en un lugar
al que loenviópara llevaracabosustareas,pues lavíctima encontró la muerte prestan-
do servicios que beneficiaban a aquella, resultando indiferente dónde haya sucedido
el hecho dañoso, máxime cuando le indicó realizar una tarea riesgosa que no era espe-
cífica desu profesión (art. 1757, CCCN). [CNAT, Sala VII, 26/2/16, "K., S. c. SENASA- Ser-
vicio Nacionalde SanidadAnimal y Calidad Agroalimentaria yotrosIAccidente-acción
civil", LL, ejemplar del 27/5/16, p. 6, con nota de Rodrigo Monasterio; LL, On Line, ARi
JUW1850/2016].

4. Responsabilidaddel transportista
11 Cuandose ha producido la muerte del pasajero, como la acción es intentada por los
damnificados indirectos, ya no resulta de aplicación el art. 184del CódigodeComercio,
pues ellos no fueron parte en el contrato de transporte que vinculó a la víctima con la
empresa. La responsabilidad de esta por el perjuicio causado a aquellos a raíz de la
muerte del pasajero no deriva del incumplimiento de dicho contrato sino del hecho ilí-
cito, de modo que la pretensión debe considerarse ejercida iure propio y no iure here-
ditatis, nocorrespondiendoencuadrarla en el ámbitodel art. 184del Código de Comer-
cio,sinoenel del art. 1113del CC(arts. 1753,1757y 1758, CCCN). [CNCiv., SalaG,4/10/16,
"N,, N. G. yotro c. Empresa de FerrocarrilesArgentinos yotro s/Daños y perjuicios", Ru-
binza1On Line, RC J 58311161.

12 Resulta de aplicación al caso de autos, respecto de la empresa de transportes de-


mandada, lo normado por el art. 184del CódigodeComercio, vigente al momentodel
ACCIDENTES DE TRANSITO

siniestro (actualmente arts. 1286 y 1757, CCCIV), que establece que en caso de muerte
o lesión de un viajero, la empresa estará obligada al pleno resarcimientode losdaños
y perjuicios, no obstante cualquier pacto en contrario, a menos que pruebe que el ac-
cidente provino de fuerza mayor osucedió por culpa de la víctima o de un tercero por
quien la empresa no sea civilmente responsable. Las características específicas de este
tipo de contratoson: que es un contrato de resultados, que acepta la teoría del riesgo
creado o responsabilidadobjetiva y que produce la inversión del onusprobandi para
justificar la excepción. [CNCiv., Sala D, 17111115, "E. P., M. c. A., F. y otro s1Daños y per-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 5731161. I

--
5. Nexo adecuado decausalidad
13 Si un observador imparcial hubieseasistido a la escena precedentementedescripta
(por un lado, una persona que pretendeascenderaunvehículo estacionadodelladode
la calle sin cerciorarse de que no se estuviera aproximando algún otro rodado y, por el
otro, un colectivo que se desplaza rápido muy cerca de una ambulancia estacionada a
raízdea una emergenciaquese está atendiendo), hubierafácilmenteconcluido quese
hallaba ante una desgracia anunciada y tal es la noción de causalidad adecuada, com-
prensiva de la idea de previsibilidad, que reconoce nuestro ordenamiento legal (arts.
901 a 906, CC, y arts. 1726 y 1727, CCCN). [CNCiv., Sala G, U11115, "R., J. A. M. c. C., C. L.
y otro s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 5861161.

6. Neutralizaciónde riesgos, responsabilidad


objetiva y eximentes
14 No discuten las partes que este caso, relativo a un accidente de tránsito donde par-
ticiparon dos vehículos en movimiento, debejuzgarse-como lo decidiera el a quo-a
la luz de lo dispuesto en la parte 2a, párr. 2O, art. 1113 del CC, sin que la existencia de un
riesgo recíproco excluya la aplicación de dicha norma. Sin embargo, conviene precisar,
que aquella norma, que sienta un factor objetivo de atribución de responsabilidad, al
igual que el art. 1769 del CCCN, nodebe aplicarse en forma aislada yasí, al examinar las
eximentes de responsabilidad, resultan de prioritaria referencia, por su especialidad,
las disposiciones de la ley de tránsito (ap. lo, inc. b, art. 70, ley 24.449, a la cual adhiere
la ley 13.927dela Provincia de BuenosAires). En suma, comprobadoquesucedióel cho-
que entre vehículos el dueño o guardián solo podrán eximirse de responder por los da-
ños causados, acreditando que aquel se produjo por el obrar de la víctima o de un ter-
cero por quien nodebe responder, adquiriendoespecialrelevancia, en la configuración
de esas eximentes, las infracciones a las normas de tránsito. [CNCiv., Sala B, 2816117,
"Suárez, Sergio Andrés c. Besuzzo, Gabriel Omar y otroslDañosy perjuicios", Rubinzal,
On Line, RC J 45471171.

7. Carga de la prueba
15 Sabidoesque la reforma introducida al art. 1113del CC, por la ley 17.71 1, consagró
en el sistema argentino la responsabilidad del dueño o guardián, por los daños ocasio-
nados por el riesgo ovicio de la cosa y es el párrafo final el que establece las eximentes
que pueden liberarlo. Esta responsabilidad objetiva ha sido receptada en el Código Ci-
58 CECILIA CELESTE DANESI

~il~~omercialvigentedesdeel 1"de agosto del corriente año. Así, el art. 1769delCCCN,


dispone, para los casos de accidentes de tránsito, la aplicación del régimen de respon-
sabilidad objetiva por riesgo creado o por actividades riesgosas o peligrosas. En aten-
ción a ello, incumbe a la parte actora la acreditación del hecho ysu relación de causali-
dad con el daño, en tanto que es la parte demandada la encargada de acreditar la exis-
tencia de alguna eximente en su favor. [CACMPTF Mendoza, 2618115, "R., S. de la G. y
otra c. Cozzari, Alberto Flavio Rodrigoy otros s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line,
RC J 59291151.

b) Supuestos incluidos en el término cccírculación de vehículos~

Dentro de las modificaciones introducidas en la materia por el texto unificado


podemosseñalar-a nuestro modo dever, entre las más relevantes-la utilización
del término "circulación devehículos" (art. 1769), en lugar del frecuentementeem-
pleado "accidentes de tránsito". Según la Ley Nacional de Tránsito (a la que adhi-
rieron la mayoría de las provincias), se considera accidente de tránsito a todo hecho
que produzca dañoen personasocosascomoconsecuenciade la circulación(art. 64,
ley 24.449). Aunque la terminología es amplia y abarcativa, la usada por el nuevo
Código lo es aún más, pues permite ampliar considerablemente los supuestos que
se insertan en esa norma.
Precisaremos a continuación ambas palabras. Una de las acepciones al término
"circulación" es "tránsito por las vías públicas y, por antonomasia, el de automóvi-
les" 36. Circular, es sinónimo de "andar, moverse, recorrer, deambular, transitar, pa-
sear, atravesar, traspasar" 37. Pero por más que el término encarne la idea de movi-
miento, no es imprescindibleque la cosa se esté desplazando en el momento que se
ocasiona el daño, sino que esta tenga una participación activa en la producción del
siniestro. Es decir, lo que verdaderamente importa es que la cosa sea apta o idónea
para trasladarse por la vía pública, sin perjuicio de que al momento de producirse el
siniestro esté o no en movimiento. Un claro ejemplo lo constituye el caso en que un
rodado se encuentra detenido en una ruta en forma antirreglamentaria y sin la de-
bida señalización yotro, por esquivarlo, producedañosaterceros.Allí, el rodado de-
tenido no estaba en movimiento, pero sin dudas fue la causa del siniestro.
En cuanto al término "vehículo", afirmamos que ofrece un catálogo abierto y
flexible de supuestos incluidos, puesto que si nos remitimos a la definición brinda-
da por el diccionario, es conceptualizado como un "medio de transporte de perso-
nas o cosas" 38. Esto abarca, no solo automóviles, motocicletas u ómnibus, sino tam-
bién cualquier elemento que permita trasladar sujetos o cosas por la vía pública.

36 Disponibleal 15/9/16en http:lldle.rae.es/?id=9JZZdfl.


37 Disponibleal 15/9/16en www.wordreference.com/sinonimoslcircular.
38 Disponibleal 30/4/16 en http://lema.rae.es/drae/?val=circulaci%C3%B3n.
ACCIDENTES DE TRANSITO 59

Por ello, al utilizar el artículo el término "circulación de vehículos", se refiere a


cualquier tipo desiniestrovial, expresión que excluye la referencia a evento impre-
visible que contiene la denominación "accidente" (según el diccionario: "Suceso
eventual o acción de la que involuntariamente resulta daño para las personas o las
co~as~~)~~.
Advertimos que el art. 1769 no exige que el vehículo posea motor, como sí lo ha-
cen otrosordenamientosjurídicos, como por ejemplo, el casoespañol, cuya norma-
tiva (Real Decreto Legislativo0612015. que aprueba l?ley 0612014) establece en su
art. lo que la ley tiene por objeto regular el tráfico, la circulacióndevehículosa mo-
tory la seguridad vial.
Otra virtud que presenta la disposición, al igual que sucede en todo el texto re-
formado, es la capacidad de adaptarse a los distintos avances tecnológicos que va-
yan emergiendo con el correr del tiempo. Al utilizar una redacción abierta, permi-
te ir incorporando a los diversosvehículos que en el futuro sean idóneos para tras-
ladar personas o cosas.
Entonces, interpretamos que en la norma quedan comprendidos los siguientes
supuestos: automóviles, camiones, tractores para semirremolque, camionetas, ru-
rales, autos,jeeps, furgonesde reparto, ómnibus, microómnibus, colectivos, remol-
quesyacoplados, todosellosaun cuando no estuvierancarrozados, las maquinarias
agrícolas incluidostractores, cosechadoras, grúas, maquinariasvialesytodas aque-
llas que se autopropulsen (art. 62, ley 24.449, maquinarias especiales y art. 5' del
decr.-ley 6582158, la enumeración no es taxativa).

1 - Bicicletas
La bicicleta es un "vehículo de dos ruedas, normalmente de igual tamaño, cuyos
pedales transmiten el movimiento a la rueda trasera por medio de un plato, un pi-
ñón y una cadena" 40.
No hay consenso en torno a su encuadre legal. Para algunos, estas no están in-
cluidas en las dispocisiones sobre accidentes de tránsito (como tampoco los ciclo-
motores, las motocicletas, los de tracción a sangre y los peatones)41,mientras que
para otros sí42.
En respaldo a la primera postura, se sostiene que la bicicleta no se debe conside-
rar como cosa riesgosa, ya que la ley se refiere a cosa cuyo uso constituye un riesgo
para terceros, como el caso de los automotores, que puesto en funcionamiento ad-

39 Galdós, en Código Civily Comercialdela Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 635.


40 RAE, disponible al 10112117 en http:lldle.rae.es/?id=5T5im Ix.
41 Alferillo, en CódigoCivily ComerciaIcomentado.Tratadoexegético,2aed.,2015, t.Vll, p. 394.
42 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 635.
60 CECILIA CELESTE DANESI

quieren una fuerza o peligro propio que escapa a menudo del control de quien los
maneja. La bicicleta es un medio de transporte impulsado por el esfuerzo humano
de su conductor, que puesto en circulación desarrolla una velocidad limitada a las
particularidadesfísicas del ciclista, con una gran movilidad de maniobra y sin estruc-
tura defensiva (paragolpes, barra antivuelcos, etcétera) para su chofer. En virtud de
estas características, la posibilidad de producir daño a terceros queda circunscriptaa
otro vehículo de iguales características o a peatones, pero no así para vehículos de
mayor envergadura estructural y con potencia autónoma para el desplazamiento
(motos, autos, camiones, etcétera). Por ello la bicicleta, más que constituir un riesgo
de daño para los terceros en la circulación del tránsito, lo es para la propia persona
que en ella se transporta por la vulnerabilidad de su e ~ t r u c t u r a ~ ~ .
Por nuestra parte, consideramos que, si bien es cierto que la bicicleta constituye
más un peligro para quien la conduzca que para el resto de la sociedad, esta premisa
depende de si se "enfrenta" a un automóvil o a un peatón. Y precisamenterespecto
de este último tiene la posibilidad de ocasionarle graves lesiones. Así, por ejemplo,
la bicicleta puede alcanzar una gran velocidad que es muydifícil de disminuir de un
instante para otro frente a la intempestiva presencia de un peatón en la vía pública.
También es aún más complejo controlar una bicicleta en una pendiente pronuncia-
da o, bien, en una zona de curvas con terreno irregular.
En suma, lo que queremos afirmar es que una bicicleta incrementa la posibilidad
de producir un daño frente a un peatón u otro ciclista. Eso, sumado a la amplitud del
término "circulación de vehículos" utilizado por el art. 1769 del Código vigente, nos
lleva a considerar que aquellas deban ser encuadradas como cosa riesgosa. Destaca-
mos también que son definidascomovehículosque transportan personasocosas4?
A todo ello, cabe adicionarle que hay algunas bicicletas a las que les incorporan
motores, circunstanciaque indudablemente incrementa su peligrosidad.

2 - Motos
Las motocicletas no presentanmayores complejidades en cuanto a su encuadre
en el art. 1769 del Código unificado. En efecto, antes de la reforma, se le aplicaban
las previsiones del art. 1113 del CC.
Al respecto, señala Picasso que, más allá de la diferencia de tamaño entre una
moto y un automóvil, lo cierto es que ambos constituyen cosas generadoras de ries-

43 CACCM San Juan, Sala 1,29/8/17, "Ferrero, Omar Otello c. Lo Cascio, Laura Liliana y otros
s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/63796/2017.
44 Disponible al 1/5/16 en www.wordreference.comldefinicionlveh% C3%ADculo y, en igual

sentido, htip:/llema.rae.es/drael?val=circulaci%C3%B3n. Véase asimismo Diccionario de sinóni-


mos donde el término "bicicleta" es utilizado como sinónimo de "vehículo" en www.wordrefe-
rence.com/sinonimos/vehículo.
ACCIDENTES DE TRANSITO 61

gos. Es más, muchas veces las motos, por su menor tamaño, permiten encarar ma-
niobrasaún más peligrosas para la circulación automotrizque las realizadas por los
propios automóviles. Cita a Pizarro, quien con acierto expone que tampoco se neu-
tralizan o compensan las presunciones de causalidad (estipuladas en el derogado
art. 1113, CC), cuando los vehículos tienen igual grado de peligrosidad; menos aún
cuando uno de ellos tiene mayor potencialidad dañosa hacia terceros que el otro
(como sucede con la m o t ~ c i c l e t a ) ~ ~ .

3 - Vehículos autónomos
Asimismo, se incluyen en los supuestos del art. 1769 del CCCN los vehículos de
conducción autónoma, esdecir, aquellosque carecen deconductor. Estosya son uti-
lizadosen ciudades como Abu Dabi o Singapur como módulos eléctricoscapaces de
transportar hasta 24 pasajeros46.Otro ejemplo, lo constituyen los autos automáti-
cosde la aplicaciónUberque trasladan pasajerossinconductoryestán dotadoscon
tecnología láser, cámaras y sensores4'. A pesar de su reciente incorporación en las
calles de los Estados Unidos de América, ya empezaron a producirse siniestros4*y
hasta uno de ellos con resultado En estos casos, indiscutiblemente y gracias
a la terminología empleada por el nuevo Código, no dudamos que debe aplicarse
el art. 1769. Pero la complejidad de la cuestión radica en la nómina de sujetos res-
ponsables, tema que será abordado en el siguiente capítulo.

4 - Otrossupuestos
Existen otros casos que resultan aún más controversiales, como por ejemplo,
cuando los sujetos utilizan para trasladarse por la vía pública "patines" o "patine-
tas", los que más allá de que sean o no consideradoscomo medios (vehículos) para
trasladar personas, lo cierto es que introducen en la sociedad un riesgo ya que pue-
den alcanzar altasvelocidades.

45 Del voto del doctor Picasso en CNCiv., Sala A, 22/9/16, "M., C. D. y otro c. M., M. M. y otros
s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-Xll-221, 2017-11-231; en RCCyC, 2017 (marzo), 167; LL, On Line,
AR/JUR/70765/2016.
46 Disponible a1 30/4/16, en http:llwww.xata ka.comlvehiculos~estos-modulos-autonomos-
seran-parte-deI-nuevo-y-futurista-transporte-publico-en-singapur.
47 Disponible al 15/9/16 en www.clarin.comlsociedad~Uber-lanza-servicio-autos-chofer~0~
1650435011.html.
48 Disponible al 15/9/16 en ~clarin.com/sociedad/autos-autonomos-sin-conductor-Goo-
gle-0-1355264625,htmly véase asimismo www.lanacion.com.ar/2112701-california-autoriza-los-
autos-sin-conductor-en-sus-rutas (1313118).
49 Disponible al 15/9/16 en hffp:llnext.clarin.comltech/primera-victima-fatal-maneja-~ni-

dos-O 1605439594.html.
62 CECILIA CELESTE DANESI

Otro ejemplo son las patinetas eléctricas de dos ruedas (hoverboardSwagway),


en las cuales puede ser transportada una persona por la vía pública. Estos artefac-
tos, además del difícil control que presentan para el hombre, han sido prohibidos
para la circulación por las calles del Reino Unido, debido a los accidentes que oca-
sionaron50.
Dado la potencialidad dañosa que encarnan esos casos debido a que pueden al-
canzar elevadas velocidades y, de conformidad con la definición del término "ve-
t+culo" utilizado por el art. 1769 del CCCN, es que consideramosque esa norma po-
dría aplicarse al supuesto que un peatón sea embestido por alguno de los medios
mencionados precedentemente para trasladar personas.

Jurisprudencia

-Alcance del término ((circulaciónde vehículos))


1 La denominación circulación de vehículos es más amplia que la usual de accidentes
detránsito porque incluyea losdañosproducidos porautomóviles(comprensivosde bi-
cicletas, motos, máquinas agrícolas, etcétera) no solo durante la circulación vial sino
también en todos los casos en los que media su intervención activa, estén o no en movi-
miento. En realidad más que accidentes de automotores, de tránsito o de la circulación,
se trata de siniestros viales, expresión que excluye la referencia a evento imprevisible
quecontiene la denominación "accidente". [CACCAzuI, Sala 11,14/7/16, "Maldonado,
María Fabiana c. Orliacq, Silvana sIDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 38671161.

1. Motos
a. Aplicación de responsabilidadobjetiva
2 La demanda de daños intentada por un motociclista que fue embestido por un co-
lectivo que infringió la señal del semáforo en una encrucijada debe admitirse. Como
se aprecia, tanto en el sistema del anterior Código Civil, que es el aplicable al caso, co-
mo en el actual, a quien pretende la indemnización le basta con demostrar el contac-
to de sus bienes dañados con la cosa riesgosa productora del daño, en tanto que, para
eximirse, el responsable debe invocar y probar alguna de las circunstancias que con-
templa dicha norma. [CNCiv., Sala B, 2412117, "Rozñiski, Julián A. c. González, Jorge A.
yotrosslDañosyperjuicios(acc. trán. dles. omuerte)", LL, OnLine, AR/JUW2540/2017].

3 El automovilista embistente y el motociclista que realizó una maniobra de riesgo


son responsables de las consecuencias derivadas del suceso -en el caso, en un 80% y
en un 20%, respectivamente-, pues mientras el primerovioló la prioridad de paso el
segundo, al carecer de licencia de conducir y no acreditarse su idoneidad para condu-

50 Disponibleal 1/5/16en www.lanacion.com.ar/1854433-hoverboard-Ia-patineta-electrica-


prohibida-por-sus-peligrosas-baterias.
ACCIDENTES DE TRANSITO

ciresetipodevehículos, influyóconsu infracciónen la produccióndel hecho(art. 1113,


CCderogado, actual art. 1769, CCCN). [CACC Mar del Plata, Sala 11,18/8/16, "R. D., J.A.
c. K., l. y otra s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-XI-51; LL, On Line, ARIJURI57487/2016].

4 Si el conductor del motociclo que embistió al automotor del demandado tenía a su


cargo deberes elementales de prudencia ysupervivencia que cumplir al conducir en la
vía pública los que debió extremar para evitar accidentes, pues la moto, por su inesta-
bilidad requiere de maniobras diligentes y precaucionales, no tenía registro de condu-
cir y por lo menos no llevaba bien colocado el casco-situación que se infieredel hecho
de que fue encontrado a mitad de la calle-, no cabe sino considerar acreditada la cul-
pa de la víctima por el resultado dañoso. [CACC Corrientes, Sala IV, 13111115, "Gonzá-
lez, Azucena Elsa y Gonzalez, José Antonioc. Sucesores De Fraschia, MisaelAugusto y10
Odin, Sara Aurora y10 q.r.r s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARIJURI54192/2015].

5 No encuentro motivos para excluir la aplicación de la doctrina plenaria de esta Cá-


mara in re, "Valdez, Estanislao F. c. El Puente S.A.T. y otro" en loscasosenloscuales, co-
moenelsublite,seventila una colisión entre un automóvil y una motocicleta. Másallá
de la diferencia de tamaño entre los dosvehículos, lo cierto es que ambos constituyen
cosas generadoras de riesgos (es más, muchas veces las motos, por su menor tamaño,
permitenencarar maniobrasaún más peligrosas para la circulaciónautomotrizque las
realizadas por los propios automóviles), y en tanto tales se subsumen sin inconvenien-
tes en el supuesto fáctico abarcado por el mencionado fallo. Al respecto, señala Piza-
rro que las presuncionesconcurrentes de causalidad que surgen de la aplicación recí-
proca del art. 1113, párr. 2", segundo supuesto, del Código Civil, "tampoco se neutra-
lizan o compensan cuando los vehículos tienen igual grado de peligrosidad; menos
aún cuando uno de ellos tiene mayor potencialidad dañosa hacia terceros que el otro.
Quien crea riesgos para los demás, cualquiera sea su entidad, en este caso a través de
un automóvil, o de una motocicleta o de una bicicleta en circulación(...) debe respon-
der por las consecuencias dañosas que guarden relación causal adecuada con el mis-
mo hasta queacredite la interrupción total o parcial del nexocausal" (del votodel doc-
tor Picasso). [CNCiv., Sala A, 22/9/16, "M., C. D. yotroc. M., M. M. yotross/Dañosyper-
juicios", RCyS, 2016-XIl-221; RCyS, 2017-11-231; RCCyC, 2017 (marzo), 167 y LL, On Line,
ARIJUW70765/2016].

b. Motociclista imprudente.
Culpa de la víctima

6 La demanda de daños intentada por un motociclista que fue embestido por un co-
lectivo que infringió la señal del semáforo en una encrucijada debe admitirse, aun
cuando la demandada afirme que no fue demostrado el accionar negligente y10 im-
prudente del conductor, pues lo subjetivo, esto es, culpa de la víctima o de un tercero
ajeno, solodebe interesarcomo eximentede responsabilidady nocomofactordeatri-
bución. [CNCiv., Sala B, 24/2/17, " Rozñiski, Julián A. c. González, Jorge A. yotrossIDa-
ñosy perjuicios(acc. trán. dles. o muerte)", LL, 2017-D-574; RCyS, 2017-XI-154; RCCyC,
2017 (noviembre), 119; LL, On Line, AR/JURI2540/2017].
CECILIA CELESTE DANESI

2. Bicicletas
a. Aplicación de responsabilidadobjetiva
7 Tratándose el sub examine de una colisión entre un rodado y una bicicleta, resulta
aplicable el sup. 2, párr. 2", art. 1113 del CC, por lo que ante la mayor entidad del ries-
go creado por el automotor, incumbe al demandado-para exonerarsu responsabili-
dad- la acreditación de la culpa de la víctima o la de un tercero por quien no debe res-
ponder. Nosetrata, en suma, deatribuir culpa: el dueñooguardián del automotor-co-
, sa riesgosa- que causa un daño a otro, es responsable del daño causado, salvo que
acredite "la culpa de la víctima o de un tercero por quien no deba responder" (parte
2a, in fine, art. 1113, CC) o el casus genérico de los arts. 513 y 514 del CC. [CNCiv., Sala
B, 23111/17, "Bertazzo, Domingo Ambrosio c.Tamay, Walter CésaryotrosIDaños yper-
juicios", Rubinzal On Line, RC J 101621171.

8 La teoría del riesgo creado también se aplica al choque entre una bicicleta y un auto-
motor. La redacción actual del art. 1769 del CCCN, que remite a la teoría del riesgo crea-
do y a la actividad riesgosa y peligrosa (arts. 1757 y 1758, CCCN) "para los daños causa-
dos por la circulación devehículos" incluye los choques entre automotores y bicicletas.
"La denominacióncirculación de vehículos es más amplia que la usual de accidentes de
tránsito porque incluye a los daños producidospor automóviles (comprensivos de bici-
cletas, motos, máquinasagrícolas, etcétera) nosolo durante la circulaciónvialsinotam-
bién en todos los casos en los que media su intervención activa, estén o no en movi-
miento. En realidad más que accidentesde automotores, de tránsito0 de la circulación,
se trata de siniestros viales, expresión que excluye la referencia a evento imprevisible
quecontiene la denominación "accidente". [CACCAzuI, Sala 11,1417116, "Maldonado,
María Fabiana c. Orliacq, Silvana slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 38671161.

9 El conductor de una camioneta, su titular registra1y la aseguradora deben respon-


der por el fallecimiento de un ciclista que fue atropellado por el primero en un cruce
decallessemaforizada, pues noencontrándosecontrovertidoel hechoysu relaciónde
causalidad, aquellos no lograron desvirtuar la presunción legal que sobre ellos pesa-
ba al no acreditar el hecho de la víctima-en el caso, que el ciclista hubiesetraspuesto
la intersección cuando el semáforo se encontraba en rojo-alegado como eximente
de aquella (arts. 1113, CCy 1769, CCCN) [CACCMPT2aMendoza, 2618115, "R., S. de la
G. y otros c. Cozzari, Alberto Flavio Rodrigo y otros slDaños y perjuicios", RCyS, 2016-
IV-215; RCyS, 2016-VI-167; LL, On Line, AR/JUW29565/2015].

b. Bicicleta, prioridad de paso y hecho del damnificado

10 Corresponde confirmar la sentencia de primera instancia que rechazó la demanda


de daños y perjuicios interpuesta por la actora a raízdel accidente de tránsito protago-
nizado, toda vez que, conforme resulta de la teoría del riesgo creado, correctamente
aplicada por la sentencia de grado-arts. 901,906,111 1,1113 y concs., CC; 1722,1729,
1757,1758,1769, CCCN-, el siniestrovial se produjo, exclusivayexcluyentemente,por
la conducta de la víctima quien, circulandoen bicicletay por una avenida, no respetó la
ACCIDENTES DE TRANSITO 65

prioridad de paso del auto de la demandada que transitaba-también por una aveni-
da- pero por su derecha (arts. 60, inc. b, 66,69, ap. c, inc. 2", 70,87 y 107 yconcs., decr.
4012007 de la Provincia de Buenos Aires). [CACC Azul, Sala 11, 14/7/16, "Maldonado,
María Fabiana c. Orliacq, SilvanasIDañosyperjuicios", RubinzalOn Line, RCJ38671161.

11 Tratándose de una colisión entre un rodadoy una bicicleta resulta de aplicación lo


dispuestoporel párr.2", art. 1113del CC,vigenteal momentodelsiniestroyqueencuen-
tra su correlato en los arts. 1722,1725,1737,1749, SS. y concs. del CCCN, pues las bicicle-
tas por marchar mediante el esfuerzo muscular noson automotores y por la disparidad
de entidad entre talesvehículos, cabe considerarlas asimiladas al peatón. En efecto, la
diferencia de masa de los rodados (bicicleta y automóvil) en un accidente de tránsito,
lleva a examinar la colisión a la luz de la norma legal citada, resultando de allí la inver-
sión del onusprobandi. De ahí que a la víctima solo le incumbe la prueba del hechoyse
encuentra a cargo de quien resulte imputado demostrar las circunstanciasexcepciona-
les previstas para exonerarsede la obligación resarcitoria. [CNCiv., Sala DI 3013117, "A,,
R. C. c. Zambrano, Alfredo y otroslDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 24471171.

c. Ciclista imprudente

12 El accionar del actor puede ser calificado no solo como imprudente, sino harto te-
merario, desde una perspectiva objetiva. Es que no podía desconocer el innegable pe-
ligro que implicaba cruzar-en bicicleta-en contramano una avenida de doble ma-
no decirculación. La imprudencia en la que incurrió la víctima-circulación en contra-
mano- es de una gravedadtal que la erige como causa exclusiva y excluyente del la-
mentable suceso y, por lo tanto, idónea para provocar el resultado acaecido. No obsta
a esa conclusión el rol de embistente-y su consecuente presunción de responsabili-
dad-que en la especie le habría cabido al demandado. Pues, en algunos casos, el so-
lo hechofísico del choque no basta para inculpar al colisionante, cuandoexisten otros
factores -como el acreditado en autos- que conducen a su exención total de res-
ponsabilidad. [CNCiv., Sala B, 2311 1117, "Bertazzo, Domingo Ambrosio c. Tamay, Wal-
ter César yotro s1Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 101621171.

d. No es una cosa riesgosa

13 La bicicleta no se debe considerar como cosa riesgosa, ya que la ley se refiere a co-
sa cuyo uso constituye un riesgo para terceros, como el caso de los automotores, que
puesto en funcionamiento adquieren una fuerza o peligro propio que escapa a me-
nudo del control de quien los maneja. Es un medio de transporte impulsado por el es-
fuerzo humanodesu conductor, que puestoen circulacióndesarrolla una velocidad li-
mitada a las particularidadesfísicas del ciclista, con una gran movilidad de maniobra y
sin estructura defensiva (paragolpes, barra antivuelcos, etcétera) para su chofer. En
virtud de estas características la posibilidad de producir dañoa terceros queda circuns-
cripta a otro vehículo de iguales características o a peatones, pero no así para vehícu-
los de mayor envergadura estructural ycon potencia autónoma para el desplazamien-
to (motos, autos, camiones, etcétera). Por ellose puede afirmar sin lugar a hesitación
66 CECILIA CELESTE DANESI

que la bicicleta, más que constituir un riesgode daño para lostercerosen la circulación
del tránsito, loes para la propia persona queen ella se transporta por la vulnerabilidad
de su estructura. [CACCM San Juan, Sala 1,29/8/17, "Ferrero, Omar Otello c. Lo Cascio,
Laura Liliana yotros s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW63796/2017].

c) El peatón y la figura de la atenuación


de la responsabilidad

Puede ocurrir que el siniestro nose produzcaentredoscosas riesgosas(porejem-


plo, un rodado y un camión), sino que uno de estos, embiste a un peatón. En cuyo
caso, también resulta aplicable lasdisposicionescontenidasen el art. 1769delCCCN,
asa ber: "Losartículosreferidosa la responsabilidadderivada de la intervención de
cosas se aplican a los daños causados por la circulación de vehículos".
Recordemos que el peatón es la persona que va a pie por una vía pública5Iy, si
bien, esconsideradodébil ovulnerablefrente a la peligrosidad de un rodado, tiene
ciertas normasy deberes que cumplir. Ello, para no incurrir en una de las eximentes
de responsabilidad(hecho del damnificado), que podría conducir al fracaso de la
demanda en forma total o parcial (culpa concurrente).
Sin embargo, no podemos dejar de advertir que la realidad muestra lo que de-
nominamos "inmortalidad del peatón", es decir, supuestos en los cuales la conduc-
ta del peatón ha sido absolutamente negligente o imprudente, pero no se recono-
cesiquiera una culpa concurrente. Ello sedebe al usodesmedidoyabusivodel prin-
cipio rector del derechodedaños, el indubioprodamnato, esdecir, que la óptica es-
tá puesta en la víctima y el derecho a su reparación integral del daño. Consideramos
al respecto que las leyes están hechas para cumplirse, ya sea por un peatón o por un
conductor, por más injusto que pueda parecer el resultado. Esquesise premian con-
ductas negligentes, se consigue que las mismassesiganrealizando, en vez deoptar
por la prevención del daño. Un ejemplo de ello es la pila de peatones que esperan
debajo del cordón, no a que el semáforo se "ponga" en rojo, sino calcular empren-
der el cruce entre los vehículos.
Efectuada esa breve apreciación personal, debemos destacar que la doctrina y
jurisprudencia son pacíficasal sostener que loscasosdonde el peatón es embestido
porvehículo, deben encuadrarseen la doctrina del riesgo creado, ya que en la actua-
lidad nadie duda que el automotor constituye una cosa riesgosa, tanto más cuando
se enfrenta a la fragilidad propia de un peatón5*.
Así, lajurisprudencia considerabaque, cuando un peatón esarrollado por un au-
tomotor, esaplicable la presunción que emana del art. 1113 del CC. Esta esjuristan-

RAE, disponible al 5111/17en http://dle.rae.es/?id=SFCBfij.


Areán, Juiciopor accidentes de tránsito, 2012, t. 2B, p. 332 y siguientes.
ACCIDENTES DE TRANSITO

tum, por lo tanto debe ser destruida por prueba categórica aportada por aquel so-
bre quien recae y que acredite acabadamente alguna de las causales de exonera-
ción que contempla la citada disposición legal, toda vez que, incluso en estado de
duda, es insuficiente a los fines indicados53.
Dicho esto, debemos mencionar que el Código faculta al juez a disminuir la res-
ponsabilidad. Es decir, el juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equi-
tativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las
circunstancias del hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del respon-
sable (art. 1742, CCCN).
Al respecto, seseñala que podría aplicarseesa figura al peatón que actúa sin cul-
pa, y en directa referencia a lo que el art. 1742 señala como "las circunstancias del
hecho", articulando con la eximente del hecho del damnificado, el que ahora nose
requiere que sea culposo (art. 1729, CCCN)~~.
Por nuestra parte, consideramos que la norma citada debe emplearse con espe-
cial cautela y principalmente, debe operar cuando lassituacioneseconómicasde las
partesseanevidentemente desproporcionadaso bien, cuando la víctima actuó con
un burdo descuido por sus propios intereses.

Jurisprudencia

1. Peatón: aplicación de la teoría del riesgo creado

1 Dado que resulta aplicable en la especie el art. 1113 del CC, cabe dilucidar si ha que-
dado acreditada la culpa de la víctima en la produccióndel accidente de marras. Es que,
comprobado el contacto entre el vehículo y el peatón, la normativa señalada (que tie-
ne igual tenor que la contenida en el Códigocivil y Comercial) pone en cabeza de la em-
plazada la demostracióndela ruptura del nexocausal. [CNCiv., Sala B,21112115, "A,, M.
C. c. Rodríguez, Alejandro Aníbal slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 7991161.

2 En un juicio de daños y perjuicios iniciado por un camión que embistió a dos meno-
res que cruzaban por la senda peatonal, si bien aplicar la nueva preceptiva del Código
Civil y Comercial de la Nación carecería de demasiada trascendencia práctica en tanto
la solución que arrojarían los arts. 1723,1726,1757,1769 y concs. del CCCN no parece
diferir de la que aporta el art. 1113 en cuestión, corresponde aplicar este último, por
cuanto se encontraba vigente al momento del hecho. [CACC Morón, Sala 11,2219115,
"Barrios, Sandra Beatriz Antonia y otro c. Lacuadra, Aranda Juan Ignacioy otros s1Da-
ñosyperjuicios", LL, On Line, AR/JUfU3128412015].

53 CNCiv., Sala E, 28/12/05, "Perdomo Martín, AnairJudithc. Bolsi, Carlos Albertoy otros", LL,
On Line, AR/JUR/9756/2005.
s4 Mosset lturraspe - Piedecasas,Accidentes de tránsito, 2" ed., 2014, p. 157.
68 CECILIA CELESTE DANESI

3 El peatón que fue embestido por un rodado debe ser declarado responsable en un
50% por lasconsecuenciasdañosasdelsiniestro, pues reconocióquecirculabacaminan-
do por la banquina, incumpliendo su deber de transitar por la acera, lo cual tuvo apti-
tud para influir en el nexo causal entreel hechoyel perjuicio. [CACCM San Juan, Sala 11,
25/10/16, "Pérez, Darío Noé c. Saban, Mauricio Maximiliano s/0rdinarioU, RCyS, 2017-
111-104; LL, On Line, AR/JUR/80610/2016].

4 Cuando un peatón es atropellado por un automotor -cuestión que no se discute


I en esta instancia-nos encontramos ante un supuesto de atri bución objetiva de la res-
ponsabilidad; la cual ha de nacer con total independencia de cualquier factor subjeti-
vo. Así lascosas, dado que el eventose encuadra en el ap. 2O, párr. 2, art. 1113 del CC, el
damnificadosolo deberá acreditar el perjuicio sufrido y la intervención de la cosa que
lo produjera o, loque es lo mismo, la relación de causalidad puramente material entre
el vehículo del cual se trata yel daño. Ello es así, en la medida en quesobre el creador
del riesgo -en el caso, el conductor del rodado y el propietario de este último-gra-
vita una atribución legal de responsabilidad; de manera que únicamente podrá libe-
rarse total o parcialmente deella si acredita inexcusablemente la causa ajena; vale de-
cir, el hecho de la víctima, el hecho de un tercero por quien no tenga el deber jurídico
de responder o, en fin, el casus genérico perfilado por los arts. 513 y 514del CC. [CN-
Civ., Sala B, 22111/17, "Benítez Cabaña, Desilo c. Rasposo, Sergio Raúl y otro s/Daños y
perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 3781181.

2. Peatón que circula fuera del paso habilitado


5 El conductor del camión ysuaseguradorasonresponsables 100% porelfallecimien-
to de la víctima, ya que si bien se probó que esta caminaba por la cinta asfáltica, lo cier-
to es que tanto el colectivo, que al ser impactado por el camión resultó desplazado ha-
cia la vereda y terminó impactando a la víctima que circulaba por la calzada, como esta
última, resultaron merascondicionesinstrumentalesquejugaron un rol pasivoysecon-
jugaron para permitir que actuara la verdadera causa del daño que, no fue otra que el
obrar imprudente del chofer del camión quien violó la señal del semáforo existente en
la encrucijadaqueleimpedía el paso. [CNCiv.,Sala B, 16/8/17, "M., ~ . ~ . c . ~ . , Á . ~ . y o t r o s
s1Daños y perjuicios (acc. trán. dles. o muerte)", LL, On Line, AR/JUR/61435/2017].

6 De las propias constancias de la causa y principalmente del expediente penal surge


que la occisa intentó cruzar por una autopista por un lugar no permitido y ello fue la
causa determinante del accidente tal como señaló la juez a quo. [CACCMPT2aMen-
doza, 5110117, "López, EnriqueArmando c. Domínguez Coria, Jorge Rubén slDaños y
perjuicios", causa no250305/52099, RubinzalOn Line, RC J 309/18].

3. Recaudos que debe tomar un peatón


7 Resulta oportuno recordar que no puede eximirse al peatón de proceder con míni-
mas precauciones, de acuerdo con las características de la arteria que atraviesa y del
tránsito que circula por ella (art. 512, CC) y que los conductoresson hombres, no dioses;
ysoloquien conduce habitualmente un automóvil u otrovehículoanálogo, sabeque la
ACCIDENTES DE TRANSITO 69

presencia intempestivade un peatón en su línea de marcha, no siempre le permitefre-


nar atiempo0 realizar una maniobra de esquive; de modo que la cuestión tiene queser
ponderada en cada caso, según lascircunstanciasyparticularidadesdel hechoy aquí,se
reitera, el actor se lanzó a cruzar, cuando no podía hacerlo (inc. b, art. 44, ley 24.449),
una avenida de intensotránsito transformándoseen un obstáculo imprevisiblee inevi-
table para el demandado. [CNCiv., Sala B, 22/11/17, "Benítez Cabaña, Desilo c. Raspo-
so, Sergio Raúl y otroslDañosy perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 3781181.

8 Es un deber del peatóntener conciencia de su vulnera~ilidadfísica;por lo que corres-


ponde que adopte una adecuada precaución al ingresar a la zona que comparte con los
automotores, motocicletas o biciclos ytal obligación proviene no solo de las normas de
tránsitosino también del sentido común y de una actitud que tienda a la conservación
de la propia integridad.
El peatón debe preservarsede los peligros del tránsito. Debe actuar con cuidadoy pru-
dencia. Su actitud debesersiemprediligente. Leatañetener conciencia desu propiafra-
gilidad. El peatón también es un obligado jurídico y el desconocimiento de esa circuns-
tancia se traduce en la inconsciencia del mortal riesgo a que está sometido constante-
mente; máxime como en el caso que el accidente ocurrió en horas de la noche, en la es-
tación de peajeyprecisamenteen el carril de modalidad "telepeaje" extremoesteytal
comoseñalarael sentenciantedegrado, queautoriza a presumir la escasa probabilidad
de tránsito de peatones en dicha zona, es decir, donde era razonable no esperar inva-
sión de transeúnte alguno, circunstancia que pudo no haber sido advertida con sufi-
ciente antelación por el accionado, como para evitar embestirlo. El accionante sin lugar
a dudas, atento las circunstancias de tiempo y lugar, se colocó asíen una posición de al-
tísimo riesgo para suvida ysu persona, al nocerciorarsedebidamenteque el cruceseen-
contraba librede automóviles, tratándose de una zona destinada al tránsitodevehícu-
los y especialmentetratándose de un trabajador del peaje conocedor del tránsito en la
zona. [CNCiv., Sala J, 23111117, "P., J. P. c. Biudes, Christian Gabriel y otro s1Daños y per-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 97621171.

5 4. Responsabilidadcolectiva y anónima: actividad peligrosa


de un grupo
a) Introducción. Diferencias con el autor anónimo

El Código Civil y Comercial acoge la responsabilidadcolectiva y anónima en sus


arts. 1760 a 1762, la cual, no tenía recepción en el Código Civil deVélez Sarsfield.
El art. 1761 del texto unificado regula el supuesto del daño causado por autor
anónimo. Prescribequesi el daño provienede un miembronoidentificadodeungru-
po determinado responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel
que demuestre que no ha contribuido a su producción.
En cambio, el art. 1762 del CCCN, estipula el caso de los daños ocasionados por
la actividad peligrosa de un grupo: "Siungrupo realiza unaactividadpeligrosapa-
ra terceros, todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado
70 CECILIA CELESTE DANESI

por uno o mas de sus miembros. Solo se libera quien demuestra que no integraba el
grupo ".
Si bien a los fines de nuestro estudio únicamente resulta relevante este último
supuesto, precisaremos las diferencias entre uno y otro caso.
La intervención es disyuntiva o alternativa cuando el hecho parece atribuible a
una persona u otra, pero nose puede identificarquién efectivamente causó el daño.
Por eso hablamos de autoría anónima, porque desconocemosquién del grupo pro-
dujo el daño, pero que sabemos el detrimento provino de ahí. El ejemplo típico es el
del equipo médico que realiza una intervención y el paciente sufre un menoscabo.
Así, no existe duda que el daño fue producto de la práctica médica, no obstante ello,
no es posible identificar cuál de los galenos lo ocasionó.
Entonces, la causalidad es alternativa o disyunta, y únicamente podrán eximirse
de responsabilidad los miembros del grupo que acrediten que no han contribuido
con la producción del daño.
Por otra parte, en el caso comprendido en el art. 1762 del CCCN, el daño se ge-
nera por la actividad peligrosa de un grupo ytodossus integrantes responderán en
forma solidaria.Aquí, no estamosen presencia de una causalidaddisyuntiva, ni pre-
suncionesdeautoría,sinoquese presupone queel detrimentoderiva del riesgocre-
ado por la actividad peligrosa que desarrolla el grupo. Y es por ello que, la forma de
eximirse de responsabilidad es demostrando que no integraba el grupo.
En algunos ordenamientos jurídicos para responsabilizar a todos los partícipes
que han concurrido en la producción del daño, se exige que -en los supuestos de
responsabilidad objetiva o por riesgo-el perjudicado pruebe que la conducta-ac-
ción de cada uno de ellos ha aumentado deforma concreta el riesgo de la lesión del
bien jurídico, más allá de lo que se considera el riesgo permitido por la propia acti-
vidad,favoreciendodeesta forma el resultado lesivo. Solo así podrá establecerse un
lazo lo suficientemente estrecho entre el partícipe y el supuesto dañoso que justifi-
que la imputación del daño, separándolo del restode personasque tienen una pos-
tura neutral frente al resultado lesivo55.
En el seno del continente europeo, la cuestión ha sido abordada en los Principios
de Derecho Europeo de la Responsabilidad Civil. Allí, se adopta como criterio básico
de causalidad la teoría de la conditio sine qua non (art. 3:101, P E T L ~Señala
~ ) . Martín
Casalsque la amplitud deese criterio se mitiga con una serie de reglasque, de acuer-
do con la correspondiente incorporación de la doctrina alemana, podríamos califi-
car de "criterios de imputación objetiva". Entre ellos, se recogen la causalidad ade-

55 Cypionka (1985), ps. 72 y 73, cit. por Múrtula Lafuente, Causalidad alternativa e indeter-
minación delcausante deldaño en la responsabilidad civil, en "lndret", no351,2006.
56 3:lOl: "una actividad o conducta (en adelante, actividad) es causa del daño de la víctima
si, de haber faltadotal actividad, el daño nose hubiera producido".
ACCIDENTES DE TRANSITO 71

cuada, el riesgo general de la vida, el ámbito protector de la norma, y otros como la


naturalezayvalor del interés protegido o la naturaleza de la re~ponsabilidad~~.
Continuando con los mencionados principios, en cuanto a los supuestos especia-
les, se incorporan los supuestos de causalidad concurrentey alternativa. En cuanto
al primero, se entiende que cada actividad es causa del daño. Se trata de aquellossu-
puestosen que diversas conductaso actividades concurren en la causación del daño,
si bien cualquiera de ellas, por sí sola, ya hubiera sido apta para causar el mismo da-
~ ) . 71 autor citado que aquíel pro-
ño en el mismo momento (art. 3:102, P E T L ~Precisa
blema se halla en que ninguna de esas conductas o actividadespuede ser realmente
conditiosinequa non, ya que el daño también podría haber sido producido porcual-
quiera de lasotras.Noobstante, los Principiosresuelvenla cuestiónentendiendoque
cualquiera de ellas debe ser considerada como conditio sine qua non y, en conse-
cuencia, consideran responsables solidarios a los causantes del daño. Supuesto pa-
recido es el de la causalidad alternativa, en el que también se producen varias con-
ductas o actividades. Al igual que en el caso anterior, cada una de ellas hubiera sido
suficiente para causar el daño. Mas la diferencia radica en que existe incertidumbre
sobrecuál deellas locausóefectivamente(art. 3:103, P E T L ~Lassolucionesquedan
~).
los distintos ordenamientosjurídicosvarían.Así por ejemplo, mientrasque el austrí-
aco y el alemán60consideranque todos los autores de las conductas respondensoli-
dariamente (al igual que el argentino), el suizo generalmente rechaza la responsa-
bilidaddetodosellos. Los Principiosoptanaquípor una posiciónintermedia: unares-
ponsabilidad parcial de acuerdo con el grado de probabilidad de que cada uno de
ellos haya causado el daño6'.

57 Casals, Una primera aproximación a los "Principios de derecho europeo de la responsabili-


dad civil, en "lndret", no284,2005, p. 11; ídem, Principios de derecho europeo de la responsabili-
dad civil, Texto y comentario, 2008.
58 3:102: "en caso de una pluralidad de actividades, si cada una de ellas hubiera causado el
daño por sísola al mismotiempo, seconsideraráquecada actividad escausadeldañode lavíctima".
59 3:103: "(1) En caso de una pluralidad de actividades, si cada una de ellas ha sido suficiente
por sí sola para causar el daño, pero es dudoso cuál de ellas efectivamente lo ha causado, se consi-
dera quecada actividad escausa en la medida correspondientea la probabilidad deque pueda ha-
bercausadoel dañode lavíctima. (2) Si, en el casodeuna pluralidad devíctimas, esdudosoque una
actividad haya causado el daño de una víctima concreta,'pero es probable que no hayacausadoda-
ño a todas lasvíctimas, se considera que la actividad es causa del daño sufrido portodas lasvíctimas
en proporción a la probabilidad de que pueda haber causado el daño a una víctima concreta".
60 BGB, 5 830: "Cuandovarias personas han causado un daño mediante una acción ilícitaco-
metida en común, cada una deellas es responsabledel daño. Lo mismo rige cuando nosepuedede-
terminar quién de entrevarios partícipes ha causado el daño porsu acción".
Casals, Una primera aproximación a los "Principios de derecho europeo de la responsabili-
dad civil, en "lndret", no284,2005, p. 11; ídem, Principios de derecho europeo de la responsabilidad
civil. Texto y comentario, 2008.
CECILIA CELESTE DANESI

b) Concepto de grupo

Según la Real Academia Española, grupo es una pluralidad de seres o cosas que
forman un conjunto, material o mentalmente c o n ~ i d e r a d o ~ ~ .
El grupodebeserademásde una realidad numérica, una realidad cualitativa, no
consiste en una mera "yuxtaposición" de personas, sino que media pertenencia de
seres o cosas que forman un conjunto, a través de un lazo de cohesión más o menos
definido. Y no solo se debe acreditar el factor de aglutinación del grupo (religión,
tarea común, alojamiento de un equipo deportivo, etcétera), sino que es menester
quese identifiquen asuscomponentes, puesdeotro modo no se puedeentablarco-
rrectamente el reclamo que es solidario contra ellos63.
En el derecho comparado se ha precisado que no se podrá responsabilizar a un
grupo de pasajeros que viajan en un autobús por el daño causado por uno de ellos
al arrojar un objeto por una ventanilla, si aquellos estaban sentados tranquilamen-
te ensusasientoscuandose produjoel hecho, pero sícuando todos participan de un
juego que puede implicar que un objeto salga por las ventanillas del autobús que
están abiertas y puedan lesionar a alguien que pase por la acera de una vía pública
concurrida. Esto nos hace pensar dos cosas, por un lado, que el simple encuentro de
hecho en el tiempo y en el espacio, sin voluntad de reunión y sin elegir a los partíci-
pes, puede generar responsabilidad, si no se conoce el autor directo del daño (este
sería el supuesto del art. 1761, CCCN), cuando se dan las condicionesde imputación
subjetiva u objetiva precisas respecto de cada uno de los partícipes que intervinie-
ron en su causación. Y, por otro lado, tampoco sería precisa para la imputación del
grupo una unidad espacio-temporal en la actuación de los partícipes. Aunque lo
más normal es que esta se produzca si se precisa la concurrencia de las restantescon-
diciones de imputación de los agentes64.
Añadimos que, en nuestro ordenamiento, los grupos que prevén los arts. 1761 y
1762del CCCNtienen una diferencia importante. Esta radica en que el del último ar-
tículo, debe estar llevando a cabo una actividad peligrosa, mientras que el del pri-
mero, no.

c) Daños ocasionadospor las ccpicadas))

Dentrodel estudiode losdañosocasionadospor lacirculacióndevehículos, la res-


ponsabilidaddel grupo que realiza una actividad riesgosa, contenida en el art. 1762

62 Disponible al 10111117 en http:lldle.rae.esl?id=JaoUQPQ.


63 Alferillo, en Código Civily Comercial comentado. Tratado exegético, 2" ed., 201 5, t. VII, p.
404y doctrina allícitada.
64 ~e Ángel ~ á g ü e (1z 983), p. 74; Pantaleón Prieto (1983), ps. 41 6 ~ 4 1 7y, Díez-Picazo (1999),
p. 167, cits. por Múrtula Lafuente, Causalidadalternativa e indeterminación delcausante deldaño
en la responsabilidad civil, en "Indret", no351,2006.
del CCCN, cobra especial relevancia. Ello, puesto que los menoscabosquese produz-
can por lasdenominadas "picadas" se encuentran comprendidos en esa norma.
Precisaremosaún más los alcances de la responsabilidaddel grupo y las eximen-
tes de responsabilidadaplicables.
Primero, estamos frente a un grupo de personas que lleva a cabo una actividad
peligrosa, es decir, una actividad que es potencialmente dañosa.
La causalidad no es alternativa, sino que es conjunta; pues la causa del daño es la
actividad peligrosadesarrollada por todo el grupo. ,
Picassoy Saénzdetallan lostres requisitosquesedeben presentar para quese con-
figure este supuesto. En primer Iugar, debe haber un grupo, es decir, una pluralidad
de personas que forman un conjunto definiblesobre la base de alguna característi-
ca común. Aquí, la existencia está determinada por la participación de cada uno de
sus integrantes en la actividad peligrosa. En segundo lugar, el grupo sío sí debe rea-
lizar unaactividad riesgosa,queencarneun peligrooriesgo paraterceros, por locual,
debe recurrirsea las pautasque proporciona el art. 1757 del CCCN.Y, finalmente, de-
be mediar una relación causal entre el riesgo generado por el grupo y el daño cuya
reparación se reclama. Aplica la presunciónde adecuación causal que usualmentese
reconoce a la víctima de los daños causados por actividades o cosas riesgosas (arts.
1757y 1758, CCCN). Por lo tanto, bastará al damnificado probar el contacto material
entre el daño y la acción peligrosa del grupo, para que la carga de la prueba se des-
place hacia los miembros del grupo, quienes deberán acreditar la causa ajena65.
Por su parte, señala Calvo Costa que el supuesto del art. 1762del CCCN engloba a
quienes corren picadasen la vía públicay, la imputación hacia cada individuose rea-
liza únicamenteen razón desu pertenenciaal grupo; el único recaudoexigido por la
norma es (además, de acreditar el daño por parte de la víctima), la prueba de la rela-
ción de causalidad adecuada entre estey la conducta del grupo66.
En cuanto a la eximente, además de la causa.ajena (hecho del damnificado, o ca-
so fortuitolfuerza mayor), los sujetos del grupo deberán demostrar que no integra-
ban el grupo y no, como en el caso del art. 1761 del CCCN, que no han contribuido a
la producción del daño. Ello, por cuanto, la presunción reposa en el hecho del desa-
rrollo de una actividad riesgosa, entonces, la mera pertenencia al grupo hace presu-
mir la participación en el daño.
En ese orden de ideas, en el caso del grupo de automovilistasque desarrollan ca-
rreras ilegales ("picadas"), es intrascendenteacreditar cuál fue el vehículo que atro-
pelló a la víctima, pues respondentodos los que participaron del grupo que desarro-
lló la actividad67.

65 Picasso-Saénz,en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado 2014,t.Vlll, ps. 61 2 ~ 6 1 3 .


66 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 201 6, t. 2, p. 41 0.
67 Picasso- Saénz, en Código Civily Comercialde la Nacióncomentado, 2014,t.VIII, p. 61 3.
CECILIA CELESTE DANESI

La responsabilidadsolidaria no queda excluida sacando del anonimato a los au-


tores inmediatos o últimos del daño, ni la culpa de estos lograría enervar el factor
de riesgo imputable a los demás miembros del grupo6*.
Finalmente, en lo que concierne a la culpa de un tercero como eximente de res-
ponsabilidad, claro está que "uno de los miembros del grupo no es, con respecto de
losdemás, un tercero extraño en el sentido de persona desvinculadaypor quien nose
debe responder. Por el contrario, aparece como alguien asociado al factor de riesgo
@esatadopor la comunidad. La identificación del o de los autores del daño, o la prue-
ba más acabada de que el demandado no pudoser el autor inmediato, nodescartaen
modo alguno la autoria del riesgo referible a todos los integrantesdel grupo".

Jurisprudencia

1. Daño ocasionado por grupo que realiza


una actividad peligrosa
1 La acción de daños iniciada contra los padres de unos menores por la participación
de estos en una pelea donde resultó herido el hijo de los accionantes debe admitirse,
pues, si bienensedepenalseacreditóqueningunodeellosfueelautor material del he-
cho, la responsabilidadcivil en el caso no se deriva de la autoria directa del dañosino de
la responsabilidad objetiva derivada del riesgo propio del grupo agresor que aquellos
integraron, más allá del grado de injerencia que tuvieron en el desenlace lesivo. La exi-
mente de responsabilidad relacionada con la ausencia de autoría directa debe recha-
zarse, pues tratándose de una actividad ilícita provocadorade riesgo para terceros que
fue desarrollada por un conjunto, la eximente pasa por demostrar que no se formaba
parte de este último. [CACC 5aCórdoba, 11/3/14, "F., C. A. c. L. M. J. yotrosI0rdinario-
dañosyperjuicios",LLC,2014(junio), 568; RCyS,2014-X-3018; LL, On Line,AR/JUW6031/
20141.

2. Identificación del grupo


2 Corresponderevocar la sentencia que condenó a resarcir las lesionessufridas por el
juez de línea a raíz de una golpiza propinada por algunos integrantes del equipo de
fútbol perdedor al jugador que si bien había iniciado la reyerta no dio ningún golpe al
actor, pues tratándose de una reacción espontánea de los miembrosde un equipo de
fútbolfrente a un resultadoadverso, debe concluirse que no se da un supuesto de res-
ponsabilidad colectiva en el cual el dañosea atribuible al grupo como tal, sino que la
acción de cada uno es separable de la de los otros. [CACC Mercedes, Sala 1, 28/2/08,
"Guerrero Contardo, Bernardoc. Méndez, Juan y otro", RCyS, 2008,979; ED, 227-339;
LL, On Line, AWJ UFUI 152120081.

68 Zavala deGonzález, cit. por CACC 5"Córdoba, 11/3/14, "F., C. A.C.L. M. J.yotrosl0rdinario
-dañosy perjuicios", LLC, 2014 (junio), 568; RCyS, 2014-X-3018, LL On Line, AR/JUR/6031/2014.
ACCIDENTES DE TRANSITO 75

3 Nocorrespondeatribuir el 100% de la responsabilidadacadauno delos médicosin-


tervinientes en la operación que derivó en la amputación de una de las piernas del hi-
jo del actor si en el caso no existió una atención grupal del paciente que pudiera dar lu-
gar a una responsabilidad colectiva de los galenos, sino que por el contrario ambos
atendieron a aquel en forma sucesiva, guardando cada uno el control de la cirugía en
momentosdistintos. [CNCom., Sala C, 23/6/06, "Alí, Juan P. c. H., A,", RCyS, 2006-1209;
LL, On Line, AR/JUW4099/2006].

3. Relación de causalidad en la respopsabilidad


colectiva
4 En los casos de responsabilidadcolectiva, la causa misma es de origen grupal, es de-
cir, coparticipación inescindibledevariossujetos. En contra de los integrantesdel gru-
posevierte un juiciode causalidad común-no de una causalidadalternativa-; no es
el daño ocasionado por el miembrosino por los miembrosdel conjuntode manera in-
divisible. Nadie en particular y todos comunitariamente son la causa del daño ocasio-
nado. [CF Resistencia, 215113, "M. viuda de C., M. c. Servicio Penitenciario Nacional
slDaños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 85831131.

4. La responsabilidad colectiva es excepcional.


Autoría y coautoría
5 La responsabilidadcolectiva es un régimen de excepción, habida cuenta de que la
responsabilidades antes que nada individual ysubjetiva. Así, los principios de respon-
sabilidad colectiva y factores de atribución objetivos son instrumentos técnicos para
alcanzar la realizaciónde la justicia distributiva que persiguela equitativa distribución
de los beneficiosyde lascargasasegurando a lasvíctimas la reparaciónde losdaños in-
justos. En la especie, se presenta una pluralidad desujetos civilmente responsablespor
su intervención común o conjunta en la ejecución de un cuasidelito; cuandosonvarias
las personasque cooperan a la producción del mismo resultado dañoso, existe esa in-
tervención común o conjunta en el acto ilícito, yasea delito ocuasidelito. Esa interven-
ción puede asumir el carácter de coautoría o de mera participación. Hay coautoría
cuando los que intervienen conciben en común la ejecución conjunta de un hecho, sea
con intención dolosa de causar un daño o con la intención de realizar actos impruden-
tes de losque resulte un daño a un tercero. [CNCiv., Sala B, 5/12/16, "D. C., M. S. c. Dim-
za S.R.L. y otro slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 72271161.

5. La responsabilidad colectiva: requisitos


6 Desde las fronteras del derecho positivo argentino, el art. 95 del CPy los arts. 1119 y
1121 del CC, ensamblados por las coordenadas del espíritu de la ley, la analogíajurídica
yel principiogeneral dejusticia (arg.art. 16, CC), permitenestructurar unsistema deres-
ponsabilidad colectiva, que actúa siempre que concurren los siguientes requisitos: a)
falta de individualización del autor del daño o de la cosa dañosa, b) participación de
los responsables en el accionarculposo o riesgosodelgrupo, c) relación causal entre el
daño y la acción no particularizada del grupo, ú) exclusión de responsabilidad para
quien pruebe que aún participando en la acción del grupo no causó el daño. [CACC
CECILIA CELESTE DANESI

Mercedes, Sala 111,2116111, "DeGiacomi, Paulo Marioc. Martínez, Raúl yotrosslDañosy


perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 917911 11.

7 La responsabilidadcolectiva seadmitecuando: a) nose ha podido identificar al au-


tor material del daño; luego, sise individualiza a uno comoautor, losdemás norespon-
den; b) no identificado el autor, la prueba de la causa del daño se puede hacer en re-
lación a todos los autores posibles; luego, si uno de ellos demuestra que no ha podido
causar el hecho dañoso, queda excluido de la responsabilidad del grupo. Ello es así,
pues cualquiera de los implicados es un presunto responsable mientras él no pruebe
quenofueel autordel hechodañoso. [CACC2" La Plata, Sala 111, 13/3/08, "S., F. B. c. Pro-
vincia de BuenosAires s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 8612/10].

6. Responsabilidad colectiva: sin condena


en sede penal
8 No es a título de dolo que se le imputa responsabilidad, sino por su participación en
la acción de un grupo causante de una situación de peligro, que derivó en las lesiones
producidas al actor, hipótesis conocida como de "responsabilidad colectiva", o por
"participacióndel individuoen grupos", quealgunosfundanen la culpa por haber par-
ticipado del grupo causante del daño, y otros -posición mayoritaria- directamente
en un tipo de responsabilidad objetiva derivada del quehacer riesgoso del grupo o de
la situaciónde peligrocreada por el mismo. Desdeeste punto devista, entonces, ningu-
na relevanciatiene que el codemandado no haya sido condenado en sede penal o que
no haya sido objeto de acusación fiscal. La cuestión debe analizarse desde los paráme-
tros de la responsabilidad civil indicados, que no exigen la acreditación del dolo delic-
tual. [CACC Mercedes, Sala 1,2812108, "Guerrero, Contardo Bernardoc. Mendez, Juan
y otro s1Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 929811O].

7. Eximente:falta de participación
9 Aun si se admitiera, como alega el demandado recurrente, la dificultad para indivi-
dualizar al autor material del hecho que produjo las lesiones padecidas por el actor, co-
rrespondeseñalar que, en tal caso, resultaría viable recurrir a los principiossubsidiarios
de la responsabilidadcolectiva y, en virtud de ello, contrariamentea losostenido, el he-
cho de que no se haya acreditado que él mismo concretara un acto específico deviolen-
cia contra el actor, no obstaría a una sentencia decondena en su contra. Es que precisa-
mente la responsabilidad colectiva aparece cuando el sujeto no está individualizado
entre un grupo de posibles responsables.Por lo tanto, siempre que alguien haya inte-
grado-como en el supuesto- un grupo de personasdeterminadas, una de las cuales
resulta ser autor indeterminado de un daño, ha de estimarse que ese alguien es pre-
suntivamente autor del daño, mientras él no pruebe lo contrario. Y no habiendo el re-
currenteacreditadosu falta de participación en el hecho sinosolo alegado que nose ha
podido determinar la relación directa entresu propio obrar y las lesiones de la víctima,
corresponde desestimar todo cuestionamiento a la responsabilidad atribuida. [CACC
San Nicolás, 16/8/11, "Carasales, José Alberto c. Aybar, Sebastián Víctor slDaños y per-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 13.1481111.
CAP~TULO
II
SUJEWS RESPONSABLES

3 5. Introducción
Como es por todos sabido, nuestro régimen jurídico adopta un sistema de ins-
cripciónconstitutiva en materia deautomotores, circunstanciaque, si bien en cuan-
toa la legitimación activa no presenta mayoresdificultades,estassesuscitanen tor-
no a la legitimación pasiva.
En primer término, útil es recordar que la legitimación para obrar-legitimatio
ad causam-consiste en la cualidad que tiene una persona para reclamar respecto
de otra una pretensión en el proceso, por lo que, existirá falta de legitimación para
obrar cuando no medie coincidencia entre las personas que efectivamente actúan
en el procesoyaquellaspersonas a lascuales la ley habilita especialmente para pre-
tender o contradecir la materia del litigio1.
En el Código Civil y Comercial la legitimación procesal es variada, pues va desde
la representaciónnecesaria hasta la másamplia capacidad procesal. Si hay ausencia
de capacidad, como así también de representación, se está en presencia de una ex-
cepción de falta de personería (arts. 19,24 a 26,30,49,93,103,679, CCCN)~.
En materia de daños ocasionados por accidentes de tránsito, el texto unificado
prevé en forma expresa lossujetosquedeberán responder. Así, el art. 1758-aplica-
ble conforme a la remisión que efectúa el art. 1769-, establece que: "Eldueñoyel
guardián son responsablesconcurrentes del daño causadopor las cosas, Se conside-
ra guardián a quien ejerce, porsío por terceros, el uso, la direccióny el control de la
cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si
prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.

l Falcón, Código ProcesalCivily Comercialdela Nación. Comentado, concordado, anotado,


2009, t .III, p.42ysiguientes.
2 Converset (h), Incidencias del Código Civily Comercial. Procesos civiles, 201 5, p. 98.
78 CECILIA CELESTE DANESI

En caso de actividad riesgosa opeligrosa respondequien la realiza, se sirve u ob-


tiene provecho de ella, porsío por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación
especial".
También existen otros supuestos especiales, como los daños que se hayan come-
tido con un rodado objeto de un contrato de leasing. En este supuesto, además de
la responsabilidadobjetiva del tomador o guardián de las cosas dadas en leasing
(art. 1243, CCCN), el dador únicamente es responsable en los casos que no haya con-
,tratado un seguro de responsabilidadcivil.
Otra cuestión es la relativa al tomador del seguro. Con frecuencia, se pretende
hacer responder a aquel por el mero hecho de haber contratado con la compañía de
seguros, o bien, que esta plantee la exclusión de cobertura cuando nose demanda
al tomador.
Analizaremos a continuación cada uno de estos supuestos.

96. Dueño
Para la adquisición de los derechos reales por actos entre vivos, de modo deriva-
do, se aplica la teoría del título y el modo, que se refiere al cumplimiento de lasfor-
malidades que la ley establece para la adquisición del derecho real de que se trate.
Se debe estar ante un título suficiente que debe cumplir con los requisitosdeforma
y fondo, así como también con el modo suficiente. En el caso puntual de los auto-
motores, la diferencia radica en cuanto a la forma, ya que si bien el título puede re-
alizarsetanto por instrumento públicocomo privado, debeagregárseleademásun
tercer requisito esencial, que es la inscripción registra1del bien a favor del adqui-
rente3.Haremos un breve repaso normativoy jurisprudencial.
El decr.-ley 6582158 instauró la inscripciónconstitutiva en materia de automoto-
res, con lo cual, solo queda transmitido el dominio una vez que se ha registrado la
transferencia en el registro correspondiente.
En ese contexto normativo, la Cámara Nacional de Apelaciones Especial en lo Ci-
vil y Comercial dictó el 18/8/30 un fallo plenario4en los autos caratulados "Morra-
zo, Noberto c. Villareal, lsaacy otros" que estableció que no subsiste la responsabi-
lidad de quien figura en el Registro Nacional de la Propiedaddel Automotor, como
titular del domino del vehículo causante del daño, cuando lo hubiere enajenado y
entregado al comprador con anterioridad a la época del siniestro, si esta circuns-
tancia resulta debidamente comprobada en el proceso. Asimismo, si el dueño se ha

Abreut deBegher, Transmisióndedominio delosautomotores, en "Revista de DerechoPri-


vadoy Comunitario", no2009-2, p. 196.
En relación a la vigencia de los fallos plenarios, remitimos al lector al Capítulo XIll titulado
"Intereses, fallos plenariosy prescripción liberatoria".
ACCIDENTES DE TRANSITO

desprendido de la guarda, no resultaba concurrente la responsabilidadde aquel y


el guardián.
Luego, llegó la reforma de la ley22.977 del año 1983, la cual en su art. 27 disponía
que "hasta tantose inscriba la transferenciael transmitenteserá civilmente respon-
sable por losdañosy perjuiciosqueseproduzcancon el automotor, ensu carácterde
dueño de la cosa. No obstante, si con anterioridad al hecho que motive su responsa-
bilidad, el transmitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición del au-
tomotor, se reputará que el adquirente o quienes de este último hubiesen recibido
el uso, la tenencia o la posesiónde aquel, revisten con relaciónal transmitente el ca-
rácter de terceros por quienes él no debe responder, y que el automotor fue usado
en contra de su voluntad. La comunicación prevista en este artículo operará la revo-
cación de la autorización para circular con el automotor, si el titular la hubiese otor-
gado, una vez transcurrido el término fijado en el art. 15 sin que la inscripción se
hubiere peticionado, e importará su pedido de secuestro, si en un plazo de treinta
díasel adquirente no iniciaresu tramitación". La norma fue todo un avance, al cre-
ar la figura de la denuncia deventa junto con la entrega de la posesión. Sin embar-
go, noaclarósi bastaba demostrar la transferencia de la guarda para eximirsederes-
ponsabilidad.
Otro hito relevante en la materia fue el plenario de la Cámara Nacional de Ape-
laciones en lo Civil en los autos "Morris de Sotham c. Besuzzo, Osvaldo" del 9/9/93,
en el cual se dispuso que la doctrina establecida en el plenario "Morrazo" no man-
tiene su vigencia luego de la sanción de la ley 22.977, modificatoria del decr.-ley
6582158, ratificado por la ley 14.467.
Recapitulando, el "título" o causa da nacimiento a obligaciones, entre las cuales
se encuentra la de inscribir el bien, por lo que la inscripción registra1es un paso obli-
gado para la transferencia de dominio. De tal forma, aquella produce efectosperse
en forma independiente al negociojurídico que le diera origen (v. gr., compraventa,
permuta, donación, sucesión mortiscausa, etcétera), provocando la adquisición del
derecho real, más allá de los efectos jurídicos que pueda tener el negocio causal5.
Pues bien, el Código Civil y Comercial de la Nación establece que uno de lossuje-
tos responsableses el dueño de la cosa (arts. 1769y 1758, CCCN), es decir, el propie-
tario del vehículo que haya ocasionado el daño.
Según el diccionario, dueño es quien tiene dominio o señorío sobre alguien o al-
go6.El "dominio" es uno de los derechos reales contemplados en el texto unificado
(art. 1887)yesdefinidocomo la prerrogativa que otorga todas lasfacultades de usar,

Abreut de Begher, Transmisióndedominiode losautomotores, en "Revista de Derecho Pri-


vado y Comunitario", no2009-2, p. 192.
RAE, Diccionario de la lengua española, disponible al 1012/18 en http:lldle.rae.esl?id=
EEsL9LT:
80 CECILIA CELESTE DANESI

gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los límites previs-
tos por la ley (art. 1941).
Así, y al igual que el régimen del derogado Código de Vélez Sarsfield, el dueño
de la cosa será quien ejerza el derecho real de dominio de ese bien y, si la cosa es re-
gistrable, será el sujeto que cuente con la inscripciónregistra1del bien. Recordemos
que losderechosreales recaen sobrecosas registrables, cuando la ley requiere la ins-
cripción de los títulos en el respectivo registro a los efectos que correspondan y, so-
, bre cosas no registrables, cuando los documentos portantes de derechos sobre su
objeto no acceden a un registro a los fines de su inscripci.ón (art. 1890, CCCN).
La figura del "dueño" es quizás la que -en principio- presenta menos com-
plejidades, puesto que basta con solicitar un informe de dominio en el Registro de
la PropiedadAutomotor para responsabilizar a quien surja como titular registral al
momento del siniestro.
No obstante ello, existen algunos supuestos que suscitan controversias. El más
frecuente acaece cuando se vendió el rodadoy no está realizada la transferencia re-
gistral ni la denuncia de venta; supuestos que serán analizados a lo largo de este ca-
pítulo. Lo que debemos dejar en claro es que en esos casos, es decir, en los que se ce-
lebró el contrato de compraventa yse hizo la tradición, mas no se cumplió con la ins-
cripción, el vendedor continúa siendo responsable ante terceros por los daños que
pueda acarrear el automotor. Motivo por el cual, lasvíctimaspuedendirigir la acción
contra aquel ya que continúa siendo propietario mientras no se registre la transfe-
rencia. Si se realizó la denuncia de venta, esta desplaza inmediatamente la respon-
sabilidaddelvendedor haciaelcomprador, aun cuando, comosostienen algunosau-
tores, ese desplazamiento no es automático, sino que deberá acreditarse en el caso
de arribarse a juicio7.

Jurisprudencia

1. Dueño es el titular registral

1 Conforme el sistema de responsabilidad civil estructurado por vía del art. 1113 del
CC, el deber de responder por los daños causados por el riesgo ovicio de la cosa, se atri-
buye a su dueño o guardián. Y el decr. 6582158 ratificado por ley 14.467 y modificado
por ley 22.977 otorga el carácter de dueño de un automotor a la persona a cuyo nom-
brefigure inscriptoen el RegistroNacionalde Propiedaddel Automotor, haciéndoloen
tal carácter, civilmente responsable por losdaños quese produzcan(arts. lo, 27yconc.).
La interpretación armónica de las normas citadas permite concluir que el dueño al que
se refiere el art. 1113 del CC-en el caso de los automotores-es quien figura como ti-

Trigo Represas,Exenciónde la responsabilidaddeltitularregistraIdeldominio automotor


despuésde la ley22.977, LL, 1996-C-611;en igual sentido:Abreut de Begher, Transmisiónde domi-
nio de losautomotores, en "Revista de Derecho Privadoy Comunitario", no2009-2, ps. 206 y 207.
ACCIDENTES DE TRANSITO 81

tular registra1del mismo (cfr. CSJT, sent. n0277del 23/4/02) yque su responsabilidad re-
conoce como fundamento el riesgo de la cosa que interviene en la causación del daño.
[CS Tucumán, 21/3/07, "R. L. G. C. y otro c. G.R.Y. s/Daños y perjuicios", Dirección de In-
formática Jurídica del Poder Judicial deTucumán, Rubinzal.OnLine, RC J 67971071.

2. Venta de automotor. Efectos de la inscripción


en el Registro de la PropiedadAutomotor
2 La transmisión del dominio de los automotores solo produce efectos entre las par-
tesycon relación a terceros desde la fecha de su inscripdón en el Registro Nacional de
la Propiedaddel Automotor, pues es de carácter constitutivo, y poresa razón nosecon-
sidera transmitido el derecho real de propiedad, ni aún entre los contratantes si la
transferencia al adquirente no es inscripta, aun cuando mediara tradición de la cosa.
[CNCiv., Sala E, 8/8/03, "Noya, Alberto José c. Cacase, Luis Salvador", sum. 16.129, Base
de Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil, boletín 20/2004].

3. Denuncia deventa para eximirse de responsabilidad


el titular registral
3 A los fines de eximirse de responsabilidad, el titular registral de un automotor debe
realizar el trámite de denuncia deventa ante el Registro, el cual importará la inmedia-
ta revocaciónde la autorización para circular a quien lo hubiera adquirido, sustrayen-
do el rodado de la posibilidad cierta de causar daños a terceros. [SC Mendoza, Sala 1,
26/5/10, "Urieta de Foschi, Ángela yotros c. Di Chiara, FernandoAdrián", LLGran Cuyo,
2010(septiembre),751; DJ,ejemplardel3/11/10, p.42; LL, On Line,ARIJUW27992/2010].
4 Si bien es cierto que no se hizo la transferencia de dominio, consta que la denuncia
de venta prevista en el art. 27 de la ley 22.977 fue realizada y notificada en el mes de
noviembre de 2008 (bien antes del accidente), y que el 22 de enero de 2009 se decretó
la prohibición de circular, que fuera levantada en junio de ese mismo año. De ese mo-
do, W., aun en su carácter de titular registral, queda a salvo de reclamos por responsa-
bilidad vinculados con el automotor. De otro modo la loable intención del legislador
al sancionar la ley22.977 quedaría en la nada. [CNCiv., 712117, "A.M. c. W. P. M. y otros
s/Dañosy perjuicios (acc. tran. dles. o muerte)", expte. no15.257/10].

5 El art. 27 del régimen de la propiedad automotriz crea afavor del titular registra1un
expeditivo procedimiento para exonerar su responsabilidad, consistente en efectuar
unilateralmente la denuncia deque ha hecho tradición del vehículoal adquirente, con
el propósito de conferirle protección legal frentea la desidia o negligenciadel compra-
dor que omite registrar la transferencia. [CSJN, 19/5/97, "Seoane, Jorge O. c. Provincia
de Entre Ríosyotros/Dañosyperjuicios", CSJN-Fallos, 326:1211; ídem,21/5/02, "Camar-
go, Martina y otros c. Provincia de San Luis y otra s/Daños y perjuicios",JA, 2003-11-2751.

4. Responsabilidaddel titular registral aun cuando haya transmitido


la guarda mediante boleto decompraventa
6 El titular registral es responsablepor los daños sufridos por quien era transportado
en el rodado que provocó un accidente de tránsito, aun cuando haya transmitido la
CECILIA CELESTE DANESI

guarda mediante boleto de compraventa a su hermano, al ser él quien contrató el se-


gurodel automotor. [CACCAzul, Sala II, 15/12/15, "Díaz, Daniel Dalmiroc. Peralta, Ri-
cardo Oscar y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW87452/2015].

5. Responsabilidaddel titular registral que notiene la guarda


pero no realizó la denuncia deventa
7 Corresponde atribuir responsabilidad por los daños derivados de un accidente de
tránsito al titular registral del vehículoembistente,que no tenía su guarda por haberlo
vendido pero no realizó la denuncia deventa, pues el carácter constitutivode la inscrip-
ción del automotor, consagrada en el decr.-ley 6582158, se desnaturalizaría si se admi-
tiera la diferenciaciónentre un propietario "real" yotro "formal", ignorando el princi-
pio de la traditio inscriptoria que singulariza la transferencia de dichos bienes. [CS
Mendoza, Sala 1,26/5/10, "Urieta de, Ángela yotrosc. Di Chiara, FernandoAdrián", LL-
Gran Cuyo, 2010(septiembre), 751; DI, ejemplar del 3111/10, p.42; LL, On Line, AWJUW
27992/201O].

5 7. Guardián
a) Concepto

El art. 1113 del CCde Vélez Sarsfield estipulaba la responsabilidaddel dueño o


guardiánen loscasosdelosdañoscausadoscon lascosasoporel riesgooviciodeellas.
En el campo doctrinario se han esbozado diversas teorías para definir la figura
del guardián. Veamos las más relevantes.
Algunos autores consideran que guardián es quien tiene materialmente la cosa
en su poder y sobre ella puede ejercer de hecho su vigilancia y dirección. Esta posi-
ción es denominada "guarda material" *.
Otros, sostienen que guardián es quien aprovecha, usa y obtiene de las cosas un
beneficio, económico o personal, de placer o salvaguarda de sus intereses o dere-
chos. Esta corriente es llamada "guarda provecho". También está la denominada
guarda jurídica o intelectualg,que asevera que la obligación de guarda reposa so-
bre quien, en virtud de su vinculación jurídica con la cosa, tuviese sobre ella un de-
recho o poder jurídico de dirección; es indiferente que lo ejercite por sí mismo, por
sus dependientes, o no lo uselo.
Hoy por hoy, un sector de la doctrina afirma que alguna de ellas han sido aban-
donadas, como el criterio de la guarda material o jurídica o "la doctrina francesa
que distingue entre la guarda de la estructura y la guarda del comportamiento, se-

a Mazeaud, Lecciones de derecho civil, p. 225.


Esta corrienteseapoya en un fallo de la Corte de Casaciónfrancesa del 2112/41.
lo Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t.4A, p. 741.
ACCIDENTES DE TRANSITO

gún cuál sea el poder que el sujeto tenga sobre la cosa y la causa del daño (por ejem-
plo, si la falla del automóvil obedecióa defectosen el sistema de freno so por impe-
ricia del conductor), salvo en las acciones de regreso del dueño contra el guardián
en las que quien pagó todo el resarcimiento puede repetir del guardián responsa-
ble en proporción a su contribución en el hecho" ll.
Para sellar todas las discusiones, el Código unificado regula los elementos dis-
tintivos del guardián en base a dos supuestos. Uno, en el que se considera guardián
a quien ejerce, por sí o porterceros, el uso, la direcció?y el control de la cosa. Es pre-
ciso que el ejercicio de dicho poder sobre la cosa sea autónomo e independiente res-
pecto de cualquier otra persona, por lo que, quien utiliza o emplea la cosa siguien-
do las instruccionesodirectivasde otro, no asume la condición deguardián. La nor-
ma consagra el criterio seguido por la jurisprudencia francesa a partir del célebre
arr2tFranckde la Corte de Casación de ese país1*.
El segundosupuesto es definido como "quien obtiene un provechodeeIIa", que
es la teoría que coloca el deber de reparar los perjuiciosen cabeza dequien obtiene
ventajas de la realización de cierta actividad.
En definitiva, podemosafirmar que la tipificación de la figura del "guardián" es
ecléctica o mixta y se conforma por el uso o tenencia material de la cosa con poder
de mando sobre ella; por el ejercicio autónomo del poder de gobierno, dirección o
control de la cosa vinculado con su uso y beneficio y por un aprovechamiento (eco-
nómico o no) asociado a alguno de los otros requisitos: poder de mando o utiliza-
ción de la cosa 13.
No obstante ello, la técnica legislativa propuesta por el Código unificado ha si-
do criticada, puesto que se alega que toma partido por tres teorías o doctrinas dis-
tintas. Al respecto, señala López Meza que "serán lascircunstanciasdelcaso, enton-
ces, las que ameritarán cuál doctrina se aplica, lo que trae más problemas que solu-
ciones, dada la indeterminación de un concepto central, axial en materia de respon-
sabilidad por el hecho de las cosas, que se potencia ante la novedad de los textos y
la carencia de pautas para interpretarlos, en especial en los primerosañosy meses de
suentradaenvigencia. El Proyecto havenidoasumarasílaguarda material a laguar-
da-poder de mando y a la guarda-provecho, lo que significa una aligeración de los
requisitos y complejidades para la determinación de la calidad de guardián" 14. Ob-
serva que, conforme la letra de la norma, ya no esel discernimiento un requisito pa-

l1 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t. VIII, ps. 592y 593.
l2 Sáenz, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado,t. IV, p.419, en www.saij.gob.ar/
docs-f/codigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado?omolpddisponible al 1/5/16.
l3 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 594.
l4 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 2014, t. 1, p. 375.
84 CECILIA CELESTE DANESI

ra la adquisición de la guarda, dado que el primer parámetro o tipo de guarda que


recepta es la guarda material, que n o requiere de discernimiento. Hasta una perso-
na privada de razón o sin edad para comprender los alcances y efectos de sus actos,
puede usar una cosa.
También, destaca con relación al "empleado" que ahora habrá u n fundamento
legal para n o considerarlo guardián, pues este n o ejerce por sí, sino en representa-
ción de su comitente o principal, el uso de la cosa, mientras que el principal, l o ejer-
,ce a través de su empleado, por ello continúa siendo el guardián de la cosa, pese a
que su empleado la tenga de hecho o materialmente bajo su égida.
Por último, considera que, debidoa queel primer supuesto lo constituye la guar-
da material en cabeza del principal, quien ejerce, por sí o por terceros, el uso de la
cosa, habrá de tener necesaria preeminencia sobre los otros dos, porque será mu-
cho más fácil probar el uso de la cosa, que la dirección ycontrol deella o e l provecho.
Es decir que, basta con que se pruebe el uso de la cosa, para que esa persona sea con-
siderada guardián; y si n o l o es, por ejemplo, por ser empleado de otra persona, de-
berá alegar y probar ello al ser requerido como guardián, so pena de que tal título
le quede en firme sobre él, con las consecuencias y responsabilidades i nherentes15.

Jurisprudencia

- Responsabilidaddel guardián: conceptoy alcance


1 En el caso de autos, la actora desistióde la demanda intentada en contra del conduc-
tor y noaccionóen contra del titular registra1del vehículo marca Ford350, debiendo en
consecuencia dilucidarsesi correspondeendilgarleala firma "Prosegur S.A." el carácter
de guardián (art. 1757, CCCN) de la cosa riesgosa (camión). Este contaba con la inscrip-
ción "Prosegur S.A.", en su parte delantera, trasera y en sus laterales.Si bien el dominio
delvehículo pertenecíaa la firma Juncadella S.A., el mismoera utilizado por la firma de-
mandada a los fines de realizartareas propias de su actividad empresarial. Los testigos
citados declararon que se conducían en el camión al momento del hecho y que revestí-
anencarácterdeempleadosde lafirma "Prosegur" dondesedesempeñabancomoper-
sonal de seguridad. En este marco, concluyo que la firma "Prosegur S.A." revestía el ca-
rácterdeguardiánde lacosa riesgosa, puesnosoloseindividualizóalvehículocomoper-
teneciente a su empresa, sino que lo utilizaba para cumplir tareas propias de su activi-
dad tal como lo declararon los testigos que depusieron en las actuaciones sumariales.
[CACC 6" Córdoba, 11/10/17, "Calderón, Laura Patricia del Valle c. Prosegur S.A. s/Ordi-
nario-daños y perj.- accidentes de tránsito", LL, On Line, AWJURl73577/2017].

2 La tipificación de la noción y la determinación de la figura del guardián no essenci-


Ila, pero existe acuerdo en que es guardián quien mantiene la dirección de hecho so-
bre la cosa y quien recibe el beneficio económico de su uso. Asimismo, la noción de

l López Mesa, Responsabilidadpor accidentesde tránsito, 2014, t. 1, p. 376.


guardián es bifrontal y comprende a aquellosque tienen un poder efectivo devigilan-
cia, gobierno y contralor sobre la cosa y a los que se sirven de ella recibiendo un bene-
ficio económico. [CACC Azul, Sala 11, 15/12/15, "Díaz, Daniel Dalmiroc. Peralta, Ricar-
do Oscar y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARIJU RI87452l2015, y causa no
47.749, "Esteban", 3/3/05; causa no47.762, "Pendas", 2/6/05].

3 En nuestroderecho el propietario responde por el simple hecho de ser titular del do-
miniode la cosa quecausóel daño, e independientemente desu eventual condición de
guardián; si ambas calidades recaen separadamente sopre personas distintas el guar-
dián también habrá de responder, por ser quien de hecho tiene la cosa bajo su mando,
se sirve de ella y está en condiciones de controlarla y cuidarla, impartiendo órdenes e
instrucciones con relación a dicha cosa. Las responsabilidades del dueño y del guar-
dián son, entonces, conjuntas o concurrentes, o sea que no se excluyen entre sí. El art.
1758 del CCCN mantiene esta idea. [CNCiv., Sala A, 13/6/17, "Corral, Mónica Estela c.
Mingoni, Jorge Daniel yotrosslDañosy perjuicios", LL, On Line, ARIJURI38917/2017].

4 Guardián es quien se sirve de la cosa en su propio interéso quien lo hace en su propio


beneficio, notanto por la tenencia material de la cosa sino por el poder de hecho quese
haceefectivosobrela misma, con prescindencia del títulooderechoquese tenga. Cuan-
do quientiene la cosa bajosu poder la empleasegún lasinstruccionesuórdenesdeotro,
él no es el guardián, carácter que le cuadra a quien da esas instrucciones, las que reve-
lan que la tenencia material de la cosa se hace en interésde este último. [SCBA, 23/8/88,
"Gutiérrez", Ac. L.36685, AyS, 1988-111-143;AC. L.37724,25/8/87 "Pereyra", AyS, 1987-
111-4051.

b) Las personas juridicas


Al no haberse introducido ninguna disposición específica, se encuentra aún vi-
gente la discusión en torno a si las personasjurídicas pueden ser consideradasguar-
dianes o no.
La doctrina francesa precisa que "la asimilación de las personas morales a las de
las personas físicas existe también en el terreno de la responsabilidadpor el hecho
de las cosas. "Una persona moral puede ser responsabilizada como guardiana, en
los términos del art. 1384 del Code lo cual es una necesaria correspondencia con el
principio de que los empleados no pueden ser guardianes" 16.
En nuestro país, algunos autores comparten esa postura, pues consideran que
adoptar un temperamento contrario implicaría que realizar actividades con cosas
riesgosas a través de sociedades comerciales, constituiría una forma indirecta de
que nadie respondiera comoguardián de la cosa, ni la sociedad nisusempleados, lo
que es conceptualmente inadmisibIel7.

l 6 Corte de Casación, Sala Civil, 9/5/84, en autos caratulados "Gabillet" comentado por
Franfois Chabasyen "Juris Classeur Périod", en Dalloz, 1984, p. 525.
l7 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesdetránsito, 2014, t. 1, p. 360.
86 CECILIA CELESTE DANESI

Y esa misma conclusión, es viable también desde el concepto de guardián que


ofrece el nuevo texto legal. Si se analiza con objetividad la cuestión, la sociedad co-
mercial puede ser guardiana de la cosa, dado que ella ejerce por terceros (sus em-
pleados o directivos) el uso, la dirección y el control de la cosa, amén del provecho
que obtiene de la cosa1*.

5 8. Casos más frecuentes


1
a) La denuncia de venta

Como hemosseñalado utsupra, nuestro sistema jurídico ad hiere al método ger-


mánico de la inscripciónregistra1constitutiva y no meramente declarativa de dere-
chos. Es por ello que, la transmisión del dominio de los automotores solo produce
efectos entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción en
el Registro Nacional de la Propiedaddel Automotor, pues es de carácter constituti-
vo. Por esa razón, no se considera transmitido el derecho real de propiedad, ni si-
quiera entre los contratantes, si la transferencia al adquirente no es inscripta, aun
cuando mediare tradición de la cosa 19.
Ahora bien, de conformidad con lo normado por el art. 27 del Régimen Jurídico
de la PropiedadAutomotor: "Hasta tantose inscriba la transferencia el transmiten-
te será civilmente responsablepor los dañosyperjuicios que se produzcan con elau-
tomotor, en su carácter de dueño de la cosa. No obstante, si con anterioridad al he-
cho que motive su responsabilidad, el transmitente hubiere comunicado al Registro
que hizo tradición delautomotor, se reputará que eladquirente o quienesdeeste úl-
timo hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquel, revisten con rela-
ción al transmitente el carácter de tercerospor quienes él no debe responder, y que
el automotor fue usado en contra de su voluntad. La comunicación prevista en este
artículo, operará la revocaciónde la autorizaciónpara circularcon elautomotor, siel
titularla hubieseotorgado, una vez transcurridoeltérmino fijado en elart. 75sinque
la inscripciónse hubiere peticionado, e importará su pedido de secuestro, si en un
plazo de treinta días eladquirente no iniciare su tramitación.
... Una vez efectuada la comunicación, eltransmitente nopodrá haceruso delau-
tomotor, aunque le fuese entregado o lo recuperasepor cualquier título o modo sin
antes notificar esa circunstancia al Registro. La violación de esa norma será sancio-
nada con la pena prevista en elartículo ..."*O.

l8 López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsito, 2014, t. 1, p. 360.


l9 CNCiv., Sala E, 8/8/03, "Noya, Alberto José c. Cacase, Luis Salvador", sum. 16.129, Base de
Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil - boletín 2012004.
Disponible al 11/2/18 en http:llservicios.infoleg.gob.arlinfoleglnternetlanexos/35000-
39999138822ltexact.htm.
ACCIDENTES DE TRANSITO

La comunicaciónalaquese refiere la normaesla llamadadenunciadeventa,que


consiste en que el titular del dominio le haga saber al registro donde el rodado esté
radicado, que lo entregó a otra persona en carácter de poseedor o tenedor. En este
caso no se trata de haber prestado el vehículo en forma momentánea, sino una en-
trega del uso y goce de la cosa originada en un acto jurídico registrable como pue-
de ser el leasing o el usufructo.
Una vez efectuada la entrega del automotor al comprador y sea cual fuere el
tiempo transcurrido desde ese hecho, el vendedor (titular registral) podrá comuni-
car esa circ~nstancia~~.
Un caso muy frecuente que se suscita en la práctica es la situación del dueño que
vendió el rodado, entregó la posesión, mas no efectuó la transferencia en el Regis-
tro de la PropiedadAutomotor y el vehículo es partícipe de un accidente de tránsi-
to. En ese caso, y en virtud de la normativa citada precedentemente,el transmiten-
te para eximirse de responsabilidad, debe acreditar haber realizado la denuncia de
venta. Y mientras no la efectúe, su responsabilidadrespecto del tercero damnifica-
dosubsiste, a pesar de que en la causa demuestre haber realizado la entregadel mis-
mo con anterioridad, pues solo comprueba la existencia de la venta o entrega al
comprador22.
Debemos mencionar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un crite-
rio amplio, admitió la posibilidad de que, incluso sin haberse hecho la denuncia de
venta, el titular registral de un automotor se exoneresi prueba por otros medios ha-
ber hecho la transferencia de la posesión a un tercero con anterioridad al acciden-
te. Compartimos la postura del doctor Picasso, quien sostienequesetrata de una in-
terpretación contraria al texto de la ley, "pues conduce, en los hechos, a considerar
responsable únicamente al guardián de la cosa; el dueño-siempre en esta postu-
ra- no respondería autónomamente en tanto tal sino solo en la medida en que se
lo presume guardián, y podría exonerarse-entonces- demostrando que transfi-
rió la guarda". No es esta la interpretación que debe darse al art. 1113, párr. 2" del
CC, lo que es confirmado ahora por el art. 1758 del CCCN, que expresamente esta-
blece la responsabilidad indistinta del dueño y del guardián de la cosa23.
En la vereda opuesta, existe un criterio más riguroso, y que claramente excede
los precisos términos de la ley, que sostiene que no alcanza con la denuncia de ven-

*' Digestode NormasTécnico-Registralesdel RegistroNacionalde la Propiedaddel Automo-


tor, disponible al 11/2/18en www.dnrpa.gov.arldigesto/digesto.htm y www.dnrpa.gov.ar/portal-
dnrpalguia-tramitesldenuncia-venta. htm.
22 Cám. Paz Letrada, 31/5/13, "lranzo de García, Rosa c. Peluc Maurín, Gastón y otross/Daños
y perjuicios", Infojus, SU50008564.
23 Del votodel doctor PicassoenCNCiv., Sala A, 13/6/17, "Corral, Mónica Estelac. Mingoni, Jor-
ge Daniel yotross/Dañosyperjuicios", LL, On Line, AR/JUR/38917/2017.
88 CECILIA CELESTE DANESI

ta para exonerar de responsabilidad al titular del derecho real, sino que además
aquel debe acreditar que hizo entrega de la posesión del a u t ~ m o t o r * ~ .
Enconclusión, el titular registral que realiza la denuncia deventa, seeximederes-
ponsabilidad respecto de los daños que ocasione el rodado a terceros. No debe exi-
girsele ni "más" (acreditaciónde la efectiva transmisión de la guarda) ni "menos"
(solo la prueba de la transmisiónde la guarda, sin necesidaddeden~nciadeventa)~~.

Jurisprudencia

1. Venta de automotor con entrega, pero sin inscripción


ni denuncia deventa en el registro

1 Para eximir de responsabilidadal transmitente, este debe acreditar haber realizado


la denuncia de venta. Y mientras aquel no la efectúe, su responsabilidad respecto del
tercero damnificado subsiste, a pesar de que en la causa demuestre haber realizado la
entrega del mismo con anterioridad, pues solo comprueba la existencia de la venta o
entrega al comprador. [Cám. Paz Letrada, 31/5/13, "lranzo de García, Rosa c. Peluc-
Maurín, Gastón y otross/Dañosy perjuicios", Infojus, 511500085641.

2 Corresponde atribuir responsabilidad por los daños derivados de un accidente de


tránsito al titular registral delvehículoembistente, que no tenía su guarda por haberlo
vendido pero no realizó la denuncia de venta, pues el carácter constitutivo de la ins-
cripción del automotor, consagrada en el decr.-ley6582I58, se desnaturalizaría si se ad-
niitiera la diferenciaciónentreunpropietario"real"yotro"formal", ignorandoel prin-
cipio de la traditio inscriptoria que singulariza la transferencia de dichos bienes. [CS
Mendoza, Sala 1, 26/5/10, "Urieta de Foschi, Ángela y otros c. Di Chiara, Fernando
Adrián", LLGran Cuyo, 2010 (septiembre), p. 751; DJ, ejemplar del 3111/10, p. 42; LL, On
Line, AWJU W27992I201O].

2. Vehículo transferido en un acuerdo judicial


sin denuncia deventa
3 El codemandadoes responsable por el accidente de tránsito que protagonizó un au-
tomotor que está registrado a su nombre, dado que, si bien alegó haberlo transferido
como parte de pago en un acuerdo homologado judicialmente, lo cierto es que no hi-
zo la denuncia de venta ante el registro, requisito ineludible según el art. 27 del régi-
men automotrizpara librarsede la responsabilidad que lecabeen tal carácter; a loque
sesuma queel art. 1113del CCestableciósimultáneamente la responsabilidad del pro-

24 Pizarro, La responsabilidaddel titular registralde un automotor en la actualjurispruden-


cia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, LL, 2005-F-1220.
25 Lloveras - Monjo, Responsabilidadpor daños de automotores. El valor de la denuncia de
venta, DJ, 2007-2-227,cit. en CNCiv., Sala A, 13/6/17, "Corral, Mónica Estelac. Mingoni, Jorge Daniel
y otross/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/38917/2017.
ACCIDENTES DE TRANSITO

pietario y la del guardián de la cosa, por lo que el damnificado puede dirigir su acción
indistintamente contra cualquierade ellos por el total de losdañosquesufrió. [CNCiv.,
Sala A, 13/6/17, "Corral, Mónica Estela c. Mingoni, Jorge Danielyotross/Dañosyperjui-
cios", LL, On Line, AWJUW38917/2017].

3. Responsabilidaddel titular registral que efectúa la denuncia deventa


pero luego lo vende a otra persona
4 Corresponde no hacer lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva inter-
puesta por el titular registral en un caso en el cual, varios años después de la denuncia
de venta, el propio titular de dominio del vehículo había concretado la venta del roda-
do a otra persona distinta de la que figuraba en aquella denuncia, sin participación de
esta última. [CNCiv., Sala A, 14/7/14, "Santucho, Gustavo L. c. Noguera, José E. y otro
s/Daños y perjuicios", expte. n025.334/05,votodeldoctor Li Rosi, www.scw.pjn.gov.ar].

4. Denunciade venta realizada luego de interpuestala demanda


5 Eltitular registral que realizó la denuncia d e con posterioridad a la notificación
de la demanda de daños derivada del accidente de tránsito que protagonizó el rodado
es responsable, en los mismostérminos que el conductor, por las consecuenciasderiva-
das del hecho dañoso, pues, antes de la comunicación al registro, no puede reputarse
que el adquirente es un tercero por el cual aquel no debe responder y tampoco puede
apuntarse que el automóvil fue usado contra su voluntad, máxime cuando tampoco
acreditó quién tenía la guarda jurídica del vehículo al momento del accidente. [CACC
6" Córdoba, 19111/14, "U.E.B. Sodas S.R.L. c. Manzano, Daniel Fernando y otro s/Ordi-
nario -daños y perj.- accidentes de tránsito -otras causas de remisión", LL, On Line,
AWJ UN56981/20141.

1 - La denuncia de venta realizada en forma incompleta


Se ha sostenido que la denuncia de venta por sí sola no opera el efecto previsto,
sino que se debe probar tal afirmación, que es materia propia e inexcusable del ám-
bito procesal. Así, el titular tiene que acreditar que efectivamente firmó y entregó
al adquirente la documentación exigida por la ley y que efectuó la tradi~ión*~.
Por su parte, la Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil ha resuel-
t o no eximir de responsabilidadal titular registral de unvehículo, por cuanto la de-
nuncia de venta la efectuó en forma deficiente ante el Registro Nacional de la Pro-
piedad del Automotor al no identificar a quien hizo la tradición de la cosa ni la fe-
cha en que la

26 Ghersi, Responsabilidaddel dueño del automotor, LL, 1984-D-1370;Trigo Represas, Exen-

ción de responsabilidaddel titular registraIdeldominiode un automotor después de la ley22.977,


LL, 2004-247.
27 CNCiv., Sala B, 30/9/04, "Livore Hnos. S.R.L. c. Vera, Juan C.", LL, ejemplar del 18/2/05, p. 7.
90 CECILIA CELESTE DANESI

La doctrina ha criticado ese pronunciamiento, por cuanto la exigencia de identi-


ficar al adquirente puede convertir en letra muerta la eximición de responsabilidad
del titular registral que inscribe la denuncia deventa. Afirma que nosiempreseven-
den losvehículosa una persona que está individualizada en el momento de concer-
tarse la ~peración*~.
Por nuestra parte, consideramos que al momento de realizarse la denuncia de
venta es requisito insoslayable que los datos del adquirente sean consignados en
,forma correcta y completa de modo tal que el sujeto pueda ser identificado. De lo
contrario, bastaría con que el titular registral comunique al registro que vendió el
rodado a "X" para desligarse de responsabilidady dejar a las posibles víctimas en
unasituación deabsoluta desprotecciónfrenteal dañocausado con el rodado.Ade-
más, si bien es cierto que no siempre se venden los vehículos a una persona que es-
tá individualizada en el momento de concertarse la operación, yeso agiliza el tráfi-
co comercial, no por ello puedequedar en una situación de incertidumbre la titula-
ridad registral delvehículo, que no es ni más ni menosque unode los llamadosa res-
ponder conforme la ley por los daños causados con la cosa riesgosa.

Jurisprudencia

1. Condena del titular registralcuando la denuncia de venta


fue realizada en forma deficiente
II Corresponde no eximir de responsabilidad al titular registral de un vehículo, por
cuanto la denuncia deventa la efectuóenforma deficienteante el Registro Nacionalde
la Propiedad del Automotor al no identificar a quien hizo la tradición de la cosa ni lafe-
cha en que la hizo. [CNCiv., Sala B, 30/9/04, "Livore Hnos. S.R.L. c. Vera, Juan C.", LL,
ejemplar del 18/2/05, p. 71.

2. Requisitos de la denuncia deventa: identificacióndel comprador


2 La denuncia de venta debe ser suficiente, es decir, debe estar identificada correcta-
mente la persona a la que se efectuó la tradición del rodado-con su nombre, su domi-
cilioysudocumentode identidad-, quien en adelanteserá responsable,en tantoguar-
dián, frente a la víctima del accidente. [CNCiv., Sala A, 11/3/10, "Pameli S. A. c. Mazza-
rella, José Luis s/Daños y perjuicios", L. no538.582, RCyS, 2010-VIII-1501.

2 - Transmisiones sucesivasy posteriores a la denuncia


de venta

La jurisprudencia ha abordado casos en los cuales se realiza la denuncia de ven-


ta, pero no se hace efectiva la transferencia y el vehículo es posteriormente objeto

Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 1, p. 732.


ACCIDENTES DE TRANSITO 91

desucesivasventas, sin cumplir en ningún caso ni con la comunicaciónal registro, ni


con la inscripcióncorrespondiente.
En primer lugar, consideramos que el titular registral no debe responder por
cuanto él respetó debidamente con el requisito de efectuar la denuncia deventa. El
problema se suscita con el sujeto que haya sido consignado como adquirente.
Al respecto, la Suprema Corte de Mendoza sostiene que el "poseedor registral"
para liberarse de responsabilidad, también debe efectuar la denuncia deventa ode
tradición. Sin embargo, no existe en la ley ningún indicio que nos permita presumir
tal mecanismo. El art. 27 se refiere exclusivamente, a/ utilizar el término "transmi-
tente", al titular registral y no a los sucesivos a d q u i r e n t e ~ ~ ~ .
En comentario a ese pronunciamiento, Pizarro señala que el denunciante que
transmite el automotor a un tercero y le entrega la posesión o tenencia, pierde el
poder de control, gobiernoydirección de la cosa y deja, también, deservirsedeella.
Entonces, no reviste la calidad de guardián (la transmitió al nuevo adquirente) ni
tampoco la de dueño, con lo cual, no existe norma que le permita mantener su res-
ponsa bilidad 30.
Areán, porsu parte, comparte ambas posturas. Enfatiza que estando inscripta la
denuncia de venta, queda eliminada la responsabilidad del titular registral, pero
ello es suficiente como para mantenerla en relación con el "denunciado", siendo
que hacía siete años que se había desprendido de la guarda del vehículo31.

6) Víctima con conocimiento del desprendimiento de la guarda


En este apartado, planteamoselsiguiente problema: la víctima tenía plenocono-
cimiento de que el dueño había transmitido la guarda y, a pesar de ello, lo demanda.
Con relación a este tema se expidió el Superior Tribunal de Justicia de la Provin-
cia de Corrientes que sostuvo que si la víctima sabía que ya antes del accidente el ti-
tular del automotor embistente se había desprendido de su guarda, no solo no es
razonable y justo sino, además, repugnante al principio de economía procesal de-
clarar, en esas condiciones, la responsabilidaddel dueño. Quien conoce la transfe-
rencia resulta que obtiene una condena que al que puedeconocer la transferencia
no le es posible obtener. Y tampoco acomodadoal principiode economía, ya quese
dilata, innecesariamente, la solución justa del asunto, al dejar todavía en pie la ac-
ción recursoria entre dueño y guardián32.

29 SCMendoza, Sala l,9/5/96, "Uriartede Rodríguez, Maríac. Díaz, Mauricio",JA, 1996-IV-235.


30 Pizarro, Responsabilidadcivil delguardián de un automotor, JA, 1996-IV-235.
31 Areán, Juicio poraccidentes de tránsito, 2012, t. 1, p. 729.
32 ST Corrientes, 12/2/03, "Sánchez, Ramón V. c. Fabialdo, Rodolfo A. y otros", LL, On Line,
30012158.
92 CECILIA CELESTE DANESI

Esa postura ha sido fuertemente criticada por la doctrina, aduciendo que-en-


tre otros motivos-, dentro del campo de la responsabilidadextracontractual, de-
rivada del acaecimiento de un hecho ilícito dañoso, no tienen cabida las reglas de la
buena fe, ni de la apariencia jurídica. Nada de estoseda cuando ocurre un hecho le-
sivo a partir de la circulaciónde los automotores, siendo pues indiferente el estado
de conocimiento que pudiera tener la víctima respecto de la situación extra-regis-
tral del vehículo33.
, Areán adhiere a lo resuelto por el Tribunal y disiente con la postura doctrinaria,
por cuanto alega que la buena fe no tiene su campo de acción circunscriptoa deter-
minadoscamposdelderechoyque noactúa de buena fe lavíctima que, a sabiendas
de que el titular registral se desprendió de la guarda, lo demanda, como tampoco,
el adquirente que no inscribe la tran~ferencia~~.
Por nuestra parte, consideramos que el quid de la cuestión no radica en la buena
omalafede lavíctima. La ley establece-antesyahora-la responsabilidaddeldue-
ñoyloguardián por el daño producido por la cosa riesgosa. El titular se exime cuan-
do comunica al registro la denuncia de venta (art. 27, decr.-ley 6582158)y no cuan-
do lavíctima toma conocimientodedichaventa por otro medio. El espíritu de la nor-
ma es amparar al damnificado. Si utilizamos el conocimiento de la víctima del des-
prendimiento de la guarda como eximente, también podría aplicarse cuando toma
ese conocimiento en la mediación o durante el proceso, en cuyos casos, no debiera
demandar al titular o desistir de la acción respecto de este.

Jurisprudencia

- Víctima con conocimiento del desprendimiento de la guarda

1 Si la víctima sabía que ya antes del accidente el titular del automotor embistentese
había desprendido de su guarda, no solo no es razonable y justo sino, además, repug-
nante al principio de economía procesal declarar, en esas condiciones, la responsabili-
dad del dueño. No es razonable ni justo, habida cuenta que quien conoce la transferen-
cia resulta que obtiene una condena que al que puede conocer la transferenciano le es
posible obtener. Y tampoco acomodado al principio de economía, ya que por vía del
destacadoexcesode rigojen los razonamientossedilata,innecesariamente,lasolución
justa del asunto, al dejartodavía en pie la acción recursoriaentredueñoyguardián. [ST
Corrientes, 12/2/03, "Sánchez, Ramón V. c. Fabialdo, Rodolfo A. y otros", LL, On Line,
300121581.

33 Méndez Sierra, Alcances de la responsabilidaddel titular registralque ha vendido su ve-


hículo, LLLitoral, 2004 (abril), 247; LL, On Line, ARIDOCl92212004,cit. por Areán, Juicioporacciden-
tes de tránsito, 2012, t. 1, p. 734.
34 Areán, Juicio poraccidentesde tránsito, 2012, t. 1, p. 735.
ACCIDENTES DE TRANSITO

c) Vehículo vendido a una concesionaria


sin transferencia

Frecuentemente, los vehículos son puestos a la venta en una concesionaria y se


firma entre el dueño y aquella un documento por el cual la concesionaria se hace
responsablede los daños que ocasione el vehículo o también, aveces, se suscribe un
boleto de compraventa.
La doctrina ha precisadoque, en los casos en los que la concesionaria recibe el ve-
hículo para ponerlo a la venta, esta no actúa como un simple intermediario, por
cuanto existe un interés propio en el negocio (v. gr., cobro de la comisión, etcétera).
Y si bien puede tomar recaudos a los efectos de la concreción de la posterior venta
del rodado (v. gr., "el certificad008")~asume una obligación tácita deseguridad, di-
rigida a la obtención de la inscripción registral a nombre del nuevo adquirente, que
no siempre se cumple en tiempo y forma, acarreando nuevos problemasy desafíos
jurídicos35.
El problema se presenta cuando el rodado protagoniza un accidentede tránsito
y está aún inscripto a nombre del particular.
En un recientefallo, se abordaron dos cuestiones interesantesentorno a este te-
ma. En el caso, se había probado que el automóvil iba a ser adquirido por uno de los
empleados de la concesionaria y, cuando se dirigía a asegurarlo, embistió a otro ro-
dado. Tanto el titular registra1como la concesionaria plantearon excepción de fal-
ta de legitimación pasiva.
El titular registral fundó su defensa en lo normado por el art. 1113, in fine del CC
yalegóqueel rodado habíasidovendidoa la concesionariafirmándose un boleto de
compraventay un anexo al contrato en el cual la concesionariase hacía responsable
frente a las consecuencias dañosas que pudiera producir el automóvil. Asimismo, en
dicho instrumento,se obligaba a inscribir el dominiodelvehículoen el Registrode la
PropiedadAutomotor y se prohibía su uso hasta tanto se cumpla con la inscripción.
El juez, luego de detallar la normativa aplicable, destacó que al imperar en nuestro
país un sistema constitutivo en materia de automotores, debía responder el titular
registralal momento del siniestro.Afirmóque "esa responsabilidadno cede por más
que se acredite mediante un boleto de compraventa que el automotor había sido
vendido pues, en virtud del sistema constitutivo vigente, la transferencia de domi-
nio opera con la inscripciónen el registro respectivo y no con el título y el modo, co-
mo supuestamente habría acaecido en la especie (véase constancias de fs. 587192).
Portal razón si noseacredita haber realizado la denuncia deventa prevista en el art.
27 de la ley22.977, que permite eximir de responsabilidada quien transfirióel auto-

35 Abreutde Begher, Transmisión dedominio delosautomotores, en "Revista deDerecho Pri-


vadoy Comunitario", n02009-2,p. 208.
94 CECILIA CELESTE DANESI

motor, es improcedente alegar la falta d e legitimación pasiva en una acción d e da-


ñosy perjuicios resultantes d e un accidente detránsito, con fundamento en que con
anterioridad al hecho el demandado había transferido la posesión del rodado y ca-
recía en ese momento d e la guarda jurídica y material del mismo" 36. ES decir que, el
dueño del rodado debió haber efectuado la comunicación pertinente en el registro
para eximirse d e r e ~ p o n s a b i l i d a d ~ ~ .
En el mismo fallo, se resolvió la falta d e legitimación pasiva interpuesta por la
, concesionaria, quien alegaba que únicamente debía responder el titular registral,
con lo cual, aseveraba q u e no se le podía endilgar responsabilidad alguna. El ma-
gistrado precisó que en la causa había quedado comprobado, conforme un dicta-
men pericia1 contable, q u e el rodado había sido vendido y q u e el día del accidente
el comprador se dirigía a asegurarlo. Por lo que, al haberse acreditado q u e al mo-
mentodel siniestro la concesionaria ya notenía la guarda-ni material ni jurídica-
delvehículo,esta nodebía responder. Aclaróque, el empleado "al momentodepro-
ducirse el hecho, conducía el rodado en calidad d e adquirente a fin d e llevarlo a ase-
gurar y no en ejercicio d e las tareas q u e desempeñaba en la empresa demandada,
como empleado d e esta", relación laboral q u e se tuvo por acreditada con lasdecla-
raciones testimoniales brindadas.
Ensuma, al comprobarseque la concesionaria notenía la guarda del rodadoyque
el empleado conducía el auto en carácter d e compradory no d e empleado d e aque-
lla, lo q u e impedía la aplicación d e la responsabilidad del principal por el hecho del
d e ~ e n d i e n t ese~ admitió
~, la excepción d e falta d e legitimación pasiva39.
Compartimosen su totalidad la resolución adoptada en amboscasos, puestoque
se ajusta al sistema legal vigente en materia d e automotores. Además, esa solución
resulta acorde a las nuevas prerrogativas del Código unificado.

36 JNC laInst.n041,51211 5, "Hohmann, FedericoGustavoc.Gerón, JorgeOmars/Dañosy per-


juicios (expte. n048.725/2007)",confirmada el 14/12/15 por la Sala I de la CNCiv.
37 Además de ello, el contrato celebrado entre el particulary la concesionaria no le esoponi-
ble a la víctima y, menos aún, puede modificar las normas imperantes en materia de responsabili-
dad. En su caso, le servirá al particular para una acción posterior de repetición.
38 La responsabilidad del principal por el hecho del dependiente se encuentra regulada en el
art. 1753 del CCCN que establece: "Elprincipal responde objetivamente por los daños que causen
los que están bajo su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus
obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de las funciones encomen-
dadas.
La falta de discernimiento deldependiente no excusa al principal.
La responsabilidad delprincipales concurrente con la deldependiente".
39 ídem anterior.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Responsabilidaddel titular registra1que vendió a una concesionaria


un rodado, firmó boleto de compraventa
y un contrato de asunción de responsabilidadpor parte de aquella

1 Si no se acredita haber realizado la denuncia deventa prevista en el art. 27 de la ley


22.977, que permite eximir de responsabilidad a quien transfirió el automotor, es im-
procedentealegar la falta de legitimación pasiva en unaaccióndedañosyperjuiciosre-
sultantes de un accidentede tránsito producido por un rÓdado que habia sido dejado a
la venta en una concesionaria, confundamentoen que con anterioridad al hechoel de-
mandado habia transferido la posesióndel rodado a aquella y carecía en ese momento
de la guarda jurídica y material del mismo. Ello, a pesar de que se haya suscripto un bo-
leto de compraventa entre el dueño y la agencia de autos y que esta había asumido la
responsabilidad por los daños que produzca el mismo. [JNC n041, 5/21 5, "Hohmann,
Federico Gustavo c. Gerón, Jorge Omar s1Daños y perjuicios (expte. no48.725/2007)",
confirmada el 14/12/15 por la Sala I de la CNCiv.].

2. Eximición de responsabilidadde la concesionaria


por daño causado por un automóvil
que había sido puesto a la venta en la agencia
2 De las constanciasrecabadas a lo largo de la causa, se desprendeque al momento del
accidente Autos del Sur S.A. (concesionariaque tenía a la venta el rodado) ya no tenía
la guarda-ni material ni jurídica-del Ford Focus debido a que lo había enajenado a
uno de sus empleados, quien al momento de producirse el hecho, conducía el vehículo
en calidad de adquirente a fin de llevarlo a asegurar y no en ejercicio de las tareas que
desempeñaba en la empresa demandada. Así las cosas, no se le puede endilgar respon-
sabilidada Autosdel Sur S.A. en lostérminosde losarts.43~1113, primera parte del CC,
es decir, lo que la doctrina define como responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente, en tanto, comosedijo, debe entenderseque el conductor utilizaba el au-
to en carácter de comprador y no de empleado de aquella. En consecuencia, dado que
Autos del Sur S.A. no era dueño ni guardián del Ford Focus, la excepción de falta de le-
gitimación pasivaseráadmitida. [JNCn041,5/21 5, "Hohmann, FedericoGustavoc,Ge-
rón, Jorge Omar slDaños y perjuicios (expte. no48.725/2007)", confirmada el 14/12/15
por la Sala I de la CNCiv.].

d) Automóvil O Km sin inscribir

Resulta normal que una concesionaria no entregue el vehículo O km sin que esté
debidamente inscriptoen el Registro de la PropiedadAutomotor a nombredel com-
prador. Generalmente, ofrecen gestores que, a cambio de una suma de dinero, rea-
lizan el trámite de inscripción o bien, puede efectuarlo el adquirente en forma per-
sonal y recién podrá retirarlo de la concesionaria una vez que cuente con toda la do-
cumentación correspondientey con la patente.
96 CECILIA CELESTE DANESI

No obstante ello, puede ocurrir que el vehículo sea entregado, produzca un da-
ño y no se encuentre inscripto en el registro. En ese caso, al no haber inscripción, no
hay cosa mueble registral. Entonces, si bien no se aplica el régimenjurídico automo-
tor, la cuestión debe resolverse conforme las disposiciones del Código Civil y Comer-
cial sobre la responsabilidad por el riesgo ovicio de la cosa.
Antes de la puesta en vigencia del Código unificado, la jurisprudencia tuvo la po-
sibilidad deexpedirse al respecto. Señalóque, al noestar la cosa sometida al régimen
especial, la propiedad deberá juzgarseconforme las normas del Código Civil y el do-
minio permanecerá encabeza de la concesionaria, el importadoryloel fabricante40.

Jurisprudencia

- Responsabilidadde la concesionaria
1 El concesionarioo el importador son los dueños del vehículo mientras no se efectúe
la primera inscripción registra1del automotor O km enajenado, aunque no esté inscrip-
toa su nombre, porque para ellos no existe la obligación de inscribir. Además, porque:
a) la solución de los casos concretosdebe optimizar y maximizar la interpretación a tra-
vésde la normativa específica (decr. 6582); b) dicha normativa se dictó para generarse-
guridad jurídica, ya que el art. 2412 del CCes absolutamente insuficiente para resolver
la cuestión de la titularidad; y c) una cosa que está en el comercio tiene que tener un
propietario, y mientras no se inscriba a su nombre, el comprador no adquiere el domi-
nio. Por consiguiente, aquella es responsable por los dañoscausadoscon un automotor
O km anteriormentevendido, en un accidente producidodespuésdela venta-en el ca-
so, un año ydiez mesesdespués-yantesde la inscripción en el Registrodel Automotor
a nombredeladquirente. [SCMendoza, Sala 1,13/6/01, "Sánchez, Joséc.Germano,Car-
melo y Automotores General San Martín S.A.", LL, On Line, AWJUW64/2001].

5 9. Responsabilidadconcurrente del dueño o guardián


Cuando los daños son ocasionados por el riesgo o vicio de las cosas, como ocurre
en los accidentes de tránsito, se trata de una responsabilidadpersonal del dueño o
guardián frente a la víctima, puesto que el fundamentode la imputación reposa en
un factor objetivo que es el riesgo creado que los responsabiliza por haber utiliza-
do una cosa riesgosa.
Como hemos señalado precedentemente, puede suceder que el dueño sea una
persona distinta del guardián; y esos casos, han generado controversias en cuanto
a la forma en que responde cada uno.

40 SC Mendoza, Sala 1,13/6/01, "Sánchez, José c. Germano, Carmelo y Automotores Gral. San
Martín S.A.", LLGranCuyo, 2001-783;JA, 2003-1-396;CACC Rosario, Sala 11,2/11/99, "Kurtz, Roberto
E. c. Fessler, Rodolfo", LLLitoral, 2000-983.
Para un sector minoritario, la responsabilidadimputable a título de riesgo es al-
ternativa, es decir, responde o uno u otro. En cambio, el grupo con mayor auspicio
doctrinario, determina que la obligación del dueño y del guardián es concurrente,
toda vez que se trata de dos relacionesjurídicasdistintas pero conexas, que presen-
tan identidad de acreedor y de objeto, aunque diversidadde causa fuente y de deu-
dor. Por ello, lavíctima podrá accionar contra cualquiera deellosoambosa lavez4I.
Y precisamenteesaes la postura que adoptó-con acierto-el nuevo Código. El
texto del art. 1758 es sumamente claro: "El dueño y ~lguardián son responsables
concurrentes del daño causado por las cosas ...".
La regulación de lasobligacionesde sujeto plural en el texto unificado ha perse-
guido el objetivo de hacer más claras las reglasy los conceptos.Atales fines, se divi-
den en simplementemancomunadas,solidariasyconcurrentes. Se introduce una re-
gulación de las obligaciones concurrentes, que tienen amplia aplicación en la prác-
tica jurisprudencial. Estas son aquellas en las que varios deudores deben el mismo
objeto en razón de causas diferentes, lo cual las diferencia claramente de las soli-
d a r i a ~Es~ decir,
~ . poseen identidad de acreedor y de objeto, aunque diversidad de
causa y de deudor43(art. 850yss.).
En lossupuestos de obligaciones concurrentes (también llamadasconexas, indis-
tintas o convergentes), el acreedor tiene derecho a requerir el pago a uno, a varios o
a todos loscodeudores, simultánea osucesivamentey, si uno de los deudores realiza
el pago, extingue la obligación de los otros obligados concurrentes. En el caso que
unode losdeudoresconcurrentescelebreunatransacción, dación en pago, novación
o compensación, que satisfaga íntegramente el interés del acreedor, extingue la
obligaciónde losotrosobligadosconcurrentesola extinguen parcialmenteen la me-
dida de lo satisfecho. Si existe confusión entre el acreedor y unode los deudores con-
currentes, la renuncia al crédito a favor de uno de losdeudores no extingue la deuda
de losotrosobIigadosconcurrentes;lo mismoocurrecon la prescripción, la interrup-
ción, la suspensión y la mora respecto de los restantes, es decir, no producen efectos
expansivos. Asimismo, la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada dictada
contra uno de los codeudores no es oponible a los demás, pero estos pueden invo-
carla cuando no se funda en circunstancias personales del codeudor demandado y,
la acción de contribución del deudor que paga la deuda contra los otros obligados
concurrentes, se rige por las relaciones causales que originan la concurrencia.

41 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2010, t. 1, ps. 463 y464.


42 Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial, disponible al 12/6/16 en
www.nuevocodigocivi1.comlwp-contentluploads/20 1510215-Fundamentos-del-Proyecto.@
43 Calvo Costa, Obligacionessolidariasyobligacionesconcurrentes:similitudesydiferencias,
LL, On Line, AWDOCll146/2010.
98 CECILIA CELESTE DANESI

Enforma subsidiaria, seaplicarán lasdisposiciones relativasa lasobligacionesso-


lidarias.

5 1O. Tomador del seguro


En algunos esporádicos casos, la demanda de daños y perjuicios es dirigida con-
tra el sujeto que celebró el contrato de seguro obligatorio. La jurisprudencia ha se-
, ñalado que mal puede imputársele responsabilidad al tomador del seguro, ya que
el art. 1113del CC(vigentea1 momentode los hechos)contemplabacomo únicossu-
jetos pasivos al dueño y10 guardián de la cosa, mas n o a aquel4?
La normativa introducida en el texto unificado n o contempla la responsabilidad
del tomador del seguro, sino la del dueñooguardián en lossupuestosdedañoscau-
sados por las cosas riesgosas (arts. 1758 y 1769, CCCN), con l o cual, aquel no es res-
ponsable por aquellos menoscabos, en tanto n o sea el dueño o guardián.
En el plano procesal, la Cámara Civil dictó el plenario "Irago" donde sentó la si-
guiente doctrina: "para condenar a la aseguradora en los términos del art. 118 de
la ley 17.418, n o es menester integrar la Iitiscon quien ha contratado el seguro, pues
basta haberlo hecho con quien conducía el rodado con su a u t ~ r i z a c i ó n " ~ ~ .

Jurisprudencia

1. Rechazo de demanda respecto del tomador del seguro


1 Al no ser quien lo conducía al momento del accidente, ni su propietario, la sola cali-
dad de tomador del seguro que cubría el vehículo, no lo transforma en responsable de
losdaños. [CNCiv., Sala A, 3015112,"Mora, María Alejandra y otroc. Reynoso, Dardo Ru-
bén y otros s1Daños y perjuicios", RCyS, 2012-Vlll-233; DI, ejemplar del 14111/12, p. 85;
LL, On Line, AWJUW25175/2012].

2 En el casodev. F., nose ha probadoque fuera dueñooguardiándelvehículodeman-


dadoo lo condujera al momentodel siniestro. Motivo por el cual, la circunstancia de re-
sultartomadorde la póliza deseguros, lo obliga frentea la aseguradora, pero no locon-
vierte en responsable frente al damnificado. En ese sentido, tiene dicho esta Sala que
una de las empresasera legitimada pasiva en el pleito porque era la sociedad que había
asegurado el vehículo y debía ser citada (arg. art. 118, ley 17.418). Dado este entrama-
do intersocietario, al ser la empresa que contratara el seguro conlleva su legitimación
pasiva, pero no a su responsabilidad. [CNCiv., Sala L, 7/2/17, "A. M. c. W. P. M. y otros
slDañosy perjuicios (acc. tran. dles. o muerte)", expte. no15.257/10].

44 CNCiv., Sala E, 18/9/08, "Morales, Julio Martíny otroc. Benabidez, Cinthia Deniseyotros",
LL, 2008-F-43; LL, On Line, AR/JUR/8072/2008.
45 CNECC, en pleno, 14/12/84, "lrago, Armando Ramón c. Cabrera, AntoniosIDaños y perjui-
cios", SAIJ, FA84140002.
ACCIDENTES DE TRANSITO

2. Sujetos que pueden contratar el seguro


3 No es indispensableque el seguro de responsabilidad civil que cubre el riesgo de da-
ños a producirse con el empleo de un automotor deba ser contratado por su dueño o
guardián, sino que también puede serlo por un tercero, es decir, quien no ostenta nin-
gunadeesascalidadesyque,comotomador,seobligacontractualmentefrentea la ase-
guradora, por ejemplo, al pago de las primas. Y ello no significa que por el solo hecho
de ser parte con el alcance indicado en el contrato de seguro, se convierta en responsa-
blefrente a quien resulte damnificado por un hecho acaecido durante la vigencia del
seguroen el quetenga intervención el automotor, sea deja cosa ocon la cosa, por el que
quedan extracontractualmente obligados su dueño o guardián en los términos del
1113del CC. [CNCiv., Sala E, 18/9/08, "Morales, Julio Martinyotroc. Benabidez,Cinthia
Denise y otros", LL, 2008-F-43; LL, On Line, AR/JUR/8072/2008).

3. Responsabilidady legitimación procesal del tomador


4 Por las particularidadesde la conexión societaria o personal existente entre Plaza y
Mayo (esta era la tomadora del seguro sobre el vehículo de la primera), esta sociedad
comercial es legitimada pasiva aun cuando Mayo no resulta ser "obligada", en el senti-
do de obligada sustancial, porque no es el obligado a responder por daños porque no
infringió-relativoa esteactor-el deber genéricode nodañar. La circunstancia de que
se haya interpretadoque es innecesaria la integración de la Iitiscon el asegurado cuan-
do se lleva a pleito al conductor autorizado (criterio adoptado por el fallo plenario "Ira-
goU)ennada cambia la situación procesal de la tomadora. Entiendoasíque fue bien de-
mandada por la exigencia legal, aunque no con el alcance que pretendiera el actory rei-
terara en alzada. Por tanto, votaré por revocar también la sentencia en la medida en
que admitiera la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por Mayo. [CNCiv.,
Sala L, 712117, "A. M. c. W. P. M. y otros s/Daños y perjuicios(acc. tran. dles. o muerte)",
expte. no15.257/10].

5 Para condenar a la aseguradora en los términos del art. 118 de la ley 17.418, no es
menester integrar la litisconquien ha contratadoel seguro, pues basta haberlo hecho
con quien conducía el rodadocon su autorización. [CNECC, enpleno, 14/12/84, "Irago,
Armando Ramón c. Cabrera, Antonio s/Daños y perjuicios", SAII, FA84140002].

5 11. Automotor objeto de un contrato de «leasing»


En el contrato de leasing un sujeto, denominado dador, conviene transferir a
otro sujeto (tomador), la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y go-
ce, contra el pago de un canon. A su vez, le confiere una opción de compra por un
precio (art. 1227, CCCN).
La cuestión relativa a la responsabilidaddel dador y del tomador de un contrato
de leasing ha suscitado distintas opiniones doctrinarias.
El proyecto del Código, también luego de arduos debates, adoptó la responsabi-
lidad por el hecho de las cosas respecto del tomador. Regulaba que el dador del lea-
singdebía contratar un seguro que cubra contra los riesgos ordinarios de responsa-
100 CECILIA CELESTE DANESI

bilidad civil que puedan causar los bienes objeto del contrato. El damnificado tenía
acción directa contra el asegurador, en los términos del contrato de seguro y, el da-
dor, era responsable únicamenteen los casos que no había contratado este seguro.
La ley24.441establecía que la responsabilidadobjetiva del dador emergentedel
art. 1113 del CCse limitaba al valor de la cosa entregada en leasing, cuyo riesgo ovi-
cio fuere la causa del daño si el dador o el tomador no hubieran podido razonable-
mente asegurarlo y sin perjuicio de la responsabilidaddel tomador. Dos eran las ob-
,jeciones que se le efectuaban a esa disposición. Unos favorecían la posición del da-
dorydel desarrollo del contratocomo garantía. Sosteníanque lo más razonablepa-
ra el funcionamiento del leasing era disponer quesolamente responde el tomador
en su calidad de guardián de la cosa, liberando al propietario. Los que defendían al
tercero dañado criticaron duramente esta limitación como arbitraria.
Por su parte, el derogado art. 17 de la ley 25.248 disponía que la responsabilidad
objetiva emergente del art. 1113 del CC recae exclusivamente sobre el tomador o
guardián de las cosas dadas en leasing.
En ese contexto es que la Comisión Redactora buscó un equilibrio entre el de-
recho de lasvíctimasal resarcimiento y la necesidad de viabilizar este tipo de con-
trato~~~.
Noobstanteello, el artículooriginario fue reformado. La norma envigencia que-
dó redactada de la siguiente manera: "La responsabilidadobjetiva emergente del
art. 7 757 recae exclusivamente sobre el tomador o guardián de las cosas dadas en
leasing" (art. 1243, CCCN).
Como podemos observar, la norma prevé el supuesto de responsabilidadobjeti-
va contenido en el art. 1757 del CCCN, que regula los daños causados por el riesgo o
vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su natura-
leza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización. En esos ca-
sos, no son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la rea-
lización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.También,
se hace extensiva la responsabilidadal guardián, en los mismos términos que el art.
1758 del cuerpo normativo mencionado.
Se ha interpretado que si bien la norma constituye una clara limitación de la res-
ponsabilidad objetiva del dador, esta puede relativizarse, ya que es posible que el
dador pueda contratar un seguro sobre la cosa por los eventuales daños a terceros,
cuyo costo integrará la prima dentro del canon que abonará el tomador (arts. 1229
y 1238, CCCN). En este caso, responderá el dador también en forma objetiva4'.

46 Disponible al 1/5/16 en www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploadsl2Ol5lO2/5-Fun-


damentos-del-Proyecto.pdf.
47 Arnillas, en Código Civily Comercialdela Nación comentado, t. III, p. 623, en www.saij.gob.
arldocs-flcodigo-comentadolCCyC~TOMO~33FINALL~ompIetoOdigitaI.pdfI disponible al 10110116.
ACCIDENTES DE TRANSITO 101

El Digesto de NormasTécnico-Registrales del Registro Nacional de la Propiedad


del Automotor establece en su art. 2" del Título II (Capítulo XVII) que la inscripción
del contrato de leasing corresponderá siempre que el dador sea el titular registra1y
se mantendrá por un plazo de diez años contados desde su inscripción. Antes de su
vencimiento podrá renovarse la inscripciónasolicitud del dador medianteel usode
una Solicitud Tipo "02" o por orden judicial. El inc. e) del artículo siguiente prescri-
be que "la inscripcióndel contrato de leasing no impide la inscripciónde una trans-
ferencia a favor de un tercero, ni la de prenda, embat-gou otras medidas judiciales
respecto del titular. En forma previa a la inscripción de una transferencia o de una
prenda, el peticionario deberá acreditar mediante la presentaciónde la copia de la
carta documento emitida por el Correo, que se comunicó el acto a inscribir al toma-
dor del l e a ~ i n g " ~ ~ .

Jurisprudencia

1. Aplicación de la nueva ley (aunque el hecho era anterior)


1 Cabe aplicar la ley vigentesobrecontrato de leasing, y no la vigente al momento de
celebrarse el mismo, si la parte actora consintió la aplicación de esa ley. Por tanto, co-
rrespondedeclarar la falta de legitimación del Banco Central, cesionario del contrato
de leasing de un automotor, opuesta en un juicio por accidente de tránsito acaecido
antes de la entrada en vigencia de la ley 25.248. [CNCiv., Sala DI 5/9/08, ED, 232-3271.

2. Sujetos responsablesbajo la vigencia de la ley24.441


2 Resulta improcedente responsabilizar al banco dador, y titular del dominio, por los
daños derivados de un accidente de tránsito en el cual intervino el vehículo objeto del
contrato de leasing celebrado durante la vigencia de la ley 24.441, pues, visto que el
accidente se produjo con posterioridad a la sanción de la ley 25.248, es aplicable al ca-
so lo previstoen el art. 17 de la citada norma en cuantodisponeque la responsabilidad
objetiva del art. 1113 del CCrecae exclusivamente sobre el tomador o guardián de las
cosas dadas en leasing. [CACC Rosario, Sala IV, 28/3/07, "Silva, Jacinto y ot. c. Tessaro,
Cristian y otro", LLLitoral, 2007 (diciembre), 1238; LL, On Line, ARIJUR/2107/2007].

5 12. Estado nacional


El Estado nacional posee una regulación propia que es ajena al resto de las per-
sonas físicas y jurídicas. El texto unificado prevé en el art. 1764 del CCCN que: "Las
disposiciones del Capítulo 7 de este Título n o son aplicables a la responsabilidad del
Estado de manera directa nisubsidiaria" y, en el artículo siguiente, prescribe que:

48 Digestode NormasTécnico-registrales del Registro Nacional de la Propiedad del Automo-


tor, disponibleal 11/2/18en www.dnrpa.gov.arldigestoldigesto.htm.
102 CECILIA CELESTE DANESI

"la responsabilidaddel Estadose rige por las normasyprincipiosdel derecho admi-


nistrativo nacional0 localsegún corresponda". Como podemos advertir, el Código
es sumamente categórico y además, ello es refrendado por el art. 1O de ley 26.944,
que es la que regula la responsabilidadestatal.
En primer lugar, debemos señalar que esa ley solo rige los casos en los que el da-
ño haya sido ocasionado por autoridades nacionales; quedando excluidas las pro-
vincias, municipios, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, salvo que opten por ad-
herirse.
Pues bien, la normativa bajo análisis establece en su art. lo que la responsabili-
dad del Estado es objetiva y directa. El antecedente de la norma reposa en el fallo
"Vadell", en el cual, se estableció la responsabilidadobjetiva y directa por actividad
administrativa ilegítima (falta de servicio), con fundamento en el -por aquel en-
toncesvigente-art. 1112 del CC.
Al tratarse de un supuesto de responsabilidad objetiva, lógicamente las exi-
mentesson: a) los daños y perjuiciosque se deriven de casos fortuitos o fuerza ma-
yor, salvoquesean asumidos por el Estadoexpresamentepor ley especial, y b) cuan-
do el daño se produjo por el hecho de la víctima o de un tercero por quien el Estado
no debe responder (art. 2O, ley26.944). Nóteseque el artículo no exige que el hecho
del tercero por quien el Estado no debe responderdeba reunir loscaracteresdelca-
so fortuito, como sí lo exige el art. 1731 del nuevo Código.
Luego, la ley 26.944 se encarga de regular la responsabilidaddel Estado por ac-
tividad legítima e ilegítima. El primer supuesto, es aquella que se suscita debido a
una actuación estatal que no se aparte de la regularidad en la prestacióndel servi-
cio o del ejercicio de la función pública, y con ese obrar público se causan perjuicios
especialesyanormalesa un particular, a quien se le impone un sacrificiosuperior del
que resulta exigible a las restantes personas en virtud de la vida en comunidad49.
En su art. 4" establece los requisitos para que se configure la responsabilidad del
Estado por actividad legítima: a) Daño cierto y actual, debidamente acreditado por
quien lo invoca y mensurableen dinero; b) lmputabilidad material de la actividad a
un órgano estatal; c) Relación de causalidad directa, inmediata y exclusiva entre la
actividad estatal y el daño; d) Ausencia de deber jurídico de soportar el daño; e) Sa-
crificio especial en la persona dañada, diferenciado del que sufre el resto de la co-
munidad, configurado por la afectación de un derecho adquirido.
Asimismo, ensuart. 5Ola ley mencionadaprescribeque: "La responsabilidaddel
Estadopor actividad legítima es de carácter excepcional. En ningún caso procede la
reparacióndellucro cesante. La indemnización de la responsabilidaddelEstadopor
actividad legítima comprende el valor objetivo del bieny los daños que sean conse-

49 Galli Basualdo, Código Civily Comercialde la Nación, analizado, comparadoyconcordado,


201 5, p. 127.
cuencia directa e inmediata de la actividaddesplegadapor la autoridadpública, sin
que se tomen en cuenta circunstanciasde carácterpersonal, valores afectivosniga-
nanciashipotéticas.
Los daños causados por la actividadjudicial legítima del Estado no generan de-
recho a indemnización".
Como podemos advertir, la responsabilidad estatal y el alcance de la reparación,
se encuentra totalmente limitada en comparación con cualquier otro sujeto. Vemos
una clara confrontación con el principio de reparaciónplena (art. 1740, CCCN), al im-
pedir la indemnizacióndel lucro cesante. Además, se contrapone con los preceden-
tesde la Corte Suprema de Justicia de la Nacióncomo: "El Jacarandá S.A. c. Estado Na-
cional" del 28/7/05, "Zonas Francas Santa Cruz" (916109, CSdN-Fallos, 332:1367) y
"Malma Trading S.R.L." del 15/5/14.
En lo que respecta a la actividad o inactividad ilegítima, el art. 3' prevé que:
'l... a) Daño cierto debidamente acreditado por quien lo invocaymensurable en di-
nero; b) lmputabilidad material de la actividad o inactividad a un órgano estatal;
c) Relación de causalidad adecuada entre la actividad o inactividad del órgano y el
daño cuya reparaciónsepersigue; d) Falta deservicio consistente en una actuación
u omisión irregular de parte del Estado; la omisión solo genera responsabilidad
cuando se verifica la inobservancia de un deber normativo de actuación expreso y
determinado".
Tal comosostiene la doctrina, la falta de servicio es el factor de atribución que en
forma genérica tipifica la responsabilidaddel Estado por actividad ilegítima y con-
siste en el incumplimiento de obligaciones existentes de parte de un órgano del Es-
tado. Conforme a la clásica tripartición, puede producirsepor el mal funcionamien-
to, funcionamiento defectuoso o la falta total del f u n c i ~ n a m i e n t o ~ ~ .
No obstante ello, en algunoscasosse utilizaron otros factores de atribución de la
responsabilidad,como el riesgo o el error judicial5'. En lo que aquí concierne, la teo-
ría del riesgo creado, ahora regulada en el art. 1757yss. del CCCN, fue el basamento
para condenar al Estado. Entre algunos casos podemos citar: la circulación y el ma-
nejo de automotores oficiales, el mal estado de las aceras, calles y rutas, los baches,
pozos, excavaciones, levantamiento pronunciado de la carpeta asfáltica, los montí-
culos que afectan la circulación sin estar debidamente señalizados, los adoquines
sueltos en la calzada, los obstáculosen la vía pública, las tapas de desagües pluviales

50 Galli Basualdo, Código Civily Comercialde la Nación, analizado, comparadoyconcordado,


2015, p. 118.
51 Cassagne,Reflexionessobre los factoresdeatribución en la responsabilidad delestado por

la actividad de la administración, en www.cassagne.com.arlpublicacioneslReflexione~obre~los~


factores~de~atribucion~en~la~responsab~do_por~la~actividad~de~la~Adminis-
tracion-.pdf, disponible al 2012118.
104 CECILIA CELESTE DANESI

y alcantarillas faltantes o en mal estado, las aperturas de zanjas efectuadas por em-
presas concesionariasde servicios públicos, etcétera52.

Jurisprudencia

1. Ley aplicableal Estado nacional


1 El límite temporal de aplicación de la ley (art. 7O, CCCN), en principio, inhibe ingresar
, en el análisis del régimen de la responsabilidad del Estado a partir de la entrada en vi-
genciadelCódigoCivilyComercial(1/8/15), auncuandosídeba mencionarque,másallá
de que dicho régimen no se encuentre comprendido en este cuerpo legal (arts. 1764y
1765), ellonosignificaquesegenereensufavorunaespeciedeindemnidad, niquepue-
da cercenarse el principio de reparación plena, ya que ello implicaría atentar contra
principios indiscutiblemente reconocidos por la Constitución Nacional como el de la
"igualdad ante la ley" (art. 16)yelde la "legalidad" (arts. 14,16,17,18y19)ycontratra-
tados internacionalesque integran nuestro bloque constitucional (art. 75, inc. 22) co-
mo la Convención Americana sobre Derechos Humanos. [CACCMPT 4" Mendoza,
20110/15, "Quiroga Gulino, Ana Laura c. Municipalidad de Godoy Cruz slDaños y per-
juicios", disponibleal 15111/16 en www.nuevocodigocivil.com/accidentes-de-transito-
en-el-nuevo-codigo-civil-y-comercial-el-estado-igua1mente-continua-respondiendo-
plenamented.

2. Condena al Estado nacional


2 Debe responsabilizarsealEstado Nacionalpor los daños yperjuicios ocasionados por
la muerte de una persona, producida por el choque de un ómnibusque lotransportaba
con un tanque de guerra que circulaba por la vía pública debido al levantamiento de
fuerzas armadas sediciosas, ya que este no pudo probar que el alzamiento le era impo-
sible de predecir y que había adoptado todas las acciones de inteligencia preventiva pa-
raqueel motínnodañara niperjudicaraa ciudadanoscomunescumpliendo,deesta ma-
nera,con laobligación naturalyesencialdebrindarseguridad. [CNCiv.,Sala B, 16111/06,
"Torres, Horacio J. c. MicroómnibusNorte L. 60", LL, On Line, AWJUW8868120061.

3. Rechazo de la demanda indemnizatoria respecto


de una empresa estatal
3 Corresponde desestimar la pretensión resarcitoria esgrimida por los padres de la víc-
tima fatal de la colisión entre un ómnibus y un vehículo de guerra, respecto de la em-

52 Perrino, "La responsabilidaddel Estado ocasionada por el riesgo o vicio de las cosas", en

AA.W., Organizaciónadministrativa, función pública y dominio público, 2004, p. 503; López Me-
sa, La doctrina delriesgocreadoysuposibilidaddeaplicación alEstado, en "REDA", no27/29, p.435
yss., cits. por Galli Basualdo, Código Civily Comercialdela Nación, analizado, comparadoyconcor-
dado, 2015, p. 121.
ACCIDENTES DE TRANSITO 105

presa estatal propietaria del tanque que participó en el choque, ya que, con relación a
esta, se trató de un hecho que no pudo evitarse-en el caso, una fuerza militar doble-
gó a la guardia, llevándose losvehículosbélicos-, quedando la inevitabilidad del suce-
so referida a los medios empleados para impedir o resistir la agresión, al contar la em-
presa estatal con custodia eficaz para repeler a la delincuencia común, mas no para en-
frentar a una fuerza sediciosa desplegada y pertrechadacomo para una batalla. [CN-
Civ., Sala B, 16111/06, "Torres, Horacio J. c. Microómnibus Norte L. 60", LL, On Line, ARI
J URI8868/2006].

4. Admisión del lucro cesante


4 Tratándose del daño causado por un acto administrativo dictado por razones de in-
terésgeneral, no hay, en prin~ipio~fundamentopara limitar la reparaciónaldañoemer-
gente con exclusión del lucro cesante -en el caso, se rechaza el reclamo por falta de
prueba del daño-, esto es, de las ventajas económicas esperadas de acuerdo a proba-
bilidades objetivas estrictamente comprobadas. [CSJN, 28/7/05, "El Jacarandá S.A. c.
Estado Nacional", CSIN-Fallos, 328:2654; LL, On Line, ARIJURI3956/2005].

5. Accidente de tránsito: falta de servicio


5 El Estado nacional es responsable por losdañosyperjuiciosderivadosdela muerte de
un consultor contratado durante el viaje en el que acompañaba a la comitiva oficial del
canciller argentino (art. 1112, CC), en tanto aquel incurrió en una falta de servicio debi-
do a que las personas que protagonizaron el accidente-conductor, primer secretario
de la Embajada y el causante-se encontraban en ejercicio defunciones, ya queforma-
ban parte de esa comitiva. El automóvil accidentado estaba afectado comovehículode
apoyo y el funcionario estatal no conducía el vehículo en condicionesadecuadas -ya
que este circulaba a una velocidad excesiva que no le permitió realizar la maniobra ade-
cuada frente al cruce de un animal-, acreditándose el daño cierto sufrido por los acto-
res a raíz del fallecimiento del causante y la relación de causalidad adecuada entre la
conducta estatal impugnada y el daño cuya reparación se persigue. [CSJN, 17/8/10,
"Morrow de Albanesi, Viviana María y otros c. Estado Nacional - Ministerio de Relacio-
nes Ext., Comercio Internacionaly Culto", RCyS, 2010-IX-136; LL, ejemplar del 13/9/10, p.
12; DI, ejemplardel 5/1/11, p. 25; LL, On Line, ARIJURI41946/2010].

5 13. Inteligenciaartificial: vehículos


autónomos (sin conductor)
Losvehículosautónomosconstituyenenla actualidad unadelaspruebasmásaca-
badas del avance tecnológico. Son módulos eléctricos capaces d e transportar a per-
sonas o cosas sin conductor. Es decir, la inteligencia artificial con la q u e están equipa-
dos es capaz d e conducir percibiendo el entorno y tomando decisiones al igual q u e
lo haría un humano. Dado lo novedoso d e esta temática, decidimosdedicar el tercer
apartado d e esta obra a las nuevas tendencias, donde abordaremos esta interesan-
t e cuestión.
CECILIA CELESTE DANESI

3 14. Aplicaciones de transporte de pasajeros


a) Introducción

Dentrode los beneficiosque trae la tecnología, encontramos un mundo de apli-


caciones que si bien, muchas veces facilitan la vida de las personas acercando pro-
ductos~servicios, el enorme vacío legal existente en torno a su regulación acarrea
serios problemas.
Uber es una plataforma que favorece a los usuarios por su bajo coste en el trans-
porte de pasajeros, en comparacióncon el taxi o el remise, pero también traeconsi-
derables inconvenientescon los conductores de aquellos.
En lo que aquí nos concierne, abordaremos la cuestión relativa a Uber (y a otras
aplicaciones similares), desde dos ópticas. Primero, en el caso que un conductor de
Uber sufra un daño, ¿puedereclamar en concepto de lucro cesante?Segundo, ires-
ponde Uber por los menoscabosquepadezcanlos pasajeros?La primeracuestión se-
ráabordadaenel CapítuloVIII, "Lucrocesante",al cual remitimos. Lasegundala con-
tinuación.

b) Aplicaciones Uber, Cabify, BlaBlaCar, etcétera

Uber es una aplicación que permiteconectara personasque necesitantrasladar-


se, con conductores que poseen un vehículo y desean transportarlas. Cada uno de
estos sujetos debe registrarsey cumplir con distintos requisitos según el caso. Lógi-
camente, Uber obtiene una ganancia que es descontada de la tarifa que abona el
usuario53.
Existen otras aplicaciones que también ofrecen el traslado de pasajeros. Como
por ejemplo Cabify, que tiene las mismas características que Uber pero se promocio-
na como más estricta y rigurosa en el proce3o de selección de sus conductores, otor-
gándole mayor seguridad al usuario a un-lógicamente-mayor precio54.l sí, afir-
ma en su sitio web que cumplen con la legislaciónvigente en todos los países donde
operan55.ASUS conductores se les exige que posean registro profesionaly, además,
seguro para transportar pasajeros.
También está BlaBlaCar, que arribará prontamente a nuestro En este ca-
so, se trata de un conductor que anuncia un viaje que llevará a cabo y, los usuarios
que deseen, pueden realizarlo con él compartiendo losgastos. Los beneficiosson lo

53 Disponible, al 10111117, en https:llwww.uber.com.


54 Disponible, a1 2012117, en https:llcabify.comleslargentinalbuenos-aires.
55 Disponible, al 1819118, en https:llhelp. cabify, comlhcleslarticlesl?15000995549-Es-legal-
Cabify-.
56 Disponible, al 10111117, en http:llwww.elmundotoday.com/2O?7lO2lblablacar-desembar-

ca-en-argentina-bajo-el-nombre-de-blablablablablablablablacarl,
ACCIDENTES DE TRANSITO

económico del viaje y, además, la posibilidad d e conocer gente. El transportado de-


be pagar una "aportación" a B l a B l a ~ a r ~ ~ .
En cualquiera d e loscasos, tantoel conductor como lossujetostransportados ha-
cen comentarios y opiniones, lo q u e permite a futuros usuariostener conocimiento
acerca d e las personas con las q u e va a viajary, principalmente, generar confianza.

c) La responsabilidad de Ubery otras aplicaciones


de transporte de pasajeros

Para analizar la responsabilidad d e los propietarios d e las aplicaciones que ofre-


cen el servicio d e transporte d e pasajeros, comenzaremos por examinar los términos
y condiciones d e estas empresas. Tomaremos como ejemplo a Uber, cuyo sitio web,
en un rincón remotoy poco protagónico (y con una letra minúscula), apareceescrito
"términos". Una vez q u e cliqueamos allí, encontraremos: "Legal" y "Términos y
condiciones" 58. Ya ensu apartadosegundoadvierte: "usted reconoceque Uber no
presta servicios d e transporte d e ningún tipo o d e logística o funciona como una em-
presa d e transportes y q u e dichos servicios d e transporte o logística se prestan por
terceros prestadores particulares independientes, q u e no están empleados por Uber
ni por ninguno d e sus afiliados".
Luego, el ap. 5" contiene "Renuncias; Limitación d e responsabilidad; Indemni-
dad". Allíse establece: "los serviciosse proporcionan 'tal cual' y 'como disponibles'.
Uber renuncia a toda declaración y garantía, expresa, implícita o estatutaria, no ex-
presamente establecida en estascondiciones, incluidas las garantías implícitasdeco-
merciabilidad, idoneidad para un fin particular (...).Ubernogarantiza la calidad, ido-
neidad, seguridad o habilidad d e los terceros proveedores. Usted acuerda q u e todo
riesgo derivado d e su uso d e los servicios y cualquier servicio o bien solicitado en re-
lación con aquellosserá únicamentesuyo, en la máxima medida permitida por la ley
aplicable".
Añade que "no será responsable d e daños indirectos, incidentales, especiales,
ejemplares, punitivos o emergentes, incluidos el lucro cesante, la pérdida d e datos,
la lesión personal o el daño a la propiedad, ni d e perjuicios relativos, o en relación
con, o deotro modo derivadosde cualquier usode losservicios, incluso aunque Uber
haya sido advertido d e la posibilidad d e dichos daños (. ..). En ningún caso la respon-
sabilidad total d e Uber hacia usted en relación con los servicios por todos los daños,
las pérdidasy los juicios podrá exceder d e quinientos euros (6500). (...) Las limitacio-

57 Disponible, al 10111117, en https:llwww.blablacar.es/como-funciona-compa~ir-viaje-co-


che.
58 Di~p0nibleal1U12117enhttps:llwww.uber.comles-ARllegalltermslarl.
108 CECILIA CELESTE DANESI

nes y la renuncia en este ap. 5" no pretenden limitar la responsabilidad o alterar sus
derechoscomo consumidor que no puedan excluirsesegún la ley aplicable".
Así, yconsolo leer los "términosycondiciones" de cualquiera de lasaplicaciones
mencionadas, hasta un lego en derecho podría presumir que aquellas no respon-
den por ningún daño.
Uno de los aspectos más polémicas que presenta la mencionada empresa, reside
en dilucidar si su plataforma constituye una entidad de índole tecnológica (esto es,
, si se trata de una mera base de datos) o si es una empresa dedicada a la prestaciónde
servicios en el sector de la actividad en el que actúa. Entonces, si se considera que el
propietario de la plataforma virtual se limita a la confección de una base de datos en
la cual usuarios y prestadores de servicios pueden encontrarse, no podría ser decla-
rado responsable por la mala calidad del servicio ni por los daños causados durante
la prestación del mismo. Y estaría exento, por ende, del cumplimiento de las normas
que regulan la actividad en cuestión (en el caso, el transporte urbano de pasajeros),
así como sería difícil calificar como trabajadores dependientesa las personas físicas
que prestan los servicios demandados por terceros a través de la a p l i ~ a c i ó n ~ ~ .
En cuanto a la relacióndel conductor ydel usuario del servicio, la doctrina argen-
tina señala que la relaciónjurídica que se conforma es un contrato de transporte de
consumo, celebrado mediante la técnica de la adhesión yque incluye un intermedia-
rio solidariamente responsable. Se crea un vínculo jurídico entre un proveedor del
servicio de transporte y un consumidor, que es el transportado. Este último adquie-
re un servicio, en forma onerosa -si abona el viaje-o gratuita-si se encuentra al-
canzado por alguna promoción-, como destinatario final, en los términos del art.
l ode la ley 24.240 y el 1092 del CCCN. Por su parte, Uber provee su plataforma, me-
diante la aplicación móvil, que permite al usuario concretar la contratación, asigna
un transportista que recoge al usuarioy determina la tarifa60.
En ese sentido, se afirma que no se dedica simplemente a conectar oferentes con
demandantes, sino que exigen una serie de requisitosa los conductores con el obje-
to de conseguir una buena prestación del servicio para sus clientes, lo que incremen-
ta sus ganancias. Es que de esa prestación provienen los ingresosque obtiene, esde-
cir, no del acceso a la base de datossino del pago que efectúan los usuarios por cada
servicio realizado. Los usuarios, a su vez, acuden a Uber para obtener un servicio de

59 Todolí Signes, El trabajador en la " U b e r e c ~ n o m ynidependiente


~~, niautónomo sino todo
lo contrario, en "Trabajo y Derecho", WoltersKluwer, Madrid, no25, enero 2017, p. 3, citado por
García, La prestación personal de servicios de transporte organizados porplataformas electrónicas
(ridesharing) tomando como referencia a la empresa Uber, 11, On Line, ARIDOCII 96112017.
60 Ciliberto, i Quiénes deben reparar los dañossufridos por los pasajeros transportados me-
diante la plataforma UBER?,RCyS, 2017-1-34; 11, On Line, ARlDOCl335512016.
ACCIDENTES DE TRANSITO 109

transporte y, asimismo, la calificaciónde estos sobre el servicio recibido está destina-


da a controlar a los prestadores y a sostener la buena reputación de la empresa6'.
En el plano europeo, por ejemplo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dis-
puso que Uberqueda excluida del ámbito de aplicación de la libre prestación deser-
vicios y es una empresa de transporte^^^. La controversia se había planteado debido
a la consulta del tribunal alemán (Bundesgerichtshof): ¿Debe entenderse que una
empresa que, encolaboracióncon empresasdealquilerdevehículosautorizados pa-
ra el transporte de personas, ofrece una aplicación paja teléfonos inteligentes me-
diante la que los usuarios pueden solicitar vehículos de alquiler con conductor está
prestando por sí misma un servicio en el ámbito del transporte a los efectos del art.
58 del TFUE, ap. 1, y del art. 2", ap. 2, letra 4, de la Directiva20061123,l, teniendo en
cuenta que la actividad organizativa de esta empresa está estrechamentevinculada
a la prestación del servicio de transporte y, en particular, que dicha empresa deter-
mina la tarificación, la gestión de las operacionesde pago y las condicionesdelservi-
cio de transporte relativas a las carreras y hace publicidad de losvehículosquefacili-
tal utilizando para ellosu denominación comercialyaplicandoasimismodescuentos
uniformes? En caso de respuesta negativa a la primera cuestión: ¿Cabejustificar la
prohibición de unosservicioscomolosqueson objeto del litigio en virtud del objeti-
vo de la salvaguarda de la competitividad y operatividad del transporte en taxi, ba-
jo el aspecto de la protección del orden público a efectos del art. 16, ap. 1, de la Di-
rectiva 20061123, habida cuenta de la situación actual del tráfico? Nótese el trasfon-
dodeesa pregunta. Se le pidealTribunal queefectué una ponderacióndederechos.
Es decir, el ágil, económico y fácil acceso al transporte de personas o la competitivi-
dad de los taxis.
En la jurisprudencia local, el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tribu-
tario no15 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en los autos "Sindicato de Peo-
nes de Taxi de la Capital Federal y otros c. GCBA y otros sIAmparou63 ordenó al GC-
BA "que de modo inmediato arbitre las medidas necesarias para suspender cual-

García, La prestación personal de servicios de transporte organizados p o r plataformas


electrónicas (ridesharing) tomando como referencia a la empresa Uber, DT2017 (agosto), 1513; LL,
On Line, ARIDOCII 96112017.
62 TJUE, disponible al 2012118 en http:llcuria.europa.eu/jurislfiche.jsf?id=C%3B371%3B77%
3BRP%3B1%3BP%3B1%3BC2077%2F0377 %2FP&pro=&lgrec=es&nat=or&oqp=&dates
=&lg=&language=es&jur=C&cit=none%252CC%252CC1%252CR%252C2008E%252C%252C%
252C%252C%252C%252C%252C%252C%252C%252Ctrue%252Cfalse%252Cfalse&td=%3BA
LL&pcs=Oor&avg=&mat=or&parties=uber&jge=&for=&cid=673264yen el sitio web h t t p : l l ~ ~ ~ , e l -
mundo.es/economia1empresas/207717212015a3a22b0e2704e74278b45d2. html.
63 JCAT CABA no 15,1314116, "Sindicato de Peones de Taxi de la Capital Federal y otros c. GC-
BAy otrosslAmparo", LLCABA 2016 (agosto), 6; LL, On Line, AWJURII 147912016.
110 CECILIA CELESTE DANESI

quier actividad que desarrolle la empresa Uber B.V. o Uber Technologies Inc. o cual-
quier sociedad bajo ese nombre, razón social y tipo de actividad descripta en la Ciu-
dad Autónoma de Buenos Aires hasta tanto se dicte sentencia definitiva o se pre-
sente la hipótesis prevista en el art. 182del CCAyT". Allí, señaló que "deacuerdo con
la descripción que hacen los actores en su presentacióny lo que habría expresado a
distintos medios el señor secretario de Transporte de la Ciudad, la empresa Uber in-
fringiría una serie de normas reglamentariasvinculadas con el Código de Tránsitoy
, Transporte (ley n02148publicado en el BOCABA n02615, del 30/1/07, con sus modi-
ficaciones) y de la ley no3622 (publicado en el BOCABA no3589, del 21/1/11 con sus
modificaciones)que incorporó al mencionado Código la regulación del servicio de
transporte público de pasajerosen automóviles de alquiler con taxímetro (Taxis)".
Porsu parte, la provinciade Mendozadictó la ley9086de Movilidad ~ r o v i n c i a l ~ ~ ,
donde establece que el transporte a través de plataformas electrónicas es: "...el
servicio que con base en el desarrollo de tecnologías de dispositivos móviles, utili-
zando elsistema de posicionamiento globalyplataformas independientes, permi-
te conectar a usuariosque lo demanden, punto a punto, con conductores que ofre-
cen dicho servicio mediante el uso de la misma aplicación, para celebrar un contra-
to en los términos del art. 7280ysiguientes del CCCN, según se trate de un servicio
de transporte público oprivado, respectivamente. .."(arts. 52 y 6). Y, en el art. 52 se
aclara que: "... Este transporte oneroso de pasajeros constituye una actividad pri-
vada de interés público cuyo cumplimiento se regirá por las disposiciones de la pre-
sente secciónyporla reglamentación que alefecto dicte la autoridad de aplicación.
Deberán los prestatarios cumplir con el pago de las tasas de contraprestacióny las
obligacionesimpositivasque determine dicha normativa.
En ningún caso podrá este tipo de servicio afectar la prestación de los servicios
públicos de pasajerosque esta ley determina ".
Asimismo, se dispone que: "Los titulares de los vehículos afectadosa estos ser-
vicios deberán solicitar a la autoridad de aplicación, el otorgamiento de un permi-
so de explotación, el que tendrá el carácter de precario y revocable ..." (art. 53).
También se regulan en forma expresa y detallada las obligacionesde los permisio-
narios, de las empresas de redes de transporte privado por plataformas electróni-
cas y de los conductores (arts. 59 a 61).
Encuantoasureglamentación, el decr.del17/9/18, no1512/18,estableceque: "El
precio que elpasajero abonará por el viaje contratado será determinado por la em-

64 Disponible al 18/9/18 en http://www.saij.gob.ar/9086-local-mendoza-ley-movilidad-pro-


vincial-lpm0009086-2018-07-31/123456789-Oabc-defg-68O-9OOOmvorpyel.Asimismo ver " Princi-
palespuntosdela normaquelepermitea Uber operar legalmenteen Mendoza", Erreius, 2/8/18, dis-
pon ible al 18/9/18 en hffps://www.erreius.com/opinion/l0/comercial-empresarial-y-del-consumi-
dor/NotallI6/principales-puntos-de-la-norma-que-le-permite-a-uber-operar-legalmente-en-
mendoza.
presa de redes de transporte debiendo ofrecer la plataforma electrónica la posibili-
dad de cálculo estimado en función de los puntos de origen y destino. La aplicación
deberá permitir al usuario realizar el pago electrónico o y si elpasajero lo solicitare
por una situación excepcional, el pago en efectivo una vez cumplido el traslado"
(art. 59).
Finalmente, y en lo que a esta obra concierne, el art. 62 regula que las Empresas
de Redes de Transporte (ERT) son solidariamente responsables por el cumplimien-
to de las obligaciones impuestasa los permisionarios)Iconductores por los arts. 59
y 61 de la ley no9086, respectivamente.
Las opiniones son de lo más variadas. Además de la obvia oposición de los taxis-
tas, la Defensoríadel Pueblode la Ciudad Autónoma de BuenosAires expresa en su
sitio webque la prestaciónde todoservicio de transporte de pasajerosrequiere una
licencia profesional habilitante para losconductoresy establece un conjunto de re-
quisitos mínimos que debe cumplir el vehículo afectado. Así, asevera que el funcio-
namiento de Uber en la Ciudad constituye una falta al Código de Tránsito y Trans-
porte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (ley 2148), en tanto no se adecua a
las condiciones establecidas e incurre en un acto de competencia desleal debiendo
afrontar menores costos que los que precisa el servicio de taxi y remis, lo cual le per-
mitiría fijar tarifas por debajo de los valores determinados por la ley sin rendir tri-
butos municipales y nacionales(el servicio de taxis debe abonar ingresos brutos)65.
La legislatura porteña, por su parte, modificóel Régimende Faltase incrementó las
multas para aquellas unidades que transporten pasajerossincontar con la habilita-
ción correspondiente.
Desde otra óptica, la justicia porteña en un reciente pronunciamiento resolvió
absolver a Uber por cuanto no se configuró delito alguno. Entre sus fundamentos
sostuvo que se trata de una actividad comercial lícita por la cual se brinda un servi-
cio de transporte privado a través de plataforma electrónica, para cuyo ejercicio se
requiere de, al menos, tres contratos conexos, que motivan entender al mismo con
carácter suigeneris, convirtiéndolo así en un contrato privado innominado. El ca-
rácter de innominado no importa que el mismo no se encuentra autorizado o re-
glamentado, pues sus reglas interpretativas y normativa aplicable surgen del art.
970 del cCCN~~.
Ahora bien, másallá de todasestas diversas posturas, podemosseñalarque el pri-
mer punto a destacar es que conceptualizar a Uber o Cabify (o cualquier aplicación
similar que provea el servicio de transporte de pasajeros) como una empresa de

65 Disponible al 3011 1/18 en hffp://www.defensoria.org.ar/noticias/comunicado-de-la-de-

fensoria-respecto-aI-funcionamiento-de-uber-en-la-cabal.
66 JNPCF no7, "Bellini Marco, Alfredo Sobre 6.1.49 bis- Prestacion de Servicio Público deTaxis
sin habilitación", disponible al 3011 1/18 en http://consultapublica.jusbaires.gob.ar/.
112 CECILIA CELESTE DANESI

transporte de pasajeros (de lo que claramente aquellas reniegan), tiene relevantes


consecuenciasjurídicas. Primero, porque implica el cumplimiento de todas las regla-
mentaciones administrativaspropias de cada país. Así, por ejemplo, sería de aplica-
ción lo normado por el decr. 27118 que establece: "Exigencias Comunes. Lospropie-
tarios de vehículos del servicio de transporte de pasajerosy carga, deben tener or-
ganizado el mismo de modo que: (...) k) Cuenten con elpermiso, concesión, habili-
tación o inscripcióndel servicio, de parte de la autoridad de transporte correspon-
, diente. Esta obligación comprende a todo automotor que no sea de uso particular
exclusivo.
Queda expresamenteprohibida en todo el Territorio Nacional la circulación en
tráfico dejurisdicción nacional de vehículos de transporte por automotor colectivo
de pasajeros que no hayancumplido con los requisitosestablecidospor la autoridad
nacionalcompetente en materia de transporte y en los acuerdos internacionalesbi-
lateralesy multilaterales vigentes relativosal transporte automotor.
Cuando se verificase la circulación de un vehículo en infracción a lo señalado en
lospárrafos anterioressedispondrá la paralización delservicioy la retención del ve-
hículo utilizado hasta subsanarse lasirregularidades comprobadas.. ." (art. 53 susti-
tuido por art. 50 del decr. 27118 [BO, 11/1/18]).
Segundo, también observamosconsecuenciasen materia deseguros, puestoque
deberán contratarse pólizas especiales para el transporte público de pasajeros, tal
como lo exige la normativa. Y, finalmente, ese encuadre (empresa de transporte de
pasajeros), importa la aplicación del ordenamiento jurídico relativo al contrato de
transporte y, a su vez, el de derecho de los consumidores.
Recordemosque la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo que la obliga-
ción deseguridad,quetienesucausa en un contratode transportede pasajeros,com-
prende el derecho a la seguridad previsto en la Carta Magna para los consumidores
y usuarios67.a de más, el Código Civil y Comercial de la Naciónesta blecequeen las re-
lacionesdeconsumoseaplicala normativa más benévola para el consumidor (art. 7",
CCCN). Ello, en sintonía con la última parte del art. 1094del mismo cuerpo normati-
vo, según el cual: "En caso de duda sobre la interpretaciónde este Código o lasleyes
especiales, prevalece la más favorable al consumidor".
Pero, aparte de la discusión en torno a la calificaciónde empresa de transporte de
pasajeros, podemostambién recurrir la normativa extracontractual. Como ya sabe-
mos, el art. 1769 del CCCNremite a los arts. 1757 y 1758del mismo cuerpo normativo
en materia de daños ocasionados por la circulaciónde vehículos. Del juego de esas
normasse desprende que la responsabilidad es objetiva yel dueñoy el guardián res-
ponden en forma concurrente.

67 CSJN, 22/4/08, "Ledesma, María Leonor c. Metrovías S.A", LL, ejemplar del 20/5108, p. 7;
RCyS, 2008-V-82.
ACCIDENTES DE TRANSITO 113

Pues bien, el mencionado art. 1758estipula también que: "... Seconsidera guar-
dián a quien ejerce, porsío por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o
a quien obtiene un provecho de ella ... "68. Tal como lo señalamos precedentemen-
te, Uber cobra un porcentaje de la tarifa que abona el transportado, con lo cual, re-
sulta clarísimo que obtiene una ganancia o un beneficio por eseservicio, que permi-
te encuadrarlo dentro del término guardián. Es decir, frente a un siniestro vial pro-
ducido con un vehículo que prestaba servicios contratados con la aplicación Uber (u
otrasimilar), consideramosqueesaempresaserá resp0,nsable bajola figuradel guar-
dián.
Amayor abundamiento, y para concluir, señalamos que estamos frente a un con-
trato de adhesión, es decir, "... aquel mediante el cual uno de los contratantes ad-
hiere a cláusulas generalespredispuestasunilateralmente, por la otra parte opor un
tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción" (art. 984, CCCN).
Además de los requisitos específicos que se le exigen a sus cláusulas (art. 985, CCCN),
las denominadas cláusulas abusivas, se tendrán por no escritas. Estas son: "a) las
cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente; b) las que impor-
tan renuncia o restricción a los derechos deladherente, o amplían derechos delpre-
disponente que resultan de normas supletorias; c) las que por su contenido, redac-
ción o presentación, no son razonablemente previsibles" (art. 988, CCCN).
Asimismo, el art. 1743 del CCCN establece que: "Son inválidas las cláusulas que
eximen o limitan la obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponi-
bles, atentan contra la buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son
abusivas. Son también inválidassi liberan anticipadamente, en forma total o parcial,
deldañosufridopordolodeldeudoro delaspersonasporlascualesdeberesponder".

Jurisprudencia
1 La medida cautelar que extendió a todo el territorio de la República el bloqueo de
una aplicación y todo recurso tecnológico que una empresa de servicio de transporte
de pasajeros utiliza debe ser revocada, pues los jueces locales excedieron sus compe-
tenciasal decretar una medida que excede el ámbito de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires, avance que es ilegítimo, puesto que no es concedido por la Constitución lo-
cal ni por la legislación. [TSJ CABA, 18/6/18, "NN (UBER) s/Queja por recurso de in-
constitucionalidad denegado en: Incidente de apelación por clausura1bloqueo de pá-
gina web en todo el país en autos: 'NN (UBER) yotrossllnfr. art (S).73,74y83 CC"', LL,
2018-D-334;15/8/18, LL, 2018-D-3421.

2 La medida cautelar que ordenó el cese de toda actividad desarrollada en la Ciudad


de Buenos Airespor unserviciodetransportede pasajerosmediante una aplicaciónmó-

Para mayor precisión del término "guardián" remitimos al 5 7 de este capítulo.


114 CECILIA CELESTE DANESI

vildebeser mantenida, pues bajoel marcodeverosimilitud propiodelámbitode locau-


telar se infringiría el sistema jurídico debido a una serie de posibles violaciones a nor-
mas constitucionales y leyes locales. [JCAT CABA no 15,2911118, "Sindicato de Peones
deTaxis de la Capital Federaly otros c. GCBA y otrosslOtros procesos incidentales-otras
demandas contra autoridad administrativa", LL, On Line, ARIJUR/25/2018].

3 Correspondeabsolver a un conductor de Uber en relación con la infracción prevista


y reprimida en el art. 6O.1.49, párr. 2'4.1.7 de la ley451 por entender que la conducta
i
desarrollada deviene atípica en el marco de la ley 451, entendiendo que la misma se
constituye en un contrato de transporte privado innominado con contratos conexos.
[JNPCF no7, "Bellini Marco, Alfredo Sobre 6.1.49 bis- Prestaciónde Servicio Público de
Taxis sin habilitación", http:llconsultapublica.jusbaires.gob.ar/.

§ 15. Automotor objeto de un contrato


de fideicomiso
Para finalizar este capítulo, debemos mencionar el caso de los bienes transmiti-
dos en el contrato de fideicomiso, figura que se encuentra regulada en el art. 1666
del CCCN de la siguiente manera: "Hay contrato de fideicomiso cuando una parte,
llamada fiduciante, transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes
a otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio de
otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumpli-
miento de un plazo o condición al fideicomisario".
Nos preguntamos qué sucede si el objeto del contrato es un rodado y, antes de
vencido el plazo para la transición del dominio, ocasiona daños. La respuestaestá da-
da en los arts. 1685 a 1687 del CCCN. Según el primero de ellos: "Los bienesfideico-
mitidos constituyenun patrimonio separado delpatrimonio del fiduciario, del fidu-
ciante, del beneficiario y del fideicomisario.
Sin perjuicio de su responsabilidad, el fiduciario tiene la obligación de contratar
un seguro contra la responsabilidadcivil que cubra los daños causadospor las cosas
objeto del fideicomiso. Losriesgosymontosporlosque debe contratar elseguroson
los que establezca la reglamentacióny, en defecto de esta, los que sean razonables.
Elfiduciario es responsable en los términos de los arts. 7 757yconcs. cuando no haya
contratado seguro o cuando este resulte irrazonable en la cobertura de riesgos o
montos".
De allí deducimos que, al encontrarse los bienes transmitidos en un patrimonio
apartedel patrimoniodel fiduciario,su responsabilidad noespersonal.Entonces, ex-
cepto que se exceda de las funciones encomendadas en el contrato o que no haya
cumplido con la contratación de un seguro -conforme le exige la norma-, sola-
mente responde con el patrimonio de afectación y su patrimonio personal es res-
guardado.
ACCIDENTES DE TRANSITO 115

En sintonía con ello, regula el art. 1686del CCCNque: "Los bienes fideicomitidos
quedan exentos de la acción singular o colectiva de los acreedores del fiduciario.
Tampoco pueden agredir los bienes fideicomitidos los acreedores del fiduciante,
quedando asalvo lasaccionesporfraudeyde ineficaciaconcursal. Losacreedoresdel
beneficiarioy del fideicomisario pueden subrogarse en los derechos de su deudor".
Asimismo, el art. 1687 del CCCN prescribe que: "Los bienes del fiduciario no res-
ponden por las obligaciones contraídasen la ejecucióndel fideicomiso, las que solo
son satisfechas con los bienes fideicomitidos. Tampocp responden por esas obliga-
ciones el fiduciante, el beneficiario n iel fideicomisario, excepto compromisoexpre-
so de estos.
Lo dispuesto en este artículo no impide la responsabilidaddel fiduciario porapli-
cación de losprincipios generales, si asícorresponde.
La insuficiencia de los bienes fideicomitidospara atender a esas obligaciones, no
da lugara la declaracióndesuquiebra. En talsupuesto ya falta de otrosrecursospro-
vistospor el fiduciante o el beneficiario según previsionescontractuales, procedesu
liquidación, la que está a cargo deljuezcompetente, quien debe fijarelprocedimien-
to sobre la base de las normasprevistaspara concursosyquiebras, en lo que sea per-
tinente ".
Por otra parte, resaltamosquelassituacionesdeinjusticia que habilitaba el dero-
gado art. 14 de la ley 24.441, quedaron paleadas. Es que aquella norma estipulaba
que "los bienes fideicomitidos constituyen un patrimonio separado del patrimonio
del fiduciario y del fiduciante. La responsabilidadobjetiva del fiduciario emergente
del art. 1113 del CCse limita al valor de la cosa fideicomitida cuyo riesgo ovicio fue-
se causa del daño si el fiduciario no pudo razonablemente haberse asegurado". La
responsabilidadobjetiva del fiduciario tenía como Iímite el valor de la cosa, la cual
resultaba insuficienteen muchos casos.
La reforma deja de lado ese límite, manteniendo la responsabilidaddel fiducia-
rio en su carácter de tal para el caso de haber contratado un seguro razonable, o
dentrode los previstos por la reglamentacióncorrespondiente. Sin perjuiciodeello,
el fiduciario deberá afrontar la responsabilidad en forma personal y con la totali-
dad de su patrimonio para el caso de no haber contratado seguro de responsabili-
dad civil que cubra los daños contra terceros. La obligación de contratar se ve agra-
vada con relacióna la prevista por la normativa anterior, ya que no solo se requiere
la contratación de un seguro, sino que para poder eximirsede responsabilidad con
su patrimonio personal, deberán evitarselassituacionesdeinfraseguro, por una co-
bertura que nosea completa69.Esdecir, no respondecon su patrimonio personal en

69 Varni, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, t.IV, p. 386, en www.saij.gob.ar1


docs-flcodigo-comentado/CCyC~Nacion~ComentadoTomopdf, disponible al 912118.
116 CECILIA CELESTE DANESI

la medida que el seguro que haya contratado sea razonable y, será el magistrado
quien deberá en cada caso concreto efectuar esta ponderación.
En suma, el fiduciario deberá responder-por ser su dueño-por los daños cau-
sadosa terceros no contratantes con el fideicomiso en razón del riesgo ovicio de las
cosastransmitidas, osi la actividad quecon ellasse realiza resulta riesgosa porsu na-
turaleza, por los medios empleados o por las circunstanciasde su realización.Es de-
cir, y tal como lo dispone el art. 1757 del CCCN, estamosfrente a un supuesto de res-
, ponsabilidad objetiva, por lo que no podrá eximirse demostrando la falta de culpa,
debiendo acreditar una causa ajena.
Por último, en cuanto a las disposiciones registrales, se encuentran previstas en
la sección 1la del Capítulo 11 del Titulo I I del Digesto de Normas Técnico-Registrales
del Registro Nacional de la Propiedad del Automotor y, la inscripción inicial, en la
sección 17", del Capitulo I del mismo título70.

Disponible al 1 1/2/18, en www.dnrpa.gov.ar/digesto/digesto.htm.


III
CAP~TULO
EXIMENTES D E RESPONSABILIDAD

5 16. Causa ajena


a) Introducción

Tal como lo señalamos en el Cap. 1, de conformidad con lo normado en el art. 1769


del CCCN, en materia de daños ocasionados por la circulación de vehículos nos en-
contramos frente a un supuesto de responsabilidad objetiva. Por lo tanto, acredita-
do el contacto con la cosa riesgosa y el daño, se crea una presunción de causalidad
que solo puede ser desvirtuada si se acredita la causa ajena. Es decir, al tratarse de un
factor de atribución objetivo de responsabilidad, para fracturar el nexo de causali-
dad, el demandado deberá acreditar el hechodel damnificado, el hechode un terce-
ro por quien nodeba responderoel casofortuitoo la fuerza mayor(art. 1722, CCCN).
Asimismo, el Código regula algunos supuestos especiales, en los cuales se agre-
gan o suprimen las posibles eximentes de responsabilidad.Tal es el caso del dueño o
guardián, que podrán exonerarse de responsabilidad si acreditan que la cosa ha sido
utilizada en contra desuvoluntad expresa o presunta (art. 1758, CCCN).O bien, elsu-
puesto previsto en el art. 1762 del CCCN, que dispone que para liberarse de respon-
sabilidad del daño causado por un grupo que realiza una actividad peligrosa para
terceros, el sujeto debe demostrar que no integraba el grupo.

b) Hecho del damnificado


1 - Concepto y elementos
El Código Civil de Vélez, conforme la incorporación efectuada por la ley 17.711,
contemplaba en el derogado art. 1113 que para liberarse del daño causado por el
riesgo ovicio de la cosa, debía acreditarse la culpa de la víctima.
El texto unificado la recepta en el art. 1729 que prescribe que "la responsabili-
dad puede ser excluida o limitada por la incidencia del hecho del damnificado en la
producción del daño, excepto que la leyo el contrato dispongan que debe tratarse
de su,culpa, desu dolo, o de cualquier otra circunstanciaespecial". Como puede ad-
118 CECILIA CELESTE DANESI

vertirse, la norma contiene una notoria diferencia con su antecesor, se abandona el


término "culpa de la víctima" yse lo reemplaza por "hecho del damnificado". Esto
se traduce en considerablesconsecuencias en la práctica.
En primer lugar, señalamos que la postura adoptada por el Código era la recep-
tada y defendida por la mayoría de la doctrina nacional. Veamos las diferenciasen-
tre uno y otro término.
Tal como explica Calvo Costa, un grupo realizaba una interpretación exegética
, del art. 1111 del cuerpo normativo derogado, por lo que debía mediar necesaria-
mente culpa en la conducta de la víctima puesto que la norma determinaba que la
falta debía ser imputable. Esdecir, el hechode un inimputable(un demente, un me-
nor de diez años) no eximía de responsabilidad. Sostenían este criterio Bustamante
Alsina, Orgaz, Alterini, entre otros.
Otro sector, en cambio, alegaba que era suficiente el mero hecho de la víctima
para fracturar el nexo dekausalidad, aunque no mediarejuicio de reprochealguno
hacia su conducta. Y precisamente es este el criterio recogido por el nuevo Código,
con lo cual, para configurarse la eximente, es insoslayableque la conducta de lavíc-
tima tenga incidencia causal adecuada en la producción del dañoque terminará pa-
deciendo, la que será computada al momento en que se produce el hecho genera-
dor del daño. En modo alguno, es necesario que ese hecho sea imputable al de-
mandado, ni objetiva ni subjetivamentel.
Recordemos que a los fines de la interrupción del nexo causal no es la gravedad
del accionar del agente lo relevante, sino la operatividad causal desu conducta, que
excluye o limita el deber indemnizatorio de terceros. Lo que importa es sopesar la
relación puramente material entre causa y efecto. Es por ello que, desde este pun-
todevista, el accionar de una persona carentedediscernimiento, tiene la misma ap-
titudcausal queel dequien obra un actovoluntario. Ello,deconformidad con lo pre-
visto por el art. 261 del CCCN que establece que el acto es involuntario, por falta de
discernimiento, cuando: a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está priva-
do de la razón; b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido
diez años; c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece
años, sin perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales2.
Asimismo, debemos aclarar que si la víctima por un hecho posterior agrava el da-
ño, ello no influirá en el grado de responsabilidad, sino en el quantum indemniza-
torio. Supongamos que el conductor de un rodado sufre una fractura a raíz del ¡m-
pacto con otro rodado que cruzó el semáforo en rojo y, luego de la intervención qui-
rúrgica el médico le ordena la realización de un determinado tratamiento que, al

Calvo Costa, Derechode las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 245.


Picasso - Sáenz, en Código Civily Comercial de la Nación comentado, t. IV, p. 435, en www.
saij.gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~Tomo~lKpd~ disponible al 1/5/16.
no efectuarlo correctamente, le incrementa la secuela. En ese caso, la conducta del
damnificado (no cumplir con el tratamiento en la forma prescripta) no tuvo inci-
dencia causal alguna en la producción del siniestro, sino exclusivamente agravó el
daño, por lo que dicha conducta implicará una reducción en el monto de la suma
concedida en concepto de incapacidad sobreviniente, mas no implicará una concu-
rrencia de responsabilidad. Lo mismo ocurre cuando la víctima circula en moto, sin
el casco reglamentario, ya que el actuar del damnificado importa un agravamiento
del menoscabo que deberá soportar.
Entonces, hay hecho de la víctima cuando el damnificado despliega una
conducta que -de acuerdo al curso normal de los acontecimientos- es apta para
producir total o parcialmente el resultado dañoso. Puede ocurrir que el accionar de
la víctima sea causa exclusiva del resultado, supuesto en el cual el agente se eximirá
totalmente de responsabilidad. Pero también puede suceder que la conducta del
damnificado concurra con la del sindicado como responsable, caso en el que la in-
demnizaciónotorgada deberá disminuirse en la proporción de la participación cau-
sal del perjudicado en el hecho ilícito. Finalmente, otrosupuesto posibleseriael ca-
so que el hecho del damnificado, si bien no rompe el nexo de causalidadentre el ac-
cionar del agente y el resultado (daño-evento),es la causa adecuada de alguna con-
secuencia dañosa (daño-consecuencia)sufrida por lavíctima (porejemplo,si un mo-
tociclista sufre un daño grave en su cabeza debido a que no circulaba con el casco
reglamentari~)~.
También la doctrina señala, en comentario al art. 1729, que el art. 1111 del CC
conteníasolo una eximente plena, cuando el damnificado era el único responsable,
lo que motivaba cuestionamientosal respecto, por ejemplo, en el casode culpa con-
currente. Elloqueda hoy solucionadocon el texto expresoqueesta blece que "la res-
ponsabilidad puede ser excluida o limitadan4.
Desde otro análisis, López Mesa afirma que al hablar de hecho del damnificado
como factor de exoneracióntotal o parcial de responsabilidaddel dañador, la cau-
sal eximitoria es lo suficientemente amplia y no cabe introducir excusas absoluto-
rias, como la doctrina del peatón distraído o del ciclista desaprensivo5.
Además, sostiene Picasso que para que el hecho del damnificado desplace total-
mente la autoría del agente, yse constituyaen la causa exclusiva del perjuicio, es pre-
ciso que reúna los caracteres del caso fortuito en los términos del art. 1730, es decir,
debe ser imprevisibleo inevitable y exterior. Esto es así, por cuanto únicamente el ca-

Picasso-Sáenz,en Código CivilyComercialdela Nacióncomentado, t.IV, p.434, en www.saij.


gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCyC~NacionComentadoTomo/pdfdisponible al 1/5/16.
Casas, Código Civily Comercialde la Nación, analizado, comparadoyconcordado, 2014, t.2,
ps. 168y 169.
López Mesa, Responsabilidadporaccidentes de tránsito, 2014, t.1, p. 53.
120 CECILIA CELESTE DANESI

so fortuito rompe totalmente el nexo causal adecuado entre el hecho del sindicado
como responsableyel daño; de ahíque el art. 1730que lo regula disponga que el ca-
sus"eximederesponsabilidad",sin haceralusiónaqueello puedeocurrirtotal opar-
cialmente. Añade el autor citado que a la misma solución se arriba de la aplicación
analógica del art. 1731, que regula queel hechodel tercero por quien nose debe res-
ponder exime de responsabilidadsi reúne los caracteres del caso fortuito. La excep-
ción a la regla lo constituye el supuesto en que la víctima haya buscado intencional-
, mente el daño, por lo que el dolo del dañado absorbe la total eficacia causal y des-
plaza el hecho del responsable6.
En apoyo a esa postura, la Corte Suprema de la Nación ha expresado -cuando
estaba vigente el Código de Vélez Sarsfield- que, para que la culpa de la víctima
tenga la aptitud de cortar totalmente el nexo de causalidad entre el hecho y el per-
juicioaquealude la norma, debeaparecercomo única causadel daño, apartede re-
vestir las características de imprevisibilidad e inevitabilidad propias del casofortui-
to o fuerza mayor7,
Por otra parte, López Mesa sostiene que del art. 1729 dimana el principio de au-
torresponsa bilidad, del que emanan, además, cuatro principiosderivados: 7)elprin-
cipio de la buena fe (arts. 1198, CCy 9", 729 y 96 1, CCCN); 2) la prohibición del com-
portamiento voluble, que consagra implícitamente la doctrina de los actos propios
como derivación directa y necesaria del principio de la buena fe (arts. 1198, CCy gol
10, in fine y 961, CCCN); 3) la protección de la apariencia verosímil (arts. 1198, CCy
292 y 1450, CCCN), y 4) el respeto de la confianza legítima (arts. 1198, CC y 1067,
CCCN)~. Si bien excede el marco de esta obra el desarrollo exhaustivo de cada unode
estos principios, consideramosque puedenser una valiosa herramienta para los ma-
gistrados a la hora de ponderar las circunstancias fácticas del caso y, con ello, deter-
minar si efectivamente la conducta de lavíctimatuvoo no incidencia causalen el aca-
ecimiento del hecho.
Añadimos que, en caso que concurra con el hecho del damnificado, la conducta
de otrossujetosque hayan tenido también incidenciacausal en la producción del si-
niestro, torna aplicable el art. art. 1751 que estableceque si varias personas partici-
pan en la producción del daño que tiene una causa única, se aplican las reglas de las

Picasso, en Código Civily Comercial de la Nación comentado, 2014, t. VIII, ps. 430 y 431. En
igual sentido, Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycompara-
do con los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 2015, t. II, p. 710; Picasso- Sáenz, en Código
Civily Comercialde la Nación comentado, t. IV, p. 434, en www.saij.gob.ar/docs-flcodigo-comenta-
dolCCyC~Nacion~Comentado~Tomo~IV:pdf, disponible al 1/5/16.
CSJN-Fallos, 317:1921; 319:2511; 321:700, 1462, 3519; 324:1344; 327:5224, entre muchos
otros.
* López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 2014, t. 1, ps. 56y 58.
ACCIDENTES DE TRANSITO 121

obligacionessolidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas, se aplican las re-


glas de las obligacionesconcurrentesg.
Para concluir este apartado, no queremos dejar de mencionar la cuestión relati-
va a las predisposicionesdelavíctima. Esdecir, si lascondicionespersonalesdel dam-
nificado (v. gr., anciano, obeso, etcétera), deben ser consideradas una suerte de "he-
chodel damnificado" que interrumpe la cadena causal osi, por el contrario, ellasca-
recen de relevancia a esos efectos.
Compartimoselcriteriode Picasso, quienseñalaqueel hechodelavíctima nopue-
de ser equiparado a otros casos en los cuales no existe'una conducta del damnifica-
do que sea la causa o concausa del daño, aunque sí a una situación anormal o pato-
lógica de aquel que contribuye a la produccióndel perjuicio. Salvo en los casos en los
que el dañado ha cometido una culpa que está en el origen de su predisposición pa-
tológica, o ha adoptado imprudentemente un comportamiento peligrosoteniendo
en cuenta su estado, la cuestión de la influencia causal de las predisposiciones de la
víctima no debería plantearse. Destaca -citando a FIour, Aubert y Savaux-que en
estos casosel único problema verdadero estriba en sa bersi el hecho del autor del da-
ño ha causado efectivamente la muerte o incapacidadde la víctima, y si la respuesta
es afirmativa poco importa que la eficacia dañosa de esa causa haya sido ampliada
por un estado preexistentedel damnificado. Pretender lo contrario importaría des-
conocer el derecho de la víctima a su integridad física. Por eso, si la predisposiciónde
la víctima (ya se trate de un estado del sujeto o de una enfermedad preexistente) no
se traducía, con anterioridad al hecho ilícito, en un grado de incapacidadconcreto,
corresponde-en principio- reparar la totalidad del daño que aquella experimen-
ta. Por último, aclara que la indemnización puede ser reducida por la influencia del
hechodelavíctimasiesta no tomó medidasrazonables para protegersecontrasu par-
ticularvulnerabilidad, como sucedería si quien tiene huesos extremadamentefrági-
les no emplea un casco para realizar ciertasactividades que implican riesgos-como
andar en bicicletao cabalgar-, incluso si no hay obligación legal de hacerlolo.

Jurisprudencia

1. Hecho del damnificado


1 En lo relativo al obrar o actuar del propio damnificado o afectado, hay que analizar
si su conducta contribuyea forjar o-cuanto menos-infaustamente colaborarel des-
dichado resultado perjudicial. Ante tales extremos, nose puede adjudicar la total res-
ponsabilidad a los accionados, a poco que se advierta que ese mismo sujeto debe so-

Las obligacionesconcurrentes son aquellas en las quevarios deudores deben el mismo ob-
jeto en razón decausas diferentes (art. 850, CCCN).
l o Véanse las excepciones a este criterio y un desarrollo más extenso en CNCiv., Sala A,
31110117, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.I. s1Dañosy perjuicios",LL, On Line, AR/JUR/80624/2017.
122 CECILIA CELESTE DANESI

portar su propio daño, con arreglo al principio de autorresponsabilidad que estipula-


ra el art. 1111 del CC, y mantiene su parigual art. 1729 del CCCN, y que fuera, desde la
atávica concepción romanista, un elementode ruptura del nexodecausalidad-"quod
quis ex culpa sua damnum sentit, non intellegitur damnum sentiré" (el daño que al-
guien experimenta por su propia culpa debe considerarse como si no hubiera ocurri-
do)-. La culpa no es otra cosa que un comportamiento omisivo de la conducta debi-
da. En razón de lo expuesto, cabe concluir que en el caso ha operado la fractura parcial
del nexo causal debido a la incumbencia de la culpa de la propia víctima con entidad
1 suficiente para considerarla agente concausal en la producción del siniestro. [CNCiv.,
Sala DI 31/5/16, "T., J. A. c. Acuña, Mario Alberto y otro s/Daños y perjuicios", Rubinzal
On Line, RC J 48001161.

2 No se advierte, que el conductor de la camioneta, quien gozaba de la prioridad de


paso, se le pueda imputar conducta reprochablealguna, dado que circulaba a marcha
autorizaday por elcarrilcentral, según lo ilustróelsumariopolicial. Noseacreditólaex-
cesiva velocidad imputada; y por el contrario quedó probado que el obrar del actor
constituyó un actuar por demás imprudente y relevante en la producción del hecho,
quien afrontó con riesgo para su integridad un avance por un lugar que no le era per-
mitido. El actor debió extremar los recaudos, cruzar por la senda peatonal que estaba
delimitada yaguardar hasta tener el tiempo necesario para finalizar el cruce, conforme
la luzverde o blanca del semáforo que lo habilitara ysin interponersea la circulaciónde
losvehículosque gozaban con la prioridad de paso. En función del análisis precedente,
cabe concluir que con la prueba producida se ha logrado acreditar la causa de exención
contemplada en el párr. 2", art. 1113 del CC(en igual sentido art. 1729, CCCN), esto es la
culpa de la víctima por la que los demandados no deben responder. [CACC la San Isi-
dro, Sala 1,4/8/16, "S., A. D. c. F., R. A. y otros slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC
J 43871161.

3 Corresponde confirmar la sentencia de primera instancia que rechazó la demanda


de daños y perjuicios interpuesta por la actora a raízdel accidente de tránsito protago-
nizado, toda vez que, conforme resulta de la teoría del riesgo creado, correctamente
aplicada por la sentencia de grado-arts. 901,906,1111,1113 y concs., CC; 1722,1729,
1757,1758,1769, CCCN-, el siniestrovial se produjo, exclusivay excluyentemente, por
la conducta de la víctima quien, circulandoen bicicleta y por una avenida, no respetó la
prioridad de paso del auto de la demandada que transitaba-también por una aveni-
da- pero por su derecha (arts. 60, inc. b, 66,69, ap. c, inc. 2", 70,87 y 107 y concs., decr.
40107 de la Provincia de Buenos Aires). [CACC Azul, Sala 11,14/7/16, "Maldonado, Ma-
ría Fabiana c. Orliacq, Silvana s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 38671161.

4 Elconductordemandado resultaresponsableenlostérminosdelosarts. 1721y 1722


del CCCN, ya que no puede aplicarse la exclusión o limitación de responsabilidadpor
el hecho del propio damnificado, en cuanto nose advierte una contribución causal re-
levantedado que circulaba a una velocidad que le permitía el control y dominio del ci-
clomotor que conducía. [CACC Pergamino, 11/8/15, "Cirulli, Lucia de las Mercedes c.
Zatti, Héctor Marceloyotross/Dañosy perj. autom. dles. o muerte", RCCyC, 2015 (sep-
tiembre), 119; RCyS, 2015-X-184; LL, On Line, AWJUW26421/2015].
ACCIDENTES DE TRANSITO

2. Carencia de registro de conducir


5 Si bien laausencia del registrodeconducir implica en principiounainfraccióna lodis-
puestopor lasordenanzasmunicipalesynotraecomoconsecuenciauna presunciónau-
tónoma en contra de su conductor por la responsabilidad derivada de un accidente de
tránsito, tal circunstancia debeser evaluada de acuerdo con las demás pruebas arrima-
das a la causa. Si la falta de registro no es por sí sola prueba de culpa exclusiva, constitu-
ye un fuerte indicio de que el conductor carece de la necesaria habilidad para poder evi-
tar o sortear las dificultades del tránsito. Por lo tanto deberá ser analizada con concor-
dancia con las restantes pruebas producidas. Es decir que'aunqueello no decida su res-
ponsabilidad, resulta un elemento de peso que se suma a las restantes circunstancias
útiles (yadversas) para evaluar su conducta. [CACCCorrientes, Sala IV, 13111115, "Gon-
zález, Azucena Elsa y González, José Antonio c. Sucesores de Fraschia Misael, Augusto
y10 Odin, Sara Aurora y10 q.r.r s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUR/5419212015].

3. Conductor que debía usar anteojos y no lo hizo al momento del siniestro


6 Este relato debe ser analizado ponderando, además, que aquel debe conducir con
anteojos ya que su licencia así lo establece (véanse fs. 23 vta. de la causa penal y fs. 155
de este expediente) deber que no cumplióal producirseel accidente(véansefs.3y24de
la causa penal y fs. 119 de este expediente).Estefactor no carece de influencia a la hora
de establecer la posible mecánica de los hechos ya que Fernández, que en ese momen-
to no usaba sus anteojos para conducir, declaró que cruzó porque-según su criterio-
la motocicletavenía lejos pero en la realidad es obvio que ello no era así. Probablemen-
te al carecer de las lentes correctoras de su capacidad visual no pudo hacer adecuada-
mente el cálculo del espacio que lo separaba de la motocicleta yasí fue como intentó el
crucesinel tiemponecesariopara transponer la calleBarrientossinconvertirseen un pe-
ligro, en un riesgo para quienes circulaban por esta última. [CNCiv., Sala H, 2/7/97, "Sch-
reiner, Luis M. y otro c. Fernández, Miguel A. y otros", LL, On Line, AFUJUFUI 635119971.

4. Predisposiciones de la víctima
7 La regularidad de la relación causal se encuentra suficientemente acreditada, dado
que el dictamen pericia1realizado en la causa penal permite colegir que una lesión co-
mo la generada en autos -fractura de cadera lateral izquierda-suele desembocar
en el resultado en cuestión-muerte-en una persona de las características del falle-
cido; máxime cuando las predisposicionesque presentaba la víctima fatal son previsi-
bles en una persona desu edad, razón por la cual corresponde aplicar la regla general
según la cual el estado patológico, o la condición especial del damnificado, no deben
sertenidosen cuenta a efectos de tener por interrumpida o desplazada la cadena cau-
sal (del voto del doctor Picasso). [CNCiv., Sala A, 31110117, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.I. s1Da-
ños y perjuicios", LL, On Line, AFUJUR/80624/2017].

2 - Excepciones:culpa o dolo del damnificado y circunstancias especiales


Ahora bien, el art. 1729delCCCNestablececomoexcepción loscasosenque la ley
o el contrato dispongan que debe mediar culpa o dolo de la víctima o cualquier otra
124 CECILIA CELESTE DANESI

circunstancia especial. Esto sucede generalmente cuando se trata de damnificados


en situación devulnerabilidad, pues en talescasos la exigencia de una culpa califica-
da del dañadoopera como unaforma deaumentar su protección l . Mencionaremos
algunos deesos ejemplos.

1 - Ley de Defensa d e l Consumidor

En primer lugar, podemos citar el caso de la ley de defensa del consumidor, que
I según las palabras de la propia Corte Suprema "los usuarios y consumidoresson su-
jetos particularmente vulnerables a los que el constituyente decidió proteger de
modo especial, y por lo tanto no corresponde exigirles la diligencia de quien cele-
bra un contrato comercial" 12. Esto se traduce en exigirle al consumidor o usuario
una culpa grave para que ella posea relevancia causal 13.
En abono a dicha postura, señala Lorenzetti que el deber de seguridad que rige
en la órbita de losconsumidoresseintensificacuando quien padece el detrimento es
un sujeto que presenta una vulnerabilidad más gravey por ende debe recurrirsea la
categoría de subconsumidores, que requieren una protección acentuada con res-
pecto al consumidor promedio. Así, "la vulnerabilidad que da lugar a la protección
del consumidor está vinculada con una falla estructural del mercado, que da origen
a una vulnerabilidad general, que afecta a toda la categoría de sujetosque realizan
prácticasde consumo, y que es de orden económico, jurídico y técnico (. ..) Son casos
de subconsumidores: los menores de edad, los ancianos, los enfermos graves, situa-
ciones de urgencia que dan lugar a un estado de necesidad, los analfabetos" 14.
También respalda esa elevada protección a los consumidores, las prescripciones
contenidas en el art. 7Odel CCCN, que establece que en las relaciones de consumo se
aplica la normativa más benévola para el consumidor y, la última parte del art. 1094
del mismo cuerpo normativo, que regula que: "En caso de duda sobre la interpreta-
ción de este Código o lasleyesespeciales, prevalece la más favorable alconsumidor".
Con relación a la materia que nos ocupa, un claro ejemplo lo constituye el con-
trato de transporte, al que le resulta aplicable todo el conjunto de normasque am-
paran los derechos de los consumido re^^^. Es por demás frecuente que las lesiones

l1 Zavala de González, Matilde, cit. por Picasso, en Código Civily Comercialde la Nación co-
mentado, 2014, t. VIII, p. 431.
l2 CSJN-Fallos, 331:819,333:203.
l3 Picasso, La culpa de la víctima en las relaciones de consumo. Presiones de la Corte Suprema,
LL, ejemplar del 2/6/08, p. 4.
l4 Lorenzetti, Consumidores, 2009, p. 101.
l 5 CSJN, 22/4/08, "Ledesma, María Leonor c. Metrovías S.A.", LL, ejemplar del 20/5/08, p. 7;
RCyS, 2008-V-82.
ACCIDENTES DE TRANSITO 125

producidas a un pasajero en el marco de un contrato de transporte sean ocasiona-


das debido a un siniestro vial protagonizado por el vehículo que lo transportaba.
Asimismo, entre las obligaciones del transportista respecto del pasajero están:
a) proveerle el lugar para viajar que se ha convenido o el disponible reglamentaria-
mente habilitado; b) trasladarlo al lugar convenido; c) garantizar su seguridad;
d) llevar su equipaje (art. 1289, CCCN). Como puede verse, está inmersa entre sus
obligacionesla deseguridad. Esen estecontextoque la obligación deseguridad im-
pediría en estos casos que el transportista alegue "ale,grementeUla culpa de la víc-
tima como causal excusatoria, siendo necesario al efecto, que el hecho del damnifi-
cado haya sido de tal gravedad, que interrumpa -total o parcialmente- el nexo
causal 16.

11 - Contrato de seguro

Otro supuesto de excepción está contemplado en el art. 70 de la ley 17.418 que


regula que el "asegurador queda liberado síel tomadoro elbeneficiario provoca el
siniestro dolosamente o por culpa grave". Como puede advertirse, en el marco de
un contrato de seguro, para que opere la exoneración de responsabilidad por par-
te de la compañía, es necesario que el tomador o bien cualquier beneficiario (v. gr.,
conductor,sujeto transportado, peatón, etcétera) causen el siniestrocon doloo por
culpa grave.
La interpretación de esta norma ha suscitado discrepancias desde distintas aris-
tas. Por un lado, se discutía si la culpa grave del tomador podía serle opuesta al dam-
nificado. Así, la Cámara Nacionalde Apelaciones en lo Especial Civil y Comercial de la
CABAdictóunfalloplenarioenelquedispusoque "ladefensadeculpagravedelase-
gurado esoponible por la aseguradoracitada en garantía frente al tercero damnifi-
cado que demanda los daños causados en un accidente de tránsito". Entre sus fun-
damentosse precisó que "si no se trata en la especie de una defensa nacida, con pos-
terioridad al siniestro y tampoco de una controversia sobre la incidencia de la acción
u omisión del aseguradosobre el riesgo asumido, sino de una delimitación subjetiva
expresamente prevista por la ley (arts. 70,114, ley 17.418) para impedir el nacimien-
to de los derechos emergentes del contrato, no existe razón legal alguna que auto-
rice a privar a la aseguradora del ejercicio de la pertinente defensa, sin perjuicio de
las exigencias que sea del caso requerir al decidir si se ha probado fehacientemente
la culpa gravedel asegurado, aspecto este que trasciende el tema de la convocatoria
y que deberá ser objeto de apreciaciónen cada caso concreto sin desmedro del fin es-
pecífico del seguro de responsabilidad civil por los daños causados a terceros" 17.

l6 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 2014, t. 1, p. 54.


l7 CNECC, en pleno, 11/5/82, "Mustafá, Alicia c. Núñez, José M.", SAIJ, FA82140004.
126 CECILIA CELESTE DANESI

Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvoal respectoque"la


función social que debe cumplir el seguro-y el hecho de que el acceso a una repa-
ración integral de los daños sufridos por las víctimas de accidentes de tránsito cons-
tituye un principio constitucional que debe ser tutelado- no implica que deban re-
pararse todos los daños producidos al tercero víctima sin consideración a las pautas
del contratoquese invoca, máximecuandono podía pasar inadvertidopara losdam-
nificados que estaban viajando en un lugar no habilitado para el transporte de per-
, sonas y que de tal modo podían contribuir, como efectivamente ocurrió, al resulta-
do dañoso cuya reparación reclaman" 18.
Por último, debemosdestacar, tal como loseñala Wierbza, que para la responsa-
bilidad civil, no hay grados de culpa, ni apreciaciones más o menos estrictas al res-
pecto. La culpa en estos casossería la culpa común y corriente, emanada en lo esen-
cial de losarts. 1721,1724y 1725del CCCN(antesarts. 512,902y909 del CC). Ensen-
tido contrario, algunos autores alegan que existe una noción autónoma de "culpa
grave", justificando la exclusión de cobertura de los actos que respondan a ese con-
cepto, con independenciade los actos dolo so^^^. AIrespecto, la jurisprudencia, sos-
tieneque "de una interpretación hermenéutica de losarts. 70y 114de la ley 17.418,
debe entenderse que la culpa grave actúa como el obrar excepcional de quien con-
duce el automotor, con un proceder que se acerca más al dolo (previsibilidad del re-
sultado), que a la culpa, constituyendo una falla grosera e inusitada, a extremo tal,
que parezca que ha sido ejecutada a sabiendas. De esta manera, el asegurador pue-
de eximirse de responsabilidad en tanto la culpa grave del aseguradose identifique
más con la voluntad consciente que con el simple descuido"20.

Jurisprudencia

- Culpa grave del tomador o beneficiariocomo eximente de responsabilidad


en el contrato de seguro
1 La función social que debe cumplir el seguro-y el hecho de que el acceso a una re-
paración integral de los daños sufridos por lasvíctimas de accidentes de tránsito cons-
tituye un principioconstitucional quedebesertutelado-no implica que deban repa-
rarse todos los daños producidos al tercero víctima sin consideración a las pautas del
contrato que se invoca, máxime cuando no podía pasar inadvertido para los damnifi-
cados que estaban viajando en un lugar no habilitado para el transporte de personas

l8 CSJN, 8/4/14, "Buffoni, Osvaldo Omar c. Castro, Ramiro Martín S/Dañ0S y perjuicios",SAIJ,
FA14000051.
l9 Wierzba, Manual de obligaciones civilesy comerciales, según el nuevo Código Civily Co-
mercialde la Nación, 2015, p. 398.
20 STSantiago del Estero, Sala Civ. y Com., 12/9/06, "Russo, J0sés.d. de Homicidioculposoyle-
siones culposas e . ~de
. Gerez, Fabián Roberto y Colombres, Rosario María", LLNOA, 201 1(agosto),
714.
ACCIDENTES DE T R ~ N S I T O 127

y que de tal modo podían contribuir, como efectivamente ocurrió, al resultado daño-
so cuya reparación reclaman. [CSJN, 8/4/14, "Buffoni, Osvaldo Omar c. Castro, Rami-
ro Martín s/Daños y perjuicios", Infojus, Id SAIJ: FA140000511.

2 Corresponde rechazar el recurso de apelación interpuesto por el demandado y, en


consecuencia, confirmar lasentenciade primera instancia queadmitió la excepciónde
falta de legitimación pasiva incoada por la compañía aseguradora citada en garantía,
excluyendo la cobertura asegurativa por culpa grave del asegurado, toda vez que ha
quedado claramente comprobado que el conductor del, rodado arrollado por la for-
mación ferroviaria emprendió el cruce del paso a nivel cuando las barreras se encon-
traban bajas, infringiendo de tal modo la prohibición establecida en el inc. k) del art.
82del decr. 40107 de la Provincia de Buenos Aires; circunstancia que constituye una im-
prudenciadetal magnitud cuya dimensiónjustifica la calificaciónendilgada por el ma-
gistrado interviniente, y que amerita la exclusión de la cobertura asegurativa en los
términos y condiciones contempladosen la póliza respectiva. Es materia pacíficamen-
te aceptada en nuestra jurisprudencia entender que quien intenta atravesar un paso
a nivel debe adoptar todas las precauciones necesarias para prevenir el riesgo, desde
quesusola presencia indica el peligrodel crucey lo cual importa una norma de pruden-
cia que comprende tanto a los vehículos como a los peatones que deben respetar la
preeminencia del ferrocarril; de donde las graves anomalías conductivasyseveras ne-
gligencias incurridas por el accionado en el recreado devenir poseen y conllevan vir-
tualidad suficiente como para interrumpir totalmente el nexo de causalidad adecua-
da al que alude el art. 1113 del CC(actua1mentearts. 1757,1758,1769 yconcs., CCCN).
[CNCiv., Sala D, 30111115, "Guerreiro, Ariel Andrés c. Zalevsky, Germán Ezequiely otro
s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 2861161.

3 De una interpretación hermenéutica de los arts. 70y 114 de la ley 17.418, debe en-
tenderse que, la culpa grave, actúa como el obrar excepcional de quien conduce el au-
tomotor, con un proceder que se acerca más al dolo (previsibilidad del resultado), que
a la culpa, constituyendo una falla grosera e inusitada, a extremo tal, que parezca que
ha sido ejecutada a sabiendas. De esta manera, el asegurador puede eximirse de res-
ponsabilidaden tanto la culpa grave del asegurado se identifique más con la voluntad
conscientequeconelsimpledescuido. [STSantiagodelEstero, Sala Civ. y Com., 12/9/06,
"Russo, José s.d. de Homicidio culposo y lesiones culposas e.p. de Gerez, Fabián Rober-
to y Colombres, Rosario María", LLNOA, 201 1 (agosto), 7141.

111 - Elpeatón

Por último, la Ley Nacional deTránsito establece en su art. 64, in fine que "elpea-
tón goza del beneficio de la duda ypresunciones en su favor en tanto no incurra en
graves violaciones a las reglasdel tránsito". Las "graves violaciones" a las que refie-
re la norma representan un grado de protección mayor que el legisladorquisootor-
garle al peatón. Por ello, frente a un daño padecido por un peatón a raízde un acci-
dente de tránsito, para liberarse de responsabilidad el dueño y guardián del roda-
128 CECILIA CELESTE DANESI

do embistente, deberán acreditar un grave incumplimiento por parte de aquel a la


normativa vial.

Jurisprudencia

1. Fractura del nexo causal por peatónque irrumpe imprevistamente


en la calzada
1 Cabe eximir de responsabilidadal conductor del automóvil ya1 propietario de este
1
por el embestimiento de un peatón, toda vez que han desvirtuado la presunción de
responsabilidadque pesaba en su contra como dueños o guardianes de la cosa peli-
grosa al demostrar que el accidente fue causado por la conducta negligente de la pro-
piavíctima al irrumpiren la calzada de imprevistoentredosvehículosdetenidosya mi-
tad de cuadra. [CNCiv, Sala A, 25/8/03, "Ruiz Moreno, Gerardo A. c. Combis, Luis E. y
otros", DI, 2004-1-888; LL, On Line, ARlJURl4575/2003].

2. Fractura del nexocausal por peatón quecamina por la banquina


2 El peatón que fue embestido por un rodado debe ser declarado responsableen un
50% por las consecuencias dañosas del siniestro, pues reconoció que circulaba cami-
nando por la banquina, incumpliendo su deber de transitar por la acera, lo cual tuvo
aptitud para influir en el nexo causal entre el hecho y el perjuicio. [CACCM San Juan,
Sala 11,25/10/16, "Pérez, Darío Noec. Saban, Mauricio Maximilianos/Ordinario", RCyS,
2017-111104; LL, On Line, ARlJUW80610/2016].

3 - La asunción de riesgos por parte de la víctima


y el transporte benévolo
El Código Civil y Comercial regula expresamente el supuesto de la asunción de
riesgos por parte de la víctima, a saber: "La exposición voluntaria porparte de la víc-
tima a una situación de peligro nojustifica el hecho dañoso niexime de responsabi-
lidad a menos que, p o r las circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un he-
cho del damnificado que interrumpe totalo parcialmente e l nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la per-
sona o los bienes de otro tiene derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemni-
zado p o r quien creó la situación de peligro, o p o r e l beneficiado p o r elacto de abne-
gación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida del en-
riquecimiento por él obtenido" (art. 1719, CCCN).
Como puede verse, junto con el consentimiento del damnificado, se incorporan
situaciones que solo serían aplicables al accidente de tránsito donde existía conven-
ción, como podría ser el caso del pasajero respecto de la empresa de transporte, que
sin embargo tiene regulaciones especiales al referirse al contrato de transporte2'.

*l Mosset lturraspe - Piedecasas,Accidentes de tránsito, 2" ed., 2014, p. 81.


ACCIDENTES DE TRANSITO 129

Pues bien, la norma expone dos escenarios. Por un lado, deja sentado que la Úni-
ca eximente de responsabilidad-en lo que la conducta de la víctima concierne-es
el hecho del damnificado, con lo cual la mera intervención del damnificado en una
situación de riesgo no releva de responsabilidad a los sujetos llamados a responder.
Por el otro, estipula una situación de equidad social, ya que contempla el deber de
resarcireldañoquesufraquienseexpongaa un riesgo con el objetodeayudara otro.
Ese deber de resarcir está a cargo del sujeto que haya creado la situación de peligro
o acto de abnegación.
Consideramos que esta última cuestión está vincdlada a la nueva función pre-
ventivade la responsabilidadcivil, quecolocaencabezadetodoslosindividuoselde-
ber de evitar oagravar un daño nojustificado y, por consiguiente, nos obliga a adop-
tar, de buena feyconforme a las circunstancias, las medidas razonables a ese fin. Asi-
mismo, se establece que, si tales medidasevitan odisminuyen la magnitud de un da-
ño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que este le reembolse el va-
lor de los gastos en que incurrió, conformea las reglas del enriquecimiento sin causa
(art. 1710, CCCN), tal como regula la última parte del citado art. 1719. En lo que a la
asunción de riesgos compete, señala con claridad Calvo Costa que la doctrina nacio-
nal no es pacífica a la hora de asimilar esta eximente al hecho o culpa de la víctima en
una relación causal; mientras algunos lo hacen sin cuestionamientos (Brevia), otros
expresan acertadamente que el mero conocimiento del riesgo no implicasu acepta-
ción, yauncuandoeste hubiera sidoaceptado, habría que indagarsi ellopuedecons-
tituir desde el punto de vista causal la entidad de hecho de la víctima (Pizarro, Va-
Ile~pinos)~~.
El ejemplo típico, y que hace a nuestro estudio, es el caso del transporte benévo-
lo, que acaece cuando el conductor-dueño o guardián-del vehículo, consiente
en llevar a otra persona por acto de mera cortesía, con la intención de hacerle un fa-
vor y sin que el viajero tenga la obligación de efectuar contraprestaciónalguna23.
El encuadre jurídico de tal instituto ha suscitado discrepancias doctrinarias en
cuantoa la órbita de la responsabilidad civil-contractual oextracontractual-que
lo rige. Y si bien dicha discusión ha sido superada con la unificación de ambas en el
Código Civil y Comercial, haremos un breve repaso de las dos posturas.Un sector mi-
noritario sostenía que el transporte benévolo configuraba un verdadero contrato
ya quese perfeccionaba con el consentimiento de ambas partes, nosiendo óbice pa-
ra arribar a tal conclusión la ausencia de interés económico del tran~portista~~. Las
principales críticas a esa tesitura radicaban en que la invitación o conformidad del
conductor del vehículo para transportar gratuitamente a una persona no revestía

22 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 201 6, t .2, p. 246.
23 Llambías, Responsabilidad civiloriginada en eltransporte benévolo, LL, 150-935.
24 Mosset Iturraspe, Responsabilidadpordaños, 1979,t. 1, p. 340.
130 CECILIA CELESTE DANESI

una declaración de voluntad con significación jurídica, pues no había intención de


obligarse -solo un mero acto de cortesía- y, por ende, mal podía creerse que exis-
tía un acuerdo de voluntades destinado a reglar los derechos de las partesy que es-
te dé nacimiento a relaciones jurídicas obligacionale~~~. En esa línea, la mayoría de
nuestra doctrina alegaba que eran normas propias de la responsabilidad extracon-
tractual las aplicables al transporte benévolo, pues el ingreso de una persona a un
vehículo, ya sea a pedido del peatón o bien por la actitud caritativa del conductor,
, no era un acto constitutivo de la celebración de un contrato en los términos del art.
1137 del CC.
Tampoco había consenso en cuanto a la norma que regulaba la cuestión, ya que
algunosargüían que debía examinarse bajo la lupa que preveia el art. 1109 del CCy
otros, en los términos del art. 1113 del mismo cuerpo normativo.
El primer sector entendía que el beneficiario del transporte benévolo no podía
ser calificado como extraño al riesgo que a su respecto contribuyó a originar al con-
sentir su transporte, por lo tanto, este debería acreditar la culpa del conductor en la
producción del evento dañoso para poder acceder a una indernniza~ión~~.
Pero en respaldo a la segunda postura, señalaba Zavala de González que la sola
intervención de la víctima en una actividad con peligrosidad genérica y abstracta,
comúnmente aceptada según las normasdel diariovivir, no importaba una acepta-
ción de riesgosque liberede respon~abilidad~~.~demas, e segundo párrafodel art.
1113del CCnodistinguía entredamnificados, abarcaba a todos, hayan participado
o 170 en el uso de la cosa, estén "dentro" o "fuera" de ella al momento del hecho2*,
como tampoco preveia entresus causalesdeexoneraciónde responsabilidad que la
víctima haya obtenido un aprovechamiento de la cosa.
La Cortesuprema deJusticia de la Naciónseexpidióal respecto, afirmóqueotor-
gar carácter exoneratorio a la aceptaciónde riesgos conllevaría a crear por vía pre-
toriana una eximente de responsabilidadque la ley no prevé29.
El Código Civil y Comercial, a nuestro modo de ver, sella estas discusiones. Por un
lado, ante la unificación de órbitas, se torna superfluo el encuadre en la responsabi-

25 Acuña Anzorena, "Transporte gratuito y responsabilidad en caso de accidente", en Estu-


diossobre la responsabilidad civil, 1963, p. 349, cit. por Trigo Represas, Responsabilidad extracon-
tractualpor daños en un transporte benévolo, LL, On Line, AR/DOC/2623/2012.
26 CNCiv., Sala A, 23/2/12, "Giménez, Victoria Yasmin c. Morales, Pablo y otros s/Daños y per-

juicios", LL, On Line, AR/JUR/4037/2012.


27 Zavala de González, Resarcimiento de daños, 1999, t. 4.
28 Pizarro, Responsabiljdad civilp o r riesgo creado y de empresa, 2006, t. III, p. 314.
29 CSJN, 23/10/01, "MelnikdeQuintana, Mirna Elenay otroc. Carafi, Juan", CSJN-Fallos, 315:
1570; 319:736; 322:3062; 324:3618, entre otros.
ACCIDENTES DE TRANSITO 131

lidad contractual o extracontractual. Además, esta figura queda expresamenteex-


cluida del contratode transporte. Primero, debidoa que la definición del mismo ha-
bla del pago de un precio por parte del pasajero, a saber: "Hay contrato de trans-
porte cuando una parte llamada transportista o porteadorse obiiga a trasladarper-
sonaso cosasde un lugara otro, yla otra, llamadapasajero o cargador, se obliga apa-
gar untprenoo flete" (art. 1280, CCCN). Y también, porque el art. 1282 del CCCNes-
tablece que el transporte a título gratuito no está regido por las reglas del Capítulo
7, excepto que sea efectuado por un transportista que,ofrecesus servicios al público
en el curso de su actividad.
Por otro lado, los clarostérminos del art. 1719 del CCCN impiden utilizar el térmi-
noaceptaciónde riesgos para vedar la aplicación de un factor objetivo, el que rige en
el caso conforme a la remisión que hace el art. 1769 del mismo cuerpo normativo.
En ese orden de ideas, seseñala que la aceptación del pasajero a ser transporta-
do no puede implicar jamás una aceptación de los riesgos normales del transporte.
Para que pueda hablarse de asunción de riesgos, no basta solo tener conocimiento
de ellos, sino también aceptarlos. Solo ante la amalgama del conocimiento y de la
aceptaciónse puede hablar de asunción de riesgo: el mero conocimiento del riesgo
por sísolo, no es indicativo de que la víctima lo haya consentido, y por lo tanto, an-
te la ocurrencia de un daño, no la inhabilita a peticionar la reparaciónde los perjui-
cios. La víctima solo presta su conformidad en someterse a la situación de peligro,
mas no a que el riesgo ocurra ni renuncia a la reparación de los daños30.
La únicaexcepciónquecontemplala normasonaquellossupuestosenquela acep-
tación de riesgos pueda calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe
total o parcialmenteel nexo causal. En este caso, claro está, la exoneración nose pro-
ducirá a nivel de la antijuridicidad, pues la aceptación de riesgos no es una causa de
justificación, sino de la relacióncausal, y resultará aplicable el art. 1729.Tal comosos-
tiene con acierto Picasso, aquí no se trata de la mera exposición voluntaria a una si-
tuación de peligro (riesgo genérico y abstracto, como aceptar ser transportado en
una motocicletao un automóvil), sino de la exposición imprudente a un peligro con-
creto, que tieneaptitud para erigirseen causa oconcausaadecuada del perjuicio. Por
ejemplo, aceptar sertransportado por quien conduce manifiestamenteen estadode
ebriedad, oen la caja descubiertade una camioneta31,o por una persona que no po-
see licencia deconducir, oen unvehículoque no posee lascondicionesmínimasdese-
guridad3*.

30 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 142.


31 Picasso, en Código Civily Comercial de la Nación comentado, 2014, t. Vlll, p. 379; en igual
sentido, Zavala de González, Resarcimiento de daños, t. 2a, "Daños a las personas", 1997, p. 288.
32 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 143.
CECILIA CELESTE DANESI

Jurisprudencia

1. Transporte benévolo: no aplica


asunción de riesgos
1 La Corte Suprema tiene decidido que en materia de daños a las personas producidos
en ocasión de un transporte benévolo, resulta de aplicación el art. 1113 del CC, ya que
por tratarse de un detrimento generado por la participación de una cosa riesgosa, bas-
ta que el afectado demuestre el daño sufrido y su relación de causalidad con aquella,
' quedando a cargo del dueño acreditar la culpa de la víctima o de un tercero por quien
no deba responder. Y en la misma línea de pensamientoseinscribe el Código Civil y Co-
mercial (arts. 1769,1757,1758, CCCN),sinque laeventualexposiciónvoluntaria porpar-
te de la víctima a una situación de peligro exima de responsabilidad al dueño o guar-
dián de la cosa a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda calificarsecomo
un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal (art.
1719, CCCN). [CNCiv., Sala B, 2418116, "Salvitelli, Noemí Estela y otro c. Brecciaroli, Jor-
ge Héctor y otro s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 54761161.

2. Víctima queviaja en la parte posterior del vehículo


sin asiento ni cinturón deseguridad
2 La conducta de la víctima, quien viajaba en la parte posterior del vehículosin asien-
toysin cinturón deseguridad en un caso de transporte benévolo, aunque es impropia
yviolatoria de las normas de circulación, no tiene aptitud suficiente para interrumpir
el nexo causal ni para agravar el daño provocado por la conducta imprudente del con-
ductor. [CACCAzul, Sala II, 15112115, "Díaz, Daniel Dalmiroc. Peralta, Ricardo Oscary
otros slDaños y perjuicios", LL, On Line, AR/ JUW8745U20151.

3. Vehículoen mal estadoysin cinturón


de seguridad
3 Correspondeconfirmar la sentencia de primera instancia que rechazó la demanda
dedaños yperjuicios interpuesta por el actor a raízdel accidente que padeciera enoca-
sión desertransportado de manera benévola por el coaccionado, toda vez que, si bien
el recurrente pretende que se establezca la responsabilidad objetiva del conductor,
fundada en que la camioneta se encontraba en mal estadoy no contaba con cinturón
de seguridad para tres personas, lo cierto es que, sin embargo, el subir a la camioneta
en esascircunstanciasanormalesyextraordinariasimplicó una asuncióndel riesgo, co-
mo lo prevé el art. 1719 del CCCN; ysi bien ello no implicó que aceptara ser afectado en
su integridad física, cabe señalar que, en esas circunstancias, su propio hecho de abrir
la puerta del vehículo cuando estaba en movimiento fue el que interrumpió en defi-
nitiva el nexo causal y provocósu caída con los daños consecuentes. Es decir que fuesu
propio hecho de abrir la puerta, hecho ajeno al vehículo, el que determinó la existen-
ciadesuculpa porimprudenciaexclusiva en lostérminosdelosarts. 1111del CC, y 1719
y 1729 del CCCN. Ese hecho, determina que la parte demandada se libere de responsa-
bilidad, como concluyó la sentenciante con cita del art. 1722 del CCCN, en criterio que
se comparte, por cuanto la responsabilidadobjetiva se vio interrumpida por el hecho
ACCIDENTES DE TRANSITO

de la víctima. [CACCC Concepción de Tucumán, 5/12/16, "Loyola, Héctor Cristóbal c.


Seguros Rivadavia y otra s/Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 6401171.

4. Aplicación del art. 1719 del CCCN como pauta interpretativa


4 El art. 1719delCCCN, expresamentedeterminaque laexposiciónvoluntariade lavíc-
tima a una situación de peligro no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabili-
dad, a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda calificarsecomo un hecho
del damnificadoque interrumpe total o parcialmenteel nexo causal. Si bien por la épo-
ca de acaecimiento del hecho dañoso la nueva legislación no resulta de aplicación para
dirimir la controversia de autos, de todos modos, ycomoya se ha sostenido, la nueva le-
gislación ha deservir como pauta orientadora de lo querido por el legisladorensupues-
tos de dudas o controversiasen la interpretación de una norma o instituto anteriores.
[CACCLM Neuquén, Sala 11,28/7/16, "V., l. M. c. Houvardas, Alexis y otro s/Daños y per-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 45201161.

5. Hecho del damnificado.Conductor ebrio


5 En virtud de lo establecido en el art. 1719 del CCCNrespecto de la exposición volun-
taria de lavíctima a unasituaciónde riesgo, corresponde responsabilizarenformacon-
currente a los actores y al demandado que los transportaba benévolamente, pues
aquellosabordaron elvehículo que iba a ser conducido por quiense hallaba en un im-
portante estado de ebriedad que no pudieron dejar de percibir. [CACCTrelew, Sala B,
17/6/15, "A., N.A.yotrasc. Delgado,Gregorios/Dañosyperjuicios", LL Patagonia,2016
(febrero), 27; RCyS, 2016-IV-41; LL, On Line, AR/JUR/28997/2015].

4 - Consentimientodel damnificado
La cuestión del consentimiento del damnificado posee asidero legal en el art.
1720 del CCCN, que establece que: "Sin perjuicio lasdisposicionesespeciales,elcon-
sentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya
una cláusulaabusiva, libera de la responsabilidadporlosdañosderivadosdela lesión
de bienes disponibles".
En primer lugar, queremos aclarar que la figura del consentimiento del damnifi-
cado se ubica como una causa de justificación, es decir, ataca el requisito de antiju-
ridicidad de la responsabilidadcivil, borrando la ilicitud del accionar del creador del
daño.
Pues bien, en los fundamentos del proyecto del Código, se precisa que el con-
sentimiento libre e informado del damnificado libera de responsabilidaden la me-
dida en que no constituya una cláusula abusiva. El art. 1720, que se aplica solamen-
te a bienes disponibles y con todas las seguridades de la voluntad libre, resulta ne-
cesario, porque de lo contrario muchosvínculoscontractualesnoserían posibles33.

33 Disponible al 11111116 en www.nuevocodigocivil.comlwp-contentluploadsl207510215-


Fundamentos-del-Proyecto.pdf.
134 CECILIA CELESTE DANESI

Entonces, para que opere esta causa de justificación del daño es menester que:
el consentimiento del damnificado sea libre (acto voluntario, conf. art. 260, CCCN)
e informado (v. gr., art. 59 del Código y Ley de Derechos del Paciente), que la cláu-
sula nosea abusiva (arts. 9 8 8 ~ 9 9 9CCCN)
, yque recaiga sobre bienes disponibles (en
el caso de los derechos personalísimos es relativa -conf. arts. 55,56y 58, CCCN-).
Un ejemplo típico de este instituto es el caso de las carreras de autos, ya sea en el
marco de la organizaciónde un espectáculo deportivoo una picada en la vía pública
, (tema, este último, que será abordado bajo el título "Responsabilidad colectiva y
anónima: actividad peligrosa de un grupo", en Capítulo 1, "Normativa Aplicable").

5 - Concurrencia de culpa de la víctima y otrossujetos


Asimismo, puede darse el supuesto que resulten responsablesen la producción
del siniestro la víctima y otrossujetos, como por ejemplo el demandado o alguno de
loscitados como terceros. En estoscasos, el juezdeberá distribuir la responsabilidad
de cada uno, es decir, determinará la incidenciaque tuvo cada conducta en el resul-
tadodañoso. Así, estableceránlos porcentajes por loscualesdeberán responder. Pa-
ra la víctima, esa será la medida del daño que deberá soportar por haber contribui-
do a su producción y el restante, lo asumirán los demandados en forma solidaria o
concurrente según corresponda.

Jurisprudencia

1. Concurrenciade responsabilidad
1 Los daños causados por la circulación devehículosse rigen por las normas referidas
a la responsabilidad derivada de la intervención de cosas riesgosas (art. 113, CCdero-
gado, actual art. 1769, CCCN), pero cuando el debate afecta la atribución de respon-
sabilidad por violación de la prioridad de paso, corresponde aplicar la norma especial
-1ey24.449, art. 64-que presume la responsabilidadde quien no tenía la prioridad.
Así, el automovilista embistente y el motociclista que realizó una maniobra de riesgo
son responsablesde las consecuencias derivadas del suceso-en el caso, en un 80% y
en un 20%, respectivamente-, pues mientras el primerovioló la prioridad de paso el
segundo, al carecer de licencia de conducir y no acreditarse su idoneidad para condu-
cir ese tipo devehículos, influyó con su infracción en la producción del hecho. [CACC
Mardel Plata, Sala 11,1818116, "R. D., J. A. c. K., I.yotras/Dañosyperjuicios", RCyS,2016-
XI-51, con nota de Martín Juárez Ferrer; LL, On Line, AR/JUR/57487/2016].

2 El conductor accionante debeser responsabilizadoen un 50% por los perjuiciosde-


rivados del accidente de tránsito en el que estuvo involucrado, pues sin perjuicio de
quesuvehículocirculaba con prioridad de paso, no lo comandaba en forma prudente
al cruzar una intersecciónsinsemáforos, locual queda determinado porque el vehícu-
lo de la demandada había casi terminado de transponer la encrucijada cuando fue em-
bestido. [CNCiv., Sala D, 13112116, "Cruz, Ethel yotrosc. Liberatto, VicenteOscarsIDa-
ños y perjuicios", RCyS, 2017-IV-202; LL, On Line, AR/JUR/90418/2016].
3 El comportamiento del actor al intentar ingresar a una vía de circulación sin asegu-
rarse que la misma estaba liberada ha contribuido causalmente al resultado dañoso
-en el caso, en un 20%- porque aun cuando se ha probado que el colectivo deman-
dadoseconducía sin luces, de noche, en una zona poco iluminaday con una intensa Ilu-
via y que ello pudo contribuir a que el actor tuviera mayor dificultad para divisarlo, es-
ta circunstancia no lo liberaba de su obligación de tomar todas las precauciones nece-
sarias-ya que fuequien intentó invadir un carril de circulación por el que presumible-
mente transitaban otrosvehículos-por lo que su inobservancia, se erige en concausa
generadora del perjuicio, liberando parcialmentede responsabilidad al dueño o guar-
dián del colectivo. [CACC 2aNom. Córdoba, 18/2/16, "Amaranto, Alejandra Patricia y
otro c. Méndez, Juan Carlos y otro slordinario daños y perjuicios- Accidentes de tránsi-
to", RCyS, 2016-X-167; LL, On Line, AWJUWI 888/2016].

4 El factor eximente invocado por la demandada, cual es la culpa de la víctima, ha sido


en cierta medida acreditado. El intentodeacceder al ferrocarril en marcha importa una
conducta indudablemente imprudente, que a su vez admite diversos niveles según tal
intento se concrete cuando la máquina realiza los primeros movimientos o cuando va
adquiriendo distintos ycrecientesgradosdevelocidad. Y aun cuando en el caso la vícti-
ma hubiera procurado ingresar al vagón cuando la formación comenzaba a efectuar la
maniobra de arranque-con sus consecuentessacudones- no se abrigan dudas sobre
su peligrosidad.Conforme la nocióndecausalidadadecuada(arts. 901 a 906, CC,y 1726
y 1727, CCCN) era previsible, según el curso natural y ordinario de las cosas, que el in-
tento del hijo de la demandantederivase en una lamentable lesión que en el caso ha si-
do letal. De todos modos, ello no permite soslayar que la empresa ferroviaria ha in-
cumplidocon el deber deseguridad quese hallabaa su cargo, pues noexisten dudas en
cuanto a que las puertas del convoy estaban abiertas, pues de otro modo el accidenta-
do no hubiera intentado el ascensoque había logrado su hermano mayor. [CNCiv., Sa-
la G,4/10/16, "N,, N. G.yotroc. Empresa deFerrocarrilesArgentinosyotros/Dañosyper-
juicios", RubinzalOn Line, RCJ 5831/16].

5 En definitiva: media contribución causal del 70% atribuible al riesgo derivado de la


circulación del camión, que intentó doblar hacia su derecha, circulando por una aveni-
da de doble mano para ingresar a una calle de una sola vía, yque pese a advertir la ma-
niobra degiro mediante el uso de luces, lasdimensionesyellargo de esevehículoexige
necesariamenteque se recueste hacia el lado izquierdo de la avenida. En tales circuns-
tancia fue embestido por la moto que transitaba a velocidad inapropiada, no pudien-
dosu conductor (pese a tener prioridad de paso) evitar colisionar con el camión, inten-
tandofrenary luegodedejar una huella de4,5 metrosimpactócontra el rodadodelde-
mandado, lo que revela que careció del control efectivo de su vehículo, omitiendo cir-
cular con la previsióny precaución debida. Por lo expuesto, corresponde modificar par-
cialmente la sentencia apelada distribuyendo la participación causal de cada parte en
el 70% para el demandadoyel30% para la víctima (arts. 901,906,1111,1113 yconcs.,
CC; 1757,1758,1769 y concs., CCCN; 384,456,474~concs., CPCCBA). [CACC Azul, Sala
II, 21/2/17, "O. F., R. c. Aseguradora Federal Argentina S.A. y otross/Dañosy perjuicios",
RubinzalOn Line, RC J 13261171.
CECILIA CELESTE DANESI

c) Caso fortuito y fuerza mayor

El Código Civil contemplaba esta figura en losarts. 513~514.El primerodeellos,


establecía: "El deudor no será responsable de los dañose interesesqueseoriginen
al acreedor por falta de cumplimiento de la obligación, cuanto estos resultaren del
caso fortuito o fuerza mayor, a no ser que el deudor hubiera tomado a su cargo las
consecuencias del caso fortuito, o este hubiere ocurrido por su culpa, o hubieseya
sido aquel constituido en mora, que no fuese motivada por caso fortuito, o fuerza
i mayor". Y el siguiente: "Caso fortuito es el que no ha podido preverse, o que pre-
visto, no ha podido evitarse".
Resultan de suma utilidad para definir estos conceptos, las notas a los artículos
mencionados. Allí Vélez Sarsfield precisaba que el caso fortuito o la fuerza mayor
eran producidos por dos grandes causas; por la naturaleza o por el hecho del hom-
bre. Los casos fortuitos naturales eran, por ejemplo, la impetuosidad de un río que
sale de su lecho; los terremotos o temblores de la tierra, las tempestades; el incen-
dio, etcétera.Aclaraba tam bién -citando aTroplong-, que los accidentesde la na-
turaleza, mientras que por su intensidad no salgan del orden común, no se los de-
bía calificar como casos fortuitos. Es que, estos acontecimientos son resultado del
curso ordinario y regular de la naturaleza, como la lluvia, el viento, la creciente or-
dinaria de los ríos, etcétera. Lasestacionestienensuorden ysu desarreglo, que pro-
ducen accidentes y perturbacionesque también traen daños imprevistos.
En aquellos tiempos, la diferencia principal entre ambas figuras reposaba en la
causa que originaba a cada uno. Así, los casos de fuerza mayor eran hechos del hom-
bre, como la guerra, el hecho del soberano, o la fuerza del príncipe. Se entienden por
hechos del soberano los actos emanados de su autoridad, tendiendo a disminuir los
derechos de los ciudadanos. Las violencias y las vías de hecho de los particulares, no
secuentan en el número de los casosdefuerza mayor, porqueson delitos, ycomo ta-
les están sujetos a otros principiosque obligan a la reparacióndel mal que causen.
El Código Civil y Comercial utiliza ambos términos como sinónimos, es decir, su
acaecimientoproduce las mismasconsecuenciasy, losdefine tambiéncomoel hecho
que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evita-
do. Asimismo, expresamente prescribe que tanto el caso fortuitocomo la fuerza ma-
yor eximen de responsabilidad,excepto disposición en contrario (art. 1730, CCCN).
Para comenzar, debemosdetallar cuálesson loselementosesencialespara que se
configure el caso fortuito. Tal como enseña Calvo Costa, en primer lugar, debe pre-
sentarse un elemento objetivo, esto es el acontecimiento o suceso, ya sea de la natu-
ralezaodel hombre. El acontecimientodebeser imprevisible, esdecir, que nose pue-
de saber o conocer con anticipación. Y en el caso que sí se lo pueda prever, debe ser
inevitable. Esteelemento exige que por más precavido que haya sido el sujeto, no ha-
ya podido contrarrestarlo. Esa imposibilidad debe ser absoluta. Asimismo, el acon-
tecimiento tiene que ser actual, extraño e inimputable al deudor (lo que incluye -
lógicamente-a susdependientes, art. 1753, CCCN). Finalmente, agregamos que en
ACCIDENTES DE TRANSITO 137

materia de obligaciones, el caso fortuito debe sobrevenir al nacimiento de la obli-


ga~ión~~.
La importancia de esos elementos radica en que, una vez identificados, nos per-
mitirán determinar si efectivamente nos encontramosante un caso fortuito o fuer-
za mayor y, con ello, eximir de responsabilidadal demandado.
Son ejemplos de hechos de la naturaleza: terremotos, inundaciones, los vientos
huracanados, losaludes, etcétera. Añadimosqueestoseventos nodebenserfrecuen-
tes en la zona donde se haya producido el siniestro. En cambio, entre los hechos del
hombre, podemos señalar el hecho del príncipe (órdenes dictadas por alguno de los
poderes del Estado), la huelga (que en Argentina es moneda c ~ r r i e n t e ~etcétera.
~),
La principal discusión que radica en tornoa esta eximente de responsabilidad, es
si en el supuesto que concurra el caso fortuito y la culpa del demandado o el riesgo
de la cosa, la responsabilidadpuede ser graduada o no.
Sáenzopina queel caso fortuito nunca podrá eximir parcialmente, pues, si el he-
cho era en parte evitable por el agente, entonces no se cumple el presupuesto de
inevitabilidad propio de la eximente, amén de que tampoco se tratara de un hecho
exterior al autor36.
En ese sentido, la redacción propuesta por el Código Civil y Comercial ("exime de
responsabilidad")veda la aplicación de la llamada "teoría de la causalidad parcial",
cuyos sostenedores propugnan la posibilidad de adscribir una parte de la eficacia
causal al caso fortuito, yotra al hecho del sindicado como responsable.Según el nue-
vo ordenamiento, si el hecho fue irresistible para el demandado, entonces hay caso
fortuito (y no hay responsabilidad),y si no lo fue, o si fue originado por la culpa del
sindicado como responsable, este último responde por el total del daño sufrido por
la víctima37.
Picasso, en comentario al art. 1730, explica que de la letra de la mencionada nor-
ma se desprende que el caso fortuito exime totalmente de responsabilidadpero si
coexiste con una culpa del demandado, entonceseste debe responder por la totali-
dad del daño causado a la víctima. No existe aquí alusión a la posibilidad de una li-
mitación de la responsabilidad, como sí lo dice literalmente al tratar el hecho del
damnificado. Además, destaca que se exige que el caso fortuito sea exterior, es de-

34 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, ps. 256 a 258.
35 Disponible al 14/2/18 en www.infobae.coml2015/06/12/1734926-los-lO-paises-del-mun-
do-los-que-se-hacen-mas-huelgas.
36 Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycomparadocon
los Códigos Civilde VélezSarsfieldydeComercio, 2015, t. II, p. 712.
37 Picasso - Sáenz, en Código Civil y Comercial de la Nación comentado, t. IV, p. 436, en
www.saij. gob.ar/docs-f/codigo-comentadolCCyC~Nacion~Comentado~Tomo~/~pdf, disponible
al 1/5/16.
138 CECILIA CELESTE DANESI

cir, no concurra con la culpa del demandado ni constituya una contingencia propia
del riesgo de la cosa o la actividad (art. 1733, incs. dy e). Si se presenta alguna de es-
tas últimas situaciones, entonces no hay propiamente caso fortuito, y el supuesto
responsable responde por el total del daño causado a la víctima38.
Calvo Costa, por su parte, señala que ante la concurrencia entre el caso fortuito
y el riesgo de la cosa, existen dos opiniones: una defendida por Goldenberg y Trigo
Represas, quienes sostienen que solo libera el casus externo que desplaza íntegra-
mente al riesgo en el nexo causal; otra, seguida por Mosset lturraspe y Brebbia (a los
cuales él adhiere y nosotros también), quienes afirman que debe asimilarse la solu-
ción a lo que acontece cuando concurren el caso fortuito con la culpa del demanda-
do, es decir, que quien introdujo el riesgo deberá soportar las consecuencias disva-
liosasde la víctima en la medida en que dicho riesgo por él aportado haya tenido in-
cidencia causal, no debiendo asumir las que han sido provocadas por la incidencia
del c a s ~ s ~ ~ .
Conforme la postura citada en último término, la que consideramos más justa y
equitativa, si se produce un accidente de tránsito por la suma del caso fortuito y el
riesgo de la cosa, el demandado responderá en la medida desu incidencia causal en
la producción del daño.
Finalmente, destacamos que, en algunos casos específicamente contemplados
en el Código, aunque ocurra el caso fortuito0 la imposibilidad de cumplimiento, el
deudor será igualmente responsable. Estossupuestosson: a) si ha asumido el cum-
plimiento aunque ocurra un caso fortuito o una imposibilidad; 6)si de una dispo-
sición legal resulta que nose libera por caso fortuito o por imposibilidad de cumpli-
miento; c) si está en mora, a no ser que esta sea indiferente para la producción del
caso fortuito o de la imposibilidad de cumplimiento; d) si el caso fortuito o la im-
posibilidad de cumplimientosobrevienen por su culpa; e) si el caso fortuitoy, en su
caso, la imposibilidad de cumplimiento que de él resulta, constituyen una contin-
gencia propia del riesgo de la cosa o la actividad, y f) si está obligado a restituir co-
mo consecuencia de un hecho ilícito (art. 1733, CCCN).
Para concluir, afirmamos que, conforme lo evidencia la práctica, esta eximente
es la menos utilizada. Es poco frecuente que el demandado logre eximirse de res-
ponsabilidad acreditando el caso fortuito o la fuerza mayor.

Jurisprudencia

- caso fortuito-fuerza mayor: requisito de la inevitabilidad


1 Corresponde confirmar la sentencia de grado que rechaza la demanda de daños y
perjuicios interpuesta por la actora contra la empresa de transportes accionada, a raíz

38 Picasso, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, 2014, t. VIII, ps. 436 y 537.
39 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, ps. 262 y 263.
ACCIDENTES DE TRÁNSIITO

de la lesión que padeciera al recibir el impacto de una piedra arrojada por terceros en
momentos en que era transportada. El punto pasa por la inevitabilidad, pues si lo ocu-
rridoera inevitable,seconfigura una de lascausalesdeexoneraciónde responsabilidad
previstas en el entonces art. 184 del CCom. La inevitabilidad debe ser analizada en un
contexto de razonabilidad,según la realidad que marcan lascircunstanciasdepersona,
tiempoy lugar. Y en tal sentido, de haber estado con la puerta cerrada, la piedra habría
rebotado, por lo que el daño era evitable. Sin embargo, aun si se encontrara probado
que el interno estaba en movimiento, la piedra podría haber entrado por una ventani-
lla abierta debido al calor, circunstancia esperable tenien,do en cuenta que el hecho se
produjo en un día del mes de enero. El hecho del tercero agresor, aun cuando pudiera
afirmarse que resulta previsible-lo cual solo puede referirse a una previsibilidad abs-
tracta, en general, y noa un viaje ya un momento determinado-, no ha podidoevitar-
se por partede la demandada, reuniéndoseasíel requisitodel art. 514del CC(arts. 1730,
1731, CCCN). [CNCiv., Sala M, 919115, "Rojas, Esperanza c. Transportes Automotores
Riachue1oS.A.Línea 100yotros/Dañosyperjuicios",causa no103017/2007,RubinzalOn
Line, RC J 74661151.

2 Si bien el codemandado sostuvo que su vehículo había sido previamente impacta-


do por otro vehículo, ello no permite suponer el carácter de caso fortuito que ese pri-
mer impacto había revestido en tanto no existe ningún elemento de prueba que per-
mita suponer que ello resultó imprevisible o inevitable ya que pese a ese extremo su
vehículo podría haberjugado un rol causal adecuado en el accidente. [CNCiv., Sala A,
19/3/13, "Libenson, Eduardo Germán c. Arce, Aldo Julio y otros s/Daños y perjuicios",
LL, On Line, AWJUW9082/2013].

d) Hecho de un tercero por el que no se tiene el deber


de responder

1 - Concepto y elementos
Otra de las eximentes de responsabilidadque pueden alegar el dueño y el guar-
dián, es el hecho del tercero por quien no se debe responder. Esta eximente ya esta-
ba regulada en el Código de Vélez Sarsfield y se exigía que aquel no posea una su-
bordinación jurídica ni con la víctima ni con el presunto responsable, es decir que
debe tratarse de una persona totalmente extraña a ambos40.
El Código Civil y Comercial introduce una considerable novedad al exigir que el
hecho del tercero reúna los caracteres del caso fortuito para fracturar el nexo de
causalidad, lo que creemos que en la práctica se traducirá en una cuasi inaplicabili-
dad de la norma. Es que, como se dijo precedentemente,son casi nulos los pronun-
ciamientos judicialesque rechazan una demanda indemnizatoria confundamento

40 PerozzielloVizier, La prueba en elproceso civil, 2013, t. III, ps. 428y 429.


CECILIA CELESTE DANESI

en el caso fortuito o fuerza mayor, con lo cual, exigir la presencia de sus caracteres
al hecho del tercero conlleva a convertir en ficticia la eximente.
En eseorden de ideas, seseñala que resulta un recaudoexcesivo, puestoque bas-
tará con que esa acción u omisión del tercero sea extraña al demandado. Por ello,
convierte a la eximente en una defensa de difícil aplicación práctica4I.
Además de contener los elementos del caso fortuito, que fueron detalladosen el
apartado anterior al cual remitimos, el hecho del tercero debe tener incidencia cau-
, sal en la produccióndel accidente de tránsito. Al respecto, se ha discutidosi el hecho
del tercero puede exonerar de responsabilidad parcialmente al dueño o guardián.
Así, algunossostenían que, en el supuesto de riesgo de la cosa -aplicable en mate-
ria de accidentes de tránsito- el demandado respondía en la medida de su contri-
buciónal daño. Otrosen cambio, considerabanquetantoel demandadocomoel ter-
cero, respondían indistintamente frente al damnificado, quien podía demandar a
los dos o a cualquiera de ellos por el total de la indemnización, sin perjuicio de las ac-
ciones posteriores de repetición entre ellos.
Actualmente, la doctrina es conteste en afirmar que la Última postura señalada
es la adoptada por el Código Civil y Comercial, puesto que, el art. 1751del mismo es-
tablece que si varias personas participan en la producción del daño que tiene una
causa única, rigen las reglas de las obligacionessolidarias. Si la pluralidad deriva de
causas distintas, se aplican las reglas de las obligaciones concurrentes. Luego, los
responsables podrán interponer las acciones de contribución o de repetición que
c~rresponda~~.
Entonces, el término incluido en la norma "eximir de responsabilidad, total o
parcial" debe interpretarse con relación a la repetición que ejerzan los demanda-
dos, mas no con relación a la víctima, frente a la cual responderántodos en forma
solidaria o concurrente.
Por otra parte, no podrá invocar esta eximente el principal si, por ejemplo, el de-
pendienteconducíaun rodadoenejercicioocon ocasióndesusfunciones(art.1753,
CCCN)yproduceunsiniestro.Tampocopodránalegarla l~spadres~cuandoseael hi-
jo menor de edad que se encuentra bajo su patria potestad el que produce el daño
(arts. 154y 155, CCCN), o el progenitor a fin que se le haya delegado la patria potes-
tad (art. 674, CCCN) o un pariente (art. 643), o el titular de un establecimiento edu-
cativo respecto del hecho dañoso que produzcan los alumnos menores cuando se
hallen o deban hallarse bajo el control de la autoridad escolar (art. 1767).

41 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 252.


42 Picasso-Sáenz, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado t. IV, p.437, en www.saij.
gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~Tomo~l~pd~ disponible al 1/5/16; Pi-
casso, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 440; Calvo Costa, Derecho
de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 251.
ACCIDENTES BE TRANSITO

2 - Citación del tercero en el proceso


En lo que a la órbita procesal concierne, al contestar la demanda se debe solici-
tar la citación como tercero de aquel que, según el accionado, sea el productor del
daño. Esta figura está contemplada en el ordenamiento nacional en el art. 94 del
CPCCNque establece que: "El actor en el escrito de demanda, y el demandado den-
tro del plazo para oponer excepcionespreviaso para contestar la demanda, según
la naturaleza deljuicio, podrán solicitar la citación de aquéla cuyo respecto consi-
deraren que la controversiaes común. La citación se hará en la forma dispuesta por
losarts. 339yss. ". Asimismo, una vez citado, la sentencia dictada lo alcanzará como
a loslitigantes principalesyseráejecutable la resolucióncontra el tercero,salvoque,
en oportunidad de formular el pedido de intervención odecontestar la citación, se-
gún el caso, hubiesealegado fundadamente, la existencia de defensasy10 derechos
que no pudiesen ser materia de debate y decisión en el juicio (art. 96, CPCCN).
Según la doctrina, el fundamento de la citación reposa en una eventual acción
regresiva de quien la pidió, a fin de evitar que el tercero oponga en el futuro proce-
so que le entable, la exceptio maliprecessusode negligente defensa. En un proce-
so por accidente de tránsito, en el cual el accionado le atribuye culpabilidad exclu-
sivaa un terceroque no fuedemandadooriginalmente, existe una indudablecomu-
nidad decontroversia entre estey las partesoriginarias-actorydemandado-, ob-
viamente en cuanto a la causa y, más aún, de progresar su defensa, nada tendrá que
pagar, de manera que la citación no tiene como fundamento una futura acción de
re~etición~~.
Claro está, que para que la eximente proceda es insoslayableque el tercero to-
me intervenciónen el juicioendondesedebata la responsabilidadytambién, quien
haya peticionado la citación debe activarla y probar la incidencia causal del hecho
del tercero a fin de acreditar de tal modo la fractura del nexo causal44.
El caso típico en materia de siniestros viales es el llamado "choque en cadena",
en el cual, un rodado embiste al que lo precede, como consecuenciadel impacto re-
cibido por otro vehículo. Generalmente, el vehículo que se halla ubicado en el me-
dio se convierte en un agente pasivo.
En suma, no quedan dudas de que en los casos de accidentes de tránsito, dado
que la demanda tiene por objeto inmediato una sentencia de condena, el tercero
coactivo podrá ser condenadoy, por consiguiente, ejecutado. Ello, independiente-
mentedesi loeso no el demandado, en todos loscasosysinquese requiera petición
expresa del actor o tan siquiera adhesión o conformidad al pedido de intervención
que efectúe el demandado, salvo que el actor, al responder el traslado del pedido

43 Leguisamón, Algunas contingenciasprocesales en losprocesosporaccidentes de tránsito,


en "Revista de Derecho de Daños", n02010-1, "Juicio de daños", RubinzalOn Line, RC D 13512013.
44 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2aed., 2016, t. 2, ps. 250y 251.
142 CECILIA CELESTE DANESI

de citación, expresamente manifieste que se opone a la citación o que no pretende


la condena del tercero45.

.j 17. Uso de la cosa en contra de la voluntad expresa


o presunta del dueño o guardián
El art. l0dela ley 17.711incorporóal derogadoart. 1113delCódigodeVélezSars-
field: "Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del due-
ño o guardián, no será responsable". En igual sentido, la última parte del art. 1758
del CCCNestablece: "Eldueñoyelguardián no respondensipruebanquela cosa fue
usada en contra de su voluntad expresa o presunta ".
En primer lugar, debemos destacar que al presentar una redacciónsimilar a la an-
terior, lasopinionesdoctrinariasy la jurisprudencia nacida del art. 1113 del CC, resul-
tan aún aplicable^^^. Asimismo, ya con anterioridad a la entrada en vigencia del Có-
digo Civil y Comercial, había consenso doctrinario en cuanto a su interpretación res-
t r i ~ t i v a ~ ~ ~ y a qlo
u econtrario,
de permitiría una fácil liberación del dueñooguardián
en desmedro de la víctima48.
La norma contempla otra forma de exoneración de responsabilidad, además de
las mencionadasen los apartados anteriores.Se trata de un supuesto en el cual el ro-
dado es utilizado sin el consentimiento del dueño o del guardián. Es decir, ellos son
privadosdel usoygoce de la cosa debido a que un tercero, en contra desu voluntad,
la usa y causa un daño.
Algún sector de la doctrina sostiene que esta eximente beneficia solo al dueño y
no al guardián49,posición que nocompartimos, primero porque la norma no lo dice
y, segundo, porque el guardián también puede ser desapoderado por robo, hurto,
etcétera.
Los ejemplos más frecuentes acaecen cuando el dueño de un automóvil es desa-
poderado mediante la fuerza (robolhurto) o cuando terceras personas lo utilizan
contradiciendo las condiciones, indicaciones o destino; tal es el caso del tallerista
que usa el auto del propietario para fines persona le^^^. En cuanto a este último su-

45 Leguisamón, Algunas contingenciasprocesales en los procesospor accidentesde tránsito,


en "Revista de Derecho de Daños", no2010-1, "Juicio de daños", RubinzalOn Line, RC D 13512013.
46 Compagnucci de Caso, en Código Civily Comercial de la Nación, analizado, comparadoy
concordado, 2014, t. 2, p. 186.
47 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 1, p. 754.

48 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 317.


49 López Herrera, en Código Civily Comercialde la Nación. Comentado, Graciela Medina - Ju-
lio Rivera (dirs.), 2014, t. IV.
50 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 596.
ACCIDENTES DE TRANSITO 143

puesto, Borda distingue entre el uso contra la voluntad expresa o presunta y el "uso
sin autorización". Entonces, no hay responsabilidadsi el tallerista oel garajista apro-
vechando que les han confiado el mismo para su reparacióno guarda, efectúan un
paseo con el rodado. Sin embargo, sí deberá responder el dueño o guardián si el si-
niestrose produce cuando el tallerista loconduce para llevar a cabo una prueba ne-
cesaria o para devolverloal domiciliodel dueñoporencargoo p o r c o ~ t u m b r eCla-
~~.
roestá, en este supuestotambién deberán responder aquellos, si el que comanda el
rodado es un dependiente del tallerista, pues torna aplicable las prerrogativas del
art. 1753 del CCCN.
Un requisito fundamental para que sea aplicable esta eximente es que el dueño
o guardián no hayan actuado en forma negligente o imprudente y, con ello, provo-
car que el vehículo sea desapoderado. Es el caso en que se deja un vehículo estacio-
nado con las llaves puestas, o con la puerta abierta. Por ello, tal como señala Areán,
debe probarsequese han adoptado medidasconcretasorientadasaimpedireseem-
pleo indebido, el abuso de confianza o la sustracción por terceros, aprovechando el
descuido en que ha quedado la cosa. No es suficiente entonces, la simple voluntad
presunta, sino la de una exposiciónde la cosa al riesgo, traducida en una actitud des-
cuidada que ha facilitado el aludido abuso osu~tracción~~.
Ello está relacionadocon la tesisde la magnificación de los riesgos propuesta por
Acciarri y receptada por la Suprema Corte de Mendoza, según la cual, la cosa riesgo-
sa expuesta a desposesión potencia sus riesgos. Es decir, el sujeto que -como se di-
jo-deja las llavesenelvehiculo,facilitasu hurto, incrementadoen lasociedadla po-
si bilidad dequese ocasione un daño, por lo queen estoscasos, la responsabilidaddel
dueño o guardián permanece intacta53.
No caben dudas de que esta eximente no será procedente cuando el dueño ha-
ya transmitido la guarda voluntariamente a un tercero, en cuyo caso, se presume
que ha autorizado o consentido el uso de la cosa por parte de este último54.
En esa línea de pensamiento, debemos resaltar, en sintonía con lo expresado en
el capítulo anterior-al cual remitimos-, que en el caso de venta de un automotor
deviene insoslayablequeel dueño realice la denuncia deventa para eximirsede res-
ponsabilidad. De lo contrario, aun habiendo transferido la cosa, en virtud de los tér-
minos del art. 27 de la ley 22.977, a nuestro modo de ver, deberá reparar los daños.

57 Borda, La reforma de 1968al Código Civil, ED, 30-812.


52 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 201 2, t. 1, p. 756.
53 Acciarri, La responsabilidad del dueño o guardiányla sustracción de la cosa (apuntespara
una reformulación de la cuestión), LL, 1993-C-369.Véasetambién SC Mendoza, Sala 1,8/3/95,"Ro-
dríguez, Juan A. c.Villaroel, Américo", LL, 1995-E-2005.
54 Pizarro, cit. por Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoy

comparado con los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 201 5, t. II, p. 748.
CECILIA CELESTE DANESI

Jurisprudencia

- Uso en contra de la voluntad


del titular registra1
1 En conclusión, antes de la comunicación al registro de la denuncia deventa, no pue-
de reputarse que el adquirente es un tercero por el cual el titular registra1no debe res-
ponder, ytampoco puede apuntarse que el automóvil fue utilizado en contra de su vo-
luntad, ya que al efectuar la operación deventa, le otorga un plazo para inscribir, sien-
( do que durante ese plazo el rodado es utilizado conformea su voluntad y no en contra.
Solo es utilizado en contra de su voluntad, a partir de que expresa tal voluntad al regis-
tro. [CACC 6" Córdoba, 19111/14, "U. E. B. Sodas S.R.L. c. Manzano, Daniel Fernandoy
otro slOrdinario - Daños y perj. -Accidentesde tránsito - Otras causas de remisión", LL,
On Line, AWJUR/56981/2014].

2 Comparto la doctrina quesostienequeel adquirentedelvehículoque ha recibidodel


enajenante la documentacióndelvehículo (concretamente, la tarjetaverdeocédula de
identificación del rodado conforme el art. 22 del mencionadodecr.-ley6582/58), lo es a
efectos de propiciar su circulación y de allí que la solución legal resulte criticable-se-
gún calificados autores-al disponer que el adquirente, en estas circunstancias, es un
tercero "ajeno" al transmitente o bien, que ha usado la cosa contra la voluntad de este.
[CSTucumán, Sala Civil y Penal, 27/5/14, "Vilariño Franciscoyotra c. Salvatierra, Manuel
Antonio y otro s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/44120/2014].

3 El titular del automotor que fue utilizado por su conductor para lesionar intencio-
nalmente al actor debe ser eximido de responder por las consecuencias dañosas de tal
accionar, pues la causa del daño no fue el riesgo o vicio del rodado sino que fue su con-
ductor quien lo utilizó diestramente para causar daño y contra la voluntad del titular
dominial, cuyo permiso o tolerancia no puedensuponerse ni presumirse en las circuns-
tancias en que se llevaron a cabo los hechos. [CACC 2" La Plata, Sala 1,29/3/16, "B. D., F.
L. c. C., S. E. y otros s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-IX-128 y 2016-X145; LL, On Line,
AR/JUR/I0935120161.

5 18. Carga de la prueba de las eximentes


de responsabilidad
En materia decarga de la prueba de las eximentesde responsabilidad, el Código
Civil y Comercial la regula la cuestión en dos normas. En primer lugar, el art. 1734es-
tablece que, excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores de atri-
bución y de las circunstancias eximentes corresponde a quien los alega. Luego, el
art. 1736, última parte, dispone que la carga de la prueba de la causa ajena, o de la
imposibilidad de cumplimiento, recaesobrequien la invoca.Tal como puedeadver-
tirse, el Código Civil ycomercial de la Nación recepta la doctrina yjurisprudencia im-
perante, que pregona que la carga de la prueba reposa en quien alega la eximente
de responsabilidad.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Recordemosqueaquelinstituto esconcebido como el peso jurídico al queseven


sometidas las partesdel proceso, si quieren obtener el resultado que el sistema otor-
ga a quienes realizan los actos en la forma y tiempo que ese sistema dispone55.
En la órbita procesal, el art. 377 del CPCCN prescribe que cada una de las partes
debe probar el presupuestode hechode la norma o normasque invocarecomofun-
damento de su pretensión, defensa o excepción.
En losfundamentosdel Proyectode 2012seseñala que en el Proyectode 1998se
incluyen normas relativas a la carga de la prueba en materia de responsabilidad, lo
que ha sido recibido positivamente por la doctrina, ya que disminuye la litigiosidad
y confiere seguridad jurídica en este tema. Ese tipo de normas no es procesal, sino
quesondirectivassustantivasdirigidasal jueza fin del dictadode la sentencia en au-
sencia de pruebas concretas sobre el tema a decidir. En tales casos, se establece có-
modebedistri buir ese riesgo probatorio ya quién adjudicarlo. Entalescondiciones,
la pruebaesuna cargacuyo incumplimientoacarrea la pérdidade un beneficio, que
en este caso significa que el hecho no está probado y el juez debe decidir en conso-
nan~ia~~.
Pues bien, en cuanto a las generalidades del instituto de la carga de la prueba,
así como a la teoría de las cargas probatorias dinámicas, remitimos al lector al Capí-
tulo IV, "Daño resarcible", ap. 3", "Prueba ycuantificacióndel daño. Lascargas pro-
batoriasdinámicas". Haremosentoncesunas brevesconsideracionessobreel parti-
cular caso de las eximentesde responsabilidad.
En primer lugar, como nos hallamos frentea un supuesto de responsabilidadob-
jetiva (art. 1769, CCCN), probado que el daño haya sido ocasionado por la cosa ries-
gosa (vehículo), el demandado (dueño o guardián), deberá repararlo; salvo que
acreditealgunade laseximentesderesponsabilidaddetalladasenlosapartadosan-
teriores. Es decir, en la contestación de demanda, deberá brindar su versión de los
hechos, en forma detallada y precisa, invocar la eximente de responsabilidadyfun-
darla en derecho. Así, por ejemplo, si el accionado alega que el actor cruzó corrien-
do por la senda peatonal cuando el semáforo le vedaba el paso, deberá ofrecer la
prueba pertinente que acredite ese extremo, de lo contrario, la eximente no será
admitida.
Frecuentemente,en losjuiciossobre accidentesdetránsito,se presentan contes-
taciones de demanda en las que se invoca alguna eximente de responsabilidadpe-
ro, ni siquiera se ofrece prueba alguna que la compruebe; circunstanciaque sella la
suerte adversa del demandado.

55 Falcón, Código Procesal Civily Comercialde la Nación. Comentado, concordado, anotado,


2009, t. IV, p. 827.
56 Disponible al 11111116 en www.nuevocodigocivil.comlwp-contentluploads/2015/02/5-
Fundamentos-del-Proyecto.pdf.
146 CECILIA CELESTE DANESI

Por último, señalamos que la facultad del juez prevista en el art. 1735 del CCCN,
que lo habilita a distribuir la carga de la prueba ponderando cuál de las partesse ha-
lla en mejor situación paraaportarla; noseaplica alsupuestode laseximentes. Ello,
por cuanto, el artículo citado expresamente dispone que se refiere a la prueba de
"la culpa o de haber actuado con la diligencia debida", lo que resulta irrelevante
frente a su factor objetivo de atribución de responsabilidad.

Jurisprudencia

- Deber deacreditar la eximente de responsabilidad


por parte del sujeto que la invoca
La sentencia que hizo lugar a la acción de daños entablada por un automovilista contra
otro por las consecuenciasderivadasdel accidente que protagonizaron mientrascircu-
laban por una autopista debe ser confirmada, pues el demandado brindó en la apela-
ción una versión distinta de los hechosque la expuesta al contestar la demanda-en es-
ta, había manifestado que el accidente se produjo por culpa de un tercero, cuya carga
de acreditar corría por su cuenta y, que en el caso, por ausenciasde pruebas no lo hizo-
siendoesta una conducta contraria asusactosanteriores jurídicamente relevantes, que
no puedeseravaladajudicialmente, en tanto noes posible permitir queseasumanpau-
tas que suscitan expectativas y luego se contradigan al efectuar un reclamo judicial.
[CNCiv., Sala DI 3019115, "Cao, Rodolfo Antonio y otro c. Labanca, EduardoAlejandro y
otro slDaños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW37743120151.
PARTE SEGUNDA
RUBROS INDEMNIZATBRIOS
3 19. Concepto y requisitos del daño resarcible
Sabido es que para la procedencia de la obligación indemnizatoria deben con-
currircuatro presupuestosineludibles: la existencia yacreditacióndeundaño, laan-
tijuridicidad de ese daño por derivar de una conducta u omisión antijurídica, la im-
putabilidad al autor mediante un factor de atribución (objetivo o subjetivo) y por
último, el nexo causal adecuado1.Por ello, frente a una demanda indemnizatoria
pordañosocasionadospor la circulacióndevehículos, el juezdeberáanalizar la pre-
sencia de aquellos elementosy, ante la ausencia de cualquiera de ellos, deberá de-
sestimar el reclamo, aun cuando la solución muchas veces pueda ir de contramano
a lo que imponen los sentimientos2.
La responsabilidad civil ha mutado y evolucionado considerablemente a lo lar-
go de los años. Se inició un proceso de constitucionalizacióndel derecho privado3
que conduce a repensar sus institucionescon una mirada más humanitaria. Desde
esa perspectiva, resulta imperiosa la necesidad de reestructurar el derecho de da-
ños colocando en el centro a la previsión de los daños a fin de evitar que se produz-
can, despojando la idea dominante del sistema tradicional sujetado al resarcimien-
to ulterior de aquellos una vez producidos4.Tal es así, que se incorporó la función
preventiva en el Código Civil y Comercial de la Nación.

1 Trigo Represas - López Mesa, Tratado de la responsabilidad civil, La Ley, Buenos Aires, t. 11,
p. 7.
Vázquez Ferreyra, Los presupuestos del deber de reparar, LL, 2012-C-671; LL, On Line,
ARIDOCII 38812012; en igual sentido, Díez-Picazoy Gullón allí citados.
Caramelo, Haciendo foco (el Código Civily Comercial como una mejor herramienta para
la regulación de los derechoscivilesde laspersonas), en "Revista Electrónica del Instituto de Inves-
tigaciones Ambrosio L. Gioja", año IX, no15,201 5.
Danesi- HiraldeVega, "La función preventiva", en Derecho dedaños, 2017, p. 49.
150 CECILIA CELESTE DANESI

En ese orden de ideas, actualmente, se sustituyó el término "responsabilidad ci-


vil" por el de "derecho de daño^"^, debido a que el sistema jurídico persigue como
objetivo primordial (junto con la función preventiva) el resarcimiento del daño in-
justamente causado. Con lo cual, es lógico concluir que sin daño, no hay obligación
de resarcir.
Y-en retrospectiva-, encontramosque la definición del daño resarciblese ubi-
ca entre los temas relevantesy más controversialesde la materia. Algunas de las pos-
turas más relevantes en torno al concepto de daño resarcibleson: 7) el daño como
detrimento de un bien jurídico; 2) el daño como violación de un derecho subjetivo;
3)el dañocomo lesióna un interésjurídico; 4) el dañodefinido porsustrascendidos,
repercusioneso resultados6.Con la llegada del art. 1737 del CCCN, estas discusiones
quedaron selladas, puesto que el texto unificado brinda una definición del mismo.
Lo concibe como la lesión a un derecho o un interés no reprobado por el ordena-
mientojurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de in-
cidencia colectiva.
Tal como se señala en los fundamentos del proyecto del Código Civil y Comercial
enviado por la Comisión redactora al Poder Ejecutivo, tanto en el derecho nacional
como en el derecho comparado existen diversas denominaciones en torno al daño,
que han producidocontroversias,principalmente relativasa la autonomía de losdi-
versos capítulos de la indemnización así como en las denominaciones que corres-
ponde a cada uno. Es por ello que, con el propósito de disminuir esos efectos litigio-
so~,el Códigoadopta una definición amplia y lo másclara posible, distinguiendoen-
tre daño e indemnizaciónsobre la base de los siguientes criterios: el daño causa una
lesión a un derecho o a un interés que no sea contrario al ordenamiento. Entonces,
si ese derecho o interés es individual, recae sobre la persona o el patrimonio, y esto
significa que los derechos tienen un objeto, como se señala en el Título Preliminar.
También están incluidos los de incidenciacolectiva. Caracterizarel daño de esta for-
ma, importa diferenciar entre la definición del daño-lesión y la indemnización, lo
que aporta -indudablemente- más claridad en la redacción7.
Asimismo,calificadadoctrina precisa que hubiera bastadocondefiniraldañore-
sarcible como la lesión a un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, sin
necesidad de agregar que también lo es "cuando se lesiona un derecho", ya que
siempre que exista un derecho subjetivo el mismo presupone a su vez la presencia
de uno o varios intereses legítimos. Con ello resulta evidente que, cuando se habla

Picasso, Las funciones del derecho de daños en el Código Civily Comercialde la Nación, en
RCyS, 201 5-IV-5;LL, On Line, AR/DOU557/2015.
Al respectovéase Calvo Costa, en Daño resarcible. Derecho de daños, 201 7, ps. 101 a 1 18.
Disponible al 15/9/16en www.nuevocodigocivi1.com/wp-content/uploads/2015/02/5-Fun-
damentos-del-Proyecto.pdf.
de lesión a un derecho, en definitiva se están afectando los intereses que lo compo-
nen e integran, por lo cual no son conceptos disímiles8.
Pues bien, para que el daño sea resarcible, se debe cumplir con ciertos requisitos
que están expresamentecontempladosen el art. 1739 del CCCN. En primer lugar, el
menoscabo debe ser directo, esto es, cuando lo reclama la persona que lo sufre, por
ejemplo, el titular registra1 del vehículo siniestrado o; indirecto, cuando el que re-
clama es un damnificado distinto a la víctima pero por un detrimento propio, por
ejemplo, el padre de un menor atropellado por losga~toshospitalarios.También la
lesión tiene que ser actual (vigente al momento de reclamar) o futura (detrimento
que aún no aconteció pero se tiene la certeza que ocurrirá). Tal es el caso de un su-
jeto que debe realizarse una cirugía estética a raíz de las lesionesque le produjo un
accidente de tránsitog.
Por último, el art. 1739 del CCCN exige que el daño sea cierto y subsistente. Esto
último, implica que el daño no haya sido reparado por el obligado a resarcir, es de-
cir, el perjuicio permanecejurídicamenteen lavíctima. Si fue la propiavíctima quien
tomó a su cargo el resarcimiento, el daño subsiste, solo que en vez de pedir que se
paguen los gastos que se efectuarán, se reclamará lo que se haya gastado. Lo mis-
mo ocurre si un tercero pagó el daño y se subroga en los derechos de la víctima lo.
En cambio, el daño cierto refiere a su existencia, y no a su actualidad o a la deter-
minación de su monto; el daño debe existir, ser real, efectivo y no meramenteconje-
tural; lo que lo diferencia del daño eventual que es incierto1l.El daño cierto importa
que no sea una hipótesis, una conjetura o fantasía de la víctima. Debe haber certi-
dumbreen cuantoa su existencia misma, presenteofutura, aunque pueda noser to-
davía determinable su monto; de manera que puede admitirse cierta indetermina-
ción en el quantum nocendi pero no en el quid nocendi; la existencia del daño debe
haber sido comprobada para ordenar su resarcimiento, pudiendo solo diferirse pa-
ra más adelante la determinación definitiva desu cuantía 12.
Cabe aclarar que, en el caso de los daños futuros, la certeza será solo relativa, tal
es el supuesto del lucro cesante y la pérdida de chance13.Por ejemplo, en el primero,
cuando el propietariode un vehículodealquiler (v. gr., taxi o remise), reclama lasga-

* Calvo Costa, Derecho de lasobligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 170.


López Herrera, en Código Civily Comercialde la Nación. Comentado, Graciela Medina- Ju-
lio Rivera (dirs.), 2015, t. IV, p. 1069.
López Herrera, en Código Civily Comercialde la Nación. Comentado, Graciela Medina- Ju-
lio Rivera (dirs.), 2015, t. IV, p. 1069.
Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2010, t. 1, ps. 187 y 188.
l2 Trigo Represas, La indemnizacióndeldaño emergente, en "Revista de Derechode Daños",
n02013-3, "Cuantificación del dañoen la jurisprudencia", ps. 14y 15.
l3 Calvo Costa, Derecho de lasobligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 172.
152 CECILIA CELESTE DANESI

nancias dejadas de percibir a consecuencia de un accidente de tránsito, el magistra-


do solamente podrá efectuar un pronóstico sobre los ingresos que ese rodado hu-
biese obtenido, pero nunca esa suma se conocerá a ciencia cierta. En la pérdida de
chance, la certeza será aún más tenue y estará dada por la merma de la oportunidad
quese frustró por el evento dañoso. Tal sería el caso de un vehículoque recibe un im-
pactoe iba a ser exhibido en una exposición con grandes probabilidadesde obtener
un premio. Sobre estos dos rubros indemnizatorios remitimos a los capítulos titula-
dos "Lucro cesante" y "Pérdida de chance", donde abordaremos estas cuestiones
con mayor detenimiento.
Así lascosas, el dañoserá resarciblecuando posea todosesos requisitos (art. 1739,
CCCN) y, por consiguiente, acreditados los demás elementos de la responsabilidad
civil (antijuridicidad, factores de atribución y nexo de causalidad), la acción resarci-
toria será admitida.
Recordemos, para concluir, que el derecho a recibir una indemnización recono-
ce también fundamento en el derecho convencional. El art. 63.1 de la CADH esta-
blece que: "Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertadprotegidos
en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en elgoce de
su derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente,
quese reparen lasconsecuenciasdela medida osituación que ha configurado la vul-
neración de esos derechosyelpago de unajusta indemnización a la parte lesiona-
da ...". Tiene dicho la Corte lnteramericana de Derechos Humanos-intérprete ÚI-
tima de la Convención Americana sobre Derechos Humanos-, que la reparación
consiste en las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de lasviolacio-
nes cometidas. Su naturaleza y su monto dependen del daño ocasionado tanto en
el plano material como en el inmaterial14.

Jurisprudencia

1. Daño resarcible: concepto


1 Deviene útil recordar que el daño resarciblees la consecuencia perjudicial de un he-
cho o acto, susceptible de apreciación pecuniaria en el damnificado, sea directamente
en las cosas de su dominio o posesión o indirectamente por el mal hecho a su persona o
a sus derechos o facultades (art. 1068, CC).Consecuentemente, existe daño cuando se
lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga
por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva, tal como ha
receptado el art. 1737 del CCCN. El daño patrimonial resarcible puede traducirse en un
dañoemergente, lucrocesanteypérdidadechances. [CACC 1aCórdoba,2916/16, "Agui-
rre, Lorena c. Morandi, Andrea NoemísIOrdinario", RubinzalOn Line, RC J 54401161.

l4 Corte IDH, 7/2/06, "Acevedo Jaramillo y otros v. Perú", Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparacionesy Costas, Serie C, no144, párr. 175.
ACCIDENTES DE TRANSITO

2. Elementos de la responsabilidadcivil: daño

2 El Código Civil ycomercial ha unificadoel ámbitode responsabilidad, regulando lo


atinente a la responsabilidad civil en el Libro III, Título V, Capítulo lo,
a partir del art.
1708. Además, unifica el ámbito de la responsabilidad contractual y extracontractual,
aunque perduran algunasdistinciones, por ejemplo, en materia de antijuridicidad que
en lo concerniente al ámbito obligacional la regula en el art. 1749, en tanto que en el
caso de violación del deber general de no dañar a otro, la condena en el art. 1716. Asi-
mismo, enumera y regula los cuatro presupuestos de la responsabilidad por daños, po-
niendo el acento en el elemento "daño", puesto que, eri el supuesto de no existir, no
hay responsabilidad civil, "pues no hay que indemnizar". [CACCSalta, Sala 111,2618116,
"R., E.V.A.c.G.O.,A.S.yloquienresultecivilmenteresponsables/Sumario-Dañosyper-
juicios por accidente de tránsito", LL, On Line, AWJUW70740/2016].

3. Elementosdel daño
3 Para la procedencia del rubro en concepto de desvalorización venal, se requiere la
determinación en concreto de su configuración e importancia, mediante un peritaje
mecánico en el quese practique un examen minucioso del vehículo. Si esa prueba nose
produce, conspira contra la certeza del daño, por lo que cabe entender que no existió
lesiónde partesvitaleso estructuralesni se ha demostradofehacientementeque losde-
terioros no fueron corregidos con la reparación efectuada. [CACC 2a Nom. Santiago
del Estero, 513115, "Juárez, Eduardo Alberto c. Paz, Ángel Valentín ylu otross/Cobro de
pesos por daños y perjuicios", LLNOA, 2015 (octubre), 1028; LL, On Line, AWJUW206251
20151.

4 La desvalorizaciónvenal, al igual quecualquier otra faceta del daño resarcible, debe


ser efectiva, no hipotética. En este ítem la pericia resulta de suma importancia por tra-
tarse de una materia técnica y circunstanciada. Los daños que no dejan secuelas deter-
minan el rechazo del rubro desvalorización venal del rodado. [CAC la Circ. Mendoza,
en pleno, 8/7/98, "Giménez, Alberto Hipólito yotro c. Brizuela, Ramón Martín y Muni-
cipalidadde la Ciudad de MendozasIDañosyperjuicios", expte. 23.918,fallo: 98190253,
ubicación: 5081-220, elDiaI-MC19401.

5 El requisito de la certidumbre existetratándosedeconsecuenciasdelactoilícitoque


aparecen desde ya como la prolongación inevitable o previsible del daño actual y ya
sucedido. No es necesaria la seguridad de que ese daño futuro sobrevenga, sino que
basta con un suficiente grado de probabilidad de su acaecimiento. [CNCiv., Sala G,
29111111, "Chamorro, Laura c. Alegre, Ramón", RCyS, 2012-1-119, cit. en Vázquez Fe-
rreyra, Tratadojurisprudencialydoctrinario. Responsabilidadcivil. Cuantificacióndel
daño, t. 1, p. 221.

4. Daño directo
6 El nuevo Código Civil y Comercial ha previsto el daño resarcible, a partir del art. 1737
en cuanto lo define como una lesión a un derecho o interés no reprobado por el orde-
namiento jurídico, ya sea en la persona o en el patrimonio. En la especiese han reunido
los requisitos para la procedenciade la indemnización,esto esse ha acreditado la lesión
154 CECILIA CELESTE DANESI

a la salud física, que se trata de un perjuicio directo y que ha sido acreditado por quien
lo invoca, aplicándose porende losarts. 1739,1740,1744yconcs. del CCCN. [CACCPer-
gamino, 11/8/15, "Cirulli, Lucía de las Mercedes c. Zatti, Héctor Marceloy otross/Daños
yperj.autom. dLes. omuerte", RCCyC, 2015(septiembre), 119; RCyS, 2015-X-184; LL, On
Line, AWJ UW2642 1/20151.

5. Función preventiva
7 La función preventiva de la responsabilidad civil está consagrada de modo expreso
i. en el Código Civil y Comercial de la Nación yconfiere al juezfacultades para actuar de
oficio o a pedido de parte para impedir o evitar la producción o el agravamiento o ex-
tensión del daño en curso, dictando mandatos de dar, hacer o no hacer; en el caso co-
rresponde disponer que el Ministerio de PlanificaciónFederal, Inversión Pública y Ser-
vicios proceda a efectuar un informe acerca del relevamiento y condicionesdel entor-
no de la estación de peaje donde ocurrió el accidente quedio origen a la causa, yverifi-
quesi las medidas de seguridad y prevención, cumplen con los requisitos, condicionesy
demás especificidades técnicas previstas en los contratos administrativos y en la nor-
mativa vigente. [CACC Azul, Sala 11, 11111115, "Biordo, Miguel Ángel c. Rutas Al Sur
Concesionario Vial s/Daños y perjuicios - Incumplimiento contractual", RCyS, 2016-X-
78; LL, On Line, AWJUW53941/2015].
8 La obligación de usar cinturón de seguridad en la circulaciónvehicular es constitu-
cional, pues resulta una exigencia razonable tendiente a prevenir daños no justifica-
dos o, al menos, para disminuir su magnitud o impedir su agravamiento, ello en con-
sonancia con la prevencióndel daño consagrada en el Código Civil y Comercial, como
una de las funciones principalesde la responsabilidadcivil (arts. 1708,1710 y concs.),
teniendo en cuenta la incidenciasocial de lasconductasdañosas.En estesentido el art.
lo del CCCNaclara que los usos, prácticasy costumbres pueden servinculantescuando
las leyes o interesados refieran a ellos, o en situaciones no regladas, pero aclarando
"... siempreque noseancontrariosa derecho ...". [JCC8aNom. Santa Fe, 27/6/16, "Pi-
lo, Mario Alfredo c. Provincia de Santa Fe y otro s1Recurso de amparo", LL, On Line,
AWJ UW61663/20 161.

5 20. El principio de reparación plena


Si bien el principio de reparación plena fue receptado en el Código Civil y Co-
mercial de la Nación (art. 1740), sus orígenes son anteriores. La Corte Suprema de
Justicia de la Nación lo reconoció desde hace décadas a través de sus pronuncia-
mientosI5.Así, ha señalado que "la indemnización debe ser integral o justa (...) ya

l 5 CSJN, 5/8/86, "Santa Coloma, Luis E. y otros c. Empresa Ferrocarriles Argentinos", ED, 120-
651; CSJN-Fallos, 308:1160; ídem, 19/12/95, "H. B.T.yotra c. Roveda, Arturo N.", LL, 1996-C-489;DJ,
1996-2-325;ídem, "Lew, BenjamínJorgeyotroc.Estado Nacional. MinisteriodelInterior.Policía Fe-
deral slBeneficio de litigar sin gastos", CSIN-Fallos, 320:2001; ídem, 17/9/96, "Empresa Ferrocarri-
les Argentinos c. Gálvez, Orlando y otros", LL, 1997-B-431;ED, 174-42.
que si no lo fuera y quedara subsistente el daño en todo o en parte, no existiría tal
indemnización" 16.
Sostiene la doctrina que el derecho de la víctima de acceder a la justicia para ob-
tener compulsivamente de su deudor las indemnizaciones correspondientes (art.
730, inc. c, CCCN), y que estassean completas, proviene de la Constitución Nacional,
del principio general de no dañar (art. 19, CN), e incluso se afirma que se trata de un
derecho inferido de lagarantía de la propiedad (art. 17)yde igualdad ante la ley (art.
16, CN) o un derecho constitucionalautónomoemergentede losderechos implícitos
I
(art. 33) 17.
Porsu parte, tienedicho la Corte Interamericanade Derechos Humanosque "re-
paración integral" (restitutio in integrum) implica el restablecimiento de la situa-
ción anterior y la eliminación de los efectos que la violación produjo, así como una
indemnización como compensación por los daños causados incluyendo los patri-
moniales~ extrapatrimoniales (daño moraI)l8.
En ese contexto, se inserta en el campo normativo el art. 1740 del CCCN que re-
gula: "La reparacióndel daño debe serplena. Consiste en la restitución de la situa-
ción deldamnificado al estado anterior alhecho dañoso, sea por elpago en dinero o
en especie. La víctima puede optarpor el reintegro específico, excepto que sea par-
cialo totalmente imposible, excesivamenteoneroso o abusivo, en cuyo caso se debe
fijar en dinero. En el caso de daños derivados de la lesióndel honor, la intimidad o la
identidad personal, eljuez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la
sentencia, o desuspartespertinentes, a costa del responsable".
En losfundamentosdel anteproyectoenviadoal Poder Ejecutivo, la Comisiónre-
dactora efectúa unas interesantesconsideraciones.En primer lugar, destaca que "la
indemnización del daño nunca es integral, porque no coincide el daño 'real' con el
'jurídico'. Si hay algo que pueda ser denominado 'real', comprende muchos aspec-
tos que para el legitimado del derecho son importantes, pero el sistemajurídico ex-
cluye. Por ejemplo (...) la indemnización dineraria que nunca puede conformar la
desaparición de un ser querido". En segundo lugar, refiere que la indemnización, a
su vez, tiene relación con los distintos subsistemas en los que se aplica y hay nume-
rosos supuestos en los que hay límites en el derecho vigente. Además, muchos de
ellos provienen de convenios internacionales,como ocurre, por ejemplo, en mate-

l6 CSJN, 21/9/04, "Aquino, lsacio c. Cargo Servicios Industriales S.A.", CSJN-Fallos, 327:3753;
LL, 2005-A-230.
l7 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, Ricardo L. Lorenzetti (dir.),
2014, t. VIII, p. 492.
l8 Corte IDH, 16111/09, "González y otras ('Campo Algodonero') v. México", disponible en
www. corteidh.or.cr/cf/Jurisprudencia2/ficha~tecnica.cfm?nld~Ficha=347&lang=ey "Velásquez
Rodríguezv. Honduras", del 21/7/89.
156 CECILIA CELESTE DANESI

ria de transporte aéreo. En tercer lugar, menciona los diferentes modos que existen
para solucionar un mismo problema, como sucede con los accidentes de la circula-
ción. Así, unos países lo incluyen en la seguridad social, otros lo cubren con el segu-
ro de primera persona, otros lo regulan mediante la responsabilidadcivil, la mayo-
ría con Iímitesen la cobertura. Por último, señala que, como principio, debe lograr-
se su satisfacciónen la mayor medida posible, lo que no es incompatible con que, en
situacionesdelimitadas,pueda armonizarse con otros principiosy establecerse una
, limitación por medio de leyes especia le^'^.
Al respecto, enseña Llamas Pombo que la reparación integral del daño constitu-
ye un principio, un valor jurídico que inspira al ordenamiento jurídico, tanto en su
construcción como ensu interpretación yaplicación. Eseprincipioconllevaaque los
dosgrandes modosde reparación(en formaespecíficae indemnización pecuniaria)
no sean excluyentes, pues es posible que se presentendaños en los cuales deban ac-
tuarde manera concurrente.Noobstanteello, la aspiración a la reparación integral
no constituye un principio absoluto, ni debe ser una obsesión del legislador ni del
intérprete, entreotrascosas, porque hay dañosque nunca pueden ser reparadosín-
tegramente, como sucede en general con el daño
En efecto, sesostiene quedebe llamarse "reparación plena" en lugar de "repara-
ción integral", puestoquela expresiónintegral parecierareferirquetodoel dañode-
saparecería yestoera una ficciónjurídica; por eso resulta mejor aludira la reparación
plena, que desde el principio admite que pueden quedar dañossin indemnizar2I.
Asimismo, decir que debe indemnizarsetodo el daño ocasionado, no implicaque
todo perjuicio sea resarcible, sino quesolo lo es el admitido por el ordenamiento ju-
rídico. Se trata, entonces, de la plenitud jurídica de la indemnización (derecho a ser
reparado en toda la extensión establecida por la ley). En este sentido, y conforme a
la jurisprudencia elaborada por la Corte Suprema, el principio de reparación plena
se encuentra circunscripto al resarcimientode los daños queson admitidos por el or-
denamiento jurídico; en especial, con el alcance que emana del Código Civil y Co-
mercial de la Nación, que es una suerte de "piso" mínimo cuyo alcance excede inclu-
so al derecho privado2'.

l9 Fundamentos del Proyecto, disponibles al 11111/16 en www,nuevocodigocivil.comlwp-


content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf.
Llamas Pombo, Formas de reparación del daño, en RCyS, no80,201 0, ps. 5 a 22 y doctrina
allí citada.
21 Edgardo López Herrera, cit. por Calvo Costa, Carlos, Dañoresarcible. Su concepcióna la luz
del Código Civily Comercial, en RCyS, 2015-IV-81; LL, On Line, AR/DOC/555/2015.
22 Picasso - Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, Marisa Herrera - Se-
bastián Picasso - Gustavo Caramelo (dirs.), Infojus, t. IV, ps. 451 y 452, en www.saij.gob.arldocs-fl
codigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~Tomo~l~pd~ disponible al 1/5/16.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Marco normativoyjurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
1 El principio de la reparación plena -ahora recogido expresamente en el art. 1740,
CCCN-también tenía suficiente y consolidado reconocimiento al amparo del Código
derogado, aplicable a la especie por razones de derechotransitorio. Así lo ha estableci-
do la Corte Suprema hace más de tres décadas cuando puntualizóque el resarcimiento
integral de los perjuicios cuenta con una raíz constitucional estrechamente vinculado
con el sentido de justicia de la sociedad. A mayor abundamiento y por una cuestión de
claridad conceptual cabeseñalarque esta Corte Suprema, a lo largo del tiempo, ha em-
pleado indistintamente las expresiones "reparación integral", "reparación íntegra" o
"reparación plena"; esta última finalmenteadoptada por el Código Civilycomercialde
la Nación, como nocionesequivalentesquetrasuntan,en definitiva, el imperativocons-
titucional de la reparacióndeldaño, que noesotroque restituir, con la modalidadyam-
plitud que establece el ordenamiento, la situación del damnificado al estado anterior
al hechodañoso(de1votodel doctor Lorenzetti). [CSJN, 10/8/17, "Ontiveros,Stella Ma-
ris c. Prevención ART S.A. y otros s/Accidente - Recurso de inconstitucionalidad y casa-
ción", RubinzalOn Line, RC J 57001171.

2 En cuantoa lo establecido por el art. 1746 del CCCN, se ha emitido opinión con ante-
rioridad, sosteniendo que lo que se tiene principalmente en cuenta es fijar con justeza
una indemnizaciónplena (art. 1740, CCCN). Por un ladosetrata de poner un margen al
arbitrio judicial y resarcir en la mayor medida posible a la víctima. Este principio reco-
nocido desde hace tiempo por la jurisprudencia, fue consagrado en nuestro ordena-
miento civil por lo que ahora el nuevo artículo lo ha venido a confirmar como una nor-
majurídica del derechovigente. [CNCiv., Sala M, 14/4/16, "P. A.C.Rodríguez, María Lau-
ra slDañosy perjuicios", causa n079571/2011M., RubinzalOn Line, RCJ 3385/16].

3 El derecho a la reparación del daño injustamente sufrido ha sido emplazado por la


Corte Suprema en numerososfallos, como un derecho constitucional quetienefunda-
mento en el principio naeminem laedere del art. 19 de la CN. Así, a través de una inter-
pretación extensiva del mencionadoartículo, ha perfiladoycomplementado racional-
mente las bases del derecho a no ser dañado y a obtener una justa y plena reparación.
Tales conceptos han sido consagrados en el art. 1740 del CCCN, que se titula "Repara-
ción plena". [CNCiv., Sala M, 16/6/16, "C., M. Á. y otro c. Salvado, Juan Ramón y otro
slDañosy perjuicios", causa no18125/2008, RubinzalOn Line, RCJ 5194/16].

2. Principio de reparación plena para fundar la aplicación


de la tasa de interés activa
4 Con relación a los intereses devengados a partir de la entrada en vigencia del nue-
vo Código Civil y Comercialde la Nacióny hasta el efectivo pago, al ser una consecuen-
cia no agotada de la relaciónjurídica que diera origen a esta demanda, la tasa que re-
sulte aplicable para liquidarlos por imperiodel art. 768del citadoordenamiento, nun-
ca podrá ser inferior a la activa antes mencionada pues, ante la falta de pago en tiem-
158 CECILIA CELESTE DANESI

pode la indemnizacióny dadas las actuales circunstanciaseconómicas, iría en desme-


dro del principio de la reparación plena del daño que se ha causado a la actora (véase
art. 1740, mismo Código). [CNCom., Sala B,618/15, "M., J. E. c. V., O. H. y otros s1Daños
y perjuicios (acc. tráns. dLes. o muerte)", ED, ejemplar no13.804, del 3191151.

3. El principiode reparación plena


y la valoración del daño
5 Aplicar el principio de reparación plena implica que debe distinguirse la valoración
l
del daño de la cuantificación de su indemnización: "valorar el daño importa la deter-
minación cualitativa previa de su existencia, naturaleza, contenido intrínseco y exten-
sión", y"cuantificar la indemnizaciónsignificaestablecerel monto reparatorio". Cuan-
do se afirma que la reparación debe ser plena o integra se alude a que debe indemni-
zarse todo el daño causado. Pero todo el daño no alude al daño material sino al daño
jurídico que es indemnizado en cuanto tenga adecuada relación causal con el hecho
(arts. 1716 y 1727, CCCN) porque "la plenitud del resarcimiento no quiere decir pleni-
tud material sino, como es obvio, jurídica, es decir, siempre dentro de los límites que la
ley ha fijado, con carácter general, para la responsabilidad en derecho". [CACCAzul,
Sala II, 15/12/15, "Díaz, Daniel Dalmiroc. Peralta, RicardoOscaryotrosslDañosyperjui-
cios", causa no60041, RubinzalOn Line, RC J 3631161.

6 La indemnización por integridad física y pérdida de chance solicitada por una em-
pleada doméstica que perdió la movilidad de su brazo al ser impactada por un auto-
motordebeadmitirse-en el caso, por $1.100.000-, teniendoen cuenta las limitantes
físicasquesufrirá porel restodesuviday que le impedirándesarrollarsutrabajo, locual
debe hacerse méritoa la hora de la cuantificación, no comoun demérito porsu perfil la-
boral,sinocomouna justae integral indemnizacióndeldañocausado(art.1740, CCCN).
[CACC Salta, Sala 111,2618116, "R., E. V. A. c. G. O., A. S. y10 quien resulte civilmente res-
ponsable s1Sumario- Dañosy perjuicios por accidente detránsito", RCyS, 2016-Xll-176;
RCCyC, 2017 (febrero), 224; LL, On Line, AR/JUR/70740/2016].

4. La reparación plena frente al proceso inflacionario


7 La indemnización en una suma superior a la reclamada al demandar encuentra sus-
tento en el notorio proceso inflacionario sufrido por nuestro país, histórico pero acen-
tuado en los últimos años que produjeron el deterioro del signo monetario nacional, y
en el principiode la reparación integralconsagradoporelart. 1083delCC, y,actualmen-
te, calificada como reparación "plena", por el art. 1740 del CCCN. [CACCMPT la Men-
doza, 31110116, "Acosta Alegre, Librada c. Jofre Miranda, Leonardo A. y otro s1Daños y
perjuicios", causa no26457152016, Rubinzal On Line, RC J 62331161.

8 Resulta prudente eliminar la exigencia de petición del interesado, al momento de


formular los alegatos y con anterioridad al dictado de la sentencia, respecto del otor-
gamiento de una suma mayor a la que originariamente se hubiera pretendido como
indemnización, en tanto la realidad ha demostrado que la pérdida del valor de la mo-
neda ha afectado a todos los valores de contenido económico, lo que surge in re ipsa,
ante la mera vista de las circunstancias y tiempos que insumen los procesos. A ello ca-
be agregar que el art. 1740 del CCCN, ha establecido, como pauta general y siguiendo
la manda constitucional, la "reparación plena" del daño, meta esta que nosealcanza-
ría si el magistrado ignora aquel proceso de envilecimiento de la moneda. En esta nue-
va postura y habiéndose eliminado tal requisito, solose mantiene el monto originario
cuando la víctima insiste en los montos históricos. En este contexto puede advertirse
que la parte actora, al alegar, claramenteserefiere a esta circunstancia, puntosobreel
cual la a quo no se expide, pues vemos que en el texto se solicita se tenga presente "las
circunstancias económicas" que se han producido desde la fecha del evento dañoso y
hasta la actualidad, para que la indemnización sea justa y equitativa. [CACCMPT 5a
Mendoza, 211 1/16, "A., C. A. c. Municipalidad de Luján de Cuyo s/Daños y perjuicios",
Rubinzal On Line, RC J 68741161.

5. Oportunidad para cuantificar


el daño
9 Asiste razón a la actora en cuantoseagravia de la utilización devalores históricosen
la cuantificación de los rubros indemnizatorios. Conforme la doctrina de la Suprema
Corte de la Provincia de Buenos Aires "losjuecesse hallan facultados para fijar el quan-
tum indemnizatorio tanto a la fecha del hecho como al momento de dictar sentencia y
aúndiferirloa las resultasdel procedimientoqueconsidere pertinente-art 165, CPCC-
BA-, todoa fin de lograr una mejor reparacióndel dañocausado". El momentoal cual
corresponde realizar la cuantificación del daño, es el más cercano al efectivo pago re-
sultando aplicable a esta decisión el art. 1083 del CC(modificada por ley 17.71l), simi-
lar al art. 1740 del CCCN, que prevé además la reparación "plena", en coincidencia con
elart.772del CCCN. Resulta razonableafirmar-como lo haceel apelante-queladoc-
trina legal citada, implícita o explícitamente refiere que las sumas destinadasa reparar
daños constituyen deudas devalor, en el sentido que siempre les ha reconocido la doc-
trina, aún antesde lavigencia del actual art. 772del CCCN. [CACCMardel Plata, Sala II,
18/8/16, causa no161169, "R. D., J. A. c. Kreymeyer, Ivány otra s/Daños y perjuicios", Ru-
binza1On Line, RC J 44221161.

5 21. Prueba y cuantificacióndel daño.


Las cargas probatorias dinámicas
a) Conceptosy régimen legal

La prueba es el medio o instrumento por el cual se acredita la ocurrencia de un


hecho. En términos de Couture, aquella es el medio de verificación de las proposi-
ciones que los Iitigantes formulan en el juicio23.
La exigencia de la acreditación del daño está expresamente contemplada en el
art. 1744deltexto unificado que establece: "Eldaño debeseracreditadoporquien

23 Doctrina cit. por Converset (h), Incidencias del Código Civil y Comercial. Procesos civiles,
2015, p. 105.
160 CECILIA CELESTE DANESI

lo invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de lospropios
hechos". Con relaciónaesteartículo,Trigo Represasseñalaquetraspasael art. 75 inc.
12 de la CN, puesto que es materia propia de los códigos procesales (v. gr., art. 377,
CPCCN); al igual quesucedecon el art. 1736que, comoveremosa continuación, pres-
cribe que la carga de la prueba de la relación de causalidad corresponde a quien la
alega, excepto que la ley la impute o la presuma24.
La norma se encuentra íntimamentevinculada con el art. 377del CPCCN, compar-
, tido por varios códigos de forma locales (arts. 375, CPCCBA; 377, CPCCde Salta; 179,
CPCCde Mendoza), segun el cual cada una de las partesdebe probar el presupuesto
de hecho de la norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión,
defensa o excepción. La doctrina ha denominado a este deber como "carga de la
prueba" y la definió como el peso jurídico al queseven sometidas las partes del pro-
ceso si quieren obtener el resultado que el sistema otorga a quienes realizan los ac-
tos en la forma y tiempo que ese sistema dispone25.
Se le reconocen dos funciones primordiales. En primer término, es una regla de
juicio para el juez, debido a que le indica cómo debe fallar ante la inexistencia o in-
suficiencia de prueba sobre determinado derecho litigioso. Por otra parte, es tam-
bién una pauta de actividad para las partes, ya que les señala cuál de ellas asume el
riesgo de la falta de producción de la prueba sobre determinados hechos que están
a su cargo, para evitar la consecuencia perjudicial que deriva de su falta de acredi-
ta~ión~~.
Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que las reglas relativas a la
carga de la prueba deben serapreciadasenfunción de la índoley característicasdel
asunto sometido a la decisión del órgano jurisdiccional, principio este que se en-
cuentra vinculado a la necesidad de dar primacía a la verdad jurídica objetiva, por
sobre la interpretación de las normas ,procesales, de modo que su esclarecimiento
no se vea perturbado por un excesivo rigor
Con el transcurso del tiempo, la carga de la prueba en su concepción tradicional
se ha flexibilizado considerablementecon el único propósito de aligerar la pesada
carga que en tal sentido reposa sobre la víctima. Algunos ejemplos son las presun-

24 Trigo Represas, La indemnización deldaño emergente, en "Revista de Derecho de Daños",


no2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia".
25 Falcón, Código ProcesalCivily Comercialde la Nación. Comentado, concordado, anotado,
2009, t. IV, p. 827.
26 Devis Echandía, cit. por Sáenz, Incidencias del Código Civily Comercial. Obligaciones. De-

recho de daños, 2015, t. 2, p. 143.


27 CSJN, ED, 171-361; CSJN-Fallos, 324:2689,consid. Ill del dictamendel procurador general al
cual remite el Máximo Tribunal; jurisprudencia citada en CNCiv., Sala J, 2818115, "Moya, Leonardo
René y otros c. Día Argentina S.A. y otro slDaños y perjuicios", expte. no38.535110.
ACCIDENTES DE TRANSITO 161

ciones hominis (incluidas en el art. 1744 citado), la teoría d e las cargas probatorias
dinámicas (art. 1735, CCCN), las reglas d e la normalidad y d e la experiencia, la prue-
ba prima facie, el denominado principio res ipsa loquitur (véase el capítulo VI titu-
lado "Privación d e uso", ap. c), etcétera2*.
En efecto, el art. 1735 del CCCN habilita al juez a distribuir la carga d e la prueba
ponderando cuál d e las partes se halla e n mejor situación para aportarla y, en caso
d e utilizar esa facultad, debecomunicárseloa laspartesdemodode permitirlesofre-
cery producir los elementosde convicción q u e hagan ?su defensa. Esta es la deno-
minada "teoría d e las cargas probatoriasdinámicas", creada por el procesalista Pey-
rano.
También pueden producirse diversossupuestos en los cuales la carga d e la prue-
ba se invierte. En materia d e accidentesde tránsito, donde impera un factor d e atri-
bución objetivo, una vez probado por parte d e la víctima el daño y su nexo d e cau-
salidad con la cosa riesgosa -rodado- (art. 1736, CCCN), será la parte demandada
quien tendrá q u e acreditar alguna d e las eximentes d e responsabilidad (hecho del
damnificado o d e un tercero por quien no se tiene el deber d e responder o el caso
fortuitolfuerza mayor (conf. arts. 1734y 1736, última parte, CCCN). De lo contrario,
deberá resarcir el menoscabo debidamente comprobado en autos.
Como podemos advertir, el nuevo cuerpo normativo está aggiornado a la ac-
tualidad del derecho probatorio q u e se volvió más blando en materia d e carga d e la
prueba.
Añadimos que, tal como señalamos en el apartado anterior, la importancia en la
acreditación del daño reposa en que este constituye uno d e los cuatro elementos
esenciales para quese configure la responsabilidad civil,junto con laantijuridicidad,
la relación d e causalidad y los factores d e atribución (subjetivos y objetivos). El juez
debe analizar exhaustivamente la presencia d e esos cuatro elementos para q u e pro-
ceda la reparación yla ausencia decualquiera deellos impideel otorgamientode una
indemnización. En el caso específico del daño, si consideramos q u e la responsabili-
dad civil busca la reparación d e todo detrimento injustamentesufrido, resulta Iógi-
coque sin este no haya responsabilidad civil, pues no hay q u é i n d e m n i ~ a r ~ ~ .
En suma, será absolutamente necesaria la acreditación d e los perjuicios efecti-
vamente sufridos, independientemente d e q u e hayan sido ya reparados o no30. al
como se dijo, el defecto d e la adecuada acreditación del detrimento puede condu-
cir o bien al rechazo d e la pretensión d e resarcimiento, si la falencia probatoria tor-
na meramente conjetural el perjuicio invocado, o en todo casoa admitirla, peroso-

28 Lorenzetti, Carga de la prueba en los procesos de daños, LL, 1991-A-995.


29 Vázquez Ferreyra, Los presupuestos del deber de reparar, LL, 2012-C-671; LL, On Line,
ARIDOUI 38812012.
30 Areán, luicioporaccidentes de tránsito, 201 2, t . 4A, p. 36.
162 CECILIA CELESTE DANESI

lo en forma parcial y limitada, cuando la debilidad de la prueba únicamente permi-


ta atribuir certeza a parte de la pérdida invocada3I.
Noobstanteello,existen algunas excepcionesqueserándesarrolladas a lo largo
de esta obra, pero que mencionaremos sucintamente a continuación. Estas están
expresamente acogidasenel citado art. 1744deltexto unificado que dispone la ex-
cepción de acreditar el daño cuando la ley lo impute o presuma, o que surja notorio
de los propios hechos.
l
Un claroejemplodeello son lossupuestosdedañosin re ipsa, en loscualesla exis-
tencia del detrimento infiere necesaria y fatalmente del ilícito-en la órbita extra-
contractual-o del incumplimiento-en la contractual-, o son consecuencia for-
zosa, natural e inevitable, o bien daños incontrovertibles, evidentes o patentes. Es
una situación en la que "habla la cosa misma", de modo que no hace falta prueba,
porque la realidad actúa incontestablemente por ella3*.Así, ante el fallecimiento
de un menor por un accidente de tránsito, es innegable que sus padres padecen un
daño moral; como también en el caso del menoscabo por la privación de uso de un
automotor, cuandoquedó comprobado que tuvo queser reparado en un taller me-
cánico como consecuencia del siniestro.
Otro ejemplo deexcepción, incluidoen el art. 1744del CCCNcomo presunción de
la ley, es el supuesto de la indemnización por fallecimiento. El art. 1745estipula que
"en caso de muerte, la indemnizacióndebe consistir en: a) los gastos necesariospa-
ra asistenciayposterior funeralde la víctima. Elderechoa repetirlosincumbea quien
lospaga, aunque sea en razón de una obligación legal; b) lo necesariopara alimen-
tos del cónyuge, delconviviente, de los hijos menores de veintiún años de edadcon
derecho alimentario, de los hijos incapaceso con capacidadrestringida, aunque no
hayansido declaradostalesjudicialmente; esta indemnizaciónprocedeaun cuando
otra persona debaprestaralimentosaldamnificadoindirecto; eljuez, para fijarla re-
paración, debe tener en cuenta el tiempo probable de vida de la víctima, sus condi-
ciones personalesy las de los reclamantes; c) la pérdida de chance de ayuda futura
como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho también competea quien
tenga la guarda delmenorfallecido". Todos lossujetoslegitimadosposeenuna pre-
sunción iuris tantum de este aspecto del daño, con lo cual no deberán comprobar tal
perjuicio. En cuanto a esta faceta del daño resarcible, remitimos al lector al Capítulo
XI, titulado "Indemnización porfallecimiento-valor vida".
También es un supuesto de excepción a la prueba del daño por presunciónde la
ley lo normado por el art. 1746del CCCNen cuanto prescribeque: ". .. Se presumen
los gastos médicos, farmacéuticosyportransporte que resultan razonablesen fun-

31 Trigo Represas, La indemnización deldaño emergente, en "Revista de Derecho de Daños",

no2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia", p. 17.


32 Llamas Pombo, Problemasactualesdela responsabilidadcivil, 201 1.
ACCIDENTES DE TRANSITO 163

ción de la índole de las lesiones o la incapacidad...". Este tema será desarrollado en


profundidad en el Capítulo Xtitulado "Lesión a la integridad de las personas (inca-
pacidad sobreviniente) y gastos", al cual remitimos.
En resumen, según el principio general, será la víctima quien tendrá la obliga-
ción de comprobar la nómina de menoscabos padecidos por el siniestro vial, salvo
queacaezcaalgunodelossupuestosmencionadosprecedentemente. Peroesaobli-
gación no se circunscribea la demostración del perjuicio, también incluye la exten-
sión del mismo. Es decir, las repercusiones patrimoniales o extramatrimoniales que
ocasionó en el sujeto.
Comoessabido, los daños puedenser cuantificadospor la ley, por las partes(c1áu-
sula penal), o por el juez. En este último caso, es la obligación impuesta por senten-
ciaen lasacciones por dañosy perjuicios, que imponeal responsablerestablecer lasi-
tuación de la víctima conforme a derecho, o sea, reponer las cosas tal como se halla-
ban antes del hecho dañoso. La reparaciónde los dañosy perjuicioscumpleuna fun-
ción estrictamentereparatoria, actuando como una técnica jurídica que devuelve el
equilibrio anterior, neutralizando el pasivo injustamente producido en la víctima y
desplazándolo hacia el re~ponsable~~.
El encuadre jurídico se encuentra en el art. 772 del CCCN que establece que: "Si
la deuda consiste en cierto valor, el monto resultante debe referirse al valor real al
momento que corresponda tomar en cuenta para la evaluaciónde la deuda. Puede
ser expresada en una moneda sin curso legalque sea usada habitualmente en el trá-
fico ...". Una vez que el valor es cuantificado en dinero, se aplican las disposiciones
de la Sección la,del Capítulo 3, Título I del L i b r ~ T e r c e r o ~ ~ .
La diferencia de aquellas con las obligacionesde dar sumas de dinero es nota ble.
La obligación es dineraria cuando desde su mismo nacimiento tiene por objeto un
monto determinado de dinero. Se debe dinero y se paga con dinero porque eso es
lodebido. El dinero está inobligatione(porqueesloquesedebe)einsolutione(por-
que con él se paga la deuda). En cambio, la deuda de valor es aquella que tiene por
objeto un valor abstracto o una utilidad, constituida por bienes, que habrá de me-
dirse necesariamenteen dinero en el momento del pago35.
Debemos señalar que las obligaciones de valor, que no estaban reguladas en el
Código derogado, posibilitan el reajustede conformidad con lasoscilacionesqueex-
perimenta la moneda luego del nacimiento de la obligación. Esto es de gran rele-

33 Trigo Represas - López Mesa, Tratado de la responsabilidadcivil, t. IV, p. 809.


34 En cuanto al concepto de las obligaciones de valor, remitimos al lector al Capítulo XIII, ap.
1, c), pto. II.
35 Moisset de Espanes- Pizarro - Vallespinos, en CACC Azul, Sala 11, 10/5/16, "Di Tomaso Gra-
ciela Paulina yotrola c. San Cristóbal Soc. Mutual de Seguros slDaños y perjuicios incump. contrac-
tual (exc. estado)", LL, On Line, ARIJURl9466812016.
164 CECILIA CELESTE DANESI

vancia cuando el sistema es nominalistay no hay cláusulas de indexación. Otro pun-


to importante es la oportunidad de la cuantificación, algunos interpretan que es al
momentodel pago(porejemplo, imaginemoselcasodeuncontrato) pero, enel mar-
co de un procesojudicial, se hará al momento de la sentencia; lo que dependerá cla-
ramente del rubro del que se trate. Si el vehículo ya se reparó osi se abonó un trata-
miento psicológico, el valor del daño estará determinado por esosvalores.
Por otra parte, el art. 165 del CPCCNle confiere al magistrado la facultad de esti-
, mar el daño, asa ber: "Cuando la sentencia contenga condena alpago de frutos, in-
tereses, dañosyperjuicios, fijará su importe en cantidadlíquida o establecerá por lo
menos las basessobre que haya de hacerse la liquidación.
Sipor no haber hecho laspartes estimaciónde los frutos o intereses, no fuesepo-
sible lo uno n i lo otro, se los determinará en proceso sumarísimo.
La sentencia fijará el importe del crédito o de losperjuicios reclamados, siempre
que su existencia esté legalmente comprobada, aunque no resultarejustificado su
monto ".
Asimismo, en las demandas indemnizatorias se suele incorporar al monto recla-
mado la fórmula "a lo que en más o en menos resulte de la prueba a producirse", con
lo cual se entiende que la estimación se hizo en forma provisionaly, por lo tanto, per-
mite que el juez fije una suma mayor a la reclamada si ello surge acreditado de la
prueba producida oportunamente. Ello se debe a que el magistradoestá habilitado
para meritar los hechos constitutivos, modificativos o extintivos, producidos y debi-
damente probados durante la sustanciación del proceso, aunque no hubiesen sido
invocadoscomo hechos nuevos (art. 163, inc. 6", párr. 2", CPCCN). Es decir, que puede
hacer mérito de hechosocircunstanciassobrevinientesaparecidasduranteel proce-
so, capaces de provocar la consolidación, modificación o extinción del derecho, sin
que ello importe violar el principio de c ~ n g r u e n c i a ~ ~ .
De todos modos, la facultad de estimar el daño en cabeza del magistrado no es
indiscriminada; ello no implica que este pueda cuantificar sin exponer en la senten-
cia las pruebas y los fundamentos que lo llevaron a valuar el detrimento de deter-
minada manera. Como tienedicho la CorteSuprema, esarbitraria "lasentencia que
con la mención de pautas excesivamente genéricas y abstractas para la cuantifica-
ción de losdaños sufridos redujo la indemnización otorgada en la instancia inferior,
pues tales pautas no permiten verificar cuál fue el criterio seguido para fijar los im-
portesdel resarcimiento, máximecuando estos no se adecuan al daño que procuran
compensar en función a lo establecido por los arts. 1078y 1084 del CC" 37. Este es el

36 Jurisprudenciacit. por Leguisamón, i Cómo se indemniza el daño a un automotor choca-


do?, en "Revista de Derecho de Daños", n" 2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia",
ps.40y41.
37 CSJN, 3014196, "Malvino, María de las Glorias c. Pereyra Collazo, Oscar H.", LL, 1996-D-474;
DJ, 1996-2-75.
ACCIDENTES DE TRANSITO 165

principal fundamento de lostérminos empleados para la redacción del art. 1746del


Código vigente, que prevé los parámetrosobjetivos de los que se debe valer el juez
para, atravésde una fórmula o un cuantificar el rubro por incapacidadso-
breviniente.
Pues bien, algunoscasos no presentandificultad, por cuantose encuentra deter-
minada en forma precisa la extensión del menoscabo. Por ejemplo, cuando los gas-
tos por reparacióndel rodado ya han sidoafrontados por lavíctima y presenta lafac-
tura, que en el proceso es reconocida por su emisor. En este supuesto, el juez conce-
derá la suma contenida en el instrumento, siempre y;uando resulte razonable y
adecuada e incluya los menoscabos que posean nexo de causalidad adecuado con
el siniestro.
Pero puede suceder que no exista una determinación concreta del detrimento
sufrido. El caso por excelencia es el daño extrapatrimonial, cuya cuantificación re-
sulta de suma complejidad para el magistrado. Si bien sobre este aspecto del daño
resarcibletambién volveremos más adelante, debemos recordar que el monto soli-
citado constituye un límite o techo para el juez, quien no puede conceder más allá
del quantum reclamado39.
Entonces, si el daño es mensurable, será relativamente fácil para el juez estable-
cer por equivalencia su cuantía o valuación dineraria; cuando el daño no es mensu-
rable por su propia índole, se debe recurrir a pautas relativas, según un criterio de
razonabilidad que intente acercar la valuación equitativamente a la realidad del
perjuicio. Tal es lo que ocurre con la valuación del perjuicio en caso de incapacidad
sobreviniente y con la fijación de la indemnización por daño moraI4O.

Jurisprudencia

1. Marco normativo yjurisprudencia


de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
1 La explicitación de las pautas fácticas apreciadas para cuantificar son primordiales
para apreciar la razonabilidadde la indemnizaciónypara permitirsu revisiónpor lasins-
tanciassuperiores(conf.esta Sala, causa n060.557,20110116, "CórdobaValenzuela, Héc-
tor Manuel y otros c. Cánova, Néstor Andrés y otross1Dañosy perj. autom. dLes. o muer-
te (exc. Estado)". Sobre la basede esta plataforma dogmática, atendiendo a queT. lue-
go de la fractura fue trasladada al Hospital Municipal e intervenida quirúrgicamente,
luego guardó reposo y estuvo en rehabilitación cuarenta días, resulta procedente fijar

38 Con relación aestetema remitimosalCapítuloX, titulado "Lesión a la integridaddelas per-


sonas (incapacidad sobreviniente) y gastos".
39 Leguisamón, Derecho procesalcivil, 2009, t. 1, p. 360.
40 CCCMPT4aMendoza, 1014113, "López, Blanca Nidia y otros c. Hidalgo, Carlos Alberto pld.
y p. (accidentesdetránsito)", LL, On Line, ARIJUR/7070/2013.
166 CECILIA CELESTE DANESI

la indemnización por daño no patrimonial en !$ 120.000 (arts. 165, CPCCBA; 1078, CC;
1737,1738,1741 y concs., CCCN). [CACC Azul, Sala 11,30/11/16, "O., H. 5.yotrola c. Pie-
trafesa, Catalina Mariel s/Dañosyperjuicios", RubinzalOn Line, RCJ 6808/16].

2. Ley aplicable para la cuantificacióndel daño


y los rubros indemnizatorios
2 Las cuestiones relativas a la cuantificación del daño, por ser consecuencias no agota-
das, se rigen por el Código Civil y Comercial, conforme el art. 7' de ese ordenamiento.
i
En cambio, con relacióna los rubros indemnizatoriosadmisibles, por estarvinculados a
la admisión del daño y sus caracteres, es regida por la ley vigente al tiempo de ocurrir el
hechodañoso-enel caso, el CódigoCiviIdeVélez-. [CACCAzuI, Sala II, 15/12/15, "Dí-
az, Daniel Dalmiro c. Peralta, Ricardo Oscar y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line,
AWJUR/87452/2015].

3. Cuantificación del daño


3 Conforme la doctrina de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de BuenosAires
"los jueces se hallan facultados para fijar el quantum indemnizatorio tanto a la fecha
del hecho como al momento de dictar sentencia y aún diferirlo a las resultas del proce-
dimiento que considere pertinente-art. 165, CPCCBA-, todo a fin de lograr una me-
jor reparación del daño causado". El momento al cual corresponde realizar la cuantifi-
cación del daño, es el más cercano al efectivo pago resultando aplicable el art. 1740del
CCCN, que prevé además la reparación "plena", en coincidencia con el art. 772 del
CCCN. Asimismo, resulta razonable afirmar que la doctrina legal citada, implícita o ex-
plícitamente refiere que las sumas destinadas a reparar daños constituyen deudas de
valor, en el sentido que siempre les ha reconocido la doctrina, aún antes de la vigencia
del actual art. 772del CCCN. [CACC Mar del Plata, Sala 11,18/8/16, "R. D., J. A. c. Kreyme-
yer, Iván y otra s/Daños y perjuicios", causa no161169, RubinzalOn Line, RC J 4422/16].

4 La determinación del valor de reparacióndel daño al momento del efectivo pago es


un modo de paliar las injusticias que genera el nominalismo sin tener que recurrir a la
declaración de inconstitucionalidad de los arts. 7" y 10 de la ley 23.928, ratificados por
la ley25.561, con mayorviabilidad luegodequefuera admitidoen el art. 772del CCCN,
en la medida en que ello implica una confirmación por ley posterior (noaplicable al ca-
so) de que el sistema no es incompatible con las normas citadas. [CACC Salta, Sala III,
2618116, "R., E.V.A. c.G. O.,A. S.y/oquien resultecivilmente responsables/Sumario-Da-
ños y perjuicios por accidente de tránsito", LL, On Line, AWJUW70740/2016].

5 Sería sobreabundante enunciar los diversos criterios imperantesen torno a esta ta-
rea de cuantificacióndel daño, baste decir que los mismos han sido trasladados al nue-
vo Código Civil y Comercial (arts. 1737 a 1748), que ha incorporado diversas pautas doc-
trinarias yjurisprudencialesyavigentes; destacándoseen particular la recepciónde pa-
rámetros tendientes a unificar los criterios de indemnización, para evitar los inconve-
nientesquetrajoelsistemaanteriormentevigentede libreapreciaciónde la reparación
del daño, que prevaleciósobre propuestasde tarifación o aplicaciónde baremos; aun-
que la doctrina se ocupó de destacar la necesidad de superar esa anarquía en materia
ACCIDENTES DE TRANSITO

de montos indemnizatorios. El nuevo Código introduce la aplicación de métodos de


cuantificación matemática conforme a determinadas fórmulas en el citado art. 1746;
pero ello no excluye en modo alguno las restantespautas, ni las facultades asignadas al
juzgador para su determinación en el caso concreto explicitando los motivos para su
apartamiento del resultado de la fórmula escogida; atítulo deejemplode ello resultan
las facultades morigeradorasque le asigna el art. 1742. [CACCAzul, Sala 11, 15/12/15,
"Díaz, Daniel Dalmiro c. Peralta, Ricardo Oscar y otros s1Daños y perjuicios", causa no
60041, RubinzalOn Line, RC J 3631161.

4. Aplicación del CCCN para cuantificár el daño


6 Lo cierto es que conforme lo determina el art. 7Odel CCCN, el mismo se aplica a las
consecuencias que no están consumadas al momento de la entrada en vigencia. Y se
considera que el daño definido en el art. 1737 del CCCN, se centra en el daño-lesión, en
tanto que la indemnizacióndefinida en el art. 1738 del CCCN, capta las concretasy rea-
les consecuencias de aquella lesión. Estas consecuenciasse irán cristalizandoy consoli-
dandocon el pasodel tiempo, ypruebadeelloesloquedetermina el art. 1748delCCCN,
en relaciónal cursode losintereses. Por loexpuesto, losrubrosindemnizatoriossoncon-
secuencias existentes, y corresponde aplicar la nueva ley vigente (art. 7O, CCCN). Y más
allá de las discusiones teóricasen torno a la materia, lo cierto es que aún antes de la re-
forma, personalmenteaplicaba las pautas jurisprudenciales y doctrinarias que fueron
recogidas y hoy se plasman en los arts. 1738,1739,1740,1741,1745 y 1748 del CCCN,
siendo las que mejor se adaptan a la interpretación constitucional y convencional que
corresponde dar a las normas de derecho privado. [JNC no37,7/9/15, "P. P. l. y otros c.
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y otros s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line,
RC J 59141151.
7 También creo menester poner de resalto que, si bien a partir del 1O de agosto de 2015
ha entrado en vigor el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, los hechosventila-
dos en elsub lite (y por ende, la constitución de la obligación de reparar) han acaecido
durante la vigencia del Código Civil derogado. Por consiguiente-y con excepción de
lo que enseguida diré respectode la cuantificación del daño- la cuestión debe juzgar-
se-en principio-a la luz de la legislación derogada, que mantiene ultraactividad en
estesupuesto (art. 7O, CCCN). Cabe hacer excepción a esta regla en lo que respecta a las
normas relativas a la cuantificación del daño, dado que ellas no se refieren a la consti-
tuciónde la relaciónjurídica (obligación dereparar)sinosoloa lasconsecuenciasdeella,
ynovarían la naturaleza ni la extensión de la indemnizaciónquetienederechoa perci-
bir la víctima, puesse limitan a sentar una pauta para su liquidación. Por este motivo las
reglas contenidas en los arts. 1741 -último párrafo-, 1746 y concs. del CCCNson di-
rectamente aplicables al sub lite. [CACC, Sala A, 3111/17, "M. V., J. R. c. C.O.P.I.J.S. U.D.
Corp. Obispo Pte. de la Iglesia de Jes. yotro s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJURl
80626120171.

5. Carga de la prueba del daño ysu cuantificación


8 El dañoemergente reclamado por el ciclista embestidopor unautomóvildebeserre-
chazado, ya que, si bien no es esencial a los efectos de su procedenciademostrar el gas-
168 CECILIA CELESTE DANESI

to efectuado para la reparación del rodado, debió acreditar cuáles fueron los daños
concretos que este presentócon motivo del siniestro, haciendo la constatación ydeter-
minación de su cuantía en tiempo oportuno. [CACCCA San Francisco, 12/12/12, "Len-
cinas, Ana María c. Caudana,Víctor HugosIOrdinario", LLC, 2013(mayo),466; LL, On Li-
ne, AWJU W70976/2012].

9 Deacuerdoa lodispuesto porel art. 179del CPC, cada litigantedebeaportar la prue-


ba de los hechosque invocóyque no fueron reconocidospor la contraria; en particular,
1
corresponde la prueba de los hechos constitutivos a quien los invoca como base de su
pretensión y las de los hechos extintivos o impeditivos a quien los invoca como base de
su resistencia. Es al accionante, entonces, a quien corresponde la prueba de los hechos
constitutivos que invoca como base de su pretensión. Tanto en la responsabilidad con-
tractual como en la extracontractual, para que haya condenación no basta acreditar la
violación del contrato o de la ley, si no se prueba además la existencia de un daño cier-
to, prueba que desde luego incumbe a quien dice haberlosufrido, no pudiendopresu-
mirsesuexistencia. [CACCMPT4aMendoza, 1014113, "López, Blanca Nidia yotrosc. Hi-
dalgo, CarlosAlbertopld. yp. (accidentesdetránsito)", LL, On Line, AWJUW707012013].

6. Momento de la cuantificación.
Obligación devalor
10 Los daños deben justipreciarse al momento del dictado de la sentencia, por cuanto
setratadeunaobligacióndevaloryrigeel principiode reparación plenaointegral(arts.
19, CN; 1083, CCy 1740, CCCN), a los efectos de lograr una indemnización más justa pa-
ra la víctima. [CACCMPTZaMendoza, 10112/15, "Serrano, Gustavo Claudio c. Marquez
Solis, Franco Adriano slD. y p. (acc. de tránsito)", LL, On Line, AWJUW58788/2015].

7. Apreciación de la prueba
11 En el terreno de la apreciación de la prueba, el juzgador puede inclinarse por lo
que le merece mayor fe en concordancia con los demás elementos de mérito que pue-
dan obrar en el expediente, siendo ello, en definitiva, una facultad privativa del ma-
gistrado; y es dable destacar que la convicción del juzgador debe formarse tendiendo
a un gradosumode probabilidad acercadel modode producirseel evento, aunque no
se tenga certeza absoluta, porque admitida la existencia del siniestro y ante versiones
contrapuestas, debe realizarse un proceso deselección que forzosamente conduzca a
tener como realmente sucedidas algunas circunstanciasen las que se apoyan dichas
manifestaciones. [CACC, Sala J, 2111 1117, "Gómez, Claudio Damián c. Gómez de Oli-
vera, Ramón y otros s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 3111181.

b) La prueba pericial mecánica

La prueba pericial está contemplada en el art. 457 del CPCCN. El mismo estable-
ce que: "Será admisible la prueba pericialcuando la apreciación de los hechos con-
trovertidos requiere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o
actividad técnica especializada". El dictamen debe contener la explicación detalla-
ACCIDENTES D ~ T A Á N S I T B 169

da de lasoperacionestécnicasrealizadasy de los principioscientíficosen quesefun-


de (art. 472, CPCCN).
Esta prueba es entendida como aquella mediante la cual un tercero que esdesig-
nado por el tribunal en razón de sus conocimientos científicos, artísticoso prácticos,
ajenos al saber común y jurídico del magistrado, le informa acerca de los hechos per-
cibido~o deducidos, sus efectos y causasy el juicio que los mismos le merecen, con el
objeto deformar su convicciónacerca de ello4'. Ese "tercero" esel perito, un auxiliar
de la justicia, cuya función consiste en asesorar al juez acerca de las cuestiones neta-
mente técnicas que puedan plantearse en el curso de/ proceso y que guarden rela-
ción con su ciencia y arte4*.
Con relación a la prueba de peritos se sostiene que, siempre que estos tuvieren
título y sus conclusiones fueren terminantemente asertivas, tendrán fuerza de
prueba Recordemos que no en todos los casos existen peritos con título ha-
bilitante en la materia. Al respecto, prescribe el art. 464 del CPCCNque: "Sila pro-
fesión estuviese reglamentada, el perito deberá tener título habilitante en la cien-
cia, arte, industria o actividad técnica especializada a quepertenezcanlas cuestiones
acerca de las cuales deba expedirse.
Encaso contrario, o cuando no hubiere en ellugar delprocesoperito con título ha-
bilitante, podrá ser nombrada cualquierpersona con conocimientos en la materia ".
Pues bien, una vez presentado el dictamen pericial, se debe correr traslado de es-
tea las partes. Recordemosqueelpto.3"de la Acordada 11/2014dela CSJN, también
alcanza a los peritos. Esta establece: "Disponer que tanto las partes como los auxi-
liaresde la justiciadeberánadjuntarcopiasdigitalesdesus presentacionesenel mar-
co de los procesos judiciales".
Frentealtraslado, las partes pueden pediraclaracionesoexplicacioneso bien im-
pugnar el informe. De las primeras, secorrerá traslado al experto a fin de que las eva-
cue. De la impugnación, depende el criterio que tenga el magistradoy los términos
del dictameny de aquella: en algunoscasosseconfierevistaal perito para que se ex-
pida y en otros, no.
Debemos distinguir entre dos tipos de impugnaciones. Las avaladas por un con-
sultor técnico de parte experto en la materia y las que carecen de este aval. Las de es-
te último grupo, al no encontrarsesuscriptaspor profesional idóneo en el tema que
se trate (generalmente ingeniería mecánica), la jurisprudencia las considera meras
afirmaciones dogmáticassinsuficiente fundamento, por lo tanto, no resultan hábi-

41 Kielmanovich, Teoría de la pruebaymediosprobatorios, 1996, p. 555.


42 Somer, "La prueba en los juicios de accidentes de tránsito", en La prueba en elproceso ci-
vil, 2013, t. III, p. 352.
43 Devis Echandía, Compendio de la pruebajudicial, 2007, t. II, p. 115.
170 CECILIA CELESTE DANESI

les para desvirtuar las conclusionesde los peritos designados de ES que, no


es dable admitir cualquier tipo de impugnación sino aquellas que se funden objeti-
vamente en la incompetencia del experto, en errores o en el uso inadecuado de los
conocimientostécnicos o científicos en los que pudiese haber incurrido45.
También debemos destacar que, si bien los informes emanados por un consultor
técnico poseen mayorseriedadya poyo científico,cualquiercuestionamientoformu-
lado por estos no puedeconmover lasconclusionesarribadaspor los peritos, cuya im-
, parcialidad se presume en virtud de la designación que efectúa el tribunal. Como sa-
bemos que la función de los consultoresseasemeja a la del a bogado, en cuanto pres-
ta asesoramiento a la parte en cuestionesdesu especialidad o, dicho de otra manera,
la "asiste" o la "representa" en tales tópicos. Con lo cual, para que las observaciones
que formulen las partes tengan favorable acogida, es necesario que aporten al ex-
pediente probanzasdesimilar o mayor rigortécnicoocientíficoquedesmerezcan las
utilizadas en el dictamen p e r i ~ i a l ~ ~ .
La impugnación de la pericia debe contener argumentos y fundamentos sufi-
cientes como para lograr demostrar la carencia de idoneidad, conocimientoscien-
tíficos y competencia en que se basa el informe emanado del perito designado de
oficio. En ese orden de ideas, el magistrado solo podrá apartarse del asesoramien-
to pericia1 cuando este adolezca de deficiencias significativas, sea por errores en la
apreciación de circunstancias de hechoo por fallas Iógicasen el desarrollo de los ra-
zonamientos empleados, que conduzcan a descartar la idoneidad probatoria de la
perita~ión~~.
En suma, tanto las impugnacionescomo los informes de los consuItorestécnicos
suelen radicar en una opinión contraria a la del perito debido a que el dictamen no
resultó favorable a los interesesde la parte.
Para concluir, señalamos que fuerza probatoria del dictamen pericia1 será esti-
mada por el juez teniendo en cuenta la competencia del perito, los principios cien-
tíficos o técnicos en que se funda, la concordancia de su aplicación con las reglas de
la sana crítica, las observacionesformuladas por los consultores técnicos o los letra-
dos, conforme a los arts. 473 y 474 del CPCCN y los demás elementos de convicción
que la causa ofrezca (art.477 del cuerpo normativo referido).

44 CNCiv., Sala A, 5/2/14, "Noya, María Jimena c. Les Bejart S.A. s/Daños y perjuicios", GP, del
13/8/14.
45 Somer, "La prueba en los juicios de accidentes de tránsito", en La prueba en e l proceso ci-
vil, 2013, t. III, p. 354.
46 CNCiv., Sala E, 8/2/13, "Navarro, Epifanía y otros c. General Tomás Guido S.A.C.I.F.I. s/Daños
y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/9017/2013; DI, ejemplar del 10/7/13, p. 76.
47 CNECC, SalaV, 27/6/88, "Guida, l. c.Tte. Sol de Mayo S.A.", LL, 1989-E-250.
ACCIDENTES DE TRÁMSITO

Jurisprudencia

1. Dictamen pericialy su valoración


1 En el rubro por desvalorizaciónvenal, la pericia resulta desuma importancia portra-
tarsede una materia técnica ycircunstanciada. Los magistradosnopodemos-ni debe-
mos-desechar el asesoramientopericial cuando este carece de deficiencias, nosiendo
razonable descartar la idoneidad probatoria del informe. Para ser atendible, más aún
cuando no existió impugnación de la pericial por parte del apelante tal como lo advir-
tiera precedentemente, lo que implicó la carencia total de fundamentos para eviden-
ciar la falta de competencia, idoneidad o principioscientíficos en quesefunda el dicta-
men. [CACC Comodoro Rivadavia, Sala B, 2414113, "D., G. M. c. C., O. A. y otross/Suma-
rio (daños y perjuicios)", LLPatagonia, 2013 (agosto), 1131; LL, On Line, AWJUW99791
20131.

2. Apartamiento del dictamen pericial


2 Si bien las normas procesales no acuerdan al peritaje el carácter de prueba legal, yse
permite al sentenciante formar su propia convicción, el juez para apartarse de las con-
clusionesdel experto debe encontrarse asistido desólidosargumentos,toda vezquese
trata de un campodesaberque es ajeno al hombrede derecho. [CNAT, Sala 111,18/9/17,
"Verón, Zunilda c. LibertyArtS.A.s/Accidente- Leyespecial", LL, On Line, AWJUW732241
20171.

3. Impugnación sin aval de un consultortécnico


3 Dado que la impugnación no hasido avalada por un consultor experto en la materia,
aquelloscuestionamientosresultanser meras afirmaciones dogmáticas carentes desu-
ficientefundamento y, por lotanto, no logran desvirtuar las conclusiones de los peritos
designadosdeoficio. [CNCiv., Sala A, 5/U14, "Noya, MaríaJimena c. LesBejartS.A.s/Da-
ños y perjuicios", en "Gaceta de Paz", ejemplar del 13/8/14].

4. Impugnación avalada por un consultor técnico


4 En lo que concierne a la impugnación suscripta por el consultortécnico de parte, ca-
be recordar que para que las observaciones que formulen las partes tengan favorable
acogida, es necesarioaportaral expediente probanzasdesimilar o mayor rigortécnico
o científico que desmerezcan las conclusiones alcanzadas en el peritaje. Ello por cuan-
to, la función de los consultorestécnicosseasemeja a la del abogado, en cuanto presta
asesoramiento a la parte en cuestiones de su especialidado, dicho de otra manera, la
"asiste" o la "representa" en tales tópicos. [CNCiv., Sala E, 812113, "Navarro, Epifaníay
otrosc. GeneralTomásGuidoS.A.CCIIF.I. s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW90171
2013; DJ, ejemplar del 10/7/13, p. 761.
v
CAP~TULO
GASTOS DE R E P A R A C I ~ N
DEL V E H ~ C U L O

5 22. Concepto de daño material


y régimen legal
El daño material o patrimonial es definido como una lesión al patrimonio de la
víctima que se representaen la afectación (total o parcial) de un bien o en un deter-
minado gasto. Es decir, conlleva un menoscabo en un valor económico del sujeto.
Ese menoscabo conculca intereses patrimoniales individuales o colectivos que
integran la esfera de actuación lícita del damnificado y que, a su vez, se puede bi-
furcar en daño emergente o lucro cesante1.
En materia de accidentes de tránsito, el daño emergente está compuesto por el
costo de la reparación del daño causadoy por los gastos que se hayan ocasionado o
que sevayan a ocasionar debido al detrimento2.Es decir, el ítem indemnizatoriose-
rá el reintegro del dinero abonado o el necesariopara hacer frente a los arreglosde
los daños del automóvil sufridos a raíz del siniestro-que es el perjuicio concreto-.
Esa suma debe ser suficiente para poner el vehículo en las condiciones que se en-
contraba antes del accidente3.Ello, está respaldado por el art. 1740 del texto unifi-
cado que prevé que la reparacióndebe ser plena, lo quese traduce en la restitución
de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago
en dinero o en especie.
Para la procedencia de la partida indemnizatoria es necesario que el detrimento
sea debidamenteacreditado, no solo su existencia sino también su extensión (conf.
art. 1744, CCCN; sobre esto volveremos más adelante) y también que el daño guar-
de relaciónde causalidad con el siniestro.

Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.VIII, p. 484.


* Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2016, t. 2, ps. 61 1y 612.
3 Leguisamón, 2 Cómo se indemniza eldaño a u n automotor chocado?, en "Revista de De-
recho de Daños", n" 2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia", p. 42.
174 C EC ILlA CELESTE DANESI

Tal como lo sostiene calificada doctrina, cuando se indemniza el daño emergen-


te, noseestá indemnizandoelvalor del bien comprometido,sinoel interésqueaquel
satisfacía en la esfera patrimonial del damnificado, que puede o no coincidir con el
valor objetivodel bien en sí mismo. Por ello, lo resarcibleenconceptodedañoemer-
gente no es el bien -valga la repetición- en sí mismo, sino los diversos intereses
que este representa en el damnificado4.
Actualmente, la cuestión se encuentra regulada en el art. 1738 del CCCN, que
, prescribe: "La indemnizacióncomprendela pérdida o disminución delpatrimonio
de la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención yla pérdida de chances. Incluye especialmen-
te las consecuenciasde la violación de los derechos personalísimosde la víctima, de
su integridadpersonal, su saludpsicofísica, sus afecciones espirituales legítimasy las
que resultande la interferencia en su proyecto de vida ".
La redacción empleada nos permite considerar que la norma es una mera ejem-
plificación de los daños, por lo que habilita que en el futuro se puedan incluir como
resarcibles menoscabos propios de las generaciones del porvenir o, en tiempos más
contemporáneos, algunosquelasociedadconsiderequeagreden a la integridad pa-
trimonial o psicofísica-socialde la persona humana o jurídica. Otro aspectosobresa-
Iiente que podemos observar de la norma es la separación en su redacciónde los per-
juicios de carácter económico que pueden agredir en forma directa al patrimonio,
de aquellosque perjudican de un modo inmediato la integridad psicosomáticayso-
cial de las personas5.
En comentario al citado art. 1738 del CCCN se afirma que "dentro de los daños
patrimoniales que nacen como consecuencia del hecho ilícito, el daño emergente
consiste en aquellos perjuicios que se traducen en un empobrecimiento del conte-
nido actual del sujeto, y puede producirsetanto por la destrucción, deterioro, pri-
vación del uso de goce de bienes existentes en el patrimonio al momento de pro-
ducirse el hecho ilícito" 6.
En suma, podemossostener que la referencia a "la indemnización comprendela
pérdida o disminucióndelpatrimonio de la víctima" contenida en la disposición, in-
cluye el daño material que nace de un siniestrovial, el que debe repararsede modo
quese restituya lasituacióndel damnificadoal estadoanterior al hechodañoso(art.
1740, CCCN). Con lo cual, mediante la suma que se conceda por este rubrose busca-

Zannoni, cit. por Sáenz,lncidenciasdelCódigo Civily Comercial. Obligaciones. Derecho de


daños, 201 5, t .2, p. 138.
Alferillo, en Código Civily Comercialcomentado. Tratado exegético, 2" ed., 201 5, t.VII, p.
187.
Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycomparado con
los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 201 5, t. II, p. 722.
ACCIDENTES DE T R ~ N S I T O

rá que las reparaciones que se realicen en el vehículo permitan eliminar las conse-
cuencias dañosas del siniestro.

Jurisprudencia

1. Conceptoy alcance
1 Los gastos de reparación del rodado constituyen uno de los principales aspectos de
la reclamaciónde daños provenientesde accidentesde tránsito, pues el responsablede
los perjuicios ocasionados al vehículo embestido, queda'obligado al pago de la suma
necesaria para restablecerloalestadoenqueseencontrabaalocurrirelaccidente [CN-
Civ., Sala J, 512118, "Riccelli, Walter Ramónc.Caro,CarloslsidroslDañosyperjuicios", Ru-
binza1On Line, RC J 5601181.

2. Dificultadde conseguir los repuestos


2 Cabe mencionar que la materialidad de los desperfectosgenerados en el motovehí-
culodel actor resultantanto de las fotografías, del presupuestode reparacióndeltaller
"Tecnimet" por la suma de $18.973, la pericia mecánica y el informe de visu. Es cierto
que el perito mecánico informó las dificultades para conseguir los repuestospara la re-
paraciónde la moto y que al momento de la inspección se encontraba sin reparar (v. fs.
274), sin embargo, ello no obsta a la procedenciadel reclamo, máximecuandoconside-
ró adecuado el presupuesto acompañado. En este punto he de señalar que el presu-
puesto fue emitido en mayo de 2010y la pericia se realizó con una diferencia de más de
cuatro años (diciembrede 2014). [CNCiv., Sala M, 13110117, "Monturano, Claudio Gas-
tónyotroc. DeSeta, OlgayotrosslDañosyperjuicios", LL, On Line,AR/JUR/7877812017].

3. El costo de la reparación debe ser razonable


3 Más allá de lo efectivamente abonado por la actora y del concreto lapso en que su
vehículo permanecióen reparación, lo cierto es que el responsablesoloestá obligado
a abonar su costo razonable, como asítambién por el lapso de privación que habitual-
mente insume la ejecución de un trabajo como el que fue necesario efectuar en el ve-
hículo dañado. Si la actora abonó un precio irrazonable, que supera los normales de
plaza al tiempo en que se ejecutaron los trabajos y estos insumieron un lapso alonga-
do, ello se debe a la mala elección del taller, por lo que no será la accionada quien de-
basoportar lasconsecuenciasdetan ligero proceder. [CNCiv., Sala E, 27/6/00, LL, On Li-
ne, AFVJ UW6412000].

5 23. Legitimación activa


a) Introducción

El concepto de legitimación, ligado a cuestiones procesales, remite a la aptitud


de un sujeto para poder actuar en un proceso, ya sea activamente (como actor) o
bien pasivamente (como demandado), en función de su relación con el objeto liti-
gioso. Esa relación procesalsevincula directamente con el derecho defondoy, en lo
176 CECILIA CELESTE DANESI

que a esta obra concierne, serán lasvíctimas de un siniestro vial quienes podrán ac-
cionar7.
La legitimación puede presentar dossupuestos: la legitimación procesal y la le-
gitimación sustancial. En palabrasde Palacio, en esta última es parte el que deman-
da en nombre propio (o en cuyo nombre se demanda) una actuación de la ley, y
aquel contra el cual esa actuación de la ley es demandada. En cambio, la legitima-
ción procesal (que es un requisito de la pretensión) tiene que ver con la titularidad
, del derecho -en el caso de la activa-o con la titularidad para contradecir-en la
pasiva-8.
En principio, la persona habilitada para accionar por un daño será el damnifica-
do directo o la propia víctima, esdecir, aquel sobre cuya persona o bienes recaiga di-
rectamente la conducta dañosa. Sin embargo, también podrá hallarse legitimado
para reclamar el damnificado indirecto, es decir, quien sin ser la víctima inmediata
del perjuicio, losufre "de reboteu9.
Finalmente, señalamos que el derecho para obtener una decisión judicial surge
exclusivamentede la ley, con lo cual, debemos remitirnos a las disposiciones que el
nuevo Código de fondo establece en la materia.

b) Titulares de un derecho realsobre la cosa

Los sujetos que poseen legitimación activa para reclamar el resarcimiento por
dañoscausadosa lascosasseencuentrancontempladosen el art. 1772deICCCN. En-
tre ellos se mencionan: inc. a) titular de un derecho real sobre la cosa o bien.
En nuestro país, la inscripción registra1es de carácter constitutiva para los auto-
motores, conforme lo estableceel art. 1'del decr.-ley6582158, con locual, podrá pro-
mover la demanda resarcitoria por gastos de reparaciónquien surja como titular en
el registro pertinente.
El art. 5' del decreto mencionado enumera los vehículos que se consideran au-
tomotores, asaber: automóviles, camiones, inclusive los llamadostractores parase-
mirremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus, microóm-
nibusycolectivos, sus respectivos remolquesyacoplados,todosellosaun cuando no
estuvieran carrozados, las maquinariasagrícolas incluidas tractores, cosechadoras,
grúas, maquinariasvialesytodasaquellasquese autopropulsen. Con lo cual, consi-

Wierzba, Manual de obligaciones civilesy comerciales, según el nuevo Código Civily Co-
mercialde la Nación, 2015, ps. 333 y 334.
* Lino Palacio, cit. por Converset (h), Incidencias del Código Civily Comercial. Procesos civi-
les, 2015, ps. 96 y 97.
Wierzba, Manual de obligaciones civilesy comerciales, según el nuevo Código Civily Co-
mercialdela Nación, 2015, p. 334.
ACCIDENTES DE TRANSITO 177

deramos que todos ellos se encuentran comprendidos en las prescripciones del art.
1769 del CCCNy, por ende, el sujeto que figure como titular registra1 se encuentra
legitimado para reclamar por daño material.
Pues bien, la enumeracióntaxativa de derechos reales está regulada en los inci-
sos del art. 1887 del Código unificado, estos son: a) el dominio; b) el condominio;
c) la propiedad horizontal; d ) los conjuntos inmobiliarios; e) el tiempo comparti-
do; f) el cementerio privado; g) la superficie; h) el usufructo; i ) el uso; j ) la habi-
tación; k) la servidumbre; 1) la hipoteca; m) la anticresis, y n) la prenda. Es decir,
cualquiera de los titulares de estos derechos reales es& legitimado para reclamar el
resarcimientode los daños que presente la cosa.
Por último, mencionamosque cuando el reclamanteafirme que es titular del de-
recho real de dominio, implica también aseverar que es titular de todo aquello que
es inherente a la propiedad, v. gr., el derecho de poseer la cosa, disponer o servirse
de ella, usarla y gozarla conforme con un ejercicio regular. Por tal motivo, cuando
sostiene que es dueño del vehículo implícitamente asevera que es poseedor, usu-
fructuario~usuario, ya que tales derechos son propios del dominio y por ende está
amparada en los derechos previstos por el art. 1110 del cCIO, ahora receptado en el
art. 1772 del CCCN.
No obstante ello, también puede suceder que el dueño haya cedido el uso y go-
ce del rodado (contrato de locación), en cuyo caso, podrán iniciar ambosel reclamo
indemnizatorio por los daños padecidosa raíz del siniestro. Así, por ejemplo, el pri-
mero estará legitimado para peticionar el rubro por desvalorización venal, mien-
tras que el segundo podrá demandar por privación de uso. Estas cuestiones tienen
matices, que iremos abordando a lo largo de los capítulos de esta obra.

c) Tenedor y poseedor de buena fe

Asimismo, el inc. b) del art. 1772 del CCCNfaculta a reclamar por daños al tene-
dor y al poseedor de buena fe de la cosa o bien. El nuevo Código se encarga de defi-
nir esos conceptos que importan la relación de poder de un sujeto con una cosa que
se debe adquirir en los términos del art. 1922 y SS.". La posesión se da cuando una

lo SCBA, 26/2/85,ED, 114-637;CACC Morón, Sala 11,3/4/85,JA, 1985-111-247.


Art. 1922: llAdquisición de poder. Para adquirir una relación de podersobre una cosa, és-
ta debe establecersevoluntariamente: a)porsujeto capaz, excepto laspersonasmenores de edad,
para quienes essuficiente que tengan diezaños; b)pormedio de un contacto con la cosa, de lapo-
sibilidad física de establecerlo, o cuando ella ingresa en elámbito de custodia deladquirente". Art.
1923: "Modos de adquisición. Las relaciones de poderse adquierenpor la tradición. No es necesa-
ria la tradición, cuando la cosa es tenida a nombre delpropietario, y este pasa la posesión a quien la
tenía a su nombre, o cuando elque la poseía a nombre delpropietario, principia a poseerla a nom-
bre de otro, quien la adquiere desde que el tenedor queda notificado de la identidaddelnuevopo-
CECILIA CELESTE DANESI

persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hechosobre una cosa, com-
portándose como titular de un derecho real, lo sea o no (art. 1909, CCCN) mientras
que, la tenencia acaece cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un
poder de hecho sobre una cosa, y se comporta como representante del poseedor
(art. 1910, CCCN).
Suele suceder que lossujetos pasivosde la pretensión planteen excepcióndefal-
ta de legitimación activa cuando el actor no invoca ni demuestra ser poseedor, te-
, nedor, propietario o tampoco acredita haber solventado los gastos.
En cuyo caso el juez, además de valerse de las constancias recabadas en la causa,
debe guiarse por las presunciones legales contempladas en los arts. 1911, 1914,
1916y 1919 del CCCNI*.
Incluimos en el supuesto del inc. b) del art. 1772 el caso del sujeto que surja de la
denuncia de venta que efectúe el titular del bien ante el Registro de la Propiedad
~ u t o m o t o rasí
~ ~como
, los siguientes: el locatario (art. 1187, CCCN), el tomador en

seedor. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro, reservándose la tenencia y


constituyéndose en representante del nuevo poseedor: La posesión se adquiere asimismo por el
apoderamiento de la cosa". Art. 1924: "Tradición. Hay tradición cuando una parte entrega una co-
sa a otra que la recibe. Debe consistir en la realización de actos materiales de, por lo menos, una de
las partes, que otorguen un poder de hecho sobre la cosa, los que no se suplen, con relación a ter-
ceros, por la mera declaración del que entrega de darla a quien la recibe, o de este de recibirla ".

l2 Art. 1911: "Presuncióndeposeedorosen~idordelaposesión. Sepresume, amenosqueexis-


ta prueba en contrario, que es poseedor quien ejerce un poder de hecho sobre una cosa. Quien uti-
liza una cosa en virtud de una relación de dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama,
en este Código, servidor de la posesión ". Art. 1914: "Presunción de fecha y extensión. Si media tí-
tulo se presume que la relación de poder comienza desde la fecha del título y tiene la extensión que
en élse indica ". Art. 1916: "Presunción de legitimidad. Las relacionesdepodersepresumen legíti-
mas, a menos que exista prueba en contrario. Son ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un
derecho realopersonalconstituido de conformidad con lasprevisiones de la ley". Art. 1919: "Pre-
sunción de buena fe. La relación de poderse presume de buena fe,a menos que exista prueba en con-
trario.
La mala fe se presume en lossiguientes casos: a) cuando el título es de nulidad manifiesta; b)
cuandose adquiere de persona que habitualmente no hace tradición de esa clase de cosasycarece
de medios para adquirirlas; c) cuando recae sobre ganado marcado o señalado, si el diseño fue re-
gistrado por otra persona ".
l 3 La denuncia de venta es la comunicación efectuada por el titular de un dominio al haber

entregado el rodadoa otra persona en carácter de poseedor o tenedor. E l artículo del Régimen Ju-
rídico del Automotor dispone: "Hasta tanto se inscriba la transferencia el transmitente será civil-
mente responsable por los dañosyperjuicios que se produzcan con elautomotor, en su carácter de
dueño de la cosa. No obstante, sicon anterioridad alhecho que motivesu responsabilidad, eltrans-
mitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición delautomotor, se reputará que elad-
el contrato de leasing (arts. 1227 y 1238, CCCN), el usufructuario (art. 2129, CCCN),
entre otros.
Lossujetoscomprendidosen1osincs.a) yb)del art. 1772delCódigo unificado tie-
nen derecho a interponer su acción, conjunta o separadamente, contra el respon-
sable directo y el indirecto (art. 1773, CCCN).
Por último, mencionamos que la postura receptada por el texto legal vigente se
encontraba plasmada con anterioridad a la reforma en el plenario de la Cámara Ci-
vil "Belluci, Nicolás R. c. Pollano, Edgardo C. y otros s/Spmario", del 30 de diciembre
de 1985, su doctrina rezaba que el usuario tiene derecho a reclamar la indemniza-
ción por los daños causados al vehículo que utilizaba y no puede ser privado de esta
ni aún en razón de no haber efectuado el arreglo, pues esta obligación hace a su re-
lación con el presunto propietario y no con el demandado, la cual es independiente
y deriva del ilícito. En tal sentido, se sostuvo que el usuario, es decir, todo aquel que
haga valer el derecho que le confieresu calidad de poseedor, usufructuario, usuario
(art. 2948, CC), está legitimado para reclamar indemnización por los daños sufridos
por el rodado aunque no haya efectuado o pagado las reparaciones. No así, como
principio general, el tenedor que haga valer el carácterde locatario, depositario, co-
modatario, etcétera. En efecto, se ha entendido que la condición de usuario, salvo
prueba en contrario, debe presumirse en quien utiliza el rodado habitualmente, o
encomienda presupuestos, efectúa denuncias policiales, contrata seguroso lo pone
a disposición de la pericia 14.
De la doctrina sentada en el fallo plenario citado se ha considerado que: a) el
costo de las reparaciones del vehículo puede ser demandado no solo por el pro-
pietario sino también por el poseedor ilegítimo o legítimo (usufructuario y usua-
rio); b) la legitimación subsiste aunque las reparaciones no hayan sido realizadas
y, si lo fueron, aun cuando no han sido pagadas; c) no interesa que no se haya pro-
bado la calidad invocada en la demanda. Entonces, acreditado el dañoy la relación
causal, el que lo provocó debe indemnizarlo, puessi secondicionase la indemniza-
ción al previo pagose estaría alterando la causa que legitima al actor, que ya no se-
ría el ilícito sino el pago, considerándolo así como subrogado en los derechos de
otro15.

quirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquel, re-
visten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él no debe respondery que
el automotor fue usado contra su voluntad ..." (art. 27). Véase www,jus.gob.ar/tramites-y-servi-
cios/automotores/denuncia-de-venta-del-automotor.aspx.

l4 CNCiv., Sala M , 28/6/05, "Koblecovsky, Adolfo c. Del Pedro, Jorge slDaños y perjuicios",
www.scw.pjn.gov.ar.
l Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 201 2, t.4A, ps. 39 y 40.
CECILIA CELESTE DANESI

d) Acreditación de la legitimación invocada

El damnificado al iniciar su reclamo debe manifestar su legitimación encuadrán-


dola en alguno de los supuestos del art. 1772 citado precedentemente. En cual-
quiera de los casos, es imprescindible que el actor acredite en debida forma la legi-
timación invocada ya sea aportando la documental pertinente o bien ofreciendo la
prueba para demostrar tal extremo.
Los supuestos más comunes son: informe del Registro Nacional de la Propiedad
del Automotor sobre la titularidad del dominio, boleto o recibo de compraventa
abonado con la declaración del vendedor o contrato de locación con la del locador,
utilización habitual del rodado, haber encomendado presupuestos, efectuado de-
nuncias policialesocontratarseguros, o ponerloa disposicióndel perito para la pro-
ducción de la peritación mecánica, etcéteraI6.
Esta prueba no es rígida y presenta matices que dependerán de las circunstan-
ciasde cada litigio. Así, por ejemplo, tiene dicho la jurisprudencia que no es necesa-
rioquequien pideser resarcido pruebe la propiedad del vehículo dañado, pues bas-
ta que lo usara en el momento del suceso o tuviese sobre aquel la guarda jurídica,
en razón de que el derecho de uso no requiere más prueba que su ejercicioy la po-
sesión del vehículo basta para reclamar la reparaciónde los dañossufridos por él 17.
También se presume la condición de usuario en quien utiliza el rodado habitual-
mente, oencomienda presupuestos, efectúa denuncias policiales, contrata seguros
o lo pone a disposición de la pericia 18.

Jurisprudencia

1. Legitimación del dueño

1 Adiferencia deotros legitimados, a propósito de loscualesse discute el alcance legí-


timo desu pretensión, no hay debatesobre que el derecho del dueñose propaga a cual-
quier proyección del perjuicio inferido a la cosa. De tal manera quien pruebe ser pro-
pietario del automotor podrá reclamar sin inconvenientes por los daños materiales en
elvehículo, la desvalorizaciónvenal, la privación de usoo el daño moral. [CACCMPT4"
Mendoza, 5/12/11, "Nicotra, Víctor Antonio y otros c. Díaz, Ana María p/D. y p. (acci-
dente de tránsito)", LL, On Line, AWJUW83964/2011].

l6 Leguisamón, ¿ Cómoseindemniza eldaño a un automotorchocado?,en "Revista de Dere-


cho de Daños", no2013-3, "Cuantificacióndel daño en la jurisprudencia", p. 43.
l7 CACC l a Nom. Córdoba, 19/12/17, "Luque, Sergio Rafael c. Rentz, Norberto Hermin sl0rdi-
nario-Dañosyperj.-Accidentesdetránsito-RecursodeapelaciÓnr, LL, OnLine,AR/JUR/8975412017.
l8 CNCiv., Sala M,28/6/05, "Koblecovsky, Adolfoc.Del Pedro, Jorges/Dañosyperjuicios"; ídem,
Sala L, 13/12/95, "Orrego, Jorge A. c. Giblio, GustavoJ. s/Daños y perjuicios", SAIJ, FA08988 589.
ACCIDENTES DE TIR~RISITO

2. Legitimación del usuario para reclamar


indemnización por daños
2 Que el usuario, comprendido en tal conceptotodo aquel que haga valer el derecho
que le confiere su calidad de poseedor, usufructuario, usuario-este último en los tér-
minos del art. 2948, CC- está legitimado para reclamar indemnización por los daños
sufridos por el rodado aunque no haya efectuado o pagado las reparaciones, ysin que
aelloobstequenose haya probado la calidad invocadaenlademandasiseacreditaotra
que dé derecho al resarcimiento. No así, como principio general, el tenedor que haga
valer entoncesel carácter de locatario, depositario, comddatario, etcétera. [CNCiv., en
pleno, 30/12/85, "Belluci, Nicolás R. c. Pollano, Edgardo C. y otross/Sumario", SAIJ, Id.
SAIJ: FA851400001.

3 El pago de los gastos por reparación o reposición del vehículo dañado puede ser exi-
gido por el simple usuario, dado que, si bien el actor noacreditóser el titular registra1de
la motocicletasiniestrada, su legitimación activa para reclamar el presente rubro emer-
ge del art. 1110 del CC(cfr. art. 1772, CCCN), no siendo necesario que quien pide ser re-
sarcido pruebe la propiedad del vehículo dañado, pues basta que lo usara en el mo-
mento del suceso o tuviese sobre ella guarda jurídica, en razón de que el derecho de uso
no requiere más prueba que su ejercicio y que la posesióndel vehículo basta para recla-
mar la reparaciónde los daños sufridos por él. [CACC la Nom. Córdoba, 19/12/17, "Lu-
que, Sergio Rafael c. Rentz, Norberto Hermin s/Ordinario - Dañosy perj. -Accidentes de
tránsito - Recurso de apelación", LL, On Line, AR/JUW89754/2017].

4 La condición de usuario del actor lo legitima para reclamar los gastos comprensivos
de mano de obra yrepuestos que insume la reparación de la moto, la privación de usoy
la desvalorización(ar2s. 1095y1110, CC). [CACCMPT4"Mendozar13/9/17, "Olivera, Le-
onardo Iván c. Carvacho, Nelson Martín s/D. y p. (accidente de tránsito)", LL, On Line,
AR/J UW65894/20 171.

5 Envirtud de la doctrina establecidaen el plenario "Maccione" (LL, 1986-C-179),en un


reclamo por daños derivado de un accidente de tránsito, el poseedor del vehículo, al
igual que el usuario y el usufructuario, tiene legitimación para reclamar por los daños
materiales sufridos, mas no para pretender el resarcimiento por desvalorización de
aquel(cfr.CNCiv., Sala E, 19112112, "Rojas, José Maríac. Boria, CristianArielsIDañosyper-
juicios", LL, On Line, AR/JUR/70597/2012). En razón de ello, toda vez que el actor no ha
logrado demostrar fehacientementesu condiciónde propietario del rodado conforme
alegara, pues, ante la negativa y desconocimiento de la documental formulada por la
citada en garantía, no produjo prueba idónea a esos efectos, no cabe sino confirmar la
decisión del magistradode gradosobre este particular. [CNCiv., Sala D, 22/2/17, "Cam-
pos, Fabián Ricardo c. La Nueva Cooperativa de Seguros Limitada y otro s/Daños y per-
juicios", LL, On Line, AWJUR/3023/2017].

3. Prueba de la calidad de usuario


6 El usuario, en los términos del art. 2948 del CC, está legitimado para reclamar la in-
demnización por daños sufridos por el rodado y esta situación comprende a quien uti-
182 CECILIA CELESTE DANESI

liza elvehículo habitualmente0 encomienda presupuestos, efectúa denuncias policia-


les o lo pone a disposiciqn para la pericia, permitiendo así tener probada la calidad se-
ñalada. [CNCiv., Sala K, 30/6/17, "Correa Torres, Juvenal E. c. Parodi, Nelly A. y otros
s/Daños y perjuicios (acc. trán. des. o muerte)", RCyS, 2018-1-149; LL, On Line, AWJUW
4312812017; CNCiv., Sala M, 28/6/05, "Koblecovsky, Adolfoc. Del Pedro, JorgesIDañosy
perjuicios"; y CNCiv., Sala L, 13/12/95, "Orrego, Jorge A. c. Giblio, Gustavo J. s/Daños y
perjuicios", SAIJ, Id. SAIJ: FA089885891.

4. Legitimación activa del tomador de un contrato


de leasing
7 No merece reproche constitucional la decisión de la Sala a quo que haciendoalusión
al criterio amplio con que debe entenderse el tema en debate-que fuera fijado por la
Corte a partir de la causa "Prochaska"-aseveróque, si bien la actora no había acredi-
tado el carácter alegado de propietaria del automóvil, sí había probadoser damnifica-
da por el evento como lo requiere el art. 1110 del CC. Para ello tuvo en consideraciónel
contrato de leasing, de cuyas cláusulas surgía a su vez la legitimación de la actora en el
supuesto previsto por dicho artículo, que refiere al usuario al que el daño le irrogó un
perjuicioa su derech0.Y en esa línea de razonamiento, desechóelargumento de los ac-
cionados de que la firma demandante solo podía reclamarsi acreditaba la ausencia del
titular del dominio, de acuerdo al último apartado del art. 1110 del CC, y descartó que
fuere el supuesto que se presentabaen autos, habida cuenta que la demandante recla-
mó encuadrando su pretensión en el primer supuesto -daño propio- y no en el se-
gundo. [CS Santa Fe, 20/8/03, "Morherco S.R.L. c. Gómez, Rodrigo y10 propietario,
guardador, responsable del auto s/Daños y perjuicios - Queja por denegacióndel recur-
so de inconstitucionalidad", causa 00002/2003, Rubinzal On Line, RC J 6500/95].

5 24. Prueba del daño emergente y de la relación


de causalidad adecuada

- Acreditación del daño resarcible

En sintonía con lo vertido en el capítulo anterior, será la víctima quien cargará


con la prueba del daño; lo que incluye su existencia así como también su extensión.
Es decir, el damnificado deberá producir en el expediente la prueba suficiente que
genere en el magistrado la convicción de que el detrimento efectivamente se pro-
dujo y, además, proporcionarle pautas para que estime el daño.
La acreditación del daño es absolutamente independiente de que los menosca-
bos hayan sido ya reparados o no19,pues el derecho a indemnización no está liga-
do a que -al momento del proceso-el vehículo subsista sin reparar.

l9 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t.4A, p. 36.


ACCIDENTES DE TRANSITO 183

En lo que a la prueba del daño emergente concierne, la vía por excelencia que
posee la víctima es solicitar -en la oportunidad procesal correspondiente- la de-
signación de un perito ingeniero mecánico, quien deberá "estimar" el costo de las
reparaciones para restituir el vehículo al mismo estado quese encontraba antes del
siniestro. Para ello, el experto deberá analizar exhaustivamente lasconstanciasque
surjan de las actuaciones, de la causa penal (si hubiere), la mecánica del siniestro e
inspeccionar el rodado. Además, el perito podrá valerse no solo de sus conocimien-
tos técnicos, sino también de informes emanados de concesionariasoficiales, talle-
res mecánicos reconocidos, etcétera.
Si bien la lógica indica que la estimación del arreglo se haga al momento del si-
niestro, la realidad nosevidenciaque-debidoa los frecuentes períodos inflaciona-
~ atraviesa el pais- esa suma será insuficiente para afrontar los gastos de re-
r i o que
paración, ni aún adicionándole los intereses desde la fecha del hecho. Por ello, más
allá de la estimación que realice el experto, el juezdeberá conceder la partida indem-
nizatoria de modo tal que permita a la víctima resarcir el daño causado, pues si hu-
biese cumplido con la obligación oportunamente, esto es, sin llegar a la instancia ju-
dicial, habría satisfecho valor suficiente para que el vehículo quede en el estado an-
terior al siniestro20.
Otra vía también utilizada para acreditar el costo de las reparaciones, es el pre-
supuesto expedido por un taller mecánico. Pero para que el instrumento privado
tenga validez, debe ser reconocido por su emisor. Ampliaremos este punto en el
apartado siguiente.
La jurisprudencia ha señalado que aun cuando la víctima del accidente de trán-
sito haya omitido adjuntar fotos del vehículo siniestrado y no se haya realizado la
pericia mecánica por falta de presentación del rodado, la indemnización por daño
material es procedentesi presentó presupuestosdereparación que fueron recono-
cidos judicialmente2?.
Asimismo, alguna doctrina sostieneque,si bien dependerá desi losarreglosfue-
ron efectuados o no, en principio, los daños se prueban con fotografías simples del
automóvil reconocidas por el demandado -inclusive mediante la absolución de
posiciones- y la declaración de testigos presencialesdel hecho -o al menos pre-
sentes en el lugar inmediatamente después de ocurrido-, como ilustrativas de los
daños producidos en el accidente. No es necesaria la certificación por escribano pú-
blico de las fotografías, pues hay que distinguir los hechos que fueron verificados
personalmente por el oficial público de aquellosque no lo fueron. Los primerosgo-

20 CNCiv., Sala E, 31/8/7, "Tapia, Julián PedroEdgarc. DeCaprio, Mario",concitaa IaexCNECC,


Sala 111,1/10/82, "López Corrado, Augusto C. c. Belnicof, Néstor E.y otro".
21 CACCLM General Pico, 30/12/13, "Falkenstein, Carlos José c. Grosso, Antonio Juan y otro

s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW10588312013.


CECILIA CELESTE DANESI

liza el vehículo habitualmente o encomienda presupuestos,efectúa denuncias policia-


les o lo pone a disposición para la pericia, permitiendo así tener probada la calidad se-
ñalada. [CNCiv., Sala K, 3016117, "Correa Torres, Juvenal E. c. Parodi, Nelly A. y otros
slDaños y perjuicios (acc. trán. des. o muerte)", RCyS, 2018-1-149; LL, On Line, AWJUW
4312812017; CNCiv., Sala M, 28/6/05, "Koblecovsky,Adolfoc. Del Pedro, JorgesIDañosy
perjuicios"; y CNCiv., Sala L, 13112195, "Orrego, Jorge A. c. Giblio, Gustavo J. s1Daños y
perjuicios", SAIJ, Id. SAIJ: FA089885891.

4. Legitimación activa del tomador de un contrato


de leasing
7 No merece reproche constitucional la decisión de la Sala a quo que haciendo alusión
al criterio amplio con que debe entenderse el tema en debate-que fuera fijado por la
Corte a partir de la causa "Prochaska"-aseveróque, si bien la actora no había acredi-
tado el carácter alegado de propietaria del automóvil, sí había probadoser damnifica-
da por el evento como lo requiere el art. 1110 del CC. Para ello tuvo en consideraciónel
contrato de leasing, de cuyas cláusulas surgía a su vez la legitimación de la actora en el
supuesto previsto por dicho artículo, que refiere al usuario al que el daño le irrogó un
perjuicio a su derecho.\/ en esa línea de razonamiento, desechóelargumento de losac-
cionados de que la firma demandante solo podía reclamarsi acreditaba la ausencia del
titular del dominio, de acuerdo al último apartado del art. 1110 del CC, y descartó que
fuere el supuestoque'sepresentaba en autos, habida cuenta que la demandante recla-
mó encuadrando su pretensión en el primer supuesto -daño propio- y no en el se-
gundo. [CS Santa Fe, 2018103, "Morherco S.R.L. c. Gómez, Rodrigo y10 propietario,
guardador, responsabledel autoslDaños y perjuicios- Queja por denegación del recur-
so de inconstitucionalidad", causa 0000212003, RubinzalOn Line, RC J 65001951.

3 24. Prueba del daño emergente y de la relación


de causalidad adecuada

- Acreditación del daño resarcible

En sintonía con lo vertido en el capítulo anterior, será la víctima quien cargará


con la prueba del daño; lo que incluye su existencia asícomo también su extensión.
Es decir, el damnificado deberá producir en el expediente la prueba suficiente que
genere en el magistrado la convicción de que el detrimento efectivamente se pro-
dujo y, además, proporcionarle pautas para que estime el daño.
La acreditación del daño es absolutamente independiente de que los.menosca-
bos hayan sido ya reparados o noI9, pues el derecho a indemnización no está liga-
do a que-al momento del proceso-el vehículo subsista sin reparar.

l9 Areán, juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 4A, p. 36.


ACCIDENTES DE TRANSITO 183

En lo que a la prueba del daño emergente concierne, la vía por excelencia que
posee la víctima es solicitar -en la oportunidad procesal correspondiente- la de-
signación de un perito ingeniero mecánico, quien deberá "estimar" el costo de las
reparacionespara restituir el vehículo al mismo estadoqueseencontraba antes del
siniestro. Para ello, el experto deberá analizar exhaustivamentelas constanciasque
surjan de las actuaciones, de la causa penal (si hubiere), la mecánica del siniestro e
inspeccionarel rodado. Además, el perito podrá valerse no solo de sus conocimien-
tos técnicos, sino también de informes emanados de cpncesionarias oficiales, talle-
res mecánicos reconocidos, etcétera.
Si bien la lógica indica que la estimación del arreglo se haga al momento del si-
niestro, la realidad nosevidencia que-debidoa los frecuentes períodos inflaciona-
r i o que
~ atraviesa el país-esa suma será insuficiente para afrontar los gastos de re-
paración, ni aún adicionándole los intereses desde la fecha del hecho. Por ello, más
allá de la estimaciónque realiceel experto, el juezdeberáconceder la partida indem-
nizatoria de modo tal que permita a la víctima resarcir el daño causado, pues si hu-
biese cumplido con la obligación oportunamente, estoes, sin llegar a la instanciaju-
dicial, habría satisfechovalor suficiente para que el vehículo quede en el estado an-
terior al siniestroZ0.
Otra vía también utilizada para acreditar el costo de las reparaciones, es el pre-
supuesto expedido por un taller mecánico. Pero para que el instrumento privado
tenga validez, debe ser reconocido por su emisor. Ampliaremos este punto en el
apartado siguiente.
La jurisprudencia ha señalado que aun cuando la víctima del accidente de trán-
sito haya omitido adjuntar fotos del vehículo siniestrado y no se haya realizado la
pericia mecánica por falta de presentacióndel rodado, la indemnización por daño
material es procedentesi presentó presupuestosde reparaciónque fueron recono-
cidos judicialmenteZ1.
Asimismo, alguna doctrina sostiene que, si bien dependerádesi losarreglosfue-
ron efectuados o no, en principio, los dañosse prueban con fotografíassimples del
automóvil reconocidas por el demandado -inclusive mediante la absolución de
posiciones- y la declaración de testigos presenciales del hecho -o al menos pre-
sentes en el lugar inmediatamente después de ocurrido-, como ilustrativas de los
daños producidosen el accidente. No es necesaria la certificación por escribano pú-
blico de las fotografías, pues hay que distinguir los hechos que fueron verificados
personalmente por el oficial público de aquellosque no lo fueron. Los primeros go-

20 CNCiv.,Sala E,31/8/7, "Tapia,JuliánPedroEdgarc. DeCaprio, Mario",concitaalaexCNECC,


Sala 111,1/10/82, "LópezCorrado, August0C.c. Belnicof, Néstor E.yotro".
21 CACCLM General Pico, 30112/13, "Falkenstein, Carlos José c. Grosso, Antonio Juan y otro
s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/IO588312013.
CECILIA CELESTE DANESI

zan de la presunciónlegal de autenticidad del derogado art. 993 del CC, hoy conte-
nido en el art. 296del Código unificado, mientras que lossegundos no; de modo tal
que tienen la presunción de verdad al momento de la constatación por el notario,
mas no de la causa que originó los mismos22.

3 25. Oposición a la prueba de informes


dirigida al taller mecánico
Como anticipamos precedentemente,el presupuesto emitido por un taller me-
cánico debe ser reconocido por su emisor para que tenga validez en el juicio, salvo
que el demandado, al contestar la demanda, no niegue la autenticidad de ese ins-
trumento y lo reconozca (art. 356, inc. lo, CPCCN). Generalmente, la parte actora
acompaña la factura o presupuesto expedido por un taller mecánicoy, en su ofreci-
miento de prueba, peticiona el libramiento de un oficio de informes al taller para
que se expida sobre su autenticidad. Al correrse el traslado de la demandada, el ac-
cionado está facultado en la contestacióna efectuar oposición fundada de los me-
dios de prueba propuestos por aquella.
En ese punto se suele presentar una controversia: el demandado se opone a la
prueba informativa, por cuanto, de conformidad con el art. 396 del CPCCN, ese me-
dio probatorio únicamente procede respecto de actos o hechos que resulten de la
documentación, archivo o registroscontablesdel informante y, como essabido, en
la mayoría de loscasos, los talleres mecánicoscarecen de estos registros. Motivo por
el cual, consideramos que la oposición debe ser admitida y, por ende, desestimarse
la prueba de informes. En estos casos, se fija una audiencia testimonial para que el
representante del taller comparezca al tribunal y se expida con relación a la auten-
ticidad del presupuesto.
En sentido contrario, la jurisprudencia resolvió que, para la acreditación de los
gastos de reparaciones, no es necesario que estos sean corroborados con los libros
del tallerista bastando al efecto que el presupuesto y su reconocimiento guarden
estrecha relación con los daños sufridos. Resulta suficiente para acreditar el daño
en un vehículo el documento del taller habida cuenta que es la única prueba pro-
ducida a tal efecto, si nada hace presumir exageraciones en el costo o si la acciona-
da no ha traído prueba en contrario, ya que se encuentra a cargo del demandado
que cuestiona la procedencia o magnitud de las erogaciones que se reclamen, de-
mostrar que las mismas no guardan relación con la realidad o que los deterioros se
deben a otra causa, o no se originaron en el evento23.

22 Leguisamón, i Cómose indemniza el daño a un automotor chocado?, en "Revista de Dere-


cho de Daños", no201 3-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia", ps. 45y46.
23 CNECC, Sala lV, 31/7/87, IA, 1985-1.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Rechazo por falta de prueba del daño emergente


(existenciay cuantificación)
1 Si la existencia o cuantificación del daño emergente que dijo padecer el titular del
vehículo dañado en un accidente de tránsito, no ha sido acreditada porsu negligencia
al no probarlo, corresponde rechazarel rubro, puesdicha negligencia noesexcusa pa-
ra que el juez fije prudencialmente el monto pretendido o difiera su determinación
para la etapa de ejecución de sentencia. [CACC 4" Córdoba, 25/3/08, "Heredia, Ro-
berto Eduardo c. Da1Bello, José Antonio yotro", LL, On Line, AWJUW5462120081.

2 El daño emergente reclamado por el ciciista embestido por un automóvil debe ser
rechazado, ya que, si bien no es esencial a los efectos de su procedencia demostrar el
gasto efectuado para la reparación del rodado, debió acreditar cuáles fueron los da-
ños concretos que este presentó con motivo del siniestro, haciendo la constatación y
determinación de su cuantía en tiempo oportuno. [CACCCAFSanFrancisco, 1211U12,
"Lencinas, Ana María c. Caudana, Víctor Hugos/Ordinario", LLC, 2013 (mayo), 466; LL,
On Line, AWJ UW70976120 121.

2. Prueba del daño emergente solo con presupuesto reconocido


o con fotografías
3 Auncuando lavíctima del accidentede tránsito haya omitidoadjuntarfotosdelve-
hículosiniestradoy nose haya realizado la pericia mecánica porfalta de presentación
del rodado, la indemnización por daño material es procedente si presentó presu-
puestos de reparación que fueron reconocidos judicialmente. [CACCLM General Pi-
co, 30112113, "Falkenstein, Carlos José c. Grosso, Antonio Juan y otro slDaños y perjui-
cios", LL, On Line, AWJUWI 05883120131.

4 El actor ha demostrado con las fotografias adjuntas a fs. 3 y el presupuesto de fs. 8


los daños ocasionados en su vehículo con motivo del accidente. Dicho presupuesto es
reconocido por su autor quien admitió que los daños que dan cuenta las fotografias
son los que fueron objeto del presupuesto confeccionadoen su tallery cuya magnitud
fue constatada "en una cochera particular, lugar donde constató los daños y efectuó
el presupuesto respectivo agregado a fs. 8". Dicho respaldo probatorio basta para te-
ner por acreditada la extensión y cuantía de los daños, y la consecuente condena a su
pago,salvoqueel responsablehubiera acreditadoque losmismossonabultadosoexa-
gerados lo que no ha acaecido en la especie. [CACC 2" Nom. Córdoba, 23/5/02, LL, On
Line, AWJ UW580U20021.

3. Procedencia de la indemnización aun cuando nose hayan realizado


las reparaciones
5 El damnificado por unaccidentedetránsitotieneel derechoa la indemnizacióntan-
t o si efectuó la erogación que insumió la reparación del vehículo dañado, como tam-
bién si no lo hizo por falta de medios económicos o por cualquier otra circunstancia,
pues el daño no nace en todos los casos de la realidad de los gastos, sino de la necesi-
186 CECILIA CELESTE DANESI

dad de realizarlospara mantener lasituación igual a la quegozaba antes del hecho, ya


queen tal casotambiénexisteun interés menoscabado, de proyección económica con-
creta. [CACC2" Nom. Córdoba, 18/2/16, "Amaranto, Alejandra Patricia y otro c. Mén-
dez, Juan Carlosyotros/Ordinario - Dañosy perjuicios-Accidentesdetránsito", LL, On
Line, AWJUWI 888120161.
6 La circunstanciaque la víctima del accidente de tránsito no hubiera realizado las re-
paraciones desu motocicleta en el taller de propiedad de quien extendió el presupues-
to, no constituyevalladarque impida laviabilidadde la indemnización, pues lajurispru-
dencia es pacífica en entender que el responsable debe reparar los daños ocasionados
al rodado aun cuandosu dueño no hubiese efectuado las reparaciones. [CACC Bell Vi-
Ile, 12/12/06, "Veliz, Adela Luisa (en representación desu hijo menor C. L. C.) c. Macco,
Martín Sebastiány otro", LLC, 2007 (junio), 554; LL, On Line, AWJUW9870/2006].

4. Validez de la prueba de informes.


Principio de adquisición procesal
7 Aun cuando las respuestas del informante no se ajusten a las prescripciones del art.
396 del CPCCN, al no basarse, en el caso, en actos o hechos resultantes de la documen-
tación, archivos o registros contables de quien informa, sino en su propio conocimien-
to-lo cual es materia propia de la prueba de testigosy constituyeuna circunstancia in-
validante de tales informaciones-, el hecho de que las mismas se encuentren agrega-
das al expediente sin oposición permite considerarlas en virtud del principio de adqui-
sición procesal. [CNCiv., Sala A, 22/2/94, "L. de K., A. c. K. de K., S. M", LL, 1994-D-164;
DJ, 1994-2-796; LL, On Line, AWJUW617/1994].
8 Para la acreditaciónde los gastos de reparaciones no es necesario que estos sean co-
rroborados con los libros del tallerista bastando al efecto que el presupuestoy su reco-
nocimiento guarden estrecha relación con los daños sufridos. Es bastante para acredi-
tar el daño en un vehículo el documento del taller habida cuenta que es la única prue-
ba producida a tal efecto, si nada hace presumir exageraciones en el costo osi la accio-
nada no ha traído prueba en contrario, ya que es a cargo del demandado que cuestio-
na la procedencia o magnitud de las erogaciones que se reclamen, demostrar que las
mismas no guardan relación con la realidad o que los deterioros se deben a otra causa,
o no se originaron en el evento. [CNECC, Sala IV, 31/7/87, JA, 1985-11.
9 La accionada solo está obligada a responder por la reparacióndel daño efectivamen-
te sufrido y en tal sentido el juez, al fijar la cuantía, debe estimarla sobre la base de lo
que razonablemente el actor debió gastar para reparar el vehículo, pues, de otra ma-
nera, la cantidad asignada sería fuente de indebido lucro. [CNCiv., Sala J, 5/2/18, "Ric-
celli, Walter Ramón c. Caro, Carlos Isidro s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J
5601181.

a) La relación de causalidad adecuada entre el daño y elsiniestro


Además de la estimación del costo de los arreglos, el experto también debe de-
jar constancia que los daños a reparar fueron producidosa raíz del siniestrovial por
ACCIDENTES DE TRANSITO 187

el que se reclama en el proceso, es decir, que aquellos no eran preexistenteso que


eran consecuencia de un accidente anterior o posterior. Esto es la relación de cau-
salidad que indefectiblemente debe existir entre el hecho yel menoscabo24.
Es que, en sintonía con lo expuesto precedentemente, la relación de causalidad
también constituye uno de los elementos indispensables para que se configure la
responsabilidadcivil. Esta busca hallar una relaciónde causa efecto entre el daño y
el hecho de la persona o de la cosa a los cuales se atribuye su producción. Una vez
comprobada la relaciónde causalidad, se estudiará la,extensión del resarcimiento,
es decir, cuáles son las consecuencias (inmediatas, mediatas o causales) por las que
se debe responder25.
El Código Civil y Comercial de la Nación recepta en sus arts. 1726y 1727 la teoría
de la causalidad adecuada, que es la defendida por la mayoría de la doctrina y juris-
prudencia argentina. Conforme esta postura, no todas las condiciones necesarias
de un resultadosonequivalentes, sinosolo aquellasque, según el curso natural yor-
dinario de las cosas, son idóneas para producir ese resultado. Se elabora partiendo
de un juicio de probabilidad, esdecir, si tal acción u omisión del presunto responsa-
ble era apta para producir un resultado26.
El magistrado deberá realizar un análisis acerca de cómo ocurren los hechos de
acuerdo con su regularidady según las reglas empíricas que el mismo intérprete co-
noce. Y, si a partir de ese examen, es posible determinar que cierta condición produ-
ce habitualmente una consecuenciadeterminada, se interpreta quetal condición es
"causa" del resultado27.
El perito, por su parte, informará en su dictamen si la mecánica del hecho fue ca-
paz de producir los daños que exhiba el rodado y que se reclaman en la demanda,
pues él resulta ser el sujeto idóneo por sus conocimientos técnicos para determi-
narlo. Por ejemplo, el grado de oxidación que presentan las partes dañadas, permi-
te establecer la antigüedad de los detrimentosy con ello verificar si condicen con la
fecha del siniestro vial objeto del litigio.
No podemosdesconocer que en la práctica suele "aprovecharse" de la ocurren-
cia del accidente para reparar desperfectosqueen realidad eran anteriores; o bien

24 Llambías, Tratado de derecho civil. Obligaciones, 6"ed., 2005,t.1, p. 273, n0248,yt. III, p. 628,
no2286; Bustamante Alsina, Teoríageneralde la responsabilidad civil, Sa ed., 2004, p. 180,entre mu-
chos otros.
25 Vázquez Ferreyra, Los presupuestos del deber de reparar, LL, 201 2-C-671; LL, On Line,
ARlDOUl388/2012.
26 Sáenz, Incidencias del Código Civily Comercial. Obligaciones. Derecho de daños, 201 5, t .2,
p. 145.
27 Wierzba, Manual de obligaciones civiles y comerciales, según el nuevo Código Civily Co-
mercialde la Nación, 2015, p. 310.
188 CECILIA CELESTE DANESI

se procede a "abultar" los presupuestos o facturas para obtener un monto indem-


nizatorio mayor que el que estrictamente correspondería, o a fin de contar con un
margen de negociaciónen vista de una posibletran~acción*~; de ahí la importancia
en el análisis de la relación causal.
En materia de carga de la prueba del nexo de causalidad adecuado, la cuestión
posee asidero legal en el art. 1736 del cuerpo normativo unificado que establece:
"La carga de la prueba de la relación de causalidadcorresponde a quien la alega, ex-
cepto que la ley la impute o la presuma. La carga de la prueba de la causa ajena, o de
la imposibilidad de cumplimiento, recae sobre quien la invoca".
El principio general establece queserá la víctima quien deba comprobar el nexo
de causalidad, pero en la práctica existen muchos supuestos de flexibilización pro-
batoria, como el casoqueseacreditela intervención de una cosa riesgosa. Porejem-
plo, demostradoel siniestrovial y la participación del automóvil, se presumequelos
daños obedecen a la actuación del vehículo y que media relación causal29.
Así, podemossostener que los arts. 1757y 1758del nuevo texto legal son supues-
tosde presuncionesdeadecuación causal en la responsabilidadderivada de la inter-
vención de cosas riesgosas, como por ejemplo, los vehículos (art. 1769, CCCN).
En ese orden de ideas, se ha resuelto que procede la indemnizaciónpor daño ma-
terial a favor del propietario de un taxi que fue embestido, si se acreditó la ocurren-
cia del accidentey la responsabilidad del conductor demandado en su producción, y
se comprobó la existencia de perjuicios compatiblesconla mecánica de este, que tie-
nen por consecuencia la necesidadde reparación y de adquisición de repuestos30.
Asimismo, además del dictamen pericial, las fotografías que acompañe el accio-
nante servirán para determinar la mecánica del accidente y la causalidad y corres-
pondencia de losdañossegúnlaversión suministrada por las partes, como también
para determinar la razonabilidad del monto reclamado3'.

Jurisprudencia

- Relación de causalidad entre el hecho y los daños reclamados


1 Lo expuestoenla pericia,valorada comoyaseha referido, en baseal restode lascons-
tancias de la causa, permite afirmar la existencia de relación causal entre el hecho y los
daños indicados por el perito, su entidad, extensión y localización, y, por lo tanto, hacer
lugar al reclamo, en el punto, de acuerdo a lo dispuesto por los arts. 903 y 1068 del CC.

28 Zavala de González, Dañosa los automotores, 1989, p. 35.


29 Converset (h), Incidenciasdel Código Civily Comercial. Procesos civiles, 2015, p. 153.
30 CACCLM Neuquén, Sala 11, 28/2/12, "Larralde, Hugo Oscar c. Diez Olmedo, Claudio José
s/Daños y perjuicios", LLPatagonia, 2012 (junio), 342; LL, On Line, AR/JUR/1394/2012.
31 Leguisamón, i Cómose indemniza eldaño a un automotorchocado?,en "Revista de Dere-
cho de Daños", no2013-3, "Cuantificacióndel daño en la jurisprudencia", p. 46.
ACCIDENTES DE TRANSITO 189

[JNC no98,513112, "Rojas, JoseMaría y otro c. Boria, Cristian Ariel y otros slDaños y per-
juicios", LL, On Line, AWJUWI 683120121.
2 Procede la indemnización por daño material a favor del propietario de un taxi que
fue embestido, si se acreditó la ocurrencia del accidente y la responsabilidaddel con-
ductor demandado en su producción, y se acreditó la existencia de perjuicios compa-
tiblescon la mecánica deeste, quetienen por consecuenciala necesidad de reparación
ydeadquisición de repuestos. [CACCLM Neuquén, Sala 11,28/2/12, "Larralde, HugoOs-
car c. Diez Olmedo, Claudio José s/Daños y perjuicios", LLPatagonia,
4
2012 (junio), 342;
LL, On Line, AWJUW1394/2012].

b) La inspección del rodado por parte del perito


y el dictamen pericial

Normalmente, el perito ingeniero mecánico debe designar una fecha de inspec-


ción del rodado en el expediente con la debida antelación para que todas las partes
puedan tomar conocimiento de la misma. En la inspección, los sujetosdeberán Ile-
var los vehículos que intervinieron en el siniestro y el experto los examinará.
Sin embargo, puede suceder que el perito no pueda inspeccionar los rodados ya
sea porquelosmismos hansidovendidoso robadososimplementelaspartesnocom-
parecen. En esos casos, la mayoría de la jurisprudencia sostiene que, si bien aquella
es de cabal importancia para que el profesional observe lassecuelasque presenta el
vehículo, la inspección no resulta indispensable, siempre y cuando, el perito haya
fundadosu dictamen en fotografías del automóvil y presupuestosdescriptivosdelos
elementos y partes a reparar32.
Por ello, en tales supuestos pensamos que resulta sumamente relevante que el
pretensoraporte al expediente fotografíasde losdañosdel rodado, preferentemen-
te certificadas por escribano y que exhiban en forma clara el dominio del vehículo.
Además, consideramos que deberá adjuntar presupuestosdetalleres mecánicosque
detallen las partes a reparar o reemplazar, gastos de mano de obra, pintura, días de
trabajo, etcétera. Generalmente, los sujetos pasivos de la pretensión niegan la au-
tenticidad de dichos presupuestos, con lo cual, le corresponde a la víctima compro-
barla. A t a l efecto podrá librar un pedido de informes al taller mecánico para quese
expida o bien, citar a declarar al representante legal del taller33.
Del dictamen pericial que se presente en el juicio deberá correrse traslado a la to-
talidad de la partes, en virtud del derecho de defensa en juicio y de los principios de

32 CNCiv., Sala B, 15/7/10, "Rabelino, Delia Néliday otroc. Compañia General deseguros Lide-
rar S.A.", LL, On Line, AWJUR/49501/2010. En sentido contrario, CNCiv., Sala H, 2719112, "Cristofano,
FernandoMartín c. Yapura, Leandro Daniel slDaños y perjuicios", LL, On Line, ARlJUW52808/2012.
33 Generalmente la prueba para acreditar la autenticidad del presupuesto suele ser objeto

del planteodeoposiciones por partedeloslitigantes, puestoque la prueba informativa resulta pro-


190 CECILIA CELESTE DANESI

bilateralidad o contradictorio. Sin embargo, se ha resuelto quesi bien la falta de no-


tificación al demandado de las conclusiones del dictamen pericial impide que este
tengavalor para acreditar losdañosmaterialesocasionadosalvehículo de la víctima,
esa falencia no obsta al otorgamiento de un resarcimiento por dicho rubro, si la exis-
tencia del perjuicio fue reconocida por aquel al formular la denuncia del siniestro y
su cuantía fue acreditada por un presupuestoreconocidoenaudienciat e ~ t i m o n i a l ~ ~ .
Las partes podrán impugnar el dictamen o bien, pedir aclaraciones -explica-
ciones-. El juez, porsu parte, valorará la fuerza probatoria del dictamen conforme
a lasdisposicionesque rijan en el Código deforma. En el ámbito nacional, el art. 477
del CPCCN establece que el juez deberá tener en cuenta la competencia del perito,
los principioscientíficoso técnicosenquese funda, la concordanciadesu aplicación
con las reglasdelasanacrítica, lasobservacionesformuladasporlosconsultorestéc-
nicos o los letrados, de conformidad con las facultades previstas por los arts. 473 y
474del CPCCNy los demás elementos de convicción que la causa ofrezca.
En lo que concierne a las impugnacionesdel dictamen, remitimos al lector a las
consideraciones efectuadas en el Capítulo lV titulado "Daño resarcible", apartado
"Prueba y cuantificación del daño. Las cargas probatorias dinámicas" (5 21).

Jurisprudencia
1. Importancia de la prueba pericial mecánica
1 En suma, afirmamos que el juez debe analizar cada caso concreto, apreciando la to-
talidad de los elementos probatorios recabadosenel proceso, losfundamentosyargu-
mentos vertidos en el informe pericial, los utilizados en las impugnaciones u observa-
ciones~ lascontestacionesque brinde el experto a estas últimas. La pericia mecánica re-
sulta ser la prueba eficiente a fin de lograr un detalle cierto de los daños en el automo-
tor ysu relación causal con el accidente, como también el costo de su reparación, pues
el experto porsusconocimientostécnicosycientíficosesel más idóneo para suministrar
esos datos y poder efectuar una adecuada valoración. [CNCiv., Sala J, 5/2/18, "Riccelli,
Walter Ramónc. Caro, Carlos Isidros/Dañosyperjuicios", RubinzalOnLine, RCJ 560/18].

2. El perito no inspeccionó el rodado pero essuficiente


con fotografías y presupuestos
2 Los peritos, basados en ciencia yexperiencia, están en condicionesdeestimar como
probable perjuicio, aun en aquellos casos en que sin haber revisado el vehículo daña-

cedente únicamenteen loscasosen loscualeseloficio informecon relación a hechosoactosquere-


sulten de la documentación,archivo o registroscontablesdela oficiada (conf. art. 396, CPCCN), su-
puesto que normalmente no acaececon un taller mecánico. Portal motivo, en esos casos, debe or-
denarse la prueba testimonial consistente en la declaración del representante legal del taller.

34 CACCCA la Nom. Río Cuarto, 2111 1/12, "Fernández Lorio, Ronald c. Flores, José Norberto
sIOrdinario", LL, OnLine, AR/JUR/65609/2012.
do, hubieran tenido accesoa fotografías del mismo, y presupuestosdescriptivosdelos
elementosy partesa reparar. [CNCiv., Sala B, 15/7/10, "Rabelino, Delia Nélida y otro c.
Compañía General de Seguros Liderar S.A.", LL, On Line, ARIJUW49501/2010].

3. El perito debe de inspeccionar el rodado


3 Para la procedencia de este reclamo es requisito importante la inspección del roda-
do por parte del experto para que su opinión acerca de las secuelas del choque se en-
cuentrefundada en la observación directa de aquellasynoen merasgeneralidades. Es
que la ausencia de inspección del rodado, torna subjetiva la apreciación que efectúa
la actora en esta oportunidad. [CNCiv., Sala H, 27/9/12, "Cristofano, Fernando Martín
c. Yapura, Leandro Daniel s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARlJUR/52808/2012].

4. Falta de notificación al demandado


del dictamen pericia1
4 Si bien la falta de notificación al demandado de las conclusiones del dictamen peri-
cial impide que este tenga valor para acreditar los daños materiales ocasionados al ve-
hículo de la víctima, esa falencia no obsta al otorgamiento de un resarcimientopor di-
cho rubro, si la existencia del perjuicio fue reconocida por aquel al formular la denun-
cia delsiniestroysu cuantía fue acreditada por un presupuesto reconocidoen audien-
cia testimonial. [CACCCA la Nom. Río Cuarto, 2111 1/12, "Fernández Lorio, Ronald c.
Flores, José Norbertos/Ordinario", LL, On Line, AR/JUR/65609/2012].

c) Excepciones a la carga de la prueba


del daño

Puede suceder que el perito no se expida con relacióna los daños del rodado, ya
sea porque nunca se requiriósu designación, porqueseomitióconsignar ese punto
de pericia o bien, porque el experto no lo hizoy nadie lo advirtió. Es decir, el magis-
trado -al momento de dictar sentencia- se encuentra ante un panorama de ab-
soluta orfandad probatoria. En estos casos el Código unificado prevé como excep-
ción a la carga de la prueba del daño en cabeza del damnificado que la ley lo impu-
te o lo presuma o que surja notorio de los propios hechos; lo que se refiere a las pre-
suncionesjudicialesoaloscasosenque el perjuicioseencuentra acreditadoin reip-
sa (véase Capítulo Vi, "Privación de uso", ap. 3.c).
En cuantoal dañoquesurgede los hechosnotorios,se ha precisadoqueestossur-
gen perse de las circunstancias probadas en la causa35.Las presuncionesjudiciales,
en cambio, son supuestos en los cuales el juezsupone la existencia de ciertos perjui-
cios, aún ante la falta de la prueba directa; lo que nosignifica que no exista prueba
alguna en la causa sobre la producción del hecho, sino que, a través de determina-

35 GaIdós, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, 2014, t.VIII, p. 514.


192 CECILIA CELESTE DANESI

dos indicios probados, y aplicando a estos las reglas de la experiencia, el magistra-


do concluye que es muy probable que el daño se haya efectivamente producid^^^.
En efecto, el Código Procesal Civil ycomercial de la Nación regula en el inc. 5Odel
art. 163 que las presunciones no establecidas por ley, es decir, lasjudicialeso lastam-
bién llamadasreglasdelaexperiencia,constituirán prueba cuandosefundenen he-
chos reales y probados y cuando por su número, precisión, gravedad y concordan-
cia, produjeren convicción según la naturaleza del juicio, de conformidad con las re-
glasde la sana crítica.
La diferencia de las presunciones judiciales con las legales radica en que en estas
últimas implican una inversión de la carga de la prueba prevista por el ordenamien-
tojurídico, que puedenser absolutas (iurisetdeiure)~que admitan prueba en con-
trario (iuris tantum).
Entonces, si el juez en un determinado proceso tiene por probado el carácter de
em bistente y em bestido y la mecánica del siniestro, a pesar de la ausencia de mate-
rial probatorio podrá presumir si el siniestro ha sido apto o idóneo para producir los
daños que se reclaman y la magnitud o entidad de los mismos. Con lo cual, nueva-
mentesetornan como relevantes las fotografíasde losdañosdel vehículoy los pre-
su puestos de los talleresque precisen reparacionesqueguarden adecuada relación
decausalidad con el tipo de siniestro;^ todoelementoquecontribuya a formar con-
vicción sobre la real existencia, magnitud y adecuación de los daños con el acciden-
te al que causalmentese los vincula.
Es que si en un pronunciamiento se tiene por probado que -por ejemplo- el
demandado embistió con el frente desu rodado la parte trasera del vehículo del ac-
tor, resulta ilógico pensar que un reclamo por gastos de reparación del guardaba-
rros trasero será rechazado.
Recordemos además que, en lo que a la valoración de la prueba respecta, la cer-
teza que se exige al juzgador al ponderar la producida no es absoluta, sino la llama-
da certeza moral, que presenta rasgos distintos. Así, la certeza exigible en el marco
de un proceso judicial no es una certeza matemática sino una probabilidad lógica
prevaleciente, que deberá resultar de la totalidad del plexo probatorio recabado
en la causa37.
En conclusión, consideramos que si el juez tiene por probada la mecánica del si-
niestro~los daños reclamados guardan relación de causalidad con aquella, conce-

36 Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycomparado con


los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 201 5, t. II, p. 730.
37 Zavala de González, Resarcimiento de daños3. Elproceso de daños, 1993, p. 157 y jurispru-
dencia allícitada: Sala M, 3/7/09, en el voto de la doctora Mabel de los Santosen los autos "Décima
c. Corp. S.R.L. y otro s/Daños y perjuicios", expte. 67.441101; y del 20/8/09, "Vanneste, Paola c. Ter-
minator S.R.L. y otros s/Daños y perjuicios", expte. 71.850101; Muñoz Sabaté, Técnica probatoria,
1993, p. 65 y siguientes.
ACCIDENTES DE TRANSITO 193

derá la partida indemnizatoria de conformidad a las facultades que le confiere el


art. 165 del CPCCN.
Por otra parte, debemos aclarar que en el caso que el accionante ya haya repa-
rado el rodado y reclama el reintegro de las sumas de dinero abonadas, aquel de-
berá acompañar la factura de los gastos de reparación, puesto que es el modo por
excelencia de acreditar un contrato con un taller de reparaciones3*.

Jurisprudencia
1

- El presupuesto no reemplaza la factura


1 El presupuesto presentado, reconocido por su emisor, no suple la factura que es el
modo por excelencia de acreditar un contrato de este tipo con un taller de reparacio-
nes. La mera emisión si no contiene la constancia del pago, aunque autenticada por el
tallerista noes prueba de queel pagose ha realizado.Tampocosesabeconcerteza qué
repuestos han sido adquiridos y qué piezas han sido reparadas, por lo que la estima-
ción del ingenierode $5.180es meramente conjetural. [CNCiv., Sala M, 3/9/10, "Para-
da López, Aurea c. Gómez, Gabriel Oscary otros", LL, On Line, AR/JUR/61649/2010].

5 26. Cuantificacióndel daño


Como sostuvimosen este capítulo, la víctima no solo debe acreditar la existencia
del daño sino también su extensión.
En este punto, debemos recordar, que en materia de daño emergente, lo que se
indemniza es el interés que el bien satisfacía en la esfera patrimonial del damnifi-
cado, que puede o no coincidir con e! valor objetivo del bien en sí mismo39.
Para cuantificar el rubro el magistrado se valdrá de la suma calculada por el pe-
rito en su dictamen, como también del informe expedido por una concesionaria ofi-
cial que detalle el costo de los repuestos. Este pedido de informes se da con mayor
frecuenciaencasosdevehículosnuevosobien que presentanalgunaparticularidad
como los rodados de alta gama, de competición, exhibición, etcétera. Si bien la par-
te demandada puede alegar que la reparación se realice en un taller no oficial, el
que lógicamenteserá máseconómico, considerarnosquelavíctimatienetodo el de-
recho a solicitar que el automóvil sea reparado con repuestos oficiales y en talleres
o concesionariasoficiales40.Ello, por cuanto, el mismo Código establece que la re-

38 CNCiv., Sala M, 3/9/10, "Parada López, Aurea c. Gómez, Gabriel Oscary otros", LL, On Line,
ARIJUW6164912010.
39 Zannoni, cit. por Sáenz, incidencias del Código Civily Comercial. Obligaciones. Derecho de
daños, 2015, t. 2, p. 138.
40 CACCComodoroRivadavia, Sala B, 24/4/13, "D., G. M. c. C., O. A. y otross/Sumario (daños y
perjuicios)", LLPatagonia, 2013 (agosto), 1131; LL, On Line, AR/JUR/9979/2013.
194 CECILIA CELESTE DANESI

paración debe ser plena, lo que implica restituir el bien al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie (art. 1740, CCCN).
En todos los casos, el juez puede ejercer la facultad que le confiere el art. 165 del
CPCCN, que se encuentra presente en varios ordenamientos locales, y estimar los
gastos de reparación, apartándose de lo que surja del dictamen o de las contesta-
ciones de oficio. Obviamente, esta estimación estará basada en circunstancias es-
peciales del expediente que lo convencen de reducir o aumentar los gastos estima-
dos en las pruebas recabadas en el proceso.
Recordemosque el perito es un auxiliar de la justicia y su misión consiste en con-
tribuir a formar la convicción del juez, razón por la cual la labor pericia1 no tiene, en
principio, efectovinculante. Lacircunstancia dequeel dictamen notenga carácterde
prueba legal y no obligue al juez (salvo en los casos en que así lo exige la ley), no im-
porta que este pueda apartarse arbitrariamentede la opinión fundada del idóneo4'.
Por ello, coincidimos con la doctrina quesostiene que para apartarse del análisis
efectuado por el perito en una materia propia de su arte, se debe encontrar apoyo
en razonesserias, es decir, en fundamentos objetivamente demostrativosde que la
opinión del experto se encuentra reñida con principios lógicos o máximas de expe-
riencia, o de que existen en el proceso elementos probatorios provistos de mayor
eficacia para provocar la convicción acerca de la verdad de los hechos controverti-
dos. Cuando el peritaje aparece fundado en principios técnicos inobjetables y no
existe otra prueba que lo desvirtúe, la sana crítica aconseja, frente a la imposibili-
dad de oponer argumentos científicos de mayor valor, aceptar las conclusiones pe-
ricialesde
Por otra parte, y en cuanto a la facultad del juez de conceder el rubro indemni-
zatorio por una suma mayor a la peticionada, si bien es cierto que algúnsector de la
doctrina considera quevulnera el principiodecongruencia, tal rigorismoformal de-
be ceder en los casos en los cuales la estimación del daño se efectuó bajo otras cir-
cunstancias económicas y se sujetó el reclamo a la fórmula "o lo que en más o me-
nos resulte de la prueba a producirseen autos"43.

41 CNCiv., Sala J, 14/9/15, "D. S. C. E.c. R.C.A.yotross/Dañosyperjuicios", expte. no14.238111;


y "Godoy Muñoz, Pedro c.Villegas, Víctor Hugo y otros s/Daños y perjuicios"; ídem, 24/6/10, expte.
no34.099/01, "Ruiz Díaz, Secundino y otro c. Guanco, Víctor Manuel y otros s/Daños y perjuicios",
www.cij.gov.ar/sentencias.html.
42 Palacio, Derechoprocesalcivil, 2005, t. IV, p. 720; Morello - Sosa - Berizonce, Código Proce-
sal Civily Comercial, comentado yanotado, p. 455ysus citas; Falcón, Código Procesal Civily Comer-
cialde la Nación. Comentado, concordado, anotado, 2009, p. 416 y sus citas, todas las obras citadas
en CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J.R. y otross/Daños y perjuicios", www.scw.pjn.gov.ar.
43 CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J.R.yotross/Daosperjuicios1, www.cij.gov.ar/senten-
cias. html.
ACCIDENTES DE TRANSITO 195

Finalmente, mencionamosque el magistradotiene a su alcance la facultad que le


confiere el art. 1742 del Código unificado, en sintonía con el derogado art. 1069 del
CCincorporado por la ley 17.711, que le permite al fijar la indemnizaciónatenuarla
si es equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víc-
tima y las circunstanciasdel hecho, salvo cuando exista dolo del responsable.
En ese contexto, la equidad cumple una función ordenadora dentro del proce-
so de aplicación de la ley, permitiendo moderar o atenuar su rigor en la tarea de
adecuar la regla abstracta -de la norma- a la singularidad fáctica -del caso-.
Sin embargo, el principio de la reparación integral contenido en el art. 1740 del
cuerpo normativo unificado exige que el criterio de interpretación del beneficio
sea estricto44.

Jurisprudencia

- Cuantificación con un informede untaller


y con MercadoLibre

1 Los daños sufridos por la moto en cuestión, aun cuando no coincidan totalmente
con los indicados en la demanda, se encuentran acreditados, al menos en parte, por la
constataciónpolicial queemerge del acta obrantea fs. 1del expediente penal, en don-
de se indica que dicho rodado presentaba la rotura de carenados delanteros y torce-
duras de pedalines y palanca de cambio de lado izquierdo, como asítambién de lasfo-
tos obrantes a fs. 14115 y de las características propias del accidente, en el que las par-
tes consienten que la moto quedó enganchada de la parte delantera inferior del VW
Passat con su pedalín izquierdo. En cuanto al costo de las reparaciones, si bien el pre-
supuesto defs. 13, al igual que lo que aconteciera con los certificados médicos, no ha
sido reconocido por parte de su emisor, con lo cual carece de eficacia probatoria, ello
no implica que los daños efectivamente acreditados no impliquen un menoscabo pa-
trimonial quedeba ser indemnizado, hayan o nosidosatisfechoslos gastos necesarios
para su reparaciónantes de la demanda, lo que me lleva a decidir que el agravio yel ru-
bro debe prosperar, por la suma de $3.000, a la fecha de esta sentencia, con más los in-
tereses a los que luego me referiré, teniendo en cuenta para ello el informe de Puey-
rredón Motos (fs. 165) y los precios promedios obtenidos de la consulta efectuada a la
página web "MercadoLibre", respecto al costo del carenado plásticodelantero, barra
de pedalín delantero y palanca de cambios de una moto similar a la del actor, sumado
al costode la manode obra necesaria para ello. [CACCMPT4aMendoza,13/9/17, "Oli-
vera, Leonardo Ivánc. Carvacho, Nelson Martíns/D.yp. (accidentedetránsito)", LL, On
Line, AWJUW65894/2017].

44 Brebbia, cit. por Wierzba, Manualdeobligacionescivilesycomerciales, segúnelnuevo Có-


digo Civily Comercialdela Nación, 2015, p. 286.
CECILIA CELESTE DANESI

a) Costo del arreglo mayor al valor


del vehículo

Puede suceder que el costo de la reparación resulte ser mayor al valor de reven-
ta del vehículo. Esto generalmente acontece cuando transcurren varios años entre
el accidente y la cuantificación del daño o bien cuando el rodado es antiguo.
Además, la realidad nos demuestra que mientras los automotores se deprecian
progresivamente, el costo de los repuestosy de la mano de obra permanece más o
menosestableyconel pasodeltiempo aumentan en relación alvalorde la unidad45.
Ello resulta lógico desde la óptica de la labor del mecánico, quien no reducesus ho-
ras de trabajo en rodados viejos (que tienen menor valor). Es más, a veces estos pue-
den presentar mayores complejidadeso labores más extensas que las de un rodado
relativamente nuevo.
Algunos postulan que, de concederse una indemnización mayor al valor del ve-
hículo, se producirá en el damnificado un enriquecimientosin causa, a la vez que, un
detrimento patrimonial en el demandado violatorio de la garantía del art. 17 de la
CN, en tanto debería pagar más de lo que vale el rodado mismo. Como salida a ello,
la doctrina sostenía que la solución pasaba por el art. 1083 del Código derogado
(ahora contenido en el art. 1740 del Código unificado), que disponía dos alternati-
vas: 7) que el resarcimiento sea en especie (restituir las cosas a su estado anterior), y
2) que se establezca una indemnización en dinero, cuyo importe, inclusive, no tiene
por qué ser utilizado para reparar el rodado, sino que el damnificado podrá darle el
destino que considere. En este último caso, no será procedenteel rubrodesvaloriza-
ción venal4!
Así, el magistrado puede optar por conceder una suma indemnizatoria que su-
mada al monto de reventa que se obtenga de los restos del vehículo (chatarra o re-
puestos), le permita adquirir otra unidaddesimilarescaracterísticasa lasiniestrada4'.
También se ha resuelto que la suma necesaria para afrontar la reparación de un
vehículo no tienequeguardar relación proporcional conel valor deeste, puesto que
lo relevante es verificar que la indemnización mandada a pagar se adecue a la ín-
dole y magnitud de los desperfecto^^^. Nunca la desproporción entre el costo del
arreglo y el valor del rodado puede ir en menoscabo del patrimonio del damnifica-

45 CNECC, Sala VI 9/5/83, JA, 1984-ll, síntesis.


46 CNCiv., Sala J, 10/8/98, expte. 28.360193, jurisprudencia cit. por Leguisamón, ¿Cómose in-
demniza el daño a un automotor chocado?, en "Revista de Derecho de Daños", no2013-3, "Cuan-
tificación del daño en la jurisprudencia", p. 43.
47 Kemelmajer de Carlucci, en Código Civilyleyes complementarias. Comentado, anotadoy
concordado, 1990, t. 5; Brebbia, Problemática jurídica de losautomotores, 1984, t. II, p. 265.
48 CACC 2aNom. Córdoba, 23/5/02, LL, On Line, AR/JUR/5802/2002.
ACCIDENTES DE TRANSITO

do, ni configurar un enriquecimiento indebido, puesto que no se incrementael va-


lor de aquel49.

Jurisprudencia

- El gasto de reparación no debe guardar proporcionalidad


con el valor del rodado
1 El importe necesario para la reparación de un automotor dañado en un accidente,
no tiene en principio por qué guardar relación proporcidnal con el valor de este, pues
lo importante esverificar que la indemnización mandada a pagarse adecuea la índole
y magnitud de los desperfectosy de los correlativosarreglos. [CACC 2aNom. Córdoba,
23/5/02, LL, On Line, AfUJ UR/5802/2002].

2 El costo de las diversas piezas que componen un automóvil llega a veces a quintupli-
carel precio de aquel, de manera que no resulta extraño que-cuando el rodado es de
cierta antigüedad y los daños producidospor un accidenteson significativos-la repa-
ración puede resultar más onerosa que el valor venal de aquel. La circunstancia antes
descripta en modo alguno puede ir en detrimento del patrimonio del damnificado, ni
configurar un enriquecimiento indebido, pues no se incrementa el valor del rodado.
[CNCiv., Sala H, 15/5/96,LL, On Line, AfUJUR/3643/1996].

b) Vehículo reparado
Tal como lo señalamos precedentemente, si la víctima reparó el rodado debe ad-
juntar la factura correspondienteya que esta es la forma eficaz de acreditar un con-
trato con un taller de reparaci~nes~~. Lo mismo sucede si es un tercero quien recla-
ma el reembolso de los gastos de reparación.
Puede suceder que difiera el monto que surja de la factura o con el que estime el
perito mecánicoen su dictamen. En este punto, si bien el criterio noes unánime, sue-
le prevalecer la suma efectivamente abonada siempre y cuando sea razonabley se
encuentre dentro de los márgenes aceptables de variacións1.
Consideramos que lo relevante en esos casos de contradicción es que las repara-
cionesqueseexhiban en la factura o recibo posean relación decausalidadcon la me-
cánica del siniestro. De lo contrario, el magistrado podrá rechazar el reintegro de los
gastos que no correspondan con el eventoventilado en el procesoysolo conceder la
partida indemnizatoria por los vinculados con este. Veámoslo con un ejemplo. Si se

49 CNCiv., Sala H, 15/5/96,LL, On Line, AR/JUR/3643/1996.


50 CNCiv., Sala M, 319110, "Parada López, Aurea c. Gómez, Gabriel Oscary otros", LL, On Line,
ARIJ URl6164912010.
51 CNCiv., Sala E, 27/6/00,LL, On Line, AR/JUR/64/2000.
198 CECILIA CELESTE DANESI

tuvo por probado que el demandadoembistió el lateral derecho del vehículo del ac-
tor, cualquier reparacióndel lateral izquierdo quese reclame debe ser desestimada.

Jurisprudencia

1. Prevaleceel precio abonado frente al dictamen pericial


1 EstaSala dioprevalenciaen reiteradasoportunidadesal precioabonadosobre la es-
timación pericial, a condición de que el primero sea razonable yse encuentre dentro
de los márgenes aceptables de variación. Pero ello no sucede en el caso, razón por la
cual, si mi criterio fuera compartido, deberán desestimarse las presentes quejas. [CN-
Civ., Sala E, 27/6/00, LL, On Line, AR/JUR/64/2000].

2. Procedencia haya sido o no reparado


2 Habiéndose acreditado los daños en el vehículo que fue embestido en un accidente
de tránsito, losgastosde reparaciónpuedenser reclamadosyproceden, haya sidoel au-
tomotor reparado antes o posteriormente a su venta, pues existió una clara afectación
de un interés patrimonial de quien fuera el titular en aquel momento. [CACCMPT4"
Mendoza, 16/10/15, "Perea, Mirtha Norma c. Laudadio, Facundo Javier s/Dañosy per-
juicios (accidente de tránsito)", LLGran Cuyo, 2016 (febrero), 93; LL, On Line, AWJURI
44366120151.

3 El presupuestoacompañado, reconocido por su emisor, no suple la factura que es el


modo por excelenciadedescribir un contrato de estetipocon un taller de reparaciones.
La mera emisión si no contiene la constancia del pago, aunque autenticada por el talle-
rista no es prueba de que el pago se ha realizado. Tampoco se sabe con certeza qué re-
puestos han sido adquiridos y qué piezas han sido reparadas, por lo que la estimación
del ingeniero de $5.180esmeramenteconjetural. [CNCiv., Sala M, 3/9/10, "Parada Ló-
pez, Aurea c. Gómez, Gabriel Oscaryotros", LL, On Line, AR/JUR/61649/2010].

3. El costo de la reparación debe ser razonable


4 Más allá de lo efectivamenteabonado por la actoray del concreto lapso en quesuve-
hículo permaneció en reparación, lo cierto es que el responsable solo está obligado a
abonar su costo razonable, como así también por el lapso de privación que habitual-
mente insume la ejecución de un trabajo como el que fue necesario efectuar en el ve-
hículodañado.Sila actora abonóun precio irrazonable, quesupera losnormalesdepla-
za al tiempo en que se ejecutaron los trabajos y estos insumieron un lapso alongado,
ello se debe a la mala elección del taller, por lo que noserá la accionada quien deba so-
portar lasconsecuenciasdetanligero proceder. [CNCiv., Sala E, 2716100, LL, On Line, ARI
J URI64/2000].

c) Venta o robo del vehículo

Cuando el vehículo esvendido o robado antes de la inspección por parte del pe-
rito, algunos magistrados formulan requerimientos especiales a las partes.
ACCIDENTES DE TRANSITO 199

En primertérmino, exigen que esa circunstanciasea debidamenteacreditada en


lasactuacionesya sea, con la denuncia deventa o con la inscripciónregistra1corres-
pondiente, en caso de venta o, con la denuncia policial o ante la compañía asegu-
radora, en caso de robo.
Por otra parte, para que el dictamen del perito tengavalor probatorio, tiene que
valerse de fotografíasdel automóvil y10 presupuestosdescriptivosde loselementos
y partes a reparar5*.
En cambio, si el rodado fue reparado con anteriorjdad a la venta o robo, debe
acompañar la factura o recibo y la partida indemnizatoria en concepto de daño
emergente prosperará por esa suma. Si no fue reparado y, salvo que se pruebe que
sevendió por un precio igual al que tendría un rodadosin losdaños, procederá la in-
demnización por la suma que indique el experto.

Jurisprudencia

1. El perito debede inspeccionar el rodado


1 He sostenido en anteriores oportunidades que para la procedencia de este reclamo
es requisito importante la inspeccióndel rodado por parte del experto para que su opi-
nión acerca de las secuelas del choque se encuentre fundada en la observación direc-
ta de aquellas y no en meras generalidades. Es que la ausencia de inspeccióndel roda-
do, torna subjetiva la apreciaciónqueefectúa la actora en esta oportunidad. [CNCiv.,
Sala H, 2719112, "Cristofano, Fernando Martín c. Yapura, Leandro Daniel s/Dañosy per-
juicios", LL, On Line, AWJU W5280812012].

2. El perito no inspeccionó el rodado pero es suficiente


con fotografías y presupuestos
2 Los peritos, basadosen ciencia y experiencia, están en condiciones de estimar como
probable perjuicio, aún en aquellos casos en que sin haber revisado el vehículo daña-
do, hubieran tenido accesoa fotografías del mismo, y presupuestos descriptivosde los
elementosy partesa reparar. [CNCiv., Sala B, 15/7/10, "Rabelino, Delia Nélidayotroc.
Compañía General de Seguros Liderar S.A.", LL, On Line, AWJUW49501/2010].

CNCiv., Sala B, 15/7/10, "Rabelino, Delia Nélida y otroc. Compañia General deseguros Lide-
rar S.A.", LL, On Line, AR/JUR/49501/2010. En sentido contrario:CNCiv., Sala H, 27/9/12, "Cristofano,
FernandoMartín c. Yapura, Leandro Daniel s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, ARIJUW52808l2012.
CAP~TULO
VI
PRIVACIÓN DE USO

5 27. Concepto de privación de uso


y régimen legal

Sabido es que la sola privación en la utilización de cualquier valor patrimonial,


entre ellos la de un automóvil, ocasiona al propietario o a quien tenía un interés en
usarlo un daño cierto e indemnizablel.
Puntualmente, el rubro indemnizatorio denominado "privación de uso" tiene
por objeto la reparación del daño sufrido por la inmovilización que se produce du-
rante el tiempo que insuma el arreglo del vehículo, pues lógicamente implica una
reducción de las posibilidadesde desplazamientoy esparcimiento que tenía la víc-
tima con anterioridad al siniestro.
El detrimento se encuentra representado por las erogaciones requeridas para
acudir a medios de transporte sustitutivos que le permitan gozar de una situación
de comodidad y celeridad en el desplazamiento, similar a la que habría gozado de
disponer de su propio automotor2. El resarcimiento procederá ya sea que el usua-
rio utilice el vehículo para trabajar o que simplemente lo emplea para distraerse o
viajar con su familia. Es decir, se trata de una compensación por la pérdida de la po-
sibilidad de usar el vehículo para las propias actividades, junto con la familiay para
esparcimiento3.
Consiste en un daño emergente, puesto que es un menoscabo actualyciertoque
proviene del simple hecho de la indisponibilidad del vehículo, y no un lucro cesan-

' Moisset de Espanés, Privación deluso delautomóvil, LL, 1984-C-51.


Zavala de González, Daños a los automotores, 1989, p. 131.
Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidad p o r accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, p. 690.
202 CECILIA CELESTE DANESI

te, que tiene lugar si el dueño fuese taxista, remisero o fletero, en cuyo caso se pre-
tenden futuras ganancias que pudieron haberse obtenido4.
Así, señala Zavala de González que la indisponibilidad del vehículo comúnmen-
te determina la producción de un daño emergente, lo que se verifica cuando se de-
muestra o es presumible que el damnificado ha debido recurrir a medios de trans-
portesustitutivos para reemplazar la función quedesempeñabaelvehículo propio,
es decir, entraña un empobrecimiento (privación o egreso de valores patrimonia-
les). Otras veces, da origen a un lucro cesante, que ocurre cuando el automotor era
instrumento del despliegue de una actividad productiva, que no ha podido conti-
nuarse desarrollando, con la consiguientefrustración de ganancias5.
La jurisprudencia, en líneas generales, consideró que ambas partidas (privación
de usoy lucrocesante)sonabsolutamenteindependientesypueden procederenfor-
maconjuntacuando,ademásdel uso particulardel automotor, también tenía un uso
comercial, supuesto este último que insoslayablementedebecomprobarse6.En esos
casos, también se ha sostenido -en algunos precedentes- que, si quedó acredita-
do que el rodado era utilizado como taxi, la privación de uso debe circunscribirse a
los días en que el vehículo solo se utilizaba para paseosy no era explotado con un fin
económico7,lo que reduce notoriamente la indemnización puesto que por cada se-
mana se reconocesolo un día inhábil al cual el rodado puede ser utilizado con fines
de esparcimiento.
El instituto no posee una regulación expresa en el Código Civil y Comercial, co-
mo tampoco existía en el deVélez Sarsfield, pero la doctrina con acierto lo incluye
como uno de los supuestos concebidos en "... la pérdida o disminución delpatri-
monio de la víctima ..." (art. 1738, CCCN). En efecto, se sostuvo que, la norma cita-
da comprende al lucro cesante y a los diversossupuestos de daño emergente. Estos
últimos consisten en aquellos menoscabos que se traducen en un empobrecimien-
to del contenido actual del sujeto, entre ellos: la privación de uso del vehículo8.
Además, la necesidad desu resarcimientosedesprendeconclaridaddel art. 1740
del CCCN, que exige que la reparacióndel daño sea plenag,es decir, que se restitu-
ya la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso.

Brebbia, Problemática jurídica de los automotores, cit. por Areán, Juicio p o r accidentesde
tránsito, 2012, t. 4A, p. 100.
Zavala de González, Dañosa losautomotores, 1989, p. 93.
CNCom., Sala D, 10/10/07, LL, On Line, AR/JUR/8186/2007,ysentidocontrario,CSJN, 17/9/96,
"Empresa FerrocarrilesArgentinos c. Gálvez, Orlando y otros s/Daños y perjuicios", LL, 1997-B-431;
López Cabana, Responsabilidadcivilporaccidentes, 1998.
CNCiv., Sala C, 28/12/93, "Ganz, Nancy E.yotroc. M.C.B.A.", LL, 1994-D-251.
* Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycomparado con
los Códigos Civilde VélezSarsfieldy de Comercio, 2015, t. II, p. 722.
Sobre estetema véase el Capítulo IVtitulado "Daño resarcible".
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Daño moral y privación de uso


1 Corresponde confirmar la sentencia de grado en cuanto rechaza el reclamodedaño
moral formulado por la actora toda vezque, si bien es importante tener en cuenta que
ante la existencia de un ilícito como el ocurrido, es natural que su usuario o dueño ex-
perimente cierta bronca, impotencia, desgano, como también las molestias y trastor-
nos generados por los trámites posteriores al hecho delictivo y la privación misma del
rodado en su empleo diario, ya sea que se utilice para ir a trabajar o durante el tiempo
libre, lo cierto es que esta sola circunstancia no configura un daño moral susceptiblede
reparación pecuniaria. Lógicamente, el hecho de haber sido privada de su vehículo le
ha generado molestiasdediversa índole y le ha imposibilitado de utilizarlo para trasla-
darse a gozar de unas vacaciones, pero tal circunstancia no necesariamentesirve para
justificar la existencia de daño moral por la sustracción del automotor, aunque sí lo es
para fundar la indemnización por privación de uso del automotor, tal como se realizó
en la instancia anterior. De lo contrario, cualquier privación del vehículo (sea por acci-
denteoporilícito)generaríanagraviomoralsusceptibledeser indemnizado. [CACCLM
Neuquén, Sala III, 4/2/16, "Montangie, Alejandra c. WaI Mart Argentina S.R.L. s/Daños
y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 14271161.

2. Procede aun cuando no se encuentreafectado


a un uso productivo
2 La privaciónde uso de un automóvil, aun cuando este no se encuentreafectado a un
uso productivo, produce porsí misma daños materialesqueson indemnizables, pueses
evidentequeocasionaal damnificado una obvia reduccióndesus posibilidadesdetras-
lado y de esparcimiento, y una insatisfacción material y espiritual. [CNCiv., Sala H,
27/9/12, "Cristofano, Fernando Martín c. Yapura, Leandro Daniels/Dañosy perjuicios",
LL, On Line, AWJUW52808/2012].

3. Admisión del rubro


3 La indemnizaciónpor la privación del uso de un automóvil es procedente, dado que
seacreditó la indisponibilidad material-yjurídica-del automotora raízdel obrar ile-
gítimo de la demandada, configurándose por lo tanto un daño. [CACC Comodoro Ri-
vadavia, Sala A, 15/9/17, "Paz, Jorge Alberto c. Vol kswagende Argentina S.A. s/Sumarí-
simo", LL, On Line, AR/JURl62506/2017].

3 28. Legitimación activa


a) Introducción. Remisión

En cuanto al concepto de legitimación, sus tipos y aplicación al reclamo por da-


ños y perjuicios, remitimos al lector a las consideraciones efectuadas en el Capítulo
VI "Gastos de reparación del vehículo", 5 23, "Legitimación activa".
204 CECILIA CELESTE DANESI

A ello agregamos, como nota característica de este capítulo, que lo importante


esdeterminarel sujetoqueefectivamente haya padecido la indisponibilidaddel ro-
dado. Veamos.

b) Titulares de un derecho realsobre la cosa

El cuerpo normativo reformado indica en su art. 1772 la nómina de sujetos que


pueden reclamarla indemnización pordañoscausadosa lascosas.Así, el inc.a) men-
ciona al titular de un derecho real sobre la cosa o bien, como por ejemplo, quien po-
sea el dominio perfecto, puesto que entre sus facultades están las de usar, gozar y
disponer material y jurídicamente de una cosa (art. 1941, CCCN), de lo que se verá
impedido si el vehículo tiene que ser reparado.
En el caso de los auto moto re^^^, la inscripción registra! es de carácter constituti-
va (art. lo,decr.-ley 6582/58), con lo cual, podrá promover la demanda resarcitoria
por privación de uso del rodado quien surja como titular en el registro pertinente.
El Código unificado establece la nómina de derechosrealesexistentes (art. 1887):
a) el dominio; b) el condominio; c) la propiedad horizontal; d ) los conjuntos in-
mobiliarios; e) el tiempo compartido; f) el cementerio privado; g) la superficie;
h) el usufructo; i ) el uso; j ) la habitación; k) la servidumbre; 1) la hipoteca; m) la
anticresis, y n) la prenda.
Es decir, cualquiera de los titulares de esos derechos reales está legitimado para
reclamar el resarcimiento de los daños que presente la cosa, siempre y cuando po-
sea el uso y goce de aquella y no lo haya cedido. Ello por cuanto, si -por ejemplo-
el propietario dio en locación la cosa, la indisponibilidad la padece el locatario y no
el locador. Lo mismo sucede con el leasing antes de ejercerse la opción de compra.

c) Tenedoryposeedor de buena fe

El tenedor y el poseedor de buena fe de la cosa (art. 1772, inc. b, CCCN) podrán


demandar la reparación del perjuicio por el lapso que dure la indisponibilidad, lo
que ya era admitido por la jurisprudencia con anterioridad a la sanción de la refor-
ma (v. gr., el sujeto quesurja como comprador de la denuncia deventa efectuada en
el Registro de la Propiedad~ u t o m o t o r l ~ ) .

'O Entre ellos incluimos: automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para semi-
rremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus, microómnibus y colectivos,
sus respectivos remolques y acoplados, todos ellos aun cuando no estuvieran carrozados, las ma-
quinarias agrícolas incluidas tractores, cosechadoras, grúas, maquinarias viales y todas aquellas
que se autopropulsen (conf. art. 5O, decr.-ley 6582158).
l 1 La denuncia de venta es la comunicación efectuada por el titular de un dominio al haber
entregado el rodado a otra persona en carácter de poseedor o tenedor. El artículo del RégimenJu-
ACCIDENTES DE TRANSITO 205

Entonces, ademásdeldueño, podrán reclamarlaprivacióndeusoel locatario (art.


1187, CCCN), el tomador en el contrato de leasing (arts. 1227 y 1238, CCCN), el con-
dómino (art. 1986, CCCN, salvo que haya un convenio en los términos del art. 1987,
en cuyo casosolo podrá reclamar el beneficiario), el usufructuario (art. 2129, CCCN),
entre otros, ya que todos estos sujetos tienen la facultad de uso y goce de la cosa.
Debemosmencionar que en algunos pronunciamientos, previosa la sanción del
actual Código de fondo, se ha decidido que no está legitimado el mero tenedor que
hace valer sus derechos como locatario, comodatario,~depositario12.
En contraposición,se ha resuelto que tiene derecho a reclamar la reparacióndel
perjuicio ocasionadoen concepto de privación de uso, no solo el propietario del au-
tomotor dañado, sino también el usufructuario, usuario, guardián, o simple tene-
dor. Basta el uso de la cosa en el momento del hecho y la acreditación de lascircuns-
tancias en que se funda la pretensión, para que quien haya probado ambos extre-
mos tenga la acción resarcitoria correspondiente, pues su relación con el responsa-
ble de los daños deriva del cuasi delito y es independiente de la que lo vincula con el
presunto propietario13.
Compartimos esta última postura, puesto que lo que verdaderamente importa
es resarcir plenamente el daño injustamente causado, con lo cual, quien efectiva-
mente haya padecido la privación de uso y lo acredite en el expediente (salvo ex-
cepciones como veremos más adelante), tendrá derecho a la reparación.Además,
al no discriminar la norma vigente entre "simple tenedor" y "tenedor", no pode-
mos otorgarle una interpretación antojadizamente restrictiva cuando la ley no lo
contempla (art. 1740, CCCN).

Jurisprudencia

1 . Legitimación del usuario para reclamar en concepto de privación de uso


1 La condición de usuario del actor lo legitima para reclamar los gastoscomprensivos
de mano de obra y repuestos que insume la reparación de la moto, la privación de uso

rídico del Automotor dispone: "Hasta tanto se inscriba la transferencia el transmitente será civil-
mente responsable por los dañosyperjuicios que se produzcan con elautomotor, en su carácter de
dueño de la cosa. No obstante, siconanterioridadalhecho quemotivesu responsabilidad, eltrans-
mitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición delautomotor, se reputará que el ad-
quirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquel, re-
visten con relación al transmitente el carácter de terceros por quien es él no debe respondery que
el automotor fue usado contra su voluntad ..." (art. 27). Véase www.jus.gob.ar/tramites-y-servi-
cios/automotores/denuncia-de-venta-del-automotor.aspx.

l2 Jurisprudenciacitada en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, 2014,t . 11,p.638.


l3 CACC l a Mendoza, Circ. 2", 2/9/99,elDial-MC34DD, cit. por Areán, Juicio poraccidentes de
tránsito, 201 2, t .4A, p. 89.
206 CECILIA CELESTE DANESI

y la desvalorización (arts. 1095 y 1110, CC). [CACCMPT4" Mendoza, 13/9/17, "Olivera,


Leonardo Iván c. Carvacho, Nelson Martín s/D. y p. (accidente de tránsito)", LL, On Li-
ne, AR/JUW65894/2017].
2 La sola privacióndel uso de un rodado por el período que las reparacionesdeben ser
efectuadas representa, para su propietario o usufructuario, un perjuicio cierto que de-
be ser indemnizado por el responsable, puessesuponeque quien lo posee es para usar-
lo,sea parasutrabajo, comodidadyesparcimiento. [CNCiv., Sala E, 19112/12, "Rojas, Jo-
sé María c. Boria, Cristian Ariel s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/70597/2012].

2. Legitimación del dueño


3 Encuantoal rubro por privacióndeuso, carecede legitimación el dueño, si el bienes-
taba alquiladoa un tercero, oel actor ha constituido un derecho real de usufructoyúni-
camente mantiene la nuda propiedad, cuando el dueño percibió la indemnizacióndel
asegurador, en cuyo caso se transfiere a este la acción resarcitoria (art. 80, ley 17.418),
salvo aquella cuota del daño no cubierta por el contrato; el supuesto del propietario
que ha vendido el automotor y percibido íntegramente su precio; o ha cedido la acción
indemnizatoria, etcétera. [CACCMPT4" Mendoza, 5/12/11, "Nicotra, Víctor Antonioy
otros c. Díaz, Ana María p/D. y p. (accidente de tránsito)", LL, On Line, AR/ JUW839641
201 11.

3 29. Prueba del daño por privación de uso


a) Prueba y daño resarcible. Requisitos. Remisión
En cuanto a los requisitos del daño resarcibley definición de prueba, remitimos
a las consideraciones vertidas en el Capítulo IV titulado "Daño resarcible", 3 21,
"Prueba y cuantificación del daño. Las cargas probatorias dinámicas".

b) Prueba de la privación de uso: el dictamen pericia1


En principio debemos decir que el art. 1744 del cuerpo unificado obliga a quien
invoca un daño a acreditarlo, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja
notorio de los propios hechos.
Tal como lo hemossostenido en otros apartadosde esta obra, advertimosque la
norma se encuentra en estrecha concordancia con el precepto contenido en el art.
377 del CPCCN, según el cual cada una de las partes debe probar el presupuesto de
hecho de la norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión, de-
fensa o excepción. Así y dado que el daño es un elemento de la responsabilidadci-
vil, no puede aceptarse la configuración de esta si no se lo prueba. Esta carga que
pesa sobre quien, considerándosedamnificado, pretende hacer valer la responsa-
bilidad de su deudor14.

l4 Converset (h), Incidenciasdel Código Civily Comercial, Procesosciviles, 2015, p. 159.


ACCIDENTES DE TRANSITO 207

Es por ello que, normalmente la parte actora solicita la designaciónde un perito


ingeniero mecánico, quien deberá determinar,segun losdañosqueexperimenteel
vehículo, los días necesarios para su reparación. Esta estimación comprende no so-
lo losdíasnetosparala realizacióndelosarreglos, sino tambiéndebe incluir el tiem-
po razonable quedemandaconseguir el presupuesto, lasdemorasquesuelentener
los talleres para asignar un turno, los días que por condiciones climáticas estos no
trabajan, etcétera, con el fin de proporcionar una estimación lo más próxima posi-
ble a la realidad.
Una vez calculado por el experto el tiempo necesario para las reparaciones, el
magistrado fijará el monto de la partida por privación de uso de conformidad con
los términos del art. 165 del CPCCN, estimación que resulta absolutamente discre-
cional para el sentenciante.

c) Ausencia de la prueba de la privación de uso

Sin embargo, puede suceder que no exista prueba en el proceso que estime el
lapso en que la víctima no tuvo la disponibilidad del vehículo, ya sea porque omitió
ofrecerla o bien porque el perito no se expidió al respecto.
En este caso, un sector minoritario alega que la privación de uso no escapa de la
regla que exige que se pruebe la existencia de cualquier daño (art. 1068, CC), por lo
que quien reclama este rubro debe probar que efectivamente esa privación le oca-
sionó un perjuicio. No constituye un supuesto in re ipsaI5.
En la vereda contraria, en la que nos ubicamos, la doctrina mayoritaria sostiene
que la privaciónde uso queda configurada por la mera indisponibilidad del vehícu-
lo, el que importa un perjuicio que es posible presumir, en la medida en que el au-
tomotor constituye para el damnificado un bien decapital del queseve privado por
causas que no leson imputables.La existencia deeste menoscabo patrimonialsede-
duce de la prueba del deterioro, ya que si se admite que el auto requirió ciertas re-
paraciones, másallá deque nose hayan realizado, esdableconcluirqueelloacarrea
necesariamente cierto lapso de indisponibilidadI6.Se trata de un daño in re ipsa,
pues se presume que quien lo utiliza lo hace para llenar una necesidad1'. Resulta

l5 CACCQuilmes, Sala 11,27/5/99, elDial-W13258;en igualsentido:CNCiv., Sala F, 18/4/95, "Ars-


lanian, Vahakin y otro c. Consorcio de Propietarios Sucre 1505ff ", LL, 1995-E-239; DI, 1996-1-579,
entre otros.
l6 Areán, luicioporaccidentes de transito, 2012, t. 4A, p. 87 y siguientes.
17 Borda, Tratadode derechocivilargentino. Obligacíones, 7"ed., 2014, t. II, ps.370~371;Ke-

melmajer de Carlucci, en Código Civily leyes complementarias. Comentado, anotadoy concorda-


do, 1990, t. 5, p. 275 y SS.; CACC 2" Paraná, Sala 1,26/4/11, "Schroeder, Luisa Beatriz y otros c. Man-
chini, Emir Alejandro", LLLitoral, 201 1 (julio), 682; LL, On Line, ARIJURI20444/2011.
CECILIA CELESTE DANESI

contrario al sentidocomún que una persona adquiera un automotor, abonesusgas-


tos de mantenimiento (patente, seguro, etcétera) para tenerlo estacionado y no
darle uso.
La jurisprudencia en idénticosentidoseñalóque la privaciónde uso de un vehícu-
lo es un daño cuya existencia no requiere de prueba, resultando el lapso de indispo-
nibilidad del rodado, los gastos ocasionadosy la profesión del reclamante-si usara
el vehículo para ella-elementos hábiles a considerar al fijar la indemnización18.
En sintonía con ello, señaló que constituye un principio jurisprudencia1 reitera-
do el que sostiene que la sola privación de uso del automotor produce una pérdida
susceptible de apreciación pecuniaria nosiendo óbice para la aceptación del recla-
mo el hecho de que no se haya probado el alcance y consecuencias derivadas de di-
cha privación. Por ello, se decidió que la sola privación del uso de un rodado por el
período que las reparacionesdebenser efectuadas representa, para su propietario
o usufructuario, un perjuicio cierto que debe ser indemnizado por el responsable,
puessesupone que quien lo posee es para usarlo, sea para su trabajo, comodidad o
esparcimientolg.
Es decir, este aspecto del daño resarcible está basado en la presunción judicial u
hominis de que todo aquel que detenta un automóvil lo tiene para usarlo y de esta
manera llenar una necesidad, importando su privación un perjuicio que deber ser
indemnizad^^^.
Debemosseñalarque la autora citada opina que la indemnización no procede si
se comprueba que el peticionario tenía más de un vehículo con el quese trasladaba,
sin embargo, compartimos la jurisprudencia que considera que la circunstancia de
queel actor posea otrovehículo, no impide concederle indemnización por la pérdi-
da de la posibilidad de utilizar el que fuera protagonista del accidente, porque el
daño fue producido y debe ser reparado2!
Y precisamente, el Código Civil y Comercial de la Nación otorga acogida legal a
esa postura, puesto que en el citado art. 1744establececomo excepciónal principio
general de la prueba del daño que la ley lo impute o presuma o bien que surja no-
torio de los propios hechos. Este último supuesto acaecerá si se concedió la partida
por gastos de reparación.

l8 CNCiv., Sala H, 17/4/13, "Schmidt, Jorge Alejandro c. Loiacono, Rubén Alfredo s/Daños y
perjuicios", LL, On Line, ARIJURII 544412013,
l9 Jurisprudencia citada en CNCiv., Sala E, 19/12/12, "Rojas, José María c. Boria, Cristian Ariel
s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW7059712012.
20 Leguisamón, ¿Cómoseindemniza eldañoa un automotorchocado?, en "Revista de Dere-
cho de Daños", no2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia", ps. 58y 59.
21 CACC2"La Plata, Sala lll, 13111/90, "Glasman, Guillermo Danielc.Orsini,VirgilioFrancisco",
Juba, sum. B350736.
ACCIDENTES DE TRANSITO 209

En efecto, la doctrina en interpretación a la última parte dedicha norma expresó


que se refiere a las presuncionesjudiciales del perjuicio y a los casos en que el detri-
mento se encuentra acreditado in re ipsa. Ello no quiere decir que no exista prueba
alguna sobre la producción del hecho, sino que, a través de determinados indicios
probados, yaplicandoaestoslasreglasde la experiencia, el magistradoconcluyeque
es muy probable que el daño se haya efectivamente producido. Así, es muy común
que los magistrados presuman los gastos por privación de uso del automotor22.
J
Jurisprudencia

- No requiereprueba, se presume
1 La privación de uso del automotor constituye un daño resarcibleaun cuando no se
haya acreditado el tiempo de reparación, si se ha acreditado la existencia de los daños,
pues cabe presumir que la reparación importa la imposibilidad de uso. [CACCMPT4a
Mendoza,l6/10/15, "Perea, Mirtha Norma c. Laudadio, Facundo Javier slDaños y per-
juicios (accidente de tránsito)", LLGran Cuyo, 2016 (febrero), 93; LL, On Line, ARIJUW
44366120151.

2 Es principio jurisprudencia1reiterado el que sostiene que la sola privación de uso del


automotor produce una pérdida susceptiblede apreciación pecuniaria no siendo óbi-
ce para la aceptación del reclamo el hecho de que nose haya probado el alcance y con-
secuencias derivadasde dicha privación. [CNCiv., Sala E, 19/1U12, "Rojas, José María c.
Boria, Cristian Ariel s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARIJUW0597/2012].

3 La privaciónde uso de un vehículo es un daño cuya existencia no requiere de prueba,


resultando el lapso de indisponibilidad del rodado, los gastos ocasionados y la profe-
sión del reclamante-si usara el vehículo para ella-elementos hábiles a considerar al
fijar la indemnización.Además, produceen sí misma daños materiales que resultan in-
demnizables, ya que es evidente que la imposibilidad de usarlo le produce al damnifi-
cadoel efecto de una obvia reduccióndesusposibilidadesdetrasladoydeesparcimien-
to. [CNCiv., Sala H, 17/4/13, "Schmidt, Jorge Alejandroc. Loiacono, RubénAlfredosIDa-
ños y perjuicios", LL, On Line, AWJURII 5444120131.

4 En atención a los deterioros producidos en el accidente objeto de esta causa, no exis-


te duda que el periodo que demandó la reparacióndel automotor implicó un perjuicio
porsímismo,tanto para lavida de relacióndel damnificado, como laboral yfamiliar, sin
que obste a su admisión la falta de comprobantesde uso de otros medios de transpor-
te alternativos ni del tiempo detal privación. Eljueza quo, en usode lasfacultadesacor-
dadas por el art. 168 del CPCC, estimó el daño en $500, suma que se considera escasa si
se tiene en cuenta la magnitud de los trabajos de chapa y pintura que indudablemente
demandaron un plazo no menor a quince días. Consecuentemente se admite el repro-

22 Sáenz, en Código Civily Comercialdela Nación, concordado, comentadoycomparado con


los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 2015, t. II, ps. 730 y 731.
210 CECILIA CELESTE DANESI

cheformulado, receptándose la suma peticionadaen la demanda, esdecir, $700. [CACC


ZaNom.Santiagodel Estero, 513115, "Juárez, EduardoAlbertoc. ~az,Ángel~alentín~/u
otross/Cobro de pesos por daños y perjuicios", LLNOA, 2015 (octubre), 1028; LL, On Li-
ne, AWJU W20625/2015].

5 Los gastos de movilidad incurridospor el actor deben indemnizarse, por cuanto la in-
disponibilidad de unvehículogenera un primer daño, directoeindudable, quees la ne-
cesidad de sustituir el medio de movilidad por otro y no constituye impedimento insu-
perable para indemnizarlo ni la falta de prueba sobre el lapso de indisponibilidad ni la
ausencia de constancias documentales del gasto efectivo. [CACC la Nom. Córdoba,
19/12/17, "Luque, Sergio Rafael c. Rentz, Norberto Hermín slordinario - Daños y perj. -
Accidentes de tránsito - Recurso de apelación", LL, On Line, AR/JUW89754/2017].

6 La procedencia del reclamo por privación de uso de un automotor -en el caso, de-
rivada de un accidente de tránsito-no requiere probar su reparacióny el juez puede
fijar la indemnización aunque no se compruebe el perjuicio real, pues quien tiene un
vehículo se entiende que es para usarlo. [CACC 2" Paraná, Sala 1,26/4/11, "Schroeder,
Luisa Beatrizyotrosc. Manchini, Emir Alejandro", LLLitoral, 201 1(julio), 682; LL, On Li-
ne, AWJU W20444/2011].

7 La indemnizaciónpor la privación de uso puede otorgarse aun cuando exista orfan-


dad probatoria por parte del reclamante, pues el dañosurge in re ipsa por la evidencia
de la retención ilegal delvehículode la actora. [CACCCircuitodeSantaFe, 514116, "Bal-
duzzi, Rosanna del Valle c. Municipalidad de Santa Fe y otros s/Daños y perjuicios", LL,
On Line, AWJUW107818/2016].

3 30. Parámetros para la cuantificación


del rubro privación de uso
a) Cuantífícacíón: el díctamen pericia1

En primer término, el juez tendrá en cuenta el tiempo que haya estimado el pe-
rito ingeniero mecánico para la reparacióndel vehículo, en el cual se deben incluir
losdías necesariospara conseguir el presupuesto, la espera para la asignaciónde un
turno, búsqueda de repuestos, losdías no laboralesy, según el taller quesetrate, los
que permanezca cerrado por cuestiones climáticas debido a que únicamente tra-
bajan al aire libre.
No compartimos la doctrina que sostiene que al momento de cuantificar el da-
ño debe tenerse en cuenta el hecho que el accionante no debe desembolsar gastos
de rnantenirnient~~~, puesto que salvo losde combustible, los restantesgastossesi-
guen efectuando, v. gr.: seguro, patentes, garaje, etcétera.

23 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t.4A, ps. 105 y 106.
ACCIDENTES DE TRANSITO 21 1

Para la procedencia de la partida indemnizatoria no es necesario que el rodado


esté afectado a un uso productivo, pues es evidente que la imposibilidad de utili-
zarlo produce al damnificado el efecto de una obvia reducción de sus posibilidades
de trasladoy de esparcimiento; a lo que puede agregarse que aquel sufre la insatis-
facción material y espiritual de no poder usar la cosa propia24.
Además, también resulta indemnizable el período de tiempo quesevio privado
de su vehículo debido a la realización de los recaudos exigidos por la póliza de se-
guro e incurrir en gastos extra para de~plazarse~~. $

Finalmente, aclaramos que el otorgamiento de una indemnización mayor a la


pretendida en la demanda en conceptode privación de usodel automotor noesvio-
latoria del principiodecongruencia cuando el pedido ha estadosupeditado a loque
surgiese de las pruebas p r o d ~ c i d a s ~ ~sujetó
y s e el reclamo a la fórmula "o lo que en
máso menos resulte de la prueba a producirse en autos"27.

Jurisprudencia

l . No comprende la demora normal del taller, la falta de dinero


para efectuar las reparaciones o la escasez de repuestos
1 El tiempoquese debecomputar paravalorar la extensiónde la indisponibilidad, so-
lo comprende el que razonablemente insumió la reparación del vehículo. No se con-
templa el retraso anormal del taller, la demora por no tener dinero para hacer la repa-
ración; por la no existencia de repuestos o partes en plaza, etcétera. Por ello, la juris-
prudencia ha hecho bien en no considerar solo el tiempo real que insumió la repara-
ción, sino el que era razonable en atención a las circunstancias del caso (complejidad
del choque, dificultades en obtener las partes o repuestos, etcétera). [CACCMPT 4a
Mendoza, 10l4113, "López, Blanca Nidiay otros c. Hidalgo, Carlos AlbertopID. yp. (ac-
cidentes de tránsito)", LL, On Line, AFUJUW7070/2013 y doctrina citada: Amealtanzi,
Obligacionesy contratos en los albores delsigloXX1, Lexis, no1013/003636].

2. Relaciónentre el monto del resarcimientoy el lapso prudencial


de las reparaciones
2 En cuanto a la privación de uso este tribunal tiene dicho en forma reiterada que la
sola privación del vehículo representa, para el propietario usuario o guardián, un evi-

24 CNCiv., Sala H, 8/4/14, "Á., P. A. c. V., A. C. y otross/Dañosy perjuicios", LL, On Line, ARIJURI
11194/2014.
25 CNCiv., Sala M, 3/2/12, "Capelino, Silvina Andrea c. Romano, Egidio y otros s/Daños y per-
juicios", LL, On Line, AR/JUR/3933/2012.
26 CNCiv., Sala M, 13/12/11, "Borgione, CristóbalNéstorc.Acuña, David Demetrioyotross/Da-
ñosy perjuicios", LL, 2012-B-459; DI, ejemplar del 11/7/12, p. 86; LL, On Line, ARIJUR/90812/2011.
27 CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J.R. y otross/Dañosyperjuicios", www.cij.gov.ar/senten-
cias. html.
21 2 CECILIA CELESTE DANESI

dente perjuicio, que no deriva de las tareas que tenía que realizar, sino de lo que sig-
nifica la carencia del automóvil-durante el lapso quese indica-sea cual fuereel uso
que se le diere al vehículo. Por lo que el monto del resarcimiento debe guardar rela-
ción con el lapso prudencial que pueden demandar las reparacionessegún la estima-
ción efectuada. [CNCiv., Sala J, 5/2/18, "Riccelli, Walter Ramón c. Caro, Carlos Isidro
s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 560/18].

3. El dictamen pericialen la cuantificación


de la privación de uso
3 Considero que el rubro, que no mereció tratamientoalgunoen la sentencia en crisis,
debe ser admitido, teniendo en cuenta para ello que el informe pericial mecánico (fs.
188/189), aun cuando describe otro tipo de daños, determina que el tiempo que insu-
men lasreparacionesdela motoen cuestión esdecincodíashábileslaborales, por loque
conforme al costo que representa su reemplazo por otros medios de transporte, en-
tiendo razonableque el rubro prospere, al momento del dictado de esta sentencia, por
la suma de $1.500, con más los interesesalos que me referiré másadelante. [CACCMPT
4" Mendoza, 13/9/17, "Olivera, Leonardo Ivánc. Carvacho, Nelson Martín s/D. y p. (acci-
dente de tránsito)", LL, On Line, AWJUW65894/2017].

4. Se computa el tiempo que debiócumplimentar los recaudos exigidos


por la póliza
4 El responsable por las consecuencias derivadas de un accidente de tránsito debe
abonar al damnificado un resarcimiento por "privación de uso", ya que estesevio pri-
vado de su vehículo durante el plazo en el que debió cumplimentar los recaudos exi-
gidos por la póliza de seguro e incurrir en gastos extra para desplazarse. [CNCiv., Sala
M, 13/12/11, "Borgione, Cristóbal Néstor c. Acuña, David Demetrio y otros s/Daños y
perjuicios", LL, 2012-B-459; DI, ejemplar del 11/7/12, p. 86; LL, On Line, AR/JUW90812/
201 11.
5. Damnificado que carece de recursos para reparar el rodado

5 La indemnización derivada de la privación de uso del automotor, no debe exceder


del tiempo que razonablemente requiera la realización de los trabajos de reparación,
por lo que las dilaciones en que se incurra no pueden ser contempladas -en princi-
pio-a los fines de admitir un plus por lucro cesante, incluso aquellas debidas a la ca-
rencia demedioseconómicosdeIdamnificado para afrontar la erogación. [CNCiv., Sa-
la E, 27/6/00, LL, On Line, AWJUW64120001.

6. Parámetros para fijar la indemnización


6 La privación de uso de un vehículo es un daño cuya existencia no requiere de prue-
ba, resultando el lapso de indisponibilidad del rodado, los gastos ocasionados y la pro-
fesión del reclamante-si usara el vehículo para ella-elementos hábiles a considerar
al fijar la indemnización. Además, produce en sí misma daños materialesque resultan
indemnizables, ya que es evidente que la imposibilidad de usarlo le produce al damni-
ficado el efecto de una obvia reducción de sus posibilidadesde traslado y de esparci-
ACCIDENTES DE TRANSITO

miento. [CNCiv., Sala H, 17/4/13, "Schmidt, Jorge Alejandro c. Loiacono, Rubén Alfre-
dos/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUWI 5444/2013].

7. Se concede una suma mayor a la peticionada


7 El otorgamiento de una indemnización mayor a la pretendida en la demanda en
concepto de privación de uso del automotor, no es violatoria del principio de con-
gruencia cuando el pedido ha estado supeditado a lo quesurgiese de las pruebas-en
el caso, pericia mecánica- producidas. [CNCiv., Sala M, 3/2/12, "Capelino, Silvina An-
drea c. Romano, Egidioyotros s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW3933/2012].

8. Cómputo de trámites administrativos


8 La indemnización por privación de uso del automotor debe elevarse si el juez calcu-
ló el tiempo de reparación en diez días cuando el actor debió esperar durante tres me-
ses que la Municipalidad demandada respondiera su reclamo administrativo formula-
do en orden al cobro de la correspondiente indemnización. [CACCMPT4aMendoza,
2/7/14, "O., Á. M. c. Municipalidad de Tupungato s/Daños y perjuicios", LLGran Cuyo,
2014(noviembre), 1137; LL, On Line, AWJUlU3342612014].

6) Casos especiales
1 - Prueba de las circunstancias especiales invocadas
Más allá de los elementos comunes para cuantificar el daño, existen algunossu-
puestos especiales en los cuales el magistrado reduce o incrementa el monto de la
indemnizaciónde conformidad con las constancias que se desprenden de la causa.
Claro está que, en estos casos, no opera la presunción del daño mencionada en el
apartado anterior, motivo por el cual, cuando se reclama un daño mayor al corrien-
te y se invocan circunstancias que magnificanel daño o que dejan de mostrarlo co-
mo un daño común, esa alegación sí debe probarse efecti~amente*~. Veremos al-
gunos ejemplos a continuación.

Jurisprudencia

- Rodado que tiene un uso especial


1 La privación de uso de un vehículo es un daño cuya existencia no requiere de prueba
y que se configura cuando el damnificado se ve privado de utilizar el automotor, y por
esta sola circunstancia, resultando el lapso de indisponibilidad del rodado, los gastos
ocasionadosy la profesión del reclamante-si usara el vehículo para ella-elementos
hábiles para fijar la indemnización.En consecuencia, y atento a que no se ha demostra-
do ni alegado un uso especial del rodado, estimo prudente evaluar la indemnización
por el rubroen la suma de $1.650. [JNC la Inst. n098,5/3/12, "Rojas, José María y otro c.
Boria, Cristian Ariel y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUR/71683/2012].

28 López Mesa, Responsabilidadpor accidentesde tránsito, 7" ed., 2014, t. II, p. 692.
CECILIA CELESTE DANESI

2 - Casos de reemplazo del vehículo


y de rodado inutilizable
Según la índole de los daños que presente el rodado, puede suceder que el ele-
vado costo de los arreglos torne antieconómica la reparación, esto generalmente
acontece cuando hubo destrucción total del vehículo. En esos casos se ha resuelto
que el lapso indemnizable no está dado por el tiempo que demandan las repara-
ciones, sino por el período indispensable para que la víctima, una vez percibida la
indemnización, pueda adquirir otra unidadsimilara la que poseíay usaba antesdel
~iniestro*~.
En casos análogos, se ha decidido que no es posible calcular el daño emergente
por privación del automotor, dada su impracticable utilización, pero sí procede el
resarcimiento por el tiempo razonable que pudieran haber demandado los trámi-
tes necesariosante la aseguradora para la efectivización del seguroy la adquisición
de un nuevo rodado; o para quecon un actuar diligente, el propietario pudieseven-
der los rezagos y adquirir otro automotor. Pero, la imposibilidad patrimonial para
reemplazar el automotor, aun demostrada, no es una consecuencia inmediata, ni
mediata del hecho ilícito, pues no es previsibleque el propietario del vehículo cho-
cado careciera de fondos para repararlo o en su caso sustituirlo, no siendo ello re-
parable, pues la inacción del dueño del vehículo no puede agravar las consecuen-
cias producidas por el responsable y, por otra parte, la compra de otra unidad de-
pende de múltiples circunstancias ajenas a este, tales como crédito a obtener, me-
dios con que se cuenta y voluntad puesta en marcha de hacerlo30.

3 - Titular del vehículo con dificultades físicas


para desplazarse
Por otra parte, se ha decidido incrementar lassumasdedinerootorgadasen con-
cepto de privación de uso, cuando quedó demostrado en las actuaciones que uno
de los titulares tenía dificultades físicas para desplazarseyel rodadocontribuía con
su traslado3I.

Jurisprudencia

- Titular con dificultades para desplazarse


1 Tomando en consideración que la cónyuge del señor Puertas es discapacitada y que
el rodado contribuía con su traslado, el rubro en concepto de privación de uso habrá de

29 CNECC, SalalV, 7/6/83, ED, 111-311,sum.228; CACCLa Plata,Sala lll, 18/4/02, elDial-W15A9F.
30 Falloscits.por López Mesa, Responsabilidadporaccidentesdetránsito, 7"ed., 2014, t. II, p.
706.
31 JNC n041,"Puertas, Arturo Albertoc. Silva, WalterJoseloyotross/Dañosy perjuicios", exp-

te. no106.337/09.
ACCIDENTES DE TRANSITO 215

prosperar por la suma de $1.500. [JNC laInst. n041,8/10/14, "Puertas, Arturo Alberto
c. Silva, WalterJoseloyotross/Dañosy perjuicios", expte. no106,337109, www.scw.pjn.
go~ar].

4 - Familiar de la víctima internado


También se ha aumentado la reparación en el caso que quedó acreditado que el
peticionario tenía a su madre internada en el momento del siniestro y debíavisitar-
laen un hospital lejano, al que noera fácil llegaren meqiiosdetransporte públicos3*.

5 - Casos en los que no se acreditó la realización


de los arreglos
Si bien la mayoría de la doctrina alega que no es requisito para la procedencia de
la partida indemnizatoria que los arreglos del rodadose hayan efectuado, algunos
opinan lo contrario33.
Así, se ha resuelto que "en lo referente al reclamo en concepto de privación de
uso del rodado, cabe señalar que este ítem comúnmente se prodiga para compen-
sar el menoscabo quesufre el damnificado por la falta de utilización del rodado du-
ranteeltiempo en quese realizaron las reparaciones,supuestoqueenla especie no
se ha verificado. Su privación constituye un perjuicio representado por el costo de
sustitución del vehículo, que solo puede fundarse en la efectiva realización de los
arreglos. De no ser así, la fijación de cualquier indemnización cuya concreta reali-
dad no ha sido comprobada, se constituiría en una arbitrariedad, con el correlativo
enriquecimiento indebido del acreedor (...) En el caso de autos, el actor no acredi-
tó haber efectuado las reparaciones de su motocicleta y manifestó haber vendido
dicho vehículo"34.

Jurisprudencia
1 Finalmentesequeja la actora por la falta de admisióndel rubro privación de uso, cu-
ya procedencia considero se encuentra condicionada a la necesidad de que efectiva-
mentesehayan probado losdañosen el automóvilyel ingresoal taller para, deesa ma-
nera, privar al propietario de la utilización del bien. No obra en el expediente prueba
del estropicioque, se manifestó en la demanda, sufrió el automotor como para admi-
tir que la actora se encontró privada del uso del bien y por ello el agravio debe ser re-
chazado. [CACCGualeguaychú,Sala 1,26/8/15, "Bos,Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Die-
go Rodrigo y otros slordinario - Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW30637/2015].

32 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 7" ed., 2014, t. II, p. 692.


33 Areán, luicioporaccidentesde tránsito, 2012, t. 4A, ps. 87 y 88.
34 CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J. R. y otros s/Daños y perjuicios", www.cij.gov.arlsen-
tencias. html.
216 CECILIA CELESTE DANESI

2 La privación de uso de un rodado constituye un perjuicio representado por el costo


desustitución del mismo, quesolo puede fundarseen la efectiva realizaciónde losarre-
910s. En la especie, el actor no acreditó haber efectuado las reparacionesde su motoci-
cleta y manifestó haberla enajenado. [CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J.R. y otros
s/Daños y perjuicios", www.cij.gov.arlsentencias.html].

6 - Utilización del rodado para una actividad profesional


Afirma calificada doctrina que cuando el rodado es utilizado para una actividad
profesionalo particular,el perjuicioseacrecienta, peroesto nodebeconfundirse(co-
mo suele suceder) con el lucro cesante, puesto que se pueden utilizar otros medios
de transporte para desarrollar determinadas actividades profesionales. Por ejem-
plo: el abogado puede concurrir a los tribunales, como el médico visitar a sus pacien-
tes y al emplear otros medios de transporte, no se pierden de ganar sus honorarios.
En estos casos, el perjuicio está constituido por la frecuencia y la incomodidad en los
desplazamientos.Entonces,setrata dedosdetrimentosdistintos, aunque igualmen-
te es procedente la reclamación de ambos (v. gr., el automóvil taxi que es utilizado
también para esparcimientoy para cubrir las necesidadesde la familia)35.

35 Leguisamón, i Cómose indemniza eldaño a un automotorchocado?,en "Revista de Dere-


cho de Daños", no201 3-3, "Cuantificacióndel daño en la jurisprudencia", ps. 59y60.
CAP~TULO
VII
DESVALORIZACI~N
VENAL

3 31. Concepto y régimen legal


La indemnización por desvalorización venal constituye la merma que experi-
menta el valor de reventa del vehículo si, una vez reparado, no puede devolvérselo
al estado anterior al siniestro.
Ese margen de imposibilidad supone una cuota remanente negativa entreel va-
lor originario de la cosa yel que tiene Iuegode los arreglos, yes el punto de partida
para la configuración de la llamada "desvalorización venal" l . Es decir, la indemni-
zación se obtiene de lo que en el mercado automotor se establezca comparando
por ejemplo-un mismo modelo incólume, con relacióna otroque hubiera inter-
venido en un accidente de tránsito2.
Se trata de un supuesto de inviabilidad de reponer las cosas a su estado anterior
en toda su integridad económica, cuya porción no reparable (la perfección o esta-
do anterior no reparable)debe necesariamentecomponerse en dinero3.
Y precisamenteel nuevocódigo Civil ycomercial exigeque la reparaciónseaple-
na, lo que consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado ante-
rior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. En estos casos, la vícti-
ma podrá optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero
(art. 1740, CCCN).
Además de las prerrogativas de dicha disposición, la desvalorización venal tam-
biénseencuentracomprendida en el art. 1738deltexto unificado, que prescribeque
la indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima.

Zavala de González, La desvalorización venaldelautomotor, LL, 1988-0-1090; LL, On Line,


AR/DOC111211/2001.
CNCiv., Sala B,15/7/10, "Rabelino, Delia Nélida y otro c. Compañía General de Seguros Li-
derar S.A.", LL, On Line, AWJUR/4950112010.
CNCiv., Sala C, 4/9/79, JA, 1980-111-276, cit. por Areán, Juicio p o r accidentes de tránsito,
2012, t.4A, p. 113.
218 CECILIA CELESTE DANESI

Ello, porcuanto, el rubroen análisisse incluyeen el denominado "daño emergente"


al reducir el valor de un bien del damnificadoy, por consiguiente, ocasionarleun em-
pobrecimiento concreto.
La pérdida del valor venal se suele presentar ante la afectaciónde partesvitaleso
estructurales, las diferencias de coloración y textura en la pintura, y también en los
casosde "enmascaramientos" a queson sometidas las imperfeccionesde los paneles
debido al masillado. Son detalles que no escaparán a los ojosde un experto, de don-
de se sigue que quien adquiera el rodado, a la hora de efectuar la compra, habrá de
examinarlo previamentey,a pocoquedescubralas huellasapuntadas, reducirá sen-
siblemente el precio ofertado, muchas veces magnificando las verdaderas conse-
cuencias del evento4.
Debemos aclarar que no resulta indispensable que el rodado haya sido repara-
do para la procedencia de la partida, puesto que-una interpretación contraria-
colocaría en cabeza de la víctima la obligación de reparar el vehículo, cuando en re-
alidad esa es una carga propia del responsable5.En cambio, si fuevendido (supues-
toqueserá analizadocondetenimientoinfra), ya sea antesde la promocióndel plei-
to o durante su sustanciación, se debe acreditar la disminución del valor mediante
la prueba del precio por el cual fue enajenado6.

Jurisprudencia

1. Concepto
1 La desvalorizaciónvenal del automotor remite a la valoración de la depreciación del
bien quesubsistea posteriori de la reparación, debido a secuelasque inciden negativa-
mente en la cotizacióneconómica de aquel. [CACC2" Nom. Santiago del Estero, 513115,
"Juárez, Eduardo Alberto c. Paz, Ángel Valentín ylu otros s1Cobro de pesos por daños y
perjuicios", LLNOA, 2015 (octubre), 1028; LL, On Line, AWJUW20625120151.

2. Requisitospara su procedencia
2 Para que proceda la indemnización por desvalorización del automotor resulta ne-
cesario acreditar que existen secuelas que disminuyenefectivamente el valor del mer-
cado del automotor. Además, corresponde atenerse al dictamen pericia1si los impug-
nantesomitieronel asesoramientodesu consultortécnicoa los finesde rebatir lascon-
clusionesdelperito. [CNCiv., Sala K, 7110109, "Fortunatos, María Ester c. Diez, Guiller-
mo y otros", LL, On Line, AWJUW76576/2009].

Leguisamón, 2 Cómo se indemniza el daño a un automotor chocado?, en "Revista de Dere-


cho de Daños", no2013-3, "Cuantificacióndel daño en la jurisprudencia", p. 53.
Zavala de González, La desvalorizaciónvenaldelautomotor,LL, 1988-D-1090;LL, On Line,
ARIDOCII 121112001.
Leguisamón, 2 Cómo se indemniza el daño a un automotor chocado?,en "Revista de Dere-
cho de Daños", no2013-3, "Cuantificacióndel daño en la jurisprudencia", p. 54.
3 32. Legitimaciónactiva
a) Introducción. Remisión

En cuanto al concepto de legitimación, sus tipos y aplicación al reclamo por da-


ños y perjuicios, remitimos al lector a las consideracionesefectuadas en el Capítulo
Vtitulado "Gastos de reparación del vehículo", 3 23.
La cuestión de la legitimación para reclamar la pérdida del valor venal del vehícu-
lo ha sido de lo más controvertida entre los juristas. Las discrepancias se desprendí-
an de las distintas interpretaciones que se hacían de Ih normativa aplicable. Así, el
derogado art. 1110 regulaba que la reparación podía ser solicitada no solo por el
dueño o poseedor de la cosa, sino también por el usufructuario, o el usuario, si el da-
ño irrogase un perjuicioasu derecho. Asimismo, también podía pedirloel quetenía
la cosa con la obligación de responder de ella, pero solo en ausencia del dueño.
Por su parte, el art. 1079del CódigodeVélez Sarsfield proponía una legitimación
más amplia, ya que establecía que la obligación de reparar el daño causado por un
delito existe, no solo respecto de aquel a quien el delito ha damnificado directa-
mente,sino respectode toda persona, que por él hubiesesufrido, aunquesea de una
manera indirecta.
Finalmente, el art. 1095del cuerpo normativo derogado sostenía que el derecho
de exigir la indemnización del daño causado por delitoscontra la propiedad, corres-
pondía al dueño de la cosa, al que tenía el derecho de posesión de ella o la simple po-
sesión como el locatario, comodatario o depositario; y al acreedor hipotecario, aún
contra el dueño mismo de la cosa hipotecada, si este hubiesesido autor del daño.
Del juegode los artículoscitadosse arribó a posturasantagónicas, con lo cual, en
algunas jurisdicciones se optó por cerrar las discusiones a través del dictado de un
fallo plenario.
Tal es el caso de la Cámara Nacional de Apelaciones Especial en lo Civil y Comer-
cial, que por mayoría resolvióqueel mero tenedor, que no probóser propietariodel
vehículo, por ese solo hecho, no está legitimado para reclamar por su desvaloriza-
ción o pérdida desu valor de venta. Cuando el que reclama por la pérdida del valor
venal del rodado es quien lo utiliza, no basta esta circunstancia para que se acuerde
indemnización por tal concepto en razón de ese solo título, pues de acuerdo a los
principios generales (arts. 586, 1561, 2203, 2266 y concs., CC), debería responder
frenteal dueño únicamentecuandofuereculpable,situaciónqueexcluiríatodopo-
sible éxito de la pretensión (art. 1111, CC)'.
Luego, la misma Cámara determinó que el usuario, comprendiendo en tal con-
cepto todo aquel que haga valer el derecho que le confiere su calidad de poseedor,

CNECC, en pleno, 23/9/85, "Maccione, Juan C. c. Reyes, Agustín y otros", LL, On Line,
AR/JUR/I 58611985. Véase postura de la CSJN en "Rossi, Adhenar c. Vertedor, José", LL, 1993-B-503,
nros. 1395y 1396.
220 CECILIA CELESTE DANESI

usufructuario, usuario -este último en los términos del art. 2948 del CC-está le-
gitimado para reclamar indemnización por losdañossufridospor el rodado aunque
no haya efectuado o pagado las reparaciones, y sin que a ello obste que no se haya
probado la calidad invocada en la demanda si se acredita otra que dé derecho al re-
sarcimiento. No así, como principio general, el tenedor que haga valer el carácter
de locatario, depositario, comodatario, etcétera8.
En cambio, la Suprema Corte de la Provinciade Mendoza, si bien reconocióla co-
existencia de dos criterios, se adhirió por mayoría al que pregona que de la acción
resarcitoriainiciada por el usuario del vehículo, no corresponde excluir losdañossu-
fridos a causa de su desválorización, toda vez que quien utiliza el rodado debe res-
ponder ante su dueño. La desvalorizacióndel vehículo configura también un daño
para quien resultó víctima de la colisión, pues como tenedor del automotor averia-
do debe resarcir al propietario plenamenteg.
En dicho pronunciamiento se asentó la disidencia de la doctora Aída Kemelma-
jer de Carlucci, quien sostuvo que salvo que el usuario pruebe que indemnizó el da-
ño por desvalorización al propietario en razón de su obligación de restituir la cosa,
ese menoscabo solo lo sufre quien ejerce sobre él una relación de señorío que lofa-
culta aenajenarlo; si el simple usuario no está autorizadoa tal transmisión,va desu-
yo que no padece perjuicio alguno desde que no se ha cercenado su derecho propio
al uso ygoce. Agregó que si la disminución fuera de tal envergadura que vulnerara
la aptitud de uso, es esa disminución (y no exactamente la del valor de reventa), la
que debiera ser indemnizada.
La opinióndela magistradadisidente fuecompartida por ladoctrina, quien ade-
másseñaló que queda exceptuado de ese criterio el tenedor que actúa como gestor
de negocios del dueño del automotor (únicamente en ausencia de este) debido a
que en ese caso resulta obvio que la gestión incide en beneficio exclusivo del patri-
monio del dueño, quien solo quedaría obligado a abonar los gastos de la gestión al
tenedor (conf. arts. 111O y 2298, CC) lo.
Actualmente, la gestión de negocios acaece cuando una persona asume oficio-
samente la gestión de un negocio ajeno por un motivo razonable, sin intención de
hacer una liberalidad y sin estar autorizada ni obligada, convencional o legalmen-
te (art. 1781, CCCN). El gestor será responsable ante el dueño del negocio por el da-
ño que le haya causado por su culpa (art. 1787, CCCN). Y también será responsable

CN ECC, enpleno, 30112/85, "Belluci, Nicolás R. c. Pollano, Edgardos/Accidentedetránsito",


SAIJ, SUPOOOOOOO.
SC Mendoza, Sala 1, 13/8/86, "Gutiérrez, Pablo R. c. Olivera Bordón, Carlos S.", LL, 1987-A-
605; LL, On Line, ARIDOUI 15611986.
Brebbia, Legitimación para solicitar el resarcimiento por desvalorización del automotor a
raízdelaccidente, LL, 1987-A-605; LL, On Line, AR/DOC/8115/2001.
ACCIDENTES DE TRANSITO 221

ante el dueño del negocio por el daño que resulte de caso fortuito, excepto alguno
de los supuestos contenidos en los incisos del art. 1788 del Código unificado.
En suma, la mayoría de la doctrina consideraba que de los derogados arts. 1110,
1079 y 1095 del Código de Vélez Sarsfield, se desprendía que los legitimados para
reclamar la indemnización por los daños causados a las cosaseran su dueño, posee-
dor, herederos, usufructuario, usuario o mero tenedor, solo en la medida que el de-
trimento irrogue un perjuicio a su interés l '.
b) fitular de un derecho realsobre la cosa,
tenedor y poseedor de buena fe

Es en ese contexto de discrepancias que se inserta el art. 1772 del CCCN, que es-
tablece que la reparación del menoscaboa un bien o a una cosa puedeser reclama-
do por: a) el titular de un derecho real sobre la cosa o bien, o b) el tenedor y el po-
seedor de buena fe de la cosa o bien.
De la letra de la norma advertimos en forma clara que tanto el titular de un de-
recho real, es decir, los sujetos que ejerzan la titularidad de alguno de los derechos
reales contenidos en el art. 1887 del texto unificado1*,como el tenedor13yel pose-
edor14debuena fe, están legitimados para entablar el reclamo.
Es decir, el cuerpo normativo unificado incorporatoda una novedadtal legitimar
al tenedory poseedor sin exigir la ausencia del dueño para que proceda su reclamo.
En concordancia con esa interpretación, recientementese ha afirmado que "la
legitimación activa del usuarioy del tenedor se amplía ya que el actual art. 1772 ad-
mite que la reparación del menoscaboa un bien o una cosa puedeser reclamada por
el titular de un derecho real, el tenedor y el poseedor de buena fe de la cosa o bien.
Deeste modose modifican losanterioresarts. 1095y 11lodel Códigoderogadoque
autorizaban al dueño o poseedor de la cosa si el daño irrogase perjuicio a su dere-
cho y a quien tiene la cosa con la obligación de responder de ella pero solo en au-
sencia desu dueño". Por ello, "con esta nueva normativa el usuario podrá reclamar

l1 Llambias, B r e b b i a y O r g a z , c i t s . e n A r e á n I J ~ i ~ i o p o r a c c i n s i t o , 2 O l 2 , t . 4 Ap.
, 1 17.
j2 E l Código unificado establece en forma taxativa la nómina de derechos reales en el art.
1887, a saber: a) el dominio; b) el condominio; c) la propiedad horizontal; d ) los conjuntos in-
mobiliarios; e) el tiempo compartido; f ) el cementerio privado; g) la superficie; h) el usufructo;
i ) el uso; j ) la habitación; k) la servidumbre; 1) la hipoteca; m) la anticresis, y n) la prenda.
l3 "Hay tenencia cuando una persona, porsío por medio de otra, ejerce un poder de hecho
sobre una cosa, yse comporta como representante delposeedor" (art. 1910, CCCN).
'4 "Hay posesión cuando una persona, porsío por medio de otra, ejerce un poder de hecho
sobre una cosa, comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no" (art. 1909, CCCN).
222 CECILIA CELESTE DANESI

todos los daños materiales del automóvil (incluida la desvalorización del valor ve-
na1)"I5.
Entonces, están plenamente legitimados para reclamar en concepto dedesvalo-
rización venal el locatario (art. 1187, CCCN), el tomador en el contrato de leasing
(arts. 1227 y 1238, CCCN), el condómino (art. 1986, CCCN, salvo que haya un conve-
nio en los términos del art. 1987, en cuyo caso solo podrá reclamar el beneficiario),el
usufructuario (art. 2129, CCCN), entre otros, ya que todos estos sujetos tienen la fa-
cultad de uso y goce de la cosa.
Debemos agregar que, sin perjuicio de las distintas posturasvertidasen el apar-
tado que antecede, con anterioridad a la sanción del cuerpo normativo unificado,
existían tribunales que aplicaban un criterio amplio de legitimación para los tene-
dores, poseedores y hasta usuarios; el que hoy en día es receptado en el art. 1772.
Así, por ejemplo, se sostuvo que la sola tenencia del automotor en el momento del
accidente habilita al tenedor para accionar por los dañossufridos, inclusoel que pu-
diere consistir en desvalorización del rodado, puessu relación con el responsablede
los daños deriva del cuasidelito y es independiente de la que lo vincula en su caso
con el dueño del bien dañado16.
En conclusión, creemosqueestánlegitimados para reclamar por desvalorización
venal el titular registral, el dueño, el propietario no registral, el tenedor, el posee-
dor de buena fe, el usuario del automóvil, quien surja de un boleto de compraven-
ta, ode la denuncia deventa efectuada en el registro correspondiente,etcétera. Es-
tossujetos tienen derecho a interponer su acción, conjunta o separadamente, con-
tra el responsabledirectoyel indirecto (conf. art. 1773, CCCN).

Jurisprudencia

1. Legitimaciónactiva del usuario


1 La sola tenencia del automotor en el momentodel accidente habilita al tenedor pa-
ra accionar por los daños sufridos, incluso el que pudiere consistir en desvalorización
del rodado, puessu relación con el responsablede los daños deriva del cuasidelitoy es
independiente de la que lo vincula en su caso con el dueño del bien dañado. [CNECC,
Sala 111,2/9/80, LL, On Line, AR/JUW2329/1978].
2 La condición de usuariodel actor lo legitima para reclamar los gastos comprensivos
de mano de obra y repuestos que insume la reparación de la moto, la privación de uso
y la desvalorización (art. 1095 y 1110, CC). [CACCMPT 4" Mendoza, 13/9/17, "Olivera,
Leonardo Iván c. Carvacho, Nelson Martín slD. y p. (accidente de tránsito)", LL, On Li-
ne, AR/JUR/65894/2017].

l5 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nacióncomentado, 2014, t. VIII, p. 640.


l6 CNECC, Sala III, LL, On Line, AR/JUR/2329/1978, cit. por Areán, Juicioporaccidentesdetrán-
sito, 2012, t. 4A, p. 120.
ACCIDENTES D E TRANSITO 223

3 En la acción resarcitoria iniciada por el usuario del vehículo, no corresponde excluir


losdañossufridosacausadesu desvalorización,todavezquequien utiliza el rodadode-
be responder ante su dueño. La desvalorización del vehículo configura también un da-
ño para quien resultóvíctima de lacolisión, pues comotenedor del automotor averiado
debe resarcir al propietario plenamente. [SC Mendoza, Sala 1,13/8/86, "Gutiérrez, Pa-
blo R. c. Olivera Bordón, Carlos S.", LL, 1987-A-605;LL, On Line, AWDOUI 156119861.

2. Carencia de legitimación activa del poseedor,


usuarioy el usufructuario ,
4 Cuando el que reclama por la pérdida del valor venal del rodado es quien lo utiliza,
no basta esta circunstanciapara que se acuerde indemnización por tal concepto en ra-
zón de ese solo título, pues de acuerdo a los principios generales (arts. 586,1561,2203,
2266yconcs., CC), debería responderfrente al dueño únicamentecuando fuere culpa-
ble, situaciónqueexcluiría todo posible éxito de la pretensión (art. 1111, CC). [CNECC,
en pleno, 23/9/85, "Maccione, Juan C. c. Reyes, Agustín y otros", LL, On Line, AWJUW
1586119851.
5 En virtud de la doctrina establecida en el plenario "Maccione" (LL, 1986-C-179),en
un reclamo por daños derivadode un accidente de tránsito, el poseedor del vehículo, al
igual que el usuarioy el ysufructuario, tiene legitimación para reclamar por los daños
materiales sufridos, mas no para pretender el resarcimiento por desvalorización de
aquel. [CNCiv., Sala E, 1911U12, "Rojas, José María c. Boria, Cristian Ariel slDañosy per-
juicios", LL, On Line, AWJURl70597/2012].

5 33. Prueba del daño por desvalorización venal


a) Prueba y daño resarcible. Requisitos. Remisión

En cuanto a los requisitos del daño resarcible y cuestiones relativas a la prueba,


remitimos a las consideraciones vertidas en el Capítulo IV titulado "Daño resarci-
ble", 35 19,20y21.

Jurisprudencia

- El daño debe ser cierto


1 La pérdida delvalorvenal del vehículodebeserciertaysurgirdeuna apreciacióntéc-
nica de defectos estructurales subsistentes, comprobados en la causa a través del res-
pectivo informe técnico y de otros elementos que demuestren el desmedro. [CNCiv.,
Sala J, 5/2/18; "Riccelli, Walter Ramón c. Caro, Carlos IsidroslDañosyperjuicios", Rubin-
zal On Line, RC J 5601181.

b) Prueba de la desvalorización venal: el dictamen pericia1

La carga de la prueba del daño se encuentra expresamente regulada en el art.


1744del nuevo Código, el cual prescribe que el daño debe ser acreditado por quien
CECILIA CELESTE DANESI

lo invoca. Ello, salvo que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los pro-
pios hechos.
Es decir, la víctima debe soportar la carga de la prueba del daño, lo que consiste
en acreditar no solo la existencia del menoscabo sino también su extensión17.
La práctica nosenseña que en la mayoría de loscasossedesigna (a pedidode par-
te) un perito ingeniero mecánico, quien estima la desvalorización del rodado en su
dictamen. El medio probatorio resulta por de más acertado, puesto que el experto
en ingeniería mecánica es el sujeto que se encuentra en mejores condiciones de
ponderar la existencia o no de la pérdida del valorvenal del rodado, al poseer losco-
nocimientostécnicos necesarios en virtud de su profesión o arte.
En ese sentido, calificada doctrina ha afirmado que la pérdida por desvaloriza-
ción debe ser acreditada a travésdel peritaje, pero no essuficiente la simple opinión
del experto sino que es necesario que lo haya examinado yse pronuncie de manera
categóricaysobre la base de la eficiencia de un profesional avezado en la materia 18.
Es que, la desvalorización venal, no escapa de los requisitos ineludibles para que se
configure el daño resarcible (conf. art. 1739, CCCN)'~.Por ello, la pérdida del valor
venal debesercierta, realy, no hipotética oconjetural y,su prueba, al tratarsede una
materia técnica y circunstanciada, debe surgir de un peritaje mecánico, luego de un
examen o inspección detenida del automotor, a fin de establecer el caráctery gravi-
tación de Iosdesperfectos, el estado del vehículo antesy despuésde la reparación (ya
efectuada o futura), la idoneidad de los arreglos o el grado de posibilidad de llevar-
los a cabo de un modo eficiente, la subsistencia de indicios y su magnitud, y un estu-
dio comparativo entre el valor originario y el ulterior que traduzca la depreciación
habida20.
Y en cuanto a la inspeccióndel rodado por parte del experto, se abre otro punto
dediscrepanciasenelseno de la doctrina y la jurisprudencia. Algunos, aseveran que
aquella resulta insoslayablepara que la opinión del peritoacerca de lassecuelasdel
choque se encuentre fundada en la observación directa y no en meras generalida-
des y conjeturas2I.

l7 En sintoníacon lo señalado en otros apartados de esta obra, destacamos que el lineamien-


todel art. 1744del CCCNsevinculaconel preceptocontenidoen el art. 377del CPCCN, según el cual
cada una de las partesdebe probar el presupuesto de hecho de la norma o normasque invocareco-
mofundamento desu pretensión, defensa o excepción.
López Cabana, Responsabilidadcivilpor accidentes, 1998.
l9 Art. 1739: "Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o in-
directo, actual o futuro, cierto y subsistente ... ".
Zavala de González, Dañosa losautomotores, 1989, p. 82, no22.
21 CNCiv., Sala H, 22/4/08, "Milazzo, Salvador c. Cavini, Valentín Remigio y otro", LL, On Line,
ARIJ UR/2697/2008.
ACCIDENTES DE TRANSITO

En sentido contrario, se ha resuelto admitir la partida por desvalorizaciónya que,


si bien el perito no había inspeccionadoel vehículo, su informese basó en la mecáni-
ca del accidente, presupuestosreconocidos, fotografías claras, conocimientos espe-
cíficose imparcialidad,que se constatan en su dictamen22.Es decir, no se trata de un
supuesto de ausencia de prueba directa respecto de daño-como losqueveremosa
continuación-, sino que hay prueba (el dictamen pericial que reconoce la desvalo-
rización) pero el perito no inspeccionóel rodado.
Comulgamos con esta última postura puesto que, ~ilos fundamentos introduci-
dos en el dictamen pericial generan en el magistrado la cabal convicción de que el
perjuicio por desvalorización efectivamente se produjo, la partida indemnizatoria
debe ser concedida. Claramente haydeterminadossiniestrosque porsu brutal mag-
nitudsumado aotrasconstanciasde la causa (fotografías, presupuestosofacturasde
taller mecánico), permitirán deducir al experto la existencia de secuelas permanen-
tes en el rodado.

Jurisprudencia

1. Obligatoriedad del dictamen pericial y pedido de informes


1 La reparación por desvalorización venal no procede en forma automática sino que
es necesaria la determinación en concreto de su configuración e importancia, median-
te un peritaje mecánico en el que se practique un examen minucioso del vehículo a fin
de desentrañar el carácter y gravitación de los desperfectos, el estado del automotor,
antes ydespuésde la reparación, la idoneidad de losarreglos, la subsistencia de indicios
ysu magnitud, a lavezque un estudio comparativo entre el valor originario yel ulterior
que refleje la depreciación del rodado. Asimismo, es requisito para su admisibilidad la
indagación de los valores ordinarios de plaza de un automotor de característicassimi-
laresalsiniestradoatravésde prueba informativa agenciasde medio [CACC2"Nom.
Santiago del Estero, 513115, "Juárez, Eduardo Alberto c. Paz, Ángel Valentín ylu otros
s1Cobro de pesos por daños y perjuicios", LLNOA, 2015 (octubre), 1028; LL, On Line,
AWJ UU20625120151.

2. Obligatoriedad del dictamen pericial ysu valoración


2 La desvalorización venal, al igual que cualquier otra faceta del daño resarcible, de-
be ser efectiva, no hipotética. En este ítem la pericia resulta desuma importancia por
tratarse de una materia técnica ycircunstanciada.Los daños que no dejan secuelas de-
terminan el rechazodel rubrodesvalorizaciónvenal del rodado. Es más, consideroque
los magistradosno podemos-ni debemos-desechar el asesoramiento pericial cuan-
do este carece de deficiencias, nosiendo razonable descartar la idoneidad probatoria
del informe. Para ser atendible, más aún cuando no existió impugnación de la pericial

** CNCiv., Sala B, 27/7/08, LL, On Line, AR/JUR/8069/2008, cit. por Areán,luicioporaccidentes


de tránsito, 2012, t. 4A,p.146.
CECILIA CELESTE DANESI

por el apelante, lo que implicó la carencia total de fundamentos para evidenciar lafal-
ta de competencia, idoneidad o principios científicos en que se funda el dictamen.
[CACCComodoro Rivadavia, Sala B, 2414113, "D., G. M. c. C., O. A. y otross/Sumario (da-
ñosy perjuicios)", LLPatagonia, 2013 (agosto), 1131; LL, On Line, AWJUR/9979/2013].
3 Siendo ladesvalorizaciónvenaldel automóvil una materia técnica ycircunstanciada,
resulta de suma importancia un peritaje mecánico en quese practique un examen del
vehículo a fin de esclarecer el carácter y gravitación de los desperfectos, el estado del
automotor antesydespuésde la reparación(ya efectuada ofutura), la idoneidad de los
arreglos o el grado de posibilidad de llevarlos a cabo de un modo eficiente, la subsis-
tencia de indicios ysu magnitud, y un estudio comparativo entre el valor originario y el
ulterior que traduzca la depreciación habida. [CNCiv., 8/5/15, "Zabaleta, Walter c.
Transportes Automotores Riachuelo S.A. s/DypU,LL, On Line, AR/JUR/20351/2015].
4 Aefectos de determinar la procedencia de la indemnizaciónpor la depreciación del
valorvenal del automotor, el dictamen pericia1tiene un papel preponderanteal punto
de tornarse insustituible, pues esapreciadoatravés de conocimientos técnicosycientí-
ficos queson ajenos, por lo general, a quien tiene conocimientos específicos en el cam-
po del derecho. [CACC8"CórdobaI 10111/09, "Halamka, RodolfoGustavoc. Mingolla,
Franciscoyotro", LLC, 201O(mayo), 437; LL, On Line, AR/JUR/48106/2009].

3. Deber del perito de inspeccionar el rodado


5 En cuanto a la desvalorización del rodado y para que proceda la indemnización por
este concepto, es preciso que el perito haya examinado el rodadoy comparado el esta-
do en que quedó con el que tenía antes del choque, constatándosesi presenta secuelas
de daños estructurales y, por ende, no subsanables a través de una buena reparación.
[CNCiv.,SalaJ, 5/2/18, "Riccelli, Walter Ramónc.Caro, Carlos Isidros/Dañosyperjuicios",
RubinzalOn Line, RC J 5601181.
6 Para la procedenciade la indemnizaciónpordesvalorizaciónvenaIdel rodadoes ne-
cesario acreditar que en el vehículo han quedado secuelas o huellas a pesar de la repa-
ración efectuada, por ello es requisito importante la inspección del rodado por parte
del experto para que su opinión acerca de las secuelas del choque se encuentrefunda-
daen la observacióndirecta deaquellasynoen merasgeneralidadesyconjeturas. [CN-
Civ., Sala H, 25/3/13, "G., J. M.C.Peláez, JuanCarlosyotross/Dañosyperjuicios(acc.trán.
dles. o muerte)", LL, On Line, AR/JUR/9116/2013].
7 Debe rechazarse el rubro indemnizatorio de pérdida de desvalorización del roda-
do siniestrado si el actor no exhibió el vehículo en la pericia mecánica pues, la proce-
dencia de dicha partida solo puede fundarse en la efectiva inspección del automotor
por el perito designado al efecto, que permita establecer la calidad de las reparacio-
nes y los indicios reveladoresdel arreglo. [CNCiv., Sala B, 30/3/10, "Pozurama, Fabiana
Marcela c. Yorio, Olga Emilia", LL, On Line, ARIJURI92185/2010].

4. Dictamen basado en fotografías y presupuestos


8 La desvalorizaciónvenal es lo que los peritos, basados en ciencia y experiencia, es-
tán en condiciones de estimar como probable perjuicio, aún en aquellos casos en que
sin haber revisado el vehículo dañado, hubieran tenido acceso a fotografías del mis-
mo, y presupuestos descriptivos de los elementos y partes a reparar. [CNCiv., Sala H,
27/9/12, "Cristofano, Fernando Martínc.Yapura, LeandroDaniels/DañosyPerjuicios",
LL, OnLine,AR/JUW52808/2012;yCNCiv., Sala B, 15/7/10, "Rabelino, Delia Nélidayotro
c. Compañía General de Seguros Liderar S.A.", LL, On Line, AWJUW49501/2010].

5. Rechazo por falta de prueba


9 La procedencia de la reparación por desvalorización de un rodado requiere la acre-
ditación fehaciente de las secuelas que han quedado luego de reparado, o bien las que
con certeza pueda inferirse que presentará, de conformidad con las conclusiones a las
cuales arribe el experto. Así, la indemnización por desvalorizaciónde un rodado es im-
procedentecuandoel reclamante no ha justificado mediante prueba idónea el deterio-
ro del valor venal del vehículo. [CNCiv., Sala H, 15/5/96, LL, On Line, AWJUR/3643/1996].

10 El rubrodesvalorizaciónvenal del rodadosolicitado por el accionante, debe ser de-


sestimado, en tanto no puede afirmarseque luego de reparadoquedaran secuelas que
inciden en el precio de venta del vehículo, máxime cuando el perito ingeniero admitió
no haber inspeccionado la unidadafectadadespuésde habersidoreparada. [CACCMPT
3" Mendoza, 1111111, "Martín, Fernando Daniel c. Flores, Sandra yotros p/D. y p.", LL,
On Line, AWJUW67479/2011].

11 Es improcedenteotorgar una indemnización pordesvalorizacióndel rodadoafec-


tado por una colisión, toda vez que no quedó demostrado que, luego de producida la
sustitución de las piezas involucradas, hubieran persistidodesperfectosquese eviden-
cien en el automóvil y que a la hora de su venta provoquen una disminución de su va-
lor. [CACC Resistencia, Sala 11,4/10/10, "Giuliani, Pedro Alberto c. Saucedo, Patricia
Norma; Paraná Seguros y Organización Wilde", LLLitoral, 201 1 (abril), 314; LL, On Li-
ne, AWJUR/64191/2010].

6. No es indispensable que esté reparado


12 Para dictaminar acerca de la desvalorizaciónvenalquesufrió un rodado a causa de
un accidente, no resulta indispensable que el vehículo se encuentre efectivamente re-
parado y que se hayan afectado partes estructurales del mismo, si por la naturaleza y
generalidadde losdañosesposibleexplicardichodemérito. [CACC IaCórdoba,2414112,
"Bronstein, Rebeca c. Adimra S.R.L. y otro slordinario - Daños y perj. - Accidentes de
tránsito - Recurso de apelación", LLC, 2012 (agosto), 759; LL, On Line, AR/JUW171391
20121.

c) Excepciones alprincipio generalde la carga


de la prueba del daño

El mismoart. 1744deICCCNestablecequeeldañodebeser acreditado porquien


lo invoca, salvoque la ley lo impute0 presuma, oquesurja notoriode los propios he-
chos.
228 CECILIA CELESTE DANESI

Las presunciones a las que se refiere el artículo son las legales y no las judiciales.
Estas están mencionadas en el inc. 5" del art. 163 del CPCCN, según el cual, las pre-
sunciones no establecidas por ley (lasjudiciales) o las también llamadas reglas de la
experiencia, constituirán prueba cuando se funden en hechos reales y probados y
cuando por su número, precisión, gravedad y concordancia, produjeren convicción
según la naturaleza del juicio, de conformidad con las reglas de la sana crítica.
Lajurisprudencia hasostenidoque la desvalorizaciónvenalde un rodadoquesu-
frió un accidente debe ser probada mediante pericia, pues debeser efectiva y no hi-
potética; ello sin perjuicio que conforme a las reglas de la lógica, experiencia y sen-
tidocomún,el juzgador pueda hacer unavaloracióncon losdatossuministradospor
el actor23.
En cuanto a los hechos notorios, podemos precisar que surgen perse de las cir-
cunstancias probadas en la causa24.Así, se ha resuelto que cuando los dañosson de
gran magnitud o afectan partesvitalesdel vehículo, puede presumirsela desvalori-
zación del rodado, aún ante la falta de inspecciónydictamen por parte del perito25.
Es decir, si se presenta un supuesto en el cual los daños han sido de gran enver-
gadura al punto tal que se produjo una afectación de las partes vitales del vehícu-
lo, y las pruebas producidas en el expediente generan la convicción en el juez de
que el daño por desvalorizaciónefectivamentese produjo, este puede presumirlo
y por ende, estimarlo en los términos del art. 165 del Código nacional de Procedi-
miento.

3 34. Cuantificación
a) Pautas generales para la estimación
del daño

Comovenimos remarcando a lo largo de este capítulo, la pérdida del valor venal


del vehículo es la diferencia de precio que se calcula entre el automóvil siniestrado
con posterioridad a su reparacióny uno de igual marca, modelo y estado de conser-
vación al que tenía aquel antes del evento dañoso; esa diferencia devalor entre an-
tes y después de la reparación debe hacerse adoptando criterios reales, objetivos,
medios y no puramente circunstanciales; partiendo del modelo, estado de conser-

23 Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidad por accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, p. 688. Ensintonía, CNCiv., Sala G, 8/4/94, "Transportes Automotores Riachue1oS.A. c. Pei-
rano, Jorge y otro", JA, 1997-IV, síntesis
24 Galdós, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t. VIII, p. 514.
25 CNCiv., Sala 1,14/5/09, "Fernández Llerena Rodríguez, Martínc. Autopistasdel So1S.A.s/Da-
ños y perjuicios".
ACCIDENTES DE TRANSITO 229

vación y características de la unidad y valores corrientes en plaza de un vehículo si-


milar26.
En resumidascuentas, se trata de comparar el valor del rodado siniestradocon el
de otro que no haya padecido el impacto y tenga igual estado de conservación; y, si
existe diferencia entre ambos valores, hay desvalorización. En primer lugar, el juez
deberá cuantificarla en base al dictamen del peritodebido a que-comoseñalamos
en párrafos anteriores- es quien se encuentra en mejores condiciones para esti-
marla. También, lógicamente, tendrá en cuenta todas Jascircunstancias que surjan
del acervo probatorio recolectado en la causa, que podrán aumentar o disminuir
-a criterio del magistrado- las estimacionesefectuadas por el perito.
Así-por ejemplo- el sentenciante tendrá en cuenta para establecer el quan-
tum indemnizatorio en concepto de desvalorización del rodado por un accidente
de tránsito: la magnitud del choque, las reparacionesa las que fueobjeto el vehícu-
lo (si se hicieron), la afectación de partesvitales y el recambio de piezas2'.
Vale la pena recordar que, si bien el dictamen del perito no esvinculante para el
juez, ello no implica que este pueda apartarse injustificadamente2*; razón por la
cual, cuando el magistrado se separa del informe pericial debe fundar esa actitud
adecuadamente, contrastando dicho informe con los restantes elementos proba-
torios recabados en el proceso que se encuentren provistos a su criterio de mayor
eficacia probatoria o rigor c i e n t i f i ~ o ~ ~ .
En efecto, se ha resuelto que "si bien el dictamen pericial estableció un porcen-
taje de desvalorización del automotor embestido, al informar que se realizó una
buena reparación del bien, no existen motivos de peso para otorgar una indemni-
zación en concepto de pérdida del valor venalM30.
Reiteramos también, como lo hicimos en otros apartados de esta obra que, si
bien es cierto que algún sector de la doctrina considera que cuando el juez concede

26 Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidad por accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, ps. 681 y682.
27 CNCiv., Sala H, 17/7/07, "Galgani, Alejandro Eduardo c. Escobedo, Pablo Damián y otros",
LL, On Line, AR/JUR/4507/2007.
28 CNCiv., SalaJ, 14/9/15, "D.S.C. E.c.R.C.A.yotross/Dañosyperjuicios", expte.n014238/2011;
y "Godoy Muñoz, Pedro c.villegas, Víctor Hugo y otross/Dañosy perjuicios"; ídem, 24/6/10, expte.
no34.099/01, "Ruiz Díaz, Secundino y otro c. Guanco, Víctor Manuel y otros s/Daños y perjuicios",
www.cij.gov.arlsentencias.html.
29 Morello - Sosa - Berizonce, Código ProcesalCivily Comercial, comentado yanotado, p. 455
y sus citas; Falcón, Código ProcesalCivily Comercialde la Nación. Comentado, concordado, anota-
do, 2009, p. 416 y sus citas; Palacio, Derecho procesalcivil, 2005, t. IV, p. 720; todas las obras citadas
en CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. c. A. J. R. yotrosslDañosy perjuicios", www.scw.pjn.gov.ar.
30 CNCiv., Sala H,4/5/07, "DelphiaS.R.L.c.Martínez, PabloE.yotro", LL, On Line,ARIJUR/3032/
2007.
una suma mayora la peticionadavulnera el principio decongruencia, ese rigorismo
formal debe ceder segun las circunstancias económicas que atraviese el país (espe-
cialmente si transcurrieron varios años de proceso) y si se sujetó el reclamo a la fór-
mula "o lo que en más o menos resulte de la prueba a producirse en autos"31.

Jurisprudencia

Pautas para cuantificar el daño


1 Son pautas relevantes para el reconocimiento del rubro por desvalorizaciónvenal y
sucuantificación, la gravedad del impacto, la índole de laspautasafectadas,la antigüe-
dad delvehículoysu estado deconservación, como la calidadyel destinoa quese había
afectado. Por ello, el resarcimientono procede automáticamente sino que requiere la
determinación en concreto de su configuración e importancia, mediante un peritaje
mecánico en el que se practique un examen minucioso del vehículo a fin de desentra-
ñar el carácter y gravitación de los desperfectos, el estado del automotor, antes y des-
pués de la reparación, la idoneidad de losarreglos, la subsistencia de indicios ysu mag-
nitud, a la vez que un estudio comparativo entre el valor originario y el ulterior que re-
fleje la depreciación del rodado. También es necesaria la indagación de los valores or-
dinarios de plaza de un automotor de característicassimilares al siniestrado a través de
prueba informativa a agencias del medio. [CACC 2" Nom. Santiago del Estero, 513115,
"Juárez, EduardoAlberto c. Paz, Ángel Valentín ylu otrosslCobro de pesos por daños y
perjuicios", LLNOA, 201 5 (octubre), 1028; LL, On Line, AWJUW20625/2015].
2 Son circunstancias a ponderar para la fijación de la desvalorización del rodado, su
tamaño, modelo, antigüedad, yquesesigafabricandoo no en el país, amén dequesu
precio real, que varía conforme con la ley de la oferta y la demanda, depende en gran
medida de su estado general de conservacióny del kilometraje recorrido. [CNCiv., Sa-
la J, 512118, "Riccelli, Walter Ramón c. Caro, Carlos Isidro slDaños y perjuicios", Rubin-
zal On Line, RC J 5601181.
3 La indemnización concedida por desvalorización del rodado debe disminuirse, ello
a la luzdel preciode lista delvehículo informado por el actor en la demanda, lasconclu-
siones del perito, quien estimó una desvalorización del 3%, y lo tratado en materia de
intereses. [CNCiv., Sala B, 3016117, "Vázquez Ramírez, Pablo c. Martin, Guillermo
EduardoyotrosslDañosyperjuicios(acc.t r á n lesiones)", LL, On Line,AWJUW42621/
20171.

6) Oportunidad para la cuantificación


Otra cuestión se plantea en torno al momento en que debe efectuarse la cuanti-
ficación, máximeteniendoen cuenta lasgrandesetapasinflacionariasquesuele pa-

31 CNCiv., Sala A, 11/8/15, "E. N. C.A.J.R.yotross/Dañosy perjuicios", www.cij.gov.arlsenten-

cias.html.
ACCIDENTES DE TRANSITO 23 1

decer nuestra economía, los extensos períodos de tiempo que transcurren desde el
siniestro vial hasta que la sentencia se encuentre firme y la exigua tasa de interésfi-
jada por algunos tribunales.
El momento que se tenga en cuenta para cuantificar el daño es de suma impor-
tancia para el cómputode los intereses, por ello, másallá de lasconsideracionesque
realizaremos a continuación, remitimos al lector al 5 54 del Capitulo Xlll para pro-
fundizar este tema.
Pues bien, la lógica nos indica que la c~antificación~se
debe hacer al momento del
hecho dañoso, pero lo cierto es que muchas veces los intereses no logran compen-
sar las consecuenciasde la inflación; circunstancia que afecta de lleno el derecho de
reparación plena de la víctima. Por ello, algunos aseveran que se debe presupues-
tar la suma al tiempo de la sentencia o al momento más próximo posible, evaluan-
do también el que tenga un vehículo de similares característicasy modelo32.
En sentido contrario, se resolvió que el valor que debe tomarse en cuenta de la
cosa, debe ser el que tenía a la fecha más cercana al accidente, pues el daño por de-
preciacióndel rodado se consuma a partir del suceso mismo, de modo que si el plei-
to dura un cierto tiempo, la utilización de un valor comparativo de plaza posterior,
aminoraría indebidamente el resarcimiento, ya que la medida del daño no puede
tener como tope un valor depreciado por el tiempo33.
Sin embargo, puede suceder que se originen en el proceso casos especiales en
torno a la cuantificación, ya sea desde el comienzo o bien, en forma sobreviniente.
Veamos algunos de ellos.

c) Casos especiales
1 - Desvalorización por diferencia en la pintura
Actualmente, desde que se pusieron "de moda" los talleres con cámara de pin-
tura y la selección de las tonalidades originalesse hace por computadora, no es nor-
mal que un trabajo de pintura muestre tonalidades diferentes a la pintura original
del vehículo34.Como es sa bido, los colores son conformados por una máquina que
no tiene margen de error, lo que nos inclina a pensar que si el reclamo se basa solo
en este aspecto, será desestimado.

2 - Vehículos «cero kilómetro))


Se ha decidido que debe hacerse lugar a la indemnización por depreciacióndel
valor de un automóvil cero kilómetro chocado, pues aun cuando un comprador no

32 Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, p. 685.
33 López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsito, 7" ed., 2014, t. II, p. 685.

34 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 7" ed., 2014, t. II, p. 683.


232 CECILIA CELESTE DANESI

alcanzara a advertir lossignos de la colisión que experimentara, razones de buena


fe y lealtad comercial imponen a cualquier vendedor honrado poner en conoci-
mientodel eventual adquirente las bondadesydefectosdel automotor negociado,
de manera que el comprador siempre se anoticiaría de que el vehículo había sufri-
do un accidente, por lo que no podía tener idénticovalor el mismovehículocero km
en estado impecable35.
Másalláde la cuestión propia de losvehículosnuevos,creemosqueel fundamen-
toempleadose podría utilizar para todos loscasosy pareceríaafirmarnosquela pér-
dida del valor venal sería siempre admitida; postura que no compartimos.
El rubro bajo estudio pretende indemnizar la diferencia del valor entre unvehícu-
lo siniestradoy uno de idéntico estado de conservaciónpero ilesoy, si la reparación
es exitosa de modo tal que nose advierten secuelasdel accidente, el reclamo por dis-
minución del valor venal debe ser rechazado.

3 - Vehículo afectado a taxi


Se ha resuelto que, tratándosede un taxímetro, la pretensión de indemnización
por desvalorización debe analizarse con criterio restrictivo, pues se trata de roda-
dos sometidos a riesgos propios de la explotación, motivo por el cual juegan facto-
res particularesque los sustraen de las reglas aplicables a los de más vehículo^^^.
No compartimosesta postura. Si bien losvehículos de alquiler están expuestos a
mayores riesgos, producido el daño, merecen una reparación íntegra al igual que
cualquier otro rodado.

4 - Exigencia de menoscabo en partevital


del vehículo
Un amplio sector jurisprudencial considera que, para que proceda la indemni-
zación por desvalorización venal, es necesario que se encuentre dañada una parte
vital de la estructura del automotor. De manera tal que, no obstante su arreglo, no
se lo pueda restituir a sus condiciones origina le^^^.
En sentido opuesto se ha sostenido que, si bien como principio cuadra el resarci-
miento por desvalorización del vehículo cuando se ha afectado partes vitales de la
unidad, ello no obsta a su admisión cuando, por la naturaleza de los desperfectos,

35 Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidad p o r accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, p. 686.
36 Jurisprudencia cit. por López Mesa, Responsabilidad p o r accidentes de tránsito, 7" ed.,
2014, t. II, p. 686.
37 CNCiv., Sala M, 18111/08, "lbarra, José María c. Chávez, Roberto", LL, On Line, ARIJURI
16303/2008.
ACCIDENTES DE TRANSITO

pueden resultar secuelas de importancia, fácilmente detectables no obstante una


correcta reparación, y que se traducen en una disminuciónde su valor venal3*.
Compartimosesta última postura por cuanto creemos que el magistrado no de-
be atarsea principiosrectoresyaplicarlos a rajatabla, sino quedebe realizar un aná-
lisis exhaustivo de la prueba recabada en el proceso y en base a ella, dictar su sen-
tencia, siempre teniendo en miras el resarcimiento integral del daño injustamente
causado. Así, si no se afectaron partesvitales, pero-por ejemplo-se evidencia un
cambio de tonalidad en la pintura; el rubro resulta admisible.

Jurisprudencia

1. Necesidadde que esté dañada una parte vital


1 No todos los daños generan la pérdida de valor venal, sino que resulta necesario que
haya resultadodañada una partevital delvehículoque no pueda ser integralmentere-
parada o sin dejarvestigios, en tanto que no se debe (la indemnización)cuando el per-
juicio es de menor envergadura y ha sido causado en partes de chapa carrocería porque
en ocasiones los arreglos más que perjudicarlo lo benefician. [CNCiv., Sala B, 16/7/75,
JA, 1976-1-87; ídem, Sala A, 10/3/77, JA, 1978-111-152; ídem, 12/6/78, JA, 1979-11, síntesis].

2 El actor no logra conmover, a través de sus agravios, los fundamentos de la sentencia


en crisis que rechaza el rubro en base a lo informado por el perito ingeniero mecánico
respecto a que los dañossufridos por la moto no implican una pérdida desuvalor resi-
dual, a loque, agrego por mi parte, máxime si las partes dañadas noson estructurales y
pueden ser cambiadas por otras originales. En razón de lo expresado, entiendo que el
agravio no tiene andamiento y debe ser rechazado. [CACCMPT4" Mendoza, 13/9/17,
"Olivera, Leonardo Ivánc. Carvacho, Nelson MartínsID.y p. (accidentedetránsito)", LL,
On Line, AWJ UW65894/2017].

3 Corresponde rechazar el rubro reclamado por desvalorización del rodado toda vez
que, el actor no logródemostrar la afectaciónde partesestructuralesdelmismo en tan-
to, para que proceda el mencionado concepto tiene que haber resultado dañada un
parte vital de la estructura del automotor que, no obstante su arreglo, no se lo pueda
restituir a sus condiciones originales. [CNCiv., Sala M, 18111/08, "lbarra, José María c.
Chávez, Roberto", LL, On Line, AWJUW16303/2008].

2. No es relevante quese haya dañado una partevital


4 La depreciación del vehículo configura una pérdida reparable, a tenor de lo que en
el mercado automotor se establezca comparando por ejemplo un mismo modelo, in-
cólume respecto de otro que hubiera intervenido en un accidente de tránsito, sin que

38 CNCiv., Sala E, 6/5/09, "Munnini, Matías E. c. Segovia, Julián 0. s/Daños y perjuicios", GP,
www.scw.pjn.gov.ar.
CECILIA CELESTE DANESI

tenga completatrascendencia la afectaciónde partesestructurales, yquesolamenteen


estos casosse aprecie demérito al tiempode intentar la venta. [CNCiv., Sala H, 27/9/12,
"Cristofano, FernandoMartínc.Yapura, Leandro DanielslDañosyPerjuicios", LL, On Li-
ne, AR/JUW52808/2012;y CNCiv., Sala E, 15/7/10, "Rabelino, Delia Nélida y otro c. Com-
pañía General de Seguros Liderar S.A.", LL, On Line, AR/JUR/49501/2010].

5 - Imposibilidadde reparación
Puede suceder que el siniestro haya sido de tal magnitud que devenga antieco-
nómico o imposible su reparación. En esos casos, lo que se indemniza es el valor in-
tegral por tratarse de una destrucción total, pero con deducción de lo que puede
obtenerse como chatarra39.ESdecir, la partida indemnizatoria por desvalorización
venal -propiamente dicha-será desestimada.

6 - Venta del rodado


El detrimento por desvalorización del rodado no se produce cuando se decide
vender el vehículo, sino en el momento mismo en que ocurre el siniestro, no siendo
suficiente la reparación del vehículo. Por lo tanto, el daño se patentiza al conside-
rar el menor valor del mismo luego del accidente, aun cuando no se haya vendido.
En otras palabras, no es necesario vender el vehículo yobtener un menor precio pa-
ra que se constate realmente este perjuicio. Además, recordemos que el daño re-
sarcible queda configurado aunque el rodado no haya sido reparado40.
Con relación a la prueba en los casos deventa del vehículo, se ha resuelto que pa-
ra que proceda la indemnización por desvalorización del rodado como consecuen-
cia de un accidente de tránsito deben aportarse elementos de convicción que sean
demostrativosde la pérdida del valor venal del mismo; el boleto de compraventay
la declaración de quienes dicen haber celebrado la operación por el precio que in-
dican es inoponible a un tercero y no constituyen prueba suficiente para tener por
probado el daño4'.
Asimismo, se precisó que para determinar el rubro indemnizatorio por pérdida
del valor venal de un rodado que fue vendido sin haberse reparado los daños deri-
vadosdel accidentedetránsito, debe acreditarse la diferencia entreelvalordemer-

39 CNCiv., Sala A, 512176, cit. por Areán, Juicioporaccidentesdetránsito, 2012, t. 4A, p. 115.
40 Doctrina y jurisprudencia cit. por Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 4A, ps.
115y116.
41 CNCiv., Sala F, 22/3/07, "Passarelli, Jorge Luis c. García Iglesias, Leonardo Damián y otros",

LL, On Line, AWJUWl2469/2007y1 en igual sentido, Leguisamón,i Cómose indemnizaeldaño a un


automotorchocado?,en "Revistade Derechode Daños", no2013-3, "Cuantificación del daño en la
jurisprudencia", p. 54.
ACCIDENTES DE TRANSITO 235

cado de un vehículodesimilar calidadyel precioobtenido consu venta, puesello es


lo que constituye el desmedro patrimonial sufrido42.

Jurisprudencia

1. Procedeaun cuando el propietario


no pretenda vender el bien
1 La desvalorizaciónvenalde un vehículo que fue embestido en un accidente de trán-
sito existe, ysu reclamo es procedente, aunque el propie'tario nunca llegue a vender el
bien. [CACCMPT4" Mendoza, 16/10/15, "Perea, Mirtha Norma c. Laudadio, Facundo
Javier slDañosy perjuicios(accidente de tránsito)", LLGran Cuyo, 2016 (febrero), 93; LL,
On Line, ARlJ UN44366120151.

2 El ideal para llegar a una indemnizaciónjusta, sería conocer exactamente el precio


obtenido, no por ellodebe desecharse la opinión del experto, valorandosobretodoque
sería muy difícil que el propietario del automóvil dañado, consiga enajenarlo por un
preciosuperior al cotizado por el perito. En el mercadoautomotorysobretodoel de los
usados, tanto las firmas que se dedican al ramo, las concesionariasde marca y los parti-
culares, poseen información yconocimientos tales como para presumir que adquirirán
un vehículo según marca, modelo y condiciones de mantenimiento que son percepti-
bles para ojos entrenados y para el común, al precio menor que puedan pagar. Nada de
esto consta en autos como para proveer una indemnización,aparte de que en el escrito
de inicio no hay precisión alguna que sugiera al menos el precio posible de un vehículo
similar, tampoco el experto proporcionósiquiera algún dato relativo a la supuesta des-
valorización. [CNCiv., Sala H, 27/9/12, "Cristofano, FernandoMartín c.Yapura, Leandro
Daniel s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARlJURl52808/2012; y CNCiv., Sala B, 15/7/10,
"Rabelino, Delia Nélida y otroc. Compañía General deseguros Liderar S.A.", LL, On Li-
ne, ARlJUR/49501/2010].

2. Deber de acreditar el valor deventa


3 Tratándose de determinar el rubro indemnizatorio por pérdida del valor venal de un
rodado que fue vendido sin haberse reparado los daños derivados del accidente de
tránsito, debe acreditarse la diferencia entre el valor de mercado de un vehículo de si-
milar calidad y el precio obtenido con su venta, pues ello es lo que constituyeel desme-
dro patrimonial sufrido. [CNCiv., Sala 1,6/2/07, "Aragarte de Dupen, Inés Isabel c. Ore-
llana, Enriqueyotros", LL, On Line, AR/JUR/311/2007].

42 CNCiv., Sala 1,6/2107, "Aragarte de Dupen, Inés Isabelc. Orellana, Enrique y otros", LL, On
Line, AWJUR/311/2007.
U vi i i
C A P ~ T LO
LUCRO CESANTE

5 35. Definición y régimen legal


a) Concepto

Se puededefinir al lucrocesantecomoaquellaventaja económicaque la víctima


tenía concretas posibilidadesde obtener y que pierde a raíz del evento dañoso. Es
decir, el damnificado tenía fundadas expectativasen recibir un beneficio, pero este
se frustra -parcial o totalmente- por el siniestro.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostenía, previo a la entrada en vigen-
cia del Código reformado pero en absoluta concordancia con este, que el "lucro ce-
sante está configurado por las ventajas económicas esperadas de acuerdo a proba-
bilidades objetivas debida y estrictamente comprobadas, cuya admisión requiere
una acreditación suficiente del beneficio económico" l .
El texto unificado, a diferencia del Código Civil de Vélez Sarsfield, contiene una
definición de esta faceta del daño. Así, dispone que la indemnización comprende
". .. el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabili-
dadobjetiva desu obtención ..."(art. 1738). Rige aquíel parámetro de la razonabi-
lidad, conformeel curso natural yordinariode lascosas(art. 1727) en orden a la pre-
visibilidad de las consecuencias (arts. 1725y 1726)2.
La norma utiliza para definir el rubroel término"probabilidadobjetivadesuob-
tención", lo que permite acercarse al grado de certeza que se exige para su com-
probación. Así, conforme el Diccionario de la Real Academia Española, algo proba-
ble es: " 7. adj. verosímil, o que se funda en razón prudente. 2. adj. Que se puede
probar. 3. adj. Dicho de una cosa: Que hay buenas razones para creer quese verifi-
cará o ~ucedera"~. Asimismo, una de las acepciones que provee de la palabra "ob-

CSJN, 2911 1/05,LL, On Line, AR/JUR/5868/2005.


Galdós, en Código Civily Comercialde la Ración comentado, 2014, t.VIII, p. 484.
Disponible al 21/8/16en dle.rae.es/?id=UDy6509.
238 CECILIA CELESTE DANESI

jetiva" es "3. adj. Fil. Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoceu4.De
ello se puede deducir que la norma exige, para la procedencia de la indemnización,
que la ganancia muy seguramente se hubiese obtenido de no haberse producido
el accidente.
Una de las mayores dificultades que presenta este aspecto del daño resarciblees
su acreditación, pues es un daño que de modo alguno se presupone, ni su existen-
cia ni su extensióny, por tanto, debe ser debidamente demostrado. Es decir, el lucro
cesante no comprende los supuestos de daños in re ipsa, en los cuales, la existencia
del menoscabo se deduce necesaria y fatalmente del ilícito o del incumplimiento, o
son consecuencia forzosa, natural e inevitable, o bien daños incontrovertibles, evi-
dentes o patentes5; categoría que se encuentra comprendida en la excepción que
contiene el art. 1744.
Sin embargo, no se puede desconocer que son siempre ganancias supuestas o
imaginadas; y para su determinación es necesario su análisis conforme a un criterio
de previsibilidad ordinario ya las probabilidades que brindan losantecedentesdel
caso concreto. Para su procedencia debe si o si mantenerse el requisito de la certi-
dumbre6, y de ahí la importancia de su debida comprobación; lo que no es tarea
sencilla.
Finalmente, cabe destacar que la actividad cuyo lucro cesante se reclama debe
ser lícita y encontrarse habilitada y bajo la normativa vigente. De lo contrario, no
podría concederse indemnización alguna ya que se estaría aceptando el pago de
unassumasdedineroque estaban al margen de la ley. En estossupuestosse pueden
incluir todas las actividades comerciales que carecen de habilitación o bien, tenién-
dola, reclaman montos por los que no abonan los tributos correspondientes.

Jurisprudencia

1. Alcance y marco jurídico


1 El lucrocesante constituye la ganancia o utilidad de la quesevio privado el acreedor
a raíz del acto ilícito, lo cual implica una falta de acrecentamientopatrimonial que ra-
zonablemente hubiera podido obtener de no haberse producido el hecho, de modo
que el reclamo debe hacersesobre una base real y cierta y no sobre una pérdida proba-
ble o hipotética (arts. 519 y 1069, CC y 1738, CCCN). En general, debe tenerse presente
que en materia de lucro cesante no impera una certeza absoluta, sino relativa. Ahora
bien, aunque la certeza del lucro cesantesea relativa, impone, sinembargo,suministrar
elementos de juicio que la avalen, al efecto de descartar un daño solo conjetural o hi-
potético. [CNCiv., Sala L, 8/10/15, "Ramundo, Ida c. Cons. de Prop. Coronel Ramón Fal-

Disponibleal 21/8/16 en dle.rae.es/?id=QmvS5XH.


Llamas Pombo, Problemasactualesde la responsabilidadcivil, 2011.
Alferillo, en Código CivilyComercialcomentado. Tratadoexegético,2"ed., 2015, t.VII, p. 192.
ACCIDENTES DE TRANSITO 239

cón 3056 y otro slDaños y perjuicios", RCyS, 2016-IV-112; LL, On Line, ARlJUW480861
20151.

2. Licitud de la actividad
2 El daño tiene que afectar un interés legítimo y, en el caso de un taxista o remisero,
sin autorización, se trata de una pretensión que contraría la ley vigente, puesto que la
actividad quese le impidiera al actor era una actividad irregular, que tenía vedada, lo
que implicaría -de concedérsele resarcimiento-el contrasentido de que estaría en
mejor situación con el vehículo destrozado que entero, por cuanto podría exigir como
resarcimiento lo que no podría exigir como desarrollo de la actividad, ya que no esta-
ría el actor en condiciones de exigirle al Municipio que le permita ejercer la actividad y
sí de reclamarle resarcimiento por el lapso perdido. Sería un completo contrasentido
que no cabe convalidar. [CACC Trelew, Sala A, 7/4/09, "Por ello c. Municipalidad de
Rawson", sist. Eureka, voto del doctor López Mesa].

3. Lucro cesante: resarcimientode una probabilidad


3 El lucrocesantecomprendela situaciónen queseencuentra una persona deobtener
una ganancia probable o de evitar un perjuicio conjeturable. Implica "siempre la exis-
tencia de un álea", ya que nada indica quede no haber ocurrido el hecho dañoso se hu-
biera logrado el beneficio que se pretende. No se resarce el beneficio en sí mismo, sino
la probabilidad "fundada, seria, real, no desdeñable" de lograrlo, sin que sea factible
establecer si esta se hubiera concretado. [CACC la Córdoba, 2916116, "Aguirre, Lorena
c. Morandi, Andrea NoemísIOrdinario", RubinzalOn Line, RC J 54401161.

4. Relacióndecausalidadentre la inactividady los beneficiosperdidos


4 En verdad, el lucro cesante se establece casi siempre a partir de un razonamiento in-
ferencial: sobre la base de la prueba de la actividad productiva que se desarrollaba, de
lasgananciasqueasíse lograbanydel impedimentotemporal para continuarla, se con-
cluye en que los beneficios habrían subsistido durante ese período de no haber sucedi-
do el hecho. Elloesasí, porque notodo impedimento para trabajar o hacer algo ocasio-
na la pérdida de beneficios económicos o materiales. El lucro cesante no reside en la
inactividad productiva sino en las ganancias frustradas con motivo de ello. En conse-
cuencia, debe existir suficiente relación causal entre dicha inactividad y los beneficios
que se dicen malogrados. [CNCiv., Sala L, 8110115, "Ramundo, Ida c. Cons. de Prop. Co-
ronel Ramón Falcón 3056 y otro s1Daños y perjuicios", RCyS, 2016-IV-112; LL, On Line,
AWJ URl48086120151.

5. Lucro cesante del titular de una explotación


5 Es procedenteel lucro cesante reclamado por el titular de la explotación que utiliza-
ba, para la prestación desusservicios, el camión que protagonizó un accidentede trán-
sito, en tanto se ha acreditado la actividad económica de la damnificada -en el caso,
transporte de mercaderías- y el carácter instrumental que para su desenvolvimiento
cumplía el vehículo. [CNCiv., Sala DI 2019107, "Palma, Francisco y otros c. Fonseca, Mi-
guel Ángel y otros", LL, On Line, AWJURl8083/2007].
CECILIA CELESTE DANESI

b) Diferencias del lucro cesante con el daño emergente


y la pérdida de ccchance))

El daño patrimonial está compuesto por dosaspectos: el daño emergente yel lu-
cro cesante. El primero consiste en la disminución o empobrecimiento económico
del patrimonio de la víctima, directamente en sus bienes, por su destrucción, dete-
rioro o menoscabo, o en los sufridos por la persona que la obligaron a realizar ero-
gaciones o gastos para su curación7.Mientras que, el lucro cesante, se traduce en la
frustración o pérdida de ganancias que la víctima haya dejado de percibir por el he-
cho dañoso8.
Por su parte, la pérdida de chance, que será desarrollada en profundidad en el
capítulo siguiente, consiste en una oportunidad, con visos de razonabilidad o fun-
dabilidad, de lograr una ventaja o evitar una pérdida. La frustración de esa posibi-
lidad, imputable a otro, engendra un perjuicio resarcibleg.Es decir, en el lucro ce-
sante la merma es cierta y en la pérdida de chancees posible.
Como puede advertirse la diferencia entre los distintos rubros indemnizatorios
está dada por el grado de evidencia que se presenta en cada caso. Así, si se realiza
una escala de mayor a menor según el grado de certeza, el primer puesto lo ocupa-
ría el daño emergente (este es el más certero), luego el lucro cesante y, finalmente,
la pérdida de chance (el más incierto).
Tal comosostiene López Mesa, el lucro cesantees un rubro intermedio entream-
bos, por loquesu procedencia requiere una alta probabilidad, adiferenciadela pér-
dida dechanceque requiere de una probabilidad comprobable y el daño emergen-
te que requiere lisa y llanamente de certeza de su existencia y cuantía lo.
Esta diferenciación no posee un mero propósito teórico, sino que encarna una
aplicación práctica directa. Ello, por cuanto, la actividad probatoria quedeba desa-
rrollar la víctima, asícomo la convicción que se deba generar en el magistrado, cam-
bia radicalmente en uno y otro caso. Por ejemplo, si en un juicio de daños y perjui-
ciossetiene por probado que el vehículo del demandado embistió al actor en la par-
te trasera, resulta obvio que, y sin perjuicio de su cuantificación, se produjeron da-
ños en ese sector del automóvil (daño emergente), pero no así con el lucro cesante
reclamado y, menos aún con la pérdida de chance.

Orgaz, cit. por Areán, Juicioporaccidentesde tránsito, 201 2, t.4A, p. 158.


Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 201 2, t.4At p. 158.
Zavala de González, Resarcimiento de daños, 1997,t. 2a, p. 373; Bustamante Alsina, La in-
demnización por pérdida de "chanceUy el resarcimiento del daño moral por incumplimiento con-
tractual, LL, 1989-D-291.
'O López Mesa, Responsabilidadporaccidentesdetránsito, 2014, t . 1, p. 621.
Jurisprudencia

1. Diferencia entre la pérdida de ((chancex


y el lucro cesante

1 De la lectura de los arts. 1738,1739 y 1745 del CCCN, se deduce que la diferencia en-
tre lucro cesante y chance se encuentra en el grado de probabilidad del daño, pues en
el art. 1739 del CCCN, al fijar las condiciones de procedencia de la indemnizaciónapli-
cable a la generalidad de las categorías, consigna entre ellas la certeza. Si bien el lucro
cesante y la pérdida de chance constituyen rubros indemn!zatorios quese emplazan en
el anaquel del daño patrimonial, tratándosedel lucrocesante,el juiciode probabilidad
debe realizarse respecto de las ventajas expectables, mientras que en la pérdida de
chancese realiza a propósito de la oportunidad de alcanzar dichos beneficios. Cuando
las expectativasde beneficiossonrelativamente ciertas nos hallamos ante un supuesto
de lucro cesante; mientras que cuando solo existe una probabilidad de obtener aque-
llos, el daño consiste en pérdida de chance. Asimismo, cuando existe un alto grado de
probabilidad, entonces la indemnizaciónseconcedeatítulo de lucro cesante cierto y la
indemnizaciónse fija en la totalidad de lo quese hubiera ganadosi no ocurría el hecho
dañoso. Si no existe tal grado de probabilidad, pero hay una presunción grave de que
el damnificado se encontraba en una situación favorable para obtenerla, entonces se
concede la indemnización a título de chance, mediante una suma disminuida. [CACC
la Córdoba, 2916116, "Aguirre, Lorena c. Morandi, Andrea NoemíslOrdinario", Rubin-
zal On Line, RC J 54401161.

2. Diferencia entre el lucro cesante


y la privaciónde uso

2 El actor no reclamó una indemnización por privación de uso, sino específicamente


por lucro cesante relacionando su quantum a un cálculo de ganancias perdidas por la
falta de explotación del automotor asegurado destinado a servicio de taxi. Sin embar-
go, el accionante no prueba concretamenteeste rubro, ya quesi siquiera ha acreditado
que el vehículo estuviera efectivamente habilitado como taxi. Es por ello que el a quo
no debió, en sustitución de lo reclamadoy no probado por el actor, indemnizar exoffi-
cio una privación de uso no reclamada en la demanda. Ello así, dado que, no obstante
su estrecha relación, lucro cesante y privación de uso del vehículo constituyen concep-
tos independientesy diferenciadosen lo que respectaa la admisión de los mismosfren-
te a reclamos efectuados. La privación de uso de un rodado representa, en efecto, un
daño emergente, distinto del lucro cesante que, es la ganancia dejada de percibir a ra-
íz de un accidente. Así pues, la sola privación del automotor afectado a un uso particu-
lar produce por sí misma una pérdida susceptible de apreciación pecuniaria, que debe
ser resarcida como tal sin necesidad de prueba específica; pero en los casos en que se lo
destine a un uso comercial, como lo manifestado por el actor, a aquel daño se agrega el
lucro cesante que, en cambio, sí debe ser probado. [CNCom., Sala D, 2512116, "Menut-
ti, Alberto Felipe c. La Nueva Cooperativa de Seguros Limitada sIOrdinario", Rubinzal
On Line, RC J 15481161.
CECILIA CELESTE DANESI

5 36. Legitimación activa


a) Introducción.Remisión

Afin de no reiterar, remitimos a las consideracionesefectuadasen el Capítulo VI


cj 23 "Legitimación activa", pto. a) "Introducción", en lo relativo al concepto de le-
gitimación, sus tipos y aplicación al reclamo por daños y perjuicios.

b) Titular de un derecho realsobre la cosa,


tenedoryposeedor de buena fe

El texto legal reformado contiene una norma específica que describe lossujetos
que están legitimados para reclamar la indemnización por daños causados a las co-
sas. Así, el art. 1772 del CCCNestablece, en su inc. a), al titular de un derecho real so-
bre la cosa o bien, es decir, a los titulares de los siguientes derechos: a) el dominio;
b) el condominio; c) la propiedad horizontal; d ) los conjuntos inmobiliarios; e) el
tiempo compartido; f ) el cementerio privado; g) la superficie; h) el usufructo; i )
el uso; j ) la habitación; k) la servidumbre; 1) la hipoteca; m) la anticresisy; n) la
prenda.
Recordemos que, en el caso de los auto moto re^^^, la inscripción registra1es de
carácter constitutiva (art. lo, decr.-ley 6582/58), con lo cual, se presume que quien
surja como titular en el registro pertinente, será el sujeto que haya padecido la pér-
dida de la ganancia.
Por su parte, el inc. b) del art. 1772 del CCCN, prevé que el tenedor y el poseedor
de buena fe de la cosa o bien están legitimados parar demandar los daños quesufra
la cosa. Por ello, también podrán reclamar el lucro cesante el locatario (art. 1187,
CCCN), el tomador en el contrato de leasing (arts. 1227 y 1238, CCCN), el condómi-
no (art. 1986, CCCN, salvo que haya un convenioen los términosdel art. 1987, en cu-
yo caso solo podrá reclamar el beneficiario), el usufructuario (art. 2129, CCCN), en-
tre otros, ya que todos estos sujetos tienen la facultad de uso y goce de la cosa.

Jurisprudencia

- Legitimacióndel dueño de la cosa


Adiferencia de otros legitimados, a propósitode los cualesse discute el alcance legíti-
mo de su pretensión, no hay debate sobre que el derecho de dueño se propaga a cual-
quier proyección del perjuicio inferidoa la cosa. [CACCMPT4aMendoza, 511211 1, "Ni-

l 1 Entre ellos incluimos:automóviles, camiones, inclusivelos llamadostractoresparasemirre-


molque, camionetas, rurales,jeeps, furgones de reparto, ómnibus, microómnibus y colectivos, sus
respectivosremolquesy acoplados, todos ellos aun cuando no estuvieran carrozados, las maquina-
riasagrícolasincluidastractores, cosechadoras, grúas, maquinariasvialesytodasaquellasqueseau-
topropulsen (conf. art. 5O, decr.-ley6582158).
ACCIDENTES DE TRANSITO 243

cotra, Victor Antonio y otros c. Díaz, Ana María p/D. y p. (accidente de tránsito)", LL,
On Line, AWJUW83964/2011].

5 37. Prueba y cuantificación del daño


Existeconsenso doctrinario yjurisprudencial en cuanto a la necesidad de acredi-
tar en debida forma el lucro cesante. Así, se sostiene que este no puede presumirse,
pues no se apoya en una simple posibilidad de ganancia, ni constituye un enrique-
cimiento sin causa para el acreedor, o una pena para'quien debe abonarlo. Por el
contrario, debe limitárselo a las ventajas económicas objetivas, debida y estricta-
mente comprobadasI2.
Quien pretenda su indemnización, debe aportar elementosde prueba que acre-
diten su extensión o, al menos, generen en el sentenciante la convicciónde que una
determinada ventaja nose produjo como consecuencia de la acción del responsable
del hecho dañoso13.Es carga del pretensor damnificado aportar la prueba clara e
inequívoca de su existencia 14.
Concretamente, quien reclama resarcimientopor lucro cesante debe probar dos
extremos básicos, concurriendo a la causación del daño: la existencia de ganancias
previasalaccidente o evento dañoso, las que deben ser regulares, comprobadas, ve-
rosímiles y no antijurídicas; y la antijuridicidad del hecho que cercenara su percep-
ción por parte del damnificado. Las ganancias por las que se reclama no pueden ser
esporádicas ni, menos, episódicasoirrepetiblesya que, en tal situación, no existecer-
teza de que el perjudicado podría volver a generarlas.Tampoco pueden ser ganan-
cias ilícitas o inmorales, ya que el derecho no resarce la frustración de este tipo de
acrecencias15.
En suma, lo que deberá acreditarse serán las utilidades dejadas de percibir sobre
una base real y cierta y no sobre una base hipotética, como simple posibilidad ge-
neral y vaga; tal como lo define el Código Civil y Comercial de la Nación en su art.
1738. Indemniza, no la pérdida de una mera expectativa o probabilidad de benefi-
cios económicosfuturos,sino el daño que supone privar al patrimonio afectando la
obtención de lucros a los cuales su titular tenía derecho al tiempo en que acaece el
eventus damnil 6.

l2 CNCom., Sala B, 24/9/93, "Espinosa, AnaC.c.Olabiaga, Enriqueyotro", www.scw.pjn.gov.ar;


ídem, 9/5/05, "Capella, Jorge Luis c. InstitutoSacre CoeurS.A.", www.scw.pjn.gov.ar.
l3 Areán, Juicioporaccidentesde tránsito, 2012, t.4A, p. 164.
l4 Mayo, en Código Civilcomentado, anotadoyconcordado, t. II, p. 720.
15 López Mesa, Responsabilidadpor accidentesde tránsito, 2014, t. 1, p. 623.
l6 CNCom., Sala B, 31/8/15, "Rizzelli, Rubén Omar c. Liderar Compañía de Seguros S.A.s/Ordi-
nario", LL, On Line, AR/JUR/30093/2015.
244 CECILIA CELESTE DANESI

Pues bien, los medios de prueba que deban producirsepara acreditar el lucro ce-
sante dependerán del tipo de actividad que desarrollaba el vehículo siniestrado o
bien, de las que realizaba la víctima. En líneas generales, se deben comprobar tres
requisitosesenciales para la procedencia de la indemnización.
En primer lugar, se debe demostrar el tipo de explotación a la que era sometido
el rodado dañado o la actividad que desarrollaba el damnificado y, según esta, se-
rán los distintos medios probatorios que se produzcan. Por ejemplo, si era un auto-
móvil afectado a una licencia de taxi en la Ciudad de Buenos Aires, se librará un ofi-
cio a SACTA S.A.
En segundo lugar, es necesario acreditar la cuantía de la ganancia que se obte-
nía con esa actividad. Así, en el caso de una empresa de colectivos, un perito conta-
dor podrá hacer un cálculo estimativo de las utilidades que generaba por día la uni-
dad siniestrada.
Finalmente, es de suma importancia justificar la cantidad de días que el sujeto o
el rodado estuvieron inmovilizados. Generalmente, es el perito ingeniero mecáni-
co quien, efectuando un pormenorizado detalle de los trabajos de reposición y re-
paración, las tareas de mecánica, chapa y pintura, plazo para la obtención del pre-
supuesto y la demora para la asignación de un turno, estimará el lapso de indispo-
nibilidad.
Asimismo, enalgunoscasos, deberán deducirse losgastosdemantenimientodel
rodado, como, por ejemplo, nafta, mecánico, seguro, patentes, etcétera, los que se
calcularán en forma estimativa.
Los tres requisitosenumerados precedentementeson los que se deben compro-
bar en la mayoría de los casos. Pero existen supuestos especiales que, por las parti-
cularidades que presenta la actividad, por su regulación legal y10 por sus organis-
mos de control y habilitación, se deben producir medios de prueba especiales. Al-
gunos de ellos serán analizados en los apartados siguientes.
Generalmente, los medios de prueba más comunes son las facturas y10 recibos
que demuestren la prestaciónde los serviciosy, los pedidos de informe a las entida-
desa las cualesse los hubiese prestado, la prueba pericia1contable, la de testigos17,
etcétera.

Jurisprudencia

1. Lucro cesante no presumible.


Necesidad de comprobación objetiva
1 El lucro cesante no puede presumirse, pues noseapoya en una simple posibilidad de
ganancia, ni constituye un enriquecimiento sin causa para el acreedor, o una pena pa-

j7
Leguisamón, 2 Cómo se indemniza eldaño a un automotor chocado?, en "Revista de Dere-
chode Daños", no2013-3, "Cuantificación del daño en la jurisprudencia", p. 62.
ra quien debeabonarlo. Por el contrario, debe limitárseloa lasventajaseconómicasob-
jetivas, debida y estrictamentecomprobadas. [CNCom., Sala B, 24/9/93, "Espinosa, Ana
C. c. Olabiaga, Enriqueyotro"; y, en igual sentido, 9/5/05, "Capella, Jorge Luisc. Institu-
to Sacre Coeur S.A.", www.scw.pjn.gov.ar].

2 El motocilista embestido no debe ser indemnizado por el lucro cesante, dado que no
probó que esa específica incapacidad que padece le haya cerrado las puertas a desem-
peños productivoscon posterioridad o que coarte la realización de actividades que de
manera indirecta puedan ser generadoras de beneficio?materiales. [CACC la Nom.
Córdoba, 19112117, "Luque, SergioRafaelc. Rentz, NorbertoHermins/Ordinario-Daños
yperj. -Accidentesdetránsito- Recursodeapelación, LL, On Line, ARIJURI89754/2017].

2. Prueba de una base real y cierta


para el cómputo
3 Consiste en utilidades dejadas de percibir sobre una base real y cierta y no sobre una
base hipotética, comosimple posibilidad general yvaga. Asítambién lo ha establecido
el nuevo Código unificado, que en su art. 1738dispone que la indemnizacióna ser otor-
gada por el magistrado interviniente debe comprender: "... el lucro cesante en el be-
neficioeconómicoesperadode acuerdo a la probabilidad objetiva desu obtención ..."
es decir que el rubro en cuestión indemniza, no la pérdida de una mera expectativa o
probabilidad de beneficios económicos futuros, sino el daño que supone privar al pa-
trimonio afectando la obtención de lucros a los cuales su titular tenía derecho al tiem-
po en que acaece el eventus damni. [CNCom., Sala B, 31/8/15, "Rizzelli, Rubén Omar c.
Liderar Compañía de Seguros S.A. s/0rdinarioU,LL, On Line, ARIJURl30093/2015].

3. Deber de acreditar que desarrollaba una actividad laboral


y la pérdida de las ganancias
4 La sola demostración de la actividad laboral que la damnificada desempeñaba an-
tesdesufrir el accidente no torna procedente este rubro, pues loque ha de demostrar-
se es la pérdida de ganancias que el hecho provocó durante el lapso de recuperación.
No desconozco que la señora Ramundotrabajaba como costurera y aun cuando pue-
da presumirsequedurante un periodo no pudocontinuartrabajandodebidoa la frac-
tura del hombro que padeció, no existen pruebas demostrativas del desmedro econó-
mico que invocó. De todos modos, lo trascendente en el caso es que si la actora no pu-
do continuar laborando como lo hacía antes del siniestro, dicha invalidez permanen-
te se encuentra adecuadamente resarcida en el rubro incapacidad sobreviniente y no
corresponde por ende otorgar una doble indemnización con el consiguienteenrique-
cimiento sin causa de su destinatario. [CNCiv., Sala L, 8110115, "Ramundo, Ida c. Cons,
de Prop. Coronel Ramón Falcón 3056 y otro s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-IV-112;
LL, On Line, ARIJUW48086/2015].

4. Se concede aun cuando había déficit probatorio


5 El lucro cesante solicitado por el conductor del vehículo involucrado en un acciden-
te, porcada día que se indicó como necesario para su reparación debe ser otorgado, pe-
246 CECILIA CELESTE DANESI

sea la existenciade un déficit probatorioqueacreditecontotal certeza el montodel ru-


bro reclamado, pues ello no resulta óbice para que los jueces puedanaplicar un criterio
intermedio de probabilidad objetiva de acuerdo con las circunstancias del caso, entre
la mera posibilidad de esas ganancias, y la seguridad de que ellas se habrían obtenido,
pudiendo inferir y cuantificar prudencialmente los emolumentos que se habrían pro-
ducido previsiblementede no ocurrir el hecho perjudicial. [STSantiago del Estero, Sa-
la Civ. y Com., 30/6/14, "Sgoifo, José Eduardo c. Sequeira, José Luis y otro s/Daños y per-
juicios - Casación civil", LLNOA, 201 5 (marzo), 204; LL, On Line, AWJURí41398/2014].

6 Aun cuandoel actor no haya acreditadode manera precisa el quantumdel lucroper-


dido como consecuencia del hecho ilícito -en el caso, accidente de tránsito-, es da-
ble concluirsetrata de un daño cierto y concreto, por lo cual supera la mera probabili-
dad requerida para queseconfigure una chanceyalcanza la plataforma requerida pa-
ra ser indemnizado a título de lucro cesante. [CACC 6" Córdoba, 16/8/12, "Baigorria,
Ariel Walter c. Acosta, Darío y otro s/Ordinario- Daños y perj. -Accidentesde tránsito -
Recurso de apelación", LL, On Line, AWJUR/51926/2012].

5 38. Algunos supuestos relevantes


a) Vehículoafectado a taxi o remise

El caso más frecuente es el del rodado afectado a taxi o remis. En este caso, se de-
ben comprobar distintos extremos. En primer lugar, que el automóvil estaba afec-
tado a una licencia de taxi a la fecha del hecho y que estaba expedida a nombre del
accionante, de lo contrario, carece de legitimación para peticionar en concepto de
lucro cesante. Generalmente, los oficios son librados a ITEVECO S.A. en Córdoba e
1TEVEBAS.A.para la zona de Avellaneda, Lanúsy LomasdeZamora,quienes poseen
la concesión de la prestacióndel servicio de inspeccióntécnica de vehículos aplica-
dos al desarrollo de actividades comerciales. En el caso de Capital Federal, el muni-
cipio delegó en SACTAS.A. las potestades de control y modificación del registro de
licenciasde automóviles dealquiler con taxímetro. Mediante el decr. 4921190, lead-
judicó la licitación para la concesión del servicio de habilitación y control técnico de
vehículos taxímetros y, por decr. 3812191, amplió el objeto de la contratación a la
emisión y renovación de licenciasy habilitaciones de ese tipo de vehículos.
En segundo lugar, es necesario demostrar, aunque sea en forma estimativa, la
facturación diaria de ese rodado. Frecuentemente, para acreditar este aspecto, se
libra un oficio al Sindicato de Conductores de Taxi que informa dos cuestiones im-
portantes: la recaudación aproximada de un automóvil-taxímetro a la fecha del ac-
cidente y la cantidad de horas que posee una jornada laboral por turno.
Párrafoaparte merece la cuestión relativaa los turnosque es explotado el taxíme-
tro. Generalmente, en el reclamo se manifiestaque realiza dos o tres turnos por día;
lo que duplicaría o triplicaría la partida indemnizatoria. Los magistradossuelen exi-
gir prueba directa que demuestre la cantidad de turnos que es explotado, si nada se
ACCIDENTES DE TRANSITO 247

acredita, se entiende que solo lo hace en uno. Es que si bien el lucro cesante derivado
de la indisponibilidad del taxímetro es presumible en función de su afectación o des-
tino, no cabe extender dicha inferenciaa una explotaciónespecialmente intensa, sal-
vo prueba que al respecto pueda rendir la victimaI8. La prueba quese suele producir
paracomprobarlacantidaddeturnosquees utilizadoelvehículo, es la testimonial del
chofer -o los choferes- que lo conducen. En estos casos, que el testigo es depen-
diente de la parte actora, si bien tal hecho no invalida al deponente de por sí, hay que
apreciar la declaracióncon mayor prudencialg. Si el covductor también es propieta-
rio, deberá valerse de otros medios probatorios, puessudeclaraciónes insuficiente.
Finalmente, el actor debedemostrar cuántosdíasestuvo inmovilizado el rodado.
Para ello, la prueba por excelencia es el dictamen pericial, en el cual, el experto de-
talla los distintos trabajos que se deben realizar en la unidad, incluyendo los de me-
cánica, chapa, pintura, como así también, búsqueda de presupuestos, asignaciónde
turno, etcétera, y estima el tiempo de indisponibilidad (dato que también es utiliza-
do para el cálculo de la privación de uso). En efecto, cuando el automotor es el ins-
trumento para el despliegue de una actividad económica y rentable, la privación de
su uso durante el período necesario para repararlo determina de ordinario la confi-
guración de un lucro cesantez0.
Por último cabe mencionar dos cuestiones a tener en cuenta a la hora de cuanti-
ficar el lucro cesante de un taxímetro. Por un lado, el tema del porcentajequese des-
cuenta en concepto de gastosde mantenimiento, puesto que, de la recaudacióndia-
ria aproximada que informe el sindicato de taxis multiplicada por los días de indis-
ponibilidad, hay que restarle un porcentaje por irrogaciones de combustible, repa-
ración de neumáticos, los gastos de aceite, engrase, etcétera, que lógicamente son
abonados por el propietario y que, generalmente, se los estima en un 30%.
Por otro lado, debe tomarse en consideración la forma en que es explotado el ve-
hículo, puedeser queel rodadoseaalquilado por díadetrabajoo bienel reclamante
reciba un porcentaje de las ganancias obtenidas.

Jurisprudencia

1. Requisitos para la admisión del lucro cesante de un taxi


1 Para la determinación del monto a otorgar en el rubro lucro cesante debe acredi-
tarse el tiempo diario durante el cual el rodado se encontraba afectado al servicio de
taxi, el monto estimado de recaudación a la fecha del siniestro como así también los
gastos de explotación del automotor. [CNCiv., Sala B, 812i11, "Feijoo, Gabriel H. c.
Transporte Bernardo Ader" 11673, www.scw.pjn.gov.ar].

l8 Zavala de González, Dañosa losautomotores, 1989, p. 157.


l9 Chiappini, Valoración deltestimonio, LL, ejemplar del 17/2/12, p. 1yjurisprudencia allí ci-
tada.
20 Zavala de González, Dañosa losautomotores, 1989, p. 149.
248 CECILIA CELESTE DANESI

2 El lucro cesante-en el caso, reclamado por el tiempo en que no pudo utilizarse un


automóvil destinado al servicio de taxi- para que sea compensable debe ser cierto y
probado, requiriendo una prueba adecuada sobre la entidad de la labor frustrada, la
ganancia no percibidaoel lapsodeinactividad, la quesi no llegaaser con suficienciaca-
bal e incuestionable, por lo menos debe alcanzar ciertos límites mínimos que permitan
al juezestablecer la suma a indemnizar, debiendoseraportada dicha prueba por quien
lo invoca y requiere. [CACC la Nom. Córdoba, 7/10/10, "Bordenabe, Rodolfo Atilio c.
Aguilar, Silvana Beatriz", LL, On Line, AWJUW62780/201O].

2. Se presume el lucro cesante de un taxi


pero debe acreditarse su extensión
3 Si bien el lucro cesante derivado de la inmovilización del vehículo del damnificado
debe presumirsedado que el rodado estaba afectado al servicio de taxis, a los fines de
determinar el monto indemnizatorio, no procede establecerlo receptando la totali-
dad de lo peticionado en la demanda, -en el caso, se tomó como base de cálculo el
sueldo mínimovital y móvil-si no existe prueba que lo respalde. [CACCCTucumán,
Sala 1, 2/12/10, "Reinoso, Roberto Carlos c. Ferraris, María Eugenia y otro", LLNOA,
201 1 (mayo), 445; LL, On Line, AWJUW86409/201O].

b) Servicios contratados vía Internet:


Uber, Cabify, etcétera

En el Capitulo II, titulado "Sujetos responsables", 5 14, efectuamos una breve


aproximación sobre el funcionamiento de Ubery otras aplicacionesafines. Remiti-
mos al lector a aquella introducción.
Puedeocurrirque un rodadoqueesté realizando un transporte de pasajeros me-
diante una plataforma de servicios (Uber, Cabify, etcétera) padezca un accidente
vial. En este supuesto, el conductor o quien tenga el uso y goce del rodado podrían
reclamar el lucro cesante por las ganancias dejadas de percibir, a través de la men-
cionada aplicación, como consecuenciadel siniestro. En este puntose plantea el in-
terrogante de si corresponde o no admitir la indemnización, puesto que el origen
de la misma proviene de una fuente de dudosa legalidad.
El quid de la cuestión radica en determinar si es legal o no la utilización de la apli-
cación Uber u otras afines. Claro está que a un delincuente que sufre una fractura de
una de sus piernas a raíz de un siniestro, jamás resultaría admisible concederle una
indemnización en concepto de lucro cesante por las ganancias dejadas de percibir
debido a que durante un período de tiempo no pudo delinquir.
En la jurisprudencia, el JCAT no 15 de CABA, en el caso "Sindicato de Peones de
Taxi de la Capital Federalyotrosc. ~ ~ ~ ~ y o t r o s s / ~ m p ordenóal
a r o " ~GCBA
~ , "que

21 JCAT no15 CABA, 1314116, "Sindicato de Peones de Taxi de la Capital Federal y otros c. GC-

BAy otrosslAmparo", LLCABA, 2016 (agosto), 6; LL, On Line, ARIJURII 147912016.


ACCIDENTES DE TRANSITO 249

de modo inmediato arbitre las medidas necesarias para suspender cualquier activi-
dad que desarrolle la empresa Uber B.V. o Uber Technologies Inc. o cualquier socie-
dad bajo ese nombre, razón social y tipo de actividad descripta en la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires hasta tanto se dicte sentencia definitiva o se presente la hi-
pótesis prevista en el art. 182 del CCAyT".
Entre sus fundamentos, destacó que "de acuerdo con la descripción que hacen
los actores en su presentacióny lo que habría expresado a distintos medios el señor
secretario deTransporte de la ciudad, la empresa Ube: infringiría una serie de nor-
mas reglamentariasvinculadascon el Código deTránsitoy Transporte (ley2148, pu-
blicada en el BOCABA, no2615, del 30/1/07, con sus modificaciones)y de la ley 3622
(publicada en el BOCABA, no3589, del 2111/11 con sus modificaciones) que incor-
poró al mencionado Código la regulación del servicio de transporte público de pa-
sajeros en automóviles de alquiler con taxímetro (taxis)".
Asimismo,señalóquese trata de una pretensión compleja porcuanto "poseeas-
pectos colectivos ostensibles cuyo tratamiento y decisión pueden incidir en dife-
rentes grupos con intereses o posiciones jurídicas encontradas. Se presentan a pri-
mera vista, por ejemplo, cuestionesvinculadas con la seguridad urbana, la defensa
de los usuariosy consumidores, el derecho a trabajary de ejercer industria lícita, as-
pectos tributarios, conflictos derivados del uso de las nuevas tecnologías y su im-
pacto en el sistema jurídico, la seguridad y coordinación del transporte urbano, la
igualdad ante las cargas públicas, la actuación de sociedades o empresas extranje-
rasenel ámbito local, losalcancesdel poder de policía, etcétera, ya estascuestiones
se pueden agregar otras interpretaciones o categoríasjurídicas producto del desa-
rrollo del contradictorio".
Además de ello, el JCAT no15 resolvió que los conductores de Uber no cometen
ningún delito penal, "podrán existir faltas administrativas o infracciones de tránsi-
to, mas no delitos" 22.
Por otra parte, en el plano europeo, el TJUE dispuso que Uber queda excluida del
ámbito de aplicación de la libre prestación de serviciosy es una empresa de transpor-
tes, con las claras consecuencias jurídicas que ello acarrea23.La cuestión se había sus-
citado debido a la consulta del tribunal alemán (Bundesgerichtshof): ¿Debeenten-

22 Disponible, a1 12111117, en www.infobae.com1economia/20161101241un-juez-fa//o-a-favor-


de-uber-y-determino-que-no-hay-delito-penal-en-su-actividadl, y en www.lanacion.com.arl1950
151-uber-segun-un-faIlo-los-choferes-no-cometen-delito.
23 Disponible, al 2012118, en http:llcuria.europa.eu/jurislfiche.jsf?id=C%3B371 3 1 7 3BRP
%381%3BP%3B 1 %3BC2017%2F0371%2FP&pro=&/grec=es&nat=or&oqp=&dates=&/g=&lan-
guage=es&jur=C&cit=none%252CC%252CC1%252CR%252C2008E%252C%252C%252C%252C
%252C%252C%252C%252C%252C%252Ctrue%252Cfalse%252Cfalse&td=%3BALL&pcs=Oor&
avg=&mat=or&parties=uber&jge=&for=&cid=673264y en el sitio web www.elmundo.esleconomial
em-presas1201711212015a3a22b0e2704e74278b45d2.html.
250 CECILIA CELESTE DANESI

derse que una empresa que, en colaboración con empresas de alquiler de vehículos
autorizadospara el transporte de personas, ofrece una aplicación para teléfonos in-
teligentesmediantelaquelosusuariospuedensolicitarvehículosdealquilerconcon-
ductor está prestando por sí misma un servicio en el ámbito del transporte a los efec-
tos del art. 58, ap. 1O del TFUE, y del art. 2O, ap. 2", letra d) de la Directiva 20061123,1,
teniendo en cuenta que la actividadorganizativa de esta empresa está estrechamen-
te vinculada a la prestación del servicio de transporte y, en particular, que dicha em-
presa determina la tarificación, la gestión de las operaciones de pago y las condicio-
nes del servicio de transporte relativas a las carreras y hace publicidad de los vehícu-
losquefacilita, utilizando paraellosudenominacióncomercialyaplicandoasimismo
descuentos uniformes? En caso de respuesta negativa a la primera cuestión: ¿Cabe
justificar la prohibición de unosservicioscomo los que son objeto del litigio en virtud
del objetivo de la salvaguarda de la competitividad y operatividad del transporte en
taxi, bajo el aspecto de la protección del orden público a efectos art. 16, ap. lo de la
Directiva 20061123, habida cuenta de la situación actual del tráfico?
Por último, la provincia de Mendoza dictó la ley 9086 de Movilidad P r ~ v i n c i a l ~ ~
queestablece un marco legal para el transportea travésde plataformaselectrónicas.
En el art. 52 dispone que: ". .. Este transporte oneroso de pasajeros constituye una
actividad privada de interés público cuyo cumplimiento se regirá por las disposicio-
nesde lapresentesecciónyporla reglamentación quealefecto dicte la autoridad de
aplicación. Deberán los prestatarios cumplir con elpago de las tasas de contrapres-
tación ylas obligaciones impositivasque determine dicha normativa.
Enningún casopodrá este tipo de servicio afectarla prestaciónde losserviciospú-
blicos de pasajeros que esta ley determina ".
Y el art. 53 agrega: "Los titulares de los vehículos afectados a estos servicios de-
berán solicitar a la autoridad de aplicación, el otorgamiento de un permiso de ex-
plotación, el que tendrá el carácter de precario y revocable ...".
En conclusión, y sin perjuicio de las legislacionesespecíficas en la materia (como
es el excepcional caso de la provincia de Mendoza), la cuestión en el ámbito local
aún carece de una resolucióndefinitiva. No obstante ello, y de conformidad con lo
señaladoenel primerapartado, como principiogeneral se exigeque la actividad cu-
yo lucro cesante se peticiona sea lícita, esté habilitada y bajo la normativa vigente.
Motivo por el cual, atento la medida cautelar dispuesta por el JCAT no15 de CABA,
la indemnización por lucro cesante no puede ser admitida, pues tal actividad está
expresamente prohibida por mandato judicial.

24 Disponible, a1 1 8/9/18, en www.sail.gob.ar/9086-loca l-mendoza-ley-movilidad-provincial-


1pm0009086-2018-07-31/723456789-0abc-defg-680-9000mvorpye1.Asimismo véase Principales
puntos de la norma que le permite a Uber operar legalmente en Mendoza, 2/8/18, disponible al
18/09/18 en www.erreius.comlopinionll Olcomercial-empresarial-y-del-consumidor/Nota/ 761
principales-puntos-de-la-norma-que-le-permite-a-uber-operar-legalmente-en-mendoza.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Amayorabundamiento, podemosresaltar queel panoramaactualevidencia que


a algunossujetos, que prestan el mismo servicio-como los taxis-, se les exige pa-
ra la procedencia de la indemnización la licencia o habilitación para desarrollar la
actividad, debido a que ello está ligado a la legalidad de la explotación y evidencia,
por lo tanto, que ese menoscabo constituye una lesión a un interés jurídicamente
protegidoyla actividad noe~clandestina*~. Mientrasquea otros, que prestanidén-
tico servicio (transporte de personas), no se les exige ningún tipo de habilitación o
requisitolegal. Esa circunstancia,a primeravista,const,ituye unaclara injusticiayde-
sigualdadfrente a la ley que no puede ser convalidada por el órgano jurisdiccional.
Recordemos lo costosos y burocráticosque suelen ser los trámites pertinentes para
obtener una habilitación como taxímetro.

Jurisprudencia

- Licitudde la actividad
El daño tiene que afectar un interés legítimo y, en el caso de un taxista o remisero, sin
autorización, se trata de una pretensión que contraría la ley vigente, puesto que la ac-
tividad quese le impidiera al actor era una actividad irregular, que tenía vedada, lo que
implicaría-de concedérsele resarcimiento-el contrasentido de que estaría en mejor
situación con el vehículo destrozado que entero, por cuanto podría exigir como resar-
cimiento loque no podría exigir comodesarrollode la actividad, ya que noestaríael ac-
tor en condicionesde exigirle al Municipio que le permita ejercer la actividad ysí de re-
clamarle resarcimientopor el lapso perdido. Sería un completo contrasentido que no
cabe convalidar. [CACC Trelew, Sala A, 7/4/09, "P. A. A. c. Municipalidad de Rawson",
exp. 137/2008, sist. Eureka, voto del doctor López Mesa].

c) Propinas
La Ley de Contrato de Tra bajo esta blece en su art. 1 13 que: "Cuando el trabaja-
dor, con motivo del trabajo que preste, tuviese oportunidad de obtener beneficios
o ganancias, los ingresos en concepto de propinas o recompensasseránconsidera-
dos formando parte de la remuneración, sirevistieran elcarácterde habitualesyno
estuviesenprohibidas". Entonces, estasdeben integrar el cómputo para el lucroce-
sante.Tal esel casodelos mozosocamarerosquetrabajan en un restaurante,cuyas
propinas integran el cálculo del aguinaldo, aportes jubilatorios y horas extras, re-
conociéndoseles para ello carácter rem~neratorio*~. Nadie podría decir a ciencia
cierta a cuánto asciende tal rubro, porque varía día a día, pero es indudable que la

25 Orgaz, El daño resarcible, 1960, p. 30 y s., cit. por Areán, luicio por accidentesde tránsito,
2012, t.4A.
26 CNFCA, Sala 11,6/10/98, "Abadía, Ramón E. y otros c. Lotería Nacional", LL, 1999-C-586; DI,
1999-1-869.
252 CECILIA CELESTE DANESI

enorme mayoría -si no todos-de los camareros las reciben, motivo por el cual, si
estos se viesen privados de desarrollar su actividad gastronómica, indudablemente
vería menoscabado su patrimonio, bajo la forma de un lucro cesante consistente en
la disminución de sus ingresos correspondientes a propinas27.
Ahora bien, en el caso de losautomóvilesde alquiler, la Cámara Nacional de Ape-
laciones en lo Laboral determinó que "el escaso monto de la propina percibida por
los peones conductores de taxis no influye en su naturaleza rem~nerativa"~~, con
lo cual, estas no deben ser computadas para el cálculo de lucro cesante.

Jurisprudencia

1. Propina de un taxista
1 El escaso monto de la propina percibida por los peones conductoresde taxis no influ-
yeensu naturaleza remunerativa. [CNAT, enpleno, 7/6/68, "0llabur0,ArmandoAgus-
tín c. Salgado, Ramón s/Despido", SAIJ, FA680400021.

2. Propina del sector gastronómico


2 Por tratarse de un mozo de confitería, es decir de personal gastronómico, cabe ad-
mitirque la propina forma partedesu retribución.Tal hechotiene respaldo por lo cual,
desuyo, no requiere prueba. [CNCCF, Sala II, 17/5/94, "Caro, José Florentinoc. EfasILe-
sión o muerte pasajerostransporte ferroviario", SAIJ, FA940300401.

d) Reclamo bajo incumplimiento


de normas tributarías

Se plantea la disyuntiva en torno al reclamo del lucro cesante respecto de sumas


por las cuales no se abonan los tributos correspondientes. En esos casos, la jurispru-
dencia ha rechazado la partida indemnizatoria, por cuanto en un país que cuenta
con una legislación impositiva copiosa, que tiende a evitar la informalidad y la eva-
sión, no puede admitirse ligeramente lastentativasde percibir eventuales lucros ce-
santes que se habrían producido en la más absoluta marginalidad o irregularidad
económica, al no estar quien los alega registrado impositivamente.Además, se pre-
cisó que hay ciertas pruebas que son infungibles, es decir, no puedenser reemplaza-
das por otras, justamente porque se relacionancon el carácter del hecho a probar29.

27 López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsito, 2014, t. 1, p. 622.


** CNAT, en pleno, 7/6/68, "Ollaburo, Armando Agustín c. Salgado, Ramón s/Despido", SAIJ,
FA68040002.
29 CACC Trelew, Sala A, 616112, "Calderón, S. M. c. Zambrano, M. A. y otro", expte. n0446,año

201I,LL, On Line.
En consecuencia consideramos que no podrá concederse la partida indemniza-
toria en concepto de lucro cesante respecto de actividades que evaden normas tri-
butarias o cualquier otra exigencia que prescriba la ley.

e) Víctima impedida de continuar trabajando de por vida

Puede ocurrir que, como consecuenciadel siniestro, la víctima posea lesiones de


tal entidad que le impidan trabajar de por vida. Es decir, la incapacidad es tan ele-
vada, que el magistrado puede advertir que el damnificado no podrá retornar al
campo laboral.
En esos casos, algunos fallos determinaron que ello obstaría a la pretensión in-
demnizatoria del lucro cesante, puesesa probabilidad de ingresos perdida definiti-
vamente se encuentra incluida dentro del concepto de incapacidad sobrevinien-
te30.Esque, comoessabido, la incapacidadsobrevivientecomprende nosolo lo que
afecta a la esfera social de la vida; sino también lo laboral. Por ello, en ese rubro se
contemplará la imposibilidad laboral permanente.
Entonces, al diluirse la probabilidad de lograr ingresos, el resarcimientoen con-
cepto de incapacidad sobreviniente absorbe al lucro cesante y, solo será proceden-
te indemnizar el lucrocesantecuandola imposibilidad totalo parcialde realizar una
actividad laboral sea de carácter transitorio, porque si fuera permanente, entra a
jugar únicamente el resarcimiento por la incapacidad ~obreviniente~~.

Jurisprudencia

- Víctima impedida de continuartrabajando:


no se indemniza el lucro cesante
1 Cuando la víctima se ve privada de continuar trabajando como consecuenciade las
secuelas incapacitantesque le ocasionara el accidente sufrido, ello obsta a la preten-
sión indemnizatoria del lucro cesante, pues esa probabilidad de ingresos perdida se
encuentra incluida dentrodel conceptodeincapacidadsobreviniente. [CNCiv., Sala F,
22112/08, "Pagura, Elena lrma c. Transportes Larrazabal y otros", LL, On Line, AWJUW
2171 5/2008].

2 La circunstancia de que la víctima sea un ama de casa no obsta a la procedencia del


resarcimiento por incapacidad sobreviniente, pues dicho rubro comprende tanto las
consecuencias patrimoniales de la incapacidad en lo concernientea la disminución de

30 CNCiv., Sala C, 3/2/98, "Vallejos, Darío Ignacio c. De los Constituyentes S.A. de Transportes
s/Daños y perjuicios", L. 217.969; ídem, 8/10/88, "Acosta, Carlos Domingo c. Línea 365 La Indepen-
dencia S.A. de Transportes y otro s/Daños y perjuicios", L. 242.620; ídem, Sala F, 22/12/08, "Pagura,
Elena lrma c.Transportes Larrazabaly otros", LL, ejemplar del 25/2/09, p. 6.
31 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t. 4A, p. 527.
254 CECILIA CELESTE DANESI

sus ingresos, como también aquellas que hacen a su vida de relación. [CNCiv., Sala C,
1/3/04, "Noberasco de Artime, Sara Nélida c. Transporte Vuelta de Rocha S.A. y otro",
LL, On Line, ARlJUW7593/2004].
3 Cuando existe un siniestro que deja una elevadísima incapacidad invalidante con
relaciónal ejerciciode una profesióndichaincapacidadabsorbeallucro cesante, pues-
to que a partir del siniestro las secuelas del accidente obstan al desarrollo de la activi-
dad que desplegaba el reclamante.Si la víctima cuenta con una formación universita-
ria para desempeñarse en una profesión, y esta ya no podrá ejercerse, ello determina
la medida de la indemnización. [CNCiv., Sala M, 16/9/02, elDíal-AE19E71.

f) Colectivos

Al igual que sucede con los taxis o remises, se debe acreditar la ganancia diaria
que obtenía el colectivo siniestrado y el periodo de inmovilización. Este último as-
pecto se comprueba también con el dictamen del perito ingeniero mecánico que,
luego de inspeccionar la unidad, determina el lapso de indisponibilidad según los
trabajos de mecánica, chapa y pintura que se deban realizar. En cuanto a la rentabi-
lidad que producía, la prueba por excelencia para acreditar ese extremo es la pericia1
contable, en la cual, el perito luego de examinar los libros de la empresa, informa la
ganancia diaria; a la que habrá de descontársele los gastos de mantenimiento.
Ahora bien, existe un sector doctrinario y jurisprudencia1que sostiene que para
que proceda el lucro cesante en estos casos, es necesaria una prueba más acabada de
la efectiva privación de ganancias. Alegan que una empresa posee una flota de co-
lectivosy está legalmente obligada a cumplir una determinada frecuencia en los re-
corridos. Entonces, el internosiniestradodebeser reemplazadopor otro, con locual,
no existe pérdidadegananciasalguna. Es más, afirman quesuelen calcularquealgu-
nas unidadesqueden inmovilizadaspor desperfectostécnicos, por lo tanto, el sinies-
tro no afectaría la productividad de la empresa ni la prestación regular del servicio.
Señala Zavala de Gonzálezque la existencia efectiva del lucro cesante por no po-
seer una unidadsustitutiva es una mera conjetura, que notiene la entidad suficien-
te para conformar la certeza mínima que es exigible en el lucro cesante3*.
En ese orden de ideas, sesostienequecuandosetrata del retiro de circulación de
unvehículodetransporte deservicios públicos, el lucrocesante no puede presumir-
se, puesse lo debe reemplazar por otro, sin alterarse la eficacia del servicio y el nú-
mero de usuarios. En efecto, lasempresasdetransporte necesariamentedeben con-
tarcon un 15% del total desu flota reservada para cubrir eventualesaccidentes, de
acuerdo a expresas disposiciones de la Secretaría deTransportesdel M.o.s.P.~~.

32 Zavala de González, Dañosa losautomotores, 1989, ps. 162 a 166.


33 CNCiv., Sala F, 19/6/96, "TransportesAvenida BernardoAder S.A. c. ~ i c r Ómni
o bus ~ u i l m e s
S.A. s/Dañosy perjuicios",SAIJ, FA96020431.
ACCIDENTES DE TRANSITO 255

Asimismo, los ingresos brutos de una unidad de colectivos prevista para el trans-
porte público de pasajeros, no puedenjamás considerarse lucro cesante, o sea, ga-
nancia frustrada, pues es preciso descontar de aquellos los gastos de explotación,
de mantenimiento y de amortización del vehículo34.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por su parte, asevera que "cuando el
damnificado es una empresa de transporte de pasajeros o de carga, que cuenta con
un número plural de unidadesafectadas al servicio, la sola circunstancia de que una
deba permanecer fuera de circulación no significa que ello constituya un lucro ce-
sante o una pérdida para la empresa. Se trata de una cbestión sujeta a la prueba es-
pecífica pertinente, ya que, en principio, cabe admitir que los horarios y diagrama-
ción de frecuencia de circulación se cumplen igual, ya sea por la mayor actividad de
las restantes, ya sea por la utilización de otra unidad de repuesto destinada a esos
fines. Si la privaciónosuspensióndeuna unidad haceque para la prestaciónde igua-
les servicios deban utilizarse las demás en una proporción mayor, con mayores gas-
tosoperativos, prescindiendode la atención mecánica yde mantenimiento que im-
plica marcada incidencia en el lapso de reposición del material, ello determina una
muyfundada posibilidad dequese produzca la pérdida que deba ser indemnizada,
pero dado que no corresponde la presunción de existencia de lucro cesante, el cual
debe probarse en forma concreta, el rubro en cuestióndebeser rechazado, toda vez
que dicha circunstancia no surge de constancia alguna en la causa"35.
En sentido contrario, se alega que el daño por la indisponibilidad de la unidad
afectada durante el tiempo que insuman las reparaciones, debe resarcirse aunque
exista la posibilidad de reemplazar al vehículo siniestrado. El hecho de que la em-
presa pueda transportar a los pasajeros en los restantes, causa indudablemente al-
gún perjuicio y en todo caso limita el lucro cesante o ganancia esperada3! El daño
debe ser probado como en todos los casos, tal como en la actualidad lo exige el art.
377 del CPCCNy el art. 1744 del CCCN.
Coincidimos con esta última postura. Es que, si bien la empresa debe contar con
otras unidades disponibles, lo cierto es que no tiene por qué soportar el perjuicio
económico que genera la indisponibilidad, imputable al actuar del demandado.
Además, debemosagregarque, conforme la excepciónquecontieneel art. 1744del
CCCN, no será necesario acreditar el daño cuando surja notorio de los propios he-
chos, por lo que consideramos que el requisito de la prueba del menoscabo por lu-
cro cesante debe ser menos rigurosa en estos casos, pues fácilmente se puede pre-
sumir la pérdida de ganancias. Solo restará entonces, producir prueba tendiente a
la cuantificación del rubro.

34 CNCiv., 24/4/95, "General Pueyrredón S.A.T.C.I. c. Transportes Río S.R.L. y otro s/Daños y per-
juicios", www.scw.pjn.gov.ar.
35 CSJN, 17111/96, ED, 174-331.
36 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t. 4A, p. 173.
CECILIA CELESTE DANESI

En esa línea de pensamiento, se ha afirmado que la falta de elementos probato-


rios referidosal daño derivado de la inmovilización de una o más unidadesdestina-
das al transporte público de pasajeros incide en la cuantificación de la indemniza-
ción debida, pero no determina su rechazo, de modo que debe acudirse eventual-
mente a lo dispuesto por el art. 165 del CPCCN~'.

Jurisprudencia
- No se presume el lucro cesante de los colectivos y se exige
mayor material probatorio
1 Cuando se trata del retiro de circulación de un vehículo de transporte de servicios
públicos, el lucro cesante no puede presumirse, pues es norma que, en tal situación, se
lo reemplace por otro, sin alterarse la eficacia del servicio y el número de usuarios. Ello
es asíal puntotal que las empresas detransporte necesariamentedeben contar con un
15% del total desu flota reservada para cubrir eventualesaccidentes, de acuerdoa ex-
presasdisposicionesdela Secretaría deTransportesdelM.O.S.P. [CNCiv., Sala F, 19/6/96,
"TransportesAvenida BernardoAder S.A. c. MicroómnibusQuilmesS.A.s/Daños y per-
juicios", SAIJ, FA960204311.
2 Cuandosetrata de una unidad de colectivo prevista para el transporte público de pa-
sajeros, los ingresosbrutos de esa unidad no puedenjamás considerarselucro cesante, o
sea, ganancia frustrada, pues es precisodescontar de aquellos los gastos de explotación,
de mantenimiento y de amortización del vehículo. [CNCiv., 24/4/95, "General Pueyrre-
don S.A.T.C.I. c. Transportes Río S.R.L. y otros/Daños y perjuicios", www.cij.gov.ar].
3 Cuando el damnificado es una empresa de transporte de pasajeros o de carga, que
cuenta con un número plural de unidadesafectadasal servicio, la sola circunstanciade
que una deba permanecer fuera de circulación no significa que ello constituya un lu-
cro cesante o una pérdida para la empresa. Se trata de una cuestión sujeta a la prueba
específica pertinente, ya que, en principio, cabe admitir que los horarios y diagrama-
ción de frecuencia de circulaciónse cumplen igual, ya sea por la mayor actividad de las
restantes, ya sea por la utilización de otra unidad de repuesto destinada a esos fines. Si
la privación o suspensión de una unidad hace que para la prestación de iguales servi-
cios deban utilizarse las demás en una proporción mayor, con mayores gastos operati-
vos, prescindiendode la atención mecánica y de mantenimiento que implica marcada
incidenciaen el lapsode reposicióndel material, ello determina una muyfundada po-
sibilidad de quese produzca la pérdida que deba ser indemnizada, pero dado que no
corresponde la presunciónde existencia de lucro cesante, el cual debe probarse en for-
ma concreta, el rubro en cuestión debe ser rechazado, toda vez que dicha circunstan-
cia no surge de constancia alguna en la causa. [CSJN, 17111/96, ED, 174-331; CAC Co-
modoro Rivadavia, Sala A, 15/4/15, "E.S.A. c. H. H., P.yotras/Dañosyperjuicios", LL, On
Line, AR/JUR/27812/2015].

37 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t.4A, p. 174.


ACCIDENTES DE TRANSITO

g) Honorarios de un abogado

En un caso que se dirimió en un Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de la Ca-


pital Federal, se reclamó el lucro cesante de un abogado por la pérdida de honora-
riosque legeneraba la imposibilidad deconcurrira reuniones, audienciasydesarro-
llar todas las tareas propias de la actividad.
Allí, el magistrado sostuvo que "el hecho de guardar reposo durante quince dí-
as es un dato aislado e insuficiente, que por sí solo no autoriza a presumir que du-
ranteeselapsoseviototalmente impedidadeejercer~en plenitud la profesiónyque,
a consecuencia de esa inactividad, experimentó la pérdida de ganancias. La tarea
del abogado es, por naturaleza, esencialmente intelectual, sin que se requiera una
plenitud física o corporal para ejercer la profesión. prueba elocuente de ello es la
existencia de abogados con discapacidad motriz, impedidos de movilizarse por sus
propios medios, que concurren a los tribunales en sillas de rueda". Añadió que "el
abogado que ejerce libremente su profesión no es un jornalero o un obrero que co-
bra a destajo, que subsisten merced a su trabajo diario, a lo que cabe agregar que la
retribución de losabogadosnose computa día por díasinoque la proyección dega-
nancias es a largo plazo y se computa en función de la duración de los procesos ju-
dicialesenque intervienen. Por lo tanto, una breve indisposiciónfísica ocorporal no
necesariamenteconlleva una real y efectiva pérdida de honorario^"^^. En razón de
ello, desestimó la partida por lucro cesante.
Compartimos parcialmente esta postura por cuanto si bien es cierto que el abo-
gado realiza un trabajo intelectual y que no percibe una retribución diaria, lo cier-
t o es que una lesión física puede generar un dolor o una incomodidad tal que obs-
truyan o dificulten el trabajo intelectual. Además, no es lo mismo una persona que
tiene unadiscapacidad motrizdesdesu nacimiento, queotra que la padece de adul-
toa raízde un siniestrovial. Lógicamente, ese nuevoestadodesalud implica una di-
fícil y, a veces, extensa adaptación que verosímilmente repercute en la producción
intelectual. Por ello, deberá ponderarse la situación en cada caso.

Jurisprudencia

- Rechazo del lucro cesante por honorarios


El abogado que ejerce librementesu profesión no es un jornalero o un obrero que co-
bra a destajo, quesubsisten mercedasutrabajo diario, a loquecabeagregar que la re-
tribución de los abogados nose computa día por día sino que la proyección de ganan-
cias es a largo plazo yse computa en función de la duración de los procesosjudiciales
en que intervienen. Por lo tanto, una breve indisposiciónfísica o corporal no necesa-
riamente conlleva una real yefectiva pérdida de honorarios. Portales razones yen au-

38 JNC no35,2719110, "Valdés, Mónica Ana Gloria c. Metrovías S.A. slDaños y perjuicios", exp-
te. no29.52712008.
senciadeuna prueba cabaleinequívocaquedemuestre la certeza del menoscaboeco-
nómico, el pretendido resarcimiento deviene inadmisible. [JNC no35,2719110, "Val-
des, Mónica Ana Gloria c. Metrovías S.A. s1Daños y perjuicios", expte. no29.52712008,
www.scw.pjn.gov.ar].

h) Actividad no autorizada

En sintonía con lo manifestado en párrafos precedentes, cuando desarrollamos


el caso de Uber y las aplicaciones que prestan servicios de transporte de pasajeros,
la actividad por la que se reclama el lucro cesante debe ser lícita y, además, debe es-
tar debidamente autorizada por el organismo estatal facultado a tal fin.
Así, reiteramos que es de fundamental importancia demostrar que el vehículo
tiene ese destino específico, ya que la exigencia de la licencia o habilitación para ser
explotado como taxímetro está referida a la legalidad de esa e x p l ~ t a c i ó n ~ ~ .
Entonces, si el reclamante reconoce que no estaba habilitado para explotar el
servicio de transporte de pasajeros, falta uno de los presupuestos de resarcibilidad
del daño: la legitimidad del derecho lesionado.Quien explota una actividad irregu-
larmente, sin contar con autorización administrativa para ello, no puede luego re-
clamar el resarcimientopor conducto del reclamo de lucro cesante, justamente por-
que le falta un requisito esencial a ese reclamo: le falta legitimidad al interés invo-
cado como dañado. Y sin esa característica no cabe conceder la reparación40.
En ese orden de ideas, se sostuvo que "el daño tiene que haber afectado un in-
terés legítimo y en el caso de un taxista o remisero sin autorización, se trata de una
pretensión que contraría la ley vigente, puesto que la actividad que se le impidiera
al actor con el siniestro era una actividad irregular, que tenía vedada, lo que impli-
caría -de concedérsele resarcimiento- el contrasentido de que estaría en mejor
situación con el vehículo destrozado que entero, por cuanto podría exigir como re-
sarcimiento lo que no podría exigir como desarrollo de la actividad, ya que no esta-
ría el actor en condiciones de exigirle al Municipio que le permita ejercer la activi-
dad y sí de reclamarle resarcimiento por el lapso perdido. Sería un completo con-
trasentido que no cabe ~ o n v a l i d a r " ~ ~ .
Jurisprudencia

- Rechazodel lucro cesante por actividad no autorizada


Para la admisibilidad de la partida en concepto de lucro cesante es necesario que el de-
trimento haya afectado un interés legítimo y en el caso de un taxista o remisero sin au-

39 Orgaz, Eldaño resarcible, 1960, ps. 30 y 31, cit. por Areán, Juicio poraccidentes de tránsito,
2012, t.4A, p. 182.
40 López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsito, 2014, t. 1, p. 553.
41 CACCTrelew, SalaA,714/09, "P.A. A.C.MunicipalidaddeRawson",sist. Eureka, votodel doc-

tor López Mesa.


ACCIDENTES DE TRANSITO

torización, se trata de una pretensión que contraría la ley vigente, puesto que la activi-
dad quese le impidiera al actor con el incendio era una actividad irregular, quetenía ve-
dada, lo que implicaría-de concedérsele resarcimiento- el contrasentidode que es-
taría en mejor situación con el vehículo destrozado que entero, por cuanto podría exi-
gir como resarcimiento lo que no podría exigir como desarrollode la actividad, ya que
no estaría el actor en condicionesde exigirle al Municipio que le permita ejercer la acti-
vidadysíde reclamarleresarcimiento por el lapso perdido. [CACCTrelew, Sala A, 7/4/09,
"Porello c. Municipalidad de Rawson", sist. Eureka, voto del doctor López Mesa].

i) Víctima con escasas lesiones y sin internación

La jurisprudencia ha rechazado el rubro en concepto de lucro cesante debido a


que en el expediente se acreditó que las lesiones n o habían sido graves y, además,
que la víctima n o había estado internada como consecuencia de ellas42. Comparti-
mos esta postura por cuanto, el lucro cesante n o se presume y debe estar debida-
mente acreditado, no solo su existencia, sino también su extensión. Si la víctima se
limitó a manifestar que trabajaba y, debido a las lesionessufridas, perdiósu ganan-
cia, esa mera manifestación resulta insuficiente para acreditar el perjuicio. No esta-
mosfrente a u n supuesto que el daño surja notorio de los propios hechos y, por en-
de, que nosea necesarioacreditarlo(art. 1744, CCCN), puessetrata de un casode le-
siones leves y la actividad productiva del damnificado n o está comprobada.
Jurisprudencia

- Damnificadosin lesiones graves y sin internación


Resulta improcedenteel reclamo por el rubro "lucro cesante" toda vezque no seacre-
ditó que los actores, victimas de un accidente de tránsito, hayan permanecido inter-
nados ni que las lesiones que padecentuvieran la entidad para permanecer inactivos
por período de tiempo alguno. [CNCiv., Sala H, 25/3/08, "Fernández, Jorge Gabriel y
otro c. Wasinger, Gustavo Ariel y otro", LL, On Line, ARlJURl1299/2008].

j) Víctima que realizaba tareas no formales (ccchangasn)

La jurisprudencia se ha expedido con relación a los casos en que el damnificado


realizaba una actividad laboral n o formal ("changas"), es decir, n o tenía una rela-
ción de dependencia o algún tipo de registro (v. gr., monotributo), y reclama el lu-
cro cesante. Así, se señaló que las "labores cuenta propistas no llevan registros de
ninguna especie, ni se emiten recibos ni facturas de ninguna índole, por lo que re-
sulta harto dificultoso, por n o decir prácticamente imposible, poderacreditar los in-
gresos diarios provenientes de dicha actividad. Además de ello, es de toda eviden-

42 CNCiv., Sala H, 25/3/08, "Fernández, Jorge Gabriel y otro c. Wasinger, GustavoAriel y otro",
LL, On Line, AWJUWI 29912008.
260 CECILIA CELESTE DANESI

cia que para ese tipo de labores es imprescindible contar con capacidad física para
poder desplegarlas". Por ello, se decidió -con acierto-, que no corresponde ex¡-
girse la acreditación del ítem lucro cesante pasado "con igual rigor que se le exige a
personas que poseen empleos o ingresos regulares, toda vez que ello provoca una
desventaja procesal en situaciones como la que juzgamos prácticamente imposible
de remontar por parte del interesado. La garantía de igualdad que tutela nuestra
Carta Magna y los tratados internacionales, se basan en la igualdad bajo iguales
condicionesyesjustamenteeneste úItimoaspectodondedebemosdistinguireldis-
tinto posicionamiento laboral que puedetener la víctima de un evento dañoso, a la
hora de acreditar-carga procesal-el perjuicio económico por el ítem lucro cesan-
te pasado". En conclusión se resolvió "recurrir al salario mínimo vital y móvil como
pauta para mensurar el ingreso imprescindible para subsistir que el actor podía ob-
tener en función desu a ~ t i v i d a d "La
~ ~realización
. de esas tareas podrá comprobar-
se mediante la declaración de testigos.

Jurisprudencia

- Admisión del lucrocesantecuando la víctima


realizaba «changas»
La indemnización requerida en concepto de lucro cesante pasado es procedente aun-
que el actor se encontrara desocupado al momento del hecho dañoso, pues si la victi-
ma realizabatareas no formales o irregulares-changas-tal como se acreditó a tra-
vés de la prueba testimonial, por las cuales no se llevan registros de ninguna especie,
ni se emiten recibos ofacturas, no es acertado pretender acreditar el ítem con igual ri-
gor que se le exige a personas que poseen empleos o ingresos regulares, toda vez que
ello provoca una desventaja procesal en situaciones como la de autos que es práctica-
mente imposible de remontar por parte del interesado, debiéndose recurrir al salario
mínimovital y móvil vigente al momento de la sentencia como pauta para mensurarel
ingreso imprescindible para subsistir que el actor podía obtener en función de su acti-
vidad. [CACCCAF Villa María, 15111116, "Paz, Guido Orlando c. Silva, Alicia Lidia s/Or-
dinario", LL, On Line, AWJUW7868812016].

43 CCCFCAVilla María, 15111/16, "Paz, Guido Orlando c. Silva, Alicia Lidia s/Ordinario", LL, On
Line, AWJURn868812016.
3 39. Definición y régimen legal
a) Concepto

Se define a la chance como la oportunidad verosímil de lograr una ventaja ode


impedir una pérdida. Cuando esa chance se frustra por un hecho imputable a otro
debe resarcirse el perjuicio consiguiente2.
La doctrina habla de chance cuando existe la oportunidad, con visos de razona-
bilidad ofundabilidad, de lograr una ventaja oevitar una pérdida. La frustración de
esa posibilidad, imputableaotro, engendra un perjuicio resarcible.Si la posibilidad
frustrada es vaga y general, no corresponde la reparación, pues en tal caso, el daño
sería eventual o hipotético3.
De ello se deduce que el daño indemnizable no consiste entoncesen la privación
del beneficio mismo, sino en la pérdida de la probabilidad que se tenía de lograrlo,
lo que implica la procedencia de un resarcimiento más reducido porque nadie co-
noce, ni podrá saber jamás si la ventaja podría haberse alcanzado4.
En palabrasde la Corte, la pérdida de chancese configura cuando, por ejemplo,
la víctima se ve privada d.e una ganancia probable, que supera la calidad de daño
eventual o hipotético; constituyéndose, por tal motivo, en perjuicio cierto. Y, en

Según la Real Academia Española:oportunidad o posibilidad de conseguir algo, disponi-


ble al 22/9/17 en dle.rae.es/?id=8XX5qml.
* Mosset Iturraspe, Frustración de una chanceporerrorde diagnóstico, LL, 1982-D-476;Ma-
yo, La pérdida de la chance como daño resarcible, LL, 1989-B-106;Zannoni, Eldaño en la responsa-
bilidad civil, 1987, p. 373 y siguientes.
Zavala de González, Resarcimiento de daños, 1997,t.2a, p. 373; Bustamante Alsina, La in-
demnizaciónporpérdida de "chance"ye1resarcimiento deldaño moralpor incumplimiento con-
tractual, LL, 1989-0-291.
CNCiv., Sala M, 4/4/12, rec. no583.984, www.scw.pjn.gov.ar.
262 CECILIA CELESTE DANESI

consecuencia, debeser resarcido por el responsable. Es necesario que se acredite la


existencia de un detrimento con un concreto grado de probabilidad de convertirse
en cierto5.
En efecto, cuando el daño consiste en la pérdida de una chance, concurren a la
vez un elemento de certeza y un elemento de incertidumbre: certeza de que, de no
mediar el evento dañoso, el damnificado habría mantenido la esperanza en el fu-
turo que le permitiría obtener una ganancia o evitar una pérdida patrimonial; in-
certidumbre, definitiva, ya que de mantenerse la situación de hecho o de derecho
que era el presupuesto de la chance, la ganancia se habría en realidad obtenido, o
la pérdida se habría evitado6.
Para que se configure deben presentarse lossiguienteselementos: a) debe exis-
tir una oportunidad probable y futura de obtener una ganancia o de evitar un per-
juicio conjurable; b) dicha oportunidad debe tener una probabilidad suficiente de
quese producirá; c)el resultadode la oportunidad debeser incierto al momentodel
evento dañoso; d ) por un hecho dañoso la oportunidad se ve frustrada definitiva-
mente; e) la víctima debe estar situada al momento del evento dañoso, fáctica o ju-
rídicamente, en una situación idónea para aspirar a la obtención de lasventajasque
proporciona la oportunidad7.
El Código Civil y Comercial trae toda una novedad, al incluir dentro desu articu-
lado la reparación por pérdida de chance. Así, el art. 1738 establece que la indem-
nización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro
cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva
de su obtención y la pérdida de chances. También incluye especialmente las conse-
cuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integri-
dad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimasy las que re-
sultan de la interferencia en su proyecto de vida.
El artículo siguiente estipula que para la procedencia de la indemnización debe
existir un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pér-
dida de chance es indemnizable en la medida en que su contingencia sea razonable
y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Finalmente, el art. 1745 también la menciona, puntualmente en el caso de la in-
demnización por muerte. Se estipula que en ese supuesto, el resarcimientodebe in-
cluir (entre otros) en la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la

CSJN, 15/7/97, "Reyes, pascua1Ángel c. EstadoNacional y/u otrosslJuicio deconocimientoJr,


LL, 1997-F-15;LL, On Line, ARIJURl392411997; CSIN-Fallos, 308:2426; 317:181.
Orgaz, Eldaño resarcible, 1960, ps. 97y 98, cit. por Areán, Juicioporaccidentesde tránsito,
2012, t.4A, p. 504.
Márquez, Distinción entre chanceylucro cesante. Su recepción en el Código Civily Comer-
cial, RCyS, 2015-1-5; LL, On Line, AR/DOC/4450/2014.
ACCIDENTES DE TRANSITO 263

muerte de los hijos; este derecho también compete a quien tenga la guarda del me-
nor fallecido.
Sobre esa última cuestión remitimos al lector al Capítulo Xl titulado "Indemni-
zación por fallecimiento -valor vida" y, en cuanto a los requisitos del daño resarci-
ble enunciadosenel art. 1739, al Capítulo IV. No obstanteello, aclaramos que, en 10
relativo a la certeza del daño, no se encuentra afectada por la incertidumbre res-
pectodel eventual resultado de losacontecimientos,elemento relevante en esteti-
pode menoscabo. La característicaprimordial de loscqsosencuadrableseneste ins-
tituto es justamente la existencia de un alea respecto del cuál será el desenlace de
los hechos, y la pérdida de esa probabilidad, en consecuencia, el daño que debe re-
sarcirse8. No hay duda de que hubo una pérdida de probabilidad y, precisamente
ahí, radica la certeza.
Intentaremos definir el alcance de los términos que utiliza el artículo, como re-
quisitos para admitir la procedencia del reclamo por pérdida de chance. El primero
de elloses la "contingencia razonable" y, el segundo, la "adecuada relaciónde cau-
salidad con el hecho generador".
El Diccionario de la Real Academia Española define a la "contingencia" como la
posibilidad de que algo suceda o no suceda. Y el término "razonable" como "ade-
cuado, conforme a razón" y "proporcionado o no exagerad^"^. Como puede ver-
se, la ley apela al elevadocriterio del magistradoqueentienda en la causa, quien de-
berá, valorando la prueba vertida en el proceso, meritar si existía una probabilidad
verosímil de obtener una ganancia. Recordemos una vez más, aquí no se indemni-
za la ganancia, sino la posibilidad frustrada de obtenerla. Y esa frustración debe ser
imputable o como consecuenciadel accidente. Aquíentra en juego el segundo ele-
mento, la adecuada relación de causalidad.
Como es sabido, la relación de causalidad es uno de los elementos constitutivos
-e insoslayables-de la responsabilidadcivil. Esta se encuentra regulada en el art.
1726 del CCCN que prescribe que: "Son reparableslas consecuencias dañosas que
tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño.. . ".
En los fundamentos del Anteproyecto del 2012 se explica que la referencia a la
"contingencia razonable" es el equivalente a la probabilidad objetiva, que debe
concurrircon la relación decausalidad.Se trata dedos requisitos: a)certeza deque,
si no hubiera ocurrido el incumplimiento o el hecho dañoso, el legitimado habría
mantenido la esperanza de obtener una ganancia o evitar una pérdida futura, y b)
relación causal adecuada entre el hecho y la pérdida de c h a n ~ e s ~ ~ .

Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoy comparado con


los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 201 5, t. II, p. 724.
Disponible al 1110117 en dle.rae.esl?id=AWiNOd.
l o Disponible al 1 111 1116 en www.nuevocodigocivil.comlwp-contentluploads/2015/02/5-
Fundamentos-del-Proyecto.pdf.
CECILIA CELESTE DANESI

La doctrina, porsu parte, es contesteen sostener que noes indemnizableuna me-


ra expectativa, sino que esa probabilidad debe tener un grado mínimo de factibili-
dad de que en el futuro se concretará siguiendo el curso natural de los aconteci-
mientosde la vida. A mayor posibilidad de concretarse en la realidad la expectativa,
se incrementa la factibilidad de que la jurisdicción recepte el reclamo como resarci-
ble''.
Jurisprudencia

1. Requisitos
1 Con relaciónal ítem "pérdida de la chance", no existen constanciasquepermitan de-
terminar la existencia de un perjuicio con un concreto grado de probabilidad de con-
vertirse en cierto, según lo exigido en la jurisprudencia de este tribunal (CSJN-Fallos,
320:1361 ysus citas; CSJN-Fallos, 323:2930; 326:847; entre otros). Ello es así, pues el re-
clamo del actorversasobre un daño puramente hipotéticoconsistente en la frustración
de los proyectosydireccionesdeobra que pudiera haber realizadojuntoa su padre. Por
lo tanto no se trata de un daño que deba ser indemnizado. [CSJN, 24/8/06, "Ferrari de
Grand, Teresa H. M. y otros c. Provincia de Entre Ríos y otros", DJ, 2007-1-236; CSJN-Fa-
Ilos, 329:3403; LL, On Line, AR/JUR/5658/2006].

2. Fecha desde que se computa el perjuicio


2 No es posible considerar el salario mínimo vital y móvil vigente a la fecha solicitada,
porque se trata de un valor inexistente a la fecha del evento dañoso, momento en que
nació la obligación de indemnizar. Entiendo que resulta correctotomarse el salario mí-
nimovital y móvil utilizado, pues es a partir de ese momento quese ve privada de lasca-
pacidades por las que reclama, si se está indemnizando pérdida de chances futuras, el
valor referencial para fijar la indemnización debe corresponder a ese momento, como
que de hechoallínació la obligación, ysi allí nació la obligación noseve por qué habría
que considerarse un valor referencial futuro. [CACC 8aCórdoba, 3/10/09, "Alderete,
Roxana Lujan c. Provincia de Cordoba", LL, On Line, AR/JUR/42709/2009].

3. Frustración de la celebraciónde un contrato


3 La indemnizaciónpor pérdida de chancees procedente, dado que se frustró la chan-
cede llegar a concretar un contrato en otro país, a causa de la limitación física que su-
frió el compañero del grupo musical del actor a raíz del accidente de tránsito protago-
nizadoporambos. [CNCiv.,SalaA, 13/10/17, "Z.,V.A.c. BarilóS.R.L.yotros/Dañosyper-
juicios", LL, On Line, AWJUR/78246/2017].

b) Diferencias con el daño emergente y el lucro cesante. Remisión

En loconcernientea estetema, remitimosal pto. b)del§ 35deI CapítuloVIII "Lu-


cro cesante".

ll Alferillo, en CódigoCivilyComercialcomentado.Tratadoexegético,2"ed., 2015, t.VII, p. 226.


ACCIDENTES DE TRANSITO

5 40. Legitimación activa


a) Introducción.Remisión

Remitimosen este punto a las consideracionesefectuadas en el CapítuloV, 5 23,


"Legitimación activa", pto. a), "Introducción", en lo relativo al concepto de legiti-
mación, sus tipos y aplicación al reclamo por daños y perjuicios.

b) Titular de un derecho realsobre la cc>sa,tenedor


yposeedor de buena fe

Tal como lo hemos señalado en capítulos anteriores, el Código Civil y Comercial


regula el abanico desujetos legitimados para reclamar la indemnización por daños
causados a las cosas. El art. 1772 estipula que: "La reparación del menoscabo a un
bien o a una cosa puede ser reclamadopor: a) el titular de un derecho realsobre la
cosa o bien; b) el tenedory elposeedor de buena fe de la cosa o bien".
En cuanto al supuesto contenido en el inc. a), la nómina de derechos reales es la
siguiente: a) el dominio; b) el condominio; c) la propiedad horizontal; d) los con-
juntos inmobiliarios; e) el tiempo compartido; f ) el cementerio privado; g) la su-
perficie; h) el usufructo; i) el uso; j ) la habitación; k) la servidumbre; 1) la hipote-
ca; m) laanticresis, y n) la prenda.Valereiterar que, en el casodelosautomotores12,
la inscripción registra1 es de carácter constitutiva (art. lo, decr.-ley 6582/58), con lo
cual, se presume que, quien surja como titular en el registro pertinente, será el suje-
to que está legitimado para reclamar.
Por su parte, el inc. b) del art. 1772del CCCN prevé que el tenedoryel poseedor de
buena fe de la cosa o bien están legitimados parar demandar los daños que sufra la
cosa. Porello, también podrán reclamarellucrocesanteellocatario (art. 1187, CCCN),
el tomador en el contrato de leasing (arts. 1227 y 1238, CCCN), el condómino (art.
1986, CCCN, salvo que haya un convenio en los términos del art. 1987, en cuyo caso
solo podrá reclamar el beneficiario), el usufructuario (art. 2129, CCCN), entre otros,
ya que todos estos sujetos tienen la facultad de uso y goce de la cosa.
Correspondetambién incluir en el supuesto del inc. b) del art. 1772 del CCCN el
caso del sujeto que surja de la denuncia de venta que efectué el titular del bien an-
te el Registro de la Propiedad~ u t o m o t o r l ~ .

l2 Entre ellos incluimos: automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para semi-
rremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus, microómnibusy colectivos,
susrespectivosremolquesyacoplados,todosellosauncuandonoestuvierancarrozados, lasmaqui-
narias agrícolas incluidastractores, cosechadoras, grúas, maquinariasvialesytodasaquellasquese
autopropulsen (conf. art. 5O, decr.-ley 6582158).
l 3 La denuncia de venta es la comunicación efectuada por el titular de un dominio al haber
entregado el rodado a otra persona en carácter de poseedor o tenedor. El artículo del Régimen Ju-
CECILIA CELESTE DANESI

Todos esos sujetos tienen derecho a interponer su acción, conjunta o separada-


mente, contra el responsable directo y el indirecto (art. 1773, CCCN).
Enel casode la pérdida dechance, se presenta una particularidad, queconsisteen
acreditar en el expediente-en debida forma-, quien iba a ser el merecedor de esa
ventaja frustrada. Por ejemplo, si hay una exhibición en la cual se entregan premios
a losvehículosmejor conservados, o mejor "tuneados", podría ser que el participan-
te sea el titular registra1(art. 1772, inc. a, CCCN) o bien, que el padre (titular) le pres-
te el auto a su hijo para que lo preparey compita, en ese caso, será el hijo el legitima-
do activo (art. 1772, inc. b, CCCN) en carácter de tenedor.

5 41. Prueba y cuantificación del daño


La cuestión atinente a la prueba y la cuantificación es sumamente compleja en
materia de pérdida de chance, por cuanto, no estamos indemnizando la ganancia
perdida, sinosolamente,el fracaso de la posibilidad de haberlaobtenidocomocon-
secuencia del siniestrovial. Obviamente, esto últimoes mucho menor que la ganan-
cia en sí.Veámoslocon un ejemplo. Un vehículo quesedirigea una competición, cu-
yo premio era de cien mil dólares, es embestido por otro. El monto de la reparación
en concepto por pérdida dechance noequivalea cien mil dólares, sino a la probabi-
lidad de obtener el premio. Lo mismo sucedería con el conductor del vehículo de la
competición, que al sufrir un accidentevial, padece daños que le imposibilitan par-
ticipar de aquella.
Así, para cuantificar el rubro, deberán arrimárse las pruebasque generen la con-
vicción suficiente en el juzgador de que esa posibilidad era objetiva yqueverdade-
ramente existía, y no era una mera o remota probabilidad. En el ejemplo citado en
el párrafo anterior, el damnificado podría acreditar las excelentes condiciones del
rodado, ya sea en torno a su funcionamiento, aptitud para determinado tipo de ca-
rreras, calidad de los neumáticos, tecnología, etcétera, como así también, las carre-
ras anteriores que haya ganado, y que lo perfilaban como favorito.
Al indemnizarse la pérdida de la posibilidad, a mayor probabilidad de obtener
las ganancias, mayor será la cuantía de la reparación; la que siempre estará por de-
bajo del monto del premio, ventaja, o beneficio.

rídico del Automotor dispone: "hasta tanto se inscriba la transferencia el transmitente será civil-
mente responsablepor los daños y perjuiciosquese produzcancon el automotor en su carácter de
dueño de la cosa. No obstante, si con anterioridad al hecho que motive su responsabilidadel trans-
mitente hubiere comunicado al registro que hizo tradición del automotor, se reputará que el ad-
quirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquel, re-
visten con relación al transmitente el carácter de terceros por quien él no debe responder y que el
automotorfue usado contra su voluntad". Véase www.jus.gob.arltramites-y-servicioslautomoto-
resldenuncia-de-venta-del-automotor.aspx.
ACCIDENTES DE TRANSITO 267

En ese orden de ideas, sostiene la doctrina que el daño puede ser resarcible se-
gún el mayor o menor grado de probabilidad de que llegara a acontecer, aunque lo
que habrá de resarcirse no será la totalidad de la pérdida sufrida o la ganancia de-
jada de percibir, pues el juez debe apreciar la proporción de ese valor que en con-
creto representa la frustración de la chance 14.
Se ha dichoque la determinación origende la chan-
ce-debe efectuarse desde el juzgador, atendiendo a su realidad social y particula-
ridad propias del medio en el cual se haya inserto. Asimismo, se puntualizó que la
medida de la reparación de las chances tiene inmediata vinculación con la intensi-
dad o grado de probabilidad de la oportunidad frustradaI5.
Por otra parte, sáenz16propone concebir a la pérdida de chance, a diferencia de
lo queocurre-porejemplo-con el lucrocesanteoel dañoemergente, como unda-
ño "naturalístico" o fáctico, y no jurídico. Es decir, se configura como el menoscabo
material del cual, luego, se extraerán las consecuencias resarcibles, que pueden ser
tanto de naturaleza patrimonial como extrapatrimonial. Esta concepción, señala el
jurista citado, tiene dos consecuenciasde particular trascendencia. La primera cues-
tión es, entonces, la existencia o node la posibilidadquedeterminará, asuvez, la exis-
tencia o no del daño desde un punto de vista fáctico y, por ende, la procedenciao no
de la acción promovida, pues, en el caso de quese compruebe la inexistenciadel ále-
as invocada, el actor no habrá probado el perjuicio cuyo resarcimiento persigue. En
segundo lugar, determinará la forma en quedeberá cuantificarseeldañosufrido por
la víctima.
Entonces, el primer paso para cuantificar el dañoesestablecer cuál esel valor del
"daño final", para afectar luego esevalor al porcentaje de chances perdidas. Debe-
mos diferenciar, entonces, entre aquellossupuestos en los que se perdió la posibili-
dad de obtener una ganancia (a los que llamaremos, en adelante, daño por pérdi-
da de chance "positiva"), de los casos en que se frustró la posibilidad de evitar un
perjuicio (pérdida de una chance "negativa").Cuando lo que está en juego es la ga-
nancia perdida, habrá de determinarse cuál era el monto de esa ganancia, y sobre
ese resultado, calcular la probabilidad de que ese resultado se produjera. En el se-
gundo caso (evitar un perjuicio), la valuación de la chance estará determinada por

l4 Highton de Nolasco, Accidentes de tránsito. Daño resarcible como lucro cesante y daño
emergente en caso de lesionesa las personas desde la óptica de losjueces civiles (justicia nacionalci-
vil), en "Revista de Derecho de Daños", no2, "Accidentes de tránsito-ll", 1998, p. 58, cit. por Areán,
Juicio por accidentes de tránsito, 201 2, t . 4A, p. 505.
l5 Conclusión de las " X Jornadas Científicas de la Magistratura", realizadas en Córdoba, 1994,
cit. porAlferillo, en Código CivilyComercialcomentado. Tratadoexegético, Zaed.,201 5,t.Vll, p. 225.
l6 Sáenz, El daño por pérdida de chance o hacia el retorno de la distinción entre daño yper-
juicio", RCyS, 2014-XI-9;11, On Line, AWDOC/3631/2014.
268 CECILIA CELESTE DANESI

el valor del resultado final efectivamente producido. Respecto de dicho valor se de-
terminará el resarcimiento correspondiente por la frustración de la chance.

Jurisprudencia

- Falta de prueba. Daño eventual


Para imputar jurídicamente como cierto el daño, el tribunal-por remisión a los argu-
mentos del juez de grado- admite que una persona -el actor como director acadé-
mico del instituto- era insustituible para la existencia del proyecto comercial em-
prendido, respecto del cual faltaban ocho meses para entrar en funcionamiento, yes-
tablece la impostergabilidad de la formalización de un contrato que estaba supedita-
do a un plazo perentorio y debía celebrarse entre presentes. Afirmaciones, todas es-
tas, que no encuentran respaldoen elemento probatorio alguno. Así, el a quo indem-
niza una probabilidad-no la pérdida de un negocio concreto del quesolo restaba su
instrumentación-que queda en el terreno de las puras conjeturas o hipótesis, es de-
cir. un daño eventual. Esplue aun cuando la chance es indemnizable, la indemnización
debe reparar un interés actual del interesado, que no existe cuando quien se preten-
de damnificado no llegó-como en el caso-a emplazarse en la situación idónea pa-
ra hacer la ganancia o evitar la pérdida. Por ello, corresponde admitir el recurso extra-
ordinario interpuestoeinvalidar-en lostérminosde la doctrina de la arbitrariedad-
la sentencia apelada, pues media relación directa entre lo resueltoylasgarantíascons-
titucionales que se dicen vulneradas, lo que conduce a privarla de su condición de ac-
tojurisdiccional válido. [CSJN, 8/3/94, "Rodríguez Santorum, Claudio c. Tap Air Portu-
gal", CSJN-Fallos, 317:181; LL, On Line, AWJUW709/1994].

3 42. Indemnización por fallecimiento


La cuestión posee asidero legal en el art. 1745 del CCCN que establece: "En caso
de muerte, la indemnización debe consistir en: a) los gastos necesariospara asisten-
cia yposterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe a quien lospa-
ga, aunquesea en razón de una obligación legal; b) lo necesariopara alimentos del
cónyuge, delconviviente, de los hijosmenores de veintiún añosde edad con derecho
alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan si-
do declarados talesjudicialmente; esta indemnizaciónprocedeaun cuando otraper-
sona deba prestar alimentos al damnificado indirecto; el juez, para fijar la repara-
ción, debe tener en cuenta el tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones
personales y las de los reclamantes; c) la pérdida de chance de ayuda futura como
consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho también compete a quien ten-
ga la guarda delmenor fallecido".
En cuanto a la pérdida de chance de ayuda futura por la muerte de los hijos, re-
mitimosal CapítuloXI titulado "Indemnización § 48,
ap. c), "La pérdida de chance de ayuda futura".
ACCIDENTES DE TRANSITO

5 43. Algunos supuestos relevantes


a) Jubilada

En el caso de una víctima jubilada, que tenga losconocimientostécnicospara de-


sarrollar una determinada actividad, como por ejemplo, podría ser el caso de una
profesora que dé clases particulares, de una enfermera, etcétera, corresponde in-
demnizarla por la pérdida de chance de llevar a cabo esas tareas que le permitan
complementar los escasos ingresos que proporciona una jubilación.
En un precedentejudicial, se concedió la reparación en concepto de pérdida de
chance, cuando se había constatado que la damnificada había trabajado hasta su
jubilación como enfermera y que podría haber realizado esa tarea en domicilios
particularesa efectos de obtener un ingreso extra1'.

Jurisprudencia

- Jubilada que reclama por las actividades


que no puede realizar
Corresponde otorgar a la víctima de un accidente de tránsito una indemnización por
pérdida de chance, pues, si consta que ha trabajado hasta la edad jubilatoria como en-
fermera en diversos establecimientoshospitalarios, es claro que cuenta con la forma-
ción y los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar dicha tarea por su
cuenta en domicilios particularesyque ello podría haberle proporcionado un ingreso
adicional quecomplemente los magros ingresosprovenientesdela jubilación. [CACC
3"Córdoba, 14/9/10, "González, Ramona Yolanda c. CooperativaObrera deTranspor-
teAutomotor La Calera Ltda.yotrosn,LLC, 2010 (diciembre), 1287; LL, On Line, AWJUW
577601201O].

b) Cuando la víctima no acredita ingresos


yse utiliza elsalario mínimo vital
y móvil

Cuandoel damnificado nodemuestra quedesempeñaba un trabajoestableyso-


lo existen sus manifestaciones unilateralescarentesde respaldo probatorio, puede
utilizarse como referencia el salario mínimo vital y móvil para el cálculo por pérdi-
da de chances. En cambio, si la víctima acredita que percibía ingresos y los dejó de
cobrar por el siniestro, la indemnización correspondería por lucro cesante.

l7 CACC3aCórdobal14/9/10, "González, RamonaYolandac. Cooperativa Obrera deTranspor-


t e Automotor La Calera Ltda.y otros", LLC, 2010 (diciembre), 1287; LL, On Line, ARIJUW 5776012010.
CECILIA CELESTE DANESI

Jurisprudencia

- Víctima que no acredita ingresosy se utiliza el salario mínimo, vital


y móvil para el cálculo de la pérdida de «chances»
Respectodel salario mínimovital y móvil a tener en cuenta, a mi modo dever el agravio
no puede ser recibido, porque el valor del salario mínimo vital y móvil ha sido tomado
de manera referencia1objetiva, a la fecha de la sentencia, puesto que la actora no acre-
ditó trabajo estable, solo afirma haber modelado y cuidado niños, sin acreditar monto
alguno. El salario mínimovital y móvil es una pauta referencial aplicada en el caso ante
la circunstancia que la actora a la fecha del hecho era menor y no acreditó ingresos y,
además, es una pauta objetiva establecidapor el organismoestatal pertinente. Por otra
parte en el caso no se trata de lucro cesantefuturo puesto que la actora no acreditó in-
gresos, sino quese la está indemnizando por la pérdida dechances. En el caso, sí bien es
cierto que el salario mínimo vital y móvil tomado por el a quo parece bajo como remu-
neración para una tarea laboral, es el fijado por la autoridad competente, y no parece
inadecuado para establecer una indemnización que no se refiere a lucro cesantefutu-
ro. En suma tratándose de una pauta referencial objetiva, y máxime cuando es aplica-
da para indemnizar pérdida de chance, parece adecuadotomar el salario mínimo vital
y móvil acogido por lajuez. [CACC8"Córdoba, 3110109, "Alderete, Roxana Lujanc. Pro-
vincia de Córdoba", LL, On Line, AR/JUW4270912009].

- Empleada doméstica

El caso no presenta mayor complejidad. En el supuesto de una empleada do-


méstica que, a raíz de un siniestro vial, padeció una limitación física que le impedi-
rá realizar sus tareas laborales, cabe concederle la indemnización en concepto de
pérdida de chance.

Jurisprudencia

1. Empleada doméstica
La indemnización por integridad física y pérdida de chance solicitada por una emplea-
da doméstica que perdió la movilidad de su brazo al ser impactada por un automotor
debe admitirse-en el caso, por $1.100.000-, teniendo en cuenta las limitantesfísicas
quesufrirá por el restodesuviday que le impedirán desarrollarsutrabajo, locual debe
hacerse méritoa la hora de la cuantificación, no como un demérito por su perfil laboral,
sino como una justa e integral indemnización del daño causado (art. 1740, CCCN).
[CACC Salta, Sala 111,26/8/16, "R., E. V. A. c. G. O., A. S. y10 quien resulte civilmente res-
ponsableslSumario- Dañosy perjuicios por accidente de tránsito", RCyS, 2016-Xll-176;
RCCyC, 2017 (febrero), 224; LL, On Line, ARIJURI7074012016].
x
CAP~TULO
LESIÓN A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS
(INCAPACIDAD SOBREVINIENTE) Y GASTOS

5 44. Incapacidad sobreviniente


a) Conceptoy régimen legal

La incapacidades concebida como la pérdida del ejercicio de funciones esencia-


les del hombre en su vida de relación, aptitud que puede repercutir en el campo pa-
trimonial o extrapatrimonial de la persona, oen ambos a la vez1.
Luego del período normal de convalecencia y del eventual tratamiento rehabi-
Iitante posterior, puede suceder que el lesionado no obtuviera un completo resta-
blecimiento, y le quedaren secuelas de incapacidad, las que deberán ser indemni-
zadas. Entonces, el rubroserá admisible cuando se acredite que, a raíz del siniestro,
la víctima resultó disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas en forma perma-
nente, al margen de lo que le corresponda por la actividad productiva de la víctima
y por daño moral2.
Actualmente, la partida indemnizatoria bajoestudioestáreguladaenel art. 1746
del CCCNque dispone: "En caso de lesioneso incapacidadpermanente, fisica opsí-
quica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada mediante la determina-
ción de un capital, de talmodo que sus rentascubran la disminución de la aptitud del
damnificado para realizar actividadesproductivas o económicamente valorablesl y
que se agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizan-
do tales actividades ...". Además, en la última parte se contempla la presunción de
los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resulten razonables en fun-
ción de la índole de las lesiones o la incapacidad yse estipula que, en el supuesto de

Trigo Represas, Responsabilidadcivil. Doctrinasesenciales: losdañosprovocadosporla in-


capacidadtotalypermanente, 2007, t. II, p. 1514.
* López Mesa -Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-
ponsabilidadextracontractual, 201 1, t. VII, ps. 195 a 197.
272 CECILIA CELESTE DANESI

incapacidad permanente, se debe indemnizar el daño aunque el damnificado con-


tinúe ejerciendo una tarea remuneraday, aun cuando otra persona preste alimen-
tos al damnificado.
De la norma se desprende que, desde el punto de vista patrimonial, la "incapaci-
dad sobreviniente" se traduce, entonces, en un lucro cesante derivado de la dismi-
nución de la aptitud del damnificado para realizartareas patrimonialmente mensu-
rable~(trabajar), pero también desplegar otras actividades de la vida cotidiana que
pueden cifrarse en dinero. Y es precisamente desde esa óptica que aborda la cues-
tión el artículo en análisis. Así, la integridad psíquica de las personas no tiene valor
en sí misma (pues esobjeto del derecho personalísimoa la integridad física, de natu-
raleza extrapatrimonial), sino en función de lo que aquellas pueden producir ha-
ciendo uso de dicha integridad3.
Otra cuestión importante en torno a la incapacidad, es que este rubro solo será
admisiblecuandolas lesionesseanpermanentes,ya sean totaleso parciales. Es decir,
si a raízdel accidentede tránsito la víctima no tuvo ninguna consecuencia física o psí-
quica de porvida, no procede la indemnización por incapacidad. Ello noobsta a que
se concedan sumas de dinero para afrontar un tratamiento psíquico o de rehabilita-
ción para evitar que el daño se agrave.
Por otra parte, consideramos que es conveniente que las dos facetas de la inca-
pacidad sean analizadas en conjunto4, es decir, la física y la psíquica, ya que ambas
hacen al conjunto del sujeto. En ese sentido, se sostiene que la lesión de la psiquisde
quien sufrió un accidente de tránsito no constituye un perjuicio autónomo y distin-
to de la incapacidad sobreviniente, pues se trata, en ambos casos, de lesiones que
producen una merma en la capacidad del sujeto para realizar actividades patrimo-
nialmente mensurablessiendoestadisminuciónloqueen definitivaconstituyeel da-
ño resarcible. Este aconseja que se fije una única partida indemnizatoria que abar-
que ambos conceptos5.
En suma, la incapacidad sobreviniente comprende esencialmente la alteración,
minoración, detrimento osupresión de: 1) la capacidad laboral o productiva, osea
la que repercute en la pérdida de ingresos por la afectación a la concreta aptitud
productiva o generadora de ingresos; 2) la capacidadvital o la aptitud o potencia-
lidad genérica, es decir, la que no es estrictamente laboral y recae en la idoneidad
intrínseca del sujeto para producir bienes o ingresos, y 3) el daño a la vida de rela-

Picasso - Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, t. IV, p. 490, disponible
al 1/5/16 en www.saij.gob.arldocs-f/codigo-comentadolCCyC~Nacion~Comentado~Tomo~lKpdf.
López Mesa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-
ponsabilidad extracontractual, 201 1, t. VII, p. 1006.
CNCiv., Sala A, 3118115, "D., L. E. c. K., S. D. y otros s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-111-131;
LL, On Line, AR/JUR/35793/2015.
ACCIDENTES;DE TRANSITO 273

ción o a la actividad social estrechamentevinculado con la capacidad intrínseca del


sujeto6.
Por último, debemos poner de manifiesto una particularidad que se presenta
con esta norma. Algún sector de la doctrina y de la jurisprudencia considera que es-
ta norma es de aplicación inmediata. Esto significa que, aunque el siniestrose haya
producido con anterioridad a la puesta en vigor del nuevo texto normativo, para el
cálculo del rubro por incapacidad física o psíquica se aplica el art. 1746 del CCCN y
no el Código de Vélez Sarsfield.
En ese orden de ideas, señala Sáenz que, a difereniia de lo que ocurre con la ma-
yoría de las disposiciones referidas a la responsabilidadcivil, las reglas que estable-
ce el art. 1746 del CCCN resultan inmediatamente aplicables, toda vez que no se re-
fieren a la constitución de la relaciónjurídica, sino solo a sus consecuencias (art. iO,
CCCN).Asimismo, la regla novaría la naturaleza ni la extensiónde la indemnización
que tiene derecho a percibir la víctima, sino que únicamente sienta una pauta para
su liquidación.Teniendo en cuenta ello, aun cuandoel hecho ilícitosea anteriora la
entrada en vigencia del nuevo Código, las pautassentadaspor la norma antes men-
cionada para la determinación del quantumde la incapacidadsobrevinienteson de
aplicación inmediata7.
Esa postura también es compartida por algunos tribunales. La Cámara de Ape-
laciones en lo Civil y Comercial de Gualeguaychú sostiene que la incapacidad física
resultantede unsiniestro, debeser resarcida mediante uncapital que, puestoa pro-
ducir rentas, se consuma mediante los retiros equivalentes a la proporción que se
ven menguados por la incapacidadgenerada por esosdaños, por aplicacióndel art.
1746 del CCCN~.
Advertimos también que esa Cámara ya venía utilizando fórmulas aritméticas
para la cuantificación del daño. Así, en un pronunciamiento de 201 1 dispuso que
"con el objeto de expresar numéricamente el lucro cesante por los ingresos que se
verá impedido de obtener, como consecuencia de la incapacidad física generada
por el accidente, utilizaré fórmulas aritméticas, pues, sin desconocer opiniones en
contrario, tratándose de un daño material, considero que no violentan derecho
constitucional alguno sino que, por el contrario, su aplicación preserva el derecho

Galdós, en Código Civily Comercialde la Nacióncomentado, 2014, t.Vlll, p. 524; López Me-
sa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidadcivil: cuantificación e n la responsabilidad extra-
contractual, 201 1, t.VI1, ps. 5 2 4 ~ 5 2 5 .
Sáenz, La aplicación de la ley con relación a l t i e m p o y e l derecho de daños, en RCCyC, 201 5
(diciembre), 148; LL, On Line, AR/DOCl381512015.
CACC Gualeguaychú, Sala 1,261811 5, "Bos, Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Diego Rodrigo y
otros sl0rdinario - daños y perjuicios", RCyS, 2015-XII-183; RCCyC, 201 5 (diciembre), 154; RCCyC,
2016 (mayo), 191; LL, On Line, AWJUW3063712015.
CECILIA CELESTE DANESI

de defensa en juicio de las partes (art. 18, CN) al otorgar pautas objetivas de cuanti-
ficación del monto a resarcir a través de los elementos obrantes en la c a u ~ a " ~ .

Jurisprudencia

1. Incapacidad: conceptoy alcance


1 La incapacidadesunconceptoampliosegún la elaboraciónjurisprudencialdesarro-
llada en torno a los arts. 1083 y 1086 del CC, posteriormente recogida en el nuevo Có-
digo Civil y Comercial (arts. 1737,1738,1740,1746 y concs., CCCN). Comprende no so-
lo la afectación patrimonial concreta derivada de la repercusión económica en el pla-
no laboral, sino que también incluye la afectación a la integridad física y psíquica en sí
misma, más allá de lo productivo yel daño a la vida de relación. Incluye la repercusión
laboral derivada de la minoración económica en el plano productivo, es decir lo que la
víctima osufamilia percibía regularmenteantesdel hecho ilícito. Pero noseagota allí
el resarcimiento, sino que comprende además todas las afecciones a los restantes pla-
nosindividualesysociales, al margen del desempeño laboral de la persona, yqueabar-
ca las áreas individual, familiarysocial. [CACCAzul, Sala 11,29/12/15, "G., A. F. c. Tucci,
Fabricio César y otro s/Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 7601161.

2 Teniendo en cuenta que la cuantificación del daño hacea lasconsecuenciasde la re-


laciónjurídica dañosa, correspondecuantificarestasconsecuenciasdeconformidad al
método de capital humano consagrado en el art. 1746 del CCCN. De este modo, es da-
ble aclarar que el art. 1746 del CCCN, a los efectos de evaluar la indemnización por in-
capacidad sobreviniente solo tiene en cuenta la disminución de la capacidad laboral o
productiva y, en autos, se ha tenido en cuenta no solo la disminución de la aptitud la-
borativa, sino también la vital. Por ello, se estima que, al momento de cuantificar los
daños reclamados, hay que tener presente que el art. 1746 del CCCN, se aplica única-
mentea la pérdida o disminución de la capacidad laborativa, debiendo incluirse la dis-
minución o pérdida de las demás capacidades no lucrativas de la persona, ya sea en las
consecuencias patrimoniales del daño cuando repercutan en el patrimonioo en las ex-
trapatrimoniales cuando ostenten tal carácter (arts. 1737 y 1738, CCCN). [CACCMPT
2aMendoza, 3/4/17, "Cruz Flores, Emiliano Agustín c. Cooperativa de Transporte Au-
tomotor de Servicios slDaños y perjuicios", Rubinzal On line, RC J 32931171.

3 La reducción del resarcimiento por daño material dispuesta por el a quo en modo
alguno pudo justificarse bajo el dogmático argumento de que la actora continuó de-
sempeñando su cargo de magistradasin sufrir merma en sus salarios. Por el contrario,
la conclusión de que el peritaje médico daba cuenta de una disminución permanente
en su aptitud física para realizar actividades productivas (incapacidad del 60%) debió
llevar a la corte provincial a considerar que mediaba un daño específico que debía re-
pararse aun cuando la víctima, pese a las dolencias físicas que la aquejaban, hubiera

CACCGualeguaychú, Sala 1,21/12/11, "Gervasoni, Horacio Raúl c. Esmoris, JulioCésarsIDa-


ñosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW3063712015.
ACCIDENTES DE TRANSITO

continuado ejerciendo esa actividad remunerada (del voto del doctor Lorenzetti).
[CSJN, 10/8117, "Ontiveros, Stella Maris c. PrevenciónART5.A. y otross/Accidente- Re-
curso de inconstitucionalidad y casación", Rubinzal On Line, RC J 57001171.

4 La valoración de la incapacidad sobreviviente no solo se limita a la pérdida de po-


tencialidad laboral, total o parcial, sino también tiene íntima relacióncon otros aspec-
tos materialmente valiosos que pueden haberse perdido, disminuido o limitadoa par-
tir del accidente y que hacen a la "persona" en sí misma, independientemente de que
trabaje o no, y que se proyectan incluso más allá de su edad jubilatoria. Siendo ello así,
deben computarse las consecuenciasque repercutensobre la situación económica, so-
cial, cultural, artística, deportiva, religiosa, sexual, recreativa, etcétera, de la víctima.
Asimismo, lassecuelasy la incidencia del transcurso del tiempocomo factor que reduz-
ca o agrave el perjuicio; la implicancia en la vida de relacióny en el proyecto de vida del
perjudicadoy la idoneidad del menoscabo para afectar la aptitud de gozar de los bie-
nes de la vida que tenía la damnificada antes del hecho dañoso, e igualmente las pers-
pectivas o probabilidadesde ingresos o mejora futura que el hecho dañoso ha frustra-
do. [CACC Mar del Plata, Sala 111,10/5/17, "Asención, Bárbara Vanesa y otro c. Furega,
Carlos Osvaldoy otros slDaños y perjuicios por uso automotor", Rubinzal On Line, RC J
30081171.

5 La estimación del daño por incapacidad sobreviniente no solo abarca las limitacio-
nes en el ámbito laboral específico, sino en cuanto pueda afectar la capacidad labora-
tiva genérica y el desarrollo normal de la vida de relación. En efecto, la noción de "lo pa-
trimonial" en el derecho de daños es más amplia que la de patrimonio en estricto sen-
tidotécnico, puesdebeabarcar,másalláde los bienesexteriores pertenecientesa la per-
sona, las potencialidades humanas que instrumentalmente posean naturaleza econó-
mica que, aunque desprovistas de valor económico en sí, lo adquieren indirectamente
al ser aplicadas al logro de finalidades productivas. Así la integridad de la persona pre-
senta un valor económico instrumental como capital destinado a ser fuente de benefi-
cios económicosy de toda índole, cuya afectacióncercena posibilidades de desenvolvi-
miento futuro, con lo cual se tiene que el daño en esta esfera resulta ser susceptible de
apreciación pecuniaria, como lo exige el art. 1068 del CC, y, por ende, indemnizable.
[CNCiv., Sala J, 23111/17, "P., J. P. c. Biudes, Christian Gabriel yotros/Dañosyperjuicios",
RubinzalOn Line, RC J 97621171.

2. Indemnización plena y límite al arbitrio


judicial
6 En lorelativoa loestablecido por el art. 1746delCCCN,se ha emitidoopiniónconan-
terioridad, sosteniendo que lo que se tiene principalmente en cuenta es fijar con juste-
za una indemnizaciónplena (art. 1740, CCCN). Por un ladose trata de poner un margen
al arbitrio judicial y resarcir en la mayor medida posiblea la víctima. Este principio reco-
nocido desde hace tiempo por la jurisprudencia, fue consagrado en nuestro ordena-
miento civil por lo que ahora el nuevo artículo lo ha venido a confirmar como una nor-
ma jurídica del derecho vigente. [CNCiv., Sala M, 14/4/16, causa no79571/2011, "M., P.
A. c. Rodríguez, María Laura s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 33851161.
CECILIA CELESTE DANESI

7 La jurisprudencia provincial ya ha adoptado la pauta fijada por el art. 1746delCCCN,


que tiende-indudablemente-a evitar decisiones injustas, que violen el principio de
igualdad, al fijar indemnizaciones que no responden a parámetros objetivos en cuan-
to a los elementos a considerar y su consecuente resultado. La finalidad de la norma,
tendiente a la concreción del valor justicia, aun cuando no resulte de aplicación a dis-
tintos casos cuya ocurrencia temporal fue anterior a la sanción de la nueva normativa
de fondo, debe servir de guía para la determinación cuantitativa de los rubros resarci-
torios. [CACCMPT la Mendoza, 31/10/16, causa n026457/52016, "Acosta Alegre, Libra-
da c. Jofre Miranda, Leonardo A. y otro slDaños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J
62331161.
8 Para fijar la cuantía de la incapacidad sobreviniente, habrá de tomarse en cuenta la
doctrina consolidada de la Corte Suprema según la cual el derecho a la reparación del
daño injustamente experimentado tiene jerarquía constitucional, toda vez que el ne-
minem laedere, reconoce su fuente en el art. 19 de la CN. De este se infiere el derecho a
no ser dañado y, en su caso, a obtener una indemnizaciónjusta y plena. Precisamente,
estefundamentoseha plasmadoenelart. 1740delCCCN,queexpresamenteindicaque
la indemnización"debeser plena", aclarando a continuación que ese carácter consiste
en la restitución de lasituación del damnificadoal estadoanterior al hechodañoso. Por
tanto, ya sea que se entienda que la fijación del quantum indemnizatorio es una de las
consecuenciasjurídicas no consolidadas a la que se aplicaría el art. 1746 del CCCN-y,
por consiguiente, alguna de las fórmulas matemáticas-o bien se recurra a la doctrina
de la Corte a que hice mención, la solución no habría de modificarse. [CNCiv., Sala M,
15/9/16, "F., N. B. c. Arcos DoradosArgentina y otro s/Daños y perjuicios", RubinzalOn
Line, RC J 61051161.

3. Aplicación temporal de la ley


9 Cabe insistir en que la utilización de lasfórmulasmatemáticaspara la cuantificación
del rubro en estudio no genera problemas de aplicación temporal de la ley. En mate-
ria de responsabilidadcivil, la nueva normativa no ha hecho menos que recoger losde-
sarrollosjurisprudencialesy doctrinarios que preexistíanyse encontraban ya vigentes
a la fecha de su sanción. Más aún, las fórmulas utilizadas reconocen su origen en pre-
cedentes jurisprudenciales dictados durante la vigencia del Código Civil de Vélez. En
estesentido, se ha afirmado-con acertado criterio-que la regulación actual de res-
ponsabilidad civil contenida en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación puede
entenderse como doctrina interpretativa de la legislaciónanterior bajo el prisma de la
compatibilidad de ambos sistemas (el viejo y el nuevo). [CACC Mar del Plata, Sala II,
18/8/16, causa no161169, "R. D., J. A. c. Kreymeyer, Iványotras/Dañosy perjuicios", Ru-
binza1On Line, RC J 44221161.
10 Dado la fecha del accidente de tránsito, resulta aplicable respectodel derecho a la
reparacióndel daño por incapacidad, el Códigocivil devélezynoel art. 1746delCCCN
-art. 7" de ese ordenamiento-, lo cual no varía la solución a favor del recurrente
quien pretende la disminución del monto otorgado. CCACCMPT4"Mendoza, 14/9/15,
"Villalobos, Nidia Angélica yotros c. Cobarrubia Montivera, Ana Paola y otross/Daños
y perjuicios (accidente de tránsito)", LL, On Line, AR/JUW63305/2015].
ACCIDENTES DE TRANSITO 277

11 ~finesdecuantificarlaincapacidadsobrevinienteyauncuandoelcasoquedeapre-
hendido por el Código Civil derogado, corresponde reconocer un capital de tal modo
que sus rentas cubran la disminuciónde la aptitud del damnificado para realizar activi-
dades productivasoeconómicamentevalorablesyqueseagoteal terminodel plazoen
que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades (art. 1746, CCCN).
[CNCiv., Sala B, 2412117, "Rozñiski, Julián Ariel c. González, Jorge Antonio y otros s/Da-
ños y perjuicios (acc. trán. dles. o muerte)", LL, On Line, AWJUW2540/2017].
12 Sin embargo, me parece que la modalidad propuesta para cuantificarla con base
en la ley de procedimiento (art. 162, CPCCN) nose ajusta al derecho sustancial vigente
aplicable, esto es, a las directivas del art. 1746 del CCCNoperativo de modo inmedia-
to en este juicio, ya que el mismo no se refiere a la constitución de la relación jurídica
-obligación de reparar-, sinosolo a lasconsecuenciasdeella,en tanto la regla nova-
ría la naturaleza ni la extensión de la indemnización quetienederechoa percibir lavíc-
tima; únicamente sienta una pauta para su liquidación, ausente en el ordenamiento
derogado, por lo queaquella llena una laguna legal presente hasta entonces. [CACC
Concordia, Sala Civ. yCom. II, 15/3/16, "R., C.A. c. C., C.G. yotros/Ordinario", LL, On Li-
ne, AWJUW23953/2016].
13 El art. 1746 del CCCN resulta directamente aplicable al supuesto de daños gene-
rados como consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido con anterioridad a la
entrada en vigencia de aquel, pues no se refiere a la constitución de la relaciónjurídi-
ca -obligación de reparar-, sino solo a las consecuencias de ella, en tanto la regla no
varía la naturaleza ni la extensión de la indemnización que tiene derecho a percibir la
víctima; únicamentesienta una pauta para su liquidación. [CNCiv., Sala A, 31/8/15, "D.,
L. E.c. K.,S.D.yotross/Dañosyperjuicios", RCyS,2016-lll-131;LL, OnLine,ARIJUW35793/
201 51.

4. Daño psíquico incluido en la incapacidad sobreviniente


14 La lesiónde la psiquisdequiensufrió unaccidentedetránsitonoconstituyeun per-
juicio autónomo ydistintode la incapacidad sobreviniente, puessetrata, en ambosca-
sos, de lesionesque producen una merma en la capacidad del sujeto para realizar acti-
vidades patrimonialmente mensurablessiendo esta disminución lo que en definitiva
constituye el daño resarcible, circunstancia que aconseja que se fije una única partida
indemnizatoria queabarque ambosconceptos. [CNCiv., Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K.,
S. D. yotross/Dañosyperjuicios", RCyS, 201 6-111-131; LL, On Line, AWJUW35793/2015].

15 El daño psíquico no constituye un daño autónomo, sino un aspecto a considerar


dentrodel rubro incapacidad sobreviniente, pues configura una disminución de apti-
tudes con repercusión en el patrimonio y la vida de relación del damnificado. [CNCiv.,
Sala J, 2311 1/17, "P., J. P. c. Biudes, ChristianGabriel yotrosIDañosy perjuicios", Rubin-
zal On Line, RC J 97621171.

5. Derecho personalísimo a la integridad psicofísica


16 El derechopersonalísimoala integridad psico-física, de rangoconstitucional (arts.
5O, CADH-Pacto de San José de Costa Rica-; 75, inc. 22, CN) hace que deban valorar-
278 CECILIA CELESTE DANESI

se en su integridad las circunstanciaspersonales que rodean a la víctima a los fines de


establecer la limitación a la plenitud provocada por un hecho ilícito, reconociéndose
de esta manera el derecho a la seguridad e integridad de la persona, como garantías
constitucionales (arts. 3", Convención lnteramericana sobre Derechos Humanos y4"y
5", Pacto de San José de Costa Rica). Cabe agregar que, actualmente, el Código Civil y
Comercial hace alusión también a este concepto, al referir que la indemnización in-
cluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos
de la víctima, aludiendo entre otros a la integridad personal (art. 1738, CCCN). [CACC
Mar del Plata, Sala 111,10/5/17, "Asención, Bárbara Vanesa y otro c. Furega, Carlos Os-
valdo yotross/Daños y perjuicios por uso automotor", RubinzalOn Line, RCJ 3008/17].

b) Prueba y cuantificación

La interpretación del art. 1746del CCCN no es pacífica. Algunossostienen que la


disposición ordena la utilización de una fórmula matemática para calcular la inca-
pacidad, mientrasqueotros nieganesa posicióny, por ende, el empleode la fórmula
no es obligatorio. También, existe una postura intermedia que propicia el empleo
de la mencionada fórmula pero con matices, es decir, con un mayor margen de dis-
crecionalidad por parte del magistrado.
Veremos a continuación cada una de estasteoríasytam bién, los parámetrosque
deben utilizarse para cuantificar el rubro bajo estudio.
Previo a introducirnosen las cuestionesatinentesa la cuantificación, debemosse-
ñalar que, al igual que todos los rubros indemnizatorios (salvo excepciones, por su-
puesto), este ítem debe ser debidamente acreditado. La prueba por excelencia de la
incapacidadsobreviniente es la pericia1 médica. Es decir, un perito experto en la es-
pecialidad médica de la que se trate la lesión (v. gr., fractura de una pierna: trauma-
tólogo), estimará el porcentaje de incapacidad.También, constituirán importantes
elementos probatorios las constancias de atención médica del día del hecho, así co-
mo la historia clínica de la víctima que se labre posteriormente.
En cuanto a la designación del perito médico, cabe hacer algunas consideracio-
nes. En primer lugar, no presenta ninguna complejidad escoger un perito trauma-
tólogocuando las lesionesfueron exclusivamentefracturas. Pero cuando esascom-
prenden también otro tipo de daños en el cuerpo, es conveniente designar un mé-
dico clínico.
En segundo lugar (esta es tal vez una de las cuestionesquesiempre generan opo-
sicionesen los procesos), se plantean controversiasen tornoa la estimacióndel daño
psíquico.La parteactorasuelesolicitarquesedesigne un peritomédicolegistaquien
peticionará la realizaciónde un psicodiagnósticoy, en base a este, fijará el porcenta-
je de incapacidad psíquica. Frente a ello, la parte demandada suele oponerse y re-
querirá la designación de un psicólogo o, en algunos casos, de un psiquiatra. El juez
resolverá la oposición en forma absolutamentediscrecional (recordemos que esa re-
ACCIDENTES DE TRANSITO 279

solución es inapelable, conf. art. 379, CPCCCNIO), la que generalmente es designar


un perito médico legista para que dictamine en torno a las dos cuestiones. En nues-
tra opinión (la que reconozco que ha cambiado debido a la experiencia tribunali-
cia), deben designarsedos peritos: uno que se expida sobre la esfera física y otro so-
bre la psíquica. Explico por qué. La práctica evidencia que el perito legista, debido a
que -lógicamente- carece de los conocimientos en la materia, reproduce los tér-
minos del psicodiagnóstico en su dictamen, por lo que replica el porcentaje de inca-
pacidad allí fijado. Esto significa que el daño psíquico t~rminasiendo determinado
por quien lleva a cabo el psicodiagnóstico, que no es designado por el juez, sino -
generalmente1'--escogido libremente por la parte actora (con los "peligros" que
ello conlleva). Para evitar esta situación, y tener la garantía de la absoluta imparcia-
lidad en la estimacióndel porcentajede incapacidad (dato que es relevantísimo pa-
ra determinar el monto indemnizatorio), deben designarse un perito médico para el
aspecto físico y un psicólogo para el psíquico.

Jurisprudencia

- Rechazo de la incapacidadpor falta de prueba


La indemnización solicitada a fin de reparar la incapacidad sobreviniente de un moto-
ciclista quesufrió unaccidentede tránsitodebe rechazarse, por cuanto los certificados
médicos han sido desconocidos por la citada en garantía, no se incorporó ninguna his-
toria clínica u otro tipo de prueba que acredite la existencia de atención médica rela-
cionada con el accidente y el propio actor al absolver posiciones indicó que después de
un año no tienesecuelas. [CACCMPT4" Mendoza, 13/9/17, "Olivera, Leonardo Iván c.
Carvacho, Nelson Martín s/D. y p. (accidente de tránsito)", LL, On Line, AWJUW65894/
20171.

1 - No aplicación de fórmulas matemáticas


para cuantificar la incapacidad
Un sector sostiene que la disposición presenta una clara insuficiencia en sus pre-
visiones indemnizatoriasy, por lo cual, que no se deberían agregar a estas deficien-
cias aquellas interpretaciones filo matemáticas que en sus propuestas pretenden
imponer al juez dogmas con ropajes cientificistasy constantes matemáticasde dis-

l o Art. 379, CPCCN: "Serán inapelables las resoluciones deljuezsobre producción, denega-
ción ysustanciación de 1aspruebas;sisehubiere negado alguna medida, la parte interesada podrá
solicitara la cámara que la diligencie cuando el expediente le fuere remitido para que conozca del
recurso contra la sentencia definitiva ".
l 1 Digo generalmente porque algunos jueces le requieren al perito que determine las insti-
tuciones donde debe realizarse el psicodiagnósticoy otros, ordenan que se realice en un hospital
público (esta es la que más tiempo demora).
280 CECILIA CELESTE DANESI

cutible y endeble fundamentación, q u e sin duda producirán resultados totalmen-


t e injustos. Aun cuando se pudiese ser proclive a aceptar las formulaciones mate-
máticas para cuantificar indemnizaciones, es necesario observar q u e no se puede
aceptar la incorporación a tales fórmulas d e "constantes matemáticas dogmáticas
e indiscutibles" q u e alejen al juzgador d e la singularidad humana d e aquel quese-
rá el recipiendario d e su resolución12.

Jurisprudencia

1- No aplicación de fórmulas matemáticas


La reparación quese otorga a la víctima de un accidente, cualquiera sea su naturaleza
y entidad, debe seguir un criterio flexible, apropiado a las circunstanciassingularesde
cada caso, y no ceñirsea cálculos basados en relaciones actuariales, fórmulas matemá-
ticas o porcentajes rígidos, desde que el juzgador goza en esta materia de un margen
de valoración amplio, lo que concuerda con las pautas de valoración establecidas en el
art. 1746 del CCCN. [CNCiv., Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K., S. D. y otros s/Daños y perjui-
cios", RCyS, 2016-111-131; LL, On Line, AR/JURl35793/2015].

2 - Cuantificaciónmediante el empleo
de fórmulas matemáticas
Otros, en cambio,son más proclivesal empleo d e un cálculo130fórmulamatemá-
tica14, pues aseveran q u e no hay manera d e cumplir con el "debe ser evaluada me-
diante la determinación d e un capital" q u e utiliza la norma, sin acudir a estas. Una
decisión q u e no aplique algún tipo d e mecanismo actuarial será contra legemI5.
Los fundamentos para la utilización d e una fórmula matemática para cuantifi-
car la incapacidad son varios. El principal radica en evitar q u e la sentencia sea arbi-
traria y además, garantizar la defensa en juicio, pues resulta dificil expresar agra-
viossinconocercómosearribóaesasuma.Asimismo, otorga previsibilidad en la jus-
t i c i a ~la, objetivación del resultado. Con lo cual, también contribuirá a incrementar

12 Schiavo, íLas fórmulas matemáticaspuras resuelvenjustamente la cuantía indemnizato-


ria?Analizando el art. 1746 del CCyC, en RCCyC, 2016 (julio), 115; RCyS, 2016-X-14; LL, On Line,
ARIDOCII 90412016.
l3 Según la RAE: Cómputo, cuenta o investigación que se hace de algo por medio de opera-
ciones matemáticas. Disponible al 2218117 en dle.rae.esl?id=lFiac7W.
l 4 Según la RAE: Ecuacióno regla que relaciona objetos matemáticos o cantidades. Disponi-

ble al 2218117 en dle.rae.esl?id=IFiac7W.


l 5 González Zavala, ¿Cuánto por incapacidad?", en RCCyC, 2016 (mayo), 19; LL, On Line,
AR/DOC/591/2016; en igual sentido, Picasso - Sáenz, en Código Civily Comercial de la Nación co-
mentado,t.IV, p.461, disponibleal 115116en www.saij.gob.arldocs-flcodigo-comentadolCCyC-Na-
cion~Comentado~Tomo~lVp,df.
ACCIDENTES DE TRANSITO 281

los acuerdos transaccionalesen las etapas pre-judiciales(mediación)y judiciales ya


que las partes podrán prever de antemano el monto de condena1!
En tal sentido, tienedicho la jurisprudencia quesi bien lasfórmulasmatemáticas
puras no proveen necesariamente la justicia de la reparación, ni eliminan la discre-
cionalidad, lo cierto es que el sistema de la renta capitalizada establecido en el art.
1746del CCCN, "reducesensiblemente el margen de amplia arbitrariedad quesue-
leescondersedetrásdetérminostalescomo "prudencia" o "morigeración", losque
sin un razonamiento que losconvalide,concretan injqstificadastransferencias a fa-
vor del victimario o su aseguradora. Todos coincidiremos en que acotar en lo posi-
ble la arbitrariedad contenida en frases hechas como "el prudente arbitrio judi-
cial", oen lasola idea auto complacientede hacerjusticia material mediante la "mo-
rigeración", constituye un objetivo al que no puede, ni debe renunciarse, aun sien-
do conscientesde la imprecisiónycomplejidad del instrumento con el cual efectua-
mos la valuación del daño" 17.
En suma, podemos enumerar los siguientes argumentos en respaldo de la utili-
zación de las fórmulas matemáticas para cuantificar el daño por incapacidad, que
han sido citados en un fallo de la Sala Civil y Comercial II, de la Cámara de Apelacio-
nesdeconcordia18: a) proporciona una metodología común para casossimilaresy
una objetividad que la legislación material derogada y la formal vigente no brin-
dan; 6) la norma no hace más que convertir en ley el espíritu que acompañó al de-
recho judicial sentado por nuestro máximo tribunal nacionalIg; c) la utilidad prác-
tica de la herramienta que muestra el artículo en cuestión ha sido reconocida por la
mayoría de la doctrina y jurisprudencia especializada y aut~rizada*~; d ) el empleo
de la fórmula matemáticaque enseña el art. 1746 refleja con mayor exactitud el da-
ño comprobado de la víctima, resultado no despreciable, por cierto; e) "Exponer
esta parcela del razonamiento judicial mediante fórmulas, confluye, a la vez, hacia

j6 Algunasdeestascuestioneseran puestasde manifiestoen las "XXI Jornadas Nacionales de


Derecho Civil", donde en el pto. 4de la Comisión n02sedispuso que "la sentencia debe exponer la
metodología y pautas cualitativas y cuantitativas tenidas en cuenta para medir la indemnización,
como exigencia indispensable para la motivación suficiente del decisorio". Y en el pto. 5: "el siste-
ma decuantificación judicial delos dañosa la persona muestra un panorama de preocupanteanar-
quía queconspiracontra losvaloresseguridad equidadyjusticia". Disponibleal 2 2 M 7 en d
na.org.arldocumentacionljornadas-nacionales-de-derecho-civillXXI-jornadas-nacionales-de-de-
recho-civil-2007.pdf.
l7 CACC Mardel Plata, Sala 11,1818116, "D., J. A.C. Kreymeyer, IványotraslDañosy perjuicios",
causa no161169, RC, J 4422116.
l8 CACCConcordia, Sala Civ. y Com. 11,1513/16, "R., C. A. c. C., C. G. y otroslOrdinario", LL, On
Line, AR/JUR/2395312016.
l9 CSJN, "Santa Coloma", CSJN-Fallos, 308:1160; "Ghünter"; "Aquino", CSJN-Fallos, 327:3753.
Zavala de González, Resarcimiento de daños, 2" ed., 1996, p. 520ysiguientes
282 CECILIA CELESTE DANESI

un modo más democrático de decidir; hacia la transparenciay, portanto, a la exigi-


ble exigencia constitucional de justificación; hacia la igualdad, en iguales circuns-
tancias; hacia la previsibilidad en los resultado^"^^; f) la regla objetiva de valora-
ciónjudicial del perjuicio queauspicia el dispositivo evita los magros resultados que
mostró la praxis judicial antes de su aparición (v. gr. la falta de uniformidad al res-
pecto en cada jurisdicción e incluso entre las posicionessostenidasentre miembros
de un mismo tribunal); g) hoy, a partir de la vigencia del mencionado precepto, ya
no existe un vacío legal que autorice al juez, sin más, a recurrir a la discrecionalidad
como única fuente para fijar el monto de los resarcimientos originados en incapa-
cidades inmutables determinadas en el pleito, máxime cuando la norma en cues-
tión obliga (debe, dice la misma) al órgano judicial a tomar como pauta la fórmula
de matemática financiera que incorpora por primera vez en el derecho de daños.
La doctrina y la jurisprudencia han esbozado distintas fórmulas para estimar el
daño por incapacidad. Si bien no esobjetodeesta obra efectuar un análisis porme-
norizado de la indemnización por incapacidad sobreviniente, realizaremos un bre-
ve esbozo de las más conocidas.
El Poder Judicial de la Provincia de Córdoba provee en su página web la fórmula
que emana del caso Marshall del 22 de marzo de 1984. El cálculo es: "C = a (1-V n) *
d", donde "a" es el sueldo que se multiplicará por trece cuando sea trabajador en
relación de dependencia y por doce cuando sea autónomo. "Vn" va a ser igual a
"1/(1t i ) n", donde "i" es la tasa de interés anual y "n" losaños devida útilzz.
El d o c t o r ~ c c i a r rpropone
i~~ una fórmula más elaborada, es decir, toma en cuen-
ta una mayor cantidad devariables:

21 Acciarri, Fórmulasy herramientaspara cuantificar indemnizacionespor incapacidad en el

nuevo Código, LL, ejemplar del 15/7/15,p. 1 .


22 Disponible al 411 211 6 en www.justiciacordoba.gob.ar/justiciacordoba/paginas/sewicios~

marshal1.aspx.
23 Acciarri, Fórmula yplanilla de cálculo de indemnizaciónporincapacidad (art 1746 CCyC),
disponible a1 21/8/16 en www.derechouns.com.ar/formula-y-planilla-de-calculo-de-indemniza-
cion-por-incapacidad-art- 1746-ccycl.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Las variables son las siguientes:

A, ... A, = ingreso implicado para el período anual 1...n = ingresox % deínca-


pacidad.
I = tasa de descuento para cada período anual computada.
e, ... e, = edad al momento en que debería percibirse cada suma correspon-
diente el ingreso anual A, ... A,
P = probabilidad de que en el período A (de A2hasta A,) se perciba un in-
greso incrementado (positiva o negativahente) respecto del ingreso
del período precedente (A, ,).

También podemos citar la fórmula propuesta por la Cámara de Apelaciones de


~ u a l e g u a y c h úC~ ~=: A * l [ 11(1+I) N] *111, donde "C" es el capital a invertir pro-
ductor de intereses que se consumirá en un determinado plazo, "A" constituye los
ingresos anuales de la víctima al momento del siniestro, "1" es la tasa de interés
anual y "N" los períodos en que se va a consumir el capital (hasta los 75 años).
Por último, no podemos dejar de mencionar la fórmula V u o t t ~"C ~ ~=: a * (1 -v
** n) * lli", donde "v ** n = 1 1(1 + i) ** n" en la cual "a" lo constituye el retiro por
períodos; "n" el número de períodos; "i" la tasa de interés(coeficiente) en el perío-
do (siendo "*" el símbolo del producto y "**" el de exponenciación). Esta fórmula
fue descalificada posteriormente por la Corte Suprema de Justicia de la ~ a c i ó yn ~ ~
motivóel dictadode una nueva en la Cámara delTrabajoen los autos "Méndez Ale-
jandro Daniel c. Mylba S.A. y otro slAccidente -Acción Civil" 27.

Jurisprudencia

- Aplicación de fórmulas matemáticas para cuantificar el daño


1 El art. 1746 del CCCN recientemente entrado en vigencia, queda graficado en la si-
guientefórmula: "C = A * l -[l/(l+I)N]*l/l.;": donde "C" representa al capital a inver-
tir productor de intereses y que mediante retiros debe consumirse en determinado
plazo; "A" representa los ingresos anuales de la víctima, "1" representa la tasa de in-
terésanual quese deja establecida en el 6% anual y "N" representa los períodosanua-

24 CACC Gualeguaychú, Sala 1,26/8/15, "Bos, Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Diego Rodrigo y
otrossl0rdinario- daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/30637/2015.
25 CNAT, Sala III, 16/6/78, "Vuoto, DalmeroS.c.AegTelefunkenArgentinas/Artículo 1113, Có-
digo Civil", SAIJ, FA78041799.
26 CSJN, 8/4/08, "Arostegui, Pablo Martín c. Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A.
y Pametal Pelusoy Compañía S.R.L.", SAIJ, FA08000004.
27 CNAT, Sala 111,28/4/08, "Méndez, Alejandro Daniel c. Mylba S.A. y otro s/Accidente- Acción
civil", SAIJ, FA08040068.
284 CECILIA CELESTE DANESI

les en quese ha de consumir el capital. Para la determinación del capital es necesario


tener en cuenta los ingresos de la víctima al momento del siniestro ysi, como acontece
en la especie, estos no se encuentran probados, es dable acudir analógicamente y de
manera objetiva al salario mínimovital y móvil al mes de mayo de 201 1, puesesel me-
nor que podría percibir la actora; el cual ascendía a $1.840,00. [CACCGualeguaychú,
Sala 1,26/8/15, "Bos, Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Diego Rodrigo yotross10rdinario-
Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW30637/2015].

2 El nuevodiseño legislativo impone a la judicatura no ignorar la voluntad del legisla-


dory, por ende, comenzarsutrabajo decuantificación aludiendoexplícitamenteal pre-
cepto, ya sea para activar su orientación o para desestimarlo dando razón bastante de
ello, pues lo contrario violenta la división de poderes (art. 29, CN) y el principio de lega-
lidad (art. 19, CN); por lo anterior, no basta para inaplicar los cálculos matemáticos,for-
mular expresiones genéricas o imprecisas, ya que el esfuerzo debe estar dirigido a ha-
cer posible el vigor del derecho vigente que expone lo mejor del derecho autoral y ju-
dicial en la materia. Esa convicción nosignifica incumplir el débitojudicial deadaptar la
indemnizacióna las características de cada caso y situaciones personales de la víctima,
por lo que la apreciaciónjudicial de las pruebas ycircunstanciasdel casosiempresegui-
rásiendo un elementode interpretaciónválido para alcanzar una justa indemnización.
[CACCConcordia, Sala Civ. y Com. II, 15/3/16, "R., C. A. c. C., C. G. y otros/Ordinario", LL,
On Line, AWJUW23953/2016].

3 Entre las múltiplesopcionescreadaspor la doctrina yjurisprudencia,sobresale lafór-


mula diseñada por el doctor Hugo Acciarri, quien ha propuesto un método de cuantifi-
cación superador de los preexistentesy además ha creado una sencilla herramienta de
cálculo (en planillasde Excel) que permite verificar, controlar y eventualmente impug-
nar la decisión adoptada. Esta fórmula-como tantas otras-permite calcular el daño
patrimonial resarcible como consecuencia de una incapacidad, entendido ello como
unaganancia futura frustrada quesetraduceen unvalor presentealmomentode lade-
cisión. Por ello se habla del cálculo del valor presente de una renta no perpetua, y que
ha sido traducida -con múltiples modos de expresión, aunque con relativa identidad
matemática-en diversos precedentesjudiciales: fallos "Vuoto", "Marshall", "Las He-
ras-Requena", entre otros. Asimismo, la fórmula propuesta por Acciarri tiene una vir-
tud complementaria: recepta la probabilidad razonable de que los ingresos de la vícti-
ma no sean constantes, aprehendiendo la variabilidad -ascendente y descendente-
de las ganancias del damnificado a lo largo de su vida, lo que repercute necesariamen-
teen su aptitud productiva, con el correlativo impactoqueello, a suvez, tendrá en la in-
demnización final a que tiene derecho. [CACC Mar del Plata, Sala 11,18/8116, causa no
161169, "R. D., J.A. c. Kreymeyer, IványotrasIDañosyperjuicios", RubinzalOn Line, RC
J 44221161.

4 Para el cálculo se utiliza la fórmula (denominada por los expertos "polinómica") si-
guiente, que pertenece a Acciarri -Yrigoyen Testa: C = A (1 + i)n- 1 i (1 + i)n. En el caso
que nos ocupa, tenemos que "A" equivale a $2.300,00 que es el monto del Salario Mí-
nimoVitaI y Móvil vigente a la fecha del hecho (2612112) (Res. no212011de fecha 2618111
del Consejo Nacionaldel Empleo, la Productividadyel Salario Mínimo,Vital y Móvil), se
ACCIDENTES DE TRANSITO 285

toma este valor en tanto en autos no se ha acreditado que la víctima realizaratarea al-
guna; "i", es 6%, que es la tasa de interés anual; "n" equivale a 51 años en que la vícti-
ma podría realizar actividades productivashasta cumplir 70 años. El monto resultante
de dicha operación es $ 52.022,80 al 26/2/12. [CACC Concordia, Sala Civ. y Com. 11,
15/3/16, "R., C. A. c. C., C. G. yotros/Ordinario", LL, On Line, AR/JUW23953/2016].
5 Para la indemnización por los daños patrimoniales debe utilizarse una fórmula ma-
temática financiera desarrollada por Moore y Bernasconi, pues es el instrumento idó-
neo para cuantificar de manera másexacta los perjuiciosque la cesación total o parcial
de una actividad productora de bienes acarrea al suprimi\o reducir ingresos; máxime
cuando ese procedimiento científico devaluación fue concretamenteconsagrado en
el art. 1746 del CCCN (del voto del doctor Velázquez). [CACC Trelew, Sala A, 17/2/16,
"C.,A.S.yotrosc. K. yC.S.A.yotros/Dañosyperjuicios", LL, On Line,ARlJUR/270/2016].
6 Paravalorar la incapacidad sobreviniente resulta aconsejableelempleodecriterios
matemáticosque, partiendo de los ingresos acreditados por la víctima-o de la valua-
ción de las tareas no remuneradas que ella llevaba a cabo y se vio total o parcialmente
imposibilitada de continuar desarrollando en el futuro-y computando asimismosus
posibilidadesde incrementosfuturos, lleguen a una suma tal que, invertida en alguna
actividad productiva, permita a la víctima obtener mensualmente una cantidad equi-
valente a aquellos ingresosfrustrados por el hecho ilícito, de modo tal que ese capital
seagote al término del período devida económicamenteactiva que restaba al damni-
ficado, siendo este el criterio receptado por el art. 1746 del CCCN(del voto en disiden-
cia parcial del doctor Picasso). [CNCiv., Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K., S. D. y otros s/Da-
ños y perjuicios", RCyS, 2016-111-131; LL, On Line, AR/JUR/35793/2015].
7 Como puede apreciarse la redacción del art. 1746 del CCCN impone la adopción de
una fórmula de cálculo de indemnizaciones que prevea nosolo el capital sino una ren-
ta generada por este. En razón de ello, meritadas las fórmulas conocidas como "Vuo-
to", "Marshall" y "Las Heras Requena", de uso en el ámbito de la justicia, resulta que
las mismas preveen únicamente la posibilidad de efectuar cálculossobre la base de un
ingreso constante. [JCC no7 Resistencia -Chaco, 27/10/15, "Blanco, Carlos Eduardo c.
Rodríguez, Antonio Arnaldos/Daños y perjuicios", expte. no12462/06, LL, On Line, AR/
JUW87451/2015].

3 - La postura intermedia
Se sostiene también que las fórmulas matemáticas no constituyen la única fuen-
te de cuantificación, ya que en todos los casos debe actuar el prudente arbitrio ju-
dicial (lo que no significa arbitrariedad)28.
En ese orden de ideas, se sugiere el empleo de esas fórmulas, como base y no co-
mo determinación última e invariable del resarcimiento, puesto que la determina-

** Galdós, Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t. VIII, p. 528.


286 CECILIA CELESTE DANESI

ción de la indemnización por incapacidadsobreviniente debeseguir un criteriofle-


xible, apropiado a las circunstancias singulares de cada caso, y no ceñirse a cálculos
basados en relaciones actuariales, fórmulas matemáticas o porcentajes rígidos,
pues el juzgador goza en esta materia de un margen devaloración amplio29.
Asíen el caso que, a pesar del mandato del Código, se sostenga que el empleo de
las fórmulas de matemática financiera no atan al juzgador y es solo una primera
aproximación a la cuantía resarcitoria, ello debe ser analizado cuidadosamente en
los considerandosexponiendo las razones por las cuales se incrementay disminuye
el monto resultante, para no quedar en una mera declaración dogmática o, másgra-
ve aún, contradiciendo los preceptos constitucionalesde conceder una reparación
integral 30.
Por nuestra parte, adherimosa esta última postura. En primer lugar, el art. 1746
del Código no exige en forma expresa la utilización de una fórmula para cuantificar
la incapacidad sobreviniente. En efecto, determina el cómodebeser evaluada la in-
demnizaciónysu alcance, mas no menciona en forma expresa o explícita el cálculo
matemático. En segundo lugar, no podemos desconocer que la práctica evidencia
que el empleo a rajatabla de fórmulas matemáticas puede dar resultados injustos,
ya sea para la víctima en desmedro del principio de reparación plena, o bien, el en-
riquecimientosin causa deesta, en detrimentode losderechosdelcondenadoal pa-
go.Además, es precisamenteeljuezquien tieneel deberdeaplicar la ley al casocon-
creto ponderando las características propias de cada caso. Lo contrario, importaría
subsumir el rol de la judicatura a un mero autómata "replicador" de operaciones.
Por ello, el juez podrá utilizar un cálculo como referencia pero no estará "atado"
a su resultado, sino que tendrá un margen de movilidad conforme a las circunstan-
cias propias de la causa. Claro está que el magistrado deberá siempre fundar debi-
damente la sentencia, detallando cómo arribó a ese resultado. Es decir, deberá pre-
cisar las variables que tuvo en cuenta para conceder la indemnización. Recordemos
queel art. 165deICCCN leconfiereal juez la facultad dedeterminar el importede los
perjuicios reclamados, siempre que -al menos-su existencia esté comprobada.

Jurisprudencia

- Postura intermedia
1 Corresponde analizar los agravios relativos a los montos resarcitorios a la luz de lo
dispuesto por el art. 1746 del CCCN, que adopta el método de capital humano, que ex-

29 López Mesa, Responsabilidadporaccidentesde tránsito, 7" ed., 2014, t. II, p. 643y jurispru-
dencia allícitada.
30 Alferillo, en Código Civily Comercialcomentado. Tratado exegético, 2" ed., 2015, t. VII, p.
311.
ACCIDENTES DE TRANSITO 287

presan lasfórmulasVuoto o Marshall. Y si bien la utilización de cálculos matemáticos


o actuariales para cuantificar la indemnización constituye un instrumento destinado
a dotar de mayor objetividad al sistema, existen variables que requieren interpreta-
ción en el caso concreto, vale decir, particularidades de la situación que no pueden ser
encapsuladas en rígidas fórmulas matemáticas, pues exigen una subjetiva pondera-
ción, lo que permite recurrir a las fórmulas como un elemento más a considerar. [CN-
Civ., Sala M, 16/6/16, causa no 1812512008, "C., M. Á. y otro c. Salvado, Juan Ramón y
otro slDaños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 51941161.

2 un cuando la uti~iracióndecá~cu~osmatemáticosotab~asactuariaiessur~ieron co-


mo una herramienta de orientación para proporcionar mayor objetividad al sistema
y, por ende, tienden a reflejar de la manera másexactaposibleel perjuicio patrimonial
experimentado por el damnificado, existeotraseriedeelementosquecomplementan
este método y que permiten al juez mayor flexibilidad para fijar el monto del daño
atendiendoa pautas que, aunque concretas, reclaman ser interpretadasen cada caso.
Se trata, en definitiva, de las denominadas "particularidades" de cada situación espe-
cífica que, en muchísimos casos, son insusceptiblesde ser encapsuladasdentro defór-
mulas ni pueden ser mensuradas en rígidos esquemas aritméticos. Por tanto, en el ca-
so, se tomará en cuenta los guarismos que surgen a partir de la fórmula, enriquecidos
ycomplementadoscon la ponderaciónde loselementosvitalesquesurjanacreditados
en la causa, a fin de evitar que la frialdad de una ecuación aritmética cierre la mirada a
lo justo en concreto que es, en definitiva, aquello que los jueces tenemos el deber de
resolver mediante una resolución razonablemente fundada (art. 3O, CCCN). [CNCiv.,
Sala M, 15/9/16, "F., N. B. c. Arcos Dorados Argentina y otro slDaños y perjuicios", Ru-
binzalOn Line, RCJ 61051161.

3 El nuevo Código Civil y Comercial (arts. 1737 a 1748), que ha incorporado diversas
pautasdoctrinariasyjurisprudencialesya vigentespara la cuantificacióndel daño; des-
tacándose en particular la recepciónde parámetrostendientesa unificar loscriteriosde
indemnización, para evitar los inconvenientes que trajo el sistema anteriormente vi-
gente de libre apreciación de la reparacióndel daño, que prevaleciósobrepropuestas
de tarifación o aplicación de baremos; aunque la doctrina se ocupó de destacar la ne-
cesidad de superar esa anarquía en materia de montos indemnizatorios, a lo que ten-
dió la creación de la base jurisprudencia1de cuantificación de daños de la Cámara Na-
cional de Apelaciones en lo Civil. El nuevo Código introduce la aplicación de métodos
decuantificación matemáticaconformea determinadasfórmulasenelcitadoart. 1746;
pero ello no excluye en modo alguno las restantes pautas, ni las facultades asignadas al
juzgador para su determinación en el caso concreto explicitando los motivos para su
apartamiento del resultado de la fórmula escogida; a títulode ejemplo deello resultan
las facultades morigeradorasque le asigna el art. 1742. [CACC Azul, Sala 11,1511211 5,
"Díaz, Daniel Dalmiro c. Peralta, Ricardo Oscar y otros s1Daños y perjuicios", Rubinzal
On Line, RC J 3631161.

4 El art. 1746 del CCCN, ha traído una innovación sustancial en la materia, pues pres-
cribeel "deber" deaplicarfórmulasmatemáticas tendientes a calcularelvalor presen-
te de una renta futura no perpetua. Afines de cuantificar el daño patrimonial por in-
CECILIA CELESTE DANESI

capacidad psicofísica, las referidasfórmulas se erigen como un parámetro orientativo


que no puede ya ser omitido por la judicatura a la hora de cuantificar los daños perso-
nales por lesiones o incapacidad física o psíquica. Empero, es necesario puntualizar
que la utilización obligatoria de las denominadas fórmulas matemáticas no conlleva
la aplicación mecánica yautomática del resultado numérico al quese arribe; por ende
cabe concluir que el referido imperativo legal debe ser interpretado como una herra-
mienta de ponderación ineludible para el juez, pero que en modo alguno excluye la
valoración de otros parámetrosaconsejadospor la sana crítica en su dialéctica relación
con las circunstancias del caso (arts. 384 y474, CPCCN). Y para tener por abastecido el
imperativo legal en cuestión (art. 3O, CCCN), resulta ineludible identificar la fórmula
empleaday lasvariablesconsideradas para su aplicación, pues ello constituye, a nodu-
darlo, el mecanismo que permite al justiciable y a las instanciasjudiciales superiores,
verificar la existencia de una decisión jurisdiccional sustancialmente válida en los tér-
minos de la exigencia consagrada en los arts. 3O y 1746 del CCCN. [CACC Azul, Sala II,
15112115, causa no60094, "Brut, Damián Mario c. Giaconi, Carlos Manuel y otros s1Da-
ños y perjuicios (Sumario)", Rubinzal On Line, RC J 3651161.
5 Si bien el cumplimiento de los lineamientos contenidos en el art. 1746 del CCCN pa-
ra la determinación del capital indemnizatorio puede-desde algún punto devista-
implicar la utilizacióndefórmulasocálculosaritméticosoactuarialesendondequeden
básicamente involucrados los porcentualesde incapacidad, la edad del afectado y su
expectativa productiva, el resultado que tales operaciones arrojan, no obliga al juz-
gador, sino que servirá como pauta referencia1a los efectos de arribar a un justo resar-
cimiento según las circunstancias de cada caso. Es que, por un lado, las indemnizacio-
nes tabuladas, atendiendo estrictamente a los porcentajes de incapacidad, tienen su
ámbito de aplicación prioritariamente en los juicios laborales por accidentes de tra-
bajo, ypor otro la reparación plena del daño consagrada en el art. 1740del CCCN, yde
índole constitucional; requiere necesariamenteun margen de valoración amplio y un
criterio flexible para decidir. [CNCiv., Sala C, 911211 5, "P., S. B. c. Medina, Mariano Da-
río y otro s1Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 8341161.

4 - Lasvariablespara cuantificar el daño


Pues bien, más allá de la fórmula que se emplee para calcular la indemnización,
consideramos que el espíritu de la norma radica en "blanquear" cómo llega el ma-
gistrado a la suma final. Es por ello que en la sentencia deberán asentarse los distin-
tos parámetrosque se tuvieron en cuenta para arribar a ese resultado. Con esto nos
referimos-ni más ni menos-, a las distintas variables que tuvo en cuenta el sen-
tenciante para cuantificar el menoscabo. Mencionaremosa continuación las más
importantes.

1 - Elporcentaje de incapacidad determinado por elperito

En primer lugar, debemos mencionar el porcentaje de incapacidadestimado por


el perito. Como todossabemos, la prueba por excelencia de la incapacidadsobrevi-
ACCIDENTES D E TRANSITO 289

niente es la pericia1médica3I.La especialidaddependerá puntualmente del tipo de


lesiones alegadas. Si, por ejemplo, como consecuencia del siniestro se invocaron
fracturas, se designará un perito traumatólogo o bien, un clínico. Remitimos en es-
te punto a lo consignado al comenzar este apartado.
En cuanto al porcentaje, si bien este es de gran importancia para cuantificar la
incapacidad, no constituye un dato rígido sobre el cual deben establecerse las in-
demnizaciones, sino quedichas incapacidadesdebensermeditadas por el juzgador
en función de pautas razonablemente generales, siempre con un criterio flexible,
para que el resarcimiento pueda ser la traducción lo más real posible del valor ver-
dadero y concreto del deteriorosufrido. No essuficiente ponderar lo que la incapa-
cidad impide presuntivamente de percibir durante el lapso de vida útil, sino tam-
bién se valora la disminución de las posibilidades, edad de la víctima, cultura, pro-
fesión, estado físico, etcétera32.
Al respecto, tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que "los por-
centajes de incapacidadestimados por los peritos médicos-aunque elementos im-
portantes que se deben considerar- no conforman pautas estrictas que el juzga-
dor deba seguir inevitablemente toda vez que no solo cabe justipreciar el aspecto
laboral sino también lasconsecuenciasqueafecten a la víctima, tanto desde el pun-
todevista individual como desdeel social, lo que le confiere un marco devaloración
más amplio"33.
En ese orden de ideas, se señaló que el porcentaje de incapacidaddeterminado
por los peritos médicos y psicólogos, no inciden en abstracto sino en relación a las
circunstancias personalesde cada víctima, en tanto queda condicionado por la ac-
tividad específica a que se dedique a la vida social o deportiva que d e ~ p l i e g u e ~ ~ .

11 - La actividadproductiva o económicamente valorable de la víctima:


duración, edad de la víctima e ingresos
En segundolugar, resultandegran importancia losingresosdel damnificado. Es-
ta variable es la que presenta mayores controversiaspuesto que existe una gran in-
certidumbre acerca de su cuantía futura.

31 CNCiv., Sala 1,4/7/14, "S., E. c. Metrovías S.A. y otro slDaños y perjuicios", LL, On Line, ARI
JURI38858/2014concita de Llambías, Código Civilanotado. Doctrina -jurisprudencia, 1992, t. Il-A, no
2373, ps. 119 y 120, nota 217.
32 López Mesa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-
ponsabilidad extracontractual, 201 1, t.VII, p. 198.
33 CSJN, 8/4/08, "Arostegui, Pablo Martin c. Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A. y
Pametal Peluso y Compañía S.R.L.", CSJN-Fallos, 310:1826,1828 y 1829.
34 CNCiv., Sala M, 14/4/16, "P. A. c. Rodríguez, María Laura s/Daños y perjuicios", 7957112011,
Rubinzal On Line, RC J 3385116.
290 CECILIA CELESTE DANESI

La jurisprudencia suele tomar como parámetro los ingresos de la victima al mo-


mento del accidentey, si esta no trabajaba, o nose encuentran probados,se acudeal
salario mínimo vital y Sin embargo, no podemosdesconocer que aquel mu-
chas veces resulta absolutamente insuficiente para cubrir las necesidades básicas.
También, como mencionan Picasso y Saenz, el punto de partida para el cálculo
no debe ser únicamente lo que la víctima ganaba efectivamente en el momento del
hecho, sino que también corresponde computar sus posibilidadesde mejora eco-
nómica futura (por ejemplo, chances de ascensos o aumentos de sueldo) y la pérdi-
da de su aptitud para realizar otras tareas no remuneradas, pero económicamente
men~urables~~. Asimismo, y como consecuencia de los períodos inflacionarios que
padece nuestro país-quesiemprevan en desmedrodel poder adquisitivo de lavíc-
tima-, compartimos la doctrina que propone calcular cada período con el valor vi-
gente en cada uno. Los lucros de 2010, con el valor vigente del salario mínimo vital
y móvil -o de un gerente de una empresa-en 201Oy así sucesivamente. Una téc-
nica cuantitativa más adecuada exige no congelar los períodos futuros. En estosca-
sos la condena no debe ser líquida sino liquidable: el fallo debe expresar que si en-
tre la condena y antes del pago se producen nuevos aumentos, ellos deberán ser te-
nidos en cuenta para los períodos respectivo^^^.
En ese sentido, la jurisprudencia precisa que las fórmulas más conocidas (como
"Vuoto", "Marshall" y "Las Heras Requena"), prevén únicamente la posibilidad de
efectuar cálculos sobre la base de un ingreso constante. Sin embargo, "la realidad
muestra que los ingresosa lo largo de la vida laboral noson constantes, pueden ser-
lo durante un período, y hasta es útil tal consideración cuando en una causa no se
cuentan con más datos que la alegación del ejercicio de una labor o una tarea de-
terminada sin prueba del monto de los ingresos. Mas, en la generalidad de los casos
constituyen hechos notorios emergentes del entorno social, económico, político,
laboral, que los ingresos no se mantienen en valores estático^"^^.
Finalmente, en lo que concierne al período en que se va a consumir ese capital
-según establece la norma-, es el tiempo en que razonablemente pudo conti-
nuar realizando tales actividades. Esto es, la diferencia entre la edad de la victima
cuando finalice su etapa productiva y la edad al momento del siniestro. La primera,
algunos la fijan en setenta y cinco años, ya que estiman que el sujeto puede conti-

35 CACC Gualeguaychú, Sala 1,26/8/15, "Bos, Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Diego Rodrigo y
otross/Ordinario - Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/30637/2015.
36 Picasso-Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, t. IV, p.461, disponible
al 1/5/16 en www.saij.gob.arldocs-flcodigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~Tomo~lU pdf.
37 González Zavala, i Cuánto p o r incapacidad?", en RCCyC, 2016 (mayo), 19; LL, On Line, AR/
DOU591/2016.
38 JCCn07Resistencia,27/10115, "Blanco, CarlosEduardoc. Rodríguez, Antonio ArnaldosIDa-
ños y perjuicios", expte. no 12462106, LL, On Line, AR/JUR/87451/2015.
ACCIDENTES D E TRANSITO 29 1

nuar realizando tareas productivas hasta esa o p ~ r t u n i d a dcircunstancia


~~, que de-
penderá también de la región donde no~encontremos~~. Otros, en cambio, utilizan
la edad j ~ b i l a t o r i a(sesenta
~~ y cinco años los hombres y sesenta años las mujeres,
ley 24.241, ref. por ley 27.431).
Compartimosla postura doctrinaria que pregona la utilización de la edad prome-
diodevida, la quesegún la Organización Mundial de la Saludesdesetentaytresaños
para los varones y setenta y siete años para las mujeres. Se debe considerar al ser hu-
mano integrado asu medio social, no solo por el trabaj?,sino por otrasactividadesde
la cual seve impedidode llevar a cabo por la incapacidadsobreviniente4*.En la Órbi-
ta del derecho civil, no solo se tiene en cuenta la esfera laboral, sino también la social,
por lo que no corresponde aplicar la edad jubilatoria como tope para el cálculo de la
indemnización en concepto de incapacidad. De lo contrario, se suscitaría una evi-
dente situación de injusticiacon losaportesjubilatorios. Supongamosqueun profe-
sor de tenissufre un siniestrovial que lo incapacita de porvida para trabajar. Si toma-
mos la edadjubilatoria, el capital se agotará en ese momento. Pero, ¿quésucede des-
pués?Siel profesor de tenis hubiesecontinuadotrabajando, hubiese hechosusapor-
tes jubilatorios y con eso mantenerseen su vejez.
No obstante loseñalado precedentemente, claro está que las partes podrán acre-
ditar los extremos que permitan utilizar una edad menor o mayor de actividad pro-
ductiva. Ello conforme a las condiciones personalesdel sujeto (art. 1744, CCCN)~~.
Señalamos también que si la víctima labora en relación de dependencia, corres-
ponde tomar lasumadelostrecesueldos(doce mensualesmáselaguinaldo). En cam-
bio,~¡esautónomo, el damnificado deberá comprobar su ingresoanual (sin aguinal-
do). Prueba de esto pueden ser las declaraciones juradas, el nivel o estatus de vida
que tenía la víctima, etcétera.
Otra variable a tener en cuenta para el cálculo de la incapacidad es el estado de
salud previoal hechodañoso(v.gr., enfermedadesprevias), pauta que repercuteso-
bre la expectativadevida. También influyen el nivel y calidad devida, el acceso o no
a un buen sistema de salud, etcétera44.

39 CNAT, Sala 111,2814108, "Méndez Alejandro Daniel c. Mylba S.A. y otros/Accidenteacciónci-


vil", SAIJ, FA08040068.
40 López Mesa, Responsabilidadpor accidentes de tránsit0,7~ed., 2014, t. II, p. 646.
41 Schiavo, 2 Las fórmulas matemáticas puras resuelven justamente la cuantía indemnizato-
ria? Analizando e l art. 1746 del CCyC, en RCCyC, 2016 (julio), 115; RCyS, 2016-X-14; LL, On Line,
ARIDOUI 90412016.
4* Alferillo, en Código CivilyComercialcomentado. Tratadoexegético, Zaed., 2015, t.Vll, p.314.
43 Alferillo, en CódigoCivilyComercialcomentado. Tratadoexegético, Zaed.,2015, t.Vll, p.314.
44 CNCiv., Sala M, 14/4/16, "P. A. c. Rodríguez, María Laura s/Daños y perjuicios", 7957112011,
RubinzalOn Line, RC J 3385116.
CECILIA CELESTE DANESI

Jurisprudencia

1. Deber deexplicitar las variables utilizadas


para el cálculo de la indemnización
1 En cuanto al contenido de la norma (art. 1746, CCCN), el nudo del problema no ra-
dica en las fórmulas matemáticas en sí, sino en las variables a tomar en cuenta para el
cálculo. Ello lleva a concluir que aún si se aceptara lisa y llanamente su aplicación, en
cada caso habrá que explicitar cuál ha sido el camino transitado para obtener el mon-
to alcanzado, en orden a las distintasvariables a considerar. Adviértase entonces, que
cualquiera sea el estándar o método quese utilice necesariamentedebe ser corregido
o interpretado a través del prudente criterio judicial según las circunstancias particu-
laresdelcaso. [CNCiv.,Sala M, 14/4/16,causa n079571/2011M., "P. A.C.Rodríguez, Ma-
ría Laura s/Daños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 33851161.
2 Adhiero a la fórmula que: a) cumpliendo con las directivas del art. 1746 del CCCN,
esto es, comprenda capital más renta; b) permita calcular dicho capital tomando co-
mo base cualquier período (por ejemplo, hasta la edad jubilatoria, fin de la vida esta-
dística, etcétera); c) permita realizar el cálculo a partir del monto que se asigne como
ingreso para cada período, de ser tales sumas diferentes. De manera tal que sea posi-
ble efectuar el cálculo sobre una suma única, repetida para todos los períodos, sea es-
ta representativa del ingreso presente al momento del evento dañosos, el salario mí-
nimo, vital y móvil u otra; pero que a su vez admita el cómputo de las variaciones que
pudieran afectar la base de cálculo del período-en más o en menos-; d) que los in-
crementos que se calculen puedan computarse en forma íntegra-daño cierto-~ en
forma parcial -según el grado de probabilidad-; e) que la utilización de la fórmula
sea de fácil entendimiento y utilización para los operadores del derecho. [JCC n07Re-
sistencia, 27/10/15, "Blanco, Carlos Eduardo c. Rodríguez, Antonio Arnaldo s/Daños y
perjuicios", expte. no12462/06", LL, On Line, AWJUW87451/2015].

2. Variables
Cálculo hasta lossetenta ycinco años de edad
3 Respecto a los períodos en quese debe agotar el capital, en atención a la edad de la
actora y considerando como expectativaválida de poder percibir ingresos, los setenta
ycincoañosdeedad (conf. CNAT, Sala 111,28/4/08, "Méndez, Alejandro Daniel c. Mylba
S.A. yotro slAccidente acción civil"), deben ser fijados en quince los años en que el ca-
pital se debe agotary la tasa de interés ser establecida en el 6% anual. [CACCGuale-
guaychú, Sala 1, 26/8/15, "Bos, Silvia Esther c. Fariña Regazzi, Diego Rodrigo y otros
slordinario - Daños y perjuicios", RCyS, 2015-Xll-183; RCCyC, 2015 (diciembre), 154;
RCCyC, 2016 (mayo), 191, con nota de Rodolfo M. González Zavala; LL, On Line, AW
JUW3063712015].

Salario mínimo, vitalymóvil


4 El art. 1746 del CCCNrecientemente entrado en vigencia, queda graficado en la si-
guienteformula: "C = A*l-[l/(l+I)N]*I/l.;": donde "C" representa al capital a inver-
tir productor de intereses y que mediante retiros debe consumirse en determinado
ACCIDENTES DE TRANSITO 293

plazo; "A" representa los ingresos anuales de la víctima, "1" representa la tasa de in-
terésanual quese deja establecida en el 6% anual y "N" representa los períodos anua-
les en que se ha de consumir el capital. Para la determinación del capital es necesario
tener en cuenta los ingresos de la víctima al momento del siniestro ysi, como acontece
en la especie, estos no se encuentran probados, es dable acudir analógicamente y de
manera objetiva al salario mínimo vital y móvil al mes de mayo de 201 1 pues es el me-
nor que podría percibir la actora; el cual ascendía a $1.840,00. [CACCGualeguaychú,
Sala 1,26/8/15, "Bos, Silvia Estherc. Fariña Regazzi, Diego Rodrigoy otross/Ordinario -
daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW30637/2015]. ,

5 Así, cabe ponderar los ingresosacreditados de la víctima o, en su defecto, recurrir al


informe que brinda la autoridad competente sobre el salario mínimo, vital y móvil; la
actividad desarrollada al momento del hecho ocon posterioridad al mismo-eventua-
lidad no extraordinaria frentea la inestabilidad del mercado laboral-; de qué modose
vio impedido de seguir realizándola y las posibilidades de ingresos futuros; suma final
que, invertida en alguna actividad productiva, permita a la víctima obtener una renta
mensual equivalente a los ingresos frustrados por el ilícito, de modo que el capital de
condena se agote al final del período devida económica activa del damnificado(desde
los dieciocho años hasta lossetenta años: CSJN, in re "Pose, José c. Provincia de Chubut
y otros", sent. del 1112/92, JA, ejemplar del 11/5/94, no5880). Sentado lo antedicho, se-
ñaloqueel actor contaba al momentodel evento dañoso con dieciocho añosyonceme-
sesdeedad, desconociéndosesuocupación por aquella época (aunquetrabajaríaen un
taller mecánico ulteriormente), con buen estado psicofísico actual -pese a la discapa-
cidad comprobada-, presentando en oportunidad de su evaluación pericia1 un 11%
de incapacidadparcial y permanente, luegode considerar todos los factores de ponde-
ración(dictamendel médicoforense). [CACCConcordia, Sala Civ. y Com. 11,15/3/16, "R.,
C. A. c. C., C. G. y otro s/Ordinario", LL, On Line, AWJUW23953/2016].

Cálculo con ingresosno constantes


6 La fórmula propuesta por Acciarri tiene una virtud complementaria: recepta la pro-
babilidad razonable de que los ingresos de la víctima nosean constantes (defecto que
-por diferentesrazones-le esimputable a la fórmula "Vuoto" ysusderivadas, tal co-
mo fuera puesto de relieve in re "Arostegui" (CSJN-Fallos, 331:57), aprehendiendo la
variabilidad -ascendente y descendente-de las ganancias del damnificado a lo lar-
go de su vida, lo que repercute necesariamente en su aptitud productiva, con el corre-
lativo impactoque ello, a su vez, tendrá en la indemnizaciónfinal a que tiene derecho.
Esos cambios en las retribuciones, a la vez, pueden considerarse de acuerdo a una cier-
ta probabilidad, que puede ser muy alta (certeza en el grado requerido por el dere-
cho), o más baja (chance). [CACC Mar del Plata, Sala 11,18/8/16, causa no161169, "R. D.,
J. A. c. Kreymeyer, Iván y otra slDaños y perjuicios", Rubinzal On Line, RC J 44221161.

Elporcentaje de incapacidadestimadopor elperito,


enfermedad previa, calidad de vida
7 Será lavaloración discrecionaldel juez la queademásoperarápara determinar el pe-
ríodo hasta el cual razonablemente pudo continuar la víctima ejerciendo tales activi-
CECILIA CELESTE DANESI

dades, teniendoen cuenta que la incolumidad personalsemensuranosolo con relación


a la aptitud de obtener ingresos, sino enfunción de toda actividadvaliosa materialmen-
te que pueda desempeñarseen una vida normal. Considerandotambién en cada caso
el estado de salud previo al hecho dañoso, porque se trata de una pauta que opera so-
bre la expectativa de vida. La enfermedad previa, el nivel y calidad de vida, el acceso o
no a un buen sistema de salud son variables a contemplar al incorporar a la fórmula la
edad de la víctima. Por otra parte el juez debe determinar qué posibilidad real de acti-
vidad restantetiene el damnificadode alcanzar en el futuro, porque los ingresosdel in-
dividuo no merman en igual relacióncon el porcentaje de incapacidadque se determi-
ne. El porcentaje de incapacidad determinado por los peritos médicosy psicólogos, no
incidenen abstracto sino en relación a las circunstancias personalesde cada víctima, en
tanto queda condicionado por la actividad específica a que se dedique y a la vida social
odeportiva que despliegue. [CNCiv., Sala M, 14/4/16, causa n079571/2011, "P. A. c. Ro-
dríguez, María Laura s/Dañosyperjuicios", RubinzalOn Line, RCJ 33851161.

Vida en relación
8 En cuanto a la cuantificación de la indemnización por incapacidad, ningún método
de fijación del daño es desechable ab initio, y los parámetros rectores para su determi-
nación resultan ser los principiosde prudenciay equidad, concretamente acotados por
la realidad que toca en el casoevaluar. El bien jurídico protegido, cuandosetrata de in-
capacidadtotal o parcial, es el derecho a la salud, el cual no se limita al bienestar físico y
mental, sino también al social; en muchas ocasiones, las incapacidadesfísicas ysiquicas
dificultan o imposibilitan una cabal reinserción en los ámbitos donde actuaba la vícti-
nia. Por ello no solo deben ponderarse las pérdidas laborales, sino también la afecta-
ción a la vida de relación. Estoscriterios han sido recogidos en el ya vigente Código Civil
y Comercial que consagra el principio de la reparación plena (art. 1740, CCCN) y el art.
1746del CCCN. [CACCMPTF2aMendoza, 10/8/15, "Calella, Nicolás c. La Nueva Coope-
rativa deseguros Limitadayotros/Dañosyperjuicios", RubinzalOnLine, RCJ 62151151.

Empleada doméstica
9 La indemnización por integridad física y pérdida de chance solicitada por una em-
pleada doméstica que perdió la movilidad de su brazo al ser impactada por un auto-
motor debeadmitirse-en el caso, por $1.100.000-, teniendo en cuenta las limitantes
físicasquesufrirápor el restodesuviday que le impedirándesarrollarsutrabajo, locual
debe hacerse méritoa la hora de la cuantificación, no como un demérito porsu perfil la-
bora1,sinocomounajustae integral indemnizacióndel dañocausado(art.1740, CCCN).
[CACC Salta, Sala 111,26/8/16, "R., E. V. A. c. G. O., A. S. y10 quien resulte civilmente res-
ponsables/Sumario- Daños y perjuiciospor accidente de tránsito", RCyS, 2016-Xll-176;
RCCyC, 2017 (febrero), 224; LL, On Line, AR/JUW70740/2016].

Ama de casa
10 La actividad de ama de casa es patrimonialmente mensurable, para lo cual puede
acudirse al salario que percibiría una persona por realizar esas tareas en casa ajena, pe-
ro en ausencia de prueba concreta del monto del perjuicio, ysi bien puede acudirse a la
facultad que otorga a los magistrados el art. 165 del CPCCN, el importe en cuestión de-
ACCIDENTES DE TRANSITO 295

be fijarse con parquedad, para evitar que la suma a concederse pueda redundar en un
enriquecimiento indebido de la actora. [CNCiv., Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K., S. D. y
otross/Dañosy perjuicios", RCyS, 2016-111-131; LL, On Line, AR/JUR/35793/2015].

545. Gastos
a) Médicos, farmacéuticos y de transporte

El art. 1086del CCdeVélez Sarsfield establecía: "Sj el delito fuere por heridas u
ofensas físicas, la indemnización consistirá en el pago de todos los gastos de cura-
ción y convalecenciadel ofendido ...".
El art. 1746del CCCNregula: "...Se presumen los gastos médicos, farmacéuticos
ypor transporte que resultanrazonablesen función de la índole de las lesioneso la
incapacidad...". Esta presunción representa el criterio doctrinario yjurisprudencial
dominante por el cual no se exigía prueba de las erogaciones que haya tenido que
efectuar la víctima. Esto se erige como una de las excepcionesestablecidas en el art.
1744 del CCCN según el cual: "El daño debe ser acreditado por quien Ir,invoca, ex-
cepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de lospropios hechos".
No obstante la claridad de la norma, cabe hacer algunas distinciones.
En primer lugar, seefectúa unadiferencia en tornoal lugar donde haya sidoaten-
dida la víctima. Si fue atendida en un hospital público, la mayoría entiende que los
gastosde farmacia son procedentes, pero los de atención médica, no; por cuanto es-
ta es totalmente gratuita. Si fue atendido a través de su obra social, algunos consi-
deranque la cobertura es parcialy, por lotanto,conceden una indemnización;yotros,
que es total, por lo que el reclamo es desestimado. En segundo lugar, en cuanto a la
cuantía de losgastos,sesostienequesi el gastoesconsiderablementeelevado,seexi-
ge mayor respaldo p r ~ b a t o r i o ~ ~ .
En ese orden de ideas, será razonable la eximición de prueba para aquellos gas-
tos de farmacia y de atención profesional de la víctima que sean contestes con la na-
turaleza del daño y que por la urgencia del caso no se han podido adoptar las dili-
gencias necesarias para munirse de la documental que la acredite. Deben excluirse
aquellosgastospor loscualesseacostumbra pedir u otorgar recibo, factura o ticket,
como son los correspondientesa la adquisición de muletas, férulas, alquiler de apa-
ratos de rehabilitación, para cuyo resarcimiento resulta necesaria su comprobación
a través de recibos u otro medio46.
Asimismo, la doctrina distingue entre los gastos terapéuticosy gastos colatera-
les o conexos a los terapéuticos, los que si bien no revisten una finalidad terapéuti-

45 Alferillo, en CódigoCivilyComerciaIcomentado. Tratadoexegético, 2aed.,2015,t.Vll, p.325.


46 Alferillo, en El resarcimientode los gastos farmacéuticosymédicos, DJ, 2008-11-1069; Are-
án, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 4A, ps.463 y 464.
296 CECILIA CELESTE DANESI

ca directa también han sido desencadenados por el hecho o se vinculan mediata-


mente con el proceso de asistencia a la salud de la víctima. Dentro de los primerosfi-
guran todas las erogaciones realizadas con la finalidad de recuperar el estado del
lesionado anterior a las lesiones sufridas y, en los segundos, podemos mencionar a
título de ejemplo aquellos gastos que son necesarios realizar para reponer ciertos
elementosmateriales, como la renovación devestimenta deteriorada, la reposición
de anteojos, las sumas que la víctima o algún pariente debió oblar para trasladarse
a los lugaresdeasistencia para acompañar ocuidarla, las propinas entregadasaen-
fermeras, mucamas o terceras personas que asisten al lesionado, el pago de bonos
de contribución que suelen pedir las cooperadoras de los hospitales públicos, los
sueldos de personal de servicio doméstico, etcétera4'.
En resumen, consideramosque la presunción legal es genérica y, tal como la nor-
ma lo indica, vinculada con la entidad de las lesiones o el grado de incapacidad. Si se
pretendela reparaciónde gastosexorbitantes,estos deberán serdebidamenteacre-
ditados.
Por otra parte, sea que la víctima se haya atendido en hospitales públicos, o bien
en su obra social o prepaga, los gastos de farmacia no están cubiertosy correspon-
de indemnizarlos.
Encuadran en la presunción los siguientes gastos: medicamentos, prótesis, tra-
tamientos de rehabilitación física o psíquica, internación, ortopédicos, traslados,
etcétera. Siempre-reiteramos-que se encuentren vinculados a la entidad de las
lesiones.
Para concluir, cabe añadir que el magistrado, conforme a las facultades que le
confiere el art. 165del CPCCN, podrá cuantificar el reclamo por gastos médicos, far-
macéuticosy de transporte.

b) Otros gastos
Existenotrosgastosque,si bien no encuadran en la presunción mencionada pre-
cedentemente, puedenser reclamados pero, deberán ser acreditadosdeconformi-
dad con lo exigido por el art. 1744 del CCCN. Haremos una breve enumeración

1 - Gastos de vestimenta
Creemosque resultaadmisible la partida porvestimenta cuando laslesionesacre-
ditadasenel expedientehaganverosímil presumirque lasmismas hansidodañadas.
Por ejemplo, se deberá conceder el rubro indemnizatorio si, a raíz del siniestro, se

47 Zavala de González, Resarcimiento de daños, t. 2c, "Daños a las personas", [Integridad es-
piritual y social], 2" ed., 1990, p. 149; Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t. 4A, ps. 463 y
464.
produjo una fractura expuesta osi, lavíctima que iba en motocicleta saliódespedida
e impactó fuertemente contra el asfalto o cuando esté probado que sufrió pérdida
de sangre0 los profesionales debieron suturar, etcétera. Es más, frecuentemente, al
llegar al hospital los médicos en la urgencia "cortan" la ropa del paciente.
Además, debe hacerse mérito de la época del año en que acaece el siniestro, ya
que los atuendos invernales son generalmente de un costo superior y, por último,
es trascendente la condición social yeconómica de la víctima, por cuantoes inacep-
table que se reclame -como tantas veces ocurre- una suma que podría hacer su-
poner que llevaba puesto un traje de "Armani" cuando en el beneficio de litigar sin
gastos se afirma que vive de la caridad ajena4*.
El juez podrá estimar los gastos por vestimenta en uso de las facultades que le
confiere el art. 165 del CPCCN.
En resumen, sea en el casode lavestimenta, delosanteojosocualquierotroefec-
to personal cuyo daño sea presumible (peatón que utilizaba muletas o bastón), el
rubro encuadraría en la excepción prevista por el art. 1744del CCCN en cuanto dice
que se exceptúa de la prueba del daño cuando surja notorio de los propios hechos.

2 - Anteojos
Asimismo, otros objetos cuya reposiciónsuele ser peticionada son los anteojos.
Un sector doctrinario sostiene que resulta insoslayableque el demandante acredi-
te que los portaba al momento del accidenteyquese le rompieron49.Compartimos
parcialmenteesta postura. Si la víctima acredita-con el correspondiente certifica-
do médico- que necesita anteojos para manejar, según las circunstancias del cho-
que podemos presumir que los antejos se le han dañado. Lo mismo sucede con un
peatón que compruebe (también con el certificado pertinente) que no puede salir
a la calle sin sus antejos y quedó demostrado que a raíz de la embestida del rodado
cayó abruptamente al suelo.
Es decir, si el damnificado demuestra que en las circunstancias en las que se pro-
dujoel siniestrodebía estarutilizandoanteojosy, la mecánicadel accidente haceve-
rosímil que aquellos se hayan dañado, corresponde su indemnización50.
Tal comoseñalamosen el puntoanterior, tantoen el casode lavestimenta, de los
anteojos o cualquier otro efecto personal cuyo daño sea presumible (peatón que
utilizaba muletaso bastón), el rubroencuadraria en la excepción prevista por el art.
1744 del CCCN en cuanto dice que se exceptúa de la prueba del daño cuando surja
notorio de los propios hechos.

48 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t.4A, ps. 485 y 456.
49 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t. 4A, p. 486.
Las licencias de conducir suelen especificar si utiliza anteojos o no. Véase www.gob.gba.
gov.arllegislacionllegislacion/Disp-psv-70-9. html.
CECILIA CELESTE DANESI

3 - Gastos de servicios de enfermería


y empleados domésticos
Finalmente, también puede incluirseel reclamo del reembolso de losgastosirro-
gadosen conceptode enfermeroso bien, del personal necesario para cuidara la víc-
tima. En cualquiera de losdoscasos, la petición debeser respaldada con loscompro-
bantes correspondientes o bien, con el dictamen pertinente que acredite la necesi-
dad de cualquiera de los dossupuestos.

Jurisprudencia

1. Presunciónde los gastos


1 Alega la demandada que nose acompañaron los comprobantes respectivos, debien-
do repararse que la sentencia los estableció en $5.200y que la actora los reclamó adu-
ciendo que durante los cincuenta y dos días que duró la internación estuvo constante-
menteacompañada porfamiliaresquienesgestionabanloque nose le proveía. Encuan-
to al rubro tengo opinión favorable a su acogimiento, máxime cuando el monto otor-
gadose aprecia justo, en tanto es cierto que la víctima debe afrontar gastos de traslado
yfarmacia sobre la base de la situaciónde necesidadque padece, teniendo en cuenta las
reglas de sentido común, por la imposibilidad de ambulación. De todos modos, el art.
1746 del CCCNacude en apoyo de esta postura en cuanto dispone que: "En caso de le-
siones o incapacidadpermanente, física o psíquica, total o parcial (...) se presumen gas-
tos médicos, farmacéuticosy portransporteque resultanrazonablesenfunciónde la ín-
dole de las lesiones o la incapacidad". [CACCSalta, Sala 111,26/8/16, "R., E.V. A. c. G. O.,
A. S. y10 quien resulte civilmente responsable s1Sumario - Daños y perjuicios por acci-
dente de tránsito", LL, On Line, ARIJUW70740/2016].
2 El art. 1746 del CCCN, establece que "se presumen los gastos médicos, farmacéuticos
y por transporte que resultan razonablesen función de la índole de las lesiones o la in-
capacidad" con lo cual, estos gastos, en principio, ya están incorporados implícitamen-
teenel montodecondena encasode procederelinstituto. [CNAT, Sala 111,31/8/17, "Suá-
rez, Adrián Alejandro c. Provincia ART S.A. slAccidente - Ley especial", LL, On Line, AR/
JUR/64541/2017].

2. Gastos de pasajes aéreos para atención médica


en otra ciudad y de empleada doméstica
3 Los gastos de traslado con motivo de los daños ocasionados que requerían trata-
miento médico fuera de la Provincia, son indemnizables en la medida que estén sufi-
cientemente acreditados. Los actores acompañan boletos de pasajes aéreos a Buenos
Aires, nueve porviajesdeellosycatorce porsus hijas, pero nocompletaron la prueba pa-
ra poder vincularlos como una consecuencia inmediata y necesaria del hecho dañoso.
Aquíse nota lo abultado que resultan estas sumas. Por empezar, si habían contratado,
como dicen, a la señora Olga Guajardo de Siere para que los asistiera domésticamente
en BuenosAiresyenotras "tareasafines", nosecomprendeporquédebíanviajar-con-
junta o alternativamente-sus tres hijas ocupando catorce boletos de avión. Si lo hicie-
ACCIDENTES DE TRANSITO 299

ron, nosería porque era absolutamentenecesarioque permanecieranal lado de sus pa-


dres, asistidos por excelentes profesionales y contando con un servicio doméstico com-
pleto durante toda la estadía de recuperación. Lo mismo ocurre con los gastos de movi-
lidad por servicios de taxis y remises por los que reclamanal tiempo de la demanda en la
suma de $840; pero estos supuestos gastos, que tal vezse hicieron por un monto mucho
menor, no hay forma de relacionarlos con distancias, necesidades o tiempos de perma-
nencia en BuenosAires, por lo que la norma supletoria contenida en el art. 171, parte 3a
del CPC, que autoriza a los jueces a determinar su monto cuando no se haya justificado
con prueba, resulta de aplicación imposible.También haosido incluidosen la categoría
de "gastos conexos o colaterales", aquellos relativos a hospedaje y alimentación en la
Capital Federal, de los cuales tampoco conocemos en qué lugares se alojó el matrimo-
nio S. durante los treinta días que afirman haber estado en Buenos Aires. No hay certe-
zasobreestosítems. [CACCMSan Juan, Sala I,19/5/06, "S. S. yotroc.García García, Fran-
cisco y otro", LL, On Line, AWJUW2328/2006].

3. Reintegro de gastos
4 Una empresa de medicina prepaga que cubrió los gastos de asistencia de un afiliado
víctima de un siniestro estercera interesada en cuanto al crédito que aquel tiene ante el
responsabledel daño, pues, si bien son relacionesobligacionalesautónomas,la queso-
porta la accionantefrente a su asociado no puede ser obstativa a la subrogación opera-
da a raíz de la cobertura del perjuicio resarcible(arts. 768, inc. 3", CC; 881,882,914,915
y919, CCCN). [CNCiv., Sala B, 21/4/16, "Galeno Argentina S.A. c. Vázquez, María Luisa y
otross/Cobrodesumasdedinero",LL, 2016-0-413; LL, ejemplar del 13/9/16, p.7,con no-
ta de Claudio F. Leiva; LL, On Line, AWJUW20958/2016].

4. Anteojos y vestimenta
5 Sostiene la parte actora apelante que este rubro comprende ocho perjuicios distin-
tos, no tratadosadecuadamentepor la jueza quo ysolamente concedida la indemniza-
ción portres de los que fueron reclamados. Estetipodegastosno puedenpresumirsesin
otro dato cierto que justifique el hecho del daño. El reclamo por la destrucciónde la ro-
pa que llevaban puesta al momento del accidente, no está de ninguna manera demos-
trado, menos la calidad de la vestimenta que pudieran haber tenido en ese momento.
De igual modo no hay dato que corrobore la pérdida de los anteojos de la doctora B. R.
en el accidente. [CACCM San Juan, Sala 1, 19/5/06, "S. S. y otro c. García García, Francis-
co y otro", LL, On Line, AWJU W2328/2006].

5. Parámetros para cuantificar los gastos farmacéuticos


6 Cabe señalar una vez más que, conforme ha quedado establecido en el presente, no
se ha podido comprobar incapacidad física actual alguna, atribuible al evento, por lo
que el razonamiento de la apelante en este sentido (gastosfuturos e intervención qui-
rúrgica) resulta errado. Por lodemás, se hasostenidoque losgastosmédicosydefarma-
cia constituyen una consecuencia forzosa del accidente, de modo tal que el criterio de
valoracióndebeser flexible, no requiriéndose, por ende, pruebaconcretayacabadaso-
bre la efectividad de los desembolsos y de su cuantía. Lo fundamental es que la índole e
CECILIA CELESTE DANESI

importancia de los mediosterapéuticosaque responden los gastos invocados guarden


vinculación con la clase de lesiones producidas por el hecho, es decir, que exista la debi-
da relación causal. La presunción sobre la realidad del desembolso, aún en defecto de
prueba, conlleva a la fijación judicial del monto pertinente, sobre la base de lascircuns-
tancias del caso. Asíse ha dicho que para la determinación de los gastos farmacéuticos
efectuados a consecuencia de un accidente, deben gravitar factores como: lugar don-
de fuera atendida la víctima, importancia y extensiónde las lesionessufridas,ausencia
total de comprobantes, quedeterminarán el obrar prudentedel magistradoen la pon-
deración del monto a fijarse, haciendo justo y equitativo uso de lo dispuesto por el art.
165 de la ley ritual (CNECC, Sala IV, 30/4/82, ED, 106-117). Sin embargo la valoraciónju-
dicial debe ser severa y prudente cuando se carezca de demostración certera sobre la
cuantía de losdesembolsos(Zavala deGonzález, Resarcimientodedañosa laspersonas,
p. 145). [CNCiv., Sala H, 22/3/10, "Quiroga, Dominga c.Transporte Ideal San JustoS.A.",
LL, On Line, AWJUW9156/2010].

6. Víctima con obra social


7 Resulta procedente el reclamo de los damnificados por los daños y perjuicios deri-
vados de un accidente de tránsito, respectode los gastos médicos ydefarmacia, ya que
la circunstancia de contar con obrassocialesno esjustificación para liberar al dañador,
pues, la relación que ellos tienen con dicha obra social por adhesión a un régimen de
medicina prepaga, obedece a un vínculo contractual ajeno al ámbito de responsabili-
dad extracontractual que se ventila en el juicio. [CACCM San Juan, Sala 1,19/5/06, "S.
S. y otro c. García García, Franciscoy otro", LL, On Line, AWJUW2328/2006].

8 La circunstancia de que el actor se haya atendido con cobertura de su obra social o en


hospitales públicos no es razón para rechazar o limitar la reparación por gastos médi-
cos o farmacéuticos, toda vez que la asistencia médica, sanatorial y de farmacia provo-
ca desembolsosdedineroqueno siempre resultanfáciles de acreditar o no son recono-
cidos por la obra social y, además, porque lo apremiante en tales circunstancias para la
víctima o sus familiares no reside en colectar pruebas para un futuro juicio sino en la
atencióndel paciente. [CNCiv., Sala M, 13/10/17, "Monturano, Claudio Gastón yotroc.
De Seta, OIga y otros slDaños y perjuicios", LL, On Line, AWJUR/78778/2017].

7. Gastos médicos aun cuando tuvo lesiones


sin incapacidad
9 Aun cuando no se encuentre acreditada la presenciade secuelas incapacitantes,sí lo
está que el actor sufrió algunas contusionesy lesiones leves, las cuales necesariamente
debieron implicar el consumo de analgésicos y desinflamatoriosy por lo tanto los gas-
tos médicos efectuados deben ser indemnizados. [CACCMPT 4" Mendoza, 13/9/17,
"Olivera, Leonardo Iván c. Carvacho, Nelson Martín s/D. y p. (accidentede tránsito)", LL,
On Line, AWJUW65894/2017].
CAP~TULO
XI
INDEMNIZACIÓN POR FALLECIMIENTO-VALORVIDA

5 46. Concepto y régimen legal


Para analizar esta faceta del daño resarcible,esconvenientecomenzarcon ladis-
tinción entre damnificado directo e indirecto. El primero, es el sujeto que padece el
daño (v. gr., quien sufre una lesión a consecuencia de un accidente de tránsito). El
damnificado indirecto, en cambio, sufre el detrimentoen forma refleja, tal sería el
caso de los hijos del fallecido a raíz de un siniestro. Pero el reclamode los hijos no es
iure hereditatis, sino que peticionan iureproprio. En palabras de Pizarro, el damni-
ficado indirecto es aquella persona que padece un daño propio, derivado de un ilí-
cito que tiene por víctima a un tercero, respecto de quien existía un interés patri-
monial o extrapatrimonial, que resulta conculcadol.
Ahora bien, el Código Civil deVélez Sarsfield regulaba esta partida, aunque con
algunas diferencias que destacaremos a continuación. El art. 1084 establecía que si
"el delito fuere de homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los
gastos hechos en la asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere nece-
sario para la subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de
losjueces, fijar el montode la indemnizaciónyel modo desatisfacerla". La norma si-
guienteprescribíaque"el derechodeexigir la indemnizacióndela primera partedel
artículo anterior, compete a cualquiera que hubiere hecho los gastos de que allí se
trata. La indemnización de la segunda parte del artículo, solo podrá ser exigida por
el cónyugesobreviviente,y por los herederosnecesariosdelmuerto,si nofueren cul-
pados del delito como autoreso cómplices, osi no lo impidieron pudiendo hacerlo".
La doctrina y la jurisprudencia eran contestes en denominar a ese rubro indem-
nizatorio como "valor vida", pero en modo alguno implicaba reconocerle a la "vi-
da humana" un carácter monetario o económico en sí.

Pizarro, Daño moral. Prevención. Reparación. Punición, 2" ed., 2004, p. 204.
CECILIA CELESTE DANESI

Explicaba Orgaz que la vida humana tiene un valor económico, como fuente de
ventajas patrimoniales para el propio sujeto o para otros, pero no la tiene "por sí
misma", esto es, con independencia de lo que produzca o pueda producir2.
A pesar de la importancia que tiene para el hombre su vida, no es un bien, como
objeto material o inmaterial susceptible devalor. La vida humana no tienevalor eco-
nómicoperse, sino "en consideracióna lo que produce o puede producir". Sin em-
bargo, tiene una proyeccióncrematística en tanto representa una fuente de recur-
sos o beneficios económicos para la familia de los quese vería privada a causa del fa-
Ilecimiento3.
Entonces, ante el deceso de una persona, lo que se contempla en signos econó-
micos no es la vida misma que ha cesado, sino las consecuencias que sobre otros pa-
trimonios produce la brusca interrupción de una actividad productora de bienes4.Es
decir, se pondera el nivel de detrimento que genera en el patrimonio de los damnifi-
cados indirectos, la privación de una asistencia actual ofutura5.Lo que importa, una
vez producido el fallecimiento, es la pérdida que sufren los sobrevivientes por este6.
Actualmente, la indemnización por fallecimiento se encuentra unificada en un
mismoartículo, a saber: "En caso de muerte, la indemnizacióndebeconsistiren: a)
los gastos necesariospara asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a
repetirlos incumbe a quien lospaga, aunque sea en razón de una obligación legal;
b) lo necesariopara alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de
veintiún años de edad con derecho alimentario, de los hijos incapaceso con capaci-
dad restringida, aunque no hayan sido declarados talesjudicialmente; esta indem-
nizaciónprocede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado
indirecto; eljuez, para fijarla reparación, debe tener en cuenta el tiempo probable
de vida de la víctima, sus condicionespersonalesy las de los reclamantes; c) la pér-
dida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este
derecho también compete a quien tenga la guarda delmenor fallecido "(art. 1745).
La norma presenta algunos maticesen comparacióncon su antecesor, los que se-
rán desarrollados en los apartados siguientes. A modo de ejemplo podemosseñalar
que, mientras que el art. 1084 del CCse refería a lo necesario para la "subsistencia"
de la viuda y de los hijos del muerto, el art. 1745 del CCCN alude a la prestación ali-
mentaria que les corresponda. Se trata de toda la ayuda que el fallecido habría pres-

* Orgaz, Eldaño resarcible, 1967, p. 75 y siguientes.


Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012,t .4A, ps. 21 2 y 21 3.
Mosset Iturraspe, Elvalorde la vida humana, 1983, p. 29.
Bustamante Alsina, El valor económico de la vida humana y la reparación del daño patri-
monial causado por homicidio, ED, 124-655.
Zavala de González, Resarcimiento de daños. Pérdida de la vida humana, 1991,t . 2b, ps. 51
y 52.
ACCIDENTES DE TRANSITO 303

tado a los legitimadosen vida, de no haberse producido el hecho ilícito (lucro cesan-
te).Sevinculacon los requerimientosmaterialespara lacontinuidaddelavida7.~am-
bién vemos un notable avance en materia de legitimadosactivos.
A lo dicho hasta aquí, cabe agregar que, al igual que sucedía con el derogado art.
1084delCódigo de Vélez Sarsfield, se establece la presunción a favor de ciertas per-
sonas, quienes a causa de la pérdida de un ser allegado, quedan privadasde lo nece-
sario para su subsistencia. Sin embargo, nada impide que los beneficiariosdela pre-
sunción puedan reclamar la reparación de los daños de mayor entidad económica
que los presuntos, como asimismo que cualquier otra persona distinta a tales bene-
ficiariospueda requerir la indemnizacióndeese perjuicio patrimonial odecualquier
otro que hubiere padecido; dependiendo el éxito de ambos reclamos de la demos-
tración del menoscabo alegado8.
Nos encontramos frente a una presunción iuris tantum y no iuris et de iure, por-
que el principio fundamental en esta materia es que no hay "acto ilícito punible" y,
por ende, tampoco posibilidad de resarcimiento, cuando no hay "daño causado".
Por lo tanto, al obligadoa resarcir el daño se ledebe permitir acreditar que la muer-
te no ocasionó el perjuicio patrimonial que se pretende, sin perjuicio de que las per-
sonas a quienes se acuerda el privilegio de la presunción (como cualquiera otra), a
su vez, puedan probarqueefectivamentesufrieron un dañoensu patrimonio, yob-
tengan, por esa vía, la reparación consiguienteg.

Jurisprudencia

1. Conceptoy normativa aplicable


1 El Iucrocesante representa la ganancia dejada de percibir por lavíctima del hecho ilí-
cito, pero cuando sobreviene su muerte y lo reclaman el cónyuge supérstite ysus hijos,
dicho lucro no puede representar otra cosa más que la indemnización que prevé el art.
1084del CC, esdecir, la quesedenomina "valorvida", másallá del rótuloque la parte le
ponga al reclamar. [CSJN, 24/8/06, "Ferrari deGrand,Teresa H. M. yotrosc. Provinciade
Entre Ríos y otros", DI, 2007-1-236; CSJN-Fallos, 329:3403; LL, On Line, ARlJURl56581
2006; y, en igual sentido, CSJN-Fallos, 216:91; 300:1254].

Picasso-Sáenz, en Código Civily ComercialdelaNacióncomentado p.549, t.lV, en www.saij.


gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~Tomo~lKpdf, disponibleal 1/5/16.
* Castro Durán, Eldañopatrimonialocasionadoporlapérdidadela vida humana. Visióndes-
de lajurisprudenciaprovincial, APBA, 2010-7-733, cit. por Areán, Juicio por accidentes de tránsito,
2012, t.4Af p. 224; y, en igual sentido, Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado,
comentadoycomparado con los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 2015, t. II, p. 732.
Zavala de González, Resarcimientode daños, t. 2b, "Daños a las personas", [Pérdida de la
vida humana], 2" ed., 2" reimpr., 1996, p. 320, cit. por Areán, Juicioporaccidentesdetránsito, 2012,
t. 4A, p. 225.
304 CECILIA CELESTE DANESI

2 Tal como lo han sostenido numerosos precedentesjurisprudenciales y reconocidos


doctrinarios, la vida humana no posee un valor económicosusceptiblede apreciación,
motivo por el cual su pérdida debe resarcirse en la medida que exista un real menos-
cabo patrimonial que perjudique al damnificado a raíz de la falta de aporte material
queesgenerado por la ausencia dequiendebía otorgarle esos beneficios. [CNCiv., Sa-
la A, 17/12/12, "Beltrán, Norberto Aparicio y otro c. Anigtein, Alberto s/Daños y per-
juicios", LL, On Line, AWJUW78024/2012].
3 El art. 1745 del CCCN, dispone que, en caso de muerte, la indemnización debe con-
sistir en "... b) lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente( ...) esta in-
demnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado
indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el tiempo probable de
vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes". En comentario
a este artículose ha dicho que "el texto reemplaza los arts. 1084y 1085 del CCderoga-
do yfija los criterios para ponderar el daño material en caso de fallecimiento, es decir,
el denominado'valor de la vida humana', la que no tiene valor económico intrínseco o
por s i misma, sino que considera indemnizables los lucros que el fallecido destinaba en
vida a los legitimados activos". [CACCMPTF2aSan Rafael, Mendoza, 2618115, causa no
1443211289, "R., S. de la G. yotra c. Cozzari, Alberto FIavio Rodrigoyotros/Daños y per-
juicios", RubinzalOn Line, RC J 59291151.

2. Requisitospara su procedencia. Pérdida de «chance»


4 La indemnización denominada "valor vida" solo será concedida en la medida que
se configure un daño actual ofuturo y constituya una pérdida de una chance, es decir,
cuando existe oportunidad, con visos de razonabilidad o fundabilidad de lograr una
ventaja. Obviamente, la frustración de esa probabilidad, imputable a otro, engendra
un perjuicio resarcible. [CNCiv., Sala B, 18/3/08, "S. de Del M. E. R. y otros c. G. M. A. y
otro", LL, On Line, AWJUW2322/2008].

5 47. Carga de la prueba del daño. Excepción


El art. 1744estableceque: "El daño debe seracreditadoporquien lo invoca, ex-
cepto que la ley lo impute o presuma, o quesurja notorio de lospropios hechos". La
norma se encuentra en sintonía con el art. 377 del CPCCN que regula: "Incumbirá
la carga de la prueba a la parte que afirme la existencia de un hecho controvertido
o de un preceptojurídico que eljuez o el tribunal no tenga el deber de conocer.
Cada una de laspartesdeberáprobar elpresupuestode hechode la norma o nor-
mas que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción ...".
Tal como puede advertirse, la indemnización por fallecimiento es precisamente
un supuesto de excepción al principio general de carga de la prueba del daño, pues
la disposición citada expresamente prevé aquellos casos que "... la ley lo impute o
presuma.. . ". El art. 1745 establece una presunción iuris tantum para todos los su-
jetos allí legitimados.La contraria podrá aportar prueba que refute esa presunción
o bien, haga disminuir el quantum indemnizatorio.
5 48. Supuestos contenidos en el art. 1745
del Código Civil y Comercial

a) Gastos de asistencia y funeral

El derogado Código establecía en su art. 1084 que "si el delito fuere de homici-
dio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos hechos en la asis-
tencia del muertoyensufuneral".Y el artículosiguienteconcedíael derechode pe-
ticionar esa indemnizacióna cualquiera que hubiere hecho los gastos de que allí se
trata.
Por su parte, el texto unificado prescribe en el primer inciso del art. 1745 del Có-
digo de fondo que en caso de fallecimiento la indemnizaciónincluye "... los gastos
necesariospara asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos
incumbe a quien lospaga, aunque sea en razón de una obligación legal.. . ". Como
puede verse, se mantiene el criterio del Código derogado.
Así, las obras sociales, los sistemas de cobertura desalud, losseguros desepelios,
entre otros, pueden reclamar directamente al responsable el deber de resarcir el
reintegro de las sumas abonadasI0.
Debe interpretarse que se trata de los gastos efectuados cuando el fallecimien-
to no fue instantáneo, y se trató de evitar el desenlace fatal aplicando las prácticas
médicas adecuadas o posibles. Quedan comprendidastodas las erogaciones reali-
zadas en el intento infructuoso de evitar un desenlace mortal, yque como una con-
secuencia inmediata del delito, el homicida debe indemnizar. Están incluidos los
gastosdeinternación, de intervencionesquirúrgicas,prácticasmédicas, estudiosde
laboratorio, radiología, etcétera1'.
Cabeaclarar queeste artículosolo regula lossupuestosdeasistenciaprevia al de-
ceso, puesto que para los casos en los cuales existe incapacidadsin fallecimiento, se
aplica el art. 1746delCCCNque prescribe: "... Sepresumenlosgastosmédicos, far-
macéuticosypor transporte que resultan razonablesen función de la índole de las
lesioneso la incapacidad...". Con relacióna estos, remitimosal lector al CapítuloX,
"Lesión a la integridad de las personas (incapacidadsobreviniente) ygastos".
Finalmente, en cuanto a los gastos de funeral, no podrían admitirse gastos sun-
tuario~,como la elección de un costoso monumento fúnebre a expensas del homi-
cida. Aun cuando en términos generales se ha entendido que los gastos del sepelio
deben estar deacuerdocon la posicióneconómica ysocial quetenia el fallecido; ello
debeser así en tanto su monto no resulte excesivo, pues el responsableno tiene por

l o Alferillo, en Código Civily Comercialcomentado. Tratado exegético, 2" ed., 201 5, t.Vil, ps.
297 y 298.
l7 Areán, luicioporaccidentesde tránsito, 201 2, t.4A, p. 345.
CECILIA CELESTE DANESI

qué afrontar los gastos exorbitantes que puedan haber encargado los deudos del
difuntoq2.

Jurisprudencia

- Gastos de asistencia y funeral


1 Es así que los gastos de sepelio son resarcibles en los términos del art. 1084 del CC
quese refiere a los hechos en el funeral del muerto, y para cuya mejor inteligencia re-
sulta apropiado referirse a los arts. 2307~3880del mismo Código. Es por ello que la in-
demnización por gastos de sepelio debe estimarse de acuerdo con las circunstancias
personales del causante ysus familiares y al principio de reparación plena. Teniendo
en cuenta que en caso de muerte de la víctima, el responsabletiene la obligación de
pagartodos losgastoshechosen la asistencia del muertoyensufuneral (art. 1084, CC),
cabe presumir que ellos han sido afrontados por sus parientes más cercanos, en el ca-
so, la actora. Ahora bien, en cuanto al monto, teniendo en cuenta las consideraciones
precedentementemencionadas, loconsideroajustadoa derecho ya lasconstanciasde
autos, por lo que propicio su confirmación (art. 165, CPCCN). [CNCiv., Sala J, 13/12/12,
"Sueldo, Juan Carlosyotros c. Ruckert, Carlos Enrique yotrosslDañosy perjuicios", LL,
On Line, AR/JUR/69527/2012].
2 Loquesemideensignoseconómicosnoes lavida misma que ha cesado, sino lascon-
secuencias, que sobre otros patrimonios incide, de la brusca interrupción de una acti-
vidad creadora, productora de bienes. Estas consecuencias perjudiciales pueden ser
presumidas (art. 1084, CC, al determinar que si el delito fuere de homicidio, el delin-
cuente tiene la obligacion de pagar todos los gastos hechos en la asistencia del muer-
to y en su funeral; además lo que fuere necesario para la subsistencia de la viuda e hi-
jos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de la indemniza-
ción yel modode satisfacerla) opor el contrario requerir de prueba para ser reparadas
(art. 1079, CC). [CACC La Matanza, Sala 1,20/9/07, "Cabrera, Sara A. y otro c. Díaz, Luis
E. y otro", LL, On Line, AR/JUWl0305/2007].

b) Alimentos

El inc. b) del art. 1745 establece que, en caso de fallecimiento, la indemnización


también incluye: "lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los
hijos menores de veintiún años de edad con derecho alimentario, de los hijos inca-
paces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido declarados talesjudicial-
mente; esta indemnizaciónprocede aun cuando otra persona deba prestaralimen-
tos al damnificado indirecto; eljuez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta
el tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los re-
clamantes". Desmenuzaremosacontinuacióncadauna de las partesdeesta norma.

l2 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t.4A, p. 346.


ACCIDENTES DE TRANSITO

1 - Legitimados activos
Amodo de introducción, debemos reiterar que la norma regula una presunción
que relevaa losallíincluidosde la carga de la prueba del daño(art. 1744, CCCN). Esa
presunción puede ser desvirtuada por prueba que demuestre lo contrario o bien,
puede aportarse la que acredite que otros sujetos también recibían alimentos del
difunto.

1 - Cónyuge, separación de hecho yidivorcio

La figura del cónyuge ya estaba incluida en el Código Civil devélez Sarsfield y, al


igual que los hijosmenorese incapaces, no presentaba complejidad alguna. Noobs-
tante ello, haremos unas breves consideraciones.
En primer lugar, se eliminan del Código unificado las causales subjetivas de di-
vorcio y separación (art. 435 y SS., CCCN), que en algunos casos habilitaban al "ino-
cente" solicitar al otro que le procure los medios necesarios para su subsistencia
(arts. 207 y 208, CC).
En ese contexto legal, se sostenía que solo debe cesar la presunción legal de da-
ño cuando ha mediado declaraciónde culpabilidad en el divorcio, al cesar el deber
ordinario de alimentosdel marido (arts. 207 y21 7, CC), a menos quese trate de una
separación personal o un divorcio decretado por la vía de losarts. 204,205,214, inc.
2Oy 215,y la sentencia respectiva hubiese dejado a salvo el derecho alimentario del
esposo13.
El texto unificado en su art. 432 establece que los cónyugesse deben alimentos
entresi durante la vida en común y la separación de hecho. Con posterioridad al di-
vorcio, la prestaciónalimentaria solo se debe en los supuestos específicos previstos
en el Código, o por convención de las partes. De esta norma extraemos dos conclu-
siones. Por un lado, en el caso del cónyuge que se encuentre separado de hecho, se
podrá aportar prueba que acredite la separación y, con ello, desvirtuar la presun-
ción. Por el otro, el divorciado que demuestre que recibía alimentos (v. gr., por un
convenio con su exmarido), tendrá derecho a la indemnización.

Jurisprudencia

1. Cónyuge con condena de prisión


1 Es evidente que la atención de la subsistencia de su cónyuge e hija no podíaser asu-
mida por Ruiz mientras durara su condena, pero sí al término de ella, el que se habría
producido, de no mediarsu trágica muerte, hacia abril de 1994. Si bien losanteceden-
tes penalesdel nombradotornan dudosoel reconocimientode la posibilidaddeaten-
der regularmente a esa asistencia, negarlo sin mássería admitir un determinismo de-

l3 Areán, Juicioporaccidentesdetránsito, 2012, t. 4A, p. 230.


308 CECILIA CELESTE DANESI

lictivo que la ciencia penal no acepta y rechazar la posibilidad de una readaptación


social que se evidenciaría en la decisión de contraer matrimonio y reconocer a su pe-
queña hija, por loque parecejustoadmitir el resarcimiento pretendido, bien queade-
cuado a las condiciones personales de la víctima. [CSJN, 19/10/95, LL, 1996-C-585;
CSJN-Fallos, 318:2002].

2. Posibilidadde desvirtuar la presuncióndel daño


2 Cabe desestimar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto por
la actora-a raíz del fallecimiento desu cónyuge en un accidentedetránsito-contra
la sentencia que admitió la demanda de daños y perjuicios y declaró que la demanda-
da quedaba exonerada de la responsabilidaden un 50%, pues el a quo tuvo por pro-
bado que la reclamante no convivía con el causante y rechazó la pretensión indemni-
zatoria respectoa ella, de conformidad con la doctrina conforme la cual la presunción
de daño que posee el cónyugesobreviviente para reclamar indemnización por muer-
te cede ante la prueba de que no recibía ayuda de la víctima. [SCBA, 5/8/09, LL, On Li-
ne, ARIJ URI43294/2009].

3. Presunción de la viuda y no de los hijos mayores.


Carga de la prueba
3 En el caso de autos, la viuda e hijas mayores de edad reclaman las sumas necesarias
para su subsistencia, debido a que manifiestan que el fallecido contribuía con sus gas-
tosdealimentación yvivienda. Laviuda manifestóque nuncatrabajóyquesiemprevi-
vió del trabajo de su esposo, quien desempeñó tareas en varias empresas a lo largo de
su vida. Ahora bien, el derecho de la viuda al cobro de los gastos necesarios parasusub-
sistencia se presume, mas no así el de sus hijas, ya que estas eran mayores de edad al
momento de producirseel fatal accidente. Por locual, yen los términos del art. 377 del
Código Procesal, debían comprobar que su padre colaboraba con sus gastos de ali-
mentación, vivienda ocon cualquier erogación relativa a su subsistencia, pero no lo hi-
cieron. Por ello, el presente rubro no será admitido con relación a las hijas de la vícti-
ma, pero sí respecto a la viuda de aquel. [JNC no41, 16/3/15, "Romero, Amanda Gui-
llermina y otros c. Iciar, Juan Francisco y otros s/Daños y perjuicios", expte. 41872071
2006, www.scw.pjn.gov,ar].
4 La indemnización por el valor vida otorgada a favor de la viuda de una persona fa-
llecida en un accidente de trabajo debe elevarse, teniendo en cuenta el tiempo de vi-
da en que presumiblemente la víctima hubiera podidoseguir aportando al cuidadode
su cónyuge, asícomoel que hubiesedebidotranscurrir hastasu muerte, la edad del oc-
ciso, sus características personales y lasde la actora. [CNCiv., Sala H, 27110117, "R., A. B.
y otro c. C., V. A. s/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARIJURI85333/2017~.

11 - Conviviente

La legitimación del conviviente había sido receptada en la jurisprudencia. En un


fallo plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de 1995, se dispuso
que "se encuentran legitimados los concubinarios para reclamar la indemnización
del daño patrimonial ocasionado por la muerte de uno de ellos como consecuencia
de un hecho ilícito, en tanto no medie impedimento de ligamen". Entre sus funda-
mentos, se señaló que "en el caso de la indemnización para la concubina, la legiti-
mación para efectuar el reclamo nose funda en su carácterdeconcubina,sino quese
origina en su condiciónsimple dedamnificada por el hecho ilícito, el cual genera una
obligación reparatoria en virtud de lo dispuesto en los arts. 1069,1079y 1109 del CC,
que no puedeverse abolida por unacircunstanciaquenose encuentra prohibida por
la ley y por ello, resulta ser un extremo indiferente como presupuesto del daño re-
sarcible (...) Esta norma no propone distinciones según la categoría del interés per-
judicado, para la procedencia del resarcimiento. Admitido, entonces, que el daño se
establece por la aficción del interés, este puede consistir en la frustrada satisfacción
de necesidadesque, regularmente y con certeza, se veían satisfechas por el muerto
antes del hecho ilícito, sin depender estrictamente de que existan normas que con-
templen yerijan en derecho subjetivo tal interés" 14.
Por su parte, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, sostenía que "la
concubinaseencuentralegitimada para reclamar losdañosy perjuiciospor la muer-
te de su compañero, en tanto demuestre ser una damnificada indirecta del hecho
ilícito, debiendo demostrar una relación similar a la del matrimonio en forma esta-
ble y prolongada"15.
Como puede advertirse, el Código unificado recepta el criterio jurisprudencia1y
doctrinario predominante, el que a su vez se encuentra en sintonía con otrasdispo-
siciones del cuerpo normativo que legitiman a los convivientes a reclamar la repa-
ración de otros perjuicios (art. 1741).
La unión convivencial está regulada en el Título Tercero del Libro Segundo y, se
refiere a la unión basada en relacionesafectivas de carácter singular, pública, noto-
ria, estable y permanente de dos personas que conviven y comparten un proyecto
de vida común, sean del mismo o de diferente sexo (art. 509, CCCN).
El registro de la unión convivencial no es obligatorio, de hecho solo sirve a los fi-
nes probatorios (art. 51 1, CCCN). Es más, la unión convivencial puede acreditarse
por cualquier medio de prueba (art. 512, CCCN), con lo cual, no corresponde exigir
la inscripción en el registro respectivo para que la legitimación del conviviente sea
procedente.
Entre los deberes de los convivientes, encontramos el de asistencia durante la
convivencia (art. 519) y además, la obligación de contribuir a los gastos domésticos
de conformidad con lo dispuesto en el art. 455 (art. 520), con lo cual, resulta más que

l4 CNCiv., 4/4/95, "Fernández, María C. y otro c. El Puente S.A.", JA, 1995-11-201, cita on line:
952067.
l 5 SCBA, 11/6/08, "Lasarte, Gladis Noemíc. Rodrigo, Pablo Omar", LLB.4,2008-863; DJ, ejem-
plar del 10112/08, p. 1305.
CECILIA CELESTE DANESI

razonable que aquellos puedan reclamar por alimentos a raízdel fallecimiento del
otro conviviente.
Precisamente, uno de los fundamentos que se utilizaban para rechazar el recla-
mo del conviviente era que, al no existir en la unión concubinaria obligación legal
de asistencia entre los convivientes, la privación de ingresos a la concubina deriva-
da del fallecimiento de su compañero no puede extenderse en el tiempo durante
toda la vida laboral útil de aquel, por cuanto no hay certeza de que la relación se ex-
tienda hasta la muerte de uno de ellos16.Si bien es cierto que no existía tal obliga-
ción legal, no podía desconocerse que la realidad evidenciaba que los convivientes
también se prestabanasistencia mutua. Pero lo llamativo es que se afirme que en la
unión convivencia1"no hay certeza de que la relación se extienda hasta la muerte
de uno de ellos" y, jen el matrimonio sí? Más sorprendente aún es que el fallo sea
del año 2009.

Jurisprudencia

1. Legitimacióndel concubino
1 Se encuentran legitimados losconcubinarios para reclamar la indemnizacióndel da-
ño patrimonial ocasionadopor la muerte de uno de ellos como consecuencia de un he-
choilícito, en tantono medie impedimentode ligamen. [CNCiv., enpleno,414/95, "Fer-
nández, Maríayotro c. El PuenteS.A.",JA, 1995-11-201,LL, On Line, AWJUW 1924/1995].
2 La concubina se encuentra legitimada para reclamar los daños y perjuicios por la
muerte de su compañero, en tanto demuestre ser una damnificada indirecta del he-
cho ilícito, debiendo demostrar una relación similar a la del matrimonio en forma es-
table yprolongada. [SCBA, 11/6/08, "Lasarte, Gladis Noemí c. Rodrigo, Pablo Omar",
LLBA, 2008-863; DJ, ejemplar del 10112/08, p. 13051.
3 A los efectos de establecer el monto indemnizatorio que corresponde otorgar a la
concubina e hijos menores de edad de un motociclista que perdió la vida en un acci-
dente de tránsito habrán de tenerse en cuenta los aportes económicos que podía su-
ministrarelfallecido, puessi bien la vida humana notienevaloreconómicoperse, oca-
siona indudables efectos de orden patrimonial sobre aquellos que eran destinatarios
de todos o parte de los bienes económicos que el extinto producía, desde el instante
en que esta fuente de ingresos se extingue y siempre y cuando no se trate de afecta-
cionesdecarácterafectivas yespiritualesqueserán ponderadasa la hora de fijar el da-
ño moral. [CNCiv., Sala 1,7/5/15, "S., M. M. y otros c. M., L. G. y otros s/Daños y perjui-
cios", LL, On Line, AWJURII 9467120151.
4 Es procedenteotorgar al concubinode un ama de casa que falleció como consecuen-
cia de un accidente de tránsito un resarcimientopor las tareas de asistencia que aque-

l6 CNCiv., Sala K, 117109, "A., C. B.C. ~ernández,Ángel Enrique", RCyS, 2009-X-92;LL, On Line,
ARIJ UR12124812009.
ACCIDENTES DE TRÁNSSTO 31 1

Ila realizaba en el hogar, pues es evidente que la finalización de su vida le provocó un


daño cierto, al verse impedido de sus aportes a la unidad familiar, que queda frustrada
como proyecto de vida. [CACCM San Juan, Sala 1, 14/10/09, "Álvarez, Omar y otros c.
Moreno, Edgar y otros", LL, On Line, AWJ URI44359/2009].

2. El concubino no está legitimado


5 Al no existir en la unión concubinaria obligación legal de asistencia entre los convi-
vientes, la privación de ingresos a la concubina derivada del fallecimiento de su com-
pañerono puede extenderseen el tiempodurantetoda lavida laboral útil deaquel, por
cuanto no hay certeza de que la relación se extienda hasta la muerte de uno de ellos,
[CNCiv,, Sala K, 1/7/09, "A., C. B. c. Fernández, Ángel Enrique", RCyS, 2009-X-92; LL, On
Line, ARIJ UW2 1248/2009].

111 - Hilos menores de veintiún años

El Código unificado trae considerablesmodificacionesen esta materia. Veamos.


Entre losdeberesdelos progenitoresencontramosel de prestarlealimentosa los
hijos (arts. 646y 658, CCCN). Esta obligación se extiende hasta losveintiún años, ex-
ceptoqueel obligado acreditequeel hijo mayor de edad (menor de dieciocho años,
art. 25, CCCN) cuenta con recursos suficientes para proveérselos por sí mismo (art.
658, CCCN). Asimismo, la obligación de los progenitores de proveer recursos al hijo
subsiste hasta que este alcance la edad de veinticinco años, si la prosecuciónde es-
tudios o preparación profesional de un arte u oficio, le impide proveersede medios
necesarios para sostenerse independientemente (art. 663, CCCN).
Como podemos observar, el inc. b) del art. 1745 del CCCNse encuentra en sinto-
nía con el art. 658queextiende la obligación alimentaria hasta losveintiún años de
edad. No obstante ello, hasta los veinticinco años, los progenitores deben proveer
recursos a sus hijos para su desarrollo profesional, con lo cual, consideramos que en
caso que se acredite este último supuesto en el expediente, debe ser resarcido. Así
también, el hijo matrimonial no reconocido quedemuestre que percibía alimentos
provisoriosde conformidad con lo normado por el art. 664, merece la indemniza-
ción en concepto de valor vida.
Jurisprudencia

1. Hijo próximo a cumplir la mayoría de edad


1 El monto reconocido por eljuezafinderepararel "valorvida" debe reducirse, ya que
cuandosucedió el accidente el reclamente tenía veinte años ysi bien era menor, en me-
nos de dos meses alcanzaría la mayoría de edad, nada le impedía realizar contrato de
trabajo desde los dieciocho años y tanto es así que, aproximadamente a las dos sema-
nasdefallecida su criadora ya había comenzado a trabajar, sin contar que fue ayudado
por su familia biológica a afrontar losgastos del sepelio, y bien podía requerirlea aque-
lla el pago de alimentos. [CNCiv., Sala B, 16/8/17, "M., J. G. c. V., A. A. y otros s/Daños y
perjuicios (acc. trán. dles. o muerte)", LL, On Line, ARIJUW61435/2017].
CECILIA CELESTE DANESI

2. Procedencia de la indemnización por valor vida


de los hijos menores
2 La indemnizaciónpor daño emergente (valor vida) solicitada a favor de dos niñasde
once y ocho años de edad, es procedente, pues, si bien nose acreditó que tuviera traba-
jo remunerado, la interrupción del cuidado maternoa temprana edad resulta suscepti-
ble de una "valoración económica" (art. 1746, CCCN). [JNCAF no12,19110116, "A., R. H.
y otro c. Estado Nacional - M. Seguridad - PFA y otros s1Daños y perjuicios", LL, On Line,
AWJUW70755/2016].
3 Ahora bien, debe contemplarse que en el particular se trata de una persona de edad
avanzada, con una corta expectativa de vida (cinco años), que convivía con su esposa y
una hija menor, la que se encuentra comprendida en la presunción del daño del art.
1084 del CC. Efectuados los cálculos pertinentes en base a lo expuesto y teniendo en
cuenta la edad de las damnificadasy de la víctima a la edad del deceso, que era jubilado
ysu expectativa de vida condicionada por el cáncer que padecía, tenemos que: $ 6 0 0 ~
12 = $7.200~ (1 -0,747258 = 0,252742) x 16,666 = $30.327,83. Consecuentemente, pro-
pongo la modificación del ítem en tratoen la suma determinada, la quesedistribuyeen
$15.163,91 para cada una. [CACC Resistencia, Sala IV, 3013116, "S., M. L.; S., J. L.; S., N. A.
y S., G. A. c. Sanatorio Chaco S.R.L. y10 quien resulte responsable s1Dañosy perjuicios",
LL, On Line, AWJUWI 129112016].

IV - Hijos incapaces o con capacidad restringida

Lo primero que debemos aclarar esque en este supuesto no existe ningún límite
de edad.
En segundo lugar, la incapacidad es excepcionalisimay subsidiaria. Existe un es-
calón intermedio, que es la declaración de capacidad restringida para determina-
dos actos de una persona mayor de trece años que padece una adicción o una alte-
ración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que es-
time que del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o
a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que
prevé el art. 43 del CCCN, especificando las funciones con los ajustes razonables en
función de las necesidades y circunstancias de la persona (art. 32, CCCN).
Por otra parte, no es necesario que exista una declaración de incapacidad o de
capacidad restringida, bastará con que se aporte prueba al expediente del estado
de salud del hijo que invoca el perjuicio para que la indemnización sea procedente.

Jurisprudencia

- Hija incapaz
1 Cuadra añadir que lassumasotorgadasyquese confirman asciendena $130.000que
si bien pudiera aparecer de gran importancia, teniendo en cuenta el sueldo denuncia-
do en autos, cabe poner de resalto que en este tipo desituaciónfamiliar de escasos re-
ACCIDENTES DE TRANSITO 313

cursos el aporte del padrey sostén de la familia supera la proporciónque normalmen-


t e se da en caso de mayor ingreso, sobre todo si se piensa en la particular situación de
la hija incapaz, y la particular relaciónde la víctima con su entornofamiliar. [CNCiv., Sa-
la B, 13/9/04, "Carvajal, lorgeReynaldoc.Vives,LuisAlberto", LL, OnLine, AWJURl76591
20041.

V - Progenitor afín alimentante

Capítulo aparte merece la figura del progenitor afín. Se denomina así al cónyu-
ge o conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o
adolescente (art. 672, CCCN). Si bien con carácter subsidiario, tiene obligación al¡-
mentaria el cónyuge o conviviente respecto de los hijosdel otro. Cesa este deber en
los casos dedisolución del vínculo conyugal o ruptura de la convivencia. Sin embar-
go, si el cambio de situación puede ocasionar un grave daño al niño o adolescentey
el cónyuge o conviviente asumió durante la vida en común el sustento del hijo del
otro, puede fijarse una cuota asistencia1asu cargo con caráctertransitorio, cuya du-
ración debe definir el juez deacuerdo a las condicionesde fortuna del obligado, las
necesidades del alimentadoy el tiempo de la convivencia (art. 676, CCCN).
Entonces, si el progenitor afín, que prestaba alimentos al hijo de su cónyuge o
conviviente, fallece, ese hijo podrá reclamar la indemnización prevista en el inc. b)
del art. 1745del CCCN. Respectodeesteno opera la presunción legal, con lo cual de-
berá aportar las pruebas pertinentes.

VI - Mujer embarazada
Si bien, al igual que el caso del sujeto que reciba alimentos de su progenitor afín,
la mujer embarazada no goza de la presunción legal, también podrá comprobar
que recibía alimentosdel fallecido de conformidad con el art. 665 del CCCN. Este ar-
tículo prescribeque: "La mujer embarazada tiene derecho a reclamaralimentosal
progenitorpresunto con la prueba sumaria de la filiación alegada ".

VI1 - Ascendientes (abuelos)


En sintonía con el cuerpo normativo derogado, el Código de fondo prevé la posi-
bilidad de reclamar alimentos a los ascendientes.Así, el art. 668 del CCCN prescribe
que: "Los alimentos a los ascendientespuedenser reclamados en el mismo proceso
en que se demanda a losprogenitoreso enprocesodiverso; además de loprevisto en
el título del parentesco, debe acreditarse verosímilmente las dificultades del actor
para percibir los alimentos delprogenitor obligado ".
Antesde la puesta en vigor del Código reformado, sesostenía que como losabue-
los también tienen el deber de alimentar a los nietos, al establecer el art. 367, inc. l o
del CC la obligación alimentaria entre ascendientes y descendientes y aun cuando
sea de carácter subsidiario, si se dieran las circunstanciasespeciales de que exista en
314 CECILIA CELESTE DANESI

el caso concreto una sentencia de condena con tal alcance, debe aceptarse que la
muerte del abuelo produce un menoscabo económico en el patrimonio de su nieto
alimentado, generando el derecho a indemni~ación'~.
En suma, el nieto deberá probar que el abuelo fallecido contribuía con sus ali-
mentos para tornar viable la indemnización.

Vlll - Hijos mayores de veintiún años de edad


sin derecho alimentario
El inc. b) del art. 1745del CCCN regula que, la indemnización en caso de muerte,
comprende: lo necesario para alimentos de los hijos menores de veintiún años de
edad conderechoalimentario. La norma aclara "con derechoalimentario" porque,
si bien la obligación de prestar alimentos se extiende hasta los veintiún años de
edad, si el obligado acredita que el hijo mayor de dieciocho años cuenta con recur-
sos suficientes para proveérselos por sí mismo, ese deber cesa (art. 658, CCCN).
Entonces, el deber de prestar alimentosde los progenitorescesa-salvocasoses-
peciales-en dossupuestos: a) cuando el hijo cumple losveintiún años, o b) cuan-
do llega a los dieciocho y acredita que este tiene los recursos suficientes para pro-
veérselos.
En cualquiera de esos dos supuestos, la presunción contenida en el art. 1745del
CCCN, no opera. Por lo cual, el peticionante (hijo sin derecho alimentario), debe
acreditar que dependía económicamente de sus progenitores.

Jurisprudencia

1. Rechazodel hijo mayor de edad que no aporta prueba


1 Corresponde rechazar el reclamo del hijo mayor de edad, cuando nose ha acredita-
do que el reclamantedependiera económicamente de su madre, ni que recibiera ayu-
da económica alguna, máximeteniendo en cuenta las condicionestantode quien efec-
túael reclamocomo lasde la fallecida. [CNCiv., Sala J, 13112/12, "Saavedra, Nelsonc. Lu-
jan Pérez, Marcelos/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUR/69523/2012].
2 En el casodeautos, laviudae hijas mayoresdeedadreclaman lassumasnecesariaspa-
rasusubsistencia, debidoaquemanifiestanqueel fallecidocontribuía con susgastosde
alimentación yvivienda. Del escrito de inicio, se desprende que el causante y la coacto-
ra se casaron en 1967 y del fruto del matrimonio nacieron tres hijas, todas mayores de
edad actualmente. La viuda manifestóque nunca trabajó y que siemprevivió del traba-
jo de su esposo, quien desempeñó tareas en varias empresas a lo largo de su vida. Aho-
ra bien, el derecho de la viuda al cobro de los gastos necesarios para su subsistencia se
presume, mas no así el de sus hijas, ya que estas eran mayores de edad al momento de

l7 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 4A, p. 249.


ACCIDENTES DE TRANSITO

producirseelfatal accidente. Por lo cual, yen los términosdel art. 377 del Código Proce-
sal, debían comprobar que su padre colaboraba con sus gastos de alimenta~ión~vivien-
da o con cualquier erogación relativa a su subsistencia, pero no lo hicieron. Por ello, el
presente rubro no será admitido con relación a las hijas de la víctima, pero sí respecto a
la viuda de aquel. [JNC no41, 1613115, "Romero, Amanda Guillermina y otros c. Iciar,
Juan Franciscoy otross/Daños y perjuicios", expte.4187207/2006, www,scw,pjn.gov.ar].
3 El hijo mayor de edad y plenamente capaz del fallecido-en el caso, en un acciden-
te de tránsito- no cuenta con la presunción de daño por la muerte de su padre que
consagra el art. 1084del CCpara la esposa e hijos menoies o incapaces, por tanto, de-
be necesariamenteprobar el perjuicio que le ocasiona el deceso rigiéndose su preten-
sión por lo establecido por el art. 1079 del cuerpo normativo mencionado. [CNCiv., Sa-
la E, 13/6/07, "Berfili, Genoveva Filomena c. General Tomás Guido S.A.C.I.F.", LL, On Li-
ne, AWJUW3725/2007].

2. Admisión del rubro cuando lo prueba


4 La persona que fue criada por la mujer fallecida como consecuencia de un accidente
de tránsito se encuentra habilitada por la ley para solicitar un resarcimientopor losda-
ños ocasionados por su muerte, dado que no se discute que no es hijo de la fallecida,
puesjamás invocó ese carácter para demandar, perosin embargo, la interrupción de la
vida de una persona no solamente puede afectar los intereses de sus herederosforzo-
sos, quienes gozan de una presunción de daño prevista en los arts. 1084y 1085 del CC,
sino también el de otras personas sin vínculo familiar pero interesadas, quienes debe-
rán demostrar acabadamente el perjuiciosufrido, de acuerdo al art. 1079 del CC. [CN-
Civ., Sala 0, 16/8/17, "M., J. G. c. V., Á. A. y otros slDaños y perjuicios (acc. trán. dles. o
muerte)", LL, On Line, AWJUR/61435/2017].

2 - Cuantificaciónde los alimentos


1 - Parámetrosgenerales

La valoración del denominado "valor vida" implica la medición o cuantificación


del perjuicio que padecen aquellas personas que eran destinatariasde todos o par-
te de los bienes económicos que el fallecido producía, basada en la extinción de esa
fuente de ingresos18.
El art. 1745 del CCCN en su inc. b) prescribe que el juez, para fijar la reparación,
debe tener en cuenta el tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones per-
sonales~las de los reclamantes.
Por su parte, el art. 659 del Código unificado establece que, la obligación de ali-
mentos, comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos de manutención,
educación, esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gastos por enferme-

l8 Taraborelli - Bianchi, Cuantificaciónde la indemnizaciónporlapérdida de la vida humana,


LL, ejemplar del 4/1/08, p. 1.
CECILIA CELESTE DANESI

dad y losgastos necesarios para adquirir una profesión u oficio. Losalimentosestán


constituidos por prestacionesmonetariaso en especieyson proporcionalesa las po-
sibilidades económicas de los obligados y necesidades del alimentado.
Con anterioridad a la sanción del Código unificado, Kemelmajer de Carlucci se-
ñalaba que el daño material equivalía a la cuota alimentaria como concepto com-
prensivo de todo aquello que la victima habría destinado al damnificado comosos-
tén yayuda, en el casoconcreto, ycon la finalidad deque el dañado pueda seguir en
la misma situación que la que se encontraba antes del hecho ilícito que produjo la
muerte de la víctimalg.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, si bien con anterioridad a la sanción del
texto unificado (el cual es proclivea la aplicación de fórmulas matemáticasconforme
la interpretación que hace un sector de la doctrina del art. 1746, CCCN), se expidió en
contra de la utilización de estas para cuantificar el rubro. Así, dispuso que "para fijar
la indemnizaciónpor valor vida no han de aplicarse fórmulas matemáticas (...) sino
consideraryrelacionarlasdiversasvariablesrelevantesdecadacasoen particulartan-
to en relación con la victima (capacidad productiva, cultura, edad, estado físico e in-
telectual, profesión, ingresos, laboriosidad, posicióneconómica y social, expectativa
devida, etcétera) como con losdamnificados(grado de parentesco, asistencia recibi-
da, cultura, edad, educación, condición económica ysocial, etcétera)" 20.
En igual sentido, pero luego de la reforma, la Sala A de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil (con la disidencia del doctor Picasso que comentaremos in-
fra) precisa que "para poder efectuar una valoración del detrimento patrimonial
que le ha ocasionado a la beneficiaria la muerte de su marido, debe apreciarse, con
suma prudencia, a cuánto hubiera ascendido la razonable posibilidad deayuda ma-
terial queeste podría haberle prodigado, lo cual inequívocamenteconfigura un da-
ño futuro, osea, lavaloración de una chance, cuya definición exigede desconocidas
variables, que no hacen atinado un cálculo matemático exacto". Entre los paráme-
trosa tener en cuenta para computar la indemnización señala: la edad de la falleci-
da, su preparación intelectual o capacitaciónpara el trabajo, y el nivel socio-econó-
micoen el quesedesenvolvía.Ytambién, estimaquesedebedescontar loque lavíc-
tima hubiera consumido en su propio beneficio2'.

l9 Kemelmajer de Carlucci, en Código Civily leyes complementarias. Comentado, anotadoy


concordado, 1990, t. 5, cit. por Galdós, en Código Civily Comercial de la Nación comentado, 2014,
t.VIII, p. 518.
CSJN, 24/8/06, "Ferrari de Grand, Teresa H. M. y otros c. Provincia de Entre Ríos y otros", DJ,
2007-1-236; CSJN-Fallos, 329:3403; LL, On Line, AR/JUW5658/2006; y, en igual sentido, CSJN-Fallos,
310:2103; 316:912; 317:728y 1006; 320:536; 323:3616; 325:1156.
21 CNCiv., Sala A, 31/10/17, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.1 s/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/
80624/2017.
ACCIDENTES DE TRANSITO 317

Por su parte, el doctor Picasso considera que, "si bien resulta arduoestablecer un
método de cálculo exacto en estos casos, es posible arribar a un resultado aproxi-
mado-en los términosdel art. 165del Cód. Procesal-calculando, por un lado, qué
porción de los ingresos mensuales presuntos de la víctima fatal podía ser destinada
eventualmente al sostén de los damnificados-a lo que debe adicionarse la valua-
ción de las actividades no remuneradas, pero mensurables económicamente, que
la occisa realizaba a favor de estos últimos-, y durante cuántos años. Finalmente
habría que establecer el valor actual de la renta cons'ante no perpetua así estima-
da( ...). Estaconclusiónsefundaahoraenlaaplicaciónanalógicaaloscasosdemuer-
te del criterio que el art. 1746 del CCCN adopta para calcular la incapacidad sobre-
viniente". Afirma que la redacción del art. 1746 del CCCNconduce necesariamente
al empleo de fórmulas matemáticas para evaluar la cuantía del resarcimiento por
incapacidad y, por analogía, también por muerte, pues únicamente por medio de
ese instrumento puede mensurarse el capital al que alude la norma.

En razón de ello, utiliza la siguiente fórmula:

Donde "C" es el capital a determinar, "A" la ganancia afectada, para cada perí-
odo, "i" la tasa de interés a devengarse durante el período de extracción conside-
rado, decimalizada (emplearé una tasa del 6%), y "a" el número de períodos res-
tantes hasta el límite de la expectativa de vida presunta de la víctima o de la edad
máxima prevista por la ley para ser beneficiario de una prestaciónalimentaria por
parte del occiso22.
En suma, un sector de la doctrina, afirma que, aunque el texto no lo diga expre-
samente, deben emplearse las fórmulas matemáticas en el supuesto de muerte de
la víctima (contenida en el art. 1745, CCCN) porque, en ese caso, se trata -al igual
que sucede con esa norma-de resarcir un lucro cesante, constituido por lo que la
víctima directa habría aportado a los damnificados indirectosde haber seguido con
vida. Sería incongruenteacudira loscálculosmatemáticosen un casoy no en el otro,
cuando se trata de evaluar el mismo tipo de perjuicio^^^.
Por nuestra parte, y en sintonía con lo expresado en el Capítulo X titulado "Le-
sión a la integridad de las personas (incapacidad sobreviniente) y gastos", lo rele-

22 Del voto en disidencia del doctor Picasso en CNCiv., Sala A, 31110117, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.1
s1Dañosy perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/80624/2017.
23 Picasso-Sáenz, en Código Civily Comercialdela Nación comentado, p. 461, t.IV, en www.saij.
gob.arldocs-ficodigo-comentado/CCyC~NacionComentadoTomolpdf,disponible ai 1/5/16.
CECILIA CELESTE DANESI

vante esque el juez ponga d e manifiesto lasvariables utilizadas para arribara lasu-
ma indemnizatoria. Esdecir, haga lo más transparente posibleel cálculo q u e llevó a
cabo para cuantificar el daño. Si bien no está "atado" a una fórmula matemática
(muchasveces lasvariablesde estasson desconocidas), debejustificar en debida for-
ma cómo arribó a ese resultado y por q u é utilizó determinadas variables.

Jurisprudencia
1. No utilizaciónde cálculos matemáticos
para la cuantificación
1 Para poder efectuar una valoración del detrimento patrimonial que le ha ocasiona-
do a la beneficiaria la muerte de su marido, debe apreciarse, con suma prudencia, a
cuánto hubiera ascendido la razonable posibilidad de ayuda material que este podría
haberle prodigado, lo cual inequívocamenteconfigura un daño futuro, o sea, la valo-
ración de una chance, cuya definición exige de desconocidas variables, que no hacen
atinado un cálculo matemático exacto. En la especie, el causante contaba a la fecha de
su muerte con ochenta ydosañosdeedad, era jubilado ya1 momentodel accidenteper-
cibía un haberjubilatoriode $1.918. Por ello, teniendoen cuenta la pensión del 70% de
lajubilación que recibíasu esposa a partir del decesodel marido, el acotado lapsodeso-
brevida que tuvo la señora T. (cinco años después del accidente)y ponderando lo que la
propia víctima hubiera consumidoensu propio beneficio, propondréa miscolegascon-
ceder una partida en conceptode valor vida de $60.000. [CNCiv., Sala A, 31110117, "T.,
T. c. A. S.A.T.A.C.1 s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUW80624/2017].
2 En loatinenteal reclamo deducido en concepto de lucrocesante debeseñalarseque
aquel representa la ganancia dejada de percibir por la víctima de un hechoilícito, pero
cuando sobreviene la muerte de ella y quienes lo reclaman son el cónyuge supérstite y
sus hijos, dicho lucro no puede representarotra cosa másque la indemnizaciónque pre-
véel art. 1084del CC, esdecir, aquella quesedenomina comovalorvida, másallá del ró-
tuloque la parte le ponga al reclamar. En ese sentido, esta Corte ha sostenido en los pre-
cedentesdeCSJN-Fallos, 300:1254y308:698queresulta improcedentecomputar lasga-
nancias frustradas que la víctima podría haber obtenido durante el lapso probable de
su vida. Además, porque la ley ha querido otorgar una reparación proporcionada a la
pérdida sufrida, extendiéndola a "lo que fuere necesario para la subsistencia de la viu-
da e hijos del muerto", sin que, como ya se señaló, resulten admisibles criterios mate-
máticos para graduar el monto de los perjuiciospor este concepto. [CSJN, 24/8/06, "Fe-
rrari de Grand, Teresa H. M. y otros c. Provincia de Entre Ríos y otros", DI, 2007-1-236;
CSJN-Fallos, 329:3403; LL, On Line, ARIJUW5658/2006; y, en igual sentido, CSJN-Fallos,
216:91; 300:1254].

2. Utilización por analogía del art. 1746


para cuantificar el daño
3 Sin perjuicio de ello, en la medida en que la muerte de la víctima directa privó a la
señora G. de los cuidados materialesy la asistencia que-más allá de aquel aporte di-
nerario- podría haberle prodigado su marido durante algunos años -tareas estas
ACCIDENTES DE TRANSITO 319

que son económicamente mensurablesen los términos del art. 1746 del CCCN-, ha-
bré de coincidir con el doctor Molteni en la suma que propone para resarcir este per-
juicio (del voto en disidencia del doctor Picasso). [CNCiv., Sala A, 31110117, "T., T. c. A.
S.A.T.A.C.I. s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AfUJUR/80624/2017].
4 El art. 1746del CCCNha traído una innovaciónsustancial, pues prescribequecorres-
ponde aplicarfórmulas matemáticastendientesa calcular el valor presentede una ren-
ta futura no perpetua. A fines de cuantificar el daño patrimonial por incapacidad psi-
cofísica (lo que también es aplicable al daño por muerte del art. 1745, CCCN) las referi-
dasfórmulasse erigen como un parámetroorientativo qde no puedeser omitido por la
judicatura a la hora de cuantificar los daños personales por lesioneso incapacidadfísi-
ca o psíquica o por muerte. Por consiguiente, conforme lo prescribe el art. 1746 del
CCCN, resulta ineludible identificar la fórmula empleada y las variables consideradas
para su aplicación, pues ello constituye el mecanismo que permite al justiciable y a las
instanciasjudiciales superiores verificar la existencia de una decisión jurisdiccional sus-
tancialmenteválida en lostérminosde la exigencia consagrada en los arts. 3Oy 1746del
CCCN(arts. lo, 2O, 3O, 7Oyconcs., CCCN). [CACCAzul, Sala II, 17111116, "Espil, María Inés
y otro c. Apilar S.A. yotros1Daños y perjuicios", causa n02-60647-2015, www.cij.gov.ar].

3. Parámetros para cuantificar el daño


5 Afin de proceder a la cuantificación del "valor vida" debe adoptarse un criterio que
pondere en cada caso las características específicas de la víctima, especialmente las re-
feridas a su edad, su preparacióny el nivel socioeconómicoen el que se desenvolvía, co-
mo también los efectos económicos quesu desaparición provoca a losdamnificadosin-
directos, quienes se ven afectados patrimonialmente por la disminucióno privaciónde
bienesquepercibíanenvida de aquella. [CNCiv., Sala G,4112/09, "Barros, JuanCarlosy
otros c. Trenes de Buenos Aires S.A. y otros", RCyS, 201O-V; LL, On Line, ARlJURl 577481
20091.

11 - Occiso desocupado o amo de casa

Aun cuando el sujeto estuviera desocupado a la fecha del deceso, ello no signifi-
ca que en el futuro, de no haberse truncado la vida por el ilícito, no pudiera haber
obtenido un trabajo o cumplido una actividad rentable que le hubiera permitido
atender a las necesidades del cónyuge y, en especial, de la progenie24.Conforme es-
ta postura, la cual compartimos, resulta admisible el rubro indemnizatorio en con-
cepto de valor devida, aun cuando el fallecido no tuviera un empleo.
En cuanto al sujeto que se encarga de las tareas del hogar (amo de casa), existía
un criterio aceptado en forma unánime que sostenía que ese trabajo posee un va-
lor e c o n ó m i ~ oEste
~ ~ .criterio fue receptado en el actual art. 660 del CCCNque esta-

24 Areán, Juicio por accidentesde tránsito, 2012, t. 4A, p. 226.


25 Galdós, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, 2014, t. VIII, p. 521.
bleceque las tareas cotidianas que realiza el progenitor que ha asumido el cuidado
personal del hijo tienen un valor económicoy constituyen un aporte a su manuten-
ción. Por ello, cuando el fallecido se encargarede las tareas del hogar, los sujetos le-
gitimados podrán reclamar la indemnizaciónen concepto de "valor vida".
Jurisprudencia

- Occiso desocupado
1 La indemnizaciónpor daño emergente (valor vida) solicitada afavor de dos niñas de
once y ocho años de edad, es procedente, pues, si bien no se acreditó que tuviera traba-
jo remunerado, la interrupción del cuidado materno a temprana edad resulta suscep-
tible de una "valoración económica" (art. 1746, CCCN). [JNCAF no12,19/10/16, "A,, R.
H. y otro c. Estado Nacional - M. Seguridad - PFA y otross/Dañosy perjuicios", LL, On Li-
ne, AR/JUR/70755/2016].

c) La pérdida de (cchancen de ayuda futura

1 - Supuestos contenidos en el art. 1745


del Código Civil y Comercial
El último inciso del art. 1745 del CCCN prescribe "la pérdida de chance de ayuda
futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho también compe-
te a quien tenga la guarda del menor falle cid^"^^.
El concepto de pérdida dechancefueabordado en el Capítulo IX, tituladodeesa
manera, al cual remitimos al lector.
Puntualmente, en este inciso se regula la probabilidad o expectativa de colabo-
ración futura quesufren los progenitores por la muerte desus hijos. Se incluyetam-
bién a quien tenga la guarda del menor fallecido, cuestión que se encuentra regu-
lada en el art. 61 1 y SS. del CCCN.
La disposición no distingue en torno a la edad de los hijos fallecidos o de los pe-
ticionantes, con lo cual, cualquiera sea el caso, opera la presunción.
Al utilizar la disposición el vocablo "también", se plantea el interrogante de si
ambos (progenitor y guardador), pueden recibir la indemnización en forma con-
junta. Señala la doctrina que se debe estar a los antecedentesde cada causa en par-
ticular que pueden serdiferentesy,con elloanalizar lasdistintasesperanzasdeayu-
da futura del menor fallecido. Asimismo, y conforme el principio de reparación ple-
na, no se debe descartar a priori la posibilidad de reclamo conjunto2'.

26 En cuantoal sujetoque posea la guarda del menor, se recepta la postura sostenida por im-
portantes pronunciamientos jurisprudenciales (CSJN, 11/9/86, LL, 1987-A-373; CNCiv., en pleno,
4/4/95, "Fernández, María Cristina y otro c. El Puente S.A.T.", LL, On Line, AR/JUR/1924/1995).
27 Alferillo, en Código Civily Comercialcomentado. Tratado exegético, 2" ed., 2015, t.VII, p.
300.
ACCIDENTES DE TRANSITO

2 - Hijo por nacer y núcleofamiliar de condición humilde


Afirma Kemelmajer de Carlucci que la muerte de una persona por nacer, al igual
que la del recién nacido, son indemnizablesdentrodel conceptodel daño material,
como frustración de la chance de ayuda futura que podría representar para sus pa-
dres2*.
Por su parte, Zavala de González propone el supuesto en el cual, ante el deceso de
un feto dentro de un núcleo familiar de condición muy humilde, tal vez, sin la pre-
sencia de un padre, debe aceptarse que la probabilidad de lograr una ayuda futura
nosea totalmente hipotética oconjetural, dadoque resulta verosímil en el curso or-
dinariodelascosasyla normal estrechezdelasrelacionesfamiliares. Ladistinciónen-
tre hijo concebido y nacido es de grado y no de esencia: cuanto más próximo esté el
hijo de llegar a la edad que le permitirá cooperar económicamente con sus padres,
mayor será la probabilidad de que así hubiera ocurrido de no haber falle cid^^^.
Compartimoslo planteado precedentemente:cuanto mayorsea la edad del hijo,
va a tener más posibilidades de cooperar económicamente con sus padres. Lógica-
mente, si el hijo es menor, a lo largo de su vida existen distintos factores que podrían
alterar el "cursoordinariode lascosas" ycon ello, nocolaborar económicamentecon
sus padres. Es decir, cuanto mayor sea el tiempo que deba transcurrir para que el hi-
jo tenga la posibilidad de ayudar a sus padres, la probabilidad deque eso ocurra dis-
minuye proporcionalmente y, por consiguiente, la cuantía del monto indemniza-
torio. Además, y como en todos los casos, se tendrán en cuenta las circunstancias so-
cioeconómicas del núcleo familiar.

Jurisprudencia

1. Occiso desocupado
1 Si de lo que se trata es de resarcir la chance que-por su propia naturaleza-es so-
lo una posibilidad, no puede negarse la indemnizaciónconel argumentodequeesim-
posible asegurar que de la muerte de un menor vaya a resultar un perjuicio, pues ello
importa exigir una certidumbre extraña al concepto mismo de chance de cuya repara-
ción se trata (CSJN-Fallos, 308:1160). Por otro lado, tampococabe excluirla en función
de la edad del fallecido, pues aun en casos como el del sub examinees dable admitir la
frustración de una posibilidad de futura ayuda y sostén para los progenitores, expec-
tativa legítima de acuerdo con lo dispuesto por el art. 367 del CC, y verosímil según el
curso ordinario de las cosas, particularmente en medios familiares de condición hu-
milde (conf. CSJN-Fallos, 303:820 y 308:1160, consid. 4"). En el caso resulta razonable

28
Kemelmajer de Carlucci, en Código Civily leyes complementarias. Comentado, anotadoy
concordado, 1990, t. 5, p. 186, cit. por Areán, Juicio poraccidentesde tránsito, 2012, t. 4A, p. 265.
29 Zavala deGonzález, Resarcimientode daños. Pérdida de ia vida humana, 1991,t. 2b, p. 285
y SS., cit. por Areán, Juiciopor accidentesde tránsito, 2012, t.4A, p. 265.
CECILIA CELESTE DANESI

admitir que la muerte del desafortunado joven importó la frustración de una posible
ayuda material, pues una comprensión objetiva y realista de la situación económico-
social de la familia permite inferir con probabilidad suficiente la cooperación futura
del hijo. Cabe consignar a ese fin ypese a la escasa prueba aportada que la familia de
la víctima es de condición humilde, vive en un barrio modesto, que su padre se desem-
peñaba como operario metalúrgico y que estaba constituida por los cónyuges y cua-
tro hijos menores. Por todo ello resulta apropiado fijar la cantidad de $50.000. [CSJN,
13/3/07, "Albornoz, Luis Roberto y otro c. Provincia de Buenos Aires y otro", CSJN-Fa-
Ilos, 330:748; LL, On Line, ARIJURI2474/2007].

2. Hijo de veintidós años y familiares


de condición humilde
2 Los progenitores a raíz del fallecimiento de su hijo en un accidente de tránsito de-
ben ser indemnizadospor el valor vida, al producirles un perjuicio económico, tenien-
do en cuenta la corta edad de la víctima-veintidós años-y la situación socio-econó-
mica del grupo familiar, de carácter humilde. [CNCiv., Sala J, 13/12/12, "Sueldo, Juan
Carlos y otros c. Ruckert, Carlos Enriquey otros s/Daños y perjuicios", ED, ejemplar del
7/1/14, p. 1; LL, On Line, ARIJUW69527/2012].

3. Familiaresde condición humilde e hijo profesional


3 Teniendo en cuenta los ingresos de la víctima y las necesidades de su familia, así co-
mo las potencialidadeslaborales y las notables cualidades intelectualesque exhibía la
occisa, es indudable que la contingencia del daño es más que razonable en los térmi-
nos del art. 1739 del CCCN. En efecto, es en las familias más modestas donde se ve con
más frecuencia que los hijoscolaboren económicamentecon sus padres, labor que de
hecho ya realizaba la occisa, aportando a la economía familiar. Cuando se trata de hi-
jos profesionales, que han alcanzado una calificación laboral muysuperior a la desus
padres, esa asistencia en la vejez no es sino la retribución al esfuerzo de los padres por
darles una mejor preparación. [CNCiv., Sala M, 22/6/17, "A., E. S. y otros c. Q., A. H. y
otross/Daños y perjuicios", LL, On Line, ARIJUW51410/2017].

4. Código anterior: no opera presunción


4 Resta considerar la pretensióndel padredel fallecido. Los ascendientesnocuentan a
su favor con la presunciónque emana de losarts. 1084y 1085 del CC, puesella-confor-
me principio que fue receptado por la Sala- no los abarca, motivo por el cual debían
ellos acreditar necesariamenteen el expediente el real perjuicio causado por la muerte
del hijo, pues a tal fin se encuentran autorizados por la regla general establecida en el
art. 1079 del cuerpo legal citado. [CNCiv., Sala E, 18112/09, "Fernández, Graciela Noemí
yotros c.Transsol S.A. yotros", LL, On Line, ARIJURI61188/2009].

5. Presunción respecto de los padres


por el fallecimiento de sus hijos
5 La indemnización del daño patrimonial causado por la muerte de un hijo debe ser
indemnizada conforme la determinación del daño resarcible que realiza el art. 1745
ACCIDENTES DE TRANSITO 323

del CCCN, que expresamente alude a la pérdida de chance de ayuda futura como con-
secuencia patrimonial de este suceso. [CNCiv., Sala M, 2216117, "A,, E. S. y otros c. Q., A.
H. yotross1Dañosy perjuicios", RCyS, 2017-X-136; LL, On Line, AR/JUW5141012017].
CAP~TULOXII
INDEMNIZACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS
NO PATRIMONIALES (DAAO MORAL)

5 49. Concepto y régimen legal


El daño extrapatrimonial, o comúnmente conocido como "daño moral" o "no
patrimonial", presenta complejidades no solo para su definición, sino también pa-
ra su cuantificación y alcances.
La Comisión redactora ha discutido si es necesario clasificar el daño patrimonial,
extrapatrimonial o moral, distinguiendo distintossupuestos, pero finalmente con-
sideróquees una tarea quecorrespondea la doctrina y la jurisprudencia, ya que una
norma general no podría dar cuenta de la enorme variedad de casosquese presen-
tan1.
Tradicionalmenteselo ha definido como toda alteración disvaliosade espíritu2,
en el desenvolvimiento desu capacidad de entender, querer o sentir, consecuencia
de una lesión a un interés no patrimonial, que habrá de traducirse en un modo de
estar diferente de aquel en que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de
este y anímicamente perjudicial3.
También se ha dicho que el agravio moral es el menoscaboo lesión a intereses no
patrimoniales provocadopor el evento dañoso, esdecir, por el hecho o acto antijurí-
dico. Es un daño no patrimonial, esto es, todo perjuicio privado que no puede com-
prenderseen el daño patrimonial, por tener por objeto un interés extrapatrimonial.
En esa noción de interésse encuentra el núcleo de la tutela jurídica, porque es a tra-
vés del reconocimiento a tal interés humano que la persona legitima su obrar hacia

Fundamentos del Proyecto: disponible al 11/11/16 en www.nuevocodigocivil.com/wp-


contentluploads/20 95/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf.
Zavala de González, Elconcepto de daño moral, JA, 1985-1-726; Pizarro, Daño moral. Pre-
vención. Reparación. Punición, 1996, p. 47.
López Mesa -Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-
ponsabilidadextracontractual, 2011, t.VII, p. 161.
la consecución o logro, es decir, la satisfaccióno goce de bienesjurídicos. Cuando al
interés se lo considera no patrimonial, es porque los bienes jurídicos que garantiza
no están referidos al goce o satisfacción de un objeto apreciable en dinero o, como
dice más precisamenteDe Cupis, bienes comprendidos en la riqueza material, sino a
la satisfacción o goce de un objeto insusceptiblede apreciación pecuniaria4.
Actualmente, la doctrina en forma mayoritaria participa de la tesitura que le
asigna al daño moral una función netamente resarcitoria y no como una sanción
ejemplar, pues lo que se procura es compensar el menoscabo padecido por la vícti-
ma en su esfera más íntima 5.
El Código de Vélez Sarsfield abordaba la cuestión en el art. 1078que establecía:
"la obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos comprende, además
de la indemnización de pérdidas e intereses, la reparación del agravio moral oca-
sionadoa la víctima. La acción por indemnización del daño moral solo competerá al
damnificado directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima, única-
mente tendrán acción los herederos forzosos". En materia contractual estaba re-
gulado en el art. 522: "en loscasos de indemnización por responsabilidadcontrac-
tual el juezpodrácondenaral responsables la reparacióndel agravio moral que hu-
biere causado, de acuerdo con la índole del hecho generador de la responsabilidad
y circunstancias del caso". A esta última norma se le criticaba que facultaba al juez
a conceder el daño moral por cuanto utilizaba el término "podrá", mientras queen
la órbita extracontractual el agravio moral estaba incluido.
El nuevo Código regula la indemnización de las consecuencias no patrimoniales
en su art. 1741, asa ber: "Está legitimado para reclamarla indemnizaciónde las con-
secuencias no patrimoniales eldamnificado directo. Sidelhecho resulta su muerte o
sufre gran discapacidadtambién tienen legitimación a título personal, según las cir-
cunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyugey quienes convivíancon
aquel recibiendo trato familiar ostensible.
La acción solo se transmite a los sucesores universalesdel legitimado si es inter-
puesta por este.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones susti-
tutivasycompensatoriasquepuedenprocurarlassumasreconocidas".Asimplevis-
ta, podemos apreciar significativos cambios en la materia, principalmente, en lo
que a la legitimación activa concierne.
No tenemos dudas que, dentro de la indemnización de las consecuencias no pa-
trimoniales, están comprendidas las consecuencias de la violación de los derechos

Zannoni, Eldaño en la responsabilidad civil, 1987, p. 287 y siguientes.


En igual sentido, Sáenz,en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentado
y comparado con los Códigos Civil de Vélez Sarsfieldy de Comercio, 201 5, t . II, p. 727; Calvo Costa,
Derecho de las obligaciones, 2" ed., 201 6, t . 2, p. 21 0.
ACCIDENTES DE TRANSITO 327

personalísimos, la integridad personal, la salud psicofísica, las afeccionesespiritua-


les legítimas y las que resulten de la interferencia en el proyecto de vida, tal como
surge de la última parte del art. 1738.
En suma, el daño moral, no patrimonial o extrapatrimonial, es la lesión a los de-
rechos y a los intereses lícitos no reprobados por la ley, que repercuten en la esfera
extrapatrimonial de la persona; se conjugan la tesis del daño-lesión (al interés Iíci-
to) y el daño-consecuencia (que atiende a las repercusiones, efectos o consecuen-
cias en el patrimonio moral de la persona). Con la regylación vigente, mantiene ac-
tualidad la procedencia de los "daños morales mínimos" o "daños morales meno-
res", y las pautas generales para ponderar la existencia y cuantificación6.

Jurisprudencia

- Concepto
1 Las consecuencias no patrimoniales consisten en las angustias, inquietudes, mie-
dos, padecimientos y tristeza propios de la situación vivida por el damnificado. En vir-
tud de la naturaleza del perjuicio sufrido, la dimensión del daño no puede ser acredi-
tada con certeza. [CSJN, 5/9/17, "Lima, Maira Joana y otros c. Agon, Alfredo; Sastre,
María Patricia y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJ UW60671/2017].
2 El nuevo Código Civil y Comercial lo prevé en su art. 1741 bajo el título: Indemniza-
ción de las consecuencias no patrimoniales. Por "consecuencias no patrimoniales" de-
be entenderse lo mismo que daño moral. Es igual no obstante quese lo llame diferen-
te. El Código ha seguido, para conceptualizar al daño moral, a la teoría de la repercu-
sión. Si el daño repercute sobre el patrimonio, el daño es patrimonial, si lo hace fuera
del patrimonio, sobre las afecciones legítimas, el daño es no patrimonial, extrapatri-
monial o moral. [CACCSalta, Sala 111,26/8/16, "R., E.V. A. c. G. O.,A. S. y10 quien resul-
tecivilmente responsables/Sumario-Dañosy perjuiciospor accidente de tránsito", LL,
On Line, AWJ UW70740/2016].
3 La disminución que el daño ocasiona en la esfera extrapatrimonial de la víctima no
puedesubsumirseen la incapacidadsobreviniente,sino quese identifica, en todo caso,
con el daño moral, no correspondiendoenglobar en el tratamiento de este rubro tan-
to a las consecuenciaspatrimoniales de la incapacidadcomo otras facetas relacionadas
con lo espiritual -la imposibilidad de realizar ciertas actividades no lucrativasque Ile-
vaba adelante la víctima, tales como deportes y otras atinentes al esparcimiento y la vi-
da de relación-, pues tal tesitura importaría, en puridad, generar un doble resarci-
miento por el mismo perjuicio, queseríavalorado, primero, para fijar la indemnización
por incapacidad sobreviniente, y luego para hacer lo propio con el daño moral. [CN-
Civ., Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K., S. D. y otros s/Daños y perjuicios", RCyS, 2016-111-131;
LL, On Line, AWJU W35793/2015].

Galdós, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, 2014, t. VIII, p. 501.


328 CECILIA CELESTE DANESI

5 50. Legitimación activa y «gran incapacidad))


La cuestión relativa a la legitimación de los damnificados indirectos para recla-
mar por daño moral, es controvertida en todos los ámbitos jurídicos. Por ejemplo,
en los Principios Europeos de la ResponsabilidadCivil, que ponen de manifiesto el
consenso del European Groupon Tort Law, admiten resarcir el daño no patrimonial
de aquellas personas allegadasa la víctima de un accidente mortal o una lesión muy
grave-art. 10:301 (l)-7.
La reforma introducida en torno a la legitimación de los damnificados indirec-
tos, ocupa sin dudas un rol protagónico en materia de daño moral. Ello se debe a la
gravosa restriccióncontenida en el Código derogado ya lasdistintassolucionesque
alcanzó la doctrina y la jurisprudencia para palearla.
En lo pertinente, el art. 1078del Código deVélez Sarsfield prescribía que "la ac-
ción por indemnización del daño moral solo competerá al damnificado directo; si
del hecho hubiere resultado la muertede lavíctima, únicamentetendrán acción los
herederosforzosos".
En interpretación a ese artículo, la doctrina y jurisprudencia mayoritaria consi-
deraba queson herederosforzososquienes potencialmente asuman dichocarácter
al momentode la muertedelavíctima. Noobsta ata1calidad la circunstanciadeque-
dar desplazados en la sucesión por otros herederos de grado preferente8.
La norma constituía una verdadera situación de injusticia para los damnificados
indirectos, con lo cual, lostribunales han adoptado distintas posturas para atenuar-
la. Algunos reconocían legitimación activa a personas que no revestían el carácter
de herederos forzosos, invocando para ello el art. 1079 del CCque determinaba la
legitimación para reclamar el daño material (v. gr., concubina ante el fallecimiento
de su ~ a r e j a )Esta
~ . solución fue criticada por la doctrina por cuanto la amplitud de
la legitimación activa del art. 1079del CC, cede ante el carácter específico que tiene
la solución restrictiva del art. 1078del CC'O.
Otros, en cambio, alegaban que para el caso del art. 522 del CC, no rige la prohi-
biciónde losdamnificadosindirectosquecontieneel art. 1078delmismocuerponor-
mativo para el ámbito aquiliano.

Casals, Principiosde derecho europeo de la responsabi/idadcivil. Textoycomentario, 2008,


p. 233.
*Pizarro, Daño moral. Prevención. Reparación. Punición, 2" ed., 2004, p. 227; CSJN, 9112/93,
"FridaA.GómezOruédeGareteyotroc. Pcia. de BuenosAiress/Dañosy perjuicios", LL, 1994-B-484.
CNCiv., Sala K, 10/6/08, "B., O. B. y otros c. Línea 60 Microómnibus Norte S.A. yotros", RCyS,
2009-X-81.
l o Calvo Costa, El daño moraly la inconstitucionalidad del art. 1078 Cód. Civil, en DFyP, 2013
(diciembre), 220; LL, On Line, AR/DOC/4235/2013.
ACCIDENTES DE TRANSITO 329

Pero la solución que obtuvo mayor cantidad de adeptos fue la declaración de in-
constitucionalidad del art. 1078 del Código de Vélez Sarsfield. Afirmaban que no
puedeolvidarsequeelderechoa obtener reparación por losdañosinjustamentesu-
fridos tiene raíz constitucional, fundamentalmente en el art. 19 de la CN, que con-
sagra el alterumnon laedere, comoasimismoen losarts. 5.1,21.2y63.1 de la CADH,
habiendo agregado la Corte Suprema que toda indemnizacióndebe ser integral l l .
Aquel principio no admite que se distinga según se trate de un perjuicio de índole
patrimonial o extrapatrimonial para proceder a su reparación, y, además, la letra
del art. 1078 del CCtermina privilegiando la situación del responsable por encima
de los damnificados, violentando el derecho constitucional de estos a obtener una
reparación integral 12.
Luego de entrado en vigencia el Código unificado, se sostuvo que con la llegada
del mismo, el art. 1078 del derogado CCdevino inconstitucional,en cuanto restrin-
gía la legitimación para reclamar el daño moral a los concubinos y demás personas
que recibíantrato familiar ostensiblecon lavíctima, puesda untratamientomenos-
cabante a una categoría de personas que en el nuevo ordenamiento han sido legi-
timadas, y hasta prácticamenteequiparadas en sus facultades a las vinculadas por
un nexo matrimonial13.
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió en un fallo re-
ciente. Señaló que el art. 1078 del CCno importa una restricción inconstitucional al
principio de reparación integral establecido por el art. 19 de la CN. Ello, por cuanto,
la decisión del legisladorde acotar la legitimación para reclamar el daño moral obe-
dece a criterios objetivos y razonables, y procura la realización de un fin legítimo
vinculado con la previsibilidad de los riesgosy cobertura de los daños de los hechos
ilícitos, criterio mantenido por el art. 1741 del CCCN(que analizaremosa continua-
ción), que amplió la legitimación activa, pero únicamente para los casos de muerte
o de gran discapacidad de la víctima 14.
Uno de los principales fundamentos de la limitación era evitar la gran cantidad
dedemandasqueseiniciaríande noexistir aquella. Pero, tal comosostiene Picasso,
no debe confundirse la cuestión de la legitimación para reclamar la reparación de

'' CCCMPT la San Rafael, 28/6/13, "C., C. p/Síy en rep. desu hija menor G. N. E. c. T. M., O. s/Or-
dinaria-ds.yps.",enDFyP,2013(diciembre),221;RCyS,2014-IV-103; LL,OnLine,ARIJURI41791/2013.
Boragina - Meza, lnconstitucionalidad delartículo 1078delCódigo Civil, RCyS, 2007-Xll-44;
Calvo Costa, Eldaño moralyla inconstitucionalidad delart. 1078 Cód. Civil, en DFyP, 2013 (diciem-
bre), 220; LL, On Line, AR/D004235/2013.
l 3 CACCTrelew, Sala A, 17/2/16, "C., A. S. y otros c. K. y C. S.A. y otros/Daños y perjuicios", LL,

On Line, AR/JUR/270/2016.
l 4 Del dictamendel procuradorfiscal que la CSJN hacesuyo, 5/9/17, "Lima, MairaJoanayotros
c.Agon, Alfredo; Sastre, María Patriciayotross/Dañosyperjuicios", LL, On Line, AR/JUR/60671/2017.
330 CECILIA CELESTE DANESI

un daño con otra enteramente distinta, como lo es que el perjuicio invocado debe
ser cierto y no meramente hipotéticooconjetural, ydebe poder imputarse al hecho
generador, según los parámetros de la causalidad adecuada. Los reclamos super-
fluos o infundados no tendrían mejor suerte si, por hipótesis, la legitimación para
reclamar la reparacióndel daño moral estuviera equiparada a la del perjuicio patri-
monial, pues aun en ese caso los jueces contarían con toda esa otra serie de herra-
mientas para acotar y poner límites a la temida "catarata" 15.
El texto unificado buscó, con loable resultado, eliminar esa injusta solución: "... Si
delhecho resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a
título personal, según las circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cón-
yugeyquienesconvivíancon aquelrecibiendo trato familiarostensible ..."(art. 1741,
CCCN).
La norma no aclara ni precisa qué es "gran discapacidad", pero ello -conside-
ramos- no es una falencia, puesto que las disposiciones deben ser lo suficiente-
mente flexiblesy amplias para que permitan incorporar todo el abanico de posibi-
lidades. Máxime cuando, nos encontramosfrente a un artículo que regula cuestio-
nes atinentes al alcance de una indemnización.
La doctrina ha intentado definir el término gran discapacidad. Para algunos es
la que padecen aquellos sujetos que sin asistencia no pueden realizar los actos más
básicosy necesarios para la subsistencia (v. gr., cuadripléjicos, personasenestadove-
getativo, etcétera). Es la incapacidad física y10 psíquica por la cual la víctima pierde
su autonomía personal y económica 16.
Asimismo, yensentido másampli~~sesostienequegran discapacidadincluyelos
casos en los cuales la víctima pierde toda posibilidad de sentir, o moverse por sí mis-
ma. Por ejemplo, parapléjicos, tetrapléjicos o que han quedado en vida vegetativa,
o personas que han sufrido la pérdida de un miembro o de un sentido17.
Meza y Boragina consideran que habrá gran incapacidad cuando la víctima su-
frasecuelasodisminuciónfísica o psíquica permanentesa raizdel ilícito, degran in-
tensidad, con un significativo aminoramiento de sus aptitudes personales, psíqui-
casofísicas, comprometiendo lasáreas individual, laboral o de capacidad producti-
va,familiarysocial, frustrandodefinitivamenteel proyectodevida para el desarro-
llo de su personalidad integral 18.

l5 Picasso, Diálogos de doctrina sobre daño extrapatrimonial, RCyS, 201 3-IV-22.


l6 Casas, Código Civily Comercial de la Nación, analizado, comparadoy concordado, 201 4, t.
2, p. 175.
l7 López Herrera, en Código Civily Comercialde la Nación. Comentado, Graciela Medina-Ju-
lio Rivera (dirs.),2014, t. IV, p. 1075.
l8 Meza- Boragina, Eldaño extrapatrimonialen el Código Civily Comercial, RCyS, XVll-2015.
ACCIDENTES DE TRANSITO

También se señala que la discapacidad se configuraría cuando la persona tiene


impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas norma-
les por alteración de sus funciones intelectualeso físicas. Esta debe ser sobrevinien-
te, tener nexo de causalidad con la cosa o conducta dañadora y, paratipificar la nor-
ma bajo estudio, debe superar en tamaño o importancia o intensidad a una común
o regularlg.
Por nuestra parte, creemosque nose puede proporcionar una definición cerrada
del término gran discapacidadque pretenda proporciqnar una enumeracióntaxati-
va. Todas las citas doctrinarias referenciadas precedentemente constituyen aportes
para delimitar el término, pero el juez está plenamentefacultado para incluir otros
supuestos.
En ese orden de ideas, estimamos que deberán analizarse las circunstancias de
cada caso concreto, teniendo en cuenta -entre otras variables- la edad de la víc-
tima (pues resulta claro que los perjuicios que sufra un menor repercuten de lleno
en los sujetos que están a su cuidado), el nivel de afectacióny de compromiso que
tuvieron las lesiones para el desarrollo de su vida, etcétera.
Lo que sí resultaría inadmisible, es establecer un porcentaje de incapacidad a
partir del cual deberá considerarse "gran discapacidad", pues de este modo, deja-
ríamos la admisibilidad del rubro en manos de la subjetividad del perito médico.
Tampoco compartimos la postura que exige la declaración administrativa de la
discapacidad o, ante su ausencia, que requiere que previamente se declare la exis-
tencia de tal incapacidad excepcional para quedar legitimado para reclamar los da-
ños propios20.En primer lugar, porque la norma no lo exige. En segundo lugar, por-
que claramente eso va en desmedro de la víctima quien, además de tener que inter-
poner un reclamo en sedecivilpara obtener su merecida indemnización,debe iniciar
otro proceso para la declaraciónde la incapacidad.La disposición habla de "gran in-
capacidad" y no de excepcional; basta con que sea grave y de notoria entidad para
admitir la indemnización del art. 1741. En tercer lugar, a modo de ejemplo, el art.
1745 del CKN, que regula la indemnización por fallecimiento, no exige la declara-
ción de incapacidad para concederle los alimentos a los hijos incapaceso con capaci-
dad restringida, puesto que dice "... aunque no hayan sido declarados talesjudi-
cialmente ...". Esdecir,sería injustoque en algunoscasosseexijaladeclaracióndein-
capacidady en otros, no.
Pues bien, acreditada la muerte o la "gran discapacidad", tendrán legitimación
a título personal -según las circunstancias-, los ascendientes, los descendientes,
el cónyuge y quienes convivían con aquel recibiendo trato familiar ostensible. Co-

l9 Alferillo, en CódigoCivilyComercialcomentado.Tratadoexegético, Zaed., 2015, ttVll,p.278.


Alferillo, en CódigoCivilyComercialcomentado.Tratadoexegético,2"ed., 2015,t.VII, p.278.
332 CECILIA CELESTE DANESI

mo podemosver, el daño extrapatrimonial que reclamen estos últimos es pordere-


cho propio.
Nuevamente estamos frente a un término indeterminado: "quienes convivan
con aquel recibiendo unfratofamiliarostensible". Este "trato familiar" se manifies-
ta por la exteriorización de un vínculo afectivo, que motiva la constituciónde un nú-
cleoanálogooidénticoalde lafamilia21.~uedancomprendidosenestafigurael con-
cubino y, siempreque convivan (aunque lo hagan algunos díasa la semana), los pro-
genitores e hijos afines (art. 672yss., CCCN).
En cuanto al concubino, sostiene Kemelmajer de Carlucci que, a los efectos del
ejercicio de la acción resarcitoria de la concubina por muerte de su compañero, cabe
adoptarse una noción amplia de concubinato, "basta que los convivientes hagan vi-
da marital conformando una comunidad de vida y por ende con rasgos de estabili-
dad, continuidad, publicidad y recíproca fidelidad, exista o no impedimento de liga-
men en uno o ambos miembros de la pareja" 22.
Por último, quien invoca el perjuicio, deberá acreditar los supuestos contenidos
en la norma para que la indemnizaciónle sea concedida (art. 1744, CCCN).

Jurisprudencia

1. Constitucionalidad del art. 1078del Código Civil

1 El art. 1078 del CCno importa una restricción inconstitucional al principio de repa-
ración integral establecido por el art. 19de la CN, pues la decisióndel legislador deaco-
tar la legitimación para reclamar el daño moral obedece a criterios objetivosy razona-
bles, y procura la realización de un fin legítimo vinculado con la previsibilidad de los
riesgos y cobertura de los daños de los hechos ilícitos, criterio mantenido por el art.
1741 del CCCN, que amplió la legitimación activa, pero Únicamente para los casos de
muerte o de gran discapacidadde la víctima (del dictamen del procurador fiscal que la
Corte hace suyo). [CSJN, 5/9/17, "Lima, Maira Joana y otros c. Agon, Alfredo; Sastre,
María Patricia y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW60671/2017].

2 Debeser rechazadoelreclamo por daño moral entablado por los hermanosdequien


falleciera como consecuencia de un accidente de tránsito, puessolo la víctima tiene de-
recho aser resarcida por el daño extrapatrimonial, y, en caso de muerte, ese derecho re-
cae en los herederos forzosos, carácter que no revisten los actores. [CNCiv., Sala G,
2011 1112, "Antonuccio, Elvira y otro c. Transporte 22 de Septiembre S.A.C. y otros s/Da-

21 Casas, Código Civily Comercialde la Nación, analizado, comparadoy concordado, 2014, t.


2, p. 175.
22 Kemelmajer de Carlucci, Falta de legitimación de la concubina (y del concubino) para re-
clamarlosdañosyperjuiciosderivadosdela muerte del compañero (o compañera), JA, 1979-111-10.
ACCIDENTES DE TRANSITO

ños y perjuicios", RCyS, 2013-V-252; ED, ejemplar del 28/5/13, p. 3; RCyS, 2013-IX-36, con
nota de Carlos A. Calvo Costa; LL, On Line, AWJUR/73883/2012].

2. lnconstitucionalidaddel art. 1078 del Código Civil

3 A partir de la vigencia del Código Civil y Comercial, el art. 1078 del derogado CCde-
vino inconstitucional,en cuanto restringía la legitimación para reclamar el daño moral
a los concubinosy demás personas que recibían trato familiar ostensible con la víctima,
pues da un tratamiento menosca bante a una categoría de personas que en el nuevo or-
denamiento hansido legitimadas,y hasta prácticamente~quiparadasensusfacultades
a lasvinculadas por un nexomatrimonial. [CACCTrelew,SalaA, 17/2/16, "C.,A.S.yotros
c. K. y C. S.A. yotrosIDaños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/270/2016].

4 El art. 1078 del CCque determina la legitimación para reclamar el daño moral en ca-
so de fallecimiento de lavíctima a quienesestánunidoscon la misma por matrimonioo
parentescoen línea ascendente o descendente es inconstitucional, por cuanto estable-
ce un privilegio por sobre la situación de quienes formaron una familia sin vínculo de
sangre pero cimentada en los afectos, violentando el derecho a la igualdad consagra-
do en el art. 16 y en los instrumentos internacionalesde derechos humanos enumera-
dosenelart.75, inc.22dela CN. [CNCiv.,Sala B, 16/8/17, " ~ . , ~ . ~ . c . ~ . , Á . ~ . y o t r o s s / ~ a -
ños y perjuicios (acc. trán. des. o muerte)", LL, On Line, AfUJUU61435/2017].

3. Conviviente

5 El art. 1078del CCes inconstitucional, en supuestosen los que excluye a legitimados


activosen los que la existencia y procedencia del daño extrapatrimonial es presumible,
como es el caso de la muerte del conviviente, máxime cuando el art. 1741 del CCCN in-
cluye a la conviviente como legitimada activa, siendo esta norma de aplicación inter-
pretativa. [CACC Azul, Sala 11,17/11/16, "Espil, María Inés yotrola c. Apilar S.A. yotrola
s/Daños y perj. (uso autom. s/Lesiones)", LL, On Line, AR/JUR/73331/2016].

4. Hermano no conviviente

6 El daño moral solicitado por el fallecimiento de una hermana debe rechazarse, pues
el art. 1078delCC-aplicable al caso-resolvióde manera categórica la cuestión relati-
va a la legitimación activa de los damnificados indirectospor daño moral, cuyotextode-
ja poco margen para la duda yse aplica tanto en materia extracontractual como obli-
gacional, máximecuandotampocoseencontraría legitimadoel hermanonoconvivien-
te aplicando la normativa del Código Civil y Comercial (art. 1741). [CNCiv., Sala H,
29/6/17, "Sosa, RicardoAníbal y otros c. Miranda, Gerónimo Emiliano y otros s/Daños y
perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/43026/2017].

5. Sobrino de la víctima
7 El sobrino de la víctima de un accidente de tránsito no tiene legitimación activa para
reclamar una indemnización en concepto de daño moral por derecho propio, pues, a
más de no darse una situación excepcionalque permita abrir el abanico de legitimados
334 CECILIA CELESTE DANESI

indirectos previstospor el art. 1078del CC, tampoco obran elementosqueacrediten la


afectacióndederechosogarantíasdelpeticionante. [CNCiv., Sala E, 12111/14, "P., M.C.
c. B. W. A. y otros s1Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW59530/2014].

3 51. Prueba y cuantificación


Con anterioridad a la puesta en vigencia del Código rectificado, la jurispruden-
cia era conteste en sostener que, en los supuestos de responsabilidad extracontrac-
tual, nodebía requerirse prueba específica de la existencia del agravio moral, por lo
que se lo tenía por configurado por el solo hecho de la acción a n t i j ~ r í d i c a ~ ~ .
El Código Civil y Comercial nada dice en cuanto a la prueba de la indemnización
de las consecuencias no patrimoniales, con lo cual, habrá que estarse a la previsión
general contenida en el art. 1744, a saber: "Eldaño debeseracreditado porquien
lo invoca, excepto que la ley lo impute opresuma, o que surja notorio de lospropios
hechos".
Y precisamente, consideramos que, en el caso del daño extrapatrimonial recla-
mado a raíz de un accidente de tránsito, encuadra en la última parte del artículo ci-
tado. Es decir, un supuesto de daños in re ipsa.
Tal como hemosseñaladoenel Capítulo IV("Daño resarcible"), en esoscasos (da-
ños in re ipsa), la existencia del detrimento se infiere necesaria y fatalmente del ilí-
cito -en la órbita extracontractuaI-, o son consecuenciaforzosa, natural e inevi-
table, o bien daños incontrovertibles, evidentes o patentes. Es una situación en la
que "habla la cosa misma", de modo que no hace falta prueba, porque la realidad
actúa incontestablemente por ella24.
Al respecto, señala Calvo Costa que en materia de daño moral, basta la prueba
indirecta del perjuicio, ya que frente a la muerte de un hijo resulta excesivo exigirle
a un progenitor que acredite su sufrimiento. A partir de la demostración del hecho
lesivo, el juez podrá acudir a las presunciones hominispara tener por demostrada la
existencia del perjuicio espiritual. Obviamente que, para que el magistrado pueda
acudir a la prueba presuncional mediante el llamado favorprobationes la víctima
del daño debe al menos aportar prueba del hecho que permitan al magistrado in-
ferir a partir de él las consecuencias espiritualesdisvaliosasque alega25.
Pues bien, el verdadero problema se plantea en torno a la cuantificación del da-
ño moral. Esta es una cuestión que reviste grandes complejidades y, consecuente-

23 CNCiv., Sala E, 19110110, "Salas, Beatriz Liliana c. Walanika S.A. y otros", LL, On Line,
ARIJUW6861112010.
24 Llamas Pombo, Problemasactualesde la responsabilidadcivil, 201 1.

25 Calvo Costa, Derechode las obligaciones,2" ed., 2016, t. 2, ps. 216 y 217.
ACCIDENTES DE TRANSITO 335

mente, arduas discrepancias. En los ordenamientoseuropeos-por ejemplo-varí-


an considerablementeen el modo en que enfocan la determinación de la indemni-
zación por daño moral. Incluso en los casos de daño corporal, la indemnización de-
pende del tribunal y la explicación de cómo se llegan a determinar las cuantías no
existe (estofrecuentementetambiénsucedeen nuestro país). En otros, el tratamien-
to está más desarrollado y es más "científico", de modo que los nivelesde las cuantí-
as son bastante predecibles.Así, en el sistema inglés, existe un baremo flexible basa-
do en el precedentey supervisado por el procedimient~de apelación. El francéslita-
liano, posee un sistema de "puntos" de incapacidad valorados médicamentecomo
punto de partida. Lo que sí podemos afirmar, es que la justicia exige que casos simi-
lares sean tratados lo más parecidamente posible26.
En consonancia con ello, en las "XXI Jornadas NacionalesdeDerechoCivil" sese-
ñaió que la valoración y la cuantificación del daño moral debe tener en cuenta las
pautas empleadas mayoritariamente por pronunciamientos judiciales expedidos
en casos razonablementeafines a los efectos de evitar decisorioscontradictoriosen
relación con el tema. A tales fines, resulta altamente convenienteconfeccionar ta-
blas comparativasde antecedentesj u d i c i a l e ~ ~ ~ .
La complejidad en torno a la cuantificación está dada desde dos planos de sub-
jetividades. Una es la del sujeto que lo padece a la que nadie puede acceder (ya que
solo cada uno sabe su propia medida) y otra, la del juez, quien valorará cómo cuan-
tificará el dolor ajeno sin conocer objetivamente en qué consiste y cuál es su di-
mensión, salvo lo que él mismo podría sentir ("precio del dolor" y "precio del con-
suelo")28.
Pues bien, el texto unificado prescribeque: "... Elmontodelaindemnizaciónde-
be fijarse ponderando las satisfaccionessustitutivasy compensatorias que pueden
procurar lassumasreconocidas" (art. 1741). Con eso, queda sellada la discusión en
cuanto a la naturaleza jurídica de este tipo de perjuicio, pues se consagra el carác-
ter netamente resarcitorio(y no punitivo) de esta categoría. Adicionalmente, el cri-
teriode lassatisfaccionessustitutivas-en línea con la jurisprudencia de la CorteSu-
~ r e m a ~ ~ - b r i n duna
a importantísima pauta para lavaluacióndel daño moral, pues

26 Casals, Principios de derecho europeo de la responsabilidad civil. Textoy comentario, 2008,


p. 233.
27 "XXI Jornadas Nacionales de Derecho Civil", Lomas de Zamora, 2007, Comisión no 2, dis-
poni ble a12218117 en www.cfna. org.arldocumentacionljornadas-nacionales-de-derecho-civil/XX/-
jornadas-nacionales-de-derecho-civil-2007.pdf.
28 CNCiv., Sala M, 14/4/16, "M., P. A. c. Rodríguez, María Laura s/Daños y perjuicios", 795711
201 1, RubinzalOn Line, RC, J 3385116.
29 CSJN, 12/4/11, "Baeza, Silvia Ofelia c. Provincia deBuenos Airesyotros", RCyS, nov. 201 1,
p. 261, con nota de Jorge Mario Galdós.
CECILIA CELESTE DANESI

señala que la suma otorgada por este concepto debe mensurarse en función de los
placeres o actividades que ella permita realizar a la víctima y que sirvan como una
suerte de compensación (y no de equivalente, pues por definición no lo hay en esta
materia) de los sinsabores o angustias, o bien del desmedro existencia1 por ella su-
frido30. Esdecir, la nueva norma lleva a analizar la incidencia concreta del ilícito en
otros aspectos de la vida de la víctima que desbordan el concepto clásico basado so-
lo en el dolor, pena, tristeza, sufrimiento y angustia sin patología psíquica (vida de
relación, proyecto devida, etcetera), que representanuna mengua económica más
allá de la capacidad de ganancia3'.
Galdós explica que el daño moral puede medirse en la suma de dinero equiva-
lente para utilizarla y afectarla a actividades, quehaceres o tareas que proporcio-
nen gozo,satisfacciones, distracciones, esparcimientoque mitiguen el padecimien-
to extrapatrimonial. Por ejemplo, salir de vacaciones, practicar un deporte, concu-
rrir a espectáculoso eventos artísticos, culturales o deportivos, escuchar música, ac-
ceder a la lectura, etcétera. El dinero actúa comovía instrumental para adquirir bie-
nes que cumplan esa función: electrodomésticos, artefactos electrónicos, servicios
informáticos y acceso a los bienes de las nuevas tecnologías. Siempre atendiendo a
la "mismidad" de la víctima y a la reparación íntegra del daño sufrido3*. Así, al mo-
mento de cuantificar la indemnización por daño moral, se debe procurar mitigar el
dolor por medio de bienes placenteros, a fin de morigerar la tristeza, congoja, que
el hecho produjo. La concepción de reparaciónconcebida como "consuelo" hasido
criticada por Pizarro, quien opina que tratar de compensar con placer el daño mo-
ral, esconfundir este conceptocon la forma más habitual en la quese exterioriza, el
dolor; pues aun en los casos en que el dolor no se configura, el daño moral puede
existir, como ocurre en el caso de personasque se encuentran en estado vegetativo
como consecuencia de un ilícito, donde sin duda ellos han sufrido un daño moral
que debe ser reparado, a pesar de no sentir dolor o no saber qué pasa33.
Y precisamente esos casosson los que presentanmayores discusiones en cuanto
a la procedencia del daño moral y, en su caso, en torno a la cuantificación. La cues-
tión -al fin y al cabo-gira en torno al concepto de daño.

30 Picasso - Sáenz, en Código Civily Comercial de la Nación comentado, ps.' 454 y455, t. IV, en
www.saij.gob.ar/docs-f/codigo-comentado/CCCNacionComentadoTomo/pdf, disponible al
1/5/16.
31 CNCiv., Sala M, 14/4/16, "M., P. A. c. Rodríguez, María Laura s/Daños y perjuicios", 795711
201 1, RubinzalOn Line, RC, J 3385116.
32 Galdós, Dañomoral (como "precio delconsuelo")yla Cortenacional, RCyS, 201 1-Vlll-176
y 201 1-Xl-259; LL, On Line, AR/DOU2320/2011.
33 Casas, en Código Civily Comercialde la Nación, analizado, comparadoyconcordado, 2014,
t.2, ps.175~176.
ACCIDENTES DE T R Á N ~ T O 337

Para Zannoni, el daño moral no puede ser medido por la mera repercusión que
la conducta antijurídica pueda haber generado en la subjetividad del damnificado,
sino por el menoscabo que la actividad dañosa en sí misma denota a la persona (fí-
sica o jurídica). Por ejemplo, en el caso de una mujer demente violada que n o com-
prende el acto, debe ser indemnizada e n concepto d e daño moral.
Por su parte Calvo Costa -al igual que Bueres y Mosset Iturraspe-, precisa que
en el ejemplo citado, el menoscabo extrapatrimonial está dado en la intangibilidad
sexual o en su intimidad, y en la medida e n que la afectpción de dicho interés reper-
cuta en su espíritu. Así, los privados de razón también padecen en sus estadosdees-
píritu, aunque confundidos, aturdidos o debilitado^^^.
Entonces, lo que se procura es proporcionar a la víctima de recursos aptos para
menguar el detrimento causado, de permitirle acceder a gratificaciones viables,
confortando el padecimiento con bienes idóneos para consolarlo, o sea, para otor-
garle-aunque sea en mínima medida-alivio, alegría, descanso de la pena35.
Finalmente, recordemos que el agravio moral tiene una repercusión personalí-
sima, yaquevaría de persona a persona, algunosson másfuertesyotrosson mássus-
ceptibles al ~ u f r i r n i e n t o con
~ ~ ; l o cual, la cuantificación que haga el juez va a de-
pender de cada caso concreto.

Jurisprudencia

1. Aplicación del nuevo Código


como pauta interpretativa
1 Los preceptos que integran el nuevo Código deben inspirar la interpretación de las
normas del Código Civil que todavía se encuentran vigentes, en la medida en que re-
cogen -por lo general- la opinión doctrinal y jurisprudencia1 mayoritaria respecto
de los diversos puntos del derecho civil (el pto. 11.1.1.2 de los fundamentos del ante-
proyecto presentadopor la Comisión Redactora)y que,sobretodo, reflejan la decisión
del legisladoractual acerca de cómo debería regularse los distintos aspectos de la vida
civil de nuestro país. Precisamente por eso, sus normas, incluso antes de su entrada en
vigencia, deben ser tenidas en cuenta por los jueces en tanto manifestación de la in-
tención del legislador que, como es sabido, es uno de los criterios rectores en materia
de interpretación normativa. Por consiguiente, tendré particularmenteen cuenta ese
criterio para evaluar la suma que corresponde fijar en el sub liteen concepto de daño
moral, a la luzde lascaracterísticasdelhecho. [CNCiv., Sala A, 12111114, "Santillán, Ka-
rina Edith y otros c. Bernstein, Luis y otros s1Daños y perjuicios", www.cij.gov.ar].

34 calvo Costa, Derecho de lasobligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, ps. 165 y 166.
35 Iribarne, cit. por Galdós, en Código Civily Comercialdela Nación comentado, 2014, t. VIII,
p. 503.
36 L o pez Mesa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidadcivil: cuantificaciónen la res-
ponsabilidadextracontractual, 201 1, t. VII, p. 1066.
CECILIA CELESTE DANESI

2. No requiere prueba: «in reipsa))


2 El legislador consideró que el perjuicio extrapatrimonial debe tenerse por configu-
rado por la sola producción del episodio dañoso. De este modo, aun cuando el dolor
no puede medirse o tasarse, ello no impide indemnizarlo teniendo en cuenta la índo-
ledel hechogeneradorde la responsabilidady la entidad delsufrimientocausado, que
no tiene necesariamente que guardar relación con el daño material, pues no se trata
de un daño accesorio a este. Precisamente, por las particularidades de este daño, de-
be tenérselo por configurado in re ipsa ya que se presume la lesión inevitable de los
sentimientos de los legitimados (CSJN-Fallos, 316:2894, consid. 7"). [CSJN, 5/9/17, "Li-
ma, Maira Joana y otros c. Agon, Alfredo; Sastre, María Patricia y otros s/Daños y per-
juicios", LL, On Line, AWJUR/60671/2017].
3 Para la determinación del monto indemnizatorio no se requiere prueba de su enti-
dad, puesse lo tiene por acreditado con la sola comisión del acto antijurídico, vale de-
cir, que se trata de una prueba in re ipsa, que surge de los hechos mismos. [CNCiv., Sala
A, 31/10/17, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.1 s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW806241
20171.

3. Cuantificación: pautas generales


4 La cuantificación del daño moral es un tema que presenta serias dificultades. Ello
porque la valoracióndepende de dos planos de subjetividades. Una es la del sujeto que
lo padecea la que nadie puede acceder-ya quesolocada unosabesupropia medida-
yotra, la del juez, quien valorará cómocuantificará el dolor ajenosin conocer objetiva-
mente en qué consiste y cuál es su dimensión, salvo lo que él mismo podría sentir ("pre-
ciodel dolor" y "precio del consuelo"). El párrafo final del art. 1741 del CCCN, determi-
na que la indemnizaciónde las consecuencias no patrimoniales debe fijarse ponderan-
do las satisfacciones sustitutivas y compensatoriasque puedan procurar las sumas re-
conocidas. Lo que lleva a analizar la incidencia concreta del ilícito en otros aspectos de
la vida de la víctima que desbordan el concepto clásico basado solo en el dolor, pena,
tristeza, sufrimiento y angustia sin patología psíquica (vida de relación, proyecto de vi-
da, etcétera), que representan una mengua económica más allá de la capacidad de ga-
nancia. [CNCiv., Sala M, 14/4/16, causa n079571/2011, "M., P.A.C.Rodríguez, María Lau-
ra s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 33851161.
5 La indemnizaciónde los dañossupone una valuación de tales perjuicios de modo de
estimar su valor equivalente en dinero. Luego de la determinación de la existencia yen-
tidad del daño, este deberá valuarse en términos de dinero para fijar la correspondien-
te indemnización. Si el daño es mensurable será relativamente fácil para el juez esta-
blecer por equivalencia su cuantía ovaluación dineraria; cuando el daño no es mensu-
rable por su propia índole, sedebe recurrir a pautas relativas, según un criterio de razo-
nabilidad que intente acercar la valuación equitativamente a la realidad del perjuicio.
Tal es lo que ocurre con la valuación del perjuicio en caso de incapacidadsobreviniente
ycon la fijación de la indemnizaciónpor daño moral. [CACCMPT4" Mendoza, 10/4/13,
"López, Blanca Nidiay otrosc. Hidalgo, CarlosAlberto p/d.yp. (accidentesdetránsito)",
LL, On Line, AWJ UW7070/2013].
ACCIDENTES DE TRÁNS~TO 339

6 Son conocidas las dificultades que genera la cuantificación del daño extrapatrimo-
nial, es por elloque la ley local lodeja libradoa la apreciaciónjudicial yel nuevo Código
unificado determina como pauta a tener en cuenta "las satisfacciones sustitutivas y
compensatorias" del dinero. El art. 1741 del nuevo CCCNunificado, in fine, señala que:
"El monto de la indemnizacióndebe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas
y compensatoriasque pueden procurar lassumas reconocidas". Estaforma decuantifi-
carel daño extrapatrimonial no es novedosa. [CACCMPT 2aMendoza, 26111114, "Es-
cobar, Luis Gabriel c. Uno Gráfica S.A. s/D. y p.", LLGran Cuyo, 2015 (mayo), 414; RCyS,
2015-VI-159; LL, On Line, AWJUW5869912014]. I

6 El daño moral padecido por una persona que adquirió un automotor nuevoyquea
losveinte díassufrió un accidente por un defecto en su fabricación debe ser reparado,
ya queel evento dañosoy suscircunstancias han tenido idoneidadsuficiente para pro-
ducir el perjuicio, más aún cuando la pericia1 médica psiquiátrica específicamente da
cuenta de alteraciones concretas en el sentir. [CACC Comodoro Rivadavia, Sala A,
15/9/17, "Paz, JorgeAlbertoc.Volkswagen de Argentina S.A.s/Sumarísimo", LL, On Li-
ne, AWJUW62506/2017].

4. Cuantificación: muerte de un hijo


7 Teniendo claro que no hay dinero que supla la muerte de un hijo, hay que tratar de
ponderar lasfuncionessatisfactoriasysustitutivasde la indemnizacióndel daño extra-
patrimonialylosderechosenjuego. Laactora reclama lasumade$350.000,la cual con-
sideroqueteniendoen cuenta lasfuncionessatisfactoriasysustitutivasdeldinero, pue-
de compensar de algún modo el dolor y la angustia por la muerte de un hijo de corta
edad (véase pericia sicológica de fs. 57/59), por ello es justa y equitativa la suma recla-
mada. [CACCMPT2" Mendoza, 13111115, "Díaz, Diana Eva c. Rodríguez, Mauricio Eze-
quiel yotros1D. y p.", LLGranCuyo, 2016 (febrero), 93; RCyS, 2016-IV-171; RCyS, 2016-V-
157; LL, On Line, AWJ UW58753120151.

5. Cuantificación: fractura e intervenciónquirúrgica


8 La explicitación de las pautas fácticas apreciadas para cuantificar son primordiales
para apreciar la razonabilidad de la indemnización y para permitir su revisión por las
instancias superiores-conf. esta Sala, causa no60.557,20/10116, "Córdoba Valenzue-
la, Héctor Manuel y otros c. Cánova, Néstor Andrés y otros s1Daños y perj. autom. dles.
o muerte (exc. Estado)"-. Sobre la base de esta plataforma dogmática, atendiendo a
que T. luego de la fractura fue trasladada al Hospital Municipal e intervenida quirúrgi-
camente, luego guardó reposo y estuvo en rehabilitación cuarenta días, resulta proce-
dentefijar la indemnizaciónpordañonopatrimonialen $120.000(arts. 165, CPC; 1078,
CC; 1737,1738,1741 y concs., CCCN). [CACC Azul, Sala 11,3011 1116, "O., H. S. y otrola c.
Pietrafesa, Catalina Mariel s/Daños y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 6808116].

9 Conformeel art. 1741, in finedel CCCN, el daño moral debe "medirse" en una suma
de dineroequivalente para utilizarla y afectarla a actividades, quehaceresotareas que
proporcionen gozo, satisfacciones, distraccionesy esparcimiento que mitiguen el pa-
decimiento extrapatrimonial sufrido por la víctima (del voto del doctor Picasso). [CN-
340 CECILIA CELESTE DANESI

Civ., Sala A, 31110117, "T.,T. c. A. S.A.T.A.C.I. slDañosyperjuicios", LL, On Line, AWJUW


80624120171.

6. Cuantificación: rescatey muerte de otras personas


10 El daño moral padecido por un pasajero de un ómnibusy que fue parte de un acci-
dente de tránsito debe repararse, dado que el hecho de haberse visto involucrado en
un hecho de semejantes características, sumado al rescate de personas en estado de
desesperación y presenciar la muerte de otros pasajeros, ocasionó temor e inquietud
espiritual al actor. [CNCiv., Sala A, 13110117, "Z., V. A. c. BariIó S.R.L. yotroslDañosy per-
juicios", LL, On Line, AWJUlU7824612017].

5 52. Transmisióndel daño moral


La posibilidad de ceder el reclamo por daño moral, o bien transmitirla a los he-
rederos, es otra de las cuestiones conflictivas con relación a esta faceta del daño re-
sarcible.
La doctrina tradicional, encabezada por Brebbia y Orgaz, estimaban que la ac-
ción por reparacióndel daño moral reviste naturaleza personalisima, lo que provo-
ca su extinción ante la muerte de su titular y, además, la imposibilidad absoluta de
cederla por actos entre vivos3' (conf. art. 1445 del Código derogado y actual art.
1617).
Como puede verse, la cuestión gira en torno al requisito de que el daño sea per-
sonal paraser resarcibleytambién, al carácter personalísimoqueposeeeldetrimen-
to moral.
Analizaremos entonces, los dos pos¡bles escenarios: la transmisión por actos en-
tre vivos y mortis causa.

a) ccMortis causa))

La transmisiónmortiscausa de la acción perteneciente al damnificado poseedis-


tinto tratamiento legal según se trate de daños patrimoniales o morales. Con rela-
ción a los primeros, la acción resarcitoria perteneciente al causante se transmite a
los sucesores universales. En cuanto a los daños morales, originan derechos inhe-
rentesa la persona quecomo tales no integran la herencia, ni pasan a los herederos,
a menos que el lesionado haya entablado en vida la acción respectiva.
La cuestión poseía asidero legal en el derogado art. 1099 que establecía que "si
se tratare de delitos que no hubiesen causado sino agravio moral, como las injurias
o la difamación, la acción civil no pasa a los herederos y sucesores universales, sino
cuando hubiese sido entablada por el difunto". El Código vigente la recepta en el

37 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 176.


ACCIDENTES DE TRANSITO 341

art. 1741, que prescribe que: "... La acciónsolo se transmite a los sucesores univer-
sales del legitimado si es interpuesta por este ...". Es decir, el texto unificado man-
tiene el criterio seguido en el Código de Vélez Sarsfield, al exigir que el damnifica-
do directo interponga la acción en vida.
El art. 1741del CCCNconsagra el presupuestode que el daño resarcible debe ser
personal, esto es, únicamente la persona que sufrió el perjuicio puede requerir su
resarcimiento por lo que resulta inadmisible reclamar la reparación de daños oca-
sionados a terceros. Tal como lo señala Bustamante AI,sina, no puede nacer un de-
recho en favor de un muerto, toda vez que este deja de ser persona en el mismo mo-
mento en que se produce el deceso3*.
La norma exige que exista una voluntad inequívoca del causante en cuanto a su
intención de hacervaler su derecho r e ~ a r c i t o r i oAsí,
~ ~compartimos
. a doctrina que
estima que la exteriorización de la voluntad del causante de ejercitar el derecho in-
demnizatorio, no se limita a la promoción de una demanda en sede judicial, espe-
cialmente cuando medie entre la misma y el momentode la muerte del causante un
lapso no muy p r o l ~ n g a d o ~ ~resulta
. ~ s í , suficiente un reclamoadministrativoo una
mediación pública o privada4'.
La nueva norma ha sido criticada, debidoa que la exigencia de entablar la acción
judicial para posibilitar la posterior transmisión sucesoria se ha transformado en un
requisito de excesiva rigidez que no se condice con la finalidad actual del Derecho
de daños, que persigue la reparaciónde losdaños injustamentecausadospor la víc-
tima4*.
En conclusión, consideramosque es suficiente acreditar la voluntad del causan-
te -en forma fehaciente- de iniciar el reclamo por daño moral, para que ese de-
recho sea transmisible a los herederos.
Si bien el término "acción" posee una acepción procesalindiscutible, existen pa-
sos previos a la interposición de la demanda, que son exigidos por la ley como re-
quisito sine qua non para tener habilitada la vía judicial. Estos son idóneos para
transferir el derecho a los herederos.

38 Sáenz, en Código Civily Comercialde la Nación, concordado, comentadoycomparado con


los Códigos Civilde VélezSarsfieldyde Comercio, 2015, t. 11, p. 727.
39 Bueres, "Los problemas de la transmisión del crédito a la indemnización por daño moral, y
la relación detal crédito con el patrimonio desu titular", en Responsabilidadpordañoseneltercer
milenio: homenaje alprofesordoctorAtilio AníbalAlterini, 1997, t. 1, p. 203.
40 Pizarro, Daño moral. Prevención. Reparación. Punición, 2" ed., 2004, p. 299; Pizarro - Va-
Ilespinos, Instituciones de derecho privado. Obligaciones, 1999, t. 2, p. 686.
41 Calvo Costa, Un nuevo problema en torno a la transmisión de la acción resarcitoria del da-
ño moral, RCyS, 2013-IX-35; LL, On Line, AWDOC/2575/2013.
42 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 178.
CECILIA CELESTE DANESI

b) Por actos entre vivos

El Código Civil y Comercial de la Nación no prevé nada específico con relación a


la transmisión entre vivos del reclamo en concepto de daño moral, con lo cual, de-
bemos remitirnos a las normas generales.
El art. 1616 regula que todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario
resulte de la ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho. Y,
el artículo siguiente prescribe que no pueden cederse los derechos inherentes a la
persona humana.
Todo pareciera indicar que no puede ser cedido por aplicación del último párra-
fo del art. 1616 que permite la cesión de todo derecho excepto que lo contrario de-
rive de la "naturaleza del derecho". Sin embargo, esta regla debe ceder cuando el
interesado ya ha ejercido su derecho a demandar el daño moral en juicio. No hay
ninguna razón de peso para que el dueño del crédito por daño moral solo lo pueda
transmitir mortis causa después de reclamado en juicio y no cederlo inter vivos co-
mo un derecho litigioso43.
No adherimos a dicha postura. Es decir, no es necesario que la acción por daño
moral esté entablada para que pueda ser cedida.
Tal como sostiene Calvo Costa, una cosa son los derechos personalísimos (vida,
honor, integridad, etcétera) y otra, es el derecho patrimonial que surge a raíz de la
violación de aquellos. Si bien el daño moral es de carácter personalísimoy su resar-
cimiento apunta a compensar las consecuencias disvaliosas que el evento lesivo ha
provocado en la personalidad del afectado al lesionar intereses espirituales de es-
te, lo cierto es que lo que se pretende con la acción de reclamo de daño moral es la
obtención de una indemnización dineraria, quees de naturaleza netamente patri-
monial, puesto que la misma ingresará al patrimonio del damnificado una vez per-
ci bida4?
Además, impedirle a la víctima ceder la acción resarcitoria por daño moral resul-
taría sumamente injusto por cuanto, muchas veces a través de una cesión, logran
desvincularse del proceso que en forma permanente les recuerda el infortunio.
También, mediante una cesión onerosa, podrán tener una indemnización en forma
anticipada. Asimismo, si el montose fija teniendo en cuenta lassatisfaccionessusti-
tutivas y compensatorias (art. 1741, in fine, CCCN), claramente estamos en presen-
cia de una suma de dinero tendiente a compensar el daño, que nada tiene de per-
sonalísimo, sino meramente económico.

43 López Herrera, en Código Civily Comercialde la Nación. Comentado, Graciela Medina - Ju-
lio Rivera (dirs.), 2014, t. IV, p. 1075.
Calvo Costa, Derecho de las obligaciones, 2" ed., 2016, t. 2, p. 177.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Transmisión ((rnortiscausa»
1 Debeser rechazadoel reclamo por daño moral entablado por los hermanosdequien
falleciera como consecuencia de un accidente de tránsito, puessolo la víctima tiene de-
rechoa ser resarcida por el daño extrapatrimonial, y, en caso de muerte, ese derecho re-
caeen los herederosforzosos,carácter que no revisten los actores. Es que, losdañosmo-
rales originan derechos inherentesa la persona que, como tales, no integran la heren-
cia ni pasan a los herederos, a menos que el lesionado haya entablado en vida la acción
respectiva. [CNCiv., Sala G, 20111/12, "Antonuccio, Elvirayotroc.Transporte22deSep-
tiembre S.A.C. y otross1Dañosy perjuicios", RCyS, 2013-V-252; ED, ejemplar del 2815113,
p. 3; RCyS, 2013-IX-36; LL, On Line, AR/JURU3883/2012].

2. Transmisión por actos entre vivos


2 El derecho pecuniario a reclamar una indemnización por daño moral puede ser ce-
dido a un tercero-en el caso, de un tío a un sobrino-sin que ello pueda ser conside-
rado chocante o repugnante a la comunidad jurídica, toda vez que, en la concepción
axiológica actual, se privilegia la pronta satisfacciónde lavíctima, sin que para elloobs-
tenfundamentacionessobreel honorquederivaron en la teoría de lasanción ejemplar
oen una concepcióncomunitariadeldaño moral nocontemplada en el art. 1078del CC.
[CNCiv., Sala E, 12111/14, "P., M. C. c. B. W. A. y otros s/Daños y perjuicios", LL, On Line,
AWJ UW59530120141.

5 53. Casos más frecuentes


a) Víctima con incapacidad

Cuando lavíctima de un accidentedetránsito presenta incapacidadsobrevinien-


te permanente,ya sea física o psíquica, importa un supuesto de daño in reipsa y por
ende, admisible el resarcimiento del daño moral. Este supuesto es el que presenta
menor complejidad para determinar su admisibilidad y cuantificación, puesto que
se cuenta con los parámetros establecidos por el perito en su dictamen que operan
como referencia.

b) Victima sin incapacidadpero con lesiones

También puede suceder que el damnificado haya sufrido lesiones como conse-
cuencia del siniestro, pero que estas sean de escasa entidad y que no generen una
incapacidad física o psíquica permanente o bien que la misma sea transitoria y, por
ende, cese por el transcurso del tiempo o bien, por la realización de algún trata-
miento.
Consideramos que, aún en el caso que las lesiones hayan sido de poca enverga-
dura yel perito no constate ni siquiera incapacidadtransitoria, el mero hecho de ex-
CECILIA CELESTE DANESI

perimentar un menoscabo en la integridad física del sujeto, por más mínimo que
sea, torna procedente el resarcimientodel daño moral.

c) Solo daños materiales

Existe una calificada doctrina, que considera que el daño moral no es proceden-
te cuando únicamente se han producido daños patrimoniales como consecuencia
del siniestro. Es decir, el damnificado no posee incapacidad, ni lesiones transitorias
a raíz del accidente.
Zavala de González señala que al no existir lesiones que comprometan la salud
de la víctima y ni su integridad psicofísica y no habiéndose acreditado la existencia
de un "interés de afección" entre el pretensor y la cosa, es decir, un vínculo afectivo
y una relación subjetiva de orden espiritual, diferente y autónoma del interés eco-
nómico que representa el objeto, no concurre ningún menoscabo de índole extra-
patrimonial que justifique su r e ~ a r a c i ó nAsí.
~ ~ .el instituto se aplica cuando se le-
sionan los sentimientos o afecciones legítimas de una persona que se traducen en
un concreto perjuicio ocasionado por un eventodañoso. Odichoen otros términos,
cuando se perturba de una manera u otra la tranquilidad y el ritmo normal de vida
del damnificado, sea en el ámbito privado, o en el desempeñodesusactividadesco-
merciales.
En efecto, el daño moral no persigue la finalidad de "engrosar la indemnización
de los daños materiales, sino de mitigar el dolor o la herida a los principios más es-
trechamente ligados a la dignidad de la persona física y a la plenitud del ser huma-
no"; es más, tampoco "puede ser confundido con cualquier inquietud o perturba-
ción del ánimo originados en la carencia transitoria de un bien meramente mate-
~ - i a I "Lo
~ ~que
. se indemniza es el resultado dañoso, el perjuicio susceptible de apre-
ciación desde la óptica del entendimiento, de la sensibilidad o de la voluntad de la
persona, no la actividad del responsable, hecho ilícito o incumplimiento contractual,
etcétera, que ha sido solo la causa eficiente de aquel4'.
Entonces, para que la indemnización en concepto de daño moral sea proceden-
te, es necesario que, además de un eventual desmedro económico, exista repercu-
sión en los intereses existenciales del sujeto y esto no acaece ante molestias o in-
convenientes de relativa entidad4*. Es que no todo daño moral debe ser jurídica-

45 Zavala de González, Resarcimiento de daños, t. 2c, "Daños a las personas" [Integridad es-
piritual y social], 2" ed., 1990, p. 173 y 5s.; ídem, Elconcepto de daño moral, JA, 1985-1-726.
46 López Mesa - Trigo Represas, Tratado de la responsabilidad civil: cuantificación en la res-

ponsabilidad extracontractual, 201 1, t.VII, p. 166.


47 Zannoni, Eldaño en la responsabilidad civil, 1987, p. 231.

48 Orgaz, Eldaño resarcible, 1967, p. 259.


ACCIDENTES DWTBÁNSITO 345

mente resarcido: a nadiese le ocurriría concurrir a lostribunales para demandar por


daños y perjuiciosa un amigo que lo traicionó, por la desazón de no obtener un em-
pleo, por un desengaño amoroso, etcétera; no existe un derecho general a la felici-
dad que pueda ser ejercitad^^^.
La jurisprudencia mayoritaria transita por estossenderos.Consideran quesi bien
cualquier hecho ilícito que produce afección a los íntimos sentimientosde la perso-
na (aunque provenga de un actuar meramente culposo, es decir, sin intención de
agraviar) provoca in re ipsa un daño moral resarcible, aún en la responsabilidad ob-
jetiva, donde la culpa resulta presumida. sin embargo, este principio no es absoluto.
Nocualquier molestia genera undaño moral que merezcaser indemnizad~~sinoque
para ello se requiere que posea cierta entidad. Es que, no todo disgusto, desagrado,
contrariedad o aflicción encuadra en el concepto jurídico deagravio moral, sino que
es menester que posea cierta envergadura, que tenga alguna prolongación en el
tiempo y que lesionesentimientosespirituales 50.
Se ha precisado que no reviste el carácter de daño moral las molestias, incomo-
didades o inconvenientestransitorios originados en la reparación del vehículo, a
partir de la premisa deque el daño moral, por lo general, surge a raíz de la lesiónde
bienes básicos o consustancialesa la persona, tales como, la vida, el honor, la liber-
tad. Es reconocido uniformemente que el menoscabo de bienes con valor pecunia-
rio es apto para causar un daño moral resarcible, cuando media vinculación con su
intangibilidad, un "interés de afección". Este último consiste en una relación sub-
jetiva entre la persona y el bien, de orden espiritual y autónoma del interés econó-
mico que representa el objeto. Son implicancias subjetivas dolorosas que pueden
derivar de la lesión de bienes p a t r i m ~ n i a l e s ~ ~ .
Desde otro punto devista, Areán explica el tema con absoluta claridad. Expresa
que no se puede cerrar los ojos a la realidad actual y negar, en todos los casos en los

49 Danesi -Tagliani, Eldebermoralde fidelidad en elnuevo Código Civily Comercialde la Na-


ción, en "Revista Temas de Derecho Civil, Persona y Patrimonio", may. 2016.
50 Borda, Tratado de derecho civilargentino. Obligaciones, 7" ed., 2012, t. II, p. 250 y SS., nros.
1341 y 1342; CNCiv., Sala E, 18/5/09, "Alonso, Valeria y otro c. Polo, Gonzalo Martín y otros", LL, On
Line, AR/JURI15282/2009. Esta posturaerasostenida porlajurisprudenciadécadasatrás.Véasealres-
pecto: CNECC, Sala 111, 25/6/82, "Poliotti, Juan c. Rosso, Osvaldo y Lulio Maneti e Hijos s/Sumario",
www.cij.goovr; CNCiv., Sala M, 15/2/99, "Scholze, Juan G. c. Espíndola, Omar E. y otro", www.cij.
gov.ar; ídem, 12/2/99, "O., E.c.Chamorro, OsvaldoN.yotro", www.cíj.gov.ar;CNECC, Sala lll, 1111/83,
"Garelli, Roberto A. c. Atencio, Miguel s/Sumario", www.cij.gov.ar; ídem, Sala V, 10/7/81, "Oxman,
Jorge c. Nylotezsa y otra", LL, 1982-C-509; ídem, Sala E, 2/3/78, "Simonitti, Mario c. Santamaría, Er-
nesto", LL, 1979-B-472, entre otros.
51 CACC 2" Nom. Santiago del Estero, 513115, "Juárez, Eduardo Alberto c. Paz, Ángel ~ a l e n t í n
yluotrosslCobrodepesos pordañosyperjuicios", LLNOA, 2015(octubre), 1028; LL, OnLine, ARIJURl
2062512015.
346 CECILIA CELESTE DANESI

quesolo se han producido daños materiales, la indemnización por daño moral. Afir-
ma que es absurdo queseadmita la partida cuando el damnificado ha tenidoqueso-
portarfiltracionesen su departamentoyse la rechacecuandoun buen-o mal-día
alguien se interpuso en el camino de su automóvil y con esa conducta desaprensiva
lo impulsó primero contra el guardarrail de la Ruta Panamericanay contra otro ro-
dado después, causando la destrucción de un automóvil casi nuevo y en estado im-
pecable.
Allíempiezan losinconvenientes,másallá dealgún dolorfísico porefectodelgol-
pe o de algún corte o hematoma que sin duda curará sin dejar secuelas-que agre-
go, en algunoscasos, ni siquiera eso, debido al aumentode las medidas deseguridad
que poseen los rodados hoy-: el llamado al servicio de la autopista, la toma de las
fotografías, la respuesta a interrogatorios, el rellenado deformularios, los acompa-
ñantesquequedaron, por ejemplo, en plenoveranoen la cinta asfáltica hastaqueel
personal policial se decidió a cortartransitoriamenteel caudal devehículos para que
pudieran pasar del otro ladode la autopista, lograr que un serviciode remolquetras-
ladara el rodado a la Ciudad de Buenos Aires, esperar casi dos horas la llegada, "me-
terse" entre los escombros a retirar del habitáculo efectos personales; luegovienen
las denuncias, los trámites interminables ante las aseguradoras, la búsqueda de pre-
supuestos, los cuatro meses en que el automóvil permanece en el taller, no pudien-
do ser utilizado durante ese período, no solo para el trabajo, sino para actividades
personalesyfamiliares, como llevar a los hijos al colegio o al cumpleañosde un com-
pañero o a una asistencia médica u odontológica. Y ni hablar de lo que puede signi-
ficar un choque de esta naturalezasi se produce en un lugar deveraneo o a punto de
iniciar lasvacaciones, que sin duda se verán frustradas porque no siempre, a último
momento, se pueden conseguir pasajes en otros medios de t r a n ~ p o r t e ~ ~ .
Por nuestra parte, consideramos que la cuestión es compleja y no puede estable-
cerse un parámetro objetivo o una "vara" para determinar cuándo corresponde o
no la indemnización. Ese escenario gris del que estamos hablando genera razona-
blesdudas para establecer una línea divisoria.
De lo que estamos seguros, es que nos encontramosdentro de un campo del de-
recho donde la mirada está puesta sobre la víctima y su legítimo derecho a reparar
el daño injustamente causado en forma integral. Entonces, el mero hecho de que
no se hayan producido lesiones físicas o incapacidad sobreviniente, no se traduce
en el inmediato rechazodel daño moral. El carácter imprevistoysorpresivodeunsi-
niestrovial, la brutalidadcon la que puede producirse (auncuandonolleguena pro-
ducirse lesiones), observar a seres queridos lesionados -familiares, amigos -, el
abandono de la persona, etcétera, son todassituacionesqueverosimilmentegene-
ran un menoscabo espiritual.

52 Areán, Juicio por accidentes de tránsito, 2012, t .4A, ps. 198 y 199.
A ello se le adiciona, que si ya estamos en la etapa judicial, nos tuvimos que en-
frentar a la renuencialreticencia de la aseguradora consistente en el deliberado in-
cumplimiento de sus obligaciones contractuales. Sin duda, la sumatoria de todos es-
tos factores, constituyen un agravio moral con entidad suficiente para ser reparado.

Jurisprudencia

1. Improcedentecuandono hubo lesiones


I
í La existencia del hecho ilícito supone in re ipsa la existencia del daño moral salvo
cuando, comoen el caso, nose han acreditado lesionesfísicas ni psicológicasdeningún
tipo ni tampoco la calidad del hecho reviste una entidad tal que pueda afirmarse que la
misma víctima refleje la existencia de padecimientos en sus afecciones íntimas. El sim-
ple y espontáneo relato del niño transcripto por la licenciada en psicologíaT. demues-
tra que no ha existido una perturbación relevante en la vida normal del menor a punto
tal que haga procedenteel resarcimientoinvocado. Es más, la lectura del escrito de de-
manda pone de relieve que ni siquiera en ese escrito se individualizó el eventual me-
noscabo moral sufrido por el menor. [CNCiv., Sala E, 18/5/09, "Alonso, Valeria y otro c.
Polo, Gonzalo Martín y otros", LL, On Line, ARIJU W15282/2009].
2 Soloen casosespecialesseha admitidoel resarcimientodeldañomoral a raízdel per-
juicio ocasionado a automotores si el vehículo era requerido para un fin importante y
no postergabley no ha podidoser reemplazado por otro mediooportunode traslación.
"El desagradoquepara el damnificado pueda producir el accidentedetránsitosin con-
secuencias personales, no es un daño moral, porque tal estado anímicoforma parte de
los riesgos que se corren diariamente en la ciudad y todo daño real experimentadose
ve reparado mediante el pago del perjuicio material" (LL, 1982-C-509; LL, 156-874).En
el sub lite, no se configuran las circunstancias de excepción señaladas, por lo tanto, se
desestima la reparación del daño moral que queda subsumida en la concedida en con-
cepto de privación de uso del automotor. [CACC 2" Nom. Santiago del Estero, 513115,
"Juárez, Eduardo Alberto c. Paz, Ángel Valentín y/u otros s/Cobro de pesos por daños y
perjuicios", LLNOA, 2015 (octubre), 1028; LL, On Line, ARIJUW20625/2015].

2. Admisión: familia con lesiones de escasa entidad


3 Corresponde admitir el reclamo por daño moral, aun cuando las lesionessufridaspor
los actores fueron de escasa entidad -solo se constató incapacidad sobreviniente en
una de las niñas-. Ello por cuanto, un accidente constituye una situación traumática
que producezozobray una afección en el ánimo del accidentado, yen la especie, los pa-
dresfueron protagonistasdirectosdelosdañosqueexperimentaron las menores. [JNC
la Inst. n041,618115, "Toibero, Guillermo Danielyotrosc. Sandoval,Cimeon yotrossIDa-
ños yperjuicios", expte. 58309l2007, www.scw.pjn.gov.ar].
4 A diferencia de los casos de lesiones corporales, que prueban por sí mismas la exis-
tencia del daño moral, en aquellos hechosdañososenlosquesolosegenerandañosma-
teriales debe requerirse una prueba categórica orientada a persuadir al juzgador de
que la alteración de la vida cotidiana tiene una entidad suficiente como para provocar
CECILIA CELESTE DANESI

un desequilibrio emocional que afecta la vida de relación y la tranquilidad espiritual


(del voto en disidencia parcial de la doctora Díaz de Vivar). [CNCiv., Sala M, 25/7/08,
"Vieira, Gerardo Javier c. Transportes Automotores Plaza S.A. Línea 133", LL, On Line,
AWJ UW6588120081.

3. Incapacidadtransitoria
5 No puede desconocerse que el accidente sufrido por el actor, que le provocó fractu-
ras en su pierna izquierda, generó en aquel una situación de angustia que merece ser
resarcida. Ello, si se tiene en cuenta los padecimientos sufridos con posterioridad al ac-
cidente, de lo que da cuenta loexpuesto por la perito médica al señalar que "la incapa-
cidadtransitoria total del actor se ha extendido por el lapso del uso de la inmovilización
enyesaday las muletasoseaun lapsoaproximadode2y 112 meses", yasimismo que "la
incapacidadtransitoria parcialse extiende por el lapso que el actor realizó las sesiones
defisiokinesioterapia (...) osea un mes más". Asimismo, deben considerarse las limita-
cionesfísicasexistentesen Brestyquetambiénfueranseñaladas por la perito(v.fs.277).
Todasesascircunstancias, sin duda alguna generaron ygeneran en el actor alteraciones
de índole espiritual susceptibles de ser aquí consideradas. [CNCiv., Sala M, 16/9/13,
"Brest, Carlos Aníbal c. Galli, Alberto Bartolomé y otros s1Daños y perjuicios", expte.
n090081107,www.cij.gov.ar].

4. Admisión con lesiones de escasa entidad


6 Si bien en la especie el actor padeció lesiones de escasa entidad (cuadro de cervical-
gia, con una incapacidaddel6%)yel tiempo deconvalecenciafue breve, lociertoes que
un accidenteconstituye una situacióntraumática queverosímilmentegenera angustia
y un menoscaboen el ánimo del accidentado, por lo que debe ser reparado en tal sen-
tido. [JNC la Inst. n041,816115, "Schellhammer, Gustavo Enrique c. Extramiana, Gusta-
vo Enrique y otros slDaños y perjuicios", www.scw.pjn.gov.ar].

5. Procedentecuando hubo dictamen pericial psicológico


7 La indemnización por daño moral derivada de los daños materiales ocasionados al
automotor del actor resulta procedente si de la prueba pericial psicológica surge de-
mostrado cómo repercutió el daño en la esfera extrapatrimonial del sujeto, quien su-
frió un estado de trastorno por estrés agudo, luego de haber sido víctima o presenciar
una situación altamente traumática y estresante donde ha peligrado su vida con moti-
vode la colisión, quedandoel autocon gravesdaños. [CACCMPTZaMendoza, 6/10/14,
"Rodríguez Pérez, Santiago Gabriel c. Quiroga, Luis Alberto y otross/D. y p. (accidentes
de tránsito)", LL, On Line, AWJUW58713/2014].

6. No corresponde el daño moral por la privación de uso


8 Correspondeconfirmarla sentencia degrado en cuanto rechaza el reclamo dedaño
moral formulado por la actora toda vez que, si bien es importante tener en cuenta que
ante la existencia de un ilícito como el ocurrido, es natural que su usuario o dueño ex-
perimente cierta bronca, impotencia, desgano, como también las molestias y trastor-
nos generados por los trámites posteriores al hecho delictivo y la privación misma del
ACCIDENTES DE TRANSITO

rodado en su empleo diario, ya sea que se utilice para ir a trabajar o durante el tiempo
libre, lo cierto esqueesta sola circunstancia no configura un daño moral susceptible de
reparaciónpecuniaria.Lógicamente que el hecho de haber sido privada desu vehículo
le ha generado molestias de diversa índole y le ha imposibilitado de utilizarlo para tras-
ladarse a gozar de unasvacaciones, pero tal circunstancia no necesariamentesirve pa-
ra justificar la existencia de daño moral por la sustracción del automotor, aunque sí lo es
para fundar la indemnización por privación de uso del automotor, tal comose realizó
en la instancia anterior. De lo contrario, cualquier privación del vehículo (sea por acci-
d e n t e por
~ ilícito) generarían agraviomoralsusceptiblede,ser indemnizado. [CACCLM
Neuquén, Sala 111,4/2/16, "Montangie, Alejandra c. WaI Mart Argentina S.R.L. slDaños
y perjuicios", RubinzalOn Line, RC J 14271161.
XIII
CAP~TULO
INTERESES, WLLOS PLENARIOS
Y PRESCRIPCIÓN LlBERATORlA

9 54. Intereses
a) Concepto y régimen legal, La cuestión de los privilegios
en materia de intereses

Los intereses son aumentos paulatinos que devengan las deudas dinerarias du-
rante un tiempo determinado ya sea por la contraprestación por el uso del capital
ajeno (lucrativos o compensatorios), o como indemnizaciónen el retardo del cum-
plimiento de la obligación (moratorios o punitorios). El interés es un fruto del capi-
tal que genera un provecho financiero, a tal punto que el pago del crédito no se en-
cuentra satisfecho hasta tanto sean abonados aquellos (art. 870, CCCN). Es más, el
acreedor puede negarse a recibir el pago si no incluye los intereses1pues, en ese ca-
so, el pago no cumpliría con el requisito de integridad, contenido en el art. 869 del
CCCN2.
La jurisprudencia fijó relevantespautasen materia de intereses, quese hallanvi-
gentes en la actualidad. Primero, la normativa atinente a estos es de orden públi-
co3,portanto, lascláusulasquela violenserán nulasde nulidad absoluta. Luego, se
sostiene que la determinación de soluciones para la fijación de intereses es esen-
cialmente provisional, ya que responde a las fluctuantes condiciones de la econo-
mía de un país, las que varían con el transcurso del tiempo por el influjo de distintos
factores, por ello no se enerva la posibilidaddel tribunal de proceder a su eventual

Lo mismoocurreen el caso del pago por consignación (art. 910, inc. b, CCCN). Asimismo, el
recibo sin reservas presume la extinción de los intereses (art. 899, inc. c, CCCN) y no se requiere el
consentimientodel acreedor para imputar el pagoa capital (arts. 900y903, CCCN, pago a cuenta).
* Calvo Costa, Derecho de las obligaciones2. Derecho de daños, 2" ed., 2016, p. 271.
CSJN, 3/4/03, "City Trans S.R.L. c. La Territorial de Seguros y otros", LL, On Line, AR/JUR/
645312003.
352 CECILIA CELESTE DANESI

reduccióndesde la función morigeratoria que autoriza el ordenamiento de fondo


(arts. 12,1004,279,958,9,10,11, 961,968,1061,1063 y concs., CCCN)~.
Eneseordende ideas, dadoel carácter provisional de lafijaciónde intereses, esque
ante una evidente desproporción entre el monto reconocido en la sentenciay el de la
liquidación (que generalmente se aprecia frente a la acumulación de intereses), es
procedente ordenarsureadecuación. Ello por cuanto, el carácterfirmede la condena
a pagar intereses capitalizables no es impedimento para ordenar una readecuación
de la liquidaciónque no incluyatal mecanismo, pues no es posibleque, so pretexto de
preservar la autoridad de la cosa juzgada, se arribe a resultados que quiebren toda
norma de razonabilidady violenten los principiosestablecidos en los arts. 953 y 1071
del CC (actualesarts. 279 y 10, CCCN)~. El mismo criterio podría emplearse cuando la
desproporción se produce por la determinación de una tasa de interés elevada.
Otrascuestionesrelevantesson las relativasa la prescripcióny a los privilegios. En
cuanto a la primera, debemosseñalarque el pago de los intereses interrumpe el cur-
so de la prescripcióndel débito principal. Ello, puesto que el art. 2545 del CCCN pres-
cribe el supuesto de interrupción por reconocimiento y regula: "Elcurso de lapres-
cripción se interrumpe por el reconocimiento que el deudor o poseedorefectúa del
derecho de aquel contra quien prescribe".
En segundo lugar, y en materia de privilegios, este no se extiende a los intereses,
de conformidad con lo normado por el art. 2577 del CCCN: "Elprivilegio nose extien-
de a los intereses, nia las costas, nia otros accesoriosdel crédito, excepto disposición
legal expresa en contrario" 6.
En cuanto a las costas, "no implica quesesuprima el privilegio de los que hoy de-
nominamos 'gastos de justicia' (art. 3900 y nota al art. 3879, CCderogado), ya que
seguirán gozando de una situación preferente respecto del crédito que han bene-
ficiado -aunque no así, como principio general y salvo norma expresa en contra-

CNCom., Sala C, 28/4/16,"Banco del Buen Ayre S.A. c. Saccone, Ricardo Guillermo Orestes
s/Ejecutivo", LL, On Line, AR/JUR/20051/2016.
CNCom., Sala C, 28/4/16, "Banco del Buen Ayre S.A. c. Saccone, Ricardo Guillermo Orestes
s/Ejecutivo", LL, On Line, AR/JUR/20051/2016.
Asimismo, el art. 242 de la Ley de Concursos y Quiebras establece: "Los privilegios se ex-
tienden exclusivamente alcapitaldelcrédito, salvo en loscasosque a continuaciónse enumeran en
que quedan amparados por el privilegio: 1) Los interesespor dos años contados a partir de la mo-
ra de loscréditosenumeradosen elinc. 2"delart. 241; 2) Las costas, todoslosinteresespordosaños
anteriores a la quiebra y los compensatorios posteriores a ella hasta el efectivo pago con la limita-
ción establecida en elart. 126, cuando se trate de los créditos enumerados en elinc. 4"delart. 241.
En este caso se percibirán las costas, los intereses anteriores a la quiebra, el capital y los intereses
compensatorios posteriores a la quiebra, en ese orden.
El privilegio reconocido a los créditosprevistos en el inc. 6"del art. 241 tienen la extensión pre-
vista en los respectivos ordenamientos".
ACCIDENTES DE TRANSITO 353

rio, relativamente a los otros acreedores-. Es lo que resulta del art. 2585, "Reserva
de gastos" '.
Jurisprudencia

1. La fijación de interesestienecarácter provisional


1 La determinación de soluciones para la fijación de intereses es esencialmente provi-
sional, ya que respondea las fluctuantescondicionesde la economía de un país, las que
varíanconeltranscursodeltiempo porel influjodedistintoifactores, porellonoseener-
va la posibilidad del tribunal de proceder a su eventual reducción desde la función mo-
rigeratoria que autoriza el ordenamiento de fondo (arts. 12, 1004,279,958, go, 10,11,
961,968,1061,1063 y cc., CCCIV). [CNCiv., Sala B, 12/5/16, "Pérez, Marcial c. García, Ma-
ría del Pilar s/Ejecución hipotecaria", LL, On Line, AWJUW23725/2016; CNCom., Sala C,
28/4/16, "Banco del Buen Ayre S.A. c. Saccone, Ricardo Guillermo Orestes s/Ejecutivo",
LL, On Line, AWJUW20051/2016].

2. La normativa en materia de intereses es de orden público


2 Esdescalificable,poraparecerdesprovistodefundamento, el pronunciamientoque
autoriza laviolación de una norma expresa de orden público queveda la capitalización
de intereses(art. 623, CC),sin que concurran los supuestos legalesdeexcepción. [CSJN,
3/4/03, "City Trans S.R.L. c. La Territorial de Seguros y otros", LL, On Line, AWJUW 64591
20031.

6) Aplicación de la ley en materia de intereses


El art. l0dela ley27.077-que modificóel art. 7"de la ley26.994-, cambió la en-
trada en vigencia del Código Civil y Comercial sancionado por esta última ley, al lo
de agosto de 2015.
Existe consenso en torno a la aplicación del Código Civil desde que comenzaron
a correr los intereses hasta el momento en que entró envigencia el Código Civil y Co-
mercialde la Nación, oportunidada partir de la cual rigeeste último.Veremosacon-
tinuación los fundamentos de esta postura, a la cual adherimos. A tal fin, seguire-
mos los contundentes argumentos utilizados por la doctora Castro, magistrada de
la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en un pronunciamiento
del 17112115.
Allíprecisaqueel créditoqueversasobre los interesesnobrota íntegroenun mo-
mento determinado, sino que nace pa~latinamente~pro rata temporis, mientras el
crédito principal los produzca. Es que los intereses son, como en doctrina se los ha

Mariani de Vidal, Cambios en el régimen de los privilegios en la reforma del Código Civily
Comercial, en "Pensar en Derecho", en w.derecho.uba.arlpublicaciones/pensar-en-derecho/
revistas/2/cambios-en-el-regimen-de-los-privilegios-en-la-reforma-del-codigo-civil-y-comer-
cial.pdf, disponible al 31/10/17.
CECILIA CELESTE DANESI

conceptuado, "aumentos que las deudas pecuniarias devengan en forma paulati-


na, durante un tiempo dado, sea como precio por el uso de un dinero ajeno, ocomo
indemnización por un retardo en el cumplimiento de obligación dineraria", lo que
explica que también se los haya reputado "como frutos civiles del capital", que se
devengan con el transcurso del tiempo. Finalmente, añade que la cuantía de la ta-
sa "está en relación directa con el interés del dinero en una época dada, esto es la
que corre en cada tiempo en el que el acreedor se ve privado de su capital y no el del
momento en que la obligación nació" *.
Jurisprudencia
- Ley aplicable a los intereses
1 En una accióndedañosderivada de un accidentedetránsito múltiple, losinteresesde-
vengados durante el imperio del Código Civil se rigen por esa ley anteriory los que sean
a partir del lode agosto de 2015 estarán alcanzadospor las previsionescontenidasenel
Código Civil y Comercial aprobado por la ley 26.994, dado que constituyenconsecuen-
ciasde unasituaciónjurídica anterior (art. 7", CCCN), lo queexcluye la posibilidaddecon-
siderar que media un derecho adquirido yque, portanto, su eventual modificaciónpor
la nueva ley es susceptible de afectar el derecho de propiedad. [CNCiv., Sala 1,311 1115,
"M., G. L.yotroc. A,, C.yotross/Dañosyperjuicios", RCyS, 2016-111-124; RCyS, 2016-IV-65;
LL, On Line,ARIJUR16131412015; CNCiv., Sala 1, 1711U15, "P., A. c. V., A. S. y otroslDañosy
perjuicios"; ídem, 27112116, "Rodríguez, Daniel Martín c. Peralta, Facundo NicolássIDa-
ñosyperjuicios", LL, 2017-8-160; RCyS, 2017-Vlll-148; LL, On Line, ARIJUR19343012016].
2 El Código Civil y Comercial dispone su aplicación inmediata a las consecuencias no
consumadas de las relaciones jurídicas existentes al momento de su entrada en vigen-
cia. Siendo un supuesto de ello el nuevo régimen instaurado en materia de intereses.
Mientras el responsable no satisfaga la obligación de resarcir, esta tiene como efecto,
entre otros, producir intereses; si una ley nueva varia el tipo de interés, a partir de ese
momento, los intereses que devengue la obligación se calcularán de acuerdo a las nue-
vas tasas y esto es lo que se denomina efecto inmediato de la ley posterior y no vulnera
el principio de la irretroactividad. [CACCMPT 4" Mendoza, 16110115, causa no513181
209546, "Perea, Mirtha Norma c. Laudadio, FacundoJaviersIDañosy perjuicios", Rubin-
zal On Line, RC J 72041151.

c) Intereses compensatorios, moratorios y punitorios

Si bien existen distintas clasificaciones de intereses, el Código los distingue en


compensatorios (o lucrativos), punitorios y moratorios.

* von Tuhr, Tratado de lasobligaciones, 1934,t.1, p.47, no9; Busso, Código Civilanotado, 1951,
t. IV, p. 268, n04;Salvat, Tratado de derecho civilargentino. Obligacionesen general, 6" ed., 1952, t.
1, p. 421, n0481;CNCiv., Sala H, 24/4/09, "Northlands Asociación Civil de Beneficenciac. Solari, Clau-
dia slCobro desumas dedinero",todoscitadosenCNCiv., Sala 1,17/12/15, "P., A. C.V.,A. S. y otros/Da-
ños y perjuicios", www.scw,pjn.gov.ar.
ACCIDENTES DE TRANSITO

El art. 767 del CCCN regula los interesescompensatorios de la siguiente manera:


"La obligación puede llevar interesesysonválidos los que se han convenido entre el
deudory el acreedor, como también la tasa fijada para su liquidación. Sino fue acor-
dada por laspartes, n ipor las leyes, n i resulta de los usos, la tasa de interés compen-
satorio puede ser fijada por losjueces".
El interés es el fruto del capital. Es el típico caso que un sujeto le presta dinero a
otro y a cambio le cobra un interés. Recordemos que el contrato de mutuogse pre-
sume oneroso, por lo tanto, si el mutuo es en dinero, el,mutuario debe los intereses
compensatorios, que se deben pagar en la misma moneda prestada lo.
Los interesessedeben portrimestrevencido, ocon cada amortizacióntotal o par-
cial de lo prestadoque ocurra antes de un trimestre, excepto estipulación distinta.
Si se ha pactado la gratuidad del mutuo, los intereses que haya pagado el mutua-
rio voluntariamente son irrepetibles.Asimismo, el recibo de intereses por un perío-
do,sincondición ni reserva, hace presumir el pagodelosanteriores(art. 1527, CCCN).
En lo que aquíconcierne, los interesescompensatoriosson ajenos a toda idea de
responsabilidadcivil, por lo cual, para su procedencia no sequiere la configuración
de ninguno de sus elementos constitutivos (daño, antijuridicidad, factor de atribu-
ción y nexo de causalidad). Ello, puesto que aquellos son el precio del dinero que se
paga por el uso del capital quedebedevolverseal acreedor, oentregarsea quien es-
tedesigne;si unavezvencidoel plazoconvenidoel deudor incumple, incurreen mo-
ra (art. 886yss., CCCN), y también debe abonar los intereses m o r a t o r i o ~ ~ ~ .
Los intereses punitorios están estipuladosenel art. 769 del CCCNque remite a las
normas que regulan la cláusula penal 12. Recordemos que la pena o multa impuesta
en la obligación suple la indemnización de los daños cuando el deudor se constituyó
en mora I3;yel acreedor no tienederechoa otra indemnización,aunque pruebe que
la pena noes reparaciónsuficiente(conf. art. 793, CCCN). Asimismo, para pedir la pe-

Haycontratodemutuocuandoel mutuantesecomprometea entregaral mutuarioen pro-


piedad, una determinada cantidad de cosasfungibles, y este se obliga a devolver igual cantidad de
cosas de la misma calidad y especie (art. 1525, CCCN).
lo Esto (al igual que el art. 766yel principio de identidad del pago, art. 868 ambos del CCCN)
podría confrontar con lo normado por la última parte del art. 765 del CCCN que regula las obliga-
ciones de dar sumas de dinero y habilita al deudor a liberarse entregando el equivalente en mone-
da de curso legal, si se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la República.
11 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones2. Derecho de daños, 2" ed., 2016, p. 272.
l2 La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar el cumplimiento de una
obligación, sesujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la obligación (art. 790,
CCCN). Puedetener por objetoel pagodeunasuma de dinero, ocualquiera otra prestación quepue-
da ser objeto de lasobligaciones, bien sea en beneficio del acreedor odeun tercero (art.791, CCCN).
l3 Art. 886: "La mora del deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el
cumplimiento de la obligación.
CECILIA CELESTE DANESI

na, el acreedor noestá obligado a probar que ha sufrido perjuicios, ni el deudor pue-
de eximirse de satisfacerla, demostrando que el acreedor nosufriódaño alguno. Por
último, añadimosquelosjueces pueden reducir las penasenel caso previsto en elart.
794 del Código de fondo.
Finalmente, el protagonismo estelar a los fines de nuestra materia de estudio,
son los interesesmoratorios.Estossonaquellosquedebe pagar el deudor por la mo-
ra 14enel cumplimiento de la obligación. Es decir, la indemnización por ese retardo
en el cumplimiento de la obligación.
En el Código derogado, la cuestión tenía asidero legal en el art. 622 que prescri-
bía: "el deudor moroso debe los intereses que estuviesen convenidos en la obliga-
ción, desde el vencimiento de ella. Si no hay intereses convenidos, debe los intereses
legales que las leyes especiales hubiesen determinado. Si no se hubiere fijado el in-
terés legal, los jueces determinarán el interés que debe abonar".
Actualmente, se encuentran reguladosen el art. 768 del CCCN, a saber: "Apar-
tir de su mora el deudor debe los interesescorrespondientes. La tasa se determina:
a) por lo que acuerden laspartes; b) por lo que dispongan las leyesespeciales; c) en
subsidio, por tasas que se fijen según las reglamentacionesdel Banco Central".
Esa norma ha sido criticada por la jurisprudencia.Así, se señaló que la disposición
es poco clara, puesto que parece inadecuado indicar que la tasa se determinará por
tasas que se fijen de acuerdo a una reglamentación. Pero principalmente, se le re-
prochóqueestéredactadaen forma impersonalyqueestablezca las pautasdeacuer-
do a las cuales habrán de fijarse esos réditos moratorios pero sin atribuir a sujeto al-
guno su determinación.
El tema se torna sumamente relevante en los casos de las indemnizaciones re-
sultantes de la violación del deber de no dañar-actos ilícitos-. Entonces, debe in-
terpretarseque el art. 768del CCCN nodisponequeel Banco Central esquien fija las
tasas, sino que establece que entre las establecidas de acuerdo a su reglamentación
-no de acuerdo a sus tasas-se determinará la que es aplicable. En esas condicio-
nes, y frente a la indeterminación legal del sujeto que debe fijar la tasa de interés,
no parece adecuado sostener que esa tarea le esté vedada al juezI5.
Previo a continuar con el desarrollo de los intereses moratorios, mencionamos
que los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado que
provoque la capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporciona-
damente, el costo medio del dinero para deudoresy operacionessimilares en el Iu-

El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el
art. 867yse rehúsa injustificadamente a recibirlo".

l 4 Véase nota anterior.Y, en materia de responsabilidad civil, aplica el art. 1748del CCCNque
desarrollaremos en el apartado siguiente.
l5 CNCiv., Sala 1, 1712115, "P., A. c. V., A. S. y otro s1Dañosy perjuicios", www.scw.pjn.gov.ar.
ACCIDENTES DE TRANSITO 357

gar donde se contrajo la obligación. Los intereses pagados en exceso se imputan al


capital y, una vez extinguido este, pueden ser repetidos (art. 771, CCCN).

1 - Comienzo del cómputo

Con relación al inicio del cómputo de los intereses, la Cámara Nacional de Ape-
lacionesen lo Civil, en pleno, se expidió en losautos "Gómezc. Empresa Nacional de
Transportes", donde se sentó el siguiente criterio: "los intereses correspondientes
a indemnizacionesderivadasde los delitoso cuasidelitos, se liquidarán desde el día
en que se produce cada perjuicio objeto de la reparación".
Ese criterio es receptado por el art. 1748 del Código unificado que reglamenta:
"El curso de los interesescomienza desde que se produce cada perjuicio".

2 - Los intereses y las obligaciones de valor


En primer término corresponde definir a las obligaciones de valor, las cuales si
bien antes carecían de regulación en el Código Civil, son receptadas en el texto uni-
ficado.
Lasobligacionesdevalorsonaquellasen lascualeselobjetode la obligación con-
siste en la valuación de un bien o utilidad, reajustable de conformidad con las osci-
laciones que experimenta la moneda, hasta el momento de su cuantificación en di-
nero. Se debe un valor, pero aun cuando se pague en dinero, existirá siempre una
actualización que irá de la mano con las oscilaciones del mercado que sufra el pre-
cio de ese bien cuya valuación se ha pactado 16.
Algunos ejemplos son: la colación, la determinación de la legítima, las indemni-
zaciones (art. 1740, CCCN), la medianería (arts. 2014y 2017, CCCN), la expropiación
(art. 1O, ley 21.499), los seguros (cuandose establece el valor de reposiciónsin deter-
minar una suma), el enriquecimiento sin causa, los alimentos, las recompensas de la
sociedad conyugal, etcétera.
El Código Civily Comercial lasacogeenel art.772que establece: "Siladeuda con-
siste en cierto valor, elmonto resultante debe referirse a l valor realalmomento que
corresponda tomar en cuenta para la evaluaciónde la deuda. Puedeser expresada
en una moneda sin curso legalque sea usada habitualmente en el tráfico. Una vez
que el valor es cuantificado en dinero se aplican las disposiciones de esta Sección".
Como podemos advertir, este tipo de obligación permite el reajuste de confor-
midad con losvaivenesquesufrael dinero con posterioridad al nacimientodeaque-
Ila. Tienen una relevante trascendencia en los países que impera un sistema nomi-
nalista y no hay cláusulas de indexación, como el nuestro.
Recordemosqueseencuentravigenteelart.7"dea ley23.928,queprescribe: "El
deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesoscumple su obliga-

16 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones2. Derecho de daños, 2" ed., 2016, p. 259.
358 CECILIA CELESTE DANESI

ción dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En nin-


gún caso se admitirá actualización monetaria, indexaciónpor precios, variación de
costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del
deudor, con las salvedadesprevistasen la presente ley
Quedan derogadas las disposicioneslegales y reglamentarias y serán inaplica-
bleslasdisposicionescontractualeso convencionalesquecontravinieren lo aquídis-
puesto ".
, Esa norma establece el principio nominalista, esdecir, le otorga relevancia al va-
lor nominal del dinero, pero no al poder adquisitivo de la moneda; comosucede con
el valorismo.
Cabe señalar que la obligación "es dineraria cuando desde su mismo nacimien-
to tiene por objeto un monto determinado de dinero. Se debe dinero yse paga con
dinero porque eso es lo debido. El dinero está inobligatione(porquees loquesede-
be) e in solutione (porque con él se paga la deuda). En cambio, la deuda de valor es
aquella que tiene por objeto un valor abstracto o una utilidad, constituido por bie-
nes, que habrá de medirse necesariamenteen dinero en el momento del pago" 17.
Dentro de este tipo de obligaciones se encuentran las indemnizacionesy el quid
de la cuestión radica en la fijación de los intereses. Como los intereses van a correr
desde el momento en quese produce el perjuicio-art. 1748, CCCN-, si la tasa tiene
entre sus componentes escorias inflacionarias, se impone la aplicación de dos tasas
diferentes: una desde que la obligación se hizo exigible hasta que se determinó el
valor de la prestación, y otra desde este último momento hasta su pago. Es que, la
razón de ser de la tasa de interés que contiene escorias inflacionarias es compensar
-porvía indirecta-la pérdida del poder adquisitivode la moneda, situaciónque no
se presenta hasta el momento de la cuantificación, pues el monto de la obligación se
determina deacuerdoalvalorqueella revisteendicho instante. No hay depreciación
alguna. La tasa de interésdebeserpura, de lo contrariose estaría mandandoa pagar
dosveces lo mismo, con el consiguienteenriquecimiento sin causa para el actor18.
Este criterio ya era sostenido por algunos tribunales, los que aplicaban tasa pa-
siva desde la fecha del hecho hasta la sentencia (momento donde se cuantificaba el
daño), y tasa activa desde ese momento hasta el efectivo pagoI9.

j7 Moisset de Espanés, Pizarroy Vallespinos, cits. por la CCCAzul, Sala 11,1015116, "DiTomaso,
Graciela Paulina y otrola c. San Cristóbal Soc. Mutual de Seguros slDaños y perjuicios", LLBA, 2017
(febrero), 8; RCyS, 2017-111-205; RCCyC, 2017 (marzo), 195; RCyS, 2017-IV-242; LL, On Line, ARIJURI
9466812016.
l8 Márquez, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t. VI ps. 158 y 159.
l9 JNC lalnst.n035, 11110113, "Zubeldia, Christian Marcelo c. Wercaig, AlbertoCarlosslDaños
y perjuicio^'^, www.scw.pjn.gov.ar.
ACCIDENTES DE TRANSITO 359

En cambio, otros juristas, consideran que por aplicación de la doctrina sentada


por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en pleno, en los autos "Samudio
de Martínez, Ladislaa c. Transportes Doscientos Setenta S.A. s/Daños y perjuicios",
del 20/4/09, debe fijarse la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina, desde el momento en que
la víctima sufrió cada perjuicio, yque la sola circunstancia de haberse fijado las par-
tidas indemnizatoriasa valores actuales no configura la excepcióncontemplada en
el último párrafo de la parte dispositiva de la mentada fentencia plenaria20.Esto es:
"la tasa de interés fijada debe computarse desde el inicio de la mora hasta el cum-
plimiento de la sentencia, salvo que su aplicación en el período transcurrido hasta
el dictado dedicha sentencia implique una alteración del significadoeconómicodel
capital de condena que configure un enriquecimiento indebido".
En cuantoa la cuantificación, debe realizarseal momento del pagoy, tal como lo
determina el art. 772del CCCN, debeser el valor real en dicha oportunidad, esdecir,
el valor del mercado.
Agregamos que, si bien el Código Civil y Comercial es claro en cuanto a que
"...[p]uedeserexpresada en una monedasin curso legal[21]quesea usada habitual-
menteeneltráfico ...",aIgunosautoresconsideran queesoestávedado por losarts.
765y 766 del C C C N que ~ ~aquellasson
~ ~ obligaciones de géneroy no de dar sumas
de dinero23.

20 CNCiv., Sala A, 7/6/12, "Bonza, Héctor c. Crotti, Norberto y otros s/Daños y perjuicios", DI,
ejemplar del 121121012, p. 84; RCyS, 2013-111-208; LL, On Line, AR/JUR/32392/2012.
21 Solo el peso tiene fuerza de pago conf. art. 38 de las leyes 12.155y 20.539 (decr. 2128191).
22 Art. 765: "La obligación es de dar dinero sieldeudor debe cierta cantidadde moneda, de-
terminada o determinable, almomento de constitución de la obligación. Sipor elacto porelquese
ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la República, la
obligación debe considerarsecomo de dar cantidades de cosasy el deudor puede liberarse dando
el equivalente en moneda de curso legal". Art. 766: "El deudor debe entregar la cantidad corres-
pondiente de la especie designada". Como puede advertirse, además de plantearse cierta contra-
dicción entre ambas normas, se genera una situación de absoluta injusticia para el acreedor, pues-
t o que estaría obligado a recibir el equivalente en moneda de curso legal; lo que a su vez, vulnera
el principio de identidad del pago (art. 868, CCCN). También nótese que remite a las obligaciones
de dar cantidades decosas, que no están reguladas, por lo que debe considerarselas de género. La
doctrina y la jurisprudencia alegan que la norma no esde orden públicoy puedeser dejada sin efec-
t o por las partes. Véase al respecto: Trípoli - Silva, en Código Civily Comercialde la Nación comen-
tado, t. III, p. 54, en www.saij.gob.arldocs-flcodigo-comentado/CCyC~Nacion~Comentado~To-
mo-IKpdf, disponible al 1/5/16; CNCiv, Sala 1, 19/3/15, "Virtuoso, Mario Gerardo c. Gelasen, Hilda
Marta s/Medidas precautorias", www.cij.gov.ar.
23 Márquez, en Código Civily Comercialde la Nación comentado, 2014, t.V, p. 159.
360 CECILIA CELESTE DANESI

3 - Tasa aplicable
El interésse establece en función de una tasa, que esel rendimiento de la unidad
de capital en una determinada unidad de tiempo. Suele expresarse en términosde
porcentuales y medirse a n ~ a l m e n t e ~ ~ .
La cuestión atinente a la tasa aplicable en materia de intereses ha generado ar-
duas discusiones. Tal es así, que se dictaron varios plenarios en el seno de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil.
1 El primero fue en los autos "Vázquez c. Bilbao", del 2/8/93, en donde se resolvió
que en virtud de la aplicación de la ley 23.928 de Convertibilidad, los intereses mo-
ratorios debían liquidarse, en ausencia de convención o de leyes especiales, según
la tasa pasiva promedio que publica mensualmente el Banco Central de la Repúbli-
ca Argentina de acuerdo con lo dispuesto por el art. 8Odel decr. 529191 (modificado
por el decr. 941191). Luego se reiteró similar criterio con posterioridad a la entrada
en vigencia de la ley25.561de Emergencia Pública (23 de marzo de 2004), en losau-
tos "Alaniz c. Transportes 123 S.A.I.C." 25.
Finalmente,secambió la postura con el dictadodel plenario "Samudio" en el cual
se dispuso que: 7) "corresponde dejar sin efecto la doctrina fijada en los fallos ple-
narios 'Vázquez, Claudia Angélica c. Bilbao, Walter y otros slDaños y perjuicios', del
38/93 ylAlaniz, Ramona Evelia y otro c. Transportes 123 S.A.C.I. interno 200slDaños
y perjuicios', del 23/3/04"; 2) "Es conveniente establecer la tasa de interés morato-
rio"; 3) "Corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos) nominal
anual vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina", y 4) "La tasa de in-
terés fijada debe computarse desde el inicio de la mora hasta el cumplimiento de la
sentencia, salvo que su aplicación en el período transcurrido hasta el dictado de di-
cha sentencia implique una alteración del significado económico del capital decon-
dena que configure un enriquecimiento indebido".
Entonces, en virtud de la doctrina fijada en el mencionado pronunciamiento, la
tasa aplicablees la activa cartera general (préstamos)nominal anualvencida a trein-
ta días del Banco de la Nación Argentina. Añadimos que esa tasa será aplicable en
la medida que no configure un enriquecimientosin causa26.
Asimismo, señalamos que, en el caso de los intereses moratorios, que-conforme
a la regulaciónanterior-si no estaban convenidos (o las leyes especiales no losfijen)
losdeterminaba el juez(art. 622, CC); ahora, dentrode las previsionesdel art. 768del

24 Pizarro - Vallespinos, cits. por Calvo Costa, Derecho de las obligaciones2. Derecho de da-
ños, 2" ed., 2016, p. 271.
25 Méndez, Elplenario Samudio, SAIJ, DACF090094, del 7112/09.
26 CNCiv., Sala B, 21/4/16, "Galeno Argentina S.A. c. Vázquez, María Luisa y otros s/Cobro de
sumas de dinero", LL, ejemplar del 26/7/16, p. 8; LL, 2016-D-413; LL, ejemplar del 13/9/16, p. 7, con
nota de Claudio F. Leiva; LL, On Line, AR/JUR/20958/2016.
ACCIDENTES DE TRANSITO

CCCN, no se encuentra el juez. No obstante ello, la jurisprudencia mayoritaria preci-


sa que esa función no le está vedada a aquel. Así, se critica que la norma, además de
noatribuira sujeto alguno la determinación de la tasa, nodisponeque el Banco Cen-
tral es quien fija las tasas, sino que prescribeque entre las establecidasde acuerdo a
su reglamentación-no de acuerdo a sus tasas-se fijará la que es aplicable. En este
sentido, resulta ilustrativo la lectura de la normativa del Banco Central de la Repú-
blica Argentina en la materia; Tasas de Interés en las operaciones de crédito, última
comunicación incorporada: "A" 5771, texto ordenado pl2 de julio de 201 527.
Por último, en cuanto a la controvertida vigencia de los fallos plenarios, remiti-
mos al lector al ap. 2" de este capítulo.

Jurisprudencia

1. Inicio del cómputo


Constituciónen mora
1 Si bien el art. 888 del CCCNse trata de una norma relativa a la constitución en mora
y, como tal, de caráctersupletorio y regida por la última parte del art. 7O del CCCN, lo
que determina el efecto diferido del Código de Vélez para todas las cuestiones ante-
riores, sería deseable que el juez aplique el criterio de la nueva ley, pues esto no impli-
ca su aplicación retroactiva sino analizar el caso conforme a la legislaciónanterior a la
luz de la doctrina que propiciaba la misma solución a la que luegoadhirió el legislador.
[CACCJunín, 10112/15, "Ruiz, Mónica Viviana c. Bongiorno, IIdayotrolas1Dañosy per-
juicios estado (usoautomotor dLesiones o muerte)", 11,On Line, AR/JUR/6192612015].

2 Toda vez que la sentencia queviabilizó la pretensión indemnizatoria por accidente


no es constitutiva sino meramente declarativa de un derecho preexistentedel actor a
percibir dicho resarcimiento, deconformidad con el art. 508del CCvelezanoyart.1747
del CCCN, debe concluirse que la aseguradora demandada se encuentra en mora en el
cumplimiento de la obligación a su cargo desde mucho antes del dictado de la senten-
cia de grado anterior de modo que la fecha de cómputo de los intereses resulta ser la
delacaecimientodel infortunio. [CNAT, Sala 11,27/4/17, "Leiva, Mauro Leandr0c.A.R.T.
InteracciónS.A. s1Accidente- Ley especial", 07;2017 (julio), 1461; LL, On Line, AR/JUR/
281 19/2017].

2. Tasa pasiva hasta la cuantificacióny luego activa


Cuantificacióna la fecha deldictamen pericial.
Rubro reparación del rodado
3 Atentoqueel importeindemnizatoriocorrespondienteal rubro "reparacióndel ro-
dado" ha sido fijado a valores vigentes al tiempo del dictamen pericial, corresponde

27 CNCiv., Sala 1, 1711U15, "P., A. c. V., A. S. y otro s1Daños y perjuicios", www.cij.gov.ar; ídem,
3111115, "M., G. L.yotroc.A., C.yotross/Dañosy perjuicios", RCyS, 2016-111-124,2016-IV-165;LL, On
Line, ARIJUW6131412015.
362 CECILIA CELESTE DANESI

aplicar, desde el hecho hasta la fecha de la producción de este último, la tasa de inte-
rés del 8% anual y, a partir de allí, la tasa activa general nominal anual vencida a trein-
ta días del Banco de la Nación Argentina. [CNCiv., Sala 1,2511 1/14, "Tannoia, Norberto
Ubaldo Antonioc. Saltalamacchia, EduardoGuillermos/Dañosyperjuicios", LL, On Li-
ne, AWJUR/59967/2014].

Cuantificación almomento de la sentencia


4 Si losvalores indemnizatorios fueron fijados al momento de la sentencia la tasa ac-
tiva prevista en el plenario "Samudio de Martínez" (20/4/09; LL, ejemplar del 23/4/09,
p. 5) debe regir recién a partir de dicho pronunciamiento, ya que de imponerseesosin-
tereses desde el origen de la mora, se consagraría una alteración del capital estableci-
do en la sentencia, configurando un enriquecimiento indebido del acreedor. [CNCiv.,
Sala A, 31/8/15, "D., L. E. c. K., S. D. yotross1Dañosy perjuicios", RCyS, 2016-111-131; LL,
On Line, AR/JUR/35793/2015].

Daño moral
5 En cuanto al monto reconocido en concepto de daño moral, de acuerdo al tempe-
ramentoadoptado por esta Sala en los autos "Martínez, Eladio Felipe c. Díaz, Hernán
Reinaldo s/Daños y perjuicios", del 15/3/13 ysus citas, entre otros; me lleva a propiciar
quedesde la produccióndel perjuicio hasta este pronunciamientosefije la tasa de18%
anual, como tasa pura -suficientemente compensatoria, pues se está ante una deu-
da de valor cuya entidad se fija a valores actuales-y a partir de allí la tasa activa refe-
rida en el párrafo anterior (la tasa cartera general-préstamos-nominal anual ven-
cida a treinta días del Banco de la Nación Argentina conforme la doctrina mayoritaria
sentada en "Samudio"). [CNCiv., Sala 1,1712115, "P., A. c. V., A. S. y otro slDaños y per-
juicios", www.scw.pjn.gov.ar].

Enriquecimiento sin causa


6 De acuerdo a lo establecido por la doctrina plenaria sentada por esta Cámara Civil
en los autos "Samudio", sobre el capital reconocido corresponde aplicar la tasa activa
cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Na-
ción Argentina. Empero, toda vez que en la especie se han fijado valores indemniza-
torios al momento del dictado de la sentencia de grado, la indicadatasa debe regir re-
cién a partir de dicho pronunciamiento, ya que de imponerse esos intereses desde el
origen de la mora, se consagraría una alteración del capital establecido en la senten-
cia, configurando un enriquecimiento indebido, tal como puntualmente prevé la par-
te final de la referida doctrina plenaria, al contemplar una excepción a la vigencia de
la tasa moratoria legal. Elloasí, en la medida deque unode los factoresque consagran
la entidad de la referida tasa, lo constituye la paulatina pérdida de valor de la mone-
da, extremo que en la especie ya ha sido ponderado al definir el capital a losvaloresvi-
gentes a la sentencia de grado. Por ello, correspondeque desde el inicio de la mora y
hasta el pronunciamiento de grado, se calculen los interesesa la tasa de interés del 8%
anual, que representan los réditos puros y, desde entonces y hasta el efectivo pago, a
la tasa activa citada. [CNCiv., Sala A, 716112, "Bonza, Héctor c. Crotti, Norberto y otros
s1Daños y perjuicios", DJ, ejemplar del 12112112, p. 84; RCyS, 2013-111-208; LL, On Line,
AWJUW32392/2012].

7 La tasa activa no se puede aplicar desde el origen de la mora, puesse consagraría una
alteración del capital establecido en la sentencia, configurando un enriquecimientoin-
debido al contemplar una excepción a la vigencia de la tasa moratoria legal, en la me-
dida en que uno de los factores que consagran la entidad de la referida tasa, lo consti-
tuye la paulatina pérdida de valor de la moneda, extremo que en la especie ya fuera
ponderado al definir el capital a los valores vigentes (del voto del doctor Li Rosi). [CN-
Civ., Sala A, 13110117, "Z., V. A. c. Bariló S.R.L. y otro s1Daños y perjuicios", LL, On Line,
ARIJ UW78246120 171.

3. Aplicación detasa activa desde la entrada en vigencia


del Código Civil y Comercial
8 Con relación a los intereses devengados a partir de la entrada en vigencia del Códi-
go Civil y Comercial y hasta el efectivo pago, al ser una consecuencia no agotada de la
relación jurídica que diera origen a la demanda, la tasa que resulte aplicable para li-
quidarlos por imperio del art. 768, nunca podrá ser inferior a la tasa activa reconocida,
pues, ante la falta de pago en tiempo de la indemnización y dadas las actuales circuns-
tancias económicas, otra solución iría en desmedro del principio de la reparación ple-
na previsto en el art. 1740 del citado ordenamiento. [CNCiv., Sala B, 3016117, "Maciel,
Walter Antonio y otro c. Aguilar, María Paula y otros s1Daños y perjuicios (acc. trán.
dles. o muerte)", LL, On Line, AWJUW4252312017].

9 Finalmente debo aclarar que con relación a los intereses devengados a partir de la
entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercialde la Nación y hasta el efectivo
pago, al ser una consecuencia no agotada de la relaciónjurídica que diera origen a es-
ta demanda, la tasa que resulte aplicable para liquidarlos por imperio del art. 768 del
citado ordenamiento, nunca podrá ser inferior a la activa antes mencionada pues, an-
te la falta de pago en tiempo de la indemnización y dadas las actuales circunstancias
económicas, iría en desmedro del principio de la reparación plena del daño que se ha
causado a la actora (véase art. 1740 del mismo Código). [CNCom., Sala B, 618115, "M., J.
E. c. V., O. H. y otros slDaños y perjuicios (acc. tráns. dles. o muerte)", ED, ejemplar no
13.804, del 3191151.

Sujeto que debe fijar la tasa de interés


10 Corresponde aplicar a partir del 1/8/15 los interesescalculados a la tasa promedio
que publica el Banco Central de la RepúblicaArgentina en materia de préstamos per-
sonales, según la variación correspondiente a los diversos tramos temporales en que
se vayan devengando, conforme a lo establecidoen el inc. c) del art. 768 del CCCN.
A raíz de la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación (art. 768) co-
rresponde que los intereses por los rubros admitidos en la demanda de daños por ac-
cidente de tránsito se liquiden conforme la tasa activa según reglamentación del Ban-
co Central de la República Argentina y no conforme el plenario "Aguirre" -2815109;
CECILIA CELESTE DANESI

LLGran Cuyo, 2009 (noviembre), 937-. [CACCMPT 4a Mendoza, 16/10/15, "Perea,


Mirtha Norma c. Laudadio, Facundo Javier s/Daños y perjuicios (accidente de tránsi-
to)", LLGran Cuyo, 2016 (febrero), 93; LL, On Line, AWJUW44366/2015].

11 El criterio mayoritario adoptado por esta Sala sobre estos casos establece que la
condena lleve intereses desde que se produjo el perjuicio, en este caso el fallecimien-
to (CNCiv., en pleno, LL, 93-667) a la tasa del 8% anual, hasta la entrada en vigencia del
nuevo Código Civil y Comercial, según lo contempla el art. 768, para los supuestos co-
l moen el deautos-donde noexisteconvención ni leyesespeciales(incs.a yb)-, el cual
obliga a liquidar intereses moratorios de acuerdo a la reglamentación del Banco Cen-
tral, como bien puede serlo la tasa activa prevista en la doctrina plenaria sentada por
esta Cámara Civil en los autos: "Samudiode Martínez, Ladislaa c. Transporte Doscien-
tos Setenta S.A. s/Daños y perjuicios", del 11111/08. [CNCiv., Sala A, 31/10/17, "T., T. c. A.
S.A.T.A.C.1 s/Daños y perjuicios", LL, On Line, AWJUW80624/2017].

4. Tasa activa desde la fecha del hecho


Los montos de condena no se fijan a valores actuales
12 La aplicación de la tasa activa desde el día del accidente no supone un enriqueci-
mientosin causa, ya quedel fallo apelado nosurgeen modo algunoque los montosde
condena se hubieranfijado avaloresactuales.[CNCiv., Sala L, 19/9/17, "Papagno, Marie-
la Silvia c. Lado, Daniel yotross/Dañosy perjuicios", LL, On Line, AWJUW63864/2017].

No constituye un enriquecimientosin causa


13 La sentencia que dispuso la aplicación de la tasa activa desde la fecha del acciden-
te de tránsito y hasta el efectivo pago, con remisión al art. 768 del CCCN, debe confir-
marse, atentoa queellosurgede la doctrina plenariaenautos "Samudiode Martínez"
(LL, ejemplar del 23/4/09, p. 5) y no obran en la causa constancias que certifiquen que
se configuraría un enriquecimiento indebido. [CNCiv., Sala B, 21/4/16, "Galeno Ar-
gentina S.A. c. Vázquez, María Luisa y otros s/Cobro de sumas de dinero", LL, 2016-D-
413; LL, ejemplar del 13/9/16, p. 7, con nota de Claudio F. Leiva; LL, On Line, AR/JUR/
20958120161.

14 Hasta la entrada en vigencia del nuevocódigo Civil y Comercial esta Sala venía apli-
candoel plenario "Samudiode Martínez, Ladislaa c.TransporteDoscientosSetentaS.A.
slDañosy perjuicios" (20/4/09), queestablece que, para el caso de intereses moratorios,
correspondeaplicarla tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a
treinta díasdel Bancode la NaciónArgentina allífijada portodoel período indicadoen
la sentencia apelada (cfr. art. 303, CPCCN). Su aplicación se debió a que si bien nose des-
conocía que el art. 303 del CPCCNhabía sido derogado por el art. 12 de la ley 26.853, en
virtud del art. 15 de esa misma normativa, tal disposición recién entraría en vigor a par-
tirde la efectiva integración y puesta enfuncionamientode lostribunalesqueallísecre-
aban, razónpor la cual continuaría vigente hasta ese momento la doctrina plenaria.Sin
embargo, si bien el artículo mencionadoestablecía la obligatoriedad de los fallos ple-
narios, ellosuponía-claroestá-la subsistencia de las normas legales en que aquellos
sefundaban. [CNCiv., Sala H, 21110115, "Feres, José Luisc. GeneralTomásGuidoS.A.C.I.F.
y otros slDaños y perjuicios", DI, ejemplar del 4/5/16, p. 63; 11, On Line, AWJUW476671
20151.

15 Para los casos de accidentes de tránsito deberá aplicarse la tasa activa al capital de
condena desde el momento del hecho, y hasta el efectivo pago que hagan los deudo-
res. Es que, dicha tasa de interés resulta obligatoria en los términos del art. 303 del
CPCCN, precepto que esta Sala considera vigente en su redacción originaria conforme
lodecididoen autos: "Pérez, Horacio Luisc. BancoSáezS.A.s/Ejecuciónde honorarios",
LL, On Line, AWJUW5522412013, del 3018113.
Por tanto, deberá aplicarse la tasa activa en los casos en que la misma no genera o con-
figura un "enriquecimiento indebido". Si así fuera e importara una situaciónexcepcio-
nal que se apartara de la regla general establecida en el plenario "Samudio de Martí-
nez, L. c. Transportes Doscientos Setenta S.A.", debe ser probada en forma clara por el
deudor en el ámbito del proceso (cf. art. 377, CPCCN), circunstancia que noseverifica en
el presente. Finalmentedebo aclarar que con relación a los interesesdevengadosa par-
tir de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercialde la Nación y hasta el
efectivo pago, al ser una consecuencia no agotada de la relaciónjurídica que diera ori-
gen a esta demanda, la tasa que resulte aplicable para liquidarlos por imperio del art.
768 del citado ordenamiento, nunca podrá ser inferior a la activa antes mencionada
pues, ante la falta de pago en tiempo de la indemnizacióny dadas las actuales circuns-
tancias económicas, iría en desmedro del principio de la reparación plena del daño que
se ha causado a la actora (véase art. 1740 del mismo Código). [CNCom., Sala B, 6/8/15,
"M., J. E. C.V.,O. H.yotrosslDañosyperjuicios(acc. tráns.dles. omuerte)", ED, ejemplar
no13.804, del 3191151.

16 En lo que atañe a los intereses, y como lo he expuesto en el precedente de esta Sala


"Piñeiro, Gabriel Alberto c. Ausilli, José Luis y otros s1Daños y perjuicios", del 10111111
(libre no574.847), soy de la opinión de que, por aplicación de la doctrina sentada pores-
ta Cámara en el fallo plenario dictado en los autos "Samudio de Martínez, Ladislaa c.
Transportes DoscientossetentaS.A. slDañosy perjuicios", del 2014109, debe fijarse la ta-
sa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida atreinta días del Bancode
la NaciónArgentina, desde el momento en que se causó cada perjuicio, y estimo-por
los argumentos que expuse en mi voto en la causa ya citada, a la que me remito- que
lasola circunstancia de habersefijado las partidasindemnizatoriasavaloresactualesno
configura la excepción contemplada en el último párrafo de la parte dispositiva de la
mentadasentencia plenaria.TambiénseñaIéenotrosantecedentesdeesta Sala (915116,
"M., Patricia Antonia c. J., Darío Sebastián y otros slDaños y perjuicios", expte. no
86.81 1/12) que la solución que propongo (es decir, la aplicación de la tasa activa esta-
blecida en la jurisprudencia plenaria) no se ve alterada por lo dispuesto actualmente
por el art. 768, inc. c) del CCCN, más allá de que el plenario recién citado se haya origi-
nado en la interpretación de una disposición legal hoy derogada -art. 622, CC- (del
voto del doctor Picasso). [CNCiv., Sala A, 31/10/17, "T., T. c. A. S.A.T.A.C.1 s1Daños y per-
juicios", 11, On Line, AWJUW80624/2017].
CECILIA CELESTE DANESI

Destrucción total de un automotor: deuda de valor


17 El pago de la indemnización por destruccióntotal de un automotor debe hacerse
avalores actuales, pues la obligación asumida por la aseguradora tiene por objeto una
deuda calificable como deuda de valor, siendo de aplicación el art. 772 del CCCN. La
obligación contractual asumida por el asegurador tiene por objeto una deuda de va-
lor, por cuantosu alcanceen dinero no nacedeterminado odeterminablein obligatio-
ne, sinoquesedetermina insolutione, a resultasdela efectiva dimensión del dañoque
se acredite, aun cuando cuente, en el marco de un cumplimiento normal del contrato,
coneltope máximo provenientedelasuma asegurada. [CACCAzul,Sala 11,1015116, "Di
Tomaso, Graciela Paulinayotrola c. San CristóbalSoc. Mutual deSeguross1Dañosyper-
juicios", LL, On Line, AWJUW94668/2016].

Sujeto que debe fijar la tasa de interés


18 La poca claridad del inc. c) del art. 768 del CCCNparece evidente. En primer lugar,
luce poco adecuado indicar que la tasa se determinará por tasas que se fijen de acuer-
doa una reglamentación. Pero fundamentalmente, la norma está redactada en forma
impersonal, estableciendo las pautasde acuerdoa las cuales habrán de fijarse esos ré-
ditos moratorios perosin atribuir asujetoalgunosudeterminación. Huelga decir la im-
portanciadel tema, dadoel vasto ámbito del derecho en el que no existe ni convención
de partes ni previsión legal. Tal el caso de las indemnizaciones resultantesde la viola-
cióndel deber de nodañar-actos ilícitos-. Elart. 768del CCCNnodisponequeelBan-
cocentral esquien fija lastasas, sino que establece que entre lasestablecidasdeacuer-
do a su reglamentación-no de acuerdo a sus tasas-se determinará la que es aplica-
ble. En este sentido resulta ilustrativo la lectura de la normativa del Banco Central de
la República Argentina en la materia -Tasasde Interés en lasoperacionesdecrédito, ÚI-
tima comunicación incorporada: "A" 5771, texto ordenado al 2 de julio de 201 5. En
esas condiciones, yfrente a la indeterminación legal del sujetoque debefijar la tasa de
interés, no parece adecuadosostener que esa tarea le estévedada al juez (CNCiv., Sala
1,171U15, "P., A. c. V., A. S. y otro s1Daños y perjuicios"). A partir del dictado del plena-
rio (30/10117), respecto de los intereses moratorios para litigios tramitados en la pro-
vincia de Mendoza en los casos en que no exista tasa prevista por convención o ley es-
pecial, corresponde aplicar la tasa para la línea de préstamos personales del Banco de
la NaciónArgentina, denominados "Libre Destino" a treinta yseis meses, teniendo los
jueces la obligación deverificar si la tasa establecida debe ser reducida conforme a las
circunstancias acreditadas en cada caso. [SC Mendoza, en pleno, 30110117, "Lencinas,
Mariano c. Citibank N.A. slDespido", LL, ejemplar del 21111/17, con nota de Pascual E.
Alferillo; LL, On Line, AWJUW77894/2017].

19 Frente a la indeterminación legal del sujeto que debe fijar la tasa de interés previs-
ta en los supuestos a los que alude el art. 768, inc. c) del CCCN, no parece adecuado sos-
tener que esa tarea le esté vedada al juez, pues lo contrario importaría desentenderse
nosolode la finalidadde la normasinotambiénde la razonabilidadde la interpretación,
extremosque, como es sabido, no pueden prescindir la labor interpretativa. Así, la tasa
aplicables una indemnizaciónde dañosa partir del 1°deagostode2015es la activa que
surgedelplenario "Samudiode Martínez" (2014109, LL, 2009-D-720),ellomásalládeque
esas disposicionessehayan originado en la interpretación de una disposiciónlegal hoy
derogada (art.622, CC), pues se pueden trasladar las conclusionesde aquella exégesisa
la que corresponde asignar a las normasactuales (arts.767~768,CCCN), máximesise re-
para en que lastasasdel BancoNacióndeben suponerseacordesala reglamentacióndel
Banco Central. [CNCiv., Sala 1,311 1115, "M., G. L. y otro c. A,, C. y otros s1Daños y perjui-
cios", RCyS, 2016-111-124, y2016-1-165;LL, On Line, AR/JUR/61314/2015].

d) Anatocismo
I

El anatocismo, o también llamado "interés compuesto", es la capitalización de


intereses que se acumulan al capital, de modo tal que los que ya se han devengado
sesuman al capital produciendo nuevosinteresesz8.Porejemplo, hay capitalización
si, a un capital de $100que le tengo que aplicar un interés mensual del lo%, ya1se-
gundo mes, calculo los intereses sobre un capital de $ 11O (Capital, $100 + Intere-
ses, $10= $ 110). Es decir, incorporo los interesesal capital para calcular los nuevos.
El Código Civil deVélez Sarsfield regulaba en su art. 623 que "nose deben inte-
reses de los intereses, sino por convención expresa, que autorice su acumulación al
capita1,con la periodicidadqueacuerden las partes, ocuandoliquidada la deuda ju-
dicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare, y el deu-
dor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de inte-
reses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza".
El Código Civilycomercial mantiene un criteriosimilar ya que establece como re-
gla general la prohibición de la capitalización de interesescon algunasexcepciones
(art. 770, CCCN), y es en este punto donde se diferencia de su antecesor. Veamos.
El inc. a) del art. 770 del CCCN regula la primera excepción: "una cláusula expre-
sa autorice la acumulación de los intereses al capital con una periodicidad no infe-
riora seis meses". Si bien ambos códigos de fondo admiten la capitalización de in-
tereses cuando esté pactada por las partes, el texto reformado la acepta solo cuan-
do el lapso no sea menor a seis meses.
El segundo supuesto está contemplado en el inc. b): "la obligación se demande
judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de la notificación
de la demanda". El antecedente normativo se hallaba en el art. 569 del CCom., que
prescribía que "los interesesvencidos pueden producir intereses, por demanda ju-
dicial o por una convención especial. En el caso de demanda, es necesario que los in-
tereses se adeuden a lo menos por un año. Producen igualmente intereses los sal-
dosIíquidosdelasnegociacionesconcluidasalfindecadaaño". Como podemosver,
ahora la posibilidad de capitalizar interesesdesde la notificación de la demanda se
incorpora al ámbito civil. Añadimos que, al no disponer en forma expresa el inciso

28 Calvo Costa, Derechode las obligaciones2. Derechode daños, 2" ed., 2016, p. 279.
CECILIA CELESTE DANESI

un período mínimo para la capitalización (comosílo hace el inc.a),entendemosque


la periodicidad puede ser inferior a losseis meses. No obstanteello, algunos juristas
sostienen lo contrario, es decir, que debe entenderse que la periodicidad no puede
ser menor a seis meses29.
Luego se regula como excepción a la prohibición del anatocismo, el supuesto en
que la obligación se liquide judicialmente, en cuyo caso, la capitalización se produ-
ce desde que el juez manda pagar la suma resultante y el deudor es moroso en ha-
cerlo. Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, para que proceda
la capitalización de interesesen este escenario, es necesario que "una vez aceptada
la cuenta por el juez, el deudor debe ser intimado al pago, pues solo si entonces es-
te no lo efectiviza, cae en mora y deberá intereses sobre el monto total de la liqui-
dación impaga" 30.
Además, advertimos que al incorporarseen el ámbito civil la posibilidad de capi-
talizar interesesdesde la fecha de notificación de la demanda (inc. b), este inciso po-
dría considerarsesuperfluo, pues-lógicamente-los acreedores preferirán capita-
Iizar interesesdesde la notificación de la demanda, en vez de esperar a la intimación
de pago de la liquidación aprobada. Sin embargo, se torna aplicable -por ejem-
plo- en los casos en que exista una deuda de honorarios, aunque también podría-
mosequiparar la citación deventa (art. 505, CPCCN) a la notificación de la demanda.
Finalmente, el inc. d)estipula que: "otras disposiciones legales prevean la acu-
mulación"-~. gr.: la cuenta corriente bancaria (art. 1398, CCCN), la cuenta corrien-
te (art. 1433, CCCN), etcétera-.
Como corolario, destacamos que la prohibición de capitalizar interesesesde or-
den público y, por consiguiente, será nula de nulidad absoluta una cláusula que la
altere3'.
Jurisprudencia

1. Readecuacióncon sentencia pasada en autoridad


de cosa juzgada
1 Dado que la evidente desproporción entre el monto reconocidoen la sentencia y el
de la liquidación es producto de la acumulación de intereses, corresponde ordenar su
readecuación sin anatocismo, pues la usura, además de ser un delito en ciertas condi-
ciones, viola la moral y las buenas costumbres(art. 279, CCCN), por lo que los jueces no

29 Trípoli -Silva, en Código Civily Comercialdela Nacióncomentado, t. III, p. 60, en www.saij.

g o b . a r / d o c s - f l c o d i g o - c o m e n t a d o / C C y C C N a c í disponible al 1/5/16.
30 CSJN, 20/12/16, "Aranda, Elena Margaritay otro c. Ferreyra, ~ u i Ángel
s y10 Batallón de In-
genieros de Combate 141 E.A. s1Beneficio de litigar sin gastos", www.csjn.gov.ar.
31 CSJN, 3/4/03, "City Trans S.R.L. c. La Territorial de Seguros y otros", LL, On Line, ARIJURI

645912003; Márquez, en Código Civily Comercialde la Nacióncomentado, 2014, t. V, ps. 158y 159.
ACCIDENTES DE TRANSITO 369

podríanconvalidarla en ningún caso. El carácterfirme de la condena a pagar intereses


capitalizables no es impedimento para ordenar una readecuación de la liquidación
que no incluya tal mecanismo, pues no es posible que, so pretexto de preservar la au-
toridad de la cosa juzgada, se arribe a resultadosquequiebren toda norma de razona-
bilidad y violenten los principios establecidos en los arts. 953 y 1071 del CC(actuales
arts. 279 y 10, CCCN). [CNCom., Sala C, 28/4/16, "Banco del Buen Ayre S.A. c. Saccone,
Ricardo Guillermo Orestes s/Ejecutivo", LL, On Line, AWJUW20051/2016].

2. Norma de orden público ,


2 Esdescalificable, por aparecer desprovisto defundamento, el pronunciamientoque
autoriza la violación de una norma expresa de orden público que veda la capitaliza-
ción de intereses (art. 623, CC), sin que concurran los supuestos legales de excepción.
[CSJN, 3/4/03, "City Trans S.R.L. c. La Territorial de Seguros y otros", LL, On Line,
AWJUR/6459/2003].

3. Readecuacióndel cálculo de los intereses


3 La sentencia que admitió la capitalización de interesesdebemodificarsey, en su lu-
gar, correspondeadmitir los réditos en tanto no excedan el límite máximo de dos veces
y media la tasa que cobra el Banco de la Nación Argentina para sus operaciones de des-
cuento a treinta días, pues de mantenerse aquella solución se estaría dando a la deuda
un tratamiento financiero desproporcionado respecto del rendimiento de cualquier
otra actividad productiva o de prestación de servicios que pudiere emprenderse en el
país, ello en términos de equidad y por aplicación de los arts. 768,769, 771 y 794 del
CCCN. [CNCom., Sala B, 19/5/17, "Banco del Buen Ayre S.A. c. Sotelo, Jorge H. y otro
s/Ejecutivo", LL, 2017-C-536;RCyS, 2017-VI11-152; RCCyC, 2017 (noviembre), 117; LL, On
Line, AWJUW25736/2017].

4. Requisitode intimaciónde pago


4 La sentencia que aprobó la liquidación de los intereses practicadacon anatocismoes
arbitraria si el juzgador omitió tener en cuenta que la capitalizaciónde accesoriossolo
procede, en los casos de capitalización judiciales, cuando liquidada la deuda el juez
mandase pagar la suma resultante y el deudor fuere moroso en hacerlo (arts. 623, CCy
770, inc. c, CCCN), y para que ello ocurra, una vez aceptada la cuenta por el juez, el deu-
dor debe ser intimado al pago, pues solo si entonces este no lo efectiviza, cae en mora
y, deberá intereses sobre el monto total de la liquidación impaga (del dictamen de la
procuradorafiscal que la Corte hacesuyo). [CSJN, 20/12/16, "Aranda, Elena Margarita
y otro c. Ferreyra, Luis Ángel y10 Batallón de Ingenieros de Combate 141 E.A. s/Benefi-
cio de litigar sin gastos", www.csjn.gov.ar].

3 55. Aplicación de los fallos plenarios


La obligatoriedad de los fallos plenarios en el ámbito nacional tiene asidero le-
gal en el art. 303 del CPCCNque establece: "La interpretaciónde la ley establecida
en una sentencia plenaria será obligatoria para la misma Cámara y para los jueces
CECILIA CELESTE DANESI

de primera instancia respecto de los cuales sea aquella tribunal de alzada, sin per-
juicio de que losjuecesdejen asalvosu opinión personal. Solo podrá modificarsedi-
cha doctrina por medio de una nueva sentencia plenaria".
Esa norma había sido derogada por el art. 12de la ley 26.853, el que en torno a la
entrada en vigencia de esa ley, regulaba en su art. 15: "La presente ley entrará en
vigora partir de supublicación. Una vez constituidas las CámarasySalascreadas por
la presente, será de aplicación a todoslosjuicios, aun a los que se encuentren en trá-
mite". Si bien esa norma fue dejada sin efecto el 10 de enero de 2019 por el art. 3"
de la ley 27.500 (BO, 1011119),lo cierto es que durante el período de vigencia de la
ley 26.853, se suscitaron grandes controversias en torno a la obligatoriedad de los
fallos plenarios.
Se fijaron dos posturds. Por un lado, algunos magistrados consideraban que, al
supeditar el citado art. 15 los efectos derogatorios a la efectiva integración y pues-
ta en funcionamiento de las Cámarasde Casación creadas por la ley, afirmaban que,
hasta tanto ello no suceda, los plenarioscontinuaban en vigencia32.Esta postura se
encontraba en sintonía con lo dispuesto por la Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción mediante la Acordada 231201 3, según la cual, la operatividad de los recursos
procesales que contempla la ley26.853 se halla supeditada a la instalación yfuncio-
namiento de las cámaras federales y nacionales que crea33.En razón de ello, sesos-
tuvo que nada obsta la aplicación de la doctrina que emana de los plenarios-has-
ta tanto el tribunal de casación no fije una doctrina diferente-como fuente mate-
rial de derecho al reflejar el criterio mayoritario de las distintas Salas que la confor-
man. Ello con el fin de resguardar la seguridad jurídica y de la garantía constitucio-
nal al derecho de defensa en juicio de las partes34.
Por otro lado, se sostenía que la vigencia de la ley no estaba supeditada a la in-
tegración y puesta en funcionamiento de las cámaras de casación que allí se crea-
ban, por lo tanto, los arts. 302y 303 del CPCCNse encontraban derogados35.
Sin embargo,auncuandoel tribunalseadheríaa esa última postura, esdecir, que
los fallos plenarios carecían de vigencia, los mismos eran aplicados como doctrina.

32 JNC la Inst. no 35, 24/2/14, "Fischman, Laura Andrea c. Transportes Colegiales S.A. y otro
s/Daños y perjuicios (acc. trán. des. o muerte)", expte. 68.29811 1; CF Córdoba, en pleno, 11110116,
"Medina, Francisco Darío c. Estado Nacional y otro s/Suplementos Fuerzas Armadas y de Seguri-
dad", Rubinzal On Line, RC J 6624116.
33 Disponible al 15112117 en servicios.info1eg.gob.ar/info1eglnternet/anexos/215000-219999/

2 18560lnorma.htm.
34 Gabet, Vigencia de la doctrina delplenario Couto de Capa, DT, 2016 (enero), 72; LL, On Li-
ne, AR/DOC14188/2015.
35 CNAT, Sala 111,29/9/17, "Paesano, Pablo Alejandro c. PrevenciónARTS.A. y otro s/Acciden-
te - Acción civil ",LL, On Line, AR/JUR/74485/2017.
ACCIDENTES DE TRANSITO

Jurisprudencia

1. Continúanvigentes

1 Se decide la vigencia del art. 302 del CPCCN, en cuanto faculta a la Cámara Federal
de Apelaciones para realizar la convocatoria a tribunal plenario. La derogación de los
arts. 302~303del CPCCN, que produjo lasanciónde la ley26.853, alcanzará plenoefec-
t o una vez que comiencen a funcionar las cámaras de casación creadas por dicha nor-
ma, en tanto su operatividad y, por lo tanto, todas sus modificaciones, están sujetas a
la concreta puesta en marcha de los nuevos órganos judic'iales que se crean. [CF Cór-
doba, en pleno, 11110116, "Medina, Francisco Darío c. Estado Nacional y otro slSuple-
mentos Fuerzas Armadas y de Seguridad", Rubinzal On Line, RC J 66241161.
2 Hasta la entrada envigencia del nuevo Código Civil y Comercialesta Sala venía apli-
cando el plenario "Samudio de Martínez, Ladislaa c. Transporte Doscientos Setenta
S.A. s1Daños y perjuicios" (20/4/09), que establece que, para el caso de intereses mora-
torios, corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina allífijada por todo el período
indicado en la sentencia apelada (cfr. art. 303, CPCCN). Su aplicaciónse debió a que si
bien no se desconocía que el art. 303 del CPCCN había sido derogado por el art. 12 de
la ley26.853, en virtud del art. 15 de esa misma normativa, tal disposición recién entra-
ría envigora partir de la efectiva integración y puesta en funcionamiento de los tribu-
nales que allíse creaban, razón por la cual continuaría vigente hasta ese momento la
doctrina plenaria. Sin embargo, si bien el articulo mencionado establecía la obligato-
riedad de los fallos plenarios, ello suponía -claro está- la subsistencia de las normas
legales en que aquellosse fundaban (Colombo- Kiper, Código ProcesalyComercialde
la Nación. Comentadoyanotado, La Ley, Buenos Aires, 201 1, p. 267). [CNCiv., Sala H,
21110115, "Feres, José Luis c. General Tomás Guido S.A.C.I.F. y otros s1Daños y perjui-
cios", DJ, ejemplar del 415116, p. 63; 11,On Line, AWJUR/4766712015].
3 Para loscasosdeaccidentesdetránsitodeberáaplicarsela tasa activa al capitaldecon-
dena desde el momento del hecho, y hasta el efectivo pago que hagan los deudores. Es
que, dicha tasa de interés resulta obligatoria en lostérminosdel art. 303 del CPCCN, pre-
cepto que esta Sala considera vigente en su redacciónoriginaria conforme lo decidido
en autos: "Pérez, Horacio Luis c. Banco Sáez S.A. slEjecución de honorarios", 11, On Li-
ne,AWJUW55224/2013, del 3018113. [CNCom., Sala B, 618115, "M., J. E. C.V., O. H.yotros
s1Dañosy perjuicios (acc. tráns. dles. o muerte)", ED, ejemplar no13.804deI3191151.

2. No continúan vigentes
4 El Acta de la CNAT 2601114 (conf. por Acta 2630116) es un acuerdo al que arribaron
IosjuecesdeCámara,queformalmentecarecedecaráctervinculantepara el juzgador,
ya1igual que lo he manifestadoen el tratamientode la obligatoriedad de losfallosple-
narios, con anterioridad a la derogación del art. 303 del CPCCN, el Cuerpo carece de
competencia para legislar, ysu inobservancia no acarrea una sanción para el juzgador.
[CNAT, Sala 111,29/9/17, "Paesano, Pablo Alejandroc. PrevenciónARTS.A. yotros1Acci-
dente -Acción civil", 11,On Line, AR/JUR/74485/2017].
CECILIA CELESTE DANESI

5 56. Prescripciónliberatoria
a) Concepto y caracteres. La prescripción liberatoria

El instituto por el cual se puede adquirir un derecho o extinguir una obligación


por el transcurso del tiempo se denomina prescripción. Adiferencia del Código de
fondo actual, su antecesor brindaba una definición de aquella y de sus tipos. Así, el
art. 3947 del CCestablecía que "los derechos reales y personales se adquieren y se
pierden por la prescripción. La prescripción es un medio de adquirir un derecho, o
de libertarsede una obligación por el transcurso del tiempo".
En cuantoa susclases, el art. 3948 del mismo cuerpo normativo regulaba que "la
prescripción para adquirir, es un derecho por el cual el poseedor de una cosa in-
mueble, adquiere la propiedad de ella por la continuación de la posesión, durante
el tiempo fijado por la ley". Y, el art. 3949, disponía que "la prescripción liberatoria
es una excepción para repeler una acción por el solo hecho que el que la entabla, ha
dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de ejercer el derecho al cual ella
se refiere" y, especificaba el art. 401 7 que "por solo el silencio o inacción del acree-
dor, por el tiempo designado por la ley, queda el deudor libre de toda obligación".
Es precisamente este último supuesto al que nosvamos a abocar en este apartado:
la prescripción liberatoria.
Entonces, la prescripción liberatoria es la extinción de un derecho en virtud de la
inactividad del titular del mismo durante un lapso determinado por la ley. Cuando
opera, afecta la existencia misma del derecho al crédito, provocando el aniquila-
miento del vínculo jurídico. Para que se configure, deben presentarse dos elemen-
tos: a) el transcurso del tiempo previsto por la ley, el quevaría según el derecho que
se trate y b) la inacción de ambas partes, lo que pone en evidencia el desinterés del
titular en mantener vivo su derecho y, por parte del deudor, se aplica en el sentido
que no haya reconocido la deuda3!
Por último, señalamos como caracteres comunes a ambas prescripcionesque: no
puede ser declarada de oficio por el juez (art. 2552, CCCN), sus normas son impera-
tivas, por lo cual, no se pueden modificar por convención (art. 2533, CCCN) y, opera
a favoryen contra de todas las personas, exceptodisposiciónlegal en contrario (art.
2534, CCCN).

6) Inicio del plazo


Tanto el comienzo del cómputo de los plazos de la prescripción, como la suspen-
sión y la interrupción, son cuestiones de gran relevancia del instituto y, en algunos
aspectos controvertidas.

36 Calvo Costa, Derecho de las obligaciones2. Derecho de daños, 2" ed., 201 6, ps. 51 6 y 51 7.
ACCIDENTES DE TRANSITO 373

El art. 2554 del CCCN establece que el transcurso del plazo de prescripción co- ,

mienza el día en que la prestación esexigible. Con respectoa la acción que deriva de
la responsabilidad civil, la jurisprudencia ha idovariandoel enfoque. Comenzóafir-
mando que la prescripción se computaba desde que acaecía el hecho dañoso gene-
radordel perjuicio, hastaentenderseque lo era desdequese produceel dañoo bien,
como excepción, al tiempo en que pudo ser conocido por la víctima acreedora3'.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostiene que si bien el punto de arran-
que del curso de la prescripción debe ubicarse a partir del momento en que la res-
ponsabilidad existe y ha nacido la consiguiente acción para hacerla valer, y ello
acontece, como regla general, cuando sucede el hecho ilícito que origina la res-
ponsabilidad, excepcionalmente, puede determinarse un momento diferente, ya
sea porque el daño aparece después o bien porque no puede ser apropiadamente
apreciado hasta el cese de una conducta ilícita continuada3*.
Así, señala la doctrina que, si bien en materia de daños el principio esque la pres-
cripción de la acción comienza a partir de la medianoche del mismo día del hecho
generador, puesto que-generalmente- los menoscabos se originan en el mismo
momento, cuandoel hecho ilícito producesusefectosdañososen un momento pos-
terior, el plazo inicial debe fijarse al momento de la aparición o concreción del da-
ño o, cuando se tomó conocimiento del d e t r i m e n t ~ ~ ~ .
Ahora bien, la cuestión relativa al comienzo del cómputo de la prescripción ad-
quiere especial relevancia en materia de daños continuados. Si los sucesos tienen en
sí el carácter de "instantáneos", ello significará que las consecuenciasse producen y
culminanen un único momento. Encambio,si el hecho puedetener el carácterdecon-
tinuado o de alongamiento temporal, implica que durante un tiempo prolongado
mantenga una cierta continuidad. Ello no cualifica a los perjuiciosque pueden tener
uno u otro sentido. Es lo que Zannoni denomina "daño sucesivo", esto es, un perjui-
cio que no se agota en un momento o cuyos efectos cesan luego de un corto tiempo,
sinoquese mantiene reiterandosusefectosque poseen origen en el hecho daños^^^.
Compagnucci de Caso precisa al respecto que hay que distinguir entre: un per-
juicio que tiene el carácter de unitario, comienza y, en el decurso del tiemposeagra-

37 CSJN, LL, 1990-B-367; CSJN-Fallos, 303:851; LL, 1987-B-119; CSJN, fallo del 24/3/87, LL, 1987-
D-4; ídem, 16112/86, cits. por Compagnucci de Caso, Daño continuadoyprescripción de la acción, en
"RCyS", 2018-111; LL, On Line, AR/DOU16/2018.
38 CSJN, 1/6/10, "García, Raúl c. Provincia de Río Negro", LL, On Line, 70061225.
39 López Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria, 2" ed., 2009, ps. 113 y 114, cit. por Pes-
talardo, Prescripción liberatoria y caducidad de los derechos, 2017, p. 176.
40 Eduardo Zannoni, Eldaño en la responsabilidad civil, cit. por Compagnucci de Caso, Daño
continuadoyprescripción de la acción, en "RCyS", 2018-111; LL, On Line, AR/DOC/l 612018.
CECILIA CELESTE DANESI

va, y el otro supuesto, donde hay continuidad y suspensión del tiempo para la pres-
cripción. Cuando se considere estar en presencia de un "daño continuado", el co-
mienzo del curso de la prescripción estará dado al momento de la conclusión del he-
cho y sus efectos4I.
Galdós, por su parte, señala que el daño instantáneo, acontece una sola vez y
puede ser presente o futuro y, el continuado, permanecea lo largo del tiempo. En-
tonces, el detrimento consolidado no sufrirá alteraciones en el tiempo, mientras
que los no consolidados, pueden modificarse con el transcurso de aquel. Esa evolu-
ción tieneefectos-por ejemplo-en materia de la normativa aplicable pues, si aca-
ece una vez vigente el nuevo Código, quedaría comprendida por sus disposicio-
n e ~Con ~ ~lo .cual, también surtiría efectos con relación al inicio del plazo para el
cómputo de la prescripción.

c) Suspensión e interrupción de la prescripción

El art. 2539 del Código de fondo regula que la suspensión de la prescripción de-
tiene el cómputo del tiempo por el lapso que dura pero aprovecha el período trans-
currido hasta que ella comenzó. Es decir, el tiempo que dura la causal de suspensión
determinada por la ley, no se computa a los fines de la prescripción, pero sí el ante-
rior y el posterior.
Un ejemplo de ello es la expedición por medio fehaciente de la comunicación de
la fecha de la audiencia de mediación o desde su celebración, lo que ocurra prime-
ro. El plazo se reanudará a partir de los veinte días contados desde el momento en
que el acta de cierre del procedimiento de mediación se encuentre a disposición de
las partes (art. 2542, CCCN).
En cambio, el efecto de la interrupción de la prescripción es tener por nosucedi-
do el lapso que la precede e iniciar un nuevo plazo (art. 2544, CCCN). Entonces, al
producirse una causa de interrupción, el tiempo anterior se anula y, concluida la
causa, comienza a computarse nuevamente.
Tal esel caso de la interrupción por peticiónjudicial, respectodel cual el art. 2546
del CCCN establece: "Elcurso de la prescripciónseinterrumpe por toda petición del
titular del derecho ante autoridadjudicial que traduce la intención de no abando-
narlo, contra elposeedor, su representante en la posesión, o el deudor, aunque sea
defectuosa, realizadaporpersona incapaz, ante tribunalincompetente, o en elpla-
zo de gracia previsto en el ordenamiento procesalaplicable ".

41 Compagnucci decaso, Daño continuadoyprescripcióndela acción, en "RCyS", 201 8-111;LL,


On Line, AWDOCII 612018.
42 Galdós,Elartículo 7OdelCódigo Civily Comercialde la Naciónyla responsabilidad civil, LL,
On Line, AWDOC/371112015.
ACCIDENTES DE TRANSITO

d) Plazo de prescripción en los supuestos


de responsabilidad civil

La unificación del tratamiento de las órbitas contractual y extracontractual tra-


jo notables consecuencias; entre ellas, el plazo genérico de prescripción. El Código
deVélez Sarsfield establecía el término de dos años para la acción por responsabili-
dad civil extracontractual (art.4037)yel dediez años para la contractual (art. 4023).
El nuevo Código regula un plazo de cinco años que opera como principio general,
excepto que esté previsto uno diferente en la legislaciónlocal (art. 2560).
Asimismo, se determinan plazos especiales, como es el caso del reclamo de la in-
demnizaciónde daños derivados de la responsabilidadcivil, que prescribea los tres
años (art. 2561). Y es precisamente este el que rige en los juicios por accidentes de
tránsito.

Jurisprudencia

1. Comienzo del cómputo y dañoscontinuados


1 El curso de la prescripción comienza cuando se trata de un daño cierto, y además sea
susceptibledeapreciación de un daño futuro (...) cuandoel daño quedódeterminado
en forma definitiva por su agravamiento en razón de la derivación de un proceso co-
nocido, no altera el comienzo del tiempo prescriptorio. [SCBA, 1/10/08, Ac. 95.597; íd.,
31/3/98, Ac. 51.8081.

2 Cuando sucede un accidente que ocasiona daños -como regla general- la pres-
cripción comenzará a correr desde la fecha del hecho. Escapandel cómputo: los daños
continuados, en los cuales el ilícito se sigue produciendo en forma permanente. [ST
Santa Fe, Sala Civ. 1,8/10/14, "Cambiaux c. Empresa Provincial de Energía", expte. no
233, LL, On Line, AWDOUI 6/2018].

3 Si bien el punto de arranque del curso de la prescripción debe ubicarse a partir del
momento en que la responsabilidadexiste y ha nacido la consiguiente acción para ha-
cerlavaler(art. 3958, CC), yelloacontece, como regla general, cuandosucedeel hecho
ilícito que origina la responsabilidad, excepcionalmente, puede determinarse un mo-
mento diferente, ya sea porque el daño aparece después o bien porque no puede ser
apropiadamente apreciado hasta el cese de una conducta ilícita continuada. [CSJN,
1/6/10, "García, Raúl c. Provincia de Río Negro", LL, On Line, 700612251,

2. Suspensión del plazo de prescripción


4 La circunstancia de que los reclamantes requirieron en su carta documento al de-
mandado quese sirva comunicar con su abogado para hacer saber su disposición para
la reparación pretendida, ya que de lo contrariose verá en la obligación de promover
una acción de dañosy perjuicios, no constituye una exigencia categórica de pagoa los
efectos de la constitución en mora exigida por el art. 3986 del CCcomo causal de sus-
pensiónde la prescripción, puesto que nose dirigieron en tiempoverbal imperativo, y
376 CECILIA CELESTE DANESI

promover una demanda no configura una obligación, sino en todo caso un derecho.
[CACC IaBahíaBlanca, Sala 11,24/6/15, "Saranittes, Miguel A. c. Nosova, Edgardo yotra
s/Dañosy perjuicios", LL, "Suplemento Doctrina Judicial Procesal", 2015 (octubre), 24;
LL, On Line, AWJUW24267/2015].

e) Pago de los honorarios de los auxiliares


de la justicia

1 Queremos solo mencionar, debido a su reciente modificación y a la relevancia


queva a presentar en la práctica -principalmente para la víctima-, algunas parti-
cularidadesde la reforma introducida por la ley27.423, publicada en el Boletín Ofi-
cialel22 de diciembre de 2017.
La ley establece los parámetros para la regulación de los honorarios de los abo-
gados y procuradores que por su actividad judicial, extrajudicial, administrativa o
en trámites de mediación actuaren como patrocinantes o representantes, o auxi-
liares de la justicia, respecto de asuntos cuya competencia correspondierea la justi-
cia nacional o federal (art. lo).
Si bien excede el objetode esta obra las modificacionesenmateria de honorarios,
solo mencionaremosdos cuestiones importantes. Por un lado, la posibilidad que tie-
nen los profesionales citados utsupra de pedir regulación de honorarios provisoria
y10 definitiva. Así, prescribe el art. 12: "Si un profesionalse aparta de un proceso o
gestión antes de su conclusión normal, puede solicitar regulación provisoria de ho-
norarios, los que se fijarán en el mínimo que le hubiere podido corresponder con-
forme a las actuaciones cumplidas. También podrá pedir regulación de honorarios
definitiva, si la causa estuvieresin tramitación por más de un año por causas ajenas a
su voluntad, o en elcaso de losauxiliaresdela Justicia, incluyendoa losperitosdepar-
te o consultores técnicos, si transcurriera dicho plazo desde la finalización de su la-
bor en la causa ...".
Esa cuestión ocupa especial preponderancia por cuanto -lamentablemente-
en algunoscasoslos procesosjudicialessuelenextenderse porañosy, hasta décadas.
Aveces por la demora de losjuzgados y otras, por la inactividad de los abogadosen
impulsar los procesos. Esto claramente va en desmedro de la víctima que debe es-
perar un tiempo excesivo para cobrar su justa indemnización y, también, en perjui-
cio de los profesionales que intervinieron en los mismos, que reciben un emolu-
mento estropeado por la inflación luego de muchos años que llevaron a cabo su
labor.
Otro tema importante es el pago de los honorarios. El art. 77 del CPCCNestable-
ce que: "...Losperitos intervinientespodrán reclamar de la parte no condenada en
costas hasta el 50% de los honorarios que le fueran regulados, sin perjuicio de lo dis-
puesto en elart, 478". No obstante ello, la última parte del art. 12 de la ley 27.423
dispone: "El pago de los honorarios regulados estará a cargo de la parte a quien el
peticionario representó o patrocinó o, en el caso de los auxiliaresde la Justicia, re-
ACCIDENTES DE TRANSITO 377

quirió su actuación, la que en su caso, tendrá, oportunamente, facultad de repetir


de conformidad a lo que se resolviere sobre las costas". Es decir, el auxiliar de justi-
cia podrá reclamarle el total de sus honorarios al no condenado en costas, sin per-
juicio que este pueda luego repetirlos.
CAP~TULO
XIV
RELACIÓN ENTRE LA ACCIÓN CIVIL Y PENAL

5 57. introducción. Normas de fondo o de forma


El tema bajo estudio posee relevantetrascendencia en el marco de un proceso de
daños y perjuicios ocasionadosa raíz de un siniestro vial. Principalmente, porque la
cuestión ha sido reformada en el Código Civil y Comercial y, además, no existe con-
senso en torno a la aplicación temporal de los arts. 1774a 1780. Es decir, se debate si
es una cuestión de fondo o bien, procesaly, por ende, de aplicación inmediata. Algu-
nos también las encasillan como normas dualesl.
Veremos entonces qué sucede cuando coexisten el proceso civil y penal por el
mismo hecho, cuando el responsableescondenado, absueltoosobreseídoenel fue-
ro represivo, entre otros casos.

Jurisprudencia

- Normadual
1 Las significaciones que de la cosa juzgada se derivan tienen trascendencia no solo
desde el enfoque procesal sino también desde el derecho de fondo e, incluso, desde la
filosofía del derecho. Es por ello que, a los fines de analizar los efectos de la ley en el
tiempo, las normasvinculadasalas relacionesentre la acción penal y la civil no pueden
considerarse materia netamente procesal de modo de imponer la aplicacióninmedia-
ta del vigente Código Civil y Comercial. En suma, si se insistieraen determinar la natu-
raleza de las reglas referidas a las relaciones entre acciones civiles y penales, debería
optarse por considerarlas normas duales, como aquellas cuya determinación sustan-
cial procesal es difícil de establecer. Como corolario de lo expuesto, entiende esta Sala
queesdeaplicación al casoel régimen previstoal momentodel hechoyno la nueva le-
gislación, sin perjuicio de que en este caso, la solución a la que se arribaría con uno u

CNCiv., Sala H, 17111/16, "L., I.A.yotroc.S., L. E.yotross/Dañosyperjuicios(acc.trán.dles.


o muerte)", LL, On Line, AR/JUR/86380/2016.
380 CECILIA CELESTE DANESI

otro Código sería la misma. [CNCiv., Sala H, 17111/16, "L., l. A. y otro c. S., L. E. y otros
s/Daños y perjuicios (acc. trán. dles. o muerte)", LL, On Line, AWJUW86380/2016].

5 58. Independencia de las acciones civil y penal y suspensión


del juicio civil. Excepciones
El Código Civil derogado establecía que: "si la acción criminal hubiere precedi-
do a la acción civil, o fuere intentada pendiente esta, no habrá condenación en el
juicio civil antes de la condenación del acusado en el juicio criminal, con excepción
de los casossiguientes: í 0Si hubierefallecido el acusado antesdeserjuzgada la ac-
ción criminal, en cuyo caso la acción civil puede ser intentada o continuada contra
los respectivos herederos; 2" En caso de ausencia del acusado, en que la acción cri-
minal no puede ser intentada o continuada" (art. 1101).
La cuestión en el Código reformado es abordada en el art. 1774yss.El primero de
ellos establece el principio general, que reza: "La acción civilyla acciónpenalresul-
tantes del mismo hecho pueden ser ejercidas independientemente. En los casos en
que elhecho dañoso configure almismo tiempo un delito delderecho criminal, la ac-
ción civilpuede interponerseante losjuecespenales~ conforme a lasdisposicionesde
los códigosprocesales o las leyes especiales".
El artículo siguiente prescribela suspensióndel dictado de la sentencia en el fue-
rocivil (y no la suspensión del procedimiento) hasta la conclusión del proceso penal,
si este la precede o es intentado durante su curso, excepto en los siguientes casos:
a)si median causasdeextinción de laacción penal; b)si la dilación del procedimien-
to penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva del derechoa ser indemni-
zado; c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un factor objeti-
vo de responsabilidad.
Pues bien, de las normas citadas extraemos las siguientes conclusiones. Los pro-
cesos civil y penal tramitan en forma totalmente independiente y, el dictado de la
sentencia en sede civil se suspende hasta la conclusión del juicio penal; excepto que
se dé alguna de las circunstancias contenidasen los incisos.
No obstante ello, sabemos que también la víctima podrá reclamar la reparación
desus menoscabosen sede penal, pues además del art. 1774del CCCNtranscripto u t
supra, el art. 29 del CP prescribe: "La sentencia condenatoria podrá ordenar: 1. La
reposiciónal estado anterior a la comisión del delito, en cuanto sea posible, dispo-
niendo a ese fin las restitucionesy demás medidas necesarias. 2. La indemnización
del daño materialy moral causado a la víctima, a su familia o a un tercero, fijándose
el monto prudencialmente por eljuez en defecto de plena prueba. 3, Elpago de las
costas". Si bien la víctima puede peticionarsu reparacióndentrode la causa penal, la
realidad evidencia que no es una práctica frecuente. Primero, porque podría decirse
que los magistrados penalesson algo reacios para abordar temas de otros fueros. Y
segundo, porque lógicamente el juez civil tiene mayor conocimiento en materia de
indemnizacionesy cuantificación del daño.
ACCIDENTES DE TRANSITO 38 1

La mencionada norma ha traído algunas discrepancias en torno a su aplicación.


Una de ellas, en lo relativo a si es posible que el magistrado del fuero represivo fije
una indemnizaciónde oficio; cuestión que fue rápidamente superada, puesto que
admitirla vulneraría cuanto menos el derecho de defensa de la víctima, su posibili-
dad de elegir en qué fuero interponer la acción (civil o penal), detallar los menosca-
bos sufridos, cuantificarlosy ofrecer prueba para su acreditación, etcétera.
Otra discrepancia, cuestionaba si la disposiciónen comentario habilitaba al juez
penal a conceder la indemnizacióna la familia de la vi~timay los terceros. Esto mo-
tivó el dictado de un plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional que sentó la siguiente doctrina: "Aun en presencia de la disposición
del art. 29 del CP, el miembro de la familia o tercero damnificado no puedeser teni-
doen el juiciocriminal como parte Únicamentecivil a losefectosdela reparacióndel
perjuicio".
En ese orden de ideas, el art. 14 del CPPN regula: "La acción civil para la restitu-
ción de la cosa obtenida por medio del delito y la pretensión resarcitoriacivilpodrá
ser ejercida solo por el titular de aquella, o por sus herederos en relación a su cuota
hereditaria, representantes legales o mandatarios, contra los partícipesdel delito
y, en su caso, contra el civilmente responsable, ante el mismo tribunal en que sepro-
movió la acción penal".
Veremos a continuación cada una de las excepciones al principio general de sus-
pensión del llamamiento de autos a sentencia en el proceso civil.

a) Extinción de la acción penal

Las causales de prescripciónde la acción penal están expresamente enumeradas


en los incisos del art. 59 del CP, estas son: 1 ) la muerte del imputado; 2) la amnis-
tía2; 3) la prescripción3; 4) la renuncia del agraviado, respecto de los delitos de ac-

* Art. 61, CP: "La amnistía extinguirá la acciónpenalyhará cesarla condenaytodossusefec-


tos, con excepción de las indemnizaciones debidas a particulares".
Art. 62, CP: "La acción penalse prescribirá durante el tiempo fijado a continuación: 1". A
los quince años, cuando se tratare de delitos cuya pena fuere la de reclusión o prisiónperpetua; 24
Después de transcurrido el máximo de duración de la pena señalada para el delito, sise tratare de
hechos reprimidos con reclusión o prisión, no pudiendo, en ningún caso, el término de la prescrip-
ción exceder de doce años ni bajar de dos años; 3". A los cinco años, cuando se tratare de un hecho
reprimido únicamente con inhabilitaciónperpetua; 4". Alaño, cuando se tratare de un hecho re-
primido únicamente con inhabilitación temporal; 5". A los dos años, cuando se tratare de hechos
reprimid~sconmulta'~. En cuanto al comienzo del cómputo, el art. 63 regula: "Laprescripcióndela
acción empezará a correr desde la medianoche del día en que se cometió el delito o, si este fuese
continuo, en que cesó de cometerse". Y, en lo que concierne a los delitos reprimidos con multa, el
art. 64 prescribe: "La acción penalpor delito reprimido con multa se extinguirá en cualquier esta-
do de la instrucciónymientrasno se haya iniciado eljuicio, por elpago voluntario delmínimo de la
multa correspondienteyla reparación de los daños causadospor eldelito ...
382 CECILIA CELESTE DANESI

ción privada4; 5) la aplicación de un criterio de oportunidad, de conformidad con


lo previsto en las leyes procesalescorrespondientes; 6)conciliación o reparación in-
tegral del perjuicio, de conformidad con lo previsto en las leyes procesales corres-
pondientesy, 7)el cumplimientodelascondicionesestablecidaspara lasuspensión
del proceso a prueba, de conformidad con lo previsto en este Códigoy las leyes pro-
cesales correspondientes (art. 76 quater, CP).

6) Dilación del procedimiento penal


Si bien esta causal no estaba contemplada como excepción en el Código deroga-
do, la doctrina y la jurisprudencia eran contestes en aceptarla como tal. El Máximo
Tribunal se expidió en 1973 en los autos "Ataka" donde sostuvo que la Cámara Na-
cional de Apelaciones en lo Comercial debe pronunciarse sin supeditar su fallo "has-
ta tanto recaiga pronunciamientoen sede penal", puessi existen demorasen ese trá-
mite-más de cinco años- la dilación ocasiona agravio a la garantía constitucional
del derecho de defensa5.Luego, en 2007, se expidió en los autos "Atanor S.A. c. Di-
rección General de Fabricaciones Militares", del cual se extraen lossiguientessuma-
rios: 7) Una restricción del derecho de defensa en juicio, consistente en la espera in-
definida de la condenación penal, no halla justificación en la aplicación del art. 1101
del CC; 2) Se configura una interferencia en el ejercicio del derecho que tiene la par-
te actora a defender en juicio sus derechos, ante la suspensión del proceso civil a las
resultas de una causa penal, durante un plazo de ocho años, máxime cuando no se
ha demostrado que la causa penal pueda tener una pronta resolución y, 3) A losfi-
nes del recurso extraordinario, es procedente considerar que la cuestión federal ha
sido resuelta de modo definitivo, toda vez que se invoca la violación del derecho de
defensa en juicio ante la suspensión indefinida del proceso civil a las resultas de una
causa penal, y esa violación se consuma de manera irreversible en un momento an-
terior al dictado de la sentencia que pone fin al pleito6.
La Cortelnteramericana de DerechosHumanos,en el caso "GenieLacayo",sepro-
nunciócon relación a los plazos razonables en los procesos judiciales. Sostuvo que el
art. 8.1 de la Convención también se refiere al plazo razonable y reconoció que no es

Elmodo de extinción de la acción penalprevisto en este artículo podrá seradmitidoporsegun-


da vezsielnuevo delito hasido cometido despuésde habertranscurrido ocho añosa partir de la fe-
cha de la resolución que hubiese declarado la extinción de la acción penalen la causa anterior".

Art. 60, CP: "La renuqcia de la persona ofendida alejercicio de la acción penalsolo perju-
dicará al renunciante y a sus herederos".
CSJN, 2011 1/73, "Ataka Co. Ltda. c. González, Ricardo y otros", RCyS, 2004-111-129.
CSJN, 11/7/07,"Atanor S.A. c. Dirección General de Fabricaciones Militares", CSJN-Fallos,
330:2975;LL, On Line, AR/JUR/2824/2007.
ACCIDENTES DE TRANSITO 383

un concepto de sencilla definición. Para precisarlo, siguió los criterios de la Corte Eu-
ropea de Derechos Humanos por cuanto este artículo de la Convención Americana
es equivalente, en lo esencial, al art. 6Odel Convenio Europeo para la Protecciónde
Derechos Humanosy de las Libertades Fundamentales.De acuerdo con la Corte Eu-
ropea, se deben tomar en cuenta tres elementos para determinar la razonabilidad
del plazo en el cual se desarrolla el proceso: a) la complejidad del asunto; b) la acti-
vidad procesal del interesado, y c) la conducta de las autoridadesjudiciales. Adicio-
nalmente al estudio de las eventuales demoras en las diversas etapas del proceso, la
Corte Europea ha empleado para determinar la razonabilidad del plazo en el con-
junto desu trámite lo que llama "análisis global del pro~edimiento"~.
En conclusiónel magistrado deberá, teniendo en cuenta estos parámetros, pon-
derar si en el caso la demora en la conclusión del proceso penal impide el derecho
de reparacióndel daño de la víctima.

c) Factor objetivo de responsabilidad: los juicios


por accidentes de tránsito

Finalmente, la excepción contenida en el ultimo inciso, aplica para loscasosenlos


cuales la responsabilidadestá basada en unfactor objetivo. En estossupuestosla cul-
pa del agentees irrelevantea losefectosdeatribuir responsabilidadyelresponsable
se libera demostrando la causa ajena -excepto disposición legal en contrario (art.
1722, CCCN) -, la que acaece cuando el daño se produce por el hecho del damnifi-
cado (art. 1729, CCCN), el caso fortuito o la fuerza mayor (art. 1730, CCCN) o el hecho
de un tercero por quien no se debe responder (art. 1731, CCCN). En ausencia de nor-
mativa, el factor de atribución es la culpa (art. 1721, CCCN).
Tal como Iovimosen profundidad en el Capítulo1, el Código reformado posee una
norma expresa referida a los accidentesdetránsito, asa ber: "Losartículosreferidos
a la responsabilidadderivada de la intervención de cosas se aplican a los daños cau-
sadosporla circulaciónde vehículos"(art. 1769, CCCN). Estosson losarts. 1757 a 1759
del texto unificado. El primero de ellos prescribeque: "Toda persona respondepor
el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean ries-
gosas o peligrosasporsu naturaleza, por los medios empleadoso por las circunstan-
cias de su realización.
La responsabilidades objetiva. No son eximentes la autorización administrativa
para el uso de la cosa o la realización de la actividad, nielcumplimiento de las técni-
cas de prevención".
En consecuencia, al configurarse un supuesto de factor objetivo de atribución de
responsabilidaden materia de daños ocasionados porsiniestrosviales, corresponde

Corte IDH, 29/1/97, "Genie Lacayov. Nicaragua", disponible al 15/10/17 en wwtucorteidh.


or. cr/docs/casos/articulos/seriec~3&esp.pdf.
384 CECILIA CELESTE DANESI

aplicar la excepción contenida en el inc. c) del art. 1775 del CCCNy, por consiguiente,
no debesuspenderseelllamado de autos para sentencia en el procesocivil hasta que
esté concluida la causa penal.

Jurisprudencia

1. Suspensión del llamadode autos para sentencia


,.lLa sentencia que en una acción de daños resolvió suspender el llamado de autos pa-
ra sentencia hasta el momento en que se dicte sentencia definitiva en sede penal, de
conformidad con lo previsto por el art. 1101 del CCderogado, que ahora quedó recep-
tado por el art. 1775 del CCCNdebe confirmarse, en tanto no se halla configurado nin-
gúnsupuestoque permita apartarse del principiosentado respecto a la prejudicialidad
penal. Ello es así, por cuanto el tiempo transcurrido desde el inicio de esta causa se co-
rresponde con las vicisitudes propias del proceso, y tampocose ha acreditado-a la fe-
cha-la existencia de una situación de dilación en sede penal, que lleve a presumir que
el diferimiento de la sentencia de autos pueda provocar que esta sea dictada en condi-
ciones que resultenviolatorias de la garantía de obtener un pronunciamiento judicial
en un plazo razonable. [CNCAF, Sala 111, 10/9/15, "Cuenca, Noelia Alejandra c. GCBA
(Cromañón)slDaños y perjuicios", LL, ejemplar del 12111115, p. 9, con nota de Enrique
Carlos Müller; RCyS, 2016-1-243; DI, ejemplar del 24/2/16, p. 49; LL, "Suplemento Doc-
trina Judicial Procesal", 2016 (mayo), 27; LL, On Line, ARIJUR/30564/2015].

2. Dilación del procedimiento penal


2 La Cámara Nacionalde Apelacionesen locomercial debe pronunciarsesin supeditar
su fallo "hasta tanto recaiga pronunciamiento en sede penal", puessi existen demoras
en ese trámite-más de cinco años- la dilación ocasiona agravio a la garantía consti-
tucional del derecho de defensa. [CSJN, 2011 1/73, "Ataka Co. Ltda. c. González, Ricar-
do y otros", RCyS, 2004-111-1291.
3 Una restricción del derecho de defensa en juicio, consistente en la espera indefini-
da de la condenación penal, no halla justificación en la aplicación del art. 1101 del CC.
[CSJN, 11/7/07, "Atan0rS.A. c. Dirección General de Fabricaciones Militares", CSJN-Fa-
Ilos, 330:2975; LL, On Line, AR/JUR/2824/2007].
4 Para que concurra el supuesto contemplado en el art. 1101 del CC, debió probar la
existencia de una acción penal en curso, o sea que la acción penal haya precedido a la
acción civil, o que se la intente pendiente esta, y que am bas acciones nazcan del mismo
hecho, para que pueda darse la conexión exigida por la normativa. El artículo que hoy
trata la materia esel 1775delCCCNqueestableceentres incisossupuestosdeexcepción
a la suspensión de la causa civil. Al respectocabe destacar el inc. b) que establece como
causal de excepción a la suspensión "si la dilación del procedimiento penal provoca, en
los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser indemnizado". De la lectura del
expediente penal, surge una dilación exagerada en su tramitación. Hoy se encuentra
con un pedidode nulidad del procedimiento llevadoporel fiscal, interpuestoel4de no-
viembre de 2015, aún no resuelto, a lo que debemossumar que la denuncia data defe-
cha 5dejuliode2013. Porestasrazones,desestimólaapelacióninterpuesta,confirman-
doel fallode primera instancia. [STJujuy, SalaCiv.Com. y Fam., 5/4/17, "L., E. E. M.C.M.,
J. C. s/Recurso de apelación", LL, On Line, AWJUW26770/2017].

5 El tribunal no puede soslayar el perjuicio que puede ocasionar a la parte actora la


tramitación de la causa penal en cuestión, si se observa que desde agosto de 2014 no
tiene avance. Ello es así, pues, desde esa data se intenta notificar a un testigo para que
preste declaración, el que hasta el 22 de enero de 2016 no pudo ser localizado. En ese
escenario. y como lo solicita también la señora Defensorade Menores de Cámara, no
necesariamentedebe estarse a la espera de la sentencia definitiva para el dictado del
pronunciamiento en sede civil. La prejudicialidad a la quese refiere el art. 1101 del CC,
resulta inaplicable cuando importa un retardo para la solución de la causa civil, pues la
existencia de una dilación indefinida en el trámite penal y en su decisión ocasiona un
agravio a la garantía constitucional del derecho de defensa en juicio. Lo dicho autori-
za en tales casos, a dejar de lado la prejudicialidad penal por lo que deberá proceder-
sesin másal dictadode la sentencia en la causa civil (art. 18, CN), sobre todo cuando no
se avizora una pronta resolución en aquella, tal como aquí sucede. [CNCiv., Sala H,
17111116, "L., l. A. y otro c. S., L. E. y otros slDaños y perjuicios (acc. trán. dles. o muer-
te)", LL, On Line, AWJUW86380/2016].

6 La sentencia que rechazó el planteo de prejudicialidad penal debe ser confirmada,


ya quesuspendersin término la posibilidad que la parteactora obtenga la resoluciónes
violentar el debido proceso y la garantía de defensa en juicio y el art. 1775, inc. b) del
CCCN (le~26.994)~ que contempla la posibilidad que se dictesentenciasi la dilación del
procedimiento penalfrustraelderechoaser reparado. [CACC IaCórdoba,30/4/15, "G.,
D. M. c. T., F. J. s/Abreviado - Cobro de pesos - Recurso de apelación", expte. no22591571
36, LL, "Suplemento DoctrinaJudicial Procesal", 201 5 (agosto), 31; LL, On Line, ARIJUW
11401/2015].

3. Plazos razonables en el proceso


7 Los tres elementos para determinar la razonabilidad del plazo en el cual se desarro-
lla el procesoson: a) la complejidad del asunto; b) la actividad procesaldel interesado;
y c) la conducta de las autoridades judiciales. Adicionalmente al estudio de las even-
tuales demorasen lasdiversasetapasdelproceso, para determinar la razonabilidad del
plazo en el conjunto de su trámite, se emplea lo que se llama "análisis global del proce-
dimiento". [Corte IDH, 29/1/97. "Genie Lacayov. Nicaragua", disponibleal 15/10/17en
www.corteidh.or.crldocs/casos/articulos/ .

4. Nulidad de la sentencia civil dictada


mientrasestaba pendiente la penal
8 Cabe declarar de oficio la nulidad de la sentencia civil dictada mientras estaba pen-
diente la sentencia penal desde que, la regla de prejudicialidad penal prevista en el art.
1001 del CCes deorden público, locual conlleva su aplicabilidad exofficio. [STRío Ne-
gro, 14/3/06, "Dirección Gral. de Rentas c. E., R.", LLPatagonia, 2006-494; LL, On Line,
ARIJ UW1779/2006].
386 CECILIA CELESTE DANESI

5 59. Efectos de la sentencia penal


Una vez dictada y firme la sentencia en el juicio penal, produce distintos efectos
sobre la sentencia en el proceso civil. Analizaremos a continuación cada uno de los
distintos supuestos.

a) Condenatoria

En el Código derogadoseregulabaen el art. 1102que,despuésdelacondenación


del acusado en el juicio criminal, no se podrá contestar en el juicio civil la existencia
del hecho principal que constituya el delito, ni impugnar la culpa del condenado.
Así, la norma citadavedabaal magistradocivil la posibilidadde discutir la existen-
cia del hecho principal que constituye el delito, ni objetar la culpabilidad del conde-
nado, solo podrá dosificarsu responsabilidad,si a su vez, hubo negligencia de la otra
parte, configurándose el instituto denominado culpa concurrente. El hecho princi-
pal al quese refiere no incluía solamenteal accidenteen~í~sino también todoslosde-
talles fácticos que fueron valorados por el magistrado del fuero represivoy funda-
ron la condena del imputado8.
Entonces, el actor en el juicio civil quedaba eximido de cargar con la prueba de la
efectiva ocurrencia del hecho ilícito y de la culpa del demandado, con lo que solo le
restaba la demostración de los perjuiciossufridos,a los finesde la determinación del
quantum indemnizatoriog.
La norma citada era de orden público ya que tenía por fin garantizar el respeto
del principio de la autoridad de la cosa juzgada criminal, tratando de evitar el escán-
dalo jurídico contrario a la razón y la verdad que debe suponerse en los juicios con-
cluidos (véase nota devélez Sarsfield a losarts. 1102y 1103).
Si bien la doctrina citada es contemporánea al Código Civil, dado que el texto le-
gal reformado mantiene igual esencia, la misma continúa aplicable. Así, el art. 1776
del CCCNprescribe que: "La sentencia penalcondenatoria produce efectos de cosa
juzgada en el proceso civil respecto de la existencia del hecho principal que consti-
tuye el delito y de la culpa del condenado".
Recordemosque la sentencia penal debe contener: ". .. La fechayellugarenque
se dicta; la mencióndel tribunalque la pronuncia; el nombre yapellido del fiscaly de
las otras partes; las condicionespersonalesdel imputado o los datos que sirvanpara
identificarlo; la enunciación delhechoylas circunstanciasquehayansido materia de
acusación; la exposiciónsucinta de los motivos de hechoy de derecho en que se fun-

* Gorra, Efectos de la sentencia penalen elproceso de daños civil, LL, On Line, ARIDOCl44621
201 2; RCyS, 201 2-IX-169.
Cazeaux -Trigo Represas, Derecho de las obligaciones, 1996, t.V, ps. 878 y 879; Llambías,
Código Civilanotado. Doctrina -jurisprudencia, 1992,t . Il-B, p. 404.
damente; las disposiciones legales que se apliquen; la parte dispositivay la firma de
losjueces y delsecretario,
Perosiuno de losjuecesnopudieresuscribirlasentenciaporimpedimento ulterior
a la deliberación, esto se hará constaryaquella valdrá sin esa firma" (art. 399, CPPN).
Debemos precisar que existe una notoria diferencia en ambos fueros, entre au-
toría y nexo de causalidad.Compartirnosel criterio queconsidera que la autoría pu-
ramentematerial está incluidadentro dela relación decausalidad estrictamentefác-
tica. Pero, para la configuraciónde laautoríaensentidqnetamentejurídico,selede-
beadicionarla comprensiónpor partedelsujetodeque laacciónque Ilevóacabofue
realizada con plena capacidady dominio de su propia voluntad, para el control del
hecho que tipifica el delito.
Por ello, cuando comete un delito un incapaz no punible (art. 34. inc. lo, CP) exis-
te nexo de causalidad material mas no autoría penalmentesancionable, pero en el
ámbito civil, conforme al criterio del art. 1750 del Código de fondo, es responsable
directo del deber de resarcir bajo el factor de atribución equidad. De estodeducimos
que, la sentencia penal crea prejudicialidad respecto del nexo causal material (físi-
co), y no el jurídico, respecto del cual deberá expedirse el juez civil lo.

b) Absolución o sobreseimiento

El art. 1103 del derogado CCestablecia que "después de la absolución del acu-
sado, no se podrá tampoco alegar en el juicio civil la existencia del hecho principal
sobre el cual hubiese recaído la absolución".
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en pleno, sostuvo que el sobre-
seimientodefinitivoo lasentenciaabsolutoriadel procesado recaída en el juiciocri-
minal, no hacecosajuzgada en el juiciocivil, el primeroen absolutoylasegunda res-
pecto a la culpa del autor del hecho, en cuanto a su responsabilidad por los daños y
perjuicios ocasionados1l.
Ello es así porque, tal como reiteradamente lo ha dicho la Corte Suprema, el so-
breseimiento definitivo dictado en la causa penal solo descarta la imputación de
que el acusado ha procedido con culpa-o dolo-capaz de fundar su condenación
criminal, pero no excluye que en el fuero civil pueda indagarse-en la medida en
que la culpa civil esdistinta en gradoy naturalezade la penal-si no ha mediado de
su parte una falta o culpa civil que lo responsabilice pecuniariamentel*.

lo Alferillo, en Código Civily Comercialcomentado. Tratado exegético, 2" ed., 2015, t. VII, ps.
475 y476.
l 1 CNCiv., en pleno, 2/4/46, "Amoruso, Miguel G. y otra c. Casella, José L. s/Sobreseimiento -

Absolución - Cosa juzgada", SAIj, FA46020001.


388 CECILIA CELESTE DANESI

El Código unificado prescribe al respecto que: "... S i la sentencia penal decide


que un hecho no constituye delito penal o que no compromete la responsabilidad
penal del agente, en el proceso civil puede discutirse libremente ese mismo hecho
en cuanto generador de responsabilidadcivil" (art. 1777, CCCN). Como puede ad-
vertirse, el texto reformado es sumamente claro y no deja lugar a dudas. El juez ci-
vil posee absoluta independencia para ponderar la responsabilidaddel demanda-
do pues, en materia resarcitoria, la órbita está puesta en la justa reparacióna la víc-
tima y la exigencia que presenta la valoración de la culpa y el dolo en sede penal, es
distinta a la civil.
En efecto, se sostiene que el criterio del juez penal para apreciar la culpa es más
rígido debido a la estrechez del tipo penal y es distinto del que tienen los jueces ci-
viles, dado que en esta sede la tipificación es más flexible. Además, el proceso penal
no ofrece a las partes todas las garantías y oportunidades que brinda el proceso ci-
vil, bien sea para producir una prueba cabal del daño reclamado o para demostrar
la inexistencia de los pretendidos perjuicios conforme lo alegado por la víctima13.

c) Inexistencia del hecho, de autoria, de delito


o de responsabilidad penal

El Código derogado establecía que "después de la absolucióndel acusado, nose


podrá tampoco alegar en el juicio civil la existencia del hecho principal sobre el cual
hubiese recaído la absolución" (art. 1103).
El cuerpo normativo unificado regula en su art. 1777: "... S i la sentencia penal
decide que elhecho no existió o que elsindicado como responsableno participó, es-
tas circunstancias no pueden ser discutidas en elproceso civil.. .".
La norma citada es clara y no presenta mayores dificultades. Sea cual fuere el re-
sultado del pronunciamiento penal, si este establece que el demandado en sede ci-
vil no intervinoenel hechoo bienqueel accidentedetránsito noaconteció, en el pro-
ceso sobredañosy perjuicios no podrá decidirse lo contrario. Sino, sería un escánda-
lo jurídico que, un juez considere que un hecho nunca sucedió y otro, afirme que sí.
Esta norma también aborda lasvaloracionesquehaya hecho el juezdelfuero re-
presivo en cuanto a las circunstancias fácticas del siniestro. Así, por ejemplo, la ju-
risprudencia resolvió que, si la sentencia desobreseimiento tuvo por probado que,
en un juicio de daños derivado de un accidente de tránsito entre una motocicleta y
un taxi, no puede revisarse en sede civil el hecho principal y las circunstancias fácti-
cas del suceso en que se basa el sobreseimiento recaído en sede penal. Esto es, que
el segundo (taxi) había transitado más de la mitad de la bocacalle cuando fue em-
bestido~que las luces del semáforo estaban con luz amarilla intermitente, pues de

l3 Alferillo, en CódigoCivilyComercialcomentadoTratadoexegético,Zaed.,2015, t.Vll, p.459.


ACCIDENTES DE TRANSITO 389

l o contrario se violarían los principios de identidad y n o contradicción, con funda-


mento en el art. 11O3 del CCaplicable al casoI4.

Jurisprudencia

1. Las normassobre prejudicialidad penal noson absolutas


1 La norma legal de prejudicialidad penal que impone la suspensión en sede civil del
dictado de la sentencia, mientras exista un proceso penal pendiente, no reviste carác-
ter absoluto y habrá de estarse a las particularidadesde cdda caso, por cuanto las nor-
mas jurídicas aún las imperativasy de orden público, deben ser interpretadas razona-
blemente en función de las circunstancias particulares del caso concreto, en los princi-
pios generales del ordenamiento jurídico y de las normas de jerarquía constitucional.
[CACC BeIIViIle, 21/3/07, "E. N. E.-en representación desus hijas menores-y A. M. B.
C. H. M. R.", LNC, 2007-9-810,700378451.

2. Archivo en sede penal y la naturaleza de la culpa


2 El archivo de las actuaciones penales carece de relevancia en sede civil, pues dada la
diversa naturaleza de las culpas, ello no obsta a que exista culpa civil y por ende conde-
na en esta última jurisdicción, por acción u omisión, imprudencia o negligencia, en vir-
tuddelascualeselautor del hechoestá obligadoa resarcir lasconsecuenciasdesuobrar.
[CNCiv., Sala J, 19/4/16, "Romero Spataro, Guido Mariano c. Vazquez Pereiro, Jesús y
otrosslDañosy perjuicios(acc. trán. des. o muerte)", LL, On Line, ARIJUW20274/2016].

3. Sobreseimiento: imposibilidad del juezcivil de revisar


las circunstanciasfácticas del hecho
3 En un juicio de daños derivado de un accidente de tránsito entre una motocicleta y
un taxi es irrevisable en sede civil el hecho principal y las circunstanciasfácticasdel su-
ceso en quese basa el sobreseimiento recaídoen sede penal, esto es, que el segundo ha-
bía transitado más de la mitad de la bocacallecuando fue embestido y que las luces del
semáforo estaban con luz amarilla intermitente, pues de lo contrario se violarían los
principiosde identidad y no contradicción, confundamento en el art. 1103 del CC, apli-
cable al caso teniendo en cuenta la fecha del accidente -arta 7O, CCCN-, sin perjuicio
de que esa solución no se ve alterada por lo dispuesto en los arts. 1776 y 1777 del CCCN
entradoenvigencia. [CACCJunín, 10/12/15, "Ruiz, MónicaVivianac. Bongiorno, llday
otrola s/Daños y perjuicios estado (uso automotor dLesiones o muerte)", LL, On Line,
ARIJUW61926/2015].

4. Efectos del sobreseimientoy de la absolución


4 El sobreseimiento definitivo dictado en sede penal carece totalmente de influencia
sobre la acción civil, pues el valor de cosa juzgada solo puede predicarse respecto de la

l 4 CACCJunín, 10/12/15, "Ruiz, MónicaVivianac.Bongiorno, Ildayotro/as/Dañosyperjuicios


estado (uso automotor dLesiones o muerte)", LL, On Line, AR/JUR/61926/2015.
CECILIA CELESTE DANESI

absolución, solución que se justifica plenamente porque esta se dicta después de un


proceso en el que las partes han tenido oportunidad de alegary probar todo lo que ha-
cea la defensa desusderechos, mientras que el sobreseimientose decreta antes de que
la causa llegue a plenario, lo que significa que el damnificado no ha tenido oportuni-
dad de ejercer su derecho de defensa. [CNCiv., Sala M, 3016116, "C., A. M. y otro c. F. V.,
M. X. G. y otrosslSimulación", LL, On Line, AR/JUR/98988/2016].
5 Es improcedente la aplicación del art. 1101 del CCen el supuesto en que no media
,, extinción de la acción penal por haberse dispuesto el sobreseimientoprovisional de la
causa, pueseljuiciosobreseído provisionalmente es un juicioque no existecontra per-
sona individualizada alguna, lo que habilita el dictado desentenciaensedecivil. [CN-
Com., Sala B, 11/9/02, "Argiro, Rosario E. c. Sud América Cía. de Segurosyotros", LL, On
Line, AR/JUR/3341/2002].
6 La sentencia penal que absuelve al imputado declarando que él no fue autor mate-
rial del hecho investigadohace cosajuzgada en sede civil, en cuanto propiamente nose
está analizando la culpabilidad del mismo, sino la propia "inexistencia del hecho" en su
faz~ubjetiva~vale decir, aun cuando el hecho haya existido, que nofuecometido mate-
rialmente por él, pues si el juez penal declara en la sentencia que el acusado no fue el
autor del hecho, bien porque lo fue la propia víctima u otra persona, en ello la senten-
cia hace cosa juzgada, ya que importa decir que el demandado ninguna intervención
tuvo. En razón de ello, cabe confirmar la sentencia que desestimó la demanda inter-
puesta porquien resultaravíctimade unaccidentedetránsito, pues habiéndoseabsuel-
to en sede penal al demandado por la imposibilidad de atribuir con certeza responsa-
bilidad al acusado por el hecho dañoso, cobra vigencia en plenitud la prohibición con-
tenida en el mentado art. 1103 del CC, lo cual importa tanto como tener por demostra-
da la causal de exoneración de responsabilidad contenida en la Última parte del párr. 2"
delart. 1113del CC,estoes, laculpadelavíctima. [SCBA, 2511 1109, "G., M. P.yotrac.Ca-
praro, Antonio", LL, On Line, AR/JUR/53627/2009].
7 Existiendoabsolución en sede penal (procesoen el que no se encuentra discutida la
existencia del hecho y la participación en el mismo del conductor demandado), es per-
fectamente merituable la culpabilidad del conductor del automóvil embistente a los
fines resarcitorios, a la luz de las presuncionessubjetivas o el factor objetivo deatribu-
ción de responsabilidaden jurisdicción civil. [SC Mendoza, Sala 1,2315103, "Carrasco,
Jorge A. y otro c. De Siano, Gustavo y otros", LL, On Line, AWJUR/2083/2003].
8 El recurso de inconstitucionalidad interpuesto contra la sentencia que hizo lugar a
la acción de daños derivada de un accidente de tránsito a pesar del sobreseimientodel
demandado en sede penal debe ser rechazado, pues esta última resoluciónno sefun-
damentó en la falta de autoría ni en la inexistencia del hecho, sino que simplemente
por el beneficio de la duda no se encontró penalmente responsabledel delito a quien
fuera inculpado, siendo ello irrelevante para la justicia civil, en donde la víctima persi-
gue el resarcimiento del daño sufrido, accionando por responsabilidadobjetiva sus-
tentada en el art. 1113, párr. 2" del CC, siendo inaplicable el art. 1103 del mismo cuer-
po normativo. [STJujuy, Sala Civ. Com. y Fam., 21/2/17, "V., R. E. c. C., R. D. 0.slOrdina-
rio por daños y perjuicios", LL, On Line, AR/JUR/3648/2017].
ACCIDENTES DE TRANS~TO

5. Efectos de la sentencia penal sobre la existencia


del hechoy de la culpa del condenado
9 La preeminencia del pronunciamiento penal radica en la existencia del hecho prin-
cipalyen la culpa del condenado, dejandoal margen-yporende, con aptitud paraser
evaluados libremente por el juezcivil-aspectostales como la concurrenciaculposa de
la víctima o de un tercero, la magnitud del dañosufrido, y la relaciónde causalidad en-
tre el hecho y el daño, aspectos estos en los que pueden concurrir factores objetivosde
atribución-ajenosa la evaluación penal-que modifiquen la entidad del resultadole-
sivo. [CNCiv., Sala B, 816111, "Supatto, Alberto ~antiacjoc.'~orel,Eduardo y otro slDa-
ños y perjuicios", LL, On Line, ARIJURI9955612011].

10 Loque limita aljuezcivil esel hecho principal comodatofácticoo, mejor aún, como
suceso histórico, ceñido a sus características de tiempo, forma y modo, ya que se trata
de evitar el escándalo jurídico al que llevarían sentencias contradictoriassobre la exis-
tenciadeun mismo hecho, tal comofue la intencióndel legisladoral incorporarla prohi-
bición del art. 1103 del CC, según se desprende de la nota a dicho precepto (del voto del
doctor Soria). [SCBA, 2511 1109, "G., M. P. y otra c. Capraro, Antonio", LL, On Line, ARI
JU W53627/2009].

11 La Suprema Corte, en consideraciones aquí aplicables por analogía, sostuvo que


"cualquier valoraciónjurídica (nofáctica) que se haga sobre la intervención de la cosa
en el accidente, excede la competencia de la sede punitiva, y resulta irrelevante a losfi-
nes del art.1103 del CC, salvo que tal tarea devenga imprescindiblea los fines de justifi-
car la absolución". [SCBA, 119104, "Espósito, Osvaldo c. Petro Dis S.A.s/Ds. y pjs.", Ac.
80.630, y CACCAzul, Sala 11,2319108, "Moroni De Collazo, Vilma V. y otros c. Banco Ban-
sud", LL, On Line, ARIJURII 0879120081.

12 Visto que la sentencia penal condenatoria por el delito de lesiones culposas exclu-
yó la existencia de nexo causal entre el accidente de tránsito yel ulterior fallecimiento
de lavíctima, resulta improcedente responsabilizarcivilmenteal demandado por dicha
muerte desde que, la relación de causalidad resuelta en sede penal constituye el "he-
choprincipal" alqueserefiereelart. 1102del CC,yporendeesirrevisabeenel juicioci-
vil. [CACCAzul, Sala 11,30111106, "Brooks, Stella M.yotrasc. Lorenzo, CarlosA.yotros",
LLBA, 2007 (marzo), 197; LL, On Line, AWJURI798912006].

13 Resulta trascendente señalar que esta posición ha sido clarificada, para el futuro,
por el nuevo CCCN en su art. 1777. Esta norma-pese a no ser aplicable al caso-elimi-
na la vieja discusión de si el sobreseimiento y la absolución son o no equiparables en sus
efectos, dado quesolose refiere a la "sentencia penal" yya no a la "absolución" como
lo hacía el art. 1103. Además, mantiene la idea explicada en los considerandos anterio-
res al expresar que "... en el proceso civil puede discutirse libremente ese mismo hecho
en cuanto generador de responsabilidad civil ...". Es decir la materialidad del hecho en
relacióna las circunstancias de persona, tiempo y lugar tenidas por ciertasen la senten-
cia penal, condicionan al juez civil, dejando sus manos libres en relación a las conse-
cuenciasjurídicascivilesdel mismo. [STChaco, Sala I en IoCiv., C0m.y Lab., 1/10/15, "Re-
cio, Yolanda Noemí c. Verón, Nelson Ariel y10 Empresa Gustavo Martyn S.A. y10 quien
392 CECILIA CELESTE DANESI

resulte propietarioy10 guardián y10 tenedor sIDaños y perj.y daño moral pIAcc.tránsi-
to", LL, On Line, ARIJU~36221/2015].

5 60. Sentencia penal posterior a la civil


Puede suceder que, luegodel dictado de la sentencia civil, se expida el juez penal.
Recordemos que, si la acción penal precede a la acción civil, o es intentada durante
su curso, el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en aquella hasta la
conclusión del proceso penal. Ello, salvo que medien causas de extinción de este ÚI-
timo; si la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración
efectiva del derecho a ser indemnizado o bien; si la acción civil por reparacióndel da-
ñoestá fundada en un factor objetivo de responsabilidad; que precisamenteesteÚI-
timo supuesto es el aplicable al objeto de esta obra (art. 1775, CCCN arriba desarro-
llado).
Frente a ese panorama, el juez penal podría dictar una sentencia que haga una
valoración distinta de lo acontecido con relación a la sentencia civil. Es por ello, que
el art. 1780 del CCCN contempla esta cuestión, a saber: "La sentencia penalposte-
riora la sentencia civil no produce ningún efecto sobre ella, excepto en el caso de re-
visión. La revisiónprocedeexclusivamente, ya petición departe interesada, en lossi-
guientessupuestos: a) si la sentencia civilasigna alcancesde cosajuzgada a cuestio-
nes resueltaspor la sentencia penaly esta es revisada respectode esas cuestiones, ex-
cepto que derive de un cambio en la legislación; b) en el caso previsto en elart. 7 775,
inc. c) si quien fue juzgado responsable en la acción civil es absuelto en eljuicio cri- .
minalpor inexistencia del hecho que funda la condena civil, o por no sersu autor; c)
otros casos previstospor la ley".
Entonces, únicamentepodrá revisarse la sentencia civil en lostaxativossupuestos
enumerados en los incisosdel art. 1780. En lo que nos concierne, el inc. b) habilita la
revisión en el caso que la suspensión del llamamiento de autos para sentencia no se
produjo puestoque la acción civil por reparacióndel daño estaba fundada en un fac-
tor objetivo de responsabilidad (art. 1775, inc. c, CCCN); lo que engloba -tal como
señalamosutsupra-los reclamos pordetrimentosocasionadospor lacirculaciónde
vehículos.
PARTE TERCERA
NUEVAS TENDENCIAS
xv
CAP~TULO
DANOSOCASIONADOS
POR LA INTELIGENClA ARTIFICIAL:
VEH~CULOSAUT~NOMOS

5 61. Introducción
El incesante avance del conocimiento humano, la versatilidad de sus aplicacio-
nes y el rico entramado de conexiones insospechadas aun para las mentes con ma-
yor movilidad cognitiva; impregnan esta nueva era llamada por muchos "La cuarta
revolución industrial", cuya vedette indiscutida es la inteligencia artificial (IA).
La génesisde la inteligenciaartificial ha sido en un sentido renovado "laborar sus
cuatros palmos de tierra", da cuenta de lejanos diseños como el de Charles Babbage
en su máquina diferencialen donde reúne métodos, energía y lenguajesdisponibles
para la resolución de cálculos, también de la necesidad de notables progresos tec-
nológicoscomo cuando Claude Shannon en 1938 (Instituto deTecnología de Massa-
chusetts) presentasuTesis:"Análisissimbólicodeloscircuitosde reléyconmutación".
demostrandoque loscircuitosqueaparecían en un aparato electrónico podrían ex-
presarse mediante ecuaciones en un sistema dual yque cualquier operación podría
describirseenuna serie finita de pasos materializable mediante circuitos. Pequeños
gigantesadelantos, pequeñosen la evolución escalonada del saber; gigantesen in-
teracción con mentes creativas y ávidas de abrirse paso corriendo el horizonte.
Influyentespensamientos moldearon las nuevas riberas tecnológicas, los prime-
ros debates encerrados, en parte, en el emblemático "Desafío de Turing" '; progra-
ma que buscaba tempranas aseveraciones:¿Puedenlas máquinas pensar?El cientí-
fico Alan MathisonTuring se interrogaba a sí mismo e interrogaba a los otros, a tra-
vés de un juego de imitación; pero más allá de que se lograra el objetivo de engañar
al experimentador~puedeafirmarse por elloque lasmáquinaspiensen?Loquesípu-
do demostrar Turing, avanzado a su tiempo, fue como sostiene Howard Gardner en
La nueva ciencia de la mente2: "cualquier tarea de cómputo enunciada explicita-

l Turing, en "Revista Mind, Computing MachineryandIntelligence", 1950.


* Gardner, La nueva ciencia de la mente, 1987.
396 CECILIA CELESTE DANESI

mente era realizablepor una máquina, siempre que tuviera un número finitode ins-
trucciones".
Caravanas de desarrollos, tal vez no soñados en ningún verso: ebooks, progra-
ma de servicios incluidos los de formación de parejas, plataformas, campus, identi-
ficación biométrica, scaners, tecnologías destinadasal diagnóstico y terapias médi-
cas; se han globalizado con el atravesamiento de la cuestión ética que instala el de-
bate sobrevalores, intereses e intencionalidades.
Hay hombres que quedan perplejos ante las más recientes investigaciones tec-
nológicas como el uso de vehículos autónomos sin conductor en las rutas de Cali-
fornia; pero absolutamente todos atentos a las advertencias que nos dejara el ad-
mirable Stephen Hawking en el sentido de crear IA para el bien del mundo, toman-
do conciencia y anticipándonos a sus peligros y aplicando la mejor actuación posi-
ble. Palabra autorizada.
En suma, y dicho en criollo, según la Real Academia Española, la IA es disciplina
científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones
comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razona-
miento lógico3.Gira en torno a dos ejes centrales: la capacidad de almacenar datos
y, la elevada celeridad con la que se procesan esos datos. Otro rasgo de la IA es que
dispone de autonomía y capacidad de autoaprendizaje integradas4.

5 62. Daños ocasionados por inteligencia artificial:


aproximación a un marco regulatorio
La Real Academia Española conceptualiza a la inteligencia artificial como una
disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan
operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje
o el razonamiento lógico5.
La comunicación de la Comisión Europea al Parlamento Europeo, al Consejo Eu-
ropeo, al Consejo, al Comité EconómicoySocial Europeoya1 Comité de las Regiones,
denominada "Inteligencia artificial para Europa" del 2514118~refiere que el térmi-
no lAse aplica a lossistemasque manifiestan un comportamiento inteligente, pues

Disponible al 511 1117 en dle.rae.eslsrvlfetch?id=LqtyoaQ.


lnformedel27/1/17 de la Comisiónde AsuntosJurídicoscon recomendacionesala Comisión
Europea para creación de una directiva relativa a las normas de legislación civil en materia de ro-
bótica, disponibleal 29110117en w w w . e u r o p a r l . e u r o ~ n -
ce=A8-2017-0005&format=XML&language=ES;Corvalán, La primera inteligencia artificialpredic-
tiva alserviciode lajusticia: Prometea, LL, ejemplar del 2919117, p. 1; LL, On Line, ARlD0Cl252012017.
Disponible al 17112118 en http:lldle.rae.eslsrv/fetch?id=LqtyoaQ.
ít
Disponible al 18112118 en http:llec.europa.eultransparency/regdoclrepl112018/ESlCOM-
2018-237-F1-ES-MAIN-PART-1.PDF.
ACCIDENTES D E TRÁMSITO 397

son capaces de analizar su entornoy pasar a la acción -con cierto grado de autono-
mía-con el fin de alcanzar objetivosespecíficos.Aclara que lossistemas basados en
la IA pueden consistir simplemente en un programa informático (por ejemplo, asis-
tentesdevoz, programasdeanálisisdeimágenes, motoresde búsqueda, sistemas de
reconocimientofacial y de voz), pero la IA también puede estar incorporada en dis-
positivos de hardware (por ejemplo, robots avanzados, automóviles autónomos,
drones o aplicaciones de la Internet de las cosas).
El marcojurídico en materia de daños ocasionados por IA es de cabal importan-
cia, principalmente, en el área del derecho de daños. En efecto, en el informe del
27/1/17 del ParlamentoEuropeo, con recomendacionesdestinadasala Comisión de
Asuntos Jurídicossobre normasde derecho civil sobre robótica7,sostiene quedado
el nivel de desarrollo alcanzado por la robótica y la inteligencia artificial, procede
empezar por las cuestiones relativasa la responsabilidadcivil.
Asimismo, el anexo a la comunicación de la Comisión Europea titulada "Coordi-
nated Plan on Artificial Intelligence" del 7112118señala que un marco adecuado de
responsabilidad garantizará un elevado nivel de seguridad y eficacia. Así, los me-
canismos de reparación para las víctimas en caso de daños son esenciales para ge-
nerar confianza en la l ~ * .
El Comité EconómicoySocial del Parlamento Europeo, porsu parte, destaca que
existe mucha controversiasobre la cuestión de quién es el responsable de los daños
que pueda causar un sistema de IA, sobre todo cuando se trata de sistemas autodi-
dactas que continúan aprendiendo después de su entrada en servicio.Ante este pa-
norama es que formula algunas recomendaciones relativas a la legislacióncivil en
materia de robótica. Primero, se manifiesta expresamente en contra de los estatu-
tos jurídicosque proponen dotar a los robotsde una "personalidadjurídica" (e-per-
sonality) para poder atribuirles la responsabilidadcivil por los daños que causen,
puesto que acarrea un riesgo moral inaceptable. La legislación en materia de res-
ponsabilidad tiene un efecto correctivo y preventivo que podría desaparecer en
cuanto el riesgo de responsabilidadcivil dejase de recaer sobre el autor por haber-
se transferido al robot (o sistema de Este punto genera una gran controversia

Informe del 27/01/17 de la Comisión de Asuntos Jurídicoscon recomendacionesa la Comi-


sión Europea para creación de una directiva relativa a las normas de legislación civil en materia de
robótica, disponible al 18112118 en ~europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?type=REPORT&re-
ference=A8-2017-0005&format=XML&Ianguage=ES.
* Disponible al 1811U18 en https:llec.europa.eu/newsroom/dae/document,cfm ?doc-id=56
018.
Dictamen del Comité Económicoy Social Europeo sobre la "Inteligencia artificial: lasconse-
cuencias de la inteligencia artificial para el mercado único (digital), la producción, el consumo, el em-
pleo y la sociedad" (Dictamen de iniciativa), 31/5/17, disponible al 29/10/17 en http://eur-lex.euro-
p a . e u l l e g a 1 - c o n t e n t l E S / T X T l ? u r i = u r i s e X 288:TOC.
398 CECILIA CELESTE DANESI

en la comunidad jurídica, inclusive en el seno de la Unión Europea. Por ejemplo, en


el informe antes mencionado, sise contempló como una opción la de dotar a los ro-
bots con una personeríajurídica.
Como una breve introducción al tema lo, consideramos que la responsabilidad
por daños producidos por la lAse puede encuadrar desde dos aristas.
Una genérica, que es la regulada por los arts. 1757 y 1758 del CCCN que regulan
-en lo que aquí concierne- la responsabilidad por la intervención de cosas ries-
gosas y los sujetos que deberán reparar el daño por ellas ocasionados. En cuanto a
la definición y alcance de esta normativa, remitimos al lector al Capítulo I denomi-
nado "Normativa aplicable". No obstante ello, nos permitimos reiterar cuestiones
atinentes a la calificación de una cosa como riesgosa.
Una cosa reviste el caracter de riesgosa porque encarna una elevada potenciali-
dad de producir un daño. Ese peligro, en muchoscasos, esde difícil control por parte
del hombre. Decíamosenel primer capítulo queel criterio más utilizado esel quedis-
tingue a la cosa por su naturaleza o forma de utilización. Así, en el primer supuesto,
la cosa aun de su empleo normal o conforme su estado natural puede derivar un pe-
ligro para terceros (v. gr., energía nuclear), es decir, encarnan una potencialidad da-
ñosa con prescindenciadel medioen el cual se empleanyde lascircunstanciasquelas
rodean. O también, nosiendo peligrosa en sí, podrá convertirse en una amenaza la-
tente al ser puesta en funcionamiento por aplicación de la actividad humanal1.
También, se puede calificar a la cosa como riesgosa (es decir, con autonomía su-
ficiente para provocar un daño), distinguiéndolas entre cosas portadoras de un pe-
ligroestático, queserían aquellasqueconllevan ensíun riesgo latente, peroque ne-
cesitan de un factor extraño para desencadenar el daño (v. gr. una escalera con un
peldaño roto)o bien, lasque poseen un peligrodinámico, queson lascosasque por-
tan el riesgo en su accionar (v. gr., automóvil en movimiento) '*.
Así las cosas, debemos reiterar que entre las características principales de la IA
encontramos las de autonomía y autoaprendizaje: ¿Esto qué significa? Que esta-
mos frente a una cosa que evoluciona permanentemente, trascendiendo las fron-
teras impuestas por su creador y con la inquietante facultad de tomar sus propias
"decisiones". Precisamente,es esa independencia la que la empapa y dota de noci-
vidad y con ello, nos permite encuadrarla -sin mucho esfuerzo-como cosa riesgo-
sa. Por ello, al incluir a la IAen esa clasificación, es que debemos analizar la respon-

lo Un estudio más detallado en Danesi, i Quién responde por los daños ocasionados por los
robots?, LL, On Line, AR/DOU2143/2018; ídem, Inteligencia artificialyresponsabilidad civil: un en-
foque en materia de vehículosautónomos, LL, On Line, AR/DOC/2374/2018.
Trigo Represas,Responsabilidad civil. Doctrinas esenciales: los daños provocados por la in-
capacidad totalypermanente, 2007, t .II, p. 750.
l2 Bustamante~lsina,cit. por CalvoCosta,Derechodelasobligaciones,Zaed.,2016,t.2, p.302.
ACCIDENTES DE TRANSITO 399

sabilidad por los daños que esta ocasione en el marco de la responsabilidadobjeti-


va, cuyos llamadosa respondersonel dueñoyel guardián (arts. 1 7 5 7 1758, ~ CCCN).
~asegundaópticaesmásespecífica.El art. 11de la ley24.240 regula que: "Cuan-
do se comercialicen cosas mueblesno consumiblesconforme lo estableceelart. 2325
del CC, elconsumidory lossucesivosadquirentesgozaránde garantíalegalpor 10sde-
fectos o vicios de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibleso manifiestos a/
tiempo del contrato, cuando afecten la identidadentre lo ofrecido y10 entregado, o
su correcto funcionamiento". Por su parte, el art. 40 establece: "Siel daño al consu-
midor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestacióndelservicio, responderán
elproductor, el fabricante, el importador, el distribuidor, elproveedor, el vendedor
yquien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El transportista responderá por
los daños ocasionadosa la cosa con motivo o en ocasión delservicio. La responsabi-
lidadessolidaria, sin perjuicio de lasaccionesde repetición que correspondan. Solo se
liberará totaloparcialmentequiendemuestrequela causa deldaño le hasidoajena ".
Entonces, dentro del ámbito de protección del consumidor, también estamos
frente a la responsabilidadpor el riesgo ovicio de la cosa.

5 63. Vehículos autónomos


a) Conceptoe introducción

Los vehículos autónomosson una de las aplicacionesde IAque tienen mayor de-
sarrollo en la actualidad. Por mencionar algunos ejemplos: Google puso en circula-
ción, en el área suburbana de Phoenix, el servicio de taxis autónomos denominado
"Waymo One", que incluirá un operador humano detrás del volante para el su-
puesto en que se produzca alguna fallaI3. Otro es el caso de los camiones autóno-
mos deVolvo que permiten transportar piedra caliza en una mina de ~ o r u e g 14. a
Si bien los autos autónomos prometen una reducciónconsiderabledel índicede
siniestralidad, sonfalib1es;ya se han registrado algunosaccidentes15.~simismo, un
estudio de un grupo de investigadoresde diferentes universidades de los Estados
Unidos de América, releva que, cuando una señal de tránsito haya sido modificada,
en másde la mitad de loscasosel sistema de conducción automatizado será incapaz
de detectarla. Es decir, si a una señal destop le hacen una inscripción, el vehículo au-
tónomo no la identificará, no se detendrá y continuará su marcha16.

l3 Disponible al 17112118 en ~lanacion.com.arl2199530-google-puso-marcha-waymo-


one-su-servicio.
l4 Disponible al 17112118 en www.lanacion.com.ar1219651l-asi-funciona-servicio-comer-
cial-camiones-autonomos-volvo.
l5 Disponibleal 17112118 en www.ambito.comlauto-autonomo-uber-atropello-y-mato-una-
mujer-n40 15674.
l6 Disponible al 17112118 en larxiv.orglpdfll707.08945.pdf.
400 CECILIA CELESTE DANESI

En cuanto asu definición, losvehículos autónomosson módulos eléctricos capa-


cesde transportar personasycosassin la intervención humana en laconducción. Es-
tos perciben el entorno a través de cámaras y sensores que cuentan con una tecno-
logía llamada "Lidar" (Light Detection and Ranging, o detección por luz y distan-
cia) que sirve para saber cuándo cambia el semáforo, o se cruzan peatones o ciclis-
tas, o todo otro dato del entorno del vehículo.
Finalmente, destacamos que la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento
Europeo proporciona una definición amplia del transporteautónomo. Refiere que
abarca todas las formas del transporte por carretera, ferroviario, por vías navega-
bles y aéreo pilotadas a distancia, automatizadas, conectadas y autónomas, inclui-
dos losvehículos, lostrenes, los buques, los transbordadores,las aeronavesy losdro-
nes, así como todas lasfuturasformas que resulten del desarrollo y la innovación en
estesector.Añade también que la transición a losvehículos autónomos repercutirá
en lossiguientesaspectos:la responsabilidadcivil (responsabilidadyseguros), lase-
guridad vial, todas las cuestiones relativasal medio ambiente (por ejemplo, eficien-
cia energética, uso de tecnologías renovables y fuentes de energía), las cuestiones
relativas a los datos (por ejemplo, acceso a los datos, protección de los datos perso-
nales y la intimidad, intercambio de datos), las cuestiones relativasa la infraestruc-
tura TIC (por ejemplo, alta densidad de comunicacioneseficientesy fiables) y el em-
pleo (por ejemplo, creación y pérdida de puestos de trabajo, formación de los con-
ductores de vehículos pesados para el uso de vehículos automatizados). Asimismo,
tienen un rol significativo en la vida de las personas con movilidad reducida, pues-
to que mejoran su participación en el transporte individual por carretera y, de ese
modo, hacen más fácil su vida cotidiana17.

b) Normativas en materia de vehiculosautónomos

El país pionero en materia de regulación devehículosautónomosesEstadosUni-


dos de América, el que, a lo largo de sus diferentes Estados, proporciona diferentes
directivas en la materia. La mayoría se circunscribe a cuestiones de utilización y tes-
teo de aquellos en las calles; pero poco mencionan en torno a la responsabilidadci-
vil por los daños que ocasionen18.Un rasgo característico de varias disposiciones es
la eximición de responsabilidaddel fabricante cuando un vehículo haya sido con-

l 7 Informe del 27/1/17 de la Comisión de Asuntos Jurídicos con recomendaciones a la Comi-

sión Europea para la creación de una directiva relativa a las normas de legislación civil en materia
de robótica, disponible al 29110117 en www.europarl.europa.eulsídeslgetDoc.do?type=RE-
PORT&reference=A8-2017-0005&format=XML&/anguage=ES.
l8 Un excelenteresumendetodas lasdisposicionesvigentesenAutonomousVehicles-Self-Dri-
ving Vehicles Enacted Legislation, 2516118, disponible al 1811U18 en www.ncsl. orglresearchltrans-
portationlautonomous-ve h i c l e s - s e l f - d r f i y en http:llkno w-
ledgecenter.csg.orglkclsystemlfileslCR~automomous.pdf.
ACCIDENTES DE TRANSITO 40 1

vertido en autónomo por un tercero o este haya modificado el sistema de ADS ori-
ginal (Sistema de Conducción Automatizada, por sus siglas en inglés) 19.
Tennessee posee una legislación interesante. Conceptualiza al "sistema de con-
ducción automatizado" como la tecnología instalada en un vehículo motorizado
que tiene la capacidad de conducir el vehículo en modo de automatización alta o
completa,sinsupervisiónde un operador humanoy poseela capacidadde llevarau-
temáticamente al vehículo a una condición de riesgo mínimo en caso de una falla
crítica del vehículo o del sistema u otro evento de emergencia. Establece que mien-
tras el ADS tenga el control del vehículo, el fabricante asumirá la responsabilidad
por incidentesen losqueel ADStenga laculpa. Elfabricanteseráinmuneacualquier
responsabilidad por daños y perjuicios ocasionados por cualquier modificación he-
cha a un vehículo operado por ADS o un ADS por otra persona sin el consentimien-
to de aquel. También regula que el fabricante propietario del vehículo debe tener
un seguro de responsabilidadcivil y determina su cuantía mínima.
Agrega que la responsabilidadpor accidentes que involucre un vehículo opera-
do porADSsedeterminará de acuerdo con la ley de responsabilidadpor productos,
la ley común u otra ley federal o estatal aplicable. Cuando el ADS está completa-
mente conectado, operando razonablemente y de acuerdo con las instruccionesy
advertencias del fabricante, el ADS se considerará el conductor u operador del ve-
hículo a los fines de determinar: a) la responsabilidaddel propietario o arrendata-
rio del vehículo por presunta lesión personal, muerte o daños a la propiedad en un
incidente que involucre el vehículo operado por ADS, y b) la responsabilidad por la
violación a las leyes de vehículos de motor20.
Trasladándonos al continente asiático, Japón y Corea del Sur también se en-
cuentranentrelosescasospaísesconun ordenamientojurídicoen la materia. En Co-
rea del Sur, la Motor Vehicle ManagementAct conceptualiza a los vehículos a mo-
tor como un instrumento fabricado con el propósito de moverse en tierra median-
te un motor o un instrumento fabricado para desplazarse por tierra remolcado, y al
vehículo de motor autónomo, como aquel que puede funcionar por sí mismo sin
ninguna operación por parte de su conductor o pasajeros.Asimismo, establece que
la utilización de un vehículo motorizado autónomo con el propósito de probar y10
investigar deberá cumplir con los requisitos de operación segura prescritos por la
Ordenanza del Ministro deTierra, Infraestructura y Transporte, yobtener el permi-

l9 Disponibleal 1811211 8 en http:lldcclims1.dccouncil.us/imageslOOOO1l2O13O1 10191554.pdf,


y en sentido similar, las disposicionesde Michigan Bill no663, www.legislature.mi.gov1documentsl
2013-2014lpublicactlpdfl2013-PA-0251.pdf y no 169, www.legislature.mi.govldocumentsl2013-
2014lpublicactlpdf/Z013-PA-0237.pdf;Nevada no313, www.leg.state.nv.us/Session/77th2013lBillsl
SBISB313-EN.pdf.
20 Disponible al 1811211 8 en http:llwapp.capitol.tn.govlappslBilllnfolDefault.aspx?BillNum-
ber=SBO151.
CECILIA CELESTE DANESI

so de operación temporal que emitirá el Ministerio. Deberán contar con los dispo-
sitivos necesarios para percibir y advertir el mal fun~ionamiento~~.
Por su parte, el Primer Ministro japonés, publicó el Public-Private ITS: Initiati-
velRoadmaps2077titulado "Hacia la implementación devariossistemasdeconduc-
ción altamenteautomatizadosen la sociedad", que tiene útilesdefinicionessobreel
tema. Analiza el impactosocialde la introducciónde losvehículosautónomosy, ade-
más, exponeenforma clara la tecnologíay el funcionamient~deaqueIlos~~. Encuan-
toacu legislación, el art. 709es la "norma fundamental" que regula quecuando una
persona que ha afectado intencionalmente o por negligencialosderechosde los de-
más, o los intereses legalmente protegidos, será responsable de compensar los da-
ños que resulten en conse~uencia~~.
La JapaniseAutomobile Accident CompensationActetabece la responsabilidad
del operador del vehículo, términoque comprende nosoloal conductor, sinotambién
al propietario o a quien tenga el control o gane un beneficio. También prevé un se-
guro obligatorio. Bajo ese contexto, en el documento On the LegalIssues o f the Au-
tomated Driving, quese apoya en la división de niveles de automatización propuesta
por N H T S A ~señala
~ , que a los niveles que van del 1 al 3, se les aplica el marcojurídico
de responsabilidadextracontractualy la Automobile Accident CompensationAct. El
problemasesuscita a partir del nivel4, puestoque la regulaciónresponsabilizaal con-
ductor, quien no debe estar presentepara la conduccióndel rodado25.
Retornandoal continente europeo, el documento Liability for emerging digital
techn~logies~~, refiere que las implicaciones de las tecnologías digitales emergen-
tes han comenzado a formar parte de los regímenes nacionalesde los EstadosMiem-
bro de la UE. Así, por ejemplo, los ministrosdejusticia de los Estadosfederales alema-
nesadoptaron una resolución en junio de 2017 pidiendo la adopción de medidas le-
gislativas, incluso a nivel de la UE, según sea necesario, en el ámbito de la responsa-
bilidad extracontractual para el funcionamiento de lossistemasautónomos.En par-
ticular, en el ámbito de los automóvilesautónomos, algunos Estados Miembrosde la
Unión han introducido o propuesto legislación sectorial específica. Alemania modi-

21 "Motor Vehicle ManagementActl', disponibleal 18/12/18 en http://elaw.klri.re.kr/eng-ser-


vicellawView.do?hseq=35841&lang=ENG.
22 "Public-Private ITS: Initiati~elRoadmaps2017"~
disponible al 617118 en https:/japan.kantei.
go.jplpolicylitlitsinitiative~roadmap2O17.pdf.
23 Civil Code disponible a1 617118 en www.japanesela wtranslation.go.jplla w/detail/?ky=re-
quirement+for+perfection&re=02&page=9&la=Ol.
24 Hilgendorf - Seidel, Robotics, autonomicsandthe law, 2017, ps. 161 y 162.
25 Hilgendorf - Seidel, Robotics, autonomicsand the law, 2017, ps. 161y 162.
26 Comission Staff Working Document, Liability for emerging digital technologies, SWD
(2018) 137, Brussels, 2514118, disponible al 18/12/18 en https://eur-lex.europa.eu/legal-contentl
ES/TXT/?qid=1529866817951&uri=CELEX:52018SC0137.
ACCIDENTES DE TRANSITO 403

ficósu LeydeTráfico para permitir que los automóviles autónomosoperenen las ca-
lles, siempre que un conductor humano esté presente para tomar el control en todo
momento. Suecia ha introducido una ley que permite la prueba de vehículos autó-
nomosy, en el Reino Unido, el gobierno ha propuesto una legislaciónque modifica-
ría la legislaciónde seguros en relación con el posible despliegue de vehículos autó-
nomos. Finalmente, resaltamosque la Comisión de ~ransportesy Turismo2' propo-
nequese ela bore un régimen de responsabilidadcivil que incluya la carga de la prue-
ba adaptado al desarrollo de vehículos autónomos; insiste en la importancia de ga-
rantizar una distribución clara de las responsabilidadesentre losdiseñadores, losfa-
bricantesde los diferentescomponentesy los montadores devehículosautónomos,
los prestadoresde servicios (serviciosde transporte oservicios necesarios para el fun-
cionamiento de losvehículosautónomos)y los usuariosfinales,a fin de garantizar la
seguridad y los derechos de los pasajeros, la protección de los datos y la protección
contra los ataques informáticos.

c) Daños derivados de la intervención de veh~culosautónomos


Los vehículos autónomos se clasifican en semi-autónomos o autónomos y, a su
vez, se dividen en niveles. Si bien existen distintas organizaciones que efectúan es-
tas categori~aciones~~, tomaremos como referencia -tal como lo hemos hecho en
otra sopor tu ni da de^^^-la contenida en la instrucción 15N-113de la Dirección Ge-
neral deTráficode ~spaña~~(véasecuadrosiguiente),dondese indican 6 niveles. En
el O, no hayautomatización, el conductor lleva a cabo todas las tareas. En el 1, "con-
ducción asistida", y en el 2, "conducción parcialmente automatizada", el sistema
colabora con la conducción. En el 3, "conducción automatizada condicionada", el
sistema realizatodas las tareas atinentes a la conducción, pero se espera que el con-
ductor responda ante la petición de su intervención. En el 4, la conducción es alta-
mente automatizada y, a diferencia del anterior, lo hará aun cuando el conductor
no responda. Y, por último, en el 5, la conducción es plenamente automatizada y,
por lo tanto, el sistema desarrolla todas las tareas bajo cualquier circunstancia.

27 Informe del 27/1/17 de la Comisión de Asuntos Jurídicos con recomendaciones a la Comi-


sión Europea para creación de una directiva relativa a las normasde legislación civil en materia de
robótica, disponible al 18112118 en www.europarl.europa.eu/sides/getDoc,do?type=REPOR?&re-
ference=A8-2017-0005&format=XML&language=ES.
28 SAE International, disponible al 1711U18 en http:llwww.sae.orglmisc/pdfslautomated~dri-

ving.pdf.
29 Danesi, Inteligencia artificialy responsabilidad civil: un enfoque en materia de vehículos
autónomos, LL, On Line, AR/DOC/2374/2018.
30 Dirección General de Tráfico de España, Instrucción 15lV-113, disponible al 17/12/18 en
w w w . d g t . e s l G a l e r i a s / s e g u r i d a d - v i a l / n o r m a t i v a - l e g i c i o n e s l l 5 .V-
7 13-Vehiculos-Conduccion-automatizada.pdf.
NIVEL DENOMINACIÓN DEFINICIÓN TAREAS DE CONDUCCIÓN
CONDUCTOR SISTEMA
CONDUCCIÓN
LONGITUDINAL
CONTROL DEL
ENTORNO
RECUPERACIÓN
DE LAS TAREAS
TAREAS
DE CONDUCCIÓN
O
P
(ACELERARERE- DE CONDUCCIÓN REALIZADAS
NAR) Y LATERAL EN CASO DE POR EL SISTEMA
(DIRECCIÓN) CONTINGENCIA
Sin El conductor realiza El conductor reali- N/A Conductor Conductor Conductor NIA
automatización continuamente to- za continuamente
das las tareas aso- la tarea de conduc-
ciadas a la conduc- ción dinámica late-
ción, incluso cuan- ral y longitudinal
do son mejoradas a
través de algún avi-
so o la intervención
de sistemas
Conducción Elsistemadeayuda a El conductor reali- El sistema realiza Conductor Conductor Conductor Algunas
asistida la conducción desa- za continuamente la conducción Ion- ysistema
rrolla una tarea es- la tarea deconduc- gitudinal o lateral
pecífica, bien realiza ción dinámica late- que no esté reali-
la conducción diná- raly longitudinal zando el conduc-
mica lateral o longi- tor
tudinal utilizando la
información del en-
torno del vehículo,
mientrasque el con-
ductor realiza el res-
to de tareas de con-
ducción
Conducción El sistema de ayuda Supervisión de las Conducción longi- Sistema Conductor Conductor Algunas
parcialmente a la conducción de- tareas de conduc- tudinal y lateral en
automatizada sarrolla la conduc- ción dinámica y el un caso de uso de-
ción dinámica late- entorno finido
ral y longitudinal
utilizando la infor-
mación del entorno
ACCIDENTES DE TRANSITO
406 CECILIA CELESTE DANESI

Dividiremos los niveles en dos grupos. En el primero, colocaremos los niveles O a


3, donde aun en el estadio más avanzado (nivel 3), el sistema realiza todas las tareas
de la conducción con la expectativa de que el conductor responda adecuadamente
a la petición de intervención. Es decir, el conductor conserva un rol activo en forma
permanente, puesto que debe estar alerta y preparado para intervenir cuando el sis-
tema se lo requiera. Entonces, en este grupo, la responsabilidadcivil se mantiene en
cabeza del conductor.
El problema se suscita en el segundo grupo, que estará conformado por los nive-
les 4y 5. Aquí, en el nivel 4, el sistema está preparado para actuar aun cuando solici-
ta la intervención del conductory este haga caso omiso. En el 5, la conducción es ab-
solutamente automatizada en cualquier entorno. Es más, algunos de estos vehícu-
los ni siquiera poseen pedaleso volante.
Y es precisamenteen ese segundo grupo dondese suscitan las controversias, por
cuanto no podemos responsabilizar al conductor, quien no tiene -en principio-
ninguna injerencia en la conducción. Esto pone en jaque muchos de lossistemasde
responsabilidad civil tradicionales (v. gr., ~spaña~'), que le achacan la responsabili-
dad en forma exclusiva al conductory no también al titular, como el nuestro.
Así las cosas, advertimos que el ordenamiento jurídico argentino proporciona
una adecuada respuestaa todas las particularidadesque presentan losvehículosau-
tónomos. El art. 1769 del CCCN, establece que: "Losartículos referidos a la respon-
sabilidad derivada de la intervención de cosasse aplican a los daños causadospor la
circulación de vehículo^"^^.
Aquella norma ha sido analizada en profundidad en el Capítulo 1, con lo cual re-
mitimosal lectora aquel. Allíseenfatizósobre la terminología amplia yflexible uti-
lizada por la disposición, la cual nos permite incorporar en la misma a los vehículos
autónomos, pues son una cosa capaz de transportar personas o cosas.
Entonces, en materia deperjuiciosocasionadosporvehículosautónomosseapli-
ca un supuestode responsabilidadobjetiva. Por lo tanto, el dueñoyel guardián son
responsablesconcurrentes del daño causado por aquellos (art. 1758). No obstante

31 Asimismo, en la Convención sobre la Circulación Vial celebrada en Ginebra el 19 de sep-

tiembre de 1949, se dispone quetodo vehículo o combinación de vehículos enganchadosdeberán


llevar un conductor y estos deberán estar en todo momento en situación de controlar su vehículo.
Al aproximarseaotrosusuariosde lacarretera deberántomartodas lasprecaucionesnecesariaspa-
ra la seguridad de estos últimos (art. 8.1 y 5). En igual sentido, el art. 13.1 de la Convención sobre la
Circulación Vial (Viena, 8 de noviembre de 1968) exige que "todo conductor de vehículo deberá
tener en toda circunstancia el dominio de su vehículo, de manera que pueda acomodarsea las exi-
gencias de la prudencia y estar en todo momento en condicionesde efectuartodas las maniobras
necesarias".
32 La responsabilidadderivada de la intervención decosasse encuentra regulada en los arts.
1757y 1758 del CCCN.
ello, y sin perjuicio de la precisión normativa, los mencionados rodados presentan
sus propias particularidadesque merecen ser destacadas.
sí, la primera cuestión que podemos avizorar como conflictiva es la relativa a la
responsabilidadquese le pueda endilgar al creador delsoftware, asícomotambién
a quienes se encargan de su mantenimiento o actualización. Aclaremos que si se
produce un siniestro con estos vehículos, este se debe exclusivamente a la falla del
software ya que no hay intervención humana en la conducción.Por ejemplo, el ac-
cidente se puede producir porque algún sensor no detec!ó la presencia de otro ro-
dado. Según el Diccionariode la lengua española, elsoftwarees un conjuntode pro-
gramas, instruccionesy reglas informáticas para ejecutar ciertastareas en una com-
p~tadora~~.
Los vehículos autónomos poseen un código de máquina (machine code), cuyo
contenido (integrado a un conjunto de instrucciones) es interpretado por un em-
beddedsoftware, el cual esel programa de ordenador que hace posibleque pueda
interactuar en el mundo físico. Es por ello que un error en el software puede con-
ducir a un accidente34.Este algoritmo, cuyo objetivo es minimizar los daños causa-
dos por un accidente de tráfico inevitable, se encarga de decidir contra qué o con-
tra quién debe i m p a ~ t a rOtro
~ ~ .defecto desoftware es aquel que tiene lugar cuan-
do el vehículo comete un error de lógica, como consecuencia de una incorrectatras-
lación de las normas de circulación (v. gr., para resolver los conflictos de normas) o
por encontrarse con unas condiciones para las que no estaba adecuadamente pro-
gramado para dar respuesta36.
Añadimos la conservación del software, su mantenimiento, la incorporación de
las actualizaciones, etcétera. Esto no solo incluye cuestiones de mantenimiento o
antivirus, sino también la incorporación de nuevos caminos, señalizaciones, cam-
bios en la normativa vial, etcétera.
Estas relevantescuestiones son puestas de manifiesto en el documento titulado
Liabilityforemergingdigitaltechnologiesque afirma que los productosde tecnolo-
gía digital están abiertos a extensiones de software, actualizacionesy enmiendas
una vez que se han puesto en circulación. Cualquier modificación en el software del

33 Diccionario de la Real Academia Española, disponible al 2012118 en http:lldle.rae. es1

?id=YErlG2H.
34 Goodall, N.J., Machineethicsandautomatedvehicles, ps.94~95,cit.porCastellsl Marques,
Vehículos autónomosysemiautónomos. lnteligencia artificial, 2017, p. 1 19.
35 Gurney, J. K., Crashinginto the unknown, ps. 257 a 258, cit. por Castells I Marques, Vehícu-
los autónomosy semiautónomos. Inteligencia artificial, 20 17, p. 119.
36 Marchant, G. E. - Lindor, R. A., The coming collision between autonomous vehiclesand the
liability system, ps. 137 y 138, cit. por Castells I Marques, Vehículos autónomos y semiautónomos.
lnteligencia artificial, 2017, p. 120.
408 CECILIA CELESTE DANESI

sistema puede afectar el comportamiento de todo el sistema o de componentes in-


dividuales o puede extender su funcionalidad. El software puede ser reparado, ac-
tualizado orevisado por el productor del sistema o por componentes individualesdel
sistema o por terceros, de una manera que pueda afectar la seguridad de estas tec-
nologías. Las actualizacionessuelen cerrar los agujeros de seguridad a través de co-
rrecciones, pero los nuevos códigos también agregan o eliminan característicasde
manera que cambian el perfil de riesgo de estas tecnología^^^. Esto es de cabal im-
portancia en materia de seguridad.
Todas esas cuestionesdeben estar a cargo de un sujeto quien, a nuestro modo de
ver, reviste el carácter de guardián y, por lo tanto, además del dueño, deberá res-
ponder en virtud de los arts. 1757,1758~1769del CCCN. Ello, sin perjuicio-claro es-
tá- de la responsabilidad que se pueda endilgar a tenor de las normas de defensa
del consumidor o por productosdefectuosos.
Encuadrar bajo la figura del guardián al sujeto que deba mantener el software
poseesussólidossusfundamentos.Ladefinicióndeguardiánhasidovertidaenel Ca-
pítulo Il, titulado "Sujetosresponsables", al cual remitimosal lector. Recordemosque
el art. 1758delcuerpo normativo mencionadopusofin a la discusióndoctrinaria. Así,
el guardián es "quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de
la cosa, oa quien obtiene,un provecho de ella". Al respecto, los doctores PicassoySa-
énzsostienen que ese control (usoo dirección) tiene ser autónomo e independiente
respecto de cualquier otra persona, con lo que, si utiliza la cosa siguiendo las instruc-
cionesodirectivasdeotro, no asume la condición deguardián3*.~ambiénseráguar-
dián quien "obtiene un provecho" de la cosa, que es la teoría que coloca el deber de
reparar los perjuiciosencabeza de quien logra ventajasde la realizacióndecierta ac-
tividad.
De todo ello deducimos-sin temor a equivocarnos-que el sujeto responsable
del software, que puede ser el mismo desarrollador o un tercero, posee un induda-
blecontrol y poder de mando respectodelvehículo autónomo. Puededirigirlo, con-
vertirlo en obsoleto y hasta incrementarle su peligrosidad. Además, por esta tarea
obviamente recibirá una retribución económica. Por tales motivos es que encuadra
en la definición de guardián y responderá, en forma concurrente, con el dueño (ti-
tular registral) del vehículo.
En suma, al aplicarse un factor de atribución objetivo (art. 1721, CCCN), la culpa
del agente resulta irrelevante a los efectos de imputar responsabilidad. Por lo que

37 Comission Staff Working Document, Liability for emerging digital technologies, SWD
(2018) 137,Brussels,2514118, disponibleal 2516118en https://eur-lex.europa.eullegal-contentlESlTXT/
?qid=1529866817951&uri=CELEX:52018SC0137.
38 Sáenz, Código Civily Comercialde la Nación comentado, Marisa Herrera - Sebastián Picas-
so-GustavoCaramelo(dirs.), p.491, t . IV;disponibleal115/16en www.saij.gob.arldocs-flcodigo-co-
mentadolCCyC~Nacion~Comentado~Tomo~IV.pdf.
ACCIDENTES DE TRANSITO 409

solo podrán eximirse de responsabilidad demostrando la causa ajena (art. 1722,


CCCN), la que acaece cuando el daño se produjo por el hecho de damnificado (art.
1729, CCCN), el caso fortuito o la fuerza mayor (art. 1730, CCCN) o el hecho de un ter-
cero por quien no se debe responder(art. 1731, CCCN). Además, no son eximentes de
responsabilidadla autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización
de la actividad, ni el cumplimientodetécnicasdeprevención (art. 1757, in fine, CCCN).

5 64. La función preventiva de la responsabilidadcivil


en los vehículos autónomos
El Código Civil y Comercial de la Nación a partir del art. 1710 incorpora la función
preventiva a la responsabilidad civil en los siguientes términos: "Toda persona tie-
ne el deber, en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño nojustificado;
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias,las medidas razonablespara
evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o
disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene de-
recho a que este le reembolse el valorde losgastosen que incurrió, conformea lasre-
glas del enriquecimiento sin causa; c) no agravar el daño, siya s e p r o d ~ j o " ~ ~ .
Consideramosque la IApermitirásin "grandesesfuerzos" ayudarostensiblemen-
te a prevenir perjuicios. Fundamentalmente en todas aquellas herramientas que
permitan elaborar "predicciones" con un alto grado de acierto, pues harán "ganar
tiempo", anticipandocursosdeacción quese pueden activar mucho antesde que un
daño se produzca efectivamente. Si mediante estas herramientas se sabe cuándo y
dóndese producen mayores accidentesviales, se pueden reforzar controles de trán-
sito o diseñar estrategiasque apunten a reducir la ~iniestralidad~~.
Un claro ejemplo de elloson las carroceríascon zonas que se ablandan en caso de
impacto, algo que minimiza lasconsecuenciasencada accidente. Se trata de un con-
junto de rodillos, cables y cadenas que actúan en conjunto para contraerseante im-
pacto. El sistema es capaz de entender si el choque es contra otro auto o un peatón,
aplicandoentoncesuna rigidezdistintaencadacaso. Puede, incluso, ablandarelca-
pó y el paragolpes si el accidente involucra a un peatón o ciclista41.
Más llamativo aún es la tecnología Brain-to-Vehicle de Nissan: ¿Qué propone?
Que los autos "interpreten las señales del cerebro del conductor unas milésimas de

39 Para ampliar este tema véase Danesi - Hiralde Vega, "La función preventiva", en Derecho
de daños, 2017, p. 49ysiguientes.
40 Chamatropulos, Inteligencia artificial, prevención de dañosyaccesoalconsumo sustenta-
ble, LL, ejemplar del 4110117; LL, On Llne, ARlDOCl255012017.
41 Disponible a1 29110117 en www.lanacion.com.arl2053316-autos-autonomos-el-ingenio-

so-sistema-de-google-para-minimizar-danos-en-accidentes.
410 CECILIA CELESTE DANESI

segundosmás rápido yasí prevenir accidentes porfallas humanas, porejemplo,dor-


mirse en la ruta". Esto ayudará a responder a situaciones peligrosas en la carretera
con la ayuda de unos auriculares de electroencefalografía que pueden predecir
nuestras próximas acciones4*.
Así, afirmamos que esas herramientastienen un importante rol que cumplir pa-
ra prevenir daños, lo que genera que en muchas situaciones el sujeto que las desa-
rrolló tenga la obligación legal de actuar con base en al art. 1710 del CCCN.
i

5 65. El seguro de los vehículos autónomos


Otra cuestión que se plantea con relación a losvehículos autónomos es la relati-
va al contrato de seguro. Recordemos que conforme el art. 6843de la ley 24.449, to-
do automotor, acoplado, semiacoplado o motocicleta debe poseer un seguro obli-
gatorio que cubra eventuales daños causados a terceros, transportados o no.
En ese contexto normativo, resulta insoslayableque se creen contratos de segu-
ro capaces de asegurar los vehículos autónomos, acordes con las particularidades
propias que estos presentan.
Gran Bretaña es el país pionero, cuyos contratos presentan peculiaridades que
merecen ser destacadas. Primero su bajo coste, que se debe a la baja siniestralidad
que evidencian estos rodadosy, además, a la escasa velocidad que pueden alcanzar.
Porotra parte, laspólizascubrenla responsabilidadporlosfallosque pudiesenafec-
tar al software del fabricante, así como los cortes que pudiese haber en el servicio
porsatélitey los intentosde los hackersportomarel control de unvehículoconcual-
quierfinalidad,como podría sertambién la dedestrozarcompletamenteelvehícu-
lo. También cubren el supuesto que el propietario no haya actualizado el software
de su vehículo por cualquier circunstancia dentro de las 24 horas desde la notifica-
ción del nuevo4?

42 Zanoni, Autorevolución, en "Viva, La Revista Clarín", ejemplar del 25/2/18.


43 Art. 68: "Todo automotor, acoplado o semiacoplado debe estar cubierto por seguro, de
acuerdo a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora, que cubra eventuales da-
ños causados a terceros, transportados o no. Igualmente resultará obligatorio el seguro para las
motocicletas en las mismas condiciones que rige para los automotores. Este seguro obligatoriose-
rá anual y podrá contratarse con cualquier entidad autorizada para operar en el ramo, la quedebe
otorgar al asegurado el comprobante que indica el inc. c) del art.40. Previamentese exigirá el cum-
plimientode la revisión técnica obligatoria oqueelvehículoestéencondiciones reglamentariasde
seguridad si aquella no se ha realizado en el año previo. Las denuncias de siniestro se recibirán en
base al acta de choque del art. 66, inc. a), debiendo remitir copia al organismo encargado de la es-
tadística ...".
Disponible al 10110116 en www.cochesinconductor.com/2016/06/aseguradora-britanica-
anade-a-su-catalogo-seguro-para-coches-autonomos.
ACCIDENTES DE TRANSITO 41 1

Por su parte, la Comisión de Asuntos Jurídicosdel Parlamento Europeo enfatiza


la conveniencia de establecer un régimen de seguro obligatorio, que podría basar-
se en la obligación del productor de suscribir un seguro para los robots autónomos
por él fabricados. El sistema deseguro debería complementarse con un fondo para
garantizar la compensaciónde los daños y perjuicios en los supuestos en los que no
exista una cobertura de seguro45.

45 Informe del 27/1/17 de la Comisión de Asuntos Jurídicos con recomendacionesa la Comi-


sión Europea para creación de una directiva relativa a las normas de legislación civil en materia de
robótica, disponible al 29/10/17 en ~europarl.europa.eu/sides/getDocdo?type=REPORT&re-
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