Cap.5 El Cuento - de Lo Real A Lo Fantástico
Cap.5 El Cuento - de Lo Real A Lo Fantástico
Cap.5 El Cuento - de Lo Real A Lo Fantástico
E L CUENTO:
DE LO REAL A LO FANTÁSTICO
1
El cuento hispanoamericano como género halla su definición en el siglo x x cuando
Horacio Quiroga, siguiendo los pasos de Edgar Alian Poe, prescribe sus reglas.
132 M. C. Arambel Guiñazúy C. E. Martin
I. L a c u e n t í s t i c a d e J u a n a M a n u e l a G o r r i t i 3
Juana Manuela Gorriti figura dentro del panorama de las letras hispanoa-
mericanas d e c i m o n ó n i c a s c o m o la quintaesencia del personaje romántico. En
e f e c t o , su biografía cuenta una vida agitada tanto por las pasiones de la políti-
c a c o m o por las s e n t i m e n t a l e s 4 . P u e d e d e c i r s e t a m b i é n q u e e s la p r i m e r a
mujer del continente que o b t i e n e gran é x i t o en tanto que escritora p r o f e s i o -
nal, c o m o lo indican sus c o l a b o r a c i o n e s en l o s p e r i ó d i c o s de varios p a í s e s 5 .
La obra de Juana M a n u e l a Gorriti abarca una abundante p r o d u c c i ó n que ha
s i d o clasificada en l e y e n d a s incaicas, e p i s o d i o s de la independencia, c u e n t o s
h i s t ó r i c o s o p o l í t i c o s y relatos de carácter autobiográfico. La p u b l i c a c i ó n de
"La Q u e n a " en 1 8 4 2 (?, l o s datos n o s o n claros al respecto) inicia una labor
2
Entre otras autoras que desarrollaron el género cuentístico, cabe mencionar a Sole-
dad Acosta de Samper (Colombia 1833-1913) y a Adela Zamudio (Bolivia 1854-1928). La
escritora colombiana publica artículos periodísticos, un libro de viaje, cuentos, relatos,
cartas, y traducciones durante un largo período que va desde 1864 a 1906. Varios de los
relatos, cuentos y novelas fueron publicados en una compilación titulada Novelas y cua-
dros de la vida suramericana, Gante, 1869. Gustavo Otero Muñoz afirma que Acosta de
Samper escribió 48 narraciones breves y 21 novelas. Entre ellas se destacan Dolores (Cua-
dros de la vida de una mujer) (1867) y Teresa la limeña (1868). Ver la Introducción de
Montserrat Ordóftez a su libro, Soledad Acosta de Samper. Una nueva lectura, Fondo Cul-
tural Cafetero, 1988. Los cuentos breves de Adela Zamudio, de corte realista, denuncian la
parálisis de la burguesía criolla boliviana incapaz de llevar a cabo la reorganización del
país. En una tónica similar a las de las novelistas Mercedes Cabello de Carbonera y Clo-
rinda Matto de Turner, critica también a la jerarquía eclesiástica en tanto que cómplice de
la burguesía.
3
En el caso de Gorriti es necesario que expliquemos porqué la hemos incluido en este
capítulo, dedicado al cuento. La crítica le otorga indistintamente los títulos de "primera
novelista" y de cuentista. Su producción que incluye la narración corta así como la colec-
ción de cuentos - a l modo del Decamerón- desafía los cánones genéricos. Por considerar
que las llamadas novelas pertenecen más bien a esta última categoría, consideramos justi-
ficada su inclusión en este capítulo.
4
Para una detallada biografía literaria de la autora, ver Efrón, Analía, Juana Manuela
Gorriti. Una biografía íntima, Buenos Aires, Sudamericana, 1998.
5
En vida de la autora, se publican las siguientes colecciones de relatos: Sueños y rea-
lidades (1865), Panoramas de la vida (1876) y El mundo de los recuerdos (1886).
Capítulo V: El cuento 133
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Todorov define lo fantástico como un suceso extraordinario que ocurre en un mundo
normal y siembra la incertidumbre en algún personaje y en el lector quienes dudan entre
una explicación lógica o una sobrenatural (Introduction, 37).
134 M. C. Arambel Guiñazúy C. E. Martin
A. Fenómenos parapsicológicos
B. El sueño
tas a conflictos internos en los que entran en pugna la libertad individual, las
ataduras sentimentales y los deberes políticos, estas protagonistas luchan por
encontrar una salida que satisfaga los deseos propios.
"La novia del muerto" y "El lucero del manantial" insertan los recursos
fantásticos en marcos más amplios identificables con hechos históricos. En el
primer cuento, la heroína, Vital, es una joven tucumana que, enamorada de un
oficial unitario, se rebela contra su padre, jefe montonero, y contra la iglesia.
En el segundo, María, abandonada en estado de embarazo por su amante fede-
ral, contrae matrimonio con un unitario que voluntariamente asume la paterni-
dad del niño ajeno. Años más tarde, por rebelarse contra Rosas, el marido es
asesinado y el hijo, que busca venganza, termina ajusticiado por su padre bio-
lógico. Estas historias recargadas de elementos melodramáticos al gusto de la
época dan relieve a protagonistas que, impulsadas por sus ideologías y deseos,
desafían las costumbres y las instituciones que controlan su comportamiento.
En ambos casos sin embargo, la rebelión no concluye con el logro de lo que
buscan sino con castigos irrevocables: ambas caen en un estado de ensoña-
ción fantasiosa, resultado de la locura. El fracaso acusa la falta de posibilida-
des que tiene la mujer en la sociedad de la época. Leídos en mayor detalle
estos cuentos describen las consecuencias que la situación política del país
tiene sobre el individuo, particularmente sobre la mujer.
Nos limitamos aquí a comentar "La novia del muerto" (O.C., v. IV, 110-
119). El relato se inicia con la descripción casi idílica de la ciudad de Tucu-
mán donde el ejército unitario está acuartelado. La pareja de amantes, Vital y
Horacio Ravelo, se encuentran secretamente, encubiertos por la noche o en la
seguridad de la iglesia. Uno de esos encuentros, en una misa, es interrumpido
por el inicio de la batalla de La Ciudadela que termina con la derrota del ejér-
cito unitario. El sacerdote celebrante, que observa a Vital, admite en silencio
su pasión por ella. Esa noche, Vital espera a Horacio en vano:
7
Sobre el tema consultar: Giorgio, Michela de, "El modelo católico", en Historia de
las mujeres (vol. 7), Madrid, Taurus, 1993, pp. 183-217.
138 M. C. Arambel Guiñazúy C. E. Martin
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Sobre este tema ver: Masiello, Francine, Between Civilization and Barbarism. Uni-
versity o f Nebraska Press, Lincoln, 1992.
Capítulo V: El cuento 139
C. La memoria y el doble
porque esperaba, creia, que habias de seguirme; y abordo del vapor, tendia en
torno furtivas miradas pensando que ibas encerrada en algún camarote. La
imaginación de una joven es, como los libros de caballería, un mundo de pro-
digios, que no cuenta con los infinitos obstáculos que median entre la voluntad
humana, y el objeto que se propone alcanzar" (I, 207). Sin embargo, a medida
que el relato avanza, la duda es remplazada por la certeza de la existencia de
Rosa. El lenguaje sentimental aquí empleado excede las convenciones litera-
rias de la época en su expresión del amor entre amigas y entra en competencia
con el amor que más tarde une a Aura con Enrique: "Ayer no habia otra imágen
que la tuya en mi corazon, otro afecto que el que nos une. Hoy, ah! perdóname!
hoy tu imágen palidece en la irradiación de otra imágen, y tu amor se ha fundi-
do al fuego de otro amor!" (215). La relación amorosa entre las amigas, dife-
rente a la matrimonial con la que coexiste temporariamente, prueba ser más
duradera y sincera. Después de numerosas peripecias, Enrique, sospechoso de
la infidelidad de Aura con otro hombre, la asesina. Quien permanece fiel a su
memoria es Rosa, visitante regular de su tumba.
La relación entre mujeres en los ambientes de salón figura con frecuencia
en los cuentos de Gorriti y es descrita en términos que demuestran compañeris-
mo y apoyo mutuo. En este relato adquiere una fuerza mayor y responde par-
cialmente a lo que Judith Walkowitz denomina "amistad romántica:" "A través
de los enamoramientos escolares por una mujer mayor y de notoriedad pública,
o por una compañera más experimentada, las niñas aprendían a canalizar el
deseo erótico, negando el plano corporal y afirmando una 'causa más elevada'"
{Historia de las mujeres, vol. 8:91). Siguiendo estas pautas, excepto en la edad,
el amor entre Aura y Rosa elude la sexualidad al mismo tiempo que expresa el
deseo recíproco. Desde los "turbulentos juegos", "los furtivos paseos" y los
besos cambiados en la niñez hasta la construcción de un salón privado en el que
a solas comparten rezos y charlas, el relato describe una pasión perdurable a
pesar de los obstáculos. La figura del doble fundida en el nombre de Rosaura
ilustra la conexión profunda entre ambas. Aura se lamenta: "me falta la mas
querida mitad de mí misma" (211). La novedad del relato se hace patente por
cuanto Gorriti ofrece la posibilidad de una vida diferente para la mujer de salón,
posibilidad inédita hasta entonces en la literatura. Hay que insistir nuevamente
en el efecto moderador de la incertidumbre creada por la figura del doble al
comienzo del cuento y que pone en duda la existencia de Rosa. Las numerosas
peripecias tejidas alrededor de Aura y de su relación con Enrique desvían la
atención del lector más hacia la tragedia final que hacia la amistad romántica.
Se ha visto cómo estos cuentos, en su vertiente fantástica, proclaman la
necesidad de una mayor libertad en todos los órdenes. Aunque los críticos los
han dejado a veces de lado por considerarlos excesivamente románticos -¡qué
Capítulo V: El cuento 141
D. El relato de viaje
Como insinuar, siquiera, mi resolución, sin que la juzguen una insigne locura?
[...]. Y sin embargo, me muero, y yo quiero vivir! [...]. Mis ojos están apagados, y
quiero que, como dice el doctor, resplandezcan; que mis labios recobren su color
y mi carne su frescura. Quiero volver á la salud y á la belleza; muy joven soy
todavía para morir (78).
Rompí el método del doctor, y comí, bebí, corrí, toqué el piano, canté y bailé:
todo esto con el anhelo ardiente del cautivo que sale de una larga prisión. Parecía-
me que cada uno de estos ruidosos actos de la vida era una patente de salud; y
olvidaba del todo la fiebre, la tos y los sudores, esos siniestros huéspedes de mi
propio cuerpo (85).
Remplaza las órdenes del médico y los consejos maternos con las decisio-
nes propias. Gracias a ello, reconquista el cuerpo de las fuerzas extrañas e
invasoras que lo enajenaban del yo.
La enfermedad tiene un valor metafórico en el texto. Susan Sontag ha
explicado en su conocido ensayo sobre el tema que la tuberculosis ha sido
relacionada en la literatura del siglo xix con un mal de tipo espiritual (Sontag,
18). En el caso de Laura, la enfermedad es consecuencia tanto de la pasión
- u n amor imposible- como de la represión, ambas señaladas por Sontag
como sus causas posibles en las obras de ficción. La reacción de Laura culmi-
na en la fundación de una identidad triunfadora.
A medida que recobra la salud y que su físico recupera su apariencia, Laura
se descubre a sí misma y adquiere la capacidad de alterar sus rasgos y de cre-
arse máscaras. Transformada en relatora, cuenta su vida de manera interesante
y novelesca. Cada relato intercalado añade una faceta desconocida de su per-
sonalidad. La enferma irreconocible del comienzo es reemplazada por una
multiplicidad de heroínas que ella misma fabrica para sí. El cambio constante
de rutas y de máscaras la ayuda a escapar del control y del castigo impuestos
Capítulo V: El cuento 143
por el discurso dominante. En cada episodio actúa con decisión, coraje o abne-
gación llegando a una conclusión que, lejos de invitarla al reposo, la incita a
iniciar una nueva aventura. La protagonista teme la quietud; asentarse de
modo definitivo equilvaldría a someterse a una reifícación que repudia. Lo
explica en la primera etapa de su viaje cuando unas tías viejas pretenden rete-
nerla con charlas repletas de anticuallas:
las galas del ropaje, sin embargo, circulan mujeres de coraje -buenas y
malas- que luchan.
' Es esta una alusión a los cuentos rosados de la condesa de Ségur en el prólogo a los
cuentos (vii).
146 M. C. Arambel Guiñazú y C. E. Martin
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Este c o n c e p t o ha sido utilizado también con éxito por críticos c o m o Doris S o m m e r
y Francine Masiello.
Capítulo V: El cuento 147
nes afectivas de la mujer ángel, que hace brotar de su alma las notas del ins-
trumento celestial (el arpa) para transformarlas en composición literaria
infantil. La conexión entre alma y arte queda cimentada en el comentario.
Los arpegios de Mansilla, nos advierte Sarmiento, son parte de su ser. La
escritora se excusa y se distancia de la recepción de su texto anticipando una
negativa con fingida humildad retórica. De cualquier manera, parece eviden-
te la ambigüedad que acompaña tanto a la escritora como a su comentarista
con respecto a la obra y a la actividad literaria, en particular. Ahora bien, el
énfasis de Sarmiento en el posesivo "nuestra literatura" y "nuestra arpista"
claramente subrayan la importancia que les asigna al desarrollo de las letras y
a la participación de la mujer en la empresa nacional.
Cuando Mansilla alaba las ediciones inglesas y las ilustraciones estado-
unidenses de cuentos infantiles alude al modelo admirado e imitado. Sin
embargo, al escribir y publicar los cuentos, está en efecto desplazando estos
modelos extranjeros y reemplazándolos con un género autóctono, clásico y
moderno, al mismo tiempo. Sosa de Newton comenta sobre su publicación:
"fue casi una audacia publicarlos pues la demanda se alimentaba de los tradi-
cionales creadores en traducciones españolas. Se leía a la condesa de Ségur,
Andersen, Lewis Carroll, Harriet Beecher Stowe" (Narradoras argentinas,
92). En Recuerdos de viaje, Mansilla ofrece claras indicaciones de la impronta
que dejaron en ella las elegantes publicaciones de la casa editorial norteameri-
cana Appleton en materia de lecturas infantiles (188). Siguiendo las huellas de
Lafontaine y de Andersen, se excusa de antemano: "Si lo hice bien o mal, no
me incumbe á mi decirlo; solo he intentado producir en español, lo que creo no
existe aun original en ese idioma: es decir el género literario de Andersen" (v).
Hay que hacer hincapié en la importancia adjudicada a la educación en el
siglo xix en Hispanoamérica. El siglo de las luces, con su interés en la trans-
misión de conocimiento y su aceptación del niño como un ser social y consti-
tutivo de la familia nuclear, es el siglo de los cuentos infantiles con un propó-
sito doble, educativo y de entretenimiento' 1 . Rousseau trata de persuadir por
medio de la emoción y los sentimientos sobre la importancia del niño como
promesa del futuro. En su Emile (1762) descubre en la infancia la belleza y el
11
Barry, Florence V., A Century of Children 's Books, Methuen, London, 1922. En rea-
lidad no existieron libros exclusivamente para los niños hasta fines del siglo xvn. En el
siglo XI y XII los monjes crearon el Elucidarium o guía de los niños. En el siglo xiv, los
educadores compilaron la Gesta Romanorum, libros de "Moralidades" para que los padres
compartieran con los hijos. Contenían variantes de Las mil y una noches, y otras historias
uilizadas por Chaucer, etc. En el siglo xvm, John Locke recomienda la lectura de las fábu-
las de Esopo c o m o los únicos libros provechosos para el niño.
148 M. C. Arambel Guiñazúy C. E. Martin
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Los cuentos moralizadores de Jean Marmontel, Cantes Moraux (1758), no fueron
escritos para los niños, pero sus temas y las técnicas proveyeron material para los demás
escritores de cuentos infantiles.
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Los siguientes teóricos delatan cuánto debe Mansilla a la tradición europea. Armand
Berquin, el amigo de los niños, en 1782 publicó cuentos que por medio del contraste moral
ejemplifican el camino de la virtud natural. De Maria Edgeworth Mansilla aprendió los
elementos técnicos de la cuentística infantil. Edgeworth trata de evitar el tedio del aparato
teórico moral por medio de una construcción dramática que mantiene el suspenso y se
resuelve con una sorpresa (Barry, 182). Los beneficios de una estructura narrativa pulida y
de un lenguaje evocativo y a !a vez preciso han sido comprobados por estudiosos de la
sicología y el desarrollo intelectual infantil. Eileen M. Burke en Literature for the Young
Child nota que: "Long-lasting effects, seemingly peripheral and serendipitous, are legión.
Not only snipets of language, but the tale itself remains with children as is evident in the
child's retelling of the tale" (58). Los niños aprenden con los cuentos la estructura de la
narración. Al repetir el cuento, el niño lo transforma y manipula los elementos de la histo-
ria utilizando la estructura aprendida. Pedagógicamente hablando es un ejercicio magnífi-
co de aprendizaje y comprensión (58). Bruno Bettelheim en The Uses of Enchantment
explica el por qué del caracter unidimensional de los personajes tradicionales. La dicoto-
mía maniquea o polarización de estos personajes obliga a los niños a tomar decisiones
sobre su propia vida al presentarse dos caminos posibles delineados cuidadosamente por
el escritor (Burke, 183).
Capítulo V: El cuento 149
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Lucía Guerra Cunningham comenta sobre el ideal femenino de belleza decimonóni-
co y el énfasis en la enfermedad: "'Por consiguiente, la enfermedad debe considerarse
como un atributo que embellece el cuerpo sumiso y débil subordinado a la ley del padre y
a la ley del esposo'' (35).
152 M. C. Arambel Guiñazúy C. E. Martin
Paulita con la cara partida desde la frente hasta la boca, con los brillantes ojos
desnivelados, fuera de la órbita, ofrecía la ilusión del sufrimiento real. La boca no
tenia ya esa placidéz y corrección de la muñeca feliz; la fatal rajadura al dividir el
labio, le imponía una mueca dolorosa, imprimiendo en aquel rostro bello, el sello
de la destrucción (122).
15
Mme. d'Epinay, amiga de Rousseau, publicó Conversations d'Emilie (Las conver-
saciones de Emilia) a pedido de éste en 1782. Mme. de Genlis publicó Adèle et Théodore
el mismo año.
Capítulo V: El cuento 153
por los cuentos de aventuras, tiene una pesadilla digna de Lewis Carroll. En
un espeso bosque el suelo cede y la niña se hunde hasta hacer pie en un lugar
estéril donde hay varias cajas. El monstruo alado que la ha llevado a ese
mundo de pesadillas abre una de las cajas donde se encuentra el cadáver de
su prima Juanita. En cada caja yace una Juanita y Elena es obligada a disparar
y matar una paloma blanca que representa a su inocente víctima. Al gemir el
nombre de su prima, Elena vuelve de su fiebre a la realidad. Juanita deja a
Elena todas sus muñecas antes de morir para " Q u e aprenda a quererlas. Y
Elena aprendió, puedo asegurarlo" (138). La conversión de Elena se ha com-
pletado.
"Tío Antonio" es el único "relato" (Mansilla se niega a llamarlo cuento)
de la colección que aborda de lleno la política y los prejuicios raciales. Se
refleja en este relato la ambigüedad de la autora sobre el papel del africano en
la nueva sociedad republicana. Lo dota de cualidades positivas: una abnega-
ción y un altruismo excesivos que lo alejan del resto de los mortales. La exa-
geración de las virtudes del personaje lo resguardan de cualquier crítica y lo
idealizan de tal modo que Mansilla puede continuar la narración sin tener que
justificar el papel protagónico de Tío Antonio. El esclavo elige libremente
servir al amo blanco durante toda su vida: "Había nacido el negro para ser
siempre fiel y abnegado. Su vida fué una constante dedicación á aquellos á
quienes pertenecía, por esa horrenda ley hecha por los fuertes, en menoscabo
de los débiles" (172). Existe en los comentarios de Mansilla una resignación
inquietante con respecto a la injusticia de la esclavitud.
La esclavitud y el patriotismo se unen en una historia trágica y noble a la
vez. El protagonista está imbuido de ciertos defectos inherentes a su raza,
según la narradora: "El negro es naturalmente amigo de la ociosidad, su tem-
peramento contemplativo, muelle, le incita a la inacción" (156). Poco a poco,
Antonio se humaniza mediante el contacto con su amo Don Miguel, un porte-
ño "Godo" leal a la corona española. El elemento nacionalista de inicios de la
república se añade a la historia. El esclavo aprende a amar a la patria "ya sea
por el contacto con algunos peones blancos, libres naturalmente. Ya por esa
misteriosa corriente, que arrastra los hijos del suelo hacia la pendiente natu-
ral... Antonio era patriota y patriota entusiasta" (162). Siguiendo los dictados
de la revolución francesa, el esclavo aprende un oficio útil, el de zapatero,
que desempeña con "cierto primor". Luego de la ejecución de su a m o por
traición a la patria y la confiscación de sus bienes, Antonio, mediante nume-
rosos actos de generosidad mantiene a la familia y vende su libertad para que
la viuda y sus hijos puedan regresar a España. Antonio seguirá sirviendo
como esclavo en Mendoza a otra familia a la que también salvará de la penu-
ria económica.
154 M. C. Arambel Guiñazú y C. E. Martin
Los relatos estudiados en este capítulo hacen notar las grandes diferencias
que separan a las dos autoras. Ubicadas ideológicamente en polos políticos
opuestos, diseñan cuentísticas adecuadas a sus inquietudes. Mansilla, de ten-
dencia federal, traza parámetros de una conducta individual y social sometida
a una visión tradicionalista y conservadora de las costumbres vigentes. Así es
que sus m o d e l o s a c e n t ú a n los valores de pasividad y c o n f o r m i s m o para la
mujer y de servilismo útil para las clases trabajadoras.
Gorriti, de t e n d e n c i a unitaria, e x p l o r a por m e d i o de los r e c u r s o s de la
literatura fantástica y de la imaginería erótica un género nuevo que le permite
desbordar las restricciones genéricas y políticas.
A m b a s autoras coinciden, sin embargo, en el interés que manifiestan en el
f u t u r o de la nación. Sus contribuciones literarias puestas al servicio del país
aluden a sus posiciones de d a m a s asociadas a los centros de poder. Por otra
parte, en tanto que escritoras, señalan nuevos r u m b o s profesionales para la
mujer.