Paradigma Humanista pp.99-115
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INTRODUCCIÓN
cativas de los demás paradigmas; así, a raíz de dichas críticas, los otros para- '•
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digmas se han visto en la necesidad de reconsiderar algunas de sus posturas y !
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de ampliar sus horizontes teórico-reflexivos y de aplicación. Cabe señalar, por
último, que la postura humanista en educación se continúa en las diversas co-
rrientes de educación activa y alternativa (en particular, en relación directa con
lo que Palacios (1978) ha denominado tradición antiautoritaria).
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ANTECEDENTES 1
1 Garcfa y Moya (1993) han señalado que si bien en psicología y en otras disciplinas, con ante-
rioridad ya habfan aparecido csct'itos que sostenían ideas propias del paradigma (p. ej. el estudio
comprehensivo del hombre), fue en 1961· cuando el paradigma psicológico humanista nació institucio·
nalmente, debido a la constitución de la American AssocíatioH (or Humanístic Psychology (AAHP), la cual
publicó al año siguiente su órgano de difusión: el Joumal o( Humanistic Psychology. En el comité or·
ganizador de la asociación se encontraban reconocidos psicólogos humanistas como Maslow y Mous-
takas: su primee presidente fue el propio Bugental. quien redactó el primer manifiesto del movimiento
humanista que fue publicado en el American Ps.vchologist en 1963. A partir de 1970. la AAHP se incor-
poró a la sección 32 de la APA.
EL PARADIGMA HUMANISTA 101
Otros factores con textuales que sin duda influyeron notablemente en el sur-
gimiento de este paradigma fueron los de orden histórico y sociocultural que
regían en esos año~ en Estados Unidos. En particular, el Zeitgeist («espíritu o
atmósfera cultural» de la época) que imperaba en el periodo comprendido en-
tre las guerras, era de apertura hacia formas alternativas de actitudes y pensa-
mientos que rompieran con la represión militar y sexual, con la moral hipócrita
hasta entonces vigente, y que asumieran una actitud crítica ante la deshumani-
zación ocurrida en las sociedades industriales. Así, el paradigma humanista se
presentaba com~ una postura alternativa en psicología, dado su interés por el
estudio psicológico del hombre y el ofrecimiento de un marco propicio para su
desarrollo.
El movimiento hum~nista creció aceleradamente desde finales de los años
cincuenta y durante toda la década de los sesenta; influyó no ~ólo en el ámbito
académico de la disciplina sino en otras esferas del saber humano (p. ej. el «Mo-
vimiento del potenci~l humano», véase Villegas 1986).
En esos años, algunos de los principales promotores y divulgadores de la co-
rriente fueron Maslow (a 'uien se considera el padre del movimiento), Allport,
Moustakas, Murphy, Bugental1 May y Rogers. Se dice que los fundadores y divul-
gadores de la corriente humanista se vieron fuerteme~te influidos por la filosofía
existencialista y la corriente de la fenomenología (Hernández 1991), aunque al-
gunos autores (Villegas 1986) señalan que la influencia de estas corrientes filosó-
ficas debe reconocerse sólo en algunos representantes del movimiento.2
Como ya hemos adelantado, la psicología humanista representa' una matriz
disciplinar no monolítica, con diferentes tendencias internas. No obstante, se
considera que tiene una identidad propia debido a ciertos principios filosóficos
y teóricos comunes entre los promotores del móvimiento. Sin duda, el campo de
estudio principal de la psicología humanista se sitúa en el ámbito de la psicolo-
gía clínica (en el estudio de los problemas y las patologías psicológicos y, parti-
cularmente, en la propuesta de modelos teórico-terapéuticos), pero también se
han desarrollado aplicaciones en otras áreas como la psicología del trabajo y la
educación.
A continuación presentamos uná descripción del paradigma; haremos una
breve presentación de sus características epistemológicas, teóricas y metodoló-
gicas, y luego nos concentraremos en la exposición de sus implicaciones y pro-
yecciones para el campo educativo.
2 Se ha dicho que la psicología estadounidense carece de un e pasado filosófico• (A. Caparrós). Sin
embargo. es indudable que la influencia del pensamiento filosófico europeo en el contexto estadouni-
dense llegó por diversos medios (el Zeitgeist de la época, las migraciones europeas a dicho país, entre
otros). Basándonos en lo anterior. no se puede negar que el pensamiento fenomenológico y la comente
existencialista provenientes de Europa repercutieron en las concepciones humanistas. A juicio de Mat-
son ( 1981, citado en García y Moya t 993), muchas de las ideas sustentadas por los partidarios de este
paradigma serían inverosímiles sin la influencia existencíalista europea. Gaccía y Moya ( 1993) señalan
que otras influencias filosóficas en el paradigma son el pensamiento de Rousseau y la corriente del per·
sonalismo cristiano; asimismo, entre las influencias psicológicas deben reconocerse los escritos psicoa-
nalfticos de Adler y Fromm, algunos de la Gestalt y, por supuesto, los de antropologos como Benedict,
Mead, Linton y Bateson (p. ej_ Maslow fue amigo de Adler; aprendió psicQJlnálisis de Fromm, de Kar-
diner y de Homey; estudió la Gestalt con Wertheimer y K.offka y, por último, aprendió antropología con
los autores citados). '
102 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
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5.3 SUPUESTOS TEÓRICOS: SIETE MÍNIMAS SOBRE EL HUMANISMO
a) El ser humano es una totalidad que excede a la suma de sus partes. El én-
fasis holista de la psicología humanista lo distingue claramente de otras postu-
ras atomistas o reduccionistas. Para explicar y comprender al ser humano
debemos estudiarlo en su totalidad y no haciendo fragmentaciones artificiales
en una serie de procesos psicológicos moleculares.
b) El hombre posee un núcleo central estructurado. Este núcleo central
-que pueden ser los conceptos de «persona», «YO», o «Sí mismo» (selD- es la
génesis y el elemento estructurador de todos los procesos y estados psicológicos
y de su posible interacción. Sin este núcleo estructurado y estructurante no
104 LOS PARADIGMAS CON IMPLlCAClONES EDUCATlVAS
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puede haber adaptación y organización (¿qué se adaptaría o qué se organiza-
ría?) del mundo subjetivo y objetivo.
e) El hombre tiende en forma natural hacia su autorrealización. Existe una
tendencia autoactualizante o formativa en el hombre que hace que, aun cuando
se encuentre en condiciones desfavorables de vida, se autodetermine, autorrea-
lice y trascienda. 4 Si existe un medio propicio, genuino, empático y no ame-
nazante (p. ej. el medio terapéutico o una propuesta educativa; ambas de índole
no directiva y centradas en las personas que requieren dichos servicios), la ten-
dencia hacia el desarrollo de las potencialidades se verá plenamente favorecida.
d) El hombre es un ser en un.contexto humano. El ser humano vive en rela-
ción con otras personas y esto constituye una característica inherente a su na-
turaleza.
e) El hombre es consciente de sí mismo y de su existencia. Las personas se
conducen, en el presente, de acuerdo con lo que fueron en el pasado y prepa-
rándose para vivir el futuro .
t) El hombre tiene facultades para decidir. El ser humano tiene libertad y
conciencia propia para elegir y tomar sus propias decisiones. Por lo tanto, es un
ente activo y constructor de su propia vida.
g} El hombre es intencional. Los actos volitivos o intencionales de la persona
se reflejan en sus propias decisiones o elecciones. El hombre, a través de sus in-
tenciones, propósitos y actos volitivos, estructura una identidad personal que lo
distingue de los demás.
Son muy reconocidas las criticas de los psicólogos humanistas a las metodologías
y concepciones de la ciencia de los demás paradigmas de la psicología {concre-
tamente hacia la metodología conductista, de la cual han criticado duramente su
estrechez. metodológica basada en la experimentación y el control a ultranza). La
mayor parte de los esfuerzos de los humanistas se ha dirigido a señalar las limi-
taciones de esta metodología positivista y reduccionista, y poco han escrito sobre
una posible alternativa metodológica. De hecho, dado que la aproximación hu-
manista es un mosaico de tendencias, no existe una metodología única y válida
parc1 todos los adeptos y quizá sea ésta una de sus principales carencias, la cual
podría determinar la vida próxima del paradigma (Villegas 1986). .
No obstante, en los escritos de los humanistas podemos identificar algunas
posturas, en relación con las cuestiones metodológicas, que nos ofrecen una
idea más o menos clara de hacia dónde podría encaminarse una alternativa me-
todológica única y congruente con la postura epistt!mológica-teórica que ellos
sustentan. Vamos a presentar dos de ellas:
,. Sobre esta cuestión se ha criticado que la postura humanista defienda un planteamiento dema-
siado subjetivista (centrado en el sel{. al cual se le atribuye, en última instancia, que una persona pueda
o no lograr su desarrollo o autorrealización) que muchas veces tiende a subestimar los aspectos del
contexto social y cultural en la determinación de la estructuración de la personalidad.
EL PARADIGMA HUMANISTA 105
Vale la pena mencionar que algunos autores (Roberts 1978, Good y Brophy
1983) señalan que la educación humanista también se ha interesado en la crea-
ción de contextos adecuados para la expresión, el desarrollo y la promoción de
la afectividad.
A partir de todas las premisas anteriores se puede concluir que el concep-
to de enseñanza propugnado por
los humanistas es de tipo «indirecto», pues
insiste en que el docente «permita que los alumnos aprendan>• impulsando y
promoviendo todas las exploraciones, experiencias, proyectos, etc., que éstos
preferentemente inicien o decidan emprender. Heidegger ( 1968, citado en Ro-
gers y Freiberg 1996} opina lo siguiente en torno a esta cuestión:
Enseñar es más difícil que aprender porque lo que exige enseñar es esto: pemzitir que
se aprenda. El verdadero maestro, en realidad, no permite que se aprenda otra cosa
que[ ... ] aprender (p. 67, las cursivas son mías).
Centrado en el profesor
t
Explicación en clase
Preguntas de los alumnos
Preguntas del profesor y práctica
Demostración
Discusión
Grupos cooperativos
Descublimiento guiado
Contratos
Role-play (juego de imitación)
Proyectos
Investigación
Autoevaluación
FIGURA
(tomado de
'
O.m trado en el alumno
Hamachek ( 1987, p. l 71) declara que las metas globales de la educación inspi-
rada en el paradigma humanista son las siguientes:
Estas metas amplias son los puntos que comparten las distintas propuestas
y escritos de los teóricos humanistas. Sobre la cuestión de plantear los objetivos
para moldear, adaptar y modificar la conducta de los alumnos «en forma hu-
manista>> (como lo sostienen algunos autores de otros paradigmas), Sebastián
(1986) señala lo siguiente:
Dudo que el profesional de la «tercera fuerza,. pretenda modificar humanísticamen-
te el comportamiento de nadie, como meta principal. No lo intentará, porque preci-
samente en este punto es donde entiendo que se marcan las diferencias -enormes y
cualitativamente distintas- entre un empeño educativo terapéutico ••modificador•
y otro «fomentador• (p. 90).
Pueden señalarse tres aspectos distintos pero muy relacionados, en lo que se re-
fiere a la forma como debe concebirse a los alumnos desde esta aproximación:
El núcleo central del papel del docente en una educación humanista se basa en
una relación de respeto con sus alumnos. El profesor debe partir siempre de las
110 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
En definitiva, entre los humanistas es Rogers (1978) quien con más profundidad
ha analizado el concepto de aprendizaje. Según Rogers, el ser humano tiene una
capacidad innata para el aprendizaje. Así, si dicha capacidad no es obstaculi-
zada, el aprendizaje se desarrollará oportunamente. Este aprendizaje llega a ser
significativo cuando involucra a la persona como totalidad (procesos afectivos y
cognitivos) y se desarrolla en forma experiencial (que se entreteja con la perso-
nalidad del alumno).
Para que el aprendizaje significativo se logre, es necesario que en primer lu-
gar sea autoiniciado y que el alumno vea el tema, el contenido o los conceptos
que se van a aprender como algo importante para sus objetivos personales (co-
mo algo significativo para su desarrollo y enriquecimiento personal). Rogers
sostiene que es mucho mejor si se promueve un aprendizaje participativo (en el
que el alumno decida, mueva sus propios recursos y se responsabilice de lo que
va a aprender) que un aprendizaje pasivo o impuesto por el profesor.
Otro factor determinante para que se logre el aprendizaje significativo es
que se eliminen los contextos amenazantes que pudieran existir alrededor de él.
'Para ello, es necesario promover un ambiente de respeto, comprensión y apoyo
para los alumnos.
Si cuando el maestro enseña tiene en cuenta estos aspectos, es muy probable
que se logre UJJ. aprendizaje significativo, el cual será mucho más perdurable y
profundo que los aprendizajes basados en la mera recepción-acumulación de
conocimientos (aprendizaje memorístico) (Palacios 1978).
muy diferentes en cada ocasión. Rogers ( 1978, p. 81) destaca dos tipos de crite-
rios que, en mayor o menor grado, deben tomar en cuenta los alumnos cuan-
do se autoevalúan:
***
Sobre las aplicaciones educativas del enfoque humanista pueden señalarse va-
rias cuestiones adicionales: