Unidad 1 y 2 Sociologia

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UNIDAD 1

Sociologia, problemas y perspectivas Giddens.

¿De qué trata la sociología? Algunos ejemplos: Amor y matrimonio, Salud y enfermedad.
El cambio en el mundo moderno
Los cambios en las formas de vida humana en las dos últimas centurias han sido de muy gran alcance. No han cambiado
sólo los aspectos externos de nuestras vidas; transformaciones han alterado y continúan alterando de forma radical los
aspectos más personales e íntimos de nuestra existencia cotidiana. Ejemplo: cuando la gente se trasladó a las áreas
urbanas y comenzó a trabajar en la producción industrial, el matrimonio dejó de estar motivado principalmente por
razones económicas. Los matrimonios “arreglados” se hicieron cada vez menos comunes. Cada vez más individuos
fueron iniciando las relaciones matrimoniales sobre la base de la atracción emocional. La sociología tiene sus comienzos
en los intentos de ciertos pensadores de entender el impacto inicial de las transformaciones.
Sociología y “sentido común”
La práctica de la sociología incluye el obtener conocimiento sobre nosotros mismos, las sociedades en las que vivimos y
otras sociedades distintas de las nuestras en el espacio y en el tiempo. Los hallazgos sociológicos no siempre
contradicen las concepciones de sentido común. Mucho de lo que consideramos sentido común, “algo que todo el
mundo sabe”, se basa en la obra de sociólogos y otros científicos sociales. Preguntas sociológicas: fácticas,
comparativas, de desarrollo y teóricas
Desarrollo de una perspectiva sociológica
Aprender a pensar sociológicamente significa cultivar las facultades de la imaginación. La imaginación sociológica
precisa, sobre todo, el poder “pensar tomando distancia” frente a las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas para
poder verlas como si fueran algo nuevo.
Desarrollar la imaginación sociológica significa usar materiales de la antropología y de la historia, además de los de la
sociología. La dimensión antropológica de la IS es vital, nos permite ver qué caleidoscopio de formas diferentes de vida
social humana existe. Al contrastar éstas con las nuestras, aprendemos más acerca de lo distintivo de nuestras pautas
específicas de conducta. La dimensión histórica de la IS es igualmente fundamental: sólo podemos captar la naturaleza
distintiva de nuestro mundo actual si podemos compararlo con el pasado.
Todas estas tareas implican el “pensar distanciándonos” de nuestras propias costumbres y hábitos para desarrollar un
entendimiento más profundo de ellos.
Otro aspecto de la IS se refiere a nuestras posibilidades para el futuro. La sociología nos ayuda no sólo a analizar las
pautas existentes de vida social, sino a ver algunos de los “futuros posibles” abiertos para nosotros. El ejercicio
imaginativo del trabajo sociológico puede que no sólo nos muestre qué es lo que ocurre, sino también qué podría ocurrir
en caso de intentar producir algún efecto.
¿Es la sociología una ciencia?
¿Qué es ciencia? Es el uso de métodos sistemáticos de investigación, pensamiento teórico y examen lógico de
argumentos para desarrollar un cuerpo de conocimiento sobre un objeto particular. La sociología es una disciplina
científica en el sentido de que implica métodos de investigación sistemáticos, el análisis de datos y el examen de teorías
a la luz de la evidencia y de la discusión lógica.
Objetividad
Un buen sociólogo tratará de dejar a un lado los prejuicios que pueden impedir que las idas o las pruebas se examinen
con imparcialidad. Pero nadie está totalmente libre de prejuicios sobre todos los temas. La objetividad no depende
únicamente de la perspectiva de los investigadores concretos. Tiene que ver con métodos de observación y discusión. La
objetividad en la sociología se alcanza sustancialmente mediante los efectos de la crítica mutua entre los miembros de la
comunidad sociológica. Muchos de los objetos estudiados en la sociología están sujetos a controversia. Pero mediante el
debate público, el examen de las pruebas y de la estructura lógica de los argumentos, estas cuestiones pueden
analizarse de forma eficaz.
La importancia práctica de la sociología
Comprensión de las situaciones sociales
El pensamiento y la investigación sociológicas contribuyen en la práctica a la elaboración de políticas y a la reforma
social de muchas maneras evidentes. La más directa es haciendo comprender de forma más clara o adecuada que antes
una situación social.
Conciencia de las diferencias culturales
La sociología ayuda a fomentar una mayor conciencia cultural por parte de los diversos grupos sociales. La investigación
sociológica proporciona un medio de ver el mundo social desde una diversidad de perspectivas culturales, ayudando por
tanto a acabar con los prejuicios que unos tienen sobre otros.
Valoración de los efectos de las políticas
La investigación sociológica tiene implicaciones prácticas. Un programa de reforma práctica puede fracasar en lo que se
refiere al logro de los objetivos de quienes lo concibieron, o acarrear una serie de desagradables consecuencias no
pretendidas.
El aumento del autoconocimiento
La sociología puede enseñarles a los grupos sociales cosas sobre ellos mismos, aumentar su autoconocimiento. Cuanto
más sepan las personas sobre las condiciones de su propia acción, y sobre el funcionamiento de su sociedad en general,
tanto más probable es que puedan influir en las circunstancias de su propia vida.
Grupos informados por sí mismos pueden responder de forma eficaz a las políticas que lleven a efecto los funcionarios
del gobierno u otras autoridades, y pueden, por tanto, tomar iniciativas políticas propias.
El papel del sociólogo en la sociedad
Existe un nexo insoslayable entre el estudio de la sociología y las exigencias de la conciencia social. Nadie que tenga
conocimientos sociológicos puede ser inconsciente de las desigualdades que existen hoy en el mundo, la falta de justicia
social en muchas situaciones sociales o las privaciones sufridas por millones de personas. Sería extraño que los
sociólogos no tomaran posición sobre las cuestiones prácticas, y sería tan ¡ilógico como poco práctico intentar prohibirles
que recurrieran a su conocimiento sociológico al hacerlo.

La promesa. Mills

Los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de hombres
individuales. Ni la vida del individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas. Pero
los hombres no definen las inquietudes que sufren en relación con los cambios históricos y las contradicciones
institucionales. Los hombres corrientes suelen ignorar lo que esta conexión significa para el tipo de hombre que se van
convirtiendo y para la clase de actividad histórica en que pueden tener parte. No poseen la <<cualidad
mental>> esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y el
mundo. La historia que afecta hoy a todos los hombres es la historia del mundo. Todo individuo vive, de una generación
a otra, en una sociedad, que vive una biografía y que vive dentro de una sucesión histórica. Por el solo hecho de vivir
contribuye a dar forma a esa sociedad, aunque él está formado por la sociedad.
No solo información es lo que necesitan, ya que esta domina con frecuencia su atención y rebasa su capacidad de
asimilarla. No son solo destrezas intelectuales lo que necesitan, aunque muchas veces la lucha para conseguirlas agota
su limitada energía moral. Lo que necesitan es una cualidad mental que les ayude a usar la información a desarrollar la
razón para conseguir entender qué pasa en el mundo, para entender qué les pasa a ellos mismos. A esa cualidad la
llamaremos<<imaginación sociológica>>.
La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su
significado para la vida interiory para la trayectoria exterior de diversidad de individuos. Permite tener en cuenta cómo
los individuos, en el tumulto de la vida cotidiana, son falsamente conscientes de sus posiciones sociales. Por tales
medios, el malestar personal de los individuos se enfoca sobre inquietudes explícitas.
El 1? fruto de esa imaginación es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su
propio destino localizándose a sí mismo en su época. Los límites de la naturaleza humana son muy dilatados. Esta
Imaginación nos permite captar la historia y la biografía y la relación que hay entre ambas dentro de la sociedad, es la
capacidad de pasar de una perspectiva a otra.
La distinción que hace la imaginación sociológica es entre las inquietudes personales del medio y los problemas públicos
de la estructura social.
INQUIETUDES: se presentan en el carácter de un individuo y en el ámbito de sus relaciones limitadas de vida social que
conoce directa y personalmente. La resolución de esas inquietudes corresponde propiamente al individuo como entidad
biográfica y en un ambiente inmediato. La inquietud es un asunto privado: los valores armados por un individuo le
parecen estar amenazados.
PROBLEMAS: Se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y el ámbito de su vida
interior. Es un asunto público: se advierte que está amenazado un valor amado por la gente. Implica una crisis en los
dispositivos institucionales y con frecuencia implica contradicciones o antagonismos.
Para formular problemas e inquietudes, debemos preguntarnos qué valores son preferidos, pero amenazados, y cuales
preferidos y apoyados por las tendencias características de nuestro tiempo. Tanto en el de amenaza como en el de
apoyo, debemos preguntarnos qué contradicciones notorias de la estructura pueden estar implicadas.
Cuando la gente estima una tabla de valores y no advierte ninguna amenaza contra ellos, experimenta bienestar.
Cuando estima unos valores y advierte que están amenazado, experimenta una crisis, ya como inquietud personal y
problema público. Y si ello afecta a todos sus valores, experimenta la amenaza total de pánico.
Pero supongamos que la gente no sienta estimación por ningún valor ni perciba ninguna amenaza, esta
experimenta indiferencia, la cual, si parece afectar a todos los valores se convierte en apatía. Si no se siente ninguna
estimación por ningún valor, pero sienta una amenaza, esa es la experiencia del malestar
En síntesis: El principal peligro para el hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedad contemporánea
misma.

La sociología clásica: Durkheim y Weber

El origen de la Sociología:
Se define a la sociología como la “ciencia de la crisis”, debido a que aparece ligada a una situación de crisis.
El estímulo para el surgimiento de la sociología es la crisis social y política que la Rev. Ind. genera. Con ella aparece un
nuevo actor social, el proletariado de las fábricas, vindicador de un nuevo orden social. Para dar respuesta al nuevo
actor social, a su surgimiento, aparecerán 2 corrientes: El socialismo (Marxismo) y la tradición sociológica clásica.
La Rev. Francesa (rev. política-social) fue la primer experiencia de una lucha de clases. La sociología intentará reconstruir
las bases del orden social perdido. En ese sentido, nace ligada con los objetivos de estabilidad social de las clases
dominantes. Su función es dar respuesta a la crisis del SXIX. Es una ideología del orden, del equilibrio. Al mismo tiempo
planteaba por primera vez la posibilidad de construir la sociedad como objeto de conocimiento.
La magnitud de los problemas que plantea la sociedad como objeto de conocimiento impone un abordaje científico.
La ciencia social debía construirse positivamente, la sociedad si, será comparable al modelo del organismo. Para su
estudio había que distinguir un análisis de sus partes y otro de su funcionamiento: una fisiología. Así definí Saint Simón
las tareas de la nueva ciencia. Fisiología e higiene: no pura especulación, sino también la posibilidad de instrumentar
“preceptos aplicables” para la corrección de las enfermedades del organismo social.
Este positivismo, que exigía estudiar a la sociedad como se estudia a la naturaleza, iba a encontrar su método en la
biología.
La sociedad puede incluir procesos de cambios, pero ellos deben estar incluidos dentro del orden. La tarea a cumplir es
desentrañar ese orden, contemplarlo corregir las desviaciones que se produzcan en él. Así, todo conflicto que tendiera a
destruir radicalmente ese orden debía ser prevenido y combatido lo mismo que la enfermedad en el organismo.
Con esta carga ideológica nace la sociología clásica. En la medida en que busca incorporar a la ciencia el estudio de los
hechos sociales por vía del modelo organicista, desnuda su carácter conservador.

Los padres fundadores:


Los pensadores racionalistas de SXVIl aparecen como un antecedente directo de la sociología, porque son los primeros
que abren un campo de investigación más o menos sistemático: el que lleva a descubrir leyes del desarrollo social.
Para Montesquieu las instituciones políticas dependen del tipo de Estado y éste, a su vez, del tipo de sociedad. Por ello,
deducía, que no hay ningún tipo de régimen político universalmente aceptable: cada sociedad debía construir el suyo,
de acuerdo a sus particularidades.
Piensa que es posible construir una tipología de las sociedades, basada en la experiencia histórica. Este desarrollo
creciente de las estructuras económicas y sociales provoca modificaciones en el Estado. Lo que cambia son los tipos de
solidaridad entre los individuos generados por la división del trabajo. Esta construcción permite considerar
legítimamente a Montesquieu como un precursor.
Los principios del iluminismo encontraran su encarnación política en la Rev. Francesa de 1789. Pero, pese al optimismo
de los racionalistas, la crisis de las monarquías y el desarrollo del capitalismo industrial no provocaron un ingreso al reino
del equilibrio social, sino todo lo contrario. Surge así la reacción antiiluminista, la filosofía de la restauración. El orden
frente al cambio.
Este pensamiento reaccionario es otro de los eslabones importantes en el proceso de constitución de la sociología.
Debido a que en el se encuentra la reivindicación del orden.
Nisbet ha señalado, que las 5 ideas, elementos esenciales de la sociología, que estarán presentes en todos los teóricos
clásicos, se vinculan con el pensamiento conservador, preocupado profundamente por las consecuencias
desintegradotas del conflicto de clases. Ellas son: comunidad, autoridad lo sagrado, status y alineación. La sociología
clásica obtiene también del pensamiento tradicionalista la concepción de la sociedad como un todo orgánico, superior a
los individuos que la componen, unificados en sus elementos por valores que le dan cohesión y estabilidad y que
proporcionan sustento a las normas que regulan la conducta de los individuos y a las instituciones en las que esas
conductas se desenvuelven. Si esos valores, esas normas y esas instituciones se alteran, la sociedad entrará en un
proceso de desintegración. El tema central es el orden social.
La autonomía de la sociología será finalmente fundada por Comte, este no hace mas que resumir ideas ya circulantes en
su tiempo e integrarlas a un discurso totalitario. Su tarea consistió en depurar al saintsimonismo de sus tensiones
utópicas y enfatiza sus contenidos conservadores. El objetivo se sus trabajos es contribuir a poner orden en una
situación social ue definía como anárquica y caótica, mediante la construcción de una ciencia que, en manos de los
gobernantes pudiera construir la unidad del cuerpo social.
Comte incorpora a su discurso la idea de Evolución y Progreso, pero, en tanto conservador, suponía que los cambios
debían estar contenidos en el orden. La sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en 2
dimensiones, la de la “estática social” (análisis de sus condiciones de existencia; de su orden) y la de la “dinámica social”
(análisis de su movimiento, de su progreso). Orden y progreso se relacionan estrechamente. El primero asegura la
solidaridad de los elementos del sistema. El segundo, a su vez, debe ser conducido de tal manera que asegure el
mantenimiento de la solidaridad, pues de otro modo la sociedad se desintegraría.
La idea de evolución es la del desarrollo sucesivo de acuerdo con el cual la humanidad pasaría por 3 etapas: la teología,
la metafísica y la positiva. La etapa positiva marcaría, según Comte, la llegada del estado definitivo de la inteligencia
humana y colocaría, en una nueva categorización jerárquica a la sociología en la cima de todas las ciencias.
Tal conocimiento permitiría a los gobernantes acelerar el progreso de la humanidad dentro del orden.
Hurbert Spencer fue mucho as positivista, en el sentido de intentar aplicar a lo social el método científico natural, que
Comte, a quien incluso atacó. Para Spencer no existían diferencias metodológicas en el estudio de la naturaleza y de la
sociedad. El principio
que unificaba ambos campos era el de la evolución.

Durkheim: “El problema del orden”:


Su eje problemático es la relación entre el individuo y la sociedad. Hay una primacía de la sociedad sobre el individuo y
que permite explicar la forma en que los individuos se asocian entre sí, es el análisis de los tipos de solidaridad que se
dan entre ellos. Durkheim reconoce 2: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. En el primer tipo, vinculado a las
formas más primitivas, la conexión entre los individuos se obtiene sobre la base de su escasa diferenciación. Es una
solidaridad construida a partir de semejanzas y, por lo tanto, de la existencia de pocas posibilidades de conflicto. La
solidaridad orgánica es mas compleja, supone la diferenciación entre los individuos y como consecuencia la recurrencia
de conflictos entre ellos, que sólo pueden ser zanjados si hay alguna autoridad exterior que fije los límites. Es una
solidaridad propia del industrialismo. Esa autoridad, esa fuerza externa —moral, social, normativa- es la conciencia
colectiva, que no esta constituida por la suma de las conciencias individuales, sino que es algo exterior al individuo y
resume el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de una sociedad. Es esta conciencia colectiva
la que modela al individuo, la que permite finalmente que la sociedad no se transforme en una guerra de todos contra
todos.
En 1895 Durkheim publica el libro “Las reglas del método sociológico” en el que define a la sociología y a su objeto. El
objeto de la sociología es el estudio de los hechos sociales; el método para estudiarlos es estudiarlos como cosas. Sólo a
partir de esto la sociología puede legítimamente ser considerada como una ciencia. Un hecho social consiste en toda
forma de obrar, de pensar y de sentir que ejerce sobre el individuo una prisión exterior. Es decir, los hechos sociales son
anteriores y externos al individuo; lo obligan a actuar, lo coaccionan en determinada dirección. Se expresan en normas,
leyes, instituciones que aseguran la tendencia a la buena integración del individuo con la sociedad. Sistema normativo,
sistema de valores, sociedad, conciencia colectiva, hechos sociales, son términos que aluden a un mismo concepto y
acotan una misma problemática: la de la objetividad y exterioridad del mundo social, por encima de los individuos
concretos. Un mundo social, que al ser aceptado como dato, se transforma en un orden natural, sostenido sobre la
normalidad establecida.
La insuficiente integración del individuo con la sociedad es el síntoma patológico de las sociedades modernas, que no
han logrado recuperar, en las nuevas condiciones del sistema industrial, los valores de equilibrio de la sociedad
preindustrial.
¿Cómo lograr esa integración? Ya no es la familia, ni el grupo religioso, ni el Estado quienes pueden asegurar esa
solidaridad. La principal unidad integrativa es la profesión y la institución que agrupa a los hombres por profesiones.

La sociedad como realidad subjetiva Bergery Luckmann

Internalización de la realidad
Socialización primaria: la sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva. Estos aspectos reciben su justo
reconocimiento si la sociedad se entiende en término de un continuo proceso dialectico compuesto de 3 momentos: la
externalización, la objetivación e internalización. Las 3 caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de
ella. Estar en la sociedad es participar de su dialéctica. El ind no se hace miembro de una sociedad: nace con una
predisposición hacia la socialidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad. En la vida de todo ind existe una
secuencia temporal en cuyo curso en ind es inducido a participar de la dialéctica de la sociedad. El pto d partida d este
proceso los constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en
cuanto expresa significado, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro, en consecuencia se
vuelven subjetivamente significativos p mi. La internalización, constituye la base, primero para la comprensión de los
propios semejantes y, segundo, p la aprehensión del mundo en cuánto realidad significativa y social.
Esta aprehensión no resulta de las creaciones autónomas de significados por ind aislados, sino q comienza cuando el ind
“asume” el mundo en el q ya viven otros. El mundo una vez “asumido” puede ser creativamente modificado, hasta re-
creado. La forma de la internalización ya no solo “comprendo” los procesos subjetivos momentáneos del otro:
“comprendo” el mundo en q él vive, y ese mundo se vuelve mio. Cuando el ind ha llegado a este grado de
internalización puede considerárselo miembro de la sociedad. El proceso ontogenetico por el cual este se realiza se
denomina socialización. La socialización p es la primera por la q el ind atraviesa en la niñez: por medio de ella se
convierte en miembro de la sociedad. La socialización s es proceso posterior q induce al ind ya socializado a nuevo
sectores del mundo objetivo de su sociedad.
La socialización p suele ser la mas importante p el indiv, la estructura básica de toda socialización s debe semejarse a la
de la primaria. El ind nace dentro de una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros q están encargados
de su socialización q le son impuestos. Las definiciones q los otros significantes hacen de la situación del ind le son
presentadas a este como realidad objetiva. Nace dentro d una estructura social objetiva y dentro d un mundo social
objetivo. Los otros significantes selecciona aspectos del mundo según la situación q ocupan dentro de la estructura
social y tb en virtud de sus idiosincrasias individuales, biográficamente arraigadas. El mundo social aparece “filtrado”
para el individuo mediante esta doble selección.
La socialización p es mas q un aprendizaje puramente cognoscitivo. Se efectúa en circunstancias de enorme carga
emocional. Existen buenos motivos p creer q sin esa adhesión emocional a los otros significantes, el proceso de
aprendizaje seria difícil, cuando no imposible. El niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas
emocionales. El niño acepta los “roles” y actitudes de los otros significantes, o sea q los internaliza y se apropia de ellos.
Y por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse el mismo, de adquirir una
identidad subjetivamente coherente y plausible. El yo es una entidad reflejada, porque refleja las actitudes q
primeramente adoptaron para con él los otros sgtes; el ind llega a ser lo q los otros sgtes lo consideran. Entraña una
dialéctica entre la auto-identificación y la identificación q hacen los otros y la q es subjetivamente asumida.
Lo mas importante, es el hecho de q el ind no solo acepta los “roles” y las actitudes de otros, sino q en el mismo proceso
acepta el mundo de ellos. En realidad, la identidad se define objetivamente como ubicado en un mundo determinado y
puede asumírsela subjetivamente solo junto con ese mundo. El niño aprende q él es lo q lo llaman. La socialización
primaria crea en la cc del niño una abstracción progresiva q va de los “roles” y actitudes de otros específicos, a los
“roles” y actitudes en general.
Esta abstracción de los “roles” y actitudes de otros sgtes concreto se denomina “el otro generalizado”. Su formación
dentro de la cc significa q ahora el ind se identifica no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea
con una sociedad. Solamente en virtud de esta identificación generalizada logra estabilidad y continuidad su propia
auto-identificacion.
La formación, dentro de la cc, del otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización. Implica la internalización
de la sociedad y de la realidad objetiva y el establecimiento subjetivo de la identidad coherente y continua. La sociedad,
la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización.
Cuando el otro generalizado se a cristalizado en cc, se establece una relación simétrica entre al realidad obj y la subj. Lo
q es real “por fuera” se corresponde con lo q es real pa “por dentro”. El lenguaje, es el vehículo ppal del este proceso
continuo de traducción en ambas direcciones. La simetría q existe entre la realidad obj y subj nunca constituye un
estado de cosas estático y definitivo: siempre tiene q producirse y re producirse en el acto.
La socialización p finaliza cuando el concepto del otro generalizado y todo lo q esto comporta, se ha establecido en la cc
del ind. Posesión subjetiva de un yo y un mundo. La socialización nunca es total y nunca termina.

Socialización secundaria: La soc s es la internalización de “submundos” institucionales o basados sobre instituciones. Su


alcance y su carácter de determinan, pues, por la complejidad de la división del trabajo y la distribución social
concomitante del conocimiento, la soc sec es la adquisición del conocimiento especifico de “roles”, estando estos
directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. Tb se requiere la adquisición de vocabularios específicos
de “roles”, la internalización de campos semánticos q estructuran interpretaciones y comportamientos de rutinas dentro
de un área institucional. Las realidades parciales q contrastan con el “mundo de base “adquirido en la socialización
primaria.
Además los suemundos requieren los rudimentos de un aparato legitimador.
El carácter de un soc sec, depende del status del cuerpo de conocimiento de q se trate dentro del univ simb en conj.
Existe una gran variabilidad histórico-social en las representaciones q comporta la socialización sec. La soc sec debe
tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado. Los nuevo contenidos deben superponerse
a esa realidad ya presente. En la soc sec, las limitaciones biológicas se vuelven cada vez menos importantes en la
secuencias del aprendizaje. La soc prim identificación con carga emocional. la soc sec puede prescindir de esta clase d
identificación y proceder efectivamente con la soal dosis de identificación mutua q interviene en cualquier comunicación
entre los seres humano. En la soc sec suele aprehenderse el contexto institucional. Los roles de las soc sec comportan
un alto grado de anonimato, se separan fácilmente de los individuos q los desempeñan.
Esta formalidad y este anonimato se vinculan, por supuesto, al carácter afectivo de las relaciones sociales en la
socialización sec. Se necesitan fuertes impactos biográficos para poder desintegrar la realidad masiva internalizada en la
prim infancia. Esto posibilita el separar una parte del yo y su realidad concomitante como algo q atañe solo a la situación
especifica del “rol” y su realidad por otra. Elacento de realidad del conocimiento internalizado en la soc prim se da
casi automáticamente: en la soc sec debe ser reforzado por técnicas pedagógicas especificas, debe hacérselo sentir al
ind como algo familiar. La realidad original “naturalmente”. Todas las realidades porteriores son “artificiales”.

Ser sociólogo. Alan touraine

1- Inconvenientes en la sociología.
Alain Touraine afirma que nuestras sociedades rechazan la existencia de la sociología. Algunos lo hacen por irreverencia
pero, más allá de no creer en los conocimientos de la sociología, utilizan estos en beneficio del orden establecido.
Aquellos que se sirven de la sociología lo hacen para romper con tradiciones que pueden resultar incomodas, sin que
esto sea ofensivo, para luego situarla en ámbitos universitarios.
En América latina es notable la negación que la sociedad tiene sobre esta ciencia.
El sociólogo escribe sus lineas semanas después al golpe de Estado en Chile y asegura que se han suprimido algunas
escuelas y muchos centros de investigación sociológica que existían en el país.
Touraine admite la imposibilidad de definir el trabajo de un sociólogo sin antes tener en cuenta la función que
desempeña el conocimiento sociológico y el carácter de las reacciones que este tipo de conocimiento provoca en la
sociedad.
La resistencia más presente ante la sociología procede de nuestra adhesión arraigada a la creencia de que los hechos
sociales rigen por un orden superior. Tanto si se trata de los planes de la providencia, como de las leyes de la política o
del sentido de la historia, las sociedades del pasado no han dejado de crear teorías que definen la esencia del orden
meta-social.
El autor afirma que es posible que se lo replique en lo que aboga y deba asumir la evidencia actual sobre que la
sociología debe ser un conocimiento adquirido empíricamente y tiene que soslayar aquellas consideraciones que nacen
de la metafísica.
La sociología experimenta serios obstáculos para constituirse. Debe asumir las reflexiones del pasado acerca de lo meta-
social. Además, resulta imprescindible tener por sabido que la sociología se pierde si permanece en el ámbito de la
filosofía social; pero igualmente se pierde si no advierte que la sociedad es un sistema capaz de crear sus propias
orientaciones, de actuar sobre sí mismo, y que nunca podemos reducir una sociedad a su mero funcionamiento.
Considerar la sociedad como un orden constituye la forma más nociva de remitir la explicación más allá de la misma
sociedad. Si hablamos de consenso, de integración y equilibrio, nos inducimos en la descripción de la esencia de una
sociedad en la que sus valores o su espíritu quedan ubicados con respecto a una evolución hacia la modernidad. Este
empirismo demanda que adoptemos el punto de vista de la sociedad considerada, que aceptemos sus definiciones de lo
impuesto como central y marginal, normal y patológico, superior e inferior. Dentro de estos límites pueden desarrollarse
conocimientos útiles a los encargados de la sociedad, pero los conocimientos de la sociología no pueden identificarse
con los intereses de determinados actores.
No crea una ayuda para la sociología el hecho de que la alejemos de su problema central. La sociología trata de
comprender los problemas de la sociedad y el motivo por el cual esta se rige a sí misma, sin que para ello recurra a una
explicación meta-social.
Alain Touraine agrega a lo dicho que, la capacidad de acción de la sociedad sobre sí misma no sólo se ha acrecentado
notablemente a lo largo de este siglo sino que también descubrimos con mayor auge que esta acción es directamente
social.
Hemos heredado de la sociedad industrial, la idea de que el trabajo que transforma a la naturaleza, transforma por
consecuencia a la sociedad. Pero, si lo que nos proponemos es penetrar en el ámbito de la sociología, debemos rechazar
absolutamente esta idea. Resultaría conveniente que los aprendices de sociólogo reflexionaran menos en la historia
europea del siglo pasado, por el contrario, en las revoluciones o las empresas llevadas a cabo en los últimos tiempos.
Al descubrir la esencia y el sentido de lo político, nuestras sociedades no actúan sobre sí mismas, sino que lo hacen
cuando cambian sus relaciones sociales y los modos de comunicación, cuando adoptan decisiones y viven conflictos.
El autor continúa expresando que el cambio social no se encuentra gobernado por fuerzas de poder meta-sociales, tanto
si se trata de la tecnología como el Estado, sino por sí mismo y la manera en que una sociedad vive los movimientos de
represión y de aspiración que podrían determinar su desarrollo.
Por último, Touraine afirma que la sociología existe desde el momento en que las sociedades dejan de verse definidas
por la relación que mantienen con un orden que les es ajeno y, en cambio, son comprendidas por su historicidad y
capacidad de producirse.

2- Cómo hacer sociología.


Si la sociología produce tanta resistencia, se debe a que todos los detentadores del poder tratan de legitimar
su posición
dominante situándola de nuevo en un orden meta-social, al cuál no corresponde.
La imagen que el autor ofrece del análisis sociológico, excluye todo punto fijo y contraría nuestra necesidad de
permanencia y de identidad.
La resistencia opuesta a la sociología obedece causas más profundas aún. Ademas, el punto de vista del análisis no
puede confundirse con el punto de vista del actor. Es así como la sociología no puede satisfacer a los hombres, ni puede
darle la impresión de comprender ya que esto recobraría las experiencias vividas. Este paradigma ubica al sociólogo en
un modo de existencia particular. Todo conocimiento es amenazado desde el punto en que el sociólogo se identifique
con el actor. Conseguir esto ultimo resulta difícil ya que el sociólogo pertenece a una sociedad y no puede distanciarse
de ella en tiempo ni espacio. Ante todo trata de no pertenecer a ninguna fuerza social o política sólidamente constituida,
procura permanecer neutralmente.
Para finalizar el apartado, Touraine manifiesta que no existe ninguna posición que sea satisfactoria para quien estudia la
sociedad, puesto que este solo puede trabajar si destruye su propia identidad. Además sostiene que la sociología
consiste en explicar las conductas sociales, no por el conocimiento del actor o por la situación en que este se encuentra,
sino por las relaciones sociales en las que se halla implicado. Asimismo, el autor de este conocimiento debe reducirse en
todo lo posible a las relaciones sociales de las que él constituye uno de los términos.

3- El trabajo de un sociólogo: Separación del sujeto y el objeto de estudio.


Alain Touraine comienza este apartado declarando que sólo viviendo en la contradicción, es posible discernir el
conflicto. Con esto hace referencia al trabajo que debe realizar el sociólogo y de qué manera se le facilitaría.
Touraine afirma que existe una pregunta que el actor no tiene derecho a realizarle al analista y es la siguiente: ¿Qué
haría usted en mi lugar? De ningún modo el sociólogo debe contestar este cuestionamiento puesto que si realmente
estuviera en su lugar, ya no sería analista, sino actor.
El sociólogo lucha sin descanso contra la falsa positividad del orden y de sus fundamentos. Ninguna neutralidad es
posible entre un individuo como actor y el mismo individuo como analista.
El drama más profundo que nunca haya vivido la sociología es el estalinismo. El reconocimiento del conflicto de clases y
del movimiento obrero, y por ende, de la relación de dominación y explotación que existe tras el discurso positivo de la
modernización capitalista, conduce al voluntarismo absoluto. La sociología siempre se sentirá atraída por las amenazas
más graves para su existencia. Esta es una ciencia que ha sufrido persecuciones colectivas y dramas personales. El
sociólogo sólo puede sentirse insatisfecho y tiene sentimientos que lo animan como lo son la ira y la esperanza.
El autor agrega que además de verse amenazada por la ideología, la sociología también se encuentra intimidada por su
opuesto, el espíritu doctrinario, un sistema de pensamiento que juzga la sociedad desde un lugar exterior a la misma. La
sociología se halla constantemente sujeta a desbordamientos que manifiestan y tratan de legitimar su propio
aislamiento, es decir, el de un orden universitario opuesto a un entorno social que se juzga desfavorable o despreciable.
Ocurre a menudo que la sociología se encierra en un mundo declarado abierto, sufre presiones de un medio limitado y
acepta evidencias e interdictos que limitan o impiden la investigación intelectual.
Para finalizar con el apartado, Touraine expresa que la sociología vive con dificultad y sólo trabaja en la medida en que
su sociedad es tolerante, en que el poder no se halla unificado y en que fuerzas nuevas se apoyan en el análisis crítico
del sociólogo, lo aceptan o lo alientan con el esfuerzo por romper las barreras que se oponen a su acción.

4- El rol de la sociología en la sociedad post-industrial.


Cuanto más nos adentramos en una sociedad post-industrial, dominada por grandes organizaciones, la sociología se
torna un factor importante en la participación del poder. Tal situación permite que la sociología se constituya y se vea
reconocida como una disciplina distinta del estudio de los factores sociales de la vida económica.
Este afianzamiento de su existencia y esta demanda de aplicaciones pueden reforzarse mutuamente.
Alain Touraine afirma que el ve un mutuo desfase, ya que a menudo se reclama la intervención de la sociología pero se
niega al mismo tiempo su existencia.
La universidad de Francia considera a la sociología como un dominio menor y mal definido del conocimiento que no
podría encontrarse dentro de su élite intelectual y se ve condenada tanto por las modas intelectuales como por los
notables tradicionales.
Touraine ratifica lo inconfortable que resulta esta situación a quienes la rehúyen vinculándose a los intereses y a los
proyectos de las fuerzas sociales y de las corrientes ideológicas. Además, sostiene que la investigación intelectual se
pierde cuando cae en manos de ideólogos. El sociólogo sólo vive en las sociedades que combinan el crecimiento
económico con la crítica social y un proyecto cultural con conflictos sociales. Teniendo en cuenta esto último, es
evidente el pesimismo del autor en el momento de redactar "Ser sociólogo", ya que Francia, su país de origen, cada vez
se adentra más por el camino de dejar de ser una sociedad: su crecimiento económico puede parecer satisfactorio,
mientras no nos planteemos saber cuáles son sus productos reales y quién se beneficia de los mismos. Se deja así, la
organización de la sociedad al conservadurismo.
El autor se plantea una serie de interrogantes tales como: ¿Acaso se puede ser sociólogo en un país que ya no es una
sociedad, que ya no inventa nuevos modos de intervención sobre sí mismo, que carece de toda educación o la
urbanización, que se oculta a sí mismo la situación en que se encuentran los trabajadores inmigrados, los ancianos, los
enfermos mentales o los alcohólicos?
Resulta más exaltante vincular la sociología a las pasiones más vivas y esta puede ser la intención de la mayor parte de
los que le piden unos conocimientos. Pero, quienes le consagran su trabajo y asumen la responsabilidad de, no solo su
organización sino también de su desarrollo, no deberían obrar así. Tal actitud requiere coraje, puesto que significa
comprometerse a no responder a las demandas que formulan oyentes o lectores más activos. Esta posición no
constituye de forma prudente un repliegue a un profesionalismo porque pasaría rápidamente a ser corporativista. Por el
contrario, es una posición militante, que lucha contra el objetivo perseguido por el podery las ideologías y, a su vez, se
proclama en defensa del conocimiento.

5- La vulnerabilidad en la sociología.
La fragilidad de la sociología sólo resulta tolerable si esta materia definiera firmemente su práctica intelectual. No se
hablaría de crisis en la sociología si no estuviera en causa su situación intelectual. Se trata de una crisis benéfica ya que
en ella se encuentra el descubrimiento del objetivo real de la actividad sociológica.
Debe permanecer latente la conciencia de que el conjunto de esta actividad sólo constituye una preparación para el
estudio de esta disciplina.
A lo largo de las últimas décadas, la sociología ha realizado considerables progresos. De a poco se ha ido despojando de
la llamada idealista a unas esencias, admitiendo una duda crítica acerca de la ideología de los actores, sobre todo
cuando esta se manifiesta por categorías de la práctica social; también ha enseñado a considerar la sociedad como un
conjunto de sistemas y a plantear los problemas que implica el cambio.
El objeto de la sociología nunca se presenta de forma inmediata a la observación. La relación se encuentra recubierta
por la regla, los alegatos, la ideología. Los actores, sobre todo cuando se hallan envueltos en relaciones que ponen en
causa grandes orientaciones de la sociedad y su modo de dominación social, no son conscientes de esto ni de que se
encuentran organizados; los actores nunca pueden definirse por la relación social en la que se encuentran
comprometidos. Por consiguiente, al sociólogo se le dificulta encontrar su objeto, a diferencia de las ciencias naturales
del hombre que durante la mitad del siglo actual, han realizado progresos decisivos. En la sociología, el objeto será
descubierto únicamente cuando esta interviene directamente para que aparezca, cuando propone un soporte de tal
carácter que la relación social que explica las conductas a cultivar se ven transferidas del actor al analizador.
La psicología social ha explorado el dominio de las modificaciones materiales de las condiciones de trabajo para mejorar
el rendimiento de los empleados, interviniendo así para equilibrar, integrary cuidar a un grupo, engaño con el que la
sociedad trata de desligarse de la sociología, para así hacer más fácil la búsqueda de la adaptación.
El autor avala que la sociología sólo dejará de verse asolada por el desorden de conciencia que le impone su situación
paradójica en la sociedad cuando haya definido la naturaleza de su práctica.

UNIDAD 2
La televisión. Bourdieau

La televisión pone en muy serio peligro las diferentes esferas de la producción cultural, incluso pone en peligro la vida
política y la democracia.
En general no se puede decir gran cosa en ella, y menos aun sobre la propia televisión. Si es cierto que no se puede decir
nada en la televisión, se debería abstenerse de utilizarla como medio de expresión. Las condiciones normales a las que
hay que someterse cuando se habla por televisión es una cuestión muy importante que la mayoría de los que aceptan
participar de ella no se plantea. Al aceptar participar sin preocuparse por saber si se podrá decir alguna cosa, se pone de
manifiesto que no se esta ahí para decir algo, sino por razones completamente distintas, particularmente para dejarse
very ser visto. La pantalla del televisor se ha convertido hoy en día en un lugar de exhibición narcisista. Los periodistas a
menudo la pasan bastante mal también con las coerciones que se ven obligados a imponer. En determinados casos
aparecer en ella puede constituir una especie de deber, a condición de hacerlo en condiciones razonables.
La televisión es un instrumento que ofrece la posibilidad de llegar a todo el mundo. Una de las misiones de los
investigadores científicos es hacer llegar a todos los logros de la ciencia. Y forma parte de sus obligaciones difundir los
logros conseguidos. El acceso a la televisión tiene como contra partida una formidable censura, una pérdida de
autonomía que está ligada a que el tema es impuesto. La comunicación es impuesta y la limitación del tiempo impone al
discurso tantas limitaciones que resulta poco probable que pueda decirse algo.
También hay censura económica, lo que pesa sobre la televisión es la coerción económica. No cabe limitarse a decir que
lo que sucede en la televisión está determinado por las personas a las que pertenece.
La televisión posee una especie de monopolio de hecho sobre la formación de las mentes.
El análisis sociológico tropieza a menudo con un malentendido: quienes forman parte del objeto analizado tienen
tendencia a pensar que parte de la labor de la investigación y descripción de sus mecanismos es una labor de denuncia o
un ataque personal. A la gente no le gusta que la conviertan en objeto y menos que a nadie a los periodistas. Cuanto
mejor se entiende el funcionamiento de un medio mejor se comprende como las personas que intervienen en el son
manipuladas. Incluso manipulan más cuando mas manipuladas están y mas consientes son de estarlo.
La sociología tiene como misión descubrir cosas ocultas, al hacerlo, puede contribuir a minimizar la violencia simbólica
que se ejerce en las relaciones sociales en general y en la comunicación mediática en particular.

Ocultar Mostrando:
La televisión puede ocultar mostrando. Lo hace mostrando algo distinto de lo que tendría que mostrar. Esta incita a la
dramatización, en un doble sentido: escenifica en imágenes un acontecimiento y exagera su importancia. Los peligros
políticos inherentes a la utilización cotidiana de la televisión resultan de que la imagen posee la particularidad de
producir el efecto de "realidad", puede mostrar y hacer creer en lo que muestra, y así es capaz de provocar fenómenos
de movilización social. Los sucesos cotidianos pueden estar cargados de implicaciones políticas, éticas, etc., susceptibles
de despertar sentimientos intensos, a menudo negativos, como el racismo, la xenofobia, miedo u odio, etc. El hecho de
informar implica siempre una elaboración de la realidad capaz de provocar la movilización social.
Uno de los factores fundamentales de las luchas políticas consiste en la capacidad de imponer unos principios de visión
del mundo que hagan que la gente vea el mundo según unas divisiones determinadas. Al imponer estas divisiones, se
crean grupos que se movilizan y así son capaces de convencer de su existencia.

La urgencia y el "Fast Thinking”:


Los índices de audiencias se traducen en una mayor presión de la urgencia. La competencia entre los medios adquiere la
forma de una rivalidad temporal por la primicia informativa, por ser el primero. Quienes participan del show televisivo
son capaces de responder a esta condición mediante "ideas preconcebidas". Estas son ideas que todo el mundo ha
recibido porque flotan en el ambiente. Cuando se emite una "idea preconcebida" es como si ya se hubiera hecho. La
comunicación es instantánea por que en un sentido no existe. El intercambio de estas ideas es una comunicación sin
más contenido que el propio hecho de la comunicación. Estas tienen la virtud de que todo el mundo puede recibirlas,
por lo tanto, son comunes al emisor y al receptor.

Contradicciones y Tensiones:
La televisión es un instrumento de comunicación muy poco autónomo sobre el que recae una serie de constreñimientos
originados por las relaciones sociales entre los periodistas, relaciones de competencia, pero que son también relaciones
de convivencia basadas en los intereses comunes vinculados a su posición en el campo de la producción simbólica.
En la actualidad, la televisión, ha llevado a su extremo una contradicción que atormenta a todos los universos de la
producción cultural, la contradicción entre las condiciones económicas y sociales en las que hay que estar situado para
poder producir un determinado tipo de obra autónoma en relación con las imposiciones comerciales y las condiciones
de transmisión de los productos obtenidos en tales condiciones.

Educación, su naturaleza y papel. Durkheim

1. Las definiciones de la educación. Examen crítico.


La palabra educación se ha empleado algunas veces en un sentido muy extenso para designar el conjunto de los influjos
que la naturaleza o los otros hombres pueden ejercer, ya sobre nuestra inteligencia, ya sobre nuestra voluntad.
La acción de los contemporáneos difiere de la que los adultos ejercen sobre los más jóvenes. Sólo ésta última nos
interesa.
¿en qué consiste esta acción sui generis?
Según Kant, el objeto de la educación es desarrollar en cada individuo toda la perfección de que es susceptible
(desarrollo armónico de todas las facultades humanas. Llevar al punto más elevado que pueda alcanzarse todas las
potencias que residen en nosotros pero sin que se perjudiquen las unas a las otras)
Pero si este desarrollo armónico es necesario y deseable, no es integralmente realizable; porque está en contradicción
con otra regla de la conciencia humana que no es menos imperiosa: la que nos ordena consagramos a una tarea especial
y restringida. Tenemos, según nuestras aptitudes, funciones distintas que desempeñar, y hace falta que nos pongamos a
tono con la que nos incumbe. No todos estamos hechos para meditar; hacen falta hombres de sensación y de acción.
Inversamente, hacen falta otros que tengan como función el pensar. Ahora bien, el pensamiento no puede desarrollarse
más que desligándose del movimiento, recogiéndose en sí mismo, apartándose de la acción exterior el sujeto que se le
consagra por completo. De ahí una primera diferenciación que no puede dejar de producir una ruptura de equilibrio. y, a
su vez, la acción, lo mismo que el pensamiento, es susceptible de tomar una cantidad de formas diferentes y especiales.
Sin duda, esta especialización no excluye un cierto fondo común y, por tanto, un cierto equilibrio de las funciones, lo
mismo orgánicas que psíquicas, sin el cual la salud del individuo quedaría comprometida, al mismo tiempo que la
cohesión social. No es por ello menos cierto que una armonía perfecta no puede presentarse como fin último de la
conducta y de la educación.
Menos satisfactoria es todavía la definición utilitaria según la cual la educación tendría por objeto hacer del individuo un
instrumento de felicidad para sí mismo y para sus semejantes (James Mill); porque la felicidad es una cosa
esencialmente subjetiva que cada uno aprecia a su manera. Spencer ha intentado definir objetivamente la felicidad.
Para él, las condiciones de la felicidad son las de la vida. Si se trata sólo de la vida física, puede bien decirse que es
aquello sin lo cual ella sería imposible; sobreentiende, de hecho, un cierto equilibrio entre el organismo y su medio, y,
puesto que los dos términos que están en relación son datos que pueden definirse, lo mismo debe ocurrir con su
relación. Pero no pueden expresarse así sino las necesidades vítales más inmediatas. Ahora bien, para el hombre, y
sobre todo para el hombre de hoy día, esa vida no es la vida. Pedimos a la vida algo más que el funcionamiento
aproximadamente normal de nuestros órganos. El standard of life varía infinitamente según las condiciones, el ambiente
y los tiempos. Lo que ayer encontrábamos suficiente, nos parece hoy por bajo de la dignidad del hombre. Las exigencias
irán en aumento.
Tocamos con esto a la censura general en que incurren todas estas definiciones. Parten del postulado de que hay una
educación ideal, perfecta, que vale para todos los hombres indistintamente; y es esta educación, universal y única, la
que el teórico trata de definir. Pero, en primer lugar, si se considera la historia, nada se encuentra en día que confirme
semejante hipótesis, La educación ha variado infinitamente según los tiempos y según los países.
¿Se dirá que el hecho no es el ideal; que si la educación ha variado es porque los hombres se han equivocado sobre lo
que ella debía ser? Hay necesidades inevitables de las cuales es imposible abstraerse. ¿Para qué puede servir el
imaginarse una educación que sería mortal para la sociedad que la pusiese en práctica?
Si empezamos preguntándonos cuál debe ser la educación ideal, abstrayendo toda condición de tiempo y de lugar, es
que admitimos implícitamente que un sistema educativo no tiene nada real en sí mismo. No vemos en él un conjunto de
prácticas y de instituciones que se organizaron lentamente en el curso del tiempo, y que no pueden cambiarse cuando
se quiere. Mas parece que es un simple sistema de conceptos realizados; desde este punto de vista, parece sólo
relacionado con la lógica. Nos figuramos que los hombres de cada tiempo lo organizan voluntariamente para realizar un
fin determinado; que si esta organización no es en todas partes la misma, es porque la gente se ha equivocado sobre la
naturaleza del objeto que conviene perseguir, o sobre los medios que permiten alcanzarlo. Desde este punto de vista,
las educaciones del pasado se nos presentan como otras tantas equivocaciones, totales o parciales. No que contar con
ellas; no tenemos porqué solidarizarnos con los errores de observación o de lógica que hayan podido cometer los que
vivieron antes de nosotros; pero podemos y debemos ponernos el problema, sin ocuparnos de las soluciones que se le
hayan dado. Las enseñanzas de la historia pueden servir a lo sumo para ahorramos la reincidencia en los errores que se
cometieron antes.
Pero cada sociedad en un momento determinado de su desarrollo, tiene un sistema de educación que se impone.
Que se les haya educado según ideas demasiado arcaicas o demasiado prematuras, no importa; en un caso o en otro, no
son de su tiempo, y, por tanto, no se encuentran en condiciones de vida normal. Hay, pues, en cada momento del
tiempo, un tipo regulador de educación, del cual no podemos apartarnos sin chocar con resistencias vivas, que
contienen las veleidades de disidencias.
las costumbres y las ideas son producto de la vida en común, y expresan sus necesidades.
Todo el pasado de la humanidad ha contribuido.
Cuando se estudia históricamente la manera cómo se formaron y se desarrollaron los sistemas de educación, nos damos
cuenta de que dependen de la religión, de la organización política, del grado de desarrollo de las ciencias, del estado de
la industria, etc. Si los separamos de todas estas causas históricas, quedan incomprensibles. No puede actuar sobre ellas
más que en la medida en que ha aprendido a conocerlas, en que sabe cuál es su naturaleza y las condiciones de que
dependen; y no puede llegar a saberlo sino yendo a su escuela, empezando por observarlas.
Además, ¿cómo proceder de otro modo?, ¿qué es lo que nos permite decir que la educación tiene tales fines con
preferencia a tales otros? tiene por objeto educar a los niños. Pero esto es sólo presentar el problema en términos algo
diferentes; no es resolverlo. Haría falta decir en qué consiste esa educación, a qué tiende, a qué necesidades humanas
responde. no puede contestarse a estas preguntas más que empezando por observar en qué consistió esa educación, a
qué necesidades respondió en el pasado. Así, aunque sólo fuera para constituir la noción preliminar de la educación,
para determinar la cosa que se denomina de este modo, la observación histórica aparece como indispensable.

2. Definición de la educación.
Para definir la educación se deben considerar los sistemas educativos. Compararlos. La reunión de estos caracteres
constituirá la definición que buscamos.
Para que haya educación, es necesario que estén en presencia una generación de adultos y una generación de jóvenes, y
una acción ejercida por los primeros sobre los segundos. Queda por definir la naturaleza de esta acción.
El sistema es múltiple. Puede decirse que hay tantas clases de educación distintas en esa sociedad como medios
distintos. Es evidente que la educación de nuestros hijos no debería depender del acaso, que les hace nacer aquí o allá,
de tales o cuales padres. Pero aunque la conciencia moral de nuestro tiempo hubiese recibido, en este particular, la
satisfacción que espera, no por ello la educación se haría más uniforme. Aun dado que la carrera de cada niño dejase de
estar, en gran parte, predeterminada por una herencia ciega, la diversidad moral de las profesiones no dejaría de
arrastrar consigo una gran diversidad pedagógica.
Cada profesión, en efecto, constituye un medio sui generis que reclama aptitudes particulares y conocimientos
especiales, en las que predominan ciertas ideas, ciertas costumbres, ciertas maneras de ver las cosas; y como al niño se
le debe preparar en vista de la función qué será llamado a desempeñar, la educación, a partir de una cierta edad, ya no
puede seguir siendo la misma para todos los sujetos a quienes se aplica.
Pero, sea cual fuere la importancia de estas educaciones especiales, no son ellas toda la educación. Se apoyan todas en
una base común. No hay pueblo donde no exista un cierto número de ideas, de sentimientos y de prácticas que la
educación debe inculcar a todos los niños indistintamente, sea cualquiera la categoría social a que pertenezcan.
Allí donde estos elementos comunes a toda educación no se expresan bajo la forma de símbolos religiosos, no dejan, a
pesar de todo, de existir.
En el curso de nuestra historia se ha venido constituyendo un conjunto de ideas sobre la naturaleza humana, sobre la
importancia respectiva de nuestras diferentes facultades, sobre el derecho y sobre el deber, sobre la sociedad, sobre el
individuo, sobre el progreso, sobre la ciencia, sobre el arte, etcétera, que están en la base misma de nuestro espíritu
nacional; toda educación tiene por objeto fijarlas en las conciencias.
Resulta de estos hechos que cada sociedad se forma un cierto ideal del hombre, de lo que éste debe ser, tanto desde el
punto de vista intelectual como físico y moral; que este ideal es el mismo para todos los ciudadanos; que a partir de
cierto punto se diferencia según medios particulares que toda sociedad lleva en su seno. Es este ideal, a la vez uno y
diverso, lo que constituye el polo de la educación. Este tiene por función suscitar en el niño: primero, un cierto número
de estados físicos y mentales que la sociedad a la que pertenece considera como no debiendo estar ausentes en ninguno
de sus miembros; segundo, ciertos estados físicos y mentales que el grupo social particular (casta, clase, familia,
profesión) considera igualmente como debiendo encontrarse en cuantos lo forman.
Así, son la sociedad, en su conjunto, y cada medio social particular, quienes determinan ese ideal que la educación
realiza. La sociedad no puede vivir si entre sus miembros no existe una suficiente homogeneidad: la educación perpetúa
y refuerza esta homogeidad, fijando de antemano en el alma del niño las semejanzas esenciales que exige la vida
colectiva. Pero, por otra parte toda cooperación sin una cierta diversidad, sería imposible: la educación asegura la
persistencia de esta diversidad necesaria. La educación no es pues, en sí misma, más que el medio con que prepara en el
corazón de los niños las condiciones esenciales de su propia existencia. Veremos más adelante cómo el mismo individuo
tiene interés en someterse a estas exigencias.
La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida
social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que
exigen de él la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado.

3. Consecuencia de la definición precedente: Carácter social de la educación.


Resulta de la definición precedente que la educación consiste en una socialización metódica de la generación joven. En
cada uno de nosotros puede decirse existen dos seres que, no siendo inseparables sino por abstracción, no dejan de ser
distintos. El uno está hecho de todos los estados mentales que se refieren únicamente a nosotros mismos y a los sucesos
de nuestra vida personal: ser individual. El otro es un sistema de ideas, de sentimientos y de hábitos que expresan en
nosotros, no nuestra personalidad, sino el grupo, o los grupos diferentes, de los cuales formamos parte: las creencias
religiosas, las creencias y las prácticas morales, las tradiciones nacionales o profesionales, las opiniones colectivas de
todo género. Su conjunto forma el ser social. Constituir este ser en cada uno de nosotros, tal es el fin de la educación.
No había nada en nuestra naturaleza congénita que nos predispusiese necesariamente a venir a ser los servidores de
divinidades. Fue la sociedad misma la que sacó de su propio seno estas grandes fuerzas morales ante las cuales el
hombre ha sentido su inferioridad. El niño, al entrar en la vida, no aporta más que su naturaleza individual.
La sociedad se encuentra, pues, a cada nueva generación en presencia de una tabla casi rasa, en la cual tendrá que
construir con nuevo trabajo. Hace falta que, por las vías más rápidas, al ser egoísta y asocial que acaba de nacer, agregue
ella otro, capaz de llevar una vida moral y social. Esa es la obra de la educación.
No se limita a desarrollar el organismo individual. Ella crea en el hombre un ser nuevo.
En el hombre, las aptitudes de toda clase que supone la vida social son demasiado complejas para poder encarnarse, de
cualquier modo en nuestros tejidos y materializarse bajo la forma de predisposiciones orgánicas. Resulta que no pueden
transmitirse de una generación a otra por la vía de la herencia. Es mediante la educación como la transmisión se hace.
A demás de las cualidades morales, hay otras que todo hombre quiere adquirir: las cualidades de la inteligencia que le
permiten ajustar mejor su conducta a la naturaleza de las cosas: las cualidades físicas y todo lo que contribuye a la salud
y al vigor del organismo. Para aquellas parece que la educación al desarrollarlas no hace más que adelantarse al propio
desarrollo de la naturaleza llevando al individuo a un estado de perfección relativa hacia la cual tiende por sí mismo, si
bien puede alcanzarlo más rápidamente gracias a la ayuda de la sociedad.
La educación responde antes que nada a necesidades sociales. Como ya decía Rousseau, para satisfacer las necesidades
vitales, la sensación, la experiencia y el instinto, podía bastar, como bastan al animal. Si el hombre no hubiese conocido
otras necesidades que las muy simples, que radican en su constitución individual, no se habría echado a buscar la
ciencia; tanto más cuanto que ésta no se ha adquirido sin grandes y dolorosos esfuerzos. No conoció la sed del saber
hasta tanto que la sociedad no la despertó en él, y la sociedad no la despertó hasta que no sintió ella misma su
necesidad. Este momento llegó cuando la vida social, bajo todas sus formas, se hizo demasiado compleja para poder
funcionar sin el concurso del pensamiento reflexivo, es decir, del pensamiento esclarecido por la ciencia. Entonces, la
cultura científica se hizo indispensable, y por ello es por lo que la sociedad la exige de sus miembros y se la impone como
un deber. Pero, en un principio, mientas la organización social es muy sencilla, muy poco variada, siempre igual a sí
misma, la ciega tradición es bastante, como el instinto al animal. Entonces, el pensamiento y el libre examen son inútiles
y hasta peligrosos, ya que no pueden sino amenazar a la tradición. Es por lo que se les proscribe.
No pasan de otro modo las cosas con las cualidades físicas. Basta con que el medio social incline la conciencia pública
hacia el ascetismo, y la educación física quedará relegada al segundo plano.
Hasta las cualidades que parecen, a primera vista, tan espontáneamente deseables, el individuo no las busca más que
cuando la sociedad le invita a ello, y las busca de la manera que ella le ordena.
El hombre, en efecto, no es hombre más que porque vive en Sociedad. La moral tiene una relación estrecha con la
naturaleza de las sociedades, cambia cuando las sociedades cambian. Es, pues, cierto que ella es una resultante de la
vida en común. Es la sociedad quien nos obliga a contar con otros intereses diferentes de los nuestros; nos enseña a
dominar nuestras pasiones, nuestros instintos, a imponerles una ley, a molestarnos, a privarnos, a sacrificarnos, a
subordinar nuestros fines personales a fines más altos. Todo el sistema de representación que mantiene en nosotros la
idea y el sentimiento de la regla, de la disciplina, lo mismo interna que externa, es la sociedad quien lo instituyó en
nuestras conciencias. Así es como hemos adquirido este poder de resistencia contra nosotros mismos, este dominio
sobre nuestras tendencias, que es uno de los rasgos distintivos de la fisonomía humana.
No debemos menos a la sociedad, desde el punto de vista intelectual. Es la ciencia la que elabora las nociones cardinales
que dominan nuestro pensamiento; nociones de causa, de leyes, de espacio, de numero; nociones de los cuerpos, de la
vida, de la conciencia, de la sociedad, etcétera. Ellas son el resumen, la resultante de todo el trabajo científico lejos de su
punto de partida, como creía Pestalozzi.
Nosotros no nos representamos al hombre como se los representaban en la Edad Media: es que nuestros conocimientos
y nuestros métodos científicos no son ya los mismos. Ahora bien, la ciencia es una obra colectiva, puesto que supone
una vasta cooperación de todos los sabios, no sólo de un mismo tiempo, sino de todas las épocas sucesivas de la
historia.
Antes de haberse constituido las ciencias, la religión llenaba la misma función. La ciencia ha sido heredera de la religios,
que es una institución social.
Quedaría reducido el hombre si se le despojara de todo lo que le viene de la sociedad: caería en el rango del animal.
Coopera regularmente con sus semejantes, y principalmente los productos del trabajo de una generación no quedan
perdidos para la que la sigue. Los resultados de la experiencia humana se conservan casi íntegramente y hasta en los
detalles. La sabiduría humana se acumula sin cesar, y esta acumulación indefinida es la que eleva al hombre por encima
del animal y por encima de sí mismo.
Pero esta acumulación no es posible más que en la sociedad y por la sociedad. Para que el legado de cada generación
pueda conservarse y añadirse a los otros, hace falta que exista una personalidad moral que perdure más allá de las
generaciones que pasan, que ligue unas a las otras: es la sociedad. El individuo, al querer a la sociedad, se quiere a sí
mismo. La acción que ésta ejerce sobre él, señaladamente por medio de la educación, no tiene, de ningún modo, como
objeto y como efecto, comprimirle, disminuirle, desnaturalizarle; sino, por el contrario, engrandecerle y hacer de él un
ser verdaderamente humano.
Es cierto que no puede engrandecerse a sí mismo, más que poniendo su esfuerzo. Pero es que, precisamente, la facultad
de hacer voluntariamente un esfuerzo es una de las características más esenciales del hombre.

4. Función del Estado en materia de educación.


El niño, se dice, pertenece primeramente a sus padres; es, pues, a éstos a quienes toca dirigir, como ellos entiendan, su
desarrollo intelectual y moral. Colocados en este punto de vista, la tendencia natural es reducir al mínimo posible la
intervención del Estado en la materia. Este debería, se dice, limitarse o servir de auxiliary de sustituto a las familias.
Cuando éstas no se encuentran en estado de cumplir sus deberes, es natural que aquél se encargue de ello. Pero debe
concretarse estrictamente a estos límites, y prescindir de toda acción positiva destinada a imprimir una orientación
determinada en el espíritu de la juventud.
Pero no debe, ni mucho menos, limitarse a un papel tan negativo. La educación tiene antes que nada una función
colectiva; si tiene por objeto adaptar el niño al medio social en que está destinado a vivir, es imposible que la sociedad
se desinterese. Es a ella a quien corresponde recordar incesantemente al maestro cuáles son las ideas, los sentimientos
que hay que imprimir en el niño para ponerle en armonía con el medio en que debe vivir. Si no estuviera siempre
presente y vigilante, para obligar a la acción pedagógica a ejercerse en un sentido social, ésta se pondría necesariamente
al servicio de creencias particulares, y la grande alma de la patria se dividiría y se resolvería en una multitud incoherente
de pequeñas almas fragmentarias, en conflicto unas con otras.
Desde el momento en que la educación es una función esencialmente social, el Estado no puede desinteresarse de ella.
Todo lo que es educación debe estar, hasta cierto punto, sometido a su acción. No quiere esto decir que deba
necesariamente monopolizar la enseñanza. Los progresos escolares son más fáciles y más rápidos donde se deje cierto
margen a las iniciativas individuales; porque el individuo tiene más propensión a ser innovador que el Estado. la
educación que se da en escuelas debe quedar sometida a su inspección.
No pertenece al Estado el crear esa comunidad de ideas y de sentimientos sin la cual no hay sociedad; debe ésta
constituirse por sí misma, y el Estado sólo puede consagrarla, sostenerla, hacer que sea más consciente en los
particulares.
Esa unidad moral no es, en todos los puntos, lo que debería ser. Estamos divididos entre conceptos divergentes y
algunas veces hasta contradictorios, y a pesar de todas estas disidencias, existen ya hoy, en la base de nuestra
civilización, un cierto número de principios que son comunes a todos, respeto a la razón, a la ciencia, a las ideas y a los
sentimientos que están en la base de la moral democrática. La función del Estado es abrir paso a estos principios
esenciales, hacer que sean enseñados en las escuelas, velar para que en ninguna parte se consienta que los ignoren los
niños, por que en todas partes se hable de ellos con el debido respeto. Hay, en este punto, una acción que debe
ejercerse y que sera quizá tanto más eficaz cuanto menos agresiva.

La Educación como asignadora de roles y factor de selección social, en “Dimensiones


Sociales de la Educación. Parsons

La familia y el grupo de iguales


La función de socialización desde la clase y la familia son bastantes residuales en nuestros días. La escuela permanece
bajo el control de los adultos y suscita el mismo tipo de identificación que la familia en el estado preedípico del niño. Es
decir, que el aprendizaje de la motivación del logro es un proceso de identificación que impulsa a obrar bien con el fin de
agradar.
Aquello que se ha interiorizado por medio del proceso antes mencionado, es un modelo reciproco de relaciones de rol. A
menos que fracase, se interiorizaran dos aspectos de la acción aunque se pondrá acento solamente en uno u otro. Así,
en la edad preedípica, el niño “dependiente” se identifica como tal en relación con uno, y solo uno, de sus padres.
En el ámbito escolar, el profesor se define institucionalmente como superior a todo alumno y con responsabilidad como
buen “ciudadano” de la escuela. La clase tiende a dividirse en dos: por un lado, sobre la identificación con el profesor o
sobre el reconocimiento de su rol como modelo; y por otro, en la identificación con el grupo de iguales al alumno. Esta
división corresponde a la distribución de los alumnos destinados al colegio y a los que no lo son, esta dicotomía
estructural a nivel del sistema escolar es la primera fuente de dicotomía selectiva.
La primera etapa esencial de la socialización, después de la realizada en la familia, se desarrolla en la escuela. Es
razonable esperar que la imagen que el niño se hace de su profesor sea un tanto semejante a la de sus padres. La mujer
profesor se caracteriza por una superioridad general que le confiere su status de adulto respecto a los niños. Realiza un
rol profesional y su responsabilidad, comparada con la de los padres, es mucho más general. Se interesa más en el
resultado que en las “necesidades” emocionales de los niños, no se dedica a suprimir la distinción entre buenos y malos
alumnos. La madre, por el contrario, debe dar prioridad a las necesidades de su hijo. En las escuelas privadas,
parroquiales o laicas rige un sistema de educación mixto, donde la profesora simboliza la continuidad del rol de madre.
La ausencia de diferenciación en el programa de la escuela elemental concuerda con la extensión del rol femenino. Es
esencial, al mismo tiempo, que el profesor no sea una madre para sus alumnos e insista en reglas válidas para todos. Al
identificarse con su profesor, los alumnos de ambos sexos aprenden que la categoría “mujer” no se asimila con la
categoría “madre”.
Es probable que exista un lazo de unión con el matrimonio de las educadoras; desde hace algún tiempo, el interés
propiamente afectivo atribuido al problema de las enseñantes casadas ha disminuido en comparación al aumento de la
participación real. Este cambio está ligado a una modificación del rol femenino, y la prueba más clara es la sanción de la
participación de las mujeres en la población activa, antes y después del matrimonio indiferentemente; podemos
interpretar este suceso como un proceso de diferenciación estructural.
En la clase elemental, el niño tiene sólo una profesora. La continuidad entre estas dos fases se ve favorecida porque, el
profesor, al igual que la madre, es una mujer pero con características de rol profesional que la diferencien del rol
maternal. Por otro lado, el niño cambia habitualmente de profesor cuando promueve a la clase superior. Está
acostumbrado al hecho de que los profesores son, en cierto modo, intercambiables, a diferencia de la madre.

Socialización y selección en la escuela elemental


La condición fundamental subyacente al proceso es probablemente la división de los valores comunes entre dos
sistemas: la familia y la escuela. El punto principal es una evaluación divida del logro; es decir, la justicia de conceder
gratificaciones según los diferentes niveles de logro. Surge entonces una igualdad de oportunidades que pone el acento
al mismo tiempo en la igualdad de partida tanto como el logro diferencial. El modelo de evaluación debe ser suavizado
teniendo en cuenta las dificultades y necesidades del niño, donde el carácter casi maternal del profesor desempeña un
gran papel; intenta reducir las inquietudes procurando un cierto soporte emocional.
En tercer lugar debe existir un proceso de gratificación selectiva de la realización evaluada. Este proceso es la fuente
directa de la identificación en el interior de la clase según la dimensión del logro.
Como última condición, esta diferenciación inicial tiende a suscitar en la clase un sistema de status, donde se valoran los
resultados inmediatos del trabajo escolar y una serie de influencias concurrentes con diversas expectativas consideradas
como niveles de aspiración de los niños, generando diferenciación entre los grupos de amigos.
Es importante distinguir la socialización del individuo, del destinos selectivo del conjunto de los alumnos a los roles
futuros. La primera identificación familiar se disgrega, proporcionando al niño una estructura de su identidad
fundamental, diferente de su identidad de origen. Trasciende su identidad familiar a favor de una identidad más
independiente. Su status depende inevitablemente de la posición que ha acertado a ocupar primero en la estructura
formal de la clase y en la no formal de los grupos de iguales. A este status sufre una diferenciación según la posición que
ocupe, entra en la definición de su propia identidad. Esta diferenciación es independiente del status socioeconómico
familiar en el seno de la comunidad, que para el niño será su status asignado.
La evaluación del logro proporciona los valores necesarios a la integración esencial para el sistema. La evaluación común
posee un valor corriente, atribuido al logro, que se halla dividido entre los individuos que gozan de status diferente en el
interior del sistema, cortando entonces la diferenciación de las familias según el status socioeconómico. Es importante
observar que la distribución de las facultades, aunque ligada al status familiar, no coincide netamente con él.
Los alumnos aprovechan el apoyo que brinda la familia aunque los profesores igualmente aman y respetan a sus
educandos; y las tendencias que surjan de las amistades de grupo, serán denominadas tendencias de solidaridad
cruzada que reducen las tensiones entrañando un logro recompensado de modo diferencial. Centramos la atención en el
particular impacto del proceso selectivo sobre niños relativamente dotados pero cuya familia posee un status
pertinentemente bajo. Este grupo indica un paralelo con los resultados aportados por estudios sobre el
comportamiento de votantes, han demostrado que los votantes que pasan de un partido a otro (shifters o
desviacionistas) son gente sometidas a presiones contrarias y pertenecen a múltiples grupos; esta condición los
predispone a votar simultáneamente en direcciones opuestas produciendo un mayor grado de indiferencia política o
abstención de ella. Esta indiferencia la hallamos tanto en la disciplina escolar como en la política. Los alumnos expuestos
a presiones contrarias corren el riesgo que aquello que hagan en clase puede influir decisivamente en su porvenir que
sobre el de los niños que posean facultades y status familiar similares. En cuanto a los alumnos que presenten pruebas
de movilidad ascendente, prestando atención importante al éxito escolar podría indicar que ellos cortan los puentes con
su familia y sus iguales en status.
Podemos decir que emerge un anti-intelectualismo propio de la juventud, proveniente de la importancia del proceso
selectivo en el sistema educativo. Cada generación nueva se distingue por una incitación acrecentada al éxito en aquello
que a educación se refiere, reforzada por las ambiciones profesionales que tienen los padres para sus hijos.
El sociólogo considera esta situación de tensión anómica. La orientación de la cultura juvenil es ambivalente pero tiende
a acentuarse netamente el lado anti-intelectual. Se puede esperar que el acento puesto en la independencia, aumente
las tensiones en este campo y la propensión a rechazar las esperanzas del adulto. Estas condiciones resultan de interés
para el problema de la delincuencia juvenil, el progreso del proceso educativo como la incitación a una creciente
independencia aumente las tensiones de los grupos inferiores más marginados. En primer lugar se insistía con la línea
entre los alumnos destinados a la enseñanza superiory los que no lo son; otra línea de demarcación es entre los que
llegan a buen status educativo y aquellos para los que la adaptación a las expectativas educativas es difícil al nivel que
sea. El truhanismo y la delincuencia son otros tantos modos de expresar este rechazo, un factor esencial del fracaso del
proceso educativo para un número creciente de individuos de bajo status y aptitudes. No hay que afirmar, tan
fácilmente, que la delincuencia sea un síntoma del fracaso general del proceso educativo.

Sociología de la educación. Corrientes contemporáneas.


Educación y sociedad ¿consenso o conflicto? Ornelas

| - Es posible discernir dos divisiones opuestas del universo; la primera es el funcionalismo y la segunda el marxismo.
La perspectiva del punto de vista funcionalista emerge de analogías con organismos vivos. Los objetivos de los
investigadores que trabajan dentro de esta perspectiva consisten en delinear los requerimientos para y por las
demandas de la sociedad, y diseñar los procesos por medios de los cuales una sociedad determinada satisfaga sus
necesidades. Este enfoque también busca los medios por los cuales diferentes estructuras son coordinas e integradas
para preservar la unidad de la sociedad como un organismo completo. Dentro de esta amplia perspectiva se pueden
distinguir modelos que ponen énfasis en el consumo y los que ponen énfasis en el conflicto.
En cambio, en el marxismo existe únicamente la noción del conflicto, pero esto según Miliband no es lo que hace
específico y distinto al marxismo, ya que todas las teorías de la sociedad consideran de alguna manera al conflicto. Lo
especifico del marxismo es que declara que la naturaleza de la sociedad es el conflicto, y al mismo tiempo proclama que
es su producto necesario.

II - Enfoques funcionalistas de la educación y la sociedad.

El enfoque comenzó a ser predominante entre científicos del siglo pasado.


El primer científico que utilizo el termino funcionalismo fue Malinowski y lo define como la explicación de los hechos
sociales de acuerdo al papel que juegan en el sistema integral de la cultura.
Talcott Parsons fue un sociólogo que intento desarrollar un análisis mas dinámico de la sociedad e introdujo un enfoque
estructuralista funcionalista (este incluye la noción de función como un lazo entre categorías estructurales de la vida
social, los procesos que no contribuyen a la existencia y evolución de la sociedad son considerados como disfuncionales).

A- El punto de vista consensual sobre la educación.


El énfasis principal de este enfoque es la estabilidad como condición normal de la sociedad, en la integración social y en
la eficiencia de sistema social como un todo.
El papel de la educación aquí es estudiado bajo el aspecto general de las sociabilización (“es el proceso por medio del
cual el niño aprende los senderos de un grupo social determinado y es moldeado como un participante efectivo, en el
curso de su desarrollo el adquiere una conducta, actitudes, valores y otros atributos personales que son a la vez únicos a
él y característicos del grupo o grupos que viven como el agente sociabilizador” Dager.

Hess plantea un modelo general de sociabilización y se constituye de los siguientes elementos:


Una estructura ambiental en alguna clase.
Un cuerpo de creencias, valores, actitudes, etc.
Agentes de sociabilización designados.
Objetos de sociabilización.
Un proceso de enseñanza y aprendizaje.
Un producto en la conducta, en forma de actitudes expresas de aceptación de los valores del sistema social.
Un sistema de reforzamiento de la conducta adquirida.
En relación a la escuela se supone que su función en la sociedad es la de servir como agente que asigna roles sociales de
una manera consensual (Durkheim y Parsons)
La relación entre educación y sociedad, el punto de vista estructural-funcionalista discute el papel de la escuela de dos
maneras complementarias:
El papel de la escuela es prepara individuos de acuerdo a los requerimientos de las instituciones modernas.
Que también sus papeles conformar la personalidad de esos individuos para hacer que acepten las demandas del orden
social establecido.
Según Clark actualmente la función de la estructura educacional de los individuos, es decir, canalizar jóvenes a carreras
académicas o vocacionales.
El aspecto complementario insiste en que aparte es necesario sociabilizar individuos para que acepten a la sociedad
como es y a las normas sociales establecidas.
Dreeben agrega que la escuela también puede ser vista como la transmisora de normas sociales que los individuos
aceptan posteriormente como pautas legítimas para gobernar su conducta. Las normas principales relevantes a la
sociedad industrial que la escuela inculca son independencia, logro, universalismo y especificidad (respeto y
reconocimiento de los derechos de otros). Clausen argumenta que solo los individuos en posiciones de dirección son
capaces de exhibir un cierto grado de conducta innovativa, mientras que no se puede esperar que los que están en
posiciones subordinadas en la sociedad sean innovadores. En ambos casos, Dreeben y Clausen, como la mayoría de los
representantes de esta corriente ( Inkeles, Lippit, Coleman y Parson) están de acuerdo que la escuela, los maestros y el
salón de clases son de gran importancia en el proceso de sociabilización. Se supone que las normas, atributos y las
conductas que las escuelas y otras agencias de sociabilización transmiten son aceptadas por consenso en toda la
sociedad y la función de la escuela es proporcionar al individuo habilidades técnicas así como valores y normas de la
sociedad industrial y su organización jerárquica.

B- Puntos de vista funcionalistas que enfatizan el conflicto en las relaciones entre la educación y la sociedad.
El aspecto más importante de este enfoque, en contraste al punto de vista estructural-funcionalista, es el control,
legitimización, poder y la imposición de valores culturales. Aquí se presenta un concepto diferente de sociabilización,
que se centra en el conflicto:
“Sociabilización se refiere al proceso por medio del cual lo biológico es transformado en un ser cultural especifico. El
proceso de sociabilización es un complejo proceso de control, por medio del cual una moral particular, una percepción
cognoscitiva y afectiva es evocada en el niño y se le da forma y contenido especifico” Bernstein.
“En este punto de vista, la sociabilización es un medio de control. La educación en este enfoque es vista como el
conjunto de reglas institucionales que colocan con autoridad y legitimidad a los individuos en la sociedad” Meyer.
Meyer, Weiler, Grossman, Dawson, Langton no conciben el proceso de sociabilización como neutral y agradable. Weiler
argumenta que las mismas actitudes al conflicto son posiblemente parte del producto del proceso de la sociabilización
política. Grossman muestra, a través de un estudio, que la escuela juega un papel significante en la sociabilización
política del conflicto. Para Collins la actividad principal de las escuelas es enseñar el status de una cultura particulary
como un grupo en especial controla siempre la educación, lo puede usar como medio de control dentro de las
organizaciones. La educación puede servir para seleccionar miembros para la elite o como un medio para identificar y
contratar empleados medios y bajos que han adquirido respeto por los valores de la elite.
Bourdieu y Passeron intentan construir una teoría de la reproducción de la sociedad y su cultura, reconociendo que
dicha cultura emerge del modo de producción dominante. Ellos sobrestiman el papel de la clase dominante, y no dejan
espacio para contradicciones políticas y sociales. Bourdieu, Passeron y Bernstein, descuidan el análisis de las relaciones
entre la escuela, el trabajo y el Estado. Se supone que el origen de clase y la posición social determinan tanto el nivel de
escolaridad alcanzado como el tipo de empleo subsecuente buscado por cada persona.
Según Levin de acuerdo con el punto de vista del crecimiento social, transformando las escuelas en instituciones más
igualitarias y cooperativas, la sociedad lograra también un cambio social similar.
Enfoques marxistas de la educación y la sociedad.

111 - Enfoque marxista

La visión marxista de los fenómenos educativos así como de la sociedad, contrasta con la previa porque acentúa la
naturaleza conflictiva de la sociedad, especialmente el conflicto entre las clases sociales. Según Marx y Engels, esta lucha
de clases es el motor de la historia y el mayor determinante de los fenómenos sociales. La estabilidad y el orden son
logrados pero solo temporalmente y por medio de la dominación de una clase por otra. Según Miliban esta dominación
incluye la coerción, el uso de los aparatos represivos cuando sea necesario, así como la persuasión y supremacía
ideológica para prevenir que las clases dominadas luchen por la liberación y por grandes.
Mientras que el concepto central en el enfoque funcionalista es educación, en el enfoque marxista es reproducción.
Según Marx, la sociedad debe reproducir las condiciones fundamentales de su existencia para subsistir y expandirse. Las
grandes relaciones que caracterizan a la sociedad en que vivimos son las que se establecen entre el capitalista y el
trabajador. Marx llega a la conclusión de que la producción capitalista bajo sus aspectos de proceso continuo y
conectado de reproducción, no solamente produce mercancías y plusvalía, sino que produce y reproduce la relación
capitalista, de un lado el capitalista, del otro el obrero asalariado. El capitalista asegura la reproducción de la fuerza de
trabajo de una manera ampliada a través de la fuerza de trabajo, no obstante, hay muchos mecanismos e instituciones
que contribuyen a la reproducción de la fuerza de trabajo, especialmente el hogar y la familia. Al mismo tiempo que se
reproduce la fuerza de trabajo la clase dominante también se reproduce y mantiene la hegemonía de la sociedad. La
escuela contribuye a esta reproducción y de la reproducción de los agentes de la clase dominante.
Hay tres líneas principales de investigación entre la academia marxista del papel de la escuela en su relación con la
sociedad:
1ra Postula que el papel más importante de la escuela es proveer a los trabajadores de habilidades y destrezas que son
usadas en el proceso productivo y seleccionar a los más hábiles para puestos de dirección de la sociedad.
2da Argumenta que el papel principal de la escuela es reproducir la estructura jerárquica de la sociedad proveyendo así
a los trabajadores los atributos necesarios para el trabajo.
3ra Establece que el papel más importante del sistema escolar es reproducir la ideología dominante de la sociedad.
Suchodolski argumenta que el camino más efectivo que la burguesía encontró para entrenar a la gente necesaria para
realizar las actividades que la tecnología moderna exige es el sistema escolar. Sin embargo la escuela capitalista está
organizada de cierta forma en que la provisión de habilidades a la gente es desigual. Por una parte las escuelas infunden
en la gran mayoría de los estudiantes de las habilidades básicas (leer, escribir, contar) y en la minería habilidades
altamente desarrolladas para que manejen tecnología sostificada y el aparato estatal burgués. La preparación de
personal científico y de alta administración en el último de los análisis tiene sus raíces en las diferencias de clase.
Gintis argumenta que las habilidades requeridas para aumentar la productividad no son tan importantes como algunos
atributos no-cognitivos. Lo mas característicos son: 1) un nivel adecuado de subordinación ,2) disciplina para el trabajo,
3) motivación de acuerdo a recompensas externas y 4) supremacía de modos de respuesta cognoscitivos sobre los
efectivos. En este marco, el papel de la escuela es inculcar las conductas apropiadas para ocupar roles sociales en la
estructura jerárquica del trabajo y la sociedad capitalista. Esta jerarquía es reproducida por “Browles y Gintis” a través
de un mecanismo denominado “reproducción de la conciencia”.
La producción y la organización social capitalista requieren de un pequeño grupo de futuros técnicos y gerentes
desarrollen la capacidad de diseñar, mandar, calculary decidir, mientras que un grupo más grande aprende a seguir
instrucciones idóneamente. Esta estratificación de la futura fuerza laboral es lograda parcialmente proporcionando
diferentes escuelas y tipos de escolaridad de acuerdo a la clase social a la cual cada estudiante pertenece.
Louis Althusser “la reproducción de la fuerza de trabajo exige una reproducción de sumisión a la ideología dominante
para los obreros y una reproducción de la capacidad de manejar bien la ideología dominante para los agentes de la
explotación y la represión”. El trabajo de Louis puntualiza que la escuela no solamente reproduce ideología, y que la
escuela no es una institución neutral sino que es uno de los más eficaces “aparatos ideológicos del Estado” (aunque sea
privada).
La reproducción de la ideología dominante vía la escuela no supone el mismo carácter para todos, es un producto
terminado para la burguesía (supone la internalización efectiva de reglas de la moral burguesa, aprender a manejar
trabajadores, y adoptar aspectos de cultura general) y solamente un subproducto para el proletariado (aprender a
cumplir órdenes y como actuar apropiadamente en el lugar de trabajo, en este caso los elementos de cultura general no
son tan importantes).
Baudeloty Establet analizan la escuela capitalista en Francia, en su estudio intentan demostrar empíricamente que hay
dos redes educacionales dentro del mismo sistema escolar: una para la burguesía y otra para el proletariado.
En resumen, estos puntos de vista marxista sobre la educación y sociedad suponen explícitamente que el sistema
escolar juega un papel sustancial en la reproducción de la estructura jerárquica de la sociedad y de su división del
trabajo. Sin embargo, esto no supone consenso sino dominación y segregación de seres humanos.
IV - Comparación de las dos visiones del universo

La teoría funcionalista de la educación explica cómo funciona la escuela en la sociedad. En su interpretación global de la
sociedad y su desarrollo, en tanto que no enfatiza las clases sociales el enfoque funcionalista tiende a ver la jerarquía
social como un fenómeno natural. En contraste, los enfoques marxistas de la educación centran su atención en las
formas en que las escuelas ayudan a la reproducción de la fuerza de trabajo de los obreros y de la burguesía, es decir, a
la reproducción de la estructura social existente. Esto implica la reproducción de ciertos atributos personales y la
reproducción de la ideología dominante.

V - Correspondencia o contradicción

El concepto de correspondencia radica en el corazón de la relación entre educación y sociedad, es decir, a un sistema
capitalista corresponde una escuela capitalista.
Browles y Gintis afirman que la correspondencia entre la sociedad y la escuela ocurre de la manera en que las escuelas
proporcionan a los estudiantes las conductas y los atributos que se acomodan a los requerimientos del trabajo. Esto es
logrado a través de la estandarización de la currícula, la uniformidad en los exámenes, la legitimización de la autoridad,
la inculcación de hábitos competitivos, respeto por las reglas establecidas y estratificación de los estudiantes de una
manera meritocratica. En la visión de Browles y Gintis son las contradicciones de la vida económica son las que producen
cambios correspondientes de la esfera educacional.
Carter argumenta que la naturaleza de la correspondencia no es simplemente la ligazón orgánica entre el trabajo y la
escuela, sino que representa también la solución de conflictos que surgen entre estas entidades. En su enfoque las
escuelas son las encargadas de mediar las contradicciones que surgen en el proceso del trabajo.
Levin establece que la noción conjunta de correspondencia y contradicción es la manera dialéctica en que las relaciones
entre el trabajo y la escuela deben ser entendidas. Entonces, la noción de correspondencia ayuda a explicar la manera
en que la escuela se desarrolla en concordancia con el desarrollo de la producción, el concepto de contradicción ayuda a
explicar los cambios que se dan en la producción y en las escuelas.
Gurley, al resumir la esencia de lo que muchos marxistas denominan el materialismo dialéctico, nota que:
Todas las cosas están en cambio constante
La fuente ultima del cambio está dentro de la misma cosa o del mismo proceso
Esta fuente es la lucha de contrarios, la contradicción dentro de cada cosa
Esta lucha, en sus puntos nodales, trae consigo cambios cualitativos, saltos, por tanto la cosa es transformado en otra
cosa
La actividad practica- critica resuelve las contradicciones
Mao Tsetung plantea que en el desarrollo de cualquier fenómeno siempre hay contradicciones y por razones prácticas y
teóricas es importante distinguir cual es la contradicción principal y cuales las secundarias. Entre las contradicciones se
pueden distinguir las antagónicas (las contradicciones entre los trabajadores y la burguesía) y no antagónicas
(contradicciones entre obreros y campesinos).
Levin afirma que las contradicciones internas en los centros de trabajo obligan a incluir cambios que son reproducidos
en las escuelas a través de la correspondencia. El sistema escolar se desarrolla de acuerdo a su dinámica interna y a sus
propias leyes y contradicciones. La correspondencia entonces es dialéctica.

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